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A
unque en el siglo XIX se desarrollaron varias investiga-
ciones para determinar las propiedades psicofarmacoló-
gicas del cáñamo (Cannabis sativa L., Cannabis indica), los
estudios sobre los usos terapéuticos de esta especie vegetal prácticamente
desaparecieron con la prohibición de la marihuana en EE. UU., proceso que
se desarrolló entre 1911 y 1927 [Langlitz, 2013]. Tuvo que ser un médico
búlgaro radicado en Israel, el doctor Raphael Mechoulam, profesor de
química orgánica y farmacia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien
comenzara los análisis sistemáticos sobre el cannabis y lograra aislar sus
principales componentes activos. Este científico y sus colegas identificaron
y probaron la estructura del cannabidiol (CBD) en 1963 y del tetrahidro-
cannabinol (THC) en 1964. El descubrimiento produjo una serie de desdo-
blamientos impredecibles, pues al CBD y al THC les siguieron los demás
componentes activos que conforman el denominado sistema fitocannabi-
noide [Mechoulam y Hanus, 2000]. Con el descubrimiento de este sistema,
que proveyó la manera de cuantificar la proporción de los diferentes tipos de
componentes activos en las distintas variedades de cannabis, se hizo posible
un arreglo biotecnológico basado en la “selección artificial”, el viejo arte de
la domesticación que marca el impacto de la agencia humana en la evolu-
ción de otros seres vivientes y en su propia deriva como especie [Prochiantz,
2012]. De esta manera, se identificó, por ejemplo, que las variedades
2. Entiéndase por prohibicionismo el arreglo ideológico que fundamenta la llamada “guerra contra
las drogas”.
3. Cf. el reportaje “The Change is Necessary”, presentado en la International Drug Policy Reform
Conference de 2013, en Denver, EE. UU.
4. Práctica relacionada con la antigua forma de preparación de medicamentos, usada hasta el siglo
XIX. Precedió a la regulación farmacéutica e incluía la fabricación de “remedios complicados,
extractos y tinturas de plantas” [García, 2008, p. 51].
5. Sobre este recurso metodológico véase el trabajo de Michael Taussig [2003, p. 191] sobre la
“limpieza social” en Colombia.
6. Cf. la etnografía de Frederico Policarpo [2013] sobre los dispensarios de cannabis medicinal en
EE. UU.
9. Ibid.
importante que la planta “tenga todos los cannabinoides”, incluido el TCH, “para
que atienda los diagnóstico de manera adecuada”. Además, “la medicina no está
necesariamente en una determinada planta”, para que ésta se haga presente hay
que saber identificarla y criarla.
Las semillas con las que Juan trabaja desde hace un par de años son genéticas
desarrolladas en “clínicas” del estado de Colorado, EE. UU. Juan tiene, por
ejemplo, semillas y planas que solamente se pueden vender a médicos o a personas
especialistas, porque hay que “cuidar las variedades” ya estudiadas y “sería una
irresponsabilidad dejarlas con alguien que termine cruzándolas”. De esto se trata
el mantenimiento de la genética: las plantas “exclusivas” no se pueden “clonar”
ni someter a procesos de selección artificial, son “variedades selectas”. Cuando a
Juan le entregan una planta de este tipo bajo su custodia no la puede “polinizar” o
reproducir sin autorización expresa del banco o del laboratorio al que “pertenece”.
Juan cuida las plantas y ellos su inversión. Cuando le dan la autorización, lo más
común es que le envíen semillas para que él las “polinice” y luego sean “estudiadas”
adecuadamente. Los bancos de semillas, que se han enriquecido al margen de la
prohibición, son dueños de este patrimonio biológico: desarrollan patentes para
cuidar su “propiedad intelectual” y se encargan de mantener en secreto las semillas
y plantas que estudian, en ocasiones durante más de cinco años. Luego, lanzan
sus creaciones al mercado con una estrategia ágil de mercadeo, pues saben que
en poco tiempo el material será replicado por competidores piratas. El vínculo
con los bancos de semillas le ha permitido a Juan mostrarles a los empresarios
del cannabis medicinal que es posible realizar un “trabajo social”, algo que ellos
nunca se imaginaron hasta que conocieron a Luna y a Inés.
Juan cree que el principal riesgo de la legalización será la dificultad de acceso a
la medicina por parte de las familias precarias. Para él, la única forma de combatir
ese “monstruo” es seguir produciendo “medicina para la gente”; una medicina
hecha por los pacientes para ellos mismos y para otras personas que la necesiten.
Por eso no le interesan las licencias ni “legalizar” su empresa, prefiere seguir
trabajando con gente que tenga un interés genuino en la planta y que quiera
ayudar a producir remedios “especiales” para personas “especiales”. Juan asegura
que los niños de la Fundación son felices en su jardín: “conocen las plantas de
donde salen sus remedios, las tocan, las manipulan, las cortan, las consienten” y,
de paso, aprenden “sobre el significado del cuidado y de la vida”.
Consideraciones finales
Uno de los principales aportes de la obra de Sidney Mintz [1986; 2003] fue
mostrar la manera en que la gente en Occidente aprendió a tolerar la Revolución
Industrial enganchándose a “drogas blandas” como el azúcar, el té, el café, el
chocolate y el tabaco, todas producidas en tierras tropicales. Mintz [2003, p. 41]
10. En inglés, rockwool: fibra de basaltos volcánicos o roca fundida empleada en cultivos hidropóni-
cos [Escohotado, 1997].
11. El término “causa” está estrechamente vinculado con la idea de «lucha», tal como fue analizada
por Comerford [1999]. Dependiendo del ámbito de interacción y del lugar de enunciación
puede significar “sufrimiento”, un relato “épico” o una serie de reivindicaciones que solo se
resuelven en la interlocución con el Estado y la “gran política”.
liberación. Como señala Luis Fernando Dias Duarte12, hay jardines racionalistas
como Versalles, y jardines románticos como la Quinta de Boa Vista: los primeros,
simétricos, milimétricamente organizados para mostrar el orden impuesto por
el intelecto humano sobre la naturaleza; los segundos, irregulares, llenos de
meandros y caminos que se cruzan, como si quisieran decirnos que la vida es
un continuo y que somos uno con la naturaleza. La marihuana parece ser hija
de estas dos formas de cultivo, de estos dos arreglos cosmológicos de la cultura
occidental.
12. Notas de clase. Curso: “As noções de Natureza e Vida no pensamento antropológico”, PPGAS,
Museu Nacional, UFRJ, 2015.
RESUMEN
Cannabis medicinal y arreglos farmacológicos en Colombia
Este artículo describe desde una perspectiva etnográfica el proceso de legalización
del cannabis medicinal en Colombia. La historia conecta diversos agentes y escalas.
Está relacionada con la emergencia de la “ciencia del cannabis” y con los efectos de la
agencia antrópica sobre las plantas prohibidas. Muestra cómo, gracias a la Internet y al
comercio internacional de semillas, jardineros colombianos lograron montar pequeños
laboratorios para fabricar aceites, tinturas, extractos, ungüentos y otras preparaciones
en las cuales, según ellos, la marihuana actúa de manera “holística”. Dichos
cultivadores se asociaron con grupos de cuidadores y pacientes con enfermedades
crónicas y congénitas tratadas exitosamente con cannabis. Esta alianza ha sido de
gran importancia para consolidar el proceso de purificación moral y simbólica que ha
transformado la farmacopea vigente, instaurando un cuantioso y prometedor mercado
que la industria farmacéutica busca monopolizar.
RÉSUMÉ
ABSTRACT