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IBÁÑEZ MÉNDEZ, INÉS.

Medio Ambiente: Enfoque ético – religioso


(Madrid: Nómadas, 2000)
CONRAD, JUANA
Parlamento de las religiones del mundo: Principios de una ética mundial
(Isegoría: Revista de Filosofía Moral y Política, 1993)

Inés Ibáñez Méndez, miembro del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales –


Universidad Complutense de Madrid, quien ha realizado un análisis del papel de
las religiones frente a la protección del medio ambiente en el artículo “Medio
Ambiente: Enfoque ético-religioso” y Juana Conrad, autora del artículo
“Parlamento de las religiones del mundo: Principios de una ética mundial“, analiza
el fundamento de las religiones desde lo individual a lo colectivo frente al
comportamiento con la naturaleza.

Inés Ibáñez Méndez, realiza un análisis de los principios que rigen la ética actual
en relación con el Medio Ambiente, describe mediante tres capítulos el
fundamento e impacto con la naturaleza.

En el capítulo I. “La llegada de la era tecnológica”, describe a la sociedad como


consumista que se basa en la explotación desmesurada de la naturaleza y se
fundamenta en tres elementos básicos; la ciencia, la técnica y la economía
industrial, tomando en consideración única y exclusivamente los costes
económicos.

En cuanto al capítulo ll. “Religiosidad Occidental y Naturaleza”, presenta a las tres


religiones: El Cristianismo, en donde afirma que ha sido muy atacada por los
movimientos ecologistas por considerarla la culpable del desastre ecológico en su
incitación al hombre a dominar la tierra de acuerdo a los textos bíblicos. Sin
embargo, la iglesia católica se ha pronunciado en varias ocasiones en expresar las
preocupaciones ambientales ante el desarrollo incontrolado de la humanidad.
Respectivamente la religión judía y musulmana, siguen un esquema de conducta
muy similar a la cristiana, que se conecta con los mismos libros sagrados en los
que se enfatiza que la tierra ha sido puesta a disposición del hombre. El autor
plantea una pregunta, ¿qué reflejo tienen realmente estos principios en la vida
diaria de los judíos?, es decir cómo se aplican sus tradiciones a la protección de la
naturaleza.

Posteriormente, en el capítulo lll. Religiosidad Oriental, los budistas al igual que los
hinduistas tienen fábulas acerca de la defensa de los árboles pueden cortarlos,
salvo muy estrictas circunstancias. Con respecto a la protección de los animales,
se diferencian radicalmente. No tienen un carácter sagrado, pero constituye su
primer y principal mandamiento; No mataras.
Final mente el autor concluye que hoy en día todas las religiones, todas las
filosofías e ideologías tanto en oriente, como en occidente reprochan el deterioro
del Medio Ambiente e instan a los ciudadanos a ponerle remedio. Analiza el
panorama actual del papel de la religión frente a la situación actual y califica que
es más que un acto de cinismo colectivo desenmascarado con la celebración de
Convenios y Conferencias Internacionales; desde la de Estocolmo, pasando por la
de Río hasta la reciente de Kioto, señala que una cosa son las declaraciones de
intenciones y otra poner límites a un desarrollo.

Continuando con el análisis de las religiones y el medio ambiente, Juana Conrad,


publica en la revista Isegoría el artículo “Parlamento de las religiones del mundo:
Principios de una ética mundial”, en donde hace un llamado a todos los habitantes
del planeta a cambiar de mentalidad, en cuanto a conciencia individual y colectiva,
por un despertar de las fuerzas espirituales por la vía de la reflexión, la meditación,
la oración y el pensamiento positivo, por la conversión del corazón e incita
arriesgarnos y sacrificarnos para lograr un cambio fundamental de la situación del
planeta. Termina haciendo una invitación a que nos comprometamos por una ética
mundial común: por un mejor entendimiento mutuo y por unas formas de vida
socialmente conciliadoras, promotoras de la paz y amantes de la Naturaleza.

Es relevante mencionar que el papel del hombre frente a la naturaleza es


transcendental, según Toledo (2008), al extraer materia y/o energía de los
recursos naturales se convierten en bienes o servicios para el desarrollo social,
“La apropiación califica entonces el acto por el cual un sujeto social hace suya una
"cosa” material, y se aplica en este caso a la acción por la cual los seres humanos
extraen un “fragmento de naturaleza” para volverlo un componente social.

Dado lo anterior, el ser humano tiene una apropiación de la naturaleza, puesto que
le ofrece amplios recursos para su sostenimiento, desarrollo y economía, por
ende, la naturaleza se encuentra a su servicio. Sin embargo, cuando el hombre se
organiza en sociedades, pasa de tomar de lo necesario para su subsistencia a la
apropiación de los recursos naturales para su beneficio económico, sin tener en
cuenta el uso inapropiado de los mismos. Entonces observamos la carencia de
una ética moral y espiritualidad, que solo las religiones instruyen mediante sus
creencias y normas de comportamiento. Tanto la política como la religión,
constituyen fundamentos que protegen a la naturaleza, si bien es cierto, nuestra
constitución política cuenta con la normativa que expresa una relación directa con
la preocupación por el medio ambiente, sin embargo no aplica la normativa
cuando se trata de restringir grandes industrias que mueven economías a mayor
escala, como es el caso del sector de hidrocarburos.

Ibáñez y Conrad revelan el vacío en la práctica de las religiones que fundamentan


sus principios en la relación armoniosa del hombre y la naturaleza. En
concordancia con Ibáñez (2000), afirma que la conciencia ecológica esta innata en
todas las religiones y por tanto es cuestión de llevarla a la práctica a través del
sistema educativo, pero sobre todo a través de la implementación por parte de los
poderes públicos. Sin embargo, implementar conciencia ecológica en el sistema
educativo, requiere de una voluntad política y de la reestructuración del sistema
económico el cual se basa en el consumismo y capitalismo.

Aunque la base de las diferentes religiones anteriormente mencionadas,


constituye una relación utópica entre el hombre y la naturaleza conforme a sus
textos bíblicos, se observa claramente que los principios éticos quedan en textos y
en acuerdos, aunque tienen miles de seguidores y fieles, tristemente no influyen
en promover el respeto hacia la naturaleza. De acuerdo a Cruz (2017), las
religiones se sienten legitimadas en este momento histórico para realizar su
aporte, en el sentido de ampliar derechos y humanizar los modelos de desarrollo,
es decir poseen un reconocimiento e impacto mayores por su función social, que
por su propia misión religiosa.

Se observa con gran decepción que las religiones no aprovechan la gran


influencia que tienen sobre sus seguidores, si tan solo hicieran cumplir el pilar de
todas sus leyes basadas en el respeto y la protección hacia naturaleza, la cual se
expresa en distintas formas, pero con el mismo significado en sus diferentes textos
sagrados, lastimosamente mueven grandes masas, pero bajo fines económicos
que finalmente beneficia a sus mentores, desviando la ética, la moral y el objetivo
de sus verdaderos fundamentos, que finalmente impiden alcanzar medidas que
frenen la degradación de nuestro entorno.

Mas que la reformulación de la ética y principios que las diferentes religiones


ostentan, los planteamientos de tratados que protejan el medio ambiente, las
políticas y sentencias ecológicas e implementación de economías verdes, entre
otras; se requiere de un cambio radical en el pensamiento individual del ser
humano, de generar valor y conciencia hacia el daño integral causado a la
naturaleza, de ser más consecuentes en la explotación inadecuada de los
recursos naturales, puesto que se tiene una transición de lo necesario para
subsistir y desarrollo social Vs. beneficio económico que genera la explotación de
los recursos no renovables. De igual manera se hace necesario que los gobiernos
fomenten la educación ambiental desde el primer año académico estudiantil, la
formación desde la niñez con conciencia ambiental podría generar un gran cambio
a las futuras generaciones.

En conclusión, si cada uno cambiáramos en darle el valor y respeto que la


naturaleza tiene por derecho, qué más podríamos lograr de manera colectiva para
el desarrollo de las sociedades sostenibles, religiones que realmente apliquen sus
fundamentos basados en la protección de la naturaleza y nuevos sistemas
económicos y políticos ecoamigables, todo depende de una reestructuración de
mente para lograr grandes cambios en nuestro planeta.
Karen Nathaly Romero Carrillo
Primer semestre – Especialización en Gestión Ambiental - Abril de 2020
BIBLIOGRAFÍA

Ibanez, M. (2000). Medio Ambiente: Enfoque ético – religioso. Nómadas. Universidad


Complutense de Madrid.

Conrad, J. (1993). Parlamento de las religiones del mundo: Principios de una ética
mundial. Isegoría: Revista de Filosofía Moral y Política, 7-21.

Toledo, V. (2008). Metabolismos rurales: hacia una teoría económico-ecológica de la


apropiación de la naturaleza. Revibec: Revista iberoamericana de economía
ecológica, 7,1-26.

Cruz, J. y Mallimic, F. (2017). Religion, Medioambiente y Desarrollo Sustentable.


Revista de Estudios Sociales, 72-86.

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