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Introducción

El caso del accidente de Phineas Gage el 13 de septiembre de 1848 es uno de los más
importantes en la neurociencia, y en este ensayo veremos diferentes enfoques para
profundizar más en el impacto que pudo tener este personaje en cuanto a la lesión
cerebral a nivel físico, psicológico y social.
En aquel tiempo no era posible explicar las reacciones posteriores a dicha lesión,
debido a que en el tiempo de recuperación no se evidencio ningún síntoma
neurológico, psicológico o cognitivo que llevara a pensar que el accidente dejara
secuelas importantes al joven Phineas.
Consecuencias de un tarumá craneoencefálico (TCE)

El daño que sufre el cerebro después de un traumatismo craneoencefálico se debe, por una
parte, a la lesión primaria (contusión) directamente relacionada con el impacto sobre el
cráneo o con el movimiento rápido de aceleración/desaceleración, y por otra parte, a la lesión
secundaria (edema, hemorragia, aumento de la presión en el cráneo, etc.) que se desarrolla a
raíz de la lesión primaria durante los primeros días tras el accidente y que puede conllevar
graves consecuencias en el pronóstico funcional.
o La primera consecuencia de la lesión post-traumática suele ser una alteración
de la conciencia, el coma, cuya intensidad y duración será variable y que, en
algunos casos, puede prolongarse durante meses, provocando importantes
consecuencias a largo plazo.
o Trastornos a nivel sensorial (tacto, olfato, vista, etc.)
o Trastornos del movimiento y la marcha (tetraparesias e hemiparesias)
o Trastornos en la deglución
o Trastornos en la coordinación motora, el tono muscular o la espasticidad
o Alteraciones en el control de los esfínteres.

En el aspecto neuropsicológico (afectación de las funciones superiores), podemos objetivar


una gran variabilidad de déficits cognitivos y conductuales que, con diferente intensidad,
pueden aparecer como consecuencia del Traumatismo Craneoencefálico. Las principales
funciones cognitivas que pueden verse alteradas son:
o La atención-concentración
o La memoria-aprendizaje
o El razonamiento-inteligencia
o El lenguaje-habla etc.
o Cambios en la conducta y la emoción.
Estas alteraciones tienden a presentarse con diferentes frecuencias; sin embargo, suelen
alterar la capacidad del paciente para adquirir, almacenar y recuperar nueva información. El
resultado de la disfunción cognitiva es una pérdida de las relaciones sociales y la aparición de
angustia en la familia, a lo que se suma la dificultad tras el Traumatismo Craneoencefálico
para volver a la situación educacional o laboral anterior al accidente
Como vemos en el caso de Phineas Gage, quien sufre una grave lesión en su cara y cabeza
debido a una barra de hierro con la que trabajaba, los daños que esta pudo generar en la
corteza prefrontal dorsolateral ocasionan diversos daños de déficit cognitivos: dificultades en
razonamiento abstracto, resolución de problemas, planeación, planificación de conceptos,
ordenamiento temporal de los estímulos, mantenimiento de información en la memoria
temporal, alteración de algunas movilidades y habilidades motoras.
Su conducta cambió completamente, pasó de ser una persona seria, trabajadora y responsable
a ser maleducado, mostrando conductas desinhibidas, malgastó sus ahorros, perdió sus
trabajos y no podía distinguir entre las decisiones tribales y las importantes.
El estudio de este caso proporcionó evidencia científica de que la lesión de los lóbulos
frontales podía alterar aspectos de la personalidad, la emoción y la interacción social.
Phineas podía realizar razonamientos intelectuales correctamente pero no podía aplicarlos en
su vida diaria, cuando intervenían sus emociones. Su lesión afectó a las funciones ejecutivas,
que son aquellas que nos permiten dirigir nuestra conducta hacia un fin e incluyen la
capacidad para planificar, llevar a cabo y corregir nuestra conducta. Concretamente, cuando
hay una lesión en la corteza prefrontal ventromedial, CPFvm, por accidente o enfermedad, se
conserva la capacidad de valorar con precisión el significado de situaciones concretas, pero
dañan las funciones que implican reacciones emocionales para guiar la conducta y controlar
las reacciones en el contexto social, como le pasó a Phineas Gage.

Como vemos en el caso de phinias gage el cual tuvo una lesión en la región frontal la cual lo
convirtió a una persona del momento la que puede mostrar indiferencia ante asuntos que
antes eran significativos y cargados de emoción. Decreciendo el juicio y la planeación, por
tanto, la capacidad para manejar los cambios se ve reducida de manera notoria.

Un paciente con una lesión frontal continuaba frotando un cerillo que ya estaba encendido;
otro cepilló un pedazo de madera hasta que no quedó nada y entonces continuó cepillando la
banca bajo el trozo que había hecho desaparecer. Algunos científicos creen que la
esquizofrenia y la senilidad, que distorsionan el pensamiento, son causadas por niveles
reducidos de dopamina en los lóbulos frontales (GoldmanRakic y cois., 1983).

Los pacientes con daños en las zonas motoras entienden las acciones que se necesitan
ejecutar, pero no pueden realizar los movimientos, siendo afectada la parte anterior del lóbulo
frontal, puede ocurrir una dificultad para mantener temporalmente la información para su
procesamiento la cual es denominada (memoria de trabajo), la falta de emoción, interés,
respuestas tardías a las preguntas, hicieron que el señor phineas gage tuviera problemas en su
trabajo ya que con dificultad se podía expresar y al no lograr ser entendido tomaba una
reacción agresiva y esto conllevo a su despido.

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