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Esmeralda Miras

Michel Foucault. Poder y Cuerpo

Esta investigación se detiene en la lectura de dos textos en particular, Microfísica


del Poder y Los Anormales. El interés es detectar aquellos momentos en que Foucault
establece una relación entre el poder y el cuerpo.
Microfísica del poder es una serie de artículos, entrevistas y conversaciones de la década
del 70.
Dice microfísica, porque, el poder que le interesa no es el que puede estar
representado por el aparato estatal o los representantes globales en general sino el poder
que se establece en los ámbitos cotidianos y específicos, la familia, la pareja, la relación
alumno maestro, médico paciente etc. Es en las estructuras más pequeñas y no en la
superestructura donde el poder actúa y existe, allí se debe dirigir la mirada para conocerlo e
intervenir si se inventa como.
Me detengo primeramente en un artículo sobre la genealogía y el cuerpo donde cita
y comenta a Nietzsche

La genealogía se encuentra en la articulación de cuerpo y de la historia. Debe


mostrar al cuerpo impregnado de historia y a la historia como destructora del cuerpo

Ya en el primer artículo “Nietzsche y la Genealogía de la Historia de 1971 (París)


establece las relaciones en el marco de lo que va a destacar como las dos líneas de la
Genealogía la procedencia y la emergencia, va a decir reiteradamente que ni una ni otra es
en un solo sentido, barre con lo unívoco. Todo es heterogéneo, con cortes, con vacíos en
diversos sentidos, con extravíos, fallos, errores, no hay un origen ni una meta. Se opone a
Hegel.
Acentúa la singularidad de los sucesos, la historia no es sin sentimientos, conciencia
e instintos.
Va a decir que la búsqueda de la procedencia no funda, al contrario, remueve
aquello que se percibía como inmóvil, fragmenta lo que se percibía unido, muestra la
heterogeneidad de aquello que se imaginaba conforme a si mismo.
Cita “La procedencia se enraíza en el cuerpo”
La procedencia se inscribe en el sistema nervioso, en el aparato digestivo, mala es la
respiración, mala la alimentación, el cuerpo es débil y abatido respecto a los errores, por
ejemplo, cometidos por los progenitores. Es el cuerpo quién soporta en su vida y en su
muerte en su fuerza o su debilidad la sensación de toda verdad o error.
Otra cita de “Aurora” “ Durante las épocas bárbaras... si el vigor del individuo se
debilita, se encuentra fatigado o enfermo, melancólico o debilitado y por consiguiente sus
deseos y sus apetitos decaen, se convierte transitoriamente, en un hombre relativamente
mejor es decir menos peligroso y sus ideas no se formulan más que a través de palabras y
de reflexiones”
En el cuerpo y todo lo que se relaciona con él, la alimentación, el clima, el sol el lugar de la
Herkunft (procedencia) se dejan ver como huellas. Huellas de los sucesos pasados que dan
lugar a deseos y juntamente con desfallecimientos y errores se entrelazan y de pronto se
expresan, se desatan, entran en lucha, se borran unos a otros y continúan su inagotable
conflicto.
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Es el cuerpo la superficie de inscripción de los sucesos, el lenguaje los marca o las
ideas lo disuelven, lugar de la disociación del yo ( al que intenta prestar la quimera de una
unidad substancial) volumen en perpetuo derrumbamiento.
Más adelante dice que creemos en la sorda constancia de los instintos y nos
imaginamos que están siempre presentes pero el saber histórico los trocea, percibe sus
momentos de debilidad sus reinados y los movimientos en contra de sí, su propia
destrucción.
El cuerpo está aprisionado por regímenes que lo atraviesan, roto por los ritmos de
trabajo, alimentos o valores, hábitos alimentarios, leyes morales que le proporcionan
resistencias. Aquí toma conceptos de la Gaya Ciencia.
La historia efectiva lo será en la medida que introduzca lo discontinuo, divida nuestros
sentimientos, dramatice nuestros instintos multiplique nuestro cuerpo y lo oponga a si
mismo.
“El saber no ha sido hecho para comprender ha sido hecho para hacer tajos”.
A la historia tradicional le gusta mirar lejos, a la efectiva mirar de cerca, sobre el cuerpo.
Más cercana a la medicina que a la filosofía.
También cita de “Crepúsculo de los Ídolos”, la ciencia de la historia los es de los venenos
y contravenenos, la ciencia de los remedios.
Alejarse de cuerpo implica sacrificarlo como hacen en las religiones que entregan
sacrificios en pos de la espiritualidad.

Luego apunto algunas ideas de una entrevista para la revista Quel Corps de 1975
publicada en el mismo libro Microfísica del Poder.
Allí dice por ejemplo que, en la sociedad del siglo XVII el cuerpo del rey no era metáfora,
su presencia física era necesaria para que funcione la monarquía, presente en todo ritual, o
que el cuerpo de la sociedad del siglo XIX se ve protegido de una manera casi médica.
La eliminación por asepsia, la eugenesia, la exclusión de los degenerados, la criminología
va hacia eso.
Más cercanamente a su tiempo, queda expuesto el dominio del hombre sobre su
cuerpo, en la gimnasia, el desarrollo muscular, la desnudez, la exaltación del cuerpo bello,
en la salud versus la economía, en el placer versus las normas, o en el matrimonio. Señala
el pánico de las instituciones del cuerpo social ( médicos, políticos) ante la idea de la
unión libre o el aborto.
Finalmente dice, l os lugares del poder van variando ya la oposición no es control-
represión sino control- estimulación.
La lucha es indefinida.
La pregunta que deja abierta es ¿ De qué cuerpo tiene necesidad la sociedad actual?

Pero me pareció de gran valor ubicar en un ejemplo detallado como el que da en su


curso“Los anormales” esta relación cuerpo poder y es lo que presento a continuación.

En el marco de sus desarrollos sobre discurso, saber y poder se dedica a la incidencia


sobre el cuerpo, la sexualidad, el deseo y el placer en un análisis que toma como eje la
penitencia y la confesión en el cristianismo desde el siglo VI al Siglo XVII. Desde la
edad media hasta el renacimiento y sus derivaciones hasta nuestros tiempos.

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Comienza con una afirmación general sobre la sexualidad en Occidente, dice que no
es lo que callamos sino lo que estamos obligados a confesar, si bien hubo períodos de
silencio jamás fue regla absoluta, se trató de ciertas zonas sometidas a condicionamientos o
prescripciones pero lo fundamental es el procedimiento de poder que es la confesión
obligatoria.
En la actualidad dice hay una serie de institucionalizaciones de confesión de la sexualidad
como la psiquiatría, el psicoanálisis, la sexología, correlativos de la relativa liberación en el
plano de los enunciados sobre ella. Hay discurso poliferente de la sexualidad.
Intenta invertir el problema planteando su historia no desde la censura sino desde la
confesión.

A partir de aquí comienza un detallado recorrido por la penitencia y la confesión en


varios momentos que paso a citar.

1. - El ritual de la penitencia en su origen no implicaba una confesión obligatoria ni


pública.
Era un status, que asumía el penitente de manera deliberada y voluntaria, en un momento
dado de su vida por cierto número de razones que podían estar ligadas a un pecado
considerable o no. Lo asumía de una vez por todas, podía ser penitente una vez en la vida.
Se realizaba una ceremonia pública previo acuerdo con el obispo y con ciertos requisitos;
llevar cilicio, vestimenta especial, la prohibición de limpiarse, expulsión de la iglesia,
ayunos rigurosos, interrupción de las relaciones sexuales y la obligación de sepultar a los
muertos.
Cuando salía del status en acto de reconciliación ( a veces duraba toda la vida), era con
huellas por ejemplo la castidad obligatoria.

2. - Se entrelaza a esto en el Siglo VI la penitencia tarifada. De corte laico, judicial y


penal.
Instaurado de acuerdo a la modalidad germánica.
Cuando se pecaba debía buscarse al sacerdote quien imprimía una penitencia a la que se
llamaba “satisfacción” y cada pecado tenía su satisfacción de manera tarifada, según un
catálogo, por lo tanto enunciar la falta empieza a ser necesario. Contarla, describirla, cómo,
dónde, cuando. Se va constituyendo el núcleo de la confesión.

3. - A partir de cierta eficacia que toma la confesión en sí misma se producen una


serie de desplazamientos. Confesar es un comienzo de expiación si participan la vergüenza
y el dolor moral. Es entonces que puede ser referida a una persona cualquiera. El sacerdote
y el obispo se ven menoscabados en su poder. Es por eso que en la segunda parte de la
Edad Media, en el Siglo XII la Iglesia va a recuperar el mecanismo de la confesión dentro
de su poder. Se desarrolla la Escolástica y la gran doctrina de la confesión obligatoria y
regular.
Decir todos los pecados y con continuidad, ser exhaustivos y será el sacerdote el que decida
la sutil diferencia entre el pecado venial y el pecado mortal. Se trata de una norme
extensión del poder y de un sacerdote en particular, el de la parroquia, se debe confesar
toda la existencia desde el inicio.

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4. - Pasamos al interrogatorio, fines del siglo XII y siglo XIII, según los
mandamientos de Dios, según los 7 pecados capitales y más adelante según los
mandamientos de la Iglesia. El sacerdote, libre de la tarifa fija las penas a su arbitrio,
dispone del poder y las llaves. A través de sus gestos es Dios quien perdona o impone
penitencia. Ahora es sagrado, es sacramental.

5- De la Reforma a la cacería de Brujas pasando por El Concilio de Trento se


forman los Estados modernos y los marcos cristianos se cierran sobre la existencia
individual. Casi todo en la vida pasa por el filtro de la confesión. Se constituye el poder
empírico del ojo, la mirada, el oído, la audición del sacerdote. Se establece La Pastoral.
El propio confesor debe cumplir con ciertas condiciones como celo, rigor, amor
benevolente pero por sobre todo debe ser santo, porque el confesionario como el dormitorio
del enfermo tiene aire viciado que puede amenazar con contaminar al sacerdote. Debe ser
sabio porque debe ser juez ya que debe guiar y ordenar las conciencias. Ser finalmente un
ángel tutelar.
Como dato recuerda que el primer mueble confesionario data de 1516.
Se espera del que confiesa que sea constricto que cuide los gestos, la vestimenta, el tono de
su voz. Se debe expulsar a las mujeres que lleven rizados, o se presenten pintadas y
compuestas.

Dice Foucault a esta altura: “ Hay un doble rizo, doble filtro discursivo, dentro del cuál
deben filtrarse todos los comportamientos, todas las conductas, todas las relaciones con el
otro, también todos los pensamientos, los placeres y las pasiones.”
Hay una gestión continua de las almas sus conductas y sus cuerpos.

6. - Sexto mandamiento

Sobre el pecado de la lujuria y la concupiscencia

Entre los siglos XII y XVI la confesión se hacía bajo formas jurídicas, reglas sobre la
fornicación, el adulterio, el estupro, el rapto, el secuestro, la violencia carnal, la sodomía, el
bestialismo, se referían al aspecto relacional de la sexualidad. Tocan los vínculos, las
masturbaciones sólo son un pecado más. Pero es a partir del siglo XVI que lo que está en
el centro del interrogatorio es el cuerpo mismo del penitente, sus gestos, sus sentidos, sus
placeres, sus pensamientos y deseos, y la intensidad de lo que experimenta. El nuevo
inventario es un recorrido meticuloso del cuerpo. Una anatomía de la voluptuosidad. El
cuerpo propio y sus placeres son el código carnal, como una cartografía pecaminosa. Se
abandona la división escolástica de pensamiento y acto por el problema del deseo y el
placer.

Los teólogos más citados son Habert y Borromeo, de uno de ellos tomo su texto para
concluir.

Habert explica de la siguiente manera el mecanismo de la concupiscencia, comienza dice


con cierta emoción en el cuerpo, emoción puramente mecánica producida por Satán, esto
provoca un “atractivo sensual” que induce a un sentimiento de dulzura que se localiza en la
carne misma, de delectación sensible, excitación e inflamación. Estas despiertan el
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raciocinio sobre los placeres que se deben examinar, ello puede producir un nuevo placer
en el pensamiento, es la delectación del pensamiento, que puede presentar esto como no
pecaminoso sino admisible, la voluntad ciega se deja persuadir.
Por todo esto es necesaria la intervención minuciosa del sacerdote.
El cuerpo del placer será entonces de ahora en más el partenaire de la penitencia.

esmeraldamiras@fibertel.com.ar

Bibliografía general:

Michel Foucault, Defender la Sociedad. Fondo de Cultura Económica 2000. Argentina

Bibliografía específica:

Michel Foucault: Microfísica del Poder. Ediciones La Piqueta Madrid 1992


l- Nietzsche, La genealogía de la historia, páginas .7 a 31
4- Los intelectuales y el poder, páginas. 83 a 93
6- Poder y cuerpo. Revista Quel Corps Nº 2, septiembre 1975.
10- Las relaciones de poder penetran en los cuerpos en La
Quincena Literaria Nº 247 del 1 al 15 de enero de 1977.

Michel Foucault: Los Anormales. Fondo de Cultura Económica. México 1999

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