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Definición de resistencia a la insulina.

La resistencia a la insulina provoca que las células del cuerpo no respondan normalmente a la
cantidad de insulina (hormona que ayuda a controlar el nivel de azúcar o glucosa en la sangre),
que es producida por el páncreas.

Al darse esta afección, la glucosa no puede ingresar a las células con la misma facilidad, lo que
provoca que se acumule en la sangre. Eventualmente, esta complicación puede derivar en
diabetes de tipo 2.

Por lo general, la resistencia a la insulina no presenta síntomas, pero la pérdida de peso y el


ejercicio pueden revertir la insulinorresistencia.

Importancia de los ácidos grasos libres en la diabetes


El término AGL se refiere a los AG que no se encuentran esterificados, y estos provienen
principalmente del metabolismo de los triacilglicéridos y de los fosfolípidos. Los AG son usados
como la principal fuente energética del organismo durante periodos de ayuno o cuando no
existe suficiente glucosa. Sin embargo, cuando los valores de AGL son anormalmente altos en
el organismo, como sucede en la obesidad, se induce un estado de lipotoxicidad que lleva a la
activación de distintas respuestas celulares asociadas a esta toxicidad.

Es importante tener en cuenta que la lipotoxicidad, junto con la más conocida glucotoxicidad
participa en la patogenia y evolución de la DM2.

La primera evidencia de que la elevación de los AGL desempeña un papel importante en el


desarrollo de resistencia a la insulina en el músculo fue sugerida por Randle, en 1963,

Según este personaje el aumento de los AGL promueve su captación y oxidación por parte de
los distintos tejidos, y se usan como fuente de energía en competencia con la glucosa. Además,
reduce la afinidad de la insulina a sus receptores, de manera que disminuye la acción de
aquélla en los tejidos insulinosensibles y se favorece, así, la resistencia a la insulina.

La relación entre la lipotoxicidad y la secreción de insulina está aún en entredicho, pero hay
evidencias que permiten establecer que los valores altos de AGL y triglicéridos, de forma
crónica, disminuyen la secreción de insulina al estímulo con la glucosa.

Aún no está claro el mecanismo mediante el que los AGL producen una menor secreción de
insulina, pero se han presentado distintas hipótesis, como una menor actividad de los
transportadores de glucosa y algunos cambios en las vías metabólicas normales de los lípidos.

https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-diabetes-tipo-2-13073449

https://www.researchgate.net/publication/323016301_El_papel_de_los_acidos_grasos_libres
_en_la_resistencia_a_la_insulina

https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/43852/63731

Vázquez J., Guiberna A., Jiménez L., Olivares J. El papel de los ácidos grasos libres en la
resistencia a la insulina. Gac Med Mex. 2017; 153:852-863.
Pérez E., Guerrero C. Ácidos grasos en la dieta diabetes mellitus e insulino resistencia. Rev. Fac.
Med. (internet). 2006 (consultado 3 de octubre); 54 (2): 134-142. Disponible en:
https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/43852/63731

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Las propiedades de los diferentes tipos de fibras colágenas del cartílago atraen más moléculas
de agua que las fibras colágenas del hueso, y esto le otorga al cartílago una consistencia
diferente. A menudo, las fibras colágenas se disponen en haces paralelos. La disposición en
haces le confiere mayor fuerza al tejido. Las fibras colágenas son fuertes y resisten las fuerzas
de tracción, pero no son rígidas, lo cual le permite al tejido ser flexible. La composición química
de este tipo de fibras está determinada por la proteína más abundante de todo el organismo:
el colágeno, que representa alrededor del 25% del total.

Las fibras colágenas se encuentra en la mayoría de los tipos de tejido conectivo,


especialmente el hueso, el cartílago, los tendones y los ligamentos. Tipos_ Tipo II: cartílago.
Tipo III: en la piel, útero y aorta. Tipo IV :en membranas basales. Tipo V: las células.

Las fibras elásticas, más pequeñas en diámetro que las fibras colágenas, se unen y ramifican
formando una red dentro del tejido. Una fibra elástica se compone de moléculas de proteína
elastina rodeada por una glucoproteína denominada fibrilina, que agrega fuerza y estabilidad.
Como consecuencia de su estructura molecular, las fibras elásticas son fuertes pero pueden
estirarse hasta un 150% de su longitud en relajación sin romperse. De igual importancia es la
propiedad que tienen que retornar a su forma original después del estiramiento, la cual se
denomina elasticidad. Las fibras elásticas son abundantes en la piel, las paredes de los vasos
sanguíneos y el tejido pulmonar.

Las fibras reticulares son finos haces de colágeno con una cubierta glucoproteica que otorga
soporte en las paredes de los vasos sanguíneos y constituyen una red alrededor de las células
en ciertos tejidos, como el tejido conectivo areolar, el tejido adiposo y el músculo. Producidas
por los fibroblastos, las fibras reticulares con mucho más finas que las fibras colágenas y
forman redes estructurales. Al igual que las fibras de colágeno, las fibras reticulares abundan
en el tejido conectivo reticular, que forma la estroma o soporta el armazón de muchos órganos
blandos, como el bazo o los ganglios linfáticos. Estas fibras también colaboran en la formación
de la membrana basal. Se encuentra en médula ósea, bazo, linfonodos, hígado.

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