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SITUACION DE LOS JOVENES EN EL AREA METROPOLITANA

En el territorio colombiano, se observa una marcada distinción entre quienes tienen y los
que no tienen, los niveles de educación aun están por debajo de un estándar promedio
que permita unas condiciones de vida mejor, problemas como la inequidad, la corrupción,
el maltrato, el hambre, el narcotráfico, el paramilitarismo, y la vulneración de los derechos
se han convertido en actividades cotidianas tan comunes, que se han asimilado al punto
de ser parte de la vida de cada uno de los individuos que conforman este país.

Pero, ¿Para que mencionar todos estos malestares del país?, pues bien, siempre se ha
dicho que el país necesita un cambio, una transformación y que el punto sobre el cual
debe girar este cambio, se sustenta en los jóvenes, jóvenes que tengan una formación
que les permita responder ante las necesidades que aqueja esta nación.

Sin embargo, vivimos en un país de contradicciones, donde se dice que el joven es la


solución, pero a la vez es el problema pues, no se les reconocen muchos de los derechos
que tienen, siempre se les estigmatiza, se les llena de prejuicios y se les condena a seguir
viviendo en un país donde sus derechos son cada vez mas vulnerados, donde cada día la
violencia se les está convirtiendo en el mecanismo para vivir y en muchos casos sobrevivir.

Este panorama sombrío, que parece con el tiempo no cambiar mucho, se puede
caracterizar en el territorio santandereano bajo los siguientes elementos:

Educación: con problemas aun de analfabetismo; deserción escolar alta; baja calidad
académica que se contradice con el tema de la cobertura, lo que demuestra que el país está lejos
de garantizarle a los jóvenes la cobertura universal de educación con calidad requerida.

Empleo: índices de desempleo; subempleo e informalidad; ausencia de garantías laborales. El


problema estructural del desempleo juvenil no ha podido ser solucionado, por los diferentes
programas de gobierno orientados hacia este fin en las últimas dos décadas.

Vida y paz: jóvenes víctimas y victimarios en los homicidios (en aumento); conflicto en las
ciudades; fenómeno de las pandillas y enfrentamientos entre barrios por las llamadas
barreras invisibles.

Salud y medio ambiente: deficiente cobertura en seguridad social; destrucción progresiva


de nuestro entorno natural; baja calidad en la prestación del servicio; ahora el problema de
la salud que enfrenta crisis inminente ¿cuál sería ese manejo hacia los jóvenes?.

Organización-participación: Limitados espacios de participación; Falta de integralidad de las


propuestas frente a la realidad socio económica; Cultura política asociada a politiquería y
corrupción. Lo que demuestra el poco interés que tienen las administraciones por dar
espacios reales de participación a los jóvenes.

Cultura y recreación: Exclusión de jóvenes por vivir en determinados sectores del


territorio; Desconocimiento de culturas juveniles (tribus urbanas); Mirada del joven como
problema; reducción de los espacio para el uso del tiempo libre (canchas, polideportivos y
parques o son privados y toca pagar o están llenos de inseguridad y no se puede ni
siquiera transitar).

En todos estos elementos, se puede visibilizar la precariedad en la que se encuentra el


joven del área metropolitana, un joven sin oportunidades claras y concretas, al que la
sociedad continua persiguiendo, estigmatizando y negando la opción de un estilo de vida
diferente no solo para el sino, para las familias y las comunidades, una comunidad que ve
como a diario le son asesinados sus hijos y todo porque falta una intervención más
contundente del gobierno en estos problemas, no soluciones coyunturales como siempre
se trata de hacer, sino soluciones concretas proyectadas a largo plazo y con un trabajo
interdisciplinar e interinstitucional donde no solo el gobierno, sino las ongs y las sociedad
en su conjunto intervengan en el proceso, para que se pueda materializar eso que muchos
llevan en su interior como un sueño lejano y es la paz, para nuestras familias, nuestros
barrios, nuestras comunidades y nuestra sociedad en general. Recordemos que el joven
no es el futuro sino el aquí y el ahora.

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