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La armónica de cristal es un instrumento idiófono.

Es el resultado de una automatización para el tañido del juego de copas musicales llevada a cabo
por Benjamin Franklin en 1762, después de ver en Cambridge (Inglaterra) un concierto de copas de
vino llenas de refresco tocadas por el inglés Edward Delaval (1729-1814).1 La primera ejecución en
público fue ese mismo año con la interpretación de la inglesa Marianne Davies (1743 o 1744-ca. 1818),
que después haría gira con su hermana pequeña, la soprano Cecilia Davies (ca. 1756-1836), siendo
ésta aún una niña. Actuarían en Dublín (en 1763), en Londres y, también, en la Europa continental,
donde entrarían en relación con la familia Mozart.2 Cecile y Marianne mantendrían correspondencia
con Benjamin Franklin.3
La armónica de cristal consiste en una serie de platos o boles de cristal de diferentes tamaños
superpuestos y alineados horizontalmente, atravesados por un eje conectado por correa a un pedal
que los hace girar mientras se toca, a la manera de una vieja máquina de coser. Se toca mojando los
dedos ligeramente y tocando los platos mientras giran, lo que produce un sonido cristalino.
Actualmente tiene un registro de cuatro octavas.
En algunos lugares estuvo prohibida porque se consideraba dañina. Se decía que
provocaba cáncer en quienes la tocaban; aunque hoy en día se sabe que la causa real era el plomo
con el que antiguamente se hacían los cristales y que también podía ser causa de saturnismo, motivo
por el cual su uso vuelve a ser cada vez más frecuente, eso sí, con armónicas fabricadas de cristales
sin plomo.
Hoy en día es un instrumento poco utilizado, aunque algunos músicos, como el cantante Tom Waits en
su álbum Swordfishtrombones, en su afán de innovación lo han utilizado para ampliar su sonido.

Una armónica de cristal tocada por el concertista Thomas Bloch (2007).


Debido al problema del plomo en los cristales que había antaño (produjo envenenamientos en los
músicos), fue sustituida por flautas. Desde los años 80 del pasado siglo, se ha vuelto a utilizar en
determinadas versiones de la célebre Escena de la locura de la ópera Lucia di Lammermoor,
de Donizetti.

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