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Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo americano (Crocodylus


acutus) en Oaxaca.

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Jesús García-Grajales Alejandra Buenrostro


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ZOOTECNIA DE ESPECIES
ALTERNATIVAS EN OAXACA

CAPÍTULO 8
ZOOTECNIA DE ESPECIES ALTERNATIVAS EN OAXACA UNIVERSIDAD DEL MAR
PAUTAS PARA LA CRIANZA EN
CAUTIVERIO DEL COCODRILO AMERICANO
(Crocodylus acutus) EN OAXACA
8 Jesús García Grajales, Alejandra Buenrostro Silva y
Gabriel Barrios Quiroz

D esde mediados del siglo XIX, el impacto sobre las poblaciones


silvestres de cocodrilianos se debió principalmente a la caza ilegal
por el valor económico que representa la piel de estos reptiles, su
tersura y resistencia la vuelve preciada en la talabartería nacional e
internacional (Casas-Andreu y Guzmán-Arroyo 1970). Dentro de la
industria culinaria, la carne de cocodrilo ha adquirido gran auge como
platillo exótico, cerrándose con ello el círculo del aprovechamiento al
máximo de los productos y subproductos de estas especies (Quintana
2006). En este sentido, la zoocría se ha convertido en una alternativa para la
crianza en cautiverio de animales silvestres que no han sido domesticados
previamente; por ello, este proceso entraña dificultades inherentes a la
biología de las diferentes especies animales (Anónimo 2000).
En México las prácticas de zoocrianza se ven respaldadas por el
concepto de la Unidad de Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la
Vida Silvestre (UMA) concebida en la Ley General de Vida Silvestre
(Diario Oficial de la Federación 2002). Las UMA´s pueden definirse
técnicamente como las áreas de propiedad pública o privada que se
destinan al mantenimiento, fomento y aprovechamiento de especies de
fauna silvestre con fines científicos, comerciales, industriales o de
repoblación; pudiéndose desarrollar estas actividades de forma extensiva o
intensiva (Weber et al. 2006). No debemos olvidar que las actividades que
se desarrollan en una UMA tienen como fin, además de obtener ingresos
para el propietario y su familia o comunidad, ayudar a conservar la fauna
silvestre y disminuir su explotación indiscriminada.
El presente capítulo tiene por objetivo contribuir con las nociones
básicas de manejo y crianza en cautiverio del cocodrilo americano en el
estado de Oaxaca, ante la cada vez más evidente intensión, a nivel nacional,
de los habitantes rurales por aprovechar y conservar sus recursos naturales
a través del establecimiento de las UMAs.

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Pautas para la crianza del cocodrilo

Biología del cocodrilo americano


En México se encuentran representadas tres especies,
pertenecientes a las dos familias de cocodrilianos: Crocodylus acutus
(cocodrilo americano) y Crocodylus moreletii (cocodrilo de pantano), de la
familia Crocodylidae; y Caiman crocodilus fuscus (caimán) de la familia
Alligatoridae (Álvarez del Toro 1974, Hernández et al. 2006).
El cocodrilo americano presenta un hocico largo y estrecho, cuya
longitud es de 1.8 a 2.5 veces su ancho basal, características por las cuales
recibió el nombre específico de la especie “acutus” que significa “picudo o
acusado” (Álvarez del toro 1974, Hernández et al. 2006). Su talla máxima
es de siete metros, aunque actualmente es raro observar cocodrilos mayores
a cuatro metros en vida silvestre (Álvarez del Toro 1974). Es común que al
cocodrilo americano se le llame de diferentes formas dependiendo de la
región o estado del país que se trate, como por ejemplo: lagarto real
(Jalisco, Nayarit, Sinaloa), cocodrilo de río (Península de Yucatán), lagarto
amarillo y caimán (Oaxaca y Chiapas).
Esta especie presenta comúnmente una serie de escudos óseos
(osteodermos) desde la región nucal de la cabeza hasta la base de la cola,
por la región dorsal, dando la impresión de una fuerte coraza que protege al
cuerpo. Presenta un patrón de escutelación nucal típico con una agrupación
de cuatro escudos post-occipitales (EPO) y seis escudos nucales (ENU)
distribuidos en dos líneas (cuatro ENU anteriores y dos ENU posteriores)
(Seijas 2002, García Grajales et al. 2009), aunque se ha demostrado que
este patrón es muy variable y se pueden encontrar hasta 33 patrones de
escutelación diferentes en esta especie (García-Grajales et al. 2009).
En los animales viejos, la coloración dorsal es café olivo o verde
olivo, muy brillante, siendo más clara en juveniles; presentan manchas
oscuras y el vientre no tiene marcas. Los organismos recién eclosionados
miden entre 25 y 30 centímetros de longitud. El cocodrilo americano habita
en las zonas tropicales, en aguas continentales, dulces y salobres (Álvarez
del Toro 1974, Thorbjarnarson 1989). Aunque esta especie se localiza
principalmente en la costa, es ecológicamente adaptable, por lo que puede
distribuirse hacia el interior del continente, siguiendo el curso de los ríos
(Thorbjarnarson 1989). Individuos de esta especie han sido registrados a
1220 m de altitud, en el río Tehuantepec, en el estado de Oaxaca (Casas-
Andreu y Reyna 1994) y en las cuencas de los ríos Santiago y Huaynamota,
en el Estado de Nayarit (Casas 1994).

García-Grajales, J., Buenrostro-Silva A. y G. Barrios Quiroz. 2016. Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo
247 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

Esta especie presenta una amplia tolerancia a la salinidad con


rangos de 0 a 410/00 sin problemas, ya que es capaz de osmoregular mediante
una piel gruesa, riñones que eliminan detritos nitrogenados y glándulas de
la lengua que excretan sales (Mazzotti 1999); por lo que ocasionalmente es
posible encontrar cocodrilos jóvenes y adultos nadando en el mar, en la
vecindad de las desembocaduras de los esteros de la costa del Pacífico
(Cupul-Magaña et al. 2005).

Distribución geográfica del cocodrilo americano


El cocodrilo americano se distribuye en México por las costas del
Pacífico, desde Sinaloa hasta Chiapas y en algunos sitios del estado de
Quintana Roo en el Atlántico y Golfo de México (Figura 1).

Figura 1. Distribución del cocodrilo americano en México. Los puntos en


diferentes colores representan localidades con estudios realizados.

Importancia ecológica, económica y cultural del cocodrilo americano


Los cocodrilos desempeñan un papel de suma importancia en el
equilibrio de los humedales; como depredadores, intervienen en el control
de las poblaciones de otros animales; incorporan nutrientes al medio
acuático a través de las heces producidas por la digestión de su alimento,

248
Pautas para la crianza del cocodrilo

además de mantener canales abiertos que comunican a los cuerpos de agua


entre sí, de ahí que se les ha nombrado como los ingenieros hidráulicos de
los humedales tropicales (Hernández et al. 2006).
Desde el punto de vista monetario, los cocodrilos han sido objeto de
persecución debido a sus pieles gruesas y durables, las cuales son perfectas
para la industria peletera internacional en la elaboración de zapatos, bolsas,
portafolios y billeteras. En algunos países, la carne de estos reptiles es
considerada un platillo muy preciado.
Entre las culturas mexicanas, los cocodrilos eran considerados
deidades por el hecho de que su vida es anfibia y transcurre lenta y larga; sus
crías nacen cerca de la temporada de lluvias, como cualquier brote vegetal;
habitan en cuevas vecinas al agua en las que desarrollan casi todas sus
actividades, caracterizadas por ser nocturnas, por lo cual se relaciona con el
inframundo, el reino de los muertos (Cifuentes y Cupul 2004). Producto de
todo esto, se crearon variadas mitologías de acuerdo a las creencias de las
culturas, sugerimos leer el trabajo de Cifuentes y Cupul (2004) para
mayores detalles sobre este fascinante tema.

Ecología de la conducta, implicaciones para el manejo en cautiverio


La ecología de la conducta es una disciplina científica
relativamente reciente. Esta ciencia estudia la conducta de los animales
como mecanismo de adaptación al medio ambiente. Algunas de sus
principales áreas de interés son: el estudio de la conducta en relación con la
selección natural e historias de vida, la utilización de los recursos (forrajeo,
competencia, interacciones entre depredadores y presa, uso de hábitat),
selección sexual; las estrategias reproductivas; la inversión parental; la
cooperación y las interacciones entre los animales (Krebs y Davis 1991).
La ecología de la conducta de los cocodrilos (Crocodylidae) ha sido
estudiada por varios autores (Garrick et al. 1978, Deitz 1979, Mazzotti
1983, Lang 1987), con base en esta información, la presente sección
analizará la información disponible sobre este tema.

Patrones de actividad - No debemos olvidar que, como cualquier otro


reptil, los cocodrilos son ectotermos, lo cual significa que dependen de
fuentes de calor externas para regular su temperatura corporal.
Adicionalmente, cualquier actividad es suministrada por un metabolismo
anaeróbico, después del cual es necesario un largo periodo de recuperación;
esto significa que un cocodrilo reacciona rápidamente y con gran fuerza,
pero se cansa fácilmente. Como una consecuencia, el comportamiento
tiende a ser esporádico y separado por intervalos de tiempo de descanso que
García-Grajales, J., Buenrostro-Silva A. y G. Barrios Quiroz. 2016. Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo
249 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

van desde minutos hasta varias horas (Lang 1987). La termorregulación


también es un factor que incide en el patrón de actividad de los cocodrilos,
ya que las temperaturas corporales altas facilitan la digestión y sirven para
otras funciones específicas; debido a esto, los cocodrilos se muestran
activos para sus actividades de forrajeo entre el crepúsculo y el alba,
cuando las temperaturas ambientales son bajas y son inactivos durante el
medio día cuando las temperaturas ambientales son altas, precisamente
para lograr una buena digestión del alimento consumido (Lang 1987).
No obstante, las actividades de los cocodrilos se ven influenciadas
por el sexo, tamaño, edad, época reproductiva, termorregulación y
osmoregulación, entre los factores más importantes. Estos factores
modifican las actividades y movimientos de los cocodrilos en forma
constante, estacionalmente o por periodos determinados de tiempo (Lang
1987, Cupul-Magaña et al. 2010).
Los neonatos y crías presentan patrones típicos de actividad durante
el anochecer y el amanecer, permaneciendo en pequeños grupos durante el
día, resguardados entre las raíces de la vegetación asociada a los cuerpos de
agua y separándose únicamente para alimentarse durante las noches (Deitz
1979, Thorbjarnarson 1989). Adicionalmente, estos patrones de actividad
son influenciados por una serie de factores ambientales (temperatura del
agua, velocidad y dirección del viento, iluminación lunar, fase lunar,
cobertura vegetal y niveles de agua) (Thorbjarnarson 1989; Cupul-Magaña
et al. 2010).
Los cocodrilos subadultos presentan un patrón de actividad similar al
de las crías, con desplazamientos durante el atardecer y la madrugada, y
ocultos durante el día, aunque ocasionalmente muestran actividad durante
el día entre las 0900 y las 1700 horas (Thorbjarnarson 1989). Por el
contrario, los adultos muestran actividad tanto en el día como por la noche,
presumiblemente atribuido a la confianza que su tamaño corporal les
proporciona contra los depredadores, no obstante, se ha observado su
patrón de actividad disminuye considerablemente durante las noches en las
que hay luz lunar (Thorbjarnarson 1989).

Ámbito hogareño – El ámbito de actividades es una medida de las acciones


que realiza un animal en un espacio y tiempo definidos. Se relaciona
comúnmente con el término “territorio” aunque realmente no significan lo
mismo, ya que este último es defendido y varios territorios pueden
encontrarse dentro del ámbito hogareño de un individuo. Los estudios de
ámbito hogareño en los cocodrilos se basaban en observaciones por
periodos largos de tiempo (Tucker et al. 1997), posteriormente se han

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Pautas para la crianza del cocodrilo

visto beneficiados con el uso de tecnologías avanzadas, en especial de la


radio-telemetría (Brien et al. 2008).
El ámbito hogareño promedio de un cocodrilo americano adulto es
de 89 a 216 hectáreas para hembras y machos, respectivamente
(Thorbjarnarson 1989). La variabilidad en el tamaño de los ámbitos
hogareños de esta especie es enorme, relacionado principalmente con la
conectividad del paisaje y el hábitat, la disponibilidad alimenticia y de los
sitios de anidación, reflejándose incluso diferencias temporales
(Thornjarnarson 1989).

Comunicación y territorialidad - Un aspecto importante a considerar, para


cualquier manejo en cautiverio de estos organismos, es el despliegue de
comportamiento social que distingue en general a los cocodrilos del resto
de los reptiles (Garrick et al. 1978, Lang 1987). Este sofisticado sistema de
relaciones e interacciones sociales probablemente ocurre entre todas las
edades desde los neonatos hasta los adultos, afectando directamente las
formas en las cuales un individuo evita depredadores, se alimenta, crece y
se reproduce (Lang 1987). Sin embargo, los comportamientos son
específicos de la edad y del sexo y cambian conforme el organismo crece y
madura (Lang 1987). El cocodrilo americano presenta, al igual que muchas
especies de cocodrilos, un repertorio de señales complejas y discretas, que
van desde simples hasta posturas evidentes, desde vocalizaciones hasta
señales complejas compuestas de elementos acústicos y visuales (Lang
1987).
Las vocalizaciones juegan un importante rol en el mantenimiento
de la cohesión de los grupos y ocurren más frecuentemente al atardecer y al
amanecer cuando los organismos presentan mayor movimiento (Lang
1987). Los juveniles y adultos son menos gregarios que los neonatos y la
crías; no obstante, pueden presentar grupos sociales pobremente
organizados.
El sistema de apareamiento del cocodrilo americano es poligínico,
es decir, un macho puede aparearse con muchas hembras durante el ciclo
reproductivo. En esta época reproductiva, los machos establecen territorios
de exclusión para otros machos, pero permiten el acceso a las hembras para
cortejarlas (Álvarez del Toro 1974, Thorbjarnarson 1989). Las posturas
corporales estereotipadas son una forma de comunicación social para
defender el territorio, previo a las conductas agonísticas de defensa
(Thorbjarnarson 1989).

García-Grajales, J., Buenrostro-Silva A. y G. Barrios Quiroz. 2016. Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo
251 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

El comportamiento social relacionado con la época de


apareamiento es un factor esencial para el manejo en cautiverio. El éxito de
la reproducción está vinculado a la proporción sexual y a la densidad de
adultos en los espacios de confinamiento. La composición óptima y tamaño
del grupo reproductor dependen del comportamiento y la organización
social de las especies de interés. Los comportamientos territoriales y de
dominancia se intensifican durante el cortejo y el apareamiento, y durante
la anidación, en el caso de las hembras (Lang 1987).
Además, los animales criados en cautiverio exhiben menos
conductas de evasión frente al humano, lo cual facilita el mantenimiento y
la alimentación (Lang 1987). Presumiblemente, estos animales
experimentan menos estrés, y como consecuencia, un crecimiento más
rápido con mayores posibilidades de reproducción (Lang 1987).
Los cocodrilos criados en cautiverio no solamente se habitúan a los
humanos sino que también parecen ser más tolerantes a otros cocodrilos en
los mismos estanques. Se ha demostrado que los cocodrilos presentan una
serie de relaciones de dominancia las cuales se acentúan más durante la
época reproductiva y persisten a lo largo de los años. Sin embargo, bajo
condiciones de hacinamiento se presentan cambios comportamentales, los
cuales son adquiridos y reforzados por los individuos durante su
experiencia; tales cambios ocurren de manera rápida en los organismos
jóvenes y de manera lenta en los adultos.

Anidación – El cocodrilo americano típicamente deposita sus huevos en


huecos excavados en tierra o arena, en sitios cercanos a los cuerpos de
agua; sin embargo, ésta parece ser una especie adaptable en términos de
requerimientos de anidación (Thorbjarnarson 1989). Respecto a la
temporada de anidación, considerando desde la puesta de los huevos hasta
la eclosión de los nidos, ocurre durante los meses de febrero y mayo para la
oviposición y de junio a agosto para las eclosiones (Casas-Andreu 2003,
Cedillo Leal et al. 2013), coincidiendo con los meses más secos del año, en
los que ocasionalmente puede haber escasa precipitación.
Otro factor que parece mostrar cierta relación con el periodo de
anidación es el de las fases lunares, y particularmente la fase de luna nueva
parece coincidir con la excavación de los primeros nidos en el mes de abril
(Casas-Andreu 2003).
El inicio de la temporada de anidación ocurre con las visitas a las
zonas de anidación potencial, aproximadamente cuatro semanas antes de

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Pautas para la crianza del cocodrilo

que depositen los huevos, lo cual varía de acuerdo a las regiones, en Oaxaca
existen indicios de rastros y visitas desde inicios de febrero ( Cedillo Leal et
al. 2013), mientras que en Jalisco ocurre a inicios de marzo (Casas-Andreu
2003). Durante estas visitas, la hembra sale con frecuencia y remueve el
suelo, haciendo varias excavaciones en el lugar, hasta que en un momento
dado pone los huevos (Casas-Andreu 2003).
Los nidos son colocados entre la vegetación de la orilla en lugares
abiertos por la misma hembra y consisten en hoyos cavados al ras de suelo,
sin ningún indicio de montículo o acumulación de material vegetal sobre el
mismo. La distancia de los nidos a la orilla del agua fue muy variable, entre
1.5 m y 49.5 m, con una media de 9.2 m. En función de la textura del suelo,
prefieren tres tipos: arenosos, areno-limosos y areno-limo-arcillosos;
presentándose la viabilidad más alta en los nidos con mayor proporción de
arena, es decir, los más cercanos a la playa (Casas-Andreu 2003, Cedillo
Leal et al. 2013).
El periodo de incubación varía de 80 a 90 días, dependiendo
directamente de la temperatura en el sitio. Se ha demostrado que hembras
más grandes depositan huevos de mayor longitud y peso, con un promedio
de 32 huevos, mientras que hembras pequeñas y primerizas ponen de 14 a
22 huevos y éstos muestran bajan viabilidad (Casas-Andreu 2003).

Cuidado parental – Las hembras de C. acutus permanecen en la vecindad


de los nidos durante el periodo de incubación, protegiendo a los nidos a
través de la exclusión de otros cocodrilos o potenciales depredadores de los
nidos (Thorbjarnarson 1989). Sin embargo, no existe evidencia de que los
machos desplieguen un papel de defensa en los nidos. Hacia el final del
periodo de incubación, las hembras se mantienen atentas y cercanas a los
nidos, destapan los nidos cuando las crías empiezan a vocalizar y los ayuda
a emerger del cascarón para trasladarlos al agua; ahí se mantienen todas las
crías agrupadas junto con la madre alrededor de unos meses
(Thorbjarnarson 1989).

Pautas para el manejo y cría en cautiverio del cocodrilo americano


Uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad para el
manejo de los recursos naturales en general, y de fauna silvestre en
particular, es el desarrollo de sistemas de uso sustentable que permitan el
aprovechamiento económico de los recursos, sin poner en riesgo su
conservación para beneficio de las futuras generaciones (Larriera e Imhof

García-Grajales, J., Buenrostro-Silva A. y G. Barrios Quiroz. 2016. Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo
253 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

2006). Todo esto, ante el preocupante ritmo de crecimiento de la población


humana y sus necesidades de abrigo, alimentación e infraestructura
habitacional; lo que requerirá más madera, más minerales y combustibles
fósiles y; por cierto, más tierras aptas para cultivos intensivos (Larriera e
Imhof 2006). En este sentido, la valoración de los ecosistemas naturales en
términos económicos y su incorporación a los procesos productivos se
presenta hoy como la herramienta más sólida de conservación del hábitat,
ya que el sostenimiento de dicha productividad resulta de interés general
(Larriera e Imhof 2006).
Una de las alternativas para valorizar los ecosistemas naturales es
mediante la utilización sustentable de especies de la fauna silvestre de
interés económico, en la medida en que el beneficio comercial producido
actúe como estímulo para su conservación. Por otra parte, la identificación
de especies clave para determinados ecosistemas permite desarrollar
programas de conservación indirecta sobre las otras especies asociadas en
el mismo hábitat (UICN 1991).
La enorme factibilidad económica del negocio de la cría y
explotación de los cocodrilos; el turismo de naturaleza, el gran mercado
para su carne y subproductos, principalmente piel y carne; su impacto como
especies silvestres, han ocasionado un cambio generalizado hacia su
explotación intensiva en muchos países. No obstante, en México existen
pocos documentos que divulguen los aspectos sobre la cría y manejo en
cautiverio de los cocodrilos (Casas y Guzmán 1970).
La presente sección tiene por objetivo detallar las pautas para el
manejo y cría en cautiverio del cocodrilo americano, de tal manera que
sirva como una herramienta para técnicos e interesados en la producción
alternativa de esta especie y las adapten, acordes a las características
fisiográficas de cada lugar, procurando no alterar el medio y obteniendo el
máximo provecho de las condiciones ambientales presentes en la zona,
además de ganar un centro de investigación y educación, sumamente
necesario para concientizar a la sociedad acerca del uso del recurso
cocodrilo.

Pautas para el diseño de instalaciones


Para mantener cocodrilos en cautiverio se requiere de instalaciones
adecuadas que eviten su salida y que proporcionen, además, un medio
ambiente seguro y agradable tanto para los cocodrilos como para el
personal responsable, evitando la entrada de depredadores; facilitando las

254
Pautas para la crianza del cocodrilo

actividades de manejo de los animales con un mínimo de perturbación y


siendo accesibles y de fácil mantenimiento a las personas que harán uso de
las mismas. Generalmente, también se busca que su construcción y
mantenimiento sean económicos.
Es necesario tener construcciones que puedan ser utilizadas como
oficinas o laboratorios. Las casas típicas de la región costera de Oaxaca y
Guerrero son generalmente rectangulares, alargadas y orientadas hacia los
vientos dominantes para ser más frescas, por lo cual son un buen modelo de
construcción, pero para lograr mayor frescura se sugiere construir una
habitación redonda con techo cónico. Siguiendo el patrón de estas casas, se
construirán dejando ranuras en todos los muros para incrementar el paso
del aire al interior logrando que se refresque más el lugar (Deffis 1989).
El material típico de estas construcciones es a base de varas, otate y
bajareque con techo de palma. Tomando en cuenta la época de lluvias, el
techo será inclinado para lograr un escurrimiento mayor; los aleros que se
logran con esta inclinación serán grandes para proteger los muros de la
humedad, así como para protegerse del sol en las temporadas calurosas.
La altura del techo debe ser de unos tres metros, provocando que el
aire caliente se acumule en las partes altas de la construcción; además, a la
altura de la cumbrera se localizarán huecos que permitirán la salida del aire
caliente. Con este tipo de construcciones se tiene la ventaja de que sea cual
fuere la dirección del viento, siempre se encuentra ventilada debido a que el
viento penetra a través de los huecos que se forman entre las varas.
Un buen diseño de instalaciones para cautiverio permitirá reducir al
mínimo las lesiones y traumatismos que son una de las causas más
importantes de muerte en las UMA´s (Mendoza 1990). Además, cabe
señalar que el diseño de los acuaterrarios (corrales) estará en función de los
objetivos de la UMA; sin embargo, muchas de las UMA´s optan por la
investigación, exhibición y el aprovechamiento comercial, como sus
principales objetivos, por lo que los acuaterrarios deberán considerar la
exhibición de los organismos.
Se recomienda que la ubicación de las instalaciones sea en un sitio
con disponibilidad constante de agua, y de ser posible, con presencia de
árboles que proporcionen espacios de sombra adecuada a los encierros para
evitar el sobrecalentamiento de los organismos, de no ser así es
recomendable colocar malla sombra para este fin. Flores (1988)
recomienda que una tercera parte de todo el acuaterrario tenga sombra de
árboles o incluso vegetación arbustiva.

García-Grajales, J., Buenrostro-Silva A. y G. Barrios Quiroz. 2016. Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo
255 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

Es importante señalar que las instalaciones podrán ser diseñadas en


cuanto a espacio en función del tamaño de los organismos que se manejen
en cautiverio, ya que el número de individuos por acuaterrario estará
determinado por el tamaño de los mismos, que se recomienda sea uniforme
para cada sitio, con lo que se evitan peleas entre los animales.
Se debe tomar en cuenta que el espacio físico que se requiere para
mantener a un lote reproductor en cautiverio (15 hembras y 2 machos) es de
cuando menos 0.5 ha, con la presencia de un cuerpo de agua central, lo
suficientemente profundo y con la posibilidad de un recambio de agua
constante, además de contar con vegetación para proporcionar sombra. Sin
embargo, si no se cuenta con ese espacio, se puede iniciar con una
proporción más pequeña (5 hembras y 1 macho) con un espacio más
reducido, pero siempre considerando las demás características de espacio.
Para la crianza de los cocodrilos adultos reproductores se requiere
la colocación de los corrales de confinamiento (acuaterrarios), los cuales
deberán tener su respectivo cercado para evitar la fuga de los organismos.
En principio, el cercado puede ser de malla ciclónica galvanizada tipo
nudo, con un calibre 10.5, una abertura de 57 X 57 mm. y con una altura
promedio de 1.5 m. Los postes de contención de la tela pueden hacerse con
materiales de la región siempre y cuando sean de larga duración a la
intemperie, en caso contrario, los tubos galvanizados son una buena
opción. La distancia entre los postes no debe ser mayor a los tres metros
para lograr una correcta tensión de la malla.
Un aspecto importante a considerar es que el cercado deberá estar
enterrado bajo el suelo a una profundidad de 30 a 50 cm para evitar que los
cocodrilos excaven bajo la malla y logren fugarse, una práctica muy
habitual cuando se acerca la época de anidación o cuando se presenta la
época de los cortejos. Adicionalmente, y de manera muy importante, para
evitar que los cocodrilos logren fugarse por encima del cercado con el
apoyo de su musculosa cola, será necesario colocar una pestaña de malla
ciclónica de 50 centímetros con un ángulo de inclinación de 45° hacia el
interior del acuaterrario (Figura 2).
La forma de los acuaterrarios puede variar, desde formas
completamente circulares hasta presentar formar irregulares; sin embargo,
se debe tener en cuenta que si existen varios lotes reproductores y cada lote
estará en su propio acuaterrario, se sugiere que exista una separación de al
menos 1.5 m entre la colindancia de éstos, para evitar las confrontaciones
visuales por territorio de los organismos, ya que finalmente terminarán
dañando el cercado de malla ciclónica y seguramente con lesiones
externas.

256
Pautas para la crianza del cocodrilo

Figura 2. Diseño del cerco perimetral de


contensión en un corral de cocodrilos
(Imágen: J. García Grajales).

Debido a que uno de los objetivos es la exhibición de los ejemplares,


se sugiere que los acuaterrarios se dispongan de manera contigua,
facilitando el manejo, alimentación y exhibición. Una UMA debería contar
hipotéticamente con un espacio para los neonatos y crías, otro para
juveniles, uno más para subadultos y los espacios para los reproductores,
además de su área de cuarentena, área de incubación, áreas de manejo y
contención, una bodega y pasillos de libre desplazamiento para el personal.
La disposición y separación de los mismos dependerá del espacio que
disponga el propietario para tal instalación.
Dado que los cocodrilos presentan un estilo de vida anfibio, es
recomendable que los estanques que contienen el agua de los acuaterrarios
presenten características de profundidad, acordes con los tamaños
corporales y la densidad de organismos en cada encierro, además de que el
material de dichos estanques debe evitar la percolación de la humedad y ser
de fácil aseo para evitar la generación de hongos. Es necesario aclarar que,
cuanto más profundo es un estanque, más tarda en calentarse el agua, aun
estando expuesto al sol. Por otra parte, el agua de los estanques pequeños y
someros a menudo se calienta excesivamente bajo insolación directa, por lo

García-Grajales, J., Buenrostro-Silva A. y G. Barrios Quiroz. 2016. Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo
257 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

que se deberá tener en cuenta los tamaños de los organismos para decidir
las profundidades adecuadas de los estanques. A manera de orientación, se
recomienda que tamaños corporales como los cocodrilos recién
eclosionados (neonatos) se les mantenga en piletas (20 X 60 cm) inclinadas
y con agua, de manera que la mitad del espacio quede sumergida en agua y
la otra en el piso firme con una profundidad de 20 centímetros. Por otro
lado, la necesidad de protección solar y de depredadores, principalmente
aves nocturnas, deberá ser la principal consideración en el diseño del
estanque para estos organismos.
En el caso de los cocodrilos juveniles (30 a 50 cm de longitud total),
se recomienda que los estanques tengan una profundidad de
aproximadamente 40 centímetros y para el caso de los subadultos, la
profundidad no rebase los 150 cm. Respecto a los adultos, si la finalidad es
que éstos funjan como lotes reproductores, será necesario que la
profundidad de los estanques supere los 2 metros, a fin de permitir que
puedan realizar las cópulas sin ninguna restricción de espacio durante la
época reproductiva, en caso contrario, si únicamente se busca la exhibición
de los ejemplares sin fines reproductivos entonces se recomienda que las
profundidades se encuentren entre 1 y 1.5 metros (Figura 3). La razón de
estas dimensiones se relaciona con la poca posibilidad de visualizar a los
animales en el día, ya que pasan una parte considerable del tiempo bajo el
agua, y si el fin es su exhibición, una profundidad considerable evitará
alcanzar este objetivo.

Figura 3. Prototipo de estanques para diferentes tamaños de cocodrilos.

258
Pautas para la crianza del cocodrilo

En toda instalación en la que se involucre la acumulación de agua es


imperante el recambio de la misma para evitar infecciones por la
acumulación de materia fecal o desperdicio de la comida, por lo que los
estanques deberán contar con un buen sistema de desagüe para el vaciado y
aseo de los mismos. Una propuesta funcional es que los estanques queden
por encima de la superficie del suelo a manera de montículos, de manera
que al destapar la tubería de desagüe éstos se vacíen por gravedad (Figura
4). Será necesario colocar una rejilla en el interior de los estanques para
evitar que restos de materia orgánica tapen la tubería de desagüe y generen
problemas para el recambio constante de agua.

Figura 4. Prototipo de estanque elevado sobre el nivel de suelo.

Obtención del pie de cría – Idealmente, el pie de cría deberá provenir de


otros criaderos que reproduzcan a la especie; sin embargo, ante la escasez
de UMA´s con los excedentes o los permisos para la venta de ejemplares
como pie de cría, una opción deseable sería la captación de cocodrilos
provenientes de los decomisos de la Procuraduría Federal de Protección al
Ambiente (PROFEPA) o de aquellos cocodrilos problema por sus
constantes ataques al ganado o a los animales de corral.
El origen, forma de obtención, edad, sexo y características de los
animales que inicien como pie de cría deberán ser registrados desde el
inicio en las bitácoras respectivas.

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259 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

Identificación individual y registros ─ Uno de los objetivos importantes de


las UMAs que mantienen poblaciones de fauna en cautiverio debería ser el
proceso de investigación. Esta actividad resultaría útil sobre aspectos
biológicos de los individuos en cautiverio, por lo que el registro de esta
información se base en un buen método de identificación individual.
La carencia de información, su registro sistemático y la ausencia de
métodos adecuados de identificación confiable puede provocar el
conocimiento inadecuado de las genealogías, lo cual es muy importante
para tratar de evitar la consanguinidad de las poblaciones cautivas (Weber
1988), entorpeciendo incluso el éxito reproductivo de la especie.
Una vez que se tienen varios animales en cautiverio, la
identificación por características físicas se vuelve imposible, complicando
el registro de información. En el caso de los cocodrilos se ha utilizado un
método de identificación individual permanente que implica una secuencia
numérica. El marcaje de quillas caudales es el método más apropiado para
la identificación permanente de un cocodrilo pues implica la combinación
de cortes en las escamas caudales en las que, con vista caudo-craneal, las
escamas dobles del lado derecho representan las unidades (1 al 9), las del
lado izquierdo representan las decenas (10 al 90) y las simples representan
las centenas (100 al 900) y posteriormente se convierten en los millares
(1000 en adelante), de tal manera que la combinación en los cortes de éstas
representa la numeración (Figura 5).

Figura 5. Ilustración de la método de marcaje


utilizado en los cocodrilos.

260
Pautas para la crianza del cocodrilo

Es importante mencionar la importancia de llevar un estricto


control de las numeraciones en los organismos para evitar la duplicidad de
numeración, y por consiguiente, errores en los reportes técnicos y en el
manejo general del grupo.
La generación de formatos individuales para los registros de
crecimiento de los cocodrilos son fundamentales, ya que permiten
documentar la información general (número de marca, sexo, edad,
procedencia, registro genealógico) y la información que siempre se deberá
mantener actualizada como peso, crecimiento, lesiones así como aquellos
datos biológicos relevantes relacionados con la edad y tamaño del
organismo.

Manejo nutricional ─ Uno de los aspectos más importantes del manejo de


los cocodrilos en cautiverio es la nutrición. La alimentación de los
cocodrilos debe cubrir los requerimientos básicos de proteínas de origen
animal, energía, vitaminas y minerales. Una dieta balanceada no sólo
permitirá que los animales se encuentren en buen estado de salud, sino
también contribuirá al éxito de la reproducción en cautiverio.
Es recomendable que la base de la alimentación sea la carne de pollo
fresca complementada con mezcla de minerales en una proporción 4 g por
cada 100g de alimento, y vitaminas en proporción de 1g por cada 100g de
alimento. En ocasiones, la carne de res puede servir como alimento base en
las proporciones ya mencionadas, en algunas zonas, el pescado representa
la única fuente de proteínas presente, así como hay adultos que sólo se
alimentan de pescados y tienen nidos exitosos año tras año (Cupúl-Magaña
y Hernández-Hurtado, 2002). Bolton (1994); Cupúl-Magaña y Hernández-
Hurtado (2003) hacen estimaciones para las proporciones alimenticias para
cada estadio de cocodrilianos, proponiendo lo siguiente:
A. 20 a 26 % del peso corporal para neonatos y Clase 1
B. 12 a 15 % para Clase 2 y 3
C. 11 % para Clase 4
Con 2 raciones por semana, tomando en cuenta una dieta compuesta
por 25% de aves de corral, 25% de pescado y 50% de carne roja (Industrias
Moreletii, 1992) como porciones ideales. Sin embargo, se deberá tomar en
cuenta que la temperatura del agua y del ambiente afectan directamente las
funciones metabólicas, estimulando así al consumo de alimento (Pooley
1991). Se ha establecido que temperaturas del agua entre 28 y 32°C son
óptimas para el adecuado crecimiento de los organismos.

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Pautas para la crianza del cocodrilo

Las deficiencias más comunes son de calcio y vitamina A. El calcio


puede ser añadido a 1-2% en peso o en una forma palatable. Se recomienda
usar un suplemento vitamínico estándar y mantenerlos en lugares fríos para
su conservación (Hutton y Webb 1992).
Por cada estanque de neonatos y juveniles, se deberá proporcionar
diariamente para los neonatos y cada tercer día para los juveniles, una
ración calculada en 40-60 g de pollo por cada organismo existente en el
estanque, esta porción deberá ser proporcionada en las orillas de los
estanques, preferencialmente por el atardecer, horario en el cual la
temperatura favorece la digestión y el metabolismo.
En el caso de los organismos subadultos, la proporción a
suministrar deberá ser de 250 a 400 g de pollo por organismo, dependiendo
la longitud total del organismo. Este alimento se deberá proporcionar de la
misma forma en las orillas de los estanques y distribuido en toda la
periferia, a fin de evitar conflictos por el acceso al alimento.

Manejo pre-reproductivo y reproductivo


El inicio de los cortejos en esta especie se efectúa entre noviembre y
diciembre de cada año. Es común observar las pautas de comportamiento
por acercamiento de los ejemplares y constantes fricciones. Dependiendo
de la cantidad de machos en cada corral de reproducción, se deberá
mantener una vigilancia continua para evitar las lesiones, producto de los
actos de territorialismo. Es importante que el confinamiento contenga
suficiente espacio arenoso como para permitir a las hembras seleccionar el
mejor sitio para la oviposición.
Se deberá tomar en cuenta que, si se decide movilizar los nidos a
una incubadora artificial, este movimiento deberá ser justo durante las
horas frescas (mañana o tarde) y dentro de las primeras 24 horas de postura,
cuando el embrión aún no se ha fijado a la pared interna del cascarón, para
evitar el sobrecalentamiento. El resultado es que el embrión no sea viable
dando como resultado una baja natalidad, por esto es muy importante que
los huevos no cambien de posición en la que fueron encontrados, lo cual se
logra fácilmente poniéndoles una marca en la parte superior de cada uno de
ellos antes de sacarlos del nido (Cedillo-Leal et al. 2013). Además, se
deben mantener separados los huevos de nidos distintos desde el momento
en que son extraídos para evitar mezclarlos (De Vos 1982, Pooley 1982).
Antes de comenzar la incubación se debe preparar un registro para
cada nidada que tenga el número de identificación de la hembra,

262
Pautas para la crianza del cocodrilo

fecha, localidad de colecta y número de huevos del nido. Es recomendable


rociar el nido artificial con agua para mantener la humedad (80 - 90 %) y la
temperatura (30 - 34°C) necesarias para el sano desarrollo del embrión.
En caso de no realizar la incubación artificial y se decida dejar los
huevos en los nidos puestos por la hembra, se deberá tener vigilancia
continua de los nidos para evitar ser saqueados por los mismos organismos
en cautiverio o por potenciales depredadores.
En la reproducción en cautiverio, el número de crías producidas por
adulto es la única medida significativa del éxito.

Manejo sanitario y medicina preventiva


Las deficiencias sanitarias pueden ocasionar enfermedades infecto-
contagiosas, el medio en el que viven los cocodrilos influyen directamente
sobre su estado de salud por lo que la limpieza es indispensable.
En el caso de reptiles es necesario aplicar medidas preventivas
debido a la variedad de enfermedades que se pueden presentar y las cuales
están más relacionadas con el hacinamiento y condiciones de manejo
deficientes.
Los agentes causales de enfermedades infecto-contagiosas en
cocodrilos son principalmente bacterias, hongos y virus; algunos
trasmitidos por factores iartrogénicos, vectores, fomites u otro tipo de
fauna silvestre, doméstica o nociva, o por las condiciones ambientales.
Particularmente, los cocodrilos presentan enfermedades que
además de afectar las poblaciones en cautiverio pueden afectar a las
poblaciones silvestres representando un riesgo para la conservación de la
especie; aunado a esto, existen enfermedades emergentes y re-emergentes
que son de tipo zoonótico, es decir, que pueden afectar a las poblaciones
humanas que se encuentran en contacto con estas especies, ya sea de
manera directa o indirecta a través de vectores.
Los cocodrilos son sensibles a contaminantes del agua, por lo que
una más de las alteraciones a nivel de salud que debe ser monitoreada está
relacionada con intoxicaciones por organoclorados. Por lo que se sugiere
un monitoreo constante de la salud de los organismos que se encuentran
tanto en cautiverio como en vida libre.
Las actividades encaminadas a favorecer el estado de salud de los
organismos se dividen en medidas preventivas, paliativas y tratamientos
los cuales serán descritas de manera particular en cada caso.

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Pautas para la crianza del cocodrilo

Medidas preventivas: Son aquellas actividades que se llevan a


cabo con el objeto de evitar la presentación de enfermedades o
contingencias sanitarias dentro de la UMA y cuyas actividades
fundamentales son:
 Limpieza de los estanques, implica el cambio constante de agua cada
que se les proporcione alimento a los organismos. Cabe mencionar que para
no contaminar el estero, la desinfección sea a base de hidróxido de calcio
(Ca(OH)2), yodo (I) al 5%, cloro o benzal. El agua deberá tener algún
tratamiento antes de ser regresada al estero de tal manera que no contamine
o provoque alteraciones en el mismo.
 Tapetes sanitarios: Serán colocados en las entradas de cada estanque con
una solución de benzal o cloro, etc.
 Paso restringido: El área donde se encuentran los cocodrilos en
confinamiento (estanques) sólo será de acceso a personal autorizado y la
persona deberá estar desinfectada (pasar por el tapete sanitario), el manejo
de estas áreas deberá hacerse en días u horas en que la presencia de turistas
sea nula para evitar distracciones que pudieran causar algún evento no
previsto.
 Estanque de crías: sólo se autoriza el paso del personal y debidamente
desinfectado, el material de limpieza es sólo para esa área, no deberá ser
utilizado para la limpieza de otro estanque.
 Estanque de sub-adultos: sólo podrá entrar el personal autorizado y
debidamente desinfectado, el material de limpieza para esta área no deberá
ser utilizada para otra zona; las puertas deberán ser siempre aseguradas una
vez que se entre o sale del encierro.
 Estanque de adultos: sólo podrá entrar personal autorizado, el manejo de
esta zona deberá hacerse entre dos personas, no deberán descuidarse o
distraerse, ni entrar en estado inconveniente (alcoholizados o sedados).
Manejo de fauna nociva: La fauna nociva puede funcionar como
vectores que favorecen la trasmisión de enfermedades, por lo que en
medida de lo posible deberá evitarse la presencia dentro de los encierros de:
- Hormigas: estas púeden causar problemas en la salud de los cocodrilos, ya
que al picar en los tejidos más delgados, como los párpados, pueden
provocar conjuntivitis.
- Moscas: son reconocidas como transmisoras de microorganismos.
 La desinfección es un complejo de medidas dirigidas a la destrucción de
gérmenes patógenos, por lo cual se usarán desinfectantes que tengan las

264
Pautas para la crianza del cocodrilo

siguientes características:
o Eficaz germicida de amplio espectro a dosis bajas
o Ser de poca o nula toxicidad
o No debe ser contaminante para el ambiente

Medicina preventiva: Es un componente indispensable en la


conservación de la fauna silvestre, encaminada a la prevención de
enfermedades y se compone de los siguientes elementos:
 Cuarentena: Todos los organismos de recién ingreso, sin excepción,
deben pasar por un área de cuarentena. La cual debe ser desinfectada cada
que se saque un animal del área, además de contar con su respectivo tapete
sanitario.
 Desparasitación: Los animales dentro del área de cuarentena deberán
ser monitoreados con exámenes coproparasitológicos y desparasitados
antes de ingresarse con el resto de los animales, para evitar que contagien a
los demás organismos en cautiverio.

Enfermedades que deben tomarse en cuenta: bacterianas, virales,


parasitarias, micóticas, por deficiencias nutricionales.

Registros
Se le denomina sistema de registros al conjunto de datos que se
recaban dentro de la UMA con el propósito de tener un mayor control sobre
los acontecimientos que en ella se llevan, sintetizan la información para
facilitar la interpretación y la toma de decisiones, nos proporcionan
información clara, completa y a la vez resumida, por lo que se tienen
diferentes tipos de registros.
Los registros se dividen en registros individuales y grupales, los
registros individuales son aquéllos que nos proporcionan información
particular de cada uno de los individuos, mientras que los grupales hacen
referencia al manejo que se realizará a un grupo de individuos como es la
alimentación.
Los registros también son de periodicidad distinta, por ejemplo
existen algunos que deben ser por día (ejemplo la alimentación) mientras
que hay otros que son mensuales, bimensuales o hasta anuales cuando nos
referimos a los registros de las liberaciones de las crías al medio ambiente
natural.

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Pautas para la crianza del cocodrilo

Los registros individuales serán los de alta o ingreso a la UMA, de


sanidad, es decir, su expediente médico y los tratamientos que se le hayan
aplicado, o en su caso, los hallazgos a la necropsia. Como registros
colectivos consideraremos aquéllos que se llevan a cabo de manera grupal
tales como los relacionados con las dietas.

Métodos de sexado
Esto puede hacerse mediante tacto cloacal, esto es, para el caso de
ejemplares mayores a los 120 centímetros de largo, se introduce un dedo
para tratar de sentir la presencia o ausencia del pene. Para los ejemplares
menores se puede utilizar un rinoscopio de tipo pinza, o uno de
visualización asistida por iluminación. El rinoscopio se introduce en la
cloaca que, al abrirse, permite observar la estructura sexual de la hembra o
del macho. Si se tuviese alguna duda o si el ejemplar fuera aún muy
pequeño y no fuera posible determinar el sexo por ninguna de las dos
técnicas antes descritas, se puede recurrir a una tercera que consiste en
poner al ejemplar en posición de decúbito dorsal. Esta posición consiste en
sujetar del cuello al ejemplar con la mano izquierda y con la mano derecha,
se ejerce una ligera presión con dos dedos hacia abajo y hacia arriba sobre la
cloaca. Con esta técnica lo que normalmente surge es un par de glándulas de
almizcle que es importante no confundir con el aparato reproductor.
Cuando un ejemplar es macho, se logra evaginar el pene que resulta notorio
al centro de la cloaca. Si en un par de intentos no se logra observar el pene,
potencialmente se puede tratar de una hembra, aunque esto es muy
subjetivo.

Condiciones de bioseguridad
Para el manejo de cocodrilos es indispensable darle prioridad a la
seguridad del equipo de trabajo y de manera general se sugiere estar
siempre alerta respecto al entorno en el cual se desarrolla el trabajo.
Es de suma importancia que todos los involucrados dentro del
equipo de trabajo de campo tengan pleno conocimiento de lo que se va a
realizar. Asimismo, que cuenten con información referente a la importancia
de aplicar siempre las medidas de seguridad pertinentes. También deben
saber cómo actuar en cualquier caso o situación en la que se pudiera
presentar algún incidente en el proceso de trabajo con los cocodrilos. Debe
anticiparse todo escenario posible, así como tener buena coordinación con
el equipo de trabajo, para evitar errores que puedan terminar en accidentes.

266
Pautas para la crianza del cocodrilo

Con este fin, es primordial que todos los integrantes del equipo sepan con
claridad cuáles son los pasos a seguir para el manejo apropiado de un
ejemplar capturado.
Es importante mantener precauciones básicas, como el evitar que
todos los asistentes se acerquen a la vez hacia un mismo lado. Además, el
personal de trabajo debe tener conocimiento sobre primeros auxilios,
portar siempre un equipo o botiquín de campo con lo necesario para
responder a cualquier situación imprevista. Se debe cuidar que los
productos del botiquín no estén caducos, que se encuentren en buen estado
y que se marquen e indique para qué sirve cada cual y en qué casos. Es
indispensable usar el equipo correctamente; pero sobre todo, debe tomarse
con gran seriedad el desarrollo de las actividades, puesto que puede bastar
un pequeño error para tener un incidente considerable. Debe tenerse en
cuenta que los cocodrilos, al ser capturados, pueden reaccionar de
diferentes formas, desde la más común que es tratar de huir hasta ponerse a
la defensiva e, inclusive, reaccionar de forma agresiva con embestidas o
ataques directos. Por estas razones, siempre es necesario mantener la
concentración en la rutina de trabajo y contar con una pértiga o vara de
protección, teniendo cuidado de ubicarse siempre en sitios y posiciones de
seguridad, ya sea dentro de una lancha o en sitios en tierra donde haya una
barrera de protección entre el cocodrilo y el manejador.
Es imprescindible mantener siempre el control del ejemplar
capturado cuidando que tenga cerrado el hocico antes de cualquier acción
de manejo.
En todo momento es necesario mantener la presión necesaria para
conservar sujeto al ejemplar, de modo que no tenga oportunidad de que se
sienta libre y reaccione, ya que a pesar de estar con el hocico amarrado, si
lograra asestar un golpe con la cabeza o con la cola, ambas pueden lesionar
de manera significativa a los técnicos y manejadores (desde raspaduras,
heridas y fisuras, hasta fracturas de huesos). Nunca hay que excederse de
confianza y mantener un manejo prudente.
No es redundante recordar que debe haber una excelente
coordinación y comunicación en el equipo de trabajo, así como la confianza
total de contar con el respaldo de los compañeros. De esta manera se
asegura que las acciones se realizarán con seguridad y se evitarán
percances. Por otro lado, al interactuar con cocodrilos, se deben dominar
cada una de las acciones de captura y manejo.
Siempre, antes de iniciar el muestreo, se debe revisar que todo el
material y equipo se encuentren listos para su uso, que las baterías
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Pautas para la crianza del cocodrilo
estén cargadas, que el equipo de transporte no tenga fallas y otros aspectos
que así lo requieran. Es indispensable hacer un recorrido diurno por la ruta
de trabajo antes del muestreo; así se podrán identificar con anticipación los
obstáculos, posibles sitios de riesgo, zonas de corrientes, etcétera. Esta
práctica también permitirá que el equipo se oriente mejor y no se pierda
durante la noche. Para determinar cuándo sea necesario el uso de motor y
para prever llevar la reserva de gasolina necesaria, deben considerarse las
distancias a recorrer. Nunca debe excederse la capacidad de carga de las
lanchas usadas para el muestreo. Finalmente, debe tenerse en cuenta que en
lugares silvestres existen otros animales que, bajo ciertas circunstancias,
pueden ser peligrosos (por ejemplo serpientes venenosas que suelen
habitar en sitios similares a los utilizados por los cocodrilos). Por ello el
botiquín debe incluir al menos un par de ampolletas de tratamiento
antiviperino polivalente, de tipo faboterápico, con el fin de reducir las
posibilidades de reacciones anafilácticas de la persona que lo llegue a
necesitar.

Técnicas de manejo de organismos


Cuando se pretende capturar cocodrilos debe tomarse en
consideración que esto representa un gran trabajo por el tiempo que se
requiere para hacerlo apropiadamente. Asimismo, hay que recordar que
toda captura conlleva un manejo, y si se ha decidido contener a algún
ejemplar, esto debe hacerse de la forma más adecuada para minimizar los
riesgos y estrés tanto para los ejemplares como para quien los maneja.
Antes de cualquier captura es necesario revisar que el equipo y material
estén completo. Es indispensable pensar bien en todo lo que pueda pasar
antes de emprender cualquier evento de captura. Esto es, se requiere
evaluar el tamaño del ejemplar, la dificultad de manejo en las condiciones
particulares y de hábitat en donde está el cocodrilo, el objetivo de la
captura, los tipos de datos específicos a tomar y, especialmente, tener en
cuenta que los técnicos serán responsables de las acciones efectuadas.
Existen varias técnicas de captura para cocodrilos, las cuales
pueden agruparse en dos categorías:
a) Técnicas de manipulación directa: captura manual, sujeción con soga o
con lazo de acero y pértiga, con pértiga fija o sujetador y uso de redes de
mano.
b) Técnicas indirectas: captura con trampas cebadas o sin cebar, y la
colocación de redes.
Para el caso de las primeras se requiere simplemente, pero en forma
indispensable, de la pericia y experiencia del manejador, quien utiliza sus

268
Pautas para la crianza del cocodrilo

manos y cuerpo para capturar a los ejemplares. Se recomienda recurrir a


este tipo de manejo para animales de tallas pequeñas (en general de menos
de120 cm de longitud) procurando tener total seguridad al momento de
acercarse y efectuar la captura.
La forma más práctica y efectiva para inmovilizar un animal es
agarrar con una sola mano y en un sólo movimiento el cuello del cocodrilo,
evitando en lo posible que alguna parte del cuerpo del manejador esté
próximo a su mandíbula y, de inmediato, usar la otra mano para sujetar la
cola del ejemplar. Con estos movimientos se evita que el animal gire y se
pueda soltar, lo que podría derivar en lesiones al manejador. El manejo de
ejemplares menores a los 120 cm puede ser un proceso simple, ya que
cuando el cocodrilo capturado está controlado y sometido, se procede a
colocarle una cinta adhesiva, liga resistente o lazo para mantener cerradas
sus mandíbulas. Asimismo, se le deben cubrir los ojos con algún paño
(preferiblemente húmedo para que no se mueva de su sitio) ya que la
obstrucción de la vista reduce la posibilidad de que el animal reaccione
violentamente por la percepción de los movimientos de los manejadores,
además de que, en cierta forma, se reduce el estrés del animal capturado. Se
atan los brazos y piernas del cocodrilo, tensándolos sobre el dorso del
cuerpo.
Para el caso de cocodrilos de tallas por arriba de los 120 cm, es
recomendable usar otras técnicas de captura, como sería apoyarse de
herramientas como lazos, cuerdas o cordinos de nylon, algodón u otros
materiales de varios calibres y diferentes resistencias, pero que tengan la
fortaleza para sujetar a un animal.
También se pueden utilizar lazos de acero de diferentes calibres y
resistencias que tengan destorcedor y seguro de tensión.
Asimismo, se debe contar con una pértiga, ya sea de aluminio,
madera, fibra de vidrio o algún otro tipo de materiales resistentes propios de
la región, y que tenga una longitud de entre 2 y 3 m. Siempre debe contarse
con el apoyo de una o más personas, listas para actuar de inmediato.
Particularmente, cuando se trata de ejemplares mayores a los 200 cm, éstos
se deben controlar cerrándoles las mandíbulas a distancia cuanto antes, con
el apoyo de un lazo, cuerda o soga. Es importante tener una pértiga
previamente armada con el lazo de acero para sujeción.
Al momento de la captura, la pértiga armada se deberá introducir
hasta la región del cuello del ejemplar para asegurar su captura, aunque
también es posible que quede sujeto de la mandíbula superior o, en

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ocasiones, se pueden sujetar ambas mandíbulas, quedando cerrado el


hocico con dicho procedimiento. Este movimiento debe ser lo más preciso
posible, y puede ser lento o rápido dependiendo de la situación, pero su
efectividad radicará en que el manejador de la captura tenga el dominio de
la distancia adecuada para poder introducir el lazo de acero, sin tocar la
mandíbula o el cráneo del ejemplar antes de dejarlo bien puesto; de no ser
así, el cocodrilo reaccionará de inmediato a la sensación de contacto y
tratará de huir.
Normalmente es posible capturar a los cocodrilos cuando se
encuentran asomando la cabeza sobre la superficie del agua, pero también
se puede hacer con éxito bajo la misma. Dado que el agua refracta o desvía
la luz, hay que tener buen cálculo visual y atraparlos introduciendo la
pértiga al agua. Para un apropiado manejo de los ejemplares, deben
utilizarse pértigas extensibles a 3 m, por lo menos, con cuerdas de tensión
de entre 10 y 15 m. También debe contarse con, por lo menos, otra cuerda de
respaldo.
En algunos lugares se pueden acercar y revisar potenciales zonas de
refugio, anidación, cuevas o entrar a espacios de mayor cobertura vegetal.
Sin embargo, para una captura debe contarse siempre con alguna pértiga o
vara de contención, ya que hay ejemplares que pueden salir
intempestivamente del agua intentando proteger su espacio o resguardar su
nido.
Si se va a manejar a un ejemplar en tierra, con el máximo de
precaución posible, se le debe detener sujetándolo del cuello o de la propia
mandíbula. Con apoyo de otro manejador, se debe hacer la tensión doble
sujetando la cola. El manejador prosigue montándose en la región del sacro
y se va desplazando hacia la cadera o zona basal de la cola para quitarle al
cocodrilo todo posible punto de apoyo, por ejemplo jalando las patas hacia
atrás y dando otro movimiento para quitar el punto de apoyo de las manos,
jalándolas igualmente hacia atrás. El manejador que se encuentra sujetando
el cuello del ejemplar debe colocar un trapo o franela para cubrirle los ojos e
ir deslizando las manos desde donde está sujetando la base de la mandíbula
inferior y superior, aproximándolas poco a poco hacia el extremo del
hocico, manteniéndolo cerrado con firmeza. Para inmovilizarlo se puede
recurrir a levantar el cráneo del ejemplar en un ángulo de unos 45 o hasta
60° hacia atrás.
Los músculos que cierran las mandíbulas son muy fuertes, pero no
los que las abren, por lo cual es posible mantener el hocico cerrado como se

270
Pautas para la crianza del cocodrilo

explicó arriba. De esta formase puede colocar, ya con seguridad, un amarre


firme del hocico, ya sea con una liga gruesa o con alguna piola o lazo (o
incluso cinta). Éste puede ser otro momento para tapar los ojos del
cocodrilo con la franela, si es que no se le cubrieron antes del movimiento
para cerrarlo; de esta manera, el ejemplar quedará debidamente contenido.
Los eventos de captura se pueden realizar durante el día o por la
noche; sin embargo, resultan más efectivos los nocturnos, ya que entonces
se cuenta con mayor ventaja para aproximarse a los ejemplares, cuyos ojos
reflejan la luz al ser atraídos o sorprendidos por las lámparas utilizadas. Por
el contrario, durante el día los cocodrilos pueden ocultarse con mayor
efectividad entre la vegetación circundante y pasar inadvertidos.

Consideraciones finales
La crianza de los cocodrilos adquirió auge con la implementación
de las Unidades de Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida
Silvestre (UMAs) a partir del año 1997. Desde entonces, hemos observado
que muchas comunidades rurales costeras tienen especímenes del
cocodrilo en cautiverio; sin embargo, también hemos notado que el
desconocimiento de los aspectos conductuales, la biología de la especie y
las características mínimas de los espacios para el manejo de los cocodrilos,
han sido las principales causas del fracaso de estas iniciativas. En parte,
esta situación la asociamos con la responsabilidad técnica que toda UMA
debe tener y que, de la misma manera, consideramos se carece en muchas
de estas unidades o no se cuenta con los conocimientos suficientes para
realizar el diseño, manejo y seguimiento de los animales en cautiverio. Por
otro lado, si bien es cierto que la legislación mexicana para el
aprovechamiento extractivo del cocodrilo americano aún no permite este
tipo de manejo, muchas de las posibilidades del aprovechamiento están
basadas en la exhibición de ejemplares con fines ecoturísticos, cuyo sector
económico hoy en día es uno de los más importantes a nivel país.
Importantes avances han surgido en las dos últimas décadas acerca
de la posibilidad de aprovechamiento de los cocodrilos de México, basta
como ejemplo el caso del cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii) cuya
autorización para su exportación internacional ha sido posible gracias a su
reclasificación al apéndice II de la Convención Internacional sobre
Comercio de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Considerando esto, el
cocodrilo americano es la especie de cocodrilo que más estudios tiene
respecto a sus poblaciones silvestres (García-Grajales y López-Luna

García-Grajales, J., Buenrostro-Silva A. y G. Barrios Quiroz. 2016. Pautas para la crianza en cautiverio del cocodrilo
271 americano (Crocodylus acutus) en Oaxaca. Pp. 246- 277 En: J. García-Grajales, A. Buenrostro Silva, M. Rodríguez de
la Torre y M. A. Camacho-Escobar (eds.), Zootecnia de especies alternativas en Oaxaca. Universidad del Mar, Puerto
Escondido, Oaxaca, México.
Pautas para la crianza del cocodrilo

2010), por lo que existen posibilidades de una reclasificación de esta


especie al apéndice II en un futuro no muy lejano. Por otro lado, vale la pena
mencionar que, a pesar de la restricción que aún existe sobre la
comercialización del cocodrilo americano, han existido casos en el estado
de Oaxaca en los que se está iniciando la promoción de unidades intensivas
con fines de posible aprovechamiento, lo cual consideramos como un error
por varias razones: 1) una reclasificación del cocodrilo americano, similar
a lo ocurrido con el cocodrilo de pantano, podría llevar varios años en su
desarrollo y esto podría desmotivar a los posibles interesados en
aprovechar a los cocodrilos, cayendo en el círculo vicioso de la
dependencia económica de la UMA en función del recurso gubernamental;
2) ante la prolongación del tiempo para la obtención de fondos económicos,
las UMAs son abandonadas por los técnicos, quiénes a falta de pago por sus
servicios, terminan abandonando el proyecto; 3) el abandono por parte de
los técnicos y el desinterés de los propietarios de predios podrían llevar al
abandono de los ejemplares que se mantengan en el interior de esas
instalaciones, y por ende, el mal estado físico de los ejemplares.
Finalmente, exhortamos a los técnicos responsables de la UMAs a
actualizar y ampliar sus conocimientos a través de la lectura de información
científica reciente, de manera que ésta pueda ser implementada en las
respectivas UMAs y a su vez en el exitoso manejo y crianza de cualquiera
de las especies de fauna silvestre bajo su responsabilidad. Esperamos que la
información aquí proporcionada sea de utilidad y ayude a mejorar las
condiciones de vida a la que están sujetas los cocodrilos en cautiverio a lo
largo de su distribución geográfica nacional e internacional.

Agradecimientos
Agradecemos a la Sociedad Cooperativa de Servicios Ecoturísticos
La Ventanilla la oportunidad de recopilar estas experiencias en el manejo
de esta fascinante especie dentro sus instalaciones, así como a la
Universidad del Mar y al Instituto de Biología de la UNAM por las
facilidades prestadas para la creación de este documento. También
agradecemos a la comunidad “El Potrero” del ejido José María Morelos del
Municipio de Huazolotitlán, Oaxaca, donde se recabó información sobre
manejo de los cocodrilos.

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Pautas para la crianza del cocodrilo

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