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Los investigadores se centraron en áreas complejas de los patrones de percepción

en las que los humanos más se alejan de los animales, pero también en otras
capacidades auditivas y vocálicas más primarias. Los socios confeccionaron un
exhaustivo marco teórico inspirado en la teoría de lenguajes formales y emplearon
el aprendizaje gramatical artificial como principal herramienta empírica. Además
de estudiar las características del lenguaje humano, los socios examinaron los
patrones visuales y auditivos de chimpancés, monos, loros, palomas y cuervos,
aportando así una dimensión comparativa a su estudio. Asimismo, se comparó la
cognición dentro de la especie humana en los campos del lenguaje, la música y
los patrones visuales, que suelen considerarse diferentes en esencia. Los
investigadores hallaron similitudes fundamentales relacionadas con un mecanismo
multidisciplinar de aprendizaje y aplicación de normas jerárquicas abstractas,
utilizado por igual en los dominios de la música, el lenguaje y el arte. Para probar
su hipótesis, compararon los procesos humanos de aprendizaje de patrones
auditivos y visuales y lograron demostrar que estos poseen una capacidad
abstracta para reconocer y generar estructuras gramaticales y recursivas en el
ámbito de lo visual. Los resultados del proyecto avalan la tesis de que los
humanos están dotados de una extraordinaria capacidad multimodal de
procesamiento de patrones abstractos a partir de información jerarquizada
(diagramas de árbol) independientemente del dominio o la modalidad sensorial de
los que se trate. Por otra parte, se demostró que el ser humano disfruta de una
capacidad e inclinación innatas hacia el pensamiento jerárquico que aplica a
distintos dominios sensoriales y culturales. Los hallazgos apuntan a una tendencia
general hacia un cierto tipo de orden y complejidad. La investigación con animales,
por su parte, demuestra que las tareas que implican relaciones y jerarquías entre
elementos, por sencillas que sean, resultan complicadas incluso para los que
poseen los cerebros más grandes. Sin embargo, muchas especies de aves y
primates no humanos utilizan patrones secuenciales más simples.

Hay varias teorías que explican porque humanos son especiales en la


categoría de comunicación y pueden expresarse verbalmente con un lenguaje
específico. Una teoría, de Jean Aitchison, es que los humanos evolucionaron un
cerebro más grande por causa de un medio ambiente desventajado que les
provocó comer más carne y les permitió desarrollar el lenguaje humano. Y
menciono esta teoría porque me parece atrayente ya que sugiere que el lenguaje
se ha sido posible biológicamente y no es algo que se ha aprendido o creado.
También afirma la postura de que el lenguaje es algo innato y no es algo que se
adquiere. Estoy más de acuerdo con la teoría de Aitchison porque creo que tiene
sentido y es la más concreta de todas por su explanación específica. Por ejemplo,
Aitchison dice que el cerebro es más grande y por eso humanos han sido
permitidos a comunicarse verbalmente y a un nivel más alto que los animales.
Este afirmación es clave porque después nos confundiéramos en como nosotros
podemos hablar pero no los monos de quienes supuestamente nos
evolucionamos. El también declara que la postura recta de los humanos ha
alterado la forma de la boca y el tracto vocal que causó una gama de sonidos
coherentes. Otra vez la postura de que el lenguaje es algo innato es afirmado a
través de la declaración que el aspecto físico del humano tiene que ver con la
habilidad de poder hablar, algo que también nos diferencia de animales quienes
por general caminan con la espalda doblada.

Los sistemas de comunicación usados por ambas especies poseen un mismo fin:
que la trasmisión de mensajes afecte el comportamiento del otro (el receptor).
Si bien es cierto esta semejanza entre especies, el modo de interacción
comunicativa usado por los humanos posee una diferenciación notoria a la de la
especie animal. Los humanos usan una serie de códigos mucho más complejos y,
por ende, más creativos que, además, pueden hacer alusión a eventos del
pasado, presente o futuro.
Mientras que los sistemas de comunicación animal son derivados de estímulos
externos, y no son aprendidos, sino totalmente innatos e instintivos. Además que
no pueden evocar eventos del pasado.
 
Las diferencias en los sistemas de comunicación de ambas especies dificulta el
proceso de interacción completa y eficaz entre humanos y animales. Tomando en
cuenta que tenemos una mínima comunicación, es decir, entendemos que cuando
nuestro perro esta triste y decaído acudimos al método de la interacción por
acercamiento para manifestar nuestro acompañamiento. De la misma manera que
el perro puede detectar un decaimiento sentimental en nosotros y representar su
afecto a través de acciones como, lamernos. Del mismo modo sucede cuando le
damos una orden y el animal la acata. Pero los códigos aplicados con su misma
especie, serán totalmente diferente y más escasos que los códigos usados entre
seres humanos.

omportamientos se nutren y se crean a través de códigos y signos de los cuales


carece la especie animal, pues los animales no tienen una lengua; en defecto,
aunque se pudiera creer que los sonidos emitidos por ellos actúan como un tipo de
lengua acústica, difícilmente, los animales crearían a partir de ese mismo sonido
una nueva señal de comunicación debido a su incapacidad de razonar. Además,
se debe considerar que los sonidos emitidos por los animales varían y se limitan
según la clasificación de los grupos en los que están distribuidos.
Cada uno tanto el animal como el ser humano, tiene su propia comunicación y
lenguaje pero el fin de su uso es el mismo, esa es la semejanza, que ambos lo
utilizamos para expresar tanto emociones como sentimientos.
En cuanto a las diferencias podemos decir que la lengua animal esta ligada a una
situación concreta; expresa un estado o sentimiento y sirve para la continuidad de
la especie y su conservación, es decir, se mantiene invariable. Por el contrario la
lengua humana no se reduce a una situación concreta (puede ser presente,
pasado o futuro) cuestión del tiempo en el que se esté hablando. El ser humano
utiliza la lengua con objetivos sociales y estéticos como por ejemplo la literatura;
sufre cambios y se usan signos de forma consciente.

Ejemplo de esta discrepancia lingüística es la manera en que los humanos se


comunican cuando se encuentran en una situación de peligro, la cual abarca
desde señales instintivas hasta señales inventivas racionalmente. En cambio los
animales simplemente pudieran implicar solo señales instintivas.

La divergencia fundamental es que los humanos usamos la doble articulación del


lenguaje para comunicarnos, mientras que los animales actúan por instinto, es
decir, ellos no pueden sintetizar y utilizar el lenguaje como nosotros. 

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