Un buen número de investigaciones demuestran que por lo menos el 80% de
los despidos de empleados de las empresas se originan por el inadecuado manejo de las relaciones interpersonales, por sus actitudes negativas malos hábitos de trabajo, comportamientos inmorales y no es precisamente por la falta de conocimientos o destrezas profesionales. Lo anterior resulta claro cuando se considera que para su vinculación a las empresas generalmente los aspirantes a los cargos son sometidos a diferentes pruebas de eficiencias cuyos resultados ofrecen a los empleadores las garantías necesarias para el desempeño del cargo, pero algunas veces no se hace énfasis en la verificación de las habilidades para convivir harmónicamente; por eso cada día un gran número de empresas establecen dependencias con especialistas en la selección y capacitación de personal; así el candidato es sometido no solamente a pruebas técnicas, sino también al análisis del carácter sicológico y social; estas dependencias están conformadas por sicólogos, trabajadores sociales, sociólogos, ingenieros industriales y otros profesionales especializados en garantizar un ambiente de trabajo armonioso y un desarrollo adecuado de las relaciones humanas de las personas que vinculan a la empresas. Pero si hay algún estamento empresarial en el que sea más urgente el adecuado manejo de la relaciones interpersonales es precisamente en el asistente administrativo por el permanente contacto con los clientes internos y externos y el efecto que su comportamiento puede producir en el éxito de la empresa, por tanto, es importante que tu desarrolles actitudes positivas y un comportamiento épico en todo momento. Cabe destacar que las actitudes son disposiciones permanentes para actuar de determinada manera; las principales propiedades de las actitudes tanto positivas como negativas es que son contagiosas, dilatables, bilaterales, reflejas y controlables. Las actitudes son contagiosas cuando una persona recibe actitudes positivas y se siente motivado a actuar de la misma manera, pero cuando sucede lo contrario la tendencia es proceder negativamente. Las actitudes son dilatables cuando funcionan como una bola de nieve, es decir, a cada momento acrecienta sus proporciones; cuando una persona recibe una demostración de actitud positiva generalmente está dispuesta a de la misma manera pero con actos más representativos; pero si es tratado negativamente esta responderá de manera negativa pero querrá retribuir con actos negativos de mayor proporción. Son bilaterales cuando una persona demuestra actitudes positivas a alguien no solamente logra que la persona se sienta bien sino que quien manifiesta tal actitud también se siente bien. Las actitudes reflejas funciones con la ley del eco es decir, sus efectos regresan a quien los genero es decir como dice el dicho: “hoy por ti y mañana por mí”. Las actitudes controlables afortunadamente se pueden controlar esto quiere decir que quien recibe el efecto negativo puede responder con una actitud positiva.