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8 Penal 2018
8 Penal 2018
LIBRO VI
JUSTICIA RESTAURATIVA
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
“Artículo 518. Definiciones. Se entenderá por programa de justicia restaurativa todo proceso
en el que la víctima y el imputado, acusado o sentenciado participan conjuntamente de forma
activa en la resolución de cuestiones derivadas del delito en busca de un resultado
restaurativo, con o sin la participación de un facilitador.
Artículo 519. Reglas Generales. Los procesos de justicia restaurativa se regirán por los
principios generales establecidos en el presente código y en particular por las siguientes
reglas:
1
3. La participación del imputado, acusado o sentenciado no se utilizará como prueba de
admisión de culpabilidad en procedimientos jurídicos ulteriores.
5. Los facilitadores deben desempeñar sus funciones de manera imparcial y velarán porque la
víctima y el imputado, acusado o sentenciado actúen con mutuo respeto.
Artículo 520. Condiciones para la remisión a los programas de justicia restaurativa. El fiscal o
el juez, para remitir un caso a los programas de justicia restaurativa, deberá:
1.Informar plenamente a las partes de sus derechos, de la naturaleza del proceso y de las
posibles consecuencias de su decisión.
La conciliación puede presentarse al interior del proceso, en razón a que no existe norma que
de manera expresa lo impida. Igualmente, existe conciliación en desarrollo del incidente de
reparación, entendido hoy como una etapa posterior al fallo de responsabilidad penal1, y,
frente a delitos de carácter querellable, existe la conciliación preprocesal, normada en el
artículo 522 del Código de Procedimiento Penal, en los términos que siguen:
Conciliación preprocesal
1 Artículo 102. Procedencia y ejercicio del incidente de reparación integral. Modificado por el art. 86, Ley 1395 de 2010. En firme la sentencia
condenatoria y, previa solicitud expresa de la víctima, o del fiscal o del Ministerio Público a instancia de ella, el juez fallador convocará dentro de
los ocho (8) días siguientes a la audiencia pública con la que dará inicio al incidente de reparación integral de los daños causados con la
conducta criminal y ordenará las citaciones previstas en los artículos 107 y 108 de este Código, de ser solicitadas por el incidentante.
2
cuando se trate de delitos querellables, ante el fiscal que corresponda, o en un centro de
conciliación o ante un conciliador reconocido como tal.
Tal como se aprecia a partir de la lectura del precitado artículo, el requisito de suma
importancia para la aplicación de este mecanismo de justicia restaurativa es el hecho de que
se encuentre frente a delitos de carácter querellable, delitos listados en el artículo 74 del
Código de Procedimiento Penal de la siguiente manera:
Artículo 74. Conductas punibles que requieren querella. Artículo modificado por el
artículo 5 de la Ley 1826 de 2017. Rige a partir del 12 de julio de 2017. El nuevo texto es
el siguiente: Para iniciar la acción penal será necesario querella en las siguientes
conductas punibles:
1. Aquellas que de conformidad con el Código Penal no tienen señalada pena privativa
de la libertad, con excepción de: Ofrecimiento, venta o compra de instrumento apto para
interceptar la comunicación privada entre personas (C. P. artículo 193); Divulgación y
empleo de documentos reservados (C. P. artículo 194); Abuso de autoridad por acto
arbitrario e injusto (C. P. artículo 416); Revelación de secreto (C. P. artículo 418);
Utilización de asunto sometido a secreto o reserva (C. P. artículo 419); Utilización indebida
de información oficial privilegiada (C. P. artículo 420); Asesoramiento y otras actuaciones
ilegales (C. P. artículo 421); Utilización indebida de información obtenida en el ejercicio de
función pública (C. P. artículo 431); Utilización indebida de influencias derivadas del
ejercicio de función pública (C. P. artículo 432).
2. Inducción o ayuda al suicidio (C. P. artículo 107); lesiones personales sin secuelas que
produjeren incapacidad para trabajar o enfermedad sin exceder de sesenta (60) días (C.
P. artículo 112 incisos 1o y 2o); lesiones personales con deformidad física transitoria (C. P.
3
artículo 113 inciso 1o); lesiones personales con perturbación funcional transitoria (C. P.
artículo 114 inciso 1o); parto o aborto preterintencional (C. P artículo 118); lesiones
personales culposas (C. P. artículo 120); omisión de socorro (C. P. artículo 131); violación
a la libertad religiosa (C. P. artículo 201); injuria (C. P. artículo 220); calumnia (C. P.
artículo 221); injuria y calumnia indirecta (C. P. artículo 222); injuria por vías de hecho (C.
P. artículo 226); injurias recíprocas (C. P. artículo 227); maltrato mediante restricción a la
libertad física (C. P. artículo 230); malversación y dilapidación de los bienes de familiares
(C. P. artículo 236); hurto simple cuya cuantía no exceda de ciento cincuenta (150)
salarios mínimos mensuales legales vigentes (C. P. artículo 239 inciso 2o); alteración,
desfiguración y suplantación de marcas de ganado (C. P. artículo 243); estafa cuya
cuantía no exceda de ciento cincuenta (150) salarios mínimos mensuales legales vigentes
(C. P. artículo 246 inciso 3o); emisión y transferencia ilegal de cheques (C. P. artículo 248);
abuso de confianza (C. P. artículo 249); aprovechamiento de error ajeno o caso fortuito
(C. P. artículo 252); alzamiento de bienes (C. P. artículo 253); disposición de bien propio
gravado con prenda* (C. P. artículo 255); defraudación de fluidos (C. P. artículo 256);
acceso ilegal de los servicios de telecomunicaciones (C. P. artículo 257); malversación y
dilapidación de bienes (C. P. artículo 259); usurpación de tierras (C. P. artículo 261);
usurpación de aguas (C. P. artículo 262); invasión de tierras o edificios (C. P. artículo 263);
perturbación de la posesión sobre inmuebles (C. P. artículo 264); daño en bien ajeno (C.
P. artículo 265); usura y recargo de ventas a plazo (C. P. artículo 305); falsa autoacusación
(C. P. artículo 437); infidelidad a los deberes profesionales (C. P. artículo 445); Violación
de los derechos de reunión y asociación (C. P. artículo 200).
PARÁGRAFO. No será necesario querella para iniciar la acción penal respecto de casos
de flagrancia o en los cuales el sujeto pasivo sea menor de edad, inimputable o se
refieran a presuntas conductas punibles de violencia contra la mujer”.
“La Sala ha dicho, igualmente, que la no realización del referido trámite reviste la
capacidad de generar la invalidez de la actuación por afectación al debido proceso en
aspectos sustanciales, por cuanto para el ejercicio de la acción en relación con los
delitos querellables es requisito de procesabilidad la celebración de una audiencia de
conciliación preprocesal en los términos señalados por el artículo 522 de la Ley 906, en
la que bien podrían las partes llegar a un acuerdo que pusiera fin a las diligencias.”2
2 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Penal. Sentencia de 4 de junio de 2014. M.P. María del Rosario González Muñoz.
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Con ocasión de la Ley 1142 de 2007, se dispuso que todos los delitos cometidos en
situación de flagrancia, aun si ellos hicieren parte del listado de delitos querellables, serían
perseguibles de oficio. Para ilustrar esta situación, se puede citar como ejemplo un caso de
estafa en cuantía menor a 150 salarios mínimos legales mensuales vigentes en el que se
presente una situación de flagrancia. Conforme a lo normado por la Ley 1142 de 2007, al ser
flagrante, pese a ser querellable, este delito sería perseguible de oficio.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia se había referido a la necesidad de querella aún
en los casos de flagrancia, en los siguientes términos:
“La condición de procesabilidad de la acción penal de que tratan las normas referidas
significa precisamente que, a falta de querella o de petición especial en los eventos
expresamente previstos, no pueden los funcionarios judiciales (fiscales - jueces de la
República) adelantar el proceso penal porque el operador judicial no tiene poder
oficioso para investigar, acusar y sentenciar esas específicas conductas.
En las condiciones que revelan los artículos 35 de la Ley 600 y 74 de la Ley 906 de
2004, la ritualidad libremente asumida por el operador judicial desconoce de plano el
presupuesto del proceso penal que en materia de ese listado de conductas punibles
implica la querella; ese es el sentido del presupuesto normativo: “Para iniciar la acción
penal será necesario querella en los siguientes delitos, excepto cuando el sujeto pasivo
sea un menor de edad...”; ello por virtud expresa del poder de configuración del que
ostenta el Legislador.
En consonancia con esa decisión de la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, la
Ley 1453 de 2011(Ley de Seguridad Ciudadana) acabó con este mecanismo, el cual, en
nuestro concepto, se compadecía con el propósito de la seguridad, pues permitía que tales
delitos pudieran ser perseguidos sin necesidad de querella cuando fueren flagrantes,
permitiendo a las autoridades actuar con la urgencia que ameritan los delitos cometidos en
flagrancia, pues existe el término de 36 horas para resolver la situación del capturado, tiempo
que se puede agotar injustificadamente esperando a que el querellante se avenga a presentar
su querella.
Finalmente, la situación expuesta fue resuelta a través de la Ley 1826 de 2017 (procedimiento
penal abreviado y acusador privado), que estableció como no necesaria la querella para iniciar
3 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Penal. Sentencia de 18 de julio de 2007, Radicado 25273. M.P. Alfredo Gómez Quintero.
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la acción penal en los casos de flagrancia, así como en los siguientes tres eventos: cuando el
sujeto pasivo sea menor de edad, cuando el sujeto pasivo sea inimputable y frente a
presuntas conductas punibles de violencia contra la mujer.
Ese, entre muchos otros, es el caso de la Ley 1452 de 2012, con la cual se quiso perseguir
con mayor rigor a los padres o miembros de familia irresponsables. Esta norma,
expresamente en su artículo 1º enseña que su objeto es el de “garantizar la protección y
diligencia de las autoridades en la investigación de los presuntos delitos de violencia contra la
mujer y eliminar el carácter de querellables y desistibles de los delitos de violencia intrafamiliar
e inasistencia alimentaria, tipificados en los artículos 229 y 233 del Código Penal”
La Ley 1142 de 2007 había excluido de este listado los delitos de violencia intrafamiliar e
inasistencia alimentaria, volviéndolos de persecución oficiosa; luego la 1453 de 2011 los fijó
como querellables; y la Ley 1452 de 2012 nuevamente los dejó como oficiosos,
evidenciándose cambios asistemáticos en el Congreso en el corto trascurso de 5 años. Esto
resulta preocupante, pues demuestra ausencia de lógica en el tiempo para el desarrollo de la
política criminal.
Ahora, la Ley 2816 de 2017 introdujo un parágrafo al referido artículo 71, en virtud del
cual, “cuando el delito de hurto, no haya sido puesto en conocimiento de la
Administración de Justicia por el querellante legítimo, por encontrarse en imposibilidad
física o mental para interponer la querella, esta podrá ser instaurada dentro del término
legal, por el miembro de la Policía Nacional, que en el ejercicio de la actividad de policía,
tenga conocimiento del hecho. En estos casos, la víctima de la conducta seguirá siendo
querellante legítimo y el único facultado para ejercer la acusación privada”.
Bajo los lineamientos del artículo 73 de la Ley 906 de 2004 se ha precisado que la
querella tiene un periodo de caducidad de seis (6) meses, lo cual permite inferir que se
debe presentar la querella dentro de dicho lapso a partir de la ocurrencia de los hechos.
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Cuando por razones de fuerza mayor o caso fortuito debidamente acreditadas el
querellante no hubiere tenido información de la ocurrencia del hecho, el término se
empezará a contar a partir de cuándo el caso fortuito o la fuerza mayor hayan
desaparecido.
3. El desistimiento de la querella.
El desistimiento, una vez aceptado, no admite retractación y cobija a todos los autores o
participes del delito investigado.
“por tratarse de delitos querellables y por ende el contenido de justicia afecta solo la
esfera de la víctima y en tal medida admiten desistimiento, consideró el legislador
como una medida de política criminal que surtieran una etapa de conciliación, sin que
se oponga al nuevo esquema procesal penal que ella se surta ante un fiscal, a fin de
que si hubiere acuerdo entre el querellante y el querellado, proceder a archivar las
diligencias; y en caso contrario, ejercer la correspondiente acción penal, caso en el cual
no podrá ser utilizado en su contra el contenido de las conversaciones tendientes a
lograr un acuerdo conciliatorio.” 4
4 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-591 de 2005. M.P. Clara Inés Vargas Hernández
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cumpla con el acuerdo conciliatorio. En efecto, lo que busca el código es que se materialice la
justicia y se solucionen de manera pacífica los problemas entre los asociados.
Encontramos desdeñable desde todo punto de vista la actitud de ciertos fiscales de archivar y
desentenderse del caso cuando hay acuerdo conciliatorio. Cuando se presenta
incumplimiento de lo acordado y la víctima se acerca a la fiscalía, estos fiscales dicen que el
caso ya se encuentra archivado y que no es de su resorte si hay o no cumplimiento, dejando
de lado la justicia material y creando más rencor en las víctimas, sin dejar de lado la sensación
de ineficacia de la Rama Judicial, pues dejan la idea de que solo quieren deshacerse de los
casos para cumplir con una estadística.
“Si uno de los mecanismos a través de los cuales opera esta figura, es la conciliación
preprocesal, y las partes acuden a ese escenario con miras a lograr un acuerdo
conciliatorio para superar el conflicto en el que se encuentran involucradas, surge
incuestionable que si el querellado no cumple con lo pactado, no hay opción distinta a
la de continuar con el ejercicio de la acción penal. Por tanto, no es posible admitir que
en casos como el que ocupa la atención de la Sala, es suficiente que el victimario y la
víctima acudan a la audiencia de conciliación y simplemente hagan manifiesta su
voluntad de llegar a un arreglo, para considerar resuelto el conflicto y, por esa vía,
obtener que la fiscalía proceda al archivo de las diligencias, tal como lo sugiere el
libelista.
Ahora, las víctimas, o mejor, los querellantes deben tener sumo cuidado en esta fase de las
diligencias, pues su inasistencia injustificada se asimila a un desistimiento de la querella. Si el
que no asiste es el querellado, se dará inicio a la acción penal.
La norma deja abierta la puerta para que todo lo no regulado, en lo que resulte pertinente, se
trate de conformidad con los términos de la Ley 640 de 2001.
8
La Corte Constitucional en sentencia C-1257 de 2001 fue clara en que las conciliaciones ante
Fiscales –cuando estos fungen como conciliadores- no son objeto de control por parte del
Ministerio de Justicia y del Derecho, pues gozan de un régimen especial, cual es el previsto
por la Ley 906 de 2004. Igualmente, la sentencia C-591 de 2005 avaló la actividad de los
fiscales conciliadores dentro del proceso penal:
5 Auto del 5 de julio de 2007 con ponencia del doctor Yesid Ramírez Bastidas, dentro del radicado 11-001-02-30-015-2007-0019.
9
“Se trata de un mecanismo al que pueden acudir la víctima o el ofensor, éste último
en su condición de imputado o acusado, desde la formulación de la imputación y hasta
antes del inicio del juicio oral. La solicitud se formula ante el fiscal, el juez de control de
garantías o el juez de conocimiento, atendiendo la etapa en que esa solicitud se
formalice. El mecanismo de la mediación opera en dos ámbitos y con efectos distintos
en cada uno de ellos, atendiendo al principio de proporcionalidad. Tratándose de un
instrumento que se inserta en la necesidad de flexibilización de la respuesta punitiva en
el marco del Estado de Derecho, su alcance trasciende el ámbito de los delitos
querellables, propio de la conciliación, para extenderse a los delitos de persecución
oficiosa, bajo las condiciones previstas en la ley”
En ese contexto se puede afirmar que la mediación se constituye en un mecanismo que tiene
como finalidad arreglar los conflictos a través de un mediador o tercero neutral que posibilita
el intercambio de opiniones entre las partes lo que facilita que las personas involucradas en el
conflicto presenten su problema para ser resuelto por el diálogo o negociación, sin llegar al
juzgamiento, pues, debe aclararse, la misma no tiene como finalidad la búsqueda de la
culpabilidad o inocencia del presunto responsable, sino solucionar las diferencias de manera
amigable y constructiva, conllevando con ello la descongestión en la administración de
justicia.
Requisitos
Según lo normado en el artículo 524 del Código de Procedimiento Penal, son requisitos de la
mediación: (i) Que se trate de delitos perseguibles de oficio cuyo mínimo de pena no exceda
de cinco años. Si se excede de este número de años se puede seguir con la mediación pero
cambia la competencia del fiscal para el trámite; (ii) que el bien jurídico protegido no
sobrepase la órbita personal del perjudicado; (iii) y que la víctima, imputado o acusado
acepten expresa y voluntariamente someter su caso a una solución de justicia restaurativa.
De la lectura del artículo 524 ibídem, se extrae que la mediación puede efectuarse desde la
audiencia de formulación de la imputación y hasta antes de que comience el juicio oral.
Ello significa que la mediación puede realizarse tanto en la etapa de investigación, como en la
de juicio, sin que ello impida que como mecanismo de justicia restaurativa pueda también
darse cuando se esté tramitando el incidente de reparación.
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Principio de oportunidad y la mediación
a) Residir en un lugar determinado e informar al Fiscal del conocimiento cualquier cambio del
mismo.
c) Prestar servicios a favor de instituciones que se dediquen al trabajo social a favor de la comunidad.
11
la causal séptima del citado artículo 324 de la norma adjetiva penal; que posteriormente será
sometida control judicial por parte del juez con funciones de control de garantías.
Ese plan de reparación podrá consistir en (i) la mediación con las víctimas, en los casos en
que esta sea procedente; (ii) la reparación integral de los daños causados a las víctimas o (iii)
la reparación simbólica, en la forma inmediata o a plazos, en el marco de la justicia
restaurativa.
En ese contexto debe decirse que la medición funge como un medio para aplicar el principio
de oportunidad en la modalidad de suspensión, siempre y cuando se cumpla con los
preceptos legales y lo establecido en el manual que para efectos de regular la mediación
expida la Fiscalía General de la Nación.
De la lectura sistémica que se realiza a las normas que regulan la mediación (artículos 523 al
527 del Código de Procedimiento Penal), se puede decir que la mediación procede para
todos los delitos, su alcance será distinto según sea un delito querellable o no.
Sin embargo, de acuerdo a lo normado en el inciso 2 del artículo 522 ibídem si la conciliación
fracasa, bien sea por falta de acuerdo o por falta de asistencia del querellado, el fiscal del
caso deberá proseguir con el ejercicio de la acción penal, sin perjuicio “de que las partes
acudan al mecanismo de la mediación”.
En ese entendido en el caso de los delitos querellables, una vez iniciado el ejercicio de la
acción penal por parte del ente acusador, las partes podrán acudir al mecanismo de la
mediación y buscar una salida concertada al conflicto en el marco de la justicia restaurativa,
acatando en todo caso las normas que regulan la materia.
En lo que tiene que ver con los delitos perseguibles de oficio cuyo mínimo de pena no exceda
de cinco años de prisión, la mediación es procedente, siempre y cuando el bien jurídico
protegido no sobrepase la órbita personal del perjudicado, y víctima, imputado o acusado
acepten expresa y voluntariamente someter su caso a una solución de justicia restaurativa. Al
respecto la Corte estableció:
12
“En el primer ámbito de aplicabilidad se encuentra una categoría de delitos que no
obstante ser perseguibles de oficio, presentan un bajo rango de lesividad y por ende la
consecuencia punitiva es menos grave, y adicionalmente se mueven en un espacio en
que existe un nivel disponibilidad de la víctima sobre el bien jurídico tutelado.
Y en los delitos con pena superior a cinco años la mediación será considerada para otorgar
algunos beneficios durante el trámite de la actuación, o relacionados con la dosificación de la
pena, o el purgamiento de la sanción. En este sentido igualmente dijo la Corte:
“Ahora bien, en lo que hace al otro ámbito de aplicación de la mediación (Inciso 2° del Art.
524), es decir respecto de los delitos perseguibles de oficio con pena superior a cinco (5)
años, la mediación resulta perfectamente aplicable, pero sus efectos son sustancialmente
distintos, particularmente en lo que tiene que ver con la acción penal. Si bien, respecto de
estos punibles, la decisión de ofendido y ofensor de acudir a la mediación también adquiere
efectos vinculantes en cuanto a que la obtención del resultado restaurativo excluye la
posibilidad de acudir al ejercicio independiente de la acción civil derivada del hecho punible, y
al incidente de reparación integral, en lo que atañe a la acción penal los efectos se restringen
considerablemente.”8
Efectos de la mediación
Penales:
En los delitos querellables, siempre y cuando se haya agotado la conciliación como requisito
de procedibilidad, las consecuencias de la mediación pueden ser: (i) El no ejercicio de la
acción penal; siempre y cuando no se venza lo establecido en el artículo 175 del Código de
Procedimiento Penal, pues vencido el mismo, la mediación que se celebre hasta antes del
8. Ibídem.
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comienzo del juicio tendrá otros efectos; (ii) Factor de selección de la medida de coerción
personal; (iii) Criterio para la individualización de la pena al momento de dictarse sentencia.
En los delitos perseguibles de oficio cuyo mínimo de pena no exceda de cinco (5) años de
prisión, siempre y cuando el bien jurídico protegido no sobrepase la órbita personal del
perjudicado, y la víctima y el imputado o acusado acepten expresa y voluntariamente someter
su caso a una solución de justicia restaurativa las consecuencias son iguales a las
anteriormente mencionadas.
Y en los delitos perseguibles de oficio cuyo mínimo de pena sí exceda de cinco (5) años de
prisión, la mediación se tiene en cuenta “para otorgar algunos beneficios durante el trámite de
la actuación, o relacionados con la dosificación de la pena, o el purgamiento de la sanción”.
Civiles:
El artículo 526 del Código de Procedimiento Penal establece que “La decisión de víctima y
victimario de acudir a la mediación tiene efectos vinculantes, en consecuencia, excluye el
ejercicio de la acción civil derivada del delito y el incidente de reparación integral”.
9 Ibídem.
10 Ibídem.
14
En ese entendido una mediación que culmine de manera exitosa, impide que la víctima ejerza
el incidente de reparación integral o inicie una acción de responsabilidad civil extracontractual
ante el juez civil.
Finalmente, para concluir el tema de la mediación, puede decirse que, al ser un mecanismo de
justicia restaurativa, puede contribuir a la solución de uno de los problemas de la
administración de justicia, cual es la congestión judicial, pues como se advirtió opera de
manera general para todos los delitos, sin embargo, a pesar que el mismo tiene regulación
legal en el Código de Procedimiento Penal, aún la Fiscalía General de la Nación no ha
reglamentado su procedimiento.
Por el contrario, con la reforma de la Ley 1395 de 2010, el texto del artículo 102 de la Ley 906
de 2004 es el siguiente:
Esto ha hecho que el incidente de reparación integral solo se pueda adelantar una vez cobre
firmeza la sentencia condenatoria, por tanto, si la misma es objeto de recurso de apelación o
posterior casación, se debe esperar a que el Tribunal o la Corte decidan para hacer la apertura
del incidente, el cual, atendiendo a los dictados del artículo 106 del Código de Procedimiento
Penal, tiene un término de 30 días para ser solicitado luego de que cobre firmeza la sentencia
de condena.12
11 Artículo 106. Caducidad. Modificado por el art. 89, Ley 1395 de 2010 La solicitud para la reparación integral por medio de este
procedimiento especial caduca treinta (30) días después de haber quedado en firme el fallo condenatorio. Legislación Anterior:
Artículo 106. Caducidad. La solicitud para la reparación integral por medio de este procedimiento especial caduca treinta (30) días después
de haberse anunciado el fallo de responsabilidad penal.
15
Esto presenta una franca dificultad procesal y por ello se recomienda solicitar con presteza la
apertura del incidente para evitar que se venza el pluricitado término. Es más, resulta
recomendable radicar un memorial expresando la voluntad firme de abrir incidente de
reparación integral una vez ello sea procedente.12
Si la primera conciliación no se lleva a cabo, entonces el juez fijará fecha para una audiencia a
ser celebrada dentro de los 8 días siguientes, diligencia en la que se presenta una nueva
oportunidad para conciliar. Si no se logra esta segunda conciliación, se da la oportunidad
para que el condenado ofrezca sus medios de prueba.
La última audiencia (la tercera) versará sobre las pruebas y las alegaciones que fundamentan
las pretensiones de cada parte. No obstante, antes de esto se da la oportunidad para un
tercer e intento final de conciliación.
12 Artículo 102. Procedencia y ejercicio del incidente de reparación integral. Modificado por el art. 86, Ley 1395 de 2010. En firme la sentencia
condenatoria y, previa solicitud expresa de la víctima, o del fiscal o del Ministerio Público a instancia de ella, el juez fallador convocará dentro de
los ocho (8) días siguientes a la audiencia pública con la que dará inicio al incidente de reparación integral de los daños causados con la
conducta criminal y ordenará las citaciones previstas en los artículos 107 y 108 de este Código, de ser solicitadas por el incidentante.
Legislación Anterior: Artículo 102. Procedencia y ejercicio del incidente de reparación integral. Emitido el sentido del fallo que declara la
responsabilidad penal del acusado y, previa solicitud expresa de la víctima, o del fiscal o del Ministerio Público a instancia de ella, el juez fallador
abrirá inmediatamente el incidente de reparación integral de los daños causados con la conducta criminal, y convocará a audiencia pública
dentro de los ocho (8) días siguientes.
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“La revisión del art. 103 CPP, deja ver que el legislador, dentro del incidente de reparación
integral, previó a la conciliación como mecanismo de justicia restaurativa (art. 521 CPP). Sin
embargo, dicha conciliación puede presentarse en dos oportunidades, dependiendo de las
circunstancias específicas del caso y de los acuerdos a que lleguen los interesados.
Así una primera oportunidad de conciliación tiene lugar en la audiencia pública con la que se
da inicio al incidente de reparación, la cual es convocada por el juez de conocimiento una
vez abierto el incidente por solicitud de la víctima, o del fiscal o del Ministerio público a
instancia de ella (art. 102 CPP). En dicha audiencia, el incidentante formula oralmente su
pretensión, expresando la forma de reparación a la cual aspira e indicando las pruebas que
pretende hacer valer. Acto seguido, el juez debe examinar el contenido de la pretensión y
verificar si quien la promueve se encuentra o no legitimado para ello. En el caso de ser
admitida la pretensión, el juez la pone en conocimiento del declarado penalmente
responsable, ofreciendo la posibilidad de llegar a una conciliación; si ella prospera dará por
terminado el incidente “y lo allí acordado se incorporará a la sentencia” (art. 103 CPP).
La otra oportunidad de conciliación se presenta, según el art. 103 CPP infine, cuando no se
logre acuerdo en la primera, lo cual determina que el juez fije una nueva audiencia, dentro de
los 8 días siguientes, para intentar otra vez la conciliación, “y de no lograrse el declarado
penalmente responsable deberá ofrecer sus propios medios de prueba”.
Esta segunda ocasión para conciliar se retoma en el art. 104, inciso 1o del CPP, conforme al
cual, el día y hora señalados “el juez realizará la audiencia, la cual iniciará con una invitación a
los intervinientes a conciliar. De lograrse el acuerdo su contenido se incorporará a la decisión.
En caso contrario, se procederá a la práctica de la prueba ofrecida por cada parte y se oirá el
fundamento de sus pretensiones”.13
Antes de la reforma concebida por la Ley 1395 de 2010 las resultas del incidente hacía parte de
un auto que se incorporaba al fallo de responsabilidad penal. Luego de esta reforma el objeto de
incidente estará contenido en una “sentencia”, atendiendo a lo dictaminado por el artículo 105 de
la Ley 906 de 2004.14
En nuestro entender, el hecho de que haya sido esto consagrado como una “sentencia”
permite que al esta ser objeto de apelación, la misma se pueda sustentar en apelación hasta
cinco días después de interpuesto el recurso, todo ello en virtud de la reforma introducida en
materia de recursos por la tantas veces mencionada Ley 1395 de 2010.14
13 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-409 de 2009. M.P. Juan Carlos Henao Pérez.proyecto y cinco la Sala para su estudio y decisión. El
fallo será leído en audiencia en el término de diez días.
14 Artículo 105. Decisión de reparación integral. Modificado por el art. 88, Ley 1395 de 2010 En la misma audiencia el juez adoptará la
decisión que ponga fin al incidente, mediante sentencia. Legislación Anterior: ARTÍCULO 105. DECISIÓN DE REPARACIÓN INTEGRAL. En la
misma audiencia el juez adoptará la decisión que ponga fin al incidente, la cual se incorporará a la sentencia de responsabilidad penal.
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Principio de oportunidad
Del tenor de la norma se encuentra que procede la causal frente a delitos con máximo de
pena que no exceda de seis años o cuya pena sea de multa; exige naturalmente la
indemnización de la víctima.
Dice la norma que cuando se trate de víctima no conocida, se fijará caución que garantice la
reparación, una vez se oiga al Ministerio Público.
No obstante los límites punitivos máximos impuestos por la norma para esta categoría de
delitos, dentro del parágrafo segundo del artículo 324 del Código de Procedimiento Penal se
consagra como excepción la autorización expresa del Fiscal General de la Nación o de quien
este designe para que el principio proceda frente a asuntos por delitos sancionados con más
de 6 años en su máximo. Veamos:
18
Indemnización integral (artículo 42 de la ley 600 de 2000)
En el sistema anterior o de corte inquisitivo, introducido entre nosotros por la Ley 600 de
2000, se consagró la figura de la indemnización integral en su artículo 42.15
Era un mecanismo previsto para dar terminación anticipada a procesos por determinados
delitos, tales como los querellables, el homicidio culposo, las lesiones culposas agravadas y
aquellos delitos contra los derechos de autor.
Esta figura tiene ciertas exclusiones para delitos tales como, el hurto calificado, la extorsión y
ciertos ataques a los derechos de autor.
Pues bien, resulta imperioso precisar que por jurisprudencia se ha reconocido, en honor a la
favorabilidad, la “coexistencia de sistemas”, figura por la cual resulta aplicable la Ley 600 de
2000 en asuntos regidos por la Ley 906 de 2004 y viceversa.
Ese es el caso del auto del 13 de abril de 2011, proferido dentro de la radicación 35946, con
ponencia de la precitada Magistrada María del Rosario González.
15 Artículo 42. Indemnización integral. En los delitos que admiten desistimiento, en los de homicidio culposo y lesiones personales culposas
cuando no concurra alguna de las circunstancias de agravación punitiva consagradas en los artículos 110 y 121 del Código Penal, en los de
lesiones personales dolosas con secuelas transitorias, en los delitos contra los derechos de autor y en los procesos por los delitos contra el
patrimonio económico cuando la cuantía no exceda de doscientos (200) salarios mínimos mensuales legales vigentes, la acción penal se
extinguirá para todos los sindicados cuando cualquiera repare integralmente el daño ocasionado.
Se exceptúan los delitos de hurto calificado, extorsión, violación a los derechos morales de autor, defraudación a los derechos patrimoniales de
autor y violación a sus mecanismos de protección.
La extinción de la acción a que se refiere el presente artículo no podrá proferirse en otro proceso respecto de las personas en cuyo favor se
haya proferido resolución inhibitoria, preclusión de la investigación o cesación por este motivo, dentro de los cinco (5) años anteriores. Para el
efecto, la Fiscalía General de la Nación llevará un registro de las decisiones que se hayan proferido por aplicación de este artículo. La reparación
integral se efectuará con base en el avalúo que de los perjuicios haga un perito, a menos que exista acuerdo sobre el mismo o el perjudicado
manifieste expresamente haber sido indemnizado.
En el caso de la especie, como ya se dijo, de lo que se trata es de establecer si resulta procedente acudir al instituto de la reparación integral
consagrado en el artículo 42 de la Ley 600 de 2000, como causal de extinción de la acción penal, para momentos posteriores a la audiencia de
juzgamiento o de juicio oral cuando ya ha expirado la posibilidad de tramitarlo por la vía del principio de oportunidad, esto último en la medida
en que se cumplan sus condicionamientos, según lo ya visto.
Para la Corte, la aplicación de esta figura en las condiciones reseñadas, no sólo no pervierte la naturaleza del sistema acusatorio, sino que
político criminalmente se ajusta a sus necesidades y a la voluntad del legislador al implementarlo.
Ello se refleja porque resulta compatible con el modelo de justicia restaurativa inmerso en el sistema acusatorio, no sólo porque en el Libro VI se
regula un programa en tal sentido, sino porque tal propósito es latente en las siguientes disposiciones de la Ley 906, con carácter de principio
rector. Así, para empezar, en el artículo 10°, inciso cuarto, según el cual:
“El juez podrá autorizar los acuerdos o estipulaciones a que lleguen las partes y que versen sobre aspectos en los cuales no haya controversia
sustantiva, sin que implique renuncia de los derechos constitucionales...”.
De la misma forma, con los derechos de las víctimas y, particularmente con el estipulado en el literal c del artículo siguiente, en donde se
prescribe que tienen derecho:
C. A una pronta e integral reparación de los daños sufridos, a cargo del autor o partícipe del injusto o de los terceros llamados a responder en
los términos de este código”.
E, igualmente, con el principio rector del restablecimiento del derecho, previsto en el artículo 22, en donde se expresa que:
“Cuando sea procedente, la Fiscalía General de la Nación y los jueces deberán adoptar las medidas necesarias para hacer cesar los efectos
producidos por el delito y las cosas vuelvan al estado anterior, si ello fuere posible, de modo que se restablezcan los derechos quebrantados,
independientemente de la responsabilidad penal...”.
De modo que, ningún obstáculo encuentra la Sala para aplicar en esta coyuntura procesal la figura de la extinción de la acción penal por
indemnización integral, más aún si con la solución aparecen satisfechas las demandas de justicia y verdad de la víctima quien, precisamente,
como atrás se reseñó, se une a la petición de procesados y defensores en el sentido de que se declare la extinción de la acción penal en favor
de RICARDO GÓMEZ QUINTERO y MARÍA GLADIS CEBALLOS RÍOS.
Sin embargo, la aplicación del figura se tornará procedente siempre y cuando se satisfagan los presupuestos establecidos en el artículo 42 de
la Ley 600 de 2000.
En esa dirección conviene advertir que de tiempo atrás esta Corporación ha señalado que la solicitud de extinción de la acción penal por
indemnización integral puede presentarse hasta antes de que se profiera fallo de casación
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El principio de oportunidad, con amparo en las voces del artículo 323 de la Ley 906 de 2004,
puede ser aplicado “hasta antes de la audiencia de juzgamiento”. En el caso examinado por la
Corte se presentó una indemnización mucho después de la audiencia de juicio oral, pues tuvo
lugar cuando ya se había interpuesto recurso de casación.
La Corte entonces reconoció de nuevo la coexistencia de sistemas diciendo que dicha figura
tendría aplicación para asuntos de Ley 906 en que dicha normatividad careciera de regulación
particular al evento y por ello se podría aplicar la Ley 600 de 2000 como mecanismo para
llenar ese vacío, tal como sucede con la indemnización posterior al juicio oral, evento en el
que entonces se puede aplicar la indemnización integral del artículo 42 a asuntos de Ley 906
de 200416.
1. Se requiere el acuerdo entre las partes, sobre el monto de los perjuicios, para la
aplicación de la indemnización integral. Sobre este punto, la Corte Suprema de Justicia
ha precisado que “es viable reclamar la aplicación del artículo 42 de aquella, siempre que
la víctima sea indemnizada a satisfacción y así lo exprese de manera libre, espontanea,
voluntaria y expresa”17. Se aclaró este punto, toda vez que no puede la defensa, si no
logró un acuerdo con la víctima, aportar un dictamen pericial para fijar los perjuicios y
realizar el depósito judicial con el fin de aplicar esta figura.
2. Para la terminación del proceso, posterior al cumplimiento del acuerdo al que llegaron las
partes, se debe solicitar al juzgador la extinción de la acción penal y la cesación del
procedimiento.
Preacuerdos y negociaciones
El artículo 348 de la Ley 906 de 2004 consagra las finalidades de los preacuerdos, dentro de
las que se encuentra contenida la de “propiciar la reparación integral de los perjuicios
ocasionados con el injusto”.
Bajo estos lineamientos, siempre los fiscales deben propiciar la indemnización a fin de que se
presente como escrito de acusación lo preacordado con el encartado.
16CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal, SP14306-2016 del 5 de octubre de 2016, rad. 47.990. M.P. José Luis Barceló
Camacho.
17 Artículo 348. Finalidades. Con el fin de humanizar la actuación procesal y la pena; obtener pronta y cumplida justicia; activar la solución de
los conflictos sociales que genera el delito; propiciar la reparación integral de los perjuicios ocasionados con el injusto y lograr la participación
del imputado en la definición de su caso, la Fiscalía y el imputado o acusado podrán llegar a preacuerdos que impliquen la terminación del
proceso.
18 El funcionario, al celebrar los preacuerdos, debe observar las directivas de la Fiscalía General de la Nación y las pautas trazadas como
política criminal, a fin de aprestigiar la administración de justicia y evitar su cuestionamiento.
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El código en su artículo 349 establece que los preacuerdos son improcedentes en aquellos
casos en que el agente ha obtenido provecho patrimonial fruto del delito, si por lo menos no
restituye el 50% de dicho provecho patrimonial y asegure el recaudo del remanente.
“Con estas precisiones, se concluye, frente al artículo 349 de la Ley 906 del 2004, que el
valor reintegrable debe ser total cuando el afectado sea el patrimonio público, cuando el
incremento no sea el correlato del detrimento de un patrimonio y cuando no exista
acuerdo con la víctima privada, pero mediando este se estará a la libre voluntad de las
partes”19.
19 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Radicación 24817 de junio 22 de 2006. Magistrado Ponente: Álvaro Orlando Pérez
Pinzón.
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Jurisprudencia
Corte Constitucional
• C-591-05. M.P. Clara Inés Vargas Hernández. Desde el Numeral 13, sobre el artículo
522 parcial.
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