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En psicología, se hace la distinción de dos términos afines utilizados frecuentemente como

sinónimos: autoconcepto y autoestima. El primero tiene relación con la descripción que un individuo
posee de su persona. El segundo, es el valor dado a esa caracterización. Se constituyen como elementos
perceptivos preponderantes en la identidad de un ser humano.

El problema surge cuando ambas son alteradas a tal nivel, que solo aquella persona con
tendencia a relucir por sobre los demás, podría alcanzar un status inalcanzable para el resto. La Auto
Importancia se concibe como la necesidad incesante de recibir los aplausos y el reconocimiento de una
audiencia por los logros alcanzados. Personas que no poseen mayor sensibilidad y se concentran tan
solo en sí mismos. Su búsqueda es resaltar y ser el centro de todo quehacer público o privado.

El riesgo, es cuando la autoimportancia trae por resultado un pensamiento recurrente que


podría desencadenar en rasgos obsesivos. Alcanzar la gloria y reconocerse a sí mismo como alguien
superior y de una suprema valía que solo pocos alcanzan. Personas que buscan la propia vanagloria,
desmereciendo al prójimo.

Asimismo, existen alteraciones de los sentimientos de valor. Dificultades que se experimentan


en relación a vivencias de la propia valía. Uno de ellos, son los sentimientos de sobrevaloración. Se
define como “estado afectivo habitualmente exaltado, en el cual un paciente siente que tiene
capacidades por sobre lo habitual” 1. Es decir, se considera un ser especial de una forma irracional.

El individuo posee una confianza en sí mismo de una manera exagerada. No tolera la crítica,
pues, no le da mucho interés a la opinión de terceros. Concibe en sí mismo, una sabiduría supravalórica.
Ricardo Capponi, Catedrático de la Universidad de Chile de la facultad de medicina, departamento de
psiquiatría, refiere en una de sus obras: “la persona vive y expresa un elevado sentimiento de fortaleza y
capacidad”. 2

Los párrafos anteriores tienen vinculación directa con trastornos en el contenido del
pensamiento o trastorno de la ideación, de forma clínica denominados delirios. Un delirio se comunica
en ideas, las cuales se elaboran desde un juicio de realidad. Un individuo con rasgos delirantes tendrá
una certeza y convicción en torno a su apreciación de sí mismo y de los eventos que ocurren a su
alrededor. 3

1
Capponi, Ricardo (1996) Psicopatología y Semiología Psiquiátrica. Cuarta edición. Santiago, Chile. Editorial
Universitaria. pp 132
2
Capponi, Ricardo (1996) Psicopatología y Semiología Psiquiátrica. Cuarta edición. Santiago, Chile. Editorial
Universitaria. pp 132
3
Capponi, Ricardo (1996) Psicopatología y Semiología Psiquiátrica. Cuarta edición. Santiago, Chile. Editorial
Universitaria. pp 101
De acuerdo a las ideas delirantes en relación al contenido, una forma es el delirio de grandeza.
Según el catedrático Ricardo Capponi “es un trastorno de la significación de la vivencia de la propia valía
con sus capacidades y limitaciones, por lo que sus contenidos son de grandeza, de poseer capacidades
únicas y especial, poderes, riquezas e influencias”. 4

Son ideas tan reales para quienes las poseen, que se hacen inquebrantables e inamovibles del
pensamiento. Convicciones que sesgan toda realidad y vulneran una sana visión y concepto de sí mismo.
Si bien para quienes le rodean puedan concebirse como irracionales, para las personas que poseen un
alterado juicio de realidad, sencillamente no lo es. Asumen que su vida está marcada por éxitos y
vivencias superlativas.

De acuerdo a lo planteado, podríamos encontrarnos con diversos conceptos que pese a tener
una definición distinta, hablan de la misma perspectiva o tendencia. Individuos centrados en sí mismos,
acreedores de la verdad, escasa sensibilidad con el resto y un juicio de realidad patológicamente
falseado. La vanidad, la soberbia y la arrogancia, poseen su lugar en lo descrito.

Karen Horney, psicóloga alemana, señalaba hace algunas décadas el que existen imágenes
idealizadas que se construyen en algunas personalidades. En contraste con una la autenticidad, la
imagen idealizada es una obstrucción fehaciente al crecimiento personal. Es una idea que lisa y
llanamente cae en la idolatría. Un individuo con una imagen idealizada, negará sus propios defectos y
condenará a quienes le enjuicien.

En su teoría de la Neurosis, Horney en 1945 expresaba desde un enfoque psicoanalítico “los


ideales genuinos conllevan humildad, la imagen idealizada conlleva arrogancia” (citado en Sollod, R.
2009 pp 235)5. Por lo cual, todo intento de preservación de un juicio de realidad sin alteraciones, se
vería frustrado. La arrogancia, es el resultado de una autopercepción, autovaloración y autoimagen
falseada e inflada. Una persona arrogante, solo valorizará a un solo individuo: A sí mismo.

4
Capponi, Ricardo (1996) Psicopatología y Semiología Psiquiátrica. Cuarta edición. Santiago, Chile. Editorial
Universitaria. pp 107-108
5
Sollod, Robert et al. (2009) Teorías de la personalidad: Debajo de la Máscara. 8va. Edición. Capítulo 10 Karen
Horney, Enfoque Psicoanalítico Social, Pp 235. México. Editorial Mc Graw-Hill

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