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EL SISTEMA

INTERAMERICANO
DE PROTECCIÓN DE
LOS DERECHOS
HUMANOS*
Dr. Florentín Meléndez**
EL SALVADOR
* Ponencia "El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos" presentada el 7,8 y 9 de
febrero de 2006 dentro del Seminario "El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos y su repercusión
en los órdenes jurídicos nacionales", organizado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Corte Interameri-
cana de Derechos Humanos. La información presentada se encuentra actualizada por el autor al 7 de julio de 2008.
** Es Doctor en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, España, y master
en Derechos Humanos por el Instituto de Derechos Humanos de la misma facultad. Licenciado en Ciencias Jurí-
dicas de la Universidad de El Salvador. Es Miembro reelecto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de
la OEA y fue Presidente de la misma en 2007;Relator Especial de la CIDH para los Derechos de las Personas Privadas
de Libertad en las Américas; Relator de la CIDH para República Dominicana, Uruguay y México; y miembro de la
Asamblea General del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, IIDH. Es Profesor de cursos de derechos humanos
del IIDH y conferencista en varios países del continente. Fue Director de la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos en El Salvador; y Oficial Jurídico de la División de Derechos Huma-
nos de la Misión de Observadores de las Naciones Unidas para El Salvador (ONUSAL). Es autor de libros y publicaciones
sobre derechos humanos.
Sumario: I. Evolución histórica del Sistema Interamericano. II. Instrumentos del Sistema Interame-
ricano. III. La Convención Americana sobre Derechos Humanos. IV. Órganos e instancias del Sistema
Interamericano. 1. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 2. La Corte Interameri-
cana de Derechos Humanos. 3. Consideraciones finales.

I. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
DEL SISTEMA INTERAMERICANO

E l Sistema Interamericano de protección de los derechos humanos tiene características


propias que lo diferencian de los demás sistemas de protección internacional. Surge
este sistema después de la segunda guerra mundial con la conformación de la Organización
de los Estados Americanos (OEA) en 1948, que se estableció como producto de la transfor-
mación de la Unión Panamericana.

La Organización de los Estados Americanos fue creada con el fin de lograr un orden de
paz y justicia en el continente; fomentar la solidaridad entre los Estados miembros; y defender
su soberanía, integridad territorial y su independencia. La estructura de la OEA fue influen-
ciada por la forma en que funcionaba la Unión Panamericana. Los fines, los propósitos y
principios de la actual Organización fueron inspirados por el espíritu de la Organización
predecesora.

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262 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

La Unión Panamericana, que fue creada en la Primera Conferencia Internacional Ame-


ricana, celebrada en 1890 en Washington, no estableció propiamente un sistema regional
de protección de los derechos humanos, pero algunas de sus actividades estuvieron
relacionadas con la protección de ciertos derechos humanos. A partir de 1890 la Unión Pana-
mericana promovió la celebración de varias conferencias interamericanas con el objeto de
desarrollar la Organización y fortalecer el movimiento integracionista que la inspiraba. En tal
sentido, se celebraron consecutivamente las conferencias interamericanas, en algunas de las
cuales se trataron aspectos relacionados con los derechos humanos y se adoptaron declara-
ciones y resoluciones muy importantes sobre la materia.

La Unión Internacional de Repúblicas Americanas, con cuyo nombre fue creada la


Unión Panamericana, celebró en México la Segunda Conferencia Internacional Americana
(1901); en Río de Janeiro, la Tercera Conferencia (1906); la Cuarta Conferencia, en Buenos
Aires (1910); la Quinta Conferencia, en Chile (1923), y en la Sexta Conferencia, celebrada
en Cuba (1928), se adoptó la Declaración sobre Asilo, la cual representa un precedente muy
importante relacionado con la protección de los derechos humanos de cierta categoría de per-
sonas en situaciones vinculadas con la vida política interna de los Estados. En 1933 se celebró
en Uruguay la Séptima Conferencia Internacional Americana; y en 1938 se realizó un impor-
tante evento en el marco de la celebración de la Octava Conferencia en Lima (1938), en la
cual se adoptaron varias declaraciones de derechos, entre ellas: la Declaración sobre la Defensa
de los Derechos Humanos, la Declaración sobre los Derechos de la Mujer, y la Declaración
sobre la Libre Asociación y Libertad de Expresión de los Obreros.

En 1945 se realizó en México la Conferencia sobre los Problemas de la Guerra y la


Paz, que constituye una de las iniciativas más sobresalientes del sistema regional americano,
dado que dio la pauta –en el momento oportuno– para adoptar una concepción inicial de la
protección internacional de los derechos humanos. En esta Conferencia surgió la necesidad
de adoptar una Declaración de Derechos Humanos propia del sistema regional americano.

Posteriormente se adoptó en Río de Janeiro un instrumento convencional en mate-


ria de Seguridad Regional, en el cual se hacía alusión a que la justicia y la paz en los Estados
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 263

están en una relación de dependencia con la protección internacional de los derechos huma-
nos. Se adoptó en 1947 el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), y con él
se reafirmó la necesidad de la solidaridad y la defensa continental.

En 1948 se celebró la Décima Conferencia Internacional Americana, en Bogotá,


Colombia, y se creó la Organización de los Estados Americanos (OEA), en cuya Carta de
constitución se incorporaron disposiciones relacionadas con los derechos humanos. En esa
misma ocasión se adoptó la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,
que reconoce por primera vez en el Sistema Interamericano una lista de derechos y garantías
de la persona humana, y contiene disposiciones generales relacionadas con los alcances y
los límites de los derechos reconocidos. En la Décima Conferencia Internacional Americana
también se aprobaron otros instrumentos regionales, entre ellos: la Carta Internacional
Americana de Garantías Sociales y los Convenios sobre los Derechos Civiles, Políticos y
Económicos de la Mujer.

A partir del surgimiento de la OEA se comienza a estructurar el Sistema Regional


Interamericano, de tal manera que da lugar en los años posteriores al desarrollo de sus
instituciones y mecanismos de protección.1

II. INSTRUMENTOS DEL


SISTEMA INTERAMERICANO

A partir de 1948 se promueven y adoptan en el seno de la OEA varios instrumentos sobre


derechos humanos. En 1954, en la Conferencia celebrada en Caracas, se aprueban los Con-
venios sobre Asilo Diplomático y sobre Asilo Territorial; y en 1959, en la Reunión de Consulta de
los Ministros de Relaciones Exteriores, se decidió crear la Comisión Interamericana de Derechos

1
Sobre este tema consúltese la obra: "La suspensión de los derechos fundamentales en los estados de
excepción, según el derecho internacional de los derechos humanos". Florentín Meléndez. Publicada por la Universidad
Complutense, Madrid, España, 2002.
264 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

Humanos (CIDH), y se tomó la iniciativa de elaborar un proyecto de Convención sobre Dere-


chos Humanos y de establecer una Corte Interamericana de Derechos Humanos. Tales
iniciativas fueron impulsadas posteriormente por el Sistema Interamericano, cuando en 1969
se aprobó la Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida como "Pacto de
San José", y mediante ella el establecimiento de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. 2

A partir de ese momento se promovió la adopción de varios instrumentos con-


vencionales sobre temas específicos en el área de los derechos humanos, entre ellos los
siguientes: la Convención Americana para Prevenir y Sancionar la Tortura (1985);3 el Protocolo
adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, conocido como "Protocolo de San Salvador" (1988);4 el
Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, relativo a la Aboli-
ción de la Pena de Muerte (1990);5 la Convención Interamericana sobre la Desaparición
Forzada de Personas (1994);6 la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres, conocida como "Convención de Belem do Pará"
(1994);7 y la Convención Interamericana para la Eliminación de todas las formas de Discri-
minación contra las Personas con Discapacidad (1999).8

En la Comisión Interamericana de Derechos Humanos también se han aprobado


instrumentos de derechos humanos promovidos por las Relatorías Especiales de la Comisión.
La Relatoría sobre Libertad de Expresión promovió la Declaración de Principios sobre Liber-

2
La Convención Americana sobre Derechos Humanos ha sido ratificada por 25 Estados miembros de la OEA.
3
La Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura ha sido ratificada por 16 Estados miembros
de la OEA.
4
El Protocolo de San Salvador ha sido ratificado por 12 Estados miembros de la OEA.
5
El Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la abolición de la
Pena de Muerte, ha sido ratificado por 8 Estados miembros de la OEA.
6
La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, ha sido ratificada por 10 Estados
miembros de la OEA.
7
La Convención de Belem do Pará, ha sido ratificada por 29 Estados miembros de la OEA.
8
La Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Personas
con Discapacidades, ha sido ratificada por 12 Estados miembros de la OEA.
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 265

tad de Expresión, aprobada en octubre de 2000; y la Relatoría sobre los Derechos de las
Personas Privadas de Libertad, que está bajo mi responsabilidad desde su creación en
2004, promovió los Principios y Buenas Prácticas sobre los Derechos de las Personas Priva-
das de Libertad en las Américas, que fue aprobada por la Comisión en marzo de 2008.

Todo el desarrollo normativo observado en el Sistema Interamericano de protección


a partir de la creación de la OEA, ha permitido regular jurídicamente las diversas situaciones
y formas de protección que se presentan en materia de derechos humanos. Se ha desarro-
llado un proceso de positivación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales
así como de las garantías del debido proceso, que ha incorporado en el sistema jurídico
interamericano los más importantes derechos humanos y libertades fundamentales.

El sistema regional americano no ha promovido la aprobación de numerosos


instrumentos declarativos y convencionales, tal como se ha observado en el sistema universal
de las Naciones Unidas, pero ha adoptado instrumentos clave para asegurar el recono-
cimiento y vigencia de los derechos humanos en la región, tales como la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos y el Protocolo adicional a la Convención Americana relativo
a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

III. LA CONVENCIÓN AMERICANA


SOBRE DERECHOS HUMANOS

La Convención Americana sobre Derechos Humanos es el principal instrumento conven-


cional de derechos humanos del Sistema Interamericano. El Preámbulo de la Convención
reconoce la necesidad de la protección internacional de los derechos fundamentales en
toda circunstancia, al establecer que tales derechos "no nacen del hecho de ser nacional
de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona hu-
mana, razón por la cual justifican una protección internacional, de naturaleza conven-
cional coadyuvante o complementaria de la que ofrece el derecho interno de los Estados
americanos".
266 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

Dentro de las disposiciones que se refieren a las obligaciones de respetar y garantizar


los derechos humanos, así como de adoptar medidas de derecho interno por los Estados
Partes, pueden mencionarse los artículos 1 y 2 de la Convención Americana que textualmente
establecen:

Artículo 1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los


derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a
toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos
de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición
social.

Artículo 2. Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno. Si el ejercicio de los


derechos y libertades mencionados en el artículo 1, no estuviera ya garantizado por
disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se comprometen a
adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de
esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fuesen necesarias
para hacer efectivos tales derechos y libertades.

Tales disposiciones obligan jurídicamente a los Estados Partes a respetar todos los
derechos y libertades reconocidos en la Convención y a garantizar su ejercicio, sin discrimi-
naciones, lo cual implica que los Estados en toda circunstancia deben actuar con criterios
no discriminatorios.

De igual forma, los Estados Partes se comprometen a adoptar las medidas legislativas
o de otro carácter que fuesen indispensables para que los derechos y libertades reconocidos
puedan tener efectividad en la vida interna de los países. Esta obligación de adecuación
legislativa favorece la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales
en todo tipo de circunstancias.

La Convención Americana contiene también disposiciones que regulan las normas


de interpretación de la misma Convención y que inciden favorablemente en la protección de
los derechos humanos protegidos en todo tipo de situaciones. En tal sentido el artículo 29
de la Convención Americana establece lo siguiente:
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 267

Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de:

a. Permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio
de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida
que la prevista en ella;

b. Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido
de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra con-
vención en que sea Parte uno de dichos Estados;

c. Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan
de la forma democrática representativa de gobierno y;

d. Excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de los


Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.

De lo anterior puede afirmarse que ningún Estado Parte puede restringir o suspender
el ejercicio de los derechos protegidos, más allá de lo permitido por la misma Conven-
ción, ni puede suprimir, anular o afectar el contenido esencial de los derechos reconocidos
bajo el pretexto de que la Convención así lo permite, según la interpretación de sus dispo-
siciones. Mediante esta disposición la Convención incorpora la "cláusula de los derechos
no enunciados", como una medida de protección frente al poder discrecional del Estado.

Por otra parte, también puede citarse el artículo 30 de la Convención Americana, que
por su importancia y por su vinculación con las normas restrictivas de derechos humanos,
ha sido objeto de atención especial por parte de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, que ha emitido una Opinión Consultiva muy importante en esta materia.9 El artículo
30 de la Convención establece textualmente que:

Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio


de los derechos y libertades reconocidos en la misma, no pueden ser aplicadas sino

9
Véase la Opinión Consultiva OC-6/86 de 9 de mayo de 1986. La Expresión Leyes en el artículo 30 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Corte Interamericana de Derechos Humanos.
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conforme a leyes que se dictasen por razones de interés general y con el propósito para
el cual han sido establecidas.

La Convención Americana desarrolla un amplio catálogo de derechos civiles y polí-


ticos, libertades democráticas y garantías del debido proceso; pero también contiene una
disposición general sobre los derechos económicos, sociales y culturales, y la obligación de
los Estados Partes de cumplir progresivamente las exigencias que plantea la vigencia efectiva
de estos derechos.

Respecto de ciertos derechos reconocidos la Convención establece de manera


excepcional cláusulas de "reserva de ley", a fin de que sea el legislador nacional quien
regule las condiciones y requisitos relacionados estrictamente con su ejercicio, pero no con
su contenido esencial. Dichas cláusulas hacen referencia a ciertos derechos, entre ellos,
por ejemplo, el derecho a contraer matrimonio (artículo 17.2); el derecho de circulación y
residencia (artículo 22); el derecho de asilo (artículo 22.7); ciertos derechos políticos (artículo
23.3); la libertad religiosa (artículo 12.3); la libertad de expresión (artículo 13.2 y 13.4); el
derecho al nombre (artículo 18); el derecho de propiedad (artículo 21.1); la libertad de reunión
(artículo 15); el derecho de asociación (artículo 16), y otros.

La Convención reconoce, además, el carácter inderogable de ciertos derechos prote-


gidos y de las garantías jurídicas de protección de tales derechos. Entre los derechos y
principios inderogables se reconocen los siguientes: derecho al reconocimiento de la perso-
nalidad jurídica; derecho a la vida; derecho a la integridad personal; prohibición de la
esclavitud y servidumbre; principio de legalidad y de retroactividad; libertad de conciencia y
religión; protección de la familia; derecho al nombre; derechos del niño; derecho a la nacio-
nalidad; derechos políticos; y las garantías judiciales indispensables para proteger los
anteriores derechos.10

10
Consúltese el artículo 27 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
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La Convención Americana, asimismo, contiene disposiciones relacionadas con los


límites normales u ordinarios de los derechos humanos11 y con ciertas prohibiciones a los Esta-
dos, a fin de asegurar su protección.12

Finalmente, la Convención establece la composición y el mandato de la Comisión


Interamericana y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, así como los proce-
dimientos y mecanismos de protección ante dichos órganos, tales como: las denuncias o
comunicaciones individuales y las medidas cautelares ante la Comisión Interamericana; y la
demanda judicial y las medidas provisionales ante la Corte. También se prevé en la Conven-
ción la competencia consultiva de la Corte Interamericana.

IV. ÓRGANOS E INSTANCIAS


DEL SISTEMA INTERAMERICANO

La Organización de los Estados Americanos cuenta con una estructura de órganos e


instancias que están destinadas directa o indirectamente a la promoción y protección de
los derechos humanos, y tienen competencia, algunas de ellas, para conocer situaciones o
casos individuales de violaciones a los derechos humanos protegidos por el sistema.

Los órganos principales de la Organización de los Estados Americanos son los


siguientes:

• La Asamblea General.
• La Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.
• Los Consejos. El Consejo Permanente.

11
Sobre los límites ordinarios o normales de los derechos humanos, consúltese los artículos 7.2, 12.3, 13.2,
13.4, 15, 16, 21, 22.3, y 30 de la Convención Americana.
12
Respecto a las prohibiciones que contiene la Convención Americana, consúltese los artículos 4, 5, 6, 7.2 y
7.3, 11.2, 12.2, 13.3, 20.3, 21.2 y 21.3, 22.5, 22.8 y 22.9.
270 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

• El Comité Jurídico Interamericano.


• La Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
• La Secretaría General.
• Las Conferencias Especializadas; los Organismos Especializados; el Consejo
Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura; el Consejo Interamericano
Económico y Social; el Consejo Interamericano del Niño, y otras instancias.

La mayoría de los órganos antes citados tienen competencia para conocer, por lo
general, situaciones o temas relacionados con los derechos humanos; pero es la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el órgano principal de la OEA especialmente
establecido para velar por la promoción y defensa de los derechos y libertades protegidos
por el sistema interamericano.

1. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos

La Comisión Interamericana surgió a raíz de la iniciativa de la Quinta Reunión de Consulta de


Ministros de Relaciones Exteriores, celebrada en Santiago de Chile en 1959. Original-
mente no era un órgano principal de la Organización, pero con las reformas de la Carta de
la OEA de Buenos Aires en 1967, la Comisión pasó a formar parte de los Órganos Principales
de la OEA.

La Carta de la OEA establece que:

Habrá una Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tendrá, como función
principal, la de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos y de servir
como órgano consultivo de la Organización en esta materia.

Una Convención Interamericana sobre Derechos Humanos determinará la estructura,


competencia y procedimiento de dicha Comisión, así como las de los otros órganos encar-
gados de esa materia.
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 271

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene, pues, como función princi-


pal, promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en el continente.13 La Con-
vención Americana le establece el mandato, y las funciones y atribuciones siguientes:

a) Estimular la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de América;

b) Formular recomendaciones, cuando lo estime conveniente, a los gobiernos de los


Estados miembros, para que adopten medidas progresivas en favor de los derechos hu-
manos dentro del marco de sus leyes internas y sus preceptos constitucionales, al
igual que disposiciones apropiadas para fomentar el debido respeto a esos derechos;

c) Preparar los estudios e informes que considere convenientes para el desempeño de


sus funciones;

d) Solicitar de los gobiernos de los Estados miembros que le proporcionen informes


sobre las medidas que adopten en materia de derechos humanos;

e) Atender las consultas que, por medio de la Secretaría General de la Organización


de los Estados Americanos, le formulen los Estados miembros en cuestiones rela-
cionadas con los derechos humanos y, dentro de sus posibilidades, les prestará el
asesoramiento que éstos le soliciten;

f) Actuar respecto de las peticiones y otras comunicaciones en ejercicio de su autoridad


de conformidad con lo dispuesto en los artículos 44 a 51 de esta Convención, y;

g) Rendir un informe anual a la Asamblea General de la Organización de los Estados


Americanos.14

Las atribuciones de la Comisión Interamericana también están delimitadas en su


Estatuto, en los artículos 18, 19 y 20, el cual, además de reiterar el mandato de la Convención
Americana, lo amplía. El artículo 18 en este sentido expresa que: "Respecto a los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos, la Comisión tiene las siguientes
atribuciones: rendir un informe anual a la Asamblea General de la Organización, en el cual

13
Véase el artículo 106 de la Carta de la OEA.
14
Véase el artículo 41 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
272 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

se tenga debida cuenta del régimen jurídico aplicable a los Estados Partes en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y de los Estados que no son Partes; practicar obser-
vaciones in loco en un Estado, con la anuencia o la invitación del gobierno respectivo."

El artículo 19 dice textualmente:

En relación con los Estados Partes en la Convención Americana sobre Derechos Huma-
nos, la Comisión ejercerá sus funciones de conformidad con las atribuciones previstas
en aquélla y en el presente Estatuto y, además de las atribuciones señaladas en el
artículo 18, tendrá las siguientes:

a) Diligenciar las peticiones y otras comunicaciones, de conformidad con lo dispuesto


en los artículos 44 al 51 de la Convención;

b) Comparecer ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos pre-


vistos en la Convención;

c) Solicitar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que tome las medidas


provisionales que considere pertinentes en asuntos graves y urgentes que aún no estén
sometidos a su conocimiento, cuando se haga necesario para evitar daños irreparables
a las personas;

d) Consultar a la Corte acerca de la interpretación de la Convención Americana sobre


Derechos Humanos o de otros tratados sobre la protección de los derechos humanos
en los Estados Americanos;

e) Someter a la consideración de la Asamblea General proyectos de protocolos adicio-


nales a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, con el fin de incluir progre-
sivamente en el régimen de protección de la misma otros derechos y libertades, y;

f) Someter a la Asamblea General, para lo que estime conveniente, por conducto del
Secretario General, propuestas de enmienda a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

El artículo 20 del Estatuto de la Comisión Interamericana expresa que:


EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 273

... en relación con los Estados miembros de la Organización que no son Partes de la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos, la Comisión tendrá, además de las atribu-
ciones señaladas en el artículo 18, las siguientes:

a) Prestar particular atención a la tarea de la observancia de los derechos humanos


mencionados en los Artículos I, II, III, IV, XVIII, XXV y XXVI de la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre;

b) Examinar las comunicaciones que le sean dirigidas y cualquier información dis-


ponible; dirigirse al gobierno de cualquiera de los Estados miembros no Partes en la
Convención, con el fin de obtener las informaciones que considere pertinentes y formu-
larles recomendaciones cuando lo considere apropiado, para hacer más efectiva la
observancia de los derechos humanos fundamentales;

c) Verificar, como medida previa al ejercicio de la atribución prescrita en el inciso b)


anterior, si los procesos y recursos internos de cada Estado miembro no Parte en la Con-
vención fueron debidamente aplicados y agotados.15

Puede notarse de las anteriores disposiciones que la Comisión Interamericana tiene


un margen muy amplio de actuación en materias relacionadas con los derechos humanos y
con su protección en el continente. Los siete miembros de la Comisión, que actúan a título
personal, gozan de cierto margen de acción para velar por la defensa de los derechos
humanos en la región. Ello les permite poder actuar de distinta forma, mediante los pro-
cedimientos propios del sistema. El mandato amplio de que disponen les permite intervenir
en todo tipo de situaciones, con mayor razón aún cuando los derechos y las libertades
fundamentales de las personas están en mayor peligro, en los casos de extrema urgencia y
gravedad.

Dentro de sus facultades la Comisión Interamericana puede recibir y examinar


denncias o comunicaciones individuales de los particulares. En este sentido la Convención
Americana establece que: "cualquier persona o grupo de personas, o entidad no guberna-
mental legalmente reconocida en uno o más Estados miembros de la Organización, puede

15
Consúltese el artículo 20 del Estatuto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
274 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

presentar a la Comisión peticiones que contengan denuncias o quejas de violación de esta


Convención por un Estado Parte."16

La Comisión Interamericana también puede conocer sobre demandas interestatales.


El artículo 45 de la Convención establece textualmente lo siguiente:

1. Todo Estado Parte puede, en el momento del depósito de su instrumento de ratifi-


cación o adhesión de esta Convención, o en cualquier momento posterior, declarar que
reconoce la competencia de la Comisión para recibir y examinar las comunicaciones
en que un Estado Parte alegue que otro Estado Parte ha incurrido en violaciones de
los derechos humanos establecidos en esta Convención.

2. Las comunicaciones hechas en virtud del presente artículo sólo se pueden admitir y
examinar si son presentadas por un Estado Parte que haya hecho una declaración por
la cual reconozca la referida competencia de la Comisión. La Comisión no admitirá
ninguna comunicación contra un Estado Parte que no haya hecho tal declaración.

Hasta la fecha la Comisión no ha conocido ni fallado sobre ningún caso o demanda


interestatal. Solamente ha fallado sobre peticiones individuales.

Los procedimientos del Sistema Interamericano con que cuenta el individuo para
proteger sus derechos frente a los Estados miembros tienen aplicabilidad en todo tipo de
circunstancias, ya sea en periodos de paz o normalidad constitucional, en los estados
de excepción, e incluso en periodos de conflicto armado.

Los procedimientos sobre denuncias o quejas individuales, o el procedimiento de las


demandas interestatales ante la Comisión, están claramente determinados por la Convención
Americana y por el Reglamento de la Comisión, y están contenidos en las siguientes dispo-
siciones de la Convención:

16
Véase el artículo 44 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 275

Artículo 46. Para que una petición o comunicación presentada conforme a los artículos
44 ó 45 sea admitida por la Comisión, se requerirá:

a. Que se hayan interpuesto y agotado los recursos de la jurisdicción interna, conforme a


los principios del Derecho Internacional generalmente reconocidos;

b. Que sea presentada dentro del plazo de seis meses, a partir de la fecha en que el
presunto lesionado en sus derechos haya sido notificado de la decisión definitiva;

c. Que la materia de la petición o comunicación no esté pendiente de otro procedimiento


de arreglo internacional, y;

d. Que en el caso del Artículo 44 la petición contenga el nombre, la nacionalidad, la


profesión, el domicilio y la firma de la persona o personas o del representante legal de
la entidad que somete la petición.

Las disposiciones de los incisos 1.a. y 1.b. del presente artículo no se aplicarán cuando:

a. No exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido proceso


legal para la protección del derecho o derechos que se alega han sido violados;

b. No se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los recursos


de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos, y;

c. Haya retardo injustificado en la decisión sobre los mencionados recursos.

Las denuncias ante la Comisión Interamericana sólo proceden si se trata de viola-


ciones a los derechos reconocidos por la Convención Americana, respecto de los Estados
Partes de la misma; pero también por violaciones a ciertos derechos protegidos en otros ins-
trumentos convencionales del Sistema Interamericano, como el Protocolo de San Salvador y
la Convención de Belem do Pará.17 Asimismo, proceden contra cualquiera de los Estados
miembros de la Organización por violaciones a los derechos contemplados en la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en los casos en que no hubieren ratificado
la Convención Americana.

17
Consúltese el artículo 12 de la Convención de Belem do Pará, y el artículo 19 del Protocolo de San Salvador.
276 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

Para acudir a la Comisión Interamericana mediante las denuncias individuales o


demandas interestatales se requiere por regla general del agotamiento de los recursos de
la jurisdicción interna. Ello implica que los peticionarios o denunciantes deben haber agotado
previamente los recursos que fueren eficaces, idóneos y que estuvieren disponibles en la
jurisdicción interna, obedeciendo a lo establecido por la doctrina del "efecto útil" de los
recursos internos.

La Comisión puede realizar investigaciones in loco sobre los casos que conoce.
El Reglamento de la Comisión a este respecto establece que:

1. Si lo considera necesario y conveniente, la Comisión podrá realizar una investiga-


ción in loco para cuyo eficaz cumplimiento solicitará las facilidades pertinentes, que
serán proporcionadas por el Estado en cuestión.

2. Sin embargo, en casos graves y urgentes, la Comisión podrá realizar una investigación
in loco, previo consentimiento del Estado en cuyo territorio se alegue haberse cometido
la violación, tan sólo con la presentación de una petición o comunicación que reúna
todos los requisitos formales de admisibilidad.18

El procedimiento de las denuncias individuales le permite a la Comisión promover


una solución amistosa y emitir un informe del caso en el que se exponen los hechos y las
conclusiones, y se hacen recomendaciones a los Estados, las cuales deberán cumplir con-
forme lo establece la misma Convención.

La Comisión puede someter el caso ante la Corte Interamericana de Derechos


Humanos dentro de los 3 meses siguientes, toda vez que el Estado demandado haya reco-
nocido previamente la competencia contenciosa de la Corte por medio de una declaración
unilateral; o podrá decidir la publicación del informe, si decide no someterlo al conocimiento
de la Corte. El procedimiento a seguir en estos casos está desarrollado en la Convención
Americana y en el Reglamento de la Comisión.19

18
Consúltese el artículo 40 del Reglamento de la Comisión.
19
Consúltese la Convención Americana, artículos 48 ss.; y Reglamento de la Comisión, artículos 44 ss.
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 277

Para someter un caso ante la Corte, la Comisión deberá tomar en consideración varios
elementos, entre ellos, la posición del peticionario; la naturaleza y gravedad de la violación;
la necesidad de desarrollar o aclarar la jurisprudencia del sistema; los efectos de la deci-
sión en los ordenamientos jurídicos de los Estados Miembros; la calidad de las pruebas
disponibles; y fundamentalmente, la conducta de los estados en cuanto al cumplimiento o
no de las recomendaciones de sus respectivos informes de fondo.

El Sistema Interamericano también contempla la intervención de la Comisión en casos


graves y urgentes, lo cual le permite comunicarse directamente con representantes de los
Estados de manera inmediata, sin atender las formalidades que se requieren para la trami-
tación de las denuncias individuales. Las acciones urgentes o medidas cautelares que
pueden ser adoptadas por la Comisión Interamericana, constituyen un mecanismo ágil y
efectivo del sistema que tiene importancia especialmente para proteger los derechos huma-
nos fundamentales en situaciones de extrema urgencia y gravedad, y en los casos en que
se haga necesario para evitar un daño irreparable en las personas.20 Dicho mecanismo ha
sido útil y necesario para salvar vidas y proteger la integridad personal en muchos casos en el
continente.

La Comisión Interamericana ha desarrollado su doctrina a través de múltiples casos


individuales que ha conocido y que ha consignado en los respectivos informes, lo cual se
ha reflejado en la misma jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
al someter dichos casos ante su conocimiento y decisión.21

Puede Afirmarse, finalmente, que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,


como órgano cuasijurisdiccional del sistema interamericano, como órgano de supervisión
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y como órgano principal de la OEA, en
sus cincuenta años de existencia, ha incidido sustancialmente en el desarrollo jurisprudencial

20
Consúltese el artículo 25 del Reglamento de la Comisión Interamericana.
21
Consúltese los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre denuncias o comuni-
caciones individuales en la siguiente dirección electrónica: www.cidh.org
278 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

del sistema; en el desarrollo legislativo de la región; en la adopción de políticas públicas


compatibles con los estándares internacionales de derechos humanos; y ha contribuido al
acceso efectivo de las víctimas a la justicia internacional.

2. La Corte Interamericana de Derechos Humanos

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, integrada por 7 jueces, es el único órgano


jurisdiccional que tiene competencia para conocer casos contenciosos relacionados con las
violaciones a los derechos humanos atribuidas a los Estados americanos.

La Corte surgió con la Convención Americana de 1969, pero la iniciativa de su creación


se remonta al mismo inicio de la OEA en 1948, en el marco de la Novena Conferencia
Internacional Americana, en la cual se adoptó la Resolución XXXI denominada: "Corte Inte-
ramericana para Proteger los Derechos del Hombre," en la que se consideró que la protec-
ción de los derechos humanos en el continente debería ser garantizada por un órgano
jurídico. La Novena Conferencia encomendó mediante la citada resolución al Comité Jurí-
dico Interamericano que elaborara un proyecto de Estatuto para la creación de una Corte
Interamericana.

Los instrumentos jurídicos vinculados con la creación y funcionamiento de la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, tales como la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, y el Estatuto y Reglamento de la Corte, establecen disposiciones que le per-
miten ejercer funciones y atribuciones de protección en todo tipo de circunstancias, tanto
en su competencia contenciosa como consultiva.

Mediante su competencia contenciosa la Corte puede conocer violaciones a los


derechos humanos sometidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o por
los Estados Partes de la Convención Americana que hubieren reconocido previamente la
competencia contenciosa de la Corte.
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 279

Para que la Corte Interamericana intervenga en un asunto sometido a su conocimiento


y decisión, es necesario que se hayan agotado previamente los recursos de la jurisdicción
interna y el procedimiento ante la Comisión Interamericana. Se requiere que la demanda se
refiera a violaciones a los derechos protegidos por la Convención Americana o a los derechos
de libertad sindical y discriminación en la enseñanza, contemplados en el Protocolo de San
Salvador.

En la tramitación del procedimiento contencioso la Corte puede recibir pruebas intro-


ducidas por las Partes; ordenar la práctica de diligencias que estime necesarias; recibir y
examinar testigos; y ordenar y examinar peritajes e informes sobre el caso objeto de la
demanda, a fin de emitir un fallo motivado, el cual es definitivo e inapelable.

En el procedimiento contencioso, si bien la víctima no está facultada para iniciarlo


directamente mediante la presentación de la demanda (ius standi), sí tiene participación directa
en el desarrollo del procedimiento una vez iniciado, al igual que lo tienen los peticionarios ante
la Comisión (locus standi), lo cual ha sido permitido más claramente con las últimas reformas
introducidas a los Reglamentos de la Comisión y de la Corte en el año 2000, y constituyen
un avance sustancial del Sistema Interamericano en los últimos años, ya que en el proce-
dimiento contencioso se ha reconocido la subjetividad internacional del individuo, no en el
nivel que se observa en el sistema europeo de protección, pero le permita a las víctimas y
peticionarios o representantes participar en los procedimientos judiciales una vez inicia-
dos por la Comisión.

A treinta años de haber sido establecida la Corte Interamericana se ha observado un


progresivo desarrollo de su jurisprudencia en diversos temas relativos a los derechos prote-
gidos por la Convención Americana, y se ha observado también un desarrollo muy creativo
de su jurisprudencia en materia de reparación de violaciones de derechos humanos, referidos
tanto a los daños materiales como a los daños inmateriales.

A manera de ejemplo puede destacarse el desarrollo de la jurisprudencia sobre: el


deber de prevención de violaciones de derechos humanos (Caso Velásquez Rodríguez);
280 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

el deber de investigar violaciones de derechos humanos (Casos Comunidad Moiwana; Juan


Humberto Sánchez; 19 comerciantes; Bulacio, etc.); el deber de reparación integral (Casos
hermanas Serrano Cruz; Tribunal Constitucional; Cesti Hurtado; Villagrán Morales; etc.); el
derecho de las víctimas a conocer la verdad (Casos Gómez Paquiyauri; Masacre Plan de
Sánchez; Bámaca; Mirna Mack; etc.); el carácter inderogable del habeas corpus y el amparo
(Casos Acosta Calderón; Tibi; Suárez Rosero; Blake; etc.); los crímenes de lesa humani-
dad (Caso Goiburú); la protección contra la tortura (Casos Tibi; Maritza Urrutia; Loayza
Tamayo; Instituto de Reeducación del Menor; etc.); y sobre la pena de muerte (Casos Fermín
Ramírez; Hillaire Constantine, etc.)

Por otra parte, la Corte Interamericana también está facultada por la Convención
Americana para adoptar Medidas Provisionales en casos "de extrema gravedad y urgencia,"
para evitar daños irreparables en las personas. Estas medidas son de relevante importancia
especialmente en estados de emergencia o estados de excepción, dado que es en estos casos
en los que los derechos fundamentales están en mayor riesgo de ser afectados por las medi-
das de excepción y requieren, por lo tanto, de mecanismos de protección urgentes, ágiles
y eficaces.

Las Medidas Provisionales pueden ser solicitadas por cualquiera de las Partes en el
proceso contencioso y por la Comisión Interamericana, o pueden ser asumidas de oficio por
la misma Corte en los casos que sean de su conocimiento. Pero si el caso aún no ha sido
sometido a la Corte, podrá la Comisión Interamericana solicitarle que tome tales medidas.
En este último caso la víctima, un grupo de personas o una organización no gubernamental,
puede pedir a la Comisión que solicite a la Corte la adopción de medidas provisionales, lo
cual permite el acceso del individuo ante los procedimientos de protección del sistema, espe-
cialmente en los casos en que se requiere una intervención rápida y efectiva. La Convención
Americana a este respecto establece que:

En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daños irrepa-
rables a las personas, la Corte, en los asuntos que esté conociendo, podrá tomar las
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 281

medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aún no


estén sometidos a su conocimiento, podrá actuar a solicitud de la Comisión. 22

Puede observarse, entonces, que en toda circunstancia el individuo dispone de un


mecanismo ágil y efectivo, no sujeto a formalidades ni a trámites prolongados, que puede
ser impulsado tanto por la Comisión como por la Corte Interamericana, y que puede ser muy
útil especialmente en casos y situaciones de extrema urgencia y gravedad para evitar mayo-
res daños en las personas, tales como los casos de incomunicación de detenidos, la desa-
parición forzada de personas, las detenciones prolongadas sin control judicial, los casos
de tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes, o incluso casos relacionados con
condiciones de detención o prisión, como por ejemplo, las Medidas Provisionales decretadas
por la Corte respecto de los centros penitenciarios de Mendoza, en Argentina; Urso Branco,
en Brasil; la Pica y Yaré, en venezuela, y el centro de menores infractores de la ley, Tatuapé, en
Sao Paulo, Brasil. Lo anterior denota que las Medidas Provisionales favorecen no solo a suje-
tos individuales, sino también a grupos y colectividades en situaciones de emergencia y
alto riesgo, como las personas privadas de libertad o las comunidades indígenas, como por
ejemplo, las medidas decretadas a favor de las comunidades indígenas colombianas de
Jiguamiandó y Curbaradó, afectadas por el conflicto armado.

Los procedimientos y mecanismos que se han mencionado anteriormente respecto


de la Corte y de la Comisión Interamericana, que permiten con bastante amplitud la inter-
vención de los individuos, de las organizaciones no gubernamentales, y especialmente de
las víctimas o de sus representantes, constituyen hoy en día los medios más eficaces
de protección con que cuenta el Sistema Interamericano en favor de la persona humana, y le
permiten a la Organización de los Estados Americanos verificar el cumplimiento de las
obligaciones jurídicas de los Estados miembros en materia de derechos humanos conforme
a lo establecido en la Carta de la OEA y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

22
Consúltese el artículo 63.2 de la Convención Americana y el artículo 25 del Reglamento de la Corte.
282 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

Los mecanismos de protección regionales, si bien no han logrado desarrollarse plena-


mente como sucede con el sistema de protección europeo, constituyen un significativo
avance en materia de protección, dado que son procedimientos que están a disposición del
individuo, especialmente de las víctimas, que a diferencia del pasado, ahora sí participan
activamente en dichos procedimientos.

La función consultiva que ha desarrollado la Corte Interamericana de Derechos


Humanos desde su establecimiento es también un logro importante del sistema regional en
materia de protección a los derechos fundamentales. La competencia consultiva de la Corte
tiene su base fundamentalmente en la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
que en el artículo 64 establece lo siguiente:

1. Los Estados miembros de la Organización podrán consultar a la Corte acerca de la


interpretación de esta Convención o de otros tratados concernientes a la protección
de los derechos humanos en los Estados americanos. Asimismo, podrán consultarla, en
lo que les compete, los órganos enumerados en el capítulo X de la Carta de la Organi-
zación de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires.

2. La Corte, a solicitud de un Estado miembro de la Organización, podrá darle opiniones


acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los mencionados
instrumentos internacionales.

La Convención Americana es clara al mencionar en el citado artículo 64 que los Esta-


dos miembros de la Organización y los órganos principales de la misma son los únicos que
están facultados para solicitar las Opiniones Consultivas sobre la interpretación de la Conven-
ción o de otros tratados internacionales relacionados con la protección de los derechos
humanos aplicables en los Estados miembros. Según la Convención, la Corte Interameri-
cana también está facultada para emitir Opiniones Consultivas sobre la compatibilidad de
las leyes internas de los Estados Miembros, con los tratados internacionales sobre derechos
humanos, pero solamente a solicitud de los Estados.

La Corte Interamericana ha emitido hasta ahora 19 Opiniones Consultivas, y ha desarro-


llado progresivamente su jurisprudencia en materia de derechos humanos. En las distintas
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 283

Opiniones Consultivas ha interpretado y desarrollado creativamente diversos temas relacio-


nados con los derechos humanos, entre ellos: las restricciones a la pena de muerte; garantías
judiciales en estados de emergencia; el habeas corpus bajo suspensión de garantías; el
derecho de rectificación o respuesta; la colegiación obligatoria de periodistas; la condición
jurídica y los derechos de los migrantes; la condición jurídica y los derechos de la niñez,
etcétera. 23

3. Consideraciones finales

El Sistema Interamericano de protección a los derechos humanos ha logrado hasta ahora


avances muy importantes en cuanto a la positivación de las normas de derechos humanos
y al desarrollo de los procedimientos y mecanismos de protección, favoreciendo proce-
sos de cambio en la región a raíz de su intervención, especialmente por medio del sistema
de casos, las acciones urgentes y la presencia en el terreno. El sistema ha incidido en la
legislación interna, en reformas constitucionales, en políticas públicas, en la jurispruden-
cia de las Cortes constitucionales y tribunales ordinarios, y en la doctrina de los Ombudsman
de la región.

A pesar de ello, el Sistema Interamericano enfrenta en la actualidad importantes retos


y desafíos que le permitirán incidir en los cambios que necesita la región para fortalecer las
democracias formales y los frágiles sistemas políticos y judiciales, que en definitiva permitirán
consolidar el Estado de Derecho en el Continente como condición estructural para la pro-
tección y vigencia efectiva de los derechos humanos en las Américas, con una visión de
mediano y largo plazo.

Los retos y desafíos fundamentales que debe enfrentar el Sistema Interamericano se


centralizan, entonces, en los siguientes aspectos: a) universalización de las normas y de

23
Consúltese la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la siguiente dirección
electrónica: www. corteidh.or.cr
284 EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SU REPERCUSIÓN EN LOS ÓRDENES JURÍDICOS NACIONALES

los mecanismos contenciosos de protección; b) mayor presencia de la Comisión y de la


Corte Interamericana en el terreno; c) mayor presencia de los funcionarios de los órganos de
protección en la sede en Washington y en San José; d) superación del retardo en los proce-
dimientos y actuaciones de protección; e) desarrollo normativo sobre derechos humanos en
el ámbito interno y en el mismo Sistema Interamericano mediante la adopción de nuevos trata-
dos o protocolos adicionales a la Convención Americana; f) disponibilidad de recursos pro-
pios a través de un presupuesto ordinario ajustado a las necesidades sustantivas de ambos
órganos; g) garantía efectiva de independencia, autonomía e imparcialidad de sus miem-
bros frente a los Estados, frente a los órganos políticos de la OEA, frente al movimiento de
derechos humanos y otros sectores de poder en la región; h) reconocimiento pleno de la
subjetividad internacional del individuo, especialmente de las víctimas frente al sistema juris-
diccional; i) cumplimiento efectivo de las decisiones de los dos órganos de protección.

El fortalecimiento del Sistema Interamericano requiere que todos los Estados Miembros
de la OEA ratifiquen, sin reservas, todos los instrumentos convencionales de derechos huma-
nos, y que éstos no sólo produzcan efectos para los países de habla hispana, como en la
actualidad, sino también para los países anglosajones y otros. La comunidad interamericana de
Estados, por lo tanto, debe potenciar al sistema de protección como un Sistema Interameri-
cano y no en como un sistema latinoamericano, como lo es realmente en la actualidad. Para
ello se requiere, entre otros aspectos, que los 34 Estados Miembros estén jurídicamente
vinculados con las normas convencionales de protección contenidas en los 7 tratados de dere-
chos humanos adoptados por la OEA. También se requiere que todos los Estados Miembros
reconozcan la competencia contenciosa de la Corte Interamericana, y la competencia conten-
ciosa de la Comisión Interamericana para conocer y decidir sobre las demandas interestatales
por violaciones de derechos humanos. Hasta la fecha 27 Estados han ratificado la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, y 22 Estados han reconocido la competencia conten-
ciosa de la Corte Interamericana.

Pero el reto y desafío más importante del Sistema Interamericano de protección es


lograr el cabal cumplimiento de sus decisiones por los Estados Miembros de la OEA, tanto
EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 285

las que hacen referencia a la justicia, la verdad y la no impunidad, como las que se refieren
a las reparaciones materiales y morales a las víctimas. Para ello se necesita de la adopción
de disposiciones legales o leyes especiales que favorezcan y viabilicen a nivel del derecho
y la jurisdicción interna el cumplimiento de las sentencias de la Corte y de las decisiones y
recomendaciones de la Comisión, especialmente las relacionadas con la adopción de me-
didas legislativas, medidas judiciales en materia penal, y medidas presupuestarias para
efectos de reparar o indemnizar a las víctimas de violaciones de derechos humanos.

A casi 50 años de haberse iniciado el Sistema de Interamericano de protección con


la creación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, es necesario hacer un
esfuerzo de reflexión sobre el sistema, sobre sus fortalezas, su incidencia y sus logros; pero
también sobre sus debilidades, deficiencias y limitaciones, a fin de enfrentar adecuadamente
los retos y desafíos que nos lleven a encontrar el camino por donde debe transitar el Sistema
Interamericano a estas alturas del desarrollo de la humanidad en el Siglo XXI.

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