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FACULTAD - INSTITUTO
PROGRAMA DE ESTUDIOS
ASIGNATURA - MODULO
docente. XXXXXXXX
Elaborado por:
NOMBRE DE ESTUDIANTE
código institucional de estudiante
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Anexos
A lo largo de la historia el ser humano ha tejido una fuerte relación con los animales,
relaciones que en muchas ocasiones sobrepasan el interés primario en la
supervivencia mediante la extracción de carne, pieles y fluidos animales, sino que,
por el contrario, en las ciencias sociales han surgido categorías como “familias multi-
especie” en las que se denota a un animal como integrante de la familia. En ese
sentido, los animales como parte importante de la existencia humana y de la forma
en como materializamos nuestra relación con el mundo, han sido objeto de estudios
y receptores de cuidados con el fin de lograr su bienestar: cama, techo, alimento y
por supuesto el acceso a servicios clínicos.
Entre los servicios clínicos más comunes nos encontramos la vacunación, como un
acto clínico en el que su frecuencia radica en la gran importancia que tiene para la
salud animal; su aplicación necesita ser realizada por alguien con los conocimientos
suficientes como para valorar su estado sanitario, la edad idónea, una
desparasitación correcta y otras circunstancias que son necesarias para obtener una
buena inmunidad. Es decir, la vacunación consiste en un acto clínico basado en la
inoculación de una sustancia (generalmente un microorganismo muerto, una fracción
de un virus o un microorganismo atenuado1) que posibilita la creación de anticuerpos
por parte del organismo.
Su desarrollo histórico podría conocerse desde el año 1796 en el que se aplicaba
una vacuna en la frente para afrontar la viruela humana, en la que se infectaba a
personas sanas con microorganismos extraídos de vacas infectadas con viruela
vacuna -lo que le dió el nombre de vacuna, pues fue inicialmente extraída de las
vacas-. (Plotkin, S.A., 2011)
Para la filosofía griega la Rabia era usada muchas veces como recurso discursivo,
homologado con elementos indeseables o de carácter negativo e insoportable,
incluso existen relatos históricos que resaltan las medidas de control dirigidas hacia
los perros afectados como el sacrificio o la amputación de la lengua. La causa
identificada en la antigua grecia era el estado salvaje de los animales y en el que se
resalta que se vuelven rabiosos quienes han sido mordidos en el que ya se denotaba
un conocimiento sobre sus modos de contaminación.
Cerca de 1796, Edward Jenner observó que algunas mujeres que ordeñaban vacas
parecían estar protegidas contra la viruela, si ya habían sido infectadas por el virus
mucho menos peligroso que ocasionaba la viruela bovina, entonces realizó un
experimento en el que raspó el brazo de un niño de 8 años con material de una llaga
de viruela bovina en una de éstas mujeres que ordeñaban vacas, y tiempo después,
infectó al niño con una pequeña cantidad de viruela con la esperanza de que el
procedimiento generara inmunidad en el niño, siendo exitoso Edward Jenner inicia la
era de las vacunas.
Una revisión más cercana sobre la evolución de la vacuna contra la rabia podría
remontarse al orígen general de las vacunaciones con Louis Pasteur, con un
descubrimiento temprano sobre la efectividad de la vacunación descubierto mediante
la exposición a un patógeno de Rabia debilitado. Durante la década de los 80s del
siglo XVIII, Pasteour sugirió que el agente etiológico no era precisamente una
bacteria, sino un virus. Se relata que Pasteur recibió en su laboratorio dos perros que
sufrían hidrofobia (lo que ya era reconocido como parte de la sintomatología de la
rabia) con quienes se iniciaron las investigaciones para determinar la causa y la
forma de transmisión de la enfermedad. Otro acontecimiento importante fue en 1885,
donde una madre llevó a su hijo de 9 años, recientemente agredido por un perro
rabioso, Pasteur aplica una vacuna al niño y en pocos días después se presenta ante
la Academia Francesa de las Ciencias mostrando el éxito de sus resultados.
Previo al acto de la vacunación, es necesario que exista una evaluación del paciente
para evaluar su estado clínico general y determinar si es adecuado proceder con la
vacuna. En el caso de los perros se suelen vacunar a partir de las 12 semanas -hay
quienes lo recomiendan incluso antes- puesto que en ésa etapa de su desarrollo es
vital para proteger su sistema inmunitario para el resto de su vida.
Por otro lado, deben cumplirse una serie de condiciones básicas para asegurar el
éxito de la vacunación sin poner en riesgo la vida del paciente, éstas condiciones se
basan en que el paciente debe estar en un buen estado de salud al momento de
realizar la vacunación; la presencia de vómito o diarrea puede ser un indicador de
parásitos o alguna otra condición que implique un sistema inmunitario deficiente, lo
que puede ser peligroso al momento de hacer la vacunación, puesto que, como
dijimos anteriormente, podría decirse -de forma simplista- que la vacunación es un
acto clínico de infección controlada, al poseer afectaciones en su sistema inmunitario
por la presencia de parásitos o por alguna otra condición (desnutrición,
deshidratación, etc.) se corre el peligro de que el paciente no dé la respuesta
inmunitaria deseada, o incluso, se infecte y contraiga el patógeno. Además de la
diarrea y el vómito, otras condiciones a tener en cuenta es el estado de las
plaquetas, la presencia de enfermedades, infecciones, alergias o alguna otra
afección sanitaria. Es por ello que la vacunación en condiciones deseables se debe
dar posterior a una evaluación completa del estado del gato o el perro, y siempre,
para realizar la vacunación debe existir un consentimiento informado por parte del
responsable del paciente.
Reacciones post-vacunales
A pesar de realizar la vacunación con las medidas necesarias y las precauciones que
hemos previsto anteriormente, existen diversas reacciones adversas que se
presentan en la etapa post-vacunación y a las que siempre puede existir tendencias,
es decir, siempre es posible que existan efectos adversos como resultado de la
acción inmunológica posterior a la vacunación, pero comparados éstos efectos con
los riesgos que presupone omitir la vacunación, es mejor vacunar. Los efectos anti-
linfáticos4 pueden variar respecto del tipo de vacuna que se use, la edad del paciente
y la raza del perro. Uno de ésos efectos -incluso, el más graves- es la anafilaxia, que
se caracteriza por ser una reacción alérgica inmediata a algo ingerido o inyectado.
De no tratarse la anafilaxia el paciente puede entrar en estado de shock, sufrir una
falla cardiaca y respiratoria e incluso morir. Una reacción anafiláctica puede ocurrir
como resultado de una vacuna y puede diagnosticarse por síntomas como: diarrea
4 Cómo llamaremos a las reacciones post-vacunales o efectos adversos que tengan relación con la
respuesta inmunológica/linfática a la vacuna.
Por otro lado, pueden existir otras reacciones que no necesariamente se relacionan
con reacciones inmunológicas por la exposición a un alérgeno, sino que, tienen más
relación con la dimensión mecánica de la vacunación, es decir, con la técnica en la
que el técnico/profesional inyecta al paciente. Una mala ejecución de la vacunación
puede derivar en dolores musculares en perros y gatos, e incluso, algunos pacientes
tienden a desarrollar quistes en la zona de la vacunación. Estos quistes pueden ser
por varios motivos que es necesario identificar, ya sea porque el pinchazo de la
inyección genera alguna rotura pequeña en tejido y/o piel (ya sea por una aplicación
demasiado rápida del líquido, una mala ubicación de la inyección o poca firmeza al
momento de insertar la aguja, etc.), por infección en la zona de la vacunación o por la
reacción del tejido al momento de aplicar una inyección, como ya se dijo
anteriormente, puede disminuirse el riesgo de que aparezcan éstas reacciones en
músculos, piel y otros tejidos del paciente con una buena ejecución de la inyección y
cuidados adecuados posterior a la vacunación. Estos abultamientos generalmente
son de carácter benigno y fáciles de solucionar, pero debemos tener en cuenta que
hay algunas creencias populares que están contra indicadas y pueden empeorar el
problema, tal es el caso del uso de alcohol para la limpieza de la piel previa a la
5 Alérgeno: toda sustancia capaz de provocar alergia, pueden ser sustancias inofensivas para el resto de
casos que no son alérgicos y por tener la capacidad de generar un tipo especial de anticuerpos: la
inmunoglobulina E.
En síntesis, cualquier individuo está expuesto a sufrir una reacción hipersensible ante
un alergeno independientemente de su sensibilización o exposición previa, pero en
cualquier caso, pese a las contradicciones que tiene -o puede tener- la vacunación,
puesto que es evidente que el riesgo existe y puede ser fatal, el muchísimo menor
que el de padecer cualquiera de las enfermedades contra las que protegen estas
vacunas. Es por ello que los profesionales y técnicos de la salud animal seguimos
siendo los únicos profesionales capacitados para administrar de manera fiable y
responsable vacunas, la gravedad que pueden tener y las repercusiones posibles
solamente son conocidas por alguien que haya sido sometido a un proceso de
capacitación -como lo somos los técnicos y profesionales de la salud- y por lo tanto
éstas reacciones solamente pueden ser resueltas por nosotros en dimensión de las
complejidades que representan. Finalmente, es necesario informar al propietario del
animal los posibles riesgos, el riesgo siempre está presente y a pesar de ser un
porcentaje minúsculo, el consentimiento informado para la vacunación animal es una
posición ética del profesional que es necesaria.
GRANDE Preciado, M.M. (2016) Vacunas veterinarias. (Tesis de grado en salud animal). UEX,
España.
Plotkin, S.A. (2011) “History of Vaccine Development”. Springer New York. (trad. Google
translate).
Novak, W. (2011) en: QUINTANA, D. (2013) Vacunación, reacciones adversas. pp 9., Virbac
Colombia Ltda.
Flores, A.J., Luengo, M.E., Gutierrez A.E., & Ayllón Toro E. (1999) Reacción anafiláctica tras
vacunación: tres casos clínicos. Hospital Centro Policlínico Veterinario. Málaga. Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/305700688_Reaccion_anafilactica_tras_vacunacion_tres
_casos_clinicos
Para medir la historia del régimen democrático: (la desafección como síntoma de una
democracia fallida - enfoque histórico/politológico).