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Por lo tanto, el trabajo educativo a favor de la formación integral de la persona realiza el aporte
que la educación debe y puede hacer a la defensa y promoción de los derechos humanos en
Colombia.
En definitiva, cómo dar razón de la relación entre pedagogía y los derechos humanos en el
contexto colombiano? Sobre todo, desde experiencias educativas que signifiquen avances
valiosos en la dignificación de la vida de los colombianos, desde la autoridad moral derivada del
cumplimiento de los deberes.
Los “órdenes” políticos suelen utilizar el sistema educativo para legitimarse y/o perpetuarse en
el poder.
Cuando los educadores no han asumido de forma crítica su trabajo y misión, han servido, la
mayoría de los casos de forma inconsciente, a diferentes intereses sociales ajenos al sentido de
educar seres humanos autónomos. Así la educación pierde su carácter anunciante y
denunciante.
1
Ramírez, Edgar. La pedagogía frente a la realidad colombiana. Editorial el Búho. Bogotá. 2007.
2
http://www.cambio.com.co/media/produccion/Crisis-Humanitaria/
3
Ley 115 de 1994.
4
Artículo 1°.
1
Educar es un asunto ético que consiste en ayudarnos a reconocernos humanos: “Para lograr el
bienestar social debemos contar con acuerdos en los que se respeten las necesidades y los
principios de cada sociedad e individuo, de manera que los rasgos comunes que se encuentren
no violenten las diferencias. Necesitamos acuerdos fundamentales en los que se respeten las
diferencias, lo que supone avanzar hacia una nueva dimensión de lo humano, es decir, implica
reconocernos más humanos que nunca. Debemos asumir una ética mundial que mantenga un
diálogo permanente para generar la confianza entre las partes y un programa político que logre
una verdadera equidad económica entre los ciudadanos.”5
El P. Javier Giraldo,6 S.J., verdadera autoridad moral colombiana en la defensa de los derechos
humanos, entiende la praxis cristiana y, por lo tanto su praxis educativa, como compromiso a
favor de la dignidad humana7: “Hay, pues, unas raíces comunes que enlazan la fe cristiana y la
opción por la defensa y promoción de los derechos humanos y las sitúan en un mismo plano
existencial en el cual el sentir (el dolor del otro) juega un papel preponderante y no la razón
cognitiva, el „Logos‟, como por mucho tiempo se ha creído.”
Más que enseñar derechos humanos (como contenidos cognitivos) se trata de cultivar la
sensibilidad que dignifica la vida humana. Ello implica crear las condiciones educativas para que
ello sea posible.
Por esto, el tema de la educación en y para los derechos humanos está llamado a incomodar.8 Si
no incomoda, habría que dudar de que cumpla su cometido y sea coherente con su misión.
Pero lo que sea la dignidad humana es una construcción social: un concepto al que se le da
significado en ciertas condiciones sociales e históricas. Por esto, el concepto de la propia
dignidad cambia como cambian los seres humanos.
5
Küng, Hans y Martínez, Gerardo. Ética mundial y educación.
http://www.armario.cl/aGestDoctorado/biblioteca/autores/K%FCng/K%FCng,%20Hans%20-
%20%C9tica%20mundial%20y%20educaci%F3n%20%5B2008%5D.pdf
6
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo177081-javier-giraldo
7
Giraldo, S.J. Javier. Cristianismo y derechos humanos, trasfondos de un conflicto. Editorial Dykinson. Madrid. 2010.
8
Nótese que entre más autoritarios los regímenes políticos y sociales más se incomodan.
9
Ramírez, Edgar. El ser humano como persona en comunidad en E. Mounier. CCL. 2009. 1994.
2
Lo que se considera digno del ser humano en cierto momento se considera indigno en otro. Lo
que ciertos seres humanos en sus condiciones históricas se permiten como digno en ciertas
otras condiciones no se considera digno. La educación incide directamente en la construcción de
este concepto. De aquí su relevancia.
Por esto, educar es heredar en el educado la dignidad alcanzada por la humanidad en una
época y circunstancias determinadas. La educación en su sentido humano primigenio es
portadora, defensora y promotora de un concepto de dignidad.
Colombia vive en los últimos años una de las más graves crisis humanitarias del mundo.11 20
millones de pobres. 10 millones de indigentes. 5 millones de desempleados y subempleados. 4
millones de desplazados. 3000 falsos positivos. El más alto índice de desigualdad social de
América Latina. Datos que dan cuenta de esta crisis.
Por esto es tan urgente y pertinente en este contexto una educación para la defensa y
promoción de los derechos humanos. Incluso este debería ser criterio de evaluación de su
calidad: su capacidad para construir dignidad humana en los colombianos por medio de la
formación integral de los colombianos.
10
Papacchini, Angelo. Filosofía y Derechos Humanos. Cali: Universidad del Valle, 2003. Pag. 43.
11
Revista Cambio. Documentos para entender la crisis humanitaria que vive Colombia:
http://www.cambio.com.co/media/produccion/Crisis-Humanitaria/
12
Ramírez, Edgar. Pedagogía de los derechos humanos, retorno a la defensa y promoción de la dignidad humana.
En: La pedagogía frente a la realidad colombiana. Editorial el Búho. 2007.
13
Informe: El derecho a la educación, la educación en la perspectiva de los DDHH de la Procuraduría General de la
Nación (mayo de 2006).
3
No basta con ampliar la cobertura sino de garantizar las condiciones para llevar a cabo el
derecho de los colombianos a una educación de calidad: que se tome en serio la formación
integral de la persona.
Redimensionar la praxis educativa15 en y para los derechos humanos significa tomarse en serio
el sentido de educar hacia el desarrollo humano integral de la persona.
Se podría hacer una reflexión teórica al respecto, como en muchas ocasiones lo ha hecho la
filosofía de la educación. Pero, la ley general de educación concreta en 13 fines este propósito:
1. El pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen los
derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física,
psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos;
3. La formación para facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la
vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación;
14
Hasta aquí la propuesta de ACODESI: Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia (ACODESI). La formación
integral y sus dimensiones. Editorial Kimpres. Bogotá. 2002. Las dimensiones ecológica y tecnológica son propuesta
mía.
15
Entendida como la interacción permanente entre teoría pedagógica y la praxis didáctica.
4
6. El estudio y la comprensión crítica de la cultura nacional y de la diversidad étnica y cultural
del país, como fundamento de la unidad nacional y de su identidad;
10. La adquisición de una conciencia para la conservación, protección y mejoramiento del medio
ambiente, de la calidad de la vida, del uso racional de los recursos naturales, de la prevención
de desastres, dentro de una cultura ecológica y del riesgo y la defensa del patrimonio cultural de
la Nación;
11. La formación en la práctica del trabajo, mediante los conocimientos técnicos y habilidades,
así como en la valoración del mismo como fundamento del desarrollo individual y social;
Nadie cuestiona la buena intención de estos propósitos pero como son misión de todos no es
responsabilidad de nadie. Se han quedado en letra muerta. Para la opinión nacional es preferible
el facilismo de evaluar la calidad de la educación por los resultados de pruebas como los
exámenes de estado.
Pero, si nos tomamos en serio el sentido de educar en nuestro contexto y desde la inspiración
de la Ley General de Educación, qué implicaría evaluar la calidad de la educación colombiana
desde esta concepción de la formación integral de los colombianos?
Qué tal si tomáramos estos fines como indicadores de logro o como competencias
verificables que dieran razón de la calidad de la educación colombiana? Y de la gestión
16
Al respecto recomiendo ver la pedagogía personalista en: Ramírez, Edgar. Historia crítica de la pedagogía en
Colombia. Editorial el Búho. 2008.
5
educativa de funcionarios, profesores e instituciones educativas? Qué pasaría si la
permanencia de estos dependiera de la consecución de estos propósitos?
Cómo plantear currículos y procesos de formación en este sentido?
Qué estrategias de formación y evaluación los han de concretar?
Este trabajo propone tomarnos en serio la misión de la educación colombiana por alcanzar la
formación integral de los colombianos e indagar por sus requerimientos pedagógicos y
didácticos.
La posibilidad de una salida política al conflicto que ha vivido nuestro país depende de la
educación. Es decir, de que se le pueda ofrecer una educación de calidad (formación integral de
la persona) justo a quienes históricamente han estado marginados de ella.
Los derechos humanos le plantean a la educación un criterio de valor de toda teoría pedagógica
o acción didáctica. Los derechos humanos “operan una crítica radical de la educación desde la
perspectiva de la realización de la dignidad humana; tanto de su fundamentación teórica
(antropológica, epistemológica y, sobretodo, ética) como de sus prácticas educativas. Se centra
en las prácticas educativas que defienden y promueven los DDHH, procura la vivencia cotidiana
de los derechos y deberes en la institución escolar, reorienta la vida escolar en función de este
fin, o sea, hacia su sentido primero y último. Lleva a cabo una autoconciencia permanente de
las prácticas educativas que dignifican la vida humana.”17
Pero, insistir en la pedagogía de los derechos humanos nos ayuda a recuperar el sentido de la
educación como defensa y promoción de la dignidad humana, es decir, la realización de los
DDHH como sentido de la educación.”18
Se educa PARA los derechos humanos EN los derechos humanos. Ambientes educativos que
garantizan el respeto a la dignidad humana construyen derechos humanos.
17
Ramírez, Edgar. Pedagogía de los derechos humanos, retorno a la defensa y promoción de la dignidad humana.
En: La pedagogía frente a la realidad colombiana. Editorial el Búho. 2007.
18
Ibid.
6
Educar en y para los derechos humanos implica el “cultivo de la humanidad”, el cultivo de lo que
nos hace seres humanos, como lo propuso Cicerón y más recientemente Martha Nussbaum: “…
siempre deberíamos estar seguros de reconocer el valor de la vida humana en cualquier lugar
que se manifieste, y de vernos a nosotros mismos como ligados por capacidades y problemas
humanos comunes con las personas que se hallan a gran distancia de nosotros.”19
Así se deja de lado el sentido primero y último de la educación que consiste en el desarrollo de
la dignidad humana, es decir, en la realización de los DDHH. Por esto, hay que profundizar en la
urgencia y justificación de una pedagogía de los DDHH para crear nuevas formas de garantizar
su defensa y promoción en y por la educación. Esto hasta decir que 'educación y DDHH' sean
una misma realidad: que la 'educación' signifique 'construcción de derechos humanos'.”20
Se educa PARA los derechos humanos EN ambientes educativos que propician los derechos
humanos. Hay que cambiar el imaginario que reduce la educación de los derechos humanos a
una cátedra más. Educar para los derechos humanos es una forma de vivir: con dignidad.
Es decir, personas que crecen todos los días en autonomía (libertad responsable) para defender
y promover sus propios derechos humanos. Que crecen en el cumplimiento de sus deberes y
esto los habilita (les da autoridad moral) para exigir sus derechos.
Lo cierto es que los profesores hablan más de derechos humanos por la forma como se
relacionan con los demás que con sus discursos. La dignidad humana no se enseña como un
contenido que hay que trasmitir sino como una cotidianidad que trata al otro como persona.
19
Nussbaum, Martha. El cultivo de la humanidad. Una defensa clásica de la reforma en la educación liberal (J.
Pailaya, Trad.). Barcelona: Paidós. 2005. Pág. 28.
20
Ramírez, Edgar. Pedagogía de los derechos humanos, retorno a la defensa y promoción de la dignidad humana.
En: La pedagogía frente a la realidad colombiana. Editorial el Búho. 2007.
7
Trabajar por defender y promover los derechos humanos lo hacen los educadores desde su
trabajo cotidiano. En esta medida, el sistema educativo tendrá cada día más autoridad moral
para liderar la defensa y promoción de derechos humanos de los colombianos. Por supuesto,
este trabajo pasa por exigir las condiciones dignas de trabajo del educador.
Lo importante es que el educador sea más consciente de ello y dueño del sentido de educar, de
la forma como su trabajo cotidiano construye dignidad humana: la de sus estudiantes y,
trabajando por ella, la propia dignidad del educador colombiano.
Más educadores que comparten la certeza de que garantizar el derecho de los colombianos a
una educación de calidad, mediada por su formación integral, es la posibilidad de una salida
pacífica al conflicto.
EDGAR A RAMIREZ
10 octubre 2010
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La formación ética en la educación superior. En: Ramírez, Édgar. Ética pedagógica. 2010.
8
BIBLIOGRAFÍA:
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