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C Los grandes problemas ) 322 “constit la reversic tece es posible formarse ya una im; ue acon De lo q erador de la revolucién. No ob; el proceso gen pues : stant aa ae aqui una pequefia sintesis que sirva de punto ao : tida para el estudio de las grandes lineas del desarrollo Tevoly. cionario. 5 El 25 de mayo la quiebra del deteriorado-sistemavirreinal, a desconocimiento del Consejo.de Regencia como soberano y h nstitucion de una nueva autoridad en vi incipi in de la soberania al pueblo en ausencia del monarca, "También comienza a exteriorizarse un cambio de tipo social que yaa transferir progresivamente el poder social y econémico a los _criollos, La forma de gobierno adoptada—unta-> no constituye,. en cambio,una novedad: desde el comienzo-dé 1f guerra dela independencia espaiiola la formacién de juntas locales y regio nales constituy6 un expediente nacional y el ejemplo se propagé en América, donde sirvié alternativamente a movimientos abso- lutistas 0 espajiolistas, como el de Montevideo de 1808, y a mo- vimientos reformistas 0 criollos como el de La Paz de 1809. El 25 de mayo, pese a toda su importancia como hecho exte- riorizador de la revolucién, no es la revolucién misma, sino sélo un momento de ella —muy destacable, por cierto— y como tal in- separable de los acontecimientos anteriores y posteriores. Noes esencial, pues, aunque resulte apasionante, establecer cuales eran los propésitos e ideologia de la Junta de Mayo, y tal inten” to leva a escindir la continuidad del proceso revolucionario y 4 perderse en discusiones bizantinas sobre sus objetivos. Estos "° en Clary determinarse sino considerando el proceso revoluci r c luciona- conjunto y superando las variantes episédicas y circus propias de toda revolucién auténtica, que es, en sect eden C ensu tanciales da, cambio. et “or otra parte, no es licto hablar de "una" ideologfa ni de A ae ropes ire ls. integrantes del primer gobierno” rio. Ya hemos licho que la Junta del 25 de May i Frnt t tun gobierno de coalici6n, pues sus peat re --de-este-mosaico de opiniones, es obvia la existenci: una reorientacion politica con_el fin de\, ptad_de Ta-com cana, adecuando a 6n y estructura del Estado. eee. ‘el Estado es el primer objetivo de los revoluciona- rios: se trata primero de reocupar Sus estructuras y luego de mo- dificarlas. La nacion. est4 en segundo término; es una idea con- fusa que adquirira forma progresivamente durante el proceso emancipador. Si queremo: tuvieron que encarar los protagonis' ne que formulemos tres preguntas, se les presentaron jnevitablemente: ¢para plena unidad de ideas. ote) En efecto, , s hacernos una imagen fiel de los problemas que tas de la revolucién, convie- y respondamos a ellas, que qué la revolucién?, / épara quién? y écémo? comiin a todos los/ Propésito ‘Acabamos de indicar cual era la respuesta, revolucionarios, a la primera cuesti i que para unos se trataba de un cambio de personas, para otros de un cambio de politicas, para los més profundos de una eman- cipacién, y entre éstos habia quienes la pensaban como Jade un poder extranjero (Francia), quienes la consideraban:como la ad- quisicién de la libertad civil y politica a través de un reino aut- nomo dentro de la corona espafiola y, finalmente, quienes aspr raban a constituir un Estado independiente. Es evidente que es- te Ultimo propésito alentaba a varios dirigentes y a algunos de los nuevos gobernantes. Esta posicién fue ganando terreno rap damente entre los revolucionarios, sea por convencimiento, sea Por imperio de las circunstancias, sea por el “endurecimicnt? Popo de todo el proceso revolucionario, A partir de a on (la idea emancipadora fue la politica o| icial y OO ientacién del proceso revolucionario, por vagas que ao ss primeras aspiraciones. Este @ el hecho Bndamental qUe © expresa a través de una década entre los vaivenes de la lucha ee las circunstancias cambiantes de la politica internacional ‘a fe fuerte o vacilante— de los politicos revolucionarios en los on. Ya hemos indicado antes, emancipador \ 323 324 objetivos que propugnaban. Al cabo de esa década, la emancipa. cién queda consolidada como hecho y como convicci6n ‘ lar. Por ello la revolucién puede y debe llamarse emancipadora, aPara quién era esta emancipacién? Aunque Ja revolucién hy. ya sido municipal en su primera manifestacion y nacional én i resultado, fue. americana en | su planteo % en sus | ‘ecciones, Pa. ra los revolucionario: xistia_enit-co 20 una Tder defi. _nidamente nacional, propiamente argentina, Existian por enton. ces dos naciones predominantes de patria: una_re ida-y-lo- calista, referida a la ciudad de origen, y otra amplia y continen. “fal: la de“América espafiola, Ya hemos explicado a través de las paginas precedentes 10 se fue configurando en las relaciones econémicas, sociales, éticas y jurisccionales una cierta unidad de hecho en lo que constituyé luego el territorio argentino, pero es. ta unidad no habia alcanzado en 1810 a configurar una aspira- cién politica. Es cierto que fue propésito manifiesto de la Junta extender la revolucién a todo el Virréinato, pero también los que aspiraba @ que"sus "pasos fueran imitados por los restantes virreinatos espafioles para.que todos los pueblos americanos se. reuniesen en una nueva experiencia politica y.soci: “Esta idea an ista, que caracterizé la gesta libertadora, encontraba un obstaculo insalvable en la diversa idiosincracia de los diferentes pueblos americanos: la diversidad de ambitos geo- graficos, razas, hdbitos sociales, y.el aislamiento-recipraco, en que habjan crecido los pueblos se oponfan a que esta idea pudie- ra cuajar en expresiones institucionales. Sin embargo, no se t' taba de una pura quimera. Se apoyaba en la vieja tradicin im- -perial espatiola que habia concebido a las Indias < £ diferenciado.dentro del Tmperio, cuyos diversos reinos estaban animados por un mismo ideal, sometidos a una unidad de man- do, a una misma estructura, y cuyos habitantes reconocian una hermandad en el nombre comin de espafioles americanos. Un indiano de paso por la metrépoli era americano antes que Pe Tuano, rioplatense o chileno. Unidos durante siglos a la misma Corona y ala persona de un musmo rey, la vigencia de la concepcién americana se expres &P los pasos de los precursores. Viscardo escribio para los "espaiio” les americ: ‘ericanos" y Miranda patrociné una logia que respo™ sugestivo nombre de Gran Reunién Americana, a la que pert necieron varios libertadores, Una idea americanista presidi&t” 1810 a los revolucionarios venezolanos que invitaban 2 con, tuir-una-gran-confederacion americano-espaiiola. jertos revoluci6n chilena, a ambos lados de Tos Andes alent6 en cier™™ - momentos la idea de constituir una uni 2 frente a la cual los propésitos de cre Sees a paises, a politica britdnica, a la vez que vefa con velad mae {faestruccién del imperio espanol, temia la = fe satisfaccién|) miltiples Estados de aquel imperio, sityacién ae shar en 4 \\ pado los intereses comerciales ingles Cuando Belgran Berta raba a la infanta Carlota sus temores de que el pate se scan af en la anarquia, no sdlo estaba previendo los incoaweniehics del desorden y del gobierno, sino las nefastas consecuencias de ta division de América espafiola, que la dejaria sometida a la in- fluencia de cualquier potencia extrafia. A medida que el conflicto con Espafia se desarrolla, se va de- finiendo con mayor claridad la entidad nacional y adquiere for- ma y limites el ideal americano. La revolucién debié iti separacién de ciertos territorios del Virreinato, lo que no signi- ficaba simplemente una claudicacién politica, sino la materiali- zacion de situaciones que ya estaban configuradas en otros te- rrenos. Pero. or ello se abandoné la concepcién americanis- tadel movimiento. Por el contrario, algunos hombres com et politico que materializaselaunidad_ ‘ontinental. Los caminos eran dos: una monarquia tinica, o una fonfederacién que podia ser de reinos o.de republicas. Tanto el Congreso de Tucuman —que comienza declarando la indepen- dencia de las Provincias Unidas de Sudamérica y no del Rio de la Plata y termina entre gestiones monérquicas— como San Mar- tin en el Pera y Bolivar en Venezuela, no perdieron de vista esta circunstancia. Pero si el proyecto politico continental de la revolucién ame- ricana no se concret6, sf se materializé en cambio, la estrategia militar continental. Belgrano, San Martin y Bolivar no concibie- fon la guerra de Id Independencia sino como wha operacién que terminaba en Lima, bastién del poder real en América. Cuando ¢! ideal americanista naufragaba en él localismo politico de las Provincias argentinas, San Martin y Bolivar estaban a punto de concluir felizmente la estrategia continental en el plano militar. El ideario americanista de la revoluci6n est4 en cierto modo ‘eso: el de la conduccién re- unido we del proc S pice ott 7 siesta a nuestra tercera pregunta. / Yolucionaria, que importa la resp’ ra anta. / Este protien lleraba en germen Ja oposicién entre los inte-/ & Teses centralizadores y Jas vocaciones localistas, que comets v7 los extremos pendutares entre | cuales #€ muteven los gobier- ——— durante a ranscurso dé la década de t620 + 2 189 te 326 Aunque la revolucién fue.americana no sdlo en sus intencig, nes sino en sus proyecciones, como se evidencia en los alzamien. tos casi simultaneos (1809-1810) de la Costa Firme, Qui : ; : ito, Chu. quisaca, La Paz, Buenos Aires y Santiago de Chile, Sus bases de poder eran harto débiles, no sélo por los limitados medio tae ales de que dispusieron en principio los Tebeldes, siiotaiy, por | recho-del-apoyo popular inicial, ya que si bien e| movimiento ‘interpretaba una aspiracién” general de mejora, miento criollo, la cosa.no-era-entyevista con mucha claridad po ¢l.pueblo ano igio.de. -la-autoridad real —que los ene. migos de la revolucion proclamaban— era muy.grande.__ Esta debilidad inicial de la revolucion provocé, ademas de momentos de angustia, verdaderos fracasos, de los que sélo Bue- nos Aires se libré. Tanto los-movimientos-del norte de Sudamé. || rica.como--la-revolucién-chilena_fueron vencidos, y en Uimo- | mento.dada.sdlo_en_el Rio de la Plata intuvo la bandera de. 1a insurrecci6n, Es claramente comprensible que los dirigentes politicos de la revolucién. propendieran a darle fuerza por via de la mayor concentracién de poder en el menor niimero posible de manos. Esta perseguida unidad no sélo era cuantitativa sino cualitativa: era necesario que Ja conduccion 1 revolucionaria fye- Xa homogénea.en su ideologia. De esta urgencia brotan dos con- secuencias: una de ellas, la _progresiva concentracién cuantitati- va del poder: ] Juntaen 1810, Triumvirate en 1871 » Directorio uni Personal en 1814; la otra, la concentracién ideoldgica de ese mismo poder dé modo de darle mayor fuerza expansiva y mayor ntal Ia accién de la Logia Pero este proceso de concentracié otro problema. Hemos dicho que la: lucion eran estrechas; las dudas de del interior en dar su conformidad n ideoldgica trae aparejado 's bases de apoyo de la revo- los cabildos de las ciudades al movimiento de mayo y en- viar sus diputados a la Junta, lo prueban; la reaccién realista, en Cordoba, aunque abortada, también lo pone de manifiesto. Des- 16 enfrentar la hostilidad de } Montevideo cru asi como Ta indiferencia paraguaya. La Junta con- ;{Pensable que los gobiernos de las Intendencias y ciu- Gades del interior estuviesen en manos de absoluta confianza en quanto a Ta realizacién de los objetivos revolucionarios, Y como la revolucié en Buenos Aires y entre hombres 's donde ¢] nuevo gobierno base este procedimient ee res virreinales. ; * Gi los propésitos centralizadores de B, i ‘cia nevesidad ideolégica y funcional aap an cin, se apoyaban en la herencia de una estructura ollie rreinal que habfa creado el habito del ejercicio del Boden aed ieapital, apes localista de las ciudades del in terior se apoyaba en una herencia;no ya de estru ia sino social, constituida por el aislamiento en que eee 5 . Asi, mientras Buenos Aires desde un principio in-, vocd su condicién de capital-para ejercer su dominio politico, is ciudad interiores desconocieron la legitimidad de la repre. Sentaci ital se-arrogaba Buenos Aires, y sobre todo jercicio. Claramente lo dirfa Artigas: no luchaba contra la tiranfa espafiola para verla reemplazada por la tirania portena. EXPANSION REVOLUCIONARIA Y CONFIGURACION DEL ESTADO CENTRALISMO Organizacién Unitaria CONCENTRACION DEL PODER Ren oO MONARQUIA EXPANSION (OLUCIONARIA. REPUBLICA 0 MONARQUIA AUTONOMISMO Organizaci6n Federativa DISPERSION DEL PODER Z 9 8 e a Zz : < & 327 328 | Si la ausencia de elites revolucionarias en las ciud terior pudo convalidar parcialmente el procedimiento emple do, es también evi ierno Ce! “4 én evidente que.el gobierno central—que lo era fo visoriamente y per se— ho acerto a conjugar-sus.necesidades con una cierta autonom: -que satisfaciera los intereses de cag Mprometiera.a-sus-dirigentes-en-. VOIGT Tay, bién los procedimientos drasticos de ésta, dictados Por la misma necesidad de permanecer e imponerse a la reaccién,,. las més pacificas y moderadas mentalidades de las provincias Selo honbres- tes atentica capacidad politica, como Belgrano, se dieron cuenta del problema, pero su prédica fue desoida, =~ El resentimiento ante las intenciones hegemonistas de Buenos Aires crecié.entre.los_propios revolucionarios del interior. Den. tro de ellos hubo elementos que llegado cierto momento del pro- ceso se decidieron por la defensa de los intereses y prerrogativas locales sin preocuparse por los efectos de su accion en el cuadro general de la lucha por la independencia, persuadidos de que Buenos Aires utilizaba aquella lucha como pretexto para impo- ner su predominio. A partir de este momento se crea una gran tensién dentro del incipiente cuerpo nacional yéstallan Ios primeros_brotes de re: lades del in, beldia, que_tienen_en la actitud de Artigas un fuerte punto-de apoyo. Esta tensién se va a reflejar en las actitudes de los gobier- nos nacionales que van a fluctuar entre los esfuerzos centraliza- dores y los deseos mds 0 menos claros de una apertura nacional. Las revoluciones de 1812 y 1815 no son sino intentos de quebrar una conducci6n "aportefiada" de la revolucion. Pero tienen ade- -yor_fuerza, -posibilitando su programa-americanista. Buscaban la cohesién-revolucionatia, no ya por una seleccién de insospecha dos, sino por una ampliacién de las bases que se consideraba perfectamente posible. Sus miras no eran de mera contemport- zacion con los localismos, ni eran pasivas, era una postura de in- tenci6n nacional y de americanismo activo. Tal vez por ello n° fueron comprendidos estos esfuerzos conciliadores en todas pa tes, ni los intexeses locales reconocieron la necesidad de ciertas restricciones\ El segundo Triunvirato en sus inicios y el gobier no provisorio de Alvarez Thomas responden a esa tendencia ne cional y lo mismo puede decirse del Estatuto Provisional 4 1815. Bl gobierno directorial de Pueyrredon representa una a? gustiosa btisqueda del equilibrio entre. ntralizaciorry-FesPe? _Mde los localismos, cuando ya ése équilibrio era imposible. Otro de los grandes problemas de I: medida factor regulador de muchos dent ion, y en buena / Influencia internacional. SUS actos, fue la situacién | del factor i fi i 4 la reyolucin se produce cuando es casi segura la si : internacional } Espaiia por él poder napolednico; Enem; mae sumisién de fapo- erado el equilibrio Suerra general que Jeon, cuyas veleidades expansioiiistas han alt europeo y sumido al i ee en una Jo repetiria cien anos después, Gran Bretaj : ee ota del erape lor francés el objetivo atm a ae hoe Iiica internacional. Todos sus intereses nacionales” Fy enfean a jos comerciales Ta impulsaban en ese sentido, L; ra gee a foles contra el invasor francés. habia convertido a Gran Breta- iia de tradicional enemiga de Espafia en aliada fiel. Sin duda es ta alianza no ponia sino un momentdneo paréntesis en la vieja politica inglesa tendiente a liquidar él Imp yafiol o al me- nos a obligarle a abrir sus puertas al comercio britdnico. e omando se producen los leyantamientos sudamericanos es evidente para el gabinete’britanico) que se abre una posibilidad de conquistar aquellos mercados por alguna de estas dos vias: = contribuir al mantenimiento comercial de las colonias aisladas ‘“deswmetropoli, sean Teales o insurrectas, o lograr con los pode- Yestocales-dé cada punto de América tratos extraoficiales que abrieran esos lugares a la penetracién comercial britanica. De acuerdo con la politica establecida por Castlereagh, esos pasos debfan darse de tal modo que no comprometieran a Gran Bre- tafia como poder estatal, y dadas las circunstancias del momen- to esa politica implicaba el no comprometer ni _menoscabar la alianza entre Inglaterra y Espafia, “ Sin embargo, existian dos factores que hacian que > Londres mirara con benevolencia las revoluciones americanas: el predo- leas liberales inglesas que vefan en Tos insurrectos un reflejo de aquéllas, el clamor de los comerciantes ingleses j Bates mercad sustitutivos aaa ¢ alli que Inglaterra procurara-una-politiea-eon lora e! su fideltdad a Espaiia aulsicngiates por-los.revolucionarios. Co- Mo contrapartida del eventual apoyo britanico, los gobernantes, del Rio de la Plata debieron omitir los pasos que pudieran mal- fistar aquella simpatia, como lo revelé la recone os mae lord Strangford, embajador inglés en Ree re bién ig eae omacinl de una independencis BI i ie que log ene liacion britdnica era. fundament al para imped necuiar | iygr2ttugueses avanzaran sobre el Rio dela Plata.en inwcs Por alcanzar esta regién, para lo que podian invoc 329 Las relaciones \__ conlalglesia ) sia y el Estado, dadi 330 deseos de preservar los dominios de su aliada. En este punta 6 la mediacién i como lo demostré la convencign, Rademaker en 1812. ! A medida que la revoluci6n se pierde —entre 1811 y 1815_ oy, mil vericuetos politicos y que los gobiernos se suceden cada vez con menor autoridad, el desorden reinante en el Rio de la Plata enajené_muchas-de-las-simpatias~britanicas, tanto porque Tg practicas rioplatenses no resultaban expresiones dignas del libe. rali invocaban, cuanto porque él desorden no era favo. Table a los intereses comerciales briténicos—— ~ Enrese momento la:politica de contemporizacién mantenida por el gabinete de Londres Se transforma en_una politi diacién_entre-los. sebeldes-y-la-corte.de Madrid, politica que en definitiva y dadas las caracteristicas dela administraci6n fernan- dina, debja resultar perjudicial para los revolucionarios. Lane. cesidad de mejorar las "bases de la negociacién" explica la prisa por tomar Montevideo que tuvo el gobierno de Posadas. En ayu- da de los intereses revolucionarios operé también el violento reaccionarismo de Fernando VII, que ademas de alejar las posi- bilidades de toda transaccién, dio pabulo a la opinién publica inglesa para adoptar una postura de simpatia por la causa revo- lucionaria. Las circunstancias internacionales influyeron bdsicamente en Ja declaracion de la Independencia, ya sea demordndola en 1812 y 1813, ya sea provocéndola en 1816 cuando se hizo evidente que, caido Napoleén desde hacia més de un aio, la emancipa- Gién era el tinico medio eficaz de obtener la reaccién borbénica apoyada por Rusia y de interesar el apoyo de otras potencias. Fueron también estas circunstancias internacionales las que alentaron los planes monérquicos desenvueltos durante el Con- greso de 1816-20, y enfriaron la vocacién republicana de muchos pela Previeron que las potencias de la Santa Alianza on, buenos Ojos la instalacién de un régimen republi- cano en América del Sur, Estas potencias cref. tal régimen significaria la perpetuacién de | ede bearicol dels Revolucién Francesa y de los excesos democraticos z América del Sur se a ‘€ su epigono napoleénico. Temfan qu exaltados republinas eartiese en el refugio de los demagogos Y hombres refluye ¥ que Pesterlnmenie esas ideas ne me is 46 os iente europeo como Pale anes Politica y social. Nuestros dirigentes, a fuerza La 16; ‘ Faltci6n se reflej6 también en las relaciones de la Igle- © que ejerciéndose por los reyes de Espafia ¢l Real Patronato, la revolucién y la Consiguiente lucha ar e realistas y patriotas condyjo a la mada en- ; ala incomunicaei _de Romana-y-los-obispos del Virreinato, La Tglesie — laSe- ‘abocada asi a un serio problema, agravado local se vio © por la militancia mas €spanoles a favor de la cau- Nn por el poder civil. No obs- o menos velada de algunos prelados sa real, lo que provocé su destitucié: tante, las nuevas autoridades pocuraron mantener buenas rela- ciones con Ja Iglesia, tanto por razones de pacificacié $_rela- “veniencia politica, como por el hecho de ser ensu ae y de con. bres de fe catélica y en muchos casos de Publica religlosidag 2 Esta circunstancia y su Teconocimiento Por el-clero, que ade més, en buena medida, se adhirié a la causa revolucionaria, per- mitié una adecuacién progresiva y una convivencia mds o'menos feliz entre los re lucionarios y la Iglesia catélica local. Contribu- y6a ese entendimiento la mentalidad regalista dominante enton- ces, no slo entre los laicos sino entre los mismos clérigos, pro- pia de la época y heredada de la Espafia borbénica. Cuando la Junta de Mayo consult al dean Gregorio Funes y al doctor Juan Luis de Aguirre si correspondfa al nuevo gobierno el ejercicio del Vicepatronato que habjan ejercido los virreyes sobre la Igle- sia en estas regiones, ambos dictémenes concordaron, con argu- mentos tipicamente regalistas, en que la Junta pasaba a ejercer aquel Vicepatronato, como inherente a la soberanja. Si por un la- “do Gia era la actitud de los canonistas, por el otro la Junta per- donaba la vida de monsefior Orellana, obispo de Cordoba, com- plicado en el movimiento contrarrevolucionario de Liniers, en homenaje a su investidura eclesidstica, y posteriormente le resti- ia el gobierno de la didcesis. ; farang, hoe esta tolerancia no serfa completa. Mientras el gobierno revolucionario estimulaba por una parte a los sacerdotes y reli-| < giosos a que apoyasen desde el pulpito y el confesionario la cau- sa de la libertad, se mostraba sumamente celoso cuando la pré-\ dica de aquéllos se orientaba en sentido contrario. Un ee los alrededores de Buenos Aires fue acusado de ie y tesp ui : do de su curato a causa de su postura Prose ae oe — i te la incomunicacién con autoridades eclestastices ie! ee estado de vacancia de muchos cargos superiores Pe ] Wa eclesidstica, unida a la difusién franca de nuevas la vers; ance a le aleza humana, produjo cierto grace ic atilidad de la naturaleza hi dujo ci ‘ado di . re . anarqufa en la Iglesia, que se puso de en cier- 4a vida de a regiosor cuyos convent pa vediencia. Esta si- i casos ejemplos de 6 tension Creidwica rivadaviana, tuacién estaba en la base de la reto j 331 i i (val 25 de mayo al 6 de abril de 1811 y = %y (a1progam ’ aa J 332, oder civil contra los cdnones eclesidsticos » Per hecha desde el p' ' corrigiendo males reales. te e después de constituida, la Junta de Mayo de, lizacion de su programa politico. Pero antes que a sus miras mediatas seein oer Eee © menor cari. dad— el gobierno presidido por Saavedra debia dar los pasos yp. gentes que consolidaran la revolucién. d : Esta debia ser expandida a las demas ciudades del Virreinato para que pudiera ser realidad el mandato del 28 de mayo: inyi. Pir a todos los pueblos a enviar sus representantes a la formacion ‘del gobierno permanente. Al mismo tiempo debi cohesién del movimiento impidiendo que se diluyera entre vo- funtades menos dispuestas. Paralelamente debia evitar la previ sible reaccién de las otras autoridades espafiolas partidarias del reconocimiento del Consejo de Regencia y que sin duda verfan Ia destitucién de Cisneros como un atentado a la autoridad real yala dependencia de estas regiones de la metr6poli. Por fin, de- bia evitarse cuidadosamente la intervencién extranjera —inglesa 0 portuguesa= que podia adoptar la forma dé una colaboracién con Espafia para mantener el orden en sus colonias sometiendo a los insurgentes. Para lograr estos objetivos en el plano interno e internacional era indispensable que la revolucién fuese dotada de fuerza ma terial y sobre todo que lograse el consenso popular que la legiti- oe en los dias siguientes a mayo que mientras iran ee a Paes habia recibido los hechos del 25 a prs — ee consideraba como una ae al poblacién, y un tere paz de atraer miiltiples desgracias sol Te ideas claras sobre 1 er grupo, sin duda muy numeroso, nee los propésitos del gobierno y se mantenia @ expectati . e nates. Y* El gobierno debia ganarse la confianza de los gober Inmediatament' bid abocarse a Ja real Todo ani ’ , Movimiento revolucionario que propugna una amplir cién de Ia li fps 7 “ dar el Geis politica tiene una natural dificultad en 84%" inten oreM, escollo en el que han naufragado muchas buen 7 en to violento te denne? Bi conmocién, ni por el ne didn babe ‘i istintas tendencias, Por eso al da siguiente &P* ido $n el que establecia que: Sera castigado con igual rigor cualquiera que vierta ecies contrarias a la estrecha unién que debe reinar ct 2 todos los habitantes de las Provincias 0 que concurra a la division entre espatioles curopeos y americanos, tan con: | traria a la tranquilidad de los particulares, y bien general del Estado. ‘ } : Elobjeto de Ja Junta’ era al mismo tiempo abrir Jas puertas.del der a los criollosy evitar un enfrentamiento entre metropoli- 7 hy tanos y americanos, de consecuencias politicas y sociales impre- yisibles. Dentro de ese mismo espiritu, Pueyrredon, al asumir el Q pierno de Cérdoba, lanzé una proclama invitando a la unién de peninsulares y americanos. al Pero la revolucién necesitaba algo mds que declaraciones. Te- 4) nfa, en primer lugar, dos mandatos que cumplir, vinculados en- “re si: llamar.alos pueblos del Virreinato a enviar diputados a un ef Longreso General que estableciera el gobierno definitivo, y en- “| ‘yiar una "expedicién auxiliadora" al interior con el objeto de ayudar_a los pueblos a liberarse de la previsible presién de los 2) grupos reaccionarios y de las camarillas lugarefias que pudieran 4) pronunciarse contra la disposicién de Cisneros. En cumplimiento del primero de estos mandatos, se notificé a todas las autoridades subordinadas del Virreinato los sucesos de mayo y se les invité a reconocer a la Junta como autoridad su- perior provisoria y a enviar diputados para el Congreso Gene- ral. Al mismo tiempo se aceleré la formacién de una divisién mi- litar fuerte de mil hombres al mando del coronel Ortiz de Ocam- Po, que salié de Buenos Aires a fines de junio. A su lado y como delegado de la Junta iba Hipélito Vieytes. La sombra de los co- 'nisarios politicos de los ejércitos de la Revolucién Francesa, pa- "ecia proyectarse sobre la decision de la Junta. f nN fine Recesidad de la expedicién militar se vio rapidamente con- ( La reaccién \ "mada en los hechos. cae Mone los primeros dfas de junio fue evidente que. ee pe Linj eavideo iban a oponerse a las autoridades de Buenos ines és, epontierrez de la Concha, apoyados esl Cabilda corer Para ieee comenzado a movilizar los Se a ae oa fi dea una fuerza armada a destinada a resistir lo tabi = Selig wn insurreccién.-El 6 de junio ese Cabildo h ie fest oo *eCONocer las autoridades surgidas del 25 de mayo, 0 51° que manaban sélo de la fuerza. El mismo dia Mo! is “ondiciond su reconocimiento a que la Junta j Co Meio de Regencia. Desde ef 30-de-mayo Tas autor Montevideo habfan acordado cerrar el puerto a los bar Lcedentes de Buenos Aires, 608 pro, ‘Tal resistencia tenfa sus reflejos en la misma ¢ i do porteiio habia sugerido a la Junta la rotacion de sy ores cia, sugerencia que la Junta sintié como una intromisién, “iden. A mediados de junio‘Cisneros)que permanecfa en. Bueno; i res rodeado de la consideracién oficial a su antigua investigne” invité al Cabildo a reconocer el Consejo.de Regencia, Aqual ae sideré inoportuno hacerlo en ese momento, pero un mes ae pués, el 14 de julio, procedié a dicho reconocimiento €N secre. to, es decir, sin que lo supiera la Junta. La Real Audiencia, a sy vez, desde principios de junio habfa éxhortado a la Junta a reco. nocer la instalacién del Consejo, pese a no haber recibido infor. maciones oficiales al respecto. El asedio interior crecfa de punto y era acompafiado de una ola de rumores. En esa circunstancia la Junta se enteré de que Cisneros y la Real Audiencia proyectaban trasladarse a Monteyi- deo y reinstalar alli la autoridad virreinal, Por lo que opté por el recurso drastico de arrestar a todos aquéllos y embarcarlos se- cretamente con destino a Europa. Los episodios de Cérdoba y Montevideo no eran tnicos, Las provincias del Alto Perd, dirigidas por hombres de prestigio y que disponian de tropas, habian rechazado la autoridad de la Junta, con excepcién de Tarija. El virrey Abascal habia declara- do provisoriamente anexas al Virreinato del Pera las provincias que formaban el del Rio de la Plata, para sustraerlas a la autori- dad de Saavedra. El Paraguay habia optado por una prudente ex- pectativa sin perjuicio de mantener cordiales relaciones con la Junta. Santiago de Chile, por fin, sin reconocerla abiertamente, la aceptaba como un hecho consumado. No obstante, para respiro de los revolucionarios, casi todas las ciudades del-territorio argentino apoyaron répidamente alaJun-- _ta En junio lo hicieron Santa Fe, las villas de Entre Rios, Co- rrientes, wcumén, Cataman Salta, Mendoza, Santiago del Es. ‘ tero.y Jujuy; en agosto por fin se adhirié Tarija. ie Cea \ La reaccién codobee carecié de apoyo popular. Cuando Li de Liniers i ‘pital. Ey niers, consciente de la debilidad de su situacién, resolvid. redrae ia el norte para unirse con Jas tropas del Alto Per, cuatrocientos hombres comenzaron a desertar en tal on que pronto on de existir como fuerza organizada | Y jlan \ve despué& Liniers, Gutiérrez de la Concha, el obispo * ue demés cabetillas carecfan de tropas ni més seguidores 1 i 5 nos pocos fieles.)Por ello hacia el 5 de agosto, mientras la 334 ara burlar la persecucién, gape Fgal 7 de agosto todos, ing ne del 6a a 2t0dos, inc reconquistad nos Aires, ayeron en poder as fuerzas de la Jui : ees pan por emonces los prisioneros que el 38 qs julio nary 'gnora- fictado sentencia de muerte contra ellos, "por la ae ae sos delitos", partiendo del criterio que "el escarmiente se Ia base ie la rere del nuevo sistema", osesiter Las diversas ramificaciones de la reaccié i nalidad y prestigio de Liniers explican la et i: fae Si queria sobrevivir debia actuar con decisién y cae no dar aliento a los indecisos ni alas a sus contrarios, Di a yoces de clemencia se alzaron entre los Propios elemento: s rebel des, entre ellas la del dean Funes y la del coronel Ortiz ide Ocan : po. Esta actitud le valié a este Ultimo ser despojado del mando militar, pues, como dijo en la oportunidad Mariano Moreno, la obediencia era la mejor virtud de un general y el mejor ejemplo para sus tropas. Seco, disolver ¢] la no- Tod, Sa fe owe 1nutil, pues en |, El doctor Castelli, la mente mas jacobina de la revolucion, fue encargado por la Junta de hacer cumplir la sentencia, que se eje- cut el 25 de agosto en el paraje de Cabeza de Tigre e, cerca de Cruz Alta, fusilandose a todos los prisioneros con excepcién del obispo Orellana. Con Ja ejecucién de un ex virrey y de un_gobernador inte dente, la Junta habia quemado las naves de la revolucion. El ca- mino, desde entonces, no tenia regreso. La sangre de las prime- tas victimas era la garantia de una "reciprocidad de trato" que cerraba el camino de las transacciones. Las drasticas medidas del gobierno contuvieron a los descon(— La Gaz ‘entos. Entretanto Ja Junta habja creado-un-organ iod{stico grientador dela opinién publicd, la Gazeta.de Buenos Ayres, euya siteccién originaria asumié un miembro del gobierno, el presbi- tero Alberti y mas tarde Mariano Moreno. Allanando el camino, | expedicién auxiliadora volé hackael torte; el 4 de octubre ha- bia alcanzado Yavi, en los limites actuales del territorio argent: no. Comandaba entonces la expedicién Juan José Cosel cok Plenas facultades politicas y militares, correspondiendo ema © especificamente militar a Antonio Gonzélez Balcarce. . Mientras tanto, Ja ativa del Paraguay @ t reco “dad de Ja Junta de dio a esta AdOpUar ura i: bre to- Para evitar la Yormacién de un nuevo frente realista y So — =) od ari cci6n coordinada de Asuncién municacion y a 7 Y Mo, oe Tal vez una actitud mds serena hubiera Mantenidg Nt video. ay en una postura de neutralidad, pero la Junta cones * ragu: . for 7 Siders ue no era tiempo para correr-riesgos. El 4 de Setiembre pai q oe aCitado im ia designado al doctoxManuel Belgrano} el més cap; saiewibros tanto por su vision pol itica como para comandar una expedicién scatinada, 2 a i ‘ Oriental, pero veinte dias después sé leo: ie Yo politico-militar: el Paraguay. 4 a \\_ Detengdmonos ahdra-un-instante a observar la situacion de caus \ flamante Junta: pese a su heterogeneidad, habja levado una gee su equiil inta: p i : i interno } tion arménica, sin choques ni rozamientos. Entre J = SUs miembrog / habia cuatro hombres que por su formacién, cardcter © ideolo. gia tenia capacidad de dirigentes, y por lo tanto eran Politica. mente importantes: Saavedra, Castelli, Moreno y Belgrano, Hl deseo de la Junta de“asegurar la expansion politica dé volu- cién, de la cual las ici ilitares no eran sino instry. mentos subordinados, la impulsé a designar para la conduccién de ellas a dos miembros notables: Castelli y B. 10. La desa- paricién de estos dos hombres del seno de las deliberaciones diarias del gobierno favorecié, si no condyjo a ella, la Tuptura de su equilibrio. Exaltado Castelli y moderado Belgrano, tenfan sin embargo una trayectoria anterior con muchos puntos comunes. Amigos y colegas de profesion y tareas, sin formar en modo al- guno un frente a i u partida a teatros lejanos dejé a la Junta polarizada en tor- no de su presidente Saavedra Su secretario Moreno. Azcuéna- 8a, Paso, Larrea y Matheu, hicieron causa comtin con Mariano Moreno, antiguo “juntista". Saavedra conservaba el prestigio de su investidura Presidencial, su poder militar y su popularidad en +, Vastos sectores de Ja Poblacién. La discusién de los tépicos de Sypicrng Teaviv una vieja enemistad que databa de los dias de! y Moreno } macran Alzaga-Liniers y que’ subrayaba una radi aie NS © tica a seguir oh Aue Criterios distintos en cuanto 2 iderio ae sui vr unieron le divergencia? Saavedra era. pari) anay Po 4 Moderaday-comerio. expiesa en una carta a »-me lena de com i ierto de tus pro ‘ a 4 Placencia al ver el acierto 4 gncitsy el sistema de aeeaiiay que has adoptado: él he ‘ Is? *4 progresar nuestro Sistema y de contrarios hard amig® 336 r4 conocer que el terror sino Ia justici ‘a Justicia y la r; ‘az6n son | hal é . de nuestros conatos,3 Jos agente: so io, era partidari (aloren?s Ye emige year _ una politica violenta OS In i! ae ge " 1CCISO: 5m0 Chiclana le escribia por esos dias: s por el temor. Al i potost es el pueblo més delicado del Virrei o usar en él un tono mds duro a biel y: te pre- alta... Perezca Indalecio y no le valgan las antiguas n i en nes con él buen patriota Alcaraz, la patria lo exi as Fests basta para que lo ejecute su mejor hijo, Chiclana? ieee cis ncia es neta y se marcard progresivamennte, al pun- La difere decir a Saavedra una vez que Moreno hubo dejado to de hacer el gobierno: Jas maximas de Robespierre que quisieron emitir son en el dia detestables —y anotaba—: Ya te dije que el tiempo del terrorismo ha cesado.5 Alpromediar elafio 1810 Ja influencia de Moreno, sin ser ab- soluta,era decisiva. Es la época del atribuid plan térrorista de aquél, sobre el que tantas discusiones se han Sucedido hasta hoy acerca de su autenticidad, sin que pueda decirse una palabra de- finitiva. Pero sea el plan auténtico 0 no, se exagere de él 0 sea orresponde en buena me- trasunto de verdad, lo cierto es que ¢ dida al espiritu que animé numerosas disposiciones de la Junta. Esta habja decidido segar la oposicion alli donde empezase a asomar. Los sucesos de Cérdoba y Montevideo, la amenaza nor- tefia y la retraccién paraguaya hicieron olvidar los propésitos conciliatorios iniciales. La oposici6n a los espafioles europeos se hizo visible y el gobierno perdié toda moderaci6n al respecto- Las instrucciones dadas a Castelli y Belgrano son ilustrativas de este estado de espiritu. Ordenaba al primero investigar la conducta de todos los jueces y vecinos, deponiendo y remitien- do ala Capital a aquéllos que se hayan manifestado opositores a la Junta; disponfa que Nieto, Goyeneche, Sanz y el obispo de La Paz y todo hombre enemigo principal fuesen "arcabuceados en : Carta del 27 de octubre de 1810. th Carta del 20 de noviembre de 1810. . Saavedra a Chiclana, 11 de febrero de 1811. cualquier lugar donde sean habidos", y que toda la cion de los pueblos fuese puesta en manos "patricias Y Segurag Diez dias después las instrucciones dadas a Belgrano Tevelan ¢] crescendo de la violencia: si hubiese resistencia, deberfan morir A obispo, el gobernador, su sobrino y los principales Causantes de aquélla; todo europeo encontrado con armas en los ércitos opositores debia ser arcabuceado aunque fuese prisionero de guerra, y se ordenaba el destierro en masa de los europeos, En ese momento es cuando las opiniones de Ja Junta se uni- forman en favor de la independencia de Espafia. Los mag leales funcionarios espafioles vieron confirmadas sus Previsiones de los tiltimos dfas de mayo. El portugués Possidonio de Costa es. cribe en agosto que "esto se llama independenci: y en setiem. bre Saavedra se cartea con el general francés Dumouriez para in- sonra la formaci6n del ejército. Es el momento en administra. que‘lord Strangfo: vierte a la Junta sobre lo peligroso que se- ria toda de indep ncia prematura", pues-forza- ta ixilio de su aliado espafiok La ‘mado por multiples conductos \ de la realidad rioplatense—, no era vana. Los diputados. | La llegada de los diputados de las ciudades interiores a Bue- del interior \ nos Aires, hombrés én general mas pacificos ymoderados, don- i ysu \de no faltaba un sujeto de cultura amplia y con Weletdlades poli- \Mincorporacion / ticas como el dedn Gregorio Funes, dio a Saavedra ocasién de ~ / ‘abajar contra el predominio de los morenistas. Estos diputados reclamaban el cumplimiento de la convocatoria cursada. Dicha convocatoria envolvia un error de técnica politica, bas- tante explicable en aquéllos en que la division de poderes era desconocida en la tradicién espafiola. En vez de disponer que aquellos diputados se reuniesen en un cuerpo deliberativo a ma- nera de Cortes 0 soberano a modo de Congreso, se dispuso que fueran incorporados a Ja Junta por el orden de su Ilegada, para Noe oie la representacién total del Virreina- tuvo la suficiente perspicacia para darse cuenta de que semejante aglomeracién de gente iba a restar al gobierno to- da agilidad en el despacho y la muy escasa unidad de miras que le quedaba, amén del dafio que ocasionaba al secreto de las de- liberaciones. Por ello se opuso tenazmente a tal incorporacién, mientras los recién llegados, por boca de Funes entre otros, in- sistfan en ser recibidos con la velada complacencia de Saavedra. 6. Pronto el conflicto gané la calle y alenté la formacién de grupo’ Partidarios. Moreno, que se daba cuenta del movimiento tdctico de st pocos dias después se reunié la Junta para recibir Ja peticién formal de incorporacién-de los diputados. La prevision de Mo- geno falld cuando sé invit6 a los peticionantes a participar del ac- to, y as exponer sus opiniones, votar sobre la cuestién, consti- quyéndose en gobierno antes de serlo.,La opinién de los diputa- dos del interior fue undnime y coherente con Ia convocatoria de Ja Junta. ¢ ) ‘aa la vez que aceptaba que la incorporacién no era segtin de- recho, yotaba por ello por razon de conveniencia publica. Los yocales partidarios de Moreno retrocedieron en ese momento. Sea que les impresionase la unanimidad o argumentos de los rovincianos, sea que apreciasen en ello la fuerza que todavia te- nia el presidente, Jo cierto es que conformaron sus votos con el de este ultimo. Reconociendo su derrota, Moreno _reiteré..su oposicion y / presentd su. renuncia por"N0 ser provechosa al pu- Blico la continuacién de un magistrado desacreditado". La Jup- ta incorporé a los diputados y rechazé la renuncia de Moreno. La paciencia de Saavedra habia triunfado sobre Ta exaltacion de Moreno. Este decidié apartarse del teatro de su derrota y a su edido se le encomendé una misién ante el gobierno britanico. La providencia frustré la posibilidad de su eventual retorno a la’ lid publica, pues una enfermedad imprevista puso fin a sus dias durante la travesia maritima, en marzo de 1811. iY versario, perdié la paciencia y aproveché de un incidente mintisculo para tratar de desacreditar al presidente y alterar el equilibrio de las fuerzas. Con motivo de festejarse el triunfo de Suipacha, el regimiento de Patricios dio un banquete a su antiguo jefe, el presidente Saavedra. A los postres } uncapitan Duarte, que presuntamente habria bebido copiosamente, hizo un brindis ofreciendo a Saavedra una corona de azicar que habia servi- do para decorar uno de los manjares. Saavedra la acept6 y la pas6 inme- diatamente a su mujer. Moreno, a quien se habia negado la entrada al cuartel, tal vez haya supuesto que en el banquete se buscaba el apoyo mi- litar para la incorporacién de los diputados, y sabedor del episodio de la y corona, proyecté su contragolpe, mientras comenzaban a correr rumores de que el presidente querfa ser proclamado rey. El 6 de diciembre More- no present6 a la Junta un proyecto de decreto que suprimia los honores a * lapersona del presidente dispuestos el 28 de mayo, establecia la igualdad ¥ de todos los miembros de la Junta y se exigia la concurrencia por lo me- } nos de cuatro firmas para que las resoluciones de la Junta fuesen validas. { Esta ultima disposicién —la menos recordada por la historia popular— era indamental, pues dado que Moreno tenfa la mayoria en la Junta, podia as{ enervar la incorporacién de los diputados. Saavedra firmé pacifica- mente el decreto. Juan José Paso se declaré contrario a lo pedido y Saave- (Con Cran) 339 La Primera Junta.se habia_transformado desde Grande, operandose con ella el ig Q Serre re onduccion revolucionaria, Mientras s¢ pre, Can \ neto anes jnternos, la causa revolucionaria habia way : ones rogresos: la Expedicin Auxiliadora abi eho, falados P Pert y Balcarce habia derrotado a la fx en aA char GE noviembre) a consecuencia de Toei “en Suipact ronuncid por la revolucién y las tropae See a ‘Aires se Vieron bres de obstaculos inimediatos, Los de B ires i 8 jefe ; i Sanz, conforme a las instrycg=>>—< Neal tas Césdoh 2 so 95. Al mismo tiempo, Chile se Sh: Muncadé porsinsalaeén dene [unt intact Aires: después de un lapso de indecisién y lucha entre log og darios de la regencia y los juntistas; triunfaron éstos con laadhe sién del propio gobernador, el anciano conde de la Conus : Constituida la Junta bajo su presidencia se entablaron Telacion 6ptimas con Ja de Buenos Aires, ala que los chilenos Propusie ron constituir una Confederacion. La Primera Junta Consider, con frialdad esta sugerencia, pero su enviado Antonio Alvatey Jonte propuso a la Junta de Santiago, a fin de NO, Un tratado de alianza cuya cléusula séptima establecia la obligacién de Buenos Aires de exigir en tratados con Inglaterra la independencig de Chile. La idea de la emancipacién haba entrado en el terreno de las realizaciones. Es ldgico que ante este panorama, la Junta Grande se sintiese optimista. Sin embargo, los meses venideros iban a traer sus in- ) , quietudes: Belgrano tras penetrar audazmente en el ak | habia sido der p Aras _penettar audazmes Paraguay sido derrotado, el general Elio habia regres con el titulo de virrey.del Rio. de fa Plata y ordenado el ble ‘| “quedo del puerto de Buenas.Aires. Las preocupaciones creadas por la amenaza militar —que cre ceria al conocerse la derrota de la flamante escuadrilla naval en San Nicolis (2 de marzo) y el fracaso de Belgrano en Tacuati(? de marzo)— no impidieron a los dos bandos revolucionarios en pugna continuar sus rencillas; antes bien, los problemas que € ., Sucedfan alimentaban la discordia, tt ( ion — Efectivamente, si bien el morenismo como grupo gobema So ) habfa claudicado el 18 de diciembre abandonando 2 sv j*® ; nae or st mantenjan en la calle cierto vigor, que se sintiO alentado Pp fan er ao" nueva situacién de grupo opositor, Ademas, contaba toda a Cuatro miembros en el gobie Si 10a los que se agtega ur cn reemplazo de Moreno, yNi as Roe gues Be cién del recién fallecido ae ten Alberti. Estos dos hombres, P® 340 a cientes originariamente al grupo de Castelli y Belgr: tfan mucho més afines con el sector mo ite a 'e can} se sen- ria de los saavedristas de la Junta. Contah también aE Tara apo- militar del regimiento América GOmandado por Fray Ben conjunto su conjunto el grupo carecia de la Reco eaetench, er cusion para forzar una situacién politica, como lo der Bees \ ciertos intentos de French. Se recurrié entonces a utilizar el cate (como centro de reunién y agitacion politica, logrando nee || mar a los elementos ms jovenes € ideologicamente mis avaney *, dos. Pronto se desarrollé un movimiento Pasquinero y se i ‘iz un club, donde tenfa principal predicamento yulign ‘Alvaree- b cuyos asesores eran nada menos que los dos flamantes miem- | bros del gobierno. Con esta estructura tipica de grupo opositor, \ daprédica antisaavedrista_subi6.de-tono y como no lograra dis- \, “\ninuir la adhesin popular al jefe de los Patricios, se lanzé la es- \ pecie de que habia entrado en negociaciones con la infanta Car- lota para entregarle el Virreinato. A la vez, la pluralidad de miembros demoraba las resoluciones del gobierno dando lugar a nuevas especies deteriorantes, y la noticia de la instalacién de las Cortes en Cadiz a las que se invitaba a participar por prime- ra vez a las ciudades americanas, acab6é por complicar el pano- ri itico. 7 \ ¢ ant considerando que el clima era adecuado para un pro-( Asonada del nunciamiento, e interpretando las medidas conciliatorias de Saa-\ 5 y 6 de abril vedra como debilidad, se preparé a dar un golpe para fines de \ abril. La reaccién de los saavedristas no se hizo esperar; parece que se gest6 principalmente en los cuarteles y buscé la adhesion popular en las gentes simples y pobres de los suburbios, procli- ves a seguir a Saavedra, el "jefe", y a alarmarse ante los moder- nismos de los asistentes al Club de Marco. As{, mientras el a . vimiento.morenista.se.presenta en ese momento como la accién de los ilustrados, los saavedristas se ven- representados porla-ple}. Jey las fuerzas armadas. Esta distinciéi tienta a presentar este) \. episodio politico como la primera manifestaci6n de un enfren- tamiento social. No se percibié como tal, por cuanto el movi- miento popular era dirigido desde arriba, desde los cuarteles, donde mandaban oficiales pertenecientes a Ja misma clase social que sus opositores y por hombres de toga.o habito. El movimien- to preventivo estall6 al anochecer del 5 de abril)cuando, dirigi- dos por Grigera y Campana, se reunieron en los corrales de Mi- Serere "hombres de poncho y chiripa", como los describe Niinez, y durante la noche avanzaron sobre la Plaza Mayor, reclamando ‘a reunion del Cabildo. 34 342 ja Junta se desarrollé una tum ul Rodriguez Pefia increparon a mt jmido el movimiento con Tas tropas, pvetta por no haber a impasible, y poco después los Re met dente Pe} Balcarce y otfos exigieron a Ja Junta que penaats Rodrigue2, arada del Cabildo, gesto que, junto con jg 5 Meta Ja reunion sep’ as en la plaza, revela la verdadera cond tig. del movimiento. En la Ee del dia § gf i6n _y natura ia Junta las peticiones de los amotinados; dey, * { pido ee cute Rodriguez Pei y Vieyts ttt cién ' a ‘a nombrar a ningtin vocal si no es con el voto dei ae Bo, alusion ala designacion de los dos tltimos por el yoto gh | to de Ja Junta. Esta acepté el petitorio, con lo que queds an { iti te el movimiento morenista. | nado definitivamente © . . oe dra quiso vindicarse inmediatamente de toda particip, cin en el suceso, pero si NO intervino en su ejecucion es eviden. * te que al menos lo consintié. i Los pasos siguientes del gobierno no fueron felices. Los vor. les depuestos fueron confinados en las provincias interiores jun. to con Gervasio Posadas, French, Beruti y otros. Se constituys -un Tribunal de Vigilancia que se transformé inmediatamenie un instrumento dé persecuci6n politica. Dispuesto el gobiernoa cargar sobre otros todos los errores, sometié a proceso mili Sezana.por su derrota en el Paraguay, cuando éstese a operar sobre la’ Banda Oriental St la asonada del 5 y 6 de abril _climiné del poder a la oposicién, no dio én cambio vigor al go bierno y tuvo el funesto efecto de dividir a todos irreconciliable- mente. Buenos Aires albergé en su seno las dos tendencias, mv chos de sus hijos mmivarora lor diputados provincianos cono fo rasteros indeseables, la division se propagé al ejército y las to- pas Situadas en el Alto Per fueron presa de la pasién politic. € crey6 en el ejército auxiliador que el propésito del gobierno, segtin los ru a Prop slit Sa amore de los morenistas, habria sido facilitar la Yencidos, no dan. Gatlota. Castelli, indudablemente afin cons 2 og Protegerlos; Balcarce presenté Se el mismo Viam i Saavedra, in momento de duda. En definitive sadn vee noha partido 0 discutis y promovic initiva, cada uno tomé a te desquiciada em vio; AM naufragé toda disciplina, ya bast mundo porque ene Oficiales que se sentian ecaents lité; se habia introduc vencido en Suipacha] El ejército a ot . Huaqui 'ucido el germen que ocasionaria el 4 Hacia la organizacién del fivos hac el gobierno unipersonal;-cuant ini fti de la cudad capital, por la exclusion ae = Tas provi a \ “ A poco de gobernar la Junta Grande, las crcunstaeces ests : comilitares de la revolucién empeoraron sensiblemente., 12 fia de Belgrano al Paraguay, dispuesta por el anterior : Rr 0 sin bases militares adecuadas, termind en una dobl ae rrota (Paraguari, 19 de enero, y T: falos ‘acuari, 10 de marzo), derroches de valor de aquel jefe. Belgrano, que eae ciones de estadista que de general, comprendié inmediatamen- te el partido que podia sacar de la presencia de jefes criollos en el ejército vencedor, y ya antes del Ultimo combate inicié un acercamiento epistolar donde subrayé sus fines: librar al Para- guay de los tiranos, liberarlo de gabelas econémicas, suprimir el estanco de tabacos, lograr que nombrase un diputado al Con- greso, etc. Después de Tacuari volvié Belgrano a asegurar a su ) adversario Cavafias la bondad de sus intenciones y bregé por la paz y union entre Paraguay y Buenos Aires. } El resultado es conocido: una capitulacion que permitié a Bek grano retirarse con sus fuerzas a Corrientes sin otras hostilida- des y dejando el germen de un partido criollo paraguayo que terminarfa por deponer al gobernador Velazco. La actividad del Ejército del Norte tesult6 atin més negativa. Convenida una tregua~entre Goyeneche y Castelli, que nadie pensé cumplir, el ejército realista atacé el 20 de junio de 1811 al ejército auxiliador-ylo-vencid_ completamente, provocando el desbande y disolucién de Jas fuerzas patriotas como consecuen- dia de la indisciplina que reinaba en ellas. Los pueblos, afectados Por los abusos cometidos por las tropas patriotas,se-sublevaron Contra ellas, los altoperuanos desertaron y lo que qued6 del jér- cito debid huir hacia el sur evitando los pueblos para no ser ape- dreado 0 acuchillado por los pobladores.” 7. Fue en esas circunstancias que el gobernador de Charcas, coronel Juan M. Pueyrredon, se apoderé del tesoro de la Ceca de Potos! y logré Ie- Varlo hasta Salta por caminos extraviados y perseguido por los realistas, ¢s- tableciendo asi las bases econémicas de la recuperacién del Ejército. 343 ' | | i El Primer, \_ Triunvirato | 344 para reorg: (26 de agosto, desastrosa situacion, agravada por una rec frentarlos. ientras Belgrano —de Tegreso del Para; ; aes sobre ia Banda Oriental y sus subordinados a Artigas hostigaban Montevideo, la a habja solicitado la ayuda de Rio de Janeiro y guesas habian i etzas : enetr: -en a Banda Orienal en op ) aias de julio: ee a complicacién, Limoy Privada de su presencia, ante Jos tiltimos arrestos de ejecutividad y sus adversarigg bres de la tinica personalidad con cardcter Y prestj dejar la presidencia y. Pattir he oPoxigi el_ejército-y-devolverle. sat hacia noe a Junta Gr, Se viet B10 para is Uay— or, eas ue Ro nteré de buscé un con Elio que a la vez que salvase a las fuerzas stadoras da? | tomadas entre dos fuegos, permitiera disponer de ella Para re forzar el frente norte y quitara todo pretexto a la Presencia py tuguesa en la Banda Oriental. ~En Buenos Aires la situacién del gobierno se hacia més di cil. Un nuevo grupo de hombres cuyas Sarratea y Riva principales figuras em davia, se alid con los morenistas Ja Junta, La conspiracién tenfa sus ramificacion gobierno, pues estaban en ella Paso y Gorritiy tal presidente Matheu. Lo cierto es que el.19 de setie blo ilustrado de Buenos Aires se reunié en un Ca ara elegir diputados al Congreso, siendo electos Chiclanay Px ea dos de ios. conspiradores ‘El22 de setiembre, me qi : cin, @ Cabildo exigié la reforma del gobierno, y.al da ¢siguientela \Triunvirato, sin Voto--Fuéron d , Juan José Paso, Fel st Secretario: Rivadavi Nadie resistié el cambio, morenistas estuviero: s Vices pez y Planes, en cera fuerza politi del gobierno, Pe; Cons Los di gun se disp, de este mandato ad Suyos miembros serfan asistidos es en el propio vez el nuevo mbre el pue. Ido abierto resolvié disolverse Y crear en su reemplazo un Por tres secretarios lesignados en el mismo acto como tri Chiclana y Manuel de Sarratea,.y.como- °zy Planes, José J. Pérez y Bernardino ni que se consum6 pacificamente. Los n representados en el gobierno por Pasoy Le tanto que el nuevo grupo que aparecia come Ica en ese momento parecia tomar la conduce! TO el proceso de cambio no habia terminado. tek ula Provinciales pasaron_a_constituir_una jue jie. ya que habria .establecer las normas ue hab) se ~-G00lerno, que seria responsable ante aie 10 en el acta de su creacion. Fue en cump’ Ne €l 22 de octubre la Junta dict6 el REO yy \ to inico, denominand, 4 _ni, eclarando la inviolab; 1, ~do que el Poder Ejecutive nsable_ante la Junta. i Los triunviros vieron inmediatay i ba asf sus planes, arrogindose sy mente que Ja Ju le los di IMERFado pop gy eas ¥-esta Porel Triunviratg \" ‘ ™ Inta Neutralize \ pas6 en consulta el Reglamento al Cae sobre el Fj face ‘I “ecu yy , que, por supuesto, lo rechaz6, ata Buenos (meter un reglamento nacional, dictado el Triuhivirato al eae dades del interior y de Buenos Aji Por diputados de las pe ee res a la aprobacig b ya po municipal, era juridicamente desatinadia en cuer- ° ‘iticamente . fue una maniobra audaz que ob . tuvo el crear un enfrentamiento con la Junta eo ec guido, a i rz me? ‘arla como "j | de’ LY disolverla. La Junta Protest de un proce Riots: tebel- do “con desprecio de la dignidad de los pueblos a eee sentamos' , alo que respondié el Triunvirato disolviéndol: ae de-noviembre. a el Como el gobierno hab{fa quedado sin normas a n 7 ue ajusi resolvié autoli itarse por medio de un Estatuto yovisonatheue : jl idad el 22 de noviembre, obra principalimente de Rivadavia, cuya mano se ve en la singular disposicién que estable- cia que Jos triunviros duraban seis meses en tanto que los secre- tarios_eran-inamoviblés. Cosa curios: : éste_ gobierno."nacional" debia ser elegido-por la reunién del Cabildo de Buenos Aires, lok ntantes de los pueblos —que serfan expulsados pocos dias S=-y-un-ntimero. considerable de vecinos de Ta Capital. ~ El Triunvirato habia nacido asi éticamente injustificado y ca- rente de legitimidad intrinseca, Era el resultado de la maniobra de un grupo politico que contando con la debilidad del gobier- no y la complicidad de algunos de sus miembros lo habfa susti- tuido. Pero el movimiento significaba ademas una violenta reac- cién contra la existencia de un gobierno de representacion na- cional, propésito de la Junta desde el 25 de mayo de 1810 y eo cipio aceptado en el Cabildo del 22 de mayo por Juan Jon run, miembro ahora del gobierno que lo habia conculcado. Virato representa la primera Susan cia partidaria de la hegemonia absorbent : no scab tanto la fortaleza de un gobierno central sino oe ini - i decir, era una tendencia, | minio portefio en ese gobierno. Es = eta, No es casualidad que centralizadora, unitarizante y portehista. 5 ino Ri- pa sido Bernardin‘ inspi movimiento haya ipo del que el inspirador de aye siguiente va a ser el arquetip Vadavia, quien en la dé definida de una tenden- te de Buenos Aires, que insane completaba su obra de afirmag, i at Iitica con el Confinam mto de Cornelio Saavedra, ha dig ion , inciales, la reimplantacién del rene la expulsion de Jos di a tendencias y la exp son dos dinuador deh cuter Ferior, trato de neutralizar la amenaza.mililay. Belgrano jy “jnado alParaguayYdonde concluyé el 12 de octubre yn, le de paz con el nuevo gobierno revolucionario de Asungj, onto yo factotum era el doctor Gaspar de Francia— segiin el cy, a bos gobiernos mantendrfan cordiales relaciones y aspirats unirse en una federacion, pero hasta que ello ocurriera guay permanecia independiente del gobierno de Buenos Aire Las circunstancias politicas, confirmando los condicionamien : geogrificos, consumaban la primera escisi On de la unidad del ey Virreinato. j ery —- jmultaneamente se convino un. tratado de paz con ely. rrey Elfo (20 de octubre) realizado a ocultas de Tos i “Jos patriotas orientales, que si bien establecié el compromiso de Elio de gestionar la evacuacion de la Banda Oriental por los por. tugueses y liberé al ejército patriota para reforzar el norte don. de los realistas asomaban ya por Jujuy, causé la desilusién del pueblo oriental que se replegé sobre la margen occidental del Uruguay, siguiendo a su caudillo Artigas. Este acaté el tratado, pero su confianza en el gobierno de Buenos Aires queds seria mente lesionada. Encl norte, Puejrredon, nombrado jefe del ejército, pidié in sistentemente su relevo, findado en su falta de conocimientos militares ante la gravedad de la situacién. A fines de febrero fue reemplazado por Manuel Belgrano, quien previamente habia enarbolado en las barranicasde Rosario, sobre el Parand, en el acto de inauguracién de dos baterias a las que puso los sugesti vos nombres de Libertad e Independencia, la bandera celeste y blanca, denominada Bandera Nacional.8 Sociedad El idilio entre la fraccin.gobernante y el morenismo duré p- Patridtica_} co. Una de las causas de la ruptura fue la actitud de Bernardo de / Monteagudo, joven abogado de tendencia jacobina y habitos ‘Dilentos;a quien el gobierno c la direccié ediciones semanales de La Gazeta, desde donde pr Publicanismo ardiénie, Monteagudo se convirtid en p el Para, 8. La creacién y exhibicién de la bandera le valié a Belgrano Un primenda del Triunvirato, quien dej6 *a la prudencia de VS. la Pat cién de tamafio desorden", pero previéndole que serfa "la ul sacrificarfa hasta tan alto punto los respetos de su autoridad”. ma vez 2° 346 i ) ‘0 de los caudillos de la juventud fi cn es wan Pete wo de iegad Patristics, propésito en que lo acompaiiaron Julian Ae: oe Esteban de Luca y otros. Tanto la prédica periodistica ae renteagudo como su accion en la flamante Sociedad Patri 6ti Mero de 1812), donde resistié la presencia de veedores oficia ie pro alarma de Rivadavia, quien sintié afectada la autor gobierno que ¢l, como secretario, ejercia a la ma- nera de un ministro de Carlos III. onvocar a una samblea General que-elegiria.al nuevo Triunvi- de 1812 En el Estatuto Provisional el_gobierno_se habia obligado. a( Asatabu am > ce a yato en reemplazo del saliente. Reunidse la Asamblea en abril para designar al sucesor de Paso. Con gran sorpresa de Rivada- via Ig elecci6n. recayé en Juan Martin de Pueyrredén, individuo de prestigio propio € independiente de Tas facciones que hasta entonces habian perturbado la acci6n revolucionaria. Pero lo que mas molesté al secretario fueladesignacién.del doctor Diaz Vélez como suplente.de-Pueyrredén, ausente en el norte, ya que ordinariamente las suplencias estaban a cargo de los secretarios. Haciendo caso omiso de la Asamblea el Triunvirato, instiga- do por Rivadavia, informé a aquélla que hasta tanto Pueyrredén legara a la Capital seria reemplazante el secretario mas antiguo, segtin lo disponia el Estatuto. La Asamblea acus6 el golpe_e in- mld cos eas y habiéndose planteado en su seno cual erasu verdadero cardcter, resolvié —a pocos meses de distancia de la Junta Conservadora— que revestia.el de Autoridad Supre- na. La solucién esta vez fue idéntica. ei =a El Triunvirato declaré que la actitud de la Asamblea era "nu-\ la" ¢ ilegal, y lesiva a los derechos de los pueblos y la autoridad KS J del gobierno, disolviendo la Asamblea. aly Esta accién amengué el escaso prestigio del gobierno y la So- ciedad Patridtica pas6.ala oposicién abierta. Desde febrero 1a guerra en la Banda Oriental se-habfa-re lado, adoptando el general Vigodet una actitud ofensiva con la esperanza de un avance de Goyeneche y el apoyo de los portugueses, que recibie- ron nueva orden de avanzar sobre el territorio uruguay Artie £28, nombrado general-de-los orientales, pas6 a la ofensiva-y-el Triunvirato designé a Manuel de Sarratea jefe de las fuerzas-que- cenvid-a la Banda Oriental, El ex triunviro carecia de conocimien- tos militares, y el propédsito parece haber sido disminuir el poder le Artigas, sospechado de mantener relaciones con Paraguay con miras contrarias a la autoridad de Buenos Aires. Pero el ver- dadero peligro no estaba en el caudillo oriental. / 34 Invasion vortuguesa y sonspiracién 348, de Alzaga_/ ne coordinado con el avance de los Pp ioe {\do-con su pedido de ay eo pri naza ala estabilidad de la revolucién y ademas spe? Una ap los territorios espafioles, hecho este ulti integridag & su a : : IMO que en ,cion no vieron las autoridades de Montevideo, que habia, oe an ings ~ la b ica que durante me iglo complicaria la vida pa = a Pre, La ‘alianza-de los portugueses con Vigodet ag \do serias ramificaciones en Buenos Air ten es, donde habry. omprometidos Alzaga y otros espatiol a 1OS"portus i ‘an eg les europeos a dar nee ortugueses de So sistencia de Vigodet. Los antecedentes de Alzaga enta.a a cho: partidario de un gobierno de peninsulares, Ro Podia estar de acuerdo con un sistema donde los criollos mantenfan ung premacia total y perseguian con gravamenes y confinamientos, los espafioles europeos. La proximidad de Goyeneche, el desprestigio del obierno, reducci6n al mfnimo de la guarnicién de Buenos Aires, y el even. tual apoyo de Souza y Vigodet hacian posible un golpe exitoso, Pero a tiltimo momento el avance portugués se vio Paralizado Por la intervencién.inglesa. Lord Strangford advirtié que la ac. “ci6n portuguesa sobre el Rio de la Plata no era ocasional y que conducia a asentar el dominio del principe Juan sobre el rio, lo que contrariaba los intereses britanicos. Presioné eritonces sobre el gabinete portugués para imponer una mediacién britdnica, que aquél se vio forzado a aceptar dada la casi dependencia en que se encontraba con respecto a Inglaterra. El mediador fue John Rademaker, quien logré un armisticio el 26 de mayo de 1812, por el cual Portugal se comprometia-a evacuar la Banda Oriental, La combinacién esperada por Alzaga y Vigodet qued ba asf desbaratada en uno de sus principales elementos. Poco después, el 12 de julio, se descubrié fortuitamente et Buenos Aires la conspiracién de Alzaga.9 Paralelamente, Belgrano_recibia_orden. de-retrocedter-so7-] ejército del norte hasta, Cérdoba_para evitar un encuentro Pt “maturo con Goyeneche y para cubrir mejor la capital. risa 9. El Triunvirato actu6 répidamente, levando por delante nf, los procedimientos judiciales normales. Fueron detenidos los nett ¥ cuando el gobierno dio fin a la represién, el 24 de julio, habia 87 ag silado el héroe de la Defensa de 1807 y acusados otros veins ea bregulatidades han dado lugar a que algunos investigadores df 120 at que la conspiracién no existié en realidad y que fue el resul C0 oficial ante el peligro. V. gr. Enrique de Gandia. | _escnremesniesinemannmamateae ero ni todas estas medidas, ni el comi lito gue Prometa major seguridad fan age tes par restablecer el prestigio del gobierno, Mas eae elemento trabajaba_para ponerle fin y reen avin, un nue- ion americanasla Logia Lautaro. cauzar la revolu- p19 de eee ge ies rae legado a bordo de «esa procedente de Londres un gruy ing “a Prado como oficiales de Tos Gace alee cae yno u otro momento habian estado vinculados a logias aan aRae cas ¥ que habfan vivido en Espaiia las luchas ideoldgicas a ni- \, y Alvear cudian la Peninsula y compartido con otros americanos ia Hs de una América libre del régimen colonial. El de mayor area cién y de ideas més claras era el teniente coronel José de San, Martin,!° quien era también la personalidad mi igorosa. Vin- Salas logias espafiolas y a: algunos masones ingleses, inicia- do al mismo en la masoneria, comp! que Ia tinica manera de realizar la emancipacién de Sudamérica consistfa en lograr la unidad politica y fuerza militar en Jo interior y la alianza 0 la con- descendencia de Inglaterra en el plano internacional. Para él la _reyoluci6n_emancipadora era americana, y la necesidad de una unidad politica comprendia a todo. al continenté hispanoamerica-__ no. Con San. Martin llegaron también los alféreces José Matias 10. José de San Martin (n. Yapeyti, Corrientes, 1778; m. Boulogne-Sur- Mer, Francia, 1850) ofrece al historiador una personalidad atrayents y compleja. La nota dominante de ella es su claridad en la eleccién de los objetivos y su férrea voluntad para alcanzarlos, unido todo a un estricto sentido moral que le impuso un camino de sacrificios personales, orde- nados al cumplimiento de la mision politica que se habia impuesto: la li- beracién de América. Militar desde los trece afios, fue un profesio a palabra, buen conductor, estratego y tactico. Conocia a los hombres y sabia manejarlos. De alli su fina Sensibilidad para la politica, la que prac ticé en 1812, on 1815, en sus relaciones con el Directorio y Jos caudillos, con el gobierno de Chile y en su propio gobierno del Peri. Sobrio en sus actitudes y de caracter serio, nO tenfa la adustez que le ha arrogado el mi- to broncinco, Era reacio a la vida mundana, pero buen animador de pe- uefias reuniones, conversador con humor y gracejo que no rehu‘a ¢l uso Sportuno de alguna palabi ony. Su salud fue pobre ~sufria de asma palabra gru! i aac Teumatismo y ti rues. economia personal no tivo otro mo y ilcera estomacalY Sw edad que le obsequi6 el gopier tento a * que sus sueldos militares y una PrP" Ro de Cuyo. Pero metédico y * Yiuntarioso se sobrepuso a 10s males de su Suerpo y de su bolsillo y logré vivir largos ‘afios con estrechez pero sin P nu ‘ ; las econdémicas excesivas. nal en el mejor sentido de 7. \ una fragata / La Logia \ 349 uw Revolucién del \ 8 de octubre NX 350 de 18) 12 PA Zapiola y Carlos de DIvsar, este WAMO joven ty; Gieso a tendria relevante papel en ¢] pretty . Estos tres hombres percibieron rd4pidame: e59 Pali 9, ue nte politicas, la falta de poder y el espiritu estrecho 18 dei constituyeron tune. soriedad secrete qe cat.elaogh age a, = i Dombre Litters comenz6-4 trabajar por los ideales de indepers La cional y unidad_ politica. Logicamente estos planes sjo"5 una sustitucién del gobi y hacia ello se orienté : la Logia que réciutaba mientras tanto a aquellos Faget €onsideraba mas adecuados a sus fines. Te Ge Se ha discutido largamente si la Logia Lautaro ra mac... o no. Piccirilli hace en una de sus obras un buen inven es las opiniones emitidas.!! La de Mitre, recogida di fit pu j . eS gida de uno de los brevivientes de la Logia, Zapiola, sigue constituyendo el m i indicio: la Lautaro habia adoptado las formas exteriores de bn soneria, lo que importa decir que no lo era en su esencia y esp, ritu. El Triunvirato estaba integrado entonces por Sarratea, ¢ yo periodo terminaba.en octubre, Pueyrredon, que bregaba po un acercamiento con Francia en vez de apoyarse en Inglaterra, Rivadavia, suplente de Chiclana, que habia renunciado. Se hata necesario.una nueva Asamblea para ¢legir al sucesor de Sarrata ése fue el momento elegido por la.Logia para derribar ale itt logré.e] apoyo de la Sociedad Patridtica, lose: morenistas, més maduros, agrupados en torno dé Paso y ks fuerzas armadas. La Asamblea fue convocada para el 6 de octubre. El dia ant i n la capital que Belgrano, desobedeciendo abier" mente las érdenes del gobierno de replegarse sobre Cérdobs hab{a.batido, en Jas.afueras de Tucuman al ejército realist." ahora se retiraba hacia el norte. La.yictoria de Belgrano, or da a su propio riesgo y cuenta, no hizo sino subrayar él ee to de las medidas del Triunvirato..Al dia siguiente 1a Assi, e eligié triunviro a Pedro Medrano, pero en la mafana de a que exigian cabildo"abietto! Monteagu present al a Petitorio que acusaba al Triunvirato y a la Asamblea le de la libertad civil, pedia el cese del gobierno ¥ MEE ae ma” 3 de Teasumiera la autoridad que se le habia delegado ¢! e en 11. Piccirilli, Rica res, Gure, 1956. f nar Y 12. Creado por San Martin, con la colaboracion de AN® Bi do, San Martin y la potitica de los puebls ni! all smth iil eo porn i 2 d ne one Paso, Nicolas Rodriguez Pen Ea eaeay etunviron aeeovicaia eleccion que fue Sometida luego a la aero i bop iJon. 1 objetivo inmediato del nuevo gobierno fue lee ee acamblea nacional en la que los pueblos estuviesen nea frente representados y.que definiese el sistem: con-que_la Pro cias Unidas debfan "apareceren el teatro de las naciones". co mo dijo en su primera proclama. Y en ella agregaba: "El eterno cautiverio del sefior Fernando VII ha hecho desaparecer sus til- timos derechos con los postreros deberes y esperanzas." El nue- gobierno marchaba rectamente hacia la independencia. Con la revolucion de octubre de 1812 habia quedado sin efec- to el Estatuto Proyisorio que atribufa al pueblo de Buénos Aires “ndominio total de la Asamblea. La que ahora se convocaba por el Segundo Triunvirato se proyectaba sobre bases que asegura- ban una representacion més equilibrada al interior, pero sea por dificultades financieras para enviar diputados a la capital, por confianza en el nuevo gobierno, o en fin por influencias perso- nales o de grupos, la verdad es que ese propésito se frustré en parte, pues no pocos hombres de Buenos Aires representaron a las provincias. Sus miembros més destacados fueron: Larrea, Vieytes, Agrelo, Posadas, Monteagudo, Alvarez, Lépez y Planes, Valentin Gomez y Juan Ramon Balcarce, en tanto que el provin- ciano més brillante de la Asamblea fue el doctor Ugarteche. y La Asamblea General Constituyente se inauguré el 31 de ene- / Asamblea _to de 1813 en medio de la esperanza de grandes realizaciones. | Constituyente Sus propésitos manifiestos eran la emancipacion y la constitu: \ de 1813 én del Estado. Los auspicios militares bajo los cuales se cons tuyé fueron excelentes: San Martin batid en San Lorenzo (3 de fe- brero) a las fuerzas de“desembarco de la escuadrilla realista de Montevideo que incursionaba sobre las costas dél Parana; Belgr: -ho derroté y rindid en Salta (20 de febrero) al general Tristan, obteniendo la primera y tnica rendicién de un cuerpo de ejérci- to enemigo en batalla campal que registré la guerra de la inde- Pendencia. Sarratea,. genio nefasto de la intriga, fue expulsado_ del ejército sitiador de Montevideo por sus propios ofici Aue permitié la incorporacién de Artigas y sus tropas al ejé! Sitiador, ahora comandado por Rondeau (26de febrero). ieee estos auspicios la Asarnblea)inic 6 una obra legislativa He ae del parlamento de una nacion independiente. Se eliminé, teferencia al rey_cautivo, se acuiié moneda nacior al, sees: tableci¢ ‘ableci6 el escudo e himno del pais, se ie / militares que temfan Segundo vi vo 351 352, ol se abolié la Inquisicién I agosy titulos aera libertad de vient Ott Giciales y sé establecié la Wbertad ce vi clays £ trasuntan el espiritu liberal que p; Sas, 7, Asamblea. ny ry das estas med i bargo, los objetivos capitales de la Asam Sin em! ae fauna-Constitucié defini lependencia. Muchos factores influyeron en aye r el internacional. Pero fundamentalmente wm | mi del fracaso final de la Asamblea fue que ni ella, nj iunvi i i rio que le seguiria, e: Wey Triunvirato, ni el Directorio q g staban matt ~ ra tan importante tarea. “ ‘El nuevo gobierno.carecia-de-la-necesaria unidad de mi a dln bien pronito se puso de relieve el enfrentamiento de Paso only, otros triunviros. El espiritu de faccién, promovido Por el ami, cioso Alvear para su promocién personal, hizo presa de la Log Lautaro que debia haber sido el motor impulsor de las grandes decisiones politicas de la nacién segtin los propésitos de San Martin. Perdida la unidad de la Logia y ganada finalmente los alvedristas, el espiritu faccioso se extendid “tuyente, que pasé a responder a las tendenci: supo' ‘esta suerte de concentraciéy pudo haber sido el fruto propio de toda conduccién politica ho- mogénea, aunque su inspiracién fuese egoista. Pero sucedié que cuando Alvear logré por-fin.el.control total de la situacién se vio entientadoy poi aoe crisis nacional que vefa late voluci6n desdé“Si inicio, coincidente con Una tremenda criss militar, Ante esa delicada coyuntura, aquel jefe —que carecia de auténticas condiciones de caudillo, aunque haya sido habil para las maniobras de partido— perdi la fe en las posibilidades supervivencia de la revolucién, derrotismo que compartié su se quito. Fue as{ como la Asamblea, que habia sido reunida parade finir el destino de las Provincias Unidas ante el concierto inter nacional, termin6 convalidando lamentables negociaciones a las que se claudicaban los objetivos revolucionarios y s¢ bus el perdén y la benevolencia del rey. Alvear, que se imagin6 caudillo que conducirfa con firmeza al Estado hacia sus Brandes realizaciones, iba a concluir en déspota minuscul? tribado por un pronunciamiento militar. fa" 1813 oe Ta evolucién de la situacién militar. durante el afio necis las aspiraciones de Alvear, Belgrano)habfa avanzad0 fo, habil coe rey csPetaba abrir el camino a Lima por medie ve vicad mbinacién destinada a rodear al ejército realist F's endo la insurreccién en el Peri, Pero su plan se frust? _ vilcapugio (1° de octuby 3 ste a a id de noviembre). “eran ae el desastre ge AVOMUNGn, ¥ mientras por una parte se an ilcapugio cred ral yencido, por otra se enfriaron los im cet ae feria de los asamblef: y del gobierno, paz eneceeatets je sarratea sol ’ : comendé a Mati da el aiio anterior— entre estas provin i venues e pal al, sobre bases razonables para ambas partes (20 ache vie mbre)- AME el desastre de Ayohuma fue evidente la neces aide reemplazar a Belgrano y dar al ejército vencido un nue- to jefe ue restituyera la conf ianza a las tropas y que tuviera la capacidad de enderezar la situacién militar. Ese hombre era San Martin, Y 4 él se encomend6 la tarea. Ademas de la utilidad mi- jar de SU nombramiento, con él se allanaba el dominio de Al- year en la Lautaro, eliminando a su antagonista prestigioso y con i jdeas bien distintas sobre los fines de la Logia. 8 ad de las primeras consecuencias del creciente dominio de/ Posadas \ (Alvear, fue la elecci6n de un nuevo jefe de gobierno. Las graves Director \ tancias militares, a las que se agregaba la noticia de una\, Supremo formidable expedicion espafiola contra el Rio de la Plata, con- yencio de la necesidad de reforzar el gobierno cxeando el Poder. é jecuti ipersonal. El 22 de enero de 1814 asf lo resolvid.Ja Fecutivo-unips L “Asamblea institu) endo Director Supremo del Estado a Gervasio i *Posadis ‘Alvear, designado por la influencia de éste. Mientras San Martin consolidaba la frontera norte con la co- su ahora. subordinado Belgrano, Sarratea se entre- vista en Rio de Janeiro con lord Strangford haciéndole proposi- ciones que implicaban 1a claudicacion de los propésitos por los que se seguia Juchando en las Provincias Unidas: la. reconcilia sién_con Espana, salvo que ésta exigiera una sumision incondi- cional. Esta gestion diplomatica habia nacido del panico en que habia cafdo cierto sector del gobierno al ver a Montevideo refor- do, anunciarse una expedicién maritima con destino a ese rspectivas de puerto y ver derrotado al ejército del norte- Las pel d y segura la represion una d sanj catdstrofe parecieron bastante claras repre sli elas de los espafioles sobre Jos rebeldes. La mediaci6n so- a Gran Bretafia tenfa por objeto lograr una sa pania— que sal- =autonomia dentro de la dependencia de Es] Iejo de los revolucionarios- ‘an inseguros Y ¢P el mejor es juciona- var to cae ce la revolucién y el pellejo_ Mejor de i resultados de la mediacion er Nto m; a casos los términos de la transac fuerte fuese la posicién militar cién serfan de los revol 353 354 | abril era evidente que con un poco més de esfuerzo y salvo lal. rios, sed anol de-Montevideo, plaza que constitugy. tt dy, bierta en la anatomia estratégica de la revolucién, 4 ee mee ce se adhirieron también quienes seguian creyendo en b wee te final de la causa abrazatey Aen ee ey. La situacion de la Banda Oriental ba fa Based Por mon, tos dificiles por las complicaciones Po wea lerivadas de |, ie sicién de Artigas al gobierno central y de las tratativas de ticio con Vigodet, que en UW) terior momento de pesiny, hab{a intentado este gobierng, En gnero Artigas abando; tio de Montevideo, pero las conis€cuencias militares de est, de feccién fueron subsanadas con la creaci6n de una escuadrll, val, al mando de Guillermo Brown, que tras el combate de Mar. ‘a bloque el puerto de Montevideo. Hacia el mes dg ecidi6-hacer_un_esfuerzo- supremo-para Poner fin a me NO el gy, tin Garcfi gada de ns exporliciéemagaliadors desde Espaiia, la suerte de laza estaba echada. __. f i ‘Alvear comprendié que tal circunstancia le brindaba la opor tunidad de obtener el lucimiento militar que su ambicién ansia ba.!3 Posadas-ascendi6-a-Rondeau _al._grado.maximo de Ja je quia militar, lo envio al norte ynombrd.a-Alvearj jc to_sitiado Montevideo. EI juvenil comandante —tenia 9 afios— asumio el mando el 17 de mayo, al mismo tiempo que Brown deshacia a la escuadrilla espafiola. Al cabo de un mes, las privaciones de Montevideo eran tales que.Vigodet abrié nego ciaciones y se firmé poco después una capitulacién’én la quest estipulaba que la plaza se entregaba a Buenos Aires a condicién de que su gobierno reconociera su dependencia dé Femando VI que acababa'deregrésar_al.ttono. La cldusula excedia las aut buciones de Alvear, pero éste no titubeé en aceptarla, dispuesto yaa lo que después ejecutd; el 22 de junio, entregada ya la pl za, adujo que Vigodet no habia ratificado la capitulacién y ©" acer Ia plaza rendida "a discrecién’. 7 a alegria por.el triunfo de.Montevideo.se vio nublada po" eee delsfin del cautiverio de Fernando vin Poco despues 7 Feats hapolednico se derrumbaba y los mofiarcas legitimist aban con las manos libres. Espafia podfa actuar sobre en un pres despa tucio® 13. PB i ‘Ssadas no podia negarle ese favor, que se apoyaba gio militar publi 2 Rondeau pao io Aunque no probado, pero no se animaba 2 vino con el pedi we ech® la parte més dura de la campafia Las0N%, sade su salt ¢ relevo de San Martin a su mando en el noosa id, a fectada por una ilcera que le atormentatia la eglonias ee a fone sam a ey Uda de sus aliados. La th ni ae ‘ola de peed A 8ran poder fa inmi. i ee ans Tord Strany ford, desde Rio a jaca Inmi- nen que Espaiia tenia poder suficiente Bee i in recomendaba al gobierno de Buy pel a hoi norablemente. Jud n Buenos Aires la opinién Politica se dividi fal i lo todo y en. oO ue preferian arriesgar] do. y en su caso isa adelante con sus afanes de independe: aque perder todo, preferian negociar y salyar pe para poner fin a la re- nos Aires retirarse dela 2 €n dos sectores: perderlo todo, si- nica, _y los que an- I a alguno: a el-Rio._de la Plata. Perplejo ante la dlisyuntiva’ Posadae fad El maldito Napoleon la embarré al mejor tiempo" y agre- a: "Nos ha dejado en los cuernos del toro." Hombre de leye umentos, Posadas se incliné por la negociacién. Sattar | Jesde Londres felicitaba al rey por su liberaci6n, La Asamblen considerd_que.el.cambio..de-la_situaci6n internacional era” ta: distico que obligaba a cambiar las orientaciones del gobierno. Jodo el grupo alvearista se incliné en favor de la negociacién, in- cluso patriotas de la primera hora como Moldes. La Asamblea autoriz6 a Posadas a realizar las negociaciones necesarias con la corte de Espafia, sujetas a la ratificacién de la Asamblea, yel 13 desetiembre de 1814 se decididé enviar dos representantes ante la eorte espafiola, misién que hacia fin del afio se encomendaria a Manuel Belgrano y Bernardino Rivadavia. La capacidad y patrio- tismo de los enviados salvarfa la dignidad de la empresa. Entretanto otros hechos Ilenaban de inquietud al Director Su-/ Situacién premo: la escisién de Artigas, jefe indiscutido de la Banda \ general Oriental 'y calificado oficialmente de "traidor" por el gobierno ~ central, se extendia a Corrientes, Entre Rios y Santa Fe, saliendo de una postura localista para aspirar a una hegemonja personal que se apoyaba en la formula politica de "republica-y-federa- cin". La revolucion chilena, debilitada por las luchas intestinas, {a sepultada por el podér militar realista y sus jefes se refugia- ban.en terfitério argentino, Por firrel.ejército del norte, uno de bos baluartes de la opinién independentista, resistia.el-nombra- ‘ Mlento.de Alvear como jefe de él. Esa intencién de dar el man- doal vencedor de Montevideo era coherente con la nueva poli- tica del Director: una victoria en el norte, donde Pezuela sentia Rsituacién como critica por el estado de los pueblos altopen cae €ra siempre buena, sea para seguir hacia la inde Stone vide a0 base de negociaciones con Espafia. El foe ae ee suego, Se repetia y las aspiraciones de Alvear entraban o | y Renuncia de \ Posadas y ) jnc nombramiento | ba Tepuc ado del gobi de Alvear | “Compensadt Posa , Cans: ‘ go bierno inciertas perspectivas que se le o Tecian, y pad oo sentido la presién cada vez més dominante de i en los renunciar a su cargo 0s era dudoso que Ta Asamblea eli g sarios de Alvear aquella situacién debié de atenciones. Posadas tal vez haya pensado que erg su sobrino tomase la responsabilidad directa d. pronto pasarja también a la coronel San Martin se ta, mientras” ejército que formaba, un nuevo centro de poder que escapat £0) trol del Directoy. 9° do.una 4 to flaque agotamiento d, advierte Ja au: blica, y de pe ‘adistas, lucion y q coherente. "a _ # CE SU Politica ( C a) El ciclo ascendente de la vida del nuevo Dire 01 Le do cumplido, ya que su gobierno no le También habia quedado cumplido el proceso d de poder formal de la revolucion. Y decimos {) que al mismo tiempo qu Alvear legaba al ‘por una Asamblea y und Logia adictas \ que le respondia, era evidente la dismin del jefe del Estado. “? Nuevos centros’dé dominaba e insubord: discutido en la Band: nes y se extel ‘ara aspiracion’ 10 consecuenc: mn infos cia de los oficiales de Ron de_tomar-el-manda_de a ya sobre Santa Fe y Cérdoba, El eet norte adoptaba una actitu me eso le los dirigentes. En el trasfondo de este prow isenci Tsonalida capaces de ie concentra; deau Io Convene: Da Tuer ys el orgullo de Alvear Se Vio Be é Sobre todo €ciend, en th 12 Logie, oon ‘imeros dia; Q "Sf Iglese a su sobrino, p. MY s Parecer una ret Xa i hora de, ‘Ctor habia depararfa nuevas ed © Concentraci Poder formal por Directorio ap ¥ un ejército capitaling uci6n del poder efeciny poder se habian creado en el Pals, Anigs inaba una cuarta parte y su poder efit a Oriental, Corrientes, Entre Rios y es id deliberativa frente al gobierno} desobediencia. En Cuyo, por fin, mantenia obediente pero reticente ag por la eficacia de su administracién y ES met dlependencia, que a vitimo mm ia de la situacién internaciom®) a Ja.cos4 Pr hombres con experiencia.en- ‘erdade® des de alto vuelo polit ico, de glare concebir un :rumbo definido pS gobier™ rlo a través de un programa vn E19 de enero de 1815/Carlos « asumis el cargo de Di- 0, mientras la bandera espaiiola 1 Tameéaba en ef tierte, reemplazando ‘desde hacia vari ! le ‘OS meses a la celeste y planca como signo de la politica de apaciguamiento iniciada por Posadas. Alvear confirmé a todos los ministros del gabinete de su pre- decesor, como expresidén de continuidad politica, pero si esto sa- tisfizo a su partido, concité inmediatamente en su contra a to- dos los partidarios de la "independencia a cualquier precio". Las circunstancias no eran propicias al nuevo mandatario. Al dia siguiente de su asuncién del mando su segundo, Dorrego, fue totalmente batido por Artigas e uayabos, dejando"en tar bade fe Ta campajia uruguaya y agregando para Alvear Ww in nuevo peligro a los ya proyenientes dé la accion espanola en Chile » el Alte Posty eos y-el Alto Peri, y la amenaza de una invasién atlintica. La debilidad de su situacién politica no se le ocultaba al Di- ieent aL 4 + tector Supremo, quien apoyado por la Asamblea traté de reunir €n su torno a la opinién publica, alarmandola con la exposicion de los peligros dé Tarrarquia Con el objeto de afirmar su posi- cin emprendié una reorganizacion_ militar, ascendiendo aun grupo de oficiales adictos y uniendo los ejércitos de Cuyo y Bue- Nos Aires bajo su mando personal, con lo que quitaba autono- Mfa de accién a San Martin. Aprovechando un pedido de licen- Gla de éste —expresién de su disgusto ante la situacién— le privé bien del mando politico, reemplazandole por Perdriel como 8ebernador de Cuyo. a 3 Pero los Mose eats que siguieron con inusitada rapidez ‘nularon los propdsitos de Alvear. 16 / ; { La agonia de la Revolucién) We ( Alvear en el poder 357 { 358, El 30 de enero el ejército del norte, consi dlerang sencia de aquél al frenté del gobierno NO ofrecig ; © due se continuara la lucha contra los realistas yse meat dependencia, aproveché el resentimie nto de irector y se declaré en rebeldj; ne ron a la designaci6n de Perdriel y reclamaron San Martin, con el conocimiento y la aprobacj caredia dé poder efectivo para imponer su volun de una alianza de hecho entre Artigas, Rondeay a te opts por rever sudecisin y confirmar a éste co Entretanto, Soler se encontraba aislado en Monee ticamente rodeado por los artiguistas, quienes Pasaban y, : minar en la Mesopotamia: a fines de enero Corrientes i nuncié por Artigas y el 1° de marzo el entrerriano Ereiy iad lo mismo en la Bajada del Paran4. Alvear abrié negociaci on Arti; por intermedia WENO Herrera, pe fue la de quien esta seguro de vencer: no negoci se le entregase la plaza de Montevideo. Acepti by h % a habfan abierto negociaciones con el embajador espajiol en Ro de Janeiro, Ademis, afios de esfuerzos-y-sacrificios se habianit vertido en conquistar la plaza. Pero ‘Alvear, Yue vefa derrumbe- Se a su alrededor todos sus suefios de poder, accedié y ordens evar 0) nee £a que Sus fuerzas de ob = iin 6 su influencia sobre §; érdoba F K EL gobierno nacional fait Fe Fees amente a Santa o El 30 de enero el ejército del norte, considerandg sencia de aquél al frente adel gobierno no ofrecia garam Lary se continuara la lucha contra los realistas y se mate ade dependencia, aproveché el resentimiento de irector y se declaré en rebeldia, negandole Sbeaigg Casi § eamente, ag Sasa eves de Mendors se ron a Ja designaci6n de Perdriel y reclamaron la re orc - San Martin, con el conocimiento y la aprobacién de &te mde carecia dé poder efectivo para imponer su voluntad y temeroyy de una alianza de hecho entre Artigas, Rondeau y San Mart opté por rever.su-decision y confirmar a éste como gobernady, Entretanto, Soler se encontraba aislado en Montevideo pric ticamente rodeado por los artiguistas, quienes pasaban yaa do. minar en la Mesopotamia: a fines de enero Corrientes se pro nuncié por Artigas y el 1° de marzo el entrerriano Erefit hara lo mismo en la Bajada del Parana. Alvear abrié negociaciones con Artigas, llaméndole a la paz por intermedio dé Nicolas Herrera, pero la respuesta de aquél fue la de quien esta seguro de vencer: no negociaria mi 0 Se le entregase la plaza de Montevideo. Aceptar esta pretensia significaba un gran peligro en momentos en que corrian not cias seguras de la partida de la expedicién del general Morilo hacia el Rio de la Plata y cuando se sabia que Artigas y Otorgus habjan abierto negociaciones con el embajador espafiol en Rio de Janeiro. Ademés, afios de esfuerzos-y-sacrificios se habjan vertido en conquistar la plaza. Pero ‘Alvear, ue veia derrumba! seasu alrededor todos sus suefios de por fer, accedié y ordeno e _Todavia hizo més, pues considerando indefendiblea Es Rios, n la evacud, dejandola en manos de los aig Creyé toncés el caudilla.d ab er9 se equivocaba totalmente, Artigadyya no aspiraba silo 4 ibertad de su proviieia sino ae persegula preteen Senonta nacional, tanto personales como referidas 4 i se clon de un sistema que destruyera el centralismo pore oe Wrataba de una franca lucha por la dominaci6n y Ast el com aceder en el momento en que avizoraba el triunfo. POF es trario a Ver Hes sus fuerams de ins anteriores aad Sh e co iguismo, sometiéndol & ig st Y militares que unidos a la interrupcio® 5 geo! Banda Oriental y el Paraguay, la emP® mercio con Mapa demostrativo de las dreas de influencia de las Provincias Unidas, de la Liga de los Pueblos Libres y las sometidas al poder espariol hacia el aio 1815. notoriamente. Tampoco Alvear acerté en aplicar a Santa Fe una politica de fomento econémico y de autonomia politica. Ni tuvo tiempo para ello. La opinién santafesina se inclinaba rapidamen- te por Artigas, quien se presentaba con todos los prestigios del vencedor. A fines de marzo Erefiti se posesioné de Santa Feya mediados de abril el propio Artigas era recibido en triunfo. \Cérdoba se sentia menos afin a los postulados artiguistas y al estilo personal del caudillo, pero vefa en. na proteccién con- -tta el centralismo porteno.que ya sé hac molesto. ‘Un grupo de destacados vecinos invité a Artigas a intervenir y este audaz- mente intimé al gobernador Ortiz de Ocampo Bae a ie Vincia y conciliador— a abandonar el cargo en 24 f orasg 2 y queria verse atacado por sus fuerzas. Ocampo nee cones . Motores de la amenaza a José Javier Diaz, Juan Pablo ) i ci e ol Ca- Miguel del Corro, y presenté su renuncia. El 29 de marzo ¢l C2 , WA b bildo-cordobés roteccion.de-Artigas ynombré ap, _gobernador, HOMES a Diy Dentro mismo de Buenos Aires se desarrollaba una so sistencia al Director, con quien el Cabildo porteiio habj, do en franco litigio, y habia observado una actitud breil en el conflicto con Artigas, privando asf a Alvear del * Ctra, indent Apoyo de as fuerzas vivas de la capital Ante este mlladers, aes oe capacidad politica estab su a lejos de tener Jas medidas de ambicién— dio a su gobiern caracter de una dis ilitar. Concentré las fuerzas od res en Olivos, Tajo su mando inmediate< imicig-uma politica je ———_.. ' = le ‘gpresion que produjo efectos etralmente opuestos a los qu ‘buscaba. Una legislacién represiva, arrestos, destierros y vejine hes dieron la tonica.! ae “Paralelamente, la politica de apaciguamiento se habia trans formado en franco derrotismo y despertaba fuertes sospechas en los mas variados ambientes. La politica alternativa de Pos. das: resistencia armada y negociaciones simultdneas con Espafia, no parecié suficiente a a faccién gobernante. Nadie ha expresa do més clara y dramaticamente es€ clima de claudicaci6n que N- colés Herrera, uno de los pilares del régimen. Refiriéndose a su adhesion a la revoluci6n emancipadora en 1810 dice: En aquella época fui yo uno de los que ref que el conte nente del Sur vendria a ser muy luego una nacién grande y poderosa. Buenos Aires puso en ejecucién todos sus recursos y 1 die pens6 que el torrente de la opinién no allanase los pe quefios obstéculos que se oponfan al proyecto de su pendencia; pero desde el principio nuestras pasiones nuestros errores empezaron @ paralizar su ejecucion. partidos se multiplicaron con Jas frecuentes revolucion® populares; la division que pone trabas y se hacia sent i nuestras filas, aseguré el triunfo por més de uné vera 4 enemigos y la necesidad de reparat Tos ejércitos desta agotaba los recursos del Estado. Los goberna jores 3 ob miendo los pueblos jhacian odioso el sistema; Jas a cio ciones aniquilaban las riquezas territoriales; ¢! (O77 po minas; pasé a manos extranjeras; s€ abandonaron oF 1. La maxima expresién de esto fue Is ejecucion del acusado de conspirar contra el Gobierno, y que apare“ Plaza de la Victoria el Domingo de Pascua: buma, hacian Ja Ultima demostresa 2 capugioy A su infancia no tiene Estado pa; ba dependiente: No hubo a la a ue no perdiese todas sus Ficiosos rehusaban tomar eee » Y hasta los mas am- gobierno porque todos vefan la imposiberministracién del el sistema. En tan aparente situacién ms idad de mantener so que reparar los quebrantos del modo ae otro recur- mar una actitud imponente, no para llevar a posible; Y to- dependencia quimérica, sino para sacar un el a una in- joso que ofreciesen las diligencias lieriones ha oo Se en nacién ji sae cin in. n solo hombre de juicio CORA AHO Alveay/habia caido en similar pesimismo y no es raro enton- ces que haya avizorado dos variantes a la politica diplomitica d Posadas: la posibilidad de un acuerdo con Portugal que pusi aa a salvo al pais de una venganza espajiola, y aun la conveniencia” de someterse.al dominio de Inglaterra, a cuyo efecto envié a Ma- nuel José G: cia a Rio de Janeiro a fines de enero. Pero mientras éste se preparaba.adar los primeros pasos de su infausta misi6n, la situacién de Alvear en Buenos Aires se vol- via insostenible. Opt6 entonces por él inico camino que le que- daba: slo una victoria militar podfa alterar la situacion fa- yory devolverle el poder perdido. Decidié-apoderarse de Santa. Fe, a cuyo-fin envié una divisién al mando del coronel Alvarez Thomas, a la que debian seguir otras fuerzas. Para desgracia suya, la soluci ‘tardfa, La resistencia ha- bia ganado cuerpo dentro-deF- ‘propio ejército en que pretendia apoyarse. Al. egar aFontezuela, el 3 de abril des), Alvarez The 3 corrsus Oficiales, decidio pronunciarsé Con jomas, de acuerdo C 0 2. ae aga guerra Cv tra el Director Supremo y. proclamar el fin de Fa guerra civ El manifiesto de los sublevados a la vez que expresa las tenden- cias del movimiento muestra hasta qué punto Ja conducta de la faccion alvearista habia irritado a sus adversarios. La presion a mulada en los cortos meses de su gobierno estalla en los ee nos del Manifiesto: la tratan de "faccion aborrecida’ qué ee bia apropiado del patrimonio del Estado y que ee ee Sus compatriotas, de "gdministracion oo i Liters Pretendia reanudar una desgraciada guerra civil y S aor tfan a no obedecer al gobierno mientras estuviese P 1o de 1815. AGN. X-9-5-2. 2. Nicolés Herrera a Rondeau, 22 de agost Pronuncia- miento de Fontezuela 361 ( Caida de Alvear ( Conclusiones | 362 , la guerra fraticida y concurrir todos al esfuerzo contr; a Alvear 0 alguno de los suyos. Junto al ademén localista i pas que mandaban eran "privativamente de la provincia nos Aires"— se advierte el gesto de alcance nacional: poner pte ina i : ‘ael : go comin. A la vocacién compartida por A at ales se agregaba la voluntad de vencer_a los. realistas y alcanzar lah in dependencia. sncimia dé las circunstancias anecdéticas, és; fas dos-Caracteristicas basicas del movimiento: federalisma ae dep endencia. Centralismo de Buenos Aires se habia justificado hasta en. tonces en la necesidad de conducir en forma homogénea y orto. doxa la revoluci6n emancipadora. Pero una crisis de fe en ese gran objetivo habfa generado entre sus propios hombres a los heterodoxos de la claudicacin. La bandera revolucionaria habia caido de las manos de Buenos Aires y con ella la necesidad y el pretexto de la dominacién capitalina. Desde _ese_momento la marcha hacia la independencia debia ser una marcha de tadok “kT movimiento de sublevacién se expandié rdpidamente a \ otros cuerpos militares{ Alvear, fuera de sf, quiso resistir, pero sus \ propios seguidores le instarori a renunciar. Asf lo hizo, pero pre- tendié conservar el mando militar, Toque revelaba su intencién de recuperar erpoder. Pero el 15 de abril el Cabildo, haciéndose intérprete de la opinién general, le reclamé la entrega del man do de armas y asumié el gobierno de la provincia. Alvear perdié completamente él control y pretendio entrar en la ciudad a san- gre y fuego. El Cabildo pidié auxilio a Alvarez Thomas, quien be j6 hacia la capital a marchas forzadas, declarando a Alvear "reo de lesa patria", En medio de una tensién imposible, éste, a quien ya nadie segufa, acepté el consejo de sus amigos y bajo la garan tia de los vencedores, se embarcé en una nave inglesa hacia el ex terior. Habia ofrecido poner todo el pafs bajo la bandera britént cay ahora ésta, benigna, protegia sdlo su cabeza. El saldo del gobierno de Alvear era nefasto: bajo la aparent® concentraci6n dictatorial del poder se habfa producido una ver dadera descomposicién, y al final del proceso era evidente que el Estado estaba desintegrado. L; Oriental, Corrientes re Rios y Santa Fe se habfan declarado provincias indepe®™ 8, Core ia aceptado la-protecdiin de AT re artigas. Bue nos Aires misma reclamaba su libertad de accion ‘provincial exak tada por su Cabildo y "sus tropas". El ejército del norte se au gobernaba apoyado en las provincias del noroeste y Cuyo CO" titufa la base de poder de otro jefe y otro ejército. El movimiento triunfante tenia dos opciones: ir hacia Ut confederacién incoherente con Artigas, 0 con San Martin hac? ele} 7 El problema oriental ) Elestado agénico, por el que pasé la revolucion dur: oes pierno de Alvear, no puede comprenderse cabalmente 4 oe examinan la situacion de la Banda Oriental y sus elcigae - el gobierno central por una parte y los vaivenes de la lucha mil tar contra los realistas por la otra. . Recordara el lector que desde los primeros afios de deo existié entre esta ciudad y Buenos Aires ana deo existio entre ¢ Montevi- a anne eee idad en el ny \ plano econdmico que siguié manifestandose hast Ta es iente. Las invasiones inglesas agregaron a esta emulacic iv rivalidadtle prestigios y agravios por supuestas ingratitudes Ex tfe estos resentimientos mas © menos velados, nacio la funta de Montevideo de 1808 que. desconocié la autoridad 308 a del virrey Li- ni eR ia e niers. EI reconocimiento del Cons: le Regencia en [810 y la consiguiente re: cia_a Ja Junta de Buenos Aires crearon en Montevideo el habito de un gobierno no. dependiente del de la capital. a ] producirse la Revolucién de Mayo, el comin espiritu de re- sistencia a los "mandones peninsulares' originé una corriente de simpati i lucionarios, que se manifesté-con-mayor libertad _en la campajia. Algunos jefes militares se adhirieron a la Junta jay esta buena disposicion y alzamiento espontaneo de varios distritos rurales fueron acogidos con entusiasmo por laJunta. Belgrano, de regreso del Paraguay, encomend6a los je- fes orientales la responsabilidad de expulsar a los realistas de la campajfia. La luna de miel con el gobierno de la capital se prolongé has- ta que éste firmé con Elfo el armisticio de 1812. José Gervasio de Artigas, el principal de los oficiales uruguayos adheridos a la Tevolucién, consideré.que habia sido abandonado por Buenos Aives EL éxodo del pueblo oriental que siguié, fue una expre- Si6n de repulsa al armisticio. ‘ Sin embargo, Artigas se mantuvo fiel al gobierno central y al__ Soncluir_el_armiisticio volvid—a-Si_teiritorio—inyestido por el Triunvirato con el cargo de jefe militar de los orientales. Erafan Ceniralizador del gobierno origin6 el nombramiento de up-co- ™andante supremo —Manuel de Sarratea— portefio y miembro del Triunvirato. 363 364 A feral. Este Congreso resolvié lue se reconoce | Asamblea bajo ciertas condiciones: que se wdhabilisn a Arti lemas r< onestar su nombramj, CSarratex no pudo coh: fa: Contradi EE cr cidad militar de que carecia. Contradiciendo jg, ; "Una del gobierno CS wate ¥ 8 partir de att to el deterioro de las relaciones con el Jefe oriental Se camento entre sus paisanos crecia dia a dia~ fue pron to ne canz6 su punto maximo cuando Sarratea lo declarg S Song actitudes del jefe portefio.provocaron el amotinamigr oct, propios oficiales, entre-ellos José Rondeau. Buenos wo te : por quitar del medio a Sarratea y. _reemplazarlo | por ae OM; era oriental y estaba en buenos términos con Artigas pee insistencia del gobierno central en no conceder al ¢a ese a a 2 etié . A, Caudill, d mando supremo, la situacién prometié mejorar répidameny, La convocatoria a la Asamblea General Constituyente dig che : . El gobierno central determing elm; oe ‘eleccién de-los diputados, pero sin Fijar su niimero, Ante gt te egy convocatotia~Artigas reunié en res Cruces un Congreso abril de ae para decidii mOCia O No la autoridad de, gas, ue se aceptara la confederacién de esa Banda con i vincias Unidas y que sé €lévara la represehtacion de la Bands ‘Oriental. seis diputados;-que el Congreso acababa de design. El gobierno central no hizo cuestion de la rehabilitacion de Artigas ni del nimero de diputados, pero la Asamblea rechazi_ sus diplomas por cuanto la eleccién habia sido irregular, no pro viniendo de Un acto electoral directo:yicon penicpa DG Sg vécinos, como disponia Ia convocatoria. Detrds de este funds mento formal —que era cierto— se levantaba la reluctancia y h imposibilidad de recibir a unos diputados que empezaban pot condicionar su aceptacién de la Asamblea a la determinac” previa del régimen constitucional del Estado que la prop! Asamblea debia establecer en sus sesiones. Por ultimo la frac cién realista debe haber temido la presencia de unos represe™ d 0° anes que unidos alos miembros sanmartinianos de la Logi#? ofrecerle seria resistencia. En definitiva, la lea rechaz6 los pot 4 < iF =no a éstos—‘por los vici “on, Los di yatados P di Por los vicios de su-eleccién- Los ¢ nes B a eres a Artigas, y si bien éste dio inst Te der \rtig cen conifalos-d cciét=fueseTatificada, sospechd que Sg no de Asm hos de'sa’provincia. Se dirigié entonces? Onis Pportenia. ra 7on inviténdolo a una alianza contra ja PREP i \s Key ‘ i p * Pasos y otros posteriores del caudillo NO Uy de "Pero al fin Artigas convino éon Rossa" il fin Artigas convino I ge nuevos fipussdes, a. cuyo fin se reunié un i}; Sriental en Capilla Maciel (8 de diciembre) Cine ‘ gisgustaron con e caudillo-por a pretensiGa eens 8 b -éste-de-darles iss " ‘ | net jones verb ales_previas-y.designaron_un Triunvir: i ades de gobernador guns ara regir la ee ‘saul nble Ly.desi provincia, re. \ ee, cee a designando diput: La reaccién déArti fue violenta. ‘Atribuyo Bacio \\ endiente de los diputados a la influenci \\ nocié la nueva eleccién, declarando, ee etree ia &\ el congreso y “reasumié” el gabierng de la provincia. a (Después de esto, la armonfa con Buenos Aires parecfa j \\ ible. Al mismo tiempo la influencia de Artigas se extendia en: \\ Gre los hacendados y hombres de milicia de Tas provincias I || \& Buenos Aires designé allf jefes enérgicos que reprend ieran 4. 4as actividades de los que lamaba "anarquistas". Supo Artigas ademés que la Asamblea pensaba unificar el Ejecutivo nacional favoreciendo la centralizacién y vio en ello la tumba de su afio- rada confederacién. Se enterd también de que enviados del go- bierno nacional gestionaban en Rio de Janeiro un segundo ar- misticio con los espafioles sitiados en Montevideo. Estos dos mo- tivos inspiraron una accién de muy graves consecuencias. El 20 de enero de 1814, Artigas, al frente de casi 3.000 hombres, se re- tiré del sitio de Montevideo, dejando-a Rondeau en una dificil si mn. ne osae ape definitiyo. Tal vez Artigas quiso evitar que los port jeraran de Montevideo y disputa- ran as{ su control de la provincia y prefirié esperar la situaci6n en que éstos abandonaran la Banda Oriental y entonces posesio- narse él de la ciudad, pues, como dijo una vez, no luchaba con- tra Ja tiranfa espafiola para verla reemplazada por la tirania por- tefia. Pero lo cierto es que su abandono del Sitio a la vista del enemigo pudo haber ocasionado una catdstrofe si éste hubiera sido més capaz y resuelto y fue vista con desagrado por el go- bierno nacional. Q El panorama se complicaba por las tendencias de_Artigas a imponer su sistema confederado.alresto del pais, lo ) quecondu- jOaun estado de guerra civil en Entre Rios y Corrientes que fue “conitario a las armas nacionales. Para ser domninada la situaci6n se requeria en el gobierno central mucho tactoyo mucha fuerza. px s>recién llegado al poder, no te Jo uno ni lo otro. En un rapto de indignacién dicté elidecreto del 11 de febre- ro de 1814 en el que declaré a Artigas'infame, traidor a la patria fuera de la ley y privado de sus emp! [eos y puso precio a su cabe- « ; ‘ \ t | ee za. El Directorio carecia de fuerza para hacer cumplir este decre, to brutal, porle-que el acto resultaba inocuo e impolitico, EL sia 89 quiso capitate Ja situacién 8 su favor y abrid negociaciones con Artigas.. iste no las acept6, pero man. tuvo la puerta abierta para llegar a un acuerdo que le entregara Montevideo 0 le diera libertad de accién para luchar con todo su poder contra Buenos Aires. Por eso, mientras proclama a yoluntad de luchar "contra todo", su segundo Otorgués contem. orizaba con las fuerzas espaiiolas y le franqueaba auxilios a la escuadrilla realista. pile : La situacin, aparte de su incidencia local, perturbaba seria. mente el esfuerzo de guerra contra los espafioles, por lo que Po- sadas se vio obligado a volver sobre sus pasos y buscar un arre- glo con Artigas, que éste, por supuesto, rechaz6 contundente- mente. Sélo le quedaba al video, cuya importancia ya hemos sefalado para su politica de ~acéicamiento a Espafia. Encomend6 esa tarea a Alvear en mo- mentos en que Otorgués también negociaba con Vigodet la en- trega de la plaza. Alvear neutralizé la negociacién haciéndole creer a Otorgués que le entregaria la plaza y tomé la direccién de las negociaciones que condujeron a la cay jitulacién de Monte- c las negociaciones q i p video el 21 de junio de 1814. : Otorgués, mientras tanto, se acercé con sus fuerzas a Monte- video, creyendo participar en su conquista, pero Alvear, duefto yade la ciudad, le atacé por sorpresa y le deshizo en Las Piedras (25 de junio). Inmediatamente, l'Triunvirato’constituido por el Congreso en Capilla Maciel, que podia haber sido la base de una aproximacién del Directorio a ciertos sectores orientales menos sensible a los prestigios de Artigas, fue disuelto y reemplazado ‘Bor un gobernador designado por Posadas —Nicolds Rodriguez Tea. Este nuevo error politico del grupo gobernante le enaje- 2 simpatia de los elementos moderados uruguayos. {fun juego scien la politica de Artigas y Posadas consistié en = oy aloo Rages procamente sucio, que buscaba ganar tiem- bo ¥ mejorar posiciones para destruir al adversario. Dentro de Scone Se cl convenia del 9 de julio de 1814, en que el Di- Directorio y In As letia a desagraviar a Artigas y éste a aceptar Posades tinge Asamblea. Aunque Artigas ratificd el convenio ¥ plitlo une de desagravio, ninguno pens6 en cum Pings Scriamente, Fue asi como el 25 de agosto Posadas califice setiembre se resent oficial a Artigas de "desnaturalizado" y e” S€-teanudaba la guerra ciyjJ. Esta revistié entonces a al Director apresurar la conquista de Monte- encia desconocida que llegé al fusilamiento de algunos fes vencidos en ambos bandos. L a guerra favorecié en aa Artigas y condujo.al aio siguiente a la evacuac 0, ya comentada. En lo que ataifa a la Banda Orie mente, Artigas habfa vencido. SOS una viol de 10s ( Le guerra por la Independencia Lareacci6n realista llev6 a la revolucién a la necesidad de afir- marse poT medio de las armas. La resistencia de Montevideo, el rechazo de Asunci6n y la respuesta de Lima anexando las inten- “dencias-del-Rio de la Plata al Virreinato del Peri hasta que se ‘restableciese la autoridad virreinal en Buenos Aires, configura- ron un enfrentamiento que debia resolverse no sélo por vias po- Iticas y diplomaticas, sino recurriendo al ultimo argumento de a politica: la fuerza de las armas. Asi lo comprendieron los pro- motores de la revolucién desde el primer momento cuando dis- pusieron el despacho de expediciones auxiliadoras destinadas, ademds de asegurar la libertad de los pueblos para adherirse a la revoluci6n, a sofocar o contener, segtin el caso, la reaccién ar- mada de los que a partir de entonces se denominaron realistas. La guerra as{ desencadenada duré catorce afios, durante diez | _ de los cual Olitica correspondié al gobierno |- Provi: el gj On se t ifi6 a Chile y Perti y finalmente | alo que para sintetizar llamaremos la Conducci6r boliviana... ‘Ambos bandos enfrentaron la guerra-con un critério conti- nental, Los centros.de_la accion revolucionaria fueron dos:-el Rio/ dela Plata y Venezuela. El centro de poder realista-fue-induda-\ blemente Lima. Eso explica que todas las acciones de la guerra \. de la independencia se resuman, desde el punto de vista ameri- cano, en luchas para consolidar esos centros revolucionarios y luego en una m: éntrica desde.el norte y el sur hacia el. Pera para reducir el baluarte realista. Para-@lfoco sur dé Ta accion revol ionaria,-cuyo centro de §ravedad era Buenos Aires, los centros del orden militar re: is- ta que le amenazaban formaban una éspecie de cinturén que-le todeaba ~elnordeste y.él norte, felizmente cortado ha- Cla eloeste por la adhesi6n de Chile al sistema revolucionario. ¢ estos centros de poder, e] menos importante era el del nor- deste, constituido por la Intendenci raguay, tanto por sus €cursos propios, como por las €scasas posibilidades de comuni- \ el Rio de ta Plata. En los viltimos afios | \_} Concepeién \ continental | dela guerra | 367 368 i (f se desarroll6é esta guerr: cacién con los otros centros de poder realista, Bt erra secanidinios i. Constituia, Pues, rT sus recursos y por la inmediaci6n al nato ; constituia el frente militar més impo Virrej. de los realistas podian acumular.el.méximo poder militar eo nible, Era el camino de acceso mas facti race oe ti. territorio revolucionario. En cuanto Montevideo), 220n del seria amenaza contra Buenos Aires tanto por su prom imo por la disponibitidad de fuerzas navales de las que los eine ionarios carecian)\Ademés, mantenja_abierta la comuni al con Espana, lo que podia constituir un peligro tremendo en ¢| momento que la metrépoli pudiera liberarse de la invasién napo- leénica y disponer de fuerzas militares para la guerra americana, Frente a esta situacién los jefes revolucionarios adoptaron actitud _estratégica ofensiva, sobre los tres frentes, tratando de~ arrebatar cl-Alto Bera tos realistas y de aniquilar la resistencia éstos en Paraguay y Montevidéo. Establecido su dominio so- bre to irrei aban. as Ta. La im- posibilidad de la revolucién chilena para dominar la resistencia realista en su territorio impidié inicialmente concebir una accién combinada sobre el Peri desde el Alto Pert y Chile. Posterior- mente, cuando los realistas dominaron en Chile —1814~ tales planes fueron imposibles, hasta que con la creacién de un nuevo mucleo militar en Cuyo se pudo operar primero sobre Chile y lue- go desde alli hacia el Pera, plan que materializ6 San Martin cuan- do ya habian desaparecido el frente paraguayo (1811) y el monte- videano (1814) y habfa quedado demostrada la impotencia de la revoluci6n para dominar militarmente el Alto Pera. La _postura estratégica de los realistas fue~defensiva_en_los frentes secundarios iva_en el Alto Peri, que se transfor: mé asf én él teatro de guerra ms activo y refido. Cuando domi naron Chile en 1814 adoptaron también una actitud defensiva, que s6lo tardiamente se transformé en ofensiva (1818) y los com dujo al fracaso final. A partir de entonces la iniciativa estratégi- ca correspondié a los patriotas, que concentraron sus esfuerzos < €murrsolo-frente-y-obtuvieron la victoria. Simulténeamente, €P el sector norte del continente, Bolfvar”y sus lugartenientes ha bfan Jiberado ela ¥ Colombia (batallas de Carabobo y B& yaca), lo que ; itis el Movimiento concéntrico sobre cl Pent Conviene destacar cudles n las condiciones generales eS Tanto realistas como patriotas °° i 8 fi inente sud tuvieron limitados a los recursos que provefa el continent ms mericano;,Los_patriotas sélo contaron con el recurso dela ortacién de armas en c: 2 de bu- ara_compensar su inf aay se oe ‘eoricamente deberfan de hab puesto de eee | periores, ee tremendamente limitados or la guctrs te, olitana deEspafia contra los frai shewnidé ‘todo froenergias de la Peninsula hasta principies do 1e14 cok cs nfa de su base de poder, agravada por la falta de fiierzas mah mas. Si bien en relacién con los revolucionarios la suy aaa naval de los realistas era grande, su poder naval habia sido Tgur dado en Igar) y carecia del potencial necesario para asistir oportunamente a las fuerzas en América y para liberarse de las interferencias diplomaticas inglesag; debido a ello los au xilios metropolitanos fueron generalmente escasos y tardios La situacion de los beligerantes se complicaba con la diversi de los teatros de operaciones, que no slo obligaba_a Ja division de sus.escasos X€cursos, ino.que_presentaban c: Cn a aeienal de, que.imponée i i js ‘ hombres-y-al.material de guerra. No era lo mismo luchar en =) \s las planicies de la Banda Oriental que en los bosques y selvas pa- 7, ayos o en la altiplanicie montafiosa del Alto Pert, Las diferen- cias climéticas incidian en la salud y la capacidad de-maz soldado; muy diferentes en uno y otro teatro, y también en el abas- jecimiento del ejército (dificultades de transportes, provisién de caballadas, abundancia o escasez de pastos, etc.). Los rios_constitufan normalmente obstdculos serios al movi- miento de las tropas tanto por la inexistencia de puentes como por la falta de ingenieros y pontoneros. Debfa cruzarse por los vados, cuando los habia, o de lo contrario a nado o en balsas construidas en el lugar. Pero si esta abundancia de agua resulta- ba un problema, mucho mayor era Ja escasez de ella, tanto en la travesfa de las zonas dridas_ como-en. Tos. periodos-de-sequia.cn, Mimedas. En esos casos la existencia de aguadas deter- minaba la direccién y duracién de las marchas y hacia posible a subsistencia de las caballadas. Estos factores climatico-geogr Teatros de operaciones militares Nv | = fh Aficos limitaban eneclinct wy las operaciones al lapso comprendido entre octubre y abril. PS Otro factor que perturbaba las operaciones era la falta de car- tas militares adecuadas, por lo que los comandantes debian va- lerse con gran frecuencia de baqueanos qué orientaban la mar- cha de las tropas, lo que muchas veces creaba serios problemas, Pues las rutas no se adecuaban a las necesidades militares. Por fin las distancias de-los-teatros- l mes: de Buenos Aires a Humahuaca de poder militar eran enorme ses 369 El Alto Pert (3 \\ aunque la caballerfa podia ser bien utilizada en ciertas 20m Mesopotamia \_ yParguay 370 de Humahuaca a Huaqui ap: 1b OXI} dos mil Honea Huaqui a Lima algo menos, peng a ent mil cee erat De Buenos Aires a Asuncién habia mat Te oa La distancia de Buenos Aires a Montevideo a." Se iaaio la inea fluvial por Colonia del Sacramen ei Fa, Fe habitual era por Santa Fe y Concepcién del Uruguay, - h cuadruplicaba las distancias. que Veamos un poco en detalle estos teatros de Operaciones per mejor comprender a Ea ie Ros presen forma meramente cr‘ . apta para ee milivares en el Alto Pert estaba imitada por erp guadero y la cordillera. ‘oriental por el oeste, y las cordille, zy Cochabamba y la sierra. 5UC_y Sus prolong;, Giones por el este. La altura del terreno oscilaba entre 2.099 XO00 metros, siendo las cordilleras frfas y los valles templados, El apunamiento era frecuente en el soldado proveniente de 7. ‘nas bajas. ~ Esta region se comunicaba con las provincias argentinas por tres rutas: el camino del despoblado que por la quebrada del To. ro llegaba a Salta (ruta oeste), un camino que por Tarija ibaa Ordn y de alli a Jujuy (ruta este) y otro que partiendo de Anta seguia por Humahuaca hasta Jujuy (ruta central). Esta iltima era la tinica practicable normalmente para los ejércitos, aunque muy apta para operaciones defensivas. Mas al sur, en Salta y Tuc man, el terreno lo forman serranias y bosques menos apropia- dos para la defensa pero titiles para operaciones de guerrilla. Las provincias altoperuanas eran ricas en poblacién y medios de abastecimiento. Podian constituir una base firme para wt ejército que lograra asentarse en a zona. Potosi tenia 200.000 habitantes, Charcas 120.000 y Cochabamba 70.000, poblaciones todas muy superiores a las de las regiones de Salta y Jujuy: Este teatro de operaciones era més apto para Ja infantens ‘Totalmente diferente era el teatro paraguayo Y mesopo Zona.de lluvias abundantes, proliferaban los cursos.deague? afiados.o_esteros, que formal eras naturales de impo tancia, sin contar los Hos pHi and y Paraguay 1 beter verdaderos esfuerzos para ser franqueados. El cur Heal Aectaba a la gente del sur. El acceso al Paraguay 460 a piped cra efectuado normalmente costeando ¢ sos doa éntrando al Paraguay por Paso de la Patria ae pair guay por han),POr 18 margen occidental y penetrande Ti dt ‘aptia. Ambos recorridos tenian el inconve™ a yuzar numerosos cursos de a; ca sembocaduras. Esta dificultad explica es Eee de sus de- Baa Haare = menos azaroso. Corrido clegido por La Ban riental presentaba, i 3 sma mds familiar para-el.h sombre Je tas poe ettene Yel cl. (La Banda graprovechamiento militar exigia Geer ac res Pero | Oriental Con éstas se podia arribar al Uniguay por la com eee Gorda y Colonia, pero si se carecia de ee ee eG pees a a de buques, como ocurrié has- ta. 1814, era-necésario utilizar el camino-de-Santa-fe, crisana, '€,-Cruzan¢ fete one de la China (hoy _ ncia del a guay, era €sta una zona especialmente Sete ee que fue el arma dominante en este teatro de operaciones: carac , & terizado por una guerra de movimientos répidog, La ciudad de ; Montevideo era una plaza medianamente fortificada, porloque\ \ \ las operaciones contra ‘ella-se Jimitaron a maniobras de ased: \ ,, __ Para el mejor abastecimiento.de_los-ejércitas patrios se cons’ /" Abastecimiento »\ é ' tituyeron fuera de Buenos Aires algunos centros secundarios de| de los ejércitos ) abasto de armas y equipos: en Tucuman primero y en Mendoza después. Pero el grueso de todas las provisiones, excepto la ali- Z mentaci6n, provino principalmente de la capital. La manuten- cién de las tropas provenia, e igual ocurrfa con las fuerzas rea- tt listas, del lugar donde operaban los ejércitos, salvo en las trave- k_ sfas de zonas desérticas, que eran excepcionales. Como la carne my era la alimentacién basica, se _utilizaba-el-ganado_lugareiio. B La caballada era un elemento basico para la movilidad de la 3 tropa y el combate. Los equinos se recogian principalmente en la llanura bonaerense o santafesina, en Entre Rios y la campifia oriental y también en las provincias nortefas. La fuente era abundante, pero el mal trato, las exigencias de las marchas y la} , || ” falta de pastos provocaban el rapido agotamiento de las caballa- | \ } S72 das, que debian ser reemplazadas con una frecuencia asombro- sa, y a falta de ello, la tropa quedaba a pie. —_ El bagaje y provisiones del ejército se transportaban en carre- as tiradas por bueyes, pero muy frecuentemente se preferia la carga en mulas, para mantener una mayor velocidad de marcha. A falta de mulas se usaban asnos, necesitando tres de éstos para Teemplazar una de aquéllas. : a Los arneses y monturas eran cast totalmente de produccion nacional. También lo era el vestuario en su gran mayoria, aun- que se acostumbr6 importar botas y ponchos del exterior. Como Tegla general, las necesidades excedieron la produccién, lo que impidié casi siempre constituir un arsenal de reserva de propor- ciones titiles. Ber ATA Ae Zz 371 372 as eran producidas en el pais, Y @ poco se ae Loe Aires, Ficus y Mendoza fabricas de fy. les y chabinas pero su produccién fue muy escasa y de medio. ad a a revolucion a idad. En materia de armas de fuego, la lepen. dis prncpalmente dela importation, eSpeciaMEntBateae oamet ei inglesa, lo que significé una permanente escasez de See eee ett ferior, ya que las mejores armas no se aquéllas y una calidad inferior, ya q! fabricardescationés exportaban. Desde 1812 se monté una fab: crn en Buenos Aires, y como el parque artillero existente lesde la épo. ca virreinal era relativamente abundante y la utilizacion de la ar. tillerfa escasa, no hubo mayores dificultades en esta arma, fs No podemos hacernos una idea acabada de las caracteristicas de la guerra de aquella época si no recordamos las condiciones de las armas de entonces. Los fusiles eran de chispa Y cargados por boca; tenfan un alcance maximo de 200 metros y util de po- co mas de 100 metros. Dadas las dificultades de su carga, la ve- locidad de tiro de una infanteria bien instruida no pasaba de tres disparos por minuto. Si se compara con el alcance del fuego, se comprende que para detener una carga de infanteria los defen- sores no llegaban a efectuar cinco disparos por hombre, por lo que el combate cuerpo a cuerpo era casi inevitable. Por esto to- dos los infantes iban armados con bayoneta. Era légico, pues, que en este género de combate se confiase mds en el poder de choque que en el poder de fuego. La caballerfa iba armada de sable y carabina o tercerola. La lanza era también utilizada, aunque en el primer momento fue resistida por las tropas de linea, y Belgrano y San Martin debie- ron hacer buenos esfuerzos para imponerla. La caballerfa mili- ciana o irregular utilizaba también el lazo y las bolas. La artilleria contaba principalmente con cafiones de hierro y avancarga. El cafién de bronce era casi desconocido. Se los mon- taba sobre curefias de madera y se los llevaba arrastrados por mulas en la lanura o desarmados y a lomo de animales de car- ga en la montafia. Los calibr ; . ‘€s no pasaban de cuatro o seis li- bras3 y era excepcional el de ocho. El alcance titil de sus dispa- Tos era de unos 1.000 metros y su velocidad de tiro era de uno cada dos minutos. Cuando la infanteria estaba muy cerca se dis- 8. Se medt : a funda Po Cl Peso de los proyectiles, que eran generalmente de ee que se los usaba tambié: de pi Ur ién de cua- tro libras equivalia ién de piedra. Un cafién de ¢ mescaline de 1 mm spin 8 los calibres. ee oe | pan tarros de metralla, qu ee recipientes Ilenos de eas ie es La fortificaciones casi no existieron enos que nula. La ciudadela de Tucu; 0 fortificado que una fortificacién Ensenada existid un fuerte con una carencia casi fensas que el enemigo nunca atacé. Similar fee # ie de Colonia en poder de los realistas. En Martin Catena ee ron fortificaciones, sino una simple bateria. Excepcion eee Ja fueron Montevideo, Talcahuano y El Callao. Aun ee go de las defensas de Montevideo dejara mucho que des * os de el punto de vista europeo, eran lo suficientemente sélidas « - mo para impedir el asalto de un ejército sitiador qué ie de artilleria pesada. El reclutamiento de las tropas era mixto: yoh io cuando, i Reclutamiento \ lugar de residencia €staba amenazado 0 él clima.de opinién.era \ y organizacin } | s 400 met al, clavos, etc, ee y su influencia fue poc man fue mas bien un Be Propiamente dicha (1814). favorable a Ja revolucion, o dé 16 contrario, obligatorio, por me- dio de levas de vagos, malentretenidos y delincuentes. También se libe esclavos bajo la condicién de cierto t tiempo de ser- Mido on constituyendo los negros muy buenos solda- ~d6s de infanteria. No existian sistemas orgdnicos de conscrip- cién, lo que no es de extrafiar, ya que era un recurso nuevo en la misma Europa y resistido en mas de un pais. Las tropas se dividia tres armas clasicas, pues no exis- tfan unidades dé pontoneros ni ingenieros. Cast€n seguida de la Revolucién de Mayo los batallones de infanterfa de Buenos Ai- res fueron elevados a la condicién de regimientos de 1.100 pla zas, divididos en dos batallones de ocho compahias cada uno;4 pero esta organizacidn fue puramente nominal y nunca se llegé acontar con este total de plazas en un regimiento patrio. Los re- gimientos de caballeria contaban con dos o tres escuadrones de tres compaiifas cada uno. Nominalmente debian contar unos seiscientos hombres, pero tampoco alcanzaron normalmente ta cantidad. Si bien existfan cuerpos de artillerfa, no cone © ron nunca al combate como tales, sino fraccionados. Fuesexcep- ' cional que un ejército revolucionario contase con més de diez Piezas de artilleria. ¥ Sise tiene esto presente y se le agrega lanecesidad de atender semultdneamente aivarioa frenipaade guerra y aderiésspancers la defensa de la capital, que podia ser atacada por mar, se com- \_ Prende que las tropas acumuladas en cada teatro de operaciones ee 4. Una compaiiia de cazadores, otra de granaderos y seis de fusileros. 373, 34 hayan sido muy modestas y que Nuestros Hamadosejercitos yy €a excedicran la fuerza de tina division curopea. : Esto incidia en los métodos ticticos, pues tania e8¢a8e2 yy da a las grandes distancias arty no ce poner eM ag, én mas que una fuerza por frente, | i que f xc _ la técnica . la concentracién de fuerzas, practicad 7 en ial novedosa . Napoledn y que imitada por sus adversarlos les At la Victory de Bailén en Espafa, de Leips en Alemania y e Waterloo Fandes. Las campafas se limitaban asl a operaciones lineal, donde una soladivisién avanzaba 0 retrocedia sobre su objeiig vleqad el momentolo-atacaba por el frente, flancoo retaguse. | dia, San Martin en el paso de los Andes y Belgrano cn la cam \ fa de Vilcapugio constituyeron excepciones : este principio, Esta manera de operar,.comiin a las fuerzas realistas que. s¢ encontraban en las mismas condiciones de ntimero y equipo, hi zo que los esquemas tdcticos y estratégicos fueran muy simples, Las fuerzas avanzaban —siempre que el terreno lo permitie. ra— en columnas paralelas que facilitaran el despliegue de com. bate.> Era costumbre utilizar un cuerpo de vanguardia muy avanzado que hacia las veces de proteccién del cuerpo principal y de servicio de descubierta. La exploracién era muy rudimen- tariay generalmente de corto alcance. Se efectuaba por Partidas montadas y "bichadores", y a veces se utilizaba la informacién de los desertores del adversario. Ademds ambos bandos utilizaban un espionaje elemental pero muy activo. _ “naga En consecuencia las operaci " factibles y se recurrid-a-ellas con free marchas nocturnas o las diurnas forza El dispositivo usual de coi alas, la infanterfa al centro y teria, a veces eiréneamente dispersa y otras veces formando ba teria. En segunda linea se formaba una reserva de varias armas. o,f acaba en formaciones compactas, al estilo europeo de la “poca, y se llegaba al asalto de la linea. E] choque de infanteria era casi siempre contra una linea Pasiva ~excepcién hecha de Vilca- Pugio—. Esta pasividad del defensor de la posicién legaba a veces al extremo de no aprovechar las dificultades del atacante mientras tomaba la posicién de asalto (y, gr. Ayohuma). Se buscaba desha- cer la linea adversaria con un ai i i wok . taque frontal de infanteria y em vera por las © menos simultaneo de la cx alas con un ataque més sorpresa" eran bastante ‘uencia,. utilizandose las mbate era lineal: Ja caballeri la artillerfa intercalada entre la i 5. La velocidad de marcha d i ble 5 + un cuerpo de infanteria era de 5a. Guasen un diay ta de uno de caballeris de 9 leguas en el mismo periodo | _ La utilizacion de la arti pallets. San goede ee solia ser deficiente y se ere graben oF ia batalla. El io ara la creacién de un centro de 40) en z reserva no fue siem a veces excesivament pre feliz, ando fe cercana a la primera tines, lo que ot ible utilizarla hacia imposible utilizarla en caso de derrumbarse ésta. 0 Le se vein compl be “En efecto icados en el bando patriota por la deficiencia de », eran escasos en los medios revolucionarios los ofi- ales de carreta (¥. gt Gonzalez Balcarce, San Martin, ete.). Dee és invasioncs inglesas se procedié a incorporar a los batallo- nes urbanos —origen de nuestro posterior ejército de la indepen- dencia- un niicleo de civiles con grados de capitanes y sargen- ‘ (v. gr. M Rodriguez, Belgrano) entre Tos cuales se extrajeron los jefes de batallones con grados aun superiores (Saavedra, Pueyrredon). A esta peculiar formacién de una clase militar se agregaron los ascensos a saltos o por necesidad en los primeros momentos de la revolucién. En consecuencia la oficia- dad caress formacién técnica adecuada; las academias militares creadas por Pueyrredén en 1811 y San Martin en 1814 uvieron una vida efimera. Los oficiales debieron tomar la direc- con en forma prematura, sin tener experiencias militares nila —— ML muchas capacida- escuela de jefes de carrera. Asf se frustraron de que de otro modo habrian tenido un desarrollo favorable. No obstante, el papel que desempefiaron nuestros mandos an- te sus rivales realistas, todos oficiales de carrera, estuvo lejos de ser deslucido. San Martin habria de imponer su ¢ cay aptitud organizativa en el segundo lustro revolucionario for- mando una verdadera escuela para el ejército argentino. Pero ya periodo 1812-14 las exigencias disciplinarias y la vocacion de aplicacién de Belgrano constituyeron otra vertiente auténtica de formaci6n militar que slo fue debidamente valorada cuando este jefe estuvo ausente del frente norte. Como virtudes, nuestros jefes €x! dencia a la ofensiva estratégica ¥ tactica, a veces inoportunamen- te. Como defectos, se fallé con frecuencia en la coordinacién de las wes armas y en la concentraci6n tactica de las fuerzas. Si los altos mandos realistas no demostraron mayor superio- ridad, contaron en cambio con Ja ventaja de un mejor encuadra- miento de las tropas, pues dispusieron de oficiales con mejor formacion técnica, mas disciplina y yeterania. i En materia naval, hasta 1814 el tinico teatro de operacioney fue el Rfo de la Plata y sus 4! 4 y Uruguay: Reserv: t fluentes Paran: slernas y ins précticas operativas que hemos sefialada( La conduce! militar apacidad técni- | hibieron una permanente ten- / Organiza naval jon 4 375 ta campain del Alto Pera 376 rganizador y no mercante demostré dencié en la decisiva batalla de El Buceo. Digamos ahora algo sobre las campafias, en particular has que tuvieron lugar entre 1810 Y principios de 1815. En 1810 el Propésito de las operaciones militares fue asegy. rarse el control del Alto Perti y del Paraguay yreducir a, obedien. cia o neutralizar la plaza de Montevideo. Se Produjo asf la dis. Persin de los escasos recursos militares disponibles, F] Mayor esfuerzo se hizo hacia el frente norte; y una vez anulado el inten. to de Liniers de resistir en Cérdoba, la Expedicion Auxiliar lle. g6 rapidamente a los lindes del Alto Pert al mando de un oficial de carrera, Antonio Gonzalez Balcarce. En Cotagaita, unos 80 km al norte de Tupiza, se atacé a los realistas que esperaban a los Tevolucionarios.en una posicién preparada. El ataque fue re- chazado y(Balcarce rudentemente no insistié y retrocedié has- ta el rio Stipa donde atacé al enemigo por sorpresa y le des- truy6 el 45% de sus efectivos (7 de noviembre de 1810). Esta vic i i na semana después la del cochabambino los patriotas la posesién completa del to Pera. A partir de entonces el ejército crecié numéricamente “én forma exagerada y sin recibir la adecuada instrucci6n. En ju- nio Balcarce contaba con 6.000 hombres, pero sélo 2.500 is ellos eran aptos para enfrentar a un enemigo bien instruido. a tablecido entre el rio Desaguadero y el lago Titicaca cerca - Huaqui y dividido en dos nticleos a cierta distancia uno de otro, regattas 0 hombres de Goyeneche el ejércite-patriota fue atacado por.7.000 homt ana y dispersado en poco tiempo como consechencia-c 1a ey disciplina de las tropas de Ja falta de coordinacisn ed entre las distintas divisiones. La falta de presencia - Lie sre jefé en todo ef campo y la inactividad de Viamonte { er a dei causas del desastre. Pero la principal fue la peas ae tropas, a tal punto que el-ejército se Crapo ep a ndece lla. Todo el Alto olvid a manos réalistas I ochabamb ién de Goyeneche, prot por la presencia de tye una i nos alzados en su retaguardia, salv6 al norte arg vasién que no hubiera podido resistirse. 4 \ Casi simultaneamente a esta campafia se encomend6 a Bel- \ 5 Bel- ( Campaiia del Fi Clos y sin otra experiencia mili. \ Paraguay tar que la de unos pocos libros, que con un pufiado de hombres \. inyadiere-el-Paraguay. Hubo aqui un error @eeoce concepcion politi- taal creer que el Paraguay se sublevarfa ante la Presencia de las fuerzas revolucionarias y un error militar al ocuparse de un fren- te secundario, postergando el ataque a Montevideo. Suponiendo jue los paraguayos acudieran €n auxilio de esta plaza, era mu- cho més facil batirlos lejos de sus bases y en las planicies familia- res a nuestras tropas que pen etrando en el lejano y tropical Pa- raguay, maxime careciendo de apoyo naval y de transportes flu- viales. Belgrano entré en la Mesopotamia Por la Bajada del Pa- randy tratando de espuntar Tos cursos dé agua se di cia el centro de ientes abandonando los caminos conocidos. Pe. fo se encontré con una regin inhéspita e iguatmente ‘acuosa. Lleg6 por fin al Parana y lo atravesé el 19 de diciembre de 1810 sorprendiendo habilmente a la defensa en Campichuelo, El go- bernador-del Paraguay, Velazco, realiz6 una habil retirada que €j6. a Belgrano de sus precarias bases a la vez que él milismio se ponia a sdlo 50 km de Asuncién: Alli se dispuso a resistir con 6.500 hombres, mal armados pero bien-provistos de artilleria. Belgrano con sdlo 950 los atacé en Paraguari (19 de enero de 1811), ante la imposibilidad de retirarse frente‘ un enemigo tan superior sin generar un desastre. El impacto inicial fue ee pero la columna de ataque estuvo mal conducida y fue ee por lo que Belgrano opté por retirarse. H enemigo ere mas tivo en un principio, pero luego Te persiguid, an Weauede = cuadrilla paraguaya trataba de cortarle la retirada. er eae quiso perder su base en territorio paragueye ee hoes ie rand, que era la eareet ee Psion - j ntar p< nese els 2.400 de Cavafias y la escuadrilla snr ie ie ee a tro de la escasez de sus medios y cometi Scene combate, las disposiciones de ae od Food “una vez mis la ineficacia de sv segundo le iz ee ealvar a desu xa seas Er comrataque Sale Peon igs sonrervicas y lograr pia hemes , o had poslivas oor Paraguay, Belgrano- - Pa oon { aquelia campafia— instmecionesd da Oriental. Se_estable ‘hat 3.000 honsbres res y enicommendo a ormé var las regiones central petal del.te / campaia del . 378 i ;omenzaron a reple F Jos realistas CO TES Toone eeohte MY, cia de ello 108-7 5 Belgrano fae Separado del m, Moy Co 1, Ce coronel Rondeau. an) Montevideo se enfrent 6 cg (18 de mayo). Las fuuerzae Ung S cra A as Pi columna spe Artigas aferré el centro del adversario Ylof ‘an, e vale ment $ érdidas-espaiolas legaron al 55, quedo Cor ntalla.de Artigas. Su consecuencia fue el sitio dp la a elf <9 del ejéréito patriota, pero este sitio erg tees @ abastecta por agua. Se cred entonces ine. icaz, pues ue fue deshecha inmediatamente por I qui a InMeCatamente por jos debil escuadt _tealistas €0* ~~Ya situact oyeneche en aba cuando, coincidente con lava Ja conspiracion de Alzaga en Buenos Aires, los portugues! adieron. fa Banda Oriental con 5 Altes 10° Fo reo un sitsacion militar dali, pies 5 rcs tiador no podia ser reforzado y estaba amenazado de quedaren tre dos fuegos. El problema se resolvid politicamente por un ar isticio con el jefe espano’, eneral Elio (21 de octubre de I8n) que tuvo efectos politicos nega. aust Spe la retirada del ejercito sitiador, we sobre te poblaciorrurat'y los oficiales orientales (éxodo). Rota la tregua en enero del afio.siguiente, Ja_situacién fue nue- vamente neutralizada por el armisticio con Portugal (misién Ra \ demaker) ef 26 de mi an eer ee Desprestigiado Balcarce por el desastre de Huaqui, y fidndose oco el gobierno de la capacidad de sus segundos Viamonte y Diaz Vélez, confid el mando a_ Pueyrredon, quien. se limité-a-eti dir-que-se-designs rarse a Salta, disciplinar las escasas tropas y ped ra un jefe capaz. Entonces se eché mano otra vez de Belgrano. Los alzamientos altoperuanos ha an retardado-un- ano lape netracion realista en territo ntino. Cuando ésta sé realiz6, el pueblo jujeno le hizo el vact migrando en masa, Belgrano re cibié orden de retirarse hasta Cordoba para acortar Tas comunr caciones-entre‘las“dis itas Fuerzas én momentos en que Ios por tugueses invadfan también por la Banda Oriental. Nunca s¢ pade Cie un momento més dificil, Belgrano decidi6 ‘desobedecer Ea menende los riesgos que ella importaba, pues elle noe ona en Tucuman una zona con recursos q¥t Routes eee de apoyo. El general Tristan. at! objeto de ‘ re Tucumdn y flanqueé la ci dad_por-cl oesieeet ios goles de dar una batalla de frente invertido que, ani Eee ee Oe ae Uemibre ata maniobra quedo inc" es ‘elgrano con sus 1.800Hombres sobre Jos seal archa. Se dio asi una batalla confi jes en que Belgrano se encontrd pee erate sector, pero donde Tristan perdié su parque ai paar de laaballer gaucha, que hizo su primera he artillerfa a manos dia sigue da légii ree ebiers i Se helene contra toda ldgica, Belgrano réabrié A i igi3en plena estaci6n lgrano Da eee Se 3 n fe ero. Los realistas bloquearon eeccanice ro Belgrano atraveso los cerros por un atajo y. ainsincetb 120 ea febrero sobre la retaguardia realista, cortango sus mmmicaco eLnorte. Inmediatamente atacé_y obtuvo vunacompleta D victoria empujando al enemigo sobre la ciudad y obligandolo rendi u. tot . EH vencedor continué reforzando sus tropas y sometiéndolas a una rigida disciplina. En juni 6, { dispuesto a patir al nuevo jefe espanol, general Pezuela. Se encontraba éste en Condo sobre el borde occidental de la zona operativa Util. Belgrano. planeé una concentracién de fuerzas para rode: repetir su éxito de Salta. Cardenas, con una fuerza dei bia cerrarle por eI norte, Belgrano por el sudeste desde Vilcapu- gio y Zelaya por el este. Las tres columnas caerfan simultanea- ment Jos realistas. aniquikindolos, al mismo tempo que. Belgr: insurreccione: L-Bajo-Pert: La concepcién era audaz, pero presentaba el defecto de las malas comunicaciones entre_los-tres.cuerpos ¥ de operarse Ia reunii sobre el enemigo y no previamente. Para desgracia de Belgrano la combinaci e descubierta por/Pezuela, que decidié batira las columnas en detalle antes de que Se cerrara el cerco. Carde- nas fue totalmente dispersado, Zelaya no Iegd oportunamente a Belgrano fue atacado_emlaypampa.de Vilcapu- la zona de lucha y r ial 1° ‘e. Las fuerzas eran parejas Y Belgrano come- ealistas tomaran posicion. Los ata- tié el error de dejar que los r c 6 entonces con vigor y estuvo a punto de lograr una brillante encia de la derecha espafiola unida a la apa victoria pero la resist 7 ricién de la columna que batié a Cérdenas por el camino donde a Pezuela, asi como la aparicion de Blu- Ivadas las dis- se esperaba a éstos, salvé6 cher dio el triunfo a Wellington en Waterloo —salvada: tancias entre los dos hechos de armas Las tropas patriotas sus- pendieron su avance y poc0 después el contraataque de Pezuela las disperso:completamente:< w 6. Fue una de las batallas Fe, encarnizadas dela guerra de Ja Indepen- for band sin contar prsioneros Y dispersos. dencia, con mas de 600)bajas Segunda campaia de la Banda Oriental j aamiento digno de mejor suer Belgrano, con un empecinamien”® igt oa dc Bere ne, en érarse hacia el sur, se. movie v6 en Vil en. vez ps Arci edor. Sélo salvé en Vilcapugioyn,~ do sobre si al_-ejércit pero al mes siguiente su diligencia cuarta de sus fuerzas, d Ce ermitido reunir 3.000 hombres. El 14 de noviembre , os hi jvamente confiado en la Victoria, n Ayohuma, exceslv' ‘ D ‘ sents) baal nie 10 ¥ permitio al enemigo rrnaniobrat antes de ve i ie ae! flanqueado y totalmente deshecho, salvando del ja bat be . desastre solo 500 hombres: Se-retiro” S$ sobre el territorig = lazac ando por San May fn, argentino, donde fue rember e192 de enero de 1814." i s realistas ocupal 2 mmlcniras os ea sar Marcin Tetirarse sobre Tucum4, elgr: a_campaiia s altefia con fuerzas irregulares, como ha. defender eo con Dorrego..San Martin. encomend6 es. ampo fortificado en Tucumin, bia empezado a hacerlo tiemes y preparé un ¢: Hl ites ee Piiegd a Salta en mayo, pues las actividades de Arenales y Warnes en Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra perturbaban seriamente su retaguardia, tt Por entonces el mejoramiento de la s cién en Espaiia, y el enyio de refuerzos a Montevide~ permitieron que Tos espanoles pensaran en repetit la frustrada operacin de 1812, pero la efec- tividad de la caballerfa gaucha mantuvo a Pezuela confinado en Salta impidiéndole moverse fuera de la ciudad. Mientras tanto empeoro la situacin de su retaguardia con los combates de Flo rida, Postrer Valle y Samaipata, dados por Arenales y Warnes. Por fin se enteré de la rendicién de Montevideo y comprendié que ya no se justificaba su arriesgada presencia en Salta. A fines de julio de 1814 emprendié la retirada acosado por la caballeria criolla. Las provincias argentinas se habian salvado definitiva- mente y con ellas la revolucién emancipadora. A partir de enton- ces los realistas perdieron para siempre la iniciativa estratégica. éQué habfa pasado mientras tanto en la Banda Oriental? Des- | pejada la amenaza portuguesa y triunfante Belgrano en Tucu- man se pudieron iniciar nuevas operaciones. Artigas volvié ape netrar en el centro del territorio y Buenos Aires envid una divi al mando déSarratea, comandante en jefe de todas Tas tro- Pas en operaciones. A fin del afio181 vanguardia manda- da por Rondeau se aproximé a Montevideo. y ocupo-el Cerri, 15 km al norte de la plaza. ATW Tue atacada el 31 de diciembt Por-una.columna realista, obteniéndose una victoria gracias a8 enauncsa de los oficiales y al valor y disciplina de las wop3s migo. Ts coi crioridad numérica, pero descoordinada del en nsecuencia fue que los realistasse-reph 4 a Ni iN) 7 a ontevideo, que fue Sitiada por segund ba jorid-quedé bajo el control patriota, ””*1040-el resto del fuciendo NM naval espafola y acc —— rei nieaiones dal eercio sitiador con Bienes ee aes Mientras ¢ Bite se prolongaba, dirigido ahora por Rondeau, se deterioraba la situaci6n militar general Por las derrotas ae Belgrano en el norte, el refuerzo de Montevideo desde Espaiia Ja aniquilacion de la revolucién chilena en Rancagua el 12 de oc- tubre de 1814. Mientras se proyectaban negociaciones entre el gobierno patrio y el espanol, a las que hemos hecho referencia en el capitulo anterior, se hizo evidente que M i _po- dia ser rendida sin apoyo nav. cuadra patriot con la que Brown -y tomé Martin” ly 15 de mane de 1814), aisland cuadrilla de Romarate en el rio Uruguay. Luego se dirigié a Montevideo bloqueandola por agua. En el momento en que el coro el mand a gjército siti en _reemplazo dé Rondeau —designado para el gjército del norte— Brown batié totalmente a la escuadra espafio- la que defendia Montevideo frente a las playas de El Buceo, sal- un solo buque realista (16 y 17 de mayo). La victoria na- val decidié la campafia, pues al dfa siguiente el general Vigodet abrié las negociaciones capitulacién de la plaza, que fue- entregada el 22de junio. ~~ aie if La Independencia Se \. 382 La sociedad revolucionaria ) porté también una progresi- i6n que tenian partici- ha hacia la independencia eure 1810 yee implies La march de descolonizacion que S¢. evidencié tan- obviamente Un. roceso de A edillo rioplatense fue -to.en lo politico.como-£* S008" nel Imperio a un f er pasand: ) de..su. condicion-periférica-en- " ape ae central. Esta mutacién se hizo sentir en todas las regiones del ex Virreinato, a través de la participacion de los pueblos en la nue- ya situacion, Y cuando esta intervencion se vio retaceada por al poder central de Buenos Aires, la vocacion por el papel protagé- nico se hizo visible en Ja resistencia y los reclamos a dicho poder. Pero fue en Buenos Aires donde él cambio —de la periferia al centro— se hizo mds neto por su condicién de centro revolucio- nario y cabeza del-nuevo poder. En él aspecto socialél cambio im va ampliacidn delos.sectores de la pobl: pacidn activa.cn los sucesos. ; Hacia Ge Buenos. Aires constituia, con excepcién del Alto Perd, el nucléo-dé-habitantes.mds importante. del Virreinato. Su poblacién excedia de 40.000 almas, de las que los blancos repre soaban un 20, bos negros el 25%, los mestizos el 3% y los in- el 2%. Remantindose hacia el norte el ntimero de mestizos acrecfa.en detrimento-de-los-blancos. También disminuia notablemente.el nuimero.d . a ambién. disminu! éstos sdlo abundaban. ne -GxtCANJErOs, hacia-el interior, ya que dedores.-En Thole’ ontevideo-y- Buenos “kires y Sus 2 abundaban los indios le sppenane x otteLAesPerts 600 todo; i sag omo en las zonas no colonizadas de Mas bien que la jue la aay da a tinguir sus i Seen étnica de la sociedad interesa dis © estratos. La nota caracteristica de la socie ionario es la inexi: i es la inexistencia de una aristocra- erfodo revolu' dad del me! ha. La nobleza no era rep der opismeDe: La nobleza no era repr sentativa c Flo contaba con individuos aislados quit Ont iit i ait : stentaban titu s territoriales de su rango.! see pero no gozaban de las prerrogativa: La cusi ide soc faa la burguest: ide. soc™ P a burguesia, Predomina mente cee ial en el inter ‘ior y mercantil en ina puerios, eab pot pee tee distinios: Ta clase alla y la clase medi : ambas nO habia diferencias étnicas y sdlo se detingatan menor grado =Fespectivamente— de poder eco- occ mayor 0 jal. En fs consecuencia el paso de una a otra era faci (Burguesia ) el pomicoys0ce! y ecuente. ; Ita estaba integrada por | los comerciantes —cuyo por La clase alta de—, por los estan. 9) La clase 4 s Aires y Monitevideo era gran tuales y los militares“de der en Bue cieros TICOS) los profesionales e intel n superior © cuyas fai alia’ pertenecian ‘a_alguno.de ‘ambién la integraba buena par. Jos otros grupos de la ¢ alta. T: te GESTS: 0H formada por los altos funcionarios eclesids- ticos y los sacerdotes cultos que ejercian cargos docentes impor- y que tuvieron actuacion politica. El papel del propietario n esta clase es diverso. En el interior constitufan elemen incia de Buenos Aires su cunstancia qu des estanciero: s or SI decisivas €0 Ja vida de forma mu} lJentame) s un gana het etuviese, cae . " r tigio ejercicio profesional que "redonde: ba’ = Preeios erie La clase media estaba tegr Pe ees jos cares de tes, los jndustriales, los ped ra sta ienecian 2! clase al menor graciaciors 1 pot es ndustriales eran ee tay Tos maestros yelres st nfan gt? - en su mayoria €%! ranjeros: 1 ablica. aumento rrollo. La partici marcadamente durae= — co abun és de Yavi- Tampor -_retevante OFF argu, Buenos “Aires sol dos irre “biliarias: En B ewotucion Ma 1. Una excepcion | Jna excep rdenes epee g de OFAN’ ios Il. ates en la Ta a (ox media : » esta burguesfa, que constitufa el nticleo act; a ) 8S ena xistfan otros estratos inferiors. vice! /p. Lopez distingue la clase baja en dos-grupos-bien-diferena® Uno constituido porjos trabajadores independientes, og tesanos libres-y-los-propietarios-pobres-de-los.suburbios, 3 |," desi; e, en el sentido romano del término. A difer, ate ja burguesfa, en la plebe, ademds del blanco, abundaba o mestizo, sobre todo en el norte del pais. e vivia de changas cuando le era estrictamente necesa- cash Gero, oi ue muchas veces fue perseguido por vago. Estos dos elementos, paisanos y gauchos, se incorporaron, co- lebeyo de la ciudad, a la baratinda revolucionaria icio militar. La leva fue el medio habitual.de-su : por via del S Co” Fr seporacion.al cJecito. La vida militar los sacé frecuentemen- te de sus pagos y los devolvié al cabo del tiempo —a veces afios— s en hombres que ya no estaban dispuestos a tener el convertido: r M | pasivo de su existencia originaria, lo que explica en cierta §, papel P' medida la entusiasta participaci6n del hombre de campo en las contiendas civiles.. Por fine el campo, el indio tenfa una presencia indiscutible. \ Existfan_cier! léos_de-indios_asentados fronteras_adentro “que disfrutaban en forma més o menos irregular de algunas tie- sy desgajados de ellos otros que habian acabado afincando- % Pp estancias. Pero sobre todo era incuestio- nable la presen ia del indio como elemento marginal a Ta socie- dad, eLindio de frontera 1 afuera, con gu mundo propio y su ame- . naza latente, que por estos afios se transformé en coexistencia habitualmente pacifica. Estos indios tenfan intensas relaciones Jos pobladores fronterizos, negociando ganado » yproductos de la pampa. * “La conmocién revolucionaria alteré esquemas sociales y creé _ nuevas tensiones de una sociedad sdlidamente jerarquizada, © donde el linaje y Ja limpieza de sangre tenian un prestigio adqui- © Fido, se quiso pasar snscientemente a otras basadas en elméri- [\' | to personal y donde igualitarismo € individualismo fueron notas | / t tales. Pero este igualitarismo no exclufa ciertas oposiciones. El ex-_ / tranjero fue bien tratado en el Rio de la Plata y las limitaciones ! que debié soportar de las reglamentaciones y leyes le fueron siempre compensadas por el acogimiento de los habitantes. Pe- ‘ ro luego de la revoluci6n su § situaci6n se hace. adamente fa ‘ worable. Se lo mira como un elemento de progreso, a veces in- { duso como un aliado en la guerra contra 'os @spaioles euro- Peos. El espiritu de novedad y el ambiente cosmopolita de Bue- ae al = comerciales c ee 4, Mariluz Urquijo, José M., Prayecciones de la revolucién sobre lo econé- nico y lo social, Tercer Congreso Internacional de Historia de América. Buenos Aires, 1961, tomo Il, pags. 119-20.

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