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INTRODUCCION

El bien común es un concepto de suma importancia y trascendencia en el sistema


político y jurídico de una comunidad. El bien común es:
a) la causa final del Estado. Se distinguen cuatro causas fundamentales en el ser
del Estado: La causa material, la causa formal, la causa eficiente. Y la causa final.
El bien común es aquello que en último término se pretende alcanzar a través de
la compleja interacción que supone el ser y la interacción estatal.
b) El Estado solo puede actuar validamente dentro del ámbito del bien común y
donde el aparezca comprometido. Fuera de esos límites su actividad será ilegítima
y arbitraria.

"El bien común se busca desde nuestras diferencias", el Papa a la Sociedad


Civil de Paraguay

“El diálogo presupone una identidad, nos exige


la cultura del encuentro. Un encuentro que
sabe reconocer que la diversidad no solo es
buena, sino necesaria”, lo dijo el Papa
Francisco en el Encuentro con los
representantes de la Sociedad Civil de
Paraguay, a quienes encontró este sábado, 11
de julio, en el estadio del Colegio “San José”
de Asunción.
En su discurso el Santo Padre recordó que “un
pueblo que no mantiene viva sus
preocupaciones, un pueblo que vive en la
inercia de la aceptación pasiva, es un pueblo
muerto. Por el contrario, dijo el Papa, veo en ustedes la savia de una vida que
corre y que quiere germinar". Por ello, el Pontífice animó a renovar la esperanza
en el Señor que sigue actuando en medio de su gente, para poder superar las
situaciones de injusticia y de exclusión, con el fin de conseguir el bien común.
Asimismo, el Obispo de Roma respondió a las preguntas que le formularon al
inicio del encuentro, sobre la preocupación por hacer que la sociedad sea un
ámbito de fraternidad, de justicia, de paz y dignidad para todos. “Paraguay tiene
abundante población joven, afirmó el Papa, y es una gran riqueza. Por eso, pienso
que lo primero que se ha de hacer es evitar que esa fuerza se apague esa luz en
sus corazones y contrarrestar la creciente mentalidad que considera inútil y
absurdo aspirar a cosas que valgan la pena. A jugársela por algo, a jugársela por
alguien. No tengan miedo de dejar todo en la cancha. No tengan miedo de
entregar lo mejor de sí”.
Refiriéndose a la segunda pregunta, el Sucesor de Pedro resaltó que el diálogo es
medio para forjar un proyecto de nación que incluya a todos. “Efectivamente el
diálogo no es fácil. Son muchas las dificultades que hay que superar y, a veces,
parece que nosotros nos empeñamos en hacer las cosas más difíciles todavía.
Para que haya diálogo es necesaria una base fundamental. El diálogo presupone,
nos exige la cultura del encuentro. Un encuentro que sabe reconocer que la
diversidad no solo es buena: es necesaria”.
Finalmente, el Papa Francisco respondió a la inquietud manifestada en la tercera
pregunta, afirmando que es
necesario acoger el clamor de los
pobres para construir una sociedad
más inclusiva. Un aspecto
fundamental para promover a los
pobres está en el modo en que los
vemos. “Para buscar efectivamente
su bien, dijo el Pontífice, lo primero
es tener una verdadera preocupación por su persona, valorarlos en su bondad
propia. Pero, una valoración real exige estar dispuestos a aprender de ellos. Los
pobres tienen mucho que enseñarnos en humanidad, en bondad, en sacrificio”
El bien común, es decir, "aquellas condiciones de la vida social que permiten tanto
a los grupos como a los individuos, de conseguir más plena y fácilmente la propia
perfección" pide que la política no esté dominado por la especulación financiera y
no regida sólo en el paradigma utilitarista y tecnocrático de la producción máxima,
que se respeten los derechos humanos y se promueven la cultura y el papel
específico de las religiones. Es el mensaje que el Papa dirigió en sus primeros
rencuentros en Bolivia, la segunda escala de su viaje a América Latina, a donde
llegó ayer por la tarde, saludado por el presidente Evo Morales y más de medio
millón de personas.

Bolivia, en palabras de Francisco a su llegada, "está pasando por un momento


histórico: la
política, el mundo
de la cultura, las
religiones son
parte de este
gran desafío de
la unidad". Es  un
país desde el que
se puede
conseguir una
"nueva síntesis
cultural" y que el Papa ve de alguna manera ejemplar, porque "en esta tierra
donde la explotación, la codicia, el egoísmo y las múltiples perspectivas sectarias
eclipsaron su historia, hoy puede ser el momento de la integración". También país
de contrastes, como lo demuestra el Crucifijo sobre un martillo y la hoz (en la foto),
singular regalo del presidente al Papa.

Así, en el aeropuerto, en respuesta al presidente Morales, quien lo llamó "el Papa


de los pobres", dijo que estaba "Me alegro de estar en este país de singular
belleza, bendecido por Dios en sus diversas zonas: el altiplano, los valles, las
tierras amazónicas, los desiertos, los incomparables lagos; el preámbulo de su
Constitución lo ha acuñado de modo poético: «En tiempos inmemoriales se
erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonía,
nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de
verdores y flores», y esto me recuerda que «el mundo es algo más que un
problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa
alabanza» (Enc. Laudato si’ 12 ). Pero sobre todo, es una tierra bendecida en sus
gentes, con su variada realidad cultural y étnica, que constituye una gran riqueza y
un llamado permanente al respeto mutuo y al diálogo: pueblos originarios
milenarios y pueblos originarios contemporáneos; cuánta alegría nos da saber que
el castellano traído a estas tierras hoy convive con 36 idiomas originarios,
amalgamándose –como lo hacen en las flores nacionales de kantuta y patujú el
rojo y el amarillo– para dar belleza y unidad en lo diverso. En esta tierra y en este
pueblo, arraigó con fuerza el anuncio del Evangelio, que a lo largo de los años ha
ido iluminando la convivencia, contribuyendo al desarrollo del pueblo y fomentando
la cultura. Como huésped y peregrino, vengo para confirmar la fe de los creyentes
en Cristo resucitado, para que cuantos creemos en Él, mientras peregrinamos en
esta vida, seamos testigos de su amor, fermento de un mundo mejor, y
colaboremos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria".

Significativo, en este sentido, la parada hecha, después de la ceremonia de


bienvenida, por Francisco en el sitio del asesinato del padre Luis Espinal,
sacerdote jesuita asesinado por escuadrones de la muerte, el 21 de marzo de
1980. El Padre Espinal, dijo el Papa, "hermano Nuestra víctima de intereses que
no quieren la lucha por la libertad. El padre Espinal predicó el Evangelio y este
Evangelio inquieta y por eso fue asesinado". El padre Espinal, continuó, "ha
predicado el evangelio, el evangelio que trae la libertad, la que nos hace libres. Al
igual que todo hijo de Dios, Jesús nos da esta libertad y predicó este evangelio".

Por la tarde, una visita de cortesía al presidente Morales y después de la reunión,


en la catedral, con las autoridades civiles, presente el mismo Morales,
personalidades del mundo de la cultura y el sector del voluntariado y el cuerpo
diplomático.

A ellos Francisco ha hablado del bien común, diciendo que estaba "seguro de sus
búsquedas de lo bello, lo verdadero, lo bueno en este afán por el bien común. Que
este esfuerzo ayude siempre a crecer en un mayor respeto a la persona humana
en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo
integral, a la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que
no se produce sin una atención particular a la justicia distributiva. (cf. Laudato
si’ 157). Que la riqueza se distribuya, dicho sencillamente”.

"El entorno natural y el ambiente social, político y


económico –ha dicho - están estrechamente
relacionados. Nos urge poner las bases de una
ecología integral -es problema de salud- una
ecología integral que incorpore claramente todas las
dimensiones humanas en la resolución de las graves
cuestiones socio ambientales de nuestros días… si
no los glaciares de esos mismos montes seguirán retrocediendo… y la lógica de la
recepción, la conciencia del mundo que queremos dejar a los que nos sucedan, su
orientación general, su sentido, sus valores también se derretirán como esos
hielos (cf. Laudato si’ 159-160). Y de esto hay que tomar conciencia. Ecología
integral - y me arriesgo- supone ecología de la madre tierra, cuidar la madre tierra;
ecología humana, cuidarnos entre nosotros; y ecología social, forzada la
palabra”.     

“Como todo está relacionado, nos necesitamos unos a otros. Si la política se deja
dominar por la especulación financiera o la economía se rige únicamente por el
paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción, no podrán ni
siquiera comprender, y menos aún resolver, los grandes problemas que afectan a
la humanidad. Es necesaria también la cultura, de la que forma parte no solo el
desarrollo de la capacidad intelectual del ser humano en las ciencias y de la
capacidad de generar belleza en las artes, sino también las tradiciones populares
locales, eso también es cultura, con su particular sensibilidad al medio de donde
han surgido y del que han salido y el medio que le da sentido. Se requiere de igual
forma una educación ética y moral, que cultive actitudes de solidaridad y
corresponsabilidad entre las personas. Debemos reconocer el papel específico de
las religiones en el desarrollo de la cultura y los beneficios que puedan aportar a la
sociedad. Los cristianos, en particular, como discípulos de la Buena Noticia,
somos portadores de un mensaje de salvación que tiene en sí mismo la capacidad
de ennoblecer a las personas, de inspirar grandes ideales capaces de impulsar
líneas de acción que vayan más allá del interés individual, posibilitando la
capacidad de renuncia en favor de los demás, la sobriedad y las demás virtudes
que nos contienen y nos unen. Esas virtudes que en vuestra cultura tan
sencillamente se expresan en esos tres mandamientos: no mentir, no robar y no
ser flojo”.

CONCLUSIONES

a) El concepto de bien común ha estado muy presente en la elaboración


jurisprudencial de la Corte Suprema como una noción ineludible a la que el tribunal
en sus distintas composiciones ha acudido necesaria y frecuentemente para
fundar sus decisiones:
b) La versión de bien común que ha estado presente de modo predominante
informando a la jurisprudencia de la Corte Suprema argentina a lo largo de las
diversas etapas históricas es la del personalismo solidario, con las excepciones de
los fallos de la segunda etapa en materia de derechos de contenido económico y
de algunas sentencias sobre derechos personales correspondientes a la décima
etapa.

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