Está en la página 1de 114

CONTENIDO

2 DEL DIRECTOR 70 José Cestero


Basilio Belliard Marianne de Tolentino

5 Pedro Peix: otra forma 72 Santa Teresa de Jesús


de nombrar la nostalgia Mujer transgresora y poeta mística
Ángela Hernández Jesús Losada

13 Cristóbal Colón: la duda compar- 79 Roland Barthes. Una Introducción


tida Basilio Belliard
Guillermo Piña-Contreras

17 La autobiografía poética de
86 Apología de la poesía
Raynaldo Pierre Louis
Soledad Álvarez
Basilio Belliard 91 Gonzalo Rojas, práctica y teoría
poética
21 La narratología de Roland Marco Martos
Barthes: Del estructuralismo a
la lectura hedonista. Centenario
de su nacimiento.
97 El “silencio” Vallejo-Cabral de Melo
Neto: un Neruda elocuente
Olivier Batista Lemaire Pedro Granados

27 Roland Barthes 103 Poemas de Orlando Morel


y el placer de leer (De su libro La otra memoria)
Plinio Chahín
105 Poemas de Jota Kintana
33 Marc Augé
Otras escenas sobremodernas
Héctor Pavón
109 Reseñas

37 Estudio experimental de los


perros
Cuento
Yuniris Ramírez

40 Yves Bonnefoy: “La sociedad

1 CP
sucumbirá si la poesía se
extingue”
Yves Bonnefoy

45 Traslación de Barthes
La canción del otro Rolando
Adolfo Castañón

49 Gilles Lipovetsky
Entrevista
Alejandrina Ponce Avilés

57 La filosofía como literatura


de conocimiento en Eugenio
Trías
Domingo de los Santos
DELDIRECTOR Basilio Belliard

La desaparición de muchas revistas literarias en el mundo ha replanteado las


funciones y los desafíos del pensamiento humanístico actual. El estatuto de la
crítica en el ámbito cultural ha transformado el destino de las reseñas de libros y la
divulgación de las producciones intelectuales. Así pues, las revistas literarias son
el espejo del mundo cultural, y encarnan, en efecto, el devenir de las creaciones
verbales. Es imposible pensar la historia de la literatura moderna al margen de la
historia de sus revistas, que le imprimieron fisonomía, sentido e impulso. Pueden
contribuir a la comprensión de un tiempo histórico y servir de puente colgante entre
el pensamiento literario y la historia. Además, coadyuvan a articular el tejido cultural
entre las letras y las ideas. Crítica y creación son pues los puntos cardinales de una
revista cultural, y a la vez constituyen la respiración que alimenta una tradición literaria.
Espacio para el diálogo de una tradición intelectual, las revistas funcionan como
dinamo que aporta la higiene crítica necesaria para la libertad de creación.

Así pues, País Cultural es un signo de resistencia ante los avatares y oscilaciones
de nuestra época. Aporta una vocación exploratoria en los surcos de las ideas, tras
el conocimiento y la búsqueda por garantizar un tiempo fértil para vehicular las
imágenes y el pensamiento. Desde su raíz cultural, esta revista aspira a erigirse en
un foro de las letras y las artes. Este instrumento editorial es el resultado de una
pasión compartida, y a la vez, expresión de una vocación apasionada, articulada en
equipo, entre la Dirección de Gestión Literaria y la Editora Nacional. Su filosofía la
sostienen la teoría, la creación y la crítica, cuyas raíces se expanden en el territorio
de sus diversos lenguajes expresivos. De ahí que su función reside en la generación
de ideas y en la producción de imágenes artísticas, de trasfondo humanístico. De
modo que su vocación esencial estriba en escuchar el latido del arte y la respiración
de la cultura. Tiene una vocación cosmopolita y universalista, pero desde una raíz
nativa, esa que brota de la superficie de nuestra cultura nacional. País Cultural
PC 2 siempre ha perseguido mantener visible nuestra tradición literaria y humanística,
pero en diálogo permanente y enriquecedor con el presente, sin obviar el valor de
la crítica, no la diatriba estéril, sino la que mora en la defensa de la imaginación
libertaria y la palabra creadora, que critica el silencio sordo. Esta revista es, en
efecto, un retrato móvil de la vida cultural y literaria dominicana e
hispanoamericana. Encarna el espíritu crítico del clima editorial del país. Es
asimismo la historia de una conversación plural de sus páginas con sus
colaboradores y sus lectores, que se enriquecen y avivan en cada número.

Este órgano intelectual y cultural del Ministerio de Cultura busca ofrecer una visión
del mundo, de las letras y las artes para un público general, no necesariamente
especializado, ni estrictamente académico, ya que su función reside en estimular
una sinergia dinámica y abierta entre lectores y autores. Persigue además
conquistar un lector apasionado y fervoroso, capaz de restituirle a la palabra su
estatuto sobre las cosas, y arrojar luz sobre el bosque de los avatares del
pensamiento. Reivindica asimismo la concepción del saber como fuente de
comprensión del mundo que ilumina el camino de las palabras y las imágenes. Su
filosofía editorial descansa en el hecho de crear un lector crítico y un autor creativo
esencial y protagónico, cuyo eje motriz es el ensayo, que actúa como puente de
mediación entre la filosofía y la poesía.

Refugio de voces protagónicas del concierto de las letras del continente mestizo,
esta revista es, a un tiempo, testimonio de la historia del presente, en cuyas páginas
confluyen y convergen autores jóvenes y consagrados, foráneos y nativos,
ultramarinos y provincianos.

La vocación central de País Cultural, desde su fundación, reside en animar la


reflexión, estimular el comercio entre sí de las imágenes y propiciar el diálogo de
las ideas, que es el alimento de la libertad y el mejor antídoto contra la intolerancia.

En este número podemos leer el luminoso ensayo nostálgico de Ángela Hernández


–Premio Nacional de Literatura 2016– a propósito del fallecimiento de nuestro
laureado cuentista Pedro Peix; dos entrevistas al afamado etnólogo francés Marc
Auge y al poeta Yves Bonnefoy, respectivamente; un ensayo del poeta español
Jesús Losada acerca de Santa Teresa de Jesús, en el quinto centenario de su
nacimiento; Domingo de los Santos nos habla del filósofo español Eugenio Trías,
en un enjundioso ensayo; un artículo de Guillermo Piña Contreras sobre la histórica
polémica de los restos de Colón en Santo Domingo; poemas de Orlando Morel y
Jota Kintana y un cuento de la joven escritora Yuniris Ramírez; dos ensayos de los
poetas peruanos Marcos Martos, acerca de Gonzalo Rojas, y Pedro Granados, sobre
César Vallejo, respectivamente; Alejandrina Ponce realiza una interesante entrevista
al filósofo Gilles Lipovesky; Adolfo Castañón, Plinio Chahín y Olivier Batista Lemaire
escriben sobre Roland Barthes, en ocasión de primer centenario de su nacimiento,
a propósito de un coloquio organizado en la Biblioteca Nacional por la Dirección de
Gestión Literaria del Ministerio de Cultura, la Embajada de Francia y la Cátedra
Henri Meschonnic de la UASD. En fin, los lectores de País Cultural tienen en esta
entrega un abanico de opciones temáticas y dinámicas versiones expresivas, como
de costumbre.
3 CP
Este número 19 está dedicado al maestro de la pintura dominicana José Cestero,
en ocasión de obtener recientemente el Premio Nacional de Artes Visuales 2016,
otorgado por el Ministerio de Cultura, a través del Museo de Arte Moderno, y de
ahí que sus obras ilustran esta edición con su inconfundible estilo, maestría técnica
y magia cromática, en esta entrega con la que arribamos al décimo aniversario de
la fundación de esta revista cultural y artística.

En fin, poesía, cuento, reseñas de libros, entrevistas, artículos y ensayos conforman


la articulación temática de este número, que habrá de servir de colección a los
seguidores y amantes de este medio informativo y divulgativo de la clase intelectual
y artística del país cultural dominicano.
PC 4
Ángela Hernández

pedro peix: otra forma de nombrar la


nostalgia

En el año 2006, en la Feria el libro de ese con Kipling que el mundo no es que este
año, Basilio Belliard me invitó a partici- mal hecho:
par en un coloquio sobre Pedro Peix. Lo
que aquí comparto son los apuntes en los es que está sin hacer. Podemos im-
que apoyé mi disertación, más bien oral. pacientarnos y pedirle un orden,
Los guardé con la intención de escribir un pero es más deseable recrearlo y
texto crítico sobre este autor, uno de los darle un orden verbal, una posibi-
más grandes cuentistas de la región. Los lidad de ensueño, una creación/,
diarios trajines desplazaron ese propósi- sin pretender que /un universo de
to, pero, cada cierto tiempo, venía a mi palabras sea una solución a la rea-
memoria el rostro lleno de intensidad y lidad sino realidad en sí, construc-
emoción de Pedro Peix cuando, al con- ción desde la mirada1.
cluir el coloquio, se acercó y me dijo:
“Ángela, siempre defenderás mi obra, Vistas así las cosas, me animo a entrar
¿no?”. Y yo le respondí: “No tengas nin-
guna duda al respecto”. Nos reímos.
al universo de Pedro Peix como a una rea-
lidad en sí. (“El hombre tiene un reino
5 CP
Aquellas palabras se dijeron medio en se- interior contra el que nada pueden las pa-
rio, medio en broma. lizas de afuera”2). Enseguida me percato
Pedro Peix es un verdadero rebelde de de dos situaciones:
las letras dominicanas, tanto en lo perso- La primera. El análisis siempre puede
nal como en su crítica social. Pudo haber sesgar, o bien cegar, un texto. Hay que
sido un político, pero él podría afirmar andarse con cuidado, sobre todo, como es

1
Kipling Rudyard. Algo de Mí Mismo. Editorial Pre-Textos. Primera edición noviembre de 1998.
Madrid. Pág. 7
2
Kipling Rudyard. Algo de Mí Mismo. Editorial Pre-Textos. Primera edición noviembre de 1998.
Madrid. Pág. 8
el caso que nos ocupa, cuando se trata de dad mental, trueques y cálculos oportu-
una obra abundante, que ha mantenido nistas. Un espíritu, como el de Peix, que
un dinamismo expresivo y estético que se atreve a defender su palabra, aunque
lejos de anquilosarse parece nunca agotar censuren sus artículos y traten de anular
las aventuras de la imaginación y de la for- su voz, que desafía todos los duros po-
ma. (Parece coincide con la norma de Ki- deres que rigen la vida social dominica-
pling: “En cuanto veas que sabes hacer na, ha de admirarse porque en verdad
algo, haz algo que no sepas”3). mueve a respeto.
La segunda. Los textos de nuestro au- Nadie ha percibido a Pedro Peix con
tor se prestan a tan variadas lecturas que es mayor definición que el extraordinario es-
un tanto difícil elegir un ángulo o tema critor italiano Danilo Manera. Tal vez por-
marginando otros. Pero, como uno de los que este amigo oriundo de la patria de
pecados frecuentes de método es abarcar Dante y Marco Polo posee un ojo verda-
más de la cuenta, cayendo en divagaciones deramente privilegiado puesto que aúna
o pretenciosas fórmulas, estaba conmina- rigurosa perspectiva académica y un alma
da a elegir un aspecto de la obra o un texto apasionada que con vocación por las ruptu-
particular. ras y los descubrimientos. Manera describe
Me permito decir que esta exposición a Peix, y no podemos dejar de sentir una
solo quiere convertirse en el punto de par- corriente de afinidad entre estos dos hom-
tida que me desafíe a continuar conocien- bres, pertenecientes a esa fraternidad del mar,
do y trabajando, en la mejor manera que aquella que acerca los signos y destinos,
pueda hacerlo, la cuentística de Pedro Peix. mediante los viajes, las aventuras y encuen-
tros posibilitados por la imaginación.
Pedro Peix: Definición Y Perfil
[Pedro Peix] Es un dandy in-
De él se hacen y se seguirán formulan- cómodo, intemperante y con la
do numerosas y contradictorias calificacio- genialidad del artista maldito, via-
nes. Ante su personalidad no es posible jero empedernido y asiduo de la
guardar indiferencia. Un dandy, al estilo noche. De sangre ardiente tanto en
Lord Byron, un príncipe de la palabra, un la polémica intelectual como en
narcisista, un bacante, misógino, temera- lo carnal, se declara consagrado a
rio y de temer, lujurioso, paradójico y explorar hasta el fondo la existen-
maldito, al estilo Céline, irreverente y es- cia; elitista y heroico, de mil ofi-
candaloso, desdeña el reconocimiento, cios y ninguno, aparte de la escri-
abomina de los espíritus intelectuales ren- tura, que es para él como un irre-
didos ante las mieles envenenadas del po- nunciable reto amoroso. Las úni-
PC 6 der, infatigable… cas señas de identidad que conoce
De mi parte, algo me atrevo a afirmar. son las del honor, imperiosas y
Pedro Peix es un espíritu libérrimo, sin puras, mientras que considera la
medir costos ni riesgos. En atmósfera ami- dignidad poco menos que facha-
ga, irradia una energía hermosa e incitan- da y artificio burgués.
te. Y, aun cuando no se disienta de sus ideas Melena densa y larga, bigotes
o enfoques, obliga al respeto por simple muy cuidados, me recibe elegan-
contraste. Es que estamos asfixiándonos temente vestido en un amplio sa-
en un mar de arreglos, concesiones, labili- lón de muebles y objetos de gusto

3
Kipling Rudyard. Algo de Mí Mismo. Editorial Pre-Textos. Primera edición noviembre de 1998.
Madrid. Pág. 206
refinado, fumando puros y be- realizó sus estudios primarios en México
biendo un café tras otro. Sobre la y Panamá, y completó su educación se-
mesa, una máquina de escribir cundaria en Guatemala y Costa Rica. Es-
Smith Corona de época con una tudió Derecho en la Universidad Pedro
hoja amarillenta.4 Henríquez Ureña.

De su parte, Peix le ha confesado a Tenía solo 22 años al momento de


Manera: “Aquí los escritores hacen otras publicar su primera obra, la novela El Pla-
cosas, les falta agallas para saltar al va- cer está en el Último Piso. Había publica-
cío, arriesgarse a romper las naves y pro- do algunos cuentos y poemas y escribía en
fundizar completamente en la literatura el Listín Diario. Ha pasado la mayor parte
a través de la vida”5. Esta opinión sobre de su vida viajando. “Siempre sin pausa,
sus colegas coetáneos deja al desnudo lo atropelladamente de un lugar a otro”7.
que es el fundamento de su propio arte El Peix viajero… tal vez sea la clave
escritural. de muchas de sus obsesiones y apuestas.
El Peix que habla en confianza con Nos lleva a percibir esa dimensión de es-
Danilo Manera, declara que “no hay tierra critor que se bate a duelo con tantos, que
firme para sus sueños”. En él aflora el críti- precisa batirse a duelo, porque en ese mo-
co social y, en pocas palabras, condena vimiento tenaz su sangre circula, se oxige-
todo el establisment de desequilibrios apa- na. La insularidad cultural simplemente le
bullantes y subordinaciones de conciencias: resulta aterradora, inaceptable a sus bríos
y experiencias sensoriales.
Se quiere homogenizar el pen- Ya en su primera novela se encuentran
samiento, negar toda transgresión las pistas de muchos de sus temas. Tam-
al vacuo fluir de la sensatez y de la bién pueden rastrearse en ella el lugar que
resignación. Se critica al nihilista, ocupa la Zona Colonial en la memoria del
en vez de criticar al usurero. No se autor, así como las huellas de sus escrito-
permite decir que la voluntad po- res más queridos.
pular está todavía en manos de un Las dos citas con las que se inicia el
grupo de poder económico conso- libro revelan puntos relevantes del univer-
lidado, que no somos soberanos so creativo del escritor. En la primera, Ber-
porque nuestra democracia está su- trand Russell, advierte que “El escritor que
jeta a constantes controles y al visto trata un tema sexual corre siempre el peli-
bueno de los demás, desde el Fon- gro de que quienes opinan que esos temas
do Monetario Internacional a la no deben mencionarse lo acusen de des-
Casa Blanca. Y a mí no me apetece medida obsesión por el asunto”. La di- 7 CP
nada que mi país se convierta como mensión erótica (y casi puramente sexual
mucho en un paraíso fiscal6. * en ocasiones) se manifestaba ya como
una de las vetas de la literatura de Peix.
En la contraportada de su primer li- La cita podría tomarse como una aclara-
bro de cuentos, Las Locas de la Plaza de ción, una defensa o una explícita declara-
Los Almendros, se nos informa que Pedro ción abierta mediante la cual el joven escri-
Peix nació en Santo Domingo, en 1952, tor daba cuenta al público sobre su talante.
4
Manera, Danilo. Cuentos dominicanos (una antología). Ediciones Siruela. Madrid 2002.
5
Citado por Danilo Manera en la obra mencionada.
6
Citado por Danilo Manera, obra mencionada. Pág. 243
7
Peix, Pedro. El placer está en el último piso. Editora Cultural Dominicana. Santo Domingo, 1974.
La segunda cita, de Dostoievski, nos hace diálogos tejiendo un murmullo atempo-
saber la importancia de “la gente vulgar en ral y cautivante. Me llamaron la atención
la creación literaria, pues es en todos mo- de manera particular el vuelo de la nos-
mentos la llave y el punto esencial en la talgia, los personajes femeninos tan de
cadena de asuntos humanos”. nuestra cultura y al mismo tiempo tan
En la contraportada de la novela se universales, el peso de la fatalidad, y no
informa que en la misma “se describen los menos, la poesía que lava incansablemente
hábitos sexuales de seis hermanas, aunadas esa realidad.
todas por un lazo mágico, genético, com- El verdadero personaje, el central, el
pulsivo, voluptuoso: el goce ilimitado de que unifica como una corriente subterrá-
los sentidos”. Se comenta, asimismo, que nea todas las historias, es la nostalgia. Una
desde sus primeros escritos, Pedro Peix ha flor entre el cruce de dos sombras. Nos-
mostrado un gran interés “por la descrip- talgia de belleza y frescura. De amores flu-
ción precisa de los olores, los sonidos, las yentes. Lo que derrumba no es el tiempo
reacciones del tacto y la perspicaz exacti- sino la falsedad. Ambientes, por momen-
tud de la vista”. “La poesía del sexo es cruda tos, al estilo Comala, porque estos dos
y nada exultante”, afirma el propio autor. hombres parecen conversar en la ultra-
Las frases más elocuentes de la men- tumba. La maravilla y la transgresión. La
cionada presentación nos hacen pensar violencia contra la inaceptable e inconce-
en El Placer Está en el Último Piso, como bible libertad sexual de las mujeres. El es-
obra con acusados rasgos autobiográficos. carmiento que se convierte en autocasti-
Se trata de un joven con un fuerte talento go. Personajes encantados en sus destinos.
creativo al que le arde la carne tanto como La muchacha, que pudiera resultar una
el alma, deseoso, casi exasperado, por ha- malvada, es, no solo linda y apetecida
cer saltar las conductas anquilosadas y las entre todas, sino la más exenta de perver-
convenciones que presiente esclavizantes. sidad. Casi una niña. Muy pobre. Muy li-
En su estudio sobre Colette, Julia Kris- bre. Los hombres la admiraban, la desea-
teva, hace una cita de la escritora francesa, ban, la gozaban. La destruyeron. Un cadáver
de quien dijo que tomó la escritura como que olía a nardos.
un pretexto para el asombro: “Entre lo real A pesar de que el realismo mágico, en
y lo imaginario, está siempre el lugar de la auge por ese tiempo, deja sentir su influen-
palabra, la palabra magnífica y más grande cia en la manera de nombrar los persona-
que el objeto”8. jes o mostrar los espacios (podemos sentir
a Rulfo y a García Márquez), el sello esti-
Nostalgia lístico de Peix se define con un cierto po-
der que irá acentuándose con el tiempo,
PC 8 Pensaba hablar de los cuentos más ce- en una perenne búsqueda y renovación en
lebrados de Pedro Peix, pero al leer Las las que gana corporeidad, precisión y vida
Locas de La Plaza de los Almendros, reparé propia.
en la importancia de estos textos primeros Los llamados temas sociales se hacen
para conocer al autor. Ya en ellos se mues- presentes en parte de estos cuentos. Re-
tra la fuerza narrativa, alimentada por una cordemos que estamos en los setenta, en
imaginación fecunda, una visión poética y una sociedad polarizada políticamente y
el diestro empleo de voces múltiples que reprimida en sus libertades esenciales. En
plasman historias casi visuales, táctiles; los estos temas Peix será el mismo, imprimiendo

8
Colette, Provence, en Jorunal a rebours, PL, IV, pág. 203. Citado en Kristeva Julia. El Genio Femenino.
#. Colette. Paidós. Primera edición. Buenos Aires. 2003
9 CP
a sus narraciones un hilo totalmente aleja- En “El Batallón Azul”, se muestran los
do de panfletarismo. No hay compromi- mundos distintos de las mujeres y los hom-
so más que con el narrar, pero en ese na- bres en cuanto a la guerra y el patriotismo.
rrar late una conciencia conmovida por las
tradiciones abusivas que ha hecho de prác- Abuela dice que el cielo de la
ticas malvadas las fuentes de enriquecimien- tarde está en las banderas. En to-
to por un lado y de vejaciones y miseria das partes, mi hijo, resbalando por
infinitas por otro. los balcones, derramándose por las
En el cuento “Las comadres de Loma repisas de las ventanas, temblan-
Blanca” las voces, principalmente femeni- do en las puertas están las bande-
nas, van relatando como la gente del pue- ras. Hoy es día de fiestea, día de
blo va perdiendo todo, primero lo mate- flores apretadas en las manos, de
rial cotidiano, luego la tierra, el sosiego, el pañuelos a la altura del llanto.
libre albedrío, la vida, en un proceso de-
moniaco, brutal. Es un cuento que se ins- “Sucedió en Barrancas” es un cuento
cribe temáticamente, y por su contunden- cinematográfico, como muchos otros de
cia, en el ámbito del desarraigo y expolia- Peix
ción a los campesinos y campesinas, acom- Miedo, patriarcalismo, per-
pañados de la manipulación e intimida- versidad, tiranuelos, la violencia
ción de los codiciosos e inescrupulosos contra las mujeres, la codicia…
políticos, quienes van apropiándose de las Los importantes son derrotados
tierras, los espacios, la voluntad, las iden- por el tonto, el retrasado, el único
tidades. En los diálogos, la gente del pue- con verdadero valor y valores. La
blo, nos transmite su angustia, tensión y venganza de los abusados, de los
vulnerabilidad. más pobres.
Primero desapareció el colador, la hi-
guerita de limpiar arroz, la cama, las paredes: Soberanía y nostalgia

Ya Loma Blanca no es la de La libertad, individual y colectiva, es


antes, las paredes y los muros están algo extremadamente necesario y extrema-
llenos de papeles con la cara de un damente frágil. Difícil resulta de despren-
Hombre que no conocemos, y en derla del dúo libertad-control. Nietzsche
muchas casas también está su re- decía, más o menos, que control o domi-
trato colgado de la pared, al lado nio era la palabra clave en la historia. La
del Sagrado Corazón de Jesús y la lucha por el control de un ser humano
PC 10 Virgen de la Altagracia, el mismo sobre otro, de un grupo sobre otro grupo,
alcalde ha mandado a colocar un de una raza sobre otra, de un sexo sobre el
letrero bien grande en el techo de otro, etc., define la trama de la historia hu-
su casa donde aparece el nombre mana. Pero lo mismo podría afirmarse de
de Dios al lado del nombre del la libertad. Todas las luchas humanas, en
Hombre: incluso muchas mujeres última instancia, han significado una ten-
que andan para arriba y para abajo sión, un esfuerzo, un sacrificio hacia y por
con sus pañuelos blancos en la ca- la libertad.
beza, han hecho en hogares un al- De alguna manera intuitiva, sabemos
tar con la imagen del Hombre9. que al perder libertad perdemos el alma.

9
Peix, Pedro. Las Locas de La Plaza de Los Almendros. Santo Domingo, 1978. Editora Profesional. Pág. 59
Experimentar a Dios, iluminación aún no nos han cercado las nociones tem-
inexplicable, qué es sino sentir cómo la li- po-espaciales, ni el concepto de límite, ni
bertad encarna y pone en trance la mate- el destino de separación. El auténtico poe-
rialidad que somos; carne, forma viva. ta, el demiurgo, transforma esta intuición
Experimentar la libertad es sentir la ilimi- de inmanencia y pérdida en conocimiento
tación. Lo imposible. e imaginaciones coherentes.
Pero solo sabemos que estamos per- Perdonen la digresión. Viene al caso
diendo el alma, cuando nos sentimos bor- porque la he escrito a propósito de leer
dear el estado de sofocación. Intuimos la con atención el libro Las Locas de la Plaza
vaga y constante amenaza. Nos enferma- de Los Almendros, la segunda obra publi-
mos de los huesos y el ánimo, aunque cada por Pedro Peix, la que va a mostrar-
continuemos funcionando en todas las nos un abanico de temas profundamente
rutinas. humanos y nuestros, sacando provecho de
La libertad reside y emana de la ino- los nuevos rumbos de la narrativa latinoa-
cencia. De ese estado de gracia en el que mericana.

. Ángela Hernández
11 CP
Poeta, narradora y ensayista, nació en Jarabacoa en 1954. Es Premio Nacional
de Literatura 2016, la máxima distinción de las letras dominicanas. Estudio in-
geniería química. Es Premio Cole de novela con Mudanzas de los sentidos, Pre-
mio Nacional de Cuentos por Piedra de sacrifico y por La secta del crisantemo y
Premio Nacional de Poesía por su poemario Alicornio. Es además fotógrafa y
activista feminista. Sus textos han sido traducidos al inglés, francés, italiano,
islandés, noruego y bengalí. Dirigió la revista literaria Xinesquema de la Editora
Cole. Es miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua. Es
Premio Caonabo de Oro y Premio Logomarca, Pluma de la Excelencia, Premio
Círculo Supremo de Plata, Jaycess, entre otros. Es además autora de las novelas
Metáfora del cuerpo en fuga y Charamicos; de los ensayos La emergencia del
silencio y La escritura como opción ética; de los poemarios Arca espejeada y
Telar de rebeldía y de los libros de cuentos Alótropos y Masticar una rosa.
PC 12
Guillermo Piña-Contreras

Cristóbal Colón: la duda compartida

El Caribe, en su edición del 3 de junio como perros de porcelana y la tinta ha co-


del año en curso [2003], daba cuenta en- rrido a flote sobre páginas y páginas sin
tre sus noticias principales de que la Uni- que el enigma se disipe.
versidad de Granada había exhumado los Mientras el ADN no arroje sus resul-
restos mortales del que los españoles su- tados la historia de la tumba de Colón sig-
ponen que en vida fuera Cristóbal Colón nifica, para los dominicanos, un asunto de
así como también los de Hernando, el hijo fe más que de convicción. Sin embargo,
bastardo del gran Almirante, que reposan existe una maravillosa obra de Emiliano
en la Catedral de Sevilla desde que, a fina- Tejera, Los restos de Colón en Santo Do-
les del siglo XIX, fueran trasladados de La mingo, reeditada por la Sociedad Domini-
Habana a Sevilla. Se trata de practicarles cana de Bibliófilos en 1986, escrita y pu-
un examen genético que podría poner fin blicada al calor de los acontecimientos en
a la polémica que se inició el 10 de junio 1878 y 1879, que investiga con la minu-
de 1877 cuando el canónigo Francisco Ja- ciosidad de un detective del FBI la histo-
vier Billini descubrió en una bóveda de la ria de los despojos mortales del redondea-
Catedral de Santo Domingo, en una urna dor de la tierra luego del macabro descu-
de plomo, unos despojos humanos acom- brimiento del Padre Billini y expone una
pañados de inscripciones que restaban ve- tesis que los concernidos españoles no han
racidad al hecho de que los restos morta- aceptado. Tejera plantea una hipótesis apa-
les de Cristóbal Colón habían sido trasla- sionante y amena que nos conduce, con
dados a La Habana en 1795. un estilo elegante y de gran escritor, a leer
Al parecer el error de urna se debe a la e interesarnos en una polémica de siglos 13 CP
precipitación de las autoridades hispánicas cuya actualidad se la da el interés de los
en su deseo de dejar el territorio de La Es- españoles por ponerle punto final a la porfía
pañola que había sido cedida a Francia en y, al mismo tiempo, descanso eterno al ilus-
uno de los acápites del Tratado de Basilea tre navegante cuyo origen genovés tam-
firmado el 22 de julio de 1795, pues todo bién es puesto en tela de juicio.
deja a entender que los restos que fueron Si seguimos con atención la tesis de
trasladados a Cuba eran los de Diego Co- Tejera, a pesar de ciertos límites que él
lón, el hijo mayor del insigne Almirante mismo reconoce, hay que admitir que
descubridor del Nuevo Mundo. Desde el Colón reposa en Santo Domingo después
encuentro fortuito del padre Billini, Es- que María de Toledo, su nuera, lo trajera
paña y República Dominicana se miran en 1540 ó 1544, si no se acepta la fecha de
1536 que es la más corriente con el pre- Domingo en una fecha que puede ser
texto de que en esa fecha la Catedral aún 1536, 1540 ó 1544, pero ya había sido
no estaba terminada. Para Tejera su hipó- atestada en España desde 1520 y el Conti-
tesis reposa en la ubicación de las urnas y nente se había comenzado a llamar así desde
en que las lápidas que las cubrían no lleva- 1509: “Si en la inscripción de la caja se
ban inscripción alguna por lo que es vero- quería dar a Colon el calificativo de Des-
símil que se hayan equivocado de bóveda cubridor, poco importaba a los que tal
al momento del traslado hacía La Habana pretendían designar la cosa descubierta con
en 1795. “De las dos bóvedas contiguas”, el nombre de Indias o con el de América,
escribe EmilianoTejera, “los españoles ya usado desde 16 años antes en la misma
abrieron, no la pegada al muro, que era la España. El nombre de América tal vez pa-
que encerraba los huesos del Primer Al- rezca estraño en la inscripción pero no es
mirante, sino la otra, la que guardaba los imposible que pudiera usarse, i nadie pue-
de su hijo D. Diego, i que solo estaba se- de asegurar que no se usó, mientras no se
parada de la primera por una pared de 16 encuentren documentos auténticos que lo
centímetros de grueso. A la segunda bóve- contradigan” (p.41)..
da es a la que conviene mejor la designa- Moreau de Saint-Méry, el cónsul fran-
ción de Hidalgo: entre la ‘pared principal i cés que visitó la parte española de la isla
la peana del Altar Mayor’. Ambas bóvedas antes de que fuera cedida a Francia, precisa
están sobre el Presbiterio, ambas del lado en su Descripción de la parte española de la
del Evanjelio; pero la que contenía los res- isla de Santo Domingo, citado por Tejera,
tos de D. Cristóbal Colon estaba i está que cuando indagó sobre la tumba de
pegada a la pared, i aun entrando algo en Colón se le dijo que estaba en la Catedral,
ella, mientras que la que encerraba los de pero que no se le indicó el lugar preciso
D. Diego estaba entre esa misma pared i la donde se encontraba porque las lápidas no
peana del Altar Mayor, o mejor dicho en- tenían inscripción. El testimonio de Mo-
tre esta i la bóveda del Primer Almirante.” reau de Saint-Méry fortalece la tesis de
(p.19). Emiliano Tejera en el sentido de que se
La descripción de la urna que descu- habían llevado para La Habana los restos
brió el Padre Billini el 10 de septiembre de Diego Colón y no los del Primer Al-
de 1877 en el presbiterio de la Catedral, mirante.
bajo la pluma de Tejera, es digna de un Los supuestos restos mortales del Al-
novelista. Sus detalles nos dan la impre- mirante de la Mar Océano fueron trasla-
sión de que estamos frente a ella y de que dados a La Habana con una majestuosa
se trata de la que realmente contiene los pompa que, hasta el descubrimiento del
PC 14 restos del ilustre Almirante. Su hipótesis Padre Billini, formaba parte de las leyen-
es aún más convincente cuando transcribe das sociales de los dominicanos durante
las inscripciones que ornaban la urna: “D. los primeros 77 años del siglo XIX. Una
de la A. Per Ate” lo que se traduce por “Des- majestuosidad digna de lo que Colón re-
cubridor de la América. Primer Almiran- presentaba, post-mortem, para la Corona
te”. Sin embargo, es la palabra “América” española. Más de dos siglos han transcu-
en dicho sarcófago lo que Tejera acepta rrido desde que Billini hizo el encuentro
como una limitación para sus argumen- fortuito con las cenizas del osado navegante
tos, pues con la seriedad de un lingüista y de que Emiliano Tejera expusiera su fa-
reconoce que el sustantivo América no era bulosa tesis digna de un agente del FBI y
usual para la Corona española cuando fue- del cine policiaco norteamericano. Para
ron trasladados los restos de Colón a Santo República Dominicana Don Cristóbal
Colón y su inseparable “fucú” reposan en
el Mausoleo del Faro que lleva su nom-
bre. Para España, poner en manos de cien-
tíficos las cenizas de los Colón que repo-
san en la Catedral de Sevilla es reconocer
plausible la tesis de Emiliano Tejera en Los
restos de Colón en Santo Domingo y, al
mismo tiempo, hacer aún más hermético
el enigma que los dominicanos, sea cual
fuere el veredicto, compartirán eternamen-
te con los españoles.

15 CP
. Guillermo Piña Contreras

Ensayista, editor, periodista, traductor y crítico literario. Nació en San Juan de la


Maguana, en 1952. Editó en las Obras Completas de Juan Bosch. Ha sido Emba-
jador de la República Dominicana en Francia, Argentina, y actualmente en Ho-
landa. Es miembro de la Academia Dominicana de la Lengua. Ha traducido al
francés a Juan Bosch y a Bernardo Vega, y al español a Henri Meschonnic, Lionel
Richard y a Paul Mironneau. Es autor de las novelas La casa de Leonor y de
Fantasma de la lejana fantasía y de los libros Doce en la literatura dominicana,
Enriquillo: el texto y la historia, Juan Bosch: un hombre de su tiempo (documen-
tal), Juan Bosch: imagen, trayectoria y escritura, En primera persona: entrevistas
con Juan Bosch, Huellas de amor y Los intelectuales y el poder.
PC 16
Basilio Belliard

La autobiografía poética
de Soledad Álvarez

Vuelo no por el aire del mundo sino por La obra poética de Soledad Álvarez -
el río de la vida onírica. Poesía escrita des- que comprende tres libros- no es un esca-
de el paisaje espejeante de la sensualidad. pe hacia abajo sino hacia arriba; represen-
Fresco conversacional, la poesía de Sole- ta una pasión estética encarnada que re-
dad Álvarez revela el paisaje interior de la fleja “un incendio sin llamas ni cenizas” -
experiencia estética del cuerpo, en su dis- como nos dice en su primer poemario,
curso, el cual alcanza su máxima potencia Vuelo posible. Su poesía tiene un tono
sensible, el lenguaje estético del cuerpo, en imperativo y, a veces, desemboca en un
su sentido sensorial, amatorio y erótico. monólogo con su yo interior, que se abis-
Su escritura poética es la expresión de un ma en el aire o cae al vacío de la gracia y
espectáculo circense, con los riesgos mor- del milagro. Poesía que toca el límite de
tales que implican los azares de la vida. Sus la muerte, el borde del sinsentido y el filo
versos semejan lances de dados que ope- de la vida. La poética de la autora de Las
ran como imanes, en sus itinerarios: esta- estaciones íntimas está ebria de sentidos,
llan en la página al son de encabalgamientos tiene sed de eternidad, está escrita en tran-
y ritmos versales. ce sinestésico, en estado de vigilia del ser;
La poesía de Soledad Álvarez siempre no en estado de melancolía sino de deseo
está marcada por su vida: es la obra de su eufórico y sangrante. Poesía labrada para
autobiografía, la que escribe en duelo con los sentidos -y con los sentidos- desde la
el silencio. Así pues, sus palabras dibujan órbita de la cotidianidad. Álvarez ha sa-
un mapa sentimental, en un desarraigo bido tener conciencia poética de esculpir
mortal, entre la memoria histórica y el ol- una obra lírica en difícil equilibrio, entre
vido, la infancia y la madurez; sus palabras el pensamiento plástico y la sensorialidad
expresan, en consecuencia, el conjuro de plena. No hay sinuosidades barrocas, ni
sus miedos y el deseo de olvidar y callar; elucubraciones filosóficas; hay, en cam- 17 CP
pero su destino es hablar en clave lírica. Su bio, una mesura helénica entre las tram-
poesía no está escrita -o dicha- con los ojos pas de lo ordinario y el laberinto de la
cerrados, sino con los ojos abiertos. Las oscuridad expresiva, tan cara a ciertas poé-
suyas son miradas en soledad, pero en un ticas barrocas. Su poesía postula no ideas
estado ontológico y festivo, y desde la ce- sino imágenes visuales, vitales y empíri-
lebración del cuerpo y la alegría del placer cas que nos iluminan, y, lejos de ence-
de viajar, que es también su ética de vivir. guecernos, nos hacen abrir los ojos para
Purgación de la memoria visual, este poe- ver más clara la realidad y comprender
mario -Autobiografía en el agua- es la ma- que existimos. Podríamos decirlo con los
nifestación de sus percepciones del deseo, versos de Ungaretti: “Me ilumino de in-
en un rapto de recuerdos. mensidad”.
La experiencia poética es así resultado también se transfigura en evasión y reli-
de la percepción empírica de Soledad Ál- gión del cuerpo.
varez, que es transparente como el agua de La anécdota constituye la piedra an-
su biografía, esa agua que vuela a cielo gular en el universo poético de Soledad
abierto. En su mundo poético no hay no- Álvarez; es la semilla de donde brotan no
che sino día: soles y “estaciones íntimas”, pocas fuentes originarias de muchos de sus
días eternos, y un sol perpetuo que sostie- poemas, y que logra trascender con el vue-
ne las miradas de su ser poético; una poe- lo de la metáfora. Asimismo, se percibe la
sía que nos hace abrir los ojos no para ca- descripción de visiones cotidianas de una
llar o hacer silencio, sino para cantarle a la memoria a priori, que relata y canta, en
soledad del mundo. Es poesía que se ali- claves metonímicas, las intuiciones poéti-
menta de miradas, de la contemplación cas de los instantes vividos.
lúdica, en que la realidad se hace memoria Desde Vuelo posible (1994), pasando
del deseo, reminiscencias de los placeres por Las estaciones íntimas (Premio Na-
sensoriales. Canto de inocencia y de expe- cional de Poesía, 2006) hasta Autobiogra-
riencia, entre juego de máscaras e identi- fía en el agua (2015), la poética de Sole-
dades, pendulan los ecos de la desnudez y dad Álvarez ha girado en torno al impe-
el paraíso perdido de la presencia. Elogio rio de la pasión, y creado un universo ver-
de los amantes y celebración de la poten- bal donde gobiernan los sentidos, o más
cia sensual del cuerpo, su poesía refleja un bien, la memoria de los sentidos. Toda
horror al envejecimiento y a la muerte. De su órbita poética posee una constelación
ahí que su obra merodea entre los avatares de signos, en la que el cuerpo erótico es
de la angustia por perseverar en su ser vi- el protagonista de su canto y de su me-
tal, donde el cuerpo se consume con la eter- moria histórica personal. Sus poemas se
nidad. mueven mediante un ritmo musical de
Soledad siempre ha escrito poesía estaciones, en un elogio a la desnudez, que
desde la ebriedad de la realidad, nunca le confiere sentido a la estética del mun-
desde el dolor del mundo; más bien, es- do. Ese ritmo, en tanto organizador del
cribe desde la celebración de la dicha del sentido poético, encierra un tono creati-
ser femenino. Sus poemas, en efecto, nos vo, versátil, lúdico y dinámico, diferente
hacen ver y oír con los ojos y los oídos y autónomo en cada poema, por lo que
bien abiertos para percibir las intuicio- su concepto del ritmo verbal revela una
nes del tiempo y los latidos del espíritu. conciencia estética definida. Ese concep-
Su obra es, así, un viaje del misterio a la to rítmico no es una búsqueda de estilo
carnalidad, en una estrategia lírica que sino una meta y un destino. La suya es
PC 18 se nutre de evocaciones y presencias. una escritura contra la muerte y una afir-
Tránsito y transformación del cuerpo, mación del ansia de vivir, de la voluntad
desarraigo espiritual de los sentidos: el de ser, y de ahí que el amor y el erotismo
ser se resiste a sus metamorfosis mate- funcionan, en su poética personal, como
riales. La imagen poética vagabundea, receptáculos de placer contra el dolor y la
entre la nostalgia que taladra el sentido finitud. Triunfo de Eros y derrota de Ta-
de la vida, y martilla las ilusiones perdi- natos, su obra lírica se mueve en una ga-
das, en la fugacidad de los instantes ro- laxia de símbolos, en su espacio sensible
tos. Ante la muerte y la escatología del y su temporalidad terrestre.
ser, el placer actúa como ente cataliza- Su universo poético es un constante
dor del miedo, pero ese placer, que es diálogo con su cuerpo, una autobiografía
un mecanismo de defensa contra el dolor, íntima, desnuda, despojada de miedo y
desbordante de pasión y gracia de vivir. Con
Autobiografía en el agua, Soledad Álvarez,
le canta a su vida pasada y presente, y a la
vida de su generación, y continúa así su
impronta sostenida y osada, lúdica y cor-
pórea, con la que ha conquistado un espa-
cio en nuestra tradición literaria.

19 CP

. Soledad Álvarez

Poeta y ensayista. Nació en Santo Domingo en 1950. Estudió Filología, con es-
pecialidad en Literatura Hispanoamericana, en Cuba, país donde trabajó en el
Centro de Investigaciones Literarias (CIL) de Casa de las Américas. En la década
del sesenta formó parte del grupo literario “La Antorcha” y del movimiento
conocido como “Joven Poesía Dominicana”, que durante los años setenta reali-
zó numerosas publicaciones y recitales poéticos por todo el país. Fue comenta-
rista y crítica literaria en el periódico El Nacional, con la columna titulada
“Soledad Álvarez escribe A.M.”. También laboró con Manuel Rueda en el suple-
mento cultural Isla Abierta, del periódico Hoy.
PC 20
Olivier Batista Lemaire

La narratología de Roland Barthes: Del


estructuralismo a la lectura hedonista.
Centenario de su nacimiento.

Exponer sobre un aspecto puntual de la rios en los países de occidente: Claude


obra de Roland Barthes, como la narrato- Bremond (con quien el autor de esta po-
logía, es decir el conocimiento producido nencia trabajó durante años), Claude Levi
en torno al relato y la novela, conduce in- Strauss, Umberto Eco, Tzvetan Todorov,
defectiblemente a ver a este hombre de gran Algirdas Greimas, Gerard Genette y evi-
cultura clásica y de curiosidad insaciable, dentemente Roland Barthes. Es la gran
encaminarse en una aventura intelectual y época del estructuralismo en las ciencias
lúdica. sociales; en Francia esta corriente prolife-
Barthes fue un nómada en el saber li- rará a partir de la tradición cartesiana del
terario, recorrerá la aventura del espíritu discurso de método, pero sobre todo se
sin detenerse en una teoría precisa, sin en- asentará en la lingüística de Saussure. Los
corsetarse en un dogma. Incursionará en franceses redescubren sobre todo a Vla-
el saber narratológico, es decir en el na- dimir Propp, flolklorista ruso de princi-
ciente dominio del conocimiento del re- pios del siglo veinte, que a partir de los
lato, por la importancia antropológica que cuentos maravilloso rusos recabados por
posee esta forma de relación al universo, el también folklorista ruso Afanassiev,
por la razón de que todo el vivir del hom- intentó dilucidar las constantes (llamadas
bre se transforma en relato. Barthes perci- acciones) que se manifiestan en un grupo
bió que en fin de cuentas el relato, lo na- de 100 relatos. Esa manera de proceder, 21 CP
rrativo, son los medios de conocimiento haciendo un inventario de las acciones que
más sustanciales y cercanos del hombre. se repetían en una centena de cuentos,
Barthes estará entre los pioneros para di- rompió con la lectura meramente intui-
lucidar con rigor tenaz lo qué se esconde tiva y permitió ver en el relato una forma
detrás del relato, de dónde viene la fasci- cultural muy codificada. Recordemos que
nación que ejerce en nosotros, a partir de Propp ceñirá en ese corpus de cuentos 31
cuáles reglas se configura. acciones constantes.
La revista parisina Comunications y en Roland Barthes partió del legado de
particular el número 8 publicado en 1966, Propp y de la premisa del gran lingüista
aúna y revela una serie de autores que mar- estructuralista Danés Louis Hjemslev se-
carán durante decenios los estudios litera- gún la cual toda significación humana
trasmitida por el lenguaje, ya sea visual, Para Barthes, otras acciones del relato
gestual o lingüístico, para que sea tal, debe merecen ser estudiadas. Las denomina ca-
estar organizada en una estructura. El caso tálisis. Son acciones menos importantes
usual de la estructura gramatical de la len- pero imprescindibles para el sentido. El
gua con su sujeto, predicado y sus ex- héroe, por ejemplo, cuando va a rescatar
pansiones adjetivas y adverbiales, inspi- la princesa raptada, se detiene a pedir in-
raría a los narratólogos franceses y a Bar- formaciones o a desalterarse en un río. Es-
thes para la organización conceptual de tas dos breves acciones son secundarias pero
su célebre estudio aparecido en ese nú- refuerzan la capacidad atractiva del relato,
mero de la revista titulado El análisis es- pues añaden sentido e incluso son indis-
tructural del relato. pensables para que el héroe prosiga su ca-
Con un rigor y calidad de exposición mino. Esos dos niveles de acción nos per-
ejemplar, Barthes analiza un relato de Ian miten penetrar en la inteligibilidad del
Flemming el autor de James Bond, a fin universo de acciones, que recordemos, for-
de ilustrar sus nacientes hipótesis. El se- man la sustancia de un relato o novela.
miólogo galo cumple con las premisas Otro nivel de significación, es decir otras
metodológicas estructuralistas imperati- estructuras que interactúan en el relato son
vas como por ejemplo segmentar el tex- las descriptivas, pues un relato no solamente
to, es decir descomponerlo, para darle a está estructurado por acciones. Roland
la lectura mayor rigor, en niveles de signi- Barthes las subvdivide en:
ficación. Aunque la significación global de Índices: son los señalamientos en la
un relato nos llega de manera unitaria este descripción sobre el carácter, la personali-
concepto importante nos permite aden- dad de un personaje, sus sentimientos, su
trarnos en el relato por etapas, nos invita pertenencia a un grupo social. Sin esos ín-
a ubicar prioridades para reconstruir el dices el relato se tornaría hueco, los perso-
mensaje y sobre todo a jerarquizar los ele- najes serían tan solo sombras. La vestimen-
mentos constitutivos de una historia con- ta del héroe, la descripción sobre la noble-
tada. za de sus sentimientos para rescatar a la
El semiólogo francés en este artículo y princesa, las informaciones que nos dan
a partir de Propp piensa que son las fun- sobre su coraje y arrojo, son por ejemplo
ciones, es decir las acciones de los persona- índices de la estatura heroica de dicho per-
jes las que movilizan un relato, que le dan sonaje. Otras estructuras contiguas a la
gran parte del sentido. No hay relato sin descripción, importantes para el teórico
acción. Para el semiólogo existen dos ti- francés son las que denomina los informan-
pos de acciones: tes, que vendrían siendo marcadores tem-
PC 22 —Las acciones cardinales que vienen porales o espaciales, pues nos informan
siendo las grandes acciones, las indispen- sobre el contexto en el que se despliegan
sables para darle amplitud al relato, y su las acciones del personaje: son designacio-
desarrollo temporal; configuran el senti- nes del tiempo y el espacio del relato.
do global. Por ejemplo en un cuento ma- La grandeza de este tipo de aproxima-
ravilloso, se puede considerar que una ac- ción estructuralista al relato, es que nos
ción es cardinal cuando un héroe, median- permite organizar una lectura no especula-
te su acción, parte lejos por encargo del tiva y arbitraria de sus formas, nos invita a
padre de la víctima a rescatar a la princesa comprender la matriz formal y mental a partir
robada. Ese desplazamiento del héroe con de la cual se producen relatos y novelas.
un objetivo preciso es clave para la com- Es imposible rendir cuenta minucio-
prensión del cuento. samente de la riqueza de este artículo de
fondo. Barthes siempre se sintió insatisfe- aquellos que se inscriben en una cadena
cho con su quehacer teórico. A nuestro descriptiva, y extraer otro sentido de la tra-
modo de ver Barthes sospechó que el aná- ma narrativa. La descripción por ejemplo
lisis estructural podía rendir cuenta de la de los muebles y cortinas de alta calidad
manera en que se organiza un relato, de las de un salón en la novela corta de Balzac,
premisas lógicas que permiten a su estruc- connotará por ejemplo la pertenencia so-
tura de ser comprendida, pero tal vez no cial elevada de tal o cual personaje, conno-
de la pluralidad del sentido que se produ- tará la riqueza. En una oración transparen-
ce en su creación. te, de fácil acceso nos dice Barthes, puede
Es por ello que en su estudio sobre la haber oculto pero accesible al lector, otro
novela breve de Balzac titulado Sarrazine sentido que cohabita con el primero. Afir-
(1970), sin abandonar completamente el ma que en la connotación accedemos a sen-
estudio estructural, cambia de conceptua- tidos de palabras que no están en el diccio-
lización. S/Z se titula esta obra. Propuso, nario, que son dadas por el contexto o por
para sorpresa de sus lectores, cinco códigos alteración estética deliberada del escritor.
para desmenuzar la riqueza expresiva de la Código proairético. Pese a que este vo-
novela de Balzac, pero no debemos con- cablo es más bien feo y complicado, es el
fundir su concepto de código con el em- código que el lector discernirá con más
pleado por los teóricos de la comunica- holgura, pues se refiere a las acciones de
ción y los lingüistas. Para Barthes los có- los personajes, a sus comportamientos, a
digos son constelaciones de sentido y no la manera de las unidades funcionales que
reglas universales proyectadas fuera del su- describió en su obra Análisis estructural de
jeto. Dice Barthes que el código “es una los relatos. El cita en S/Z, el paseo, o el
perspectiva de citas, un espejismo de estruc- asesinato de un personaje, etc.
turas”. Barthes fragua una lectura a través Código semántico. En este orden de
de estos cinco códigos para rendir cuenta ideas podemos afirmar que con esta obra
de la pluralidad de significaciones más allá Roland Barthes utiliza conceptos para leer
de las formas descritas anteriormente. Para significados estructurados pero al mismo
leer de manera minuciosa, desmenuzar el tiempo se distancia de su estructuralismo
relato de Balzac, Barthes apela a los códi- anterior. Deja a un lado los fríos análisis
gos siguientes: de unidades funcionales, de índices, así
Código cultural. Es aquel que en la es- como el vocabulario casi lógico y espesa-
critura del novelista recoge finamente los mente impregnado de la lingüística pun-
hábitos, costumbres, saberes populares o tillosa que lo acompaña, para dar rienda
de una clase social determinada; también suelta a su imaginación interpretativa, a un
sus proverbios y refranes que estampa en diálogo intenso con la novela de Balzac. 23 CP
la narración. Es lo menos personal, pues El texto S/Z muestra a un Barthes fino
esos sentidos pertenecen a la comunidad. lector y brillante exégeta, pero como caí-
Código hermenéutico. Apelando a este mos de acuerdo con el destacado escritor
código intenta despejar mediante una lec- dominicano Andrés L. Mateo, en un dia-
tura más allá de las palabras, los misterios logo sostenido con él, revela también a un
que revisten algunas de ellas. Palabras me- escritor de fuste, luminoso, que sabe que
dianamente significativas en un texto pue- la crítica literaria que opera en las altas cum-
den dar la clave de un segmento entero. bres del intelecto debe expresarse en una
Código connotativo. Para Barthes es cru- escritura diáfana y elegante.
cial hacer una suerte de segundo nivel de A todos los presentes en particular a los
lectura, indagar los signos, en particular estudiantes les recomiendo leer este texto,
S/Z que pueden encontrar en Internet novela de Phillipe Sollers “ Lois” que
traducido al español. Reforzarán con podemos traducir por “Leyes” y la no-
su lectura su capacidad de ahondar en vela del autor cubano Severo Sarduy ti-
la pluralidad de sentidos de un texto. tulada “Cobra”, textos narrativos que
Barthes desde ese punto de vista y a rompen con la narración y adentran el
título póstumo sigue siendo un excelen- lector en una suerte de prosa poética bri-
te profesor. llante, distante de obras que solíamos
Entrados los años setenta se difunde conceptualizar como narrativas. Tam-
una suerte de esnobismo de ruptura en las bién convoca a los clásicos franceses Bal-
letras francesas. Se reivindican escritores zac, Zola, Flaubert. En ellos el placer se
denominados revolucionarios como Sade, da según él “en la extravagancia de las
Lautreament, Georges Bataille. Teóricos descripciones, en la excesiva precisión de
como Julia Kristeva, Philipe Sollers y evi- la escritura” que encontrará también en el
dentemente Roland Barthes se alejan de fundador de la nueva novela Alain Robbe
las corrientes estructuralistas, niegan los Grillet .
géneros o por lo menos sus herméticas Barthes a diferencia de sus orienta-
fronteras, y reivindican el deseo y el texto. ciones críticas precedentes, inspira sus op-
Se acercan a Freud y su principio del pla- ciones en este texto desprovisto de con-
cer. Es en este contexto que aparece el tí- ceptos, en la teorizaciones de Sigmund
tulo El placer del texto de Roland BAR- Freud. Recordemos que el precursor del
THES (1973). Es un libro corto y apasio- psicoanálisis estableció que nuestra vida
nado. En dicho libro Barthes no habla de esta cimentada en la búsqueda del equili-
novela, poesía o teatro si no de texto, como brio entre lo que el denominó el princi-
para darle más materialidad al libro que se pio del placer, donde ubica a la sexuali-
tiene entre manos y hacer más palpable la dad placentera, el ensueño, la creación
relación de placer que se establecerá entre artística y, por otra parte el principio de
el lector y la obra. Esta manera de proce- realidad fraguado en torno a las reglas
der con la literatura lo apartará de la lectu- sociales de conveniencia, la vida planifi-
ra estructural. Reivindica el placer del lec- cada, necesarias para nuestra adaptación a
tor fuera de la mirada distante y fría que el nuestra vida en sociedad. Aunque Barthes
crítico estructuralista propugnaba antes. Su siempre mancomunó su crítica estructu-
fervor por el texto literario se asienta en ralista al placer de leer y al de escribir, el
un hedonismo jubilatorio e inteligente; principio de placer esta omnipresente en
recordemos que el hedonismo es definido su discurso del placer del texto. Incluso el
por los diccionarios como “el que conside- placer de la escritura deriva de las mani-
PC 24 ra el placer como la finalidad o el objetivo pulaciones placenteras del lector: Así nos
de la vida”, pero para el crítico francés dice “ lo que me gusta de una relación con
muchas veces nos parece que está estrecha- el texto no es directamente su contenido ni
mente ligado a la idea de transgresión, de su estructura si no más las rupturas que yo
violación de los códigos literarios, es decir provoco en sus formas para perseguir mi
de las estructuras que años antes deseaba goce” Es decir el placer del texto plantea-
explicar. do por Barthes proviene también de la
El placer de leer una obra se obtiene implicación del sujeto lector, pues Bar-
según sus reflexiones leyendo a autores que thes nos recuerda que el vocablo texto
nos desconciertan por su capacidad de ir viene de tejer, y el lector es en fin de cuen-
más allá de los géneros de la narración. En ta el que desteje aquel conjunto de telas
las primeras páginas cita por ejemplo la oracionales que le presenta un escritor.
En los dos libros citados S/z y el pla-
cer del texto a veces despuntan desagrada-
blemente conceptos (o pseudoconceptos)
del psicoanálisis como castración, fálico, per-
versión, cuerpo de la madre pero utilizados
con elegancia y de manera fugaz sin que
desvanezca el placer de indagar que nos tras-
mite con entusiasmo el crítico. Sus refe-
rencias al psicoanálisis son la consecuencia
casi lógica en el decurso delos años seten-
ta, del abandono del estructuralismo de
prosapia lingüística en donde no se hacía
referencias al sujeto creador. Barthes con
el sujeto dual freudiano (consciente et in-
consciente) intenta introducir al sujeto que
piensa, crea, se bifurca en su pasado y su
presente siente con su historia personal.
Cuando se lee a Barthes tenemos la
grata impresión de salir de un pozo de luz,
más inteligentes y con el ánimo en alto
para seguir navegando en el ancho piélago
de la cultura literaria.

. Olivier Batista Lemaire

Nació en París, Francia. Es franco-dominicano. Realizó sus estudios prima-


rios y secundarios en el colegio San Luis Gonzaga en Santo Domingo. Em-
prendió sus estudios universitarios en Francia. En los años noventa
presentó su tesis de doctorado en La Escuela de Alto Estudios en Ciencias
Sociales de París sobre Novela y sociedad en el Caribe 1895-1950 (Cuba, 25 CP
República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico: mención Summa cum
lauden. Hizo estudios paralelos de Desarrollo social territorial en el Insti-
tuto de Ciencias políticas de París y de Historia de las relaciones interna-
cionales. Fue Director de centros sociales en los suburbios sensibles de
dicha capital. Fue asimismo Director de la Casa de servicio públicos de las
ciudades de Clichy-sous-Bois, la más importante de Francia. Ganó un accé-
sit premio de cuento en el Ministerio de Cultura de Madrid. En 2011 ganó
el primer premio internacional Casa de Teatro, en género teatro. El segun-
do premio de novela en 2013 en Funglode, así como el tercero de cuento
en 2014 en Funglode. Participó en la publicación de las obras completas de
Juan Bosch con un estudio sobre la teoría del cuento. Publicó un estudio
sobre la novela dominicana en el tomo del Banco de Reservas dedicado al
mismo. En la actualidad realiza dos investigaciones sobre La formación de
la literatura dominicana: 1844-1857, y Las elites dominicanas ante el dominio
haitiano: Exilio, sometimiento y rebelión.
PC 26
Plinio Chahín

Roland Barthes
y el placer de leer

Ser lector no consiste primordialmente el lector que lo atiende? Pero ¿y cómo pen-
en leer unos textos concretos, llamados “li- sar sin recrear lo que hay? Tal vez, precisa-
terarios”, sino en leer de una peculiar ma- mente quepa y deba hacerse porque so-
nera. Es, en definitiva, la configuración de mos lectores; quizás, porque somos lectu-
una determinada actitud placentera y go- ra permanentemente reescrita.
zosa de leer. Desde este punto de vista, no Trazos del placer disuelto en escritu-
se puede ser un buen lector sin leer gozo- ra. Del texto del placer, al acto de leer.
samente un texto. Leer de este modo vie- Soporte y hendidura: tramado de signifi-
ne a ser, así, una convocatoria a una ma- cación para la capacidad perceptiva de la
nera subjetiva de leer. No se trata de una legibilidad. Y desde la profundidad del sím-
técnica del arte de la lectura, sino de la es- bolo, la textura emerge y se muestra como
tética de una vida definida por la acción cuerpo. Cuando textura y trazo se hacen
de leer. Ya la cuestión afecta a toda lectura, uno, en la posibilidad de la escritura, con-
a todo lector. Y, entonces, resulta insufi- fluyen en la simbólica del cuerpo, que se
ciente hablar simplemente de placer de leer. muestra para la comprensión de lo legi-
En tal sentido, la vida y obra de Roland ble. Así, mundo, naturaleza, ciudad,
Barthes son un vivo ejemplo de lo que ser, son cuerpos en el milagro de la legibi-
acabo decir. lidad del texto. La representación de la
Pero ¿cómo hablar barthesianamente escritura como cuerpo, y del cuerpo como
de la lectura a partir de lo escrito? El dis- escritura, se desplaza del símbolo al referen- 27 CP
curso es siempre de alguien o para alguien. te y del referente al símbolo, como vasos
El arte del discurso está, por ello, destina- comunicantes de intensa significación. “El
do, pero también lo está el arte de escribir placer del texto, según Roland Barthes, es
y el de la lectura que sigue a éste. Pues, en ese momento en que mi cuerpo comienza
efecto, escribir es siempre hacerlo para al- a seguir sus propias ideas, pues mi cuerpo
guien, aunque en muchas ocasiones se tra- no tiene las mismas ideas que yo. Texto de
te de un destinatario indeterminado. Ahora placer: el que contenta, colma, da euforia;
bien, dada la disociación entre escritura y proviene de la cultura, no rompe con ella
lectura, nos preguntamos: ¿cómo puede y está ligado a una práctica confortable
ser superada la distancia entre el sentido de la lectura. Texto de goce: el que pone
de un discurso fijado por el que escribe y en estado de pérdida, desacomoda (tal vez
incluso hasta una forma de aburrimien- Hablamos de lectura, en este sentido,
to), hace vacilar los fundamentos históri- como re-decir, reponer en acción, reacti-
cos, culturales, psicológicos del lector, la var el decir del texto, de la obra, su diná-
consistencia de sus gustos, de sus valores y mica, que es el trabajo del sentido sobre sí
de sus recuerdos, pone en crisis su relación mismo. Se produce una auténtica “fic-
con el lenguaje. El brío del texto (sin el ción”—no un fingimiento—, la instaura-
cual en suma no hay texto) sería su volun- ción de una suspensión, operada en el cur-
tad de goce: allí mismo donde excede la so mismo de la praxis efectiva: una poiesis,
demanda, sobrepasa el murmullo y trata la reproducción del proceso creador que
de desbordar, de forzar la liberación de los ha engendrado la obra. Pero, además tiene
adjetivos –que son las puertas del lenguaje lugar, en este caso, una auténtica “catarsis”,
por donde lo ideológico y lo imaginario una rearticulación de la pasión del acto
penetran en grandes oleadas” (“El placer de lectura.
del texto”, p.22). Leemos en verdad desde lo que somos
El cuerpo humano, idealizado en tér- y con lo que somos. Sólo damos ponién-
minos de perfección y armonía, represen- donos en juego. De ahí que el comporta-
tó, para los griegos, la máxima posibilidad miento respecto del texto, según Barthes,
de la belleza y el canon; y la desproporción, haya de ser siempre receptivo y activo, si-
la heterogeneidad y la desmesura, represen- quiera, en ciertos casos, en el modo de re-
taron la fealdad y la monstruosidad. conocerlo como no “incorporable”. Res-
La idealización del cuerpo alcanza una ponder es, a la par, contestar. Pero esto sólo
de sus más altas expresiones en la tradi- es seriamente posible reconociendo que leer
ción órfica de la poesía, así como en lo es introducirse en la obra; mejor, reintro-
que Stendhal llamara el amor pasión: el ducir el habla en la obra. Ello incluye ex-
cuerpo amado como la expresión de la pectativas concretas procedentes del hori-
belleza, tal como se encuentra en el canto zonte de intereses, deseos, necesidades y
órfico que atraviesa los siglos; y tal como experiencias, condicionado por las circuns-
se encuentra en esa “intensidad idealizada”, tancias sociales, las específicas de cada es-
según la frase de Barthes, que refiere el trato social y también biográficas.
amor textual por la lectura y deseo de ser En esa medida, para Barthes, leer es
otro en la escritura. negar el carácter definitivo de lo dado, ne-
El acto de leer se convierte así en el gar sus perfiles de ejemplar aislado, a fin
momento crucial del análisis de leer por de experimentar plenamente el incentivo
puro placer. Sobre dicho acto descansa la del juego, con reglas conocidas y sorpresas
capacidad del relato de la crítica de transfi- todavía desconocidas. Juego, como diji-
PC 28 gurar la experiencia de leer en un acto de mos, ya antes empezado. Pero el sentido
placer. Y, en esa medida, el poder de la fic- del texto únicamente se produce si el lec-
ción se muestra ligado al de la redescrip- tor lo hace no sólo según sus propias con-
ción, y toda lectura ofrece la urdimbre de diciones, sino ante todo según condicio-
un espacio-mundo en el que cabe urdir nes ajenas. Precisamente lo no idéntico es
otras lecturas: espacio de vida soportable, la condición del efecto, que se realiza en el
espacio de supervivencia. Nuestra propia lector, en cuanto constitución del sentido
vida se muestra como el campo de una del texto. En la interacción entre texto y
actividad gozosa, mediante la cual inten- lector se reabren las posibilidades. Se trata
tamos reencontrar/recrear la identidad na- de continuar la dinámica del placer y no
rrativa que nos constituye, como lectores de regodearse en una vacía visión que nada
hedónicos y festivos. produce, una pura ojeada que parece leer
pero ni atiende ni contempla, ni goza ni autor lo hizo. O, aún más todavía, ha de
lee. El lector no tiene ya el papel de devo- reconocerse que el autor, (y la obra) y el
rador ante un objeto que ha de consumir- intérprete “copertenecen” a un ámbito
se, sino el de quien en la espera –más que más amplio que no deja formular o de-
en la expectativa– está abierto, según Bar- terminar.
thes, a la que la obra obre, a la eventual Por ello leer, según Barthes, es reescri-
agregación de sus efectos. Gracias a y por birnos. Somos lecturas que traman texto:
esa actitud, que es una actividad, (suma- tejidos, urdimbre, cañamazo. Somos es-
mente erótica, por cierto), ha de hablarse, fuerzo y deseo de lo otro y, a la par, expre-
por tanto, del lector como experiencia. La sión de carencia, esfuerzo por existir y an-
recepción (aísthesis) es, así, poética y catár- helo de ser. Esta afirmación y necesidad
quica. Leer es entonces reaccionar, repo- muestran que el texto sólo puede decir
ner en acción. Asumir el texto como una desde el mundo, que está en juego, el apro-
acto erótico. piármelo; y ello implica desplegar el hori-
Barthes invariablemente, ha dicho zonte implícito de mundo. Sin esta acogi-
Susan Sontang, actúa en un registro afa- da, no hay nada que leer y, por tanto, nada
ble. No hay afirmaciones rudas ni proféti- que decir-se.
cas, ni súplicas al lector, ni esfuerzos para Ha de decirse, por tanto, que leer en
“no” ser comprendido. “Se trata de la se- verdad es intervenir en el ocurrir del dis-
ducción como juego, nunca como viola- curso. De ahí que deletrear un texto sea
ción. Toda la obra de Barthes es una ex- recorrerlo epidérmicamente, saboreando
ploración de lo histriónico y lo lúdico; de sus singularidades. Con ello se propicia el
muchas e ingeniosas maneras, una excusa ser atravesado por él, en la decisión de pro-
para el paladeo, para una relación festiva seguir y atender su son. La intersección del
(más que dogmática o crédula) con las mundo del texto y del mundo de la vida
ideas. Para Barthes, como para Nietzsche, del lector va más allá –o más acá– de lo
el fin no es alcanzar algo en particular. El dicho (en rigor, en el texto y en el lector).
fin es hacernos audaces, ágiles, sutiles, in- Ambos quedan entretejidos liberándose
teligentes, escépticos. Y dar placer”. –precisamente porque la materialidad es,
Sólo entonces la obra nos dice y nos a la par, apertura– de toda fijación en lo
lee. Considerada por su obrar, se trata de preestablecido, pero lo hacen a través de
captarla y concebirla como efectivo autor, eso dado. La acción “de” leer sólo cabe en
o mejor como el autor mismo. Lo que este echarse a perder que corresponde al
habitualmente denominamos “autor” se dejar y dejarse decir: es la acción “del” leer,
esfuma y difumina como supuesto pro- que deviene asimismo texto. Unicamente
pietario del texto y viene a ser su primer así acontece lo que se dice y cabe subrayar- 29 CP
lector, el efecto activo del funcionamien- se que, en efecto, que comprender un tex-
to de los enunciados. to es seguir su movimiento. Entonces pue-
Una vez alejado el autor, dice Barthes, de leerse –y ésta es la cuestión, que el decir
en su célebre ensayo, “La muerte del au- acaece a su vez como lectura– que inter-
tor”, se vuelve inútil la pretensión de “des- pretar, esto es leer, es, ya no sólo “un” del
cifrar” un texto. Darle a un texto un autor texto, sino “el” acto del texto.
es imponerle un seguro, proveerlo de un La tensión “enfermiza” por apropiar-
significado último, cerrar la escritura”. nos del texto no es sino una expresión de
De este modo se entiende la obra, co- la tensión por apropiarnos “a” nosotros
rrespondiendo a ella de manera más ade- mismos, “de” nosotros mismos, y eso es
cuada que lo que, quizás, el autocalificado un proceso poblado y tejido de textos. Sin
PC 30
embargo, ha de reconocerse que la “intri- “no lugar” en el que, incómodos y erran-
ga” es la obra común del texto y del lector. tes, somos, como texto, el acontecer del
Y, en esa medida, es el acto de lectura el curso de la palabra.
que, en efecto “realiza” la obra. Y, sencilla- A condición, en todo caso, de que el
mente, porque la lectura misma es ya una proceso de composición, de configuración,
forma de vivir en el universo de la obra. Y no se realice en el texto sino en el lector.
sobre todo, porque la vida se presenta como Así se posibilita la reconfiguración de la
una actividad y una pasión en búsqueda vida por parte del texto, en tanto se pro-
de relato. duce la refiguración por él de la acción, en
La lectura se precipita buscando en los el acto mismo de lectura.
textos la cifra de esa identidad con una De acuerdo al análisis de Barthes, “la
pasión inconmovida y neutra ante el re- literatura (sería mejor decir la escritura, de
clamo de comprensión. Aprender a través ahora en adelante), al rehusar la asignación
de la lectura el gesto esencial del placer, al texto (y el mundo como texto) de un
recobrar la vida desde esas palabras exte- “secreto”, es decir, un sentido último, se
riores a la misma vida, hace su identidad entrega a una actividad que se podría lla-
resurgir como presencia, dotada de relie- mar contraideológica, revolucionaria en
ve, de edades, de duración: conjurar la sentido propio, pues rehusar la detención
duración infinita de la ausencia. No se del sentido, es en definitiva, rechazar a Dios
busca la comprensión de los textos, la mi- y a las hipóstasis, la razón, la ciencia, la
rada no se demora en ese espejismo, según ley”(“El susurro del lenguaje”, p.70).
Jacques Derrida. La lectura parece regida Por eso, el sentido del texto no des-
por una voluntad de fidelidad. Se enfren- cansa, sin más en él, dormido, esperando
ta entonces a la crudeza insostenible de su ser liberado por la presupuesta genialidad
límite: recorrer la letra para sustraerse a su de un lector. Y esta carencia es la matriz
velo, para leer en el texto la verdad de la productiva para que siempre de nuevo, en
escritura y, con ella, recuperar la identidad los contextos más diversos, sea capaz de
de la vida de quien ha escrito. No obstan- proporcionar un nuevo sentido, al “insen-
te, Derrida afirma no una condición de sato juego” de leer. Ahora bien, si Umber-
fidelidad, en la obra de Barthes, sino un to Eco ha subrayado que precisamente “de
“movimiento” de la fidelidad que habría lo que no se puede teorizar hay que na-
de emanar de ese tránsito de un borde al rrarlo”, la lectura, al reescribir, realimenta y
otro de su obra. reactiva no sólo lo dicho sino también aque-
Tal quiebra de fidelidad da que decir, al llo que da qué decir. Gracias a ella se preser-
presentar el abismo en el que consiste cuan- va lo no dicho, en virtud de lo que se dice y
to es. Su escuchar abre el tal vez inhabitable en lo que se dice. Esta es su narración. 31 CP
. Plinio Chahín

Poeta y ensayista nacido en Santo Domingo, 1959. Con una licenciatura en Letras,
estudios y diplomas de postgrado en Lengua y Literatura, enseña en la Facultad de
Artes y la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domin-
go. Ha publicado los siguientes libros: ¿Literatura sin Lenguaje? Escritos sobre el
silencio y otros textos, con el cual obtuvo el Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez
Ureña del año 2005; Hechizos de la Hybris, con el que obtuvo el Premio Casa de
Teatro del año 1998; Oficios de un celebrante, Solemnidades de la muerte, Consu-
mación de la Carne, Pasión en el oficio de la crítica y Cabaret místico. En 2002
publicó, en colaboración con René Rodríguez Soriano, el texto experimental Salvo
el insomnio. Numerosos ensayos, literarios y filosóficos, han aparecido en varios
medios especializados del país y el extranjero. Su poesía completa fue editada por
el Ministerio de Cultura con el título Narración de un cuerpo, en 2012.
PC 32
Héctor Pavón

Marc Augé
Otras escenas sobremodernas

Entrevista. En su libro nuevo, el padre del concepto de “no lugares” releva los objetos y
los casos que inquietan hoy a los antropólogos de todo el mundo.

La vida activa del antropólogo ha cam- aquellos que se preocupan por este mun-
biado. La ciudad atravesada por tramas do y se interesan por la antropología”. De
sociales que entran en conflicto entre sí es esos mundos nuevos habló Augé en su úl-
el escenario donde se mueven los antro- tima visita a Buenos Aires.
pólogos del siglo XXI. Los territorios de
pueblos indígenas, olvidados, perdidos, ¿Cuáles son los nuevos objetos de estu-
han cedido terreno a los desafíos de las dio que entraron en el campo antropo-
metrópolis en tanto objetos clásicos de lógico en las últimas décadas?
estudio. Hay funciones nuevas y replan- La antropología ha sido definida a
teos. “Nunca como hoy ha sido necesaria menudo a través de sus objetos empíricos,
una mirada antropológica de carácter crí- es decir, las sociedades primitivas o peque-
tico; nunca, además, ese derecho a la mi- ños grupos. Es importante recordar la de-
rada ha sido tan difícil de ejercer, a tal pun- finición teórica: estudio de las relaciones
to han cambiado los criterios sobre lo na- sociales tal como son representadas y sim-
tural y lo evidente”, dice Marc Augé en su bolizadas en un pequeño grupo, tomando
libro reciente: El antropólogo y el mundo en cuenta su contexto. Hoy es posible ha-
global (editado por Siglo XXI, traducido cer estudios de antropología de cualquier
por Ariel Dilon). Augé ha sido el sinóni- grupo, pero hay algo para tener en cuenta. 33 CP
mo de una antropología que descubrió su El contexto del cual tenemos que tomar
razón de ser “sobremoderna” en la vida conciencia es un contexto planetario, in-
cotidiana, en la exacerbación de lo urba- cluso por los antropólogos que trabajan
no, en las formas que generosamente otor- en su mayoría con pequeños grupos indí-
gaba la ciudad global, recordemos su genas. Hay muchos factores que pertene-
libro Elogio de la bicicleta . Y continúa: cen al planeta, pero el contexto cambió y
“Este es el libro de un antropólogo que se también las relaciones a partir del momen-
interroga sobre su disciplina y sobre el to en el cual hay desarrollo de las técnicas
mundo en el que vive. Y que propone, de los medios de comunicación, el desa-
aquí, una lectura del mundo global, con rrollo de Internet. Aquí se podría decir
la esperanza de capturar la atención de que, los medios, las nuevas tecnologías,
cambian las relaciones. Pero: ¿son realmen- colonizados por quién. Tenemos el gran
te las mismas relaciones cuando se habla capital, el mercado, las potencias financie-
de la comunicación? No creo que las rela- ras, pero no sabemos por quién porque el
ciones a través de los medios sean tales. El mundo ha cambiado de escala.
problema es que pueden dar la ilusión de
que están en un mundo per se, como una ¿Hay esperanzas en ese mundo que us-
realidad empírica mundial, eso es un pro- ted esboza? ¿La esperanza puede venir
blema. de la mano de la política?
No es posible vivir sin esperanza pero
En su libro habla de la felicidad... ¿Es un las situaciones son complejas. Podríamos
objeto de análisis para usted? pensar que somos casi ciudadanos del
Sí. Además, es una idea de la moder- mundo, es el caso de ciertos privilegiados.
nidad. Hay todo un aparato de publici- Pero por otro lado es una idea que no fun-
dad, de persuasión, que puede hacer pen- ciona mucho, el hecho de que hay un cre-
sar a cada uno que ser feliz es consumir, cimiento de la brecha entre ricos y pobres,
tener los medios para consumir. También instruidos y no instruidos, comunica una
hay una tentación de concebir las relacio- sensación de miedo porque el futuro in-
nes entre las personas, como una evalua- mediato del mundo no es una democracia
ción de posesión o de consumo también. extendida al planeta entero, sino una oli-
Eso es algo fundamental, porque la no- garquía con una clase de potentes, cerca
ción de poder siempre ha sido la perver- del conocimiento del poder del dinero, una
sión íntima de las relaciones. Es decir que clase de consumidores, que hacen funcio-
no hay ninguna individualidad ni identi- nar al sistema y una clase de excluidos.
dad que se pueda pensar sin alteridad, sus Entre los menos ricos de los consumido-
relaciones con parientes, amigos. Lo que res y los excluidos hay una frontera muy
llamamos cultura es un conjunto de rela- ligera, hay formas de miedo que destru-
ciones simbolizadas. En la raíz de la rela- yen la esperanza. Los migrantes son una
ción hay una idea de poder y creo que la manifestación de esperanza o de volunta-
encontramos en los vínculos entre sexos, rismo, son los héroes del mundo actual,
en todas las sociedades. pero tienen una larga historia por delante.
Es siempre difícil conjugar las historias
¿Cómo se manifiesta el poder en esas generales y la historia singular.
relaciones?
En las relaciones entre los grupos hu- ¿Y qué pasa con los que hoy están lle-
manos mismos, los viajes colonizadores, gando a Europa del modo más primiti-
PC 34 por ejemplo, han sido un éxito en un sen- vo y exponiéndose a todo tipo de des-
tido y por otro lado un fracaso. Cuando gracias?
los occidentales descubrieron América, ese Tenemos en Francia, como en otras
acto se volvió una situación de poder. Lo partes del mundo, un problema de inmi-
que me pregunto es saber si en esta forma gración que suscita formas de racismo, de
de relaciones que establecen los medios de xenofobia. Por ejemplo, el caso de los ára-
comunicación no hay también una forma bes de África del Norte que viven desde
de poder, que se puede expresar. Es decir, hace mucho en Francia –y que ya se en-
estamos en un mundo extraño, dentro del cuentran en la tercera o cuarta generación
cual todos tenemos la convicción de que y ya son franceses– presenta un problema
estamos colonizados, incluso por los an- de integración. Muchos viven en las perife-
tiguos colonizadores, pero no sabemos rias de París donde aparecieron fenómenos
de xenofobia con las diversas olas de mi- analizar las consecuencias. La pensé como
graciones. La situación puede llegar a ser algo surgido de la relación entre la moder-
más problemática. nidad, como nació en el siglo XVIII y la
modernidad actual. La palabra posmoder-
Anteriormente escribió un libro cuyo nidad no dice nada. Hay una acción de
título es “El futuro”, pero me da la im- todos los factores que hace difícil com-
presión de que usted ama el pasado. Lo prender lo que pasa, incluso que hay des-
leemos, por ejemplo, en ese texto bello viaciones. La idea del individuo se volvió
sobre la película “Casablanca”. la de consumidor; la idea de universalidad,
Es más fácil hablar del pasado, porque la de lo global. Es una continuación de la
todos tenemos cosas que decir. Pero el fu- idea moderna, razón por la cual he habla-
turo es difícil. ¿Por qué no hablamos del do de sobremodernidad.
futuro cuando la ciencia va adelante y pro-
gresa? Pienso que hay muchas razones, la ¿Usted cree que después de esta crisis
primera es el fracaso de las utopías del si- que atraviesa Europa, habrá alguna ga-
glo XIX en el siglo XX, principalmente el nancia, algún aprendizaje?
marxismo. Además, tengo la impresión de Tengo dos cosas para decir, por un
que estamos viviendo el fracaso de la últi- lado, la historia no se acabó, va a conti-
ma gran utopía liberal, con Fukuyama y nuar bajo todas sus formas, a pesar de la
el fin de la historia. Por un lado, las dicta- globalización. Por otro lado, la historia
duras se acomodan muy bien en el merca- nunca ha sido un río tranquilo: otra vez
do liberal; y, por otro lado, vemos que la habrá violencia, huelgas, otros enfrenta-
diferencia entre la franja más rica de los mientos. Porque la historia siempre pre-
ricos y la franja más pobre de los pobres senta la dificultad de pasar al nivel indivi-
no cesa de crecer, es decir, que no hay nin- dual y general de la historia, porque cada
guna realidad correspondiente a la utopía uno de nosotros legítimamente es impa-
del fin de la historia. La ciencia es el único ciente, quiere que las cosas evolucionen
dominio dentro del cual podemos tener pero la historia toma su tiempo, hay mu-
una idea positiva del concepto de progre- chas contradicciones.
so. Descubrimos cosas importantes, esta-
mos en la frontera del universo. La razón ¿Cómo se expresa la crisis en Francia?
por la que no podemos imaginar bien el ¿Qué aparece en la superficie?
futuro es que tenemos miedo del futuro, Se ve de diversas maneras. París me
de las situaciones económicas, por ejem- gusta menos, hay una agresividad de la
plo, hay muchas formas de miedo. Pero gente que me parece peligrosa. Hay nue-
también hay una incertidumbre sobre lo vos pobres que son visibles. Por otro lado 35 CP
que vamos a descubrir: hay una democra- hay una crisis en las empresas también,
tización de la angustia pascaliana. hubo suicidios debido a las nuevas formas
de trabajo. El trabajo no es más una opor-
Desde hace tiempo usted define esta tunidad de sociabilidad; es una prueba de
época como sobremodernidad, ¿qué ca- soledad, de aislamiento. La crisis se perci-
racterísticas tiene en particular para lla- be también en los miedos de los jóvenes y
marse de ese modo? en el aumento del desempleo. Pero hay
He utilizado esta palabra pensando en aspectos positivos: hace veinte años nadie
la noción de sobredeterminación de Al- sabía lo que era realmente la riqueza, aho-
thusser. Es esta idea de que, cuando hay ra se percibe mejor, sabemos que las em-
muchos factores del desarrollo, no es fácil presas que suman desempleados aumentan
sus beneficios. Hay un concepto en la cul-
tura de la empresa que no significa nada
más debido a las situaciones antagonistas
de los diversos actores, los propietarios de
la empresa –que son los accionistas– y los
empleados. Hemos aprendido también
cuanto ganaban los directores de las em-
presas, cifras inimaginables. Es algo bue-
no por la información de la gente, la toma
de conciencia de la situación. Se escucha a
los dirigentes de empresas decir “es nor-
mal que yo gane dinero porque tengo res-
ponsabilidades, trabajo mucho”; es decir,
los otros no tienen responsabilidades, tra-
bajan poco. Los están insultando.

PC 36
. Marc Augé

Nació en Poitiers, Francia, en 1935. Es antropólogo, africanista de formación


especializado en etnología. Interesado en las transformaciones de nuestra con-
cepción contemporánea del espacio y el tiempo, ha impartido clases en la École
des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París, en la que ocupa el
cargo de director entre 1985 y 1995. También ha sido responsable y director de
diferentes investigaciones en el Centre National de la Recherche Scientifique
(CNRS). Ha publicado, entre otros títulos, No lugares: Introducción a una antro-
pología de la sobremodernidad (1995) y Futuro (2012). Además es autor de Fic-
ciones de fin de siglo, El metro revisitado, El sentido de los otros, El oficio de
antropólogo, El viaje imposible, Las formas del olvido, Hacia una antropología
de los mundos contemporáneos, El viajero subterráneo, etc.
Yuniris Ramírez

Estudio experimental de los perros


Cuento

Si un perro no sabe quién manda, se con- prometerles la otra mitad. A mí la absti-


funde. Los míos saben que mando yo. Por nencia no me sale, y mis perros no tienen
eso me dicen la Flaca. Ser flaca no es una por qué sufrirla tampoco. En los libros so-
condición, es una actitud. Mis perros ha- bre perros dice que no les des la comida
cen lo que yo diga y cuando lo diga. Pasé hasta que se porten bien. Como puedo
años estudiando sobre ellos para que nin- hacerlos portarse bien de todas formas, les
guno quiera pasarse de listo. En una de doy la comida. A mí me respetan como
esas, te enteras de que no todos son igua- sea. Nunca pierdo. Trato a mis perros un
les. ¿Cómo no? Y zas, conocí a John. Ese poco como reyes, un poco como pordio-
sí que era un perro con clase. No me dejé seros. Eso es así. No abuso, claro, no vaya
impresionar a la primera; pero insistió. Al a ser que por estar de buena terminen de
principio pensaba: tanta educación y tan- engreídos. La cuestión no es tener mu-
tas vainas son porque no ha encontrado chas tácticas, sino saber cuál usar y en qué
qué hacer con su vida. Ya le iba a enseñar momento. De nada te sirve un armamen-
lo que se debía saber. Me carcajeaba de sus to sofisticado si nunca has jugado ni con
modales y sus cosas, ¿para qué cree que fui un cuchillo. No todos los perros se aman-
a la escuela? Aprendí a bailar para que nin- san igual. Hay que conocerlos. No es difí-
gún perro venga a salirme con que tiene cil, pero requiere esfuerzo. Entrénese con
más encantos que yo. algún experto en perros, puede ser Pavlov. 37 CP
Si usted quiere, le doy el postre pri- De mis gatos, no hablo. A mí ésos ni
mero y luego hago que se coma la comi- me gustan. Para divertirme un rato, qui-
da. No crea que soy la mejor por andar zás. Los gatos tienen tanta personalidad que
siguiendo pautas estúpidas. La grandeza hasta carecen de ella. Si lo miras bien, des-
está en violar las leyes naturales y que las de lejos tienen cierta gracia; pero la como-
cosas te sigan saliendo bien. Entonces, didad a mí me molesta. Por eso trato mal
como quien dice, yo soy una mujer alta. a los perros que vienen con ñoñerías de
A mis perros los domo como me da la gatos. ¿Eres un perro o qué? Las cosas en-
gana. Soy partidaria de darle la mejor co- tre John y yo estarían de maravillas si no
mida y después dejarlos esperando al otro fuera un perro con complejo de gato.
día. O, peor, darle un poco del postre y Cuando John llegó, le dije: “Ven acá, mi
perro”, y él vino como gatito. Un ronro- Cuando vino John, me dije: “Ay, qué lin-
neo que para qué contarlo. Se fue acomo- do”, y te juro que estaba contentísima;
dando y tuve que darle un zapatazo. “¿Eres pero muy mañosito me salió. A veces
un perro o qué?”. Como que no le gustó pensaba que mejor llevábamos la fiesta
la pregunta, porque se me fue poniendo en paz; mas no sabía parar. Se comía mi
agresivo. Pero ven acá, el muy gato tiene comida y después me sacaba la lengua,
manías defensivas. Por ahí comenzó la entonces, pensé: ¿Así son las cosas? Ma-
cosa. Se creía dueño de casa. Así no es, so- ñana no le toca comida. Tenías que verlo,
cio, en mi territorio usted baja la guardia. se tiraba entre mis pies a mirarme sin atre-
Eso de venir a ningunearme no va. Si se verse a pedir nada. Caramba, cómo un
acuesta en mi alfombra, usted hace lo que perro puede ser así, qué clase, ¿tenía yo
yo diga. que ofrecérsela? “Perrito lindo, toma co-
No es que John actuara diferente, qui- mida”, ¿Usted se imagina? Lo peor no era
zás era igual que todos; pero era elegante, eso, si por el contrario venía y me lamía
se parecía a mí. Eso me pasa por andar al- los pies, entonces, yo me ponía loca, todo
bergando iguales; aunque diferentes-dife- me lo tomaba como un ruego. Respon-
rentes no me gustan. John me salió igual- día: “Ten comida, perro, toda la que quie-
igual, porque también venían unos disfra- ras”, y el muy desgraciado se comía lo mío
zados de calidad y salían unos rateritos. Yo y ni me miraba. Había que echarlo, al
tenía olfato fino para los impostores. A la muy presumido. Ni que fuera el mejor
primera, los ponía a dormir en la calzada. perro del mundo; pero me decía tanto
Puede que al principio se comieran mi eso, que ya venía convenciéndome de lo
comida, pero luego se quedaban de pati- contrario. Un perrazo así no se veía siem-
tas en la calle. La comida a mí no me me- pre. Claro, sin quitarme mérito. Allí es-
rece respeto; ha servido para conocer los taba, medio dependiendo de mí, o yo de
perros equivocados. Además, puedo ob- él. Una escena de lo más patética.
servarlos, y eso ya es mucha ganancia. Un Algunos días me levantaba pensando
día publicaré: Estudio experimental de los en John, ya ni me preocupaba por acoger
perros, gracias a mi comida. Digamos que más perros, entonces me dije: “Lo que
mis perros-comensales no son más que tienes que hacer es traer nuevos animali-
ratas de laboratorio. Pasan al laboratorio, tos, y John, que se muera.” Y no crean,
dejan una muestra y se van. Lo irónico es ya muchos se habían enterado de que an-
que nunca se mueven de la puerta de mi daba con una mascota muy mona, que
casa. Afuera parece un desfile. Todos esos no era mi mascota, que se le parecía. Ve-
perros, algunos mejorcitos que otros, su- nían a la puerta con caras de realeza y me
PC 3 8 plicando un poco de atención. Los perros les reía en ellas. Estos, qué se creen. Ser
nunca se van, son creídos. Tú un día ama- John no se posa. Ni es que tampoco fue-
neces contenta y ellos creen que es por su ra lo mejor del mundo, tal vez yo estaba
lindo caminar. Un día abres una ventana y de humor cuando me pasó por el lado.
juran que es para mirarles. Son así. Tienen No sabría explicar qué me enloqueció de
ese delirio de grandeza. Pero ven acá, pe- él. Qué te digo, tampoco era el más in-
rro, si tanto te quisiera estuvieras aquí den- grato. No. La cosa con John es que era
tro, como John. John. No que tuviera cualidades excep-
No estaba eligiendo más mascotas cionales. John era yo. La única lógica de
cuando lo conocí, pero me gustan los ani- aquello. Estas cuestiones son así. No es
males. Ahora, de ahí a quedarme con uno que un día dices: “Seré el mejor perro del
por los siglos de los siglos ni pensarlo. mundo y la Flaca me acogerá”. La Flaca
no sabe que acogerá a nadie. Un día apa-
rece un John y te jode tu cultura libresca.
Tanta revisticas para nada. Tanto apren-
der de perros para que John se convierta
en el dueño de la casa. Ni lo sueñes. Te
me vas por donde viniste, maldito.

. Yuniris Ramírez

Nació en San Juan de la Maguana, en 1990. Estudió letras en la UASD y comu-


nicación social en PUCMM. Es cuentista. Ha obtenido los siguientes premios: 39 CP
3er. Premio de Cuento Juan Bosch, FUNGLODE 2013. Por “Siempre de trata de
Adela”, 2do. Premio de Cuento Radio Santa María 2013, por “¿Puedes mirar
debajo de la cama?”, 1er. Premio de Cuento Joven Feria del Libro 2012, por
“La conversión de los objetos”, Finalista Premio de Cuento Joven Feria del
libro 2012, por “Y después, el frío”, Ganadora Nacional, Concurso Primer/
Primera Estudiante en Lectura por Televisión 2007, Ganadora Olimpiada Na-
cional de Lectura 2007 y Ganadora Concurso de Literatura Provincial en Honor
a Juan Bosch, Sto. Dgo. Visión Mundial 2007. Ha publicado: 13, Luego de las
6:00 (2014) Editorial Isla Negra, Puerto Rico. Antología Sospecha Colectiva.
Ministerio de Cultura (2013) Antología de Premios FUNGLODE 2013 (2014)
Antología de Cuentos Radio Santa María (2013) “La conversión de los Obje-
tos y otros Cuentos Premiados, Ministerio de Cultura Rep. Dom. (2013).
“Los Ginecólogos”, en Antología de Cuentos “El Fondo del Iceberg” (2012)
Yves Bonnefoy

Yves Bonnefoy: “La sociedad sucumbirá si la


poesía se extingue”

C ualquiera pensaría que los cientos de Eran las cinco y media de la tarde del
jóvenes que lo escuchaban atentos le ha- lunes 2 de diciembre de 2013. Era el audi-
bían impregnado energía, más ganas de torio Juan Rulfo de la Feria Internacional
vivir; pero fue al revés. Fue él, Yves del Libro de Guadalajara hasta donde ha-
Bonnefoy, con sus 90 años, quien irradia- bía ido Bonnefoy (Tours, 1923) para reci-
ba fervor por la vida y la realidad. Habla- bir dos días antes el Premio FIL de Lite-
ba de poesía, hablaba de palabras, del alien- ratura en Lenguas Romances. Tenía a los
to vivificador que hay en ellas y de su ca- estudiantes hechizados. Antes de su llega-
pacidad de crear el mundo. De cambiarlo, da todo era algarabía, pero una vez empe-
PC 40 incluso. Hilos de murmullos aquí y allá zó a hablar su voz trajo el silencio, el silen-
desprendían los mil estudiantes mexicanos cio al murmullo intermitente y una hora
mientras escuchaban al poeta, ensayista, después otra vez la algarabía. Tal vez no
traductor y crítico expresarse en su francés entendieran muy bien todo lo que el poe-
de reminiscencias antiguas mientras ellos ta les decía, pero preguntaban y se les veía
con sus cascos escuchaban la traducción del contentos.
que les habían dicho era uno de los escri- Yves Bonnefoy, sin pretenderlo, había
tores más importantes de Francia. creado el mejor escenario y ejemplo de lo
“Los poemas no tienen significado. que siempre ha dicho y pensado respecto
Cuando se lee uno hay que preguntar a la a la función y cometido de las palabras y
propia experiencia, a la memoria. Y a par- la poesía. Y su influjo en la vida de cada
tir de ahí buscarle la interpretación”. uno como lo cuenta en su libro de ensayo El
territorio interior (Sexto Piso). Palabra oral reordenarlo. La palabra es nuestra princi-
y escrita donde se celebra el derrumbe de pal conexión con la realidad y la poesía
la Torre de Babel que permitió la prolife- su mejor vía. Por eso es necesario que las
ración de las lenguas y con ellas el calei- liberemos de ese yugo en el cual las he-
doscopio de la realidad, de que cada cosa mos metido”.
tiene un nombre y ese nombre es multi- Con las manos entrecruzadas sobre la
forme porque suena distinto en cada len- mesa de cristal, Bonnefoy deja claro que
gua y a su vez su historia varía en cada in- el poeta no deja nada al azar. Se esmera
dividuo de acuerdo con la biografía y hue- por buscar el término preciso que se aproxi-
lla que haya dejado en cada persona. Bon- me a la realidad física o lo que quiere con-
nefoy hablando francés ante una muche- tar, transmitir. Lo atisbó desde muy niño
dumbre, alguien traduciendo en un espa- cuando empezó a leer y notó la intensidad
ñol mexicano y los muchachos interpre- de las palabras y supo lo que quería escribir.
tando o adaptando dichas palabras a su “Yo no he elegido la literatura, sino la
propio mundo. poesía. No son la misma cosa. La literatu-
“En una conversación cotidiana, las ra es una posibilidad de la lengua, la poe-
palabras sirven para que nos entendamos, sía es una manera de despertar la palabra.
pero desaparecen. En cambio, en la poesía Y debemos hacer una distinción funda-
esas mismas palabras reaparecen en su ver- mental entre la lengua y la palabra. La len-
dadera realidad y son nombres propios que gua es un conjunto de nociones que nos
señalan o designan las cosas como son para permiten encontrar diferentes aspectos de
mostrarnos la realidad”. la realidad, la literatura es la construcción
La poesía debe decir: ‘Existe una Rea- que hacemos de ella por medio del len-
lidad’. La poesía es aquello que exige la guaje. Todas las experiencias están aquí
existencia del mundo permitidas, todas las distracciones e irres-
“¡Espléndido!”. Así recordaría Bonne- ponsabilidades. La poesía es la respuesta
foy la experiencia con los mil muchachos, que se lanza en dirección a la lengua, cuan-
al día siguiente, en el estand de EL PAÍS en do nos preguntamos acerca de nuestras ne-
la FIL, sentado en una silla, delante de una cesidades fundamentales. No es un lugar
portada de Babelia titulada: ‘Verdi. Maes- para divertimentos, ni de la experimenta-
tro de la vida’. Ahora está bajo la mirada ción existencial: es el lugar de la exigencia
de la Aída verdiana este poeta de obras de la responsabilidad”.
como Las tablas curvas, Principio y fin de La literatura es una posibilidad de la
la nieve y Del movimiento y la inmovili- lengua, la poesía es una manera de desper-
dad de Douve; de los ensayos La nube roja, tar la palabra
La traducción de la poesía, Donde la flecha Sus ojos azules se agrandan para ir a 41 CP
cae o El artista del último día; traductor los días en que aprendió a leer. Tendría unos
de maestros como Shakespeare y explora- cinco años. Fue con esos libros para niños
dor de mitos como se refleja en en los que junto a una palabra está su di-
su Diccionario de las mitologías. Serio y con bujo. Supo que no se trataba solo de le-
sus cabellos blancos, menos alborotados tras. Vio un árbol a los pies de la palabra
que el día anterior, la voz del autor suena ÁRBOL, una rosa junto a la palabra ROSA,
baja en medio del rumor de la feria. un perro haciendo compañía a la palabra
“La palabra, las palabras, están en el PERRO.
centro de todo. Son el embrión que no “Recuerdo que fui golpeado
solo describe y señala y nombra el mun- profundamente por la relación que apa-
do sino que lo ordena y puede salvarlo, recía entre la palabra y la cosa. Tenía la
sensación de que la palabra era la embaja- apertura si se puede llamar así, de recen-
dora de la cosa, su representante entre no- trar nuestra atención sobre el lugar terres-
sotros. Es mi primer recuerdo sobre la ex- tre como tal. Ahora en que muchas de las
periencia del lenguaje. En ese momento especies desaparecen, en que el aire está con-
comprendí que la poesía ejercía esta rela- taminado, en que la población es tan nu-
ción con la palabra. Después encontré, en merosa que no hay suficientes recursos, es
los poemas que nos hacían leer, que existía necesario tomar conciencia de nuestro pa-
un ritmo, una música dentro de los poe- pel, y el papel de la poesía es facilitar esta
mas, que no era inherente a las conversa- toma de conciencias. Necesitamos una voz
ciones, sino que existía solo en la poesía. profética que anuncie los desastres y des-
Así consideré que mi destino era practicar pierte la conciencia”.
ese ritmo que hacía que las palabras entra- Lo dice con una sombra de tristeza y
ran en contacto con el mundo”. esperanza. Como cuando habla de la falta
Convencido y emocionado, Bonnefoy de motivación de las instituciones para que
dice que la palabra tiene vida; es un mun- la gente lea poesía. Algunas personas que
do, y crea un universo. Y su encadenamien- pasan por ahí se detienen a escucharlo.
to con otras palabras, su combinación para En las dudas de Hamlet, en sus angus-
crear frases transforma y altera su esencia, tias, es donde la modernidad encontró su
su significado. Para él las palabras cotidia- suelo más fértil
nas se usan sin darles el valor que merecen. “Lo que ha ocurrido es que el sistema
“La poesía está para recordarnos que educativo ha tenido una preocupación so-
todas las palabras, incluidas las que usa- ciológica, científica y psicológica que ha
mos automáticamente, o tanto que pare- desviado la atención de esta relación que
cen gastadas y poco relevantes, son las res- la palabra poética establece con el mundo.
ponsables de la realidad. Para nosotros es Se ha cambiado la experiencia poética di-
importante la existencia de una tierra, su- recta por la explicación del poema y esa
ficiente, benéfica, que nos permita dar un reflexión académica ha dado paso a una
sentido a nuestra existencia, que nos per- situación en la cual la poesía no puede res-
mita estar unidos en un lugar donde exista pirar. He ahí el problema con la recepción
la vida, aunque por momentos resulte su- de la poesía”.
rreal. Diría que la poesía habla solo acerca Sentir. Sin temor. Expresar, sin mie-
de eso, en esencia. Fundamentalmente la do. Dar rienda suelta a la memoria para
poesía debe decir: ‘Existe una Realidad’, poder interpretar los versos que cobran
debemos ser parte del mundo, no debe- nueva vida en cada lector. Algunas perso-
mos dejarnos llevar por esa distracción que nas siguen ahí, asomadas en silencio a lo
PC 42 nos hace aceptar nuestras existencias como que dice él, ahora entre lo finito y lo infi-
algo abstracto, o resignado a la irrealidad. nito. Pastorea el Tiempo donde está in-
¡La poesía es aquello que exige la existen- merso el ser humano y con el que debe
cia del mundo!”. aprender a relacionarse.
El escritor, con el ceño fruncido, se “La poesía hace acercamientos más
inclina hacia delante. El murmullo de la profundos a la condición humana, a lo
feria ahoga su voz. Sus oídos están cansa- que sabemos y está detrás. Las grandes
dos. Sonríe al ver delatados sus desgastes. Y obras de la poesía se han arriesgado mu-
lamenta que cada vez se lea menos poesía. cho antes por los laberintos de la con-
“El medio ambiente de la Tierra vive ciencia nuestra. En las dudas de Hamlet
amenazado. La lectura de poesía nos re- es donde la modernidad encontró su sue-
gresa a la capacidad fundamental, una lo más fértil”.
La realidad con sus encrucijadas está Palabras e ideas embajadoras en poemas
presente en El territorio interior: “Existir, como La rapidez de las nubes:
pero de otra forma, y no en la superficie
de las cosas, en el meandro de los cami- En mi sueño de ayer
nos, en el azar: como un nadador que se El grano de otros años ardía a fuego lento,
sumergiese en el porvenir para emerger Sin calor, en el suelo embaldosado.
luego cubierto de algas, y más ancho de Descalzos, lo apartaban nuestros pies como
frente, y de espaldas”. Ir más allá de las un agua límpida.
quimeras es su invitación, dar a cada cosa ¡Oh amiga mía,
su lugar y función. “Es la relación con el Qué distancia tan débil separaba nuestros
otro la esencia del pensamiento moral”. cuerpos!
Considera que la poesía es el origen de la La hoja de la espada del tiempo
preocupación ética o filosófica. No duda que merodea
en soplarnos que “la sociedad sucumbirá ¡Hubiese allí buscado en vano lugar
si la poesía se extingue”. para vencer!

43 CP

. Yves Bonnefoy

Poeta y crítico de arte, nació en Tours, Francia en 1923. Influido por Baudelaire,
Mallarmé, Jouve y Sartre, su obra poética se caracteriza por su dimensión filo-
sófica (Del movimiento y de la inmovilidad de Douve, 1953; Dans le leurre du
seuil, 1975). Es autor de ensayos sobre arte y poética (Un rêve fait à Mantoue,
1967; Le nuage rouge, 1977; La Poésie et l’Humanité, 1984). En 1981 recibió el
Gran premio de poesía de la Academia francesa. En los años noventa ha publica-
do muchas obras y diversos géneros, entre las que destacan Entretiens sur la
poésie 1972-1990 (1990), Alechinsky, les traversees (1992), La journée d’Alexandre
Hollan (1995) y L’arriere-pays (1998).
PC 4 4
Adolfo Castañón

Traslación de Barthes
La canción del otro Rolando1

Roland Barthes (1915-1980) llevó el (una disciplina que, si bien él no inventa,


nombre del paladín que combatió en Fran- contribuye a sistematizar y difundir). Ro-
cia contra los árabes y cuya gesta heroica land Barthes se hace, se fragua al socaire
transmite la “Chanson de Roland”. La can- del oficio y de la operación de leer, al calor
ción de este Rolando es sin embargo muy de la crítica literaria, periodística y teatral,
distinta: no la inspiró la música de la ac- textual y aun política a la que da nueva
ción guerrera y de la defensa del solar pa- vida con su integridad sensitiva y percep-
trio sino la armonía de las ideas... Con esto tiva. Publica una reunión no tan miscelá-
quisiera decir que, aunque desde luego nea de “Ensayos críticos” y, luego, de “Nue-
Barthes es un hombre de su siglo, político vos ensayos críticos”, cuyos comunes de-
perfilado por las circunstancias que lo atra- nominadores son la precisión, la pasión por
viesan y que él sabe traducir y organizar en la verdad y por la vivacidad intelectual. En
su obra, probablemente hubiese destaca- esas reuniones están presentes los temas y
do en otros siglos su luminosa inteligen- motivos que alimentan la imaginación de
cia por su vocación, de un lado decidida- su época y que luego seguirán inspirando
mente literaria y crítica, y, del otro, filosó- su propia creación intelectual. Una invita-
fica y versátil, reflexiva, múltiple. Contem- ción para el lector sería comparar los dichos
poráneo de los escritores del “nouveau ro- del primer Barthes con los enunciados del
man”, Barthes opone al anuncio alarmado Roland maduro para ver hasta qué punto
del Alain Robbe-Grillet de que “la novela ese sí es fiel a sí mismo,2 para frasear el
ha muerto”, el pregón de que el ensayo titulo de su autorretrato y semblanza. Si-
vive y revive en una cultura ávida de puen- gue siempre al pie de la letra las lecciones
tes, conexiones, sintaxis. La obra proteica exigentes de la crítica literaria que, desve-
de Barthes es admirable, fecunda varios
terrenos, poliniza diversos campos, atra-
lada por ir más allá de Sainte-Beuve sin
perderlo, desvelada por limpiar la bañera
45 CP
viesa y fertiliza los saberes del siglo que lo sin arrojar al niño que le da sentido, busca
atraviesan a él y, en cada uno, sabe sem- hacer historia dentro de la historia crítica
brar las semillas de su reflexión afilada e desde la crítica: así Sobre Racine, así S/Z,
impecable. Su obra múltiple y a la par ar- según Balzac, así Barthes o Michelet des-
mónica, su itinerario inconfundible en el doblados en su espejo, para renovar los
seno de su devenir nómada culmina en ese métodos y procedimientos de la interpre-
centro de gravedad que es la “semiología” tación desde sus instrumentos mismos.

1
Palabras leídas en la mesa redonda en homenaje a Roland Barthes por los cien años de su natalicio: “100
años en busca del deseo de lo neutro”, participan Liliana Weinberg, Raúl Dorra y Alberto Paredes, martes
3 de noviembre de 2015, 19:00 hrs., Casa de Francia.
Véase, por ejemplo, cómo en su biografía aquellos civilizados isleños asiáticos?–, a la
del historiador Jules Michelet3 sabe esta- música y a la pintura, a la novela de las
llar e innovar el aparentemente anodino ideas y a las ideas de la novela, a la expe-
género de la cronología –ningún género es riencia estética en prácticamente todas sus
anodino, diría Barthes– para elevarlo al formas –es que cualquiera que se adentre
cubo de la imaginación ensayística. En otra en ella por cualquiera de sus numerosas
vertiente, en una serie de instantáneas don- entradas, advertirá de inmediato el entu-
de la crónica de hechos se desdobla en la siasmo intelectual con el que está hecha
anacrónica de sus fábulas y de sus fantas- esa obra en cada uno de sus textos, en cada
mas, titulada Mythologies, Barthes, de un tramo de su fragmentaria escritura, la no-
lado, acuña un género –la “mitología”– y, vela ha muerto, el ensayo vive a través de
del otro, socializa la etopeya y el “carác- su muerte–, tendrá la percepción de que
ter”, a la manera de La Bruyére, para fe- se trata de una obra y de una escritura que
cundar el ensayo y la crónica: así, esas glo- tiene la rara cualidad de saberse en proce-
sas escritas al margen de los cuadernos del so: una suerte de hormigueo sintáctico y
tiempo lo hermanan con Friedrich Nie- relacional, de imperceptible temblor he-
tzsche y con Walter Benjamin, con José raldo de correspondencias subyacentes a la
Ortega y Gasset y con Eugenio D’ors, con multitud de temas que trata. Esta crítica
José Moreno Villa, Alfonso Reyes y Emi- inquietud inteligente asocia el proyecto de
lio Cecchi. Si con el libro Sobre Racine Barthes a las órbitas de Susan Sontag, en
Barthes entraba en diálogo y tácita polé- lengua inglesa, y a las de Octavio Paz y
mica con Lucien Goldman y Paul Béni- Carlos Monsiváis en México. Es probable
chou, y en explicito con Robert Ricard, y que esta percepción del conjunto de la obra
con S/Z leía el revés del tapiz de G. Luc- de Roland Barthes se me hubiese hurtado
kács sobre Balzcac, en El sistema de la si no hubiese sido llamado a traducir su
moda, Barthes irá más allá de Georg Sim- Diario de duelo para Siglo XXI Editores.
mel y de los formalistas rusos para conso- Barthes, como se sabe, llevó en estos apun-
lidar los cimientos de la semiología al bus- tes el registro de la enfermedad y muerte
car establecer un sistema de signos de la so- de la autora de sus días con quien convi-
ciedad y de lo social a partir de los indu- vió hasta su desaparición. Diario de duelo
mentos, ropajes, guardarropas, accesorios y es a la par un documento doliente y agó-
hábitos con que se cubre y encubre un cuer- nico y un monumento mental y sentimen-
po social... Estamos ya en plena semiología tal que fue dejando el autor en una serie
y en las fronteras que colindan con la etno- de hojas y papeletas sueltas que fueron re-
logía, la etnografía, la economía, el dere- cogidas piadosamente por su amigo, dis-
cho, el psicoanálisis y la antropología. Ro-
PC 46
cípulo y compañero Eric Marty. Las hojas
land Barthes supo atravesar la marea del es- de ese Diario de duelo tienen la virtud de
tructuralismo y sacar de su faz y reflujo lec- hacer sentir al lector hasta qué punto Ro-
ciones formales y perdurables para renovar land Barthes era capaz de sentir al otro y
la crítica literaria y las ciencias sociales. de poner en relación ese afecto con el mun-
Uno de los rasgos admirables de esta do de la historia y de las ideas. Roland
obra que se abre a la fotografía y al erotis- Barthes dice en El placer del texto que el
mo, al teatro y al deporte, a la publicidad deseo de un escritor es en última instancia
y a la cultura japonesa –él tan francés aun- el deseo de ser amado: la cantidad de artí-
que ¿no son un poco franceses los japoneses, culos y libros escritos sobre él, empezando
2
Roland Barthes por Roland Barthes, Barcelona, Paidós, 2004.
3
Roland Barthes, Michelet, México, Fondo de Cultura Económica, 1988.
por la amplia biografía de Tiphaine Samo- y el sentido común se amalgamaron en una
yault (2015), la novela de las ideas y a las sintaxis inconfundible que fue la de Ro-
ideas de la novela, coloquios, encuentros, land Barthes. Barthes es un revisionista de
publicaciones de todo tipo, hacen ver hasta la historia literaria, un lector que sabe que
qué punto Roland Barthes es amado y ne- es preciso releer, un reformador capaz de
cesitado por las letras, las artes la crítica de fundar a fuerza de ir a los cimientos, revisa
arte, la semiología y la sociología. Cierto, y polemiza con los lugares comunes y los
el amor no es una cifra intelectual, es, en saberes heredados sobre autores y obras
cambio, un signo de comunidad. De ahí para devolverles una presencia e intensi-
que agradezcamos a la obra de Roland dad perdidas, pero por eso mismo afirma
Barthes que nos devuelva esa comunidad. la actualidad de la crítica y del crítico, de
De El grado cero de la escritura al dis- la posibilidad misma de la crítica. Barthes
curso y las lecciones en torno a lo neutro se refiere con cierta constancia a la técnica
dictadas en El College de France, se da en de los escritores, pero, ¿sería posible ha-
la obra de Barthes una interrogación que blar de una técnica de Roland Barthes? Una
merodea el vacío, el silencio, la ausencia. parte de esa técnica cabría ser descrita como
No en vano en las citadas lecciones la es- una fenomenología sui-géneris que apunta
critura y el pensamiento de Maurice Blan- a la descripción de aquello que pasa ante o
chot están, se diría, obsesivamente presen- por el ojo de la mente: sea un poema, la
tes, junto con el pensamiento taoísta y las representación de una obra de teatro, o aun
obras del místico renano Jakob Böehm. un género periodístico como el elusivo
De otro lado, cabría decir que la oposi- “fait divers” del cual no solamente elabora
ción que aparece en Barthes entre escritor una teoría sino que, a partir de ahí, proce-
y escriba, entre creador y amanuense, se va sará un proyecto como el de su libro
a organizar y cobrar cuerpo en la obra del Mythologies. A esa descripción, lo más lim-
mismo autor quien es tan pronto un crea- pia y desnuda que pueda ser en un princi-
dor y hasta un virtuoso y a la par un arte- pio, Barthes la va preñando de asociacio-
sano discreto capaz de aplicar los métodos nes, galvanizando con coordenadas críti-
que él mismo se propone. Pero Barthes cas, observaciones históricas que la asedian
siempre parecerá como un ser aparte –igual y ajustan hasta hacerla rendir su sentido,
que Blanchot–, un irreductible o, para em- hasta hacerla armar un sistema de signos,
plear la voz de George Steiner, un “extra- un juego capaz de imantar el texto mismo
territorial”, pues no resulta asimilable ni y sus sombras. Sobra decir que a la des-
por las poetas y narradores ni por los pen- cripción misma Barthes la va a combinar,
sadores y filósofos. Recuérdese cómo a cocinar con los análisis retóricos perti-
Claude Levi- Strauss se negó a ser el asesor nentes, con el repaso de las figuras de dic- 47 CP
de tesis de El sistema de la moda, según da ción y con un arte de la comparación en-
noticia en su biografía Tiphaine Samo- tre épocas y momentos. Estos movimien-
yault. Este buscar el vacío, el grado cero tos confieren a sus textos una actualidad
de la escritura alinea a Barthes en la órbita que va más allá de lo circunstancial. Bar-
de un Marcel Duchamp que hace de la thes es legible más allá de las circunstan-
obra de arte una exaltación del juego y en cias en que se originan sus textos y, en cierto
última instancia del vacío. modo, más allá de ellos.
La distinción entre escritor y escriba Muchos de los textos de Barthes están
es una de los legados de esta peculiar inteli- hechos de fragmentos, en sus obras, el frag-
gencia en quien la sociología, la etnología, mento es un procedimiento sustantivo de
la antropología, la filosofía, el psicoanálisis la articulación discursiva que le permite al
autor saltar de un tema a otro y volver a Pequeña guía:
él, como en una partitura musical –no se Barthes, Roland, Essais critiques, Paris, Éditions du
debe olvidar que una de las aficiones del Seuil (Col. Tel Quel), 1964.
escritor era precisamente la música, el ha- ————, Crítica y verdad, traducción de José
Bianco, 1ª ed. 1966, México, Siglo XXI, 1972.
cer y tocar música él mismo–. Ese arte del ————, Sobre Racine, traducción de Jaime Mo-
salto lo debe haber aprendido Barthes de reno Villareal, México, Siglo XXI, 1992.
los moralistas franceses –de La Bruyère y ————, El grano de la voz, traducción de Nora
Pasternak, México, Siglo XXI, 1985.
La Rochefoucauld–, de Novalis, de Nie- ————, Michelet, México, Fondo de Cultura
tzsche y, más próximo a él, de Maurice Económica, 1988.
Blanchot. Blanchot es, por cierto, uno de ————, Le Neutre. Cours au Collège de France
(1977-1978), texte établi, annoté et présenté
los interlocutores secretos que permitirían par Thomas Clerc, sous la direction d’Éric
al lector reconstruir el lugar de la enuncia- Marty, Paris, Éditions du Seuil (Col. Traces
ción desde el cual se articulan muchos de Écrites), 2002.
————, Cómo vivir juntos. Simulaciones noveles-
los discursos de Barthes. Cabe comparar cas de algunos espacios cotidianos, prólogo de
en ese sentido los ensayos de Maurice Blan- Alan Pauls, traducción de Patricia Wilson,
chot y de Roland Barthes sobre Franz Ka- México, Siglo XXI, 2003.
————, Lo neutro, México, Siglo XXI, 2004.
fka para ver hasta qué punto, el autor de ————, La preparación de la novela, México,
El grado cero de la escritura, dialoga con el Siglo XXI, 2005.
autor de El espacio literario. ————, El placer del texto y lección inaugural de
la cátedra de semiología literaria del collège de
La felicidad de las fórmulas de Bar- France, traducción de Nicolás Rosa y Oscar
thes se debe en buena medida a la conjun- Terán, México, Siglo XXI, 2007.
ción y extrapolación hacia la crítica litera- ————, Del deporte y los hombres, traducción de
Núria Petit Fontseré, 1ª ed. 2004, Madrid,
ria de los saberes de la lingüística prove- Paidós, 2008.
nientes de Saussure y de la etnología de ————, Diario de duelo, traducción de Adolfo
Mauss, combinados con un sólido saber Castañón, México, Siglo XXI, 2009.
————, Mitologías, traducción de Héctor Sch-
filosófico y, en particular, marxista. Esta mucler, México, Siglo XXI, 2010.
felicidad viene también de un sentido agudo ————, El grado cero de la escritura. Nuevos ensa-
de la responsabilidad del crítico ante la obra. yos críticos, México, Siglo XXI, 2011.
————, Fragmentos de un discurso amoroso, tra-
Acaso podría decirse que la obra crítica de ducción de Eduardo Molina, México, Siglo
Barthes se da como una interrogación desde XXI, 2011.
adentro a la pregunta ¿Qué es la literatura? ————, S/Z, traducción de Nicolás Rosa, edi-
ción revisada y corregida, México, Siglo XXI,
que Sartre –un anti-modelo de Barthes– se 2011.
formulaba desde afuera. Esa felicidad del Samoyault, Tiphaine, Roland Barthes, Paris, Seuil,
enunciado tiene que ver también con la ale- 2015.
Domínguez Michael, Christopher, “Escribiente,
gría. Barthes es un escritor feliz porque prac- homo academicus, escritor” [sobre Roland Bar-
PC 4 8 tica el arte de una ciencia jovial, de una gaya thes de Tiphaine Samoyault], Letras Libres,
noviembre 2015, año XVII, pp. 64-67.
ciencia fundada en la observación y depura-
ción del lenguaje y de las obras.

. Adolfo Castañón

México, 1952. Estudió en la UNAM. Ha sido gerente editorial y director de la Unidad


Editorial del FCE; codirector de la serie Periolibros (FCE/UNESCO). Colaborador
de Cuadrivio, Imagen Latinoamericana, La Cultura en México, La Gaceta del FCE, Letras
Libres, Nexos, Novedades, Plural, Revista Universidad de México, Sábado, Siempre!, y Vuelta.
Académico de Número de la Academia Mexicana de la Lengua. Premio Diana Moreno
Toscano 1976. Premio Mazatlán de Literatura 1995 por La gruta tiene dos entradas.
Premio Xavier Villaurrutia, 2008, por Viaje a México. Ensayos, crónicas y retratos. En 2009,
fue ganador del Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo por su programa Los
maestros detrás de las ideas, transmitido por TV UNAM. En 2003 fue reconocido como
Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras por el gobierno de la república francesa.
En 2015 recibió el Premio Internacional de Ensayo de Argentina.
Alejandrina Ponce Avilés

Gilles
Entrevista
Lipovetsky

Gilles Lipovetsky es un filósofo perte- En 2007, lo entrevisté en el Colegio de


neciente a la generación posestructuralista México. De entonces a la fecha usted ya
francesa y un sociólogo apasionado. Su publicó varios libros más entre ellos La
hermenéutica es multidisciplinaria. Desde pantalla global: Cultura mediática y cine
1983, con su primer libro La era del vacío en la era hipermoderna, La cultura-mun-
abordó un conjunto de temas con los que do. Respuesta a una sociedad desorien-
transitamos a la globalización, a saber: el tada y El Occidente globalizado. Un de-
individualismo excesivo, el consumo, el bate sobre la cultura planetaria.
narcicismo, el ocio, los espectáculos, los Sí y pronto habrá otro llamado La es-
medios de comunicación, el culto al cuer- tetización del mundo, aunque no sé con
po, el afán de lujo, entre otros. qué título exactamente lo van a publicar
Una de las contribuciones de su pen- en español. Se trata de un libro grande, de
samiento reside en su libertaria vocación más de doscientas páginas.
de resignificar los valores positivos de la
modernidad en la hipermodernidad. Otra En los tres últimos libros usted com-
es que reflexiona sin seguir las lógicas me- partió su texto tanto con Jean Serroy
diáticas o estrictamente académicas, que como con Hervé Juvin. ¿Acaso lo hizo
conducen al fatalismo o a la inmovilidad. para enriquecer la discusión con sus 49 CP
Lipovetsky nos hace partícipes cotidianos colegas franceses?
de la construcción social, advirtiéndonos No, no es así. En el caso de Hervé Ju-
la presencia de fuerzas antagónicas cuyo vin no se trata de un texto que hayamos
equilibrio depende de la responsabilidad escrito juntos. Es una obra con dos visio-
ciudadana. nes antagonistas. Me pidieron dictar una
Nuestro primer encuentro fue en conferencia en la Sorbonne [la Universi-
2010, cuando hablamos de su relación con dad] con un interlocutor para hacer un
los filósofos posmodernos, sobre la revo- debate. La conferencia le gustó al editor y
lución de lo femenino, de sus libros El cre- después quiso publicar el debate. Cada uno,
púsculo del deber, Los tiempos hipermoder- Hervé Juvin y yo, corrigió su parte para la
nos y La felicidad paradójica. publicación. Fue cuestión del azar, no se
trató de un proyecto. Esto me permitió esta actualidad. Él piensa que la civiliza-
precisar las cosas. Con La pantalla Global, ción no tendrá paz si no logra restablecer
por ejemplo, fue diferente porque Jean la cultura clásica. No comparto esa opi-
Serroy, es un amigo especialista en cine y nión. En mis libros trato de mostrar va-
profesor de literatura. No es sociólogo, ni rias cosas, entre ellas que la cultura clásica
filósofo. Es un experto en el siglo XVII y no protegió a Occidente de tragedias es-
enamorado del cine. Fue una experiencia pantosas. No dejo de subrayar con frecuen-
muy agradable hacer juntos un libro sobre cia que el pueblo más cultivado fue el ale-
cine y sociología. Digamos que aportó mán durante las guerras. Leían a Goethe,
mucho de todo lo que implica el cine y su escuchaban a Beethoven, a Mozart. Eso
aportación fue irremplazable, porque ca- no impido la shoah. A Göring y a
rezco de toda esa cultura. De mi lado, con- Goebbels les gustaba la pintura. Bueno,
tribuí con el bagaje teórico sociológico. personalmente, soy más moderado respec-
Jamás hubiera hecho yo solo un libro acer- to a ese tipo de amor a la cultura. Por otro
ca del cine. Se necesita mucha informa- lado, es verdad que el prestigio de la cul-
ción, hablamos de setecientas películas. tura clásica, cayó; Vargas Llosa tiene ra-
Apoyado claro, por lo que ya había traba- zón, no cuestiono eso. Por otro lado, no
jado en otros de mis libros, sobre todo en se puede decir que los jóvenes de ahora se
los modelos teóricos y en la amplia cultu- volvieron tontos por carecer de ese tipo de
ra artística, sobre todo visual de Serroy. cultura.
Lo fuimos haciendo poco a poco. Aun-
que lo terminamos rápido. ¿No le parece que la alta cultura, la cul-
tura de masas y la contracultura son
Se siente el aire de familia con sus textos referencias de intelectuales o de espe-
anteriores? cialistas que en la actualidad están en
Sí, claro, el hipercine es lo que corres- desuso?
ponde al hipercapitalismo. Con los libros Sí, claro, lo que busco decir es que uno
precedentes tenía ya ideas, pero fue fácil y puede analizar las épocas a través de la vi-
placentero trabajar con Jean Serroy. sión de esas élites. Por supuesto que no
son mi teoría sociológica favorita. Si ve-
Hablando de libros precedentes… ¿Es mos cómo piensa y reflexiona la masa va-
verdad que usted estudia sin inquietud mos a encontrar contradicciones, con tin-
y con simpatía el hipercapitalismo?, como tes pesimistas. Aunque no representa un
le dijo, Mario Vargas Llosa, en la presen- ideal ver TV o jugar videojuegos, ir a la
tación de su libro La civilización del es- playa, o turistear en los centros comercia-
PC 50 pectáculo? les, al mismo tiempo. No se había visto a
Bueno, yo no tengo una lectura preci- tanta gente escuchar ópera, o a tantos que
samente catastrofista. Trato de mostrar las desean viajar para conocer las maravillas
contradicciones, las fuerzas opuestas que del mundo. No solo se trata de decir, que
existen en la hipermodernidad. La visión todo eso es consumismo y ya. No hay que
de Vargas Llosa es la visión de la cultura confiar en ese tipo de juicios, aun cuando
clásica, de la alta cultura, que juzga al mun- la gente no entiende mucho, visita los
do de ahora, como un mundo comercial museos y viaja. Lo que se traduce analíti-
y mediatizado. Que no le gusta, porque camente como gusto por ver y apreciar.
él siente que hay algo que se degrada en Eso me parece, que es mucho mejor que
relación con la literatura clásica, con la tra- tomarse una Coca Cola en la playa sin ha-
dición de las letras y por eso no le gusta cer el menor esfuerzo de nada. Se dice
51 CP
mucho que nuestras sociedades no han se pueden medir en cifras, en números que
desarrollado el sentido crítico, yo, por el nos hablen de la cantidad de personas que
contrario, creo que el sentido crítico está acuden al conservatorio. Retomo el ejem-
muy desarrollado. Ahora se discute sobre plo de la música para decir, que cuando
todos los asuntos de la vida. Las actuales era joven en los años cincuenta, muy po-
sociedades contemporáneas no han perdi- cas personas tocaban algún instrumento.
do valores, solo que esas discusiones no Cuando mis hijas eran pequeñas, les pre-
llevan necesariamente al conflicto. Aún no guntaba si entre sus amigos había alguno
nos hemos puesto de acuerdo en la tra- que tocara el piano y la respuesta fue que
ducción de esos valores. Por ejemplo, todos sabían tocar algún instrumento. Eso
mucha gente respetable dice que está a fa- cambió. Al final, los padres, o quien com-
vor de la eutanasia, eso no significa que pra, saben que no es algo malo, pero que
esa gente sea bárbara porque no comparte hay mucho más que consumir y consu-
el mismo sentido de vida que otros. Hay mir. Hay cuestiones que nos regresan al
dos lecturas casi siempre. No estamos en sentido humano de la vida; el amor, el in-
decadencia ni estética, ni moralmente. Se terés de los jóvenes por decorar su casa
trata de una época con otras culturas, que cuando van a buscar modelos vintage, arre-
hay que desarrollar y colocar en su lugar. glar un jardín, ir a buscar las plantas. Eso
No se debe obscurecer todo. no puede ser esnobismo solamente, es tam-
bién el reflejo de la capacidad de percibir
¿Cree usted que el ideal de progreso y la belleza. Esa estética, desde luego no es
bienestar de la modernidad se mantiene equiparable para algunos con la experien-
en la hipermodernidad, a pesar de que cia de leer a Proust, a Mallarmé, pero es
todo es negocio? un aspecto positivo de la conducta huma-
Sí, el mundo comercial invade casi na, que nos deja ver el amor por lo bello.
todo, casi todo lo relacionado con el desa-
rrollo se entiende como business, sí es ver- ¿Por qué cree usted que es la sociología
dad, pero las personas no paran de escri- explicativa y no la filosofía, la disciplina
bir, las editoriales no dejan de recibir ma- que da cuenta de estos cambios en la
nuscritos, las personas organizan coros de humanidad y, de manera precisa, en la
distintos ritmos, la gente se anima a can- vida cotidiana?
tar repitiendo pistas, hay clubes de baile, Estamos en una época en la que es muy
de cine, hay exposiciones permanentes y difícil responder qué es la sociología o la
temporales, amigos de museos, las perso- filosofía, porque hay una gran fragmenta-
nas escuchan música todo el tiempo, don- ción. Para el diagnóstico es la sociología,
PC 52 de sea y como sea. El universo del consu- pero yo seré más moderado porque exis-
mo se volvió pletórico es cierto, pero eso ten numerosas corrientes filosóficas y so-
no significa que limite las expresiones ar- ciológicas. Tenemos menos escuelas domi-
tísticas y culturales de las personas. Es po- nantes a diferencia de otros momentos,
sible que no involucre a todos, pero sí a la como en los sesentas con el marxismo.
mayoría. Eso implicará, también, que el Aunque hay ciertos sociólogos muy valio-
gusto por el consumo dejará de ser sufi- sos, por ejemplo, en Alemania Ulrich
ciente, habrá otro momento en que tocar Beck…
el piano no signifique consumo, sino es-
forzarse por lograr hacer sonar una pieza Sí, pero… ¿no le parece que a ese tipo
con disciplina más que comprar un disco de sociólogos, entre los que está usted
o bajar música de internet. Esas conductas –Ulrich Beck, Scott Lash, Zygmund
Bauman, Richard Sennett– no les interesa Es curioso, pero leerlo no me aclara en qué
mucho seguir los postulados de la socio- mundo vivo.
logía clásica?
Sí, pero esa es justo la aventura del ¿No hay entonces mucho aprecio entre
pensamiento. Sí, se define a la sociología los sociólogos franceses contemporá-
con criterios estrictos. Es cierto. Aunque neos y usted?
para mí, la sociología académica, no es la Pues, no mucho… Desde mi óptica,
única válida, yo entiendo la sociología su interés permanente está en encontrar una
como una herramienta que explica la so- categoría, que les sea útil para atarla a un
ciedad, quizá dicho de una manera simple fenómeno de clase con una lógica de dis-
con métodos y modelos interpretativos tinción como el lujo simbólico para Bour-
distintos, incluyendo los clásicos, claro. dieu. En mis observaciones esa lógica no
Desde el siglo diecinueve había ya varias es la esencial. Un ejemplo que me parece
corrientes sociológicas, Georges Dumézil certero es el que tiene que ver con el défi-
Émile Durkheim con aproximaciones dis- cit en los países desarrollados para encon-
tintas a la disciplina. Ahora somos un poco trar candidatos jóvenes que estudien pro-
más abiertos, hay ciertos sociólogos que fesiones científicas. No hay personas que
buscan en sus trabajos una conceptualiza- quieran estudiar ciencias. Eso no se puede
ción sólida porque ello implica ciencia explicar solo con el habitus, o mediante la
pura. En lo personal, no lo comparto. lógica de la distinción, o bien con el con-
Puede verse lo que digo en la corriente cepto de capital cultural. Estamos obliga-
bourdieureana [de Pierre Bourdieu] a la que dos a usar otros parámetros y no única-
percibo como dogmática porque no tie- mente esas categorías. Su utilidad en el
nen la soltura necesaria para ver la extrema análisis no es un asunto religioso absolu-
diversidad que hay en el mundo actual. Se to, que explique todo. Aparte de la cate-
apoyan en conceptos que aparecen como goría de clase habrá que buscar con qué
verdades absolutas, convirtiéndolos en ac- más se puede entender el individualismo
cesorios. Interesantes también, por supues- extremo. En lo que a mí respecta, hay otro
to, pero como herramientas. tipo de problemas que me preocupan.

¿Habla usted de las categorías de Bour- ¿Cuál es su opinión a la respuesta que


dieu como: habitus capital social, ca- da Michel Onfray en su manifiesto de
pital simbólico? la Universidad de Caen sobre la crisis
Sí, esos conceptos son útiles para ex- educativa en Francia?
plicar lo que se observa, están bien, pero Me parece bien, pero no creo que esté
me pregunto por qué a Bourdieu se le fue a la altura resolutiva de los problemas edu- 53 CP
de las manos el análisis del ascenso del in- cativos. Las personas que van a esa univer-
dividualismo. Él descuidó un fenómeno sidad son de las clases medias, esnobistas,
tan considerable, a pesar de sus valiosas lec- que buscan trasladarse hasta allá para leer a
turas de los clásicos, como es de dominio Bourdieu por el camino que se les indica.
público, el avance del individualismo tras- Personas que poseen ya un capital cultu-
tocó las relaciones de: la vida en familia, ral. No se trata de la anti-filosofía como él
en sociedad, en las religiones, en las per- lo sostiene, es simplemente otro tipo de
cepciones políticas. A Pierre Bourdieu eso filosofía y punto. El “anti” no es más que
no le importó, su interés estaba en hacer una palabra de moda. Promover una acti-
ciencia. Eso desde luego no le resta nin- tud de aparente crítica extrema es distinto
gún mérito a su gran obra, eso no lo refuta. a ser realmente excepcional o particular.
Esa actitud, no resuelve nada de la proble- a tocar piano, se deben repetir las lecciones,
mática ligada a los jóvenes, que salen de la memorizar las lecturas, hacer los ejercicios
universidad sin encontrar espacios. Aun que se utilizan para estudiar desde hace dos
cuando los chicos vayan a escuchar las char- siglos. Desde 1960 el problema ha sido cues-
las de Michel Onfray no van a lograr escri- tionar ese modelo por autoritario y suplirlo
bir mejor o leer sin dificultad. Es probable por otros cuyos resultados aún no son visi-
que se vuelvan chics, pero no más. Lo que bles, al contrario, son sus efectos lo que es-
vivimos en la escuela ahora es grave, no es tamos viviendo en las escuelas.
PC 5 4 una cuestión filosófica, por el contrario es Si los intelectuales públicos o ascéti-
muy objetiva, lo cual no es una situación cos, como los llaman en Francia, están
exclusiva de Francia sino de todos los paí- desapareciendo y vivimos la especializa-
ses desarrollados. Para cuestionar esa pro- ción de los saberes únicamente en la ins-
blemática no es necesario pertenecer a una titución universitaria ¿podemos pensar
corriente sociológica o especialización al- que estamos bajo la dictadura del supuesto
guna. Hay ciertas reglas que deben regre- demostrativo de la ciencia? Los intelec-
sar como: los ejercicios, la disciplina. No tuales para serlo necesitan seguir un mé-
se puede enseñar desde la complacencia, todo casi positivo ¿no le parece? ¿Cómo
facilitando todo a los alumnos. Aprender entender ese cambio? El hecho de que
cómo todo en la vida es difícil. Y no siem- muchos académicos pertenezcan al siste-
pre puede ser divertido. Si se quiere aprender ma de becas y subvenciones del Estado,
no implica necesariamente que estén so- bien su trabajo y eso no es responsabilidad
metidos y que no escriban obras críticas. de los medios. Cuestionar a los medios de
Hay muchos tipos de racionalidad y tam- comunicación sin proponer nada es un mal
bién, afortunadamente, hay muchos tipos hábito intelectual. Una sociedad poco edu-
de intelectuales, como aquellos que se ca- cada no puede exigirle a los medios que
san con sus lecturas, categorías y métodos, trasmitan cultura enciclopédica. ¡Es nor-
invalidando aquellos que no pertenecen al mal lo que vivimos! No es posible hacer
mismo círculo. Los intelectuales ahora crítica absoluta a los medios, hay que buscar
pasan por lógicas mediáticas y lógicas uni- ser puntual en lo que les queremos cues-
versitarias, que no son necesariamente las tionar. La inteligencia necesita herramien-
mismas, también hay públicos diferentes. tas y esas, como decía Rabelais, se encuen-
En Francia se vive la pluralidad de la vida tran en la escuela, pero con método y dis-
intelectual. Se trata de un espacio secular ciplina, con repetición y ejercicios. En in-
en el que la racionalidad se ejerce. Yo por ternet se encuentran cosas útiles, aunque
ejemplo, lo hago, pero sin seguir la lógica eso no es suficiente porque no es formati-
académica o mediática. Los medios tienen vo. Utilizar las computadoras no otorga
un lado de vedetismo, es decir, superficial de facto la instrucción que da la escuela ni
y de negocio, y por otro lado, se puede moldea como ella. Navegar no es pensar,
entender que esa actitud mata a cualquier es buscar información. Los medios masi-
espíritu crítico, pero no se puede pedir, que vos no pueden enseñar a problematizar una
los medios hagan todo. ¿Por qué los me- discusión, ¡por desgracia!, la sociedad tie-
dios de comunicación van a hacer lo que ne los medios que se merece. Mientras la
la escuela no logró? Comencemos por la gente no tenga pasión por construirse una
educación básica. Si la gente lee en la prensa vida, no habrá más que consumo, horas
rosa, la vida de Rihanna ¿de quién es cul- perdidas en un centro comercial buscando
pa? Hagamos como Marx, enfrentemos una satisfacción instantánea, que, como
las cosas antes y no después. El sistema for- digo en mi libro, no se trata más que de
mativo en las sociedades no ha hecho muy una felicidad paradójica.

. Gilles Lipovetsky

Nació en París, en 1944. Filósofo francés. Profesor de Filosofía en la Universi- 55 CP


dad de Grenoble, en 1983 publicó su obra principal, La era del vacío, que
versaba sobre lo efímero y lo frívolo. En su segundo trabajo, El imperio de los
efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas, publicado en
1987, Lipovetsky llevó a cabo un amplio estudio sobre la moda, enfocado
desde una perspectiva histórica. Es miembro del Consejo Nacional de Pro-
gramas del Ministerio de Educación y del Consejo de Análisis de la Sociedad
de Francia. A lo largo de su carrera ha recibido numerosas distinciones y
es Caballero de la Legión de Honor. El conjunto de su obra está dedicado al
análisis de la posmodernidad e hipermodernidad (término acuñado por él).
Estudia la cultura de masas, el consumo, el individualismo, la moda, el lujo y
la cultura como mercancía. Es autor además de Los tiempos hipermodernos,
La estetización del mundo, El lujo eterno, la cultura-mundo, La felicidad para-
dójica, entre otros.
PC 56
Domingo de los Santos

La filosofía como literatura


de conocimiento en Eugenio Trías

Para Eugenio Trías, la filosofía está indis- que tiene que manejarse el lenguaje filosó-
cutiblemente asociada a la escritura. Des- fico, si carece de la expresión literaria, pierde
de sus inicios la filosofía está presente en fuerza y capacidad en la argumentación.
trazos de escritura en la Grecia antigua, en La filosofía es vista por Trías como un
instituciones como la Academia o el Li- acto de creación o poiesis. En este sentido
ceo. Esto establece desde su propio co- se encuentra en hermandad con otras for-
mienzo una diferencia clara y fundamen- mas de creación. Para él la creación tiene
tal con otros tipos de conocimientos que, diferentes aristas, lejos de ser un concepto
como el religioso, se establecían sobre una unívoco y restringido.
base oral que a través del relato cantado o En la escritura filosófica Trías deja es-
contado se transmitían de generación en tablecido que la concepción filosófica y el
generación. Las culturas mitológicas y re- logos poiético se unen en armónica sinfo-
ligiosas, ya sea en forma politeísta o mo- nía, dando como resultado una obra que
noteísta, con frecuencia plasmaban sus re- es, al mismo tiempo, filosofía y arte. Pre-
laciones con lo sagrado en una dimensión cisamente, la gran complejidad de la filo-
de preescritura. sofía radica en que tiene que usar como
Trías da una importancia capital al tex- materia prima la expresión escrita, siendo
to que, mediante la creación del logos, se la escritura el camino mediante el cual
plasma en escritura. No desdeña lo que se transcurre el logos. No es suficiente la pala- 57 CP
hace en sentido filosófico desde la cátedra bra hablada para llevar a cabo el proyecto
o la conferencia, pero considera que la pro- filosófico.
ducción filosófica plasmada sobre todo “La filosofía es literatura de co-
en la forma del ensayo constituye uno de nocimiento. Literatura en la medida
los caminos más nobles para la expresión en que tiene que ver con la gestación
filosófica. Para el autor español es muy de textos y de escrituras. La textura y
importante poder combinar el rigor con- la letra no son, en filosofía, objeto
ceptual con la expresión literaria. Trías no de contemplación teorética de una
divide el campo literario del filosófico, sino posible ciencia. Son algo mucho más
que lo integra de forma maestra, pues es importante y decisivo: la praxis mis-
de opinión de que el rigor conceptual con ma de esa literalidad textual, que, en
la medida en que se orienta hacia el tramas y urdimbres conceptuales que
conocimiento, puede reconocerse en le permiten la trabazón de una pro-
su identidad filosófica. Importa esa posición que constituye su hecho di-
gramato-praxis como lo más propio ferencial y su seña de identidad”.2
y genuino de la filosofía”.1
El hecho de que Trías asuma la escri-
Trías es reiterativo al afirmar que en la tura filosófica como un despliegue artísti-
creación filosófica y artística en general está co del concepto no quiere decir que el
impreso el ethos del que escribe, este es el lenguaje con que se analizan las diversas
verdadero motor de esa gran aventura que problemáticas de la filosofía sean del co-
recrea una y otra vez las grandes preguntas mún dominio del total de los posibles
o temas con las que tiene que habérselas el lectores. Sin embargo, para acercarse a las
sujeto fronterizo. El texto es discurso ex- cuestiones filosóficas, es preciso un acer-
presivo de la más profunda intención del vo cultural.
que escribe. Del mismo modo que Trías plantea
Todo filósofo, amén de ser un com- que no deben existir parcelas en el campo
positor de textos, es y debe ser un intér- filosófico sino una visión unitaria, así plan-
prete, un hermeneuta de su tiempo, de sus tea que no deben existir jergas o dialectos
tradiciones, de su contexto, de su circuns- propios de algunas corrientes filosóficas.
tancia, como diría Ortega. Del mismo La creación de jergas particulares, lejos de
modo debe ser un intérprete de su propia dar cauce expositivo a los grandes temas de
propuesta, ya que la reflexión que está con- la filosofía, propician la fragmentación y la
tenida en el proceso creativo es algo que pérdida de la visión completa y global que
puede irse iluminando poco a poco al mis- debe caracterizar el proyecto filosófico. La
mo creador del texto. filosofía es una cuerda tendida hacia la con-
La relación entre poesía y filosofía es dición humana, donde todos los seres hu-
un debate que aguarda como tarea pen- manos se ven de una u otra forma aludidos.
diente de la filosofía. La filosofía o, más La creación de dialectos particulares en
bien, los filósofos no deben olvidar ese el campo posibilita que los reales proble-
carácter creador que ésta posee. Olvidar mas que tiene que enfrentar el filósofo se
esto sería someterla a un encierro estéril, diluyan y el sentido propio de la filosofía
improductivo, que terminaría por redu- colapse. Plantea que es preciso usar en el
cirla a niveles de incomprensión, lejos de campo filosófico un lenguaje común, pero
su propio afán de esclarecer, mediante el altamente riguroso y elaborado, debiendo
logos, las grandes cuestiones existenciales. entonces como paso previo de acercamiento
PC 5 8 a este tipo de lenguaje recorrer el sendero
“No hay verdadera filosofía sin de la cultura y la educación.3 Aunque se-
estilo, escritura y creación literaria; ñala que lo primordial para acercarse al
pero tampoco la hay sin elaborada campo de la filosofía es la pasión que pue-
forja conceptual. Toda filosofía au- da albergar quien la estudie por la búsque-
téntica posee aires de familia que son da de respuestas.
comunes con la buena poesía; pero La dimensión artística y estética es fun-
no hay filosofía sin la gestación de damental a lo largo de la obra filosófica de

1
TRÍAS, E. El hilo de la verdad,Destino, Barcelona 2004, 38.
2
IBID., 40-41.
3
PÉREZ BORBUJO, F. “Ensayo y sistema. Entrevista a Eugenio Trías”. En: Eugenio Trías: El límite, el
símbolo y las sombras, Destino, Barcelona 2003, 16.
Trías. Para él arte, verdad y belleza van de belleza y verdad, de que el autor español
la mano, señalando que es preciso un reen- cuide con especial esmero el arte de la es-
cuentro de estos términos. La escritura es critura. Según Trías, la filosofía se concre-
creación y, en sentido platónico, es poiesis. tiza en la vida personal. La producción fi-
De este modo mantiene siempre un carác- losófica, en sus diferentes vertientes, bus-
ter creativo y novedoso. Entendiéndose por ca poner al ser humano en contacto con
innovación un peculiar desplazamiento de las grandes preguntas existenciales en las
un centro tonal que pasa a ser piedra an- cuales la propia filosofía se pone a prueba.
gular. De manera que siempre está expedi-
ta la vía para cambios e influencias, pero “Fue entonces también cuando
todos deberán quedar subsumidos en el comprendí una verdad que estaba la-
concepto nodal. tente en lo que llevaba escribiendo,
pero que no había asumido en toda
“Lo propio de la filosofía es ge- su radicalidad y verdad: que la única
nerar esa mostración a través de la fuente auténtica de la filosofía, o de
forma argumentada en que, arrancan- lo que a partir de entonces sería mi
do de un determinado punto de par- filosofía, solo podía hallarla en el
tida o comienzo, se va promoviendo manantial, entonces inagotable, de
un trazado, un método, con sus hi- mi propia experiencia de vida. O que
tos propios, con sus jornadas, singla- entre filosofía y vida debía haber
duras o días que lo componen “.4 siempre una conexión estrechísima,
o un anudamiento interno muy
La filosofía es entonces un llamado a fuerte. O que no podía ir la vida por
la apertura y a la constante elaboración un lado y la reflexión filosófica por
conceptual, con la finalidad de sacar atis- otro. Mi filosofía sería, desde enton-
bos de luz a las diferentes preguntas que ces, una especie de espejo transferen-
el ser humano, en su afán de conocer, se cial de mis propios ciclos o episodios
plantea. de vida.”5
Para el autor que estamos tratando es
falso pensar que el concepto, cuando se La filosofía constituye la exposición
hace eco de la experiencia humana, es ca- de una dimensión vital de la propia exis-
paz de volverla vacía y tergiversarla. El tencia. El propio Trías señala lo siguiente:
buen concepto filosófico es capaz de des-
pertar las más profundas emociones y “Si escribía sobre temas artísti-
hasta desatar pasiones en los que entran cos o culturales, o sobre filosofías del
en contacto con él. Las grandes propues- pasado o del presente, sería a partir 59 CP
tas filosóficas producen esa profunda de entonces sólo y en la medida en
emoción estética. que podían servir de vehículo herme-
Para Trias el arte, la verdad y la belleza néutico y transferencial de mis pro-
son los grandes temas de la filosofía. A eso pios desvelos y afanes vitales.”6
se añade el orden moral y la dimensión de
la esfera política que en esa construcción La filosofía como autorreflexión que
se pueda instalar. Esta es la razón, al unir busca aclarar lo que somos, con todo lo

4
TRÍAS, E. Ciudad sobre ciudad, Destino, Barcelona 2001, 28.
5
TRÍAS, E. El árbol de la vida. Memorias, Destino, Barcelona, 2003, 379.
6
TRÍAS, E. El árbol de la vida, Destino, Barcelona 2003, 395.
que eso implica, está marcada por la época humano, sino que ésta debe estar siempre
en que se construye. Toda filosofía tiene la abierta a nuevas perspectivas, en el intento
impronta de su época. de alcanzar un criterio siempre renovado
La filosofía no puede ser de ningún de la verdad y la belleza. No existe la diso-
modo un sistema cerrado con pretensión ciación entre la filosofía y otras dimensio-
de verdad absoluta. Se trata siempre de una nes del saber humano, como por mucho
propuesta y como tal debe estar abierta al tiempo han pretendido algunas corrientes
futuro. De este modo podría decirse que en la historia de la filosofía. De eso trata
la filosofía es la búsqueda en construcción. precisamente la ciudad del límite, donde
Ejercicio reflexivo que reconoce el límite ninguno de los barrios es más importante
de la propia razón y que tiene en las emo- que otros. Las experiencias religiosas, esté-
ciones o pasiones su fundamento o punto ticas, gnoseológicas o éticas poseen las
de partida. mismas relevancias en el sujeto fronterizo.
No existe una disociación entre arte y Para Trías la escritura filosófica no está
verdad. Trías señala que la percepción de separada del carácter artístico. Reivindica
la historia de la filosofía que recoge esta el lado poético, creativo de toda reflexión.
percepción es errada. Si el ser humano es Las grandes cuestiones filosóficas que tie-
limítrofe, entonces su creación, en este caso nen que ver con la condición humana tie-
creación filosófica, estará manifiesta en nen su raíz fundamental en el eros, en el
trazos de escritura donde la propia expe- sujeto pasional (inteligencia y pasión). De
riencia limítrofe es combinación de eso modo que la escritura es creación y en este
que el hombre es y encarna. En tal senti- orden es arte. Trías no disocia estos con-
do, Borbujo expresa: ceptos fundamentales. Arte y verdad pro-
vienen de un mismo impulso pasional.
“Esta unión, que Platón formu- Estas ideas tienen su origen en Platón, que
ló, de aspiración a la verdad, o mejor presenta el eros como anhelo de una pose-
dicho, de formulación de la verdad y sión de lo bello y bueno. Este deseo del
aspiración a la belleza, esta conjun- alma, en su búsqueda del bien y la belleza,
ción de arte y verdad es lo que acre- solo se tranquiliza o aplaza con la pose-
dita una filosofía. Pensar en una filo- sión del objeto del deseo.
sofía que es una especie de supercien- En el arte, en cualquiera de sus deno-
cia o de espacio rector de conocimien- minaciones, transparece la verdad, la ver-
tos de la humanidad es una equivo- dad del límite que se recrea. Esta verdad
cación extraordinaria. Concebir un queda manifiesta tanto para el creador o
constructo mental expresado en es- recreador como para el receptor. La filo-
PC 60 critura, texto, palabra, con forma sofía, como obra de arte, manifiesta tam-
propia que despierte además la emo- bién esa verdad, recrea las grandes obras de
ción estética y que, por otro lado, al la tradición. Por tal razón, arte y filosofía,
mismo tiempo, desprenda un cierto entendiendo la filosofía como literatura de
sentido, renovado y nuevo, respecto conocimientos, constituyen una apertura
a la verdad, eso es para mí filosofía”.7 a esa verdad, que es siempre abierta, nunca
cerrada, una verdad que, al igual que la
Se vislumbra así que para Trías la filoso- filosofía, apunta al futuro.
fía no puede constituirse en un magno saber En el arte y la filosofía se efectúa un
situado en las cumbres del conocimiento recorrido donde se expresa la verdad del
7
PÉREZ BORBUJO, F. Ensayo y sistema. Entrevista a Eugenio Trías, op. Cit., 47.
61 CP
límite que se recrea. Las grandes obras de tiéndose así en un pensar en público. El
la tradición constituyen el punto de parti- filósofo, al acompañar su reflexión de la
da para posteriores creaciones, que a su vez, escritura, se expone al escrutinio público.
permitirán mantener vivo el logos poiéti- Su obra deja de estar en la intimidad de su
co así como el logos hermenéutico. Se- subjetividad para convertirse en formula-
guidor de Platón en este sentido, Trías ción cívica. Trías se sitúa en la misma ór-
manifiesta claramente esa relación intrín- bita de dos grandes pensadores: Platón y
seca entre la manifestación artística y la Nietzsche, quienes pudieron unir el arte
escritura filosófica.8 de la escritura con la profundidad de sus
Los conceptos de eros y poiesis pueden ideas, dando como resultado una obra que
ser perfectamente asumidos cuando se trata no contrapone lenguaje poético con escri-
de la escritura filosófica. Para Trías la filo- tura filosófica.
sofía es arte en cuanto que es producción El propio Trías pone de manifiesto ese
motivada por el eros, en búsqueda de la interés por el lenguaje literario, y que mu-
verdad. El resultado de esa búsqueda, de chas veces tuvo que escoger entre la tenta-
esa ascensión en el universo reflexivo, es ción de la literatura pura y la tentación de
la poiesis o producción. De este modo se un lenguaje academicista riguroso, propio
encarna el resultado logrado. La filosofía de la mayoría de los filósofos. La postura
sería, por tanto, hacer público y cívico, medianera y limítrofe en ese sentido se
mediante la poiesis, aquello logrado por concretiza en el ensayo, género que goza
el sujeto erótico-pasional. No solo pasa de gran aprecio en la creación filosófica de
con la filosofía, sino con toda produc- Trías.
ción técnica y científica. La ciudad es la En sus memorias expresa la confusión
obra del artista. al que lo sometía su propio yo interior
Toda filosofía es creación que, me- cuando le decía:
diante la escritura, quiere arrancar jirones
de luz al logos. Recordemos que Trías, si- “Tú, Eugenio, has equivocado tu
guiendo a Platón, reivindica el parentesco camino, debieras haber escrito narra-
de arte y verdad mediante el impulso eró- ción, novela, pues en todos tus ensa-
tico y los conceptos de alma y ciudad. Esta yos se advierte una gran disposición
cercanía entre filosofía y literatura no su- para la escritura novelada, o para la
pone la eliminación de toda línea diviso- literatura. Incluso en tus ensayos hay,
ria como ocurre con los pensadores de la siempre una trama novelística larva-
posmodernidad, que al fin y al cabo todo da. Lástima grande que no la explo-
lo reducen a la hermenéutica y a los juegos tes, o que no la liberes, en lugar de
del lenguaje. Literatura y filosofía no cons- reprimirla mediante tu lenguaje filo-
PC 62 tituyen la misma cosa, pero están en rela- sófico, conceptual”.9
ción constante, ya que la filosofía necesita
del laboratorio del lenguaje, de la escritu- Trías es un filósofo que no deja de lado
ra, para analizar, por el dinamismo que la bella escritura aún escribiendo en el cam-
otorga el logos, las grandes preguntas exis- po de la filosofía pura. Por esa misma ra-
tenciales de Dios, Alma y Mundo. zón, su interés en alternar a lo largo de todo
La filosofía es producción de conoci- su pensamiento la conceptualización filo-
mientos que, al hacerlo mediante un len- sófica con las grandes obras de la literatura
guaje, se hace patente en la ciudad, convir- universal. Y es que todas las grandes obras

8
PÉREZ BORBUJO, F. La otra orilla de la belleza, Herder, Barcelona 2005 , 422.
9
TRÍAS, E. El árbol de la vida, op. Cit., 397.
de la literatura, del arte y del cine no hacen ciudad. Sin embargo, Trías vuelve de nue-
más que exponer, a su propio modo y con vo a Platón al formular la teoría del alma
sus propias metodologías, los grandes te- y el entorno objetivo del artista que crea.
mas de una misma condición humana. De Ese encuentro erótico que plasma en for-
ese modo es frecuente encontrar temas que ma de poiesis es el resultado de ese encuen-
son muy tratados en el campo filosófico y tro en la ciudad. De hecho, para Trías, Pla-
que, además, constituyen la materia pri- tón y Nietzsche no son polos opuestos y
ma de las grandes creaciones literarias, extremos del pensar, sino que constituyen
artísticas, cinematográficas. el punto de encuentro de la formación de
De modo que ese reclamo que experi- ese arco que es la historia del pensamiento.
mentaba Trías en lo más profundo de su Eugenio Trías, siguiendo la tradición
ser acerca de la disposición que tenía para platónica, no deslinda filosofía y escritu-
hacer literatura no es de extrañar. Para Trías ra. Para él la filosofía implica de forma
el arte siempre ha estado como pilar de su necesaria la escritura. Eso es precisamente
discurrir filosófico. Con gran interés por la lo que asume Trías en sus textos, textos en
música, el cine el arte y la literatura, Trías se los cuales se renueva y se recrea en una dia-
decide por el ensayo, pues encontraba en este léctica siempre abierta, con posibilidades
género la forma adecuada para combinar la inmensas de superarse a sí mismo, abrién-
filosofía con la dimensión artística, dejando dose al futuro como búsqueda, no como
de lado el lenguaje academicista, extremada- un todo absoluto y cerrado, sino como
mente riguroso para lo cual nunca, como él poiesis que implica, a su vez, esa íntima re-
mismo lo dice, se sintió dotado.10 lación de arte y verdad.
Para Trías toda filosofía constituye un La filosofía conlleva por esencia un
acto creador. Creación en este sentido no acto creador y el espacio propicio para esa
significa ficción, sino el resultado, la poie- creación es la escritura. A través de ella se
sis, del impulso erótico. Trías reformula la expresan los supuestos ontológicos subya-
relación arte y verdad. El acontecimiento que centes en toda filosofía. Se convierte así
provoca ocurrencias es aceptado por el sujeto en una forma de vida, en una dimensión
pasional como el inicio del acto creador. La de la existencia misma. Como decía Nie-
historia de todos los diferentes tipos de sabe- tzsche, la escritura se hace cuerpo, se hace
res está ligada a este acto creador, mediante el sangre al constituir la expresión del drama
cual surge un nuevo estado de cosas. humano en sus múltiples facetas.
Para el autor español: “Aprehender la Para Trías, toda filosofía ha de ser siem-
singularidad no va a ser fruto de una acti- pre una propuesta radical de carácter on-
vidad meramente intelectiva o intelectual, tológico. Por lo tanto, tiene que crearse en
sino, por el contrario, de una experiencia
artística.”11 Precisamente la racionalidad
base a una elaboración conceptual rigurosa
que pueda dar cuentas del cometido esen-
63 CP
occidental, fundada en la búsqueda de evi- cial de tal propuesta filosófica. Pero eso no
dencias exactas, demostrables y a todas lu- es un obstáculo para dejar de lado la belleza
ces lógicas, intentará someter y encerrar el que dimana del lenguaje literario. Rigor
acto creativo. conceptual y escritura artística van de la
Del mismo modo que la historia de la mano en esta filosofía del límite.12
estética occidental tiene mucho que ver con Eugenio Trías asume la filosofía como
la expulsión platónica del artista de la el ejercicio pasional de la escritura. La

10
IBID., 410.
11
MARTÍNEZ PULET, J. Variaciones del límite. La filosofía de Eugenio Trías, Noesis, Madrid 2001, 125.
12
TRÍAS, E. El hilo de la verdad, op. Cit., 49.
inquietud erótico-pasional se transforma límite y máscara y la escritura filosófica.
entonces en una poiesis, adquiere una di- Mediante la escritura se intenta plasmar el
mensión práctica previamente fecundada resonar de aquello que desde lo más pro-
por el eros. Ahora bien, lo que orienta ese fundo del yo (entendido este como goz-
ejercicio erótico-poiético existencial es la ne o límite) intenta manifestarse. Escribir
búsqueda del conocimiento, dando lugar es así una aventura, un aventurarse a desci-
a que la filosofía sea asumida como litera- frar eso que somos –fronterizos–, a dar li-
tura de conocimiento.13 Debido a esta con- bertad al impulso creador que impide
cepción de ver la filosofía como literatura quedarse estático ante el desafío de lo que
de conocimiento cabría preguntarse enton- hay que decir y del papel en blanco.
ces cuáles son los géneros literarios que el Para Trías, la escritura es, en cierta
autor español entiende son los más aptos medida, inscripción. Inscribir en la dimen-
y propicios para la creación filosófica. El sión corpórea del otro una especie de ta-
ensayo y el tratado serían las dos formas tuaje. La escritura adquiere un nivel don-
más genuinas de plasmar, mediante la es- de ciertamente se logra espiritualizar lo
critura, las ideas filosóficas. corpóreo, que, por demás, tiene un sus-
El ensayo permite la oportunidad de trato pasional.
expresar bellamente las ideas filosóficas. No La escritura es vista como un desga-
pretende agotar de una vez por todas las rramiento del propio ser que intenta es-
diferentes formas de sentidos que puedan clarecer o iluminar aquellas heridas pro-
ser encontradas en un tema. Se trata de ducto de un padecimiento pasional. Me-
poner a prueba a modo de experimento diante el lenguaje y más específicamente
los diversos conceptos que se recrean en la la escritura filosófica, se intenta suturar, a
escritura. Se trata de un intermedio entre nivel cognoscitivo, la herida que se ha im-
la literatura y la filosofía propia de un len- preso producto de las pasiones. Escribir
guaje academicista. En este sentido, me- es entonces una forma de dar respuesta al
diante el ensayo, se logra el ejercicio siem- llamado que resuena y que invita a un
pre renovado de la filosofía mediante un compromiso y a una responsabilidad en
lenguaje que se auxilia de expresiones lite- la libertad.
rarias para dar cauce expositivo a las cues- Mediante la escritura se piensa y se
tiones más ontológicas que pueda afron- analiza la existencia corpórea del hombre,
tar el ser humano. una existencia que tiene fronteras y hori-
El segundo género cultivado por Trías zontes de finitud. La escritura permite in-
y al cual le da carta de ciudadanía al mo- cluso llegar a la definición del hombre
mento de la escritura propiamente filosó- que Trías acuñó como inteligencia y pa-
fica es el tratado. En el tratado se formu- sión. Mediante la reflexión hecha escri-
PC 64 lan pocas hipótesis y su recorrido implica- tura se da cauce expositivo a esa dimen-
ría el escrutinio de forma total. El tratado sión existencial que ha bebido en las fuen-
compromete al escritor con un rigor y unas tes de lo pasional y que sublimiza en ex-
evidencias no siempre presentes en el en- periencia filosófica.
sayo. Para Trías, ambas se complementan, Paradójicamente, Trías reitera, al con-
son “legítimas e irremplazables en el cam- trario de lo que normalmente se supone,
po de la escritura filosófica”.14 que al escribir no se está dando por seguro
Se podría establecer un nexo directo que todo se sabe; es más, se escribe porque
entre la concepción del hombre como se desea saber. La escritura se convierte así

13
MARTÍNEZ PULET, J. op. Cit., 225.
14
TRÍAS, E. El artista y la ciudad. Anagrama, Barcelona, 1997, 235.
en algo siempre abierto, una experiencia individualidad diferenciada y fronteriza,
que se enriquece constantemente y que habitante de una ciudad, que es, al mismo
obliga a pensarla siempre en perspectiva tiempo, frontera.
hacia el futuro; se trata, cuando se lleva La escritura es memoria de la propia
al plano filosófico, de una filosofía del vida, en tanto que plasma algo esencial de
futuro. la experiencia del que escribe. Es así me-
La escritura filosófica implica siempre moria de la particular experiencia vivida,
un parto, una mayéutica, cuyo punto de impronta existencial, herida abierta don-
partida es el impulso erótico; y el de llega- de el lenguaje es vínculo entre eso que so-
da es la poiesis, la producción. Mediante la mos con aquello que queremos ser. Es
escritura el ser humano se da a sí mismo manifestación expresa de la memoria pro-
en un acto de amor, es carne de sí, herida pia y constante desafío en tanto que es una
de su propio ser. La escritura filosófica invitación a superarnos a nosotros mismos
conlleva una lucha extrema, una agonía en el afán de llegar a ser lo que somos.
para poder así arrancar sentido a las cosas
que son objetos de reflexión.15 “La vida se mantiene en vida en
La escritura que posee la dimensión virtud y por virtud de la escritura. La
filosófica “se justifica ante sí misma y ante escritura es vida reencarnada y reno-
el mundo como un esfuerzo por descifrar vada, es recreación de vida. La vida
ese sentido de las cosas que, sin su media- propia se manifiesta en escritura
ción o intercesión, quede sustraído a todo propia. Y llamo a ésta aquella es-
conocimiento y comprensión”.16 La expe- critura con virtud de desafío del
riencia filosófica y de manera particular la Tiempo, aquella escritura fundado-
escritura filosófica se constituye entonces ra de memoria. Lo que verdadera-
en un pensar en público, que lleva de for- mente se vivió dejó escritura en for-
ma implícita el amor por sí mismo y por ma de memoria”.18
el otro. El amor en sentido amplio tiene
que ver con ayudar al otro a ser más per- Cabría reflexionar entonces qué tipo
fecto. “Amar consiste en facilitar a sí y fa- de escritura será aquella capaz de dejar en
cilitar a otros el acceso a la perfección de su simbología la huella del propio ser, pues
cada cual”.17 si la escritura es manifestación de la propia
Se podría afirmar, siguiendo a Trías, vida, lo que a su vez nos lleva al pleno de-
que la escritura filosófica implica siempre safío de llegar a ser lo que somos, enton-
un compromiso ético, que se ejecuta como ces deberá ésta tener dimensiones existen-
llamada pindárica de llegar a ser lo que eres. ciales muy profundas. Según Trías este ni-
Precisamente la llamada que el fronterizo vel de escritura se encuentra en obras de 65 CP
escucha y que le invita a realizarse, a llevar arte, la escritura filosófica, los mitos, le-
al acto lo que es en potencia, a asumir en yendas y ritos. Todas estas expresiones, en
todo su ser la condición de habitante de forma de escritura, en cierto modo están
la frontera. En ese mismo sentido, la es- relacionadas con una vivencia pasional.
critura abre cauces para que el lector, to- La importancia de la escritura radica
cado por el dato escrito, también llegue a en que adquiere una dimensión monu-
ser sí mismo. Es decir, se descubra en su mental mediante la cual se es posible

15
IBID., 152.
16
MARTÍNEZ PULET, J. op. Cit., 231.
17
TRÍAS, E. Meditación sobre el poder, Anagrama, Barcelona, 1977, 97.
18
IBID., 152.
PC 66
rememorar aquella experiencia primera leer a Trías, conlleva la tarea de la recrea-
que culmina precisamente en esa escri- ción y, en denodado esfuerzo, hacerle de-
tura. El alma tiene la posibilidad de cir al texto todo lo que se puede. En todo
reencontrarse consigo misma, en un via- caso hacerle decir más de lo que se ha dicho
je a su propia interioridad. “Esa lectura hasta el momento. Leer se constituye así en
pasional permite recrear lo que ya fue un acto de amor, mediante el cual se estable-
para que la plenitud de su sentido al- ce una conversación entre el libro y el lector,
cance mágica realidad en el presente que al mismo tiempo, asume y va más allá
cotidiano que vive como algo alejado en la búsqueda de sí mismo, en sentido pin-
de la verdad del origen”. 19 dárico busca llegar a ser lo que es.
La lectura realizada de manera pasio- La lectura filosófica conlleva necesa-
nal permite el reencuentro con la experien- riamente la puesta en juego del propio ser
cia primera de la escritura realizada por un del que lee, pues es un llamado a la tras-
acto de amor hacia los otros. Mediante este cendencia reflexiva, en diálogo abierto con
acto dialéctico de escritura-lectura-reme- el libro y el autor. La lectura filosófica de-
moración se puede reconstruir toda una viene en una aventura autobiográfica abier-
época, pues se puede dar vida a lo que ya ta siempre al futuro.
no es, mediante ese encuentro con el pasa- El dato existencial emanado del texto
do a través del texto. Lo que está en el filosófico se convierte a sí mismo en testi-
pasado se vivifica mediante la evocación, monio de lo que no puede ser acabado y
lo cual implica traer de las garras del abis- cerrado a plenitud. Cada lector encontrará
mo del olvido y de la “muerte”, al tiempo esa variación que más se ajuste a su propia
presente, experiencias que, en tal virtud, condición humana, que le llevará a filoso-
pueden ser recreadas. far sobre las grandes preguntas que, desde
La escritura, como expresión de la he- el inicio de nuestra existencia, no dejan de
rida trágica del ser, muestra en su propia azuzar el espíritu humano, reapareciendo
esencia el carácter erótico-pasional, como una y otra vez como un enigma latente.
búsqueda del alma de aquello que aún fal- La escritura, y de forma especial la es-
ta. Escribir supone un estado de insatis- critura filosófica, revela la escisión trágica
facción donde la plenitud no ha sido lo- en que se encuentra el sujeto. Se escribe
grada. Esto implica que la escritura, como por el previo padecimiento de un impul-
acto de amor, es un decir trágico, donde so denominado deseo que, en tensión eró-
no se ha dicho todo lo que se puede decir, tica, hace de la experiencia de la escritura
por tanto abierto al futuro. Esto caracteri- el querer alcanzar lo que todavía falta, o
za esencialmente a la escritura filosófica, pretende cubrir la falta en que se halla el
que en tal sentido debe verse como autén- escritor. 67 CP
tica aventura.
En este contexto la escritura filosófica “Una escisión padece el sujeto:
encuentra un sistema apropiado en el en- entre su fundamento vivo pasional,
sayo. Este permite avanzar una cantidad silencioso y antecedente (un yo casi
de ideas, las cuales pueden fecundar los más fundido al organismo corporal), y el
diversos campos de sentido, precisamente sujeto de la palabra (parlante o escri-
por sus propias características. El ensayo biente), el sujeto de sentido; entre los
es así espacio propicio para la aventura. En reclamos de la carne y el yo (espiri-
este sentido leer filosofía y, en particular, tual) de sentido. El sujeto vivo es
19
MARTÍNEZ PULET, J. op. Cit., 231.
aquel que concede carne y pasión al un pensamiento previamente padecido,
sujeto del lenguaje. Sería la condición asumido en la propia corporeidad, que
de posibilidad del sujeto de la escri- luego, en virtud de la propia condición de
tura, del yo ensayístico”.20 sujeto de razón que el hombre es, se le otor-
ga sentido y claridad mediante la palabra.
Para el autor español la pasión es an- De este modo se convierte en monumen-
tecedente del sujeto lingüístico, pero este, to al que se puede recurrir y revivir las ex-
al mismo tiempo, retorna a la experien- periencias primigenias que hicieron posi-
cia pasional para iluminarla y dotarla de ble su aparición.
sentido. En este sentido, Trías entiende
al ser humano como materia de inteli-
gencia y pasión. La síntesis de pasión y Bibliografía
razón nos hace propiamente a los huma-
nos como habitantes de la frontera, suje- Trías, E. El árbol de la vida. Memorias, Destino,
Barcelona 2003.
tos fronterizos. ______ El hilo de la verdad, Destino, Barcelona
En razón de la síntesis de pasión y ra- 2004.
zón que el hombre es puede ser compren- ______ La aventura filosófica, Mondadori, Madrid
1988
dido el universo y, al ser comprendido, es ______ Lógica del límite, Destino, Barcelona 1991
objeto de reapropiación cultural. La escri- ______Ciudad sobre ciudad, Destino, Barcelona
tura es un espacio de sentido “en que la 2001.
______ Lo bello y lo siniestro, Seix-Barral, Barcelona
sangre, el cuerpo, la carne, se espiritualiza, 1982.
y en el que la letra misma acusa la huella MARTÍNEZ-PULET, J. Variaciones del límite. La
de un padecimiento pasional”.21 filosofía de Eugenio Trías, Noesis, Madrid 2001.
Es esa la condición humana manifes- MARTÍNEZ-PULET, J. Símbolo, eros, poiesis: el
tada en el texto filosófico o artístico. El pensamiento estético de Eugenio Trías, Diálogo
sujeto que padece y el que reflexiona for- filosófico (71), 2008, 255-272.
PÉREZ BORBUJO, F. La otra orilla de la belleza,
ma, en cierto modo, una unidad siempre Herder, Barcelona 2005.
distante. En el acto mayéutico de la escri- PÉREZ BORBUJO, F. Ensayo y sistema. Entrevis-
tura o de la lectura-pasión, razón y senti- ta a Eugenio Trías. En: Eugenio Trías: el límite,
el símbolo y las sombras. Andrés Sánchez Pas-
do se encaminan a una concepción inte- cual y Juan A. Rodríguez Tous, (eds), Destino,
gral del ser humano. La escritura surge de Barcelona 2003, 13-58.

20
IBID., 237.
21
IBID., 238.

PC 68

. Domingo de los Santos

Es doctor en filosofía por la Universidad del País Vasco y tiene además una
maestría en Planificación y Gestión Educativa por la Universidad Autónoma
de Santo Domingo y una Licenciatura en Filosofía, Summa Cum Laude, en la
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Ha publicado los libros: De
la Antigüedad a la postmodernidad, las principales ideas filosóficas y sus con-
textos y además El sujeto pasional: pasión, razón y límite en Eugenio Trías. En
la actualidad es docente en la UASD y la PUCMM y coordina el departamento
de estudios superiores del Ministerio de Cultura.
69 CP
J O S É C E S T E R O
Marianne de Tolentino

El otorgamiento del Premio Nacional minutos a una gente, una calle o un mo-
de Artes Plásticas es el mayor reconoci- numento, que luego la crueldad de su con-
miento hecho anualmente a un artista dición y su temperamento (¡!) permitan
dominicano. No cabe duda de que se le adquirirlo como si fuera un casi regalo, no
considera en toda su importancia, ya que, nos parecen un defecto. Así, muchos tie-
laurel oficial conferido por el Ministerio nen el privilegio de un Cestero original…
de Cultura, consagra al maestro elegido y que no vale falsificar. Y del mismo modo,
definitiva y cimeramente. nuestro-señor-de-la-Cafetera, en otro mo-
Nuestro país es rico en talentos incon- mento podía albergar, ilusorias e instantá-
trovertibles, y lógicamente esos aspiran al neas, pretensiones astronómicas… cual un
honor supremo. Ahora bien, esta última hijo de Picasso. Lo encontramos formi-
atribución resultó, sino única, distinta. dable, aunque esperamos que este premio
El gran pintor premiado no aguarda- lleve su inconfundible obra a su justo va-
ba la distinción, aunque no la descartaba lor, por casi 60 años de labor y sobre todo
como cualquier suceso de su vida palpi- una poesía visual e imaginación sin par.
tante y serena a la vez. José Cestero recibió De temas y héroes. Dos veces José
la noticia de su premio con su inocente Cestero ha dibujado y pintado –su técnica
alegría de siempre, el inconfundible som- nunca disocia el dibujo de la pintura– una
brero de paja atornillado en la cabeza, dis- serie de telas, inspirado por el Quijote, una
tribuyendo abrazos sinceros y recuerdos coincidencia entre el encargo y la inspira-
anecdóticos… como aquellas venturas y ción, entre el ilustre hidalgo cervantino y
tribulaciones de los héroes de sus cuadros. el utópico pintor criollo.
PC 70 Pero ha habido algo más, la satisfac- A pesar del parecido con el Señor de la
ción unánime por el galardonado… Mancha y la contundencia de aquella serie
Casi una algarabía: los unos se lo de- pictórica, hay otras categorías y sujetos en
cían a los otros, “felices y contentos” todos la obra de Cestero con igual maestría e in-
como nunca… Se reconocía a una persona- creíble exuberancia de los protagonistas.
lidad… que era la definición de ‘El Artista’ En esta capacidad maravillosa de to-
en la realidad y la ficción. No solamente un mar la ficción por hecho concreto y vivi-
creador inmenso, sino un ser bohemio, ca- do, ese mago de la transmutación se rodea
llejero, conversador, amistoso, desinteresado, de criaturas, siendo cada una comprome-
¡loco y absolutamente cuerdo! tida con alguna rareza o virtud. Las reve-
El reparo –esgrimido por algunos– de rencia, las retrata, las reinventa, las reubica
que este zurdo genial podía pintar en en el tiempo, el espacio y el lienzo…
Él profesa una admiración, infinita y espectáculos capitaleños, –como lo hace
agradecida, hacia los maestros de ayer. para la naturaleza y los retratos reales-ima-
Nadie como él impone su sello y su per- ginarios–, en una fascinante metáfora de su
sonalidad, absorbiendo hallazgos y fisio- percepción, de su vida interior y afectiva.
nomías de sus pares y ancestros del pincel, El drama de la naturaleza, mancilla-
Velázquez, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, da, agredida, devastada, también es tema
Picasso, Diego Rivera, Frida Kahlo… Son suyo. No se ha olvidado que el pintor, va-
maestros desaparecidos: Cestero sólo re- rita mágica del pincel en mano, puede cam-
sucita el pasado de una “familia” de ge- biar arbustos en cotorras, por ser aves par-
nios, Fernando Botero es una excepción… ticularmente amenazadas. La degradación
Su genealogía universal tiene por su- del “cinturón verde” alrededor de Santo
puesto una rama dominicana con grandes Domingo le mortifica, y sobre ese tema de
figuras del arte, la música, las letras, el la destrucción del entorno ha realizado una
humor, la política aun, pero también ex- serie emocionante y firme en su denuncia
traños parientes como el Doctor Anamú implícita. Pues José Cestero es un ecolo-
o la Cieguita de la calle El Conde. ¿Pura gista y un gran pintor neo-impresionista,
fantasía? No lo creemos, pues lo imagina- plasmando con toques veloces, ligeros, par-
rio es el mundo del artista. Esas criaturas padeantes, el verdor y la vegetación, el agua
conviven con José Cestero, poblando sus y los reflejos. Renace entonces un discípu-
cuadros, sus sueños… y los nuestros. lo aventajado de Claude Monet, como re-
El paisaje a su manera. Es un paisajis- cientemente lo han manifestado sus cua-
mo urbano, cargado de fervor y de remem- dros del concurso de INAPA.
branzas. En sus cuadros encantados, José Al fin justicia. José Cestero es uno de
Cestero se adueña de la ciudad y devuel- los grandes maestros de la pintura criolla
ve, reinventándolo, un ámbito urbano tan y no se ha valorado suficientemente su
verosímil y localizado como el verdadero. talento, de tanta sensibilidad y cultura,
Cabría pensar que él plantó su famoso inteligencia y originalidad, pero el primer
caballete al aire libre, delante de las ruinas injusto, y consigo mismo, se llama Ceste-
de San Francisco, la antigua Escuela de ro: ¡transcurren años sin que exponga! Sin
Bellas Artes, el Alcázar de Colón, o cual- embargo, motivado por la solidaridad, él
quiera de aquellos fuertes e iglesias, puer- no falta en colectivas ni concursos. El
tas y fachadas históricas que sobrevivieron maestro suele participar, una decisión sos-
a los siglos. Ha sido, por ejemplo, muy tenida a lo largo de su historial y trayecto-
representativa de su autor, la recreación de ria. En pocas palabras, el Premio Nacio-
la famosa Plaza de la Catedral, cual “un nal de Artes Plásticas al fin le ha hecho
escenario de la ciudad”, donde entre basí- justicia. Todos estamos felices. 71 CP
lica, parque y edificios, se yergue la esta-
tua de Cristóbal Colón.
Así, los monumentos, las casonas, las
perspectivas del Santo Domingo intramu-
ros, en el paisajismo tan especial de José
Cestero, reflejan una claridad irradiante que
destaca lugares maravillosos, debajo de cie-
los a la vez vigorosos y líricos, a menudo
visitados por bandadas de pájaros.
¡La pintura vibra de una luz movedi-
za y versátil! José Cestero convierte a los
PC 72
Jesús Losada

Santa Teresa de Jesús


Mujer transgresora y poeta mística
Este artículo es fruto de una conferencia impartida en la PUCMM en octubre de 2015,
año en el que se conmemora el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús
(1515-2015). Hace hincapié en su personalidad transgresora, que reivindicó –con su
vida y su obra– el papel de la mujer en
unos años difíciles en España, marcados
por los excesos de la Contrarreforma y la
Inquisición. Santa Teresa, fundadora de 17
monasterios carmelitas y, que a pesar de
las incomprensiones y calumnias, nunca
se dio por vencida en su infatigable lucha,
marcó un antes y un después en el panora-
ma de la mística. Abrazó con un amor
apasionado la cruz de Cristo. En el año
1970 Pablo VI la proclamó Doctora de
la Iglesia. Su vida y sus escritos siguen te-
niendo hoy día una gran repercusión y
vigencia en el mundo de las letras del que
también es doctora.
Esta gran mujer, mística, poeta, santa
y transgresora, en el otoño de 1535 aban-
donó el domicilio familiar, a escondidas
de su progenitor, echándose un pequeño
bulto a la espalda como único equipaje y
con la inquebrantable determinación de
ingresar en el Carmelo de la Encarnación
de Ávila para ser monja. Un temprano ges-
to de rebeldía y de ilusión.
Nacida en Gotarrendura, en la provin-
cia de Ávila, el 28 de marzo de 1515, en
una familia de once hermanos, Teresa Sán-
chez de Cepeda Dávila y Ahumada fue bau-
tizada poco tiempo después en la capital.
Se cumplen ahora 500 años. Es por ello
que celebramos, en los cinco continentes,
este quinto aniversario de su nacimiento.
Vino al mundo en el seno de una fa-
“En el año 1970 milia cristiana, que al parecer contaba con
una buena biblioteca en su casa, incluso
Pablo VI la procla- con obras de caballerías que en su juven- 73 CP
mó Doctora de la tud Teresa iba leyendo, alentada por su
Iglesia. Su vida y sus madre. En cambio, no tenían una Biblia
por ser, como se sabe, obra sospechosa para
escritos siguen te-
los inquisidores de aquellos tiempos har-
niendo hoy día una to complicados.
gran repercusión y Fue una mujer valiente, que luchó
vigencia en el mun- contra la injusticia, el dinero, el soborno y
la corrupción también latentes en aquella
do de las letras del
época. Fue amante de las ideas hasta desa-
que también es rrollar una visión objetiva y honrada en

doctora . busca de la verdad, anteponiendo siempre
el nombre de Dios ante cualquier situa- la Santa, tras solventar las reticencias de la
ción adversa, como podemos comprobar Curia Romana a que una mujer llevase ese
a través de la lectura de sus obras. título, proclamó Doctora de la Iglesia a
Aún hoy sorprende que la Inquisición, Santa Teresa de Jesús, el 27 de septiembre
que la vigiló con tanta saña, no la encarcela- de 1970.
se, como hizo con otros autores de la épo- Fue una mujer luchadora, que se dio
ca, como Fray Luis de León, quien final- de bruces con el convencionalismo de la
mente sería, por cierto, el “primer editor” época y que, gracias a su vida y a su obra,
de las obras completas de Santa Teresa. quebró el prejuicio entonces generalizado
Esta mujer amenazada por la Inquisi- de que la mujer, por su propia condición,
ción, no había publicado nada en vida. Fue estaba incapacitada para realizar grandes
el monarca Felipe II, que tanto la admira- logros. En ella, al cabo, se fusionan la vida
ba, quien puso a buen recaudo los manus- y la obra, pues su obra literaria será, en
critos de la carmelita en el Monasterio de realidad, una autobiografía. No olvidemos
El Escorial en Madrid. que uno siempre escribe lo que es.
Fue mujer poeta, versificadora atrevi- La intensidad expresiva de sus imáge-
da y valiente; una feminista a su manera, nes, tanto en su prosa como en sus versos
que supo vencer las barreras del machis- ardientes y apasionados, la convierten en
mo de aquellos tiempos. “Basta ser mujer la mayor escritora mística de todos los
para caérseme las alas”, se quejaba en voz tiempos. Aunque en ella, ante todo, des-
alta Santa Teresa (1997, p. 69). taca su faceta de prosista.
Teresa de Cepeda y Ahumada, conta- Santa Teresa escribe poesía sólo oca-
ba veinte años cuando abandonó el domi- sionalmente. Lo hace inspirada en can-
cilio familiar para cumplir su objetivo, su cioncillas, rimas pastoriles y romances,
sueño: ser mujer andariega. (De hecho, el que aprendió en su juventud cuando leía,
prototipo de su imagen es verla caminan- entre otros, los mencionados libros de ca-
do siempre con un bastón en la mano por ballerías.
la soledad de los caminos polvorientos de Muchos de estos poemas los debió
la vieja Castilla). componer durante sus largos viajes a las
Nadie se hubiera imaginado que aque- fundaciones, en carromatos tirados por
lla figura huidiza y sigilosa, que abando- mulas. Versificaba para distraerse de aque-
naba casi de puntillas la casa paterna, sería llas largas y monótonas horas, para moti-
distinguida siglos después, a pesar de los var a sus monjas y, sobre todo, para resal-
pesares, con el título de Doctora de la Igle- tar con aquellos versos las celebraciones
sia Católica. Galardón que Roma reserva de alguna de las profesiones solemnes,
PC 74 para los mayores sabios de la Iglesia y que cuando sus hermanas carmelitas toma-
vendría a ser un reconocimiento por su ban por vez primera el sagrado hábito
sólida personalidad como gran maestra de del Carmelo.
la fe. La mayor parte de las veces suele hacer
Corría el año 1923 cuando el Papa Pío uso de octosílabos, con rimas en conso-
XI respondió negativamente ante la pro- nante, siendo ésta la métrica de los roman-
puesta de declarar entonces a Santa Teresa ces, que ella bien conocía, y fuente de la
Doctora de la Iglesia: “el sexo femenino lo que bebió y se inspiró a menudo.
impedía”. Era el llamado, y siempre polé- Aconsejaba frecuentemente a sus mon-
mico, Obstat sexus. jas que no se arrugasen ante las dificulta-
Hubo que esperar medio siglo, para des y los duros momentos: “Nada te tur-
que Pablo VI, lector y buen conocedor de be, / nada te espante […] quien a Dios
tiene / nada le falta, / sólo Dios basta” Santa Teresa rompió barreras de géne-
(Santa Teresa, 1997, p. 667). ro: fue la primera mujer en atreverse a rea-
En este sentido, también otro monje lizar episodios hasta el momento sólo res-
del siglo XX lector de Santa Teresa, el cis- tringidos para los hombres.
terciense San Rafael Arnáiz (1974, p. 355), Durante los años de su vida existían
simplificará en dos palabras el mensaje de religiosos, eruditos y médicos que hasta
la santa: “Sólo Dios”. llegaban a preguntarse, si considerar a la
Muchos años después, el nombre mujer como “un ser humano” sería lo
de Teresa de Jesús sería pronunciado con correcto.
veneración por toda la cristiandad, gracias Teresa de Jesús, era una mujer rebel-
a su decisiva contribución para la renova- de, de carácter firme, a pesar de los mo-
ción espiritual de la España del siglo XVI. mentos de desánimo que sin lugar a dudas
Fue, el de la reforma, un áspero y lar- tendría. Su decisión estaba tomada y na-
go proceso. Sin embargo, santa Teresa en die, por más que porfiara, le haría cambiar
ningún momento renunció a sus convic- de postura.
ciones. No cabe duda de que la formación Ella se puso manos a la obra y co-
de su pensamiento es, en parte, consecuen- menzó su particular aventura como ma-
cia de la época convulsa que le tocó vivir. dre carmelita fundadora de 17 conventos
Las autoridades eclesiásticas, más pre- en España.
ocupadas por mantener sus privilegios y Fue una mujer difícil de clasificar, una
prebendas que por cumplir las verdaderas outsider que no encajaba en ningún patrón,
obligaciones a las que debían someterse, en ningún compartimento estanco, ni en
consideraron siempre el comportamiento los cánones de aquella época gris.
de la monja como sospechoso. Fue mística, pero también una mujer
Algunos de sus confesores, incluso, de negocios fría. Cada fundación de un
calificaron sus vivencias como obra dia- convento era para ella, además de una ha-
bólica. Aquellas visiones, éxtasis, trans- zaña religiosa, una operación inmobiliaria
verberaciones y raptos que narraba, pa- no siempre pacífica. Tenía un elevado con-
recían ser más la obra del maligno que cepto de sí misma; se creía llamada a gran-
un singular regalo otorgado por la gracia des empresas; rechazaba la mediocridad.
divina. (Pérez, 2007, pp. 11-12).
Por otra parte, la Inquisición no po- A punto estuvieron de apedrearla en
día permanecer indiferente ante aquella más de una ocasión, cuando llegaba con
monja “iluminada y peligrosa”. Los con- sus monjas (nunca más de siete, a lo sumo
ventos estaban llenos de mujeres que afir- diez) a ocupar un nuevo convento funda-
maban haber tenido este tipo de experien- do. (En su posterior Regla monástica esta- 75 CP
cias y para el Santo Oficio los pretendidos blecería que no debía haber más de 21
fervores de devoción, en los que aquella monjas por comunidad).
carmelita con orígenes hebreos solía pos- Mística y conversa, hemos dicho de
trarse hasta la extenuación, no eran más esta mujer adelantada a su tiempo. Trans-
que los despropósitos de una mente apa- gresora y feminista que lo mismo buscaba
sionada y calenturienta. patronazgo para asentar una nueva funda-
Eran tiempos de intolerancia y reacios ción, que escribía en la soledad de la celda.
al reconocimiento de cualquier tipo de ta- Una mujer carismática, que denuncia-
lento, por grande que este fuese, y más si ba la relajación de las normas conventua-
provenía de una mujer, mística, escritora les al tiempo que alentaba a sus novicias
y conversa. carmelitas al recogimiento a través de la
lectura divina y de la oración contempla- Aunque pueda considerarse Las Mo-
tiva. Su empeño supuso el rechazo de cier- radas su obra cumbre, sin embargo será en
tos sectores influyentes, que intrigaron para su correspondencia donde, con una fran-
que aquella monja “iluminada por sus rap- queza conmovedora y la luz propia de la
tos” estuviese permanentemente bajo sos- fe de los creyentes, se nos muestra más cer-
pecha de los inquisidores. No es de extra- cana. Las múltiples cartas nos evidencian
ñar. Al fin y al cabo, como he indicado, las dudas y los temores propios de cual-
eran tiempos convulsos por la Contrarre- quier mortal. Es en su pensamiento espi-
forma inquisitorial y por la efervescencia ritual, que ella considera teología mística,
religiosa católica. donde podemos encontrar la clave herme-
Cualquier tipo de enfrentamiento al néutica de su comunicación, de la expe-
pensamiento oficialista, signo de norma- riencia y del amor profundo de Dios.
lidad en la sociedad de la España del siglo Dije anteriormente que no publicó en
XVI, supondría desafiar a Felipe II, un vida, por prudencia, por la censura y por
monarca con una devoción religiosa faná- miedo. Ella misma aconseja, a veces, que
tica y exaltada. También a su Estado, into- se destruyan sus escritos, una vez leídos por
lerante y represor, y de ahí los problemas los destinatarios. Con todo, como explica
de Teresa con la Inquisición y con las au- Bedoya (2014):
toridades religiosas. “Los libros, cartas y manuscritos, co-
Eran tiempos en los que la Iglesia no rren de mano en mano, con gran disgusto
veía del todo bien el misticismo y la escri- y decepción para los inquisidores y envi-
tura vino a salvar a esta mujer, culta y sen- diosos. Se conservan unas 500 cartas, re-
sible, de quienes la acosaban y de los que partidas por todo el mundo, que permi-
veían en sus enormes esfuerzos renovado- ten completar su complejo perfil de mu-
res una usurpación de poder, cuando no jer, escritora, mística, conversa y fundado-
de soberbia y de arrogancia (términos ale- ra, que contribuyó a alumbrar la riqueza
jados de la humildad que a Santa Teresa de nuestro Siglo de Oro hispánico”.
algunos debieran presuponerle). Hoy día, Teresa de Jesús goza de ad-
Guiada por una idealización amorosa miración universal tanto por su faceta de
del Padre, llevada hasta la pasión más vio- renovadora espiritual como por la frescu-
lenta, la poesía era su forma de unión con ra y la viveza de su prosa. La huella del
Dios. Una plegaria. Una oración que com- Carmelo está presente en los cinco conti-
binaba la vida contemplativa con la acción. nentes. Su dinamismo pervive cinco siglos
El ora et labora monástico. después. Convertida en el máximo expo-
Su estilo literario es espontáneo y na- nente femenino de la mística católica, hace
PC 76 tural. Sus metáforas, figuras como el re- tiempo que habita como San Juan de la
truécano, el quiasmo, el oxímoron o las Cruz en el Parnaso de las Letras.
paradojas, son de uso frecuente. El lenguaje Son estos místicos carmelitas, cuya
es el de las gentes de Castilla, que tan bien poesía está influenciada por la delicadeza y
debía conocer esta monja andariega, incan- el platonismo italianizante, de extraordi-
sable por los caminos de la vida y acos- naria intensidad expresiva, quienes buscan
tumbrada a “platicar” con gentes de toda comunicar su experiencia espiritual a tra-
condición. vés de unas sugerentes imágenes propias
Las canciones populares españolas del de la poesía amatoria profana.
siglo XVI, son la tradición en la que se Ella, Teresa, pasión vital “que vivía sin
halla inmersa gran parte de la obra poética vivir en sí y tan alta vida esperaba”, forma-
de Santa Teresa. rá parte para siempre de ese reducido y
privilegiado grupo de escritores que supo Bibliografía
vencer al tiempo mediante un lenguaje fas-
Santa Teresa de Jesús (1997). Obras Completas.
cinante, hondo, místico y transgresor, que Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
llega aún hasta nuestros días. Pérez, J. (2007). Muerte y posteridad en Teresa de
Ávila. Madrid: Algaba Ediciones.
Bedoya, J. G. (18-12-2014). Nuevas visiones so-
VIVO SIN VIVIR EN MÍ bre Teresa de Jesús. El País. Madrid. http://
Vivo sin vivir en mí, cultura.elpais.com/cultura/2014/12/18/ac-
y tan alta vida espero, tualidad/1418931995_311433.html
Arnáiz, R. (1974). Vida y escritos de Fray María
que muero porque no muero. Rafael Arnáiz Barón: Monje trapense. Madrid:
[…] PS Editorial.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
(Santa Teresa, 1997, p. 654)

77 CP

. Jesús Losada

Es Doctor en Filología Española y Portuguesa por la Universidad de Salamanca


(España). Profesor a Tiempo Completo del Departamento de Español y Profe-
sor del Doctorado, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, CSTA.
Ha publicado varios libros académicos y una docena de libros de poesía que han
sido galardonados y traducidos a varios idiomas, entre otros, el Premio Interna-
cional de Poesía San Juan de la Cruz. Ha dictado conferencias de literatura con-
temporánea en más de veinte países.
PC 7 8
Basilio Belliard 79 CP

Roland Barthes. Una Introducción


Palabras de presentación del panel Centenario del nacimiento de Roland Barthes

Si bien Roland Barthes asumió el método estructuralista y antes la semiología, sus fuen-
tes intelectuales iniciales de las que abrevó fueron el psicoanálisis, la lingüística y el mar-
xismo hasta alcanzar un lugar señero en la denominada Nueva Crítica Francesa. De
modo pues que sus dioses tutelares, fundacionales, fueron Marx, Freud y Saussure,
aunque luego adjuró de la dictadura de sus discursos, tras conformar no un sistema
de pensamiento sino un registro dialécti- como Diario de un viaje a China” (de un
co-sensible de símbolos, deudores de la tra- viaje que hizo a China con el grupo de la
dición cartesiana y germánica con él se revista Tel Quel) o Diario de duelo (libro
aproximó al universo literario de los clási- que escribió a raíz de la muerte de su ma-
cos franceses, sobre los que siempre escri- dre). El centro de sus reflexiones teóricas
bió, excepto contados extranjeros, no fran- siempre fue el lenguaje y las relaciones en-
ceses: Kafka, Loyola, Brecht, Shakespea- tre las palabras y el susurro, la lengua y el
re, Poe. En ese sentido, sus dioses mayo- habla, la escritura y el silencio; en su bús-
res fueron Proust, Michelet, Sade, Balzac, queda por encontrar el placer del sentido,
Racine, Flaubert, Robbe-Grillet, Chateau- buscó la utopía que encarna la música de
briand, Fourier. Además, otro parnaso pa- las palabras. Estas teorizaciones están re-
ralelo compuesto por Benveniste, Gide, presentadas en su libro El susurro del len-
Diderot, La Rochefoucauld, La Bruyere, guaje. Mas allá de las palabras, que contie-
Baudelaire, Pierre Loti, Lévi-Strauss, Léon ne su célebre y polémico artículo “La muer-
Bloy, Jean Cayrol, Camus, Zola, Alain te del autor”, de 1968, y cuya tesis consis-
Girard. te en que el autor, en el proceso de escritu-
Su procedimiento de análisis literario ra, destruye su voz, pierde su identidad,
se fundamentó en la perspectiva del lec- alcanza un “lugar neutro”; es decir, el au-
tor, que aborda no la obra en sí misma y tor muere, literalmente, para que nazca la
sus reflejos psicosociales (los dominios de escritura. Según Barthes, en la obra no
la historia de la literatura y de la filosofía), habla el autor sino el lenguaje mismo. Esta
sino la polisemia del lenguaje y los siste- teoría la elabora a partir de Mallarmé: “toda
mas de signos. Es decir, no se centró en la poética de Mallarmé consiste en supri-
estudiar los contenidos y los significados mir al autor en beneficio de la escritura”,
de la obra literaria, sino, antes bien, los sentencia. En su artículo Barthes afirma
significantes y los procedimientos técni- que el autor no es una persona sino un
cos que la crearon. sujeto vacío, un sujeto de la enunciación -
En su breve libro Mitologías, de 1954- condición que lo define. De ahí que el
55, reúne artículos sobre aspectos y signos autor no es un yo sino un sujeto que escri-
de la cultura de masas, además de su largo be. “Darle a un texto un Autor es impo-
ensayo acerca del mito en cuanto sistema nerle un seguro, proveerlo de un significa-
de signos, su significación y concepto del do último, cerrar la escritura”, dice. Para
lenguaje y sus límites. Para él, “el mito es este pensador, la vida imita al libro, sien-
un habla”. En su obra Barthes por Barthes do así que el libro es un texto, antes que
hace una especie de diccionario personal nada, un tejido de signos. La crítica pues
PC 80 de temas y términos literarios y expone no debe buscar al autor sino a la obra. Así,
sus puntos de vista, sin orden alfabético, el imperio del autor y del crítico resulta
en una suerte de notas autobiográficas, desmantelado. Liquidado el autor, queda
memorias, fragmentos, viñetas teóricas, espacio para el lector, con lo cual Barthes
apuntes de sí mismo y documentos que reivindica el papel del lector que recoge la
retratan al autor, en una especie de radio- multiplicidad de escrituras de diversas cul-
grafía intelectual de sus ideas y creencias. turas, no así el autor: “Pero existe un lugar
Otro aspecto a destacar de su mundo en el que se recoge toda esa multiplicidad,
reflexivo es el cultivo de la biografía inte- y ese lugar no es el autor, como hasta hoy
lectual y el estudio semiológico en sus li- se ha dicho, sino el lector”. Si el autor está
bros Sade, Fourier, Loyola, Sobre Racine y muerto, el lector, en cambio, “es un hom-
Michelet. Igualmente, los libros de viajes bre sin historia, sin biografía, sin psicología”:
es un “alguien” que conserva la huella de la necesario leer su libro de entrevistas El gra-
escritura. Barthes critica, en efecto, la crí- no de la voz, en el que aborda sus principa-
tica clásica porque nunca se ocupó del les temas y obsesiones existenciales y don-
lector sino del escritor. En ese sentido, de pasa revista a no pocos aspectos de su
concluye su artículo así: “Sabemos que trayectoria intelectual.
para devolverle su porvenir a la escritura En su breve libro Crítica y verdad
hay que darle la vuelta al mito: el naci- –una ensayo de 1966–, traducido por el
miento del lector se paga con la muerte escritor argentino José Bianco al castella-
del Autor”. no, hace una crítica a Raymond Picard, a
Precursor de la deconstrucción derri- raíz de unas diatribas hechas por este críti-
diana y de la semiótica de Umberto Eco, co a Barthes cuando publicó su libro So-
figura clave del posestructuralismo fran- bre Racine, en 1963. Se trata de una polé-
cés, Roland Barthes –nacido en Norman- mica histórica en la que Barthes postula
día, Francia, en 1915 y muerto en un acci- los fundamentos de una “ciencia de la lite-
dente de tránsito (“como un niño, diría ratura”, de tipo materialista contra los pre-
Robbe-Grillet”) frente a su universidad en supuestos de una concepción idealista del
1980– es también uno de los fundadores hecho literario, cuya esencia reside en una
de la semiótica francesa, junto al grupo de visión a-histórica de la forma literaria. Para
intelectuales de la revista Tel Quel. En su Barthes, en síntesis, la literatura es una re-
libro La aventura semiológica, Barthes re- volución del lenguaje. Reivindica el “pla-
coge las lecciones de sus seminarios con cer del texto” en oposición a la concepción
estudiantes avanzados y profesores de la científica y de ciertas ideologías que recha-
Escuela Práctica de Estudios Superiores de zan el carácter placentero y de goce del tex-
París, comprendidos en 1963 y 1973, to en el proceso de la lectura, esas tenden-
cuando intentó sentar las bases teóricas de cias que reducen el texto a puro entreteni-
la semiología como “ciencia que estudia miento. Para él, el placer pone en crisis el
los signos en la vida social”. poder, es decir: es un discurso contra el po-
De 2003 a 2005, la Editorial Siglo der. Así, el poder del escritor de hacerle
XXI, publicó, en tres volúmenes, sus no- trampas a la lengua es a lo que Barthes le
tas de cursos y seminarios en el Colegio de llama literatura. El placer de la lectura del
Francia, de 1976 a 1980, y que compren- texto nace, en consecuencia, del placer de
de los textos: Como vivir juntos (Simula- su escritura. Para este semiólogo francés,
ciones novelescas de algunos espacios cotidia- sólo los textos que tienen cierta neurosis,
nos), Lo neutro y Preparación de la novela, o los escritos desde una experiencia neuró-
editados en Francia por especialistas que tica, desde el seno de la locura, son aque-
reunieron las notas, los apuntes y los bo- llos que pueden seducir a los lectores. Son 81 CP
rradores dejados en cuadernos y fichas por pues los “textos coquetos”, en su decir, en
el propio autor. los que establece una diferencia entre los
En 1970, Barthes hace un viaje al Ja- “textos de goce” y los “textos de placer”.
pón, y realiza apuntes y cavilaciones, que “La crítica se ejerce siempre sobre textos
conducen a su libro El imperio de los sig- de placer, nunca sobre textos de goce”, sen-
nos, en el que viaja a los signos y símbolos tencia. El libro El placer del texto seguido
de este País del Sol Naciente: a su cultura, por Lección inaugural corresponde a una
gastronomía, escritura, poesía, teatro y fi- conferencia dictada por él en la cátedra de
losofía. semiología lingüística y presentada en el
Para tener una idea del pensamiento Colegio de Francia el 7 de enero de 1977.
intelectual y su universo de intereses es Si bien esta tesis del “placer del texto” le
dio un gran prestigio intelectual como teó- “la ciencia de la literatura”. Su afán consis-
rico de la escritura, esta impronta venía tió en la concepción de una poética, en la
acusando un ascenso con su primer libro que la crítica asumiera la condición de la
El grado cero de la escritura, en el cual pos- creación, y la hermenéutica textual se des-
tula que en el siglo XX la escritura alcanzó prendiera de la escritura misma. Apasio-
un grado neutro, cero, en oposición a la nado del teatro, la fotografía, el cine, las
escritura clásica, que era transparente. En artes plásticas, la moda, la publicidad, la
su texto además establece la relación exis- novela, la música, Barthes aplicó el análi-
tente entre historia y literatura, es decir, sis semiológico a todos signos de la cultu-
entre el escritor y la sociedad, vínculo se ra. Así pues, su proyecto teórico depara en
crea a partir de la escritura de la creación tentativa por descifrar los signos de los ob-
de la obra literaria, que funda una realidad jetos artísticos como productores de sen-
más allá de la lengua y del estilo. tidos. Enamorado de todos los signos de
Otro de sus libros más la vida cotidiana, Barthes es-
hermosos es Fragmentos tudia los sentidos que pos-
de un discurso amoro- tula la moda, donde en-
so, en el que reúne cuentra un sistema de sig-
aforismos y fragmen- nificaciones. Creó así una
tos a la manera de Nie- especie de semiología
tzsche o de los mo- aplicada, pues ajusta su
ralistas franceses del método de análisis a las
siglo XVIII –a los más diversas esferas,
que admiraba–, no de los
donde hay un reco- saberes teó-
rrido por ricos, sino de
autores y las imágenes
pensado- textuales.
res, salpi- Eric Marty,
cados de en su libro Roland
reflexiones y argumentaciones, dichos con Barthes, el oficio de escribir, aporta un tes-
una gracia sin par. Estos apuntes adquirie- timonio del discípulo al maestro, en el que
ron más sistematicidad en el Seminario que ofrece una meditación acerca de la obra, el
ofreció en la Escuela de Altos Estudios en pensamiento y el arte de escribir de Bar-
Ciencias Sociales, entre 1974 y 1976. thes, comprendido en tres partes: “Memo-
El concepto del lenguaje de Barthes ria de una amistad”, “La obra” y “Sobre
PC 82 trasciende el de los lingüistas, al asumir la los Fragmentos de un discurso amoroso”.
escritura, pues está va más allá de lo oral y Se trata de un ensayo de carácter filosófico
lo escrito mismo. En efecto, el lenguaje es y de corte psicoanalítico, donde Marty vi-
una forma de escritura más que un órgano sualiza a Barthes no como el autor de una
de comunicación. Su reflexión sobre el len- doctrina sino como el autor de libros, en
guaje es entonces transgresora, ya que sus el que hace énfasis en la visión desmitifi-
textos terminan siempre en una sinfonía cadora, pero afirmativa, de la crítica bar-
creativa que trasciende la simple erudición. thesiana. “En la obra de Barthes no hay
Barthes sentó, por consiguiente, las bases espacio para la negación”, afirma su bió-
teóricas del edificio literario que tomó los grafo. Lo compara con Proust, en el sen-
presupuestos del estructuralismo y la se- tido en que el autor de La búsqueda del
miología para crear lo que él mismo llamó tiempo perdido vaciló en cuanto a qué
forma darle a su obra: ensayo o novela. individuo a individuo, de cuerpo a cuer-
De ahí que muchos afirmen –y el propio po”, dice. ¿Era Roland Barthes un pensa-
Barthes llegó a confesarlo–, que su meta dor?”, se pregunta Robbe-Grillet. Lo era,
era escribir novelas. Ese dilema lo angus- pues su pensamiento fue la conciencia de
tió siempre, y más aún, a final de su vida. su época, el de un sabio, de un gurú.
La obra y la vida de Barthes tienen no po- Aprueba que si Barthes afirmaba que su
cas similitudes con las de Proust, y de ahí palabra era fascista es porque destruía “toda
que ambas se lean como un largo diálogo tentación de dogmatismo”, y que no era
con la madre, y que se consumó en aquél “otra cosa que el discurso de la verdad”. El
cuando escribió un diario sobre el duelo semiólogo buscó la libertad expresiva que
por su madre muerta. Si bien la obra no- encontró escribiendo sobre la novela, el
velesca de Proust empieza como ensa- teatro, y aun el ensayo. “Roland Barthes
yista y crítico, la de Barthes se inició era el paladín, el ángel anunciador, de
como ensayista y crítico, y quedó trun- una literatura pura y seca, sin cuerpo, por
ca como novelista, excepto con algunos decirlo de algún modo, que estaba en el
relatos de su libro póstumo titulado In- polo opuesto de sus gustos sensuales…”,
cidentes. De modo que hicieron una via- al decir del autor de La celosía. Y sigue
je inverso. Si en Pavese la vida fue un diciendo, en otro sentido: “A Roland
oficio, en Barthes, a mi juicio, el oficio Barthes le gustaba el espíritu del cuerpo
fue la escritura. y el cuerpo del espíritu”. Y continúa:
En 2009, el gran novelista y amigo de “Como ya he dicho, vamos a encontrar
Roland Barthes, Alain Robbe-Grillet, pu- en las especulaciones intelectuales de
blicó un conmovedor libro titulado Por Barthes, a lo largo de toda su carrera,
qué me gusta Barthes, en el que establece este horror constante a coincidir consi-
un diálogo imaginario con Barthes, y don- go mismo en una especie de autosafistac-
de desfilan e intervienen otros autores ción reconciliada”. En otro contexto, Ro-
amigos de ambos, en un concierto de vo- bbe-Grillet sentenció: “En cualquier caso,
ces, en que se mezclan la realidad y la fic- creo que quedará como el inventor de una
ción, la memoria y el pensamiento. En este curiosa figura retórica”.
texto, Robbe-Grillet confiesa recitar a Bar- A mi juicio, y en síntesis, Barthes per-
thes de memoria por lo mucho que le gus- siguió antes que una escritura, un estilo:
ta, y por el carácter violento de su pensa- vivía para su estilo de pensar y de escribir.
miento, y de ahí que lo recite para resti- Era su biología. Creía, como Pound, que
tuirle su violencia. “Barthes era un pensa- es lo único que cuenta. De ahí que quien
dor deslizante, resbaladizo”, afirma. Rob- dice Roland Barthes dice estilo, una for-
be-Grillet recuerda, curiosamente, que ma de escribir, una sintaxis, una fisiolo- 83 CP
Barthes siempre decía que “toda palabra es gía de la lengua escrita. Su obra fue, en
fascista”. Acaso por esa razón algunos crí- suma, la aventura de su estilo, de su rit-
ticos tildan su pensamiento de reacciona- mo verbal.
rio, de dogmático. Este autor, represen- Con este panel que hemos organiza-
tante del Nouveau Roman francés, que se do, la Dirección de Gestión Literaria del
aprendía textos de Barthes como un ejer- Ministerio de Cultura y la cátedra extra-
cicio de memoria, con la finalidad de sos- curricular sobre el pensamiento de Henri
tener con su amigo un contacto secreto e Meschonnic de la Universidad Autónoma
íntimo, le costó mucho separar al autor de Santo Domingo, y en coordinación con
del personaje. “Las relaciones que manten- la Embajada de Francia en RD, queremos
go con él son, entonces, relaciones de conmemorar el centenario del nacimiento
PC 8 4 de este ilustre ensayista y escritor francés, Kristeva”, en tanto que Manuel Núñez
Roland Barthes (1915-1980), tan admi- disertará acerca del “Estilo de la crítica de
rado en nuestro país y en los círculos aca- Roland Barthes”, y Olivier Batista Le-
démicos e intelectuales, con las exposicio- maire, quien nos hablará sobre “La na-
nes de cuatro destacados intelectuales do- rratología de Barthes: del estructuralismo
minicanos, todos egresados de universida- a la lectura hedonista”.
des francesas: los doctores Diógenes Cés- Disfrutemos de este panel.
pedes, quien hablará sobre “La recepción
de Roland Barthes en Santo Domingo”;
Manuel Matos Moquete, cuya ponencia
se titula “La distinción entre la semióti-
ca de Barthes y las de Greimas y Julia
Obras de Roland Barthes en español El susurro del lenguaje. Más allá de la
palabra y la escritura. Paidós, Barcelona,
El grano de la voz. Entrevistas 1962-1980, 1994.
Siglo XXI, México, 1983. Michelet. FCE, México, 1988.
El imperio de los signos. Seix Barral, Barce- Sade, Fourier, Loyola, Cátedra, Madrid,
lona, 2007. 1997.
La preparación de la novela. Notas de cursos Variaciones sobre la literatura, Paidós, Barce-
y seminarios en el College de France, lona, 2001.
1978-1979 y 1979-1980, Siglo XXI Variaciones sobre la escritura, Paidós, Barce-
Editores Argentina, 2005 lona, 2002.
Cómo vivir juntos. Simulaciones novelescas Del deporte y los hombres, Paidós, Barcelona,
de algunos espacios cotidianos. Notas de 2008.
cursos y seminarios en el College de France, Mitologías, Siglo XXI Editores, México,
1976-1977, Siglo XXI Editores, 1980.
Argentina, 2003. Crítica y verdad, Siglo XXI Editores,
Lo neutro. Notas de cursos y seminarios en México, 1971.
el College de France, 1977-1978, Siglo El grado cero de la escritura, Siglo XXI
XXI Editores Argentina, 2004. Editores, México, 1973.
El discurso amoroso. Seminario en la Ecole El placer del texto y lección inaugural de la
des hautes etudes en sciences sociales cátedra de semiología literaria del College
1974-1976. Fragmentos de un discurso de France. Siglo XXI Editores, 1974.
amoroso (Texto inédito), Paidós, Madrid, Barthes por Barthes. Monte Ávila Editores
2011. Latinoamericana, Caracas, Venezuela,
Ensayos críticos. Seix Barral, Barcelona, 1978.
1967. Diario de duelo, Paidós, Barcelona, 2009.
La torre Eiffel. Textos sobre la imagen. Paidós,
Madrid, 2001 Obras sobre Roland Barthes en español
Fragmentos de un discurso amoroso. Siglo
XXI Editores, México, 1987. Calvet, J. L. Roland Barthes, Gedisa,
La aventura semiológica, Paidós, Barcelona, México, 2001.
2009. Marty, Eric. Roland Barthes, el oficio de
Diario de mi viaje a China, Paidós, Barcelona, escribir, Bordes-Manantial, Buenos Aires,
2010. 2007.
Sobre Racine, Siglo XXI Editores, México, Robbe-Grillet, Alain. Por qué me gusta
1992. Barthes, Paidós, Barcelona, 2009.
Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos, voces. 85 CP
Paidós, Barcelona, 1986.
Escritos sobre el teatro. Paidós, Barcelona,
2009.
La cámara lucida. Notas sobre la fotografía.
Paidós, Barcelona, 1989.
Sistema de la moda. Editorial Gustavo
Gili, Barcelona, 1978.
S-Z. Siglo XXI Editores, México,
1980.
Incidentes. Editorial Anagrama, Barcelona,
1987.
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Raynaldo PIERRE LOUIS

Apología de la poesía 1

« T odo lo que nos rodea es poesía, nues-


tra relación con los demás es poesía...»
como para parodiar, obviamente, una fa-
mosa frase de Jackie Chan sobre el kung
fu. En realidad, todo lo que constituye el
universo es material poético. La poesía es
en ese sentido, viaje-misticismo-onirismo,
sensación y fragilidad. Dicho acto se lleva
a cabo y se manifiesta a través de uno mis- No es erróneo el enunciado donde se
mo y en todo el mundo; para uno mismo afirma que es «el más noble de los géneros
y para el mundo; el mundo dado o el literarios». Su exactitud lingüística, su for-
mundo vivido que todos llamamos Des- ma, su fluidez, su equilibrio estético que
tino por convención humana. rivaliza con los ángeles, su traje brillante
La poesía es viaje, una forma de de palabras que saltan a la vista, es la evi-
errar…, introspección. Es la autobiogra- dencia inevitable y decisiva de que así es.
fía de un alma en tránsito, toda la psico- Todos los géneros literarios le deben algo
logía de una vida, de una persona o de un a la poesía, aunque sea minúsculo. El cuen-
pueblo dado. Pero por encima de todo, to, la novela, el teatro, el ensayo... todos
ella quiere ser belleza y elegancia. Pues di- le han robado algo a la poesía y ese algo,
gamos, «la estética ante todo», parafrasean- algunos podrían llamarlo «la elegancia su-
do el “Arte Poética’’ de Verlaine. De he- blime de las palabras», que bailan en las
cho la poesía fue efectivamente utilizada páginas a lo largo de los bulevares ilumi-

PC 86 como arma de combate o revolución en


siglos anteriores. No podría por lo tanto,
nados de belleza, o en el fantástico bulevar
de la mente del poeta. Incluso tenemos la
prescindir de la estética o la belleza en el impresión y la sensación, una hipótesis
verdadero sentido del término, de lo con- sorprendente, de que todo lo que es her-
trario no sería poesía sino otra cosa, con moso y elegante en general, tiene que ver
cualquier otro nombre muy particular. No con el arte del dominio de la poesía apli-
es por bromear ni especular que se dice cado a todo. Para este efecto Joubert
que «la poesía es el lenguaje de los ánge- (1754-1824) habla en términos suficien-
les». Lo es, en esencia, y es esta quintaesen- temente majestuosos e impresionantes:
cia misma lo que la caracteriza. «¿Qué es la poesía? No sé en este momento;

1
Traducido del francés por el poeta-medico haitiano Jean Jacques Pierre-Paul
pero yo sostengo que se encuentra en to- de la poesía es una enseñanza cualquiera,
das las palabras utilizadas del poeta verda- que debe fortalecer la conciencia, perfec-
dero, para los ojos algún fósforo, para el cionar la moral, al final mostrar algo útil
gusto un poco de néctar, para la atención ...La poesía aunque puede por sí misma,
una ambrosía que no se encuentra en otras cuestionar su alma, reavivar sus recuerdos
palabras». Él va más allá diciendo: «Las y entusiasmo, no tiene otro objetivo que
palabras del poeta conservan el mismo sig- ella misma; no puede tener ningún otro.
nificado aun cuando se separen de las de- (...) La poesía no puede, bajo la amenaza
más, y aisladas, siguen seduciendo al igual de muerte o el fracaso, asimilarse a la cien-
que sonidos hermosos. Son palabras bri- cia o la moralidad; no tiene como objeti-
llantes, de oro, perlas, diamantes y flores.» vo la verdad, ella existe por sí sola.» Esa es
Joubert es, como yo, un simple panegirista la verdadera misión que le ha asignado Bau-
y un ferviente apologista de la poesía. delaire a la poesía.
Por otra parte, las preguntas más rele- La palabra poética proviene de la in-
vantes que deberíamos hacernos, serían ob- tuición artística, surge de la urgencia de
viamente las siguientes: ¿Por qué es la poe- decir, en la urgencia del tiempo. Revela la
sía tan mal vista por muchos? ¿Por qué necesidad de expresarse de inmediato para
está tan marginada? Y ¿por qué queremos dar a conocer un estado de ánimo, abrir el
considerarla a toda costa como un sim- alma, o mostrar la alegría fugaz o constan-
ple juego de fantasía? Y, por último, ¿por te. Pero… «la paz de la mente no conduce
qué la gente prefiere las novelas? La res- a la creación artística» y «uno debe aceptar
puesta es simple y muy breve, por cierto. el sufrimiento para crear la menor can-
Algunas personas pierden su tiempo bus- ción». ¿Cómo podemos pretender escri-
cando encontrar una supuesta lección bir sin un mínimo rasguño en el cerebro?
moral mediante la lectura de un texto ¿Sin haberse aprehendido por unos segun-
poético, o un consejo saludable destina- dos la parte interior del dolor, ni palpar la
do a fortificar. De forma que la poesía osamenta del abismo? El mundo mismo
sea para ellos tal vez una fábula, pero no es un caos, y la escritura surge de este caos.
es una regla absoluta. Incluso Montes- Muchos poetas y escritores han ilustrado
quieu ha atacado a los poetas, y el propio claramente esta comedia humana atroz.
Sócrates nuestro viejo filósofo griego Baudelaire, Edgar Allan Poe, son ejemplos
decía: «Los poetas no entienden lo que vivos, sin olvidar a Rimbaud, Lautréa-
dicen». Así que se podría decir, que ellos mont, Homero, Frankétienne, Davertige,
se atribuyen al sueño, a la ensoñación des- etc… El drama del escritor es omnipre-
bordante, a la inutilidad y a la nulidad sente, y esta fue la razón que nuestro poe-
misma. ¿No se ha dicho que «los poetas ta portugués Pessoa nos dijera: «La litera- 87 CP
viven en las nubes»? tura es la prueba de que la vida no es sufi-
Se puede vivir sin poesía, sin duda al- ciente.»
guna, como se puede vivir sin la filosofía, Pero cuidado... depende... Cada poe-
sin embargo, eso no quiere decir que am- ta asigna una función a su poesía. Recor-
bas son inútiles.El famoso Charles Bau- demos o especificamos que hay dos clases
delaire, digamos nuestro prestigioso poe- de poetas en este mundo. Esto depende
ta maldito, de hecho nos había adverti- principalmente de su psicología individual
do acerca de esto. Él nos enseñó que: «La o su visión personal del mundo dado. La
poesía es lo más real, es lo que es com- primera categoría está a la búsqueda de
pletamente cierto sólo en otro mundo. trascendencia a cada paso, y la otra catego-
Mucha gente imagina que el propósito ría, busca refugio en la autoflagelación. Sin
PC 88
embargo, su punto común entre ellas si- Los poetas nos vivifican y reactivan
gue siendo «la sublimidad del lenguaje», el pequeño fuego interior, intensamente
que moldean y esculpen juntos en la mis- chispeante. La poesía es una corona de
ma olla o el mismo jarrón de diamante, flores. Es una mujer desnuda exhibiendo
estando siempre accesible. Digan lo que sus senos a todos los interesados. Calma,
digan, nada se escribe en vano. La poesía trastorna, embellece, alegra y adorna los
nunca ha sido un acto inútil. El acto de momentos fugaces de la pobre existencia
escribir esconde en sí mismo una serie de humana.
vitalidades. Y esta es quizá la razón por la ¡Larga vida a la lira de los poetas! por-
cual Pierre Seghers (poeta, editor francés) tadora de luz y de toda la armonía de los
nos dijo que: « De donde sea que venga, e cielos, aunque el mundo le dé la espalda
incluso de los más reservados, el poema es a la belleza del alma, para atiborrarse en
un grito de amor que llama a una comu- cambio de cosas materiales y otras curio-
nión misteriosa, busca involuntariamente sidades de baja estofa. El individuo sin
la otra voz, la otra mitad que es usted mis- belleza interior no es nada más que una
mo. Si la poesía no lo ayuda a vivir, haga masa de carne absurda, una espantosa y
otra cosa. Encuentro que es esencial tanto para miserable funda, que envuelve unos hue-
el hombre como los latidos de su corazón.» sos despreciables.

. Raynaldo PIERRE LOUIS

Nació en Jacmel, Haití, el 7 de diciembre de 1990. Vive en la República Domini-


cana, Santo Domingo desde 2012, estudia psicología clínica en la Universidad
Adventista Dominicana (UNAD). Quiere elegir una poesía universal y donde
quiere ser ciudadano del mundo, cosmopolita del universo sin fronteras. El
escribe en creole, francés, y español. Plasma su universo poético bajo la in-
fluencia de los simbolistas franceses del siglo XIX, los poetas malditos, como
Rimbaud, Baudelaire, Lautréamont, y los grandes poetas contemporáneos hai-
tianos como Davertige y Frankétienne. Decimos que Raynaldo es la simbiosis
de los más grandes poetas del mundo. Fue uno de los ganadores del concurso
«Premio Mondiale Poesia Nosside» 2014 con su poema en francés «Le vent 89 CP
exotique de l’Outre-mer». Ha publicado artículos literarios sobre novela y poe-
mario en el periódico ‘’ Le Nouvelliste ‘’ en Haití. Ha participado como autor en
la Antología poética de América ‘’ Chamote, una amalgama de voces poéticas
de nuestra América ‘’, publicada bajo la dirección del poeta-editor argentino
Gito Minore. Entre las obras poéticas publicadas de Raynaldo podemos citar: «
Kaléidoscope de couleurs fauves » (Caleidoscopio de Colores Salvajes), publi-
cado en París por la editorial Edilivre. «Sur les ailes de Pégase» (Por las alas de
Pegaso), publicado por Editions des Vagues en Puerto-Principe, Haití, poema-
rio reeditado en París por Editions du Pont de l’Europe. «La sveltesse de ma
danse» (La esbelteza de mi danza) publicado por Editions La Perle Noire en
Francia. «El viento exótico de Ultramar» publicado en Santo Domingo, y su
último poemario «Un Regard vers l’Orient» (Una mirada hacia el Oriente), pu-
blicado en Francia por Editions du Pont de l’Europe.
PC 90
Marco Martos

Gonzalo Rojas, práctica y teoría poética

Gonzalo Rojas es uno de los poetas más vaciada en frío, oliendo


originales de Hispanoamérica. La difusión la soledad del mundo,
de sus textos, los premios obtenidos, lo sin luna,
hacen familiar para los lectores en el orbe sin explicación posible,
hispano. Menos conocido es el hecho de fumando en el terror del desamparo.
que Rojas fue un profesor universitario de
literatura, un organizador de congresos y El texto es paradojal y muy valioso
una persona que reflexionó en sus propios teniendo en cuenta que Rojas es maestro
escritos creativos sobre las relaciones de la de oficio y ha profesado en liceos y uni-
poesía con la teoría literaria y la retórica y versidades. Por lo tanto conoce bien a los
que fue un tenaz opositor de aquellos que letrados y él mismo es un letrado, tal vez
desde una vanidad intelectual dan leccio- por eso, por la punzante agudeza de la
nes a los creadores y lectores que escogen poesía, es capaz de captar en pocas líneas la
caminos diversos. La ponencia describe soberbia de quienes desde el conocimien-
algunas de las más variadas posiciones de to que dan las letras, creen saberlo todo y
Rojas sobre el complejo lugar que ocupa monologan, ignorantes de la propia natu-
la poesía en el circuito literario. raleza, de la belleza de los mares del sur,
del viento real, de la soledad, del desam-
Entre los valiosos poemas que publi- paro. Es el saber de los antiguos clérigos,
có en 1964, en su libro “Contra la muer- autosuficiente, omnímodo, que hace daño
te”, hay uno, Los letrados, que señala, des- a la propia materia que toca. Y al final de 91 CP
de la visión del poeta, una de las deficien- cuentas, deducimos, no es un saber verda-
cias de la vida intelectual contemporánea. dero. En la entrelínea, Rojas aboga por la
naturalidad, por el encuentro entre el hom-
Lo prostituyen todo bre y su entorno natural. Y si desde este
con su ánimo gastado en circunloquios. texto, viajamos hacia toda la escritura de
Lo explican todo. Monologan Rojas, podemos ver que él también es un
como máquinas llenas de aceite. letrado, solo que despojado de la altane-
Lo manchan todo con su baba metafísica. ría, presunción y arrogancia, de los auto
suficientes. Rojas, hijo de minero, conoce
Yo los quisiera ver en los mares del sur muy bien la vida de provincias, la cercanía
una noche de viento real, con la cabeza del mar, la vida secreta de los desiertos y
sabe desplazar su verso modesto y sober- Donceles y doncellas extasiados
bio desde los etruscos y los griegos, hasta copiaban en «papeles» todas las proporciones
los místicos Teresa de Ávila y Juan de la de la obra maestra: las leyes de la lírica,
Cruz, desde Horacio sereno y Ovidio la épica y dramática, causas y consecuencias,
enamorado, hasta Octavio Paz lleno de la decadencia, el desarrollo de las literaturas.
sapiencia, y Ezra Pound, buen copista, au- Ante tal entusiasmo
téntico creador. el olor de los restos de los grandes autores
¿Qué es lo que reprocha Rojas a los se mezclaba al olor de esos bellos difuntos
sabihondos contemporáneos? no solo la sentados en la silla de su propio excremento,
vanidad ciertamente, es el dañar el objeto y una sola corriente de inmundicia era el aire,
que se toca, el volverlo solamente una ma- mientras la admiración llegaba al desenfreno
teria de abstruso estudio, algo diseccionado cuando ese Profesor: «Si aprendéis —nos decía—
y muerto finalmente. Lo dice, de manera los requisitos de la creación
impecable en su poema La lepra de 1941: seréis fieros rivales de Goethe, y superiores».
Y cerraba su clase.
La lepra Guardaba todos los despojos nauseabundos
en su paquete, y con la frente en alto,
Todavía recuerdo mi clase de Retórica. coronado en laurel por su buen éxito
Ceremonia del Juicio Final. Un gran silencio nos volvía la espalda como un Dios del Olimpo
hasta que el Profesor irrumpía: «Sentaos». que regresa a su concha.
«Os traigo carne fresca». Y vaciaba un paquete Todavía recuerdo mi clase de retórica
de algo blando y viscoso en que la vida y la belleza
envuelto en diarios viejos como un pescado crudo, eran un plato de carne podrida.
sobre la mesa en que él oficiaba su misa. Yo tuve que cortarme la lengua en la raíz
«Capítulo primero». «El estilo del hombre para librarme de la lepra.
corresponde a un defecto de su lengua».
Y mostraba Sin duda este texto, en último térmi-
una lengua comida por moscas de ataúd no, no es un alegato contra la Retórica
para ilustrar su tesis con la luz del ejemplo. antigua o reciente, disciplina que siempre
«Mirad: la lengua inglesa no es la lengua es útil para profesores, alumnos, es decir
española». letrados, y los propios poetas, pero sí es
«Aquí tengo la lengua de Cervantes. Su forma una invocación para actuar de manera di-
de espada no coincide con el hueco del paladar». ferente frente a la obra literaria, para no
El Profesor hablaba diseccionar los textos y ponerlos al servi-
de condiciones, rasgos, influencias, cio de la Retórica, sino exactamente al re-
PC 92 metáforas, estrofas. Y cada afirmación vés, poner la teoría literaria, epistemolo-
era probada por la Crítica. gía, retórica o como quiera llamársele, al
Ahora bien, los puntos de vista de la Crítica servicio de la iluminación del texto litera-
—pobres cuencas vacías— rio, sin hacerle perder frescura, capacidad
eran toda esa carne palpitante de comunicación. El texto de Rojas tiene
saqueada a los distintos cementerios: la violencia de la juventud, pero también
lenguas, dientes, narices, pulmones, vientres, la sabiduría del mandarín que pasa mu-
manos que un día fueron órganos chas horas entre folios y pergaminos y que
de los grandes autores sin embargo disfruta de la vida natural. Este
hoy tumores malignos servidos en bandejas es un poema que podemos calificar de los
por profesores-asnos a sus discípulos-asnos primeros tiempos, puesto que el creador
adentro de una sala-alcantarilla. juzga de manera despiadada y caricaturiza
la labor del retórico, del crítico literario. Y guntas y respuestas posibles a múltiples
que en esta época y hasta su senectud, Ro- asuntos literarios. Uno de ellos, sin duda
jas fue profesor y crítico literario, aunque es el canon literario, y otro es el panteón
no de obra copiosa, sino parva, muy par- literario personal, la familia de antecesores
va. Fue cuando adquirió más seguridad, a y próximos que cada poeta se inventa para
partir de sus magnífico libro de 1964 Con- sí y nos revela algo de su propia escritura.
tra la muerte, que Rojas dejó de ocuparse Rojas, son duda es un escritor vitalista, en
de los críticos literarios y los abandonó en su poesía cuenta más la experiencia vivido
la aparente paz de sus labores de desentra- que los libros leídos, Así lo podemos tes-
ñamiento de los sentidos de un texto. Sin timoniar si leemos su poema Carbón que
embargo, dentro de sí, como escritor, rememora su infancia y la relación entra-
como poeta, como lector, le bullían pre- ñable con su padre.

Carbón

Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir


mi Lebú en dos mitades de fragancia, lo escucho,
lo huelo, lo acaricio, lo recorro en un beso de niño como entonces,
cuando el viento y la lluvia me mecían, lo siento
como una arteria más entre mis sienes y mi almohada.

Es él. Está lloviendo.


Es él. Mi padre viene mojado. Es un olor
a caballo mojado. Es Juan Antonio
Rojas sobre un caballo atravesando un río.
No hay novedad. La noche torrencial se derrumba
como mina inundada, y un rayo la estremece.

Madre, ya va a llegar: abramos el portón,


dame esa luz, yo quiero recibirlo
antes que mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de vino
para que se reponga, y me estreche en un beso,
y me clave las púas de su barba.

Ahí viene el hombre, ahí viene


embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso
contra la explotación, muerto de hambre, allí viene
debajo de su poncho de Castilla.
93 CP
Ah, minero inmortal, ésta es tu casa
de roble, que tú mismo construiste. Adelante:
te he venido a esperar, yo soy el séptimo
de tus hijos. No importa
que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años,
que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto,
porque tú y ella estáis multiplicados. No
importa que la noche nos haya sido negra
por igual a los dos.
—Pasa, no estés ahí
mirándome, sin verme, debajo de la lluvia.
Pero si tratamos de detallar, solo ba- su origen el latín, que hay una atracción
sándonos en los poemas que escribió Ro- clarísima por los grandes poetas de la len-
jas, cuál es, ya no su familia real sino su gua alemana, entrañable relación con poe-
familia literaria el resultado es sorprendente tas de su tierra, Chile, y vínculo también
por la variedad de registro: desde Catulo claro con la poesía y el pensamiento fran-
hasta Pablo de Rokha y Jorge Cáceres, pa- cés. Con toda esta tradición, más el gusto
sando por el Arcipreste de Hita, Juan de por el cine, por la pintura, Rojas nos en-
Yepes, Quevedo, Octavio Paz, Juan Rul- trega su poesía de latín y jazz como lo dice
fo, Julio Cortázar, y Blake, Hölderlin, en uno de sus textos. Pero tal vez lo más
Pound, Celan, Bretón, Bataille. Podemos rotundo que ha escrito Rojas sobre otro
percibir, en una actitud sistémica, que la poeta es su elogio de César Vallejo:
gran fidelidad es a la lengua española y a

Por Vallejo

Ya todo estaba escrito cuando Vallejo dijo: —Todavía.


Y le arrancó esta pluma al viejo cóndor
del énfasis. El tiempo es todavía,
la rosa es todavía y aunque pase el verano, y las estrellas
de todos los veranos, el hombre es todavía.
Nada pasó. Pero alguien que se llamaba César en peruano
y en piedra más que piedra, dio en la cumbre
del oxígeno hermoso. Las raíces
lo siguieron sangrientas cada día más lúcido. Lo fueron
secando, y ni París pudo salvarle el hueso ni el martirio.
Ninguno fue tan hondo por las médulas vivas del origen
ni nos habló en la música que decimos América
porque éste únicamente sacó el ser de la piedra más oscura
cuando nos vio la suerte debajo de las olas
en el vacío de la mano.
Cada cual su Vallejo doloroso y gozoso.
No en París
donde lloré por su alma, no en la nube violenta
que me dio a diez mil metros la certeza terrestre de su rostro
PC 94 sobre la nieve libre, sino en esto
de respirar la espina mortal, estoy seguro
del que baja y me dice: —Todavía.

Este poema verdaderamente es asom-


broso porque no solamente muestra una
admiración por Vallejo que se empezaba a
abrir paso en América en tiempos que se
publicó el texto, sino porque usa la figura
de Vallejo para decir algo sobre el canon
literario y sobre el gusto literario de la so-
ciedad y de los propios escritores. Aunque
las tendencias críticas contemporáneas su- tejerlos así, de lo visible a lo invisible, en
ponen ahora que no se puede ni se debe la urdimbre de lo fugaz y las cuerdas in-
juzgar a las obras literarias catalogándolas móviles; déjenlo suelto con su ceguera para
como mejores o peores, cada individuo ver, para ver otra vez, porque el verbo es
relacionado con la materia literaria, lector, ése: ver, y ése el Espíritu, lo inacabado y lo
escritor, crítico, tiene sus propios criterios ardiente, lo que de veras amamos y nos
de preferencia. La tendencia de profesores ama, si es que somos Hijo de Hombre y
y de los mismos poetas en un momento de Mujer, lo innumerable al fondo de lo
determinado de la historia es creer que innombrable; no, nuevos semidioses del
todo está dicho y que ellos tienen la últi- lenguaje sin Logos, de la histeria, aprendi-
ma palabra, y, exagerando, que todo está ces del portento original, no le roben la
cristalizado, detenido en el tiempo. Pero sombra al sol, piensen en el cántico que se
la literatura y la vida misma, como abre cuando se cierra como la germinación,
lo hemos aprendido de Heráclito, están en háganse aire, aire-hombre como el viejo
permanente movimiento, su característica Ez, que anduvo siempre en el peligro, sal-
es el fluir, el cambiar, y el poeta que mejor ten intrépidos de las vocales a las estrellas,
expresa esa voluntad de cambio en la len- tenso el arco de la contradicción en todas
gua española es Vallejo, pero el texto de la velocidades de lo posible, aire y más ai-
Rojas no es solamente una disquisición repara hoy y para siempre, antes y después
sobre el fluir eterno de la poesía, sino tam- de lo purpúreo del estallido simultáneo,
bién un entramado que junta en solo haz instantáneo de la rotación, porque este
la vida dolorosa del vate peruano, su poe- mundo parpadeante sangrará, saltará de su
sía magnífica y las vivencias personales y eje mortal, y adiós ubérrimas tradiciones
literarias de quien escribe el texto. En cuan- de luz y mármol, y arrogancia; ríanse de
to a actitud, podemos contrastar este tex- Ezra y sus arrugas, ríanse desde ahora hasta
to con el poema La lepra que vimos arri- entonces, pero no lo saque en; ríanse, li-
ba: mientras ese primer texto disecciona la viarias generaciones que van y vienen como
obra literaria hasta dejarla como carne po- el polvo, pululación de letrados, ríanse,
drida, este segundo poema, junta vida y ríanse de Pound con su Torre de Babel a
poesía, autor y lector y ese “Todavía” que cuestas como un aviso de lo otro que vino
preside el texto señala que nada está dicho en su lengua; cántico, hombres de poca fe,
para siempre, que es posible cambiar y por piensen en el cántico.
lo tanto podemos buscar originalidad en Pound es, nadie lo duda, una persona-
nuestras propias vidas o en la inagotable lidad literaria del siglo XX. Su obra hete-
poesía. rogénea tiene una energía y una potencia
Veamos ahora un poema de Rojas so- que no cabe sino compararla con 95 CP
bre Pound: No le copien a Pound No le aquella de Walt Whitman, aunque sin el
copien a Pound, no le copien al copión impulso mesiánico del bardo del siglo
maravilloso de Ezra, déjenlo que escriba XIX. Brillante improvisador, con un co-
su misa en persa, en cairo-arameo, en sáns- nocimiento muy variado de las literaturas
crito, con su chino a medio aprender, su clásicas de muchos países, tumultuosamen-
griego translúcido de diccionario, su latín te mezcla elementos clásicos con otros
de hojarasca, su libérrimo Mediterráneo modernos; su “Cántico” aspiraba a tener
borroso, nonagenario el artificio de hacer cien apartados, como la célebre obra de
y rehacer hasta llegar a tientas al gran pa- Dante; ordenado y desordenado, oscuro y
limpsesto de lo Uno; no lo juzguen por la luminoso, Pound quedará como uno de
dispersión: había que juntar los átomos, los casos más característicos de la literatura
contemporánea. Rojas satiriza sobre el sa- Bibliografía
queo literal que hizo Pound de la literatu-
ra clásica, griega, o china, de esa especie de Gonzalo Rojas. Antología de Aire. Santiago de Chi-
le. Fondo de Cultura Económica. 1991.
Torre de Babel que es su poesía, pero re- ______. La miseria del hombre. Santiago de Chile.
clama adhesión a la voluntad de canto del Ediciones Universidad Diego Portales. 2010.
viejo bardo. Y ese el hilo que conduce la ______. Contra la muerte. Casa de las Américas. La
Habana. 1964.
poesía, es la voluntad de hablar y también Julio Espinoza Guerra. Poesía chilena. Antología esen-
la voluntad de callar: cial. Visor. Madrid. s/f.

Al silencio

Oh voz, única voz, todo el hueco del mar,


todo el hueco del mar no bastaría
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el mundo callara
y este mundo se hundiera,
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.

Entre el silencio y la voz, entre las ti-


nieblas y la claridad, la cojitranca, a veces
temblorosa, la intensa, la desbocada, la
balbuceante poesía de Gonzalo Rojas per-
manece entre nosotros. El poeta de la fa-
cha de loco, tigre y mariposa, muerto ya
consigue que su voz permanezca entre los
vivos.

PC 96
. Marco Martos

Nació en Piura, Perú en 1942. Es miembro de la Academia Peruana de la Lengua


de la que fue Presidente. Su discurso de ingreso se tituló La poesía de César
Vallejo: Tradición e innovación. Se doctoró en Letras, especialidad en Literatura
por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), donde actualmen-
te es decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas y catedrático del
Departamento de Literatura. Tiene una amplia producción bibliográfica, entre
la que destacan títulos como Casa nuestra (1965), Al leve reino (1996), Sílabas
de la música (2002), Vértigo (2012) y Biblioteca del mar (2013). Ha sido reconoci-
do con premios como el Nacional de Fomento a la Cultura (sección Poesía, 1969)
o el Premio La Casona 2009, otorgado por la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos.
Pedro Granados

El “silencio” Vallejo-Cabral de Melo Neto:


un Neruda elocuente

Resumen “Vinicius [de Moraes], você não tem outra


víscera para cantar? Porque ele só falava em
Este ensayo se propone, por un lado, re- coração [...] Então ele [Vinicius de Mo-
construir un diálogo intelectual y artístico raes] me chamava de Cama-rada Diaman-
–en apariencia inexistente– entre César te” (“Conversas com o poeta João Cabral
Vallejo (1892-1938) y Joao Cabral de de Melo Neto”) (Abrantes 69-70)
Melo Neto (1920-1999). En la biografía La palabra “corazón” en Los Heraldos
del poeta brasileño, de modo recurrente y Negros está repetida 31 veces, dentro del
acaso no menos sistemático, no existe marco de las típicas coordenadas románti-
mención alguna del peruano; aunque Es- co-modernistas. Sin embargo, una cita de
paña fuera en ambos tema y motivo fun- aquel sustantivo no marcada por la decep-
damental de sus respectivas obras litera- ción, la pasividad o la melancolía y sí, más
rias; y, según ventilaremos aquí, ambos bien, por su agencia activa y promesa de
poetas tuvieran mucho en común, repeti- futuridad es la siguiente:
mos, tanto en el aspecto literario como en [Yo soy] Un fermento de Sol;
el político de sus poemas. Por otro lado, levadura de sombra y corazón!
en cuanto desencadenante de este paralelo (“Huaco”).
entre dichos autores, se analizará el poema Versos de la autodefinición del yo poé- 97 CP
cabralino “España en el corazón” (homó- tico como Inca o más bien Inkarrí; ob-
nimo del poemario nerudiano editado por vio, en cuanto actúa esta poesía, tanto
primera vez en1937). Es decir, aquel poe- como la potencia de aquel héroe mítico,
ma del brasileño será el puente, de ida y entre las sombras.
vuelta, para transitar e iluminar los “silen- Por otro lado, “corazón” figura en Tril-
cios” entre las poesías del brasileño y del ce en los siguientes poemas: I, VI, XIII,
peruano y, no menos, tornar inesperada y LVI, LXI, LXIV, LXVI; es decir, en siete
particularmente elocuente la poesía del (7) oportunidades. Aparte de la presen-
chileno. cia de un derivativo en estos sugestivos, y
Palabras clave: Poesía latinoamericana, acaso no menos andinos o “imperiales”
César Vallejo, Cabral de Melo Neto versos:
Cielos de puna descorazonada Por el lado de Pablo Neruda, poeta de
por gran amor, los cielos de platino, torvos la “noción de la poesía impura o material”
de imposible. (Trilce LXIII) (Ortega 27), la palabra “corazón”, en Es-
paña en el corazón, se halla citada nueve
En suma, “corazón” figura ocho (8) (9) veces. Mucho más veces que en Espa-
veces en el poemario de 1922. Mientras ña, aparte de mí este cáliz; pero, significa-
que este término, en España, aparta de mí tivamente, casi tanto como en Trilce, cuya
este cáliz, aparece significativamente sólo edición española (1931) es probable haya
en dos (2) poemas: “Himno a los volun- conocido João Cabral. O, si éste no fuera
tarios de la República” y “Pequeño respon- el caso, aquel libro de 1922 y el resto de la
so a un héroe de la República”. Aunque, poesía de César Vallejo en la decisiva —
de modo metafórico, la palabra “corazón” para la difusión continental de esta obra—
podríamos vincularla directamente al me- edición de Losada de 1949.
nos con el verso:”sufrimiento armado!” El asunto es que en su poema “España
(“Los mendigos”); e indirecta, metoními- en el corazón” (Agrestes, 1981-1985), ho-
ca o de manera mimético-sonora a otros mónimo del libro de Neruda de 1937,
pasajes de este mismo poemario. Cabral de Melo Neto ensaya una lectura
Eso sí, en España, aparta de mí este de demolición estética e ideológica contra
cáliz, la “valentía” pareciera no encontrarse aquel consagrado texto del chileno. Vea-
vinculada al “corazón” o a la “pena” sino, mos:
rasgo pertinente en este trabajo en cuanto
a la estética cabralina, aunque no deje de
constituir también todo un lugar común, ESPAÑA EN EL CORAZÓN1
al “colhão”:
1
“Ramón de pena, tú, Collar valiente, A Espanha é uma coisa de tripa.
Paladín de Madrid y por cojones” (“Cortejo Por que “Espanha no coração”?
tras la toma de Bilbao”) Por essa víscera é que vieram
São Franco e o séquito de Sãos.
1
ESPAÑA EN EL CORAZÓN/ João Cabral de Melo Neto (Traducción: Pedro Granados)

1 3
España es una cosa de tripa. De tripas hondas, las de abajo
¿Por qué “España en el corazón”? de lo que se llama el bajo-vientre,
Por esa víscera es que vinieron que ponen los hombres de pie,
San Franco y el séquito de Santos. y el español especialmente.

PC 98 España es una cosa de tripa. Sobre esta tripa de más abajo,


El corazón es sólo una parte ¿cómo continuar sin un palabrón?
de tripa que hace el español: España es cosa de esta tripa
la que golpea o alerta o alarma. (lo digo alto o bajo), de cojón.

2 4
España es una cosa de tripa, España es cosa de cojón,
de más abajo del estómago; lo que el poco ibérico Neruda
España está en esa cintura no entendió, pues prefirió
que el torero ofrece al toro, el corazón, sentimental y puta.

y que es de dónde sabe el andaluz España no teme aquella tripa;


hacer subir su canto tenso, de ésta viene el lenguaje que prefiere,
la expresión, explosión, de todo toda España (lo único es que no sé cómo
lo que se hace al borde del extremo. denominar el cojón de la mujer).
A Espanha é uma coisa de tripa. Morla Lynch y que tiene nada menos
O coração é só uma parte que a Trilce como tenor de la misma:
da tripa que faz o espanhol:
é a que bate o alerta e o alarme. “Mi muy querido amigo, cuán-
to tengo que agradecerte el envío del
2 libro Trilce. Lo que Bergamín [en el
A Espanha é uma coisa de tripa, prólogo] me critica me parece justo,
do que mais abaixo do estômago; pero irremediable: temperamento. El
a Espanha está nessa cintura libro de Vallejo me parece seco y es-
que o toureiro oferece ao touro, pantoso. No veo qué objeto tenga
producir una literatura así. Es un li-
e que é de donde o andaluz sabe bro cruel, literario y estéril. Mi poe-
fazer subir seu cantar tenso, sía me parece que ampara un poco
a expressão, explosão, de tudo más de alma en uno, quiere abrir una
que se faz na beira do extremo. puerta de salida al corazón.

3 Batavia, 1 de junio de 1931


De tripas fundas, das de abaixo
do que se chama o baixo-ventre, “Sequedad” o antilirismo, lo que acha-
que põem os homens de pé, ca Neruda a Vallejo que, por otro lado,
e o espanhol especialmente. pareciera calzar con el concepto cabralino
del arte de la poesía: “Ele mesmo se defi-
Dessa tripa de mais abaixo, niu como poeta antilírico, cujo percurso
como esse escrever sem palavrão? vai de um surrealismo inicial ao encontro
A Espanha é coisa dessa tripa de uma preocupação social, sem jamais se
(digo alto ou baixo?), de colhão. descuidar da linguagem, nada panfletária,
antes em posição que se podería comparar
4 à Baudelaire, para ele o maior poeta de
A Espanha é coisa de colhão, todos os tempos” (De Oliveira xvii). Se-
o que o pouco ibérico Neruda vero aquel juicio nerudiano en el cual, si
não entendeu, pois preferiu bien apenas lo apuntamos aquí, pudo tam-
coração, sentimental e puta. bién haber gravitado el desencuentro que
tuvieran el chileno y el peruano allá por el
A Espanha não teme essa tripa; año de 1927: “cuando Vallejo expresa a
dela é a linguagem que ela quer, Neruda que, en su opinión, él es el ‘más
toda Espanha ( não sei é como grande de todos nuestros poetas’ y que sólo 99 CP
chamar o colhão de mulher). Darío se le podría comparar, la reacción
del chileno es brusca, rechaza todo trato
(Cabral 237-238) ‘literario’ y provoca en el peruano inme-
diata molestia” (Bellini 28).
Demolición explícita de parte de Ca- Consecuente con su estética y po-
bral de Melo Neto contra el “pouco ibé- lítica, en Agrestes la palabra “corazón” bri-
rico Neruda”; concretamente contra una lla por su ausencia. No debemos olvidar
estética y una política del “corazón”. Van- que a estas alturas de su trabajo poético,
tilada con anterioridad por el poeta chi- João Cabral de Melo Neto viene ya de
leno, tan temprano como en 1931, por cultivar Morte e vida severina o Auto de
ejemplo en una carta dirigida a Carlos Natal Pernambucano (1954-1955) y –de
modo análogo al Vallejo de “Nostalgias há um choque de cavaleiros cristãos
imperiales” (1918) o al Neruda de “Altu- e cavaleiros mouros; morre muita
ras de Macchu Picchu (1950)– también gente e muitos cavalos correm dis-
de investigar en la “pedra” (A educação pela parados. Então, sabe como o autor
pedra, 1962-1965) cuyo significado aquí, diz isso, que muitos cavalos fugiram
para el poeta de Recife, es análogo al Ser- disparados? ‘Muitos cavalos fugiram
tão; probablemente de Vidas secas (1938) sem seus donos.’ A ideia do cavalo
del escritor nordestino Graciliano Ramos: correndo sozinho, sem o cavaleiro,
compreende?” (Abrantes 21) [Lue-
Uma educação pela pedra: por lições; go] “a literatura espanhola, no meu
para aprender da pedra, frequentá-la; entender, é a literatura mais realista
captar sua voz inenfática, impessoal que há. Apesar de ser um pouco ca-
... tólico, mesmo os escritores católicos
A lição de moral, sua resistência fria são realistas” (42)
ao que flui e a fluir, a ser maleada;
a de poética, sua carnadura concreta; Y en contra a su concepto, en primer
a de economia, seu andensar-se compacta: lugar, sobre la poesía de su propio país y,
lições da pedra (de fora para dentro, luego, sobre la que practican Neruda y,
cartilha muda), para quem soletrá-la. acaso también para Cabral, ensayaría el
Outra educação pela pedra: no Sertão propio César Vallejo:
(de dentro para fora, e pré-didática).
No Sertão a pedra não sabe lecionar, “A poesia brasileira sempre foi
e se lecionasse não ensinaria nada; preponderantemente lírica. Mesmo
lá não se aprende a pedra: lá a pedra, um poeta pouco lírico, como Carlos
uma pedra de nascença, entranha a alma. Drummond, tem momentos de li-
rismo. Murilo era um lírico. Jorge
Por lo tanto, poemas al Nordeste de de Lima era um lírico. Mário de
su país, los de Cabral de Melo Neto, que Andrade era um lírico. Manuel Ban-
van a tocarse con aquellos –simultánea o deira era um lírico. Vinicius de Mo-
inmediatamente posteriores– dedicados a raes era um lírico. Cecília Meireles
España, más en concreto a “Na Baixa An- era uma lírica. O Carlos Drummond
dalucía”; equivalente, esta última, a aque- era o menos lírico. Mas assim mes-
lla estética y política de “colhão de mul- mo tem momentos de lirismo. Por
her” que aquél sustenta de modo tan elo- isso é que a influência maior que eu
cuente en su “España en el corazón”. Fer- tive foi de Carlos Drummond. Na
PC 100 vor, el de Cabral, finalmente inspirado por literatura brasileira Carlos Drum-
su contacto en general con la literatura es- mond foi meu grande mestre. Aquela
pañola: poesia prosaica, direta, compreende?”
(Abrantes 61)
“Quando cheguei na Espanha e
conheci bem a literatura espanhola é Podemos inferir que, para Cabral, la
que eu vi que ela é a literatura mais poesía del peruano no reflejaría tampoco
concreta do mundo. A literatura aquel “realismo” y “concretud” que su poé-
menos abstrata do mundo. Eu dou tica demanda sino, máximo, se asimilaría
um exemplo a você. No poema do o confundiría con lo, a su juicio, alcanza-
Cid [Cantar de Mío Cid, de autor do o propuesto por Carlos Drummond
anônimo] tem um momento em que de Andrade en la literatura brasileña: “era
101 CP
o menos lírico. Mas assim mesmo tem Zilio, la enjundia misma de la poesía de
momentos de lirismo” [En cuanto a estas César Vallejo?
reservas de Cabral, y de modo muy elo- En conclusión, João Cabral de Melo
cuente respecto también al presente traba- Neto o no leyó la poesía del autor de Tril-
jo, tenemos el libro de Davi Arrigucci Jr., ce o –en rechazo de la crítica canónica so-
Coração partido: uma análise da poesía re- bre este autor hasta ese entonces– le bastó
flexiva de Drummond (2002)]. Sobre canjearla o reemplazarla con la de su com-
todo si nos remitimos, aunque esto puede patriota Carlos Drummond de Andrade
ser motivo para otro ensayo, a la crítica cuyo vallejismo –las conexiones de su obra
que sobre la poesía del peruano era la más con la poesía de César Vallejo– también se
difundida en la época de Agrestes (1981- encuentra, como la mayor parte de las re-
1985) e incluso quizá hasta hoy en día en laciones entre las literaturas del Brasil con
el continente. En lo fundamental, una lec- las de Hispanoamérica, pendientes de es-
tura de la poesía de César Vallejo (Poemas tudiarse.
humanos) centrada en su insondable dolor
(expresión de una raza) y su marxismo Obras citadas
militante (aunque al mismo Cabral lo acu- Abrantes, Bebeto, Franca, Belisario, Silveira, Luis
saran de comunista a comienzos de los años Antonio y Moreira, Mônica.
50). Es decir, y recurriendo al poemario A 2009. “Conversas com o poeta João Cabral de Melo
Neto”. Sibila, Año 9, Num. 13, 138 pp.
educação pela pedra, una poesía vallejiana Cabral de Melo Neto, João
que, por un lado, “de fora para dentro” no 1997. “España en el corazón”. A educação pela pe-
sería “inenfática o impessoal”; y, por el dra e depois. Rio de Janeiro: Editora Nova
Fronteira. 237-238.
otro, “de dentro para fora” y en tanto mi- Sobre Trilce/ Pablo Neruda a Carlos Morla Lynch
litante, pecaría de pretender “lecionar” [http://vallejosinfronteras.blogspot.com.br/
donde la piedra, más bien: “se lecionasse 2012/12/sobre-trilce-pablo-neruda-carlos-
morla.html]
não ensinaria nada;/ lá não se aprende a Granados, Pedro 2007. “Trilce: Muletilla del canto
pedra: lá a pedra,/ uma pedra de nascença, y adorno del baile de jarana”. Lexis, Vol 31,
entranha a alma”. “Pedra” cabralina, no Año 1-2, 151-164.
2004. Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo.
menos vallejiana por cierto, que de modo Lima: PUCP Fondo editorial.
radical y elocuente se toca finalmente con 2002. “La novela como responso y elegía: la distri-
lo que el poeta brasileño aprecia más de bución de lo lírico en Fortunata y Jacinta”,
Anales galdosianos, Año nº 37, 2002 , 103-112.
España: “É porque o espanhol é uma lín- Larrea, Juan. 2012. [1939] España, aparta de mí
gua óssea, sabe?” (Abrantes 91). Hume- este cáliz. “Profesía de América”. Madrid: Ar-
ros distantes del “corazón”, entonces. ¿Pero dora. 7-16
Ortega, Julio 2014 . César Vallejo. La escritura del
es que no estaríamos caracterizando asimis- devenir. Madrid: Taurus.
PC 102 mo aquí, con el relieve y desempeño ex- Smith Soto, Alan 2012. [1939] España, aparta de mí
este cáliz. “Epílogo”. Madrid: Ardora. 135-154.
traordinario de lo óseo, y según la estilísti-
ca cuantitativa de un Giovanni Meo

. Pedro Granados

Es un poeta nacido en Lima, Perú, en el año 1955. Es doctor en literatura por


Boston University. Estudio literatura en la Universidad de San Marcos. Además
de la creación poética, es autor de una extensa obra de crítica literaria que se
puede hallar en diversas publicaciones, como ser la prestigiosa revista Variaciones
Borges. Algunos de sus poemarios más conocidos son “Sin motivo aparente”, “El
fuego que no es el sol” y “Desde el más allá”, y sus creaciones figuran en la
antología “Caudal de piedra: veinte poetas peruanos”. Por otro lado, ha publicado
las novelas “Un chin de amor” y “En tiempo real”. Su tesis doctoral versó sobre
César Vallejo.
Poemas de Orlando Morel
(De su libro La otra memoria)

EL MIEDO

El miedo es real
cuando sabes del tiempo
y no guardas memoria
y sientes la vida
como un instante único
cuando vez que se acerca
la oscuridad sin fin
y de su vasto tiempo
solo el presente te acompaña siempre.

EL ESPEJO

Frente al espejo
una imagen erizaba de puñales
sombras moviéndose entre sombras
el silencio ovillando lejanías
detrás de las paredes lloran niños
en los pasillos pasos tenues se entrecruzan
y en lo profundo del espejo 103 CP
mi cuerpo fatiga nuevos laberintos.

EN OTROS PAÍSES

En otros países y en otras latitudes


los hombres viven y mueren
de igual manera que nosotros.
Otros dioses devoran sus miserias.
Se alimentan de sus dudas y temores.
Los hombres en todas partes son iguales
y también los dioses que los matan.
AQUÍ SENTADO

Aquí sentado en este promontorio


un arrecife apalastrado por los siglos
como un vigía, oteo el horizonte
así recibo a los que llegan
de igual manera despido a los que parten.
La sal continúa biselando las aristas
y miles de soles estallan desde adentro
el mar bate algas y caracoles primigenios
mientras el viento como un tábano furioso
ronca en mis orejas.

PC 104

. Orlando Morel

Nació en Villas Rivas, San Francisco de Macorís, en 1950. El licenciado en dere-


cho. Fue miembro del movimiento literario del Cibao, junto a Manuel Mora
Serrano, Cayo Claudio Espinal y Bruno Rosario Candelier. Publicó poemas y artí-
culos en la prensa en los años 70 y 80. Publicó en 2014 su primer poemario
titulado El día sucesivo. La otra memoria es su segundo poemario publicado. Lo
editó el Ministerio de Cultura, en el marco de la XI Feria Regional del Libro de
Tenares 2015.
Poemas de Jota Kintana

APROXIMACIÓN A GUAYAQUIL

Facciones atisbadas de rostros de tela


En lapidaria dosis de compañía ilusoria
¿Qué más podrá perderse?
La gota de sangre que disturba el agua estancada en el lavamanos
Sumergiéndose hasta igualar la densidad del agua, deteniéndose
Etapas de mi vida encapsuladas en gotas de sangre
El centro de atención
Huerto de falso significado
¿Has pensado en razones para morir?

DIÁLOGOS

SOBRE LA ANTROPOLOGÍA DEL SILENCIO

Ku raya parada pe: ¿de qué material es tu alma?

el silencio de mi reflejo: en estado puro, de brusquedad, bumerán de metal, raro


elemento que con enseñar sus irregulares bordes como
colmillos, anuncia que no se producirá la detención, sino el
secuestro de mi propio espíritu en un diminuto vergel que 105 CP
jamás vomita

ku raya parada pe: ¿cuál es tu propósito de ser?

el silencio de mi reflejo: convertirme en hechura de hostias, redondas costras que lo


innombrable -luego de persignarse- coloque en la balante
lengua de mi cosificación: en eriales rezos de un padrenuestro
que no está en el cielo y vive en el bulo de la procaz profundidad
de mi edén

ku raya parada pe: ¿por qué te incubas en huevos de gusano?


el silencio de mi reflejo: porque luego de la eclosión, estos me enseñan a separar el
alma de las cáscaras de mi cuerpo: porque la eternidad, la
mía, es un muerto que se desdobla y rellena con su cuerpo
mudas bolsas de basura antes de lanzarlas al huerto de mi
húmedo disimulo

ku raya parada pe: ¿cuánto cuesta entonces callar la genuflexión de la algarabía?

el silencio de mi reflejo: todo el que requiera la floresta de mi eterno misterio, pre-


dio, cauterio de palabras, todo el que exija mi secreto que
con su mirada detiene tus agonizantes impulsos, claustros
del principio del tiempo que, mutis, durante su vía crucis,
estampan mi rostro, en tu pañuelo de polvo

SOLILOQUIOS

AL IGUAL QUE LA NADA, LA ESENCIA SE CREA A SÍ MISMA

Mostrándome una cuchara, me sugieres que al abrazo, después del puntapiés –ku raya
parada pe–, test sin arnés, después del trago de tu desprecio, necio llegue como sabueso
que ha dejado sus dientes –¿los sientes?– hincados en el cemento de la envidia

sequías y mundicias que recorren mi pensamiento en la picardía de la cuchara más que en


el febril laurel del cambio, del orden de tus labradas palabras:

1. porque la cuchara es cauta, reflexiva antídoto de perdón


al canto de guerra animal, sutil

2. arlequín, intelecto de lombriz, caos armónico al sonido


del aliento, atril cuyo contenido brilla como brilla el
relleno metal que la cuida

3. intuitiva angina, campana de cristal al repicar de vocales,


bondades, curvas a su custodia que le sugieren la existencia
de otras formas, brocas en el sinuoso paisaje del paladar
PC 106
4. acatar, observar, porque sabe que su desconocida
proveniencia, cuyos secretos quizá se esconden tras
rítmicos colores de crótalos, obedece al mismo perfil
que, tras el poniente, un puesto le guarda

su cóncava belleza –¡tan arma, tan calma!– refleja su identidad, el espejo de su deseo, en
la mano que la cuchara sostiene –ku raya parada pe–, en la contumaz trama de su final
SOBRE SOLTAR UNA GOTA DE VIDA SOBRE AGUA

La naturaleza, mucho antes que el hombre, lo sabe y lo


demuestra: que esconde sin excepciones la belleza, en su
núcleo, el dolor. Por eso no importa cuán bella sea la imagen
de la gota de sangre que disturba el agua estancada en el
lavamanos, en el reverso de esa imagen, siempre observa el
dolor que la desprendió de algún as de corazones.

De 0 a 3 años. Mucha alegría y desilusión el nacimiento de aquella niña, mi nacimiento.


Indefensa personita, potencial mujer, mi vida. En esta etapa tan crucial de mi existencia,
fui creciendo en la aparente normalidad de un hogar estable, de padres que proveían en
lo material, ni más ni menos que lo necesario. Puertas afuera, padre y madre, conmigo
en el cochecito, paseábamos en la acera cálida de nuestro barrio, con idéntica sonrisa en
el rostro. Puertas adentro de aquella sonrisa fundida, vivían estos mismos padres
fracasando en acariciar mi desnuda espalda. Y a esta personita, sin pedirlo ni saberlo,
entendido como normal, empezaron a crecer callos y vellos en la espalda. Había
empezado a desconfiar del entorno que me rodeaba. ¡Cuán amenazante puede ya ser el
mundo!

La sangre es más espesa que el agua. También lo dice un


refrán anglosajón1. Coincidencias. Esta gota, luego de caer
sobre la superficie del agua y sin disolverse aún, va
sumergiéndose, dejando en el bello proceso una estela roja
de células y plasma, como una fotografía de un cometa en el
espacio. Perfecta estela, o cola. Perfecta cabellera rodeando
su núcleo. No obstante, aunque cada vez más pequeña, al
extremo inicial del rojo cometa se observa la gota, esto es, la
cabellera y su doloroso núcleo, sumergiéndose hasta igualar
la densidad del agua, deteniéndose.

107 CP
De 4 a 12 años. Me veo desde un primer plano superior ahora, como si mi vida fuese
un conjunto de capas superpuestas. Veo mi vida temprana encapsulada en una gota de
sangre, como una bola de cristal, llena de agua, que predice el futuro. Tiendo a comer
mucho, duermo sin descansar, descargo mi ansiedad con mis hermanos, no tolero el
rechazo ni el fracaso, lloro con facilidad, en fin, baja autoestima. Tengo únicamente un
ojo, ubicado en el centro del rostro; un orificio nasal en la mitad de la cara; una encía (la
inferior); una oreja en la barbilla, como ala, extendida hacia fuera. La belleza está en mi
simetría. Soy una niña con vellos y callos en la espalda, muy normal, una niña como
todas las demás. Una niña que mis padres consideran ejemplar. Esto último es lo que
realmente duele.

1
Blood is thicker than water, diciendo que la familia es lo más importante.
Cuando el proceso de naufragio de la gota de sangre llega a
su final, al detenerse por completo, permite unos
microsegundos de hermosa quietud, de congelamiento de la
imagen que antecede al doloroso proceso de disolución. Ya en
disolución, la sangre en su conjunto: cola, cabellera y núcleo,
se esparce lentamente hacia los costados formando una
asimétrica y rojiza superficie sobre el lienzo de agua cristalina.
El proceso de disolución continuará hasta que no quede rastro
de la gota de sangre, como si el agua se alimentase de ella.
No obstante, al igual que las consecuencias del tiempo en el
ser, el agua nunca volverá a ser la misma.

De 12 años en adelante. Me observo desde un segundo plano superior ahora. Tengo ya


dos etapas de mi vida encapsuladas en gotas de sangre, cada etapa es una gota, dos rojas y
líquidas canicas. Entiendo lo que me susurra el momento. Acabo de echar estas dos gotas
de sangre, y una tercera con la próxima etapa de mi vida aún por llenar, sobre el agua
quieta en mi lavamanos.

. Jota Kintana

(Guayaquil, 9 de agosto de 1966) ha publicado cuatro poemarios, “qIp y q/b”


(2015), “Restricciones” (2014), “La tormenta de los desquiciados” (2013) y “Tres
whiskys para pasar la borrachera” (2012), todos con Editorial El Conejo.
Adicionalmente, publicó El baile del enjambre con DADAIF Cartonera (2015).
“Cuartos de mujer”, su quinto poemario, lo publicará Editorial El Conejo en el
PC 108 2016. Ha presentado sus obras en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara,
México (2014), en la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, República
Dominicana (2013) y en la Feria Internacional del Libro de Quito, Ecuador (2013).
Promotor cultural en su ciudad, Guayaquil. En colaboración de Corporación Casa
de las Iguanas y La Casa Morada, contribuyó a la primera entrega del Premio
Internacional de Poesía Medardo Ángel Silva (2014). Disfruta compartir sus
publicaciones en la Plaza San Francisco –la que reclama como propia- en la
ciudad de Guayaquil y abandonar libros en lugares públicos para que las manos
del azar los lleven a su casa. Ernesto Noboa Vallarino es ingeniero mecánico,
MBA y Ph.D. en Emprendimiento e Innovación. Publicó, en coautoría del artista
plástico Roberto Noboa, el libro de innovación El Modelo 206. Noboa, no es un
alter ego, es la dimensión de Kintana que –a través de fomentar la práctica de la
creatividad en el mundo empresarial– intenta fusionar dos mundos aparentemente
irreconciliabres: la empresa y la poesía. (www.jotakintana.com; @jotakintana)
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
109 CP
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Reseñas
Rafael Santos

Este ensayo, en una mirada, un autor,


discurre, analiza, valora todo un
conjunto de novelas escritas por un
narrador dominicano tan prolífico como
Roberto Marcallé Abreu, Premio
Nacional de Literatura 2015. Con ritmo
natural y agudas observaciones, nos
conmina a adentrarnos en el universo
urbano, moderno, cosmopolita y
desafiante de esta novelística, y de este
modo ha creado una órbita en torno a
una obra narrativa arriesgada. Este libro
PC 110 es una sorpresa. La percepción de
Santos –la percepción de “un periodista
de provincia”–, constituye un terreno
fértil para la meditación, en tanto nos
obliga a repensar estas novelas, tan
distantes en espacio de tiempo entre
sí. Su lectura nos deja la brumosa
incógnita de hacia dónde nos dirigimos,
puesto que la obra de Marcallé Abreu
constituye, toda, una especie de mural
de las realidades trascendentes y
trastornadoras de toda índole de los
últimos cincuenta años de vida
nacional.
Todo niño es artista en su etapa primaria
de la existencia. Todo niño es poeta por una
condición natural de asombro y sortilegio.
Como poema completo, el haiku es una
estrofa que tiende a la brevedad y a la
profundidad del decir creativo. Nada más
parecido al haiku que la poesía que el niño
crea con su poderosa imaginación, donde
las preguntas son metáforas, los deseos
comparaciones poéticas y las imitaciones
de sonidos un compendio de las figuras del
lenguaje artístico. ”Juego de asombro/
Game of Wonder”, de CésarSánchez Beras,
pretende acercar al niño al maravilloso
mundo de la poesía escrita, poesía que ya
él conoce por su naturaleza de cronista de
la magia y del sueño. 111 CP

César Sánchez Beras


“El abecedario en animalandia” es una
colección de cuentos pensada para niños,
con la idea de que se sumerjan en una
fantasía inocente, sana y maravillosa.
Consta de diecisiete cuentos –dos de
entrada y otros quince como material en
sí–, que tratan de animales cuyos nombres
comiencen con las letras del abecedario
desde la A hasta la M, organizados
secuencialmente, todos los cuales podrían
ser utilizados como material de lectura y
análisis por los estudiantes de nuestros
centros educativos, y, por supuesto, como
simple lectura instructiva y de goce.

PC 112

Juana J. Gil Soto


Mariana Aguilera Grisanty

Este libro emprende la escritura de una


historia de Montecristi –provincia
situada al noroeste de la República
Dominicana, casi limitando con Haití,
del que está separada por el Océano
Atlántico–, con todas las exigencias que
requiere esta rama del saber, es decir:
objetividad, fuentes de consulta
fidedignas, documentos que avalan los
sucesos narrados, etc. Y lo hace
magistralmente, partiendo desde datos
generales sobre la ciudad de
113 CP
Montecristi y sus aspectos geográficos,
vida Colonial, Republicana, etc., hasta
la Segunda República, siglos XIX y XX e
incluso el trujillato y la época posterior.
Lo que se dice una investigación
exhaustiva, producida a raíz de haber
sido aprobada como parte de los
Proyectos Culturales auspiciados por el
Ministerio de Cultura.
Melba Marrero de Munné

Lo primero que Melba Marrero encuentra en aquella


madeja de la que va extrayendo lo real, es la
inocencia. La poeta nos habla de un espacio en el
que aún las cosas, recién sacadas del horno de la
creación, ni siquiera tenían nombre. Cuando en el
poema se hace referencia a este estado, a menudo
el ser humano se funde con lo otro natural, en una
unidad concreta de honda sensualidad. El ángulo
de sombra, con relación al lado visible y luminoso
de la literatura dominicana, en que esta mujer se
oculta, nos sugiere la sensación de un ser
PC 114 misterioso. Y al leer parte de su obra esta idea se
acrecienta. Se trata de un alma exquisita. Llama la
atención por viajera. Por desconocida. Por la
profundidad de sus poemas. Por la refinada cultura
que muestra en sus cuadernos de viaje. El escaso
conocimiento sobre ella hace que se nos presente
como un tejido de interrogantes. No deja de ser
extraño que unos textos de calidad singular hayan
pasado por nuestra historia inadvertidamente.
Hasta este instante en el que podemos acceder, por
vía de este libro, a gran parte de su obra.

También podría gustarte