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La princesa Flor no tiene disfraz

L a princesa flor vivía en un bonita castillo. Tenía hermosos vestidos, un peine de oro y cientos de juguetes, ella tenía de
todo, ella tenía diez sirvientes y una maestra. Pero la princesa estaba triste, le faltaban solo unos días para día de
muertos y flor la princesas no encontraba disfraz.

Ni sus vestidos de hada, ni sus coronas, ni sus máscaras y collares eran suficientes. Nada le gustaba. Así que flor, la
princesita triste que todo lo tenía, no tenis disfraz. La princesita flor lloraba y lloraba, su madre al darse cuenta decidió
convocar a una reunión a todas la princesas del reino, ellas asistieron muy felices y al llegar se enteraron de lo que le
sucedía a Flor y entre todas le dieron algunas ideas, Caracola, propuso un disfraz de emperatriz, Rayito de alba un disfraz
de hada de mar; pero la princesita flor seguía triste no paraba de llorar, hasta que un hada muy pequeña tan diminuta
como una canica se acercó lentamente a flor y saco unas pinturas de su bolsillo y se las dio y le dijo con voz muy suave
tú misma crearas tu disfraz.

Flor saltó de su trono con los ojitos muy saltones llenos de luz dejo de llorar, tomo un trozo de papel de muchos colores
y empezó a crear su disfraz un simple vestido como las que llevaban las demás hadas, una pequeña faldita de vuelo y
una medias de vivos colores, pero a ella le parecía el mejor disfraz. La princesita Flor por fin tenía su disfraz, sin lujos ni
joyas, ni grandes diseños. Solo sus sueños terminados con hilos de su imaginación.

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