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Espacios rituales, Adrián Gómez, 2005

Abstract
The author s death has become the pa-
radigm of postmodernism The following
essay shows a critical analysis of such ex-
pression and its implications in the world of
contemporary art The basic thesis is as fo-
La muerte del autor se ha convertido en el llows the author s death brings along the ar-
paradigma de la postmodernidad. El siguien- tist and critic s death who are representative
te ensayo realiza un análisis crítico de tal ex- gures of authority Those deaths generate
presión y las consecuencias de su aplicación the birth of a new power gure which is the
en el mundo del arte contemporáneo. La curator This text intends to provide an initial
tesis planteada es la siguiente: la muerte del debate regarding the gure of the curator
autor trae consigo la muerte del artista y del
Key words
crítico guras representativas de la autori-
Author artist critics
dad. Tales muertes generan el nacimiento de
curator aesthetics
una nueva gura de poder que es el curador
art sciences, art
Con este texto se pretende aportar elemen-
philosophy Barthes
tos de re exión para un debate que apenas
Foucault, Eco,
comienza en torno a la gura del curador
Sontang, Foster.
Palabras clave
Autor, artista, crítica,
curador, estética,
ciencias del arte,
losofía del arte
Barthes Foucault Eco
Sontag, Foster.

*Docente-investigador.Universidad Nacional de Colombia. Especia-


lista en losofía del arte y estética PhD en artes y ciencias del arte
“Delante de Dios! Pero ese Dios está muerto!
Hombres superiores, ese Dios era vuestro peor peligro.
Es después que él permanece sepultado que ustedes han
resucitado”.
Friedrich Nietzsche Así habló Zarathoustra.

Es evidente que no basta repetir como a rmación vacía que


el autor ha desaparecido.
Así mismo no basta repetir inde nidamente que Dios y el
Foto/Carlos Mario Lema, La huella del camaleón II, 2007

hombre han muerto de muerte conjunta. Lo que habría que


hacer, es localizar el espacio que de este modo deja vacío la
desaparición del autor, no perder de vista la repartición de
las lagunas y las fallas, y acechar los emplazamientos, las
funciones libres que esta desaparición hace aparecer.
Michel Foucault, ¿Qué es un autor?

Preámbulo
El siguiente ensayo es el resultado de una serie de re exiones que se desprenden de dos contextos principal-
mente: el primero el académico, en el cual, gracias a la curiosidad y el rigor de mis discípulos de la Maestría en
Historia y Teoría del Arte, la Arquitectura y la Ciudad y del seminario de pregrado Fundamentos en Ciencias del
Arte y Crítica1 he podido confrontar una serie de ideas y consolidarlas en este texto producto de varias lectu-
ras y relecturas. El segundo contexto es el mundo del arte postmoderno local, en el cual la “Muerte del autor”
se ha convertido en un paradigma de creación Estos dos contextos ampliamente relacionados entre sí me
han dado la posibilidad de asumir una postura crítica sobre la idea de la muerte del autor Dicho esto vale la
pena aclarar que asumir una postura crítica no signi ca estar en contra sino más bien pensar a profundidad
un determinado problema. En estos términos, el texto que usted leerá a continuación indaga sobre la fórmula
barthesiana la muerte del autor y sus consecuencias e implicaciones en el mundo del arte contemporáneo en
particular en las artes plásticas y visuales.
Alrededor de los años sesenta particularmente en Francia se comienza a cuestionar la gura de la Autori-
dad A nivel político social esa gura emblemática estaba encarnada en el general Charles de Gaulle presiden-
te de la República antiguo miembro de la resistencia y liberador de la Francia ocupada por los nazis al nal de la
Segunda Guerra Mundial Su gura paternalista comenzaba a resquebrajarse sobre todo en el imaginario de
la juventud, que poco a poco se iba transformando en rebelde. Esta pequeña revuelta, semejante a la que rea-
liza un adolescente cuando intenta cuestionar la autoridad paterna,, creó nuevas maneras de pensar y actuar
en la generación de pensadores que van a in uir fuertemente las generaciones posteriores Entre ellos encon-
tramos a Roland Barthes Susan Sontag Umberto Eco Michel Foucault y Giorgio Agamben Cada uno de ellos
a su manera intentó pensar la noción de la autoridad encarnada en la gura del autor
Sus teorías van encaminadas directamente al mundo literario. Sin embargo, con el “giro textual”2 del arte a
partir de la década del sesenta la literatura in uye al arte y este se lee de la misma manera Una obra de arte
es en sí misma un texto en clara oposición a la pretendida autonomía del arte, como bien lo muestra Hal Foster,
en su libro El retorno de lo real (1996). De esta manera, lo que en un principio era encaminado al texto en sí, se
aplica a la perfección al arte en general.
En el contexto local la autoridad encarnada en la gura del autor en los términos en que los postestructura-
listas lo entendieron llegó algo tarde pero comenzó de manera e caz a hacer escuela En la década de los no-
venta, desde las instituciones culturales y desde la academia3, comienza un llamado a la “muerte del autor” que
termina instaurándose como paradigma de creación Se hablaba entonces de descentramiento del yo, del olvido
del yo, del distanciamiento del yo con respecto a la obra, para privilegiar la obra en sí y la experiencia donde el
espectador dejaba de ser simple observador y pasaba a ser un verdadero actor y lector4. Esto generó una ruptura

1 Estos programas académicos se imparten en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.


2 “El arte avanzado de los años sesenta estaba atrapado entre dos imperativos opuestos: por un lado, conseguir una autonomía del arte como
demandaba la lógica dominante de la tardomodernidad por otra desbordar este arte autónomo hasta invadir un campo expandido de la cultura que
será de naturaleza ampliamente textual textual por cuanto el lenguaje se hizo importante como en gran parte del arte conceptual y por cuanto devino
primordial un descentramiento tanto del sujeto como del objeto como en gran parte del arte especí co para un sitio Foster Hal El retorno de
lo real. La vanguardia a nales del siglo Madrid Akal p

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Ricardo Arcos-palma

total con el individualismo moderno, y se comenzaron terpretado en los últimos años, sino por el contrario, una
a crear una serie de grupos de artistas que se unían bajo verdadera sustitución. Pues como bien lo dice Hal Foster,
un nombre, desdibujando las individualidades para pri- “tras la supuesta muerte del autor, se anunció el retorno
vilegiar la obra. Así surgen grupos como “Matracas”, de la gura heroica del artista y el arquitecto Es decir
“Nómada”, entre otros, que desarrollan obras colecti- que tal muerte es en realidad un cambio de autoridad.
vas, desdibujándo por completo la noción de autor. En Tal sustitución es similar a la operada por las revolu-
el plano individual, una de las obras que más impacto ciones sociales históricas Por ejemplo en la Revolución
generó fue la del artista Lucas Ospina, quién “ocultán- Francesa en el siglo , la burguesía usurpa el lugar de
dose tras la falsa identidad de un heterónimo llamado la nobleza; es el poder que cambia de manos. El equí-
Pedro Manrique Figueroa, crea el artista, su obra y lo voco de considerar la muerte del artista como un hecho
instala como “el precursor del collage en Colombia”. real ha generado escuela al punto de llegar a instaurar la
Aún recuerdo que a mediados de los noventa, cuando muerte del artista, como personaje activo en el contexto
vi esta obra, me preguntaba ¿cómo era posible que en cultural. Tal muerte del artista, simbólica, por supuesto,
los cursos de historia del arte colombiano no hubiesen termina instaurando la hegemonía del curador donde el
mencionado el nombre de este artista?, y creo que eso artista deviene un personaje gregario, a la espera de las
le pasó a más de un espectador, sin duda alguna. El en- directrices de quien ha asumido su vocería
gaño estaba instalado. Esta obra, impregnada del dis- Esta tesis la demostraré en tres momentos. En un
positivo dramático moderno de Edward Gordon Craig y primer momento titulado “La muerte de la autoridad”,
literario de Fernando Pessoa5 logra romper con la gu- realizaremos una lectura profunda del texto de Roland
ra hegemónica del autor quien termina ocultándose no Barthes titulado La muerte del autor En segundo mo-
detrás de un seudónimo, que como bien sabemos que mento, veremos cómo “el artista como intérprete” pre-
es una máscara; algo que sucede con frecuencia en la para la muerte del artista. Y en tercer y último momento,
literatura, sino detrás de otro “autor” u otra persona6. veremos cómo se instala lo que he denominado en un
Además esta obra se ha nutrido de la participación de sentido barthesiano la autoridad del curador que
otros artitas como Francois Bucher y el cineasta Luis termina desplazando la gura del autor o dicho de otra
Ospina quien recientemente realizó una película (Un forma asume su posición luego de haberlo matado De
tigre de papel) en torno a la vida de Pedro Manrique esta manera, espero contribuir desde las ciencias del ar-
Figueroa rea rmando una vez más el desdibujamiento te8, al debate que apenas comienza sobre el papel que
del autor, como eje central de la obra. desempeña la gura del curador en el contexto del arte
Aquí radica la paradoja, eje central de la tesis de este contemporáneo.
ensayo: la muerte del autor no es una muerte real, sino
simbólica. Como la muerte del padre en términos psicoa- 1. La muerte de la autoridad
nalíticos pues hasta ahora nadie dentro de los parametros El texto La muerte del autor de Roland Barthes es
normales a cometido un parricidio. Tal muerte simbólica, publicado por primera vez en 1968. En él, el autor pone
como lo explica la teoría freudiana con el Complejo de Edi- en cuestión la noción de autoridad y para ello se re ere
po, es una sustitución de roles y no una muerte real. Es de- a la noción de “tiranía del autor”, la cual según sus pre-
cir que, si en el mito el parricidio se comete, en la vida real ceptos hay que combatir Tal tiranía nos dice Barthes
ese parricidio es de orden simbólico. El niño enamorado termina obstaculizando la lectura como experiencia
de su madre, en los primeros años de la infancia usurpa el y, condicionándola al punto de limitar la compresión
lugar del padre dado el alto grado de identi cación que de un texto a la vida del autor. Por ejemplo, el texto
existe con él. Los postestructuralistas, impregnados de sobre Baudelaire de Jean-Paul Sartre9 , nos muestra
las teorías psicoanalistas, sabían perfectamente que esta cómo para el lósofo es más importante hablar sobre
muerte es totalmente simbólica. Es decir, que “la muer- la persona, que en últimas puede explicar la obra, y
te del autor no es una muerte real como mal se ha in- no hablar sobre la obra del poeta propiamente dicha

3 Hay que anotar que esto sucede desde un punto de vista práctico 6 Etimológicamente la palabra persona alude a la máscara que se
y no propiamente teórico; la falta de rigor intelectual por parte de utilizaba antiguamente en el teatro.
los jóvenes artistas, al analizar estas posturas postestructuralistas, 7 Hal Foster. Op. cit., p. 75.
generó una apología a “la muerte del autor” y no propiamente una 8 Las Ciencias del Arte, ampliamente enraizadas en las universidades
postura crítica. Lo que término, según mi tesis, abonando el terreno europeas en particular en las francesas tienden ha ampliar el campo
para la posible desaparición del artista y el nacimiento de la gura del de la teoría del arte, limitadas en nuestro contexto a la estética
curador, que termina instaurando una nueva “tiranía”. y a la historia del arte Hasta el año pasado se inaugura el Grupo de
La fórmula barthesiana de la muerte del autor tiende a generar Investigaciones en Ciencias del Arte-GICA adscrito a la Universidad
una nueva recepción de la obra de arte donde lo que importa es la Nacional de Colombia y reconocido por Colciencias http facartes
lectura de la obra, y no lo que pueda decir el autor de su obra. En otros unal.edu.co/gica/ 9 Sartre, Jean-Paul. (1984). Baudelaire. Prólogo de
términos es el resurgimiento del lector como gura hegemónica Michel Leiris traductor Aurora Bernárdez Madrid Alianza Editorial
5 Para indagar sobre este tema consultar mi tesis de maestría: Du 10 Benjamin, Walter. (1979). Charles Baudelaire. París: Editions Payot.
nomadisme. Vers une esthétique du potentiel nomadique de la literature La traducción es mía. [Hay traducción castellana, con diferente título
et de l’art. (1998). Depósito de tesis de la Biblioteca Luis Ángel Barthes Roland El susurro del lenguaje. Barcelona: Paidós.
Arango.

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Calle 14 / De La muerte del autor a la muerte del artista

Es decir que es la anécdota biográ ca el principal ele- jo de la persona. El mito


mento de análisis. Lo contrario sucede con el famo- del artista se a anza y
so texto de Walter Benjamin Charles Baudelaire un comienza la era del au-
poeta lírico en el apogeo del capitalismo”10, donde el tor como productor de
lósofo si bien es cierto también se apoya en aspec- artefactos y de textos de
tos biográ cos del poeta francés va más lejos en su gran valor cierto pero sin
análisis y se detiene en la obra Barthes parece com- igualar la genialidad. En
partir la postura benjaminiana, donde en últimas es la ocasiones es tan fuerte
escritura lo que importa, el poema, la novela, la obra la imagen que genera la
de arte. persona del artista, que
se termina dejando de
La escritura es la destrucción de toda voz, de lado la obra en sí.
todo origen (...) la voz pierde su origen, el autor en-
tra en su propia muerte, comienza la escritura11. El autor es un
personaje moderno,
Esta frase de Barthes nos muestra cómo el autor producido induda-
comienza a desaparecer a medida que la obra surge. blemente por nues-
Pr ejemplo, el escritor William Ospina desaparece a tra sociedad, en la
medida en que ésta,
medida que su personaje Ursúa deviene el héroe del
al salir de la Edad Media y gracias al empirismo
relato. La voz del escritor enmudece a medida que la inglés, el racionalismo francés y la fe personal de
escritura se hace Algo parecido sucede con la plásti- la Reforma, descubre el prestigio del individuo o,
ca. Cuando Constanza Camelo realiza su obra Punto dicho de manera más noble de la persona hu-
de stress (2005), en una estación del metro canadien- mana”. Es lógico, por tanto, que en materia de
se, no es ella quien vestida de mujer ejecutiva, se corta literatura sea el positivismo, resumen y resultado
de la ideología capitalista el que haya concedido
el pelo hasta la raíz en un círculo amarillo dispuesto
la máxima importancia a la “persona” del autor13.
como tapete muy cerca de una pared. La artista de-
viene otra, en una clara anulación de su mismidad y
El individualismo, como rasgo característico del po-
en un contexto donde lo femenino deviene punto de
sitivismo hace de la persona del autor un ser que pro-
cuestionamiento.
duce obras u objetos que van a ser consumidos gracias
La gura del autor es un legado del positivismo En
al prestigio de su nombre La gura del autor cobra
la Edad Media, por ejemplo, el artista tendía a la cons-
importancia gracias al valor que se le asigna al nom-
titución de la obra colectiva. Las catedrales se levanta-
bre. Pablo Picasso en ocasiones es más conocido por
ban en nombre del creador del mundo, y los “artistas”
sus aventuras amorosas por sus con ictos personales
ocupaban un segundo lugar en la escala de la creación,
y las leyendas que le rodean, que por su obra en sí, que
pues el máximo creador es Dios. Sin embargo, ya en la
termina en un segundo plano. Es frecuente encontrar,
Antigüedad Clásica veíamos la gura del artista como
aún hoy a historiadores que nos hablan de Picasso y
autor comienza a tener un cierto prestigio dentro de la
no propiamente de su obra Como dice Barthes la
sociedad El relato sobre Zeuxis y Parrhasios demues-
persona humana es la que ocupa el centro de la es-
tra el estatus que ocupaban esos personajes al interior
cena creativa. Es el sujeto que desplaza al objeto a un
de su comunidad.
segundo plano. Y en este sentido la obra permanece
Pero es en el Renacimiento cuando la gura del au-
oculta fuera de la experiencia del otro.
tor adquiere mayor importancia luego que la gura
En estas condiciones es la obra que es silenciada
del genio fuera acuñada. El artista, emparentado con
en bene cio de la voz del autor que se instaura como
la divinidad se convierte en una gura hegemónica12.
autoridad. Así la voz del autor resuena en el contexto
El “divino” Bunarrotti era así conocido por su geniali-
de la experiencia estética, imposibilitando que el es-
dad como escultor, dibujante y pintor. Y así fue adu-
pectador y el lector puedan encontrar su propia voz
lado por los príncipes y particularmente por el Papa
en el relato, en la obra. En la experiencia estética, es
Jules II. El autor tenía la facultad de convertir todo lo
la obra la que debería hablar transmitir y no el autor
que tocaba en oro como el Rey Midas Eso hace que su
a través de su obra. Es decir, que la obra se convierte,
obra sea tenida en cuenta, claro está, pero por deba-
no en una extensión de la voz del autor, sino en una
pp. 65-66.
crítica, en el programa de pregrado de la Escuela de Artes Plásticas de
12 Para ampliar este tema recomiendo el documento invaluable de
la Universidad Nacional de Colombia. pues nos ayudó a comprender
los esposos Wittkower Rudolf y Margot Nacidos bajo el signo
la evolución de la gura del artista y por supuesto a entender el papel
de Saturno: genio y temperamento de los artistas desde la Antigüedad
desempeñado por el autor.
hasta la Revolución Francesa. traducción de Deborah Dietrick Edición
13 Ibíd., p. 66.
a Madrid Ediciones Cátedra Este texto lo hemos estudiado con
14 Ibíd.
mis alumnos de teoría del arte y fundamentos de ciencias del arte y

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Ricardo Arcos-palma

voz autónoma. La obra escapa a los dominios del au- Algo similar sucedió con los movimientos de van-
tor para ser resigni cada por el otro el espectador y guardia, Dada y el Surrealismo. Con la escritura auto-
el lector. Para Rimbaud, el devenir barco ebrio es una mática y la escritura colectiva, por ejemplo, la noción
posibilidad de silenciarse y dejar que el leguaje hable de autoría se vio cuestionada. Eso implicó una aper-
por él. Su famosa fórmula, “Yo es otro”, demuestra tura de la obra y además una ruptura de los cánones
este distanciamiento entre el autor y su obra. La obra de la escritura El hecho de escribir a varias manos y
deja de pertenecerle como posesión, como propiedad. sacar palabras y frases de distintos contextos, generó
Esta aventura poética es el ejemplo perfecto de la des- otra manera de aproximarse al texto: la razón se deja
posesión revolucionaria donde la obra no es un objeto de lado para permitir que la sinrazón dicte el camino a
consumible Para Mallarmé nos dice Barthes seguir dentro de la compresión Dicho de otra forma
es una nueva manera de dejar que el lector surja, pues,
igual que para nosotros, es el lenguaje, y no el “el Surrealismo contribuyó a desacralizar la imagen
autor el que habla escribir consiste en alcanzar
del autor”16.
a través de una previa impersonalidad –que no se
debería confundir con la objetividad castradora Una vez bajado de su pedestal, el autor pierde el lugar
del novelista realista- ese punto en el cual sólo el de privilegio dentro de la comprensión de la obra. ¿Quién
leguaje actúa, “performa”, y no “yo”: toda la poé- desarrolla el “cadáver exquisito”? Indudablemente el yo
tica de Mallarmé consiste en suprimir al autor en da paso al nosotros y, la obra vuelve a los dominios de la
bene cio de la escritura lo cual como se verá es colectividad. El autor en el apogeo del individualismo
devolver su sitio al lector14.
pierde su papel protagónico. Es lo que sucede con la obra
del británico Gordon Craig, quien decide inventarse una
En estos términos Barthes enuncia el resurgir del
serie de heterónimos que escriben sus teorías del teatro
lector quién había sido acallado por la voz ensordece-
en la revista The Mask revista que tanto in uenció a los
dora del autor Aquí hay una cercana similitud con la
dramaturgos del momento. Una obra comparable a la de
teoría de la “Obra abierta” (1962) de Umberto Eco. El
Craig, por su dispositivo teatral, es la del poeta portugués
pensador italiano demuestra como es posible hacer la
Fernando Pessoa, quien inventándose todo un univer-
obra con el autor”. Él enuncia años antes de “la muerte
so poético da vida a varios heterónimos que escriben a
del autor bathesiana que el lector puede dialogar
nombre propio, y de una manera muy singular. Estos dos
con el autor a través la obra. Pero para ello la obra debe
ejemplos son los más trascendentes en cuanto a la idea
ser abierta Tal apertura signi ca un movimiento casi
de la desacralización del autor.
orgánico, donde la obra deviene algo viviente y pues
a cobrado vida gracias al contacto con el lector. Pues, Hoy en día dice Barthes sabemos que un
como dice Eco: texto no está constituido por una la de palabras
de las que se desprende un único sentido, teoló-
Generalmente hemos visto que toda obra de gico, en cierto modo (pues sería el mensaje del
arte, aún si ella es explícitamente o implícitamen- autor-Dios), sino por un espacio de múltiples di-
te el fruto de una poética de la necesidad, perma- mensiones en el que se concuerdan y se contras-
nece abierta a una serie virtualmente in nita de tan diversas escrituras, ninguna de las cuales es la
lecturas posibles cada una de esas lecturas hace original: el texto es un tejido de citas provenientes
de la obra, una perspectiva, un gusto, una “eje- de los mil focos de la cultura17.
cución” personal15.
Esta complejidad del tejido (textus en latín nos recuer-
En estos términos, cada lectura potencializa la obra, da Barthes hace que esos innumerables hilos citas que
la hace viviente donde el espectador deja de lado su le dan consistencia pueden leerse como discursos indivi-
pasividad y deviene un actor activo en la experiencia es- duales; El arte deviene textual y surge así un nuevo dispo-
tética. Esto solamente es posible gracias a la apertura sitivo para poder leerlo; por tanto la voz del autor ya no
de la obra. Así cada lector se convierte en un intérprete es ensordecedora, pues él ya está muerto, como muerto
de la obra, según su propia experiencia. La obra abierta está el propio Dios. A la muerte del autor le antecede la
garantiza de una u otra manera la existencia del lector. muerte de Dios como Friedrich Nietzsche lo anunció en
El lector personaliza la obra, ejecutándola a su manera, su Zarathoustra
es decir rehaciéndola a su gusto Por tanto cada lectu-
ra es absolutamente singular, pues está condicionada Delante de Dios Pero ese Dios está muerto
por la propia experiencia del lector. Eso garantiza – in- Hombres superiores, ese Dios era vuestro peor
sistimos en ellos -, la apertura de la obra y un desdibu- peligro. Es después que él permanece sepultado
que ustedes han resucitado18.
jamiento del autor.

17 Ibíd., p. 69.
15 Eco, Umberto. (1965). L’œuvre ouverte. Paris: Seuil, p. 35. La
Nietzsche Friedrich Oeuvres complétes Ainsi parlait
traducción es mía.
Zarathoustra. Paris: Flammarion Aubier, p. 578.
Barthes Op cit p

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Calle 14 / De La muerte del autor a la muerte del artista

Con la muerte del autor-Dios, es también la muerte a partir de esa voz que surgen varios caminos para poder
del crítico que se anuncia pues como dice Barthes el entender el deslizamiento que ha sufrido el autor artista
imperio del Autor es equiparable al imperio del crítico. hacia el curador El asunto nos dice Foucault es el de
El crítico en estos tiempos parece haber muerto según preguntarnos quién habla Indudablemente aquí se está
se predica a los cuatro vientos La crítica ha muerto poniendo al frente la noción de discurso que en últimas
se sentencia desde un pretendido arte crítico, desde es lo que le interesa a Foucault y por ende a nosostros. En
las curadurías críticas y desde la nueva crítica cultural esa tentativa de desaparición del sujeto-autor, aparecen
y, por tanto todo discurso crítico capaz de enfrentar otras formas hegemónicas que terminan realizando lo
una obra, es cada vez más escaso19. Estas muertes, la mismo frente a eso el lósofo se pregunta haciendo eco
de Dios, la del autor y la del artista quizá y, la del crí- a las palabras del escritor irlandés:
tico, anuncian el nacimiento del lector, pues, “el naci-
miento del lector se paga con la muerte del Autor”20. Tomo de Beckett la formulación del tema del
Sin embargo, al mismo tiempo que el lector nace, que quisiera partir Qué importa quién habla
dijo alguien qué importa quien habla se
surge otra gura que va a tomar el lugar de poder que
trata de la apertura de un espacio donde el suje-
tenían antes los ya difuntos: el curador. Más adelante to que escribe no deja de desaparecer22.
veremos como hoy la gura del curador ha asumido
la vocería del autor, del crítico, de Dios, instaurando Foucault nos muestra además, cómo la relación
según nuestra tesis, una nueva “tiranía”; preguntémo- con la escritura es una relación con la desaparición y
nos entonces de una manera provocadora: ¿Será en- la muerte. El nos cuenta como desde la Antigüedad,
tonces un imperativo preparar hoy la muerte del cu- el autor escribía, narraba, contaba para no morir: el
rador, para poder restablecer un equilibrio en el arte? ejemplo que nos da el lósofo es el de las Mil y una no-
Michel Foucault en su conferencia presentada a la So- ches, donde Sherezada intenta escapar a la muerte de
ciedad Francesa de Filosofía, ¿Qué es un autor?, interroga el su captor gracias a la narración de una historia sin n
estatuto de la obra de arte, de los discursos múltiples que se El autor, podríamos decir, vive gracias a su obra, gra-
desprenden de lo que él denomina “la función-autor” y, pro- cias al texto. La princesa árabe logra sobrevivir gracias
pone analizar el nuevo “espacio de las funciones libres” que a la continuidad del discurso Aquí hay que recordar
la desaparición del autor genera o hace aparecer Sin duda que el discurso es sinónimo de vida. Desde la Antigüe-
esta conferencia nos dará elementos importantes para dad por ejemplo el hilo estaba emparentado a la vida
nuestro propósito. Foucault en su texto dice lo siguiente: y al discurso El hilo de Ariadna le salva la vida a Teseo
y Penélope teje y desteje varios hilos en la espera de
Dejaré a un lado el análisis histórico sociológico Ulises Las Moiras Cloto Láquesis y Atropos hilaban
del personaje del autor. Cómo se individualizó el au-
tejían y destenjían el destino de los mortales. Cotidia-
tor en una cultura como la nuestra, que estatuto se
le dio, a partir de qué momento, por ejemplo, em- namente nosotros decimos hemos perdido el hilo del
pezaron a hacerse investigaciones de autenticidad discurso cuando somos incapaces de continuar cohe-
y atribución, en qué sistema de valoración quedó rentemente un diálogo con un interlocutor cualquie-
atrapado, en qué momento se comenzó a contar la ra. La obra y el texto, entonces, nos acercan a la vida.
vida ya no de los héroes sino de los autores cómo se Escribir es una manera de resistir el paso del tiempo y
instauró esa categoría fundamental de la crítica “el
permanecer en la memoria de la piedra, diría el poeta
hombre y la obra todo esto merecería sin duda ser
analizado. Quisiera por el momento abordar la úni- chileno Vicente Huidobro
ca relación del texto con el autor, la manera como el Ahora bien esta relación entre la escritura y la
texto apunta a esa gura que le es exterior y ante- muerte no podía dejar de tocar al que escribe. Si aquél
rior, al menos aparentemente21. que quería sobrevivir, escribiendo, termina murien-
do por su propia mano, por su escritura. Pero tal vez,
En estos términos el lósofo se centra en la relación como veremos no es un suicidio, sino un asesinato
textual con el autor. Relación textual que genera una pre- premeditado. Foucault nos dice:
dominancia y una resonancia de la voz principal. Pero es
La obra que tenía el deber de traer la inmor-
19 En el contexto local, la sentencia de la muerte de la crítica, tal como talidad recibe ahora el derecho de matar de ser
se la había conocido en el apogeo de la Modernidad nos muestra asesina de su autor. Vean a Flaubert, a Proust,
como la crítica lejos de haber desaparecido o haber muerto se desliza a Ka a Pero hay algo más esta relación de la
cambia y se transforma en las otras maneras estéticas. Por ejemplo, escritura con la muerte se mani esta también
en su última visita a Bogotá la teórica catalana Ana María Guasch
en la desaparición de los caracteres individuales
insistió en la transformanción de la crítica de arte realizada por un
connaisseur haica una crítica cultural, propia de los estudios visuales del sujeto escritor; mediante todos los ardides
y culturales mucha más amplia que establece entre él y lo que escribe, el sujeto
Barthes Op cit p
Foucault Michel Qu’est-ce qu’un auteur? In Dits et Ecrits. p. 789-
Traducción de Gertrudis Gavidia y Jorge Dávila http netart
22 Ibíd., pp. 3 - 4.
incubadora.fapesp.br/portal/midias/foucault.pdf .

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Ricardo Arcos-palma

En efecto Foucault se re ere a esa sustitución de


un poder por otro, como lo enunciamos al inicio de este
ensayo. Poder analizar entonces las “consecuencias” y
medir el impacto de tal “acontecimiento”, podrá dar-
nos los elementos necesarios para entender cuál es el
papel desempeñado por el lector y por el curador al
momento de la muerte del autor. La desaparición de
algo siempre hace aparecer otra cosa Digamos que lo
que sucede hoy es un cambio de roles el protagonista
ya no es el mismo, pero sus características son las mis-
mas: asumir la Autoridad.
Foucault en su texto se re ere a dos nociones
que él analiza: la noción de obra y la de escritura. En la
primera el lósofo se interroga Qué es una obra y
al mismo tiempo se da cuenta que la noción de obra
es tan problemática como la noción de autor. Pues
el autor está determinado por la obra y viceversa. En
estos términos, aunque Foucault no se lo pregunta
directamente, nosotros podemos preguntarnos lo si-
guiente: ¿con la muerte del autor, es la muerte de la
obra la que sobreviene Dicho de otra manera cuando
Joseph Beuys anunciaba que todo ser humano podía
ser un artista y cuando años más tarde Arthur Danto
anuncia que “todo vale” en arte, pese a las innegables
bondades que estas sentencias traen consigo, el límite
entre lo que es obra y no lo es, y quien es artista y no
lo es, cada vez más es infraleve y por lo tanto tiende
a desaparecer tanto la obra como el propio artista.
Quizá como me lo manifestó el teórico italiano Mar-
co Tonelli24 , asistimos a una posible desaparición de la
Luisa Fernanda Pedraza, Sacred sweet, 2006

gura del artista al menos tal como la hemos cono-


cido. El artista como pedagogo, diría nuestro colega
Miguel Huertas haciéndo eco a la premisa de Beuys
sería una de esas transformaciones. De otra parte, la
noción de escritura según Foucault:

escritor desvía todos los signos de su individuali-


dad particular; la marca del escritor ya no es más bloquea la desaparición del autor y retiene
que la singularidad de su ausencia; tiene que re- de algún modo el pensamiento al borde de dicha
presentar el papel del muerto en el juego de la desaparición; con sutileza conserva aún la exis-
escritura Todo es conocido y hace mucho tiem- tencia del autor25.
po que la crítica y la losofía tomaron nota de
esta desaparición o de esta muerte del autor. (...) Es decir que la escritura emparentada como ha-
Sin embargo, no estoy seguro que se hayan sacado bíamos dicho a la vida misma puede abrir la puerta a
rigurosamente todas las consecuencias requeridas
la muerte del autor, pero al mismo tiempo “conserva”
por esta constatación, ni que se haya tomado con
exactitud la medida de este acontecimiento. Más su existencia Esta paradoja hace que la muerte del
precisamente, me parece que un cierto número autor no sea tomada en serio o, más bien, sea tomada
de nociones destinadas hoy a sustituir al privi- como algo transitorio, en el plano simbólico. Lo que
legio del autor de hecho parecen preservar ese está en juego aquí vuelvo he insisto es un cambio de
privilegio y suprimir el signi cado real de su des- roles. Foucault continúa interrogándose por el papel
aparición23.
de la escritura:

23 Ibíd., p. 4. El subrayado es mío.


24 Marco Tonelli, en su ponencia “Estética y artes visuales” en el estas transformaciones contemporáneas no irían encaminadas a la
seminario internacional de Estéticas Contemporáneas – en el cual desaparición del artista Su respuesta fue prácticamente a rmativa
participé con una ponencia sobre Jacques Ranciére-, realizado en teniendo en cuenta que estas nociones cambian con los tiempos.
la La Paz del 8-12 de octubre del 2007 responde a mi pregunta: ¿si 25 Op cit., p. 5.

41
Calle 14 / De La muerte del autor a la muerte del artista

Me pregunto si esta noción, reducida a veces


a un uso corriente, no transpone en un anonimato
trascendental, los caracteres empíricos del autor.
Ocurre que uno se contenta con hacer borrar las
marcas demasiado visibles de la empiricidad del au-
tor haciendo jugar una paralelamente a la otra una
contra otra, dos maneras de caracterizarlas: la mo-
dalidad crítica y la modalidad religiosa. En efecto,
otorgarle a la escritura un estatuto original, ¿no es
de hecho una manera de traducir en términos trans-
cendentales por una parte la a rmación teológica
de su carácter sagrado y por otra la a rmación

foto/Archivo Fac ASAB, 2007


crítica de su carácter creador? (...) Pienso, pues, que
un uso tal de la noción de escritura corre el riesgo
de mantener los privilegios del autor bajo la salva-
guarda del a priori hace subsistir bajo la luz gris de
la neutralización, el juego de las representaciones
que formaron cierta imagen del autor26. –no en todos lo artistas contemporáneos, por fortuna–,
La función del autor es, entonces, caracterís- el recurrir a la cita y a la apropiación, convirtiéndose en
tica del modo de existencia, de circulación y de perfectos intérpretes de un original29 lejano ya. En este
funcionamiento de ciertos discursos en el inte- contexto, yo creo que sería entonces, más oportuno
rior de una sociedad27. hablar de interpretación pues la apropiación como
En el preciso momento en que nuestra socie-
usurpación) y la citación se convierten en referencias,
dad está en un proceso de cambio, la función-au-
tor va desaparecer de una manera que permitirá, válidas por cierto, pero que en último término, se alejan
una vez más funcionar de nuevo a la cción y a del campo creativo, que es asunto del arte. Me explico,
sus textos polisémicos según un modo distinto; con dos ejemplos sencillos: la suite para chelo No. 2 en
pero, siempre según un sistema restrictivo, que D menor bwv 1008 de J S Bach interpretada por Paul
no será más del autor y que aún está por deter- Tortelier, jamás remplazará, la pieza original, así la in-
minar o, quizá por experimentar28.
terpretación sea magistral; como tampoco apartement
house 1776 para 4 voces y orquesta de J. Cage, interpre-
Es decir, que la desaparición del autor era y es inevita-
tada por el Ensemble contemporain, será reemplazada.
ble. Falta ver entonces cuál fue ese paso de transición y
Los dos intérpretes serán eso: intérpretes magistrales,
como a gura del autor termina dando paso a nuevas ma-
por supuesto, más no creadores (autores) en el sentido
neras de autoridad que terminan por establecer nuevos
estricto de la palabra Ellos nos harán conocer la obra
discursos estéticos en nuestras sociedades.
pero no podrán reemplazarla o crearla. Esta postu-
ra, podrá parecer atrevida, sobre todo en un contexto
2. El artista como intérprete
donde ya habíamos asistido a las exequias del autor
A la muerte del autor se le suma la desaparición del ar-
Sin embargo mantengámosla rme Tampoco se tra-
tista o su supuesta muerte. Esto lógicamente dentro de
ta de defender lo indefendible, como el discurso de lo
un punto de vista simbólico como ya lo hemos dicho El
original pues desde Walter Benjamin hasta Rosalind
artista-autor deja de lado su “tiranía”, para ocupar un lu-
Krauss, la noción de originalidad fue cuestionada.30 Se
gar más modesto dentro de los procesos creativos. La
trata más bien de entender como se ha operado esas
propuesta de Roland Barthes está llena de bondades sin
transformaciones radicales en la gura del autor
lugar a dudas el hecho de abrir un espacio para el lector es
importante. Pero aún así, deberíamos pensar en las con- El autor-artista como intérprete tiene un origen que
secuencias de este acto, como bien lo enunció en la misma ya hemos mencionado en los años sesenta Barthes con
época Michel Foucault sobre todo cuando el lector parece su famosa teoría del texto a rmaba que era un impera-
haber asumido de nitivamente el lugar del autor Anali- tivo acabar con la tiranía del autor Su a rmación que
cemos, pues, esta situación.
El arte postmoderno, completamente textual, utili- La noción de originalidad ha sido revaluada por el arte
contemporáneo Además porque la historia del arte ha dado cuenta
za varios mecanismos y estrategias artísticas, como el que cada obra está completamente impregnada de in uencias y
de la apropiación y la citación. Es decir que buena parte referencias a otras obras. En estos términos la originalidad no existe.
Así ésta haya sido el paradigma de la Modernidad Para ampliar este
de la producción artística contemporánea está dentro
tema, recomiendo leer a Rosalind Krauss. (1996). La originalidad de la
de la noción de interpretación. Es común ver en algunos vanguardia y otros mitos modernistas. Madrid: Alianza editorial.
30 Para ampliar este tema consultar: Benjamin, Walter. “La obra de
arte en la época de su reproductiblidad técnica”. En Iluminaciones.
26 Ibíd., p. 6. Madrid: Tauros, 1989. Y Krauss, Rosalind, “La originalidad de la
27 Ibíd., p. 8. vanguardia y otros mitos modernistas”. Madrid: Alianza, 1996.
28 Ibíd., p. 18.

42
Ricardo Arcos-palma

iba de la mano con la simbólica “muerte del padre” o de la gura del curador ha ocupado la escena que antes
la autoridad, pretendía dar cabida al lector y al intérpre- ocupaban el crítico y el autor-artista. Como en todas
te para generar múltiples lecturas, pero aquello que sur- las revoluciones, luego de usurpar el poder que el otro
ge en un comienzo como una fórmula revolucionaria se guardaba celosamente, se impone otro poder: en la
transformó en los años ochenta es decir hace poco más Revolución Bolchevique el pueblo reemplazó a la no-
de veinte años en la fórmula perfecta para hacer obra de bleza de los zares. Algo similar sucede aquí, muerto el
arte. La pregunta entonces es la siguiente: ¿qué pasaría si autor, el lector-intérprete asume su lugar de privilegio y
sólo existieran lectores o intérpretes, frente a la ausencia de poder Veamos ahora qué pasa con esa nueva gura
de autores La fórmula de Barthes creo yo ha sido lleva- que asume el lugar que antes ocupaba el autor dentro
da demasiado lejos, puesto que en la contemporaneidad, del mundo del arte y que termina transformando por
la cita y la apropiación han terminado por instaurar en el completo el escenario de las prácticas artísticas.
otro extremo de la balanza, la tiranía del lector-intérprete,
3. La autoridad del curador
preparándose así el terreno para la sepultura del artista.
En nuestro contexto al nal de los años noventa y co-
Susan Sontag, en su famoso texto Contra la inter- mienzos de este siglo, la escena del arte se ve impregna-
pretación ataca a la hermenéutica y a una crí- da de un debate que hace mucho ruido las curadurías son
tica apoyada en esta, que se ocupaba demasiado en importantes y hay que terminar con todo aquello que era
el contenido y no en la forma, por lo que ella termina considerado como moderno. El Salón Nacional de Artis-
proponiendo una erótica del arte y no una herme- tas estaba en el centro del debate Si no había que termi-
néutica Aquí hay varios puntos de relación con Bar- nar aún con él había que transformarlo y así sucedió por
thes quien también de ende una erótica del placer aquella lógica que parecía anacrónico hablar de salones
textual Sin embargo en su re exión destacamos lo de arte y aun más de artistas, cuando estos últimos ya es-
que consideramos importante para nuestro propósi- taban más que sepultados. Hoy casi diez años después,
to. Sontang dice: nos damos cuenta que las curadurías han modi cado por
completo el panorama del arte local. Ya no se “participa”
La interpretación, aplicada al arte, supone
desgajar de la totalidad de la obra un conjunto de en un salón, sino que se es invitado, pues el participar era
elementos (el X, el Y, el Z y así sucesivamente). considerado demagógico32. Así, las curadurías termina-
La labor de interpretación lo es, virtualmente, de ron por imponerse y la gura del curador ocupa el lugar de
traducción (...) ¿Qué situación pudo dar lugar al privilegio antes ocupado por el crítico y el autor-artista.
curioso proyecto de transformar un texto? (...) La De ahí se desprende toda una serie de elucubraciones
interpretación es entonces una estrategia radical
por parte de los curadores en boga, de asumir su labor
para conservar un texto antiguo, demasiado pre-
cioso para repudiarlo, mediante su refundición. como algo crítico y creativo. El asunto como lo ven es
El intérprete, sin llegar a suprimir o reescribir el bastante claro. Hace poco más de un año yo escribía en
texto, lo altera. Pero no puede admitir que eso es un espacio alternativo de crítica on-line, lo que el arte con-
lo que hace Pretende no hacer otra cosa que tor- temporáneo, esta vez absolutamente crítico, proponía en
narlo inteligible, descubriéndonos su verdadero relación al carácter gregario del artista frente a la gura
signi cado Por más que alteren el texto los in-
del bussinesman quien ocupa indiscutiblemente ahora la
térpretes (...) siempre sostendrán estar revelan-
do un sentido presente en él31 . escena del arte mundial:

Lo propio sucede en la época contemporánea, don- En el Site de Création Palais de Tokyo hace
de la interpretación matizada por la citación y la apro- ya cuatro años, pude presenciar la obra “©ura-
torman Inc.” realizada por un artista de Tailandia,
piación, terminan instaurando una mirada soslayada
Navin Rawanchikul y por un curador y crítico de
de la creación. Otra es la interpretación de tipo nietzs- arte alemán Helen Michaelsen La instalación
cheano que Sontang de ende y la cual de ne un terre- era una fabulación de lo que sería el París en el
no más amplio de la lectura sin usurpar el lugar de la año 2050. Para esta época, las instituciones ar-
obra original Claro la hermenéutica seguiría tenien- tísticas ya habían desaparecido por completo
do sentido, pese a Sontang, pues no es propiamente lo incluso los mismos artistas, por aquello de la
muerte del autor y por el carácter gregario del
que se realiza en el arte contemporáneo.
artista Pero como un sobreviviente de esa gura
Esto sigue sonando a exageración, pero pensemos
por un instante: ¿la muerte del autor qué trae consigo? A propósito de este tema al nal de los años noventa en el espacio
Basta con echar un vistazo crítico a nuestro alrededor de crítica on-line Columna de Arena, dirigida por el curador José Roca,
se dedicó varios textos para repensar la gura del salón y el rol a jugar
y veremos cómo desde hace poco más de una década de las curadurías. Hoy con la distancia prudente del tiempo, podremos
darnos cuenta, que el asunto era netamente de poder, pues los vicios
31 Sontang, Susan. (1996). Contra la interpretación. Madrid: Santillana, que se le achacaban al Salón Nacional de Artistas persisten La gura
pp. 28-29. del curador terminó imponiéndose, sobre los cadáveres del autor, el
artista y el crítico de arte El curador ahora parece encarnar todos al
mismo tiempo.

43
Saul Sánchez, Souvenir, 2004.

milenaria surge un personaje llamado Super(M) de ningún tipo. Sólo así, podríamos asegurar la liber-
art. Este artista, ejemplo perfecto de la resisten- tad de la voz y la riqueza de los discursos, que van sin
cia del arte, con la edad marcada en su rostro y duda alguna en contra de las palabras hegemónicas y
su cuerpo, se encuentra con el Curatorman hom-
bre experto en negocios y en marketing que con
los monopolios textuales del arte contemporáneo y
teléfono en mano, le asegura el futuro ideal den- de la nueva “Tiranía del curador”.
tro el complejo mundo del arte contemporáneo Esto iría más acorde de una sociedad que quere-
del 205033. mos construir, donde la democracia como demagogía
ciertamente no tendría cabida, pero sí una “redistri-
Esta cita alude al momento álgido en el que esta- bución de lo sensible” en los términos que Jacques
mos inmersos. Habiendo asistido a les funerailles del Rancière34 lo enuncia, sobre todo en unas sociedades
autor, no queda, al parecer otra opción diferente que como las nuestras, donde la igualdad está lejos de ser
la de permanecer con los ojos abiertos al nacimiento una realidad. Esta “redestribución de lo sensible” ge-
de una nueva gura que no sólo asume lo que al autor neraría un mayor dinamismo en las prácticas artísticas
le compete, sino también, de una manera prepotente, y en un enriquecimiento de los discursos estéticos.
asume las tareas del crítico de arte, a quien también Bogotá - La Paz,
se le ha sepultado luego de haber dictaminado a los Julio - octubre del 2007.
cuatro vientos, su muerte natural, aunque si realiza-
mos una biopsia de ese cadáver, aun fresco, podremos
darnos cuenta, que su muerte fue tan bien planeada,
en un crimen perfecto, como cuando a los reyes en el
siglo la burguesía les decapitó, para luego usur-
par su lugar de dominio público.
Este ensayo pretende entonces, sentar las bases
para un debate que sin duda alguna debe comenzar
con el rigor que se necesita Ahora más que nunca en
un medio donde las curadurías siguen acentuando el
carácter gregario del autor-artista, bien valdría la pena
revisar críticamente algunos discursos y así apuntarle
a dinamizar el contexto del arte, que en ocasiones es
producto de grandes caprichos que emanan de las ins-
tituciones del arte y de sus representantes en su mayo-
ría sin una formación teórica básica. Y en este debate,
el rigor de academia debe asumir un papel importan-
te en la construcción de sentidos teórico y crítico, que
alimentan sin duda la práctica artística y viceversa. Y
como lo dijo Foucault Qué importa quién habla Lo
que importa agregaríamos nosotros es que haya dis-
cursos, diversos, múltiples, de autores-artistas, críti-
cos y curadores sin imponerse tiranías hegemónicas como el filósofo francés nos propone a llevar acabo esa “redestribución de
lo sensible”, donde la idea de democratización tan cara a Walter Benjamin,
vuelve al terreno de las prácticas artísticas y culturales.
Arcos-Palma, Ricardo. El curador experto en marketing. Vistazos Críticos.
Espacio alternativo de crítica on line http criticosvistazos blogspot
com vistazo crtico el curador experto html Estética y
política en la filosofía de Jacques Rancière”, es el título de la conferencia
inauguralqueabrióelencuentrointernacional“Estéticascontemporáneas”
el lunes 8 de octubre del 2007 y se publicará en las memorias del encuentro.
En esta ponencia puse de manifiesto, la relación de la ética y la estética y

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