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Tus ojos de lucero son tan brillantes

Tu alma es un Sol resplandeciente.

Te quiero como la Luna a la Tierra.

Pero no soy correspondiendo como la paz con la guerra.

Tu alma tan fría siendo un páramo gélido.

Busco y no te encuentro como una aguja en un pajar.

Porque tus labios de fresas

Han todo el sentimiento del amar.

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