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: et Sociologia del desarrollo: preriaamiethiamieninbe ii ‘ una perspectiva centrada aime en el actor ilo de ends aquellos mais estructuralistas 0 institucionaistis que tienen apc apie studios do desaralo, ‘A través de una mezcla accesible de debate general, revisions tl 1a bibliografia y materiales originales de estucios de cao, extn ohn i ama de cuestiones claves en tomo al dessrollo, Entre 10s mich ei Portantes gue se abordan, el autor retoma is mereailizacisn li i ‘pequetaexcala y el capital social, las interfaces de conoci Ixy pots y oaaci, as cm a oma sociales y ls procesos de interveacin planes. 3 Ete libro debe ser led por su propuestaanaitica que, cele tsibuye a una mejor —y mucho mis realista— comprensin dH imervenciones para el desarrollo y las tansformaciones soci racterizado la segunda mitad del siglo Xx y que sin dda cot rizando los estudios éel desarrollo tuo. [Norman Long es profesor emérite de Sociologia del desarrollo dad de Wageningen de los Paises Bajos. Ademés es profesor i ‘Universidad Agricola de China en Beijing y profesor vistante ad de Leeds en el Reino Unido, Cuenta con una extensa tray caciones en ol campo de los estudios del desarolay la antral eovrced investigucdd % wn fe amy Aigmatico de los enfogs CapiTULo 1 ‘UNA SOCIOLOGIA DEL DESARROLLO ORIENTADA, AL Actor! ste capitulo sienta las bases de una perspectiva analitica centrada ‘on el actor social sobre la intervencién para el desarrollo y el cambio social. Comie con una breve apreciacién eritica del earcter para 1s estructurales en contraste con los del actor, = por una delineacin de sus ventajas tebricas y epistemolégi- ‘us. En la segunda parte del eapitulo delineo el debate entre la teoria y la préctica durante mi trabajo en el Peri y México. Y en la conelusién vyuelvo a los cambios de paradigma y las perspectivas futuras para una ~ nociologia de desarrollo revitalizada.? Erect inaugural dl congreso Plait ie Latin Amerika Stades (Amaterda Bde mareo de 1990), orgaizade por ol Werkgrmonnnchap ven Latin Amerika ex Het Caraisch Cebed. Desput us publi por CBDLA (Centre for Latin America esearch and Documentation). Véste Long, 1990. Davi Sater (1990) hizo un cores ‘uri il sobre cl docsmvento en el mismo mémero de eta revista. ® Guando s Sinai de lo 0 exe la primera versa deste tex debatin ex © varie meds Ia eri de stevia socelgieas de devarrollo. Le viveniéen febrero he 198, cuando di una conferencia vbre “La Co ‘login doi Dtarrllo Rural” en The Rural Stediee I Universidad de Londses. Al ial de la conferenci se amet sl que varios pariipantes expresaron su preoupacién por fnarestebscos,y sin postilidad signa do resbirayuds. Uno de lor asstentor Aga serie que desc defundantentar cl aniisisen lo conceptos del actor, en iyurincin «costa dela esonemia pelt, podria con fcidad er mal ido como wn stgumeno en apoyo dels priipios empresaraes de bee mereado. Me fe dil te compreader todo esto porque para ml los abs de la déenda de 1960 habian sido Iberadores, on el mejor setido del téemino: las ortodoxas tries de varios tipos fuoron desafadas, algunas incluso se dsecharon,y se abieronespatios para frmas this innevadoceso be ide investiga ytoviaar. Bato era exctantey no dep El mundo paradigmético de la investigacién Alconsiderar los procesos de aseenso y ocaso de paradigmas no hoy jor manera de empezar que con el interesante planteamicnto de ls paradigmas antropolégicos en el México postevolucionario realizade por Cynthia Hewitt de Aledntara (1982), quien proporciona histories etalladas de escuelas antropoligicas de pensamiento y préctica de kt investigacién en la vida rural mexicana y los problemas agrarios. Ella retoma el concepto de paradigma del original trabajo de Kuhn (1962) sobre el cardeter y sucesion de paradigmas contrastantes 0 visiones del mundo en el desarrollo de le ciencia, Hewitt modifica el escenario uni- . lineal y simple del desarrollo de paradigmas elaborado por Kuhn. Si- r sguiendo a Masterman (1970:74) y a Mey (1982:228), ella sgiere que la ciencia social siempre ha estado compuesta de miltiples paradigmas, de los cuales ninguno ha eonquistado el estatus de teoria central o pe- radigma universal.’ Aunque durante ciertos periodos algunas teories particulares o imagenes de sociedad pueden ser juzgadas mi que otras, debido al apoyo que reciben de los estudiosos y de las ini titueiones académicas, los vientos de cambio estan siempre a la vuelta de la esquina. Esto surge sobre todo porque las teorias socioldgicss generales y las metaforas estén enraizadas en epistemologias contra’ ‘antes o incompatibles; es decir, conciben de modo muy diferente i znaturaleza y la explicaciGn de los fendmenos sociales. No obstante, como demuestra con belleza el estudio de Hewitt, es posible trazar diaerénicamente el erecimiento y la ceresbles ngua de les paradigmas particulares e identiicar poriodos durante los cules cier ‘tas imigenes y tipos de anilisis han predominado sabre otros. Paces i estudiosos desafiarian, por ejemplo, la aseveracién de que desile ky Como Hewit, wo dud modelos, come | j imple fae | (lores denver j | naturales Rite que la socolgtn 6 ‘anform por paradignas mélliple que estn comproftides con eluerse politics [ara ganar hegemoals dentro de Is dssptnn como un tod, asf como, la Targa am fda rama dela sociolgia”(1975:12). Distinge tre paadigmas penpals ee | “hechos sociales” que deriva de I tora de Durkin el dela "deinen social", construido en el enfoquc de la acim social de Weber, ye lel “commportamiento se al” que apie oe principe dela sioloiacotdutual ya los temas scilcon, interpretaciones sobre l dese: ll hnn versado sobrelas perspeetivas basadas en el eoncepto de mo- {cn los allo 50), el de dependeneia (en los 60), econ los 70) y en alguna clase de un mal definide posmodernis- (ile los 80 en adelante). Esta fase posmoidernista es definida por il» —aun por ciertos marxistas estrueturales obstinados— como lavonsteuccin de ortodoxias previas,to incluso quiz como una in de agnosticismo tebrieo que algunos estudiosos considerarian da con el empirismo.! vistazo a la extensa literatura de la posguerra sobre el desa- lloy ol cambio social deja ver de inmediato una nitida di rabajos que utilizan agregados o estructuras y tendencias en gran gala (w menudo definidas como macro), y por otra parte estudios i) Curacterizan Ia naturaleza de los cambios en unidades operantes, Phetuantes (a menudo definidas como micro). Por lo general, los pri pros encuadran sus andlisis en conceptos provenientes de la teoria i modernizacién, o adoptan una perspectiva estructural o instita- mal basada en alguna variedad de anslisis politico econdmico. Los limos, en tanto que también pueden resaltar dimensiones relevantes lira estas mismas teorias generales, es mas probable que proporcio- Fecuentos detallados de respuestas diferenciales a Ins condiciones ructurales y que exploren les estratogias de eustento y las disposi __ Varios documentos han rovaado grandes debilidades conecptusles en ls co Tone principal de In rcilogin del dessrell, Vésee pr ejemplo, Booth (1985), Piner-Certer (1987), Long (1984, 1966) y Mouse (1988, © Bernstein (1986:19), por ojempl, eonidera queer matvia de “nveaigcin porta” cl entendimieno le lat vatiaciones en los pteones de mercantile ontguiente noes intrasec al desarrole de una tora mis edu laaclin. Esto parece errado y que tl tora tembisn debe dige ncn extrsctral "Ertadistinein simple entre lo macro ylo micro a menudo nub un ames limensionesy temas importants. Por emo, la diferencia entre formas “gre sds en nimeros, Uempos y epacis, y etructiras “emerges” ur en fare derivan de coneeuencia inprevstn dos ain roi, Tambien ex necesavio eeonorer que los procesosy elementos laos macro eatin enclavados en lat mi ‘roritaaciones de la vida socal cotiinns. Para entender ge nevesita “desglsae” las de “centralisaci6n del Estado trator = ‘iones culturales de los actores sociales involuerados. En cierto nivel, cesta diferencia en el anélisis eoincide en términos generales con la di visién entre la economia, las ciencias politieas y 1a macrosociologia, frente a Ia antropologia y la historia, 0 con més precisién, entre es- tudiosos interestados en comprobar modelos estructurales generales y quienes busean deseribir las maneras en que Ia gente maneja los dilemas de eu vida eotidiana, Por supuesto, algunos estudios notables than logrado combinar estos niveles con éxito razonable, pere han sido relativamente pocos.” La razn prineipal dela dificultad para integrar Jas perspectivas estructurales y las del actor es que sus postulados te6- ricos y epistemolégicos divergen, pero esto no significa que sea imposi- ble combinarlas dentro de un solo mareo de anélisis Jes (es decir, lo que a menudo ha side denominado “obsticulos “Wilales y culturales al cambio”). otro lado, las teorias marxista y neomarxistas dle Ia economia nl ol nivel de extraccién de plusvalia y la acumlacién de capital, y lov atribuyen a Ia tendencia expansionista inherente al espitalismo lial y a su necesidad constante de abrir nuevos mereados. Aqui Is Ainagen ec la de intoreses capitalistas, extranjeros y nacionales, que juborddinan (y probablemente ala larga minan) los modos y relaciones preduccién no capitalists, y los integran en un tejido desigual de laciones econémicas y politicas. Aunque han variado las coyunturas je] prado de integracién de los pafses « la economia politiea mundial, fl revultado es estructuralmente similar. Son obligados a unirse a la lirrmandad de naciones” en condiciones no determinadas por ellos, sno por sus “socios” mas adinerados y poderosos en el terreno politi- np, Pese a que este tipo de teoria involuera una variedad de escuclas Densamiento, en esencia el mensaje central permanece inalterado; aber, que los patrones de desarrollo y subdesarrollo son mejor ex- Piloados por un modelo genérico de desarrollo capitalista de escala La convergencia de modelos estructurales de desarrollo A pesar de diferencias ob lcologia y vestimentas te6ricas, ha ta hace poco, dos modelos estructuralistas han ocupado la escena cen- my la nia politica. ¥ las dos evidencian ciertas similitudes paradigm: ticas, al tiempo que comparten debilidades analiticas. La teoria de la modernizacién plantea el desarrollo de ta soci dad “moderna” como un movimiento progresivo hacia formas mis complejas © integradas desde el punto de vista teenoldgico ¢ institu- cional. Este proceso es activado y mantenido mediante la paulatina y reciente insercién en los mereados de mercancfas y en una serie de interveneiones que involucran la transferoncia de tecnologia, conoci- tmiento, recursos y formas de organizacién del mundo mas “desarro- ado” o sector de un pais hacia las partes menos “desarrolladas”. De cesta manera, la sociedad “tradicional” es impulsada hacia el mundo moderno, y poco a poce sus patrones econémicos y sociales adquieren los instrumentos de “Ia modernidad”, aunque no sin sobresaltos ins Estas dos macroperspectivas reprosentan posiciones ideolégicas “Mpucstas; la primera se adhiere al punto de vista lamado “liberal”, “greyendo en dltima instancia en los beneficios del gradualisimo y del fecto “goteo”. La sogunda toma una posicién “radical”, partiendo de ‘na vision del desarrollo como un proceso inherentemente desigual que Alor tericor dela economia noel, varios estore de a dependents (reform. 'ymarsistat), at como a Tor marsintas mis ortdoxos. De hero, eomo dice Kay (0969:126), quien estudis y present la Iiteratara de a dependencia —sin tocar el Fevto—,"er coma confrontarse con una Terre de Babel. Caalquoresfanrro por hacer hn reat justo eats cargado de difcultades, como si uno se viera obligado a serelec- tivo reapecto tanto a Toe tomas como «ls autores. lib de Kay, Latin American Theories of Developmont and Underdevelpment (1685), frece un relate completo ‘wabajo “desde la periferia”, y muestra cémo se interracionan la tora y la * Lossiguienterertudiog, por mencionar unos pocordemis Favoritos, se sstones como paricularmente buenerl respeto: Pabl (1984), Moore (1986), Larson (198). v4 Smith (1989). M5 propio trabajo con Bryan Roberts (Long y Roberts 1978 y 1984 hace lo mismo involuera la explotacién continua de las sociedades de la “periferia” y de as poblaciones “marginadas”. Sin embargo, en otro nivel, los dos ‘modelos son similares puesto que ambos ven el desarrollo el eambio social como emanacién de los eentros de poder externas mediante lat intervenciones de los euerpos estatales o internacionales. Se conside- a que siguen un camino determinado de desarrollo, seftalizado por tapas o por la sucesién de regimenes diferentes del eapitalismo. Las amadas fuerzas externas encapeulan las vidas de las personas asi dducen su autonomia yal final minan formas locales o endégenas de co- operacién y solidaridad, lo que da por resultado un incremento de la diferenciacién socioeconémica y un mayor control centralizado por poderosos grupos econémicas y politicos, instituciones y empresas. En este sentido no parece tener mucha importancia si la hegemonia del Estado esté basada en una ideologia capitalista 0 en una socialista, pesto que ambas implican tendencias haeia el ineremento de la incor poracién y le centralizacién. Por consiguiente, inscritos en ambos modelos encontramos posi- clones deterministas, lineales y externalistas del eambio social.” Mis rrecapitulaciones de sus puntos de vista quiza simplifican y caricaturi zan sus argumentos, pero considero que una lectura cuidadosa de la literatura apoyaria la conclusién de que de hecho comparten un con- de creencias paradismaticas. Este argumento se sostiene sn In existencia de supnestos similares que apuntalan los en- foques del desarrollo agrario sobre la base de la comercializacién (05 decir, la modernizacién) y la mercantilizacion (véase Van der Geest, 1088, y Long y Van der Ploeg, 1988) Sin duda esto ser visto rminent, ya que pueden citarse sun trabajos que ov ‘tae imitaciones. Par empl, or mejores estodiosneamarsstaso de I depender- algunos como ona delaraci a sla acntGan la importance de pateovesinternos de exploacin y elaiones énicas do clase, prestan atenein a proceso histrieor rele (en lugar de idealza ‘= fotentan evitar formulalonesfuncionlistas dotermiisas. Sin embargo, besh les advertencias, creo que el eandeo general por he deserta. Este [punta de vista ve apoya en Ia favorable valoracion erties del andisir de a earn de Te dependenea hee por Kay (19891940), quon enatza su “sobredeterminaci dele extern, [rodependencia” yr teatadontoinsufcent de “la extsasntermas del abderatro- Hg. Véase Lang (197749-104) para una documentaciéndetallad das diferencia ‘mltadss dl modelo de medernizucion y del analisis eomarsits rsionado euadeo histice de las condiciones del perindo de = Miron revision de andlisisestructurales recientes i lanto que las limitaciones de estos modelos estructurales iniciales obre todo su ineapacidad de explicar adecuadamente las eausas y lanicas do la hetorogeneidad eocial— son hora reconocidas en ex- {iso tanto por sociélogos como por economistas politicos, gran parte 4 teoria social actual permanece easada con el universalismo, la i sociocultural contempordneo (véase el capitulo 0), Por ejemplo, muchos autores en el posmoderniemo sucumben a Aeoria de “las etapas de la historia” cuando escriben sobre la tran- isin de formas de produeci6n “fordistas” a “posfordistas” (es decir, ile ln produccién en masa a la especializacién flexible) como si fuera ‘proceso unidireccional simple en sintont con otros cambios socio iMurales. Aqui esté implicita una visién earacteristica ideal de lo que iitica cer posmoderno. Un ejemplo de esta vision es la manera en que Don Slater (1997:174-209) usa una lente del posmodernismo para rar los “tiempos nuevos” que estamos viviendo. La interpretacién, ‘ile Slater gira en torno a la dudosa suposicién de que el movimien- hhacia los patrones posfordistas de organizacién es congruente con ‘otras dimensiones y representaciones del cambio, como el eambio de Imnoos organizados a desorganizados del eapitalisimo, del valor de in- “{oreambio mercantil a laimportancia ereciente del “valor del signo”, y le identidades sociales basadas en ol eriterio de trabajo y ciudadania a tilos de vida globales, "Nos preguntamos sien este hivel de abstraceién las complejidades empfrieas y las diversidades de In vida contemporénea pueden ser abordadas de manera adecuada. Lo que claramente se pierde aqui es el esfuerzo por analizar a {fondo las maneras intrincadas y variadas en que las viejas y nuevas | formas de produccién, consumo, custento e identidad se entrelazan y _foneran modelos heterogéneos de eambio econdmico y cultural. Dos " Slater hace una sueinta revise presentaiém global de vaior lempordncos importantes (por ejemplo, Baudrilard, 1981; Lash y Urry y Soeques, 198). intentos diferentes, aunque a la ver desafiantes, dle ofrecer tal mat: <0 analitico es la reconceptuacién de los cambios rurales en el Reine Unido (Constructing the Countryside) de Marsden y colaboradorss (1993), y el andlisis de Smith (1999:131-191) de los procesos de rees tructuracién socioecondmica en las regiones de Espaiiae Italia, en sv libro Confronting the Present. Otros te6ricos contempordncos se han dedicado a reformular d anilisis estructural para incluir acontecimientos mas explicitos de 1a globalizacién. Por ejemplo, Preston (1996:273-293) distingwe tres jas para teorizar el sistema global: 1) un posmodernismo orientado al ‘mercado, basado en el conocimiento y en el punto de vista de consume slobalfestilos de vida; 2) mediante Ia aplicacién de la teoria marxiste de la dependencia para explicar los eambios en los modelos globales de puede sor efectiva a través de elas. No silo es el resultado de poseer ciertos poderes persuasivos o formas de earismas la habilidad de ine ‘luiren otros o dejar pasar tna orden —por ejemplo, para conseguir «que los otros acepten un mensaje particular— descansa sobre tod> cen “las acciones de una cadena de agentes, eada uno de los cuales 1 mensaje] de acuerdo con sus proyectos", y “el poder 3 hora enrolando a muchos actores en un esquema pol tico y social dado” (Latour, 1986:264). En otras palabras, la agencin (vel poder) dependen de modo crucial del surgimionto de una red do ‘actores que legan a ser parcialmente, aunque casi nunea por comple- 10, enrolados en el “proyecto” de alguna otra persona o personas, La ‘agencia, entonees, implica Ia generacién y so o manipulacin de reden de relaciones sociales y la canalizacién de elementos espectficos com> demandas, érdenes, bienes, instrumentos e informacion) a través de Puntos nodales de interpretacién ¢ interaccién. Asi. es esencial tomar fen cuenta las maneras en que los actores sociales se comprometen 9 son involucrados en debates acerca de Ia atribuctén de significados sociales alos eventos particulares, acciones e ideas. Desde este punto de vista, los modelos de desarrollo intervenci nista (0 las medidas politicas y la retérica) se convierten en armas cestratégicas en manos de quienes estén a cargo de promoverlos. Sin ‘embargo, Ia batalla nunea acaba puesto que todos los actores ejer ‘cen algtin tipo de “poder”, contrapeso o espacio de maniobra, incluso ‘quienes estén en posiciones muy subordinadas. Como escribe Giddens (1984:16), “todas las formas de dependencia ofrecen algunos recursos ppor los cuales quienes estan subordinados pueden inluir en las actii- dades de sus superiores”. ¥ de esta manera ellos se comprometen ac- tivamente (aunque no siempre en el terreno de la conciencia discursi- ‘va) em Ia construccién de sus mundos sociales y experiencias de vidas, aunque, como advierte Marx (1852, 1962:252), las cirew ellos encuentran no son de su propia hechura. ducen una diferencia en un estado preexistente de asuntos'» | Considerando Ia relacién del actor y la estructura, Giddens arg fila que la constitueién de estructuras sociales, que tienen tanto un constrictor como habilitador en el comportamiento social, ite ser comprendida sin apelar al concepto de agencia humana: | Al seguir las rutinas de mi vida diaria ayudo a reproducir insti- tuciones sociales que no contribui a crear. Bllas son mas que slo _ clambiente de mi accién puesto que [...] intervienen constituti- vamente en lo que hago como agente, De modo similar, mis accio- thes constituyen y reconstituyen las condiciones institucionales de fnccién de otros, tal como sus acciones hacen a las mfas (...] Mis tividades, entonces, estin incrustadas en, y son elementos cons- titutivos de, propiedades estructuradas de instituciones que se ex- tienden mas allé de mi en tiempo y espacio (Giddens, 1987:11), Mientras que acepto el punto general de Giddens, es claro que esta sccin en las estructuras y procesos institucionales jo debe implicar que la eleecién de comportamiento sea reemplazada ‘una rutina inmutable, © que un actor “siga un guién ideolégieo pre tublecido” (Dissanayake, 1996:8), 0 que sea “un portador de dispo- iones [habitus o “sistema de esquemas generativos” a la Bourdieu) jue son por si mismos los conductos de intereses” (Turner, 1999-91) Glertamente, como Turner y otros (por ejemplo, Wikan, 1990) han Uefondido persuasivamente, wna interpretacién teérica de la accién cial debe ir mas alla de una consideracién dela habilidad de conocer ‘conciencia ylasintenciones para también abarcar “los eentimientos, jociones, percepciones, identidades y la continuidad de los agentes [personas] a través del espacio y tiempo” (Turner,1992:91).#! Fs més, un raggo nececario de la accién es que, en eualquicr punto del tiem po; los actores “podrfan haber actuado de otra manera”: tanto posi- ivamente en términos de Ia interveneién intentada en el proceso de "Turner hace ana aden muy prseptive al corns de seca scl demor- Inno In neesided de incorporar unt socalgi dl cuerpo lsc l sotiene, 3 ‘corriante principal dela teria socoiea™ ye © inportancia evtea para Ia invetigaeién actual en "i compenctracion dele mandos leenolégiens, bolglosy soils (que) han dado lugar a una mueeaentdad (ley- hors) que suns nterseecin de lo orgénieoy lo inorginic (Turner, 1992: 95) ‘eventos en el mundo”, o negativamente en términos de resignaciy (Giddens, 1979:56). También debemos suponer que los actores cone paces (incluso en un es de procesar y sistem si extraidas de un bagaje de discursos disponibles (verbales y no Hine) que hasta cierto p es compartido eon otros individuos, pacio social y personal en extremo restringll ar (de manera consciente o inconsciente) si vividas y actuar en ella. Hiindess (1986:117-119) leva el Baler: experionci Jno ¢s una eonstruecién social en inénimo para el individuo o miembro de la especie mbién es necesario distinguir dos tipos diferentes de asociados con el con al: primero, \d6geno de Io cultural batado en representaciones earacte- argumento un paso més alla al llegar a decisiones, el posicionamiento s implica el uso explicit 0 implicto de “n Ja formulacién de metas, pers deseos, y en la presen frente a ot edios diseursivos” ei én de imtereses y eumplimiento dq én de argumentos o racionalizaciones par las acciones emprendidas. Estos medias discursivos otipos de discus (cs decir, las construcciones eulturales implica 08 puntos de vista 0 perspectivas de valor, réetica social) varian, smismos: fo idas en la expresié aro, por ria cultural en tanto que ellos estén probablemente asociados eon, \samiento y comunidad de estudiosos). tan parte de bagajes diferenciados de conoc Hyta construceién social de los actores ataiie de manera crucial ‘cursos disponibles de actores de diferentes tipos. Ya que la vida sooual [anunto de In agencia. Aunque podriamos pensar que sabemos 2 hnunea es tan unitaria para ser construida en un solo tipo de discurs) remos decir con “habilidad para conocer” y fe sigue que, aunque restringidos en sus opciones, ilidad para hacer” —los dos elementos principales de la agen ificados por Giddens—, estos conceptos deb linente si van a ser del todo significantes. Por consiguiente, no debe jésuponerse una interpretacién constante, universal de agencia en tanto verbal oa través delat uela particular de p los actores sien ‘encuentran algunas maneras alternativas de formula tivos, desplegando modos especificos de accién y dando ‘comportamionto, Aqui es importante sefalar que el reconocimiento dle discursos dl vos usados 0 disponibles a los traducirse eulta- razones de i entacidn cultural y razén. Debido a ello necesitamos revelar lo que ilyn Strathern (1985:65) Hama la “teria indigena dela ayencia Utlizando ejemplos de Africa y Melanesia, Strathern muestra emo que refleja sélo la situaciGn estructural del a tor en Ia sociedad. Todas las sociedades tienen dent torio de estilos de vida diferentes, que los miembros uti ire do tua repel formas ealturalesyraconalide nen su blaqueda del orden ysgnfcader eh | tox cules ellos isos contrbuyen itenciosalmente ee) soc | 0 reestructurar. Bnonee | nh las estrategias y las construceiones culty: cin de personaje se vincula de modo predominante leadas por los individuos né son como caidas del cielo, sim in idea de “oficio”, es decir, gente “ocupada”, con cierto estatus, que Bator teins ve toman del trabajo de Foucault, | {ogia det conecmiento (1972), donds exeibetambign 1 abijeton dic fn remover lo Ease on expec ew Argues: ‘de “formacionesdiscurstva Como spun Hist (1985:173), “Foucault este internat de “declaracion’y‘dscurso" del git dels dean, par formacionesdiseursivas pueden ser consderadael complejs de diseurs-préetoa oom que som dfintdon > consrai ‘atdades y as actividades dente del deinia de na snos atados para siempre ividuos o definidos en relaeién con una matrix dada de posicio- Mlemostrar que + en cambio, sin intermisién son tratados, negociados o disputados Se podria delincar contrastes similares entre las teorias culturales de mn diferentes segmentos de las soci plo, entre los campesinos y las poblacins wehasias, 0 deutro de la burocracia, la Iglesia y el Ejército. low diferencias subrayan Ia importancia de examinay lan nn nocio y “habilids tancias lo hacen (por ejemplo, de los cienificosagricals ilion. campesinos oextensionistas). Adem, los procesos de Ww estén incrustados en procesos sociales que implican aspestos lr, autoridad y legitimaciéns y, asi, es también probable que fi eeilejen y contribuyan al confieto entre los grupos sociales, ya de persona y de agencia (“habilidad para conc para hacer") son constituidas de manera diferent dl ‘wouerdo con la cultura y eémo afectan el manejo de relat Dersonales y los tipos de control que los actores pretenden fren otro. Enel campo del desarrollo, esto significa analizar emo las cepciones diferenciales de poder, influencia, conocimiento y eft ppusden penetrar en las respuestasy estrategias de los diferentes af tores (por ejemplo, los campesinos, trabajadores del desarrollo, Pictarios y funcionarios del gobierno local). También debemos toni ‘en cuenta la pregunta de cémo podsian imponerse.nociones de age ajenas a los grupos locales que derivan de las polticas promey di por las autoridades. Aqui tengo en mente, por ejemplo, Ia aplicaci dle conceptos como “stakeholder” (quien tiene interes inverts un proyecto), “participacién popular”, “concentrndose en el pol niendo como objetivo al pobre” o “el papel del agrieultor pro sista” en el desarrollo planeatlo* dirigidos hacia el establecimiento de percepeiones, intereses © sonalidades comanes. inte tejido de provesos de conocimiento y poder |ontral dela tercera parte de este libro, Baste aqui resaltar ciertos dios paralelos, Al igual que el poder, el conocimiento no es sélo wstituye el enfo- ue se posce y se aumenta (Foucault, en Gordon, 1980), ni pue- jadirse con precisin en términos de alguna nocién de eantidad Jilad. Surge de procesos de interaccién social y es en esencia un licto conjunto del encuentro y fusién de horizontes. Debe, por uionte, como el podor, ser visto en sus relaciones y no ser trata mmo si pudiera ser vaciado o usado. Si alguien tiene el poder o el i jlo tengan. No obstante, poder y conocimiento pueden reificarse en Ida social: con frecuencia pensamos en ellos como cosas materiales jento, no implica —eomo el modelo de suma cero— que otros Aun mas si partimos de la premisa de que no sélo teatamos oa iplicidad de actores sociales, sino también con “realidad jue en potencia implican intereses sociales y normat Contflictivos y configuraciones de conocimiento diversas y discontincas js posefdas por actores, y tendemos a considerarlas como realida- sladas, no cuestionadas. Por supuesto, este proceso de reificacion Mle “encerrar en cajas negras” (Latour, 1993) es parte esencial de los tinuos foreejeos acerca de los significados ¢ imagenes y ol control rrolaciones y recursos estratégicos, Los encuentros de conocimiento jolueran forcejeos entre aetores que quieren inscribie a otros en sus jroyectos”, y consiguen que acepton marcos particulares de significa- os ¥ lograr que adopten sus puntos de vista. $ furtes “delegan” poder en ellos. Estos foreejeos implican fijar puntos dlave que tioncn una influencia controladora cobre los intereambios y iribuciones de significado (incluyendo la aceptacién de nociones rei- adas tales como la de autoridad). i Espero que la exposicién anterior haya elarificado por qué ol spto de agencia es de importancia teérica central. Un enfoque | prientado al actor empieza con la simple idea de que en las mismas, (similares cireunstancias estructurales se desaryollan formas socia- sen las maneras investiga, en diferentes. Tales diferencias reflejan variacio s ior de la regién se caracterizaba por nicos y un sector empresarial en pequefia eccal r0 de los cuales estaba ocurriendo una acumulacin significat capital, Esto pareefa oponerse a los supuestos de las teorfas dela clave, Otra dficultad tedrica era que no habfa ninguna eadena obvis 4 jerarquia de dependencia que atara al pueblo al centro provincial, al regional a Ia metr6poli. Esta fue otra duda en relacién con In lactones de la dependencia, Los datos de! Mantaro configuraron una montaiia de complicacio: nes. Una de éstas era c6mo analizar una regién teniendo en cuenta a ‘s6lo el eriterio econémico y administrativo, sina también las dimensial nes culturales y 5 otros? También estab el problema de la falta de atencisn a falrsicgas, motivos, conocimientos¢ intereses de los actores. ane limitaciones del andliss del modo de produesin sir Yoforzar mi convieeién de que el principal desafiotedrieo al que ibamos era explicar cémo se generaba y contenia la hete- Mipdad dentro de una estructura polftico-econémica nica, y aun ontro de Ia misma unidad eeonémica, como la unidad de susten | se consider mas prometedor is de las interrela- anja familiar. Ante esta realida fo } la compenctracion de diferentes procesos de trabajo, inelu Jos basados en principios de orgenizacién no capitalista dentro ‘que enfatizara la importancia del an s. Otra fue cémo hacer tin andlisis de lis iones eapitalistas. Asi, intent6 desarrollar tal enfoque por lode una serie de estudios de caso que abordaron diferentes tipos | tnipresa en pequefia escala —ranchos comerciales, comercio y ne- {interrelaciones de procesos de trabajo y modelos de organiracién ey. némica capitalista y no eapitalista. Teniamos que encontrar la manera de analizar el efecto de Ia intervencién gubernamental que contiriers el peso suficiente a los modos en que Ia organizacién y actividades da los actores locales y provinciales conformaban los resultados del des rrollo en el émbito reg En elesfuerzo por resolver estos y otros problemas similares, seu ial trabajo de los neomarxistas franceses que habian reformulado t problema del subdesarrollo en términos de un anélisis de la vidn de los modos de produecin capitalistas y no eapitalistas (v ‘en Meillassoux, 1972; Terray, 1972; y Rey, 1975, easos de Africa Oo- cidental, y en Cotler 1967-1968, 1970; y Montoya, 1970, de la siertm peruzna). Uno delos atractives de esta reformulacion es que no asuine quo las instituciones y las relaciones no capitalistas son eliminadas ce modo automitico por el capitalism; més bien l ciertas formas no capitalistas es considerada funcional para la misma expansién capitalist. De nueva cuenta, algunas de las pistas obtenidas eran tities, pero Ja propuesta era limitada en varios aspeetos. En primer Ingar, tendia exagerar Ia autonomia y la cohereneia interna de di ion de transporte, asi como empresas miltiples y confederaci | nidades familiares de sustento que abareaban varias ramas eeo- nieas, Algunos de mis resultados se detallan en el capitulo 7. Ja variseién y heterogencidad dentro de los sistemas econdmicos ‘manejo tedrico ha permanecido como una de mis preocupaciones rales y esti reflejada en dos debates que abordaré después; a saber, Unrelacién de formas de trabajo asalariado y no asalariado dentro del Hogar y/o a empresa campesina (Long, 1984a), asi como la naturaleza y focto diferencial de los procesos de mercantiizacién en las poblaciones irarias (Long ot al., 1986, y eapituloe 5 y 6 del presente libro). En el Hrimero enfaticé ren cuenta las definiciones cul- wiales de “abajo” en Ia estimsei6n social (lo que los “ihurxistas podrian Lamar la “valoracién”) de la mano de obra (Long, 7). Para el segundo, propuse con vehemencia que se analizara In mercantilizacin y Ia institucionalizacién desde la perspectiva del ac~ “tor, ya que estos procesos “sélo llegan a ser reales en sus consecuencias uando son introducides y traducidos por actores especificos (ineluye 1, e incluso nacional. importancia de to upervivencia” ce rrentes formes 1 otros como lot comer © modos de produceién, atribuyéndoles logicas econdmicas diferentes. Sogundo, fallaba en la manera de abordar el asunto de las respuestae diferenciales en circunstancias estructurales similares; por ejemple, €or qué algunos pueblos o grupos dentro de un pueblo se relacions. ron estrechamente con el sector minero y otros no lo hicieron’, y spor qué algunos llegaron a ser diferenciados o diversificados en mayor me- | do aqui no sélo a los agricultores, sino tambi ciantes, burScratas y politices)” (Long y Van der Ploeg, 1989:238). Para los 80, la burhuja de la teorfa de la dependencia y del hnoomarxismo ce habia desinglado. Los economistas politicos y otros % Para una expose ms ampli puede comsallar Ia lnvestigain completa en 1972, 1977, 1978, 1979); y Longy Robert (1984116197). interesados en los problemas del subdesarrollo Por retornar a un plantea ca y genuinamente hist punta, Ian -va" sociologia del desarrollo ‘que surgi6 on los primeros afios de los 7 ‘en un eallején sin salida. La razén prine casado con la demostracion de la necesidad de m, cambio, en Ingar de expliear emo ocutrieron de tal determin modo capitalista de todas luces las com inspirada en el marxis iodelos particulares dj Produccién estructuraba el desarrollo, extando del trabajo versus la “real” co podian resolver este problema, deseansaba en las “leyes” del desarrollo capitalisia, Para desarrollar la teorta desde abajo Milibro An Introduction othe Sociology of Rural Developmen (1917) "en Perity de los debates que ésta gener, En. retrospectiva, las principales contribuciones tedricas de nuestro tra, bajo en Perd central pueden resumirse como sigue, Primero, desafé alas teovias del enclave del desarrollo que suge- ‘en que a integracién en Ia economia internacional implica el estanca, ‘miento relativo de la economia interna. Al con taro muestra que Ia expansisn ca significativo y diversificacién para el hacia un modelo intincado de adaptacionessocioeconémicas que po. sibilitan a ciertos grupos locales alimentarse del enclave y poner. tos shorros al buen uso de la empresa regional o aldeana, aunque esta ‘ucedia en mayor medida enelcomercio ye transporte, no ela ag cultura. Como escribié un revisor de nuestro trabajo, esto era “menos tun asunto de dar un paso abajo en la escalera de crecimiento que un {invento continu de estratogias de ingreso que asegurara una eentidad ceonémica modesta” (Walton, 1985:471). ¥en algunas p nnacié de la investiga trario, el caso de Man- lista puede generar erecimi sector no enclave, lo que gui tes de inte estaban esforsiindi to de los problemas concretado de nus ico. Como David Booth (1946 D - al final de la década estab pal de ello era que se habia realmente. La fuen @ fue el compromiso a priori de mostrar Smo 11 lejidades y las variabilidades del cambio estruee tampa + ¥8.que la primacta tedriea todavis fla rein se ds grifictivos de acumula Big epita « peqoatin evcla. odo, teszamos los efectos de estas estratgias in del sector del enclave mismo, y most ili con el tiempo una red de interreaciones entre Ia produc- H Wincra, el comercio, el transporte, la agricultura campesina y la nia urbana provinciana, Designamos a esto “el sistema regional iuecién” eontrado en la mina, una manera breve de nombrar pljo sistema de capital, trabajo y unionessociopaliicns que se idadesy sectres eco- eos y entre Las clases sociales y grupos que fueron engendrados los: Este sistema de ealabones ern dnimicoy no estaba simple nite determinado por las aceiones del sector del enclave; también in que os diferente en las distints partes del paisaje socal y en funturas historias diferentes, Estabasiendo continuamente remo- lo por los forcejeos sostendos entre indivduos y grupos sociales arto y, por supuosto, estaba afectado por les formas en que los eress y arenas fordneasactuaban en é ‘ercero, una dimensin importante de nusstro trabajo se refiere I rolaciones regionales de poder. El estudio del Mantaro mostré mas regionales de productién no prodajeron un negocio cole oun daar que menpatrs cota de recursos regionals crucials, 0 que reuniers el apoyo politico ne- Bio que mere wn hrene daar maton, woah yest menudo dl rogione de ete tipo. La ausencia deta elase nderosa poitcamente di a los empresarios pequeiios ya ls poiti- ollaron procesos desde abajo” mos emo se rollaron histricamente entre varias act ps aldeanos espacio pleno para maniobrar frente a organizaciones “Inerventoras del gobierno central. Por ejemplo, la Reforma Agraria ‘le 1969-1975, como muchos programas previos de desarrollo rural, se ‘ncontré con dificultades serias en algunas partes de laregién cuando Jos camposinos y empresarios en pods spon guuomsncsdar ra rato sagas 1 op n (Long y Roberts, 1984:248-255), Cuarto, nuostros estudios de caso de pequeiios comerciantes y transport tipos de redes sociales y los marcos normativos utiizados por estos sividuos, junto con estudios basados en la observacién de la coope- racidn y del eonfieto dentro de las aldeas y pueblos agricultores de la ‘ecala burlaron con éxito a tas mostraron que los datos sobre Ia interaccién de los regiGn, a menudo proporcionaban mejores ¥ 12 complejidad de las relacio que las que pod “agregado” tadelos Pistas sobre las dinaniea inera en que el estudio fue for: ti elcampo, Enlage de dekeg teva astra, ee c08 0 culturales,empea 1m muestreo de vidas cotidianae on diese ce eezames POE hat cién en la vecindad de las minas y del rio del Steer gate] ce. Tampocn empestes, con las empresas mineras, Manta ro que nye cet como lo habian hecho : otros investiadove mismas o con ls datos macrocsrséuieh tundos de vida de los diferentes Erupos sociales (por ejemplo, campesinos, tendoros, mereado, artesanos, Ten iro recor eat "non permit {onidentiar ls modelo signa directa dccoet rent manejados de modo inadecundo Después nn oe srperamoy a comprender lt diferente campos de vender ot 1 en Tas arenas regionnee Aocumentcion cidadona dels histone eee eros y empresarios (véase on el capitulo 3 un reeuenta de jones metodolégicas de un acereamiento al actor) feamiento se centra en Ia nocién de agencia humana, liza a los individuos en mundos de vida especificos donde sus asuntos cotidianos. También signifiea reconocer que lox low y grupos sociales son “eapacos para conocer" y “habiles dentro de Ios limites de informacién y recursos que certidumbres que enearan; esto es, idean maneras de eas", y asi ve ° ms aun cuando esto pudiera significar ser “edmplices activos propia subordinacién (Burawoy, 1985:23), Por lo tanto, para cs al mismo tiempo “las estructuras que hacen posible ejecutar incoidm gon reproducidas on la realizacién de asa aceién. Inclueo, do la accién rompe el orden social (...] se media por estructuras Is ve reconstituyen por Is aecién, aunque en wna forma modificada” jompson, 1984:150-151). Nuestra investigacin en Pert deja muy claro la necesidad de dar Nl poso apropiado a la agencia humana y a las estrueturas emergen- i». Los datos muestran las maneras complejas en que las estrategias iuidas por los diferentes grupos de interés —eampesinos, mineros, “ompresarios, gerentes de compafia y buréeratas estatales— han con- iibuido de manera importante a la evolucién del sistema regional. De festa manera cuestionamos los supuestos de muchos modelos de desa- ‘rrollo que interpretan la reestructuracion de los sistemas econémicos foomo reeultantes del efecto —o de la “légica”—de fuereas econémicas y politicas externas y que continéan adhiriéndose 2 la teoria de las tapas de la historia. Juntando todos los hilos, podemos decir que mi experiencia de la investigacién en Peri reforzé mi creencia de que ningdn o ligico © histérico del cambio podefa estar completo sin: 1) un i en las maneras en que actores sociales diferentes manejan e interpe ‘an nuevos elementos en sus mundos de vida; 2) un anslisis del mold ‘en que grupos particulares o individuos intentan crear espacio pat ellos mismos con el fin de realizar “proyectos” propios que pueden st Paralelos, o quiza desafiar a los programas gubernamentales o a | intereses de otras partes que intervienen, y 3) un esfuerzo por mostrif estos procesos organizativos, estratégicose interpretativos pu ¥ ellos mismos ser influides por—el contexto més amply de poder y la accién social nhujo, las intervenciones planeadas por los gobicrnos, agencias jaurrollo e instituciones privadas, ya que los grupos locales formu: 1en activamente sus propios “proyectos de desarrollo”, Ios rn chocar con los intereses de las antoridades contrales, in ya un reconocimiento creciente de estas deficiencias entre inde politioas. Por ejemplo, se sugirié que la tacién debia verse como un proceso transaccional entre las Ta nego- sobre metas y medios (Warwick, 1982). De manera paralela, in formas de anlisis organizacional se enfocaban a las dindmicas intereses conflictivos o divergentes, Deconstruyendo la “intervencién planeada” jnror las interfaces sociales yculturales entre las agencias burocr&- Yous clientes (Handleman y Leyton, 1978) nts nuovas direccionesesineidieron con mi interés oreckente en 6 de imterveneion, Mis experiencias en Zambia y Perit me ha- faado que los agriultores y s ual y colectiva de varias maneras cuando rontan Ia intorvencién planeada por el gobierno y otros ewerpos ‘Las preoeupaciones teéricas anteriores —reforzadas por mi legada ‘Wageningen, donile la relacin entre la teoria y la prdctica siempre hha debatido con vehemencia— me levaron, en los primeros alos de 80, a protongar mi interés en los problemas de las politicas y del des. rrollo planeado. Al gual que los paradigmas tebricos dominantes en lo 60 y 70, gran parte del anéliss de la politica pareeia aferrarse ‘modelos o sistemas bs tunidades de sustento se or- ante mecénicos para dar euenta de las relacior as, su aplicacién y resultados. La teridencia en mu ‘chos estudio era conceptuar éstas como de naturaleza lineal, implicam do un tipo de proceso escalonado, segin el cual el punto de partida o) 4 formulacién de la poitiea, luego se implementa, y después de ello ob: tienen ciertos resultados, tras lo cual se podria evaluar el proceso pars extablecer el grado de logro de los objetivos originales. Sin embargo, como mi investigacién de campo en el programa de la Reforma Agraris. Peruana habia mostrado—euestin que apreciaran con prontitud pro yectistas informados y trabajadores del desarrollo— esta separaciGn de la politica, implementacién y resultados es una simplificacién bur 4a de un juego mucho mis eomplicado de procesos que involucran ls reinterpretaciOn o transformacién de Ia politica durante el proceso de aplicacién, de tal manera que no hay ninguna linea reeta de la politica a los resultados. Ademés, es frecuente que los “resultados” se produzcan Por factores que no pueden enlazarse de un modo directo con la apl- ceacién de un programa de desarrollo particular. Es mas, los temas de aplicacién de la politica no deben restringirse a analizar, desde arriba tl interveneién, Por consiguiente, el problema para el andlisis es ender los procesos por los cuales las intervenciones oxternas entran os mundos de vida de los ndividuos y grupos afectados, y asillegan formar parte de los recurtos y las limitaciones de las estrategias £0- Glulos y los marcos intorpretativos que decarrollan. De esta manera los llumados “factores externos” llegan a ser “interiorizados” y a menudo jgnifican cosas muy diferentes para los grupos de interés diferentes (para los actores individuales diferentes, sean éstos los trabajadores diol desarrollo, clientes o espectadores. El concepto de intervencién necesita, entonces, ser deconsteuido para que sea visto como lo que (vs tn proceso en movimiento, eocialmente construido, negociado, ex- [Poriencial y creador de significados, no simplemente la ejecucién de tun plan de accién ya especificado con resultados de comportamionto esperados. Tampoco se debe asumir un proceso de arriba a abajo im- plicito, como se hace de manera usual, ya que las iniciativas pueden vonir tanto de “abajo” como de “arriba. Entonces, es important cenfocar las précticas de intervencién como moldeadas por la inter’ cidn entre los diversos participantes, en lugar de enfocarse s6 modelos de inter f ployectos; y el desarrollo de un enfoque construccionista social ula al actor para el estudio de la irrigacién y los problemas del el agua. M proyecto fue un esfuerzo coordinado de equipo, que req nciones de campo detalladas en localidades y arenas de accién Para investigar estos temas de una manera integrada, Io en én, que entendemos como las representacions ideales ipicas que los proyectistas o sus clientes tienen sobre el prov 0, El uso de la nocién de préeticas de intervenci ar en los contextos especificos las formas emergentes de interaccide, procedimientos, estrategias practicas, y tipos de diseurso, categorit E cculturales y sentimientos presentes. En primer lugar, empezamos con el interés en la organi- fn dle Ia irvigacién, no en el sistema de ierigacién. Esto implies cen cémo varios actores o partes se organizan en torno a blomas de manejo y distribucién del agua. Esto va mas alla del lvigaci6n, para considerar el modo en que diferentes intereses, Jo en conflicto, intentan controlar el abastecimiento de agua 0 jrar el acceso a ella y a otros insumos necesarios para la agricul- Ade riego. La organizacién dela irrigacién surge, por consiguiente, 19 un conjunto de arreglos sociales entre las partes involucradas fir que ser simplemente “dictados” por el disefiofisico y el plan tée Igo, 0 incluso por las autoridades “controladoras” que construyeron, hora manejan el sistema. Entonces, la organizacion de la irriga Wy lebe representarse como un mapa organizacional u organigrama, io como un conjunto complejo de précticas sociales y modelos nor- tivos y conceptuales, tanto formales como informales. El anélisis cuidadoso de estos temas me Ilevé a darme cuenta é¢ «que se requeria un anilisis més sofisticado de los procesos de interve cién; con la esperanza de que también pudiera influir positivament tanto a los profesionales a cargo de elaborar los programas de dest: rrollo como a los que los llevan a cabo y con los grupos locales que #: suian por sus propios valores ¢ intereses, De esta manera, repensar h intervencién se volvi6 una urgente nocesidad tanto para los involucri= dos de manera directa en el proceso como para el investigador. Exploracién de los procesos de intervencién en el occidente é de México én En 1986 imeré w ‘nueva investigacién de campo para explorar con sas detalle estos asuntos de Ia intervencién. La investigaciin se en: focé en Ia organizacion de la irigacin, las estrategas del actor y ly intervencién plancada en el occidente de México, en donde cl acces) al agua para la agricultura de ciego y otros propési oo los problemas econdmicos y de sustento de Ia poblseién rural, y donds tanto el gobierno como las compatias privadas intentaban controla- lagu y otros insumos para la produccién de aziicar dirigida al mer | cado nacional y para hortalizasy frutas destinadas a Estados Unidos, Al realizar esta investigacin queriamos contribuir en varios campos de interés préctico y te6rico: el desarrollo de un enfoque de interfaz que analizara los encuentros entre los diferentes grupos ¢ individuos involucrados en los procesos de itervenoién plancada; el estudio de | iniciativas de desarrollo para los campesinos y las maneras en que los actores locales (incluyendo al personal en la linea de fuego del go. Dioeno) intentan crear espacio para maniobrar | 1 Apartedemiy de mi espons, Ana formaron parts del equipo de invest ert Arce, quien ve eperaling en ol eta Sea buveraclaagecla; Dork func enfoc en lee hogar. Etre do sacar, clingy al pares Cabri Tres ccd a oopsacin ally cltorl els oresters nny Maen, ire etitre io de fies de mujeres yc arena dl eonrapoder” eo a comida dl fio, y tor Ton al proyecto. El trabajo fue ane por WTR (Fundacion de los Pa ara cl Avance de [a Investgacin Tropical) y por Ia Fandasign Ford, con las que | tnanor my agradocdes nla persecucién de @ w ccapitalista; y quizé aun el los del presente libro se orien relacionados. Por otro lado, no concepto de mereado. Varios cai tan hacia éstos y otros problemas tebr4 el anal aprender c6mo manejar de mejor manera a yas constriceiones estructurales, afte suficiente i demuestra el estudio de Hewitt en cl caso de la antropologia nexistenciadeparadigmasmiltiplesnocscl 1 de ellos Megue a sobresalir en coyunturas histrieas parti i. ea promovido por grupos de estudiososeinstituciones par- I Seria un error, sin embargo, suponer que el ascenso y des- ile poradiganas se ajustard nftidamente a una teoria de “etapas™ frvne de desarrollo intelectual, segén Ia eval las nuevas concep- fis y resultados conducivin a modes cada vex més refinados de incluso invertir el argumento y decir orientaclo al actor tiene los problemas de la este Aunque representaba un desaffo may liferentes hilos en un solo marco di forja Wor, tos iy cambios drasticos en la teoria y en el paradigma a menudo in- In introduccién de nuevas concepeiones que simplifican, o ideas 15 existentes de investigacién en fa- Jr lus nuevas. Aunque esto a veces produce nuevas y estimulan- Jircepciones, también puede fomentar investigaciones insulares, rontemplativas y estériles, como es el caso de algunos trabajos lndos con el estructuralismo althuseriano y con algunas formas mas de posmodernismo. Lo que es més, aunque podrian id 1 periodos especifioos en que eiertas ortodoxias 0 “eseuelas de smiento” han ocupado el centro del escenario, es casi seguro que isis mis fino revelaria que hay otros estudiosos (prafesionales, 98) que se desenvuelven fuera de la “eorrionte principal”. Alguno {fytos Ultumos podria ser posteriormente acreditado por sus cont Jones seminales y por su partida de seguidores o devotos. Ademés, 10 €n todos los campos intslectuales y profesionales, Ia sociologia osarrollo esta llena de negociaciones politicas por el control de los jurs0s institucionales y por la formacién de redes para contolidar [apoyo de un amplio grupo de cologas, asi como la manipulacién de jontes de legitimidad del conocimiento y de la reputacién.2® | Estos comentarios sobre los paradigmas miiltiplesy las comunida. jv de estudiosos me llevan a considerar brevemente la situacién con- Mompordnea de la sociologia del desarrollo y, por impli Jivoas de las ciencias sociales. Si, como he argumentado, esta multipli dad esta basada en grandes diferencias epistemolégicas (entre, 208 de los té 8 tenicos agricolas Ja politica gubernamental ‘entre diferentes grupos de genio azucarero; Por aplicar, o en algunos casos subvert dle irrigacién; los batallas en las interfacmg Productores de aziicar, Ta preservactn de lov epacos ss Parte de jornaleros agricolas ante regi a rregulados y en momentos hi Fazones de ello parecen relacionarse, plejidad de los fenémenos sociales qu anéliss alternatives, y segundo, con la difcultad de cetablecor ung ePistemologia comin para cimentar los métodos y resultados de lo "eetgasion, Segin Giddens (1987:19), a esto se agrog el hecho de qua ‘no hay manera de resguardar el aparato conceptual del ebervad [-.-]desu apropiacién por los actores legos”, lo que hace cade vos horrota Ja distincién entre el “investigado” y el “investigador™ Primero, con la variedad y com: 1c oxigen perspectivas y modos de ian, de otras | Vins l farcinante relat de Rodere Camp (1985), Intellectuale andthe State Un Ticensiath-Contury Mexico que atres es origene, clas, carvers, baeesinet- Welonalesy rlacioner com el Esta también weave el extudio de Bourdon sore et ta de edacasién superior francés (108). ims Iho visiones estructuralistas y las fonomenolégicas), es muy po © que desaparezean. Mis alld de esto, como el trabajo 'o subraya con claridad, mientras eiertos periodos histéris Duoilen ser caracterizados por el predominio de una visién particuli del mundo o por el estruendo ereciente de la oposicién de paradig te6ricos, otros pueden manifestar un ealeidoseopio de posibilidadon ‘combinaciones. Aunque para algunos esto iltimo puede parecer di concertante debido a la ausencia de una guia clara de la investigaci ¥ una falta de principios fijos para legitimar el trabajo de investig cién y las conclusiones, creo que este escenario es el mas conducente desarrollo de nuevos tipos de investigacién exploradores e innovads res. Esta es la situacién en que nos encontramos al principio del sg XXL. Estamos en un cruce de eaminos eritico y estimulante, las ortodoxias viejas han eo: CAPITULO 2 SMITIFICACION DE LA INTERVENCION PLANEADA Y EL ESTADO! i) se sugiri6 en el capitulo anterior, un anélisiseritico de la polities on procesos de la intervencién* requiere la desmitificacién de no- on del desarrollo planeado. Es decir, es importante euestionar las en done lciones de tiempo-erpacio, supuestos normatives y la praxeologia lo lugar a (o cuando menos permiti espacio para) nuevos modos de conceptuar las complejidades y di ‘micas de Ia vida social. La sociologia del desarrollo esti « punto hacer adelantos tedricos mayores, entre los cuales resalta el desar de un anilisis mas integrado de eémo la agencia, las instituciones, conocimiento y el poder se interrelacionan en la nueva era global. ltda enlos modelos ortodoxos de intervencin, y exponer las limi- mn de ciertas concepciones teérieas que las apuntalan, prestan- encién particular en teoriaar el mereantilsmo, la ineorpor lucionaly las interrelaciones entre el Estado y la sociedad civil. i capitulo ofrece tl critica y propone la alternativa de ver la inter- ijn como una realidad miltiple, compuesta por pereepeiones cul- ile ¢ intereses sociales que diferen, asi como por los continuos ea}008 sociales y politicos que tienen lugar entre los varios actores slo involuoradoe. De entrada, debemos distinguir entre modelos teérizos que apun al entendimionto de los proessos de cambio social y desarrollo dolos de la politica que establecen las maneras en que el dess- lo! debe promoverse. Esta distincién es importante, pero no ab~ uta, puesto que los modelos de la politica estin basados explicita "Bate capital en parte esti bacedo en un arco ezrite con Jan Dowe van der Png (1989) en Long (1988.

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