Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. HECHOS
PRIMERO: El día 17 de febrero del año 2017, actuando en calidad de empleada, suscribí
un contrato laboral a término indefinido con la empresa Estudios e Inversiones Medicas
S.A. (ESIMED), identificada comercialmente con el NIT. 800.215.908-8, con el fin de
desempeñar el cargo de auxiliar de enfermería en la Clínica La Salle de la ciudad de
Cúcuta (N.d.S).
QUINTO: Durante la vigencia del contrato laboral a término indefinido suscrito con la
empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED), quedé en estado de embarazo,
situación que era de conocimiento público para mis compañeros de trabajo, así como del
empleador, pues los nueve meses de embarazo fueron un hecho notorio, así como los
permisos médicos que solicitaba para poder asistir a las valoraciones médicas pertinentes
y concordantes con mi estado de gravidez.
SEXTO: Mi hija Mariam Salomé Balaguera Ureña, de conformidad con el registro civil de
nacimiento con indicativo serial 59843332 y NUIP 1092015994 inscrito en la Notaría
Segunda de Cúcuta, nació el día 31 de agosto del año 2018, fecha en la cual mi contrato
laboral con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) seguía vigente.
SÉPTIMO: El día 01 de septiembre del año 2018, mediante certificado de incapacidad
médica, el doctor Oscar Alberto Suárez Flórez emitió la incapacidad No. 239414 con fecha
de registro 01/09/2018, señalando como origen de dicha incapacidad la denominada
Licencia de maternidad a causa de un parto por cesárea. Cabe aclarar que se fijó como
fecha de inicio de la licencia de maternidad el día 01 de septiembre del año 2018, y como
fecha de finalización el 04 de enero del año en curso, para un total de 126 días (04 meses)
de incapacidad por concepto de licencia de maternidad, de conformidad con lo señalado
por la ley para este tipo de situaciones.
OCTAVO: Posteriormente, a mediados del mes de septiembre del año 2018, cuando me
dirigí a la clínica La Salle a presentar la incapacidad médica suscrita por el doctor Oscar
Alberto Suárez Flórez, por concepto y con origen en la denominada licencia de
maternidad, sorpresivamente me informaron que la clínica había cerrado nuevamente, sin
embargo, no me expusieron a fondo los motivos por los cuales había sucedido esto,
simplemente me anunciaron que más adelante la clínica iba a reabrir nuevamente y que
continuaríamos laborando en ella, tal y como se fijó en el contrato laboral suscrito con la
empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED).
NOVENO: En el mes de enero del año 2019, posterior al día en que finalizaba la licencia
de maternidad, me dirigí a la clínica La Salle con el fin de reanudar nuevamente las
labores para las cuales fui contratada el día 17 de febrero del año 2017, no obstante, ese
día me informaron que la clínica aún permanecía cerrada, razón por la cual, no era
posible retomar mis labores como auxiliar de enfermería.
DÉCIMO: Es menester resaltar que el último salario que me pagó el empleador fue el de
la primera quincena del mes de agosto del año 2018, es decir, hasta el día de hoy, la
entidad accionada no ha cancelado a la suscrita accionante lo concerniente a salarios,
prestaciones de ley, ni ha realizado los respectivos aportes a seguridad social, máxime
cuando el contrato laboral a término indefinido suscrito con la empresa Estudios e
Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) no ha sido rescindido, ni tampoco se ha suspendido
la ejecución del mismo de conformidad con el artículo 51 del código sustantivo del
trabajo.
DECIMOSEXTO: Ahora bien, el término que puede ser considerado como razonable para
acudir a la acción de tutela es hasta un año después de la fecha de parto, de conformidad
con la Sentencia T-656/14, esto si se desea, por medio de dicha acción constitucional,
proteger el derecho a la estabilidad laboral reforzada de la mujer embarazada. Así pues,
en el presente caso, es axiomático que en observancia a tal disposición jurisprudencial,
me encuentro dentro de los siete meses posteriores al nacimiento de mi hija Mariam
Salomé Balaguera Ureña, por lo que el término de un año aún no ha sido excedido.
DECIMOSÉPTIMO: Asimismo, la Sentencia T-278/18 proferida por la Corte
Constitucional, señaló que la acción de tutela es el medio idóneo de defensa para
reclamar el pago de una prestación económica como la licencia por maternidad, si se
verifican o se tienen en cuenta dos aspectos relevantes: primero, que la acción se
interponga dentro del año siguiente al nacimiento y segundo, que se compruebe por
cualquier medio la afectación del mínimo vital de la madre y su hijo. Así mismo la Corte
ha establecido que la licencia por maternidad hace parte del mínimo vital, la cual está
ligada con el derecho fundamental a la subsistencia, por lo que se presume que su no
pago vulnera el derecho a la vida digna.
II. PRETENSIONES
En ese mismo sentido, La Corte Constitucional le ha otorgado una triple dimensión a este
derecho, así lo reiteró en Sentencia C-593/14:
“El derecho al mínimo vital ha sido definido por esta Corte como "la porción de los
ingresos del trabajador o pensionado que están destinados a la financiación de sus
necesidades básicas, como son la alimentación, la vivienda, el vestido, el acceso a
los servicios públicos domiciliarios, la recreación, la atención en salud, prerrogativas
cuya titularidad es indispensable para hacer efectivo el derecho a la dignidad
humana, valor fundante del ordenamiento jurídico constitucional" 1.
Ahora bien, al ser el mínimo vital un derecho de naturaleza cuantitativa, se tiene que
“supone que cada quien viva de acuerdo al estatus adquirido durante su vida. Sin
embargo, esto no significa que cualquier variación en los ingresos implique necesariamente
una vulneración de este derecho. Por el contrario, existe una carga soportable para cada
persona, que es mayor entre mejor haya sido la situación económica de cada quien. Por
esto, entre mayor sea el estatus socioeconómico, es más difícil que variaciones económicas
afecten el mínimo vital y, por ende, la vida digna”2 (Subrayado fuera del texto.)
Por otro lado, la Honorable Corte Constitucional también ha esgrimido que el derecho
fundamental al mínimo vital, presenta dos dimensiones de desarrollo, en los siguientes
términos:
“(…) Una dimensión positiva, que se relaciona con la obligación a cargo del Estado y
excepcionalmente de los particulares, de suministrar a la persona que se encuentra
en un estado de discapacidad o de debilidad manifiesta las prestaciones necesarias
e indispensables para sobrevivir dignamente y evitar su degradación o
aniquilamiento como ser humano, con lo cual se puedan mantener unas condiciones
mínimas de vida digna. Por otra parte, la dimensión negativa establece un límite
mínimo de las condiciones dignas y humanas que merece todo ser humano, en los
términos de la Constitución y de la ley. Entonces, cuando una persona en condición
de discapacidad ve afectado su derecho al mínimo vital y a su vez le resulta
imposible protegerlo o garantizarlo, la acción de tutela surge como el mecanismo
1
Sentencia T-678/17
2
Sentencia T-265/18
definitivo y adecuado para ello, a pesar de la existencia de otros medios judiciales
ordinarios, toda vez que este derecho se encuentra en estrecha relación con otros
derechos constitucionales como la dignidad y la vida en condiciones dignas”3
Así pues, en todo caso, sin excepción alguna, la afectación al derecho al mínimo vital debe
ser valorada por el juez de tutela, quien deberá determinar las condiciones particulares de
cada individuo, teniendo en cuenta que se trata de un concepto indeterminado que
requiere de un análisis cualitativo, de conformidad con lo aducido en numerosas
ocasiones por la Corte Constitucional, entre otras, en la Sentencia T-809/06, Sentencia
T-199/16, así como la Sentencia T-265/18.
Ahora bien, de lo anterior se puede colegir que en el presente caso, tal y como se entrevé,
el derecho fundamental al mínimo vital de la suscrita accionante se ha visto
menoscabado por la actual situación en la que se encuentra la clínica La Salle, toda vez
que, con la aparente suspensión de sus funciones y la ambigüedad en la que quedó mi
contrato laboral con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) debido
a tal suceso, he dejado de percibir un salario, máxime cuando, debido a mi estado, debía
ser cobijada por el pago de la respectiva licencia de maternidad, la cual, al día de hoy,
nunca me ha sido cancelada.
Así pues, tal situación, imposibilita solventar necesidades básicas personales, como son
la alimentación, la vivienda, el vestido, el acceso a los servicios públicos domiciliarios y la
recreación, esto, no solo a mí, también a hija Mariam Salomé Balaguera Ureña de tan solo
07 meses de edad, la cual depende económicamente de la suscrita, además, como es bien
sabido, las necesidades propias de su edad son onerosas (leche, pañales, cremas, pañitos
húmedos, vestimenta y medicamentos).
3
Sentencia T-265/18
4
Sentencia T-327/17.
maternidad, accidente laboral, vejez o muerte de un familiar; b) gastos excesivos de
atención de salud; c) apoyo familiar insuficiente, en particular para los hijos y los
familiares a cargo”5 (Subrayado fuera del texto).
Ahora bien, la seguridad social es un instituto jurídico de naturaleza dual, esto es, que
tiene la condición tanto de derecho fundamental, como de servicio público esencial bajo la
dirección, coordinación y control del Estado; surge como un instrumento a través del cual se
le garantiza a las personas el ejercicio de sus derechos subjetivos fundamentales cuando
se encuentran ante la materialización de algún evento o contingencia que mengüe su estado
de salud, calidad de vida y capacidad económica, o que se constituya en un obstáculo para
la normal consecución de sus medios mínimos de subsistencia a través del trabajo 6.
Así pues, una vez referido lo anterior, se tiene que en el caso sub judice, el derecho
fundamental a la seguridad social de la suscrita está siendo vulnerado toda vez que con el
no pago de los aportes a seguridad por el término que duró la licencia de maternidad,
realizar los aportes al sistema general de seguridad social [(i) pensiones, (ii) salud, (iii)
riesgos profesionales y (iv) los servicios sociales complementarios definidos en la misma
ley], se tornó algo insostenible y quimérico para e la suscrita, pues no he podido acceder
cabalmente a este instrumento a través del cual se le garantiza a las personas el ejercicio
de sus derechos subjetivos fundamentales cuando se encuentran ante la materialización de
algún evento o contingencia que mengüe su estado de salud, calidad de vida y capacidad
económica, o que se constituya en un obstáculo para la normal consecución de sus medios
mínimos de subsistencia a través del trabajo, de conformidad con lo discernido por la
Corte Constitucional en Sentencia T-690/14.
5
Sentencia T-690/14.
6
Sentencia T-690/14.
Asimismo, se tiene que el término que puede ser considerado como razonable para acudir
a la acción de tutela es hasta un año después de la fecha de parto, así lo señaló la
honorable Corte Constitucional en Sentencia T-656/14:
“En el caso de mujeres que afirman haber sido despedidas por causa de su estado de
embarazo o en periodo de lactancia, el término que puede ser considerado como
razonable para acudir a la acción de tutela es hasta un año después de la fecha de
parto. De acuerdo con la mencionada sentencia: “la Sala considera que en los casos
en que hay indicios que la trabajadora fue despedida con ocasión de su estado de
embarazo, la acción de tutela podrá igualmente ser presentada dentro del año
siguiente al nacimiento de su hijo. En consecuencia, en el presente caso la
peticionaria no incumplió el requisito de inmediatez de la acción de tutela, puesto que
fue presentada dentro de un término estimado como prudencial, adecuado y justo por
esta Corporación” (Subrayado fuera del texto).
La licencia de maternidad es, entonces, una medida de protección a favor de la madre del
menor recién nacido y de la institución familiar, que se hace efectiva, de un lado, a través
del reconocimiento de un período destinado a la recuperación física de la madre y al
cuidado del niño y, de otro, mediante el pago de una prestación económica dirigida a
reemplazar los ingresos que percibía la madre con el fin de garantizar la continuidad en la
cobertura de sus necesidades vitales y las del recién nacido.7
En esa medida, esta prestación cobija no sólo a personas vinculadas mediante contrato
de trabajo sino a todas aquellas madres trabajadoras (dependientes e independientes)
que, con motivo del nacimiento, interrumpen sus actividades productivas y cesan en la
percepción de los recursos con los que habitualmente atendían sus necesidades vitales,
siempre que cumplan con los requisitos establecidos legalmente para su reconocimiento. 8
Estos requisitos, según el artículo 1º de la Ley 1822 del 4 de enero de 2017, son los
siguientes:
“Artículo 1°. El artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así: "Artículo
236. Licencia en la época del parto e incentivos para la adecuada atención y cuidado
7
Sentencia T-278/18
8
Sentencia T-503 /16.
del recién nacido. Toda trabajadora en estado de embarazo tiene derecho a una
licencia de dieciocho (18) semanas en la época de parto, remunerada con el salario
que devengue al momento de iniciar su licencia. 2. Si se tratare de un salario que no
sea fijo como en el caso del trabajo a destajo o por tarea, se tomará en cuenta el
salario promedio devengado por la trabajadora en el último año de servicio, o en todo
el tiempo si fuere menor. 3. Para los efectos de la licencia de que trata este artículo, la
trabajadora debe presentar al empleador un certificado médico, en el cual debe
constar: a) El estado de embarazo de la trabajadora; b) La indicación del día probable
del parto, y c) La indicación del día desde el cual debe empezar la licencia, teniendo
en cuenta que, por lo menos, ha de iniciarse dos semanas antes del parto”
Además, el artículo 2.1.13.1 del Decreto 780 del 6 de mayo del 2016, dispone, en relación
con el reconocimiento de la licencia de maternidad, lo siguiente:
En ese sentido, en el caso sub judice, es palmario que la Clínica La Salle, como
consecuencia de su inesperado cierre y ante la poca información ofrecida por sus
administradores, no permitió de alguna u otra manera que la suscrita le informara y
solicitara mediante los respectivos documentos probatorios para ello, la concerniente
licencia de maternidad, así como el pago de la misma, puesto que, a mediados del mes de
septiembre del año 2018, cuando me dirigí a la clínica La Salle a presentar la incapacidad
médica suscrita por el doctor Oscar Alberto Suárez Flórez, por concepto y con origen en la
denominada licencia de maternidad, sorpresivamente me informaron que la clínica había
cerrado nuevamente, sin embargo, no me expusieron a fondo los motivos por los cuales
había sucedido esto, simplemente me anunciaron que más adelante la clínica iba a
reabrir nuevamente y que continuaríamos laborando en ella, tal y como se fijó en el
contrato laboral suscrito con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A.
(ESIMED).
Así pues, la licencia de maternidad debe ser reconocida por la EPS, pero es el empleador
el que debe pagar a su trabajadora la licencia y luego repetir contra la EPS, así lo
establece el artículo 2.1.13.1. del Decreto 780 del 6 de mayo del 2016: “El empleador o
trabajador independiente, deberá efectuar el cobro de esta prestación económica ante la
EPS o EOC”
En segundo lugar, de acuerdo con las reglas planteadas, es decir, que se compruebe por
cualquier medio la afectación del mínimo vital de la madre y su hijo, en el presente
asunto resaltó que en la actualidad me encuentra desempleada y no cuento con recursos
económicos para sufragar mis necesidades básicas y las de mi hija, lo que me imposibilita
solventar necesidades como son la alimentación, la vivienda, el vestido, el acceso a los
servicios públicos domiciliarios y la recreación, esto, no solo a mí, sino también a hija
Mariam Salomé Balaguera Ureña de tan solo 07 meses de edad, la cual depende
económicamente de la suscrita, además, como es bien sabido, las necesidades propias de
su edad son onerosas (leche, pañales, cremas, pañitos húmedos, vestimenta y
medicamentos).
En efecto, la Corte Constitucional ha considerado que la falta de pago oportuno de la
licencia de maternidad, en ocasiones, puede afectar los derechos al mínimo vital y a
la vida digna de la madre y de su menor hijo, circunstancias en las que la remisión a
las acciones ordinarias para solucionar la controversia puede hacer nugatorio el
goce efectivo de tales derechos fundamentales, por lo que se activa la competencia
del juez constitucional para conocer de fondo la materia.9
Así, la Corte ha entendido que en los eventos en que la madre dependa de los
ingresos derivados de su actividad laboral y no posea otra fuente de ingreso, la
imposibilidad de desempeñarse normalmente en su trabajo y por consiguiente la
falta de percepción de ingresos remuneratorios tornan a la licencia de maternidad
en una prestación social que adquiere carácter fundamental por encontrarse
íntimamente ligada con el desarrollo integral de la madre y su hijo recién nacido, en
la medida en que representa el único ingreso que permite solventar sus necesidades
básicas de subsistencia.10
Igualmente, la Corte ha establecido que la licencia por maternidad hace parte del
mínimo vital, la cual está ligada con el derecho fundamental a la subsistencia,
por lo que se presume que su no pago vulnera el derecho a la vida digna 11, razón
por la cual, se puede predicar de manera terminante y categórica en el presente caso, que
el mínimo vital efectivamente se ha visto socavado por el no pago de la licencia de
maternidad, dos figuras concatenadas según la Corte Constitucional, ligadas además con
el derecho fundamental a la subsistencia, por lo que se presume que la omisión de su
pago transgrede el derecho a la vida digna y al mínimo vital.
Aunado a lo anterior, se tiene que el solo hecho de no contar actualmente con un trabajo,
no poseer otra fuente de ingreso, ni convivir con el padre de mi hija, genera una falta de
percepción de ingresos económicos que tornan a la licencia de maternidad en una
prestación social de carácter fundamental por encontrarse íntimamente ligada con el
desarrollo integral de la suscrita y de mi hija Mariam Salomé Balaguera Ureña de tan solo
07 meses de edad.
9
Sentencia T-278/18.
10
Ibídem.
11
Ibídem.
V. DECLARACIÓN
VI. PRUEBAS
VII. ANEXOS
VIII. NOTIFICACIONES
_______________________________________________
DOLLY ASTRID UREÑA BARBOSA
C.C. 1.090.487.679