Ashlyn Kane & Morgan James - Improvisando PDF

Ashlyn Kane y Morgan James Improvisando
1
2
En el momento de la publicación, no hay jugadores que

hayan salido en la NHL. Este libro no significa una falta de respeto
a la vida y la historia del hombre lo suficientemente valiente como
para cambiar eso.
Hasta entonces, este libro está dedicado a todos aquellos que

sienten la necesidad de esconderse como Gabe y el primer hombre
que dijo ya es suficiente.
Mantén tu bastón en el hielo.
3
tiene un plan de vida simple: entrar en la NHL y
ganar la Copa Stanley. No incluye ser el primer jugador de hockey en salir o,

lo que es peor, involucrarse con uno de sus compañeros de equipo. Pero las
cosas cambian.
es el polo opuesto de Gabe: descuidado,
imprudente... desvergonzado. Pero su dedicación al deporte es impresionante,

y Gabe puede pasar por alto que sea joven y estúpido en nombre del magnifico
hockey. Y Dante tiene un culo superlativo en un deporte lleno de culos
superlativos.
Antes de que Gabe descubra cómo lidiar con eso, un tabloide lo arroja
de su cómodo armario a un mundo completamente nuevo. En medio de la
confusión emocional de las preguntas invasivas, la especulación desagradable
y la homofobia dentro y fuera del hielo, su juego sufre.
Sorprendentemente, es Dante quien lo arrastra fuera de él, y luego lo

arrastra a otra cosa. Nada bueno puede venir de dormir en secreto con un
compañero de equipo, especialmente uno por el que Gabe tiene sentimientos.
Pero con su capitán fuera por una lesión, un novato con la necesidad perpetua
de un abrazo, y la carrera para llegar a los playoffs por primera vez desde
1995, Gabe tiene mucho en su plato.
No se lo puede culpar por olvidar que nada permanece en secreto para

siempre.
4
Hockey 101: Fundamentos básico para novatos
Preliminar
Tiempo Extra
Asi que
Muerte súbita
Después del partido
Epílogo y Huevos de Pascua
Glosario de hockey
5
101:
FUNDAMENTOS BÁSICOS PARA
NOVATOS
¡SALUDOS, LECTORES! Estamos aquí para hablar contigo acerca de
algo cercano a nuestros corazones. Se trata de un montón de chicos sudando,
jugando con sus bastones, y saltando el uno sobre el otro.
Sí, hockey.
Ahora, nos encanta el hockey, y hemos hecho todo lo posible para que
nuestro amor sea tan contagioso como sea posible. Pero solo en caso de que
necesites un poco de apoyo adicional antes de ingreses al hielo, esto es lo que
necesita saber.
El hockey es muy parecido al fútbol, solo que en lugar de una pelota se

usa un disco hecho de goma vulcanizada conocido como puck. Cada equipo
trata de poner el puck en la red del otro equipo para anotar.
A diferencia del fútbol, sin embargo, el hockey se juega en hielo con

patines y se permite el contacto corporal como una forma de controlar. A los
jugadores se les permite (incluso son ¡alentados!) a encontrarse con los
jugadores opuestos para tratar de tomar el disco de ellos. Debido al contacto
completo, y las navajas en sus pies, los jugadores usan un montón de equipo
de protección. Gracias al patinaje, los jugadores desarrollan culos muy
musculosos conocidos como ‘nalgas de hockey’. Podrías hacer rebotar una
moneda sobre ellos. Infiernos, probablemente podrían conseguir rebotar la
moneda simplemente flexionando.
6
Mientras que los jugadores de hockey deben mover el disco utilizando

solamente su bastón, pueden bloquear tiros con sus cuerpos. Muchos
jugadores pueden disparar el puck a más de 160 kilómetros por hora, por lo
que golpear con él duele como el carajo. Sin embargo, a pesar de la velocidad
y la fuerza bruta, cuando se trata de stickhandling1 (golpear), tener manos
suaves es importante. (Juramos que ambos son términos serios del hockey).
Cada equipo tiene generalmente seis jugadores en el hielo a la vez: tres

delanteros que intentan meterlo, dos defensas que intentan sacarlo, y un
portero (idem). La intensidad del juego significa que toman turnos de
aproximadamente un minuto a la vez, a excepción del portero que suele jugar
todo el juego. Resistencia, ¿tú sabes?
Eso es todo lo que necesita saber para cambiar la página. Pero si te

pierdes, hemos incluido un glosario que traduce la jerga del hockey en
términos sencillos. Y para aquellos de que ya han sido infectados con la locura
canadiense, hemos incluido algo más especial: un huevo de Pascua para cada
equipo en la NHL2.
1
Forma en que el jugador maneja el disco.
2
Liga Nacional de Hockey.
7
CAMPO DE ENTRENAMIENTO DEKES: DÍA UNO
Por Kevin McIntyre
Arriba y a por ellos, ¡fans de los dekes3! La pintura está seca, el hielo
está frío y el hockey está llegando. Por primera vez en semanas, los Nordiques4
de Quebec se están reuniendo en el Anfiteatro de Quebec, todos preparados
para el campamento.
Con 55 jugadores en la lista de sus campos de entrenamiento, la

competencia será feroz. ¿La primera cosa en la agenda? Pruebas de estado
físico.
—Voy a trabajar muy duro durante toda la temporada —dijo la
entrenadora Haley St. Louis, anteriormente del equipo femenino de hockey

ganador de varios premios de oro de Canadá—. No puedo ser blanda con ellos
ahora.
De los espacios que necesitan ser llenados, destaca especialmente la

vacante izquierda en la primera línea para evadir al capitán François De Fillion.
3
Una finta, truco u otro movimiento realizado por el jugador con el disco para engañar a un
portero o defensa (o una serie de ellos).
4
Quebec Nordiques (en francés Nordiques de Québec) fue un equipo profesional de hockey
sobre hielo que existió desde 1972 hasta 1995 en Ciudad de Quebec, provincia de Quebec
(Canadá). El equipo se fundó como una de las 12 primeras franquicias de la World Hockey
Association (WHA), liga de hockey profesional que nació como competencia directa de la
National Hockey League (NHL). En 1979 fue uno de los cuatro clubes que pasó a formar parte
de la NHL, que absorbió a la WHA. Los Nordiques continuaron en Ciudad de Quebec hasta
1995, cuando los equipos canadienses comenzaron a tener problemas económicos. La
franquicia fue realojada ese mismo año en Denver, Colorado (Estados Unidos), para formar
un nuevo club llamado Colorado Avalanche.
8
Hasta ahora, la especulación sobre si el extremo derecho de veinticinco años

Gabriel Martin se moverá para centrar su propia línea sigue sin confirmar. El
Dekes también buscará a un guardameta de reserva para respaldar a Isak
Olofsson y Alexander Werthman.
—Tenemos algunos grandes nuevos prospectos alineados —dijo el

gerente general Terry Dennings—. Y algunos de nuestros jugadores de la AHL5
están listos para hacer el movimiento. Estamos ansiosos por ver cómo han
crecido.
St. Louis añadió:
—Creo que Gabe está cómodo donde está, pero a veces golpear a un
jugador fuera de su zona de confort es bueno para el juego. Bueno, ya veremos
cómo va.
—¿Y qué pasa con el novato del año pasado, Dante Baltierra, que sumó
27 puntos en ¿sólo 30 partidos?
—Lo vi hace un momento —dijo St. Louis—. Podemos contar con él

para trabajar tan duro como cualquiera.
A juzgar por su sonrisa malvada cuando lo dijo, tomé la decisión correcta

al dirigirme al periodismo deportivo en lugar de convertirme en un jugador
profesional de hockey.
5
AHL: Asociación de Hockey del Litoral.
9
SE HABÍA puesto la camiseta cuando el silbido de Chef dividió
el aire.
—Maldición. ¡Viste en el tamaño de esa cosa6!
El estómago de Gabe se hundió. En su corazón ya sabía qué esperar,

pero necesitaba un minuto para prepararse. Agarró sus zapatillas del banco
y las zarandeó por los cordones por un segundo antes de darse la vuelta.
—No sabía que habíamos firmado con JLo7 —añadió Fifi mientras el
resto del vestuario saludaba a Baller chocando los cinco y el ocasional aullido
de lobo.
Gabe luchó contra el impulso de gemir. Los traseros en el hockey era

un fenómeno documentado, pero no había nadie que lo tuviera como Baller.
En toda su vida, Gabe nunca había visto un culo tan perfecto para joder. Y
ahora era aún más grande y perfectamente redondo.
—Pienso que la NHL necesita un nuevo trofeo para el culo más grande
—opinó Kitty en un inglés muy acentuado—. Tú ganas fácil.
Baller lo tomó todo con la gracia de alguien que había pasado su

temporada de novato recibiendo esa clase de comentarios por el irregular
tamaño de su trasero. Él hizo una reverencia, luego golpeó a Chef por el abuso
de las citas de La Guerra de las Galaxias y fue a abrazarse a Fifi, quien le
despeinó el cabello negro mientras se alejaba. Baller se quejó, tratando de
empujar los hilos más largos en la parte superior para ponerlos de nuevo en
orden.
6
‘Look at the size of that thing!’ Una referencia a la primera Estrella de la Muerte de la película
La Guerra de las Galaxias.
7
JLo: Jennifer López cantante y actriz nacida en Estados Unidos de padres puertorriqueños.
10
—Estás celoso que mi movimiento de batido atraiga a todas las chicas

al patio.
—Tu batido pasó mucho tiempo en Deadspin 8 este verano —señaló

Gabe cuando Baller se aparcó al puesto junto al suyo—. ¿Seguro que te sobro
algo?
Pregunta estúpida.
—Mira tú mismo —respondió Baller. Se levantó y se inclinó para darle

a Gabe la mejor vista posible, que era bastante impresionante, y luego lo
meneó. Gabe se desesperó—. Suficiente de Dante Baltierra para repartir.
Fifi salvó a Gabe de quedar totalmente hipnotizado al golpear el culo de

Baller con una toalla.
—Guárdalo. El entrenador te hará hacer suicidios9 extras mañana si

descubre que estás jodiendo por aquí.
Gabe terminó de atar sus zapatillas y se puso de pie.
—Ah, ¿me vas a delatar, Cap? —preguntó Baller con un puchero.
Fifi sacudió la cabeza.
—Pruébame y lo averiguaras. Dos minutos —dijo al resto del vestuario

en general, su acento francés más grueso después de un largo verano sin
hablar inglés. Luego él y Gabe se dirigieron al área de entrenamiento para
calentar.
8
Es un sitio web de noticias y blogs deportivos.
9
Ejercicio de hockey que consiste en patinar hacia y desde las líneas pintadas en el hielo lo
más rápido posible.
11
Baller no era el único jugador que había engordado durante el verano.

El cuerpo de dos metros de Gabe y la tendencia natural hacia la delgadez
hacía que fuera importante para él acumular la mayor cantidad de músculo
posible en el verano para que no fuera empujado en el hielo cuando
comenzara la temporada. La mayoría de los jugadores hacían lo mismo, ya
que el entrenamiento de cardio de la temporada regular se encargaría de ellos
lo suficientemente pronto.
—¿Crees que lo pondrá en nuestra línea? —preguntó en francés

mientras subían a las cintas de correr cercanas.
—Si ella no lo hace, es un desperdicio de talento. —Fifi le lanzó una

mirada lateral—. ¿Vas a estar bien con eso?
Gabe apretó los dientes.
—Es solo un estúpido enamoramiento —prometió, manteniendo baja la

voz, aunque la habitación estaba vacía.
Gabe no estaba fuera. En el equipo solo le había dicho a Chef, que tenía
poderes mágicos de portero y probablemente lo sabía antes de que se lo
contara, y Fifi, que había sido su capitán durante los últimos dos años. El
hockey no lo hacía fácil. Intentó tener una relación el año anterior, algo casual
pero estable. No había salido bien. Tratar de mantener oculta su aventura de
su ferviente público fue difícil, aunque no tan duro como lo había sido en la
ciudad de Quebec cuando jugó para los Detroit Red Wings. Aunque a veces
se perdió en el anonimato de la ciudad más grande.
Gabe volvió al punto.
—Jugó bien en nuestra línea el año pasado.
—Sí, lo recuerdo —dijo Fifi secamente. Detuvo la cinta durante un

minuto para ajustar el vendaje de compresión alrededor de su rodilla
12
derecha—. Yo estuve ahí. También vi la cinta del juego. Luego revisé las
estadísticas…
—Oh, Dios mío, está bien, punto hecho. —Gabe lo interrumpió con una
sonrisa—. Deja de decirme lo que tengo que capitanear. —Luego se calmó—.
Hablando en serio. Está bien. No afectará mi juego.
—Sí —dijo Fifi, en inglés esta vez mientras los otros jugadores
comenzaban a salir del vestuario—. Lo sé.
Famosas últimas palabras.
—¿Qué? —Gabe finalmente preguntó cuándo vio a Fifi mirándolo de

reojo.
—Podrías decírselos —dijo en voz baja—. No va a importarles. Son

buenos chicos y les gustas.
Gabe respiró hondo y se concentró en no darle un puñetazo a la

caminadora. Solo porque Chef y Fifi hicieron ese estúpido video You Can
Play10 el año pasado....
—No. —No se avergonzaba de ser gay, pero tampoco iba a cambiarlo. Si

la gente se enteraba, siempre sería Gabriel Martin, jugador de hockey gay. Él
quería ser Gabriel Martin, estrella de los Nordiques y ganador de la Copa
Stanley.
Además, prácticamente había crecido en los vestuarios. No tenía

ninguna ilusión sobre la aceptación universal.
Fifi suspiró.
10
You Can Play es una campaña de activismo social dedicada a la erradicación de la
homofobia en los deportes.
13
—Hazlo a tu manera.
Ésa era la idea.
DESPUÉS DEL ALMUERZO los jugadores fueron programados para

fotografiarse. Los Dekes las utilizarían para una gran cantidad de propósitos
publicitarios, para el sitio Web, e incluso para las pantallas gigantes durante
los juegos. Siempre era una experiencia extraña, estar de pie con su equipo y
patines, tratando de parecer un jugador de hockey talentoso, y no dejar salir
el aburrimiento en su cara, mientras tomaban las fotos y le hacían sonreír
más ampliamente y luego no en absoluto.
Así que Gabe se puso su jersey, se sentó en la silla mientras que los
profesionales le endurecían su piel clara con maquillaje para que no se viera
brillante, y permanecía ahí para las fotos.
Después, se metió en las duchas para poder lavarse la mugre de la cara.

La maldita cosa picaba como loca.
Cuando estaba a medio camino de regreso a su puesto, Kitty le hecho

una mirada funesta. Nada como ser regañado por una montaña rusa.
—Dejaste el timbre encendido. El teléfono no dejaba de cantar una y

otra vez lo mismo. —Gabe abrió la boca, confundido, mientras una nueva
ronda de Céline Dion sonaba desde el banco.
¡Maldición! Gabe necesitaba escoger un código de acceso que Chef no

pudiera adivinar. No estaba seguro de cómo los otros jugadores eran tan
exitosos en mantener a su portero fuera de sus tonos de llamada, él quería
sus secretos. El tiempo más largo que había mantenido a Chef sin poder jugar
con su teléfono era de cuatro meses una racha que acababa de romper y que
incluía los tres meses durante el verano cuando Chef había estado en Suecia.
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Suspirando, Gabe agarró su teléfono para apagar a Céline. En serio,

¿It’s All Coming Back To Me Now11?
Comprobó el identificador de llamada: Pierre. Murmurando una

maldición, Gabe rechazó la llamada con indiferencia. Dejó el teléfono y empezó
a vestirse.
Había conocido a Pierre en la fiesta de un amigo la temporada pasada,

y Pierre no tenía ni idea de quién era Gabe. Él se había sentido atraído por su
falta de interés primero por el hockey, y en segundo lugar por sus gustos muy
compatibles en el dormitorio (y con frecuencia fuera de él). Habían pasado los
primeros meses de su relación follando como locos cuando Gabe estaba en la
ciudad.
El sexo fantástico obviamente había freído su cerebro, sin embargo, le

tomó meses darse cuenta de que Pierre no estaba entendiendo que era su
aventura secreta, y estaba esperando su tiempo para convencer a Gabe de ser
su amante rico. Gabe no tenía una relación seria con él, pero averiguar que
Pierre estaba más interesado en su cuenta bancaria todavía dolía. Habían roto
la relación antes de que Gabe se fuera por el verano, y había estado
rechazando sus frecuentes llamadas desde entonces.
Se sacudió esos pensamientos. Pierre no valía la pena. De hecho,

debería hacer lo que había estado considerando durante semanas y bloquear
su número.
El vestuario nunca estaba realmente tranquilo a menos que hubieran

sufrido una dolorosa derrota, pero el volumen era lo suficientemente bajo
como para que cuando Baller saltó de la ducha gritando:
11
Céline Dion - It's All Coming Back To Me Now https://youtu.be/pDxoj-tDDIU
15
—¡Nos vamos de fies… ta esta noche! —fue definitivamente audible.
Los novatos siempre impresionables sonreían y gritaban ‘fies… ta’ en

respuesta. Baller se echó a reír e hizo un poco de bamboleo mientras se ponía
la ropa interior sobre su nuevo culo.
Jesús, lucía magnífico incluso cubierto. Se puso unos pantalones de

mezclilla y Gabe se preguntó si se había comprado pantalones nuevos. A
juzgar por el ajuste de estos a saber, demasiado apretado no lo creía. Los
pantalones perfectamente hechos a medida de Baller no iban a encajar.
Gabe se puso los pantalones de atletismo y una camiseta, tenía estilo,

pero no se vestía para entrenar y salió del vestuario.
—¡Banksy! —Gabe se volvió al oír su apodo. Baller estaba de pie en el

banco, había estado charlando sobre algo, y le disparo una suplicante
mirada—. Vas a salir esta noche, ¿verdad?
—Sí, voy a salir esta noche. —Él no hacía hecho mucho durante la
temporada, la mayoría de los chicos disfrutaban demasiado de los bares para
su gusto, pero esta noche sería lo suficientemente discreto, solo hasta que
todos se pusieran al día—. Pero no pienso comprar la cena a éstos. Envíame
un mensaje de texto con el lugar y te veré después de que me ponga algo
decente.
Como era de esperar Baller le escribió a Gabe el nombre del restaurante

donde el equipo terminaba en el noventa por ciento del tiempo. Tenían buena
comida, y el propietario había sido un aficionado Dekes desde siempre y le
gustaba sorprenderlos con bebidas o postres.
Cuando Gabe entró, alrededor de la mitad de los chicos se habían

apoderado del restaurante. Una vez más, no le causaba sorpresa. Estaban
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esparcidos por algunas de las mesas más grandes, riendo por encima de las
cervezas, y Gabe sonrió. Ésta era su gente.
—¡Banksy! —gritó Baller y saludó a Gabe.
Gabe puso los ojos en blanco, pero se dirigió hacia el asiento vacío en
la mesa de Baller.
Baller era un idiota. La auto proclamada alma de la fiesta, era el

estereotipo americano en el extranjero, fuerte y exuberante. Pero también era
un jugador impulsivo y un excelente zurdo. El año pasado había sido el
seleccionado de la primera ronda de los Dekes, y los periodistas deportivos
habían estado hablando de su potencial hasta que se había llevado un golpe
en la cabeza y había quedado eliminado durante la segunda mitad de la
temporada. Ahora que estaba de vuelta, Gabe estaba ansioso de ver en qué
tipo de jugador se había convertido.
—¡Banksy! ¡Cerveza! —Baller empujó un vaso en la mano de Gabe.
Gabe estaba interesado en ver si esta vez había madurado fuera del
hielo también. Probablemente no en un futuro inmediato.
—Estás corrompiendo a los prospectos. —Era lo mismo cada año, una

parte divertida, otra parte atemorizante, cuando los estadounidenses menores
de veinte años descubrían que la edad para beber en Quebec era solo de
dieciocho años.
Baller le dio una sonrisa torcida.
—¿Quién, yo? No es mi culpa que las leyes sobre el alcohol de tú país

sean tan negligentes.
Junto a él en la mesa, Chef le dio un codazo.
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—Fifi va a hacerte cuidar a nuestros niños en el primer viaje por

carretera en los Estados Unidos, ¿sabes eso, ¿verdad? —Gabe recogió su
mirada detrás de la espalda de Baller, e intercambiaron sonrisas. No era que
los novatos no pudieran entrar en los bares, especialmente cuando estaban
acompañados por un par de líneas jugadores veteranos, pero hacerles creer
que no podían hacerlo era divertido.
Baller lo despidió.
—Mi hígado necesitará un descanso de todos modos.
Bueno, eso era probablemente cierto. Baller no tendría veintiún años

hasta enero. Gabe recordaba cuando había tenido veinte años en la NHL.
Partes de ello, por lo menos. Las Alas, el equipo que lo había reclutado,
celebraban mucho más duro de lo que a los Dekes habían hecho alguna vez.
—Pero por ahora... —Baller levantó un vaso de líquido amarillo en cada

mano y ofreció uno a Gabe.
También podría acabar con eso. Solo esperaba que no fuera tequila.
Alrededor de la mesa Fifi, Chef, y un puñado de prospectos, la mayoría

de los cuales probablemente no llegaría al final del campamento, elevaron sus
vasos de chupito. Nadie dijo por la temporada, porque eso era atraer la mala
suerte. No hablabas de rachas ganadoras por temor a romperlas; no hablabas
sobre los playoffs12 en caso de que no llegaras. Chocaron sus vasos y bebieron
de un solo trago.
12
Los playoffs de la Copa Stanley es un torneo eliminatorio en la Liga Nacional de Hockey que
consiste en cuatro rondas de la serie al mejor de siete. Ocho equipos de cada una de las dos
conferencias califican para los playoffs según los totales de puntos de la temporada regular.
La ronda final se conoce comúnmente como Finales de la Copa Stanley, que ve a los dos
campeones de la conferencia jugar para ganar la Copa.
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Maldito tequila. Gabe hizo una mueca.
—Eres de lo peor.
Baller le dio una palmada no muy suave en el hombro.
—Tú me amas y a José, en realidad. Sin embargo, levántate porque

mañana tenemos una bolsa de patines, así que tengo que ir a buscarlos
temprano.
Girando los ojos, Gabe se levantó para dejar salir a Baller.
—Señores —dijo Baller con un alegre saludo, y desapareció entre la

multitud de cuerpos.
—Nuestro pequeño novato, ya creció —suspiró Fifi dramáticamente,

apoyando su cabeza en el hombro de Chef.
Una de las cosechas de este año, Tom algo, pensó Gabe, sacudió la
cabeza y encorvó los hombros.
—¿ Cómo él incluso recoge a muchachas aquí? Él no habla francés.
Gabe se sorprendió justo antes de rociar al chico con una bocanada de

cerveza. Chef se encargó de contestar.
—Es un jugador profesional de hockey. Hace casi un millón de dólares

al año. Y es lindo.
—Buen culo —agregó Fifi gravemente.
Gabe puso los ojos en blanco.
19
—El año pasado me torturó cantando Lady Marmalade13 hasta que le

enseñé las mejores frases francesas para ligar. —No es que las necesitara. La
mayoría de las muchachas de la edad de Baller hablaban inglés muy bien y
no eran tímidas enseñándole, especialmente cuando podían tener una noche
con el ebrio jugador de hockey favorito de la red.
Iluminando, al prospecto tal vez, Tom se inclinó hacia adelante, toda

desgarbada seriedad adolescente. Señor, si quedaba, las conejitas del hockey
se lo comería vivo.
—¿Puedes enseñarme?
—En primer lugar, debes conseguir a un hablante nativo para que te

enseñe. —Gabe había aprendido francés básico en la escuela y había
mejorado drásticamente desde que se mudó a Quebec, pero no engañaba a
los nativos para que pensaran que era su lengua materna.
—¿Por qué no Baller?
—Baller lo hizo, pero Fifi no sirvió para nada —dijo el propio hombre
cuando reapareció en la mesa con una chica hermosa bajo cada brazo. Gabe
hizo una nota para revisar su reloj la próxima vez, porque eso fue rápido—.
Él tiene algunas ideas al respecto sobre tener más de una chica a la vez en
una noche. Hablando de... —Baller desenvolvió su brazo de la muchacha a su
izquierda, que tenía pómulos afilados, labios llenos y se sonrojaba
tímidamente—. Ésta es Fleur —señaló a la chica de la derecha— y Elise. Ella
quería conocerte —añadió en voz baja.
Ay carajo.
Canción cantada por Aguilera, Lil Kim, Mya y Pink como el sencillo para la película Mouling
13
Rouge en 1975.
20
—¿Trajiste tu teléfono? —preguntó Gabe en francés para cubrir su

incomodidad.
Elise asintió y sacó un iPhone de un estuche de color rosa con el

logotipo de los Nordiques. Gabe se mantuvo el tiempo suficiente para poner
su brazo alrededor de sus hombros mientras Baller sacaba una foto, luego le
estrechó la mano.
—Fue un placer conocerte, Elise. —Luego de guiarla de vuelta a alguien

que estuviera interesado. Inclinó la cabeza hacia Baller—. Ten cuidado con
este tipo, es frágil. Todavía duerme con su osito de peluche. Deja la luz del
pasillo encendida. —Le guiñó un ojo a Fifi y agregó—: La esposa de François
solía arroparlo por la noche hasta que finalmente consiguió su propio lugar.
—¿Qué le estás diciendo? —gritó Baller mientras Fleur se reía en voz

alta.
—Nada que no sea verdad —dijo Gabe, volviendo al inglés—. Buenas

noches, niños.
Baller no parecía renuente cuando las chicas lo arrastraron hacia la

puerta.
Gabe se volvió hacia la mesa para encontrar a los prospectos mirándolo

fijamente. Él suspiró.
—¿Qué?
—Tú solo... —Tom dijo, haciendo un gesto enfático.
—Ella era tan caliente —el prospecto cuyo nombre Gabe ya había
olvidado, dijo tristemente—: ¿Baller realmente va a irse a casa con las dos?
Gabe se encogió de hombros.
21
—Probablemente.
—Pero ¿por qué no…?
—Es supersticioso —dijo Fifi, demostrando que no era el mejor amigo

de Gabe por nada—. Una vez recogió una en la carretera, y tuvo tanto sexo
atlético esa noche que se hizo un tirón en la espalda. Perdió tres juegos.
Era una historia real. Simplemente no involucraba a una mujer y no

tenía nada que ver con la razón por la que Gabe nunca levantaba a alguien.
—Pero sigue siendo un campo de entrenamiento.
—Y un puñado de prospectos andan a la caza de un anunciante, incluso

del mío si no tengo cuidado —señaló Gabe—. Aunque si sigues bebiendo, no
sé cuáles son tus posibilidades.
Tom miró la gran cantidad de vasos vacíos que cubrían la mesa y se

volvió un poco verde. Gabe sonrió dejando un par de billetes.
—Estoy fuera por esta noche. Los veo a primera hora, chicos.
Había perdido el deseo de ver a sus compañeros buscando con quien

pasar la noche, mientras que él no podía hacer lo mismo. Echaba de menos
el sexo, pero el miedo a ser atrapado siempre le impedía hacer algo estúpido.
Sin embargo, en noches como ésta deseaba que las cosas con Pierre no
hubieran estallado.
EL SEGUNDO DÍA se dividió en dos trozos igual que los primeros,

medios y físicos. Excepto que el día de hoy se metían en el hielo.
Antes de eso, sin embargo, Gabe estaba programado para hacer más
medios de comunicación. Prefería jugar al hockey que hablar de ello, pero a
22
veces hacer su trabajo significaba estar de pie mirando y luciendo guapo y

dando entrevistas a la gente con micrófonos.
Para evitar tener a los cincuenta jugadores listos para ir al mismo

tiempo, estos fueron divididos en dos, unos a practicar sobre el hielo,
mientras los otros trabajaban las Relaciones Públicas con los medios de
comunicación.
Gabe se estaba poniendo el jersey por encima de la ropa cuando Baller

entró en la habitación con chancletas ruidosas y gafas de sol sobre la nariz
como un idiota. También tenía dos prominentes mordiscos en su cuello,
visibles gracias al cuello bajo de su camiseta. ¿Las dos mujeres lo habían
marcado al mismo tiempo? ¿Una de cada lado?
Baller asintió como si respondiera a la pregunta no formulada de Gabe

y sonrió perezosamente a los otros jugadores.
—Buenos días, muchachos —dijo fácilmente mientras se dirigía a su

casillero.
—Hola, Baller. Todavía sigues caminando, ya veo —dijo Chef. Estaba

vestido con todo su equipo de portero, a excepción de sus guantes y casco,
sentado tranquilamente frente a su casillero mientras alimentaba su adicción
en Twitter, sus dedos oscuros moviéndose como un borrón sobre la pantalla
táctil. ¿Qué le veían los porteros a Twitter? La última vez que Gabe miró, Chef
había estado intercambiando bromas extrañas con Luongo.
Baller lanzó otra sonrisa, satisfecho.
—De hecho lo hago. —Entonces se quitó la camiseta.
Dios. Gabe había pensado que su cuello estaba mal.
23
—Wow —dijo Tom—. Una noche —sonó impresionado. Gabe

compadeció al chaval que estaba desarrollando un claro caso de la adoración.
—¡Sí! —dijo Baller mientras comenzaba a vestirse.
—¿Realmente las tomaste a los dos? —
El otro prospecto, no Tom, quería saber.
En respuesta, Baller continuó sonriendo.
—No. —Tom soltó un gemido de envidia—. Dinos jugada por jugada.
Baller sacudió la cabeza.
—No, hombre, soy un caballero. —Se puso una mano en el pecho y se

puso serio—. Además, aprendí mi lección el año pasado. Si empiezas a
despreciar a las mujeres en este vestuario, tienes que llamar a la esposa de
Fifi para disculparte.
Los ojos del prospecto se salieron.
—¿Qué, en serio?
—Estás en el primer equipo de la NHL que pertenece y es entrenado por

mujeres —señaló Gabe. Sentía que el obvio estaba implícito. Sinceramente,
los chicos deberían haber esperado esto.
—El respeto es una cosa que todo el mundo merece —dijo Chef, sin
apartar su mirada del teléfono.
—Eso es muy emocionante —interrumpió una joven asistente—. Pero

¿podrías sacar a Olofsson y Martin para sus fotos? —señaló a Chef y a Gabe
para que salieran por la puerta. Gabe se paró amigablemente. Chef siguió más
despacio, distraído tecleando.
24
—Chef, es posible que quieras poner esos ojos de portero para su

adecuado uso y vigilar donde pones tus pies. —Gabe golpeó la almohadilla de
su culo de camino.
Chef gruñó, pero cerró su teléfono y levantó la cabeza.
—Los Blue Jackets14 volvían a coquetear con los Kings15 nuevamente

—ofreció a modo de explicación. Estaba demasiado dedicado a esa extraña
relación en línea.
La entrevista de Gabe fue rápida, era uno de los pocos chicos del equipo
que no luchaba con ninguno de los dos idiomas, y fue de allí de vuelta al
vestuario para ponerse sus patines. Había un montón de prospectos a la
busca de un sitio, y tenía que asegurarse de mantenerlos en su lugar.
Aparentemente no era el único que pensaba eso. Mientras estaba en el

hielo haciendo ejercicios de tiro con Fifi y Chef, Baller apareció.
—¿Hay espacio para uno más?
—¿Seguro que puedes patinar después de ayer? —chirrió Fifi, rociando

al detenerse a un par de centímetros de distancia.
Baller sonrió y miró a Gabe por encima del hombro.
—Si hombre. Soy básicamente el Conejito de Energizer. Excepto que en

vez de irme e irme16, yo...
14
Columbus Blue Jackets es un equipo profesional de hockey sobre hielo estadounidense
situado en la ciudad de Columbus.
15
Los Angeles Kings es un equipo profesional de hockey sobre hielo de los Estados Unidos
situado en Los Ángeles, California.
16
Juego de palabras con tener un orgasmo.
25
La entrenadora se aclaró la garganta.
—Hago ejercicios de hockey durante todo el día —terminó Baller, como

si la mantequilla no se derritiera—. ¿El último tipo que haga diez goles compra
el almuerzo?
—Te odio, cabrón —dijo Chef desde la raya.
Gabe sonrió.
—Estás fuera.
Más jugadores entraron, y cambiaron a un juego de recepción en el

sitio, mezclando las líneas para ver quién tenía una conexión natural y quién
necesitaba trabajar en la lectura de sus compañeros de equipo. Después de
dos años juntos, Gabe y Fifi podían encontrar la cinta del otro17 en cualquier
parte del hielo sin ningún problema. Gabe lo hacía bien… no al nivel de Fifi,
pero mejor que el promedio de los chicos con los que había jugado el año
anterior. Pero por su vida, él podía. Pero. No. Podía. Encontrar. A. Baller.
Y Baller no podía encontrarlo tampoco.
Fueron a las duchas antes del almuerzo. Baller tenía que comprar, pero
su puntuación estaba lo suficientemente cerca como para que Gabe no fuera
a ser engreído.
—¿Pizza? —sugirió Baller, arrastrando su camiseta por encima de su

cabeza.
Gabe frunció el ceño y se abrochó el cinturón. Pizza definitivamente no

estaba en el plan de comida aprobada para la pretemporada.
17
Tape: Cinta real al final de un palo de hockey, para ayudar a un jugador a mantener el
control del disco.
26
—Filete —dijo con decisión—. Hortalizas. El derroche de carbohidratos

era durante los meses de octubre a abril, cuando necesitaban el refuerzo.
Baller resopló.
—No estoy hecho de dinero, pendejo.
Su contrato decía lo contrario. Gabe sacudió la cabeza.
—Fifi, este tipo está tratando de ganar una apuesta. ¿Podemos

cambiarlo a Winnipeg?
—Jesús, no. Te compraré el bistec. Te compraré diez filetes. No bromees

sobre eso, ese lugar ya está bastante frío.
—No durarías un día en Rusia —le dijo Kitty—. Demasiado suave.
—Seriamente. Tú juegas al hockey para ganarte la vida —dijo Gabe—.

¿Cómo es que eres tan marica?
Baller se burló.
—Si tienes frío en el hielo, te estás moviendo demasiado lento.
Vale, tenía un punto. Y los niños suaves de los estados del sur no
crecían exactamente jugando al hockey en la charca. Gabe sacudió la cabeza.
—Si tienes frío en el hielo, probablemente estés muerto.
Chef se arrastró fuera de la ducha, en un estado de ánimo obvio.
—Tú y Fifi podéis cubrir mi almuerzo, ya que les deje ganar cabrones.
Baller gruñó.
27
—Hombre, date prisa y vístete, me podría comer el disco ahora mismo,

estoy tan hambriento.
—No bromees puedes tenerlo en los dientes en la próxima práctica —

advirtió Gabe.
Malditos chicos no tenían ningún sentido en estos días.
—ASÍ QUE ESCUCHA —dijo Baller mientras seguían a Chef y Fifi fuera
de la churrasquería y de vuelta a la pista de patinaje—. Quería pedirte un
favor.
Gabe lo miró de reojo.
—Estoy escuchando.
—No podemos leernos en el hielo.
—Sí, gracias. Estaba allí para entrenar. —Gabe esperó. Cuando Baller
no dijo nada, le preguntó— ¿Y…?
—Así que creo que todavía soy el mejor y más apropiado para el ataque
en tu línea, pero obviamente tenemos que arreglar eso primero. ¿Te vas a
quedar hasta tarde conmigo para que podamos trabajar en ello?
Gabe tenía planes para Netflix y comida para llevar. Y como no iba a
hacer nada atractivo, no era como si estuviera ansioso por regresar a una
casa vacía. Además, estaba de acuerdo. Baller tenía un gran disparo, era
rápido, y si pudiera encontrar el bastón de Gabe de vez en cuando, en realidad
podrían no apestar este año.
—También me debes una cena.
28
—Dios, no biftec de nuevo.
—Pollo. —Gabe se comprometió, porque era un atleta profesional y un

tipo que le gustaba su proteína, pero no quería comer filete dos veces en un
día—. Y una ensalada. Espinacas, quizás.
—Lo que sea. Te prepararé una maldita comida de tres platos si quieres.
Solo di que sí.
Gabe sonrió. Baller era tan fácil.
—De acuerdo.
—Seriamente. Haré reavivar el risotto y... ¿Has dicho de acuerdo? —

Baller se desinfló—. Me ibas a decir que si todo el tiempo, ¿verdad?
—Creo que eres el mejor patinador para el trabajo —dijo Gabe

seriamente—. Entonces sí, me falta práctica extra. —Le dio unas palmadas
en el hombro de Baller cuando regresaron a la pista. Luego comprobó el
tiempo y juró. Iba a llegar tarde a la instalación de su equipo—. No te
desgastes antes. Vas a necesitar la energía.
Un par de horas más tarde, Gabe lamentó esas palabras.
—Jesús. ¿Bebiste una Rockstar18 entera o algo así? Estas jodidamente

frenético.
—Tomé dos tazas de café —admitió Baller—. No he tenido ninguna en

todo el verano. Tal vez no fue la mejor idea.
Definitivamente no. Ni modo, Gabe no era su madre. Le dio a Baller un

empujón poco delicado hacia el hielo.
18
Rockstar: marca de bebida energizante.
29
—Vete a bajar esa mierda. No puedo practicar contigo de esta manera.
Mientras que Baller hizo vueltas tres regulares, luego tres en reversa,
Gabe estiró estrechamente en el hielo. Era raro. La vestimenta de hockey
apestaba como nada en todos los contextos, excepto cuando estaba en el
hielo, y luego estaba bien. Bueno. Bien.
—Oh, Banksy, ¿qué es esto, la hora de yoga? —Baller lo llamó desde el

otro extremo del hielo, driblando un disco en el aire mientras patinaba—.
Bien, vámonos.
—Puta perra —masculló Gabe consigo mismo cuando se puso de pie.
Comenzaron corriendo las jugadas normales de la temporada anterior,

utilizando discos de repuesto y palos neumáticos para reemplazar a los
jugadores opuestos. Lo hicieron bien, pero no fue exactamente alentador.
—Tal vez tengamos que trabajar en algunas de nuestras propias

jugadas —sugirió finalmente Baller—. Estas son un poco... insípidas.
—Ellas realmente no aprovechan tu velocidad —estuvo de acuerdo

Gabe de que ese podría ser el problema. Seguía olvidando cómo el maldito y
veloz culo de Baller lo hacía, y nunca estaba donde Gabe lo buscaba. O Baller
lo perdía entre los ‘jugadores’ opuestos.
Empezar desde cero ayudó, pero todavía faltaba algo. Tener un centro
decente probablemente ayudaría, pero Gabe no iba a pedirle a Fifi que se
quedara hasta tarde en el campo de entrenamiento. Apenas había visto a sus
hijos durante la temporada. Además, Fifi no siempre estaría allí para salvar
la brecha.
—Tal vez solo necesitamos sentirnos un poco más entre nosotros —

sugirió Baller. No se veía confiado, pero Gabe estaba dispuesto a darle una
oportunidad.
30
—Bueno, vamos a hacer un solo toque. —Era un ejercicio bastante

simple, patinar por el hielo juntos y hacer saltar el disco de un lado a otro.
Ambos lo habían hecho desde antes de que tuvieran un metro de altura. Pero
los obligaba a trabajar juntos, ya que el objetivo era hacer ping-pong en el
disco y no mantenerlo.
Ellos patinaron la longitud de la pista unas cuantas veces, lento y luego

a toda velocidad, y funcionó. Pero tan pronto trataron de hacerlo de la manera
como lo harían en un juego, sin mirarse...
Baller maldijo en español, obviamente frustrado.
—Seguimos perdiendo nuestro ritmo —dijo Gabe tristemente.
Baller se quedó inmóvil un momento antes de que una sonrisa traviesa

iluminara su rostro.
—Tengo una idea. —Luego se dio la vuelta y patinó fuera del hielo.
Gabe solo tuvo que esperar unos minutos antes de que Baller estuviera
de vuelta, el iPod y los altavoces en la mano.
—Bueno. Entonces, si seguimos perdiendo nuestro ritmo, nos

aseguremos que se adhiera.
Él jugueteó con su tecnología por unos momentos, preparando las

cosas. Los altavoces no eran muy fuertes, pero serían capaces de recoger el
ritmo mientras se movían alrededor del hielo.
Al principio Gabe no reconoció la canción que Baller había escogido,

pero luego pudo apreciar la primera línea disparar a las estrellas.
Gabe empezó a moverse, patinando por el hielo al ritmo, driblando el

disco. Cuando Baller se unió a él, fue bastante fácil pasarlo al compás del
31
tiempo. Incluso sin mirar, sabía que iban a conectarse. Baller cogió el disco y
lo devolvió de nuevo.
Al final de la pista, curvaron y se dirigieron hacia atrás en la otra

dirección, deslizándose en una de sus jugadas sin discutirla. Gabe todavía no
tenía idea de lo que estaban escuchando. Después de otro largo, levantó el
disco y lo disparó en la red. Se había resuelto a preguntar cuando empezó el
coro.
—¿Moves like Jagger19?
Baller se rió.
—¿Qué, no habías reconocido a mi hombre Adam hasta ahora?
¿Quién? Gabe no consideró preguntar ya que no quería parecer más

ridículo.
—Moves like Jagger no está exactamente en lo alto de mi lista de

canciones favoritas —dijo secamente.
—Tu perdida —dijo Baller, señalando otro disco de la pila—. Ve detrás

de la red esta vez y llégame por las tablas20.
Finalmente, la canción terminó. Comenzando otra vez.
—¿En serio?
Baller sonrió.
19
Moves like Jagger: canción muy popular de Maroon 5 con Christina Aguilera como invitada.
https://youtu.be/iEPTlhBmwRg
20
Tablas que rodean el hielo.
32
—Tiene un buen ritmo. —Movió su culo un poco para demostrárselo.

Todavía arreglándosela para coger el disco que Gabe le disparó.
Aparentemente el ritmo era justo lo que necesitaban. Se arrastró hasta la red
y lo volcó—. Lo corro todo el tiempo. ¿No corres?
—Sí. —Gabe cogió otro disco mientras volvían a girar y se dirigían hacia
el otro extremo del hielo, entrando y saliendo de los obstáculos. Baller atrapó
su pase, sin ningún problema.
Bueno. Así que tal vez la cosa de la música no era una idea terrible.
Gabe estaba empezando a gustarle el maldito silbido ya que estaba
asociándolo rápidamente con el ritmo que estaban compartiendo y el
satisfactorio chasquido de caucho vulcanizado golpeando la red.
A pesar de su ablandamiento hacía la canción en sí, Gabe no encontró

a Baller menos molesto cuando empacaron y empezó a cantarla para llenar el
vacío dejado por su iPod, desagradable y fuera de tono.
Éste era definitivamente el momento de ‘échale un vistazo a tú vida,

mira las opciones’. ¿Quería tener sexo con un hombre que sabía toda la letra
de Moves Like Jagger? (Ignoró el hecho de que también se estaba convirtiendo
rápidamente en dicho hombre, gracias a haber tenido que escuchar
interminables repeticiones durante casi una hora.)
Gabe golpeó a Baller cuyo trasero todavía seguía moviéndose.
—Pon esa maldita cosa lejos antes de hacerle daño a algo. O a alguien.
—Oh, jódete. —Baller sonrió—. Mi culo es magnífico.
33
—Eres un magnífico imbécil21, querrás decir.
—¡Auch! —Se puso una mano en el pecho como si estuviera herido.
Baller quería ir a las duchas y terminar la noche, pero Gabe lo sabía

mejor. Lo intimidó a ponerse ropa de gimnasia y lo empujó a una bicicleta fija.
—Agh, eres un dictador —se quejó Baller, alcanzando el Gatorade

cuando Gabe lo empujó frente a él.
—Me darás las gracias cuando puedas moverte más tarde —dijo Gabe
secamente. Baller debería saberlo mejor a estas alturas.
Baller hizo una mueca como si le estuviera haciendo pasar un mal rato.
—Es como si estuvieras convencido de que voy a tener calambres como

un anciano, ay, ouch ¡carajo! —Saltó de la bicicleta y más o menos cayó sobre
la colchoneta de estiramiento, todavía maldiciendo.
Hubiera sido divertido si Gabe no supiera de primera mano cuanto dolía

ese tipo de calambre.
Bueno, seguía siendo gracioso. Gabe se rió, manteniendo su propio

ritmo medido en la bicicleta fija, asegurándose de no provocarse un calambre
también.
Hasta que Baller finalmente se tragó su orgullo y dijo:
—Oh Dios mío. Bien, hijo de puta. Tenías razón. Ahora bájate aquí y
ayúdame a estirar mi culo.
21
Juego de palabras. (My ass is magnificent. // “You’re a magnificent ass, you mean.) Ass
tiene varios significados: Nalgas, trasero, tonto, ridículo, imbécil, asno…
34
Los pies de Gabe se deslizaron de los pedales. Tendría que estar muerto
para ignorar una invitación así, incluso en este contexto decididamente poco
sexy. Se bajó de la bicicleta y se arrodilló entre las piernas de Baller.
—¿Qué lado?
—Izquierdo —gimió Baller, apretando los ojos y lanzando su cabeza

hacía atrás mientras llevaba su pierna izquierda hasta su pecho.
Gabe puso sus manos en la parte posterior del muslo de Baller y rezó
por fuerza mental mientras empujaba.
Baller había sido grande desde el principio. Una gran cantidad de

novatos llegaban flacuchos, sin músculos y pálidos. Baller había entrado a
los diecinueve años ya relleno y no sin entrenamiento como la mayoría de los
demás. Tenía hombros sólidos, piernas gruesas y un tipo de trasero que solo
se podía conseguir después de años en patines.
Ese culo se había burlado de Gabe durante treinta partidos la

temporada anterior, antes de que Baller recibiera una campanada22 de uno
de los monstruosos defensores de Vancouver y tuviera que quedarse fuera los
últimos dos meses con una conmoción cerebral.
De todos modos, ese culo estaba de vuelta, más grande, firme y redondo
que nunca, y ahora estaba en la cara de Gabe y básicamente tenía sus manos
por todas partes.
Si no tenía cuidado, esto sería muy incómodo. Por el momento, sin

embargo, Baller estaba obviamente con demasiado dolor para notar si a Gabe
le creciera su leño.
22
Se refiere a cuando un jugador sufre un golpe tan fuerte en la cabeza que puede escucharse
el ruido como de campanada de su cabeza.
35
—Puedes... un poco más bajo.
Gabe tragó saliva.
—Uh, ¿tu pierna o mis pulgares?
—Pulgares —jadeó Baller—. Simplemente… empuja hacia la derecha...
Gabe hundió sus pulgares tan fuertemente como pudo en la carne del
muslo de Baller, justo debajo de la curva de su culo.
—¿Aquí?
Baller hizo un ruido afirmativo y golpeó su puño contra la estera un par

de veces.
—Oh, Dios mío, te prometo que nunca más saltaré el tiempo de

enfriamiento —gimió.
Gabe trató muy fuerte de no mirar su cara, porque si lo hacía, se

imaginaría a Baller así desnudo, con una pierna contra su pecho, la ingle de
Gabe presionada hasta su culo, y su cabeza hacia atrás, las mejillas
enrojecidas y gimiendo por una razón completamente diferente.
Mierda. Demasiado tarde. Gabe se lamió los labios y relajó un poco,

pero Baller gimió en protesta.
—Aún no. Joder. ¿Subes hasta mi rodilla? Puedes presionar un poco

más fuerte.
Gabe deslizó ambas manos a lo largo del muslo de Baller hasta su

rodilla según lo pedido y se encontró mirando hacia abajo al rostro de Baller
agotado por el esfuerzo.
—¿No vas a decir que me lo habías dicho?
36
Resoplando, Gabe retrocedió de nuevo, esta vez con el toque sin

palabras de Baller en su muñeca.
—Te lo dije —dijo él obediente—. Recuérdalo la próxima vez que pienses

en hacer una broma sobre viejos.
Baller gimió y se quedó flojo en la alfombra, con las extremidades en

jarras.
—Eres lo peor.
Gabe tuvo una erección furiosa por ayudar a su compañero de equipo,

hasta hace poco apenas un novato, a extender el calambre fuera de su culo.
No estaba dispuesto a discrepar.
—A las duchas —le dijo entornando sus ojos—. Apestas. Y por el amor
de Dios, encuentra otra cosa que cantar mientras estás allí.
Por supuesto, eso dio lugar a una seria serenata de ducha de Lady
Marmalade, que fue particularmente entretenida cuando Baller renunció a las
letras reales y comenzó a inventar las suyas.
Cuando volvió a vestirse, Baller siguió desentonando: ‘Él protagonizó

una porno que no era lo suficientemente nueva’. Gabe sorteó la bala y miró
su teléfono.
Dos llamadas pérdidas. Cuatro nuevos mensajes. Podría haber sido

peor.
Su buzón de voz estaba vacío. Los textos eran de Pierre. Gabe los
eliminó sin leerlos y se dirigió a casa antes de que Baller saliera de la ducha.
COMO ERA de esperar, Gabe se despertó de mal humor.
37
Había tenido algunos problemas para dormir la noche anterior,

sexualmente frustrado por Baller, bueno, no algunos sino todos, y al borde
por los textos de Pierre. Se preguntó si tal vez dormiría mejor si encontraba a
otro regular. Al menos entonces tendría algo para mantener su libido bajo
control en lo concerniente a Baller.
Decidiendo mantener su mal humor para sí mismo, Gabe tomó un

montón de café y trató de evitar la conversación en el vestuario. Una vez que
estuviera en el hielo, se sentiría mejor y tendría más facilidad para
mantenerse agradable. Él estaba seguro de ello.
Fifi le dio algunas miradas en el vestuario y lo dejó estar. No era como

si fuera el primer tipo que apareciera de mal humor ni descansara mal. Fifi
era siempre decente, siempre que no lo afectara en el hielo. Si lo hacía, te
daba un rapapolvo.
La mañana pasó con más ejercicios, más juegos de práctica. La

entrenadora los hizo moverse, probando diferentes pares, y parecía bastante
satisfecha cuando vio que el ritmo de Gabe y Baller había mejorado por la
práctica de la noche anterior. Al principio Gabe tuvo que cantar la canción
(en su cabeza, por supuesto), y él pensó que cogió a Baller tarareando algunos
estribillos. Pero una vez que llegaron al ritmo, estaban en llamas.
La entrenadora siguió reuniéndolos, y Gabe estaba aliviado. Realmente

pensaba que Baller era el mejor candidato para su línea, tan difícil como
podría hacer cosas para él personalmente.
Después de la práctica todavía estaba enojado, a pesar del duro trabajo,

por lo que optó por quedarse y poner más tiempo en el hielo. Los otros dejaron
la pista, pero Gabe volvió a escabullirse después de vaciar su vejiga. Al
principio apenas se deslizaba alrededor de la pista perezosamente. No
conseguía muchas oportunidades para patinar por placer actualmente. Se
sentía bien consentirse.
38
Estaba pensando que era hora de agarrar su palo y un disco cuando

Baller retrocedió sobre el hielo. Gabe se tomó su tiempo patinando.
—¿Qué sucede?
Baller se encogió de hombros.
—Pensaba en practicar tiros. ¿Te unes?
Era tan bueno para centrarse como cualquier otra cosa. Gabe no tenía
nada específico en mente para hoy de todos modos. Simplemente no estaba
listo para ir a casa.
Como ambos eran jugadores profesionales de hockey, tomó unos treinta

segundos para que los ejercicios de tiro se convirtieran en una competición.
Eso estableció un patrón. Durante los días siguientes, Gabe se

despertaba, iba al campamento, almorzaba con los chicos, y luego se quedaba
hasta más tarde con Baller. Al cuarto día, la entrenadora los encontró y los
expulsó.
—¡Tabarnak23! —juró—. ¿Qué, estás loco? ¿Estás intentando quemarte

antes de que empiece la temporada? —Ella sacudió la cabeza, murmuró
sombríamente en voz baja y los miró hasta que se dirigieron mansamente al
vestuario.
—Ella no está equivocada —dijo Baller, obviamente a regañadientes.
Gabe suspiró.
23
Maldición. Se utiliza la palabra Tabarnak que es una blasfemia francesa de Quebec, estas
blasfemias conocidas como sacres son palabras y expresiones relacionadas con el catolicismo
y su liturgia que se usan como profanidades fuertes en el francés de Quebec.
39
—No, ella no lo está. —Él no lamentó demasiado la pérdida del tiempo

extra. Baller era divertido, pero ahora lo estaban encendiendo durante la
práctica. Su primer juego de exhibición estaba a solo dos días de distancia.
El tiempo para la práctica extra había terminado.
La noche antes del partido, Fifi invitó al equipo a cenar.
Probablemente era bueno que las viviendas fueran baratas en Quebec

y que Fifi ganara millones en su carrera de hockey y pudiera permitirse una
casa enorme, porque la invitación salió para los cincuenta muchachos, más
WAG24, hijos y staff. Fifi dijo que no quería que su propia esposa e hijos se
aburrieran. Gabe pensó que estaba subestimando el trabajo que Yvette ponía
en una de esas cosas.
Gabe llegó a la casa con una botella de Bowmore25 de dieciocho años.
Yvette sonrió al verlo y le besó la mejilla.
—¡Gabriel! —Ella siempre decía su nombre en francés, incluso cuando

hablaba inglés—. ¿Cómo estás? Ha pasado demasiado tiempo.
Gabe le devolvió el beso antes de entregarle la botella. Yvette se rió.
—¡Quelle bonne idee! Merci, mon ange 26 —dijo felizmente antes de

escabullirse para esconderla de los invitados sedientos. Ambos sabían que era
un regalo para ella y para cuando estuviera a solas. Lo disfrutaría más tarde,
cuando los invitados se hubieran ido.
24
Se utiliza la siga WAG (Wives and Girlfriends) que engloba a las esposas y novias de los
deportistas.
25
Bowmore: marca de whisky escocés de malta más viejo del mundo.
26
Quelle bonne idee! Merci, mon ange: ¡Qué buena idea! Gracias mi ángel.
40
—¿Acabas de darle whisky a Yvette? —Baller había avanzado

lentamente mientras Gabe no estaba prestando atención—. No, de verdad.
¿No se supone que debes traer vino?
Gabe rodó los ojos y se dirigió a la cocina por una botella de cerveza.
—¿De verdad? ¿Tú has vivido aquí durante todos estos meses y no
sabes que la mejor manera de congraciarse con Yvette es con un whisky
decente?
Baller hizo una mueca.
—Oye. En mi defensa, ella estuvo embarazada durante la mayor parte

de la temporada.
Gabe lo rechazó.
—Excusas.
Baller estaba chillando indignado cuando Yvette regresó.
—Mon coco27, ¿no estás siendo amable con nuestros invitados? —Baller
se marchitó bajo su mirada, y Gabe reprimió una risa.
Yvette era la mejor esposa y siempre había actuado como la figura

materna de todo el equipo, pero especialmente para los jugadores más
jóvenes. Ella tenía un particular punto blando por Baller, puesto que él había
vivido con ellos el año anterior. Gabe consiguió una patada de ella por usar el
apodo familiar de los niños. Parecía apropiado llamarle polla28. Baller, por
supuesto, no tenía ni idea de lo que significaba el nombre y parecía pensar
que tenía algo que ver con el chocolate. Gabe y los nuevos en el equipo
27
Mon coco: Mi chaval y/o mi chiquillo.
28
Juego de palabras entre coco y cock.
41
hicieron todo lo posible para no reírse demasiado para no arruinar su

diversión.
—Sí, coco, se supone que eres amable con los invitados.
—¡Pero ya ni siquiera vivo aquí! —gimió Baller. Claramente estar tan

cerca de una figura materna lo estaba haciendo disculparse.
—Todavía eres familia. —Yvette le acarició la mejilla—. Ahora ve a ver a

mis hermosos hijos. Han estado demasiado tranquilos.
Baller hizo lo que le dijeron sin discutir. Él era básicamente un Fillion29

honorario en este punto de todos modos y probablemente extrañara a sus
pseudo hermanos.
Yvette atrapo a Gabe pendiente de él y chasqueó los dedos mientras le

daba un codazo. Gabe solo tuvo una fracción de segundo de advertencia de
que estaba a punto de lamentar, una vez más, que Fifi e Yvette no tuvieran
ningún secreto entre ellos. Ella sonrió.
—¿Cómo se dice en Anglo? ¿‘Odio verte partir30...’?
Al menos no había ido por una de las más atrevidas.
—Eres terrible. Él es demasiado joven para ti. —Cojones, era demasiado

joven para Gabe, para el caso. Objetivamente, cinco años no eran mucho, pero
había mucha vida entre los veinte y los veinticinco.
—Tienes razón. Nunca podría ser capaz de mantenerse al día. —Ella le

centelleó—. Ahora, por favor, ve a supervisar los intentos de cocinar de mi
29
Fillion: Nombre de Fifi, el esposo de Yvette.
30
Parte de la frase ‘I Hate To See You Go, But Love To Watch You Leave’: Odio verte partir
pero amo ver como te alejas.
42
marido antes de que incendie el patio trasero. Quiero ser capaz de comer algo
además de carne al carbón más tarde.
Resultó que Gabe era tan propenso a seguir las órdenes de Yvette como
Baller, a pesar de que él era apenas mejor cocinero que Fifi. Se dejó llevar.
Había una razón por la que solo tenían fiestas como estas dos veces al
año. Enfrentar a los cincuenta y tantos atletas y sus familias, además de la
entrenadora y su esposo, y algunos miembros más del personal, se generaba
lo que dadivosamente podría denominarse un caos organizado. Tom y un
puñado de esperanzados novatos, quienes probablemente acabarían en el
equipo de segunda, estaban jugando toques en una esquina, algunos de ellos
con una cerveza en cada mano. Kitty estaba teniendo una pelea con espadas
de goma espuma con el mayor de Fifi en el trampolín. Si uno de ellos caía,
probablemente perturbarían la llanta donde estaba la entrenadora. Ella
estaba descansando en el agua con las gafas de sol puestas, y un vaso de
limonada con un portavaso incorporado.
Nada de esto era tan alarmante como la nube de humo que flotaba
desde la barbacoa. Por Dios. ¿Ninguno de estos otros idiotas quería comer?
¿Qué estaban pensando, dejando a Fifi y a Chef solos con la parrilla? ¿Dónde
estaban los malditos americanos cuando se los necesitaba?
Con un suspiro, Gabe sacó un par de cervezas de la nevera por la puerta

de atrás antes de cruzar el patio hasta Fifi y la enorme monstruosidad de
barbacoa incorporada de Yvette.
El delantal de Fifi indicaba ‘Besa al cocinero’. Naturalmente. No es de

extrañar que él e Yvette tuvieran cuatro hijos.
—Todo está bajo control —le dijo Fifi con una tos.
43
Gabe le sacó la tapa a una de las botellas y empujó la cerveza a Fifi,

quien la alcanzó automáticamente. Mientras estaba distraído, Gabe cogió las
pinzas de su otra mano.
—Todo está ardiendo. Yvette me envió para salvarte. —Lanzó la tapa de

la barbacoa e inhaló una nube de carbón. Asqueroso. Mentalmente
encogiéndose de hombros, abrió la parte superior de la otra cerveza con el
abridor montado en la barbacoa y trató de apagar las llamas—. Además, dijo
que criar a cuatro niños es un trabajo que despertaba el apetito y no quería
morir de hambre, así que tienes suerte de que ella me ayude a cuidarte. —
Mentiras. Gabe era inútil en la cocina, pero al menos no quemaba carne en
una parrilla.
Fifi frunció el ceño.
—Ella no dijo eso. —Luego miró a la barbacoa, y sus labios temblaron—

. Bien. Puedes tomar el control, pero tienes que usar el delantal. —Él se lo
pasó por encima de su cabeza, y Chef agarró los brazos de Gabe antes de que
pudiera resistirse.
Estúpidos poderes sigilosos de portero.
—Tu apodo sugiere que serías mejor con esto —gruñó Gabe.
—Pensé que, si quemaba suficiente comida, dejarías de llamarme Chef.
Lo dudaba. Gabe le palmeó el hombro consolándolo y bajó todo. El calor

estaba muy alto para solo asar los filetes.
—¿Crees que a Fifi le gusta su apodo? ¿O a Kitty? ¿O a Baller?
—Creo que Baller piensa que su apodo es gracioso —dijo Chef.
44
Bueno, probablemente. Gabe arrugó la nariz a un montón de

hamburguesas carbonizadas y ‘accidentalmente’ las volteó en la hierba.
Estaría bien. Fifi no tenía un perro que se ahogara con ellas y muriera, ni algo
así.
El teléfono de Chef sonó cuando Gabe estaba poniendo un nuevo

conjunto de carne, y estuvieron callados por un momento antes de que Chef
se aclarara la garganta y dijera:
—Así que invité a alguien a la fiesta.
Gabe le lanzó una mirada lateral. Era difícil decirlo con la piel oscura
de Chef, pero Gabe estaba bastante seguro de que se estaba sonrojando.
—Oh —dijo, burlándose—. ¿Es en serio?
Chef sonrió.
—Ha sido... un par de semanas. Ella me gusta.
—Sí, pero eres un portero. Tienes un gusto raro.
Casi antes de que salieran las palabras, se dio cuenta de su error.
—Ni siquiera he conocido a uno de tus novios —señaló Chef—. ¿Eso es

porque todos son gordos, hombres calvos de mediana edad, o…?
Gabe se rió.
—Oye, no todo el mundo puede ser un atleta profesional, ¿de acuerdo?
El teléfono de Chef volvió a sonar, y cuando comprobó sus mensajes,

estaba sonriendo maliciosamente.
45
—Adele está aquí. Voy a ir a verla a la puerta para que Baller no la

asuste.
—Probablemente esté hasta las rodillas en la mierda con los niños, de

todos modos.
—La guardería es un buen lugar para él.
Chef le dio una palmada en el hombro y se dirigió a la puerta de atrás.
Gabe examinó las hamburguesas, luego volteó una para verla. Mucho
mejor.
Tom y los otros prospectos vagaron encima después de que Chef se fue,
y pronto el olor de la comida correctamente cocinada atrajo a Toupie, Binou,
Kitty, y la mayor parte del resto de la defensa de los Nórdiques.
Tom sonrió.
—Bonito delantal.
—Tu mamá me lo consiguió —dijo Gabe sin perder un latido.
Toupie levantó la mano para chocar los cinco y Gabe le golpeó la palma
de su mano.
—¿La entrenadora no te irá a hacer suicidios31 por eso o algo así?
—Chico, si no puedes ver la diferencia entre un chiste gracioso pero

limpio de “tu madre” y uno que es degradante para las mujeres, va a ser una
temporada larga. —Binou sacudió la cabeza—. Además, el delantal...
31
Ver nota al pie 9.
46
Pero nunca terminó lo que estaba diciendo, porque el patio se había

quedado en silencio de la forma en que siempre hacían estas reuniones
cuando alguien nuevo entraba en el redil.
Chef y la mujer que tenía que ser Adele estaba radiante en la terraza.
En pocas palabras, Adele era preciosa, con un aura saludable y amable. Había
algo encantador en ella a primera vista.
—Maldita sea, Chef —murmuró Binou. Toupie asintió, luego extendió

un puño para que Binou golpeara.
Los muchachos alrededor de la parrilla se escabulleron justo entonces,

y la gente nueva tomó su lugar. Durante unos minutos, Gabe se distrajo con
bombardear la comida. Perdió la pista de Chef hasta que apareció junto a la
barbacoa.
—Aliméntame —dijo, tendiendo dos platos, con un bollo para

hamburguesa abierto en cada uno.
Gabe obligadamente deslizó una hamburguesa acabada en cada bollo.

Miró a su alrededor.
—¿Qué, no puedo conocer a Adele?
—No. —Chef estuvo de acuerdo—. Eres una mala influencia.
—Me haces daño —gritó Gabe. Chef permaneció imperturbable.
—Lo siento —cortó una suave voz femenina con solo un toque de acento
francés—. Me atropelló uno de los minis. —Dio una sonrisa agradable a
Gabe—. Ahora, sé que no eres Fifi, a pesar de que estás cocinando. Todos
esos rizos rubios, sin embargo. Debes ser Gabriel.
47
—Sí, señora. —Gabe extendió una mano para que ella sacudiera—. La
mayoría de estos idiotas me llaman Banksy, aunque la mejor mitad me llaman
Gabe. Yo responderé a cualquiera.
—Gabe será. Soy Adele.
—Encantado de conocerte, Adele. Parece que voy a tener que hablar

contigo más tarde. —Chef estaba tratando no muy sutilmente de tirar de
ella—. Te seguiría, pero estoy aquí esperando servir a las masas que mueren
de hambre.
Adele lanzó:
—Estoy encantada de conocerte también. Espero verte una vez que te

liberen de tú servidumbre carnosa. —Chef bufó, y Gabe sonrió, pero no pudo
remolonear. Tenía bocas para alimentar. Hablando de...
—¿Hotdog? —preguntó la hija de seis años de Teacup.
Pensó que ya había alimentado a la mitad de los asistentes a la fiesta,

no podía estar seguro, ya que todo el mundo se desdibujaba, cuando, durante
una pausa, oyó abrir y cerrar la puerta corredera. Él miró hacia atrás. Baller
estaba frente a las puertas, Dominique, de cinco meses de edad, en su
hombro. Nacida apenas días después del último partido de los Deke’s,
Dominique era la cuarta de Fifi y una virtual desconocida para la mayoría de
los chicos del equipo. Gabe la había visto, pero como pasó la mayor parte de
su verano en Ottawa con su padre, no había tenido tiempo de conocerla.
—¿Deberíamos ir a ver lo que el tío Banksy está haciendo? —preguntó

Baller. Ella hizo un arrullo en respuesta, y Baller lo debió haber tomado como
afirmativo, porque aparecieron en el lado de Gabe, contra viento del humo.
48
Suavemente Baller volvió al bebé, apoyándola en un brazo y dejándola

apoyarse contra su pecho. Luego tomó su mano derecha en la suya y la agitó
a Gabe.
—Hola, tío Banksy.
Gabe puso los ojos en blanco, ignorando las idiotices de Baller. Pero
todavía se inclinó para acariciar un dedo en una de sus mejillas rechonchas.
No había necesidad de castigar a la niña.
—Bonjour, chou-chou32.
Dominique le sonrió y trató de agarrar su dedo.
—Ugh. Nunca superaré la obsesión de los franceses de llamar a los

seres queridos repollos —se quejó Baller—. No eres un repollo, ¿verdad,
Nikki? —preguntó con una tonta voz de bebé—. Aunque me recuerdes a un
bebé de Cabbage Patch33.
Gabe miró sus rechonchas mejillas y su cabello tupido y soltó una

carcajada.
—Jesús. Voy a decirle a Fifi ahora mismo. —Realmente quería ver esa
reacción.
—Viejo, si crees que no se ha dado cuenta, espera, ¿qué tan populares

fueron los bebés de Patch Cab en Canadá?
32
Bonjour, chou-chou: hola, repollo.
33
Cabbage Patch: (comercializadas en España, como Muñecas Repollo y en Hispanoamérica
como Muñecas Pimpollo) eran muñecas originalmente producidas entre 1983 y 1988 por
Coleco. Se caracterizaban por sus grandes cabezas de vinilo y sus cuerpos blandos.
49
—Um, no lo sé. —Gabe creció sabiendo lo que eran, pero Quebec era
diferente—. No estoy seguro de si los tenían aquí.
—¿Qué? ¿Ningún Chou Patch Bay-Bays34?
—Tu acento es atroz y me duele el alma. Tú hablas español. ¿No

deberías ser mejor en esto?
—Mi padre y mi abuela hablan español. Mi madre estudio francés en la

escuela, y tiene problemas para entender lo que están diciendo, así que no,
probablemente no. De todos modos, puedo ordenar pudín y maldecir, ya que
muy amablemente me enseñaste unas cuantas buenas líneas para... hacer
amigos —dijo con una mirada a Dominique— ¿qué más podría querer?
Un tirón agudo a la pierna de su pantalón cortó su conversación. Gabe

miró hacia abajo. El segundo hijo más joven y único varón de Fifi lo miró con
los ojos muy abiertos.
—¿O'dog? —Era tan lindo como su hermanita.
—Por supuesto —dijo en francés. El inglés de Sebastien no era tan

bueno todavía—. Un perrito caliente para Bazzer.
Gabe colocó el perro caliente en el pan. Baller se lo quitó antes de que

pudiera discutir los méritos de entregárselo completo a un niño pequeño.
—Vamos, Baz. Vamos a cenar. —Luego se fue, la bebé en una mano, la

comida en la otra, y Baz corriendo detrás. Gabe sonrió ante la vista. A pesar
de todos sus fracasos como un adulto funcional, Baller era innegablemente
bueno con los hijos de Fifi. Llevó a Baz a una mesa, lo sentó y luego cortó el
perrito caliente en pedazos, sosteniendo a Dominique todo el rato.
34
Chou Patch Bay-Bays: adiós cabecita de repollo
50
—Está bien con ellos —le dijo Yvette apareciendo a su lado—. Todos los
niños realmente lo echan de menos. Lo han hecho desde que se mudó el
verano pasado.
Baller se había quedado en la ciudad de Quebec durante semanas

después de que la temporada terminara antes de regresar a los Estados
Unidos por tiempo de calidad con sus padres y un entrenador. Fifi dijo que
había insistido en quedarse después de que Dominique naciera para ayudar
con los niños mayores. Gabe tuvo la impresión de que ni Yvette ni Fifi habían
discutido. Gabe no podía culparlos. Los niños eran lindos, pero había cuatro.
—Parece que es mutuo —señaló.
Yvette sonrió.
—Oh, probablemente. Ningún hombre mira tanto Strawberry

Shortcake35 a menos que esté sacando algo de él.
Gabe se rió.
—Oh cielos, Yvette. ¡Me has estado ocultándome algo!
—Lo siento, mon ange36. No puedo revelar todos los secretos a la vez.
Ella se quedó con Gabe, charlando y con todos los invitados que
vinieron a buscar de comida, hasta que llegó el momento de apagar la
barbacoa.
En ese punto Gabe tenía varias cervezas para beber y ponerse al día,
así que arrancó a uno de los prospectos, quien probablemente acabaría
35
Strawberry Shortcake: es un personaje propiedad de la compañía canadiense de televisión
infantil DHX Media. Tiene tarjetas de felicitación, juguetes, series de televisión animadas y
películas.
36
Mon ange: mi ángel.
51
jugando en su equipo de campo en Bangor, fuera de un lugar privilegiado

cerca del enfriador y levantó los pies. No se dio cuenta hasta que se sentó que
lo había hecho al lado de Adele.
—¿No es eso abuso de poder? —bromeó ella, colgando una botella de

cerveza entre los dedos.
—Las ventajas de la antigüedad —corrigió. El hielo de la heladera se

había derretido en gran medida, pero la cerveza seguía fría, así que cogió una
y abrió la parte superior con el brazo de la silla—. Los únicos que pueden
expulsarme son la Entrenadora, Fifi y las WAGs. —La Coach aún no había
nombrado a los suplentes de la temporada.
Adele sacudió la cabeza.
—Es la tercera vez que escucho eso esta noche. ¿Qué significa?
Cielos. Había mucho que aprender si tenían que empezar allí.
—Esposas y novias.
—¿Entonces estás diciendo que podría hacerte devolverle la silla?
—Bueno, podrías. Pero es importante construir tus alianzas con

cuidado, y ese tipo va a estar en Maine por lo menos durante las próximas
semanas. —Sin embargo, Gabe tocó madera después de que él lo dijo. Sería
solo su suerte si no lo hiciera y tener que llamar al tipo antes de que la
temporada comenzara.
—Hmm —dijo ella, obviamente reflexionando—. Disculpa.
Gabe probablemente debería haber sido suspicaz, pero el sol era cálido,
la cerveza estaba fría, y solo necesitaba cerrar los ojos por un minuto.
52
Por supuesto, lo siguiente que supo era que estaba en el aire y golpeaba
la superficie de la piscina. Gabe salió salpicando, limpiando el agua de sus
ojos, contento de haber dejado su teléfono encima de la heladera.
—¿Qué mier…? —Se contuvo justo antes de lanzar una palabrota frente
a un grupo de niños de sus compañeros de equipo. Por supuesto, sus padres
eran jugadores de hockey, por lo que probablemente hubieran escuchado
cosas peores.
Cuando parpadeó para quitarse el cloro de los ojos, Baller, Kitty y Fifi
le sonreían desde el lado de la piscina. Adele estaba parada detrás de ellos,
luciendo satisfecha. El prospecto estaba de regreso en la silla de Gabe,
aparentemente contento pero triste.
Gabe hizo una nota mental para hacerle algo terrible si fuera llamado
este año, y se arrastró fuera de la piscina.
—Veo que las líneas de batalla han sido trazadas —dijo en francés,
dirigiéndose a Fifi y Adele. Con un suspiro, se quitó la camiseta y golpeó a
Baller en el pecho con ella. Le dio un gratificante golpe—. Se supone que eres
mi ¡wingman 37 ! ¡Literalmente! —Bueno, técnicamente ambos eran los
wingman de Fifi, pero, aun así—. Eres una vergüenza.
—Oye. Tú eres el que me decepcionó en el bar la otra noche —chirrió

Baller—. Tuve que manejar ambas chicas. De verdad decepcionaste al equipo.
—Baller —dijo Fifi en advertencia, sacudiendo la cabeza hacia el patio

y a su audiencia de WAGs y niños.
Baller hizo una mueca de dolor y dejó caer la camiseta mojada en el

regazo del prospecto.
37
Wingman: un delantero que juega en el lado izquierdo o derecho del hielo.
53
—Voy a informarle a tú esposa de mis cincuenta latigazos.
Con una sonrisa, Fifi le dio una palmada en el hombro y lo dirigió a la

casa.
—Le diré que te ponga en el servicio de cambiar pañales en su lugar.
Eso dejó a Gabe de pie junto a Adele, que obviamente iba a encajar,
pensó con un ligero remordimiento. Se preguntó cuánto tiempo pasaría antes
de que Chef se propusiera. La mayoría de los chicos de la NHL se movían
bastante rápido.
—Buena jugada —reconoció con una inclinación de su cabeza.
Ella le dio una sonrisa con hoyuelo.
—Gracias.
—Pero solo como advertencia —continuó, volviendo la mirada hacia el

prospecto— no estoy por encima de adoptar una política de tierra arrasada si
es necesario.
El prospecto parecía un poco enfermo.
Adele se quedó en silencio durante un largo momento antes de ofrecer:
—¿Una tregua?
El prospecto exhaló audiblemente. Gabe tomó su mano y la sacudió.
—Tregua. —Esto parecía cada vez más como el comienzo de una

hermosa amistad.
54
EL PRIMER juego de exhibición fue en Ottawa, que fue agradable de

alguna manera e irritante en otros. Por un lado, a Gabe le gustaba jugar en
Ottawa porque generalmente podía reunirse con su padre o con algunos de
los amigos con quienes había crecido antes de ser famoso. Los Dekes eran
demasiado nuevos como equipo para tener mucha rivalidad con nadie más
que con los Habs38, que ya no estaban acostumbrados a competir por los
afectos de los quebequenses. Esos fanáticos les dieron la bienvenida tan
cálidamente como era de esperar. A Gabe también le gustaba aprovechar la
oportunidad para disfrutar de su café favorito, el asado de Karlsson de
Bridgehead, que negaría hasta su último aliento si alguno de sus compañeros
de equipo lo descubriera. Y por supuesto estaba el hecho de que terminaban
en el autobús en lugar de volar. Eso era una bendición mixta. Significaba que
no había sesiones de autógrafos en el aeropuerto (generalmente un plus), no
había seguridad en el aeropuerto (siempre un plus), y sin jet lag ya que no
estaban cruzando ninguna zona horaria. Pero no tener jet lag también
significaba que Baller no dormiría la siesta, lo que significaba que Gabe
tampoco tomaría su siesta.
—¿Qué tal estás preparado para un juego de exhibición? —gruñó Gabe,

resistiendo el impulso de poner su mano en la pierna de Baller y obligarlo a
parar de sacudirse.
Baller le lanzó una mirada plana.
Bueno. Pregunta estúpida.
—¿Cómo vas a jugar lo mejor que puedas esta noche si no te sientas

quieto ahora? —reformuló—. Más importante aún, ¿cómo esperas que te pase
esta noche después que estés cuatro horas y media incurriendo en mi ira?
Los Canadiens de Montréal, son un equipo profesional de hockey sobre hielo de la National
38
Hockey League.
55
El puchero de Baller no tuvo en absoluto ningún efecto sobre Gabe.

Realmente.
Ugh.
Gabe había sido parte de la NHL por el tiempo suficiente para aceptar
que los compañeros de equipo iban y venían. Los intercambios, jubilaciones
y lesiones terminando carreras ocurrían. Pero romper con un nuevo
compañero de viaje apestaba de todos modos. Al menos estaba fuera del
contrato básico y tenía su propia habitación. Baller tendría que compartir.
—Es mi primer juego comenzando en primera línea —gimió Baller —.

No irás a negarme la oportunidad de mi primer gol de la temporada, ¿o sí?
—Antes que nada, esto ni siquiera sería tú primer gol de la temporada

—dijo Gabe con firmeza. La rodilla de Baller seguía rebotando—. Segundo…
Antes de que su cerebro pudiera responder que era una mala idea,
extendió la mano y la puso en la rodilla de Baller para detener el movimiento.
Baller se quedó quieto y no apartó la rodilla.
—Lo siento —murmuró disculpándose.
Jesús, ¿qué había estado pensando para tocar a Baller?
—Simplemente no puedo evitarlo —se quejó.
Era realmente muy triste que el sonido del gemido más molesto de
Baller no fuera suficiente para calmar su libido. Gabe tenía un problema.
—Solo distráete, Baller.
—Pero…
56
Gabe suspiró.
—¿Juego de Sudoku? ¿Apalabrados? Escucha los sonidos suaves del

océano.
Baller hizo un puchero, presumiblemente ante el tono sarcástico de

Gabe, y luego dijo esperanzado:
—¿Apalabrados?
Gabe renunció a sus sueños de una siesta y sacó su teléfono.
—Bien, pero solo un juego.
GABE DEBERÍA haber pensado mejor que no se detendrían en solo un

juego. La cuestión de jugar por diversión con atletas profesionales era que las
competencias de cualquier tipo se las tomaban demasiado en serio.
Afortunadamente para Gabe, Baller se quedó dormido cuando aún les

quedaban otras dos horas de camino. Gabe guardó su teléfono y se acurrucó
para su propia siesta.
Llegaron a Ottawa varias horas antes del partido. Gabe envió un

mensaje a su padre para informarle que habían llegado seguros, y lamentó el
viaje de negocios que hizo que saliera de la ciudad. Su padre siempre venía a
verlo jugar cuando los Dekes estaban en Ottawa. Éste sería el primer juego
que lo echaría de menos.
Salieron a cenar en equipo. Puesto que era un juego de exhibición, la

mayor parte del tiempo en el hielo fue para los miembros más jóvenes y más
nuevos del equipo, tanto para probarlos como para descansar a la mayoría de
los veteranos. Fue una noche interesante. Los chicos con los ojos abiertos se
57
sentaron alrededor de la mesa, todos escuchando atentamente las perlas sin

sabiduría de Baller.
Después del plato principal, Baller volvió sus ojos de cachorro marrón
a Gabe.
—Entonces, como sabrás, estoy compartiendo una habitación con Tom,

el novato.
Gabe arqueó una ceja. Él no sabía eso, pero probablemente no era

importante.
—Su novia está en el colegio aquí, y ella está viviendo en una residencia
a solo un par de minutos de nuestro hotel.
—Así que ella está en la universidad —interrumpió Gabe.
Baller parpadeó.
—¿Qué?
—Si está en el centro, probablemente esté en la universidad. —Gabe

puso una mano consoladora en el hombro de Baller—. Todavía estás en
Canadá.
Baller puso los ojos en blanco.
—Lo que sea amigo. Donde ella este estudiando no es relevante para la
historia. Lo que es relevante son las camas de dormitorio minúsculas y las
compañeras de habitación. Tom quiere ser un caballero y traerla de vuelta al
hotel, pero...
—¿Pero también tiene un compañero de cuarto? —Gabe pensó que

sabía por dónde iba.
58
—Tienes una doble de todos modos, ¿verdad? Déjame quedarme en la

otra cama. Prometo ser el compañero de cuarto más tranquilo de todos los
tiempos.
Y Gabe era obviamente un imbécil por su amor joven y sus ojos de

cachorrito (una mirada rápida a través de la sala demostró que Tom también
los lanzaba a su manera) y se derrumbó.
—Podemos trasladar tu maleta a mi habitación cuando regreses a

cambiarte antes de las bebidas.
Baller sonrió y le dio un puñetazo en el hombro.
—Increíble. Oye, Tommy. ¡Estás aquí!
EL JUEGO estuvo bien. De hecho, Baller anotó su primer gol en la

primera línea, algo hermoso fuera de la asistencia de Gabe. No ganaron, pero
lucharon mucho por su derrota de 3-2.
La sangre de Gabe vibraba con adrenalina.
Estaba lamentando desesperadamente su promesa de dejar que Baller

se quedara en su habitación. Definitivamente podía hacerlo con alguna
compañía de la variedad desnuda y sudorosa.
Tendría que conformarse con masturbarse en la ducha mientras Baller

estuviera fuera tomándose unas copas.
Pero después de que Baller se movió a su habitación y se cambió de

ropa para ir al bar (los jeans no eran tan halagadores como sus pantalones
de vestir), salió por la puerta y dijo:
—No me esperes.
59
Entonces parecía que Gabe tendría la habitación para él solo después

de todo, al menos por unas pocas horas.
No vaciló antes de sacar su teléfono y enviar mensajes de texto a Nick.
En la ciudad esta noche. ¿Estás libre?
La ventaja de jugar en tu ciudad natal era que estabas de nuevo cerca

de todos tus antiguos contactos. Él y Nick se habían conocido hace años,
cuando ambos estaban aún en el clóset y buscando acción con discreción.
Aunque Nick había salido desde entonces, siempre había respetado el

deseo de Gabe de no hacerlo, y también estaba dispuesto a unirse para
divertirse cuando Gabe estaba en la ciudad.
Seguro. ¿Qué hotel y habitación?
La misma que la última vez. 622.
K. Estaré allí en 20.
Gabe arrojó su teléfono en la mesita de noche y comenzó a sacarse un

poco de ropa. No había necesidad de impresionar a Nick con un traje. Sudar
lo haría.
El golpe se produjo poco más de veinte minutos después, y Gabe abrió

la puerta para encontrar a Nick en el otro lado, sonriendo hasta que se le hizo
un hoyuelo, con la mano metida en los bolsillos. Su cabello rubio cortado y
alborotado brillaba con extraviadas gotas de lluvia.
—Oye, marinero —dijo él con voz melosa.
—Ven aquí —gimió Gabe.
60
Nick entró, y una vez que la puerta se cerró detrás de él, Gabe lo
arrinconó y le plantó uno. Fue un beso caliente y desordenado. Nick abrió la
boca y Gabe introdujo la lengua dentro.
Tropezaron con la cama, Nick deslizó sus manos por la parte posterior
de la camiseta de Gabe. Mientras Gabe trabajaba en los botones de su camisa.
Extendiendo la mano, tiró de la hebilla de Nick y le desabrochó los pantalones.
Envolviendo sus dedos alrededor del endurecido pene. Sin ropa interior.
—Hm, travieso —dijo Gabe con aprobación. Pasando el pulgar por la

cálida piel.
Dios, había extrañado el sexo.
Se tomó su tiempo, disfrutando de la forma en que Nick se retorcía en

sus dedos, catalogando el rubor de su piel, la tensión de sus bíceps mientras
se aferraba a la cabecera de la cama, el desesperante, sexy pantalón que
intentaba aminorar su brazo.
Y entonces la puerta se abrió.
—En realidad, esto explica mucho —dijo Baller después de un momento

de silencio insoportable durante el cual Gabe no pudo hacer nada más que
estar agradecido que todavía llevara sus calzoncillos puestos—. Voy a ir a otro
lado por un tiempo. Culpa mía. Envíame un mensaje cuando termines.
La puerta se cerró de nuevo.
Bueno, eso era incómodo.
Haciendo una mueca, Gabe retiró los dedos y se los limpió

distraídamente sobre la tela de su ropa interior. La interrupción había matado
efectivamente el estado de ánimo, incluso si su erección aún no había recibido
la nota. Él gimió de frustración y se tiró en la cama al lado de Nick.
61
—¿Estás bien?
—He tenido noches que terminaron mejor —admitió Nick, sin hacer
ningún esfuerzo por sentarse.
—Igual. —Gabe tuvo que luchar contra el impulso de pasarse las manos
por la cara, y se dirigió al baño para lavarlas antes de que lo hiciera de todos
modos.
—¿Es la primera vez que te descubre un compañero? —preguntó Nick,

ahora erguido.
Gabe se secó las manos, luego sacó un par de botellas de agua del
minibar. Abrió una y se la pasó a Nick.
—Chef y Fifi…uh, Olofsson y Fillion, ellos saben.
Nick tomó un sorbo y dejó la botella a un lado.
—Pareció tomarlo bien.
Gabe no tenía ganas de explicar que el problema era que él lo sabía.

Estar bien con que alguien sea gay no era lo mismo que estar bien con que
otro hombre se sintiera atraído por ti. No significaba que no actuaría de
manera diferente, y Gabe odiaba el cambio tanto como cualquier jugador de
hockey. Aunque tal vez Baller dejaría de mover su culo en su cara en el
vestuario ahora. Gabe podría subir a bordo con eso.
Suspiró, sintiéndose vagamente enfermo.
—Probablemente debería hablar con él. Lo siento. Se suponía que iría

a casa con una chica esta noche.
—¿Tal vez lo plantó?
62
Gabe resopló. Sabía que era un poco parcial, pero....
—Tal vez los Jets ganen la Copa este año.
—Buen punto. —Nick rió—. Bueno. Ayúdame a encontrar mis

pantalones y me quitaré del medio para que tú y el Sr. Deadspin puedan tener
una conversación adulta. Pero me debes la cena la próxima vez que ambos
estemos en la ciudad.
—Te enviaré un correo electrónico con el itinerario —prometió Gabe.
—Vigilaré el GameCenter 39 —respondió Nick, poniendo los ojos en

blanco. Lo cual, está bien, porque Gabe no era el mejor en mantenerse en
contacto. Hazme juicio.
Quince minutos y una ducha fría más tarde, era hora de enfrentar la
música. Gabe se puso una camiseta y unos pantalones vaqueros, y se metió
el teléfono y su tarjeta de acceso en el bolsillo. Con un poco de suerte, no se
toparía con nadie más del equipo.
Encontró a Baller en el vestíbulo, metido en una silla en la esquina,

meneando su pierna y jugueteando nerviosamente con su teléfono. Levantó
la vista cuando Gabe cayó pesadamente en la silla frente a él, luego hizo una
mueca y guardó su teléfono.
—Así que, eh, lo siento por estropearte la follada. Podrías haber dicho
que tenías planes. Le habría preguntado a alguien más.
El nudo en el estómago de Gabe se alivió un poco.
39
Game Center: itinerarios, puntuaciones, estadísticas y proyecciones de enfrentamientos
previos y luego al juego.
63
—No esperaba que fuera un problema. —Se desplomó un poco más y

trató de ser lo más indiferente posible, tomando una señal de Baller—. ¿No
tuviste éxito?
Baller hizo una mueca.
—¿Algo así? Estaba bien hasta que volvimos a su casa, y entonces ella
estalló en lágrimas y sollozó por su maldito novio que rompió con ella. Así que
vimos un episodio de New Girl40 y nos dividimos una pinta de helado.
Gabe apenas frenó la risa que quería escapar. Se encontró con la

mirada de Baller por primera vez desde aquel momento espantosamente
incómodo en el piso de arriba y se relajó un poco cuando no encontró nada
allí sino una leve vergüenza y un vacilante afecto.
—Así que, ¿hacemos un pacto de no contarle al resto del equipo sobre

esta noche? —sugirió esperanzado.
Baller torció los labios en una sonrisa.
—Buen trato. —Luego bostezó—. Dios. Dime que abriste una ventana,
al menos. Tengo suficiente alcohol y helado para hacerme dormir.
Oh Jesús.
—Abro la ventana. No soy un monstruo.
—No sé, hombre. Te he visto desnudo.
¿Realmente solo pasaron de le gusta follar tíos a chistes sobre pollas

grandes en veinte minutos? La cabeza de Gabe estaba dando vueltas.
40
New Girl: serie de televisión estadounidense que gira en torno de una profesora fuera de lo
común.
64
—Gracioso. Vamos, puedes acaparar el baño mientras busco

GameCenter para ver los mejores momentos. —El siguiente partido era contra
Montreal, que básicamente había repavimentado el hielo con sus culos el año
anterior.
—Eres un animal fiestero —dijo Baller con admiración. Pero se

levantó—. Vámonos.
No podía ser tan simple, pensó Gabe. Baller no iba a dejar que eso
sucediera. Nadie tenía esa suerte.
Cuando la puerta de la habitación se cerró detrás de ellos, descubrió

que tenía razón, pero no de la manera que él esperaba.
—Desearía me hubieras dicho que te gustaban los chicos —dijo Baller

mientras se quitaba los zapatos. Golpeando débilmente contra la pared—. No
me hubiera esforzado tanto por conectarte con chicas la temporada pasada.
Gabe miró fijamente los zapatos dejados al azar, apilados uno encima
del otro, luego a los suyos, los cuales había alineado cuidadosamente debajo
del escritorio.
—No es exactamente algo que anuncio.
—Ni puta mierda. —Baller se sacudió los pantalones vaqueros, tenía el

culo demasiado grande para poder sacarlos de cualquier otra manera, y luego
encendió la luz del baño. Gabe fue a sentarse en la cama junto a la ventana—
. ¿Alguien sabe?
—Chef y Fifi —admitió Gabe—. Le dije a Fifi cuando me cambié aquí.

Estaba realmente borracho. Chef lo adivinó.
—¿Y eso es todo? —Baller abrió el agua en el baño.
65
—Y tú, ahora.
—Eso apesta, amigo.
Gabe resopló antes decir algo.
—Así es la vida como jugador. Apesta si te gusta chupar... —Gabe hizo

una pausa durante un largo momento, disfrutando de la sorprendente
ampliación de los ojos de Baller— …pollas —terminó.
Baller resopló.
—Tiene sentido —estuvo de acuerdo con un movimiento de cabeza.
Sonriendo, Gabe se acomodó en su cama y agarró el control remoto. El

silencio que se estableció fue sorprendentemente cómodo.
Baller hurgó por su toalla y se dirigió al baño, tarareando mientras se

iba y sacudía el culo. Era ridículo y entrañable, igual que todo lo que hacía.
Baller estaba siendo normal. Todo estaba bien.
Suspirando de alivio, Gabe encendió el televisor. Solo le tomó unos

minutos para encontrar el final de La Comunidad del Anillo.
Dante salió del cuarto de baño cuando comenzaron a rodar los créditos
iniciales de Las dos Torres.
—Genial —gruñó Dante y se acomodó en su cama.
—Maratón, al parecer —dijo Gabe, y se acomodaron para mirar,

ninguno de los dos hablando.
Varios minutos después, durante el primer corte comercial, Dante

rompió el silencio.
66
—Sabes, lo entiendo. Querer esconderte. Hubo momentos, de pequeño,

incluso cuando estuve con los Star41, cuando habría ocultado el ser diferente
si hubiera podido.
A Gabe le llamó la atención, no por primera vez, pero con una

profundidad y claridad que nunca antes había tenido que no sabía lo que era
ser latino en un deporte tan dominado por caucásicos.
Dante se movió en la cama. Había una incómoda inclinación en su

boca.
—Aunque apesta que otras personas nos hagan pensar eso, sin
embargo.
Gabe se preguntó cómo debió de ser en la ciudad de Dante, tan

comprometido con un deporte de invierno. Probablemente ni siquiera era tan
rudo como lo era vivir solo con una familia adinerada en Nebraska.
—Sí —estuvo de acuerdo Gabe en voz baja— lo hace. —Había

escuchado su cuota de comentarios homofóbicos. El hecho de que las
personas que los habían dicho no supieran que era homosexual no significaba
que no dolieran.
Después de un par de latidos de silencio, Dante continuó:
—Quiero decir, mi mamá... —Arrugó su nariz—. Eventualmente me

acostumbré. Pero mi madre nunca lo hizo. Cada vez que se juntaba con las
otras mamás en la práctica se sorprendía de que le preguntaran qué chico era
suyo, o intentaban bromear diciendo que debía parecerme a mi padre....
41
Dallas Stars es un equipo profesional de hockey sobre hielo de los Estados Unidos situado
en Dallas.
67
Bien… Dante era adoptado, papá latino, mamá blanca. Gabe hizo una
mueca de dolor.
—La gente es estúpida.
—Exactamente —dijo Dante de manera significativa, manteniendo el

contacto visual. Gabe pensó que entendió el mensaje. Dante no iba a ser una
de esas personas ignorantes. Al menos no sobre esto. Gabe tragó saliva e
intentó sonreír para comunicarle su agradecimiento.
Un segundo después, Dante suspiró en voz baja, ¿satisfecho, tal vez?,

y volvieron su atención a la televisión justo cuando terminaba la pausa
comercial. Gabe estaba agradecido por la excusa para abandonar el tema.
Dante probablemente lo había planeado de esa manera.
En poco tiempo Dante rompió el silencio de nuevo, esta vez para

burlarse de Legolas42. Gabe se quedó dormido en su calmante paseo sobre los
arcos de carácter43 de los personajes y el subtexto homoerótico.
42
Legolas: es uno de los personajes principales de la novela El Señor de los Anillos.
43
Un arco de carácter es la transformación o el viaje interior de un personaje en el transcurso
de una historia.
68
1
GANADORES SORPRESA: DEKES LLEGAN A LA CIMA
Por Kevin McIntyre
Con la temporada ahora en marcha, el premio de este año para la más
sorprendente vuelta de los acontecimientos en la NHL va a los Nordiques de

Quebec.
Menos de diez juegos en la temporada regular, y con seis juegos de

exhibición bajo sus cinturones, el equipo novato de Canadá ha encantado a los
aficionados con un juego sorprendentemente sofisticado y un récord 6-3-0.
Después del partido de ayer contra los Leafs44, está bastante claro que el
capitán François Fillion y su ala derecha, Gabriel Martin, han estado haciendo
la mayor parte de esa magia con su nueva ala izquierda, Dante Baltierra.
Mientras que el equipo puso encima fuertes esfuerzos durante los juegos de la
exposición que no ofrecieron al veterano Fillion (Martin también se quedó fuera
de algunos), desde que la línea cayó al hielo, ha sido un sueño.
Después de unas temporadas de juego lado a lado, no es ninguna sorpresa

que Fillion y Martin haga clic. Pero los tres juntos parecen casi imparables.
Mientras que Martin y sus manos suaves lideran al equipo en goles, haciendo
Toronto Maple Leafs es un equipo canadiense profesional de hockey sobre hielo, situado en
44
Toronto.
69
jugadas de asistencias a Fillion y Baltierra, Baltierra no se queda atrás, gracias

en parte a esas manos suaves.
Anoche, Baltierra hizo un gol de revés después de que Martin serpenteó
el disco y dejo atrás a dos defensores para que aterrizaran justo en la cinta de
Baltierra.
Echa un vistazo al video de abajo para ver el gol de Baltierra de anoche.
CON LA TOALLA ENVUELTA alrededor de sus caderas, Gabe se movió

de las duchas hacia su puesto, secándose el pelo con una segunda toalla
mientras avanzaba.
Él tenía una arrogancia definida a su paso. Había acumulado un par

de puntos más esa noche, intercambiando goles con la asistencia de Baller.
Al igual que todos los demás en el vestuario, se sentía bastante bien por la
victoria de esta noche.
Las cosas iban bien para el Dekes hasta ahora. No iban a romper el
récord de treinta y cinco juegos de los Flyers45, pero Gabe estaba orgulloso de
ellos.
Se puso los calzoncillos y pantalones y se abrochó la camisa,

lamentándose de la necesidad de volver a ponerse el traje después de un
partido, cuando su teléfono comenzó a vibrar en el banco.
45
Philadelphia Flyers es un equipo de hockey sobre hielo de la National Hockey League
fundado en 1967 que juega en la ciudad de Filadelfia, Pensilvania.
70
Cogiéndolo, descubrió que un número desconocido lo llamaba.

Frunciendo el ceño, rechazó la llamada y golpeó su teléfono. El mismo número
desconocido lo había llamado ayer. Y unos días antes de eso.
Gabe no pudo dejar de notar que las llamadas comenzaron unos días
después de que finalmente había bloqueado el número de Pierre. Podría ser
un agente de tele mercadeo, pero por alguna razón, no lo creía.
—Oigan, perdedores, vamos a beber. —Tom sonreía como un lunático.

Probablemente porque había anotado su segundo punto en la NHL esa noche.
Baller gritó:
—Demonios, sí vamos a beber. Apuntemos una más para los

perdedores.
Gabe sonrió. Su entusiasmo era contagioso, aunque si seguían

ganando, ¿podrían ser realmente los perdedores?
—Oui, oui 46 —dijo Fifi—. Vamos a beber. Solo ponte tus pantalones
primero. —Tan agradable como era a la vista ahora, Gabe tenía que estar de
acuerdo que en los pantalones estaría igual de bien. Ese culo.
Comenzó a abotonarse la camisa con una mano y estaba a punto de

guardar su teléfono cuando notó un correo de voz.
Calculando que era mejor que lo comprobara, lo marcó. Mientras

esperaba, Baller y Kitty comenzaron a bailar juntos por la habitación.
—Sacude lo que tu mamá te dio. —Baller salió entre risitas.
Gabe negó con la cabeza y presionó 1 para su nuevo mensaje.
46
Oui, oui: si, si
71
—Hola, Gabriel, soy Erika. Ya sabes, tu agente. Recibí una llamada hoy
de: ¡Hello! Canadá para una solicitud de entrevista. Dijeron que querían hablar
sobre la nueva racha caliente de los Dekes. Probablemente no sea una mala
idea. Tendríamos que despejarlo con relaciones públicas, pero no puedo
imaginar que digan que no a que su mejor goleador salga en una buena
publicación. De todos modos, llámame para que podamos conversar al respecto.
Gabe borró el mensaje y consideró los pros y los contras de hacer la

entrevista. Antes de que pudiera decidirse, algo chocó con su espalda.
—¡Banksy! ¿Ya terminaste con tu teléfono? ¡Es hora de la fiesta!
Riendo, Gabe cerró su pantalla y guardó su teléfono.
—Ni siquiera naciste cuando la “fiesta”47 era una cosa, Baller. Y quítate
de mi espalda, mono. —Se encogió de hombros, tratando de conseguir que
Baller soltara su agarre alrededor de sus hombros. Pero él no estaba
realmente molesto. Estaba demasiado feliz de que las cosas no fueran
incómodas entre ellos... y su continúa admiración sobre el hielo.
Baller exhaló un suspiro exagerado, luego aflojó su agarre antes de

clavar la barbilla en el hombro de Gabe como un disparo de despedida.
—Ay, hijo de puta —gimió Gabe. Baller tenía una barbilla puntiaguda.
Baller se rió a carcajadas mientras saltaba de vuelta a su puesto,

recogía su corbata y patinaba detrás de Kitty.
—Sálvame —dijo dramáticamente, deslizando la corbata alrededor de

su cuello.
Partay en el original. Una fiesta que es más divertida, escandalosa y épica que una fiesta
47
normal.
72
Únicamente Baller.
—¿Dónde diablos está mi maldita corbata? —Gabe se preguntó. Ah, ahí

estaba. La había metido en la manga de su chaqueta en vez de alrededor de
la parte superior de la percha. La deslizó y la apretó antes de ponerse la
chaqueta y afirmar los puños—. ¿Adónde vamos, Señor Coordinador de
Fiestas?
—Conozco un buen lugar —dijo Kitty, abrochándose los gemelos. Gabe

era multimillonario y no quería pensar en cuánto costarían. Podrían cegar a
un hombre a veinte pasos—. Mejor comida. Vodka ruso.
—¿Fanáticos de Leafs? —preguntó Tom con solo un atisbo de

inquietud. La última vez que estuvieron en Toronto, él evitó por poco una
pelea en el bar. Aprendería eventualmente. Los fanáticos de Toronto eran
feroces, y no iban a jugar bien con otro equipo solo porque los Dekes una vez
les dieron su jugador favorito.
Kitty resopló.
—No. —Y no dio más detalles.
—Suena bien para mí. —Gabe estuvo de acuerdo, agarrando sus

cosas—. ¿Baller?
—Vodka es mi segundo nombre.
Fifi fingió sorpresa.
—Pensé que era Tequila.
—¡Racista! —dijo Baller, pero estaba sonriendo—. Es solo Tequila en el

verano. Obviamente. ¿Estás dentro, líder intrépido?
73
—Alguien tiene que cuidar a los niños, de lo contrario terminarás

casado con Carly Rae Jepsen48.
Gabe sonrió mientras Baller ponía un aire ofendido, llevando su mano

al pecho y abriendo la boca. Antes de que pudiera protestar, Gabe dijo:
—Podría hacerlo peor.
—Ha hecho cosas peores —dijo Tom—. De acuerdo con Deadspin...
Gabe le lanzó un calcetín de hockey enroscado.
—Puede, novato. Tienes otro año más en la parte inferior de la cadena

alimenticia antes de que puedas chillar a cualquiera. —Luego, para no
mostrar ningún tipo de resentimiento, continuó—: De acuerdo con
Deadspin…
—Oh, vete a la mierda. Cualquier prensa es buena prensa —dijo Baller

deslumbrante. Se detuvo frente al espejo junto a la puerta para revisar su
cabello, recién engominado después de su ducha, y luego revisó su trasero
por si acaso. Atrapó a Gabe mirándolo y le guiñó un ojo en el espejo.
—De todos modos, bebidas: necesito una. ¡Al bar! A través del autobús
y el hotel, obviamente.
Kitty lo empujó fuera del camino y hacia la puerta.
—Entonces, deja de acaparar el espejo. Vanidoso hijo de puta.
Gabe sonrió.
48
Carly Rae Jepsen: es una cantautora canadiense que obtuvo el tercer lugar en la quinta
temporada de Canadian Idol.
74
—Sabía que me gustabas, Kitty. —Recuperó su calcetín de Tom y lo

empujó hacia atrás donde pertenecía—. Llevemos este espectáculo a la
carretera.
POR LA mañana Gabe tenía dolores. Audibles. Estaba hablando con

una voz que no le pertenecía.
—Dios mío, todo es terrible y me quiero morir. Jodido Kitty. Puta Rusia.
Maldita Canadá y su edad para beber, no estaba preparado para esto...
Gabe alzó la cabeza con creciente inquietud… y bilis. Su estómago se

sentía como si estuviera pudriéndose. Se giró para mirar a su lado. Baller
estaba tumbado boca abajo a su lado, todavía (afortunadamente) vistiendo su
ropa. Él apestaba a vodka. Gabe ni siquiera sabía que el vodka tenía aroma.
Por otro lado, tal vez él olía a vodka también.
Tuvo que trabajar la boca por un momento para recoger suficiente

saliva antes de que pudiera hablar. Cuando lo hizo, su voz salió como una
motosierra.
—¿Por qué estás en mi habitación?
—El inglés canadiense me odia, Banksy —se lamentó Baller—. Perdí mi

tarjeta de acceso. Y tú me dejaste quedarme contigo otra vez. Eres el mejor.
Gabe lo miró con ojos entornados, tratando de encontrar el fallo en esa

declaración.
—Compartes una habitación con Tom.
—¡Tom! Fifi se llevó a ese hijo de puta a casa después de una hora. Su
hígado es débil.
75
—Tu hígado es débil —dijo Gabe. Eso todavía no explicaba lo que Baller
estaba haciendo aquí. O, más aún… ¿Por qué hablaba tanto?
—No puedo vomitar mientras estoy hablando.
Gabe pensó que era más probable que no pudiera hablar mientras
vomitaba, pero no iba a separar la lógica de la resaca. No cuando sentía que
una manada de elefantes extremadamente agitados se había instalado en su
lóbulo frontal. En cambio, rodó hacia un lado y agarró su teléfono de la mesilla
de noche. Su brazo estaba desnudo, así que al menos no había dormido con
la ropa de anoche. Eso era algo.
Dos llamadas pérdidas de ese número desconocido. El estómago de

Gabe se sacudió cuando las descartó. Pero lo que llamó su atención fue la
hora.
—Mierda. Levántate. Tenemos veinticinco minutos para tomar el

autobús.
—Continúa sin mí —dijo Baller, tirando de la almohada sobre su

cabeza. El resto de sus palabras salieron amortiguadas—. Solo te retrasaré.
Diles a mis padres que los amo. Dile a mi abuela que morí con dignidad. Dile
a la entrenadora...
Se cortó, se quitó la almohada de la cara y se puso de pie. Sí, Gabe no

lo culpó. Él también saldría de la cama pensando en lo que la entrenadora les
haría si no lo hicieran. De alguna manera, él no pensaba que su muerte la
detuviera.
—Dúchate primero —dijo generosamente—. Voy a enviar un mensaje

de texto a Fifi para que nos agarre algo para el desayuno. —Hizo una pausa—
. Y luego me aseguraré de que Tom no esté realmente muerto. —Los detalles
de la noche anterior volvían a él, e involucraban mucho alcohol. Esperaba que
76
el novato mascota no se hubiera atragantado con su propio vómito. No quería

encontrar otro nuevo.
—En serio te amo —dijo Baller, no tanto parado como encorvado y

pareciendo despojarse de capas de ropa a medida que avanzaba.
Gabe se resignó a recogerlas. Tal vez podría entrenar a Tom para que
juegue como ayuda de cámara de Baller la próxima vez.
Llegaron al autobús con minutos de sobra. Cuando se detuvieron junto

a la habitación de Baller, encontraron a Tom con un aspecto peor que el de
Baller, con el ojo derecho negro y con un oscuro círculo debajo del izquierdo.
—¿Nos encontramos con fanáticos de Leafs? —dijo Baller tontamente

mientras metía sus artículos de tocador en su bolso de viaje.
—Me encontré con un picaporte —admitió Tom. Gabe se habría reído si

no hubiera pensado que eso lo haría vomitar—. Odio esta ciudad.
Kitty, por supuesto, parecía francamente contento. Aparentemente, los

rumores sobre los rusos y el vodka eran todos ciertos.
Fifi chasqueó con desaprobación y le entregó dos tazas de café de papel

antes de sacar un puñado de barras de cereales del bolsillo de su chaqueta.
—Bueno, al menos no te casaste —dijo en francés.
Gabe se sonrojó, pero pensó que nadie podría decirlo, ya que de todos
modos estaba sonrojado por el alcohol. Tomó la comida sin decir palabra y se
recostó en su asiento. Su último pensamiento antes de desmayarse fue que
realmente debería llamar a su agente de vuelta.
UNA DE las ventajas y desventajas de ser un atleta profesional era la

capacidad de marcar la diferencia. Gabe entendía que los niños (y los adultos)
77
lo admiraban y que notaban su apoyo por cualquier causa. Le gustaba saber

que podía hacer el bien e inspirar a la gente a hacerlo mejor. La desventaja,
por supuesto, eran las presiones de ese sistema. Siempre dar un buen ejemplo
y preocuparse por su imagen podría apestar.
Pero algunos días, cuando podía ver los resultados tangibles de sus
acciones, Gabe se sentía malditamente bien por lo que podía hacer.
Un sábado entre los juegos, los relacionistas de los Dekes lo enviaron a

Baller, a Tom y a él para reforzar el apoyo inicial a una de las organizaciones
benéficas de la ciudad, Habit de lapereau49.
Gabe llegó al centro de eventos temprano en la mañana y fue conducido

a través de una entrada trasera a un cómodo cuarto verde. Tom y Baller ya
estaban sentados en sillas de aspecto blando. Tom sorbía somnoliento una
taza de café y Baller golpeaba su teléfono.
—Banksy, mi hombre. Has llegado justo a tiempo. Dime, ¿por qué

estamos apoyando que vistan a los conejitos?
Gabe parpadeó y luego sonrió lentamente. Baller había descargado una

aplicación de traducción a su teléfono poco después de llegar a la ciudad y la
usaba con frecuencia para lograr un éxito moderado. Pero a veces las
traducciones daban resultados ridículamente literales.
—Es una mezcla de traje de nieve, habit de neige50, y un bebé conejo.

Es una organización benéfica para llevar trajes de nieve a niños menos
favorecidos. —Después de conseguir una botella de jugo de naranja, Gabe
tomó asiento.
49
En frances: Traje de conejo.
50
Habit de neige: traje de nieve en francés.
78
—Oh. Eso tiene más sentido que una abrumadora necesidad de vestir
a la población peluda de la ciudad.
Eso hizo reír a Gabe.
—¿No preguntaste de qué se trataba esto?
—Dijeron que era para caridad. Eso era todo lo que necesitaba saber.
—Gabe trató de no pensar en eso como entrañable. En cambio, se centró en
la estupidez de ello.
Tom, como el adorable cachorro que era, frunció el ceño confundido.
—Entonces, si se trata de trajes de nieve, ¿por qué estamos haciendo

esto en octubre?
Era el turno de Baller de reír, aunque el suyo era una mezcla de lástima
y burla.
—Oh cariño. Yorkie. —Le dio unas palmaditas en el hombro a Tom.
Tom se estremeció, aunque Gabe sospechaba que era el nuevo apodo.

Realmente, estaba sorprendido de que nadie más hubiera pensado en acortar
Yorkshire en Yorkie antes. A veces, podía jurar que había visto a Tom tratando
de menear la cola con impaciencia.
Probablemente se quedaría así. Pobre niño.
—Puede que te parezca temprano, pero confía en mí, ya viene el invierno

—dijo seriamente Baller.
Tom parpadeó antes de volverse hacia Gabe. Parecía adorablemente

inseguro, como si no pudiera decidir si se estaban burlando.
79
Gabe se encogió de hombros y se acomodó en su asiento.
—Lo siento chico.
Tom arrugó la nariz. Gabe quería reírse.
La puerta se abrió y una mujer alta con el pelo oscuro cuidadosamente

trenzado entró. Gabe la reconoció vagamente de otros eventos de relaciones
públicas de los Dekes.
—Hola, Gabe, Dante. Tom, no creo que nos hayamos conocido, soy
Trish —dijo, estrechándole la mano—. Gracias por acompañarnos hoy. Tú
ayuda es realmente apreciada. ¿Esperaba repasar los planes del día?
—Por supuesto. —Gabe hizo un gesto para que continuara. Echó una
mirada por encima del hombro a Tom y Baller—. Espero que no implique
hablar francés.
Trish negó con la cabeza.
—Queríamos al capitán, pero él tenía un compromiso previo con uno

de los niños de Make-a-Wish51. La organización tiene jóvenes voluntarios que
no hablan francés. Nos arreglaremos.
Les dio un breve resumen de cómo funcionaba la recaudación de

fondos. Los invitados que hicieran una donación en efectivo o de ropa
recibirían acceso a la sala y una cantidad de boletos que podrían usar para
diversas actividades.
—Vamos a prepararte en la sala principal. Hay muchas otras

atracciones, no solo tú. —Ella les dio una sonrisa tranquilizadora—.
51
Make-a-Wish: Fundación Americana sin fines de lucro que concede deseos a niños (de entre
2.5 años a 18 años) que tienen condiciones médicas que amenazan sus vidas.
80
Esperamos lograr que cada uno de ustedes pase tiempo en una estación de
actividades.
Así fue como Gabe se encontró sentado en el suelo al borde de una

manta de algodón, sirviendo ‘té’ a niños y a ositos de peluche.
Le habían dado a Gabe su propio oso, por supuesto, porque no podía

organizar un picnic de osos de peluche sin uno. Lo habían vestido con una de
las camisetas tamaño bebé de los Dekes, así que Gabe estaba sentado con las
piernas cruzadas y bebía jugo de una taza de té con un oso Baller.
Tomó un delicado sorbo, con el meñique levantado. Varios de los niños

con sus caras redondas y entusiasmados a su alrededor se rieron.
Una gran ovación subió desde el otro lado de la habitación. Parecía que
alguien más había anotado en el juego de hockey de pelota de Yorkie. De
acuerdo con Trish, el juego era menos competitivo y Yorkie lideraba a los
niños alrededor de la arena y los animaba a anotar con el portero voluntario.
Hubo muchas aclamaciones en la esquina.
Tal vez uno de los niños le enseñaría algo a Yorkie sobre penalties52.
Baller estaba en el otro extremo en una actividad mucho más tranquila.

Al principio se había resistido a pintarse la cara, pero cuando Gabe señaló
que a) Baller era el único con talento artístico, y b) que estaban enviando al
pobre Yorkie a correr con niños armados con palos, aceptó bastante rápido.
Mientras los niños a su alrededor entraban y salían, Gabe comenzó a

ver ejemplos de la obra de Baller: algunos gatos y caras de conejo, pero sobre
todo el logotipo de Dekes, a veces con un número (o dos o tres) en la otra
52
Penalties: es la máxima pena que se puede aplicar en diversos deportes de balón,
consistente en un lanzamiento sin barrera, desde una distancia prefijada (en futbol 11
metros), con la oportunidad de obtener un gol directo y con la única oposición del
guardameta.
81
mejilla. La mayoría de los niños lucían el 68 de Baller, el 18 de Yorkie, o el 53

de Gabe; obviamente querían uno de los jugadores que habían asistido, pero
todavía había muchos 33 y 96 por el portero y el capitán ausente.
A medida que pasaba el día, el logotipo de los Dekes se veían cada vez
mejor, y cada vez más niños aparecían con dos números en la cara. Parecía
que Baller estaba mejorando para convencer a los niños de que usaran su
número también.
A las tres y media, Gabe estaba tan listo para su siesta como el niño de
dos años que se echó a llorar cuando derramó el té de su oso.
Afortunadamente solo tenía que superar el sorteo de las tres camisetas y
firmar la suya, y luego podría irse a casa, sobredosis de vitamina C y a la
ducha con lejía. Algunos de estos niños tenían gripe, y no podía decir si era
solo por falta de higiene o una enfermedad legítima relacionada con los niños.
Gabe no quería arriesgarse a resfriarse, ni siquiera a principios de la
temporada.
El coordinador del evento anunció por medio de un micrófono que el

sorteo comenzaría pronto, y varios voluntarios se abalanzaron para limpiar
los restos de la fiesta del té mientras Gabe sostenía su oso y se dirigía hacia
el frente de la sala. Baller estaba sentado en el borde del escenario, con las
piernas colgando y con los dedos manchados con pintura. Alguien había
dibujado un logo inexpresivo de Dekes en su mejilla derecha. Parecía que
había tenido un encuentro con el Banksy53 original.
—Bonito oso —dijo con una sonrisa, haciendo muecas graciosas.
Gabe lo sostuvo protectoramente contra su pecho, lejos del peligro de

mancharse.
53
Banksy es el seudónimo de un prolífico artista del street art británico.
82
—Bonita estampa —replicó—. Quita tus patas sucias del oso. Lo

mancharás.
Yorkie tropezó justo en ese momento, sonrojado y con los ojos

soñolientos. Parecía medir el esfuerzo necesario para subir al escenario, luego
decidió que no valía la pena y tomó las escaleras. Se dejó caer de espaldas al
lado de Baller.
—Pobre novato soñoliento —lo arrullo Baller, revolviendo su cabello—.

¿Los niños te agotan? ¿Quieres buenos consejos?
—El control de la natalidad es muy importante —dijo Yorkie al techo.

Teniendo un bostezo lejos de la inconsciencia.
Baller asintió con seriedad y le dio unas palmadas en el estómago.

Yorkie jadeó.
—Tienes que terminar. —Le guiñó un ojo a Gabe.
Gabe puso los ojos en blanco, puso al oso Baller justo fuera del alcance
de Baller y se izó entre ellos. En el piso del auditorio, los padres y los niños
buscaban asientos mientras el maestro de ceremonias anunciaba el comienzo
de la rifa. Aparte de las camisetas, la agencia de relaciones públicas de los
Dekes había donado una cantidad de boletos y fotos enmarcadas, y varias
empresas locales también habían contribuido con premios.
Gabe le dio un golpe a Baller en el costado.
—Ve a lavarte las manos. Y haz que Yorkie se siente. Los relacionistas
públicos van a querer imágenes que no impliquen que no podemos
defendernos de los niños.
—Ugh. Sí, Fifi —gimió Baller en el mismo tono que usaban las personas
para sí, papá, pero saltó del escenario, dándole una palmada a Yorkie en la
83
pierna mientras lo hacía—. Vamos. Escuchaste al hombre. Que parezcamos

vivos. Media hora y luego dormiremos como campeones.
Yorkie gruñó, pero se puso de pie.
Como había predicho Gabe, Trish si quería fotos. Mientras Baller se

había ido, ella acompañó a Gabe y Yorkie entre bastidores y se metieron en
sus camisetas del equipo, las del sorteo eran las de visitante, y se ocuparon
de sus cabellos.
—Tengo un corte de moda —protestó Yorkie, básicamente sin resultado.
Trish suspiró y negó antes de volver su atención a la desesperada

maraña de rizos de Gabe.
—Oh Señor. He interrumpido al Anglo Ángel preparándose para su

primer plano —bromeó Baller después de que un voluntario lo empujara
detrás de la cortina.
Gabe levantó su brazo para pegarle un tiro con el dedo, porque nadie
se pavoneaba más que Baller, pero Trish le dio una palmada en la mano antes
de que pudiera completar el gesto.
—Pórtate bien. Hay niños presentes —amonestó, y Gabe recordó que se

suponía que debía dar un buen ejemplo. Le sacó la lengua en su lugar.
Una vez que los tres se prepararon para su satisfacción, lo que implicó
un rápido retoque a la pintura de la cara de Baller, y tal vez Trish debería
haber sido la que estuviera en esa mesa, los condujo al escenario para el
sorteo.
84
—Me voy a bañar en Icy Hot54 —dijo Yorkie en voz baja mientras Gabe
y él esperaban a que Baller firmara y personalizara la primera camiseta.
—Uno pensaría que estos niños nunca han oído hablar de una
cuchillada55. Mis tobillos se ven como un dálmata.
Gabe resopló cuando Baller y la chica que había ganado el jersey, que
cubría hasta sus manos y caían más allá de sus rodillas, asaltaron a la
cámara.
—¿Cómo te cortaron durante la práctica de tiros? Mala gestión de aulas.

No hay “A” para ti.
—Cállate. Tampoco tienes un rotulador.
Esta vez, Gabe no se molestó en replicar. Fue el turno de Yorkie para

firmar otro ganador. La mujer con el boleto ganador lució su 18 con orgullo
antes de entregarle el Sharpie para firmarlo y agacharse. Gabe se rió
disimuladamente mientras Yorkie se ruborizada.
El ganador de Gabe era un preadolescente serio con acné y mucho codo

que le informó en francés que iba a jugar en la NHL y ganarle a los Dekes su
primera Copa.
—No si llego primero —dijo con ironía e inclinó la cabeza hacia Baller—
. Él podría tener algo que decir sobre eso también.
54
Icy Hot: producto se usa para el tratamiento de dolores leves en los músculos/las
articulaciones (por ejemplo, artritis, dolor de espalda, esguinces).
Cortar en hockey sobre hielo es una penalización que se aplica cuando un jugador infractor
55
balancea su palo de hockey contra un jugador contrario, sin importar el contacto, o rompe el
palo de un oponente con el suyo.
85
Destapo el Sharpie, extendió la camiseta sobre la mesa y alzó la voz en

inglés.
—Oye, Dante. —Probablemente no debería llamarlo Baller delante de

admiradores jóvenes impresionables.
Baller apartó la vista de su carga, éste que parecía hablar al menos un

inglés de escuela secundaria. Tenía una extraña expresión en su rostro.
—¿Qué?
—¿Vamos a ganar una Copa antes de que este niño sea reclutado?
—J… diablos sí. —Sonrió con tristeza ante su casi resbalón.
Gabe se volvió hacia el niño y cambió al francés, seguro de que el

intercambio se explicaba por sí solo.
—Lo siento. Tal vez puedas ayudarnos a ganar la tercera. —Quizás, no

debería dar esperanzas al niño, pero ¿qué sabía Gabe? Quizás, estaba
mirando al próximo Maurice Richard56.
Trish los apretujó a todos para unas cuantas fotos grupales, pero antes
de que pudieran tomar un descanso, Baller dijo:
—¡Espera! —Y arrebató el oso Baller de la silla en la que Gabe había

estado sentado antes. Y lo arrojó a su cabeza.
Gabe lo atrapó por una pierna peluda y levantó una ceja.
—¿En serio?
56
Maurice Richard: apodado como Rocket Richard, fue un jugador canadiense de hockey
sobre hielo que jugó como atacante derecho en los Canadiens de Montréal, está considerado
como uno de los mayores goleadores en la historia de la NHL.
86
—Quizás dos de mí sea suficiente. —Estaba tratando de sonreír con

arrogancia, pero sus mejillas estaban rosadas.
Gabe suspiró y les dijo a los fanáticos francoparlantes que Baller era
un gran osito de peluche. Literalmente.
Cuando apareció la imagen en el sitio web de los Dekes, Gabe tenía el

oso de peluche metido debajo de un brazo y a Baller debajo del otro. Su
sonrisa era tan amplia que no se podía decir que sus ojos eran azules.
BALLER ARROJÓ el disco por encima del hombro del portero, anotando
el primer gol del juego, ni a cinco minutos del primer período. Un buen
comienzo para cualquier juego.
Gabe y Fifi estaban a mano, pero Baller se separó de ellos, sacudiendo

su trasero y agitando los brazos en su nuevo baile de victoria. Él también
estaba cantando para sí mismo. Lo suficientemente cerca para escuchar, Fifi
y Gabe se rieron mientras Toupie y Binou entraban. Los cuatro acosaron a
Baller para un abrazo de victoria, llevando su baile a un abrupto final.
Patinando de regreso al banco para el cambio de turno, sonriendo

ampliamente, Gabe pensó que les esperaba una buena noche.
Estaba equivocado.
Siete minutos después, los Sabres57 pasaron por encima de su defensa

y anotaron un gol basura58 que no debería haber entrado, empatando el juego.
57
Buffalo Sabres es un equipo profesional de hockey sobre hielo estadounidense situado en
la ciudad de Búfalo.
58
El gol basura es un término coloquial utilizado en el hockey sobre hielo para referirse a un
gol que requiere poco talento para anotar.
87
Pero los Dekes podrían darlo vuelta. No era como si no tuvieran el juego
ofensivo más fuerte.
Excepto claramente que alguien había cabreado a los dioses del hockey.
El juego de los Dekes se tambaleó en el segundo período y los Sabres anotaron
de nuevo y luego se derrumbaron por completo en el tercero.
Perdieron 4-1.
De vuelta en el vestuario, Gabe se quitó los guantes y los arrojó a su

banco con disgusto.
Perder apestaba, ¿pero perder tan mal frente a un equipo que deberías
haber podido vencer porque tu propio equipo olvidó de repente cómo jugar al
hockey? Eso apestaba más aún. De verdad. Gabe no estaba seguro de lo que
había sucedido. ¿Amnesia colectiva de hockey?
El parte fue moderado. Los periodistas estaban obviamente tan

decepcionados por la derrota como el equipo, y después de algunos intentos
de obtener jugosas declaraciones (ellos empujaron a Fifi a poner la culpa en
algún sitio), salieron lo suficientemente rápido.
El discurso de la entrenadora posterior al partido también sonó

decepcionado, pero siempre había sido buena recordándoles que un mal juego
no era el fin del mundo.
—Lo haremos mejor la próxima vez —dijo ella vigorosamente antes de

salir rápidamente de la habitación. Por una vez dejó el “o si no” implicado.
Gabe quería salir del edificio rápido, por lo que se duchó y vistió
rápidamente. Sólo quería ir a casa y olvidarse del hockey por unas horas. ¿Era
demasiado pedir?
88
Estaba encogiéndose de hombros en su abrigo cuando apareció Baller

a su lado.
—No quiero salir esta noche —dijo Gabe de forma anticipada.
Baller negó con la cabeza.
—¿Crees que quiero salir a beber y correr el riesgo de encontrarme con

un fanático obstinado? Joder no. Solo... no quiero volver a casa, a mi lugar
vacío, todavía.
Gabe podría entender eso. A pesar de que había estado ansioso por
conseguir su propio lugar después de su año de novato compartiendo
habitación con una de las alas de los Wings, solo había deseado la soledad
para poder esconderse, no porque le gustara vivir solo. Gabe todavía
encontraba a veces que su casa de tres dormitorios era demasiado grande y
silenciosa.
—Vamos.
A mitad de camino a casa, Baller tosió, se lamió los labios y luego se

retorció.
—¿Qué? —Gabe le dio un codazo, realmente no estaba de humor para

esperarle.
—¿Podemos parar y comprar un helado? —soltó Baller.
—¿Qué? —Gabe lo miró de reojo. Los pómulos de Baller estaban teñidos

de rosa.
89
—Solo... cuando era niño, después de un juego realmente malo, mis

padres solían darme helado y… y pensé que merecíamos la terapia de Häagen-
Dazs59 hoy.
Esto era probablemente lo más cierto que Gabe había escuchado en

toda la noche, por lo que movió su luz intermitente a la izquierda en lugar de
a la derecha en el siguiente giro que los llevó a la tienda de la esquina del
vecindario.
No había mucho para seleccionar, pero tenían los recipientes de medio

litro que era realmente todo lo que era importante. Gabe sacó uno de “mayan
chocolate60” del estante y observó a Baller mientras reflexionaba.
—Podría ir con un poco de ron con pasas o pastel de mantequilla de

maní —gruñó suavemente antes de decidir sobre el chocolate y la mantequilla
de maní.
—Oh, las miserias de vivir en Canadá. —Gabe solo se sintió un poco

culpable porque su tono era más severo de lo habitual. Él no estaba de ánimo
para ser amable y gentil.
Baller lo miró, pero no dijo nada. Pagaron sus helados en silencio,

agradecidos de que el chico que estaba detrás del mostrador no fuera fanático
o los reconociera. Él no les dijo una mierda, al menos.
De vuelta en casa, Gabe se fue derecho a la cocina. Abrió el envase de

su helado, agarró dos cucharas, le dio una a Baller y… luego escarbó, sin
molestarse con un tazón. Probablemente, lamentaría la indulgencia excesiva
más tarde, pero no le importaba. Su propio futuro podría irse al diablo.
59
Häagen-Dazs: marca de helados.
60
Chocolate maya. Helado de chocolate de inspiración mexicana con especias de canela, dulce
de leche y trozos de trufa de chocolate.
90
A la primera cucharada hasta el fondo, Gabe se dirigió a la sala de estar,

una de las pocas habitaciones donde había derrochado. Tenía un gran
televisor de pantalla plana montado en la pared, un costoso y totalmente
valioso sistema de sonido potente, y un sofá de gran tamaño con tres sillones
a juego. No estaba exactamente aprobado por Yvette para los estándares de
la sala de estar, pero no le importaba. Las salas de estar eran para vivir, y era
su casa. Además, la mayoría del entretenimiento que hacía era con sus
compañeros de equipo, y todos apreciaban sus habilidades de decoración.
Baller se instaló a su lado, ninguno de los dos dijo una palabra mientras
Gabe encendía la TV y se dirigía a Netflix.
Estaba dando vueltas sin rumbo a través de las opciones cuando Baller
hizo un pequeño ruido.
—¿Qué?
—Nada.
Gabe arqueó una ceja....
Baller suspiró.
—Solo... está bien, no te rías, pero cuando era niño estaba un poco
obsesionado con Piratas del Caribe. Lo pongo todo el tiempo.
Gabe parpadeó, considerándolo. Bueno, eso tenía sentido, supuso.

Tenía alrededor de catorce años cuando salió la película y la había visto varias
veces en cines y en casa, recién consciente de por qué le gustaba tanto
Orlando Bloom. Baller habría sido un niño, y Gabe podría imaginar que el
mini-Baller era todo sobre las aventuras de piratas.
Gabe volvió a Netflix, saltó algunas películas de Piratas y se la puso.
91
—Gracias.
Gabe se encogió de hombros y arrojó el control a un lado.
—No te preocupes. Estuve un poco enamorado de Orlando Bloom

durante unos años. —Levantó su cuchara, con el objetivo de ser casual a
pesar del ruido sordo de su corazón. Todavía era bastante nuevo en reconocer
su sexualidad con Baller.
No debió haberse preocupado. Baller sonrió con malicia.
—Ja, sabía que estabas mirando a Legolas —suspiró exageradamente—

. Y te entiendo. Pude haber seguido viéndolo regularmente en la escuela
secundaria para alimentar algunas intensas fantasías con Elizabeth Swann.
Gabe resopló.
—Por supuesto que sí.
—Amigo, ella tiene el vestido —dijo Baller con un gesto de su mano en

el área general de su pecho—. Además, es totalmente dura y podría patearte
el trasero.
Gabe resopló.
—Por supuesto que te gusta una mujer que podría derribarte. —Las
palabras salieron antes de que Gabe pensara en ellas, pero una vez que lo
hicieron, quiso retirarlas. No quería saber eso de Baller. De verdad. Y tampoco
quería bromear sobre eso. Atribuyó su comentario a una locura temporal.
Baller debe haberlo adormecido en una falsa sensación de seguridad.
Baller sonrió.
92
—Lo sabes. —Parecía que quería decir más, pero Orlando Bloom
apareció en la pantalla, distrayéndolo—. ¡Oh, mira, tu novio ha llegado! —Su
sonrisa se volvió desagradable y rastrera.
Gabe todavía lo encontraba atractivo. Carajo.
—Cállate. Cabrón.
Sin molestarse en responder al chirrido débilmente admitido, Baller

puso su helado sobre la mesa y se dejó caer sin gracia. Levantó los pies y los
colocó detrás del respaldo del sofá.
Gabe dejó su helado a un lado también (definitivamente no necesitaba

terminarlo) y siguió su ejemplo, apoyándose en la esquina de la sección.
Después de un momento de nada más que Piratas y su propio resurgimiento
del disgusto por el juego, ofreció:
—Al menos anotaste.
—Sí, pero las celes61 simplemente se ven estúpidas en los juegos en los
que terminas perdiendo ante los Sabres.
Punto.
—Para ser justos, te ves bastante estúpido de todos modos.
—Gracias —dijo Baller secamente. Luego, un minuto después, cuando

Jack Sparrow le preguntó a Will sobre el estado de sus testículos—: ¿De
verdad Orlando Bloom y no Johnny Depp?
Gabe parpadeó y se giró para mirarlo.
61
En el original cellis: Es la abreviatura de "celebración" que se usa a menudo en el mundo
de los deportes. No es una celebración completa; más bien es una breve expresión de alegría,
como bombear un puño al aire.
93
—Él no es mi tipo.
Baller se burló y se encontró con su mirada.
—Chico. Él es del tipo de todos.
Gabe no quería procesar eso, pero desafortunadamente, lo que salió de

su boca en vez de un descarada despedida fue:
—¿Qué puedo decir? Me gustan bonitos.
Silencio mortal de Baller. La película continuó, sin hacer caso de la

mortificación de Gabe. Entonces Baller se rió y Gabe giró la cara hacia el sofá
para amortiguar su gemido. Baller no iba a olvidarlo en el corto plazo.
—Voy a decirle a Fifi que dijiste eso.
—Dios mío, no. —Fifi le daría una mierda por un año, además él tendría
que soportar una conversación sesgada sobre la dinámica del equipo que
básicamente se reducirá a ‘Oye, encapricharse por un compañero de equipo es
era una idea terrible e insinuarse es probablemente peor’, cosa que Gabe ya
sabía.
Tal vez Baller sintió que en realidad hablaba en serio, porque dejó de
reír y dijo:
—No tienes que preocuparte. Piratas y las noches de helado son

sagradas. ¿De acuerdo?
Algo sobre la forma en que lo dijo pareció vulnerable, como que el pacto
significaba tanto para él como para Gabe.
Gabe intentó soltarse de su vergüenza y de darse cuenta de que su

enamoramiento se le estaba saliendo de las manos, y logró sonreír.
94
—De acuerdo.
BALLER SE QUEDÓ dormido en el sofá antes del final de la película, y

Gabe se aseguró y batalló consigo mismo por unos diez completamente
ridículos minutos antes de cubrirlo con una manta. De tres ocasiones, esta
era la primera vez que realmente tuvo la oportunidad de mirar a Baller
mientras dormía, y mirarlo le recordó, ante todo, lo joven que era. Todavía
tenía grasa de bebé, por todos los cielos. Solo en sus mejillas, pero, aun así.
Gabe se permitió mirar lo suficiente como para recordarlo, y luego subió y se
metió en la cama.
Baller se marchó por la mañana. Gabe había olvidado conectar su

teléfono la noche anterior, así que básicamente estaba muerto cuando lo
buscó para ver los mensajes. Pero cuando bajó a desayunar, encontró una
nota pegada al refrigerador....
Perdón, me desmayé, tomé un taxi a casa.
Al menos, no estaría sometido a la suave cara de sueño de Baller ni se

vería obligado a prestarle ropa que inevitablemente se aferraría demasiado a
su trasero. Gabe se duchó, se vistió y bebió un batido y medio de proteína
antes de guardar sus llaves y salir. Tenía patinaje temprano donde Coach les
recordaría que eran unos malditos atletas profesionales, no fieros bebés
desventurados.
Después del helado y la película, Gabe se sintió bien con el juego de

anoche anterior. Se sentía menos bien acerca de su continuo empalme por
Baller, pero tenía sus prioridades. Primero tenía que resolver su mierda en el
hielo. Todo lo demás podría esperar. Entonces no estaba de un humor terrible
cuando entró en el vestuario, hasta que todo se quedó en silencio en el
momento en que entró.
95
Probablemente solo era una coincidencia. Absorber las derrotas era

duro. Tenía sentido que el equipo todavía lo sintiera.
—Hola.
Consiguió un par de murmullos de ‘Holas’ en respuesta y algunos

saludos franceses dispersos, si acaso. Lo que era definitivamente extraño.
Ahora que estaba prestando atención, todos parecían realmente interesados
en vestirse para patinar, excepto Baller, dos puestos más abajo, quien estaba
pálido y con los ojos muy abiertos, sosteniendo un rollo de cinta, pero sin
hacer nada con él.
Un escalofrío subió por la espalda de Gabe cuando Baller negó con la

cabeza antes de inclinarse, su boca era una línea firme e infeliz.
Fifi agarró el hombro de Gabe antes de que Baller pudiera hablar, y lo

empujó al pasillo.
—¿Has revisado tu teléfono esta mañana?
El escalofrío cayó esta vez antes de solidificarse en un trozo de hielo del

tamaño de un disco en el estómago de Gabe.
—No, olvidé cargarlo. ¿Qué está pasando?
—Deberías verlo por ti mismo —suspiró Fifi—. Pero no aquí. Ven.
Acompañó a Gabe a la oficina del gerente general.
Oh, mierda. Esto tenía que ser malo si justificaba la intervención de

Terry sobre su entrenadora.
Terry se sentó detrás de su escritorio, con la cara rígida y el pelo canoso

desordenado. Frente a él estaba sentada la entrenadora y parecía
objetivamente terrible, con ojeras bajo los ojos. Las tazas vacías de Tim Horton
96
cubrían la superficie del escritorio. Por el aspecto de las cosas, habían estado
allí un tiempo.
—Él no lo sabe —dijo Fifi brevemente.
Terry se frotó las manos sobre la cara antes de colocarlas sobre el

escritorio y mirar a la entrenadora.
—Está bien —dijo la entrenadora en inglés—. Gabe, vas a querer estar

sentado para esto.
Gabe se sentó. Santo Cristo, ¿lo cambiaron a principio de temporada?

Tenía una cláusula de no movimiento, pero no entraría en vigor hasta que
llegara a agente libre la próxima temporada. Él no sabía para qué más
necesitaría sentarse.
—Quiero comenzar diciendo que no estamos enojados porque nos

hayas ocultado esto —dijo Terry seriamente—. Desearía que hubieras sido
más abierto conmigo, con el equipo, por lo que podríamos haber conseguido
enfrentar esto, pero entiendo que debes haber tenido tus razones y también
Brigitte.
Oh.
Mierda.
Cuando la bilis se elevó en su garganta, Gabe buscó palabras.
—¿Qué…?
La entrenadora negó con la cabeza.
—Es más fácil mostrarlo. —Ella asintió hacia Terry, quien giró el
monitor de su computadora hacia él.
97
GABRIEL MARTIN GAY: ANTIGUO AMANTE CUENTA TODO
Por Robert Stein
El delantero de los Quebec Nordiques, Gabriel Martin, ha sido un nombre

familiar en Canadá desde que trajo a casa el oro olímpico. Pero a pesar de
aparecer en los titulares como uno de los solteros más codiciados del país, nunca
se ha rumoreado que Anglo Ángel estuviera saliendo con una mujer. Según
Pierre Gagnon, la razón es simple: Martin es gay....
—Al principio todo fue muy romántico —dice sobre su relación, que
Gagnon finalizó en agosto—. Todo lo de la cita secreta, escabulléndonos. Era
sexy. Pero no podía vivir mi vida de esa manera. Me trató como un sucio
secreto. Quería ser parte de su vida, pero lo hizo imposible.
Gagnon afirma que la presión de vivir en el ojo público hizo que Martin
se mostrara renuente a ser sincero acerca de su sexualidad, a pesar del apoyo
público de los jugadores de la NHL. Hasta la fecha, todos los equipos de la NHL
están representados en un video para la campaña You Can Play. Los Dekes
cuentan con los compañeros de Martin, François Fillion e Isak Olofsson. ¿Su
forma de mostrar apoyo para Martin, tal vez?
Había una foto. Las manos de Gabe comenzaron a temblar.
Estaba acostado, profundamente dormido, en la cama con Pierre quien

tenía un brazo extendido para tomar la selfie. Como de costumbre, Gabe se
había envuelto alrededor de él; siempre había sido un mimoso dormido. Su
rostro estaba presionado contra el cuello de Pierre, con un brazo sobre su
pecho. Entre la pose, sus cuerpos obviamente desnudos, y el chupón
prominente en la clavícula de Pierre, Jesús, no cabían dudas de lo que habían
hecho.
98
Gabe podría enfermarse.
—¿Por qué tomaría una foto? —Fue lo primero que salió de su boca.
Algo estúpido de decir, pero Gabe estaba atrapado en eso. Había sido
cauteloso, no había dejado que Pierre tomara fotos de él. No era tan estúpido
como para dejar que cualquier amigo ni follamigo de una noche, se fuera a
tomar fotos potencialmente comprometedoras de él. Todos los ex resentidos
comenzaban como asuntos felices. Nadie esperaba que un amante
compartiera fotos después del hecho. Gabe no estaba dispuesto a arriesgarse
solo para que Pierre pudiera hacerse una selfie.
Había tenido razón al ser cauteloso, pero evidentemente no fue lo

suficientemente cauteloso.
Fifi puso una mano en su hombro y apretó. Gabe respiró hondo y se

estremeció. Dios. ¿Cómo paso esto?
—Relaciones públicas ha estado recibiendo llamadas toda la mañana.

Hasta ahora no hemos hecho ningún comentario, pero nos gustaría publicar
algo oficial —dijo Terry.
Gabe asintió con la cabeza entumecida. Eso tenía sentido.
—Debería llamar a mi agente. —Buscó su teléfono y luego recordó que

lo había dejado cargando en su casa—. No tengo.... —Se sentía perdido. Miró
a Fifi en busca de ayuda.
—Oye. Va a estar bien. Pregonarlo estará bien. —Y joder, esa era la

reconfortante voz de padre. Saber que Fifi sentía la necesidad de ayudarlo
hizo que Gabe quisiera llorar aún más.
—Arruinó mi vida —graznó desesperadamente.
99
—Oye, niño, no hables así —interrumpió la entrenadora—. Él tendría

que valer algo para haberlo arruinado. Él solo... puso algunos baches en el
camino. Pero los superarás porque eres un jugador demasiado
condenadamente bueno como para permitir que pequeñas mentes se
interpongan en tu camino.
Gabe no estaba seguro de creer eso, pero quería hacerlo.
Terry se hizo cargo de nuevo.
—Queremos resolver esto de inmediato, así que voy a llamar a Trish de

Relaciones Públicas para elaborar una declaración. Llamaremos a tú agente,
Erika, ¿no? Y le haremos saber esto también. —Hizo una mueca—. No estoy
emocionado por cómo salió todo, pero no voy a mantenerlo en tu contra.
Brigitte y yo estamos de tu lado. Solo sigue jugando y estaremos bien.
Gabe asintió, entumecido.
Por supuesto, esto seguía siendo un asunto de trabajo, así que Terry se
apresuró a agregar:
—Solo intenta no tener demasiados juegos como los de anoche.
EL COMUNICADO de prensa de Trish y Erika elaboraron fue bastante

simple. Erika calculó, y Gabe estuvo de acuerdo, que negar la historia tenía
poco sentido. Si lo intentara, los antiguos rollos de una noche saldrían
inevitablemente de todos lados.
—Es más probable que den una declaración si están enojados contigo
por parecer avergonzado y no ser partidario de los derechos de los
homosexuales —razonó Erika.
100
Así que el primer orden de la declaración fue reconocer la verdad del

artículo antes de declarar que todo el equipo, desde la gerencia hasta los
jugadores, estaba 100 por ciento con él. Luego hicieron una firme petición de
que los medios respetasen la privacidad de Gabe, y terminaron con la
afirmación formulada de que solo quería jugar al hockey.
Era casi lo que Gabe habría esperado, si hubiera tenido suficiente

tiempo para imaginar cómo sería una reacción positiva de su equipo.
La entrenadora los dejó temprano para ocuparse de la práctica. Le

preguntó a Fifi si se uniría, y después de mirar a Gabe, se negó. Debía verse
bastante patético.
Después de que Trish y Terry salieron de la oficina de Terry y Erika

había terminado la llamada con un ‘cuelga allí, niño’, Gabe se dejó caer en su
silla, exhausto.
—¿Qué voy a hacer? —preguntó al silencio.
Fifi suspiró, claramente infeliz.
—Tómalo un día a la vez. Intenta encontrar lo mejor. Nunca escuches

a nadie que no te apoye.
Gabe parpadeó rápidamente. No quería llorar.
—El equipo….
—Si quieres, ¿podría hablarles primero? Vete a casa, haz lo que

necesites hacer, llama a tu papá. Puedo quedarme aquí y hablar con el equipo
después de la práctica. Asegurarme de que saben que esto no importa.
Todavía eres bueno en el hockey.
101
—Sí. Sí, eso suena, eh... bien. —Gabe tragó saliva. Realmente no quería
pensar en la siguiente parte, pero tenía que decirlo—. Y um... realmente no
quiero saber si alguien tiene un problema. Pero, si crees que tengo que
hacerlo, si crees que alguien me va a dar un sermón, ¿puedes avisarme?
Fifi asintió.
—Bonne idée62. Vete a casa, descansa un poco, y si lo deseas, ven a

cenar esta noche. Yvette quiere echarte a perder.
Gabe asintió.
—No lo sé todavía. Tal vez.
—No te preocupes. Ahora, tengo una práctica que mirar. Necesito

asegurarme de que no sean demasiado perezosos sin mí, ¿sí? —Con una
última palmada en el hombro de Gabe, Fifi salió de la habitación.
Gabe permaneció inmóvil durante mucho tiempo antes de que

finalmente encontrara la energía para levantarse de su asiento. Pensó en
volver al vestuario para tomar sus cosas, pero no quería correr el riesgo de
encontrarse con un compañero de equipo. Él simplemente no podía lidiar con
eso ahora mismo. Se dirigió a la salida.
De alguna manera, llegó a casa vivo. No estaba seguro de cómo, ya que

no podía recordar cómo llegó a su cocina.
Su teléfono estaba enchufado sobre el mostrador, zumbando. El

identificador de llamadas del teléfono decía que su papá estaba llamando. Con
la boca seca, Gabe se lamió los labios y se preparó antes de contestar.
62
Bonne idée: buena idea.
102
—Hola papá.
—Oh, mi niño —dijo su padre con ternura. Y a pesar de los mejores

esfuerzos de Gabe por apuntalarse, simplemente no pudo terminar la llamada
sin llorar.
GABE SE QUEDÓ dormido en el sofá y se despertó un par de horas más

tarde, aturdido, hambriento y mayormente desdichado. Cuando no pudo
enfrentarse a otro minuto en su propia compañía, le envió un mensaje de
texto a Fifi aceptando la oferta de la cena. Tuvo que desplazarse por un
número aterrador de mensajes no leídos para llegar al contacto de Fifi, lo que
lo hizo retorcerse. No era uno de los máximos anotadores de la NHL porque
pospuso tareas duras, por ende, después de prepararse con una respiración
profunda, comenzó a pasar a través de ellos.
Apestas, hermano. Necesitas un mejor gusto en novios venia de Tips, el centro

de su segunda línea. Al parecer, Toupie y Binou lo habían elaborado juntos,
aunque el mensaje apareció desde el teléfono de Binou: Ojalá lo hubiéramos
sabido, tenemos un primo que es muy lindo. El mensaje había llegado solo uno o dos
minutos después de Tips, y el tema similar hizo que Gabe se preguntara si
habían estado en la misma habitación cuando los enviaron.
Algo en su vientre se desenroscó. No era que no hubiera pensado que

la mayoría de sus compañeros del equipo serían solidarios. Eran chicos
decentes, incluso si Fifi no podía controlar la conversación en el vestidor antes
de que alguien dejara de hacer una tontería que no quería decir.
103
Teacup, su segundo portero, le envió Gagnon es un Sitzpinkler63. Gabe tuvo

que buscar en Google eso. Al parecer, los alemanes tenían una palabra para
todo.
Tu lengua tiene el mejor vocabulario, le contestó después de deliberar.

Gracias, no parecía correcto.
El mensaje de Tom después convirtió la pantalla de Gabe en una

sorprendente gama de colores. Mostró un pastel, posiblemente, con glaseado
de arcoíris y una camiseta de los Dekes con el número 53 mal dibujada. Yorkie
escribió: Feliz día saliendo, supongo. Mi novia hizo esto en tu honor.
Gabe respiró tembloroso y parpadeó con fuerza. Yorkie era bastante

bueno, para un novato.
Algunos mensajes seguían siendo los de siempre, Erika había

mencionado que quería establecer una entrevista con un reportero gráfico de
la elección de Gabe, para controlar cualquier giro posible, y le había enviado
un mensaje de texto con una lista de personas que estaban salivando por la
posibilidad de meterlo en la silla. Uno de ellos fue Pierre McGuire64. Esperaba
que fuera una broma.
Otro par, incluyendo uno de su madre, solo decía: ¿Estás bien? Gabe
decidió que esos no justificaban respuestas, solo en parte porque no quería
mentir.
Gabe siguió desplazándose, su humor se iluminó mientras lo hacía.

Algunos ex compañeros de equipo de los Juegos Olímpicos también le
enviaron un mensaje de texto, y un puñado de alas o ex alas, además de un
63
Gagnon (el apellido del ex de Gabe) es un Sitzpinkler (Alemán: Cobarde): Gagnon es un
cobarde.
Regis Pierre McGuire es un analista de hockey sobre hielo estadounidense - canadiense

64
para las transmisiones de la Liga Nacional de Hockey (NHL) en NBC en los Estados Unidos.
104
puñado de capitanes de NHL demasiado cívicos que parecían pensar que era
su trabajo promover la armonía de la liga o algo así. Los mensajes variaron
en tono de Al carajo la Prensa, llama si necesitas hablar, pero no creas que esto cambia
nada, todavía te ganaremos el próximo juego.
En realidad, eran todo de un solo chico.
En la parte inferior de la larga lista de mensajes había siete sin leer de

Baller.
Lo siento, perdí el conocimiento, despegando ahora, no te asustes cuando no esté

allí en la mañana
El taxi huele a culo reciclado, ¿este tipo nunca oyó hablar de la atención a los
detalles???
Santa mierda, amigo, tengo que practicar y creo que alguien te descubrió
Vamos, pendejo, contesta tu teléfono
En serio, me estoy volviendo paranoico
Joder hombre esto apesta tanto. Lo siento
¿Piratas 2? El helado va por mí.
El último fue enviado dos minutos después de que Fifi lo sacó del
vestuario. Después de eso, Baller no había enviado nada, tal vez queriendo
darle espacio, tal vez no queriendo parecer un loco acosador con más
mensajes sin respuesta. Una oleada de afecto reticente golpeó a Gabe como
una ola, e hizo una mueca. Todo lo que necesitaba ahora era que la prensa se
enterase de su enamoramiento. Dios. Sus fracasos eran suyos; Baller no
necesitaba sufrir por ellos.
105
Además, Baller probablemente se merecía saber que no se había

ahogado él mismo en su jacuzzi por cuánto apestaba todo ahora.
Voy a lo de Fifi para cenar, le envió un mensaje de texto. Guarda a los piratas
para la próxima derrota.
La respuesta de Baller llegó mientras Gabe metía los pies en sus

zapatos.
Tú sabes que no debes maldecirnos así.
Gabe hizo una mueca: lo sabía, pero ya era demasiado tarde. Tocó el
marco de la puerta por cualquier suerte que pudiera ofrecer, luego se embolsó
sus llaves y se dirigió a la puerta.
SU PRÓXIMO juego fue contra los Flyers, lo que era solo la guinda del
pastel. Lo único que Gabe quería hacer menos que salir en público era salir
en público a jugar contra un equipo que los había aplastado en los tableros
antes de que lo sacaran del closet y embarullara la dinámica del equipo.
—Podría descartarte con un rasguño saludable 65 —ofreció la

entrenadora en el patinaje matutino.
Gabe solo había querido jugar al hockey. No lo había abandonado

cuando ascendió a una categoría de más edad y los chicos mayores se
burlaban de él, o cuando sus padres se divorciaron, o cuando su crecimiento
se retrasó y lo convirtió en un blanco aún más fácil para los matones en el
hielo, o cuando su mamá consiguió un trabajo en Inglaterra y de repente solo
65
Un jugador ileso en la lista que no se viste para un juego.
106
tuvo un padre para llevarlo a los juegos. Él no iba a dejarlo ahora, incluso si
iba a ser una mierda por un tiempo.
—No. Necesito jugar —dijo con firmeza. Después de todo, se sentía a la

deriva sobre muchas cosas, pero no sobre eso.
La entrenadora no parecía feliz, y Gabe no la culpaba. Él se retorció.
—A menos que… a menos que creas que distraerá demasiado al equipo.

No quiero...
La entrenadora lo rechazó.
—Van a tener que lidiar con esto tarde o temprano. La temporada es

joven. Pondremos seguridad adicional y trasladaremos todas las entrevistas
de los medios fuera del vestuario para ofrecer la mayor privacidad posible.
Joder. Gabe no iba a llorar delante de su entrenadora. Se tragó el nudo

en la garganta.
—Gracias. —Si el estado del estacionamiento durante la práctica fuera

una indicación, él estaría agradecido por eso.
El vestuario estaba extraño. Al igual que ayer, el silencio cayó cuando

Gabe entró. Algunos de los chicos parecían incómodos. Entonces Chef se
inclinó para golpear los puños, y eso rompió el momento.
—¿Estás listo para patear un trasero Flyer, Banksy? —Tips atravesó la

habitación.
Por supuesto, solo tenía una respuesta a eso:
—¡Demonios, sí! —incluso sonó un poco ahogado cuando lo dijo.
Binou dijo:
107
—¿Pensaste en nuestro primo? ¡Es muy buen chico!
Lo que hizo que varios de los jugadores gritaran y exclamaran como

niños de doce años.
—Como si quisiera a alguien que se relacionara con sus feas jetas. —

Gabe logró decir, débil pero lo suficientemente bien.
Entonces Baller irrumpió, gritando:
—¡Banksy! —Abordando a Gabe en un feroz abrazo—. Tú y yo, vamos a

poner nuestros movimientos de Jagger esta noche y mostrarles a los Flyers lo
que es el hockey real, ¿verdad?
—¿Jagger se mueve? —preguntó Yorkie.
—No... —Fifi intentó advertir, pero ya era demasiado tarde.
Baller se soltó de Gabe para girar las caderas antes de cantar y bailar
mientras cruzaba la habitación.
—Merde —dijo Fifi, más fuerte de lo que normalmente lo haría. Gabe

estaba agradecido al instante por la distracción.
Relegado a la banca en favor de algo más ridículo, Gabe se comenzó a

poner su equipo de práctica. Hora de calentar el hielo.
La práctica fue satisfactoriamente normal. La entrenadora siempre era

sensata y les ordenó como siempre. Todos cayeron en el patrón familiar de
calentamiento, ejercicios y líneas de confrontación.
Estaban trabajando en penalties, la mitad de los jugadores se alinearon

para llevar el disco a la red donde Chef esperaba con su cara de juego, el resto
sobre el hielo con Teacup.
108
Gabe estaba moviendo un disco, tratando de mejorar su manejo del

palo mientras esperaba su turno, manteniendo una oreja en Baller mientras
divagaba.
—Entonces fuimos a este club nocturno, y como, es una mierda, ya

sabes, porque solo tenemos dieciocho años, así que no tenemos identificación,
¿verdad? —Le había estado contando a Gabe una historia sobre cómo
intentaba ir a beber en los Estados Unidos cuando jugaba para los Stars de
Lincoln66. Gabe optó por no especular en voz alta sobre el boceto de la vida
nocturna de Nebraska en general. Algunas personas se mostraban
susceptibles con esas cosas— …y el idiota comienza a seducir a la novia de
este tipo, aunque…
Gabe apreciaba el que Baller quisiera normalizar las cosas, pero no

estaba seguro de que su agradecimiento se extendiera a escuchar esta
historia.
Inclinándose hacia adelante, Gabe arrojó el disco sobre la pala de su

bastón, y luego lo dribló alrededor, simplemente por qué sí.
—Amigo. Banks-eee. ¿Me estás escuchando?
Gabe dejó caer el disco y volvió a controlarlo.
—¿Qué? Sí, por supuesto.
—Entonces, ¿qué estoy diciendo? —preguntó Baller, sonando

totalmente como una ofendida verdulera. Jesús.
—Tú y tu amigo se emborracharon en Nebraska, lo que, sinceramente,

¿hay algo más que hacer en Nebraska?
66
Lincoln Stars es un equipo de hockey junior hubicado en Lincoln, Nebraska.
109
Baller graznó, ofendido en nombre del estado que había sido su hogar
durante esos años de formación. Luego hizo una pausa e hizo un movimiento
de cabeza considerado. Gabe sonrió.
—Gilipollas. ¡Kitty! Banksy es malo conmigo. —Baller se lamentó al

descomunal jugador mientras patinaba después de su turno en la red. Gabe
ahora estaba a solo dos jugadores de su propio turno.
Kitty le dio una mirada silenciosa a Baller, no infrecuente en él. Su

expresión generalmente lo decía todo.
—Ven a decirle a Banksy que sea amable conmigo —ordenó Baller

autoritariamente, aparentemente sin ganas de darse por vencido.
Kitty arrebató el disco de la cinta de Gabe mientras pasaba patinando.
—Díselo tú mismo. —Luego patinó sin otra palabra o una sola mirada
a Gabe.
Se formó un hoyo duro en el estómago de Gabe. Kitty solía ser tranquilo,

posiblemente el jugador menos estresado después de Chef, y rara vez estaba
de mal humor. Se preguntó qué fue lo que lo hizo gruñir a Baller y deseó
desesperadamente que no fuera por él. Probablemente era solo mal humor,
¿verdad?
—Uh —dijo Baller con torpeza—. Parece que no sabía qué decir.
Gabe estaba agradecido de que se hubiera levantado, porque no quería

hablar de eso. Él arrancó un disco nuevo de la pila en el hielo y lo llevó a la
red.
Marcó alto sobre el hombro de Chef, ganándose una mirada fulminante.

Pero la satisfacción que solía obtener después de un gol se sintió un poco
hueca.
110
Al menos, la alegría de ver a Chef rechazar brutalmente a Baller no fue

menor....
EL JUEGO contra los Flyers los absorbió desde el primer momento. Los
Dekes jugaron bien, pero no pudieron anotar. No pudieron cambiar nada en
los power play 67 , de los cuales tuvieron muchos porque a los Flyers les
gustaba cometer faltas. No es que los Dekes no estuvieran regalando
penalties.
A medida que pasaba el segundo período, la frustración por no poder

meter el maldito disco en la red aumentó. Gabe sintió que golpearían los
postes y el larguero un par de veces cada uno.
No era realmente sorprendente que la frustración se convirtiera en

jugadas descuidadas. Aun así, Gabe deseó poder canalizar la agresión en
malditos objetivos.
Gabe giró para agarrar el disco y chocó con un Flyer.
—Chupa verga —maldijo el Flyer antes de patinar, con el disco en su

bastón en lugar de en el de Gabe.
Gabe vaciló por un segundo antes de perseguirlo decididamente.

Preguntarse si habría más insultos homofóbicos dirigidos a él que de
costumbre sería una pérdida de tiempo. La mayoría de los jugadores tenían
bocas sucias en el hielo, y Gabe no podía asumir que nada era personal.
Jodería su partido.
Power play: Cuando el equipo contrario tiene una penalización y por lo tanto tu equipo tiene
67
una ventaja de hombres.
111
Su juego fue jodido de todos modos.
Dos malditos nulos. A pesar de la cantidad relativamente pareja de

disparos a gol, los Flyers los eliminaron.
El pasillo de regreso al vestidor estaba lleno de gente. La habitual

formación de prensa se apiñaba, a ninguno se les permitía pasar las puertas
de los vestuarios, como le habían prometido.
Unos pocos, se refería a la mayoría, de los reporteros lo llamaban por

su nombre, pero él los ignoró, haciendo todo lo posible por colarse entre sus
micrófonos y sus cuerpos. No era el capitán, no era un suplente, y no había
hecho ninguna jugada de la que valiera la pena hablar. No tenía que hablar
con la maldita prensa. Hoy no.
En el vestuario, Kitty evitó su mirada. Lo mismo hicieron la mayoría de

los otros chicos. Les gustaba su espacio después de una pérdida frustrante.
Gabe no iba a leer más de lo que era. Si pasaba más tiempo de lo normal bajo
el castigo de la ducha, nadie lo comentó, y nadie parecía más preocupado que
de costumbre porque él los viera desnudos.
Para cuando terminó de vestirse, el vestuario se había vaciado. Solo

Tips permanecía en una de las salas de entrenamiento en la parte de atrás,
cubriendo su rodilla bajo la estricta supervisión de una de las entrenadoras.
Gabe hizo una pausa y asomó la cabeza.
—¿Estás bien? —Tips había recibido un rudo golpe y cojeaba en el hielo

a la mitad del tercero.
Tips hizo una mueca.
—Me lastime por un juego o dos, pero se siente bien. Nada permanente.
112
—Gracias a la mierda. —Gabe saludó con buenas noches y se preparó

para la caminata por el pasillo.
Tuvo que detenerse antes de llegar al final y pensar en una ruta

alternativa, porque doce imbéciles con teléfonos o micrófonos, cámaras y
placas de prensa habían arrinconado a Baller. De acuerdo, era más como si
estuviera recibiendo atención en un lugar realmente inconveniente, pero, aun
así. Gabe retrocedió a una esquina. Baller podría verlo si miraba hacia atrás,
pero los periodistas estaban mirando a Baller, por lo que Gabe debería estar
a salvo.
—Dante, ¿cómo ha afectado la controversia en torno a Gabriel Martin a

los Nordiques como equipo?
Cualquiera que no conociera a Baller personalmente habría perdido la

irritada contracción de la comisura de su boca.
—Él es homosexual. ¿Qué controversia?
El sentido de auto preservación de Gabe sonó, viendo que esta

entrevista probablemente fuera mala para su enamoramiento, pero no pudo
moverse.
Algunas de las voces de los entrevistadores no le llegaban, lo que hacía

que escuchar fuera problemático, ya que estaban girados lejos de él. Pero
Baller había tomado al menos parte de su entrenamiento mediático, y Gabe
escuchó sus respuestas claramente. Alguien debió de haber preguntado por
la etiqueta en el vestuario, porque Baller sonrió y puso los ojos en blanco.
—Gabe me da exactamente tanta mierda sobre mi trasero como todos

los demás. Lo que, en realidad, creo que me ofende, él se distrae.
Gabe suprimió un gemido. Era como si él quisiera que la gente hablara.
113
Un entrevistador volvió a hablar, y a juzgar por la forma en que el

relajado lenguaje corporal de Baller se cerró, habían cruzado la línea, a lo
grande.
—No creo que entienda la pregunta. Porque por lo que dices, parece que
no crees que los hombres puedan controlarse a sí mismos ante la tentación.
Es pura mierda. Así que... —Él mostró una sonrisa fuerte y peligrosa, la que
daba en el hielo cuando estaba a punto de despojarte del disco y hacer que
parecieras un idiota. Lo que era esencialmente lo que le había hecho al
entrevistador. Trish iba a despedirle por mostrar esa nueva actitud a la
prensa, pero al menos no podían discutir el contenido de su respuesta.
Entonces, lo último de la paciencia de Baller se evaporó. Apretó la

mandíbula lo suficientemente fuerte para que Gabe pudiera distinguir como
flexionaba los músculos al otro lado del pasillo, e intentó reorientar la
conversación.
—¿Alguien tiene alguna pregunta sobre el hockey? —peguntó, solo un

toque de desesperación detectable bajo la molestia—. ¿Saben, ese deporte que
nos paga cantidades obscenas de dinero para jugar para ustedes?
Específicamente, la forma en que patinamos duro y aun así no pudimos
encontrar el fondo de la red. Odio perder, pero prefiero hablar de eso que de
la vida sexual de mi amigo.
Afortunadamente, alguien debe haber tomado el puto consejo, porque

Baller habló sobre los problemas con los equipos especiales68 en su lugar....
Después de verificar dos veces para asegurarse de que no había sido

visto espiando como un niño, Gabe volvió al pasillo y dio la vuelta hacia la
68
Son combinaciones de jugadores con las responsabilidades específicas de anotar durante
un power play. (Power play: Cuando el equipo contrario tiene una penalización y por lo tanto
tu equipo tiene una ventaja de hombres).
114
salida de los jugadores. Como había prometido Brigitte, el área de

estacionamiento de los jugadores estaba segura. Cualquiera que quisiera un
disparo de él metiéndose en su automóvil necesitaría un teleobjetivo. Gabe se
deslizó detrás del volante antes de reconsiderar y sacó el teléfono de su
bolsillo.
Relaciones publicas hará de tu vida un infierno, escribió. Pero gracias.
Cuando estacionó su auto en su casa, tenía una respuesta esperando:
Vale la pena....
115
SABRES ROMPIERON LA RACHA GANADORA DE LOS DEKES
Por Kevin McIntyre
Una derrota inesperada a manos de los Buffalo Sabres ha roto el impulso

de los Nordiques. Después de una racha ganadora de seis juegos, los Dekes
perdieron 4-1 ante los Buffalo Sabres la semana pasada y no se han recuperado
desde entonces, perdiendo los juegos subsiguientes en casa ante los Flyers y los
Canadiens antes de emprender un viaje por carretera de dos semanas y seis
juegos que los verá jugar en el suroeste de los Estados Unidos.
Además de los problemas de los Dekes, se encuentra la sorprendente

falta de puntos en su primera línea. Aunque Fillion, Martin y Baltierra llegaron
a los titulares el mes pasado por su capacidad para producir, su puntuación se
ha reducido a una fracción desde que se supo la noticia de la homosexualidad
de Martin. Mientras que la segunda y tercera línea de los Dekes han estado
patinando para compensar el déficit, hasta ahora no lo han logrado.
Los Dekes juegan con los San Jose Sharks69 este domingo a las 3:00 p.m.
hora del Pacifico.
—MIS HEMATOMAS tienen hematomas —gimió Baller patéticamente

mientras se hundía en el jacuzzi del hotel.
—Eres un jugador de hockey —dijo Gabe sin molestarse en abrir los

ojos. Uno, estaba jodidamente cansado y adolorido y solo quería disfrutar del
calor en sus músculos. Dos, enfrentarse con el culo de Baller estaba bien en
69
San Jose Sharks (en español: Tiburones de San José) es un equipo profesional de hockey
sobre hielo de los Estados Unidos situado en San José (California).
116
situaciones de trabajo, Gabe se había entrenado a sí mismo a alejar la mirada

en los vestuarios desde la pubertad, pero los bañadores de Baller se aferraban
a su culo lo suficiente cuando estaban secos. Ni siquiera quería pensar en
cómo se verían mojados. Al menos no hasta que estuviera solo.
—Tus hematomas siempre tienen hematomas.
Gabe siempre había pensado que jugaría el deporte que amaba hasta
que su cuerpo lo traicionara, hasta que sus articulaciones se doblaran y no
tuviera ninguno de sus propios dientes y la luz le lastimara los ojos. No había
considerado lo que pasaría si su espíritu se rompiera primero, pero ya estaba
empezando a preguntárselo.
—Duele más cuando perdemos —dijo Baller después de un minuto,

sonando tan vulnerable que Gabe se dijo a sí mismo que se aguantara y abrió
los ojos.
Baller tenía una expresión tan patética en su rostro que Gabe no pudo
evitar decir:
—Oye, esto es solo una mala racha. Somos demasiado increíbles como
para estar tranquilos por mucho tiempo. —Aunque honestamente,
mantenerse optimista cuando Joe Thornton había marcado cuatro goles en
contra de su equipo la noche anterior era difícil. Al menos, parecía
avergonzado y eufórico después, plantando su rostro entre sus manos
mientras celebraba.
Tatar, uno de los viejos compañeros de Gabe de los Wings, le envió un

mensaje de texto después del partido.
117
¿Entonces, lo hizo70?
Gabe solo respondió porque era más fácil responder a eso que los
numerosos textos de rostros fruncidos de todos los demás.
¿Lo sacó y comenzó a acariciárselo en el hielo? Sorprendentemente, no.
Para agregar más sal a la herida, esa noche había recibido un tag-
teamed71 de los gemelos72. Chef solo había cerrado la puerta antes de que
Getzlaf pudiera terminar con su chica73.
—Bueno, sí. —Baller intentó sonreír, pero fue débil—. Solo... hemos
estado jugando como la mierda.
Gabe suspiró. Eso era cierto. Pero no significaba que fuera cierto para
siempre.
—Entonces lo haremos mejor la próxima vez. Pasado mañana. Lo

haremos mejor. —Contra los Kings, que tuvo dos Copas en cuatro años. No hay
problema. Gabe intentó convencerse a sí mismo de que estarían sufriendo la
resaca de la Copa.
Baller arrugó la nariz.
70
En el 2013 el jugador de los Sharks, Tomas Hertl, anotó 4 goles en un juego y luego fue
criticado por sus festejos. Cuando entrevistaron a Joe Thornton él contestó al periodista:
"Cállate. ¿Alguna vez has jugado el juego? Tendría mi pene afuera si anotara cuatro goles.
Tendría mi polla afuera, acariciándola". Ver nota.
71
Tag-teamed: Acostarse con dos hombres, generalmente recibiendo uno sexo oral y el otro
en la parte trasera al mismo tiempo.
72
Los fanáticos de los Ducks (equipo de Anaheim, EEUU) se refieren al centro Ryan Getzlaf y
al extremo Corey Perry como ‘los gemelos’.
73
En el original hattie: se refiere a la chica más increíble del mundo y de aspecto súper
caliente.
118
—¿Siempre eres tan optimista?
—Solo frente a las patéticas expresiones de perro abatido. No puedo

patear a un cachorro cuando está deprimido. Soy así de débil.
Baller le sacó la lengua, pero parecía un poco más feliz.
Cuando salieron de la bañera y se pusieron los suaves albornoces de

hotel, Baller preguntó:
—¿Piratas y helado?
Gabe sonrió, solo algo sombrío.
—Piratas y helados.
—Piratas dos —insistió Baller. Gabe no estaba dispuesto a discutir—.

Elizabeth se pone más dura con cada uno. Aunque la primera película es la
mejor, no puedo dejar de mirar las demás.
—De acuerdo. —Gabe estaba razonablemente seguro de que Baller

estaría feliz de escuchar su teoría sobre el desarrollo del caliente Will Turner,
pero no estaba de humor esta noche. La reacción negativa de tener su
sexualidad en todas las noticias significaba que él era aún más reacio a hablar
con sus allegados. Quería que lo olvidaran de nuevo.
Mientras Baller se dirigía a su propia habitación para cambiarse a un

pijama con la promesa de seguir a Gabe a su habitación libre en el piso, Gabe
hizo lo mismo en su suite, después de pedir un helado. Cuando Baller llamó
a su puerta, Gabe rebuscaba en su bolso, buscando el cable para conectar su
computadora al televisor. Una vez que dejo entrar a Baller, regresó a su
búsqueda con una creciente sensación de terror.
119
—Putain 74 —juró Gabe con vehemencia. Se había olvidado de

empacarlo o lo había perdido en alguna parte de la carretera. Sería fácil de
reemplazar, pero el cable faltante era solo un golpe más en una semana de
mierda.
—¿Qué pasa? —preguntó Baller desde su lugar en la cama. Ya estaba

reclinado contra la cabecera. Por supuesto, conocía esa palabra francesa.
—No puedo encontrar el cable para conectar mi computadora al

televisor.
—Apesta. Pero podremos verla bien si la colocamos en la cama, ¿sí?
—Sí. —Gabe estuvo de acuerdo malhumorado.
Alguien del servicio de cuartos llamó a la puerta con su helado.
—¡Dulce! Tarta de mantequilla de maní —cantó Baller después de que

Gabe se la entregó—. Ven aquí, delicia, para que pueda devorarte.
Por su propia cordura, Gabe ignoró a Baller hablándole dulcemente a

su helado y se concentró con fuerza para poder cumplir la difícil tarea de abrir
Netflix.
Una vez que se instalaron con la computadora portátil abierta entre

ellos en la cama, Gabe tomó un último momento para maldecir completa y
silenciosamente el cable perdido. Porque esto era acogedor. Distractor
también.
74
Putain: en francés, maldición, puta mierda o carajo.
120
Se hizo una nota para sí mismo de superarlo pronto. Esto era platónico,
y anidar pensamientos tortuosos acerca de lo cerca que estaban sentados no
lo llevaría a ninguna parte.
Ayudó el que tuviera helado y una película para concentrarse. Bueno,

eso y su reciente terrible miseria. Gabe se aferró a esos sentimientos, nada
como un poco de abatimiento para matar la libido.
—Oye. —Baller le dio un codazo en el brazo—. Tengo una idea. Puedes

decir que no.
Era lindo que él pensara eso. Gabe lo miró.
—Estoy escuchando.
—Entonces tenemos un día libre mañana, ¿verdad? ¿Solo práctica?
Técnicamente, la práctica era incluso opcional, ya que habían jugado

juegos consecutivos, pero Gabe no estaba dispuesto a sugerir que la omitieran
cuando habían estado jugando tan mal.
—¿Sí? —Se ocultó.
—Entonces, uh. Hemos estado un poco tristes, y creo... —Baller rompió

el contacto visual y resopló, luego volvió a levantar la barbilla, con los ojos
brillantes—. Creo que merecemos algo de felicidad. Como, el lugar más feliz
de la tierra.
Al principio, Gabe no lo entendió. Luego miró de Baller a la pantalla de

la computadora portátil y de nuevo, y lo entendió.
—Quieres ir a Disneylandia.
—Nunca he estado. Y tengo casi veintiuno. Eso es prácticamente

antiamericano. —Baller golpeó su hombro nuevamente y sacó los ojos de
121
cachorro más tristes que Gabe había visto en el hielo—. ¿Por favor podemos
ir?
Gabe podría haber señalado que él no era estadounidense, o que

muchos estadounidenses no podían permitirse el lujo de ir a Disneylandia, o
que solo iban a gastarse para el juego del día siguiente. Podría haberlo hecho,
si no fuera por los más estúpidos ojos de cachorrito triste de Baller y su
expresión optimista y la débil noción de que quizás inyectarle un poco de
alegría a su vida no sería lo peor que podía hacer.
Además, ya estaban en Anaheim75.
Él suspiró.
—Tal vez solo por unas horas en la tarde.
Baller se iluminó como un árbol de Navidad.
—¡Sí! —gritó. Luego arrebató la computadora portátil de la cama, cerró

la pestaña de Netflix y se acercó imposiblemente más, aparentemente para
que Gabe pudiera ver por encima de su hombro, aunque tardó un momento
en enfocarse—. Está bien, esto llevará un poco de planificación. —Abrió una
nueva pestaña y se detuvo en el sitio web de Disneylandia—. Creo que si
comenzamos en Disneyland Railroad y regresamos...
Oh Dios, pensó Gabe mientras el calor del cuerpo de Baller se filtraba

a su lado. ¿En qué se había metido?
Anaheim es una ciudad ubicada en el condado de Orange, en el estado estadounidense de

75
California.
122
DADO QUE todo el inminente desastre fue su idea, Baller insistió en

pagar los boletos. Gabe lo dejó, demasiado abrumado por la luz del sol y las
familias felices para hacer lo contrario. Baller dividió el dinero, acompañó a
Gabe a través de los listones, tomó un par de mapas y luego, básicamente, a
rastras lo llevó hacia el ferrocarril.
—Estás muy entusiasmado con esto —observó Gabe con creciente

inquietud.
Baller sonrió maniáticamente y arrojó su brazo sobre los hombros de

Gabe.
—Disneylandia, Gabe —dijo, como si eso explicara su comportamiento

completamente extraño. Quizás lo hacía, en su mundo—. Vamos a divertirnos
hoy, aunque nos mate.
Gabe pensó que en realidad podría hacerlo. Bajaron en la primera

parada, según el plan extremadamente detallado de Baller, se quedó allí por
un momento, radiante, como si no pudiera imaginarse en ningún lugar que
preferiría estar más que en Anaheim, California, en medio de una mala racha.
Gabe cedió a su propio sentimentalismo y tomó una foto con su teléfono.
—Piratas —suspiró Baller felizmente, agarró el brazo de Gabe y lo arreó

hacia la derecha—. Ven. Tal vez tienen un pobre idiota disfrazado como Will
para que te lo comas con los ojos.
Gabe estaba razonablemente seguro de que las personas vestidas con

trajes eran para que los niños pudieran interactuar, pero decidió guardárselo
para él. Incluso si hoy no hiciera nada más que profundizar en los
sentimientos desacertados por su compañero de equipo, Baller aún merecía
pasar un buen momento.
123
Resultó que no tuvo que preocuparse por que Baller la pasara bien. La
línea para el viaje fue sorprendentemente corta, y Baller pasó los diez minutos
completos rebotando sobre sus dedos, mirando alrededor del escenario y
tarareando ‘La vida de un pirata para mí76’ en voz baja como un perdedor.
—Algunos días me olvido de que solo tienes veinte años —dijo Gabe con
una sonrisa autocrítica cuando llegaron al frente de la fila y se sentaron en el
viaje—. Hoy no es uno de ellos.
—Deja de ser tan viejo durante cinco minutos y relájate. Estoy tratando
de animarnos.
Gabe levantó las manos en señal de rendición.
—Está bien, está bien. Estás a cargo. Solo vengo de paseo. Llévame.
Una vez que admitió a Baller (y a él mismo) que no estaba a cargo de la

situación, fue una tarde agradable. Al final del viaje, salieron a la luz del sol
nuevamente y Baller se dirigió hacia un carrito que vendía sombreros
elaborados para que coincidiera con el tema. Lanzó un tricornio77 a Gabe,
luego agarró algo en color malva con una pluma de avestruz y se la metió en
la cabeza.
—¿Qué piensas? —preguntó, pasando un dedo por el ala, con los ojos
danzando.
Gabe quería besarlo, pero se distrajo probando su propio sombrero

tonto.
76
A Pirate’s Life for Me: https://youtu.be/3A19q7rysLs
El tricornio es un tipo de sombrero que inicialmente es de fieltro y tiene el ala ancha y

77
doblada hacia arriba buscando la copa y formando tres picos.
124
—Bueno, no eres Will Turner, pero supongo que estas aceptable.
Baller le sacó la lengua y separó un puñado de billetes por el sombrero.
Luego les compró un helado con forma de Mickey Mouse para almorzar
y comieron a la sombra de un gran árbol junto a la Mansión Embrujada.
—¿Vamos a eso también? —preguntó Gabe.
—Todo el mundo sabe que tienes que trabajar para Splash Mountain —
dijo Baller con altivez. Tiró su palo y lamió un goteo de helado de su pulgar.
Probablemente no fue intencionalmente pornográfico. Probablemente.
Después de Indiana Jones Adventure, Baller intentó comprarle a Gabe

un fedora78 que parecía peor que el tricornio.
—Solo los idiotas usan sombreros de fieltro.
Baller sonrió y le tomó una foto con su teléfono.
—Entonces, no hay problema, pues.
Gabe hizo una mueca.
—Vamos, dijiste que estaba a cargo. —Baller se complació.
—No pensé que eso significara que iba a tener que ceder el control de
mi vestuario.
78
El personaje de ficción Indiana Jones es conocido por su fedora marrón. El Borsalino o
Fedora es un sombrero de caballero hecho de fieltro suave, por norma general de color gris o
negro con una cinta anudada al lado izquierdo, una copa ligeramente triangular, unos
pellizcos laterales como marcas de dedos y el ala de tamaño medio recta aunque flexible.
125
—Gruñón. —Y en su lugar le puso una vincha con las orejas de Mickey

Mouse en las manos—. ¿Arreglado?
Al menos Baller no había invitado a nadie más a presenciar su

humillación. Definitivamente nunca escucharía el final si alguna de estas
imágenes saliera a la luz. Fifi lo haría sonar por siempre, y probablemente
habría un circo mediático en su totalidad si los atraparan cuando no pudieran
ganar un juego de hockey por amor o por dinero.
Gabe suspiró internamente y se puso la vincha en la cabeza.
Tres horas y media más tarde, cuando tropezaron con Buzz Lightyear
AstroBlasters por cuarta vez, estaba sonriendo.
—¿Otra revancha?
—Qué jodido, no, presumido bastardo. —Baller hizo un puchero, pero

no pudo contenerlo. Su sonrisa ganó un segundo después—. En serio, ¿estás
ocultando una adicción secreta a los videojuegos?
—Admítelo, solo tengo una mejor coordinación mano-ojo que tú —dijo

Gabe, ajustándose las orejas mientras se preparaba. Estaban empezando a
lastimarle la cabeza, pero el trato era que Baller tenía que usar el estúpido
sombrero mientras Gabe no se quitara las orejas. Gabe no iba a ser el primero
en ceder.
—Eso no es lo que dicen las estadísticas, amigo. —Baller había

avanzado en su carrera de puntos desde ese partido contra los Sabres—. De
hecho, yo…. —Se detuvo a medio pensamiento y ladeó su cabeza hacia Gabe,
con una extraña sonrisa retorciendo sus labios. Dio un paso más cerca y
levantó una mano hacia la diadema en su cabeza—. ¿Agachas un poco la
cabeza? Tienes algo en tu...
126
Gabe se congeló cuando Baller agarró su muñeca derecha para

mantener el equilibrio mientras levantaba la mano. Su sombrero se echó
hacia atrás precariamente, pero Gabe no podría haberse apoderado de él aun
si su vida dependiera de ello. Estaba atrapado, sin respirar, mientras Baller
se acercaba hasta que Gabe pudo ver sus poros. Rozó sus dedos sobre las
orejas de ratón de Gabe.
—Creo que entraste en una telaraña. Tienes una hoja... Aquí. —Baller
apartó su mano derecha, pero dejó la otra donde estaba, cruzada alrededor
de la muñeca de Gabe. Hubo un sonido de papel mientras lo que había sacado
de su cabeza golpeaba el asfalto.
Sus ojos se trabaron.
Por un segundo eternamente estúpido, Gabe pensó que Baller iba a

besarlo.
Entonces, el momento pasó, y Baller lo soltó y dio un paso atrás. Golpeó

a Gabe en el brazo.
—Mucho mejor. Es bueno que me dejes cuidar de ti.
Gabe se obligó a descongelarse y sacudir la cabeza fingiendo

incredulidad.
—Correcto —dijo mientras comenzaban a caminar de nuevo, hacia

Space Mountain esta vez—. Soy un travieso.
Baller resopló.
—Demasiado fácil. Sabes mejor que alimentarme con una línea así.
Ven.
127
—Te daré de comer algo —prometió Gabe en broma, recuperando su

equilibrio.
Baller tropezó con nada en el pavimento. Gabe lo agarró por la parte

trasera de su camiseta antes de que pudiera zambullirse. Mierda. Él había
ido demasiado lejos.
Jadeando, Baller enderezó su sombrero y luego golpeó a Gabe con el

codo.
—Sabes, estaba empezando a temer que nunca volvieras a ser ese tipo
burlón. Es bueno tenerte de vuelta.
A veces no te entiendo en absoluto. Pero por una vez Gabe se permitió

ser honesto.
—Es bueno volver. —Luego vio la cola de Space Mountain y se

estremeció—. Es bueno que tengamos pases rápidos. —Solo les quedaba una
hora antes de que tuvieran que abandonar el parque para regresar a tiempo
a la cena del equipo.
Gabe se había olvidado de su estúpido sombrero cuando regresaron al

hotel. Cuando entraron al vestíbulo, Fifi miró desde el mostrador de
conserjería, con una toalla de gimnasio colgada de uno de sus hombros, y
soltó una carcajada.
—Creo que no tengo que preguntarte qué has hecho hoy.
—¡Fuimos a Disneylandia! —dijo Baller innecesariamente. La pluma del

sombrero se deslizó de un lado a otro a tiempo con su entusiasmo.
—No jodas. —Fifi puso sus ojos en blanco y extendió la mano para
golpear las orejas de Gabe.
128
Gabe se las quitó.
—Será mejor que tengas mucha energía para el juego mañana.
Gabe se erizó.
—¿Qué? Llegué a casa a tiempo para el toque de queda.
Afectadamente abriendo los ojos con inocencia sincera, Baller asintió.
—Sí, papá. Fui un total caballero. Ni siquiera intenté llegar a segunda79.
Fifi golpeó el ala del sombrero de Baller sobre sus ojos.
—Bien, bien. Date prisa y prepárate para la cena o estaremos comiendo

sin ti.
De alguna manera, Chef se escabulló en su habitación, le robó las

orejas mientras Gabe se duchaba, y se presentó a cenar con ellas, así que,
por supuesto, él y Baller fueron molestados. Gabe esperaba que Chef no lo
publicara en Twitter, pero al menos Gabe no aparecería usando las orejas en
ninguna foto. Las bromas solo empeoraron cuando se disculparon por no salir
a tomar algo porque ambos estaban demasiado cansados para hacer algo más
que tumbarse en la cama de Gabe y terminar viendo Piratas.
—¿Oye, Banksy?
—Hmm —dijo Gabe. Sus ojos no se centraban en la pantalla del portátil.
—Solo gracias.
Parpadeando con los ojos arenosos, Gabe se las arregló para decir:
79
Se refiere a llegar a segunda base. Primera base es besar, segunda base es tocar los pechos
y tercera base es follar.
129
—¿Por qué?
Escuchó que Baller respondía, pero las palabras se perdieron en sus

orejas cansadas cuando finalmente se quedó dormido.
GABE SE LEVANTO al sonido de su teléfono chillando con los textos

entrantes. Gruño lamentándose y se movió. Luego se congeló.
A menos que estuviera equivocado, estaba ahora envuelto alrededor de

otro hombre, con la cabeza apoyada en su espalda.
¿Qué mierda? Él no se había acostado… oh Dios.
Gabe se había instalado en su cama la noche anterior para terminar de

ver la película con Baller, y no recordaba que Baller se hubiera ido. O incluso
el final de la película.
Mierda.
Gabe abrió un ojo y vio... el magnífico culo de Baller. De hecho, tenía la

cabeza apoyada en el omóplato de Baller, con la nariz apuntando hacia el sur.
La vista se veía obstaculizada solo por su antebrazo descansando en la
espalda de Baller.
Jesucristo. Necesitaba salir de la cama antes de que su polla decidiera

cambiar la marcha de la mañana a mástil completo.
Con cautela, se desenredó, lo que fue una triste indicación de sus locas
tendencias nocturnas, y se metió en el baño.
Para cuando salió de la ducha, Baller estaba sentado en la cama,

frotándose los ojos.
130
—Buenos días —gruñó.
Gabe le gruñó en respuesta. Ah, la gloria de los jugadores de hockey.

Te perdonaban cuando regresabas a un estado de cavernícola.
—Perdón por dormirme en tu habitación otra vez. —Baller curvó los

labios.
—No te preocupes por eso.
—Oh, no lo estoy. Ya que fuiste el que se quedó dormido en mi hombro

—dijo Baller alegremente, incluso mientras sonreía—. Y luego no me dejaste
salir de la cama cuando lo intenté.
Gabe se sonrojó frenéticamente.
—Uh, sí, lo siento por eso. Hago eso cuando estoy dormido. Papá dice
que siempre lo he hecho.
—No te preocupes por eso. —Baller se levantó de la cama y se estiró. El

dobladillo de su descolorida camiseta de los Lincoln Stars apareció cuando lo
hizo, y Gabe se dio vuelta para hurgar en su maleta—. De todos modos, será
mejor que regrese a mi habitación, tome una ducha y me vista. Nos vemos en
el desayuno. —Hizo un gesto con la mano y luego se fue.
Gabe se paró por un momento, preguntándose cómo Baller podría

encogerse de hombros ante la manera íntima en que habían pasado la noche.
Por otra parte, probablemente no le importaba, excepto para pensar que era
gracioso.
Sacudiéndose a sí mismo, no iba a hacer esto, Gabe volvió a tirar de la

ropa. Era hora de vestirse. Entonces él podría encontrar el desayuno.
131
En la planta baja, varios de sus compañeros de equipo se apiñaron

alrededor de las mesas, hablando tranquilamente sobre platos de huevos y
tostadas. Proteína y carbohidratos: la comida de los campeones. O en su caso,
perdedores en serie.
Recogió su desayuno y se instaló en un asiento vacío al lado de Fifi.
Cuando Baller se sentó frente a él unos minutos más tarde, le dio un

codazo al pie de Gabe con el suyo en señal de saludo.
—Buenos días.
—Baller —dijo Yorkie más abajo por la mesa— ¿dónde estabas anoche?
Pensé que estabas demasiado cansado para salir. —Él movió las cejas.
—Perdón, hermano, ¿estabas preocupado por mí? ¿Dando vueltas por

la puerta?
Algunos de los chicos se rieron.
Yorkie resopló.
—Sí, claro. Sin embargo, sí sé lo que parece una cama sin dormir.
Baller ladeó la cabeza en acuerdo. Parecía estar disfrutando la atención,

por no mencionar la curiosidad de Yorkie, y no darse cuenta de la tranquila
mortificación de Gabe.
—Suficientemente cierto.
—Entonces, ¿te la arreglaste para encontrar a alguien después de la

cena anoche? —preguntó. Malditos chismosos del hockey.
—Solo Banksy.
132
Junto a Gabe, Fifi se quedó quieto. Maldita sea, pensó Gabe, forzando
su expresión a permanecer neutra mientras paleaba con un bocado de
huevos. Sabía que no podía evitar esta conversación para siempre, pero
esperaba que pudiera posponerlo al menos hasta que estuvieran en medio de
un puesto en casa, y que pudiera emborracharse adecuadamente con Chef
hasta que ambos desmayaran en el sofá de Fifi.
Tips y Yorkie levantaron las cejas y se inclinaron. Baller los tenía

enganchados. Incluso Toupie y Binou se volvieron, obviamente
preguntándose qué era tan interesante.
—Al parecer llevarlo a Disneylandia no fue suficiente para animarlo.

Lloró hasta dormirse sobre mi hombro —continuó Baller—. Algo sobre cómo
Ontario nunca nombrará un lago después de él. Y se convierte en el Kraken
una vez que está inconsciente, no puede lograr que me soltara.
No queriendo que su gratitud por la indiferencia de Baller fuera

evidente, Gabe frunció el ceño y jugó.
—Lo que sea. No es que Ontario tenga un exceso de lagos sin nombre
ni nada.
Todos menos Fifi se rieron. Bueno, Fifi y Kitty, a pocos pasos de él, que
murmuraron algo sobre olvidar su teléfono y abandonaron la mesa.
Gabe se quedó con el estómago revuelto y tuvo que esforzarse para

terminar su plato. Pero no pudo tragar los segundos que sabía que necesitaba.
133
FIFI ESPERÓ hasta después de perder su tiempo extra80 en LA. Cuando

su avión despegó, lo emboscó. Gabe sabía que eso era lo que estaba
sucediendo porque Fifi apareció en su asiento, golpeó a Baller en el hombro e
hizo que se sentara con Chef, y no se metió con la rutina sin razón. Gabe se
preguntó si era demasiado tarde para fingir que estaba dormido.
—Necesitamos hablar —dijo Fifi en francés.
Gabe se sintió como una bola condensada de miseria.
—No hay nada de qué hablar. —Miró fijamente por la ventana, fingiendo
interés por las nubes que se movían debajo del ala.
Fifi se burló.
—Creo que sí. Podemos hablar sobre eso en inglés si así lo prefieres.
Gabe apretó los dientes.
—Fifi…
—No estás bien —lo interrumpió Fifi—. Te ves como una mierda. No
comes lo suficiente. Juegas como una mierda. —Gabe se estremeció, y Fifi
debió haberlo visto, porque bajó la voz y continuó con más suavidad—.
Durante seis juegos hasta ahora. Si no me vas a hablar, habla de ello con otra
persona.
—¿Y decir qué? —siseó Gabe, tratando de desviar la pregunta—. ¿Qué

me temo que los imbéciles tienen razón? Eventualmente, alguien saldrá y
dirá: “Obviamente, You Can Play estuvo mal”, ¿porque este tipo no pudo
anotar en una red vacía?
80
El tiempo extra es un método para determinar un ganador en un juego de hockey sobre
hielo cuando el puntaje está empatado después del tiempo regular.
134
Fifi hizo un sonido frustrado.
—Eso es una mierda. Ahora no eres más gay porque la gente lo sabe.
Te gustaba igual la polla cuando estabas jugando como si tus patines
estuvieran ardiendo. Entonces, ¿por qué no me dices qué es lo que realmente
te molesta?
El estómago de Gabe se retorció, y enroscó los dedos contra el

apoyabrazos.
—No puedo.
Con un largo y resignado suspiro, Fifi se dejó caer a su lado hasta que
su cabeza se apoyó en el hombro de Gabe.
—¿No se lo puedes contar al capitán o no se lo puedes decir a tu mejor

amigo?
Tragando, Gabe inclinó la cabeza sobre la de Fifi.
—No es como si pudieras quitarte la C, ya sabes. Está prácticamente

bordada en tu piel.
Le llevó un minuto darse cuenta de que había contestado

accidentalmente la pregunta, aunque de forma un poco oblicua.
Fifi le dio una palmadita en la mano.
—Prometiste que no interferiría con tu hockey. —Pero antes de que

Gabe pudiera objetar que esto no era acerca de Baller, o incluso estar
demasiado herido, continuó—: Y sé que clasificarás esa parte. Pero también
estoy preocupado por ti. Ganar no es todo.
135
Sonaba robótico cuando lo dijo, aunque eso era lo normal para los
atletas profesionales que cumplían esa máxima en particular. Si lo creyeran,
no serían atletas profesionales.
Gabe resopló, y el cuerpo de Fifi se sacudió debajo de él mientras se

reía.
—Tú, jodido mentiroso.
Podía sentir a Fifi sonriendo contra su cuello.
—Lo siento. Por supuesto, quería decir que hay más cosas para ganar
que el hockey.
Ahora eso Gabe podía respaldarlo. Tal vez.
—Sí —admitió.
Fifi se sentó y le dio unas palmaditas en la pierna.
—Estarás bien, ¿sí?
Gabe respiró hondo y se liberó lentamente.
—Sí. Necesito que tú y Chef realmente me embriaguen cuando

lleguemos a casa.
—Le pediré a Yvette un pase de un día —prometió Fifi—. A ella le gustas,

y va a decir que sí.
Hasta entonces, Gabe tendría que hacer todo lo posible para mantener
a Baller a distancia. Sobre todo, porque sus brazos parecían tener mente
propia cuando se trataba de él.
136
Solo tres juegos más y luego estarían en casa. Gabe podría mantener
su distancia durante ese tiempo, seguramente.
A VECES LA VIDA arrojaba curvas y Gabe se encontró en medio de una

situación imprevista y sorprendente. Como jugar Would You Rather81 en una
habitación de hotel en Phoenix con varios de sus compañeros de equipo.
Estaba bastante seguro de que era culpa de Baller.
—Fifi. —Chef lo señaló—. Es tu turno. Tienes que jugar.
—Tengo una esposa —protestó Fifi por decimonovena vez—. Y cuatro

hermosos hijos.
—Sí, sí, lo sabemos —dijo Baller, con aspecto malhumorado.
—Cállate y juega, Fifi. Es solo un juego —agregó Gabe razonablemente.
Fifi suspiró.
—Cher es aterradora y Betty White es graciosa.
—¡Hurra!, el hombre contestó. Betty White para la nueva fantasía de

Fifi —dijo Chef.
Yorkie se reía borracho con su cerveza. Probablemente era hora de

cortarlo.
81
Would You Rather: Juego de preguntas del tipo ¿qué prefieres? Con miles de preguntas
disponibles. Es una aplicación de trivia donde tendrás que elegir entre dos opciones
disponibles. Muchas de las preguntas son introducidas por otros usuarios.
137
—Es tu turno, Fifi —dijo Baller, interrumpiendo los balbuceos de Fifi—

. Consigue tu venganza.
Fifi dirigió una mirada penetrante a Baller. Parecía que realmente

estaba buscando venganza.
—¿Baller, Céline Dion o Hilary Clinton?
Baller se echó a reír en su cerveza.
—Oh hombre, ¿de verdad? —consideró—. Hm. ¿Quiero follarme a un

candidato presidencial o una estrella pop canadiense? —Él acarició su
barbilla—. Tan asombroso como es escuchar los gemidos franceses, he estado
allí, hecho eso. Pero nunca me he acostado con material presidencial, así
que... Clinton, además, tendría totalmente la canción del Titanic atrapada en
mi cabeza todo el tiempo que me estuviera cogiendo a Dion, así que, doble no.
—Follar al presidente sería ardiente. —Yorkie se dejó llevar por la

borrachera—. No a Clinton, sin embargo. Es viejo. —Perdió la batalla para
mantener la cabeza erguida, y cayó sobre la mesa. Una sonrisa afectuosa tiró
de la boca de Gabe. Él había estado preocupado por jugar este estúpido juego
con Yorkie al principio, pero el chico había estado tan desconcertado por las
opciones masculinas que Gabe había lanzado que se había relajado.
Extendió la mano y palmeó la cabeza de Yorkie.
—Duerme bien, chico.
—Banksy, ¡tu turno! ¿Capitán América o Iron Man?
Gabe se volvió hacia Baller.
138
—Capitán América, ¿qué? ¿Parise82?
Fifi y Chef se rieron.
—¿Algo que quieras contarnos sobre Parise? —preguntó Chef con una
sonrisa. En momentos como estos, Gabe estaba contento de que Chef fuera
relativamente discreto en Twitter.
—No —dijo Baller lentamente—. Me refiero a Steve Rogers, ya sabes,

¿de los Avengers?
Correcto. Por supuesto, eso parecía obvio ahora. Tal vez Gabe debería
dejar de beber.
—Um. —Gabe trató de recordar lo que sabía sobre los personajes—.

Iron Man.
—Hubiera pensado que el Capitán América sería más tu tipo —dijo

Baller.
En su mayoría, habían estado dando razones para sus elecciones. Gabe

no tenía una vez esta vez, excepto que solía buscar hombres que no fueran
tan cercanos a él en el tipo físico.
—Realmente no. Ok, um, Chef. —Maldición. Ahora Gabe tenía que
pensar en dos mujeres famosas—. Uh, Björk83, o, uh...
Chef parpadeó a Gabe sobre su vaso, luciendo muy poco impresionado.
—Sabes que es de Islandia, ¿verdad?
Referencia a Zach Parise, jugador de los Minnesota Wild, a quien los fans denominaron
82
Capitán América cuando fue designado capitán del equipo olímpico de hockey.
83
Björk: es una cantautora, multi instrumentista, compositora y productora islandesa.
139
—Lo que sea, amigo, ella fue la primera persona que vino a mi mente.
El aspecto que obtuvo fue plano y poco impresionado.
—Bien —interrumpió Baller—. ¿Si quieres más elecciones patrióticas,

Läck84 o Landeskog85? —Él estaba sonriendo, obviamente satisfecho consigo
mismo.
—Sí, no, no soy tan estúpido como para meterme en la cama con otro
portero —gruñó Chef, porque incluso los porteros pensaban que los porteros
estaban locos—. Landeskog.
Baller asintió.
—Sabia elección. Además, Landeskog es totalmente más bonito.
Gabe miró a Baller con los ojos cruzados, pero simplemente se lo veía
serio. Chef asintió y aceptó el pronunciamiento, luego continuó el juego.
—Yorkie, ¿estas despierto?
Yorkie levantó la cabeza.
—¿Qué?
—¿Hilary Knight o Amanda Kessel?
Yorkie frunció el ceño.
84
Eddie Läck (nacido el 5 de enero de 1988) es sueco y es un portero de hockey sobre hielo
que actualmente juega para los Binghamton Devils. Es apodado ‘La cigüeña’, en referencia a
su alta estatura y sus largas piernas.
85
Gabriel Landeskog es un delantero sueco de hockey sobre hielo profesional que actualmente
se desempeña como capitán de los Colorado Avalanche.
140
—Pero no son porteros. —Muy bien, al parecer, no todos eran lo

suficientemente sabios como para querer evitar los porteros—. Me gustan los
porteros. Jenna es una portera. Ella no iba a salir conmigo hasta que pudiera
meterle un gol, ella es más veterana. —La cabeza de Yorkie cayó nuevamente
sobre la mesa—. Me llevó meses —murmuró. Era posiblemente el borracho
divagante más lindo que Gabe había presenciado.
—Bueno —dijo Chef—. Eso fue tan jodidamente adorable que no me

importa que haya evitado la pregunta.
Todos miraron a Yorkie durante varios segundos. Su mejilla aplastada

contra la mesa, y Gabe se preguntó si tal vez no deberían llevarlo a algún
lugar más cómodo. Estaban a solo unos centímetros de su cama, después de
todo.
—Bueno, ya que él está fuera, es mi turno —dijo Baller alegremente. No

lo era, pero Gabe sospechó que nadie más estaba sobrio o lo suficientemente
interesado como para discutir—. Banksy. —Volvió a mirar a Gabe—. ¿Sidney
Crosby86 o Patrick Kane87?
—Eso no es justo —protestó Gabe—. Estuvimos de acuerdo al principio,

sin compañeros de equipo. —Yorkie había sido el primero en preguntar a Gabe
sobre sus compañeros de hockey, y Gabe había insistido de inmediato en que
los jugadores de hockey no fueran Dekes, porque eso sería simplemente
incómodo.
—Sí, sí, lo sabemos, jugaste para Canadá —dijo Chef en su bebida.
86
Sidney Patrick Crosby es un jugador canadiense profesional de hockey sobre hielo. Es el
capitán del Pittsburgh Penguins, donde juega en la posición de atacante central. También es
jugador de la selección nacional canadiense de hockey sobre hielo.
87
Patrick T. Kane, Jr. es un jugador profesional de hockey sobre hielo que actualmente juega
para el Chicago Blackhawks de NHL. También es jugador de la selección nacional canadiense
de hockey sobre hielo.
141
—No juegas con Crosby todo el tiempo —argumentó Baller.
—Pero espero volver a jugar con él —replicó Gabe.
—Es solo un juego, Gabe. No es un gran problema y no es en serio,

Gabe. Solo responde a la pregunta, Gabe —dijo Fifi burlonamente, su acento
francés volviéndose más grueso que de costumbre.
—Bien —gruñó Gabe. Luego pensó en la pregunta antes de admitir

finalmente—. El orgullo nacional me obliga a decir Crosby.
Baller se rió y derramó su bebida.
—Cállate —dijo Gabe. Golpeó el hombro de Baller—. Como si fueras

diferente.
—Cierto. EE.UU. todo el camino, cariño. Además, prefiero a las rubias.

—Baller le guiñó un ojo. El estómago de Gabe se balanceó.
—Por no mencionar esas manos suaves, ¿verdad? —lanzó Chef,

meneando una ceja.
—Oh, sí. —Baller ansió con un exagerado suspiro de ensueño.
—Buen punto —estuvo de acuerdo Fifi—. Pero —dijo en inglés antes de

entrar al francés. Movió las manos en el aire, describiendo un triángulo
equilibrado en su punta, seguido de una generosa curva.
Gabe lo miró, aturdido. ¿De verdad había dicho…?
—¿Qué dijo él? Eso fue sobre Crosby, ¿verdad? —Baller quería saber.
Chef también parecía curioso, pero Gabe no lo repitió—. Vamos, Banksy,
cuéntanos.
142
—Baller —dijo Gabe en un intento de distraerlo—. ¿Ovechkin 88 o

Seguin89?
Eso hizo que Baller se detuviera. Tocándose el labio con un dedo.
—Bueno. Hm, realmente de lo que se trata es: ¿Quién arrojará la mejor

fiesta en mis pantalones? —Hizo ruidos reflexivos.
Chef de un solo trago se tomó lo último de su bebida.
—Estoy oficialmente incómodo con esto —dijo secamente.
Fifi le dirigió una mirada infeliz.
—¿Recién ahora?
Chef hizo un ruido de acuerdo y se puso de pie.
—Hora de dormir para mí. —Gabe no podía culparlo. Yorkie estaba

babeando en la mesa, y Fifi estaba perdiendo claramente su inglés; estaba
murmurando en francés—. Yo también, yo también.
—¿Ya? —Baller hizo un puchero—. Pero todavía no he decidido.
Eso solo parecía hacer que se movieran más rápido.
—Buenas noches, bonne nuit. —Gabe llamó después de que

desaparecieran sus formas, y luego se volvió hacia Baller—. Ayúdame a llevar
tu compañero de cuarto a su cama.
88
Aleksandr Mijáilovich Ovechkin, también conocido como Alexander Ovechkin es un jugador
profesional de hockey sobre hielo que juega como extremo izquierdo para los Washington
Capitals.
89
Tyler Seguin Paul (nacido el 31 de enero de 1992) es un jugador canadiense de hockey sobre
hielo.
143
Baller lo ayudó, refunfuñando todo el tiempo. Una vez que acomodaron

a Yorkie en la parte superior de las mantas, Gabe buscó la puerta. Chef y Fifi
no eran los únicos que querían escapar.
—¿Pero no quieres escuchar mi respuesta? —Baller lo llamó.
Gabe podría haber cerrado la puerta un poco demasiado fuerte en su

prisa.
DURANTE SU próximo juego, el hockey de los Dekes continuó

deteriorándose ante los fanáticos de ropa blanca 90 de los Coyotes 91 . El
vestuario estaba en silencio, salvo por las conversaciones de ánimo cada vez
más huecas de Fifi y el estrépito del equipo. La entrenadora se quedó ronca
en cada período sin resultado. Gabe no anotó, Baller no anotó, Fifi no anotó.
Kitty logró anotar un gol con una asistencia de su linemate92 habitual, pero
eso aún los dejo abajo 3-1.
Si las cosas no mejoraban, Gabe ni siquiera culparía a Terry si lo

cambiaba. No es que alguien lo quisiera considerando su reciente historial.
Bueno, tal vez Brian Burke93. Pero Gabe realmente no quería jugar para
los Flames.
90
En el original "Whiteout" es donde cada fan en las gradas usa blanco durante un partido
de playoffs en casa.
91
Arizona Coyotes o los Coyotes de Arizona es un equipo profesional de hockey sobre hielo
situado en Glendale, a las afueras de Phoenix, Arizona.
92
Linemate: Cada equipo cuenta con líneas de ataque (dos extremos y un centro) y de defensa
(dos defensas), que suele utilizar en varios tramos del partido.
93
Brian Burke es el presidente del equipo Calgary Flames (equipo profesional de hockey sobre
hielo canadiense que está asentado en la ciudad de Calgary) y cofundador del proyecto You
Can Play, de ahí la afirmación de Gabe de que siempre puede ser cambiado a los Flames
incluso si otros equipos son demasiado homofóbicos.
144
Enfermo por pensar en ello, Gabe rechazó a Baller para ver Piratas Tres
y fingió no notar su evidente decepción. En el vuelo a Dallas, agarró el asiento
al lado de Tips y no levantó la vista cuando Baller pasó.
El juego con Dallas estuvo más cerca, 3-2, con Baller y Gabe ganando
cada uno un punto. Gabe se permitió celebrar, tirando de Baller para un
abrazo estrepitoso tras su gol. No podía mantener la distancia sobre el hielo,
sin importar cuanto deseara hacerlo. No sería justo para ninguno de ellos.
Durante unos dichosos segundos, Gabe casi sintió que tenía esperanza, como
si pudieran ralentizar su caída y cambiar las cosas, volver a ganar.
Pero incluso cuando el cuarto gol de los Stars fue desestimado por
interferencia del portero, a Benn lo atraparon por patinar en el crease 94 y lo
penalizaron, los Dekes no pudieron recuperarse.
LAS MANOS de GABE ya estaban temblando cuando el autobús llegó

al Bridgestone Arena. El edificio se encontraba en medio de la ciudad, y la
entrada de los jugadores se abría directamente a la calle. Gabe estaba
familiarizado con jugar allí. El autobús se detendría al lado de la puerta y
caminarían unos pocos metros hasta la seguridad del edificio.
Cuando doblaron la esquina, la entrada y una gran multitud

aparecieron a la vista. Varias camionetas y camarógrafos de noticias estaban
estacionados al otro lado de la calle.
Fifi se movió más cerca y envolvió una de las manos de Gabe. Él no dijo
nada, solo lo apretó con fuerza.
94
Crease: el espacio directamente enfrente de la red.
145
Gabe había tomado deliberadamente un asiento en el pasillo, pero aún

sentía la sangre huir de su cara cuando el autobús se detuvo cerca.
La gerencia de los Preds había puesto barreras temporales para

mantener el camino a la puerta despejada, y los guardias de seguridad se
mantenían al margen para asegurar que los manifestantes siguieran la
sugerencia. Pero el grupo era grande y ruidoso, agitando letreros que Gabe no
quería leer, pero que no pudo evitar. ¡Te vas al infierno! Dios odia a los
amantes de maricas. Gabe se estremeció y se obligó a mirar hacia otro lado.
Sus manos temblaban tanto que estaba haciendo temblar a Fifi.
—Calme-toi, mon vieux95 —dijo Fifi en voz baja.
Gabe respiró hondo, tratando de calmarse y prepararse.
—¿Tout sera bien96? —se atragantó.
Fifi sonrió en respuesta.
—Oui, exactement97.
El autobús se detuvo y los jugadores comenzaron a moverse, juntando

sus cosas.
—Joder —dijo Baller, lo suficientemente fuerte como para romper el

silencio. Varios de los otros jugadores estuvieron de acuerdo.
—Qué espectáculo de mierda —dijo Tips.
95
Calme-toi, mon vieux: Cálmate, mi hermano.
96
Tout sera bien: ¿Todo estará bien?
97
Oui, exactement: Sí, exactamente.
146
—Tabarnak —convino Binou.
Fifi empujó a Gabe que se puso de pie, entumecido.
—¿Cómo vamos a hacer esto? —preguntó Baller.
Gabe no entendió su significado hasta que Fifi dijo:
—Rodearlo y meterlo lo más rápido posible.
Algunos de los jugadores asintieron. Toupie, que medía metro noventa

y cinco de sólido músculo, se puso de pie y rodó sus hombros.
—No hay problema.
Algunos de los muchachos salieron primero del autobús. Se dirigieron

directamente a la puerta, al igual que Fifi les dijo que lo hicieran.
—¡Sin detenerse!
Con el autobús un poco más libre, era más fácil organizarse.
—No tenemos que... —comenzó a protestar Gabe, pero Toupie lo

interrumpió.
—Lo haremos. Probablemente no harán nada, pero no confío en ellos.
Gabe estaba demasiado aliviado para discutir. Los cantos y burlas de

afuera eran suficientes para disuadirlo de estúpidos pensamientos machistas.
Él felizmente tomaría la ayuda.
No hablaron mucho cuando se prepararon para irse. Toupie, junto con

algunos de los jugadores más rudos, bajó primero y merodeó por la puerta del
autobús. Fifi empujó a Gabe y lo siguió de cerca. Tres de los tipos más altos
salieron después.
147
Una vez que todos estaban en la acera, se movieron rápido. Gabe

mantuvo la cabeza baja, sin discutir por la mano y el brazo que Fifi tenía
sobre su cabeza, tratando de mantenerlo fuera de la vista. Esperaba que las
cámaras solo obtuvieran fotos de sus compañeros de equipo más altos.
Además, no quería ver otra vez esas pancartas. El canto ya era
suficientemente malo.
Entonces ellos estaban en la puerta. Fifi empujó a Gabe adentro y lo

arrastró por el pasillo. El guardia se desplegó, dejando más espacio, pero
ninguno vagó demasiado lejos. Excepto Kitty, que se detuvo para... Gabe no
sabía para qué y no tenía la energía para preocuparse.
Fifi todavía tenía una mano alrededor del brazo de Gabe cuando
llegaron al vestuario, y le dio un codazo hacia el banco marcado con su
número. Gabe tomó un aliento tembloroso.
Fifi alborotó su cabello.
—No ha estado tan mal, ¿no?
Gabe sonrió débilmente.
—Lo logré.
—Si lo hiciste.
La puerta se abrió, y Gabe no pudo evitar mirarla, su lucha o huida

aún bombeando. Baller entró, Kitty no muy lejos. Kitty no miró a Gabe, pero
Baller solo tenía ojos para él.
Se estrelló en el banco junto a Gabe.
—Cabrones —murmuró Baller y golpeó sus hombros juntos.
—Sí —dijo Gabe y presionó.
148
El vestuario estaba subyugado esa noche. Nadie parecía estar de humor

para bromear, a juzgar por los muchos rostros melancólicos y fruncidos. La
culpa se acumuló en el estómago de Gabe. Esto era su culpa. No pasarían por
esto si no fuera por él.
Se prepararon y se dirigieron al hielo para entrenarse como equipo.

Algunos de los Preds hicieron un punto de patinar para centrar el hielo y
sacudir sus cabezas sobre la situación afuera. Una pareja incluso se disculpó,
como si fuera su culpa, resultaban ser el equipo más cercano a Topeka. Fisher
incluso ofreció a Gabe entradas para ver a Carrie Underwood.
Los fanáticos también parecían lo suficientemente decentes. Al menos

nadie abucheó a Gabe cuando subió al hielo al comienzo del juego.
Pero luego todo se fue a la mierda. Como siempre últimamente.
A la mitad del primer período, el árbitro llamó a Kitty por obstrucción

de disparo98. Mientras los jugadores patinaban, cambiaban las líneas y se
situaban, Gabe miró hacia las gradas y se congeló. En el primer nivel, no
demasiadas filas desde el hielo, un grupo de espectadores sostenía un
conjunto de signos, una letra cada uno, para deletrear MUERTE A LOS
MARICAS99.
Gabe pensó que podría vomitar.
—Banksy —llamó Fifi, pero Gabe no podía apartar la mirada.
¿Cómo habían...? ¿Qué… eran fanáticos? ¿O habían entrado algunos

de los chiflados de Westboro?
98
Tripping: cuando un jugador derriba a un oponente con su palo, o utiliza su patín contra
los otros jugadores haciendo que pierdan el equilibrio o caigan y así obstruyendo su juego.
99
En el original: DEATH 2 FAGS.
149
—¿Qué? ¡Oh Jesús! —dijo alguien. Los jugadores se movieron a su

alrededor y el aire se agitó. Todavía Gabe no podía apartar la mirada.
Entonces Baller estaba allí, colocando una mano enguantada sobre el

casco de Gabe y empujándolo hacia abajo.
—Detente, Banksy. Gabe. No te hagas eso a ti mismo.
Las manos de Gabe temblaban de nuevo.
Fifi patinó.
—Se están deshaciendo de ellos. El árbitro hizo una llamada para

asegurarse de que la seguridad lo sepa y se ocupe de ellos. Él quería saber si
necesitas un minuto. ¿Si necesitamos cambiar la línea?
Eso empujó a Gabe fuera de su pánico.
—No. Demonios, no. Estoy… estoy jugando. Que les jodan.
Baller sonrió, como un tiburón.
—Sí, al carajo con ellos.
Fifi asintió.
—Bien. —Dio media vuelta y Gabe notó que los otros jugadores los
miraban—. Estamos jugando hockey —anunció Fifi. Los jugadores en el hielo
hicieron ruidos de complacencia sin palabras, como si dijesen Joder sí, hockey
y mostraran su apoyo de una vez. Fue una especie de momento.
Cuando Gabe salió del hielo al final de su turno, echó un vistazo y vio
la hilera medio vacía. No habían arrojado las señales, entonces. Eso estuvo
bien, ¿verdad? No es que esperara que ningún equipo de la NHL aguantara
eso; la liga había emitido multas por menos.
150
La entrenadora le dio una palmada en el hombro mientras estaba

sentado.
—Buena reacción. —Luego se inclinó sobre las tablas y le gritó a Toupie

en francés.
El resto del primer período transcurrió de forma inmejorable, aunque

sin puntaje, y Gabe en realidad comenzó a relajarse, mientras se rehidrataba,
volvía a encintar su palo y escuchaba a medias las palabras de aliento de Fifi,
probablemente ya de por sí memorizadas. Al otro lado del vestuario, detrás de
Fifi, Baller captó la mirada de Gabe y comenzó a hacer la mímica en los
pasajes más trillados. Gabe intentó lanzarle una mirada, pero supo que era
poco entusiasta en el mejor de los casos.
Incluso Chef, que se había vuelto cada vez más adusto a medida que
seguían perdiendo y tendía a retirarse del resto del equipo, siempre que era
posible, parecía estar con un ánimo decente mientras se preparaban para el
segundo período.
Naturalmente no podía durar.
Diecinueve segundos dentro del segundo período, Weber despojó a

Baller del disco y pasó a su centro, que se fue con Fifi a los talones. Antes de
que Fifi pudiera hacer una jugada con el disco, pasó al extremo derecho, quien
lo dejó ciego detrás de su espalda para su linemate. El disco pasó por encima
del hombro de Chef casi antes de que Gabe lo viera moverse.
Maldición.
Respiró pesadamente por la nariz. Bueno. Un gol no los iba a romper.

Podrían volver de esto. Gabe podría alejarlos de esto.
Pero primero tenía que recargarse.
151
En los siguientes movimientos, sus compañeros de equipo hicieron un

trabajo admirable jugando a mantener el disco. Baller se sentó tenso junto a
él durante la mayor parte, prácticamente vibrando de energía. Chef solo tuvo
que parar algunos disparos, y los tiros de los Deke aumentaron
constantemente, pero Rinne básicamente estaba haciendo breakdance sobre
su casco para no dejarlos entrar. Verlo hizo que los dientes de Gabe dolieran,
los estaba apretando con mucha fuerza. Estar en el hielo era aún peor.
Tuvieron su oportunidad en el tercer período, después de que Fifi y la

entrenadora se habían alternado gritando aliento durante la mayor parte del
intermedio. El Pred que había anotado la asistencia anterior desenterró el
disco de la esquina detrás de su propia red y corrió velozmente hacia el centro
del campo, con sus compañeros de equipo a cada lado. Kitty lo atrapó en el
backcheck100 antes de que pudiera tomar un tiro, y de repente fue una loca
carrera de regreso a la zona ofensiva. Los delanteros de los Preds hicieron
todo lo posible para arrebatarle el puck a Kitty, pero él los esquivó sin
esfuerzo.
Baller se dirigió directamente hacia la esquina de la red y se dispuso a

dar una fácil retribución, pero Kitty tendría que pasar por uno de los defensas
de los Preds para conseguirle el disco. Fifi estaba más lejos, empujándose con
dos delanteros para intentar abrirse. Toupie y el resto de Preds llegaban
calientes sobre los talones de Kitty, listos para saltar sobre un disco suelto.
Eso dejó a Gabe completamente abierto, un carril claro entre él y Kitty,

un tiro limpio a la red. Golpeando con su bastón el hielo, gritó llamando la
atención de Kitty, su anticipación creciendo. Este sería su punto de inflexión;
podría sentirlo en sus huesos. Estaba listo para demostrarles que era tan
bueno como siempre. Incluso, mejor.
Ocurre cuando un jugador patina de regreso a su propia área de gol para ayudar a la
100
defensa.
152
Kitty se lo pasó a Baller.
El Pred que lo protegía lo interceptó antes de que Baller pusiera su

bastón sobre él, y estaban corriendo por el hielo otra vez, dejando a Gabe a
su estela, preguntándose qué coño acababa de pasar.
Cuando lo golpeó, la ira explotó en su espina dorsal. Accidentalmente

golpeó su palo contra el hielo tan fuerte que se rompió. Realmente estaba
inútil ahora, y se dirigió para un reemplazo.
Para cuando llegó al banco, los árbitros habían hecho una llamada al
hielo y la entrenadora hacia una señal para que Toupie solicitara un tiempo
muerto. Como cada equipo solo podía llamar a uno por juego, era importante
medirlos para obtener la mejor ventaja. Gabe no estaba seguro de que fuera
eso. Por otra parte, estaban a cinco minutos del tercer período y Kitty y Fifi se
gruñían el uno al otro en el centro del hielo, luciendo como si fueran a soltar
guantes e ir allí directamente a ventilar la ropa sucia del equipo delante de
veinte mil fanáticos de los Predators. Gabe no podía oírlos desde el banco y
no quería. Estaba contento de que fuera Baller el suplente del juego en vez de
su capitán.
—Vamos a tener una penalidad por tiempo perdido —dijo cuándo Baller
sacudió el banco a su lado y golpeó su casco contra el de Gabe.
—No lo sé —dijo Baller en voz baja—. Los árbitros parecen un poco

confundidos.
Ahora que lo mencionó, parecían un poco perdidos. Probablemente no

tenían mucha experiencia con tener que tomar partido entre un capitán que
retrasa el juego y su homofóbico cabrón compañero de equipo.
—Entrenadora —dijo Gabe de repente.
153
Ella lo miró, con los ojos penetrantes, la furia pintando sus mejillas de
un rojo brillante.
—Creo que me tiro algo —mintió Gabe. Él podía ver en su expresión que
ella sabía porque era, pero no le llamo la atención por eso—. Necesito ver a
los entrenadores.
Ella sacudió la cabeza hacia el túnel.
—Ve.
Gabe llegó al lavabo del vestuario antes que el hoyo en su estómago se

levantara y vomitara una mezcla nociva de bilis, Gatorade y pasta prepartido.
El sudor le escocía en los ojos y apoyó la frente en la fría pared, cerrando los
puños junto a la cabeza.
Cuando Sadie, una de las entrenadoras, lo encontró un minuto más

tarde, no se había movido, excepto para quitarse el vómito de la boca.
—Escuché que te lastimaste un músculo —dijo en un tono que decía

que ella absolutamente le creía—. Entra a mi oficina y te traeré un poco de
hielo. —Dejó que su mano permaneciera en su espalda mientras lo guiaba
hacia una de las salas de entrenamiento. Pero cuando cerró la puerta detrás
de ellos, le entregó un puñado de galletas saladas, otro Gatorade y un
Gravol101, que no daba sueño.
Luego ella sacó una compresa fría química rompiendo la cápsula.
—Deberías empezar a pensar dónde voy a poner una envoltura de

compresión.
101
Gravol: medicamente contra las náuseas.
154
Gabe asintió mecánicamente y se metió una galleta en la boca. Él no

tenía hambre, pero la necesitaba. Su cuerpo había estado gritando por
carbohidratos incluso si no hubiera escupido la mitad de su cena.
Se quedó en la sala de entrenadores hasta que el juego terminó, viendo

la transmisión en el televisor en la esquina. Los Dekes perdieron 1-0.
Gabe se aseguró de estar con su equipo en el autobús, antes de que

cualquiera de sus compañeros de equipo regresara a los vestuarios.
155
2
GG DE LOS NORDIQUES ADMITE AVENTURA
Por Elise Thibodeau
Después de mucha especulación, el gerente general de Quebec Nordiques
Terry Denning admitió públicamente tener una aventura amorosa.
—Cometí un error de juicio y lamento que mis acciones se reflejen mal

en mi equipo.
La semana pasada se filtraron fotos de Denning compartiendo el

almuerzo con una mujer anónima que parece tener poco más de treinta años.
Denning y su esposa, Andrea, han estado casados por diecisiete años. Aún no
se sabe si planea solicitar el divorcio.
Tricia Kristufek, gerente de relaciones públicas de los Nordiques, fue

citada diciendo: —Las actividades del Sr. Denning fuera de las operaciones de
hockey son un asunto privado, y los Nordiques no harán ningún comentario al
respecto. Es un excelente gerente general y una parte importante de nuestro
equipo.
Este es el segundo gran escándalo de relaciones públicas para los

Nordiques este año, después de la salida pública del delantero Gabriel Martin
en un tabloide canadiense.
156
A RAÍZ del peor hockey que había jugado alguna vez, Gabe se encerró
en el gimnasio de su casa, apagó su teléfono y se puso a trabajar sudando
para sacar fuera sus sentimientos.
Realmente no funcionó, pero al menos se sintió productivo.
Cada vez que se encontraba reviviendo el estúpido penalti, hacía otra

serie, hasta que tenía que abandonar o arriesgarse actualmente a lastimarse
un músculo hasta el punto de no poder jugar. Cuando ya no pudo entrenar,
se dirigió a la cocina y se preparó un batido de proteínas.
La rejilla de la licuadora le trajo recuerdos de timbres de gol. Increíble.

Pero eso ni siquiera fue lo peor. Lo peor fue el recuerdo de estar parado frente
a la red, completamente abierto, esperando un pase de Kitty que nunca llegó.
Joder.
Frotándose la cara, Gabe apagó la licuadora y agarró un vaso. Acababa

de atragantarse con su batido cuando sonó el timbre.
Gabe se congeló mientras se limpiaba tembloroso el bigote. De las tres

personas que tenían su código de puerta, solo Chef y Fifi estaban en la ciudad,
y ellos sabían que no podían visitarlo sin previo aviso después de un viaje por
carretera como ese. Y su padre le habría mencionado si estaba haciendo el
viaje.
Jesús. Y si era un reportero…
El timbre sonó de nuevo. Gabe dejó el vaso en el fregadero y luego se

dirigió a la puerta.
Kitty estaba en la puerta de su casa, empapado por la lluvia y hosco,

sosteniendo una bolsa de una tienda europea.
157
Gabe la miró fijamente.
Kitty dijo:
—¿Puedo entrar?
Los buenos modales canadienses de los que Baller se había burlado

durante la semana anterior tomaron el control y se hizo a un lado
automáticamente. Lástima que no tenía nada que decir.
Cuando entró en la casa, Kitty puso la bolsa en las manos de Gabe.
—Para ti.
Desconcertado y sin nada más productivo que hacer, Gabe se asomó al

interior. Tres enormes botellas, cuyas etiquetas era incapaz de leer, yacían
dentro. Tenían que ser del alijo personal de Kitty, ya que no se podía comprar
licor en ninguna parte, excepto en el SAQ 102 en Quebec y Gabe estaba
bastante seguro de que Kitty no tocaría el vodka ruso que almacenaba. Gabe
volvió a mirar y observó a Kitty por un segundo. ¿Qué le dirías al tipo cuya
homofobia te había costado el juego la noche anterior?
—¿Gracias?
Kitty arrastró los pies. Él se veía miserable. Bien.
—Bienvenido.
Gabe dejó las botellas. Finalmente, superó la barrera de los modales y

se las arregló para decir:
—¿Qué estás haciendo aquí, Kipriyanov?
102
SAQ: Société des alcools du, tienda de vinos y licores.
158
Con los hombros encorvados, Kitty parecía a una montaña tímida.
—Fifi me dio el código de la puerta, así podía explicarme. —Su rostro

se torció mientras se corregía—. No explicarme. Sino pedir disculpas.
Gabe no estaba seguro de estar listo para escuchar esto. Tal vez nunca
estuviera listo.
—Kitty…
—Yo hablaré —lo interrumpió Kitty—. Por favor....
Qué demonios. No era como si las cosas entre ellos pudieran empeorar,
¿verdad? Gabe frunció los labios, pero asintió y condujo a Kitty a la sala de
estar.
—Lo siento, Banksy. —Los ojos de Kitty se ensombrecieron cuando lo

dijo, y las palabras se sintieron pesadas—. Sé que no estuvo bien, lo que hice.
Creo... —Se quedó en silencio por un momento antes de maldecir en ruso y
continuar—. Las cosas son diferentes aquí. A veces estoy perdido. Canadá….
Por un momento fugaz, Gabe sintió lástima por él, por la forma en que
su voz se quebró en perdido. No se le había ocurrido pensar que Kitty podría
estar nostálgico.
No es que él no fuera todavía un cabrón.
—Las cosas son diferentes aquí, que en Rusia —repitió Kitty—. A veces
malamente diferente. Comida terrible. El vodka más terrible —dijo esto con el
ceño fruncido, como si estuviera personalmente afrentado por la falta de
alcohol de calidad.
159
Gabe quería decirle que fuera al grano o que se largara, pero luego Kitty
se ablandó de nuevo y levantó los ojos para encontrarse con la de Gabe.
Parecía miserable y sonaba peor.
—Otras cosas... bien. Mejor. Quizás esto sea mejor.
Gabe se tragó un nudo repentino y terrible en la garganta.
—Yo… bien.
—Tengo que recordar que la Madre Rusia no siempre sabe lo que es

mejor. —Kitty se encogió de hombros evidentemente incómodo, pero
manteniendo la mirada de Gabe—. Solo... necesito tiempo. Tú dime cuándo
la cague. Nosotros tenemos que jugar juntos de nuevo, marcar muchos goles.
El latido de los Habs. ¿Sí?
Gabe asintió hasta que pudo confiar en su voz otra vez.
—Sí, vale. Podemos hacerlo.
Kitty le sonrió, una sonrisa levemente húmeda, ligeramente rota.
—¿Sí?
—Sí —repitió Gabe. Joder. Agachó la cabeza para pasarse la mano por
los ojos, lo que le hizo recordar la bolsa que tenía a sus pies. Él recogió una
de las botellas—. ¿Qué es esto, de todos modos?
—¿No es obvio? Vodka de disculpa.
Gabe parpadeó. Esa era una gran disculpa. Él respiró hondo y negó con
la cabeza.
—Oye, ¿Kitty?
160
—¿Sí?
—¿Quieres una bebida?
GIMIENDO, GABE rodó su infeliz cuerpo sobre su colchón. Su cabeza

le dolía. ¿Por qué había pensado que sería una buena idea beber vodka con
un ruso?
Él gimió para sí mismo y deseó poder quedarse en la cama, pero la

alarma de su teléfono decía lo contrario. Tenían patinaje matutino hoy y un
juego esa noche. ¿Qué había estado pensando?
Eventualmente logró salir de su cama y luego a su cocina. Necesitaba

un café.
El recipiente estaba medio lleno cuando Baller llegó tambaleándose

desde la sala de estar.
—Me siento como un culo —gruñó Baller. Se desplomó contra el

mostrador, cruzó los brazos sobre el granito y hundió la cabeza en ellos—.
Despiértame cuando haya café.
Gabe gruñó e intentó recordar cómo había terminado el día anterior. O

cómo Baller llegó a tener resaca en su cocina.
Gabe se había sentado con Kitty, dos vasos y una botella de vodka. Si
recordaba bien, en su mayoría habían bebido la primera mitad en un silencio
amistoso, aunque un poco incómodo, que no se había roto hasta que se abrió
la puerta principal.
161
—¡Banksy! —llamó Baller. Entonces él estaba en la sala de estar—.

¡Hombres! ¿Están borrachos a las 3:00 p.m.? —Era bastante tonto, pensó
Gabe—. ¿Y no me invitaron? Es una pena. —Luego desapareció.
Gabe miró a Kitty, quien se encogió de hombros. Entonces Baller

regresó, vaso en mano.
—Hagan algo de espacio —dijo, y se sentó en el sofá entre ellos antes

de servir un vaso generoso....
—Bien —aprobó Kitty—. Más. —Levantó su propio vaso, y Baller lo

llenó. Luego llenó el de Gabe sin que se lo pidieran.
Los recuerdos de Gabe se volvieron bastante confusos después de eso.
La cafetera emitió un pitido y Gabe sirvió dos tazas. Le dio una a Baller
que se la bebió en tragos rápidos. Luego se sirvió otra.
Estaba a la mitad de la segunda cuando la primera taza comenzó a

obrar su magia. Aliviado, se movió para tomar un sorbo más sabroso cuando
algo se le ocurrió. Deteniéndose con la taza a centímetros de sus labios,
arqueó una ceja en dirección a Baller.
—¿Cómo entraste en mi casa?
—¿Por la puerta? —dijo Baller con un pequeño ceño desconcertado.

Podría ser la resaca de Gabe hablando, o tal vez era la resaca de Baller dando
la asistencia, pero se veía terriblemente lindo haciéndolo.
—No quiero decir eso. Tengo una puerta. Con un código que solo tienen
tres, ahora cuatro personas, supongo, porque Kitty lo sabe.
Baller resopló burlón en su taza de café.
162
—Como si fuera difícil. ¿Sesenta y ocho, noventa y seis, cincuenta y

tres? Previsible.
—Gracias. Creo —dijo, tratando de sonar sarcástico y mordaz—. Estará

bien cambiarlo.
—Buena idea. Y no hay noventa y nueve aquí, tú, perdedor de Canadá.
Gabe miró al petulante rostro de Baller, ignorando el impulso de

besarlo. Baller solo bebió más café.
—Buenos días —dijo Kitty desde la puerta de la cocina.
—Hola —saludó Gabe, porque Kitty era un invitado y tenía buenos

modales. Baller solo saludó.
Kitty avanzó pesadamente y fue a buscar el jugo de naranja en la nevera

y un vaso en el armario.
—Entonces, um, ¿dónde terminaste anoche? —preguntó Gabe en voz

alta. Había visto la forma patética de Baller en el sofá cuando pasó por la sala
de estar, pero Kitty no había estado a la vista.
—Después de que Baller se durmiera, te lleve a la cama. Entonces

encontré una cama para mí. No estaba tan borracho. Ustedes se caían.
—No más vodka con rusos —dijo Baller. Luego tomó más café.
—Hombre inteligente —estuvo de acuerdo Kitty—. Los estadounidenses

son malos bebiendo vodka.
Gabe resopló. Baller sacó la lengua y parecía listo para discutir,

entonces Gabe lo interrumpió.
—¿Desayuno?
163
—Sí. —Kitty asintió—. Comida. —Abrió la nevera y miró los estantes en

su mayoría vacíos. Después de su viaje por carretera, Gabe necesitaba ir de
compras.
—Um, ¿salimos a comer?
—Sí —acordó Kitty nuevamente—. Salimos. Yo pago. Mal compañero de

equipo.
—Kitty, no tienes que... —comenzó a decir Gabe, pero Baller lo

interrumpió.
—El hombre quiere comprarnos el desayuno, dejémosle que nos lo

compre. Pero primero. —Baller dejó su taza y apartó su cuerpo del
mostrador—. Necesito ducharme. Estoy pidiendo prestado tu baño y alguna
sudadera. —Luego se escabulló de la cocina.
Gabe se volvió hacia Kitty.
—Um.
Kitty sonrió después de Baller, luego se encontró con la mirada de Gabe.
—¿Quieres ducharte también? Yo espero.
Con una invitación como esa, Gabe apenas podía decir que no.
GABE SABÍA que a algunos tipos no les gustaba comenzar cada juego
con un himno nacional. Él lo entendía. No eran sentimentales y solo querían
jugar. Y supuso que podría parecer extraño para algunos, vivir en un país de
adopción y recibir la orden de unirse a la canción de otra persona. Pero Gabe
disfrutaba de la tradición.
164
Le gustaba cómo, durante un minuto o dos, estaba solo en el hielo con

sus pensamientos. Podía estar solo y prepararse para el juego.
Esa noche, mientras dejaba pasar las notas familiares, echó un rápido
vistazo a la arena, aliviado de estar en casa otra vez. Esto, aquí mismo, parado
en su hielo, rodeado de sus fanáticos, era cuando QC103 se sentía más como
en casa. Aquí era donde jugó hockey. No podía sentirse como un extraño aquí.
Estaba a punto de volver a concentrar su mirada en el centro, las notas

se estaban cerrando y probablemente debería echar un vistazo a la bandera,
cuando su mirada atrapó un destello de colores brillantes detrás del banco.
Todavía estaba mirando cuando la música terminó, la multitud

aplaudió y todos se sentaron. El grupo detrás de la plataforma, titulares de
abonos de temporada baja, probablemente, también se sentó, y todo se volvió
mucho más obvio.
Las primeras tres filas habían coordinado sus atuendos. Un grupo al

final vestía camisas rojas, sentado junto a media docena de personas en color
naranja, seguido de amarillo, verde, azul y morado. Habían creado un arco
iris detrás del banco de casa.
Y para hacer que todo fuera diez veces mejor, una niña vestida de
amarillo se puso de pie en su asiento y comenzó a agitar un cartel en forma
de corazón con el # 53 escrito en el centro.
Maldición. Gabe no iba a llorar.
Baller lo repasó con la cadera.
—Despiértate. Es hora del hockey.
103
QC: Quebec City o Ciudad de Canadá.
165
Gabe se volvió hacia él y sonrió ampliamente.
—Sí, lo es. —Luego se desvió hacia su lugar en el hielo, patinó junto a

su equipo en el banco y le lanzó un beso a la chica con el letrero.
Encendieron el hielo en llamas.
Fifi ganó el faceoff104 y se lo pasó a Baller, quien lo tomó por el hielo. Lo

mantuvieron en la zona, frente a la red, para dos tiros a puerta antes de que
uno de los Rangers 105 lo robara. Volvió a deslizarse por el hielo, con Fifi
persiguiéndolo. Luego, Kitty se coló con un movimiento dulce y deslizó el disco
del Rangers.
Kitty pasó a Gabe; otra sensación de pura alegría lo atravesó. La noche

siguió mejorando. Llevó el disco a la zona ofensiva, patinando duro. Se sintió
intocable. Y cuando llegó a la red, parecía tan jodidamente fácil de tocar,
incluso si los Rangers tenían el Rey de Suecia en la red....
Baller y Fifi chocaron con él tan fuerte que golpeó las tablas. A él no le
importaba. No podía dejar de reír. Ni siquiera cuando Kitty patinó y se lanzó
sobre su abrazo grupal.
Anotaron nuevamente antes del final del primer período. Baller pulsó el
pase de Gabe con un revés sin mirar lo que hizo que a Gabe se le hiciera agua
la boca. Maldición, si alguna vez un gol mereció una mamada...
Faceoff: cuando los jugadores contrarios se alinean para luchar por la posesión del disco
104
cuando el árbitro o el juez de línea lo tira.
New York Rangers es un equipo profesional de hockey sobre hielo situado en la ciudad de
105
Nueva York.
166
Baller estaba riendo y bailando, cantando lo suficientemente fuerte

como para que los otros jugadores en el hielo lo escucharan. Algunos de los
Rangers lo miraron como si estuviera loco, pero a Gabe no le importó.
—Vamos, Jagger, volvamos al banco —le dijo. Puso una mano

enguantada sobre el hombro de Baller y empujó.
Los Dekes anotaron nuevamente en el segundo, Yorkie con una

asistencia de Binou, Toupie con un pase sin mirar de Toffee. Para cuando
patinaron para el tercer período, los Rangers parecían sombríos. Habían
logrado expresar su punto, pero las cosas se veían bastante unilaterales hasta
el momento en 4-1. Los Rangers anotaron nuevamente, pero Tips acorraló un
disco suelto en la red vacía.
Gabe trató de ser caballeroso cuando pasaron patinando para los

apretones de manos, pero no pudo evitar la sonrisa. 5-2, ¡cariño!
Baller le dio una palmada mientras patinaban hacia el túnel.
—Vamos a salir esta noche, ¿sí?
—Oh, Dios mío, sí —dijo Yorkie con fervor.
—Da.
—Oui...
Gabe parpadeó cuando el resto del equipo opinó, todos en forma

afirmativa.
—Tal vez deberíamos hacer reservas.
Sin embargo, primero, Gabe tenía un trabajo que hacer. Después de

una noche como esta, no habría manera de evitar a la prensa.
167
—Gabe, ¿qué se siente al romper tu racha perdedora?
Gabe miró al periodista. En serio, ¿estaba bromeando? Aún así, no iba

a mirar un regalo de bola lenta.
—Uh, quiero decir, es genial, obviamente. Cuando pierdes tantos juegos

seguidos, te puedes desmoralizar y es difícil salir del patrón. Entonces es
como si se hubiera levantado un peso.
La primera periodista se apretujó para dejar espacio a otra, pero

mantuvo su teléfono apuntando a su cara.
—Los Dekes parecen haber adquirido un gran talento con Tom

Yorkshire y Dante Baltierra. ¿Cómo ha contribuido eso a la forma en que
juegas tu juego?
Que genial, pensó Gabe furioso, porque básicamente le habían pedido

que hablara sobre Baller en cámara y no quería hacer el ridículo. No sabía
qué apestaría más: Baller averiguando sobre su tonto enamoramiento o la
prensa.
Pero la sonrisa apareció en sus labios automáticamente, no pudo

evitarlo. Con suerte, cualquier persona que lo viera lo atribuirá a la emoción
por su victoria.
—Agregan mucha energía, obviamente. Yorkie es nuevo, pero le está

yendo muy bien, y siempre dedica horas extra de práctica. La entrenadora
todavía lo tiene cambiando algunas líneas, pero está bien. Tiene buena
química en el hielo con casi todos. Y Baller, uh... —Joder. Estaba bastante
seguro de que el apodo estaba en Internet de todos modos, pero se suponía
que no debía respaldarlo en los medios oficiales—. Creo que su entusiasmo
es bastante obvio. Y no está de más que tenga el hábito de poner el disco en
la red. Básicamente, los jóvenes nos mantienen alerta.
168
Ahí. Eso no sonó demasiado a perdidamente enamorado, ¿verdad?

Mucha charla de hockey. Totalmente normal.
—Recibiste una bienvenida especial a casa de parte de los titulares de

esta temporada esta noche. ¿Puedes comentar sobre eso y su impacto en tu
rendimiento?
A Gabe se le revolvió el estómago, pero sabía que tarde o temprano

tendría que responder preguntas como esa. Erika le había programado una
entrevista adecuada con el equipo de grabación de los Nordiques más adelante
en la semana, y esa sesión de preguntas y respuestas sería cuidadosamente
guionizada para que fuera lo más fácil posible para él. Esta era una pregunta
bastante suave, sin embargo.
Gabe todavía tenía que aclararse la garganta antes de poder responder.
—Sí, definitivamente, no hemos estado jugando lo mejor posible

últimamente, obviamente, y después del desorden en Nashville, volver a casa
significaba mucho. — Intentó sonreír y tuvo la sensación de que salía un poco
acuoso, lo que apestaba, pero lo que sea. No sería el primer jugador de hockey
profesional en llorar frente a la cámara—. Realmente tenemos los mejores
fanáticos. Sé que todos dicen eso, pero cuando vuelves a casa de una racha
perdedora de nueve juegos... No sé cuántos fanáticos aparecerían para sus
equipos de esta manera.
Trish debe haberles dado a los reporteros algún tipo de señal después
de eso, porque le dieron las gracias y se apresuraron a molestar a Chef y a
Fifi, por lo que Gabe estaba agradecido. Terminó colgando su equipo un poco
tembloroso, luego se dirigió a las duchas.
169
GABE HABÌA llegado a su casa hacía ya una media hora desde que
saliera del bar cuando sonó su teléfono, sobresaltándolo de su sueño. El día
siguiente tenían patinaje por la mañana, y nadie quería joder las posibilidades
de ganar cuando finalmente habían roto su racha, por lo que la mayoría de
los muchachos se habían ido a casa temprano.
Pero no tan temprano como para que no fuera extraño recibir una
llamada después de haber llegado.
Gabe buscó a tientas el teléfono en su mesita de noche y entrecerró los

ojos en la pantalla en la oscuridad antes de responder.
—Por favor dime que no estás en la cárcel ni algo así.
—¡Banksy! —Baller arrastró las palabras—. Me hieres. Además, no te

permiten tener el teléfono en la celda de espera contigo.
Gabe resopló a su pesar e intentó ignorar la oleada de afecto.
—Por qué no me sorprende que lo sepas.
—Aw, nene, no estés celoso de mi experiencia de vida.
Gabe se ruborizó ante el nombre cariñoso y decidió atribuírselo al

alcohol.
—Baller. Es como la una de la mañana. ¿Qué quieres?
—¿Ahora no puedo simplemente llamar y hablar con mi mejor amigo?

—Gabe escuchó su voz decayendo, luego unos crujidos y lo que
probablemente era una mullida almohada, a juzgar por su experiencia en el
intercambio accidental de habitaciones—. Eso me duele.
Gabe sabía que estaba jugando, pero eso no lo detuvo de sentirse

culpable.
170
—Pensé que Yorkie era tu mejor amigo —le mintió.
Baller tarareó.
—Yorkie es un cachorro. Aunque si sigue jugando como lo hizo y se

queda, el próximo año puede volver a postularse. —Luego dejó escapar un
suspiro en un sonido de pura frustración—. No te llamé para hablar sobre el
novato, Banksy.
Algo en la forma en que lo dijo hizo sonar las campanas de advertencia

en el cerebro de Gabe. Estúpidamente, él solo preguntó:
—¿Ah? —Y trató de ignorar el golpeteo repentino de su corazón.
—No —dijo Baller—. Yo... joder, Banksy. Gabe.
Oh, santa mierda Gabe se puso caliente por todas partes. Se pasó la
lengua por los labios, su boca se secó de repente. Se quedó sin aliento cuando
intentó inhalar.
—Baller, ¿estás...? —No sabía cómo terminar.
—Ese puto gol —dijo Baller, sonando destrozado—. Solo tú y Lambo

frente a la red, y lo pones sobre su pierna como si nada, fue solo… —Esta era
una idea terrible. Gabe debería colgar y por la mañana podrían fingir que
nunca sucedió. En cambio, preguntó—: ¿Qué? —Su garganta se sentía en
carne viva.
—Jodidamente... sexy. —Baller finalmente escupió, y Gabe lo sintió

como un golpe en el estómago, o tal vez más como un deslizamiento caliente
y húmedo sobre su polla—. Me puse duro viendo la repetición, viéndote. Yo….
Gabe reprimió un gemido, pateando las mantas. Cinco minutos antes,

había estado dormido en su mayoría, pero ahora estaba completamente
171
despierto y su verga estaba gritando por atención, llenándose rápidamente

hasta estirar la tela de su ropa interior.
—Dime.
—Yo quería —dijo Baller—. Yo quería chupártela. Nunca lo he hecho,

tendrías que enseñarme.
Gabe hizo un sonido estrangulado y envolvió su pene en su mano libre,

porque esa era una imagen mental que iba a pasar mucho tiempo revisando
en el futuro.
—Jesús, ¿te estás masturbando?
—¿Qué te parece? —replicó Baller, sonando sin aliento, y cuando dejó

de hablar, Gabe pudo distinguir el sonido resbaladizo de la piel sobre piel—.
Tuve tres disparos más cuando llegué a casa, cabrón, y pensé ya que no puedo
hacer que mi erección se vaya, podría usar la valentía líquida y...
Gabe dejó el teléfono a regañadientes durante los dos segundos que

tardó en bajarse los calzoncillos hasta los tobillos.
—…joder, deberías. Sería tan bueno. ¿Tú quieres, verdad, Banksy?
Gabe no tenía idea de lo que estaba acordando, no es que importara

porque probablemente le hubiera dicho que sí a Baller cubriéndose los pies
con crema y frotándose contra él.
—¿Lo quieres? —preguntó roncamente, acariciándose duro. Él no iba a

durar.
Baller gimió, un sonido desesperado y alto que hizo que las bolas de
Gabe se apretaran.
—Jódete, sabes que lo hago.
172
Cristo.
—Córrete, entonces —le dijo Gabe. Cerró los ojos y siguió su propio
consejo cuando la respiración de Baller se detuvo y los ruidos resbaladizos
aumentaron, luego se redujeron a un jadeo estremecedor.
Maldición.
Gabe miró el desastre en su mano y su estómago e hizo una mueca

antes de levantar sus calzoncillos para limpiarse. Cuando pasaron varios
segundos sin más comentarios de Baller, se maldijo y preguntó vacilante:
—¿Estás ahí?
No hubo respuesta, pero escuchaba su respiración pesada y constante.

Y luego la llamada terminó.
Gabe miró su teléfono por un largo momento antes de volver a colocarlo

de manera segura en la mesita de noche y voltearse. En cuestión de segundos,
el orgasmo y el alcohol superaron su confusión y se durmió.
LOS PRIMEROS segundos después de que Gabe se despertara, no

recordaba. Y fueron dichosos.
Y luego la pasada noche vino corriendo de regreso.
Oh Dios. Él tuvo sexo telefónico con Baller.
Sexo telefónico con el admitido virgen gay Dante Baltierra.
¿Qué había estado pensando?
173
Estaba claro que no había pensado en absoluto si creía que era una
buena idea dejar que Baller convirtiera su charla de borrachos nocturnos en
sexo telefónico.
Por un momento, Gabe se entregó al impulso de enterrar su cara bajo

la almohada y esconderse del mundo.
Pero luego la alarma de su teléfono sonó nuevamente y cedió a lo

inevitable. Él tenía lugares donde estar hoy.
Mientras se duchaba, se vestía y comía su desayuno, Gabe no pudo

evitar preguntarse qué sucedería a continuación. ¿Lo harían de nuevo?
¿Baller admitió anoche que era bi? ¿O él querría olvidarse de eso? O peor,
¿odiaría a Gabe por permitir que sucediera?
¿Qué pasaría si su amistad se arruinaba para siempre y dejaban de

jugar bien juntos?
Oh Dios. Él era un idiota.
Sus palmas sudaban cuando llegó a la arena. Alternadamente, anticipó

y temió la llegada de Baller. Quería que esto pasara, la incertidumbre lo
estaba matando, pero le aterrorizaba oír lo peor.
Dudó en su automóvil, debatiendo si quería dirigirse directamente al

vestuario o tratar de alejar a Baller del resto del equipo.
Gabe salió del auto y, después de holgazanear durante un rato,

finalmente suspiró y se dirigió hacia la puerta.
Sin embargo, Baller se metió en el estacionamiento antes de que llegara,

y Gabe se demoró, esperando a que se acercara.
—Banksy, ¿qué pasa? —llamó Baller mientras se acercaba, sonriendo.
174
Gabe no sabía qué pensar de eso.
—No mucho. Recuperándome de anoche. —¿Estamos hablando de eso?
Baller hizo una mueca de dolor y arrugó la nariz, avergonzado.
—Yo, eh, creo que exageré la bebida luego de la fiesta en casa.

Realmente no recuerdo mucho después del bar. —Sonó un poco apagado.
—Oh. —Gabe no sabía qué más decir.
Baller le dirigió una sonrisa apretada e incómoda. Lo golpeó

repentinamente en el estómago que estaba mintiéndole. Al menos, pensó que
era sí. No estaba seguro de qué era peor: la idea de que Baller no pudiera
recordar la noche anterior, o la idea de que lo recordara y quisiera olvidarlo
tanto que estaba dispuesto a mentir.
No importaba. Lo segundo era infinitamente peor.
Aun así, realmente no importaba que fuera cierto, porque tenían el

mismo resultado final. Baller no iba a compartir buenos recuerdos o pedir
una repetición. Negocios como de costumbre, entonces.
Probablemente era lo mejor, mezclar las carreras en la NHL con la

aparente crisis de sexualidad adolescente de Baller solo podría terminar mal.
—Bueno, bien por ti que solo tenemos práctica hoy. No hay juegos hasta
mañana. Puedes irte a casa a tomar una buena larga siesta. Tal vez un poco
de pelo del perro106. —Gabe sonrió y empujó a Baller hacia la puerta.
106
Se dice que sí bebes lo que bebiste la noche anterior ayuda a deshacerse de la resaca. Esta
frase viene del viejo mito de que si eres mordido por un perro, tomas un mechón de pelo de
perro y te frotas la herida, eso mata todas las bacterias en el corte y ayuda a sanar más
rápido.
175
Con suerte, si él jugaba su papel de amigo platónico el tiempo

suficiente, se convertiría en realidad. Fingir hasta que lo hiciera, ¿verdad?
—Ooh, hora de la siesta. No te burles de mí, Banksy —gimió Baller.
Hasta entonces, los días serían muy, muy largos.
NORDIQUES VOLVIENDO AL JUEGO
Por Kevin McIntyre
Incluyendo la victoria de anoche, los Nordiques ahora están cinco por seis
desde su primer triunfo en casa la semana pasada: tres victorias consecutivas
antes de una derrota cerrada en Montreal, seguidas por otras dos victorias.
Después de la reciente salida pública del extremo derecho Gabriel Martin,

la exitosa temporada temprana de los Deke tuvo una caída en picada con nueve
derrotas consecutivas. Pero eso ha quedado detrás de ellos ahora.
Cuando se les preguntó si sus pérdidas recientes y victorias posteriores

estaban relacionadas con la salida de Martin, el capitán de los Dekes, François
Fillion, lo negó. —A veces tienes buena suerte, a veces mala. Jugamos mucho
y hacemos todo lo posible cada noche, y esperamos que nuestra suerte sea
buena.
La racha perdedora de nueve juegos culminó en una mala derrota en el

hielo local de los Predators de Nashville, donde los Picketers de Westboro
Baptist Church se presentaron para perseguir a Martin y los Deke mientras
ingresaban al edificio y luego durante el juego. (Toque aquí para la historia
completa.)
176
Alternativamente, el triunfo inicial de la semana pasada comenzó en una

nota mucho más positiva. La arena de los Dekes estaba llena de carteles para
el #53, mensajes que iban desde “Te amamos” hasta “53, gay, cásate conmigo”.
Pero fueron los fanáticos vestidos con colores del arco iris sentados
detrás del banco de los jugadores los que atrajeron la atención de Martin antes
del juego y le levantaron el ánimo.
Ninguno de los jugadores acreditará la reacción positiva de los fanáticos

después del incidente de Westboro como la razón de sus victorias actuales, pero
es innegable que fue el encendedor del patinaje y la sonrisa de Martin sobre el
hielo en estos días.
También con una buena actuación en el hielo estos días están el novato
delantero Tom Yorkshire y el linemate de Martin, Dante Baltierra, quien ha
acumulado casi tantos puntos como Martin en los últimos seis juegos. Aunque
uno debe preguntarse cómo esta tan alegre en el juego cuando gasta tanto
esfuerzo celebrando después.
BUENOS MOMENTOS DE BALLER
Compartido por James Seguin
El delantero Dekes Dante Baltierra hizo honor a su apodo anoche en

Orlando. Las fuentes dicen que Baller tenía las manos llenas de no solo una
sino tres compañeras en el exclusivo club de noche. Aunque no está claro cómo
terminó la noche, a juzgar por su noche de cuatro puntos, parece poco probable
177
que Baltierra haya tenido problemas para sellar el trato. La dirección de

Nordiques no estuvo disponible para hacer comentarios.
DESPUÉS DE su sexta victoria en dos semanas, los Dekes decidieron

celebrar. Estaban de nuevo en Quebec y la práctica del día siguiente no era
hasta después del mediodía, por lo que podrían excederse si querían. Y Baller
ciertamente quería hacerlo.
Gabe todavía estaba sentado en la cabina donde habían llegado

primero. Muchos de los muchachos, especialmente los que eran solteros o les
gustaba actuar de esa manera, se habían alejado, pero Gabe, Fifi y Chef no
se habían molestado.
Gabe estaba tomando una cerveza e intentando fingir que no veía a

Baller al otro lado de la barra, ebrio107 y rodeado de hermosas mujeres. Tenía
una a cada lado, apoyadas en su espacio, sus tetas chocaban contra sus
brazos y su pecho. El resto estaba abarrotado todo lo cerca que podía.
Entonces Baller se acostaría de nuevo. ¿Qué le importaba?
Tomó otro trago de su cerveza, apartando la mirada de su idiota

compañero de equipo.
Fifi lo miraba con ojos infelices. Gabe frunció el ceño, esperando que se
comunicara adecuadamente. No empieces. Aquí no.
Debió haber funcionado, o tal vez Fifi era demasiado amable para decir
algo. De todos modos, él mantuvo su paz.
107
En el original: tres hojas al viento (three sheets to the wind) que proviene de un término de
navegación: Después de colocar las tres velas principales al viento, un barco se estremecerá
y balanceará, muy parecido a un borracho tambaleante.
178
—¡Más tragos para todos! —gritó Baller, su voz era clara a pesar de su
borrachera.
Gabe tragó saliva fuerte. Luego, vació su vaso. Estaba empezando a

sentirse demasiado viejo para la escena del bar de todos modos, aunque al
menos no era un club.
Lanzando un billete de veinte en la barra, se puso de pie.
—Voy a salir. No me siento muy bien. Nos vemos mañana. —No esperó
una respuesta, simplemente salió corriendo por la puerta, manteniendo su
mirada firmemente lejos de la esquina donde Baller estaba manteniendo su
corte.
Cuando llegó a su casa, se plantó en su cama y se tapó las orejas con

la almohada. Seguía escuchando el eco de la risa de Baller de todos modos.
A TRAVÉS DE ALGUN milagro o la intervención de los benéficos dioses

del hockey, más una buena dosis de pura determinación, Gabe logró
concentrarse en el hielo. A principios de diciembre, los Deke habían
acumulado suficientes puntos para ubicarse en el quinto lugar de su división.
Eso no era genial, ya que la división solo tenía ocho equipos para empezar,
pero solo un puñado de puntos los separaba del cuarto lugar, y Gabe sabía
qué si evitaban otra racha perdedora, los recuperarían rápidamente.
No golpearon otra racha perdedora, pero a la mitad de un juego en casa

contra los Lightning108, Gabe recibió un golpe desagradable de uno de sus
ejecutores y cayó fuerte. Su casco y sus almohadillas lo protegieron de lo peor,
pero su ímpetu combinado lo envió deslizándose hacia las tablas con el
108
Tampa Bay Lightning (El Relámpago de la Bahía de Tampa) es un equipo profesional
estadounidense de hockey sobre hielo, situado en la ciudad de Tampa (Florida).
179
hombro hacia adelante. El impacto le provocó alfileres y agujas que le bajaban

por el brazo y le subían por el cuello e incluso por los dientes. Se quedó allí
unos segundos, parpadeando ante las luces e intentando orientarse.
Un chorro de nieve en su jersey llamó su atención, y se obligó a

concentrarse.
—Mierda. ¿Banksy?
Gabe respiró hondo y levantó su brazo bueno para apartarse de las

tablas para poder tumbarse.
—Ow. —Su boca sabía rara. Oh…, él había perdido su protector bucal
en algún momento y estaba sangrando. Sin embargo, no parecía haber
perdido ningún diente.
Baller frunció el ceño.
—¿Cuántos dedos estoy sosteniendo?
—No estoy conmocionado —refunfuñó Gabe, tirando de sus piernas

debajo de él. Sin embargo, su brazo izquierdo gritó cuando intentó
equilibrarlo, y siseó.
—Está bien, tipo duro, lo que digas. —Pero él retrocedió y le dio a Gabe
el espacio que necesitaba para salir del hielo.
—Voy a pedirle a Paul que trabaje contigo sobre cómo caer mejor —
refunfuñó Sadie cuando el médico del equipo lo preparó para una radiografía.
Estaban bastante seguros de que solo se había torcido el hombro, pero nadie
quería correr ningún riesgo. Gabe no dejaría que una lesión no tratada
arruinara su temporada.
180
—Eso solo funciona cuando veo venir el golpe —señaló Gabe, haciendo
una mueca cuando el médico manipuló su brazo en la posición que quería.
Sadie resopló.
—Mantén la cabeza en alto, entonces, idiota. Esto no es la liga juvenil.
Ay. Ella tenía un punto, sin embargo.
—Sí, está bien —dijo—. ¿Puedo tomar esos analgésicos ahora?
El médico le administró un puñado de antiinflamatorios, y Gabe se

sentó en la sala de entrenamiento, mirando la transmisión en vivo del final
del juego con una bolsa de hielo en el hombro. Quería volver al hielo, pero
sabía que no debía presionarlo. Algunos jugadores podrían estar dispuestos
a arriesgarse a volver a lesionarse, digamos, caminando sobre una pierna
fracturada dos semanas más tarde, pero Gabe no creía poder realizar ese
movimiento de Superman.
Cinco minutos después de que iniciara el juego, Baller abordó al matón

que había golpeado a Gabe. El ejecutor cayó con fuerza en un revoltijo de
extremidades descoordinadas, y Baller terminó en el penalty box109 con una
expresión viciosamente satisfecha pero aún cabreada. Tuvo suerte de que no
terminara con un game misconduct110 en el juego.
Gabe decidió no pensar mucho en eso. Además, sería el trabajo de Fifi

gritarle por tomar ese riesgo cuando ya iban a extrañarlo en los próximos
juegos. Tampa Bay anotó con un power play, pero con solo dos minutos
restantes en el juego, no tuvieron tiempo de empatar. Puntuación final, 3-2.
109
Penalty box: Lugar donde un jugador cumple su penalización.
Game misconduct: una penalización por la cual un jugador es expulsado del resto del
110
juego.
181
Gabe podría haberse ido a casa, pero algo lo hizo quedarse en la

habitación, rodeado por el hedor francamente rancio que solo años de
albergar el equipo de hockey podían engendrar. El equipo entró, en su
mayoría de buen humor, aunque Baller todavía parecía tempestuoso y Fifi
parecía estar en silencio.
—¿Cómo estás? —preguntó Fifi en voz baja antes de que nadie más
pudiera abrir la boca.
—Esguince —admitió Gabe, mirando de reojo a Baller, quien se estaba

desatando los patines con silenciosa ferocidad—. No está mal, sin embargo.
Probablemente solo estaré fuera dos juegos.
—Bien. Te necesitaremos contra Pittsburgh111 —dijo Chef, seguido de

un ofensivo murmullo sobre sus jugadores menos favoritos de Pittsburgh, que
consistía en todos los que alguna vez le habían marcado. Era una larga lista.
Partes de ella repetidas.
Venía la hora de la cena, habían tenido un juego por la tarde, y un par

de chicos hicieron planes para salir a comer. En este punto, Gabe solo quería
irse a su casa, sentarse en su bañera de hidromasaje e irse a la cama
temprano, por lo que se negó.
—Tú no —dijo Fifi cuando Baller se unió a los que discutían los planes
de la cena. Dio una palmada en su hombro desnudo un poco más fuerte de
lo que Gabe pensó que era necesario—. Yvette dice que tengo que llevarte a
casa para que pueda alimentarte.
Baller miró hacia arriba a través de sus gruesas pestañas, y Gabe se

concentró en atar los cordones de sus zapatos.
Pittsburgh Penguins es un equipo profesional de hockey sobre hielo situado en la ciudad

111
de Pittsburgh, Pensilvania.
182
—¿Está haciendo tourtière112?
—Solo si aprendes a pronunciarlo correctamente.
—Voy a hacer mi mejor esfuerzo —prometió Baller con una débil sonrisa
en su voz.
Gabe tragó saliva y se levantó.
—Me voy a ir a casa. Nos vemos mañana pendejos, ¿sí?
Obtuvo las respuestas habituales para un compañero de equipo con

una lesión en el hombro: un 15 por ciento de buenos deseos, un 85 por ciento
de recordatorios de no forzarse a sí mismo masturbándose. No pudo evitar
mirar a Baller, incluso aunque fuera por solo un segundo, y su cara se puso
caliente. No podía decir si Baller también se sonrojó o si todavía estaba
sonrojado del juego.
Pero nadie pareció darse cuenta, y Gabe caminó solo hacia su auto sin
ser molestado.
LA MAÑANA del domingo Gabe se despertó con un mensaje de texto de

Baller. Maté la batería de mi camioneta. ¿Me llevas a la práctica? El lugar de Baller
estaba a veinte minutos de Gabe. Podía nombrar a media docena de tipos que
hubieran tenido que pasar por allí.
Pero no iba a descartar lo que podría haber sido una rama de olivo. Él
y Baller no habían estado juntos solos desde... bueno, desde entonces, y con
todas las fantasías a un lado, Gabe lo echaba de menos.
112
Tourtière: tarta.
183
Está bien, pero me tienes que comprar el café.
De cualquier otra persona, Gabe habría exigido el desayuno. No era

como si pudiera dejar que Baller saliera libre sin pagar. Pero Gabe no estaría
patinando toda la práctica, ya que no podía usar su hombro, y podría
arreglárselas con los huevos revueltos, las tostadas y el batido de proteínas
que hizo en casa.
Cuando se detuvo en el edificio de apartamentos de Baller, él estaba

esperando afuera, con un gorro apretado sobre sus orejas.
Incluso abrigado como un científico antártico, se veía lindo.
Baller se subió al asiento delantero.
—Bien, hombre, entonces, si quieres café, llévanos al café —dirigió en

torno a un fuerte bostezo.
Gabe sospechaba que no era el único que esperaba ansioso el golpe de

cafeína.
Se abrió paso a través del auto servicio por la segunda taza de camino
a la arena. Sabía que era mejor que tratar de llevar a Baller a la tienda. Aun
así, incluso mientras ordenaba las bebidas y se acercaba a la ventana, Gabe
extendió su mano hacia Baller en busca del dinero.
De vuelta en el camino, continuaron en silencio. Después de devorar lo

que probablemente era la mitad de su café, Baller estalló.
—Así que he estado pensando en ver la nueva película de Johnny Depp.

¿Quieres venir?
Eso era inesperado. Pero Gabe lo tomaría por la obvia oferta de paz que
era.
184
—Sí, claro —estuvo de acuerdo, a pesar de que no tenía idea de qué se

trataba la película.
—Bien —dijo Baller. Pasaron unos minutos en silencio antes de decir

abruptamente— lo siento. Uh, por ser una especie de idiota en las últimas
semanas. Estuve un poco...
—¿Fuera de control? —sugirió Gabe con voz ronca.
—Sí. Y eh, solo, lo siento por eso. Estaba intentando trabajar algunas
cosas, ¿sabes?
No, Gabe no sabía. Si supiera, o entendiera, tal vez su amistad no

habría sido así en las pocas semanas pasadas.
—Y a veces no soy tan bueno lidiando con la confusión. Pero estoy bien
ahora, así que no estaré más idiota, ¿’en113?
—Sí, está bien —dijo Gabe. De no estar de acuerdo él sería una especie
de idiota. Aun así, no podía entender lo que Baller estaba tratando de decir
sin decir.
EL JUEGO en Pittsburgh fue como se esperaba… jugaron duro, pero

perdieron.
Salieron a tomar algo después del juego con algunos de los Pens114 que
conocía del Equipo de Canadá, y Gabe se sintió aliviado de que ninguno de
ellos lo tratara de forma diferente a como lo hacía antes.
113
Apócope de Bien.
114
Abreviatura de los Penguins.
185
Después de Pittsburgh se dirigieron a Filadelfia. Gabe no podía decir

que estaba deseando que se repitiera su último show de mierda, pero estaba
esperando la oportunidad de recuperar algo de lo suyo.
Baller estuvo increíble. Había recorrido todo el hielo de la mejor manera

posible, retrocediendo, controlando o simplemente presionando en todas
partes. Gabe no sabía de dónde sacaba la energía, pero era contagiosa, y era
lo más sexy que había visto en su vida. Aunque posiblemente era un poco
parcial.
No es que realmente se preocupara si era parcial cuando estaba duro y

jadeante, en lo alto de la victoria de la noche y deseando poder follar al
estúpido Baller.
Ganaron 5-3 y salieron a tomar cervezas para celebrar.

Desafortunadamente, tenían una llamada anticipada para su vuelo a casa a
la mañana siguiente, así que nadie quería emborracharse demasiado, pero las
tres cervezas de Gabe lo dejaron sintiéndose bastante bien.
De vuelta en su habitación, se puso unos pantalones de pijama y una

camiseta. Acababa de cepillarse los dientes cuando llamaron a la puerta.
Baller se apoyó contra el marco de la puerta, relajado y atractivo en

jeans y una sudadera con capucha.
—Hola —dijo con una sonrisa coqueta.
Gabe no estaba seguro de qué decir en respuesta.
—Uh, ¿hola?
Baller no se molestó en preguntar, solo se abrió paso y cerró la puerta

firmemente detrás de él.
186
Gabe se lamió los labios. Baller rastreó el movimiento, descaradamente.

Lo que Gabe había estado a punto de decir lo dejó. Jesús, ¿qué estaba
pasando aquí?
Baller se apretujó cerca, presionó su cuerpo contra el de Gabe, y le

envolvió una mano alrededor del cuello. Él se lamió los labios. Sus mejillas
estaban sonrojadas.
Entonces Baller se inclinó y lo besó.
La boca de Baller era suave, sus labios húmedos de ser lamidos. El

toque recorrió la espina dorsal de Gabe, dejando piel de gallina a su paso, y
abrió la boca instintivamente, desesperado por tener más.
Pero por mucho que Gabe lo quisiera, no quería ser ignorado por la
mañana. Puso una mano en la cadera de Baller tanto para mantenerlo a
distancia como para acercarlo más, y esperó que no notara que estaba
temblando, o cuánto tiempo le llevó hacer que su boca formara palabras.
—¿Qué…? Baller, ¿qué está pasando?
La mano que descansaba sobre el cuello de Gabe se crispó, luego se

detuvo. Cuando Gabe miró a Baller a los ojos, estaban seguros y oscuros de
lujuria.
Tragó saliva y su nuez de Adán se balanceó.
—Sé que me asusté después de la última vez, pero no volveré a hacerte

eso otra vez —prometió. Luego presionó sus cuerpos juntos… caderas,
pechos, muslos—. Ahora —dijo en el espacio entre sus bocas— ¿me vas a
follar o qué?
Gabe era solo un humano. Él tuvo una fugaz idea de las posibles
consecuencias antes de cerrar la brecha con hambre. Baller se abrió para él,
187
dejando que le introdujera la lengua, gimiendo cuando Gabe se echó hacia

atrás para morder su labio inferior.
Se devoraron el uno al otro por un estático momento. Baller levantó su

otra mano para tirar del cabello de Gabe. Gabe no iba a esperar una mejor
invitación. Él movió su mano desde la cadera de Baller hasta su trasero.
Incluso a través de la tela de sus jeans, podía sentir el calor de su piel,

la firmeza del músculo. Clavó los dedos y tiró, juntando sus ingles mientras
la boca de Baller se abría en un jadeo. Sentir su erección combinada envió un
escalofrío por su columna vertebral. Baller estaba realmente metido en esto.
Ansioso, Gabe les dio la vuelta y empujó a Baller a la cama, lamentando

por un breve momento que fuera demasiado pesado para lanzarlo. Luego
recordó ese magnífico culo y esos muslos y lo superó. Tener un compañero de
construcción sólida también tenía ventajas.
Baller se inclinó para descansar la cabeza sobre las almohadas, y Gabe

lo siguió, colocándose sobre él, distribuyendo parte de su peso sobre el
colchón. Luego volvió a besarlo, apretando sus caderas.
Dios, si era así de bueno con sus ropas todavía…
—Joder —murmuró Gabe cuando se le ocurrió la idea y se detuvo para

respirar. Baller estaba jadeando, desbaratado, con los labios hinchados.
Pidiendo ser más utilizado.
—Joder —repitió. Y luego dudó, porque no podía, no podía, llamar al

hombre que estaba durmiendo con un apodo infantil y estúpido dado por un
grupo de muchachos descuidados. Ni siquiera si él quisiera. Así que bajó la
voz e intentó algo diferente—. Dante.
Dante gimió y arqueó sus caderas. ¿Eso quería decir…?
188
—Dante —dijo de nuevo, y Dante dejó escapar otro ruido. Gabe sintió
un nudo en el estómago, porque eso definitivamente era aprobación—. Te
gusta eso, ¿eh? ¿Te gusta cuando digo tu nombre? —Se inclinó, colocando su
boca justo al lado de la oreja de Dante—. Dante. —El lloriqueo que obtuvo en
respuesta fue más que gratificante.
—O tal vez —continuó Gabe, manteniendo su boca junto a la oreja de

Dante— tal vez solo te gusta escucharme hablar. —Besó la suave piel detrás
de la mandíbula de Dante—. ¿Es así? Quieres oírme decirte lo que te voy a
hacer.
Dante agarró los hombros de Gabe, clavando sus dedos.
—¿Quieres que te diga cuánto quiero chupártela? Apuesto a que tienes

una buena polla. Apuesto a que te volverías salvaje con eso. —Él apretó las
caderas en demostración. Dante no lo defraudó… jadeo buscando una
bocanada de aire.
—Quiero que dejes de tomarme el pelo y pongas tu dinero en donde

pones tu boca115 —dijo Dante. Luego le lanzó a Gabe una mirada astuta—. O
tal vez quiero que pongas tu boca donde está mi dinero 116 . —Pero la
desesperación en su tono desmintió su descaro.
—Lindo —dijo Gabe, moviéndose a un lado para poder alcanzar el cierre

de los jeans de Dante. Sin embargo, antes de que pudiera moverse, Dante le
golpeó la mano, desabrochándose él mismo, y luego comenzó a retorcerse sin
gracia para quitarse el vaquero. No debería haber sido atractivo, pero eso no
podía aplicarse a Dante.
115
Juego de palabras que indica: Has lo que dices.
116
Referencia a los bolsillos de los jeans donde se pone el dinero, cerca de sus genitales.
189
Gabe puso una mano en el centro del pecho de Dante y lo sostuvo.
—Yo me encargo.
—Date prisa, entonces —dijo Dante con impaciencia—. Estoy a punto

de llenar de crema mis pantalones.
Gabe casi se cayó hacia atrás de la cama, sorprendido por el tirón

demasiado fuerte. Finalmente llevó los pantalones de Dante a los tobillos y
decidió que eso era suficiente. Tiró del bóxer sin cuidado, pero Dante no se
quejó. No con Gabe trepando entre sus piernas con dificultad, pasando sus
manos por sus gruesos muslos.
—Gabe —se quejó Dante cuando este le hizo cosquillas en el pliegue de

la ingle con los pulgares—. En serio, hombre, no te burles de mí, estoy tan
cerca de...
Cuando Gabe envolvió su mano derecha alrededor de la polla de Dante

y abrió la boca a la humedad que se filtraba desde la punta, un agudo lamento
cortó sus palabras y arqueó las caderas. El sabor salado y amargo se apoderó
de la lengua de Gabe y le hizo agua la boca. Puso su pesado brazo izquierdo
sobre el abdomen de Dante y lo sostuvo abajo mientras chupaba.
Si él estaba tan ansioso por eso, probablemente podría endurecerse otra

vez.
—Oh, Dios mío —gimió Dante.
Gabe podía hacerlo mejor. Soltó el pene de Dante y empujó su muslo

para tener más espacio para trabajar, deslizando su boca lo más que pudo,
empujando más allá del reflejo nauseoso. Quería disfrutar de esto, quería
asegurarse de que Dante se masturbara con esto por el resto de su vida, sin
nada más. Pero nunca llegó más allá de eso, porque en el segundo en que
deslizó su mano hacia las bolas de Dante, éste hizo un sonido de asfixia y se
190
corrió, sus muslos se tensaron con fuerza bajo el cuerpo de Gabe. Gabe se
engulló el primer trago y luego se apartó para terminar de masturbarlo,
bebiéndolo con los ojos. Dios, él ni siquiera se había quitado la camiseta.
Ahora había salpicado el borde.
Miro el efecto en Dante… el rubor en sus mejillas, el brillo húmedo en

su boca. Su corazón latía tan fuerte y tan rápido que Gabe podía ver su pulso
latir en su cuello.
La polla de Gabe estaba goteando en sus pantalones.
—Oh, Dios mío —gimió Dante—. Carajo, debería avergonzarme, pero

dame cinco minutos y estaré listo para volver, lo juro. —Bajó la mirada hacia
el cuerpo de Gabe—. A menos que tampoco puedas esperar.
Teniendo en cuenta lo que acababa de hacer, la boca de Gabe no

debería haber sido capaz de secarse. Lo hizo de todos modos.
—Uh.
—Joder, ¿te quitarías los pantalones, por favor? Tengo unas simpáticas
bolas azules solo mirándote.
Gabe no necesitó que le preguntara dos veces. Él enganchó sus

pulgares en el cinturón de sus pantalones y se los quitó.
Dante respiró hondo, luego rodó hacia un lado y enganchó su tobillo

detrás de la rodilla de Gabe, enviándolo sobre su espalda. Luego se sentó a
horcajadas sobre su cuerpo, su trasero sobre sus muslos, y se estiró para
quitarse la camiseta.
—Bueno, ahora me siento demasiado vestido. —Gabe se sentó a medias

para deshacerse de su propia camiseta, el movimiento causó que su dura
191
verga rozara la suave de Dante. Siseó ante la sensación y puso sus manos
sobre el culo de Dante, apretando la carne firme.
Dante se flexionó, lamiéndose los labios.
—Tienes algo serio por mi culo, ¿eh?
Gabe no habría pensado que tenía suficiente sangre en su cuerpo para

sonrojarse, pero lo hizo de todos modos.
—¿Eso es obvio?
—Haces un esfuerzo para evitar hacer comentarios al respecto —dijo

Dante engreído—. Fue una suposición justa. —Se arrastró hacia adelante,
inclinando sus caderas, frotando su polla de nuevo para despertarla contra la
de Gabe. Aparentemente no estaba bromeando sobre su período refractario.
—Entonces sí —admitió Gabe, cediendo a la urgencia de apretar de

nuevo a Dante contra él—. Tengo algo por tu culo.
—Bien, eso es... —Dante se cortó con un estremecimiento cuando Gabe

dejó que sus dedos se sumergieran más cerca de su hendidura. Él cerró los
ojos. Cuando los abrió de nuevo, sus pupilas estaban llenas de lujuria—. Me
vas a follar, ¿verdad?
Santo…
Gabe se dejó caer sobre su espalda, tirando de Dante con él, y puso su
mano en su pelo para dirigirlo en un beso. Necesitaba un segundo para
distraerse, porque Dante ya lo había dicho dos veces, y Gabe no estaba seguro
de que duraría si lo escuchaba por tercera vez. Finalmente tuvo que
preguntar:
—¿Tú realmente…?
192
Dante miró hacia abajo entre ellos, donde su pene estaba

completamente duro otra vez.
Bueno, está bien.
—A mi novia en Nebraska le gustaba el pegging117. —Jesucristo—. Sin

embargo, ha pasado un tiempo desde entonces, así que ve tranquilo.
Gabe lo miró fijamente, atrapado en la imagen mental de Dante sobre

sus manos y rodillas, siendo follado por una chica con un strap-on118. No era
su fantasía para masturbarse, pero estaba haciendo su truco de todos modos.
—Y esta bisexualidad es algo nuevo para ti —dijo estúpidamente.
Dante resopló y volvió a unir sus erecciones.
—Lo que sea amigo. Que me guste por el culo no me hace bi, que quiera
chuparte la polla lo hace. —El pene de Gabe se sacudió entre ellos ante esa
idea—. ¿Vas a ponerte un condón ahora o qué?
Mierda.
Gabe dejó caer la cabeza sobre la almohada y se maldijo en silencio.

Nunca volvería a hacer un viaje por carretera sin condones. Nunca.
—Lo haría si tuviera uno.
Dante se congeló.
—Qué, ¿no tiene condones?
El pegging es una práctica sexual en la cual una mujer penetra el ano de un hombre con
117
ayuda de un consolador que va sujeto a un arnés o a su propia vagina.

118
Un consolador con arnés o «strap-on», también conocido como pene femenino.
193
—No. No es exactamente así… Nunca ligo en los viajes por carretera. —

No desde que fue descubierto. Estaba lógicamente vacilante sobre confiar en
nuevas personas.
No es que también hubiera estado teniendo mucho sexo en QC.
Dante lo miró por un momento.
—No es justo. —Empujó a Gabe en el pecho—. Me lo debes. Condones…

deberás conseguir algunos y darles su apropiado uso.
Gabe asintió y decidió no señalar que si se trataba de su idea… lo cortés

habría sido traer los suyos propios… no fuera que Dante cambiara de opinión.
—Sí definitivamente. Por supuesto. —¿Dante quería hacer esto de

nuevo?
Entonces Dante puso su mano en la polla de Gabe.
—Simplemente tendrás que tomar esto en su lugar —dijo antes de

frotarlo. Ungió la cabeza y el eje con el presemen, mojándolo todo. Gabe apretó
más el magnífico culo de Dante. Él gimió y se presionó al tacto. Los golpes de
Dante acelerando el ritmo.
—Eres bueno en esto —gruñó Gabe, justo antes de que Dante lo

apretara y torciera su muñeca. Mierda.
Dante sonrió.
—Mucha práctica. —Le dio un ridículo meneo de cejas.
—Podría ser mejor, sin embargo. —Se inclinó para agarrar su estuche
de la mesita de noche y sacó el lubricante.
194
—¿Qué estás... espera, no tienes condones, pero tienes lubricante? —

peguntó Dante indignado mientras Gabe le echaba lubricante en la palma de
la mano.
—Bueno sí. No estaba planeando usarlo con nadie más.
—Oh —dijo Dante sin aliento. Su mirada se extravió, y Gabe se

preguntó si Dante lo estaba imaginando masturbándose. Jesús, esperaba que
fuera él quien inspirara esa mirada en el rostro de Dante.
No es que importara cuando envolvió su mano fría y resbaladiza

alrededor del miembro de Gabe otra vez.
Gabe gimió, luego arrastró a Dante hasta un beso.
Se inclinó ansiosamente, gimiendo cuando Gabe entró, jugueteando

con sus labios antes de flirtear con su lengua. A pesar del ángulo incómodo,
mantuvo sus golpes, frotando su pulgar en círculos debajo del glande, a veces
arrastrándolo a través de la rendija. Gabe no iba a durar mucho más.
Dante lo besó durante todo el camino a través de su orgasmo.
Permanecieron jadeando en la boca del otro, incluso después de que

Dante soltó la polla hipersensible de Gabe. Cuando Gabe volvió en sí, se dio
cuenta de que Dante balanceaba sus caderas en pequeños empujes.
De repente, tuvo suficiente energía para hacer que Dante cayera sobre
su espalda.
—¿Te sientes un poco desesperado?
—Maldición, Gabe, tócame.
¿Cómo podría resistir una invitación como esa? Volvió a abrir el

lubricante y bajó por el cuerpo de Dante para ponerse a la altura de su ingle.
195
—Gabe —suplicó Dante. Sus ojos estaban negros de lujuria.
Gabe abrió el lubricante, vertió una generosa cantidad en sus dedos y

los frotó sobre el agujero de Dante.
—Joder. —Dante puso sus manos sobre los hombros de Gabe,

aferrándose al músculo.
Gabe iba a acabar con él. Empujó brevemente hacia el centro con un
dedo antes de retirarse para rozar los bordes, provocando y alentándolo a
relajarse. Su mirada era inquieta, no podía decidir si enfocar la vista en el
cuerpo de Dante abriéndose lentamente a su toque o en su expresión y sus
ojos salvajes.
—Dios, estás desesperado por esto.
—Por favor. —Dante se quedó sin aliento. Él empujó sus caderas hacia
arriba—. Por favor, Gabe.
Gabe empujó su dedo índice contra el vulnerable agarre, y cuando

Dante se abrió, no se detuvo. Siguió empujando hasta que se deslizó más allá
del segundo nudillo.
—Joder, Gabe. Oh. —Dante estaba apretando sus hombros, tirando de

su cabello, retorciéndose, pero obviamente gozándolo.
—Quiero follarte —dijo Gabe—. No puedo esperar para entrar aquí. —

Giró su dedo, empujando contra el borde—. Apuesto a que te sientes tan
malditamente bien.
Dante gimió su acuerdo.
Dos dedos entraron con facilidad. Gabe los retorció y los enroscó hasta
que Dante se quedó quieto antes de arquear su espalda fuera de la cama.
196
—Ahí… ahí —jadeó. A Gabe le gustó que no pudiera expresarse.
Aun así, escuchó el aviso y comenzó a mover sus dedos dentro y fuera,
follando a Dante, con cuidado de frotar contra ese punto dulce en cada
pasada, deteniéndose algunas veces para masajearlo.
—Gabe, Gabe, Gabe —murmuró alto Dante. Su cuerpo se contrajo por

completo, sus dedos agarraron las sábanas, luego su pelo, después a Gabe,
sus piernas se levantaron y empujaron para darle más espacio, su espalda se
arqueó una y otra vez, su cabeza se balanceó de lado a lado. Cojones, él era
precioso.
—Te ves hermoso —dijo Gabe, pasando su dedo por el interior del muslo
de Dante—. Pero apuesto a que te verías más bonito con mi polla.
Dante se corrió por todas partes, lloriqueando y gimiendo.
A pesar de que Gabe estaba zumbando, cansado y listo para

desmayarse, su pene se crispó en un esfuerzo valiente por ponerse duro de
nuevo. Casi se ríe de su propia anatomía por su estupidez. En su lugar, se
inclinó para besar la boca floja de Dante, disfrutando cuan relajado estaba.
Gabe había sacado cuidadosamente sus dedos durante el beso.

Después, tomó el Kleenex de la mesita de noche para limpiar el lubricante
antes de agarrar otro para tratar de limpiar sus estómagos. Los tiró a la
basura y se volvió para encontrar a Dante durmiendo.
Aparentemente podía levantarse dos veces en cinco minutos, pero

pedirle que permaneciera consciente para una charla de almohadas era pedir
demasiado.
Gabe no tenía el corazón para despertarlo, por lo que programo su

alarma y luego echó las sábanas sobre ellos. Pensando que podía ceder ante
lo inevitable, empujó a Dante a su costado y se acurrucó detrás de él.
197
Se quedó dormido con un brazo sobre la cintura de Dante, sus dedos

acariciándole la muñeca.
—GABE.
Gabe refunfuñó. Su almohada se estaba moviendo. Él apretó su brazo

alrededor de ella e intentó acomodarse más profundamente.
Su almohada lo golpeó en las costillas, y lo despertó bruscamente para

encontrarse mirando la cara arrugada de sueño de Baller... Dante… le sonrió,
torcido y un poco suave. Gabe quería besarlo.
—Hola.
Gabe le devolvió la sonrisa por reflejo. Pero interiormente, ahora que

había reiniciado el post-orgasmo, entró en pánico.
—Hola.
La parte del sentido común de su cerebro se actualizó y se disparó

rápidamente, superponiéndose casi hasta el punto de la tontería. Hostia,
dormí con un compañero de equipo, un compañero de equipo que prácticamente
sigue siendo novato. Hostia, me acosté con Baller. Hostia, voy a hacerlo de
nuevo. Hostia, voy a romper mi corazón.
Antes de que pudiera procesar ese bocado en particular… gracias,

subconsciente y su increíble sentido del tiempo, Dante dijo:
—¿Crees que tenemos tiempo para corrernos otra vez antes del
desayuno?
Obviamente, Gabe no tenía sentido de la auto preservación, porque se

dio la vuelta y realmente miró el reloj. Acababa de darse cuenta de que estaba
198
medio enamorado de este estúpido chico de su equipo y lo único que le

preocupaba era volver a ponerse los pantalones.
Pero él ya sabía cómo se resolvería esto. Dante estaba encaprichado con

él, y follarían como conejos hasta que Dante se aburriera o el corazón de Gabe
no pudiera soportarlo, lo que ocurriera primero.
Además…
—No —dijo con pesar. Maldita sea, ¿por qué Dante no lo había
despertado antes? Tenía vagos recuerdos de buscar a tientas su teléfono en
las primeras horas. Él debe haber golpeado Detener en lugar de Posponer—.
No si quieres una ducha y desayuno.
—Podríamos ahorrar agua —sugirió Dante con una ceja esperanzada.
Gabe resopló. Las personas que pensaban que al ducharse juntas

ahorraban agua lo estaban haciendo mal.
—Si te meto en la ducha, vamos a perder el autobús. —Lo cual podría

considerarse un claro indicio para sus compañeros de equipo.
Joder, ¿qué iban a hacer con el equipo? ¿Qué iban a hacer ellos con
respecto a cualquier cosa?
¿Había siquiera un ‘ellos’ del que valiera la pena hablar?
Gabe enterró su rostro en su brazo… sus manos todavía estaban un

poco asquerosas, e intentó no gritarse a sí mismo de frustración.
Ayudó un poco cuando Dante lo golpeó en el pecho en lo que

obviamente debía ser una palmadita reconfortante.
—Deja de pensar tan duro, hombre. Puedo oler el plástico que se

quema.
199
Estúpido. Gabe apartó su brazo de su cara. Dante lo miró a los ojos. Su

postura era un poco defensiva, pero por lo demás parecía estar tranquilo.
—Tomemos un día a la vez, ¿sí?
Gabe respiró profundamente.
—Está bien. —Él podría hacer eso.
Luego, antes de que pudiera entrar en pánico nuevamente y decidir que

no podía hacerlo después de todo, Dante se inclinó sobre el espacio que los
separaba y lo picoteó en los labios, con la boca cerrada, las mejillas rosadas.
Gabe lo miró, perplejo, el calor se elevaba en su propia cara.
—Dante…
El rubor de Dante se hizo más profundo, y rompió el contacto visual y

se frotó la nuca.
—Uh —dijo—. Tal vez será mejor que te quedes con Baller cuando no
estemos... Es decir, aparentemente ahora tengo una respuesta pavloviana119
por Dante.
Gabe se atragantó con una risa sobresaltada.
119
Respuesta pavloviana: llamado también condicionamiento clásico, es un tipo de
aprendizaje asociativo que fue demostrado por primera vez por Iván Pávlov. Este científico se
dio cuenta de que al ponerle la comida al perro, este salivaba. Cada vez que le ponía la comida,
Pavlov hacía sonar una campana, de modo que, cuando el perro la escuchaba, asociaba ese
sonido con la comida y salivaba. Así, el perro estaba dando una respuesta (en este caso, la
salivación) a un estímulo (la campana). La próxima vez que escuchara la campana,
independientemente de si iba unida a la comida, empezaría a salivar.
200
—Eso es, sí, está bien. —Pensó en la voz de Dante en el teléfono esa
primera vez, la forma en que había dicho Gabe, ferviente y un poco roto—.
Igual yo.
Se miraron el uno al otro torpemente por un largo momento antes de

que Dante rompiera el contacto visual y se levantara.
—Bien, está bien, voy a... sí. Espero que Yorkie no acapare la ducha.
El desayuno fue normal. Chef y Fifi hicieron esa cosa en la que tuvieron
una conversación no solo con Gabe, Kitty y Toupie, sino también entre ellos,
principalmente con expresiones faciales. Sin embargo, eso ya era parte del
curso, así que Gabe lo ignoró y se sirvió otro plato de huevos revueltos.
Dante… Baller; tendría que entrenarse para hacer esa distinción cuando no
estaban solos, se sentó a unas pocas mesas, riéndose con Yorkie y Teacup.
No miró a Gabe, pero estaba bien. Se sentía normal.
El vuelo fue sin problemas también, a pesar de que Gabe se sentó al

lado de Baller y se distrajo de sus estrategias para el próximo juego contra los
Staals 120 de Carolina 121 por un puñado de fantasías sobre el alter ego de
Baller. No era como si Gabe pudiera llevarlo a casa y follarlo. Tenían juegos
en que pensar, y Baller no patinaría lo mejor que pudiera si estuviera dolorido.
Desde que Baller se durmió antes de que el avión despegara, Gabe no pudo
hacer planes con él, por lo que cerró los ojos e intentó atrapar algunas zzzs122.
120
Los hermanos Jordan y Eric Staal jugadores de los Carolina Hurricanes.
121
Carolina Hurricanes es un equipo profesional de hockey sobre hielo de los Estados Unidos
situado en Raleigh.
En tiras de caricaturas, es una convención indicar que alguien está dormido y ronca
122
escribiendo "Zzzzz" sobre su cabeza.
201
Todo estaba bien hasta que bajaron del autobús en New Colisée 123 .
Gabe acababa de llevar su bolso al hombro y se maldecía a sí mismo por
haberse olvidado de hacer un pedido al servicio de comestibles cuando Chef
y Fifi lo dejaron encerrado.
—¿Almuerzo? —dijo Chef amablemente, empujándolo hacia su SUV—.

Contigo.
Gabe tuvo que esforzarse para evitar tropezar con la repentina

redirección de sus piernas.
—¿Qué hice?
—Dejaste que Malkin te quitara el disco —dijo Fifi, lo que podría haber
sido genuino. Era difícil decirlo. Ciertamente, Malkin le quitó el disco, pero
era mierda que pasaba, pero al diablo con Fifi. No era como si hubiera ganado
muchos enfrentamientos contra Crosby, y le habían dado un tonto penalty.
—¿Estoy pagando por eso con el almuerzo ahora?
—Más barato que la terapia —dijo Chef sabiamente, haciendo clic en

su llavero. La parte trasera de su SUV se abrió para que pudieran guardar
sus maletas. Aparentemente estaban compartiendo el auto—. Entra.
Quizás Gabe debería haber prestado más atención a su extraña

conversación de cejas esta mañana.
Ninguno de los dos dijo nada más hasta que lo tuvieron atrapado en un
reservado del Swiss Chalet124, en serio, qué diablos, con Gabe al lado de la
pared y Chef aparcado a su lado, impidiéndole escapar. Fifi se deslizó
123
Estadio situado en Quebec.
124
Cadena de restaurants de Canada.
202
suavemente sobre el banco frente a ellos, cruzó las manos sobre la mesa y
dijo:
—Esto es una intervención.
Qué. Carajo.
—¿Sobre la prevención de comida para llevar? —preguntó incrédulo

Gabe. No estaba seguro de si preferiría que se tratara de sus deficiencias
percibidas en el hockey o la otra cosa que estaba empezando a sospechar que
Fifi estaba buscando.
—Sobre que estás enamorado de Baller —dijo Chef. Después de un

latido, agregó—: Idiota.
Oh Dios. ¿Por qué tuvieron que elegir esta mañana para hacer esto?
—Y a pesar de que no está afectando tu juego —dijo Fifi, porque conocía

a Gabe— todavía estamos preocupados por ti. Has estado actuando como el
cachorro triste cada vez que sales con Baller. Ya era bastante malo en los
bares, pero lo miraste triste en Pittsburgh. Y en Philly antes del juego.
Chef asintió.
—Es muy patético.
Gabe dejó caer su cabeza a la mesa.
—¿Por qué tenemos que hablar de esto? Estoy bien. —Porque lo estaba.
Pensó que era seguro asumir que estaría evitando al triste cachorro por un
tiempo al menos. Hasta que todo el asunto con Dante estalló en su cara.
—Bien —dijo Fifi, claramente no convencido.
203
Gabe suspiró y levantó la cabeza para que Fifi pudiera ver que estaba
bien y no era un perrito triste.
Fifi frunció el ceño cuando vio su rostro.
—Te ves... feliz. —Parecía confundido y ligeramente perturbado por ese

hecho.
—Sí, porque estoy bien. Realmente, chicos, no es la gran cosa. —Gabe

trató de evitarlo. Él no quería tener esta conversación en un Swiss Chalet.
Chef y Fifi compartieron miradas dudosas antes de volverse y mirar a

Gabe.
—Tabarnak —suspiró Fifi—. Te acostaste con él.
Chef negó con la cabeza y murmuró cosas que probablemente eran muy
poco halagüeñas en sueco.
Gabe debió haber negado el hecho de que habían dormido, pero

probablemente ya era demasiado tarde para eso, porque había pasado unos
segundos críticos mirando a sus amigos en estado de shock. ¿Cómo lo habían
sabido?
—Sabemos todo —dijo Chef, porque claramente tenía poderes

psíquicos.
—Sí —estuvo de acuerdo Fifi—. Como sabemos que dormir con Baller
no puede terminar bien.
Gabe no necesitaba que Fifi le dijera eso.
—Mira, realmente no es de tu incumbencia con quien me acuesto —

señaló. Ambos no parecían impresionados. Gabe apretó la boca, infeliz—.
Realmente no es así. Y no necesito tu aprobación para dormir con él.
204
—Tienes razón —reconoció Fifi—. ¿Pero estás seguro de que es una

buena idea? ¿De verdad quieres eso?
Gabe jugó con uno de los paquetes de sal en la mesa.
—Mira, puedes ser el capitán, pero no tienes voz en lo que hacemos

fuera del hielo, y esto no está enredando lo que hacemos.
—Todavía no lo sabes con seguridad. No has vuelto a jugar desde

anoche.
—Que te jodan —espetó Gabe, molesto de que ellos supieran que la

noche anterior fue la primera vez y que estuvieran pensando que tenían algún
derecho—. Si no acostarme con él no arruinó la dinámica del equipo, entonces
dormir con él tampoco lo hará —siseó. Él quería gritar, pero estaban en
público.
Fifi suspiró de nuevo.
—Franchement 125 . No estoy preocupado por la dinámica del equipo.

Estoy preocupado por ti, idiota. Jugar con el chico del que estás enamorado...
hará que termines con el peine de cœur 126.
Gabe miró hacia otro lado, no queriendo que Fifi viera el acuerdo en sus
ojos. Dante era muy joven... Gabe ya sabía que le rompería el corazón. Eso no
significaba que no pudiera divertirse primero.
Chef lo empujó.
125
Franchement: francamente.
126
Peine de cœur: corazón roto.
205
—Mira. Solo queremos asegurarnos de que estés bien. Dices que estás
bien, entonces te creeremos.
—Estoy bien —dijo Gabe rápidamente.
Chef asintió, casi convencido. Fifi todavía tenía líneas de preocupación

en los ojos, pero asintió lentamente de todos modos.
—Sé que puedes tomar tu propia decisión. Solo... sé que me importas y

quiero ayudarte. Y lo obligaré a que haga suicidios127 todos los días si es cruel
contigo.
Pensó que era mejor tomar eso como una muestra de afecto que
desconcertarse porque Fifi fuera un culo sobreprotector, Gabe puso los ojos
en blanco.
—Sí, papá. —Soltó un suspiro y luego le sacó la lengua.
Lo cual, por supuesto, fue cuando la camarera llegó para tomar su

pedido. Ah, bueno, Gabe había empeorado la primera impresión.
DANTE regresó aquella misma tarde. Desplazándose torpemente en el

escalón de la entrada, sin ofrecer ninguna razón para su visita. Parecía que
no sabía qué hacer a continuación, algo raro de ver en él.
—Entonces —comenzó Gabe. Dante hizo un ruido frustrado, luego se

inclinó hacia adelante y le plantó un beso en la boca. Al principio fue torpe,
un mal ángulo, pero Gabe puso sus manos alrededor de la cara de Dante, y
encontraron un buen ritmo.
127
Ver nota al pie 9.
206
—Hola —respiró Dante una vez que se separaron—. ¿Cómo fue el

almuerzo?
Gabe no creía que realmente quisiera una respuesta a eso.
—Bien. —Presionó otro beso en la boca de Dante, moviéndose luego por

la línea de su mandíbula.
—Entonces —dijo Dante mientras Gabe seguía moviéndose—. Supongo

que tienes condones aquí.
Gabe gimió, luego se apartó para mirar a Dante a los ojos.
—Mañana tenemos patinaje en la mañana y un juego. ¿De verdad crees

que es una buena idea?
Dante vaciló, pero no se veía completamente persuadido.
—Soy un niño grande —dijo tímidamente, acercándose para colocar

algunos besos—. Puedo soportarlo.
Mierda. Gabe apostaba que podría. Palmeó el culo de Dante y lo apretó.
—¿Por qué me hacen esto? —dijo una voz abatida con un grueso acento
ruso.
Gabe y Dante se separaron, y Dante giró en redondo. Kitty estaba en el

camino principal. Sin embargo, parecía solo levemente traumatizado por la
vista de ambos, mayormente parecía divertido.
Completamente avergonzados de haber sido atrapados haciéndolo con

la puerta abierta, no se habían molestado en cerrarla, Jesús... Gabe
sospechaba que probablemente iba a manejar esto peor que Kitty.
207
—Hola —dijo Dante. Tenía las mejillas sonrosadas y obviamente se veía

disgustado, pero le dio a Kitty una mirada esperanzada y tímida.
—Hola, Baller —dijo Kitty—. Hola, Gabe —agregó. Su tono tenía toda la
resolución de un adulto hablando con un niño.
—Uh, oye, Kitty. Nosotros, um... —Gabe no sabía cómo terminar esa
oración.
—Oh, sé lo que tu um… Aunque no eres tan sabio como para haber
cerrado la puerta. Los amigos pueden verlos cuando pasan a traer
vatrushka128. —Levantó una bolsa de papel—. A los amigos no les gusta ver
um.
Gabe frunció el ceño. Buscó en la cara de Kitty con cuidado, pero no

pudo ver ningún disgusto. Malestar, claro, pero no disgusto.
—Bueno, si los amigos no quieren ver a sus amigos recibiendo algo de

um —dijo Dante alegremente— entonces los amigos no deberían aparecer sin
previo aviso.
Kitty tarareó suavemente.
—Tal vez. Ahora entra. Traigo vatrushka. Se está poniendo fría. No se

desperdicia la comida rusa.
Eso fue lo que obtenían por besarse con la puerta abierta en diciembre,
pensó Gabe con tristeza. Sin embargo, no podía sentirse demasiado enojado
por haber sido interrumpido, ya que Kitty parecía estar tomando todo con
calma.
128
Vatrushka: tarta de queso.
208
Además, la vatrushka resultó ser increíble. Fiel a la palabra de Kitty,

aún estaba caliente, y los tres se amontonaron en el sofá de Gabe para
comérsela. Kitty puso una telenovela diurna de mierda de la que Gabe no
entendía nada, pero a los veinte minutos, él y Dante estaban tan concentrados
que apagaron y pusieron el episodio piloto en Netflix.
—Esa perra es una psicópata total —dijo Dante alegremente entre

rondas de rellenar su cara con pasteles rusos.
Kitty resopló.
—Piensas que es mala, espera hasta la próxima temporada.
Rompieron para un entrenamiento de media tarde en el gimnasio de la

casa de Gabe y luego ordenaron la cena. Pero cuando terminó la comida,
Dante miró la hora e hizo una mueca.
—Debo irme. Tengo una cita por Skype con mi agente. —Movió su
mirada vacilante entre Kitty y Gabe.
—Mantengo la boca cerrada —dijo Kitty, aparentemente adivinando la

dirección de sus pensamientos—. No contar ningún secreto.
Lo que le recordó a Gabe…
—Fifi y Chef saben —dijo en tono de disculpa, principalmente a Dante—

. De ahí la emboscada del almuerzo.
—Malditos porteros. —Dante arrugó la nariz, pero no parecía molesto—

. Esa mierda es espeluznante.
Gabe eligió no decirle que probablemente tenía más que ver con el
hecho de que Fifi era su mejor amigo y que él se lo había contado cuando
estaba borracho.
209
—Sí.
—¿Qué tal te fue?
A través de un milagro, Gabe se mantuvo sin sonrojarse.
—Previsible, supongo. Son fisgones y entrometidos, pero tienen buenas

intenciones.
—Peor que las abuelas rusas. Siempre tienen que saberlo todo. —Kitty
inclinó la cabeza hacia un lado y luego, con una inocencia, que Gabe no se
creía del todo dada la yuxtaposición con lo que acababa de decir, le
preguntó—: ¿Por qué hablar con el agente?
Dante se sonrojó. Ahora que Gabe lo había visto en la agonía del

orgasmo, dos veces, no pudo evitar hacer esa asociación. Él se lamió los
labios.
Finalmente, Dante dijo:
—No es nada, solo que… él tiene algunos asuntos de los que quiere
hablarme, y necesita una respuesta, así que....
Algo en la forma en que lo dijo, manteniéndose demasiado quieto, hizo

que Gabe pensara que era una mentira. Kitty debió haber notado que algo
estaba mal también, porque no dijo nada, y todos se miraron los unos a los
otros en un incómodo silencio durante unos segundos.
—Bueno. Bien. ¿Me llamas más tarde? —ofreció Gabe finalmente,

cuando pensó que el pobre Kitty estaba a punto de hacer una pausa en la
puerta y dejarlos solos para tener una conversación para la que no estaba
preparado.
210
—Obviamente, sí. —Dante esbozó una sonrisa apretada—. Los veré

mañana chicos.
Gabe lo vio irse; no creía que nunca dejara de apreciar los activos de
Dante. Pero cuando la puerta se cerró detrás de él, dejó caer la cabeza sobre
sus manos y luchó contra el impulso de entrar en pánico. Jesús. Literalmente
no habían podido mantener su secreto durante veinticuatro horas. No había
forma de que fueran capaces de mantener al equipo a oscuras, y que los
medios no lo descubrieran. Mierda. ¿En qué diablos estaba pensando?
Kitty solo lo dejó revolcarse por un minuto.
—La comunicación es lo más importante en la relación —dijo

crípticamente en un tono que probablemente debía ser alentador.
La última vez que Gabe tuvo una relación, lo expuso a los medios y
ayudó a los Dekes a caer en nueve juegos. Lo que tenía con Dante no era una
relación, y no podía permitirse pensarlo de esa manera. Ellos eran
compañeros de equipo. Amigos, incluso. Amigos que disfrutaban quitándose
la ropa, desnudándose y terminando sudorosos.
La polla de Gabe aprovechó ese momento para recordarle

deliberadamente lo que Kitty había interrumpido antes.
—Gracias por el consejo —refunfuñó. Pero entonces, bueno. Kitty no se

merecía eso. Gabe levantó la cabeza—. Y realmente solo, gracias. Significa
mucho, ¿sabes?
Kitty se encogió de hombros, pareciendo tímido.
—Hablo con otros jugadores rusos también. Ayudo a algunos. No es tan

difícil ser amable contigo. Buen hockey, buen amigo.
Gabe luchó contra su autocompasión y sonrió.
211
—Si tú también.
Devolviéndole una sonrisa, Kitty le dio una palmada demasiado fuerte

en el hombro. Malditos defensas, ay.
—¡Bien! Ahora, esta noche hay juego, ¿sí? Veremos a Ovechkin 129
destruir Devils130. Siempre es bueno para reír.
129
Aleksandr Mijáilovich Ovechkin, también conocido como Alexander Ovechkin es un
jugador profesional de hockey sobre hielo que juega como extremo izquierdo por los
Washington Capitals de la National Hockey League.
Los New Jersey Devils son un equipo profesional con sede en Newark, Nueva Jersey de
130
hockey sobre hielo. Son miembros de la división atlántica de la conferencia del este de la Liga
nacional de Hockey.
212
3
RUMORES DE TRANSACCIONES A MITAD DE TEMPORADA
CIRCULAN YA QUE LOS DEKES SIGUEN DE RACHA GANADORA
Por Kevin McIntyre
Con su primera línea de fuego y una profunda solidez en la defensa, los

Quebec City Nordiques podrían estar buscando capitalizar los valores
comerciales de sus jugadores, especula el analista de hockey Joe Wiseman.
Los delanteros Dante Baltierra, François Fillion y Gabriel Martin han

acumulado puntos constantemente desde el comienzo de la temporada, salvo
una caída de tres semanas en noviembre. Con Baltierra todavía en un contrato
de nivel inicial, cambiarlo tiene poco sentido, y como capitán, Fillion es

demasiado integral para la dinámica del equipo como para arriesgarse a
negociarlo. Pero el contrato de $ 6 millones de Martin coincide con su excelente
desempeño este año, dejando de lado a los medios de comunicación, y eso lo
hace atractivo como prospecto comercial. El centro Peter Grayson y el extremo
derecho Garret Tofflemeier también podrían estar en la cuadra.
En el lado defensivo, los Dekes tienen más para ofrecer. Con mucha
sangre joven de su filial AHL131, los Dekes podrían liberar una gran cantidad
de recursos mediante negociar un defensor más experimentado. Fuentes dentro
131
La American Hockey League es la liga de hockey sobre hielo profesional reconocida como
la segunda mejor de ese país tras la National Hockey League.
213
de los Dekes dicen que los contratos para Johan Aaltink, Ensio Häkkinen y
Jordan McIntosh están todos en la proverbial mesa.
—Somos un club joven con mucha vida en nosotros —respondió el
gerente general Terry Denning cuando se le acercó para hacer comentarios—.

Mantenerse competitivo significa mantener una buena mezcla de sangre nueva
con jugadores veteranos, y eso es lo que vamos a hacer.
Lo que eso significa para la lista de Dekes en el futuro aún está por verse.
NO FUE que Gabe pensara que nunca sucedería. Era realista y sabía
que no era apoyado por toda la liga. Había homofóbicos en todas partes y el
hielo no era diferente. Ya había tratado con eso: chicos que dejaron de ser
amistosos durante los apretones de manos, jugadores que golpeaban con más
fuerza, más insultos como ‘chupapollas’ y ‘marica’ o ‘princesa’ y ‘coño’
dirigidos a él durante los juegos.
Aun así, no estaba listo para el espectáculo de mierda que fue su viaje
por carretera al oeste de Canadá y los estados del noroeste.
Bueno no. Todo el viaje no fue un espectáculo de mierda. Los primeros

juegos fueron buenos. Andrew Ference132 invitó a Gabe a ver una revista drag
después de su juego en Edmonton, que fue raro, pero no muy notable.
Pero el juego después de ese se quedó completamente sorprendido

mientras preparaban el disco y el jugador que estaba frente a él, el número
27, se inclinó hacia adelante y dijo:
132
Andrew James Stewart Ference es un ex jugador canadiense de hockey sobre hielo.
214
—¿Qué polla tuviste que chupar para convencer a los Dekes de

mantener a un pervertido como tú en el equipo?
Gabe se congeló por un segundo en completo estado de conmoción

antes de recuperarse justo a tiempo para recoger el pase de Fifi y despegar
del hielo.
En general, Gabe creía que la mejor forma de tratar con los enemigos
era jugar mejor hockey que ellos.
Ingenuamente esperaba que fuera eso. El tipo lo había sacado, no había

afectado la jugada. Esperaba que hubiera terminado.
No habían acabado.
—¿Dejas que el capitán te joda? —El chico quería saber después de

empujar a Gabe contra las tablas para que su compañero de equipo pudiera
robarle el disco.
Gabe lo golpeó133, se salió con la suya y tomó el disco de nuevo.
—¿O estás follando a Baltierra? —le preguntó mientras esperaban que

comenzara otro enfrentamiento.
Él le patinó cerca durante una pelea, entre Kitty y el centro contrario,

para susurrarle por lo bajo mientras todos estaban distraídos.
—Es repugnante que te permitan en el vestuario. ¿Miras a tus

compañeros de equipo desnudos?
Gabe siguió ignorándolo y se concentró en su juego, pero el idiota

obviamente estaba buscando un punto débil.
133
Butt-ending: golpear al rival con el mango del stick.
215
Lo encontró en el segundo período. A pesar de sí mismo, Gabe estaba

empezando a sentirse perseguido. Solo quería jugar al hockey, pero no
importaba lo que intentara, no podía sacudirse al idiota. Él y Gabe estaban
luchando por el disco en la esquina cuando dijo:
—Espero que todos los padres se quejen a la administración y no te

permitan firmar autógrafos para los niños. Eres asqueroso con los niños…
Gabe le dio un puñetazo en la cara, aún con los guantes puestos.
Su nuevo enemigo se burló en señal de triunfo.
—Golpeas como una niña.
Gabe le dio un puñetazo de nuevo, esta vez sin los guantes puestos, y
los dejó para la entrenadora. Ella estaría seriamente satisfecha si lo supiera.
El árbitro y un juez de línea alejaron a Gabe de él, todavía temblando

de ira.
—Cinco por pelear —gritó el árbitro, señalando hacia la caja. Tenían

menos que eso en el reloj, así que Gabe patinó hacia la salida, haciendo caso
omiso de sus compañeros de equipo, y se dirigió directamente al vestuario.
Una vez allí, se quitó el casco y lo arrojó a un lado mientras se sentaba

pesadamente en el banco. Sus hombros se desplomaron, y presionó los
talones de sus palmas contra sus ojos. No iba a llorar solo porque un idiota
pensó que estaba bien acosarlo y acusarlo de ser, ser…
Tragó saliva, luego tomó varias respiraciones profundas.
Lo peor de todo era el ardor de la vergüenza y la desilusión. Él nunca

debería haberse prendido al cebo. Dejar que el chico supiera que lo estaba
alterando era simplemente tonto.
216
Se sentó en el banco, reprendiéndose silenciosamente por haber

recibido una penalización tan estúpida mientras el PK134 corría sobre el hielo.
También comenzarían el tercer período con una penalización. Gabe solo
esperaba no haber hecho demasiado daño al marcador de un juego que ya
estaba cerrado.
Cuando su equipo entró a la habitación, estaban en silencio. Algunos

de ellos estaban mirándolo, otros claramente evitando sus ojos. Gabe no podía
culparlos. Era su primera pelea en toda la temporada. Y era probablemente
la más apasionada de toda su carrera.
Fifi se acercó y se sentó junto a él.
—¿Qué pasó? —preguntó en voz baja.
Gabe estaba agradecido de que no hubiera comenzado a gritar, pero la

ternura también lo hacía sentir incómodo. ¿Por qué no podía gritar como si
no fuera gran cosa que hubiera empezado una pelea?
—Nada. Solo estaba siendo un gilipolla, y dejé que eso me afectara. No

volverá a suceder.
Dante, con el casco y los guantes junto a su asiento, avanzó lentamente.

Mascullo por lo bajo.
—Él ha estado hablando contigo todo el juego —dijo con recelo.
Gabe vaciló, no queriendo agregar combustible, pero sabiendo que

había sido atrapado.
134
PK: “player killing”, mata jugadores.
217
—Ha estado hablando estupideces. No era gran cosa. Simplemente no

es mi noche...
—No era una charla estúpida muy agradable —intervino Kitty—. Lo

escuche la última vez, preguntándote acerca de estar de rodillas. Pensé,
grosero, pero él es tonto. —Kitty parecía realmente infeliz y arrepentido. La
vergüenza calentó la cara de Gabe—. Pero escuché lo que dijo antes de
golpearlo… él dijo que heriste a los niños. —Obviamente, Kitty tampoco pudo
decir las palabras.
Los chicos en toda la sala comenzaron a maldecir. Dante se volvió

realmente rojo y exigió:
—¿Él dijo qué carajo?
Chef se metió el pulgar y el índice en la boca y silbó. La nota penetrante

detuvo a todos los chicos. Fifi asintió y luego dijo:
—Está bien. Obviamente, todos pueden estar de acuerdo en que es un

capullo, pero… pero… gritar el uno al otro no va a resolver nada. Hablaré con
el entrenador, veremos qué podemos hacer.
Gabe negó con la cabeza.
—Él estaba siendo cuidadoso. Mantenía su voz baja y solo decía algo
cuando estábamos solo nosotros dos. Me sorprende que Kitty haya escuchado
algo.
Kitty dio una sonrisa anémica.
—Buena audición rusa.
Le sorprendió la risa de Gabe, incluso si era patética.
218
—Mira, yo... tendría que quejarme y no… no quiero. Sería un desastre

de él dijo, yo dije.
Fifi suspiró. Varios de sus compañeros de equipo no parecían

impresionados, y Dante parecía contener apenas su furia, pero Fifi dijo:
—Está bien. —Y ellos lo escucharon.
Bueno, la mayoría. El resto estuvo de acuerdo cuando agregó:
—Pero no te dejaremos desprotegido ahí fuera. Te cuidamos la espalda,

Banksy. —Él empujó su hombro contra el de Gabe.
Desde el área de penalizaciones, veinte minutos después, Gabe decidió

que Baller no debía haber estado escuchando. Ni diez segundos después de
que el disco cayera, hizo una línea recta hacia el número 27. Bajó un hombro,
se inclinó para golpear y envió a su objetivo deslizándose metro y medio dentro
de los tablones. El 27 cayó como un saco de patatas. Gabe se estremeció
cuando los árbitros llamaron al penalti. El tipo ni siquiera tenía el disco.
La entrenadora estaba atronadora cuando los árbitros castigaron a

Baller con una mala conducta en el juego, y al equipo con otro castigo de
cinco minutos, y se dirigió al túnel. Por su lenguaje corporal, todavía estaba
tan enojado como lo había estado veinte minutos antes.
El número 27 se tomó su tiempo para salir del hielo. Ninguno de los

Dekes parecía especialmente preocupado por eso, aparte de Fifi, que negaba
con la cabeza, pero eso probablemente tenía más que ver con el próximo cinco
contra tres que con cualquier otra cosa. Incluso el otro equipo parecía algo
resignado, aunque su capitán y uno de los entrenadores estaban arrodillados
sobre el hielo, tratando de levantar al tipo. La multitud aplaudió cortésmente
cuando finalmente se puso de pie, pero por la forma en que estaba
caminando, Gabe no pensó que volvería a este juego.
219
Eso probablemente significaría una suspensión para Baller. Mientras

tanto, Gabe estaba pegado batallando con partes iguales de impotencia, ira y
afecto. Impotencia porque estaba atrapado en la caja viendo como el otro
equipo anotaba. Ira cuando su penalización terminó y volvió a golpear el hielo,
preguntándose qué diablos pensaba Baller que estaba haciendo. Ese golpe
iba a estar en todas las noticias. Y afecto, porque, aunque no necesitaba a
alguien que peleara sus batallas por él, eso no significaba que no pudiera
apreciar el gesto.
Incluso si había sido realmente tonto y posiblemente a punto de

costarles el juego.
Fifi llegó al banco para el final de su turno y Yorkie vino a reemplazarlo.

Como los Deke tenían que jugar con pocos jugadores 135 de todos modos,
realmente no importaba que jugaran diferentes posiciones. Lo que importaba
era que Yorkie no fuera completamente aplastado por cambiar dos veces
mientras bajaba dos patinadores.
El equipo de casa anotó nuevamente justo cuando Yorkie entró. Chef

lanzó un juramento lo suficientemente fuerte como para que Gabe escuchara
desde los tableros por la línea de gol, pero los Dekes no volverían a su nivel
máximo hasta que los cinco minutos de Baller hubieran terminado.
Gabe apretó los dientes a través de su protector bucal y se alineó para

un enfrentamiento. Su oponente lo miró a los ojos e hizo una mueca casi
disculpándose. ¿Sabían estos tipos que su compañero de equipo era un
irritable cabrón? Probablemente. Gabe siempre supo sobre los muchachos de
su equipo.
135
Shorthanded: cuando un equipo tiene uno o más jugadores en el área de penalización.
220
Cuando el disco se cayó, Gabe ganó el cara a cara y devolvió el disco a

Yorkie. Toupie y Binou se desplegaron en el hielo durante unos segundos de
penalización.
Luego Gabe encontró un camino hacia la red y se tomó un descanso.
Podía escuchar a Yorkie detrás de él, siguiéndolo mientras tejía el disco

alrededor de los defensores. Pero el portero estaba listo. Gabe podía ver que
nunca pasaría el disco a su lado. En vez de eso, lo dejó caer entre sus piernas
y se quitó del maldito camino.
Yorkie la puso justo entre sus piernas.
Toupie y Binou se dieron el primer abrazo de celebración, pero Gabe no

se lo iba a perder. Se unió a la pila y golpeó su guante contra la parte posterior
de la cabeza de Yorkie.
—Buen gol, novato.
Yorkie sonrió como un sol explotando.
Pero incluso con el objetivo de shorthanded136 para reforzar su impulso,

no pudieron sacar una victoria. Perdieron en tiempo extra ante un feo golpe
en la pierna que simplemente aulló bajo las almohadillas de Chef.
Bueno, tenía que suceder eventualmente. Ninguna racha ganadora

duraba para siempre. Salieron del hielo y entraron al vestuario para esperar
la tormenta.
La entrenadora estaba lívida, hinchada y con la cara roja.
136
Shorthanded: cuando un equipo tiene uno o más jugadores en el área de penalización.
221
—¿En qué diablos estabas pensando? —gruñó ella. Gabe sabía que
estaba hablando principalmente con Baller, pero también se estremeció. Él
había entrado en la pelea. Dejó que ese imbécil lo atrapara. Y si hubiera
mantenido la boca cerrada, nadie más habría sabido que algo estaba pasando.
Baller resaltó su barbilla, manteniendo su posición.
—Estaba pensando que ese cabrón necesitaba que alguien lo derribara

un poco.
—Así que pensaste que te tomarías la molestia de ganar otra licencia

de otros cinco minutos antes de que la primera se terminara, se suspendiera
y nos costara el juego, ¿esa es tu manera de llevarlo a un segundo plano?
Gabe hizo una mueca y se arriesgó a echar un vistazo al vestuario.

Todos los muchachos estaban quitándose silenciosamente su equipo,
evitando el contacto visual con él y entre ellos. Ojalá estuvieran en casa, así
el entrenador podría hacer esto en su oficina en lugar de aquí.
Baller agachó la cabeza, porque sí, punto hecho.
—Yo….
Afortunadamente, parecía que la entrenadora también se estaba

quedando sin energía. Parte de la tensión se escapó de sus hombros, y pareció
encogerse a su tamaño normal.
—La próxima vez que hagas un truco como ese, te cambiaré a los Jets.
No me importa cuáles sean tus números. ¿Entiendes? —Baller asintió. Gabe
también lo hizo, por si acaso.
Entonces la entrenadora suspiró y le revolvió el cabello de Baller.
—Jesucristo. ¿Es esto lo que te hace ser padres?
222
Se podría haber oído caer un alfiler. Gabe levantó la vista para mirar a
su entrenadora.
Tenía las mejillas rosadas, pero su mandíbula estaba decidida, como

cualquier persona que no estuviera contenta con el puñetazo, sabía
exactamente dónde estaba la puerta y podía usarla pronto.
Curiosamente, Yorkie se recuperó primero.
—Santo cielo, entrenadora, ¿has golpeado a Henri?
Eso hizo estallar la tensión del momento, y pronto todos se cayeron uno
encima del otro para recibir sus felicitaciones, asfixiando a la entrenadora con
sudoroso abrazo de jugador de hockey y aplaudiéndole en la espalda.
—Esto requiere una celebración —dijo Tips, saliendo del baño con una
toalla envuelta sin entusiasmo alrededor de su cintura—. ¿Bebidas? —Y luego
se dio cuenta de lo que había dicho, y agregó—: Huh. Supongo que el whisky
escocés y los cigarros son una especie de salida esta vez.
—¿Tarta de queso y cócteles sin alcohol? —sugirió Baller, un tanto

subyugado como si no estuviera seguro de que ella quisiera saber de él.
La entrenadora aplaudió de acuerdo.
—Oh sí. Finalmente detuve el tiempo de arrojar, tiempo de

complacerme.
TODOS ELLOS mantuvieron sus manos fuera del alcohol esa noche por
respeto a su intrépido líder, por lo que Gabe estaba sobrio cuando regresó a
su habitación.
223
Dudó una vez que cerró la puerta, preguntándose si Dante aparecería

como hubiera pasado la última noche en el camino. Gabe podría haber
preguntado si hubieran tenido tiempo a solas desde la tarde cuando Kitty los
interrumpió. Gabe quería más, y estaba bastante seguro de que Dante sentía
lo mismo, pero habían estado demasiado ocupados con las promociones de
pre-vacaciones además de sus entrenamientos, prácticas, juegos y tiempo de
viaje habituales.
Ahora, sin embargo, tenían la noche libre. Estarían viajando a una

nueva ciudad al día siguiente, pero el próximo juego no sería hasta el siguiente
día. Incluso podrían dormir allí. Gabe esperaba pasar ese tiempo con Dante.
Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. Gabe lo abrió y

vio a Dante sonriendo al otro lado.
Gabe le indicó que entrara y dejó que la puerta se cerrara detrás de él.
Dante no perdió el tiempo. Él se acercó, colocando su cálida palma en

la nuca de Gabe.
—Hola —dijo roncamente, bajando su mirada a la boca de Gabe.
Gabe puso sus manos en la cintura de Dante. Dante se humedeció los

labios. Gabe trató de mirar hacia otro lado por auto preservación y terminó
cautivado por sus grandes ojos oscuros y largas pestañas en su lugar.
—Hola —contestó...
Los ojos de Dante se cerraron, su barbilla se inclinó obstinadamente, y

Gabe tuvo un repentino recuerdo de su mirada desafiante después del juego.
Para Gabe, todo se detuvo bruscamente. Retrocedió, tanto para alejarse

emocionalmente como para ver bien la cara de Dante.
224
—No puedes hacer eso otra vez.
—¿Qué? —Dante abrió los ojos y frunció el ceño confundido. Luego se

puso rígido en los brazos de Gabe—. ¿Hacer qué?
—Atacar al equipo contrario solo porque son idiotas....
Dante apretó los labios, infeliz.
—Mira, sé que fue tonto, pero estaba tan fuera de lugar. Y él te lastimó.
Veía todo rojo, hombre.
Dulce. Estúpido, pero aún dulce. Por no mencionar joven. Gabe suspiró
y trató de olvidar que él mismo había usado una lógica similar cuando recién
había salido del OHL137.
—Solo, no lo hagas de nuevo. Yo puedo cuidar de mí mismo. Además,

prefiero que juegues conmigo a que defiendas mi honor. El cual no necesita
defensa.
Por no hablar de la cantidad de problemas que su equipo podría tener

si sus oponentes supieran que la mejor manera de marginar a uno de los
máximos anotadores de los Deke era apuntar al otro.
Dante se movió más cerca.
—Lo noté. —No parecía totalmente satisfecho, pero probablemente no

lo estaría hasta que la liga comenzara a usar micrófonos para controlar el
lenguaje homofóbico, lo que parecía poco probable. Aparentemente, él estaba
listo para dejarlo ir, porque le rozó la nariz y susurró, más burlándose que
seductor—: ¿Me dejas compensarte?
137
OHL: siglas de “Ontario Hockey League”, liga de hockey de Ontario.
225
Sí, pensó Gabe. Está bien. Dejó que lo empujara en un beso mordaz, y
deslizó sus manos sobre el trasero de Dante porque era predecible y malo para
evitar la tentación. Dante presionó sus cuerpos juntos, tarareando al tacto
del beso.
—Gabe. —Dante respiró entre besos. Luego se separó para mirarlo a los
ojos y decir—: Por favor, dime que tienes condones, porque no estoy jugando
por unos pocos días y necesito tu verga en mi culo como para ayer.
—Sexy. —Pero Gabe empujó a Dante hacia la cama de todos modos.

Cuando cayó sobre ella, Gabe alcanzó su bragueta.
Juntos, Gabe agarrando la pretina de los pantalones y ropa interior,

Dante regresando a la mitad de la cama, le quitaron los pantalones. Entonces
Dante se quitó su propia camiseta mientras Gabe se desnudaba antes de
unirse a él....
—¿Condones? —suplicó Dante mientras se acercaba. Gabe sacó los

condones y el lubricante que había guardado antes en el cajón de la mesita
de noche—. Tenías planes, ¿verdad? —Dante arqueó una ceja.
Gabe sonrió.
—Pensé que estarías cerca y no quería retrasar las cosas.
—Sí —ronroneó Dante, luego se inclinó para otro beso.
Gabe dejó caer el condón y el lubricante en la cama y enredó su mano

en el cabello de Dante, inclinando su cabeza y luego manteniéndolo quieto
cuando el beso se volvió descuidado. Dante gimió en él, sus dedos apretaron
los brazos de Gabe.
226
Alejándose de la boca de Dante, Gabe presionó besos en su mandíbula

y cuello. Dante se retorció bajo su atención cuando le raspó los dientes sobre
la clavícula.
—Dime que me vas a follar, por favor. Ahora —jadeó hacia el techo.
Gabe se rió entre dientes en su piel antes de colocar unos suaves besos de
succión a los que Dante se arqueó ansiosamente.
Brevemente deseó poder chupar lo suficientemente fuerte como para

dejar una marca, pero los chupones parecían una mala idea. Dante podría no
estar jugando por unos días, pero él estaría en la práctica mañana, y Gabe no
quería dejar atrás evidencia que necesitaría ser explicada. No estaba seguro
de qué pensamiento le dolía más: la idea de Dante mintiendo sobre una rubia
caliente como tapadera o diciendo la verdad por accidente. Ya era
suficientemente malo que estuviera pasando por esto. No quería muchos
testigos de su inevitable ruptura, incluso lamentándose, deprimido.
En cambio, lamió la piel rosada y se movió más al sur....
—Gabe, por favor —se quejó Dante, y Gabe se dio cuenta de que había
estado demasiado silencioso por un momento.
—Sí —dijo roncamente. Si Dante quería consuelo, Gabe podría hacer

eso—. Sí, definitivamente voy a follarte. Pero primero te abriré, te humedeceré.
Necesito prepararte para mí. Entonces, cuando estés abierto y me lo pidas, te
llenaré cuanto necesites. —Dante gimió ruidosamente, obviamente encantado
con la idea—. No te preocupes, te tengo —murmuró Gabe antes de besar el
lado de una cadera. Dante separó sus piernas y puso una mano en el cabello
de Gabe, enredando sus dedos en los rizos.
Sin embargo, no tiró, no trató de poner la boca de Gabe donde la quería.

Parecía que necesitaba algo a lo que aferrarse más que nada.
227
Así es como es, pensó Gabe, y presionó su boca abierta en el interior

del muslo de Dante en una húmeda mordida.
Dante hizo un sonido de asfixia y su erección se sacudió contra su

estómago. Gabe lo hizo de nuevo, solo para ver repetir los resultados, luego
agarró el lubricante de la cama y abrió la tapa.
—¿Qué, ahora te vas a quedar callado? —jadeó Dante. Bajo la palma de

Gabe, su muslo tembló.
Gabe soltó su agarre para deslizar sus dedos.
—Quiero escucharte —admitió, frotando firmemente sobre el agujero de

Dante.
Dante se estremeció y sus piernas se abrieron más.
—Oh. —Él enganchó sus caderas, persiguiendo el dedo de Gabe hasta

que se enganchó en su borde. La mente de Gabe se apagó y él le permitió
tenerlo, sólo la punta—. Joder.
Tragando con dificultad, Gabe se burló de él en piloto automático por

unos pocos segundos, rozando suavemente el nudillo de su dedo medio sobre
la piel alrededor de su ano.
—Joder —repitió Dante, en un registro completamente diferente esta

vez—. Oye, ¿recuerdas esa discusión que tuvimos la última vez mientras yo
estaba siendo básicamente ahogado por ti?
Gabe probablemente no lo olvidaría pronto.
—Prepotente —dijo roncamente, pero, bueno, cuanto antes le diera a

Dante lo que quería, antes podría tomar lo que quisiera. Se deslizó dentro,
228
dos dedos a la vez, y observó con la boca seca cuando Dante echó la cabeza
hacia atrás con obvio placer.
—Vete al carajo, solo sé lo que quiero. —Empujándose hacia las

estocadas de Gabe como para demostrarlo—. Dame otro dedo.
En algún momento Gabe iba a reafirmar quién estaba a cargo aquí. Que
era él, obviamente. Pero primero tendría que volver a poner su cerebro en
línea, así que hizo lo que le dijeron. La piel del culo de Dante era suave y
caliente contra su mano, y por dentro estaba aún más caliente, escaldando.
Dante abrió con la más leve persuasión, como si su cuerpo estuviera hecho
para eso, para tomar los dedos de Gabe. Su polla.
Cuando Dante comenzó a montar su mano, emitiendo gemidos

desesperados y entrecortados en cada golpe, Gabe pensó que habían sufrido
lo suficiente y revolvió con su mano libre para obtener el condón.
—¿Quieres tomarlo así? ¿O en cuatro patas?
El aliento de Dante se enredó por un golpe accidentalmente brutal de

los dedos de Gabe, y Gabe se olvidó por completo del condón por un minuto
y lo hizo de nuevo, más fuerte, hasta que Dante enredó sus manos en la colcha
y dejó que su boca se abriera en un gemido obsceno.
—Joder, no, no me importa, solo, lo dejo a tu elección, ¿de acuerdo? Lo

que quieras.
Gabe debería haber hecho una lista. Sin embargo, no lo había hecho, o
al menos no lo había anotado. E incluso si lo hubiera hecho, no creía que
estuviera en el estado correcto para poder leerla. A falta de un plan, bajó la
vista hacia lo que estaba haciendo, ver sus dedos desaparecer en el culo de
Dante (increíble, delicioso, musculoso).
229
Luego miró los muslos de Dante, igual de musculosos. Muslos gruesos

y fuertes destinados a la velocidad y la resistencia. Si, vale. Decisión tomada.
Golpeó con su mano libre contra el interior de la pierna de Dante, luego retiró
los dedos y rodó sobre su espalda, luchando contra sus resbaladizos dedos
para abrir el condón.
—Levántate —dijo, acariciando y limpiando su mano gratuitamente

sobre su pene, suelto, simplemente provocador, antes de bajar el látex—. Voy
a hacerte trabajar por ello.
Dante abrió los ojos y lo miró, primero a los ojos, luego a la polla, donde
Gabe aún acariciaba, sin querer detenerse. Luego dijo:
—Diablos, sí —y se colocó sobre las caderas de Gabe.
Gabe era un genio. Dante puso una mano sobre su miembro para
mantenerlo firme, y Gabe movió la suya al trasero de Dante (posiblemente la
mejor parte de esta posición), y luego Dante se dejó caer y…
—Mierda.
Gabe abrió los ojos casi antes de darse cuenta de que los había cerrado,
y encontró a Dante mirándolo con ojos marrones y entornados, un rubor en
las mejillas, los labios entreabiertos y relucientes. Gabe quería tocarlos, meter
los dedos en la boca de Dante como lo había hecho con su culo, asegurarse
de que estaba tan caliente allí como alrededor de su verga. En cambio, apretó
con fuerza los dedos en la carne de Dante y dijo:
—Muévete.
No tuvo que decirlo dos veces. Dante ni siquiera le dio una actitud al
respecto, simplemente inhaló rápidamente y empujó su cuerpo hacia arriba.
El movimiento de los músculos bajo los dedos de Gabe lo hizo desear ver,
230
mirar... se prometió a sí mismo que se follaría a Dante por detrás la próxima

vez, si era que conseguía una próxima vez.
Y luego dejó de pensar, porque la respiración de Dante se hacía más

fuerte y pegajosa, y su polla estaba apretada contra su estómago, y todavía
tenía su estúpida boca porno abierta como si esperara que Gabe le pusiera
algo.
Gabe plantó sus pies en la cama y empujó hacia arriba, tanto como
pudo con Dante presionándolo.
—Hnnng —dijo Dante—. Está bien, sí, solo dame un segundo para... —
Se levantó de nuevo y golpeó tan fuerte que los dientes de Gabe se sacudieron.
Gabe nunca antes había follado a otro atleta profesional. Claramente,

esto había sido un gran descuido de su parte.
—Oh Dios —dijo Dante, sonando destrozado. Sus ojos se desenfocaron

cuando Gabe empujó hacia arriba para encontrarse con él, pero no se aceleró.
La cama golpeaba rítmicamente contra la pared—. Mierda.
Gabe rodó sus caderas y trató de no volverse bizco cuando Dante se

apretó contra él.
—Sabía que te verías bien así —dijo. El caliente deslizamiento del

cuerpo de Dante lo volvió lento, estúpido.
Dante gimió, su cabeza cayó sobre sus hombros.
—Pensé que querrías ver mi trasero.
Cuando Gabe lo rascó ligeramente con las uñas, Dante lo recompensó

con un siseo.
231
—La próxima vez —dijo imprudentemente, y clavó los talones en el

colchón para hacer una mejor palanca. Empujó con fuerza, avivando un
fuerte aullido de Dante cuando lo hizo.
—Joder, Gabe —dijo, con la cabeza todavía colgando hacia atrás. Apoyó
las manos en el pecho de Gabe e inició un ritmo rápido, obviamente
perdiéndose en las sensaciones—. Dios, no tenía idea… tan caliente. Mucho
mejor. —Su cabeza cayó hacia adelante y sus párpados se abrieron.
Sus miradas se bloquearon y Dante dio un gruñido deliberado. Gabe

maldijo y apretó más las caderas de Dante. Empujó para ayudar a Dante a
inclinase, tratando de encontrar el ángulo correcto mientras empujaba hacia
arriba. Dante de repente dejó escapar un sonido agudo y conmocionado.
—¿Te gusta? —Gabe no pudo evitar preguntar.
—Maldición, sí, sigue. —Se mantuvo quieto, preparado en el ángulo

perfecto para que Gabe siguiera empujándolo hacia él, obviamente golpeando
su próstata si la serie de maldiciones era una señal.
Gabe tomó la velocidad y la fuerza suficientes, sus caderas chocaron

con el culo de Dante, tanto que cuando Dante intentó mover una mano del
pecho de Gabe hacia su pene, se tambaleó alarmantemente. Soltó su eje para
poner su mano donde estaba, recuperando el equilibrio y evitando que se
cayera.
Queriendo ayudar, Gabe alcanzó la polla de Dante, pero sin su mano

en la cadera de Dante, las cosas se volvieron más torpes. Frustrado, se sentó,
se distrajo besando la boca hinchada y resbaladiza de Dante, luego envolvió
sus brazos alrededor de la espalda de Dante y los volteó.
Dante gimió.
232
—Dios, manipúlame —dijo ebrio, sonando un poco sorprendido, como

si nunca hubiera considerado lo que significaría estar con un hombre de igual
tamaño y fuerza.
Gabe probablemente se habría burlado de él si no estuviera tan

ocupado ubicándose. Desenredó sus brazos de alrededor de Dante, haciendo
caso omiso de los gemidos de protesta, y empujó las rodillas de Dante. Dante
se apodero de una, su mano alrededor de la parte posterior de su muslo, y
dejo que la otra pierna cayera sobre la parte inferior de la espalda de Gabe.
Entonces Gabe comenzó a moverse.
Dante disfrutaba de la nueva posición, si el ruego era una indicación.
Apretó con fuerza su almohada con la mano libre, los nudillos blancos.
La otra todavía estaba agarrando su propia pierna, manteniéndose abierto. Y
todo el tiempo, balbuceó:
—Por favor, joder, más fuerte. Gabe, más.
Gabe obedeció, apretando los dientes contra el impulso de cerrar los

ojos y dejar que el placer lo inundara. Quería ver a Dante perderse. Retiró la
mano de Dante de su pierna para apartarla más, y Dante la envolvió alrededor
de su polla.
—Jesús, joder —siseó Dante.
Él era maravilloso. Gabe se inclinó para un beso superficial y

descuidado.
—Vamos, Dante —dijo—. Déjame que lo vea.
Dante gimió y siguió la orden maravillosamente, disparando sobre su

mano, estómago y pecho, el blanco sobresaliendo contra su piel. Se veía
positivamente destrozado.
233
Gabe tomó una larga mirada hambrienta antes de que su orgasmo lo

sobrepasara y se enfocara solo en empujar profundamente y correrse fuerte.
Cuando volvió en sí, todavía estaba cubierto por Dante, que había
reubicado sus piernas alrededor de las caderas de Gabe. Dante lo miraba con
ojos perezosos y medio cerrados.
—Hola —dijo, su voz ronca. Se veía hermosamente desaliñado y

estúpidamente orgásmico, y Gabe no pudo evitar apoyarse en varios dulces y
persistentes besos. Se sentía demasiado sentimental, pero Dante tarareó en
el beso y enredó sus manos en el cabello de Gabe.
Por mucho que Gabe estuviera disfrutando esto, realmente necesitaba

deshacerse del condón, y probablemente deberían estirar las piernas de
Dante.
Se liberó de Dante, quien maulló patéticamente cuando lo hizo.
Gabe se congeló con una mano en el muslo de Dante.
—¿Estás bien?
Dante asintió, somnoliento, pero con aire satisfecho.
—Sí. Voy a sentirlo mañana. Nunca he sido follado por alguien con
muslos de hockey antes.
Un destello de culpa. En su alivio por no tener que tratar a Dante como

a una virgen, había olvidado el tamaño y la fuerza probable de su última
pareja.
—Mierda, lo siento —dijo y se preguntó si debería verificar si había

daño.
234
—No lo lamentes —dijo Dante—. Fue asombroso. Justo lo que

necesitaba. Ahora es tiempo de dormir —murmuró, volviendo la cara hacia la
almohada.
Sin embargo, seguía siendo un desastre, así que Gabe le agarró la

cadera antes que se diera la vuelta y alcanzó algunos pañuelos de papel de la
mesita de noche. Limpió a Dante rápidamente, no era su mejor esfuerzo, pero
al menos no quedaría pegado en las sábanas, y luego lo dejó acurrucarse para
pasar la noche.
Gabe hizo un viaje rápido al baño, arrojó el Kleenex sucio a la basura y

se lavó rápidamente. Se cepilló los dientes y luego se acostó junto a Dante y
se dejó ir a la deriva.
SE DESPERTARON a la mañana siguiente ante la llamada de atención

del hotel informándoles que el desayuno de Gabe llegaría en breve.
La entrenadora les había dicho que salieran de sus habitaciones a las

diez y que estuvieran en el autobús media hora después de eso. No fue una
llamada de atención a las 6:00 a.m., pero Gabe no estaba emocionado de ver
que ya eran nueve. Refunfuñando, se apartó de Dante y se dirigió al baño.
Acababa de encender la ducha cuando Dante tropezó....
Se detuvo junto al fregadero, entrecerrando los ojos a Gabe y frotándose

la cara con una mano.
—Buenos días —dijo Gabe.
—Buenos días —gruñó Dante—. ¿Ducha?
235
—Estaba a punto de tener una —confirmó Gabe. No estaba

exactamente seguro de dónde iría Dante con esto, pero dada su obvia
confusión somnolienta, optó por oraciones simples.
—Bien —dijo Dante con una sonrisa satisfecha. Se estiró entonces,

mostrando todos sus músculos. Gabe tragó saliva, su pene se movió con
interés.
Dante se dio cuenta.
—¿Crees que tenemos tiempo antes de la comprobación para el

desayuno y para otro intento?
El servicio de habitaciones aún no había llegado con la orden de Gabe.

Estarían llamando a su puerta pronto. Aun….
—Ni idea. ¿Quieres probar?
—Diablos sí —dijo Dante, y luego empujó a Gabe a la ducha.
Ah, bueno, el servicio de habitaciones podría dejar el desayuno afuera

de la puerta.
Llegaron al autobús con dos minutos de sobra. En el quinto asiento,

Fifi llamó la atención de Gabe y arqueó las cejas. A su lado, Chef miró con
sorna. Una fila atrás de eso, Kitty puso una mano sobre sus ojos como si
acabara de ver un poco más de um.
Gabe caminó en una línea fina entre avergonzado y presumido. No

necesitaba mirar hacia atrás para saber que Dante estaba sonriendo
tímidamente.
Teniendo en cuenta que no era exactamente un comienzo temprano, el

autobús estaba en silencio, muchos tipos con sus auriculares para cancelar
236
el ruido, apoyados contra las ventanas o el uno al otro. Más de unos pocos
tenían ojeras debajo de sus ojos. Yorkie en particular parecía desvaído.
Extraño. Nadie había ido a beber la noche anterior, y Yorkie había jugado
bien. No tenía ninguna razón para parecer que alguien le había dado una
patada a su perro.
Tal vez estaba solo. Probablemente, Gabe debería alentar a Dante a que
se asocie con su compañero de cuarto en lugar de simplemente dejar caer sus
cosas y luego pasar el rato con Gabe. Había estado haciendo eso un poco
incluso antes del sexo telefónico y la subsiguiente fase de puta rebelde de
Dante. Gabe apostaba a que Yorkie tampoco lo había visto muchas noches.
Maldición. Ahora se sentía culpable, lo suficiente como para romper la

rutina.
Gabe se sentó en el asiento vacío al lado de Yorkie y le dirigió una rápida

sonrisa.
—Buenos días, novato.
Yorkie le dio una mirada verde.
—Oye. ¿Baller se quedó contigo otra vez anoche? —Lo dijo casualmente,
sin ninguna insinuación por lo que Gabe podía decir, por lo que
probablemente no sabía que estaban durmiendo juntos.
—Sí. Supongo que las celebraciones espontáneas lo toman todo de él.

—Gabe entrecerró los ojos y chocó los hombros—. ¿Estás bien?
Yorkie se frotó la cara.
—Simplemente no dormí bien.
237
Algo al respecto sonaba como una mentira, pero Gabe probablemente

no iba a ser capaz de convencerlo de decir la verdad en ese momento. Tal vez
Tips tendrían más suerte, ya que generalmente jugaban en la misma línea,
pero Tips aún esperaba afuera, porque era neurótico por ser el último en el
autobús. Tenía la A en su suéter, así que esto definitivamente caía bajo su
competencia, o la de Fifi. Toupie también.
Aun así, Gabe se sentía un poco responsable, ya que probablemente le

pondría un dedo a Yorkie formando un vínculo con Dante.
—Tengo algo de Gravol en mi bolsa —ofreció—. Si tomas uno ahora,

deberías dormir decentemente, pero probablemente no lo suficiente para
mantenerte despierto esta noche.
Yorkie abrió la boca, y por un segundo Gabe estuvo seguro de que iba
a declinar. Pero luego exhaló y se desinfló, luciendo cada vez menos como un
jugador profesional de hockey y más como un chico de dieciocho años con
muchas cosas en mente. Gabe tuvo un mal momento cuando recordó que
Dante era solo un poco mayor y apenas más maduro, pero que eran jugadores
profesionales de hockey; muchos de ellos llegaban a la jubilación antes de que
comenzara la madurez.
—Sí, gracias —dijo—. Te haré cargo de eso.
Para cuando el autobús se detuvo en la carretera hacia el aeropuerto,

Yorkie estaba dormido en el hombro de Gabe. Dante se dio vuelta en el asiento
frente a ellos y le dio a Yorkie una mirada cariñosa.
—¿Qué le sucede?
Gabe se encogió de hombros y negó con la cabeza.
—Nostálgico, tal vez.
238
Dante asintió.
—Sí, el primer año es difícil. —Hizo una pausa—. Debería llamar a mi

mamá. Se lo sacaremos más tarde, ¿sí?
—Llévalo a cenar o algo así —coincidió Gabe. Por primera vez, se

preguntó si Yorkie no estaría mejor haciendo un par de meses con la AHL138.
Tal vez él se estaba quemando.
Dante arrugó la nariz.
—Si siente nostalgia, deberíamos cocinar para él.
—Si cocino para él, estará muerto.
—Y crees que soy una desgracia para la edad adulta. —Al levantar el
dedo medio Gabe, se rió y dijo—: Bien. Voy a cocinar, entonces, pero lo
haremos en tu casa. Tienes una mejor cocina.
Gabe era vagamente consciente de Toupie medio girándose en el asiento

al lado de Dante, como si quisiera escuchar o estuviera sospechando, y por
un segundo, el pánico se apoderó de él. Chef y Fifi era con los que podía lidiar,
y Kitty era demasiado leal (aunque un poco fanfarrón como para mostrarlo)
de lo que preocuparse. Simplemente no estaba listo para que nadie más lo
supiera, especialmente porque no tenía idea de qué decirles.
Levantó la voz lo suficiente como para que Toupie pudiera escuchar.
—Quizás lo mantengas pequeño esta vez para que no lo asustemos. Si

no funciona, estarás despierto la próxima vez.
Toupie llamó su atención y asintió.
138
AHL: siglas de “American Hockey League”, Liga Americana de Hockey.
239
—Claro. —Luego levantó su teléfono y lo colocó en ángulo entre los

asientos, una expresión desviada en su rostro—. Sonríe.
Oh Dios. Gabe reconoció esa caja del teléfono.
—Dime que no lo hiciste....
Toupie sonrió sin arrepentirse mientras le devolvía el teléfono a Chef.
—No lo hice.
Unos segundos más tarde, Chef gritó de risa. Gabe sacó su teléfono de
su bolsillo para verificar el daño.
@ 33_Iolofsson Parece que Anglo Ángel tiene algo de competencia por el

título....
UN DÍA y medio después, Gabe recibió el correo electrónico de Erika,

veinte minutos antes de que tuviera que vestirse para su juego en Chicago.
—¿Quieres que haga una declaración sobre los rumores sobre ti y el

novato? —Seguido por un enlace.
La parte inferior del estómago de Gabe se desprendió cuando hizo clic.

Fuera lo que fuese, mejor saber ahora que pasar las próximas horas
preocupándome por eso.
Sin embargo, cuando la página finalmente se cargó, soltó una carcajada

que hizo que todos lo miraran. Le lanzó su teléfono a Chef, sintiéndose
ligeramente nauseoso, pero mayormente aliviado.
240
—Muchas gracias, cabrones. Ahora, todo Twitter cree que soy un asalta
cuna. Sin ánimo de ofender —agregó a Yorkie, que estaba mirando por encima
del hombro de Chef.
Se sonrojó cuando vio la imagen que había engendrado el artículo.
—Oh hombre, ¿babeé contigo? Mi error. Estaba realmente cansado.
Dante también participó en la acción.
—Tienes un lado bueno —le dijo a Toupie burlándose seriamente,

revolviendo el cabello de Yorkie.
Chef se desplazó por unos segundos, haciendo una mueca, luego le

devolvió el teléfono.
—Lo siento. Supongo que no pensé en eso.
Gabe lo rechazó. Todavía se sentía incómodo. Si había sucedido con

Yorkie, era solo cuestión de tiempo antes de que alguien lo vincule con Dante.
Pero no fue como que Chef lo hizo a propósito.
—No es tu culpa que los medios sean tontos.
Le lanzó a su agente una nota rápida para que no se molestara. En este

punto, protestar lo haría parecer sospechoso.
Sin embargo, Dante no parecía listo para abandonar su búsqueda de

justicia. No se le permitió vestirse para el juego, pero se había mantenido en
el viaje por carretera para estar cerca de apoyo moral, probablemente tanto el
suyo como el de los demás. Ser suspendido era lo peor.
—Oye, Chef, ¿dame tu teléfono por un segundo? Fifi, ¿puedes...?
241
Fifi estaba obviamente a punto de entrar en su charla de ánimo antes

del juego, pero Dante dijo:
—Solo tomará un segundo. Yorkie, ve a sentarte junto a Fifi y, sí,

exactamente.
Vestido de uniforme, Yorkie se apoyó en el hombro de Fifi y cerró los

ojos. Incluso abrió la boca un poco para imitar la imagen que Chef había
publicado de él y Gabe.
Baller tomó la foto, y Gabe miró con curiosidad por encima del hombro
mientras abría la aplicación de Twitter de Chef y cargaba la foto.
@ 33_Iolofsson Esto se está convirtiendo en un hábito.
Gabe resopló.
—Inteligente.
El teléfono sonó.
@eddielack retwitteó tu foto.
Chef lo tiró de la mano de Gabe y lo acunó contra su pecho.
—Ahora sé que lo hice en Twitter.
Fifi empujó a Yorkie de su hombro y se levantó.
—¿Podemos jugar al hockey ahora? —dijo, pero sonó más afectuoso que
nada.
Resultó que la respuesta fue no, no tanto.
242
En la experiencia de Gabe, jugar en Chicago nunca era fácil. Hicieron

que su franquicia regresara justo cuando Gabe comenzaba en la NHL. Para
él, siempre habían sido un equipo superior. Jugar en el Madhouse 139 no
absorbió tanto a los Dekes lo hizo con Red Wing 140 , ya que no tenían la
rivalidad, pero sus posibilidades de ganar el juego también se redujeron.
El juego no estaba yendo bien. A pesar de los mejores esfuerzos de los

Dekes, estaban abajo por uno y eran superados.
Hicieron una buena pelea hasta el segundo, cuando Fifi recibió un golpe
que lo hizo caer. Fue un golpe limpio, pero se volvió raro y aterrizó con fuerza
en su lado derecho. Y no volvió a levantarse. Asustado, Gabe patinó
directamente hacia él.
Se agachó y preguntó:
—Fifi, ça va141?
Fifi rodó sobre su estómago y gimió.
—Non. C'est142…
Mierda. Echando un vistazo, Gabe miró hacia el banco para ver a una
de las entrenadoras salir corriendo. Ella se acomodó en el hielo y comenzó a
hablar con Fifi a tiro rápido en francés.
139
Estadio de Chicago.
140
Detroit Red Wings es un equipo estadounidense profesional de hockey sobre hielo de la
ciudad de Detroit, Míchigan.
141
Ça va: estás bien.
142
Non. C'est: no estoy.
243
El resto de los jugadores en el hielo observaron. El Hawk143 que había

golpeado a Fifi masticaba ansiosamente su protector bucal. Incluso con su
abrumadora preocupación por Fifi, Gabe sintió una punzada de simpatía por
la culpabilidad fuera de lugar del jugador. Él no había hecho nada malo.
Gabe miró hacia atrás, y la entrenadora estaba ayudando a Fifi a

ponerse de pie. Cuando se puso en pie, los fanáticos comenzaron a aplaudir
y los Dekes, rápidamente se unieron a los Hawks, golpearon sus palos contra
el hielo.
Gabe se movió cerca de su lado derecho y tiró del brazo de Fifi sobre su
hombro para apoyo adicional.
Se movieron hacia adelante y Fifi se quedó sin aliento.
—Tal vez —continuó en francés— sin peso en el lado derecho.
La entrenadora asintió.
—Está bien, Fifi, vamos a sacarte del hielo. El pie derecho hacia arriba
e inclínate hacia la izquierda. Pon tu peso en mí. Voy a guiarte a través del
hielo y vamos a acostarte para que podamos descubrir qué está pasando.
—De acuerdo. —Fifi se quedó sin aliento, y dejó que la entrenadora lo

arrastrara lejos.
Una vez que Fifi estaba fuera del hielo, Gabe se giró y patinó de regreso
hacia sus compañeros de equipo. Yorkie se encontró con él primero.
—¿Qué está pasando?
143
Los Chicago Blackhawks (español: Halcones Negros de Chicago) son un equipo
estadounidense de hockey sobre hielo, creado en 1926 y situado en Chicago.
244
—Su pierna. No lo sé... —Sacudió la cabeza, no quería terminar el

pensamiento e incurrir en mala suerte.
Se reagruparon. La entrenadora estableció una nueva alineación,

maldiciendo en voz baja por no tener a sus dos mejores anotadores.
Gabe se tragó la culpa de que Baller no estuviera en el hielo y trató de

concentrarse en el juego.
Las cosas se desmoronaron. Sin dos de sus figuras centrales, no podían

hacer que nada funcione. Pases perdidos, discos sueltos, prácticamente
daban oportunidades de gol en bandeja de plata. Y no era como si los
Blackhawks necesitaran ayuda para patearles el trasero.
Para cuando llegaron al segundo intermedio, estaban abajo 3-0.
Chef, que era la única razón por la que todavía estaban en el juego,
fruncía el ceño furiosamente en el vestuario. Gabe sospechaba que la fuerte
emoción tenía mucho que ver con la preocupación por Fifi.
La entrenadora les dio un discurso entusiasta, recordándoles que se

ganaran la vida y se dejaran de joder, luego se fue para obtener una
actualización sobre Fifi.
De vuelta en el hielo, los Hawks anotaron el gol número cuatro a un

minuto del período.
Antes de que estuvieran de nuevo en el centro del hielo, mientras que

el Hawk que había anotado era el que había sometido a su compañero de
celda, Chef saludó a Gabe, Yorkie y Tips.
245
—Si escucho a Chelsea Dagger144 una vez más esta noche, voy a patinar
fuera de la raya y le meteré mi palo en el culo. Traten de mantener el disco en
la zona ofensiva durante más de treinta segundos este período. Jesús. No
puedo hacer todo el trabajo.
En cuanto a los discursos inspiradores, no fue malo, pero no fue

suficiente.
En el banquillo de los Blackhawks, el capitán gritaba a su extremo

derecho, por lo que probablemente estaban a punto de anotar siete puntos
entre ellos en un intento por llevar a los Dekes al alcoholismo prematuro.
Solo anotaron dos veces más, pero Gabe todavía quería esa bebida.
Perder apestaba. Una victoria aplastante de 6-0 apestaba aún más.
Fuera del hielo, Gabe encontró a la entrenadora para una actualización.
—Están tomando radiografías de sus caderas —dijo sombríamente.
Dante entró en la habitación, con el teléfono pegado a la oreja.
—Yvette —murmuró.
Gabe tragó saliva, agradecido de que Dante hubiera estado disponible

para hablar con ella. Dada la diferencia de horario, los niños habrían estado
en la cama varias horas antes. Yvette probablemente había estado mirando.
—Mira, el juego se acabó, estoy aquí con Gabe, y nos dirigimos a la

entrenadora para una actualización. Tan pronto como Gabe termine de salir
de su maloliente equipo.
Cada equipo grande tiene una cancion que suena cuando hacen un gol, en el caso de
144
Chicago Blackhawks suena Chelsea Dagger de The Fratellis. https://youtu.be/sEXHeTcxQy4
246
Gabe le dio un dedo, pero rápidamente se despojó de su Under

Armour145 y se dirigió a las duchas. Mejor asearse ahora… no sabía cuánto
tiempo pasaría antes de que él volviera al hotel.
Gabe tomó el teléfono de Dante una vez que estuvo vestido y se

dirigieron al ala médica. Yvette rápidamente cambió al francés,
aparentemente demasiado cansada y estresada para seguir usando el inglés.
—Estamos en camino de verlo. Espero que obtengamos algunas

respuestas —la calmó—. Deberías poder hablar con él.
Cuando llegaron a ver a Fifi, él estaba tendido en una cama.
—Allô —saludó—. ¡L'ange et le coco! ¡Et la belle dame qui nous

déploie! 146 —Les sonrió tristemente, aparentemente complacido con su
comparación de la entrenadora con un general.
—Bueno, está despierto —señaló Dante.
—Él está en eso —la entrenadora acordó. Se volvió hacia el personal

para charlar. Gabe lo ignoró a favor de acercarse a la cama.
—Aquí está él, Yvette. Despierto, pero drogado. Una advertencia justa.
—Luego sostuvo el teléfono junto a la oreja de Fifi.
—'Vette, 'Vette, 'Vette —canturreó. Gabe pudo escuchar el sonido

metálico de su respuesta, pero no pudo distinguir las palabras. Sin embargo,
lo que ella dijo, hizo que Fifi arrugara su cara, infeliz—. No, no —murmuró—
. Te amo. Je t'aime. —Ella siguió hablando, y él se sumió en el silencio antes
145
Under Armour: marca de ropa y accesorios deportivos.
Allô: Hola ¡L'ange et le coco! mi ángel de coco. ¡Et la belle dame qui nous déploie! esta bella
146
dama que nos despliega.
247
de volver a hablar para recordarle que Gabe, o, mejor dicho, “nuestro ángel”,
estaba allí para cuidarlo.
Imaginando que Yvette necesitaba algunas respuestas reales, Gabe

colocó el teléfono sobre la almohada (Fifi no se movía demasiado), se alejó de
sus divagaciones medicadas, se acercó a la entrenadora y al médico de los
Hawks, y se instaló junto a Dante.
—¿Qué pasa? —preguntó en voz baja.
Todos se veían sombríos.
—Parece que podría ser una contusión en la articulación de la cadera

—dijo el doctor.
—Hay hinchazón alrededor de la cadera, pero no hay signos de fractura

en la radiografía. Sugiero que lo cambiemos al Northwest Memorial,
obtengamos una confirmación del diagnóstico de un especialista en ortopedia,
y luego clasifique el transporte de regreso a Quebec.
Eso sonó lógico, pero...
—¿Cómo es la recuperación, si es una fractura de cadera? —Gabe

quería saber. Yvette preguntaría.
—Es, esencialmente, solo hematomas. Así que compresas frías, algo de

fisioterapia, y de dos a ocho semanas sin hielo.
Maldita sea. Gabe miró a su amigo, que todavía murmuraba en francés.

De dos a ocho semanas sin su centro estrella. Mierda.
Y... ¿estaba hablando de pollos de chocolate?
Gabe recogió el teléfono de nuevo.
248
—¿Oíste eso?
—Merde —confirmó Yvette—. Sabes cómo es cuando está herido....
Lo mismo que todos los demás, solo que peor. Gabe sabía que su culpa
por la pelea y el golpe que le había valido a Dante una suspensión palidecería
en comparación. Eso fue solo un juego, y ni Gabe ni Dante tenían una letra
en su jersey147. Dios, Fifi iba a estar insufriblemente deprimido.
—Tendremos que demostrar que podemos ganar sin él. —Al menos
contra equipos que no eran los Chicago Blackhawks. Jesús. Solo pensar en
el puntaje final dolía. Sin embargo, probablemente no tanto como una
fractura de cadera.
Gabe palmeó el hombro de Fifi en solidaridad. Parecía haber pasado de

una elevada felicidad a sensiblero.
—Haré que te llame por la mañana.
—Gracias Ángel.
Gabe devolvió el teléfono a Dante, quien lo tomó, con aspecto sombrío.
—Al menos es el final del viaje por carretera —ofreció. Tendrían unos
días libres para Navidad antes de volver al ritmo de las cosas.
Gabe asintió, respirando profundamente.
—Sí. Te veremos en la mañana, ¿de acuerdo, Fifi?
147
Los equipos generalmente tienen un capitán que lleva una "C" y dos o tres capitanes
alternos que cada uno lleva una "A". En este caso se refiere a que ninguno de los dos eran
capitanes.
249
Antes de que pudiera darse la vuelta, Fifi atrapó su muñeca. Cuando

Gabe lo miró a los ojos, estaban tristes y, de acuerdo, más que un poco
drogado.
—Gabe. Désolé148.
—No. —Moviéndose para poder agarrar la mano de Fifi, Gabe negó con
la cabeza—. No te disculpes. Simplemente haz lo que te dicen los médicos y
mejora lo más rápido que puedas, ¿de acuerdo?
Huelga decir que la noche fue bastante suave después de eso. Gabe se
sentó en la sala de jugadores con Dante, Tips, Yorkie, Toffee y un puñado de
otros delanteros, además de Toupie, Chef y Kitty.
—Así que. ¿Qué tan arruinados estamos? —preguntó Yorkie

malhumorado, encorvado sobre un batido de proteína para después del juego
que había terminado a la mitad.
—No estamos arruinados —dijo Tips bruscamente—. No podemos

permitirnos pensar así.
—Un par de meses hasta la fecha límite de cambios —ofreció Kitty.
Gabe hizo una mueca, pero asintió.
—Sí. No sé si llegará a eso, pero sí. Es posible. —Le dio un codazo a

Yorkie, que estaba sentado a su lado—. Termina eso.
Yorkie puso los ojos en blanco.
—Sí, papá. —Pero se llevó el vaso a los labios, así que eso era algo.
148
Désolé: lo siento.
250
—¿Crees que llamarán a alguien de centro, o qué? —Esto de Dante,

encaramado en el borde al final de una mesa de dudosa integridad
estructural.
Gabe estuvo tentado de decirle que bajara antes de lastimarse, pero

después del comentario de Yorkie, se le quedó en la garganta.
—No lo sé. —Gabe miró a Tips. No necesariamente tenía sentido

cambiar su línea, ya que él, Yorkie y Toffee ya tenían buena química en el
hielo. Pero pensó que era más probable que la entrenadora los emparejara
con uno de los centros de su tercera o cuarta línea antes de llamar a alguien
de su equipo de AHL. No los había estado siguiendo tan de cerca como hubiera
podido, pero si alguno de ellos hubiera estado haciendo actuaciones
destacadas, se habría enterado.
Toupie dejó escapar un largo suspiro.
—Supongo que solo esperamos y veremos.
GABE ODIABA esperar, especialmente cuando el cuidado de sus

compañeros de equipo estaba en juego, pero si los jugadores tenían tiempo
libre para Navidad, tenía sentido que la gerencia tomara un par de días
también. Al menos tenía vacaciones para distraerlo.
Regresó de Chicago para encontrar que su servicio de limpieza había

ido a llenar su refrigerador y decorar. Casi se sentía hogareño, con una
verdadera corona en la puerta, un árbol en la sala de estar y sábanas frescas
en la cama de invitados para la visita de su padre. Normalmente le gustaba
no tener que hacer nada en la casa. Ahora, sin embargo, tenía que admitir
que una distracción podría ser agradable. Entonces tal vez podría dejar de
pensar en la lesión de Fifi. Acerca de los intercambios.
251
Mierda.
El problema de estar en un horario tan estricto la mayor parte del

tiempo era que cuando tenía tiempo libre, no sabía qué hacer consigo mismo.
Tenía que hacer ejercicio, claro, y lo hizo tan pronto como llegó a casa. Pero
no pudo hacer nada más durante tres días seguidos. No sería capaz de jugar
después.
Tampoco pudo follar a Dante durante tres días seguidos, por el mismo
motivo. Además, Dante se iba a casa por las vacaciones. Había mencionado
sus planes una o dos veces para casi todos.
Gabe se sirvió un pequeño vaso de ponche de huevo bajo en grasa y

frunció el ceño ante el calendario. El vuelo de su padre no entraría hasta la
tarde siguiente. Se quedaría hasta su partido el día veintisiete y luego volaría
a casa. Gabe no podía llevarlo a esquiar, estaba en su contrato, y hacía
demasiado frío para hacer algo remotamente turístico. El plan original era
celebrar las fiestas en lo de Fifi, pero ahora que estaría noqueado por semanas
con una lesión, ese plan estaba fuera.
Tal vez Gabe debería haber ido a Ottawa en su lugar. Al menos entonces
podría haber visto a algunos viejos amigos y no se habría sentido como si
tuviera que entretener a su padre. Pero finalmente comenzaba a sentir que
tenía una vida en QC después de mudarse de Detroit, y quería que su padre
lo viera. Había dejado mucho para que Gabe pudiera tenerlo.
Estaba pensando en hojear sus contactos para ver quién todavía estaba
presente, Kitty y Chef no iban a dejar el país por tres días, y no tenían familia
en Canadá, cuando alguien llamó a la puerta.
Gabe contestó encontrando a Dante y una gran cantidad de cosas en

bolsas… más bolsas en una mano, y una cosa en blanco y negro de aspecto
extraño metida debajo del brazo opuesto.
252
Algún día Gabe lo iba a entrenar para llamar primero.
—¿Hola?
Dante no se molestó con las bromas. Él dijo:
—Sostén esto —y empujó la cosa en blanco y negro hacia Gabe antes

de pasar junto a él a la casa.
Gabe esperaba que recordara quitarse las botas esta vez.
—Qué… —comenzó, y luego la cosa le gruñó. ¿Por qué Dante trajo un

gato a su casa? Gabe cambió su agarre, rezando para que no lo arañaran, y
cerró la puerta con la cadera.
—¿Feliz Navidad? —dijo Dante con optimismo, que fue cuando Gabe
notó el logo en las bolsas. Petsmart149. Oh Dios.
—¿Lo hiciste...? —Gabe tomó un momento para reunirse. El gatito

aprovechó la oportunidad para retorcerse de sus brazos y esconderse en su
armario frontal—. ¿Nunca vistes esos anuncios de servicio público acerca de
no adquirir mascotas como regalos?
—Que te jodan. Este es mi gatito. Solo te lo estoy prestando hasta que

encuentre un lugar que permitan mascotas. —La esperanza infantil en su
rostro no había ido a ninguna parte. Maldición. Gabe iba a ser fuerte sobre
esto. Él se iba demasiado seguido como para tener una mascota.
—¿Dónde lo conseguiste? ¿Por qué lo atrapaste?
Dante parecía culpable.
149
Petsmart: cadena de tiendas especializada en productos y accesorios para mascotas
incluyendo peluquería y cuidado diurno.
253
—Yo, eh. Lo encontré tratando de gatear debajo del capó del automóvil
de mi vecino cuando salí a comprar víveres. Hace tanto frío, ¿sabes? No quería
que muriera congelado...
Gabe estaba en el juego. Él sabía que lo estaba manipulando.
—Podrías haberlo llevado a un refugio.
—¿Estás bromeando? Ya sabes cómo son los refugios en Quebec.
Gabe en realidad no tenía una refutación para eso, pero el gatito lo salvó
de necesitarla. Un ruido fuerte vino del interior del armario, probablemente
una bolsa de parafernalia de hockey volcándose, y luego un disco solitario
rodó por el suelo. Después de un segundo, el gatito salió corriendo en su
persecución, patinó sobre el azulejo de la entrada antes de dar un salto mortal
sobre el disco y hundir sus garras traseras en la goma, su cola anillada en
blanco y negro se retorció como loca.
No fue lindo. En absoluto.
—Ya lo hice revisar, y la veterinaria le dio sus vacunas. Ella dice que
está perfectamente sano. Ni siquiera tiene pulgas.
El gato soltó el disco y se estiró sobre su espalda, mostrando un babero

blanco, patas y vientre, y brillantes ojos amarillos.
—Por favor, ¿puede quedarse? Juro que es solo temporal. Puedo

comenzar a buscar otras opciones cuando regrese después de Navidad.
Gabe no sabía qué era peor, los ojos de cachorro de Dante o el vientre
esponjoso de su gato. No es que importara. Había sido condenado al segundo
que abrió la puerta. Ni siquiera me gustan los gatos, se dijo a sí mismo con
firmeza. Pero lo que dijo fue:
254
—Bien. Pero solo por un tiempo.
De alguna manera, la cegadora sonrisa de Dante le dio la forma de

preparar las cosas del gato: un poste rascador, una caja de arena que puso
en la esquina del lavadero, una cama que Dante insistió en poner en la
primera luz del sol que entraba por la ventana delantera. Incluso había
comprado un dispensador automático de alimentos y agua, aparentemente al
haber previsto los argumentos de Gabe sobre que nadie estaba allí para
cuidarlo.
Mientras Gabe jugueteaba con el destornillador, tratando de volver a

poner la estúpida tapa de la batería en el dispensador de agua, Dante rodó el
disco para el gatito.
—¿Cómo deberíamos llamarlo?
—¿Nosotros qué? —refunfuñó Gabe, dejando caer el tornillo por vez

ochenta y siete—. Es tu gato. Tú lo nombras. No Puck —agregó como una
ocurrencia tardía.
—Demasiado tarde. Ya dijiste que era mi gato. No tienes voz. —Levantó

al gato y lo acunó como un bebé, acariciando su babero. Gabe no podía creer
que la cosa no arañara su rostro—. Lo llamaré Mario.
—Mario —repitió Gabe. Bien, como sea. No era el peor nombre de gato
que había escuchado.
—Mario Lemew150.
Oh Dios mío. ¿Cómo se sentía tan atraído por este idiota?
Mario Lemieux es un exjugador profesional de hockey sobre hielo canadiense que jugó
150
durante diecisiete temporadas con los Pittsburgh Penguins de la National Hockey League.
Actualmente es propietario de los Penguins.
255
—¿Seriamente? Sabes que es dueño de un equipo rival, ¿verdad?
—Mario Lemew —repitió Dante con un brillo en los ojos—. ¿Ya

terminaste con eso? Porque creo que prometiste enseñarme cómo dar una
mamada.
La boca de Gabe se secó. Tenía que admitir que sonaba como una forma
muy agradable de pasar la tarde.
GABE RECOGIÓ a su padre en el aeropuerto de QC después del

almuerzo del día siguiente. Compartieron un rápido abrazo en el área de
llegadas antes de que Gabe se echara al hombro la bolsa de su padre y lo
condujera hacia la puerta. Solo tuvo que firmar algunos autógrafos en el
camino a la salida. Parecía que todos estaban más entusiasmados con la
perspectiva de ver a sus parientes de fuera de la ciudad.
Gabe estaba emocionado, pero también cauteloso. Algunas veces su

padre era como un tiburón oliendo sangre en el agua.
—Entonces —comenzó a decir, pero su padre ya estaba hablando.
—¿Cómo estás aguantando, chico? —Bien. Gabe no lo había visto desde

que había sido descubierto. Le sorprendió que su padre no hubiera
orquestado un cara a cara antes.
—En realidad, eh. —Gabe tuvo que detenerse por un momento porque
no tenía que mentir—. Bien.
Y él lo estaba. Las cosas apestaban a veces, e iban a ser un desastre

más grande con Fifi fuera, pero él estaba bien.
256
—Has estado jugando bien —dijo su padre—. Bueno, aparte de ese

juego en Vancouver. —Él pauso—. Y Chicago.
Gabe resopló.
—Gracias papá.
Se detuvieron en el camino de entrada unos minutos más tarde.
Mario debe haber estado acostado, porque Gabe no lo vio en ningún

lado cuando abrió la puerta. No es que eso fuera inusual. Tenía una casa
grande, y Dante tenía un gato pequeño. Un montón de lugares para
esconderse. Lo olvidó y llevó la maleta de su padre al piso de arriba.
—Así que el plan original era cenar en casa de Fifi —dijo en tono de
disculpa, volviendo a la conversación que había intentado tener antes—. Pero
con la lesión y el hecho de que está siendo un gruñón, Yvette pensó que solo
deberían estar los de la familia, por lo que el resto de nosotros estamos solos.
Chef estaba pensando en pedir pizza en su casa, pero si quieres, podemos...
—No se puede comer pizza en Navidad —interrumpió su padre.
Gabe miró a su padre, arqueando una ceja.
—Es un hombre adulto. Puede comer pizza siempre que lo desee. —

Bueno, dentro de los límites establecidos por sus nutricionistas, de todos
modos. Entonces... casi nunca.
—¿Por qué no invitas a algunas personas aquí? Tienes mucho espacio

y puedo cocinar.
Afortunadamente, su padre era un buen cocinero, porque no aceptaba

un no por respuesta. Tomó el SUV para ir de compras e insistió en que Gabe
invitara a cenar a cualquier persona en la ciudad sin familia.
257
Gabe pensó que no valía la pena discutir y envió un mensaje a Chef,

Kitty y algunos otros. Las tradiciones sueca y rusa podían ser un poco
diferentes... ¿no celebraban los suecos la víspera de Navidad? Y pensó que tal
vez los rusos no lo celebraban en absoluto, pero eso no significaba que no
vendrían.
Estaba volviendo a meter su teléfono en el bolsillo cuando sonó el

timbre.
Gabe frunció el ceño. Su papá acababa de irse, y él tenía una llave de

todos modos. Entonces, ¿quién estaba en la puerta?
Gabe debería haber sabido. Abrió la puerta y Dante lo miró con grandes
ojos de cachorro.
—Hola —dijo desanimado.
Al menos había aparecido cuando su padre no estaba allí para darle

miradas de complicidad.
—Hola —contestó Gabe, gesticulando a Dante hacia la casa—. ¿No

deberías estar en un avión?
—Recibí una llamada de mi madre esta mañana. Mis abuelos están

enfermos. Vomitando como el exorcista. Supongo que se contagiaron en el
hogar de ancianos. Mi abuela no lo tiene, pero el lugar está en cuarentena.
Tuve que cancelar mi viaje a casa.
No era de extrañar que se viera tan patético. Gabe sabía que Dante
había estado esperando esa visita.
—Eso apesta.
Dante asintió.
258
—Sí. Entonces vine a ver a mi gato. Los gatitos hacen que todo sea
mejor. —Se quitó las botas, arrojó su abrigo sobre la mesa lateral y se alejó,
gritando—: Aquí, gatito.
Una vez más, Gabe se vio obligado a examinar sus elecciones de vida.
Primero, estaba jugando al hostal con un gato. Segundo, estaba de cabeza por
el hombre medio adulto que acechaba a través de su casa para jugar con un
gato. Tercero… tercero, él quería ser el único a cargo de hacerlo sentir mejor.
Y cuarto, era muy temprano para presentarle a su padre... ¿su qué?

¿Novio? ¿Compañero de cama recurrente? Intentó imaginarse explicando su
situación a su padre. Estamos durmiendo juntos, estoy bastante seguro de que
es exclusivo, y estoy enamorado de él, pero no lo llamo mi novio. Sí, su padre
pensaría que era un idiota total.
Dios maldita sea. Si no fuera tan gallina, él y Dante podrían haber

tenido una conversación sobre cómo definir su relación y al menos él sabría
qué decir, cómo decirlo. La cena se volvió mucho más incómoda. Pero no era
como si pudiera dejar a Dante fuera cuando ya había invitado al resto de los
huérfanos Dekes.
—Bueno —dijo, siguiendo—: Probablemente tenga suficientes platos

para un lugar más.
Dante estaba en la sala de estar, mirando alrededor de los muebles y

haciendo ruidos de beso para el gato. Miró a Gabe, preguntó:
—¿Qué? —Y luego volvió a su búsqueda.
—Mi padre ha decidido que organizar la cena de Navidad ya que Yvette

no puede. No te preocupes, él cocinara.
Dante detuvo su búsqueda. Se encontró con los ojos de Gabe y arqueó

una ceja.
259
—Tu padre, ¿eh?
Gabe asintió, tratando de proyectar una confianza que no sentía.
—Sip. No pude librarme de eso. No puedes estar solo en Navidad.
Una pequeña sonrisa curvó los labios de Dante.
—No, claro que no.
En ese momento Mario entró en la habitación, maullando de alegría

ante la llegada de su humano favorito.
Dante se instaló en el piso y levantó a Mario en su regazo. Mario arrulló

y amasó el muslo de Dante. Gabe se sentó en el sofá junto a ellos y sacó el
puck de Mario de los cojines.
¿Qué? Simplemente no quería pisarlo.
Todavía estaban allí varios minutos después, viendo a Mario volcar su

mierda sobre su juguete favorito, cuando el papá de Gabe regresó.
—Gabe, ven aquí y ayúdame a llevar las compras. —Entonces vio a

Dante y sonrió—. Oh, hola. —Dirigió una mirada cargada a Gabe. Decía
mucho, y Gabe no quería escuchar nada de eso, así que se levantó para
ayudar a traer la comida.
Pero no llegó muy lejos. El padre de Gabe arqueó una ceja y lo detuvo
en seco.
—¿Te vas sin que nos hayas presentado? Te crie mejor que eso. ¿Quién
es tu amigo?
Los padres eran tan tontos, pensó Gabe con cariño, incluso cuando
quería matarse a sí mismo y a todos los demás por la vergüenza.
260
—Papá, estoy seguro de que reconoces a Dante Baltierra de Deadspin o

ESPN o de Hockey Night en Canadá. Y también esa historia sobre la vez que
me tiró en la piscina de Fifi.
Algo ilegible parpadeó sobre la cara de Dante, pero pasó rápidamente,

y se levantó para estrecharle la mano. El padre de Gabe le sonrió.
—Llámame Chris.
—Encantado de conocerte, Chris. Todo el mundo me llama Baller. —

Hizo una pausa como si se diera cuenta de que era extraño para la gente que
estaba fuera del equipo, o para las personas mayores de treinta. O ambos—.
Uh, pero tal vez Dante está bien.
—Dante, por supuesto. ¿Cómo estás?
Gabe aprovechó esa oportunidad para escapar, por lo que no pudo

escuchar la respuesta, ya que Dante estaba demasiado lejos del garaje. Pero
cuando volvió a entrar a la casa, su padre estaba mirando a Dante con clara
diversión y reiterando la invitación a la cena.
—Estoy seguro de que no serás el único invitado. Le dije a Gabe que

invite a quien sea que esté en la ciudad.
—Lo hice. Ya le envié un mensaje de texto a Chef y Kitty.
—Hablando de gatitos —dijo su padre.
Gabe gimió.
—El peor cambio de tema.
—Hm, no, todavía ganas ese premio con tu discurso de presentación.
261
Gabe se sonrojó y deseó desesperadamente que su padre no entrara en

esa historia.
Al parecer, la suerte, o simplemente la ardiente curiosidad de su padre,

estaba del lado de Gabe.
—¿Desde cuándo tienes un gato?
—No lo tengo —dijo Gabe.
Al mismo tiempo, Dante admitió:
—Es mío.
—¿Y lo trajiste para una visita?
Gabe supuso que esa era la conclusión más lógica. Hasta que tomó nota
del dispensador de agua y comida en el piso de la cocina, de todos modos. Se
preguntó si su padre no era excepcionalmente observador hoy o si estaba
tratando de ser discreto.
—Nah —dijo Dante alegremente—. Él vive aquí. Lo llevaría a mi casa,

pero no se permiten mascotas. Y no pude simplemente dejarlo en la calle.
Su padre apretó los labios, obviamente tratando de no reírse. Iba a

molestarlo sobre esto por siempre.
Luego dijo:
—Ya veo. —Miró a Gabe, sus ojos bailando—. Pensé que no eras una
persona de gatos.
Gabe se ocupó de guardar los víveres. Él no tenía que contestar.
262
Debería haber sabido mejor que su padre no lo dejaría abandonar esa

conversación.
—Entonces, tu amigo es lindo.
—Es un gatito —dijo Gabe, malentendiendo intencionalmente, y se giró

para dejar espacio en el refrigerador para un pavo. Intentó no pensar en la
comparación obvia de bebés que podría hacer—. Estoy seguro de que va a
crecer más.
Su padre bufó.
—Bien, no me entrometeré. Mientras prometas decirme cuándo haya

algo que necesite saber.
Gabe se relajó, incluso cuando su garganta se sentía apretada.
—Trato. —Probablemente nunca sucediera, por lo que fue una promesa

fácil de realizar.
Su padre lo echó de la cocina unos minutos más tarde, diciendo que

necesitaba preparar las cosas y que él era un inútil ayudante de chef. Gabe
entendió eso por ve a entretener a tu invitado, pobre excusa de canadiense, y
se reunió con Dante en la sala de estar.
Él estaba en el piso. Mario estaba acostado sobre su espalda para que

Dante pudiera acariciar el blanco vientre.
—Oye —dijo Gabe—. Lo siento si él te dio el tercer grado. Es un poco

protector.
Dante miró hacia arriba, luego volvió a Mario cuando lo golpeó por no
prestar atención.
263
—Eso es dulce, pero nah. No lo hizo. —Hizo una pausa, rascando a

Mario debajo de la barbilla—. ¿Qué le dijiste? Acerca de….
No te descubrí, si eso es lo que te preocupa. No es que importara. Él no lo

contaría.
—Nada. No es de su incumbencia. Él entiende eso. No es como si

quisiera saber detalles de todos modos.
Dante retrocedió y fue golpeado de nuevo. Esta vez, Mario se puso de

pie, arqueó la espalda y se dirigió hacia el armario del vestíbulo.
—No estaba sugiriendo que le dijéramos nada, créeme.
De alguna manera, Gabe tuvo la sensación de haberse equivocado, pero

no pudo entender que había hecho mal.
—Está bien, entonces. Mientras estemos en la misma página.
Después de un momento Dante levantó la vista y sonrió con ironía, y

de repente todo volvió a la normalidad.
—¿Supongo que es demasiado esperar sexo navideño?
A pesar que todo fue en el último minuto, la Navidad transcurrió sin

problemas. Bueno, si no cuentas la broma del cheesecake de ajo y cebolla de
Chef. Pero Gabe vio la cara de Adele después de que ella mordió y se salvó
misericordiosamente: del sabor y la burla en Twitter.
Kitty comió dos rebanadas. Gabe no podía decidir si realmente le

gustaba o si esa era su manera de provocar a Chef.
Dante recibió una llamada telefónica de sus padres justo antes de la

cena, y estuvo bastante apagado antes y después. Pero entonces Mario saltó
264
sobre la mesa y estaba demasiado ocupado salvando al gato de la ira de Gabe

(y riéndose por lo bajo, el mocoso) para deprimirse.
Alrededor de la medianoche, cuando limpiaron todos lo que tenían

energía y terminaron el postre real, la casa comenzó a vaciarse. Adele besó la
mejilla de Gabe, luego la de su padre.
—Gracias por recibirnos —dijo cálidamente. Luego sacó las llaves de

Chef de su mano mientras se mostraba de costado tratando de ponerse los
zapatos—. Creo que será mejor que conduzca.
Chef le sonrió y envolvió a Gabe en un abrazo de un solo brazo.
—Me gusta esta relación. —Le dio un beso a Gabe en la otra mejilla—.
Feliz Navidad.
Para no ser menos, Kitty envolvió al padre de Gabe en un abrazo que

levantó los pies del suelo. Gabe juró que podía escuchar su columna vertebral
romperse.
—¡Gracias por invitar! —dijo con entusiasmo, señalando el sentimiento

con un beso en cada mejilla.
Gabe recibió el mismo tratamiento. Cuando el aliento salió de sus

pulmones, fue vagamente consciente de que su padre y Dante se estaban
despidiendo.
Cuando Kitty lo asentó, le dio un beso a Gabe en la boca.
—Feliz Navidad, loco. —Bajó la voz y miró a su alrededor y, está bien,

sí, el padre de Gabe se había retirado, así que definitivamente sabía que algo
estaba pasando—. Espero que sepas lo que estás haciendo. —Luego soltó a
Gabe y le dio unas palmaditas en el culo a Dante—. ¿Cómo se dice? Para
todos una buena noche.
265
Él desapareció en la nieve.
—Sutil —dijo Dante en la entrada repentinamente vacía.
Sí, no tanto. Gabe abrió la boca para disculparse por su padre, pero
Dante llevó un dedo a sus labios y luego lo besó con un rápido y breve beso.
Casual.
—Gracias —dijo. Gabe no podía estar seguro, pero pensó que podría
estar un poco enrojecido.
Para cuando se recuperó lo suficiente de sus labios hormigueantes para

decir “Feliz Navidad”, Dante estaba a mitad de camino.
Gabe cerró la puerta. Si no lo hacía, abriría la boca y le pediría a Dante

que se quedara.
POR MÁS experiencia que los atletas profesionales tuvieran con

mantener la calma y esperar hasta ver que pasaba, nunca parecía ser más
fácil, al menos para Gabe.
Una semana después de regresar de sus vacaciones de Navidad, se

encontró sentado fuera de la oficina de la entrenadora después de la práctica.
Él y Dante habían estado pasando algún tiempo con Fifi tratando de animarlo.
Seguía quejándose de que probablemente se perdería el Juego de las Estrellas,
a pesar de que la liga lo había llevado hasta febrero por razones entendidas
solo por Gary Bettman151. Entre eso, las vacaciones y el programa de prácticas
intensificado que necesitaban para probar diferentes combinaciones de líneas
no habían tenido mucho tiempo para sí mismos. Las horas que tenían,
estaban demasiado cansados para hacer algo más que ponerse al día con su
151
Comisionado de la National Hockey League.
266
novela y tirar el disco para Mario. Gabe ni siquiera sabía si Dante quería pasar
más tiempo con él. Tal vez él estaba allí por el gato.
Probablemente deberían hablar de eso. Lástima que Gabe preferiría

tomar un cuchillazo de un patín en el muslo a eso.
Finalmente, la entrenadora regresó del baño, poniendo los ojos en

blanco.
—Esto es realmente ridículo —se quejó mientras abría la puerta—. Este

niño pesa, como, medio kilo. Tal vez. ¿Cómo es que algo tan pequeño me hace
orinar tanto?
Gabe se rascó torpemente el cuello de su camiseta.
—Uh.
Con un bufido, la entrenadora se dejó caer en su silla.
—Olvídalo. Pregunta retórica. Cierra la puerta, ¿quieres?
Una sacudida de inquietud lo atravesó cuando hizo lo que ella le pidió.

¿Era eso, finalmente? ¿Los Deke lo cambiaban? Tenían más extremos
derechos de calidad que centros. Tal vez estaban trayendo a alguien para
reemplazar a Fifi y ...
—Siéntate. No te están cambiando —dijo la entrenadora, su tono gentil

pero divertido—. No todavía, de todos modos. Necesitamos mantener a alguien
en el equipo que pueda marcar.
—Baller puede anotar —señaló antes de que pudiera pensarlo mejor. El

calor subió a sus mejillas—. Y el novato no está mal.
267
—El novato necesita trabajar en su backcheck152 —dijo la entrenadora—

. Pero estoy de acuerdo, y también Terry. Tampoco los estamos
intercambiando. No se trata de eso.
Gabe esperó. Cuando ella no dijo nada más, él le preguntó:
—¿Está bien ...?
La entrenadora suspiró y se inclinó hacia delante.
—Mira, odio ser la portadora de malas noticias tanto como a nadie, pero
Fifi no va a regresar durante seis semanas como muy pronto, de acuerdo con
los médicos, y los centros que tenemos en Bangor no están funcionando de la
manera en que esperaba.
Ciertamente sonaba como si alguien fuera a ser cambiado. Pero había

dicho que no era eso.
—No la sigo —dijo finalmente Gabe.
—Necesitamos otro capitán alterno. Y alguien para tomar el lugar de

Fifi en tu línea. —La entrenadora hizo una pausa para dejar que eso se
asimilara—. Y creemos que tal vez ese alguien eres tú.
Gabe la miró fijamente. Entonces graznó:
—¿Qué?
—Has jugado de centro antes —la entrenadora continuó con calma,

como si no le hubiera pedido a Gabe que cambiara por completo la forma en
que jugaba y que asumiera una gran responsabilidad para empezar.
Backcheck: Cuando un jugador sigue a un jugador contrario en la zona defensiva y está

152
enojado en un intento de obtener el disco.
268
—Claro, pero no desde que jugué con los Spits. —Incluso entonces, solo
lo había hecho de vez en cuando. Había jugado ese puesto a veces cuando era
niño, pero, aun así—. Nunca en este nivel.
—Necesitamos que lo intentes, incluso solo de manera temporal. Si no

funciona, buscaremos otra cosa. Pero de esta forma tendremos más tiempo
para considerar si necesitamos hacer algún intercambio.
Mierda. Bueno. Probablemente podría darle una oportunidad. No

podría ir peor que en los últimos juegos, rotando a través de sus otros centros.
—Lo intentaré, supongo.
Ella sonrió.
—Así me gusta.
—¿Pero realmente quieres convertirme en la alternativa?
TAN PRONTO como Gabe llegó a casa, agarró varias botellas de agua y
Gatorade, luego se instaló en su sofá con unas cintas de juegos. Si iba a jugar
de centro, necesitaba estar preparado.
Mario se asomó al suelo a sus pies, alternativamente acechando y

abalanzándose sobre los dedos de sus pies. Gabe no había sido el tipo de
hombre que usaba zapatillas hasta que tuvo que vivir con un gato.
Dos horas y varias páginas de notas en su maratón de juego de los

Dekes, hubo un golpe superficial en la puerta antes de que se abriera.
—La incapacidad de un canadiense para cerrar con llave la puerta de

entrada es simplemente jodidamente lindo —dijo Dante, pateando las botas y
269
colgando el abrigo. Gabe gruñó distraídamente, escribiendo una nota sobre el

revés de Dante.
Dante se dejó caer a su lado en el sofá y recogió a Mario en su regazo.

Apoyándose en el espacio de Gabe, apuntaló la barbilla en su hombro.
—¿Qué estás haciendo?
Gabe pausó la cinta.
—Tomando notas. La entrenadora quiere que juegue de centro.
Dante se echó hacia atrás lo suficiente para que pudieran mirarse

apropiadamente.
—¿Sí? Tiene sentido.
—Solo porque no hay nadie más para hacerlo —protestó Gabe en algo
que era casi un lloriqueo—. Pero yo no soy un centro y no estoy seguro de
poder hacer esto. —Miró hacia abajo a sus notas, frustrado—. Honestamente,
no estoy seguro de lo que ella está pensando, aparte de estar realmente
jodidamente desesperada. —Suspiró—. Lo único más ridículo es la A que
quiere abofetearme.
—¡Guau! ¿Qué? —Los ojos de Dante se abrieron un poco. Luego, él

sonrió lentamente—. ¿Ella te está haciendo alternar? ¡Hombre! Esas son
buenas noticias. Algo que vale la pena celebrar.
—¡No, no lo es! ¿Qué sé sobre ser un capitán alterno?
Dante frunció el ceño un poco.
—Bueno. Debes dejar de entrar en pánico. Y estoy bastante seguro de

que la capitanía es como la paternidad: nadie está realmente preparado para
270
eso, solo tienes que saltar y aprender en el trabajo. —Se animó—. Estás
haciendo un gran trabajo con Mario.
—Eso no tiene sentido —protestó Gabe, aunque lo entendía—. Y Mario

es un gato.
—Claro que sí —dijo Dante. Depositó a Mario en el piso y puso una

mano en la nuca de Gabe—. Ahora que tal si tú y yo celebramos tus nuevas
letras. —Tiró de la camiseta de Gabe, justo sobre el hombro izquierdo donde
se sentaría la A.
—No lo sé. Realmente debería volver a... —Gabe hizo un gesto con la
mano al papel que tenía delante y el juego se detuvo en la pantalla.
Dante zumbó agradablemente, luego se deslizó al piso, poniéndose de

rodillas entre las piernas de Gabe. Le desabrochó la bragueta y sacó el pene
mayoritariamente desinteresado de Gabe. Sin embargo, no parecía disuadido.
Él simplemente zumbó suavemente otra vez antes de inclinarse para lamer la
cabeza. La polla de Gabe ciertamente se dio cuenta de eso.
Gabe enredó sus dedos en el cabello de Dante, sabiendo que apreciaría

la sensación de ellos allí. Dante había estado ansioso por practicar sus nuevas
habilidades, y ambos habían aprendido rápidamente cuánto le gustaba tomar
la dirección. Entonces Gabe murmuró suciedades y se arqueó en su boca.
—Sí, joder. ¿Te gusta eso? —Y así mataron más o menos el resto de la
tarde.
Pero cuando se lavaron, Gabe volvió a su cinta de juego y Dante fue a

la nevera en busca de comida.
—Tu cocina está vacía —gritó. Gabe gruñó a cambio e hizo más notas.
Dios, había mucho más que considerar ahora.
271
Comió lo que Dante puso delante de él, preguntándose dónde había

encontrado los ingredientes, y luego volvió a su cinta.
Dante se fue en algún momento entre la comida y cuando Gabe se

arrastró a la cama, pero no podía estar seguro exactamente cuándo. Tenía un
vago recuerdo de haberle dado un beso de despedida, pero había estado tan
concentrado en sus notas...
Le tomó mucho tiempo dejar de repasar las jugadas y calmarse lo

suficiente como para dormir.
LOS CHICOS tomaron el anuncio sobre el cambio con una asombrosa

falta de sorpresa. Hubo una gran cantidad de asentimientos sobre el cambio
de posición de Gabe como si tuviera sentido, y luego palmadas en su espalda
y felicitaciones por la A como si estuvieran felices por ello. Gabe estaba
atrapado en un equipo con gente loca.
Los siguientes días fueron los más estresantes de la vida de Gabe,

incluidos los días de pesadilla después de que Pierre lo sacó del armario.
Tuvieron varias prácticas y jugaron algunos juegos en QC. Gabe pasó todo su
tiempo fuera del hielo tratando de descubrir qué demonios estaba haciendo.
Dante se detuvo varias veces en la casa para cuidar del gato, e intentó
arrastrarlo a almorzar después de las prácticas, pero Gabe estaba demasiado
ocupado volviéndose loco para tener tiempo. El sexo era lo último en su
mente. No después de cómo fueron sus primeros juegos como centro.
Lo cual... bueno, la mayoría de las veces, Gabe desempeñaba

perfectamente el papel central con Dante como ala izquierda. Pero las cosas
no salieron como lo hacían con Fifi, y no pudieron encajar a la perfección con
ninguno de los extremos derechos con los que la coach los emparejó.
272
Ella todavía estaba pedaleando a través de las líneas en los juegos y las
prácticas, tratando de encontrar la combinación mágica, cuando salieron
para un viaje por carretera casi una semana después. Esta vez estaban
haciendo una gira por Canadá, preparándose para llegar a Montreal, Toronto
y Ottawa.
Gabe no podía creer que tuviera que pedirle a su servicio de limpieza

que revisara a su gato.
El gato de Dante. Lo que sea. Y solo se irían cuatro días. La próxima vez
tendría que encontrar una solución a más largo plazo.
Dante. Dante debería encontrar una solución a largo plazo.
El juego en Montreal terminó mal. Dante y Gabe siguieron siendo

colectivamente increíbles como dúo, pero fracasaron como parte de un trío.
Probablemente fue una mierda para Yorkie y Toffee.
Después de una derrota decepcionante contra su rival más importante,

habían estado tan cerca de ganar el juego en el tiempo extra, volvieron al hotel
una vez que Gabe escapó de los buitres de prensa. La absoluta peor parte de
tener la A era no poder evitarlos.
Con ira, se desnudó y se cepilló los dientes y estaba a punto de

descansar, el juego ya estaba en cola en su computadora portátil para que
pudiera hacer una revisión, cuando alguien llamó a su puerta.
Gabe miró por la mirilla: Dante, por supuesto. Él no tenía tiempo para
esto.
Abrió la puerta para contarle todo eso, pero Dante entró en la

habitación y cerró la puerta detrás de él.
273
—Oh no —dijo—. No me estás rechazando. Ha pasado una semana

desde la última vez que tuvimos sexo y casi dos desde que mi culo obtuvo
cualquier jugada. Quítate los malditos pantalones y sube a la cama.
Gabe lo mordió con la boca, un error táctico, ya que le dio a Dante el

tiempo suficiente para quitarse las chanclas y quitarse la camiseta y la
sudadera.
Cuando Gabe no se movió, Dante resopló y se fue a la cama. Cerró la

laptop y la dejó sobre el escritorio. Luego sacó el lubricante y los condones
que Gabe siempre llevaba consigo en los viajes por carretera, antes de
arrastrarse hasta la cama.
—No estaba bromeando —dijo Dante. Él estaba de rodillas, con las

piernas abiertas, el culo hacia Gabe. Vertió lubricante en su mano, luego
metió dos de sus dedos dentro de él—. Ven aquí y fóllame.
Puede haber un hombre en el planeta lo suficientemente fuerte como

para resistir ese tipo de invitación, pero ese no era Gabe. Él se subió a la
cama.
En todo caso, Dante estaba más desesperado de lo que Gabe podía

recordar alguna vez. Siguió exigiendo más, y más duro, incluso cuando la
cama comenzó a golpear rítmicamente contra la pared. Gabe siguió dándoselo
hasta que temió que Dante no pudiera estar disfrutando más. Para entonces,
se estaba ahogando en su propia desesperación, pero se obligó a retroceder.
—¿Qué demonios? —demandó Dante.
Gabe lo ignoró, movió su culo para obtener un mejor ángulo para clavar
su próstata, y en su lugar estableció una rutina lenta y constante. Si Dante
quería ser follado, bien. Pero esta noche iba a ser bajo sus términos.
274
Dante lo maldijo en voz alta. Cuando Gabe acarició con una mano
lubricada su polla unos minutos más tarde, llegó con un sonido
completamente destrozado.
Gabe lo siguió en un latido del corazón, sintiendo que acababan de

arrancarle la espina dorsal.
Después, intimidó a Dante a ir a la ducha y que le devolviera su

computadora portátil.
—¿En serio? —dijo Dante, sonando claramente no impresionado.
Gabe levantó la vista para cerrar el siguiente video. De acuerdo,

probablemente también podría tomar una ducha. Él podría admitir eso. Pero
no creía que eso fuera a lo que Dante se refería.
—¿Qué?
Dante negó con la cabeza.
—Olvídalo. Trata de no obtener una costra de esperma en tu teclado.
Ugh. Arrugando la nariz, Gabe se levantó y siguió a Dante al baño para

lavarse las manos. Podía escuchar al comentarista en el video, y el sonido del
nombre de Yorkie hizo trizas su memoria.
—Oye, nunca tuvimos nuestra cena con el novato. ¿Cómo ha estado

últimamente?
Se refería al hielo. Gabe sabía exactamente cómo había estado jugando,

un poco mejor que la mayoría del resto del equipo… pero su control era
todavía fortuito.
Dante no pidió aclaraciones cuando encendió el agua.
275
—Uh. Tranquilo, ¿supongo? Me refiero a cómo se encontraba al

principio de la temporada, cuando todavía era un cachorro hiperactivo. Podría
ser la nostalgia después de la Navidad. Lo he escuchado por teléfono con su
novia algunas veces. Creo que están peleando. Pero él no ha dicho nada.
Bueno, no lo haría, razonó Gabe, mordiendo eso por un segundo. La

mayoría de los jugadores de hockey profesionales no eran exactamente de los
que venían a hablarte de sus problemas.
—¿Crees que está hablando con Tips?
—Podría preguntarle, Sr. Capitán Co-Alterno.
Probablemente debería. Pero no quería que pareciera que pensaba que

Tips no estaba haciendo un buen trabajo. Esta cosa de la responsabilidad era
una mierda a veces.
—Realmente deberíamos hacer esa cena. Tan pronto como lleguemos a

casa, ¿no crees?
—Sí. Mis padres vendrán el día veintiuno para mi cumpleaños, la

Navidad tardía, así que antes es mejor.
Gabe pensó que Dante sonaba un poco raro sobre la visita de sus
padres, pero tal vez ese era el típico eco del baño.
—Bueno. ¿Puedes preguntarle esta noche?
Un suspiro.
—Sí, Banksy. Le preguntaré esta noche.
—Gracias. —Tal vez Gabe debería preguntarle, pero no quería aparecer

en la habitación de Yorkie al mismo tiempo que Dante. Eso probablemente
sería sospechoso. Se secó las manos y volvió a su computadora portátil.
276
Cuando levantó la vista cinco minutos después, Dante ya no estaba.
EN PRÁCTICA antes de su juego en Toronto, Gabe engañó a Baller y

Yorkie para que se quedaran más tiempo. Tips miró cuando hizo la invitación
y articuló su agradecimiento. Baller no necesitaba el trabajo extra, pero Gabe
no quería soltar a Yorkie demasiado. Y tal vez podrían ejecutar algunos
ejercicios juntos. Yorkie era el que más cerca había estado de reemplazarlo
como extremo derecho.
Esperaba que Tips no supiera eso.
Sin embargo, la esperanza parecía ser en vano, ya que golpeó a Gabe

en la parte posterior de sus piernas con su bastón, le empujó el hombro y le
dijo:
—Puedes tenerlo, pero solo si puedes hacerlo funcionar.
En realidad, no era su decisión, pero Gabe lo apreció de todos modos.

Arrojó un cubo de discos en el centro del hielo e hizo un gesto de
magnanimidad hacia Yorkie.
—Está bien, chico, veamos qué tienes.
Al final de la práctica, lo que Yorkie tenía era mucha determinación,

una medida igual de frustración y posiblemente algunos problemas de manejo
de la ira. Pero parecía un poco menos tenso alrededor de los hombros y había
recibido el puck de Gabe y Dante unas cuantas veces a pesar de su ventaja
de tamaño. Era un progreso, y Gabe tomaría lo que fuera que pudiera
conseguir.
277
Especialmente desde esa noche en el Air Canada Center153, los Deke

parecían listos para hacer su primer triunfo reglamentario desde que Fifi
entró en IR154. Obtuvieron una ventaja temprana en el primer período cuando
Baller anotó con la asistencia de Gabe, y luego Jordy acertó un gol de primer
nivel a través del tráfico.
Pero no pudieron mantener el impulso. Toronto anotó temprano en el

segundo período. Luego Kessel155 venció a Chef en la tercera a cinco minutos
para el final.
—Si este juego va a penaltis, Chef nos va a asesinar —dijo Gabe a Baller
en el banquillo.
Detrás de él, la entrenadora resopló.
—No si llego allí primero.
Lo cual, era bastante justo. Eran mejores que esto, mejor que los Leafs.
Al menos Gabe lo esperaba.
En un último esfuerzo para salvar el juego sin tirar de Chef, la

entrenadora envió a Gabe, Baller y Yorkie a las tablas. Con dos minutos y un
cambio en el reloj, Baller robó el disco a uno de los Leafs y lo pasó junto a dos
defensores para aterrizar justo en la cinta de Gabe. No tenía un carril libre a
la red, así que tomó el disco por detrás, buscando una abertura.
El Air Canada Centre, a menudo denominado simplemente como ACC, es un pabellón

153
multifuncional situado en Toronto, Ontario. Es la cancha de juego de los Toronto Maple Leafs
de la NHL, y de los Toronto Raptors de la NBA.
154
Reserva de lesionados.
155
Phil Kessel, jugador de hockey sobre hielo.
278
Cuando vio los colores de los Deke frente a la red, pasó sin pensar.
Yorkie pasó un tirón a través de las piernas de Reimer y la luz del objetivo se
encendió.
Gabe se estrelló contra Yorkie en una celebración, todos los

pensamientos de los estúpidos rumores de Internet se diluyeron bajo la
adrenalina de una buena jugada. Esto podría funcionar; podrían funcionar.
Baller se unió al grupo una fracción de segundo más tarde, sacudiendo

el casco de Yorkie como si estuviera despeinando su cabello. Kitty y Toupie
llevaron la retaguardia.
—El mejor equipo —dijo Kitty, golpeando su visera contra la de Yorkie.
Quizás todavía no, pensó Gabe. Pero había esperanza.
Los tres miraron los últimos segundos del juego desde el banco. Incluso
después de que Toronto sacó a su portero, la defensa de los Dekes se mantuvo
firme. Cuando sonó el timbre, todo el banco pareció soltar un suspiro colectivo
de alivio, y Gabe gritó y chocó sus hombreras con las de Yorkie.
—Primer ganador del juego —dijo alrededor de una sonrisa—. ¿Crees

que te darán la primera estrella156?
—Yo... —Y luego Yorkie estalló en lágrimas.
Ohhh chico. Entonces quizás la cena no podía esperar.
156
Las tres estrellas (en francés: trois étoiles) del hockey sobre hielo son los tres mejores
jugadores en un juego elegido por un tercero, y la primera estrella es considerado el mejor de
los tres jugadores.
279
GABE FUE a través de las entrevistas con los medios de comunicación

repitiendo los mismos elogios de sus compañeros de equipo y el estándar
sobre su capitanía alterna que había estado regurgitando durante semanas:
que era un honor, que haría lo que pudiera para estar a la altura, que quería
que Fifi regresara tanto como el que más. Para cuando llegó al vestuario,
Dante estaba fuera de la ducha y Yorkie parecía haberse arreglado. Nadie
estaba hablando con el chaval, por lo que Gabe tuvo que preguntarse si
alguien más había notado su entusiasmo por la victoria.
En serio, solo eran los Leafs. No era un gran asunto.
Pero tal vez era mejor si nadie más se hubiera dado cuenta. Le dio a
Gabe la oportunidad de colarse sin que Yorkie sospechase. Se desvió hacia
Dante camino de las duchas.
—Llévalo de regreso al hotel y convéncelo de que ordene servicio de

habitaciones, ¿sí?
Dante alzó la vista para encontrarse con la de Gabe, luego miró a Yorkie,
que sonreía mientras Kitty y Toupie recreaban un golpe de uno de los Leafs
que había enviado al chico cayendo salvajemente sobre su culo.
—Sí.
Aliviado de que la prensa no lo hubiera detenido a él ni a Tips, Gabe

siguió al resto del equipo hasta el hotel y se dirigió directamente a la
habitación de Dante y Yorkie.
Cuando Dante abrió la puerta, Gabe entró y encontró a Yorkie sentado

con las piernas cruzadas en su cama, con su chándal y concentrado en la
manga de su sudadera con capucha.
—¿Ordenaron comida?
280
Dante asintió.
—Sí, debería estar aquí en cualquier momento. Te ordené pescado y

una ensalada de bulgur.
—Increíble, gracias. —Gabe se dejó caer en el sillón que el hotel había

colocado entre las camas dobles—. Entonces, ¿qué hay de nuevo?
Dante se encogió de hombros.
—Yorkie y yo solo estábamos hablando sobre el juego y nuestra

asombrosa asombrosidad.
Gabe arqueó una ceja ante la declaración ridícula, pero no dijo nada.
En cambio, sonrió a Yorkie.
—Bueno, estuvimos bastante bien esta noche. La primera vez desde que
Fifi se lesionó, nuestra línea realmente funcionó.
Yorkie le dio una media sonrisa decente.
—Gracias. Jugar en línea contigo ha sido divertido.
—Tú también, chico. —Gabe le devolvió la sonrisa.
—Vaya —gruñó Dante—. ¿Qué, no hay amor para mí?
—Que te jodan, como si tu ego lo necesitara. —Gabe rodó sus ojos hacia
Yorkie, quien soltó una pequeña risa.
Dante hizo un puchero.
—¡Tan malo conmigo! Veré si quiero jugar contigo de nuevo.
—Por favor, ¿qué vas a hacer, tomar tu balón e ir a casa? Me gustas

demasiado. —Él sonrió, y Dante sacó su lengua.
281
Alguien llamó a la puerta, y cuando Dante se levantó para recoger la

comida, Gabe miró hacia allí para ver a Yorkie mirándolo pensativamente.
—¿Estás bien? —preguntó Gabe, empujando la cama con el pie.
Yorkie se sacudió y logró la misma media sonrisa de antes, un lado

torcido.
—Sí. Sólo pensaba.
—Bueno, no más de eso. La comida ha llegado y tengo hambre.
Junto a la puerta, Dante estaba colocando una bandeja llena de comida

sobre una mesa. Otra bandeja, igualmente llena, ya estaba allí, junto a tres
vasos de leche.
—Vengan a buscarlo, muchachos.
Durante varios minutos, comer monopolizó su atención. Pensando que

Yorkie necesita el impulso calórico, Gabe se abstuvo de preguntar nada hasta
que sus platos estuvieran limpios.
—Entonces, ¿quieres decirnos qué te deprime?
Yorkie empujó los restos de sus espaguetis a la boloñesa con su

tenedor.
—No lo sé…
—Ni siquiera lo intentes, novato —dijo Dante—. Has estado tenso por
semanas.
Yorkie hizo una mueca y bajó el tenedor.
282
—No queremos presionar —dijo Gabe. Una mentira total. Si Yorkie tenía
un colapso en el hielo, estaban jodidos. Presionaría tanto como lo necesitara—
. Pero después de esta noche, creo que tal vez necesites a alguien con quien
hablar. Si lo sacas de tu pecho...
—Mi novia está embarazada —espetó Yorkie. Sus ojos se habían

ensanchado en su rostro repentinamente pálido.
Gabe miró a su novato, sintiéndose definitivamente desequilibrado. De

todas las cosas que podría haber sospechado, la nostalgia, una pelea con sus
padres, el alcoholismo, esto no había estado en la lista.
—Mierda, hombre —dijo Dante con sentimiento—. Eso… joder, ¿eso

apesta? Quiero decir, no porque los bebés no sean algo bueno, sino que quién
sabe qué hacer con uno a los diecinueve años.
Yorkie asintió miserablemente.
—Lo sé. Eso no... Jenna no sabe lo que quiere hacer. Ella todavía tiene
tiempo para hacerlo, ya sabes. Ponerle fin. —Miró hacia abajo—. Sé que es su
elección y todo, pero no creo que quiera que lo haga. Y eso me asusta aún
más, porque ¿qué sé de bebés? Y mi madre —su voz se rompió— va a estar
tan enojada. —Se pasó una mano por la cara.
Gabe y Dante participaron en el antiguo ritual de ignorar las lágrimas

de su prójimo.
—Eso tiene sentido —dijo Dante, pasando de su cama a la de Yorkie—.

Tuve una novia que se retrasó un día y pasó veinticuatro horas convencida
de que la había dejado embarazada. No habíamos estado juntos mucho
tiempo, y del susto terminamos por completo. Es estresante.
Sin dejar de mirar fijamente la colcha, Yorkie asintió como si Dante

nunca hubiera dicho palabras más ciertas.
283
Gabe se sintió completamente perdido. Esta no era exactamente su área

de especialización. Pero entonces, de repente, Yorkie lo miró como si estuviera
esperando que Gabe le diera las respuestas.
—Mierda, chico, no lo sé. —La cara de Yorkie cayó—. Quiero decir,

Jesús, esto no es exactamente algo que he pensado mucho. Nunca tuve que
preocuparme por eso, ya que nunca me he acostado con alguien a quien
pueda dejar embarazada.
—¿Nunca? —Dante quería saber. Y Yorkie lo miraba curiosamente

desde sus enrojecidos ojos.
—No —dijo Gabe lentamente—. Dado que al parecer echaste de menos,

ya sabes, las noticias reales de hace unos meses, soy gay.
Yorkie resopló húmedamente.
—Lo sé. —Dante hizo un puchero—. Pero, simplemente, muchos chicos

lo hacen para cubrirse o para convencerse de que no son homosexuales, y los
deportes son una especie de presión para demostrar que eres un hombre y
esa mierda.
Gabe miró a Dante con incredulidad.
—Bien. Bueno. Pero nunca lo hice y esto se está saliendo del tema. —
Ahora realmente no era el momento de hablar de historias sexuales. Regresó
a Yorkie. O, bueno. Quizás no fuera Yorkie en esta conversación—. Mira, Tom,
sé que es su elección, pero me parece que lo mejor sería ser honesto acerca
de lo que quieres. Además, si tú y tu chica desean quedarse con él, tienen
amigos que los apoyarán. Tienes un equipo de muchachos que te ayudarán
de la forma que puedan y muchas madres WAG que estarán allí con sus
consejos. No estarás solo. No importa lo que tú y tu novia decidan. —Gabe
golpeó su pie contra el de Yorkie.
284
Yorkie le dio una sonrisa acuosa.
—Totalmente. Además, eres muy bueno —dijo Dante a la ligera—.

Dentro y fuera del hielo, y estoy bastante seguro de que tu madre está de
acuerdo. Incluso si cometiste un error.
Yorkie sollozó.
—Tal vez. Sobre todo, estoy algo preocupado de que no me creerá

cuando le diga que no fue mi culpa. ¡Usamos condones, y ella toma la píldora!
—Espera, ¿qué? —¿Eso podía pasar?
Dante le dio unas palmaditas reconfortantes a Yorkie en el hombro.
—Mierda, amigo. Eso es como... probabilidades de nivel lotería allí

mismo. Con ese tipo de suerte, tal vez deberías comprar boletos.
—Probablemente sería atropellado por un automóvil mientras cruzara

la calle —dijo Yorkie con tristeza.
—Jesucristo, toca una puta madera —espetó Gabe. Lo último que

necesitaban era otro delantero en IR. Que desastre. Respiró hondo e intentó
descubrir cómo ganar su A. ¿Qué podría hacer por Yorkie en este momento?
¿Qué podría hacer él por el equipo?—. ¿Has hablado con Trish? ¿De relaciones
públicas? Porque no lo hice y eso fue un error.
Yorkie frunció el ceño.
—¿De qué serviría?
Gabe agitó su mano.
—Lo llaman controlar la narrativa o algo así. Básicamente, ella te

ayudará a elaborar un plan de lo que quieres decir si los medios se apoderan
285
de la historia antes de que estés listo para hacerlo público, te da consejos

sobre cuándo contar la historia si no pasa por sí solo. No le dije que era gay y
terminé luciendo como un cabrón en lugar de, no sé, un chico al que le gusta
la privacidad.
—Sí, pero eres un gilipolla en el armario. Bueno, eras. Ahora eres un

gilipolla. —Yorkie se limpió la cara con la manga, demostrando que realmente
era un niño. Oh Dios, él iba a ser padre. Este era un choque de tren absoluto.
—Y eres un atleta profesional de diecinueve años que embarazó a su

novia. Pero con la ayuda de Trish, tal vez solo seas una pareja que está
estúpidamente enamorada y está a punto de dar la bienvenida a un bebé. —
Gabe hizo una pausa cuando algo horrible se le ocurrió—. ¿La amas, verdad?
Con un suspiro tembloroso, Yorkie asintió.
—Sería más fácil si no lo hiciera.
Gabe no sabría sobre eso.
Dante habló con más buenos consejos.
—Deberías llamar a tu agente también. Él y Trish pueden tener una

reunión.
Parecía que Yorkie preferiría darse una paliza en las nueces, algo con
lo que Gabe podía identificarse.
—Mientras tanto, creo que esto merece una noche libre del plan de
nutrición.
Dante lo miró a los ojos y esbozó media sonrisa.
—¿Piratas y helados?
286
En otras circunstancias, Gabe habría atesorado su ritual un poco más

egoístamente. Pero mierda si podía abandonar a su novato favorito para lidiar
solo con esto. Él podría compartir por una noche.
—Volveré a llamar al servicio de habitaciones, inicia Netflix.
Esa noche, él y Dante acorralaron a Yorkie en la cama, cada uno

apoyando en un hombro, y dejaron que se cautivara con Keira Knightley y
Orlando Bloom con pequeños tazones de helado de chocolate, ya que el hotel
no tenía nada mejor que ofrecer.
Cuando Yorkie se disculpó después de cuarenta minutos en una pausa

para ir al baño, Gabe apretó los labios en una delgada línea. Ser descubierto
por su idiota ex había apestado, seguro. Pero al menos no había sucedido en
su año de novato. Al menos él tenía el apoyo de su padre. Al menos tenía los
números para demostrar que pertenecía a la NHL.
Yorkie podría ser bueno. Él podría ser muy bueno. Pero no si esto
estaba en su cabeza. Si no funcionaba, lo enviarían a Maine y quizás nunca
volvería a subir. No con la responsabilidad de un niño y una novia jodiendo
su juego.
—¿Qué estás pensando? —preguntó Dante, inclinando su cabeza

contra la cabecera.
Estaba pensando en demostrar su valía, en lo que había querido hacer

cuando Deadspin estaba teniendo un día de campo con la entrevista de Pierre,
especulando sobre cómo era Gabe en la cama. Lo cual termino con él bebiendo
hasta la inconsciencia y escondiéndose en su habitación, principalmente, con
el deseo de prender fuego a Pierre. Pero después de que la locura hubo pasado,
Gabe solo quería ganar. Quería marcar y seguir anotando. Quería sacar el
287
disco con su cinta y meterlo en sus gargantas. Quería el Art Ross157, el trofeo
de Maurice Richard158. Quería frotar las caras de sus detractores.
—Creo que Yorkie necesita ganar el Calder159 —escupió Gabe apurado.

No le gustaba decirlo. Por derecho debería haber sido de Dante el año anterior,
pero se había quedado con una conmoción cerebral y lo ganó un chico que
jugaba para los Hawks. Dante había lidiado con su lesión con la misma
ecuanimidad con que se había metido en la cama de Gabe, pero eso no
significaba que no fuera un tema doloroso.
Dante lo consideró por un minuto mientras el agua corría en el baño.

Finalmente dijo:
—Bueno, será mejor que la entrenadora lo mantenga en nuestra línea,

entonces. —Y eso fue todo.
YORKIE JUGÓ la mayor parte de sus quince minutos en su línea en

Ottawa, y aunque no sumó ningún punto, terminó con un respetable +1 en
un juego que pasó en tiempo extra con 3 en total. Tips y Toffee noquearon al
ganador del juego con 1:17 en el reloj. Gabe pensó que era un progreso. Si
podían vencer a Ottawa, incluso en tiempo extra, eso significaba que Toronto
no era solo una casualidad.
Art Ross Tropy: trofeo otorgado al jugador de la NHL que lidera la liga en puntos ganados
157
(no en goles).
Maurice Richard Trophy: trofeo otorgado al jugador NHL que anota más goles en una
158
temporada.
159
Calder Memorial Trophy: trofeo al novato del año de la NHL.
288
En su cena posterior al partido, cuando Trish, la dama de relaciones

públicas se sentó frente a Yorkie, él estaba básicamente cabeceando en su
pasta. Gabe lo codeó bruscamente en las costillas.
—Anímate, novato. Trish quiere conocer a tu chica.
Yorkie parpadeó hacia ella.
—Oh, yo no… um, hola, Trish.
Trish sonrió no falta de simpatía, lo que Gabe pensó que era

impresionante teniendo en cuenta que Yorkie probablemente iba a darle
mucho trabajo. Tampoco es que ella hubiera sido mala con Gabe, y había sido
mucho más tonto.
—Hola Tom. ¿Debo enviarle un automóvil o crees que puede venir por
su cuenta?
—Um. —Yorkie se sonrojó y miró de reojo a Gabe—. Ella ya pensaba

venir. Quiero decir, mi compañero de cuarto en la ruta nunca está cerca,
entonces…
Al otro lado de la mesa y un asiento más abajo de Gabe, Tips comenzó

a toser en su bistec. Toffee le dio unas palmaditas en la espalda, sus mejillas
ligeramente rosadas.
—Bueno, no es como si pudiera quedar más embarazada —dijo Gabe

filosóficamente, lo suficientemente bajo como para que sus compañeros de
equipo no escucharan. A juzgar por la mirada que Trish le disparó, fue lo
incorrecto de decir. Ugh. Esperaba que ella no lo hiciera venir a recibir más
entrenamiento para los medios.
—Ella viene para que podamos hablar —siseó Yorkie, sonando

mortificado—. ¡No todo es sexo!
289
—Oh. Correcto. —Ahora Gabe sintió ganas de sonrojarse, y eso fue

simplemente extraño. Nunca antes había sido tímido sobre el sexo, todo lo del
armario a un lado. Él suspiró—. ¿Quieres que esté ahí?
Yorkie vaciló.
—¿No te molestaría?
Gabe negó con la cabeza.
—No me habría ofrecido de lo contrario.
—Está bien, entonces. ¿Te pasas con Trish?
—No hay problema. —Gabe alborotó el cabello de Yorkie, porque podía

hacerlo y lo hizo ladrar como un perrito descontento.
También hizo reír a todos alrededor de la mesa. Varios de sus

compañeros de equipo comenzaron a molestarlo. Gabe pensó que era justo lo
que necesitaba.
LA REUNIÓN fue bien. Yorkie y Jenna se acomodaron en las camas,

cada uno tomando un colchón. No es la mejor señal, pensó Gabe. Se sentó al
pie de la doble de Yorkie, queriendo mostrar su apoyo, pero no demasiado, ya
que lo último que esta reunión necesitaba era que Jenna pensara que los
rumores sobre él y Yorkie tenían algún mérito.
Jenna había decidido quedarse con el bebé, lo que facilitó la vida de

Trish ya que solo tenía que elaborar dos planes de contingencia: uno para
contar la historia del embarazo/bebé según sus condiciones y otro para
controlar el daño si alguien más lo descubría. Estaban listos.
290
Gabe intentó no decir mucho. Él solo estaba allí para apoyo moral, otro
tipo en las trincheras. Yorkie pareció animarse de que él estuviera allí y solo
echó un vistazo pidiendo su opinión una o dos veces.
El mayor inconveniente de toda la experiencia se produjo después de

que él y Trish salieron de la habitación.
—Oye. —Ella lo agarró por el codo—. ¿Has pensado en hacer una

entrevista?
Gabe luchó contra el impulso de hacer una mueca. No le molestaba

hablar con los medios sobre su juego, pero hablar sobre salir siendo un atleta
profesional no tenía atractivo alguno.
—Uh. ¿No?
—¿No, no lo haré o no, no lo he pensado? —Por primera vez, Gabe notó

las ojeras debajo de los ojos de Trish—. Porque tengo que decirte, todo esto
con Terry se está poniendo feo, y podríamos usar buenas relaciones públicas.
Gabe la miró fijamente.
—Oh Dios. ¿Lo sorprendieron acostándose con otra persona?
—No, es la misma chica. —Ella hizo una mueca—. Creo que se va a

divorciar. En serio, por favor. Envié a Toupie y Binou a la sala de oncología
infantil, está bien. No me hagas hacerle eso a alguien más.
Cuando lo ponía así, a Gabe le resultaba muy difícil decir que no.
Además, sería bueno que Terry le debiera una.
Gabe regresó a su habitación una hora después de la cena para

encontrar a Dante acurrucado con su Kindle. Normalmente se mantendría
despierto por un par de horas más, pero esta noche estaba agotado. Se lavó
291
la cara, se desvistió y se arrastró directamente, sabiendo que su llamada de

atención temprana se alzaba en el horizonte.
Tenían un vuelo al mediodía a casa, por lo que Gabe no necesitaba

levantarse temprano para el equipo, pero había programado el desayuno con
su padre.
Dante dejó su libro a un lado.
—¿Cómo te fue? —Él se deslizó hacia abajo por la cama para que
estuvieran cara a cara.
—Todo bien. Ellos tienen planes. Lo tendrán.
Dante asintió.
—No es sorprendente. Yorkie parecía bastante preparado para eso.
—Hm —aceptó Gabe. Cerró los ojos y se preguntó si podrían dormir.

Luego pensó en Yorkie y su novia, que solo eran niños y que iban a tener uno
propio—. Jesús, ¿qué van a hacer?
—Salir del paso. Hay muchos chicos que tienen su primer hijo aún más
jóvenes —señaló Dante—. Y sin el dinero o el apoyo que tiene Yorkie.
—Cierto. Le di el número de mi padre. Y también la información de

contacto de un viejo amigo. Él dirige una guardería. Necesito enviarle un
correo electrónico Él tendrá algunas ideas sobre médicos y cosas que Jenna
necesitará.
Dante guardó silencio por varios segundos. Gabe cerró los ojos en el
cómodo silencio. Quizás podría dormir después de todo.
—Eres muy amable.
292
—Está viviendo en mi ciudad natal. Por supuesto, voy a pasar

información de contacto para personas útiles.
—¿Tu papá es servicial?
—Mi papá siempre es útil. —Gabe se defendió medio dormido. Pero

podía sentir a Dante mirándolo, entonces abrió los ojos—. También es en su
mayoría padre soltero. Mis padres se divorciaron cuando yo era un niño, y
mamá fue a Inglaterra a buscar trabajo. —Se había sentido abandonado por
un tiempo, pero su padre hizo lo que pudo para hacer que la vida de Gabe
fuera buena—. Entonces él conoce las luchas de los padres. No sé... —Gabe
hizo una pausa para ordenar sus pensamientos, dejando que su mirada se
desviara de la de Dante. Hacía que fuera más fácil hablar—. Mira, está inscrita
en la universidad aquí, y no sé cuáles son sus planes o si sus padres la
apoyarán, pero quiero que tenga opciones para quedarse en Ottawa para
terminar su educación. Papá la ayudará a asegurarse de que ella pueda.
—Eres un chico guapo, Gabe Martin —dijo Dante en voz baja. Luego se
inclinó y lo besó, otro suave beso como el que le había otorgado en Navidad.
Ese era un beso de novio. Gabe tenía todo eso resuelto, pero todavía no
sabía cómo reaccionar.
Él no tenía que hacerlo. Dante se dio la vuelta y apagó la luz.
—Ahora duerme. Estás agotado.
Bien. Eso era todo, aparentemente.
—Está bien —dijo Gabe débilmente y cerró los ojos de nuevo.
Dos segundos después, Dante resopló y extendió la mano hacia atrás

hasta que tomó el brazo de Gabe.
293
—Vamos, ven aquí y hazme una cuchara. Me despiertas cuando lo

haces en medio de la noche, y yo también estoy cansado.
Gabe se dejó arrastrar hasta que su nariz se presionó contra la nuca de

Dante.
—Um —dijo—. ¿Mejor?
—Shhh —dijo Dante.
Gabe resopló en silencio. De acuerdo, mensaje recibido. A Dante le

gustaba acurrucarse.
—Buenas noches.
294
PREGUNTAS Y RESPUESTAS AL DELANTERO NORDIQUES

GABRIEL MARTIN
Por Josh Ferguson
El pasado mes de octubre, el delantero Nordiques de la Ciudad de Quebec

Gabriel Martin hizo historia como el primer hombre abiertamente gay en jugar
en la NHL. Se sentó con Josh Ferguson, de Sports Illustrated, para hablar sobre
la temporada de los Nordiques, su nueva capitanía alterna y la evolución de la
cultura de vestuario.
SI: Gabriel, los Nordiques están teniendo una temporada infernal. Rayas
victoriosas, rachas perdedoras, lesiones, cambios en el roster, y además de eso,
cambiaste de posición y tomaste la capitanía alterna. ¿Cómo estás manejando
eso?
Gabriel Martin: Jugar en el centro es diferente de lo que estoy

acostumbrado, así que estoy revisando muchas más cintas de juego, lo que
supongo que haría como alterno de todos modos. Fue delicado y critico por un
tiempo. Tuvimos que probar algunas alineaciones nuevas, y todavía no soy tan
bueno en el centro [como el capitán de los Nordiques François Fillion], pero
estamos llegando.
SI: ¿Cuál fue su reacción cuando St. Louis le pidió que fuera suplente?
Martin: No lo quería, especialmente porque venía de la mano con un

cambio al centro. Para mí, tomarlo era como admitir que [Fillion] estaría fuera
indefinidamente. Pero la entrenadora me convenció de darle una oportunidad.
295
SI: Hablemos de ella por un minuto. Cuando el gerente general Terry

Denning anunció su nombramiento como entrenadora después de que se aprobó
la expansión, hubo mucha controversia en los rincones más tradicionales,

personas que dijeron que las mujeres no pertenecían a la NHL, que ella no había
jugado el tipo de hockey del que iba a ser entrenadora. ¿Cómo se compara tu
experiencia como atleta gay con eso?
Martin: En cierto modo es similar, pero en otros, soy mucho más

afortunado que ella. Ella llegó con un récord impresionante en la IIHF 160 y la
CWHL161, pero solo había jugado y dirigido la liga de mujeres, y el juego es un
poco diferente, por lo que la gente decía que no podía hacerlo, que no tenía la
experiencia correcta. Lo que obviamente no es el caso, se puede ver en nuestro
historial este año, pero en las primeras dos temporadas, ella fue culpada por el
sufrimiento del equipo. Conmigo, cuando fui descubierto, ya tenía algunas
temporadas de buenos números detrás de mí. La gente podía decir que no
pertenecía, pero no podían decir que no podía hacer mi trabajo.
SI: Dices “descubierto”. Salir no fue una elección para ti. ¿Alguna vez
pensaste en dar un paso al frente y decir: Chicos, ¿soy gay?
Martin: Nunca. Nunca estuvo en mi plan. Un par de chicos en el equipo

lo sabían, pero nunca planeé hacerlo público. No quería alejar el foco del hockey,
de mi equipo y mis compañeros de equipo. Toda mi atención estaba en el juego
y cómo podría ser mejor en eso. Y nunca fue importante para mí hacer un punto
160
Federación Internacional de Hockey sobre Hielo.
161
Liga Femenina de Hockey Canadiense.
296
al respecto, decirle a la gente, tomar prestada una frase de una organización en

la que sí creo, puedes jugar. Tal vez eso sea egoísta, pero no lo soy; conozco a
muchos tipos, que estar en el armario los mataría. Pero solo quería jugar al
hockey.
SI: ¿Puedes comentar sobre las reacciones en el vestuario y en el hielo?
Martin: Esa es una pregunta cargada. Honestamente, fue mejor de lo que

pensaba. Pero el equipo fue bueno, sabes. Nuestra dueña es una mujer. Nuestro
entrenadora es una mujer. La gente piensa en nosotros como ese extraño equipo
socialmente liberal. Y salir en el hockey probablemente no sea tan malo como
en la NBA o la NFL, aunque los muchachos lo hayan hecho. Tuvimos algunos
problemas al principio, pero el equipo ha sido excelente. Y en su mayor parte,

los otros equipos también son geniales. Sé que cuando estábamos en Nashville,
los bautistas de Westboro hicieron un piquete en el juego, y había algunos signos
desagradables en las gradas, pero los Preds fueron decentes al respecto. Su
capitán incluso llamó a los manifestantes por televisión, lo cual significa mucho.
SI: Como dije antes, los Nordiques están teniendo una temporada extraña.
¿Estás haciendo algo diferente para tratar de obtener resultados más

consistentes?
Martin: Sé que la entrenadora tiene planes, pero no puedo decirte lo que

son porque me despellejaría, y luego tendrían que hacer capitán a Baltierra.
SI: Gabriel Martin, gracias por su tiempo y buena suerte en su juego de

mañana.
Martin: Gracias.
297
GABE ESTABA revisando la cinta de video del juego y tomando notas

sobre cómo mejorar su slapshot162 cuando sonó su teléfono.
Dante. Se debatió si responder o devolver la llamada. Estaba revisando

el modo ahora y no quería distraerse.
Se tomó demasiado tiempo para decidir. El teléfono dejó de sonar.
Entonces comenzó de nuevo una llamada.
—¿Qué tiene tu ropa interior torcida? —preguntó Gabe por saludo.
Dante no mordió el anzuelo.
—Um. ¿Puedes llevarme al hospital?
El corazón de Gabe se detuvo.
—¿Qué? —espetó, ya dejando de lado su bolígrafo y su libreta y

poniéndose de pie.
—¿Si estoy bien? Principalmente. Pero parece que me he dislocado el

dedo.
Jesús.
—¿Dónde estás? —Gabe quitó sus llaves del gancho y se dirigió hacia
la puerta.
—En mi edificio de apartamentos. En el gimnasio —añadió algo

tímidamente.
Slapshot: Una toma difícil que implica levantar el palo, "golpear" el hielo detrás del disco
162
para doblarlo y luego transferir esa energía al disco. Los slapshots pueden exceder las 100
mph.
298
Demonios.
—Estaré allí en poco. Simplemente no hagas nada para empeorar las

cosas, ¿eh?
Colgó para poder usar el Bluetooth en su automóvil para llamar al

médico del equipo, quien suspiró cuando Gabe mencionó la probable
necesidad de radiografías, pero dijo que ya estaba en la arena, por lo que
estaría allí y esperando.
Dante estaba sentado en el porche delantero, con la mano izquierda

acunada en su regazo.
—Te dije que no te movieras —castigó Gabe mientras salía del auto,
listo para guiar a Dante hacia allí.
Dante se puso de pie.
—No, me dijiste que no hiciera nada que empeorara las cosas. Lo cual
no he hecho.
Parecía lo suficientemente cierto. Él todavía estaba obviamente en su

ropa de entrenamiento, por lo que ni siquiera había intentado cambiarse.
—Espera. —Gabe levantó una mano y Dante se detuvo—. Tu cordón

está desatado, idiota.
Gabe se agachó, ya que Dante no podría hacerlo él mismo, y le ató el

cordón en su zapato de correr.
—Lo último que tienes que hacer es tropezar con tus propios cordones
y empeorar las cosas. —Gabe se levantó y descubrió que Dante se estaba
poniendo rojo—. Espera, ¿es así cómo...?
299
—Quede atrapado en la trotadora, ¿de acuerdo? Obviamente no me di

cuenta de que estaba desatado. No soy estúpido. —Parecía bastante resignado
ante el hecho de que pronto oiría lo contrario de todos.
Gabe suspiró.
—Solo entra al auto.
Una vez que Dante se sentó y se abrochó torpemente con la mano

derecha, Gabe encendió el motor. Sin embargo, él pudo ver bien la mano de
Dante. Se estaba volviendo púrpura, pero todos los dedos lucían en su lugar.
—Pensé que dijiste que te dislocaste el dedo.
—Oh. Si, lo hice. Podría haberlo acomodado.
Gabe le dirigió a Dante su mirada menos impresionada.
—Ni siquiera lo pensé, ¿está bien? Solo lo hice. Después de darme

cuenta de que algo andaba mal, simplemente... volví a ponerlo bien. —Dante
se encogió de hombros. Parecía cansado e inseguro. A veces Gabe se olvidaba
de lo joven que era.
—Bueno. Veamos lo que el doctor tiene que decir.
Gabe condujo hasta la arena y se detuvo mientras Dante bajaba.

Todavía estaba acunando su brazo izquierdo cerca pero también estaba
empezando a mostrar signos de un choque de adrenalina. Gabe puso una
suave mano sobre su espalda y guió a Dante al interior.
Cuando los vio, el Dr. Lipowitz negó con la cabeza y le indicó a Dante
que se moviera hacia la mesa.
—¿Qué pasó?
300
Dante se sonrojó.
—Mi cordón se enganchó en la trotadora y me disloqué el dedo cuando

me caí. —Levantó la mano para que el médico lo viera. La mayor parte de su
mano ahora era de un color morado oscuro, y había comenzado a hincharse.
El Dr. Lipowitz tomó gentilmente la mano magullada, la miró y suspiró.
—No estabas equivocado, Martin. Tiempo para rayos X.
Él y Dante desaparecieron. Gabe se sentó en una de las otras mesas

para esperar. Sin embargo, después de unos minutos, se le ocurrió que
debería hacer algunas llamadas telefónicas. Sacó su teléfono, pero luego
debatió los méritos de llamar a la entrenadora antes de obtener toda la
información. Podría ser nada. Dante podría jugar con un dedo dislocado.
O podría ser algo. Y si era algo, cuanto más tiempo la mantuvieran en

la oscuridad, más enojada estaría.
Decidiendo que no quería provocar una falsa alarma, Gabe optó por el
juego 2048163.
Estaba a punto de perder su juego cuando Dante se escabulló, con

aspecto sombrío. Gabe guardó su teléfono en su bolsillo y fue a apoyarlo.
Dante se desplomó hacia él, y cuando Gabe alargó la mano para acariciarle
la espalda, Dante apoyó la cabeza en su hombro.
—Me han lastimado peor, o, bueno, he tenido más dolor antes, ¿sabes?
Pero este duele más. Me siento realmente tonto.
Gabe resopló.
Play 2048: es un juego en línea y para móviles cuyo objetivo es deslizar baldosas en una
163
cuadrícula para combinarlas y crear una baldosa con el número 2048.
301
—Es por eso que se llaman accidentes. —Dante hizo un ruido infeliz
que no parecía ser un acuerdo. Gabe presionó un beso en su frente—. Idiota
—murmuró.
Escucharon al doctor regresar antes de que lo vieran, y Dante levantó

su cabeza del hombro de Gabe. Gabe dio un paso atrás, no queriendo que los
atraparan tan íntimos.
Lipowitz llevaba un iPad, su rostro sombrío. Cuando llegó a ellos, lo giró

para que Dante pudiera ver la imagen de su mano con rayos X.
—¿Ves esto aquí? —Lipowitz señaló el hueso debajo del nudillo del dedo
medio—. Esto sería una fractura en tu hueso metacarpiano.
Los hombros de Dante se desplomaron aún más.
—¿Cuánto tiempo?
El doctor suspiró.
—Alrededor de cuatro semanas. Sin embargo, tenemos que hacer una

reducción cercana de ese hueso, haremos que todo vuelva a estar en su lugar.
Entonces estarás entablillado hasta que se cure.
Dante asintió, malhumorado.
—Mira el lado positivo, chico. Al menos puedes pasar el resto del día
con analgésicos. —El doctor le dio una palmadita en el hombro a Dante, luego
se fue a ordenar las cosas para su tratamiento.
—Mierda. Lo siento mucho, Gabe. —Estaba mirando su mano herida,

frunciendo el ceño.
Gabe cavó profundamente para una mierda tranquilizadora que

realmente no quería decir.
302
—Oye, no, no es tu culpa. Es el tipo de movimiento que cualquiera de

nosotros podría haber hecho. Y claro, tu tiempo es una mierda, pero nos
arreglaremos. Nos ocuparemos.
Entonces llegó el momento de que el doctor arreglara a Dante, y Gabe

necesitaba hacer algunas llamadas telefónicas. La entrenadora estaría
enojada.
—... Y PORQUE Dante es un idiota, tiene el cordón de su zapatilla

atrapada en su cinta de correr, y ahora su mano está rota y él está en IR.
Fifi levantó la vista del sofá, donde estaba tendido boca arriba, con una
Dominique dormida sobre el pecho.
—Dante, ¿eh? —Ofreció una sonrisa a medias.
Gabe frunció el ceño.
—Siento que no te estás tomando esto tan en serio como deberías.

Estamos jodidos ¿Qué vamos a hacer?
Suspirando, Fifi dejó caer sus brazos lejos de Dominique y cambió al

francés.
—¿Podrías…?
Gabe la levantó para que Fifi pudiera sentarse, ella era básicamente
una muñeca de trapo y ni siquiera se movió, y luego la devolvió.
—Gracias. Aquí hay algo de sabiduría que me transmitió mi capitán

cuando tomé por primera vez la A. —Fifi buscó la mirada de Gabe, y Gabe la
sostuvo—. Las lesiones ocurren todo el tiempo. Este es un deporte de
303
contacto. Dante es joven y eventualmente se recuperará, que es más de lo que

muchos de nosotros podemos esperar.
—Lo sé…
—No he terminado —dijo Fifi, pero su tono era gentil, incluso si sus ojos
eran serios—. Los intercambios ocurren. Eso es parte del juego. Terry y la
entrenadora tienen que hacer lo que puedan para mantenernos competitivos,
o nos retiraremos. Ya tenemos mucha competencia de Montreal.
—Sí, pero…
—Tienes la A ahora.
Gabe aspiró profundamente por la nariz y reprimió el impulso de decir

que nunca la había deseado, que solo quería que Fifi hiciera su trabajo.
—Los otros chicos te van a mirar, especialmente los nuevos. Tendrás

que mostrarles, ponerlos al día sobre nuestro estilo de juego, asegurarte de
que se sientan como en casa. Serás el que calma los sentimientos heridos y
quien se sentara con los muchachos cuyos compañeros de línea acaban de
ser intercambiados y los muchachos que sienten que los nuevos están
robando su protagonismo. Está bien estar triste. Pero debes mantenerte
concentrado en el juego.
Gabe soltó su aliento lentamente. Era mucho pedir.
—No sé si estoy listo para esto.
Un lado de la boca de Fifi se curvó en una parodia de sonrisa.
—Bueno, prepárate. Te van a necesitar. —Cambió a Dominique, luego

hizo una mueca cuando presionó demasiado su cadera magullada, y la colocó
a su lado en el sofá—. Necesitas estar ahí para ellos. Y estaré aquí para ti.
304
Ni cinco segundos después, sonó el teléfono de Gabe. Miró la pantalla

de llamadas y tragó el nudo en la garganta.
—Es la entrenadora.
Fifi asintió.
—Será mejor que lo tomes.
—Martin —dijo la entrenadora cuando contestó. Eso ya era una mala

señal. Ella casi siempre lo llamaba Gabe o Banksy—. Terry y yo tenemos una
reunión. Todos los suplentes. ¿Puedes estar aquí en una hora?
Mierda. Gabe pensó que tendría más tiempo. Se pasó una mano por la
cara y no le sorprendió que sus dedos temblaran.
—Sí, está bien. —Hizo una pausa—. ¿Qué hay de Fifi?
—Tuvimos nuestra reunión anoche, por teléfono. —Después de que el

médico le contó acerca de la lesión de Dante, probablemente—. Él ya sabe.
Gabe miró a Fifi, sintiéndose traicionado. Cualquier noticia terrible que

le esperara, Fifi ya la sabía. Pero Fifi no evitó la acusación en los ojos de Gabe,
simplemente lo aceptó como si fuera parte de ser el capitán.
Diablos, Gabe no sabía si podría hacer eso.
—Está bien —dijo roncamente—. Estaré allí.
Apenas recordaba el viaje a la pista, así que probablemente fue un

milagro que no terminara en el IR. El guardia de seguridad lo dejó entrar, y
caminó penosamente por el pasillo inquietantemente silencioso hacia la
oficina de Terry. La puerta seguía cerrada, tres sillas vacías afuera,
esperando. Podía escuchar murmullos desde la oficina, pero nada lo
305
suficientemente distintivo como para adivinar quién estaba allí o qué estaban
diciendo.
Estaba demasiado inquieto para concentrarse en 2048, y

probablemente sería poco profesional tener su teléfono encendido de todos
modos. Lo sacó y lo apagó, luego se lo guardó en el bolsillo.
Si Toupie y Tips estuviera aquí, al menos tendría una razón para fingir
que esto no lo estaba volviendo loco. Pero llegó temprano, y no podía fingir
solo para sí mismo. Se miró los pies mientras caminaba, sin querer mirar a
nadie por accidente si alguien doblaba la esquina inesperadamente.
El sonido de la puerta abriéndose hizo que Gabe levantara la cabeza

automáticamente, y la parte inferior del estómago se le cayó. Oh Dios.
—No —dijo, y sonó roto incluso para él.
Kitty le devolvió la mirada, sus ojos brillaban sospechosamente, su

lenguaje corporal derrotado. Su boca se volvió hacia abajo cuando habló, una
gruesa raspadura en la parte superior de su acento habitual.
—Lo siento, Gabe. Lo siento. Yo…
Gabe lo cortó con un sonido estrangulado y lo abrazó.
Kitty puso sus largos brazos alrededor de la espalda de Gabe y lo

aplastó contra su pecho lo suficientemente fuerte como para que todo el
aliento saliera de su cuerpo. Gabe volvió su rostro hacia el hombro de Kitty,
apretándose con la esperanza de que pudiera evitar las lágrimas si lo
intentaba lo suficiente.
Dos pasaron sus defensas, pero luego se recuperó lo suficiente como

para hablar más allá de la emoción y se apartó para mirar a su amigo a la
cara.
306
—¿Dónde?
—Pittsburgh. —Kitty hizo un intento obvio de sonreír, que obviamente

no sentía—. Está bien. Dos rusos en el equipo, ganan la Copa fácil.
—Dios, probablemente lo hagas, tu cabrón. —Gabe respiró hondo y lo

dejó salir lentamente, recordándose a sí mismo que este no era el final.
Pittsburgh estaba en su conferencia, por lo que jugarían entre sí a menudo.
Realmente no lo animó, pero valió la pena intentarlo.
—Te extrañaré.
Kitty puso una enorme mano a cada lado de la cara de Gabe y la inclinó
para besar la parte superior de su cabeza. Se sentía como una bendición,
como un adiós.
—Gabe. Yo también.
MÁS TARDE, GABE no recordaría gran parte de la reunión con la

entrenadora y Terry, o el viaje a casa, aunque los ojos enrojecidos y los
nudillos blancos de Toupie se quedarían con él durante mucho tiempo. Todo
lo que recordaba era maldecir a los directivos de los Penguins por su fracaso
total en la construcción de un equipo sin estúpidos agujeros.
No es que los Dekes fueran mejores. Después de todo, necesitaban

avanzar desesperadamente. No era culpa de los Pens que el equipo de defensa
de los Dekes superara a sus delanteros a pasos agigantados.
Nada de eso lo hizo más fácil.
Gabe marcó el código de su puerta y luego abrió la puerta de su casa.

Sorprendentemente, la casa no estaba oscura y silenciosa. Había luces en el
307
pasillo, la cocina y la sala de estar, y Gabe podía escuchar música. Top 40s.
Obviamente, Dante estaba allí.
Gabe no sabía cómo había conseguido Dante una llave (sospechaba que
había robado una de repuesto del cajón de la cocina), pero tenía sentido,
supuso, porque le gustaba visitar a Mario. Dante no tenía límites y con
frecuencia se metía en su casa. Claramente, Gabe padecía el mismo problema
de límites, porque nunca había intentado recuperar la llave.
Después de su día de mierda, Gabe estaba contento de que Dante

estuviera allí, en su cocina y… aparentemente haciéndole la cena, Mario a sus
pies.
—¿Estás haciendo pasta?
Dante movió las caderas, una sonrisa se dibujó en sus labios, pero no
miró a su derecha para mirar a Gabe. Mantuvo su enfoque en la estufa.
—Lasaña cargada de carbohidratos y proteínas. —Terminó de colocar

otro fideo en la sartén, completando esa capa, y se volvió hacia Gabe—. ¿Cómo
estuvo el...? —Debió haber leído la expresión en el rostro de Gabe, porque su
tono pasó de leve a ansioso—. ¿Qué pasó? Es Fifi…
—¿Qué? Oh, sí, él está bien. El entrenador llamó al A en... —Gabe tragó
saliva—. Ellos tuvieron que cambiar a alguien —dijo, sintiéndose un poco
desesperado. No estaba seguro de a quién intentaba convencer, a Dante o a
él mismo. Dante se puso pálido—. Tuvieron que hacerlo, es una mierda.
—¿Quién? —preguntó Dante, con voz desesperada. Gabe se preguntó

si estaría preocupado de todos modos o si su respuesta emocional lo estaba
acabando.
—Kitty —salió Gabe.
308
—No. ¿Por qué lo harían?
Gabe aplanó sus labios.
—Los Pens necesitan defensores, nosotros necesitamos delanteros.
—Pero... —Dante fracasó—. Pero ¿quién me abrazará tan fuerte que me

levante del suelo cuando ganemos y me hará comida casera rusa cuando
perdamos? —Miró a Gabe suplicante.
Y mierda. Gabe recordó de pronto que este era el segundo año de Dante
en la NHL y la primera vez que había perdido a un buen amigo en un
intercambio.
—¿Quién se burlará de nosotros por um? —demandó Dante.
Gabe se rompió. Cruzó la cocina en dos pasos rápidos y lo abrazó con

fuerza.
Dante se enterró cerca, presionando sus manos en la parte posterior de

la camiseta de Gabe.
—Joder, joder, joder. Soy un jodido. ¿Por qué no se deshicieron de mí?

¿Por qué tenía que ser Kitty?
Y whoa. Gabe también estaba molesto, pero esto no era culpa de nadie.
Se retiró lo suficiente como para poder tomar la cara de Dante en sus manos
y mirarlo directamente a los ojos.
Esto debe haber sido lo que Fifi quiso decir. Era hora de ganar la letra.
—No puedes... no te culpes por esto. Si empiezas a echarle la culpa a

los accidentes y oficios, nunca se detendrá. Así es como funciona el juego,
309
¿está bien? La gente se lesiona y los jugadores se intercambian —dijo Gabe,

con voz áspera en la última palabra—. Y joder es una mierda perder a un
compañero de equipo, pero él sigue siendo nuestro amigo. No es que nunca
lo veremos. —Él acarició con el pulgar el pómulo de Dante—. Aún está en la
misma conferencia.
Dante respiró. No había lágrimas en sus mejillas, incluso si sus ojos se

veían llorosos.
—Yo solo... es Kitty, ¿sabes? Él me cuidó desde el principio. Y él... él

sabe acerca de nosotros —dijo apurado—. Y a él no le importa.
Sí. De repente, Gabe se dio cuenta de lo mucho que echaría de menos

tener a alguien a su alrededor que supiera de él y de Dante, y que no lo juzgara
por jugar con su corazón.
GABE Y DANTE habían llegado a la práctica en autos separados, por lo

que Gabe ya estaba sentado cuando Dante entró en el vestuario.
Varios de los jugadores ulularon cuando vieron la mano envuelta de

Dante. La mayoría de ellos ya habían escuchado la historia, aunque todavía
no lo habían visto, gracias al descanso del día anterior.
Dante suspiró y agitó sus manos hacia sí mismo como para decir:
dénmelo.
Sus compañeros de equipo aceptaron gustosamente la oferta.
—¿Necesitamos enseñarte a atarse los zapatos? —preguntó Yorkie.
Binou se rió.
—No es tan difícil, solo une las orejitas de conejito.
310
Jordy, uno de los defensas, miró a Dante con una expresión muy seria
y recitó:
—Orejas de conejo, orejas de conejo, jugando en el árbol164...
Los jugadores se estaban riendo cuando Jordy terminó. Baller lo tomó

con gracia. Bueno, casi con gracia. Le mostró a Jordy el dedo de la mano
buena antes de sentarse en su banco, refunfuñando.
Sin embargo, el buen humor se vio interrumpido cuando entró la

entrenadora, detrás de un novato.
—Todos ustedes recuerdan a Steve del campo de entrenamiento.
Gabe no había visto al niño desde que lo habían enviado a Maine para
perfeccionar sus habilidades en el hielo AHL. Terry había mencionado su
llegada, pero Gabe había olvidado claramente quién era el niño, o tal vez
simplemente no le estaba prestando suficiente atención, porque Steve fue el
que metió a Gabe en la piscina. En este punto, Gabe solo esperaba que fuera
lo suficientemente inteligente como para recordar poner cuchillas en sus
patines y quitarse las guardias antes de subir al hielo.
Cuando todos habían saludado con cautela, el entrenador dio la noticia

sobre Kitty.
Un par de chicos miraron en shock. Hacks murmuró algo desanimado

en finlandés, y Jordy le golpeó el hombro en señal de consuelo. Pero una
resignación sombría, en lugar de asombro, saturaba la habitación. Casi todos
habían previsto los intercambios en el momento en que escucharon que Dante
estaba en IR.
Rima que se le enseña a los niños para que aprendan a atarse los cordones: "Orejas de
164
conejo, orejas de conejo, jugando en el árbol. Enlaza el árbol, intentando alcanzarme. Orejas
de conejo, salta al agujero, salta por el otro lado bonito y audaz."
311
La práctica fue moderada. La brecha que Kitty dejaba parecía más obvia
con el novato Steve, serio pero torpe en llenar el espacio, contando chistes
que caían en el peso de la ausencia de Kitty, cometiendo errores que Kitty no
habría cometido. No ayudó que Dante estuviera restringido a patinar
solamente, sin acción ni contacto.
Decidiendo que sus chicos necesitaban un poco de alegría, Toupie

consultó con Gabe y Tips y luego anunció un almuerzo grupal después de la
práctica.
—Todo el mundo viene —dijo Tips. Un par de chicos gimieron por haber
sido secuestrados, pero la mayoría parecían complacidos. Era bueno
vincularse con los compañeros restantes después de un intercambio.
Se instalaron en su lugar habitual. El restaurante siempre tenía espacio

para los Dekes, pero Gabe estaba agradecido de que fuera la hora del
almuerzo un miércoles, ya que eso lo dejaba bastante vacío. El equipo se
extendió a lo largo de la pared trasera donde los propietarios habían empujado
varias mesas juntas. Era agradable, sentarse alrededor de una mesa, a pesar
de que los muchachos tenían que gritar para ser escuchados de un extremo
al otro.
—De nuevo en la carretera en dos días —suspiró Chef. Gabe tuvo que
estar de acuerdo. Habían tenido muchos juegos fuera de casa recientemente.
—Me gustaría que me dejaran ir también.
Tips le revolvió el cabello.
—No estés triste, Baller. Puedes quedarte en casa, practicar hasta

dominar esos cordones.
312
—Que te jodan —dijo Dante, sonriendo.
—Oh. Eso quema. ¿Cómo vamos a tratar sin tu ingenio?
Dante sacó su lengua.
—No te metas, me vas a extrañar mientras estás fuera.
—No voy a extrañar el sueño perdido —murmuró Toupie. Binou resopló

en su plato.
—¿Qué? —Dante frunció el ceño. Su voz se elevó con fingida

indignación—. Soy una alegría constante, y nunca me he metido con tu sueño.
—Lo cual era cierto. Si quisieras comenzar a señalar con los dedos a los tipos
que hacían bromas que podrían arruinar tu sueño en el camino, Chef era
mucho mejor sospechoso. Lo cual no explicaba por qué toda la mesa se
silenció mortalmente y Toupie se coloreó bajo la mirada de Dante.
Dante miró alrededor de la mesa y luego a Gabe, que estaba igual de

confundido.
—Uh, está bien… —comenzó Dante, pero Toupie lo interrumpió.
—Tabarnak. Ya es hora de que uno de nosotros diga algo, porque quiero

dormir jodidamente en el camino, y no quiero preocuparme por quién está
durmiendo a mi lado. —Señaló con el dedo a Dante—. Eres muy ruidoso.
La boca de Dante se abrió. Gabe se congeló. Estaba aturdidamente

consciente de que Chef temblaba con una risa silenciosa junto a él.
—Y estamos felices por ti y por Banksy —continuó Toupie— todo el

equipo cree que es genial, felicitaciones… pero no necesitamos saber cuánto
te gusta la forma en que nuestra nueva A te lo da.
313
Ellos saben, ellos saben, ellos saben. Gabe se sintió completamente

congelado.
Dante se recuperó primero. Sus mejillas estaban rojas, y tenía una

mano presionada en su cara.
—Mierda. ¿De verdad?
Binou asintió.
—Sí. La primera vez, creí que alguien estaba siendo asesinado, ¿sí?
Dante soltó una risita tonta.
—Oh Dios mío. Lo siento mucho. Yo, eh, nunca tuve esa queja antes.
No tenía ni idea.
Gabe estaba bastante seguro de que Yorkie, sentado a su derecha, solo

chocó suavemente su vaso con Gabe en un gesto de orgullo varonil por su
destreza.
—Es genial —dijo Tips. Le dio una palmada a Dante en el hombro—.

Solo, no más sexo en viajes por carretera, ¿sí? O al menos haz que nuestro
hombre Banksy invierta en una mordaza.
—Oh, Dios mío —dijo Gabe en voz baja. En cualquier otra situación,
podría haberse detenido a considerar los méritos de una mordaza, pero ahora
todo lo que podía pensar era que, si el equipo lo sabía… si el equipo lo sabía,
cualquiera podría haberse enterado. Cualquiera podría haber caminado por el
pasillo de ese hotel cuando estaban… cuando Dante estaba...
—Tengo que mear —dijo Gabe con la mirada perdida, apartándose de

la mesa. Fue consciente del silencio repentino y los murmullos subsecuentes,
pero para entonces ya estaban detrás de él. Caminó hacia la habitación de los
314
hombres en piloto automático. Tan pronto como comprobó que estaba vacío,
se apoyó contra la puerta y cerró los ojos.
Bueno. Entonces, todos en su vida sabían que él y Dante estaban

follando. Así que eso era una gran burla sobre su plan de tomar lo que pudiera
y lidiar silenciosamente con su propio dolor cuando sucediera lo inevitable y
Dante superara su relación. Entonces eso lo complicaba todo. Pero él era un
adulto y un maldito atleta profesional y podía manejar esto.
Quedan cinco minutos en el reloj y estamos abajo por dos. ¿Cuál es la

jugada?
Y fue entonces cuando Gabe supo que estaba realmente jodido, porque
una persona no podía hacer jugadas él solo. Necesitabas al menos dos.
Dos personas hacían de esto una relación.
Alguien toco la puerta.
Se acabó el tiempo muerto, pensó Gabe, tomando otra respiración

profunda. Abrió el grifo y se lavó las manos solo para tener algo que hacer.
—¿Te estás ahogando en el fregadero? —preguntó Chef a través de la

puerta.
—Que te jodan. Sería tu culpa si lo hiciera. —Gabe se secó las manos y

tiró de la puerta para abrirla—. ¿Por qué no me dijiste?
Chef dejó de apoyarse contra la pared fuera de la puerta.
—Tenía una apuesta en juego que la acabaría quien lo mencionara

primero.
Los compañeros de equipo de Gabe eran los peores.
315
Pero tal vez también los mejores, porque nadie dijo nada más cuando
se sentó a la mesa.
—Así que hay tres nuevos muchachos en total —dijo Tips mientras
Gabe tomaba su silla—. Steve aquí y dos jóvenes Pens. Eso es uno para cada
uno de nosotros, supongo —le dijo a Gabe y Toupie.
Toupie suspiró un poco tristemente y Dante chocó con él en

conmiseración.
—¿Dónde los pondrá la administración? —preguntó Gabe, queriendo

dirigir la conversación lo más lejos posible del terrible lugar que había ido
antes. No había podido prestar atención a esos detalles en la reunión. Todavía
estaba demasiado molesto por haber perdido a Kitty.
Toupie agitó su mano.
—Ya me olvidé de los jóvenes Pens. Steve, quédate conmigo un

momento. Tal vez mi sabiduría se contagie.
—¿Qué sabiduría? —preguntó Binou inocentemente. Todos rieron.
Tips dirigió la conversación hacia los nuevos delanteros y cómo era

mejor que Gabe le dejara elegir desde que le habían sacado a Yorkie de debajo
de la nariz. Gabe se encontró asintiendo, y mientras lo hacía, un poco del
temor se enroscó dentro de él.
Entonces Dante le dio un codazo en el costado, y Gabe le prestó

atención. No tenía que ser un experto en relaciones para leer esa mirada…
necesitamos hablar todo escrito por su cara.
Bien. Maldición.
316
DANTE SIGUIÓ a Gabe a casa después del almuerzo, y se sentaron

torpemente en el sofá. Mario se instaló en el regazo de Dante. No hizo las
cosas menos incómodas.
—Entonces —dijo Dante, lleno de falsa alegría— hoy me asustaste un

poco.
Una subestimación. Todavía se sentía tembloroso. En retrospectiva,

probablemente no debería haber conducido a casa.
—Sí. Solo que no esperaba... —Debería haberlo sabido, sin embargo.

Dante era lo suficientemente fuerte en el hielo.
—Sí, bueno, estoy contigo en eso. —Dante resopló y luego cuadró los
hombros—. Está bien, no hay manera discreta de preguntar esto, así que solo
voy a... ¿Esto es solo por el sexo? Porque si lo es, deberíamos dejar de
hacerlo...
Gabe frunció las manos en puños y las presionó contra sus rodillas, el
corazón latiendo con fuerza en una combinación de miedo y algo que podría
ser esperanza. Él quería responder, pero no era lo suficientemente valiente.
—Tú, eh. ¿No se trata solo de sexo? ¿Para ti?
Dante se estremeció, luego bajó la boca con tristeza.
—¿Crees que simplemente me metí en la cama con un compañero de

equipo por el placer de hacerlo? Sé que soy fácil, pero vamos, Gabe. No soy
tan puta que olvidé lo que podría pasar si alguien se entera. Soy un jodido
atleta profesional, no un idiota.
Con las palmas sudando, Gabe trató de analizar eso. Todo lo que estaba
recibiendo era no, no se trata solo de sexo y estoy enojado contigo. De repente
317
deseó haber tenido alguna experiencia con relaciones sanas donde las
personas se comunicaban.
—¿Yo… no sabía?
—¿Qué diablos, Gabe? —Dante lo atravesó con sus fríos ojos negros—.
Te hice la cena. Mi gato vive aquí. —Mario se movió incómodo en su regazo,
no inmune a la tensión—. ¡Tengo una llave de tu casa!
—¡No te la di!
Tan pronto como las palabras salieron de su boca, supo que era algo
incorrecto de decir.
—Si lo sé. Eres una especie de novio de mierda. —La voz de Dante se
puso triste bajo todo el calor, y la parte inferior del estómago de Gabe se
sacudió. Él lo había dicho. Ahora era real—. Siempre soy yo, ¿verdad?
Llegando a tu habitación, apareciendo en tu casa. La mitad del tiempo que
estoy aquí, me ignoras. Nunca me rechazaste, pero ¿por qué lo harías?
Oh, mierda. El pecho de Gabe se estrechó.
—Eso no es lo que quise decir.
—Bueno, ¿a qué te refieres, entonces?
—¡No sabía que podría! —gritó Gabe. Su cara se sentía cálida, y frotó
sus palmas sobre sus jeans otra vez—. No sabía que estaba permitido. Que
querías que yo... —Respiró hondo y lo dejó salir lentamente—. Lo siento, estoy
apenado por esto, pero nunca lo había hecho antes. No quiero parar. No es
solo sexo para mí, nunca ha sido solo eso. No lo habría hecho… no lo haría.
Dante se pasó una mano por el pelo.
—¿Pero pensaste que yo sí?
318
El estómago de Gabe se sintió agrio. ¿Cómo era posible que hubiera

logrado joderla tanto cuando Dante, por alguna razón insensata,
aparentemente quería tener una relación con él?
—Dante…
Dante se levantó, su expresión ilegible. Mario se cayó de su regazo.
—Creo que voy a irme. Me voy. Estoy... necesito algo de espacio.
Que carajos. Gabe se lamió los labios.
—Bien.
—Está bien —repitió Dante—. Nos vemos en la práctica de mañana.
Y luego se fue.
Que carajos, Gabe enterró su cara en sus manos.
DE ALGUNA MANERA la práctica no fue una pesadilla.
Ayudó que los jóvenes Pens habían llegado, y todos estaban

adecuadamente distraídos por los juguetes nuevos y brillantes.
Crispin Arnesen era un extremo izquierdo de diecinueve años de

Noruega con el pelo tan rubio que era casi blanco. Tenía ojos azul claro que
podrían haber sido fríos, si no sonriera todo el tiempo. Estaba
sorprendentemente alegre para un chico que fue degradado de un equipo
superior a uno cuyas posibilidades de ganar la Copa eran ligeramente
menores que las probabilidades de conseguir boletos de temporada para los
Jets. A Dante le llevó unos veinte segundos apodarlo Crispy.
319
Su compañero de equipo, centro o extremo derecho Benjamin Smith-

Manybears, fue un contraste. Unos años más viejo, con la piel oscura y los
ojos verdes deslumbrantes, Benjamin era un tipo grande, tenía que tener un
metro ochenta y cinco por lo menos, antes de los patines. Él también parecía
bastante afable, aunque no era tan exuberante como Crispy, ni tan fácil de
nombrar.
Benjamin se encogió de hombros.
—La mayoría de mis compañeros de equipo me llamaban Bear o Beary.
Dante se burló, tratando (y casi sin éxito) de meterse en su jersey con

una sola mano. Había estado más apagado que de costumbre durante toda la
mañana. Gabe deseó saber cómo arreglarlo… como corregirlo.
—Puedo mejorarlo. No te preocupes.
Gabe probablemente debería dejar de mirarlo, o llamaría la atención

sobre su interacción inusual. Lo último que quería era que sus compañeros
supieran que habían peleado.
Se apartó de Dante y vio a los chicos nuevos conocer a varios de los

jugadores. Pensando que debería presentarse adecuadamente, Gabe se acercó
y le tendió la mano a Crispy primero.
—Gabe Martin, pero estos idiotas me llaman Banksy.
Crispy estrechó su mano, escudriñándolo. Fuera de balance, Gabe se

volvió hacia Benjamin.
Crispy se acercó, palpó la mejilla de Gabe, y le susurró a Benjamin

desde un lado de su boca.
—Se ve tan real. Mucho más real.
320
Benjamin se rió. Gabe no estaba seguro de lo que estaban hablando.

Preguntó, pero Crispy solo se rió de los jugadores de hockey canadienses ¿y
los errores de fábrica? Gabe no lo entendió.
Chef se acercó para su propia presentación. Las cejas de Benjamin se

elevaron cuando escuchó el apodo.
—Lo llaman Chef —dijo lentamente.
—Sí —dijo Chef malhumoradamente.
—¿Al igual que el personaje negro de South Park165? —La expresión que
dirigió Benjamin fue estridente.
Tips graznó.
—¿Qué? ¡No! No somos racistas. —Parecía totalmente consternado.
—Entonces, ¿por qué…?
—Es sueco. —Toupie se encogió de hombros—. ¿De qué otra cosa

deberíamos llamarlo?
Benjamin abrió y cerró la boca un par de veces. Chef negó con la cabeza.
—No te molestes, ya lo he tratado de explicar.
Gabe le dio unas palmaditas en la espalda.
—Muy tarde ahora. Estás atrapado con eso. —Chef dio una mirada no
impresionada—. Bueno, podría ser peor. Podrían haberte llamado ABBA.
South Park: es una serie de televisión estadounidense de animación dirigida a público

165
adulto y se caracteriza por satirizar con humor negro la sociedad, actualidad y cultura
estadounidense a través de las historias y situaciones surrealistas que les suceden a sus
protagonistas.
321
Eso hizo que Crispy se riera.
—O IKEA.
Chef frunció el ceño asesinamente, pero la entrenadora los salvó a todos

al enviarlos fuera del vestuario.
—¿Por qué no están todos en el hielo? Vámonos.
Crispy hizo una gran adición a la línea de Gabe y Yorkie. Pasaron por
simulacros de pase y un PK rápido, y estuvo casi tan sincronizado con ellos
como lo estuvieron el uno con el otro. No se parecía en nada a lo que Gabe
podía producir con Fifi y Dante, pero era bueno, era hockey sólido. Gabe dejó
escapar un suspiro de alivio. Los primeros signos del éxito del intercambio
fueron el único bálsamo para la pérdida de Kitty.
Un grupo de ellos tomaba un descanso, se rehidrataban mientras se

apoyaba en los bancos de los jugadores y observaban a los demás correr los
ejercicios, cuando Benjamin se instaló junto a Gabe.
—Solo quería decir, sé que no fue como tú lo decidiste, pero… uh,

¿gracias? Tengo un primo en el draft 166 este año, y... para él es muy
importante que juegues, ¿sabes?
Gabe asintió, llenando las piezas que faltaban con bastante facilidad.
Puede que no haya querido ser el primero en salir, pero no era porque no
quisiera ser un modelo a seguir cuando era adolescente. Tragó saliva para
deshacerse del bulto.
Draft: es un sorteo anual en el cual los equipos de la NFL toman turnos para escoger los
166
jugadores universitarios graduados y otros que son elegibles por primera vez.
322
Benjamin asintió, y no dijeron nada más durante los siguientes

minutos, pero vieron a sus compañeros de equipo en silencio.
Gabe había gastado demasiado tiempo mirando a Dante, que estaba

solo en el otro extremo del hielo, con su mano izquierda enroscada para
protegerla y haciendo perezosos pasos por la pista. No había mucha
incomodidad entre los dos en ese momento, pero bueno, tampoco había
mucha interacción entre ellos.
Dante se detuvo de repente, su rostro pensativo antes de iluminarse en

una sonrisa.
—Benjamin —gritó. Vio a su objetivo y patinó—. Colega, tu apellido

tiene Smith y Bears.
Benjamin le dio una mirada poco impresionada.
—Sí.
—Así que sé totalmente como debemos llamarte. —Dante estaba

retorciéndose de emoción. Era con la persona que Gabe lo había visto más
animado en toda la mañana.
Al parecer, Benjamin estaba dispuesto a esperar a Dante, pero la

curiosidad de Gabe le ganó.
—¿Cómo? —preguntó finalmente.
—¡Yogui167!
Hace un juego de palabras entre el apelligo de Benjamin, Smith-Manybears, y la serie de

167
dibujos animados El Oso Yogui (Yogui Bear en idioma inglés) donde su némesis era un
guardabosques del Parque de Jellystone llamado John Francis Smith.
323
El grito fue lo suficientemente fuerte como para que todos los chicos
estuvieran escuchando, lo que significaba que Benjamin… Yogui… era un tipo
sin suerte, le gustara o no.
De vuelta en el vestuario, todos bromeaban mientras se desvestían,

cuando Dante de repente lo llamó a través de la habitación:
—¡Oye, Gabe!
El alboroto se calmó. Dante nunca llamaba a nadie por su nombre de

pila. Él era un tipo solo de apodos. Gabe realmente pensaba que debía haber
una apuesta para saber si Dante siquiera recordaba el nombre real de alguien.
Gabe se volvió instintivamente hacia Dante que lo llamaba. Dante

todavía estaba medio vestido con su equipo, y había una inclinación
obstinada en su barbilla. Sin embargo, estaba haciendo contacto visual, y el
corazón de Gabe se agitó violentamente.
—¿Sí? —preguntó, tratando de parecer tranquilo.
—¿Quieres salir a cenar esta noche?
¿Realmente Dante le había pedido salir a una cita frente a todo su

equipo mientras todos (incluyendo ellos dos) vestían ropa sudada? Gabe miró
a su alrededor para estar seguro, pero no, nada había cambiado.
—Uh, claro —dijo Gabe, volviéndose—. Sí.
Hacksy aulló a lo lobo, y los abucheos comenzaron. Jesús, si el joven

Pens no supiera lo que estaba pasando, lo harían ahora.
Crispy y Yogui intercambiaron miradas. Entonces Crispy se encogió de

hombros y le dio una palmada a Gabe en la nuca.
—Consíguelo, Canadá.
324
Cristo. Aparentemente Gabe tenía novio ahora. ¿Cómo ocurrió eso?
Cuando la risa se calmó, Gabe se encontró con los ojos de Dante otra
vez y sonrió. Podía sentir lo tonto que se veía su rostro, pero no podía hacer
nada al respecto. Dado que Dante se veía muy tonto, pensó que
probablemente estaba bien.
Nadie dijo nada hasta que Gabe terminó su ducha y encontró a Toupie
y Tips esperándolo afuera del puesto.
—Bueno, esto no es espeluznante —murmuró, frotando su toalla sobre

su cabello antes de envolverla alrededor de su cintura—. ¿Qué pasa?
Lo miraron en silencio durante unos segundos, y luego Tips puso los

ojos en blanco y le dio un codazo a Toupie con el codo.
Toupie suspiró.
—Si lo arruinas y lastimas a Baller o al equipo, te arrancaremos las

pelotas y te las daremos —recitó diligentemente.
Gabe estaba repentinamente agradecido de que él y Dante no hubieran

ventilado su ropa sucia esa mañana.
—¿De acuerdo? —ofreció. ¿Qué se suponía que debía decir a eso?—

Oye, ¿qué te hace pensar que seré yo quien la cague?
Tips resopló.
—Por favor. —Bien, entonces le estaban llamando la atención por ser

un novio de mierda. Pero ahora que sabía que se suponía que debía ser el
novio de alguien, podía mejorar. Probablemente. Tal vez incluso lo suficiente
como para mantener el interés de Dante durante unos meses más—. Además,
todos saben que el capitán te respalda.
325
Gabe suspiró. Se preguntó si alguien le creería si les dijera que la NHL

está llena de papás y chismosos entrometidos.
Dante estaba sentado cerca del banco de Gabe en el vestuario cuando

finalmente Gabe salió. Todos los demás habían desalojado, probablemente
para algún vínculo de novato.
—Así que quiero disculparme —dijo—. Enojarme contigo por pensar

que te estaba usando para el sexo cuando yo pensaba eso de ti fue muy tonto.
Especialmente porque no lo mencioné.
Gabe se encogió de hombros y se obligó a vestirse.
—Está bien. Yo tampoco estoy mejor. —Empujó sus pies en sus

zapatos.
Cuando volvió a levantar la vista, Dante estaba apoyado contra el

respaldo de su puesto, con los pies apoyados en el banco a su lado, la cabeza
echada hacia atrás y los ojos cerrados.
—Solo desearía que a veces me dijeras lo que quieres, supongo. No

puedo leer la mente, ¿sabes?
Gabe podría ser un poco más claro sobre eso también, pero había
dedicado su vida enfocada en un objetivo, excluyendo todo lo demás. Él nunca
había necesitado nada excepto el hielo.
—No sé cómo querer cosas que no sean el hockey.
Dante abrió los ojos, cálidos y oscuros.
—Quizás admitir que las quieres es un buen comienzo.
326
Tragando, Gabe sostuvo su mirada. Él podría hacer eso, ¿verdad? Todo

lo que tenía que hacer era decir: Oye, Dante, solo estoy un poco absurdamente
loco por ti. No podría ser tan difícil. Él abrió su boca.
—Sí, vale.
Ugh. Tendría que trabajar en eso. Él exhaló un suspiro.
—Probablemente deberíamos hablar con Trish.
Eso sobresaltó a Dante fuera de su postura, sus pies golpearon fuerte

contra el suelo.
—¿Quieres hacerlo público?
Diablos no. Pero al mismo tiempo…
Gabe pasó un minuto ordenando sus pensamientos.
—En realidad no, pero tenías razón cuando dijiste que teníamos que
detenernos si no hablamos en serio. Porque si los muchachos lo descubrieron,
es solo cuestión de tiempo antes que alguien más lo haga.
—Mi agente me va a matar —suspiró Dante.
—¿Que… le dijiste a tu agente?
—Que yo era bi y que podría salir, sí. No sobre nosotros todavía. —Se
encogió de hombros minuciosamente, y Gabe se dio cuenta de que tal vez
había subestimado la profundidad de los sentimientos de Dante. Pero él no
sabía qué hacer con esa comprensión, así que no dijo nada al respecto—. No
estaba seguro de qué decir. Él no estaba muy contento con la primera parte.
Eso podría ser complicado. Gabe se frotó la cara con las manos.
327
—Bueno. De acuerdo, entonces definitivamente tenemos que hablar

con Trish.
Estaba empezando a parecer que la cena podría demorarse.
SINCERARSE con Trish significaba decirle la verdad a la entrenadora y

a Terry también, lo que básicamente llenó a Gabe de terror. Una cosa era
tener un hombre gay en tu equipo de hockey, pero otra era tener dos hombres
en tu equipo de hockey en una relación. Los lugares de trabajo normales
tendían a tener reglas sobre ese tipo de cosas. Sorprendentemente, el acuerdo
de negociación colectiva de la asociación de jugadores descuidó abordarlo.
Una vez le dijeron a Trish que necesitaban hablar con ella, la

entrenadora y Terry, ella asintió, los llamó, y luego buscó en su armario una
botella de whisky y cinco vasos de chupito.
Terry estaba enojado. Pero no porque estaban saliendo, exactamente.
—Espero que te des cuenta de la posición en la que me encuentro. Si

haces público esto y yo intercambio a alguno de los dos, incluso por razones
legítimas, soy un gilipolla. Y si los cambio a los dos, soy un idiota. Mira lo que
pasó con los Flyers, con Carter y Richards168. Y ni siquiera estaban follando.
Gabe no lo culpó por estar enojado. Dante debe haber sentido lo mismo,
porque se encogió de hombros y le ofreció:
—Trataremos de no darle una razón para cambiarnos.
Hace referencia al año 2011 cuando el gerente general de los Philadelphia Flyers, Paul
168
Holmgren, intercambio a Mike Richards y Jeff Carter, quienes en ese momento eran su
capitán y su máximo goleador, para sorpresa de todos.
328
Terry pareció aceptar eso, tal vez porque su propia vida personal había
sido lo suficientemente salpicada a lo grande en los periódicos.
La entrenadora miró ansiosamente su vaso de chupito y se lo pasó a

Trish.
—Lo vas a necesitar más que yo. —Luego suspiró—. En serio, ¿no
podían esperar hasta después de los playoffs?
Trish tomó el trago y negó con la cabeza.
—No, el tiempo es bueno. El Juego de las Estrellas está a la vuelta de

la esquina, por lo que habrá unos días libres y todos podrán sacar el chisme
de sus sistemas. Asumiendo que estás bien yendo hacia adelante con esto
ahora.
Gabe y Dante intercambiaron miradas. Honestamente, Gabe habría

esperado más tiempo, ya sea para acostumbrarse a la idea o cambiar de
opinión, no podía decirlo. Por otra parte, tal vez realmente no quería salir. Él
asintió levemente, y Dante también lo hizo.
Dante, obviamente, estaba loco. ¿Quién voluntariamente se descubría

a sí mismo por una relación que había sido oficial por menos de una hora y
en curso por menos de dos meses?
Trish se sirvió un último trago, lo bebió y luego cruzó las manos.
—Bueno. Voy a darte un par de opciones sobre lo que quieres decir y

cuándo y cómo quieres decirlo. Y quiero que pienses en ello y luego vuelvas a
mí. —Se pasó el dedo anular por la ceja en una especie de gesto de impotencia
pensativa—. Y felicitaciones, supongo. Entonces la primera opción —
continuó, tamborileando con los dedos sobre el escritorio—. Elaboramos una
declaración en este momento y elegimos una fecha para un comunicado de
329
prensa. Probablemente tengas que hacer una entrevista en algún momento,

pero eso sucederá independientemente.
Dante en realidad tomó la mano de Gabe y la levantó del brazo de la

silla, donde había estado acurrucando los nudillos blancos.
—¿O?
Trish se encogió de hombros.
—O esperamos a que alguien te saque una foto en alguna parte y aborde

el problema primero. No estoy hablando de nada sensacionalista. Nadie quiere
eso.
—Los asesinaré si veo sus propios culos en Deadspin o Puck Daddy169

—dijo Terry. La entrenadora resopló.
—Solo algo inocente —continuó Trish alegremente—. En una cita o

comprando comestibles o lo que sea. Algo normal. Esperamos que alguien
haga una suposición y en lugar de corregirlos, decimos: “Sí, son ellos, están
realmente felices, ¿no es lindo?”.
Más tarde, sentado en la cabina frente a Gabe, Dante dijo:
—Bueno, podría haber sido peor.
Lo cual era probablemente cierto. Podrían haberlos separado como

Carter y Richards. Aunque eso resultó bien para los jugadores, al menos.
—Oye. —Dante pateó el pie de Gabe debajo de la mesa—. Deja de verte

como si alguien te hubiera robado tus patines. ¿Quieres dividir una pizza?
169
Puck Daddy: blog sobre el deporte de hockey de un periodista deportivo estadounidense.
330
Probablemente no deberían, pero qué diablos.
—Siempre y cuando no intentes ponerle piña. Y ensalada a un lado.
—Obviamente —asintió Dante, con los ojos serios. Dejó que su pie
permaneciera donde estaba, intercalado entre los de Gabe—. No me gustaría
ponerme del lado malo de tu nutricionista.
—No deberíamos decirle sobre el helado, entonces. —Gabe cerró su

menú y lo empujó hacia un lado como una señal para el camarero—.
Entonces, ¿qué piensas? Sobre las opciones de Trish.
—Me gusta la idea de dejar que suceda de forma natural, supongo. Hace
parecer que la gerencia de Dekes no cree que sea un gran problema. Lo cual
no es, al menos no para nadie más que nosotros.
Por primera vez, Gabe sintió el peso de esas palabras. Él dobló sus
manos alrededor de su vaso de agua. Porque era… para él, era una gran cosa.
Y la idea de que podría ser un gran problema para Dante también lo hacía
aún más aterrador.
Dante pateó su pie otra vez.
—Oye. Préstame atención a mí o le pongo piña después de todo.
—Si le pones piña, no voy a poder sacarlas170 —dijo Gabe con la mayor
seriedad posible.
Dante sonrió.
170
Es un juego de palabras intraducible. En ingles putting out tiene varias acepciones entre
ellas sígnfica acostarse juntos.
331
—Mentiroso.
GABE DESEÓ que tuvieran más tiempo para estar solos y disfrutar de
ser una pareja oficial. Lamentablemente, el momento era terrible.
El cumpleaños de Dante estaba a solo unos días, y sus padres debían

llegar a la ciudad la tarde siguiente.
Después de la cena terminaron sentados en el sofá, Mario ronroneó

alegremente entre ellos mientras miraban la televisión.
A mitad de un episodio, maldito Kitty por hacerlos adictos, Dante se

aclaró la garganta.
—Entonces, mamá y papá realmente quieren conocerte.
Gabe se sacudió y se alejó de la pantalla para mirar a Dante.
—¿Qué?
—Bueno, les dije que pensé que podría volver a ser bi como en
septiembre. Entonces, hace unas semanas, podría haber dejado escapar que
estábamos más o menos involucrados.
Gabe miró a Dante, tratando de calcular estos nuevos hechos. Hace

unas pocas semanas. Jesús.
—Y quieren conocerme. —Los padres de nadie nunca habían querido

conocerlo antes.
—Sip. —Dante estaba sonriendo y claramente se reía de él.
332
Gabe decidió ignorar la crueldad e indiferencia de su novio y centrarse

en asuntos más importantes, de repente necesitaba estar seguro de los
hechos.
—¿Cuándo llegan?
—Mañana a las tres.
—Bien. Bueno. Entonces, um, tal vez entonces, como, ¿la cena después
del juego de mañana o algo así? —preguntó Gabe con esperanza—. A menos
que estén en la ciudad el tiempo suficiente para que nos encontremos con
ellos el día después de eso. —¿Por qué no había sugerido la reunión posterior
primero?
Dante sacudió la cabeza con compasión.
—Es tan obvio que nunca has hecho esto antes. Postergar las cosas
hará que parezca que no quieres conocerlos, lo que no causa una buena
impresión.
—Mira, querrán cenar. Y como conocen tu horario, no es como si

tuvieras una excusa para decir no.
Él podría tener un punto.
—Así que. Cena con tus padres mañana. —Gabe trató de no sonar como
un hombre en su camino a la horca, pero la forma en que Dante se rió sugirió
que había fallado.
Pensando que sería menos doloroso mantener a su padre al tanto de

las cosas, él nunca perdonaría a Gabe si la prensa se enteraba primero, lo
llamó al día siguiente.
333
Gabe dejó que su padre le diera actualizaciones sobre su vida primero:

su trabajo, una mujer que había empezado a ver, que se había encontrado
con la novia de Yorkie, Jenna, para almorzar el otro día.
—¿Cómo está ella?
—No está mal. Ella fue a su casa para darles la noticia a sus padres.
Parece que las cosas fueron bien, a pesar de que realmente no sabía qué
esperar.
Gabe estaba orgulloso de su padre por durar tanto tiempo antes de

preguntar:
—Entonces, ¿qué es?
Gabe intentó jugar inocente al principio.
—¿Qué es qué? —Pero pronto cedió bajo el silencio de su padre—. Está

bien. —Hizo una pausa, reuniendo sus pensamientos—. Así que resulta que
hay algo que contar después de todo.
—¿Ah? —dijo su padre suavemente. Gabe podía decir por el tono que
estaba usando su cara de póker. Siempre había sido bueno para esperar a
que Gabe terminara de hablar antes de ofrecer cualquier tipo de opinión.
—Con Dante. —Gabe logró salir—. Estamos saliendo. —Novios. Tengo

novio. Soy el novio de alguien.
—¿Sí? —Estaba sonriendo ahora, Gabe podría decir.
—Sí. —Gabe sintió que sus hombros se relajaban.
—¿Te hace feliz?
334
Gabe asintió, luego, recordando que estaba hablando por teléfono,

graznó:
—Sí.
—Bueno. Entonces no puedo pedir más. Salvo conocerlo

adecuadamente después de su próximo juego en Ottawa.
Gabe no había esperado eso.
—Estaré cenando con él y sus padres esta noche —confesó.
Su padre se rió.
—Bueno, bien por ti. Intentando algo nuevo.
Gabe gimió, pero no podía negarlo. Todo era nuevo, pero se sentía
menos aterrador sabiendo que su padre pensaba que podía manejarlo. Y haría
que Dante le devolviera el favor al mes siguiente.
DANTE Y sus padres vieron el juego contra los Capitals171 desde las
gradas. Durante el primer intermedio, después de que Gabe anotara una
asistencia de Crispy para poner 1 - 1, encontró un texto esperándolo.
Ese gol fue jodidamente feo puedes hacerlo mejor.
Gabe se preguntó si esa era la versión de apoyo del novio de Dante, así
que le devolvió el mensaje:
Gracias, cariño.
Washington Capitals es un equipo profesional de hockey sobre hielo estadounidense que

171
está establecido en Washington D. C.
335
Para eso tenía todo el tiempo.
—¡Martín! Trata con tu ansiedad de separación en tu propio tiempo.

Tenemos un juego para ganar.
Yogui ululó y golpeó sus caderas juntas.
—Deja de mamar a la entrenadora —murmuró Gabe con buen humor.
Terminaron perdiendo en tiempo extra. Con todos los cambios en la

lista, a veces se buscaban en lugares equivocados o las cosas simplemente no
hacían clic en la forma en que debían. Además, Ovechkin172 era una bestia,
incluso si su más/menos173 era brutal.
Había otro texto esperándolo después del juego.
Llevó a mis padres a tu casa para esperar.
Bueno, eso era aterrador. Definitivamente no había sido parte del plan
de Gabe de reunirse con ellos en su casa, donde ni siquiera podía escaparse
si las cosas se ponían feas. Tal vez podría distraerlos con Mario.
Gabe había hecho una entrevista después del segundo intermedio, por
lo que no tenía una excusa para pasar el tiempo en el vestuario, y Dante lo
sabía. Todavía era bastante temprano cuando se detuvo en el camino de
entrada.
172
Aleksandr Mijáilovich Ovechkin, también conocido como Alexander Ovechkin es un
jugador profesional de hockey sobre hielo que juega como extremo izquierdo por los
Washington Capitals de la National Hockey League.
Más-menos (+/-, ±, más / menos) es una estadística deportiva utilizada para medir el
173
impacto de un jugador en el juego, representada por la diferencia entre la puntuación total

de su equipo y la de su oponente cuando el jugador está en el juego. En el hockey sobre hielo,
mide el diferencial de goles de un jugador.
336
Dante lo saludó en la puerta principal. Besó a Gabe.
—¿Estás listo para esto?
Gabe asintió, luego negó con la cabeza.
—Realmente no.
Retrocedió, pero Dante agarró su mano antes de que pudiera llegar

lejos. Caminaron juntos a la cocina. Era hora de enfrentar la música.
—Debes ser Gabriel.
La mujer que había hablado tenía que ser la madre de Dante, aunque
como fue adoptado, en realidad no se parecían en nada. Excepto por su
sonrisa. Tenían la misma manera de sonreír, como si necesitaran todo su
cuerpo para expresar su felicidad. Era baja y un poco redonda, con el pelo
rojo cortado con estilo y las pecas en la piel de color blanco lechoso. A Gabe
le gustó de inmediato. Quizás esto no sería terrible después de todo.
—Solo Gabe.
—Janet —dijo cálidamente, estrechando su mano—. Y este es mi

esposo, Manuel.
En contraste con su esposa, Manuel era alto y delgado, con ojos

marrones, piel y cabello oscuro. Él dijo:
—Encantado de conocerte. —La fuerza de su apretón de manos dijo: No

jodas esto.
Afortunadamente, Gabe tenía mucha práctica fingiendo ser genial en

situaciones de alta presión.
—Igualmente.
337
Sin embargo, Dante debió haber decidido que habían hecho su cuota
de contacto visual agresivo, porque revisó a Gabe, rompiendo el momento.
—Está bien, no más posturas machistas. Tenemos suficiente de eso en

nuestros trabajos diarios. Ve a probar el asado o algo así.
Gabe tuvo que morderse el labio para no sonreír, porque en ningún

universo Dante confiaba en que hiciera ningún tipo de determinación
significativa sobre la preparación de la comida. Manuel puso los ojos en
blanco, pero pareció contento de dejar que Dante los intimidara alrededor de
la cocina.
La cena fue dichosamente sin incidentes. Dante tenía el tipo de

personalidad que comía silencios incómodos durante el desayuno, por lo que
la conversación se movió rápidamente y se mantuvo liviana. Todo lo que Gabe
tenía que hacer para verse bien era escucharlo y hacerle ojos de becerro
enamorado, que de todos modos no podía evitarlo. Janet lo atrapó más de una
vez y sonrió con aprobación. Aparentemente lo estaba.
Probablemente no dolió que hubiera estado escondiendo un pastel de

cumpleaños en el garaje para servir de postre. Él y Dante solo podían tener la
pieza más pequeña, pero Janet y Manuel tomaron dos cada uno para
compensarlo.
—Estoy tan celoso —dijo Dante con nostalgia—. Estoy en IR. Podría
permitirme otro pedazo por completo. ¿Correcto?
Como su capitán suplente, Gabe probablemente debería decir que no.

Como su novio, joder, no estaba entre un hombre y su pastel de cumpleaños.
Cortó otra rebanada, pero una pequeña.
Manuel obviamente se estaba riendo de él, pero lo que sea. Dante

también los envolvió con su dedo.
338
Con el pastel fuera del camino, Dante exigió su tributo.
—Es mi cumpleaños. ¿Qué me trajiste?
Porque él no era un atleta profesional que podría pagarse más o menos

lo que quisiera, o cualquier cosa. Gabe comenzó a poner los ojos en blanco,
se contuvo, y luego miró a Janet a través de la mesa. Ella se estaba riendo de
él también. Maldición.
—Una dosis de realidad —dijo secamente.
Sus verdaderos regalos resultaron ser un manual sobre tener un gato

y un certificado de regalo para tener su camioneta limpia, lo que necesitaba
desesperadamente. El interior olía a McDonald's fermentado. Cuando terminó
de abrazar a sus padres, lanzó una mirada a Gabe, como si no quisiera
traicionar las expectativas de ninguna manera, especialmente con sus padres
allí.
Gabe podría haber sido atornillado, pero de alguna manera lo había

visto perfecto ya que el otro día cuando estaba fuera comprando la comida
para gatos, que había olvidado pedirle a su servicio de entrega de comida para
que la agregara a su lista. Empujó la pierna de Dante debajo de la mesa.
—Ve a buscar en el armario de la habitación de invitados. Tenía que

esconderlo de Mario. Le gusta el papel de regalo.
Dante debió haber tomado eso como una señal para abrirlo lejos de sus
padres… no era la peor idea, considerando algunos de los artículos que Gabe
había considerado conseguirle para su cumpleaños, porque regresó unos
minutos después, sonriendo, mostrando el póster enmarcado de Jack y
Elizabeth de Piratas del Caribe.
—Espero que sepas que colgare esto en el dormitorio —declaró

solemnemente Dante.
339
Su madre puso su cabeza en sus manos, luego echó un vistazo a Gabe

sobre la punta de sus dedos.
—¿Me creerías si te dijera que vino así?
Gabe sonrió y aceptó el beso entusiasta de Dante en la mejilla, incluso

si se sonrojó un poco sabiendo que alguien estaba mirando.
—En realidad, sí.
El último regalo llegó cuando Janet sacó una pequeña caja del bolsillo
y se la pasó a la mesa de café.
—De tu abuela —dijo ella.
Dante tomó la caja para sí mismo lentamente, luciendo menos ansioso

que cuando la había alcanzado.
Extraño, pensó Gabe, Dante y su abuela siempre habían sido cercanos,

ya que ella era el único pariente consanguíneo con el que tenía contacto.
Después de mirarlo por unos segundos, la abrió. Gabe se inclinó para ver una
banda de oro en su interior.
Dante tragó y trazó su curva.
—¿Ella dijo algo cuando te dio esto?
Janet y Manuel compartieron una mirada.
—Ella dijo que quería que lo tengas. Ya no le queda, y ella quería dártelo
ahora en lugar de esperar. Pensó que te gustaría dárselo a otra persona algún
día —dijo Janet, con una mirada no tan sutil en la dirección de Gabe.
Ah. El anillo de bodas se convirtió en una reliquia familiar para la novia

de Dante algún día. Mientras él estaba sentado al lado de su novio. Incómodo.
340
Dante miró el anillo por un momento más, luego cerró la caja y la dejó
a un lado.
—Deberías ir a verla —dijo Janet cuando el silencio se había extendido

lo suficiente como para sentirse incómodo.
Dante asintió distraídamente.
—Antes de volver al juego —agregó su padre—. Tienes algo de tiempo

libre. Probablemente sea mejor ir más temprano que tarde.
Dante no parecía muy contento con la sugerencia. Gabe hizo una nota
mental para preguntar al respecto, pero luego Mario salió corriendo de la nada
y lo usó como un trampolín para llegar a la torta sobrante que todavía estaba
en el medio de la mesa.
—Oh, oye, genial, ahí está —dijo Dante con entusiasmo—. Me

preguntaba cuándo ibas a mostrar tu cara.
En ese momento su rostro estaba cubierto de glaseado, ya que había

aterrizado en medio de las sobras. Al menos Gabe no tendría que preocuparse
de comérselo él mismo.
—Tu gato es una amenaza —dijo, tratando de sonar severo mientras

levantaba a Mario por el medio.
No era gracioso.
—Debes darle un baño —dijo Gabe. Esto caía firmemente bajo el

encabezado de problema de Dante.
—Me pregunto si cubren esto en el manual de dueño del gato —dijo

Dante pensativo, tendiéndole las manos.
Mario tenía glaseado sobre él. Eso tampoco era lindo.
341
DANTE RESERVÓ un asiento en el vuelo de sus padres a casa. Había

despejado el tiempo libre con la gerencia, que no veía ninguna razón para que
no tomara un descanso por unos días, considerando que no podía hacer más
que patinar en la práctica de todos modos.
Gabe no podía decir que estaba sorprendido, pero se sentía raro volver
al ritmo de las cosas sin que Dante lo alentara. Durante unos días, Gabe tuvo
que arreglárselas solo con un puñado de mensajes de texto, uno de los cuales
consistía solo en un signo de exclamación y un enlace a la encuesta El juego
de las Estrellas de NHL.com. Dante no llamó, y la primera vez que Gabe lo
hizo, recibió correo de voz. No intentó de nuevo después de eso.
No tenía suficiente experiencia con las relaciones para saber si la

llamada no era extraña, y no sabía si quería saber, incluso si eso lo convertía
en un mal novio. Por la noche, cuando se cepillaba los dientes, seguía mirando
el cepillo de dientes verde que aún había en el vaso junto al mostrador, y
preguntándose cómo había llegado allí.
El día veinticuatro, Gabe estaba revisando la cinta para su próximo

juego cuando Dante entró y cerró la puerta silenciosamente detrás de él.
Después de quitarse las botas y separarse de su equipo de invierno, se

unió a Gabe en el sofá.
Gabe sonrió, sintiéndose un poco más seguro. Al menos Dante parecía

quererlo ahora, incluso si realmente no habían hablado en unos días. Él dejó
la computadora portátil. Algunas cosas aprendió.
—Oye. No sabía que volverías tan pronto.
Dante se encogió de hombros y apoyó su cuerpo contra el de Gabe.

Tomando la indirecta, Gabe envolvió un brazo alrededor de sus hombros. No
342
tenía mucha experiencia, pero pensó que esto calificaba como acurrucarse.
No es algo que hacían a menudo, por lo que probablemente dijera algo sobre
el estado emocional de Dante. Gabe se aclaró la garganta.
—¿Cómo estás?
Dante estuvo callado durante mucho tiempo.
—No quiero hablar de ello. ¿Bien?
¿Fue algo que hice? Gabe quería preguntar, pero ¿cómo podría ser? Ni
siquiera había hablado con Dante en días.
—Está bien —dijo vacilante. Entonces la inspiración golpeó—. Uh, no

tengo ningún helado, ¿pero podría conseguir un poco? —Gabe no podía darse
el gusto, pero Dante todavía tenía dos semanas antes de volver al hielo. Podría
cambiar el plan de nutrición un poco más.
Eso le provocó una reacción, al menos, una leve sonrisa en las

comisuras de los labios de Dante, pero cuando habló, solo dijo:
—¿Qué tal un chocolate caliente?
—Hecho. —Gabe estuvo de acuerdo y se puso de pie. Pero algo hizo que
no quisiera dejar a Dante solo en su sofá, así que se detuvo antes de dirigirse
a la cocina y le pasó los dedos por el pelo en una parodia más suave de la
colmena de pelo que le había hecho cuando Dante era su novato.
Gabe tomó la decisión ejecutiva de que tenían tiempo para un episodio

antes de acostarse. Estaba cepillándose los dientes en su baño privado
cuando escuchó a Dante reír por primera vez desde el intercambio. Escupió,
luego asomó la cabeza hacia la habitación.
—¿Qué?
343
—Kitty me envió un mensaje de texto de su juego —dijo, sus mejillas se

sonrojaron de la risa. Él extendió su teléfono.
Creo que estoy equivocado acerca de que ganes el premio al mejor culo. Había
una foto adjunta.
Gabe lo consideró.
—No sé, ¿crees que podríamos hacer una comparación lado a lado la
próxima semana?
Dante resopló.
—De alguna manera, no creo que él esté interesado en eso.
Gabe tampoco lo creía, pero la idea hizo sonreír a Dante, y en ese

momento eso era todo lo que importaba.
Esa noche se acurrucaron juntos en la cama, Gabe envolviendo sus

extremidades alrededor de Dante antes de que se durmiera. Fue agradable,
incluso si Dante volvía a estar tranquilo y un poco triste.
A la mañana siguiente, sin embargo, Dante se despertó de mal humor,

y se estancó. Días más tarde, Gabe se encontró pensando en la primera noche
con anhelo.
Dante estaba malhumorado y gruñón, y era desagradable vivir con él,

alternando entre estar triste y tierno o cariñoso. Gabe nunca sabía qué iba a
obtener de Dante, y era tan frustrante como la mierda. Trató de recordarse a
sí mismo que debía ser paciente, que Dante hablaría con él eventualmente,
que probablemente no era que ya se había cansado de él. Lo que sea que
hubiera sucedido cuando se había ido a casa, obviamente lo había molestado.
344
Ser paciente era realmente difícil cuando tu novio estaba decidido a ser
un idiota.
—¿Qué diablos estás haciendo? —exigió Gabe cuando atrapó a Dante

jugando béisbol de hockey con Yorkie y Tips durante una pausa en la
práctica—. ¿Te han dejado los entrenadores que recojas un palo?
Dante resopló, volteando el disco de un lado y enrollándolo hacia sus

manos. El movimiento sacudió algo debajo de su camiseta: llevaba el anillo
de su abuela en una cadena alrededor de su cuello.
—Relájate. No voy a lastimarme de nuevo.
—¿Obtuviste un título en fisioterapia mientras yo no estaba mirando?
Tips y Yorkie intercambiaron miradas y retrocedieron. Cobardes.
Dante se sonrojó.
—Jódete, Gabe. No soy un niño. Conozco mis límites.
Ante eso, Gabe se sacudió un poco hacia atrás. ¿Qué demonios?
—Nunca dije que lo fueras o que no lo hicieras. Solo quiero que estés
de vuelta en el hielo lo antes posible, sin contratiempos.
—¿Crees que eso no es lo que quiero también?
Demasiado tarde, Gabe se dio cuenta de que no había manera de que

ganara esta discusión. Él cerró la boca y negó con la cabeza justo cuando la
entrenadora lo miró y entrecerró los ojos.
—¡Baltierra! ¿Te han dejado los entrenadores para que practiques el

manejo del palo y te olvidaste de decírmelo?
345
Dante frunció el ceño.
—No, entrenadora.
—Entonces pon tu culo en la sala de pesas. Quiero que trabajes con

Ben para mantener tu explosividad.
Dante patinó sobre el hielo sin discutir, pero la entrenadora mantuvo

su mirada fija en Gabe por otro largo momento.
—¿Vamos a tener un problema?
A la mierda con todo. Era por eso que joder a un compañero de equipo
era una mala idea, peor ahora que Gabe tenía una letra en su jersey.
—No. Estamos bien —dijo rígidamente.
—Bien. —Ella levantó la voz—. Bien, azul y blanco, en el hielo ahora.

Blue, quiero ver tu PK.
346
QUEBEC CITY NORDIQUES PREPARADO PARA EL NUEVO

COMPAÑERO DE EQUIPO
Por Elise Thibodeau
La entrenadora en jefe de Quebec Nordiques, Hayley St. Louis, confirmó

ayer que espera su primer hijo en mayo. Los rumores se han estado agitando
desde principios de diciembre, cuando un tiro franco en un centro comercial
apareció para revelar un golpe revelador.
“Ella y Henri [Roussaud, su esposo] están muy contentos”, dijo la

portavoz de Nordiques, Tricia Kristufek, cuando nos comunicamos con la
oficina de Dekes para hacer comentarios. “Obviamente, una fecha un mes o dos
más tarde habría sido agradable, pero estas cosas no se pueden programar.
Brigitte Ballard, Terry Denning y todos los jugadores y personal de Nordiques
están absolutamente encantados con ella”.
St. Louis se convirtió en la primera mujer en entrenar a un equipo de la

NHL hace dos años y medio, cuando la magnate de la cafetería Ballard hizo
aprobar la última legislación para el equipo de expansión. Desde entonces, ha
producido resultados bajo un intenso escrutinio, llevando a su equipo desde el
puesto de último lugar de su primer año a estar a un tiro de piedra de llegar a
los playoffs. Si el rendimiento de los Dekes continúa, hay una buena posibilidad
de que su nuevo compañero de equipo honorario llegue justo a tiempo para su
participación en la Copa.
347
TRAS SU tanda de derrotas con los Pens… Gabe estaba seriamente

cansado de las pérdidas en el tiempo extra y los penalties, pero al menos no
había perdido en la disposición, Gabe se encontró inesperadamente de
anfitrión de una reunión de Penguins. Bueno, además de Kitty y un puñado
de Dekes.
En retrospectiva, no estaba seguro exactamente cómo sucedió eso.

Después del juego se encontró con Kitty disculpándose con Tips por un golpe
particularmente brutal (pero totalmente legal) en el segundo período. Luego
mencionó que aún le quedaba un poco de vodka de disculpa, y Kitty debería
venir y ayudarlo con eso. Crispy y Yogui escucharon por casualidad y
decidieron que esta sería la oportunidad perfecta para cargar a Kitty con
munición para trinar al resto de los Pens, o bien para extraerle lo mismo en
los Dekes, e invitarse a sí mismos. Entonces, de alguna manera, se supo algo
sobre el vodka o algo así. Gabe no lo sabía. El resultado final fue que apareció
en su propia casa después del juego y entró, con Crispy, Yogui y medio equipo
de hockey pisándole los talones, para encontrar a Dante comiendo un plato
de huevos revueltos en su sofá, vestido con pantalones de chándal y una de
las viejas camisetas de Spitfire de Gabe.
Oops.
Gabe se congeló en medio de quitarse los zapatos, lo que le valió un

golpe en la espalda por parte de Yogui.
—Quítate del camino, tío, estás dejando salir todo el aire caliente.
Jesús, pensé que serías más consciente del medio ambiente.
Dante también se congeló, con un tenedor lleno de huevos hasta la

mitad de su boca. Por qué estaba sentado en la sala de estar de Gabe en lugar
de la suya cuando apenas habían hablado sin luchar la última semana, Gabe
no lo sabía. Pero eso lo puso nuevamente en movimiento.
348
—Podrías haberme dicho que íbamos a tener compañía, gilipollas. —No

parecía molesto, aunque su voz salió estrangulada, aterrada. Justo, ya que
Gabe sentía lo mismo.
¿Además, nosotros? ¿Se suponía que ahora debía asumir que Dante
estaría pasando el rato en su casa cuando él no estaba?
Quizás deberían hablar de eso.
Pero, definitivamente más tarde.
—Buen alojamiento, Martin —dijo uno de los Pens con aprecio mientras
se apretujaban en la entrada principal—. Escuché que había vodka. Oh, hola,
Baltierra. No sabía que habías jugado para los Spits.
Jesús mierda. Definitivamente tiempo de vodka.
En un acuerdo tácito sin precedentes, si alguien pensaba que era

extraño que Dante hubiera estado pasando el rato en la casa de Gabe,
comiendo su comida, mientras que él no estaba allí, nadie lo mencionó. Una
vez que Gabe se dio cuenta de que nadie iba a decir nada, se relajó y pasó
una agradable velada escuchando a Kitty intercambiar historias de terror con
Crispy y Yogui. Por una vez, Dante parecía estar de buen humor también,
sosteniendo la cancha al otro lado de la habitación con Toupie y un par de
Penguins.
Sorprendentemente Mario llegó a la escena. Por lo general, se escondía

cada vez que Gabe tenía a más de una o dos personas cerca, pero debió haber
visto a un imbécil, porque bajó las escaleras y se dirigió hacia los tobillos de
Malkin.
Malkin lo recogió y lo sentó en su regazo.
—¿Cómo te llamas gato bonito?
349
Esto fue como la pesadilla de Gabe.
—Uh. Mario. Lemew. —De las diversas miradas divertidas e incrédulas

que tenía, se defendió—: Dante lo nombró. —Lo cual, pensándolo bien, sí, ¿tal
vez no debería estar cavando en un hoyo de domesticidad percibida?
Pero Malkin solo lo miró con escepticismo, luego levantó a Mario por
encima de su cabeza por un segundo antes de volver a bajarlo, sonriendo con
diversión.
—Ese gato es chica.
Por supuesto que sí. Dante la había llevado al veterinario para otro
chequeo un par de días antes. ¿Él no podría haber mencionado algo?
Kitty arrinconó a Gabe en la cocina media hora más tarde, cuando Gabe
sacaba la última botella de vodka del congelador.
—Banksy —dijo, apoyado en el mostrador mientras Gabe buscaba más

vasos en el armario—. ¿Adoptaras huérfanos lindos después?
—¿Qué? No. Has bebido demasiado vodka.
Resoplando, Kitty negó con la cabeza, luego extendió las manos para
tomar algunas de las copas.
—Quizás estés un poco loco.
De eso Gabe tenía mucho.
—Sí, supongo. —Se encogió de hombros, luego miró críticamente a

Kitty—. ¿Cómo te está tratando Pittsburgh? ¿Bien?
350
—Bien. Buen hockey. —Kitty se encogió de hombros un poco

torpemente—. Todavía no estoy en casa, pero tal vez algún día. Es bueno.
Contento. ¿Tú?
—Oh, Dios mío —gritó Dante desde la otra habitación—. ¿Fleury hizo
qué a su suspensorio?
Puto portero. Gabe sonrió un poco a pesar de sí mismo. Había pasado

demasiado tiempo desde que había escuchado a Dante sonar así. Quizás esta
noche podría descubrir por qué.
—Sí.
Cuando el último de los taxis se había ido, Gabe cerró la puerta con
llave, luego apoyó la cabeza contra la madera durante un largo momento.
Dante apareció a su derecha.
—Oye. Sabes que ninguno de ellos dirá nada, ¿verdad?
Gabe asintió. Si nadie iba a comentar en su cara, no iban a hablar con

la prensa sensacionalista. Había un código tácito en su lugar.
—Sí. —Suspiró—. Lo siento, no te advertí sobre...
Dante resopló y regresó a la sala de estar para comenzar a limpiar.
—Sí, bueno. Lo siento, no te dije que estaba pasando el rato aquí en

primer lugar. Solo necesitaba salir de mi apartamento, supongo, y sabes que
estar con Mario siempre me hace sentir mejor.
Gabe asintió.
—Entonces. —Durante unos segundos, vio a Dante moverse por la sala

de estar, tan cómodo aquí en su espacio como lo había visto alguna vez. A él
351
le gustó eso. Y le gustaba la forma en que se adaptaban los pantalones de

Dante. Maldita sea.
—¿Entonces? —provocó Dante.
Gabe se encogió de hombros. Él también podría ir por eso.
—¿Quieres ir a la cama?
Dante ladeó la cabeza, luego lentamente sonrió.
—Cama, ¿eh?
Gabe asintió, la excitación se calentó en su vientre cuando Dante se

desperezó lánguidamente y la camiseta demasiado ajustada de Gabe se
levantó lo suficiente para dejar al descubierto algo de piel.
Se dirigieron al piso de arriba y se acomodaron en la cama. Gabe deslizó

sus manos debajo de la ropa de Dante, disfrutando la sensación de su cálida
piel. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que esto fue tan
fácil.
Se quitaron la ropa, tocando la mayor cantidad de piel posible. Gabe se

incorporó para ver bien a Dante. Se estaba convirtiendo en un espectáculo
cada vez más familiar, pero siempre era hermoso. Gabe se inclinó para otro
beso. Deslizó sus manos hacia la parte baja del cuello de Dante, dando
palmaditas en el pecho de Dante, solo para encontrarse con algo nuevo. Como
no estaba familiarizado con la cadena, Gabe tomó el desvío, pasando los dedos
por los eslabones hasta que golpearon el anillo que colgaba de él. Gabe pasó
las puntas de los dedos sobre el borde liso hasta que Dante se retorció, retiró
el anillo de su agarre y se lo quitó por la cabeza.
—Me olvidé de quitármelo. En el camino —explicó Dante antes de

inclinarse en otro dulce beso.
352
Fueron lentamente esa noche, Gabe empujando cuidadosamente, luego

moviendo sus caderas en un movimiento constante. Se besaron, jadeando en
la boca del otro, hasta que finalmente se corrieron.
Durmieron acurrucados juntos de nuevo. Pero cuando Gabe se

despertó a la mañana siguiente, estaba solo.
Trató de no pensar en eso como un presagio.
Después de vaciar su vejiga y ponerse una sudadera y una camiseta,

Gabe bajó las escaleras en busca de Dante y algo de comida.
Estaba bostezando y frotando su cabello despeinado cuando entró en

la cocina. Dante estaba sentado ante el mostrador, con una taza de café frente
a él. Sin embargo, estaba ignorando la bebida, a favor de mirar fijamente una
tarjeta de negocios. La tenía apretada entre sus dedos y la estaba girando
inquieto.
Gabe se sirvió su propia taza de café. Se apoyó contra el mostrador y

tomó varios sorbos antes de decir:
—Buenos días.
Dante levantó la vista y devolvió el saludo distraídamente, luego volvió

a mirar la tarjeta de negocios.
—¿Qué es eso? —preguntó Gabe, ya que perceptiblemente era

importante para Dante esta mañana y obviamente no iba a mencionarlo
primero.
—Tarjeta de presentación —respondió Dante.
—Puedo ver eso. —Gabe puso los ojos en blanco—. ¿De quién es?
353
—Un agente. La obtuve anoche de uno de los Pens. Yo, uh, necesito uno
nuevo.
Eso hizo que Gabe se detuviera.
—¿Lo harás?
—Sí, el mío no ha estado muy feliz conmigo desde que le dije acerca de
estar metido con la polla. No muy feliz es una subestimación, en realidad. Es
un poco homofóbico.
—Oh. —Gabe pensó en cuánto debía apestar—. Sabes, si necesitaras

un nuevo agente, podría...
Dante sonrió débilmente.
—Un poco de conflicto de intereses para Erika, ¿no crees? Además, ¿y

si...? —Dante no terminó el pensamiento, pero Gabe lo entendió. Si las cosas
se amargaban entre ellos, la pondría en una posición incómoda.
—Entonces, ¿vas a llamarlo?
Dante asintió.
—Sí. Solamente. Mi agente fue bueno conmigo, ya sabes, hasta esto. Es

una mierda que tenga que hacerlo.
Gabe asintió comprendiendo. Luego se movió para estar más cerca de

Dante. No sabía qué hacer, pero se sentía bien estar más cerca.
—Sabes que puedes decirme cosas, ¿verdad? —dijo tentativamente. Se

preguntaba, pero realmente no creía que el agente de Dante fuera lo único
que lo estaba molestando en estos días—. Solo... si algo te molesta, como esto,
me gustaría saberlo. —Esperaba haber dejado en claro que era una oferta
para hablar y no una exigencia. Él no estaba tratando de empujar.
354
Dante devolvió una sonrisa.
—Sí. Lo sé. Perdón, no te dije que estaba pensando en cambiar. Durante

mucho tiempo, creo que esperaba que, si lo ignoraba, desaparecería. Pero no
puedo. No puedo dejar que este tipo de personas esté en mi vida. Si no pueden
aceptarme, tengo que dejarlos ir, no importa cuánto me duela. —Miró
fijamente a la tarjeta antes de tragar con fuerza.
Gabe se arrastró más cerca hasta que se tocaron, mostrando su apoyo

sin detener a Dante.
—Sí. Sí, apesta cada vez que pierdes a alguien porque no puede... —
Gabe se encogió de hombros. Como había pasado la mayor parte de su vida
en el armario, excepto unos pocos, no había tenido que lidiar con ese tipo de
rechazo tanto como otros, tal vez. Pero lo había visto.
—Sí —dijo Dante, y apoyó su cabeza contra el hombro de Gabe. Se

quedaron así durante mucho tiempo, compartiendo espacio y simplemente
respirando.
Sin embargo, con el tiempo tuvieron que moverse. Gabe quería ir al

patinaje opcional, y Dante quería visitar a los entrenadores, por lo que
salieron y se detuvieron a desayunar en el camino.
Gabe se sintió incómodo de nuevo cuando llegaron a la pista. Conducir

juntos no era algo nuevo. Habían aparcado en el compartimiento varias veces
antes de que comenzaran a dormir juntos. Pero ahora cada vez que
compartían un automóvil en algún lugar, siempre se sentía como si significara
algo. Que otras personas fueran a sospechar.
Chef ya estaba en el hielo, vestido con su equipo, pero no en la red.

Siempre pareció disfrutar pasar el tiempo trabajando en su agilidad y
355
resistencia. No era inusual encontrarlo en la pista, patinando vueltas y

trabajando su bulto alrededor de los pilones.
A Gabe le gustaba ver a los porteros patinar, ya que todos parecían

ridículos cada vez que dejaban el pliegue.
Practicar con Chef era bueno. En su mayoría terminaron haciendo el

tonto. El hielo estaba demasiado silencioso para mucho más. Cuando Chef
dejó entrar un objetivo particularmente deslucido, gruñó que Adele lo había
mantenido despierto hasta tarde y lo había agotado.
Gabe se rió y preguntó por ella, sonriendo por la forma en que Chef se
iluminó. Aparentemente las cosas iban bien.
De nuevo con su ropa de calle, Gabe encontró un mensaje de texto de

Dante: había terminado con los entrenadores y había tomado un taxi a casa,
y tal vez vería a Gabe esa noche o mañana. Decepcionado de no pasar con
Dante la hora del almuerzo y la tarde juntos, Gabe tomó la oferta de Chef en
su lugar. Condujeron unas cuadras hacia un lugar italiano con un agujero en
la pared y se apropiaron de una pequeña mesa junto a la cocina donde podían
tener algo de privacidad.
—Entonces —dijo Chef—. Ya hablamos sobre mi novia.
Sí, Gabe debería haberlo visto venir. Puso los ojos en blanco mientras
la mesera entregaba menús y vasos de agua.
—Gracias.
Ella sonrió.
—¿Debo darle un minuto?
—Nah, voy a tener lo de siempre.
356
Chef devolvió su menú.
—Yo también.
—Enseguida.
Pero luego ella se fue, y ese fue el final del aplazamiento de Gabe por
parte del gorgojeo de Chef.
—Entonces escuché que están cohabitando ahora.
—Kitty es un maldito chismoso —murmuró Gabe.
—Me duele que no haya sido invitado. ¿Es verdad que tuviste una casa
llena de Penguins con Dante sentado con tu camiseta de la OHL?
Gabe no respondió eso con el argumento que solo lo incriminaría.

Frunció el ceño a la mesa.
Chef se rió.
—Es un milagro que la prensa no los haya exaltado a ambos. Eres un

desastre.
Desafortunadamente Gabe no podía estar en desacuerdo. Por el

momento, estaba feliz de que su desastre en particular hubiera dejado de
criticarlo sin ningún motivo.
La camarera regresó con su comida, y eso descarriló a Chef de hacer

más comentarios durante unos minutos. Estaba ocupado con sus espaguetis
y albóndigas. Gabe decidió tomar la victoria y se metió en la suya.
A mitad del almuerzo su teléfono sonó, seguido por el del Chef.
Chef levantó una ceja y miró a Gabe sobre su última albóndiga.
357
—¿Lo he maldecido?
Cristo. Gabe esperaba que recibiera una llamada telefónica en lugar de

un mensaje de texto cuando esa bomba en particular llegara a los medios.
Sacó su teléfono de su bolsillo. El mensaje de texto era de Dante.
Felicidades estrella. Recuérdame también en Winnipeg.
Gabe lo miró fijamente. Ya habían jugado en Winnipeg, y estaban en

diferentes conferencias, así que...
—Grattis174 —dijo Chef, atrayendo la atención de Gabe—. ¿Sobre tu

elección al Fin de Semana de las Estrellas?
Debe haber leído la expresión confusa de Gabe correctamente, porque

continuó:
—¿Qué? ¿Cómo no sabías que estabas en la carrera por eso?
Gabe volvió a mirar su teléfono. Chef y Dante lo felicitaron. Dante había

mencionado Winnipeg. Pero la única razón por la que Gabe iría a Winnipeg
en cualquier momento sería si era reclutado para el Juego de las Estrellas, y
la NHL no lanzaría sus selecciones por unas semanas más. Solo los nombres
de los jugadores votados por los fanáticos eran lanzados tan temprano.
Después de haber sido descubierto, Gabe había descartado

mentalmente cualquier posibilidad de ser votado. E incluso si la NHL no era
abiertamente homofóbica, había pensado que no lo incluirían en la lista, solo
para evitar balancear el barco. Bueno, aparentemente no tenían esa opción
ahora.
174
Grattis: felicidades en francés.
358
—Me alejé de Google Alert —respondió finalmente—. De regreso en

noviembre. —No es que realmente haya leído su propia prensa en Internet
mucho antes, pero definitivamente no lo había hecho después de todo el lío
con Pierre. Estaba mejor sin saber qué pensaba el mínimo común
denominador sobre él.
—¿Has estado antes?
Gabe negó con la cabeza, todavía un poco conmocionado.
—Uh no. Nunca tuve los números. O a los fanáticos, supongo. —Claro,
a la gente le gustaba, pero no había sido una superestrella hasta que la
entrenadora puso a Fifi en el centro y a Dante en su ala y tuvo que cambiar
su estilo de juego.
Chef agitó su albóndiga ante él.
—Te gustará. Un puñado de hombres crecidos que se disfrazan e

intentan impresionarse mutuamente. Tu encajarás bien.
—Acabas de describir el 50 por ciento de los deportes organizados en el

mundo occidental —señaló Gabe. El fin de semana de las estrellas
probablemente sería increíble. Tendría que encontrar algo bueno para un
truco.
Envió un mensaje a Dante.
¿Celoso?
Estarás en Winnipeg. En febrero. No me estaré perdiendo nada.
Gabe esperó, porque eso no podría ser todo.
359
Te haré un cocksock175. Por si acaso.
Encantador. Gabe seguro sabía cómo elegirlos.
Por último, está bien, sí, estoy celoso de que tu vayas al GENIAL FIN DE SEMANA
DE LAS ESTRELLAS. PERO NO ES TAN GENIAL COMO YO SERIA.
Chef se aclaró la garganta, y Gabe levantó la vista otra vez, de repente

consciente de que estaba sonriendo.
—Dante está realmente emocionado —se excusó débilmente.
—Eres asqueroso —dijo Chef—. Luego adoptarás más gatos sin hogar y
te unirás a una liga de bridge.
—Soy más una persona de perros —dijo Gabe inexpresivo.
Cuando la camarera volvió a visitarlos, Chef insistió en un cannoli para

celebrar. Y tuiteó al respecto a sus seguidores. Gabe pensó que había muchas
burlas dirigidas a él también, otra razón para mantenerse alejado de Twitter.
Él no quería saber.
LOS ENTRENADORES finalmente habían autorizado a Dante para la

práctica completa, que celebró atacando a Gabe en el momento en que llegó
a casa y golpeándolo contra la puerta principal. Gabe pensó que un buen
turno merecía otro, y le devolvió el favor en honor de su elección al Juego de
las Estrellas.
—Despedí a mi agente —dijo Dante un poco más tarde, tendido sobre

la alfombra en el gimnasio de Gabe, estirando sus aductores.
175
Cocksock: media para el pene.
360
Gabe hizo una mueca y vio el podómetro en su cinta de correr marcar

diez kilómetros. Eso sonó como el tipo de cambio que solo hacías cuando
esperabas que hubiera una razón permanente para ello. Pero hacer felices sus
esperanzas probablemente terminará en desilusión.
—¿Sí?
—Sí. Apestó, pero... —Se encogió de hombros—. No sé, creo que se va

a retirar pronto de todos modos. Probablemente podría hacerlo en lo que le
debo por incumplimiento de contrato.
Soltando un respiro, Gabe ajustó su velocidad, tratando de pensar qué

decir. Lamento que hayas tenido que despedir a tu agente porque nos estemos
acostando, solo parecía incomodo, no importa cuánto intentara arreglarlo.
—¿Estás bien? —intentó en cambio.
Dante se congeló a media pierna y luego estiró el cuello hacia atrás para
mirarlo.
—Sí. El nuevo tipo parece agradable, y Paulie dijo que nuestra situación
no sería un problema para él. Me enviara la documentación por FedEx.
Debería estar aquí mañana.
Pero, ¿por qué Dante enviaría el papeleo a su propia dirección cuando

nunca pasaba tiempo allí?
Gabe decidió que era mejor dejar la discusión para otro momento:
después de que los medios se dieran cuenta de que estaban durmiendo
juntos, después de los playoffs, justo… después. Él cambió el tema.
361
—Entonces, ¿qué debo hacer para el concurso de shoot-out176?
El PRIMER juego de Dante fue increíble. Estaban en casa, y la multitud

estaba encantada de verlo. Gabe se sintió un poco mal porque Crispy fue
cambiado de la primera a la segunda y tercera línea del juego, pero su alegría
por jugar con Dante volvió a eclipsarlo.
Los fanáticos estaban igual de felices, o al menos eso dijo Trish mientras
enganchaba el micrófono al equipo de Dante.
—Y recuerda, trata de no maldecir esta noche —dijo.
Dante mostró su sonrisa más encantadora, la que usaba con fanáticos

y chicas guapas en los bares, y ahora con Gabe cuando quería convencerlo
de algo. Gabe nunca sabía si debía estar feliz de que Dante coqueteara con él
o de que lo encontrara tan fácil de manipular.
Dante estaba nervioso de emoción, sonriendo a todos y retorciéndose

en el banco.
En el hielo, ambos estuvieron en llamas. Pusieron a Yorkie para un gol

en el primero, y en el segundo, Gabe pasó a los defensores y envió el disco
directamente a la cinta de Dante. Dante lo tocó con un movimiento de la
muñeca. Fue un hermoso objetivo.
Dante balanceó sus caderas en su ahora familiar gesto de celebración,

cantando acerca de sus movimientos de Jagger.
176
Shoot-out: En los juegos reglamentarios, si el puntaje todavía está empatado después del
tiempo extra, el juego se va a un shoot-out, y cada equipo elige tres patinadores para ir uno
contra uno contra el portero contrario. Los juegos de desempate nunca van a shoot-outs.
Simplemente juegan interminables períodos de tiempo extra hasta que alguien marca.
362
Gabe ignoró el peligro de golpear sus caderas accidentalmente por

acercarse lo suficiente como para un abrazo, y le palmeó el hombro.
—Movimientos agradables, Jagger —exclamó Gabe en el oído de Dante.

Pudo haber sido demasiado ruidoso, pero Dante no se quejó.
En el tercero, Dante le quitó el disco a uno de los delanteros del equipo

contrario justo en frente de la red de los Dekes, y él y Gabe volvieron a cruzar
el hielo para que Gabe pudiera empujarlo.
Los dos estaban radiantes cuando salieron del hielo al final del juego, y
Gabe aún mostraba su sonrisa cuando fue a hablar con la prensa.
Hicieron la ronda habitual de preguntas sobre las estadísticas y el

esfuerzo, y cómo se sentía Gabe sobre el equipo, yadda yadda.
Entonces una de las periodistas dijo:
—Entonces, ¿crees que Baltierra se olvidó de que tenía micrófonos

durante su celebración? —Gabe la miró confundido. Debió haber sido obvio,
porque ella continuó—: Tuvimos que escucharlo cantar.
—Oh —se rió Gabe—. Um, sí, probablemente lo hizo. Supongo que los
fans acaban de escuchar lo que todos hemos escuchando todo el año. —Gabe
hizo una mueca, obviamente y deliberadamente para jugar el chiste—. Lo
siento por eso. Su voz no es nada del otro mundo.
Los reporteros se rieron.
—¿Por qué “Moves Like Jagger”? —preguntó alguien más.
Gabe hizo una pausa para considerar si quería decir la verdad.

Finalmente, decidió que era lo suficientemente inofensivo como para
compartir.
363
—Antes de que comenzara la temporada, nosotros, eh, esos eramos él

y yo, no estábamos conectando del todo sobre el hielo. Así que pusimos algo
de música para obtener un ritmo, un ritmo que nos ayudase a trabajar. —
Gabe lanzó una sonrisa sardónica—. Solo teníamos el iPod de Dante para
trabajar y necesitábamos algo con un buen ritmo.
Se rieron de nuevo. Luego, el siguiente reportero cambió de enfoque,

tratando de que Gabe admitiera tener números superiores solo cuando se
asoció con Dante y para que él derribara a Crispy. Siempre estaban buscando
un sonido controversial.
Cuando Gabe finalmente escapó de ellos, la mayoría de los muchachos

ya se habían ido, pero Dante estaba esperando.
—Carajo por fin —dijo con una sonrisa que suavizó los bordes de sus
palabras—. Pensé que nunca terminarías.
—Si tomó mucho tiempo fue porque querían preguntar por ti, Idolo Pop
—le dijo Gabe mientras comenzaba a preparase.
—¿Qué? —Dante inclinó la cabeza como un perrito confundido.
—Estuviste todo el juego microfoneado, sabes. Incluso durante tu

ridículo canto y baile.
Dante se rió.
—¿Preguntaron por mi carrera de cantante? ¿Querían un bis?
—Querían saber por qué elegiste asaltar sus oídos y por qué esa
canción.
364
Sonriendo de nuevo como un idiota, Dante asaltó a un Gabe

completamente vestido. Él puso sus manos en las caderas de Gabe.
—Porque tengo movimientos como Jagger. ¿Quieres verlos?
Gabe definitivamente quería verlos. Sin embargo, no en un vestuario

que todavía tenía otros ocupantes. Él dijo eso.
—Aguafiestas. —Dante realmente sacó su labio inferior para hacer

pucheros.
Ignorándolo, Gabe agarró sus cosas y se dirigió hacia la salida.
Esperó hasta que estuvieron en el auto para preguntar:
—¿Mi casa está bien?
—Claro, pero necesito detenerme primero en la mía. Los trajes no son

buenos para bailar.
Gabe estaba buscando la luz intermitente y se detuvo por medio

segundo antes de bajarla.
—Oh, ¿vas a salir de discotecas esta noche? —Él esperaba que su

decepción no se notara. Había estado esperando el sexo festivo.
—Bueno sí. Acabamos de ganar, en mi primer juego de vuelta.

Necesitamos salir a tomar algo y bailar. Y te dije que te quería mostrar mis
movimientos.
Gabe pensó en ir a un club, pero nunca habían sido sus favoritos y

estaban acabados para él. No le importaba sentarse en un bar y tomar algo,
pero...
365
—Bueno. Aunque no creo que vaya a ir.
—¿Qué? —Dante se volvió con los ojos heridos.
—No, lo siento. —Gabe se encogió de hombros. No era un gran

problema. Dante no necesitaba que él le tomara la mano mientras salía a
beber. Y había hecho doble turno durante la mayor parte del juego.
—Oh. Pero quería celebrar contigo. Bailar. —Lo cual, era bastante justo.
Gabe entendía eso, pero podía pensar en mejores formas de celebrar.
—No soy muy buen bailarín. —Gabe tampoco creía que él y Dante
pudieran bailar juntos y mantener las cosas limpias. Trish los asesinaría si
los descubrían porque los atraparon en la pista de baile.
Dante guardó silencio el tiempo suficiente para que Gabe comenzara a

ponerse nervioso.
—No será tan divertido sin ti.
—Bueno, no es como si te divirtieras mucho conmigo —señaló Gabe, ya

que era probable que se pusiera gruñón rápido en un club. Dante resopló y
no dijo nada más hasta que Gabe se detuvo frente a su casa.
—Como sea, hombre. Te veo en la práctica de mañana —tiró sobre su

hombro mientras salía del auto.
dekes fan @ dekesgrl19
@QCNordiques Buen tiempo anoche con/2da estrella #MovesLikeJagr

#Dekes #jagerbombs #68
¡Me gusta el hockey! @h0ckeyf4n68
366
¡Maldita sea esos Dekes saben cómo divertirse! @JAaltink44

#DanteBaltierra #blackout #wherearemypants
NHL @NHL
Nadie celebra como @QCNordiques’s Dante Baltierra. Mira la prueba

http://tinyurl.com/k47wd7v
NHL ANUNCIA LA PLANTILLA ALL STAR
Por Kevin McIntyre
Con el Juego de las Estrellas a la vuelta de la esquina, la NHL ha lanzado

la lista de treinta y seis jugadores que han seleccionado para competir. Algunos
de los nombres ya son estrellas de All-Star: Ovechkin, Kane, Giroux, Price,
Letang, Chára, y algunos de ellos asisten por primera vez. Entre los novatos se
encuentran Gabriel Martin, Dante Baltierra y el novato Tom Yorkshire de los
Deke.
Si bien el nombramiento de Baltierra podría ser una sorpresa dada su

reciente lesión, después de la atención que su exuberante celebración de goles
ha recibido en YouTube, su inclusión solo tiene sentido. El talento para el show
es de lo que se trata el Juego de las Estrellas, y Baltierra lo tiene a raudales.
Más interesante es el impulso de los fans para enviar a Gabriel Martin,

quien, a los 25 años, parece haber dado un paso en la NHL. A pesar de una
temporada turbulenta, ser descubierto como gay, cambiar de posición de ala
derecha a centro y múltiples cambios en la alineación, Martin está en camino
de publicar los mejores números de su carrera. Tal vez eso es lo que llevó a un
367
número récord de admiradores a votar a Martin como un alero seleccionado por

los fanáticos para el equipo All-Star de este año.
El Draft de las Estrellas, el torneo de habilidades y el juego se llevarán a
cabo durante el último fin de semana de febrero y se transmitirán por CBC.
DECIR QUE DANTE esta emocionado de participar en el Juego de las

Estrellas era como decir que Siberia era frío en el invierno.
Los Deke estaban en Nueva Jersey, en el vestuario después de la

práctica, cuando llegó la noticia. Tips y Crispy le estaban dando una mierda
a Dante por sus últimas hazañas en el bar, que en su mayoría parecían
involucrar muchas Jägerbombs177 con algunos compañeros en un elegante
bar de cócteles. Gabe no había ido a buscar detalles. Dante lo había llamado
al final de la noche, con los labios sueltos y feliz, y eso era suficiente para él.
Alrededor de siete tonos de llamada diferentes se dispararon a la vez,

dejando que todos se pelearan por la fuente. Fifi, que estaba de vuelta
practicando con el equipo y esperaba comenzar a jugar de nuevo en una
semana o dos, llegó a la primera.
Y comenzó a reír.
Dante frunció el ceño.
—¿Qué? —preguntó, hurgando entre la basura en su casilla para tratar

de llegar a su teléfono.
177
Cóctel mezcla de Jagermeister y RedBull.
368
—Nada —dijo Fifi inocentemente, guardando el suyo y volviendo a

quitarse el equipo—. Me pregunto si debería darle a Yorkie una caja de
tapones para los oídos para llevar con él a Winnipeg.
Gabe tuvo el tiempo justo para registrar su propia sorpresa y felicidad

antes de que Dante gritara, y luego tuvo que prepararse porque Dante saltó
sobre su espalda, Under Armour sudado y todo.
—Pensé que odiabas Winnipeg —bromeó, dejando a Dante en la banca

mientras el resto del equipo felicitaba a Yorkie.
—Lo hago —admitió Dante—. Pero me encanta el hockey. Así que…
—Y atención —chilló Crispy—. ¿Qué pasa con los tapones para los
oídos?
Gabe gimió.
—Dios, no los pongas en marcha.
Tips de todos modos se lanzó a una explicación bastante elaborada,

completada con gemidos exagerados, y Gabe suspiró y arrojó un calcetín de
hockey a Dante. Por eso ya no tenían sexo en los viajes por carretera.
—Deberíamos celebrar —ofreció Dante.
La mitad del vestuario lo miró horrorizado y le gritó:
—No.
Si Gabe no supiera tanto sobre la vida sexual de los demás como sobre
la suya, podría haberse sentido mal. Pero que se jodan, de todos modos,
ninguno de ellos había sido seleccionado para el Juego de las Estrellas.
Gabe puso su brazo sobre los hombros de Yorkie y le alborotó el cabello.
369
—Buen trabajo, chico.
Yorkie le sonrió, con las mejillas sonrosadas.
—No creas que no aceptaré la oferta de Fifi.
Los novatos de estos días. Los dejas ir a un Juego de las Estrellas y

olvidan todo respeto.
Dos semanas después, los tres estaban en un avión con destino a

Winnipeg, y Gabe finalmente tuvo tiempo de comenzar a flipar.
—¿No deberías ser el que nos dice que nos tranquilicemos? —dijo
Dante, obviamente divertido, reclinándose en el asiento de la ventana.
Acababan de dejar el aeropuerto de Trudeau y pasarían otras tres horas antes
de que aterrizaran.
Gabe frunció el ceño a su pierna, que no parecía querer dejar de

sacudirse.
—Me has enseñado malos hábitos —se quejó. En el otro lado del avión,
Yorkie y Trish estaban hablando en voz baja, como si esta no fuera la mejor
cosa que hubiera pasado.
Dante sonrió.
—Mira quien habla.
Oh Dios. Él tenía un punto allí.
—En serio, ¿de qué te preocupas? El juego no tiene propósito. A menos

que estés preocupado de que te aplaste en la competencia de habilidades, lo
que realmente haré.
370
Sí, pues, los capitanes que hacen el bosquejo no saben que eres bi, pensó
Gabe, pero no dijo nada. Una cosa era contar con el apoyo de su equipo y
sentirse confiado en eso. Esperarlo de chicos que no lo conocían era otro
asunto completamente diferente. No podía imaginar pasar el draft con todos
sabiendo que era homosexual, y en el draft de las Estrellas, eso era
esencialmente lo que enfrentaría. Si llegaba demasiado temprano, sentiría que
su capitán lo compadecía. Si llegaba tarde, sentiría que su capitán era un
homofóbico.
Por unos momentos, Gabe se permitió realmente extrañar los días en

que el hockey y su vida sexual no se cruzaban. Entonces Dante le dio un golpe
en la pierna.
—Vamos, te juego la revancha del Words With Friends178.
Para sorpresa de nadie, los jugadores eligieron a Andrew Ladd como su

primer capitán. Solo tenía sentido, ya que los Jets eran anfitriones y los
fanáticos habían votado a cuatro de ellos. De alguna manera, Ovechkin
obtuvo la otra capitanía sobre Toews, a pesar del número de actuales y ex
Blackhawks179 presentes. Gabe sospechaba componendas.
Pero como dijo Dante, el Juego de las Estrellas significaba menos que
nada, así que lo que sea. Gabe no iba a exigir un recuento.
Ladd eligió primero a Kane, Ovechkin reclutó a Malkin:
—Porque la máquina rusa nunca se rompe —bromeó, y eso fue todo por
lo que respecta a la previsibilidad. Después de algunas selecciones más, Gabe
y Yorkie terminaron en el equipo de Ladd, Dante en el de Ovechkin.
178
Words with Friends: juego en línea parecido al Scrabble.
Los Chicago Blackhawks son un equipo estadounidense de hockey sobre hielo, creado en
179
1926 y situado en Chicago.
371
—Te aplastaré180 —Dante articuló a ellos a través del cuarto.
Gabe resopló y articuló.
—Ya lo quisieras.
Dante movió las cejas porque en realidad tenía diez años. Gabe era un
pervertido.
Entonces el draft no fue tan angustioso como Gabe pensó que podría
ser.
La prensa se enteró de ellos más tarde, preguntando cómo se sentían

acerca de estar en equipos opuestos. Gabe había empezado a dar una
respuesta aprobada para los medios de comunicación en la línea de “es muy
divertido” y “jugar contra él debería ser interesante, pero mi equipo va a
ganar” cuando escuchó a Dante reírse al otro lado de la sala.
—Vamos a aplastar a su equipo.
Antes de que siquiera lo hubiera pensado, Gabe abrió la boca y

contestó:
—Sí, claro, Baller, vamos a mostrarte cómo es el verdadero hockey.
Yorkie estuvo de acuerdo.
—Veremos qué tan bien juegas sin nosotros para que te veas bien.
Dante sonrió radiante como el sol.
180
Juego de palabras intraducible. En el original: You’re going down. La expresión going down
tiene varias acepciones entre ellas quiere expresar destruir, eliminar, golpear, aplastar pero
también tiene una connotacción sexual referida al sexo oral.
372
—Los dos no podrían encontrar el fondo de la red con ambas manos y

un mapa. Honestamente, es mejor que renuncien ahora. Banksy, puedes
retirarte, no es vergonzoso, ya sabes, básicamente eres un anciano...
Vagamente, Gabe se dio cuenta de que Yorkie se volvía hacia su

entrevistador con una mirada de sufrimiento.
—Lo siento, siempre son así.
Ahora quién es el anciano, pensó Gabe, apenas conteniendo una

carcajada.
—…y de todos modos voy a conseguir más goles que tú —terminó

Dante.
Oh, estaba encendido.
—¿Quieres apostar? —Gabe se burló de nuevo. Infantil, sí, pero hizo

reír a Dante.
—¡El perdedor usa la camiseta del ganador durante el juego posterior!
—Estás encendido —dijo Gabe, y luego recordó abruptamente que

estaba de pie frente a una multitud de reporteros. Él les sonrió y se encogió
de hombros—. Supongo que verán a Baltierra vistiendo la 53 el domingo.
El viernes estuvo ocupado, principalmente dedicado a actividades

familiares y jugadores que participaban en juegos con fanáticos y firmaban
autógrafos.
A Gabe le gustaban sus fanáticos y siempre estaba feliz de pasar tiempo

con ellos. Esta vez era quizás más gratificante que la mayoría, ya que su línea
estaba constantemente llena de personas que usaban camisetas de todos los
rincones de la NHL, una pareja trajo su vieja camiseta Wings para firmar, sin
373
embargo, sonrieron, emocionados de verlo. Algunos incluso lo elogiaron por

ser un modelo a seguir para la juventud gay, lo cual fue incómodo ya que
Gabe pensó que había sido bastante claro en que esa no era su intención.
Aun así, parecía que el papel era el suyo ahora, lo quisiera o no, y firmó más
de un par de camisetas y fotos para adolescentes de ojos brumosos.
Esa noche los jugadores se dividieron en unos pocos grupos grandes

para la cena. Algunos de los chicos canadienses gravitaron juntos, los lazos
de la medalla de oro181 eran para siempre, y trajeron consigo a sus propios
compañeros de equipo y amigos, por lo que Gabe no se sintió incómodo
arrastrando a Dante y Yorkie con él.
Por supuesto, una vez que terminó la cena, los forasteros comenzaron
a llamar a los chicos que estaban familiarizados con la ciudad para que
nombraran los bares buenos.
—Oye —dijo uno de los Jets— tal vez deberíamos encontrar el mejor bar
gay de la ciudad. Después de todo, no querría que el pobre Banksy se fuera
sin un poco de amor este fin de semana. —Le revolvió el cabello a Gabe. Gabe
estaba agradecido, porque eso significaba que podía reaccionar a la
sugerencia con poca violencia. Apartó al hombre y golpeó su brazo, ignorando
la forma en que Yorkie estaba riendo tontamente en su bebida.
—Bueno, le gustan los traseros grandes —dijo alguien desde mesa

abajo.
Canadá es considerado como una de las mejores selecciones del mundo. Ostenta el récord
181
de medallas en los Juegos Olímpicos con 9 medallas de oro, 4 de plata y 2 de bronce.
374
Maldito Chef. Cuando el teléfono de Gabe había sonado durante la cena,

había sonado esa tonta canción de Sir Mix-A-Lot182 a todo volumen, para la
diversión de todos, especialmente la de Yorkie.
—¿Qué tal si vamos a algún lugar donde sirvan cerveza decente? —

replicó una vez que había logrado arruinar el cabello de su adversario. Ojo
por ojo. Gabe odiaba cuando la gente buscaba sus rizos; enredando su
cabello.
Encontraron un bar discreto con una buena selección de cervezas, y

Gabe tomó algunas. Luego, varios de los muchachos más jóvenes, en su
mayoría novatos, decidieron mudarse a un club calle abajo. Dante y Yorkie
obviamente se dirigieron hacia ellos, pero Gabe negó con la cabeza cuando
Dante levantó una ceja. Casi había llegado a su límite y estaba listo para
terminar la noche.
A la una de la madrugada, cuando el teléfono de Gabe lo despertó, no

estaba seguro de cómo se sentía con respecto a su decisión. Por un lado, eso
significaba que ahora estaba lo suficientemente sobrio para tratar... lo que
sea que fuera eso. Por otro lado, si hubiera salido a bailar, tal vez las cosas
no hubieran llegado a este punto.
—Sí, iré a buscarlo —le dijo a Yorkie—. ¿Estás bien?
—Le dije a Laddy que iba a ser padre —dijo Yorkie. Estaba arrastrando
las palabras un poco, pero no sonaba demasiado borracho—. Entonces vomité
en sus zapatos. Está haciendo que sus lacayos me lleven al hotel. Y
posiblemente deberé conseguirle unos nuevos.
—¿No podrías haber llevado a Baller contigo?
Anthony Ray conocido como Sir Mix-a-Lot, es un cantante de rap, compositor y productor
182
norteamericano. Y se refieren a la cancion Baby Got Back https://youtu.be/_JphDdGV2TU
375
Yorkie hizo un hipo.
—No quería irse sin ti.
Y así fue como Gabe terminó volviendo a ponerse la ropa de la noche

anterior y caminando penosamente en la noche, en Winnipeg, en febrero, para
encontrar a Dante balanceándose ebriamente mientras exigía que el camarero
le diera más bebida por la victoria.
Ni siquiera habían comenzado la competencia de habilidades todavía.

Eso era algo prematuro.
—Bueno, ya has tenido suficiente —dijo Gabe una vez que estuvo
dentro de su alcance.
—¡Banksy! —Dante giró en redondo, casi volteándose, y luego se recostó

contra el pecho de Gabe. Gabe le pasó un brazo por la cintura, solo para estar
seguro de que Dante se mantendría en pie. Afortunadamente, ambos tenían
mucha práctica para mantener el equilibrio, o probablemente se habrían
caído—. ¡Estás aquí!
—Sí —dijo Gabe—. Para llevarte de vuelta al hotel, porque eres un

borracho perdedor.
—Aw, Gabe, no seas así.
Gabe puso los ojos en blanco, pero se inclinó para consultar con el
camarero acerca de las cuentas abiertas. Luego llevó a Dante hacia la salida.
Gabe logró sacar a Dante del club y luego lo dirigió por la calle en
dirección al hotel. No estaba seguro de si estaba agradecido de que estuviera
376
a poca distancia, ya que las piernas de Dante se tambaleaban por la bebida y

se apoyaba mucho en él.
—¿Cuánto tomaste? —murmuró Gabe. Estaban casi en el hotel.
—No sé —admitió Dante—. Mucha gente me compra bebidas. Buenas

bebidas. Mejores bebidas contigo.
Gabe gruñó distraídamente mientras trataba de mantener a Dante en

posición vertical y abrir la puerta al mismo tiempo.
Fuera del aire frío de la noche y en el cálido lobby del hotel, Dante se
combó contra Gabe e intentó acunar su rostro en su cuello. Un movimiento
incómodo, ya que Gabe todavía estaba trabajando en llevarlos a los
ascensores.
Los metió allí y luego en la maldita cosa, incluso con Dante acurrucado
en él, aferrándose como un pedazo mimoso. Apoyado contra la pared del
ascensor, con el botón seleccionado para su piso, Gabe pudo dar una buena
mirada a Dante. Estaba mirándolo, sus mejillas enrojecidas por el alcohol y
su cabello desordenado. Lucía estúpido.
Gabe lo amaba.
LA COMPETENCIA de habilidades fue hilarante. Gabe casi se

desternilla de risa, principalmente por el absurdo de hombres adultos
haciendo tontas competencias para demostrar quién era el mejor, como si
estuvieran en la escuela primaria.
Ladd asignó a Gabe al Breakaway Challenge, ya que jugar con el disco

siempre había sido lo suyo. Aun así, no llegó a ninguna parte cerca de ganar,
porque, aunque Gabe podía rebotar el disco en su bastón y volcarlo cuando
377
estaba detrás de la red, no tenía la creatividad que tenían las otras estrellas.
Nunca se le ocurriría vestirse con una capa.
Dante fue mejor en eso. Siguiendo con su nuevo estatus como chico
Jagger, se puso una peluca y un par de cuernos antes de dirigirse a la meta
con la banda sonora de “Simpatía por el Diablo 183 ”. Gabe estaba un poco
avergonzado de estar follando con un tipo que hacía eso, aunque estaba
bastante seguro de que Price se había reído lo suficiente en la red para perder
el disco por completo.
Gabe pensó que Dante tenía el punto en la bolsa hasta que Patrick Kane
patinó sobre el hielo con un sombrero de vaquero y le apuntó a su equipo,
una brillante estrella del sheriff sujeta a su camiseta. Alguien había metido la
cabeza de un caballo de peluche, probablemente canibalizado en un caballo
de batalla, en el extremo de su bastón. Después de montar una pantomima
de pistolero y aterrizar el disco en la portería, Kane montó el palo, agitando
un puño en el aire como si estuviera a punto de ensartar una vaca.
Hizo todos sus disparos también, lo que en realidad no importó mucho

ya que el ganador fue determinado por el voto de los fanáticos.
Trish se encontró con Gabe y Dante después de la competencia y los

empujó juntos frente a una cámara.
—Entonces, ¿quién ganó esta ronda? —preguntó el entrevistador, uno

de los miembros del equipo de los Jets.
—Bueno, Banksy hizo más de sus tiros que yo, incluso si lo hizo sin
estilo. Yo voté por ti, hombre. Por lástima, pero, aun así.
183
The Rolling Stones - Sympathy For The Devil https://youtu.be/ZRXGsPBUV5g
378
Gabe resopló.
—Estás en el otro equipo.
—No es como si fueras a ganar. —Dante lo empujó lo suficientemente

fuerte como para deslizarse a unos pocos centímetros de distancia—. ¿Por
quién votarías tú?
—Hombre, voté por Patrick Kane —se rió, deteniendo su caída y

tomando represalias con Dante con su bastón.
El entrevistador más o menos se dio por vencido después de eso.

Aparentemente necesitaban a Yorkie para mantenerlos en línea. Embarazoso.
El equipo de Gabe, anclado por Yorkie, ganó el Relevo más rápido de

patinador. Toews tomó el de Eliminación por Penaltis también para ellos, pero
lanzaron Tiro más rápido, Chára era un monstruo, junto con los Disparos de
precisión y Habilidades de relevo. Como se predijo, Kane ganó el Desafío
Breakaway por un margen del 30 por ciento. Así que estaban empatados por
tres, todos ingresaron al juego y Gabe se fue a dormir el sábado por la noche
con una sonrisa en la cara184.
El juego… el juego fue increíble.
Gabe había patinado en el equipo olímpico de Canadá. Había competido

por la Copa Memorial.
Nunca en su vida había jugado en un equipo repleto de tanto talento,

contra oponentes que tenían todo lo necesario en ellos.
—Esto es tan increíble —le susurró Yorkie en el vestuario antes del

juego. Gabe había pensado que podría ser incómodo, cambiándose con un
184
Pueden ver todas las competencias poniedo NHL All-Star Skills Competition en youtube.
379
grupo de chicos nuevos que sabían que era homosexual, pero era como
cualquier otro vestuario en el que Gabe había estado alguna vez.
Gabe golpeó su hombro contra el de Yorkie.
—Sé genial, chico —aconsejó.
Pero Yorkie solo le sonrió.
—Hipócrita.
Y bueno. Sí.
Lo que pasa con los Juegos de las Estrellas es que podrías poner la
mitad del tope salarial total de la NHL en el hielo al mismo tiempo. Podrían
jugar los mejores delanteros de la liga juntos y enfrentarlos contra los mejores
defensores. Pero al final del día, solo había un pobre bastardo de pie en la red
tratando de detener el disco, y él no era mágicamente mejor de lo usual solo
porque era el Fin de Semana del Juego de las Estrellas.
En otras palabras, los equipos anotaron. Mucho.
Su entrenador en jefe, a quien también tomaron prestado de Winnipeg,

colocó a Gabe y Yorkie en una línea con Andrew Shaw, aunque eso no
significaba mucho cuando el juego era en su mayor parte una pelea loca. Gabe
solo había estado en el hielo durante veinte segundos, sustituyendo al ala
izquierda, cuando Enstrom envió un pase a Shaw por el centro del hielo. Shaw
atacó a Ovechkin mientras Yorkie se codeaba con Letang y Suter. Shaw pasó
a Yorkie, que fue bloqueado por Crawford en la red, y luego Gabe recogió el
rebote y lo envió justo por encima del borde de su guante.
Yorkie lo chocó con fuerza. Gabe le dio una palmada en la parte

posterior del casco y gritó:
380
—Tu turno.
Cuando dejaron el hielo al final del primer período, el resultado fue de

4-3 para el equipo de Gabe y Gabe tuvo un gol y una asistencia en el de Yorkie.
Dante tenía un objetivo por su expresión de iré por ti.
Gabe saludó descaradamente y fue a estirarse.
El segundo período fue otro completamente salvaje. El otro equipo

cambió sus líneas y estilos para ser más agresivo, y Gabe fue golpeado contra
los tableros más de una vez por algunos de los jugadores más grandes. Solo
la adrenalina y la alegría de apretar los dientes de un jodido juego increíble
evitaron que doliera. Gabe no tenía su masa corporal, incluso tan lejos en la
temporada, con su peso cayendo rápidamente porque todavía tenía el
metabolismo de un niño, Dante tenía cinco kilos sobre él, pero todavía era
sólido. Él se aferró al disco, principalmente.
Cuando terminaba sobre su culo, alguien siempre lo ayudó a levantarse

después de que sonara el silbato.
Dante anotó dos veces en el segundo período, un triplete. Gabe puso

otro gol en el tercero, pero no fue suficiente para vencer a Dante, incluso si el
equipo de Gabe ganó.
Puntuación final: Gabe 2, Dante 3, o Ladd 13, Ovechkin 11, si quisieras

obtener información técnica al respecto.
Dante apareció en la habitación del hotel de Gabe mientras se

preparaba para la cena posterior al partido, llevando una de sus camisetas,
pero no la que había llevado en el Desafío Breakaway.
Gabe lo miró airadamente.
—¿Trajiste eso contigo?
381
—No seas estúpido. Trish la trajo. —Él sonrió—. Buen juego, por cierto.
También había dicho eso en la línea de saludo, con exactamente esa

sonrisa. Gabe suspiró y se puso la camiseta.
Y de repente él tenía una expresión diferente por completo. Gabe

parpadeó.
—¿Qué, en serio?
Dante lo miró de arriba abajo, con los ojos oscuros.
—Después de la cena, me follaras usando eso.
—No creo que Fifi realmente haya enviado los tapones para los oídos,
—dijo Gabe, pero su boca se había secado y, a medida que avanzaban las
protestas, eran bastante débiles.
Otro golpe en la puerta señaló la llegada de Yorkie. Sin embargo,

cuando Dante le abrió la puerta, echó un vistazo a Gabe y resopló.
—Estoy tan contento de que mi habitación esté al otro lado del hotel.
De verdad. Ningún respeto.
Gabe empujó a Dante hacia la puerta.
—Muévanse, ustedes dos, o llegaremos tarde a la cena.
382
MARTIERRA: ¿LÍNEAS O AMANTES?
Por Elise Thibodeau
Mientras que la mayoría de los aficionados al hockey estaban ocupados

viendo la mejor competencia de la liga en el hielo durante el Juego de las
Estrellas este fin de semana, algunos fanáticos con ojos de halcón estaban
tomando fotos mucho más interesantes.
El delantero Dekes Gabe Martin fue sorprendido acurrucándose con su

mejor compañero de línea, Dante Baltierra.
Kate @h0ckeym4nia
Acabo de ver a estos dos yendo a sus habitaciones. ¡Muy adorable!
#Banksy #Baller #53 #68 #when’s the wedding? #quebecbros
Tomado en lo que solo puede ser su hotel para el fin de semana, la foto
muestra a Martin y Baltierra llegando tarde el viernes por la noche en lo que
parece ser una versión más íntima de las travesuras borrachas habituales de
Baltierra. Y no, no hicimos photoshop con esas tontas miradas de enamorados
en sus caras.
Si eso no es suficiente para convencerlo de su verdadero amor, un

fanático local twitteó una foto de Martin usando una camiseta número 68 para
cenar el domingo. Todos escuchamos acerca de la apuesta, pero es difícil creer
que las cosas sean puramente platónicas en esta imagen.
383
MrEbs @kali14
Acabo de ver a Martin con su jersey de perdedores. #dekes #Martin

#Baltierra #Allstars
Aunque Martin está de espaldas a la cámara, esos rizos que se asientan

sobre el “Baltierra 68” en la parte posterior de la camiseta lo delatan. Y ese
definitivamente es Baltierra mirando a su boo185 con su ropa. ¿Alguien más
piensa que el infame playboy parece tan atolondrado como lo es él?
Aún no hay confirmación de la publicidad de Dekes o de ninguno de los

agentes de los jugadores, pero ¿quién lo necesita con este tipo de evidencia
fotográfica? Las imágenes dicen más que mil palabras, y todas dicen
“involucrados”.
GABE DESPERTÓ el martes por la mañana todavía con la camiseta de

Dante.
La rígida camiseta de Dante con corrida. Asquerosa.
Dante había hecho todo lo posible para convencer a Gabe de romper su

regla de sexo de viaje por carretera el domingo por la noche, pero Gabe se
mantuvo firme, incluso cuando Dante lo trepó como un árbol y le rogó.
Olvídate del resto del fin de semana. Gabe merecía un premio por eso. Aun
así, resistir había sido una obviedad. Gabe no necesitaba a los mejores
jugadores de la liga escuchándolo follar a Dante, o más puntualmente,
185
Un nombre cariñoso para alguien que amas.
384
escuchando a Dante siendo follado. Lo último que necesitaban era algo real
para burlarse de él en el hielo.
Por supuesto, Gabe había cedido rápidamente cuando llegaron a casa

y Dante se abalanzó sobre él.
Gabe se levantó de la cama, se quitó la camiseta y la lanzó hacia el

cesto, aunque tal vez un incinerador sería mejor. Luego caminó desnudo hacia
la ducha.
Dante se unió a él a la mitad, y Gabe no discutió. Su ducha era

ciertamente lo suficientemente grande como para ser compartida. Además,
ahora era un buen momento para complacer una de sus propias fantasías, ya
que la noche anterior había sido todo sobre Dante. Gabe volteó a Dante hacia
la pared, se aseguró de que estuviera bien preparado y luego se hincó de
rodillas.
No vigilaron el agua esa mañana, porque a Gabe le resultó difícil

cuidarla.
Su positividad solo duró hasta la mitad de la taza de café. Una vez que
ambos ingirieron suficiente cafeína para funcionar, Dante levantó su teléfono.
Y luego lo dejó caer de nuevo con un ruido.
—Mierda —dijo, con los ojos muy abiertos.
Oh chico. Gabe se preparó.
—¿Qué?
—Uh, asi que. ¿Nos atraparon?
—¿Qué? —repitió Gabe, sintiéndose tonto.
385
Dante levantó su teléfono otra vez y lo giró para que Gabe pudiera ver.
En la pantalla había un artículo de un blog con un título conciso y
especulaciones acerca de su relación. Bueno, dada la imagen del ascensor, no
era realmente especulación. Jesús. Gabe estaba avergonzado de haber sido
visto con una expresión tan estúpida.
—Probablemente deberíamos llamar a nuestros agentes de vuelta. El

mío dejó mensajes —dijo Dante—. Es posible que desees verificar tu teléfono.
Gabe pensó en hacerlo, pero luego tomó otro sorbo de café. No quería
tener que lidiar con esto todavía. Sabía que iba a suceder, pero...
—¿Estás enloqueciendo? —preguntó Gabe, mirando su café.
—Un poco —admitió Dante, su voz apagada—. ¿Tú?
—Un poco —aceptó Gabe. Era difícil no hacerlo. Ahora que todo el
mundo lo sabía, la gente haría preguntas, y ellos realmente querrían traer su
vida sexual a su hockey, porque Gabe lo había hecho. ¿Qué había estado
pensando?
—Me alegro de no ser el único —dijo Dante. Gabe lo miró y… bien. Por
eso Gabe quería hacer esto.
Se sonrieron el uno al otro. Gabe estaba bastante seguro de que su

sonrisa era tan débil como la de Dante, pero estaba bien.
—Entonces, ¿agentes? —preguntó Dante.
—Agentes —coincidió Gabe.
—Necesitas controlar la historia —le dijo Erika, sin saludar, ni decir

cómo estás—. Ya tienes una declaración preparada de todos modos, ¿verdad?
386
Gabe deseó poder haber dicho que estaba sorprendido de que la historia
hubiera salido, y que era por eso que se estaba volviendo loco. Pero no. A
pesar de que había esperado y anticipado y planeado para esto, la idea aún le
daba miedo.
Erika lo dejó entrar en pánico durante cinco segundos, luego llamó al

agente de Dante y a Trish en una conferencia telefónica.
Gabe hizo una nota mental para enviarle una cesta de fruta o algo así.
Tal vez unas vacaciones en Río.
Trish también, para el caso. Solo espera. No. Necesitaba que Trish se
quedara y sostuviera su mano.
—Tenemos que llevarlo a cabo haciendo entrevistas y hablando con los

medios —explicó—. Si no lo hacemos, van a volver fea la historia. En este
momento se están enfocando en cómo estás enfermamente enamorado. Pero
si mantienes un perfil bajo, crearán drama y especularán sobre la aprobación
de la administración y cómo está afectando tu juego. O peor, sobre quién se
está aprovechando de quién.
Como eso era lo último que Gabe quería, accedió a regañadientes a

hacer algunas entrevistas.
—Primero haremos un par con los medios locales, luego nos

ramificaremos a fuentes más grandes en los próximos días. Hasta ahora
hemos recibido solicitudes de todas las más obvias, Sportsnet, TSN, así que
estarás bastante ocupado.
Gabe gimió. Él no pudo evitarlo. La idea de todos los medios entre su

carga de trabajo habitual no era atractiva.
Trish sonaba poco impresionada.
387
—Ustedes chicos se metieron en este lío. No me quejo.
—Solo, ¿cómo vamos a tener el tiempo o la energía…?
Trish intervino.
—Terry ya envió una palabra. Él quiere que estén en el banco por

algunos juegos, para que las cosas se enfríen un poco.
—¡No! —dijo Gabe automáticamente, incluso antes de que tuviera

tiempo de ocupar su cerebro.
Dante agregó:
—¡Diablos, no!
Solo porque la propia tormenta personal con los medios de Terry

siguiera calentándose…
—Oh, para... sabías que iban a haber sacrificios cuando viniste a mí

con esto. Fifi regresó de IR, finalmente, y nos mantenemos firmes en el
séptimo lugar de la conferencia, así que creo que el equipo puede prescindir
de ti en dos juegos. Pero puedo traer a Terry si quieres.
—Tampoco. No lo hagamos más grande. —Terry probablemente ya

estaba harto de los dos, y Gabe quería quedarse. Ser negociado sería una
mierda. No poder firmar con el equipo que quería cuando calificó para ser un
agente libre sería una mierda.
Gabe pensó en la jubilación anticipada. Si reducía presupuesto,

probablemente nunca tendría que volver a trabajar. Pero entonces no podría
jugar su juego, así que eso no funcionaría.
388
—De vuelta a ti. —Suspiró—. Bien, vamos. Pondré un poco de cinta de

juego y podremos trabajar mientras tú me ayudas a desmantelar la defensa
de los Bruins186. —Solo porque no iba a poder jugar no significaba que no
tuviera responsabilidades. Él enviaría sus notas por correo electrónico a la
entrenadora y a Tips.
—Suerte —murmuró Dante, pero no se quejó más, por lo que Gabe lo

llamaría una victoria.
REUNIÓN FIN DE SEMANA DE LAS ESTRELLAS NORDIQUES
Por Kevin McIntyre
El Juego de las Estrellas de la NHL del pasado fin de semana resultó ser
un gran éxito para los delanteros de los Nordiques Gabriel Martin, Dante
Baltierra y Tom Yorkshire. Martin y Yorkshire fueron seleccionados por el
Equipo Ladd y cada uno anotó dos veces en el partido del domingo por la noche
para ayudar a su equipo a hacerse con el título De las Estrellas por 13-11.
Baltierra anotó una tripleta más una asistencia, pero eso no fue suficiente para
ayudar al equipo Ovechkin al trofeo.
Sin embargo, fue suficiente para ganar su apuesta contra Martin, lo que
resultó en Martin vistiendo la camiseta de Baltierra para la ceremonia de
clausura más tarde esa noche. Eso, así como una reveladora foto tomada el
jueves por la noche en el hotel, ha sido motivo de especulación con respecto a
la naturaleza de su relación.
186
Los Boston Bruins son un equipo de hockey sobre hielo ubicado en Boston.
389
“Sí, Gabriel Martin y Dante Baltierra tienen una relación sentimental”,

confirmó la portavoz de Nordiques, Tricia Kristufek. “Se acercaron a nuestro
personal hace varias semanas porque sabían que las noticias llegarían con el
tiempo y querían mantenernos informados. Su relación nunca ha sido un secreto
para el equipo”.
Kristufek agregó que Martin y Baltierra mantienen su compromiso de

jugar el mejor hockey que puedan, y que la gerencia de los Nordiques confía en
ellos para mantener separadas sus vidas personales y profesionales. “Mientras
tanto, le pedimos a todos que respeten su privacidad. Las consultas por
entrevistas se pueden realizar a través de la oficina de Nordiques o a través de
sus agentes”.
COMENTARIOS
usuario invitado
Bueno, finalmente sucedió. Tenemos maricas en la NHL. Este será el final de

los deportes profesionales tal como lo conocemos. No puedo creer lo bajo que se ha
hundido este equipo. Bien podría convertirme en un fan de los Leafs ahora.
> DekesFan21
¿Dónde has estado? Martin ha estado fuera desde noviembre. Obviamente no

te importa que sea gay a menos que tenga más acción que tú. Madura.
BucketHead
Ese Juego de las Estrellas fue genial. ¡Me encantó Yorkie en ese relevo!
Mantengamos el foco en el hockey. A nadie le importa lo que Fillion u Olofsson hacen
en la privacidad de su dormitorio. Mantengámoslo así también para Martin y Baltierra.
GirlintheCage
390
¡LOS SHIPPEO187!!!!!!
HockeyMulletsRUs
Es bueno ver a los jugadores confirmando los rumores por una vez en lugar de
negar todo. Definitivo cambio de juego. Sería interesante ver qué sucede si ellos
rompen.
PuckItAll
Bien por ellos. Parecen tener buena química dentro y fuera del hielo. Quizás
esto mantendrá a Baller fuera de D&Ds188 una temporada.
HockeyBro
aaaaaaaaaaay
GABE HABÍA aprendido muy temprano a no leer su propia prensa.

Alguien probablemente le había dado el mismo consejo a Dante, pero la
mayoría de las veces parecía pensar que su prensa era bastante graciosa, así
que no tenía la misma filosofía que Gabe.
Lo cual no explicaba la palidez de sus mejillas cuando dejó su iPad

después de leer la declaración oficial. Dios, ¿y si comenzaba a tener dudas
después de que salieran públicamente? Gabe no sabía lo que haría. Hacer
pública su relación un día y cancelarla una semana después no se vería bien.
Seguramente Trish y Terry los harían mantener una separación en secreto
hasta después de la postemporada.
Shippear es la implicación emocional o intelectual de alguien en una historia romántica

187
entre dos o más personas.

188
Página sensacionalista.
391
Y ahora que la gente sabía qué buscar, Gabe no podría ocultar su

corazón roto.
—Oye —dijo, pateando suavemente el tobillo de Dante—. Estás…
Sonó el teléfono de Dante, inhaló bruscamente y lo recogió.
—Estoy bien. —Le dio a Gabe una sonrisa apretada—. Solo tengo que...
—Levantó el teléfono y lo presionó—. Hola, abuela.
Mientras Dante dejaba de la habitación, la tensión se arrastró por sus

hombros, tan repentinamente que Gabe pudo ver que sucedía.
Oh. Sintió como si alguien acabara de darle una pieza faltante del
rompecabezas. Se restregó ambas manos por el cabello, debatiéndose. ¿Se
había ido Dante porque quería estar solo o porque quería ahorrarle la culpa
a él?
Al final duró unos dos minutos antes de apartar su silla de la mesa e ir

a buscar a Dante. No fue difícil. La casa era grande pero abierta, y el sonido
viajaba bien.
—…no hizo nada, abuela. No189.
Su voz venía del dormitorio. Gabe comenzó a subir las escaleras.
—No. ¿Me oyes?
Gabe se detuvo en el tercer escalón. Nunca había escuchado a Dante

sonar así, y no creía que fuera solo la barrera del idioma. Un nudo se formó
en su garganta.
La conversación de Dante con su abuela esta en español en el original por eso Gabe
189
menciona luego lo de la barrera del idioma.
392
—¡Porque lo amo y no voy a dejarlo!
Tragando, Gabe empujó la puerta de la habitación. No estaba trabada,

y se abrió al tocarla, revelando a Dante acurrucado en la cama, con las
mejillas enrojecidas y expresión miserable. Se encontró con los ojos de Gabe
brevemente, pero ni siquiera intentó sonreír, y fue así como Gabe supo que
era malo.
Se sentó junto a él, sin saber qué más podía hacer.
Lo que sea que le estuviera diciendo su abuela pareció hacerlo desinflar.
—Lo sé. No voy a excusarme. No he hecho nada malo.
Gabe puso su mano sobre la rodilla de Dante. No necesitaba ser capaz

de entender la conversación para saber lo difícil que era.
Dante cerró los ojos y su voz se hizo más áspera.
—No lo siento. No tengo ninguna excusa. No necesito tu perdón y no lo

quiero.
Cuando Dante finalmente se quitó el teléfono de la oreja, Gabe pensó

que podría tirarlo. En cambio, simplemente lo dejó caer en la mesita de noche
y se acurrucó aún más.
Gabe se aclaró la garganta.
—Oye.
Dante no dijo nada, ni siquiera para burlarse de él por ser muy horrible
con los sentimientos. Maldita sea. Lo intentó de nuevo.
—Tú crees… ¿Lo superará?
393
—Claro —dijo Dante miserablemente, la voz amortiguada por su

almohada—. Cuando los Leafs ganen la Copa Stanley.
—Bien. Quiero decir, ¿podríamos ver si nos venden? Todavía quedan

unos días antes de la fecha límite.
Dante se quedó muy, muy quieto. Luego se estiró hacia atrás, agarró la
almohada de Gabe y lo golpeó en la cabeza con ella.
—Ni siquiera bromees sobre eso. Oh Dios mío.
Gabe dejó la almohada sobre la cama y se acostó a su lado. Un minuto

después, Dante dijo:
—Gracias.
Gabe tomó su mano y la apretó.
LA PRIMERA entrevista tuvo lugar en una sala de prensa de los Dekes

con dos de los periódicos locales: uno en inglés y otro en francés. Los
reporteros eran familiares y amables cuando hicieron varias preguntas de
bola lenta sobre sus carreras antes de un par de preguntas sobre su relación.
—No es gran cosa —dijo Dante, encogiéndose de hombros—. No

realmente. Sé que algunas personas se enojan por estas cosas, pero no es un
gran problema para mí. Cuando estamos en el hielo, jugamos al hockey, y
cuando no lo hacemos, entonces... —Se encogió de hombros otra vez—.
Cuando no estamos trabajando duro para mantenernos en forma y
prepararnos para el próximo juego, nuestro tiempo es nuestro y podemos
gastarlo como queramos.
394
El periódico inglés extrajo de ese pequeño discurso la gran cita en

negrita del artículo. A las pocas horas de la entrevista, la gente ya estaba
compartiendo y re twitteando. O eso Dante le informó a Gabe, que prefirió
mantener su cabeza en la arena tanto como fuera posible.
—Probablemente la cosa más sensata y coherente que jamás haya sido

citada —reflexionó Dante durante su vuelo a Toronto. Era temprano en la
mañana y tenían programada una entrevista muy diferente esa tarde.
Todas las celebridades tenían una relación de amor-odio con los

diferentes tipos de reporteros, pensó Gabe. Los reportajes escritos podían
reducirse, editarse y citarse incorrectamente, e incluso las citas directas
podían sacarse de contexto. Pero no necesitaba estar en ese tipo de entrevista
de la misma manera que lo hacía cuando se filmaba. Le había llevado mucho
tiempo encontrar el equilibrio adecuado entre ser natural en la cámara y no
salir como un idiota.
—Cuéntame de nuevo sobre este tipo que nos va a entrevistar.
Gabe sonrió.
—¿Cómo puedes haber estado viviendo aquí durante un año y medio y

no saber quién es Rick Mercer?
—No veo mucha televisión además de películas con grandes

presupuestos y explosiones.
—Está bien, pero, aun así. Es como un tesoro nacional.
—Sí, sí. Entonces, ¿eso significa que va a ser todo canadiense y decir
mucho “eh” mientras hace preguntas amablemente redactadas?
395
Gabe se rió.
—No, idiota. Nos va a entrevistar jugando hockey callejero. Es por eso

que empacaste tu camiseta y zapatillas. Jugaremos un poco y él se burlará
de nosotros con delicadeza. —Lo cual, incluso hockey aparte, era bastante
canadiense.
—Oh. Eso suena bien —dijo Dante, que sonaba entre contenido y
divertido.
Gabe puso los ojos en blanco y optó por no dignificar su estupidez con
una respuesta. Dante lo vería.
En Toronto, un conductor los recogió en el aeropuerto y los llevó a un

pequeño parque en uno de los suburbios.
Estaban atando sus deportivas y deslizándose en sus camisetas cuando

apareció Mercer.
—Hola chicos. Gracias por venir. —Estrechó la mano de Dante, luego

la de Gabe, todo el profesionalismo de una celebridad menor sobre el chico
entusiasta—. Tenemos algunos minutos para revisar la entrevista antes de
comenzar, pero será bastante informal.
La gente de Mercer le puso un jersey de los Leafs, azul, para contrastar

con el de Dante y Gabe. Entonces la cámara comenzó a rodar.
—Esta noche en The Mercer Report: las altas temperaturas récord de

febrero, el plan del primer ministro para derretir las capas del hielo polar, y
hockey callejero con los Quebec Nordiques Gabriel Martin y Dante Baltierra.
—Miró entre ellos e hizo una mueca—. Que Dios tenga piedad de mi alma.
Gabe había visto el programa bastantes veces como para saber que se
cortaría en una promoción al principio. Su segmento probablemente se
396
colocaría más adelante en el episodio. Pero Mercer aplaudió y simplemente

entró directamente.
—Entonces, antes de limpiar la calle conmigo, algunas preguntas.

Gabriel, ¿has estado jugando en la NHL durante cuánto tiempo?
—Uh. Seis años.
—Y tú formaste parte del equipo olímpico ganador del oro para Canadá.
—Así es.
Mercer se inclinó hacia adelante con complicidad.
—¿Conoces a Sidney Crosby? ¿Me puede dar su número de teléfono?
Gabe sonrió mientras Dante palmeaba su cara a su lado.
—Lo siento.
Mercer se encogió de hombros.
—Vale la pena intentarlo. —Luego se volvió hacia Dante—. Y este es

Dante Baltierra. Estás actualmente por delante en la carrera de anotación
Martin-Baltierra, ¿verdad?
Eso animó a Dante, el bastardo egoísta.
—Sí, estoy adelante ahora.
Gabe debatió interponer que tenía más asistencias y más puntos en

general, pero no quería interrumpir el flujo de Mercer.
—Y escuché que te gusta bailar.
Dante se balanceó sobre sus talones.
397
—Se me conoce por sacudirlo de vez en cuando.
—¿Me enseñarás tu... cómo lo llamas cuando haces eso después de

marcar un gol?
—La cele190.
—Dante Baltierra, ¿me enseñarás tu danza de cele?
Dante sonrió.
—Claro. —Luego, ante el aviso de Mercer, sacó un familiar disco

anaranjado de hockey de calle de su bolsillo—. Pero tienes que marcar
primero.
El personal de Mercer amarró a Dante a un equipo de protección.
—Si lo hiero en mi programa, una horda de fanáticos enojados me

romperá las rótulas, ¿no? —dijo Mercer.
Gabe sonrió.
—Tal vez solo una rótula.
Mercer le entregó un palo de portero adecuado y miró a Gabe de soslayo.
—¿Es bueno en la red?
Gabe valientemente se resistió a hacer la obvia broma de los cinco

hoyos191. A juzgar por la expresión de Mercer, él también lo sabía.
Es la abreviatura de ‘celebración’ que se usa a menudo en el mundo de los deportes

190
después de anotar un gol.

191
“Cinco hoyos” es un apodo para el espacio entre las piernas de un portero en el hockey
sobre hielo. Si un jugador anota al tirar el disco en la portería entre las piernas del portero,
se dice que anotó “a través del hoyo cinco” o que “paso los cinco hoyos”.
398
—Tiene guantes débiles —dijo a regañadientes—. Terrible jugador de

béisbol.
—Oye. ¿Se unen los dos contra mí?
—¿Un enfrentamiento de revancha entre Canadá y Estados Unidos? —

sugirió Mercer.
Le tomó algunos disparos y una evidente falta de esfuerzo por parte de

Dante, pero Mercer finalmente anotó en una de las asistencias de Gabe. Así
fue como Gabe terminó viendo a Dante tratar de enseñarle a Rick Mercer cómo
moverse como Jagger. Fue surrealista.
Tomaron un breve descanso para tomar unas copas antes de decidirse

por un poco más de hockey.
Dejaron la red abierta y tontearon, turnándose para disparar la bola

naranja neón. Dante no pudo resistirse a hacer el baile de cele cuando conectó
su primer gol, y Mercer asumió el desafío, haciendo el suyo. Por el bien de su
orgullo, si no su dignidad, Gabe tuvo que unirse.
—¿Con los bailes en el hielo fue cómo los convertiste en el sorprendente

equipo de la temporada? Porque a los Dekes les está yendo mejor de lo que
nadie predijo este año.
Gabe sonrió.
—Bueno, son parte de eso —reconoció, y luego se puso en una especie

de tangente acerca la entrenadora y la forma en que el equipo se había unido,
lanzando algunos elogios para Tips y Fifi y Yorkie también.
Durante su segundo descanso, cuando se calmaron, Mercer sonrió.
399
—Entonces, ¿están listos para responder a las duras? —Su mirada era
comprensiva, y Gabe sabía que no estaba actuando. Si alguien entendiera el
deseo de mantener su vida privada, su sexualidad, privada, sería este hombre.
Cuando las cámaras comenzaron a rodar nuevamente, estaban parados

juntos, apoyándose en sus palos de hockey.
—Últimamente has estado recibiendo atención por algo más que el

hockey.
Dante asintió.
—Sí. Hemos recibido más atención de la que nos gustaría, de verdad.
Mercer asintió en comprensión.
—¿Cómo estás lidiando con eso hasta ahora?
—Estamos tratando de enfocarnos en el juego. Eso es lo que siempre

ha sido importante para nosotros. No aportamos nuestras vidas personales
porque no pertenecen allí —dijo Gabe.
—Sé que has dicho antes que no era tu intención ser el primero en salir,
pero ¿y tú, Dante?
Dante sonrió.
—Oh, nunca pensé en salir.
Mercer pareció sorprendido.
—¿Ni una sola vez?
—Para ser honesto, nunca pensé que habría algo por lo que salir. No
hasta hace menos de un año.
400
Se hizo un breve silencio. Entonces Mercer se recuperó.
—¿No sabías que eras gay?
—Soy bi. Lo cual creo que es importante decir ahora. No quiero que
nadie piense que ninguna de las mujeres con las que he salido eran solo
pantallas. No me gusta eso. —Le dio un codazo a Gabe—. Todo el mundo sabe
sobre mi primer novio, entonces...
Mercer se rió entre dientes.
—¿Tu primer novio? Debe haber sido una sorpresa.
Dante sonrió con su sonrisa ganadora.
—No sé acerca de eso. Claro, no lo vi venir, pero no fue... Me sentí

atraído por él y él es bastante grandioso, así que pensé por qué no, ¿sabes?
Además, él está totalmente en mi corazón. —Dante miró a Gabe y agitó sus
pestañas.
—Eres el ser humano más ridículo que he conocido. —Puso su mano

sobre la cara de Dante y suavemente lo apartó.
—¿Tienes algo que decirles a tus críticos? —le preguntó Mercer.
Gabe asintió.
—Nuestras vidas privadas son nuestras vidas privadas, y no vamos a

dejar que afecten nuestro hockey. A nadie le importa la vida amorosa de otros
“jugadores”. —No era estrictamente cierto, ya que algunos de los solteros más
401
famosos recibían mucha atención, pero no era lo mismo—. No veo por qué
deberían preocuparse por la nuestra.
—Nadie ha sido capaz de descubrir cuándo comenzamos a salir basados

en nuestro juego —señaló Dante—. Hemos sido increíbles toda la temporada.
Mercer se rió de nuevo y afortunadamente se abstuvo de comentar

sobre la terrible y horrible racha perdedora y su primo más joven, Ese Tiempo
En Que Gabe Tuvo Que Aprender A Jugar De Centro.
—Directo de primera mano. Aquellos preocupados por el impacto en tu

juego deberían simplemente relajarse.
Dante sonrió.
—Hemos ganado muy bien como pareja y con nuestro equipo.
—¿Se han visto en la prensa mejores o peores de lo que esperaban?
Mercer dirigió la pregunta a Gabe, quien se congeló.
—Uh...
Dante lo rescató.
—Gabe no lee su propia prensa. Soy más ingenuo que él. —Pasó una
mano por su cabello, acicalándose obviamente.
Mercer se rió.
—Sí, puedo ver eso.
—Leo mi propia prensa, porque tengo que saber. Pero, sinceramente,

los Dekes han estado lidiando con críticos desde el principio. Como, por
ejemplo, Don Cherry no cree que mi entrenadora pueda hacer su trabajo
402
porque es una mujer. Mi capitán es un gilipolla porque es francocanadiense.

Soy un cobarde porque preferiría anotar que meterme en una pelea de hockey.
Pero, ¿qué me importa lo que él piense? Es solo un tipo que jugó en la NHL
durante cinco minutos hace sesenta años. Es lo mismo con el resto de la
prensa. Cuando alguien haya estado donde estoy y tenga un consejo para mí,
lo escucharé.
Gabe se entrenó furiosamente para no mirar a Dante. Si lo hiciera, todo

Canadá sabría cuánto quería chupar su polla en ese momento.
Finalmente, la entrevista terminó y todos se estrecharon la mano

nuevamente.
—Gracias de nuevo por salir —dijo Mercer y luego se contuvo—. Uh, ya

sabes, venir a Toronto. —Él hizo una mueca—. Podríamos tener que editar el
bit con Don Cherry ya que compartimos una red y eso sería incómodo.
—Tu país es raro —dijo Dante cuando volvieron a su automóvil y

regresaron a su hotel.
—Sí —admitió Gabe.
—Don Cherry es un cabrón.
Gabe sonrió para sí mismo.
—Sí.
Cenaron temprano y tontearon en la habitación del hotel. Después de

ducharse, Gabe puso el juego Dekes-Bruins en la televisión para poder
controlarlo.
Estaba cepillándose los dientes cuando escuchó a Dante decir:
—Ouch.
403
Gabe escupió y se enjuagó la boca rápidamente. Estúpidas breves

pausas comerciales.
—¿Qué? —Asomó la cabeza y vio un jersey de Dekes y una cara

manchada de sangre—. Jesús, ¿ese es Crispy? ¿Qué le sucedió?
Dante hizo una mueca.
—Creo que se metió con el oso.
Cuando el juego terminó, perdieron en tiempo extra, Gabe sacó su

computadora portátil para comenzar a revisar la cinta del juego.
Dante cerró la pantalla.
—Escucha, sé que piensas que eres alérgico a la diversión, pero esto es

Toronto, que es básicamente la Meca de tu gente, así que ponte tus zapatos
de baile y vámonos.
Gabe lo miró fijamente. De acuerdo, sabía que tenía que trabajar en sus
habilidades para relacionarse si no quería que Dante se cansara de él, pero...
—¿Ya no hice suficiente baile hoy?
—Tu increíblemente triste baile de celebración no cuenta.
Gabe se retorció.
—Estoy un poco cansado…
Aparentemente, eso no se lo iba a comprar. Dante entrecerró los ojos.
—¿Qué pasa contigo últimamente? Cada vez que quiero salir, prefieres
quedarte en casa. ¿Qué pasa?
404
—Nada. Yo solo... —No quiero verte bailar con otras personas sonaba a
niveles de posesividad histéricos, y ni siquiera era toda la verdad. No quiero
obstaculizar tu estilo, estaba más cerca, pero era más patético. No quiero estar
allí cuando te des cuenta de que esto no es lo que quieres, no para siempre…
Gabe se llevaría eso a su tumba.
—¿Qué? —Dante mordió sus labios, dos manchas prominentes de color

aparecieron en sus mejillas—. ¿Te da vergüenza estar en público conmigo o
algo así?
—Acabo de hacer una entrevista contigo para la televisión nacional —

señaló Gabe.
—Bueno, entonces ¿por qué?
—¡Porque soy aburrido! —dijo Gabe—. No, nunca he sido de los que
beben demasiado porque siempre tuve miedo de escabullirme. Es por eso que
bebo cerveza en la esquina. Nunca he sido el tipo de baile. No quiero
entrometerme en tu camino.
—¿En serio? —explotó Dante—. ¡Tú eres mi novio! Solo quiero salir y
divertirme contigo. No tenemos que hacer todo juntos. Puedes sentarte y
mirar, o no mirar, por lo que a mí respecta. Solo... baila conmigo una o dos
veces. Eso es todo lo que pido.
Gabe tragó saliva.
—¿Eso es todo? —¿No quería más?
—No voy a pedirte que cambies quién eres. Pero hay tal cosa como el
compromiso, ¿sabes?
Gabe se permitió una pequeña dosis de cauteloso optimismo.
405
—Soy una especie de bailarín terrible.
—Oh, sí. ¿Has visto mis movimientos? No soy exactamente Kevin

Bacon. Pero no se trata de ser bueno en eso. Se trata de divertirse.
Gabe consideró eso.
Dante sonrió.
—¿Sales y bailas conmigo esta noche? Podemos perdernos en un club

gay, molernos uno contra el otro hasta que no podamos soportarlo más, y
luego volver aquí y follar.
Cuando se ponía así, a Gabe le costaba recordar por qué había pensado
que ir a clubes con Dante sería una mala idea.
—Bueno, está bien, entonces.
La sonrisa que Dante le devolvió definitivamente valía la pena la noche,

incluso si no había nada más.
Regresaron tropezando a la habitación tres horas más tarde, después

de haber estado a punto de perder la vida con una mamada en el baño y un
terrible viaje en taxi. Gabe estaba un poco más borracho, a juzgar por la
dificultad que tenía para pasar la tarjeta llave en el lector para abrir la puerta.
Dante se apiadó de él y se la quitó de la mano.
—Nunca entraremos a este ritmo.
Oh, oye, buena idea. Gabe esperó hasta que abrió la puerta antes de
decir:
—Hablando de entrar.
406
Dante se rió de él y lo agarró por las caderas, luego lo empujó contra la

parte posterior de la puerta.
—¿De verdad, esa es la línea con la que vas?
Gabe amplió su postura para que Dante pudiera acercarse más, sus
piernas acorraladas por las de Gabe.
—¿Necesito una línea para que me folles?
Ante eso, Dante se congeló con los dientes alrededor del lóbulo de la
oreja de Gabe. Cuando soltó un suspiro de anticipación, el calor hizo que
Gabe echara la cabeza hacia atrás.
—Mierda. ¿De verdad? —Su pene se crispó contra el muslo de Gabe.
De acuerdo, entonces le gustaba la idea.
—Quiero decir, si no estás preparado para eso... —bromeó Gabe. Dios,

Dante era tan fácil.
Retrocediendo medio paso, Dante entrecerró los ojos.
—Desafío aceptado. —Y él tiró de Gabe fuera de la puerta y lo llevó a la

cama, tirando de su ropa a medida que avanzaban.
Ninguno de los dos estaba particularmente coordinado, demasiado

ansiosos y listos para ser elegantes. Gabe soltó una carcajada cuando Dante
lo empujó hacia la cama antes de poder quitarse los pantalones de los tobillos;
el resultado final fue que tropezó y cayó de bruces sobre el colchón. Pero se
convirtió en un gemido cuando Dante deslizó un dedo entre sus mejillas. Salir
con un compañero atleta era la mejor decisión que jamás había tomado. Tengo
que amar ese espíritu competitivo.
407
—¿Por qué ahora? —preguntó Dante, alejándose para agarrar el

lubricante mientras Gabe se quitaba el resto de la ropa—. Pensé que no te…
—Ha pasado un tiempo —dijo Gabe, ahogado en la última palabra

mientras Dante rociaba con lubricante frío su agujero. No tenía que mirar
para saber que le estaba sonriendo. No quería admitir que había estado
cambiando de idea durante meses, preguntándose cómo sacar el tema o si
quería hacerlo.
Ahora estaba empezando a creer en ellos de verdad, y quería marcar la

ocasión. Además, Dante tenía una buena polla y ya era hora de que Gabe la
tomara para una prueba de manejo.
—Tu culo no puede soportarlo, ¿eh? —dijo engreído, deslizando un dedo

y frotando la próstata de Gabe.
Gimiendo, Gabe se arqueó en ello. Aparentemente Dante tenía talento

natural. No era una sorpresa.
—Creo que depende de ti. —Esperó hasta que Dante sacó su dedo
completamente, luego se dio la vuelta, extendió sus muslos, y puso su mano
en su propia erección—. Dame otro.
—¿Cómo sigues siendo tan mandón con mis dedos en el culo? —Pero él
obedeció de todos modos, el estiramiento ardió un poco antes de convertirse
en un dolor agradable. El movimiento del brazo de Dante hacía que su cadena
rebotara contra su clavícula.
—Es un regalo. —Gabe puso su pie sobre el hombro de Dante y lo

apartó con cuidado—. Tiempo para más que dedos.
Dante se enfundó con manos temblorosas, luego se instaló entre las

piernas de Gabe. Gabe apoyó un pie contra el colchón y envolvió la otra pierna
alrededor de las caderas de Dante.
408
Entonces Dante empujó dentro.
Gabe arqueó la espalda, cerró los ojos con fuerza y respiró

profundamente. No había mentido sobre cuánto tiempo había pasado desde
que había hecho esto. Quemaba, y por un momento todo fue demasiado.
Entonces Dante estaba completamente dentro. Se mantuvo inmóvil,

esperando. Impresionante, considerando cuánto estaba temblando con el
evidente deseo de moverse.
—“Ha pasado un tiempo” podría quedarse corto, ¿eh? —se atragantó,

descansando su frente contra la clavícula de Gabe—. Joder, estás apretado.
Gabe respiró temblorosamente y lo dejó salir, liberando la tensión,

relajándose en el colchón.
—Está bien —dijo Gabe— está bien. —Luego se flexionó para empujar
sus caderas hacia arriba, tomando el pene de Dante más profundo.
Dante gimió, luego comenzó a empujar, y eso bastó. El cuerpo de Gabe

recordó por qué le gustaba esto y se dejó llevar. El ritmo era un poco agitado,
pero Gabe se sentía borracho y suelto y dispuesto a perdonar la falta de
delicadeza de Dante.
Gabe pasó una mano por la espalda de Dante y en su cabello, tomando

en su puño los oscuros mechones.
—Sí, nene, muy bien. —Dante gimió y dio un empujón particularmente

duro. Gabe puso su otra mano sobre la parte inferior de la espalda de Dante
antes de deslizarla entre sus mejillas para burlarse de su borde—. Te sientes
tan bien. Maldición, sí.
409
Ante eso, Dante perdió toda apariencia de control, empujando una y

otra vez, golpeando la próstata de Gabe más por suerte que cualquier otra
cosa.
Verlo era muy caliente desde ese extremo de las cosas, entonces Dante
se vino abajo, jadeando contra el cuello de Gabe hasta que se estremeció.
Gabe levantó la cabeza y lo besó, abrazándolo. Luego lo giró y apretó su

propia verga.
Si no estuvieran ambos ebrios, si no fuera la primera vez que lo hacían,

Gabe podría haberse sentido ofendido ante la falta de consideración de Dante.
Por otra parte, la forma en que Dante permanecía flexible debajo de él,
mirándolo con ojos vidriosos, era bastante jodidamente gratificante. Y caliente
como el infierno.
Con un giro de su muñeca, Gabe se corrió en el pecho de Dante.
Mierda. Gabe se derrumbó sobre la cama, jadeando en su almohada.
—Te dije que ir de discotecas era una buena idea —dijo Dante unos
segundos más tarde.
Gimiendo, Gabe extendió una mano y lo empujó fuera de la cama.
ELLOS TENÍAN otra entrevista a la mañana siguiente con un periodista

estadounidense, y luego regresarían a Quebec.
Terry tercamente insistió en que se tomaran otro día, a pesar de que

estaban en la ciudad, por lo que se perdieron un segundo juego antes de
regresar a la pista para otra cosa que no fuera la práctica. Dado que los Dekes
410
ganaron a pesar de una gran actuación de un novato de Colorado decidido a

reabastecer a su capitán con dulces intervenciones, Gabe no podía quejarse.
Cambiado de vuelta al ala derecha y con la A retirada de su pecho, Gabe

se sintió más relajado de lo que se había sentido en el hielo durante semanas.
No le había importado la responsabilidad extra como había pensado que lo
haría, pero no había tomado el papel de centro en el juego. Podría hacerlo, tal
vez incluso podría aprender a quererlo si tuviera más práctica, pero se sentía
más cómodo como extremo. Además, Fifi era mejor en el centro.
Jugar con Fifi nuevamente fue como respirar aire después de respirar
a través de un tubo. Habían ganado unos cuantos juegos sin él, pero Gabe
sabía que estarían poniendo más puntos en el tablero ahora que los tres
habían vuelto a estar juntos.
Los dioses del hockey continuaron sonriéndoles mientras marzo

avanzaba. La fecha límite para cambios se vislumbraba, luego pasó sin más
actividad para los Dekes, y Gabe dejó escapar un suspiro mental de alivio. A
menos que sufrieran una lesión, una suspensión o que su juego sufriera una
caída tan brutal que se mezclaran al equipo de campo, él y Dante jugarían
juntos hasta el final de la temporada. Con menos de veinte juegos restantes,
cada uno contó. Según las matemáticas de Gabe, necesitaban quince puntos
para llegar a los playoffs con los comodines, suponiendo que los Rangers no
golpearan una racha ganadora al final de la temporada.
Gabe sabía que Dante estaba tan emocionado como él sobre la idea de
llevar a su equipo a los playoffs. Se necesitaría un esfuerzo de equipo para
llegar allí. Pero cada vez que anotaban otro gol, acumulaban otra victoria, eso
los acercaba mucho más al objetivo final.
Estaban cabalgando alto. Ayudó que siempre lideraran al equipo en

puntos, los críticos perdieron toda credibilidad, e incluso aquellos
comentaristas que no eran ciegos partidarios de los Dekes o los ruidosos
411
activistas de los derechos de los homosexuales les dijeron que se callaran.

Nadie podría discutir que follarse entre sí estaba afectando su juego. Y cuando
Gabe disparó otro puck en la red, no pudo evitar gritar un ¡Toma eso! a todos
los homofóbicos.
A mediados de marzo jugaron contra los Rangers en un juego intenso y

físicamente duro que dejó a ambos lados sudando y sangrando. Cada vez era
más obvio a medida que aumentaban las estadísticas de que estarían
compitiendo por el espacio comodín. Ambas partes sabían que su viaje a los
playoffs dependía del rendimiento del otro equipo durante el próximo mes.
El juego no comenzó diferente de ningún otro. Jugaron duro, pero las

cosas no se pusieron difíciles hasta los quince minutos del primer período,
cuando uno de los Rangers marcó a Toupie presionando demasiado fuerte y
los Dekes respondieron con un golpe que era mucho más duro. Ahí
comenzaron los problemas. Para cuando salieron cojeando del hielo, ambos
equipos pasaron más tiempo jugando shorthanded que con una línea
completa y todo el mundo tenía moretones y dolores.
Valió la pena, sin embargo, ya que los Dekes ganaron y nadie fue
suspendido. Yorkie anotó un jodido y hermoso gol en un pase de Toupie. Gabe
saltó de su asiento cuando lo vio golpear el estante superior.
Fue lo suficientemente bonito como para llamar la atención de los

reporteros también. Yorkie estaba parado frente a su banco, mirándolos con
una mirada aturdida, como si no pudiera entender por qué alguno de ellos se
molestaba, a pesar de que había tenido entrevistas antes. Fue muy adorable.
Y dado que los periodistas no tenían ningún interés en Gabe esa noche, sin
goles y sin la A era libre de ver al novato tropezarse con su camino.
Fue un gran entretenimiento hasta que uno de los periodistas preguntó:
412
—Entonces, ¿cuéntanos si hay algo de cierto en los rumores de que te

mudas con tu novia embarazada?
Oh, mierda.
Yorkie le dijo con la boca como pez, claramente lanzado por un rizo.
—¿Qué?
—Se rumorea que tu novia está embarazada. ¿La estás mudando a

Quebec? ¿O se quedará en Ottawa con la esperanza de que te canjeen más
cerca la próxima temporada?
Yorkie siguió mirando, con los ojos muy abiertos.
Gabe se puso de pie y corrió. Trish hizo lo mismo, pero ella estaba más
lejos. Gabe llegó primero.
—Sin comentarios —dijo Gabe, moviéndose para pararse frente a

Yorkie, que estaba empezando a parecer que podría hiperventilar.
Los periodistas olieron sangre en el agua y se presionaron más cerca.

Gabe se cruzó de brazos.
—Entrevista —agregó.
Trish llegó entonces para respaldarlo.
—Definitivamente una entrevista más. Salgan. Todos ustedes. —Y ella

los sacó de la habitación—. Baltierra —dijo en un tono feroz— ve a hablar con
la amable gente de la prensa en el pasillo. Sé más que encantador, y por el
amor de Dios, haz que hablen de todo menos del hijo ilegítimo de Yorkie. Deja
caer pistas sobre tu vida sexual si es necesario.
413
Oh Jesús. Bueno lo que sea. Él y Dante podrían tomarlo,

probablemente.
Los reporteros junto con los otros jugadores, algunos con Fifi y otros
con Toupie, se fueron poco después, pero Gabe no les prestó mucha atención.
Yorkie parecía listo para desmayarse.
—Oh Dios mío. ¿Cómo lo supieron?
Gabe le frotó la espalda, sin preocuparse por el sudor. Él había tenido

cosas peores.
—Suerte, ¿tal vez? Probablemente alguien se dio cuenta de que tu chica

estaba embarazada y sabía que ella estaba saliendo contigo y puso dos y dos
juntos.
—Me va a matar —dijo Yorkie sombríamente.
—¿Quién? ¿Trish? —Ella estaba de pie junto a la puerta y no parecía

feliz.
Yorkie negó con la cabeza y luego vaciló visiblemente.
—Bueno, quizás. Olvidé por completo todas las respuestas que me

enseñó para cuando un periodista me preguntara por primera vez al respecto.
Pero Jenna, ella no va a estar feliz.
—Oye, chico, no es como si pudieras haber hecho otra cosa. Y tampoco

tuviste ninguna advertencia. No te castigues tanto.
Yorkie siguió pareciendo miserable.
Gabe suspiró.
414
—Vete a la ducha. Voy a hacer lo mismo. Luego ven a casa conmigo y

llamaremos a Jenna y solucionaremos esto. ¿Bien?
Yorkie asintió casi automáticamente.
Gabe le dio una palmada en el hombro una vez más por si acaso.
—Buen gol esta noche, muchacho.
En un tiempo récord, terminó de quitarse el equipo, se sacudió la mugre

y se puso la ropa. Le envió un mensaje de texto a su padre, pidiéndole que
recogiera a Jenna, luego se guardó el teléfono en el bolsillo y asomó la cabeza
por el pasillo.
—…si estás insinuando que la entrenadora está a punto de echarme

una corrida por mi dinero en términos de quién tiene el culo más grande en
este equipo...
Dios. Trish nunca debería darle rienda suelta a Dante con la prensa.
Nunca. ¿Distraerlos de la paternidad inminente de Yorkie al redirigir la
atención a su entrenadora embarazada? Locura o genio. Era demasiado
pronto para decirlo.
Captó la mirada de Dante por encima de la cabeza de los periodistas, y

cuando hizo un gesto hacia la puerta, Dante sonrió.
—Lo siento, muchachos, parece que tengo planes para la noche.

Continuaremos esto el próximo juego.
—Invité a Yorkie a venir a casa con nosotros —dijo Gabe cuando la

multitud se dispersó—. Él piensa que Jenna va a enloquecer. Pensé que
podría usar un amigo.
415
—Mmm —dijo Dante—. ¿Cuándo fue la última vez que cambiaste las
sábanas en la cama de invitados?
—Uh, nunca. —Gabe tenía un servicio de limpieza para eso—. Creo que
la última persona que se quedó fue mi padre, salvo la compañía actual.
—Está bien. Lo haré cuando lleguemos a casa. Toma al chico.

Conseguiré sus llaves y te seguiré.
No fue hasta que Gabe se detuvo en el camino que se dio cuenta de que
Dante había llamado a su casa, casa. Pero estaba muy seguro de que no tenía
tiempo para decidir si debía entrar en pánico, porque tenía que hacer que
Yorkie se instalara en el sofá para un FaceTime, con su padre y con Jenna.
—Así que mira —dijo, fijando su iPad en su soporte— aquí está la cosa.
Tú y Jenna necesitan hablar sobre lo que quieres. ¿Van a permanecer juntos?
¿Quieres ver si Terry te cambiará a Sens la próxima temporada? ¿Si ella puede
transferirse a una universidad diferente? ¿Se van a mudar juntos en la
temporada baja? ¿Vas a romper?
Yorkie parecía incluso más como si quisiera vomitar. Gabe solo

esperaba que no lo hiciera en Mario, quien se había subido a su regazo al
segundo en que se sentó. Darle un baño al gato no estaba en su lista de cosas
por hacer.
—Oh, Dios mío. —Yorkie se restregó las manos sobre la cara—. Mierda.
¿Qué voy a hacer?
—No lo sé. ¿Qué te parece hablar con tu novia? —Santo Dios, era un
milagro que Gabe no hubiera sido alcanzado por un rayo por eso—. Nadie
puede tomar esas decisiones por ti. Pero estaremos aquí para ayudarte
después de que decidas. Y Jenna tampoco estará sola, pase lo que pase, ¿de
416
acuerdo? Mi padre sabe todo sobre la crianza de ser padre soltero y la

coparticipación a larga distancia y todo lo demás.
El iPad sonó con una llamada entrante.
—¿Estás listo para esto? —preguntó Gabe.
—En realidad no —dijo Yorkie, pero accionó Aceptar de todos modos.
—Buen chico.
Gabe lo dejó en la sala de estar y se retiró a la cocina para esperar lo

mejor desde una distancia segura. Dante estaba parado sobre la estufa con
una camiseta vieja de los Lincoln Stars, revolviendo una olla de leche.
—Oye.
—Oye. —Dante inclinó su cabeza hacia atrás para un beso, luego

alcanzó el cacao—. ¿Cómo está él?
—Bien, todo el mundo está a punto de descubrir que va a ser un padre

soltero a los diecinueve años, así que es todo lo que se puede esperar. —Gabe
enganchó la barbilla sobre el hombro de Dante—. Chocolate caliente, ¿eh?
—Podemos poner Baileys en él si algo sale mal.
Sonriendo, Gabe inclinó sus cabezas juntas.
—Eres muy bueno en esto de cuidar a las personas —bromeó—. ¿Estás

buscando la A del próximo año?
—Dios no. Muérdete la lengua. No soy el modelo a seguir de nadie.
Gabe pensó en eso. Alrededor de cuántas veces el nombre de Dante

había aparecido en la prensa sensacionalista durante la temporada baja, en
417
comparación con el tiempo desde que habían estado juntos. No estaba seguro
de qué pensar al respecto, y eso lo inquietó. Si Dante solo estaba jugando a
la casita hasta que se aburriera...
Pero eso era estúpido. Los atletas profesionales no salían como bi por
capricho.
Desafortunadamente eso no lo consoló mucho, ya que significaba que

tenía que tener pensamientos serios sobre su relación y no estaba preparado
para hacerlo.
DELANTERO DE LOS DEKES TOM YORKSHIRE ANUNCIA

COMPROMISO
Por Kevin McIntyre
El delantero novato Tom Yorkshire de la ciudad de Quebec Nordiques

anunció su compromiso anoche con su novia Jenna Washburn. Yorkshire tiene
58 puntos en 68 juegos y está en seria pelea para el Calder Memorial Trophy
de este año. Washburn está en su último año en la Universidad de Ottawa
estudiando la cinética humana. La pareja espera su primer hijo este verano.
NOMINAN A MPV A LA DIRECTORA DE RELACIONES PUBLICAS DE

LOS NORDIQUES
QUEBEC CITY, QC: Esta temporada marca un número de primeros para

la NHL, la mayoría de ellos cortesía del equipo en expansión Quebec City
Nordiques. En reconocimiento de la pesadilla de relaciones públicas recurrente
418
que es la lista de personal de los Dekes, la oficina principal nombró a la gerente

de relaciones públicas, el MVP del equipo Tricia Kristufek.
Desde el final poco elegante del equipo la temporada pasada, con solo 76
puntos, ocuparon el penúltimo lugar en su división, Kristufek ha tenido las

manos ocupadas. Echemos un vistazo a una lista de las pesadillas que Kristufek
ha estado presentando desde el pasado mes de abril.
• La ruptura muy pública de Baltierra con la princesa del pop canadiense

Grimes
• Su seguimiento de D&D fuera de un club de striptease de Montreal
• La salida desordenada de Gabriel Martin
• La siguiente racha perdedora de nueve juegos
• Mayor LBI192 para el capitán del equipo François Fillion
• Menor UBI193 para Baltierra, más una suspensión por un golpe ilegal
• Rumores de descontento interno después de una jugada desconcertante

del ex defensa de Dekes Kipriyanov: rumores que persistieron a pesar de las
negativas de la gerencia de Dekes
• La capacidad incomparable del GM de los Dekes Terry Denning para

ser fotografiado con su amante
192
LBI: (Lower Body Injuries) Lesiones de la parte inferior del cuerpo.
193
UBI: (Upper Body Injuries) Lesiones de la parte superior del cuerpo.
419
Pero sus problemas no terminaron allí. En el Año Nuevo, Kristufek

también ha tenido el dudoso honor de ser el primer gerente de relaciones
públicas en la historia de la NHL en tener que lidiar con dos jugadores que
hacen pública su relación y manejar el embarazo del entrenador principal de un
equipo.
Pero Hayley St. Louis no es el único Deke que espera un bebé. El

delantero novato Tom Yorkshire anunció la semana pasada que él y su
prometida Jenna Washburn esperan su primer hijo a principios de este verano.
Buena suerte a Kristufek mientras ella se encarga de eso.
A FINALES de marzo, los Rangers tuvieron una buena racha.
Lo mismo hicieron los Dekes.
Y, por supuesto, también lo hicieron los Wings. No serían los playoffs

sin los Wings.
Los Deke y los Rangers habían estado codo con codo durante la mayor
parte de la temporada, mientras que Detroit forcejeaba tratando de descubrir
qué hacer sin Mike Babcock. Pero aparentemente su nuevo entrenador
finalmente había dado con el ritmo unas semanas atrás, porque los Wings
habían comenzado a masticar a otros equipos como si comieran discos para
el desayuno.
Gabe no había experimentado el hockey de postemporada desde que los

Deke lo eligieron en el draft de expansión, y quería hacerlo desesperadamente
este año. A juzgar por la forma en que el equipo estaba patinando, también lo
hicieron todos los demás.
420
Y también lo hicieron los Rangers. Maldición.
Se estaban acercando lentamente abril, y seguían encerrados en un

empate con los Rangers y los Wings, cuando Dante llegó a casa de Gabe una
tarde lleno de nerviosa energía como si hubiera estado bebiendo su peso en
Red Bull. Dante no era exactamente una persona calmada o quieta, tenía una
presencia vibrante, pero por lo general era capaz de concentrarse en las cosas.
Esa tarde, Dante no se conformaba. Brincó de las telenovelas en el sofá,

a besarlo en el sofá, a hacer mojitos, a buscar ingredientes para galletas, a
sugerir un juego de Scrabble.
A pesar de sí mismo, Gabe estaba empezando a sentir la necesidad de

atarlo. Él improvisó pegando sus caderas a la cama por una mamada en su
lugar.
A pesar de que Dante se desmayó, a la hora de la cena ya estaba

despierto y lleno de energía.
Gabe no pudo soportarlo más.
—¿Qué pasa contigo hoy?
Dante parecía furtivo.
—Um, solo tengo mucho en mente.
—¿Cómo qué?
Dante se rindió.
—Solo hockey. Y los Rangers. ¿Crees que podrán mantener su racha?

Podemos vencer a los comodines, tal vez. Pero si las cosas se mantienen como
están, va a ser muy cercano.
421
Gabe esperó con indulgencia mientras Dante hacía un análisis

detallado de la defensa de los Rangers y su capacidad para aumentar sus
oportunidades de gol. Cuando terminó, Gabe asintió con seriedad.
—Está bien, pero ¿qué es lo que realmente te molesta?
Dante balbuceó, pero también se sonrojó, por lo que Gabe supo que no
estaba equivocado.
—Nada —intentó por última vez. Cuando Gabe siguió mirándolo, sus
hombros cayeron un poco y dijo—: Justo, antes de llegar aquí, me encontré
con mi casero. Me ha estado presionando para que vuelva a firmar mi contrato
de arrendamiento. Lo saqué en mayo pasado antes de ir a casa para el verano.
Gabe asintió. Él lo recordó.
—¿Solo tuviste un año?
Dante empujó su comida alrededor de su plato.
—Bueno, no estaba seguro si me gustaría lo suficiente como para

mantenerlo. Pensé que, si acababa de firmar para el año, me obligaría a
decidir si realmente quería hacerlo.
Lo cual sonaba justo.
—¿No estás seguro si te gusta lo suficiente como para quedarte?
Dante se encogió de hombros incómodo.
—No lo sé. Todo está bien. Pero tal vez no valga la pena firmar otro
contrato de alquiler. —Las cejas de Dante estaban haciendo... algo. Parecían
estar tratando de comunicarse con Gabe, pero no podía decir lo que estaban
diciendo.
422
Tal vez era mejor preguntar.
—¿Por qué no valdría la pena volver a firmar? A menos que tengas otra
idea para un lugar para vivir.
Dante miró a Gabe como si creyera que era un completo idiota. Luego
suspiró.
—Bueno, estaba pensando en otro lugar. —Gabe esperó a que Dante

continuase con ese pensamiento, pero se quedaron sentados en silencio
durante varios largos momentos. Entonces Dante suspiró de nuevo—. Ya no
vivo en mi casa.
—¿Qué?
Dante dejó caer su cabeza hacia adelante hasta chocar contra la mesa.
—No he dormido en mi casa en semanas —le dijo a la superficie de

madera.
El cerebro de Gabe se detuvo tartamudeando. Sabía dónde había estado

durmiendo Dante, pero no se había dado cuenta de que había sido todas las
noches (excluyendo los viajes por carretera) durante semanas.
—¿En serio? —La garganta de Gabe se sintió apretada. Porque si eso

era cierto, y lo era, entonces tal vez, solo tal vez, podría esperar algo más que
un par de meses. Tal vez Dante realmente...
Dante levantó la cabeza, arqueando las cejas.
—Sí, en serio. ¿Cómo no te has dado cuenta?
Gabe se retorció.
423
—Ni siquiera he hecho la colada en mi casa desde diciembre. —Dante

agitó una mano. La mirada que le dirigió a Gabe fue exasperada pero también
cariñosa. Lo cual era bueno, ya que Gabe era aparentemente demasiado tonto
como para darse cuenta de que estaba viviendo con su novio. Probablemente
nunca sería capaz de convencer a otro hombre de que valía la pena soportarlo.
No podía imaginar cómo lo había logrado esta vez.
Bueno, tal vez podría. Solo le dejaría a Dante hacer lo que quisiera.
—Así que eh... ¿estabas pensando en...? —Gabe echó un vistazo a la

cocina, de repente tímido por ser el primero en decirlo.
—¿Qué debería mudarme aquí oficialmente y dejar de fingir que vivo en

otro lugar? Sí. Eso es lo que estaba pensando.
—Oh. —Gabe tomó un momento para procesar. No quería apresurarse

a decir que sí solo porque lo quería. Tenía que asegurarse de que fuera una
buena idea primero.
—Sí, oh. —Dante empujó su vaso alrededor de la mesa—. Pagar el

alquiler en un lugar al que nunca voy. Es una pérdida de dinero.
Eso hizo que Gabe sonriera.
—¿De verdad? ¿Ese es el argumento con el que vas? ¿Dinero?
—Cállate —murmuró Dante—. Podría estar haciendo un mejor uso. Y

mis tuberías se congelaron el mes pasado y ni siquiera me di cuenta.
Gabe resopló.
—¿Y su propietario quiere que regreses?
Dante arqueó una ceja hacia él.
424
—Amigo, ahora mismo soy el inquilino ideal. Nunca estoy cerca, así que
no tengo quejas, no estropeo nada, y cuando las tuberías se congelaron,
escribí un cheque para que las arreglaran sin quejarme. Que técnicamente no
tenía que hacer, pero me sentía culpable.
Gabe se rió.
—Está bien, sí. Puedo ver por qué te ama. Punto justo.
—Entonces. —Dante empujó su pie contra el de Gabe—. No me has

respondido todavía.
Gabe miró hacia la mesa y pensó en ello. La única razón real para evitar
mudarse juntos, dada su situación financiera, era la preocupación por una
excesiva unión que los hiciera sentirse mal el uno al otro. Pero si Dante había
estado allí todas las noches, ya lo habrían puesto a prueba, y Gabe todavía
no estaba harto de Dante. De hecho, se tomaría más tiempo con Dante en
este momento si pudiera. Y Dante parecía sentir lo mismo. Podía ser que no
dure, pero aun así... Gabe no estaba ansioso por escapar, y la idea de perder
el último amortiguador entre ellos (el apartamento de Dante no utilizado pero
disponible) realmente sonaba agradable.
De una manera aterradora, por supuesto.
—Sí.
—¿Sí? —preguntó Dante, luciendo esperanzado pero cauteloso.
—Sí. No volverás a firmar. Mueve toda tu mierda aquí.
—¡Oye! Mis cosas no son basura —protestó Dante, pero se estaba

riendo mientras lo decía—. Tal vez no hasta, como, después de los playoffs,
sin embargo. Mudarse es un dolor en el culo.
425
Y eso fue todo. De alguna manera, el primer novio de Gabe ahora era
su primera convivencia de novio. ¿Cómo se las había arreglado para lograr
eso?
SU ÚLTIMO juego en marzo fue contra los Senators 194 , que se

mantuvieron firmes como el sembrado número tres en la división del
Atlántico.
—Los hemos vencido antes —dijo Fifi en la sala antes del juego—.
Podemos hacerlo de nuevo. —No era el discurso más original o inspirador que
Gabe hubiera escuchado, pero en este punto, no necesitaban motivación
adicional para querer ganar.
—Todos saben lo que está en juego —la entrenadora resopló, frotando

con una mano su estómago en constante expansión como si acabara de ser
pateada—. Su defensa de segunda línea no ha estado jugando a la par, su
portero tiene un punto débil sobre su bloqueador, y su anotador líder está
fuera hasta los playoffs con una lesión en la parte inferior del cuerpo. Mira a
Turris por los pases sin punto de caída, es astuto. Y trata de no dejar que
Karlsson te atrape contra las tablas, por el amor de Dios.
Todos asintieron seriamente hasta que la entrenadora resopló de nuevo

y se apoyó contra la pared junto a la puerta.
—Está bien, vayan.
Mientras pasaban, cada uno se frotaban en la bata de su bebé para

tener suerte.
194
Ottawa Senators es un equipo canadiense de hockey sobre hielo ubicado en Ottawa.
426
En el hielo antes del juego, Gabe golpeó su casco contra el de Yorkie.
—¿Estás listo para esto?
Yorkie sonrió.
—Nací listo.
Dante patinó y cariñosamente revisó los dos a la vez.
—Tenemos esto.
En el hielo, Toupie y Tips le estaban dando a Steve, el novato, una

charla de ánimo también. Crispy y Yogui tenían sus caras de juego, jugando
sin fichas con dos discos a la vez. El aire en el anfiteatro estaba tan cargado
como nunca lo había sentido Gabe.
—Está bien, entonces —dijo en un suspiro—. Hagámoslo.
Había sido una larga temporada. Yorkie parecía que no había tenido
una noche de sueño digno en días. Dante había perdido cinco kilos desde
octubre, a pesar de que había estado fuera por cuatro semanas con la
posibilidad de recuperar algo de peso. El hombro de Gabe aún le daba una
punzada ocasional, y su cuerpo dolía como la mierda. El día anterior, Crispy
y Tips se había quedado dormidos durante la revisión del video. La
entrenadora estaba gorda y cansada de los tobillos hinchados y vestirse con
trajes de maternidad. Una vez, la semana pasada, aterradoramente, rompió a
llorar cuando Teacup hizo una salvada particularmente hermosa. Durante la
práctica.
Chef había entrado en un bloqueo mental super secreto. Apenas habló

con nadie fuera de la práctica, aunque asistió a las reuniones de equipo. No
había hecho bromas en días, no había hablado con nadie durante una hora
antes de un juego, y nunca había reaccionado cuando la entrenadora jugaba
427
con Teacup en lugar de él. Gabe pensó que tal vez no quería tener que admitir
que se sentía aliviado.
Pero estaban hambrientos por eso. Gabe podía ver su propia

determinación feroz reflejada en él. Tocó palos con el novato Steve y se instaló
para jugar su juego.
O al menos lo intentó.
Karlsson se enfrentó a Yorkie contra los tableros al principio del primer

período y le quitó el disco antes de que Tips pudieran entrar para ayudar.
Gabe tuvo que mirar impotente desde el banco mientras Turris dejaba que el
disco se deslizara entre sus piernas para que su compañero de línea lo recoja
y lo levante sobre el hombro izquierdo de Chef.
La entrenadora dijo:
—Jesucristo.
Unos minutos y varios cambios de línea más tarde, Dante tomó el disco
detrás de la red de Sens y Karlsson lo puso a él contra las tablas. Pero Dante
tenía un peso y una seguridad en él que Yorkie todavía no tenía, y se aferró
al disco incluso cuando tres Sens lo atacaron, y se las arregló para exprimirlo
a Gabe a tiempo para que lo pirateara bajo las almohadillas del portero… feo
pero efectivo.
Cuando Gabe buscó a Dante para celebrar, lo golpearon en la cara. Los

árbitros los separaron y le dieron a los Sens un penalti de cinco minutos.
Probablemente había algo profundamente malo con Gabe, que podía

mirar a Dante en el banco, sangrando por su nariz, hinchándosele su ojo, y
encontrándolo atractivo.
428
Entonces, ellos no se transformaron en cinco minutos con su juego de

poder en ventaja numérica, y ya nada era sexy.
Temprano en el segundo período, con los Deke abajo 3-1, uno de los
defensores de los Sens tropezó con Fifi frente a la red y lo envió desparramado.
Esta vez anotaron en el juego de poder, un disparo de un solo jugador de
Yorkie, solo para dar por vencido un gol de respuesta veinte segundos después
de una mala rotación de Dante.
Durante el segundo intermedio, la entrenadora les gritó para que se

unieran. Fifi habló la estrategia, sombrío. Todos escucharon. Todos
asintieron. Ellos querían esta victoria.
No hizo la diferencia. Los Sens los vencieron en su propia casa, 5-2.
Y Gabe no podía dejarlo ir. Su cerebro seguía reproduciendo cada

cambio, cada señal reveladora, cada pase caído y cada oportunidad de anotar
perdida.
El ambiente en la habitación era silencioso. Severo. Gabe ya no tenía la

A, pero eso no importaba. Con toda la publicidad y la forma en que había
elevado su juego este año, la prensa quería hablar con él de todos modos. Con
Dante también. Usualmente no le importaba, pero después de una pérdida en
un juego tan importante, parecía que olían sangre, y no iban a parar hasta
que la consiguieran.
Gabe acababa de terminar su entrevista cuando oyó un fragmento de

la de Dante.
—Nuestro rendimiento en el hielo no tiene nada que ver con lo que

sucede en casa. No más que el rendimiento de Fifi se refiere a si tuvo una
pelea con su esposa o si sus hijos lo mantuvieron despierto toda la noche.
¿Próxima pregunta?
429
Ugh. Gabe lo desconectó y revisó el juego, buscando las cosas que

necesitaban mejorar. Fue una larga lista.
Todavía estaba pensando en eso cuando metió el auto en el garaje, sin

dejar de pensar en ello cuando metió un recipiente de restos en el microondas
para calentarse.
—De alguna manera, en la última semana, Yorkie olvidó todo lo que le

enseñé sobre backchecking. ¿Crees que necesita práctica adicional o solo
necesita salir de su cabeza? ¿Te gustaría venir?
—Gabe…
Gabe abrió un armario y agarró un par de platos.
—Quiero trabajar en wristers195 también. Ese disparo que tomé en el

segundo fue basura. Y podemos practicar tu manejo del palo. Te está
molestando la mano, porque parecía que podría ser. Normalmente no tienes
problemas con las pérdidas del disco…
—Gabe…
Cristo, ¿no tenían cubiertos? No había tenedores en el cajón. ¿Se

olvidaron de volver a encender el lavavajillas?
—Y qué demonios fue ese golpe en el tercero. ¿No lo viste venir? Debes
mantener tu...
—Jesucristo, ¿podrías callarte sobre hockey por dos segundos?
Wristers: también conocido como disparo de muñeca, esta toma usa los músculos de la
195
muñeca y el antebrazo para disparar el disco desde el lado cóncavo del palo.
430
Gabe se congeló y se inclinó sobre el lavaplatos, todavía buscando el

escurridizo tenedor. Nunca había escuchado ese tono de Dante.
Miró hacia arriba.
El rostro de Dante manifestaba ira, sus labios eran una delgada línea,
sus mejillas eran de un rojo furioso y sus ojos duros.
—¿Crees que no sé qué la jodí esta noche? ¿Crees que no sé qué jugué
como la mierda?
Gabe abrió la boca para retroceder, pero no había forma de volver a

poner las palabras que había dicho.
—Yo…
—Ya no soy un jodido novato, ¿sabes? No hay nada que puedas decirme
acerca de mi juego esta noche que yo no esté pensando, así que cierra la boca.
—Hizo un ruido furioso—. Dormiré en el sofá.
Él se fue corriendo.
Gabe se quedó mirándolo, todavía congelado, hasta que el microondas

emitió un pitido, sacándolo de él.
Mierda.
Se frotó los ojos. Tal vez Yorkie no era el que necesitaba salir de su
cabeza.
Mecánicamente, lavó un par de utensilios, agitó las sobras y los sirvió

en dos platos. Sin embargo, cuando entró en la sala de estar, Dante se volvió
hacia el respaldo del sofá. No necesitaban deletreárselo. Dejó el plato sobre la
mesa y regresó a la cocina para comer el suyo.
431
Luego se arrastró a la cama, preguntándose cuándo comenzó a sentirse

demasiado grande para una persona.
GABE SE despertó cuando el teléfono sonó a una hora impía. Sus ojos
se sentían gomosos y su cabeza estaba borrosa y generalmente se sentía como
una mierda, por lo que no se sintió culpable en absoluto cuando contestó y
espetó:
—¿Qué?
Una pausa en el otro extremo.
—No importa —dijo Chef después de un minuto—. Llamaré a alguien

más.
La culpa se revolvió en el estómago de Gabe. Chef no lo llamaría a esta

hora sin una razón.
—No, está bien, me acabas de despertar —dijo, balanceando sus

piernas sobre el borde de la cama—. ¿Qué pasa?
—¿Puedes venir? Creo que jodí algo con Adele, y...
Debe ser algo en el agua, pensó Gabe sombríamente.
—Sí. Dame unos veinte, necesito una ducha rápida.
432
En retrospectiva, pensó mientras estaba de pie en la puerta de Chef,

limpiándose el merengue de la cara, debería haber recordado que era “April
Fools196”.
—Te odio tanto en este momento —dijo, sacudiendo merengue en la

acera.
Debió haber salido aún más malhumorado de lo que lo decía, porque la

alegría se desvaneció de la expresión de Chef.
—De acuerdo, pensé que lucías como que necesitabas una sonrisa ayer,
pero debo haber juzgado algo muy mal. Entra, toma una ducha y cuéntame
sobre eso.
Gabe tuvo la clara impresión de que había sido sujeto de los mágicos
poderes de portero de Chef una vez más. Pero tal vez lo necesitaba. Se metió
en la ducha para quitarse el azúcar, y luego se puso la camiseta que Chef
había dejado en el mostrador del baño.
Limpio de nuevo, encontró a Chef en la cocina, vaciando una bolsa de

cereal en la basura. La segunda fase de su nefasto plan de April Fools, sin
duda. Gabe se sentó a su lado en la mesa de la cocina y observó.
—¿Eso es para Adele?
Chef asintió y buscó la caja de arañas falsas extremadamente realistas

que se encontraban en el centro de la mesa.
—Sí. Ella debería levantarse en una hora más o menos.
April Fools: mejor conocido como el día de las bromas de abril. El equivalente al Día de los
196
Inocentes.
433
Gabe se estremeció cuando Chef comenzó a vaciar las arañas en la

bolsa de cereal. No le tenía miedo a las arañas ni a nada, pero estas se
sacudían de una manera extremadamente espeluznante. Se preguntó si esto
sería una venganza por el momento en que Adele contó la historia sobre Chef
gritando y saltando en una silla porque pensó que vio un ratón.
—Si no termina contigo por esto, deberías casarte con ella.
Chef terminó de vaciar la caja y sonrió.
—Es curioso que digas eso. —Hizo un gesto hacia una caja de cereal
idéntica al lado de su codo.
Gabe la recogió. A primera vista, no parecía haber sido abierta.

Entonces se dio cuenta de que Chef la había abierto desde abajo. Gabe sacó
la bolsa de cereal. Un joyero se cayó después de eso.
Bueno, eso respondió esa pregunta.
—Ingenioso.
Valiente, también. Sería una patada de moral bastante loca si ella dijera
que no, y este era el peor momento posible para ello.
Sin embargo, Gabe no pensó que ella diría que no.
Silenciosamente volvió a poner el anillo y el cereal en la caja y dobló la

parte inferior.
—Entonces, eso significa que tienes unos cuarenta minutos para

contarme tus problemas para poder solucionarlos antes de que te eche de
aquí. Y te echara, no importa cuán patético te veas.
434
Gabe sacó el labio inferior. Chef lo ignoró. En cambio, agitó su mano

como diciendo: Bien, vamos, y de repente Gabe quería contarle todo. Tal vez
Chef tendría algunas respuestas.
—Dante me gritó —espetó. Luego describió el argumento, o realmente

la falta de eso—. Todavía estaba en el sofá cuando me fui esta mañana —
terminó Gabe sombríamente. Estaba mirando una taza de café casi llena que
Chef había puesto delante de él a mitad del relato.
Chef resopló.
—Déjame entenderlo. Él te grita y luego duerme en el sofá, a pesar de

que tienes tres habitaciones de invitados y él todavía tiene su propio lugar
con su propia cama. —Gabe no había pensado en eso de esa manera—. Guau.
Eres realmente malo en esto.
Gabe se encendió de indignación, seguido rápidamente por la

vergüenza. Porque él era realmente malo en ser el novio de alguien. Este era
un hecho bien reconocido ahora, al menos entre él y Dante, y aun así seguía
siendo malo en eso.
Cuando comenzó a jugar hockey, se quedaba hasta tarde para

practicar. No podía quedarse hasta tarde con su novio.
Chef suspiró.
—Mira. A diferencia de ti, el resto de nosotros ya estábamos con citas

cuando éramos niños y cometiendo errores estúpidos, siendo demasiado
egoístas y tontos para aferrarnos a nuestras amigas. Las primeras relaciones
son difíciles. Más difícil si esperas hasta que seas un adulto independiente en
el ojo público con un trabajo de alta presión antes de probarlo realmente.
Gabe concedió el punto.
435
—Pero, ¿qué importa dónde durmió anoche? —Porque no podía cambiar

el pasado, pero podía resolver esta mierda ahora. Él tenía que.
Chef estaba poco impresionado con la vida de Gabe.
—¿Nunca has visto una comedia?
Gabe había visto comedias de situación donde los esposos eran

obligados a dormir en el sofá, pero…
—Se supone que es un castigo. ¿Por qué Dante se castigaría

simbólicamente a sí mismo?
Chef dejó caer su cabeza en una mano y murmuró en sueco.
—La gente en general no se siente bien gritando a sus novios. Mira,

Gabe. Vete a casa. Discúlpate por ser un imbécil que no puede dejarlo en la
pista y empálmalo tontamente para compensarlo.
Golpeaba a Gabe a veces que sus compañeros de equipo sabían

demasiado sobre su vida sexual y la de Dante, pero de nuevo, Gabe estaba
distrayéndose del verdadero problema: sonaba como un buen consejo.
—¿Cuándo llegaste a ser tan sabio? —bromeó.
Chef sonrió, claramente tomando el comentario con el agradecimiento

que lo pensó.
—Siempre he sido increíble. Has sido demasiado tonto como para darte
cuenta. Ahora. —Se levantó. Su tono se volvió jovial, y sonrió estúpidamente—
. Sal de mi casa, perdedor. Tengo cosas que hacer, y tienes un novio con quien
reconciliarte.
Gabe se fue con una amenaza de devolverle el pastel a Chef y se fue a

su casa.
436
Dante no estaba allí cuando Gabe entró. Pasó varios largos momentos
mirando al sofá vacío antes de sacar su teléfono y enviar mensajes de texto.
¿Dónde estás?
Fuera con amigos fue la respuesta cortante. Eso no sonaba muy amigable.
Probablemente todavía estaba enojado, entonces. Gabe devolvió un simple OK
y no se sorprendió cuando su teléfono no sonó de nuevo.
La casa se sentía demasiado grande y vacía, y le provocaba comezón y

apatía. Pensó en hacer lo mismo que Dante, ver a algunos amigos, pero sus
opciones eran limitadas. ¿A quién podía ir a ver? No podía volver a Chef, y Fifi
e Yvette no estarían muy contentos de que haya molestado a su quinto bebé.
Por mucho que la perspectiva de ignorar sus problemas al permitir que los
hijos de Fifi le ordenaran un juego de hockey sobre piso, era mejor mantenerse
alejado de la desaprobación maternal de Yvette y del juicio de Fifi.
Entonces Gabe se dejó caer en su sofá y encendió su televisor. Estaba

sintonizado para TLC, que, como era de esperar, era un espectáculo de
maratón sobre vestidos de novia.
El teléfono de Gabe hizo un sonido de alarma y movió el pulgar para ver

un nuevo mensaje en Twitter. Gabe nunca había publicado, pero seguía las
cuentas de sus compañeros de equipo. Chef había publicado una foto de la
mano izquierda de Adele con su nuevo anillo de compromiso, ¡acompañado
por el texto: !!!!!!!
Mario aterrizó de repente en el sofá, haciendo que Gabe se sacudiera.

Miró a Gabe, como si supiera que era la razón por la que su humano favorito
no estaba en la residencia, luego pareció tomar la decisión de que él tendría
que hacerlo y se acercó.
437
Después de dejar que Gabe la acariciara un par de veces, Mario se giró

y se abalanzó, tomando la mano de Gabe entre sus patas, y luego retrocedió.
Tiempo de juego, ¿verdad? Gabe podría manejar eso. Golpeó la cabeza

de Mario, luego rascó su espina dorsal, bromeando, mientras Mario saltaba
tratando de agarrar su mano. Fue divertido, hasta que Mario hizo un buen
movimiento y arrastró sus garras a lo largo del pulgar de Gabe.
—¡Hijo de puta! —Gabe maldijo tan fuerte que Mario giró la cola y echó
a correr.
Gabe consideró la herida y decidió que era lo suficientemente profunda,

también garras de gato y cajas de arena, para garantizar el desinfectante.
Acababa de aplicar un curita cuando su teléfono sonó de nuevo, un

tweet de Binou esta vez.
Félicitations à notre gardien de but197!! #numberonegoalie
Gabe suspiró y se sintió como un idiota por no haber enviado sus

propias felicitaciones. Abrió sus mensajes de texto y tipeó un rápido. Sabía que
ella diría que sí. ¡Felicidades! Luego, por un capricho, borró felicitaciones y lo
reemplazó con el Grattis de uso frecuente de Chef. Era lo único sueco que
Gabe sabía que podía usar en compañía educada.
Esperaba que el texto no mostrara su resentimiento por la dicha de la

relación del Chef cuando él estaba sentado en casa viendo la mierda de la TV.
Ni siquiera podía conseguir que su… el gato de Dante… lo amara hoy.
197
Félicitations à notre gardien de but: felicidades a nuestro portero.
438
Suspiró de nuevo cuando cayó de espaldas en el sofá. Una novia de

aspecto infeliz estaba en el televisor con un vestido feo y rechoncho que tenía
a su madre (¿suegra?) en éxtasis.
¿Todo el mundo se iba a casar? Gabe nunca había querido. No le atraía,

y desde un punto de vista personal, nunca le había importado si era legal.
Pero hoy las parejas felices parecían una prueba burlona de su fracaso. Jesús,
incluso el novato fue mejor en eso que él.
Veinticinco y peor en las relaciones que un chico de diecinueve años

demasiado tonto como para embarazar a su novia, pensó amargamente. Luego
se estremeció y se sintió avergonzado al pensar algo tan cruel sobre Yorkie.
Era un chico dulce y no se lo merecía, ni siquiera en su cabeza.
La culpa retorció su estómago. Era bueno que hubiera sido demasiado

cobarde para aparecer en el umbral de Yvette esta mañana, obviamente no
era apto para compañía.
Sintiéndose malhumorado y harto de ver a las novias probando vestidos

feos, Gabe sacó su vieja copia de Piratas y se sentó en el sofá. Deseó haber
tomado un helado, pero no había ninguno en la casa, y probablemente no
debería infligirse a extraños. Así que se agachó y trató de no sentirse
demasiado patéticamente agradecido cuando Mario llegó y le lanzó una larga
mirada de desconfianza antes de decidir perdonarlo, y se acurrucó boca abajo.
Quizás él no había arruinado esto, al menos.
Gabe se quedó dormido con Mario amasando suavemente sus

abdominales.
¿PROBLEMAS EN EL PARAÍSO DEKES?
439
Por Robert Stein
Después del fracaso de anoche en el hielo local, no sorprende que muchos

fanáticos de los Dekes se pregunten si la relación entre Martin y Baltierra se ha
agriado.
Infames por ser los primeros jugadores gay y bisexuales, y los primeros
compañeros de equipo en ser una pareja romántica oficial, Martin y Baltierra
siempre han tenido química en el hielo también.
Pero anoche la química murió, y los Senators ganaron 5-2.
“Simplemente no puedo evitar pensar que no todo este bien en casa”, dice
la fan de los Dekes, Marie S. de QC. “Hubo una tensión definitiva en el hielo
anoche”.
Y aunque la presencia de tensión entre los dos jugadores estrella podría

ser subjetiva, no hay argumento contra los números de anoche. No pudieron
hacer las jugadas, y Martin y Baltierra cometieron errores críticos que
renunciaron a la posesión del disco.
“Esto es lo que obtienes por mezclar el hockey y el sexo”, dice Jean
Bourgeon, un fan descontento. “Le dije a mi esposa cuando comenzaron los

rumores que sería malo para el equipo. Mezclar tu vida personal así, bueno,
estaba destinado a arruinar la dinámica del equipo”.
Cuando se le preguntó sobre el efecto que su vida personal tuvo en su

obra de anoche, Baltierra se mantuvo con los labios apretados, sin ofrecer una
idea de su relación con Martin y negándose a responder la pregunta.
440
Mientras tanto, la gerencia de los Dekes también se ha negado a

comentar.
GABE SE DESPERTÓ con una palma cálida acariciando suavemente su

mejilla.
—Oye, Gabe, es hora de despertar. Vamos, son casi las tres, cagarás tu
horario si sigues durmiendo.
Gabe abrió los ojos, sintiéndose aturdido. Dante estaba allí, mirándolo
con una expresión divertida desde su posición en la mesa de café.
—Hola —dijo en voz baja cuando Gabe se encontró con su mirada.
—Hola —murmuró Gabe. Quería abrir los brazos en señal de invitación;

probablemente podrían tenderse juntos en el sofá si se aplastaban, pero su
incertidumbre sobre si Dante lo aceptaría lo mantenía quieto. Se miraron el
uno al otro durante un largo momento, en silencio torpe e incómodo.
—Siento haberte gritado anoche —dijo Dante. Se acercó un poco más

al borde de la mesa, donde había colocado una bolsa de la tienda de
comestibles.
—Siento haber hecho que quisieras gritar —susurró Gabe. Él se movió

un poco, aparentemente lo suficiente como para disgustar a Mario, quien se
estiró y se alejó con un movimiento de su cola.
Dante respiró hondo como si se fortaleciera.
—Está bien. Solo, tal vez en el futuro, ¿no desmontemos mi juego

cuando estamos en casa? Creo que eso necesita quedarse en la pista. Es tu
compañero de equipo, tu ex A. No es una cosa de novio.
441
¿Por qué todos los demás podrían resolver estas cosas por sí mismos
cuando Gabe necesitaba que se lo dijeran? Eso era sentido común. ¿Verdad?
De cualquier manera, él asintió.
—Tienes razón. Anoche fui muy intenso. Lo siento.
—Te perdono.
Se quedaron quietos, mirándose el uno al otro.
¿Ahora qué?
Dante resopló.
—Ahora que nos hemos reconciliado... —Se levantó de la mesa. Gabe

captó la indirecta y levantó su brazo. Dante se acurrucó, descansando su
cabeza en el hombro de Gabe. Él suspiró profundamente—. Mejor.
Se quedaron así, descansando perezosamente, dejando que la paz se

afianzara. Después de varios minutos, Dante rompió el silencio.
—Entonces, ¿dónde estabas esta mañana? Mi teléfono me despertó y

tú ya no estabas.
—Es April Fools —dijo Gabe un poco amargamente—. Chef me

convenció para que pensara que había una emergencia y me recibió en la
puerta con un pastel en la cara.
Dante amortiguó su risa en la piel del cuello de Gabe.
—Oh hombre. Entonces, ¿no necesitaba ese helado que compré?
Gabe sintió una súbita oleada de afecto por él.
—¿Sacas una página del libro de disculpas de Kitty?
442
—Tal vez yo solo tenía un antojo de mayan chocolate.
Gabe sonrió.
—¿Dijiste que tu teléfono te despertó? —El teléfono de Dante solía sonar

y piar todo el día gracias no solo a los mensajes de texto normales sino
también a sus muchas aplicaciones, pero no solía dejar el sonido encendido
durante la noche.
—Google Alert. Hubo un artículo sobre nosotros. Una vez que me

despertó, quería ver. Luego, después de verlo, me enojé demasiado para
dormir.
Gabe levantó una mano para pasar sus dedos por el cabello de Dante.
—¿Qué decía?
Dante resopló.
—Que debemos estar enojados ya que jugamos como la mierda. —

Levantó los pies en el sofá y se acurrucó más en el costado de Gabe—. No es
como si no supiéramos que vendría. Iban a comenzar rumores en el primer
juego que estábamos fuera. Fue una mierda de despertar.
Especialmente después de la noche anterior, no dijo nada, pero Gabe lo

escuchó de todos modos.
—Todos están celosos de nuestro talento y tus increíbles habilidades

para encontrar novio.
Dante perezosamente golpeó a Gabe en el pecho. Era apenas más que

un aleteo de sus dedos.
—Oye, dices eso como si no hubieras hecho el mejor trato aquí.
443
Gabe resopló.
—Oh, eso crees, ¿verdad? —El solo hecho de que él aceptara no

significaba que iba a dejar que Dante se saliera con la suya con ese tipo de
egoísmo.
—Sí. Quiero decir que obviamente soy bastante bueno.
—Hmm. —Gabe consideró esto—. Bueno, tú chupas bien...
Dante refunfuñó, y luego le devolvió el tiro sin sentido:
—Te mostraré una gran chupada.
Y luego lo hizo.
Gabe habría considerado el argumento después, si alguno de ellos lo

hubiera recordado...
EN EL ÚLTIMO juego de la temporada, los comodines aún estaban

indecisos. Los Deke estaban empatados con los Red Wings por puntos y solo
un punto por detrás de los Rangers. La gente estuvo haciendo apuestas
durante semanas. Dado que el último juego de los Rangers fue contra los
Sabres del último lugar, la mayoría de los analistas deportivos asumieron que
ganarían, y el lugar restante se llenaría dependiendo de cómo los Dekes y los
Wings se presentaran en su próximo juego.
Gabe odiaba que estuvieran tan cerca de los playoffs con todo al azar.
Si los Dekes perdían y las Wings ganaban, o si ambos perdían o ganaban, los
Wings irían a los playoffs, ya que tenían más victorias en general. Era
frustrante que el próximo juego del otro equipo influyera tanto en sus
posibilidades.
444
Especialmente porque los Wings jugaban contra Toronto, quienes

probablemente participarían en su habitual jugada a medias de fin de
temporada, motivados más por la colocación de la selección de draft que por
el orgullo, ya que una vez más estarían perdiendo los playoffs.
Los Dekes se alinearon contra Montreal.
—¿Al menos es un juego en casa? —ofreció Fifi desde la izquierda de

Gabe mientras esperaban a que tocara el himno.
Bueno, claro. Pero la ciudad de Quebec se había ido sin un equipo de

hockey profesional por el tiempo suficiente como para que la audiencia tuviera
tantos fanáticos de Habs como Dekes. Aun así, Gabe asintió sin aliento y
cuadró sus hombros. Ellos podrían hacer esto.
Por supuesto, los Habs aún estaban compitiendo con los Sens por el
segundo lugar y, por lo tanto, la ventaja de tener hielo en casa en la primera
serie. Y todos querían ir a los playoffs con una victoria, por lo que no iban a
darse la vuelta y dejar que los Dekes la tomaran.
El primer período pasó sin anotación, y las expectativas de la multitud

pesaba mucho sobre Gabe. La entrenadora los había hecho entregar sus
teléfonos antes del juego para que no se pudieran distraerse verificando los
juegos de los Wings o Rangers. Ahora estaba apoyada contra la pared del
vestuario, se frotaba el estómago y hacía muecas.
—No se atrevan a deshonrar a este bebé perdiendo ahora —gruñó—.

Hemos trabajado mucho para esto todo el año. Han sangrado y sudado hielo.
Este es probablemente el peor año de relaciones públicas en la historia de la
NHL. No dejen que los venza.
Gabe miró a Dante, luego a Yorkie, luego a Fifi y Toupie. Bueno. Ellos
podrían hacer esto.
445
Los Habs comenzaron a anotar en el segundo período, un combo de

Galchenyuk y Gallagher que fue casi demasiado rápido para que Gabe lo
siguiera. Protegido por sus propios defensores, Chef nunca tuvo la
oportunidad de colocar su bastón sobre él.
Gabe salió del turno justo después, zumbando con la necesidad de

recuperar su ímpetu. Le dio una bofetada a Yorkie en el hombro.
—Ve por ellos, chico.
Treinta segundos más tarde, Toffee deslizó un pase derecho más allá de
Price fuera del rebote envolvente de Yorkie.
El resto del segundo período transcurrió en una ráfaga furiosa de

control y garrote, pero no más goles.
Antes del comienzo de la tercera, Fifi se encontró con Gabe y Dante y

les puso una mano en cada hombro.
—Ahora demostramos que nos hemos ganado nuestro lugar. —Él

golpeó sus cascos juntos.
Fue un motivador tan bueno como cualquier otro, pero eso no hizo que
la anotación fuera más fácil. Pasaron sin puntajes durante tres turnos,
agarrados al disco por los pelos. Luego Fifi fue a las tablas con Galchenyuk y
salió con el puck. Le dio un pase a Gabe con hielo masticado, y lo derribó más
allá de la defensa de los Habs.
No tuvo un buen tiro, pero sí tenía un compañero de equipo. Después

de fingir un tiro en la red, Gabe le lanzó un pase sin mirar a Dante. Mientras
patinaba más allá de la red, la luz del objetivo se apagó y “Moves Like Jagger”
sonó desde los parlantes de arriba.
Dante lo estrelló contra las tablas, chillando.
446
Fifi y Tips cada uno anotó de nuevo después de eso. Los Habs no podían
seguir el ritmo.
Ganaron, pero aún no era el momento de celebrar.
Todo en el anfiteatro se detuvo cuando el locutor entró en la AP198.
—El timbre sonó en Nueva York. El puntaje final del juego Rangers-
Sabers es Sabers 5, Rangers 1.
—Mierda. ¿Tenían a Tsujimoto jugando? —preguntó Yorkie desde el

banco al lado de Gabe. La derrota de los Rangers junto con su victoria ponía
a los Deke adelante en puntos. No importaba lo que los Wings hicieran ahora.
Ellos entraban.
Tips aún estaba haciendo su vuelta de la victoria, y el resto del equipo

salió hirviendo del banco para unirse a él. Gabe se dirigió directamente a Chef
y llegó justo después de Fifi, estrellándose contra los dos mientras apoyaban
sus cascos, gritando en la cara del otro.
—¡Jodidamente bien!
Gabe todavía se estaba riendo cuando alguien tiró de la parte trasera

de su camiseta, y giró 180 grados para encontrar a Dante detrás de él, con
las mejillas rojas y radiante, el casco descartado en algún lugar de la
celebración y el cabello sudoroso pegado a todo.
Dante empuñó una mano sin guantes justo por encima del logotipo de
Dekes de Gabe y tiró de él para darle un duro beso.
198
AP: siglas para “Adress Public”, o anunciadores públicos. Son locutores de radio o
televisón. Reportan noticias en vivo desde el lugar de los eventos.
447
Bien, pensó Gabe mientras se separaban, los dos todavía sonriendo

como idiotas, eso debería hacer los papeles.
Yorkie los encontró a continuación, y Gabe lo atrapó por el medio y lo

hizo girar tan rápido que sus patines salieron del hielo. Él estaba llorando.
Mierda. Así era como estaba la mitad del equipo, probablemente.
—¡Lo hicimos! ¡Maldita sea, lo hicimos!
Gabe le dio un beso en la mejilla.
—Buen juego, novato.
En esos pocos instantes maravillosos y gloriosos sobre el hielo, Gabe

estaba seguro de que nada podría derribarlo.
Obviamente salieron a celebrar. Incluso Gabe no quería perderse eso.

Él y Dante terminaron aplastados en un reservado con Crispy y Yogui y los
novatos, mientras que aparentemente la mitad de la ciudad se alineó para
comprarles alcohol.
—Estas personas están muy emocionadas —observó Yogui.
Tal vez, pensó Gabe, en esta área, los Dekes tenían ventaja sobre
Pittsburgh.
—Bueno sí. No hemos ido a los playoffs desde 1995.
Yogui se sonrojó un poco, como si hubiera olvidado que los playoffs no

eran solo un hecho. Gabe sonrió y chocó su cerveza.
—No podría haberlo hecho sin ti.
Las cosas se nublaron un poco después de eso. En algún momento

hubo chupitos, y muchos brindis, y luego Dante arrastró a Gabe a la pista de
448
baile para poder machacarse con él. Probablemente iban a aparecer en la

portada de un periódico sensacionalista, pero a Gabe no le importó, pues eran
los playoffs.
Pasaron unos veinte minutos de baile antes de que Dante se inclinara,

lamiera el cuello de Gabe y le dijera:
—De acuerdo, llévame a casa ahora.
Gabe no necesitó que se lo pidiera dos veces. Tomaron un taxi.
Gabe debería haber estado cansado después de un juego como ese, pero
la adrenalina parecía no poder escapar de su sistema, y su sangre todavía
bombeaba con fuerza. Tuvo que sentarse en sus manos en el auto para evitar
hacer cosas muy malas en la parte trasera de un taxi.
A juzgar por la expresión de Dante, él también lo sabía.
—¿Qué estás pensando? —susurró, lo suficientemente bajo como para

que el taxista no escuchara sobre el pop de Quebec.
Poner mi mano en tu regazo y hacer que llenes de crema los pantalones,

Gabe no dijo nada. En cambio, se pasó la lengua por los labios.
—Solo estoy haciendo una lista de tareas para cuando lleguemos a

casa.
Los ojos de Dante se volvieron oscuros… más oscuros… y frotó su mano

hacia arriba y abajo de su propio muslo en un evidente intento de distraerse.
Si su situación era algo así como la de Gabe, no funcionó.
Finalmente llegaron a la puerta de la casa. Gabe le pagó demasiado al

conductor y empujó a Dante dentro.
449
Tan pronto como la puerta se cerró detrás de ellos, Dante empujó a

Gabe contra ella y lo besó, boquiabierto y sucio, empujando su pierna entre
los muslos de Gabe como lo había hecho en la pista de baile.
Gabe le mordió el labio inferior, dobló los dedos en el cabello de Dante

y arrastró la cabeza hacia atrás unos centímetros.
—Ve arriba y desnúdate —dijo con voz ronca—. La última vez que
intentamos follar en el pasillo, nos interrumpieron.
—Kitty está en Pittsburgh —se quejó Dante, pero se echó atrás y se

dirigió a las escaleras de todos modos.
Gabe tuvo que esperar un minuto antes de confiar en sí mismo para

subir las escaleras sin morir. El tiempo extra estaba claramente bien
invertido, porque abrió la puerta del dormitorio y vio a Dante tendido desnudo
en la cama, con la cara pegada a una almohada, con tres dedos hundidos en
su propio culo.
Fue como volver a ganar el juego.
—Oh, mierda. —Gabe salió de la ropa y trepó a la cama, arrastrando

las puntas de los dedos por el brazo de Dante hasta que alcanzó su muñeca
y luego curvó su mano alrededor para hacer que se detuviera—. Realmente lo
quieres malvado, ¿eh?
—¿Hablas en serio ahora? —Dante se quejó cuando Gabe retiró su

mano.
Gabe abrió de un tirón el segundo cajón de la mesita de noche y palpó

a su alrededor hasta que encontró lo que estaba buscando.
—Te dije que estaba haciendo planes —dijo suavemente, levantando

una ceja en cuestión mientras levantaba el juguete.
450
Dante miró del rostro de Gabe al grueso tapón de silicona que tenía en
la mano y se pasó la lengua por los labios.
—No sé lo que estás pensando, pero sé que me gusta.
Gabe ya sabía eso por experiencia. Dante nunca había sido tímido sobre
lo que le gustaba en la cama. Él tampoco era tímido, ya que roció con
lubricante el juguete y lo presionó dentro de su novio.
—Joooder. —Su columna vertebral se volvió líquida, y se desplomó por

un segundo con solo su culo en el aire, un objetivo tentador para un golpe.
Luego rodó sobre su espalda y extendió sus piernas, su polla plana contra su
estómago, y sonrió despreocupadamente—. Entonces, ¿cuál es la jugada?
Gabe se situó entre los muslos de Dante y apretó un mordisco de boca

abierta en el interior del izquierdo, a quince centímetros por encima de su
rodilla.
—Me gusta tu estilo —gruñó Dante, y Gabe lo recompensó lamiendo la

marca del mordisco antes de comenzar con otra a unos centímetros.
Iban a tener mierda en el vestuario, pero al carajo. Esta noche Gabe

quería deshacer a su novio, y tenía un plan sólido sobre cómo hacerlo.
Continuó la línea de mordidas de succión hasta que Dante abrió las piernas
lo más que pudo, temblando, y Gabe enterró la cara en el pliegue de su ingle.
Luego puso su mano izquierda entre las piernas de Dante y presionó

con fuerza la base del plug.
Dante se estremeció y puso sus manos en el cabello de Gabe.
—Maldición. Oh Dios mío. Gabe.
451
Gabe fingió ignorarlo, incluso cuando su propia erección palpitó a buen

grado. Se cambió a la pierna derecha de Dante, comenzando por el pliegue de
su entrepierna, rozando casualmente el dorso de sus dedos sobre las bolas de
Dante mientras se movía.
—Joder —dijo Dante de nuevo, retorciéndose ahora mientras

temblaba—. Gabe, vamos, por favor, yo... —Tiró del cabello de Gabe otra vez,
obviamente deseando que encontrara otro uso para su boca.
—Bueno, ya que lo pides amablemente —dijo Gabe y tomó la polla de

Dante. Lo había provocado lo suficiente. El sabor de Dante era fuerte y salado
en su lengua, y mantuvo los ojos abiertos mientras chupaba, observando las
tensas líneas del cuerpo de Dante y la forma en que echó la cabeza hacia
atrás. Cuando Gabe tiró suavemente de la base del tapón, tirando de él la
mayor parte del camino, Dante hizo un ruido como si se estuviera muriendo
y metió las manos en las sábanas.
Se acercó cuando Gabe lo empujó de nuevo y deslizó su boca en su

verga para azotar su lengua sobre la rendija. Su cuerpo se sacudió, sus
muslos temblaron contra los hombros de Gabe mientras éste tragaba.
—Tienes que follarme ahora mismo —demandó Dante una vez que había
recuperado el aliento.
Gabe no le preguntó si estaba seguro. Podía leerlo en lo rígido del cuerpo

de Dante, todavía tenso incluso después de un orgasmo que lo dejó
temblando. Cogió un condón y se preparó.
El tapón había mantenido a Dante estirado, pero no tanto para no

estuviera aún apretado cuando Gabe empujó adentro, apretando los dientes
para evitar perderse.
452
Él no intentó ser elegante. Podía leer el cuerpo de Dante lo

suficientemente bien como para saber que no iba a correrse, al menos no
antes de que Gabe lo hiciera. En su lugar, tiró a Dante hasta la mitad en su
regazo y lo folló con fuerza, viendo los párpados de Dante agitarse en un placer
sobre estimulado.
—Dios, eres increíble —murmuró Gabe, y lo último de la tensión escapó

del cuerpo de Dante mientras gruñía de placer.
Gabe se mordió el labio y cerró los ojos cuando culminó, sintiendo que
estaba girando y dando vueltas.
Él acababa de recuperar el aliento cuando Dante dejó escapar un

suspiro tembloroso. Miró hacia abajo, esperando compartir el resplandor. En
vez de eso, se encontró con que Dante se llevaba una mano temblorosa a la
boca, tratando de sofocar un sollozo.
Oh Dios. Gabe acaba de destrozar a su novio con sexo. Agarró la base

del condón y se retiró con cuidado. No había estado controlado exactamente,
pero Dante había suplicado por más y más duro que eso. Gabe no pensó que
lo lastimaría.
—¿Dante?
Dante asintió como para indicar que había oído, pero no apartó la mano
de su rostro.
Gabe quería morir. Depositó el condón en la mesita de noche y se acostó

a su lado.
—¿Dante? ¿Nene?
Dante miró a Gabe, con los ojos húmedos y brillantes sobre su mano.
El pánico se elevó en el pecho de Gabe.
453
—Lo siento —dijo Dante, su voz amortiguada—. Lo siento. Maldición.

—Él apartó su mano—. Gabe, yo, lo siento. Mierda. —Se pasó la mano por los
ojos—. No es… tú no.
Sintiéndose algo consolado, Gabe se deslizó más cerca y apoyó una

mano en el brazo de Dante. Se sentía incómodo como la mierda, pero pensó
que probablemente era lo que tenía que hacer.
—¿Qué pasa?
—Mis padres llamaron antes del juego. Mi… mi abuela... la encontraron

esta mañana. —Dante se atragantó.
Gabe llenó los espacios en blanco.
—Mierda, lo siento mucho, Dante.
Dante asintió, luego rodó para presionarse en los brazos de Gabe.

Tomando la indirecta, Gabe envolvió ambos alrededor de Dante, abrazándolo,
frotándole la espalda.
—Se ha ido y yo... ella me odiaba —sollozó Dante.
—Oye, no. No pienses así. Ella te amaba Ella... está bien, no estoy
tratando de justificar lo que pensaba, porque fue medio jodida, pero tampoco
tuvo tiempo de darse cuenta de que sigues siendo tú.
Dante volvió a sorber, y la humedad se acumuló en la piel de Gabe.
—Apuesto a que ella habría llegado a eso eventualmente.
Dante soltó una risa ahogada, triste, y luego no dijo nada más. Eso
estuvo bien para Gabe. Se quedaron así, con Gabe acariciando la espalda de
Dante, hasta que se durmió. Entonces Gabe suavemente desenredó sus
454
cuerpos para poder limpiarlos a los dos antes de arrastrarse de regreso a la

cama y acurrucarse alrededor de Dante. Era hora de dormir. Se lo merecían.
ELLOS TENÍAN solo tres días libres antes de que comenzaran los
playoffs, lo que dejó a Dante con pocas opciones para el funeral.
—Yo era la única familia que le quedaba —explicó Dante a la mañana

siguiente durante el desayuno—. Bueno, excepto por mi madre biológica, pero
ella se ha ido desde el momento en que yo nací, así que... soy solo yo.
Hizo arreglos apresurados por teléfono. Sus padres hicieron mucho del
trabajo. Gabe se quedó cerca, escuchando mientras Dante les recordaba una
y otra vez que no se preocuparan por el dinero. Las cosas se estaban
apresurando un poco, pero Dante podía permitírselo.
—Quiero acabar de una vez. Yo... si no lo hacemos ahora, podría pasar

demasiado tiempo antes de que tenga tiempo libre para ir.
Gabe asintió tranquilizadoramente. Luego compró dos boletos para un

vuelo esa noche con regreso a la noche siguiente. Deseó poder pilotear él
mismo. Obviamente, Gabe se había malcriado por los vuelos fletados de los
Dekes. La entrenadora querría matarlos a ambos por estar fuera de la ciudad
durante veinticuatro horas. No creía que pudieran arriesgarse a ir por más
tiempo.
Estaba empacando un juego de bolsas en el dormitorio cuando Dante

lo encontró poco tiempo después.
—Oh, oye, no tienes que... espera. ¿Dos bolsas? —Volvió ojos

esperanzados hacia Gabe.
Una gran exasperación se apoderó de él.
455
—Por supuesto dos bolsas. ¿Qué, crees que te dejaría ir solo? —Bien,
tomar la decisión de ir no fue fácil. Eso no significaba que no supiera que era
lo correcto—. Nuestro vuelo sale a las seis, así que tenemos que irnos en unas
cuatro horas.
—Oh. Te vi reservando el boleto, pero... —Dante se acercó a él y lo besó

con fuerza—. Gracias.
—No hay problema —dijo Gabe, arrojando un par de ropa interior en la

cama—. Pero tienes que ser quien llame a la entrenadora para hacerle saber
que no vamos a estar cerca mañana.
—Que te follen —dijo Dante, no desagradablemente, incluso si su tono

no era alegre.
—Hmm, no antes de un vuelo. —Movió sus caderas significativamente.
Dante resopló.
—Cobarde.
—No todos han registrado tanta práctica como tú.
Dante sonrió engreído casi a sus estándares habituales.
—¿Qué puedo decir? Sé cómo tomarlo como un hombre.
—Eso haces. —Gabe estuvo de acuerdo afablemente antes de presionar

un suave beso en la boca de Dante—. Ahora ve con la entrenadora al teléfono.
Cuanto antes sepa, mejor.
EL FUNERAL fue un espectáculo de mierda.
456
No porque nada estuviera mal organizado o no fue según el plan. Era

triste, de esa manera los funerales eran tristes cuando la persona muerta
había alienado a su único pariente vivo hasta el punto en que estaba
convencido de que ella lo odiaba.
Solo asistieron un puñado de personas: Dante, sus padres y algunas

personas del hogar de ancianos. Los padres de Dante vivían en Louisiana, no
exactamente el mejor país de hockey. Si alguien reconocía a Gabe o sabía que
Dante era un atleta profesional, no lo dejaban ver.
Un sacerdote dijo algunas palabras en inglés, algo genérico, luego

algunas más en español, y luego preguntó si alguien quería agregar sus
propios recuerdos.
Gabe se sintió torpe, más incómodo que nunca en su vida, sin saber si
podría alcanzar la mano de Dante. ¿Era este el tipo de iglesia donde fruncían
el ceño? No estaba seguro, así que se sentó cerca, asegurándose de que su
pierna presionaba contra la de Dante desde la cadera hasta el tobillo.
En el otro lado de Dante, sus padres parecían cansados y demacrados,

y seguían mirándose el uno al otro y a su hijo, como si trataran de averiguar
cuál de ellos tenía que levantarse y decir cosas buenas sobre la vieja bruja
que había roto el corazón de Dante.
Quizás eso no era justo, pero a Gabe no le importaba.
Durante unos momentos prolongados, nadie en la pequeña iglesia

cargada se movió. Entonces Dante exhaló bruscamente y se desdobló del
banco. Gabe pensó que iría al púlpito e intentaría hacer las paces de alguna
manera. En lugar de eso se dirigió al ataúd y miró hacia abajo al cuerpo de
su abuela, su garganta trabajando visiblemente.
457
Luego exhaló lo suficientemente fuerte como para que toda la iglesia lo

escuchara, y salió con la cabeza gacha.
Sobresaltado, Gabe se encontró con la madre de Dante. El peso de la

expectativa en su mirada se posó en sus hombros. Bueno. Él tenía esto.
Esperaba.
Siguió a Dante fuera.
Afortunadamente, Dante no había llegado lejos. Gabe lo encontró

sentado en los escalones de la iglesia, apoyado contra la pared de ladrillo que
servía como barandilla, y mirando los árboles. Tenía sus brazos apoyados en
sus rodillas, el anillo de su abuela colgando de los dedos de su mano
izquierda.
Gabe se sentó a su lado y esperó a que hablara.
No tuvo que esperar mucho.
—Apesta, ¿sabes? —dijo Dante, balanceando el collar de un lado a otro.

Su voz sonaba hueca, pero tenía los ojos secos—. No es como si ella me
hubiera criado ni nada, pero siempre estuvo en mi vida. Y luego estabas tú, y
ella no podía aceptar eso. Y aún la amaba a pesar de que me hacía daño, y
ahora está muerta.
La iglesia estaba ubicada en una de las calles principales de la ciudad,

y cualquiera que pasara podía verla. Pero qué diablos, todo Internet ya los
había visto besuqueándose. Esta ciudad Podunk podría escandalizarse todo
lo que quisiera. Gabe deslizó su brazo alrededor de los hombros de Dante.
Dante apoyó su cabeza contra el pecho de Gabe.
—Gracias.
458
—No lo menciones.
Volvieron al silencio, Dante todavía jugaba con el anillo de su abuela.

Gabe sabía que no podían quedarse allí mucho más tiempo. La gente saldría
pronto, y luego tenían que ir directamente al aeropuerto o perderían su vuelo.
Pero no iba a levantarse hasta que Dante estuviera listo. Podrían reservar otro
vuelo.
Alguien dentro comenzó a tocar el órgano, y Dante se movió para mirar

a Gabe a los ojos.
—Escucha, yo... quiero decirte algo, ¿está bien?
Gabe asintió. Bien.
Mientras tragaba, Dante desenvolvió el brazo de Gabe de sus hombros

y sostuvo su mano frente a él.
Luego depositó una pieza de metal cálido por el sol y se lamió los labios.
—Quiero que tengas esto. Para usarlo por mí. Es... lo hemos hecho tan
bien desde que empecé a usarlo, pero no creo que pueda volver a ponérmelo.
Gabe abrió su mano lo suficiente para ver el anillo brillando al sol. Su

corazón se atascó en su garganta. Trató de respirar profundamente, pero eso
también lo atrapó. Finalmente él dijo:
—Esto no es para lo que ella te lo dio.
Dante hizo un ruido suave.
—Sé lo que ella quería que hiciera con esto, pero no tiene voz.
Gabe tragó, tratando de procesar, poner su objeción en palabras.
459
—Pero no lo sé, todavía puedes, ya sabes. —Hizo un gesto con la mano

ocupada.
Por algunos latidos, Dante lo miró fijamente.
—¿Casarme con una chica y hacer mi propio equipo de hockey? —dijo.

Su voz tenía un ligero toque de histeria.
La nuca de Gabe se erizó. Se aclaró la garganta.
—Sí. Quiero decir. Eres joven, supongo. —Dios, él no dijo, eres joven.
Dante se rió una vez, bruscamente, obviamente incrédulo.
—Tú eres tan tonto. ¿Quieres romper?
Desorientado, Gabe solo pudo tartamudear:
—Uh... ¿no?
—Yo tampoco —dijo Dante, medio cariñoso, medio serio—. No quiero

una chica, Gabe. Salí de un armario, donde ni siquiera sabía que estaba, por
ti. ¡Renuncié al sexo en viajes por carretera! Mi gato —enfatizó— vive en tu
casa. No sé qué más puedo hacer para que quede claro.
Gabe se humedeció los labios. La cadena en su mano de repente se

sintió muy pesada.
Dante dio un largo suspiro y apoyó su frente contra la rodilla de Gabe.

Luego levantó la vista, las mejillas sonrojadas, los labios curvos.
—Te amo, ¿de acuerdo? —dijo, con un pequeño rastro de

exasperación—. Tu completo idiota. ¿Ahora te pondrías el anillo, por favor?
460
Las orejas de Gabe se calentaron y su estómago se apretó. Se sentía

ingrávido, como si hubiera pasado furtivamente por delante de Carey Price en
tiempo extra. Apretó su mano en un apretado puño y el metal mordió la carne
de su palma.
Luego abrió su mano nuevamente y levantó el collar sobre su cabeza.

El anillo se asentó contra su esternón, un peso constante y reconfortante.
Dante exhaló un suspiro.
—Gracias.
Me tienes del revés, Gabe quería decir, pero no lo hizo. Se inclinó hacia
adelante y lo besó allí mismo, en los escalones de la iglesia, delante de Dios y
de la abuela muerta de Dante. Si a alguien no le gustaba, podía irse al
infierno.
HICIERON SU vuelo y volvieron a la casa lo suficientemente tarde como

para que, después de comer una cena rápida de pasta sobrante, se
arrastraran directamente a la cama. Ninguno de los dos tenía la energía para
mantenerse despierto.
En la práctica de la mañana siguiente, la mayoría de los chicos se

tomaron el tiempo para decirle algo a Dante o para darle un abrazo o una
palmadita en el hombro.
Dejando a un lado las palabras bonitas, la práctica fue tensa. La

entrenadora gastó una gran cantidad de ella gritándoles que fueran mejores,
mientras se frotaba su vientre distendido. Con su cara roja y su vientre
hinchado, parecía lista para reventar en más de un sentido.
461
Su primer juego de postemporada fue la noche siguiente en Filadelfia,

y todos estaban nerviosos. Los Flyers acababan de alcanzar el primer lugar
en la división. Esa era la peor parte de ser un comodín: tenías que vencer a
uno de los mejores equipos si querías avanzar.
A pesar de que Gabe amaba y creía en su equipo, todavía estaba

sorprendido cuando lograron enganchar el primer juego de la serie 3-2 en el
tiempo reglamentario. Como la mayoría de sus compañeros de equipo, no
había sido demasiado orgulloso para comenzar a celebrar y reírse en el hielo
cuando sonó el timbre.
No importa qué más sucediera, habían tenido este momento.
Pero luego lo volvieron a tener dos noches después, una vez más en el
hielo Flyer.
El segundo juego fue una batalla más sangrienta, con los Flyers
jugando furiosos y ásperos, obviamente avergonzados de haber dejado caer el
disco en casa. Y, ¿quién podría culparlos? Casi siempre hubo la expectativa
tácita de que los equipos de más alto rango barrerían la primera serie contra
los comodines.
Los Dekes resistieron, sin embargo, luchando duro para mantener el

disco en la zona ofensiva y empujando un par de goles en la red. Ninguno de
los dos fue bonito, pero la apariencia no contaba. Cuando sonó el timbre al
final de la tercera y el marcador estaba empatado 2-2, a Gabe realmente no
le importaba lo bonito.
Fue al segundo tiempo extra. Todo el mundo estaba agotado para ese
punto, pero ambos porteros se mantuvieron firmes, negando a todos, hasta
que Dante recogió el disco en la zona neutral, derribó el hielo, giró para evitar
al defensor de los Flyers y lanzó el disco hacia la red.
462
¡Mierda!
De vuelta en el vestuario, antes de que llegara la prensa, Chef abrazó a

Dante y le revolvió el pelo. Luego se volvió hacia Gabe y le dijo:
—¡Dime que este hombre te follara esta noche!
Gabe sonrió.
—No lo sé…
Dante graznó.
—¿Con un gol como ese? Como si pudieras resistirte.
Eso hizo reír a todos los demás jugadores. Gabe se encogió de hombros.
Cuando el hombre tenía razón, tenía razón.
Se dirigieron a Quebec esa noche, por lo que Dante tuvo que esperar
hasta la mañana siguiente para su trabajo de felicitación.
Perdieron el juego tres 1-0. El vestuario estuvo tranquilo después, todos

desanimados por perder el primer juego en casa. Pero la entrenadora no
quería saber nada de eso.
—Todavía estamos arriba dos juegos a uno, y podrán habernos

superado esta noche, pero no nos superaron. Mañana por la noche lo harán
mejor. —Ella hizo una mueca y puso una mano en su estómago. Gabe supuso
que la habían pateado en algún lugar sensible—. O de lo contrario...
Ellos lo hicieron mejor. Ganar su tercer juego de la serie en casa, fue

muy diferente a cualquier otro. Se gritaron el uno al otro, y se abrazaron en
el hielo. Yorkie quedó sepultado bajo una pila de compañeros de equipo
emocionados que apreciaban su objetivo de ganar un juego.
463
Arriba 3-1, se dirigieron a Filadelfia para el quinto juego. Gabe y Dante

no fueron los únicos que vibraron en sus asientos, llenos de anticipación.
Estaban a punto de avanzar a la siguiente ronda. Sin embargo, nadie lo dijo
en voz alta. Nadie quería maldecirlo.
Los Flyers estaban obviamente desesperados. Lucharon duro y con la

esperanza de evitar una victoria de los Dekes para un juego más. A mitad del
primer período, uno de los Flyers golpeó un slapshot. Toupie lo tomó en la
cara.
Lo hizo caer de rodillas. Escupió sangre en el hielo, y Gabe pensó que

pudo ver sus dientes.
Las entrenadoras salieron corriendo, rápidamente pusieron a Toupie de

pie, y le pusieron una toalla blanca en la cara.
Ambos equipos se reunieron alrededor de sus bancos, esperando ver

cómo se desarrollarían las cosas. La entrenadora se paseaba de un lado a
otro, murmurando enojada. Cuando las entrenadoras guiaron a Toupie, los
Dekes hicieron sonar sus palos sobre el hielo.
Llenos de indignación por la lesión, se unieron. Fifi marcó primero.

Crispy siguió con otro poco después. Pero su ventaja de 2-0 solo duró hasta
el final del período, y dejaron el hielo con un puntaje de 2-2.
En el intermedio supieron que Toupie había perdido dos dientes y

necesitaba cuarenta y nueve puntos, pero el disparo no había roto ningún
hueso. Parecía repugnante, magullado hasta el infierno, pero los médicos
predijeron que volvería a estar en el hielo para el próximo juego.
Antes de que pudieran sentirse aliviados, La entrenadora les arrebató

uno nuevo para tirar la ventaja.
464
El segundo período fue igual de brutal. La entrenadora frunció el ceño

y se paseó detrás del banco. Los árbitros llamaron a siete penales y fallaron
aún más faltas, y tres goles más ingresaron a la red. Los Flyers lideraban 4-
3.
Durante el segundo intermedio, la entrenadora les gritó un poco más,

frotándose el vientre con enojo y exigiéndoles que ganaran esta noche, o de lo
contrario...
En el tercero, los Dekes anotaron dos veces seguidas para que fuera 5-
4. Mantuvieron su ventaja hasta el último minuto del juego, cuando los Flyers
tiraron de su portero, se abrieron paso hasta el final de los Dekes y metieron
el disco en la portería.
La entrenadora gritó mucho durante ese intermedio. Casi habían

terminado y sería mejor que regresaran y marcaran rápido.
Crispy y Yogui tomaron en serio su consejo. Durante su primer turno

de tiempo extra, ardieron en el hielo picado. Yogui ofreció un pase dulce, y
Crispy lo inclinó hacia la red.
Y eso fue todo. Los Dekes ganaron su primera serie, en Filadelfia.
La celebración en el hielo culminó en lo que era esencialmente un gran

abrazo grupal sudoroso con mucho relleno extra, y luego Fifi besó el guante
de Chef y el bloqueador de Teacup. La entrenadora los observó a todos con
una media mueca, una media sonrisa, frotándose el estómago, durante unos
buenos cinco minutos antes de gritarles a la línea de saludo199.
Entraron en el vestuario, todavía efervescentes. Gabe tenía un mensaje

de texto de Kitty esperando… Gracias por eliminar Flyers para nosotros, triste que
199
Línea en que los dos equipos se alinean para saludarse como forma de estimular el juego
limpio.
465
tenemos que vencerlos a continuación. Él resopló y lo guardó hasta que pudiera

pensar en una buena respuesta más tarde...
Antes de que llegaran los medios, la entrenadora aplaudió por su

atención.
—¡Bien! Gracias por hacer eso tan rápido. Lo aprecio. —Todos se rieron,
pero ella negó con la cabeza—. No en serio. Estoy orgullosa de la forma en que
jugaron esta noche. Le enseñaron a la liga que merecemos nuestro lugar en
ella.
Gabe se ruborizó de placer, y Dante le dio un codazo en el hombro y le

apretó la mano.
Entonces la entrenadora dijo:
—Ahora tengo que ir a hablar con los medios, y luego uno de ustedes,
idiotas, tiene que llevarme al hospital. No puedo creer que esté teniendo a este
niño en la puta Filadelfia.
El vestuario estalló en variaciones de Oh mierda.
—¿Cuánto tiempo llevas de parto? —exigió Fifi en francés.
Ella hizo una mueca.
—Desde el himno nacional. Llamé a Henri. Él estará aquí tan pronto

como pueda. —Empujó a Fifi hacia el banco—. Date prisa y cámbiate. Tengo
que dejar entrar a los medios de comunicación pronto, y como estoy saliendo
temprano, estás en cubierta. —Su mirada se posó en Yorkie, y ella cambió al
inglés—. Novato, vas a necesitar la práctica. Metete a las duchas.
Yorkie se puso blanco, luego comenzó a tirar de su ropa.
466
—Sí, Entrenadora. —Gabe nunca había visto a Dante desnudo tan

rápido. No estaba seguro de si sentirse insultado o impresionado.
Gabe miró a Dante.
Dante miró a la entrenadora.
—Hombre, y nos diste una mierda por no esperar hasta después de los
playoffs.
—Baltierra, no pienses que no voy a sacarte de la habitación del

hospital...
Trish asomó la cabeza y miró a su alrededor.
—¿Están listos para esto? Porque hay un verdadero frenesí de los

medios aquí y va a haber disturbios pronto.
La entrenadora volvió a colocar su cara de juego y cuadró sus hombros.
—Hagámoslo.
LE SOLEIL HABLA CON DANTE BALTIERRA
Por Kevin McIntyre
Entrevistador: Felicitaciones por ganar su enfrentamiento de playoff de

primera ronda contra los Flyers. ¿Cómo se siente?
DB: Uh, muy bien. La gente siempre dice que el hockey de postemporada
es diferente del hockey de temporada regular, y uno no se da cuenta de lo
467
acertados que están hasta que lo juegas. Pensé que estaba dando todo antes,
pero encuentras reservas extra para tocar. Lo que sea necesario.
Entrevistador: El novato de los Dekes, Tom Yorkshire, acaba de ser
anunciado como finalista al Calder. ¿Cómo te hace sentir acerca de tus

posibilidades?
DB: Yorkie ha sido genial. Él trabaja duro. Creo que tuvo un par de rachas
de seis partidos en marzo. No ha sido exactamente fácil este año en lo personal,
así que para él mejorar como lo hizo y liderar el puntaje de novato es bastante
bueno. Esperamos que pueda seguir así.
Entrevistador: Escuché que la entrenadora St. Louis apareció en la

práctica esta mañana dos días después de dar a luz. ¿Es cierto?
DB: Ella lo hizo, sí. La entrenadora es una diosa. Ella se quedó con
nosotros para ganar el quinto juego cuando estaba en trabajo de parto. Sin
embargo, Fifi la convenció de que les entregara la próxima práctica a los
entrenadores asistentes.
Entrevistador: ¿Cómo te sientes acerca de tu próxima serie con los

Penguins?
DB: Son un equipo sólido, obviamente, o no estarían en los playoffs. Pero

es como cualquier deporte. Cualquier equipo en un buen día puede vencer a otro
equipo que tenga uno malo. Tendremos que estar en nuestro mejor momento y
ver qué pasa.
Entrevistador: ¿Ha cambiado su relación con “su compañero de equipo”

Gabriel Martin en absoluto ahora que ambos están bajo el estrés de los playoffs?
468
DB: Tratamos de no llevarnos el trabajo a casa, aunque obviamente

estamos un poco más cansados, un poco más tensos que de costumbre. Pero es
más o menos lo mismo, excepto que ahora cuando nos besamos, a veces tengo
su barba de los playoffs200 en la nariz.
Los Nordiques comienzan su serie contra los Penguins este viernes en

Pittsburgh.
PERDIERON CON los Pens en seis.
Apestaba
En parte debido a la falsa esperanza, pensó Gabe, ganaron el primer

juego 4-2, porque a pesar de la mejoría general de los Pens desde su revisión,
continuaron ocasionalmente siendo absolutamente horribles en casa. Y en
parte porque perder siempre apestaba, y perder en los playoffs apestaba más.
Pero al final, eran un club joven, y Gabe tenía que estar impresionado
de que hubieran llegado tan lejos. Tendrían tiempo para carreras serias por
la Copa.
Al menos no habían perdido a los Habs, que estaban listos para acabar
con los Bruins por el derecho a enfrentar a los Pens en la Final de la
Conferencia.
La línea de apretón de manos parecía interminable. Gabe trató de

mantener una cara valiente, porque tenía a Yorkie delante de él y a Dante
Las barbas de postemporada (playoffs): una vez comienzan los playoffs la afeitadora se deja
200
a un lado. Cada uno de los jugadores se deja crecer la barba mientras su equipo siga vivo.
Es una tradición que iniciaron los Islanders de Nueva York en los 80 y hoy en día se extiende
hasta los fanáticos, quienes acompañan la tradición mientras su equipo siga en carrera.
469
detrás de él y no quería que su rostro apareciera en ningún blog de hockey

con una leyenda sobre cómo no debería jugar al hockey si no podía perder sin
llorar, o algo igualmente asqueroso. No fue como si perder fuera una sorpresa,
pero solo porque lo esperaba no significaba que tuviera que estar contento.
A mitad de la línea, se encontró tocando guantes con Kitty, que hizo un

ruido de insatisfacción y se inclinó para engullir a Gabe en un abrazo.
—Juegas bien —dijo al oído de Gabe—. Tal vez lo consigamos el próximo

año. ¿Revancha?
Gabe se echó a reír y lo apretó.
—Te tomo la palabra. —Negó con la cabeza cuando Kitty se alejó—.

Felicidades, supongo.
Kitty le dio a Dante el mismo tratamiento, solo que con una bofetada
en el culo cuando lo soltó.
—Bueno, él lo llamó. —Gabe le dijo a Dante mientras continuaban los

apretones de manos.
—¿Qué, Kitty?
Gabe asintió. Habían llegado al final de la línea, y él solo quería salir

del hielo y entrar al vestuario. Y afeitarse… Dios, le picaba la cara. A la mierda
los Islanders por la estúpida tradición de la barba de los playoffs.
—Sí. Dijo que ganarían la Copa fácil.
Dante lo miró ofendido.
—No lo hicimos fácil.
470
Quizás no, pensó Gabe. Pero tampoco lo habían dificultado lo

suficiente.
Algunos de los muchachos más jóvenes se dirigieron a ahogar sus

penas, pero Gabe y Dante compartieron su suerte con los viejos casados y
suplicaron irse a casa. Después de quitarse los trajes y volver a cargar sus
cuerpos con comida y Gatorade, se acurrucaron juntos en la cama, cara a
cara, disfrutando de la intimidad.
—Perdimos —dijo Dante, no lloriqueando, solo para reconfirmar, pensó

Gabe, para hacerlo realidad.
—Lo hicimos. Pero lo hicimos más allá de lo que nadie pensó que lo
haríamos. Nadie pensó que íbamos a llegar a los playoffs en primer lugar.
—Cierto. —Dante se retorció y deslizó su pie entre el de Gabe—.

¿Piensas que Kitty obtendrá la Copa este año?
—Hmm —dijo Gabe soñoliento, dejando que sus ojos se cerraran—. Al

menos de esa manera los Habs no tendrían la oportunidad de dejarlo en la
nieve de nuevo. “Él mejor”. Quiero ir a su loca fiesta de la Copa Rusa.
Dante se rió entre dientes.
—Sí, está bien. —Ninguno de ellos iría a Rusia en el corto plazo.
Permanecieron en silencio por un tiempo. Gabe se estaba quedando

dormido cuando Dante habló.
—¿Oye, Gabe?
—¿Sí?
—Siempre esta el próximo año.
471
Gabe apretó su agarre, tirando de Dante más cerca, contento con la

vida y con la esperanza para el futuro.
—Diablos sí lo esta —prometió en la oscuridad.
Ambos se durmieron.
472
DOS AÑOS DESPUES

EL RUIDO en la QCA era ensordecedor. Gabe nunca lo había escuchado
tan alto.
Por otra parte, nunca habían sido anfitriones del sexto juego de las
finales de la Copa Stanley, con los Dekes frente a los Hawks, adelante en la
serie tres juegos a dos, y el marcador empatado a 2 con menos de cinco
minutos por jugar el tercero.
En menos de cinco minutos, podrían tener la Copa por primera vez.
A su lado, a su izquierda, Dante vibraba de emoción. Tocó la C en el

frente del jersey de Gabe.
—Es hora de que ganes esto.
Gabe sintió un destello de culpa por eso, pero pasó rápidamente. Esta
noche de todas las noches, parecía equivocado que liderara el equipo en lugar
de Fifi, pero Fifi dijo que sabía que iba a llegar.
Gabe sabía sin que le dijeran que este era el último año de Fifi en la
liga. Su rodilla había estado dando guerra toda la temporada. Pasó demasiado
tiempo recuperándose de la cirugía el año anterior, y no se perdieron los
playoffs por un pelo… no por la culpa de Fifi, pero él se lo tomó mal. Gabe
sabía que no se arriesgaría a que sucediera de nuevo. Yogui estaba listo para
dar un paso adelante y reemplazarlo, pero el hecho de que Gabe aceptara que
el cambio iba a suceder no significaba que le tuviera que gustar.
—Creo que se lo ha estado ganando toda la temporada —le ofreció

sardónicamente Fifi desde el otro lado de Gabe. Su rodilla no parecía
473
molestarlo demasiado esa noche, al menos—. Y en la primera ronda. Y la

segunda ronda. Y…
—Dios, no bombees sus neumáticos —murmuró Dante, pero con

cariño—. Ya es suficientemente malo. Ni siquiera puedo imaginar cómo será
si...
Él no dijo si ganáramos, porque él sabía mejor. Pero por un breve

momento, Gabe pensó en cómo sería, entregándole la Copa a Fifi, a Dante, a
Yogui y Tips. ¿La niña de Yorkie era demasiado grande para sentarse en el
cuenco? Ella tenía casi dos años, probablemente. Aun así, tal vez Yorkie
trabajaría la Copa en su plan de propuesta cada vez más elaborado. Había
acudido a Gabe meses antes para buscar consejos, diciendo que Jenna
merecía algo más que un arreglo comercial hecho durante FaceTime. La
solicitud hizo que Gabe se preguntara en voz alta por qué Yorkie pensaba que
él tenía alguna idea sobre las propuestas, y Yorkie se veía inestable, como si
no quisiera admitir nada que pudiera causarle problemas. Fue una tarde
interesante.
Dante se rió tontamente cuando lo escuchó. Gabe se sintió aliviado al

recordar que Dante no estaba esperando eso de él.
—¿Qué? ¿Pensaste que me sentía inseguro ahora que no somos los

únicos en la liga? —Un veterano de cinco años admitió públicamente el otoño
pasado que su compañero de habitación no era solo un compañero de
cuarto—. ¿Pensaste que quería ser el primero en engancharte para recuperar
parte de nuestra gloria anterior?
Gabe se encogió de hombros, un poco avergonzado. Pero en su defensa:
—Yorkie se veía súper inestable, como si supiera algo.
474
—Hm —acordó Dante, con los ojos bailando. Él no dijo nada más, solo
usó la cadena alrededor del cuello de Gabe para jalarlo en un beso. Joder el
matrimonio de todos modos.
Ahora, el reloj se estaba agotando en el tiempo de espera de los Hawks,

y Gabe le dio un empujón a Dante. Debajo de sus almohadillas, el anillo de la
abuela de Dante estaba caliente contra su esternón.
—Vamos, vámonos —dijo—. Como el demonio, vamos a perder la Copa

ante un equipo de muchachos que piensan que las melenas son geniales.
“Moves Like Jagger” sonó desde el sistema de sonido, y el rugido

aumentó aún más. Dante empujó a Gabe hacia atrás, sonriendo, todos ojos
brillantes y entusiasmo. Luego estaban arriba, sobre las tablas, con la
multitud a sus espaldas y el hielo bajo sus patines, exactamente donde
pertenecían.
475
ANTES QUE Morgan y yo comenzáramos a escribir esto, nunca me

había sentado voluntariamente en un juego de hockey en mi vida. Pero luego
lanzó esta idea usando ayudas visuales de las nalgas en el hockey. Debe haber
despertado mi sentido de deber cívico nacional o algo así, porque ¿qué hay
más canadiense que un romance gay sobre jugadores de hockey?
(Especialmente aquellos que no ganan la Copa Stanley.)
En una semana me quedé despierta hasta las tres para ver cómo los
Penguins perdían en una transmisión en vivo granulada (solo ganan cuando
no estoy mirando). A los pocos minutos del segundo período, instintivamente
grite ante una infracción. De repente, me enganché… quiero decir adicta.
El mundo del hockey se abrió ante mí, brillando como una pista que
acababa de ser acondicionada. Sabía que tenía que compartir mi nuevo amor
ligeramente obsesivo con el mundo. Y sabía que teníamos que incluir, en la
parte posterior de nuestro libro, una guía de los hechos peculiares pero
verdaderos a los que se hace referencia en la historia, algunos de los cuales
están más ocultos que otros.
Así que, sin más preámbulos, me gustaría presentar: una guía anotada
de un novato sobre hechos de hockey divertidos, interesantes y/o cálidos y
confusos. Hay uno para cada equipo, presentado aquí en orden alfabético por
nombre del equipo, más un puñado que tuve que compartir solo por qué sí.
1. Quebec Nordiques: estoy poniendo este fuera de orden porque es el

más importante. Los Quebec Nordiques son un equipo NHL difunto... por
ahora. En 1995 fueron reubicados en Denver, Colorado y lo renombraron
Colorado Avalanche. Actualmente hay un rumor de que los Dekes podrían
476
estar regresando como parte de una potencial expansión de la NHL, pero Gary
Bettman aún no lo ha confirmado (boo, silbido). Después de todo, Winnipeg
recuperó a los Jets. Que es justo. Improvisando tiene lugar en un universo
paralelo donde la nueva franquicia comenzó en, digamos, 2013. Espero que
no lo hayamos maldecido.
2. Anaheim Ducks: Los fanáticos de los Ducks se refieren al centro Ryan

Getzlaf y al extremo Corey Perry como “los gemelos”. Lo cual es un poco
extraño en una liga que tiene mellizos jugando juntos en el mismo equipo (ver:
Vancouver Canucks), pero yo no estoy juzgando.
3. Arizona Coyotes: Los Coyotes de Arizona tienen una tradición que

puede parecer un poco extraña si no sabes que solían ser los Jets de
Winnipeg: dejan fuera camisetas blancas en la arena para que los fanáticos
las usen para simular las condiciones de una tormenta de nieve. Lo llaman
White Out. (Alerta de spoiler, no nieva mucho en Phoenix.) Se rumorea que
esto es una importación de Winnipeg, una respuesta al equipo rival de
Calgary, “C of red201”.
4. Boston Bruins: los fanáticos de los Bruins tienen un dicho: “No

golpees al oso” (aparentemente los Bruins son osos. Esto también fue nuevo
para mí). ¿Qué sucede cuando golpeas al oso? Probablemente alguien termine
en el cuadro de penalizaciones. O en el hospital.
5. Buffalo Sabres: en 1974, el gerente general de los Sabres se aburrió

de verdad con el largo y arduo proceso del draft, por lo que utilizó su selección
de undécima ronda para reclutar legalmente a Taro Tsujimoto, un jugador
que nunca ha existido, de los Japan’s Tokyo Katanas, que tampoco ha existido
nunca.
Un grupo de seguidores vistiendo rojo negro y amarillo simbolizando el equipo de hockey

201
de Calgary Flames.
477
6. Calgary Flames: El presidente de Operaciones de Hockey para los

Calgary Flames es Brian Burke, cofundador del proyecto You Can Play, de ahí
la afirmación de Gabe de que siempre puede ser cambiado a Los Flames
incluso si otros equipos son demasiado homofóbicos.
7. Carolina Hurricanes: El hockey siempre ha sido un juego familiar.

No es inusual que un par de hermanos lleguen a la NHL y terminen en el
mismo equipo. Pero Carolina tiene tres Staals: Eric, Jordan y Jared, aunque
el más joven aun técnicamente juega para su filial de AHL. Parece poco
probable que los Canes atraigan al otro hermano Staal, Marc, lejos de los
Rangers de Nueva York, pero aún espero tener el set correspondiente. (PD:
sus fotos familiares los hacen parecer una banda de chicos).
8. Chicago Blackhawks: En 2010, la provincia de Manitoba nombró un

lago como Jonathan Toews, después de que ganó el oro olímpico con el Equipo
de Canadá y la Copa Stanley como el capitán de los Chicago Blackhawks.
Algunos Hawks también son conocidos por adoptar la barba de los playoffs
en el desempate de los playoffs, demostrando que siempre hay espacio para
empeorar una mala idea.
9. Colorado Avalanche: Si pensabas que no iba a hacer una broma

sobre el tweet de despedida del capitán Gabriel Landeskog a su compañero
de equipo negociado Paul Stastny, que incluía la frase “GRACIAS por los
buenos tiempos y todos los goles de puerta trasera” …está usted equivocado.
¿La indirecta es intencional o es el resultado de una barrera idiomática?
Después de haber oído hablar a Landeskog, mi dinero está en lo primero, pero
¿a quién le importa? A + a la selección de capitán, Avs. Lo apruebo.
10. Columbus Blue Jackets: no sé cómo comenzó. No sé por qué

comenzó. Pero el Twitter de Columbus Blue Jackets y el Twitter de LA Kings
tienen un flirteo de larga distancia, y es súper adorable.
478
11. Dallas Stars: en 1999, los Dallas Stars ganaron su primera Copa
Stanley, o no, si eres un fan incondicional de Buffalo. Los fanáticos de Sabres
afirman que, dado que Brett Hull tenía su patín en el pliegue cuando marcó
el gol ganador, no debería haber sido contado.
12. Detroit Red Wings: Los Detroit Red Wings han llegado a los playoffs
durante las últimas veintitrés temporadas. Esta es la racha activa más larga
en cualquier deporte importante de América del Norte y es particularmente
molesto cuando tu marido es fan Wings y tú no.
13. Edmonton Oilers: El capitán de los Oilers Andrew Ference se tomó

una selfie con drag queens en Edmonton Pride. También marchó en el desfile
e hizo una entrevista realmente interesante en TSN’s ReOrientation.
14. Florida Panthers: En marzo de 2014, Vancouver cambió el portero

Roberto Luongo a los Florida Panthers, que fue muy dramático ya que Lu es
caro como el infierno y tiene un récord ligeramente colorido. De todos modos,
no importa el hockey, sigue su Twitter. Es oro.
15. Los Angeles Kings: Los Kings tienen dos victorias en la Copa en tres
años en una ciudad donde no pueden llenar una arena para un juego de
postemporada. Como canadiense y fanática del hockey, me parece espantoso.
Pero como fanática de las historias de retornos, bueno. Me gusta que Carter
y Richards vuelvan a jugar juntos y ganen. Más sobre esto más tarde.
16. Minnesota Wild: uno de los Wild's As, Zach Parise, fue capitán del
equipo olímpico de hockey masculino de los EE. UU., Lo que probablemente
explica por qué lo llaman el Capitán América. (O podría ser porque es lindo,
supongo.)
17. Montreal Canadiens: en 1924, los Canadiens de Montreal dejaron

la Copa Stanley en la nieve al costado de la carretera. Aparentemente no hay
479
una maldición asociada con eso, ya que la ganaron veintidós veces más
después.
18. Nashville Predators: Mike Fisher debe haber estado muy

emocionado cuando fue cambiado a Nashville. Ya sabes, ya que está casado
con Carrie Underwood y todo.
19. New Jersey Devils: 2014 fue un buen año para los jugadores de
hockey que se cayeron debido al mal funcionamiento del equipo. Aunque no
estoy seguro si puedes contar olvidarte de quitar tus protectores de patinaje
como un mal funcionamiento del equipo. Pregúntale a Damien Brunner,
supongo.
20. New York Islanders: cualquiera que se enoja con su pareja (o sus
ojos dulces) por sacudir la barba de los playoffs puede culpar a los Islanders,
quienes comenzaron la tradición en la década de 1980. No sé por qué alguien
todavía toma las señales de la moda de los años 80, pero dado que las melenas
aparentemente todavía son una cosa en el hockey, no tengo muchas
esperanzas de que la barba de los playoffs se retire por completo.
21. New York Rangers: Los Rangers y sus fanáticos se refieren al portero
Henrik Lundqvist como el Rey de Suecia. Probablemente porque es un gran
portero (maldita sea), pero tal vez también porque se porta como la realeza.
22. Ottawa Senators: el minorista de café con sede en Ottawa,

Bridgehead, desarrolló un café basado en el defensor Erik Karlsson para que
pudieran recaudar dinero para el Boys and Girls 'Club. Fue una edición
limitada, pero tal vez la traigan de vuelta. Aparentemente es delicioso. Lo digo
en serio. Es delicioso.
23. Philadelphia Flyers: los Flyers tienen el récord NHL de la racha más
larga invicta en general: treinta y cinco partidos, incluidos diez vínculos.
480
24. Pittsburgh Penguins: El capitán de Pens, Sidney Crosby, es un

pequeño bicho deliciosamente supersticioso cuyo trasero es superado en
gloria solo por sus habilidades en el hielo. Pero hablemos de su suspensorio.
No en serio. Él ha estado usando el mismo desde, eh. Bueno, durante el
tiempo suficiente que ha sido reparado tantas veces que se parece al
monstruo de Frankenstein. (Fleury es probablemente demasiado
supersticioso para meterse con él en la vida real, sin embargo).
25. St. Louis Blues: El capitán de los Blues David Backes tiene su
licencia de piloto privado. Espero que comience todos los vuelos anunciando
“Este es tu capitán hablando...”
26. San José Sharks: a Joe Thornton, entonces capitán de los San José
Sharks, se le preguntó una vez si creía que otro jugador de su equipo se
mostraba bocón después de anotar cuatro goles en un solo juego. Él dijo:
“Cállate. ¿Alguna vez has jugado el juego? Tendría mi pene afuera si anotara
cuatro goles. Tendría mi polla afuera, acariciándola”. Tristemente, a partir de
la publicación, esto aún no ha sucedido, pero vivimos con esperanza.
27. Tampa Bay Lightning: el capitán de los Lightning Steven Stamkos

podría ser realmente sobrehumano. Dos semanas después de romperse la
pierna en un juego, estaba caminando de nuevo. Dos semanas después de
eso, estaba patinando.
28. Toronto Maple Leafs: Uno de los jugadores más celebrados de los
Leafs, el excapitán Mats Sundin, fue intercambiado por los Quebec Nordiques.
Sundin jugó trece temporadas con los Leafs, once de ellas como capitán.
29. Vancouver Canucks: No sé si el entrenador de porteros de los Nucks

tiene un seminario matutino en Twitter o qué, pero me gusta. Es genial. La
palabra sueca del día de Eddie Läck siempre me hace sonreír.
481
30. Washington Capitals: En 2006, el alero Alexander Ovechkin recibió

un puck y fue citado diciendo “Estoy bien, la máquina rusa nunca se rompe”.
(Es un tipo muy digno de cita, solo pregunta en Internet). Ahora hay un blog
de hockey con ese nombre.
31. Winnipeg Jets: Tal vez no hay nada que hacer en Winnipeg, o tal
vez los fanáticos de los Jets son muy intensos. Cuando se cambió el nombre
de la franquicia Atlanta Thrashers y se trasladó a Winnipeg en 2011, los
boletos de temporada se agotaron en diecisiete minutos, y dejaron de tomar
nombres para la lista de reserva cuando llegó a los miles.
32. Mike Cammalleri una vez se subió al hielo sin darse cuenta de que
sus patines no tenían cuchillas202, parecía un Bambi total. En YouTube está.
Es genial.
33. Todos los equipos de la NHL tienen al menos un jugador actual o

anterior, negociados y agentes libres hacen que sea difícil rastrearlo, que ha
realizado un video para You Can Play, una organización dedicada a erradicar
la homofobia en los deportes203. Eso no significa que no haya homofóbicos en
la NHL, obviamente. Pero es un paso en la dirección correcta.
34. Wayne Gretzky es el único jugador en la NHL en ganar más de 200

puntos por temporada. Lo hizo cuatro veces, tres de ellas consecutivas. Una
vez hice un análisis estadístico para probar más o menos que nunca volverá
a suceder.
35. Don Cherry es un locutor canadiense de hockey y jugador y

entrenador retirado de la NHL. Si la NHL alguna vez fuera a crear un premio
202
https://youtu.be/nJNv-8AkwCY
203
Un ejemplo de la campaña https://youtu.be/AQF155vamx0
482
por el traje más feo204, Cherry sería el elegido. ¿Conoces la ropa que Maria
hace para los niños de Von Trapp205 usando cortinas viejas? Sí.
36. Dejando de lado todas las bromas, una universidad canadiense

realmente ha desarrollado un robot que juega hockey.
37. La película canadiense Bon Cop, Bad Cop explora la relación

tempestuosa de Quebec y Ontario en el contexto de una investigación
conjunta de los asesinatos en serie de varias personalidades del hockey por
parte de un fan que está enojado con los equipos canadienses que se mudan
a los Estados Unidos. (Maldita sea, Denver). Contiene una serie de chistes de
hockey altamente sofisticados, más una buena dosis de comedia física, y es
particularmente reveladora en lo que respecta a cómo se sienten los fanáticos
del hockey sobre el comisionado de la NHL. Pero podría ser realmente
comprensible para los canadienses.
38. En la primera ronda del draft de la NHL 2003, los Philadelphia

Flyers recogieron los centros Jeff Carter y Mike Richards. Jugaron ocho años
con el equipo y ambos firmaron largas extensiones de contrato: Richards
hasta 2019 y Carter hasta 2022, dejando pasar la oportunidad mucho más
lucrativa de ir como agentes libres. Luego, en 2011, los Flyers cambiaron a
Carter, su máximo anotador de goles, a Columbus, y Richards, su capitán, a
Los Angeles. Según todas las versiones, Carter, en particular, no se tomó muy
bien la noticia del cambio. Pero unos días antes de la fecha límite de cambios
en 2012, Columbus cambió a un Carter de bajo rendimiento a Los Ángeles,
donde se reunió con Richards y ganó la Copa Stanley. Dos veces.
204
Ejemplos de sus trajes https://youtu.be/W9T8i6mupM8
205
Maria Augusta Trapp (apellido de soltera: Kutschera; 26 de enero de 1905 - 28 de marzo
de 1987) fue la matriarca de los cantantes de la familia Trapp. Su historia, especialmente en
lo que se refiere a su huida del nazismo tras el Anschluss fue la inspiración del musical La
novicia rebelde en Latinoamérica o Sonrisas y lágrimas en España.
483
Art Ross Trophy: Trofeo otorgado al jugador NHL que lidera la liga en
puntos de anotación (no en goles).
Attacking zone: el lugar donde un jugador quiere que llegue el disco

para anotar un punto.
Backhand: tomar un disparo desde la parte posterior de la hoja del

bastón.
Backchecking: Cuando un jugador sigue a un jugador contrario en la

zona defensiva y lo acosa físicamente en un intento de obtener el disco.
Bag skate: Una práctica de hockey donde los jugadores hacen ejercicios
de patinaje repetitivos hasta que están agotados.
Benn, Jamie (LW, 14, Canadá): Capitán Beefcake de los Dallas Stars.
Bettman, Gary: Comisionado de la NHL. Se las arregla para ser

impopular tanto con los fanáticos como con los jugadores y todavía tiene un
trabajo.
Blocker: pieza de equipo que usa un portero en su mano no ligada para

ayudar a bloquear tiros.
Blue line: línea azul pintada en el hielo que separa la zona neutral de
la zona de ataque o defensa.
Blueliner: defensor.
484
Blues: Los St. Louis Blues.
Boarding: cuando un jugador dispara violentamente, empuja o prueba

a un jugador contrario en las tablas que rodean el hielo (una penalización).
Body checking: cuando un jugador maneja todo su lado desde la cadera

hasta su hombro contra un jugador contrario.
Breakaway: cuando un jugador obtiene el control del disco y se dirige

solo hacia la zona de ataque.
Bucket: casco.
Burke, Brian: Presidente de Hockey Operations para Calgary Flames y

cofundador del proyecto You Can Play.
Butt-ending: golpear a alguien con el extremo del palo (una

penalización).
Cage: La red.
Calder Memorial Trophy: el premio al novato del año de la NHL.
Canes: Los Carolina Hurricanes.
Caps: Los Washington Capitals.
Carter, Jeff, alias Carts (C, 77, Canada): jugador de hockey para los LA
Kings.
Catcher: el guante que un portero usa en su mano atrapante

(generalmente no dominante).
485
Celly: cualquiera de una serie de gestos de celebración que hace un

jugador después de un gol. Golpeando el aire, montando la vara como un
caballo, aplastando a los compañeros de equipo en las tablas, recatados
bombeos de puño, vienen en muchas formas y grados de modestia.
Center (C): la posición central de los tres delanteros, entre corchetes

por los extremos izquierdo y derecho. Por lo general, un jugador que anota
más asistencias que goles y puede leer el hielo.
Chára, Zdeno, alias Big Z (D, 33, Eslovaquia): Capitán de los Boston
Bruins. Él mide 2.06 metros... antes de ponerse los patines.
Chirp :Para burlarse, burlarse. También funciona como sustantivo.
Convert: para marcar un gol en un juego de poder.
Crawford, Corey, alias Crow (G, 50, Canadá): Portero de los Chicago
Blackhawks.
Crease: El espacio directamente en frente de la red.
Crosby, Sidney, alias Criatura, o Sid the Kid (C, 87, Canadá): Jesus del
Hockey206 y capitán de los Pittsburgh Penguins. También capitán del equipo
olímpico canadiense 2014.
Cross-checking: Verificación de un oponente con ambas manos en el

palo, con los brazos extendidos.
Expresión que indica el mejor anotador de goles en hockey. Él caminaría sobre el agua,
206
pero siempre se convierte en hielo.
486
Defenseman (D): Un jugador de hockey que juega defensa. También D-

man, blueliner.
Defensive zone: donde un jugador no quiere que vaya el disco.
Deke: Evade o engaña a un jugador contrario.
Delay of game: una penalización evaluada por perder tiempo.
Draw penalti: cuando un jugador sobresale para conseguir que el otro

equipo los ensucie, lo que hace que el equipo del jugador juegue en el juego
de poder.
Drop pass: un pase dejado deliberadamente por un jugador para que

su compañero lo recoja.
Dangle: imita a un portero o jugador contrario con movimientos

elegantes.
Enström, Tobias (D, 39, Sweden): Jugador de los Jets de Winnipeg.
Faceoff: cuando los jugadores contrarios se alinean para luchar por la

posesión del disco cuando el árbitro o el juez de línea lo tira.
Ference, Andrew, alias Ferknuckle (D, 21, Canadá): Capitán de los

Edmonton Oilers.
Fighting: una penalización de cinco minutos... por lo general (“cinco por

pelear”).
487
Fisher, Mike (C, 12, Canadá): Centro para los Nashville Predators que
está casado con el cantante de música country Carrie Underwood.
Five on four: cuando un equipo tiene ventaja de hombre, el equipo

contrario recibe una penalización.
Five on three: cuando un equipo tiene una ventaja de dos hombres

debido a que el equipo contrario tomó dos penales ... el segundo de los cuales
fue probablemente tonto.
Five-hole: el espacio entre las piernas de un portero.
Fleury, Marc-André, alias Flower (G, 29, Canadá): Portero de los

Pittsburgh Penguins.
Forechecking: acosar al equipo contrario en la zona ofensiva para tomar

el control del disco.
Galchenyuk, Alex, alias Chuckie (C, 27 años, EE. UU.): Jugador de los
Montreal Canadiens.
Gallagher, Brendan, alias Gally (RW, 11, Canadá): Jugador de Montreal

Canadiens.
Game misconduct: una penalización por la cual un jugador es

expulsado del resto del juego... probablemente por hacer algo tonto.
Getzlaf, Ryan, alias Getzy (C, 15, Canadá): Capitán de los Anaheim
Ducks.
Giroux, Claude, alias G (RW, 28, Canadá): Capitán de los Philadelphia

Flyers.
488
Gloveside: la mitad de la red (normalmente la izquierda) protegida por

el guante o receptor del portero.
GM: Director general. Ellos escogen a los jugadores para el equipo.
Goaltender (G): El jugador cuyo trabajo es mantener el disco fuera de

la red. También portero, netminder.
Gordie Howe hat trick: obtención de un gol, una asistencia y una pelea
en un juego. El nombre de la leyenda del hockey Gordie Howe.
Habs: un apodo para los canadienses de Montreal.
Hack: cortar el disco sin delicadeza o cortar las piernas de un oponente

con el bastón.
Hat-trick: cuando un jugador marca tres goles en un solo juego.
Hattie: mira arriba.
Hawks: los Chicago Blackhawks.
Healthy scratch: cuando un jugador es saludable pero no se viste para

un juego, a veces porque el entrenador cree que necesita un descanso, a veces
porque hizo algo tonto con hielo.
Hip-check: verificar con la cadera.
Home stand: Una serie de juegos jugados en el estadio de un equipo.
Hooking: Usar el palo para restringir a un oponente (una penalización).
489
Icing: cuando un jugador tira el disco a través de la línea central y la

línea de gol del equipo contrario sin que se toque el disco. Resultados en un
silbido soplado a menos que el disco entre en la red, en cuyo caso se cuenta
el gol.
Kane, Patrick, alias Kaner, Peekaboo (RW, 88, EE. UU.): Jugador de los
Chicago Blackhawks.
Karlsson, Erik, alias King Karl (D, 65, Suecia): Jugador de los Ottawa
Senators.
Kessel, Phil (RW, 81, EE. UU.): Jugador de los Maple Leafs.
King of Sweden: El apodo de los Rangers para el portero Henrik

Lundqvist.
Läck, Eddie, alias The Stork (G, 31, Suecia): Portero de los Vancouver
Canucks. Excelentes habilidades en Twitter.
Ladd, Andrew (LW, 16, Canadá): Capitán de los Jets de Winnipeg.
Leafs: Los Toronto Maple Leafs.
Lemieux, Mario, alias El Magnífico, o Super Mario (C, 66, Canadá):

jugador de hockey jubilado y actual propietario de parte de los Pittsburgh
Penguins.
Letang, Kris, alias Tanger (D, 58, Canadá): Jugador de los Pittsburgh
Penguins.
Light the lamp: marcar un gol.
490
Linemates: el grupo con el que generalmente juega un jugador (también

lineal).
Lundqvist, Henrik, alias el Rey Henrik, o Hank (G, 30, Suecia): atractivo
portero de los Rangers.
Malkin, Evgeni, alias Geno, G (C, 71, Rusia): Capitán suplente de los
Pittsburgh Penguins.
Man advantage: Tener un jugador más que el equipo contrario debido

a que el otro equipo tiene una penalización.
Major penalty: una penalización de cinco minutos.
Martin, Paul, alias Paulie (D, 7, EE. UU.): Defensor de los Pittsburgh
Penguins.
Match penalty: una suspensión del juego.
Maurice Richard Trophy: Trofeo otorgado al jugador NHL que anota más
goles en una temporada.
Mercer, Rick: comediante canadiense y personalidad de la televisión. Él

también es gay, pero nadie realmente menciona eso.
Minor penalty: una penalización de dos minutos.
Neutral zone: el área en el medio del hielo, entre las líneas azules.
No-contact jersey: una camiseta usada en la práctica que indica que un

jugador no debe ser revisado, generalmente debido a una lesión.
491
Offensive zone: nombre alternativo para la zona de ataque.
One timer: un plano difícil donde un jugador solo toca el disco una vez.
Ovechkin, Alexander, alias Ovi, o Alejandro Magno (RW, 8, Rusia):

Capitán de los Washington Capitals.
Overtime: en los juegos de la temporada regular, un período de cinco

minutos donde juegan cuatro contra cuatro en lugar de cinco contra cinco si
el marcador está empatado después del tiempo reglamentario. En los juegos
de postemporada, los períodos de prórroga duran veinte minutos y se juegan
cinco contra cinco. En cada caso, el período y el juego terminan tan pronto
como se anota un gol.
Penalty Box: Donde un jugador ejecuta su penalización.
Penalty kill (PK): juego diseñado para correr a toda velocidad cuando
un equipo es shorthanded.
Pens: Los pingüinos de Pittsburgh.
Playoff beard: una superstición de hockey que consiste en no afeitarse

durante los playoffs, que a menudo hace que los jugadores tengan, a veces,
vello facial muy feo o cuestionable.
Plus/minus: una estadística de valor cuestionable. Un jugador gana un

punto por cada gol marcado a favor de su equipo mientras está en el hielo y
pierde uno por cada gol anotado. Por lo tanto, un jugador que ha anotado
cincuenta goles en una temporada pero tiene un más / menos de -12 no es
un jugador defensivo muy bueno o el portero de su equipo apesta.
492
Power play: Cuando el equipo contrario tiene una penalización y por lo

tanto tu equipo tiene una ventaja de hombre.
Preds: Los Nashville Predators.
Price, Carey, alias Pricey, Jesus Price (G, 31, Canadá): más / menos A
portero de los Montreal Canadiens.
Prospecto: Futuro jugador.
Puck bunny: Un término poco halagüeño para una mujer que duerme
con jugadores de hockey.
Pull the goalie: Para cambiar al portero por un sexto patinador en el

hielo, generalmente en un intento de ganar o forzar el tiempo extra en un
juego cerrado.
Rebound: un disco que fue desviado por el portero.
Reimer, James, alias Optimus Reim (G, 34, Canadá): Portero de los
Toronto Maple Leafs.
Richards, Mike, alias Richie (C, 10, Canadá): Jugador de los LA Kings.
Rinne, Pekka, alias Peks (G, 35, Finlandia): Portero de los Nashville
Predators.
Room, The: Mejor conocido como: “el vestuario”.
493
Saucer pass: un pase que sale del hielo, útil para evadir el bastón de
un oponente (suponiendo que el oponente tenga su bastón en el hielo) o
cuando la superficie del hielo está en malas condiciones.
Shaw, Andrew, alias Shawzy, Mutt (C, 65, Canadá): Jugador de los
Chicago Blackhawks.
Sens: Los Ottawa Senators.
Shift: la cantidad de tiempo que un jugador pasa en el hielo a la vez,

por lo general, menos de un minuto.
Shorthanded: cuando un equipo tiene uno o más jugadores en el área

de penalización.
Shorthanded goal: cuando un equipo anota mientras shorthanded.
Shoot-out: en los juegos reglamentarios, si el puntaje aún está

empatado después del tiempo extra, el juego se va a un tiroteo, y cada equipo
elige tres patinadores para ir uno contra uno contra el portero contrario. Los
juegos de desempate nunca van a tiroteos. Simplemente juegan interminables
períodos de tiempo extra hasta que alguien marca.
Sin bin: otro nombre para el cuadro de penalización.
Skater: cualquier jugador de hockey no es portero, es decir, defensor o

delantero.
Slapshot: una toma difícil que implica levantar el bastón, “golpear” el

hielo detrás del disco para doblarlo y luego transferir esa energía al disco. Los
slapshots pueden exceder las 100 mph.
494
Soft hands: se dice que un jugador que sobresale en stickhandling tiene

manos suaves (las manos "duras" pueden hacer que los pases reboten en el
stick).
Stand on his head: Cuando un portero se desempeña muy bien.
Stanley Cup: Copa Stanley.
Stickhandling: Como maneja un jugador el disco.
Sudden death: si un juego todavía está empatado después de un tiroteo,

el formato cambia a un disparo de muerte súbita, con los jugadores
alineándose uno por uno hasta que un equipo se adelante. Ningún jugador
puede disparar dos veces.
Suicide: ejercicio de hockey que consiste en patinar hacia y desde las

líneas pintadas en el hielo lo más rápido posible.
Suter, Ryan (D, 20, EE. UU.): Jugador de los Minnesota Wild.
Take the C/Take the A: Conviértase en el capitán o el capitán alterno.
Tape: cinta al final de un palo de hockey, para ayudar a un jugador a

mantener el control del disco.
Tatar, Tomás (LW, 21, Eslovaquia): Delantero de los Detroit Red Wings.
Thornton, Joe, alias como Jumbo / Big Joe (C, 19, Canadá): Delantero
de los San José Sharks.
495
Toews, Jonathan, alias Tazer, o Capitán Serio (C, 19, Canadá): Jesus
del Hockey207 y capitán de los Chicago Blackhawks.
Top shelf: alto en la red.
Tsujimoto, Taro: Un jugador de ficción que fue redactado legalmente

por los Buffalo Sabres en 1974, por un gerente general que supuestamente
estaba aburrido con el lento proceso del draft.
Turris, Kyle (C, 7, Canadá) - Jugador de los Ottawa Senators.
WAGs - Esposas y novias.
Weber, Shea, alias Webs (D, 6, Canadá): Capitán de los Nashville

Predators.
Winger: un delantero que juega hacia abajo, ya sea en el lado izquierdo

o derecho del hielo.
Wraparound: Cuando el jugador se para detrás de la red y envuelve su

bastón y disco alrededor del frente en un intento de anotar.
Wrister: también conocido como disparo de muñeca, esta toma usa los
músculos de la muñeca y el antebrazo para disparar el disco desde el lado
cóncavo del palo.
Expresión que indica el mejor anotador de goles en hockey. Él caminaría sobre el agua,
207
pero siempre se convierte en hielo.
496
You Can Play: una campaña de activismo social dedicada a erradicar la

homofobia en los deportes.
Zamboni: la máquina que limpia el hielo entre períodos y después de

juegos. Esto es importante ya que la nieve puede acumularse en la superficie,
ralentizando el juego y dificultando el control del disco.
497
498
es una ex expatriada canadiense que ahora está
feliz de reunirse con el hockey televisado en horas aceptables de vigilia. Ella

ha alcanzado la edad de “veintitantos años”, que será durante al menos los
próximos quince años.
Tiene la mala costumbre de quedarse hasta muy tarde, un marido al

que le gusta acostarse temprano y un hermanito llamado Miracle Whip208.
Ella es alérgica a la limpieza, a menos que quieras decir limpiar los
manuscritos, en cuyo caso se pone un poco obsesiva. Siéntase libre de decirle
una frase: probablemente esté frente a su computadora en este momento, ya
que tiene los ojos apegada a ella.
comenzó a escribir ficción antes de poder
deletrearla. Fue en la escuela secundaria que comenzó a escribir su primera

novela sobre un personaje gay, y agradece a Internet por ayudarla a darse
cuenta de que no estaba loca. Casualmente, también agradece a Internet por
el papel que desempeña en su amistad de larga distancia con Ashlyn Kane.
Geek, artista, arquera y fangirl, Morgan tiende a pasar horas libres con
mundos imaginarios y personas en páginas y pantallas; es una adicción. Ella
vive en Ontario con su familia y es la esclava personal de tres gatos y un
caniche (que no quiere llamarse Ringo, pero a quien le gusta empujar).
Miracle Whip es un aderezo de ensalada fabricado por Kraft Foods y vendido en todo
208
Estados Unidos y Canadá.
499

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Ashlyn Kane y Morgan James Improvisando

En el momento de la publicación, no hay jugadores que

Hasta entonces, este libro está dedicado a todos aquellos que

Mantén tu bastón en el hielo.

tiene un plan de vida simple: entrar en la NHL y

ganar la Copa Stanley. No incluye ser el primer jugador de hockey en salir o,

es el polo opuesto de Gabe: descuidado,

imprudente... desvergonzado. Pero su dedicación al deporte es impresionante,

Sorprendentemente, es Dante quien lo arrastra fuera de él, y luego lo

No se lo puede culpar por olvidar que nada permanece en secreto para

Hockey 101: Fundamentos básico para novatos

Después del partido

Epílogo y Huevos de Pascua

El hockey es muy parecido al fútbol, solo que en lugar de una pelota se

A diferencia del fútbol, sin embargo, el hockey se juega en hielo con

Mientras que los jugadores de hockey deben mover el disco utilizando

Cada equipo tiene generalmente seis jugadores en el hielo a la vez: tres

Eso es todo lo que necesita saber para cambiar la página. Pero si te

CAMPO DE ENTRENAMIENTO DEKES: DÍA UNO

Por Kevin McIntyre

Con 55 jugadores en la lista de sus campos de entrenamiento, la

—Voy a trabajar muy duro durante toda la temporada —dijo la

entrenadora Haley St. Louis, anteriormente del equipo femenino de hockey

De los espacios que necesitan ser llenados, destaca especialmente la

Hasta ahora, la especulación sobre si el extremo derecho de veinticinco años

—Tenemos algunos grandes nuevos prospectos alineados —dijo el

St. Louis añadió:

—Lo vi hace un momento —dijo St. Louis—. Podemos contar con él

A juzgar por su sonrisa malvada cuando lo dijo, tomé la decisión correcta

SE HABÍA puesto la camiseta cuando el silbido de Chef dividió

—Maldición. ¡Viste en el tamaño de esa cosa6!

El estómago de Gabe se hundió. En su corazón ya sabía qué esperar,

Gabe luchó contra el impulso de gemir. Los traseros en el hockey era

Baller lo tomó todo con la gracia de alguien que había pasado su

—Estás celoso que mi movimiento de batido atraiga a todas las chicas

—Tu batido pasó mucho tiempo en Deadspin 8 este verano —señaló

—Mira tú mismo —respondió Baller. Se levantó y se inclinó para darle

Fifi salvó a Gabe de quedar totalmente hipnotizado al golpear el culo de

—Guárdalo. El entrenador te hará hacer suicidios9 extras mañana si

Gabe terminó de atar sus zapatillas y se puso de pie.

—Ah, ¿me vas a delatar, Cap? —preguntó Baller con un puchero.

Fifi sacudió la cabeza.

—Pruébame y lo averiguaras. Dos minutos —dijo al resto del vestuario

Baller no era el único jugador que había engordado durante el verano.

—¿Crees que lo pondrá en nuestra línea? —preguntó en francés

—Si ella no lo hace, es un desperdicio de talento. —Fifi le lanzó una

Gabe apretó los dientes.

—Es solo un estúpido enamoramiento —prometió, manteniendo baja la

Gabe volvió al punto.

—Jugó bien en nuestra línea el año pasado.

—Sí, lo recuerdo —dijo Fifi secamente. Detuvo la cinta durante un

Famosas últimas palabras.

—¿Qué? —Gabe finalmente preguntó cuándo vio a Fifi mirándolo de

—Podrías decírselos —dijo en voz baja—. No va a importarles. Son

Gabe respiró hondo y se concentró en no darle un puñetazo a la

—No. —No se avergonzaba de ser gay, pero tampoco iba a cambiarlo. Si

Además, prácticamente había crecido en los vestuarios. No tenía

Ésa era la idea.

DESPUÉS DEL ALMUERZO los jugadores fueron programados para

Después, se metió en las duchas para poder lavarse la mugre de la cara.

Cuando estaba a medio camino de regreso a su puesto, Kitty le hecho

—Dejaste el timbre encendido. El teléfono no dejaba de cantar una y

¡Maldición! Gabe necesitaba escoger un código de acceso que Chef no