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Conga
Conga
En el Perú, las empresas mineras han demostrado que no tienen una buena
relación con las poblaciones aledañas a sus operaciones, aunque existen
ejemplos de una excelente coexistencia entre una minera y la población. Un
ejemplo de no existencia de buena prácticas de relacionamiento
comunitario es la relación existente entre Minera Yanacocha y la población
de la Región Cajamarca. Por ello, dos de las principales causas socio-
jurídicas de la oposición a la expansión de actividades mineras de
Yanacocha han sido: la desconfianza de la población hacia la empresa y los
conflictos originados por sus actividades durante más de 23 años de
explotación minera.
Al existir un alto porcentaje de desconfianza en la población, respecto a las
actividades mineras, el Estado Peruano está en la obligación de acompañar
el desarrollo de los estudios de impacto ambiental; sin embargo, el EIA de
Conga no tuvo este acompañamiento, es decir, la consultora elaboró el EIA,
con la aprobación de los términos de referencia aprobados por el MEM, el
cual es promotor de la inversión minera, pero también tiene como objetivo
la defensa del medio ambiente.
En este contexto, las preguntas que surgen son: ¿El MEM podría promover
la inversión minera y defender el medio ambiente? ¿Existe la posibilidad de
que el MEM apruebe los términos de referencia sin conocer la realidad, es
decir, como un mero trámite administrativo? ¿La consultora que realiza el
EIA puede ser imparcial, cuando el pago por el estudio de impacto es
realizado por la empresa minera? ¿Existe la posibilidad de que la empresa
minera solicite una reducción del área de influencia directa a la consultora?
¿El establecimiento del área de influencia se informa a las poblaciones que
se encontrarán dentro del área de influencia directa, así como a las
poblaciones que quedaron fuera de ella? ¿Existe la posibilidad de que las
poblaciones afectadas queden fuera del área de influencia directa o
indirecta?
Responder a cada una de estas preguntas va más allá del objetivo de este
artículo. Lo que sí se intenta es demostrar, a través de la información
recogida en el trabajo de campo, que existe población de la provincia de
Hualgayoc, específicamente, del Centro Poblado El Tambo del distrito de
Bambamarca, que se verá afectada por el desarrollo del proyecto Conga, y
que ha sido un actor principal en las protestas. A pesar de todo ello, esta
población no ha sido tomada en cuenta en el Estudio de Impacto
Ambiental, es decir, la visita de campo revela que El Tambo se verá
afectado por el proyecto minero, pero, hasta el momento, ni Minera
Yanacocha, ni el Estado han tomado contacto alguno con la población.
Las principales causas que se constataron en el trabajo de campo, para no
hacer partícipe a la población del centro poblado, son las siguientes:
1. La primera causa es la resistencia de la población hacia la minería,
debido a la existencia de pasivos ambientales mineros en la provincia de
Hualgayoc – Bambamarca. Estos pasivos han dejado contaminados los ríos
del valle del Llaucano, por ello, la población no tiene un recuerdo positivo
de la minería. Por todo lo antes mencionado, la empresa consultora y la
empresa minera pudieron conocer perfectamente de la resistencia, lo que
posiblemente llevó a la decisión de no tomar en cuenta a la población de El
Tambo.
2. La segunda causa es la desconfianza que existe frente a las personas
y vehículos foráneos, especialmente, los que tienen logos de la empresa
minera o del proyecto. Esto se evidencia con las innumerables tranqueras
que existen durante todo el camino, desde el centro poblado hasta las
operaciones del proyecto Conga. Los entrevistados, dirigentes de El Tambo,
comentaron que los foráneos están impedidos de visitar su ciudad, ya que
existen antecedentes de aplicación de la justicia rondera en ingenieros y
vehículos pertenecientes a la empresa minera, durante el estallido del
conflicto, hasta la actualidad. Esta causa está estrechamente ligada a la
primera, debido a que los trabajadores de la empresa, cuando el proyecto
estaba en exploración, transitaban por los caminos sin informar a la
población acerca de la existencia de un proyecto minero.
Estas causas pudieron ser un impedimento para la empresa consultora y la
empresa minera, pero no para una entidad estatal como el MEM que, con
una mínima coordinación con el Gobierno Región Cajamarca o la
Municipalidad de Bambamarca, debió conocer que los impactos del proyecto
iban más allá de las provincias de Cajamarca y Celendín.
A modo de conclusión, se debe señalar que este caso es solo un ejemplo,
dentro de los muchos que se encontraron en el trabajo campo, que
demuestra la facilidad que existe para no tomar en cuenta una determinada
zona al momento de establecer las áreas de influencia, lo que genera una
desprotección de los derechos de los ciudadanos, además, refleja las
grandes deficiencias de las instituciones, como el MEM, para constatar o
realizar un seguimiento real de la información proporcionada en los
estudios de impacto ambiental.
El relacionamiento con la población de las áreas de influencia:
Luego de evidenciar las falencias que existen al momento de establecer las
áreas de influencia, se pasará a comentar lo que sucede actualmente con
las relaciones existentes entre Minera Yanacocha y las poblaciones del área
de influencia directa e indirecta.
El EIA de Conga establece dos niveles para la determinación del área de
influencia directa e indirecta: el Área de Estudio General (AEG) y el Área de
Estudio Específico (AEE). Por ello, concluye que los caseríos que conforman
el AID del proyecto son: Quengorío Bajo, Huasiyuc Jadibamba, Piedra
Reonda Amaro, Chugurmayo, Namococha, El Porvenir de la Encañada,
Lagunas de Combayo, Agua Blanca, Quengorío Alto, San Nicolás y Santa
Rosa de Huasmín. Asimismo, en el AII, se encuentran los siguientes
caseríos: Alto N° 8, Bajo Coñicorgue, Chilac N° 8, Cruz Pampa, El Alumbre,
El Lirio, El Tingo, El Valle, Faro Bajo, Huangashanga, Jadibamba Baja,
Jerez, Shihuat, La Chorrera, Quinuapampa, San José de Pampa Verde, San
Juan de Hierba Buena, Shanipata, Tablacucho, Uñigan Lirio, Uñigan Pululo,
Yerba Buena Chica y los distritos de Sorochuco, La Encañada y Huasmín, y
las provincias de Celendín y Cajamarca.
Minera Yanacocha, según las entrevistas realizadas a la población de los
diferentes caseríos, inició su relacionamiento sin informar directamente de
lo que iba a suceder en las lagunas, es decir, existió una evidente asimetría
de la información. La empresa minera ingresó a través de diversas formas,
según comentan los pobladores: llevando juguetes o insumos de primera
necesidad a la población, iniciando capacitaciones sobre salud, educación o
agricultura, entre otras acciones. Todas las reuniones tenían como finalidad
obtener las firmas de la mayor cantidad de pobladores de los caseríos.
Hasta ese momento, los dirigentes y la población de los caseríos
desconocían del proyecto Conga; sin embargo, cuando se iniciaron las
coordinaciones entre los dirigentes de los centros poblados, rondas
campesinas, frentes de defensa, ong’s, municipalidades y gobierno
regional, entonces, la información acerca de la posible desaparición de las
lagunas hizo que los dirigentes de los caseríos tomen conocimiento de que
sus firmas habían sido utilizadas como señal de aprobación al proyecto,
como declararon varios de los dirigentes de los caseríos del área de
influencia indirecta.
Una vez iniciado el estallido del conflicto, Minera Yanacocha redujo
drásticamente su área de relacionamiento comunitario, ya que la población
tomó conocimiento del posible desarrollo del proyecto, el cual afectará las
lagunas que les han proporcionado agua por varias generaciones, en
consecuencia, los ríos que se forman en las alturas, en las lagunas,
desaparecerían.
Actualmente, Yanacocha se relaciona comunitariamente con un mínimo
número de pobladores y caseríos, los cuales reciben diversos beneficios
como la contratación de pobladores para realizar actividades de limpieza de
cunetas, contratación de las empresas de transporte de algunos
pobladores, construcción de infraestructura para mayor disponibilidad de
agua potable, construcción de carreteras, entre otros beneficios. Además,
se comprobó que no se están otorgando beneficios a los caseríos del AII.
Esto contradice la versión de la empresa minera, cuando señala que existen
32 comunidades que apoyan el desarrollo del proyecto , pero sin dar a
conocer el nombre de éstas.
En conclusión, el desarrollo de las actividades de relacionamiento
comunitario debe llevarse a cabo de manera transparente, para no originar
un conflicto social que pueda paralizar las actividades de una determinada
operación minera. El Estado, a través del MEM, Ministerio del Ambiente,
Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad, Defensoría del Pueblo,
Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental y el Servicio Nacional de
Certificaciones para las Inversiones Sostenibles (SENACE) están en la
obligación de reducir la asimetría de información existente, la cual viene
siendo mal utilizada por las empresas mineras para sustentar la licencia
social, lo que genera grandes conflictos sociales.
Conclusiones:
Los escenarios político y social de noviembre del 2011 fueron
negativos para el Gobierno de Ollanta Humala, respecto a la posibilidad de
sacar adelante el proyecto minero Conga, pero el escenario económico era
favorable. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Pablo tiene los tres
escenarios muy desfavorables. Todo esto sumado a los niveles de pobreza
y pobreza extrema que tiene la Región Cajamarca, pese a los 23 años de
explotación minera.
El EIA de Conga no toma en cuenta al Centro Poblado El Tambo de la
provincia de Hualgayoc, por ello, es preciso señalar que el problema del
establecimiento del área de influencia debe ser solucionado lo más pronto
posible, ya que existe la posibilidad de la generación de nuevos conflictos a
causa de estas lagunas en las normas mineras y ambientales.
Uno de los principales errores de Minera Yanacocha fue relacionarse
con las poblaciones aledañas a su proyecto minero con mentiras o verdades
a medias, es decir, sin informar acerca de la posibilidad de que sus
lagunas, ríos, humedales y bofedales, los cuales son esenciales para sus
actividades de agricultura y ganadería, desaparecerían. Otro error fue
reducir su relacionamiento comunitario a unas pocas comunidades, lo que
impide un diálogo en el futuro.