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De la casa a la selva

Amparo es una niña rebelde que no le gusta seguir la autoridad sus papás, así
que decide meterse en el grupo revolucionario. Pocos meses después, se va
para el monte donde dura un año con la guerrilla.
Amparo nació el año 1961 en la ciudad de Bogotá. Su familia está conformada
por su madre, su padre y sus cuatro hermanos. Ella crece y Beatriz su madre
se vuelve más exigente, le pone reglas y la encierra.
Amparo cumple los 16 años e inicia a estudiar en el colegio INEN para
terminar el bachillerato, allí ella conoce a todo tipo de amigos y dentro de esos
a Alberto Fabio, un revolucionario que está vinculado con la guerrilla.
Alberto le enseña sus ideales a Amparo y a su grupo de amigos, le cuenta de
los beneficios que tendrían y de la satisfacción de ayudar al pueblo, así que
después de un año Amparo decide ser parte de la revolución.
El 15 de febrero de 1977 Amparo se encuentra estudiando en la Universidad
Sergio Arboleda la carrera de Ingeniería Bioquímica. A la salida de la
Universidad se encontraba con Alberto, quien la esperaba para decirle que
empacara todo, que esa misma noche se iban al monte. Llega la noche y a
fuera de su casa la esperaban unos amigos del colegio y junto a ellos Alberto.
Amparo llega al primer cambuche y se da cuenta que las cosas van hacer
diferentes, el lugar donde ellos dormían era una hamaca, y no había baño, pero
aun así ella siguió en la revolución junto Alberto.
Beatriz busca con desesperación a su hija Amparo. Las madres de los niños
que se habían ido con ella, se reunían todos los días para rezar y entregar
volantes con la foto de ellos. Pero cualquier acción era absurda.
En el monte Amparo aprendió a disparar, a fabricar papas bombas y a
construir armas con elementos básicos, Allá Amparo conoció la violencia pura
y la crueldad humana.
Pasa un año y Amparo regresa del monte, porque estaba embaraza de Alberto.
Cuando Amparo regresa a la casa se va a estudiar pedagogía a la Universidad
Nacional, donde prueba por primera vez la marihuana. Una mata que le hacía
olvidar esos recuerdos tormentosos del monte,
Pasaron dos meses; Beatriz y Amparo discuten, así que Amparo decide irse de
la casa, se va a vivir con su tía Flor, quien la trata como una hija más. Un día
Flor decide limpiarle el cuarto de Amparo y ella encuentra un rifle debajo de
su colchón. Flor entro en pánico, y a los 5 minutos golpean la puerta. Era
Amparo buscando su rifle porque se le había quedado. En ese momento Flor
se dio cuenta que Amparo seguía en ese movimiento. Flor guarda el terrible
secreto de su sobrina para que ella pueda llevar un embarazo tranquilo.
Finalmente, Amparo da a luz una hermosa niña a la que llamaría Andrea. Aun
así, a Amparo no le importaba nada, le daba igual su hija. Empezó a consumir
toda clase de drogas, combinaba Marihuana, Cocaína, pegante. Lo único que
ella no quiso probar fue la heroína.
Amparo desprotegía mucho a su hija, la niña permanecía sucia, enferma, y con
hambre, Flor trabajaba todo el día para poder traer un sustento a sus tres hijos,
así que le quedaba imposible cuidar de Andrea, entonces ella decide llamar a
Beatriz, quien sin pensarlo dos veces sale corriendo a la casa de Flor para
recoger a la niña.
Amparo llega a casa drogada, al no encontrar a su hija entra en un estado de
desesperación, se pone violenta. Flor se enojada le dice que Beatriz se ha
llevado a la niña. Amparo la empieza a tratar mal a su tía y ella decide córrela
de la casa.
Amparo se va a vivir con un amigo, un muchacho peor de drogadicto que ella.
A sus 23 años amparo desaparece del radar de su familia.
A la edad de 30 años Amparo vuelve a casa de su madre, llega con su diploma
de grado que le otorgaba la Universidad Nacional con el título de docente.
Amparo inicia a trabajar en un colegio muy pequeño, enseñando en los grados
segundo y tercero de primaria.
Era una mujer diferente, su familia estaba sorprendida, pero a pesar de sus
esfuerzos su hija no la quería. Su madre Beatriz andaba muy prevenida, con la
incertidumbre de que le había sucedido para que cambiara de esa manera.
Incógnitamente Amparo luchaba contra su adicción, trataba de controlar esas
ganas de fumarse un porrito. Después de dos meses Amparo no pudo más, se
perdió una semana completa, en el colegio donde ella trabaja llamaban sin
descanso a la casa de su madre, preocupados porque ella no aparecía.
El domingo antes de terminar semana, Amparo regresa a casa, tenía un
aspecto tan desagradable que su madre Beatriz la metió de una vez a bañar. Al
día siguiente Amparo sale en busca de trabajo y consigue un excelente empleo
con el gobierno.
Amparo cumple 40, su adición aún no se cura, pero ahora puede controlarla,
ya no se pierde tanto tiempo y su familia la empieza aceptar así. Un día
Amparo y su hermana Martha salen a tomarse unos tragos. Martha le pregunta
sobre su experiencia en el monte, pero ella evade la conversación, diciéndole
que esos son fantasmas de su pasado.
En el 2010 su madre sufre un derrame que la deja parcialmente incapacitada,
hecho que une a la familia y permite que Andrea hable con su madre después
de 5 años.
A pesar de que Alberto, el padre de su hija ha muerto, Amparo ya con 55
años, sigue en contacto con el grupo revolucionario, a escondidas de su
familia.

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