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Exploración Minera
La explotación de los yacimientos minerales, como veremos en el tema
siguiente, es una actividad de alto riesgo económico, ya que supone unas
inversiones a largo plazo que muchas veces se sustentan en precios del producto
minero sujetos a altas oscilaciones. A su vez, la exploración supone también un
elevado riesgo económico, derivado éste del hecho de que supone unos gastos
que solamente se recuperan en caso de que la exploración tenga éxito y suponga
una explotación minera fructífera. Sobre estas bases, es fácil comprender que la
exploración supone la base de la industria minera, ya que debe permitir la
localización de los recursos mineros explotar, al mínimo coste posible.
Para ello dispone de una serie de herramientas y técnicas básicas, que son las que
vamos a sintetizar a continuación.
Como objetivos generales de cada una de estas etapas se pueden fijar los
siguientes:
Para cumplir con cada uno de estos objetivos disponemos de una serie de
herramientas, unas para aplicar en campo y otras en gabinete.
Recopilación de información
Es una de las técnicas preliminares, de bajo coste, que puede llevarse a cabo en la
propia oficina, si bien en algunos casos supone ciertos desplazamientos, para
localizar la información en fuentes externas (bibliotecas, bases de datos…).
Consiste básicamente en recopilar toda la información disponible sobre el tipo de
yacimiento prospectado (características geológicas, volúmenes de reservas
esperables, características geométricas…), así como sobre la geología de la zona
de estudio y de su historial minero (tipo de explotaciones mineras que han
existido, volumen de producciones, causas del cierre de las explotaciones…). Toda
esta información nos debe permitir establecer el modelo concreto de yacimiento a
prospectar y las condiciones bajo las que debe llevarse a cabo el proceso de
prospección.
En esta fase resulta muy útil contar con el apoyo de mapas metalogenéticos que
muestren no solo la localización (y tipología) de yacimientos, sino también las
relaciones entre ellos y su entorno. En este sentido, resulta muy útil la
representación gráfica en éstos de metalotectos o provincias metalogenéticas.
Teledetección
Geología
Geoquímica
El coste de estas técnicas suele ser superior al de las de carácter geológico, ya que
implican un equipo de varias personas para la toma y preparación de las muestras,
y el coste de los análisis correspondientes. Por ello, se aplican cuando la geología
ofrece ya información que permite sospechar con fundamento la presencia de
yacimientos.
Geofísica
Así, las diversas técnica aplicables y su campo de aplicación puede ser el siguiente:
Calicatas
A menudo, tras la aplicación de las técnicas anteriores seguimos teniendo dudas
razonadas sobre si lo que estamos investigando es o no algo con interés minero.
Por ejemplo, podemos tener una anomalía geoquímica de plomo y una anomalía
de geofísica eléctrica, pero ¿será una mineralización de galena o una tubería
antigua enterrada? En estos casos, para verificar a bajo coste nuestras
interpretaciones sobre alineaciones de posible interés minero se pueden hacer
zanjas en el terreno mediante pala retroexcavadora, que permitan visualizar las
rocas situadas justo debajo del suelo analizado o reconocido. Además, estas
calicatas permitirán obtener muestras más representativas de lo que exista en el
subsuelo, aunque no hay que olvidar que por su pequeña profundidad de trabajo
(1-3 metros, a lo sumo) siguen sin ser comparables a lo que pueda existir por
debajo del nivel de alteración meteórica, dado que, como vimos en el apartado
correspondiente, precisamente las mineralizaciones suelen favorecer la alteración
supergénica.
Sondeos mecánicos
Los sondeos son una herramienta vital la investigación minera, que nos permite
confirmar o desmentir nuestras interpretaciones, ya que esta técnica permite
obtener muestras del subsuelo a profundidades variables. Su principal problema
deriva de su representatividad, pues no hay que olvidar que estas muestras
constituyen, en el mejor de los casos (sondeos con recuperación de testigo
continuo) un cilindro de roca de algunos centímetros de diámetro, que puede no
haberse recuperado completamente (ha podido haber pérdidas durante la
perforación o la extracción), y que puede haber cortado la mineralización en un
punto excepcionalmente pobre o excepcionalmente rico. No obstante, son la
información más valiosa de que se dispone sobre la mineralización mientras no se
llegue hasta ella mediante labores mineras.
Los sondeos mecánicos son un mundo muy complejo, en el que existe toda una
gama de posibilidades, tanto en cuanto al método de perforación (percusión,
rotación, rotopercusión), como en lo que se refiere al diámetro de trabajo (desde
diámetros métricos a milimétricos), en cuanto al rango de profundidades
alcanzables (que puede llegar a ser de miles de metros en los sondeos
petrolíferos), en cuanto al sistema de extracción del material cortado (recuperación
de testigo continuo, arrastre por el agua de perforación, o por aire comprimido).
Todo ello hace que la realización de sondeos mecánicos sea una etapa
especialmente importante dentro del proceso de investigación minera, y requiera la
toma de decisiones más detallada y problemática.
Interpretación de resultados