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Autoimagen

La auto-imagen es la imagen que nuestro subconsciente tiene de nosotros mismos. Esta


imagen manipula nuestra personalidad, comportamiento y es responsable de todo lo que
somos en este momento.En ocasiones, cuando hemos propuesto algo a otra persona,
ésta nos ha respondido "Es que yo no valgo para eso". Evidentemente, ésta persona
tiene una imagen negativa de sí misma.
La auto imagen es la clave de la personalidad. Cambiar la auto imagen equivale a
modificar nuestra personalidad y comportamiento. Se adquiere a través de todas las
experiencias vividas desde nuestro nacimiento, e incluso antes de él, en estado de
gestación, empezamos a percibir sensaciones del exterior, a través de nuestra madre.
Tengamos o no conciencia de ello, cada uno de nosotros posee un plan o una imagen
mental de sí mismo. Es nuestra propia concepción de la clase de persona que somos
(o creemos ser) y ha sido formada a través de nuestras creencias acerca de nosotros
mismos.
Nuestros triunfos y nuestros fracasos quedan grabados en nuestro subconsciente, al
igual que la forma en que los demás han reaccionado con respecto a nosotros,
especialmente durante la primera infancia.
Todas las acciones, sentimientos, comportamiento e incluso capacidades, son la
consecuencia directa de esta "autoimagen" que nos hemos forjado. En una palabra,
actuamos como la clase de persona que imaginamos ser.
Nuestra autoimagen está directamente relacionada con la imagen que los demás
tienen de nosotros. A veces nos cuesta aceptar los desencuentros. Pensamos ser
“como actuamos”; pero somos vistos de manera distinta, tienen otra imagen de
nosotros.

La auto-imagen es el factor fundamental para que una persona triunfe o fracase, porque
nosotros somos el resultado de nuestra imaginación. Es imposible ir más lejos de la imagen
que tenemos de nosotros mismos.

Por ejemplo:
Un niño en la escuela dice que “No es bueno para las matemáticas” y siempre obtiene bajas
calificaciones. Una niña piensa que nadie la aprecia y nunca es invitada al baile del colegio,
porque ella misma crea el rechazo con su forma de ser.
Cómo se forma nuestra autoimagen?

Cuando nace un bebé, no sólo no sabe hablar, sino que no tiene consciencia de sí mismo, es decir,
no sabe quién es. Su mundo es su mamá y él es parte de ella.

Poco a poco aprende a hablar y lo hace relacionando las palabras que escucha, con los objetos
que le muestran.
La mamá le dice mamila y se la muestra y el bebé aprende lo que es una mamila, después la
mamá lo alimenta y el pequeño aprende para que sirve.

Así como aprende lo que significan las diferentes palabras, aprende lo que él es, es decir, adquiere
una imagen de sí mismo.

Cuando dice "yo soy", repite lo que papá y mamá dicen de él, cuando platican con otras personas o
cuando le dicen "eres..." o "no seas..."
El escucha estas palabras y como son dichas por papá y mamá las cree, nunca las cuestiona y
pasan a formar parte de su autoimagen: "yo soy..."

La autoeimagen está compuesta, también, por el resultado de las conclusiones que el bebé saca, a
partir de la manera como lo tratan.
Si sus padres u otras personas importantes en su vida lo ignoran, piensa "es porque no me
quieren" y concluye, (aunque no con estas palabras) "seguramente no soy digno de ser querido".

Las etiquetas que nos afectan, son aquellas que escuchamos con mucha frecuencia, de las
personas que son valiosas para nosotros o que son el resultado de relaciones significativas.

La autoimagen que nos formamos es importante, porque determina nuestra actitud ante la vida.
Si pensamos que somos capaces, nos vamos a sentir motivados para actuar y vamos a tener éxito.
Si creemos que somos incapaces, la mayor parte de las veces ni siquiera lo vamos a intentar y
nuestros esfuerzos van a ser relativos y poco exitosos.

El problema es que esas etiquetas que formaron nuestra autoimagen, no son un reflejo real de
nosotros.
Sólo muestran la manera de pensar de la gente que fue parte de nuestra vida.

Veamos un ejemplo:
Enrique y Manuel estudian juntos.
Ambos son excelentes alumnos y su principal gusto es leer libros sobre aventuras y ciencia ficción.
Por lo tanto, pasan muchas horas leyendo en su cuarto.

Los papás de Enrique son muy deportistas.


Cada vez que lo ven sentado leyendo, le dicen:
No seas flojo.
Deberías de ser como los demás niños.

Los papás de Manuel son médicos y también les gusta la lectura.


Cuando lo ven leyendo, les da gusto y lo felicitan.
Probablemente al llegar a la edad adulta la autoimagen de Manuel va a ser mejor que la de
Enrique.
¿Por qué si ambos niños comparten los mismos gustos y actividades, uno puede tener una
autoimagen positiva y sentirse valioso y el otro no?
Porque han sido juzgados y calificados, por los valores personales y las preferencias de diferentes
adultos.

Control de la Autoimagen

El locus de control o lugar de control es un aspecto crucial en el proceso de autocontrol.


Este concepto hace referencia a la explicación que damos a la causa de las situaciones,
influyendo en nuestra forma de percibir, interpretar y reaccionar. En otras palabras el lugar
de control indica dónde ubicamos la responsabilidad de los acontecimientos. Este lugar de
responsabilidad puede ser interno o externo.

Las personas que disponen de un lugar de control interno tenderán a asumir su propia
responsabilidad ante las situaciones, ya que entienden que las cosas dependen de uno
mismo. Así, al enfrentarse a una crisis o superar obstáculos los individuos con control
interno se orientarán a la acción y el control poniendo en marcha habilidades y estrategias
de superación enfocadas a resolver el problema. El resultado de esta implicación personal
es una autoimagen positiva y una mayor satisfacción con la vida.

Quienes se orientan hacia un lugar de control externo atribuirán la causa de los


acontecimientos a la suerte, a terceras personas, al azar, al destino e incluso a causas
mágicas o místicas creyendo que nada depende de ellos. Al enfrentarse con dificultades se
tenderá a la pasividad; el individuo piensa que los resultados no dependen de su propia
acción y no hará nada para resolver el problema, conduciendo a un estado de indefensión y
abatimiento.

Para comprender la importancia y repercusión del lugar de control, un buen ejemplo es su


aplicación en el ámbito de la salud. Ante una enfermedad grave y crónica, la persona con
control interno se responsabilizará de la situación, implicándose directamente en la mejora
de su salud y siguiendo las pautas de tratamiento prescritas por su médico; la persona con
control externo encontrará una causa externa a su enfermedad, percibiéndose incapaz de
controlarla y dedicando menos esfuerzo a su tratamiento.

Fomentar el desarrollo de un lugar de control interno facilitará que ponga en marcha las
estrategias de afrontamiento que mejor se adecúen a sus características y dificultades frente
a los diferentes estresores de la vida. El autocontrol no solo significa manejar y aplicar
estrategias eficaces, sino detectar cuáles pueden resultar más efectivas en un determinado
momento y situación, seleccionado del repertorio de técnicas la más adecuada.

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