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CHICOS EN BANDA

Diferenciar exclusión, expulsión, pobreza.

POBREZA: estados de desposesión material y cultural, no necesariamente afecta


procesos de filiación y horizontes futuros. Antes , pobreza no implicaba exclusión social
ni desafiliación. Los pobres en décadas anteriores, conservaban un lazo social,
pertenencia, filiación, reconocimiento.

EXCLUSIÓN: estar por fuera del orden social. Un estado, un producto

EXPULSIÓN: relación entre el estado de exclusión y lo que lo hizo posible. Resultado de


una operación social. Nombra un modo de constitución de lo social. El expulsado
pierde visibilidad, nombre, palabra, es una “nuda vida”. Según Agamben, un ser de
potencia es un ser cuyas posibilidades son múltiples, es un ser indeterminado. Un
ser de nuda vida, es un ser al q se le han consumido las potencias, las
posibilidades. Es un ser absolutamente determinado.

Hay que ubicar el desplazamiento de la promesa del Estado por la promesa del
mercado. De ciudadanos a consumidores (Lewcowicz)

El consumo no requiere la ley, el orden simbólico, ni los otros, dada q la satisfacción


está en el objeto y no en el sujeto. El mercado instituye para consumidores y no
consumidores un nuevo Ideal del yo. Se trata de la gestión de sí mismo (con
prótesis: gimnasia, autoayuda, cirugías) y no del lazo.

Así la violencia es una nueva forma de socialidad, de modo de estar con otros. La
hipótesis es q ésta surge como modo de relación ante la impotencia instituyente de
la escuela y la familia, con la perdida de la potencia enunciativa de los discursos
de autoridad y el saber de padres y maestros.

Si la ley no opera como principio de interpelación, tampoco opera la percepción


de la transgresión. No hay registro de un límite violentado. El otro no es percibido
como un límite.

Hay una práctica de constitución de subjetividades en situación.(ritos, bautismo de


chicos de la calle) le confiere al sujeto una posición en el grupo.

Hay una subjetividad situacional configurada por fuera de los dispositivos


institucionales modernos. La subjetividad ya no depende de las prácticas y discursos
institucionales sino q sus marcas se producen en el seno de prácticas no sancionadas
por las instituciones tradicionales (escuela, familia).
Los expulsados constituyen subjetividad en situación. Los ritos en situación no son
los transmitidos entre generaciones. Esto tiene que ver con el pasaje del Estado nación
al mercado, y de las sociedades disciplinarias a las sociedades de control. Del tiempo
lineal y sucesivo a la pura actualidad. El otro es el próximo, no el semejante, es
decir , el otro no se instituye por la ley sino por regulaciones grupales. Cumplen la
función de anticipar lo q va a suceder, no de transmisión entre generaciones. Se
comparte la circunstancia y eso arma fidelidades y reconocimiento. Estos ritos
filian a un grupo, no a una genealogía. Marcan formas compartidas en un espacio
y tpo. Puro presente. Los ritos de situación rompen con la temporalidad lineal propia
de la idea de progreso hacia el futuro. Produce en el sujeto un nuevo status. Es una
invitación a habitar de otra forma la condición de expulsión, mediante códigos de
pertenencia.

El robo ante la falta de ofertas culturales, políticas o sociales, motoriza la grupalidad. El


choreo es uno de los códigos de socialización, no está presente la transgresión o culpa
porque la ley se diluye.

Las normas se generan en el grupo y enfatizan las fronteras de separación con el


exterior.

El consumo pone al cuerpo en primer plano. La droga es una marca, al modo de


un tatuaje, enlaza a un “nosotros” imaginario.

Las drogas tb ocupan otro lugar.

Antes formaban parte de las medicinas y ritos. Actualmente, constituyen experiencias q


producen relaciones del sujeto consigo mismo y con otros.

Nuevos rostros juveniles

Con la caída de la eficacia del eje paterno filial surge un modo de fraternidad
entre hermanos o amigos. La relación entre pares surge ante la ineficacia
simbólica.

Lewcowicz, Droeven y Grinschpun(p55) señalan q el empobrecimiento del vinculo


paterno filial y en el marco de la inaudibilidad institucional, los vínculos fraternos
tienen una capacidad simbólica de protección más fuerte q los familiares. El marco, es
el grupo, que funciona como usina de valores y códigos q estructuran la experiencia del
sujeto. Más q la escuela o la familia, el grupo es portador de patrones de
identificación. Alguno encarna una “autoridad situacional”, q surge de alianzas,
son electivos. No se trata de leyes ni de la transmisión paterno filial , sino de
reglas para habitar una situación en los códigos legitimados dentro de una
subcultura.
Los valores surgen de la experiencia, y su fuente de legitimidad es la eficacia q
producen para habitar cierta circunstancia. Es decir, no habría valores previos q
estructuraran la experiencia. Sino q los valores surgen de la experiencia.

Los referentes identificatorios son los pares, las reglas son elaboradas en cada
situación. Los valores se configuran en relación a los próximos, no se trata de una
identidad civil, sino de una nominación reconocida en las fronteras del territorio.

Ante el agotamiento del dispositivo familiar, hay tres modalidades subjetivas de


habitar la nueva situación: desubjetivación, resistencia e invención.

La desubjetivación se refiere a un modo de habitar la situación marcada por la


imposibilidad, estar a merced de lo q acontezca, habiendo minimizado la posibilidad de
decir no, de hacer algo. Es un modo q despoja al sujeto de la posibilidad de decisión y
de responsabilidad.

La resistencia expresa un modo de defensa, una protección. La familia deja de ser la q


propicia la salida al mundo para ser la q preserva de los riesgos del mundo. El mundo,
la calle como amenaza.

Invención, pone en juego la producción de recursos p habitar una situación. Hacer


algo con lo real. Producción de operaciones de subjetivación. Ante la fragilidad de los
referentes, surge la cuestión de “hacerse uno mismo”. Zizek: esta compulsión a decidir
libremente provoca angustia en tanto no hay red simbólica de sostén.

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