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EDAD MODERNA

LA ADMINISTRACIÓN EN LA EDAD MODERNA: Una de las características


principales de la edad moderna, es la consolidación de los regímenes
monárquicos y la evolución administrativa que se operó en algunos estados,
como consecuencia de los estudios que se llevaron a cabo.

1. LOS CAMERALISTAS: Los cameralistas fueron un grupo de


administradores públicos e intelectuales alemanes y austriacos, los
cuales mantuvieron, generalmente, desde el siglo XVI, hasta el siglo
XVIII, los mismos principios de las escuelas de economía política inglesa
mercantilista, y francesa fisiocratica. Ellos creían que, para mejorar la
posición del estado, era necesario maximizar su riqueza material. Pero
la escuela cameralista enfatizaba la administración sistemática como
una fuente de fuerza y fue uno de los primeros grupos que actuó así.

Los cameralistas creían también en la universalidad de las técnicas de la


administración, es decir, que las mismas cualidades que aumentaban la
riqueza de un individuo, eran las requeridas para la adecuada
administración del gobierno y sus departamentos. Al desarrollar
principios administrativos, pusieron énfasis en la especialización de la
función, el cuidado en la selección y entrenamiento de subordinados
para posiciones administrativas, el establecimiento del puesto de
contralor en el gobierno, la expedición de procesos legales y la
simplificación de procedimientos administrativos.

2. LA TEORIA DE MONTESQUIEU SOBRE LA ACTUAL DIVISION DE


LOS ORGANOS DEL ESTADO: Es indispensable mencionar dentro del
estudio de la evolución del pensamiento administrativo, esta teoría,
puesto que han tenido una gran influencia en la administración
publica moderna para la división de los órganos del estado y también,
en cierto grado menor, para la separación funcional de las actividades
en las empresas privadas.

Para Montesquieu el estado tiene tres clases de órganos: el legislativo,


el ejecutivo y el judicial.

Según su teoría, el primer poder es el que hace las leyes o deroga las
existentes. El segundo tiene la responsabilidad de aplicarlas.
Y tercero es el poder que castiga los delitos y tiene a su cargo la
interpretación de las diferencias entre las personas.

Montesquieu tenía una concepción distinta a la que sustenta


actualmente en los países democráticos, sobre cuáles han de ser las
condiciones de selección que deben satisfacer esos tres órganos. El
considero que los miembros del poder judicial deberán ser de carácter
transitorio y salidos de la masa popular, en tanto que los
del ejecutivo y legislativo, podrían ser permanentes porque no ejercen
particularmente sobre persona alguna.
A pesar de estas diferencias, lo fundamental de su teoría de la
separación funcional se mantiene actualmente como la base formal de la
independencia relativa de los tres órganos. Lo más importante es, no la
separación, sino la coherencia de sus funciones para que el estado
actué con unidad.

Esa misma teoría funcionalista ha influido también para que en la


empresa privada de cierto tamaño y características, como
las sociedades anónimas, las de responsabilidad limitada, etc., haya
un deslinde relativo de funciones, de tal manera que los determinativos o
legislativos se le conocen por delegación de la asamblea general de
accionistas, a la junta directiva. Los ejecutivos, aplicativos o
administrativos a la gerencia y los interpretativos o judiciales internos
son ejercidos por órganos especiales y en parte por los otros dos
cuerpos, puesto que en ese sector no hay esa división relativa de esas
funciones, como si sucede en la administración pública.

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