Está en la página 1de 218

i

SU CONDUCTA DESDE 1820 L I


!

ii
¡
¡j
"
1~~~$~~W--~051
I V ISMAEL PORTAL ~ I
I~ - --= - - ~ ¡
,1 - .

\ CHILE ANTE EL ARBITRO


! \

I \,

I ~ SU CONDUCTA DESDE 1820


r:E
~

~1 I

BI8L10TE-':A ,._.i.,c.:<; ... ,\"""


--;-._-~.--;-~--;--;-;~_.~~~ ----.-----
•••.•..••.••• -$>~

ESCUCHAD .

Aunquc ~\'a, ell 110 pocas ocasiol/es. desde el ';'(,1/0'-

micl1to de los die:; ai'íos fatales seíialados CII el tratado


de Anco1/, las gestiolles 110 interrumPidas de! Per1Í han
hecho consentir ell 11110solución prol/ta y definiti"íJ ell
lo rclati'l'o a nuestros territorios d('tentados,- parece, 1/0
obstante, qllc hoy las cosas tOll/an CII ,'erdad ese rUJJlbo,
y que 110 tarda la justicia en preselltarse ell su áureo
trotto a proHunciar sClltencia CII postrera e illapclable
installcia.
Si sobre fodos los peruanos pesa la obligaciólI de
cOlltribuir, cada //1/0 ell su csfera, a la redellciÓII de la
patria, creemos haber/a C1(JJlplido leall//cllte ell el carpo
dc batalla .. primcro, y luego COII la dedicaciÓn cmpciiosa ..
durante los últimos cuarenta aiios. al estudio sereno de
-4-
los al/teccdcntes de ese e/lCOI/O satánico de Chile al PerÚ,
qllc cIIllllinÓ cn d?79 (0/1 la 7'il !JI/erra quc aun 110 ha
tCl'lIIillado .
. 1fro:rimlÍl/dose, tal ('e~, la hora de esta anhelada li-
ql/idación. concej)tuamos m 11.1' del caso, defiriclldo, ade-
mlÍs, u las patrilíticas insinuaciol1es de conciudadanos
I/I/estros, ¡:elll/ir en 1/1/ .'1010 tOIl/O al[jlll/os de los artícl/-
los histÓricos y doclI'11Ientados que, conlO colaboradores
de "Fl CO/llerclo" de esta capital, he1l1os publicado en
dicho diario dI/rOl/te 1/11 CIlarto de s({jlo sobre este tópi-
rn de! lilas grande interés nacional, 3' procurar .'lit di-
'i'IIf.rjacilíll en el Exterior. Ad0111lÍS, ha)' no poco, inédito.
,II"T o escribimos, pues, para los IIl/estros, porque todo
lo salJen .\' todo lo Izan sufrido 3' lo sllfren. Escribimos
para /0.'1 cxtraiios, para los quc i!Jlloran los s/tcesos o
los conocen snlo cn la fnrma el/re','esada y calulIlniosa
que la j)ropagallda chilena les ha dado y que allá. a la
distal/cia, se les acoye COIllO están presentados. y se
les (ollccde seriedad 3' crédito, COll hOlldo perjuicio de
los daer/lOs leyítilllos q/le el [Jení defiende.
lIabit/ladn Chile a 1/0 respetar sus más sagradas
o!Jli!/arinl/es internarinl/ales, el ,')'1'.ReltrlÍn M athieu, elll-
l¡aMulor SI/Yo Cl/ los listados Cnidos, acaba de declarar
a ;;/1 reporta de cierto diario de Sil país, interesado en
cOllocer Sil opiniÓn respecto al arbitraje) [o siguiellte: "Si
5
el árbitro nos concede e! plebiscito-dijo-(;A'::\.\ ?l1O~ la
cl/cstión; y si l/O nos lo conccdc-llgrc!Jc5-xo L\ PER-

DE:\ros .
Fsta cínica declaraciÓn, ('iJlli'i.'ale o con/innar la ideo
(ll/e se tienc cn e! III/!ndo, de iJlle jomás hall/'tÍ pa::: en-.
tre Chile -" el f)ení, -" coincide con las palabras del Mi-
nistro chileno Veryonl pronllnciadas cn la Cá/llara de
niputados. s('siÓn de! 6 de ,'!gosto de ¡88[: "celebrar
la pa::: cs dejar al PerlÍ librc, para ql/e Il/e,(/o se le·i.'antc
fl/erte, )' asi, la política del ,f/ohiemo de Chile es la más
cllerda: la OCIIpaci(ín prolonf/oda hasta redllcir al Fcr/Í.
al estado de decadcncia más insal<'ablc",
/1 cstc acto de tiranía, cmanado de aqllella esperie
de handolcrisl/lO internacional qlle había ya introdllci-
do Chile en ¡!l/estro contincntc, respondiÓ, días dcspués,
C0ll10 se recordará, el (/reyio ] efe del Gobierno lIortea-
111 ('1' iCGJIO, ]AJIl~S ,'1. C·AJ<Flf~/.n. por intermedio
de SIL Neprescl/tante el/ Lill1a {¡'cl/eral Stcphcl/ /1.
I-fllrllmt, qlle ., cs contrario a los principios ql/e dcl/cn
pre'('alecer cntre l/aciollcsilllstradas J
exiyir dcsde ll/e-
(JO y CO/110 11// SI ~E UL\ xo", de pa::;, la tral/sferel/cia de
ter";forio " , -" qlle "//III/CO es cllerdo, alln cllando se trate
dc plle{;fos conqllistados, arrastrarlos a la deses-
peracicíl/'· ... , ....
Los hombrcs del por'Z'el/ir, qllc por alYlIl/a ra:::oll /11-
-6-
'¡'¡CSCIl JIlaJlallo que estudiar este proceso 'malltadndo}
cruel, temcrario de toda temeridad, harán, asombrados,.
justicia intrínseca al PerÚ y se cOIl'L'enceróll de que
aqltella aClllllulaciÓn enorllle y aCltsadora de protoco-
los, 1Jle1JlortlJ/duJIIs. liases de arreglo di!,ecto) conferen-
cias) propltestas -" contrapropltestas, tréguas. fÓrmulas
de tratado, proyectos de transacción, 1/0 han sido para
nltestros pérfidos enell/iyos sil/O sltbterflt[fios, torpes pe-
ro afort/lnados, con /0.1' cl/ales anonadaron. a Jos paises
indifercntes )' contlluieroll a los mediadores que ae-
11/ostraban recta intenciÓIl de impedir la cOllt¡'l/laciÓn
del inaltdito atrope/lo de los derechos de un pueblo libre
¿' qelleroso.
El LIlmo H.o]o, ql!e. segÚn se allullcia, ha pucsto en
profusa circltlacián el actllal canciller chileno, para cnt-
:::ar los resltltados a que pudiese llegar el fallo del árbi-
tro, es) sin dllda-pltes 110 le conocelllos-de la mislI/a
'Índole q/le el 1,1 IlIW ROJO escrito, Cl! igltaldad de cir-
c/lnstancias) cn /9°9, por don .·'ilejandro Ah'are:::, C01l-
sltltor ¡-etrado de esa Cancillería, sosteniendo qlte "el
problema de Tacna y Arica no es de los que admiten ar-
bitraje") y qlte no acepta Chile que se S01Jleta a la deci-
sión de ll/l árbitro. ell todo caso) el derecho que le asiste
de ser la prilllera alltoridad en el acto del plebiscito ....
Perfecta 1II cn te. CO/J/o alguna 'L'O::: se ha de alzar tam-
-7-
biél/-¿ por qllé JIo/-de 11IIestro lado: para ese IlIte'L'O
LIBRO ROJo I/ecesitalllos oponer este. Vl.i.Rnn-si es
q/le color hall de tel/er los 1i/I/'us-prcadieJldo el tC.1'to
con las presentes líneas. que SOIl la hiel del alma. tra-
::;adas por la mallo de 1t1l IC.,'ti5/0 sobr(','i,'ic/lte dc aq1fc-
1Ia era de il/fortunio.,' yo sacrificios y que CII la historia
de la li{¡crtad de ,-llIIéri(a aparece escrita cml salir/re.
//lllcha SlIn!!rc. asi del Jllsto (/IIc. incrlllc. 110 arriÓ jamás
.1'11IJandera. colllO del crimillal. armado. qllc a 5!ritos
pedía por dOllde quiera ".-la plata o la "ida!" ....

-- 1l•.1 11l8tituto Hi~tr)ri,.o ,Id l'erú-.\lipIlIUro d,· la tiol'i,'t1aú


.\meri,-amt de Dt'rt'dlo IIl("l'ul!,.ional el" \Vashill¡.!toll, •• ton
u:iil'uto eu la~ ('oufen']}dH¡"; anuali.'s".
~~X~'"'~':.''-~;
-. -. ----.- --._--- .>"'.'-.t>;~.~:~==-~<~,,~,+
.:~!>.:'i·-·!·'<~\~~·~:·:~>:~:~;~·-~:;··
-.- - - _.-- -.-
~,·,.~(~~~,!;(~.~·,i>-~'>.·_~.~!",~~4,1
-- - - - -------

EL PERU y CHILE DESDE 1820

El pasado. el pre~l'llte y el porvenir, en t<ldos los


actos de la vida. est;'m estrechamente -unidos por un
solo vínculo: la historia. Si no te11t'is canal conocimien-
to de los antecedentes. el asunto que se halla en vues-
tras manos no alcanzar;l soluci('lI1 acert acIa. fi rmc, ca-
paz de resistir a las contingencias (k un futuro ame-
nazador. r.él historia hace palpitar los hechl >S. lIut re la
memoria. perfecciona el critel-io. es luz -que nos descu-
J¡re las tortuosidadcs del camino. es maestro quc 110S
prescnta el fruto sano y l1l'rllluso de la expcriellci;¡ ....
Con la historia. los indi\'icluos han salvado situacio-
nes angustiosas. los generales han ganado batallas im-
posibles. las naciones han vcncidl) diflcult(l(1cs e11or-
mes!, ....
Natural cs. PUt'S. hoy que la tormenta p;¡recc de-
sencadenarse de nuevo sobre nuestro infortunado Stll'

10, apdar a la historia para que nos declare categÓri-


camente:
Si puede esperarse que Chile denlclva al PerÚ las
provincias de Tacna y .\rira. aunque respetara el tra-
tad~) del 83, es decir, aunque el plehiscito así lo dis-
pusIera.
-\0-

Llama la atencicm en primer término, la odiosidad


que siempre ha tenido Chile al Pertt, C01110 10 demostra-
remos más adelante: y esto bastará a stlpOner que no le
sería muy sensible vedo en ruina total e irreparable.
¿ Hay alguna razÓn o motivo que determine tan ex-
traña conducta? ~(l, ciertamente. )'I uy al conttOario;
desde las agitadas campañas de la independencia, el
PerÚ ha sido el hermano más leal que tuvo Chile; su
casa, su mesa, su bolsa y su vida, de todo disponía
Chile en los momentos de angustia.
Tamhién 10 probaremos.
Chile. es indudable. esi)eraba ansioso el momento
de sacudirsc de la dominaciÚn española, para dedicar
todo~ sus es fu.erzos a obtener del PerÚ recursos. por
diversos medios, hasta acumular los elementos necesa-
rios para reducirlo a la impotencia y humillarlo. El pe-
ligro que las tropas realistas envolvía, era común a to-
das las secciones americanas del sur; y, así, aunque
Chile había alcanzado su libertad antes que el PerÚ, se
hallaba, no obstante, amenazado de perderla llegado el
caso de un desastre del ejército patriota que afanosa-
mente se empeilaba en la destrucciÓn de las fucrzas del
virrey I.a Sern<l. Vivía, pues. en constante alarma, en
la mÚs completa intranquilidad. Su Único anhelo era \"ef
consumada y sellada la independencia del Perú, para
asegurar la propia.
Con la batalla de Ayacucho, el () de diciembre de
1824, disipáronse los temores de Chile, de una nueva
invasiÓn por parte de los espai1oles. Desde allí. comien-
za su labor cle vivir a expensas del PerÚ, hasta con-
seguir, como lo ha conseguido, al fin, despojarlo de
sus ricas y bien adquiridas \'estiduras.
El primer paso que <lió en ejecución de su malé.vo-
lo plan. fué sacarle oro con exigencia indecorosa. Las
solicitudes de auxilio de hombres, que alguna vez di-
- II-

rigió San Martín a Chile. para asq.,'1.1rar el triunfo de


las armas libenadoras, eran contestadas con reclama-
ciones de dinero que decía Chile haher gastado en la
expediciÓn del año 20. funesta por todo extremo, como
sabemos; porque 110 solo ocasionÚ ingentes gastos, sino
que los dichosos "rotos" se desbandahan apenas se pre-
sentaba el cnemigo y en la vergonzosa fuga cometían
tropelías sin cuento. Aquella letanía 110 ces(') durante
algunos años, por los cuales cargaba intereses a su an-
tojo y fommlaha cuet¡tas imaginarias que, ag-regadas
a las que presentÚ con motí\'() de su cOJ/ocida partici-
pación en nuestras luchas intestinas del año 37, hizo
subir a la considerable suma de cuatro millollcs de
/,esos,
¿ Puede admitirse que un país que no disponía de
un solo real para el pan de cada día, haya invertido
fuertes cantidades en cualquier cosa y, mucho menos,
en favorecer a quien odiaba desde lo íntimo de su alma?
Responda la memoria elevada por el despacho de
guerra, al cong-reso nacional, en 1 R24, cnando dice que
"se ha visto precisado a retira r un crecido nÚmero de
"oficiales bcnel11l'ritos sin la mellor com/,cnsaciólI": qne
"la falta de /,lI!/Gs es causa de la deserciÚn de los rc-
"clutas", y que "así no puede mantenerse la disciplina".
Pero, lo que de más curioso salta en ese célebre do-
cumcnto---célcbre por muchos motivos-es que declara
el señor ministro, que "se les ha acordado a los oficia-
"les benemérito~, lIledio s/teldo", pero que ni "1i11,a.sol/Jt~
",IC::; 10 han percibido por la insuficiencia dd erario". '.'
y tenía 1nillnnes para darte al PerÚ .
A mayor ahundamicnto, copia'mos de LA G:4.C$')'A
DEL GOBlEID;O. hisemanario que se editaba en Lima~'las
sig-uientes líneas, que se encucntran en el nÚmero co-
rrespondiente al 20 de marzo de 18:2:':
"AVISO OFlCl.\L- Todo individuo (IU(' tenga letras
- 12-

"de este gohierno contra Chile y no hayan sido ClIbier-


"tas, u otro crédito procedente de auxilios al ejército
"y marina qtle, liquidado por la junta estahlecida al
"efecto, esté reconocido, puede ocurrir al ministerio de
"estado en el departamento de hacienda, a recihir en
"payo lihranzas contra Londres".
¿ Qt1t~ se desprende de tal aviso oficial? Que Chile
no cubriÓ las deudas que contrajo aquí, y que ante se-
mejante actitud, el Perú recogiÓ esos giros y sal\'(') a
su aliado, cntregando en camhi,') otros valores que no
podían deiar de hacerse efccti,'os,
¿ Existía algÚn convenio que obligase al PerÚ a cu-
hrir sólo los gastos de esa campaña? Sí? CuÚI la ra-
zÓn? Las c(¡n\'(~niencias eran iguales para amhos países
y racionalmente, no había por qué echar la carga so-
bre el mas solvente.
Sin cmbargo, para no romper con la proverhial lar··
gueza del 1)erÚ. 11l1estros poderes pÚblicos quisieron
descansar de las exigencias de Chile y, así, como quien
se quita una m<)sca' de la nariz, recol1ocieron el año
4~ (seticmbre 12) a la\'l)r de éste. los cuatro millones
de pesos que demandaba y cuya Última armada de dos-
cientos cincuenta mil que por esos tiempos era una in-
mcnsidad (le dil1l'1"o. fué pucsta allá por IRSG en manos
del representante de Chile en Lima, quien diÚ torcida
in\'ersi('m a esa su 111;1. , y luego optó por quitarse la vi-
da en la vecina "il1a del mÚrtir Olava.
Ese infortunado diplom;'ttico fué 'Don H.amÚn Luis
Irarrázabal. muy dado al juego de envite, y el acto del
suicidio .se reali7.(·) en el rancho del chileno ),Iartearena
situado en la calle de Lima, hoy nÚmero R y que enton-
ces era UI1 nm\' concurrido centro de aquel vicio abomi-
nable -
Todo lo que Chile ha deseado del PerÚ lo ha ob-
tcnido, sin dificultad. ¿ Acaso porque le inspirase mic-
J3.-

do:' Si a eso se hubiera debido tanta condescenden-


cia, nada habría sidcl mÚs fÚcil al PerÚ que arma rse y
"encedo, porque tenía para ello dinero. que compartía
cun Chile generosamente. cada vez que éste invocaha
algÚn pretexto para (lhtenerln. A.gréguese a esta sere-
nidad de espíritu, a esta altivez propia solo de las al-
mas hien puestas. el poco celo que, en general. han des-
plegado lluestros homhres de estado en cuanto atañe al
orden internacional, y se ver;l sin luna de aumento. que
hoy no se necesita, el cuadro de dolor que representa
este país hendito en las actuales circunstancias.
\' ya que nuestra honrada pluma. presa de irresis-
tible amargura, ha fijado sus puntos en tan delicada
cuesti¡'m. justo es que recuerde agradecida. que hubo
Ull mandatario-el inoh'idable Ratw'l11 Castilla-que
recomcndaba. sin cesar, como faena cotidiana. que cuan-
do Chile adquiriese un buque de guerra. el PerÚ debía
adquirir dos. Durante su gobierno, ni Chile. ni ningÚn
pueblo vecino. comet iÓ el m;ls ligero desl iz que pudiera
afectar la dignidad. y 'menos. por cierto. la soheranía
del PerÚ. Ahora, lloramos sobre esa tumba sa~rada. la
felicidad que no supimos consen'ar y disfrutar: el COIl-
sej() de un ciudadano cuyo poderoso ingenio medíamos,
entonces. sólo por las agudezas que ~astaha en el tra-
to familiar. pero que era grande. muy grande. en \"er-
dad. colosal!
Castilla conocif) de cerca a don Dieg-o Portales. y
persona que se lu esCUch('I. nos refiere que. en cierta
ocasiÓn. dijo :-" 1\ este sujeto no cOllviene perderlo de
vista: es la cJ1conzacióll de Chile respecto del PerÚ" ...
Implacahle era el odio qne Portales sentía por este
país. desde la época del coloniaje: por este país. repe-
timo . ;. que le brinde') h()spitalidad y negocios mercanti-
l~s que le dieron fortuna. Y Portales, segÚn la expre-
5)(>11 de algunos escritores chilenos. ha sido el homhre
de estado más célebre que tuvo Chile; celebridad a la
que dehe la estatua levantada en 1860, frente a la Mo-
neda, en Santiago, exhibiendo en la diestra la constitu-
ción política de Chile (en vez de un látigo ..... )
Fué él el instigador de Gamarra en oposiciÓn a la
~onfederaciÓn PerÚ-boliviana. ¿ Y por qué? Porque uni-
dos ambos países, podían verse libres de las asechan-
zas de Chile; 110así si continuaban separados: le era
más fácil a Chile engañar al uno mientras sorprendía
y devoraba al otro.
Véase si Castilla no acertó, al decir que Portales era
la cncarnación de Chile respecto del Perú .
Tratados de comercio entre el Perú y Chile, se han
formulado muchas veces, desde el año 35. Se le ha com-
placido cuando 10 ha solicitado, ora con modificaciones,
ora con plazos y programas para efectuar el c<Lngeres-
pectivo de esos tratados. Siempn~ Chile en su misma
censurable labor, esperando que el PerÚ estuviera dis-
traído, indefenso. confiado, más tarde, no ya en que Chi-
le abandonase sus planes de conquista, sino-oh! error
-en quc sus otros hermanos no permitirían tan gra-
ve atentado .....
Pudo el tratado de 1876, con las ampliaciones del
protocolo de 22 de julio del 7R, salvar una situaciÚn an-
gustiosa, que ya se avecinaba. Pero Chile no 10 acep-
tÓ, porque el artículo 17 disponía quc si surgían "de-
savenencias entre amhos países" y no se llegase a nn
arreglo amigahle y satisfactorio, "se someterían al ar-
bitraje de una tercera potencia", él fin de evitar un ra111-
pimiento definitivo.
Lo que le C01l\'cnía era d~t11orar, como demoró die-
cisiete meses. hasta encontra¡"sc fuerte, para pnn.'ocar
aquellas dCSa7.'C1ÚCllcias. y esto nos recuerda las pala-
hras de un escritor chileno, refi¡"iéndose a los desvelos
de Santa Cruz en favor de la confederaciÓn PerÚ-holi-
- 15-
viana :-"Chile estaha resuelto a entorpecer y burlar sus
"planes de engrandecimiento, para lo cual no yacilaría
"en llegar hasta la pJ"m.'ocaciÓll. cuando 110 t ll,¿'icra ea Il-
usas para considerarse pro'uocado".
En vista de semejante conducta que, como se n~,
es la mi~ma que Chile ha ohseryado desde ochenta años
at rÚs, ¿ podremos esperar que nos devuelva Taena y
Ariea, con plehiscito, sin plebiscito, ahora ni nunca. si
no podemos obligarlo pOI' ciertos medios?
La política que ha adoptado siempre, no ha sido
levantada, y en todo momento ha procurado distraer al
PerÚ para real iza r su ideal. En 1832, mllvió a Bol i\·ia
para lanzarla sohre el Perú .. \ños después propÚsole
alianza con igual objeto, inquietándola con la adquisi-
cic'm de A.rica. En 18ó5. encargÚ a su representante en
el Ecuador. que procurase una alianza con esa repÚ-
blica para acot1leter al PerÚ. ,\sí pagaba IIlS sCf\·ici(ls
que el PerÚ le hacía: el PerÚ generoso, quc mientras
Chile fraguaha en el Ecuador ese año, el de Jl~()S, la ma-
nera de causarle gTayC daño, él. el PerÚ. aprestaba sus
naves rebosando dicha, para quc fuesen Ú las aguas chi-
lenas él hatir a la cscuadra española que se hahía pre-
sentado gallarda y poderosa cn los puertos de ese país.
;\sí como la hatalla de :\\'acucho fué la salvaciÓn
de Chile, en J K2.+, así, tal11hi~n, el comhate del dos de
mayo. en la hahía del Callao, en J ~(li,lo puso a cu-
bierto de ig-uales peligros, de vej;'tmenes y humillacio-
nes inevitahles. Treinta días antes. el 1." de ahril. las
fragatas espail0las Blanca y Vi!la dc Madrid. dispara-
han sus cañones sohre \'alparaíso. sin que este puerto
hubiera salvado siquiera el honor nacional, con unos
cuantos disparos.
A la notificaci,'m del bombardeo por la escuadra es-
pañola. los plenipotenciarios del PerÚ y DI)livia. en San-
tiago, cumplieron dig-namentc su deber. declarando, pnr
-16-
medio de una nota a la cancillería chilena, que "el pri-
mer cañonazo disparado por el enemigo comÚn .sohre
\'alparaiso u otra ciudad de Chile, de condiciones aná-
logas, ser;l mirado por los gobiernos de Bolivia y el
PerÚ, como disparado sobre un puerto poblaciÚn del t)

PerÚ y Bolivia",
¿ Fueron esta;; acaso, simples fÓrmulas oficiales, ha-
Iandronadas o quijoterías?
Contestc el orbe todo que admirÓ el brío de los pe-
ruanos en el mcmorahle combate. del dos de ma\'o, -
1'or aqnella época era, en ese país. ministro de re-
laciones exteriores, don Alvaro Covarruhias, v en res-
puesta a la ya 1l1encionada nota, decía a los ~epresel1-
tantes de Bolivia y el PerÚ. "Mi gobierno, instrui-
o o • o

do de la comunicaciÓn expuesta se complace en los J/O-


bles y jllstos motivos qne la han provocado, Ellaim-
porta, sin duda, para valerme de las expresiones de
USo un testilllollio de los scntimielltos de amistad que
ho)' animan él los gobiernos de Bolivia y el PerÚ, res-
pecto de Chile, y de la lealtad y cJ/eY!jía con que están
resueltos él llevar a caho, ell todas SIlS' cOl/sccucncias los
deberes de la alianza." Y agrega muy af1igido, al pa-
recer :-"F1 bombardeo de la esclladra española, que
"cn tres días mÚs debe destruir una ciudad marítima
"il/defellsa y ahierta. emporio del comercio nacional y
"cxtranjero, residencia de numerosos neutrales que
"tienen '\'inculados a ella Sil hoyar y su fortuna (, . o , )

"cs un acto de bar{,'arie tan feroz como esté.ril, que COI1-


"culca las prescripciones /IIás ,m!Jradas del Derecho 1n-
"ternacionaL que a frenta a la ci,'ili:::aciÓII, que viola to-
"dos los ¡lIcros de la hllmallidad."
l-Ié ahí los tres IlIoti,'oS de! OidÓr dc que \1os hab.la
el maestro I )alma en SllS tradiciones "d miedq, el mie-
do Vo .... el miedo",
"El I() de iulio del 7(}. entrÚ el J-!/lÚscar a la bahía de
- 17 -.-

Caldera hasta rozarse con las batería~. v los cañones


de a 70 y de a [50. que el día 14 hahían j)racticado /11-
cido ejercicio, permanecieron C01110 mudos testigos del
arrojo de :\ligueJ Gran. Y ese llIismo día. el ¡(l. la es·
cuadra chilena lanzaba, sorprc.:sivélmente, sohre Jqui-
que. durante /11 noche (!!) 42 homhas de a 250, cuyos
t'ÍcctlJS seg-Ún consta de la protesta del cuerpo consu-
lar de esa localidad. fueron "clcsastrozos, ocasionando
cl:tre "mujeres, ancianos y niii.os. algunas pérdidas de
'('¡das' .
Le preguntaríamos. ahora, al país de las dos medi-
das :-¿ qué calificati\'o daría cualquiera a ese proce-
dimiento? ¿ d<'mde estaban, pues, las prescripciones lIIás
saqradas del 1)erecho 1ntcrnacional. donde la C/·,'ili.::a-
cicl/l. donde los flteros de la humanidad que invocal.a el
Covarruhias cuando los españoles tocaban con las qui-
llas de sus barcos. como lo hicieron también. \'aleros(t-
mente cn el Callao. el iondn del mar de V alparaí~o?
Por toda satisfaccil'll1. el u'istcmente célebre Rebo
l1eclo. jefe de la escuadra chilena. dijo al cuerpo consu-
lar de rquique, que "deploraba la pérdida (le \'ída~ de
indi\'idtlo~ indefenso,,,: él pesar de que ordclltÍ ql1e las
pnntería~ se hicieran /,01' alto" .
y esta hurla de mal ton{l. esta terrihle hoietada me-
reciÓ de los representantes de Inglaterra .. \ll-man'ja,
ltalia. Austria. Estados Unidos del Xorte. Ecuador y
la .\ rgentina, la humilde respuesta de que "talllhii>n
\'\llaron por efecto de las homhas alYlJllos J/cutralcs", Es
decir, presentaron la otra mejilla .....
Dos años apenas hahían trascurrido. desde la ceSél-
cil'm de hostilidades entre España v los aliados del Pa-
cillco. ¿ PermaneciÓ Chill-o acaso. -durante ese 1 iempo,
sin ocuparse del PerÚ. de preparar Sl1 aniquilamiento
en recompcnsa de los lmenos. oportunos y desintercsa-
sados ~er\'icios que sícmpre éste le prestara?
- 18-

Pasado el peligro, adquirió sigilosamente en Ingla-


terra dos corbetas: la Chacabuco y la O Higgills, y co-
mo el gobierno de esa nación se oponía a que le fueran
entregadas en razÓn del estado de sus relaciones con
España, Chile propuso a la Corte de ?v1 adrid, las bases
de una convenciÓn (¿ ?) mediante la cual pudiera él sa-
car sus dos buques y España hacer otro tanto con el
¡'j¡'toria y el Arápilcs. que también se hallaban deteni-
dos por la misma causa en los astilleros ingleses.
I.a ingratitud de Chile es proverbial. Escritor chi-
leno (1) hubo que llamÓ a'l'Cl1turcro .\' codicioso al
hombre que mils hizo por la independencia de. Chile.
Lord Cochrane! y esa ingratitud se confirma con las
frases deslizadas por otra pluma chilena :--"~lontea-
gud •• con su política consiguió más triunfos contra los
españoles quc Cocl!rallc C()11 sus naves," (2).
Ese es el pago de Chile.
Pensar. C011l0insinlla la prensa chilena siguiendo
añejas costumbres, para la realizaciÓn de sus planes;
pen~al" repetimos, en reconciliaciones y en fraternida-
dcs. es empeñarse en difícil tarea, El PerÚ ha experi-
mentado tremcndas decepciones con Chile: hien caro
le cuesta conocerlo.
El Único provecho, decía Esopo. que sacan los em-
husteros. de sus mcntiras, es el de no ser creídos cuan-
do hahlan la verdad: la palahra de Chile. afectuosa y
tranquílízaclora al oído del PerÚ, debe servir :-:0]0para
prccavernos dc mayores dat10s y resguardar la espalda,
La inter\'cnciÚn norte-americana se mil'a por mu-
chos C0\l10 negra sombra en el horizonte de la patria.
¿Se le teme? ¿Quién le tellle más: el PerÚ angustiado
y al horde del ahismo, o Chile suberbio, engreído con
(1) Vi,'uña :UII,,}'('U:I ,'11 Sll "Ostrad~\lIo de O'JIiggins," pág, :l:{:l
<:?! :José Domingo ('ortés-Di". J¡iol4. lIJlI('l·i(,:Ino-··-Véa~" MOIIINI!/llllO,
lo ageno U) y de festín en festín saboreando el nec-
tar que considera inag-otable?
¿ Y qué dice de eso la gente del Plata? ¿ Será po~i-
blc que permanezca indi ferente como las pirámides egip-
cias, ante la Última ocasiÓn que la suerte le brinda para
salvar de las bien medida~ puntería~ que los cailone~
chilenos dirigen hoy a su soheranía? ¿ O se contenta
con abson'er la fuerte dÓsis opiática que el encmigo le
está propinando bajo toscas fonnas y supercherías de
• j
neCIOS;
Esa nobleza del car;¡cter argentino e5t;¡ cifrada en
la posesiÓn lejítimlt de su derecho. Es un defecto gra-
"ísimo en este caso.-.\ nadie temo, porque esto es
mío! dicen los compatriotas de San \lartín. Eso mismo
decíamos nosotros cuando de \'iaje en tranquila mar
solo pensáhamos ell la segnrida(l del tiempo para llegar
(;~) '~El COlnt~rf'jo" PU Sll e(li(~iÓn d(lo la 1I1aflana del ~;: dl\ abril
último, reprodw'l' un artÍt'ulo de la pl'l'l"'a <'Ilil••na susnito por dOIl
Rf'lisario Oareía, de la misma nal'iollalida,l. /.Iidw artí"lIlo tiellde :í de-
mostl':Jr lo peligroso 4u,~ s ••ría atra.'r ha('ia los J.!aís.'s ,lt'¡ SUI' al gigall'
te d ••l uortl'; pues, di('e 1'1 autor, ,/ue "los agitudol'l's hall lanzan(10
a] viento ]a noticin de <]111'el g-ohi"rno del P.'rÍl til'ne el propó~it() de
dirigir una nota á la:-t (~nJl('iJl('ríaH yel·inas par:l ha(·(>rltl's \"~r el pstado
ae la eUl'~tiÍln Ta"ua y A 1';(':\; ., ~' "011 tal motivo se )'Tl'gunta: "f de
qué (~nrn('tpr sería la Ilota ell tOup:-;tibu, quP ah·:lIH..'e terulría \' .,\tÚI ~,l.l'Í:l.
en buena~ ('uf'ntas, su objeto I'rÍl,·t.ieo·?" /';1 ~eñor Gal'!'Ía' ~e ('olltesta
I'n "egui,la: "La uota de la ('ancill"l'Ía ,le Lima 110 til'lIe objeto I'rÚdi(·()
alguno, y no eH posihl •• admitir que .'1 Pl'rú, Ila"ión <¡1Il' "0." vueln'
á la ('ordura matando dI' un gollJl' el I'r ••dolllinio (11' sus caudillo". illtcllte
en (,••tl' 1I101II('/lto ali~'ar ('/ odio ;/1(f'I'/I(I('jo/la/. pl'O('urn,"1o Ulla "'lIIlla
gral'ión CII)'O resultado sl'l'ia fUlll'sto para lo" illtereses. ~' .,1 pon'euir
(le los pai!ile~ ~U\lnln~l'i('ano~.· t Con("ltlY·.~ H!'ií: l' El ftebpt" d('1 1l101Hento t'~
'¡psde el punto dI' ~'iBtll '·OIIl.·•.•·;a], Imlal' <1" unill"¡¡r el l'ellsullli"'nto gu,
OOrna.tivo Budaml'l'i('ano, ,'on oh.il'to ,1', imp",lir qu •• ('On ,,1 tiempo ,,1
eomereio yankee /I/l.' !,ollt/(l la .•o,qa (11 ('/ld/o o nos ohligl1l' a ",'r Iributllrio
de lo" E"tado~ 1.'nhlos, (·nutra viento)' mar,'a. El día '1u" al ¡.rnbiul't" ,1"
\V:lI;hington SI' le o,'urra h:lecr del impl'rialismo lIua bandl'l'll <1" pnlíti"n
inte:rna .... 4ional y 41f.) H.ll:--:; 1ll'.'\I'('nllo~ otros t~nto~ hnznr~8 P11 lof' qut' l'1 ~u·
dannil'auo clt'je la ('-alni~a )' el ahna, ('n't.'nIOS ftU~ ese U10llli'nto sPl'yirÚ
dt' lt'e,·,¡6n a nuestro~ j¡'oh"l'Ilaules, de ('1'\11'1,'xpt'ril'neia a 1\UI'~tl'O~hOlllhre~
lIt' Estado, y de ens~iían7.1l a los <]u" en Rud Amérieu trahajau ]'01''111'' no~
volvamos Io<'os ,le atar ;r ha¡.ramoH ,1.· .'sta s,,('eióu d,,1 eontiueut" ulla tras,
tienda (1~ :1.[", Kinle.". (P\,,'~i(lentr a la "azÍln ,le los E~tados '~1\i(lo,,)' '.
·- 20-

con felicidad al puerto que demandába,mos: jamÚs pen-


samos en los piratas, y mcnos aun en la inmunidad de
sus atentados. :\ uestras relaciones con el pueblo ar-
gentino han sido :-;iempre cordialcs. francas, de \'erda-
dera confraternidad, desde la grandiosa figura del ge-
neralÍ~imo de los Andes hasta la de cse americano illts-
tre que con tanta gratitud y carillo recordam()s-}{olJUC
Saenz Peiia. Hemos ceIebradu llenos de jÚbilo sus pro-
gresos. hcnws lamentado con el alma cualquicra dolen-
cia pasagera que ha sufridu. l\o alcanza, por 10 mis-
mo, nuestra mirada a descubrir la mano oculta que lo
detiene en el camino trazado ahora y antes de ahora,
pOI' con\'eniencias recíprocas. ¿ O serÚ. acaso, la misma
mano quc. al1i1 por los tiempos de la confederaciÓn
PerÍl-holi\'iana, daño 37, 11l0\'iÓtodos los resortes para
que la .\rgentina accedicra a la solicitud de aliall:::a
que Chile. mas a fortunaclo quc el PerÚ, le dirigiese en-
tonces?
:\ ada tendríamos que objetar si como Colombia y
\' cnezucla que han llorado las desgracias del PerÚ, no
dispusiera la RepÚblica Argentina de elementos pode-
. rosísimos. de recursos de toda cspecie. de hombrcs y de
incalculahles facilidades para someter al fratricida,
qtlC se cnsei'íorea de su crimcn y prctende anonadar al
fuerte con mÚsica de cascabeles cuando no con lison-
jas pcclantescas.
El gobierno argentino \,iÓse obligado aycr a gastar
trcsciell10s millones de pcsos para aplazar-no para
resol\'cr, el problema quc Chile. ha planteado. ::\lañana,
invertir;l 111avores caudales \' hará csfuerzos supremos.
Pero ser;t télrde. LA PREXÚ de Buenos Aires CJue tan
e1e\'ada actitud ha tomado en este asunto, acaba de de-
clarar. cso, eso mismo; afirma, además. que cl robo de
TarapaC:l le ha rendido a Chile ya la fabulosa suma de
cien millones de lilnas esterlinas. Otro campe('m de la
- 2 T ---

buena causa, el dl)Clor don Estanislao S. Zehallos, uno


de los hombres pÚhlicos de m;\s fuste de ese país, le-
vanta más y m;\s su voz cada día en la prensa bonae-
rense defendiendo a capa y espada los \-er<laden)s prin-
cipios de anH'ricanis1l\o quc han perdido sn nivel en
nuest ra rq.~·i(-)n,pero I[Ul' lTcnperarlo no l> imposible.
La idea del protectorado nork americano \-a ga-
nando terreno cntre 10s que desesperan de que la Re-
pÚblica .-\rgentina ocupe el puesto qUé' le corresponde
en este conflicto del sur. Respetamos las ('pinioncs. Pe-
ro no se (lcul1e a nadic, que ;lqnclla actit u<l se e~plica-
ría .sÓlo por el desl'() de \Tngar, annqne con extraño
poder, los a,~Ta \i( IS que ('hile nos hizll y nos hace abu-
sanclo de la iuerza: ni tam]ll)co se oculta a nadie que
todo tiene precio. fijo I1 convencional.
l)e todos modos, altura, altura c(ln Chile aconseja
la situaciÚn.
-"-:\Iientras tan!II, nos()tr()s 1/0.1'di-,'('rtilllos en des-
truirles sus puert( )..;, en alTuinar su comercio, el! ha-
cer/os /IIorir de /¡alll!)re."'--l~:sto decía "El :\Jcrcurio"
en sus "Cartas de la Escuadra" cuando H.ehoJ1edo
J¡1)ml>ardeaba e incendiaha el indeicn..;() 1 )isaguél,
Con témpknl ¡S ('11ile débiles, a rrui na(ll )s, . \'l'lH:id()s,
en 1]11: mas 110, nunca, implorando de l'l ignominiosa-
mente la gracia de la \·ida. Si tal fué 11tlestro destino.
sirva enhoralnlena de eil'1l1pln el 11ll1m:austo, \' abran
hien los ojos lus <k1l1;ts' \Tcinos que ocupan ¡(IS bajos
de esta gran casa <¡\le ('oll'l11' nos legara .....
El dilema es estl':
¿ .-\lgÚn pcruan() hay sobre la tierra <¡ue abrigUé la
esperanza sillccnllllcllfc, de que Tacl1a .\' _\ rica nos
sean devueltas por Chile sin <¡ue a eJlu se \"(':1 obligado
no "por la razÚn" sino "por la fuerza"?
¿ .-\lgÚn perU;lIll) ha)' sobre la tierra que acepte C01l1-
J)('l1saci~mes ('n dinero, ni ell franquicias comerciales,
- 22-

ni en prol1lC'sas (que sería lo efectivo hasta pasar el


peligro), ni nada que no sea el regreso de nuestras afli-
gidas hermanas al seno de la familia, al hogar de don-
de fueron inÍcuamente arrebatadas?
El primero, sería un necio: el segundo, un loco.
No nos dirigimos a los unos ni él los otros, fácil
es .comprenderlo, al trazar estos razgos de historia. Que-
remos dejar constancia testimonial de que Chile. en
sus relaciones con el PerÚ, desde que amb0s vinier011
a la vida libre, nunca ha tomado el camino recto, nunc~
ha sido buen hermano, a punto tal que llegÓ a tender-
nos una celada para arrebatarnos nuestros bienes y
lanzarnos en seguida al abismo.
Sirvanos de algo, pues, la expiaciÓn de nuestra falta.
Hemos permitido que se nos despoje de buena parte de
la herencia que tanta sangre costÓ a nuestros padres,
y es urgente que el problema se resuelva antes que nues-
tros hijos se hallen en el estado de pedirnos cuenta de
ella.
::'Iledidas extremas hay que tomar. La resoluciÓn de
este problema tiene que ser muy tranquila para que sea
favorable: la victoria no es siempre del mas fuerte,
muy a menudo es del más sabio .....
Nuestra humildad no influirá en lo menor, en el áni-
mo de Chile. y en todo caso, recordemos las palabras
del hidalgo almirante Méndez :'-Júilez, pronunciadas ante
inminente peligro de sucumbir :-"Que España tenga
honra sin buques! .... Pero no buques sin honra" ....
("El Comereio"-31 dt' Mayo ¡le- 1900).
CHILE REDENTOR DEL PERU

~ o desmaya la pl'cnsa chilena en su cmpeilo de


convencer al IlIUJHiolector de los g-randes heneficios que
en todo tiempo-segÚn dice-y con desinterés y ahne-
gaciÓn ha dispcnsado Chile al PerÚ. Para el logro de
sus prop()sit(ls, es decir, para desviar la huena opinil')l1
ext ranjera que hoy, felizmcntc, nos acompalla, apelan
los periodistas de cse país al recurso de desvirtuar los
hechos; y empleando un tono enfático, preñado de tlng:i
do resentimiento, lanzan voces antojadizas con las cua-
les tratan de llevarnos vcntaja inl1lcnsa <:n el campo de
la razÓn y clel derecho, ya que el de 1:1 fuerza ven quc nos
estÚ \'(~dado en esta época terrible.
Pero nosot ros nu desmayamos tampoco en nues-
tro empet10 de presentar rCHpetuosamcnte a la V rrdad
con todos sus rcsplandores, no defendida con palabras
irresponsables q\le se evap(lran al más le\'c soplo, sino
con documentos y títulos fehacientes que jamás serán
destruidos por el tiempo, ni mucho mcnos por la ncg-ra
mano de la maledicencia.
Hénos aquí, pues, frente él un artículo que en su sec-
ciÓn ,Actualidad nos obsequia L" LE\' de Santiag-() de
Última fecha. bajo el rubro de La lealtad de! J}cní.
-¿\" que dice "La Ley"? .. "'.
Asombraos: Dice que "los leales y ca{)allcrosof; pe-
- 2-1- -

fllanos nunca tendrÚn como pagar a Chile la deuda de


ÚIIIlCIlSOS ser'i'icios que les ha prcstado generosamcnte
desde la época de la indcpendcncia hasta lll/estros días";
dice <[ue "el ejército chileno deyo1\·iÚ al PerÚ en \'ungai,
su bandera de naciÓn libre y soberalla": dice que "Chi-
le fué hasta la guerra por defender (j ..... !) al PerÚ
cuando los marinos de Su ~Iagestad Catl'¡lica proclama-
fon en las islas de Chincha la politica de rei\'indica-
ciÓn"; dice, por Último, que "se \'¡eron arrastrados a
la guerra del 71) en ]IlS propios momcntos en que la
H.epÚblica Argentina los a"/clla,~a{¡a·'.
Cuanto a lo primero, que es en lo que haCl'n siem-
pre hincapié los periodistas chilenos, \'amos a dar idea
cahal de lo que para ellos constitu\'e los illlllcnsos scr-
'i.'icios <¡ue nos prestaron y que contrihuyeron eficaz-
mcntc a nuestra elllancipaciÓn política.
-:\0 cahe dentro de los estreclws límites de un dia-
rio el estudio completo y sc\'cro dc tan importante pun-
tu de la historia nacional; pero. no ohstante, es del
caso seiíalar ci •... rtos detalles que sin dificultad, estanws
seguros. pueden C\'iUll' el cxtrayio aÚn en las gentes de
mÚs humilde criterio,
r.a batalla de Cancha l~a\'ada, cn marzo de 1 ~ 1 K,
fu(; tremenda derrota para (hile. Sin embarg·o. cítase
por los chilenos esa jornada como un triunio, Por for-
tuna, 11egÚ en aquellos días el coloso americano José
de San ~rartín, con sus \'alientes argcntinos. y cogió
en momento propicio a los españoles: reali:dl11close el
S de ahril la batalla de :\laipÚ que selJ¡') la independen-
cia de Chile. El poder espafíol se centraliz\'l entonces en
el PerÚ y por lo tan ti) era una amenaza para lns países
ya libres. especialmente para Chile; pucs. temprano o
tarde podía operarse una reaccil)J1. Persuadido San
~rartín de la urgencia de vencer pronto a los españo-
les para asegurar la lihertad de su patria y la de los
hijus del :\Iapochu orgal11zo la famosa expediciÓn del
año 20 que vino en auxiliu de los pat riotas peruanos.
Esta expeclici¡'¡n 'e1l' la que nos hemos ucupado ya, lige-
ramente, y de la que nos ocuparemos siempre que el ene-
Illigo la lllenci01w. cumo ahora, para l'-"traviar el jui-
cio pÚhlico. b C(lllllll'nian argentinos y chilenos en nÚ-
IllLTO de -J-. I IR h( I/llhres, de los cuales 177(} eran indi-
viduus de t ropa chilenos al mando de 225 oficiales.
Plantearemos el pruhlema:
¿ CuÚl iué la mira que tuvo ('hile ?-¿ prestar un
servicio all'erÚ o impedir quc regresaran los cspañoles?
Conte~tc el mí:-:iml¡ Chile por I>llc;l de su ministro
de gobierno cn cuya :\k\1loría elevada al congreso na-
cional del af](j 2-1-. dice :-"'.:1 repÚhlica ocupa una po-
"sici('J!1 ala rJlla IIfc, pues la independencia es !1l11agada
"pn')ximalllt ..'nk por una iJ/·"(1.l'ilíll CSI'lll/()/a sobre el te-
"rriu¡rio de Chile",
\' dCSP1H;S de cllfllpulsar sus elemcntos hélicos y ha-
cer dolorosas apreciacioncs relativas a sus medios de
defensa, agrega: -"Con la ocupaci(m del 1'erÚ no solo
"se lisonjean los l'lJellJigos de conservar ese país, sino
"tamhién conquistar las otrlls secci()nc~ independientes;
"y hi plulJ/a .1'<' IIlC ((lC dc la lJ/allO al considerar la ac-
"tittld en que estamos para resistir la tormenta que
"amag-a sepultarnlls en las mismas dcsg-racias quc lloró
"Chile en los aiío:.; 18 L..J-- 15 Y 1()".
~Esto es falso?",". Hesponda L\ LI-:\' .
.\lIí estilll los archi\'os, , .. , ,
Paréccnlls, y a cualquiera le ha de ]);11'cc('r, quc era
preferible el Clwío dt' uno:;; cuantos reclutas antes quc
ver con amar¡zura que a 11t1 ministro se le caía la pluma
de la mano j>O!- ... " por lo que f una ~
ConcluyanHh ahora :-¿ 1rizo algo de Imwccho para
la lihertad del 1\ ..n'l esa pregonada expediciÚn del año
1 8.:!0 ?
4
- 2Ú -

"TocÓ a los cuerpos chilenos SIempre la mala suer-


"te de sufrir re\'cces, como los de la Macacona, l\fo-
"quegua. Torata. y otros; por éstas y otras causas ya
'.'c.onocidas-. dice la historia (crímenes espantosos y
•• J recuentes )-regre"aron a Chile los restos de esos
..cuerpos."
Aquí tenéis. pues. los inlJleJ/sos ser¡'icios a que alu-
de .. La Le\·, ..
¿ Hubo 'después otra expediciÓn? ~o, mil veces no.
Prccisamente cuando la pluma se le caía de la mano al
scii.or ministro de gobierno de Chile. est;lbamos en vís·
peras de las grandes batallas que llegaron a realizarse
en ]unin. el (1 de agostt' y en Ayacucho el () de diciem-
bre de [~2-+, y se clamaba aquí por el contingente de
hombres que Chile había ofrecido para asegurar SI/ li-
bertad. Ilero ese COl1ting'ente no llegl~).a pesar de haber
trascurrido tanto tiempo desde su primer anuncio, en
1823: un año y medio!
La ansiedad (lUC hahía en Lima, por el arribo de los
buques que, se decía, "cnían con fuerzas chilenas, era
grande. El 1(, de julio del año 23 se prcsentÚ en las
ag'uas del Callao un bergantín chileno aseguram}o que
dejaha en \'alparaíso una divisiÓn lista para emoar-
carse. ('omo ese día evacuaron esta capital las tropas
realistas, la noticia produjo incomparable efecto. Al
siguiente día, el 1 ¡, llegÚ la corbeta Indc/,endcncia y
di in lo mismo. Pero todo no pasaba de un engaño: la
e~pedici('m no se ,il') jamás en nuest ra tierra.
Estos son los iJ/lIlclls0S servicios con que contribu-
YÓ Chile él la libertad del Perú .
. \'ino luego la batalla de Junín y cuatro meses des-
pues la de .\yacucho. ¿ Tuvieron la menor participa-
ci<'ln en ellas los chilen(ls:' :\0, por cierto. Colombia.
nuestra hermana querida. mczelÚ en esos campos de
~
o'loria ~u l·,reciosa sangTe con la nuestra: a ella sí 1 a
c...
- 27-
ella debemos eterna gratitud por su noble comporta-
miento. El eminente estadista peruano Dr. D. José Sán-
chez CarriÚn, siendo ministro de relaciones exteriores,
decía al congreso constituyente en su memoria del año
25: "No ha hahido género de sacrificios que no haya
"empleado Colomhia eficazmente en nuestra defensa.
"Colomhia, semejante a un padre que teniendo en la cau-
"tividad a un hijo Único muy querido no perdona me-
"dio para libertarlo, así ha procurado la independencia
"del PerÚ".
Chile se eclips(') en nuestros momentos de angustia,
liada Izi::;o por el triunfo de la causa americana. Tan
pronto como los argentinos lo salvaron del cautiverio
se cruzÓ de hrazos tcmerari'<U1Jente. E~a conducta nO
se la perdon(') Boli\'ar jamÚs, Y lo probaremos en se-
guida :-.-\ las diez de la noche del .2 1 (k diciembre de
1 ~2-1- llegÓ a Lima la noticia del triun io de .-\yacucho
traida por un capitÚn de apellido .\Iarct'ltl, que era a
la vez portador de! parte oficial de la ha talla suscrito
por el general Sucre. Con tal motivo, el n'cindario se
('ntusiasm('), y huho grandes regocijos, Esa misma no-
che lanz!'¡ el libertador nolívar una proclama en la que
'refí ríéndose a los t rCl1Icndos dt'sa~ t res mil it~l('rt's'que
hahía sufrido el PerÚ, decía: "Los a/lxiliares de Chile,
POR EL Al:A:\()(l:'\O L:UIE:\TAllLE !lE :\L'ESTR.\ C\CSA,
l/OS prinlroll de 811S tropas,"
¿ Que respondería a ('sto L\ LEY.'-¿ Esos son los
inmensos sen-ici,.s <¡ue dehe\11os a Chile?
Ya se \'e ... " ¡Cuando tieJle el c11raje rarísimo de
sostener que Chile iué el (¡S hasta la guerra pnr dclell-
d('rnos de Espaiía, sabicndo cn\110 sahe el orbe entero
lo que pas{) en .\htao~ ... "
Pero como todo e<;te decir de desí\tinos gira en tor-
no de la pretcllsi('¡n de qm·darse con Tacna y Arica, el
diario cití\do no.; niega el derecho de reclamar esas
.. .J.nL\i?la;,,-~1Y.:,-A.'.
",,8
_. ;,
.r.
~tB."'~:Dl.ti2i .'-.~:r:~:.~~_~.
-'-1:' . -. '". '"C"~' :'\-':~_-'.: .~:,._": "_

:p.,•••• ~~*hr ~,'


.••::.Itii.i '61
,.~n,
~
t •••4el_.l~
~.
'flpllft.:je-.1

Ut ••••
a-.dcdt.
~
,.'0_ .••• la •••••.
·yfeteri. d~ _
del n,*~ ••••••• ' AIi ~I fjJeldro ha Ht'IIado ••
la Id M

•••••• pe' 11I ._luI •• ~Iee. "CMpNtar ea _e .••• iI& D'I'


, ...., 4d,pefl.
'~-~.tle1ípe .1IC ••••• ,la 10 •• pmb:rl CUe..,. ~
., •••• ~ •••• ~ taclkhd •• ft dia _UD ~It fue Ja ••••orla
~eM de nettro 4eatinoJ. El Otttsf'lllO.1 Pmf ilIrí, fMn., ~
•••• el '10 le ftbtero proCstlao, ••• ¡••••••.~ «tere" u 'tCM k~ <aD-
• da "p'e ••• lltorld.d, que •• o••~u.~~rpo k1idaU~ 1M
.•• ;lloanS CODIlI ,oaú ••• ka ao4J. ticIo l>urbd•• "
·Pera•• -El 1»crli, h.ltll auflido !ra~ dcul'll'.el ~.
IAitttDpb 'lile .'e "MI. oe1Ipabu 4., pro.-iodltJ ltbJct ~l .'.
t '''d.R ti !'1m. ,1 congrao: .•••.• 'i•• Dd:6bedeéin' rb~(ft •
•• ...r'MI•• ..-u~, neWde.~"'" , la~~~
"',J ••
bk
"•• 1í
lie Ollt'
'R1S
'1(1
aIbdos:
01
'
1(;.'
. el'
••••
faOf- 1rt"~ lIII IIdose en • 10 conh. IQI~, • ellt~ron aq•••
tI. f';- i 1tl6 coeaúiO&. ~lp~iJeate .__ JlalUlldo '•••• , •• ,
p.1Io1c:i P-(I ,que OlIUp1kR:e.o a~, ~lCi4 ,>la ddtJoodoo del
I'ení.' , .
iIA 41.flN'dI. ~ :k_erla, d ~to,'J ~l ~.,,......
por tMu ,~ •• Y. el t'eN llQ ecslSlh: -todo otab. dJattIf ••• '¡';O C'¡'
he c1mr_Hcl •.••d, e~ao _ -uo••~ Did~.par •.• I\'arla ,...
liCfCliu ,.Ck Al Hpea:alla.
-La lukad. la coDáaacl., '1 tl •• Ior,~ ~lM cAe-c"ID_b.-. lo
••• 'kho todn. 'Llt pr1)v¡pdal que ~D la ~racJ'IIJ""" i""'
cIefOft .1.J<l/tltmo lejllillllO. 'J 1JanprelbdoJ illm~n..,. ~,.lejl" .• a.'~
trtIt " tu trop'" 1~ la, dffeftd~~ le IIIf1 cu~~"O delJurÍl H IN
aitpM .Jonifl '1 Ay,clIcho. LufKCioI'llN ,h~.dt's.pareddD drlllflhJ.
.•••• J'er •• t:SI3 capital ·'111 re.:ol)tll(to para .ícalpre su hwDOI. ,Ubertw.
U,.pIa.&a del .c,UJe' está ,jt~¡. '1 41•. .f'eodirlie peor-<lIpiluiadon.
, .. Petu.nN -''-a ,pllZ 11 .• ,"~4 •• t. ,.u"r~:b unl.II.')."
. &OriI1:r: t'I orden I ti ."lrquJa. '1 la :'l4cll1 .¡ Info lrftlnio.; pero l. 4ll-
~i4dsJllllll¡;' <Jjf rl!~o, qse • -101tsettr. 'veueed.tc, de A)'k~ho .la.,
11e1. to.lo. '
PMla•••• 'al dia qlt! le ""_ t'Uafrtl c;'nll~rnoar" ·el.t,- ~
«
__ s1'.IfÍ~~ di. cQ que ';11 ~ Jet ••.• 'IclnlUlcatef cIcteet •••
aUidea=: .• IDIOlÚt ,11I)1

'•.••••.•.•..
r.--.¡,q··.4
- ,.,J.'~ .. - .c....\jL.
-- 2~ -

provincias; porquc dice que dcbemo~ "recobrar por l11C-


"dio de las armas lu que con las armas 1/0 sl/pimos dc-
"fender hace ycinte años". Sin embargo, en el mismo
artículo se lee eSlo: "Chile pune en juego recursos 1e- .
"gítimos para aspirar a la ~oberanía de esos territorios
"que. guardan las cenizas de cl/atro mil chilcl/os sacri-
·'ticados al plo1/lo cl/cmiyo."
en desatino lll;lS: matamus allí CUétt!·omil enemi-
gos y no nos supimos defender .....
¿ y cuantos l11urieron en TarapacÚ, y cuantos en
.l\Iiraflores, y cuantos en cada Úno de ](IS encuentros
que tuyieron con los peruanos?
:\0 diga 1 . .\ I.EY que no nos supimos defender, por-
que eso es tan falso como asen~rar que Chile l/OS dcfcl/-
dió de los españoles el ()5.
~o nos supimos defender ... " y peleamos siempre
con ardor pat riÚtico en muy in feriores condiciones,
tanto por el nÚmero de los combatientes como por la
. calidad de los armamentos. Esto cs del d01\linio g-eneral.
N () nos supimos defender .... '{ un puñadu de \"a-
¡lientes recorriÓ estrechos mares en UI1 barquichuelo
durante seis meses descmpeflando comisiones y hacien-
do presas por todas partes, sin que catorce buques de
guerra enemigos pudieran darle caza .....
¿ Esto es falso también?
Terminaremos esta réplica.
1fa estallado "l,a I,ey" en denuestos cont ra la pren-
sa peruana, porque aboga, como es natural. por su cau-
sa, la maR santa de todas las causas! Y en su derrame
bilioso llama Patrioteros fin de siy{o a los que afron-
tándolo todo cumplimos el sagrado dclllT de luchar por
lá justicia y en par! ¡cular por el prest igio de nuestro
país.
Puede estar segura "La Ley" de que contando en
esa época los peruano~ con los elementos con que COI1-
- 3°-
taban los chilenos, la guerra no habría durado CInCO
años sino cinco meses, y Viña del ?dar no hubiera sido
incendiado .. , " Si! Estad seguro de eso, señores de
"La Ley". Si no teneis con qué matar el tiempo mien
tras vuestro país obtiene las seguridades oficiales que
actualmente mendiga en \Vashington, Janciro y Bue-
nos Aires para consumar impunemente el fratricidio,
huscad otros temas, engañad por otros medios: al
calor de la historia no podeis vosotros templar el
acero ....
~Iuy poco o nada han de preocuparse en el extran-
jero del pasado de nuestra relaciones con Chile, ni de
huscar el orígen real de las cosas. Chile conoce los al-
cances de la pt"ensa y es debido a eso que mantiene con
perseverancia su propaganda de pintar al PerÚ en el
cuadro de las naciones sudamericanas como el pueblo
mÚs desleal de la tierra.
¿ Qué corresponde hacet", pues. en tan apremiante
dificultad a los que tienen a su cargo nuestros Órganos
de publicidad, lo mismo que a quienes en ellos colabo-
ran? Desvirtuar esas maliciosas versiones, kV'antar esos
cargos, procurar que el mundo entero palpe con docu-
mentos irrcflltah1es, que nuestra conducta ha sido siem-
pre con Cihle y con todos los demÚs vecinos leal y hon-
rada, y que cuanto dice en nuestro daño el cnemigo es
precisamente 10 que nosot ros podemos decir de él.
"í Patrioteros fin de sig-lo, hidrMohos, insensatos!"
exclama el diario santiag'uino, y luego agrega; "éstos
son los quc 1/0 olieron la p(')lvora del 7<) al R3."
1\lto ahí!
¿ Sabc LA LEY quién iué el doctor :Jlariano Arre-
dondo, quién Saturnino dcl Castillo. quién José André'!;
Torres Paz, quién Genaro ?\uma Llona, quién :\lanuel
l\Iariano Ramos, quién José Enrique del Campo y quién
-para no fatigar al lector-Andrés E. Ponce?
- 31-
Si lo ignora :-;clo dil-emos: cSos fueron 10:-; inscnsa-
tos patrioteros que en la hora crítica camhianm ani-
mosamente los chismes del periodista por los del sol-
dado y cayeron el memorable J 5 de enero a las puertas
de Lima, dándonos ejemplo a los de hoy de cÚmo de-
ben cumplir su deber los que se dedican a la ing-rata
carrera de la prensa,
¿ Habéis leído alguna "ez, seilores redactores de 1J.\
LEY, los artículos que en iS8a aparecieron en LA 01'1-
NJÓ;-.¡ XAClO;\;¡\L de esta ciudad suscritos por el distin-
guidísimo joven universitario Felipe Valle Riestra? ..
'{ sabéis cuál fué el fin que le cupo al alltur de esas pa-
trioterías / Os lo diremos también: 11larchc'¡a los cam-
pos de San] uan y rindi('¡ allí la "ida hlandiendo la es-
pada con la misma entereza con que 11lélnejÚla pluma.
\' 1>a:-;ta.

C" ~;I C(Hl\t»\'io"-~ú dI' .Iolio ,l,' J\H)O),

(1) La hlltalJa '1'"' d(',·i.UÓ lit> la "1Il'l't,> a" ('sta l'''l't(' d('1 l"Ontilll'llte
Amori(·ano, fué la. (le .\ya('ul'llO. r:¡ ala ,lt-n·,'ha .t" la 1;1\\'n ni lll:\ll,lo ,Id
J{cneral C6rdovlt ('olo01hinllo), la formaban los hat alloll"s " 1:o¡[otá . "
"VoltíjcroB", "l'i"hin,·}ta" y "( 'nl'Uens": ,'1 ala iZ'Inil'nla al lIl:lIldo (1('1
g.>ncral La ~!ar los hatallollPs nÚllwros 1, ~ Y :\ y ('1 "¡'¡'gión l','nlann";
el ('''litro se halla ha tnbi"l'to ]l01' ¡os "Gl'anad"l'os" y HÚsal'''s d" ('010111'
bia." al mando (kl :.:">n"l'al \1 ill ••1' (inglés): y la rl',("'va ,,1 mando ,10-1
g-t'n"l'al LlIl'n ('·olollll.iano) l'onstaha d •• los batalloIH's" " ••ngadol"',
"HifL"':;" y "Vul'g-as'!. Hluon' todo~ ~t1¡'l'UlO~ que fué Y(lllt'zolallo.
:r-;o llUbo allí nn solo batal!/lll ('}Iil,'nll; 110 ]0 h\1loo tanl\HH'O ('11 .rnnÍn.
LOS PLANES DE CHILE

El COl/dor ducrmc .... nos decía, pocos días há. un


compatriota nuestro, así como si abrigase alguna es-
peranza de pronta y fa\,(lrahle soluciÓn en los intl'inca-
. dos asuntos que tenemos pendientes con Chile.
N o duerme el Condor: nÓ. El Condor ha tomado
vuelo, viaja hoy a modo de opulento turista por ele-
vadas regiones. por ahí, por donde fatalmcnte no ha-
bita ninguno de los nuestros que pudiera darnos a viso
oportuno de las intenciones que el a ve ncgra alimenta
en daño de la tierra noble y generosa que siempre le
estrechÓ con fraternal cariño entre sus brazos.
El .Condor no duerme, repetimos: re\"(llotea inquieto
por las alturaí' .... ¡ Le teme al .;·lguita! .....
lO es que la voz de alarma ]'esuena imponente por
todos los Úmbitos del otro lado: la tormenta amenaza
va cernirse sobre las cabezas de los indi ferentes, v és-
tos, al fin, como quien vuelve de un letargo, se n;iran
entre sí. Se acercan, se preguntan con interés por 10 que
ocurre y terminan por declarar que, en efecto, hay ene-
migo en casa, enemigo cO/lllÍn y alevoso que ha llegado
a tomar fuertes posiciones de donde es urgente des-
alo ja rlo .
.A~í nos lo hace comprender la act itud de la prensa
incorruptihle de algunos países hermanos: pues, sobre
- 33-
el oro que derrama Chile por todu el mundo para ocul-
tar su lepra y dai1arnos moralmcnte, no son pocos los
órganos de publicidad prestigiosus que hán abierto
campaoa el1 ddensa de lo~ derechos del PerÚ y se pre-
paran para cualquiera cmergencia que les pudiera so-
brevenir. Esto, en buen romance, equivale a decir que
han pnesttl su harha en remojo, ....
Pero no conocen hien la cal idad del enemigo que se
les espera.:\osotros, muy niños aÚn, tuvimos ocasi(\n
de apreciar las condiciones morales de Chile, y el con-
cepto quc <ksdc cntonces nos debe ese país quedó am-
pliamente confirmado en la época de ]a guerra. En
lluestrohogar, cscuch;"tballlos a mcnudo conversacioncs
que denltlstraban. l'llt1 fundamcnto. la pérllda labor en
que Chile \'ivía cmpeilado para tomanws por asa!to.-
¿ \0 qué hacemos, qué pensamos siquiera hacer? pre-
guntÚbamos, con asombro, algunas veces. Pero nues-
tra iniantil voz apenas si producía cco entre los pre-
sentes. Rccordamos haber oido decir él cierto hombre
de Estado. peruano :-"no crean ustedes. Chile no se
m~leve; una gue.\Ta ~in motivo y sin recur~os .
j disparate! .....
y así como pensaba es\.' buen ciudadano, pensaban
muchos; <le donde resultÓ que cuando la deslealtad echÓ
a un lado la carda. nos encontramos maniatados, per-
didos. Las medidas que en tan irreparahle y tremenda
situaci('m hubimos de adoptar eran t()da~ encaminadas
a salvar la dig-nidacl nacional, no a la pat ria, porqÚe era
ya tarde: la muerte nos arrebatÚ estérilmcnte precio-
sas existencias qu\.' nnnca por nUllca lloraremos lo bas-
tante! ¿ Era hérocs lo que necesitáhamos? :\ Ó. por cier
to. Lo que necesit;lhamos era Únicamcn1c cuidan10s
del mal hermano, cuidarnos del cnemigo quc desde la
primera infancia a1hergaba en su espíritu. con refinada
saiia, tendencias ]1OrrOroS(1srespecto de nosotros. ¿ Y
:i
- 34-
esto lo ignorábamos acaso? .... ~o podíamos igno-
rado, desde que nuestra mala sombra o "ave de mal
agÚero", que el vulgo dice, ha sido sicmpre Chile. Si
removiéramos antecedentes para demostrarlo hasta la
saciedad, tendríamos que comenzar por el cobarde ase-
sinato de Pizarro realizado el 2() de junio de 1,541 cuan-
do apenas contaba Lima seis años de fundada y pro-
metía ser una gran ciudad. ¿ Quiénes fueron los ejecu-
tores de ese crímen? Lo.\" de ('hile: ocho miserables. Las
pocas gentes quc sin'ieron de hase para la pohlaciÚn
de la ·capital peruana yivían por entonces angustiadas
con la pl-esencia de los de Chile: y si es cierto que así
les lIamahan a los partidarios de Almagro, no lo es me-
nos que la frase tuvo que hacerse muy ingrata, desde
entonces, al oído de las generaciones que despues se
sucedieron.
De Chile \'inieron esos desalmados, como vinieron
en todo tiempo las calamidades que han hecho a la
postre, del PerÚ, un cementerio. En camhio, nuestro
noble país, fiel a sus honrosas tradiciones, no disfrutÚ
jamás de mayor fortuna que cuando aliviÓ o salvó a
Chile de nlOrta1es angustias; como lu hemos probado
con documentos fehacientes en otros artículos publica-
dos en este mismo diario.
Hasta el germen de la hendita caridad solicitÓ Chile
del l'erÚ en sus primeras épocas y le iué enviado pron-
tamente, El Único hospital con que contaba, en Santia-
~:·rl.estaha a punto de clausurarse, en I,()](), y el Go1>er-
na.lor :\Ionso de Rivera pidiÓ a mlestr\) virrey la gra-
cia de mandarlc algunos padres hospitalarios de San
Juan de Dios. ";\1;IS tardt) el de Ri\"Cra en pedir,· que el
Príncioe de Esnuilache en conceder: c~cog-iÚla mcjor
semilla (1) Y la remitiÓ, __~
- - (·1-) Entre •.sos frai]l's, 'lUf' fu.','oll 4, Sf' c'ontahan los l"f'Yl'rt'llclos Ga-
hri,,1 .]•• ),Iolina, I¡«!llll!'!' .1•• grall sahiclnl"Ía, y ~'nllll'isf'o d,> \'das(·o, ;1•• ¡¡¡la
virtllll l'jl'll1plar.
- 35 --

Apetito vorÚz ha tenido Chile por todo 10 nuestro.


y esto se ha advertido no solo en las riquezas materia-
les sino en cuanto ha saltado nuestra superioridad. ;\1-
gunos pasos le cuesta la pretensi/m de quitamos médi-
cos. La ciencia de Hipr'>crates, que tantas glorias ha
dado al 1 'erÚ, es bien sabido que 110ha llegado a acli-
matarse en Chile. A Jincs del siglo XVIII (1781) solo
había en ese reino cinco médicos (2), es decir, el mismo
nÚmero que dos siglos antes (1 5(j(». Entre ellos figu-
raba el protomédico Castillo que, segÚn un historiador
chileno, (3) todo lo curaba con aYl/a potable. "Los mé-
dicos de Lima-agrega el mismo historiador-eran
oráculos sagrados de los de Chi.le."
¿ Sí? i Pues a quitÚrsclos, a pri,'arlos de ellos! Este
es el Chile que vela con afÚn por lluestro venturoso por-
venir. el Chile que nos ama y por cuyas son rosadas me-
jillas corren l;tgrillJas, como dos hilos de perlas, cuando
alguien sI/poI/e que el gigante del \'orte nus tenderÚ,
hoy o mañana, su abultada mano de acero .
1I uho pluma chilena que tuvo la original simpleza
de sostener que Santa Rosa no había nacido en Li-
ma ..... sino en Limache ..... j llasta allí fué la
envidia!
~Ioti\'() había. pues, para esperar que. una H'Z en
estado de guerra. y en nuestro ten-itorio. el pillaje y la
devastaciÚn se it1\'ocasen con frenesí. Y así sucedi{l.
RemCIl](lréll- los sucesos de aquella época es agital-sl' la
sangl:e, seguramente: ma,,,;no lu haccmos para noticiar
a Iluestros compatriotas de lo que ellos ticnen la 4lbliga-
cic'Jnde C41nucera fondo: lo hacemos para dar el alerta
a lo~ que descansan tranquilos en esa bendita Trini-
(~) Eran ~Hngl'nflnr;'s, JlJtts que otra «osa, .r fueron: <'astro, B¿17.Úll, \'i·
lIa<1iego Ruiz y Castillo. H¡¡bía otro <)\1(' '''' titll]al)¡! III<'rli,·o. ('] do('/ol' Pa-
('lIl'<'o, taza']"l' de hoti('as.
(3) B. V¡<'\liia ~Ia<,kenll¡¡ ell .1 Los m,,'¡i('()~ al' untaiin el! eJ rl'ino ,J<,
Chile."
- 36 --

dad que forman el Derecho, la Justicia y la Razón; pero


que por la pureza de sus sentimientos han olvidado fa-
talmente que!a Fuerza es el Único medio que puede
contener a Chtle.
¿ Tenéis conocimiento, 'Scñores argentinos, de hs
expediciones "de /Ilcrodeo " , que arrasaron nuestras
ciudades y campos, organizadas en agosto de J R7<J por
disposiciÓn del Gobierno de Chile?
Es evidente que no.
Os va a dar una sucinta idea de ellas, el corres-
ponsal que elwiÓ entonces él campaña EL l\IERclJRIO de
Valparaíso, el mismo que refiriéndose al saqueo y des-
trtlcci¡'lll de los valiosísinws fundos "Palo Seco". "San
XicoJás", "Puente" y otros, es decir, a la pérdida de
muchos millones de soles, decía:
"Al mismo tiempu que la dinamita del comandan-
te Stuven causaba en la maquinaria de "Palo Seco" tan
terribles estragos, el fuego denlraba los edificios, los
muebles, los cañaverales ... '. Los soldados trituraban
y despedazaban las piezas pequeñas de la maquinaria
y contribuían a dar mÚs pithulo al incendio, derraman-
do el ron que contenían las pipas y atracando a las pa-
rceles el bagazo o residuo de la caña elaborada .....
La ruina puede decirse que fué completa; él las cinco
de la tarde estaba el enorme establecimiento convertido
en una inmensa e inextinguible hoguera ..... (como
Roma. incendiada por :\ erÓn) A las ocho de la noche
reunía el comandante Stu\'cn todas las locomotoras y
calTos de la hacienda. se embal-caba en ellos el batallÓn
"Colchagua", y abandonábamos el lugar en donde ha'-
bían existido las haciendas de "Puente", "Palo Seco"
(4) y "Rinconada" ..... Desde lejos se contemplaba
(-l) R('('o)',Tamos hahe!' Ici(lo ('u allti"rjol'p~ épo('as, '{lit' la hl'rll1osa
h:wicnda <1(' "Palo s¡-",," sÓlo ('ra· ('omparahll' eOIl otra '1"(' TlPrtCl\eeía al
"inl')' de E¡,TÍpto. El mismo CO\Tl'!;pollsal de El. ~1F.lI<T¡¡IO ,Ti[·.,: "('Ta una
-- 37 -
con emociÓn aquella enorme masa de llal1las curonada
de espesa cabellera de humo que anunciaha a los pne-
bIas de las cercanías d castigu y la n~nganza de Chile.
Este mis!1lo día se internaron las 1 ropas hacia el lJUC-
blo de Supe. y el comandante Slun:n, con algunos hom-
bres del "Buin", se dirigi,') a la hacienda "San :\'icobs"
La ma.quina¡"ia era ll1UY huena. I,os edillcio~ tod()s de
fierro; honitos techos, buen alamhique. Aquí la destruc-
ciÓn fué !1lÚScUlllpIeta ..... El iuegu concluyÚ con to-
das las casas. bodegas y almacelles. 1)esJlUt's de ('sta
dcstrucciÚn regre~aron a] puehlo en donde se el1lbarcó
todo el algod('lI1".
Si contillu;'lral1l(IS en la odiosa tarea de n: ¡erir lo
que estas célebres n::pediciolles llamadas por los mis-
mos chilenos "dt' I/¡crodco" hicieron atluí hajo la direc-
ción del tristemente recordado 1)()1I l'atl"icio 1-Ínch. len-
dríalllOs que (H,:upar un esp;l(:io del que no podel1los dilS-
poner cn una ]¡¡ lja dia¡"ia.
La obra de 1,lnch era. la obra de Chile. L'n :\finis-
trn de Estado dcclan') ;tnll' el Senado, en la sesi('1!l del] 1
(ILO agosto de ese año, que las expedicill!1cs dc /Ilrrodco
"estaban autorizadas por el derecho internacional. \"
"que la guerra bicn cn!rnd¡da consistía en hacer ~;l
"cncmigo el lIIayor mal posihle."
He aquí la calidad de nucstros cncmigos. Escuchad,
hermanos carísinws de ultrac()rdillcra .....
¿ y sahéis lo que elijo el1 plena Chillara el Senador
1ha ñez al ocupa ¡"se de las rcferid:lS ex pedici()nes "de
mcrodeo" cn la se.sir·m dc 1,) de diciembre de 1880?
Estas fueron sus palahras. después de enco1l1iar la
conducta de f,inch :
\"l)rda<l(~ra C'i\Hlatl
la (OHsa d~) "Pnlo Ñ,'('o" (') lllÚs hj('Jl {lj('ho un (':J~tjl1o
fpU\lnl; los pdifi(';os ('ran o"ra d" tod., l¡¡jo; sus fonn:!s ;¡rtísti(n~ t('ní;1Il
Henwjallza ('on (>1 Pala do ,1., la EXJlosi<'i,ín ,l,. ~nntiag,). Era la ,'asa un
verda,]ero pala¡';o, o llllis J¡;rn, una s('ri,' ,1,' pala¡';os ,111<'111(>,."
- 38-

"La guerra ¡mll/anitaria es la más cruel de las gue-


rras. Protesto de la que se quiere poner en práctica, de
esa (/I/erra especial y no<'Ísima de guante y corbata.
blanca ..... J}ara que la UlIcrra sea humana, es preci-
.'iO que sea tremcnda y terriMe,o la guerra humanitaria
1/0 hace mlÍs que em1>ara:::ar las operaciones)' hacer
perder el tiempo ..... [,a expedicióu de ¡,¡IIC/¡ ha sido,
pl/cs. ulla operaciólI (¡icl1·l!c,<'ada. ql/e 110.1' ha enseFía-
do cÓmo debemos hacer la f)lIerra".
¿ y sabéis, buenos amigos del lllata, quién era el
Senador lbañez? ...
Aquel gran político, figura culminante que siempre
tuvo pase libre a las altas regiones oficiales, )" que in-
crepÚ al Gobierno con acento vigoroso, en una sesiÚn
del Se.nado, porque /lO había hecho fusilar al Coronel
ROQ{'f·: S.\ENZ P6:.\, qu~ cayÚ herido y prisionero en
la sin par jornada de Arica. Ese fué, ese .....
Este mismo señor Ihañez, que por ser decidido ene-
mig'o del PerÚ vino en rH70 como !\Iinistro plenipoten-
ciario de su país para aneglar (o desarreglar m:ls)
ciertas di ferencias suscitadas por Chile en el viejo pac-
to de alianza para ddenderse de España, tenía ya, pues,
para nosotros. muy negros antecedentes. Y desde en-
tonces, hasta la declaratoria de guenél, no cesÓ en su
inicua labor de conquista. Dan testimonio de ella, las
siguientes {¡-ases del puhlicista chileno Cortés-página
2-+ 1 de su diccionario hiográfico, editado en 1 ~75-cuan-
do, al apreciar las maléw)las intenciones de ese polí-
tico, agrega: "Falta solo que los acontecimientos ven··
gan JJlas tarde (y llegaron el 7<)) a resol\"er si le ha
sido dado alcanzar en todo o en parte (¿?) el lauda-
hle pro)pÓsito de sus patrí{)ticas miras: levantar el pres-
tigio y respetabilidad de su patria y ensanchar legíti-
m;U11cnte SllS fronteras".
Si Chile llc\'a en sus entrañas el odio al PerÚ, muy
- 39-

cerca de ellas g'uarda también el que k tiene rcscr,'ado


a la RepÚblica Argentina. ¿ Cuál la razÓn: ..... Qm:
le elebe grandes sen'icios, como se los debe al PerÚ, des-
de la independencia. El General inglés ),1 iller en sus
":\lemorias"-pÚg. 3'~' dice: "al celebrar Chile sus pro-
pios esfuerzos, 1111hahla de la circunstancia de la ba-
talla de Chacahuco, (;,\:\.-\1>,\ co.'\ IL\YO:\'ET.\S AR(;E~-
TI :\',\S".
¿ Se quiere raZ('))1 más poderosa, para ser aborreci-
do por Chile, que disJlensarle favores?
y no es esto 1111hrote antojadizo de nuestra exalta-
da fantasía: la historia habl;; por nosotros, como se
Ye. Sin embargo, cínicamente, insiste hoy mismo la
prensa chilena en su necia labor de sostener a Ins ojos
del mundo, que Chile nos di(') libertad ..... libertad
,[ue no pudo darse a sí mismo.
JIabla el (;eneral \. escritor colombiano don ::\1 a-
nucl Antonio IJ'lll'Z, b¿ltalla<!or cn aquella l'poca y au-
tor del interesante lihro Necllcrdo,l' 11 isttÍri(()s :-'Tk
nada nos sin'ienm los chilenos-dice ',Ópez-en la
campaíla de I K2...J-:porque en Coqxtlltlaic(), que los es-
pail0les nos atacaron, se dispersaroJl. y no \'oh'ierol1
a incorporarse al ejército si!lo después <le la hatalla de
,'\yactlcho (i i .... ~!) ClIllJldo supieroJl I/I/C IwMalllOs
trillllfado. "
i llcndita PJ'()\'idencia! ,. j TÚ sahes lo que ha-
c<::-; ~ , ..
Chile l1u Ila \'ariado 1111pnnto desde entonces: :O;ees-
ti l'a, se enc()je: asollla. se ucnlta: a ya nza, ret roceele. Su
"ida política e:-;pnra comedia: arruga el ccÚo en noli\'ia.
retoza el1 el Ecuador, se pasea en la :\ rg-entina y coqne-
tea el1 el I\rasil. ~(')l() en el \'ortc es tul (I/I/Iplidu (1-
ballero., .. , .
•\ tod(ls los maneja C(llllo en gana le \iene, y les dice
<¡ue ;una al 1 'crÚ .... ¡wn) que el ¡ 'crÚ no lllCJ'eCe su
- 4°-
cariño, porquc es un ingrato y un pervertido. En se-
guida, agrega:- isaben ustedes que temo, que ese ca-
:naJla me esté intrigando ~.. " ¿cÓmo andan ustedes
con él? .. " hahlen, hablen .... y a propósito: si co-
metiera alguna nueva infamia cnnmig-o ¿ tendrían us-
tedes el \'alor de apoyarlo? Creo que n,') .... ¿verdad? ..
Pero como hasta el día presente no ha ohtenido res-
puesta muy abonada, que lo ponga él cubierto de un re-
nuncio de fatales consecuencias, ha Iwdidu nuevas bases
para otro acundo que ponga th'JlliJ/o a 1:1ridículamente
debatida cuestiÚn del plehiscito, que no termil/ará 11:1S-
ta que el seíior del I'acítico se encuentre seguro (S)
de llevar a caho sin el menor riesgo, sus planes' de ani-
quilal1lient( y ahsorci,'l11 del in tortutlado
J PerÚ. Porque
no es otro el fin que Chile persigue, ::\os ha arrebata-
do la mayor parte de nuestros hienes con léLancxiÚn de
TarapacÚ: est;'¡ en \'ísper;ts de anexarse i\rica y Tacna:
se promete seguir luego con ~roquegua ... ((¡) \' el
(.í) Ln rnndidntnrn do ,,1"11 p •.dro ~IOlltt a la pr:oi.h·lll'in ,Ir la Ropú-
h1i('H.. ps, según ~t· ('}"(':' (\1} CJ¡ilp, l'} l'tlsorfp rn:í:'\ f'fi('¡\z para ten(ll' ('Ol11Pl )ta
fé ,'11 la llpntl'nlitl:¡,1 tl., lo~, Estados l~ni,los C'Jl lo~ nSUJlto~ .1,,1 Padtieo,
si aquél :-1111)("' ni Gohipl'l1o PU(lS l'OlH;lll'\"n muy lH\\\nfts rpla,:'ioJl(?~ t?n aquel
paí~, d('~.J" qll(' fu{. allí 1\']"'rSl'llt :Iut •. d"l suyo.
\'\'r(,ll1o~ lo 'Iur ha('" pl 1','rÚ alltp~ '1t1(' 'rOJlIt ingr"~(' nI (iohi,,1'Ilo
,]" ('h ¡I".
Ahora prol'ul'a ('hil" nstlsta)' (i!) a los !/fI//I.0('s "011 la id-a ({(' 11na
alinnza "OJl ('1 nra~il .Y la ,\rg •.ntilla. <¡tI(' para 01 "oloso ,h-l nortr \'nhlría
tanto PO!110 la <arabinn '¡'.- Amhl'osio.
El ~"iíor 'foutt. "11 llll ,]is('llr~o qU2 a"aha d" prolllllll'Íar, ('on lllotivo
,lr la "xhihi •.i,íu ti" sn ,·nn·.litlaturn, ahoga por ('1 :lJ·hitrn.i<' '-O!llO !II,,<lio
.le ~OII.rlO1mr 10~ aSllnto;{ inL·rn:1I·iolla]I'R, ('Jl A!IIp,.j,·a. 1I0Jlra,]a políti"n,
no puede lH)~al'SP. I'PI"O h· 1'('('(ll'llan'lllos, ('v1\ 1t'al fJ'unq\l0'l.fl '.:"stc (lidIO
popnlar:
Quii'}I no te (Oll(),:"{'{( (1Iu' t ('o1HJ)¡·('.
(n) Tt',wmos a la \'i~ta 1'1 XIlf'l'O ][n}l(¡ de ('11;11' p11bli •.a,lo por la
libr"ría do-l ""n'lIrio ,le Santiago, y "11 él S" hallan pomprrJl<li<las yn,
no ~olo las p,'o\'ín('i"" dI' Ta"na . ." A ripfi sin" tnm hién ~a~ de ~Ioqu"gua. e
T sla". Ri('\l PUh!t· sl'r ('~L' lwC'ho muy inol'C'ntl': P"I'O ,io por r~o <l1'.lU
,It· ¡Jamar ]a att'lll'i,ín. A~í, put's, "n dil'lla <'arta S" lI1aJlifit'~ta ('hil? ('on
HIlfl. Ya~tíRima extpll!-lilJn .]p ri('o~ Ít'ITitorios prruanos qUt"\ ('omipnznn t:'rt ('1
Dppartam"nto ,1(, Tarap:!":l y \('nninall ('ll t'1 plrcrto (lr T~lny, '''11 ll1áq la
-- ..:tI --

resto de la gran familia americana. impasible, asistien-


do a un cspect;lclt!O de exterminio ;Hasallador. fru-
to de la m;\s I1Iczquina c1evosía que registran los ana-
les de la civilizal'i(\n. \: acIie se rcsueh'c a dccirnos:
"/¡oy por tí. II/aiialla por JIIí": aunque lOdos compren-
den I1IUYbicn que ese /lwiiallo ha de llegar. si /¡oy l10 le
ohst ruyen el camino.
"Tan diUllo de consideraciÚn por su historia, tan
lloblc por sus tradiciol1\'s, tan sill/pático \'n sus luchas
y tan desgraciadll en su guerra externa". Con estas
frases. que muy de veras agTadecemos. saludaba al
PerÚ LA :\.\C1ÚX dC' Bucnos .\ircs, c(ln motivo del año
nuevo, en 18q(l. \. esa opini('ll1 se mantiene firmc, ro-
bustecida por los IIIÚS enc(\lniÚsticos conl'l~ptos con que
otra gran palanca del pelbélmiellto.-IJ.\ !>IU':XSA-
f;l\'orece en t(ldas las oportunidades a este país. 1"">('-
ro .... i:\ada! \:u se a\'anza I11fts alb: apes;-tr de que
homhres pr(llllincntes d\: la "\:aeiÚn argentina lo piden,
lo exigen cn sI11cnHH'.';conferencias pÚhlicas que sc rea-
lizan siempre en medio de ruidosas delll1lst raciones de
a recto al PerÚ. adhcsit'lIl él sU causa v admiracic\n pro-
f11mb él Sl1 espíritu .....

Yo es nada ser admirado:


10 escncial es ser amado,

dice atinadalllentc :\1fredo de )'Tl1sset. lkscnidarsc


con un enemigo así, es impenlonahk: las escenas tier-
nas. los amoríus pla t('micos. las \'isi tas di p]om:"tt icas, los
recuerdos gratos in\'ocados en tono cariñoso: todo esto
y lo que se quiera dehe rcsen';-trsc para la época sere-
(,ir<'llllstnn('ia (Il' S"l-,a1ar~I' nlli t'n 1111('lInI1,." titIlJ;¡d" f'"I)I{/('jrj". I( .1(0<.1((1"
(11(1; ~il1 ti,iar 1'1 uÚllll'ro (k sus I¡;¡hitnnt,·s.
:lun'1\\'('
E~ posiblt) qllP este hC'e}¡o Hf':1, n~í Jlli~lllO ill()(,PHt(~ y nQ t\'Hg'tt reluciÓn
!'on (') pOl'y('uil'. ProJJahlenr\.luf(1 t.'S una Ó¡'oIl!H del t·jHt{)grnfn.
- ..p -

na, apacible, cuando haya cesado la lucha y hayamos


regresado al seno de la familia, alegres por el triunfo,
satis fechos por haber castigado al a ,"esado criminal,
ricos por haber recuperado lo que nunca debimos per-
mitir que se nos arrebatara y .. " prometiéndonos un
eterno arrepentimiento por esta falta gra\-ísima que
nos ha costado océanos de sangre en los que, por di-
cha, flota limpia y gallarda, como el Arca Santa, la
dignidad nacional.
¿ y esto serÚ posible? nos preguntarÚn.
Conteste la Argentina. Ella va a decir la Última pa-
labra. Y tenga presente que todo coraz<m peruano
cuando dirige la mirada al Sur deja escapar animoso
la estrofa del poeta español que se lee en el "Album de
\Vaterloo" :

"i\apoldm pagÓ en esta campaña


su pérfida invasiÓn contra la España:
¡así pcrc::;call todos alglÍll día
los cllcl/li(IOS dc la patria mía!"
TACHA Y ARICA

y LA LIBERTAD DEL PERU

La guerra, "cl monstruo de la guerra" surgió ale-


voso v horrihlc de lo mits hondo del A yerno v enarbolÓ
en n;'1estro suelo, hermoso y rico, su negr~t bandera
all{l por los aíi.os de I871), el aciago día 5 de ahril.
Sorprendido el país, turbado ante tamaño infortu-
nio, sus escasos v débiles elellJentos de defcnsa s<'>ll)sir-
vicron para la ii11l101aciÚndc muchos de sus preclaros
hijos y dar asi hérocs a la historia.
\- la sangTe peruana reg(') su propia tierra dc nn
con fin al otro con fin, del Loa al Tumbes.
Epílogo de este drama tristísimo que sacudió por su
base, a manera de espantoso cataclis'llJo, la lihertad de
.América, fué la dolorosa desmembraciÓn del territorio
nacional, la usurpaciÓn a perpetuidad del caro hogar;
actos de violencia qne, por desdicha, no ampara el De-
recho PÚblico, siempre inclinado, como obra del huma-
no linaje, 111élSa cobijar al victorioso que a levantar al
vencido.
Una crueldad mÚs ¿ qUf importa al mundo? ....
Tarapacá-asi lo quiso el destino--fué con todas su.,
inmensas riquezas a cuhrir sin plazll ni condiciÓn un
impuesto de gunra incalculable, cterno! ....
- 44-

y como si no bastara este atropello, este delito de


conquista que acaso contemplaron con asombro y dolor,
pero sumisas, las demfts naciones fuertes del continen-
te de CoIÚn, Tacna .\' .(·1rirl1. amadas hermanas nuestras,
debían quedar recluidas y doblegae/;-ts por dus lustras,
para responder por .... por otros daños y perjuicios
(; !)-susccPlibilidades de inescruplllosos litigantes. que
pudieran sobren~l1ir durame ese período.
([acna .\' ./rica (jue fueron los primcros pucblos
que, sacudiendo el yugo colonia!. proclamaron la inde-
pendencia del f'erÚ ~
i Torna y ,.¡rica que dieron a la naciÚn. en sus épo-
cas de oro, hijos dignísil1los que contribuyeron a su ma-
YO!" gloria Y upulencia !
Pero Tacna y .\rica. con o sin las expectativas con-
soladoras que asoman periÓdicamente en el siempre
nebuloso horiz:unte internacional. volverÚn en no lejano
día al regazo de la madre angustiada que no puede ¡no!
desde entonces celebrar gozosa y felíz el aniversario
de su libenad.
j \ 'oln·rán! ....
Cegados por el sentimiento engai'íoso de la propie-
dad, exclamaban impÚvidos los soheranos de la Edad
j\redia: "¡ Ah! Esta tierra es mía; ella ser;l de mi hijo;
pertenece a mi dinastía."
Esto se decía v s()~tenía aver. col110 se sostiene hoy
v se sostendrÚ en°·todas iris é'pocas de la vida. Porque
Ía humanidad fué. es ,- scrÚ siempre la misma. con to-
dos sus errores, con t(;da su soherhia y su vanidad, con
todas StlS ¡alsas y a nH~ntHI()mal habidas riquezas ma-
teriales.
Por eso, refiriéndose a ·las conquistas de territorio,
un historiador indiano contemporáneo, dice cuerda-
mente: "Tocado de locura est;t el rey que se envanece y
no pone reparo en declarar quc éstas o aquellas tierras
- 45-
son suyas, y cuando tal aseveraciÓn escucho, por boca
de los embajadores, sc me desprende una carcajada,
porque 10 mismo dijeron muchos reyes y tuvieron tar-
de o temprano que abandonar 1(1 que ellos mismos lla-
maban sus dominios".
¿ 'y' acaso no contemplamos en estos momentos, no
uno sino algunos casos de la especie, en el ensangren-
tado escenario del mundo?
"~o aumenta un príncipe sus recursos al ganar tie-
rras y dineros-indica ).1anÚ-tanto como el conciliar .•
se un amigo fiel. que, aun cuando sca débil, puede llegaK.,
un día a ser poderoso",
Pero las terqucdadcs e intransig-encias dt: los hom-
bres suelen estar a las yeces por encima de las legíti-
mas conveniencias de las naciones: \' así desdeñan ellos
situaciones que pucden resultar ventajosas, esquivan·
con lo que se l1atll<l"habilidad diplom{ltica" los ayances
de la justicia, que es im'cnciblc, y ticnen al fin que ceder
ante la fltcrza del derecho, después de los fracasos y
trasgresiones a quc da lugar el execrable derecILo de
la fuerza.
Sí! Tacna v ¡\rica volverÚn a su centro. Xo es un
deseo, 110 una 'iJitsitm que en nuestra mente se dibuja:
es la convicciÓn abrumadora dd que piensa y estudia
serenamente sobre el campo de la Historia los proble-
mas de la patria amada, para poder v¡"ir los días res-
tantes al calor de las fundadas esperanzas o rendirse
lueg-o con amargura, si así ha de ser, a las ad\'(,~rsidades
de la suerte.
El PerÚ celebra en este instante la fcclla de su in-
greso en la comunidad de los pueblos libres. Todas las
provincias entonan con amor el himno patrio:: enarbo-
lan en sus edificius pÚblicos y elJ lo alto de SUs hogares
el palJcIlÚn bicolor que el glorioso argentino José de
San ~Iartín creara y plantara en el P:tlacio de Piza-
rro aquel día 28meil1orable en el que juramos solem-
nemente nuestra independencia de la dominación es-
pañola y de cualquiera otra. extranjera. Pero, en medio
de este concierto armonioso de vida nacional, ábrese en
nuestro espíritu un peréntesis .... Tacna .. " Arica ...
¿ en dónde estáis, que vuestra lindas voces no escucha-
mos? ¿ Será posible que aquí haya verdadera alegría sin
vosotras, hermanas queridas? ¿ Admitirá alguien, por
indolente que se le crea, que esta nuestra tierna y noble
lnadre se tenga hoy por felíz, sentándose al banquete ofi-
cial, sin aquellas dos de sus mejores y más cariñosas
hijas?
En esta existencia azarosa y pesada llevamos -
iquién lo hubiera previsto !-nada menos que treinta
y cuatro años, y en cada uno de ellos, al aproximarse
las fiestas de la pat ria, una mano de hronce sentimos
al cuello, nos oprime, nos ahoga .. " Es que nos falta
algo; nuestro corazÓn de peruano se agita, y allá en
el fondo de nuestra alma se reproducen con los más
vivos colores las escenas pavorosas que tuvieron C01110
corolario el alejamiento j hasta Dios sabe cuándo! de
esas dos entrañas preciosas de la madre común. de esas
bellísimas e in fortunadas cautivas a una de las cuales
cantÓ nuestro inolvidable amigo el malogrado vate tac-
neíio Victor González Mantilla:

Tacna, ¿qué es de tus hijos? ¿qué se han hl'Cho?


jVedlos doquiera con la faz marchita
Llanto vertiendo de mortal despecho!
)' cuán tristes y horribles les agita
Sordo pesar qti'e les destroza el pecho,
Desde que huyó la libertad bendita,
Extinguiendo la luz en sus altares .
Llevándose la paz de sus hogares! .
- 47-
Si en una noche de ardoroso estío
Cuando vierte la luna enamorada
Su blanda luz :-íobre el cristal del río
V la tórtola arrulla en la cañada,
Cruzáis w>sotros por el bosque umhrío
Donde tiene la sien'a su morada,
y escucháis una voz dulce y sonora .... ,
j Es la cautiva que sus penas llora!, . , ..

Si antes que el día en occidente muera


Dando el adiÓs a las fragantes violas
Con que se adorna la gentil pradera
Vagáis del llIar por la rihera a solas.
y escucháis una voz que lastimera
Entristece el l1l\trIllull() de las olas.
y una sombra a In lejos se levanta, .. , ,
j Es la caut iva que sus pena:,; canta!, ....

¿Cuál fué tu culpa: ¿Cu;d tu culpa ha sido?


¿ Por qué de:-;g-alTan sin piedad tu pecho?
j ~Ialditos sean los que así han querido
Ceñir tu cuello con dogal estrecho
y clarte l1luerte como él vil handido
Salpicándo de pÚrpura tu lecho!
Tanta in justicia en la razÓn no cabe. , ...
j Si sang¡:e lo manchr'>. sangre 10 lave!

y ya quc tan singular entusiasllIo de\1lostramos pa-


ra recibir el centenario de la Lihert~ld con diversiones
pÚblicas y enormes caserones nuevos. ¿no podría, tal
vez, resolverse cn los cuatro años que faltan. c::;c pro-
blema sencillísin1l.>. que estriha solamente cn el cumpli-
miento de la c!;nlsula de un tratado, y que en no muy
rOllloto día tendr;l el usurpador que COl1yenC'ersede que
~sas papas le han quemado las manos y debe soltarlas?
Si el pabellr'm nacional no ftameara al viento en las
casas consistoriales de Arica y Tacna el 28 de julio de
lSl21, valdría IlIÚSenjugar las lilgrilll<ls de esos nohles
pueblos y dejar a venideras generaciones los festejos
y alegrías que nos empeñamos hoy en tributar a una
centuria de desdichas!
Es lo menos él que debemos aspirar.
("La Prensa "-:!8 lIl' .Julio (le 1917).

(1) El Presidente ,l{' la rel'Úhliea, gran mari~('al ,1011 .To~Í' al' La


:\far, Jluso <:1eÚmplase a la le~' (le 21 de mayo <le 1R~S, qn',' dice:
El {'ongreso, et •..- Considcrando: '~ue la villa <le 'ful'na ha prestado
servicios distinguidos a la "a\l~a d •. la indq,ell,1en('ia; quc ha rcco-
mcn,]a,lo su l'at I'iot.ismo tl{' un Illo,lo singular; y I]\le fué 1,1 primer J!urblo
/le la república en q\le f('sonÍ> l'l ¡;:rito (j,., la Iihertadj-Decreta:-Ar-
t.íenlo único.-La villa <lc Ta('/Hl será denominada hlToicll dudad.-Co-
muníquese, ('te.
y en ('UUllto a la provincia <le Ariea, tan extl'aol'dinarios fueron
sus servicios a la causa <ll' la Liberta,1, qUl' por le~' ,le 18 de enero
de lS2R, dispuso 1'1 c()l1greso que I'n la playa ,11'1 puerto se levantara
un ~rall obeJis('() en "u~'() !'entro se grabasl' l'~ta in"'l'ipdón: ti [,<1 R(J-
p,í/,Iic(/. P"I'lUII,a liT 1<')(/'('ilo dd Sur",
'facna y A riel( han si,10 siempre pneblos muy \Inicios, y así <,omo
l1isfl'utaroll jlilltoo ,le ]¡orfiS f('li"es, tambi{'n ell la ,1es¡{racia le~ ha
cabi,lo la misma Huerte.
])ífiS ,1C'spu{'~ ,le ,1eelal'ada 'l'a('na heroirll cindlld, HeJ;Ún a('fib:lIllos (le
expreHar, fu<-, .'1 (i ,1,· juuio del mismo aúo, (leelara(}a .,apital (lel <1('pa1'-
ta.meuto de A1'ica.
,!" .1>2!>~7~~~,",!J~><!)'~~>'!;'<~;'-:!"!>'.-"~>'~~_:-<~~:':~
(~'.'~-:;~:'~~
:¡;_~~
~~' >'! "'~<"" ~v~",~> <ti <!.·~·"t:-:t"~
:!"~:~>~~'"'.~
--------- ... --------------

UN ANIVERSARIO INOLVIDABLE
15 DE AGOSTO DE 1900

Sea que tudo lo que afecta o pndiera aÍl'ctar a nues-


tro país nos qnita ('1 sueño, sea <ine la mcmoria no nos
qniere dejar toda,oía, sea lo que fuere. en fin, lo posi-
ti\"(l (y oportuno) cs. quc nu podemos o!\°idar jam;ls,
que el I/ltillla11/111 de marras dirigido a la cancillería
hnli,oiana j)1)r el ministrn de Chile en I.a Paz,-cl cé-
lehre 1( lnig.-tienc fecha '5 de a[/(Isto.
Van ya, pues. corridos y contados diecisiete años
que se dí(O)al oltlndo cse singlllarísínw documcnto, y
diecisiete aIlOS, también, quc nuest ra hermana del sur,
en vi:'ita del mÚs cruel de los desengaií.ns, se ha contraí-
do a una lahor altamente patrÓtica, ejemplar, dignísi-
ma, que la ha colocaclo merecidamente cn espectable si-
tuaciÚn entre los pueblos sud-americanos.
y como segÚn los cablegramas de S;\I1tíago. Últi-
mamcnte IÚ¡blícados en los cliarios de l'sta capital, se
han hecho eo aquella ciudad ruidosas lIlanifc:'itaclones
hostiles contra el PerÚ, por habel" estrechado mÚs sus
relacioncs amistosas con Bo]ivia.-Io que e~ \1ltlV na-
tUl-al hajo mil conceptos,-qucremos reproducir tln pa-
lTafito.-nada m;\~ que \1n parrafito,-de la ,oa mencill-
nada nota cuyo oIÚ,'crsario celebramos C11' estos tllO-
í
- 5°-
mentos, para que se nos diga, si puede esperar el con-
quistador del 70, que Bolivia tenga por él p.referencias,
él fcctos, amores, , , , ,
"Para hablar con claridad,-dice el señor Konig,
"-Bolivia no debe contar con ninguna salida al mar.
"Chile no puede romper la continuidad de Sil territorio
"para ceder un puerto; ni cedería tampoco el que gana-
"ra en el plebiscito. Chile no soltará una pulgada dclli-
"toral boliviano, pon¡ue sus derechos sobre él nacen de
"la victoria, la ley suprema de las naciones. Que el li-
"t01'al boliviano es rico y que vale muchos millones, eso
"ya lo sahe Chile. Lo guarda, porquc 7. 'ale : porque si
"nada valiera no hahría interés en su conservaciÓn".
"Bolivia no dehe seguir pensando en los tratados de
e, J 8S>5 y 96, purque Chile ha cambiado de ideas en el
"asunto, Bolivia no tiene necesidad de un puerto, por-
"que carece de poder militar para defenderlo: en tie111-
"po de guerra, las fuel'zas de Chile se apoderarian del
"Único puerto boli"iano eOIl la JJlisma facilidad con que
"ocuparon todos los puertos de Bolivia en 187<)",
Ahora bien. :\.f uy fervorosamente pedimos al Dios
de las naciones, no sÚ!o que cese la guerra mundial,
sino que no la haya más, ni aquí ni en país alguno, Pero,
si la hubiera, por desdicha. en este vecindario de ColÓn,
. no creemos que Chile se apoderaría hoy del "Único puer-
to boliviano eOIl la lIIisl/la facilidad que el 7(/',
,- debe con\"el1('crse Chile, una vez por todas, que
ent re Bolivia y el l'erÚ no caben sus seductoras pro-
m~sas. ni l11el1()~ sus maquinaciones espantosas, para
di,'idírlos, para alejarlus, para perderlos! \"0 es sÓlo
d idioma, la regiÓn, las costumhres, el origen y otras
muchas circunstancias, C0l110 ocurre con todos los países
de esta parte del continente, lo que los une; hay algo
m;ls, mucho más, que los estrecha y confunde en amor
e interés racíprocos, y qne no es posible detallar en li-
- 51-

neas que, como éstas. se trazan en pocos minutos y


cortísimo espacio,
¿ ~o lo ha visto acaso, con claridad perfecta, en las
distintas ocasiones que ha puesto vivísimo empeño en
conseguirlo, desde hace ochenta años?
Las demostraciones de cariñosa simpatía que aquí
se les ha hecho a los jÓvenes bov-scouts bolivianos son
las mismas que se le~ t ributar~n a los distinguidos
miembros de la comisiÚn de límites, en T()12, y las que
se les hará siempre a todos los hijos del J\lto PerÚ. por-
(fue vienen a su casa. donde su familia legítima, y sa-
ben bien que se les recihe con esa buena fe y cordiali-
dad propias del corazim peruano.
Por )0 demás, si la uniÚn es la fuerza, y el PerÚ v
Dolivia, unidos, pueden hoy constituirla, '(le eso n~)
son ellos, ni nadie, responsables.
y no es cosa de actualidad. no es que pueda causar
esto inquietud ocasional o repentina el1 los que 110 tie·
1)e11sana, sino 111UY en fermiza la Cl mciencia. i no. señor ~
Dígalo "La Gaceta de Buenos Aires", que saludÚ el
aiío nuevo, 1<) 12. con las sig-uientes frases, precedidas
de este título: .. El\"TE~TE PEld:- gOLIVL\l\"A-Los dos
alltiYllos aliados,"
"Xo nos equivocamos al afirmar en uno de nuestros
nÚmeros anteriores, quc era perfectamente verosímil el
rumor procedente de Chile sohre una presunta alianza
del PerÚ y Bolivia, países que. comu ya lo lllanifestÚ-
bamos en otra oportunidad. han unido sus banderas so-
bre el campo de hatal1a en dos grandes épocas hist¡'ll-i-
eas: en 1831). bajo el gobierno del g-cncral Santa Cruz,
y cn 1 87Sl, durante la guerra del 1}aeíhco. l)e t1tlC\'Oes-
tos dos pueblos, que separados no represcntan un fac-
tor bélico apreciable, pero que unidos representan una
potencia militar respetable. se cncaminan a llna alianza,
S2 -
que si llega a efcctuarse. rcstableccrá el equilibrio in-
ternacional en las repÚblicas dcl Pacífico.
Los telegramas recibidos de Bolivia manifiestan
(lue hay una "cntcnte" muy significativa entre el Perú
y Uolivia, y que tanto lo:,; dia¡-ios holivianos como los
peruanos estimulan esas corrientes de cordialidad.
Del PerÚ nos han llegado también noticias muy su-
gcstivas sobre las grandes dcmostraciones de que han
sido ohjeto en Lima los cuatro miembros de la comi-
sión boliviana, delimitadora de fronteras. Se han cam-
biado en esas demostraciones discursos que patentizan
el estado de ánimo predominante en Bolivia y el Perú.
Las cancillerías parecen no estar ajenas en La Paz
y en I.Íma a esta evoluciÚn, que tiende a vincular las dos
repÚblicas mÚs pohladas de la costa del Pacífico.
Tanto fa diplomacia holiviana como la peruana, re-
vclan una gran pre\'isión al fomentar estas tendencias
amistosas. que si llegan a perfeccionarse cn un pacto
de alianza, constituirán una entidad militar inexpug-
nah1e en esa zona del continente", .
y aquí nos despedimos. coreando la celebraciÓn del
J 7.o aniversario del recordado documcnto, que causó
asombro en todas las cancillerías del mundo. con este
ntlgarísimo cantarcillo que no sÓlo es conocido entre
nosotros. sino también en nuestra hermana Bolivia, y
que se 10 dedicamos a nuestro comun enemigo:

"Gatita que a mí me arafía


estando conmigo en paz,
por más halagos que me haga
no me vueh"c a arañar más .... "

(" El ('l>ln"rl"Ío"--lil (]\, Ag'o~to de H1l7).


SAN MARTIN Y Q'HIGGINS
LA VERDAD HISTORICA

"El Tiempo" del .Lj. Últ imo puhlica un artículo del


escrito!" chileno "\lont-( 'alm" titulado "Cn jolkto so-
hre la amistad de O'Higgins y Sall \lartín", Es de
suponer. Iltle"- 11() l.) dice, qne aqnl'l sea 1111acorrc~pon-
dcncia tOlllada de "['~l :\I<:rcurio" de Santiago, de cuyo
diario era cll1Tesponsal el mencionad¡) periodista,
El folleto en cuesti¡',n, segÚn ":\Iont-Calm", está
inédito, Pero anuncia qUl' corrcrÚn cll l'] "reproduccio-
neS grÚ¡icas" de algunas cartas que harÚn "incontro-
ycrtihles" las ascYl.Tacionl's del autllL Esto, para pro-
bar que c.)mpadecido Cflliggins de la situ<lci{'J11ccontJ-
mica por todo ('xt rC\llo ang'ust ¡osa, ('11 quc la negra in-
gra IiIud (k 1 PerÚ había co]nc<ld¡) a su 1ihert<ldor, l1c-
g-{) a c1l\·iarle cinl¡) dia, de sU propio peculio, la suma
de mil pesns, probab]clllentc, para <¡ue edificara un sun-
tuoso palacio en l\nlognc-sur-nllT, ... ,
Al mismo ticlllpo duda "\Iont-Calm" de lo <¡ue se
afirma en otro folleto, pnhlicadll ya, con el título de
"San :\fartÍn y el C;eneral Clstilb" ('11 el ql1C se hace

l11enciÚn de los <lllxilios pecuniarios con qu(' el emincn-


te estadista peruano atendi{') alguna \'l'Z al héroe ar-
gen tino.
-- 54-
Con sus dudas dejamos a ese buen señor y vamos a
colocar el asunto en su verdadero terreno, para pro-
!)arle, también, con "repmducciones g-rÚficas", que son
Igualmente "incontrovertibles" nuestras aseveracio-
nes sobre aquella tan ponderada amistad entre el padre
de cinco naciones y el guerrero chileno a quien hoy se
quiere presentar como el 1'och admirable de esa época.
Cada vez (!ue Chile se encuentra en situaciÚn inter-
nacional apretada y algo espera de la magnanimidad del
Plata, sus periodistas sacan a cuento lo de los viejos
amores de San Martín y O'Higgins, y lo de los servi-
cios que éste le prestara a aquel, y lo de la admiración
que aquél le tenía como militar a éste, y y mu-
chas otras necedades \" falsedades: resultando de esta
larga campaña el hal;er conseguido un monumento a
O'Higgins en Buenos Aires inaugurado hace apenas
un par de meses, y que si el ilustre Generalísimo de los
.Andes saltara de la tumba v lo viera, a ella volvería
en seguida cuhriéndose la cára con ambas manos.
Como el empeño, el vano empeño, podemos decido
así, de los hijos del ~Iapocho es a todas luces cortar la
buena inteligencia en que siempre hcmos vivido con los
argentinos, sus historiadores y periodistas andan a me-
nudo atisbando las horas oportunas para procurar eso
que han dado en llamar acercamiento, y acercarse, efec-
tivamentc a ellos para darles tiernamente el beso del
mal apóstol y ohtener luego promesas de indi ferencia,
por lo menos, hacia nosotros. (1).
(1) La fraterllidlHl, 110 la amista:il, de la Repúhlit'a Argentina y el
Perú, es ind2structibll' "como la~ rocas de) mar y )a cima de los An-
11C1l". Cuando a raíz de) triunfo dI' A.yucueho, el Gobierno de BUlo'nos Ai-
res envió como Phmipoteneiario al Gell,eral Alvarez Thomas, Lima lo re-
('ibió eOIl suntuosas fiestas, entre ••Has, un banquete ofreeido el 13 de abril
de 182!3 }lOr el eons~jo de gohierno que presidió e] liblo'rtador Bolívar y al
contestar el agasajado ,lijo: "La prosperidad del pueblo ppruano, su glo-
ria y su libertad son ohjrtos 'lue fijan ]~ atención de todos ,los. hombre!!
emplo'iiados en haeer apat'~"er a la especIe hwnana ('01\ la (ltgllldad que
- ss
?\o es cierto, no, que don José de San ::\Iartín haya
tenido por O'Higgins ese cariño, e~a distinción, esa ad-
miraciÓn CJue los publicistas chilenos decantan. i\o la
tuvo San 1\Iartín, no la tuvo Las Ucras, no la tuvo
~\ransilla ni la tuvo ninguno de los grandes militares
argentinos que al frente de la Expedici(',n l.ibertadora
viniewn él sacar de la esclavitud a Chile y al Perú.
Tarea odiosa sería pretender con simples artículos
de periÓdico, como éste, destruir l~ constante propagan-
da que en libros y folletos hace a los ojos del nmudo
Chile de mil y mil tllonstruosidades y mentiras que nos
privan de l1uesU-Osmerecimientos, CJuenos infieren po-
sitivo daño y nos presentan a su lado CIl1110unos gra-
nujas de la ínfima clase. \"os limitamos, pues, ahora a
probar con documentos de la más notoria autenticidad
y (lue han permanecido hasta hace poco ignorados. que
era tl1t1v triste la opiniÚn que San :\lartítl se hahía for-
mado de esa celehridad guerrera que hizo su estreno
en la campaña libertadora trastornando por completo
rl'('ihió Ill'l errauor y 1'011 p) granll., Illoti\'o ,\t' su :l"ol'ial'ióu política. Rr-
ha.mos, ~eliol'~S, para <¡\1I' tall's ¡,,'nefil'ios sr alt'anu"l1 bajo la actual aH-
uunistraeióll <le 1';. E. el Supremo Consejo dl' Gobierno, y para que la
amiHta(1 do <,sta Rl'pÚhlil'a l'OU la .]" las Po\'in('ias linidas dl'! f'lata lira
tan indestructiblr ,. ('0/110 la~ ro{'(/S dl'i 1)/(/1' 1/ la dllla de lu~ A ndt's' '.
Por (¡'~~JI"ha, uo hay rstímulo l'U nUl'str~ país para lo" (Jue pstudia-
UIOS, rastreamos ar"hi\'os y l'Srril,imo" vl'rl1ad sohre historia patria: ('O-

mo lo hay .'U Chile '1up gaHta ('il'utos lIt" míll's tll' P('SOS en ageut"H ,1"
propaganda y gI'Ul'SOS volúmenes ,It, ll1'i'utiras, Ri así no fuera, ¡a euántos
arg'l'ntinOR ilUHtrrs haríamos hablar ¡]('sdl' la tumha, "omo hl'llloS hc('IHl
hablar aRan :\lartíul'u '~stl' momeuto, para <¡UO ('ontarau al mundo pu-
tero lo <¡Ul' fué sirmpl'l' "on su uohk pueblo, la amista.l falsísima y peli-
gT(J~:L C]¿l Caín ampdcano! *
La amistad de Chih' le ('oHt" ha('e nilltt' años a la Repúhlilea Ar-
gentina 300 miJl(mrs dl' 1'('80" para l'yitar una sorprl'sa lugrata que 5U
n.migl) le l(,IlÍa II\'{'parada. Y hoy mismo si' halla in<¡uil't.l\, segÚn •.-'ahlt'g ra-
maH ,1,' Última hora: l\(lTqul' s!'h'1\ranH'nh' no ha olyidll'do las palabl'as
(It'1 ,liputa,lo ('hikno ErrÚwriz, l'U la srsión (Id (i dI' agosto dr 1881, cuan-
do, refiri¡\ll.losr a Roli "ia dijo qu(' aunque ('Ta un "país l'amorrista ~- !'a-
nalla, rra pohl'l'" y qUl' d:ín<lolr a.lgunas migajas podría permitirll's 1'0-
lorar allí "uua espada que pudina, <,n ('a"os da~los, (lil'igíl'se a la Rc-
pÚblica A rg'(·utiua o al I'rrÚ". E" (]('cir, a rualqui"l'a de sus <los ami-
gos mi\H '1url'idos""",
- 56-
el plan de ataque en la batalla de Chacabuco que se ga-
nÚ al fin, debido a las estupendas maniobras de ultimo
instante con que oportunamente pudo el egregio capi-
tán argentino, ~ecundado por su hábil y arrojado te-
niente Xecochca. enmendar el torcido rumbo que las co-
sa~ llevaban.
La historia se escribe así:
I~n ] 8-+-+,el doctor don Casimiro Albano, canomgo
del coro de Santiag(.l, publicÓ una memoria sobre la
vida y hechos del brigadier don Bernardo de O'Hig-
gins. Un ejcmplar de esta ohra fué obsequiado a San
l\Iartín, con fina dedicatoria por el general chileno don
Joaquín Prieto, dos veces presidcnte de Chile. Asom-
brado San l\lanín ante las mentiras en el libro consig-
nadas. tuvo la ieliz idea de hacer di\'ersas anotaciones
al mÚrgen de las pÚginas con su propia mano y susten-
tadas por sus iniciales y rÚbrica. ,\ la \'ista tenemos el
facsimil de aquellas pÚginas con las respecti\'as y es-
pantosas rectilicaciones que el lector apreciará, cierta-:
mente, en su lcgí t illlo y real valor h is t(')rico.
Alb van como Últ ima palabra en el asunto:
Pa.fJína .l(). Dice: "El '7 de enero de 1~17, r0111plo
su marcha el ejército de los Andes, en que al general
OTfiggins le cupo el mando de la di,·isiÚn tIel centro.
Ilasta aqui el general San :'Iartín, qHe lo era en jefe
del ejército, S(')]o hahía admirado a O" 1iggins, Se pue-
de decir, en el seno de la amistad: mas luego que viÓ el
orden y disciplina con que marchaba la di\-isiÚn O' T-lig-
gins, se llenÓ de COlllj,bccncia, y m;ls de 1111a\'ez en la
campaña lo o frcciÓ por modelo" .-T.a .anotaciÚn dice:
"Todo estc párrafo cs IlIcntira abSlIrda.-SAK \L-\HTÍ !'\".
Págil/a 3/. I )ice, reliriéndose a la batalla de Cha-
cahuco: "Tan célebre e11 la historia \' en la li¡'a de los
poetas, designa a nuC'stro gran capitÚn como el héroe
(¡ !) de ('qa kil1antc acci¡'l11. Scría un empeño tan ínlt-
57
til como temerario (lll\' pretendiese lIli puhre plulIla illli-
tal' las producciones de estos grandes ingenios, pero sí
diré lo que vi y ellus no \'ierul1: rcteriré lo quc ellus han
omitido, y lo que aÚn <.'11 los partes de esta campai'la no
se encuentra, l,a auotaciÚn dicc: " I:'st e C1/ ra l/O !ta
'l'Isto la acci¡)/I de ('!taca/I/lco y C,i Itlta calltlllllia supo-
1/er que !tc olllitido dar detalles que pudiera/l hO/lrar
a /Ili alltiyo el .f}c/lcral O'J Ji,rmil/s,-SA:'\ :\1.\Inh",
Pá.lJil/{/ 3.3, Dice: .. Ya habéis uído lo que hubo so-
hre el lIlando de la \'anguardia: resta ahora quc sep;lis
que la víspera de la ha talla el jefe de la divisiÚn de van-
guardia y m;1y'Jr general Soler. hiZt) pasar a la de su
mando la artillería y las compañías de p1'(' i('rencia per-
tenecientes a la di\'isiÚn ()' f 1 iggins",-La anotaci/m
dice: "Jl c1Itiro, [,ti di·,'isiÓI/ ,\o!c'r l/U !lci'aIJa artillería,
)' siÍlo dos ('(u/()I/cito:; dc a l/l/O ('staha1l e1l la Ijl/C ,I'()
mal/daba, pites 1'1 resto l/O haMo podido I!e,r/ar a ticl/l-
/,0 a pesar de los cs/lter.~·o,\' /IIás 111/1' Il/(.///(/I/os de nel·
trál/ IJlIC la cOl/dllcía,-S.\:'\ :\I.\HTÍ;-';".
FlÍyil/(l 3-).-r~n otru p;'trraiu, dice: "',a divisiÓn
destinada para clIlprender con igualdad el cumhate,
encuentra obst;'tcl1los en su lIlarcha que no pudieron
p¡'e\'ClTse: el fuego por IIHHnentos creCe haciéndose pro-
gresi\'amentc 11l{\S \'ivu y lllortífero. En esta situaciÚn
el general (),~liggins ayisa al general en jde quc ]w es
posihle aguardar m;\s a la divisi('JI1 Suler y quc estÚ rc-
suelto a atacar a la hayoneta, Todo fué instant;\nco: la
contcstaci(m del gcn(T~d y hacer pedazos la línea ene-
miga quc nos di/¡ pur resultado haccrn( 1<; dUl'ií.os de
Chile (¿?). La anotaci('JI1 dice: ".\'0 ha hahido tal a('¡-
so del .ljcllcral O'Hi.lJ.rjills; era In'm'o hasta el cx/re/llo,
pcro :ws cOllocilllientos /llilitares Crl111 Jll/los, f)esdc la
cima de la CI/esta de Chacahllco lo destiné (/ (:ersc,rjllir
al c/lcllli.(jo con el /Jatallán 8, CO/l la ordell cx/'rc .•.• a de
1/0 cOl/lpro/lleter JliJl.ljllllO (lccil)/I COI/ el CJI('llliy() hasta
,'i
59 -
qlle la caballería qlle yo lIe7.'aba pasase el desfiladero
de más de llI/O 1(11/0. /// poco tiempo ya oí (/lIe el fllc.rJo
había c01l1el1::ado; a /a Jl/cdia hora Ile!JlIt~ CO/l dos (,.';-
el/adro/les de Gral/aderos y ','í eOlI sorpresa (/lIe O'J-li!J-
yins marchaba en CO/IIJ1/I/O solll'c los espaiioles y qlle
htos 10 lraMal/ reel/O.::ado, dispers<Índole el bafa1!()}/ N (l.
S. Todo I/li plan esfaha trastorl/ado por la precipitaci(Jn
de este atoq/le q/l(, 110 daba tielJ/po a la di·,'isirÍ!l Soler
¡'ara atacar por la espalda. 1:/1 tan crít ¡cas Cirel/llstall-
eias, /lO /lle qlled(í otro partido qlle e/ atanlr 1'011 la ca-

bal/cría la i~q/l;enla de la líl/ca ('I/ellzi.l/0. la {lile fllé des-


tro.'::ada coillcidielldo a este resllltado el I'omandant('
~~'ccocllca, (!II\, al misl/lo tielJ/po atac(í 1(/ rcio!l/lardia.-
S.\;\j ~L\RT 1); .
:". En la misma p;lgina 32. se lee: "En este 1110111ento,
por una (le aquella" inspiraciones tan frecuentes en e"te
guclTcrn, le pwpone ;1] general San :\Iartín la empre"a
(k tomar .;O() \¡()\l1hres y dirigirse a \·a]paraíso." La
él\Jotaci<'m dice: .. f.a C1J1prCSaCOl1 5()(! colJollos quc cita
cste c/lra es IIIIlI Il¡c/ltira de Sil in7.'{'lICiáll. Yo ell7.'ié en
sCUllidll de la o((¡(in /a cahl11cría 'rJl/cjor l/lol1tada allllaJl-
do de ()'Jjricl/ ,'\' .lIdao, los que fllcroll has/a f"alParaíso
}' tOlllOrOIl /)osc.\·;/)'I de ese l'llerto.-S.\:\ .\L\lnh",
Por supuesto, no podía faltar en! re wc!os estos gran-
de~ triunfos Illilitarc~ de ()'J-liggins, 1:1.pro\'crhial lar-
gllez~
, \'
. honradcz del amhicnte chileno de todos los
tiempos. Y así, nos dalllos, en la pÚgin<l 34, con estas
líneas: "y para lJuc "dli" y notéis las d()s "irtudes emi-
nentes que componían el Ca¡';lctcr pÚhlico ;: pri\'ado de
este grande y lwnrad() Cil1<la(!;:llw, sahed qne su prime-
ra atcnci('ll1 fué pagar rt:'li~2:i{)sal1lClllC]o¡ 15 caudales ant i-
cipados del e.i~rcito, que l,1 mismo, hajo su crédito per-
sonal. se hahía proporcionado e1\ .\Icndclza para la c;1ja
militar", La an< Itací/1I1 din:: ".1[i(' 11 te . .Talllás ()'! li!/-
- ÓI -

yins Ic,.'al/tÓ Cl/ .11c/ldo'::(( /lit solo pcso por Sil cn<dito
/,crSOl/al.-SA ~ :\ I.\RTí ~".
Siendo todo e:,;to cierto, como en ciecto lo es: ¿ ¡me-
de San :\Iartín haber admirado a O'l-! ig-g-inscomo buen
militar, si ha declarado p(lr escrito que SIlS conocimien-
tos II/ilitares eran /llllos,) Y ¿puede haberlo ofrecido
por modelo de orden y disciplina si bajo su fi.rma sos-
tiene que por nu acatar mandatos del :,;uperior casi se
pierde la batalla de Chacabuco cuyo desastre habría
sido funesto para la causa de la libertad?
Sobre este punto, el notable hombre pÚblico chileno
doctor Carlos Rodríguez le escribía en 1 R.B, de Lima,
al ilustre San :\Iartín: "~\I general Soler le he oído de-
cir en l1uenos ~\ires delante de su SetlOra \' del coronel
"edía, que tal "ez habría entrado en Santiago sin dis-
parar un tiro, si ()' H iggins hubiera hecho el movi-
miento que se le ordenÚ".
Si de una iigura tan modesta militarmente, como
la de O'Higgins, han hecho los chilenos un coloso, un
Napoleón ¿qué habrían pretendido para todo un An-
tOl/io José de Sl/erc?
El mundo les parecería-y así es-estrecho para la
base del monumento.
Pero, por lo pronto, creemos que con este rasgo emi-
nentemente histÚrico, a ese O'Higgins que acahan de
colocar en la "Plaza Rodrígucz Peii.a" de Buenos Ai-
res no le queda otro recurso que echar pie a tierra, mal
que pese a ".l\!ont Calm" y a todos sus compatriotas,
y dejar que el cahallo, espantado como se halla, parta
libremente en busca de otro ginete que presente me-
jores títulos para 111ontarlu.
O'Higgins murió aquí, en Lima, en Octuhre de 1842
y ~tlS restoS fttlTOI1 entregaclo~ en lk()(} a b comisiÓn pre-
sidida por el con tralm iran te Blanco Encalada que a rcCo-
gcrlos \'itw: el canÚnig-o .\Ibano dic') a la luz pÚblica la
:.
~1111
e f't
¡••.
.,},,¡
í~<lt•.·
i ., •.

i h(Jlt'~ , !<:\ bcd ;'


. '-/ / .' ... ·kuc;'m flié p~:;",;. nllji"-:IIMII'-
..)? " lct)·Jolt <'3.\1. u tUllfi. i¡md",. .1.·1 'j;,,,·¡l ••, '¡'lr> ék
'1'\';1.. ,.' mi~mo• .!Bj&t.lill '·n'!::.~r<"'1I::II 'l' 11".'.•;a pro-·;:',.
¡;,: ttt.. .."'~.t, .•...{l~,-por·eiric~o<.:(-,Il, :.'rl~I¡{r:~,:
...\ '''pnn~Ta c;~.:a tnt;!~"r,~' l,·:!
·,('t:. '""" IIeg,!II!f¡l libt'cfnt Ú /l'1l'~(;'M c{t;wIH·!¡¡d .• ·o",. ~11I.\'
~ . ,. Jlenoll do vri~Qn~" \i\'b,¡¡, ¡,:, 11 olí: ,", 1110.:
O) H;'¡,;
(j>f?Y. 1•..•·a...r~Jll\ y .10<11 ¡:. rll;1l"It>t.' "
,;n tV!lJ~Ql!id¡llJ¡Il:'"
J:t~'1~.I~""" ~1"~&it1~¡§r,\Il ,'klllria '¡l,:l)o .1. HI\;lJJ<: II
t~;'''¡i'.·,~t~fosun'.I~l'tl.O, qlll) mas IH('II p..n""t'~I· .. _
••~.':' . )08 1lento~ I!-('I1t1mh.'lltOi< del rorazol\ ¡J(' 1111 ¡'!'IIl- .
f:;fi~ trl>!><)•..(f1If) ála ll"hle Illll'(lpi¡kz ¡k ,1l1l ~:'H':~·.:rn,'
.:, ~, :'1 1a!,;11lla .Cllll""':l ~\~ 1<· IlrC,JlCOlll Iil:,~ <\IIl<:i.·
l.";' .' ....qne t'.~ta tI 1I11.<,I'¡/,{' hí·r,w. 1'<.1r llll:l p:'I':" .!lll l.'".'
''{'' .. )liD, ft 1'11 rli~páilid(\1l hllol'I4" olg-llno, !'"r otra 1C~
, hlaba al consith:rar 'llll' 1:1IJIUI'l,(9 ('(11010 lil. ,.
CIl/Jflra ('~¡,niiohl (~i.llllpllf,,,tu d,: 11\ fr:t:r·¡ta V.
gan1.11 y ni W,..f¡Nglllltilll'!I ~llpil'!'tll .1p. 811"
r!·"l" ':ll CIH\('al:lh'/I, trutari;ln dt' lrall~(lOl't~r '.'
Cn"a~' ,,1l,la,;, (, :. otro!' pIIlICO!' m;u' !l(·.:{lll'r.", a ~Ulh
:vj<:ti¡U:I~. Ejlp~.,tc<:Ol\l} ielll('nlrn K Y Ul"lO ai!'O •., •..
~~:H1trn '\I;I!IIII~nl,(W;¡do,W}1\
.P!lfl,úllt: qll~ .~: d~JopaJp.$f;i(!" clcolJ ute o~f.
11¡llIUCr3 e""l
..:J;~tl). Sil Iln •• erliul!ll)ltDC1~~tllf Ja .kl gllcrr~r",'!
.~. ~~ha IllllJJO~tjIÍV(,11 jn:.;I(·~llllnt:)' l\I()rriped'I~~
:" ... ~lI¡j,) ell~'1Ulkrinil illglc&f'I. V 'lile vrn;a ('11ea •.'':
,'t ·11l"1)t.,,,~· '.Allll(·~. "'11 cllUulld de TC'llicnte"l
)¡.:~,_,;M~8Iu~f.! I que con tno flNlll"'lO 1'!'{I"iini'
:.(..•.
ll' ." ..... Co~"¡gue émpeornr la rOl\dj .• ,
.~:_)~;:?i . )!l; y-lJ\Jc:tuando entre pt'I~.·(

'~,J;i,~'~r~y:~.;.~;' .~'. •.
",t ....,
;_';1t~;:5t1/A~:,:
~'.'"
"'.',:
.•..1,¡~.
_.;.,'
•••.
·_·.·
__.;:::~~
.;~:~ .-~
, .'/~ .•. ,i'i.j
ohra que al principio de este artículo citall1os. en 1 ~-~-l-:y
el general San ~ran in descans(', de esta humanidad, em-
hustera .Ypértida, en 1 R,So.
Si se huhiera editado el libro del "cura" en 1851,
intangible sería ya la preg-onada gloria del lIamad( 1 "hé-
roe de Chacalmco". Pero no ha sido así, y por lo tan-
to, no hemos de resultar nosotros los culpables de ha-
herse escrito sohre él tan groseras mentiras enérgica-
mente indicadas con mano propia pur nucstro siempre
amado lihertador, como para demostrar al mundo su
maravillosa y c\·idcnte inmortalidad.
Trasladamos. pt1l'S. al lector hacia las pÚginas que
acompañan este capítlllo y que contienen los rcspcctin's
facsímilcs.
EL PROBLEMA INTERNACIONAL

Así se titu]a e] editorial de "La l~niÚn". de Va]pa-


raíso, del 25 de agosto Último. Estudian en él sus re-
dactores. para llegar él ]a posesiÓn perpétua, en todo o
en parte, de las provincias cautivas, cinco soluciones
tranquilas. después de las cuales, segÚn propia declara-
ciÚn, "no quedan sino las soluciones í.'iatcntas", siendo
una de ellas "la élnexir'm definitiva de las referidas pro-
vincias por parte del gohierno chi]enn".
] )ero en torno de esta singular franqueza. quc obli-
ga ciertamente nuestra gratitud ..... hacen revolotear
los señores de "La UniÓn" tan serios inconvenientes,
quc él la postre nos hcmos encontrado, como siempre,
con que tanto las soluciones tranquilas como las de
violencia, son inaceptahles para Chile y para el I'erÚ;
yoh'iendo, desde ]ucgo, el tópico a tomar su sitio en el
viejo círculo vicioso, que mantiene en América la mÚs
odi'osa de las discordias.
Es la primera de las soluciones t ranqui]as, segÚn
10 expresa "La UniÚn", ]a de "que se cumpla el trata-
do de AncÚn, es decir. que se realice el plehiscito esti-
puJado. para quc los mismos interesados decidan si ha
de ser Chile o e] PerÚ el dueño y seii.or definitivo de las
rcieridas provincias."
¿ Se ha opuesto acaso el PcrÚ al cumplimiento de
- Gs
ésta ni de I1Inguna otra de las cbusulas del ¡I1ICllOtra-
tado que suscrihiÚ, hajo la preSi('lll de la fuerza:-
Pues bien. Aunque todos sabemos aquí dllllll y por
cuÚntos medius ha conseguido Chik entorpecer este
grave asunto, no pasa In mismo tratÚndose de los de-
lII;lS países. y conviene, por lu tanto. repetir y probar
Hna y mil \"<.'1.' <.: s , pÚblicamente, las causas él que taks
<,'nturpecimie11lus uhedecen: porque d;'l11donos al silen-
cio, día puede llegar en que de "íctimas nobles hasta el
sacrificio, nos hayamos convertid!) para el mundo en
venladeros criminales, de general rcpulsi,'m.
Por la cancillería y por la pren~a de Chile se ha
hecho entender él todos los pHehlos de la tierra, con el
m;ls profundo despreci,) por la \"<.~rdad, que so!110S los
peruanos h\s que nus resistimos y eS<¡ltivélmos todo arrc-
!Jlo: cargo tanto n¡(ls grave, cuanto que fui!11o~ noso-
tros los que pnr¡'oC(1I1IOS la guerra ....
y csto lo proclamÚ, con pasmosa inalterabilidad, d
lIIinistro de relaciunes e'\teriores de Chile. ErrÚzllriz
Crllleneta. en circular de 20 de setiembre de 1<)00 ,llus
representantes de su país en el extranjero, para que lu
echaran a lu:-:;cuatro vientos.-"C'hile fué pm'.'ocado él
"la guerra por noli,'ia y el 1\'rÚ-Jcs dice-y en esta
"guerra rcc/lpcr(í lo suyo, .. , (i ~)-Chile ha querido
"y quiere arreglarse con el PerÚ y Boli"ia en términos
"de cOI/','clIÚ'l/cia para estas dos nacioncs. I)ero sun es-
"tas dos nacinncs las que no· <[uieren ningÚn arreglo" ...
~() hemos de gastar pÓlvora en dest ruir la antoja-
diza especie de no admitir el PerÚ y nolivia arreglos ql/e
les cO/l'i.'ic/lcl/. ni mcnos en aquello de haber rccuperado
Chile lo SI/YO: nadie que no sca tm insensato ha de prcs-
1ar fe a lo pl-i1l1ero: () quc no sea un igntlrante. a lo sc-
gundo. Pero en lo que sí helllos de dctenernos, porquc
no es ya una grosera falsedad. sino la l11;lS rdinada in-
\1
- 66-

sidia, es en eso de afirmar que Chile, el inocente paja-


rillo. fué pro'('oeado a la guerra.
Precisamente, en la vieja táctica de esa naciÓn, para
sus jugadas internacionales que nunca fueron limpias,
la pro'('ocaciÓII ha sido el lema de su bandera: y al PerÚ
y Holi\'ia los ha perseg-ui<lo durante toda su vieÍa de puc-
blos libres, acechitndolos constantemente hasta quc Ile-
gase, como llegÓ, el momento de provocarlos en cir-
cunstancias tales que no pudieran eludir la lucha y ser
vencidos.
Creemos que el mejor testimonio de nllestro aserto
es el de un chileno. y a él apelamos. En decto, don José
Doming-o Cortés, en su Diccionario Biogr;dico Ameri-
cano. al ocuparse del por muchos motivos célebre don
] )iego Portales. dice-pitgina 3<)3:-"Portales. a quien
"los sucesos del PerÚ preocupaban m;\s que a nadie ....
"encaminÓ todo su poder y todos 108 recursos de su
"arrojado carácter a demoler el edificio de la confede-
"raciÓn perÚ-boliviana .... y su protector acabÓ de
"convencerse de que el gobierno de Chile estaba resuel-
"to a entorpecer v burlar sus planes de engrandeci-
"miento, para lo éual no vacilaría en llegar hasta la
"pro'('oeaciÚIl, cuando 11(1 t I/'('icra ea I/sas para conside-
"rarsc prO\·ocado." Esto Último lo hemos tra tado, a '-10 S
at r;u;:,.
:-:c \'e, pues, por estas líneas de la mÚs tiel verdad.
que el pérfido sistema de aii.ejos tiemp<L' reapareciÓ el
7!J con la careta o dis iraz de "los diez cen ta vos''' del
ClH.'lltO.Y, sin cmharg-o. a nosotros, desarmados, disf,-aí-
dos. ~in la menor \"(,Iuntad para luchar con ('hile ni
con nadie-porque ni a Chile ni a nadie causÚhamos
daño-se nos mantiene en la picota, a la faz dc1mundo,
como mcrccedores de nuestra desg-racia y ruina por
haber f'ro'Z'ocado el Chile .....
En Imcn romance. quiere esto decir que hall[l11dose
Chile expedito para dar el premeditado golpe al PerÚ
y Bolivia, y cansado de esperar la /,r07.'ocaciÓII, de sus
desY<~losy descargos, encontrÓ las callsas en el impues-
to de "los diez cent;w()s" y el tratado de alianza pura-
mente "defcnsiya", para clayar tristemente en la his-
toria, como se clava UI1puñal cn el corazÚn de un hom-
bre honrado, este negro cl(ICUl11ento:
"Santiago, abril 5 de 1 R7~).-Sei1or intendente :-En
virtud de la facultad que me confiere el nÚmero 1 R del
articulo 82 de la ConstituciÓn dei Estado \' la ley de
cuatro del presente ;--He acordado y decreto :-Eí Go-
bierno de Chile declara la guerra al Gobierno del PerÚ.
El ministro de relaciones exteriores cOl11unicará a las
naciones amigas esta declaraci/m, exponiendo los justos
(j !) motivos de la guerra: y el del interior la hará ile-
gal' a noticia de los ciudadanos de la repÚblica mandán-
dola publicar con la solemnidad dehida.-Dado en San-
tiago, el dia 5 de ahril de 1R¡I).-.l. f1into.-R. f1rats-
fllcjalldro Fierro-e. SaG'i:'cdra-.1. (;ollo-Jlllio Zc-
g('rs, "
Para <¡uc el lector, extranjero, aprecie debidamen-
te si hemos podido SC¡' los peruano ..; los prm'ocadores
de la guerra, le damos a leer el1 seguida 10 que dice en
el tomo l." de su obra sobre las "Campañas de Tara-
pac{l, Tacna, ,\rica y Lima", otro cscritor chileno y
gran politico, don Benjanlíl1 \'icuña :\Iackcnna:-"In-
cubada la guerr-a desde el l." de enero: lista la escuadra
desde novicmbre de [R¡R, cuando "El [-1u;\scar" estaha
desarmado, "La Independencia" con sus calderas en la
playa, "La CniÚn" en Tquique y "La PiJcomayo" en el
norte del Ca Hao; I1tH'Strn ejército ag-rupadc), con SJil/i
soldados perfectamente armados y municiol1aclos: en
una palahra: ('ram<l.";dueflUs de la situaciÚn militar, de
la hora \' de la acollletida desde el 1.° de ahril al l." ell'
mayo de IR7(). En ,\rica no hahía, en sU desierta playa,
- 68

ni un cañÓn, n1 un soldado, ni SHjUlera un dedal de


pÓI vara."
En esta sittlaciÚn. así dibujaba por nuestros propios
cnemigos. ¿ es siquiera verosímil. en lo más pequeño,
que haya sido el PerÚ el provocador de la guerra?
j Si esa guerra venía preparándose desde 1820! Y
tan cierto es esto, que quien, al fin, tm'o la no cl1\·idia-
blc suerte de declarar1a-don i\ ~U:AL Pll';To--hahía
dedicado todas sus energías, durante su carrera pÚbli-
ca, a ohtener las mayorcs ventajas militares sobre no-
sotros. Dígalo también Cortés, en su ya citada obra,
página 386, publicada en 1875, cuatro años antes de la
declaratoria de guerra :-"Pinto ha logrado captarsc-
ardientes simpatías y numerosas adhesiones en muchos
pueblos de la repÚblica. y algunos Órganos de la prensa
lo seiíalan ya como candidato a la primera magistratu-
ra. Al subir a la si1la presidencial Federico Errázuriz,
Pinto recibir'> de este mandatario el encargo de formar
su primer gabinete en calidad de ministro del interior;
pero rchusó ese cargo y aceptÓ la cartera de f}ucrra y
marilla. Durante los tres aflOS CjUCha dcsempeñado ese
ministerio, ha llevado a cabo reforlllas de alguna tras-
cCl/dellcia V dictado numcrosos decretos en provecho
del ciércit<; \. la armada .... v ha dotado al ejército de
llIa!JilÍjicas ;lrlllas de sistem~s modernos." (r).
(1) En nllt·~I.I'O~ l'an¡lIt>s ('xistían riflt>s ,1(' oll<:e sistrmaH, a fines de
J 8iS, d('C'ir, tres meses autes dc la .lc,'laratoria·
f'S <le guerra.
La J'('I:lI'i.íll oIr :l1'l1l3ltlcntos ,>lc\'a<la cntonees por ('1 jt>fe cnrargado
d('] oIl'talI, t>H <'sI 3:

Rilles

pprual\o~ . 2430
f'01l1111aill . 2~
f'haHH(,pot. I'pfol'llladoH . 2(19
't"rt.illi . 2~)
('ha~H('pot <1(' agujn .. ;\07
Hampa.ni 16
Wil"OIl . JO~
-6<)-

Un literato de medianos alcances resu1t('>, por obra


y gracia del fraternal (lIl1or a nlle~tr() país, 1111 g-ran 1l1i-
nistro de guerra y marina. con asomhro de lus g-enera-
les y de\1l;'IS prtljesiona1cs de aquella naCi('ln. a qnlenes
demostrÚ. por ese camino. d Sei1(lr 1linto que para de-
rribar y yictimar a .\hel no se necesit('>, naturalmente,
sino una quijada de burro,
\'(lS l1enl<h cxtendido algo en p¡-(Ihar que la acusa-
ci('l1l de haher prm'ocadt 1 noso! r()s la guerra es por to-
do extlTm() calumniosa. y creemos haberlo cunseguido.
A hora, }la ra conc In ir. \'(lh'em()s él la primera ue 1as cin-
co so]uciol1('s. exn:ptu;lndo las llamadas "de yiolc\1cia",
que el diario de \ 'alparaíso pr()p< IIH: para res()lyer el
problema del su r,
Esa, la primcra. es la Única q!lC l'l PerÚ tUlJla y ha
tomado siempre en seria consideraci('l\1: de manera que
~ri\li\· 1'1'l1,iaIlO' 1~!l"
).t iui{>C a\1~ll'i<\\'o~ . ¡S!I"
)Iillil~illgl('~('~ :12
Sl'l'illgfi('] 11()

ni:;
Varios
)f j)sqnct()ll(l_", dp -; ('ln~l'~ 7(jq
CarahillHs ,1(\ -l (·]:ts('s . Sl1fi
Rt'\"ÚI\"er(\~ ¡{(\ ;:; l·la~C"~ 4:ll
8ahJt's dl' :~ ("las('~ ~~S¡)
Lanza' , , 1~()

Artilleria

R:noaaa- rit. a !)l 14


Ra~'a"fl de fl S 4
Ha,~'a,Jfl .1(' a 4 lO

('O'''\lIlPS de !J\'ollve de " el , . , , ,


O¡'''.es ,le fl 1~ "",.""
A Illrtralla,loras . , , , , ,

(~'i\'madt\}-f)()m;)I.lI{) H{/rl)()~{/,-\',o R,"-Uo/lila:',


-7° -
todo lo que no sea "cumpli¡- el tratado de .Ancón, reali-
zando el plebiscito estipulado", es una burla eterna
<lue ya, cueste 10 ([ue cueste, debe terminar. Porquc lle-
vamos casi un cuarto de siglo privados de la legítima
posesi/m de nuest ras provincias, y cada vez que, como
en la actulidad, el Tío Sam mueve una oreja. comienza
la prensa chilena cun que .... en el plebiscito deberían
votar los nacidos a!lÚ y que nu usen bigote, o los veci-
nos que tengan la dentadura completa, o los gatos y
no lo.", ratones .
...\ esto Último se reduce la segunda soluciÓn.
La tercera consiste en someter el asunto a arbitra-
je; pOl1iéndolo así en manos de un terceru, para que él
decida.
1ler [ectamente.
Xada hay mÚs sagrado en materia de Jurispruden-
cia internacional que el arbitraje. C'omu que es el acto
noblemente ejercido por Hna potencia desinteresada,
que reconocida como recto juez por los países que es-
tÚn en dcsacuenlo, evita estériles derramamientos de
sangre. lija los <h:rechos de cada tino de ellos y sin'e
de escudo a la just icia, SÚlo pueden opOllerse a él lus
puehlos que tiencn sed de dominio y de cOllquista, por-
que es un freno que los sujeta en sus 1>e1"\<:rsos planes.
¿ CÚ!110 podía. pues, Chile admitir el arhitraje, hoy,
ni nunca?
~\I1ícstÚ el pr()tllwlo de I() de abril dc IR<)8 que no
nos har[t incurrir en falsedad: pues. C011l0 se recordarÚ,
el problema de "faena y ~\rica fué, por entonces, some-
tido por los gohiernos del PerÚ y de Chile, con acuer-
do de sus rcspccti\"as c[lI11ara~ legislativas, al arbitraje
(le la Reina H.egcnte de Espaila. y lo Único que se adelan-
t(') fué mort ilicar a la augusta señora. "
,:Se quiere res(.ln:r el punto por arbitraje?
j~l Gran Poder del ?\ ortc es el Único )la ís que pres-
- 71-
ta g-arantías, en este caso. Sería él el Úrhitro, como lo
fué- en el viejo' litigio del Brasil y la RepÚhlica /\rgen-
tina por los territorios de ~Iisioncs: y como lo fué en
los ;\suntos cle Inglaterra con Venezuela, hace pocos
aiios. con sÚlo im'ocar la doctrina 1'10nroe y declarar,
lacÚnicamcnte, que la negati\'a de la Gran I'~retaña pa-
ra aceptar el arhitraje "seria causa <ie cllluara:;os fu-
II/ros para los dos países".
Est;'l descartada la tercera solucilJl1.
La cuarta: "cesil>l1 definiti\"a por parte del PcrÚ a
Chile o por parte de Chile al PerÚ, de la:' prm'incias en
discu:,iÚn", Esto es lllatar el tielllJ>u (1, CO!1lo (licen lo~
granujas, "tomar el pelo",
Dcbcn estar muy ociosos los reebctores de "La
CniÚn". y ellos mismos lo reConocen: porque agregan:
"Pero es (':,te ltll recurso en el cual no se puede pensar,
aunque no sea m;\s que por aquello d\" que /lO se reslIcI-
'Z'C 1//1 pro{¡fcllla SI/!'r1I1I/(;/ldo!o, , , .••. '
].a quinta y Última de las soluciones pacíficas a qm'
aludimos. es "la particiÓn del territorilJ el1 dos }lllrci(l-
l1es: una para el I'erÚ y otra para Chile",
~\ esto ohserya "l.a l~niÓn que el ;\1l1wlo de Chile
quedaría satisfecho con la !,osesil'l1l de _\rica: pero que,
en cuanto a Tacna, los 1m lpietaril IS y \Tcinos protes-
Tarían del daiio lITll1endo quc les ararrea]¡a "cl \"()h-er
la ciudad a su antigua insignificancia", ('or consiguien-
te, tampoco es ~sta una soluci('J!1 ni siquina discutihle,
Pero, pur entre toelas estas disquisiciolles de buell
hUlllor, "J.a L'ni('JI1" tcme a una inter\'l~llciÚI1 extraña,
11 a quc el1 un l1\ollll'llto de alta fiebre llthque el !'erÚ U1\
nUe\'o Tarik y le dif?;a: "te cedo Tacna \ .. --\rica, CIJ\1
tal de que Ia~ quites ;\ los chilenos". '
.. Entollcc,,-n;c la 11\a --e:--a Illcu ra, aunque l1\ona 1
para el PerÚ, sería daiiina para C'hile: porque la" l1\a·
nos moras pudrían C.rll'J/drl'sc al territori() de T;J.rapa-
72 -

c;\ y arrebatarno~ una de las grandes fuentes de nues-


y obligarnos a trabajar (lo que scría muy
tra' rilJlIc::a
doloroso para muchos de nosotros)".
En verdad que sería muy amargo para Chile verse
despojado de esas "sus" fuentes de riqueza que le han
producido en los cinco lust ros corridos nada menos que
cllafroc¡elltos 1I/i!{OIlC3 de 1I[¡ras esterlinas!
Pen) asegtl ran I,)s redactores de "Lit Unión" que
siguen buscando solttciÚn al problema.
Xosotros \lO la Ilt!scamos: ella. días mils. días me-
nos. se prescn ta ril sola, • .
Porque "nu hay mal que dure cien años" y ... "quien
con lo ajeno se viste. en la calle lo desnudan" .. , ..

("El Cumel'du"-~7 ,1<' Setielllhl'(' (le 1(17).


LA MEDIACION DE LOS ESTADOS UNIDOS

Grata sorpresa 110S dieron ayer los diarios de la loca-


lidad anunciando que el presidente \ \'ilf;on se había
ofrecido como mediador e11 nuestros odiosos \. va mo-
ralmente terminados asuntos con Chile. CorriÚ' pronto
la especie por toda la ciudad y. desde luego, los comen-
tarios fueron decididamente favorables.
:\ decir verdad, e~te resultado lo esperÚbamos desde
hace algunos días-y lo dese;'tbamos descle hace lllUChos
aiios-convencidos por ;Ullarg-a experiencia de la ine-
ficacia de toda otra medicla y falsa negociacil'm diplo-
m[ttica y. también, de que es la voz potente del Tío Sam
la Única que se hace escuchar con atenci('m por estos es-
trechos vericueto::; de la gran casa que en buena hora
fundara d in)llortal ColÓn.
r .os subterfugios de que en tan itlgido momento se
ha de valer la can.cillería de Santiago para esquivar el
golpe, no los vemos. Pero tengan entendido los esta-
distas chilenos, que la soluciÚn del problema se acerca
y ciue los tejes y manejes que para malquistarnos con
Colombia. Ecuador y la Argentina hubieran de emplear
o están empleando, son para el recto mediador simples
aunque muy hermosos y coloreados globos de jabÓn que
tanto distraen a los niños .....
Si, pues prohado está que la suerte de este contincn-
10
-74 -
te se halla en las honradas manos de los Estados uni-
dos y a su inthten~ia han apelado y apelan en las horas
difíciles el Brasil. la RepÚblica Argentina, Venezuela
y otros de los países que lo forman, ¿ le estará "edado al
PerÚ, nuestra noble patria, demandar de él. del pode-
roso y humano, :1St reconocido hoy por cualquiera na-
ciÓn del mundo, la justicia y seguriclad de sus derechos,
que de ningÚn ot ro pueblo ha podido antes, no puede en
la actualidad,. ni podrá jamás conseguir?
'\' ¿ no acabamos de contemplar el hermoso cuadro
quc han ofrecido al orbe entero los dignísimos hijos del
invicto \\';'tshington, cruzando los mares para ir a pre-
sentar sus tesoros y su sangre a la Europa agobiada?
:\0. Afortunadamente, el PerÚ no necesita hom-
bres, y, por lo tanto, no los pedirá a los Estados Uni-
dos, ni a nadie, para luchar pÓr la reiyindicaciÓn de sus
derechos. Los tiene y resueltos al supremo sacrificio y
a todos los sacrifIcios. Por sus yenas corre la dignidad
que Espafia le legara. Por eso, cuenta los héroes por
millares, y a su conducta, en el cumplimiento de sus
pactos internacionales, debe la simpatía de los grandes
pueblos de la Tierra.
Pero está cansado, decepcionado y no aspira ya a
her"icidades propias y ,"anos afectos extrafi0S. \" i"c
una "ida azarosa, agitada, anormal, sin ese reposo que
asi los indiyiduos como las naciones necesitan, siquie-
ra, en los momentos de comer y de dorm ir. ~ o "ive, no:
esto no es cierto. Se sienta a ¡a mesa en busca del sus-
tento moclestísitllo él que lo tiene reducido el enemigo
irreconciliable, y cqtge la madera, porque Chile ha aso-
mado v le provoca un atoro ..... Penetra luego a la ha-
bitaci('~n donde se propone dar sosiego al espíritu y "i-
gor al cuerpo, y encuentra el lecho sembrado de vího-
ras .... El sueño es ya imposible ~
Basta. Aplazar por mÚs tiempo la soluciÚn del pro-
75
1>lema, es un crimen. J -os que después de cumplir nues-
tro deber en el campo de batalla, hemos pasado estos
cuarenta años de amarguras esperando que la infinita
bondad de Dios se manifestara en el corazÓn de un
humbre, nu podemos dejar de reconocer, como gentes
de fe sincera, que ese hombre es el que hoy gobierna,
;anta111ente inspirado, la Gran H.epÚblica del l\orte,
cuna del inmortal LiJ1coln, quien, dirigiéndose él su pue-

lJlo di io en cierta ocasiÚn: .. Poned, C01110 \"0, vuestra


"confi~nza en el Todopoderoso; ele\'ad haéia El yues-
"tras preces: porque sin la divina ayuda nada digno po-
. 'demos hacer; pero contando con ella, todo es fácil al
"hombre" .
y es que cIesconocenios en estos países pequeilos la
grandeza espiritual del pueblo americano. Sus extraor-
dinarios progresos en el orden nlaterial nos han cau-
sado tal admiraci('>I1, que los latidos de su alma selecta
no nos ha sido permitido sentirlos en ninguna forma;
y, por el con! rariu, hemos abrigado recelos, temores,
:sin fijarnos en que de las doctrinas y el ejemplo q).1e le
dieron sus padres tenían que producirse estos fruto~.
Allí estÚ el presidente \ladisol1, del Estado de Vir-
ginia, cuyo anhelo constante era la paz "dentro y fue-
ra de casa", y se desesperaba cuanclt-, k anunciaban
posibles luchas .. \llí est;\ el canciller Li\'ingston, pro-
cediendo discretamente en los asuntos de ] .uisiana "pa-
ra que no se viera una sola gota de sangre": allí Smith
Grimk, eminente jurisconsulto de Charlest()\\"11, que sos-
tm'o la necesidad de la paz con la C¡'an nretaña, por-
que "la vida de un hombre era un caudal de la patria";
allí \Vorcester, iniatigahle propagandista de la paz, y
a cuya humana labor dchitJ el título de "Aposto1", que
110)' Illcreeidamente ostenta, aclamado por la voz del
mundo oprimido, el magnÚninw \ \'ilson: y allí cst:l
por Último, GuilIermo \ Vheelwrigt que trajo al Pacífi-
-76 -
co la navegaciÚn a vapor v diÓ el nombre de "Perú"al
primer barco construido ¿on ese objeto, en 1840.
Para aquilatar mejor la justicia, cada vez más fiel-
mente determinada, con que este gran país ha ido in-
terviniendo a la medida del tiempo en los destinos de la
humanidad, oigamos ahora al presidentc ~Ionroe, cu-
yo nomhre menciona la historia con respeto indeclina-
ble. En su mcnsaje dirigido al congreso el 7 de diciem-
bre de 1824. cuando <lisfrutahan ya de independencia
casi todos los pueblos de América, decía: "Separados
"como nos hallamos de la Europa por el grande Océa-
"no Atlimtico. BU podcmos tener interés alguno en las
"guerras de los gohiernos europCllS. ni en las causas
"que las producen."
y hoy. no por imerl's de ese género. sino por el infi-
nito de 5a1\'ar sus bellas doctrinas. formidables ejérci-
tos norteamericanos han ido a derribar murallas que
parecían inespugnables en el viejo continente de los Cé-
SéU"es.
1\o nos ha sido bien conocido. repetimos. el espíritu
generoso del pueblo americano. Tampoco en los Esta-
dos Unidos se ha tenido concepto claro del PerÚ: aun-
que, segÍln acaba de declarar mi:-itel" Lansing, secreta-
rio de Estado de su patria. ,. El PerÚ ha demostrado
siempre disposiciones amistosas hacia los Estados Uni-
dos". Por desdicha, la di ferencia de idioma ha tenido
no pequeña parte en esta debilidad o tibieza aparente
de relaciones políticas, comerciales y sociales que tien-
de ya a con\'crt irse, por obra del Destino. en los más in-
destructihles y felices \'ínculos.
Esas "dis¡;osiciones amistosas" de que habla el can-
ciller americano nacieron, evidentemente, en 1 881,
cuando el plenipotenciario de los Estados Unidos, mis-
ter Hurlbm. notificÓ al general en jefe del ejército de
ocupación, ] .ínch, de negra memoria, que su gobierno
77
consideraba contrario a los principios que deben pre-
valecer entre naciones ilustradas, "la trasferencia de
territorio", y que lamentaría que Chile se inclinase a
la conquista, porque los Estados enidos no se lo apro-
barían.
Bienvenida sea la mediaci,'J11 amistosa del hermano
mayor. Xo e~ tarde. Ella dejará expedito el camino y
salvará él. nuest ros hijos de los horrores de una nueva
guerra. El gobierno, no 10 dudamos, cumplirá con su de-
ber; cumpla cada ciudadano con el suyo, y venga cuanto
antes el juez justo, fuerte y sen~ro él poner en su sitio
al litigante de mala ley.
"Observad la hucna fé \' la justicia con todas las
nacioneR; cultivad la paz y la an~onía con t(..Idos", dijo
\VÚshington a sus compatriotas, al retirarse vencidos
los ocho gloriosos años de su admirable administraciÓn,
Es todo lo quc debemos recordar a los Estados
Unidos.
(" F.\ Comercio "-10 <1l'Dil'il'rnhre de 1918).
CHILE Y LA DOCTRINA M:ONROE

Desastrosa impresiÓn nos produce, aunque nada nos


hará declinar, la palabra áspera de algÚn pesimista,
cuando se empeña en sostener que, eS,cudado Chile con
sus viejos procedimientos de negra intriga, le va a cor-
tar el vuelo al estadista del siglo, \Vilson, en S\lS planes
sabios y humanitarios de establecer radicalmente la
paz universal.
\.' erdad es que este hombre bené,'olo y animado de
un espíritu de justicia que en los tiempos actuales cau-'
sa verdadero asombro, no puede sustraerse a los bajos
fondos que en todo orden ha de removerle el enemigo
astuto de la tranquilidad colombina: pero ahí está vi-
gente y en saneada garantía la escuela de amor al p1'o-
jimo predicada en la Tierra po¡- el Hombre Dios y aca-
tada con fervor-j quién 10 negaría !-por todos los go-
hernantes de la gran nacic'm del :\"orte que acaba de te-
ner, y tal vez tiene, en sus manos vigorosas, el porvenir
del mundo,
Estos levantados propÓsitos del presidente de los
Estados Unidos nu son sino el corolario de la obra de
hien, largos años ha iniciada en su país y que, pese a
quien pese, va llegando a su glorioso término en hra-
zos de la Justicia santa que en forma de espantosos sa-
cudimientos terrestres anonada y anuncia ya, periÓdi-
- - 79 --

camente, al cruel opresor, su prOXlIllél y nada Cl ¡nlial


visita.
Triste presagio es, en efecto, creer que en la hura
postrera nos retire e! país justo y amigo su pode¡-()sn
apoyo en la defensa legal de nuestros derechos, y nada
más que por que la prensa chilena arguye que los Esta-
dos Unidos no deben inmiscuirse en los asuntos de los
otros países de :\mérica, puesto que no dice lo menl)\'
sol)rc este punto la siempre invocada Doctrina :\lonroe
que cs la pauta a que se sujetaron desde su promulga-
cir'm los gobiernos norte-americanos.
Xada dice de su doctrina política, ni podría decir
seguramente, ('n 1Rz3, e! h{tbil estadisto de \"irgenia,
cuando aÚn no estaha afianzada la lihertad de la ma\'o-
ria de los puehlos americanos, y si hoy se huhiera aj)c-
lado a su autorizada palahra diría lo que dijo en agos-
to de I H8 1 (y pag(') con su "ida 30 días después) su su-
cesor el honorable presidente Garficld. ante los hono-
res e imposiciones desatentadas de Chile ,"encedor: .. f.a
gllcrra ellfre naciollcs á;:.'ill::,adas 110 adlllite el CJ1[!rall-
dcci/llicJ1fo territorial: falll/'oc(} la dC,\'lllclll{¡¡'ar/ríll '¡'io-
ICl/fa de IIl1a llaciúl/, lIi !tcz'ar a 111/cxtrc-
al /,aís¡'cl/cIdo
¡¡/O de descs/,craclríll". 1.0 )Tcordaremos sicmpre.
:\[onroe era un político de incomparahle !Jl'illll, que
tuvo el mando de su naciÚn como \ Va sh ington y como
Wilson, durante dos períodos cOllsecttti,'os. y aclemÚs de
su experiencia en los asuntos internacionales se halla-
ha dotado de suhlimes cualidades qtH.' determinahan un
hien puesto corazClII .
.. '\"o debelllos llIezcla rnos en los aS11!ltn-; de las poI e!l-
cias europeas-indicaba el ilustre norteamericano-ni
tampoco se)" indiferentes a la intervellci/lII q11l' l'l1as baj(l
cualquiera forma, intentaran en América",
Este era el principio, la base, el primer paso firme
que se daha en el camino de la felicidad humana, en la
-80-
senda dichosa de la paz mundial perdurable que a despe-
cho de los manejos réprobos de Chile, se propone \Vil-
son realizar e11nuestros días.
Es incuest ionahle que la idea lÚcida del eminente
!v[onroe fué establecer primero, por ese medio, la tra11-
(luilidad de todo este continente, siempre amag-ado por
las amhiciones del otro, fuerte v habituado a las luchas
interesadas, y una vez cOl1segt.iido esto, procurar quc
cada naciÓn de An1{;rica, libre ya de la opresiÓn de sm¡
conquistadores, viviese de sus propias leyes y recursos
honradamente. adelantando poco o mucho. segÚn la ca-
pacidad y car;lcter emprendedor de sus hijos, pero siem-
pre respetada en sus derechos por sus demás hermanas,
siempre dueña de su casa. de sus vicios y virtudes, de
sus intereses, de sus pelola:s.de sus glorias.
Así lo comprendi(') el Libertador Bolívar y tres años
después de la declaraciÓn de :\lonroe, v con miras ten.."
dientes a robustecer la precitada doctt-i·na. tratÓ de reu- .
nir en Panam;t un congreso de americanistas. Pero no
concurrieron sino :\léxico. Guatemala, Colombia y el
PerÚ. brillando por su ausencia Chile. este Chile repe:
lente que al [in vino a manchar con la sangrc de Abel,
todo un programa de ventura y orden, de unión frater-
nal americana, de paz y de amor.
Sin cmbargo. la necesidad de establecer la fuerza
del Derecho era por todos estos países nuevos recono-
cida, y más tarde se reunió en esta ciudad de Lima, aí10
del RÓ4, otrq congreso americano, con iguales propÓsi-
tos. Bolivia, Colombia, Ecuador, \·enezuela, San Sal-
vador v Chile-\' ocasionalmente la RepÚblica Argen-
tina-;cudierol1 'a la llamada del PerÚ y suscribieron
un tratado <le uniÚn y alianza defe,nsiva: "garantizán-
dose JJlutuamcnte su soberanía, independencia e integri-
dad territorial contra toda agresi('m. ya procediera
8I
de potencia extranjera o de olYl/no de fas liyada.-: cn C'l
pacto" .
Pero c~tas cOJ1\'eniencias de carÚcter general no fue-
ron mÚs alb d('l papel, porque no cahe duda que "algu-
na de las ligadas en el pactu" no encontró hermoso, ni
mucho menos ajustado a Sl1S espectati\'as acariciadas
desde tiempo atr;ls, lo m;'ls sano, lo mÚs moral y de ab-
soluta justicia: lo de la "integridad territorial" .....
Para Chile. la 1 )octrina :\Ionroe y todos los princi-
pios de Derecho y de Juqicia ckclarados por los gran-
des pensadores de Europa y América, son letra muerta.
Porque él. el conquistador a fortul1aclo-o desgraciado,
segÚn se aprecien sUs f;'lciles "ictorias en relaciÓn con
un positivo clesprestig-in internacional - tiene que cui-
dar sin l'iesgo:'i ni esfuerzos, como el lobli, su presa \'a-
liosísima, la l)olsa repleta de oro a1Tehatada al vecino
pacílico, rico e11dineros y en nohleza y que le ahriÓ ge-.
nerosamcnte en m;'ts de una ocasiÚn Sl1S cajas y su al-
ma para salvarlo.
Si la doctrina :\Iollroe promulgada co11 el heneplá-
cito de todos los Estados de la CniÓn, se dictÓ para la
propia seguridad y que el territorio americano, ya liber-
tado. fuese :,iempre Única y snberanamente america-
no, también, en las guerras de nuestru:s cstadus para
alcanzar ~u independencia. tÚvo:,l' en mira pri11l:ipal y
de justa compensación, que el territorio peruano fuese
Única y exclusiyamente peruano y que el territorio chi-
leno fuese siempre Única y soherananwnte chileno, co-
mo toclos 1ns demÚs estados del ~ur y ('ent ro, en sus
re:'ipecti"os ea so:,.
E:,to \'i,'c y pallHta en la cuncicncia uni\·crsal.
.\ hora eseuchemo:, la interesalltc Ilpinil\n que otra
lumbrera norteamericana, I:'!i/l/I ¡{oot. ha emitido hace
poco, tres me~e:, ante:, que estallara la guerra europea,
acerca de la Doctrina :\lunro(':
11
- 82-

••••••••••••••••••••••••••••••••• o.' ••••••••••••••

"La doctrina no forma parte del Derecho interna-


cional, pero descansa en el derecho de la propia protec-
ciÚn, y ese derecho es l-econocido por el Derecho inter-
nacional. Ese derecho es un corolario necesario a la so-
beranía independientc" .
• • • ••• • • • • • • • • • • ••• • • • • • • • • • • • • • • o •••••••••••••••

"1 ndudablemente,
es verdad que en la adhesiÓn del
pueblo americano a la declaraciÓn original existía un
gran elemento de sentimentalismo y de simpatía hacia
los pueblos de la América del ~ur, que estaban luchando
. por la libertad, y ha sido cosa de gran satisfacciÓn para
los Estados Unidos, que, en el curso que tomaron en
¡~23 concurrentemente con la acciÓn de la Gran Bre-
taña, desempei1ara una parte tan grande en afianzéu'
el derecho del gobierno propio en los países de la Amé-
rica del Sur" .
"El principio fundamental del Derecho internacio-
nal, es el principio de la soberanía independiente. So-
bre esto descansan las dem;'ls reglas del I)erecho inter-
nacional. El co}pditllye la protecciÓIl prillcipal Ilcccsa-
1'ia del débil cOIltra la fllcr::a del fucrte. Su obscl"t:all-
lÍa es la l/cccsaria condició/l para la pa::; y el ordcll del
11111 /ldo (Í<.'ili::;ado" .
..Los Estados Unidos huhieran tenido el derechel,
contra cada uno de los estados americanos, de protestar
en contra de los actos que los Estados Unidos conside-
¡-;¡sen perjudiciales para su paz y seguridad, del lIlismo
1IIodo que tenían el derecho de protestar de tales actos
cOlllctidos por los /tilOS cOlltra los otros. Todos esos de--
rechos que los Estados Unidos huhieran tenido contra
los otros estados amcrican'ls, los tiel/cl/ CII la actuali-
dad. Esos derechos no estÚn a fectados en lo mÚs míni-
mo por la i)oC't¡-ina, sino que cxistcn actualmente, del
mismo J1Iodo que huhieran C'xistidtl si la Doctrina \fon-
roe no hubiese sido declarada. :\0 son mayores ni me-
nores a causa de esa Doctrina. :\0 son derechos de su-
periOl-idad sino derechos de igualdad. Son los derechos
que todos los Estados igualmente independientes tie-
. nen entrc sí. Y cuhren todo el alcance de la paz y de la
guerra " .
Luego, retlriéndose a los actos de lIlediacióll de los
Estados Unidos, tanto en las controvérsias entre las
repÚblicas americanas y los estados europeos. como con
las repÚblicas amcricanas entre sí, agrega \1 ister Root:
"Los Estados Unidos frecuentemente han desempeña-
do este deber ..... La l )octrina ~\f()nroe Ilo tiene quc
ver con los actos de esta clase; sin embargo, muchas
veces los crí ticos. que 1i0 se /¡allali fa /11 iha ri:::ados COIi
los hechos lii COI! las costulIlbres \' rel¡las de accilÍll del
mUlldo illtérllaciollal. han acusad~) él 'los Estados Uni-
dos, en tales casos, de hacer el papel de /IIaestros de -es-
c/lela, de asumir 1:t superioridad de una tutela o de t ra-
tar de imponer un protectorado".
ElevÚndosc m;ls ~l ister Root en este punto, cita a
otro sabio legislador, contempor;ll1co de }f onroc, J or-
ge Hay, que alcal17:ó gran prestigio como miembro de la
Justicia ell su hermoso país y a quien Ull historiador
llama "eI homhre justo".-"?\Iister Hay-dice Root-
unía la J)(¡ctrina ~Ionroe a las leyes di,-'illas, como guías
cardinales de la diplomacia americana" .
Véase, pues, hasta donde se han relllOIltado los es-
tadistas norteamericanos en su digno a ¡an de interpre-
tar la justicia y acercar así o vincular en lo posible el
Derecho H UlllallO, f ru to del hom hrc. Clln el Derecho
Divino que dirige las conciencias rectamente hacia los
fines anhelados '" eternos.
No aceptamos en conclusiÚn, que tl'as larga centu-
ria de antecedentes honrosísimos que tanto abOllan el
alma americana, [<)rjada. como se \'(\ al calor de los
- 84-

más bellos ideales de amo!' a la humanidad, pretenda


un país tan insignificante como Chile engañar y domi·
nar a hombres de esa gigantesca tal1a moral, para que
le permitan continuar disfrutando del jirÓn de túnica
arrancado cobardemente, alevosamente; al (lue le dió
en todo instante legítimo testimonio de buen hermano.
j X o lo aceptamos, no lo aceptamos!
¿ Para qué, entonces, se ha creado y divulgado el
Derecho lnternacional, ni tantas otras fases o deriva-
ciones del 1)erecho 11 Ul1lano que a todos los hombres
ha cle comprender? ¿ Acaso, para que se aplique y apro-
\'eche al fuerte y al pérfido ?-¿ \. no es verdad tam-
bién, que el país hoy más fuerte que su adversario, ma-
ñana puede hallarse en inferioridad de fuerza y sufrir
la doble pena de la derrota positiva y el desprecio consi-
guiente a sus mezq~linos instintos descubiertos? ¿ Por
ventura, no somos todos los hombres acreedores al mis-
mo derecho de vivir libremente y en posesiÓn tranqui-
la, siquiera, de la tierra en que la Providencia nos trae
a la vida? ; ~c) eS dolorísimo ver hoy en las calles de
I.ima, men(j¡gando pan y abrigo, a mÚlares de nttestros
hermanos de Tarapacft, Tacna y Arica, lanzandos a
culatazos de S11 propio hogar, de su propia patria? ¿ Y
esa justicia severa que se ha hecho ya sentir derrocan-
do imperios, se le negarÚ ahora al PerÚ declarándolo
fuera de las leyes humanas que han regido para redi-
mir a los patriotas franceses e italianos que eran cruel-
mente oprimidos, COJ1]Olos tarapaqueños, tacneños y
ariqueños? ¿ O ser;t necesario, como alguien sostiene,
que vueh-an a correr de amhas partes torrentes de san-
gre, para sustentar así, tristemente, un derecho claro
- y profundo a lo que fué siempre nuestro y se nos arre--
ható por infamc sorpresa? .
Est;t bien. Si eso se desea: si así se entienden las
cosas, cxcepci< .nalmente, para con nosotros: si tal con-
- 85-
dición sc impone y tan original trÚmite se requiere para
quc la alta policía haga de\'ol\'er el rooo escandaloso:
vengan sin (!clllIWéllos indispensables elementos de de-
fcnsa y los recursos econÚl11icos qHe sean de absoluta
necesidad, y saldrÚn luego a los campus de batalla le-
giones de animosos ciudadanos a cUlllplir, como lo h i-
cieron ahnegadamente el año 7(). el sagrado deber de
defcndcr a su Patria iniortunada; que es bien poco la
vida. y aÚn deprime y atormcnta, cuando el homhre la
IIcva contra toda jnsticia en plena y humillante escla-
"itud.
~ " ,-
,:.'..:~,~.;.,.; ~-'·N--,"·~.:-,~,.~~"
~,~•.~-~- '(.~~-<.!>~-N'·<!'~~;~;'~'~~~.:,<!>~~~;-~~,~~
,~:-\~/"~,'~.:+

REFUTACION
A LA INSIDIOSA PROPAGANDA CHILENA
PRUEBAS GRAFICAS DE LA DESTRUCCION DE
CHORRILLOS

SegÚn la Última corrcspondencia de París a "El Co-


mcrcio ", l.os escritores Luis Cano, de Colombia y Juan
C. Zamora, de Cuha, han lanzado diversas y graves
publicaciones, encaminadas a demostrar que Chile hi-
zo al PerÚ la mÚs humana y correcta de las gucrras.
Sc comprende. desde luego, el propÓsito que se tiene al
salir en estos momentos ,t defcnder falsos intereses aje-
nos, con tan sospechosos hríos. Ya Chile no es, ciertamen-
te, escuchado con la Illisma alcnciÚn que lo fuera hasta
hace poco. Descuhierto a cada paso en su inccsante y a
las veces torpe mentir, la voz de su cancillería sc pierde
en el espacio y la voz de su prensa, hueca, insolente,
antipÚtica, a nadie convence. Es necesario, pues, que
plumas de otros países-plumas inocentes, no venales,
en este caso-vayan a sostener en sus fatigosos vuelos
al cóndor, que hoy sin duda alguna, lleva las alas caídas,
descicnde .
Al cÓndor no lo IevantarÚn afortunadamente, ya,
esas blancas plumas; por que otras hay, de {lguila, que,
entiéndase hien. él cllo se oponen con justicia, con since-
ridad y sohre todo, con el poder en la mano.
- 87-
y si en esto padeciéra'mos error, no solo el PerÚ, la
América entera tendría que llorar mañana lc'lgrimas
de sangre.
Descontado esto, yamos a ofrecer desde aquí, a los
señores Cano y Zamora-y también, con todo afecto,
al apÚswl de la Libertad //' oodrU'Zv Tl'ilsoll-unas cuan-
tas ímpresiones íotogr;'tficas del incendio y destrucciÓn
inícuamcnte realizados en Chorrillos a raíz de su ocu-
paciÓn militar y la de la capital. en enero de 188/, Y que
los referidos escri tores, de acuerdo con 105 da tos que sus
innohles defendidos les han proporcionado, estiman co-
mo una necesidad imperiosa, como una hazaña o acto
heruico de lus tantos que cuenta el ejército inyasor en
sus "merodeos" \Trg'otlZOSOS por nuestro litoral.
1\0 es cierto que la supuesta resistencia de nues-
t ros I)()CPS soldadps dispersos haya moti \'ado ese pro-
ceder ruin y cobarde; gastÚndose pÓlvora y vigor fí-
sico en luchas rei1idas contra puertas, techos y parc-
eles. y mélta ndo moscas, lagartijas y ratones.
Tan no es ciertl" que, al pasar, terminada la bata-
lla, por la "calle de Lima" el general lbquedano, que
lo era en jefe del ejército chileno, en compañía de don
Joaquín Godo)', cxministro de Chile y de don Gaspar
Riyadencyra, que iu(' por algÚn tiempo lmésped nue~-
tro, \'iÓ el escudo y el palwll('ll1 de España sobre la puer-
ta principal del rancho del sei10r don José Antonio Gar-
cía y Ga rcía, proporcionados por los señores Serdio, es-
pafwles, amigos de dicho homhre pÚhlico. Entonces Go-
doy, dirigiéndose a Baquedano, le hizo presente que era
absolutamente [also lo de la nacionalidad española del
~eñor Garría: quc era peruano, amigo ( !!1) su)'o, que
\'aria~ yeres le hahía Íl1\'itaclo a Ctl!1HT allí, allí mis!llo,
y que, por consiguiente, esa handera y ese escudo es-
pai1\lks. debían arder jUllto con toda la casa.
\' así se pn1cediÚ, después de extraer 1l1l1ebles y ob-
- 88-

jetos de arte, t'f)n el hermoso edificio del amigo (!!!)


que lo sentó muchas 'veces a su mesa y le trató con afec-
to y bondades ('lue no merecía.
¿ Esa fué la resistencia de nuestro pequeño y mal
armado cjército en dispcrsiÓn?
Andando el ticmpo el señor Carcía y Carda fué con-
ducido prisioncro a Chile, y un buen día, vil') con sor-
presa, en ulla casa, varios ohjctos dc arte que perte-
necieron al salc"JIlde reciho del derruido e incendiado
rancho en donde tuvo la dehilidad de sentar tantas vc-
ces a su mesa al amigo ( !!!) Godo)!.
Tan no es cierto, repct illlos, lo de la resistencia y
sus consecuencias, que, como se veril en la impresión
fotogrúfi.ca que corresponde él "la calle de Lima", hay
dos ranchos, juntos, que se salvaron. Eso se debiÓ a que
el coronel ~rarLilliano LTrriola que mandaha los céle-
bres "navales de \'alparaíso", era tío político de una
respetable matrona peruana y trajo el encargo, eso es
muy natural. de evitar la destrucciÓn del rancho propie-
dad de aquella familia ,: pero como hubo momcntos en
que las llamas amenazaban llegar hasta ese sitio, la la-
hor de salvamento tuvo que comprender, también, al
anterior, por ese lado, que era el del doctor don ~lanuc1
lrigoyen.
Custodiando aquel rancho, hahía una fuerza de cien
hombres, puesta por lJ rriola.
Otros jefes chilenos tuvieron, también. iguales en-
cargos. Pero confundieron los ranchos y dieron mala
cuenta de sus recomendados. Como sucedi(') con el ran-
cho del señor Lecaros, de nacionalidad chilena, en la
"calle del Pellizco": lo confundieron con el del doctor
Manuel T. Espinoza, distinguido médico peruano: el
de éste se salvÓ por esa circunstancia, y al otro le pren-
dieron fuego. Pero como el del doctor Espinoza lo ha-
llaron con todo género de servicios domésticos, un je-
'f,
,0
; :5
-.
:--5

12
-90-
fe se instaló allí )' lo ocupó durante algún tiempo; a
cuenta del precio de su providencial salvación.
Hacemos estas breves y claras explicaciones, porque
conviene llevar al convencimiento de todos, propios y
extraños, la manera infame, horrorosa, inhumana co-
mo Chile nos hizo la guerra.
El incendio y destrucción de Chorrillos, pueblos ve-
cinos y Lima, estaba anunciado cntodos los tonos
desde el comienzo de la cruel jornada. Y ya sabemos
quc Lima no corriÓ la misma o peor suertc, por la ac-
ción enérgica y nobilísima de ese francés justo y pia-
doso, grande e inmortal-Bergasse du Petit Thouars-
a quicn desde aquel día debemos un monumento.
El 15 de enero de 191 1, rccordando la batalla dc l\:Ti-
raftores, decíamos en un artículo que dimos en "La
Prensa", de esta ciudad, lo siguiente, que ahora viene
al caso:
"Mucho se ha escrito y se sigue escribiendo acer-
ca de la guerra del 79. En aquellos extensos relatos
que se han hecho en libros y en la prensa periódica de
todos los países del mundo, se ha tratado de los boh1-
bardeos en altas horas de la noche, de puertos indefen-
sos, de saqueos y violaciones de toda especie, y de otros
mil verdaderos delitos de lesa civilización, cometidos
por las fuerzas de !mar y tierra de la nación chilena, en
esa época de doloroso recuerdo para el Perú".
"A todo ha respondido Chile con nada seria ne-
gativa, cuando no atribuyendo con cínico ardor sus gra-
ves faltas a nuestros soldados".
"Hoy, por la fecha en que nos encontramos, nues-
tra memoria se agita tenazmcnte, y, olvidando las
amarguras que a diario experimentaba por entonces
nuestro juvenil espíritu, queremos dedicar una pocas lí-
neas, exclusivamente, a la quc nos causÓ la destrucción
del pintoresco Chorrillos y pueblos inmcdiatos, llevada
- 02-

a caho inicuamente por las fuerzas invasoras, cuando


ya no había allí enemigo con quien comhatir".
"Treinta años han pasado! ..... ·,
"Desde nuestm campamento de -:\IiraAores había-
mos visto en la aciaga noche del r.), en(·)rmes colum-
nas de fuego que iluminaban el firmamento com0 pa-
ra llamar la atenciÓn del ciclo y pedir su temida jus-
ticia".
"¡ j Chorrillos ardía!!"
"Pero no bast{) esa criminal medida. Era necesario
completar la obra. y así, días después que nos consti-
tuimos en la infortunada \"illa de 0Ia)"a, contempla-
mos indignados los Últimos toques del bochornoso cua-
dro de demol iciÚn. Había en el ?\f aledm un grupo de
soldados chilenos arrojando alegremente trapos empa-
pados en petrÓleo, sohre lo que de madera existía. Nos
acercamos discretamente a uno de esos individuos y le
preguntamos por el IlUmbre del oficial presente, encar-
gado de la brillante labor: Otacqui. nos contestÓ".
"Cada \"ez que se ha puesto sohre el tapete la des-
trucciÓn de Chorrillos. la prensa chilena ha sostenido
que no se le hicieron otros daños que los que originÓ
en el combate la resistencia de nuestro eiército. y ma-
ñana, que más años hayan pasado, Chil~ afirmar;l que
el Chorrillos de hoy, es el mismo que, sah';lI1c1o ligeras
itlnOvaciones en la arquitectura. encontrÓ Stt ejército
el Rr".
Han pasado. pues. efectiva'mente. más ailos, y la
comprobaciÓn de los hechos va perdiendo su fuerza, va
alej;'lI1dose por b acciÓn natural del tiempo y la mali-
ciosa propaganda de Chile. 1'ero ante lo que muestran
con abrumadora verdad. las fotografías que a estos P;l-
rrafos acompañamos y que hace más de U11 tercio de
siglo que no se mueven de nuestro pequcño archivo, los
homhres del presente y los del porvenir ver;l11 cÚan hon-
- 94-
do, gratuito e incomprensible fué el odio de Chile a
nuestro país, que le tendió la mano en más de una oca-
sión para salvarlo de sus dificultades económicas, de
sus hambres cotidianos, de sus valerosos enemigos del
65· ..
Vean y lean los señores Cano y Zamora; vean y
lean los estadistas de Bolivia, de la Argentina y del
Ecuador a quienes los de Chile pretenden hoy como ayer,
seducir con promesas y halagos para que los apoyen
y salven de esta situaciÓn tremenda en la que van a
jugar la última partida en daño y ruina de este PerÚ
confiado y bueno.
y si tomaran nuestra palabra por parcial y exa-
gerada, la muy autorizada del eminente estadista ar-
gentino, doctor Estanislao S. Zeballos, venida en el
"Centro Jurídico y de Ciencia"s Sociales" de BuenDs Ai-
res, la noche inolvidable del viernes 19 de octubre del
año de 1900, recordará en seguida a esos escritores y
estadistas, cuál ha sido siempre la conducta abomina-
ble del país a quien ciegos defienden. Por aquellos días,
la RepÚblica Argentina estuvo a punto de ser agredi-
da a mansalva por el envenenado aguijonazo de ese
alacrán horrible que no deja vivir tranquila a la joven
América.
Habla el doctor Zehallos:
"Es tiempo de quc la juventud universitaria, por
10 !llenos, se aperciha de que en estos sucesos interna-
cionales comprometen la suerte de una gran parte de
América. Revuelto está el Ecuador por instigaciones de
la diplomacia de Chile, amenazando al Perú sin causa
razonable; atropellada la RepÚblica de Bolivia, y Chi..,
le se posesiona de sus territorios que colindan con la
RepÚblica Argentina; el Brasil mismo está ya compli-
cado, porque la naturaleza expansiva del puehlo chi-
leno, si 110 es prollto cOlltcl/ido, buscar;\ salida al Atlán-
tico por las regiones tropicales, que son ciertamente las
más ricas del mundo. Está perturbado el Paraguay, cu-
ya civilizaciÓn depende enteramente de la civilización
argentina y que nosotros debemos cuidar con fervor y
con cariño, para atenuar las consecuencias de la gue-
rra de 1865'; donde, no obstante, los diplomáticos chi-
lenos consiguen que la juyentud paraguaya acuda a
educarse en las escuelas de Chile, .Ya beber el odio po-
pular contra la RepÚblica Argentina. Está agitado, en
fin, el Estado Oriental, en donde la diplomacia chile-
na fomenta currientes hostiles a la Repúhlica Argen-
tina y donde cosas gra\'es deben haberse dicho en los
gabinetes, cuando un presidente amigo de nuestro país,
el señor Cuestas, ha creíclo oportuno componer un li-
bro en el cual expone francamente su pensa'miento so-
bre las cuestiones de límites entre los dos Estados".
Hasta aquí la opinihn de que Chile se tiene for-
mada uno de los mÚs notables estadistas americanos,
que no es peruano.
¿ y saben los señores Cano y Zamora el por qué de
ese odio a la Argentina de que hace oportuna menciÓn
el ilustre doctor Zehallos?
En seguida lo sabrill1, si ]0 ignoran. LlegÓ a Val-
paraíso. dos años antes de la fracasada agresi{'ll1 de Chi-
le a la nohle tierra de San l'dartín, el buque de guerra
norteamericano "Haltimorc"; parte de la tripulaciÓn
desembarcÓ, y, sea por circunstancias del momento o
por la antipatía quc los mapochinos les 1Uyieron siem-
pre a los compatriotas de \Vilsol1, prodÚjose un choque
entre numeroso pueblo y algunos de los tripulantes del
barco citado, resultando varios marineros norteameri-
canos muertos (l heridos. La gravedad del caso diÓ mé-
rito a que en el acto se iniciaran, por cable. gestiones
de cancillería a cancillería, a punto tal, que el presi-
dente Ilarrison y su canciller B1aine. do~ grandes hom-
,
-98 -
bres de los Estados Unidos, tuvieron que dirigir un men-
saje al congreso, explicando lo acontecido. Entonces
la vieja táctica de Chile, desfigurando o volteando los
hechos, calumniando, inspirando compasión, llorando
como víctima del fuerte, tomó la forma de una circular
diplomática, comunicada, también, por cable, a todos
los pueblos de la tierra, informándolos de que "el pre-
sidente de los Estados Unidos había engaiiado desleal :Y
maliciosamente al congreso, simulando hechos para cu-
brir SI/S responsabilidades ante la opinión, por las agi-
taciones bélicas que había producido sin 1Ilotií'o".
Pero si el canciller chileno don Manuel Antonio lVIa-
tta, que él nombre de su, gobierno firmaba la circular,
no encontraba motivo de queja en lo del asesinato de
los marineros norteamericanos, no pensaron de idéntica
manera los señores de la Casa Blanca, y, a poco de eso,
aparecía en las ag-uas del Plata, con rumbo a las de
Valparaíso, una preciosa escuadra de los Estados Uni-
dos, que iba a contestar, como correspondía. las ofen-
sas recibidas de Chile; más aún, sobre la humeante
sangre de esos sus leales servidores, sangre que hacía
falta entonces él la humanidad, como la hubiera hecho
hoy, porque ellos, los dignos hijos de \Vashington. de
Lincoln y de Garfield, han probado ser los Únicos hom-
bres en el mundo, capaces de sacrificar vida y hacien-
da para redimit, a sus semejantes.
El gobierno argentino. empleando todos los medios
de sagacidad a su alcance, detuvo la escuadra y con-
sigu.jeJ dominar el conflicto; en 10 que no sabemos qué
admirar más, si su escuela diplomática de eficaces re-
sultados en tan difíciles momentos, o la nobleza del
poderoso que accediÓ benévolamente a la demanda de
perdón que se le hiciera en favor de este pernicioso
elemento, que por arte diabólico se hace creer y ampa-
rar cuantas veces lo necesita.
f

t-'

'-
-100-

y después ? .... j Ah! después, inmediatamente des-


pués, como lo hemos expresado y confirmado, surgie-
ron con ahinco y fe viva en Chile los aprestos de gue-
rra contra la RepÚblica Arg-entina.
Es todo lo que hemos querido recordar o noticiar
a los señores Cano y Zamora. a efecto de que se apar-
ten-j qué pretensiÓn la nuest ra !-de la mala dnctrina, o
.
crtmen
,
si perseveran en ella poder exclamar asombrados: i qué
.
(" Bl COllll'reio"-13 de Abril de 1919).
BANCO DE LA REPlmuC;
IIBLlOTECA lU!S ANG,-L I>J'.ANGO
LOS AMORES'DE C~ILE A LOS
ESTADOS UNIDOS

Decía bien no ha mucho, "El Comercio", :-"Si el


mundo estuviera ahora de humor y de divertirse, n0
cabe duda de que los pueblos aliados y la Gran Repúbli-
ca del N arte, tendrían para entretenerse con los ardo-
rasos afanes de Chile, que no sabe cómo demostrarles
un afecto y un interés nacidos de improviso y cuya in-
tensidad violenta corre parejas con su intempestiva y
súbita apariciÓn". Y luego agrega: "Nunca se distin-
guiÓ Chile, en América, por sus simpatías a los Esta-
dos Unidos. Todo lo contrario "
Eso es. Dos son los puntos señalados y hemos de co-
menzar, como es de orden, por el primero.
¡Ko está el mundo, efectivamente, en condiciones
normales, tranquilo, como para divertirse; y de modo
particular, nosotros, los peruanos, muchísimo menos.
Pero, a decir verdad, los pasos que están dando los polí-
ticos chilenos para voltear nuestros indiscutibles dere-
chos, temerosos aquellos de que llegue el momento-¡ que
ha de llegar !-de verse despojados de lo ajeno y usan-
do las mismas alpargatas que antes del 79, son o pudie-
ran ser muv convenientes a la realizaciÓn de sus ne-
gros .Y aho;a perdidos propósitos; pero llevan el sello
imborrable y triste del más estupend9 ridículo. Así "es-
tupendo"; porque legítimo asombro causa el ver esas
- 103 -

actitudes bochornosas, mezquinas en el más alto grado


con que se presentan hoy los pelucolles del sur, ante
aquellos hombres admirables del norte. para tratar de
engañados, para seducidos como a incautas vírgenes,
e interesados con negociaciones de vuelo inmcnso que
acaso pudieran tentados a caer como en una especie
de ratonera.
-Ven acá, amante rico y poderoso- les dicen con
fingido amor-¿Hluí me tienes sufriendo por tí, desde
que Alemania se desplomÓ.-¡ Yate adoro l Mi casa
está abierta para tí a todas horas; eres hermoso y mc
acabas de imprcsionar hondamente, no como ni duermo
pensando en que si me niegas tu amor estoy perdido.
Yo no me dí cuenta. antes, de lo que podías scr tu ca-
paz en la gucrra y luego en la paz; confieso mi error;
nunca pcnsé en que la enorme distancia que nos separa
pudiera. por 106 adelantos de la ciencia, reducirse tan-
to, y que una infidelidad a tí o un ataque a tus bcllas doc-
trinas, me colocase en esta dolorosa situación. Perdona
coloso! La justicia es mía! Eso que te cuentan del PerÚ.
es falso: él, ese cangrejo, me asaltÚ en despoblado y me
dejó en la miseria ~Pégale, pégale duro con tu hastón de
gancho; amÚrralo y entrégamelo ....
¿ Es o no es esto, en síntesis clara, lo que en la ac-
tualidad están haciendo los diplomÚticos chilenos en las
amplias gradas de la imponente Casa Blanca?
N"osotros, como sudamericanos. debemos sentirnos
avergonzados de que haya en esta parte del continente
de Colón, un pueblo que apele a medios tan extremos de
indignidad. y todavía para apropiarse definitivamente
de lo que ha robado a 1111 [11(('11 hermano, en horas, es
cierto, de inexcusable confianza.
Los hombres de todos los países latinos, que recibi-
mos de la madre España esa sangre generosa, ese ejem-
plo de valor indomable ante el derecho, esa alti\'ez que
- 104 -

siempre nos encuentra aÚn sobre la vida misma, senti-


1110Shoy el rostro encendido al ver a Chile arrastrán-
dose cumu reptil y deprimiendo así nuestra raza a los
ojos del orbe. que. aunque nu lo declare, ha de ocultar
mcnosprecio por ellos, y así, tal vez, por todos los de-
11lÚSpueblos la tillos.
De las tumbas de Grau. golognesi, .\guirre, InclÚn,
Colina y mil hérocs lll;'¡S que cayeron sobre el pabellÓn
en los momentus de salvar la dignidad nacional y el
prestigio .de la l-aza. sale h( 'Y Ulla amarga voz de pro-
testa contra tanta abvecciÚn. contra tanta insÓlita falta
de pundonor intert1~icional que puede traducirse en
cruel afrenta a la gran iamilia sur y centro americana.
En el vasto teatro de la Humanidad, no creemoS
que, en ninguna l~p()Ca. se hayan o i recido escenas mfts
en pugna con la moral que debe reglar la marcha de un
pueblo, quc las que ponen en prÚctica los dirigentcs de
Chile para torcer la ¡llanO dd fuerte y decapitar cobar-
demente al leal. al honrado. al justo ~
¿ Abrigar;L acaso la cancillería chilena la esperanza
de convertir al pueblo ;ulIcricano cn instrumento dÓcil
de sus malévolus planes. SI Jlo porque le hace piruetas
de impÚ\-ido saltimbanqui?
Pronto \,er;'¡n el error. 1relllOS cstudiado bastante el
car;lcter. el genio yanki. :\1 ucho hemos leído sohre esto
ell las hiografías de sus hombres pÚhlicos; conocemos
de su historia lo suficiente para apreciar el grado de
cultura espiritual que han llegado a alcanzar los hijos
de \VÚshingtol1 \' opinar que no hahr;L puehlo que los
supere en nada. iwy ni mañana. Y si el lector dudare de
esta asen~raciÓn. le mostraríamos nuestros artículos IHl-
blicados cn est e mis\1lo diario. "El Comercio", desde
\"einte años a t rÚs.
Propagandista de buena fé, no por interés directo
sino por admiracil'm a sus progresos y pOlo convenci-
- 1°5-
miento de S~lS bellos ideales, nuestra modesta pluma no
ha desdeñado ocasiÚn de presentar los cuadros de bie- •
nandanza de los Estados Unidos C011H)fruto primoro-
so del invariable espíritu eminentemente cristiano que
anima a ese gran pueblo.
Cuando, en 11)00, habl:'tbase de la inter\"{:'ncit~l11 de
los Estados LJ11idos, como Único medio de arreglar
nucstros asuntos COllChile, recordalllOs que un escritor
chileno, don Iklisarío Carcía, decía quc el entonces pre-
sidente de la eran RepÚblica del :\ortc, :'Ic. Kinley, iba
a convertir esta secciÓn del cOlltinente en una trasticnda
suya: porque los yankes "¡WS iban a poner a todos la
soga al cuello y a quitarnos la Glmísa" ....
:\i el presidente :\lc. Kinley, cntonces, ni el primer
presidente, \\'Úshingtun, ni el actual \\"ilson, pensaron
jamás en otra cusa, en cste particular, que en hacer
grande a su país por medio del trabajo, de la industria,
del comercio. Y si hubieran abrigado la idea de la tras-
tienda y de quitar110s la call/isa y de tU/lal/os la soya
a{ (/lcllo. lo habrían hecho ya, antes, mucho antes de lo
que el escrit(lr chileno ptHio imagin;Úsc!o.
\T no sahemos, de otro lado, que camisa era la que
le hubiera quitado a Chile el presidcnte \Jc. Kinley,
cllando la Única cun que cuenta es la nuestra .....
:\ o puede adm iti rse, pues, quc los hombres pÚblicos
de los Estados L'nidos, si bien se \"{~nobligados a escu-
char los piropos y promesa" am()r()~aS de los embaja-
dures chilenos, les presten ie absoluta y no tengan apar-
tes de natural sonrisa. p, 'rqne deci]-, COlllo dijo hace
tres días, lkltrÚn :\1athieu, en :\ un"a York, quc "Chile
coopera ha con los Estados Unidos y los aliados en la
ohra de la paz y de la rcconstitl1ci/m mundial", es un
inconcehihle golpc de audacia; decir que "1 )ios había
dotado a Chile con riquezas extraordinarias" refirién-
dose al nitrato que nos pertenece, cs asolllar por la \'C11-
14
-lOG-

• lana de un manicomio. Pero, es cierto, hay que fijarse


en que todo esto 10 dijo el señor :\Iathieu en un lunch ...
y de ahí que les haya ofrecido, también, "cobre para
iabricar timbales con que los americanos canten sus
baladas", y, por Último, que ahora "se repetirá el mila-
gro de la multiplicaciÓn de los panes" .
Todas estas dosis opiilticas tienden a producir un
dulce sopor, mientras la aIta cirujía se desempeña en el
JapÓn ..... en l\léxico ..... en .....
Tampoco se quedó entonces atras eJ político chileno
lhañez, de la misiÓn comercial en l\ueva York, seg'ull
cablegrama de ayer: pero no contÓ con que el eminen-
te Elihu Root. después de prestar la debida atención a
todo lo bello del discurso, le contestara que, en efecto,
"cn el engrandecimiento dc Chile, los Estados Unidos
]>( Idrían desempeñar un rol muy importante, siempre
que se propendiera a producir la mutua collfiall:::a entre
ambos países ..... "
Tácitamente ,mister Root ha expresado que le asis-
te, por 10 menos, la duda de que esos misioneros hayan
id(¡ a realizar labor sincera y de concordia.
Convénzanse nuestros henllanos mayores del norte:
simpatía no puede haber, ni la hubo n~nca, entre 110r--
teamericanos y chilenos, porque sus tendencias, incli-
naciones v sentimientos. van por líneas paralelas \' no
wincidiriln íamits al mismo fin. Por una línea avañzan
los Estados' Unidos, todo generosidad, todo nobleza,
todo sacrificio por el bien humano; por la otra, Chile,
todo avaricia, todo mentira, v todo crímen en prove-
cho propio y dallo grave o le\"'c de cualquiera.
¿ Habrá así base, siquiera, de lcjana pero efectiva
simpatía, ni muchísimo mcnos . de cariño, entre ambos
pueblos?
Si hasta la sabia naturaleza los ha colocado en po-
l(IS (¡puestos ~... , .
- 10 7 -
Ignoramos si vive aÚn el ingeniero irlandés don
Juan Sttofford que vino de Europa a prestar sus ser- •
vicios en la hermosa hacienda "San Juan de Arona"
ubicada en el valle de Cañete. poco tiempo después de
los asesinatos ck los marineros del .. Baltimorc" en las
calles de Valparaíso. Contaba aquel scñ()r. que cuando
desesmbaIT('¡, de paso para el PerÚ en el citado puerti 1,
tennánmle las gentes del pueblo por ciudadano nortea-
mericano, y sin mÚs que el deseo de dar una nueva prue-
ha de simpatía a los Estados Unidos. fuérnnsele enci-
ma y lo insultaron y maltrataron tan cruelmente, que si
la policía de!1lora un par de minutos más, habría su-
cumbido.
i Ojalá que este acercamiento mentid!) de Chile a los
Estados Unidos no le ocasione al gran pueblo del nor-
te, dificultades que tenga que vencer con sangre!
Cuidado con la hiena! .
(" El ('()llH'rl'io"-~i dl' Abril de 1919).
OTRO DEFENSOR DE CHILE

Nos da él conocer el decano, en su ediciÚn de ayer,


la opinión que se tiene, o parece tenerla formada de
nuestros asuntos con Chile, un escritor uruguayo de
nombre "\Vashington Paullier", segÚn su artículo de
"La l\lañana", de ~Iontevideo, que aquel diario repro-
duce con mucha oportunidad.
Desde luego,· mal le viene al buen seí10r llamarse
"\V ashing-ton ", caminando, como va por un sendero tan
estrecho en punto él las doct rinas predicadas p01' el Pa-
dre inmaculado de la América.
El señor Paullier-es mejor así para no profanar
aquel glorioso nomhre-el señor Paullier, después de
hablarnos, por ignorancia o con malevolencia, de que en
pasadas épocas nos entendimos con otros países para
"destruir a Chile": de que "Chile es un pueblo pacífi-
co y hónesto"; de que "Chilc no provocÓ la guerra del
79: pues hizo todo lo posible por evitarla, y no 10 con-
siguiÓ": de que "Arica y Tacna eran territorios casi
despoblados" y que poniendo el caso de ellos frente al
de Alsacia y Lorena, "está el PerÚ pnwocando una si-
tuación difícil, de espectativa y de recelos en el con-
tinentc": después de todas estas vagueebdes y cuerpos
frágiles. sin pies ni caheza, repetimos, pide el señor Pau-
llier a los hombres de Estado de su país, (Iue no per-
- 109 -

ínitan "una derrota o un debilitamiento del poder chi-


ieno en los Andes o en las salitreras del norte, porque
eso se traduciría en un serio contraste en el Río de la
Plata para la repÚhlica Oriental del Uruguay".
Es decir, pues, que a juicio dd escritor uruguayo,
la seguridad y el pon'enir de su patria estÚn en manos
de Chile; \' no de otra manera podría sostener que por
ningÚn móti\'o se permita "el dehilitamiento del poder
chileno".
Si esto es o no un verdadero desatino, se lo dirá al
señor Paullier. aquel viajero y publicista mexicano don
Jorge Aug-usto -;\llorel05, autor de un folleto sobre sus
excursiones a Chile. que nos hizo conocer hace pOC05
meses el intelig-ente jm'en limeño dl)n Alejandro Ro-
mÚn v Herrera.
n~clara \Iorclos-pÚgina -+8--que. entre otras 111U-
chas casillas, decíanle distintas personalidades de Ch!·-
le. esto: "\1 in:. señor: usted se acordar;t de mí. Puede
ser que sea pronto, puede ser que sea tarde; pero no
pasar;tn veinte arIoS sin quc Chile gohierne a tod(; es-
te continente. ha ío 1<\forma federal. V cncida la Ar-
gentina, la anexaremos de hecho a Chile. aunque ha-
ya que matar gauchos como perros, a fin de limpiar ese
terreno de aquella gente bochinchera. En sC!Juida harc-
1IlOS quc el paraguay sc ancxc al Urufllta-y.' con el fin
dc quc fOl'J1lC 1lI1 ¡j,stado compctC1itc, con puertos cn el
.Atlántico J' •

. Queremos suponer-pues no le conocemos-al señor


Paullier, joven, estudioso, patriota y con otras muchas
cualidades distinguidísiméls. 1-'ero es cétmpc('l11de peso
ligero en estas luchas lIam,adas a resolver trascenden-
tales problemas en .\ mérica, y vale más, por lo tanto,
virar hacia las afueras, si no queremos encallar en los
arrecifes descollocidos y perderlo todo: equipaje, barco,
prestigio profesional.
- lIO -

También, en su afán de probar la insidia del PerÚ


cuando se lanzó contra Chile y lo sorprendió, sostiene
que "marchaba un ejército sobre Iquique, recibiéndose
en Santiago la declaratoria de guerra de Bolivia .... n
j Señor Paullier, por Dios! ¿ CÓmo se atreve usted
a escribir sobre lo que no conoce? ¿ CÓmo, con qué fun-
damento afirma usted que Bolivia le declarÓ la guerra
a Chile?
Es un delito incalificable, gravísimo, el que se co-
mete prestándose a defender una mala causa ,en cual-
quier juicio ordinario, y lo es mucho más, cuando así
se pone en serio peligro el derecho, la vida de todo un
puehlo .
.\quí está el documento pérfido, señor PaulIier, y ...
medite usted sobre su responsabilidad:
"Santiago, abril 5 de T 879.-Señor Intendente: En
v'irtud de la facultad que me confiere el nÚmero 18 del
artículo 82 de la ConstituciÓn del Estado, y la ley de
:) del presente ;-He acordado y decreto:
El gobierno de Chile declara .la guerra al gobier-
110 de Bolivia. El ministro del interior hará llegar es-
ta declaraciÚn a noticia de los ciudadanos de la Repú-
blica, mandándola publicar con la 'solemnidad debida.
"Dado en Santiago, el 5 de abril de 1879.
a,-¡ Pillto.-B. Prats.-Alcjandro Ficrro.-c. Saa-
'(J('dra.-J. Blcts Ga1la.-Julio ZerJCI"s".
Nos habla el escritor uruguayo de "la cultura flo-
reciente de Tihuanaco" y, también, de "las pirámides
de Egipto", anunciitndonos, a la vez, que acaba de pu-
hlicar su ohra "La Defensa ~aci()nal y los problemas
militares, subre el equilibrio y sus leyes dentro del Conti-
nente" .... Pero no sabemos hasta qué punto haya podi-
00 ir con acierto el autor, si no se da cuenta, porque
l;t pasiÓn lo ciega. de que nada valen para Chile, den-
tro ni fucra del Continente, las leyes del equilibrio, co-
- III -

mo no tuvieron valor las de la guerra, ni las c¡ue guar-


da ese tesoro sagrado que en todos los países cultos
denominamos Derecho 1nternacional.
No oculta tampoco justos temores, en heneficio de
su cliente, el señor PauHier, a la prePiencia intempesti-
va de un atleta en el picadero, y reniega, desde ahora,
de que pudiera ser el mismo Cjue se empeña en mante-
ner las leyes del equilibrio en este y en todos los con-
tinentes, en el mundo!
y así, aludiendo a las provincias ya redimidas en
Europa, y las nuestras irredentas, dice que conviene
"llamar la atenciÚn sobre la imposibilidad del paralelo
que tanto les agrada a los peruanos, y por medio del
cllal tratan hoy de atraer una verdadera illf('r1'CIlCÚJIl,
('xtrailll a las cosas dcll)acífico, ,\' a r(,lIlo/q/lc a [{'¡ISOIl,
ll1/llqU(' COII IllllCflaNc desmcdro de los idcales amcri-
"
callos.
Con que ¿ teneis miedo a una interH'JlcÍÚn, extraíia
a las cosas <Id Pacífico?
Os lo creemos, señor Paullier. :\riedo se tiene cuan-
do la concicncia se halla élf ectélda, empeñada: y aun-
que no pretendemos leer en el lihro de In~ futuros des-
tinos del PerÚ, nuestra amada patria, casi JlOSa\'entn-
ramos a sost<.'ner que con o sin la inter\"(~nci¡"¡n que
tanto acoharda él Chile v a todos los instrumentos de
que en su angustia se sirve, y que no es extraña a la.s
cosas de Amt-ric;l, como no lo ha sido a las de Europa,
TarapacÚ, Tacna y .\ rica vo1\'er;l11 pronto al reg-azo de
su noble madre,
y no por las leyes del equilihrio .... , .... , .. , ...

(" El ('Ollll'I'(·io· '-- ~,~ d(' .\/¡)'jJ d{' Hll!l).


ARICA EN SUBASTA PUBLICA

Dos veces, henlos leído la curiosa carta que el gene-


ral }lvf nntes, expresidente de Bolivia y su actual míilis-
tro en la cultísitlla Francia. dirigen en respuesta al co-
mité formado muy cuerda mente eD París por distin-
guidos miembros de la colonia boliviana, con el noble
prop(')sito de de iender los legítimos derechos de su país,
dentro de los límites del orden internacional v los dicta-
tados de la sana !'azÚn, .
Para abordar el punto 'principal que aquella carta
o cartÓn contiene, necesitamos abrimos paso por entre
los "cien mil hombres, diez mil cañones y recursos eco-
n/)mico-financieros" que espera tener el compatriota de
l\lelg-arejo para que Bolivia apele él las armas: pues,
declara con énfasis admirahle, que "la era de las gue-
rras no ha concluido", y así "mañana (no dice a qué
horas) que los pueblos necesiten de ellas, nadie les im-
pediÓ hacerlas, porque el derecho y la justicia son co-
mo ]anu con dos caras, seg-Ún las oportunidades",
Est{t bien, señor l\Iontes.
Todo este iantasmÓn se levanta hueco a la faz del
mundo, para prevenir al PerÚ, que no debe oponerse éi
que no1i\'ia ejerza libremente "sus derechos sohre Ari-
sa, superiores a los de Chile y el PerÚ que la Naturale-
za y la Geograiía le han rcconocido", Y para sostener
113

tan extraña apreciaclOn, dice que "jurídica y política-


mente aquel puerto no es de nadie: purque su dominio
se halla en litigio y quien lo obtenga debe pagar diez
millones de pesos."
El gencral ~lontes e5tÚ enfermo. Xo Incurre en
error. sencillamcnte, como puede incurrir un hombre
cualquiera que goza de completa salud. Es ya enferme-
dad. y llIuy gran~, eso de echar a los cuatro vientos por sí
y ante sí, que la provincia de Arica queda en remate, y
a mayor ahundamicnto. que no se admitiril como posto-
res sino a dos países: Bolivia, por sn prupia cuenta, y
Chile CO\110 su genuino poderdante.
Desde luego, ignoralllos si para crear esta especie
de subasta (Iue llamaremos internacional. ha formula-
do el seI1ur ~Iontes fllgÚn reglamento, Porque a no ser
así. su mar;willosu proyecto. qnc, seguramente. le ha
de merecer justa celehridad, va a ser desestimado por
el Tribunal de las :\'aciones v vendrÚ a servir. al fin,
por carambola, para nucstro Asilo ('olonial de la ~lag..,
dalena ... , .
Parece, en medio de todo. que este lllilitar-políti-
co-c1iplomiltico se inspirase en las extra\'agante~ doc-
trinas de ridicula yiolenci<1. de aquel ministro origina-
lísimo de Chile en La l'az-¡ Konig, Abraham Konig!
de imperecedera memoria. Como ~l' recordará, Konig
le dijo ])1)1" entonces a Bolivia: "Que el litoral bolivia-
. 110 es rico \. que vale mucI10s m.illonl's eso lo sahe Chile.

Lo guarda' porque \'alc; porque si nada \'aliera, no ha-


bría interés en su conscf\'<1ciÓn", . " y ahora nos da-
mos con que el señor :\Iontes termina su respuesta al
comité de patriotas !>oli\'ianos. expresando que "nun-
ca ha tenid() ocasi('l11de emitir juicios sobre si el lito-
r<1lholi"iano es C(ISa de poco valor. y que harto sabe
qne si poco yalier<1 110 haln'ía sido codiciado" (/?)
:\'ada tendríamos que objetar a este arranque de
l.>
- II4

franqueza. Y aun c1-eeriamos que el mal de quc adole-


ce el general 1Iontes podría ser o resultar curable. Pe-
ro se disipan nuestras humanas expectativas, cuando
tropezamos de manos él boca con este bellísimo párra fa,
que pide, exige ya camisa de seguridad:
":\Iás tarde-dice el enfenl1o---o sea cuando :\rica
se incorpore a la soberanía boli,"iana, lo cual ningún po-
der, ninguna política ~abrÚn impedir, a //lC'/IOS q/le Ho/i-
,'ia dcsa/,arc:::ca" .
\'aya, vaya ~ Puede vi"ir tranquilo el buen señor los
días más que la Providencia haya dispuesto conservarlo,
pal-a mayor gloria y honra de su especie. y cuando llegue
el instante fclicísimo para todos los pueblos honrados,
de la reincorparaci(')!1 de nuestra amada Aricél a la sobe-
ranía del PerÚ, hemos de oblig-arle a cantar, con cien vi-
huelas españolas. ya (iue Bolivia 110 desaparecer;l. afortu-
nadamente, "agua .... de los" ... m.olltes ......•
Ilagamos ahora alguno¡;; recuenlos y algunas indi-
caciones al travieso general, seriamente: cuando haya
usted reunido esos cien mil hombres v esos diez mil
caílones. Arica se haJlará lejos de su ti;-ano. di~fr\1tan-
do de las suaves caricias del hogar, en donde jamÚs
dejaron de sentirse los latidos de su noble y aherroja-
do corazÚn. Entonces. no quedándole él usted otro ca-
mino. pÚng-ase al frente de los cien mil hombres y los
diez "mil caiionc,;, y con ese ejército, bastante al)]-ecia-
1>le.abra usted campaíia sin pérdida de tiempo. contra
Chile. v no sÚlo ..\ntofag-asta. sino los ot ros puertos que
a<¡uélle arrebatara a B:llivia desde hace cerca de ochen-
ta años. volver;'ln a darle salida al mar a su país, esa
salida al mar correctamente anhelada. pcro que por
medios indccorosos, injustos y torpes pretendcn algu-
nos ofuscados en vano conseguir.
; :\0 sabe cl señor general :\fontes que hasta el año
de rR.p nadie hahía tttrhado la tranquilidad del puc-
- IIS -

°bIo bt)liviano, y que Chile lo sorprendiÚ cierto día lan-


zándose por el desierto de Atacama él quitade, como
le quitó, el puerto de La ~rar?
¿ Xo sabe el señor general l\Iontes, (¡ue a renglÓn
Reguido de ese atl"Opello, Chile privÓ a su país del puer-
to de Cobija, y que la fragata "Yanequeo" iniciÓ el
despejo cargando allí salitre y marchándose luego sin
pag-ar derechos de aduana, ni siquiera el valor del car-
gamento?
¿ X o sabe POl- último, el señor general ~rontes, que
el I4 de abril de 187<)una escuadra chilena sc present,',
frente a Antofag-asta y no volviÓ este puerto a "er
flamear en sus oficinas el pabelIÚn holiviano?
¿ Y no comprende el señor gencral ~Iontes, quc, co-
mo lo ha declarado en documento pÚblico el estadista
chileno Konig, y se lo estamos demost¡:ando con la his-
toria en la mano, Chile se propone no dejarle nunca a
f:olivia puerto propio, para ahogada en el momento
que juzgue necesario a sus altos intereses? ¿ () cree por
ventura, que dehe su país darse el placer de quitarle
al PC¡-Ú, directa o indirectamente el puerto de Arica u
otro p¡-Óximo, para <[ue a él se lo quite Chile cn scguida,
cuntando, por supuesto, con que "la era de las guerras
no ha concluído"?
Es inconcehihle que haya un boliviano, uno sÓlo,
que conociendo la perfidia y ultrages de que ha sido
Jsicmpre víctima su país por parte de Chilc. no aspire
a un acercamiento sincero y est recho al PerÚ, hcrmano
leal en todas las épocas amal-gas, y que p' ,r el contra-
rio, se yerga con insolencia para amcnazado quijotez-
-camente, diciéndolc: "sÓlo que Bolivia desapareciec;c,
no serÚ mañana A rica incorporado a la sohcl-anía boli-
viana": a lo que cualquier peruano contestaría: "sÚlo
qnc el PerÚ desapareciese, .:\rica dejaría de ,"olyer ma-
ñana al seno de la madre comÚn".
- 116 -

Todos estos desplantes del exprcsidcnte boliviano


obedecen, no cabe duda, a los tejes y manejes de la
cancillería chilena. Así sucediÓ, en efecto, cuando en
años pasados comenzÓ a anunciarse que el fallo arbitral
de la RepÚblica Argentina en nuestros asuntos con no-
livia sería adverso a ésta. \'i\Tn allí, para vergiicnza
de otros, k,s cablegramas de julio de I~O<), cuya clave
descubriÓ nucst 1'0 cÓnsul en Valparaíso señor Oyangu-:
ren, en los que avisaba a su gobierno, e] p]enipotencia-
rio boliviano en Santiago:
"Chile 110Sgarantiza la victoria, nos da dinero, ar-
mas, jefes y gente. Es ]a ocasión de realizar el ideal de
nuestra salida al mar".
\' para que el anzuelo no se viera-pescadores vie-
ios, al fl11---lo cuhrieron con este trozo de tierna car-
i-Iecilla de cabrito:
"Chile nos proporciona la ayuda del Ecuador y del
Brasil, y la neutralidad de ]a Argentina".
Era poco ofrecer, ciertamente. Y m{ls aún, sin C0111-
pensaciÚn de ningun~l clase, por purísimo amor, amor
que tanto distingue a Chile en sus relaciones con los
demás hermanos en Cokm. Porque el cablcgrama que
estamos analizando contiene estas tentadoras frasesitas:
"Chilc 110'pide nada. Ruega indicar inmediatamente
si se necesita hasta un millón de libras, o más".
¡Cuanta gcnerosidad! Diríase que Chile es el padre
bueno v afectuoso dc'la gran familia amcricana, el vigi-
lantc e~forzad() de sus intereses v de su honor.
Pero luego, tras el letargo clulcísimo que los hala-
gos producen. entra él ejercer su acciÓn destructora el
veneno: pues el insidioso despacho concluye así:
"Diga si puede dar por garantía alguna entrada
aduanera. u otra cosa" .....
Con todas estas vicias artimañas, obtuvo Chile lo
que deseaba en daño dei PerÚ; y los armamentos ofre-
- Il7 -

ciclos, la gente de empuje, los oficiales, la ayuda de unos


países y la neutralidad de ot ros, clmillÓn de libras y todo,
todo ftté a caer, como era natural, en un saco roto .....
¿ Pocos perjuicios sufri(') el PerÚ, por no herir a Bo-
1i"ia, entre los aÚos de 1~-+O al ...¡.K? ¿ Tiene noticia de
esto, el HetlOr ~fon.tes?
Chile se ofrecil') como Illediador primero, el .p, para
que Bolivia solucionase sus astlntus con el \'erÚ. Hu-
biérase imaginado cualquiera, que este acto ohedecí¡t
a inspiracione.'i elc,·adas. a la absoluta buena fé y rec-
tit ud del mediador. Pero a poco de eso, la mano negra
de ,\mérica hacía surgir nuevos contlictos: lloli,'ia, no
sólo echaba al cesto el conciliador tratado de Puno, sino
que se aprestaba él enviar un ejército que le ascgnra-
se la posesic'l11de ~ Ioquegua.
Chile, entonces, de mediador que había sido, presen-
t[¡base ya como intern'ntor. El objeto era il1lpedir que
el 1)erÚ viviera en paz ClIII I ;olivÍa: por ese medio, an-
dando el tiempo, ;HII]¡OS países tenían que caer e11 las
redes de la desmedida ambiciÓn de sus enemigos.
\' cayeron, C11 parte.
Sin cmbargo. nada de estu quiere entender, o IW le
conviene entender al seiior :\ Iontes. E:;tÚ realizando
en Europa un;1 labor odiosa, criminal, anlipatri(·'lica.
ConnacÍonales suyos. de las altas clases, se la reprueban
a cada instantc. v cuan dI) quiera enl1lenda r rtllllhos,
caerÚ él, que serb lo <le menos. pero habrá restado
prestigio a su país. Chile. como lo define su propio his- •
tmoiador GÚngora :\larmolejo, "es una faja angosta y
larga de tierra a la manera de una vaina de espada",
y a todo evento se empeI1a, desde <¡ue la 1~t'pÚhlica .\ r-
gcntina lo hizo lihre, en su ensanch~ territorial a ex-
pensas de sus vecinos: y "a, como el falso mendigo del
cuento, pasito a pasito, ya humilcle con los patrones,
ya altanero con los menores, hasta conseguir quién sabe
- 118 -

qué ~esastrosos resultados para Bolivia y otros pueblos.


1 enga presente el señor general .Montes que, ese
inicuo tratado de límites que le impuso Chile a su país
en 1~66 Y por una de cuyas cláusulas "se compromete
a no arrendar tierras, ni enajenar jamás su soberanía,
~in la venia de Chile", fué el resultado, también, de ha-
berse dejado adormecer algunos funcionarios bolivia-
nos con el opio mapochino de que hcmos hablado en
otros artículos; v así como hoy, bolivianos ilustres co-
1110 el senador S~avedra, el novelista Canales y los quc
forman en Paris el comité de defensa nacional, traba-
jan con ardor patriÓtico por cruzar los planes de Chi-
le. así también trabajaron entonces, durante veinte
ailos, los hÚbiles estadistas don ~\Ianuel :Ylaría Agui-
!Te. don Casimiro Olañeta, don :\Ianuel l\Iacedunio Sa-
linas, autor, entre otras obras, del "Derecho de Boli-
via a la soberanía del desierto de Atacama" y de "Im-
pugnaciÓn a la cuestiÚn de límites entre Chile y Boli-
via"; y, por Último, el doctor don Tomás Frías, dos
\"eces presidente de la repÚblica y a quien por sus ex-
traordinarias dotes de saber y de moralidad pÚblica, le
llaman en su país "el ~VÓslzillgtoll boli'Z·iallo".
Todos estos grandes hombres no pudieron vencer
ante la propaganda ruin, mentirosa, ridícula y todo lo
que se quiera, de Chile, pero tena'z, corruptora y qu~
llc\'ó al convencimiento del mundo la nota i~ritantc
de que Bolivia era "1/11 país agrcsil.·o -" usurpador de
• li 15 territorios que el rey de España había concedido a
su conquistador Pedro de Valdivia"!
Si el señor general Montes no está, pues, enfermo,
medite un poco sobre estos hechos de la historia de su
país, que él conoce mejor que nosotros, y no estorbe la
acciÚn de la justicia que, Dios mediante. ha de caer
pronto sobre los opresores de la humanidad, sobre los
malvados!
(" El Comen'io' '-13 de Junio de 1919).
PERU, CHILE Y BOLIVIA
LA ALIANZA DEFENSIVA

1\05 da "El Comercio" en SU ediciÚn de ayer la tra-


ducciÓn de un artículo publicado hace poco 'en un pe-
riÓdico de París y que comienza así:
"En estos Últimos días. el señor ministro chileno
en Francia ha tratado de probar, con laudable celo pa-
t riótico y acudiendo a documentos secretos emanados
de la cancillería de Lima-pero cuya autenticidad no
nos garantiza-que el PerÚ y Bolivia habían pactado
tt11a alianza ofclIsi'i'(/ \' dcfcllsÍ'i.'Q contra Chile. a fin de
despedazar1o" o o o ., - ..
Como esta especie, de mala entraflél, se lIcya por los
agentes chilenos a la prensa europea para fundar la
ag-resiÚn de que bizu sus víctimas él los dos paises men-
cionados, en 1 87lJ, conviene, y así lo vamos a hacer bre-
n'mente, fijar el punto en el terreno y forma que corres-
pl mell'o
El tratado no fué de alianza ofellsi'i'Q .\' defcllsÍ7..'Q,
sino simplemente de alianza dcfcIIsi'i'o. y no contra Chi-
le. ni contra nadie, ni \llenOS, muchísimo lllenos, para
(kspedazar él país algUlio .
.,1.as repÚhlicas de Bolivia y el PerÚ-dice el docu-
mento en cuestiÓn-deseosas de estrechar de una \ll<t-
- 120 -

nera solemne los vínculos que las unen, aumentando


así su fuerza y garantizándose recíprocamente cienos
derechos, e:;;tipulan el presente tratado de aliall:::a de-
fel/si,'a".
y por si esto no fuera bastante copiamos en segui-
da los artículos () cláusulas que con mayor claridad lo
confirman: "¡\rtículo 1."-Las altas pa~·tes contratan-
tes se unen y ligan para garantizar mÚtuamente su in-
dependencia, su soberanía y la integridad de sus teni-
torios l'espectivos, obligándose en los términos del pre-
sente Tratado a defcnderse de toda agresiÓn exterior,
bien sea de otro u otros Estados independientes, o de
fuerza sin bandera que no obedezca a ningÚn poder re-
conocido.' .
Esto dcmucst ra que amhos países ,'ivian alarmados,
temían una agresiÚn y les era urgente unir sus fuerzas
para dcfender su soberanía y la integridad de sus terri-
torios: y el tiemJlo se encarg<"J de probar que no eran
infundados SllS temores. Por lo tanto. es insensato sos-
tener que el tratado iba "contra Chilc", y no para de-
fenderse de Chile, en lo que cualquiera les concedía en-
tonces-y les concede hoy-la mÚs absoluta razÓn y
acierto.
El inciso l." dd artículo 2." rohustece la idea del pe-
ligro que los amenazaba monalmente. 1'orquc dice, de-
terminando los casos de necesaria de fensa :-" En actos
dirigidos a privar a algunas de las altas partes contra-
tantes de una porciÓn de Sil territorio, con ánimo de
éll)l-opiarse su domillio (l de aderto a otra potencia".
¿ DÓnde est;'tn, pues. los propÚsitos de herir, de ata-
ca1-, de ofender. si todo el meollo del tratado consistía
en buscar la manera de impedir que algun hermano in-
digno les arrebatase su propiedad legítima. su derecho
a vi ,-ir en paz:' ¿ O les serÚ acaso prohibido a dos veci-
nos reunir medios de dciensa cuando entrada la noche
-- I 21 -

sienten pasos en sus techos y los per1"l>s fiele:-i au11an? . ,


Veainos el artículo 5.o-"~ombrarÚI1 tamhién las
mismas partes, Plenipotenciario::; qne ajusten, pnr pro-
tocolo, los arreglos precisos para determinar los sub-
sidio:-i. lils cOl1ting-ente:-i de fuerzas terrest res v marí-
timas, o los auxilios de cualquiera cla:-iC que del;an pn)-
curarse él la l<'t'pÚhlica ofelldida o (/yrcdida .. la manera
CÚllIO las fuerzas deben ohrar \' realizarse lus auxilios,
.Y tndo lo dem:'ls que cOlwenga Í)ara el mejor éxito de la
de(clIsa."
, Esos cOl1tingentes de fuerzas, esos auxilios y hs
medidas a que se hace rcil'rel1cia, son C011!o se vé, para
el caso, esperadil por ellos ciertamente, de ser agredido
uno de los dos países, Y tan l'\'idelltc t'S que lo espera-
han, que el artÍcnlo ()." dispone :-" Las alta:-i partes con-
tratantes se ohligan a sUlllini:-itrar a la que fuese ofen-
dida o agredida, los 11!edios de defcnsa de que cada una
de e/1as j/l:.:-:Y/lC }l(li..lerdisponer: aunqne np hayan prece-
dido los arrl'glo:-i que se prescriben en el artículo ante-
rior. con tal qlle el caso fucrc, a sU juicil', urgente."
Ik todo esto, lingil') Chile una malicillSa zozobra,
declarandu quc tal tratado era una pro\',¡cacit'm él 10:-;
países hcrméinlls, ~jn embargo, la RepÚhlica Argenti-
na, Brasil, Colombia, ningÚn pueblo del ~ur se lllo\'i<'¡,
ni siquiera pidih aclaraciÚn o detalles sohre lo aconte-
cido. Y como no produjo alarm:1 en ninguna parte este
l>:lsO de relali\'a seguridad para detener al a\'l'zado ma-
landrin. Chile hizo hincapié en el artículo adicional del
tratado, que dice :-" El presente tratado dt, al¡¡¡lI::;a dr-
lCllSi';'(l entre Bolivia y el PerÚ, se consel"\"ar;l secreto
mientras las dos altas partes contratantes, de comÚn
acltenlo, no estimen lH.'ccsaria su puhlicaci"l!1,"
¡Como! Tratado de defensa y todavía secreto! ex-
clamaban con ira incontenible los diaristas chilenos \'
los miembms de las dlmaras legislati\'as, .-\qu('110 er;l
. lo
- 12.?-

una infamia; porque el PerÚ estaba obligado a n9 defen-


derse de Chile, jamás, y también a. no guardar reserva
en sus asuntos internacionales, con perfecto e indiscu-
tible derecho.
Si fué incorrecto el proceder del PerÚ v Bolivia al
ajustar un tratado de alianza dcfcl1si';'O y" mantenerlo
~n secreto, segÚn lo afirma este "Diablo Predicador"
que da tan mal ejemplo al mundo de ColÓn, ya a de-
cirIo el lector.
Todos sabemos que el inmortal argentino, sabio y
justo, José de San :\lartín, envolviÓ a los ejércitos de
Espai1a en Chacahuco y .:\laipÚ e hizo lihre a Chile, C1"í
horas que no queremos calificar. Pues ¿ qué se imagina
el lector, que fué la primera gesti('ll1 de Chile por aque-
llos días en que recien aspiraba el delicioso ambiente
de la lihertad, que aÚn era un grave problema para el
PerÚ? .... Iniciar trahajos para celebrar un tratado
de alianza dcfcJ/si7.'a con el PerÚ: y conservarlo cn sc-
creto, como sucediÓ,durante los diez ai10s que nece~í-
tI') para llevar a cabo nue\'as maquinaciones encamina-
das a darnos sobre seguro la mazada.-El 23 de diciem-
bre de 1822 flnllÚbase en Santiago por el ministro pe-
ruano Caven) y Salazar y el canciller don Joaquín Eche-
varría, el pacto anhelado por nuestro entonces encu-
bierto cneniigo () sea: "un tratado de alianza íntima y
amistad firme \. constante (i j j !!!) para su defensa
comÚn; para la" seguridad de su independencia y liber-
tad, y para su hien reciproco y general, y para su tran-
quilidad interior, obligándose a socorrerse mÚtuamcl1-
te (¿?) Y él rechazar en comÚn todo ataque o i~1\'asi(~n
que pueda de alguna 1I1anera amenazar su eXIstencIa
política", scg-Ún In indica el artículo 2.° '{ el artículo 10
,·a más lejos en las ventajas quc de este tratado cspera-
ba Chile,· incuestionahlemente.-"Ambos Estados-di-
re-no sÓlo se ohligan a dcfcnderse contra agresiones
- 12 3 -
externas, sino también contra los hombres turbulentos
y sediciosos, y enemigos de los [/obiernos legítimamente
constituídos", (Es decir, el PerÚ, cuando estemos apu-
rados con alguna gresca casera nos ayudará, también,
a salyar.)
SÚlo en 1832 vino a cunocerse el rderido tratado;
pucs, nccesitaba Chile poncrIe una cuñita. porque an-
daba en ciertas acechanzas con otros vecinos. Pero sU
representante en Lima, don Pedro TrujiJlo que tan al-
tos puntos había alcanzado como orador en el -Congreso
Constituycnte de su país en 1823 y como miembro del
gobierno seis años después, no pudo persuadír de la ur-
gencia de la cuñita a nuestro Plenipotenciario, el ilus-
tro clérigo mÚs tardc arzobispo. don Francisco Javier
de Luna Pizarro, quien. hÚbilmcnte, cludiÚ el ardid del
otro ncgociador aSllstÚndolo con lo mismo que tiene hoy
asustado a Chile: "en caso de no poder arreglarse en-
tre si ambos países, en las diferencias <¡ue en el día exis-
tan o en adelante pudieran existir, se apelará al juicio
del Presidente de los. Fstados Unidos de A/Ilérica".
Véase, pues. si no es una calumnia g-rosera. desnu-
da de todo ingenio-(olllo suele suceder en los que tan
pérfida arma emplcan-lo que dice al mundo el minis-
tro chileno en Francia.
Celebrar un tratado de alianza defen;-;inl entre dos
() más países es un acto perfectamente lícito. y se rea-
liza por lo comÚn cuando. como les acontecía a nolivia
y cl PerÚ. hay un mal enemigo que busca caminos ex-
traviados para sorpt"Ctl<lerlos y \'cncerlos. España ce-
lebrl) tratados de alianza defensiva con Francia, en
172 t ; C( I >r\ng-al. en 1778; con Rusia. en 1R 12 V con
l\1 l(

l 'rusia. d(}s at10s después. Y hasta ¡\kmania sé ali;)


CIIl1Francia para la recíproca defensa. por cl tratado de
30 de abril de 1725.
El Pen't y Dolivia se unieron para defenderse; esto
- 12-J--

~s cierto, muy cierto. Pero, puehlos de car:1ctcl' pací-


hco y quc no conocían el hambre, dcscuidaron por com,
pleto su ddcnsa confiados ciegamente en su derecho v
desentendiéndose. con nobleza que Ics honra, pcro qn:~
los ha llevado a la ruina. de todo cuanto consideranm
chisme o mala voluntad hacia Chile.
Tan sincero fué siempre en sus compromisos el go-
hiemo del PerÚ, para con el de Chile, que al fundarse
el1 18.72 la ('ollJpañía Sudamericana de vapores, con
asiento en \' alparaíso y mayoría de socios chilenos, ac-
ccdiÚ, por decreto de 23 de Octubre de dicho año, a los
deseos de la compailía. no entorpeciendo la aprobaciÚn
del artículo S." del contrato que esta hahía celebrado
con el gollierl1o de la },Ioneda y que textualmente dice:
";\ r1. S,O Poner a dis]Josici(\n del Cobierno de Chile los
bw¡ues .Y tripulaciones de la Compaiiía para el desem-
peño de cualquiera comisiÚn de !}ltcrra, cada vcz que el
(;ohie'rno lo exi,ia: entendiéndose que puede aquel po-
ner los huques. y tripulaciones al II/al/do de los oficia-
les de! h·slado.·'
Pues el momento de la lucha lIegÚ, yesos vapores
t ra:-;ladaron elementos dc guerra a .:\mofagasta y nu-
merosos espías al PerÚ; usando, ademÚs, con admira-
ble quietlld. la handel'a inglesa, cuando no la nortea-
mericana. por cuya razÚn, en uno de esos viajes. el mi-
nist 1'0 de los Estados Unidos mandÓ que el "Loa" arria-
se el pahellon quc indebidal1~cntc ostentaba.
Solo tres semanas después de declarada por Chile
la guerra al PerÚ, es decir, el 27 de Abril del 70, cuan-
do ,'a ha hía su frido es te país las primeras ingratas
con~ecl1encias de su noble proceder, anu¡;tronse las con-
ccsione,,,; (ltorgadas por nuestro gohierno.
\' a pesar de todas estas pruehas documentadas, la
cancillería chilena tienc, y la ha tenido siempre, la :1tl-
12 5 -
dacia de sostener qiH' "Chile fué arrastrado a la
guerra" .. , ..
Ese afan desmesurado por convencer, f) entrdener,
a los demÚs países, mientras consumaba el vi] y precon-
cebido atentado, lo apoyaba Chile en un scnieio acti-
yísimo de prupag-anda periodíst iea, dispendioso e inde-
coroso. pero que en conjunto le rendía el anhelado fru-
.to de nuestro (k~1>restigio en el Exterior, tan necesario,
préviamente, para ahogar nuestra voz y reducirnos a
la más deprimente situaciÚn en caso de alzarla. Así se
explica eÚmo. apenas al1l1l1ciÚ. en su nÚmcro del g de
Julio de rK80 "La T1l1Qraci('m Española y :\.mericana"
de :\ladrid. que el COllyreso de ~·ll1lcri(allisfas ~e ins-
talaría allí en Setiembre del siguiente ailo, y los fines
<[ue perseguía, se le presentaron agentes chilenos con
retratos y clog-j( lsa~ cn'micas de los homhres pÚhlicos de
ese país, est illlando, tal \'ez, que Espafia. y en general
todos los lectores del interesante semanario. resulta-
rían. a la postre, adllliradores de esos titanes de la con-
tienda, con lo cual el nÚmero de adeptos. ciegos. <ttllllen-
tal"ía.
El primer rctratn que se ve, es el de Don Hafael de
Sotomayor. :\Iinistro de Guerra en campaña y fallecido
días antes de la hatalla de Tacna. En la nota in forma-
tiva, se lee (pÚgina ~3): "El Sr. ~I()ntt. de Santiago de
Chile, se ha servido remitimos esta fotografía" .....
Luego. "iene la figura del suce~or de Don Ra fael o sea
Don José Francisco \'ergara que cuenta entre sus ha-
zañas el haher \'encido con su clivisir'Jn, en .~\gua San·
ta, al héroe peruano Comandante SepÚ h'cda que por
110 rendirse pereci/l con los seSCllla y cuatro soldados que
le acompai1ahan en ese instante. Y en la nota in formati-
\'a (pÚgina 17 -t) se lec: "El Sr. D, Ral11('m Dalmaceda,
de Santiago de ('hile, al remit irno~ la íotogra fía del
nuevo :\ r in ist ro, !lOS comunica que el nOll1hrallJien to ha
-126-'

sido m'uy bien recibido en el país." Por último, brilla en


la página 340 de la colección del periódico español, el
tipo repelente del General Don Manuel Baquedano, otro
g-enio de la guerra, nacido en A ral/co .... en rR26, que
incendió Chor;rillns, Barranco y ~1iraflores valerosa-
mente, en reñido combate con los ranchos vacíos .
La nota in formativa dice: "Debemos estos datos, v la
fotografía a la atenciÓn del Sr. B. García Valdivicso-.
2iudadano chileno ..... "
Consignamos los precedentes detalles, de incontes-
table veracidad, porque nímios al parecer, dan no obs-
tante mucha fuerza al punto que sostenemos.
Esos millares de héroes peruanos que cayeron en
los campos de bata1\a durante los cinco años de guerra,
sin armas, desprovistos de todo, mal alimcntados, con
'estremecedor frío y s(')lo animados por el amor a la pa-
tria cu \,0 honor sah'aron, no habrían necesitado de \ra-
tados de alianza ofensiva. entonces ni nunca, pai'a agre-
dir v castig;¡ r a sus enemigos: 10 habrían hecho, desde
rem~)tas épocas, en hreve ticmpo. con brillantc éxito y
!'in hombardear puertos indefensos en altas horas de
la nochc, ni "repasar" heridos, ni ofreciendo a la sol-
dadezca ébria y desalmada el saqueo y violación de los
dignos y encantadores hogares santiaguinos, tan dig-
no-s \" encantau<)l'es C0l110 los de Lima.
(" F;¡ ('Olllt'!"";'" '-,~-! ,\,. Junio .1.· 191!l\,
CHILE EN EL TRAPECIO

Desde hace y;trios días, publican los pe¡-iÚdicos de es-


ta capital di\'erqs informacioncR cahlegridicas de ca-
rácter internacional, todas ellas l'e fcrcnks a l1tlestros
asuntos pendientes con Chile; pues aunque yicl1(,11de
Holiyi;t, :\rgentina, Colomhia, el Ecuador " los Estados
Cnido:-;, cm;'Trgen hacia el mismo punto: es decir, al
llamado "Prohlema del Pacítico", ctlva suluciÚn <Idi-
niti,"a se aproxima, para la maYtlr (íicha .\' completa
tranquilidad de :\mérica.
Desde luego, la hermosa il1iciati,"a (le] desorden ha
partido de Chile, :'\n queremos saber si es ciertu o no
que anda en coloquios amorosos cun Boli\"ia. o(recién-
dole Jo que ha dicho oj-icialmcntl' que 1lt1llc;l le dar;'!:
salida al mar. Tampoco pretendcmos saher si ('hile juz-
ga () no correcto que el canciller Porras, del l'ertl, le
pida al canciller C;utiérrez, de Bolivia, una declaraci,'m
amistosa sobre si "el gohierno de Bolivia ha cclchr;tdo
Ú est;'t por celehrar con el de Chile un pacto referente a
la suerte futura de las prm'incias peruanas de Tacn;t \"
Arica": ni menos tI'atamos de descuhrir si a Chile fe
han temblado las piernas cuando se le propuso "provo-
car unas l'ol1ver:-;acioncs ('ntrc el PerÚ, Chile y Bolivia,
bajo los al/spicios de los F.stado.'; Unidos",
Tud( t esto, y 111:'IS <¡ue juera, lo dejaríallJo:-; a un la-
- 128 ...
do, Pero como conocemos la urdimbre que Chile teje
habitualmente en estos casos, no podemos dejar de re-
coger de "La Razón", de La Paz, la versiÓn de que el
ministro chileno en ese país ha pedido a la cancillería
boliviana que diga "si su declaraciÚn sobre no haberse
celebrado tratado alguno acerca de la futura suerte de
Tacna y ..\ rica significa el rechazo de las propucstas
q/le ha hccho el gobierno de la ~Joneda al boliviano".
":'(0 cs nada ]¡) de] ojo .. " v lo lIeYaba en la mano".
A)¡ora bien; la dec;:;ntada habilidad diplomática de
Chile. que en castellano redondo y purísimo no es tal
. hahilidad sino perfidia, no le ha de haber permitido. po-
dríamos sustcncr]o con la historia en la mano, otra ma-
nera de inquietar a Bolivia en la actualidad, que la
acC)stumbrada en épocas anteriores. o sea, la de las pro-
puestas ....
Porque en eso de hacer propucstas. a t'xpensas de
lo ajeno, es Chile todo un poderoso, una gran naciÓn. V
esto de la cesi(~m de "una faja de territorio al norte de
¡\ rica", no es una non:dad, como lo "amos a prohar.
Por desdicha no faltan. ni han faltado en todo tiempo,
bolivianos desleales al PerÚ. o de cortos alcances. quc
han prestado atenci{m a las insidias del país que fué. es
y scr{t siempre enemigo cruel del sU\·o.
- Hagamos oportunas reminisccndas.
Había ya declarado la guerra Chile a Bolivia y el
PerÚ, el 5 de abril del 7<). sorpresi,'al11ente, cuando
se fOrll1{) en Santiago un bellísimo triu11\'irato para se;
uucir a Boli,·ia. separarla de la alianza defensiva que
mantenía con nosotros y yolteÚrnosla. Eran los tres pe-
lucones nada lllenos que don Eulogio Altamirano, doti.
Alejandro Fierro·-a la saz(m ministro de relaciones ex-
teri~)res-y don Domingo Santa ~raría. así apellidado
por una de esas anomalías tan COlllunes en la viña del
Señor. Se necesitaha el agente. el 11Icdi1l11l. que diría
- J 21) --

un espiritista y le pusieron el punto al holiyiano don


Gabriel Rcné ?\loreno, educado en Chile y huésped allí
durante largos allOS,
Los pormcnores de este a~l1nto son muy itsperos;
y por eso nos lilllitalll\ls a cunsignar lo pertinente de la
propl/csta que con fecha 2\} de mayo del a¡C\(¡citado lIe-
.\'ara René ~Iorel1o, por cncargo del canciller chileno,
al presidente de Boli\'ia, general Daza,
En dicha propuesta, después de (kclarar muy gene-
rosamente que "se reanudan las amistosas (?) rela-
ciones que siemprc ( !!) han existido entre ambus lme-
blos", y que "mientras dure la guerra con el PerÚ. 'Chi-
le proporciona rÚ él 1101i,'ia armas, dinero y demits dc-
mentos para el mejor ser\'icio de su ejércit(l", dice tex-
tualnlente una de las hases:
"3,"-C0ll10 la repÚblica de no1i\'ia ha lI1enesterde
!lna parte del territorio perl/ano para regularizar el S11-
)'11 y proporcil ¡l1arSe una cOllltlnicaci¡'l11 fflCil con el Pa-
cífico, de que carece al presente, sin quedar sometida a
las trahas que le ha impuesto siempre (?) el gobíerno
peruano, Chile 110 emharazarfl la ad<¡u1siciÓn- de esa
parte de territorio, ni se opondrÚ a su ocupaci('m def1-
niti\'a por parte de Dolivia. sino que, p\lr el contrario,
le prestaría al prescnte la mfls eticaz ayuda",
¿ Se ha fijado bien el lector ('11 la infamia, en el cri-
men internaciol1al que este modo de proceder entraila?
Afortunadamente, pens(')se con conlura en Bolivia
<¡ue una situacil'IJl semejante, dado el triuní{> de este in-
calificable atentado, habría de cOl1vertir~e el1 guerra sin
fin. con el PerÚ: y las cosas no fueron mfls aJJÚ, Ade-
11l;IS,ocho 11leses antes habían snrgido inexplicallles diti-
cultades cntre l:\llivia y el PerÚ P(>r un tratado de l'O-
111ercio que discutían e11 el seno dc la IIlflS cordial amis-
tad y habíanse descubierto que esas dil1cu1tades p!'e-
,-;entflrol1se inesperadalllCl1te a causa de la malévola 1a-
17
- 13° -
bar de Chile que estuvo a punto de llevamos a una lu-
cha con Bolivia que habría sido por todo extremo te-
meraria y que pudo evitarse mediante la buena fe del
PerÚ que suscribiÚ el t ra tado de 2y de enero de 1879.
. .Pero Bolivia no quiel'c tal vez convencerse de que
Chile, que ya la ha herido gravemente, 110 soltat-á el
corDo mientras no se lo haya hundido en lo más pro-
fundo del corazÚn. l' debe recordar que por aquellos
mismos negros días de la guerra "El }Iercurio" de \'al-
paraíso, del 5 de febrero de 18Ro, decía: "Usando del
derecho de la guerra y de la defensa internacional, po-
dría .Chilc areglar sus cuestioncs con el PerÚ y la Re-
p{'hlica Argentina a costa de Boli<.'ia" .....
:\lás tarde, e11agosto de 1<)00, Chile no tuvo repa-
ro en injuriar a Bolivia por intermedio de su repre-
sentante diplo\llÚtico en La Paz, el celebérrimo Kónig-,
cuyo grosero ultim[ttum produjo aÚn en Europa los
m[ls serio~ reproches. En Londres, especialmente, hi-
ciérnnse duros comentarios acerca de dicho docmnento,
él punto tal que don R:icanlo Sala~ }<)d\\'ards, secreta-
rio de la IegaciÚn chilena, hizo una publicaciÓn en "The
Outlook" procurando con nl,il falsedades y encogimien-
tos levantar los cargos que la prensa inglesa hiciera a
su antip;ítico país: con cuyo motivo "The Financier and
Bullionist" del 3 de noviembre de 1<)00, decía:
"FJ (!obicrno de Cf¡ile.~Chile está evidentemente
muv ansio:-!o de quitar la mala impresi,'JI1 creada en Lon-
<Ire~<;con el anuncio de que se esfuerz<:l en agitar con-
tienda en Sud América, enviando un uIt imátu1l1 ame-
nazador a Bolivia. Por medio del agente de Reuter en
~antiag'o, se nieg-a oficialmente que el ministro de Chi-
le en l~olivia hava usado de lenguaje amenazador hacia
ese país. En re:tlidad, Chile, en lugar de atemorizar a
~t1 déhil ,'ecino él la sumisiÓn, anuncia ahora que ha
ofrecido ha~e de cOI1\'enio. que se considera generosa.
-- 131 -

y aún está preparado para hacer sacrificios con el fin de


asegurar un arreglo satisfactorin. Es de esperar que
esta relaciÓn del asunto sea correcta, y que Chile dedi-
cará su energía al desarrollo industrial y pacífico ~n
lugal' de que asuma constantemente el papel de pertur-
bador de la pa:::en 5;ud .llIlérica·'.
Sin embargo, la nota de KÓnig no fué sino uno de
~sos desplantes de que se vale Chile cuando cree que le
temen. '{ esa apreciaciÓn le mel'eció tan extraño docn-
mento al háhil estadista argentino doctor Estanislao S.
Zehallos. "l.a nota del señor KÓnig-dijo--no es sin!)
la consecuencia natural de este sistema de diplomacia
de agresiÚn, illtimidaciÓn y palahras fuertes, .
La nota del señor l<Jl11ig-es t1na finta para la RepÚblica
Argentina. ?\o ha hahido el propÓsito de agredir a Bo-
li\'ia con las armas. La circular en que se dicen tantas
cosas inciertas, es la prueha de que no existiÓ el plan
de una guerra; y. si mi \'oZ tu\'iera eco en Bolivia y en
el PerÚ, diría a esos nohles puehkls: Resistid ~ :\n serci~
atacado~; y tal \'ez empieza la primcra jornada oe nte~-
tra salvaciÓn! ... , La nota del seiíor K/mig aparece
en momentos en que el PerÚ y Bolivia se acercan a la
l{epÚhlica Argentinél él estrechar sus relaciones, y Chile
ha dicho: amcnacemos él Boli yia y al PerÚ, int imidé-
mnslos para que rel rncedan y dejen aislada él la RepÚ-
hlica Argentina. y ~Iltonces no:'otros. operando de 11t1(.'-
vo sohre el PerÚ y Bolivia, s/)los y recelosos por la in-
triga pueril del lH1l'rto peruano ofrecido a Uoli,'ia cn
el Pacífico, podremos liquidar en detalle la situaci('l11
Esta finta vino apoyada (i S()1lciegos los que no lo \-en ~)
pnr el proyecto para la ~l(lquiHiciÓnde un gran huqlt~
de guerra para aumentar el poder de la escuadra chile-
na, pOI' la reclamaciÚn sobre nuestras guarniciones a11-
dinas y por las amenazas del Ecuador al l.\~rÚ, como
- 132 --

elementos de intimidación contl-a la República Ar-


gentina ".
e ~ o es \'crdad, pues, que los acontecimientos que
hoy se desarrollan entre nuestros vecinos del sur y del
norte, S\ll1 los mismos de que estamos haciendo fiel y
4 )]lortun" recuerdo?
.Allí estÚn los ajetreos de ordenanza, por parte de
la rancil1ería chilena cerca de las del Ecuador y Colom-
hia. Ya Chile les hahrit ofrecido, como a Bolivia en
cinco ocasiones, armas, acorazados, dinero y .... costa
.Y sierra del PerÚ con peces y mantequillas ..
i':\"(l es tan hra\"(l el león C01JlO él se Pinta".
Yesos países .. amigos nuestros, que pueden caer
en las redes in faustas que con tosca mano les tiende el
aciagu Caín, deben meditar mucho sobre su suerte an-
tes de dar un paso en cualquier sentido, impresiona-
dos quizit por la fama guerrera que Chile pregona, de-
hido a sus victorias ridículas. obtenidas siempre sobre
impnl\-isados ejércitos armados con fusiles de chispa
y en espantosa in ferioridad numérica, con hambre y
en casi completa desnudez.
CO!110 acabamos de citar al doctor Zeballos en esto
de las amcnazas de Chile para conseguir de los puehlos
que él con~idera insignificantes. lo que a sus planes con-
Ycnga. le cedemos la palahra. tamhién, en este pasaje.
El ilustre internaci(Jnali~ta, que no se anonadÚ cuando
Chile tratÓ de caerlc por sorpresa a la RepÚblica Argen-
tina, hiw pÚblicamente esta declaraci{m:
"Las lecciones de la hi"toria son demasiado elo-
cuentes y claras para que otros puehlos no las aprove-
chen. Téngo la convicciÓn profunda de que si pudié-
ramos aplicar los rayos Rontgen al examen de las con-
ciencias \' los proyectÚramos sobre la de cada uno de
los homl;res de Estado de Chile, veríamos que en nin-
gnno de c1]05 existe la idea de la guerra contra la Repú-
- 133

hlica l\rgentina como un 'propl')sito firme. sino C01ll0


plan de illtilllidaclcJll a los s~nsualistas de Buenos ,\ir~s.
como nos llaman. Es un plan que alientan los éxitos oh-
tenidos por ese pueblo desde ] K-l-,\; pero el día I.:n que la
1~~pÚblica .'\rgentina s~ resueh-a a hacer p(dítica ~nér-
gica y declare que no perlllitir~mos qu~ sea atropella-
do el ['erÚ. cuyo tratado de .\ncC'l11 dehe cumplirse leal-
mente; ni que se disuch-a 1:oli,-ia. porquc no admiti-
remos otras l'lH_'stiones de límites. adem;'ts de la ya so-
metida al ;'trbitro; cuando nuestro país declare qu~ harÚ
cUi"llplir tranquilamente las decisiones y las kyes del
congreso y que no acepta reclamacioncs sobr~ la po-
sici('l11 de sus tropas en los Andes. donde permanece-
r;m siempre. si el ;u'bitro no manda que las retire; y.
en fin. quc solamente aspira a que la repÚhlica de Chi'\e
sea su amiga y la rcspcte. ent( l11Ces. est! 1)' persuadid()
de qUl' \"t'ndrit una mano con guante blanu) del Pacífico,
a tltlestro cnCllentro. y no nna espada deselwainada ~, .. "
¿ 1 Iahéis escuchado al gran pensador del Plata?
¿ Y no es grato a yt1est ro oído todo lo que acaha de
expresar sinceramente:-
Pues "a a deciros algo milS:
"ITe dedicado una pane de mi yida al estudio pro-
fundo de Chik (esto dehían hacer todos los hombres
pÚblicos del l'en'l) )' estoy cOlwcncido (le que su ci,-ili-
zaCi('l\l es en todo cnnn-'pto inferior a la arg-cntina. aun-
que sea un pueblu homogéneo y ,-iril: Lo COll11ZCO¡lien.
y digo que los ;¡rgentinos que han ido a Chile. y no han
,-isto que aquella t's una organizacic'lI1 l1\ltahle11lentc mil:,
dt;hil que la _\ rgent ina. han ido ciegos: y los que ~e han
s()hrecogido al1te 3. -l- o 10 mil soldado~ organizados
p()r un háhil olicial pntsiano, ol\'idan que para hatir a la
RepÚblica .\ rgel1tinél se necesitar;\n 200 mil hombres en
clmismo pie. Ol\·idan que ell Chile una moyilizaci('»1 ape-
nas de (jo.ooo hombres exige un año. y la de 200 mil es la
- [34-

muItipl~caciÓn .de los panes, inilagro que sólo Jesucristo


ha realIzado! Porque en Chile todo hombre que deja el
arado o el picacho del minero, produce la miseria de una
familia, y un ejército, causa la del país ..... "
'Esa política de intimidacióll que al Perú no le pn¡-
<lujo nunca el más ligero efecto, a Holivia la lleva y la
trae a su capricho. Pero es del caso, también, citar opi-
niones de estadistas bolivianos que la han mirado des-
deñosamente: el doctor Carrasco, por ejemplo, ministro
en el Brasil y cuya honrada y bien templada carta de
fecha 25 de febrero Último, dirigida a "El Heraldo"
de Cochaban.1ba, contiene estas importantes y juiciosas
declaraciones:
":\0 hay lÓgica en pedir lo ajeno--Arica y no 1\n-
tofagasta-invocélnclo el imperio de la justicia. Que 1\n-
tofagasta sea grande y prÓspera secciÓn territorial, es
una razÓn en favor de Bolivia. Eso es nuestro; nos lo
aITehataron por la fuerza y tenemos el derecho de re-
c1amarlo. Se enojará Chile, pero eso no l/OS importa. Su
enojo no nos traeriL ahora ninguna dificultad; no puede
lanzarse a mavorcs abusos".
"Creo que"' la opiniÓn de Chile debía tenernos sin
cuidado; porque en el momento en que ha triunfado la
justicia. nuestro derecho choca con sus conquistas, y es
el menos oportuno para contemplar sus intereses. Pue-
de molestarse, enojarse o rahiar: no importa. Es la ho-
ra en que, sin peligro, debemos hacer constar que no
renunciamos a nuestro litoral, y que no nos conforma-
mos con nuestra actual posiciÓn",
Esto decía dun José Can"asco en febrero, como se
\'e: \" en marzo siguiente, el doctor Patiño, residente
en l)arís y presidente del comité boliviano de propa-
ganda patri(',tica estahlecido en aquella capital, dirigía
al desequilibrado general Montes, los pÚrrafos que co-
pialllos a continuaci.'lIl, con lJlotinl de haberse permiti-
- J35 -

do éste pasar un memorial al gobierno francés dánd01e


a saber que Bolivia necésitaha la propiedad de Tacua y
Arica.
Habla don SimÚn Patiño:
"Afirma usted que Bolivia posee derechos superio-
re:-; a los de Chile v el PerÚ sobre los territorios de Tac-
na .Y Arica. La ;ola enunciación de cste pensamiento
hace temer que pudiera atrihuirse él Bolivia el propÓsi-
tI' de formar causa comÚn con los dctentadores de 10:-;
tnritorios del PerÚ y de Bolivia, para despojar al alia-
do de ayel1--quien sucumbi(") con clla-del territoriu
. que el vencedor conservó como prenda temporal. Con-
ceptuamos que tal actitud desprestigia nuestra cau:-;a
.Yoit-cce a Chile la oportunidad de sembrar la discordia
entre los pueblos unidos en este caso por la identidad
de sus ¡'ec1amaciones, tanto en su ori~en como en sus
efectos. Si los principios de justicia preconizados por
las grandes potencias están llamados él prc\"alecer. re-
sulta Bolivia renunciando voluntariamente a sus legí-
timas ¡'civindicaciones y privando al PerÚ de su oportu-
no concurso. De esta manera se libra Chile de dar cuen-
ta del despojo violento de las ricas provincias de Anto-
fagasta y TarapacÚ, usurpadas a Boli\'ia y al PerÚ sin
mÚs derecho que el de la fuerza, que es justamcnte ).)
que la moderna corrientc de justicia y equidad condena
«(jmo inadmisible",
Esto es :-;aber pensar y, sohre todo. mirar bien por
los propios intereses dentro del aureo marco de la ley.
y tampoco podemos olvidar la actitud nohle y en"ér-
gica que a causa de las amenazas de Chile, allá por
11)00, tomaron cn Duenos Aires los dist inguidos boli-
vianos Galvarro, lamhrano, A~carrunz, \' ;1squez y :\] (1-
lina Campero.
Fuerza constituye, es verdad, la voz de protesta ttm-
dada cn razon~:-; de gran peso. con que tan prestigios!,:-;
ciudadanos defienden el decoro de la naClOn. Pero esto
no ll<~sta; es necesario ulla accil"m más amplia, más in-
tensa v más ejecutiva. Bolivia vi,'c el año entre enero
y juni~), víctil~la de los requerimientos v ;lmenazas de
Chile, y entre julio y diciembre, de los ;ngañosos ofre-
cimientos y halagos de su ruin enemigo.-~osotr{)s lo
pasamos 1JJejor i porque la intenciÚn Péltril')tica est;¡ he-
cha: vencer (1 mori r ~
[Iemos dcsempo]vado estos viejos papeles, para que
Bolivia, de un lado, por la "intimidacil'l11" de que nns
habla el doctor lcballos, y Colombia y Ecuador. por
los ofrecimientos de lo que nunca ,'erÚn, acahen de per-
suadirse de que el peor camino que pueden tomar es
el de cnt rar en connivencias, ni para lo bueno ni para
lo malo, con ('hile. I.as "represalias" que de este país
temen los bol i,'ianos que piden la rei "indicaciÚn de An-
tofagasta. ni, se rcalizarÚn; porque el sistema de in-
timidaci('l11, el coco. ya no asusta a ning-Ún puehlo de la
tierra. La "ida internacional de Chile se ha deslizado
entre dar Slht(!:'i a los \'(~cinos y hermanos débiles, y pro-
meter las riquezas de otros a cambio de alianzas para
hacer lo que el vulgo llama ·'carga··montÚn" y ahrumar
con el nÚmero al que quiera desnudar. ¿:\o ha .preten-
dido. acaso, formar alianza con el PerÚ para ahsorher-
se a Ilolivia: ¿ y el PerÚ aceptÚ ni por un momento
aquella ruindad?
Ho\' IlliSllln, si cuatro o seis naciones latinas de
:\lIléri~a nos propnsieran alianzas para ultrajar a ntlCS-
trn propio HTdugo, las rechazaríamos.
La prensa de Quito se ocupa ya de una posible
alianza entre Ecnador, Chile \' Colomhia, v esto, aunquc
nos tiene Rin cuidado. 110 por" eso deja de "merecer nues-
tra atenci<'l11.
Pero, si tal rUlllor se confirma, han de penllitirnos
los políticos de aquellos países, que les aconsejemos,
- J 37 -

cuando asomc por sus cancillerías el tentador de oficío,


esta sencilla respuesta: "?\o perdais, ni 110S hagais per-
der el ticmpo: y en lugar de cedemos (:) 1 'iura, Caja-
marca, Lima v Callao, dccid a nlcst l-as autoridades de
las pr()\'incias' pernanas dctl'l1tadas criminalmente, quc
vayan limpiando y acolllodando sus cacharros ..... "

IK
¿TARAPACÁ. NO? ... ,.

Es U11 hecho que en La -:\Io11edahay en estos mo-


lllentos no pequeño desconcierto. Dícese que la misión
YÚñez 110ha rendido los frutos apetecidos; y además de
esto, que no es poco, el terreno que ya ganando el sali-
tre artificial, amen de la débil confianza con que los esta-
distas norteamericanos han mirado a sus sospechosos vi-
sitantes, se ha creado entre los dirigentes del ~rapo--,
eho una situaeiÚn peligrosa para lo que ellos llaman
"sus intereses", "sus pueblos" y todo aquello que es su-
yo desde el día en que nos lo arrebataron por obra y
gracia de nuestra buena íe y descuido.
y esa tihieza se explica: porque bien saben los hi-
jos de \\'ashingtoll que en Chile se les ha tenido siem-
pre muy mala voluntad, y que ahora se les hace mue·
cas por razones que todos conocemos.-Es lo mismo
que ocurriÚ cuando .-\lcmania se declarÚ vencida: en
Chile, g-ermanÚfik, hasta la médula, se le aclamaba por
calles y plazas, particularmente, los días en que las
tropas chilenas regresaban de las maniobras militares;
pcrt1 cuando aquel imperio se de11nlmbú, ChHc diri-
git')-o lU\'(J el coragc de dirigir-a los reyes de Bélgica.
un mensaje que tilul(') "de simpatía" y que aqui repm-
dnci11los textualmente. como un testimonio más de 10
que C,-; el país enemigo.
-- 139 -

o ' •.•.
-\ los soberanos <le Hélgica : a Su ~lagcstad victo-
rioso por su l1eroisnlO, inmortal por el honor, magni ti-
cn por la fe, se dirige estc humilde hOlllenaje dc un pe-
queño pueblo ql1C funda Sl1 seguridad en los tratados
;: que, desde 1(/.';primeras horas de la inyasiÚn, ha par-
t ¡cipado de cora,,::(íl/ las angustias y los dolores de aqllc-
I\os quc ast1lllieron la ohra redentora de la justicia y del
derecllOo-~luicran sus ~Iajestades dignarse aceptar-
la como modesta hoja de laurel de la corona dc gratitud
y de gloria <¡uc los belgas y el mundo ci\Oilizado entero,
les ofrece en este día".
y firman: "Ram{J\1 HarrÚs Luco, ex-presiden!!.' (le
la RepÚblica: Jorge :\lontt, ex-presidmte de la IÚ:pÚ-
hlica; Enrique :\Iac I\Tr, senador, presidcnte de parti-
do y ant iguo jefe de gabinete, Fernando Lazcano, se-
nador, ex-president~ del Senad(l",y siguen clCl/tu ochcl/-
ta -" seis f¡rma~ de l!linisl ros, representantes a Congre-
so, catedr;ltic(ls de l1nin:rsidades, diplomÚticos y cuan-
!lay de eln'ado en el elemento oficial y el social.
I':s tan grande el atcntado que ha cometido Chile
en .\mérica tOl1lando 1)(Ir asalto los pueblos del PerÚ
y Boli\Oia \' declar;'tndose a la faz del mundo dueños de
éllos, que '¡mlChos de ~lh homhres pÚ1Jlicos temolan In
al iniciarse lus t rahajos políticos encaminados a tal tin,
es decir, a consumar la conquista.
l.as sesinnes de la c;l1ll<tra de diputados celebradas
el .5 Y g de l'ncro de 1 ~~o, cl1ando. como ~e sahl', el ejér-
cito chileno ocupaba ya las provincias codiciadas, ftll:-
ron horrascosas. en este sentido, segÚn el ,,¡ )iari() de
los Debates" de e"a kg:islatura. El diputado Aliag'{(
,\lel11parte. don 1)ol11ingo, publicista de nota alta. di-
plomátic\l, poeta y cuyo" artículos de costumhres firma-
dos con el pseu(kJ1lil1l(, de "Juan de las \'i¡las" son el fiel
retrato de ·su propio país, propuso lo que sigue :-"J>ro-
yecto de acuerdo-La c[¡mara de di]lutado~ "cría con
- 14°
placer que S. E. e] presidente de la repÚblica sometiese
al congreso un proyecto de ley para il/corporar dcfi71iti-
,,'alllCl/tc en territorio de la repÚblica las regiones C01l-
quistadas y ocupadas pOI' las armas de Chile en ]a pre-
sente guerra: quedando sujetas dichas regiones a la le-
gislación ciyil, política y administrativa de Chilc".
Temb]aron, sí, temblaron los llI{lSconspícuus repre-
sentantes; pues, si ponemos dc lado a don Carlos \\"al-
ker .:\lartínez, que encontrÓ "aceptable y muy valiente
la idea "-valiente, por que allí no prendía pÓlyora-tc-
ncmos al diputado Balmaceda, José :\lanuel. mÚs tarde
infortunado jefe de la naciÓn, quien, emocionado, dijo:
"no es esta la hora oportuna para proceder a la declara-
ción que pidc su señoría, y, por este motivo, le niego mi
yoto"; tencmos al diputado :\rac-h'er que anunció enér-
gicamente que votaría en contra porque no se sabía
]0 que el gohierno pensaba a este respecto y que no era
la oportunidad de dar tal paso, fundándose solamente
en el "derecho de conquista"; tenemos al diputado Re-
yes que se oponc, porque, dice, "es mejor no antici-
parsc tanto" y por Último, tenemos a] diputado Artea-
ga Alempa1"te, don Vicente, hermano del autor del pro-
yecto. quien, temeroso de quc la conquista o roho de te-
lTitorio fl1ese rechazada, como debiÓ serio desde el pri-
mer momento, por los dem;ls países del continente. no
~e opuso, por cl contrario, apoYl') el proyecto. pero de-
jando constancia de que así procedía a causa de que
;'con e] correr del tiempo, podía suceder que cn el mo-
mento de afirmar la paz, las J/aciollcs anli!JQs, a título
de illtcri.'cl/cióII amistosa, influirían tal vez en contra
de los nrdaderos y legítimos intereses de la repÚblica".
Todo esto demuestra el estado de ánimo de aquellos
homhres al frente de tan delicada situaciÚn. Y por eso,
el célehre zorro don Domingo Santa ::\Taríé\, entonces
ministro del interior y que concurriÓ a dichas sesiones.
- 141 -

dijo que el proyecto era inoportuno, su discusión in-


conveniente; pidic'> a la cÚmara que no lo toma~e en
cuenta, porque "tiende nada menos que a resolver un
hecho que hoy no podemos c::dificar ni discutir y que nos
traería dificultades"; y, agregó, con su habitual mali-
cia: "fJ/lardclI/os silclIcic/',
1)e~de lucgo, todo fué inÚtil; la conquista se llevó
a cabo, y \'<m ya corridos cuarenta años <¡ue el PerÚ y
Bolivia se \'en privadus de sus intue~es \'itales, empo-
brecidos, ultrajados, reducidos a una situación deses-
'pcrante y todavía con la amenaza <le daí10 mortal irre-
mediable, si la chismog¡-a fía de los hombres pÚblicos
de Chile, chisl1lograiía asqnerusa y a las veces ridícula,
llegara él proc!m-ir sus criminales ciecto:;,
El 22 <le dicicl1l bre Ú 1t il11o, el senador Yéliíez ha di-
cho en su cÚmara, de regrcso de Eunlpa y los Estados
Cnidos, país c,stc hacia el cual dirigen hoy cautelosa-
IlH:ntl' toclas SllS miradas nuestros crueles cnemigos.-
"Considero indispensable que este negocio (el proble-
ma del J 'ací ¡¡Cl)) n, l sÚ11lse conozca cn el país sino tam-
bién en el extranjero y con la mayor Jluhlicidad posible,
porque es bUCllO que sepa la opiníc'»1 pÚhlica que no nos
hemos apartado del cumplimiento del tratado de AncÚn,
y que Chile aboga por su cstricto cumplimiento, porque
este tratado cOllstituye solamente el dominio de la pro-
vincia de TarapacÚ y nuestro derecho (?) sobre Tacna
y .\rica, Esto debe decirlo pÚblicamente el ministro de
relacioncs para que C/l lodo cl /l/ll/ldo se sepa cuit! es el
pensamiento de Chile con respecto a nuestro problema
del norte",
EstÚ bien .. \sí es, exactamente, el pensar y el sen-
tir del pueblo peruano: que cn todo el lllll/U/O se sepa
que esas tres prm'incias, que son desgarramientos in-
feridos en el alma nacional por el cÓnelor pérfido, han
de \'oh'cr al regazo materno en tal vez 110 lejano día,
- 142 -

y que si los caprichos de la suerte mantuvieran la con-


quista definitiva de esos nuestros legítimos dominios,
iríamos
.
a cualquier extremo, al más triwico h,
¡:>era, de
nl1:glt1~a.manera, ni bajo la presiÚn más angustiosa, po-
orla ChIle venCer nuestra firme voluntad.
y en cuanto a que "no nos hemos apartado del cum-
plimiento del tratado de AncÓn", segÚn afirma el se-
nador ,'áñez, va a destruir en seguida su falsa aserciÓn
un compañero suyo, senador como él, don Agustín R0ss,
quien, en el nÚmero ró de la Revista Chilena de Santia-
go, página '4<,), año de 1<)'~' dice: .. El plazo de diez
años para practicar en Tacna y Arica el plebiscito es-
tipulado, venciÓ en 18<,)3. hace 25 años. y ese acto no se
ha realizado. ¿ Por qué? En conciencia podemos afir-
mar. que 110 se ha realizado, porquc Chilc lo ha estor-
bado. oponiendo todo g-énero de dificultades y de expe-
dientes dilatorio:-;".
¿ Exig-iría acaso el sci10rY ;tñez voz más autorizada
<¡de la de 1111 colega suyo:'
;\[entira horrenda cs. pues, 10 que él ha dicho. Se
avanza mucho, no cahe duda, empleando la calumnia
y el eng-año, el cohecho, la violencia y dem{\s medios in-
dignos de los hombres y m{ts aÚn cuando han tenido la
fortuna--que así no la deseamos-de J1egar a las altas
esferas: pem tamhién. al ser descuhiertos en su obra
de ruindad. se hacen tristemente célebres, para los pro-
pios \' para los extral;os. Allí está la "Gazeta de :\oti-
cias"- de Río de Taneiro. de 2() de octubre Último, dando
su opini{m sobre- este asunto y presentando con singular
brillo, la honrada mano que tales líneas escribiera.
"Chile--dice-por mcdio de sus estadistas, no des-
cansa en la ingrata tarea de indispoJ1cr ante los países
sudamericanos él la repÚblica del PerÚ, víctima perma-
11/'lIf('/1I('lIlc ('xplotada .V csforsiol1ada por Chile en tc-
rritori( le; (11lC Ic pertenccclI y que hasta ho:y 110 !rall '(.111('1-
..
- 143-

fo a SIL poder. a pesar de la existencia de un tratado l/O


CII/llp/ido por los chilcl/os". Ya n~ Chile, por estas lí-
neas, que no obstante su empeilo de que "1'/1 todo el
111 11 11 do" se sepa que él ha procedido correctamente, hay
prensa honrada que le dice a todo el 1/lIIlldo. que eso
!lO es cieno y Ijue precisamente su conducta es mezqui-
na. es ahominable.
La paciencia se suhlC\'a, d alma nacional se agita.
la vida ciudadana experimenta g-randes conmociones.
y en medio de todo esto surge la idea de un misterio
que nadie alcanza a penetrar: el que encierra la t(l]c-
rancia de los mismos países que admiten el eng-año se-
ductor y se resignan él soportal' ofensas y pel'juicios PIl-
sitivos de todo orden. "para !lo contTibuir-segÚn ex-
puso tiernanH:'11tl' alguna vez cierta cancillería- a tur-
har la paz en Sud .\mél'ica", , , .. j C(\mfl si pudil'l'él sos-
tenerse con sinceridad qUt~ en Sud América reina la paz
desde ahril de I gil)! Estos cuarenta años representan
casi media "ida ant<')llo!l1a de los ¡mehlos que forman
esta pant~ del contincnte colombino, y durante ese lar,
g,'O lwriodo de tiempo, poco. I1l\lY )lOCOha podido hacer-
se por el adelal1to de cada t\l1\1 de ellos, debido Única-
mente a la guerra de conquista que en horas mengua-
das pal'a la _\1I1~rica iniciara Chile y qnc directamente
a Ullo~ e indirectal1lcnte a los c!eI1lÚs. 110 les ha \lermit i-
do hoy nliSlllo dedicarse serenamente a las grandes em-
pl'Csas. porque t iene11 Ck11tro del organislllo una mala
entraiia que les cansa dolllrcs e inquietudes c011stantes
y cada \'l'% 11l;'¡ s angu:'it iosos.
¿ Podía alguien sostellCJ-. repetil1los, qne en Sud
A Illt;rica se ha "i"ido e11 paz un solo día. desde aqnelb
época ~
:-':i siquiera el Brasil y la repúhlica .\rgclltina, na-
ciones que guzan de I1lcrecido prestigio y :'ion en todo
mÚs fuertes que el Caín del siglo XIX, han podido di~-
- T44 -

frutar de los beneficios inmensos de la paz, a partir


de esa fecha ingrata. Centenares de millones de pesos
le costÓ a la patria de San Martín, impedir que Chile-
no hacen cinco ]ustros y explotando ya las riquezas
arrebatadas a] PerÚ-desarrollara violentamente sus
secretos planes para llevarla a ]a ruina en recompensa
(j pago de la sangre argentina que en Chacahuco y en
~laipÚ, corriera a torrentes, para darle fatalmente, li-
bertad no merecida.
Los periodistas ..:hilenos tratan de demostrar que el
udio que, segÚn ellos, le tenemos a su país, es la causa
pude rosa que no permite arreglar este asunto y nevar
la paz al hogar amcricano. La causa poderosa no es el
odio, si existe, que sería muy natural; la causa podero-
sa y Única est;l en ]0 que sahen o deberían saber esos
mismos periodistas que hoy no son, en este caso, sino
los dignos defensores de la herencia paterna. La causa
está en lo que dice .,El lndependiente" de Santiago, de
l." de diciembre de I gSo. "Para tener paz con el PerÚ
es indispensable reducirlo a completa impotencia por
espacio de ci1/Cllc1/ta aiios, por ]0 menos ..... y Chile'
está resuelto a qucdarse C01/ TarapaciÍ: en ]0 Ime dice
"La Patria" de Valparaíso, de octubre 9 del mismo año:
.. Debemos conservar la poscsiÓn de Tarapacá, en su to-
ta]idad, COl1l0 medio de prosperidad y de vida (ah! in-
fames) para Chile y conseguir el aniquilamiento del
PcrlÍ":-en ]0 que dicen "El ~rcrcuri(l", "El Ferroca-
rril" y toda ]a prensa chilena de esa época: "Tarapacá
será nuestro " no lo he11los de soltar jamás porque allí
está nuestro Í)an y estÚ también nuestro arsenal de
..
guerra· .
y como la causa subsistirÚ mientras Tarapacá, fru-
to de un robo inicuo, segÚn tácita declaraciÓn del pro-
pio aut(lr, no sea denleIto a su legítimo dueño, ya Sél-
-- 145 -"

bemos, pues. él qué atenern(¡~ en Sud :\mérica acerca


de la anhelada paz.
Ahora en 10 relativo alodio el letrado chile-
no don Vicente Crez. en S\1 "\'iaje de destierro", pÚgi-
na 212, año IR();). se expresa de nosotros así: "La raza
peruana es generosa y llena de bondades. Después de
conocerla. mi deseo m;ts vehemente es borrar los ren-
cures del paqdo y ser para el PerÚ los hcrmanos de
otros ticlllPos "
.c\ unqt1e no recordamos qné tiempos son esos. quere-
mos creer que el selwr Grez. con la mano sobre el pecho,
nos respundería amablemente a estas preguntitas:
¿ Se ha dado nsted. por s·upuesto. cuenta cabal de l()
que es y ,"ale el amor ¡I la patria?
¿ PoclrÚ usted sostener que no sentiría odio. y odio
profundo, por el país qne titubndose en Sl1S horas amar-
gas. hermano del snYll. le asaltara m;ls tarde y dejara
en la mi~eria. sin otra razÚn que el deseo de disfrutar
de !'iquezas qtle sabiamente le negara la humana natu-
raleza?
¿ .'\.dmitiría usted que para llegar a tan negros fines
se incendiaran ciudades. se asesinaran familias ente-
ras, se bomhardearan puertos inddensos en altas ho-
ras de la noche. produciéndose escenas espantosas de
sangre y desolaci('J11.se exigieran con las pl1ntas de las
bayonetas Imestas sobre tantos corazones nobles, aque-
llos tratados de inagotable crueldad, y por Último. que
se arrojara cobardemente de sus propios hogares, a
puntapiés, a los dneños de la casa? .. " .

('; El ('olllt'rciu' '-1 ~ dt· EII('HI .Iv 1H:!O .


TARAPACÁ SI!

EstÚ ya don Jsmael ~lontes en La Paz, en su hogar,


en el seno e intimidad de los suyos. Regresa de Euro-
pa en donde, como ~ahemos, ha pret endido sostener que
el puerto de :\rica debe pasar al dominio de Boli\"ia,
porque este país lo necesita .... y es tan generoso este
se1lor general, que nos dispensa de entregarle Tacna,
.Y mÚs bien se inclina piadosamente a no- distraer el1
este punto a Chile: lo mismo en cuanto a Tarapacá, pro-
vincias ambas quc con su heneplÚcito quedarán con to-
da solemnidad anexadas al pueblo araucano.
Si 11Ialno pensamos, esto, entre otras cosillas, es ]0
quc ha \"cnido a decirle :\Iontes al seiior Bello Codeci-
do, ministro chileno en Bolivia a quien se acaba de ofre-
cer allí un banquete de despedida, porquc se marcha
tamhién al viejo y hoy medio desvencijado continente.
Los políticos chilenos y los políticos holivianos van
y \"ienen de Europa y de los Estados Cnidos con fn~-
cuencia v entusiasmo-v con ilusiones-dignas de mc-
jor CéH1S;1. ":\, 'Sl)tros no <,'amos, nl)S quedamos: asistien-
do sí, a ese juro!" turista <[ue a la postre va a resultar
un espasmo internacional, un concierto insoportable de
estertcrosos, un acabado cuadro de horribles desen-
cantos.
Chik dehe comprender, y también el general Mon-
147 -

te~ que se inspira en sus falsas doctrinas, que las gu.~-


rras de conquista en las condiciones en que la soporta-
ron el PerÚ y Bolivia en pleno siglo X [X, no pasan de
un anhelo odioso que acarrea amargnras y perjuicios,
pOI' más o menos tiempo, pero no perpétuamente.
Recuerden Chile y el señor :\lontes el contenido de
la rarta dirigida de Versalles con fecha 2Ú de octubre
de 1870 por Ciuillermo 1 rey de Prusia y primer empe-
rador de Alemania, a la destronada emperatriz Euge-
nia. dándolc explicaciones acerca de sus exigencias de
cesiones de territorio, a Francia. que acahaha de ser
vencida.
"Después de haber hecho sacriticios inl11ensos para
su defensa, .\Iemania desea estar s('flltra de que la prÚ-
x i11la guerra--dice el ilust re soberano-la encont ra reí.
mejor preparada para rechazar el ataque que dehe es-
perar tan pronto CO!1l0Francia haya repucsto Sil ,,'iflor
)' adquirido aliados. Esta triste consideraciÚn Única-
mente y 110 el deseo de el/solicitar un país y tcrrit(\1'io
que es 10 hastante grande. es lo que l11eohliga a insis-
tir en cesiones territoriales (Alsacia y Lorena) que no
tienen otro ohjeto que el de alejar m;'ts el punto de par-
tida de los ejh·cito.\' franceses ql/e '¡'('1I011l a atacarJlOs
CII lo futuro,"

¿ i\o es ,'{'rdad, Imes, qUl' de nada le han servido al


¡¡rcvisor Guiller1l1o 1 tantas y tan fuertes medidas de
se~uridad. para que su nieto GuillenlH 11, antes del
¡

('ortísimo período de cincuenta años, se vea ohligado


por el '<'¡yor repuesto de Francia o por haber adquirido
aliados, o por otra cualquiera cirn\11stancia, a <1c\'01n'r
}I I que fué arrebatado por la fuerz;-¡?
. Y si esto \ ICUlTC con las grandes potencias y osten-
tando los hOl1lbres pesadas coronas sohre sus enormeS
rahcz.as ¿ se imag'ina Chile que su tostada coronilla for-
mada s(',lo por la propia cah'icic, no "ea un b\1l'11día fric-
-148-

cionada por extraíla mano con U11élS pocas gotas de TÓ-


nico Oriental? ...•
Ofuscados los estadistas chilenos ante la idea d~l
prÓximo castigo del crimen de que hoy est[¡ acusado su
·país ante el Tribunal de las Xaciones, han expulsado
de TarapacÚ, Tacna y Arica a todos nuestros compa-
triotas, sin tener 1.'11 cuenta que mientra:-; mayor es la
elevaciÓn, en todo orden, mÚs grave es la caída .
.\lr. l>ichon, ministro de relaciones exteriores de
Francia,. en su dil-;curso de la Sorbonna el l." de marzo
de 1~.)l8, decía: ...:\inguno de los actos de \'iolencia rea-
lizados por un conquistador sin escrúpulos para impo-
nerse a una poblaciÚn sometida, ha logrado transfor-
mar las almas francesas en almas alemanas .... o" y
esto, precisamente. es lo que está vasando en el PerÚ:
el conquistador sin e'lcrÚpulos debe a sus actos de "io-
It'ncia el encono de las "íctimas, \' el haber ahondado
así su desprestigio ante los paises cultos que le miran
con recelo o con horror, por muy afectuosas que parez-
can las sonrisitas de sus diplomÚticos y muy opíparos
que resulten los banquetes con que reciben las distin-
tas misiones ('ll\'iadas para entorpecer con vanas su-
p~rcherías la continuaciÚn del gran proceso sudame-
ricano.
I,os Escitas v los T;lrtaros pasaban a cuchillo a los
habitantes de la~ ciudades conquistadas, y a la hora de
celebrar tratados de paz. hacíanles verter su sangre en
las copas en que habían bebido vino. y en seguida los
príncipes y determinados miembros de la nobleza brin-
daban con ella por el triunfo ohtenido .
Todo esto, () poco menos, que han llevado a caho
con ferocidad pagana nuestros enemigos durante y
después de la guerra que abnegadamente tt1\'il1105qtlc
aceptar para dejar incÚlume la dignidad de la naci(~lt1
~podrÚ influir en el [mimo pÚhlico, hoy ni nunca, para
- 149 -

que desistamos de nuestro derecho a la n~I11COrp(lra-


ción dc TarapacÚ, Tacna y .\ rica?
Sería admitir un absurdo.
El PcrÚ oh'idarÚ, tal vez, los sucesos, perdonar;\
las injurias \' hará concesioncs mil. si así lo CITH'ra •
convelliente ;) necesario en el instante mis\lll) de Ú li-
quidaci(')\1 {lnal de cucntas; per() 110, CI1 manera alguna.
dari¡ a ot ro, voluntariamcnte. lo que no puede dar: el
suelo, el cielo, la luz, la patria de sus hijos, heredada
de sus padres. sl el Ikrecho, en general. \'ienc de Dios.
con mayor claridad se impone al tratarse, como en
nucst ro -caso, de la tierra ell q\le ha querido ese Dios
que el homhre aparezca y viva para bcndecirlc y adu-
rarle; v siendo de Dios el derccho \' de los homhres los
J¡CCJ¡()8~ estos jamÚs podr{lI1 d('strt~ir el poder ilwcnci·
hle a que est[111 suhordinados y contra el cual nada va-
len al I1n, cualHlo la negra crueldad se descubre, la p(')I-
\'ora ni las hayonetas, que no producen sino \'ictorias
1ll0mcllt[lI1eas, c¡¡lllcras, íalsas CO\110son las de /a f/lcr:::(/,
Es muy natural la IJrt,'octll'aci(')\1 que, a juzg'<l¡: por lo
que el cahle anuncia, Se a(h'ierte el1tre lo~ estadistas
chilenos, y aÚn se susurra que no son pocos lus que ya
se resignan a cle\'o)H'r al PerÚ, antes quc las Cllsas to-
men otro rumho. las pr()\'incias de ,\rica y Tacna.
Per() es tarde, demasiado tarde, Si /a fllcr::a inter-
y'ino para que por diez at1(lS cediéramo:-i a Chilc las pru-
yincias de l\rica y Tacna, csa lIli.'l/la f/lcr,~a-y no otra,
ni en otra (;poca-fué la quc actÚo en el m01llentn en
que se firtw') la cbusula re fe rente a la provincia de Ta-
. rapac{\. comprendida en el caduco tratado (lt.' . \I1C(')11
qUE', seguramente. Chile se propuso no cumplir en to-
das sus partcs, d('sde qUl' fué hnllado, :\0 C()ntc'), J>tH:.'s.
con que "el ticmpu es el mejor jucz" y que es rudimen-
tario en la respect i\'él cicncia, quc 110 cllmpliéndose un
tratado en todas sus partes. annque se cnmpla en una ()
- 15° -
en muchas no hay tribunal que lo salve de la nulidad.
\' citaremos, al efecto, al publicis.ta chileno don
Luis Orrego Luco, exministro de justicia, quien, en su
lihro "Los problemas internacionales de Chile" edi ta80
en Santiago, en I<)OO, dice :-"Si una de las partes da
derecho a la otra para rescisiÚn de contrato, con ma-
yor razl'm este derech( 1 existe en el contrato de alcance
internacional. que mayores solemnidades e importan-
cia tiene, que auarca intereses mÚltip!.es y superiores,
Ilcchos con ma \'or del iheraci{l11 v mÚs extenso exáme!l.
Si la violaciÓn- de un contrato Í)rivado es grave, la de
un pacto internacional es gravísima y cotifiere igual-
mente a la otra parte el derecho dc 'L'oh'cr a Sil sitllQcilÍn
jurídica rriJl/iti'i.'o, toda vez que no se ha cllmplido lo
pactado,"
La cuestiÚn es capitalísima, y la hora de pre:,ell-
tarsc cn nuestra amada y abnegada patria la Alta Jtl~-
tic¡a con todo su di"i!ln brillo \'a pronto él csctlchar";l',
Chile, que se resiste a creer que no es en La Paz, ni en
Lima, ni en las oficinas de "El },Iercurio" de San! ia-
gel desde donde se gobierna sabia y prudentemente al
mundo, dohlar;l entnl1ces la rodilla. v entonando con re-
j>ulsi\'a voz nasal el mca el/Ira, C()l1~Oel monaguillo del
cuento, se convcncer;t de lo que acahamos de sostcner:
que el Derecho \,iene de Dios, y El lo hace efectiv 1)

cuando juzga kl1ecida la pena que, stlspendiéndolo tcni-


}loralmel1te, hiciera cacr, en sus designios insondables,
sohre los homhres o sohre los puehlos,
LOS ESTADOS UNIDOS Y EL BRASIL

Las noticias que en los Últlmos días n(ls ha dado ('1


cable acerca de la inquietud reinante en el Brasil, cun
motivo de la propucsta quc. se dice, han hechll Fran-
cia e Inglaterra a los Estados Unidos. de trasferencia
ck créditos de los paises sudamericanos. ha Ilw\'idIJ
nuestro interés. Se trata de dus países que cuentan C(ln
la mÚs ingénua simpatía del PerÚ, de dos países que
brillan por su grandeza espiritual en el concierto de la
gran familia americana. y quc por lo tanto. no podría
sern05 indi ferente cualquiera dcsa\'Cnencia que ent re
ellos se presentara, pUl' ligera que fuese y aunque I1tWS-
tra sincera expr'esi('J11 amistosa resultara. COlll() es 11;\-
tmal, déhil e infecunda,
i\os apartamos de la hunradéz tradiciunal del [lr;t-
sil en el cumplimiellto de sus compromis()s, como na-
{'it'm; pues, seguramente. le daría lo mis!llo que el
acreedor fucra U11(1u otro país desde que n.:iste la o1>li-
gaciÓn, y ésta ser;\ en todo instante reconucida y acep-
tada. Tan cierto es esto, quc algu110s (')rganos de la
prcnsa brasilcl¡a han apoyado la idea y del~laradf) jui-
cí( ¡samente, que no encuentran el1 este neguciado 11in-
~'tt11a causa de alan11<L
Pero llU e"- el hedll) mismo de la t J';IS {erencia, ni
vI tanto o cuant\! que se dt>]¡l' , lo quc intranCjuiliza In;,;
- 152-

(mimos de mle,.;;!ros buenos amigo:" sino la cxtraña dc:"-


confianza que proyoca en los paíscs latino-americanos
el mcnor paso de llls Estados Unidos que alguna rela-
ciÓn tenga con ellos, y esto Únicamente por el enorme y
aphrstant.c poder que han llegado a alcanzar cn el mun-
do, poder basa(jo en el trabajo, en el ordcn y rcspeto a
la ley, en el amor incondicional a la patria y el innato
anhelo por el bicn humano; todo 10 cual forma preci-
samcnte-y lo estamos palpando-la más saneada ga-
rantía para los pueblos de la tierra, contra todo tcnl0r
que esa nací(')]1 justiciera e inycncible pudiera inspirar-
les. Y, hoy por hoy, debido a su propia conducta, a sns
ialacías c iniquidades en el ordcn internacional, a sus
mczquinos encorvamicnuls ante el poderoso, es Chilc,
sÓlo Chile. el Único país del orbe ci\'ilizado que pnede
sufrir desvclos a la idea de que se le alce, como ha de
alzarse en un día m(ls o menos pn')ximo, la férrea ma-
no que le ha de conducir al abominahle ce])(; de su odio-
so destino,
Sah'ando. ¡mes. este paréntesis de cxcitaciÚn pro-
ducido por el horrendo Caín de .\mérica, hcmos de re-
cordar a ntlestros dignos hermanos del Brasil, un su-
ceso registrado en los anales diplomÚticos de estc conti-
nente y quc los lle\'ar:'¡ al convencimiento de que ahora,
ni antes, el país de Jorge \Vashingtoll ha empleado
su fue¡'za ni su ri(!Ue7.él en dailO de nadie,
A 11ft, por el año de I f-\24. lIegÚ a la capital de los Es-
tados Unidos el Representante del r.rasil. señal" Rebe-
llo, en demanda del reconocimiento de su país tal y con-
forme lo habían :iido ya, poco a.ntes, otros países lati-
no americanos. J lista era la exigencia. ciertamente. Pe-
ro se prcsentaba, tamhién, la dificultad de ser el Brasil
país monárquico regido por un Emperador, Don Pe-
dro, hiin del Rey de Portugal a quien se atribuía miras
de restaurar allí la soberanía portuguesa, asunto este
- J 53 -
que podía comprometer el principio iunda111ental de la
doct¡-ina promulgada dos aí10S antes por el ilustre es-
tadista .Iames .:\lonroe que a la sazÓn g',)hernaba los
Estados Unidos.
1-'ero Cllll11) la idea dominante en los Estados Uni-
dos era la lihertad de los puehlos. ckjÓse a un lado la
forma (le g'ohierno del llrasil y se procedil') luegu a la
recepcil'lI1 ojirial de Rehellu como su legítimo Represen-
tante. En tal \'(~ntajosa sitn<lciÚn. propuso Rebello a
los Estados Cnidos una alianza con el Brasil en defen-
sa de la independencia de su país. dado el caso de que
otra potencia auxiliara a Portugal. \' aÚn fué. días an·
tes de concluir .:\Ionroe su periodo. hasta pr¡¡yecta r C'I1Il
ig-ual propÓsito nna liga panamericana: Ilhtcniendo de
los Estados LTnidos interesantísima ref'j>uesta que Cl.lns-
t itm'e una de las primeras interpretacioncs de la r!oc-
trina de ).!flnrr>e.
Subi(') .\dams por aquell()s días al podn en los Es-
tados l7nidos. y deseoso de dar al I\rasil una prueha
de amistad, a la \l'Z quc pal'a arreglar algnnas dificul-
tades pendientes. el1\'i/) al Senado, y obtm'o la respecti-
ya aprobaciÓn, el nombramiento del notable economista
y antiguo hué~ped de Río .Ianeir<l. ('ondy Ra~uct co-
1110 Encargado de :\ egocit ,~. Pero pnr de~dicha, sur-
gieron pronto ntlevas y 111;\Sseria~ Clle~t iones. a causa
(k la guerra en quc ~e vil') e1111H.'Iladod Bra~iJ con las
pl"Ovincia del Río de la 1)lat a. por la independencia de!
Uruguay. y la gran:dad de las co~as c-C acentw'); pucs,
habiéndose recihido en nUenos ,\ires la noticia de la
derrota completa de los españoles en .\ yacucho el 1) de
diciembre de ese auo. ¡f(.q.. el entusiasmo por la incl~-
pcndencia lué en aumcnto y formÓ se en ~cg-uída aCjue-
lla terrihle handa de patriotas uruguayos conocida en
la historia con el nomhre de "Los Treinta \' Tres "-
quince oriciales y diez \' ocho soldados-fIUc' al mando
• :20
- 154 -

d~!\.·alient~ La VaIl~ja sirviÓ de base a un ejército que


c!to Illmedlatos y bnllantes resultados. A este ejército
prestaba su más decidido apoyo el gobierno .Argentino,
y, con tal motivo, en julio de 1~25 presentÚse frente a
l·:uenos Aires una escuadra brasilei1a en demanda de
satisfacciÓn. Protcs!;ll:on las autoridades del puerto
contra las amenazas del almirante Lobo que la manda--
ha, cambiárnnsc muchos oticios, la Hota regrcsÚ al pun-
tu de su partida, la .\rgentina cont1rmÓ su protecci('lll
a la Banda Oriental, Y. en fin, el ro de diciembre, el
Jlrasil le declaraha la 'guerra sokmnemente, notificán-
ck)le, el 21, el bloqueo de todos sus puertos.
El comelTio qtu: los Estados Cnidos sostenían con
la naciÓn argentina era de suma importancia, y, por
consiguiente, el hloqueo tenia que causarIes gravísimos
perjuicios. AdemÚs, hahíascle indicadll al Represm-
tan te nurteélmcricéll1o, Raguet, que diera ;wiso del blo-
queo a su gobierno y a los ciudadanos que se dedicaban
al comercio, para que suspendieran todo negocio con la
Argentina. I.os Estados Unidos, a su vez, declararon
que solo era y;'dido el bloqueo cuando ,Se disponía de
iuerza bloqueadora snt1ciente para e\-itar la entrada y
'salida de buques y esto era de imposible rcalizaciÚn al
nrasil. .-\~imi'slllO, ent re las muchas discretas reJiexio-
nes que hacia al lhasil el gobierno norteamericano se
haJlaha esta: "col1\·iene al Brasil, tanto C0l110 a las de-
mÚs naciones nuevas, mantener los principios m;\5 lihe-
rales, puesto que ellas habían de hallar su 111ayor opor-
tunidad de desarrollo en el campo de la pa-/; y el c·)-
mercio. C01110los Estados Unidos mas bien que en la
guerra, como muchas naciones europeas".
Todo esto era desatendido. Las protestas y recla-
maciones dd Representante norteamericano cOITÍ<tn la
misma suerte; a los marineros de los buques mercantes
de los Estados Unidos se les ¡¡e\'<lba a hordo dc los de
- 155 -

guerra brasileños. obligándoseles a prestar allí sus ser-


nclOS, y eran frecuentes las solicitudes que enviaban
a su gobierno para que se les pusiera en lihertad. l.a to-
lerancia lIegaha hasta los Últimos límites, y cansado
Raguet, de la indicacia ck sus gestiones insinu<'l a su go-
hierno la cOI1\'eniencia, en el caso de otra descortesía; de
pedir sus pasaportes seguro de que por ese medio el
Brasil, temeruso de ([ue el resentimiento de los Estados
Unidos prestigiara la causa contraria, abandonaría lue-
go el camino de errores que por servir mejor sus inte-
reses había tomado.
Diversas medidas de sagacidad adopt adas por la
cancillería norteamericana. \' el camhi(l de canciller en
el Brasil, dieron tregua a la' solucilJll. y aÚn parecía ha-
ber ya m;'¡s cordialidad én las relaciones de ambos pai-
(:<:, Pero esa cordialidad, esencialmente dlJ,lt 'lllÚtica. no
pudía pre\'alecer por largo periodo de tiempo, y así, Illl
tarclÚ mucho en presentarse una t1lle\'a dificultad del
más grave ea r{[cter: la ea pt u ra del buque nort eal11eri-
cano "Spark", bajo ciertos pretextos. declar;'tI1c¡olo pi-
rata, encarcelando y estropeando a sus oficiales y po-
niéndosc1e en \'('nta CotJ10 presa: lo que dit') 1l1arg'en a
<¡lIe Raguct. en su impacií.'ncia. pidiese en tánlinos enér-
g'icos sus pasa portes.
Cualquiera habría \'isto \'Cnir una gllerra, tJ1;'¡s aÚn
siendu tan poderoso el país ofendido, Pcro no iué así,
y el cuadro que se presentaha ya comll tr(L!.ÓCI)r<:sttlt/)
desbaratado pllr la moderaciÚn. habilidad y huena fé
que entonces. y siempre. ha c!enlOstrac!f' la gran H.epÚ-
blica del :\( ¡rte en todas SllS di ferencias con IlIs puehl( 1:';
hermanos, quc, como hemos dicho, ]¡;1l1temido a su iuer-
za, sin fundamento alguno, ,
Véase ahora la ele\'aciÚn con quc resol\:ierotl el prt)-
hlema los dos eminentes homhres de Estado norteat11c-
ricanos a quienes competía dircct:l.t11ente el asunto:
Adams, Jefe de la \'aciÚn y Henry Clay. canciller; con-
ccdi.endo igualmente a Raguet la parte que por su ahne
gac¡ón le correspondío en el sombrío proceso.
-"El presidente ha experimentado elmÚs vivo sen-
timiento; porquc si es cierto que nuestro comercio se
ha visto sometido a serios enojos por el hloqueo hrasi-
kilO, el remedio dehía huscarse en un lenguaje ftrlllC y de-
cisivo, aunquc templado y rcspetuoso"-dicc Clay. y
a~ega: "~inguna causa se favorece jamÚs por fa ma-
nifestaciÚn de las pasiones, ni por el uso de un lenguaje
áspero y descortés".
-" Bien se que mc he echado encima una responsa-
bilidad de ca¡"Úcter extraordinario-contesta Rag"llet-
pero cstoy dispuesto a su frir todas las consecuencias,
aÚn cuando una de ellas sea la de que se me inmole co-
mo un sacrificio ante el altar del bien pÚblico".
Esta conformidad, completa e incondicional ¿ no es
ahnegaciÚn pat riÚtica?
Pueblos que cuentan con hombres de esta wlla mo-
ral ¿ no son admirables, no son dignos del respeto uni-
ve¡"sal, no podr;l11 inspirar la mÚs absoluta confianza?
Raguet, en cierta ocasiÚn, dijo, exaltado, que dificil-
mente -:'onsideraba a los brasi~ii.os como ttll puehlo ci-
vil izado ....
Clay le responde:-"~inguna naci/m quc pretende
ser civilizada v cristiana puede oi¡" con paciencia que
se le señale de" ser ca racte\"izada como un pueblo incul-
to, v el Presidente hahría quedado lllÚS satisfecho, si
uste'd jamÚs se hubiera permitido emplear en sus con-
\'ersac~ones y correspondencia con el gohierno bra~i-
leño frases prO\'ocati\'as c irritantes" ..
Raguet hahía solicitado, antes, instrucciones de su
gohierno para exigir la libertad de los hU<l.uesml1:tea-
11lcricanos ha jo 18 amcnaza dc cortar rclaclOnes chplo-
11láticas, y cby le obscr\'a :-"la gucrra o las amena-
157 -

zas de guerra, no dehen emplearse como instrumentos


para poner remedio a una situacic'm, sino cuando haya
f racasatio toda gestiÓn encaminada a un arreglo".
Pide Raguet sus pasaportes, sin haber obtenido prc.:-
\'iamente la aquiescencia' del gobierno. El presidente
.\dams hace entonces en su diario privado la siguiente
anotaciÓn: "se ha precipitado en el procedimiento y nos
ha creado muchas dificultades, de las cuales no !)ode-
mos sacar ni crédito ni heneticio alguno. Clay y yo he-
mos estado de acuerdo en que Raguet no podía ser s~s-
tenido allí: y su aspereza e intemperancia hap llevado
a n~~estro país y al Brasil al \"erdadero horde de la gue-
rra .
Raguet fué, pues, reemplazado por \\"illiam Tudor,
diplomÚtico de alta escuela, y días después de dejar l<ío
Janeiro, un periÓdico de esta ciudad lo acusaba de haber
sido sohornado por agentes de Buenos Aires para que
rompiera relaciones con el Brasil. El ofcndi<lo ahriÓ
juicio de itwestigaciÓn y resultÓ, como era de esperar,
Úmpliament(' "indicado por el Congreso. El presidente
.\dams recihihle en compañía de Clay y le dijo CUtlafec-
to :-" ~ r i opini('ll1 acerca di..' su integridad, patriotis-
mI) y ceJo no ha sido meno:-;cahada: \'(¡ estm' convencido

de ¡;t pureza de sus moti\"o.'i en lo (iue resÍ)ecta al paso


dado; pero creo que hubiera sido mejor, antes de darlo,
consultar él su gobierno". Y más tarde, en su mensaje
al Parlamento, refiriéndose a los sucesos del J:ras;l y
en particula r a Raguet .. se expresÓ boncladosamente
así :-"Este paso, dictado por un justo celo del honor e
intereses de su país, motiyos que impulsaron de mane-
ra exc1usi"a al funcionario que lo diera, no ha S;dll de-
saprohado por mí".
TerminÓ el desagradahle incidente con un tratado
de comercio ventajoso para ambas partes, y algunas
pequeñas indemnizaciones abonadas por el Brasil, quc
- 158 -
reconociÓ con su habitual hidalguía el derecho a ellas
por los daños que sus oficiales de marina causaron por
aquellos ingratos días' a varios ciudadanos norteame-
ncanos.
Ante tales sucesos histÓricos ( 1) que tanto dicen de la
cordura y espíritu de justicia que entonces, como hoy.
guiaron dignamente a los Estados Unidos en todos stls
negocios internacionales ¿ se atrevería alguien a sos-
tener que es una naciÓn absorvente, que abusa de su
p<"der, que constituye seria amenaza para los puehlos
honrados de este continente?
Solo ·Chile, repetimos, demoraría la respuesta .....
y si traemos a cuento esta vieja e interesante con-
trovérsia diplomática de casi un siglo atrás, entre dos
países amigos nuestros y amigos entre sí, es a manera
de charla de sobremesa, así, como para expresarle al
Drasil, no solo que nada que no sea correcto debe es-
ptrar de los Estados Unidos, sino, especialmente, quc
esa visita a que acaba de ser invitado el ilustre Pessoa.
su presidente electo, descansa en un a fecto sincero que
esc gran pueblo desea manifestarle como testimonio de
reconocimiento él la oportuna y levantada actitud béli-
ca del suyo en pro de I()~ más sagrados intereses de 13.
lwmanidad.
(" El t'mw'l'('Ío "-4 (1<- .Junio ,1<- 1919).

Como prucba h'stilllonial (le la (·jTl'\lllSp('('(·jí)!l y hasta ,le la toll'o


1':1lv'ia, <1(' los Estallos l:nidos ('n los asunto" intl'rna('ionalt's, I"on los ,1cmÚ}I
}lllehJos de Amériea, l'I'pr()(]\l<·imos cst., artí,'\¡]o. XlIn"a ha ahusado, pucs.
c}la gran n:wi{¡n 11•.• su f\¡('l'za invcl1r'ihk, )' si alguna v('z la ha cl1lpleall0,
razoncs f'Ul1damrllta]¡>s ha tcni<lo para ha('crlo.
.L\.~n;s .\BB.\JLUI C;.\HI·'IELIl. dI' Ohio. X:ll·¡i, ('Jl l,~:n. Pué 8('·
nador y (;"lleral dt'l EjÍ>l',ito, .v SI' diótiJl¡..(uiÓ por Sil alllol' a la .rw,tida y
HIl n'~pl'Ío al 1)"1'("'110, '¡'omi, pal't<, \'11 la g-1l1'1'I'a st'lr:ll'atista, 1'1 liI. Diri·
giÓ un ,'oh'¡..(io; fllé pl'Oft-SOl' de i<1ioma~ y ¡rraduado "11 Ld\'a~. 81lhió al ti"
P(Jt¡"r ('n .~ovi\'mbl'e dI' 1810 Y 1'11<',vilnH'ut •. aSt'sinado, vi 1\1 .1f' tletiem·
bl'l' <1;, 1881, cuallllo i1l'ahalm d., llotificar a ('l1iho '1ue los' Estados Guido::;
no a,lmitían la pa? ilJlponi<'n.lo l'\'si,íll d,' tl'l'l'itol'Ío. El l"'I'Ú, agradeddo,
gnal'<1:l sentida l\lC'!Iloria de ,'st;, apóstol inmortal u,' la lihf'l'taa.
En Washington, .\ ,",'IÚ,la \[a"ylaUll, s:' le ha t'rig-i,lo un nlOnUIIH'uto
f'n J"·()IH·('. AilÚ fuimos, en I!):!O, a 1'l'lldil'ho l'! llOnll'Jlaj,\ de lllH'stro 1'('·
eonot'inliruto v adlni r:H'it'lll.
S" tomó ;'1 J)l','s"tlte retrato, al S('I' lanzada Sil e:l1I<1idatura a la 1'1'0'
::;i,.I"llda d" la República.
- ¡(ir

De amarg'o recuerdo es, y lo serit eternamente para


nuestra patria, e! asesinato de! il1\'ict(t General Jamcs
Abraham Gartield. el 10 de Setiembre de IK81, en la ciu-
dad de \Vashington. desempeflando la presidencia de la
Gran RepÚblica del ;\()I"tc.
Pocos meses contaha en el Poder ese homhre justo
y sagÚz, dignamente secundado por el estadista James
Blaine, que tenía a su cargo la Secretaría de Estado y
era persona de sus mismas condicíones morales. cuan-
do, enterado de la crueldad con qne Chíle se desenvol-
vía en St1S exigencias para deslllcmhrar el territorío
peruano y <lnchatÚrseln al PerÚ en la parte que le conve-
nía, resoh'i(') colocarse ('nt re los beligerantes del Pacífico,
a efecto de que la proyectada paz no se celehrase, como
nuestros enemigos lo pretendían, sobre la hase de una
cesiÓn territorial: y nOlllbr/¡ con tal llloti\'o, en Junio
del arlO mencionado, l1tH.'\'OS representantes en el PerÚ
y Chile con instrucciones especiales-fechadas el día
r :;-para que el odioso asunto fuese resuelto a la bn:vc-
dad posihle.
Pronto llegaron, pues, a Santiag-(J el General Judson
Kilkpat rirk: y a esta capital el 2{) de J111io.el General
Stephen :\. Hurlbut. y las negociaciones abriéronsc en
seguida con toda acti\'idad y clwrgía: habiéndose c!eva-
dll a :\lr. Hurllnll a la categoría de .\Iinistro en Jefe, en
el Pací íico,
En !cIS primeros días de :\gosto. la alarma que este
inesperado y justiciero paso del gohierno de hs Estados
Unidos había producido en el de Chile. podía apreciar-
se por el lllo\'imiento inusitado que se acl\'írti(') en las
oficinas del cahle.
Era que .\1r. (;arficld había onh:nadn ya a su repre-
sentante en esta capital. que prllccdiera sin denIOl'a--
de acuerdo con las respecti\'as instrucciones, a notill-
21
- 162 -

car, por intermedio del Contralmirante Linch a la can-


cillería chilena, que urgía la celehraciÓn de l~ paz,
Entre los cablegramas que se camhiaron con Chile, el
siguiente, que fué talvéz el que iniciÚ la alarma, deja en-
tender la tirmeza de prop¡'¡sitos del gobierno norteameri-
cano de esa época:

"Lima, Agosto 2() de IS8r.

f\ ¡in istro de Relaciones Exteriores,

Santiago.

}-Iurlhut, :\1 inistro de los Estados Cnidos, ha notifi-


cado a Calden'l11 (Presidente del PerÚ) que los Estados
Unidos, bajo lIiJ/UlIna circllnstancia consentirÚn la ane-
xiÓn de territorio por Chile: ha hecho igual aseveraciÓn
a extraños. Esto es tema de conversacic'm adl, 10 que C1JI-
bara:::a y cOlllprolllete nuestra ocupaciÓn,

LrKClI ,"

Como para cnt rar en negociaciones de la especie se


requería un congTcso y un gohierno, peruallos, los asal-
tantes permitienm quc el primero se reuniese en Cho-
rrillos, el fO de Julio, y el segundo, presidido por el no-
table hombre pÚblico Dr. D. Francisco García Calde-
rÓn, en el vecino puehlo de Magdalena (hoy, "la vieja")
Así, pues, el 2 de Agosto habíase efectuado en Magda-
lena la reccpci('m oficial de :\lr. Hurlbut, y C01110esto
equivalía al reconocimiento declarado, de nuestro go-
bierno provisorio, por parte de los Estados Gnidos, y,
ademÚs, el discurso del Enviado Especial norteameri-
cano contenía frases un tanto inquietadoras para Chi-
le, los dirijentes del :\rapocho abrien)11 luego unél de
- 163 -

esas campañas de dilaciones, tropiezos y actos indignos.


que, en estos casos, les son familiares: mas aun, sien-
do don Joaquín Godo)' (¡¡ !!) el encargado chileno.
con supremos poderes, para ajustar el correspondien-
te tratado.
Reconocido Godo)' en tal car;\cter por el I)r. Garcia
Calden'm, éste él su YI.'Z le exigiÚ que lo reconociera, tam-
bien. como Presidente del 1)erÚ, puesto que con él iha
a tratar. Esto ucurría el 14 de .-\gosto. Godoy se excu-
stJ de dar una respuesta. pretextando que sus instruc-
ciones estaban en cla\'e y que le era indispensable ha-
cer una nue\':t con frontaciÚn, para saber a qué atener-
se sobre el particular; retiril11dose alg'o turbado y ofre-
ciendo regresar el siguiente día.
Pero el perverso diplomÚtico chileno no \'o!\'i{\ y
aunque no causÚ extrañeza tal informalid:td. sÚpuse, el
16. con cierta sorpresa, que acabaha de emha1'carse
para "alparaiso y (Iue, seguramente. llc\"aba planes si-
lliestros que pronto serían del dominio uniH'rsal.
Conozcamos, pré\'iamente, el texto del mCl1loran-
dum que :\lr. J lurlhut, como Representante de los Es-
tados Unidos. entregt') el 24 de :\gosto a Linch p:tra
que lo elevara a su gobierno.

(TR:\ neCCIOX)

Lima, agosto 24 de 1881,

Almirante:
Con el fin de evitar cualquiera mala inteligencia con res-
pecto a la. conversación que tuvimos ayer sobre el estado de
los asuntos entre Chile y el Perú, he creído preferible reducir
a escrito la exposición,
Sin hacer ninguna referencia a las causas de la guerra,
entiendo que mi gobierno es de opinión: que se han cumplí-
do todos los propósitos legítimos de la guerra con la derrota
de los ejércitos peruanos, con la captura o d~rrota. de IU es-
cuadra y con la ocupación de su capital y de todo su litoral;
Que cuando ha. cesa.do ~ resistencia organizada y res.
petable, el estado de guerra debe cesar;
Que la victoria de Chile ha sido tan completa, que una paz
inmediata es de necesidad para. la existencia del Perú, como
nación; _y que, por el interés de ambos países, esa paz debe
celebrarse tan pronto como sea posible;
Que el comercio y los derechos de los neutrales han sido
bastante perjudicados por las necesidades de la guerra, y
que los cuantiosos intereses que poseen en el Perú los extran-
jeros, muchos de ellos americanos, no deben ser puestos en
peligro por más tiempo a causa de una prolongación inne-
cesaria del estado de guerra.
Por estas consideraciones, y en atención a nuestros sen-
timientos amistosos para con ambas partes, somos de opinión,
de que la paz se halla colocada entre los primeros deberes de
ambas naciones
Debo constatar, también, que así como los Estados Unidos
reconocen todos los derechos que adquiere un conquista.dor
bajo el imperio de los principios que rigen la guerra. civili-
zada, ellos no aprueban la guerra con el propósito de -EN-
GRANDECIMIENTO TERRITORIAL, ni tampoco la DES-
MEMBRACION violenta de una nación, a no ser como un
último recurso y en circunstancias extremas.
Como nunca ha existido ninguna cuestión de límites en-
tre el Perú y Chile, y por tanto no ha.y entre ellos fronteras
que arreglar; y como Chile ha repetido pública y OFICIAL-
MENTE que no tiene ningún propósito O designio de hacer
ANEXION FORZOZA DE TERRITORIO, abrigamos la opi-
nión clara de que, por ahora, una actitud semejante no se ar-
monizaría con la. dignidad y fé pública de Chile, que sería
desastrosa. PARA LA TRANQUILIDAD FUTURA DE AM-
BOS PAISES y que se engendraría una seria enemistad que
constantemente tendería. a manifestarse por disturbios.
Los Estados Unidos conceden como un principio de dere-
cho público, que Chile tiene derecho (bajo el imperio de la ley
de guerra) a una indemnización completa por los ga.stos de la
guerra y que el Perú debe pagar esa' indemnización según
se con~enga entre las partes o se determine por un á.rbitro
interesrdo, en caso de que no haya avenimiento y se elija ese
- 165 -

camino; y además, que Chile tiene derecho a pedir segurida.


des, sí se concede plazo para. el pago.
Pero también participamos claramente de la opinión de
que el Perú debe tener oportunidad para discutir amplia. y
libremente las condiciones de paz, para poder ofrecer una in.
demnización que se considere satisfactoria, y que ES CON-
TRARIO A LOS PRINCIPIOS QUE DEB~N PREVALECER
E.'NTRE NACIONES ILUSTRADAS EXIGIR DESDE LUE-
GO Y COMO UN "SINE QUA NON" DE PAZ, LA TRANS-
FERENCIA DE TERRITORIO, indudablemente peruano, a
la jurisdición de Chile, sin manifestarse primeramente la in-
habilidad o falta de voluntad del Perú para pagar indemni-
~ación en alguna otra forma.
Un proceder semejante DE PARTE DE CHILE se en-
contrará. con un DECIDIDO DISFAVOR DE PARTE DE
LOS ESTADOS UNIDOS.
Debe tenerse siempre pre~ente en la imaginación, que Chi-
le ha ganado reputación militar y que puede deducirse, no
sólo con justicia, sino con liberalidad: que el Perú ha perdi-
do reputación militar y que ya no puede afrontar mayores
humillaciones: y que NUNCA ES CUERDO, AUN CUANDO
SE TRATE DE PUEBLOS GONQUISTADOS, ARRASTRAR-
LOS A LA DESESPERACION.
Chile ha conquistado su alta posición entre las naciones, por
los beneficios de un gobierno organizado, por el vigor dado
a sus leyes, por el trabajo y la industria de su pueblo, en
una palabra, por los actos de la paz.
A esto ha agregado en la presente guerra, triunfos esplén-
didos por tierra y por mar.
LOS ESTADOS UNIDOS LAMENTARIAN PROFUN-
DAMENTE QUE CHILE CAMBIASE SU CURSO, QUE SE
VIESE LLEVADO POR UNA CARRERA DE CONQUISTA;
porque el espíritu militar y agresivo se opondrá Il. nuestro
juicio, a su progreso genuino, excitará animosidades peligro-
sas y acumulará EN SU CONTRA mucho.> elementos.
Somos, en consecuencia, de opinión que EL ACTO DE
LA CAPTURA DEL TERRITORIO PERUANO Y LA ANE-
XION DEL MI$MO A CHILE, ya sea que se haga. por fuer-
zas superiores o ya sea que se impo~ como una condición
imperativa para la cesación de las hostilidades, se halla en
contradicción manifiesta con las declaraciones que previa-
mente ha hecho Chile acerca de semejantes propósitos y que
- 16ó -

con justicia se mirarían por las otras naciones OOMO UNA


PRUEBA DE QUE OHlLE HA ENTRADO POR EL CAMI-
NO DE LA AGRESION y DE LA OONQUISTA con la mira
de engrandecimiento territorial.
Los Estados Unidos desea.n, sobre todo, que continúe la.
paz entre las repúblicas de Sud-América, que el comercio e
industria se unan para desarrollar sus hermosos recursos en
provecho de ellas mismas y en beneficio del mundo; y no po-
demos encontrar ninguna buena razón para que el estado de
guerra continúe por más tiempo, con serio perjuicio de ta.n
vastos intereses, y ninguna buena razón para que la paz so-
bre bases de justicia, no se celebre en un tiempo próximo sin
humillaciones innecesarias para una de las partes y sin am-
plia satisfacción de todas las exigencias propias de la otra
parte.
S. A. HURLBUT.

Al Contra-Almirante don Patricio Lynch.

] fe aquí, pues. un documento hist(')rico del mÚs elc-


"ado inter('S para la América toda, "Ycomo en el orden
intern,acional. Chile se ha puesto a la sombra siempre
que'le ha conH'nido. "éase como trat{¡ J -inch de mantener
oCl/lto el :\Jcmo¡-anclum de sus inquietudes, segÚn 1,)
expone a su gobierno en la Memoria correspondiente al
año de [R~2. pÚgina 104-, en los siguientes términos:

.1 Poco lll{IS habían a \"<tl1zaclolas entre\'istas, cuando


se notÓ la influencia de la actitud asumida por .\1r. Hurl-
hut. [n el pÚblico circulahan los 111;\Soriginales n1l1]()-
res, d{l11close como un hecho qUe la misi(')!1del nuevo
:\linistro Americano era intervenir directamente en nues-
tros asuntos, Comcnzaron a nacer locas ilusiones y se
"in en Mr. }-lurlbut ullnuevo ~vlesías salvador, destinado
a colocar al PerÚ en su antiguo rango, devolviéndole sus
riquezas .Y territorios perdidos, cual si la guerra le hu-
hiese sido favorahle.-Creo. pues. fuera de toda duda
que a él se le debi(') en 1l1ucha parte el fracaso de nues-
- JG7 -

tras preliminares de arreglo y la actual sit uac]on crea-


da por la falta de un gobierno COI1quien tratar" .
..El :\linistro "\mericano me había \'isitado poco t iem-
po después de su llegada a j -imél, y me fué necesario
pagarle su atcnci/l11. Fuí a \"erlu a su casa el 33 de
.Iyosto y, cntablada nuestra cOI1\'ersaciÚn en términos
francos \" cordiales, rodÚ, como cra natural. sobre los
asuntos Í)olíticos de palpit;ll1te actualidad. Hice alusión
a los rumores que circulaban entre personas de alta po-
siciÓn respecto a las instrucciones que él decía traer, y
me contestó ·declarando que jamás había cOJ11tmicado
que eran para inter\"enir; limitándose solo a expresar
que seg-Ún su opinión, el gohierno de Estadlls l'nic1u:,
miraría con agrado un arreglo que no exiyiera cesiÓn
territorial.'}
Luego, hace menci"ln del :\lemorandum quc k cl1\·i,')
:\1r. H ur1hut, que ya conocemos,\' agrega:
",\pesar de las declaraciones tan perentorias y ;\\'an
zadas contenidas en el :\Iel1lorandum, no contesté, por-
que, como su autor había tenido a bien ach'crtírme1'1,
eran simples juicios personales, sin carilcter oíicial; perl1
no obstante 10 111antU\"een con\'eniente resernl, para 11<)
dar pÚbulo a las fantásticas' ilusiones de los pcruanos.-
:\1e limité a en\"iar el original a mi Gohierno, y ulla c'1-

pia a nuestro minist ro acreditad,) en \ \' ashington, a fin


de que tm'iera conocimiento de los conceptus de :\1r.
Hurl]¡ut. :\las éste nu procedi,') con igual sigilo, y lejos
de ocultar el l\IelJ]orandum lo proporcionr'J para qllC, tra-
ducido, circulara en imnumerahle cantidad de eiem-
plan's y como impreso fuera de Lima, donde IW{i/-íc( \'()
inl pedido o cast iyado Sl1 IltlhlicacÍ,',Il." .

¡\quí se nos ocurre pregnntar: ¿ a quil'n hahría C;IS-


tigado el (;<:'neral Linch? .... ¿.\ 1'1r. Jlnrllmt?.",
.!\o, seguramente: porque él ohraba en rcpresl'ntaciÚn
de :\1r. Garfield.
- 168 -

o se creyó indispensable castigar a los dos .

~II·. (;AHFI ELIl, ya l'!,psidplIt" (h~


los ¡';'ta.lo.- ('"idos.

Cerca de un llles había trascunido de este sUCes!¡


de extranrdinaria signi ticaci('lI1. cuando, el aciagq día 1 ()
de setiembre, el cable anunci(') al mundo que la mano
anÓnima de ..... un envilecido anarquista. había cor-
tado el hilo de la vida preciusa del I)residente Garfield.
I_a sociedad peruana visti('¡ duelo. v en La :Yloneda
se hebiÓ champagnc. '
Seis meses mÚs tarde, el 27 de ~I arzo de 1882, fa--
Ilccía repentinamente ell esta capital. a la madrugada de
dicho día, el inoh'idahle ~·rr. 1I11rl1ntt. y, como gozaba
de especiales simpatías ent re nosot ros, las gentes del
país, acong-ojadas, se echahan a la calle. apenas tenían
noticia de esa 11tleVa desgracia nacional. con el propÚsi-
to de COnoce)' la causa a que esta se dehía.
Hasta este momento, la ignoramos .. , . -
Caídas por su hase esas dos grucsas columnas que
sostenían nuestro derecho, la fuerza se impuso y COIl
ella la barharie, la conquista, como no podía dejar de
suceder.
- 169 -
Hoy, que después de ocho larg-os lustro~ ha querido
el Destino permitir que nuestra honrada pluma reme-
more estos hechos dolnrosos, nos inclinamos ante las
tumbas de esos bienhechores nuestros, para bendecirlos
con el alma.
UN DOCUMENTO HISTÓRICO DE LA
MÁS ALTA IMPORTANCIA INTERNAOIONAL
,
PARA LA AMERICA

Bien está-y nadie nos nega1"Ía un derecho incues-


tionable-·-que hayamos reproducido en las páginas an-
teriores, el juicio que siempre nos merecih Chile, y que,
para fundar!o, consignemos citas numerosas y hasta
facsímiles de documentos de la más absoluta autenti-
cidad.
Pero 110 se nos oculta tampoco, que por razéJl1 de la
nacionalidad. que a mucha honra tenemos, pudie!'a al-
gun extraí'io suponer que nos guía la justa animadyer-
siÓn contra el país enemigo .. y como no hemos de ohli-
gar al lectol' a que rcaJice el mismo esfuerzo por noso-
tros desplegado, como medio seguro de hallar la (on-
fírmaci('Jl1 de cuanto queda expuesto. \"amos a ofrecerle
hoy, con íntima satisfacciÓn, la brillante palabra del sa-
bio maestro argentino, de renomhre en el mundo, DR. D.
ESTA]\; ¡SL\O S. lEBALI.OS. atentamente escuchada y ad-
mirada en el "Centro Jurídico" de Ciellcias Sociale:{'J (fe
nI/ellOS ,'¡¡res. la memorable n;)che del 19 de Octubre de
lQOO en qtle el eminente internacionalista diÓ allí una
CUllferellcia. para demostrar, como lo consigui('), a111-
plísilllamente, toda la ruindad de Chile en sus n'lacio-
- 171 -

nes con la RepÚblica Argentina. y. ocasionalmente, con


todos los demás paises latinos de América.
Por entonces, el triunfo alcanzado por el 1)1'. Zeba-
1105 tuvo resonancia merecida en todo el cont inente, y
la prensa honrada dediet'1 al erudito publicista, las frases
II1ÚSenn ImiÚsticas.
Han trascurrido ck esto yeintitres años. El 1h. Ze-
hal10s acaba de fallecer en Londres. pocos IlIeses ha. 1'e-
nI COI1!Ol(IS homhres desaparecen v sus obras huenas
quedan, para que la Jlosteridad se Inspire en ellas, ese
documcnto lo hemos conservado desde aquella época co-
mo joya de incalculahle valor, \. ahora. cuando muchos
lo hal; olvidado v la jm'entud 110 lo conoce. lo damos tal
cual es, henl1()s(;. sul;líme. un dechado de experiencia in-
ternacional, un parque ínagutahle de elementos de his-
toria americana que ahruman a Chile. a ese Chile que
Ilttestros amados padres. S.\;-; :\L\lní:\ y GOr.iL\I{. no
vieron nunca Cl In buenos ojos ,
Il e aqui. pues, la jl1st;llllentc sonada con terencia del
DI'. Zeballos:

Señor Presidente:

Señores .:\Iinistros;

Señores:

Tengo el método eXpositivo de dilucidar desde las


primeras frases el fnndo de los ast1l1t(l~; pero circuns-
tancias espcciak~ y ntestra hené\'(¡Ja acogida, que tan-
to me elllpella. exigen una hreH~ prevenciÚn.
Deseo y ruego que 110 se atrihuya a mi actitud en
e:;ta tribuna un pro)l(')sito de acci('111pplítica. porque se-
parado de ella por tm actu deliherado y espontÚneo de
- 172 -

voluntad, sin enojos, ni resentimientos, mantendré este


retiro a la vida y a los negocios privados con toda la
fj rmeza notoria de mi carácter.
Pero invitado por un grupo distinguido de mis dis-
cípulos de ayer y de ahora mismo, para incorporarme
al movimiento cientíl-ico y jurídico iniciado por esta So-
ciedad, he venido a responder a esa invitaciÚn, presen-
tada con el doble prestigio dd Centro Jurídico y de
Ciencias Sociales, y de su digno presidente, uno de mis
discípulos predilectos, para ofrecedes datos sintéticos
sobre una cuest iÚn que agita su patriotismo y que tal
vez no han tenido tiempo, ni los elementos para domi-
nar, porque est;m dispersos en la literatura histórica y
diplomÚtica de varias naciones y de tres siglos,
¡-lnnro, así, un dohle estímulo-el de ciudadano y
el de maestro-al presentarme esta noche a discutir uno
de los asuntos políticos mÚs trascendentales del:\uevo
1'1 lIndo; y deho pedir disculpa a los exce1{'ntísinlOs :-;e-
ñores plenipotenciarios, hombres de estado y personas
preparadas quc me escuchan, si tengo que repetir, tra-
t;l11dose de una c,-mkrencia exdusivamente dedicada
a mis discípuk1s del pasado y del presente, lo que ellos
conocen y dominan por completo.
Con estos prop('¡sitos, sabiendo lo que podéis y de-
béis esperar de mí esta noche, in\'ocn toda \-uestra he-
nevolencia v entro resue!t<lmente en materia .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...
Et pasaje del es! recho de :\1aga1Janes, e11 1520, aca·
he')de disipar el misterio geogrfdico del descuhrimiento
de Col<'m; y Espaí1a supo, cuando la nao T 'ictoria re-
greso con su piloto y capit;'l11 Sebasti;\n E1cano,. en J 522.
que no habían sido halladas las tierras de ()nente que
Jmscahan, sino UI1 continente interpuesto entre la Eu-
ropa y el Asia, !] hecho rcvelh a la Corona la necesidad
de poner inmediatamente la mano de la soberanía so'
'73 -
bre la América del Sud, porque los países que tienen
grandes territorios asumen responsabilidades extraor-
dinarias cuando los mantienen abandonados. Fué enton-
ces que Francisco Pizarro, que hahía estahlecido sus rea-
les cun éxito en la Castilla del Oro, hov repÚhlica del
l-'erÚ, lanzara sus capitanes y sus averítureros en son
de descubrimiento \' de conquista hacia el sur de los
.-\ndes, subre el Paéílicn y el Oriente. Fué »01' eso tam-
bién creada en '534 para el mariscal don Diego de Al-
magro, la gobernaci(')(1 de la :\ ueva Tolcdo. hoy repÚ-
hlica de Bolivia, que debía correr desde Castilla del
Oro al sud, hasta los 27 grados de la equinoxial o Co-
payapu, como se decía entonces.
D011 I)iego de .\lmagru, lo sabéis sin duda, hizo _
aquel viaje extraurdinario a través de las muntañas de
J ujuy y de C'atamarca, recorriendo las alturas inhos-
pitalarias y yenllas de esa tierra, y regresÚ al Cuzco,
donde creía encontrar. no tanto los metales, que le hu-
hieron ck parecer de escaso ,,<dor cuando falta el ali-
l11ento, cuanto el gTano necesariu para nutrir la gente .
.-\! misnl\J tiempu el emperador de .Alemania, rey de
Espaila,-y es grande y digno cle orgullo nuestro abo-
lengo nacional-Carlos \'. prín(,:Ípe que tenía, lo que oja-
1;1 ja11l:'ts falte a los hombres de estado argentinos-la
proiundidad de las vistas v la acci('m resuelta \' ejecutiva
-mandÚ que se creara la' provincia del Río cÍe 1~1Plata,
encomendando a uno de sus gentiles 11(lmbres. cahalle-
ro de las campañas de Roma, Don Pedro de .\1endoza,
la conquista y el descubrimiento de todas las tierras si-
tuadas al sud de los dominios de la corona de Portugal.
Los h iSloriaclores <u'gent inos, scilores. no se han
detenido lo necesario, me parece, sobre las capitulacio-
nes de Don Pedro \Iencloza. el primero y mÚs trascen-
dental cle los documentos políticos de nuestro país.
Aquéllos solamente lo han tratado como dato Útil al
174 -

crOnIcon get)gráfico o de las jurisdicciones administra-


tivas; pero trasciende en este papel un gran principio
político del pasad,), del presente y del porvenir, que he-
nlOS realizado en parte y que las generaciones futuras
consumirÚn .• "-quc! pensamiento político, el espíritu del
emperador y del rey de España, iluminan esas páginas
y revelan los altísimos designios a que había sido con-
~agrada la civilizaciÓn, que tan modestamente surgiÓ
con el nombre de Provincia del Río de la Plata.
Creíase cntonces, por deficiencia de los conocimien-
tos geográficos, que el río de Salís o de la Plata desem-
bocaba en clmar del Sur o Pacífico, y se dedujo que era
necesario para la conquista y defensa de las regiones
interoceÚnicas, que hubiese en la zona tcmplada un gran
asiento de irradiaciÓn civilizadora sobre los dominios
y posesiones de Carlos \- al sur del Ecuador.
1)ecidiÓ el emperador hacer de la ] lrovincia del Río
de la Plata el centro de uniÓn sobre la Europa, el Pací-
fico y la India. para que aquí. tuvieran su base de ope-
raciones todas las escuadras v milicias de la civiliza-
ciÓn, del descuhrimiento y de lá conquista; y quiso tam-
bién que desde esta margen del Río de la Plata irradia-
ra sobre las llanuras y.las montañas hasta las aguas
del !llar Pacíl1co el impulso del progreso y de la reden-
ciÓn, quc entonces llegaba con el gobierno monárquico.
y que en los tie!llpos postcriores partiÓ con la bandera
de la Lihertad y del Progreso desde la plaza de la
Victoria!
Por eso Carlos V. dijo a Don Pedro de }Iendoza:
Os mando que remontéis el río llue llaman de Salís y
que salgáis a la mar del Sur, y fundéis ahí asientos de
la <TobcrnaciÓn dd Río de la Plata, como guardián de
la bcivilizaciÓn de Europa; y por eso tam ¡")len apenas
Ileg-ado a BUCllOS Aires D~lt~ Pedro de ?\Iendoza. cO.\11~
lo sabéis, despachÚ al capltan Juan de Ayolas preClpl-
- l7S

tadamente a la mar del Sud, por el camino del Para-


guay y del PerÚ, que era el Único conocidu.
X uestro finadu compat riota el doctor don Luis L.
l)omínguez, ministro plenipotenciario en la Gran Bre-
taña, publicÓ en I Rl) [ el primer y Único mapa histÓrico
de esta gobernaci('>11. a pedido de una sociedad funda-
da en 1~'L¡'5, "J/ac!/lyt Socicty", para descubrir y pro-
pagar \"iajes extraordinarios. Este mapa de la jurisdic-
ciÓn original de la ciudad de Nuestra Señora de los Bue-
nos Aires, me parece, sin afirmarlo, que por primera
vez es presentado esta noche al pÚhli~o en esta ciudad,
pon/uc la obra que lo contiene es rara;: est;\ en pocas
manos.
El sei101-presidente ha traído en su poder la carta
aut('¡gra fa con que el doctor Domíngtlez mc hizo el ho-
nor en I RI)l de acompañar y explicar las líneas geo-
gridlcas de Carlos \-. qtle el mapa contiene. Como \"éis.
la g-obernaci('>11del Río de la Plata empieza en los lími-
tes de la Corona de Portugal ;: corre 200 leguas de
lUl'ng'o de c()sta en 1a mar del Sur () Pacíl1co, donde he
hech;) escribir algl111\ls nombres cnntemp()rÚnc()s para
que poditis orienta ros. ;: para que se perciba definiti-
vamente cuÚl hahría sido el porn'nir de la civilizaciÓn
argentina si el l'spíritu de Carlos \. huhiera prcndeci-
do. cuando consagn'¡ a la pro\"incia del Río de la Plata
él predominar en ambos oc(·anos. Creíase entonces que,
partiendo de I()s dominios del 110rtugal hacia el Sud,
era tan pequeÍlo el continente. que con 200 leguas se
llegaha al otro lado del caho de Hornos. De manera
que la mente de Carlos V. al fundar esta gohernaciÓn,
comprendía. desde los dominios de la COI;,[lna dc Por-
tugal, las costas de los dos océanos al Sur. hasta el caho
de Hornos.
En 1538, cuando la muerte de ¡\ yola s en el Chaw,
y la muerte de :\Icndoza en el mar, habían causado el
fracaso momentáneo de los grandes designios del em-
perador y rey de Espa~a, inmediatamente, a fin de pro-
teger la costa sudamerIcana contra las posibles expedi-
ciones francesas, cuya marina vengaba el desastre de
Pavía, lanzÚndose él interrumpir la unidad de los do-
minios de Espaila en la América del norte, donde ya
se había establecido Car-tier en 1534 en aire de conquis-
ta, ordenÚ que Pizarro lanzara de nuevo sus capitanes
hacia el Sud, y fué creada otr~l gobernación, la del Nue-
vo Extremo, (l usando la palabra indígena local. de
Chile.
Sería 111011{)tonay extensa, sin duda, la lectura de
las reales cédulas y documentos en que me fundo: pero
los citan; con toda fidelidad, y vosotros mismos podréis
cllmprolxl1" mis argumentos. Os aseguro que no cito
prueba alguna contestada, sino aquellas que tienen san-
ci(m unin~rsal, y que he prefel'ido yeritlcar en los libros
de Chile. la fuente menos sospechosa, como la obra del
señol' An1tln;ltegui, entre otras, escrita para combatir
los derechos de la RepÚblica Argentina. en las cuestio-
nes de límites.
Carlos V di jo en substancia: mando pOf mi gober-
nador de la tie'rra del :\uevo Extremo o de Chile, al
capit;ll1 Pedro de \. aldivia, y le doy por jurisdicci{m
desde el grado 27 de la equinoxial. donde termina la
iurisdicciÚn de 1\ ueva Toledo (hoy Bolivia) hasta el
~rad() 41 norte y sur derecho sobre el mcridiano.
De manera que esta angosta faja negra en la cual
~e ha agregado para \'uestra orientaciÚn los nomh~'es
pnstcrinrcs de Caldera, la Serena y Yalparaíso, efa ChIle,
seo'Ún la H.tfnÍ1tad del emperadof Carlos Y. (Aplausos).
El documento rcal está publicado en el primer volu-
mcn de la obra del señor losé Luis Amunátcgui, sobre
los límites con la RepÚbl¡"ca Argentina.
Pero esa fundacÍ('\l1 contiene la clÚusula de: sin per-
177 -

JUICIO de la gobernaciÚn concedida a la provincia del


Rio de la Plata en las capitulaciones de don Pedro de
:'f endoza-y como las naves de don Pedro de ~I endo-
za nunca llegaron a la mar del Sud, por la desgracia
de su expediciÚn, a proteger las tierras reales, es un
hechu establecido en el derecho pÚbliC(Jespaf101 de aqtll>
1105 tiempos, que se admitiera la prolongaciÚn de la go-
bernaciÚn de \' aldivia hacia las tierras adjudicadas a la
primera gobernélciÚn. la cual se correría m;'ls al Sur,
de modo que en I jJ8 las jurisdicciones sobre el 1)ací-
fiel) eran: la de Castilla de Oro, hoy PerÚ hasta el Loa:
~ ueva Toledo, (hoy Bolivia). de~de el Loa al grado
27: del ~ ue\"(J Ex! remo. hoy Chile. desde el grado 27
hasta el grado 4 [, y desde el grado 4 ¡ dando vuelta por
Chiloé y Caho de Hornos. la gobernaciÓn del Hío de la
Plata. hasta los límites de la jurisdiceiÚn del rey de
Portugal sohre el ~\t bntico,
Ya \'eis. señores. que una metrÚpoli como la de Guc-
l1(lS Aires. creada con tan grandes destinos políticos,
con la misiÚn de difundir la civilizaciil!1 sobre los dos
océanos. tiene mÚs títulos que :\ueva York para lla-
marse la ciudad 111I f>eria! de .-\mérica: porque la de
\"ueva York fué fundada por un modesto gohernador
holandés que eO\llprh el tl:rreno a los indígenas por
n:inte dollars. pagados en cintas \" avalorios: mientras
que la nuestra ostenta el blasÓn' cle haber sido erigi-
da por el Emperador de .\ lemania y Rey de España,
por un acto meditado de alta política.
¿ Qué suerte tmoo la gohernaciÚn del Río de la Pla-
ta? ¿ Aquellos límites de Carlos \'0 fueron por ventura,
lllodilieadus en capitulaciones posteriores 't En las de
:\ ra rtínez de 1rala. Caheza de \' aca y en toelas. hasta
las de \ 'era y A rag/>I1. bajo cuyo gohierno es fundada
por segunda \·ez la ciudad de Huenos :\ in:s. se man-
tiene en términos positivos el dominio y la jurisclicciÚn
2:J
- 178 -
de la provincia del Río de la Plata sobre los dos océa-
• no~ en la forma que he descrito.
De manera que cuando el acta fundamental de Don
Juan de G<:l1'aynos dice que requirió su espadÓn y diÓ
tajo~ al aire y cortÓ yerhas invocando la jurisdicciÓn de
la ciudad de llucn<!s Aires, confirmaba su posesiÓn de
todas las tierras del Pacífico al sur de la pequeña faja
negra del mapa, dando vuelta el continente hasta el do-
minio del Brasil en el otro Océano ..
¿ Después de la segunda fundaciÓn de Buenos Ai-
res, sei1ore~, fué modificada por ventura esta juris-
diccihn?
Examinemos los acontecimientos políticos funda-
mentales que hayan influído en la permanencia o alte-
racic'm de las jurisdicciones de América.
A ntes de la fundaciÓn de Buenos Aires, en T 55').
fué creada aquella grave y sabia audiencia de Charcas,
que mcrece el respeto de todas las generaciones uni-
Yersitarias de .América; v la cédula ('reccional de la au-
díencia de Charcas, que 'comprendía la mayor parte de
los territorios actualmente de la repÚblica de Bolivia,
traía un límite que confirma el del grado 27. que Car-
los V había dado a Pedro \'aldivia, pues dice que ten-
ga pllr límite al snr la gobernaciÚn de Chile.
),1ny poco después, en 1 (í0<). se funda la audiencia
de Chik. y tenga por distrito, manda su ley. el mismo
de la gohernaciÓn de Valdivia. \To necesito deciros. se-
ñores, que dividida toda la América del Sud en doce
audiencias, estas audiencias han dado los límites a to-
das las sobe¡'anías que sucedieron a España después de
la emancipacíÚn.
En ¡()Ól surge la audiencia de Buenos Aires, que
comprendiÓ todo el territorio, desde el grado 4 [ al ca-
bo de Hornos en el mar Pacífico y en el interior todas
las tierras del Atl{lI1tico y del Plata hasta los dominios
- I79 -

de Portugal, lindado con la audiencia <le Charcas por


el norte.
El acto más grave, para no detenerse en detalles,
el 1Hás trascendental y extraordinario respecto de las
modificaciones jurisdiccionales de esta regiÚn del nmn-
do es, señores, 'el desdoblamiento del virrcynato inmen-
so del PerÚ, para crear, en Ií7Ó., el virreynat() del Río
de la Plata, cuya capital sería, CO!1l0lo dice la real cé-
dula, la ciudad de Buenos Aires ¿ Cuáles fueron los lí-
mites del vin-evnato?
Los mismo~ de la acta fundamental de Buenos .-\i-
res, en la mar del sud, desde el grado 41, dando vuel-
ta el continente; y por el :\orte, comprendía toda la au-
diencia de Chal'cas, separada del virreynato del PerÚ
para formar parte del \'irreynato de Buenos :\in·s. Pero,
como en la erecci('ll1 de la audiencia de Chile, por una
cnnvetiiencia adminiqrativa evidente, seJc habían ad·
judicado las prm'incias de San Juan y :\ 1 endoza, al oc-
cidente de los .-\ndes, dijo el rey con claridad, para
('\·itar tropiezos de jurisdicciÓn: separo de Chile las pro-
\'incias de Cuyo, que estahan sometidas a su audiencia,
y las agrego, CO!1l0he agregado la audiencia de Char-
cas de la ?\ueva Toledo, al vilTevnato de Bueno:' ~\irl':'.
De manera, seií.ores, que cWlndo 1 )on 1 \~dro de Ce-
vallos, vencedor de Portugal en América, contirtlll', la
cédúla real creando el \'iITevnato del Rio de la Plata,
asumía el gobierno de los térritorios del ma r Pací [¡eo.
desde el grado ...¡. r al sud y los ten-itorios del 111arPa-
cífico de la audencia de Charcas desde el grado 27 al
norte hasta los límites ddPerÚ.
Seis años !1lÚStarde, este virreynato aparecía ex-
t raordinariamente extenso v de di fícil administraciÓn.
y se puhlie<"luna especie de' constituci('m del !1lismo, en
un volumen que nuestros eruditos conservan en sus bi-
hliotecas, titulado: f,o Nea! ()rdcllol/::;a de [Iltel/del/tes.
- 180 -

Ella creaba las ocho provincias originarias de nuestro


sistema federal cmbrionario, y en cierta parte dispo-
ne: que una de estas provincias, formada especialmen-
te para depender del virreynato de Buenos Aires, se
llamarÚ I'oto~í y tendrá bajo su jurisdicción adminis-
trativa. política y lllilitar, las tierras del mar Pacíflco
de la audiencia de Charcas, es decir el litoral que corre
desde el grado 27 hasta el río Loa en el PerÚ.
En 1778 surge una discusiÓn entre las adminnistra-
cíunes de correos del virre\'nato del PerÚ \' la audien-
cia de Charcas sobre límite~ de sus scrvició.", y, sin dar
inten-ención a la autoridad vírreynal de Duenos Aires,
establecieron pirámides en un parage llamado "Las Va-
quillas", al norte del grado 27 y cuya di ferencía de la-
titud con los límites de Carlos V, es de importancia re-
ducida.
l)e esa manera, cuando en ]~] o inició Buenos Ai-
res la guerra de la lndependencia, la jurisdicción de la
imperial ciudad llegaba indiscutiblemente y no resisti-
da por Chile, ni por las aut(lridades-hoy de las re-
pÚblicas de nolivia y del PerÚ-hasta el grado 27 por el
norte, y si se quisiera admitir la demarcaciÓn admi-
nistrati\'a para el scn'icio de correos, hasta el grado 2S
y algunos minutos, en las pirámides de "Las Vaquillas".
Los geógrafos oficiales· de Chile admitcn que ese
punto se encuentra en los 25 grados 1 minuto, y los
ge(')gra fos oficiales de Bolivia han sostenido que se
halla en los 25 grados 38 minutos, y tomando la media
de estas cantidades, es decir 25 grados 18 minutos, rc-
sultaría entonces que el límite histÓrico, indiscutible é
incontestable. sería para la jurisdicción de la ciudad de
Buenos Aires revolucionaria contra el rey de España,
Jecralmente y sin intransigencia, el grado 27 de la cédu-
bOde Car1o~ V, \', a ser condescendicnte hacia a Chile,
que debía sucedér al rey de España al sur de ese terri-
- r8I

torio, hasta los 25 grados 18 minutos, en que chilcno~


y bolivianos están cun formes en ~ituar las pirÚmide~
de la demarcaciÓn de correos de 1778.
Producida la independencia y la ~evaraci('l\1 del rey
de España de los países sudamericanos que habian de
recoger su soberanía. ¿ cu;'d era la situaci¡'ll1 jurídica de
e~tos límites?
Hasta en el ailO de 1¡..; 17. Chile estaba dominado
pOt" las fuerzas de Espaii.a. 1)e~pués de Chacabuco, el
general ~an :\Iartín pudo haber realizado el sueii.o de
Carlos \", aplicando a la colonia española del Pacíficu
lo que dice una nota publicada esta mañana de la re-
pÚhlica de Chile respecto de la repÚblica de l\oJi\"ia: la
tierra de .\ tacama ha sido regada con la ~angre de lo~
soldados de Chik. y por eso le pertenece. [·:1 general
San ~!;¡rtín pudo en \ThIad sostener que Chile. liberta-
da por el brazo y la sangre de los argentino~ debía. de
acuerdo con la política de Carlos \". ser incorplwada a
la jurisdicci('ll1 de lhwnos .\in·s-(. It/ol/sos).
San :\fartín entreg(·). sin embargo la colonia quc ha-
hía rescatado a la jurisclicci¡'JIl de sus propios hijos: y
mientras él gUl'I"reaba m;'to-;al :\()rtc, cn I ~22. esa tíe-
rra sancionaba S11 primcra instiwci('m política, la cual
con 11 I"mh con frase ea teg('ll"ica la dema rClCi('l11 que C;1r-
lo..; \'. diera a la pe<¡l1cíia g"ohernacit'm del :\ ucw) Ex-
tremo en el mar Pacífico. porque dice lJuc la repÚhlica
de Chile correr;'¡ desde el desierto de . Itocan/a al sud.
\'()~otros ~abéi~ ya que el desierto de ,\tacama, co-
mo se llama cn el lenguaje moderno al I.itora( de la an-
tigna audiencia de Charca..;, tenía su limite legal. qne
era por la \'o)unt:1d expresa del monarca. el ,~Tado 27
(1 por el hecho postal de r ¡¡R en los 2:; grados 1~ mi-
nutos.
La constituciÓn de Chile del aiio 1823. la constitu-
ciÓn de Chile del ai"lll IR2R, la constituciÚn de Chile de
- 182 -

1D32 Y la constitución de Chile de 1833. repiten absolu-


tamente la 1l1i~ma expresiÓn de límites: al Korte, desde
el desierto de .,1tacama .....
En 1D23 crea la repÚblica de Chile su último de-
partamentu al .\orte y le llama el departamento de La
~erena, desde el desierto de .,ltacilllla al río de Choapa.
En 1~2(~ le suprime el nomhre del departamento. le
da el de provincia de COCJuimbo, con su capital en La
Serena; desde c1 desierto de "ltacaJJ2a hasta el río de
Choapa.
En lR.¡.o funda el obispado de La Serena, y dice
que su jurisdicciÓn eclesiástica correrá, al norte, desde
el desierto de .-1 tl1ca lila. Por Último en 1844 obtiene de
Espalía el recol1ocin 'iento de su independencia, y en el
tratado s' ¡}cll1netllente celebrado dice España: Reconoz-
co a la repÚblica de Chile el territurio que corre hacia
el ,'Sud desde el desierto de ./tllcallla.'-(/Iplallsos).
Es pues, por la \'oluntad uniforme de los reyes de
¡'::-,paiia cksde ] 534 hasta IKj....¡.. Y por la voluntad so-
berana del pueblo dcChile. quc reasumía sus derechos
b:1jo la lIuc,'a forma de gobierno y bajo los auspicios
de las armas del general San .\Iartín. que el territorio
tenía por limite. al norte. los de Carlos \~, es decir des-
de el g-r<l<lo 27 o desde 1a~ pirit!11ide~ al sud.-
(.1 plallsos,)
Este hecho 110 ha sido negado. ni discutido por los
estadista", ge(')grat"os o histc¡¡:iadores de Chile. porque
hahría sidl) 1111desacato a la "o1ulltad nacional. con-
sagrada en St1s constituciones sucesi,'as y en tr:1tados
SO¡'CI1I11CS; ~'. C0!110 sería fatigoso citar y analizar I1U-
merosas obras publicadas por el tesoro de Chile, con
el nombre de Colección de Historiadores de esa repÚ-
blica. ha jo la direcciÓn insospechable del erudito sabio
don Dieg.o 1\:1rros .\ rana primero. y de otros más tar-
de , me limitaré a citaros uno sÚlo de estos autores ofí-
cialcs, GÓngora :\Iarmulejo, el cual dice en U,rmula po-
lítica exacta, que es también expresiÓn grÚlica y lapi-
daria: Chile es una faja angosta y larga de tierra, a
la manera de una yaina de espada !-(./plallsos. risas
J1/07.'i11liclltus CII las si/las). _
Considerad, ahora seÚores, la situaci('>l1 en el aii.o
del Seíi.or de mil y 11On;cientos al1Os, como se usaba de-
cir en los doeume"ntos de antaíi.u. I.a repÚblica de Chile
domina tudus los territorios situados al sur del grado
_p en el mar Pacíti.co y sU jurisdicciÓn baja del grado
..
p, por Chiloé, entra al estrecho de l\lagallanes. lo po-
. :;ee todo, y toma las 11tlC\'e décimas partes de la Tierra
del Fuego, iértil y codiciada, hasta el cabo de Hornos.
Gobierna por comp1et() el estrecho (le :\lagallancs y
una provincia cn tierra que fué de la l'atagonia argen-
tina. y todas las zonas illll1cdiatas al grado 52 y a los
numerosos puertos que sobre el mar !'ací¡ic() debía po·
seer la RepÚblica .\rgentina. si hubiera sido aplicado
estrictamente el tratado de 1KKl. Ocupa de hecho toda
la audiencia de Charcas al nortc. sobre el 111;Hy en los
Andes de Itoli\';a, desde el grado 27 hasta el río I.oa en
d PerÚ, en el cual se pwlonga sohre las pro\'incias de
Tacna .... v /\¡-ica: v sah'ando las cumbres mils altas de
la cordillera de lns andes. es ya lindero con las prO\'in-
cias de Jujuy y dc Catamarca. donde la \,()Iuntad de
los reye,; sostenida durante tres siglos, no quiso que
hubiera jurisdicci('l11 cmanada del 111a r Ilací ti.co~-
(Scns(lcÚín. )
Se ha realizado así. scii.ores. el extraordinaricl pro-
digio político y geogr;tfico de que aquella vaina angos-
ta y larga sc con\'ierta cn espada flamígera. que cerce-
na la soberanía de los países circun\'ccinos de 11l:c11Oo
d(> derecho y arruja los fundamentos ch· una potencia
americana ~--( .-/dalllac¡ol/cs y aplallsos.)
¿ Cu;'des !Jan sido las causas del prodigio?
C.uando enl 824 las armas del Plata y las de Co-
lombIa cortaban el Último lazo de unión con la noble ma-·
dre patria, los países americano::; que sucedían a la 111C-
trÚpoli se reconcentraban para constituir las nuevas
soberanías; y, como era necesario dal' a las constitu-
ciones políticas un asiento territorial. debieron preocu-
parse y se preocuparon de conocer los primeros límites
jurisdiccionales .. \ fin de e\-itar cuestiones futuras,
odiosas a aquellos días de abnegacic'lIl, tan pronto ol-
vidados, de iratcrnidad ya abjurada, pactl\ Chile aÚn más
tarde con la RepÚblica A.rgentina, en el artículo 3() de su
tratado de paz, alllistad y arbitraje: 10s límites de la Re-
pÚblica de Chile con la RepÚblica .\rgentina serán los
qlle tenían (;n I folIO, cuando se separar;m de España. Y
esto ha sido repetido por Chile a ]joli\-ia, y todas las
naciones sudalllericanas lo han pactado entre sí, cons-
tituyendo la doctrina del derecho pÚblico hispanoameri-
cano que se conoce por el IIti possidetis de 1810, justa y
para todos protectora ~
Pero el IIti tussidetis de ,folIO había de dejar de ser
lílllitc firlllc e inconlllovible, él medida que los senti-
11l;entos de confraternidad de la ('poca de la Indepen-
dencia se debilitaran cn los corazones: y las RepÚbli-
cas de Bolivia \. la .-\rgentina fueron abrazadas por los
110vcnta ai](ls de gtt<.'lT'aciviles que han destl'ozado sus
cntraii.as, sin que hasta este Illomento podamos decir,
argentinos y bolivianos, si la Última sangre de Sucre o
la Última sangre de Catamarca y Entre Ríos apagará
para siempre el tañido de las campanas funerarias que
doblan por los que han caído en esas lucha,.; entre her-
manos.:\ 1ientras las dos repÚblicas no fueron dueiias
de sí misma dUl'ante una década de paz, ,.;ufrierot1, im-
potentes o ;1tc11lorizadas, la desl1le11lbrac~Ón de sus t~-
rrit orios, \' est;\ n obligadas, aun hoy mlS11l0, a a ven-
gnar si cniltinÚanlatentes y en acti\-idad las causas del
engrandecimiento de Chile, y si sus nuevas actitudes de-
ben ser calmadas con ot ros sacri hcios de la suheranía
nacional. (Scllsacióll).
Por otro lado, en el Pacífico, Chile, sin guerras ci-
viles, con raza hOlllOgém'a, viril, resuelta y expansiva,
hahía atesorado m;ls de 10 que sus necesidades sohrias
n~c1amahan, y necesitaha para su pueblo nUevos terri-
torios, aspirando a queh¡'ar los arcos de paralelo de Car-
los V, bajar al esl recho de ?\f agallanes. enl rar a la Pa-
tagonia e invadir a noli\'ia y al PerÚ: y. rosa extraor-
dinaria, perfectamente explicahle tratándose de un
lH1ehlo de car;lctcr homogéneo. gobernado por hombres
que no tienen sinÚ nn ideal, ideal qne no Se interrnmpe.
ni desdeña, ni es ahandonado porque cambien los mi-
nistros en las caneras, desde que los mini-.;tro:'\ pasan y
la patria queda (s(,l/.wci(íl/ y aplal/sos). ideal que aun
los adversarios })f:rsonales de lClSministros que salen se
haccn nl1 ]¡11110j"t'Jl collt inuar. po1'llue es el del porvenir
Illi,-;JllO de la naci('JI] (ot'lallsos). Chile. con esa firmeza
Iradicional de -:n política e:o.:ll'ríor, por an(~ deliberado
y prof nndo, ocupa ha en el IIIiSlIlo período de r ~(t2 él
IX--t3 el (·slrechCl <le :\/agallanes al sur y el dcsi('rto o
litoral de _\ tacallla en el norte.
¿ y chillO tUYo Jugar la (wlIpaci('¡n~'
,\sí era la política de ROllla. así es la política actual
de la Gran Ilretaí1a. política que nI) puedo criticar co-
1Il0 homhre de Estado, aUll(lue pudiera h;lcerlo C<n11()
juri:'\ta, la política de los puchlos <¡ue lIliran lejos y no
gobiernan solamente para el dia, sino tal11hi¿'n para las
generaci¡;nes futnras: política que .anH'naza, ataca, re-
trocede. cOl11pra o sedncc, cnando IlClpnede \'('ncer: pero
que asalta y jCla\'asalla todo cuando la Ittcrza de su br;t-
zo es superi,)r a la de su ad\'{'rsari() ~ (. I !'I17I1S0S).
Es la Única política que ha fundado grande::; impe-
rios en la ci\'ilizaci<'m, porque los pnehlos (¡ue no tie-
:!l
-- 186 -

nen la conciencia de lo que quieren. ni perciben la meta


él que se di.rigen, son puehlos destinados a degenerar y
a ser vencIdos, (A pla liSOS).
El puehlo de Chile, señores, que ha recibido en Amé-
rica la suerte de la paz, de la unidad. de la virilidad
de la raza, del temple militar v de la acción resuelta de
sus e.'itadi~tas, erigiéndose en' protector de la civiliza-
ciÚn, dijo· en I ~--U: estahlezcamos remolcadores en c1
estrecho de :\fagallanes. para evit;v los ,naufragios;
iniciemos estudios mineros en A tacama para que la Eu--
ropa tenga facilidades en el a fÚn de alimentar sus Ime-
blos pro\'Cycndo abonos para sus sembrados.
·Cn espíritu tan desinteresado v humanitario mere--
cía expandi rsl'. y cuando una comisiÓn de geÓgrafos y
notahh.'s de Chile. nomhrada en 1 R~J, advertía al presi-
dente :-cl1idc \'. E. de lo que hace en :\ r agallanes. por-
que 110 todo el estrecho nos pertenece; recuerde V. E.
que la COI1--tittlCi(')}l de Chile ha dicho que el territo--
rio situad() al oriente de la cumbre de la cordillera es
de la RepÚblica Argentina. y limite V. E. su acciÓn a la
parte chilena del estrecho y deje libre la parte argen--
tina.-el g'obierno de Chile dehiÓ pensar :-l1uestros
hermanos de la Argentina están en desgracia y en ple--
na tiranía: justo es que ocupemos sn parte de estrecho
para servir a la Civilización!
\' en el año de 1 f3-p. bajo los anspicios de aquel país
l'ivilizat!o. los especuladorcs 5e habían ya lanzado al de-
sierto de Atacama, encontrando allí el débil y desgracia-
do puehlo de Bolivia, que conservaha sus territorios por
la \'olnntad soberana de Carlos Y. <¡ne nadie había
(,sado turhar. ni discutir siquiera. Bolivia tenía allí d
puerto de La :\Iar. después Cohija, (!UC del?~(') inspirar
respecto a Chile. porque sn acta de tnnclaclon lleva la
autoridad de BolÍ\'ar y está refrendada por Sucrc, d
~.rran mariscal de A \'acucho.
-
Chile pensaba sin duda: la RepÚblica de Boli"ia no
tiene escuadra. no puede proteger el comercio del sali-
tre, grato y necesario a la agricultura de Europa. Va-
yan los marinos del cabotaje chileno a eXI¡I)rtar ese sa-
litre, que hien sen'ida se cnnsiderarÚ Bolivia con esta
iniciatiya comercial. Y la "Yanequeo" carg('¡ l-iquezas y
sali(') sin pagar los derechos ch.' aduana a Uoliyia, ni el
\'alor de sU carga~"" ..
en cnmpa t ríota, porque por desgracia en t()dos es-
tos desastres anda mezclado el nombre argentino, el
seíior Gregoril) lkeche, homhre respetable, a quien sin
duda conocieron algunas de !as personas aquí reunidas,
que ha Illuerto de dmsul general de nuestro país en
\' alpa raiso. era el prdecto o jefe de policía de Cohija,
;: él arme') en guerra una goleta que se 11 a 1ll{) "(-;cneral
~ucre" para defender la ticrra holi\'iana,
~e reprodujo el hech() con la .. Rumera." Esta fra-
gata fué apresada en el puerto de Cobija y amarrada;
pero con toda audacia pid) sus amarras y a la "ista de
las autoridades fugh a Chile burlando al "~tlcre," por-
(tUl' a mayor paflO corresJlonde mayor "elucidad, Des-
pués se repitiÚ el hecho con otra, que pudo negar a Lon-
dl"es, la fragata l.a((/,i": pero en L()ndre~ había un tri-
lJt1l1al de llresas que, poniendo la mano sobre el capi-
tÚn y citando al ministro de Chile. señor Rosales, col1'
clcnÚ al barco por extracciÚn ilegítima de Imano en b
l~epÚblica de Boli\'ia.
Por entonces, señores, el gobierno de Chile hahía
(lescuhierto sin ;lmbájcs su humanitaria y ci,'iliz(tck'ra
política. al dictar la ley de r;) de octubre clt: 1g"'¡'2, decla·
rando qlle toda~ las huaneras y riquezas superf1ciak~
que existen en la provincia de Coquimho, la Última
provincia de Chile- al norte. como hemos "isto, (11 todo
c1 desierto de .,!t(/((//lW y en todas las costas e islas ad-
yacemes pertenecen a la RepÚblica de Chile! (Scnsa-
ciÓII.)
Era extraordinario que no se hubiera resuelto la
cuestiÓn elemental y previa del dominio, porqué segÚn
el cÓdigo de minería de Chile, el huano, como las salitre-
ras y productos superficiales. o SOI1del dominio pÚblico
y pertenecían al Estado o soberanía del territorio, o
son del dominio privado y pertenecían al pmpietario
del suelo; pero la RepÚhlica de Chile da por resuelta la
cuestiÓn de soberanía, prescinde del dominio privado y
se declara propietaria de todas las riquezas superficia-
les existentes en el litoral de un país vecino y amigo,
Estoy seguro quc a los bolivianos de aquella época, co-
mo a los peruanos, amenazados de cerca por esa ley
del congreso de Chile, les haría el mismo efecto que
causar pudiera a los \'ecinos de Uahía nJanca, una or-
dl'nanza nllll1icipai disponil'ndu: que el dinero que ten-
gan en el hobi1lo todos los que asistan a la retreta noc-
tuma de la plaza pertenece él la municipalidad !-(Ri-
.'las y a/,/allsos}
Entonces, recién se apercibil\ Bolivia, Sres .. de que
estaba amenazada de un peligro solemne, y los hechos
no tardaron en confirmarlo, pOI"que con la ley de oc-
tubre de [~(J-2 aparecil') la fragata Cbilc en la costa de
,\tacama, humillÓ a Cobija. y de~ptlés de libertad a al-
O'unos chilenos presos cn las Imaneras y de tomar pose-
~iÓn de Punta i\ngamo~. en ~Iejillones, erigiÓ un fuer-
te con la handera chilena. La goleta .':>'lIcrC destruyÓ el
fuerte y alTi(') la handera.
Chile se deticne! Hahía encontrado una mano firmc
inesperada, y ahril') las negociaciones diplon~ilt icas, que
desde el año 1843 hasta el aÚo 18(¡j consumIeron el ta-
lento, el patrioti~m() y toda la paciencia de l~uatro ~nc!-
tables diploll1;lticos holi\'ianos: ()lañeta, A gtll rre, Salt-
nas \' el doctor TOI1lÚsFrías, el Último. presidente y por
cierto, de los venerables de Bolivia, sin haber podido
conseguir otra cosa que la declaraciÓn SOllfnll1Cde Chile,
de que .Bolivia era un país agresivo y usurpador de 1us
1 erri torius que el Rey de España ha hía concedido a
\ 'aldi,'ia!
J ,a IJisturia de estas negociaciunes es notoria y no
me detendré a exponerla: tampoco juzgart" a los hom-
bres de (.'stac!o tk nuli,'ia, :\I) sería sensato que en este
íllstante, Ull t1l1in'rsitariu argentino faltara así a la ma-
jestad de UIl pueblu soberano y amigo, por III;'IS que sea
el derecho de la crítica política un derecho universaL
Yo honraré a no]ivia, aÚn respetandu la memoria de
lus despotas que la hayan perjudicado: y s(',]o diré que
de improvisu aparecí('} l'n el escalaj('m, cn.'ado por San
:\lanín, entre los guerreros de la Independencia de Chi-
le, el dictado!" :\Ielgareju t'oll el rango de general de
di,'isi('})1: y se tirlllÚ el tratado de límites de l~()(), por el
eual la repÚ bl iea dc Ch ile rei, '11Idlea lus terri turios, quc
la tenacidad. la injusticia ~" la audacia de Iloli,"ia le ha-
hían usurpado, cunculcando las jurisdicciunes de las au-
diencias " de los virrn"natos,
¡\l n~gociar el trátadu de ¡X6Ú, retrocediendo ante
las posesiones chilenas. Ilulivia solamel1le pretendía lin-
dar con ese país en el arroyo Salado, l1lÚS menos en la (1

latitud de las pir;'llllide;; de Las \'aquillas (2:;" [8' lato


sur), es decir un g-rado más al norte de los límites de
ClI-]OS \'. Rol ivia pudo hacer la concesiÓn de más de
1111gTadn de territorio a Chile por su debilidad y por su
respeto a la paz, circunstancias que los pueblos y los
-g"ohiernos no pueden a veces olvidar, sin exponerse a
sacrificar su propia soberanía,
Pero la repÚblica de Chile decí;¡, sin presentar los
dncumentos, ni las razones jurídicas, puesto que todo
el material jurisdiccional publicado lo conocemos ya,
que su lími te po] ít icn e hístÚrico y segÚn el lit i possi-
- 19° -
dctis de 1810, era el grado 20, es decir, cuatro grados
al norte de las demarcaciones de Carlos V! .
Propusieron al general ~lelgarejo partir la diferencia
y adoptaron el grado 22 y desde el 24--que es esta lí-
nea amarilla-( señala el mapa) el límite correrÚ pOl'
los límites de la cordillera de los Andes.
Si el tratado de 18ó6 no hubiera tontenido sino es-
ta transación territorial entre el derecho v el hecho fa-
tal, Bolivia v la América se habrían feli~itado de una
soluci('m que' respondiera a anhelos fundadores, bajo la
responsabilidad de las garantías, recíprocamente acor-
dadas, para mantener una íntima e indisoluble confra-
ternidad. Pero el documento tiene cláusulas en las cua-
les i10 se tr'ataba él Bolivia como a naciÚn soberana sino
simplemente como a una colonia, a cuva soberanía se
le fija un límite, sujcto' a tal nÚmero cÍe condiciones y
de restricciones, que la nacionalidad misma desapare-
ce v se cOJ1\"ierte casi, en una de esas factorías orienta-
les' de la Europa, donde el territorio soporta todas las
jurisdicciones extranjeras, desde la administrativa has-
ta la Jlolítica. En efecto se dispuso que al sur del grado
24 el territnrio pertenece a la repÚblica de Chile. Se de-
elara que él Bolivia cnrresponde el territorio desde el
grado 24 hasta el grado 23. El territorio teÚricamente
atribuido él Bolivia no será exclusivamente gobernado
por ella. Bolivia cede él Chile la mitad de la explotaciÓn
de todos los productos naturales que se encuentren, y
la mitad de los derechos de exportación sobre los mine-
rales: se compromete a no arrendar tierras. ni .enaje-
nar jam[ls su soberanía, sin la venia de Chile; fundará
también un puerto en Z\fejillones para el servicio del
comercio chileno, sostenido por ella y administrado con
la intervenci/m de empleados nomhrados por Chile. Las
mercaderías chilenas no pagarán derechos de aduana.
Cuando el tratado llegó a Bolivia, reconociÚ que no sólo
-- 19 r -

no se respetaba su soberanía hasta el grado 23, sino


que Chile se hacía condómino de Bolivia entre los lími-
tes históricos de la Audiencia de Charcas del paralelo
2-+ al 23 y dueña absoluta del 24 al Sur ~
Sólo hubo un sentimiento legítimo. 6pontÚneo. des-
de el ordoeÍio de las llanuras del ('haco, hasta los doc-
tores de C11l1qt;isaca: un grito de indignaci('ll1 profundo!
En medio de su impotencia, Boli\'ia lucha con la de-
sesperaciÓn del débil que defiende sus derechos, y Chile
consiente tlnlla¡" el protocolo de 1872. Corral-Líndsay,
como transacciÓn. en el cual ambas naciones convienen
en revisar el tratado humillante e injusfo del año ]866,
Y fijan. como precauciÓn sahia. que la base del nuevo
tratado sería el límite del grado 2..j. hasta las más altas
clImbres de la yrall cordillera de los .I/1des, que hahía
sido demarcado en 1870 por el delegado chileno Pissis
y el delegado boliviano :\lujia, al" trazar el tratado de
r866 en el pal"alel\) 2..j. hasta los volcanes. términos in-
mutahles de la naturaleza americana,
En 187-+se negociÓ el nuevo tratado. ~o estaba Bo-
li\·ia bajo el sable de los dictadores, era gohernada por
hombres de academia: pero accpt(') una soluci('m que
contiene la misma cl;'msula de divisiÓn territorial en el
grado 2-+. y establecía el mismo condominio. con idén-
ticas restricciones. acaso exageradas en contra de 110-
li\'ia: y este acontecimiento ::;orpn.'ndi(') al congreso na-
cional pr()\,()c;lndo resistencias. protocolos y aclaracio-
ne~. El protocolo de 1 R72 disptbO, segÚn ya dije, que
el t¡'atado tendría como fundamento el !Jrado ..l.J hasta
las más altas (1/1I1/1res de la !Jrall cordillera de los /111-
des, y ftH: tinnado en estos términos: el yrado ..l-l- has-
ta el DI\'OHTL\ .\CL\RL\I. de los ,llIdes.'
Era. señores, el año 187-+. El doctor Frías había dado
ya en Chile su batalla de límites y aparecia allí la di-
plomacia de la ~loneda, influyendo en la diplomacia de
- 102 -

Bolivia, para hacerla subscribir el precedente del "di-


"ortía aquarum", que por primera vez en la historia,
en la geogra fía, en la política y en la dipl()I11acia de las
tres RepÚhlicas. se incluía en un pacto solemne.
Pero el congTeS(¡ de Bolivia, con actitud unÚnime
y solemne, rt.'clamÚ explicaciones y las arranc() muy sa-
tisfactorias, descuhriendo toda la intriga de la diplo-
macia chilena. Las di,') don Carlos \\ralker .:\Iartínez, el
eminente homb!"t.' pÚblico, jefe del partido conservador,
ljue acaudillaba hace dos ai10S el movimiento de illtimi-
daci('Jt1 contra la RepÚhlica Argentina. pronunciando
comu .\linistro del Interior y Jefe del Gabinete de Chi-
le, aquel discursl. en ljue jactanciosamente anunci~ba
200,000 h(Jlllhres prontos para imponernos el arbitraje
incondicional, segÚn las exigencias de su país! (5;cn-
saciÓn.)
El seI10r \ \'alh'r .\laJ·tínez, ministro de la repÚhlica
de Chile en Bolivia, dijo: no os alarméis por estas fra-
ses; los espíritus recelosos e intrigantes que han dicho
a Boli"ia que ha cedido, la han engañado y le hastal"á
que yo declare que Chile sÓlo ansía ellcerrarse entre
Sil lIIar .\' las altas cllmbres de Sil cordillcra. tara re a-
¡i:::ar SIIS trotÚsitos de. ta::: bicl/cstar y progrcso. para
satisfacer a Bolivia. El tratado. señores. qtH'd(') apro-
hado con un protocolo aclaratorio en que subsiste el
concepto ambiguo. que tan hondas concesiones ha arran-
cado a la RepÚblica ¡\rgentina en territorio. en princi-
pios. en soberanía y en arbitrajes ilimitados.
y a raíz del protocolo de 1872, desde el año J 873
hasta el año I X7S, se tralllitÚ en Bolivia un expediente
administrativo, el contrato entre los señores l\Jilbour-
ne. C1ark y Cía. comerciantes ingleses. para la explota-
ci('m de las salitreras de i\ntofagasta y el gobierno de
Bolivia. Este concedí(') él la firma la explotaciÚn por
quince años. y. como les entregaha una fortuna. porque
- [~3-

todos sabemos lo que significa cxplotar huano y sali-


tre, el congreso de Bolivia, al sancionar la concesiÓn
del P. E. juzgÓ, por lo menos, equitativo, quizá para
salvar el dcrecho de legislacihn fiscal de Boli\'ia, apro-
bar la concesiÚn por los quince al1os, a condicil'm de que
la compai1ía conccsionria pagara a las rentas de Uo-
¡i\'ia 10 cema\'OS por quintal de salitre exportado.
La repÚhlica de Chile se indignÓ! DeclarÓ que una
compañía chilena kl1lÍa sido atropellada por el espíritu
agresivo y pertinaz de Boli\'ia, que se violaba los tl'a-
tados del (1() y ¡...j., poniendo contribucioncs a chilenos
en territorio de Bolivia, v ésta. no obstante tratarse de
un caso contencioso adníinistrati\'o, con una cO!11paiiía
originalmeme inglesa, rediÚ, sorprendida, CO!11otenía
que sorprenderse, purque ya Chile era una potencia ar-
mada en predsi('lll de conflictos con la RepÚhlica :\1'-
gentina, suspendí!') el impuesto de los 10 ccnt¿l\'os, En-
tonces Chile, incitado por la alianza PerÚ-holi\'iana des-
cubierta, l>usc(')nue\'as razones para la guerra y sostu-
vo que la compal-Iía gozaba del derecho de 25 años de
franquicias, porque tal el'a el plazo concedido en el tra-
tado de 1 R¡-.t, no obstante lo rOl1\'enido por la compañía
con el gohiernl) de 1:01ivia ~, , , .
Sustituy(')se así la repÚblica de Chile a la \'oluntad
de dos contratantes pri\'ados, hajo la autoridad de sus
fuerzas militan:s: \' como el g-obierno de Bolivia rc-
clama ra sus dercch(~s diplom[tti~amente, apa rec iÚ de im-
proviso una escuadra chilena en :\ntofagasta, y \'oso-
tTOSsabéis el desenlace del drama comenzado en e1l'a-
cífico el año de IR¡(). so pretexto de destruir una alian-
7.a de fuerzas muy inferiores a la de Chile,--( .I/,Iallsos).
DOCTOR !.C!:-> :\1.\ld.,\ CA~II'O:-> y URQt·¡z.\-ltwitt') al
orador a reposar durante algunos minutos.
U·a sala a/,Iaude dllral/te alVlIl/os 1I1011/(,l/toS.)
- T()"¡' --

l-lclllos llegado, señores, al cabo de las tormentas


y espero que podremos dohlado con el misl110espíritu
sereno y universitario que hasta ahora nos ha favore-
ciclo.
La victoria de Chile sohre los aliados del Pacífico
fundÚ la oCUIKlci('mde un territorio peruano-boliviano,
COl11oes de pr{lctica en el derecho internacional. du--
rante la tn~gua y por lo mel1lh hasta que se ajustara 1a~
condiciones dctiniti\'as de la paz y se pagara las indem-
nizacinnes de guerra.
RefiriéndollJc solamente a ('hile, aun cuando algu-
na vez dc paso tenga (lue orillar muy ténuemente la
cuestiÚn argentina, que no entra en el programa de es-
ta conferencia y que no <[uiero discutir ahora. diré que
el tratado de trégua, como se llama el de r88..¡., celehra-
do entre noli\'ia y Chile, autoriza a la Última a ocupar
1111 territol-io que est;l marcado en este mapa con con-
tornos rojos. que haja del río f.oa al grado 23 y sigue
por las cumhres lll;lS altas de los Andes hacia el 110rte.
Sin emhargo se pretcxtÚ de haher casos de cÚlcra en
las provincias argentinas del noreste y de ser otro dehe¡:
providencial de ('hile el de velar por la salud de las re-
giones holi\'ianas del Pacífico, y, al mismo tiempo. para
defender la de las suyas. avanzÚ sus ocupaciones mili-
tares al sur del paralelo 23 apareciendo en el coraz<'m
del noroeste argentino, en los valles Calchaquis, gra-
neros de las pro\'incias de Saha, en la estancia misma
del presidente de la dUllara argentina de diputados doc-
tor don Benjamín ZOlTilla, y en la villa de ~Iolinos.
donde vi\'aqtlCahan. hacían actos de jurisdicciÓn y le-
ventaban planos, los carahineros del Yungay!-(Scl/-
saci<Í1l ).
Desde ese momento se interpone ent re la cuestiÓn
límites de las repÚblicas de Bolivia y Argentina, la de
Chile, cncsti('m qne conocéis, resuelta por el laudo de
- 1~5--
mi querido y honorahle amigo el ministro de los Esta-
dos Unidos de América señor Buchanán, límite marca-
do aquí con una línea roja. Si bien es cierto que su lau-
do atribuye a la RepÚblica Aj'gentina la mayor parte
del territorio que había ocupado militarmente la repú-
hlica de Chile, la cuestiÓn fué resuelta en contra de la
H.epÚblica Argentina y en fan))' de Chile, porque la
Reptlblica Argentina, dirigída por hombres que cono-
cen a fondo estas cuestiones y no improyisan en ellas,
no había disputado a la RepÚblica de Chile grado mas
() menos de tierra estéril. inhospitalaria y yerma, que
no necesitamos para nuest ra Ci,'ilizaci('ll1: había man-
tenido, señOl'es, un principio político grave: la línea de
las más altas cumbres de los Andes, como límite " base
del equilibrio sudamericano, principio fundamental roU,
por el laudo del Úrbitro-( .-//'Ial/sos) .l/l/Y bicl/.' J/1IY
bien!
Roto el principio político, estÚ comprometido el por-
yenir de Jujuy, de Salta y de Catamarca, con esa vc-
cindé,d que crea una provincia de .\tacama al oriente
de los .-\n<1es, bajo la soberanía de la RepÚblica de Chi-
le.- (Scl/saciÚI/).
Pero, señores, cuando en las con fen~ncias de los
Plenipotenciarios boli"ianos y chilenos se fijaba en 188-1-
los límites del territorio que se llame', del pacto de tré-
gua o de ocupación, se dió tamhién un límite a la Re-
pública .\rgentina, sin que ella hubiera sido consultada,
sin que sus diplom;'tticos asistieran a las conferencias
para vigilal- que su derecho fuera bien interpretado y.
por Último, seíiores, por citTunstancia no imputable a
Bolivia, ni a Chile, sino a la inaccie'm de la RepÚhlica
Argentina, ese punto fijado en el pacto de tréguél,-rcs
inter a/io,\'acta-de imJ>onancia tmiversal, sin emhar-
go, es un punto que se acerca más a la zona del dh'ortia
aq/fanll/l de los .\noes y se llama Zapa1egui.
Pocos años después llegaba a Buenos Aires el se-
ñor Baptista, representante de Bolivia, acreditado ante
un Gohierno argentino, que tenía la clara visión de es-
tos hechos. de la política que convenía seguir y del pun-
to hasta donde podía llegar, cuyo Ministro de Relacio-
nes, que se recibiÓ de la cal'tera el 24 de octubre, no per-
(Ji¡')una hora bajo la ansiedad patriÓtica, y el día 30 te-
nía firmado con el :'[inistro de Bolivia la rectificaciÓn
del error de Zapalegui. declarando que el Único punto
de intersecciÓn del límite que la RepÚhlica Argentina
podía aceptar en "'us relaciones andina", con Chile y Bo-
livia. era el de las mÚs altas cumbres de la gran cOl'di-
l!era de los Andes. como decía el protocolo de 18¡2 y
las aclaraciones \ Valker Martínez-Baptista, y no el del
pacto de trégua de 1 884.-{ .1 plallsos y e11loción).
Se estableci/¡ entonces que el límite de la RepÚbli-
ca Argentina y Boli"ia correría por las mÚs altas cum-
bre", de la cordillera de los Andes hasta el grado 23.
Se dijo entonces, señores. en el Congreso argenti-
llO. al 2'linistro de Relaciones Exteriores, que el acto
que había realizado nos conducía a la guerra, por que
apenas supiera Chile que se había rectificado el punto
de arranque de sus proyectos ulteriores sobre Bolivia
y el PerÚ. reclamaría a la RepÚblica Argentina. Y ese
\1 inist ro dijo al Congreso. en nombre del Gobierno de
la RepÚblica :-declaro que afianzamos la paz! (iil11ny
bicn!! ¡,¡,MIIY bicn!.' ..:Ip/allsos!!).
1)esde entonces, señores, empiezan los quince anos
de negociaciones entre Bolivia y Chile, en que esta Re-
pÚblica exige a la primera que le reconozca la ocupación
de todos los terri torios de la antigua A tacamél, de la
histÚrica audiencia de Charca~, en ambas faldas de los
A ndes. pretendiendo quizÚ toda la provincia de Lípez
en la regiones del pacto de trégua!
197 -

Esta pretensiÓn de la RepÚhlica de Chile crea una


nueva complicación de límites con la República /\rgen-
tina que todo hombre pÚblico y todo ciudadano tiene el
deber de prt'visi<'m de conocer y de estudiar en estos m()-
mentos tan solemnes para la diplomacia de :\m~rica.
(.)'cIIsacióll. )
Suponed que Chile se impone a Boli\'ia y ¡-ecihe en
;.:;uberania el territorio del pacto de trégua .y parte o to-
da la prm'incia de Lípez. Entonces. seí1,)¡e::., hahrÚ que
-azar los limites de fuju\' con Chile desde la inter::.ec-
ciÚn del meridiano ()'l ): l;aralelo .23. arranque de la lí-
nea BuchanÚn. hasta la sierra de I~smoraca, al norte
de Jujuy. ¿ Chile pretenderÚ arrancar la línea de lapa-
Iegui? SegÚn la 11wmo¡-ía de Relaciones Exteriores dé
Boli\'ia de este al1o, Chile ha declarado inciertn el lí-
mite y exige J'l'ctiticaciones en Lípez! (,')c//saci<ÍIl.)
Téngase presente que la cuestiÓn de límites se ven-
tila ahora solamente entre la RepÚhlica :\rgentina y
Bolivia, que e11 estos m'1111entos los ge,'¡graios de las dos
naciones cstÚn por resoln:'r cU;ll (k'be ser el trazo de
uniÓn entre el hito norte del lado BuchanÚn y Zapak-
gui (¡ Zapaleri como dice este mapa. que segÚn lo;.:;tra-
tados argentino holi\'ianos es en el grado 23, y según
los hechos reales del terreno. s(' encuentra m;'ls al norte.
:\dell1;'ls, el tratado argemino-bnli\'iano ~e rdlere al
punto ll1ás alto de la serranía de í:apalegui .... ,y los
hechos g'eogr;'lflcns responden que 110 existe se111ejante
serranía! ...
\ -osol ros. seilorcs. que sabeis cuan arduo plei to e;.:;
uno de líll1ites con Chile. pndeis ill1aginaros también si
son gra\'es estas cosas para el porn'nir, si no S,l!1 resuel-
tas decididall1ente--( ,')'clIsacl(íl/).
1 )cspu~s de la exposici¡'n) (k actos jurisdiccionales
que he tenido el honor de sOll1cteros. est[lis todos en con-
diciones de juzgar un documento extraordinario-si es
-. Iy8 -

posible que emanen documentos extraordinarios de la


cancillería de Chile. después de los hechos comentados.
, )'Ie refiero, señores, a la circular diplomática diri-
gIda a las potencias cristianas por la RepÚblica de Chi-
le Y publicada en el diario LA l\ACIÓ::-; de ayer y de esta
maiiana, document( 1 que .supongo habeis leído, que to-
du:,; los argentinos deben estudiar profundamente Y,
aÚn aconsejaría que se guarde en un libro de recort~s
porque tal ,'ez. nos dará que hacer.
En efecto, setlores. la RepÚblica de Chile aparece
en ese documento ante las naciones, denunciando la po-
lítica usurpadora. agresi,'a. belicosa e intrigante de Bo-
livia que se niega a entregarle la escritura pÚblica de
Jominio de los territorios del mar Pacífico y de los An-
des. que pretende Chile haber reiyindicado con la ar-
mas, de Bolivia. que se los había usurpado.
:\0 dice cuando. ni por qué actos pacíficos o milita-
res tuvo lugar este despojo! (Risas),
Acusa a Boli"ia de negarse a entregar esas escritu-
ras pÚblicas y le dirige cargos que voy a extractar casi
. textualmente - exige de b paciencia de Chile que re-
conozca la tenaz e injustificable pretenciÓn boliviana
de un territorio sobre el Pacífico. donde solamente
Chile ha sido soberana; mantiene la ohsesiÚn de un
puerto en el Pacifico, donde jamÚs existiÓ Cohija ni la
Prefectura La :\Iar. \' donde SOfl{1 Bolivia haher crea-
do aduanas alguna véz ~ Bolivia-añade-señores, pro-
clama teorías mÚs que socialistas, intolerahles en las
relaciones privadas de los hombres. al pretender que
Chile le ceda tierras. porque Chile las tiene extensas y
Bolivia reducidas: en fin, al negarse Bolivia a reconocer
ese límite del grado 23. contra las reales cédulas de
Carlos \'. v contra la en'cci('JI1 de las audiencias y vi-
n-evnatos. se entretiene cn mirar al sud y en tramar in-
trigas C(l11 la RepÚhlica :\rgcntina para agredir a Chi-
-- J~0 --
le, país pacifico, trabajador y respduoso del derecho
de sus vecinos. En consecuencia, Chile aparece ante
las naciones civilizadas con \111 candur extraordinario,
<1ue sin duda ha impresionado vucstros espíritus al leer
la nota, y le:, dice con mansedumbre, con el profundo
sentimiento de la:' amarguras y sacrit1cios que le ha im-
puesto Holi\'ia: cuhridnm; con vuestra simpatía y con
Vllestra aut! ¡ridad moraL naciones del mundo, antl' la
ag-resiÚn de la repuhliqueta de la altiplanicie ~ La Re-
pllhlica de Chile se prcsenta así. señ(lres. en aquel do-
cumcntu p(lseída de ulla t1I1Cil'm. humanidad y toleran-
cia sÚlu comparable a la bondad inlinita y eternamente
consolacj(l1'a. C(ln que Jesucristo edifica el alm<t de los
políticos en el lihro de los Proverbios de la Biblia-
(Risas y ap/allsos,)
Allí sc hace la relaciÚn de tod(ls lus pacto:-; qllc hc
estudiado, y aiJadíré que esa nota, puh1icada ayer y es-
ta mañana. me ha ohligado a camhíar el plan de mi con-
ferencia tomando las cosas de mils antiguo que desea-
ha, porque he pensado que, miemhro de la Universidad
de Buenos ,-\ircs. aunque en el más lllOdes(o de los ran-
gos, y dando una conferencia a mis discípulos del Cen-
tro Jurídico y de Ciencias Sociales. que es un retoño
lozal1n de dicha Cniversidad. debía oirecer a nuestra
histÚrica casa cent ral de estudios el honor de hacer la
primcra rdutacil'll1 de esa circular a las potencias cris-
tianas, en el 1l1iSlllO día en que ha sido puhlicada en
Buenos. \ ires, cuando las cancillerías y !lIS pueblos del
PerÚ y de noli\'ia no han tenido' aÚn tie1l1po de volver
del asombro que su lectura les hahrá causad(l, siquiera
para demllstrar que en la capital del Plata hay pensa-
micntlls que Sl~ ag'itan defendiendo la justicia, el dere-
chn y el 1)( Ir \'t.'tÚr de la ('i\'ilizaciÚn snr-americana.-
(./pltlIlSIlS. )
I)ermitid1l1c. seilllres, que os recuerde lu que saheis,
-200-

p~ro ~al ~'ez no es inoportuno que lo diga, que no han


s](10 jamélS los pucolos gohernados y conducidos a la
grandeza en el pasado, ni lo serán cn el futuro, por cl
mÚsculo mÚs o menos adiestrado, sino por el cerebro
<¡ue las universidades cultivan y discipljnan.-(Jfuy
bicn! MilY bicn!)
Esta elaboraciÓn diplomÚtica. señores, la nota a <¡ue
me he reierido, tiene dos grandes caracteres. El políti-
co, ya le habéis cO!locido, porque queda refutado todo
su alegato de derecho jurisdiccional a los territorios uni-
\'ersallllente respetados de Bolivia: pno el aspecto di-
plomÚtico es llI;IS interesante en esta nota, pues se re-
fiere a otra que le ha dado origen, la del señor Abraham
Konig, cm'iado ext 1'aordinario y l1Iinistro plenipoten-
ciario de Chile en la Paz.
Sería una crueldad, después de la reprohacihn uni-
\'e1'sa1. que yo l1Ie dClt1\'iera a hacer crítica literaria, di-
plo1l1Útica y política de la nota del señor Konig; pcro
ese papel al Estado sugiere ohsen'aciones y remcmora
hechos de que !1n puedo prescindir y que os diré, aun
a riesgo de una disgresi('l11, por 10 que os ruego me dis-
culpéis, si n(l he ahusado demasiado de \"llestra ama-
hilidad,
Se ha dicho que ('J set10r Konig- no tiene la prepara-
cir'm personal necesaria para un carg-o diplomático, y
no se ha dicho la wrdad. por~ue tengo el honor de ser
Sl1 amigo, y es UIl espíritu cultivado autor de un exce-
lente comcntar;1J hist(")rico literario de la Araucana de
Freíl a el primer pocta lírico americano de la Conquis-
ta, quc podéis leer en mi hihlioteca.
:\o! los homhres que representan él los pueblos son
emanaciones espnntÚncas y naturales cle su amhicnte
moral. Ha\' en la índole del pueblo chileno, algo de ¿IS-
pero e intl~ansigentc, que se explica por su situaciÚn de
país montañoso y aislado del nltt11do, Por eso l1ét prO-
- 201

ducido una serie de actos en la politica internacional


de los cuales, el del sellor Konig, no es sino una repe-
tición de los menos g-ra ves!
Erase, señ01:es. el año 1 ~75, Y hahía en la RepÚbli-
ca A rgentina un gobierno ~jue todos C0111 hat íamos, que
no tenía ejército ni armada en condici('J11 de sostcner
una g-uerrá exterior y cuyo heroismo apenas hastaha
para defcnder ]a autoridad de la presidencia y sah'ar-
la del embate diario, ):0 tenía dinero, ni crédito. ni una
s()]a nave de guerra de gran poder que pudiera a \'entu-
rarse al mar. c()n el calado necesario para ofrecer es-
tabilidad a las olas g-igantescas. I'>,tal>a aquel presiden-
te perseguido. desautorizado, y se alzaba s()hn' su país
e] hrazo de Chile arnléldo con acorazados " ejércitos re-
ducidos pero soberhios. reclamando un trat'ado de di-
visiÚn de la Patagonia: y, en tales angustias. d Presi-
dente de la RepÚhlica. de quien se ha diclto que jamÚs
hahía disparado una pistola, y que, para colmo de cir-
cunstancias desf;\\'orahlcs, tenía por ministro de rcla-
ciones exteriores a 1111homhre de la pn)vincia de Salta,
enjuto, de apariencia en iermiza. amable, n() versado en
las ciencias jurídicas y sociales, ni en ]a diplomacia,
médico que ejercía la especialidad de enfertlH:dades de
setl.()ras-( risas )-rccihi(') notas de cieno dip]omittic().
cuyos actos Chile mislll() ha deplorado alguna vez, en
que se exigía la derog'aciÓn de una ley concedlendo suh-
venciÚn a cierta línea de vapores en la l'()sta patag-lml-
ca, so color de que c()mprometía intereses de la ~ohera-
nía chilena: y que se derogara tamhién el 1100nhramien-
to de ministro de relacione~ exteriores del doctur Fé-
Jix Frías, porque eS(l importaba ¡ln)vocar a ('hile,
\' aquellos IlOlJIbres, sellores, los doctores ,\ "ellane-
da y Pardo, sin tener la base de l()s parques actuales
cun las mejores armas de la época, suhscrihieron la si-
guiente nota, que ser;¡ la Única lectura que ,!1aga e~ta
- 202 -.

noche. ell ~lOn()rde la cultura universitaria y del carác-


ter argent1l1o:
"Ya antes de ahora puso V. E. a dura prueba
"nuestra moderaciÓn, cuando en una comisión que no
"ba podido guardar el arc.hivo de ese departamento
..(EL DR. ZEBA LLOS-"La nota fué devuelta")
"pretendi(') e ¡ercer una intervenciÚn tan inusitada como
"incomprens·iblc. en asunto muv ajeno a las atribucio-
"nes de Ull agente diplomático: haciéndonos saber que
"se retiraría de esta ciudad, si subia·a uno de los :\Ii-
"nisterios del Gobierno :\acional el ciudadano llamado
"a ocuparlo."
"Pero esta moderación tiene su límite;· y hoy, en
"cumplimiento de las Órdenes que he recibido del Pre-
"sidente de la RepÚblica. rechazo la protesta de V. E.
"por ser de todo punto infundada en el fondo, como
"inami:-;tosa en la forma, declarando que mi Gobierno
"est;'t decidido a dar cumplimiento a las leyes del Con-
"g-rcso ~<aci()na] en todas las partes dd territorio ar-
"gcntino". (Gral/dcs aPlausos J aclamacioncs).
- El digno rechazo de los excesos del diplomático chi-
leno no produjo, señores, como no la produjo en el caso
de Zapalegui y de las altas cumbres, recordados. la
agresiÓn de Chile a la RepÚblica Argentina (Muy bicn).
Llcg") otro momento solemne en que esos rasgos
agresivos e intemperantes de los diplomáticos chilenos
que. COI1)() dije. no son defectos personales. sino idio-
sincracias de raza y de situaciÓn gcogrftfica. se repi-
t llTon.
Estaba en C'hile el señor Pico, perito de límites de
la RepÚblica _\rgentina, y. para ahreviar. después de
nna serie de con ferencias en las que no se pudo llegar
a ideas CClllcretas, el "di\'ortia aqnarum" hizo su violen-
ta aparici('l11 tcr')rica en el tapete, bajo las exi~el1cias
perentorias del seíi.or Barros :\ rana. de qnc sc firmara
2°3 -
una acta declarando que la condiciÚn geogr;'t!lca de la
demarcación no eran la:-; má:-; altas cumbres de los :\n-
des, sino la línea divisoria de las aguas,
Ante la gravedad de esta sitttaciÚn, se llallH') al ge-
neral Garmendia, jefe de los parques nacionales, y se
le preguntÓ ¿ cual e:-; la situaciÓn militar de la RepÚbli-
_\rgentina? j Hay que hacerla respetar!
Cuarenta y cinco mil hombres, contest('l, m<.' parece,
má:-; o menos, pueden armarse de remington:-;, lanzas y
sables, Ademá:-;, :-;olamente hahía dos buque:-; en estado
de hacerse a la mar, qHe los marinos que haeen el honor
de cscuchanlle en este momento, saben lo qHe valían en
esos tiempos: el DRO\r:-: y el 25 DE :\1.\ YO-no cuen-
to la escuadrilIa de los rí( IS,
Pero el presidente y los ministros no "¡,,ían al día;
estudiaron informes lidedignos y exactos sobre los ar-
!llamentos de Chik, y tomando d pulso de la situa-
c¡('m, se telegrati(') a Europa para que en cuarenta y
cinco días se pusieran en los arsenales de Buenos Aires
15,000 il1siles de repetici('l11 del sistema oficial de Ale-
mania, y se comprÚ ciertas baterías que Chile no llUdo
paga,- a Krupp a consecuencia de su guerra civiL Se
pronHI\'i(') un ensayo de maniobras con ocho o diez
mil hombres, en que un glorioso \'e(erano que me hon-
ra con su presencia ahora, entonces, minist ro de la
guerra, puso toda su voluntad, todos su~ es fuerzu~, to-
do su patriotismo, para echar las bases de ejércitos ma-
yores, y se ensayÚ la resistencia de los gOl,llosus v de-
generados de Buenos :\ i res-estas son las palabr;ls de
la prensa trasanclina-movilizando dos batallones de
guardia~ nélcionales bajo el mando de mi distingido
allligo el I)r. "~oql1C Silell7. J 'día. '1 lecho todo eso, fue-
ron instrtH:cinnes a Chile al ministro argentino pan:!
que exigiera que el seil0r Ilarros Arana retirase su
proposici('t!l teÓrica del ·'dinl1·tia aquarmll" que im-
-2°4-

portaba la violaciÓn de los tratados, pues los peritos no


son diplomáticos, no discuten, toman los instrumentos
del gec'lgra fo y van al terreno a estudiar las di ficuItades,
para que los gobiernos sepan de qué se trata v las re-
suelvan! (JIu.\' bicl/! Muy úicll!). '
El perito de Chile, hombre a quien hemos ;:lmadu
los argentinos, tenía su carflcter irritable, no solamen-
te contra la RepÚblica Aq{entina, sino contra Chile
mismo, porque siempre actu(') en· conflictos en las uni-
versidades y en los actos de gobierno. ChocÓ, pues, con
el seí10r Pico, a tal punto, que éste huscaba padrinos
para confiarlcs su decoro de cahallero y su autoridad
moral, contra las irritaciones de su colega. En tales mo-
mentos, seguros de nucstra posici('>I1 y conocedores pro-
fundos de la política de Chile, insistimos en que el mi-
nistro argentino g-estionara el cumplimiento de las in5-
t ruccioncs que se le hahían dado, agregando qne en el .
caso de no consentir1o, el ministro anunciase su retiro
a Duenos .\ires y el perito señor Pico pasara a :\(endo-
za. ;\Iedia hora de conferencia hastÚ para dirimir el
conHicu).
I.eed. sctlorcs, la memoria del ministro de Relacio-
nes Exteriores del año 1~()2 V encontraréis la nota del
plenipotencario U riburu, en ('¡ue se expone lo conveni-
dn, a saber: suprimir la discusi('m teÚrica del "di,'ortia
aquarum" y entrar de lleno al terreno a estudiar la cor-
dillera de lo~ Andes, que nadie conocía hien entonces; y
el procedimiento así pactado, ha seguido durante los Úl-
timos siete aí1os, y sus resultados est{ll1 ahora someti-
dos a la decisiÚn ¡le la reina de 1nglaterra. Y la RepÚ-
hlica Argentina talppoco fué agredida entonces!
(A /'fa liSOS y aela IIIQriollcs) .. '"
He aquí otro caso grave de II1temperanCla dlplol1la-
tica chilena: algunos marineros del buque de g'uena
americano 15altílllorc, fueron 111uertos y heridos en las
- 2°5
caI1es de Valparaíso. SurgiÚ una !H,'gociaci{,n. que se
llevaba por tell'gra fo. El presidente de los Estados Uni-
dos. general Harrison. y su ministro de Relacioines Ex-
teriol"es. un eminente hombre de Estado, ~l r. Blaine,
informaron por mensaje al Congreso sohrc la situaciÓn .
.\penas conocido esc mcnsaje. el telégrafo repartió
al mundo una circular diplom;ltica. en la cual el señor
.\Iinistro de Chile. don :\lanucl Antoniu ~latta, herma-
no del que fur ministro en nuestro país, lo quc menos
decía, era que el presidente de los Estados Unidos ha-
hía engañado desleal y maliciosamente al Congreso si-
mulandu hcchos para cubrir sus responsahilidades ante
la opiniÓn, por las agitaciones hélicas quc hahía pro-
ducido sin moti\,o. "Et sic de coeteris".
El telegrama intcmperante e injuritlso él una gran
potencia produjo el rcsultado que dehía producir. ¡\pa-
n'cit'> una csnléldra blanca en cl puerto de ¡.él Plata. con
orden de nan'gar sobre ('hile ~ Y esta \"{~z. set1orcs. iro-
n ía del dest ino. CSélescuad ra se detuvo cn el J>\a ta. por la
intclTenci\'>I1 de un gobiernu argentino que signiflc(', él
los Estados Unidos. que cualquier confhcto con" una na-
ciÚn sudamcricana heriría el sentimiento solidario de
la América del Sur: y cuando el minisl ro maine gcstio-
nÚ buques de guerra argentinos. en pleno incidente del
"di vurt ia aqua rtllll". tt1\'C el hOllor de contestar por el
gohierno de I1tH'stro pais. al american(l. rehusando
l1uestn>s huqut's y la ocasiÚn de quehrar el poder de
Chile con ayuda extranjera ~
j j j y SOIÍlOSI\OS()tros· los acusados de enemigos apa-
sionados de Chile, COI1lOsi fuera clig-no cle homhres de
estado y ulliH'1'sitarios nutrir odios propios de cere-
bros in feriorcs a una colect i,,¡dad nacional ~~!
j Fueron los cllclIli.r;os dc Chile los quc en ese caso
solelJlI1t' contrihuyeran a sal\"élr a Chile el más graye de
]()s peligros nacionales que el Icng-uajc mal hablado de
- 206 -

sus diplomáticos prOVOCél,-a ación y aplau ..•.


!-(Scll ..•. os.)
I.a nota del seíi.or Konig no es sino la consecuencia
n.at~lral.?e este sistema de diplomacia de agresión, in-
tIrllldaclOn y palabras fuertes, del que es grato hacer
una excepciÓn hidalga en honor de la actual .Plenipoten-
ciario de Chile en Buenos Aires, que es tan chileno co-
mo cualquier chilote: pero que sabe reclamar en tér-
minos cultos \' sociales.
TIa sido tal la cont rariedad que ha producido en
Chile la impresiÓn causada en el mundo por la nota del
señor Konig, que d documento político que habéis leído
en LA :\c\C¡():\' de aver v de hov. es una excusa ante las
naciones civilizadas' POI: la acéiÓn de su diplomático y
una satisfacciÓn indirecta a Bolivia.
Pero. seilores, es una excusa y una satisfacciÓn pro-
forlllu :-en el fondo la situaciÚn diplomática es otra.
:\0 hay en este momento, en Chile, un hombre más
popular que el seii.or Konig. porque ha dicho lo quc cs-
t;'l en la conciencia de todos los chilenos. desde las más
altas jerarquías, hasta las más humildes capas del }>ue-
blo. l~l gobierno aprueba, en efecto, el fondo de la nota.
El scii.or K\lt1ig ha perdido su posicihn en Bolivia y no
vol\'er;'l como dplomÚtico; pero vosotros lo veréis ir al
congreso de Chile en brazos del pueblo, laureado; por-
que e! sentimiento de la conquista y de! ensanche terri-
torial es una política téln encarnada en aquel país, como
en la RepÚhlica ..\ rg-entina la política de la indiferencia
en el orden interno \' externo.-(Mu\' bien! MIl\' blcl1!)
Es tiempo de que la juventud, universitaria por lo
menos, se aperciha de que estos sucesos internacionales
comprometen la suerte de una gran parte de América.
H.evuelto cst;l el Ecuador por instigaciones de la diplo-
macia de Chile, amenazando al PerÚ sin causa razona-
hle: atropellada la RepÚblica de Bolivia, y Chile se po-
sesiona de sus territorios que colindan Con la RepÚblica
- 2°7 -
Argentina; el Brasil mismo estÚ ya complicado, porque
la naturaleza expansi\'a del pueblo chileno, si no es pron-
to contenida, buscarÚ salida al Atlántico por las regio-
nes tropicales. que son ciertamente las l11;lS ricas del
mundo, Está perturhado el Paraguay. cuya ci,'ilización
depende enteramente de la ciyilizaciÚn argentina y que
nosotros dehcmos cuidar con fervor y con carii1o, para
atenuar las consecuencias de la guerra de 18(;5 donde.
no obstante. los diplomÚticos chilenos Clmsiguen quc la
juventud paraguaya acuda a educarse en las escuelas
de ('hile y a beher el odio popular contra la RepÚblica
Argentina, EstÚ agitado. en fin. el Estado Oriental, en
donde la diplomacia chilena fomenta corrientes hllstiles
a la RepÚblica .\rgentina y donde cosas graves deben
haberse dicho en los gabinctes, cuando un presi(knte
amigtl de nuestro país. el señor Causterar ha creído
0portU110 componer un lihro cn el cual expone fran-
camente su pensélmiento sohre \as cuestiones de límites
entre los dos cstados.
¿ y solamente e11 la RepÚhlica :\ rgcntin<l hell10s de
permanecer callados o indiferentes?
llucs hietl. sei1ores, vo cren que ha lleg~do e1 Il1O-
mento de que la HepÚhl(ca Argentina hahlc. cfln modc-
racil'm, con prudencia, C0!1 cnltura: pero con Ull pro-
grama definido, con una meta de antcman(l e\;nada en
el horizonte, j Los jltH:hlos que así pn;cedel1 no dehen
telller agresiones ~ ¡Los puehlos qne así proceden ins-
piran re"pelo! :\0 es la cucstiÚn de límites entre Chile
y la RepÚhlica :\rgentina lo quc l11oti\"aría el1 todo caso
las agresiones, ante cUY(l temor algll110s inexpertos se
detienen. Celebraríal1l( IS IH1C\'OS tratados de límites. en-
tregaríal1los I~ahía nJanca",. y la cuesti,'J!l se repro-
duciría el1 scguida ~--( S¡'l/saciÓII).
¿ Sa héis de que se trata? j De otra cosa. en \"crdad ~
Dc que una propaganda dc treinta ai10S ha hecl1ll C0111-
-208-

prender al pueblo de Chile. que la RepÚblica Argentina


es una factoría cxt¡';:mjera. en donde el patriotismo está
en las vísceras y la 11loral en la prevaricaciÚn! Se le ha
inculcado la idea de que los chilenos, con su patriotis-
1110arrnllarÚn los ejércitos argentinos, como el perro
del pastor que se para delante del rebaño: la forma es
vulgar, seilores, pero es la usada en Chile. por que así
se exalta el heroismo y las pasiones de la masa inculta.
11ay, pUl' cOl1siguiente, un antagonismo innegahle
ya entre los dos pueblos, creado por el de Chile, porque
a quienes afirman que en este país se odia a los chilenos,
les respondo que no nos conocen () nos calumnian!
El antagonismo, el desdén por el carÚcter argentino
apareja los Únicos peligros, porque cuando las empre-
sas parecen de talmanCl"a sencillas y expeditas, se sien-
te la tentaciÚn de acullleterIas, y, así se arrastra también
a los pueblos aÚn hasta el prec1picio, cuando éstos creen
lJue el precipicio está cubierto! (Mil].' biclI ¡Mil)' bicn!)
Tal es el peligro de que nosotros debemos prevenir
nuestra soberanía en el presente y en el porvenir, como
naci('m seria: y es de ese peligro que deben defenderse to-
dos l()~ demÚs puehlos americanos, que, en la caída de
la RepÚblica Argentina, serían también agredidos y
dominados por la estrella solitaria del Pacífico! (Afuy
bicJ/! J111Y bicl/.')
¿ \- cuides son los medios de defcnsa?
Sel1ores, 'siento la tentaciÚn de contaros un apÓlogo
antes de concluir.
En el ai10 I ~43 la RepÚhlica de los Estados Unido5
cle América había pasado por una serie de cataclismos
flnancieros y políticos, que sacudieron fundamentalmen-
te la estabilidad de la Uni('m y habían creado el espíri-
tu hel icoso, que en I ~72 produjo la 111;\5 grande de las
rc\"oluciones hUl11ana~ en que se batieron cuatro mil1o-
- 2CX) -

nes de hombres, desde el primer cañonazo disparado


sobre el fuerte Sunter!
Promulgada la tarifa proteccionista del aiw 192~,
los del Sur declaranm que era una tari ia de abomina-
ción, proclamando la ductrina de que los estados te-
nían el derecho de anular las resoluciones del congreso.
Tan honda era la diyisi('Jt1entre los agricultores del sur
y el norte iabril, y a tal punto estaha encarnada en la
conciencia pÚhlica esta doctrina, que se llamaba "ll/ll1i-
ficcctioll", que he \'isto en ;\ueya York 111,oslradopor su
propio hijo, un hastÚn del vicepresidente Calhoun, cid
aÚn 1 ~-tJ, que tenía una chapa de oro con esta inscrip-
ciÚn-"llllllijicatioll is the rCl/lcdy"-.\nu1al' las leyes
es la sah-acihn ~
Hahía tenido lugar allí un deseniren( I de especula-
ciÓn asombnJslJ, parecido a lo" que también hemos su-
frido, con nHJtiyO de las emisiones y negocios en tie-
rras, después de la entrega del \'alle de \lissisipí él la
co!onizaciÚn, y los Estados 1;nidos se encontraron de
tal manera agitados, <¡ue el presidente de ~léxico ge-
neral Santa :\na, el cual tenía un ejército de veteranos,
azuzaba la agresi/m haciendo creer a su puehlo que
los bra vos \'Cteranos de ~I éxico no necesitaban sino
presentarse en el campo de batalla para despejar la
situaciÚn, contra un país cosmopolita, de mercaderes
y de jugadores de golsa sin pat riotismo, La guerra es-
tall() y los jugadol-es de Bol sa y los gOl1losos de ~ ueva
y ork, que usaban el cabello enrulado y largo hasta los
homhros, en pleno romanticismo IOll1artil/iollo, se al-
7.aron indignados, y un país que no tenía ejércitos ni
armas, que después de la guerra de la independencia
no hahía peleadu, derrot(') a \léxico en los campos de
hatalla, porque triunfaron la inteligencia y la ciencia
sobre los ejércitos indigenas. (.4 plallsos).
¿ Sabéis. señores, lo que costÓ a ~réxico esa guerra?
27
- 210 --

La j?y~~.d~1Pacít-ico, California, gran parte del va-


lle de MlSSISlIH, todos los territorios linderos con el IVlis-
souri ¿ Tejas, q~edando ~léxico reducido a la región
de la hebre amanlla en el golfo de su nombre, a las la-
gunas polltinas que envenenan en eI centro su capital y
a tenitorios in feriores en el resto, lo que Únicamente
hace posible y explicable el hecho de un presidente per-
pétuo y de derecho p!"(n'idencial. (Bra<.'o, Mil,\' biclI).
1_as lecciones de la historia son demasiado elocuen--
tes y claras para que ot ros pueblos no ¡as aprovechen.
Tengo la convicciÚn profunda de que si pudiéramos
aplicar los rayos Routgen al examen de las conciencias
y los proyectÚramos sohre la de cada uno de los hom-
bres de estado de Chile, veríamos que cn ninguno de
ellos existe la idea de la guerra contra la República Ar-
gentina como un propÓsito firme, sino como plan de
int imidaciÓn a los ~ensualistas de Ihlenos Aires, C01110
nos llaman. Es un plan que alientan los éxitos obtenidos
por ese pueblo desde 1 R43: pero el día en que la RepÚ-
hlica Argentina se resuch'a a hacer una política y de-
clare que no permitiremos que sea atropellado el PerÚ,
cuyo tratado de ¡\ncÚn debe cumplirse lealmente: ni
que se disueh-a Bolivia, porque no admitiremos otras
cuestiones de límites. además de la sometida al Arhi-
tro: cuando nuestro país declare que hará cumplir tran-
quilamente la::; decisiones y las leyes del Congreso y
que no acepta ]'cclal1laciones sohre la posiciÚn de sus
tropas en los .\ndes. donde permanecerán siempre, si
el árbitro no manda que las retire, y en fin, que sola-
mente aspira a quc la RepÚblica de Chile sea su amiga
y la respete, entonces, estoy persuadido de que vendrá
nna mano con guante blanco del Pacífico a nuestro en-
cuentro, y no una espada desenvainada ~-(Aplallsos
'V aclalllacio1lcs) .
. Hubo un lllOll1ento solemne en que Chile pudo do-
- 211 -

minar la soberanía argentina. iGracias a Dios Omni-


potente, esa oportunidad no se repetirá en la Historia!
Fué durante la presidencia del I )r. A vellaneda. Huy la
RepÚblica Argentina nu puede ser agredida por Chile,
y pennitidme. sei10res generales y marinos que me cs-
cuchais, que llle mezcle en un asunto que no es de mi
competencia; pero creo, colllo hombre de buen sent id!)
Y pensado!', que la guerra ya no es cuestiÓn solamente
de ejércitos adiestrados. sjrw también de resistencia
orgáñica de los pueblos. I,a disciplina, el volumen, el va-
lor de los ejércitos pueden cstar suhordinadl)s a acci-
dentes imprevistos,
¿ Quién habría dicho que Ins iusilcros de (;or<!o!1 y
los héroes de Ondurlllan serían despedazados por al-
deas mal armadas, qne no tenían ní siquiera la forma
militar embrionaria de la cumpaiiía orgánica?
La RepÚblica de Chile pod!~ía g'anarnos \lna batalla
campal, si la ganare: pero nosotros g-anaríall]os la ha-
talla decisiva del tiempo, de ]a resistencia, de la pllh1a-
ciÓn y de la riqueza. j '.'\0 soy de lo:, que creen que en
nuestro pais todo estÚ podrido ~ j ~oy optimista. teng-o
ilusiones patriÚticas, siento fe en el ejército y en la ar-
mada, y crco quc aÚn en el caso de cualquier derrota,
surgirían, como por encanto, nucyas fuerzas para reem-
plazar a ]os caídos; y que Chile regresaría a sus monta-
ñas despedazada. y el ideal de Carlos \", podría cum-
plirse a] fin !--(. ¡p/allsos .\' aclalllaciol/cs). "
Esta teoría de las resistencias org[micas de los Ime-
hlos en la guerra. nace del estudio profundo de Chile
a quc he dedicado una parte de mi \"ida, y que me pro-
duce e] convencimiento de quc su ci\'ilizaci('111 es en todo
c(lt1cepto in ferior a la ,-\rgent ina, aunque sca un pue-
hlo homogéneo y \'iri1. 1 conozco hien, ;.;e1lorcs, y digo
A)

que los argenl inos que han ido a Chile y !lO han vistl)
que aquella es una organizacil'm notahlemcllte lll[lS dé-
- 2f2 -

bil que la Argentina, han ido ciegos; y los que se han


sobrecogido ante 3, 4 o 10 mil hombres organizados por
un háhil oficial prusiano, olvidan l/ue para batir a la Re-
pÚblica Argentina se necesitaría 200,000 hombres en
el mismo pie. Olvidan que en Chile una movilizaciÓn
apenas de ho mil hombres exije un año y la de 200,000
es la multiplicaciÓn de los panes, milagro que sÓlo] esu-
cristo ha realizado! (risas), porque en Chile, todo hom-
bre que deje el arado o el picacho del minero, produce
la miseria de una familia, y un ejército causa la del país,
mient ras que en la RepÚhlica Argentina-lo podeis com-
prohar-todos los domingos se reunen 200,000 hom-
hre~ a jugar su vida en partidos de taba y de carreras
de jJulpería, y si se les lleva a la guerra, la inmigraciÚn
llls reemplaza como elementos de lahor. De modo que
las cundiciones orgánicas de los dos países son tan dis-
tintas, que la garantía de la paz y de la integridad del
nuestro, reposa precisamente en el hecho de que la di-
plomacia argentina tenga la \·isiÚn clara de estos facto-
res indiscutibles.-{ /1 plau.\Os).
¿ Sabéis finalmente lo que significa la nota del se-
iíorKonig:
Es una finta para la RepÚblica Argentina. No ha
habido el propÓsito de agredir a Bolivia, con las armas.
I.a circular en que se dicen tantas cosas inciertas, es la
prueba de que no existiÚ el plan de una guerra; y, si
mi voz tuviera eco en Holivia y en el PerÚ, diría a esos
nobles puehlos :-Resistid! ;\0 seréis atacados; y tal vez
cmpieza la primera jornada de vuestra salvaciÚn!
(Aplausos. AclamacioJ/cs).
La nota del señor Konig aparece en mom,entos en
que el PerÚ y Bolivia se ~cercan él la. Repúbl~ca Argen-
tina a estrechar sus relaCIOnes, v Chtle ha dtcho: ame-
nacemos a Bolivia y al PerÚ, ¡ótimidémoslos para que
retrocedan y dejen aislada a la RepÚblica Argentina, y
- 213 -

entonces nosotros, operando de nuevo sobre el PerÚ y


Bolivia, solos y recelosos por la intriga pueril del puer-
to peruano ofrecido a Bolivia en el Pacífico, podremos
liquidar en detalle la situaciÚn. Esta finta vino apoya-
da j son ciegos los que no ]u \'en. se¡lores ~ por el pro-
yecto para la adquisici(')!1 de un gran buque de guerra
para aumentar el poder de la escuadra chilena, por la
reclamaci('l11 sobre l1\.lcstras guarniciones andinas y por
las amenazas del Ecuador al I)erÚ, como elementos de
intimidaÓ'm contra la RepÚblica .\ rgelltin;1 !-( .1!IIY
!)icll ),
Si la RepÚblica .-\rgentina dijera. C011lo a su tiem-
po dijeron los estadistas .-\\'ellaneda y Pardo: rechazo
la reclamaciÚn sobre los iuertes andinos; si dijera, co-
mo dijo Bolivia: no cedo, espero tranquila ~ ¿ cu{LI sería
el resultado:'
La RepÚblica de Chile cncuntraría un medio h())lIl-
rabIe de cambiar su t{tctica y percibiría que la U1l1ca
sensata que le queda es la de culti\'ar la amistad sl11ce-
ra )' leal con la RepÚblica. \rgelltina.
I.a I~epÚblica .\ rgcntina nI) puede hacer mils, 11ttma-
na y decor<}samente por la paz!
Esos mapas est;ln diciendo, con unél elocuencia pa-
vorosa. que du¡-ante medio siglo ·nn hemos hechu otra
cosa que ceder territorios, soberanía, amor propio y
principios para sa!\'ar la pal.: y si tal política hubiera
fracasado, el sentido comÚn dice que es necesario po-
ner término a las \'anas esperanzas y, lo que es mÚs gra-
,-e, cerrar el cielo a la paz armada. guerra terrible de
crogacinnes. Todos los espíritus se preocupan agitados
de que el país est0 paralizado y cOl1liencen ruinas, cuan-
dI} los centros del "iejo \Iundo y de I~stados l.'nidos
gozan de una explosi('m de riqucz;1-; y de trabajo sin
precedentes en la historia humana. ',a razÚn es clara:
nuestro país está ahrumaclo. ahogad() por el impuesto.
-- 214 -

con gastos y arntamentos correspondientes a una na-


ci('m de 25.000,000 de. habitantes !-(Aplausos).
Es necesario le\'antar de nuestras fuentes produc-
toras esa I[lpida, que nos hace retroteder en una carre-
ra de progreso que parecía \'ertiginosa \' sin vallas.-
(.Ip/allsos) .•
I::s. pues, taml¡ién cuestih11 de gran~ interés eCOl1t'¡-
mico la reacciÓn política, y la jU\'entud universitaria de-
he agitar estas ideas sin temor de provocar conflictos!
Pero si después de estar Chile en posesiÓn de todas
las tierras del Pacífico desde el grado 41 dando vuelta
el estrecho de :\lagal1anes, si desilUés de haber ocupado
ese est recho, cuya mitad declararon argentina sus esta-
distas en J K+3; si después de haber ganado territorios
ell el norte y tener por el laudo Buchanan una provin-
cia chilena lind;ll1do con Catamarca, Salta)' Jujuy; si
después de haher110s arrastrado a un arbitraje eu-
ropeo sohre Ú,ooo leguas de tierras, ubicadas a este lacIo
de la cllmbre de lo:; .Andes. en la parte más rica de la
I'atagonia; si existe el peligro de que el árbitro inglés
eri ia otro Chile, mÚs grande \' mÚs fuerte que el de
ea'r!o,: V. al Oriente de las ci;l1as andinas, en la mis-
ma situaciÓn que se encuentran ::\Iendoza y San Juan
respecto de los límites legales; si después de todos estos
sacrificios por la paz y la con fraternidad internacional,
todavía se nos persigue. señores, con nuevas divergen-
cias, nuevas reclamaciones y nuevos armamentos; si
111)se nos respeta ..... entonces, sería el caso de preve-
11ira los estadistas chilenos y decir/es:
. i TClllcd (¡He el 1eÚn de :\f ayo se hierga sobre el te-
rreno v os abrase con su mirada de fuego ..... (.'1p/al/-
SOS.' ¡irm.'os.'.' j1fl/.\' lJicl/.' Larflas aclamaciones illfc-
ITl/mpCI/ a/ orador por a/fll/l/oS JIlolI/cI¡fos) ..... no
para intimidaros. sino para a(h-crtiros cIue si permanece
- 215 -
indiferentc, no ha degenerad!)! (ContinlÍall las ac1(I1':(~-
noncs) .
Temed que el pueblo argentino acuda a la catedral
de Buenos :\ires y e\'oque los manes yenerados que mo-
ran bajo las cÚpulas sagradas, del capitÚn nacido y
muerto en los brazos de la \' ictoria! Tcmcd que su som-
bra blanca surja sobre el negro m;trmol del sarc(',fago
y señale. como el brazo de bronce de su estÚtua. el ca-
mino de los ,\ndes. repitiendo a su pueblo. cun otro de
los grandes capitanes de la historia. ante la temeridad
y alTojo de su ac!\'ersario:
¡¡L\ FATALlIJ.\II .\RIL\STIC\ A CIIILE! Ct":\II'L\SE sU
IlESTI:\O! !
(.'1t/allsos, ,'i,'(/s, {¡nn'os y (1c/alllaclOllCS (fllC SC 1'1'0-
fonflan lary() rato. II/icn! ras /1//0 parte del pÚNico rodea,
al)ra:::a y felicita al orador).
GRATITUD DE LOS BOLIVIANOS

El :-;iguieme día de la Con ferencia del ilustre interna-


cionaJi:-;ta argentino, cinco de los mÚ., conspícuos boli-
vianos residente:-; en Buenos ~\ires, dirigiéronle, a nom-
hre de la colonia, la interesante comunicación, expre-
sl\'a v del mÚs vivo reconocimiento, que a continua-
ClOn se reproduce:

nllenos ,\ires, octubre 20 de 1f)OO.

Señor I)¡-. D. Eswnislao S. Zehallos.

Distinguido señor y amigo:

.\l1tes de que se haya apagado el eco vigon)so de


\'uestra voz en la confcrerfcia que habéis dado a la ju-
ventud universitaria del Plata, sobre la "cnestiÓn del
Pacífico", y con la seguridad de que vucstras patriÓti-
ca:-; sug-e:-;tione:-; tenclrtm en tocla la RepÚblica Argenti-
. na simpÚtica resonancia, queremos dirigiros, por me-
dio de esta carta, no solamente nuestro "oto de grat i-
tnd como bolivianos, por haber puesto claros y 111ani-
tiestos nuestro derecho y la justicia que nos acompaña
en la ctlesti<'lI1 territorial con Chile, sino también por
haher sei1alado \'alientemente, el primero entre los es-
- 217 -
tadistas argentinos, los peligros que entraña la políti-
ca de complacencias y abandono que hasta ahora han
seguido los gobiernos del Plata en su vida de relaciÚn
con Chile.
Por vuestros labios ha hahlado la previsi,'m; y cuan-
do hacíais el proceso de las gestione~ diplollláticas de
Chile con la H.epública .Argentina, mostrábais con hri-
llantes coloridos cómo aquella republiqueta corta y an-
gosta como una víhora, había aprovechado los días de
agitaciÚn y cansancio del pueblo argentino para exten-
det sus anillos hasta el estrecho de ~Jagallanes por el
Sur y la punta de Sama por el i\orte; y cÚmo si conti-
nuase esa política de contemporizaciones afeminadas.
vendría hasta tomar Bahía Blanca en el Atlántico v los
Lipez en el corazón de llolivia. sin que todo este d~rro-
che de paciencia y de riquezas en su favor, fueran bas-
tantes para satis facer sus insaciables exigencias, ni ase-
gurar la paz en América, aspiración generosa del pue-
blo y gobierno argentinos.
Vuestras palabras han hecho profunda impresión:
son fruto de largas meditaciones: resultado del conoci-
miento de la psicología de los puehlos: del estudio que
habéis hecho de Chile y sus tendencias: de las leyes del
atavismo de raza, porque sin duda, habéis tomado en
cuenta para ese examen, el indomahle espíritu guerrero
del araucano, Sil ÍI/dole pérfida -" ambiciosa. Sil crl/e/-
dad comprobada por la historia desde el suplicio de Val-
divia hasta su extinción actual por el alcoholismo y su
modificaciÓn por el cruzamiento; y por ello aconsejais
valerosa y noblemente que una vez por todas se ponga
dique a las expansiones chilenas y se diga por los esta-
distas que dirigen los destinos de vuestra hermosa pa-
tria: j Basta! ;\() quiere la República Argentina tolerar
mayores avances de los que ya habéis realizado: //0
quiere que í'ol-z'áis a lI1utilar al Per1Í y des!/arrar a lJo-
28
- 218 -

{¡'via;, vuestroslímites están marcados por la historia y


defimdos por el llti possidetis de J 8 IO, que es la regla .
de demarcación de las nacionalidades sudamericanas ,
y si pretendeis alzar el brazo para tomar nuevos te-
rritorios o arrancar a viva fuerza títulos de propiedad
a vuestros débiles vecinos para queda ros dueños de lo
que provisoriamente ocupáis, puede suceder que nues-
tra paciencia se agote y que los g011l0S0S y los jugadores
de Buenos Aires a quienes pretendéis desdeñar, os se-
ñalen con mano de acero las fronteras de vuestra tie-
rra dentro delmarc[) negro donde se encogía la antigua
capitanía de Chile.
y si a esta viril amonestación que aconsejáis, res-
pondiese Chile con nuevas agresiones, llegaría el caso
de repetir el paseo militar de San Martín para curar a
ese pueblo enfermo, delirante de grandezas, que la na-
turaleza no le ha otorgado, y enseñarle a que haga me-
jor uso de la libertad que vosotros mismos, argentinos,
le habéis dado en los llanos de rvlaipo y Chacabuco, y
a respetar a los pueblos grandes y pequeños que for-
man la colectividad americana.
Ojalá vuestras palabras tengan eco en el corazón
de los hombres que guían los destinos de la República
Argentina; quiera Dios que el LeÓn de 'Mayo despierte
de su sueño letárgico y muestre al mundo que no ha de-
generado. Entre tanto, aun cuando vuestra actitud hon-
rada y patriÓtica no tenga otro resultado que el de ano-
che: promover el entusiasmo de la juventud y señalar-
le sus derechos en el porvenir, estad cierto de que ha-
béis prestado valioso servicio a la América y no peque-
ño a vuestra patria, en torno de la cual ya forman agru-
padas las nacionalidades que defienden los preceptos
del derecho universal. '
Habéis sido el heraldo de la justicia; habéis anate-
matizado el bárbaro derecho de c01lquista y enaltecido
- 2Iy -

el principio de la soberanía de los pueblos; y nosotros,


que tuvimos la honra de ser acogidos por vos cuando en
vuestro hogar os ofrecíam,os el homenaje de nuestras
simpatías; nosotros, que hemos sentido, los latidos de
vuestro corazón en momentos de amigable esparcimien-
to, disculpando nuestra actitud con este recuerdo, os
presentamos, aislados y solos, nuestros sinceros votos
por el engrandecimiento de vuestra patria y por vues-
tra futura felicidad. Tened seguro que nuestros com-
patriotas residentes en Buenos Aires lamentarán pro-
fundamente no ser copartícipes nuestros en esta ínti-
ma manifestaciÓn, a que invoiuntariamente no concu-
rren, pero que de cuya adhesiÚn estamos absolutamen-
te penetrados, siendo por tanto fieles intérpretes de su
colectivo e individual pensamiento.
Somos de vos. señor Zeballos, servidores agrade-
cidos.

R. S. Gah'a1'ro, M. /lscarru1!::, F. Zalllbrana J


José
Vásquez, A rtll1'o ,J1atina Call/pero.

8ANCO D\: lA Rf;-":" le,>


~fglIOTEC.~\ LU·S..A..NG:; ¡...
k;;'.;'·.~{,::

CAT ALOGACiO:N
INDICE
Pág.

Escuchad . 3
El Pel'Ú y Chile desde 1820 9
Chile redentor del PerÚ .. 23
Los planes de Chile .... 32
Taena y Arica y la libertad df'1 Pl'rÍl . 43
Gn aniversario inolvidable-15 de Ag-osto <le 1900 49
San Martín y O 'Higgins-I,a v('rdad histórica . 53
El problema internacional ..... 64
La mediación de los Estados FniiYos . 73
Chile y la doctrina Monroe •.... 78
Refutación a la insidiosa propaganda chilrlla 86
Los amores de Chile a los Estados Unidos 102
Otro defensor de Chile . 108
Arica en fmhasta pública . 112
Perú. Chile y Bolivia-La alianza defensiva 119
Chile en el trapecio . 127
¡. Tarapacá, uó 1 .. 138
; Tarapacá, sí! ...
148
Los Estados Cnidos y 1'1 Br<lsil .. 151
.Tames Abraham Garfi(>jel --- ('x-pre8idente de los Estados
Unidos . 159
Un documento histórit~o dp la Illá, afta importancia intcr-
nacional para la Améril'éI . 169
Gratitud de los bolivianos . 2]6

También podría gustarte