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Plantando Nuevas Iglesias

Desafíos y objeciones que se deben superar

Desafíos

Temor a perder a “su” gente por un nuevo “trabajo”.


Sí, siempre hay tolvas marginales quien saltará a la nueva iglesia, pero en el presente los

miembros comprometidos, generalmente, se quedan conectados porque sienten que han

encontrado una Iglesia que satisface sus necesidades. Y no el plantador ético, realmente

debería ir después de los miembros activos de otra iglesia, se ha encontrado que este tipo

de los individuos no son plantadores sino pastores y solo buscan construir su propio reino.

Temor a la competencia con la nueva iglesia.


Detrás de este miedo se encuentra la suposición: "Este es mi territorio, nadie más lo

permitió ". Ningún pastor ni plantador tiene el derecho a los derechos exclusivos de un

área en particular. Alguien lo dijo bueno, "las iglesias pueden competir por los cristianos,

pero no hay competencia por los pecadores ". Una planta de iglesia que comienza desde

cero generalmente encontrará que el 85% de sus miembros vienen de los no creyentes y

la mayoría de ellos serán nuevos creyentes.

Temor a que la nueva iglesia crezca y tener éxito y obtener toda la gloria
mientras el existente la iglesia simplemente avanza.
A menudo tememos que nuestra iglesia piense menos en nosotros si otra iglesia crece.

Eso probablemente es orgullo personal. El bloqueo de nuevas iglesias por miedo a que no
brillemos tan brillantemente es espiritualmente enfermo. ¿Qué hacemos? Por la gracia de

Dios, determinamos vivir por nuestra fe, no por nuestros miedos. Ahí es donde una nueva

planta de iglesia puede ayudar.

Ser pertinentes.
Básicamente se necesita volver al criterio que utilizaba Jesús cuando se relacionaba con

las personas. Él conocía su problemática, sabía sus necesidades, pero fundamentalmente

se acercaba a ellos con un lenguaje claro, simple, que trascribía cercanía.

Les hablaba de acuerdo con la mejor forma que pudiesen entender, a los agricultores les

hablaba sobre agricultura, a los pescadores sobre pesca, a los sembradores sobre siembra;

cada persona tenía su propia realidad y un contexto de vida, que de alguna manera les

acercaba a los valores del Reino. Muchas veces nos cuesta ser pertinentes,

espiritualizamos todo incluso, nuestro discurso, nos volvemos lejanos, irreales, como si no

tuviéramos interés por las personas y su realidad social.

Compromiso.
En la plantación de una iglesia se debe estar comprometido con el Evangelio de Jesucristo,

Evangelio que es consciente de la necesidad de las personas y sus carencias, no sólo

espirituales sino afectivas, económicas, laborales, sociales y familiares. Jesús se

comprometió con las personas en su totalidad, de manera integral. Jesús sanó a los

enfermos, se acercó y limpió a los leprosos, conocía la necesidad y dio de comer a los

hambrientos, revivió a los muertos, consoló a los que sufrían y perdonó a los pecadores.

Un compromiso sin acción es indiferencia y una fe sin compromiso es simplemente

religión.
Ser exitosos a los ojos y con los parámetros de Dios.
La iglesia actual, en su gran mayoría, se amoldó a los valores del mundo, al patrón que

encontró en la sociedad, a sus esquemas y a sus parámetros de éxito. Hemos creído que

los ministerios grandes son realmente exitosos, estos que movilizan gran cantidad de

personas, y realizan cultos vistosos, deslumbrantes y que de alguna manera dependerán

de la plataforma en que se encuentren. En algunas lecturas que hemos tenido, lo

encontramos como “cultura de la plataforma”.

Sin duda alguna, esto llega a ser importante porque la iglesia está llamada a salvar a la

mayor cantidad de personas posibles; sin embargo, el éxito en sentido bíblico se mide por

los frutos que hemos de dar, por la exteriorización y encarnación de los valores de la

cultura de Jesús (“haya pues el mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús”).

Nosotros podemos decir que somos exitosos cuando somos obedientes, cuando nos

hemos dedicado a santificarnos, cuando realmente hacemos la voluntad del Padre,

cuando amamos a Dios y al prójimo cumpliendo los mandatos de Dios y tenemos

misericordia, cuando hacemos y amamos justicia, cuando defendemos al pobre y a la

viuda, cuando hacemos lo que Jesús haría en nuestra ciudad.

Ser la voz de los que no tienen voz.


Proverbios nos enseña: “Abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los desvalidos.

Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del pobre y del menesteroso.” (31:8-9

RVR). La iglesia de Cristo fue llamada a defender y hacer justicia, proclamar el año

agradable del Señor a todos los necesitados. El Evangelio trajo decencia a las personas,

equiparó sus derechos, asistió a los necesitados y defendió a los menesterosos y viudas. La
conceptualización de la justicia social no ha cambiado. Hoy tenemos el deber de alzar

nuestra voz por lo que no tienen voz, pero también de interceder y amar a todos, incluso a

los que desean anular la voz de los demás.

Saber comunicar adecuadamente el mensaje del Evangelio.


Hemos creído que de parte de los que enseñan la palabra tienen serios problemas para

trasmitir el mensaje, creemos que todo esto ha sido producto de la multiplicidad de

factores, quizás algunos de los más importantes sean el aislamiento que la iglesia se

autoimpuso del mundo por años, la falta de seguimiento del desarrollo social y

tecnológico y fundamentalmente nuestra tendencia a la espiritualización del discurso

pretendiendo que al mismo tiempo las personas logren descifrar nuestros códigos

espirituales y bíblicos.

Debemos mejorar nuestra comunicación, ser más sintéticos, precisos, claros y atractivos

en la comunicación, no como excusa para licuar el mensaje sino como facilitadores

comunicacionales del Evangelio, a fin de que pueda llegar y ser entendido por todos.

Saber formar a las próximas generaciones.


La iglesia debe de despertarse del largo letargo y reclusión en la que ha estado inmersa

por varios años, la iglesia misma debe de reinventarse. Estamos teniendo visibilidad

pública y la ideología de género fue en última instancia, aunque nos pese, el instrumento

que Dios permitió para unirnos y visibilizarnos. En este sentido no alcanza con enseñar, no

es suficiente sentar nuestra posición, es menester alentar e inspirar a las próximas

generaciones para que ellas ocupen lugares de preeminencia, estén donde hoy no

estamos nosotros, se sienten en los lugares donde hoy no estamos accediendo.


Objeciones o Réplicas (Contracciones)
¿Por qué es importante plantar nuevas iglesias?

Es necesario el aumento de nuevas plantaciones de iglesias, la sociedad sigue en aumento,

es una de las mejores formas de medir el avance del Evangelio y el cumplimiento de la

gran comisión, aunque la celebración dominical no puede ser un parámetro de formación,

pero si nos puede indicar el avance que se ha tenido.

Finanzas

Sin duda alguna, la parte financiera es importante para sostener la obra de Dios y llega a

volverse un obstáculo cuando se inicia una plantación y es difícil sino se cuentan con

recursos.

Vocación

Es necesario, en este tiempo, que los pastores y servidores sean preparados, tengan

estudios y no solo teológicos, sino también en áreas seculares que puedan beneficiar la

estructura de la congregación para un sano crecimiento.

Hoy día, es difícil sostener a una estructura religiosa, misioneros o incluso ministerios y se

constituye un reto poder avanzar, sin embargo, podemos llevar a cabo la obra del Señor

en la tierra y aunarla a nuestra profesión para el servicio de la iglesia.

Estrategias para ganar y sostener las almas han cambiado

Los tiempos han cambiado, el mundo no se detiene, todo progresa, la cultura no es

estática, sino que cambia continuamente, el Evangelio siempre corre sobre un vehículo

cultural, depende de nosotros mantener la esencia de la cápsula, el envoltorio cambia,

pero su interior siempre será el mismo.


Se debe de tener claro cual será el segmento poblacional con el cual vamos a trabajar, por

lo que es importante siempre realizar un estudio demográfico donde podamos tener

certeza de lo que nos vamos a enfrentar y así mismo establecer un plan de trabajo para

plantar una nueva iglesia.

Cambios generacionales

Hoy en día, se debe de tomar en cuenta los cambios que se vienen dando a nivel mundial,

las generaciones vienen programadas para la tecnología de avanzada, viene preparada

para resolver casi cualquier situación mediante el uso de un dispositivo electrónico,

vienen preparados para recibir una enseñanza de la palabra a través de una computadora

o celular y la iglesia no se puede quedar atrás. Si bien es cierto que la iglesia no debe de

introducirse a la corriente del mundo, más si debiéramos implementarlos instrumentos

tecnológicos a nuestro favor y llegar a las almas de manera más certera.

Quiero decir que, aunado a lo anterior, la incredulidad, el temor, la pérdida de fe,

sentimiento de soledad, la duda, son tanto solo algunas de las cosas que me hacen perder

la fe y esto porque es posible que no se halla tenido la certeza de que Dios te ha hablado.

Una persona que planta una obra debe de tener relación con Dios, ayuno, oración, lectura

de la palabra, intimidad con Dios para que le guíe, Dios siempre quiere que la gente se

salve, pero también quiere que todo se haga en su tiempo.

Se debe de tener claro, cuales son las puertas que Dios abre y cierra para que no

tengamos duda de lo que estemos haciendo.

Recomendaciones
1. Haga que su programa sea lo suficientemente flexible como para adaptarse a las

fortalezas y necesidades de los grupos involucrados.

2. Concéntrese en compartir a Cristo y sus propósitos para la Iglesia.

3. Apoyar, en lugar de restringir, el desarrollo natural de Iglesia en su propio entorno

cultural.

4. Hacer que la iglesia plante sea parte del programa general de Iglesia. Dele una

representación significativa y empoderamiento para la obra del reino.

5. Elija modelos de plantación de iglesias que conduzcan a la autosuficiencia trabajos que

resultan en reproducción espontánea y multiplicación.

6. Prepárese para cambios en los patrones de inmigración al comenzar iglesias

multiétnicas, grupos de diferentes grupos socioeconómicos, los fondos llegan en oleadas y

las estrategias para alcanzarlos variará.

7. Asegurarse de las actitudes y perspectivas de la maternidad. No sofocar la visión y la

propiedad de la nueva Iglesia. Si la iglesia madre se aferra al nuevo trabajo, puede resultar

en dependencia.

8. Las actitudes paternalistas debilitarán la capacidad de un grupo para establecer iglesias

autosuficientes y auto-propagadas.

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