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A los cientos de voces que se oponen al proyecto minero, se sumó la Sociedad Santandereana
de Ingenieros, SSI, que advirtió los riesgos que traería la actividad en este lugar.
De acuerdo con la Sociedad, con la minería en Soto Norte, el caudal del Suratá, uno de los tres
ríos que surten a Bucaramanga y su área metropolitana, se pondría en riesgo al tiempo que no
se garantizaría el abastecimiento de agua potable.
Los expertos también advierten que en periodo seco, el nivel de caudales en los cauces son
consecuencia de los afloramientos o nacimientos del sistema de aguas subterráneas. Según
advierte Víctor Julio Azuero, presidente de la SSI, “la montaña que nos abastece de agua es un
sistema integral hidrogeológico, que no se puede parcelar o intervenir internamente, ya que
corremos el riesgo de interrumpir sus conexiones que permiten recargar los cauces y causar un
daño irreparable y no mitigable, correr el riesgo de quedarnos sin agua suficiente para
abastecernos”.
Actualmente se necesita captar 2.400 litros/seg para abastecer a 1,2 millones de habitantes del
área metropolitana.
Riesgo de agua
Al respecto, en una comunicación que Santiago Ángel Urdinola, presidente de Minesa, dirigió a
la SSI, recordó que el proyecto minero se va a desarrollar por fuera del páramo, lateralmente
hacia el municipio de Suratá, en sentido contrario al ecosistema y ha sido diseñado
meticulosamente para ser realizado enteramente en un ecosistema distinto al de páramo,
denominado de bosque alto andino.
“El proyecto no está a ocho kilómetros del páramo, está cerca, y lo que dice la literatura frente
a esto es que uno debe proteger el ecosistema en la zona de amortiguación y esto por lo general
es de bosque andino”, recordó Barajas.
Finalmente, Azuero cuestiona si vale la pena arriesgar el abastecimiento del agua del área
metropolitana por el proyecto minero.
“Donde se lleguen afectar los cauces, de dónde obtendremos el agua. No tenemos el líquido
suficiente para arriesgarnos. Los ríos Tona, Río Frío y Suratá están siendo soportados con una
optimización de control de agua que se hizo con el amb hace algunos años”, precisó Azuero.
Por ahora un grupo de expertos avanza en los estudios hidrológicos e hidrogeológicos para
demostrar cómo se afectará la cantidad del agua al perforar la mina, los acuíferos y el manejo
del agua que viene del Páramo como conecta con la montaña.
Urdinola insiste que “la tecnología de pruebas isotópicas demostró que no existe ninguna
conexión hidráulica directa entre el agua del suelo del Páramo y la subterránea del área de
mina. El muestreo geológico demostró la existencia de una barrera hidrogeológica que separa la
humedad del suelo del ecosistema del agua subterránea del área de mina”.
El tira y afloje de la minería en Soto Norte sigue a flor de piel.
A los cientos de voces que se oponen al proyecto minero, se sumó la Sociedad Santandereana
de Ingenieros, SSI, que advirtió los riesgos que traería la actividad en este lugar.
De acuerdo con la Sociedad, con la minería en Soto Norte, el caudal del Suratá, uno de los tres
ríos que surten a Bucaramanga y su área metropolitana, se pondría en riesgo al tiempo que no
se garantizaría el abastecimiento de agua potable.
Los expertos también advierten que en periodo seco, el nivel de caudales en los cauces son
consecuencia de los afloramientos o nacimientos del sistema de aguas subterráneas. Según
advierte Víctor Julio Azuero, presidente de la SSI, “la montaña que nos abastece de agua es un
sistema integral hidrogeológico, que no se puede parcelar o intervenir internamente, ya que
corremos el riesgo de interrumpir sus conexiones que permiten recargar los cauces y causar un
daño irreparable y no mitigable, correr el riesgo de quedarnos sin agua suficiente para
abastecernos”.
Actualmente se necesita captar 2.400 litros/seg para abastecer a 1,2 millones de habitantes del
área metropolitana.