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Honorable Señor(a)

JUEZ CONSTITUCIONAL (Reparto)


E. S. D.

Asunto : Acción de Tutela.


Accionante : Dolly Astrid Ureña Barbosa
Accionado : Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED)
Derechos vulnerados : Trabajo, debido proceso, mínimo vital, seguridad
social, estabilidad laboral reforzada.

DOLLY ASTRID UREÑA BARBOSA, identificada con la cédula de ciudadanía No.


1.090.487.679, por medio del presente escrito, de manera amable y comedida, me
permito, con fundamento en el artículo 86 de la Constitución Política, el Decreto 2591 de
1991 y el Decreto 1983 de 2017, interponer ACCIÓN DE TUTELA en contra de
ESTUDIOS E INVERSIONES MEDICAS S.A. (ESIMED), para que sean protegidos mis
derechos fundamentales al TRABAJO, MÍNIMO VITAL, SEGURIDAD SOCIAL y a la
ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA, de conformidad con lo siguiente:

I. HECHOS

PRIMERO: El día 17 de febrero del año 2017, actuando en calidad de empleada, suscribí
un contrato laboral a término indefinido con la empresa Estudios e Inversiones Medicas
S.A. (ESIMED), identificada comercialmente con el NIT. 800.215.908-8, con el fin de
desempeñar el cargo de auxiliar de enfermería en la Clínica La Salle de la ciudad de
Cúcuta (N.d.S).

SEGUNDO: En el contrato laboral aludido en el hecho inmediatamente anterior, se pactó


como salario mensual la suma de OCHOCIENTOS UN MIL DOSCIENTOS PESOS MCTE
($801.200.OO MCTE), los cuales serían cancelados en dos quincenas al mes, tras una
jornada laboral constituida de ocho (08) horas diarias (48 horas a la semana). Asimismo,
se tiene que de conformidad con dicho contrato laboral, se fijó como fecha de iniciación el
día 20 de febrero de 2017.

TERCERO: La suscrita laboró ininterrumpidamente en la Clínica La Salle de la ciudad de


Cúcuta, de acuerdo a lo pactado en el contrato laboral rubricado con la empresa
Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED), hasta el día 13 de julio del año 2018,
cuando el Instituto Departamental de Salud (IDS), debido a diversas circunstancias,
ordenó el cierre de la misma hasta tanto no se solventaran los motivos por los cuales se
ordenaba su cierre.

CUARTO: Posteriormente, luego de un poco más de un mes, la clínica La Salle reabrió


nuevamente y siguió con sus servicios habituales – cabe aclarar que durante el tiempo
que permaneció cerrada la clínica, el salario a la suscrita se siguió cancelando -, razón
por la cual el contrato suscrito el día 17 de febrero del año 2017 con la empresa Estudios
e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) continuó rigiendo normalmente.

QUINTO: Durante la vigencia del contrato laboral a término indefinido suscrito con la
empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED), quedé en estado de embarazo,
situación que era de conocimiento público para mis compañeros de trabajo, así como del
empleador, pues los nueve meses de embarazo fueron un hecho notorio, así como los
permisos médicos que solicitaba para poder asistir a las valoraciones médicas pertinentes
y concordantes con mi estado de gravidez.

SEXTO: Mi hija Mariam Salomé Balaguera Ureña, de conformidad con el registro civil de
nacimiento con indicativo serial 59843332 y NUIP 1092015994 inscrito en la Notaría
Segunda de Cúcuta, nació el día 31 de agosto del año 2018, fecha en la cual mi contrato
laboral con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) seguía vigente.
SÉPTIMO: El día 01 de septiembre del año 2018, mediante certificado de incapacidad
médica, el doctor Oscar Alberto Suárez Flórez emitió la incapacidad No. 239414 con fecha
de registro 01/09/2018, señalando como origen de dicha incapacidad la denominada
Licencia de maternidad a causa de un parto por cesárea. Cabe aclarar que se fijó como
fecha de inicio de la licencia de maternidad el día 01 de septiembre del año 2018, y como
fecha de finalización el 04 de enero del año en curso, para un total de 126 días (04 meses)
de incapacidad por concepto de licencia de maternidad, de conformidad con lo señalado
por la ley para este tipo de situaciones.

OCTAVO: Posteriormente, a mediados del mes de septiembre del año 2018, cuando me
dirigí a la clínica La Salle a presentar la incapacidad médica suscrita por el doctor Oscar
Alberto Suárez Flórez, por concepto y con origen en la denominada licencia de
maternidad, sorpresivamente me informaron que la clínica había cerrado nuevamente, sin
embargo, no me expusieron a fondo los motivos por los cuales había sucedido esto,
simplemente me anunciaron que más adelante la clínica iba a reabrir nuevamente y que
continuaríamos laborando en ella, tal y como se fijó en el contrato laboral suscrito con la
empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED).

NOVENO: En el mes de enero del año 2019, posterior al día en que finalizaba la licencia
de maternidad, me dirigí a la clínica La Salle con el fin de reanudar nuevamente las
labores para las cuales fui contratada el día 17 de febrero del año 2017, no obstante, ese
día me informaron que la clínica aún permanecía cerrada, razón por la cual, no era
posible retomar mis labores como auxiliar de enfermería.

DÉCIMO: Es menester resaltar que el último salario que me pagó el empleador fue el de
la primera quincena del mes de agosto del año 2018, es decir, hasta el día de hoy, la
entidad accionada no ha cancelado a la suscrita accionante lo concerniente a salarios,
prestaciones de ley, ni ha realizado los respectivos aportes a seguridad social, máxime
cuando el contrato laboral a término indefinido suscrito con la empresa Estudios e
Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) no ha sido rescindido, ni tampoco se ha suspendido
la ejecución del mismo de conformidad con el artículo 51 del código sustantivo del
trabajo.

UNDÉCIMO: Igualmente, es imperativo iterar que durante la vigencia de la licencia de


maternidad, nunca se realizaron los pagos de la misma, pues la clínica La Salle siempre
se negó a recibir cualquier documento que soportara mi condición de madre lactante,
motivo por el cual no me fue posible cumplir con los requisitos señalados en la Ley 1822
de 2017 y el Decreto 780 de 2016, así como en la Circular Externa 000024 del 19 de julio
de 2017 expedida por el Ministerio de Salud y Protección Social, para acceder al
reconocimiento de la licencia de maternidad.
DECIMOSEGUNDO: Actualmente me encuentro sin empleo, no tengo una fuente de
ingresos que me permita sufragar las necesidades propias de mi hija menor de edad de
siete (07) meses de edad, pues sumado a mi difícil situación laboral, se tiene que no
convivo con el padre de mi hija, y él es una persona de recursos económicos limitados,
razón por la cual, es palmario que mi hija se encuentra en una situación gravosa, debido
a las necesidades propias de su edad, las cuales, como es bien sabido, son onerosas
(leche, pañales, cremas, pañitos húmedos, vestimenta y medicamentos).

DECIMOTERCERO: Una vez verificado el estado actual de la empresa Estudios e


Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) en la página web de la Superintendencia de
Sociedades (https://superwas.supersociedades.gov.co/ConsultaGeneralSociedadesWeb),
se denota que su estado actual es el de inspección, es decir, dicha empresa no está en
proceso de reestructuración ni mucho menos en liquidación:

DECIMOCUARTO: Al día de hoy, los funcionarios que aún se encuentran laborando en la


clínica La Salle, no dan oportuna respuesta a mis solicitudes verbales acerca del estado
actual de dicho centro clínico, solo se limitan a decir que debo esperar a ver qué sucede,
que posiblemente reabrirá nuevamente y que los contratos se seguirán ejecutando con
normalidad; asimismo, me manifiestan que lo relativo a la licencia de maternidad me será
cancelado cuando la clínica reanude funciones.

DECIMOQUINTO: Cabe resaltar que las solicitudes y respuestas referidas en el hecho


anterior, han sido verbales, por cuanto la clínica La Salle, ubicada en la Calle 8 #1E-116
del Barrio Popular de la ciudad de Cúcuta, manifiesta no estar recibiendo derechos de
petición escritos, en razón a que no hay funcionarios que los reciban y los respondan,
motivo por el cual, en numerosas ocasiones, se han negado a recibir mis peticiones
mediante las cuales he pretendido solicitar información acerca de la situación actual de
mi contrato laboral.

DECIMOSEXTO: Ahora bien, el término que puede ser considerado como razonable para
acudir a la acción de tutela es hasta un año después de la fecha de parto, de conformidad
con la Sentencia T-656/14, esto si se desea, por medio de dicha acción constitucional,
proteger el derecho a la estabilidad laboral reforzada de la mujer embarazada. Así pues,
en el presente caso, es axiomático que en observancia a tal disposición jurisprudencial,
me encuentro dentro de los siete meses posteriores al nacimiento de mi hija Mariam
Salomé Balaguera Ureña, por lo que el término de un año aún no ha sido excedido.
DECIMOSÉPTIMO: Asimismo, la Sentencia T-278/18 proferida por la Corte
Constitucional, señaló que la acción de tutela es el medio idóneo de defensa para
reclamar el pago de una prestación económica como la licencia por maternidad, si se
verifican o se tienen en cuenta dos aspectos relevantes: primero, que la acción se
interponga dentro del año siguiente al nacimiento y segundo, que se compruebe por
cualquier medio la afectación del mínimo vital de la madre y su hijo. Así mismo la Corte
ha establecido que la licencia por maternidad hace parte del mínimo vital, la cual está
ligada con el derecho fundamental a la subsistencia, por lo que se presume que su no
pago vulnera el derecho a la vida digna.

DECIMOCTAVO: Así pues, de todo lo anterior, se puede discurrir que la empresa


Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED), ha venido vulnerando mis derechos
fundamentales al TRABAJO, MÍNIMO VITAL, SEGURIDAD SOCIAL y a la ESTABILIDAD
LABORAL REFORZADA, en razón a que no realizó los pagos de la licencia de maternidad
a la suscrita, ni ha cancelado a la accionante lo concerniente a salarios, prestaciones de
ley, ni ha realizado los respectivos aportes a seguridad social durante el tiempo que la
clínica La Salle ha permanecido cerrada sin justificación alguna.

II. PRETENSIONES

PRIMERO: DECLARAR que la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED),


identificada comercialmente con el NIT. 800.215.908-8, ha vulnerado mis derechos
fundamentales al TRABAJO, MÍNIMO VITAL, SEGURIDAD SOCIAL y a la
ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA.

SEGUNDO: TUTELAR mis derechos fundamentales al TRABAJO, MÍNIMO VITAL,


SEGURIDAD SOCIAL y a la ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA.

TERCERO: ORDÉNESE a la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED),


identificada comercialmente con el NIT. 800.215.908-8, que dentro de las cuarenta y
ocho (48) horas siguientes a la notificación del fallo que decida esta acción, reconozca y
cancele la respectiva licencia de maternidad comprendida entre el primero (01) de
septiembre de dos mil dieciocho (2018) y el cuatro (04) de enero de dos mil diecinueve
(2019).

CUARTO: ORDÉNESE a la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED),


identificada comercialmente con el NIT. 800.215.908-8, que dentro de las cuarenta y
ocho (48) horas siguientes a la notificación del fallo que decida esta acción, reconozca y
pague los aportes al Sistema General de Pensiones por el término de la licencia de
maternidad.

QUINTO: ORDÉNESE a la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED),


identificada comercialmente con el NIT. 800.215.908-8, que dentro de las cuarenta y
ocho (48) horas siguientes a la notificación del fallo que decida esta acción, proceda a
reintegrar a la suscrita accionante a las labores pactadas dentro del contrato laboral a
término indefinido suscrito el día 17 de febrero del año 2017.
SEXTO: TUTELAR los derechos fundamentales que ultra o extra petita sean percatados
por este despacho judicial como vulnerados a la suscrita.

SÉPTIMO: PREVENIR al REPRESENTANTE LEGAL de la empresa Estudios e


Inversiones Medicas S.A. (ESIMED), identificada comercialmente con el NIT.
800.215.908-8, de que en caso de incurrir nuevamente en las acciones u omisiones que
dieron mérito a iniciar esta tutela, serán sancionados conforme lo disponer el artículo 52
del Decreto 2591 de 1991.

III. FUNDAMENTO NORMATIVO Y FÁCTICO

III.1. Derecho al trabajo

El artículo 25 de la Constitución colombiana de 1991, consagra el derecho al trabajo


como un derecho fundamental y de aplicación inmediata, en cabeza de toda persona, sin
distinción alguna, a través del cual se establece que dicho derecho es una obligación
social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado.

En ese mismo sentido, La Corte Constitucional le ha otorgado una triple dimensión a este
derecho, así lo reiteró en Sentencia C-593/14:

“la jurisprudencia constitucional ha considerado que la naturaleza jurídica del trabajo


cuenta con una triple dimensión. En palabras de la Corporación la “lectura del
preámbulo y del artículo 1º superior muestra que el trabajo es valor
fundante del Estado Social de Derecho, porque es concebido como una
directriz que debe orientar tanto las políticas públicas de pleno empleo como
las medidas legislativas para impulsar las condiciones dignas y justas en el
ejercicio de la profesión u oficio. En segundo lugar, el trabajo es un principio
rector del ordenamiento jurídico que informa la estructura Social de nuestro
Estado y que, al mismo tiempo, limita la libertad de configuración normativa
del legislador porque impone un conjunto de reglas mínimas laborales que
deben ser respetadas por la ley en todas las circunstancias (artículo 53
superior). Y, en tercer lugar, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 25 de la Carta,
el trabajo es un derecho y un deber social que goza, de una parte, de un
núcleo de protección subjetiva e inmediata que le otorga carácter de
fundamental y, de otra, de contenidos de desarrollo progresivo como derecho
económico y social” (Negrilla fuera de texto)

En consonancia con lo expuesto, dadas las condiciones especialísimas de la suscrita


accionante, quien como se precisó, es un sujeto de especial protección, debido al estado
de embarazo en que se encontraba cuando la clínica La Salle dejó de funcionar, sumado
al hecho de que me encuentro sin empleo, no tengo una fuente de ingresos que me
permita sufragar las necesidades propias de mi hija menor de edad de siete (07) meses de
edad, pues sumado a mi difícil situación laboral, se tiene que no convivo con el padre de
mi hija, y él es una persona de recursos económicos limitados, razón por la cual, es
palmario que mi hija se encuentra en una situación gravosa, debido a las necesidades
propias de su edad, las cuales, como es bien sabido, son onerosas (leche, pañales,
cremas, pañitos húmedos, vestimenta y medicamentos), es evidente entonces que mi
derecho fundamental al trabajo se está viendo menoscabado, máxime cuando es
axiomático que el contrato laboral a término indefinido suscrito el día 17 de febrero del
año 2017 con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED), no ha sido
suspendido ni mucho menos terminado.

III.2. Mínimo vital.

En lo atinente a este derecho fundamental, la Corte Constitucional lo ha conceptualizado


de la siguiente forma:

“El derecho al mínimo vital ha sido definido por esta Corte como "la porción de los
ingresos del trabajador o pensionado que están destinados a la financiación de sus
necesidades básicas, como son la alimentación, la vivienda, el vestido, el acceso a
los servicios públicos domiciliarios, la recreación, la atención en salud, prerrogativas
cuya titularidad es indispensable para hacer efectivo el derecho a la dignidad
humana, valor fundante del ordenamiento jurídico constitucional" 1.

En ese mismo sentido, la jurisprudencia constitucional reiteradamente ha señalado que


es un derecho fundamental ligado estrechamente a la dignidad humana; asimismo,
también ha señalado que el concepto de mínimo vital no se reduce a una perspectiva
cuantitativa, sino que, por el contrario, es cualitativo, ya que su contenido depende de las
condiciones particulares de cada persona. Así, este derecho no es necesariamente
equivalente a un salario mínimo mensual legal vigente y depende del entorno personal y
familiar de cada quién.

Ahora bien, al ser el mínimo vital un derecho de naturaleza cuantitativa, se tiene que
“supone que cada quien viva de acuerdo al estatus adquirido durante su vida. Sin
embargo, esto no significa que cualquier variación en los ingresos implique necesariamente
una vulneración de este derecho. Por el contrario, existe una carga soportable para cada
persona, que es mayor entre mejor haya sido la situación económica de cada quien. Por
esto, entre mayor sea el estatus socioeconómico, es más difícil que variaciones económicas
afecten el mínimo vital y, por ende, la vida digna”2 (Subrayado fuera del texto.)

Por otro lado, la Honorable Corte Constitucional también ha esgrimido que el derecho
fundamental al mínimo vital, presenta dos dimensiones de desarrollo, en los siguientes
términos:

“(…) Una dimensión positiva, que se relaciona con la obligación a cargo del Estado y
excepcionalmente de los particulares, de suministrar a la persona que se encuentra
en un estado de discapacidad o de debilidad manifiesta las prestaciones necesarias
e indispensables para sobrevivir dignamente y evitar su degradación o
aniquilamiento como ser humano, con lo cual se puedan mantener unas condiciones
mínimas de vida digna. Por otra parte, la dimensión negativa establece un límite
mínimo de las condiciones dignas y humanas que merece todo ser humano, en los
términos de la Constitución y de la ley. Entonces, cuando una persona en condición
de discapacidad ve afectado su derecho al mínimo vital y a su vez le resulta
imposible protegerlo o garantizarlo, la acción de tutela surge como el mecanismo

1
Sentencia T-678/17
2
Sentencia T-265/18
definitivo y adecuado para ello, a pesar de la existencia de otros medios judiciales
ordinarios, toda vez que este derecho se encuentra en estrecha relación con otros
derechos constitucionales como la dignidad y la vida en condiciones dignas”3

Así pues, en todo caso, sin excepción alguna, la afectación al derecho al mínimo vital debe
ser valorada por el juez de tutela, quien deberá determinar las condiciones particulares de
cada individuo, teniendo en cuenta que se trata de un concepto indeterminado que
requiere de un análisis cualitativo, de conformidad con lo aducido en numerosas
ocasiones por la Corte Constitucional, entre otras, en la Sentencia T-809/06, Sentencia
T-199/16, así como la Sentencia T-265/18.

Ahora bien, de lo anterior se puede colegir que en el presente caso, tal y como se entrevé,
el derecho fundamental al mínimo vital de la suscrita accionante se ha visto
menoscabado por la actual situación en la que se encuentra la clínica La Salle, toda vez
que, con la aparente suspensión de sus funciones y la ambigüedad en la que quedó mi
contrato laboral con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) debido
a tal suceso, he dejado de percibir un salario, máxime cuando, debido a mi estado, debía
ser cobijada por el pago de la respectiva licencia de maternidad, la cual, al día de hoy,
nunca me ha sido cancelada.

Así pues, tal situación, imposibilita solventar necesidades básicas personales, como son
la alimentación, la vivienda, el vestido, el acceso a los servicios públicos domiciliarios y la
recreación, esto, no solo a mí, también a hija Mariam Salomé Balaguera Ureña de tan solo
07 meses de edad, la cual depende económicamente de la suscrita, además, como es bien
sabido, las necesidades propias de su edad son onerosas (leche, pañales, cremas, pañitos
húmedos, vestimenta y medicamentos).

III.3. Seguridad social.


La Constitución, en el artículo 48, define la seguridad social como un servicio público de
carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado y
como una garantía irrenunciable de todas las personas, representada, según la Corte
Constitucional, en la cobertura de (i) pensiones, (ii) salud, (iii) riesgos profesionales y (iv) los
servicios sociales complementarios definidos en la misma ley. Ello, a través de la afiliación
al sistema general de seguridad social que se refleja necesariamente en el pago de
prestaciones sociales estatuidas4.

Asimismo, en lo que concierne al concepto del derecho a la seguridad social, de


conformidad con la Honorable Corte Constitucional, este hace referencia a:

“(…) la totalidad de las medidas que propenden por el bienestar de la población en


lo relacionado con la protección y cobertura de unas necesidades que han sido
socialmente reconocidas, por ello, con respecto al contenido de este especial
derecho, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su
Observación General No. 19 destacó que: “El derecho a la seguridad social incluye
el derecho a obtener y mantener prestaciones sociales, ya sea en efectivo o en
especie, sin discriminación, con el fin de obtener protección, en particular contra: a)
la falta de ingresos procedentes del trabajo debido a enfermedad, invalidez,

3
Sentencia T-265/18
4
Sentencia T-327/17.
maternidad, accidente laboral, vejez o muerte de un familiar; b) gastos excesivos de
atención de salud; c) apoyo familiar insuficiente, en particular para los hijos y los
familiares a cargo”5 (Subrayado fuera del texto).

Ahora bien, la seguridad social es un instituto jurídico de naturaleza dual, esto es, que
tiene la condición tanto de derecho fundamental, como de servicio público esencial bajo la
dirección, coordinación y control del Estado; surge como un instrumento a través del cual se
le garantiza a las personas el ejercicio de sus derechos subjetivos fundamentales cuando
se encuentran ante la materialización de algún evento o contingencia que mengüe su estado
de salud, calidad de vida y capacidad económica, o que se constituya en un obstáculo para
la normal consecución de sus medios mínimos de subsistencia a través del trabajo 6.

Así pues, una vez referido lo anterior, se tiene que en el caso sub judice, el derecho
fundamental a la seguridad social de la suscrita está siendo vulnerado toda vez que con el
no pago de los aportes a seguridad por el término que duró la licencia de maternidad,
realizar los aportes al sistema general de seguridad social [(i) pensiones, (ii) salud, (iii)
riesgos profesionales y (iv) los servicios sociales complementarios definidos en la misma
ley], se tornó algo insostenible y quimérico para e la suscrita, pues no he podido acceder
cabalmente a este instrumento a través del cual se le garantiza a las personas el ejercicio
de sus derechos subjetivos fundamentales cuando se encuentran ante la materialización de
algún evento o contingencia que mengüe su estado de salud, calidad de vida y capacidad
económica, o que se constituya en un obstáculo para la normal consecución de sus medios
mínimos de subsistencia a través del trabajo, de conformidad con lo discernido por la
Corte Constitucional en Sentencia T-690/14.

III.4. Estabilidad laboral reforzada.

Concretamente, en relación con la estabilidad laboral reforzada, la Corte Constitucional, a


partir del artículo 53 Superior, sostiene que los trabajadores tienen derecho a permanecer
en su cargo y a no ser desvinculado del mismo en forma intempestiva, pero cuando ello
ocurre y el empleador decide terminar unilateralmente un contrato de trabajo sin que
medie justa causa, debe pagar una indemnización; sin embargo, esta potestad tiene sus
límites cuando se está en presencia de personas en estado de debilidad manifiesta, toda
vez que la Carta Política les otorga una estabilidad laboral reforzada.

De esta manera, esta Corporación en Sentencia T-317/17, señaló que:

“(…) la tutela procede, como mecanismo principal o transitorio, para garantizar la


estabilidad laboral de trabajadores que se encuentran en circunstancias especiales.
Es el caso de las mujeres en estado de embarazo o en periodo de lactancia, los
trabajadores aforados, las personas limitadas con alguna enfermedad física,
sensorial o psíquica –por la debilidad manifiesta en que se encuentran–. Para esta
Corte, la procedibilidad de la acción de tutela, con el propósito de proteger el
derecho a la estabilidad laboral reforzada, tiene una relación directa con la
condición de sujeto de especial protección”. (Subrayado fuera del texto).

5
Sentencia T-690/14.
6
Sentencia T-690/14.
Asimismo, se tiene que el término que puede ser considerado como razonable para acudir
a la acción de tutela es hasta un año después de la fecha de parto, así lo señaló la
honorable Corte Constitucional en Sentencia T-656/14:

“En el caso de mujeres que afirman haber sido despedidas por causa de su estado de
embarazo o en periodo de lactancia, el término que puede ser considerado como
razonable para acudir a la acción de tutela es hasta un año después de la fecha de
parto. De acuerdo con la mencionada sentencia: “la Sala considera que en los casos
en que hay indicios que la trabajadora fue despedida con ocasión de su estado de
embarazo, la acción de tutela podrá igualmente ser presentada dentro del año
siguiente al nacimiento de su hijo. En consecuencia, en el presente caso la
peticionaria no incumplió el requisito de inmediatez de la acción de tutela, puesto que
fue presentada dentro de un término estimado como prudencial, adecuado y justo por
esta Corporación” (Subrayado fuera del texto).

III.5. De la licencia de maternidad

El artículo 43 de la Constitución Política dispone que durante el embarazo y después del


parto la mujer gozará de especial asistencia y protección del Estado. Esta protección
especial a la maternidad se materializa en una serie de medidas de orden legal y
reglamentario dentro de las que se destacan los descansos remunerados en épocas del
parto.

La jurisprudencia constitucional ha establecido que el descanso remunerado que se


otorga a la mujer en la época posterior al parto realiza, entre otros, los principios
constitucionales de igualdad y solidaridad, el amparo a la familia como institución básica
de la sociedad, y los derechos de la madre y del recién nacido a la vida digna y al mínimo
vital.

La licencia de maternidad es, entonces, una medida de protección a favor de la madre del
menor recién nacido y de la institución familiar, que se hace efectiva, de un lado, a través
del reconocimiento de un período destinado a la recuperación física de la madre y al
cuidado del niño y, de otro, mediante el pago de una prestación económica dirigida a
reemplazar los ingresos que percibía la madre con el fin de garantizar la continuidad en la
cobertura de sus necesidades vitales y las del recién nacido.7

En esa medida, esta prestación cobija no sólo a personas vinculadas mediante contrato
de trabajo sino a todas aquellas madres trabajadoras (dependientes e independientes)
que, con motivo del nacimiento, interrumpen sus actividades productivas y cesan en la
percepción de los recursos con los que habitualmente atendían sus necesidades vitales,
siempre que cumplan con los requisitos establecidos legalmente para su reconocimiento. 8

Estos requisitos, según el artículo 1º de la Ley 1822 del 4 de enero de 2017, son los
siguientes:

“Artículo 1°. El artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así: "Artículo
236. Licencia en la época del parto e incentivos para la adecuada atención y cuidado

7
Sentencia T-278/18
8
Sentencia T-503 /16.
del recién nacido. Toda trabajadora en estado de embarazo tiene derecho a una
licencia de dieciocho (18) semanas en la época de parto, remunerada con el salario
que devengue al momento de iniciar su licencia. 2. Si se tratare de un salario que no
sea fijo como en el caso del trabajo a destajo o por tarea, se tomará en cuenta el
salario promedio devengado por la trabajadora en el último año de servicio, o en todo
el tiempo si fuere menor. 3. Para los efectos de la licencia de que trata este artículo, la
trabajadora debe presentar al empleador un certificado médico, en el cual debe
constar: a) El estado de embarazo de la trabajadora; b) La indicación del día probable
del parto, y c) La indicación del día desde el cual debe empezar la licencia, teniendo
en cuenta que, por lo menos, ha de iniciarse dos semanas antes del parto”

Además, el artículo 2.1.13.1 del Decreto 780 del 6 de mayo del 2016, dispone, en relación
con el reconocimiento de la licencia de maternidad, lo siguiente:

“Artículo 2.1.13.1. Licencia de maternidad. Para el reconocimiento y pago de la


prestación de la licencia de maternidad conforme a las disposiciones laborales
vigentes se requerirá que la afiliada cotizante hubiere efectuado aportes durante los
meses que correspondan al período de gestación.

En los casos en que durante el período de gestación de la afiliada, el empleador o la


cotizante independiente no haya realizado el pago oportuno de las cotizaciones,
habrá lugar al reconocimiento de la licencia de maternidad siempre y cuando, a la
fecha del parto se haya pagado la totalidad de las cotizaciones adeudadas con los
respectivos intereses de mora por el período de gestación.

En el caso del trabajador independiente las variaciones en el Ingreso Base de


Cotización que excedan de cuarenta por ciento (40%) respecto del promedio de los
doce (12) meses inmediatamente anteriores, no serán tomadas en consideración, en
la parte que excedan de dicho porcentaje, para efectos de liquidación de la licencia de
maternidad o paternidad.

El empleador o trabajador independiente, deberá efectuar el cobro de esta


prestación económica ante la EPS o EOC.” Subrayado y negrilla fuera de texto.

Asimismo, a través de la Circular Externa 000024 del 19 de julio de 2017, el Ministerio de


Salud y Protección Social reiteró los requisitos señalados en la Ley 1822 de 2017 y el
Decreto 780 de 2016 para el reconocimiento de las licencias de maternidad y paternidad.

La anterior regulación permite concluir que cuando se trata de trabajadoras


dependientes, para obtener el reconocimiento de la licencia de maternidad, aquéllas
deben presentar ante el empleador un certificado médico, en el cual debe constar: a) el
estado de embarazo de la trabajadora; b) la indicación del día probable del parto, y c) la
indicación del día desde el cual debe empezar la licencia, teniendo en cuenta que, por lo
menos, ha de iniciarse dos semanas antes del parto.

En ese sentido, en el caso sub judice, es palmario que la Clínica La Salle, como
consecuencia de su inesperado cierre y ante la poca información ofrecida por sus
administradores, no permitió de alguna u otra manera que la suscrita le informara y
solicitara mediante los respectivos documentos probatorios para ello, la concerniente
licencia de maternidad, así como el pago de la misma, puesto que, a mediados del mes de
septiembre del año 2018, cuando me dirigí a la clínica La Salle a presentar la incapacidad
médica suscrita por el doctor Oscar Alberto Suárez Flórez, por concepto y con origen en la
denominada licencia de maternidad, sorpresivamente me informaron que la clínica había
cerrado nuevamente, sin embargo, no me expusieron a fondo los motivos por los cuales
había sucedido esto, simplemente me anunciaron que más adelante la clínica iba a
reabrir nuevamente y que continuaríamos laborando en ella, tal y como se fijó en el
contrato laboral suscrito con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A.
(ESIMED).

Así pues, la licencia de maternidad debe ser reconocida por la EPS, pero es el empleador
el que debe pagar a su trabajadora la licencia y luego repetir contra la EPS, así lo
establece el artículo 2.1.13.1. del Decreto 780 del 6 de mayo del 2016: “El empleador o
trabajador independiente, deberá efectuar el cobro de esta prestación económica ante la
EPS o EOC” 

Finalmente, los requisitos de procedencia de la acción de tutela para el pago de licencia


de maternidad, fueron consagrados por la Corte Constitucional en Sentencia T-278/18:

“Esta Corporación ha reconocido a la acción de tutela como el medio idóneo de


defensa para reclamar el pago de una prestación económica como la licencia por
maternidad, si se verifican o se tienen en cuenta dos aspectos relevantes: primero,
que la acción se interponga dentro del año siguiente al nacimiento y segundo, que se
compruebe por cualquier medio la afectación del mínimo vital de la madre y su hijo.
Así mismo la Corte ha establecido que la licencia por maternidad hace parte del
mínimo vital, la cual está ligada con el derecho fundamental a la subsistencia, por lo
que se presume que su no pago vulnera el derecho a la vida digna”

En atención a lo anterior, observa la suscrita que la procedencia de la acción de tutela


como mecanismo para reclamar el pago de esta prestación económica derivada de la
licencia por maternidad se cumple en el presente caso por las razones que pasan a
exponerse:

En primer lugar, en cuanto a la verificación del componente temporal, según el registro


civil de nacimiento de mi hija Mariam Salomé Balaguera Ureña, ella nació el día 31 de
agosto del año 2018 y la acción de tutela fue interpuesta el 04 de abril del año en curso,
es decir un poco más de siete meses después de su nacimiento. Por lo tanto, se cumple
dicha exigencia.

En segundo lugar, de acuerdo con las reglas planteadas, es decir, que se compruebe por
cualquier medio la afectación del mínimo vital de la madre y su hijo, en el presente
asunto resaltó que en la actualidad me encuentra desempleada y no cuento con recursos
económicos para sufragar mis necesidades básicas y las de mi hija, lo que me imposibilita
solventar necesidades como son la alimentación, la vivienda, el vestido, el acceso a los
servicios públicos domiciliarios y la recreación, esto, no solo a mí, sino también a hija
Mariam Salomé Balaguera Ureña de tan solo 07 meses de edad, la cual depende
económicamente de la suscrita, además, como es bien sabido, las necesidades propias de
su edad son onerosas (leche, pañales, cremas, pañitos húmedos, vestimenta y
medicamentos).
En efecto, la Corte Constitucional ha considerado que la falta de pago oportuno de la
licencia de maternidad, en ocasiones, puede afectar los derechos al mínimo vital y a
la vida digna de la madre y de su menor hijo, circunstancias en las que la remisión a
las acciones ordinarias para solucionar la controversia puede hacer nugatorio el
goce efectivo de tales derechos fundamentales, por lo que se activa la competencia
del juez constitucional para conocer de fondo la materia.9

Así, la Corte ha entendido que en los eventos en que la madre dependa de los
ingresos derivados de su actividad laboral y no posea otra fuente de ingreso, la
imposibilidad de desempeñarse normalmente en su trabajo y por consiguiente la
falta de percepción de ingresos remuneratorios tornan a la licencia de maternidad
en una prestación social que adquiere carácter fundamental por encontrarse
íntimamente ligada con el desarrollo integral de la madre y su hijo recién nacido, en
la medida en que representa el único ingreso que permite solventar sus necesidades
básicas de subsistencia.10

Igualmente, la Corte ha establecido que la licencia por maternidad hace parte del
mínimo vital, la cual está ligada con el derecho fundamental a la subsistencia,
por lo que se presume que su no pago vulnera el derecho a la vida digna 11, razón
por la cual, se puede predicar de manera terminante y categórica en el presente caso, que
el mínimo vital efectivamente se ha visto socavado por el no pago de la licencia de
maternidad, dos figuras concatenadas según la Corte Constitucional, ligadas además con
el derecho fundamental a la subsistencia, por lo que se presume que la omisión de su
pago transgrede el derecho a la vida digna y al mínimo vital.

Aunado a lo anterior, se tiene que el solo hecho de no contar actualmente con un trabajo,
no poseer otra fuente de ingreso, ni convivir con el padre de mi hija, genera una falta de
percepción de ingresos económicos que tornan a la licencia de maternidad en una
prestación social de carácter fundamental por encontrarse íntimamente ligada con el
desarrollo integral de la suscrita y de mi hija Mariam Salomé Balaguera Ureña de tan solo
07 meses de edad.

IV. PROCEDIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE TUTELA

Los derechos al TRABAJO, MÍNIMO VITAL, SEGURIDAD SOCIAL y a la ESTABILIDAD


LABORAL REFORZADA, son derechos fundamentales que revisten importancia
constitucional para exigir que sean reconocidos, tramitados y decididos por un tribunal
judicial.

A su vez, se encuentran cumplidos los requisitos para declarar procedente la presente


acción de tutela, estos son: i) la vulneración de un derecho fundamental, ii) cumplimiento
del principio de subsidiaridad y iii) cumplimiento del principio de inmediatez.

9
Sentencia T-278/18.
10
Ibídem.
11
Ibídem.
V. DECLARACIÓN

Manifiesto señor juez de conocimiento bajo gravedad de juramento que no he interpuesto


otra acción de tutela por los mismos hechos ante la autoridad competente.

VI. PRUEBAS

 Reproducción fotostática del contrato laboral de trabajo a término indefinido


suscrito con la empresa Estudios e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED) el día 17
de febrero del año 2017.

 Reproducción fotostática de la historia clínica de la suscrita, con fecha 17 de


septiembre del año 2018, suscrita por la doctora María Mercedes Gómez Blanco,
médico gineco obstétrica.

 Reproducción fotostática de la incapacidad No. 239414 con fecha de registro


01/09/2018, señalando como origen de dicha incapacidad la denominada
Licencia de maternidad a causa de un parto por cesárea, rubricada por el doctor
Oscar Alberto Suárez Flórez.

 Reproducción Fotostática de certificado emitido por el RUAF y el SISPRO el día 03


de abril del año 2019, perteneciente al sistema de afiliaciones a seguridad social
de la suscrita accionante.

 Reproducción de la captura de pantalla de la consulta en la página web de la


Superintendencia de Sociedades, acerca del estado actual de la empresa Estudios
e Inversiones Medicas S.A. (ESIMED).

VII. ANEXOS

Los relacionados en el acápite de pruebas documentales de la presente acción de tutela.

VIII. NOTIFICACIONES

Recibo notificaciones en la Calle 18 N11-18 del Barrio La Libertad, al teléfono 314


399 5440 – 302 446 1492, o al correo electrónico yastrid_95@hotmail.com.

Con el mayor respeto,

_______________________________________________
DOLLY ASTRID UREÑA BARBOSA
C.C. 1.090.487.679

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