Está en la página 1de 656

ADIOS ESTHER

Fic de Maca y Esther


© de ldana
2ª parte

1 ”Adiós Esther” © by ldana


Aquellas palabras cayeron en todos y cada uno de sus
compañeros, como una losa, Héctor suspiró con fuerza tapándose la
cara, Carlos buscó la mano de una Laura que no pudo evitar que sus
ojos se llenaran de lagrimas, Aimé que había hecho un esfuerzo por
acompañarlos, revivió su pesadilla y tuvo que sentarse porque
pensaba que las piernas le iban a fallar. Teresa en un sentimiento de
madre protectora fue quien se dirigió hasta Esther, abrazándola
contra su pecho, trató de calmar un llanto que no podía dominar,
Maca, en coma era algo que no podía digerir y si ella se sentía así,
¿qué sentiría Esther?, por el abrazo podía notar su cuerpo en
tensión, pero no lloraba, se había marcado en ella la expresión del
miedo, del abandono, de la mayor de las tristezas.
V_ Esther tienes que ser fuerte, es un momento muy delicado, no
sabemos si superara las primeras cuarenta y ocho horas –en su voz
también se podía notar que estaba afectado, y sus ojos se habían
tupido con el color de la rabia.
C_ Esther... cariño... –se acercó a ella Cruz cogiéndole del brazo
suavemente mientras Teresa la ayudaba a separarse de su cuerpo
pues parecía haber perdido su propio movimiento-. ¿Esther?.
E_ Quiero verla, le da miedo el hospital, no puedo dejarla sola –
hablaba con su voz repleta de desconsuelo.
Todos cruzaron sus miradas, parecía que Esther omitía la
gravedad del estado de Maca, se soltó de Teresa como si de repente
hubiese recobrado la fuerza y la movilidad, Carlos soltó a Laura y
entendiendo la mirada de Vilches se acercó para hablarle.
Ca_ Esther... Maca está en coma... esta dormida.
E_ ¿Y qué? –lo miró fijamente como si su explicación fuera una
verdadera estupidez-. Voy con ella, avisar a sus padres que vengan,
ella querrá que estén aquí.
V_ Esther acepta la realidad, Maca está...

2 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ ¡Está bien, está bien! –le interrumpió Cruz-. Vente conmigo
Esther.
E_ Avisa a mi madre también Teresa, que cuando despierte
estemos todos.
T_ Dios mío –murmuró Teresa al verla marchar.
Ca_ En parte es normal, ahora cuando la vea reaccionara –murmuró
Carlos al viento pues todos seguían la figura de Esther.
L_ ¿Pero qué pasó Vilches?.
V_ El coche volcó y al parecer por lo que nos comentaron los
bomberos, Maca salió despedida por la ventana, debía ir sentada
entre los dos hombres, eso evitó que muriera en el acto. El
hematoma era grande, tardamos mucho en subirla y luego el
trayecto hasta aquí –se detuvo, apoyó su mano en la pared y con
los ojos cerrados exclamó-. ¡Me cago en la puta madre del
Comisario!.
T_ Vilches... ¿pero de verdad no se va a recuperar? –le preguntó
con temor Teresa.
V_ Es muy complicado, puede quedarse así mucho tiempo, puede
morir dentro de una hora, o puede despertarse con lo que no
sabemos exactamente en que condiciones lo haría. Necesitamos
hacerle más pruebas, pero siempre y cuando aguante.
L_ ¡Cómo puede haber pasado esto! –expresó su rabia Laura
abrazándose a Carlos.
A_ No va a salir –apuntó con la voz queda Aimé.
V_ El que faltaba –murmuró Vilches negando con la cabeza-. Aimé
vente conmigo, hay que revisar unos pacientes, vamos.
H_ No lo puedo creer Teresa, no lo puedo creer.
T_ Maca... pobrecilla –murmuró abrazándose a Héctor que estaba
muy afectado por lo ocurrido y no reprimió las lagrimas en el abrazo
sentido con Teresa-. ¿Qué vamos a hacer?...

3 ”Adiós Esther” © by ldana


Antes de entrar, Cruz se detuvo y tomó del brazo a Esther,
quiso prepararla, aunque era enfermera y había visto miles de
casos, cuando quien esta entre la vida y la muerte, es un ser
querido, la impresión es la misma que cualquier otra persona.
C_ Esther, quiero que sepas que Maca está un poco desfigurada.
E_ Déjame entrar –le dijo sin escucharla.
C_ Esther, vas a impresionarte al verla ¿vale?, quiero que estés
preparada, no quiero engañarte.
E_ Vale –murmuró sonriendo nerviosa, y elevando su hombro al
mismo tiempo que le hablaba le dijo-. Estoy preparada, claro.
C_ Muy bien... ¡vamos allá!
Al entrar se dirigió directamente a la cama, pero a pocos
metros se detuvo en seco. No podía reconocer a la persona que
había conectada a la máquina, la impresión que le produjo verla fue
tan fuerte que sintió como su corazón sentía un enorme pinchazo,
tanto que el dolor la doblegó un instante. Cruz se acercó para
sujetarla.
C_ ¿Esther?
E_ Estoy bien, estoy bien –murmuraba con los ojos clavados en
Maca.
Nunca antes, cuando había entrado a una habitación de la UCI,
había percibido el silencio, el horrible silencio aplastante, un silencio
roto por los pitidos continuados y necesarios de la máquina que
mostraba que aún latía su corazón que Maca aún estaba viva. No
podía reaccionar, tal y como le había avisado Cruz, Maca tenía la
cara desfigurada, los ojos morados, la frente vendada, un corte en
el labio, el oxígeno en su nariz, estaba intubada y de su cabeza salía
un drenaje donde la sangre goteaba poco a poco, sus brazos
estaban morados y repletos de goteros y aquel pitido seguía
machacando el cerebro de Esther. Dio un paso porque era Maca
quien yacía en la cama, desde luego, pero sólo su cuerpo, tuvo que
sentarse ayudada por Cruz que apoyó su mano sobre su hombro,

4 ”Adiós Esther” © by ldana


sabía que el impacto había sido terrible para ella, y que la realidad
se estaba haciendo hueco en su corazón. Maca estaba realmente tan
mal como le dijeron.
E_ ¿Qué voy a hacer? –murmuró de repente con la voz quebrada.
C_ De momento Esther, ser fuerte, piensa en Daniel.
E_ No puedo pensar en él, solo puedo pensar en Maca... –alzó
lentamente su mano, rozando con la yema de sus dedos con sumo
cuidado la mano de Maca y entonces murmuró-. Es su piel... es su
pelo... es su cuerpo...
C_ Esther –le advirtió con gesto de profundo dolor al verla
reaccionar así-. Puede ser en cualquier momento.
E_ No, ella no me va a abandonar –sonrió levantándose de la silla
lentamente y acercando sus labios hasta Maca, le dejó un beso
suave en la mejilla, el único lugar donde podía y sonriendo le dijo-.
¿Verdad que no mi amor?
C_ Esther creo que es mejor que salgas...
E_ No Cruz, voy a quedarme aquí, díselo a Dávila.
C_ Está bien –suspiró resignada seguidamente le pasó la mano por
la espalda y fue a decirle algo, pero entendió que no la escucharía-.
Ahora volveré.
Cuando se quedó sola con Maca, cerró los ojos apoyando sus
manos en el colchón, metió la cabeza entre sus brazos, suspiró
profundamente y dejando salir el aire poco a poco volvió a mirarla.
Era Maca, pero no hablaba, era ella, pero no sonreía, era Maca, pero
estaba en su mundo, era ella, la mujer que amaba muy lejos de su
realidad.
E_ Cariño, no voy a dejarte ni un segundo, vamos a poder con esto,
estoy segura mi amor... ellos no saben que eres fuerte... y sobre
todo, ellos no saben que sin ti, no puedo vivir... Maca... cariño...
estoy aquí.
La miró pero no obtuvo respuesta, la acarició, pero no obtuvo
movimiento alguno, y como si el tiempo se hubiera detenido, tan

5 ”Adiós Esther” © by ldana


solo acompañadas las dos por el sonido del continuado pitido de la
máquina, se quedó allí inerte mirándola sin pensar en nada, sin
poder hablar tan solo esperando que Maca abriera los ojos y se
quejara. El mundo había desaparecido y se había convertido en un
cuarto cuadrado, con poca luz, una máquina, una cama y el cuerpo
de Maca, ¿pero... y su alma?, ¿dónde estaba su voz, su sonrisa y su
mirada?

Mientras, Teresa había tenido el difícil encargo de avisar a los


padres de Maca, su padre le dijo que su mujer estaba en casa de
Encarna, que él salía inmediatamente hacía Madrid. Sabía que iba a
darles un susto a esas horas de la noche, las cuatro de la mañana
no era buena hora para avisar a nadie, pero la vida de Maca pendía
de un hilo y no tenía tiempo que perder. Al llamar le contestó la voz
ronca de dormir de Encarna que supuso que algo pasaba.
T_ Encarna soy Teresa.
En_ ¿Qué ha pasado? –se incorporó en la cama con cara de miedo.
T_ Se trata de Maca, ha tenido un accidente y está muy grave.
En_ ¿Qué? –murmuró perpleja.
T_ Veniros puede fallecer en cualquier instante. Trae al niño, nos
haremos cargo de él.
Lo último que oyó de la voz de Encarna fue un sollozo y una
queja a Dios, sabía que la apreciaba casi tanto como a su hija, y
sabía que iban a ser momentos difíciles para toda la familia. Estaba
en ese pensamiento cuando llegó a su lado Cruz.
T_ ¿Cómo sigue? –le preguntó nerviosa.
C_ Igual Teresa, puede estar así mucho tiempo. Pero realmente si
se despierta sería un milagro.
T_ ¡Dios mío! –murmuró con lagrimas en los ojos, haciendo un
esfuerzo le confirmó que había hecho su trabajo-. He avisado a sus
padres –se secó la nariz.

6 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Bien. La que me preocupa es Esther.
T_ Si, pobrecilla... justamente cuando se iban a arreglar.
C_ ¿Qué me estás diciendo? –la miró impresionada.
T_ Sí Cruz, iban a arreglar sus problemas, iban a darse una nueva
oportunidad justo, cuando el tipo ese agarró del cuello a Maca.
C_ Yo debería haber estado aquí –murmuró afectada.
T_ ¿Tú?.
C_ Sí, yo. Maca tenía que operar al niño de la apéndice, pero...
bueno... al final lo hice yo... ya sabes el respeto que le da a ella el
quirófano.
T_ El destino... el destino es caprichoso e injusto.
C_ Así es –afirmó con gesto triste y cansado.
T_ Yo no sé que va a hacer Esther si le pasa algo...
C_ Debiste verla como se quedó, creo que ahora ya se cree lo que le
hemos dicho, ahora ya es consciente de la difícil realidad que tiene.
T_ ¿Y la has dejado sola?
C_ No puedo dejar pasar a nadie más Teresa, ya lo sabes. Mira, ya
están aquí.
Por la puerta aparecieron Encarna y Rosario con el bebé,
rápidamente Laura que acababa de salir, se hizo cargo del pequeño,
mientras Cruz atendía a las dos mujeres que habían llegado
llorando. Teresa, salió del mostrador y se abrazó a ellas, ninguna
podía retener el llanto hasta que Cruz decidió interrumpirlas.
C_ Vamos, es mejor que vayáis y sobre todo saquéis a Esther de allí
y le hagáis compañía.
En_ Dime que no se va a morir Cruz, dime que no le va a pasar
nada a Maca –su voz estaba quebrada y sus mirada repleta de
miedo.
C_ No te puedo decir eso Encarna.

7 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Mi hija... dios mío mi hija –murmuró rota de dolor Rosario
mientras Encarna trataba de tranquilizarla.
Por su parte, en el despacho de Dávila estaba reunido con
Héctor que seguía afectado por el estado de Maca y con un Vilches,
repleto de furia contra el Comisario.
D_ Ahora mismo el Comisario es lo de menos Vilches, ahora
tenemos otro problema.
V_ ¿Cuál?
D_ Esther... sí, ya sé que me vais a decir que soy un egoísta y solo
pienso en el hospital, pero mira, esta noche está siendo tranquila...
pero estoy sin jefa de enfermeras.
H_ ¿Y qué pretendes Dávila?, Esther no está para otra cosa que no
sea estar junto a Maca.
D_ Lo sé, pero imaginaros que esto dura tiempo... no sería el primer
caso.
V_ Maca está mal Dávila ya has visto las pruebas. De todos modos,
te entiendo. ¿Qué vas a proponer?
D_ A Esther le voy a dar tantos días como ella necesite, pero tengo
que poner una enfermera jefe.
V_ ¿Y?
D_ Bueno... ya sabéis como está el tema, en teoría Begoña sería la
mejor indicada.
V_ ¿No pretenderás sacar partido de esto, verdad Dávila?
D_ ¡Cómo puedes ser tan animal Vilches! –le gritó encolerizado.
V_ Nada más te digo que sabes perfectamente lo que hay, ya te he
comentado lo que me dijo Maca antes del incidente. Estaba segura
que Begoña había hecho todo con alevosía en contra de Esther.
D_ Lo sé... ya me lo habías dicho, por eso os pido consejo. ¿Qué
hago?
H_ Poner a cualquier otra Dávila, creo que está clarísimo...

8 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ Lo que pasa Héctor... es que quiere quitarse responsabilidad,
¿verdad viejo zorro?
D_ Reúne a las enfermeras en rotonda, haré como que no te he
oído. Y si hay algún cambio con respecto al estado de Maca, quiero
que me lo transmitáis al segundo.
V_ Así será. ¿Vienes Héctor?
H_ Sí –salieron juntos y en el pasillo le dijo-. Se va a poner buena
Begoña.
V_ Ella solita se lo ha ganado. ¿Vamos a ver a Maca?
H_ Daría todo lo que tengo por poder salvarla.
V_ Yo también... pero hay cosas que se nos van de las manos.
Cuando Cruz abrió la puerta, vio a Esther de pie frente a Maca,
no se giró al escuchar cerrar, ni se inmutó por la presencia de
alguien, parecía una figura de cera, allí fijamente mirando a Maca.
C_ Esther... –la llamó y se giró-. Ha venido Rosario y tu madre, sal
y así pueden entrar ellas.
E_ No, yo no puedo irme, que entren ellas.
C_ ¡Esther!.
E_ No me voy a mover de aquí –le dijo sin mirarla mientras
acariciaba el brazo de Maca con ternura-. Tranquila mi amor, estoy
aquí contigo...
Cruz salió preocupada por la reacción de Esther, pero les hizo
pasar advirtiéndoles que solo podían estar cinco minutos. Les había
avisado para que se impresionaran los menos posible. Al pasar,
Esther se giró y las recibió con una sonrisa que ninguna entendió.
Rosario fue la primera que entró y al ver a su hija en el estado en
que estaba, rompió a llorar mientras Encarna se veía incapaz de
acercarse.
E_ Rosario no se preocupe... no va a pasar nada –su voz reflejaba
una calma incomprensible en aquella situación.
R_ Maca hija...

9 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Que no la oiga llorar –le acarició a la mujer con suavidad el
brazo.
R_ Dios mío Esther –se abrazó a ella llorando mientras Esther
miraba a su madre que también lloraba-. ¿Qué va a pasar?
En_ Hija... –la abrazó llorando.
E_ No os preocupéis... Maca va a despertar y todo va a ser como
antes... además tengo una buena noticia que daros –las mujeres se
miraron entre ellas asombradas por su calma y su sonrisa-. Maca y
yo vamos a volver a estar juntas, cuando salga de aquí, ¿no es
maravilloso?
C_ Esther... creo que deberías salir un momento... tomar algo y
volver.
E_ No, tranquila cuando despierte tengo que estar aquí.
R_ Esther... ve... no tienes buena cara –le dijo Rosario con pena de
ver su reacción ante la gravedad que ella parecía no quería aceptar.
E_ No, Rosario, ya iré mañana o ...
En_ Hija, ve a tomar algo por favor... si Maca despierta te avisamos.
C_ Vamos Esther.
R_ Dios mío Encarna... esto va a ser insoportable... mi hija... y
Esther...
En_ Primero hay que pensar en Maca, mi hija ya reaccionara... Dios
mío Maca, hija -las dos se quedaron allí en silencio compartiendo el
dolor.
En la cafetería todos miraban apenados a Esther, y algunos se
acercaban a darle ánimos, ella sonreía pero no decía nada. Cruz se
había sentado a su lado mirándola con pena, podía entender su
postura pero sabía que en cualquier momento se iba a desmoronar
y entonces necesitaría ayuda.
C_ Esther... ¿cómo estás?.
E_ Bien, me duele un poco la cabeza pero ahora me tomo algo y
ya...

10 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ ¿Por qué no te vas a casa a descansar un rato?
E_ ¿Qué dices?, ¿moverme del lado de Maca?, ni soñarlo.
C_ Esther no me gusta la postura que has tomado, no es la real, tú
eres enfermera sabes perfectamente lo que está sucediendo y lo
que puede suceder.
E_ No va a suceder nada.
C_ Está bien... quieres optar por este pensamiento, muy bien... no
voy a entrar en ello, pero no voy a permitir que te hagas falsas
ilusiones, Maca está en estado de coma, y puede fallecer esa es la
cruel realidad, si piensas que no va a suceder nada, ¿qué crees que
te pasará después?
E_ Es muy sencillo Cruz, yo voy a luchar con Maca, porque sé que
ella no me va a dejar, pero –la miró con firmeza y una seguridad
que asustó a Cruz por sus palabras-, pero si llega el momento y
Maca no puede superarlo, yo la acompañaré –le sonrió con
tranquilidad y después se tomó un sorbo del café. Con esa misma
tranquilidad, apuntilló-. No pienso vivir sin ella, no tendría sentido.
C_ ¿Y Daniel? –Esther la miró con dudas-, sí Esther no puedes ser
tan egoísta y pensar en ti, ¿y qué pasaría con el crío?
E_ Lo mismo que ha pasado con Jorge, supongo... no sé... quizá
hasta tú podrías adoptarlo, no sé ahora no me hagas pensar en eso.
Voy con Maca.
C_ Joder –murmuró con gesto de espanto.
H_ Cruz, ¿qué pasa? –se sentaron junto a ella Héctor y Carlos.
C_ Carlos creo que deberías hablar con Esther, está peor de lo que
imaginaba, y me preocupa de verdad.
Ca_ Está bien, ahora dentro de un rato iré y procuraré quitarle esa
coraza que se ha puesto.
H_ Debe estar viviendo un infierno, tanto tiempo peleadas, tanto
sufrimiento y justo ahora que van a volver, ¡zas!, ocurre esto.

11 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ La vida es así... por eso tenemos que aprovechar todos los
momentos –los dos lo miraron asintiendo con pena.
Cuando Esther llegó a la habitación, Rosario estaba sentada en
la silla junto a la cama, Encarna al ver a su hija se levantó de la otra
silla con gesto de preocupación y fue hasta ella con actitud inquieta.
En_ Cariño...
E_ Estoy bien, mamá –le sonrió-. ¿Ha hecho algo, se ha movido?
R_ No hija –sus ojos estaban repletos de lagrimas.
E_ Rosario –le habló con la voz repleta de ternura-. No se preocupe,
no le va a pasar nada, esté tranquila.
R_ Esther, mi hija está mal no puedes volver la cara a la realidad
por favor –se levantó dirigiéndose hasta ella con gesto preocupado.
E_ La realidad es que Maca va a despertar, y todo volverá a ser
como antes, no quiero que llore, ni que ella le oiga decir esas cosas,
si no puede controlarse quédese fuera, y tú también mamá, aquí no
podemos estar mal, quiero que este cuarto sea todo paz –se acercó
a ella sonriente dejándole una caricia tierna sobre su brazo ante la
mirada preocupada que se cruzaron las dos mujeres-, que Maca no
tenga nada por lo que preocuparse. ¿Verdad mi vida que todo va a
ir bien?
Mientras, en rotonda Dávila estaba reunido con todas las
enfermeras, el rumor de que iban a nombrar una enfermera jefe
hasta que Esther se reincorporara, hizo que Begoña sintiera la
seguridad de que ella, sería la señalada.
D_ Bueno... sé que sois conscientes de la situación que estamos
viviendo, Esther va a estar unos días de baja para poder estar junto
a Maca... y saber en que acaba está incertidumbre, por lo tanto a
partir de hoy en las guardias tendremos que poner otra enfermera
jefe –Begoña sonrió victoriosa-. Sonia, tú vas a encargarte de todo,
¿de acuerdo?
S_ ¿Yo? –miró con miedo a Begoña.

12 ”Adiós Esther” © by ldana


D_ Sí tú, bueno... os agradecería que colaborarais con Sonia y las
cosas fueran lo mejor posible. Gracias.
B_ Espera –lo detuvo Begoña con gesto serio rozando una expresión
de odio profundo-. Esto me parece injusto, aquí la que ayuda a
Esther soy yo, y soy yo la que debería sustituirla.
D_ Mira Begoña –la miró con gesto adusto y un tanto altivo-, tú más
que ayudar a Esther lo que has estado haciendo últimamente ha
sido provocar innumerables desaciertos y cargándole las tintas a
ella, da gracias que no te abra expediente y sobre todo, da gracias a
que no hable con dirección para explicarles como has tratado de
hacer creer que una compañera era una incompetente. Te lo
advierto Begoña, no voy a dejar que por tu culpa pierda a la mejor
enfermera que ha habido en este hospital –ella lo miró con los ojos
repletos de lagrimas e ira-. ¡Ah!, quizá lo que deberías hacer es
aprender de su profesionalidad.
Dávila se marchó y Begoña se quedó allí de pie con gesto de
odio. Entonces por detrás apareció Vilches que silbó poniéndose en
jarras.
V_ Menuda bronca nena –Begoña se giró mirándolo de igual manera
que miraba a Dávila-. Yo de ti trataba de portarme mejor y ser una
buena chica.
B_ Tú también defendiendo a Esther, no me importa porque todo lo
que ha dicho Dávila es mentira y lo voy a denunciar, estoy harta de
que todos queráis echarme a mí la culpa cuando Esther hace las
cosas mal.
V_ Pon la denuncia –le dijo tranquilo y cuando ella se iba a marchar
añadió haciendo que se detuviera y se girara-. Si, ponla que yo
llevaré las pruebas de que quien puso mal las pastillas fuiste tú –se
le acercó y le dijo muy serio-. En este hospital no hacen falta
enfermeras como tú, sin embargo, nos hacen falta miles como
Esther.
Cuando Dávila llegó a la habitación de Maca, vio que fuera
esperaban nerviosas Encarna y Rosario, les saludó y les quiso

13 ”Adiós Esther” © by ldana


transmitir todo el animo posible, en ellas pudo ver el desconsuelo y
la desesperanza que esperaba encontrar en el rostro y los ojos de
Esther. Sin embargo al entrar, la vio de pie al lado de Maca, le tenía
tomada la mano y la acariciaba con suavidad, en sus labios
mantenía una sonrisa repleta de tristeza, cuando ladeó su cabeza y
lo vio, la sonrisa se transformó en más amplia y le saludó.
E_ ¿Qué tal Dávila?
D_ Yo bien Esther... ¿y tú?
E_ Bien, aquí esperando que Maca abra los ojos y comience a
quejarse, es una pésima paciente –la miró sonriente.
D_ Mmmm Esther... ¿podemos hablar un momento?
E_ Claro –lo miró sin soltar la mano de Maca y sin moverse.
D_ He estado hablando con Cruz, he visto las pruebas y...
E_ Tranquilo Dávila –le hizo un gesto de despreocupación-. Todo
estará bien en unas horas.
C_ Hola –apareció Cruz con dos camilleros-. ¿Cómo sigue? –le
preguntó a Esther mientras cruzaba una mirada nerviosa con Dávila,
y éste le hacia gesto de circunstancias ante la reacción de Esther.
E_ Tranquilita, está muy tranquilita.
C_ Vamos a hacerle un Escáner, quiero ver como va.
E_ Vale, vamos. Venga cariño, vamos a hacerte la prueba será solo
un momento –se acercó y le dio un beso ante la mirada
desconcertada de los dos médicos.
D_ Esther ¿por qué no te vas a casa?, descansa está aquí su madre
y también la tuya y...
E_ No Dávila, no puedo dejarla sola, le da terror el hospital, como
buen médico que es –sonrió mientras se frotaba las manos en
actitud nerviosa.
C_ Bueno Dávila... acompáñame y veremos los resultados.
E_ Voy con vosotros.

14 ”Adiós Esther” © by ldana


No se atrevieron a decirle que no, su actitud estaba
desconcertando a todos, hasta su madre que la miraba con pena y
una Rosario profundamente afectada que no cesaba de llorar.
Frente al monitor estaban los tres, veían con gesto preocupado
lo que les estaba haciendo llegar la imagen, Cruz y Dávila se
cruzaron sus miradas y Esther que las captó miró preocupada la
pantalla que se había resistido a mirar, no quería saber nada de lo
que decía, era como si aquello no fuera con ella, como si lo que
dijera el resultado del examen no le afectara, pero al ver sus
rostros, el miedo se apoderó de ella y de su estómago.
E_ ¿Qué pasa?
C_ Esther tenemos que volver a operar, Maca ha vuelto a sangrar,
esto no tiene buena pinta, ¡y tenemos que hacerlo ya!
D_ Vamos hay que preparar un quirófano, llamaré al neurólogo,
creo que vamos a necesitar ayuda –apuntó Dávila con tono
preocupado.
E_ Cruz –murmuró mordiéndose el labio con un miedo que se
reflejaba en sus ojos.
C_ Te dije que esto podía ocurrir, y te dije también que te
prepararas.
E_ No va a pasarle nada, solo tenéis que limpiar la zona y ya está.
C_ Esther la zona, es muy delicada, si logramos salvarle la vida,
podría quedarse privada e incluso con algún problema en sus
brazos.
E_ No me importa –dijo con rapidez-. No me importa, solo quiero
que hagáis todo cuanto sea necesario para que despierte y para
tenerla nuevamente.
C_ Necesito tu autorización, pero creo... que hablaré con su madre.
E_ ¿Para qué?
C_ Tú no estás en condiciones de dármela Esther, lo siento –la miró
con pena.

15 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Cruz, soy su mujer y si yo te digo que la operes, ¡la operas! –le
alzó la voz.
C_ Lo siento Esther, lo siento pero no.
Cruz se marchó en busca de Rosario después de dar un fuerte
soplido, ya no solo le preocupaba la operación de Maca, también el
resultado por la cordura de Esther que salió tras ella con gesto serio
y cuando Cruz se puso hablar con una Rosario desconcertada le
interrumpió de malos modos.
E_ Te he dicho que la operes, su madre no tiene que cargar con esta
responsabilidad, soy yo quien te lo dice –Rosario y Encarna la
miraban con miedo pues parecía haber perdido la razón.
C_ Mire Rosario... tengo que...
E_ ¡No me oyes! –la cogió del brazo apretándole con fuerza ante la
mirada preocupada de Cruz.
C_ Suéltame Esther, te he dicho que me sueltes –le dijo con tono
severo sin alzar la voz.
En_ Hija... –Esther la soltó girándose mientras cerraba los ojos.
C_ Rosario, tengo que operar a su hija el hematoma ha vuelto a
reproducirse, necesito su aprobación –Rosario miró por encima del
hombro a Esther que seguía dándoles la espalda aunque por su
agitado movimiento podía percibir su respiración alterada-. Esther
no está en condiciones de dármela. Tiene que saber que es una
operación muy delicada y que podemos provocar que una parte de
su cuerpo quede paralizada.
R_ Dios mío –murmuró sintiendo que le fallaban las piernas.
C_ Haremos todo cuanto esté en nuestras manos... pero no puedo
garantizarles si quiera que salga del quirófano.
R_ ¿Y si no la operas? –Esther se giró bruscamente desafiando con
la mirada a Rosario que tuvo que desviar sus ojos a la figura de
Cruz.

16 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Si no la opero morirá –lo dijo lentamente como si tan solo
nombrar la posible muerte de Maca, a ella le causara un desgarro en
su corazón.
R_ Pues... te digo como Esther opérala... yo te doy el permiso.
C_ Está bien ahora traerán los papeles. Haremos todo lo posible ¿de
acuerdo?, esto va a ser largo, duro y difícil, así que lo mejor es que
os lo toméis con calma –les dijo un tanto intranquila por ellas tras
un profundo suspiro.
E_ Quiero entrar a quirófano –dijo de pronto Esther sorprendiendo a
todos.
C_ No Esther, lo que vas a hacer, es estar tranquila y ocuparte de tu
madre y Rosario.
E_ Quiero estar Cruz... –cerró los ojos y su tono se tornó un ruego.
C_ Lo siento pero no. Ya te iremos informando. Es lo único que
puedo hacer.
En_ Cruz –la llamó Encarna cuando se marchaba y sacando una
estampa de su bolso le dijo-. ¿Puedes ponerla junta a ella?.
C_ Está bien –dijo con un nudo en la garganta por el gesto de
Encarna que no solo tenía que sufrir por Maca, también por el
estado en que su hija se encontraba. Se acercó a ella y en voz baja
tomando la estampa del Sagrado Corazón le dijo-. Vigila a Esther,
no la dejéis ni un momento sola.

Esther se apoyó en la pared sintiendo que le faltaban las


fuerzas, siguió con la mirada la marcha de Cruz, y agradeció el
contacto de su madre, su abrazó le reconfortó lo suficiente como
para no desfallecer.
Eran las seis de la mañana cuando Maca entró al quirófano,
junto a Cruz se encontraba Dávila, Vilches y el Neurólogo del
Hospital, todos trabajaban con el rostro preocupado y conforme iban
acabando los turnos, se iban acercando para acompañar la larga
espera a una Esther que parecía nuevamente haber desaparecido de

17 ”Adiós Esther” © by ldana


allí y estar su alma en el quirófano junto a Maca. La última que se
unió a ellas, fue Teresa con el rostro compungido se sentó junto a
Rosario, la miró apenada y le tomó la mano para transmitirle un
tanto de aliento.
R_ ¿Qué va a pasar Teresa?
T_ Tengamos Fe.
R_ No puedo creer que Maca esté debatiéndose entre la vida y la
muerte... no me entra en la cabeza Teresa.
T_ Imagino, a mí me pasa igual –entonces miró con pena a Esther y
Rosario la acompañó en el gesto-. Pobrecita.
R_ Me preocupa mucho Teresa, es como si no quisiera ver la
realidad.
T_ La entiendo Rosario, si la ve, no la podrá soportar, prefiere
pensar que todo va a ir bien, ya me lo ha comentado Carlos.
R_ Si le pasa algo a mi hija...
T_ Por Dios Rosario... no pensemos ahora en esto, lo que Maca
necesita es nuestra fuerza, no nuestro desconsuelo –la miraba
apenada pero tratando de transmitir un poco de ánimo y esperanza.
R_ Gracias Teresa –le dijo con un nudo en su corazón.
L_ Oye Esther, ¿quieres que te traiga algo? –le preguntó Laura que
ya se había cambiado y le preocupó el gesto que Esther mantenía.
E_ ¿Qué? –la miró como si no viera a quien le había dedicado
algunas palabras que no entendió.
L_ Si te traigo algo de beber, creo que necesitas tomar algo –le tocó
el pulso delicadamente.
E_ No, gracias.
L_ De acuerdo –se acercó hasta Héctor con gesto preocupado y le
dijo-. Héctor, Esther tiene el pulso muy alterado, y si te fijas su
rostro está demasiado pálido.

18 ”Adiós Esther” © by ldana


H_ Si, la llevo observando un buen rato, creo que está a punto de
darle un bajón de tensión, voy a llevármela al box –le dijo
acercándose a ella-. Esther acompáñame, vamos.
E_ No.
H_ Esther acompáñame por favor, no tenés buena cara.
E_ Estoy bien –dijo lentamente mientras sus ojos se cerraban ante
el susto de Rosario, Encarna y Teresa.
T_ ¡Esther! –la llamó nerviosa acercándose a ella.
H_ Carlos ayúdame –le dijo nervioso-. Vamos a llevarla al box,
rápido.
En_ Hija, hija –fue con ellos Encarna.
R_ Dios mío Esther –murmuró Rosario con temor.
L_ Tranquilas, solo ha sido un desfallecimiento, necesita un poco de
calma, vamos a inyectarle un tranquilizante y se pondrá bien –le
dijo a Rosario.
T_ Yo me quedo con Rosario entonces –dijo nerviosa Teresa.
L_ Está bien, os digo algo una vez esté estabilizada.
Todos estaban nerviosos, Rosario y Teresa, se quedaron en el
pasillo, mientras Héctor y Carlos, llevaron a Esther a un box donde
le pusieron un gotero y la reanimaron. Cuando recobró el
conocimiento insistió en que la dejaran ir. Héctor se lo negó y ante
su insistencia le advirtió.
H_ No te vas a mover de aquí, y si insistes, te pinchare un sedante
y te llevaré a casita, tú decides.
En_ Hija por el amor de Dios.
H_ Esther, explota por favor, di algo, llora, grita pero no te tragues
todo el sufrimiento, ¿me oís? –le riñó nervioso.
En_ Cariño...
E_ ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

19 ”Adiós Esther” © by ldana


H_ ¡Che a testaruda no te gana nadie! –ante su mirada insistente le
dijo-. Media hora.
E_ ¿Y Maca? –preguntó con un hilo de voz.
H_ Sigue en quirófano.
En_ Héctor hijo... ya me hago cargo yo ella.
H_ Ni se te ocurra quitarte el gotero o te ataré –le señaló enfadado
con el dedo índice dirigido a su cara.
Esther cerró los ojos, al recobrar el conocimiento pensó que
todo volvería a ser como antes, pero al verse tumbada en la camilla
con el gotero en su antebrazo, se dio cuenta que despierta o
dormida seguía metida en la misma pesadilla. No quiso mirar a su
madre, sabía que era la única persona capaz de hacerle caer como
un castillo de naipes, tan solo con pronunciar una palabra, se
derrumbaría y no quería. Por eso quiso ser ella quien diera el primer
paso para tranquilizarla.
E_ Mamá estoy bien, no te preocupes –le dio su mano y su madre la
tomó con gesto de pena mientras se sentaba en la camilla.
En_ Debes llorar hija mía.
E_ Maca no lloraría.
EN_ Pero tú no eres Maca –le susurró mirándola fijamente.
E_ Llama a Héctor, quiero ir a quirófano, por favor dile que me quite
esto, no lo necesito.
En_ Sé que no lo necesitas, sé lo que necesitas pero hija... quizá no
la puedas recuperar –Esther cerró los ojos con fuerza, no quería
llorar-. Por eso cuanto más tiempo tardes en aceptar la verdad, más
difícil será superarla. Sé que estas desolada, yo lo estoy, lo peor que
le puede pasar a un ser humano es ver desaparecer a la persona
que quiere de repente –Esther tuvo que hacer un gran esfuerzo por
tragar aquella verdad que se había instalado en forma de miedo en
su garganta-. Yo sé lo que amas a Maca, y sé lo que significaría para
ti perderla, y entiendo que delante de ella quieras aparentar fuerza
que sé no tienes, que quieras sonreír mientras lloras por dentro,

20 ”Adiós Esther” © by ldana


entiendo que la acaricies con la esperanza clavada en tu alma de
que saldrá adelante como sea y que ella nota esa caricia repleta de
amor y ternura –Esther frunció su frente y contrajo sus labios-. Pero
a mí no me engañas hija, a mí no, no hace falta que aguantes todo
esto delante mía, quítate la coraza y deja que tu corazón llore
porque lo necesita, que tu alma grite porque es lo más sensato
cariño –su voz se turbio por la congoja de decirle lo que sabía le iba
a hacer daño, pero era necesario o de lo contrario Esther no
aguantaría mucho tiempo en esas condiciones-. Debes pensar en ti,
si de verdad quieres el bien de Maca, si ella muere que sabemos es
una posibilidad, tú tienes que sacar adelante a vuestro hijo, tú
debes seguir viviendo porque habrá sido el deseo de Dios. Injusto
desde luego, pero tú deberás por ella seguir viviendo.
Esther no aguantó aquellas palabras de su madre y rompió a
llorar con un llanto desesperado, tanto que la congoja se puso en su
pecho y pensó se ahogaba, era el puro dolor, era el dolor en estado
de mayor auge, ella y su pena necesitaban ir de la mano, pero allí
en aquel pequeño box, con su madre abrazándola se daba cuenta de
la realidad, Maca estaba grave y quizá no volvería a tocarla, ni a
besarla, ni a escucharla, y si admitía aquello, debía admitir que
jamás le perdonaría poner fin a su vida y abandonar a su hijo, el
hijo de Maca, el hijo que ambas habían querido tener, entonces
recordó todo como si fuera un rayo que pasara frente a sus ojos,
Maca sonriendo feliz el día que confirmaron el embarazo, Maca
pidiéndole masajes en los pies con cara de pena, Maca quejándose
porque no podía dormir con la barriga... Pero, ¿cómo vivir sin ella?
E_ Mamá yo sé que no va a morir, lo sé, ella no me dejaría... ¿por
qué, que haría yo sin ella?, dime mamá –la miraba con la calma
nuevamente instalada en ella.
En_ Vivir hija, vivir por ti... y por ella... pero sobre todo por vuestro
hijo.
E_ No podría... no sabría... y sobre todo... no querría... Llama a
Héctor por favor –se secó los ojos y se prometió no volver a llorar

21 ”Adiós Esther” © by ldana


Maca no podía notar en su voz la pena, ella le dijo una vez que no
quería que llorara si le pasara algo, y así debía hacerlo-. Llámalo.
Cuando se reunió con Rosario, había llegado el padre de Maca,
en su rostro estaba marcada la expresión del terror, parecía que de
repente había envejecido, y si a Esther le sorprendió, mucho más
impactado quedó él al verla, sin decirse nada, sin hablar ni llorar, se
fundieron en un fuerte abrazo.
Maca llevaba cinco horas en quirófano, las manecillas del reloj
pasaban tan lentamente que parecían agujas que se les clavaba en
el alma. Rosario y Pedro, estaban sentados juntos, tomados de la
mano y cuando Rosario echaba a llorar, él la abrazaba en silencio.
Encarna por su parte estaba sentada junto a Teresa que no se había
movido de allí, tampoco lo había hecho Héctor que apoyaba su
cabeza en la pared con los ojos cerrados. Y Esther, que no cesaba ni
un instante de pensar en Maca era como poder transmitirle fuerza,
hablaba con ella como si pudiera escucharle, se sentaba y
levantaba, caminaba y se quedaba de pie, se comía las uñas y
resoplaba todo bajo la atenta mirada de Héctor que no la
descuidaba un solo segundo. Todos esperaban, cada uno pensando
en Maca de diferente modo... pero todos deseando que la puerta se
abriera y fueran buenas las noticias que les trasladaran del interior
del quirófano.
Después de cinco horas y media, la puerta se abrió y Cruz
salió... Esther se precipitó hasta ella seguida por los demás,
Encarna y Teresa dejaron que los padres de Maca se pusieran a su
altura, detrás de Cruz salió un Vilches serio que llevaba en su cara
marcada la tensión vivida en el quirófano. Fue Esther quien habló
primero, acosando a una Cruz que al igual que Vilches, se mostraba
cansada después de tantas horas luchando por la vida de su amiga y
compañera.
E_ ¡Cruz! –sus ojos abiertos su rostro tenso daba muestras del
momento tan doloroso que estaba viviendo.
C_ Esther... Maca ha aguantado la operación –todos respiraron
aliviados mientras Esther cerraba los ojos juntando las palmas de
22 ”Adiós Esther” © by ldana
sus manos sobre su boca como agradeciendo a Dios que Maca
siguiera viva-, hemos limpiado bien la zona afectada, dentro de
unas horas volveremos a hacer otro escáner y veremos si por fin
hemos solucionado el problema.
E_ Lo sabía –murmuró feliz mientras Rosario y Pedro se miraban
nerviosos.
V_ Esther, esto no significa nada, no ha variado nada su estado,
está en coma y no ha dado muestras de reacción, debemos seguir
conectándola a la máquina, esto no ha variado nada.
E_ Claro que sí Vilches, claro que ha variado, Maca ha dado
muestras de que quiere vivir y estoy segura que lo va a lograr.
Vilches, acostumbrado a hablar con familiares de pacientes en
coma, o incluso, menos graves, sintió un pellizco en su interior al
ver la seguridad de Esther, el convencimiento de que iba a salir
adelante le hizo asentir un tanto impactado por la actitud de su
compañera, que no cesaba de dar muestras de felicidad ante los
gestos más cometidos de los demás.
V_ Está bien... si quieres seguir creyendo esto, adelante, pero yo no
puedo engañar a sus padres, ni quiero que se dejen llevar por tu
convencimiento Esther, Maca está muy mal y sigue existiendo el
mismo riesgo de que deje de respirar en cualquier momento.
E_ ¿Podemos pasar? –habló omitiendo el comentario.
V_ ¡Esther reacciona coño! –le espetó Vilches ante la mirada de los
padres de Maca sorprendidos y Cruz, que posó su mano sobre el
pecho del médico que suspiro con fuerza tratando de sacarse el
dolor que no quería demostrar-. Sólo dos personas.
P_ Pasar vosotras Rosario, yo quiero hablar con los doctores.
R_ De acuerdo, vamos Esther cariño –la tomó por los hombros.
E_ Vamos –le sonrió dirigiéndose ante la mirada triste de todos
hacia la habitación.
P_ ¿Podemos hablar?, necesito saber la verdad del estado de mi
hija.

23 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Claro, vamos a mi despacho por favor –le dijo Cruz mientras
Pedro les seguía.
T_ ¿Qué vamos a hacer con Esther, Encarna?
En_ Dejarla, ella quiere vivir en ese mundo de esperanza, y nadie la
va sacar de él, si Maca no sale que espero por el bien de las dos que
luche y salga, pues... tendremos que estar muy pendientes de ella
Teresa.
T_ ¿Sabías que iban a hablar? –la miró triste.
En_ Sí, me lo contó Rosario. Es curiosa la vida ¿no?, ahora que ellas
iba a volver, que Rosario había hablado con mi hija y habían hecho
las paces... ahora que todo iba por buen camino... va y pasa esto...
¡que caprichosa es la vida! –suspiró mientras limpiaba una lagrima
de su ojo izquierdo.
T_ La cara de Vilches no me gusta, Maca debe estar peor de lo que
nos imaginamos, y te juro Encarna, que llevo muchos años en este
hospital, tengo mucho aprecio por todos, lo sabes, pero Esther y
Maca para mí, han sido como mis hijas y francamente, si le pasara
algo sentiría como si un trozo de mi alma también muriera.
Encarna la miró fijamente con pena, aquella mujer que tenía
delante siempre risueña y chismosa, estaba afectada en el corazón y
juntas, sabían que si a Maca le pasaba algo, tendrían que velar
mucho por Esther. Se abrazaron para compartir el dolor y así,
apaciguar un poco el llanto.
En el despacho de Cruz, ella y Vilches le habían puesto al
corriente sobre las posibilidades de Maca para superar aquella
herida mortal, a ellos se les había unido un Dávila cabizbajo,
estuvieron informándole durante un buen rato dándole todos los
datos posibles.
C_ De momento tenemos estabilizado su cerebro, aunque no
responde ante ningún estimulo, una vez veamos como desarrolla su
evolución, Javier tendrá que operarla de la pierna, tiene la tibia y el
peroné fracturado, después está la vértebra es lo que menos nos

24 ”Adiós Esther” © by ldana


preocupa pero habrá que hacer varias operaciones más si supera
esto –dijo con tono afectado.
P_ ¿Y Esther? –todos lo miraron y después se miraron entre ellos.
V_ Esther está tan afectada que parece no querer ver la realidad,
pero no queremos que esto llegue a afectarles a ustedes, Maca
puede morir en cualquier momento o estar en ese estado mucho
tiempo.
P_ ¿Y si se salva? –los miró con el miedo reflejado en sus ojos.
V_ Deberíamos hacer un estudio para saber como ha afectado y en
que medida el hematoma en sus articulaciones, su habla, sus
sentidos, su sensibilidad.
P_ ¿Podría quedar inválida?
C_ Sí. Aunque quizá eso sería lo menos importante –el hombre los
miró aterrado-. Podría quedar en estado vegetal.
D_ Aunque también existe la posibilidad que el hematoma y la
limpieza que le hemos realizado, hayan afectado algún miembro de
su cuerpo sin necesidad de llegar a estos extremos –trató de dar un
poco de luz verde a un hombre que parecía haber encogido en su
sillón.
P_ Entiendo, os agradezco que seáis francos conmigo –entonces
alzó la vista y les preguntó sorprendiéndoles-. ¿Y qué hacemos con
Esther?
C_ Esther tiene que pasar por esto, el tiempo conforme transcurra
irá haciendo mella en ella hasta que se enfrente a la realidad. Pero
si me deja meterme donde sé no me llaman –lo miró esperando
respuesta por su parte, él asintió ante la atenta mirada de Vilches y
Dávila-. Esther no tiene otra cosa que amor y a su hija en este
momento ese amor puede ayudarle a salir del coma, hemos visto
casos increíbles en este hospital, yo no la obligaría a cambiar su
actitud, tan solo estaría vigilante si llegara el final que nadie
deseamos, porque me ha asegurado que si Maca se muere, ella la
acompañará.

25 ”Adiós Esther” © by ldana


El silencio se hizo protagonista del despacho, todos conocían
bien a Esther y sabían que si bien Aimé no había sido capaz, ella sí
lo sería, sabían de su sensibilidad y su amor por Maca, sabían y
habían sido testigos de su sufrimiento en la separación, de su
estado cuando estaba lejos de ella, y ninguno puso en duda aquellas
palabras que Cruz dejó caer fríamente, pero que hasta a Pedro le
causaron un escalofrío en su espalda.
En el cuarto junto al cuerpo de Maca, se encontraba Rosario a
un lado y Esther a otro, su aspecto había empeorado, unas ojeras
profundas marcaban sus ojos morados por la abrasión que había
sufrido su cerebro ante dos operaciones, también porque los golpes
comenzaban a marcar las zonas donde habían ido dejando huella,
también llevaba colocadas dos bolsas de sangre, y así como la
mirada de Rosario era una mirada repleta de miedo, la de Esther lo
era de ternura y amor, le acarició la cara como si tocase algo
sagrado, con tanta ternura que a Rosario le costó controlar un
profundo suspiro.
E_ Cariño... no te preocupes por nada... todo va a ir bien ya hemos
superado una difícil prueba... ahora vamos a estar juntas para
superar lo que venga mi vida... estoy aquí y tu madre también... –
sonrió mientras se mordía el labio mirando a Rosario que no fue
capaz de devolverle la sonrisa-. Fuera tienes a todos esperando
noticias, yo ya sabía lo mucho que te quieren pero cuando te
despiertes... vas a tener que dar las gracias a muchas personas mi
amor.
La miraba con infinita ternura, mientras le dejaba un beso en el
brazo.
E_ Mira ya ha amanecido... voy a subir un poco la persiana para que
entre el sol cariño... esto está oscuro y a ti no te gusta la oscuridad
–Rosario no dejaba de mirarla mientras seguía con su mirada todos
los movimientos que hacía-. Bueno... parece que el día es fresco
pero hay un sol hermoso, ¿verdad Rosario?
R_ Sí –dijo turbada.

26 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Ah!, y Daniel está aquí, con nosotras no tienes que preocuparte
de nada mi amor, de nada que no sea descansar –le miró el gotero
y la bolsa de sangre-, y encontrar las fuerzas para salir de ahí.
B_ Hola –entró Begoña con gesto serio-. Vengo a ponerle esto.
E_ Deja ya se lo pongo yo –le cogió la jeringuilla ante la mirada
molesta de la enfermera.
B_ ¿No te fías de mí o qué? –arremetió contra ella.
E_ Es que yo se lo voy a poner con mucho amor ¿verdad mi vida? –
Begoña levantó una ceja ante la reacción de Esther-. Ya está, toma
puedes llevártelo todo cuanto haya que ponerle, me lo dais que yo
lo haré.
B_ Estás loca –le dijo negando con su cabeza ante la omisión de
Esther y se fue.
R_ ¿Esther no te gustaría irte a casa y ducharte, así descansas un
poco?
E_ No, no, me ducharé aquí tengo la ropa, no quiero dejar sola a
Maca, bueno... aunque este usted –le aclaró con una sonrisa
nerviosa.
C_ Hola –entró Cruz que con un fuerte suspiro se acercó hasta la
cama mirando la máquina.
R_ ¿Ha cambiado algo? –le preguntó ansiosa Rosario.
C_ No, sigue igual... Esther... yo me voy a marchar tengo que
descansar, pero en cualquier momento hemos dejado aviso que nos
localicen ¿de acuerdo?
E_ Sí, tranquila yo creo que tiene mejor cara.
C_ ¿No vas a descansar? –la miró apretando los labios.
E_ No, me ducharé en el cuarto de enfermeras y me cambiaré.
C_ Está bien –afirmó alzando los brazos-. Lo que te quería decir
es... si os parece bien, me llevo a Daniel conmigo.
E_ ¿De verdad lo harías?

27 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Claro... –le sonrió acariciándole la cara-. Así podéis estar más
tranquilos por esa parte.
R_ Muchas gracias Cruz –le dijo con emoción en sus ojos Rosario.
C_ Ya sabéis, a cualquier novedad...
R_ Gracias.
E_ Has visto mi amor, si es que todo el mundo te quiere –le dijo
feliz dándole un beso en la cara ante el gesto de pena de Rosario.
La mañana transcurrió con tranquilidad, Maca ni mejoró ni
empeoró, seguía igual, Rosario salía y Encarna entraba, se turnaban
pero siempre Esther estaba a su lado, hasta que entró Pedro para
que su mujer y Encarna fueran a casa a descansar.
P_ Vete a casa Rosario, quiero que descanses me preocupas –Esther
lo miró porque aquel tono le recordó a cuando Maca le hablaba a
ella y sintió un nudo en su corazón-. Encarna también tiene que
descansar.
R_ Si, tienes razón –miró a Esther pero Pedro le hizo un gesto para
que no dijera nada que la mujer entendió-. En un rato estamos aquí,
no creo que pueda descansar.
E_ Rosario, espere... ¿tiene un papel?
R_ Pues... espera miro en el bolso –sacó un trozo y Pedro le dio un
bolígrafo-. Toma.
E_ Les voy a poner lo que necesito que me traiga, mi madre sabe
donde están las cosas, de todos modos les dejo apuntado donde las
dejé.
R_ Si –la miraban un tanto desconcertados.
E_ Ya está, todo es de Maca, la mayoría de cosas están en nuestro
cuarto de baño, bueno menos el mp3 que está en el despacho y los
libros que están en la librería del comedor.
R_ De acuerdo –miró a su marido con tristeza.
E_ Gracias.

28 ”Adiós Esther” © by ldana


Rosario se marchó con cara de circunstancias al leer lo que
ponía en la nota, pero no quiso preguntar nada, podía imaginar lo
que Esther trataba de hacer. Una vez se quedaron solos en la
habitación, Esther vio como Pedro ponía una de las sillas junto a la
suya. Se sentó y sin mirarla le dijo.
P_ He hablado con los médicos.
E_ Ya –no lo miró fijó sus ojos en la cara de Maca.
P_ Tú y yo nunca hemos sido amigos... la verdad que no sé muy
bien que decirte ni como hablarte.
E_ No se preocupe, me hago cargo –acarició con suavidad el brazo
de Maca sonriéndole.
P_ Cuando Maca nos dijo que era lesbiana recuerdo que sentí un
dolor profundo en mi alma –suspiró cruzando las manos sobre las
piernas, hablaba en voz baja con tono triste y la mirada perdida en
el cuerpo de su hija-. Pensé que era un castigo de Dios, cuando
conocí a aquella primera novia suya, sentí que me volvía loco,
aunque fue mucho peor cuando te conocí a ti.
E_ Lo sé –murmuró con pena sin mirarlo.
P_ Aquella al menos tenía dinero, tú... tú no tenías nada... –guardó
un pesado silencio para tragar el nudo que tenía en su garganta-...
al menos, nada de lo que yo pudiera apreciar.
E_ No le entiendo –por primera vez cruzaron sus miradas, y ambos
reflejaban en sus ojos la sombra del dolor.
P_ Verás, cuando uno es padre, la ilusión de su vida es que sus hijos
sean felices, tengan una vida lo menos difícil posible y sobre todo,
unos valores, que tanto mi mujer como yo les inculcamos a nuestros
hijos. Desde niña Maca fue diferente a sus hermanos, siempre
andaba de mi mano, siempre daba la sensación que aquella hija era
la única que no nos iba a crear problemas –Esther lo miraba atenta
pero también miraba de vez en cuando a Maca-. Pero no fue así, ella
nos retó, y no supimos entenderla. Me dio la espalda quizá porque

29 ”Adiós Esther” © by ldana


yo lo hice primero, y siempre todo cuanto hacía después del plantón
de la boda, para mí era tan solo para hacernos daño.
E_ Maca no es así –murmuró mirándolo con pena pues podía
percibir el dolor de aquel padre derrotado que le estaba confesando
a ella, precisamente a ella, lo que a nadie había contado.
P_ Lo sé, pero cuando te han hecho daño y te han decepcionado las
cosas las ves de modo diferente. Pero déjame que acabe. Cuando te
conocimos a ti, no niego que hasta me avergoncé, y cuando mi hija
me dijo que se iba a casar contigo, pensé que era porque se había
percatado de nuestro pensamiento y tan solo era una rabieta para
llevarnos la contraria, y de esa manera castigarnos a mi mujer y a
mí –entonces giró su cabeza, fijo sus ojos en los de una Esther que
parecía estar un tanto incómoda ante la confesión de su suegro-.
Pero me equivoqué, es cierto que tú no tienes dinero, ni una
posición social como la que tiene mi hija, pero... tienes algo mucho
mejor...
E_ ¿Qué? –le preguntó sonriendo de lado porque le estaba
sorprendiendo.
P_ Tienes amor, un amor maravilloso hacia mi hija –le cogió la
mano de una más que sorprendida y también emocionada Esther-.
No creo que nunca pueda darte las gracias como mereces, no creo
que... puedas perdonar mi cabezonería, y mi estupidez –Esther fue
a hablar. Él la detuvo elevando su mano-. No, perdona, déjame
acabar. No sé en que va a terminar todo esto, no sé si mi hija se
salve o no, pero si sé que todo lo que estás haciendo por ella y tu
sentimiento hacia ella me llena de orgullo, y debo reconocerte que
me has dado una lección sobre mi hija y sobre vuestro amor, y lo
que un día pensé era un castigo, hoy doy gracias de teneros a las
dos.
E_ Yo... –se quedó parada sin saber que decir, entonces le tomó ella
la mano y con sus ojos repletos de lagrimas le dijo-. Maca es lo más
importante en mi vida, y sé que ella saldrá de esta porque sabe que
no puedo vivir sin ella, no me dé las gracias porque amar a Maca,
estar a su lado y ser feliz como ella me hace, no es para
30 ”Adiós Esther” © by ldana
agradecérmelo a mí, al contrario, soy yo quien debe agradecer a
Maca tantas cosas, que si ella se muere... le juro que nada
importara.
P_ Tenéis un hijo –le dijo con los ojos vidriosos.
E_ Si. Pero no tener a Maca significaría mi muerte.
P_ Esther... mi hija no estaría de acuerdo con esto, si de verdad
crees que se va a salvar, si de verdad tienes esa Fe, si llegara el
momento y no ocurriera tal y como deseamos, quiero que me
prometas que seguirás luchando porque nuestro nieto, es la
herencia de nuestra hija, y te eligió a ti para compartir la
maravillosa vida que tiene Daniel.
El silencio roto tan solo por los pitidos de la máquina y el
respirar de Maca, se instaló entre ellos mientras volvían lentamente
la cabeza para mirar a Maca con un profundo suspiro y unas ganas
terribles de ver que sus ojos se abrieran.

Durante todo el día, Esther se encargó de controlar todo no


hacia falta que entrara enfermera alguna, ella se había encargado
de mimar y vigilar hasta el último detalle a Maca. Cuando llegó el
turno de la noche, volvieron otra vez todo el equipo de Urgencias. A
esa hora, también había llegado Rosario y Encarna, le habían
llevado una pequeña bolsa de viaje donde habían puesto todo
aquello que les había pedido en la nota. Ella lo fue sacando con
mimo, una cosa tras otra ante la atenta mirada de los tres que
seguían preocupados por una Esther que se le notaba el gesto
cansado.
E_ Mira Maca, tu colonia luego te pondré cuando te lave, también he
traído los poemas de Neruda, sé que te habías quedado a mitad, los
repasaremos juntas. La crema para darte masajes... si... la
música... bueno he pedido el mío porque en el tuyo hay demasiada
música triste –sonrió ante la mirada apenada de los tres-... también
tenemos aquí el libro que querías leer del cuidado del bebé que no
entiendo porque, si mejor que tú, no hay nadie que sepa cuidar a

31 ”Adiós Esther” © by ldana


los bebés, ¡ah por cierto!, ahora cuando se vayan tus padres y mi
madre, que están aquí, se lo llevaran a casa, Cruz lo va a traer, no
te preocupes por nada, todo está bajo control, tú solo descansa.
C_ Buenas noches –apareció Cruz interrumpiendo el monólogo de
Esther que todos agradecieron-. ¿Cómo sigue? –miró la historia.
E_ Yo creo que algo mejor.
C_ Esther –la miró intensamente después miró la ficha-. Vamos a
hacerle unos análisis, y veremos si con las trasfusiones hemos
tenido suficiente o hay que hacerle más. Por cierto Esther, me
parece bien que quieras tú encargarte de todo, pero no les digas a
las chicas que no la pinchen o no cambien los goteros... son tus
compañeras...
E_ Ya, pero yo soy la jefa –le dijo con seriedad.
C_ Está bien... ¿Bueno... no te vas a ir a casa, no?
E_ No, me quedo con ella.
C_ Pues entonces... deberéis salir alguno porque no puedo daros
tanto tiempo, ¿lo comprendéis verdad?
P_ Claro Cruz –asintió respirando hondo.
C_ Daniel está con Teresa, es un bendito...
E_ Como su madre –apuntó Esther mientras le acariciaba el brazo.
Todos salieron con un nudo en el corazón, ninguno fue capaz
de decirle nada, allí la dejaron mimando a una Maca que seguía muy
lejos de allí.

En el muelle, Teresa iba poniendo al día a todos los que


entraban que lo primero que hacían era preguntar por Maca, todos
estaban afectados y todos sabían que su vida pendía de un hilo
demasiado fino. Pero no solo la preocupación ante su gravedad,
sino, el estado de shock en el que se encontraba Esther les
preocupaba, todos habían entrado a verla, habían hablado con ella,

32 ”Adiós Esther” © by ldana


y todos se habían llevado la misma impresión, Esther estaba en un
mundo cerrado donde solo tenía cabida Maca.
La noche estaba ya un tanto entrada y Urgencias estaba con un
ritmo tranquilo. Cuando le tocó el turno a Teresa de descansar, no lo
dudó, haciendo acopio de valor, fue hasta la habitación de Maca.
Tocó a la puerta respirando profundamente, ella no la había visto
aún pero sabía que se iba a impresionar porque todos así se lo
habían avisado. Al entrar vio a Esther frotando el brazo y la mano
de Maca con una crema.
E_ Mira cariño tenemos visita, es Teresa –sonrió.
T_ Hola Esther –le dijo con el gesto impresionado al ver a Maca.
E_ ¿Cómo va la noche?
T_ Tranquila –no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lagrimas.
E_ Vamos Teresa –le tocó el brazo sonriéndole-. Todo va a ir bien...
T_ ¿Cómo estás tú Esther?
E_ Bien –le contestó mientras terminaba de masajear con inmensa
ternura su brazo.
T_ Llevas veinticuatro horas sin descansar, acumulando muchos
nervios... ¿por qué no me acompañas a la cafetería y tomamos
algo?
E_ No gracias... no quiero dejarla sola.
T_ No está sola cariño –la miró con pena mientras se retiraba con la
mano una lagrima-. Esther...
E_ No... prefiero no moverme...
T_ Está bien... voy a por un café, ¿te traigo uno calentito?
E_ Te lo agradecería –le sonrió.
T_ Ya vengo.
Al salir se apoyó en la puerta impresionada, Héctor que la vio
se acercó hasta ella.
H_ Sigue igual –dio un profundo suspiro.

33 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Está destrozadita...
H_ Si Teresa... van a hacerle ahora una prueba, pero no creo que a
Esther le haga mucha gracia.
T_ ¿El qué?
H_ Van a ver como ha evolucionado, y si sigue así pues tendrán que
probar a desconectarla de la máquina para saber si reacciona o
está...
T_ No lo digas ¡por Dios! –se puso su mano en el pecho con
angustia.
H_ Tenemos que estar preparados... pero yo me pregunto... ¿cómo
te preparas para despedirte de una amiga? –miraba fijamente un
punto en el vacío después tragó saliva y sacudiendo la cabeza
murmuró-. Yo entiendo a Esther.
T_ Debiste verla, le habla como si pudiera escucharla, esta agarrada
a un clavo ardiendo.
H_ Quiero que me deje hacerle un chequeo, si te pudieras quedar tú
con Maca de otro modo no me va hacer caso.
T_ Claro, espera que voy a traerle algo que la pobrecita mía está sin
tomar nada y tiene mala cara.
Así lo hicieron, Teresa volvió con dos cafés y unas pastas para
Esther, se sentaron al lado de Maca, al principio en silencio
observándola, hasta que de repente Esther sorprendió a Teresa
hablándole divertida.
E_ Oye Teresa, antes le decía yo a Maca, cuanto nos ha cambiado la
vida.
T_ Pues si –la miraba un tanto desconcertada.
E_ ¿Recuerdas cuándo llegó? –dio una carcajada arrancando la
sonrisa triste de Teresa.
T_ Como no, la pija con esos humos altivos, te decíamos –se dirigió
a Maca y Esther por primera vez se vio desarbolada por alguien,
Teresa también la comprendía y se lo agradeció con un gesto

34 ”Adiós Esther” © by ldana


profundo mientras le temblaba la barbilla-. Pero bueno... la peor
parte te la decía Esther, es una borde de cuidado.
E_ Era verdad, no te enfades Maca, pero era verdad.
T_ ¿Y las broncas que teníais? –dio una carcajada acariciando el
brazo de Maca-. Lo que yo me divertía y lo distraída que estaba.
E_ Desde luego –sonrió también-. Recuerdo cuando me mirabas
fijamente como queriendo saber si era cierto que yo, Esther la
enfermera fea, bajita y medio tonta, estaba con la belleza de mujer
que había entrado por la puerta dejando a todos los hombres del
hospital boquiabiertos.
T_ Es cierto, es cierto –decía sonriendo mientras le daba golpecitos
en el brazo a Maca-. Mira Maca, Esther era de una inseguridad
mortal, y claro, yo como iba a creerme los comentarios, si Esther lo
único que tenía claro era que le encantaban los hombres –dio una
carcajada.
E_ Bueno... pero tú me eclipsaste –la miró con ternura cogiéndole la
mano.
T_ ¿Y los besos furtivos, que?
E_ Siempre nos pillaba alguien –volvió a sonreír.
T_ Sí.
E_ ¿Y cuándo te dijimos que nos íbamos a casar? –la miró sonriente.
T_ ¡Uf!, lo mejor cuando me pediste ser tu madrina, ¡qué orgullo
para mí!, hija es que ser madrina de alguien tan maja como tú, no
es poca cosa.
E_ Ella estaba encantada de que lo fueras... sabía que lo hacías de
corazón.
T_ Todo va a ir bien Esther –le cogió la mano al ver como cambiaba
su gesto.
E_ Claro que va a ir bien, ¿verdad mi amor? –le besó la mano ante
la mirada triste de Teresa.
H_ Buenas noches –entró Héctor-. ¿Cómo les va?

35 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Bien, mejorando poco a poco.
H_ Esther, me gustaría que vinieras a tomarte la tensión y...
E_ Me encuentro mucho mejor Héctor, gracias...
H_ Teresa se queda con Maca –insistió.
E_ De verdad estoy mejor.
V_ ¿Qué hace la habitación llena de gente?, esto es la UCI, no un
camerino.
T_ Yo ya me voy... –cuando pasó por su lado le dijo-. Renegón.
H_ Yo también.
E_ Buenas noches Vilches –le dijo Esther sonriente.
V_ Voy a llevarme a Maca.
E_ ¿Para qué? –se borró su sonrisa.
V_ Quiero hacerle un TAC, por lo que veo el drenaje ya comienza a
sacar sangre limpia, eso quiere decir que el hematoma está
controlado si no del todo, al menos parcialmente.
E_ Pues claro Vilches ¿qué esperabas? –él la miró fijamente-. La ha
operado el mejor médico de este hospital.
V_ Tú sabes que tenemos que hablar, ¿verdad?
E_ Sí –masculló casi sin voz.
V_ Bien... –se acercó a Maca y le miró las pupilas con la linterna que
sacó de su bolsillo-. ¿Sabes qué si en unos días no hay mejoría,
tendremos que hacer la prueba de desconectar la máquina?
E_ No se la vas a hacer –le dijo segura.
V_ Esther –le advirtió con sus ojos clavados en los de ella.
E_ Soy su mujer, y sin mi consentimiento no la haréis.
V_ ¿Qué pretendes?, ¿seguir engañándote?, está en coma profundo
Esther, eres enfermera sabes perfectamente lo que hay, ¿por qué
insistes en esta actitud?

36 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Te agradecería que no hablaras así delante de ella, no voy a
dejar que le hagáis ninguna prueba.
V_ Espero que abras los ojos Esther, esta situación no es buena ni
para ti, ni para ella.
E_ Eso lo decido yo.
V_ Muy bien –suspiró-, de momento le haré el TAC, después ya
veremos.
E_ Después nada... ¡te lo advierto Vilches!, o me la llevo de este
hospital.
V_ Oye –se acercó a ella con gesto repleto de fiereza-. Me importa
Maca, pero también me importas tú, ¡entendido!
E_ Lo sé y te lo agradezco, pero... no la vas a desconectar.
Los dos se miraron por un tiempo, Vilches veía a una mujer
aferrada a una única esperanza, una esperanza quizás equivocada,
pero era su elección, sin duda moverla de esa actitud iba a ser muy
complicado y quizá como Cruz le dijo, mejor dejar pasar un poco de
tiempo, y que ella misma se diera cuenta de su error, comprensible,
pero al fin y al cabo, error. Vilches se marchó y entonces Esther se
acercó a la cama, le acarició la frente y le susurró.
E_ No temas cariño... voy a esperar el tiempo que haga falta,
saldremos de aquí juntas por la puerta, y te llevaré a algún lugar
maravilloso donde te puedas recuperar de esto, ¡mira quizás avise a
Carmencita!, ¡no se me había ocurrido!, te llevaré allí, te lo prometo
mi vida. Pero ahora, tienes que ser fuerte y luchar... yo estaré
esperando el tiempo que haga falta... por ti...

En esta ocasión, Vilches no la dejó entrar, estaba en el pasillo


mordiéndose las uñas nerviosa por lo que aquellas pruebas podían
arrojar, cuando se le acercó Luna, al verla su gesto fue serio y duro,
ella suspiró pero necesitaba hablarle.
Lu_ Esther siento lo que ha pasado.

37 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Ya –se mostró indiferente.
Lu_ Te lo digo de corazón, como lo siento –ella no le contestó-.
También quería disculparme contigo por todo lo que ha pasado –
Esther seguía omitiéndola-. Te mentí... nunca pasó nada entre tú y
yo, era imposible hacerte olvidar a Maca.
E_ Cabrona –murmuró pero ni siquiera con rabia, su voz era
completamente indiferente.
Lu_ Tienes razón en insultarme... desde que llegué me enamoré de
Maca, me sentía muy atraída por ella y quise separarte de su lado –
Esther no la miró-, traté de convencer a Maca, de ponerla en un
aprieto... pero ella solo tiene ojos para ti... por eso quiero pedirte
perdón, a ella no puedo, por eso –cerró los ojos abatida-.
Perdóname Esther.
E_ No puedo perdonarte... he estado separada de ella por tu
mentira, he perdido meses luchando por recobrar su amor, hemos
tenido mil batallas por celos basados en una mentira la cual le
hiciste creer a ella y dudar hasta de mí, ¿y ahora?, ahora Maca está
entre la vida y la muerte, si la pierdo habré perdido no sólo a la
mujer que amo, sino también a la mujer que necesito para seguir
viviendo... gracias a ti... nuestros últimos días juntas fueron un
infierno y eso no te lo puedo perdonar.
Lu_ Te entiendo y... te juro que me siento fatal... os envidiaba...
E_ ¿Y qué esperas?, que te diga tranquila no pasa nada, así podrás
dormir con la conciencia tranquila –bajó la voz y su tono se volvió
amargo-. Lo siento, pero no, me has privado de lo mejor que tengo
en mi vida y eso, no te lo perdonaré jamás. Y ahora si no te
importa, quiero estar sola.

Estuvo más de media hora en el pasillo sola, la noche se había


vuelto movida y nadie pudo hacerle compañía, en esos momentos
donde estaba apoyada en la pared de pie, se pasaron interminables
imágenes donde las dos eran felices, momentos que eran recuerdos
pero su pensamiento y su corazón la empujaban a seguir

38 ”Adiós Esther” © by ldana


manteniendo la esperanza de que aquellos momentos volverían a
suceder, quería aferrarse a la idea de que Maca no podía morir, que
aún tenían muchas cosas por hacer, y no pudo evitar estremecerse
al enfrentarse a la palabra muerte, por primera vez.
T_ Esther hija...
Como siempre Teresa fue oportuna, su llegada alivió el dolor y
pensamiento de Esther, se abrazó a ella sin llorar pero necesitando
sentir sus fuerzas, necesitando sentir el aliento de la persona que
más le había ayudado. Y como siempre, Teresa estaba allí.
T_ Vamos... estás temblando –le dijo ayudándola a sentarse-. Me ha
dicho Carlos que iban a decirte ahora los resultados del TAC –la
miraba con infinita ternura.
E_ Si –suspiró fuertemente.
T_ Me quedo contigo –le sonrió y retiró el pelo de la cara.
E_ Gracias Teresa –le apretó la mano en el mismo instante que salía
Vilches y Dávila con gesto serio-. ¿Qué ocurre?
D_ Bueno... la operación parece que ha dado resultado, al menos en
lo que para nosotros es importante, pero...
E_ ¿Pero qué? –apretó sin querer la mano de Teresa que también
sintió el temor en su piel.
D_ Esther... Maca sigue en coma profundo, no hay señal de mejoría,
nos quedan cuarenta y ocho horas para tomar decisiones, sabes que
el tiempo en ese caso es crucial, y aunque me duele decírtelo, no
podemos hacer más por ella, pero si puedo hacer más por ti –le
acarició la barbilla mirándola con tristeza.
E_ Ya se lo he dicho a Vilches.
D_ Lo sé... ¿pero no crees qué es alargar la agonía si no hay salida?
E_ Estoy segura que la hay.
D_ Está bien... esperemos las próximas horas que van a ser
trascendentales... pero quiero que nos dejes trabajar ¿de acuerdo?

39 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ Esther... reflexiona por favor... todos sabemos lo que Maca
pensaba de este asunto...
Cuando se marcharon... Teresa la miró preocupada y con voz
derrotada le dijo:
E_ Ella no quería estar así, siempre dijo que la desconectaran si
llegaba el momento...

Habían pasado las setenta y dos horas pertinentes, Maca


seguía en el mismo estado, no había ninguna respuesta ante el
tratamiento, no había señal alguna de que su gravedad hubiera
disminuido. En ese tiempo, Esther no se separó más que lo
imprescindible de la cabecera de su cama, aquel cuarto cuadrado
era su casa, era su prisión y su alivio, por las noches cuando se
quedaba sola con ella, solía ponerle música, y antes de que llegaran
las doce, le leía unos versos para que descansara, cuatro veces al
día, se encargaba de darle masajes tanto en las piernas como en los
brazos y las manos, estaba obsesionada en ayudarla para una vez
despertara las lesiones fueran las mínimas. Había decidido repasar a
su lado todo cuanto habían vivido juntas, le contaba anécdotas que
habían compartido, sus miedos a entregarse a ella, sus deseos
descontrolados cada vez que pasaba por su lado, las miradas
tímidas pero repletas de dependencia... Aquella noche la tristeza se
había instaurado en ella, su rostro cansado por la falta de sueño, su
sonrisa triste que había borrado aquella otra que ella le provocaba,
su cansancio del alma, sabía que en cualquier momento Dávila
entraría para hacer aquella prueba que tanto odiaba, y tendría que
volver a negarse, nadie la entendía pero era algo tan simple como
que tenía que aferrarse aquel cuerpo aunque su mente no
estuviera... era Maca, el amor de su vida y no podía dejar que se la
quitaran... entonces se levantó de la silla apoyándose en la ventana,
miró hacia el exterior y sus ojos se llenaron de pánico, ¿cómo se
enfrentaría a una vida sin...?, sacudió su cabeza con rabia, en aquel
cuarto estaba su vida y lo que había fuera de ese cuarto no le
pertenecía, ya no le importaba si la luna iluminaba el cielo oscuro, si

40 ”Adiós Esther” © by ldana


amanecía al día siguiente, si Maca no se recuperaba la vida dejaría
de tener sentido para ella. ¿Y Daniel?, se preguntó con voz trémula,
él había sido la ilusión de las dos... el regalo que habían deseado,
entonces recordó como había perdido el tiempo, cuando Maca
estaba embarazada ¡cuánta razón tenía su madre!, había estado
empeñada en que aquel niño nunca le pertenecería a ella, era de
Maca y ella por mucho que quisiera no tenía nada que ver... sin
embargo, en ese momento sabía que si ocurría lo peor, el niño sería
el vinculo que la uniría para siempre con Maca... sería como su
padre le dijo, la herencia que le había dejado, y se sintió
desesperadamente perdida, apoyó su cabeza sobre la pared y en la
más estricta soledad, rompió a llorar por primera vez lloró de miedo
porque su corazón le empujaba a creer que estaba en un callejón sin
salida, Maca no respondía, y ellos seguían empeñados en hacer
aquella maldita prueba, y ella, seguía empeñada en negarles la
oportunidad, por dos veces había discutido con Vilches... no le había
dejado hacerla por más que él insistiera... seguía llorando sin poder
controlarse, ¡y aquel maldito pitido que tenía grabado en su cabeza!,
estaba segura que jamás lo olvidaría, lo odiaba tanto como lo
necesitaba, él era la voz de Maca, él era quien le hablaba por ella,
se giró de repente sintiéndose perdida, se acercó hasta ella, se
sentó a su lado como hacía por las noches, abrazándola con
cuidado, y así pasó aquella noche... llorando abrazada a su amor
buscando sus palabras de aliento como tantas veces ella era el
fuerte... deseaba cambiarse por Maca, estaba segura que lo llevaría
mejor y de esa manera no tendría que sufrir, como estaba sufriendo
y esperando, la espera la desesperaba porque tan solo... esperaba
que abriera los ojos, no hacía falta que le hablara, lo único que
necesitaba era ver sus ojos mirarla, comprenderla y animarla.
E_ Maca mi amor...te necesito...

Habían llegado al hospital con las primeras luces de la mañana


Encarna, Rosario y Pedro, la noche anterior estuvieron hablando de
aquella insoportable situación, mientras tomaban algo en la cocina

41 ”Adiós Esther” © by ldana


de casa de sus hijas, que tan vacía sin sus voces ni sus risas, se les
hacía cuesta arriba entrar sin ellas, habían tomado una decisión
consensuada entre los tres, les había costado pero sabían que era
necesario, aquella espera era desesperante. Por ese motivo, Rosario
y Pedro entraron decididos a llevar a cabo sus pensamientos, al ver
a Esther allí sentada tomando la mano de Maca, mirándola con los
ojos enrojecidos sabían que de llorar, decidieron cada uno tomar
posesión.
R_ ¿Cómo ha pasado la noche, Esther? –la besó.
E_ Tranquila, a mitad noche le cambié los goteros, estos le duraran
hasta el mediodía aproximadamente.
P_ Esther... creo que deberías ir a descansar a casa... haz el favor
tienes muy mal aspecto y nos preocupas.
E_ Tranquilo estoy bien...
R_ No lo estás cariño –le dijo con dulzura Rosario mientras apoyaba
su mano en el hombro de Esther y miraba con los ojos sombríos a
su hija.
E_ No, mejor no.
Ellos intercambiaron una mirada nerviosa...

Mientras en el despacho de Cruz, se encontraba una cansada


Encarna, por su gesto se podía apreciar que aquella situación le
estaba causando un gran desgaste emocional y físico.
C_ Tú dirás Encarna –la miró con tristeza.
En_ Sé que lo que te voy a decir a lo mejor te sorprende... pero la
situación para todos se está volviendo demasiado angustiosa.
C_ Te entiendo –asintió incorporándose en el sillón.
En_ Mis consuegros están al límite de sus fuerzas... yo no estoy
mucho mejor y mi hija... bueno ya sabes... aferrada a un cuerpo
que no sabemos si tiene o no respuesta.

42 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Ya sabes que se ha vuelto a negar, Vilches lo ha intentado
pero... ella no cede.
En_ Tiene miedo, miedo a que la máquina diga la verdad y Maca no
tenga ya ninguna posibilidad de sobrevivir... tiene su cuerpo... la
puede besar... la puede tocar... le habla... le sonríe... la tiene ahí.
C_ Encarna yo la entiendo, hay muchas familias que este momento
es el peor, el propio Aimé, nos costó que aceptara, pero Esther... no
entra en razón.
En_ Lo sé, por eso vengo a proponerte algo, me la voy a llevar a
casa... en el rato que la pueda retener allí, Rosario y Pedro quieren
que hagáis la prueba.
C_ Pero....
En_ Si... lo sé... legalmente es mi hija quien tiene que dar el visto
bueno pero su miedo no le deja pensar con claridad, y sé que
tampoco puede soportar esta situación por mucho más tiempo, se
enfadará, lo sabes tú y... –puso gesto de inmensa pena y cansancio-
... lo sé yo, pero si Maca debe descansar ya estará en paz y el
tiempo espero ayude a mi hija a superarlo.
C_ ¿Estás segura Encarna? –la miró profundamente.
En_ Sí, yo me hago responsable de esto... si mi hija tiene que
reprochar a alguien algo, será a mí pero no podemos aguantar más,
la propia Maca necesita descansar o seguir luchando pero... –se
calló mientras apretaba una mano contra la otra, le dolía el corazón
de pensar que quizás a su vuelta Maca ya no estaría allí.
C_ Está bien... cuando Esther se haya marchado le haremos la
prueba.
En_ Gracias hija.
C_ Trataremos de hacerlo de la manera más sutil posible sin llamar
la atención hasta que se vaya Esther.
En_ Te lo agradezco –le sonrió con una mueca repleta de miedo y
tristeza.

43 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Esther tiene suerte.
En_ ¿Por qué dices eso? –la miró contrariada.
C_ Porque tiene una madre ejemplar... –le sonrió.
En_ No hija... si Maca se muere... te juro que no sé si voy a ser
capaz de ayudarla... no lo sé...
C_ Yo sé que sí, y no creas que para nosotros es fácil esto... no
creas que a mí no me cuesta hacer esta prueba a Maca, las quiero a
las dos... y me va a resultar muy duro, tanto a mí, como al resto.
En_ Lo sé Cruz...
C_ Y no dudes Encarna que todo cuanto esté en nuestras manos
para ayudar a Esther, lo haremos.
En_ Gracias.
Cuando con el paso cansado Encarna se marchó, Cruz llamó a
Vilches y Dávila que entraron al poco rato.
C_ Vamos a desconectar a Maca.
V_ Por fin Esther ha entrado en razón.
C_ No, ella no.
D_ ¿Entonces?
C_ Vamos a hacer algo ilegal, vamos a desconectar a Maca cuando
Esther no esté, ella no va a hacer nada contra nosotros, lo han
decidido los padres de las dos.
D_ Pero...
C_ Lo sé Dávila, lo sé, pero no podemos negarnos yo creo que en el
fondo Esther nos lo agradecerá.

En el pasillo Héctor estaba hablando con Encarna, después la


mujer entró y los ojos de los padres de Maca buscaron un poco de
alivio, ella con disimulo, asintió con la cabeza cerrando los ojos con
pesar, ambos se cogieron las manos suspirando con temor.
En_ Hija, ¿cómo sigue Maca?
44 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ Hola mamá, está igual... pero el mayor peligro ya lo ha pasado,
hoy hace setenta y dos horas y... –sonrió acariciándole la mejilla
con una infinita ternura-. Está aguantando, ¿verdad cariño?
En_ Hija, te das cuenta que en setenta y dos horas, no has
descansado en tu casa, ni te has cambiado ni has comido como Dios
manda.
E_ No importa mamá.
En_ Claro que importa, y mira, si Maca pudiera hablar seguro
estaría ahora mismo mandándote a casa.
E_ No puedo.
En_ Claro que puedes, nos vamos tú y yo, te hago un caldito te
arreglas, descansas un rato y volvemos, pero por favor, aunque
sean cinco o seis horas descansa en la cama, ¿tú no te has visto la
cara?
E_ Yo no importo ahora mamá.
R_ Claro que importas Esther –le dijo Rosario con ternura
acercándose a ella-, tu madre tiene razón, nos tienes a todos
preocupados, ve, descansa nosotros nos quedamos aquí.
E_ No... mejor no... –dijo dubitativa.
En_ No me hagas enfadar Esther, te lo advierto, si Maca despierta
no vas a tener fuerzas para ayudarla... porque ahora no te necesita,
después si.
P_ Esther... ve a descansar.
H_ Buenos días, ¿cómo van?
E_ Bien Héctor.
En_ Nos marchamos ahora, ¿verdad hija?
H_ ¿Ah si?, pues si quieren yo las acompaño, terminé el turno.
En_ ¿No te importa hijo?
H_ En absoluto. Te hará bien descansar Esther.

45 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Vale, pero solo un par de horas, estoy bien –se levantó, se
acercó hasta Maca besándole la frente y acariciándole mientras le
decía-. Cariño... en seguida vuelvo... te dejo en buenas manos ¿eh?
–miró a sus suegros y sonrió.
R_ Ve tranquila –trató de tragar el nudo que guardaba su garganta
por el temor a lo que iba a ocurrir después.
E_ Si pasa algo...
P_ No va a pasar nada, ve tranquila –le insistió Pedro con media
sonrisa mientras cruzaba una mirada de gratitud con Encarna.
En_ Ale vamos hija... hasta ahora.
H_ Vamos...
Iban por el pasillo cuando Teresa salió a su encuentro, al ver a
Esther no pudo evitar mostrarse nerviosa, ella sabía la verdad pues
Héctor se la había contado y sentía el mismo terror que todos los
demás.
T_ ¡Ay Esther menos mal que vas a casa a descansar hija!
E_ Se han empeñado pero estoy bien.
T_ Vamos, vamos, mejor que te estires un poco y te pongas fuerte
para cuando despierte Maca.
E_ ¿Qué te pasa?, te noto muy nerviosa –la miró contrariada.
T_ Nada hija, nada que hay mucho lío está siendo una mañanita de
órdago –se disculpó como pudo pues no podía evitar sus nervios-.
Venga vete, a descansar –se acercó a ella la besó y la abrazó
fuertemente-. Luego me llevo yo al niño.
Iban por el pasillo camino de la puerta, Héctor iba a su lado y
Encarna un paso por detrás pensativa. De pronto, Esther se paró y
se giró, miró a su madre, miró a Héctor y cuando fue a meterse
nuevamente hacia dentro Héctor la detuvo.
H_ ¿Qué haces? –le preguntó ante la mirada fija también de Encarna
y nerviosa.
E_ Van a desconectarla, ¿verdad? –los miró con furia.

46 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¿Qué estás diciendo hija? –sonrió tratando de mostrarse
segura.
E_ Queréis que me vaya para desconectarla, por eso Teresa estaba
nerviosa, por eso tú has venido diciendo que terminabas el turno –
Héctor miró a Encarna sin saber muy bien que responder y como si
se hubiera trastornado les dijo entre dientes-. No os voy a dejar, ¡no
os voy a dejar que me la arrebatéis!
En_ Hija –la detuvo en seco Encarna-, ¿crees que yo haría algo así?,
soy tu madre, no crees en la palabra de tu madre –Esther dudó-,
nadie va a hacer nada, hasta que tú decidas pero hija piensa en
Maca y en ti, y en Daniel, necesitas descansar. Vamos te prometo
que nadie va a desconectarla.
La miró dubitativa, pero era su madre y su madre, no le
mentiría en un caso así, y mucho menos haría algo que sin duda
podría llenarle de dolor.

La indicada para avisar a los demás fue Teresa, llegó con


nervios al despacho de Cruz, que estaba estudiando detenidamente
todas las pruebas y resultados de Maca.
T_ Ya Cruz, pero a punto ha estado de volver, sabe que lo vais a
hacer.
C_ Bueno... algún día tiene que ser Teresa, y no veo necesidad de
dilatar más el momento. Voy a avisar a Vilches y Dávila.
T_ Cruz –la llamó mientras se frotaba las manos nerviosa-. ¿Puedo
esperar fuera?
C_ Claro Teresa –le hizo un gesto repleto de congoja-. Va a ser duro
para todos.
T_ ¿Podría pasar antes a darle un beso? –la miró con los ojos
repletos de lagrimas.
C_ Sí –le respondió mordiéndose el labio.
T_ Gracias –Cruz y Teresa se abrazaron.

47 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Venga vamos.
Llegaron a la habitación, tal y como le había dicho Cruz, dejó
pasar a una Teresa que estaba totalmente conmocionada, no podía
controlar el llanto que se había apoderado de ella, al salir, Vilches
tragó saliva, Dávila suspiró y Cruz entró con gesto triste.
V_ ¿Están preparados? –les preguntó a los padres que se notaban
tensos y angustiados.
P_ Sí –no se movieron de los pies de la cama... se abrazaron
temiendo el resultado de aquella prueba.
D_ Muy bien... desconecta Cruz.

Mientras ellos trabajaban y decidían, Héctor detuvo el coche en


la puerta y como había avisado, volvería al hospital, por el camino
ninguno habló, y cuando Encarna abrió para que Esther pasara, ésta
notó como un golpe duro sacudía su corazón. No quería preocupar a
su madre, no quería disgustarla, pero al recordar como había
decorado la casa para el reencuentro, al recordar como había
preparado todo con gran esmero para hacer feliz a Maca, un suspiró
profundo le salió del alma.
En_ Vamos cariño... será mejor que te des una ducha, y te
acuestes, duerme un poco, te lavo la ropa y te preparo un buen
caldito –Esther no contestó trataba de controlar el temblor de su
barbilla-. Sé que es duro este primer encuentro en casa sola, pero
tienes que ser fuerte.
E_ Maca no se va a morir mamá... te aseguro que no.
En_ Venga, descansa por favor, tienes muy mala cara y me tienes
muy preocupada cariño.
E_ Prométeme que no me has engañado.
En_ Te lo prometo hija –le dijo sin vacilar.
E_ Voy al cuarto.
En_ ¿Quieres ir sola o prefieres que te acompañe?

48 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Gracias, prefiero ir sola.
Esther sintió que las piernas le pesaban terriblemente, sus
pasos parecían no querer llegar nunca al cuarto, y sus manos se
resistieron a abrir la puerta. Exhaló un suspiro, tomó todas las
fuerzas posibles que eran muy pocas, y entró. Allí olía a Maca, allí
estaba Maca, entró con un nudo en el alma y un ahogo que le
impedía respirar. Todo era Maca, pero ella no estaba, abrió su
armario y rozó su ropa, pasó la mano por sus cosas del tocador,
sonreía con una tristeza enorme y la contradicción de sentirse
afortunada al mismo tiempo que desgraciada. Llegó al cuarto de
baño que tantos secretos escondía, apoyó su cabeza sobre el marco
de la puerta y cerró los ojos, dejando que los recuerdos llegaran a
su mente, inundando su sentimiento. Maca sonriendo... Maca
gastándole bromas en la ducha... Maca vistiéndose... Maca dándole
prisas... finalmente agachó la cabeza, abrió los ojos y frunció el
ceño...
E_ ¿Dónde estás Maca?, ¿dónde?
Una vez se había duchado, trató de echarse un rato en la
cama, miró la cuna de su hijo, se abrazó a uno de los muñecos que
Maca le había comprado, pero entonces la vio, allí estaba en la
fotografía de encima de la mesita, las dos, abrazadas, sonrientes, a
Maca le encantaba aquella foto decía que Esther esta guapísima, al
recordar su voz sonrió y estrechó el marco contra su pecho, trató de
llorar pero no pudo... trató de gritar pero no le salía la voz, trató de
recordar y así, entre recuerdos el sueño finalmente la venció.
Encarna al llegar, encendió una vela a la imagen del Sagrado
Corazón, mientras hacía la comida rezaba porque Maca pudiera dar
muestras de conciencia, de lo contrario, todo se vendría a bajo
como en un castillo de naipes, así sentía la vida de su hija, y Maca
era la base, si la retiraban su vida se desmoronaría sin remedio,
sintió un escalofrío y el miedo se apoderó de ella.
Esther dormía, entre pesadillas y abrazada al marco de la
fotografía no hacía ni dos horas que descansaba, Encarna había
preferido no llamar al hospital, no quería saber hasta que no llegara
49 ”Adiós Esther” © by ldana
con su hija, temía no poder disimular lo suficiente, y Cruz le había
prometido que sería ella la encargada de darle la noticia, fuese cual
fuese. De repente, Esther lo vio claro en la pesadilla, Vilches le
estaba retirando la máquina, y Maca no respondía... un sudor frío se
apoderó de ella, y un grito feroz salió de su alma, se sentó en la
cama, dejó a un lado la fotografía, de un salto se puso en pie, bajó
las escaleras corriendo y abrió la puerta de la cocina provocando un
enorme susto a su madre.
E_ ¡Vámonos! –le dijo fuera de sí.
En_ ¿Hija qué te pasa?
E_ Tengo que volver, vamos –arrastró de su brazo.
En_ Pero si no hace ni dos horas que descansas, no te has tomado
el caldo y...
E_ ¡Mamá!, ¿o te vienes o me voy sola?
En_ Está bien –suspiró quitándose el delantal y marchándose a
cambiar.
E_ Date prisa mientras llamo a un taxi. No pueden haberlo hecho...
¡joder! no pueden –se repetía una y otra vez.

Cuando llegó al hospital vio a Teresa en recepción hablando por


teléfono, Encarna le hizo un gesto contrariado y Teresa decidió
colgar y avisar a Cruz que Esther estaba allí. Le dio el tiempo justo
para esperarla en la puerta con cara de circunstancias.
C_ Esther.
E_ ¿Qué habéis hecho? –le preguntó temerosa.
C_ Verás... sus padres nos dieron permiso para desconectarla.
E_ ¡Qué! –la miró atónita.
En_ Hija...
E_ Tú lo sabías mamá, ¡lo sabías! –le reprochó girándose como una
loca para mirar a su madre que se mostraba preocupada.

50 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Esther por favor, cálmate.
E_ No, Cruz, dime que no.... dime que no... –le cogió de la bata con
la boca seca por el medio.
C_ Lo siento Esther... no quiero mentirte...
E_ No –sus ojos se llenaron de lagrimas sin poderlo resistir.
C_ A ver... relájate lo primero así no puedo hablar contigo.
E_ Maca... Maca –la llamaba una y otra vez zarandeando a Cruz.
C_ Maca ha respondido –le dijo con suavidad aunque con su rostro
imperturbable-, mejor dicho, su cerebro ha respondido.
E_ ¿Qué?... ¡ha despertado! –una amplia sonrisa volvió a ella
mientras Encarna daba gracias a Dios.
C_ Lamentablemente no, sigue en coma pero sabemos que su
cerebro tiene respuesta... hay una esperanza Esther... remota pero
la hay.
E_ Lo sabía... lo sabía... –se abrazó a Cruz emocionada mientras
Cruz la estrechaba algo apenada.
C_ Esther, no quiero que te hagas ilusiones ¿vale?
E_ Sí –le dijo como si no la escuchara.
C_ No, no me digas sí, quiero que sepas que esto puede ser muy
largo –le tomó de la barbilla obligándola a mirarla-, puede responder
y salir del coma, o puede estar en coma mucho tiempo... ya lo
sabes... y el tiempo que transcurra corre en nuestra contra...
E_ No me importa, yo la ayudaré, la esperaré lo que sea necesario...
pero estoy segura que no me va a dejar... –sonrió afligida.
En_ Hija perdóname –le susurró cuando se abrazó a ella con
dependencia-. Creímos que era lo mejor para ti, para todos.
E_ Mamá... –se separó mirándola fijamente-, perdóname tú a mí –le
tomó de la cara con sus dos manos y le susurró-. Te quiero mucho.
T_ ¡Esther, Esther! –apareció Teresa sonriendo, aunque todos
sabían que seguía el peligro, la noticia era fantástica y repleta de

51 ”Adiós Esther” © by ldana


esperanzas. Las dos se abrazaron mientras Cruz con su mano
acariciaba la espalda de una Encarna emocionada-. Lo va a
conseguir Esther... hija... que alegría...

Una vez todos se tranquilizaron, Esther volvió a la rutina de


aquel cuarto, el pitido del monitor dando los latidos del corazón de
Maca, su respiración artificial, su color pálido, su silencio... su eterno
silencio. Pero algo había cambiado esa pequeña esperanza a la que
Esther estaba aferrada, mientras Rosario, Pedro y Encarna habían
salido a cenar, ella se sentó junto a su mujer. Le acarició la cara con
ternura, mirándola con infinita devoción.
E_ Cariño... sé que no me vas a fallar, nunca lo has hecho en
cambio yo... –suspiró con fuerza-, creo que he sido una estúpida y
cuando despiertes tendré que pedirte perdón millones de veces...
yo...
T_ Esther hija –la interrumpió Teresa que había entrado
sigilosamente con cara triste pues le afectaba verla en aquellas
condiciones, hablarle con tanto amor le provocaba un temblor en su
corazón-. ¿Cómo estás?
E_ Bien Teresa –le sonrió.
T_ Que yo venía a decirte... –miró a Maca que aunque su rostro ya
se había deshinchado un poco sus moratones aún seguían allí-...
que me llevo a Daniel... así tu madre y sus padres descansan, yo
mañana libro.
E_ De verdad Teresa, no sé como te vamos a agradecer esto ¿eh? –
le tomó de la mano sonriéndole emocionada.
T_ Quita, quita, que me vas a agradecer ni que nada... bien a gusto
que lo hago, aunque me gustaría que fuera por otro motivo –sonrió
apenada.
E_ Te cojo la palabra, porque cuando Maca despierte me la voy a
llevar a un lugar maravilloso para empezar de nuevo.
T_ Eso está muy bien, cariño.

52 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Oye Teresa –le dijo bajando un poco su tono mientras fruncía su
frente, ella la miró con gesto serio-. ¿Por qué pasa esto?, ¿crees que
es un castigo?
T_ ¿Un castigo? –la miró confundida mientras le cogía la mano-. ¿Y
por qué dices eso?
E_ Bueno... creo que las dos hemos jugado con nuestra relación...
nos hemos hecho daño y...
T_ No digas eso Esther, mira... yo siempre pienso que las cosas, las
buenas y las malas pasan por algo... quizás esto es porque tú
necesitabas darte cuenta del infinito amor que sientes por Maca.
E_ ¿Y ella? –la miró con la sombra del dolor instalada en sus ojos-.
¿Qué necesitaba ella para estar así?
T_ Pues... ella... estoy segura que se da cuenta de todo y se está
dando cuenta del amor tan grande y profundo que sientes –le sonrió
tratando de transmitirle esperanza.
E_ La necesito Teresa... no sé vivir sin ella, era lo que iba a decirle
justo cuando todo pasó.
T_ No te hagas daño pensando en eso...
E_ Igual me hubiera dicho que no quería volver conmigo... –
murmuró seria.
T_ Estoy segura que no Ester, ¿o no viste como vino vestida, eh? –
le sonrió y arrancó su enamorada sonrisa-. Ella sabía que tú ibas a
pedirle empezar de nuevo, y te iba a decir que si, mira... porque no
piensas que a lo mejor hubierais empezado con reproches o con
algún problema... y así os da tiempo a las dos a daros cuenta que
dependéis la una de la otra para seguir viviendo.
E_ No sé que haría sin ti Teresa, te lo aseguro –la abrazó.
T_ Anda, anda, no te me pongas mimosa o me iré llorando.
E_ Oye Teresa, tráeme a Daniel –le dijo contenta.
T_ ¿Sales a verlo?
E_ No, tráelo por favor quiero que Maca lo sienta.

53 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Está bien –se acercó a Maca y le dijo con un tono de voz repleto
de cariño-. Bueno Maca, me llevo al chiquitín... pero guapa
despierta que mi marido se está poniendo celoso.
E_ Que cosas tienes –le sonrió agradecida.
Cuando Teresa salió, entraron Pedro, Encarna y Rosario, los
tres se habían unido ante la desgracia, y si un día Pedro renegó de
su consuegra, en esos momentos agradecía tenerla cerca, porque
era quien les daba mayor ánimo, quien continuamente les mostraba
el camino a la esperanza. Allí estaban hablando los tres, mientras
Esther ponía un poco de colonia en la sábana porque quería e
insistía que Maca tenía que ir reconociendo olores, caricias, voces...
y por ello apareció Teresa con el niño en brazos ante el gesto de
sorpresa de todos.
T_ Aquí está, se ha quedado dormidito
E_ Perfecto –le cogió en sus brazos y le besó-. Mi niño, mi guapo
¡cuántos días sin verte vida! –le volvió a besar-. Mira, vamos a ver a
mami ¿eh? Maca cariño, Daniel ha venido a verte –su voz sonó
repleta de delicadeza. Pedro optó por salir de la habitación, pues se
le puso un nudo en la garganta mientras Rosario sonreía con tristeza
pero agradecida a una Esther que se desvivía por Maca-. Mira mami
Daniel –se lo acercó hasta que el niño se quedaba junto a su brazo,
después con suavidad lo levantó colocándole la mano sobre el
pequeño mientras ella le besaba la frente-. Lo que tú siempre
quisiste Maca, aquí estamos todos, lo que tú querías tener, a tu
familia.
A Teresa se le llenaron los ojos de lagrimas, Encarna suspiró
sonriendo orgullosa de esa hija suya, que estaba demostrándose a
sí misma, que podía afrontar algo tan duro como lo que estaba
haciendo mientras Rosario mirando a su consuegra, le sonrió
agradecida por aquellos gestos de Esther que le demostraban tanto
amor. Durante un rato, Esther estuvo contándole cosas sobre
Daniel, el niño que ante el contacto de Maca, se aferró a su cuerpo,
dormía y cuando Vilches entró, todas intercambiaron una mirada de
temor por lo que pudiera decir. Las tres se apartaron a un lado para
54 ”Adiós Esther” © by ldana
molestar lo mínimo posible. Se acercó con expresión seria, entonces
Esther que lo vio lo desarboló.
E_ Has visto Vilches... parece que hasta el niño sepa que tiene que
darle mimos.
V_ Ya veo –tragó saliva parpadeando continuadamente.
E_ He hablado con Cruz.
V_ Lo sé.
E_ No te enfades si tengo aquí a Daniel, ¡tampoco te me pongas a
llorar, eh!
V_ ¿Pero qué tonterías dices Esther? –carraspeó.
E_ Si es que eres un sentimental –le sonrió.
V_ Bueno ya esta bien, ¡saca al crío!, y nada más quiero dos
personas como mucho en la habitación, ¡qué no sé en que idioma lo
voy a tener que decir!
T_ Venga Esther que me voy ya, mi marido me está esperando –le
guiñó el ojo sonriente.
E_ Maca Daniel se va, pero mañana volverá a verte... ¿verdad
Vilches?
V_ No es muy recomendable... pero bueno... sé que diga lo que diga
vas a hacer lo que te dé la gana –le dijo después de dar un fuerte
suspiro.
En_ Espera Teresa me voy contigo.
R_ Ahora vuelvo Esther.
E_ Vale –besó a Maca-. Ya van desapareciendo los moratones de los
ojos.
V_ Esther, vamos a quitarle el respirador, sigue en el Nivel I de
estado de coma, no hace falta que te diga lo que puede suceder.
E_ Lo sé, pero Maca va a ir volviendo en sí, ya veras... estoy segura
vamos a darle un poco de tiempo.

55 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ Yo soy el médico y debo estar seguro que tú no te pasas de lista
–la miró fijamente-. Sólo quiero que estés preparada para cualquier
contratiempo.
E_ Lo estoy.
V_ Le vamos a hacer más pruebas, ahora que la inflamación ha
bajado, queremos estar seguros de que no se nos ha pasado
ninguna otra lesión.
E_ Bien –no lo miraba, tan solo acariciaba la cara de Maca.
V_ Pues ¿me ayudas, tú misma?
E_ Por supuesto.
Le quitaron el respirador, Maca conseguía respirar por sí sola,
aunque de manera un tanto dificultosa al principio. Para cuando
entró Rosario, Esther estaba sola, y al ver el rostro de su hija
liberado de aquella horrible máquina, respiró tranquila.
R_ Esther, ¿te importa que me quede?
E_ No Rosario, hoy más que nunca tengo que estar despierta, nos
vendrá bien.
R_ Bien... pues me gustaría que fueras a tomar algo.
E_ Pues... –dudó un tanto sin saber que hacer-... de acuerdo, voy a
por un café y vengo, ¿quiere uno?
R_ No gracias, tengo el estómago un tanto revuelto.
E_ Está bien... enseguida vuelvo.

Esther iba por el pasillo cuando oyó como Héctor la llamaba, se


giró mirándolo un tanto furiosa, pero cuando él llegó a su altura le
sonrió.
H_ Oye Esther, perdóname yo solo seguía indicaciones de tu madre
–le sonrió-. Pero estoy muy feliz de que Maca tenga una
oportunidad.

56 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Gracias Héctor, ¿te he dicho alguna vez que eres un cielo? –lo
besó ante su sorpresa-. Sé lo mucho que aprecias a Maca y te lo
agradezco.
H_ Estaré por aquí... si necesitas cualquier cosa, me lo dices.
E_ Tranquilo.
L_ ¡Esther! –apareció Laura-. Esther me he enterado lo de Maca,
estoy segura que saldrá adelante, ya lo veras.
E_ Lo sé...
L_ Oye, si necesitas cualquier cosa...
E_ Gracias Laura.
L_ Me alegro de corazón. Aunque... ya sabes ¿no?
E_ Sí, pero va a despertar, estoy segura.

Fue saludando a casi todos aquellos compañeros que se


acercaban para darle animo y fuerza, ella sabía que habían pasado
una dura prueba, pero que lo que estaba por llegar, quizá fuera
peor. Pero no quería desanimarse por este pensamiento, así que
decidida entró al cuarto de UCI con un café y un bollo de chocolate
para encontrar las fuerzas que siempre le decía Maca que daban
aunque, sonrió más al recordar aquellos bombones que le regalaba,
y que le decía eran afrodisíacos. Fue peor, ¿volverían a ellas
aquellos tiempos?, sacudió la cabeza antes de sentarse junto a Maca
y su madre, no quería desfallecer.
R_ Sigue igual –murmuró.
E_ Debemos tener paciencia Rosario, poco a poco irá saliendo ya
verá.
R_ Esther Vilches ha hablado con nosotros –le dijo con delicadeza.
E_ Imagino, pero bueno... yo sé que Maca va a salir adelante –
insistió levantándose y la besó en los labios secos que ella con sumo
cuidado con una gasa húmeda trató de hidratar ante el gesto tierno
de Rosario-. ¿Verdad mi amor?

57 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ No sé como voy a agradecerte todo lo que estás haciendo por
ella.
E_ No debe agradecerme nada –la miró fijamente sorprendida por
su comentario que le salió con la voz quebrada-. Al revés, debo
pedirle disculpas.
R_ ¿Por qué? –esta vez la sorprendida fue ella.
E_ Porque me negué a hacerle la prueba –se miró la mano con la
taza de café en ella notó que aún le temblaba-. Pero le confieso que
prefería tenerla así, poder tocarla, besarla, pensar que me oía,
imaginar que solo estaba dormida a que me dijeran que no había
respuesta, necesitaba impregnarme de ella, no sé si me creerá
pero... prefería ser egoísta antes que perderla.
R_ Claro que te creo. Y te entiendo, porque ahora sé lo mucho que
la amas y lo afortunada que es –le tomó la mano libre.
E_ Teresa me ha dicho esta tarde, que las cosas siempre ocurren
por algo, quizás esto sirva para que todos bajemos nuestras
pretensiones y simplemente comprendamos con el corazón, ustedes
que tanto dudaban de mí, yo que me sentía traicionada por eso, y
Maca que necesitaba a sus padres al lado, quizá Teresa tenga razón
como siempre... y cuando Maca despierte... encontrará un entorno
nuevo, en el que espero y deseo, no se vuelva a romper.
Rosario se levantó se acercó hasta ella, y la abrazó con fuerza,
le había ganado el corazón, no solo por como cuidaba de su hija, no
solo por la admiración que demostraban sus ojos, también porque
cuando habló con ella la maldita noche del accidente, ya le había
ganado una parte de él... se había mostrado tan trasparente, le
había demostrado unos sentimientos tan fuertes, que aunque su
comportamiento le sorprendía, porque no pensaba que pudiera darle
tanta dedicación y tan absoluta, sabía lo que su hija significaba para
ella, y eso, quizá, ningún hombre hubiese sido capaz de hacerlo. Era
amor... amor verdadero... amor del corazón ya no la miraba con
dudas ni con desagrado... era una mujer amando a otra mujer como
jamás había visto a nadie entregar tanto amor. Se sintió por

58 ”Adiós Esther” © by ldana


primera vez orgullosa de aquella pareja y Esther lo notó en el
abrazo largo y afectivo .

La noche fue relativamente tranquila, incluso Esther pudo


dormir un poco ya que se turnaban para estar pendientes de Maca,
sin ellas percibirlo, Maca comenzaba a tener imágenes dentro de su
mundo, en ellas aparecía Esther siempre sonriendo... y le daba
calma, quería hablar pero no podía, tan solo disfrutaba con aquella
sonrisa que su mente le lanzaba de vez en cuando, entre sueño
largo, sombras y vacíos.
La agonía de Esther se había alargado 20 días más, en ese
tiempo, Maca continuaba sin responder, ni un solo movimiento... ni
una sola variación y aunque seguían con las pruebas, nada les hacía
sospechar que pudiera despertar de una manera próxima. Todos se
daban cuenta que Esther estaba pasando por un bache de
desolación, aunque seguía leyéndole poemas, seguía leyéndole
párrafos de su libro preferido, aunque le ponía música y no cesaba
de hablarle, así como de darle masajes para que no perdiera
demasiada masa muscular, estaba empezando a decaer. Todo el día
y la noche era única y exclusivamente para ella, su vida había
pasado de un trabajo y una relación a centrar sus fuerzas en la
nueva habitación donde la habían trasladado, de allí no había salido
a la calle ni una sola vez, tan solo para ir a ducharse al cuarto de
enfermeras, o para tomar algún café, insistía en que le llevaran al
niño, lo acostaba junto a Maca, le hablaba de cómo había cambiado,
de cuanto la echaba de menos, y de cómo la estaban esperando los
dos para volver a ser la familia que tantas veces Maca le había
insistido en formar. Sin embargo, cuando se quedaba sola se
derrumbaba, no podía llorar porque se le había instalado un nudo en
su garganta, que le impedía también comer.
Rosario y Pedro, habían hablado con Cruz que aunque no le
daba muestras a ella de que la vigilaba, también compartía con la
pareja y Encarna la preocupación por su estado de salud. Tenía

59 ”Adiós Esther” © by ldana


profundas ojeras, su cara había adelgazado y el insomnio se había
apoderado de ella.

La mañana había tomado color, el sol luchaba con las nubes


para alumbrar el día, y en esa batalla había conseguido regalar a la
pareja unos tímidos rayos en su habitación. Estaba Esther
contándole a Maca lo que se veía desde la ventana cuando entró
Cruz acompañada por una enfermera. Esther supuso que iban a
hacerle más análisis a Maca.
C_ Buenos días Esther –apareció Cruz en la habitación.
E_ Hola Cruz.
C_ ¿Qué tal la noche? –se acercó a seguir con las pruebas rutinarias
de Maca.
E_ Igual –quiso evitar que su tono apareciera apesadumbrado, pero
no lo consiguió con lo que Cruz, la miró triste.
C_ Bueno... esto ya lo sabías...
E_ Ya... y no quiero pensar que he perdido mi batalla.
C_ Claro que no –le sonrió acercándose a ella mientras la abrazaba
pues sabía que en ese momento lo necesitaba, Esther se aferró a su
cuello con una pena pesada en su corazón-. Venga, siéntate.
E_ ¿Para qué? –la miró confundida.
C_ Voy a sacarte sangre ¡y! –elevó su voz para acallarla
acompañando la orden con la elevación de su dedo índice al aire en
señal de regaño-, nada de protestas.
E_ Estoy bien Cruz –protestó aunque ya se estaba subiendo la
manga de la camiseta que llevaba.
C_ No, no lo estás y no quiero que tú me enfermes también.
S_ Prometo no hacerte daño.
E_ Gracias Sonia –le sonrió cansadamente.

60 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Luego vendrá Javier y se llevaran a Maca, quiere hacerle unas
placas para ver como ha quedado su pierna de la operación.
S_ Bueno... esto ya está, me lo llevo.
C_ Quiero que les metas prisas ¿eh? –Sonia se marchó sonriendo a
Esther.
E_ Vamos Cruz... estoy bien... de verdad.
C_ Esther... ¿cuánto hace que no te miras a un espejo? –la miró
intensamente como tan solo Cruz sabía mirar, produciendo en
Esther un suspiro lento-. Ya me he cansado de decirte que vayas a
casa y descanses, pero como los resultados no sean buenos,
sintiéndolo mucho tendrás que marcharte a casa, te lo advierto –le
dijo seria pero en su tono se mostraba un gran cariño.
E_ No puedo estar en casa Cruz... los recuerdos me aplastan el alma
–dijo lentamente mientras se acercaba a Maca y la acariciaba-. Aquí,
me siento protegida de ellos, del dolor que causan en mí en la
soledad, aquí la tengo delante y los podemos compartir.
C_ Sé que refugiarte en ella es una salida para este momento
Esther... pero tú mejor que nadie has vivido esto otras veces, en
otros enfermos y sabes que puede hacerse eterno, y mira, si Maca
despierta entonces es cuando va a necesitarte cerca, entonces es
cuando tendrás que estar preparada para afrontar las consecuencias
de todo esto.
E_ ¿Tú crees que volverá a ser como antes? –agregó con rapidez-,
no lo digo porque me importe a mí, yo quiero que se despierte esté
como esté... pero sabes como es ella... y ...
C_ Bueno... ya sabes que puede afectarle al habla, y a la parte
izquierda de su cuerpo, el golpe se lo llevo en el lóbulo frontal y
temporal... puede que al principio no tenga nada que ver a la Maca
de siempre... necesitara rehabilitación y también terapia...
E_ No sé que voy a hacer... –repitió con la tristeza marcada
pesadamente en su voz.

61 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Si despierta, ayudarla, como lo estás haciendo ahora –se acercó
a Maca dejándole una caricia en su frente-. Es afortunada de
tenerte...
E_ No... si fuera yo quien estuviera ahí, ella estaría mucho mejor y
vería salida, yo...
C_ ¿Tú qué, Esther? –la miró con dudas por primera vez la vio
entregada.
E_ Simplemente la amo más que a nada en el mundo, de eso, me
he dado cuenta en este mes largo que llevo aquí, ¿sabes que me
pregunto constantemente?
C_ ¿Qué? –le sonrió mirándola con ternura.
E_ ¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin ella? –entonces la miró
con el dolor reflejado en su cara-. ¿Cómo podría vivir sin ella?
C_ Lo sé... y también sé que este momento lo tenías que pasar... tu
desanimo es normal Esther... no te culpes por perder la confianza
en su recuperación ¿vale?
Esther asintió, con tristeza y despidió a Cruz que al salir de la
habitación suspiró profundamente, mientras vio como Javier llegaba
para llevarse a Maca.
J_ ¿Cómo sigue?
C_ Igual.
J_ ¿Y Esther?
C_ Desesperada, la desesperación se ha apoderado de ella –le dijo
mirando al suelo con actitud desolada.
J_ Es normal. Bueno me la llevo y Dávila quería hablar con ella.
C_ Está bien, le he hecho una analítica a ver que nos dice. Venga...
hasta luego.
J_ Te veo bajo.
Javier entró y le dio la noticia de que Dávila quería hablar con
ella, acompañó la camilla con Maca hasta rayos, le dio un beso y se
fue hasta el despacho de Dávila, el hombre la esperaba con gesto
62 ”Adiós Esther” © by ldana
concentrado, estaba en una difícil situación y debía arreglar el
problema que suponía no tener a Esther como enfermera.
E_ ¿Me has llamado Dávila? –asomó su triste persona por la puerta.
D_ Pasa, pasa por favor, siéntate –ella le obedeció con actitud
derrotada se sentó-. ¿Qué tal sigue Maca?
E_ Igual –elevó sus hombros.
D_ Bueno... esto es así –la miró con semblante apenado por su
estado-. Oye Esther... yo sé que esto que te tengo que decir pues...
no es agradable por el momento que estás pasando pero... quiero
que me comprendas... el hospital está con una enfermera jefe
provisional y...
E_ Lo sé –asintió.
D_ ¿Pediste el traslado?
E_ No –contestó cansada.
D_ Me alegro mucho, de verdad... pero... sabes que... has agotado
todas las vacaciones... no puedo seguir con Sonia como jefa, tienes
que reincorporarte sintiéndolo mucho porque sé que no estás en
condiciones de hacerlo –Esther no contestó-. Voy a darte un par de
días para que te lo pienses, o vuelves a trabajar... o tendrás que
pedirte una excedencia –ella lo miró preocupada-. Piénsalo por
favor.
E_ Está bien...
D_ Oye, no tienes buena cara, ¿por qué no vas a descansar?
E_ Gracias, ¿quieres algo más?
D_ No... bueno sí... quiero que descanses, ¿vale?
Esther asintió con lentitud... sabía que Dávila tenía razón, y
aunque estaba segura de lo que iba a hacer... quiso para no
levantar sospechas hablar con Vilches. Lo buscó en Urgencias, y
Laura la mandó a su despacho. Llamó a la puerta y él le dio paso.
V_ ¡Esther, ha pasado algo! –se asustó al verla allí.
E_ No... no... nada.
63 ”Adiós Esther” © by ldana
V_ Pues me alegro que me visites. Anda siéntate... tú dirás.
E_ He hablado con Dávila.
V_ Y que quiere ese viejo cascarrabias.
E_ Me ha dicho que tengo que tomar una decisión... sobre mi
trabajo... o me reincorporo o solicito un año de excedencia.
V_ ¿Y? –la miró un tanto desconcertado apoyando sus codos sobre
la mesa.
E_ Pues que vengo a pedirte consejo.
V_ ¿A mí? –la miró enarcando una ceja.
E_ Sí, a ti... tú eres quien mejor aconseja, ¿qué hago?
V_ Yo creo que reincorporarte a trabajar te haría bien... nada más
tienes que mirarte al espejo para verte como estás... ahora bien... si
Maca despierta vas a tener que prestarle mucha dedicación, así que
yo de ti me pediría el año de excedencia para cuidar de Maca.
E_ Si despierta... –murmuró y él captó en su voz algo que sin saber
que, no le gustó.
V_ Oye, tú eres quien nos has convencido a todos que va a
despertar, ahora no me jodas ¡eh!
E_ Si... yo he convencido a todos... pero...
V_ Bien... ya te ha dado el bajón... pues sabes lo que tienes que
hacer ¿no?
E_ No –se mostraba deprimida al máximo.
V_ Irte a casa, jugar con vuestro hijo, dejar que tu madre, y tus
suegros, se encarguen del cuidado de Maca, y tú en un semana no
aparecer por aquí.
E_ Eso no lo puedo hacer.
V_ Claro que puedes, es más, si te veo por la habitación te echaré...
prohibiré que entres y a los de seguridad los tendré alerta –la
miraba señalándola con el dedo índice-. Eso, o te vas a descansar
por propia voluntad... tú decides –hubo un silencio entre los dos

64 ”Adiós Esther” © by ldana


pero la mirada perdida de Esther seguía provocando en Vilches
cierta desconfianza en ella-. Aunque si te vas a Begoña le va a dar
una alegría enorme –dijo con tono de queja.
E_ ¿Por qué?
V_ ¿No te lo contó Maca? –la miró sorprendido.
E_ ¿Maca?
V_ Sí.
Vilches le contó todo lo ocurrido con Begoña, y le aseguró que
la misma Maca se lo había comentado, así como Teresa. Un tanto
desconcertada fue en busca de Teresa al muelle. Al verla, se asustó
y le preguntó con los ojos bien abiertos:
T_ ¿Qué ha pasado Esther?, no me asustes hija.
E_ Teresa, ¿cómo supo Maca lo de Begoña?
T_ Vaya... ¿quién se ha ido de la lengua?, ¡Vilches, seguro! –se dio
un golpe en la cadera-. Espera. Oye Ana, quédate un rato anda que
voy a acompañar a Esther a la habitación.
A_ Claro no hay problema.
Juntas se fueron hacia la habitación, Teresa que todos los días
en sus ratos libres iba a compartirlos con ellas, había optado por
ocultarle lo que Luna había dicho, pensaba que era mejor no
buscarle más quebraderos de cabeza a una Esther que seguía como
alma en pena por los pasillos del hospital y en aquel cuarto que era
su casa. Se sentaron en el pasillo pues no quería entrar para hablar
con ella delante de Maca, por lo que pudiera ser.
T_ Esther... Maca supo la noche antes por Luna, que todo cuanto
había ocurrido había sido un invento entre ella y Begoña –Esther
abrió sus ojos como platos y luego agachó la cabeza pensativa-.
Luna le confesó que no había pasado nada entre vosotras porque tú
lo único que hacías era llamarla a ella.
E_ Por eso me iba a perdonar –murmuró escéptica.

65 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ ¡Qué va!, si mira –le golpeó suavemente el brazo-, en el fondo a
ella le daba lo mismo si había pasado como si no –aún la miró más
asombrada-. Claro mujer, ¡ay mira!, ella te ama más de lo que
imaginaba y te aseguro que a mí mucho antes de saber la verdad,
me había confesado que sólo le importabas tú, ¿qué te lo puso
difícil?, claro, una especie de penitencia para que no volviera a
suceder... luego... tú te pusiste cabezota con el abogado ése... –no
le estaba riñendo, pero su tono era serio-. Y todo se lío un poco
más.
E_ Fui una estúpida, tantas veces me dijiste que me lamentaría...
T_ Bueno eso ya lo hemos hablado cariño... ya no vale la pena
lamentar nada.
E_ Ves como es un castigo.
T_ ¡Ay que tonterías dices Esther!, lo que te pasa es que estás
saturada, no ves las cosas claras porque necesitas descansar. ¿Por
qué no vas a casa?, Maca no está sola, están sus padres, está tu
madre, ellos hacen turnos para estar con Daniel... tú también
deberías estar con el pequeño. A ver te contaré algo –Esther levantó
los ojos con dificultad por el sueño y la miró con expectación-. Mira,
Maca estaba celosa con el tipo ese, ¿sabes qué le dijo? –dio una
carcajada arrebatándole una sonrisa a Esther-. Le dijo que si se
volvía a acercar a ti, le cortaba los... bueno... ya sabes... sin
anestesia.
E_ ¡Qué fuerte! –murmuró divertida-. Bueno ella no sabía que él
estaba allí como cebo, claro.
T_ No sé si lo sabía, pero le dejo bien claro la situación. Además
después de lo del lavabo hija... no sé que dudas os quedaban.
E_ ¿El lavabo? –la miró divertida.
T_ Bueno ya puedes dar gracias que os oí yo, sino, menuda juerga
se hubiera armado.
E_ Es cierto... –sonrió-. No quiero pensar que aquella fue la última
vez.

66 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Claro que no. Anda, ve, descansa y cuando vuelvas todo lo verás
con otros ojos, no esos –le cogió de la barbilla suavemente-. Esos
no son los ojos de mi Esther.

Esther le sonrió apenada y cuando se marchó Teresa, suspiró,


pasó sus manos nerviosas por su rostro y después de buscar las
fuerzas que no halló trató de alejar aquel pensamiento que se había
apoderado de ella, entonces vio como llegaba a su altura Aimé.
A_ Hola Esther.
E_ Hola –le sonrió con tristeza.
A_ ¿Cómo está Maca?
E_ Igual... no da ninguna señal de mejoría.
A_ Ya... entiendo tu desesperación –asintió con rabia-, y comprendo
que mientras la tengas ahí, lo verás todo de otra manera...
porque...
E_ Oye Aimé, dime una cosa... ¿cuándo trataste de suicidarte... en
que pensabas?
A_ No pensaba... estaba desesperado –la miró fijamente.
E_ ¿Te habías quedado sin fuerzas?, como vacío por dentro.
A_ Sí.
E_ Sin ganas de seguir luchando –lo miraba atentamente.
A_ Así es...
E_ ¿Y te preguntaste... cómo seguir viviendo sin ella?
A_ A todas horas, y sigo preguntándomelo, es lo más duro que
tengo aún hoy... y a veces... pienso en repetir –murmuró con gesto
aterrorizado.
E_ Te entiendo.
A_ Bueno... me voy... solo quería saber como seguía.
E_ Gracias.

67 ”Adiós Esther” © by ldana


Se sentía plenamente identificada con él, aunque a ella le
quedaba Daniel, sacudió su cabeza queriendo quitarse aquellos
pensamientos y entró en la habitación. Al abrir la puerta... se quedó
paralizada.
E_ ¿Qué haces aquí?
Az_ Lo siento, me he enterado de lo del accidente de Maca y...
E_ Ya –murmuró distante para dirigirse hasta Maca acariciándole la
mejilla con delicadeza.
Az_ Esther yo... siento mucho lo que ha pasado –ella levantó su
mirada pero no le dijo nada-. Estoy segura que va a salir hacia
delante, además, teniéndote a ti... –no supo como seguir.
E_ La última vez que me crucé contigo no me dijiste lo mismo.
Az_ Lo sé –dijo con un tono arrepentido que se notaba sincero-. Sé
lo que te dije y si lo hice –la miró tratando de que sus palabras
cruzaran el muro que había alzado en su contra-, fue porque Maca
me echó de su lado, ella no quería ni siquiera que fuera a verla,
porque ¿sabes qué temía?
E_ ¿Qué? –la miraba con sus ojos repletos de melancolía.
Az_ Perderte, me duele reconocerlo pero... a mí no me quiso tanto
como te quiere a ti, y de ahí lo que te dije fue todo presa de la
rabia, me dolió... no sé, me imagino que lo que trato de darte es
una disculpa... por mis palabras pero es la verdad.
E_ Maca es así... ella consigue que no puedas sacarla de tu cabeza,
ni de tu corazón.
Az_ Si –sonrió apenada-. Bueno... he de irme... espero de todo
corazón que salga pronto de ese mundo... espero que se recupere y
podáis ser eternamente felices.
E_ Gracias –le dijo mirándola agradecida.
Az_ Esther –la llamó cuando se iba pero Esther no se giró-. Creo
que ella también tiene mucha suerte... no sé si yo hubiera estado a

68 ”Adiós Esther” © by ldana


la altura que estás tú. Es afortunada y lo sabe. No te desanimes,
sigue luchando por ti y por ella, pero sobre todo por vuestro hijo.
Se marchó sin más, pero aquellas palabras se grabaron en la
mente de Esther, en poco tiempo, se había enterado de muchas
cosas, respiró profundamente y miró el reloj, sabía que sus padres
estaban a punto de llegar en esa ronda que habían creado. Entonces
se sentó en la cama, la miraba con una ternura que salía
directamente de su corazón, le cogió la mano, la besó, y en voz alta
lanzó su reflexión.
E_ Maca... no aguanto más cariño, no soporto verte así... me duele
el alma y no sabes lo que daría por estar yo en la cama, porque el
desgraciado ese me hubiera cogido a mí. Ya no sé si estoy aferrada
a una esperanza que solo veo yo... ya no sé si me oyes, o si, por el
contrario vives en ese mundo de tinieblas donde yo no te puedo
alcanzar –la voz rota, de miedo y soledad se había apoderado de
ella. Se detuvo en el relato para tomar fuerzas, miró al techo,
después a la máquina que seguía pitando, y por último su mirada
cansada se fijo en el rostro de Maca-. Me gustaría que despertaras,
aunque lo hicieras odiándome o aunque no quisieras que estuviera a
tu lado, sé que me he comportado como una idiota, no debí jugar
contigo, ahora cuando repaso todo tengo ese pellizco en mi
corazón... no sé si yo soy a quien te mereces... joder Maca... estoy
muy mal cariño... no puedo llorar, lo siento... pero tampoco puedo
sonreírte, sólo sé que te necesito pero si no vuelves tendré que ir yo
a ese mundo de tinieblas... no me importaría morir con tal de
encontrarme contigo. Daniel estaría bien –su sonrisa artificial fue lo
único que pudo regalarle-. No puedo vivir sin ti mi vida, te quiero
como no he querido a nadie. Por favor... si me oyes... haz un
esfuerzo por mover la mano, aprieta la mía hazme una señal te lo
ruego Maca, necesito saber que estás de cualquier modo... pero que
estás –hizo un silencio eterno esperando una respuesta que no
llegaba, finalmente mientras fijaba sus desesperados ojos en su
rostro, le susurró acercándose para besarle la frente-. No puedo
Maca... no puedo estar sin ti...

69 ”Adiós Esther” © by ldana


Cuando entraron Rosario y Pedro al contemplar la escena se
quedaron paralizados, cruzaron sus miradas repletas de angustia
por ella, sabían que mientras Maca vivía en otra dimensión en la que
muy posiblemente no sufriera, Esther estaba viviendo una pesadilla
de la cual se estaba dando cuenta que era imposible despertar, que
aunque ella quisiera cambiar el rumbo de las cosas, éstas
continuaban de igual manera. Rosario con el corazón en un puño se
acercó hasta ella acariciándole la espalda y Esther no pudo más que
dejarse abrazar y acunar entre sus brazos cerrando los ojos y dando
muestras por primera vez en el mes que llevaba encerrada en esa
habitación, de su debilidad.

Durante dos horas, Rosario no encontró otra manera mejor de


calmarla que contarle cosas de Maca cuando era pequeña, Esther
sonreía porque necesitaba aquellos recuerdos, estaba sentada en el
sillón cerca de ella, como siempre escuchando atentamente todo
cuanto su suegra le contaba. Allí mismo en la habitación, otros
recuerdos divagaban por la mente de Maca, a ratos podía escuchar
la voz de Esther recitarle poesía, otros, hablarle de cuanto la quería,
podía oír una música que le mandaba a su mente momentos
compartidos con ella, podía notar en su piel las manos que
despertaban sus deseos, pero no podía abrir los ojos, no podía
moverse ni hablar, se sentía atrapada como si la hubieran atado,
amordazado y tan sólo hubieran dejado vivos sus recuerdos. A
veces se encendía la luz y aparecía el rostro enfadado de Esther, un
segundo, dos, tres y otra vez la oscuridad, a veces, aparecía tan
cerca de ella que con un ligero movimiento podía besarla, pero
entonces se esfumaba como el humo, su mente la estaba
martirizando... quería llamarla, quería decirle “ayúdame Esther”...
“llévame contigo”, pero no le daba tiempo. Y cuando la oscuridad se
hacia dueña y señora de ella, como en aquel momento, un temor
desmedido se apoderaba de todo su cuerpo.

70 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ La verdad que cuando nos dijo que no se casaba con Fernando
porque era lesbiana, nosotros jamás imaginamos poder estar
charlando tranquilamente con su mujer –le sonrió-. Pero... me
alegro de hacerlo.
E_ Yo... –cuando fue hablar, el pitido de la máquina varió la
frecuencia. Esther se quedó blanca pero en un segundo se levantó
se puso a su lado y con los nervios desatados la llamó-. Maca, Maca
cariño...
R_ ¿Qué pasa Esther? –la miraba atónita.
E_ ¿No lo ha oído?
R_ ¿El qué?
E_ Maca... Maca se que me estás escuchando, apriétame la mano
cariño, vamos mi vida apriétame la mano.
R_ Esther yo no he oído nada –fijaba sus ojos en la mano que Maca
tenía sujeta por Esther pero no había respuesta.
P_ ¿Qué pasa? –se precipitó hasta ellas Pedro que había salido a por
café.
R_ Esther dice que ha variado su latido.
E_ Maca vamos –bajó la frecuencia del respirador que nuevamente
llevaba puesto descolgó el teléfono y con un énfasis desmedido
habló-. Cruz, ¡rápido sube Maca está reaccionando, sube!
P_ Pero... –se miraban sin entender la situación.
E_ Maca, Maca –le acariciaba.
C_ ¿Qué ha pasado? –entró corriendo tanto ella como Vilches.
E_ Ha variado su frecuencia –les dijo con una expresión en su rostro
repleta de esperanza y angustia.
V_ Déjame ver –comenzó con las pruebas.
R_ Yo no he oído nada –le dijo Rosario a Cruz, ante su mirada.
E_ ¡Cruz te estoy diciendo que...!.
C_ Sé lo que estás diciendo –la interrumpió un tanto alterada.

71 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ Nada... no hay señales de nada –dijo con desanimo mientras
todos miraban a Esther que parecía terriblemente confundida-.
Esther... te doy media hora para que recojas tus cosas, y te vayas.
C_ Voy a ver tu analítica ahora... quiero que hagas caso a Vilches.
V_ No me vengas con excusas –le riñó cuando fue a hablar-. Tú te
largas, por las buenas o por las malas, pero no quiero que esta
noche estés aquí.
E_ ¿Creéis que me he inventado...?
C_ Nadie ha dicho eso Esther –la interrumpió Cruz acercándose a
ella y tomándole el pulso-. Bien... tienes cien pulsaciones... estás
cansada y lo que necesitas es descansar simplemente eso, nadie ha
dicho nada.
V_ Recuerda, media hora.
R_ Gracias por venir –les dijo con la voz repleta de agradecimiento
Rosario pero también con los ojos repletos de miedo por Esther.
C_ Voy a por los análisis, ahora volveré.
P_ Gracias -cuando se quedaron solos le dijo-. Esther... hazles
caso, mi mujer y yo nos quedaremos, ahora va a venir tu madre con
Daniel, te vas, descansas esta noche, y mañana todo lo verás
mejor... sé que estás cansada, desilusionada y hasta casi rendida...
eres la única que guarda una pequeña esperanza, no soy nadie para
quitártela, pero soy el padre de Maca, y eso me da la suficiente
fuerza para rogarte que te vayas a casa a descansar.
Esther lo miró, se calló y se sentó en el sillón mientras
escondía su rostro tras sus manos temblorosas, era cierto, su
corazón palpitaba tan rápido que parecía iba a salir de su pecho de
un momento a otro.
Ca_ Buenas tardes –entró Carlos-. ¿Cómo sigue?
R_ Igual -le contestó Rosario pues Esther seguía sumida en su
desolación.

72 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Entiendo –puso cara de circunstancias-. Esther por favor... me
gustaría hablar un momento contigo. ¿Puedes salir?
E_ Sí –lo acompañó hasta fuera-. Tú dirás.
Ca_ Bueno... no me es fácil decirte esto... la verdad que en estos
momentos sé que hasta para ti va a ser más duro.
E_ ¿Más? –lo miró suspirando-. Ya no me queda nada más duro que
vivir.
Ca_ Verás... antes de lo sucedido... Maca me pidió ayuda para darte
una sorpresa –Esther lo miró fijamente enarcando una ceja-. Ella
estaba convencida de que lo vuestro iba a arreglarse, me pidió que
moviera los papeles para adoptar a Jorge.
E_ ¿Qué? –lo miró perpleja.
Ca_ Sí, acabo de recibir una respuesta y... bueno... antes que nada
les he dicho que debía hablar contigo.
E_ ¿Qué pasa?
Ca_ Hasta donde sé, tú firmaste el divorcio –le dijo con gesto de
duda.
E_ Si, pero no lo entregué, a última hora cambié de opinión y le hice
romper los papeles a mi abogado.
Ca_ Entonces no existen tales papeles –la miraba fijamente
desconcertado.
E_ Por mi parte no –dijo apenada pensando que Maca si los tenía
firmados,
Ca_ Pues por parte de Maca, tampoco. Sé que los retiró también –
Esther sentía que su corazón iba a estallar, demasiadas emociones
en un solo día y tuvo que sentarse-. Así que con su solicitud
tendríais la posibilidad al menos, de pasar las pruebas otra vez,
Jorge fue acogido por una familia que después no quiso hacerse
cargo de él.
E_ Entiendo.

73 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Les he dicho lo que ha sucedido... no podía mentir a los de
asuntos sociales... así que si tú quieres puedo solicitar un
aplazamiento por si Maca despierta, en caso que no despertará
deberíamos hacer otros pasos.
E_ Si no despertara... –murmuró rota.
Ca_ Sabes que sigue existiendo esa posibilidad, es más, creo que
deberías sopesarla de manera muy real.
E_ Si no despertara no tendrías que buscar otros pasos, de modo
que pide un aplazamiento y... ya veremos –le dijo confundida
apoyando su mano en la frente.
Ca_ Está bien... como tú quieras... pero Esther... creo que necesitas
ayuda es muy lógico por lo que estás pasando y llevas ya muchos
días sin dormir bien... sé lo que significa Maca para ti pero...
E_ No... no lo sabes... no creo que nadie lo sepa –se levantó
dejándolo allí sentado y entró en la habitación, fue directamente
hasta Maca, la miró y ante el asombro de sus padres y de Encarna
que había llegado con Daniel le susurró-. Ya queda menos mi vida...
ya queda menos.
En_ Hija – Encarna, apoyó su mano en el hombro de su hija-. Vete a
descansar.
E_ Si –parecía una sonámbula como si no escuchara a nadie como si
fuera una autómata siguiendo directrices sin entenderlas-. Dame a
Daniel.
R_ Toma, está dormidito –se lo entregó Rosario.
Esther le besó la cabezita sonriendo de manera extraña, separó
la sabana del cuerpo de Maca, puso al pequeño sobre su pecho, y
les dijo a todos.
E_ Podéis salir un momento.
En_ Pero...
P_ Vamos, sí –les dijo un Pedro tan desconcertado como ellas.
R_ Estaremos fuera Esther.

74 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Si.
Cuando cerraron la puerta, Esther se subió a la cama ocupando
el pequeño espacio que Maca dejaba, le besó la frente, pasó su
mano por la mejilla mientras acariciaba con la otra a un Daniel que
parecía feliz de estar entre sus dos madres.
E_ Nunca dejarás de sorprenderme Maca, ¿y yo que te he dado a
cambio?... disgustos... no creo que sea justo esto que nos está
pasando... no sé si yo sea esa buena madre que tanto me decías iba
a ser para Daniel... nuestra última caricia, nuestro último momento
de unión. Sé que odias que sea cobarde, sé que quieres que afronte
la vida con valentía, como lo haces tú, pero he descubierto algo mi
amor... que la valentía y la fuerza, me las das tú. Si tú no estás...
me quedo vacía, tal y como estoy ahora. Te quiero mi vida, y pronto
nuevamente estaremos juntas para vivir de otra manera.

Fuera había llegado Cruz con los resultados, todos escuchaban


atentos lo que ya se temían, Encarna se mostraba tan preocupada
por su hija, como lo estaban los padres de Maca.
C_ Esto es normal, no se alimenta bien... no duerme bien... la
anemia es la consecuencia de esto. La arritmia que tanto Héctor
como yo, hemos diagnosticado, se debe a las emociones que debe
estar viviendo su interior... lo de antes puede ser perfectamente una
confusión mental.
En_ ¿Quieres decirme que mi hija se está volviendo loca?
C_ No Encarna, no se preocupe, lo que quiero decir, es que su hija
necesita descansar, alimentarse y tranquilizarse, ahora ha llegado al
punto negro donde muchos de los familiares llegan, ustedes mismos
–señaló a sus padres-. Cada uno lo ha vivido y exteriorizado de una
manera. Lo que le ocurre a Esther, precisamente es que no ha
exteriorizado nada, solo ha vivido una falacia que decimos.
En_ En cristiano quieres decirme, que mi hija ya se ha dado cuenta
de todo y está deprimida, pues eso ya lo sabía yo sin analíticas hija
–le dijo con tono triste.

75 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Eso mismo –le sonrió con tristeza-. Por eso, ahora me preocupa
más ella que realmente Maca.
P_ A nosotros también –apuntó un apenado Pedro.
R_ Yo estaba con ella, y te aseguro que no oí nada de lo que me
dijo.
C_ Bien, esto es así, por ese motivo quiero que se vaya a casa y ...
–se calló porque en ese momento salió Esther con el pequeño en
brazos-. Hola Esther.
E_ Hola. Tenga Rosario –le entregó al niño-. Bueno, me voy a
casa...
En_ Hija voy contigo.
E_ No mamá, quiero pasear un poco y descansar.
C_ Eso está muy bien... si señora –le sonrió cogiéndole la mano.
V_ Hola –apareció Vilches y mirándola fijamente con sus ojos
repletos de desafío le dijo-. ¿Nos vamos?
E_ Sí.
V_ Así me gusta, venga te invito a una cerveza.
E_ No, gracias... quiero ir a caminar.
V_ Vale... pues caminaremos. Cruz ya acudo a casa.
C_ De acuerdo.
En_ Gracias –le dijo a Vilches con los ojos repletos de lagrimas.
V_ Vamos.

Vilches había estado pendiente de Esther durante largo rato,


habían paseado, habían hablado de la muerte, de la vida, de lo que
había después de la muerte, Esther parecía diferente, más segura y
más tranquila, con la sensación de que había conseguido ayudarla,
la dejó en la puerta de su casa.
V_ Bueno... el guardián se va a su casita.

76 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Gracias –le sonrió.
V_ ¿Estás segura que ya me puedo ir? –la miraba desafiante.
E_ Sí, necesito dormir y ahora vendrá mi madre.
V_ Es una señora estupenda –le sonrió-. Aunque le guste más Aimé
que yo.
E_ Bueno... no se lo tomes en cuenta –le devolvió la sonrisa.
V_ Me lo pensaré.
E_ Gracias por todo Vilches.
V_ De nada, ¡ah!, Héctor que es muy pesao el tío, me ha dicho que
vendrá a recogerte a las siete y media para llevarte al hospital, ¿te
parece bien?.
E_ Sí –contestó con rapidez sin oponer resistencia.
V_ Pues ahora ya si que me voy. Hasta mañana.
E_ Adiós gracias por estar siempre a mi lado y gracias por ayudarme
siempre –le besó en la mejilla-. Adiós.
Cerró la puerta y a Vilches le costó unos segundos reaccionar,
no le había gustado su tono, ni su gesto, parecía volver nuevamente
la Esther lejana y distante, la que le daba miedo, la que sabía había
hablado con Aimé. Sacudió su cabeza... y se marchó con la duda
pero tampoco podía hacer más.

La casa era la misma, los muebles, los cuadros, los sofás, la


escalera... pero nada parecía igual, no encendió las luces porque no
le hacía falta encaminó la escalera, entró en su cuarto dejó el bolso
sobre la cama lo abrió, sacó un bote que había cogido de farmacia y
se metió en el cuarto de baño. Entraba suficiente luz como para
mirarse en el espejo, hacia muchos días que no se veía, y al
principio dudó, aquella imagen que le estaba ofreciendo era
impactante para ella, sabía el rostro de memoria de Maca, sabía en
que venas llevaba los goteros, sabía como se resecaba su garganta

77 ”Adiós Esther” © by ldana


cada vez que pasaban las horas, sabía como los músculos de sus
piernas y sus brazos habían ido ablandándose, sabía como era su
respiración artificial, pero desconocía su propio rostro, su propio
cuerpo. Dejó el bote sobre la pila, encendió la luz, si Maca
despertara en aquel momento y viera su rostro, la reñiría estaba
segura, entonces sonrió recordaba cuantas veces le reñía sobre sus
dietas, entonces recordó su sonrisa amplia, giró su rostro hacia la
derecha, algo le vino a su mente, salió y encendió la luz del cuarto,
abrió rápidamente un armario, sacó un dvd, bajó corriendo hasta el
comedor encendió todas las luces penetrando en ella la ausencia de
Maca. Metió el dvd con sus manos repletas de temblor, lo puso en
marcha y allí estaba Maca, durmiendo y ella despertándola,
entonces se giraba y sonreía.
M_ Que pesadita eres cariño... si lo sé no te regalo una cámara –
decía tapándose la cara con la almohada.
E_ Lo siento pero no puedo dejar de grabarte... es para la
posterioridad.
M_ ¡Joder Esther que he dormido solo tres horas!
E_ Pero estas igual de guapa, eres una cabrona... yo duermo tres
horas y parezco un monstruo –se acercaba sonriendo con la cámara
mientras la quitaba el almohadón-. Y tú mira... si es que me
pierdes.
M_ Anda no te pierdas tanto –le dijo divertida mirándola en ese
momento Maca ocupaban toda la pantalla y su sonrisa parecía tan
real que Esther comenzó a llorar-. ¡Esther venga joder!
E_ Me encanta cuando me riñes.
M_ Ven aquí –le cogió del pantalón echándola sobre la cama.
E_ La cámara cuidado, cuidado –decía divertida.
M_ Anda apaga, que lo que te voy a hacer no se puede grabar –se
oía como la estaba besando.
E_ ¿Y por qué no? –le preguntaba con un gran suspiro Esther.

78 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Por qué no? –se oía su carcajada mientras el tono de voz
bajaba dejándola en un susurro-. Está bien... graba lo que quieras...
pero con lo despistada que eres, un día me imagino después de la
cena de amigos tú poniendo una peli y...
La carcajada de Esther salió por los altavoces como si fuera
directa a estallar contra su cabeza, entonces la televisión se puso
negra, tal y como estaba el cerebro de Maca en aquel momento.
Lloró desconsoladamente abrazada a un almohadón, lloró porque su
piel le refrescó aquellas caricias, su mente le dibujó la escena, Maca
sobre ella besándole con total delicadeza y disparando su
respiración. No podía soportarlo, era un martirio y mientras lloraba
la llamaba como loca.

En el hospital, estaba Teresa pasando unas historias cuando


llegó Begoña con cara de pocos amigos.
B_ Oye Teresa, ¡esto es el colmo!
T_ ¡Anda!, ¿y a ti qué te pasa? –se quitó las gafas mirándola
fijamente.
B_ Pues que me va a pasar, he ido a hacer el pedido de farmacia, ¿y
con qué me encuentro?, que me falta un bote entero de Diazepan.
T_ ¿Y? –se puso las gafas y siguió con su faena sin prestarle mucha
atención.
B_ Pues que como Esther está como una cabra, porque para mí se
ha vuelto loca, no me extrañaría nada que se la haya llevado.
T_ ¿Pero qué estás diciendo bonita? –volvió a mirarla con los ojos
como platos.
B_ Voy a hablar con Vilches, no quiero que luego me vuelvan a
colgar el muerto a mí –protestó marchándose.
T_ Esther... –se puso la mano en su mejilla izquierda mientras
entrecerraba los ojos pensativa.

79 ”Adiós Esther” © by ldana


H_ Doy mi sueldo por saber en que pensás –le dijo Héctor sonriente
mientras firmaba un alta.
T_ Oye... ¿Esther está en la habitación con Maca, verdad?
H_ No, se fue ya.
T_ ¿Se fue?
H_ Sí, Teresa estás un tanto boluda ¿eh?
T_ Dios mío, ¿dónde está Vilches?, ve corre localízalo.
H_ ¿Pero qué pasa?
T_ Haz lo que te digo, ¿todo lo tengo que explicar? –descolgó el
teléfono marcando el número de Esther pero estaba comunicando-.
Vamos Esther no hagas tonterías hija mía.
C_ ¿Qué pasa Teresa?, Vilches se fue con Esther –llegó Cruz
acompañada por un sorprendido Héctor.
T_ A ver es una suposición de Begoña, pero me ha dejado lo
suficientemente preocupada como para creer que sea verdad.
C_ ¿Me lo piensas decir? –la miró seria.
T_ Ha desaparecido de farmacia un bote de Diazepan –respiró
hondo y con gesto de temor agregó-. Begoña está segura que se lo
llevó Esther.
H_ ¿Y para qué?
C_ Héctor llama a Vilches y dile que acuda a casa de Maca y Esther
–su tono pareció preocupado.
H_ ¿Pero que querés decir?, ¿qué Esther vaya a suicidarse?
C_ Eso mismo, ¿no hablo claro? –lo miró fulminante.
T_ Voy a insistir llamándole –decía nerviosa.
C_ Los padres de Maca me dijeron que los hizo salir, se quedó un
rato con Maca y el niño... después se fue pero la verdad, llevaba
mala cara. Está con anemia y una debilidad que le puede hacer
cometer cualquier locura.
T_ Nada, comunica. Voy a intentarlo al móvil.
80 ”Adiós Esther” © by ldana
C_ Ni una palabra de esto a nadie, mucho menos a su madre.
T_ Avisa a Begoña que ésta es capaz de anunciarlo por megafonía.
H_ Vilches no tiene el móvil conectado.
C_ ¡Yo no sé que voy a hacer con este hombre!
T_ Nada, no contesta –su nerviosismo se volvió histeria.
L_¡Cruz rápido sube a la habitación de Maca!, rápido, Héctor
acompáñanos –apareció Laura con gesto de máxima tensión.
T_ ¿Pero qué pasa?, ¡ay Dios mío esto es insoportable! –volvió a
marcar el número de Esther-. Vamos, vamos contesta.

Esther no contestó el teléfono, había sacado las pastillas y las


había mezclado con otras, sabía que eran suficientes para conseguir
su objetivo.
Se duchó y cambió de ropa, se puso el conjunto que tanto
gustaba a Maca, seguía recordando la cinta que acababa de ver, su
voz la acompañaba en cada paso, sus palabras resonaban en el
cuarto, quería despedirse de la vida con su pensamiento
completamente entregado a ella. Suspiró sintiéndose cobarde...
pero no tenía fuerzas para seguir viviendo, se había quedado vacía
por dentro y lo que era peor, sola, en la soledad más absoluta, la
idea de que Maca podía no despertar se había instalado en su mente
a traición, sabía que no podría soportar no tocarla, al menos aún
estando terriblemente lejos de ella, seguía cercana, podía cuando
estaban solas, besarla, acariciarla, sonreírle, ¿pero cómo soportaría
la ausencia? Salió del cuarto de baño, se sentó en la cama buscó
bajo la almohada el camisón que Maca solía utilizar en ese tiempo,
lo extendió con dulzura sus manos lo rozaban como si realmente
fuera ella, sus labios dibujaban una sonrisa triste, se aseguró que el
teléfono estaba descolgado, todo bajo su control, para decir adiós.

Entre tanto en el hospital, Teresa estaba a punto de un ataque


de nervios, no paraba de marcar el número y una y otra vez,

81 ”Adiós Esther” © by ldana


comunicaba, quería tranquilizarse pensando que podía estar
hablando con alguien, mientras su compañera por la otra línea
continuaba insistiendo al móvil.
T_ Vamos Esther, no vayas a hacer ninguna tontería por el amor de
Dios...
J_ Oye Teresa te veo un poco nerviosa, ¿no? –le sonrió ajeno a todo
cuando ocurría.
T_ Esther no responde el teléfono, ni al móvil.
J_ Bueno se ha ido a descansar... déjala descansar.
T_ Se ha ido a descansar con un bote de Diazepan enterito –elevó
sus cejas.
J_ ¿Qué dices?
T_ Lo que oyes está muy mal de animo Javier muy decaída y ya
sabes tú que Esther sin Maca... además a Cruz la han hecho subir a
la habitación a toda prisa no sé que le ha pasado a Maca. ¡Esto es
un sin vivir! –exclamó mirando al cielo.
J_ Voy a ver.
T_ No puedes irte, ha subido con ella Héctor eres el único médico,
Aimé está operando.
J_ Joder –se quejó apoyando sus manos sobre el mostrador con
actitud pesimista.
D_ ¡Teresa! –la llamó alterado Dávila que venía seguido por una
Begoña que parecía estar encantada ante la situación.
T_ Dime Dávila –le dijo volviendo a marcar el número de Esther.
D_ Deja el teléfono y escúchame.
T_ No puedo dejarlo, Esther está a punto de cometer una tontería.
D_ ¿De qué hablas?, lo que Esther ha hecho es... un momento –se
detuvo pensativo mirando a Teresa con los ojos entre cerrados-. No
pretenderá...
T_ Sí, justamente eso –asintió con nervios.

82 ”Adiós Esther” © by ldana


B_ ¿Qué pretendes hacernos creer Teresa?, ahora vas a disculparla.
T_ ¡Cállate demonio!, que eres un demonio –le desafió con una
mirada encolerizada haciendo que Begoña desapareciera de allí.
D_ ¡Pero se ha vuelto loca! –exclamó fuera de sí Dávila-. Voy para
su casa.
T_ Gracias Dávila, Vilches la ha acompañado pero...
D_ ¿No tienes llaves? –la interrumpió él también nervioso.
T_ No –puso gesto intranquilo.
D_ No te preocupes... llevo el teléfono de todos modos que los
chicos del Samur estén atentos...
T_ Gracias Dávila. Esther por Dios hija mía contesta.

En su casa Esther ajena a todo cuanto pasaba en el hospital,


había cogido entre sus manos la fotografía donde compartía un
entrañable momento con Maca. Con la voz ronca de llorar habló a la
fotografía como si en ese momento pudiera escucharla.
E_ Sé que nos encontraremos pronto cariño... perdóname si soy
cobarde y huyo, sé que esto no es lo que tú me has enseñado, pero
sin ti no quiero seguir viviendo, no voy a poder soportar que me
digan que no hay nada que hacer... que todo ha sido una esperanza
estúpida, me gustaría tanto poder decirte lo feliz que me has hecho,
lo inmensamente feliz que he sido a tu lado –sonrió deteniendo su
llanto-, nadie jamás me hizo sentir una reina como tú lo has
hecho... nadie me dio la importancia que tú me has dado, ni me
enseñó tanto como tú... nadie –murmuró llorando nuevamente
mientras acariciaba con su dedo el rostro de Maca en la fotografía-.
¿Dime cómo voy a vivir sin tu sonrisa?, ¿cómo voy a levantarme en
las mañanas sabiendo que no voy a escuchar tu voz?, ¿cómo voy a
vivir si tú te mueres?, no tiene nada sentido cariño... nada, ni
Daniel... ni Jorge... ni yo... –hizo una pausa mientras salía de la
cama a recoger las pastillas-. Sé que voy a disgustar a mi madre...
a tus padres... pero no tengo fuerzas mi vida... no las tengo –

83 ”Adiós Esther” © by ldana


susurró derrotada mientras abrazándose al camisón la llamó-.
Maca... Maca...

La tensión seguía en el muelle, Teresa ya no sabía que hacer,


solo le quedaba la esperanza que Dávila llegará a tiempo, estaba
con las manos tapándose la cara, cuando de repente su cabeza le
mandó una señal.
T_ El teléfono de Maca...
C_ ¡Teresa has localizado a Esther! –apareció con los nervios Cruz
reflejados en la tensión de su cara.
T_ Aún no –la miró asustada.
C_ Tienes algo que decirle.
T_ Dios –masculló aterrorizada.

Se había sentado en la cama, apoyando su cabeza contra el


cabezal, cuando reunió las fuerzas necesarias, se levantó
arrastrando sus cansados pies, parecía que el cuerpo le pesaba, que
sus piernas andaban torpemente, que toda ella estaba derrotada en
la batalla, pero le faltaba poco tiempo, a partir de ese momento, ya
no volvería a sentir nada... apoyó sus brazos sobre la pila, y volvió a
pensar en Maca, se miró al espejo y de repente como si el pequeño
descanso que se había tomado le hubiera arrojado luz a su mente
perturbada murmuró:
E_ ¿Pero que estoy haciendo?, Maca no se merece esto... ¿cómo voy
a abandonarla? –se tapó la cara con sus manos en el mismo
instante que sonaba una música que tras un segundo reconoció
como el tono del móvil de Maca, salió en su busca, alguien lo había
dejado en su bolso dentro del armario, lo sacó con las manos
temblorosas algo le decía que era del hospital-. ¿Si?
T_¡Esther, Esther hija mía Esther!, ¿cómo estás? –le hablaba
atropelladamente por los nervios atenazados en su garganta.

84 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Qué pasa?... ¿qué? –alzó su voz mientras su respiración se
agitaba-, no puede ser ¡Dios mío!, no puede ser...ya voy, ya voy.
Colgó mientras salió corriendo de la habitación, volvió a toda
prisa para coger su bolso, bajó las escaleras de dos en dos, parecía
que el demonio se había metido en su ser, su rostro reflejaba terror,
mientras no cesaba de repetir la misma frase.
E_ No puede ser... no puede ser...
Cuando fue a salir por la puerta, se encontró con Dávila que iba
a llamar, al verla se asustó tanto que su gesto la sorprendió hasta a
ella.
D_ ¿Qué te pasa Esther?
E_ Vamos Dávila, llévame al hospital por favor –estiró de la manga
del hombre.
D_ De acuerdo... de acuerdo...

Al llegar, paró en la puerta de urgencias, Esther se lanzó de un


salto del coche, entró a la carrera mientras Teresa trató de
detenerla pero no lo consiguió, pasó por los pasillos a toda prisa,
subió las escaleras con el corazón en un puño y las lagrimas al
borde de sus ojos. Llegó a la habitación, entró y se precipitó hasta la
cama con el rostro perplejo de miedo.
E_ Maca... Maca cariño –le acarició la frente, la besó, le retiró el
pelo y volvió a besarla sin parar de llorar.
M_ Esther –murmuró sin abrir los ojos.
E_ Mi vida estoy aquí –le decía llorando tomándole la mano y
besándola sin parar-. Estoy aquí cariño.
M_ Vete... no hace falta que estés aquí... vete –le espetó con las
pocas fuerzas que tenía.
E_ Pero... cariño –murmuró con voz rota y gesto completamente
desencajado.

85 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Esther –apareció Cruz con gesto serio acompañada por una
Rosario que al igual que Esther llevaba marcado en su rostro el
desaliento-. Ven, acompáñame, creo que es mejor que se quede
Rosario –Esther la miraba sin entender nada sus ojos fijos en Maca
parecían haberse paralizado como el resto de su cuerpo-. Vamos.

Una vez fuera, Teresa la estaba esperando... al verla no pudo


reprimir darle un abrazo con toda su estima, un abrazo que sirvió
para que Esther se derrumbara definitivamente.
T_ Llora hija... te hará bien –notaba como se estremecía y como
Esther quedaba con una congoja en su pecho. La abrazó con fuerza
mientras Cruz la miraba apenada-. Ya está Esther, ya está cariño.
E_ ¿Qué le pasa? –preguntaba con un tono crispado por la
desesperación mientras se aferraba a las manos de una Teresa que
también parecía conmocionada por la situación.
C_ Ven Esther, vamos a mi despacho y allí hablaremos con más
calma.
La llevaban entre las dos, porque se había quedado sin fuerzas,
la reacción de Maca, la había partido en dos, era como si le hubieran
quitado el suelo, y se hubiera paralizado su cuerpo. Se sentó
acompañada por Teresa y Cruz, que le prepararon una tila.
C_ Esther sabíamos que el golpe en la cabeza iba a tener
consecuencias.
E_ Si –la miró con los ojos arrasados por el miedo.
C_ Bien... llevamos algo más de una hora haciéndole pruebas, y
parece que los resultados no son muy halagadores.
E_ Dímelo ya joder –arrastró las palabras entre los dientes.
C_ Maca tiene una Amnesia Retrógrada –Esther cerró los ojos
abatida-. No recuerda nada de lo anterior al shock que padeció,
además esto le va a afectar directamente con algunos sentimientos
en su interior, y uno de ellos parece que es contra ti, quizá todo lo

86 ”Adiós Esther” © by ldana


que habéis vivido antes le ha influenciado en esta perdida de
memoria.
T_ ¿Pero cómo puede ser?, si ella iba a perdonarla...
C_ Sí, y también iba a proponerle iniciar los papeles para adoptar a
Jorge, ¿verdad Esther? –trató de convencerla que iba a ser así,
Esther asintió dubitativa-. Sabes que esto va a ser muy duro para ti,
tampoco reconoce a Daniel...
E_ Dios mío.
C_ Ella no tiene culpa Esther...
E_ Lo sé, lo sé –decía angustiada.
C_ Reconoce a sus padres, incluso a Encarna... pero es nombrarte a
ti y se altera mucho.
E_ No voy a separarme de su lado.
C_ Lo sé... pero puedes imaginar que todo esto va a afectarle a su
estado de animo, es muy posible que la Maca dulce y sonriente
tarde en volver, lo que tarde su cerebro a recuperar la normalidad.
E_ ¿Qué más le ha afectado? –la miró tratando de mostrarse fuerte.
C_ La sensibilidad del brazo izquierdo, y el habla también... y por
supuesto no va a poder concentrarse, esta es una de las peores
lesiones que va a tener que enfrentar.
T_ ¿Pero esto es definitivo? –no podía entender lo que estaba
sucediendo sobre todo porque veía como el rostro de Esther iba
cada vez que Cruz hablaba quedándose más pálido.
C_ No... el brazo, el habla, la concentración... todo lo puede ir
recuperando dependiendo de lo que ella esté dispuesta a colaborar,
tendrá que trabajar con un fisioterapeuta, y un logopeda. Y la
amnesia llegará un momento que su cabeza le hará el clic necesario
para retomar su vida anterior.
E_ ¿Y la pierna?
C_ Javier dice que está muy bien, no va a quedar más que una
señal.

87 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Me la voy a llevar –murmuró de repente.
C_ ¿A llevar? –cruzó su mirada atónita con Teresa.
E_ Sí, lo había pensado ya... conozco un sitio donde puede
recuperarse antes, no necesita ni fisioterapeuta, ni logopeda, me
tiene a mí.
C_ Ya –asintió y con tono duro le dijo-. La persona justamente que
no quiere tener a su lado, ¡eso será un infierno para las dos!
E_ Es Maca Cruz, mi Maca, mi mujer –Teresa le acarició la mano
mirándola con ternura-. Mi obligación es estar a su lado hasta que
esté bien... soy enfermera, sé lo que tengo que hacer, leeré libros,
aprenderé lo que sea pero soy yo la que tiene que ayudarle.
C_ No estoy de acuerdo contigo... –elevó los hombros en señal de
discordia-... pero...
E_ Cuando mejore, cuando tú me digas que puedo llevármela, lo
haré –su tono era seguro y parecía dispuesta a retomar otra vez su
fuerza y decisión.
D_ ¿Se puede pasar? –apareció Dávila.
C_ Claro... estaba poniendo al día a Esther sobre el estado de Maca.
D_ Esther sabes que tú y yo tenemos que hablar de lo ocurrido en
farmacia, ¿verdad?
E_ Tú siempre igual Dávila... siempre que estoy mal vienes para
machacarme, ¿quieres abrirme expediente?, hazlo, ¡ah y por cierto!,
dame la excedencia, me tengo que ir con Maca para su
recuperación. ¿Me acompañas Teresa?
T_ Claro hija –salió tras ella.
C_ Tiene razón ¿eh Dávila?, está claro que lo que ha hecho es
sancionable, ¡pero joder!, acabo de decirle cual es el diagnóstico de
Maca.
D_ Pero yo no puedo esperar, tengo que mover fichas.
C_ Tú y las fichas –se quejó marchándose.
D_ ¡Anda, no si ahora resulta que la culpa es mía!, ¡será posible!
88 ”Adiós Esther” © by ldana
Teresa caminaba en silencio junto a Esther, todos habían
preferido omitir el episodio que les había hecho vivir, los nervios y el
susto. Parecía pensativa y parecía que ver a Maca moverse y hablar
le había dado nuevas fuerzas. Se sentó fuera de la habitación y le
pidió a Teresa que la acompañara a su lado.
E_ ¿Tú que harías Teresa? –la miró con sinceridad.
T_ Es difícil imaginar a Maca tal y como Cruz la ha descrito... yo
creo que si hay alguien que le puede ayudar a superarlo eres tú –le
dijo con afecto-. Pero también es verdad que aunque seas su mujer,
tienes que pedir permiso a sus padres, no puedes volver a omitir su
presencia.
E_ Lo sé –se quedó pensativa.
T_ Habla con ellos, date unos días o semanas, ves preparando
aquello que tú crees es bueno para ella, y sobre todo, ponte una
coraza, porque la Maca crispada contigo, era una Maca difícil de
llevar.
E_ Ahora es distinto, ahora está enferma... y no me importa... he
estado a apunto de perderla y no voy a consentir que vuelva a
ocurrir.
T_ Me siento orgullosa de ti Esther... –le soltó de repente causando
en ella un poco de desconcierto-. Si, de aquella niña atemorizada
que entró un día por la puerta del hospital, ya no queda nada.
E_ Sin duda Maca lo ha conseguido, y por eso, debo luchar... y lo
voy a hacer... la voy a sacar adelante cueste lo que cueste.
T_ No tengo ninguna duda –le sonrió.
E_ Gracias Teresa.
Se fundieron en un abrazo repleto de esperanza y alegría.

89 ”Adiós Esther” © by ldana


Cuando entró en la habitación, Rosario le hizo señal con su
dedo sobre los labios, parecía que Maca había vuelto a quedarse
dormida. Ella se acercó mirándola con los ojos repletos de
admiración, pero siguiendo las indicaciones de la mujer, calló.
R_ No ha parado de llamarte –le dijo bajando la voz.
E_ Imagino...
R_ Ten paciencia Esther... por favor... no vayas a dejarla ahora...
E_ ¿Cree que yo la dejaría? –la miró perpleja.
R_ Claro que no –le dijo con ternura acariciándole la barbilla-,
entiéndeme, sé que los médicos te van a decir que no estés aquí,
pero yo sé que cuando mi hija tenga momentos lúcidos a quien
quiere tener a su lado es a ti.
M_ ¡Ay!... –balbuceó algo que no supieron entender después del
quejido.
R_ Maca hija... tranquila.
M_ Quiero... quiero... –no podía seguir su mente no le mandaba las
palabras que quería decir.
R_ Tranquilízate por favor... vamos...
M_ Mi cabeza... mi cabeza... –repetía mientras mantenía un gesto
de dolor.
E_ Tranquila mi amor... voy a ponerte un calmante que me ha dicho
Vilches, vamos cariño –Maca abrió los ojos y los entrecerró para fijar
sus ojos en la figura de Esther que estaba poniendo en el gotero con
una jeringuilla el calmante.
M_ No quiero verte... tú tienes la culpa.
E_ Si mi vida... yo tengo la culpa pero ahora descansa... –la miró
con ojos repletos de pena.
M_ Vete... vete –quería continuar pero no podía y sus nervios se
desbarataban.

90 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Maca tranquilízate o el dolor de cabeza se hará más intenso e
insoportable cariño.
M_ No quiero verte –balbuceaba aunque no se le entendía bien.
R_ Hija... por favor trata de calmarte –le decía angustiada ante su
reacción sin saber como actuar.
M_ Que se vaya.
E_ Ya me voy Maca... solo he venido para ponerte el gotero...
tranquila mi amor... tranquila cariño –le hablaba con infinita
adoración acariciándole la frente con ternura.
R_ Dios mío –murmuró abatida Rosario.
E_ Vamos Rosario, es solo un trastorno de emotividad, no podemos
desmoralizarnos... lo importante es que está viva... y poco a poco
se recuperará.
R_ No sé si voy a poder soportar verla así.
Esther se acercó a ella con una sonrisa afectuosa y se
fundieron en un abrazo. Le explicó por encima la decisión que había
tomado respecto al futuro de Maca, y ella estuvo de acuerdo aunque
sabía que iba a ser muy duro para Esther.
La noche fue dura para las tres, Maca no cesaba de decir
incongruencias, de quejarse, de hablar sin poder pronunciar palabra
alguna... tan solo frases sueltas, y entre ellas, el nombre de Esther
aparecía de manera dependiente en su voz, entonces se levantaba,
la acariciaba y la besaba llenándola de calma, cuando se exasperaba
era Rosario quien se encargaba de darle su cariño.

A primera hora de la mañana, apareció Pedro y se llevó a su


mujer a desayunar.
E_ Tranquilos, luego voy yo –les animó a que se marcharan con
tranquilidad. Una vez se quedó sola con Maca, se puso a su lado
besándola-. Te quiero mi vida.
M_ Esther...

91 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Si cariño –le sonrió trataba de que viera en ella un gesto dulce al
que poder aferrarse-. Dime.
M_ No me noto el brazo –parecía confusa.
E_ No te preocupes, está bien... todo está bien descansa.
M_ ¿Y tu abogado... dónde está? –Esther la miró sorprendida era lo
último que esperaba escuchar-. ¿Eh?
E_ Vamos descansa.
M_ No hace falta que estés aquí... vete.
E_ Maca... –le susurró con voz frágil.
M_ ¡Vete!, ¡fuera! –le gritó con una violencia que a poco estuvo de
golpearle pues no esperaba aquella reacción, parecía que se había
vuelto loca, se retorcía en la cama gritando.
E_ Maca cariño... por favor Maca –le estaba sujetando con fuerza.
H_ Buenos ... espera Esther –apareció Héctor al ver el estado de
Maca se precipitó con rapidez para ayudarla-. Rápido hay que
inyectarle un relajante, ¡vamos!
M_ Fuera, fuera –era lo único que sabía decir una y otra vez.
H_ Maca ya está, ya está –le repetía y al escuchar la voz de Héctor
fue calmándose-. Ya está tranquila, ya pasó... eso es... ya pasó...
Esther le puso nuevamente el tranquilizante en el gotero, por la
expresión de su rostro Héctor pudo percibir que estaba afectada por
su reacción, así que una vez Maca se tranquilizó, habló con ella.
H_ Esther... te traje unos libros sobre amnesia y su recuperación.
E_ Gracias Héctor –le sonrió agradecida.
H_ Sigo pensando que tú sola no vas a poder.
E_ Bueno... ¿qué me aconsejas que haga, a ver?
H_ Deberías dejarla en manos de los especialistas, los neurólogos
saben como atajar estos brotes, tú sola no vas a poder con ella.

92 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Claro que podré, además... con tu ayuda... estoy segura que voy
a aprender vamos... como si fuera una médica ¿eh? –le entregó una
sonrisa sincera.
H_ ¿Sabes?, siempre les admiré cuando las cosas fueron bien... y
ahora... les admiró mucho más, son un ejemplo para todos.
E_ Gracias Héctor, sé que eres sincero.
H_ Bueno... voy a trabajar... si necesitas cualquier cosa... no dudes
en llamarme.
E_ Descuida –al quedarse sola la miró suspiró y sonriendo le dijo-.
Vamos a tener que luchar mucho mi amor, pero lo conseguiremos.

La mañana en el hospital había transcurrido tranquila, en


Urgencias, habían hecho una pequeña reunión todos los compañeros
para ver de que manera podían ayudar a la pareja, cuando
decidieron lo que iban a hacer, Teresa que subió a ver que tal seguía
Maca, mandó a Esther al despacho de Vilches.
E_ ¿Qué quiere?
T_ No lo sé hija, anda ves... me quedo un rato con Rosario y Maca.
E_ Vale, ya vuelvo mi amor –le regaló un beso en la frente antes de
irse.
R_ Espero que un día mi hija pueda valorar todo cuanto está
haciendo Esther por ella.
T_ Claro que sí Rosario, estoy segura que Maca lo sabe... sólo hay
que esperar que vuelva de ese mundo en el que se encuentra su
mente, además Rosario... –la miró sonriente-, para eso estaremos
nosotros, para ayudarla.
R_ La verdad... nunca pensé que diría esto pero... llevo varios días
repitiendo lo mismo –Teresa la miró atentamente-. Mi hija es
afortunada de tener a Esther junto a ella.
T_ Y Esther de tenerla a ella, te lo aseguro –le sonrió con ternura y
ambas fijaron sus miradas en Maca que seguía descansando.

93 ”Adiós Esther” © by ldana


En el despacho de Vilches, estaban esperando que Esther
apareciera, la habían hecho ir para aclarar la situación que estaba
viviendo y sobre todo, para decidir como afrontar el reto que ella
misma se había impuesto.
E_ ¿Me habéis llamado? –entró con su rostro algo más sereno que
los días anteriores.
C_ Sí, pasa Esther siéntate –le sonrió Cruz, Esther se sentó-. ¿Cómo
sigue Maca?.
E_ Parece que más inquieta, he tenido que ponerle los
tranquilizantes que me dijisteis –se sentó al borde de la silla
demostrando su actitud defensiva ante lo que sabía iban a decirle.
V_ Cruz nos ha comentado lo que quieres hacer –le comentó Vilches
mirándola desafiante. Esther asintió-. Sabes que estamos en contra,
¿verdad?
E_ Sí –pasó su mirada entre los tres.
V_ Pero como tú eres una tía cojonuda, vas a hacer lo que te dé la
gana –enarcó una ceja esperando su contestación.
E_ Lo que me dé la gana no Vilches –le contestó aturdida-. Quiero
hacer lo que creo es mejor para Maca.
H_ Viste como se puso antes, ¿lo meditaste?
E_ Sí –los tres la miraban serios-. Joder sé lo que hago, es Maca y
sé lo que necesita.
C_ Esther... es Maca es cierto, pero con unos problemas muy serios
que pueden ser muy duros para llevarlos tú sola, ¿de acuerdo? –le
habló con seriedad y tensión en su rostro.
E_ Lo sé –aceptó el comentario con gesto serio pero inflexible.
V_ ¿Cuándo piensas irte y adónde? –se recostó en el sillón
mirándola expectante.
E_ Cuando vosotros me digáis, ¿adónde?, pues a un caserío en la
Sierra.

94 ”Adiós Esther” © by ldana


H_ ¿Hay médicos cerca? –la miró preocupado.
E_ Sí estuvimos allí cuando nos mandó Dávila.
C_ Estás demasiado lejos de nosotros –objetó Cruz negando con la
cabeza.
E_ Me iré cuando creáis que puedo hacerlo –entonces bajó el tono
de su voz tornándola sensible-. Cruz, te agradezco tu preocupación
y entiendo tu postura contraria, pero sé que solo así podré lograr
que Maca reaccione y vuelva a ser la misma de siempre.
C_ Eso lo sé, ¿y quién se va ocupar de ti? –sus ojos reflejaban la
preocupación real que sentía por ella.
E_ Tranquila –le sonrió agradecida-, si Maca está bien... yo lo
estaré.
C_ Para estar bien tendrás que seguir sin objeciones todas mis
indicaciones y tomar lo que te mande para recuperarte de esa
anemia que tienes.
E_ De acuerdo, ahora más que nunca necesito sentirme fuerte, no
puedo flaquear.
V_ Pues muy bien –dio un golpe sobre la mesa-, el día que
decidamos que puedes irte, Héctor y yo te llevaremos y veremos
que tal están las condiciones de la casa y del lugar, recuerda que
Maca va a tener que ir en silla de ruedas, hasta que vaya
recuperando la pierna, y sabes que será difícil hasta que no
recupere antes la sensibilidad del brazo.
E_ Lo sé... ya estoy manos a la obra Vilches... estoy segura que
todo esto pasará pronto y se quedará en una simple pesadilla –
sonrió feliz-. Ah, y gracias por preocuparnos por nosotras, de
verdad.
V_ Si esto no es amor... –murmuró Vilches al verla marchar.
H_ Ya me gustaría a mí tener una esposa así, creo que Esther y
Maca nos están dando un ejemplo a todos de amor, y respeto,
mientras ahí fuera siguen los prejuicios en la sociedad, ¡ay! –suspiró
apenado.

95 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Oye Vilches, tú no te quejes ¡te lo advierto! –le indicó con el
dedo índice dirigido a su cara.
V_ ¿Me he quejado yo? –se preguntó con gesto de sorpresa-. Pues
claro que no.
C_ En el fondo eres un sentimental –le sonrió dándole un beso ante
el gesto asombrado de Héctor-. Por eso te quiero tanto.
H_ Vaya tanta sensibilidad me está conmoviendo.
V_ Si, creo que pronto seremos la casa de la pradera. ¡Anda vamos!

De camino hacia la habitación de Maca, se cruzó con una


Begoña que llevaba marcado en su rostro el sabor de la victoria, se
interpuso en su camino y con la mirada repleta de vanidad y una
sonrisa maliciosa le dijo:
B_ ¿No vas a saludar y felicitar a la nueva jefa de enfermeras?
E_ Claro que sí, si te hace feliz, felicidades –fue a marcharse.
B_ Ya ves... –le dijo volviéndose pues Esther había pasado por su
lado y se encontraba de espaldas a ella-. Lo que más feliz me hace
es que a tu vuelta seré yo quien esté al frente de esto.
E_ Mira bonita –se volvió fijando sus ojos repletos de desprecio en
ella-, siempre me ha producido acidez escucharte... no me importa
que seas jefa o como si te nombran Ministra, sé que yo he llegado
hasta aquí con mi esfuerzo y mi trabajo, ¿cómo has llegado tú? –
Begoña no vaciló mantenía su gesto de soberbia y su sonrisa
irónica-. Yo te lo recordaré, tirándote primero al director, mintiendo
sobre mí y mi trabajo, y lo que es peor has tratado de hacerme
daño en mi relación con Maca. Quizá te sientas orgullosa, puede ser
–asintió desafiándola con la mirada-, porque tú eres tan ególatra
que imagino que sí te sentirás feliz, pero escúchame bien –entre
cerró sus ojos y masculló con orgullo-. Yo tengo a mi lado una
persona maravillosa que me hace inmensamente feliz, unos
compañeros que en los peores momentos han estado a mi lado. Mira
a ver tú que tienes alrededor.

96 ”Adiós Esther” © by ldana


Con el paso firme y una gran descarga de adrenalina que le
hacía falta se marchó, lo que en ese momento menos le importaba
era Begoña, y no quería que nada le afectara ni le hiciera sentir en
su interior ningún otro sentimiento que no fuera la esperanza y la
fuerza de seguir luchando día a día por ayudar al amor de su vida.
Cuando ya llevaba unos pasos que la acercaban a la habitación de
Maca, sintió una gran necesidad de pedir perdón y dar gracias. Giró
sobre sus talones y fue hasta la capilla, una vez dentro se sentó en
uno de los bancos, fijó su mirada en la cruz y dejó exhalar un
pequeño suspiro desde su corazón. Seguidamente, agradeció que
Maca volviera de nuevo junto a ella, pidió perdón por los instantes
de cobardía en los que pensó acabar con su vida y rogó que Dios le
diera la calma y fuerza suficiente para luchar por su hijo pero sobre
todo, por Maca.
Tenía los ojos cerrados cuando notó una mano sobre las suyas
que se aferraban la una contra la otra con fuerza. Al abrirlos, allí a
su lado estaba Teresa, sin su bata, pero con su corazón repleto de
cariño por ellas.
T_ Todo irá bien... –le murmuró ante el suspiro entre agradecido y
esperanzador de Esther.

Era media tarde cuando Maca despertó poco a poco, parpadeó


molesta, como si la luz que entraba por la ventana de la habitación,
creara en ella, un profundo dolor en sus ojos. Al empezar a recobrar
conciencia notó como unas manos le estaban masajeando su pierna,
ese tacto lo reconocía perfectamente, era Esther no necesitaba abrir
los ojos para verla. De repente notó tranquilidad, una inmensa
tranquilidad dentro de la zozobra en la que se veía envuelta. Notó
como las manos de Esther paraban de tocarla, la escuchó hablarle,
pudo escuchar nítidamente su voz, le estaba diciendo que la
quería... que todo iba a salir bien y que debía confiar en ella.

97 ”Adiós Esther” © by ldana


Aquellas palabras llegaban a borbotones a su mente, una mente que
le traicionaba, que le hacia llenarse de inquietud cuando debía
hacerlo de calma. Entonces abrió sus ojos, la vio perfectamente se
estaba poniendo su crema favorita en las manos, pudo percibir el
olor, le recordaba cosas, pero no sabía muy bien que, miró
nuevamente a Esther que al darse cuenta que la observaba le
sonrió.
E_ ¿Qué tal estás cariño? –Maca no contestó porque no podía
articular las palabras que quería, entre otras cosas, porque no las
encontraba, su angustia se marcó en el rostro y Esther con todo su
amor se acercó hasta ella para hablarle-. No te esfuerces mi vida...
relájate tienes que darte un poco de tiempo, ¿vale?... todo volverá a
ser como antes –cuando fue a besarla se encontró con su resistencia
dándole un empujón-. Maca... tranquila...
M_ Mamá... mamá... –repetía como una niña asustada.
E_ Voy a llamarla, relájate por favor...
Esther salió con un nudo en el estómago, su suegra entró para
calmar a Maca que respiraba con dificultad, su mente se estaba
apoderando de todo su sistema nervioso, su madre, la abrazó, le
habló y como si fuera una niña pequeña nuevamente la acunó
mientras se calmaba.
R_ Mi niña... ya está... ya ha pasado todo...
M_ Esther –murmuró con una expresión confundida y asustada.
R_ Está fuera cariño, ella te está cuidando... –la miró pero se dio
cuenta que era inútil hablarle parecía seguir en un mundo lejano,
donde la única persona que no tenía cabida era la que más la
amaba-. Esther te ama mi vida...

Fuera Esther se sentó un tanto decaída, en ese momento


llegaron Pedro, Encarna y el pequeño, decidieron que Pedro entrara
con Daniel para tratar de ayudar a Maca a ir situándose, pues no

98 ”Adiós Esther” © by ldana


había preguntado por el niño y no había dado muestras de
recordarlo. Mientras él entraba, Esther se refugió con su madre.
En_ Paciencia hija, mucha paciencia.
E_ Lo sé mamá, sólo espero poder encontrarla.
En_ ¿Estás segura que te la vas a llevar?
E_ Sí, ya he hablado con Vilches, pero bueno... podréis venir, la
casa donde vamos es un caserío y tiene varias habitaciones –le
sonrió-. Voy a necesitarte mamá.
En_ Lo sé –la abrazó-. Eres maravillosa hija, me siento muy
orgullosa de ti
E_ Vaya... lo mismo me dijo Teresa.
En_ Porque es verdad... ahora lo único que tenemos que conseguir
es que esa cabeza de Maca, vuelva a funcionar como debe.
Les interrumpió la conversación la visión de un Pedro
consternado con el bebé en los brazos, las dos se acercaron hasta él
con gesto preocupado.
P_ Nada... no quiere ni tomarlo en brazos... ¿qué vamos a hacer?...

Cuando la noche cayó, Maca ya estaba relajada y durmiendo,


así tumbada en la cama, sin más que un gotero, parecía como si no
tuviera nada, Esther la miraba y sonreía, sintiendo ganas de besarla,
de acariciarla de repetirle una y otra vez cuando la amaba, pero no
podía... no quería convertir su calma en desespero. Decidida a
tomar todos los conocimientos que pudiera para encargarse de su
recuperación, se puso bajo de la luz a leer los libros que Héctor le
había dado.
Mientras, en ese mismo cuarto, Maca luchaba con su mente,
una y otra vez le mandaba una visión, Esther, abrió los ojos un
tanto desconcertada necesitaba decirle algo que no sabía que era,
pero quería decirle algo, levantó un poco la cabeza y la vio a su
lado, leyendo muy concentrada, la visión que tenía era maravillosa,

99 ”Adiós Esther” © by ldana


toda la luz recaía sobre su rostro, parecía un ángel, de repente quiso
decirle que la quería, claro que la quería pero las palabras no le
salían y comenzó a alterarse, rápidamente Esther se percató, se
acercó decidida y al ver su rostro con esa sombra de miedo, se
recostó a su lado como tantas noches había hecho cuando estaba en
coma, la tomó entre sus brazos dejando que posara su cabeza sobre
su vientre, una Maca desesperada se aferró a su cuerpo, no
necesitaron palabras, la calma llegó a las dos y durante media
noche, durmieron así abrazadas, Maca con su cabeza sin cesar de
darle imágenes, Esther rezando para que al despertar, todo fuera
calma y paz.
E_ Maca... cariño... tenemos que lograrlo... no voy a descansar
hasta que todo vuelva a la normalidad... te quiero mi vida... te
quiero.

Pasó una semana más donde Maca continuaba con su


ensimismamiento, en el mundo caótico que se había transformado
su mente, los dolores de cabeza iban remitiendo poco a poco, pero
no así sus problemas al hablar, seguía con dificultad y por más que
todos trataban de arrancarle alguna palabra, nadie conseguía nada,
ella solo asentía o negaba con la cabeza, la única que sí conseguía
hacerle hablar era Esther, y no porque ella lo buscara, sino, porque
cada vez que abría sus ojos y la veía allí acercándose a ella con una
sonrisa, le espetaba no sin dificultad, un “vete” que le hacía añicos
el corazón, pero ella seguía sin moverse de su lado. Siempre allí
unas veces, le leía, otras le hablaba y aunque Maca no abría los ojos
ella, sabía perfectamente que la estaba escuchando y no cesaba en
sus ganas de recuperarla. Por las noches, cuando dormía con ayuda
de algún somnífero, se pasaba parte de la noche, acariciándola,
besándola, o tan solo apoyaba su cabeza en la butaca y se dejaba
vencer por el sueño con su última mirada repleta de Maca.
Con su actitud, hizo que si bien había asombrado a todos con
su comportamiento mientras Maca dormía, más les sorprendió
cuando Maca estaba despierta, prácticamente todos, estaban

100 ”Adiós Esther” © by ldana


seguros que conseguiría su propósito. Las apuestas volvieron a
correr por los pasillos del Central.

Pero como todo llega, también llegó el día en que Vilches y


Cruz, estuvieron de acuerdo para que se marchara, las pruebas
habían dado muestras de que había mejorado en todos y cada uno
de los golpes que su castigado cuerpo había recibido, durante esa
última semana había empezado su rehabilitación para poder ir
recuperando la sensibilidad y movimiento de su brazo, y también de
la pierna. Había pasado un examen neurológico que arrojaba
muestras de que su amnesia persistía, y que tanto los cambios de
humor como la dificultad en el habla, requería de un tratamiento de
apoyo psicológico, también le confirmaron que su reacción ante la
presencia de Daniel, venía dado por los recuerdos que tenía sobre la
separación, para su mente, él había sido en parte el culpable de
todos sus problemas y su cabeza, todo cuanto le ofrecía venía dado
por aquella circunstancia, el recuerdo de la infidelidad, de la
separación había quedado nítidamente en su memoria, y durante
esos días estuvieron explicado detenidamente todos los pormenores
que las pruebas les daban a una Esther decidida a sacar adelante a
su familia y volver así a ser las mismas de antes, aunque siempre
que lo pensaba se decía, “las mismas no, mejor porque ahora
tenemos un tesoro que nos va a unir mucho más”. Con ese
pensamiento llegó a casa, quería prepararlo todo para que nada les
faltara en el caserío que Carmen había dispuesto con un enorme
cariño para ellas. Allí en casa la esperaban Encarna y Rosario que
estaban con el pequeño Daniel.
En_ ¿Cómo ha ido hija? –la miraron preocupadas mientras se
sentaban las tres en el sofá.
E_ Bueno... como esperábamos con una laguna importante en su
mente, pero estoy contenta, tenemos que estarlo –les sonrió-, la
pierna ha quedado bastante bien, Javier dice que no va a tener
secuelas y bueno... eso es muy importante que tenía una fractura
bastante complicada.

101 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Gracias a Dios –juntó las palmas de las manos Rosario
apoyándolas sobre la nariz mientras Encarna le apretaba con afecto
el brazo-.Gracias a Dios Encarna.
En_ Bueno hija... ¿y la cabeza?
E_ Hay que tener paciencia, va a ser lo más duro... además ella no
quiere colaborar... pero yo creo que allí todo será distinto al menos
me voy con esa esperanza. Rosario, usted entiende que me la lleve
¿verdad? –la miró con un tanto de temor.
R_ Claro que sí, y solo siento no poder ayudarte, tener que dejarte
con este problema sola...
E_ Por eso no quiero que se preocupe, para mí no es un problema,
es una oportunidad que me ha dado la vida de darme cuenta lo
mucho que necesito a Maca... lo mucho que la quiero... y lo mucho
que necesito que se recupere, pero aquí estoy segura que lo único
que pasará es que se irá encerrando en si misma, y sé que ella no
aceptaría ir a un psicólogo para recuperarse... sería todo más
complicado –Encarna la miraba con admiración.
R_ Lo sé, lo sé.
E_ ¿Y Daniel?, voy a echarle mucho de menos –puso gesto apenado.
En_ Durmiendo hija... por él no te preocupes.
E_ Sé que nos lo vais a cuidar vamos, mejor que nosotras –sonrió-.
Bueno... tengo que preparar la maleta, no quiero que se me olvide
nada para Maca, me gustaría poder sacarla a pasear por allí, le hará
bien es un sitio muy tranquilo, naturaleza pura. ¿Me ayudáis?
R_ Claro hija.
Prepararon las maletas con mucha atención, aunque estaban
cerca y podían ir a llevarle cualquier cosa que necesitaran, Vilches
les había recomendado darles un par de semanas de tiempo en el
que estuvieran solas. En el comedor estaban las tres para
despedirse.
R_ Pedro dejará las maletas y la silla de ruedas allí.

102 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Si, le he dado las señas y ha quedado con Carmen, que vaya
tranquilo, nosotros tardaremos bastante aún. Creo que no olvido
nada –se puso el dedo en la boca mordiéndose las uñas.
En_ Ve tranquila, a todo caso para que todos nos quedemos más
tranquilos, que se vaya Rosario con su marido, así mejor.
R_ Quizá sea lo mejor Encarna –le agradeció a la mujer sus
palabras.
E_ Pues me voy, rezar por favor para que esto salga bien.
En_ Claro que sí hija –la besó abrazándola con fuerza-. Y si
necesitas cualquier cosa nos lo dices.
E_ Si mamá –le sonrió-. Bueno Rosario... me voy.
R_ Esther –le cogió de los brazos mirándola emocionada-. No sé
como voy a agradecerte todo lo que haces por Maca, estoy segura
que vas a conseguir que vuelva a ser ella y cuando eso suceda,
estoy segura que nada va a poder con vuestro amor –la abrazó.
E_ Gracias Rosario, pero no me lo agradezca –le sonrió con pena-.
Ya sabe lo importante que es Maca para mí.
R_ Ahora lo sé, no tengo ninguna duda.
E_ Me podréis llamar siempre que querías –decía limpiándose una
lagrima que le cayó a traición-. Y... por favor... rezar.
En_ Si me dicen que esta hija mía iba a hacer todo esto, te juro
Rosario que me hubiese muerto de la risa –se sentó un tanto
abatida-. Ella era enclenque, en el trabajo toda fuerza, para sus
cosas, toda cobardía, y ahora...
R_ El amor la ha hecho cambiar, eso nos pasa a todos –la miró
sonriente.
En_ Fíjate que de todos los novios que le he conocido, siempre hubo
alguno que pensé, este sí con dudas ¿eh?, pero cuando vi a Maca
me di cuenta que mi hija iba a ser afortunada y que iba a cambiar
mucho para bien, hoy la veo salir por esa puerta y no la reconozco...
afortunadamente... antes decías que le debías agradecer, no

103 ”Adiós Esther” © by ldana


Rosario, quien tiene que agradecer y mucho a Maca soy yo, por
hacer a mi hija, inmensamente feliz.
Ambas madres suspiraron al menos seguras, de que tanto una
como otra, habían logrado encontrar en la vida a la persona
adecuada para vivir una vida repleta de felicidad. Sabían que los
momentos que debían llegar, iban a ser muy duros, pero allí
estarían ellas aunque fuera desde la distancia para dar apoyo a una
Esther que poco a poco parecía recuperar físicamente su fuerza.

Cuando llegó al hospital, fue directamente al despacho de


Vilches para ultimar los detalles, una vez todo preparado, avisaron a
la ambulancia que la trasladaría. Mientras esperaban, a la habitación
llegó Teresa.
T_ ¿Está dormida?
E_ No, no me quiere ver –le dijo sonriendo de lado.
T_ Maca soy Teresa cariño –ella abrió los ojos-. Oye Esther, ¿porque
no sales un momento?, voy a hablar con ella, quiero despedirme y
no quiero que te burles de mí, que estoy muy sensible.
E_ Vale, ahora vuelvo mi amor –le dijo a Maca y al pasar junto a
Teresa le apretó el brazo.
T_ Bueno Maca... sé que me entiendes ¿eh?, por eso quiero decirte
que... bueno... que no trates mal a Esther –Maca la miró fijamente
con sus ojos clavados en los suyos como si fueran dos bolas de
fuego-. Tú mírame como quieras, ¿pero que quieres hija?, me
parece injusto, ¿tú sabes lo mal que lo ha pasado?, no, pues mira,
no se ha movido de tu lado ni de día ni de noche, además estuvo a
punto de... bueno eso no te lo cuento... sé que no puedes controlar
tu mente y que por eso la tratas así, pero Maca cariño, Esther te
adora, tú piensa y verás como recuerdas que estabas conmigo,
cuando ella se acercó, ibais a hablar para solucionar lo vuestro... –le
acarició la cara mirándola con ternura-... pon de tu parte Maca...
está destrozada... y todo cuanto hace es porque te ama de verdad –
le sonrió, le besó en la frente y añadió con emoción acariciándole-.

104 ”Adiós Esther” © by ldana


Te quiero mucho Maca, por favor, recuerda y verás como todo iba a
arreglarse.
Mientras fuera Esther esperaba cuando acudió a ella Laura.
L_ Me he enterado que os vais hoy.
E_ Si, ya está todo preparado estamos esperando que nos manden
la ambulancia.
L_ Oye Esther, yo quería decirte que si necesitas algo... ya sabes...
he estado un poco liada y sé que no he venido a veros pero...
E_ Tranquila Laura, no hace falta que me digas nada, lo sé.
L_ Maca me cae de puta madre, ya lo sabes, y solo deseo que esto
pase pronto y volváis a ser las mismas de siempre –le sonrió.
E_ Gracias Laura –se abrazaron.
L_ Mira te he traído este libro que Héctor no lo encontraba en su
biblioteca, porque lo tenía yo –sonrió.
E_ ¡Ah si!, muchas gracias. La verdad que no sé como agradeceros
a todos cuanto habéis hecho por ella y por mí.
L_ Os lo merecéis. ¿Y qué haces aquí?
E_ Teresa... que está dentro lleva ya un buen rato... a saber que le
está diciendo.
L_ Bueno viniendo de ella, algo a tu favor, seguro –Esther sonrió
afirmando con la cabeza-. Ahora me voy, que todo vaya muy bien y
si necesitas algo, cualquier cosa, ya sabes.
E_ Gracias.
Al quedarse sola suspiró con fuerza, el comportamiento de
todos sus compañeros con ellas había sido fabuloso y aquello la
llenaba de satisfacción. Contenta encontrando las fuerzas que aquel
apoyo le daban, apoyó la cabeza sobre la pared mientras cerraba
sus ojos sonriente.
Lu_ Esther –la voz de Luna la hizo volver a abrir los ojos-. ¿Puedo
hablar un momento contigo?

105 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Qué quieres? –le preguntó con distanciamiento.
Lu_ Solo quería decirte que espero que todo salga bien.
E_ Gracias.
Lu_ Y pedirte perdón, la verdad que Maca es afortunada al tenerte a
ti –Esther omitió la respuesta-. Mucha suerte, ojalá se recupere lo
antes posible.
Se levantó y se marchó, Esther la miró con un tanto de pena,
pero su expresión cambió al ver salir a Teresa un tanto emocionada,
se puso en pie mirándola con una sonrisa divertida.
T_ No me mires así.
E_ Se te ha corrido un poco el rimel.
T_ ¿De verdad? –dio un chasquido mientras con el pañuelo trataba
de limpiar sus ojos…
E_ Yo no me limpiaría, seguro que vas a llorar ahora al despedirte
de mí –dicho y hecho, se estrechó a su cuello llorando-. Venga
Teresa que todo va a salir bien, ya lo veras.
T_ No si lo sé –dijo separándose mientras se limpiaba-, pero ¿qué
quieres que haga?, os voy a echar de menos... sé que esto va a ser
muy duro para ti y me gustaría poder ayudarte.
E_ Lo sé Teresa, sé que va a ser duro pero tengo una bonita
recompensa al final del camino, recuperar a Maca –sonrió
ampliamente-. Y también sé que cuento contigo.
T_ ¡Cuánto he echado de menos esa sonrisa! –sonrió ella también
estrechándose ambas las manos alegres-. Si necesitas algo...
E_ Tranquila Teresa.
T_ A la hora que sea –insistió mirándola intensamente.
E_ Si.
T_ Me da igual si es de noche ¿eh?, si necesitas hablar o
desahogarte tú no dudes en llamarme.

106 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Qué si Teresa no seas pesada anda! –le riñó con una sonrisa
agradecida.
T_ Bien –exhaló un fuerte suspiro y retomando su compostura
añadió-. A la hora que sea.
E_ Vale ya –dio una carcajada. Y entonces, sus labios marcaron una
pequeña sonrisa pero intensa y sincera, con voz dulce le dijo a
Teresa que la miraba con emoción-. No sé que haría sin ti Teresa, ni
yo ni Maca, tu apoyo ha sido fundamental para mí y creo que no te
lo he agradecido lo suficiente.
T_ ¡Calla, calla! –le hizo un gesto avergonzado.
E_ Es la verdad Teresa... con Daniel, aquí conmigo... con Maca
cuando estaba inconsciente... ¿y sabes qué?, tengo grabada tu voz
en mi mente cuando me decías que estábamos perdiendo el tiempo
en discusiones simples que no llevaban a ningún lado –Teresa hizo
un puchero con su barbilla mientras le volvía a tomar las manos-.
Pues ahora, tengo aquel consejo muy presente, voy a hacer todo
cuanto pueda por conseguir que Maca se recupere y una vez lo
haga, la reconquistaré, me cueste lo que me cueste.
T_ Claro que sí –le sonrió y le abrazó fuertemente-. Va, que me vas
a hacer que se me vaya el rimel otra vez –se separó con rapidez.
E_ Te quiero mucho Teresa.
T_ Tonta, yo también –sonrieron-. ¿Me llamarás?
E_ ¡Teresa! –la riñó con una amplia sonrisa.

Cuando la ambulancia estuvo a punto, Vilches avisó a Esther


que estaba junto a la cama. Maca seguía con sus ojos cerrados, y
entonces Vilches hizo salir a Esther.
E_ Vilches –le advirtió con gesto preocupado.
V_ Esperarme bajo –cuando se quedó solo con ella se sentó en la
butaca mirándola fijamente, ella abrió los ojos, lo vio y suspiró-.

107 ”Adiós Esther” © by ldana


¿Vas a tener mucho tiempo esa actitud con Esther?, ¡vamos Maca
no me jodas que puedes hablar!
M_ No quiero... que este aquí –decía con dificultad.
V_ Pues mira, no va a estar aquí, pero va a estar a tu lado. Y ya
puedes dar gracias que la tienes a ella, así que... haz el favor de
cambiar tu actitud.
M_ Quiero estar sola.
V_ Maca... sé que esto que estás pasando es muy duro... lo sé –
puso gesto contundente-. Pero para recuperar todo lo que has
perdido, tus recuerdos, en los que está Esther y tu hijo, tu fuerza
para volver a andar y tu mala ostia para volver a trabajar, necesitas
ayuda y nadie mejor que Esther para ofrecértela. Y ahora nos
vamos.
M_ ¿Dónde? –lo miró fijamente asustada.
V_ Algún lugar donde Esther sabe que lograrás recuperarte, así que
haz el favor de no dar el coñazo.
Maca guardó silencio... ella quería recordar... pero sólo veía a
Esther yéndose con un hombre, antes... a Esther confirmándole su
desliz con Luna, la veía y solo sentía dolor y ganas de llorar, por
mucho que Vilches le contara sobre su buen hacer, era la única que
provocaba en ella esos cambios de humor, esa rabia que no sabía
canalizar y sin embargo, a veces, pocas lo había sentido pero en los
últimos días así habían aparecido en ella, las ganas locas de que la
abrazara, sin soltarle. ¿Qué le estaba pasando?. Era la pregunta que
una y otra vez se repetía.

Por el camino, iba al lado de Maca Vilches que la iba


controlando en todo momento, delante junto al conductor, Esther
con la mirada fija en el horizonte, un horizonte que le daba una
visión de esperanza y recuperación, y Héctor, que en silencio
apoyaba el pensamiento de su compañera, a la que en el rostro se
le notaban las ganas de llegar al lugar donde les había dicho todo

108 ”Adiós Esther” © by ldana


era maravilloso. No les costó encontrarlo, porque además, Fermín
los estaba esperando con su coche tal y como había quedado con
Esther en el desvío de la carretera, les abrió camino hasta llegar al
pueblo, una vez allí la expectación era máxima.
H_ ¿Oye toda esta gente les espera a ustedes?
E_ Pues no lo sé –sonreía divertida ante los saludos de la gente.
V_ ¿Pero esto que coño es?, ¿la película de Bienvenido Mr. Marshall?
–asomó su cabeza por la ventana que comunicaba la parte trasera
con ellos.
E_ No lo sé, pero sin duda esto es cosa de Carmen –sonrió feliz.
V_ Joder –murmuró.
Fermín paró el coche delante de una casa enorme, con un gran
jardín repleto de flores, justo a los pies de una montaña grandiosa,
repleta de verde, y rodeando todo el caserío una explanada de
césped rabiosamente verde, el olor que percibieron al bajar de la
ambulancia les hizo a todos respirar aire puro.
H_ Esto si es aire.
Ca_ ¡Esther!, ¡Esther! –acudió una excitada Carmen que la abrazó
con fuerza.
E_ Hola Carmen, mira son mis compañeros Héctor y Vilches.
Ca_ Pasen pasen, que les he preparado un tente en pie, que se les
nota cara de cansados.
V_ ¿Oiga no tiene más casas como está? –le preguntó serio Vilches
poniéndose en jarras.
E_ Vamos Carmen –le tomó por el brazo-. Ahora bajaran a Maca.
Ca_ Pobrecita, la tengo clavada en el corazón. ¿Crees que me
reconocerá?
E_ No lo sé ... tiene una laguna muy importante en su mente.
H_ Oiga –se acercó Héctor a la mujer con gesto completamente
asombrado-. ¡Esto es precioso!, pero dígame, toda la gente que
estaba en la plaza, ¿esperaban a Esther?
109 ”Adiós Esther” © by ldana
Ca_ Claro que sí –sonrió-. Todos saben que venían y quieren que se
sientan cómodas.
H_ ¡Ver para creer! –se golpeó la frente graciosamente.
E_ Gracias Carmen –le sonrió agradecida.
Ca_ Tus suegros ya han dejado aquí las cosas.
E_ Vale.
Ca_ ¿Vamos? –le preguntó contenta de tenerlas allí.
Entre el conductor y Vilches bajaron a Maca, que al salir de la
ambulancia se tapó los ojos molesta por la clara luz del día, que
parecía que allí era más limpia que en la ciudad. La llevaron hasta la
puerta de la casa, donde vieron que Fermín había preparado una
rampa para poder subir la camilla ya que Esther le había confirmado
que llevaría silla de ruedas. Una vez dentro, la esperaban en la
habitación Esther y Carmen. Cuando entraron los hombres, Vilches
no pudo más que silbar impactado por el lugar, luego miró a Esther
que tenía clavada en sus ojos la alegría, y le hizo sentir envidia de
Maca, se había desvivido en el hospital por ella, pero lo que estaban
compartiendo era sin duda motivo para asombrarse y así pareció
entenderlo Esther que le agradeció con una sonrisa aquel
pensamiento de su amigo Vilches.
H_ Bueno... vamos a pasarle a la cama.
Ca_ Esperen. ¡Fermín!, ven a echar un mano anda.
F_ Para no hacerle daño, tengo esto –sacó de debajo la cama una
madera pero con un colchón bien cogido a ella, los hombres se
miraron asombrados-. Es que mi mujer cuando estuvo enferma, le
hacían daño al pasarla a la cama, y con esto, solucioné el problema.
E_ Gracias Fermín –le tocó el brazo emocionada.
V_ Joder, me dan ganas de pedir el traslado a este pueblo.
Ca_ Será bienvenido –le sonrió Carmen.
H_ A la de tres.

110 ”Adiós Esther” © by ldana


Maca no se quejó, al contrario pareció agradecer aquel
contacto en aquella cama, entonces Carmen, hizo salir a todos
incluida Esther y le descorrió las cortinas que habían en la pared
frente a la cama, ante ella con todo su esplendor, la verde montaña.
Ca_ Tranquila hija, aquí te recuperarás... Esther está segura que sí,
y todos vamos a ayudaros... ¿me recuerdas?
M_ No.
Ca_ Pues tú tranquila... poco a poco esa cabeza te irá dando la
información que necesitas, ¡espero que no tarde mucho! –le dijo
sonriendo-. Por vuestro bien... pobrecita Esther... ¡ahora vuelvo! Te
he preparado un caldito. Ahora vuelvo hija –le besó la frente ante el
asombro de una Maca desconcertada-. No te preocupes de nada, si
necesitas algo, estiras este cable y enseguida estamos aquí.
Cuando Carmen la dejó sola, trató de incorporarse, pero su
brazo no le respondía, entonces sus nervios se desbarataron,
comenzó a llorar sin poder controlar sus lagrimas, justo en ese
momento entraba Esther...
E_ ¿Qué te pasa Maca? –se acercó a ella nerviosa.
M_ No puedo... no puedo...
E_ A ver tranquila mi amor, tranquila... sujétate a mi cuello yo te
subo.
M_ No... no... vete –le decía.
E_ ¡Maca ya está bien! –le dijo alzando la voz sin llegar a ser un
tono duro, más bien su voz sonó suplicante mientras la estrechaba
de los brazos para ayudarla-. Mira Maca... no puedes hacerlo sola,
de momento necesitas ayuda, y yo soy la que te tiene que ayudar,
¿vale?, di lo que quieras, haz lo que quieras pero tienes que confiar
en mí.
M_ Déjame
E_ No pienso dejarte.

111 ”Adiós Esther” © by ldana


La miró fijamente con sus ojos repletos de amor mientras
pasaba de apretar sus brazos a sujetarla con ternura, Maca pareció
por un momento reconocer aquella mirada, dejó caer la cabeza
hacia delante con actitud derrotada mientras Esther con fuerza la
ayudaba a subirla un poco. La tapó bien, le acarició la cara con
devoción, mientras ella se dejaba hacer con una mirada confundida.
Ca_ ¿Puedo pasar?
E_ Claro Carmen –le sonrió.
Ca_ Aquí te traigo tu cena, un primero calentito para recuperar las
fuerzas del viaje, y un buen trozo de carne con verduras de segundo
–la miraba con cariño y le hablaba con la ternura que su persona
manaba.
M_ No tengo hambre –comenzó a toser.
E_ Vamos bebe un poco de agua, toma –le dio el vaso y el roce de
sus dedos fue el justo para que sus ojos se cruzaran en una mirada
repleta de amor.
Ca_ ¿Te gusta la habitación cariño? –Maca asintió mientras Esther le
ponía la bandeja sobre sus rodillas-. Mañana cuando amanezca te
recomiendo que descorráis las cortinas, es un placer para la vista.
E_ Venga cariño abre la boca –Esther se sentó al borde de la cama y
le daba con la cuchara el caldo que había preparado Carmen
hablándole con amor-. Venga Maca por favor...
M_ No.
E_ Tienes que comer... –la miraba fijamente.
Ca_ Oye Esther... ¿por qué no vas, cenas tú con tranquilidad y yo la
ayudo, eh?, venga hija –la miraba sonriente.
E_ Está bien... quizá sea lo mejor –su voz sonó desanimada.
Ca_ Lo tienes preparado en la cocina.
E_ ¿Pero Carmen no se te hará muy tarde?

112 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Tranquila por favor, si me conozco esto como la palma de mi
mano, ve tranquila ¡anda!, yo me encargo de Maca, ¿verdad? –le
preguntó sonriente.
E_ Gracias Carmen –sonrió con cansancio.
A Maca, aquella mujer le daba calma, no sabía quien era, ni
recordaba que perteneciera a su pasado, sin embargo, provocaba en
ella la misma sensación que provocaba Teresa. Comió cuanto le dio
mientras le hablaba de las montañas y de todo cuanto allí podría
disfrutar. No quiso mediar entre ella y Esther porque sabía que
cuanto pudiera decirle no lo comprendería. Una vez terminó, fue
hasta la cocina donde una decaída Esther se había apoyado en la
ventana mirando tras el cristal, la hermosa visión que daba la luz de
la luna reflejando todo el esplendor de la montaña.
Ca_ ¿Has terminado ya?
E_ Sí Carmen, estaba riquísimo.
Ca_ Me alegro.
E_ Por lo que veo se lo ha tomado todo –suspiró-, menos mal.
Ca_ Paciencia hija, paciencia. Recuerdo que cuando vinisteis era ella
a quien tuve que decirle que fuera paciente contigo, ¿sabes?...
imagino como se debe sentir –le hablaba mientras recogía la cocina
ayudada por Esther-. Debe sentir a parte del miedo, una confusión
que no sé si yo sería capaz de soportarlo.
E_ Lo sé... es muy duro para ella, porque se ha quedado en un
pasado ficticio, y la verdad, me parece tan injusto –su voz mostró la
rabia que sentía-. ¿Sabes Carmen?, justo cuando íbamos a hablar,
pasó todo, cuando la vi que se la llevaban, pensé que mi vida iba a
cambiar, pero no imaginé cuanto –ella la miró con pena y un nudo
en su garganta, podía ver en sus ojos un sufrimiento y un tormento
que le hizo sentir una profunda lastima por ella-. He hecho el tonto
tanto tiempo... que ahora tengo muy claro que no voy a moverme
de su lado, sé que voy a ser el centro de todas y cada una de sus
iras, hasta que todo vuelva a su lugar, quizá sea mi castigo por
portarme así con ella.

113 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ No digas eso, nadie merece tan cruel castigo, es la vida,
simplemente eso, la vida es así nos depara cosas inimaginables y no
somos capaces de admitirlo tal cual es. Va a ser difícil, pero estoy
segura que lo vas a conseguir, la amas demasiado como para no
hacerlo –le sonrió-. Además, nosotros te vamos a ayudar.
E_ De eso no me queda la más mínima duda –sonrió-. Gracias por
todo y por el recibimiento.
Ca_ Si, ese amigo médico tuyo es muy simpático –dijo con su
sonrisa fresca.
E_ ¿Héctor?
Ca_ También, el otro.
E_ Vilches –sonrió-... la verdad que he tenido mucha suerte de
contar con su ayuda y su apoyo, si desde la distancia lo valoro
mucho más.
Ca_ Bueno... mañana tempranito vendrá Fermín, tú no te preocupes
de nada, él dejará la comida en el porche, no entrará.
E_ Pero Carmen, no hace falta que te molestes tanto.
Ca_ No es molestia, quiero que todo esté bien para las dos, nada
me gustaría más que la recuperación de Maca fuera lo antes posible,
y vamos a estar todos a tu disposición, ¿de acuerdo?
E_ Gracias nuevamente.
Cuando Carmen se fue, Esther se quedó sola en aquel caserío
antiguo con paredes de piedra y suelo de barro, pero tan reformado
que le parecía un lujo estar allí, Fermín le había encendido la
chimenea y el calor le llegaba mientras hablaba con Rosario
poniéndola al día sobre todo cuanto había sucedido, le contó
emocionada el recibimiento y el trato de todos hacia Maca, le contó
que había cenado bien y que iba a estar a su lado toda la noche
para vigilarla, por primera vez pensó para sí, después de mas de
mes y medio, compartiría la cama y podría estrecharla en sus
brazos, acunarla para que todos sus miedos se difuminaran,
ayudarla con sus besos a que fuera recordando cuanto se amaban, a

114 ”Adiós Esther” © by ldana


protegerla con su abrazo ante el miedo que sabía sentía, y ayudarla
a que el desconcierto que se había instalado en ella, poco a poco
fuera dejando paso en su mente, a la cordura y a la normalidad.
Suspiró con fuerza mientras apagaba la luz del comedor, se giró y al
ver el comedor envuelto por la luz del fuego y su sonido crepitante,
se le escapó una sonrisa al recordar aquella escapada primera que
hicieron a su casa de la Sierra, cuando se amaron frente a la
chimenea y allí abrazadas se juraron amarse toda la vida. Aquel
recuerdo llegó fresco a su mente y al darse cuenta que era justo lo
que no tenía Maca, sintió flaquear sus piernas, como iba a conseguir
que todos aquellos maravillosos instantes que habían compartido
volvieran nuevamente a su mente. Suspiró con fuerza y entró a la
habitación dispuesta a comenzar su lucha.
E_ Maca cariño acabo de hablar con tu madre, está todo bien, Daniel
duerme ya y están contentos de que el viaje te haya sentado bien –
Maca omitió su presencia. Esther se metió en el cuarto de baño para
cambiarse y ponerse un pijama porque aunque la temperatura
dentro era cálida, ella sentía el frío de fuera que sabía si Maca
estuviera bien, la abrazaría con una carcajada para calentarla. Salió
del lavabo y cogió un libro para sentarse en la cama-. Bueno...
vamos a ver... tenemos que comenzar con tus clases de
recuperación del...
M_ No quiero que estés aquí –le dijo con la voz un poco ronca pero
le salió todo de carrerilla como si lo hubiera estado ensayando.
E_ ¿Pero qué dices Maca?, tengo que estar a tu lado vigilándote, ¿no
pretenderás qué me acueste en otro cuarto? –sonrió un tanto
desconcertada ante su gesto serio y afirmativo agregó un tanto
enfadada-. Vamos eso sería la hostia ya –protestó con seriedad
M_ Quiero que me dejes sola, no tienes que cuidarme... no tienes
porque
E_ Mira Maca, sé que debo tener paciencia –suspiró cerrando los
ojos tratando de no alterarse-, puedes ponerte como te dé la gana,
no quieres que duerma contigo, no dormiré contigo, no quieres
hablarme, no me hables, pero escúchame te lo digo muy en serio
115 ”Adiós Esther” © by ldana
¡vas a poner de tu parte para recuperarte!, ¡me oyes! –le cogió con
ternura la barbilla-. Sé que ahora no recuerdas nada, o lo que
recuerdas es lo que menos deberías, y tu mente se equivoca cuando
te dice que no tengo que estar aquí, lo siento cariño, pero sí, si
tengo porque estar a tu lado, eres mi mujer, te quiero por encima
de cualquier cosa incluida la amnesia que sufres... voy a ayudarte
aunque tú no quieras así que puedes hacer las cosas más fáciles o
más difíciles, pero voy a estar aquí, cuando me necesites o cuando
no, cuando duermas o estés despierta. Quiero que te quede claro,
¿de acuerdo?, estaré en el cuarto de al lado, si me necesitas, solo
tienes que llamarme si quieres algo
M_ No quiero nada –contestó con la voz nuevamente ronca y
nuevamente la tos apareció en ella
E_ Bien... –se acercó a dejarle un beso en la frente pero Maca le
giró la cara, no por eso Esther vaciló-. Dulces sueños amor mío

Le arregló la cama, la almohada y cerró la luz, salió sin cerrar


la puerta con el corazón encogido, pero dispuesta a ganar la batalla
se llevó los libros para estudiar todo cuanto necesitaba saber.
Suspiró fuertemente y comenzó a leer sobre la Amnesia Retrograda.
En tanto, Maca sentía que su cabeza iba a explotar, no paraba
de dar vueltas a tanta información que le llegaba de manera
desordenada, era como si su mente fuera un puzzle al que tuviera
que ir juntando una a una innumerables piezas, y por más que
quería no podía, se agotaba y se desesperaba de igual manera.
Estaba perdida y con una ansiedad que no podía ni siquiera dormir,
veía como Esther tenía la luz de su habitación encendida y una parte
de ella le pedía llamarla a gritos, otra en cambio, le decía que debía
alejarla de ella. Y con esa lucha inmensa en su cabeza se durmió,
entonces aparecieron nuevamente las pesadillas, nuevamente los
miedos y las imágenes sin sentido. Veía un coche, veía que todo se
apagaba y un estruendo chirriante como las vías del tren, entonces
comenzaba a ver borroso como Esther le sonreía mientras se
acercaba a ella, pero entonces llegaba un hombre, aquel maldito
116 ”Adiós Esther” © by ldana
abogado y se la llevaba, ambos se iban burlándose de ella, y
entonces volvía la visión del coche precipitándose por el barranco.
Esther rendida, se había quedado dormida con el libro sobre su
cara, el grito desesperado de Maca, le hizo de un salto incorporarse,
salió corriendo hasta ella encendiendo la luz, la encontró con el pelo
alborotado, sudando y jadeante, mientras tosía pues su garganta
después de tanto tiempo con aquel tubo puesto, había sufrido y le
había dejado una tos pesada que parecía iba a ahogarse.
E_ Tranquila mi amor, estoy aquí, no pasa nada, estoy aquí
tranquila –le decía estrechándola entre sus brazos-. Trata de
respirar con cuidado, vamos, respira, eso es así mi amor, así. Toma
agua.
Maca bebió tratando de tranquilizarse, su respiración aún era
agitada y aunque quería decirle a Esther que no se fuera, no
encontraba las palabras en su confusa mente.
E_ No me voy Maca, estoy aquí contigo –le dio la mano y Maca se
aferró a ella, aquel gesto hizo que Esther sintiera como su piel se
estremecía tanto como su corazón-. No va a pasar nada mi vida,
estás conmigo y no va a pasar nada todo ha pasado ya, ¿vale? –le
sonrió y aquella sonrisa pareció ser el bálsamo que Maca
necesitaba-. Está bien... no voy a apagar la luz, enseguida vuelvo –
Maca asintió necesitando tenerla cerca-. Tranquila
Maca sentía la necesidad de que le abrazara, aquel tacto con su
piel, le había hecho estremecerse, suspiró con fuerza no quiso
pararse a pensar, solo quería sentirse segura, y había descubierto
que la seguridad sólo la encontraba cuando Esther estaba a su lado,
por muy mal que le supiera reconocerlo. Al verla entrar, su corazón
latió tranquilo, la vio meterse en la cama, coger un libro y ponerse a
leer con gesto concentrado.
M_ Ayúdame –le dijo con voz suplicante haciendo que Esther girara
su cabeza y dejara a un lado el libro-. Ayúdame Esther.
E_ Mi amor –se arrimó a ella con cuidado
M_ Tengo miedo

117 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No te voy a dejar cariño –la estrechó fuertemente entre sus
brazos y le besó con ternura
M_ No sé que me pasa, mi cabeza no para –su expresión
desesperada hizo que Esther la mirara repleta de pesar-. No me
obedece...
E_ Lo sé, debes tener paciencia Maca, el accidente afectó tu
memoria. Ahora mismo toda la información que tienes es anterior al
golpe, no recuerdas cosas importantes para ti y para mí –le
susurraba en el oído mientras sus manos la aferraban a su cuerpo
sintiéndose feliz por primera vez desde el día que aquel maldito tipo
decidió arruinarles la vida-. Mi amor... no temas nada, quiero que
estés tranquila, que te relajes que me ayudes a poder ayudarte a
recuperar todo cuanto has perdido que no es otra cosa que nuestro
gran amor.
M_ ¿Y mi brazo? –por primera vez le preguntó por él hasta aquel
momento parecía omitir todo cuanto le pasaba en su cuerpo.
Mientras se refugiaba en el pecho de Esther
E_ Tenemos que recuperarlo con ejercicios –estaba emocionada no
podía evitar que las lagrimas resbalaran por su rostro aunque
trataba de contenerlas pero era demasiado tiempo esperando ese
roce con Maca, esas manos entrelazadas como siempre hacían a la
hora de dormir-. Cruz y Vilches tuvieron que operarte dos veces, la
primera a vida o muerte.
M_ ¿Cruz... Vilches? –le preguntó aferrándose cada vez más a ella
como buscando seguridad y calma.
E_ Sí mi vida... ellos te salvaron, les debemos tu vida.
M_ Pero para que si no recuerdo... para que si no puedo andar... ni
moverme –se quejaba llorando.
E_ No llores cariño –le decía ella mientras se apartaba sus propias
lagrimas no podía flaquear, antes era Maca que su propio dolor-. Si
me ayudas... lo conseguiremos. Te he traído hasta aquí porque sé
que lo vamos a conseguir... juntas... como todo cuanto hemos
conseguido hemos superado tantas cosas que estoy segura esta

118 ”Adiós Esther” © by ldana


también la vamos a superar –la miraba con los ojos repletos de
amor y Maca suspiraba como si necesitara grabar aquellas palabras
en su mente-. Todo va a ir bien mi vida.
M_ ¿Y si no?, no quiero vivir así.
E_ Ya verás como si –le sonrió mientras trataba de no llorar-. ¿No
confías en mí?
M_ No lo sé Esther... no sé en quien tengo que confiar... no sé nada
–le decía con la voz quebrada por el miedo.
E_ Mira mi amor... confía en mí, todo irá bien, nos tenemos la una a
la otra, y Daniel espera en casa a que volvamos para ser otra vez
una familia.
M_ Tú no lo quieres –la miró dubitativa.
E_ Claro que lo quiero –le acarició suavemente la cara pero no se
atrevía a besarla aunque se moría de ganas.
M_ No... me dejaste por él... te fuiste con otra ¡si! –trató de
separarse de ella al recordar.
E_ No mi amor... eso no es así –le habló nerviosa con toda la
dulzura que pudo encontrar en su corazón aferrándola nuevamente-
. Todo fue una mentira de Luna, ¿no lo recuerdas?
M_ Tú sí me mientes.
E_ Te quiero –le dijo besándola suavemente, el contacto de sus
labios disparó su corazón, se mordió el labio mirándola con
devoción-. Te quiero.
No hubieron más palabras, Maca volvió a divagar en sus
pensamientos, Luna, su hijo, Esther, el accidente, Cruz, Vilches,
todo cuanto le había contado, estaba buscando acomodo en algún
rincón de su mente. Prefirió no seguir pensando y acurrucarse en el
pecho de Esther, que la estrechó con fuerza.

La mañana había llegado y en el hospital, todos volvían para


comenzar la jornada, todos conforme entraban iban pasando por el

119 ”Adiós Esther” © by ldana


muelle para que Teresa les pusiera al día, sabían que había hablado
con Rosario y ella era el punto de conexión entre ellos y la pareja. El
último en llegar fue Héctor que se quedó un rato a su lado.
H_ ¿Cómo les fue Teresa?
T_ Según me dijo Rosario, bien –se quitó las gafas mirándolo seria.
H_ Debiste ver que recibimiento les hicieron, quedé fascinado.
T_ Es que estas chicas se ganan a todos ¿eh? –sonrió triste-. Solo
espero que Esther tenga la fuerza necesaria para sacarla adelante.
H_ Yo tenía mis dudas porque va a ser muy duro, pero tanto Vilches
como yo, nos dimos cuenta de lo mucho que la ama, debiste ver
donde la llevó –Teresa asintió orgullosa de ella-. Deseo tanto que
esto salga bien.
T_ Si hijo, yo también.
H_ Bueno chiquita, nos irás contando ¿verdad?
T_ Por supuesto. ¡Por cierto Héctor!, Vilches ha vuelto a colgar otra
apuesta –miró a su alrededor y le dijo bajito dándole un billete de
20 euros-. Apuesta por mí a que lo consigue en menos de dos
meses.
H_ Vaya Teresa, ¡apuestas duro eh! –le dijo con tono divertido.
T_ Ya ves, me apetece mucho jorobar a Vilches –le guiñó un ojo.
H_ Está bien, está bien, yo apostaré como tú –sonrió.
T_ Dios quiera que sea así, ¡ay que sufrimiento! –murmuró con
pena mientras suspirando se ponía las gafas.

La mañana en la montaña había amanecido con un color


especial, eran las siete cuando Esther se despegó del cuerpo de
Maca, que desde que había recobrado el conocimiento, era la
primera noche que dormía tranquila, las pesadillas la habían dejado
descansar lo suficiente como para tener una expresión mucho más
relajada. La miró sonriente y fue a recoger la cesta que Fermín
debió dejar fuera, pues oyó sus pasos en el porche. Abrió y notó en

120 ”Adiós Esther” © by ldana


su piel el frescor de la mañana, entró temblando hasta la cocina,
abrió aquel cesto que estaba repleto de cosas hechas por la buena
de Carmen, sonrió al pensar la suerte que había tenido al
encontrarla y creyó, firmemente, que si bien el destino semanas
atrás las había hecho llegar hasta allí para no solucionar entonces
sus problemas, quizás ese mismo destino lo que les había preparado
era la experiencia que estaban viviendo en ese momento, mucho
más importante y definitivo para ambas.
Preparó todo con mimo, se abrigó con la manta que había
sobre el sofá y salió al jardín, tal como le había dejado aviso
Carmen, podía utilizar todas las flores que quisiera, eran para su
uso. Al entrar a la habitación, la vio dormir tranquila de lado, sonrió
siempre conseguía arrancar en ella esa sonrisa de boba, que se
marcaba en su rostro de enamorada. Dejó la bandeja sobre la mesa
que allí había, y la llamó.
E_ Maca cariño... despierta mi amor –le besó la frente apartándole
el pelo de la cara-. Vamos mira, mira que maravillosa mañana, creo
que nunca he visto nada igual –cuando vio que abría los ojos se
dirigió hasta el inmenso ventanal abriendo completamente la cortina
dejando así entrar la luz de la mañana y la panorámica de la
montaña en frente era todo un lujo. La miró sonriente y le dijo-.
Bien cariño, a partir de hoy comienza nuestra nueva vida, nuestra
lucha. ¿Estás preparada? –le preguntó con el tono y la expresión
repleta de ilusión. Maca no contestó y ella omitió su actitud-. Lo
estás. Mira que desayuno te he preparado, luego te vestiré te
abrigaré bien y saldremos al porche. Venga sujétate a mi cuello que
te voy a incorporar –le hablaba con su tono repleto de amor, ella se
agarró sin decir nada y una vez la sentó y acomodó con los cojines
en la espalda, se sentó a su lado para darle el desayuno. Maca solo
la miraba, con una mirada repleta de incertidumbre-. Carmen nos
ha preparado una torta estupenda... además mira la rosa, ¿te
gusta?
M_ ¿Qué día es hoy?

121 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Hoy? –la miró extrañada por la pregunta sin mucho sentido-.
Pues hoy es... déjame pensar que ni lo sé... sí, martes.
M_ ¿Y qué hago aquí?, ¿no tengo que ir a trabajar? –la miraba con
dudas.
E_ No mi vida, no tienes que ir a trabajar –le sonrió-. Estamos aquí
para recuperarte del accidente, y una vez estés recuperada iremos a
casa con Daniel que nos está esperando.
M_ ¿Daniel?
E_ Sí mi vida, Daniel nuestro hijo.
M_ ¿Y qué haces tú aquí? –su pregunta sonó a reproche.
E_ Estar contigo –la miró dudando porque su reacción no era normal
y sin querer una zozobra se apoderó de ella pues pensaba que la
conversación de la noche anterior iba a ayudarla.
M_ ¿Y tu abogado?
E_ Joder –protestó sin poder evitar un gesto desesperante.
M_ Dile a mi madre que pase no quiero verte.
E_ Ya... no quieres verme... pues me vas a tener que ver.
M_ ¡Ay! –se quejó poniéndose la mano en la cabeza.
E_ ¿Te duele? –dejó el café con leche sobre la bandeja y apoyó su
mano sobre la frente de Maca-. Tranquila cariño.
M_ Sí me duele –se quejaba con los ojos cerrados.
E_ Ahora te toca el calmante.
M_ Oye –la miró sonriéndole por primera vez-. Estuvo bien lo del
lavabo ¿eh?
E_ Sí –dio una carcajada aunque un tanto desconcertada.
M_ ¿Sabes que Teresa nos oyó?
E_ Sí lo sé –pensó en animarla para que siguiera recordando-. ¿Y
recuerdas lo que te dijo Luna?

122 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Luna?, sí, claro –asintió con la cabeza mientras acariciaba la
cara de Esther que no pudo más que suspirar y apoyar su cara
sobre su mano.
E_ ¿Y sabes que te quiero?
M_ Claro –le sonrió.
E_ Bien, acaba el desayuno cariño.
Esther no sabía como reaccionar, sabía que de vez en cuando
las lagunas irían desapareciendo, pero como no estaba
acostumbrada a que le hablara tan cariñosa, cuando salió y se llevó
la bandeja, no pudo evitar ponerse a llorar de emoción, su dolor y
alegría se mezclaron en forma de lagrimas, Maca estaba
reaccionando, a trompicones, pero era importante. Fue tal su alegría
que no pudo evitar llamar por teléfono.
E_¡Teresa! –rompió a llorar.
T_ ¿Esther cariño que pasa, no me asustes hija? –le preguntó
aterrada al escuchar su reacción.
E_ Lo siento Teresa, pero es que Maca, por primera vez me ha
hablado como siempre.
T_ ¿Pero qué me estás diciendo? –sus ojos tomaron un brillo y una
luz repleta de alegría-. Espera, espera cuéntamelo todo. ¡Cruz es
Esther! –la llamó a viva voz.
C_ ¿Pasa algo?
T_ Espera –le hizo una señal para que estuviera tranquila.
E_ Bueno... está muy despistada... muy desconcertada pero ha
tenido un momento de lucidez y ¡dios! Se que no es nada, pero...
me siento tan feliz –decía llorando.
T_ Claro hija, claro.
C_ ¿Qué dice? –le preguntó Cruz un tanto nerviosa.
T_ Espera Esther, espera, suénate la nariz hija que no te entiendo
bien y mientras se lo cuento a Cruz. Pues nada, que dice que hoy ha
tenido un momento de lucidez.

123 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Pásamela.
T_ Esther, te paso a Cruz, me alegro mucho ¿eh?, de verdad.
C_ ¡Dame dame! –le decía sonriente.
T_ ¡Ay ya voy! –le entregó el teléfono limpiándose unas lagrimas
emocionadas de sus ojos.
C_ ¡Esther!
E_ Si, Cruz, ha reaccionado bastante coherente si.
C_ Bien, ¿has comenzado con los ejercicios de lectura?
E_ No, ayer estaba cansada del viaje, pero anoche tuvo pesadillas y
cuando acudí hablamos del accidente.
C_ Muy bien... ya sabes es importante ir devolviéndole los recuerdos
poco a poco.
E_ Si –le dijo mientras seguía llorando-. Lo siento, la verdad que no
sé como controlar este estúpido llanto.
C_ No lo controles Esther, necesitas sacarlo fuera –Teresa no podía
dejar de llorar-. Además, aquí en la distancia, Teresa te está
secundando –le dijo sonriente-. Y yo porque debo aguantar el tipo,
que si no...
E_ Gracias Cruz, de verdad...
C_ No me des las gracias, pero sobre todo escúchame, lo normal es
que ahora le venga un nuevo bajón, debes estar preparada.
E_ Si, me desconcierta con sus cambios, pero creo que iré
acostumbrándome a ellos poco a poco.
C_ Estoy segura que sí. Venga te paso a Teresa, un beso. Anímala
un poco, no le hagas llorar –le dijo tapando el auricular.
T_ ¡Esther hija!
E_ Teresa… soy tan feliz.
T_ Lo sé y te lo mereces cariño. Venga, si. Cuídate mucho por favor
–cuando colgó miró a Cruz-.¿Qué crees?.

124 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Es bueno que vaya recuperando, pero sé que esto es tan solo
una pequeña lucidez, y Esther se lo ha tomado como si ya estuviera
todo solucionado, y te aseguro que no es así.
T_ Pobrecita mía, ha sufrido mucho es normal –dijo sonándose ella.
C_ Oye Teresa, ¿y eso de que tú también has apostado? –la miraba
enarcando sus cejas.
T_ Bueno... ya sabes... Vilches...
C_ Si, si –dio una carcajada-. Bueno te dejo voy a hacer mi apuesta.
T_ Oye, oye guapa, que eso no se vale, tú tienes información
privilegiada.
C_ Claro tonta, pero nadie lo sabe –le guiñó el ojo divertida-. Tú me
vas a guardar el secreto.
T_ ¡Anda! –protestó poniéndose en jarras-. Esta si que es buena.

No había ganado nada, lo sabía, era consciente pero aquel


cambio de actitud en Maca, fue para ella como vencer la primera de
las batallas, sabía que quizás al entrar volvería a encontrarse con la
Maca distante, seria y repleta de miedos y dudas, pero había una
pequeña luz, un pequeño rayo de esperanza, el mismo rayo que el
sol regaló a sus ojos al mirar por la ventana y ver como jugueteaba
al escondite entre los árboles. Suspiró con fuerza, tomó la energía
suficiente para volver al cuarto, era el día esperado, era el día en
que debía comenzar con todo cuanto los médicos le habían diseñado
para comenzar a recuperar al amor de su vida. Sonriente, entró en
el cuarto, Maca miraba la ventana pero sus ojos estaban tan
apagados, como si una sombra hubiera cubierto con su telón la
alegría que solía haber en ellos. Esther no quiso que nada hiciera
borrarle su sonrisa, ni sus ilusiones, se acercó a ella mirándola con
dulzura y sonriente le dijo.
E_ ¡Cariño vamos a trabajar!
M_ No quiero, déjame en paz.

125 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No puedo, tenemos demasiadas cosas que hacer, venga –apartó
la sábana.
M_ Dame la sábana no pienso moverme –le espetó entre dientes.
E_ Eso no te lo crees ni tú –le dijo burlona mientras se acercaba a
besarla, pero la mano de Maca la detuvo-. Bueno está bien, la
señora no quiere recibir su beso de buenos días... ves esa es la
fuerza que tenemos que devolver a tu mano izquierda.
M_ No quiero hacer nada, corre las cortinas que quiero dormir y la
luz me molesta.
E_ ¿Dormir? –dio una carcajada mientras iba al armario y sacaba
ropa-. Ahora lo que vas a hacer es levantarte, te pondrás en la silla,
te ducharé y bien abrigadita mi amor, iremos al porche, verás las
montañas como se ven desde allí, las flores tan bellas que hay, ¡uy!
creo que estar en el campo me estaba volviendo un poco cursi.
M_ No te soporto –le lanzó de golpe.
E_ Bueno... no hace falta que me soportes –la miraba fijamente-.
Sólo tienes que seguir mis pasos para ponerte bien.
M_ Esther... –la miró con sus ojos repletos de odio-. ¡Déjame en
paz!, ve tú a ver las flores, haz todas las cursilerías que quieras,
pero... déjame en paz ¿vale? –volvió a ella el gesto que tantas veces
había dedicado a Esther en sus días de enfado, asintiendo con la
cabeza un tanto de lado y la expresión más dura que podía su rostro
reflejar.
E_ Si haces lo que te digo, te dejaré en paz –entró en el cuarto de
baño mientras Maca hacia un gesto de rabia-. Además si no lo haces
conmigo, vendrá Fermín a levantarte de la cama, creo que siempre
es mejor que te levante yo.
M_ ¿Por qué no te vas con Luna y me dejas en paz?
E_ ¿Y qué voy a hacer yo con Luna? –volvió a acercarse mientras le
ponía la silla de ruedas al lado desatando sus nervios-. Mira,
tranquilita ¿eh?, hazme caso por favor Maca... luego prometo
dejarte en paz hasta la tarde.

126 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No me voy a mover, ¡déjame! –le empujó con la respiración
jadeante.
E_ De acuerdo... de acuerdo.... ¿no quieres?... no haremos nada
tranquila, tranquila, me voy –quiso que se tranquilizara pues sabía
como eran esos ataques de rabia que le daban desde el accidente y
sabía que después venía un dolor intenso de cabeza y no soportaba
verla sufrir. Se marchó de la habitación, luego volvió, asomó la
cabeza y le dijo-. Hasta que venga Fermín.
Maca sintió una ira incontrolable, no sabía como canalizar aquel
sentimiento que la trastornaba, quería llorar pero no sabía muy bien
porque, Luna estaba presente en sus pensamientos, pero Esther
estaba allí con ella, recordaba la noche anterior sus caricias, su
ternura, ¿qué estaba pasando?, quería recordar cosas que no podía,
y las que podía, le hacían perder el control, a veces tenía ganas de
reír, sin saber porque, y a veces de llorar sin poder explicar ni una
cosa ni la otra. El golpe en la cabeza le había dicho Esther, todo lo
ha borrado, y lo que te ha dejado, es lo que menos debía. Que
curioso, ¿estaría manejando Esther su mente?, ¿estaría
mintiéndole?, de pronto se sintió terriblemente sola, quería recordar
datos médicos y no podía, quería recordar como se tomaba el pulso
y su mente divagaba en mil cosas que no debía, quería pensar en la
cara de su hijo, pero le era imposible creía que iba a volverse loca...
la ansiedad estaba pudiendo con su habitual calma. Entonces oyó
música, sin duda había sido Esther, la oía cantar como una loca,
¿qué estaba haciendo?, pensó, le molestaba la música... quería
llamarla pero no quería dar su brazo a torcer... entonces Esther
asomó la cabeza por la puerta graciosamente y siguió cantando, la
miraba sonriente mientras Maca giraba la cabeza hacia el otro lado.
E_ ¡Venga anímate!, esta es tu preferida.
M_ ¿Puedes bajar la música y callarte?
E_ ¿A cambio de que? –se acercó a ella cantando y bailando.
M_ ¡Dios mío! –murmuró sin mirarla-. ¿No puedes desaparecer?

127 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Vamos cariño... venga... canta... –se acercó despacio a ella
cantándole sonriente Maca no quería mirarla porque sin poder
controlar el cambio que estaba sufriendo su sonrisa se había
marcado en sus labios, mientras Esther seguía la letra de la canción
omitiendo su postura lejana a ella-. “Te quiero... que pena
haberte perdido... como quien pierde una estrella... que se le
va al infinito... quiero que se oiga mi llanto... como me dolió
perderte... después de quererte tanto” –entonces sin pensarlo y
aunque lo hizo con cuidado se subió sobre Maca con una amplia
sonrisa, ella la miró fijamente con gesto serio-. No sabes cuanto me
dolió perderte cariño, y como dice la canción eres como esa estrella
que se me ha ido lejos... pero que voy a recuperar –la miraba con
devoción.
M_ Bájate Esther, deja de hacer la payasa.
E_ Siempre te ha gustado que me suba aquí, sobre tu vientre –se
mordió el labio mirándola con adoración.
M_ Estás loca.
E_ Por ti –comenzó con sus manos a acariciarla suavemente.
M_ Estate quieta –protestó nerviosa.
E_ Si quieres que me baje y me esté quieta, que lo mío me va a
costar –metió la mano por debajo de la camisola mientras la miraba
pícaramente-. Tendrás que darme algo a cambio.
M_ No lo vas a lograr, no me voy a levantar ya te lo he dicho.
E_ Yo no estaría tan segura –le puso morritos mientras sus manos
llegaban a su pecho.
M_ ¿Esto también se lo haces a Luna?
E_ Esto y todo lo demás, sólo te lo hago a ti, mi amor –comenzó a
acercarse hasta su boca lentamente sin rozarla para no hacerle
daño.
M_ ¡Bájate y deja que me levante! –quería poner su gesto serio
pero estaba sintiendo como su piel se erizaba con el tacto de las
manos de Esther, recuerdos llegaron a borbotones a su mente,

128 ”Adiós Esther” © by ldana


besos, caricias, ruegos, siempre Esther, miradas repletas de deseo,
gestos de placer, siempre Esther cerró fuertemente los ojos
mientras ella ajena a esos recuerdos se bajaba y con una sonrisa de
vencedora le acercaba la silla.
E_ Vamos mi niña –le dijo contenta.
M_ ¿Y cómo me vas a levantar? –le desafío mientras Esther la
ayudaba a incorporarse.
E_ Pues cariño, levantándote con tu ayuda.
M_ No me puedo mover –sonrió.
E_ Que borde eres, me encanta cuando te pones así –le sonrió, ante
su gesto un tanto pícaro-. Me vuelves loca ¡Dios!
La ayudó a levantarse, y una vez en el cuarto de baño, Maca se
vio por primera vez en el espejo, la sonrisa que traía al ver las
dificultades de Esther para levantarla se borró y su expresión
cambió completamente como si la persona a la que reflejaba, no
fuera ella. Esther que se percató, se dobló hasta ponerse a la altura
de su cabeza y le sonrió un tanto con tristeza. Su rostro había
adelgazado, y aún le quedaban señales de los cortes, así como el
pelo que le habían tenido que cortar para la operación, sus ojos se
llenaron de lagrimas y entonces recibió un tierno beso de Esther en
la mejilla que fue como una bocanada de aire fresco en su corazón.
E_ Mi amor, todo va a ir bien, te vas a recuperar y todo cuanto
ahora ves, quedara borrado.
M_ ¿Cómo? –preguntó desanimada-, si no me reconozco.
E_ Vamos, el pelo te crecerá total te cortaron una parte nada más,
llevas un nuevo look, te sienta bien más corto y las cicatrices irán
desapareciendo...
M_ No digas tonterías... estoy horrible –renegó quitando los ojos del
espejo.
E_ La que no tiene que decir tonterías eres tú –le susurró con su
tono repleto de dulzura, giró la silla hacia ella para que no siguiera
castigándose y la puso enfrente, se agachó y le dejó una caricia

129 ”Adiós Esther” © by ldana


lenta en la mejilla que no fue rechazada por Maca-. Estás
maravillosa, porque estás viva y te juro cariño que llegue a dudar
que pudieras sobrevivir –su voz se había vuelto un tanto opaca,
quizá porque el recuerdo de su miedo y dolor volvió a ponerle un
nudo en la garganta-. Maca, sé que todo cuanto te digo puede
parecerte extraño, sé que no recuerdas muchas cosas y otras, las
recuerdas confusas, pero cariño, por favor te lo pido, pon de tu
parte para poder mejorar, va a ser duro pero solo así podrás calmar
el desasosiego de tu cabeza, podrás callar todo cuanto ahora te
hace dudar, y en esa lucha yo voy a estar a tu lado.
M_ No tienes que estar a mi lado para callar tu conciencia.
E_ Claro que no, no tengo nada que callar, al contrario, tengo
mucho que decirte, como decía la canción, eres como una estrella
que se me ha ido lejos, y voy a luchar para recuperarte y que veas
que todo cuanto hemos vivido ha sido un error, que no hay nada
más bello que el amor que sentimos, y ninguna tontería mayor, que
discutir y enfadarnos. Venga vamos, déjame que te desnude.
M_ Yo lo haré –le apartó la mano.
E_ De acuerdo voy a ir preparando esto a ver si me acuerdo como
me explicó Fermín... –estaba corriendo una palanca.
M_ ¿Qué es eso? –preguntó atónita ante lo que veían sus ojos.
E_ Bueno... es una larga historia, Carmen tuvo un accidente –le
ayudó a pasar de la silla de ruedas a una especie de silla giratoria
que había dentro de la bañera-, iba en el tractor con Fermín, él se
durmió y dio un volantazo fuerte, Carmen cayó del tractor y estuvo
cinco meses entre la vida y la muerte, finalmente salió adelante,
Fermín compró esta casa y la reformó toda para poder ayudar a su
mujer a caminar de nuevo, ya ves que todo está acondicionado –
empezó a echarle agua-. ¿Así está bien?
M_ Sí.
E_ Echó abajo el tabique de la habitación para hacerle ese mirador
tan espectacular que tenemos ante nosotras, cambió todas las
puertas, puso rampas, bajó toda la cocina para que pudiera cocinar.

130 ”Adiós Esther” © by ldana


Todo por amor. No es una bonita historia –sonrió, pero mientras la
enjabonaba trataba de hablar para no escuchar la voz del deseo que
en su interior la llamaba a gritos.
M_ ¿Y de que los conoces tú?, ¿y de qué me conocen a mí? –le
preguntó desconcertada ajena a los sentimientos de Esther.
E_ Pues Dávila nos mandó revisar unos niños, nos perdimos y dimos
con su Fonda, era hermosa, tú y yo estábamos con nuestro estúpido
tira y afloja, y nos acogieron porque se estropeó el coche, pasamos
allí la noche –dejó escapar una sonrisa traviesa-, aunque déjame
decirte que aquella noche hicimos el amor de una manera bestial –
sonrió mientras volvió a enjabonarla-. Fue espectacular.
M_ No lo entiendo –su tono reflejó el asombro que aquella
explicación le estaba produciendo-. Tú y yo...
E_ Eso ya te lo explicaré más adelante, lo importante es que hablé
con Carmen para que me dejará venir a la Fonda, estaba segura que
el aire limpio de este maravilloso lugar te haría bien –comenzó con
cuidado a echarle agua-. Además a ti te encantó.
M_ ¿Y?
E_ Me mandó a esta casa... me dijo que aquí todo iría bien.
M_ Porque a ella le fue bien –dijo tosiendo-. No tiene porque irme
bien a mí.
E_ Claro que sí mi amor, que no te quede ninguna duda, ya sabes lo
cabezota que soy.
Esther comenzó con cuidado a mojarle la cabeza, Maca
agradecía el contacto del agua en su pelo, notaba que aquella ducha
la estaba relajando, el masaje que Esther le había dado mientras la
lavaba le hizo relajar su tensión, comenzó con cuidado a lavar su
cabeza con jabón, cada vez que se acercaba a la zona del corte lo
hacía con mucho cuidado, le preguntaba una y otra vez si estaba
bien, ella asentía porque no le salían las palabras, entonces su
mente como un flash le dibujó una bañera, ella y Esther, besándose,
sonriendo y llenando de caricias lentas sus cuerpos, rápidamente la

131 ”Adiós Esther” © by ldana


visión se evaporó y llenó su mente la duda, aquella noche
espectacular que habían pasado juntas, no podía recordarla.
E_ Voy a por la toalla mi vida, no te muevas ¿eh? –ella abrió los
ojos y giró su cabeza un poco para captar la figura de Esther
moviéndose con rapidez-. Ya está, ahora gírate con cuidado, vamos.
M_ Me duele la pierna –se quejó amargamente.
E_ Lo sé, tenemos que hacer ejercicios, para fortalecerla.
M_ El brazo Esther –le dijo pues se le había quedado doblado.
E_ Perdona, perdona ya está, ¿qué tal te ha ido, eh? –le preguntó
sonriente
M_ Bien –no la miró.
E_ Ahora voy a darte un buen masaje en el brazo, luego en la pierna
y comenzaremos con los ejercicios –Maca fue a quejarse pero la
atajó-. Sin protestas, sin protestas.
M_ No me pongas delante del espejo.
E_ Vale. ¿Tienes frío? –ella negó con la cabeza- Pues vamos a
empezar.

En el Central, Teresa estaba con un ritmo frenético, la mañana


había sido muy movida y cuando vio ante ella a un chico le pidió
como era costumbre la tarjeta.
P_ Hola, me llamo Pablo venía preguntando por Esther.
T_ ¿Esther? –lo miró enarcando una ceja mientras se quitaba las
gafas
P_ Sí, Esther, ¿sigue trabajando aquí, no?
T_ Pues sí –dijo dubitativa.
P_ Bueno... ¿está o no? –le miraba fijamente con una pequeña
sonrisa.
T_ ¿Y tú quién eres? –seguía mirándolo desafiante.
P_ Es una visita personal, ¿la puede llamar?
132 ”Adiós Esther” © by ldana
T_ Pues no, como que va a ser que no, no está.
P_ ¿Y dónde puedo localizarla?
T_ Te va a ser difícil porque esta de vacaciones.
P_ ¿Y me puede dar su teléfono?
T_ Vamos a ver, ¿me puedes decir quién eres?, vamos no te voy a
dar el teléfono así como así.
P_ A ver... fui su novio y he venido a vivir a Madrid, quería hablar
con ella el tiempo no ha podido vencer su recuerdo y...
T_ ¡Ah! –murmuró-. Pues mira, has llegado tarde, Esther se ha
casado y ahora mismo está con su pareja fuera... y si me vas a
preguntar cuando va a volver, no tengo ni idea, se ha marchado por
tiempo indefinido. ¡Ah!, y el teléfono no te lo puedo dar. Lo siento,
ahora tengo trabajo.
El chico desapareció ante la mirada de Teresa, aquella visita no
le gustó nada, pero se sintió vencedora al no darle el teléfono,
aunque se quedó con un tanto de zozobra por la visita y el motivo,
no sabía porque.

Esther había cubierto el cuerpo de Maca con una crema


especial para hidratarla después de tanto tiempo en la cama,
mientras la acariciaba la miraba sonriente llenar sus manos con su
piel era un regalo y al mismo tiempo una traición, porque su
corazón y sus emociones se disparaban cada vez que sus manos
recorrían el cuerpo débil de su mujer. Después la había vestido y
abrigado bien para que no se constipara pues seguía estando frágil.
Con una sonrisa en sus labios la sacó hasta el porche, la puso al
lado de una mecedora donde le explicó que se pasaban las horas el
matrimonio y que, desde ese momento sería su espacio para
disfrutar de aire limpio y puro.
M_ ¿Dónde está mi madre? –le preguntó pareciendo estar ajena a
cuanto Esther le contaba.
E_ En casa, con la mía cuidando a Daniel.

133 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Daniel? –no la miraba.
E_ Sí cariño, nuestro hijo. ¿No lo recuerdas?
M_ Sí –dijo con dudas-. ¿Y por qué no está aquí?, ah, si, porque tú
no lo quieres.
E_ Claro que lo quiero, bueno... vamos a ver, voy a sacar las cosas
para empezar con la recuperación.
M_ No pienso hacer nada –dijo con seriedad mirando al horizonte.
E_ Mira... ¿has visto el gato? –le preguntó porque se había acercado
hasta allí un pequeño gato blanco, con ojos verdes.
M_ Es precioso –sonrió asombrando a Esther que sabía que ella no
era muy de animales.
E_ Espera... ahora veras... –le dijo saliendo con cuidado hacia
donde estaba el minino-. Oye ven, guapo, ¿eres guapo o guapa?...
te lo voy a llevar Maca
M_ No lo vas a coger –le dijo mientras la miraba divertida.
E_ Ya veras como sí, un gato no va a ser más que yo. Oye ven
anda, por favor, necesito ayuda –le susurraba al gato que la miraba
fijamente-. Parece que le gusto ¿eh?
M_ No creo –dijo sonriendo por la pinta que hacia Esther.
E_ Vamos a cambio te prometo darte de lo mejor que haya en la
nevera para comer, ¿te parece bien el trato? –seguía hablándole
bajito al gato-. Maca ya estoy, ven gato, ven.
Cuando fue a cogerlo pensando que tenía ganada su confianza,
el gato le hizo un amago y se marchó con rapidez en el movimiento,
Esther quiso hacer lo mismo pero con la humedad que había en el
césped lo único que logró fue darse un resbalón y caer de culo. Se
dio un golpe tremendo y desde el suelo podía escuchar nítidamente
la carcajada de Maca, aunque acompañada por tos. Se giró con
cuidado mirándola seria, aquello aún hizo reír más a Maca que se
había puesto la mano sobre su pecho porque toda ella se movía y le

134 ”Adiós Esther” © by ldana


dolía. Esther con cuidado trató de levantarse pero nuevamente se
resbaló y volvió a caer.
E_ No te pases ¿eh? –le decía con el dedo apuntándola, mientras
caminaba hacia ella con gesto serio aunque una satisfacción interna
de ver nuevamente su sonrisa-. ¿Así que te parece divertido, eh?
M_ Que gracia.
E_ Joder me he puesto perdida, voy a cambiarme, y para de reír o
te va dar a algo.
M_ Ha sido estupendo –se reía aún.
E_ ¿Ah si?, quieres que me acerque, así compruebas lo divertido
que es estar toda mojada por traerte el dichoso gatito.
M_ Ni lo intentes –le decía con dificultad.
E_ Vaya... ya no te ríes ¿eh? –se acercaba despacio mirándola
fijamente.
M_ ¡Esther, vale! –pero entonces un agudo pinchazo le cambió el
gesto- ¡Ay!
E_ ¿Qué es, otro pinchazo? –Maca no podía ni contestar solo se
sujetaba la cabeza entre las manos quejándose-. Tranquila mi vida,
tranquila ya pasa, ya pasa.
M_ No lo soporto...
E_ Ya está –se acercó a ella abrazándola con ternura a su pecho-.
Daría todo lo que tengo cariño porque todo esto acabará ya –
durante un buen rato Maca dejó que la abrazara y le besara-.
¿Mejor?
M_ Sí –asintió.
E_ ¿De verdad? –volvió a asentir sin hablar-. Bien, voy a traer las
cosas y me cambio, no podemos perder tiempo.
Se marchó pero antes, la sujetó de la mandíbula mirándola
fijamente a los ojos y dejándole un beso en la frente. Maca suspiró
al quedarse sola y como pudo se frotaba la frente, a veces, notaba
que la visión se le nublaba pero no quería decirlo, lo único que sabía

135 ”Adiós Esther” © by ldana


era que no quería volver al hospital. Entonces el ruido de un coche
le hizo apartar su mano de su cara y vio como Carmen bajaba del
vehículo con una cesta, y una sonrisa en sus labios de oreja a oreja.
Ca_ Maca cariño, ¡qué alegría verte aquí!, mira todo lo que os he
traído, todo fresco ¿eh?, para que disfrutéis de una buena comida.
M_ Gracias.
Ca_ ¿Cómo estás?, ¿puedo sentarme a tu lado? –Maca asintió-. ¿Y
Esther?
M_ Creo que dentro –le contestó con desgana.
Ca_ Pobrecilla –Maca lentamente giró su cabeza hasta encontrar sus
ojos-. Si, mira Maca a mí no me puedes engañar, sé como te sientes
porque yo estuve como tú, perdida en mis recuerdos, en mis miedos
y mis desasosiegos, en los mismos en los que debes andar metida
tú, y si no hubiera sido por la insistencia de mi marido, que ahí
donde lo ves de bruto es un bendito, no hubiera salido adelante, y
te aseguro que en ese momento yo no lo entendía, discutía, quería
que me dejará sola, pero su insistencia hizo que hoy pueda estar
contigo hablando como una persona normal, andando como
cualquier otra persona... –sonrió porque vio en los ojos de Maca una
pequeña chispa de esperanza-. Esther es el reflejo de mi Fermín,
ella tiene fuerza suficiente para ayudarte y sacarte adelante, pero
escúchame Maca, debes ayudarle, la vida te ha dado una segunda
oportunidad, no la desaproveches cielo, Esther es una persona
maravillosa... y tú también y os merecéis esta nueva oportunidad –
le puso su mano cálida sobre la mano de una Maca que parecía
estar asimilando la información que Carmen le estaba regalando con
su dulce voz-. Ahora no lo entenderás, pero el día de mañana se lo
agradecerás, hazle el camino fácil, ayúdala que necesita de ti.

Durante un buen rato, Carmen compartió con la pareja todo


tipo de vivencias, les contó mil historias divertidas que arrancaban
la carcajada de Esther que una y otra vez era observada con fijación
por Maca, trataba de recobrar en su interior ese amor que a veces le

136 ”Adiós Esther” © by ldana


aparecía como si fuera el más brutal de los maremotos, arrasando
todo en su corazón y llenándola de una ternura y unas ganas de
abrazarla que la desconcertaban mucho más, que cuando sentía el
profundo rechazo y odio por ella. Y cuando sus miradas se cruzaban
sentía un temblor delicado y tan tierno que le obligaba a respirar
profundamente. Esther estaba allí, no había nadie más, ella había
decidido sacarla adelante y había elegido un lugar maravilloso que si
le hubieran dado a elegir, ella misma lo habría preferido. Tanto la
conocía... tanto la amaba... tanto ¿tan grande era el amor que
existía en ella?, ¿si era así por qué le costaba tanto abrir su
corazón?, ¿por qué le costaba tanto darle un beso, o recibirlo?...
pero ella... seguía allí... a su vera.

Cuando Carmen se marchó, Esther con su cuerpo dolorido por


el golpe, puso una silla delante de Maca, sacó unos libros y también
una pelota de goma, tenían que empezar con sus movimientos, no
podían dilatar más el momento. Esther se acercó a ella lentamente y
la besó con delicadeza, se moría de ganas y no podía estar todo el
día controlando sus impulsos por besarla, de cubrirla de caricias, de
mimos, aunque una y otra vez se encontraba con su rechazo, como
en ese momento que con su gesto, la llenó de desolación, y aunque
trató de no demostrarla su tono de voz salió herido.
E_ No me rechaces así Maca, no tienes ningún motivo –guardó
silencio el mismo que Maca, que además no la miraba. Respiró
profundamente y decidida a no complicar más las cosas cambió
radicalmente su actitud sonriéndole-. Bueno, vamos a empezar,
debes apretar la pelota esta poco a poco para ir tratando de
potenciar la sensibilidad ¿vale mi amor? –le puso la pelota en la
mano ya que ella no tenía movilidad, la miró sonriente esperanzada
en que comenzara con la rehabilitación. Pero su sonrisa se esfumó
cuando Maca cogió la pelota con la otra mano y la lanzó a un lado
ante el gesto de sorpresa de Esther que desconcertada le dijo-.
¿Pero qué haces?...
M_ Te he dicho que no lo iba a hacer.

137 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Maca! –le habló tapándose la cara con las manos en actitud un
tanto derrotada-. Mira no lo hagas más difícil, ¿vale?, esto no es
fácil para ti pero tampoco para mí.
M_ Pues vete –le dijo sonriendo cínicamente.
E_ Tú no eres así Maca.
M_ Vete y no tendrás que soportarme... no te necesito.
E_ Muy bien, no me necesitas, ¡estupendo!
Esther se levantó y se marchó a la cocina, dejando sola a Maca
en el porche. Estaba nerviosa, todos le habían dicho que iba a ser
muy complejo para ella, pero no pensó que lo fuera tanto, no sabía
muy bien como ayudarla porque todo cuanto le habían explicado
que iba a suceder, para ella era insoportable, la quería comprender,
las palabras de Cruz llegaban a su mente y sin poder evitarlo
sintiéndose vencida rompió a llorar, sentía que no estaba preparada
para estar allí, todos tenían razón, Maca necesitaba ayuda
profesional, las dudas la estaban carcomiendo cuando sonó el
teléfono, trató de tranquilizarse antes de contestar.
E_ ¿Si?
C_ ¿Esther?, soy Cruz, ¿cómo va todo cariño?
E_ Mal Cruz, mal –notó como su pecho sufría un duro pinchazo, sin
duda alguna era la desesperación y la impotencia de ver a Maca así.
C_ ¿Qué pasa?, dime –su expresión mostró como lo había hecho su
tono preocupación.
E_ Es Maca, no hay manera de hacerla reaccionar, ya no sé como
decirle las cosas, cada vez que tengo que hacerle los ejercicios o los
masajes me encuentro con una Maca que no atiende a razones y
solo sabe negarse...
C_ Mira Esther eso ya lo sabías, estás teniendo un pequeño ataque
de desesperación, vamos a ver, lo primero que vas a hacer es
tranquilizarte, ¿vale?

138 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Tenías razón... no debí traerla aquí –se quejó hablando en un
susurro triste.
C_ Mira ahora no es momento para que me vengas diciendo
tonterías, solo estás pasando un bajón, demasiado pronto pero
bueno...
E_ Es que si la vieras, no sé como hablarle, a veces está bien
sonriente, pero la mayor parte del día se lo pasa seria con expresión
de enfado…
C_ Bueno ya sabes que el golpe ha afectado su parte de emotividad
y lo que le produce son quantum de angustia y cambios de humor,
Esther tienes que acostumbrarte a eso, ¿vas a rendirte ya el primer
día?
E_ No, claro que no –suspiró profundamente-. Lo siento Cruz... es
que...
C_ Es que nada Esther, es normal que te pase esto, pero yo
pensaba que te pasaría en un periodo un poco más largo, no tan
pronto –sonrió.
E_ Es que la miro y me llena una angustia atroz, me gustaría tanto
ayudarla, hacer que todo volviera a ser como antes.
C_ Claro –entonces entró Vilches y le hizo sentarse con una señal
para que guardara silencio-, pero no puedes tener tanta ansiedad
porque todo vuelva a ser como antes, te dijimos que puede estar así
meses, ¿entonces que harás?, no puedes agobiarte, no puedes dejar
que la ansias por recuperarla no te deje entender lo que estáis
viviendo.
E_ Tienes razón... perdona... creo que me has venido como caída
del cielo –sonrió.
C_ Así me gusta Esther, venga, anímate que si decaes todo será
más complicado. ¿Quieres que vayamos a echarle un vistazo?
E_ Como queráis, solo le ha dado un pequeño brote de histeria, esto
esta controlado.

139 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ De acuerdo, ya sabes que si repite puedes darle la medicación
como te dije.
E_ Si, gracias Cruz, gracias por estar ahí.
C_ Estoy aquí porque te quiero, a ti y a Maca –Vilches puso un gesto
de burla-. Aunque Vilches me ponga gesto de burla, es la verdad -
consiguió arrancarle una sonrisa a Esther-. Sabes que puedes
llamarnos a cualquier hora. De acuerdo. Adiós Esther.
V_ ¿Qué pasa?, primer brote de ansiedad.
C_ Sí, creo que ahora es consciente de todo cuanto le pasa a Maca.
V_ Ya lo sabíamos... esto debía llegar, pero yo tengo la solución, si
bien no para ayudar a Maca, si para ayudar a Esther.
C_ ¿Y... piensas contármelo? –se levantó dirigiéndose lentamente
hacia él, sentándose sobre sus rodillas y con voz enamorada añadió-
. ¿O tendré que hacerte chantaje?
V_ Que lista eres, por eso estás a mi lado, por tu inteligencia.
C_ ¡Eres un presumido de la hostia!

En la cocina, Esther estaba con la cabeza apoyada sobre la


nevera, trataba de devolver la calma a su interior, de recobrar todas
las fuerzas necesarias, quizá debería cambiar su forma de actuar,
omitir las crisis de Maca, omitir sus palabras dañinas, todo cuando
sin querer le hacía añicos el corazón. Nuevamente sonó el teléfono,
esta vez era Rosario, volvió a suspirar profundamente no quería
preocupar a su familia, ya lo estaban bastante como para añadir sus
problemas.
E_ Hola Rosario, si está en el porche tomando aire y viendo las
montañas, si espera. No tranquila, todo bien... aunque a veces
bueno... se pone muy nerviosa pero eso ya sabemos que es así –al
salir la vio en la misma postura que la había dejado mirando
fijamente el horizonte-. Maca cariño es tu madre. Te la paso
Rosario.

140 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Si.
R_ ¿Cariño como estás? –le preguntó ante la atenta mirada de
Encarna y Pedro.
M_ Bien.
R_ Tu padre te manda un beso muy fuerte y Encarna también,
espera que ahora se pone –tapó el auricular y dijo con tristeza-.
Creo que no deberíamos haber llamado.
En_ Hija, ¿cómo estás?
M_ ¡Encarna! –sonrió levemente alertando tanto por su gesto como
por su voz a la misma Esther-. ¿Por qué no estás aquí?, no quiero
estar con Esther... ven...
En_ Hija... –la desconcertó tanto que no sabía que decir y su
expresión llamó la atención de sus padres-. Maca cariño... yo no
puedo estar ahí, hasta que no estés mejor, sé que debes estar
haciendo ya tus ejercicios pero no te preocupes que iremos a verte y
haremos una cena de las nuestras y si Esther se porta mal contigo,
me lo dices –Maca miró a Esther y ya su mirada era diferente-. Que
está hija mía ya sabemos las dos como es –dio una triste carcajada-
. ¡Anda pásamela que me va a oír!
M_ Toma es Encarna –sonrió.
E_ Dime mamá.
En_ Hija –sintió tanta pena por ella que no pudo evitar ponerse a
llorar.
E_ Mamá no me riñas, ¿vale?, si Maca me hiciera caso no estaría
enfadada conmigo, además ahora me voy a poner celosa –sonreía
mientras su corazón palpitaba acelerado al notar a su madre con la
congoja-, al final va a ser más tu hija que yo.
En_ Mi vida, sé fuerte.
E_ Si mamá, lo haré... pero a mi las tortillas no me quedan tan bien
como a ti ya lo sabes... y seguro me riñe –Maca sonrió y Esther
volvió a sentir una oleada de emociones que hasta se mareó-. Si

141 ”Adiós Esther” © by ldana


mamá, yo también te quiero. Bueno... ya lo has conseguido –fue a
recoger la pelota-, mi madre ya me ha echado su bronca... gracias
corazón –le sacó la lengua burlonamente.
M_ Me encanta mi suegra –sonrió.
E_ Ya, pero estás casada conmigo y me deberías defender y no
provocar que me riña ¡joder! Ala toma, ves dándole a la pelotita.
Le dejó la pelota en la mano y se marchó dentro, no sabía que
más podía sentir, en un segundo un mundo de emociones se habían
acumulado en su interior, la angustia de Rosario por su hija, la
emoción de su propia madre ante la desconcertante reacción de
Maca, su sonrisa sincera y entregada que por un instante pareció la
de siempre cuando hablaba con ella. Se asomó a la ventana para
ver si le hacía caso y una sonrisa esta vez marcó sus expresión
triste, allí estaba Maca ejercitando su mano nuevamente la
tranquilidad llegó a ella.

En el hospital la hora de cambio de turno había llegado,


nuevamente todos pasaron por Teresa para preguntar, y el último
en aparecer fue Vilches acompañado por una Cruz que sonreía
divertida.
V_ Teresa quiero que pasado mañana a las ocho traigas ropa para
pasar dos días fuera.
T_ ¡Uy pero qué tonterías dices! –lo miró asombrada-. ¿Y qué hago
con mi marido?
V_ ¿Qué pasa?, que tú todo lo tienes que hacer con tu maridito al
lado.
T_ ¡Hombre! –protestó-. Además no sé donde me quieres mandar
pero no puedo, tengo mucho trabajo.
C_ Ya te lo dije Vilches –añadió Cruz con su sonrisa.
V_ Pues tú te lo pierdes, tendré que decírselo a otro –hizo un
chasquido con su lengua poniéndose en jarras-. ¿Quién crees tú que
podría acompañar a Esther?

142 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Un momento –se quitó las gafas mirándolo con los ojos como
platos-. ¿Quieres decir que vaya con Esther dos días?
V_ Vamos a ver, ¿no hablo lo suficientemente claro? –la miró serio.
T_ Pues no hijo, no, no hablas claro. ¿Podría ir?
C_ Claro... digamos que Esther está un poco bajita de moral.
T_ ¿De verdad puedo ir? –apareció en ella una expresión
emocionada.
V_ Bueno... antes está tu marido –levantó las manos en señal de
duda.
T_ Mi marido que se apañe, un par de días puede vivir sin mí.
V_ ¡Vaya yo que pensaba que eras inseparable!
T_ Hijo Vilches, un par de días... –elevó sus hombros feliz.
V_ A las ocho te quiero aquí con una bolsita no muy grande que no
necesitas muchas cosas. ¡Ah!, y si hablas con ella ni palabra de
esto.
T_ De acuerdo, de acuerdo. ¡Ay Dios que alegría! –juntó sus manos
feliz.
C_ Hasta mañana Teresa –le guiñó un ojo Cruz-. Pero ni palabra a
nadie ¿eh?
T_ Descuida, a nadie –se le notaba excitada ante la visita.
V_ Bueno, ya sabes cien euros a que mañana lo sabe todo el mundo
–le dijo a Cruz bajito.
C_ Trato hecho, pero los vas a perder –le dijo segura.
V_ Anda tira, tira, que esta apuesta la tengo ganada con los ojos
cerraos.

Esther se había concentrado para hacer la comida, de vez en


cuando salía sin que Maca la viera y sonreía al percatarse que
seguía con sus ejercicios, comieron sin hablar demasiado y una vez

143 ”Adiós Esther” © by ldana


terminaron, Esther llevó hasta la cama a una Maca que parecía
cansada.
E_ A la de tres.
M_ Espera –le dijo de pronto-. Acércame a la ventana.
E_ Si, claro.
M_ ¿Y los caballos?
E_ ¿Los caballos? –le preguntó un tanto inquieta.
M_ Sí, mis caballos, deberían estar aquí.
E_ Ya, lo que pasa es que están en el establo Maca, va a llover –le
dijo suspirando nerviosa.
M_ ¡Ah!
E_ Venga vamos a la cama necesitas descansar.
M_ Si.
E_ A la de tres, una, dos y... ¡ay! –se quejó sin poderla levantar.
M_ No tienes fuerza –le decía sonriendo.
E_ Si tengo fuerza, pero me he resbalado.
M_ No te has resbalado, eres muy flojita tú cariño –le acarició la
cara con cuidado.
E_ ¿Sabes qué pasa? –Maca la miró sonriente y con un guiño Esther
le susurró-. Quería tenerte así de cerca.
M_ Ya lo sé... siempre haces lo mismo –acercó sus labios a una
Esther que pensaba iba a morirse de gusto-. Te quiero.
E_ Mi amor –sonrió emocionada-. Yo también, te quiero muchísimo.
M_ Venga ¿a la de tres? –le miró desafiante.
E_ A la de tres –al pasarla Esther se cayó sobre ella pero sin hacerle
daño sonreían las dos ampliamente-. Lo siento Maca.
M_ No lo sientas –volvió a acariciarla-. Anda hagamos la siesta
juntitas.
E_ Esa propuesta me parece de lo mejor, ¿cierro las cortinas?

144 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No, quiero ver la montaña, cuando era pequeña siempre me
subía allí –señaló un punto en el horizonte, entonces se detuvo con
expresión ceñuda y le preguntó-. ¿Qué te estaba diciendo?
E_ Que cuando eras pequeña subías allí –la miraba con el codo
apoyado sobre la almohada y sonriente.
M_ ¿Y Encarna?
E_ En casa
M_ ¿Qué casa?
E_ La nuestra mi amor, la tuya y la mía –trataba de ser contundente
en sus palabras sin vacilar aunque el cambio de Maca siempre le
afectaba.
M_ ¿Y Teresa?
E_ Pues imagino que trabajando... a ver –miró el reloj-, si
trabajando. Es hora de hacer la siesta mi amor, deja descansar la
cabecita, venga, duerme.
M_ ¿Qué hago aquí? –se borró su sonrisa.
E_ Descansar –le apartó un mechón de pelo de la frente.
M_ ¿Y tú?
E_ Descansar contigo.
M_ Pero si tú no estás conmigo... tú... tú...
E_ Yo estoy aquí a tu lado mi amor, venga haz el favor de dormir,
tenemos que descansar que hoy has estado mucho tiempo fuera –
Maca la miraba fijamente.
M_ ¡Déjame sola! –le dijo de golpe.
E_ Vale... venga descansa... voy a recoger la cocina.

Salió del cuarto con tristeza pero aún no había llegado a medio
pasillo, oyó los gritos de Maca llamándola y corrió a su lado.
E_ Estoy aquí Maca.

145 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No me dejes, no me dejes –rompió a llorar desesperada.
E_ No te dejo cariño... estoy aquí... –la estrechó con fuerza y
notaba como temblaba.
M_ Me duele la cabeza, no lo puedo soportar.
E_ Espera... voy a traerte una pastilla –decía preocupada mientras
se marchaba aprisa.
M_ No te vayas, no te vayas ¡Esther!, no me dejes ¡Esther!, ¡Esther!
–gritaba como si se hubiera trastornado y se tapaba la cara,
moviéndose de lado a lado.
E_ ¡Estoy aquí! –sus nervios también se habían desatado, verla en
esas condiciones le producía un terrible dolor-. Tranquila, toma,
tomate esto cariño.
M_ No me dejes no lo soportaría, me moriré –parecía que hasta el
habla volvía a costarle, era como si las palabras y todo cuanto tenía
en su memoria se hubiera borrado y lo único a lo que se aferraba
era a ella-. No sé nada, solo que te quiero.
Esther la abrazó llorando como ella, ¡que dura se había vuelto
la vida con ellas!, ¡el destino había jugado demasiado fuerte con
ambas!, pensaba una derrotada Esther mientras arropaba a Maca
acariciándola con toda su necesidad, notaba su temblor, notaba su
desesperación y podía entender que sin memoria, una persona esta
vacía, y ese vacío estaba matando poco a poco la cordura de una
Maca, que con los mimos de Esther y la pastilla, consiguió dormirse.
No se separó de su lado, se acostó junto a aquel cuerpo de Maca, la
acariciaba con delicadeza mientras le murmuraba.
E_ Lo vamos a superar mi vida... aunque este sufrimiento sea
insoportable y me pregunte ¿dónde está mi Maca?, lo
conseguiremos... descansa cariño... yo estaré junto a ti siempre...
toda la vida mi amor... seas tú o tan solo el fantasma de la mujer
que me enamoró... pero no voy a dejarte ni un solo segundo...
hasta que vuelvas, pase el tiempo que pase, estaré aquí.

146 ”Adiós Esther” © by ldana


Durante toda la tarde, no se movió de su lado, había caído
lentamente la noche, los minutos pasaban lentos y pesados, las
horas eran interminables en la más terrible de la soledad, la visita
de Carmen la sacó de su ensimismamiento, pesado y triste. La hizo
pasar a la habitación, y hablaron en voz baja.
Ca_ Debes tener paciencia, esto es muy duro.
E_ Lo sé, me siento tan impotente.
Ca_ Así es... pero no puedes desfallecer, al menos no delante suya.
E_ Me resulta difícil, llevo casi dos meses desde que todo empezó
tratando de mantenerme a flote, a veces no sé si lo lograré, y
entonces me siento perdida.
Ca_ Con el amor que sientes lo vas a lograr, debes tener paciencia y
Fe en ti misma, tú eres quien la puedes sacar de donde está. Sólo
tú. Pero cuando desesperes no te quedes sola Esther, sabes que
estoy a tu lado y lo que necesites a la hora que necesites me
tendrás.
E_ Carmen, sé que eres una persona maravillosa, pero... ¿por qué
haces esto por nosotras? –le preguntó con un poco de desconcierto.
Ca_ Porque creo en el amor, creo en las personas que en sus ojos
transmiten sentimientos nobles, y aunque vosotras sois... bueno –
agachó la mirada ante la sonrisa de Esther-, yo nunca había tratado
con mujeres así, pero siempre os critiqué sin ser conocedora de
nada, solo pensaba que erais unas viciosas, que era imposible entre
mujeres sentir un amor verdadero, siento si soy sincera pero me
gusta serlo, para bien o para mal.
E_ Y yo te lo agradezco –le sonrió.
Ca_ Os juzgué como supongo que todo el mundo hace, pero me
bastó veros cruzar una mirada para ver que estaba equivocada, me
bastó hablar con Maca para entender lo mucho que te ama, y me
sobró ver tus ojos para poder aceptar a quien Dios puso ante mí, en
la vida nada pasa porque sí, en todo hay un algo y un porque.

147 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Sin duda así es –miró a Maca pensando en las palabras que le
dijo sobre el destino en aquel mismo lugar-. ¿Pero en nuestro caso
que algo y que por qué?
Ca_ El amor que vi en vosotras, es el mismo amor que veía en los
ojos de mi hijo hacia otro hombre –el tono de voz apareció
totalmente diferente, ante Esther apareció otra Carmen totalmente
distinta-. No lo supe entender, aunque en este pueblo habían casos
de hombres... yo adoraba a mi hijo, fuera como fuera, pero mi
marido nunca lo entendió, así que lo perdí por la incomprensión
tanto de su padre como mía, quizás ese sea el porque desde que os
conocí os llevo en mi corazón, de igual modo que lo llevo a él. Pero
la incomprensión y también la intolerancia nos volvió egoístas y
únicamente pensamos en nuestra vergüenza.
E_ Los padres de Maca también hicieron igual... le costó mucho que
la aceptaran.
Ca_ Yo me lamento todos los días y sé, aunque no me lo diga que
mi Fermín también.
E_ ¿Y no sabes nada de él?
Ca_ Sí –sonrió ampliamente-. Nos manda una carta cada dos
meses, nos dice que está bien que ha conseguido su sueño y ha
montado una peluquería de altos vuelos –dijo orgullosa-, pero todas
las cartas vienen sin remitente, cuando tuve el accidente mi marido
fue a Madrid y lo buscó por todas las peluquerías que encontró,
quería darme una sorpresa y que el verlo me ayudara a reaccionar.
E_ Que tristeza ¿no? –la miró fijamente con sus ojos acuosos.
Ca_ Sí, cuando os vi a vosotras reconocí en vuestros ojos a mi hijo,
y bueno... quizá quise por una vez en la vida, dejar de lado todas
las intransigencias contra lo que para muchos no es algo normal, me
ganasteis el corazón hija, y cuando me llamaste no dude en
ayudarte, como quizá debí hacer a mi hijo y no supe –sus ojos se
volvieron tristes-. ¡Ay Esther!, que difícil es ser madre.
E_ Pues si.

148 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Volviendo a ti, debes luchar por ella y por ti, no bajes la
guardia porque ella te necesita fuerte si te ve dudar, sin querer, te
hará sufrir.
E_ Lo sé, es lo que ha conseguido esta mañana.
Ca_ Bueno rachas vas a tener, pero cuando estés de bajada, me
llamas y te hago compañía.
E_ Gracias Carmen, yo creo que tu hijo debe estar orgulloso de los
padres que tiene y quizás un día pase como con Maca y conmigo,
todo quede en la normalidad que significa amarse dos personas,
sean quienes sean.
Ca_ Dios te oiga, lo pido todas las noches.
Cuando Carmen se marchó, Esther se tumbó junto a Maca, la
abrazó y notó como ella se relajaba, le besó la frente y oliendo su
pelo como tantas veces hacía, se durmió orgullosa y feliz de tenerla
a su lado, de haber sentido ese sentimiento tan fuerte hacia ella, se
durmió pensando en que lo iban a conseguir... se durmió pensando
que era tan afortunada, que no podía volver a desmoronarse nunca
más... allí, entre sus brazos dormía Maca... y le murmuró lo que
tanto acostumbraba
E_ Dulces sueños mi niña...

La tarde había caído alrededor de la casa, la oscuridad había


cubierto todo, tan solo la luz de la chimenea iluminaba el cuarto
donde seguían durmiendo las dos. Esther tenía abrazado el cuerpo
de Maca, que poco a poco fue abriendo sus ojos, en un principio no
sabía donde estaba, le costó reaccionar porque su cabeza andaba a
golpes y demasiado lentos, cuando por fin el efecto de las pastillas
le dejó abrir totalmente sus ojos, notó la mano suave de Esther
sobre su cadera, una calma recorrió su cuerpo, y la tranquilidad
cubrió todo lo que el desasosiego estaba ocupando. Haciendo un
gran esfuerzo se giró hasta quedar cara a cara con ella, estaba
dormida profundamente, la luz marcaba su rostro y una sonrisa
tierna dibujó los labios de Maca, su mano más torpe había quedado

149 ”Adiós Esther” © by ldana


casi bajo su cuerpo, pero tenía la otra libre para poder acariciar
lentamente la mejilla de aquella mujer que seguía a su lado. Sin
poderlo evitar las lagrimas caían de sus ojos, no sabía porque,
aunque buscaba el motivo de su llanto no podía encontrarlo, no era
un llanto desesperado de dolor, ni siquiera le dolía llorar, era un
llanto de emoción una emoción tal, que estaba sintiendo renacer su
corazón, como si la oscuridad que habitaba en él, estuviera dejando
paso a un rayo de luz débil pero intenso que provocaba en ella aquel
bien, aquel rayo de luz se lo mandaba la figura que tenía a su lado.
Haciendo un pequeño esfuerzo más acercó su cabeza lo suficiente
para regalar un beso en los labios fríos y secos de Esther que ante el
roce se despertó suavemente.
M_ Hola –le entregó una sonrisa.
E_ Hola cariño –le contestó con la voz mimosa, se acercó esta vez
ella buscando su refugio, hizo un gesto estremecedor al notar su
presencia y con una sonrisa amplia repleta de felicidad le susurró-.
Que gusto despertarme así.
M_ Abrázame –su tono marcado como un susurro repleto de miedo
y dependencia hizo despegar el cuerpo de Esther del suyo mirándola
confundida más por el temor que notó que por el hecho de pedirle el
abrazo-. Por favor Esther, abrázame.
E_ Mi vida –la abrazó con toda su fuerza repleta de ternura y
dependencia de ella-. No pasa nada estoy aquí.
M_ Tengo miedo, mucho miedo... sólo sé que tengo miedo.
E_ Lo sé, es normal no quiero que te desesperes, yo estoy aquí,
junto a ti.
M_ No me dejes –refugió su cabeza en el pecho de una Esther que
se sentía complacida al mismo tiempo que apenada por el tormento
que sabía estaba sintiendo Maca-. No quiero que me dejes Esther,
por favor.
E_ No voy a dejarte cariño –le sujetó la barbilla mirándola con
adoración y una sonrisa que aunque trató fuera alegre, dibujó lo su
alma sentía, tristeza-. Nunca voy a dejarte ¿me oyes?, aunque tú

150 ”Adiós Esther” © by ldana


quieras que me vaya, no me iré, aunque tú me eches, yo me
quedaré porque eres lo que más quiero en la vida y por ti voy a
luchar hasta que no pueda más. Maca, mírame –volvió a tomarle
con su mano la cara-. Te quiero.
M_ Lo sé –sonrió.
E_ Bien. Cuando te llegue el desespero recuérdalo.
M_ Es que... no puedo recordar Esther –dijo con los ojos rasgados
por las lagrimas.
E_ Para volver a recordar te tengo que ayudar cariño, tienes que
poner de tu parte para hacer todo lo que los médicos nos han dicho,
sé que es duro, pero yo voy a estar a tu lado –le dejó un suave y
tierno beso en los labios trémulos de Maca-. Siempre a tu lado.
M_ Siento si... siento si no sé lo que digo.
E_ No importa, ahora no podemos pensar en eso... ahora debemos
buscar alegría ¿eh? –le sonrió emocionada-, debemos luchar juntas
porque tenemos un hijo y una familia que nos espera.
M_ Daniel –murmuró acurrucándose entre sus brazos.
E_ Si, Daniel. Es precioso y tiene muchas ganas de estar contigo,
necesita oír tu voz mi vida.
M_ ¿Y tú? –levantó su cabeza mirándola.
E_ Yo más, necesito a la mujer que amo más que a nada en el
mundo. Y ahora, vas a esperar aquí, voy a preparar la cena tienes
que comer te tocan las pastillas.
M_ Por favor, no te vayas –le agarró el brazo fuertemente
transmitiéndole un temor irracional.
E_ Mira, ya sé lo que vamos a hacer, voy a prepararte la cena, luego
te abrigaré y saldremos al porche a contemplar la luna tan
maravillosa que hoy manda en el cielo, compartiremos las estrellas
como tanto nos gusta y nos relajaremos, ¿te parece buena idea? –se
apartó de ella sentándose en la cama mientras Maca ponía gesto

151 ”Adiós Esther” © by ldana


confuso. Después de un rato asintió sin decir nada más-. Bien, ya
vuelvo.
Esther se fue a preparar la cena, entonces Maca quiso dominar
sus pensamientos obligarse a recordar cosas, ¿cómo la conocí?,
¿cómo me enamoré?, pero por más que quería recordar lo único que
podía encontrar en ella era la emoción de estar con Esther.
Cenaron viendo la televisión mientras Esther le comentaba
cosas del hospital, una vez terminaron, juntas salieron hasta el
porche. Allí la ayudó a pasar al balancín que había en un lado,
juntas se sentaron tapadas con una manta, Maca guardaba silencio
mientras Esther le acariciaba la mano con ternura.
E_ ¿Es bonita verdad?
M_ Sí –hizo una pausa y después la llamó con un susurro-. Esther.
E_ Dime.
M_ ¿Por qué tengo la visión de que me has engañado?
E_ Bueno... ya te dije que te contaría cuando...
M_ No –la interrumpió y con un tono totalmente angustiado le dijo
mirándola-, necesito que me cuentes ahora.
E_ Está bien –se puso de lado mirándola, la luna reflejaba su luz en
su pelo, Esther se mordió el labio para poder controlar los deseos de
lanzarse a su cuello, besarla y arroparla con su amor-. Yo no te
engañé, todo fue una mentira de Luna y Begoña, que no supimos
ver.
M_ ¿Luna y Begoña? –la miró juntando sus cejas.
E_ Sí, trabajan con nosotras en el Central –Maca asintió-, la verdad
es que me he parado a pensar muchas veces como fuimos capaces
de caer, imagino que el mal momento que habíamos vivido con tu
embarazo, con Jorge... no sé, aún hoy no lo entiendo –dejó salir las
palabras lentamente de su alma, como si le doliera recordar lo
vivido.
M_ ¿Yo te sorprendí?, o...

152 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No –la interrumpió al ver sus dudas mirándola con ternura-, Luna
llevó en tu ausencia unas bragas horrorosas –acompañó el
comentario con un gesto simpático de manos y cara mientras
sonreía y Maca la acompañó, su sonrisa le daba calma-. Tú las
vistes, yo fui incapaz de decirte que no había pasado nada porque
estaba borracha cuando ella me llevó a casa. No fuiste injusta en
serio –se lo dijo por que vio el gesto serio de Maca. Entonces volvió
a sonreírle, tomándole la mano con delicadeza-. De haber sido al
revés, te aseguro que yo hubiera reaccionado igual. Nos amamos
demasiado como para soportar algo así, algo que además entre
nosotras nunca había hecho el más mínimo atisbo de aparición,
somos la envidia de todo el hospital, de verdad –le sonrió.
M_ Ya –asintió dejándose acariciar.
E_ Me vuelves loca cuando pones esa cara –Maca la miró y sonrió-.
Sé que todo es difícil cariño, pero estoy segura que lo vamos a
lograr.
M_ Me gustaría poder decirte lo mismo.
Hubo un pesado silencio entre las dos, roto por los sonidos de
los animales nocturnos que se hacían dueños del silencio de la
noche. Entonces con un nudo en la garganta Maca le preguntó.
M_ ¿Y si no vuelvo a caminar o a mover la mano?, ¿o me quedo sin
recordar nada?
E_ Lo vas a volver a hacer todo, pero en el caso que no pudieras, yo
estaría a tu lado para ayudarte, yo sería tu mano, tu pierna, tu
pensamiento –se iba acercando a ella con cuidado mientras la
miraba con devoción y le susurraba las palabras como quien canta
una nana-. Yo sería lo que tú quisieras, lo que tú necesitaras...
porque si fuera yo quien estuviera así, estoy segura que tú harías
las cosas mejor que yo.
M_ ¿Tanto te quiero?
E_ Sí, aunque eres un poco cabrona y borde –Maca dio una
carcajada sin saber muy bien porque-. No te rías, es verdad. No
sabes decírmelo, o no quieres porque tú eres así.

153 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Cómo? –sin darse cuenta al girar la cabeza y verla tan cerca su
mano apretó la de Esther ante el vuelco que le dio su interior. Ella
sonrió.
E_ Maravillosa, la mujer más maravillosa que hay en el mundo, mi
mujer –la besó delicadamente y ella se dejó. Separaron sus labios y
sintió un escalofrío en el cuerpo de Maca-. ¿Tienes frío?
M_ No, supongo que ha sido el beso.
E_ Lo sé –sonrió pícaramente-. A mí me ha pasado igual.
Hubo un momento de silencio, se miraron los ojos unos
sinceros repletos de amor, otros repletos de miedo pero confianza
en la otra persona. Esther acomodó la cabeza de Maca en su
hombro la tapó con sutileza, la estrechó con fuerza mientras
acariciaba lentamente su brazo. El silencio era necesario y lo sabía,
Maca debía acomodar toda la información como si su mente fuera
un diskette en blanco, y sus palabras tuvieran que ir grabándose en
él para devolverle todo cuanto había pasado en su vida. Esther lo
sabía, y sabía que quizá Cruz era consciente de todo esto, y sus
palabras le habían ayudado a entender un poco mejor como debía
actuar, sin tanto agobio, ni desespero, con tranquilidad para que
llegados los momentos de lucidez pudiera ayudarle realmente
porque era entonces cuanto más la necesitaba. Cerró los ojos
echando la cabeza hacia detrás mientras daba una carcajada.
M_ ¿De qué te ríes?
E_ Estaba acordándome de Cruz, y al hacerlo me ha venido a la
mente nuestra última locura.
M_ ¿Hacemos muchas?
E_ Bastantes –ninguna se movió de la postura en la que estaban, la
noche era hermosa, y les estaba regalando un cielo limpio, tocado
delicadamente con algunas estrellas que les hacían guiños de vez en
cuando, ante sus recuerdos, todo acompasaba el momento que
estaban viviendo, y como testigo, la grandiosa luna-. En especial la
última, ¿quieres qué te la cuente?

154 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No sé si debas –entrelazó sus dedos con los de Esther.
E_ Creo que tienes razón –las dos sonrieron tímidamente-. Te
contaré algo mejor. La noche que hicimos la última gran locura, yo
tenía todo preparado para nuestra reconciliación, me pasé toda la
tarde buscando rosas, miles de pétalos de rosas y velas de todos los
colores, llené la habitación, la escalera, lo tenía todo preparado, te
había dejado en la fiesta con un puntito enorme de celos, sabía que
cuando llegaras lo harías con un humor pésimo, pero quería tenerte
así.
M_ ¿Qué me hiciste? –le preguntó confundida.
E_ Bueno, hablé con mi abogado, ese que te viene de vez en cuando
a la mente.
M_ Si –su frente se arrugó ante su expresión de preocupación ante
aquella imagen que se le acentuaba demasiadas veces.
E_ Bien, pues te prepare una pequeña trampa y caíste. Pensaste
que me iba a liar con él. Así que estabas de bastante mal humor,
pero entraba dentro de mis planes porque últimamente, tú y yo
siempre estábamos discutiendo para acabar en la... bueno... no sé
como explicártelo –Maca dio una carcajada divertida que arrancó
otra a Esther-. Pues eso... y yo quería que supieras que te amaba
con locura, que no podía soportar más tiempo las discusiones, las
miradas dubitativas, y nuestros estúpidos celos.
M_ ¿Tú también tenias celos?
E_ Sí, como te he dicho antes, eres algo borde y me querías poner
celosa, bueno, aunque tú directamente no, era Luna, pero a ti te
venía que ni pintado para hacerme sufrir.
M_ Ya. Sigue –se acomodó un poco más sobre su pecho.
E_ Pues todo se quedó allí, preparado por la casa porque tú me
llamaste y me dijiste que no venías.
M_ Joder –murmuró como si realmente pudiera llegar a sentirse
culpable de aquella situación.

155 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Al día siguiente te llevé una sorpresa al hospital, porque
necesitaba pedirte perdón y que me dieras la oportunidad de ser la
familia que tanto ansiabas.
M_ ¿Y mi familia?, por más que pienso no recuerdo la cara de mi
padre.
E_ No te ha sido fácil. Ellos no aceptaban algunas cosas, entre
ellas, a mí –sonrió con pena-. Pero déjame decirte que durante el
tiempo que estuviste en coma, nuestras diferencias han quedado
borradas.
M_ Me alegro –no supo muy bien porque lo dijo, pero le salió del
alma.
E_ Pues como te decía, te dejé en tu taquilla un anillo que a ti te
había gustado mucho cuando lo viste un día que salimos a pasear,
era un antojo me dijiste, ¡me costó una pasta, eh! –sonrió y le dejó
un tierno beso en su pelo-. Pero nada es suficiente para ti, y sobre
todo para que nos reconciliáramos. Teresa dice que somos
cabezotas y orgullosas y por eso ninguna cedía.
M_ Teresa –sonrió-, la recuerdo.
E_ Si, recuerdas a la gente que te ha dado cariño y apoyo.
M_ ¿Por eso no recuerdo a mi padre? –le preguntó con tristeza.
E_ Puede ser... no lo sé... porque a mí no es que me recuerdes muy
bien, ¿eh?
M_ Lo siento, de verdad.
E_ No lo sientas cariño, todo cuanto me dices lo tengo merecido por
torpe, Teresa siempre me decía que un día me arrepentiría de la
tontería que estaba haciendo... y como siempre... tuvo razón.
M_ ¿Sabes?, no sé explicar lo que me pasa, no encuentro las
palabras, pero ahora mismo entre tus brazos noto paz, tranquilidad,
y ahora puedo sentir mi corazón latiendo relajado, pero de repente,
todo se vuelve niebla, como si mi cabeza estuviera vacía, y me dan
ganas de escapar de mi propio pasado –Esther la besó
estrechándola contra su pecho-. Pero si escapo de mi pasado, sería

156 ”Adiós Esther” © by ldana


escapar de ti, y siento no sé como, pero siento que es lo único que
no quiero, alejarme de ti.
E_ Ni yo mi vida, ni yo
Guardaron silencio nuevamente, Esther acomodó la manta
sobre las piernas de Maca que estaba relajada, con los ojos cerrados
compartiendo aquella conversación, sintiendo las caricias lentas de
su mujer, sintiendo que allí justamente allí entre aquellos brazos, se
sentía fuerte, se sentía valiente, se sentía como la Luna, dueña del
mundo. Por más de media hora estuvieron en silencio, hasta que
Esther pensó que ya era hora de despertar a Maca, temió como
despertaría, temió su reacción y antes de llamarla suspiró
profundamente para encontrar las fuerzas si aquel despertar era
diferente a lo que ella esperaba. Sin embargo, Maca continuaba con
su misma actitud. Fueron a la habitación, la cambió, la acompañó al
lavabo, no se miró al espejo y Esther que se dio cuenta, sintió pena.
Una vez en la cama, Maca observaba todo cuanto hacía Esther,
había puesto un pequeño tronco en la pequeña chimenea que tenían
en la habitación, no cerró las cortinas porque la luz de la luna les
daba la visión mágica de la montaña, y aquel espectáculo era un
pecado no disfrutarlo. Maca sonreía porque veía como Esther
luchaba con el tronco que no había manera de que se quedara en su
sitio, y ella renegaba en voz baja pensando que Maca ya estaría
dormida.
E_ ¡La madre que te parió!
M_ Lo tuyo no es el campo –le dijo sorprendiéndola porque era
verdad.
E_ Bueno... ya lo sabes cariño –se acercó a la cama.
M_ Oye Esther, ¿y el anillo?, me he quedado con la intriga.
E_ Pues... espera –fue a su bolso y sacó una caja con un lazo y
papel de celofán rojo-. Mira, así era como te lo iba a entregar.
M_ Pues dámelo, anda ayúdame y me siento.

157 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Sí, claro –la ayudó totalmente fuera de si por su actitud, aquel
cambió al que no estaba preparada, la había desconcertado tanto,
que se sentía tonta en las palabras que le decía y en sus
movimientos-. Te hacía mucha ilusión –se lo entregó.
M_ ¿Me lo ibas a dar así? –la miró fijamente con su típica sonrisa
vacilante marcada en sus labios.
E_ No, ya te he dicho que era una sorpresa y lo tenías en la taquilla
–le contestó más desconcertada si cabe.
M_ ¿Y qué me ibas a decir? –la miraba con ternura.
E_ Que te quiero, que te quiero mucho y que no puedo vivir sin ti –
le dijo emocionada sin poder continuar.
M_ ¡Ayúdame a abrirlo anda! –sus palabras habían provocado en
Maca un alud de sentimientos interiores, todos bellos, la misma
belleza que le demostraban los ojos enamorados de Esther. Cuando
lo vio se quedó boquiabierta-. Es precioso.
E_ Como tú.
M_ ¿Me lo pones?
E_ ¡Maca!, cariño.
No pudo decirle nada más, sintió como su piel se erizaba, allí
estaba Maca, la Maca de siempre, su reacción la dejó tan fuera de
lugar, que se abrazó a ella rompiendo a llorar, Maca se asustó y la
separó con cuidado mirándola con sus ojos llenos de cariño. Le
limpió las lagrimas con su mano, y con ternura besó sus labios.
Esther no pudo resistirlo y la besó con desmesurada pasión, una
pasión que Maca acogió pero tras unos segundos la separó con
fuerza y le dijo:
M_ Para, ¿qué haces?
E_ Maca yo... –sus ojos la miraban de manera distinta.
M_ Tú... –su voz apareció distinta.
E_ Venga vamos a dormir –tuvo que suspirar delicadamente.
M_ ¿Qué es lo que pretendes, eh?

158 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Nada, venga duerme, estás cansada hoy ha sido un día duro.
M_ Me duele la cabeza –se quejó.
E_ Por eso, venga recuéstate –la ayudó-. Y ahora voy a apagar la
luz y duermes.
Apagó la luz y la tapó, se recostó ella también aunque
comprendía que no debía ni acercarse otro cambió de humor había
estropeado el momento más bello que había vivido desde hacía
mucho tiempo.
E_ “Joder con el maldito anillo, seguro que esta gafado, mañana lo
echó por el lavabo!” –pensó decaída sin poderse dormir, dio vueltas,
y vueltas y más vueltas sin poder remediar sentir unos nervios
desbocados en su corazón-. ¿Y mañana qué?, ¿cómo despertará?,
mira Esther, tú ahora vive los momentos buenos y olvida los malos,
o de lo contrario te vas a volver loca.. uf Teresa como te necesito”.

Los nervios no la dejaban dormir, y como notó que Maca sí lo


hacía, decidió levantarse, se fue a la cocina, y se sentó allí ante una
taza de leche y un gran trozo de chocolate. La luz del amanecer la
inundó y aún seguía allí, en la misma posición, sin saber cuantas
horas había estado despierta, allí con la pena instalada en su
corazón, y la mirada perdida sin sentido alguno. Un golpe en la
puerta la hizo reaccionar, allí estaba Fermín, miró el reloj eran las
cinco de la mañana, lo miró y percibió su mirada triste, ella le sonrió
haciéndole pasar mientras el hombre dejaba sobre la mesa la cesta
con algunos dulces que Carmen les había preparado como todas las
mañanas.
E_ Buenos días Fermín, ¿le hace un café?, así compartimos esta
maravilla que hace su mujer.
F_ No, gracias, no me gusta molestar –su voz seguía siendo tan
ruda como cuando llegaron aquella noche a la fonda, al recordarlo,
una sonrisa dibujó su rostro.

159 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No es molestia Fermín por Dios, me apetece invitarle por una
vez.
F_ Está bien –dijo un tanto cortado pues Esther llevaba tan solo el
pijama.
E_ Si no le importa voy a ponerme una rebeca que me he pasado
aquí toda la noche... y ahora tengo frío.
F_ Claro, te entiendo.
Esther fue al cuarto, teniendo la seguridad de que aquel
hombre la entendía de verdad, sus palabras lentas pero
contundentes, pobres pero repletas de comprensión le dieron ganas
de abrazarlo y echarse a llorar. Al volver, vio al hombre en el mismo
lugar que lo había dejado con la mirada perdida.
E_ Ya estoy aquí, Maca aún duerme.
F_ Mejor.
E_ ¿Mejor? –lo miró un tanto desconcertada.
F_ Sí, aunque tú no lo comprendas, pero es mejor.
E_ ¿Por ella?
F_ Por las dos. Yo me pasé noches como tú, muchas noches así
donde no entendía nada, ella no tiene culpa alguna... pero es quien
te va a dar todos los quebraderos de cabeza, es quien te dejará
desconcertada, igual un día es blanco y al segundo siguiente negro
–Esther lo miraba intensamente asintiendo sus palabras-. Lo sé
perfectamente, mi mujer es la persona más maravillosa que he
conocido jamás, nunca me dio un disgusto, ni una palabra más alta
que la otra, excepto cuando estuvimos aquí, por más cosas que
hacía nunca acertaba.
E_ Lo entiendo, a mí me pasa igual –susurró con tristeza.
F_ Pero no te puedes rendir... tu mujer merece la pena igual que lo
mereció la mía –dio un trago al café y esta vez quien la miró
intensamente fue él-. No te rindas, nosotros somos sus ojos, sus
piernas, sus manos hasta sus recuerdos borrados... yo fui eso y

160 ”Adiós Esther” © by ldana


mucho más hasta que mi mujer volvió a ser ella, tú lo estás siendo
en este momento, cuídate porque ella no puede salir adelante sola.
Tú eres ella, tú eres su seguridad, no desesperes aunque tengas
motivos, cuando a mí me llegaba el desespero salía y cortaba leña,
durante casi un año todos los habitantes de este lugar tuvieron leña
–Esther sonrió tristemente-, pero era mi forma de evadirme, de
escapar de mi propia incomprensión, regeneraba fuerzas, y volvía,
haz algo Esther, pero no bajes la guardia, uno tiene que luchar por
lo que ama de verdad. Y tú la amas mucho más de lo que puedas
imaginar.
Aquel hombre había dejado a Esther con un nudo en la
garganta, sabía que tenía razón y quien mejor que él para darle
aquel consejo, suspiró y estiró su espalda dolorida por la postura de
toda la noche sentada en aquella silla. Aún con las palabras frescas
en su mente de Fermín, se marchó hasta el cuarto, Maca parecía
dormir, boca arriba aunque su expresión ceñuda mostraba que no lo
hacía tranquilamente, nuevas pesadillas debían estar acechándola,
entonces sintió una rabia contra el mundo que le hizo sacudir su
cabeza decepcionada, antes de entrar a ducharse, se acercó con
cuidado hasta ella y le dejó un fino beso en los labios para no
despertarla y crearle más zozobra de la que ya sabía debía estar
sufriendo. Se metió en la ducha pensando en llamar a Teresa,
necesitaba sus consejos pero sobre todo necesitaba su calma para
seguir adelante.
Maca por su parte, al contacto de los labios de Esther se había
despertado, lo hizo poco a poco y saboreando la magnifica visión
que tenía ante ella, pero entonces oyó el grifo de la ducha, sonrió al
pensar quien estaba allí, no tuvo que hacer mucho esfuerzo para
sentarse apoyada en el cabezal pues si bien su pierna operada, no la
dejaba andar, sí le permitía el movimiento de moverse en la cama,
al colocar bien la sábana vio en su dedo el anillo, se quedó fijamente
mirándolo mientras trataba de recordar si lo llevaba el día anterior o
no, hizo un esfuerzo importante pero nada, trató de cerrar los ojos y

161 ”Adiós Esther” © by ldana


buscar en todos los rincones de su mente el momento en que llegó a
ella.
Enrollada con una toalla, salió Esther que se había olvidado de
llevarse la ropa a la ducha, tal era la necesidad que el agua le
ayudara a reflexionar y a encontrar ese punto de inflexión del que
todos le hablaban, pero que le costaba hacerse con él con los
cambios de humor de Maca. Al salir, la vio sentada con los ojos
cerrados, el pelo suelto caía sobre sus hombros, su rostro mostraba
serenidad y cuando Maca abrió los ojos la descubrió con una
sonrisa, estaba a los pies de la cama con el pelo mojado, las gotas
resbalaban por su cara y esa visión le produjo una oleada de calor
que pensó iba a arder allí mismo en la cama.
E_ ¿Qué haces? –le preguntó asombrada por verla allí sentada
M_ Pensar.
E_ Eso está muy bien –se movió lentamente en busca de la ropa
ante la mirada deseosa de Maca-. Es un ejercicio que tenemos que
hacer hoy
M_ Esther –la llamó con su voz sedosa y ella se giró con gesto
sorprendido-. Ven, no me has dado un beso
E_ ¡Qué torpe soy! –dijo graciosamente mientras se golpeaba
suavemente la frente, gesto que hizo sonreír a Maca y aquella
sonrisa desató los latidos del corazón de una Esther que enloquecía
por momentos-. Tienes toda la razón.
M_ Me tienes abandonada –puso un gracioso puchero.
E_ Soy mala... muy mala...
M_ Si –susurró mientras sus ojos se iban fijando en los labios de
Esther conforme se iba acercando a ella-. Como siempre, muy mala.
Esther no podía evitar una sonrisa en sus labios, tan sólo
pensaba en rozarlos sutilmente, porque no soportaría un nuevo
rechazo como la noche anterior. Se separó tras un beso corto y
suave, pero esta vez Maca no la dejó escapar, tiró de ella con fuerza
sobre sí, Esther la miró desconcertada.

162 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Siempre empiezas así?
E_ Maca –tragó saliva tratando de controlar sus impulsos por
acariciarla-, ¿estás segura qué quieres seguir?
M_ ¿Cómo me preguntas eso? –la miró fijamente mientras
acariciaba su cara lentamente mirándola con pasión-. No estoy
segura de nada, sólo sé que tengo ganas de que me abraces, me
beses, me hagas el amor.
E_ Creo que no es buena idea –Maca la miró incrédula-. ¡Dios qué
estoy diciendo! –se quejó mientras la besaba con pasión dejando
con cuidado caer su cuerpo sobre ella-. Te quiero Maca, te quiero.
M_ Dímelo otra vez –la apartó de sus labios mirándola fijamente
sintiéndose segura por primera vez.
E_ Te quiero –la besó con sumo cuidado.
M_ Me gustaría poder decir lo mismo, que te quiero... aunque
imagino –hablaba con el deseo marcado en su voz-, que si te deseo
tanto es porque te quiero.
Esther quería ser racional, no podía aprovechar el estado de
Maca, pero no podía, en su interior se acometía una batalla entre
detenerse y sus deseos, entre recobrar la cordura que ella si tenía y
las maravillosas caricias que una Maca entregada dejaba sobre su
piel, aquella lucha la estaba llevando a la locura de la pasión, sus
bocas se besaron apasionadamente recorriendo cada rincón, Maca
suspiraba con fuerza mientras se acomodaba en la cama y Esther
devoraba con devoción lentamente su piel, mientras sentía como su
pecho iba a saltar de tan fuertes que eran los latidos de su corazón.
Separó su cuerpo, su cara quedó a escasos centímetros de la de
Maca, que la miraba con la respiración agitada quería estar segura
de lo que estaba pidiéndole.
M_ Creo que... te necesito más de lo que imaginaba.
E_ Maca mi vida –su respiración era un tanto jadeante-, me muero
por ti, no puedo más, te necesito cariño, necesito que me ames
como siempre, que me quieras Maca, por favor...

163 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Y yo Esther –exhaló un fuerte suspiro-. Quiero sentirte, mi
cuerpo necesita sentirte –insistía con pasión-, te está llamando a
gritos Esther, te deseo.
Con un movimiento suave, Esther besó los labios de Maca que
comenzó a acariciarle con ternura su espalda desnuda, sus caricias
eran lentas pero firmes, tanto que de vez en cuando según le iba
provocando el placer, clavaba sus uñas con delicadeza pero la fuerza
suficiente para provocar un pequeño gemido en Esther, que
entregada a la pasión de hacer feliz a Maca, de entregarle cuanto
tenía en su corazón, no se percataba de lo que estaba realmente
sucediendo. Fue cuando Maca llegó a su éxtasis con un grito repleto
de goce que lo acompañó con una caricia sobre la cara de una
Esther extenuada cuando se dio cuenta, la estaba acariciando con su
bazo derecho, como si de repente hubiera recuperado todo el
movimiento, como si en el instante de amarse un milagro se hubiera
producido en aquel cuarto que estaba recibiendo los rayos del sol.
M_ Esther –murmuró extenuada.
E_ Maca, cariño –la besó con ternura no era capaz de decirle nada
sobre su brazo, realmente, no era capaz de decirle nada que pudiera
atormentarla o cambiar su actitud en aquel maravilloso momento,
sentía un miedo feroz a romper la magia que se había creado
nuevamente entre ellas. Bajó con cuidado de su cuerpo y le susurró
con la voz repleta de afecto-. Te quiero.
M_ ¿Siempre acabamos igual? –le preguntó manteniendo sus ojos
penetrantes en los de Esther.
E_ ¿Cómo?
M_ Tan... así... tan... –no tenía fuerzas de seguir hablando porque
mientras la miraba sus ojos se iban cerrando.
E_ Siempre mi amor... siempre –le besó nuevamente.
M_ Esther –murmuró antes de dormirse.
Fue entonces cuando se levantó con cuidado, y todavía sin
poder creer lo que había pasado descolgó el teléfono.

164 ”Adiós Esther” © by ldana


C_¿Esther?
E_ Perdona Cruz, ¿te he despertado?
C_ No, no me iba hacia el Central –le dijo un tanto desconcertada-.
¿Ocurre algo?
E_ Sí verás –dudó en decir realmente como había surgido todo-.
Bueno me da un poco de corte... pero...
C_ ¿Qué pasa?
E_ Mira, anoche Maca tuvo un cambio de humor tremendo, pasó de
estar dulce y cariñosa, a odiarme en un solo segundo.
C_ Aja, sigue –se detuvo con el coche pues entendió que su
consulta podía ser delicada y quería prestarle toda su atención.
E_ Hoy, cuando he salido de la ducha... pues... ella estaba sentada
sobre la cama, lo había hecho sola –su tono mostraba su gran
incertidumbre.
C_ Bien –asintió con gesto concentrado.
E_ Luego... bueno... hemos hecho el amor, no sé si ha sido una
imprudencia –le dijo sintiéndose culpable.
C_ ¿Por qué? –le preguntó con tono serio.
E_ ¡Vamos Cruz! –le protestó como si se hubiera ofendido por la
pregunta.
C_ De vamos Cruz nada, Maca está perfectamente puede hacer el
amor, es más, sentirse amada puede ayudarle.
E_ Es que esto es lo que quería comentarte, mientras estábamos en
ello –dijo un tanto apurada cerrando los ojos-, pues, ella movió su
brazo derecho con total normalidad.
C_ Ya.
E_ No sé, no le dije nada me da miedo decir algo que pueda
provocar en ella un giro y todo se vaya al traste.
C_ Ese brazo, lo tiene en esas condiciones por su cerebro, la clave
esta en recuperar la emotividad, es como su propio castigo ante la

165 ”Adiós Esther” © by ldana


situación, ella no recuerda nada –Esther la escuchaba atentamente
mientras la observaba desde el pasillo-, y su manera de castigarse
es bloqueando alguna parte de su cuerpo.
E_ Quieres decir, que mientras hemos hecho el amor ¿ella ha
recuperado su memoria?.
C_ No, ha recuperado una parte de sus sentimientos, de su
emotividad estoy segura que si despierta quizá no recuerde lo que
ha pasado, y su brazo continuara quieto. El cerebro es un mundo
apasionante por descubrir Esther, para bien o para mal.
E_ De acuerdo, esto es como si nada hubiera ocurrido hasta que ella
recupere totalmente su mente, su brazo continuara igual.
C_ Puede ir y debe ir recuperando su movimiento, no te digo que
no, pero recuerda que su mente está completamente difusa.
E_ No hace falta que me lo recuerdes, lo vivo cada segundo –le
murmuró apenada.
C_ Lo sé. ¿Estás mejor?
E_ No lo sé Cruz, creo que sigo tan difusa como su mente –sonrió
triste-, pero no pienso rendirme.
C_ Muy bien, me alegro, de verdad Esther.
E_ ¿Entonces Cruz, crees que he hecho bien? –se le notaba
confundida.
C_ Más que bien Esther, Maca necesita mucho amor.

Al colgar, entró en la habitación Maca dormía profundamente,


ella se desnudó y se metió en la cama, abrazó su cuerpo mientras la
besaba y le murmuraba.
E_ Eres mi reina... te quiero mi amor... te quiero...
Durante un buen rato estuvo acariciándola, observándola,
recordando por ella tantos momentos compartidos, a veces se le
escapaba una sonrisa, y muchas más, sentía la necesidad de
besarla, Maca se dejaba querer, sentía por primera vez que estaba

166 ”Adiós Esther” © by ldana


segura, notaba el cuerpo de Esther junto a ella, y buscaba su
refugio, escuchaba como muy lejanas las palabra que de vez en
cuando le dedicaba, sentía sus manos frías recorrer su rostro, y la
paz que había desaparecido de su interior se instalaba en ella, de
vez en cuando abría los ojos para llenarse de Esther, cuando lo
hacía fundían sus labios tranquilos, suaves y delicados en finos
besos, habían entrelazado su mano apretaban con fuerza como
tratando que nada pudiera separarlas. Los suspiros entregados por
amor, iban llegando de manera más continuada, las palabras de
Cruz habían conseguido quitar de la mente de Esther que había
cometido una locura. Fueron momentos inolvidables después de
todo lo acontecido, no era necesaria la pasión con la que se habían
amado con anterioridad, tan solo era necesario un beso, una
mirada, una leve caricia, un gesto de complicidad, una sonrisa.
E_ Cariño tienes que desayunar... tenemos muchas cosas que
hacer... no podemos quedarnos aquí todo el día.
M_ No quiero que te vayas –la miró fijamente necesitada de ella.
E_ No me voy a ir te lo aseguro, tenemos mucho que hacer.
Esther se levantó separándose lentamente de ella, dejándole
un beso en la nariz con una amplia sonrisa, y Maca al quedarse sola,
cerró los ojos se abrazó a la almohada que contenía el perfume de
su mujer y murmuró con felicidad.
M_ Esther...

En la cocina una Esther risueña preparaba contenta la bandeja


de Maca con flor incluida, esperanzada tomó la bandeja entre sus
manos y se dirigió con paso ligero hasta la habitación, al entrar vio
que Maca dormía y un gesto de incertidumbre se dibujó en su
rostro, “¿cómo se despertará?”, pensó. Dejó la bandeja sobre la
cama vacía, con cuidado se acercó a ella gateando, se tumbó y le
dejó un beso fino y tierno con la amplia sonrisa marcada en sus
labios, la sonrisa que le daba la felicidad de cada mañana poder
hacer lo mismo, tenerla viva junto a ella. Maca se movió con

167 ”Adiós Esther” © by ldana


cuidado quejándose, algo que hizo ver a Esther que su despertar no
tendría nada que ver con su actitud anterior. Se separó para no
disparar sus nervios al verla allí tan cerca, después, la miró
fijamente con esa expresión seria que se había instalado en su
rostro y que hacía que Esther comenzara a sentir un pequeño dolor
de estómago.
E_ Buenos días te traigo el desayuno –le dijo con amabilidad
sonriendo pero Maca no contestó-. ¿Puedes levantarte o te ayudo?
M_ Puedo –su voz amarga le hizo entender que volvía a ella un
nuevo cambio de humor.
E_ Está bien... te he traído el desayuno.
M_ Ya me lo has dicho.
E_ Vale... –se bajó de la cama bordeándola y poniéndose a su altura
mientras le arreglaba los almohadones en su espalda en silencio. Le
puso la bandeja y añadió-. Estoy en la cocina si quieres algo me
llamas, tienes que tomarte los calmantes, hoy probaremos a
ponerte en pie.
M_ Llévate esta chorrada de la flor.
E_ Claro.
M_ ¿Qué pasa?, ¿qué como a los locos me das la razón a todo? –la
miró con desprecio en sus ojos.
E_ No, simplemente no quiero discutir, no quiero que te afecte
nada, tienes que estar tranquila, no quieres flor, pues me llevo la
florecita.
M_ Hasta que no te pierda de vista no lo estaré... ¿cuándo te vas? –
dio un bocado a la tostada.
E_ Desayuna mi amor...
Al salir se apoyó en la pared tomando aire, sabía que volvía a
ser la misma otra vez, y temía que si recordaba lo que había pasado
entre ellas, su reacción fuera violenta contra ella. Estaba un tanto
desesperada y no se le ocurrió nada mejor que llamar por teléfono.

168 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Teresa?
T_ ¡Esther cariño qué alegría!, ¿le ocurre algo Maca? –preguntó un
tanto nerviosa.
E_ No Teresa –no pudo evitar su desanimo.
T_ Es a ti, ¿qué te pasa cariño? –le preguntó cerrando los ojos con
pena por ella.
E_ Uf, no sé ni por donde empezar, son los trastornos de Maca me
van a volver loca y necesitaba hablar con alguien.
T_ Debes tener paciencia hija.
E_ Ya, pero tú no sabes como es esto de duro.
T_ Lo imagino... ¡oye! –abrió los ojos-, ¿y por qué no llamas a su
madre y que vaya contigo?.
E_ Verás Teresa... yo había pensado que si... bueno... ¿tú no
puedes venir? –le preguntó con tono un tanto melancólico ante su
ausencia.
T_ ¿Yo? –su tono retransmitió una alegre sorpresa mientras sonreía-
. No puedo cariño... ya sabes estoy muy liada con la casa, mi
marido, el trabajo... ya sabes...
E_ Ya, lo sé, lo siento Teresa no quería...
T_ No mujer, no te disculpes ¡ya me gustaría a mí poderte ayudar
hija!.
E_ Lo sé -sonrió agradecida.
T_ Mira ahora te tengo que dejar pero prometo en cuanto tenga un
hueco llamarte, ¿vale?, y te cuento chismes.
E_ No tienes remedio Teresa, pero me encanta –sonrió ampliamente
entonces oyó como Maca le daba un grito-. Lo siento tengo que
dejarte me está llamando a gritos.
T_ Venga ve. Pobrecita –murmuró.
C_ ¿Oye Teresa has visto la historia del paciente del coma etílico?
T_ Sí, la ha cogido Laura

169 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Vaya. Oye, ¿qué pasa te encuentro triste?
T_ Acabo de hablar con Esther –hizo un gesto con su cabeza y su
rostro apenado.
C_ ¿Y?, ¿ha pasado algo? –la miró intensamente.
T_ No, no, solo que está un poco desanimada, necesita ayuda creo
yo.
C_ ¿Le has dicho que vas? –preguntó un tanto asustada pensando
en su apuesta.
T_ No, ¡qué te crees que no sé guardar un secreto!, ¡anda vamos!
C_ Más te vale Teresa –le dijo bajito al oído mientras le estiraba de
la manga graciosamente.
T_ Desde luego... yo no sé que se piensan que soy –se puso las
gafas y continuó con su trabajo sacudiendo graciosamente la
cabeza.

Mientras en la casita de la montaña, Maca había terminado de


desayunar, Esther le retiró la bandeja sin apenas cruzar ni mirada ni
palabra alguna con ella, cuando volvió, la vio sentada con los ojos
cerrados, sabía que debía estar esforzándose por recordar algo,
sabía que estaba poniendo de su parte en ese sentido, y aunque a
ella no le comentará nada, estaba por el buen camino para ir
recuperando recuerdos. Se acercó con sigilo y con voz baja y
conmovida ante su gesto la llamó, Maca abrió los ojos y se quedó
mirándola fijamente.
E_ Venga levanta que tenemos que hacer muchas cosas.
M_ No voy a levantarme aún.
E_ Maca no me lo pongas difícil, por favor –su tono fue suplicante.
M_ ¿Te lo pongo difícil? –la miró desafiante con gesto triunfal.
E_ Sí, mucho.
M_ ¿Y aún así no me dejas?

170 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Ni puedo ni quiero dejarte –le contestó lentamente tratando de
ser convincente tanto en sus palabras como en su gesto.
M_ Vamos a ver, ¿puedes decirme por qué narices ahora que yo no
quiero ni verte, no me vas a dejar?
E_ Lo siento cariño, siento si no quieres verme, te prometo que una
vez estés bien y si sigues pensando lo mismo me marcharé de tu
lado –la miró con la mirada triste y voz apagada-. ¿Contenta?
M_ Eso espero. ¿Qué tengo que hacer doctora?
E_ No me toques las narices ¡eh!, ni me vaciles ni te pongas borde –
le señaló con el dedo hacia su cara.
M_ Que miedo me das.
E_ Por favor levanta. Tienes que ponerte de pie –le habló con
esmero nuevamente.
M_ ¿Cómo?, ¿con una pierna que no me sirve y un brazo que no
responde?
E_ En eso estamos, si no fueras tan cabezota, y me hicieras caso,
estarías ya de pie hace días.
M_ Que lista eres –le espetó.
E_ Si, por eso te casaste conmigo, cariño –esta vez quien sonrió fue
ella de manera triunfante.
M_ No seas borde, ¿vale? –la miró desafiante y con voz crispada.
E_ Vale –sonrió y entonces cuando Maca estaba sentada en la cama
se le acercó y le dijo susurrando-. Me encanta cuando te enfadas
conmigo, ahora mismo te besaría hasta ahogarnos de placer.
M_ Ni lo intentes –la separó con su mano.
E_ Te quiero –volvió a susurrarle para elevar nuevamente la voz y
con tono animado decirle-. ¡De pie, pon tus manos en mis
hombros!, vamos cariño.
M_ ¡Puedes dejar de decirme tonterías!
E_ Venga ¡arriba!

171 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¡Ay! –se quejó al apoyar la el pie en el suelo-. Me duele.
E_ Claro tienes que aguantar solo unos minutos, vamos haz fuerza
con tus manos en mí.
M_ No voy a poder, ¡me voy a caer! –le gritó.
E_ No te caes yo te sujeto.
M_ ¡Me caigo Esther!
E_ Haz fuerza, ¡vamos Maca coño pon de tu parte! –le decía
nerviosa tratando de no demostrarle que ella también estaba
asustada.
M_ No puedo, no puedo me voy a caer.
E_ ¡Qué no te caes!, aguanta, venga... puedes hacerlo cariño,
vamos –le decía haciendo fuerza mientras Maca se quejaba. Con
cansancio tanto por los nervios como por el esfuerzo le ayudó a
sentarse-. ¡Ya Maca!, venga siéntate.
M_ ¡Ay qué dolor! –se quejó con un gesto amargo.
E_ Mi vida, muy bien, muy bien estoy convencida que pronto
podremos recuperar ese movimiento.
Con un gesto instintivo de amor se le echó al cuello
abrazándola feliz con una sonrisa, después sin pensarlo depositó sus
labios en una Maca que ni siquiera hizo el mínimo gesto para
responderle. Con desconcierto se separó tratando de no demostrarle
su dolor.
E_ Vamos otra vez.
M_ No.
E_ Venga Maca tienes que hacer diez minutos ahora, diez luego y
diez a la noche, tenemos que hacer rehabilitación y...
M_ ¿Si lo hago te callas?
E_ Completamente, vamos que no vuelvo a decirte nada –al ver el
gesto que Maca hizo para levantarse agregó divertida-. Bueno antes
que deba callarme te diré –Maca puso cara de fastidio agachando la
cabeza-. Luego te ducharé y nos iremos a comer.
172 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ ¿A comer? –seguía ese gesto adusto instaurado en ella.
E_ Sí eso he dicho, ¿hablo chino?
M_ Dices tantas tonterías que casi sí. ¿Dónde vamos a ir? –la miró
desconfiada.
E_ Es una sorpresa –le guiñó graciosamente un ojo-. Vale, en pie y
me callo.

Volvieron a repetir el mismo ejercicio y esa vez aguantó un


poco mejor el rato que tuvo que estar en pie. Después Esther la
ayudó a ducharse, le lavó el pelo nuevamente con un masaje que
volvió a crear en Maca mil dudas y mil preguntas sin hallar
respuesta, cada vez que Esther le rozaba la piel era un torrente en
su interior de sensaciones contradictorias, por eso le pidió que
aligerara que tenía frío y quería salir pronto de allí, el lugar donde
más trampas le mandaba su corazón a su cabeza. Le secó el pelo
con cuidado para que no se constipara al salir, la llevó hasta el
porche, cogió una mochila cargándola en su espalda y después la
cesta que Fermín le había traído de parte de Carmen se la puso en
sus piernas con su gesto molesto el cual, omitió con una sonrisa.
E_ Bien, ahora nos vamos a ir a un lugar que me ha dicho Carmen,
está cerca y es precioso, tú lleva la cesta.
M_ ¿Pretendes llevarme con la silla?
E_ Claro, ¿algún problema? –la miró sonriente.
M_ Seguro me tiras, joder como pesa esto –protestó.
E_ ¡Cómo te voy a tirar!, ¡tontita!, con lo que yo te cuido. Vamos, tú
relájate y disfruta de todo cuanto veamos.
La ilusión de Esther la ayudó a pasar por el camino que Fermín
la tarde anterior había limpiado para que no tuviera problemas en
llevar la silla. Iban en silencio compartiendo los cantos de los
pájaros, la visión maravillosa de tanto bosque, hasta que llegaron al
final del camino.

173 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Y ahora qué? –le preguntó con tono entre divertido e irritado.
E_ Pues ahora... tendremos que girar hacia la derecha –dejó la silla
frenada y miró hacia donde Fermín le había dicho. Su gesto
mostraba felicidad, se agachó hasta su altura mirándola con
ternura-. Prometo darte la mejor comida que has tenido en los
últimos tiempos, tú, yo, y esta maravilla.
Maca guardó silencio, cuando Esther empujó la silla a los pocos
metros vio un riachuelo y una explanada de césped con flores de mil
colores alrededor, su gesto era de asombro y aunque trató de
controlar sus emociones no pudo más que dejar escapar un
murmullo de sorpresa.
E_ Sí, parece hecho para ti, únicamente para ti –se quitó la mochila
el sol se colaba por las hojas de la gran arboleda que había-. Bien,
en la cesta está el mantel, me lo das.
M_ No puedo.
E_ ¿Y si lo intentas?, venga... –la animó sonriente.
M_ Te he dicho que no puedo ¡y no puedo!
E_ ¡Ay hija que impertinente te pones!
Maca guardó silencio, quiso contestarle pero no supo hallar las
palabras adecuadas, aquello volvió a asustarla aunque últimamente
podía controlar un poco más aquellos fallos de memoria. Con mirada
severa vio como Esther abría el mantel de cuadros y lo ponía sobre
el césped en un trozo de sombra.
E_ ¡Qué mono!, es como los que salen en las pelis.
M_ ¿Vamos a estar mucho tiempo aquí?.
E_ Ya veremos –fue sacando de la mochila unos libros que alertaron
a Maca-. ¿Por qué no te relajas?, vamos a pasar un día tranquilo en
plena naturaleza, como a ti te gusta.
M_ ¿A mí me gusta? –la miró dubitativa.
E_ Pues claro, a ver, ¿por qué crees que estamos aquí?, ¡sabes qué
odio esto con tanto bicho! –se sacudió la mano dando un pequeño

174 ”Adiós Esther” © by ldana


grito que hizo a Maca poner un gesto desesperado, pues una
pequeña oruga se le había subido por los dedos-. ¡Qué asco!
M_ ¿Qué más me gusta?
E_ Pues te encanto yo –le sacó la lengua graciosamente-. Vamos
ahora vas a sentarte aquí conmigo.
M_ Estás loca –murmuró incrédula y ante su mirada con un tono
que heló la sangre de Esther le dijo-. No creo que tú me encantes
tanto, si fuera así, debería estar tranquila a tu lado, en paz, y lo
único que me apetece es no verte más, ni escucharte, ni tener que
soportarte.
E_ Pues ya ves, vas a tener que aguantarte, ¡venga abajo!, apoya la
pierna y después despacio te siento.
Maca obedeció a disgusto, se sentó con un pequeño quejido
sobre el mantel, Esther comenzó a sacar un par de almohadones de
la cesta y uno de la mochila, todos aquellos gestos hacia ella eran
los que conseguían hacerle temblar, su desespero entonces era
mayor, porque sus palabras no coordinaban con sus sentimientos,
entonces otro pinchazo en la cabeza le hizo doblegarse, Esther como
siempre acudió a ella veloz, la abrazó pues comprendía que el dolor
era insistente y le besó con ternura.
E_ Ya mi vida, ya.
M_ ¿Por qué me pasa esto? –le dijo con la voz trémula por el dolor.
E_ Mira Maca –la separó mientras le separaba el pelo con suma
devoción de la cara-, no tienes que preocuparte todo está siguiendo
el rumbo esperado, te llevaste todo el golpe en la cabeza, ya te lo
dije, te ha afectado a tu lado más sensible, la emotividad, imagino
que cuando quieras controlar tus emociones no debes poder hacerlo.
M_ Si, eso es –la miró elevando sus cejas mirándola fijamente y le
habló con voz desalentada-. Quiero recordar y no puedo, quiero
controlar la pasión, el miedo, el odio, el amor... –agachó la cabeza y
Esther con su mano en la barbilla le obligó a mirarla-. ¿Cuánto va a
durar este tormento?.

175 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Tienes que poner de tu parte Maca, sé que no es fácil pero si no
lo haces... todo será mucho más largo y peor. No sé si puedas
controlar esto pero... –le dejó un beso suave en sus labios y se
retiró sin ser correspondida-... pero te quiero.
Colocó todo con cuidado sobre la manta, había un libro de
Pediatría que Maca reconoció pero no supo muy bien de donde,
después sacó una manta y tapó sus piernas con dulzura, Maca la
miraba pero no decía nada aún le quedaba el dolor en su cabeza y lo
que más le apetecía cuando le pasaba aquel intenso dolor era el
silencio y en parte agradecía que Esther así lo entendiera. La
miraba, estaba guapa, con un suéter de lana naranja con su melena
recogida en una coleta y unos vaqueros gastados, le hizo suspirar su
visión, hasta que de repente la vio que se ponía de un impulso en
pie y le decía.
E_ Maca cariño voy a acercarme al riachuelo, a ver si pudiera
llevarte...
M_ ¿No te caerás dentro del agua? –la miró intensamente pero muy
seria.
E_ Gracias mi amor por preocuparte de mí, pero en el pueblo yo era
la más aventurera de todos, jamás me caí –le acarició con ternura la
mejilla mandándole un besito por el aire.
M_ No me preocupo por ti, me preocupo porque si te caes, ¿quién
me lleva a mí?
E_ ¡Anda que cara! –protestó poniéndose en jarras-. Así es mi niña,
toda preocupación por ella misma, y a mí que me den, pues que
sepas –se arrodilló nuevamente sobre la manta mirándola con una
sonrisa repleta de felicidad-, si me ahogo que te quiero, te he
querido y te querré siempre –la mirada de Esther pasó de ser afable
a intensa pero sabía que no debía alterarla demasiado-. Y si no me
ahogo, también.
M_ Vete al río, déjame un ratito en soledad.
E_ Piensa en mí, mi amor, como dice la canción piensa en mi...

176 ”Adiós Esther” © by ldana


Esther se marchó con la sonrisa en los labios y unos deseos de
besarla que le estaban ahogando, cuando llegó al borde se agachó
cogiendo algo, Maca aunque trataba de no mirarla, no podía evitar
llenarse de su figura, le hacia gracia su forma de andar, de mirarla
desde la distancia con una sonrisa entregada únicamente a ella y se
preguntó de que manera se enamoró de ella, quien comenzó y quien
dio más, porque aunque quería no podía recordarlo.
E_ Maca, ¡hay un montón de piedras!, ya sé que haremos, las
vamos a pintar, ¿te apetece? –Maca omitió la respuesta y Esther
alzando la voz imitándola dijo-. Sí, me apetece. Vale Maca, voy por
ellas tendré que adentrarme si me caigo ya sabes... te quiero, ¿me
oyes? –Maca sonreía pero no contestó y volvió a contestar ella-. Sí
te oigo y te quiero.
M_ Estás loca –le dijo de repente sorprendiendo a la misma Esther
que apunto estuvo de caer-. ¡Cuidado!, deja de hacer tonterías a ver
si al final vamos a tener un disgusto –le riñó.
E_ Lo tengo todo bajo control mi amor –le gritaba-. Voy a pasar al
otro lado... allí deben haber más.
M_ Que pesadita con las piedras... como se caiga a ver que hago –
murmuró un tanto preocupada mientras se apoyaba contra un árbol
que tenía detrás, se arregló como pudo con un brazo el almohadón y
se acomodó mirando hacia el lugar donde había visto por última vez
a Esther. Como no la oía durante un buen rato se incorporó un poco
en la manta alzando la vista-. ¡Esther!, Esther joder vale ya de
hacer la tonta.
Pero Esther no contestaba, sus nervios se dispararon sin poder
controlar su interior, comenzó a sentir un miedo atroz, se puso a
temblar y salió de su pecho un grito llamando a Esther que salió
corriendo del otro lado de río.
E_ Estoy aquí, ¿qué te pasa? –cruzó corriendo al verla así, tanto que
cayó al agua-. ¡Joder!.
Salió del agua hasta llegar a Maca que se estaba muriendo de
la risa al verla dentro del río, Esther que iba con los pantalones

177 ”Adiós Esther” © by ldana


mojados se detuvo mirándola un tanto enfadada pero al verla reír
con su maravillosa sonrisa, su gesto de enfado se transformó en una
enorme carcajada que resonó por todo el bosque.
E_ No te burles ¿eh?, ha sido culpa tuya –le hablaba sonriendo.
M_ Te dije que caerías.
E_ Estaba buscándote lavanda, te encanta el olor ¡y mira cómo me
he puesto!, ¿se puede saber porque me has gritado así?
M_ No lo sé –decía riendo sin parar.
E_ Bueno... si al menos sirve para ver tu maravillosa sonrisa, me
vale –trató de secarse y al final decidió quitarse los pantalones.
M_ ¿Pero qué haces? –la miró divertida sonriendo.
E_ ¿No pretenderás que me quede con el pantalón mojado?
M_ ¿Y si viene alguien?
E_ ¿Te importa que me vean en bragas mi amor? –se sentó a su
lado apoyando su espalda en el árbol como ella estaba.
M_ Para nada, paso.
E_ Bien, pues entonces me pondré aquí mientras se secan, y
empezaremos con la rehabilitación –tomó un libro y se lo entregó-.
Venga a leer.
M_ ¿Pero que te piensas que no sé leer? –la miró un tanto enfadada.
E_ Claro que sabes leer, pero tenemos que hacer trabajar a tu
memoria, tienes que leer y después decirme lo que has leído.
M_ ¿Me tomas el pelo? –la miró seria.
E_ Para nada mi amor –le sonrió.
M_ No pienso leer como si estuviera idiota, ¡no te jode!
E_ Bueno algo es algo, ya dices palabrotas... que hasta ahora
parecías una monja.
M_ Pues la otra mañana creo que no lo fui ¿no? –la miró
intensamente tanto que parecía que sus ojos le estaban juzgando.

178 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No sé a que te refieres, lee –trató de no mirarla pues seguía
sintiéndose culpable por darle amor.
M_ Claro que lo sabes... sólo espero que no lo vuelvas a hacer –su
voz sonaba dura.
E_ Tranquila. Lee.
M_ No me gusta que me mandes.
E_ Ya, pero lee –insistía divertida. Maca cogió el libro con mala gana
y comenzó a leer-. No, así no, en voz alta.
M_ Mira, ¡ya estoy harta, eh!, de verdad tengo unas ganas de
largarme de aquí, no te lo puedes imaginar –protestaba
enérgicamente tanto que su expresión estaba tornándose dura y
Esther se percató, también como Maca trataba de respirar y
controlar su furia y eso le dolió más saber que continuaba librando
su batalla particular-. ¿No te vas a ir nunca?
E_ Nunca –le dijo segura-, venga lee.
M_ ¡Ay qué joderse! –entonces Esther le cogió el brazo que aún
seguía sin movimiento-. ¿Y ahora que haces?
E_ Mientras lees, te daré el masaje, así vamos adelantando.
Maca se calló, respiró hondo y comenzó a leer, al principio
dudaba de las palabras, después se atascaba desatando más sus
nervios pero el tacto de las yemas de los dedos de Esther en su piel,
podían controlar el descontrol, aunque no así su desconcierto ante la
lectura, cuando Esther le preguntó que había leído, no supo que
decirle y rompió a llorar.
E_ Vamos Maca cariño... no te preocupes... tienes que poner de tu
parte, esto va a ser así, pero te aseguro que poco a poco lo vas a
superar –la abrazó y notaba su desconfianza-. Yo estoy contigo, no
podemos desanimarnos cariño.
M_ No puedo leer... ¿cómo voy a trabajar?
E_ Ahora no pienses en eso –pasó su brazo por detrás de la espalda
de Maca acercándola con delicadeza sobre su pecho buscando su

179 ”Adiós Esther” © by ldana


tranquilidad mientras con suavidad dejaba un beso en su pelo-.
Mira, eres como un niño pequeño a quien hay que enseñarle a leer,
a comprender, y es lo que vamos a hacer... si quieres aquí, aquí, si
quieres irte a otro lugar iremos a otro lugar, si quieres ir a China te
llevaré, pero tenemos que superar esto mi vida... nos tenemos la
una a la otra y eso es lo importante, no lo olvides –hizo una pausa y
al ver que Maca no protestaba y se dejaba acariciar añadió con voz
un tanto trémula por la emoción y el miedo que la embargan al ver
que no podía ni siquiera recordar lo que acababa de leer-. Ni
tampoco olvides que en casa nos espera Daniel.
M_ ¿Por qué no tengo el sentimiento de madre?, ¿por qué ni
siquiera lo recuerdo?, tan mala madre he sido.
E_ Eso no es verdad, ni lo pienses no te lo permito... poco a poco
irás recuperando tu información, vamos a ir grabándola, quiero que
leas un poco más y te prometo contarte todo lo que tú quieras
saber.
M_ No me hagas leer por favor –le rogó cerrando los ojos.
E_ Venga, siempre has sido una tía valiente Maca, ¡joder tienes que
poner de tu parte! –sonreía-. Yo confío en ti, todos confían en ti.
Maca separó su cuerpo del pecho de Esther, comenzó a leer
después de sonarse bien, pues el llanto se había apoderado de ella,
y no había manera de detenerlo, Esther la miraba triste, tanto la
risa como el llanto, aún no podía controlarlo. Trataron durante un
buen rato de adelantar pero no consiguieron mucho, cuando Esther
vio que se desesperaba cambió, le quitó el libro, le dejó el brazo y
sirvió la comida sobre la manta. Una vez terminaron, Esther fue a
comprobar su pantalón y al ver que ya estaba seco se lo volvió a
poner, entonces le dijo a una Maca que mantenía la mirada fija en la
tierra.
E_ ¿No es una maravilla Maca?, estamos en medio de un paraíso.
M_ Sí –dijo distraída.
E_ ¿Y la comida?, esta Carmen es fabulosa.

180 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Sí –volvió a hablar mientras levantaba su mirada dirigiéndola
hacia las montañas como si en ellas pudiera encontrar algo que
buscaba-. ¿Y mi casa?, ¿por qué no me has llevado a la Sierra?
E_ Demasiados recuerdos.
M_ Es lo que necesito –la miró contrariada-. ¿O esos no te
interesan?
E_ ¿Por qué dices eso?
M_ Porque me fui allí cuando tú estabas con Luna.
E_ Sí es verdad te fuiste –volvió a desconcertarla esa memoria
selectiva que parecía ir en su contra.
M_ ¿Cómo nos conocimos? –cambió nuevamente su tono y Esther
que no conseguía acostumbrarse a sus cambios suspiró aliviada.
E_ Pues en el Central, tú me mirabas con unos ojitos que me hacías
temblar de pies a cabeza.
M_ ¿Tenías novia?
E_ No, yo solo había estado con hombres.
M_ Claro, por eso estás con el abogado –asintió haciendo un gesto
un tanto de rabia.
E_ Pues no, no estoy con nadie que no seas tú. Pero mira te contaré
algo, ¿recuerdas cuando nos besamos la primera vez? –ella negó
con la cabeza-. Pues desde entonces me tienes embobadita, no hay
ni hombre ni mujer que pueda doblegar este gran amor que me has
enseñado a sentir. Lo demás, es todo mentira.
M_ ¿Cuánto tiempo llevamos juntas?, no recuerdo nada ¡que fuerte!
–Esther sonrió y ella la miró enfadada-. No tiene gracia, ¿no?
E_ Claro que no la tiene, pero ya vas volviendo a recuperar tus
palabras, eso me alegra –se acercó a ella acariciándole el pelo.
M_ Tengo frío.
E_ Ven –se arrimó a ella tapándola pero ella se resistió-. Esto te
encantaba, mis abrazos, te volvían loca y que decirte de tus besos,
mira, nadie me había besado como tú, ni me habían hecho vibrar
181 ”Adiós Esther” © by ldana
como tú –bajando la voz en un emocionado susurró le dijo-, eres mi
reina.
M_ Seguro que te lo estás inventando para ganar mi confianza.
E_ No cariño –le habló con toda la tranquilidad que pudo-. Mira, voy
a ayudarte a recordar otras cosas, ¿vale?, no voy a hablarte de mí.
M _Claro... –dio una pequeña carcajada y con tono irónico añadió-.
No te interesa.
E_ Cierra los ojos y escucha el canto de los pájaros, y mira que cielo
tan maravilloso, Dios nos pone cosas para disfrutarlas y nosotras
discutiendo.
Maca se calló, Esther también.

Habían pasado unos minutos cuando Maca que estaba apoyada


sobre el tronco del árbol abrió sus ojos y giró su cabeza fijando su
mirada sobre una Esther que dormía placidamente, la observó con
detenimiento, allí estaba a su lado, como siempre desde que había
despertado y según su madre le había contado, desde que había
ingresado en el hospital. Suspiró mirándola con una sonrisa triste,
cuanto le gustaría poder recobrar todos los sentimientos de amor
por ella, cuanto le gustaría poder abrazarla sin sentir que una burla
se armaba en su interior, que un intenso pinchazo cubría su alma
sin poder controlar todo cuanto le provocaba. Al mismo tiempo era
consciente que tan solo una persona que amara a otra de una
manera entregada y total, sería capaz de hacer todo lo que estaba
haciendo Esther por ella. Apartó de su frente un mechón de su
cabello que le molestaba la visión de aquel rostro tranquilo, que
nada tenía que ver con el rostro que reflejaba pena y dolor al verla
sufrir, nada tenía que ver con la expresión de desespero que a veces
se le acentuaba en sus arrugas en la frente cuando ella le gritaba, o
cuando veía que no era capaz de reaccionar ante un estímulo como
era la lectura. Suspiró acomodándose en los almohadones que la
dejaban descansar más cómodamente sobre aquel hermoso y gran

182 ”Adiós Esther” © by ldana


árbol, ¿así de fuerte sería su amor?, quiso pensar que sí, y con ese
pensamiento cerró sus ojos.

Mientras en casa, los padres continuaban preocupados la


recuperación de Maca por lo que Esther les iba explicando, todas las
noches los llamaba para contarles alguna mentira piadosa, ellos lo
sabían y por ese motivo Pedro había ido hasta el hospital para
hablar con Vilches. Lo esperaban las dos mujeres sentadas en el
sofá de la casa hablando de ellas con un café en sus manos.
En_ ¡Cómo las extraño! –dijo suspirando Encarna.
R_ Si, además sé que debe ser para Esther muy duro y me siento
culpable por no poder ayudarla.
En_ Vamos Rosario, no digas eso, ambas sabemos que es lo mejor
para ellas, sin duda es necesario recuperar todo lo que este tiempo
tan tontamente fueron perdiendo.
R_ Esa Luna –murmuró con rabia.
En_ Yo siempre dije que era mentira, pero las niñas ya no estaban
muy bien, de otro modo, sé que tu hija no hubiera creído ni palabra.
R_ Tienes razón, sólo espero que cuando todo sea tranquilidad no
pase nada más que las pueda separar.
En_ La vida siempre te crea problemas, y si no son de ese tipo,
serán de otro, nadie tiene la vida fácil.
R_ Nunca pensé que diría esto pero... echo de menos a Esther, su
risa, su mirada sé que es lo que mi hija necesita, ella es su mejor
medicina.
En_ Mi hija es así, y tu hija maravillosa, son una pareja de las que
hay pocas... estoy muy orgullosa de ellas, de verdad.
R_ Yo también, te lo aseguro Encarna, reconozco que me ha costado
aceptar todo lo que pasó, y te admiro a ti por la sencillez con que
acogiste la noticia, me hubiera gustado estar a la altura de mi hija,
sé que le hicimos daño.

183 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ No creas que para mí fue fácil, me pasé muchas noches
desvelada pensando donde había fallado para que mi hija actuara
así, hasta que un día vinieron a comer aquí, yo hice de tripas
corazón, no quería darles más problemas, prefería tragármelos yo,
tuve suficiente con aquella comida, la manera que Maca la miraba,
me ganó rápidamente, yo sólo quería ver a mi hija feliz, y fue lo que
vi –dijo elevando sus hombros en señal de aceptación.
R_ Pero supiste verlo, yo no... yo antepuse todo lo nuestro a su
felicidad, espero que ahora todo sea diferente y pueda pedirle
perdón. Mira ya está aquí Pedro –se levantó esperando ver al
hombre entrar en el comedor-. Hola cariño
P_ Hola, Encarna –la saludó con seriedad después de besar a su
mujer.
En_ ¿Qué ha dicho Vilches? –se incorporó un poco en su asiento.
P_ Bueno... mañana irá Teresa van a darle una sorpresa porque al
parecer Esther está pasando como nos temíamos un mal momento –
las mujeres se cruzaron sus miradas y un gesto de rabia-. Vilches la
reconocerá, según vea nos dirá si podemos ir o no.
En_ Es algo normal que mi hija se venga abajo de vez en cuando –
trató de convencer a Rosario para que estuviera tranquila-. Pero ella
es fuerte.
P_ Espero que todo esto pase pronto y os prometo que en cuanto
estén bien, les pago un crucero por todo el mundo, se lo están
ganando.
En_ Caray, un crucero –murmuró Encarna abriendo sus ojos como
platos
R_ Yo creo que nos lo hemos ganado todos Encarna –le dijo
sonriendo ante su reacción.

La pareja dormía con total tranquilidad, cuando Esther notó


como por sus piernas algo andaba, estaba medio dormida pero
podía distinguir perfectamente que eran como cuatro patas, se

184 ”Adiós Esther” © by ldana


desplazaban cautelosamente y ella pensó que debía estar sumida en
un sueño. Sin embargo cuando abrió sus ojos, oliendo su nariz
estaba el gato que le había provocado su caída el día anterior, del
grito que dio, el animal salió corriendo como alma que lleva el
diablo, tal fue, que Maca se sobresaltó pensando que algo grave le
había ocurrido, se sentó mirándola.
M_ ¿Qué ha pasado?
E_ ¡La hostia!, el gato de ayer, estaba oliéndome la nariz –se quejó
sacudiéndose la ropa.
M_ Te tiene manía.
E_ Eso debe ser –se estiró y miró el reloj exclamando como loca-.
¡Pero oye sabes que hora es!
M_ Pues no, aunque mire el reloj soy incapaz de acertar –habló
decaída.
E_ Ni más ni menos que las seis de la tarde, no hemos merendado
está oscureciendo y tú y yo durmiendo, ¡perfecto!
M_ Yo estoy enferma, tú eres quien debía cuidarme mejor.
E_ ¿Ah, qué lo hago mal? –le preguntó mirándola fijamente con una
sonrisa repleta de incredulidad.
M_ Te has dormido –sonó a reproche su voz.
E_ Claro, no dormí la noche anterior.
M_ No lo dirás por mí, ¿no?
E_ No, claro, no lo digo por ti, venga levanta.
M_ ¿Estás de coña? –su tono apareció hiriente.
E_ Me encanta cuando me dices esos tacos –sonreía divertida.
M_ Si no me ayudas no voy a poder.
E_ Claro que vas a poder, debes estar otra vez un poco de pie como
está mañana.
M_ No puedo, me duele mucho –dijo mostrando su cansancio.

185 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Pareces una niña pequeña –ante su mirada agregó sonriente-. No
paras de quejarte, venga vamos –le cogió los brazos-, tú haz fuerza
con la pierna buena, y la mala te ayudará, vamos.
M_ Pero Esther, no entiendes que no tengo fuerza para levantarme
con la pierna –su tono cada vez era más fuerte y alborotado.
E_ La tienes que ir formando, y si no lo haces o lo intentas al menos
seguirá vaga. A la de tres.
M_ Me voy a caer, ya lo veras.
E_ Vamos, una dos y tres, ¡arriba!
M_ ¡Ay!
E_ ¡Oh!
Maca tenía razón, no pudo levantarse y no solo eso sino que se
cayó y con la fuerza arrastró a Esther sobre ella quedando las dos
en el suelo, Esther sobre Maca que se había golpeado la cabeza.
E_ Dios mío lo que te faltaba, a ver si pasa como en las pelis.
M_ Me haces daño, ¡aparta! –trató de empujarla.
E_ Maca cariño –le susurró pues estar sobre ella le hacía perder su
control-. No me hables así, sabes que me muero por ti por favor –
repitió con ternura mientras le dejaba una caricia en el rostro.
M_ Esther... –su voz sonó tan suave como la seda al desgarrarse.
E_ ¿Qué? –susurró también como ella, mirándola a los ojos y
acercándose poco a poco a sus labios.
M_ Por favor...
E_ Te quiero –posó sus labios suavemente sobre los de Maca que no
reaccionó.
M_ No puedo besarte –le dijo mirándola a los ojos, en ellos veía
amor verdadero.
E_ Claro que puedes... te aseguro que si –volvió a besarla sin
dudarlo, la besó profundamente, tanto que Maca necesitó apartase

186 ”Adiós Esther” © by ldana


un poco para poder coger aire y respirar, porque en esa ocasión, sí
había respondido a su beso-. Ves como sí mi amor. Vamos.
Esther la ayudó a levantarse en silencio. Y Maca se mantuvo
por unos segundos con sus manos apoyadas en los hombros de una
Esther exultante.
E_ Ves como si Maca, vamos, vamos, aguanta un poco.
M_ Me duele.
E_ No pienses que te duele, piensa en Daniel te está esperando
cariño, venga hazlo por él. Eso es –cuando vio que flaqueaban sus
piernas, la abrazó con toda la fuerza que le dio la emoción de verla
de pie. Se separó y la ayudó a sentarse en la silla, la tapó con cariño
y por último poniéndose en cuclillas le susurró ante su gesto
desconcertado-. Eres lo mejor que tengo en la vida, te quiero, estoy
segura que podremos mi amor, volverás a ser la de siempre. Te
adoro mi niña guapa.

No hubieron más palabras durante el trayecto, Maca porque


pensaba en lo ocurrido, volvieron a ella los deseos como en la
ducha, como la noche anterior, volvió a ella la emoción de sentir los
labios de Esther sobre los suyos, y por el camino una sonrisa
iluminaba su rostro, estaba feliz, aunque no supiera muy bien como
demostrarlo, como hacérselo notar. Por su parte Esther, estaba
segura que algo había cambiado en el interior de Maca mientras la
había besado, pudo notar como su tensión se relajaba, aquello la
animó. Sabía que debía darle tiempo, pero sobre todo hablarle
mucho de todo menos de ella, quizás esa sería la manera que poco
a poco su mente fuera trabajando como le habían recomendado en
el hospital, pero pensó, no sabían ellos como era el carácter de
Maca. Una sonrisa se dibujó en su rostro esperanzadora, había
recuperado su esperanza ahora ya sabía que era duro, pero aquellos
pequeños detalles merecían la pena.

187 ”Adiós Esther” © by ldana


Una vez cenaron, lo hicieron en silencio sin hablar mucho,
cruzaron dos preguntas y dos respuestas monosílabas. Pero una vez
terminaron Esther decidió que había que poner en marcha toda la
rehabilitación posible.
E_ Vamos al comedor –la llevó en la silla de ruedas.
M_ Quiero acostarme.
E_ Todavía es pronto... así que mejor estar aquí un ratito con la
chimenea tan maravillosa que tenemos –sonrió poniendo el freno en
las ruedas-. Ahora te vas a pasar aquí al sofá te estiras aprovecho
para masajear la pierna y lees otra vez.
M_ Mira, sólo te digo una cosa –la miró tan fijamente que Esther
entendió que ni siquiera parpadeó para recriminarle su
pensamiento-. Puedes hacer lo que te dé la gana, pero de ninguna
de las maneras, voy ni a leer ni a hacer nada. ¿Te ha quedado
clarito?
E_ Mucho –contestó poniendo gesto serio.
M_ Ya lo sabes.
E_ A ver... dame la mano buena y haz fuerza para pasarte al sofá.
M_ Pero vamos a ver Esther... –su tono mostró cansancio-. ¿Tú no
me entiendes?, te he dicho... que no pienso hacer nada.
E_ Ya lo sé, y no vas a hacer nada porque todo te lo voy a hacer yo,
guapa –le guiñó un ojos sonriéndole.
M_ Que tía más pesada, ¡joder!
E_ Vamos, a la de tres.
M_ Mejor deja tranquilas tus cuentas, que para como nos ha ido.
E_ No te quejaras –le dijo con voz amorosa-. ¿No te ha gustado el
besito? –ante su mirada hizo un gesto de seriedad y tiró de ella
tomándola con decisión por la cintura-. Te me estás quedando muy
flaca Maca, tienes que comer más.
M_ Tus guisados son pésimos.

188 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Ay señor! –suspiró sentándose mientras hacía un gesto de
desespero-. Dame la pierna, ¿a ver si te parece que esto también lo
hago mal?
Guardaron silencio mientras Esther comenzaba a masajear su
muslo, apartando la falda que llevaba Maca, ésta tenía los ojos
clavados en el fuego, no quería mirarla, estaba con su gesto tan
característico de los últimos días, máxima seriedad. Entonces como
si se tratara de un monólogo, Esther comenzó a hablarle.
E_ ¿Maca, sabes que la semana que viene es nuestro aniversario? –
ella ni contestó ni miró-. Sí, siempre celebramos el día que nos
acostamos por primera vez, el 19 de Noviembre –sonrió
mordiéndose el labio al recordar aquella ocasión-. Me acuerdo los
nervios que tenía, ¡dios creo que fue peor que mi primera vez!, pero
tú fuiste tan maravillosa, tan tierna y tan apasionada a la vez. Ese
día lo tenemos que celebrar a lo grande hacemos cinco años, cinco
maravillosos años a tu lado. Y cuando estés mejor que no necesites
la silla, iremos al mar –Maca la escuchaba pero no se lo
demostraba-. ¿Te duele?
M_ No.
E_ Bien. Javier es un gran cirujano. ¿Te acuerdas de él?
M_ No.
E_ ¿Cómo qué no?
M_ ¡Cómo que no Esther!, como que no –protestó.
E_ ¿Y de Cruz?, ella te gustaba –Maca la miró y Esther le afirmó
graciosamente con la cabeza-. Si, pero me conociste a mí y caíste a
mis pies.
M_ ¿No será al revés?
E_ Aún así con amnesia eres una presuntuosa –le sacó la lengua.
M_ ¡Ay!, ¡me has hecho daño!
E_ Perdona, perdona –se disculpó-. Si, aún me acuerdo cuando
entraste al hospital y todos te llamábamos la pija.

189 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Esther, me duele la cabeza, ¿podrías callarte?
E_ No, quiero que recuerdes cosas, y si no quieres leer pues te lo
tendré que hacer entender yo.
M_ ¿Si leo te callas?
E_ Joder Maca, con lo que te gusta oírme hablar y ahora no paras
de mandarme callar.
M_ Pues mira, sí, ¡anda pásame lo que sea para leer!
E_ Los poemas de Benedetti, tú me los diste a mí cuando estuve a
punto de morir –Maca la miró fijamente-. Si, y tú me cuidaste, muy
bien...
M_ ¿Qué te pasó?
E_ Tuve un accidente con el helicóptero, Javier y yo, pero la peor
parte me la lleve yo, bueno el piloto murió –Maca puso un gesto que
le demostró que estaba haciendo un esfuerzo por recordar-. No te
moviste de mi lado, y me mimaste que ni te cuento.
M_ No lo recuerdo –dijo lentamente
E_ Bueno, no importa, ya te vendrá a la mente... vamos ahora a
leer.
Durante un rato Maca trató de leer, pero le resultaba difícil y se
enfadaba, por más que Esther le dijera que debía tener paciencia y
no desesperarse, ella no podía controlar ese lado suyo que se volvía
contra todo, incluida ella misma. Una vez terminó, como le dolía la
cabeza y estaba cansada decidió acostarse, Esther la desnudó y la
ayudó a acostarse. Verla desnuda y no poderla tocar, le llenaba de
ardor el alma, por esa razón decidió darse una buena ducha, al
entrar al cuarto de baño hizo un gesto de rendición a su deseo, no
podía callarlo era inútil, Maca despertaba en ella el lado más visceral
y no podía omitirlo, era demasiado evidente en su cuerpo, deseaba
besarla, hacerla suya y llenarla de su amor, de caricias, de besos
lentos, de palabras bellas... en cambio lo único que podía hacer era
darse una buena ducha fría, y pensar en otra cosa para sacar de su
mente aquella obsesión que era Maca.

190 ”Adiós Esther” © by ldana


Se había acostado, cada una a un lado de la cama sin hablarse,
Esther no se había atrevido a darle el beso de buenas noches, ni
siquiera se había atrevido a rodear su cuerpo con sus brazos, sabía
que por propio egoísmo a su miedo descontrolado, Maca la dejaba
dormir con ella, pero ya le había reprochado su actitud aunque
había sido provocada por la misma Maca sabía que le iba a costar
hacerle entender aquella situación. Prefería para no alterarla dejarla
que ella misma estuviera tranquila y por lo menos descansara de
forma correcta para su mente. Sin embargo fue Maca quien le
preguntó sacándola de estos pensamientos.
M_ ¿Duermes?
E_ No –ninguna varió su posición en la cama.
M_ ¿Por qué tengo la visión confusa de decirte adiós?, mientras noto
como si me arrastraran.
E_ Es lo que pasó –se giró poniéndose boca arriba con los brazos
extendidos a ambos lados de su cuerpo, sin tocar a Maca que
también estaba en la misma postura-. El hombre tenía un cuchillo
en tu cuello, él arrastró de ti y lo último que me dijiste fue adiós
Esther.
M_ ¿Y qué pasó después?, ¿el accidente? –parecía hablar tranquila.
E_ Sí, se saltaron un alto policial y el coche salió despedido para tu
suerte, tú también. Llegó la ambulancia y Vilches que iba con ella te
estabilizó aunque llegaste muy mal.
M_ ¿Y? –parecía decidida a saber.
E_ Te operaron a vida o muerte, al salir Cruz me dijo que estabas
en coma, fue lo más duro que he vivido hasta ahora en mi vida.
Tenerte allí pero tú en tu mundo del silencio, sin poder hacer nada,
era una impotencia que... era insoportable.
M_ ¿Mis padres estaban? –preguntó sin mirarla pero reconociendo
en su voz el dolor por lo que habían pasado.

191 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Claro, tus padres, mi madre, todos los compañeros del hospital,
fuiste la protagonista por muchos días, hasta que te volvieron a
operar, y bueno...
M_ ¿Qué?
E_ ¡Joder Maca! –protestó suavemente-. Me hace daño recordar
aquello.
M_ ¿Por qué?
E_ Porque sufrí mucho, sufrimos mucho. Vilches quería retirarte el
respirador, yo me negué muchas veces porque prefería tenerte allí
de aquella forma, al menos podía acariciarte, besarte –se puso un
nudo en la garganta que siempre estaba ahí hasta cuando tan solo
lo recordaba-, no sé, todos me decían que me estaba volviendo loca
y debían hacerte la prueba. Así que a mi madre se le ocurrió
tenderme una trampa, me sacaron del hospital y te retiraron el
respirador, sin mi autorización, claro –Maca sintió ese dolor en su
voz, y Esther notó como la mano de Maca alcanzaba la suya
apretándola fuertemente, como si por un momento supiera que
necesitaba su tacto para seguir-. Me dijeron que podías estar así
días, meses o años, pero nada me importaba yo sabía que ibas a
volver, ¿recuerdas cuándo te hablábamos?
M_ No, solo recuerdo que me desperté, y tú estabas allí.
E_ Claro –bajó la voz para susurrarle-, eres mi vida, ¿cómo no iba a
estar allí si sólo me importabas tú? –entonces suavemente le tomó
la mano entre las dos suyas-. Creí volverme loca, hasta había
preparado todo en caso que tú murieras.
M_ ¿Mi entierro? –le preguntó confundida.
E_ No, mi muerte –lo dijo lentamente y Maca se estremeció-. Sabía
que sin ti no podría vivir pero sobre todo, no quería vivir.
M_ Pero... ¿y Daniel?
E_ Ya... –sonrió triste aunque se alegrara de escuchar el nombre de
su hijo en su voz-. Pensé que tú no lo harías, si hubiera sido al
contrario y mira que recé para que hubiera sido así, sabía que tú lo

192 ”Adiós Esther” © by ldana


superarías... yo no Maca... necesito vivir a tu lado, hemos perdido
mucho tiempo en tonterías, mucha vida en común por ser unas
cabezotas ante una mentira... y eso lo aprecié mientras te veía
consumirte en aquella cama –Maca suspiró mientras Esther le
besaba las manos-. No quería vivir sin ti... así de sencillo.
M_ Abrázame.

Pasaron la noche abrazadas, durmieron bajo la luz del fuego de


la chimenea, unidas sin separar sus cuerpos, tan solo de vez en
cuando Esther se despertaba, levantaba su cabeza y dejaba un beso
suave y fino en el rostro de Maca, que andaba enfrascada en sueños
sin sentido, y casi siempre el beso de Esther llegaba en el peor de
los momentos, entonces... Maca suspiraba tranquila, porque le había
regalado la calma más brutal que un ser humano podía entregar...
sin embargo aquella noche donde los recuerdos habían fluido y los
sentimientos, habían aflorado la piel, fue una noche de pesadillas y
miedos.
Esther estaba sumida en los recuerdos, se había separado del
cuerpo de Maca, se movía nerviosa y llegaba un momento en el que
Maca desaparecía por una puerta con un cuchillo en su cuello, sabía
lo que venía después, sabía el sufrimiento que iba llegar después de
aquel adiós, quería llamarla pero su garganta no dejaba fluir su voz,
no podía decirle que la quería mientras la figura de Maca iba
diluyéndose, entonces con la respiración jadeante y un dolor en su
pecho, pudo sacar la voz y un grito atravesó la noche, tal fue su
fulgor que hasta el tronco de la chimenea cayó impulsado por el
dolor de aquella voz.
E_ ¡Maca!, ¡Maca!.
M_ Cariño... Esther... Esther –la sacudió preocupada al ver su
desazón le dijo con la voz repleta de ternura-. Estoy aquí mi niña...
estoy aquí.
E_ Maca –se abrazó a ella mientras trataba de controlar
nuevamente la respiración.

193 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Ya está –sonrió acariciándole la cara-. Ya ha pasado.
E_ Lo vi tan real... otra vez todo...
M_ Lo has recordado, anda ven, ponte en mi pecho y deja que te
abrace.
E_ Maca mi amor...
M_ No pasa nada... estoy aquí y te prometo que nunca me iré –le
murmuró llenando de paz a Esther que escondió su rostro en el
pecho de una Maca tan desconcertada con su propia reacción, como
con la de Esther-. Te quiero.
Esther no pudo evitar emocionarse, levantar la cabeza y
mirarla haciendo un pequeño puchero. Maca le sonrió y le dijo
divertida
M_ Quizá mañana no lo recuerde o quizá si, pero gracias por estar a
mi lado y gracias por quererme así
E_ Maca –no pudo evitar ponerse a llorar mientras Maca la besaba-.
Te quiero
M_ Lo sé, y ojalá lo sepa mañana, y pasado y el resto de mi vida
E_ Lo sabrás, porque te lo demostraré todos los días... te lo aseguro
M_ Duerme cariño... estoy aquí.

En el Central, la actividad comenzaba a ser frenética, pero si había


alguien más frenética que el resto, era Teresa, no podía controlar la
emoción en su corazón de poder ir a ver a sus niñas como decía,
esperaba impaciente a Vilches que al verlo entrar acompañado por
Cruz fue en su busca.
T_ ¡Vilches llegas diez minutos tarde!
V_ No me toques los cojones Teresa –le replicó.
T_ No seas ordinario ¡Vilches!
C_ Haya paz, ¿no pensaréis ir todo el viaje discutiendo?

194 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Cruz, es que vamos a llegar tarde y tengo muchas ganas de
verlas.
V_ Joder, llegar tarde dice... pero si son las ocho de la mañana...
C_ Venga iros, ¿lo llevas todo Vilches?
V_ Sí, además he cogido alguna pastilla para Esther... según como
la vea haré.
C_ Pues venga –le dio un beso-. Ves con cuidado por la carretera,
oye Teresa y vale ya que me estás poniendo nerviosa, hasta a mí.
T_ Vamos Vilches venga, que estoy muy ansiosa hijo, ¡venga,
venga!
V_ Mira Teresa te digo una cosa ¿eh?, no me hagas arrepentirme de
llevarte.
T_ ¡Anda tira!, que tonterías dices...
V_ ¿Pero a quién se le ocurriría decirte nada? –murmuró mirando al
techo.
C_ Venga marcharos, va. Vilches –le tiró de la manga de la
chaqueta apartándolo de Teresa y en voz baja le susurró-. No me
hagas trampas ¡te lo advierto!
V_ Seré legal, te lo prometo.
C_ Más te vale –le guiñó un ojo mirándole sonriente.
T_ ¡Vilches!
V_ Ya voy Teresa ya voy.

Entre tanto en la montaña, el día había amanecido con una lluvia


intensa, el ruido de las gotas contra el techo, despertó a Maca, notó
junto a ella el cuerpo de Esther que dormía aferrada al suyo, con un
gesto de dolor trató de separarse y en el movimiento la despertó.
E_ Buenos días mi amor –susurró medio dormida y sin abrir si
quiera los ojos supo que Maca no estaba bien, la tensión que se
había inyectado en su cuerpo así se lo hizo ver. Rápidamente soltó

195 ”Adiós Esther” © by ldana


su cintura con disimulo y murmuró mientras se desperezaba-. ¿Está
lloviendo?
M_ Tengo hambre.
E_ ¿Qué hora es?
M_ No lo sé, pero tengo hambre –le contestó con seriedad y
distancia.
E_ Está bien... ¿quieres ir primero al lavabo?
M_ Sí.
E_ ¡Uf que frío se ha apagado la chimenea, joder! –murmuró
mientras se ponía la chaqueta y se dirigía hasta el lado de la cama
de Maca.
M_ No hace falta que me ayudes yo puedo sola –dijo muy seria
tratando de levantarse ante la mirada incrédula de Esther. Maca lo
intentó pero no pudo-. ¿Por qué no me mataría en aquel maldito
accidente, joder? –se preguntó con rabia.
E_ Porque tienes mucho que hacer –su voz sonó apagada pero trató
de inyectar un poco de ánimo.
M_ Mira Esther no me vengas con chorradas, no me vengas con
frases bonitas, ni palabras de aliento –la miraba con sus ojos y su
cara marcada por la ira más encolerizada que jamás Esther había
visto en ella, tanto que se asustó y se dirigió hasta ella con la
intención de ayudarla en silencio-. ¡Apartarte, no me oyes!
E_ ¡Ya está bien Maca! –le alzó la voz mientras su pecho se agitaba
por los nervios de verla en aquel estado, Maca clavó sus ojos en
ella-. ¡Mira si para ti es difícil para mí también, y si encima te pones
en este plan...! –al ver su rostro repleto de miedo se detuvo en
seco, se mordió el labio y después mientras daba un fuerte soplido
pasándose las manos por el pelo nerviosa dijo mirándola con pena-.
Lo siento no quería gritarte.
M_ Lo siento... –arrastró las palabras con tanta debilidad que casi
fue inaudible para el oído de Esther.

196 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Maca... tienes que controlar estos ataques de histeria que te dan.
M_ No puedo –cerró los ojos agachando la cabeza mientras su
melena caía sobre su rostro, Esther con suavidad posó sus dedos
temblorosos en su barbilla obligándola a mirarle-. No puedo
controlarme, no quiero gritarte, pero no puedo, lo siento.
E_ Está bien... mira... vamos a tranquilizarnos ¿eh?, creo que nos
irá mejor si tratamos cada una de poner de nuestra parte... me
desconciertas Maca, lo siento, de verdad me gustaría que todo esto
hubiera pasado ya... pero...
El silencio se apoderó de la habitación, Maca cerraba los ojos
con malestar pues sabía que Esther llevaba razón, no entendía
porque perdía así los estribos más aún cuando sabía como lo había
pasado con ella en el hospital, quería agradecérselo pero lo único
que sabía hacer era, provocarla, y por una vez, Esther no calló.
Esther por su parte se sentía mal por como le había hablado, pero el
cambio de la noche con su dulzura, con su comprensión a la mañana
con su odio y su incomprensión, aún le dolía mucho más, ¿por qué
continuaba con esa rabia contra ella?
Maca se levantó en silencio ayudada por Esther, la llevó al
lavabo, después a la cocina, le puso el desayuno sin cruzar ninguna
una sola palabra, quizá el día gris que asomaba tras la ventana
podía influir en su estado de animo. Sin duda había perdido por un
momento la paciencia. Y la veía allí desayunando con ese gesto
contrito que le dolía haber fallado, por eso, una vez terminó se
agachó delante de la silla de ruedas poniéndose ante ella de cuclillas
y mirándole a los ojos con gesto serio le dijo:
E_ Maca cariño, no quería gritarte... perdóname.
M_ Lo sé, llévame a la ventana, quiero ver como llueve.
E_ Si –le hizo caso y una vez la dejó en la ventana le dijo-. Voy a
arreglar la habitación, no tardo.
Maca no contestó fijó sus ojos en el horizonte, las montañas
estaban cubiertas por una fina niebla, como su corazón, una niebla
que en su caso a veces se volvía tan espesa que no reconocía nada

197 ”Adiós Esther” © by ldana


de lo que existía en su interior, mientras el cielo lloraba
intensamente como sus ojos, ante la peor incomprensión que ella
misma se tenía. Sus dudas, sus miedos, eran como esas nubes
densas que dejaban escapar lagrimas, ¿por qué lloraría el cielo?, era
más fácil encontrar esa respuesta, que la que se hacía
constantemente, ¿por qué lloro yo?

Por su parte en la habitación Esther sentía un nudo en su estómago,


cada poco tiempo necesitaba sacar de su interior un profundo
suspiro, sentía tanta rabia ante lo que estaban viviendo que sin
poder remediar terminó preguntándose si alguna vez volverían a
estar como aquellos días que tanto echaba de menos en aquel
momento, los días en que Maca se despertaba y hacía lo propio con
ella, llenándola de besos, o cuando volvían de trabajar y se metían
en la bañera juntas, para relajarse, o cuando veían la película
compartiendo palomitas de maíz, que tiempo aquel, y que poco
valor le dieron cuando lo disfrutaron. Su corazón sintió un pinchazo,
echaba de menos aquella Maca. Y no sabía muy bien si el día gris
estaba afectando más a Maca, o a ella.
Al salir, se acercó a ella y posó sus brazos alrededor de su
cuello, colocándose tras la silla, notó como Maca se separaba del
contacto, y aquel gesto crispó un tanto sus nervios que aunque trató
de controlarlos le hicieron perder su control al escuchar el
comentario de Maca.
M_ ¿Haces esto buscando que te perdone?
E_ No Maca –contestó cansada separándose de ella.
M_ ¿Qué es lo que quieres conseguir estando aquí, teniéndome aquí
encerrada?
E_ Solo quiero que te recuperes, te lo he dicho muchas veces –
contestó cerrando los ojos sin moverse de detrás de la silla.
M_ Apartándome de todos... ¡crees qué soy idiota!, te conozco
Esther... sé que lo que tratas de hacer es ganarme para que te
perdone.

198 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Mira Maca, hoy no estoy de muy buen animo ¿vale?, no me
pinches –le recriminó.
M_ ¿No estás de buen animo?... ya.
E_ Maca –le dio un giro a la silla de manera rápida y furiosa tanto
que Maca se mareó ante el movimiento brusco-. No pagues conmigo
tu frustración, no pagues conmigo tu ira, estoy poniendo todo por
mi parte para que esto no sea tan insoportable como lo haces tú.
M_ ¡Vaya ahora resulta que yo lo hago insoportable!
E_ Sí cariño, sí, comprendo que estés mal pero de ahí a que no
pares de hacerte la victima no lo soporto, porque yo también sufro
¿sabes?, es duro para ti pero también para mí ¡te enteras! –le gritó
mirándola con la expresión muy dura y los ojos brillantes de
malestar.
M_ Claro quieres ser la protagonista ¿no?, para que todos digan que
buena es Esther... está allí aguantado a Maca la insoportable.
E_ Quiero pensar que no sabes lo que me estás diciendo –se giró
metiendo sus manos en los bolsillos cerrando los ojos.
M_ Pues mira... te lo estoy diciendo quizá con la mente muy clara –
Esther se giró bruscamente-. Quiero irme de aquí... quiero estar en
casa... quiero estar con Daniel y sobre todo... quiero que te largues
¡no es lo qué querías!
E_ ¡Ya está bien! –volvió a gritarle y esta vez se agachó cogiendo la
silla de los brazos mirándola con sus ojos repletos de furia y su boca
en tensión pues no quería llorar-. ¿Quieres irte?, nos iremos,
¿quieres estar en casa, con Daniel?, de acuerdo, ¡no soporto más
esto me oyes! –cada vez iba subiendo más y más su tono hasta casi
rozar el grito que lleva la locura, las venas de su garganta parecían
iban a estallarle ante la mirada asustada de Maca-. Te he traído
hasta aquí porque pensé que era lo mejor, ¿no quieres?, nos vamos,
mira Maca he hecho todo cuando he podido, he mantenido la sonrisa
cuando me estabas destrozando el corazón, he mantenido la calma
cuando me has desesperado con tus negativas una y otra vez para
ayudar, ¡lo siento!, pero no puedo más –cerró los ojos con gesto

199 ”Adiós Esther” © by ldana


cansado, cuando los abrió, su tono fue una mezcla de frialdad y
dureza-. Si ha sido un error querer ayudarte de esta forma, ¡lo
siento!, pero no me jodas, ¿de acuerdo?, ¡no me jodas más!
Soltó la silla se levantó y se marchó hasta la cocina repleta de
furia e impotencia, sin poder evitarlo rompió a llorar como si fuera
una niña, temblaba pues sabía que había sido demasiado dura con
Maca, ¿cómo podía haber hecho algo así?, estaba enferma se
repetía, pero al mismo tiempo quería pensar que podía ser una
manera de ayudarla, demostrándole su impotencia, necesitaba que
la ayudara, “Maca ayúdame” se repetía mientras lloraba, “yo sola no
puedo con todo”, negó con la cabeza, no podía fallarle ahora, se
quitó las lagrimas tratando de buscar algo de consuelo en su alma y
con un gran suspiro salió nuevamente de la cocina, si la noche
anterior había llorado de emoción, ahora lo hacía de impotencia. Se
apoyó sobre la puerta de la cocina mirando a una Maca que
mantenía la mirada fija en el suelo, sus labios un tanto abiertos, y
su frente arrugada, al verla tan perdida, se dio cuenta que ambas
habían perdido los papeles, se acercó hasta ella sin mediar palabra,
Maca la miró con miedo y dudas, Esther se agachó le tomó las
manos y las besó, después se aferró a ella, de igual manera que
Maca lo hizo a su cuerpo que aún temblaba. Entonces la niebla que
cubría su corazón, como la que fuera había en la montaña, comenzó
a desaparecer poco a poco, y conforme lo hacía, Maca abrazaba más
y más fuerte a Esther dejándole un beso sobre el hombro. Ésta con
su voz repleta de dolor le murmuró cerca de su oído.
E_ No vuelvas a decir lo del accidente por favor, no vuelvas a
preguntarte porque no te mataste... pero si quieres una respuesta...
te la doy –entonces se separó de ella mirándola fijamente a los ojos
vidriosos de Maca-. Porque te necesito, mi vida...

Más calmadas, estaban en el sofá sin mencionar lo ocurrido. Maca


estaba leyendo o al menos trataba de hacerlo en voz alta, una y
otra vez debía parar, retomar la frase y continuar. Esther que

200 ”Adiós Esther” © by ldana


estaba sentada a su lado, la calmaba cada vez que cerraba el libro
de un golpe seco. Así se habían pasado gran parte de la mañana.
E_ Es un coche –dijo Esther al oír el motor-. ¿Será Fermín?
M_ Nunca viene con coche –contestó seria.
E_ Ya pero como llueve... voy a ver.
Se levantó hasta la puerta, y ver quien era con una expresión
un tanto de asombro, al abrir, ante ella estaba la figura de la
persona a la que había estado llamando toda la mañana
mentalmente, su grito de alegría alertó a Maca.
E_ ¡Teresa! –la abrazó emocionada al ver el rostro de su mejor
amiga allí con una sonrisa de felicidad, entonces le susurró al oído-.
Vienes en el mejor momento.
T_ Esther cariño... ¡Maca! –se dirigió hasta ella.
V_ Hola Vilches ¿qué tal estás?, que alegría más grande verte aquí –
dijo él mismo cruzando sus brazos sobre el pecho al ver que Esther
miraba emocionada como Teresa iba a por Maca.
E_ No seas tonto, ven aquí –lo abrazó fuertemente.
V_ Quita, quita –pero no hizo nada por soltarse de ella.
E_ No sabes la alegría que me da veros.
V_ Si lo sé –le guiño el ojo asintiendo con gesto serio.
T_ Dios mío Maca que cambiada estás –le decía mientras la
abrazaba fuertemente con una amplia sonrisa por su parte, y
sonrisa forzada por parte de ella-. Como se nota que Esther te cuida
¡si es que Esther eres de lo mejor!
E_ Bueno... os quedáis a comer, ¿verdad?
V_ ¿Tú qué crees?, ¿que me he pegado esta paliza para dejaros a
Teresa y yo marcharme sin comer?, ¡tú no estás bien de la cabeza!
–le recriminó ante su sonrisa y un suspiro de tranquilidad-. Anda
ves.
T_ Vilches que esto no es el hospital para que vengas mandando
¿eh?
201 ”Adiós Esther” © by ldana
V_ Dios tengo la batalla perdida con esta mujer –murmuró con
gesto muy serio.
E_ ¿Te quedas aquí Teresa? –la abrazó nuevamente.
T_ Si no os molesto, sí.
E_ ¡Cómo nos vas a molestar, tonta!, ¿verdad Maca que no?
M_ No.
E_ Bueno... voy a preparar algo de lo que Fermín me ha traído hoy.
T_ ¿Te ayudo?
V_ Sí, ves, quiero revisar mientras a Maca.
E_ ¿Quieres que me quede? –lo miró fijamente.
V_ No necesito ninguna enfermera pesada a mi lado dándome la
vara, anda ves corre que tengo hambre.
T_ No sabes el viajito que me ha dado hija –se quejó Teresa
perdiéndose por la puerta de la cocina mientras se cogía del brazo
de una Esther feliz.
V_ Hola Maca –se sentó enfrente suya.
M_ Hola Vilches –lo miró seria.
V_ ¿Cómo estás?
M_ Perdida.
V_ ¿Haces algo por encontrarte? –la miró serio.
M_ ¿A ti que te parece? –sus ojos aparecieron ofuscados y tristes.
V_ No estoy seguro, tu cara me dice que no.
M_ ¿Qué quieres que haga?
V_ Una sonrisa a Teresa no hubiera quedado muy mal –abrió el
maletín.
M_ No me apetece sonreír, ¡estoy harta!
V_ ¿De estar en este maravilloso lugar?
M_ No.

202 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ ¿De comer cosas naturales?
M_ No.
V_ ¿De la medicación?
M_ No Vilches, no –contestó cansada.
V_ ¿De no recordar? –la miró enarcando una ceja-. Tampoco... ¿no
será de... Esther?
M_ Sí... de eso mismo.
V_ Voy a reconocerte.
No hubo más comentario mientras la reconocía haciendo
incluso que se pusiera en pie, que le apretara la mano con su brazo
y mano más débil, que le leyera en voz alta. Una vez ella acabó le
dijo.
V_ No creo que tengas ningún derecho a estar harta de Esther... por
lo que veo has avanzado más de lo que yo mismo esperaba. Ahora
bien, si no quieres seguir aquí y no quieres seguir con esta
recuperación junto a tu mujer, no hay ningún tipo de problema –
elevó sus hombros mientras guardaba las cosas en su maletín, tras
una pequeña pausa finalmente añadió-. Te ingreso en un centro
para que te rehabiliten piénsalo y después me das la respuesta.
Maca guardó silencio...

En la cocina, Teresa había abrazado fuerte a Esther que sin


poder evitarlo se había puesto a llorar, la mujer la miraba apenada
por su estado, si bien era cierto que a Maca la notaba mucho mejor
y recuperada, a ella por el contrario, la encontraba peor, su rostro
demostraba sin poder evitarlo como se sentía su interior, y la mujer
que tanto la conocía la obligó a sentarse junto a ella.
T_ No estás bien Esther.
E_ Hoy hemos tenido un mal día, supongo que debe ser el tiempo –
se quejó poniendo mala cara.
T_ Ya. ¿Qué pasa?, ¿está portándose contigo mal?, ¿eh?

203 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Lo hace sin querer –dijo rápidamente para disculparla-, y ya no
es eso, más bien son sus cambios de humor, un rato esta bien otro
me echa por el suelo. No sé –miró a la mujer con dudas en sus ojos-
, en el hospital estaba segura de todo cuanto le hacía, aquí... dudo
de todo.
T_ En el hospital estaba en coma –le apretó la mano fuertemente
transmitiéndole su cariño y apoyo-, ahora está demasiado despierta.
E_ Lo sé, pero Teresa te lo juro te he estado llamando con el
pensamiento, te necesitaba, hoy más que nunca en mi vida.
T_ Pues aquí me tienes, he abandonado a mi marido por estar dos
días aquí –dio una carcajada arrancándole otra a Esther-. Tenía
ganas de veros, he hablado con tu madre y sus padres antes de
venir. Están preocupados por ti.
E_ Bueno... imagino que debo tener subidas y bajadas según son las
suyas, claro –esta vez fue ella quien le tomó la mano sonriendo-. No
sé como te voy a agradecer todo lo que haces por mí.
T_ Cambiando la cara, sonriendo.
E_ Espero que Vilches la encuentre bien.
T_ ¡Uy Vilches me había olvidado de él!, corre preparemos algo de
comer o de lo contrario nos vendrá con una de sus broncas.
E_ Tienes razón –sonrió ayudándole mientras Teresa le contaba
cosas del hospital.

En el hospital, Cruz esperaba en la sala de médicos junto a


Héctor noticias de la pareja, habían hablado durante el viaje con una
exultante Teresa.
H_ La verdad que yo pensé que Maca se moría.
C_ Y yo Héctor... creo que la presencia de Esther la ha ayudado
mucho... depende mucho de ellos como se recuperen y como salen
de esta situación, estoy convencida vamos, que si Esther no hubiera
estado a su lado, el desenlace hubiera sido muy distinto.

204 ”Adiós Esther” © by ldana


H_ Ahora sólo hay que esperar que pase pronto esa amnesia.
C_ Eso es lo peor... Esther tuvo el otro día un bajón cosa muy
natural pero demasiado pronto.
H_ Debe ser un infierno ver a la persona que amas así –dijo
lentamente mirando su taza de café.
C_ Y más ellas, creo que no se merecen esta situación... pero hay
tantas cosas que en la vida no te mereces y tienes.
H_ Pues si. ¿Y vos pensaste que iban a reconciliarse nuevamente?
C_ Sí, baches en nuestras relaciones tenemos todos, y lo de ellas
fue un bache clarísimo, pero sí, están hechas la una para la otra eso
es inevitable –entonces sonó su móvil y vio el nombre de Rodolfo-.
¿Vilches?
V_ Ya hemos llegado Cruz, joder pero aquí la cobertura es pésima te
oigo fatal.
C_ Dime como están al menos –Héctor la miraba atento.
V_ Maca más perdida que un pulpo en un garaje, Esther bastante
mal.
C_ ¿Y qué vas a hacer?
V_ De momento darme una comilona que me está preparando
Teresa... una vez tenga el estómago lleno, ya veré.
C_ ¿Y... de lo otro?
V_ Pues que la cabrona de Teresa parece que no sabe como
joderme, has ganado tú Cruz.
C_ ¡Lo sabía! –sonrió ampliamente pero entonces volvió a poner su
gesto serio-. Está bien, hasta luego.
H_ ¿Qué dijo?
C_ Parece que quien peor está es Esther... no sé que va a hacer
Vilches me dijo que si eso sucedía tendría que traérselas, no
queremos que esto influya en la salud de Esther, ya es bastante
como está Maca de perdida.

205 ”Adiós Esther” © by ldana


H_ Yo tuve un paciente, que estuvo dos años perdido, y de repente
un día se levantó y volvió a ser el mismo de siempre, durante un
año su mujer lo aguantó pero después se marchó de su lado,
cuando él volvió en si mismo y le explicábamos la situación, nomás
lloraba y salió escopetado a buscarla. Comprendo a Esther.
C_ Si y lo peor... que Maca tiene información en su mente
suficiente, como para destrozarla en reproches –dijo con pena.
H_ Esperemos que esa cabeza funcione pronto.
C_ Pues sí.
H_ ¿Y puedo saber esa alegría que te entró de repente?
C_ Claro –se levantaron para salir de la sala-. Me aposté con Vilches
a que Teresa no decía nada de que iba a ir a verlas.
H_ ¿Y?
C_ Pues que no dijo nada y me he ganado 100 euros –sonrió
dejándole pasar.
H_ ¡Qué bárbara!, yo hubiera perdido seguro ¿eh? –sonrió.
C_ Esta era fácil, Teresa las quiere un montón y seguro que ni
durmió pensando en darles la alegría.

Llegó la hora de comer y fue un rato muy agradable si no fuera


porque Maca seguía encerrada en su mundo, sin saber muy bien
cual era, tanto Teresa como Vilches, hablaron de anécdotas del
hospital que contadas por él siempre resultaban de lo más
divertidas, después del café, ayudaron a Esther a llevar a Maca a la
cama para que descansara. Allí se quedó Vilches con ella un rato con
la excusa de que iba a despedirse.
V_ ¿Has tomado una decisión?
M_ No puedo tomar decisiones Vilches.
V_ Muy buena, esta es muy buena para no dar tu brazo a torcer con
Esther, prefieres decirme que no puedes tomar decisiones –se sentó
a su lado en la cama mientras ella juntaba sus manos mirándolas

206 ”Adiós Esther” © by ldana


fijamente-. Maca, cuanto te pasa es normal... tienes afectada la
parte de tu emotividad y eres capaz de odiar y amar con la misma
fuerza, en tan solo un segundo, no culpes a Esther ella lo único que
ha hecho es amarte, más de lo que todos pensábamos, por eso, pon
de tu parte o de lo contrario si veo que esto la afecta a ella, os
separaré. ¿Entendido?
M_ Yo tampoco tengo la culpa.
V_ Lo sé. Vendremos a recoger a Teresa, pero esta vez lo hará
Javier, yo creo que estás mucho mejor de lo que creíamos no hace
falta que vuelva. Cuídate Maca –ella lo miró con tristeza y seriedad,
entonces añadió con tono un tanto suplicante-. Y cuídala.

Hasta el porche habían salido a despedirlo Esther y Teresa.


T_ Cuando llegues llama Vilches.
V_ Joder Teresa eres peor que mi madre.
T_ ¡Anda, anda no me vengas con cuentos!
V_ Esther, Maca está mucho mejor de lo que yo pensaba –ella
sonrió con tristeza-, creo que ahora tú ya te has dado cuenta de lo
duro que es... así que... a lo hecho pecho, pero una cosa si te digo,
si veo que esto te afecta más de lo que puede afectarte, no tendré
miramientos, me la llevaré. ¿Entendido?
E_ Sí Vilches, gracias –le dio un beso en la mejilla.
T_ Si en el fondo va de duro, pero es de un tierno.
V_ Me voy, antes de que te conteste a eso –le dijo con seriedad.
T_ Llama cuando llegues –le dijo sacudiendo su mano al aire-. Nada,
éste no llama.
E_ Ya verás como sí.
T_ ¡Uf que frío hace aquí, no!
E_ Si –dio una carcajada-, vamos a ponernos cómodas junto a la
chimenea.

207 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ ¿Te apetece otro café?
E_ Bien ya voy yo...
T_ De ninguna manera, tú a descansar, ¿para qué crees que he
venido?, ¡venga!
E_ Está bien –mostró una sonrisa agradecida-, voy a ver a Maca y
vuelvo.
Esther fue hasta la habitación con cuidado por si dormía, al
llegar la vio de lado con el pelo sobre su cara, le pareció entender
que dormía, le retiró suavemente el cabello y con una sonrisa le
dejó un beso en la mejilla.
E_ Te quiero
Cuando salía por la puerta, Maca abrió los ojos, se aferró con
fuerza la sábana a su cuello con expresión adusta.
Una vez en el comedor, se reunió con una Teresa que se
notaba estaba feliz de estar allí, le sonrió al sentarse.
T_ Oye esto es una auténtica pasada ¿eh?
E_ Sí, la verdad que es un lugar maravilloso repleto de paz que me
ayuda a controlar mi propia desesperación.
T_ Esther, yo te veo bastante mal cariño.
E_ Vilches tiene razón, no es nada fácil –hablaban en susurros para
no molestar el sueño de Maca.
T_ Lo sé, todos los sabemos y créeme que todos estamos
preocupados.
E_ Gracias porque aún en la distancia siento vuestro apoyo.
T_ Uy pues eso no es nada, en el hospital todo el mundo debe
pensar que yo soy vuestra portavoz –Esther sonrió tratando de no
alzar el tono-. Ya te digo hija.
E_ ¿Cómo está Daniel? –le preguntó tras beber un sorbo de café.
T_ Muy rico, con sus abuelos ¿cómo crees que estará?
E_ Le echo de menos.

208 ”Adiós Esther” © by ldana


En ese instante Maca se incorporó como pudo en la cama,
podía oír sus voces claramente y aunque hablaran en susurros sabía
cuanto hablaban. Escuchaba con atención con el ceño fruncido y su
corazón latiendo como si fuera un caballo a galope por uno de
aquellos pastos verdes que rodeaban la casa.
T_ ¿Esther... no ha recuperado nada de memoria?
E_ A veces sí, pero es como si su memoria fuera selectiva, como si
sólo le permitiera elegir lo malo –dijo decaída mirando al fuego.
T_ Entiendo –asintió cabizbaja dando vueltas al café mientras Maca
escuchaba atentamente-. ¿Y qué recuerda?
E_ El abogado, tiene fijación con él –Teresa abrió los ojos como
platos-, también recuerda que nos íbamos a separar, y que yo me
había liado con Luna.
T_ Jesús –arrastró con lentitud la palabra-. ¿Y de la reconciliación?
E_ Nada, para ella es como si yo estuviera aquí para ganarme su
confianza... no sé... no entiendo lo que le pasa, se ha borrado su
sonrisa –Maca sintió un pinchazo en su cabeza nuevamente las
imágenes confusas, las palabras de Esther estaban llenándole de
dudas-, yo no puedo vivir sin ella, si no la veo sonreír es como si me
faltara algo.
T_ Ten paciencia, esto va a ser un camino largo y difícil.
E_ Lo sé... lo sé... y no me importa –dijo suspirando profundamente
mientras Maca se sujetaba la cabeza-, la amo demasiado para
volverla a perder.
M_ ¡Esther! –gritó Maca con su tono de voz repleto de dolor.
E_ La cabeza, seguro –salió corriendo hasta el cuarto y Teresa tras
ella que al ver a Maca envuelta en lagrimas y dolor se quedó
paralizada-. Dame ese frasco Teresa por favor.
T_ Si.

209 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Ya está mi amor... ya está... ya pasó –la acunaba entre sus
brazos meciéndola con cariño ante la mirada triste de Teresa-. Ya
pasó.
M_ No lo puedo soportar...
E_ Ya... tranquila, venga abre la boca, toma mi amor, tranquila.

Teresa contemplaba los movimientos de Esther con el rostro


apagado, sabía que aquella crisis debía ser ya para ella demasiado
conocida, y sintió una profunda pena en su alma, ver el rostro
perdido y la expresión de dolor en la cara de Maca, le hacía daño,
pero ver ese gesto de desespero en Esther, le dolía más todavía,
aquella difícil situación, estaba dejando huella y marcas en ambas,
quizá todo pasara cuando Maca volviera a controlar su mente, pero
entonces, le daba miedo lo que pasaría con Esther.
Cuando Esther la vio más tranquila, la dejó recostada sobre los
almohadones, las pastillas comenzarían a hacer efecto en ella y todo
iría calmándose, sabía que aquel dolor debía ser insoportable, y se
preguntaba en su interior cuanto tardaría en reaccionar. Solo
cuando la vio dormir fue capaz de separarse de ella, salieron al
comedor y una vez allí, Esther se sentó en el sillón apoyando sus
codos en las rodillas y tapando su rostro con ambas manos, un
gesto que demostraba claramente, lo que sentía su interior. Teresa
se sentó a su lado y pasó su brazo rodeando su espalda, y su mano
apretó con fuerza el hombro de su amiga, ella rompió a llorar como
sabía que necesitaba, pero allí estaba la persona que siempre le
había ofrecido su hombro, la persona que una y otra vez, siempre
que la necesitaba estaba a su lado sin fallarle. Pasó un buen rato
acunada sobre el pecho de Teresa que no sabía muy bien como
consolarla porque ella misma se había quedado paralizada al ver el
comportamiento de Maca.
T_ ¿Te preparo algo para tranquilizarte?
E_ No, Teresa, es que creo que si no exploto con lagrimas, el
corazón me va a explotar de otra manera.

210 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ No digas eso hija, ¡no vayamos a llamar al mal agüero! –le dijo
entre juntando graciosamente sus cejas.
E_ Tienes razón –sonrió triste-, ya has visto como está, seguro que
recordó algo que tiene que ver con nosotras, seguro que su mente
le ha vuelto a pasar una mala jugada.
T_ ¿Siempre se pone así?
E_ Cuando le pasa esto, casi siempre –dijo decaída retirándose las
lagrimas de sus ojos.
T_ Ahora entiendo como estás tú, de pensar lo que puede pasar a
kilómetros de distancia, a verla entiendo como estás cariño, porque
si a mí me duele el corazón imagino la rabia que debe haber en el
tuyo por esto.
E_ Sé que para ella debe ser duro, muy duro, si vieras cuando lee y
no puede concentrarse, o cuando trata de recordar y no se acuerda,
yo nunca le había visto de la manera que se pone, no estoy
acostumbrada a que me grite de esa forma, y cada vez que lo hace,
aunque sepa que no es ella, sino, su desconcierto, pues me hace
daño, mucho daño y entonces me descontrolo, todo el control que
me obligo a tener, lo pierdo.
T_ Imagino –suspiró con fuerza-, y es lógico Esther.
E_ ¿Crees que he hecho bien trayéndola aquí?
T_ Pues claro, imagínate esto en casa, con sus padres, con Daniel,
no lo dudes, es mejor así cariño –le acarició la barbilla con ternura y
una sonrisa sincera.
E_ A veces pienso que si estuviera aquí su madre, o la mía o incluso
tú, no tendría estos ataques.
T_ ¿Por qué dices eso? –la miró un tanto confundida.
E_ Porque parece que quien le crea esa angustia soy yo.
T_ Claro no sé que puedes esperar –esta vez quien la miró
confundida fue Esther-. Si hija si, eres a la persona que más ama,
¿cómo no va a estar así?, tú no sabes que a quien más se quiere...

211 ”Adiós Esther” © by ldana


es a quien más se le hace sufrir. ¡Venga quita esa cara por favor!,
voy a contarte chismes y cosas divertidas, necesitas descansar
también un poco de Maca.
E_ No, de Maca no, de su amnesia –sonrió.
T_ Por cierto, tengo que decírtelo y será mejor ahora que ella
duerme, no vaya a ser peor si me escucha.
E_ ¿Qué ha pasado? –le preguntó un tanto tensa el ver que Teresa
ponía gesto serio.
T_ Vino al hospital un chico preguntando por ti.
E_ ¿Por mí?
T_ Sí, no me gustó nada. Me insistió en que le diera tu número de
teléfono.
E_ ¿Se lo diste? –su mirada era un tanto preocupada.
T_ ¡Ay Dios mío!, se nota que estas a falta de más cosas que no
sean Maca ¿eh?, estás tú un poco torpe, ¡cómo se lo voy a dar! –
Esther sonrió-. Bien, se llama Pablo me dijo que fue un novio tuyo y
que había venido a Madrid, que el tiempo no pudo hacer que te
olvidara –dobló su boca un tanto a la izquierda mientras hacia un
sonido gutural.
E_ ¿Pablo? –murmuró aturdida.
T_ Sí eso me dijo.
E_ Pues no caigo –repitió su nombre como si realmente no supiera
quien era.
T_ Pues cuando caigas ya me cuentas, porque el tipo tenía muchas
ganas de localizarte nuevamente.
E_ No sé quien es...
Entonces sonó el timbre de la puerta asustándolas. Esther con
una sonrisa se dirigió hasta la puerta para abrir y allí al otro lado se
encontró con una Carmen sonriente como siempre que llegaba.
E_ Carmen pasa, pasa, mira te voy a presentar a la persona que
más nos ha ayudado a Maca y a mí, Teresa está es Carmen –Teresa
212 ”Adiós Esther” © by ldana
se levantó con una sonrisa agradecida por las palabras dichas con
tanto cariño por Esther-. Carmen es Teresa.
T_ Encantada –se besaron sonrientes.
Ca_ Lo mismo digo, tenía ganas de conocerla, Esther no ha parado
de hablarme de usted.
T_ Por favor, no me hables de usted, -sonrió-. Y a mi también me
ha hablado mucho de ti.
E_ Bueno... el día que era negro se ha cubierto de luz –sonrió
ampliamente-. Voy a preparar café y merendamos juntas, antes
miro a Maca.
Cuando la vieron marcharse con la sonrisa en la boca, Carmen
se sentó enfrente de Teresa que seguía observando a una Esther
renovada y le dijo.
Ca_ Le hacía falta que viniera alguien.
T_ Si, esto para ella es un infierno, pero creo que no está sola –le
insinuó con un tono repleto de agradecimiento.
Ca_ Yo hago cuanto puedo, pero necesitaba tu presencia, yo lo he
notado –le sonrió-, nada más hace falta ver con el inmenso cariño
que habla de ti.
T_ Para mí que solo tengo chicos, es como una hija.
Ca_ Se nota como la miras.
T_ Y Maca también, ¿eh?, fui su madrina en la boda –dijo
emocionada.
Ca_ Lo sé –dio una carcajada-. Me lo ha contado. ¿Cómo sigue
Maca?, por qué por las palabras de Esther me imagino que mal.
T_ Ha tenido una crisis –Carmen puso gesto de pena-, yo no sé
cuando esa cabeza va a volver a su sitio, si tarda mucho a Esther le
va a dar algo.
Ca_ Es una lastima lo ocurrido.
T_ Pues si.

213 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Aunque te aseguro que nada pasa por que si.
T_ Yo también digo eso –asintió con gesto seguro.
Ca_ Quizás es una prueba, Dios a veces nos manda mensajes y no
los sabemos leer.
T_ Ellas habían llegado a un punto de hacerse mucho daño, todo por
una mentira –dijo con rabia-, pero estoy de acuerdo, quizá sea una
prueba de Dios para que las dos se den cuenta de lo mucho que se
aman.
Ca_ La lastima es que no sé si Maca se da cuenta o se dará cuenta.
T_ Vilches, ¿lo conoces, verdad? –ella asintió sonriente-, pues dijo
que todo esto es un paréntesis y que cuando recupere su memoria,
recordara estos episodios también, así que estoy segura que es una
prueba, además déjame decirte que fíjate tú, encontraron este
maravilloso lugar, y a ti –Carmen sonrió y Teresa mirando un punto
indefinido y poniéndose la mano en su barbilla puntualizó-. Estoy
segura que es así y que esto les hará unirse mucho más.

Mientras ellas hablaban animadamente, pues habían hecho


muy buenas migas enseguida que se conocieron, Esther se había
sentado junto a Maca, la veía respirar tranquila, la besó con
suavidad y le murmuró con la voz repleta de ternura
E_ Cariño... ¿qué estarás soñando?, ¿qué estará pasando en tu
cabeza?, cuanto me gustaría llenarte de calma, cuanto me gustaría
poder rodearte con mis brazos y borrar tu gesto de miedo, ¿sabes?
–hizo una pausa mientras se llenaba de su presencia mirándola
detenidamente con enorme amor-, creo que hoy hemos perdido las
dos la calma, y esto tenía que pasar solo me daba miedo lo que
pasaría llegado el momento, pero aquí estamos juntas como
siempre –le sonreía acariciándole el cabello con ternura-. Como
siempre estaremos, juntas luchando. ¡Ay Maca! –suspiró con fuerza.

214 ”Adiós Esther” © by ldana


Merendaron las tres mujeres entre sonrisas, Esther se
levantaba continuadamente para ver a Maca, la pastilla le había
hecho efecto y parecía estar relajada, aunque su despertar podía ser
una auténtica incógnita. Cuando cayó la noche, Carmen se retiró
con una sonrisa en los labios y despidiéndose de Esther que la
acompañó hasta el porche le dijo:
Ca_ Me voy más tranquila, hoy he visto en ti nuevamente esa
sonrisa maravillosa que sé es la calma de tu alma –le acarició la
cara con ternura-, sé que lo vas a conseguir Esther, vas a salirte con
la tuya, Maca tiene fortuna en tenerte a su lado.
E_ ¡Qué va Carmen!, cuando Maca esté bien, verás que la
afortunada soy yo –la abrazó fuertemente-. Pero gracias por esta
maravillosa tarde, solo espero que cuando Maca esté bien, pasemos
muchas así.
Ca_ Esther –su tono apareció repleto de advertencia-, no quiero que
te lo tomes mal hija, pero... deja de pensar tanto en Maca, piensa
un poco en ti solo así la ayudarás más –Esther la miró un tanto
dubitativa ante el tono tranquilo y sincero de la mujer que la miraba
fijamente a los ojos-, si tú estás bien, ella estará mejor, depende de
ti cariño.
E_ Gracias Carmen, la verdad que soy afortunada en muchas cosas,
en encontrar este lugar, en encontrarte a ti, en tener a Teresa, no
me puedo quejar.
Ca_ Pues piensa en eso cada vez que te vengas a bajo, que es la
cosa más normal del mundo en estas circunstancias, ver a quien
quieres así como está Maca es duro, pero piensa que alguien
siempre estará a tu lado, solo tienes que elevar tu voz si no te
escuchamos, y al instante nos tendrás, ¿y sabes por qué? –ella la
miró con una sonrisa pequeña dibujada en sus labios con cierto
temor-. Porque eres buena gente, porque tienes un corazón que no
cabe en tu pecho y porque a tu lado tienes una mujer que merece la
pena para todos, simplemente por eso.

215 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Gracias Carmen –la abrazó emocionada-. Vaya con cuidado por
favor.
Ca_ Tranquila.
La vio perderse por el camino angosto de plantas y árboles,
entonces fijó sus ojos en el hermoso cielo encapotado y gris, aún
siendo un día pésimo y triste, era hermoso en aquel lugar, el olor
que manaba la tierra unido a la visión maravillosa del entorno que la
vigilaba en silencio era digno de disfrutarlo y pensó de inmediato en
Maca, a ella le gustaban estos días, recordó con una sonrisa en sus
labios como en la Sierra, mientras ella dormía, Maca hacía
fotografías al cielo, a las montañas, a la lluvia, era una apasionada
de las cosas bellas, tan bellas como lo era ella. Se abrazó a si misma
con fuerza, ante la ausencia de Maca para hacerlo notó un escalofrío
recorrer su piel, sabía porque, al recordar la Sierra, recordó toda la
felicidad que allí habían compartido, y porque aquel lugar tenía para
ella un significado especial. Aquella casita fue el pretexto de Maca
para volverla loca, aquellos besos que había labrado en su piel como
fuego, unos besos que cambiaron totalmente su vida, y nuevamente
sonrió, al recordar todo desde el principio.
E_ Maca mi amor –susurró mirando al cielo y buscando con un
fuerte suspiro encontrar lo que buscaba-. Ayúdame cariño...
Con nueva energía entró a casa y se dirigió directamente hasta la
habitación, pues Teresa discutía con su marido sobre como se
encendía el microondas y que fiambrera tenia que usar. Al llegar la
vio durmiendo y con su sonrisa instalada en sus labios se sentó a su
lado, le acarició lentamente el brazo, la beso con suavidad y con
toda la ternura que poseía se dedico a despertarla para que nada le
pudiera alterar.
E_ Cariño... venga dormilona.
M_ Mmmm –se estiró con fuerzas y sus ojos cerrados.
E_ Es tarde y tienes que levantarte.
M_ Estoy mareada –susurró mientras apoyaba su mano sobre la
frente cerrando los ojos.

216 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ A ver... déjame que te tome la tensión –se levantó y volvió con
el aparato entre sus manos y gesto concentrado.
M_ Deja no es nada –trató de incorporarse-. ¿He soñado que había
venido Teresa?
E_ No mi vida, a ver déjame no seas cabezota –trató de ponerle en
su muñeca el tensiómetro que Maca se negaba a dejarse hacer. Y
tratando de suavizar la tensión que había en aquella lucha sonrió y
le dijo-. Está discutiendo con su marido por teléfono, no sabe poner
el microondas.
M_ ¡Joder quieres dejarme ya! –le apartó las manos de su muñeca-.
Que pesadita por favor.
E_ Maca mi vida quiero ver si es la tensión.
M_ ¡Qué me dejes! –le espetó mirándola con rabia a los ojos
desatando los nervios de Esther-. ¿Te ha quedado claro?
E_ Está bien, no quieres que te tome la tensión, no hay tensión –
echó con todas sus fuerzas el tensiómetro contra la pared
rompiéndolo, entonces suspiró y le dijo mirándola con una sonrisa-.
Ya está.
Por un momento hubo un silencio pesado entre ellas, Esther
había vuelto a perder los nervios sin poder remediar lo ocurrido, y
Maca, había vuelto a no controlar sus ganas de hacerle daño. Como
resultado ambas se miraban con seriedad y desafío, hasta que
Esther se lanzó sobre Maca besándola apasionadamente sin pensarlo
dos veces porque se moría de ganas y no quiso controlarse más,
mientras que Maca no tuvo tiempo de reaccionar y lo único que
pudo hacer fue continuar el beso intenso que Esther dejaba en su
boca, saborearlo y sentir como su interior hacía una fiesta y su
corazón se despertaba sacudiendo de manera intensa como si fuera
un terremoto esa coraza que llevaba contra todo lo que hacia
Esther.
E_ Ahora te levantas cariño, y vamos a cenar que Teresa ha hecho
la cena –le dijo como si nada hubiera pasado mientras la cara de

217 ”Adiós Esther” © by ldana


Maca reflejaba un desconcierto total y una felicidad por el beso
recibido que la trastornaba-. Vamos, si te portas bien, tendrás más.
M_ ¿Más?
E_ Besos –le guiñó el ojo una vez la sentó en la silla de ruedas.
M_ Así a la fuerza, ¿así es como actúas siempre? –la miró de reojo y
al segundo se arrepintió de haberlo dicho.
E_ No –le susurró tan bajito en el oído que sintió como se erizaba su
propia piel-, sabes que no... sabes que actúo mucho mejor... intenta
recordar.
Maca no pudo responder porque no supo con que, aquellas
palabras, la reacción de romper el tensiómetro y el beso intenso la
habían dejado totalmente desprotegida y no sabía como actuar.

Cuando Vilches llegó al hospital, lo primero que hizo fue hablar


con todos que le estaban esperando antes de marcharse a sus
casas.
J_ Entonces si es así... no creo que demore mucho en andar.
V_ Mira Javier, yo estoy casi seguro que en un par de semanas
podría mantenerse en pie, siempre y cuando su cabeza le deje
trabajar.
L_ ¿Y cómo está Esther? –le preguntó Laura.
V_ Yo la veo jodida, pero bueno... todos sabíamos que esto le iba a
ocurrir.
H_ No es fácil estar al lado de una persona así, en ese estado.
V_ La verdad que hasta a mí me desconcertó, al llegar la mujer que
encontré no tenía nada que ver con Maca, después, con quien hablé
me recordaba a ella pero tampoco podía ubicarla dentro de aquella
persona –hizo un puchero de incredulidad con su barbilla y agregó-.
Solo quiere que Esther se vaya pero cuando utiliza su memoria, solo
quiere que Esther se quede.

218 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Es normal, imagínate si para ti es desconcertante para ella... o
para la misma Esther...
V_ Si.
L_ ¿Y Teresa? –le preguntó sonriendo Laura.
V_ Llorando a lagrima viva, ¡joder qué se me ha olvidado llamarla! –
entonces sonó el móvil y todos sonrieron, marchándose cada uno a
casa-. Dime Teresita, si, si he llegado bien... ahora te iba a avisar...
que si... venga. No me digas, pásamela anda –tapó el auricular y le
dijo a Cruz-. Maca ha tenido otra crisis.
C_ Vaya –se quedó mirándolo mientras sacaba su bolso del armario.
V_ ¿Qué ha pasado Esther?, si, si –asentía cada palabra que ella le
comentaba-. De acuerdo, mira, no quiero asustarte porque tú ya
sabes que esto puede pasar, pero... no me extrañaría nada que
tuviera una crisis violenta y quiero que sepas lo que tienes que
hacer. Si Esther la he visto perdida, si, pero escúchame, ¡escúchame
Esther joder! –cerró los ojos ante el agobio que sintió en ella-. Sólo
si tiene una crisis de esta índole, debes inyectarle lo que te he
dejado hoy, te dije que sólo en caso de urgencia, así que por favor
no se lo pongas de no ser necesario. Vale, vale, venga buenas
noches.
C_ ¿Ha sido fuerte?
V_ Parece que un poco, yo creo que el problema de Maca aún lo
tiene que sacar fuera de ella, todas las dudas que tiene todos los
miedos... todo lo tiene que sacar y cuando esto suceda, Esther va a
sufrir mucho, no está preparada.
C_ ¿Por qué no te las has traído?
V_ Pues porque sé que por una parte no está preparada pero sin
duda por otra, creo que es lo mejor, debías ver como la cuida.
C_ Ya me imagino, Esther la quiere con toda su alma. Y cuando
Maca recupere su memoria y con ella el amor, todo acabará siendo
feliz y tranquilo para ellas nuevamente.

219 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ ¿Y si tarda en recuperarlo?, sabes que puede ser, que su shock
fue muy fuerte y que podría estar así mucho tiempo.
C_ Pues entonces... habrá que ver la capacidad de aguante de
Esther.
V_ Bueno... toma –sacó de su bolsillo un billete de cien euros-. Soy
legal.
C_ Gracias.
V_ Pero la cabrona de Teresa me las va a pagar.
C_ Ya –sonrió contenta-. ¿Sabes una cosa Rodolfo? –él la miró con
detenimiento-. Creo que más que médico eres mago... justo cuando
más lo necesitaba Esther, llegas... sí, eres maravilloso.
V_ Anda, anda no me vengas con esas –protestó.
C_ Tú hazte el fuerte –dio una carcajada-. Mira, ¿no es la madre de
Esther?
V_ Sí, vamos.
Encarna estaba en el muelle con gesto de preocupación, al ver
a la pareja un gran suspiro salió de su pecho, se acercó a ellos que
se alertaron pensando que algo le había pasado.
En_ No hijo no, estoy bien, el niño y mis consuegros también, pero
es que delante de ellos no quería preguntaros.
C_ Claro, vamos a la cafetería de enfrente, venga.
En_ Gracias hijos, os lo agradezco.
Una vez en la cafetería, todos se sentaron y pidieron, cuando el
camarero les dejó las bebidas, una Encarna nerviosa les habló.
En_ Sé que mi hija es adulta para hacer lo que ha hecho... pero sé
que debe estar sufriendo lo suyo y tengo miedo por ella –ellos
cruzaron sus miradas, Encarna hizo un gesto nervioso y sacó de su
bolso un pañuelo-. Me dice que está bien... e insiste en que ella está
controlando la situación y no le afecta, que lo que quiere es que
Maca se recupere cuanto antes, que ella no es quien importa ahora,

220 ”Adiós Esther” © by ldana


que está fuerte y bien es lo único que sabe repetir, pero sé que no
es así.
V_ ¿Y qué pretende que hagamos? –Cruz lo miró seria por el tono
con que habló.
En_ No lo sé, llevo dos noches sin dormir, por un lado está Maca, a
la que adoro a la que siento como algo mío también, por otro esta el
pequeñín al que aunque esté rodeado por nosotros no es lo mismo –
confirmó mirando esta vez a Cruz que asintió-, y por último está mi
hija, lleva mucho tiempo mal por esta situación y sé como es, sé
que ha sido ella la que ha querido irse, la que ha querido luchar por
Maca, lo sé, no quiso escucharnos a nadie, pero por su tono créeme
que sé está al borde del precipicio.
C_ Yo también lo sé Encarna, y es lo que temo –le dijo apoyando
sus codos sobre la mesa-. Pero la solución pasa por tu hija y ella no
sé si querrá volver aquí.
En_ Esa es la razón que me trae aquí, ella a vosotros os aprecia, y
sin duda todo cuanto le dices tú hijo, lo acepta. Solo te pido esto,
que vaya Rosario o yo, pero que mi hija descanse, que esté con
Daniel y...
V_ Ustedes no pueden hacerse cargo de Maca... la necesita a ella
siendo egoísta.
C_ Ya Vilches, pero unos días...
V_ No va a querer –dijo seguro-. ¿Usted sabe que tiene una hija
maravillosa? –le habló enarcando las cejas.
En_ Sí –contestó emocionada.
V_ ¿Y sabe que su hija está pasando el peor momento puede ser de
su vida, verdad?
En_ Sí.
V_ Usted me recuerda a mi madre –le dijo serio-, ¿cómo saben
tanto? –Cruz lo miró suspirando mientras acariciaba su frente
nerviosa.

221 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ La vida hijo, la vida.
V_ Voy a ayudarla en lo que pueda Encarna, se la debo.
En_ ¿A mí? –lo miró perpleja.
V_ Sí, cuando se llevó a su hija del hospital, le dije que le
recompensaría, ahora está Teresa allí y mañana le diré que trate de
convencer ella a Esther, estoy con usted, Esther necesita un cambio
o de lo contrario se pondrá ella enferma también.
En_ Gracias hijo, sabía que podía contar contigo –le cogió la mano y
le apretó con afecto ante el carraspeo de un Vilches contrariado-. No
he querido hablar de esto delante de Rosario porque ella se siente
mal, cree que debió oponerse a Esther y acompañarla.
C_ De nada hubiera servido, tienes una hija a la que cada día
admiro más, y estoy segura que cuando Maca recupere del todo su
memoria, todo volverá a ser como antes Encarna.
En_ No creo, me imagino que será mejor, porque ambas ahora
saben lo que significa perderse, y no creo que vuelvan a cometer el
mismo error. Se aman demasiado. Gracias a los dos por quererlas y
ayudarlas.
Esther al colgar el teléfono sintió pánico, si Maca tenía una crisis
potente no estaba preparada para ella, estaba segura que no la
podría resistir, notaba que sus fuerzas estaban llegando
inesperadamente al límite pero tampoco quería agobiarse antes de
hora, así que suspiró y salió al comedor donde hablaba Teresa con
ella.
T_ Pues si hija si, la gente no para de preguntarme por ti.
M_ Dales las gracias de mi parte –sonrió y esa sonrisa a Esther le
ayudó a respirar.
T_ Y ¿sabes qué?, las enfermeras de la planta de Pediatría me han
dado un regalo para ti, lo tengo en la maleta.
M_ ¡Qué fuerte! –murmuró sonriente pero al ver acercarse a Esther
su sonrisa cambió y Teresa también se percató.

222 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Bueno... Esther porque no vas sacando las cosas a la mesa solo
faltan los platos y cenamos ¿eh?
E_ Sí, ¿cómo sigues cariño? –la miró con sus ojos repletos de
ternura y una sonrisa entregada de amor.
M_ Bien –dijo escuetamente sin mirarla.
T_ Anda ves... te he preparado un estofado Maca, que te vas a
chupar los dedos, ¡te lo digo yo! –le sonrió y Maca acompañó su
sonrisa mientras sus ojos seguían la figura de una Esther que se
marchaba a la cocina un tanto decepcionada-. Es un ángel.
M_ ¿Qué? –la miró fijamente con toda su atención puesta en sus
ojos.
T_ Esther... es un ángel, tu ángel.
M_ O mi demonio –murmuró despacio.
T_ Tu ángel, te lo aseguro –insistió con una sonrisa tratando de no
dar importancia al gesto de Maca de rechazo.
E_ Bueno esto ya está, vamos mi amor la cena ya está lista y tiene
una pinta que te mueres.
T_ Me ha quedado bien, si –sonrió orgullosa arrastrando la silla de
Maca hasta la mesa-. Pero es que hija con estas cosas tan buenas y
frescas es imposible que quede mal.
E_ Bueno Teresa... la mano hace mucho ¿eh? –sonrió ampliamente.
T_ Gracias. Vamos Maca a ver que me dices tú cariño.
M_ No quiero cenar –dijo quitándose de golpe la servilleta que había
puesto sobre sus piernas Esther, y ambas mujeres cruzaron sus
miradas.
E_ Cariño tienes que tomarte las pastillas –le dijo con dulzura.
M_ He dicho que no –contestó toscamente.
E_ Pero vamos a ver... si no has comido nada en toda la tarde mi
vida –insistió con su tono tierno.

223 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Deja de llamarme cariño, mi vida y demás gilipolleces –su voz
fue hiriente ya no sólo para Esther que no estaba acostumbrada a
que le hablara así, también para Teresa-. Déjame tranquila Esther.
T_ Pero Maca... tienes que alimentarte.
M_ He dicho que no –le contestó algo más calmada a Teresa
bajando la voz y mirándola fijamente.
T_ Pues... –cruzó una mirada desconcertante con Esther mientras
elevaba sus hombros sin saber muy bien como reaccionar.
E_ Ponte como quieras... pero algo tienes que comer.
Se levantó de su silla para acercar nuevamente a Maca que con
sus manos en las ruedas había logrado girar la silla ante la
estupefacción de las dos, al llegar a ella para devolverla a la mesa,
Maca sin pensárselo trató de pegarle, solo los reflejos de Esther lo
evitaron, Teresa se levantó nerviosa ante la incomprensible reacción
de una Maca que parecía haber perdido la cabeza en aquel momento
que gritando le dijo a Esther.
M_ Déjame en paz, ¡vete no te quiero ni ver! –Esther omitió sus
palabras en silencio no quería alterarla más y trató de cogerle los
brazos para calmarla-, ¡suéltame no te soporto, te odio!, ¡déjame!
T_ Maca por Dios –le dijo nerviosa Teresa que también trató de
detener su impresionante e incomprensible fuerza.
M_ Teresa dile que se marche, no la soporto no quiero verla por
favor, ¡vete!, ¡vete! –la empujó y comenzó a llorar y gritar parecía
que se había trastornado-. No te soporto, te odio, te odio.
E_ Teresa rápido, en la habitación hay una jeringuilla y una ampolla
que he dejado sobre el tocador –luchaba con Maca y hablaba
jadeante por el esfuerzo para calmarla-, tráela por favor, Maca
tranquila ¿vale?
M_ No quiero nada de ti, Teresa no te vayas no me dejes sola con
ella, me quiere matar –gritaba fuera de sí implorando a Teresa,
mientras seguía su lucha con Esther, por soltarse de ella.

224 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Maca por Dios –murmuró completamente angustiada ante su
reacción y sus palabras por más que quería abrazarla, no podía, era
imposible aplacar aquel estado-. Maca.
T_ Toma Esther –le dio la jeringuilla nerviosa.
M_ No, no, no –repetía una y otra vez perdiendo el control sobre si
misma-, no quiero escucharla más, Teresa dile que pare, dile que
pare.
T_ Tranquila Maca, tranquila.
M_ No quiero que me pinche por favor, me quiere tener aquí, ¡no! –
trató de zafarse de los brazos de Teresa ante la proximidad de
Esther que llevaba la jeringuilla. Maca gritaba y pataleaba mientras
decía cosas incongruentes parecía que se había vuelto loca, Esther
no sin esfuerzo consiguió inyectarle sin hablar porque el horror se
había apoderado de su garganta-. Teresa llévame contigo, Teresa...
T_ Si Maca si, tranquila nos vamos a ir tú y yo ¿vale? –consiguió
abrazarla con fuerza sobre su pecho mientras Esther se había
quedado como una estatua frente ellas observando la escena
aterrorizada-. Nos vamos a marchar lejos de aquí, tranquila cariño,
todo va a ir bien.
M_ Teresa... no me dejes con ella –murmuraba pero las caricias de
la mujer y la inyección iban aplacando su fuerza-. Quiero irme, no
quiero verla.
T_ Shhh –le susurró mientras acariciaba su pelo y miraba a Esther
tratando de darle ánimo-. Todo está bien cariño, todo está bien.
M_ No quiero... no sé que quiero... Daniel.. ¿dónde está mi
madre?... el coche va muy rápido... por favor déjame... –balbuceaba
sin sentido.
T_ Creo que es mejor acostarla –le dijo en voz baja a Esther que
asintió y empujó la silla en silencio.
M_ No quiero... ¿dónde estás Teresa?, Encarna... ven... Encarna...
¿dónde estás? –hablaba con dificultad mientras apoyaba sus codos
en los brazos de la silla pues sentía un intenso mareo.

225 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Estoy aquí Maca, tranquila. Escúchame cariño, cuando te diga
haz fuerza y te pasaré a la cama.
M_ Si, si... Daniel... –trataba de abrir sus ojos y moverse pero cada
vez le costaba más y sentía mayor angustia.
T_ Vamos Maca, una, dos y tres... –la pasaron a la cama entre las
dos y ella quedó de lado con los ojos cerrados la frente arrugada y
el pelo revuelto sobre la cara-. Venga trata de dormir, estoy aquí.
M_ Encarna quiero que venga...
T_ Ya viene Maca, está por llegar –le dijo con gesto de rabia
profundo al ver como Esther abandonaba la habitación y ver el
desconsuelo que estaba viviendo-. Descansa.
M_ No te vayas.
T_ No, estaré aquí –le susurró acariciándola mientras la tapaba.
M_ El coche va muy rápido... no va a parar... no va a parar... –en su
voz volvió la angustia y el terror.
T_ Tranquila... todo ha pasado estás bien –un nudo en la garganta
se había instalado en Teresa que luchaba por poder hablarle al
tiempo que buscaba con su mirada a Esther que no aparecía.
M_ Tengo que hablarle... tengo que hablarle... me está esperando...
quiero decirle que... no voy a poder... no van a parar y no voy a
poder decírselo...
T_ Shhh descansa, para esa cabeza descansa –le repetía con
dulzura.
M_ Luna...
T_ Olvida todo Maca, descansa estaré aquí –la miraba con pena
como esperando que nombrara a quien necesitaba nombrar.
M_ Quiero que me beses... otra vez... otra vez.

Cuando Teresa entró en la cocina, se encontró con una Esther


tratando de contener su rabia, estaba de pie, con sus manos
apoyadas en el mármol del banco, sus piernas separadas una tanto
226 ”Adiós Esther” © by ldana
y su cabeza hundida entre los brazos, era el gesto de la derrota, de
la máxima desesperanza. Se acercó con cuidado hasta ella,
conforme lo hacía su expresión se tornaba más triste al verla así.
Estaba a un paso suyo cuando Esther le habló.
E_ ¿Me ha llamado?
T_ No –contestó débilmente-, no coordina nada de lo que dice.
E_ Me lo merezco Teresa, todo cuanto me dice me lo merezco, yo
quise hacerle sufrir y este es el resultado.
T_ No digas eso hija –la miró contrayendo la barbilla en un gesto de
pesar.
E_ Es verdad, mientras perdíamos el tiempo haciéndonos daño ella
sabía como conseguirlo de otra manera y yo, yo no supe como –no
se había movido un ápice del lugar pero su voz sonaba quebrada,
rota y vacía-, hasta para eso es mejor que yo, hasta para eso fue
más inteligente que yo, no supe estar a su altura, me daba rabia ver
con la facilidad que me podía destruir, y yo... yo no supe hacerlo de
otra manera que, haciéndole pensar que me había liado con el
maldito abogado, jugué con fuego y ahora me estoy abrasando
Teresa.
T_ Esther, no te castigues por favor quien iba a imaginar que todo
esto ocurriría.
E_ Me odia –se giró despacio porque su pesimismo pesaba
demasiado, la miró entornando sus ojos cristalinos demostrando que
en aquel mismo instante estaba hundida-. ¿Esta reacción es el
sentimiento que yo provoqué?, ¿me habrá llegado a odiar de verdad
de la manera que me demuestra ahora?
T_ Por favor no sigas así –le tocó la barbilla con cariño y bajo su
tono duro por amable y tierno-. Maca no sabía lo que decía Esther,
vive un infierno al que no podemos asomarnos, tan solo estar a su
lado. Lo único que es cierto, es que tú no tienes la culpa.
E_ ¿Sabes una cosa Teresa?, si tengo que pasar por este infierno y
este dolor con tal de que ella saque toda su rabia y se cure, lo hago

227 ”Adiós Esther” © by ldana


con gusto, si tengo que sufrir así, sufriré, si todo es para que ella se
recupere, lo haré –juntó sus manos sobre sus labios, temblorosas
las unas, temblorosos los otros dejando que su rabia fluyera por el
ambiente frío de la cocina, no podía soportarla más en su interior-.
Lo haré porque la necesito como no he necesitado nada en mi vida,
nada significa tanto como lo que ella significa en mí Teresa, no sé si
algún día podré hacérselo ver, pero para respirar la necesito a ella,
para vivir la necesito, si no está a mi lado, no puedo sonreír –sonrió
con el temblor de su barbilla emocionada y el gesto apenado de una
Teresa que tragaba como podía sus lagrimas-. No he necesitado
nada en mi vida, como la necesito a ella
T_ Lo sé –la estrechó fuertemente entre sus brazos besándole la
frente-, sé todo cuanto la amas y sé cuanto te ama ella, tendremos
que tomar una decisión ante esto. Yo te ayudaré –le acariciaba la
espalda mientras Esther descargaba en ella su llanto de
incomprensión y máximo dolor.

El reloj marcaba las once y media cuando sonó el teléfono de


Esther, estaba sentada junto a la chimenea del comedor con sus
piernas abrazadas a su cuerpo, la manta la cubría porque el temblor
no se había apartado de ella. Al descolgar sabía que era Vilches,
sonrió porque aquel hombre que pretendía ser duro e implacable, se
mostraba encantador y tierno con ella. Le explicó cuanto había
ocurrido, a veces debía parar para apaciguar su llanto y sonar su
inundada nariz.
E_ Ahora está con ella, yo prefiero no entrar, si, lo sé Vilches pero
no lo puedo evitar. Tranquilo, hasta mañana.
Le dijo lentamente mientras volvía a sonar su nariz.

Pasaron dos horas donde Esther no se había movido del


comedor, no se atrevía a entrar en la habitación de Maca, junto a
ella una desconcertada Teresa, que no sabía como acudir a las dos
personas que la necesitaban, si bien, Maca parecía que dormía, de

228 ”Adiós Esther” © by ldana


vez en cuando la llamaba, de vez en cuando murmuraba cosas sin
sentido, pero ni una sola vez había llamado a Esther, que por su
lado seguía dándole vueltas a la situación tan complicada que se
había desencadenado entre ellas.
Como Maca parecía que había dado con el descanso, Teresa fue
a reunirse con Esther, justo cuando salía por la puerta, Maca se
movió, movió su mano buscando un cuerpo que no estaba junto a
ella, buscaba una piel cálida a la que aferrarse y así, luchar con su
miedo, se sentía desvalida allí en la soledad de una cama, luchando
con su memoria ahogando pensamientos y buscando otros que no
llegaban. Descorazonada y angustiada terminó por murmurar al
viento que esta vez no llevó sus palabras, que esta vez la abandonó
como lo había hecho su memoria dejando desnuda su alma y su
terror.
M_ Esther... Esther... ¿dónde estás Esther?… cariño...

Teresa había preparado una tila bien fuerte, sabía que Esther la
necesitaba pero ella misma había pasado una situación tan
complicada que buscó un poco de calma en el silencio de la noche.
Se sentó junto a la chimenea mirando tristemente a una enfermera
que parecía divagar en recuerdos con la necesidad de no ahogarse
en el presente.
T_ ¿Cómo estás?
E_ Desquiciada –le dijo suavemente-, me estoy rompiendo la cabeza
y te juro que no sé que voy a hacer.
T_ Pues lo que has estado haciendo hasta ahora, cuidarla, amarla y
ayudarla.
E_ ¿Aunque ella no quiera?
T_ Ella quiere, ahora no es ella –bebió y después suspiró cerrando
los ojos.
E_ Tienes razón, jamás la había visto así.
T_ Maca está peor de lo que pensábamos, Vilches tenía razón.

229 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ La quiero Teresa –esta vez quien cerró los ojos fue Esther
después de murmurar aquel sentimiento.
T_ Ese es el mayor motivo que tienes para seguir haciendo cosas.
E_ ¿Y mi corazón? –la miró confundida retumbándose en el sofá
como tratando de descansar tanto su cuerpo como su alma.
T_ Tu corazón sufre ahora... sufrió desde que llegó del accidente,
pero volverá a ser feliz cuando todo esté en su sitio.
E_ Soy enfermera hace más de diez años –cruzó sus brazos sobre el
pecho apoyando la cabeza en el respaldo-, he visto de todo, he
sufrido cuando he visto sufrir a alguien, eso es inevitable, pero hoy
–cerró los ojos suspirando como necesitando que las visiones que
tenía en ellos de una Maca desquiciada desaparecieran al abrir los
párpados-, pero hoy Teresa he sentido lo peor que un ser humano
puede sentir, impotencia ante su reacción.
T_ Lo sé cariño, te juro que a mí me ha pasado igual.
E_ Pero la has abrazado, la has calmado... –entonces giró sus ojos
hasta los de la mujer que la miraba fijamente-, yo no podía
reaccionar, no sabía, porque estaba sufriendo con su sufrimiento.
T_ ¿Por qué no vas a descansar?, yo me quedaré con ella.
E_ No voy a poder cerrar los ojos –negó con su cabeza-, mejor
duerme tú mañana si le vuelve a pasar, tendrás que estar fresca –
sonrió con tristeza-, a mí no me dejará acercarme.
T_ ¿Estás segura Esther? –ella asintió con la cabeza lentamente
mientras daba un tragó a su tazón de tila-, necesitas descansar.
E_ Estoy bien, ve a dormir y si necesito algo te llamaré.
T_ ¡Ay hija!, no sé que más decirte, ni como consolarte, pero
déjame que duerma y mañana tendré la solución.
E_ No te disculpes Teresa, haces mucho más de lo que nadie podría
hacer por mí.
T_ De todos modos voy a darle un vistazo y me voy a dormir. Y tú
deberías hacer lo mismo.

230 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Buscar una solución? –la miró con ojos tristes.
T_ No tonta, descansar, la solución la tendré yo mañana con el aire
fresco de la mañana –le dejó un beso en la frente-. Descansa.
E_ Buenas noches –sonrió ante el beso.

El reloj marcaba las dos y media de la mañana, Teresa dormía


aunque le había dicho a Esther que podía estar muy tranquila, su
oído de madre aún seguía latente, y al menor quejido de Maca,
estaría allí. Pero Esther, no podía dormir, había cerrado la luz del
comedor y se había sentado en una silla alejada de la cama para
que Maca no la viera y volviera a sufrir otro ataque de ansiedad.
Miraba por la ventana pensativa buscando la solución para hacerle
ver a Maca que se moría por ella, para hacerle comprender la
verdadera situación, la desesperante situación para ella, pero no
sólo no hallaba solución, sino, que se tropezaba una y otra vez con
su ira desmedida contra el mundo, esa ira que le había hecho perder
la paciencia por dos veces con Maca, quizás ese era el
desencadenante de la situación, mientras le había dado cariño y
amor, ella le había tratado mal pero en cuanto se daba cuenta se
disculpaba o al menos, si no lo decía de palabra, lo veía en sus ojos,
pero desconocía completamente como sería su reacción después del
brote tan violento que había vivido. Estaba paralizada, no sabía
como actuar, la noche era negra como su corazón, no asomaba la
luna para con su luz darle alivio, entonces Maca murmuró algo
inaudible, si encender la luz, tan solo con el reflejo naranja del
fuego se acercó hasta ella, sin hablar, durante un rato en silencio la
miró y admiró con detenimiento, su rostro aún dormida continuaba
expresando tormento y dolor. Un profundo suspiro arrancó la rabia
de Esther por una sensación y necesidad de ternura, le habría
gustado abrazarla, susurrarle lo mucho que la amaba y que siempre
estaría ahí, lejos de dejar fluir ese brote de amor, huyó, salió de la
habitación buscando el aire fresco de la noche, cuando golpeó su
cara le hubiera gustado llorar, pero no pudo, sólo sentía como la

231 ”Adiós Esther” © by ldana


rabia volvía a ella por el estado de Maca, se preguntaba tantas
cosas, que con un gesto repleto de ira mirando al cielo susurró:
E_ No lo entiendo, ¿tanto daño he hecho para que me castigues
así?, sabes como destrozarme el alma ¿eh? –anduvo hacia fuera del
porche, sus pasos eran fuertes y decididos aunque no tuvieran
destino, su melena se movía al viento y sus ojos al pensar en Maca
volvieron a mirar desafiantes hacia algún lugar como esperando ver
un rostro al que poder reprochar todo cuanto estaba viviendo-. ¡Me
cambio por ella!, haz que sufra yo el dolor en mi cuerpo, el dolor en
mi cabeza, pero devuélveme a Maca, ¡no seas injusto Señor!, ella no
hizo nada mal fui yo quien se equivocó, fui yo ¡hostias!, ¡yo! –pateó
con rabia todo cuanto encontró a su paso, hasta que rendida al
cansancio se detuvo apretando fuertemente sus puños, podía notar
la tensión de sus músculos sobre todo su cuerpo, apretó los dientes
y susurró nuevamente mientras lloraba-. Señor... nunca te pedí
ayuda, nunca pedí nada para mí, pero no lo soporto ¡Dios!, ¡no lo
puedo soportar! –decía arrastrando las palabras mientras se
arrodillaba sintiendo que sus piernas flaqueaban, que su alma
estallaba en pedazos-, ayúdame por favor... ayúdame para
ayudarla, ayúdame para sacarla de ese mundo en el que está,
¡ayúdame señor! –lloró un rato sintiendo que sus pulmones se
ensanchaban que su corazón palpitaba asfixiado por el dolor y
cuando se calmó un poco, volvió a mirar la única estrella que
alumbraba el cielo diciéndole-. Si esto es un castigo, lo haces de
puta madre, y si no lo es –se detuvo poniéndose en pie, su
respiración era tan agitada como la locomotora de un tren, sus ojos
rasgados por el llanto y su garganta ahogada por la rabia, no fuero
motivo suficiente para una vez en pie y mirando fijamente la estrella
gritara entre dientes-. ¿Qué coño tengo que hacer para salir de
esto?

El amanecer en aquel lugar era un privilegio, pero sin Maca se


volvía en algo insípido, sin color, ni brillo, por mucho que su belleza
empapara todo el maravilloso lugar. Esther se había pasado la

232 ”Adiós Esther” © by ldana


noche entera en la habitación, sentada, observando a Maca,
después con los primeros colores frescos de la mañana, se marchó a
la cocina, bostezó y se desperezó, preparó el café para cuando
Teresa se despertara, no tenía ánimo para nada, por ese motivo
cuando entró su confidente y gran amiga, la encontró sentada con
un codo apoyado sobre la mesa de madera, y la cabeza ladeada a su
vez, apoyada en la palma de la mano, tenía mala cara, ojeras
profundas por el insomnio, los labios secos y un tanto agrietados por
el frío pasado ante su explosión en medio del campo y la noche, y
un gesto tan adusto que no parecía la Esther de siempre, todo ello
cambió cuando vio entrar a Teresa con un montón de flores frescas
en su mano izquierda, y se detuvo en la puerta diciéndole con una
sonrisa de oreja a oreja.
T_ ¡Ya tengo la solución!
Esther la miró tan sorprendida como asustada, Teresa parecía otra,
nada que ver con la mujer abatida que se había acostado la noche
anterior, con un nudo en el corazón. Aquella sonrisa contagiaba a
sus labios para dibujar la misma en su boca, sus ojos apagados
habían tomado otro cáliz pues fuera lo que fuera, sabía que sería
bueno tanto para ella como para Maca. Teresa puso las flores en un
jarrón mientras le hablaba.
T_ Después de mucho pensar... he decidido lo que vamos a hacer.
E_ ¡Sorpréndeme! –la miraba sonriendo
T_ Te vas a marchar.
E_ ¡Qué!, ¿estás loca?, ¿marcharme dónde? –la miraba sin entender
sus palabras.
T_ A tu casa con tu hijo.
E_ Eso no puede ser... ¡menuda solución!
T_ Deja, deja que lo tengo todo planeado. De momento hoy te vas a
ir todo el día.

233 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Pero Teresa tú te has vuelto loca o qué? –la miraba sonriendo
por la incredulidad que sentía, “¿cómo iba a alejarse del lado de
Maca?”, pensaba-. No lo puedo hacer.
T_ Claro que lo puedes hacer, es más, ¡lo vas a hacer! –insistió
mientras golpeaba con su dedo índice la mesa con cada palabra que
exclamó.
E_ ¿Y dónde me voy?
T_ Con Carmen, a ver el pueblo, a ver destinos divertidos o
románticos para cuando Maca esté bien llevarla –juntó sus manos
con gesto feliz.
E_ Perdona Teresa pero... me parece que no estás muy bien –puso
un gesto divertido a modo de disculpa.
T_ Tú necesitas descansar, ella necesita echarte de menos. ¡Anda di
que estoy loca pero menudo plan más maravilloso!
E_ ¿Y quién va a estar con ella?
T_ Pues su madre, la tuya, yo... no sé quien haga falta... menos tú.
E_ ¿Y quién le pinchara si le da un ataque como ayer?, ¿quién le
tomará la tensión?, ¿quién...?
T_ ¡Ay hija!, desde luego mira que eres aguafiestas ¿eh? ¿Qué en
este pueblo no hay médico?
E_ Pues... sí lo hay.
T_ ¿Entonces? –la miró con gesto de impaciencia en la cara.
E_ Joder Teresa, no sé... yo... –se mordió el labio pues estaba
descolocada ante la solución de su amiga.
T_ A menos que quieras pasarte todas las noches despertando a los
animalitos del bosque –la miró con sus ojos escrutadores en los
suyos.
E_ ¿Me oíste?
T_ Yo y todo el pueblo –Esther agachó la cabeza pero los dedos
suaves de Teresa le obligaron a mirarla-. Necesitas descansar, llevas

234 ”Adiós Esther” © by ldana


tres meses bajo mucha presión, tenías que haberme hecho caso
cuando Maca estaba en el hospital.
E_ Se supone que soy su mujer y debo estar a su lado, mucho más
ahora, no debería estar así.
T_ Claro que debes, ¿eres especial?, no hija, cuando quieres a
alguien de la manera que tú la quieres a ella, es lo más natural que
sientas estar al borde de la locura, o de la máxima soledad ante
este problema, por eso lo importante es que descanses una
semana... o dos –Esther la miró suspirando-, ella lo agradecerá
también.
E_ No me ha llamado ni una sola vez.
T_ Te tiene cerca y eres su presa fácil, a saber su mente con lo que
le está machacando hija, además justo lo que no le funciona es su
emotividad y su mayor emotividad la tiene contigo, con lo que
siente por ti, es natural que también se vuelva contra ti. Lo mejor es
que te vayas, probaremos hoy y según sea su reacción, te irás más
o menos tiempo, voy a hablar con Vilches.
E_ Teresa... –la llamó cuando la mujer contenta se levantó. La miró
con expresión tierna mientras Esther le decía-. Gracias.

El día había asomado con algunos rayos de sol juguetones con


las nubes, la tierra se notaba fresca y el olor era tan intenso a pura
naturaleza que, Esther sintió como su corazón volvía a llenarse de
fuerza, segura de si misma fue en busca de Maca. Sabía que le iba a
ser difícil seguir las instrucciones de Teresa, pero donde tanto había
pasado ya, que importaba sufrir un poco más. Al entrar lo hizo con
cuidado de no despertarla pero cuando se paró a su lado, se
percató que estaba despierta, acostada de lado, con su mirada fija
en el hueco vacío e intacto de la cama, donde se suponía que debía
estar ella, al ver su gesto pesaroso, tuvo que suspirar con fuerza
para afrontar un nuevo enfado por su parte.
E_ Buenos días Maca, ¿qué tal estás?

235 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Me duele mucho la cabeza.
E_ Teresa ya ha preparado el desayuno. Me ha dicho que te duche y
te lleve, ya sabes que es muy mandona –sonrió mientras le retiraba
la sábana.
M_ Me duele la pierna.
E_ Déjame ver -apartó con suavidad el pantalón del pijama para
observar el lugar donde se quejaba y ante el tacto Maca sintió una
oleada de sensaciones-. No te veo nada Maca, pero de todos modos
ahora cuando te duches te pondré un poco de crema.
Maca no contestó, se levantó sin rechistar, cosa que agradeció
profundamente Esther, que la duchó sin recibir un solo comentario
ni un solo gesto de rechazo, no quería confiarse, no sabía si
recordaba todo lo ocurrido la noche anterior o si aquella mente
selectiva le había borrado la escena. Cuando llegaron a la cocina, allí
estaba Teresa canturreando con un delantal puesto.
E_ Ya estamos aquí Teresa.
T_ Muy bien, buenos días Maca hija –le besó la frente sin recibir
ninguna muestra de contrariedad tampoco-. Venga el desayuno está
listo.
E_ ¿Has visto como está el jardín Teresa?
T_ Maravilloso, la verdad que este lugar es una bendición.
E_ Si. ¿Y qué me dices de las tortas que hace Carmen? –omitía
completamente a Maca, incluso ni la miraba.
T_ Buenísimas para el gusto, malísimas para mi dieta –sonrieron las
dos Maca se estaba empezando a sentir un tanto desplazada-. ¿Qué
prefieres Maca, la tortita o unas tostadas del pan que ha traído
Fermín hecho a leña? –Teresa habló justo en el momento adecuado.
E_ Yo tostadas –se adelantó Esther en contestar.
T_ ¿Y tú?
M_ Torta –miró a Teresa y después a Esther.
T_ Muy bien...

236 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Has hablado con tu marido?
T_ Sí, está desesperado con el microondas, ¡qué cosa más inútil por
dios!, no sabéis lo bien que hacéis de estar juntas, vamos que si
pudiera volver atrás me hacia lesbiana –sonrió ante la carcajada de
Esther.
E_ Sí, te lo recomiendo.
T_ Claro tú que me vas a decir, guapa –se miraron y después
miraron a Maca, estaba sería sin participar en la conversación, se
notaba su malestar, pero de eso se trataba-. ¿Mantequilla Esther?
E_ Sí, ¡ah pues no te pierdas esto Teresa! –se dirigió hasta la
nevera bajo la mirada irritada de Maca pues no le había dedicado ni
una sola palabra ni siquiera en la ducha-. Mermelada de Frambuesa.
T_ ¡Dios, no! –murmuró juntando los labios en señal de deleite.
E_ De muerte.
T_ Me voy a marchar con algunos quilos de mas.
E_ No importa –hizo un ademán con su mano agitándose en el aire.
T_ ¿Quieres Maca?
M_ No.
E_ Dame yo sí –Maca la miró incrédula pasaba de ella con una
facilidad que le estaba molestando, ¿por qué?, se preguntó “¿por
qué me molesta tanto?”-. Pues tiene una de melocotón que hace
ella, de verdad, ¡qué cosa más rica!
T_ Por cierto Esther, creo que aprovechando que estoy aquí hoy,
podrías ir a darte una vuelta –Maca clavó sus ojos en Teresa-. ¿No?
E_ Pues... –miró a Maca y ésta mordió la torta con seriedad en su
rostro
T_ ¿Para qué te crees que he venido?, necesitas descansar.
M_ No sé de que –murmuró mirando con expresión grave a Esther.
E_ ¿Y si se pone mal? –omitió el comentario dañino.

237 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Mujer llevo muchos años en le Hospital, digo yo que algo habré
aprendido, ¿no crees?, además soy madre que eso cuenta mucho –
afirmó segura elevando sus manos.
E_ No lo digo por eso –Maca la miraba como tratando de intimidarla.
Esther suspiró y añadió-. Está bien, me iré a ver a Carmen seguro
que se alegra de que le haga una visita.
T_ Eso.
E_ Regresaré para la comida, te traeré algo cariño –fue a besarla
pero Maca apartó la cara más molesta de lo que podía controlar, ella
volvió a suspirar y le dijo a Teresa como si no le hubiera afectado
aquel gesto-. Si necesitas algo...
T_ Vete, vete anda –la acompañó hasta la puerta y una vez allí le
habló en voz baja-. Esther... no vengas a comer...
E_ Pero...
T_ Creo que esto funcionará, deja que sufra un poco ella, llevas tú
mucho sufrido.
E_ No creo que sufra Teresa, imagino que sentirá alivio de no verme
–no pudo evitar que su voz sonara algo triste.
T_ Sabes que eso no es verdad... ten paciencia.
E_ La tengo, quiero aferrarme a la idea de que cuando su mente le
ofrezca la visión real, todo cambiará. Además, abrir mis ojos y verla,
aunque sea de mal humor, ya me vale.
T_ Anda ve.
Se marchó con el andar triste y pesado, subió al coche que
Fermín les había dejado por si lo necesitaban y solo cuando vio que
ya no había rastro de ella, Teresa giró sobre sus talones y fue a
entrar. Entonces un pequeño grito de impresión salió de su interior.
T_ Maca, ¿pero cómo has llegado hasta aquí tú sola?
M_ Pues dándole a las ruedas Teresa, ¿cómo voy a llegar?
T_ Tienes razón, perdona. Bueno... ya estamos solas tú y yo.

238 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Y? –enarcó una ceja con sus ojos clavados en ella, aquella
mirada desafiante hizo carraspear a Teresa que se acercó hasta la
silla.
T_ Vamos fuera, es un espectáculo maravilloso ver lo que rodea
esta casa, desde luego Esther ha pensado en todo para ti.
M_ Vaya... Esther... –murmuró irónica mientras Teresa ponía gesto
serio empujando la silla-. ¿Por qué lo habrá hecho?
T_ Uy hija, creo que tu lado borde está aflorando como las rosas en
el jardín.
M_ Si, todo lo hace bien Esther, es lo que me quieres decir, ahora
vas a soltarme el rollo de que si es la mejor, que si es la persona
más maravillosa y... que la culpable de todo soy yo.
T_ No te reconozco ¿eh? –le dijo sentándose a su lado en el porche
mientras la miraba fijamente-. El golpe ha dejado en ti lo peor,
¿dónde está la Maca de siempre? –ante su silencio agregó-. Tú no
eres así, esa rabia que tienes te obceca demasiado, sé que es duro
que justamente en el momento en que ibais a arreglar toda vuestra
situación, ocurriera aquello, pero eso no te da derecho a que la
trates así, no ha estado nada bien lo que le has hecho, perdona
¿eh?, pero si no te lo digo, reviento.
M_ Yo tampoco me reconozco –murmuró mirando el suelo tras un
intenso silencio de ambas, después la miró a ella con expresión
entre preocupada y esperanzada-. Ayúdame a recordar, necesito
recordar, ella está aquí mientras yo no quiero que esté, pero al
mismo tiempo se va y mi corazón se ha llenado de pena y rabia al
verla marchar.
T_ Bueno... esa ha sido vuestra tónica en los últimos meses, un
quiero y no me da la gana –cruzó sus piernas más relajada dándose
cuenta que su plan estaba surgiendo efecto-. Explicarte todo es muy
complicado, pero te lo puedo resumir en una comparación muy
simple.
Maca la miró con ojos sinceros, en ellos Teresa pudo leer su
zozobra y unas ganas locas de poder controlar su mente, aún no

239 ”Adiós Esther” © by ldana


hacia ni dos minutos que Esther se había marchado y ya la echaba
de menos, sólo las palabras de Teresa la sacaron de sus
pensamientos.
T_ Sois como una pequeña nave surcando el mar, una nave que no
ha sido tragada por las olas que ha habido en los cuatro años que
lleváis juntas y te aseguro que ha aguantado toda clase de
embestidas, ¿y sabes por qué? –Maca la miró con ojos cristalinos y
una necesidad enorme de grabar en su mente la verdad-. Porque
vuestro timón, está labrado con la madera del amor, y la luz que
ilumina vuestras noches tiene la llama de la Fe. Cuando han tratado
de hundiros con mentiras, engaños, habéis sufrido, peleado, pero
también luchado por enderezar vuestra nave buscando el rumbo de
la verdad que no es otra cosa que un gran amor. Si quieres saber
porque Esther está a tu lado, es tan simple como que te ama y si
fuera al contrario, tu actuación sería la misma que mantiene ella.
Porque ninguna quiere que la nave se hunda, porque una es el
viento que la arrastra y la otra el mar en calma que la acuna.

Guardó silencio, sabía que Maca debía absorber aquella


información, tan solo se oía el canto fino de las aves, y a lo lejos el
ladrido de un perro rompiendo la tranquilidad que da el silencio de la
montaña. Teresa con un gesto repleto de ternura, acarició su mano,
ella la miró confundida su mente no trabajaba, era imposible
vislumbrar lo que quería, le llegan imágenes que la confundían
mucho más, Azucena de repente apareció pero no se atrevió a
preguntar, también una boda, su boda y entonces sintió la calma
apoderarse de interior.
T_ Esther está sufriendo mucho hija.
M_ ¿Y yo?, porque todo el mundo me habla de Esther, ¡nadie
entiende mi desesperación!, ¿eh? –sus ojos se llenaron de lagrimas.
T_ Claro que sí Maca, y la primera ella. De lo contrario no
aguantaría todo cuanto le dices.

240 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Yo no quiero Teresa, pero algo me empuja –negó con la cabeza-.
No sé que es, a veces creo que voy a volverme loca.
T_ No, te aseguro que no. Debes tener paciencia, y debes luchar por
manejar esta situación, debes luchar por ganar la batalla a tu
mente.
M_ No puedo...
T_ Claro que puedes, yo te ayudaré –Maca rompió a llorar mientras
Teresa la abrazaba sintiendo su congoja.

La mañana para Esther pasó de manera divertida, Carmen que al


verla se había alegrado muchísimo, la llevó por todo el pueblo y
notó como todos los vecinos sabían de su presencia y su calvario,
asombrada por la hospitalidad de todos ellos recibía con una sincera
sonrisa sus consejos. Se le pasó el tiempo volando aunque ni un
solo segundo dejó de pensar en Maca, la llevaba en mente y tanto
fue así, que aprovechando la charla con unos niños del lugar,
consiguió le contaran de algún sitio escondido para disfrutar, así con
su compañía la llevaron a una parte del río para enseñarle su mayor
tesoro, el agua en aquel rincón de la montaña estaba caliente,
aquello la tentó en ir a por ella y llevarla hasta allí, sin duda le haría
muy bien un baño en aquel lugar rodeado de verde y un sonido
mágico. Aquello estaba hecho sin duda para Maca, al imaginarla allí
con su sonrisa, sonrió suspirando.

Por su parte, Maca continuaba en el porche, su mirada fija en


el camino esperando escuchar el rugir del motor del coche,
esperando encontrar la figura de Esther, Teresa le había contado
muchas cosas, algunas las recordó sin esfuerzo, sobre todo, las que
provenían del trabajo, de sus padres, incluso de Encarna a la que
notaba echaba de menos, otras, le costó tanto como que no las
encontró, y ya era casualidad pensaba, que todo fuera relacionado
con Esther. Entonces se rascó la mano y vio el anillo, pudo escuchar
nítidamente la voz de Esther contándole todo cuanto pasó con él,

241 ”Adiós Esther” © by ldana


entonces una imagen le vino a la cabeza, ella diciéndole a Esther
con voz angustiosa que la amaba, que no la dejara, ella rogándole
que la perdonara, cerró los ojos con fuerza y la imagen se disipó en
el aire como si ya no le perteneciera. Sin dudarlo llamó a Teresa.
T_ Dime cariño –salió con un trapo de la cocina secándose las
manos.
M_ Esther tarda mucho.
T_ Pues sí –miró el reloj entre juntado sus cejas-, tienes razón.
M_ ¿Por qué no la llamas?
T_ No, déjala que disfrute un poco de libertad.
M_ ¿Y con quién la está disfrutando? –la miró fijamente.
T_ Imagino que con Carmen y Fermín. ¿Por? –su voz sonó a enfado
aunque por su tono le recordó a esas charlas en el hospital cuando
estaban enfadadas, aunque fuera una especie de castigo para ella,
era por su bien.
M_ Por nada.
T_ ¡Ah! –entonces sonó el teléfono y Maca la miró-. Debe ser ella.
¿Esther cariño?, sí, sí, tranquila no te preocupes... si, está bien,
tranquila dale un beso de mi parte –Maca la miraba fijamente
esperando que le dijera algo-. Vamos a tener que comer tú y yo
solas, Esther no se ha podido negar a comer con Carmen.
M_ Pues si que le importo –protestó enfadada.
T_ Más de lo que puedas imaginar –la miró intensamente con una
sonrisa dibujada en sus labios.

Durante la tarde Maca quiso descansar, trataba de leer pero no


podía concentrarse, no quería perder el poco control que tenía sobre
si misma, quería hacer caso a Teresa entonces trató de hacer un
ejercicio que Esther le había enseñado, y su ausencia se clavó en su
alma.
M_ Esther –murmuró decaída.

242 ”Adiós Esther” © by ldana


Cuando comenzó a caer la tarde, su preocupación era más que
evidente aunque no quiso hacer participe a Teresa que saboreaba su
gran idea, y sobre todo, la felicitación de Vilches por su resultado.
Sabía que una manera de asustar a Maca era separándola de Esther.
Una Esther que entró en casa ante el suspiro disimulado de Maca
que había vuelto al sofá junto a la chimenea donde seguía tratando
de leer. Al verla entrar la miró de reojo, iba cargada con bolsas y
una sonrisa de oreja a oreja, por esa razón evitó mirarla no quiso
que notara su preocupación por su ausencia, ni tampoco su
tranquilidad con su presencia, así que prefirió omitirla.
E_ Lo siento se me ha hecho un poco tarde –no le dio un beso, Maca
no levantó la mirada-. Mira Maca, todo lo que me ha dado Carmen
para ti, no podía ni siquiera sacarlo del coche.
T_ Esta mujer es increíble –sonrió Teresa.
E_ Es encantadora, me manda besos de su parte.
T_ Iba a preparar la cena.
E_ Yo te ayudo.
T_ Vale.
E_ ¿Vienes a la cocina Maca? –la miró con una sonrisa.
M_ No.
E_ Pues vamos allá Teresa –al entrar a la cocina le dijo-. Joder que
duro se me hace ni besarla.
T_ Más duro se le está haciendo a ella –le dijo bajito-. Aunque me
ha dado mucha pena hija.
E_ Ya, a mí también –acompañó a sus palabras con una expresión
sinceramente triste.
T_ He hablado con Vilches, mañana llegara Javier, nos iremos con él
y vendrán sus padres.
E_ Me ha llamado Rosario, estaba muy contenta por venir pero me
insistió en que debía estar por lo menos dos semanas en casa.

243 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Pues claro –le dijo preparando la lechuga.
E_ No puedo estar tanto tiempo sin ella.
T_ Ni ella sin ti, te lo aseguro.
E_ ¿Dijo algo? –sus ojos volvieron a brillar.
T_ Está muy confundida, cosa que ya sabemos, pero... no quiere
dar su brazo a torcer cosa que también sabemos, aunque se ha
pasado gran parte de la mañana hasta que hemos sabido que no
venías fuera.
E_ ¿Y eso es una buena señal? –le preguntó entre divertida y
abatida.
T_ Yo creo que sí. Sin duda estaba fuera porque te esperaba, ¿no? –
Esther asintió un tanto confundida- Ahora debes decirle que te vas.
E_ Se lo diré después de cenar, cuando estemos solas.
T_ Bien –dio un mordisco al tronco de la lechuga haciendo un
sonido gutural de satisfacción.
E_ ¿Te gusta eh?
T_ Cuando me jubile, me compro aquí una casita.

La cena transcurrió tranquila, sin sobresaltos, Maca no habló


más que lo justo porque su mente desde que había hablado con
Teresa, parecía un puzzle y piezas sueltas iban acudiendo a ella, que
trataba de unirlas para poder tener lo que le faltaba, la seguridad de
que Esther la amaba y no estaba aprovechando la situación para
recuperarla después del engaño. Aunque tan solo pensarlo, le
pareció por primera vez una solemne tontería, entonces alzó la
mirada del plato y se quedó mirando aquella sonrisa que le estaba
haciendo florecer muchas cosas, su rostro embobado por primera
vez desde que volvieron del hospital, le recordó a Teresa que no
perdía detalle de sus gestos, a la Maca del principio que perseguía a
Esther para poder hablar aunque fuera un segundo con ella. La

244 ”Adiós Esther” © by ldana


mujer sintió alivio pues aunque su solución parecía un tanto
descabellada, sabía que era la única manera de hacerla reaccionar.
Una vez entraron en la habitación, Teresa las dejó solas,
excusándose que tenía que llamar a su marido y ya se marchó a
dormir.
E_ Será mejor que le dé un poco de potencia a la chimenea, hoy
hace más fresco.
M_ ¿No vamos a hacer los ejercicios?
E_ Sí, claro –dijo un tanto confundida por su voz tranquila incluso
algo más tierna que de costumbre-. ¿Ya no te duele la pierna?
M_ Lo puedo soportar –le regaló un sonrisa tierna.
E_ Bien, vamos allá –separó la silla de ruedas y Maca se quedó en
pie apoyando sus manos en los hombros de Esther-. Muy bien, lo
estás haciendo muy bien.
M_ Tengo ganas de poder hacer lo que quiera –hubiera sonado a
reproche de no haber sido porque lo dijo con una sonrisa sincera.
E_ He encontrado un lugar que cuando estés mejor tendremos que
ir.
M_ ¿Adónde? –se sentó a descansar un momento sobre la cama.
E_ Cerca de la montaña, podríamos ir en coche, venga levanta,
hasta un punto, ¡eso es!, suelta un brazo.
M_ ¿Estás segura? –la miró desconcertada con miedo en sus ojos.
E_ Sí, tienes que empezar un día u otro, vamos suéltate, pues como
te decía, está en un lugar mágico –la miraba intensamente con sus
ojos repletos de alegría.
M_ De acuerdo. ¡Ay! –apunto estuvo de caer, pues la pierna le falló
pero los brazos de Esther la sujetaron de manera que evitó no solo
la caída, sino también, provocó unos segundos de acercamiento-.
Gracias.
E_ Creo que por hoy ya has hecho bastante, ¡acuéstate anda! –le
dijo con ternura mientras sentía su piel estremecerse.

245 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Si –la miraba a los ojos con total entrega.
Esther la ayudó a cambiarse mientras de vez en cuando se
miraban a los ojos, y con delicadeza a los labios, Esther sentía que
no podría resistirse y Maca deseaba que diera el paso de besarla.
E_ Maca... debo decirte algo –susurró con voz baja atrapada en los
encantos de su mujer.
M_ Tú dirás –seguía sentada en la cama y Esther arrodillada pues le
había quitado las zapatillas y quedaba a la altura de su boca-. Dime.
E_ Mañana vienen tus padres...
M_ ¿Y? –acercó un poco su cara a la de una Esther que suspiró
cerrando los ojos pues en ese momento sabía que decirle que se
iba rompería el encanto y prefirió callar.
E_ Que... que... –no pudo continuar, porque Maca depositó sus
labios con delicadeza en los suyos recibiendo el beso con una fuerte
agitación en su corazón. Esther le rodeó la cintura mientras le
susurraba-. Maca, cariño.
M_ ¿Qué? –le sonrió mientras le acariciaba la cara con ternura.
E_ Te necesito –le susurró apretando sus manos sobre el cuerpo de
una Maca que cada vez notaba con mayor énfasis como ella también
la necesitaba.
M_ Yo también.
Esta vez fue ella quien besó a Maca, que le devolvió el beso con
más pasión que antes... con más dulzura y entrega...
desconcertando totalmente a le enfermera que ni pudo, ni quiso
resistirse a aquella maravillosa sorpresa. Con total delicadeza,
Esther la acostó, sus cuerpos se llenaron de caricias lentas,
temblorosas y tan hambrientas que no podían controlar sus
movimientos, a veces, lentos pero casi siempre agitados por la
pasión y el deseo que fluía por sus venas, Maca le susurraba una y
otra vez con su voz sedosa palabras de amor mientras Esther
pensaba que iba a morir de tanto placer, por tener nuevamente lo
que era suyo, y le habían arrebatado de un solo golpe.

246 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Mi niña –decía con la voz entrecortada por el placer mientras
besaba con calma los labios húmedos y dependientes de Esther-.
Cariño...
E_ Maca...
Fue una noche repleta de ternura y amor, pero el cansancio
llegó a ellas envolviéndolas en un dulce sueño, esta vez quien tenía
abrazado el cuerpo de la otra era Maca, quien se había despertado
oliendo el suave perfume de Esther que aún quedaba en su cuello, le
acariciaba lentamente y así, sentía en su interior una paz diferente,
una calma que provocaba en ella la mejor de las sonrisas, se mordió
el labio mientras murmuraba.
M_ Esther...

El canto de un pájaro en la ventana despertó a Esther, a su


lado aferrada a ella se encontraba Maca, la admiró durante un buen
rato el cual aprovechó para reflexionar seriamente, y cuando hubo
tomado la decisión, se levantó con cuidado de no despertarla hasta
la cocina donde ya se oía a Teresa trastear.
E_ Buenos días Teresa –entró sonriente con su pijama rosa.
T_ Buenos... ¡vaya menuda sonrisa me traes esta mañana! –la miró
con expresión de sorpresa.
E_ Sí –contestó un poco cortada mordiéndose el labio en señal de
timidez-. Verás es que... bueno Teresa me da apuro decírtelo pero si
no lo hago reviento.
T_ ¿Qué ha pasado? –la miró fijamente-. No me digas más –se
golpeó la cadera con su mano y sonriente exclamó-. ¡Maca ha
recuperado del todo la cabeza!
E_ No –entonces se detuvo con expresión ceñuda-... bueno... al
menos no me parece... pero... bueno anoche mientras la estaba
ayudando con los ejercicios, me besó, y... bueno... ha sido
maravilloso Teresa –se abrazó ella misma dando una vuelta sobre
sus talones.

247 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ ¡Ay Esther no me digas esas cosas, caray!, sabes... que no me
gustan –la riñó aunque con una sonrisa pues no podía evitarla al
verla sonreír nuevamente feliz.
E_ Ya lo sé, pero creo que tú idea es maravillosa, de verdad, y he
tomado una decisión, tengo que avisar a Pedro.
T_ ¿Para qué?
E_ No me puedo ir Teresa, no podría estar tranquila... sé que lo
haces con la mejor de las intenciones pero al menos a Madrid no, he
decidido que mi madre se venga también, sé que a Maca le va a
ayudar su compañía, por eso he pensado quedarme con Daniel en la
fonda de Carmen.
T_ Pero... –negó con la cabeza-... entonces estamos igual... todo lo
que has conseguido lo volverás a perder.
E_ No vendré, quiero decir, no estaré aquí pero si pasa algo estaré
cerca, además podría venir con Daniel un día, para que Maca vaya
acostumbrándose a él ... recuerda que nos ha borrado tanto a él
como a mí.
T_ No sé... me desconciertas... si te quedas aquí, vendrás –la
miraba con la arruga vertical en su frente, reflexiva y preocupada.
E_ Prometo que no.
T_ No sé Esther... creo que es mejor la otra opción, lejos no tendrás
la tentación de venir.
E_ La tendré igual Teresa, te lo aseguro.
T_ Eso también es verdad –asintió algo contrariada.
E_ Pero te prometo que seguiré tus indicaciones –le contestó con
rapidez al ver en la mujer cierta duda-, con lo bien que me ha
funcionado esto de la indiferencia, estoy segura que... con una
semana habrá bastante. Voy a llamar a mi casa –sonrió
ampliamente.
T_ ¡Ay señor!, ¿no habrá recordado Maca todo ya?, porque digo
yo... si lo hace y no lo dice... ¿cómo vamos a saberlo?...

248 ”Adiós Esther” © by ldana


Después de hablar con su casa y preparar todos los detalles,
acudió a la habitación para vestir a Maca, ya que Teresa les había
preparado el desayuno. Al entrar la vio abrazada a la almohada
mirando fijamente la ventana, allí el gato que acostumbraba a
aparecer como a desaparecer con gran facilidad, parecía vigilarla.
No se giró, no lo necesitó, intuía que era Esther, tampoco sabía muy
bien porque, pero sabía que era ella. Esther subió a la cama,
apoyando sus rodillas, al llegar al cuerpo desnudo de Maca, le
acarició lentamente el brazo hasta tumbarse junto a ella dejándole
un beso suave en la oreja.
E_ Parece que le encantas –le dijo mirando al gato blanco con ojos
verdes-. Le pasa como a mí, nos tienes hechizados.
M_ ¿Dónde estabas? –le preguntó sonriendo levemente acomodando
su cuerpo a la presencia de su mujer.
E_ Hablando con mi madre.
M_ ¿Qué dice?
E_ Pues va a venir con tus padres para estar contigo aquí, se muere
por estar a tu lado.
Maca se giró con cuidado, podía manejar un poco mejor su
brazo y eso le daba la oportunidad de girarse sola. Al hacerlo se
encontró con los ojos entregados de Esther, quería seguir
ignorándola todo lo que pudiera, pero era imposible tenerla tan
cerca y no sonreír embobada. Lentamente se acercó a ella dejándole
un beso tan suave como una caricia fugaz, cuando se separó, Maca
la miraba con rasgos blandos en su rostro.
E_ Verás Maca... ellos se van a quedar contigo porque yo me voy a
marchar.
M_ ¿Qué? –sus ojos pasaron de un mar tranquilo en la noche, a una
agitada marejada
E_ Necesito descansar Maca...

249 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Descansar? –sonrió incrédula-. ¿De qué? –hizo una pausa y con
acritud añadió-. ¿De mí?
E_ ¿De ti...? –su voz sonó afectada-, mujer dicho así pues... pues
como que no...
M_ Ya –la separó bruscamente-. ¿Y eso es lo que anoche debías
decirme, no?
E_ Sí, no entiendo porque te pones así, serán un par de semanas,
iré a Madrid.
M_ Muy bien –trató de hacerse la fuerte aunque notaba como su voz
se había vuelto inquisitiva-. Por mí puedes hacer lo que te dé la
gana, porque me has dejado muy claro lo que buscabas.
E_ Maca... –su mirada compasiva aún enfadó más a Maca.
M_ Quisiste hacerme el amor para irte cubierta de gloria ¿verdad? –
la miró acusadoramente.
E_ ¡Pero qué tonterías estás diciendo! –exclamó furiosa en su
arrebato.
M_ Nunca me has querido, sólo te importa lo que tú sientas.
E_ Mira Maca, anoche hicimos el amor porque lo deseamos las dos,
tú –acentuó su parte señalándola con el dedo índice-, y yo, y si no
te dije nada fue porque no me diste opción, ¡qué una no es de
piedra!
M_ Ya veo... ¿y... luego vas a venir diciéndome que me has echado
de menos y todo eso, no?
E_ Di lo que quieras, ponte como quieras... me da igual –se levantó
yendo a por la silla de ruedas tras un suspiro que trataba de calmar
su acelerado corazón.
M_ Ya sé que te da igual, y ¿sabes qué?, a mí también lo que hagas.
E_ Levanta –trató de cogerla.
M_ ¡Suéltame!, no te necesito.
E_ Muy bien... pues todo arreglado.

250 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Así irás corriendo a todos para decirles lo mal que te trato, ¿eh?
–se sentó en la silla con una irritabilidad en su rostro que divertía a
Esther pues si algo le hacia sonreír era cuando Maca enarcaba una
ceja y la miraba fijamente-. Vamos ¿a qué esperas?, ve y cuéntales
todo lo que supuestamente te hago.
E_ ¿Supuestamente?, ¡joder Maca si no paras! –le dijo con
tranquilidad irritándola más aún-. Cuando algo está mal, Esther
tiene la culpa, si te llevo a pasear no quieres y tengo la culpa,
cuando te hago la comida, siempre está mal... ¿no sé que más
quieres?, no te puedo cuidar mejor.
M_ ¿Te lo tengo que agradecer? –le preguntó mirándola fijamente
mientras le cogía con fuerza la mano pues habían llegado al lavabo
y la iba duchar-. ¿Dime, te lo tengo que agradecer?
E_ Deberías –asintió seria.
M_ Pues no hace falta que vuelvas aquí, yo me arreglaré con mis
padres, y tú ya quedaste servida anoche.
E_ Eres de lo que no hay Maca, borde pero borde –murmuró
abriendo los grifos.
M_ No te necesito –le dijo con un tanto de altivez.
E_ Claro que me necesitas –sonrió encantada al decirle- Anoche...
me lo dijiste muchas veces, cariño.
M_ De verdad, espero que no vuelvas... –le dijo con actitud regia
mientras se ponía en pie.
E_ No quiero discutir contigo, ¿sabes qué? –Maca la miró mientras
se quitaba el camisón con rabia-. Que ya no me afecta lo que me
digas...
M_ Claro que te afecta –la cogió con fuerza del cuello del pijama
acercándola hasta su boca mirándola fijamente le susurró con su
voz aterciopelada como si supiera que así derretía a Esther-. Todo
cuanto te digo o hago te afecta, porque no puedes vivir sin mí.

251 ”Adiós Esther” © by ldana


Durante la ducha, Esther sentía aquellas palabras atizar su mente,
miraba a Maca como se duchaba sola, veía como poco a poco iba
recuperando el movimiento en su mano, veía como a veces, durante
aquella ducha la miraba con los ojos repletos de burla, pero ella
quería continuar impasible a sus gestos y sus palabras. Cuando ya
se había vestido, la llevó junto a Teresa, y ella se metió en la ducha
para arreglarse, al salir andaba pensativa con todo lo que había
ocurrido, y sin saber porque, por un momento pensó que Maca
había recuperado su memoria y sus recuerdos, sólo ella sería capaz
de adivinarlo y la noche anterior la trató como siempre, con la
dulzura de siempre, con el cariño de siempre, con las caricias de
siempre. Estaba con estos pensamientos cuando los gritos desde la
cocina de Teresa la hicieron reaccionar acudiendo con rapidez hasta
ellas.
E_ ¿Qué pasa? –vio como Maca se sujetaba la cabeza con gesto de
dolor.
T_ Se ha mareado –decía Teresa nerviosa.
E_ ¿Te duele la cabeza?
M_ Sí.
E_ Bueno... tranquila eso debe ser que todo va volviendo a su lugar
–trató de mostrarse serena.
M_ Es la tensión, estoy teniendo una bajada de tensión –decía
agitada Maca con los ojos cerrados.
T_ ¿Qué hacemos?
E_ Pues... tomarle la tensión –se mordió una uña pensativa.
M_ Si no hubieras estampado el tensiómetro, quizá podrías –le
reprochó mirándola con severidad.
E_ ¡Anda que... estás tú hoy sembradita!
M_ Ya ves...
T_ Bueno... bueno... haya paz –las miraba Teresa sorprendida.
E_ Voy a traer el que me dejó Carmen.

252 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No te preocupes... no hace falta que te preocupes.
E_ No si no me preocupo Maca, esto no es nada... una simple
bajada de tensión debida a tu mala hostia –la miraba fijamente con
las cejas elevadas y una sonrisa irónica en sus labios.
M_ ¡Mira no sabes lo tranquila que voy a estar sin verte ni oírte! –le
dijo enfadada pero Esther pareció omitir el comentario y se perdió
tras la puerta de la cocina.
T_ No digas cosas que no son verdad Maca, hija por Dios.
M_ Tú sabías que se quiere ir, ¿no?
T_ No se quiere ir, se debe ir.
M_ Se me olvidaba lo amigas que sois –echó un poco la cabeza
hacia detrás, llegando a ella imágenes confusas, obligándole a cerrar
los ojos.
T_ Lleva mucho tiempo cuidándote y necesita un descanso.
M_ Se supone que es mi mujer ¿no?, debería estar a mi lado, una
de las cosas que debe hacer por contrato, es estar a mi lado en la
enfermedad
T_ Pero si acabas de decir que vas a estar muy descansada sin
verla...
E_ A ver –entró Esther con el gesto serio salvando a Maca de
aquella observación tan acertada de Teresa.
M_ Ya se me ha pasado.
E_ Cállate que si no, esto no funciona.
T_ Voy a prepararte un café bien cargado.
E_ Mejor no, porque con lo nerviosita que está, es capaz de
armarnos una gorda.
T_ Pues... también es verdad –ladeó la cabeza apretando los dientes
para no sonreír.
M_ ¿Cuándo te vas? –le preguntó con los ojos repletos de furia.
E_ Sí, la tensión está bien, así que tan solo es un ataque de rabia.

253 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ ¿Entonces... le doy o no café? –la miró aguantando su sonrisa
Teresa.
E_ Haz lo que quieras, total yo no voy a estar si le da por ponerse
pesadita.
M_ ¡Joder! –exclamó nerviosa ante la pasividad de Esther.
E_ ¿No te estarás haciendo la enferma para que no me vaya,
verdad? –le sonrió y Teresa tuvo que aguantar una carcajada.
M_ Si de mí dependiera, ya no entrabas más a esta casa.
E_ Menos mal que no depende de ti –hablaba guardando el
tensiómetro.
M_ No estés tan segura, porque te juro que como pueda moverme
no te dejo entrar.
E_ ¿Esto a qué me recuerda? –miró a Teresa con su frente
arrugada.
T_ A vuestras peleas estúpidas, ¡de verdad eh!. ¡vaya manera de
perder el tiempo!. Lo que deberías estar haciendo es daros mimos,
deciros cuanto os queréis y cuanto os vais a echar de menos. Parece
que nada haya cambiado ¿eh?. ¡Pesadas! –les dijo marchándose de
la cocina.
Las dos guardaron silencio, porque Esther había recibido el
guiño de ojo de Teresa, lo había acatado con una sonrisa y sabía
que le había puesto en bandeja la oportunidad de cambiar su actitud
con Maca, entre las dos estaban haciendo que su mente trabajara
tanto que se sentía confundida y preocupada.
E_ Tiene razón, cuando estuviste a punto de morir me jure que no
volvería a discutir contigo, y aunque me pones las cosas difíciles, no
me gusta hacerlo. Maca, yo quiero que estés bien... es lo que más
deseo –le tomó la mano.
M_ Por eso te vas –le dijo con sarcasmo tratando de mostrarse
firme.
E_ No, me voy porque es lo mejor para ti y también para mí.

254 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Tú que sabes lo que es mejor para mí?
E_ Sí lo sé Maca –le sonrió con pena.
M_ Te vas y me dejas sola.
E_ No vas a estar sola –le acarició con ternura a mano que tenía
sujeta-. Vas a estar con tus padres, con mi madre...
M_ Y sin ti –la miró fijamente tan fijamente que Esther leyó en sus
ojos el pánico que sentía al quedarse sin ella-. Pero... por lo que veo
te importa poco...
E_ Te equivocas, si no me importaras, no haría todo esto.
M_ ¿Debo volvértelo a agradecer? –soltó su mano-, no sé... digo...
el próximo día quizá la próxima noche ¡eh!
Esther se levantó sonriendo, se acercó y cuando parecía que
iba a darle un beso en los labios que Maca tenía entre abiertos
preparados para recibirla, dejó en su frente un frío y tímido beso.

Al salir se encontró con Teresa que la estaba esperando, se


miraron con reservas, salieron al porche y Esther le dijo:
E_ Por un momento, pensé que había vuelto a recordar, que todo
estaba bien en esa cabeza.
T_ ¿Y por qué?
E_ No sé Teresa, sólo sé que algo había cambiado en ella anoche y
que esta mañana esperaba no encontrar, y sin embargo... ahí
estaba.
T_ Oye Esther, ¿y si se recupera y no lo dice?... quiero decir...
E_ Sé lo que quieres decir... yo también lo he pensado... pero creo
que nos daremos cuenta –sonrió con aspereza-. Te juro que no me
apetece nada marcharme.
T_ Vas a estar con tu hijo –la animó acariciándole el brazo.
E_ Pero yo quiero estar con los dos.
T_ Bueno... tienes toda la vida para eso.

255 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Después de lo que ha pasado, quiero vivir intensamente el
presente.

En el hospital, Vilches estaba ultimando todos los detalles con


Javier que era el indicado para visitar a Maca.
V_ ¿Llevas las muletas?
J_ Sí, tranquilo.
V_ ¿Quiero que vigiles más la cabeza que la pierna?, no me
preocupo mucho de eso ¿eh?
J_ Ya, Vilches ya –le decía cansado por su insistencia.
V_ Y me traes directamente a Esther aquí.
C_ No, Esther no viene –acudió Cruz a la reunión.
V_ ¿Cómo que no?
C_ Se queda allí.
V_ ¡Qué!
C_ Ha decidido quedarse allí con el niño en la fonda, no estará con
Maca pero si en algún momento le pasa algo, estará cerca.
V_ Esta Esther no tiene remedio –protestó poniéndose en jarras.
J_ Bueno yo me voy.
V_ Ves con cuidado por la carretera, saca de tu mente todo lo que
no sea concentración, ah ¡y animo que luego vuelves con Teresita!
Los tres se miraron sonriendo, la ocurrencia de un Vilches que
seguía mostrándose preocupado por Esther.
C_ Seguro que es mejor para ella quedarse allí –le decía mientras se
dirigían a operar.
V_ No lo entiendo –elevó sus hombros-. En fin... mujeres.
C_ Es muy fácil Vilches –le dijo mientras se desinfectaban las manos
en la zona séptica-. Esther necesita a Maca, por muy agotada que

256 ”Adiós Esther” © by ldana


esté, por muy mal que lo esté pasando, la necesita y la necesita
bien.
V_ Ya, pero Maca vive en su mundo... y en ese mundo parece que
Esther de momento no tiene cabida.
C_ Pero cuando amas... –lo miró intensamente con sus grandes ojos
expresando amor-. No te importa nada más que estar junto a la
persona que amas.

Mientras los padres de Maca y la madre de Esther, lo tenían


todo preparado para marcharse. Estaban nerviosos pues no sabían
muy bien que recibimiento les haría. Acababan de hablar con Esther
nuevamente que parecía por un lado contenta y por otro
preocupada, y por el camino fue el motivo de la charla entre los
tres.
P_ No sé como vamos a agradecerle a Esther todo lo que ha estado
haciendo.
En_ Vamos Pedro, es su mujer yo hice lo mismo por mi marido, y
Rosario por ti, así que nada de agradecimientos, es lo que toca
cuando quieres a alguien.
R_ Si Encarna, pero de todos modos... después de todo cuanto ha
pasado, estamos infinitamente agradecidos.
P_ Solo espero que estos días pueda descansar y recuperarse, la he
notado un poco triste.
En_ También es normal, mi hija pensaba que todo iba a ser más
rápido.
R_ Si Pedro, si a nosotros estos tres meses y medio se nos están
haciendo pesados, ¡imagínate a ella que lleva todo el peso de la
enfermedad!
P_ Por eso, tenemos que hacer lo posible para que esté tranquila.
En_ Este pequeñín se encargará de ayudarla, ¿verdad hijo? –le decía
a Daniel mientras lo abrazaba.

257 ”Adiós Esther” © by ldana


Ajenos a todas las cábalas que hacían los tres por el camino, se
encontraban las tres mujeres en el porche, Esther leía
disimuladamente mientras vigilaba a Maca, que parecía estar en
otro mundo con gesto serio y sus facciones duras mirando al
infinito, mientras Teresa hablaba sin parar de lo maravilloso que era
el lugar, entonces aprovechando que a Esther la llamaron por
teléfono y se levantó, se acercó hasta Maca sentándose a su lado en
el balancín.
T_ Maca voy a echarte de menos.
M_ Yo también, perdona si te he dicho algo que te haya podido
molestar –le dijo mirándola con calma.
T_ Tranquila, me hago cargo –le sonrió cogiéndole la mano y ella le
devolvió la sonrisa-. ¿Sabes una cosa?, me gustaría que a mi vuelta,
todo estuviera bien.
M_ A mí también.
T_ ¿Con Esther? –preguntó afirmando.
M_ Bueno... imagino que sí, pero sobre todo, bien conmigo misma.
T_ Quizá debería ser tu prioridad por eso se va –le dijo guiñándole
el ojo.
M_ Se va porque le da la gana, así de sencillo, ¡a saber que pensará
hacer en Madrid, sola!
T_ Pues... nada... ¿qué va a hacer que no sea cuidar de su hijo?
M_ Daniel –murmuró un tanto triste-. No recuerdo su cara.
T_ Tranquila, estoy segura que cuando encuentres esa paz contigo
misma, todo lo que te llegará será maravilloso y entonces,
disfrutarás de Esther y de Daniel.
E_ Bueno... parece que Javier se ha perdido, ¡este chico todo lo que
tiene de guapo lo tiene de torpe! –protestó divertida.
M_ Vaya... ¿así que de guapo?
E_ Sí, ¿verdad Teresa?
258 ”Adiós Esther” © by ldana
T_ A mí me gusta más Aimee.
E_ También... –sonrió al ver el gesto de Maca.
T_ Ahora vuelvo –se retiró presintiendo tormenta.
M_ ¿Qué vas a hacer en Madrid?
E_ No lo sé... imagino que iré al Central a ver a los chicos, tengo
que cuidar de Daniel... descansar...
M_ ¿Irás a ver a tu abogado?
E_ No creo, todo está arreglado ya, ¡qué pesadita, Dios!
M_ No me fío de ti.
E_ ¿Y eso por qué? –la miró seriamente-. Si no fuera por que no te
lo mereces, ahora mismo te daba un beso que te dejaba seca.
M_ Es lo que quieres, sexo.
E_ ¡Pero Maca qué dices! –la miró seria y hasta afectada por sus
palabras.
M_ Me lo has dejado muy claro, supongo que conseguirás lo que
pretendes en Madrid, ya me dirás con quien.
E_¡Pero qué bruta eres! –le recriminó sin dudarlo.
M_ igual lo soy, porque tengo motivos para serlo.
E_ Ningún motivo –hubo silencio entre las dos. Esther suspiró y con
gesto de calma le dijo-. Voy a echarte de menos... voy a echar de
menos esa cara de enfado –le apartó con cuidado el pelo-, voy a
echar de menos esa miradita tuya de cuando crees que no te miro –
aquel comentario le dolió a Maca que terminó apartando
bruscamente su mano-. En fin... voy a echar tantas cosas de menos,
que no sé si aguantaré lejos de ti.
M_ Hipócrita.
E_ Te amo.
M_ No me vaciles –su voz sonó con la fuerza que explota una
tormenta en la noche.

259 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Te adoro –esperó a ver que respuesta daba Maca y al ver que la
miraba callada explotó en una carcajada y un abrazo enorme que no
pudo reprimir-. ¡Ay Dios cómo quiero yo a mi niña!
T_ ¡Uys perdón! –apareció Teresa que se detuvo en seco al ver la
escena.
E_ ¿Ya lo tienes todo? –le dijo sonriendo mientras se ponía en pie.
T_ Yo sí, ¿y tú?
E_ Sí. ¡Mira Javier!
Mientras las dos iban a recibirlo, con la consiguiente bronca de
Esther por perderse, Maca la miraba sintiendo como las pulsaciones
se disparaban, como su miedo a no tenerla se apoderaba de todo su
interior, aquella risa, si se le marchaba... estaba perdida, si hubiese
podido correr, sin dudarlo lo habría hecho para retenerla entre sus
brazos fuertemente para no perderla ni un segundo de su lado.
J_ ¡Maca guapa! –la abrazó sonriente y ella le devolvió la sonrisa.
M_ Hola.
J_ ¿Cómo estás?
M_ Bien... según para algunas muy bien –sonrió con gesto de
fastidio.
J_ ¡Ah! –captó la indirecta.
E_ Bueno... ¿qué noticias nos traes? –omitió el comentario Esther
hablando con normalidad.
J_ Pocas la verdad, lo único que te puedo asegurar es que Vilches
me lleva frito desde que tengo que venir a ver a Maca –sonrió y
agregó-. Tengo las cosas en el coche, si me permites...
E_ Te acompaño.
T_ Maca, cariño vale ya de ser tan dura con Esther –le dijo
sonriendo con pena.

260 ”Adiós Esther” © by ldana


Durante un buen rato estuvieron hablando para pasar a revisar
a Maca, entraron en la casa y Esther la ayudó a acostarse.
M_ No hace falta que estés aquí.
E_ Eso lo dices tú, mientras no lo diga Javier.
J_ Bueno... de momento puedes quedarte.
M_ No sé para que –cruzó sus brazos sobre el pecho-. Bueno, si lo
sé –sonrió burlona-, así luego podrá decir Javier que ella estaba
siempre aquí dándome su incondicional apoyo.
E_ Eres encantadora –le sonrió.
J_ Bueno... esto está muy bien Esther –le dijo ante el gesto
desesperado de Maca por el comentario y el tono de Esther que
parecía divertirse con la nueva situación-. Vamos a ponerte en pie,
venga.
M_ Tú no me toques –le dijo a Esther separando su brazo del de
ella.
J_ Oye Esther... anda déjame solo con Maca.
E_ Está bien, pero porque me lo dices tú ¿eh?, no te vayas a creer
cariño, que me voy por ti –le dedicó una sonrisa y se marchó. Al
estar fuera apoyó su cabeza sobre la puerta un tanto desconcertada
y murmuró-. Tengo que ser fuerte... es lo mejor para ella...
J_ A ver, ¿puedes aguantarte sola?
M_ No mucho –su tono de voz cambió así como su gesto.
J_ Ya, probaremos –la dejó sola y ella aguanto en pie varios
segundos-. ¿Te duele?
M_ No, poco... se puede soportar.
J_ Esther ha hecho un buen trabajo.
M_ ¿Me operó ella? –lo miró duramente.
J_ Por lo que veo tu cabeza sigue en su estado de deterioro. Tienes
suerte Maca, mucha suerte –le dijo mientras le daba las muletas-.
Vamos quiero que pruebes a caminar.

261 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No puedo, el brazo no me responde, puedo mover la mano pero
no tengo fuerza.
J_ Bueno... probemos, venga yo estoy aquí.
M_ Está bien –sonrió con un poco de nervios.
J_ Me conformo con un paso.
M_ De acuerdo.
J_ Venga, que siempre has sido valiente.
M_ Necesito serlo, ahora más que nunca.
J_ ¡Eso es, eso es!, ves como si –le dijo sonriendo pues Maca con
dificultad pero acierto había podido tanto manejar las muletas como
apoyar su mano en la muleta-. ¿Sabes qué me preocupa? –ella lo
miró cansada mientras volvía a sentarse sobre la cama-. Tu cabeza..
M_ A mí también –murmuró decaída-. No sé que voy a hacer.
J_ Tener paciencia y dejar que te ayuden.
Maca se calló, después de hacerle la revisión en sus ojos y un
sinfín de preguntas, la ayudó a salir al porche donde esperaban con
unas tazas de café a que llegaran los padres de las dos.
T_ ¿Qué tal ha ido?
J_ Pues... yo creo que la pierna puede recuperar su movimiento en
unas pocas semanas, la rehabilitación pasiva que le hicimos al
principio aún estando en coma, ha sido efectiva. Por otro lado la
mano ya tiene movimiento ahora le falta la fuerza –la miraba
sonriendo.
T_ ¿Y la cabeza? –le preguntó con temor.
J_ Eso... eso es más complicado, pero Maca ya sabe que lo mejor en
estos casos es la paciencia –le sonrió.
E_ Voy a traerte café Javier.
J_ Gracias. Oye este lugar es maravilloso ¿no?
T_ Di que si Javier, Esther ha tenido muy buena idea.
J_ ¿Te gusta Maca?
262 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Me da igual, estar aquí o en casa, no sé porque estoy aquí, y
tampoco sabría porque estar en casa.
T_ Bueno... hija... pero esto es muy sano para ti.
J_ Claro.
E_ Aquí esta el café. ¡Mira, ya están aquí! –dijo contenta Esther al
ver como llegaba el coche con todos.
J_ Te acompaño.
M_ ¡Teresa! –le tomó del brazo al ver que se levantaba para acudir
al coche.
T_ Dime hija –la miró con seriedad al ver su rostro.
M_ Por favor, dile que no se marche, por favor.
T_ Díselo tú Maca, Esther está casada contigo, no conmigo.
M_ No, yo no, por favor –le habló nerviosa e insistió-. Dile que no se
vaya por favor Teresa, díselo –sus ojos se llenaron de miedo y
lagrimas.
Teresa y Maca se miraban una a la otra fijamente, tratando
Maca de convencer a la mujer para que Esther no se marchara, una
Esther que estaba abrazada a su madre sonriendo, mientras los
padres de Maca se acercaban a ella felices ajenos completamente al
sentir de su hija.
P_ ¡Maca! –la abrazó besándola.
R_ Cariño... te veo mucho mejor –la abrazó también aunque Maca ni
a uno ni a otro correspondió con demasiada efusividad.
M_ Si, estoy mejor.
En_ Maca hija mía, ¡ay que alegría verte, madre! –se abrazó a ella
Encarna y ésta si logró que reaccionara, sonriéndole al sentir como
la mujer la mantenía abrazada con fuerza-. Bueno... pero si estás
tan guapa como siempre, ¡ay que ver el bien que hace estar en una
montaña!
M_ Sí Encarna –le sonrió.

263 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Bueno... y los cuidados de Esther, claro –Rosario quiso agradecer
así el comportamiento con su hija, pero lo que logró fue que Maca
cambiara el gesto de alegría por malestar.
P_ ¿Dónde dejamos las cosas Esther?
E_ Por aquí, yo os acompaño –la siguieron él y Javier que se había
dispuesto a ayudar-. Ahora volvemos.
T_ ¿Bueno... y qué tal el pequeñín?
R_ Muy bien... la verdad que es muy bueno... no nos ha dado nada
de faena ¿verdad Encarna? –miraba a su hija apenada al ver que no
preguntaba por él.
En_ Pues sí –sonrió apenada por el gesto de madre e hija.
M_ Teresa puedes llevarme a la habitación, por favor.
R_ ¿Te llevo yo, hija?
M_ Como quieras –contestó fríamente.
R_ Ahora volvemos –sonrió nerviosa a Teresa y Encarna que la
vieron alejarse-. Tenía unas ganas de verte cariño...
En_ Bueno... aparentemente está mucho más recuperada.
T_ Tú lo has dicho Encarna aparentemente. Pero déjame decirte
algo, acaba de suplicarme que le diga a Esther que no se vaya.
En_ Pues díselo –la miró abriendo los ojos.
T_ Pero Encarna... si ahora que están así Maca parece que
reacciona.
En_ Maca no va a reaccionar porque Esther se vaya, creo que es
llenar su corazón y su cabeza de más problemas y penas. Quizá su
cabeza no le da lo que le corresponde, pero está clarísimo que su
corazón no le puede traicionar.
T_ Caray Encarna –habló dubitativa-... con lo segura que yo estaba
de esto.
En_ Pero de todos modos, yo te lo agradezco por lo que corresponde
a Esther, la veo bastante más delgada y necesita ayuda.

264 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Si, por eso lo he hecho.
En_ No tienes que justificarte –le sonrió cogiéndole la mano con
ternura-, sé lo mucho que quieres a mi hija, y te lo agradezco.

Rosario la llevó hasta la amplia habitación y no pudo evitar


sentirse incómoda ante ella, era su hija, pero no sabía como actuar,
parecía que estaba lejos muy lejos de aquel lugar.
R_ ¿Qué quieres qué haga hija?
M_ Nada, sólo quiero que me dejes aquí.
R_ ¿Pero sola?
M_ Sí mamá, sola.
R_ Yo creo que... bueno... deberías estar fuera con nosotros hemos
venido con mucha ilusión y...
M_ No os he pedido que vengáis –la miró irritada.
R_ Está bien hija, será mejor que te deje aquí.
Cuando se quedó sola, cerró los ojos tratando de tragar el
miedo que le estaba secando la garganta, se sentía perdida, y dejo
asomar una expresión aterradora que fue rota por la presencia de
Esther de golpe, sin avisar, que al verla allí frente a la chimenea
sintió en su corazón un pellizco de lastima.
E_ ¡Ah estás aquí! –Maca guardó silencio-. ¿Qué haces ahí?, han
venido tus padres, lo normal es que estés fuera.
M_ Déjame tranquila.
E_ ¡Bueno... así que sigues con tu mala ostia!, muy bien, ¡en lugar
de estar contenta porque tus padres han hecho el esfuerzo de venir!
–se acercó a ella sentándose a su lado en el sillón mientras la
miraba tratando de ocultar su dolor por verla así-. Vale, no estás
contenta de eso, ¡pues lo parecías porque yo me iba! –Maca giró su
cabeza mirándola acusadoramente-. ¿O qué?
M_ Me fastidia mucho pero mucho, que te creas que estoy mal
porque te vas.
265 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ ¿Pero estás mal? –habló con su tono algo más esperanzado.
M_ Tu cinismo me provoca náuseas.
E_ Maca por favor... ¿dónde tienes tu humor?
M_ Prefiero no decírtelo, o de lo contrario me tacharías de ordinaria.
E_ Está bien como veo que es imposible hacerte comprender las
cosas, te dejo tranquila, ¿vamos?
M_ No, quiero quedarme aquí, me duele la cabeza.
E_ Pues te tomas algo... vamos –cogió la silla de ruedas y empujó
para llevársela pero en un movimiento rápido, Maca puso el freno-.
Maca ¡ya está bien de comportarte como una niña, no!
M_ Te he dicho que me dejes.
E_ Pues no, además, me voy a marchar lo normal es que estés
conmigo fuera hasta que me vaya –se había puesto en jarras a su
lado mirándola.
M_ Ni que fueras ¿cómo me dijiste el otro día?... ah si,
imprescindible.
E_ Por lo que veo, tu cabecita funciona para lo que quiere. ¡Ale
fuera!
M_ Te he dicho que me dejes ¡joder Esther! –le decía mientras
Esther había quitado el freno y le daba la vuelta-. La madre que te
parió, estás gilipollas, imbécil, ¡déjame en paz!, a ver si te largas y
te pierdo de vista ¡cabrona!
E_ ¿Qué me has dicho? –la detuvo poniéndose delante de ella.
M_ Lo has oído perfectamente, llévame a la habitación.
E_ Quieres amargarme hasta el último momento, ¿no?
M_ Si te pica, te rascas.
E_ Me dan ganas de... –trataba de aguantar la risa porque Maca
estaba divertidísima.
M_ ¿De qué? –le respondió con chulería.

266 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Eso ahora ponte chula ya es lo único que te faltaba! –siguió
arrastrando la silla hasta el comedor donde estaban todos-. Aquí
está la reina de la cabaña, un tanto borde, pero no por eso vamos a
quitarle la corona –sonrió ante el gesto histérico de Maca.
T_ ¡Ay Esther qué cosas dices!, ¿Maca, borde?
E_ Tenías que haberla oído en la habitación –Maca se estaba
poniendo colorada de aguantar todo lo que en ese momento le
hubiera gustad decirle-. Bueno, ¿te sentamos en el sofá?
M_ No.
P_ Mejor en la silla y cuando os vayáis y os despida, ya la pasó yo al
sofá.
M_ No, papá, mejor ahora, no tengo que despedir a nadie.
P_ Pero...
M_ ¿Me ayudas Javier?
J_ Claro –le hizo un gesto de tranquilidad a su padre.
E_ Voy a por tu pastilla, Rosario, viene y le indicó donde está todo.
R_ Si hija, Encarna ¿vienes?
En_ Voy.
Una vez en la cocina, las dos mujeres miraban a Esther con un
gesto entre lastima y tristeza. Se habían dado cuenta que por
mucho que sonriera estaba sufriendo con la actitud tan fría y
cabezota de Maca.
E_ Bueno... todo os lo he dejado apuntado, el único problema es
cuando le da el ataque de ansiedad, por lo demás yo creo que no os
debéis de preocupar, aunque insisto que si pasa algo, por poco que
sea, me avisáis y vengo.
R_ No te preocupes Esther, lo que necesitas es descansar y nosotros
nos apañaremos bien, además el médico del pueblo vendrá en caso
de emergencia, tranquila.
En_ Hija... sé que necesitas recuperarte un poco y sé que estar con
Daniel también, pero ¿no crees que marchándote no es la solución?
267 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ Lo sé mamá, y lo voy a pasar fatal te lo aseguro.
En_ ¿Entonces? –la miró enarcando sus cejas.
E_ Vilches dice que es la mejor manera que Maca reaccione, no
puede dominar sus emociones y según ellos estando a su lado no la
ayudo.
En_ Eso es una tontería, de la manera que no la vas a ayudar es
marchándote hija –le decía con dulzura.
E_ Mamá –le dijo con gesto confundido.
En_ Ya lo sé, yo no quiero confundirte ni preocuparte, sólo que Maca
te necesita mucho más de lo que todos incluida ella creemos.
R_ Tú madre tiene razón Esther... –apuntó una seria Rosario.
En_ Yo sé que es difícil la decisión que has acatado y por supuesto
no te juzgamos por ella, hagas lo que hagas nosotras estamos aquí
para apoyarte.
R_ Esther –se acercó a ella mirándola fijamente con su mirada
emocionada y sus palabras un tanto quebradas por la emoción le
dijo-. En el hospital te di las gracias por cuidarla, hoy te doy las
gracias por amarla, sé que tu duda es porque la quieres más de lo
que nadie la ha amado nunca, pero piensa en ti, he estado cinco
minutos con ella y me ha bastando para entender lo duro que ha
sido, descansa que te lo mereces y si te necesitamos, no dudes que
te llamaremos, pero descansa hija, descansa –la abrazó y Esther
notó en ese abrazo lo que sus palabras quisieron transmitirle, una
gratitud sincera que salía de su corazón-. Entiendo que te gustaría
estar a su lado, pero Daniel os necesita.
E_ Lo sé –admitió afligida-. Estaremos en contacto, ¿eh?
T_ Esther, Javier tiene que volver –asomó la cabeza Teresa.
E_ Está bien... –hizo una mueca de inquietud y se pasó la mano por
el pelo.
En_ Vamos hija, os dejamos solas, ¿vale?

268 ”Adiós Esther” © by ldana


Las tres mujeres salieron de la cocina, dejando a Esther dentro,
no quería llorar, sabía que aquella separación era necesaria y debía
aceptarla tal y como le habían dicho todos, después tendría toda la
vida para compartirla, entonces se percató el tiempo que llevaba
diciéndose aquello, el tiempo que Maca estaba enferma y la lucha
que había estado librando por acogerse a la esperanza del mañana,
y ese mañana llevaba tres meses sin existir, ese mañana no llegaba
y justo en aquella cocina, se dio cuenta de lo cansada que estaba,
de lo castigado que estaba ya no solo su cuerpo, también su alma,
sus ánimos y entonces confirmó las palabras de Teresa, necesitaba
cargar sus energías, las había agotado y eso era lo que sin duda le
había hecho discutir con Maca, enfrentarse a ella duramente, perder
la paciencia... era necesario se dijo. Entonces suspiró como quien
sabe que va a sumergirse por un buen rato en el agua, justo era lo
que necesitaba, hundirse en el agua y escuchar el penetrante y
hermoso silencio, dejarse llevar por él en el cuerpo, y por la imagen
de Maca en su cabeza.

Cuando salió de la cocina, vio como Javier terminaba de


despedirse de ella, y como Pedro sacaba la maleta que Esther se
había preparado. Observó la despedida de Teresa desde la puerta de
la cocina sin ser vista ni por Maca ni por la mujer, ya que ellas
quedaban de espaldas. Rosario y Encarna estaban fuera en el
porche, al mirar por la ventana las vio hablar, y también vio como
se abrazaban sonrió levemente aunque su mirada volvió con rapidez
a la figura de Teresa que estaba sentada junto a Maca, le tenía la
mano cogida y la miraba con su mirada repleta de cariño.
T_ Maca hija, tienes que poner de tu parte.
M_ Lo sé –murmuró con voz áspera y amarga.
T_ Tienes que conseguir dominar esa cabecita tuya.
M_ ¿Vigilarás a Esther? –le preguntó de pronto necesitando sacar la
angustia que vivía en su interior.

269 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ ¿Qué? –le preguntó sorprendida al igual que Esther que además
sintió como su cuerpo se tensaba por aquella pregunta.
M_ Me has oído perfectamente Teresa –le recriminó con su tono de
voz envenenado por los celos.
T_ No tienes nada que temer Maca, pero sí, la vigilaré si vas a estar
más tranquila, lo haré –le acarició la cara.
M_ Se ha cansado de mi –susurró más decepcionada.
T_ No digas eso, no se ha cansado de ti, está agotada física y
mentalmente Maca, ella también te necesita, pero también necesita
tener un poco de paz, no te dejes llevar ni por los celos –le acarició
el pelo con ternura y le dijo con aire maternal-, ni por tu egoísmo.

Esther no pudo soportar escuchar más, volvió a la cocina con


lagrimas en sus ojos, allí ante su sorpresa estaba Fermín mirándola
con los ojos fríos que acostumbraba a observar y callar, el hombre
de fuertes manos, de espalda ancha y de porte duro, no dudo en
acercarse a ella, sabiendo lo que sucedía en su corazón, y sin dudar
la estrechó entre sus fuertes brazos, aquel hombre que olía a
campo, a hierbabuena mezclada con olor a tierra mojada, la acunó
sabiendo de su calvario, no hubieron palabras, porque ambos habían
sufrido lo mismo y se entendían en aquel silencio del dolor.

Mientras, Maca sufría su calvario particular refugiándose de la


manera que su corazón le permitía en Teresa.
M_ Por favor Teresa, dile que no se vaya, sólo te pido eso –la
miraba desesperada.
T_ No puedo Maca, ya te lo he dicho, mira, si en lugar de atacarle
como has hecho la hubieras tratado mejor, ¡ahora no se iría hija! –
elevó un poco el tono-. Sé que soy dura contigo diciéndote esto,
pero deberías seguir todo lo que te manda tu corazón.
M_ Nadie me entiende –murmuró finalmente apoyando su mano
sobre la frente.

270 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Si no te entendiéramos, ¿crees que estaríamos así?,
¿preocupados por ti, eh? –Maca la miró desconcertada. Teresa le
giró la cara con sus dos manos para que la mirara y una vez obtuvo
sus ojos le dijo con voz meliflua-. Si hacemos esto es por tu bien,
únicamente por tu bien.
M_ Mi bien es Esther y si se va, lo único que me hacéis es daño.
T_ Entonces te darás cuenta que es por tu bien.
M_ No Teresa, ella lo sabe, sabe que me va a hacer daño y se va...
esto no se lo voy a perdonar, te lo aseguro.
T_ Me rindo –negó con sus manos en alto-. ¿Quieres creer que lo
único que busca es hacerte daño?, muy bien, después te acordarás
de esta charla y verás lo equivocada que estabas y ese día, te juro
Maca, que me voy a burlar de ti todo lo que pueda. Te quiero
pequeña –le sonrió besándola dejándola tan desconcertada que no
supo que decir-. ¡Esther date prisa hija!, mi marido de esta se
divorcia, así que hacerme un sitio aquí –se acercó a ella
nuevamente antes de marcharse dejándole un besó en la frente y
murmurándole con su voz repleta de animo y admiración-. Confío en
ti...

Aquellas palabras pudieron con Maca, Teresa tenía razón,


¿cómo iba a querer Esther hacerle daño?, le había demostrado que
la amaba, ¿cómo podía ser tan egoísta?, solo pensaba en ella, pero
entonces cuando se dio cuenta que realmente estaba a punto de
perderla, un remolino de sensaciones contradictorias llegaron a ella,
nuevamente el dolor en su cabeza, nuevamente imágenes confusas,
pero siempre Esther, trató de controlar su estado tal y como Javier
le dijo, trataba de controlar su respiración, trataba de borrar su
mente y cuando oyó tras ella los pasos de Esther, sintió necesidad
de gritarle que no se marchara. Pero entonces, su control le llegó
como si fuera una ola rompiendo sobre el malecón, arrastró todo
sentimiento duro, todo sentimiento de odio y la dejó allí desnuda

271 ”Adiós Esther” © by ldana


frente a la mujer que sin duda su corazón le gritaba que tanto
amaba.
E_ Bueno Maca cariño... me tengo que ir –le decía dubitativa
mirándola pero ella rechazaba aquella mirada triste y repleta de
candidez. Ante su silencio agregó-. Me están esperando... llamaré
todos los días, si necesitas algo cualquier cosa... tu madre ha traído
tu móvil, te llamaré y si en cualquier momento de día o de noche
me necesitas, no dudes en llamarme, ¿vale?
Maca guardó silencio, Esther no sabía que hacer ni siquiera la
miraba, así que dando un fuerte suspiro se acercó a ella para darle
un beso, tampoco sabía muy bien donde, así que decidió hacerlo en
la frente para no marcharse con un nuevo rechazo por parte de la
mujer que más amaba. Se acercó lentamente, dejándole un beso
suave en la frente, cuando se retiraba momento Maca levantó la
cabeza, la miró tomando su cara entre sus manos temblorosas, sus
ojos estaban repletos de lagrimas, unas lagrimas que trataba
inútilmente de retener en sus ojos y con voz trémula y suplicante le
susurró casi de manera inaudible.
M_ No te vayas...
Pasaron unos largos segundos que parecieron eternos, Maca
acariciaba el rostro tenso de una Esther que no sabía como
reaccionar, allí estaba, como si se hubiera transformado en una
estatua sin saber que hacer ni que decir. Entonces suavemente
Maca la atrajo hasta sus labios besándola con ternura. Esther no
pudo resistir por mucho tiempo, entonces con los ojos cerrados
lentamente y susurrando le dijo:
E_ Debo hacerlo...
M_ No me dejes –volvió a suplicarle mirándole fijamente a unos ojos
tristes y repletos de ansiedad-. Por favor Esther... no me dejes.
E_ Es por tu bien –se dio la vuelta para marcharse pero no podía dar
ni un solo paso.
M_ Esther... Esther...

272 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Lo siento cariño... es necesario.
M_ Si te vas... si te vas ahora justo cuando más te necesito –su voz
conforme le iba hablando, iba volviéndose más dura e implacable-.
No vuelvas en tu vida Esther, si cruzas esa puerta, no vuelvas nunca
más a mí.
E_ Ahora no lo entiendes... pero... de verdad... lo siento –le dijo con
tono culpable aunque trataba de mitigar su propio dolor
convenciéndose que era necesario, se marchó lentamente pero justo
cuando iba a cruzar la puerta, se giró y encontró que sus ojos la
miraban rasgados por las lagrimas. Con voz desgarrada le dijo-. Te
quiero.

Maca guardó silencio apretó con fuerza sus manos contra el


sofá, sintió como todo le daba vueltas, como su cuerpo se sentía
abandonado, miró por la ventana que tenía frente a ella, la vio
alejarse, era como si con cada paso se fuera apagando los latidos de
su corazón. Una vez oyó el coche que abandonaba la casa, y oyó las
pisadas de sus padres y Encarna que se dirigían hacia ella, se aferró
a su cuerpo y llorando susurró.
M_ Te quiero Esther...
Durante el camino en coche que no fueron más de cinco minutos,
Esther notaba cuanto amaba a Maca, quizás más de lo que ella
misma era capaz de entender, con cada segundo que se iba
distanciando de ella, notaba un dolor mayor en su corazón, y ya no
solo ese dolor se apoderó de ella, también la soledad, la inmensa
soledad que le provocaba aquella marcha. Se preguntó mil veces si
hacia lo correcto, se preguntó mil veces con que palabra de Maca
podía quedarse, si con la súplica o con el desprecio, si con sus ojos
repletos de amor o con sus ojos repletos de odio. Así se había
vuelto, la cara y la cruz de la luna. Quiso pensar que le estaba
esperando su hijo, tenía casi cinco meses y poco lo había podido
disfrutar, se culpó de eso también, se había volcado tanto en la

273 ”Adiós Esther” © by ldana


madre, que había olvidado al hijo, sintió un nudo en el estómago
que le costó deshacer.
J_ ¿Es aquí no, Esther? –la miró de reojo pero ella tenía sus ojos en
un punto perdido del horizonte, ante su silencio Teresa se incorporó
un poco hacia el asiento delantero y Javier le insistió-. ¡Esther!
E_ Perdona, ¿qué decías?
J_ ¿Si es por este camino?
E_ Sí, sí, bordea la fuente y la calle hacia arriba es, pero si quieres
me podéis dejar aquí.
J_ ¿Estás segura?
E_ Sí, me irá bien un poco de aire fresco que hoy hace frío –sonrió
enmascarando la tristeza como pudo.
J_ Esther... no quiero que pienses que has hecho algo indebido.
E_ Lo sé... pero no puedo dejar de sentirme mal.
J_ Ya... –le tomó la mano mirándola con cariño-, pero tú necesitas
un poco de calma y tu hijo te necesita también.
E_ Si –sonrió dándole dos golpes en la mano que tenía sobre la
suya-. Venga marcharos que el marido de Teresa me va a
denunciar. Gracias Javier.
Una vez fuera, Teresa que iba a pasar al asiento delantero, la
miró con detenimiento, le acarició la cara con ternura y se
abrazaron, no necesitaron decir palabra alguna, pues sus ojos
transmitieron los sentimientos de ambas, por parte de Esther
agradecimiento, por parte de Teresa un amor maternal que no
dudaba en demostrar con alguna lagrima y un temblor en su
barbilla.
Los vio marcharse parada en la plaza, les saludó y cuando ya no
veía el coche un estremecimiento, se apoderó de ella, sabía que no
era el viento fresco que sopló en su cara, era el miedo, era el
desamparo que sabía Maca debía sentir, con el sonido fresco de la
fuente, recibió algún pequeño rayo de sol como queriendo iluminar

274 ”Adiós Esther” © by ldana


la calle por la que tenía que pasar, para poder estrechar a su hijo en
brazos, allí estaba su otra parte, el ser que había vivido en las
entrañas de su amor, el ser que le había hecho sentir otra clase de
amor y otra clase de miedo, pensó que la podía perder por
compartirla, pero nunca imaginó que la podía perder de aquella
manera tan cruel como el destino les había propuesto en el camino
de sus vidas. Lentamente, como si sus piernas fueran plomo, se
marchó metiendo una mano en el bolsillo, acoplando su mochila a la
espalda y con la que le quedaba libre y fría, llevó la maleta.
Al abrir la puerta, se encontró con Carmen y en sus brazos su
hijo, al verlo todo cuanto había estado meditando y la extrañeza de
no tener a Maca a su alrededor le hicieron una mala pasada, y
rompió a llorar intensamente mientras Carmen le daba al niño y los
abrazaba a los dos con sus cálidos brazos.
Ca_ Vamos mi niña, ya está –le repetía pues Esther rompió a llorar
sin poder controlar sus sentimientos y emociones-. Venga, dame al
pequeño, ve dúchate que te he preparado un cocido que te vas a
recuperar nada más de olerlo.
E_ No Carmen, quiero estar con Daniel –lo miraba feliz aún con
lagrimas.
Ca_ Lo se, pero tienes todo el tiempo para estar con él, ahora
necesitas quitarte todo cuanto traes, quiero que te relajes y que
comas bien, ahora mando yo –le dijo sonriendo y en su sonrisa le
transmitió una bondad tan fuerte que Esther no pudo negarse-.
Todo va a ir bien... ya lo veras.
E_ Lo sé Carmen, pero... –elevó sus hombros sin saber que más
decir.
Ca_ Pero nada, Maca necesita tu ausencia para sentir tu presencia
más fuerte, nunca has oído eso que una ausencia te hace ver lo que
significa alguien con su presencia –Esther la miró sonriente-. Pues
eso es lo que le va a pasar a ella, va a reaccionar, estoy segura.
E_ Gracias Carmen, no sé como...

275 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Venga, venga –la hizo callar cogiéndole al pequeño-. A la
ducha, ponte cómoda y a comer, que preciosidad de niño ¡madre!
E_ Si, se parece a Maca, tiene sus ojos, sus labios –se detuvo al
notar que su voz iba a quebrarse-. Bueno... me voy a duchar o me
entra la tontería. Por cierto, Fermín estaba en la casa.
Ca_ Si, fue a llevar algo más de madera porque ahora van a ser más
y la van a necesitar.
E_ Es increíble.
Ca_ ¿Fermín? –ella asintió-. Bruto pero tiene un corazón que no le
cabe en el pecho, aunque ese corazón esté triste.
E_ Ha estado a mi lado en un momento en que iba a derrumbarme.
Ca_ Él es así, aparece cuando menos lo esperas, yo le digo que
parece un fantasma –dio una sonora carcajada.
E_ Bueno, me vas a contar todo detalladamente, todo lo de tu hijo y
te prometo que por toda la ayuda que nos estáis dando, trataré de
ponerme en su búsqueda y contarle que sus padres le echan de
menos.
Ca_ ¿Harías eso? –sus ojos reflejaron una emoción que conmovió a
Esther.
E_ Claro, sin dudarlo Carmen –la abrazó-. Venga que ahora eres tú
quien te pones tonta –sonrió.
Ca_ Gracias hija, ya lo dije yo, tienes un gran corazón y Maca
también, por eso la vida os tiene que sonreír.
E_ Seguro que sí, con tanta ayuda es necesario. Ya bajo Daniel,
guapo –le besó-. Voy a sacar las cosas de la maleta y bajo.
Ca_ Estás en tu casa, ya sabes donde está la habitación.
Esther subió con los dientes apretados, solo se dio cuenta
cuando notó que se estaba haciendo daño, se moría de ganas por
llamar a casa para saber como se había quedado Maca, le
preocupaba, y al entrar a la misma habitación donde tanto se

276 ”Adiós Esther” © by ldana


amaron, discutieron y se adoraron, sintió como su piel se erizaba,
como su corazón galopaba y como sus fuerzas fallaban.
E_ Maca... Maca...
Murmuró con la voz repleta de añoranza hacia ella, después de
respirar hondo, trató de calmar su desasosiego pensando que
estaría bien, que sus padres y su madre, iban a ayudarle en cuanto
estuviera en su mano, pero aún así, se sentía extraña, sola,
inmensamente sola.

En el Hospital, todos esperaban el regreso de Javier, pero sobre


todo las chicas esperaban el regreso de Teresa, que seguro lo hacía
con un raudal de novedades. Los esperaban en el muelle porque
Javier había avisado que estaban a unos diez minutos, cuando los
vieron entrar, todos se adelantaron hasta ellos.
V_ ¿Cómo está? –preguntó Vilches inquieto.
J_ La verdad que mucho mejor de lo que esperaba, su pierna casi
perfecta, tan solo le falta coger masa muscular, el brazo también ha
mejorado –todos lo miraban atentos-, pero...
V_ ¿Su emotividad?
J_ Fatal, la verdad, no puede controlar ni sus enfados, ni sus
alegrías, ni su risa ni su llanto.
C_ Pues estamos bien.
H_ Ya lleva tres meses ¿eh?, debería mostrar algo de mejoría.
T_ Pues os aseguro que no, la pobrecita está hecha un mar de
dudas, un mar de angustias.
V_ ¿Se ha marchado Esther? –preguntó con sus manos sobre la
cintura
J_ Sí, le ha costado pero sí.
C_ ¿Y cómo está Teresa? –todos esperaban su respuesta.
V_ Como veo que vais a empezar con las cursilerías me llevo a
Javier para que me cuente hechos médicos.
277 ”Adiós Esther” © by ldana
H_ Yo me quedo con ustedes –dijo Héctor-. Podíamos ir a la
cafetería ¿no creen?, estaríamos más cómodos.
C_ Sí, mejor y te tomas algo Teresa que parece que estés
destemplada –le dijo Cruz mientras le tomaba del brazo.
T_ ¡Ay hija!, ante este drama a ver quien es el guapo que no se
destempla.
Una vez se sentaron en la cafetería se les unió Laura, todos
miraban fijos a una Teresa que mostraba su estado afligido ante la
situación que estaban viviendo la pareja.
La_ Es una lástima, después de todo lo que han pasado.
C_ Y aún puede dar gracias Esther, que haya tenido solo un ataque
fuerte.
T_ Pero vaya ataque Cruz, mira, yo pensaba que nos pegaba, perdió
completamente el control y la pobre Esther, mira, una carita, yo no
sabía que decirle porque para poder tranquilizarla tuve que
asegurarle a Maca que me la llevaba conmigo, que no la iba a dejar
con Esther. ¡Imagínate! –elevó sus cejas con tristeza.
H_ ¿Y Esther? –preguntó muy intrigado Héctor.
T_ Mal, mal por un lado porque la trata con mucha impertinencia, y
siempre que puede sabe hacerle daño, pero por otro lado, cuando
Maca tiene su lado de desconcierto y te pide ayuda, pues está
dentro de lo malo, bien. No sabía que hacer, si irse o quedarse, le
ha costado lo suyo.
C_ Es normal, sólo espero que esto no se alargue demasiado –bebió
de su taza de café con gesto preocupado.
T_ ¿Tú crees?
H_ Sí Teresa, puede durar hasta años.
T_ Esther no lo soportaría –agregó segura mirando con tristeza a
Cruz mientras contraría su barbilla.
C_ No va a tener más remedio.

278 ”Adiós Esther” © by ldana


La_ ¿Y Maca no se da cuenta de lo que hace? –le preguntó Laura
juntando sus cejas mostrando su preocupación.
T_ Eso es lo que a mí me despista.
H_ Cuenta –la miró fijamente Héctor interesado en su relato.
T_ ¡Ay Héctor hijo no me mires así me pones nerviosa!
H_ ¿Y ahora que hice? –levantó a media altura las manos mirándola
incrédulo.
C_ Vamos Teresa, que a Héctor estas cosas le interesan mucho,
¿verdad?
H_ Y más si es Maca.
T_ Vale, vale –dijo aceptando aquella mirada de un Héctor
interesado-. Pues mira, yo pensaba que había momentos que Maca
estaba completamente en sus cabales, y de repente, todo cambiaba,
atacaba a Esther, o incluso a mí me decía que estaba de parte suya,
y al segundo, era capaz de suplicarme que le explicara como se
habían conocido o si se amaban de verdad... un estrés muy grande
hijo.
H_ Es lo típico, su emotividad esta totalmente incontrolada, puede
ser dulce o agresiva sin ella poder controlar nada de lo que ocurre
en su interior.
La_ Que horror. Y lo peor es que ella ese descontrol lo paga con
Esther.
C_ Claro, por eso la idea de que se fuera de su lado, ahora en teoría
no tiene ese descontrol a su lado, aunque imagino que lo pagará con
cualquiera, pero tenemos una esperanza.
T_ ¿Cuál? –se lanzó a preguntar ansiosa.
H_ Que la falta de Esther, le haga desarrollar la parte de su
emotividad, cual sea, de añoranza, o de odio, la que sea, pero que
vaya despertando en ella ese lado que esta aletargado.

279 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Exacto, no lo hubiera explicado mejor –sonrió dándole una
palmada en la espalda a Héctor que acogió el comentario con una
sonrisa.
T_ Pues mira, ya puede ir despertando algo de eso, o de lo contrario
va a terminar con todos, debisteis ver la cara de Rosario.
C_ Pero ellos también están advertidos.
T_ ¡Anda esta!, también lo estaba yo y me impactó, es muy duro, tú
lo ves como médico, y el caso te parece interesante... pero yo la veo
como una amiga a la que quiero, y verla así me duele –no pudo
aguantar que su voz se quebrara por ella.
C_ Lo entiendo Teresa y te aseguro que a mí también me duele –
añadió tomándole con cariño la mano.

Cuando Esther terminó de cenar, pues la tarde se la había


pasado hablando con Carmen, mientras Daniel dormía, se retiró a la
cama que le parecía más amplia que la última vez que la utilizó,
jugó un rato con el pequeño para después cogerlo en brazos y
dormirlo pues el niño no cesaba de bostezar graciosamente
arrancándole continuadas risas.
E_ ¿Sabes Daniel?, mamá va a ponerse bien, ya lo verás... y
entonces los tres empezaremos una nueva vida, yo sé que te he
fallado, pero también sé que si no tengo a Maca, sería incapaz de
sacarte adelante, debes tener a tus mamis juntas y felices, y eso lo
vamos a lograr, cueste el tiempo que cueste mi vida –le dio un beso
en la frente y sonrió-. Ojalá te lleve junto a Maca y reaccione bien,
tú eres muy importante para ella, igual que para mí, nos costó
mucho tenerte, no fue una decisión fácil, te lo aseguro -su sonrisa
se apagó pues le llegaron a ella las discusiones que tanto ahora se
arrepentía había tenido durante el embarazo-, no fue fácil ya no
porque somos dos mujeres, y la sociedad no ve muy bien esta
maravillosa bendición de tener un hijo junto a la persona que amas,
sea quien sea, sino, porque fui una estúpida pensé que no me
pertenecías y que me apartarías de lo que mas quería en el mundo.

280 ”Adiós Esther” © by ldana


Ahora, que te tengo entre mis brazos me doy cuenta de lo estúpida
que fui –una lagrima se deslizó por su mejilla, rápidamente se la
quitó con el dorso de la mano para que no cayera sobre el pequeño
que jugueteaba con el botón de su pijama, provocando en ella otra
sonrisa entre alegre y nostálgica-. Pero te prometo que no volverá a
pasar, ahora sé lo que cuesta estar separada de ti, y también
separada de tu mami hermosa, es tan buena cariño... tiene unos
ojos que me vuelven loca, si, así como los tienes tú, y es tan
maravillosa, si vieras como me ha hecho cambiar... –dio una
carcajada con los ojos repletos de lagrimas- desde que llegó a mi
vida, todo fue un cambio tan radical, que aún no he sabido darle las
gracias –tragó saliva mirando por la ventana la enorme luna-. Las
gracias por amarme de la manera que lo hace, por darme fuerzas
cuando no las tengo, de ser mi apoyo más constante, de enseñarme
a beber la vida poco a poco y saborearla... las gracias por estar
junto a mí.

Aquella misma luna hermosa, que vigilaba todo cuando


acontecía, le estaba regalando a Esther sus rayos por aquella
ventana sobre el techo, aquellos rayos que los estaba compartiendo
desde la cama, la otra mitad, eran los mismos que hacían que Maca
sentada en su silla de ruedas, contemplara tristemente la noche.
Oyó como su móvil sonaba y vio reflejado el nombre en la pantalla
de Esther, también vio asombrada como salía una fotografía suya,
sonriendo estaba hermosa, se quedo mirando el teléfono pero no
hizo nada por contestar, fue Rosario quien entrando le dijo
R_ Hija, que será Esther y querrá hablar contigo –ante su silencio,
contestó ella-. Hola hija, sí, sí, está aquí ahora te la paso. Macarena,
contesta.
M_ No.
R_ Hija –la miró apenada.
M_ No quiero saber nada de ella.
R_ Esther... de acuerdo, espera sí.

281 ”Adiós Esther” © by ldana


Rosario se llevó el teléfono fuera para poder hablar con ella y decirle
como estaba, mientras Maca volvió a mirar con sus ojos apagados la
luna...

Pasó más de una hora en el mismo lugar mirando la luna, quería ser
capaz de controlar lo que por su mente pasaba, a veces lograba
encadenar recuerdos seguidos sin sentir nada, a veces lograba
desesperarse porque no había manera de controlar nada. Quería
encontrar el punto en su interior aquel que le estaba martirizando el
corazón, quería ser capaz de controlar la ausencia de Esther, pero al
final derrotada, cansada y triste reconoció que era incontrolable, que
quizá todos tenían razón y debía dejarse llevar por él. Cuando oyó
abrirse la puerta se giró con la esperanza que fuera ella que se
hubiera arrepentido y hubiera vuelto para descansar junto a ella,
pero no fue así, quien apareció fue su madre con un vaso de leche
en la mano
R_ Cuando eras niña, te encantaba que te llevaré a la cama un buen
vaso de leche fría –le hablaba con una sonrisa cómplice y su voz
suave repleta de ternura-. No has cenado hija...
M_ No quiero –dijo ella secamente-. Esther no... –se calló de golpe
al ver que iba a hablar de ella demostrando así su nostalgia.
R_ ¿La echas de menos, verdad? –dejó el vaso sobre la mesilla de
noche y se sentó a su lado observándola con su infinito amor de
madre.
M_ No.
R_ Te está pasando algo parecido a lo que me ha pasado a mí toda
la vida –Maca la miró sin entender aunque tampoco tenía muchas
ganas de escucharla la observó porque su interior y su sentimiento
no le hacían sentir nada especial ante su madre, supo diferenciar lo
que sentía por Encarna o por Teresa, sin embargo no era igual con
su madre-. Siempre me enseñaron que los sentimientos hay que
guardarlos para una, que es señal de debilidad, que las señoras de
alta sociedad no pueden mostrarse débil, yo siempre te traté como

282 ”Adiós Esther” © by ldana


me habían tratado a mí, y sé que desde que nos dijiste que eras
lesbiana, mi reacción fue totalmente deplorable.
M_ Eso parece porque no siento por ti nada que me indique que eres
mi madre –le soltó sin miramiento alguno, tampoco podía controlar
demasiado lo que su mente le lanzaba.
R_ Lo sé, nunca quise reconocer que te quiero con locura, me di
cuenta de mi error cuando estabas en coma, y es lo que tú estás
haciendo ahora con Esther. Pero te aseguro cariño –le tomó la mano
con una débil y ladeada sonrisa-, que eres muy afortunada y yo me
siento muy feliz de ver lo mucho que te quiere y lo mucho que te ha
cuidado.
M_ Se supone que estoy casada con ella –su actitud fría volvió a
envolverla-, y que eso justamente es lo que debería hacer, tampoco
es para que le echéis tantas flores.
R_ Podría haberse evadido, podría haber decidido internarte y que
otros pasaran lo que ella pasó.
M_ Ya, tú eres mi madre –la miró mordiéndose el labio con mirada
gélida-, y en lugar de ayudarme y darme la razón, lo que haces es
también como todos, alabar a Esther.
R_ Hija –volvió a coger su mano pues ella en un movimiento repleto
de rabia se la había quitado-. No pierdas fuerzas tratando de odiar a
Esther, no lo vas a conseguir.
M_ A ver, dime una cosa, ¿es de alabar que se haya largado y me
haya dejado aquí sola?
R_ ¿Sola? –la miró enarcando una ceja por la sorpresa que le causó
aquel comentario-. ¿Y nosotros?, ¿y Encarna?
M_ Es su deber, ¿no?, pero no, ella se larga y me deja –asintió
varias veces con la cabeza mientras contraía su barbilla con actitud
desafiante-, pues muy bien, si es digno de agradecer si, sin ninguna
duda así me demuestra lo mucho que me quiere, le rogué que se
quedara ¿y? –ahora fue ella quien elevó su ceja derecha mientras en

283 ”Adiós Esther” © by ldana


su voz podía notarse su rabia-, se fue, eso es lo que me ha
demostrado quererme.
R_ Hija...
M_ ¡Ni hija ni hostias! –exclamó de repente.
R_ Pero cariño, ¿qué manera es esa de hablar? –le dijo sorprendida
ya no por sus palabras, sino, por su tono repleto de rencor.
M_ Hablo como me da la gana, déjame sola, no quiero que vengas a
darme tú también la lata, déjame y si llama, no me la pases no
quiero saber nada, ¡nada!, ¿me oyes?, pues ya lo sabes no vengas
con más tonterías de esas de Esther –cada palabra iba adquiriendo
mayor violencia mientras las venas de la garganta se hinchaban
pareciendo que iban a estallarle-. No quiero que la nombréis, no
quiero que tratéis de hacerme ver lo afortunada que soy...
En_ ¿Qué pasa? –apareció Encarna y Pedro alertados por sus gritos.
M_ ¡Dejarme todos tranquila!, no quiero saber nada de nadie.
P_ Hija... venga tranquilízate por favor.
M_ Si quieres que me tranquilice, ¡dejarme sola!, no necesito a
nadie, ¡a nadie!
P_ Creo que estás siendo muy injusta.
M_ ¡El que me faltaba! –murmuró nerviosa.
P_ ¿Qué quiere decir ese tono, eh?, soy tu padre.
M_ Mira si tú también me vas a decir lo maravillosa que es Esther,
¡ya te estás largando! –le señaló la puerta con su mano al viento y
su gesto de profundo desagrado acompañado por su voz áspera y
amarga-. No quiero sabe nada ¡tanto os cuesta entenderme!
En_ No Maca –dijo de repente Encarna sorprendiendo a ambos-.
Está clarísimo hija, a ver, te he preparado una tortilla de patatas de
esas para chuparse los dedos, ¿no irás a despreciármela, verdad? –
Maca se quedó sin saber que decir aquel cambio de conversación
por parte de Encarna, surgió efecto-. Pues nada, voy a prepararla

284 ”Adiós Esther” © by ldana


porque tienes que tomarte una pastilla, ¡ah!, ¿quieres que te ponga
también una ensalada?
M_ Lo que quieras –dijo confusa mirando de nuevo por la ventana.
En_ Pues vamos allá.
Salieron dejándola sola, más tranquila aunque los que
realmente estaban fuera de sí eran sus padres, y aunque quiso
enmascarar sus sentimientos de pena, Encarna también.
R_ Debiste verla, se puso como una loca.
En_ Mirar, yo creo que todo lo que le pasa es porque echa de menos
a Esther, pero no lo sabe controlar, quizá deberíamos cambiar la
táctica, nada de nombrarla.
P_ Pero es que no lo entiendo... –decía aturdido por su reacción.
En_ Pues es lo que hay Pedro, no le demos más importancia, venga
voy a ponerle la cena.
R_ Como esto dure mucho Pedro, no sé que va a pasar con ellas.
P_ Solo ahora soy capaz de valorar lo que Esther ha pasado.
R_ Sí –asintió tapándose con actitud nerviosa el rostro.
P_ Vamos, creo que es mejor hacer lo que dice Encarna, estoy
convencido que por mucho que ha puesto buena cara, le ha dolido lo
que ha oído.
R_ No Pedro, lo que le duele no es lo que oye, lo que le duele es lo
que ve, como nos pasa a nosotros, Maca se ha ganado su corazón
más incluso de lo que he podido hacer yo –dijo seria y triste.
P_ Vamos no podemos dejar que esto nos afecte ya el primer día.

Cuando Encarna le dejó la cena se iba a marchar, pero


entonces Maca le pidió que se quedara junto a ella. La mujer sacó
su calceta y se puso a tejer mirándola disimuladamente, su corazón
latía triste porque podía ver ante ella una Maca totalmente
desorientada consigo misma, se notaba que sufría y eso le hacia
sufrir a ella, tampoco sabía muy bien como ayudarla, pero desde
285 ”Adiós Esther” © by ldana
luego se percató que de la manera que intentaban sus padres, iba a
ser imposible. Por esa razón, allí estaba en silencio como estaba
segura que quería Maca, compañía porque tenía miedo de estar
sola, por mucho que quisiera elevar la voz, o poner su gesto serio,
estaba muerta de miedo.
M_ Está muy rica.
En_ Claro, son tus preferidas, las que hago yo –le dijo sonriendo
entonces volvió a sonar su teléfono móvil-. Será la pesada de ya
sabes quien, ¿quieres contestarle tú o me dejas a mí?
M_ Hazlo tú –le dijo con voz un tanto temerosa mientras bebía un
trago de agua tratando de mostrar la mayor indiferencia posible.
En_ ¿Esther?, ¡vamos a ver!, hazme el favor de no ser tan pesada
¿eh?, anda olvida un poco a Maca, si, si, ¡mira si vuelves a llamar te
juro que desconecto todos los malditos teléfonos de esta casa!, ale,
a dormir y a callar guapa. Eso. Pesada eres por dios –colgó sin mirar
a Maca siguiendo con su calceta.
M_ ¿Se ha enfadado? –su tono se volvió algo alarmado.
En_ Sí.
M_ ¿Y si no llama?
En_ Pues mejor, nos dejará tranquilas.
M_ ¿Y si no viene? –insistió con gesto más preocupado todavía.
En_ Buena es Esther, cabezota como ella sola, vendrá y llamará mil
veces, tú tranquila por eso.
M_ ¿Me puedes llevar a la cama?
En_ Claro cariño –le sonrió.
M_ Gracias.
En_ No me las des. Vamos –cuando fue a empujar la silla Maca
reaccionó sorprendiéndola.
M_ Espera.
En_ ¿Qué pasa hija?

286 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No quiero que hagas fuerza dame las muletas.
En_ ¿Estás segura?
M_ Sí, seguro que si se enfada no vuelve a llamar –murmuró con un
tanto de miedo por la reacción de Encarna.
En_ Toma las muletas –no le contestó.
M_ Gracias.
En_ Vamos allá, ¡qué no se diga!, tienes que estar fuerte para no
dejarla entrar.
M_ No dejarla entrar –repitió mirándola con las cejas elevadas y
cierto temor reflejado en su rostro.
En_ Por pesada, venga, con cuidado hija no me vayas a dar un
susto ¿eh?
M_ Pero si no viene...
En_ Vendrá –le dijo sonriendo al ver su temor parecía que su táctica
era efectiva.
M_ Bueno... si no viene tampoco me importa –decía mientras daba
pasos cortos porque no se fiaba mucho de su brazo.
En_ Claro hija, lo que tienes que hacer es recuperarte.
M_ ¡Uf! –resopló cuando llegó a la cama.
En_ Esto es como si hubieras corrido la maratón –dio una carcajada
acompañada por ella-. Venga hija, te traigo el pijama.
M_ Gracias –sonrió mientras se pasaba la mano por la frente.
En_ ¿Te duele la cabeza?
M_ Un poco.
En_ La pastilla es para quitar ese dolor, así que ahora te relajas y
duermes. Mañana será otro día.
M_ Si, un día menos.

287 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Si, un día menos –entendió lo que quiso decir con aquel
comentario pero evitó hacer cualquier referencia a quien estaba
destinado.
M_ La luna está hermosa, recuerdo que nos gustaba verla juntas y
abrazadas.
En_ Si –le ayudó a ponerse la camisa de dormir y fue ella misma
quien se la abrochó sonriendo.
M_ Esther tiene tu sonrisa.
En_ Sí, pero en cabezota no se parece a mí.
Sonrieron y con un beso en su frente la dejó para que se
tranquilizara. Una vez fuera, llamó a su hija un poco nerviosa, ante
la mirada de los padres de Maca que seguían desconcertados.
En_ Cariño, soy yo, perdona lo de antes, pero es que Maca se había
puesto muy nerviosa y... si hija si, tranquila de momento todo
controlado, pues ya sabes, una parte de ella te echa de menos y
otra te quiere matar, a ver cual gana hija –sonrió tratando de
restarle importancia-. Venga, si están aquí, vale dale un besote
grande a Daniel. Adiós.
R_ ¿Qué ha pasado?
En_ Llamó mi hija y Maca volvió a ponerse tensa.
R_ Encarna, no sé que vamos a hacer.
En_ Pues lo que he hecho yo... creo que es lo mejor, seguirle la
corriente al menos se ha quedado tranquila.
R_ Estoy tan preocupada –dijo con pena.
En_ Tendremos que ayudarle mucho, pero estoy segura que al final
todo volverá a su sitio. Además hay una buena noticia que no he
querido decirle a mi hija, de repente, me ha pedido las muletas para
ir a la cama.
P_ ¿Qué? –puso gesto sorprendido mientras se incorporaba en el
sillón
En_ Sí, yo también me quede de una pieza, pero...

288 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Me está llamando, voy a ver –dijo ante la llamada de Maca.
P_ De verdad ahora entiendo el desespero en los ojos de Esther.
En_ Pues si, pero yo la verdad, entiendo más el desespero en los
ojos de Maca, el miedo y la sensación que debe tener... ambas
están sufriendo.
Cuando Rosario llegó a la habitación la vio sentada en la cama,
con gesto tranquilo.
R_ Dime hija.
M_ Me das la leche, por favor.
R_ Claro –sonrió un tanto nerviosa-. Voy por ella que me la había
llevado.
M_ ¿Puedes traerme también el libro que está fuera?
R_ Sí –se acercó y le besó en la frente sonriente-. Claro que sí hija.
Se quedó en silencio mirando pensativa el lado huérfano de su
cama, hasta ese momento, había echado de menos a Esther en
alma, pero en ese preciso instante, la echaba de menos en cuerpo,
pasó con cuidado su mano izquierda sobre la sábana fría, ¿qué
estaría haciendo en esos momentos?, quizás ella pensando en su
ausencia, y Esther estaría divirtiéndose.
R_ Aquí está hija.
M_ Gracias.
R_ Te dejo el móvil cerca.
M_ No... bueno... si por si acaso.
R_ Vale. Nos vamos a dormir, si quieres algo nos llamas.
M_ Claro.
R_ Dejo la puerta abierta –no podía evitar hablarle con temor.
M_ Como quieras.
R_ Te quiero hija.
M_ Buenas noches.

289 ”Adiós Esther” © by ldana


Comenzó a leer tratando de centrar su pensamiento y sus
fuerzas en la lectura, era su novela favorita le había dicho Esther.
M_ Esther... –suspiró con fuerza-. Joder ¡qué estará haciendo!.
Podría llamarla, si, ¿por qué no? –murmuró con voz vacilante, cogió
el teléfono en sus manos pero ante el teclado no sabía como actuar
y tampoco quería pedir que la llamaran-. Supongo que después de
cómo la ha tratado Encarna no quiera hablar. ¡No sé que voy a
hacer sin ti Esther!, ¿y mi hijo?, ¿Daniel? –se preguntó con ceño
fruncido-, sí Daniel... estará con ella... Joder Esther ¿cómo podría
sacarte de mi pensamiento?, ¿o es mi corazón?... ¡joder!
Trató de leer por un buen rato lo logró, pero la noche ya había
caído al levantar los ojos del libro y mirar por la inmensa ventana se
percató que aquella noche era oscura como la boca del lobo, sin
embargo la luna seguía allí, alumbrándola incluso cuando apagó la
luz. Se recostó con menor dificultad de lo que le costaba al principio,
ella notaba su mejoría y sabía que no lo había logrado sola,
entonces una extraordinaria sensación de miedo se adueñó de ella,
y no estaba quien acostumbraba a quitársela, no estaba quien
acostumbraba a rodear su cuerpo con sus brazos dándole calor y
calma, acarició la sábana nuevamente para notar más aún su
ausencia, sin lograr evitar aquella pena que se había instalado en su
alma, comenzaron a caerle lagrimas incontroladas. Entonces oyó
como se abría la puerta y como entraba una Encarna que por lo que
parecía estaba muerta de frío
En_ Hola hija... ¿te importa que me acueste contigo?
M_ No –dijo secándose las lagrimas aunque un tanto desconcertada-
. ¿Qué te pasa?
En_ Hace un frío de mil demonios en mi habitación... oye... pero
esto será nuestro secreto ¿eh?, nada de decirle a mi hija que estoy
durmiendo contigo –se percató de sus lagrimas pero prefirió
omitirlas.
M_ Que cosas tienes –le arrancó una sonrisa mezclada con el sabor
de la sal de las lagrimas.

290 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ No que es muy suya para ciertas cosas –se metió en la cama
tiritando-. Mañana vendrá Fermín para arreglar la chimenea, tenías
que haber visto –Maca la escuchaba con atención-, el hombre le ha
dado a la fogata y nos hemos puesto todos negros, vamos, más
negros que cualquier minero –Maca dio una carcajada-. Uf, que frío.
M_ Encarna.
En_ Dime hija.
M_ ¿Has hablado con Esther?
En_ ¿Qué Esther? –Maca la miró con sus grandes ojos que
alumbrados por la luna le daban cierto brillo a tristeza-. ¿La pesada
de mi hija?, sí.
M_ ¿Se ha enfadado?
En_ No, ¿por qué iba a enfadarse?, su madre es su madre, y ella lo
que tiene que hacer es obedecerme, tendrá cincuenta años, pero yo
seguiré siendo su madre.
M_ Y la mía –añadió con cariño provocando en Encarna cierto
pellizco en su corazón algo que logró que cambiara su gesto por
seriedad-. ¿No?
En_ Por supuesto que si, tú eres mi segunda hija –le acarició la cara
con ternura.
M_ ¿Si te digo una cosa no te vas a burlar de mi?
En_ ¿Cuándo me he burlado yo de ti? –sonrió-. Bueno, tienes razón
alguna vez, sí.
M_ Sí –sonrió ella también.
En_ Dime.
M_ La echo de menos.
En_ Es normal.
M_ ¿Vendrá?
En_ ¿Tú que crees?
M_ Qué sí o al menos creo que es lo que me gustaría creer.

291 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Pues eso, vendrá y nos volverá locos a todos, ya sabes como
es.
M_ Encarna...
En_ Dime –la miró con un tanto de pena.
M_ ¿Cómo puedo recuperar el pasado?
En_ ¿Para qué?
M_ ¿Cómo que para qué? –se incorporó en la cama no encendió la
luz pues con la fuerza de la luna les alumbraba la estancia con una
mezcla sonrojada del fuego-. Pues yo creo que... bueno...
En_ A ver mi vida –se sentó con un poco de dificultad a su altura-.
Si te obcecas en el pasado más turbio tienes el presente. Lo vivido
ahí queda, tú ahora debes vivir el presente que no es otra cosa que
recuperarte.
M_ ¿Sabes Encarna?, siento mi cabeza como si solo tuviera
telarañas –apoyó para hablar su cabeza en el respaldo de la cama
de madera.
En_ ¿Y qué consigues con eso?, marearte, sentir ese miedo que
reflejan tus ojos, hayas vivido lo que hayas vivido, ahí está, no vale
para nada, lo que tienes que hacer es llenar tu mente con cosas de
ahora, con ganas de seguir luchando.
M_ ¿Y Esther?
En_ Bueno... eso no estaría de más que también lo arreglaras.
M_ Me da miedo.
En_ Ya lo sé.
M_ Es lo que peor llevo, igual la extraño, que la odio, que la
necesito, que no quiero tenerla –decía con un nudo en la garganta.
En_ Claro, si yo te comprendo hija, pero estoy segura que si dejas
de buscar explicaciones en tu cabeza, encontraras el equilibrio.
M_ ¿Y si no lo encuentro?

292 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Pues serás una desequilibrada –le cogió la mano y sonriendo le
dijo-. Pero una desequilibrada maravillosa.
M_ ¿Y si Esther se cansa?
En_ No creo, cuando amas de verdad no te cansas.
M_ No sé... –contestó dubitativa-. Teresa dice que nos hemos
querido mucho.
En_ Teresa es una mujer sabia, es más, si yo tuviera que hacer caso
a alguien, se lo haría a ella.
M_ No sé... estoy envuelta en mil dudas, mil miedos...
En_ Maca, sé que buscas un consejo, te lo daré, deja de mirar a
Esther con tu cabeza, mírala con tu corazón, ¿y sabes qué?, yo de ti
me ponía las pilas para reconquistarla.
M_ ¿Reconquistarla? –la miró con gesto de sorpresa.
En_ Eso he dicho, Reconquistarla.

La noche transcurrió tranquila, aunque Maca seguía sumida en


sueños raros, sueños en los que Esther aparecía y desaparecía con
una facilidad que le creaba una zozobra insoportable hasta dormida.
Cuando los primeros rayos del sol comenzaban a salir, ya sus ojos
se habían abierto, a su lado, ya no estaba su suegra, la cama estaba
hecha, y no sabía si lo que la noche anterior había ocurrido era
realidad o ficción. Lo que sí sabía era que había una palabra en su
corazón así como en su mente, Reconquistarla. Una sonrisa abarcó
sus labios cambiando su gesto de concentración por esperanza
mientras que dando un suspiro estrechó a su cuerpo la almohada
pensando en ella.

En ese mismo instante, Esther despertaba con el llanto de su hijo,


alertada se levantó sin saber muy bien donde estaba.

293 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Cariño... ¿qué te pasa, eh?, ¿tienes hambre?, a ver –lo cogió en
brazos pero el niño no se calmaba-. Venga mi amor, venga, ya
está... ya está.
Ca_ Buenos días Esther, aquí está el biberón del pequeñajo.
E_ Buenos días Carmen, gracias –le sonrió agradecida.
Ca_ Hoy ha salido un día maravilloso, mira que sol –descorrió las
cortinas y por aquella ventana entraba la luz blanca que iluminó
toda la estancia-. Hoy es el día perfecto para llevar a Daniel a
pasear.
E_ Si, ojalá pudiera venir Maca, así podríamos disfrutar los tres –su
tono apareció triste pero su rostro se iluminó como los rayos del sol
con una sonrisa al contemplar a su hijo-. ¿Verdad Daniel?
Ca_ Tiempo habrá hija –le acarició la cabeza.
E_ Me da miedo eso del tiempo Carmen –la mujer se sentó a su lado
mirándola con una mueca de aprecio-. Pensaba que tiempo tendría
para arreglar mi situación con Maca, cuando estaba a punto de
lograrlo, ocurrió el accidente, luego pensé el tiempo la sacará del
coma y todo será como antes, despertó sí, pero con un trastorno
que... –suspiró profundamente dando muestras de su melancolía-...
bueno... que me hace daño... y ahora...
Ca_ ¿Sabes lo que te pasa? –Esther terminó de darle el biberón y lo
abrazó mientras escuchaba a Carmen con voz segura hablarle-.
Llevas mucho tiempo dedicando día y noche a Maca, y ahora no
sabes que hacer sin ella a tu alrededor, has centrado tus fuerzas y
tu amor en ella. Sé que todo ha sido difícil para las dos, y sé que la
echas de menos, pero nada es definitivo, mírame a mí, yo pasé por
lo mismo, y te aseguro que durante el tiempo que estuve mal lo
pase horrible, pero luego ya me ves, hecha una campeona –las dos
sonrieron-. No quiero que te derrumbes arrastrada por esa
melancolía. Maca se recuperará y entonces viviréis, pero no sin
problemas...

294 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Lo sé, la vida es así un continuo ir y venir de problemas, pero al
menos si Maca está a mi lado, todo es mas llevadero. Hemos
perdido mucho tiempo inútilmente y me gustaría poderlo recuperar.
Ca_ Y lo harás, pero no quieras recuperarlo de golpe, poco a poco,
sabe mejor, te lo digo yo –le guiñó el ojo sonriente-. Oye... ¿puedo
hacerte una pregunta un poco íntima?
E_ Claro.
Ca_ Verás... yo a mi hijo no podía porque era mi hijo, y a parte
porque no me dio tiempo, pero a ti me siento con la confianza de
preguntarte –Esther sonrió mientras cambiaba de hombro a Daniel-.
¿Tú... bueno... vosotras tenéis una vida satisfactoria? –no pudo
evitar ponerse colorada mirándola fijamente.
E_ ¿Quieres decir si nosotras tenemos una vida sexual satisfactoria?
Ca_ Eso –asintió un tanto aliviada por ser comprendida a la primera.
E_ Pues claro, te aseguro que muy satisfactoria –dio una carcajada-.
De igual modo que la tendrá tu hijo.
Ca_ Lo siento... pero es algo que siempre me ha preocupado, en la
vida, es una parte muy importante tener esa parte de emoción
plena.
E_ ¿Sabes?, eres la primera persona que me lo pregunta
sinceramente. No es fácil preguntar con el corazón. Pero te aseguro
que es maravilloso, yo tampoco podía ni imaginarme que entre dos
personas del mismo sexo, hubiera tanta ternura, tanta pasión y
sobre todo que pudiera llegar a sentirse tanto amor, creo que con
ninguno de los chicos que compartí mi vida, fui tan feliz y me sentí
tan plena como con Maca.
Ca_ Me dejas más tranquila, no sé, desde que os conocí era algo
que me daba vueltas, ¿cómo preguntar sin ofender? –hizo un gesto
apenado.
E_ No me has ofendido Carmen, mira Teresa no quiere ni oír hablar
del tema, es como si esa parte no existiera entre Maca y yo para
ella, sé que hay personas que no lo entienden, pero te aseguro

295 ”Adiós Esther” © by ldana


Carmen, que tanto Maca me hace a mí muy feliz, como yo a ella –le
sonrió.
Ca_ No es fácil Esther, porque se piensa que los homosexuales solo
viven así por vicio, que no puede ser una vida natural como
cualquier pareja, a mí me lo han echado en cara muchas veces –
murmuró con tristeza.
E_ Ya, eso no creo que lo podamos cambiar, ni tú ni yo, pero te
puedo decir que nosotras sentimos mucho amor, somos dos
mujeres, pero nos amamos y al final es lo que vale, que el mundo
diga lo que quiera, mientras nosotras seamos felices.
Ca_ ¿Tu madre lo entendió en seguida? –la miraba con sus ojos
apagados por la tristeza de recordar su propia reacción.
E_ Bueno... ella me dijo que si yo era feliz eso era realmente lo que
le importaba, y como me ha visto siempre muy feliz, pues lo
entendió. Además adora a Maca, bueno... es que a Maca es difícil no
adorarla.
Ca_ Eso es verdad.
E_ Anoche no quiso hablar conmigo –volvió a apagarse su sonrisa.
Ca_ Es normal, debe de estar de uñas contigo por irte –sonrió.
E_ Carmen.
Ca_ Dime cariño.
E_ No soy nadie para aconsejarte, pero si un día encuentras a tu
hijo, no le des la espalda, acéptalo como es, porque yo he visto
sufrir a Maca por culpa de sus padres, y cuando digamos que la han
aceptado o medio aceptado, sé que aunque no lo haya dicho, se ha
sentido mejor consigo misma.
Ca_ Te juro que si lo encontrara cosa que ya perdido la esperanza,
lo estrecharía entre mis brazos hasta ahogarlo en mi pecho –sonrió
con los ojos llenos de lagrimas emocionadas-. Y tu consejo y tus
palabras me dejan mucho más tranquila como madre, yo quiero que
mi hijo sea feliz, como lo sois vosotras. Gracias pequeña.

296 ”Adiós Esther” © by ldana


En casa, Encarna y Rosario estaban hablando mientras le
llevaban el desayuno a Maca, que había tejido un plan en su mente,
no quería que nadie sospechara nada, y con mucho esfuerzo había
tratado de fijarlo en ella para que no se perdiera en su mar de
dudas. Al entrar pensaron que dormía, y hablaron en voz baja.
En_ He hablado con Esther quería saber como había pasado la
noche.
R_ Pobre, debe estar fatal –Maca hizo un gesto de cansancio ante
tanta lastima por Esther-. Yo creo que le va a venir muy bien a Maca
esta separación.
En_ No sé yo, sigo teniendo mis dudas.
R_ Lo mejor es no dejar venir a Esther por ninguna causa –Maca no
pudo reprimir una sonrisa.
En_ Estoy de acuerdo –dejo la bandeja y abrió poco a poco las
cortinas que antes de irse de la cama había corrido.
R_ Maca hija... despierta –la llamó con dulzura.
En_ Te traemos el desayuno –Maca no se movió las mujeres se
miraron entre ellas-. ¡Maca!
R_ Hija –insistió un tanto preocupada.
M_ ¡Qué! –contestó de repente con voz rasposa.
En_ Tienes que desayunar.
R_ Y hacer los ejercicios hija, venga que hoy ha salido un día
maravilloso para aprovecharlo – le dijo sonriente pero se borró su
sonrisa al ver que Maca no se movía-. ¿Te pasa algo Macarena?
M_ No me llames así joder, ¡sabes que lo odio! –renegó mientras se
giraba hacia ellas con una expresión fría y distante.
R_ Te ayudo.
M_ No hace falta, tengo que poder yo.
En_ Eso está muy bien –sonrió dejándole la bandeja.

297 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Si, tengo que irme de aquí cuanto antes –murmuró mientras las
mujeres volvían a mirarse.
R_ ¿Qué dices hija?
M_ Que no quiero estar aquí cuando ella vuelva, no la quiero ver.
R_ Pero... –la miraban desconcertadas.
M_ ¿No tiene que descansar?, pues va a descansar.
R_ Hija estás molesta por eso hablas así.
M_ ¿Yo? –puso gesto irónico.
R_ Sí, te conozco estás molesta, o mejor dicho, un tanto celosa.
M_ ¡Esta si que es buena! –dio una carcajada-. Para nada, no la
necesito estoy mucho mejor sin ella. Quiero que me des mi teléfono
–le dijo segura
R_ Claro –miró a Encarna como pidiéndole ayuda-. ¿Para qué?
M_ Eso es cosa mía –decía mientras desayunaba.
R_ Está bien.
En_ Maca...
M_ Dime –le habló secamente tanto que hasta a la propia mujer le
sorprendió.
En_ ¿Te encuentras bien?, te veo mala cara.
M_ No me he encontrado mejor en la vida.
En_ Me alegro –sonrió un tanto dubitativa.
R_ ¿Quieres que te marque a Esther?
M_ ¿A Esther?, ni de coña, búscame el número de Azucena.
R_ ¿Qué? –le preguntó casi a voz en grito.
M_ Ya lo has oído, llevaros esto, ya no quiero más.
En_ Está bien –Encarna se retiró pensativa.
M_ Dejarme sola.
R_ Hija..

298 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¡Qué me dejes sola te he dicho!
Cuando salieron las dos mujeres se miraron totalmente
desconcertadas, una vez en la cocina se pusieron a limpiar el
desayuno de Maca.
R_ No puede ser... no puede ser –repetía una y otra vez Rosario
enfadada con la reacción de su hija.
En_ Bueno... no pierdas la calma.
R_ ¡Pero Encarna!, tú sabes quien es Azucena tan bien como yo.
En_ ¿Y?
R_ Pues, que va a llamar a su ex, mira voy a ir y le voy a quitar el
móvil
En_ Déjala que la llame mujer, vamos a ver que es lo que quiere –le
decía con tranquilidad Encarna.
R_ No lo entiendo Encarna, ¿cómo puedes estar tranquila?
En_ No lo estoy, pero si pierdo los nervios no puedo pensar.
R_ ¿Y si llamamos a Esther?
En_ ¿Para qué? –la miró elevando sus cejas.
R_ Para explicarle lo que pasa.
En_ ¡Claro!, ¿cómo no lo hemos visto?
R_ ¿El qué? –la miraba sin entender.
En_ Que debe ser lo que pretende, que llamemos a Esther.
R_ Hablando con Azucena, ¡ay Encarna no sé... mi hija me va a
matar!
En_ Escúchame Rosario, no podemos perder la cordura, estoy
segura que lo que quiere es que avisemos a Esther, que venga, y
que Esther se muestre celosa.
R_ Encarna mi hija no está para pensar en todo eso, ¡además como
se acuerda de Azucena y no de su hijo!, ¡por Dios!

299 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ No sé... –suspiró con fuerza-. Vamos a ver que pasa pero de
llamar a mi hija, nada de nada.
R_ ¡Dios mío! –murmuró apenada.

En el hospital, la mañana era intensa, urgencias se había


colapsado y no daban abasto para atender a los enfermos. La que
mas fuera de sí estaba era Teresa, que había discutido ya con media
sala de espera. Estaba tratando de relajarse con una tila que le
había llevado Carlos.
C_ ¡Teresa puedes localizarme a los padres del niño que acaba de
llegar!
T_ Voy.
C_ ¡Teresa! –la miró fijamente-. Es urgente.
T_ ¡Todo es urgente!, ¡todo!
C_ Mira, desde que has llegado del refugio de Esther y Maca, estás
tú más lenta de lo normal, ¡espabila!
T_ Oye, oye, oye, tranquilita ¿eh?, que el mundo no se hizo en un
día, caray.
C_ No sé que voy a hacer contigo.
T_ Pues dejarme que haga yo mi trabajo, y tú el tuyo.
C_ Por Dios ¡qué alguien me devuelva a mi Teresa de siempre! –
exclamó mirando al cielo ante el gesto pasota de la mujer.
V_ ¡Teresa qué coño haces!
T_ Tomarme una tila, ¿y tú? –lo miró fijamente.
V_ ¡Joder!
C_ Nada Vilches déjala no hay nada que hacer, ¡está de un relajao!
–protestó.
T_ Anda, iros a trabajar que tenéis faena guapos.
Le dio un trago a su tila mirando como se marchaban haciendo
aspavientos, sonrió un tanto divertida aunque sabía que tenían
300 ”Adiós Esther” © by ldana
razón, suspiró con fuerza y cuando fue a dar otro trago sonó el
teléfono.
T_ ¡Ay que ver que pesaditos están! –protestó poniéndose sus
gafas-. ¿Hospital Central?
M_ Hola Teresa.
T_ ¿Quién es, no oigo muy bien?
M_ ¿No me digas que ya no me conoces?
T_ ¡Maca!, ¡Maca eres tú! –exclamó fuera de sí.
M_ Sí, soy yo.
T_ Espera un momento hija –su corazón latió fuertemente sacó la
cabeza y a voz en grito dijo a todos-. ¡Hagan el favor de callar que
esto es un hospital no un mercado! A ver ahora, dime.
M_ Esa es Teresita poniendo orden –hablaba sonriente.
T_ Hija ¿pasa algo, no me asustes por Dios?
M_ Nada, solo que te echaba de menos y quería saber qué tal
estabas.
T_ Pues... bien... –hablaba desconcertada.
C_ Teresa.
T_ Ahora no –le dijo fijando su dedo índice de manera amenazadora
directamente a la cara de una Cruz aturdida por su comportamiento-
. Dime Maca reina, dime.
C_ ¿Es Maca? –le preguntó en voz baja.
T_ Sí, calla –le contestó en voz más baja todavía tapando el
auricular mientras Maca le hablaba.
M_ ... entonces había pensado que si va por ahí, le des la dirección
donde estoy.
T_ ¿A Azucena? –le preguntó con gesto de asombro.
M_ Eso he dicho.
T_ ¿Y para qué quiere ésa la dirección?

301 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No puedes dejar de cotillear ¿verdad? –sonreía maliciosamente.
T_ No es cotilleo querida, es indignación.
M_ Ah, ¿y eso por qué?
T_ ¿Por qué, como que por qué guapa?, ¿a ti te parece normal que
tu ex vaya a verte? –miraba con los ojos fuera de sus orbitas a una
divertida Cruz que negaba con una sonrisa.
M_ Bueno... ya ves... al menos hay alguien que sí se quiere
responsabilizar de mí.
T_ ¡Qué! –exclamó boquiabierta.
M_ Tú cuando vaya le dices donde estoy, y ahora te dejo que voy a
hacer mis ejercicios, quiero largarme pronto de aquí. Un beso
Teresa –colgó con una sonrisa malévola-. No sé porque hago esto,
pero si te llega la noticia vendrás como un corderito.
Mientras, Teresa incrédula aún por sus palabras se bebió la tila
de un solo trago.
C_ ¿Parece que haya recuperado algo, no?
T_ ¿Tú crees?, esto lo tiene que saber Esther.
C_ Eso o que ha perdido aún mas la cabeza, bueno, por favor
llámame a los familiares.
T_ Que si pesada, que ya están llamados desde hace rato.
C_ ¿Y me lo dices ahora? –preguntó indignada.
T_ Ale sí, ves, ves.

Esther estaba saliendo de la fonda, iba con el carrito y un


Daniel que jugueteaba sonriente con un caballo de madera que
Fermín había tallado para él. De repente sonó su móvil. Le
sorprendió ya que podía recordar perfectamente que aquella noche
especial para ellas, no hubo manera de localizar a nadie, pues no
tenían cobertura. Más se sorprendió al ver reflejado el número del
Central

302 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Si? –contestó rápidamente.
T_ Esther hija mía, soy Teresa.
E_ Hola Teresa –sonrió mientras se detenía-. ¿Qué pasa, te noto
nerviosa?
T_ Nada hija, es Maca.
E_ ¿Qué ha pasado? –preguntó con ansiedad.
T_ Nada, nada a ella nada, pero oye me ha llamado.
E_ ¿A ti?
T_ Sí.
E_ ¿Para qué? –no entendía nada mientras se sentaba en un
banquito de piedra para vigilar al niño.
T_ Mira me ha dejado de una pieza, dice que Azucena va a venir a
preguntarme donde está.
E_ ¿Azucena? –su gesto pareció quedar impactado por sus palabras.
T_ La misma que viste y calza, ¿qué hago?
E_ A ver Teresa –trató de tranquilizarse para seguir hablando-.
Maca te ha llamado ella para decirte que si va Azucena le digas
donde está, ¿para que venga?
T_ Exacto, muy buen resumen.
E_ Será cabrona –le salió del alma.
T_ Esther hija…
E_ Me va a oír –dijo enfadada.
T_ Mira, yo no sé porque me ha llamado a mí, ni tampoco sé porque
ha insistido en que le dé la dirección, pero yo de ti iba a ver que le
pasa, ¡hija a ver si se ha vuelto loca definitivamente! –exclamó
nerviosa.
E_ ¿Loca?, lo que me parece es que quiere hacerme daño, eso es lo
que quiere.
T_ Estoy de los nervios –dijo mordiéndose el labio-. Oye, espera.

303 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Dime –cerró los ojos derrumbada.
T_ ¿Y si ha recuperado la cabeza?
E_ Ya, y precisamente con Azucena.
T_ ¡Ay hija no sé!, pero ¿qué hago si viene? –se mostraba fuera de
sí.
E_ Pues le das la dirección, ¿qué vas a hacer?, voy a hablar con mi
madre, bueno... me voy directita allí a ver que coño le pasa.
T_ Si hija, ve, no vaya a hacer alguna tontería más.
E_ Gracias Teresa, te quiero. ¿Azucena? –murmuró inquieta-. Me va
a oír, es lo último que me faltaba, ¡ahora Azucena!, vamos Daniel
hijo, vamos a ver a tu madre que de está acabamos estirándonos
del pelo.

El día daba para poder disfrutar de él, de esa manera, Pedro había
decidido sacar a Maca al porche estaba haciendo sus ejercicios tanto
en la pierna como el brazo, ellos la miraban mientras hablaban de
los negocios, de sus sobrinos y de sus hermanos, ella sin embargo,
parecía estar en su mundo. Aprovechando que estaba más tranquila
una pensativa Encarna decidió ir a la parte de detrás a tender.
Estaba colgando una sábana cuando a lo lejos vio llegar a Esther,
dejó rápidamente la colada y se dirigió furiosa hasta ella.
En_ ¿Puede saberse que haces aquí?
E_ Vengo a ver a Maca.
En_ ¿Pero cómo hemos quedado? –le riñó con las manos puestas en
jarras sobre la cintura.
E_ Ya mamá, pero tú no sabes lo que ha hecho –le dijo ofendida
tratando de pasar por su lado pero ella se lo impidió.
En_ ¿Qué ha hecho?
E_ Quiere que venga Azucena.
En_ ¿Anda y tú como lo sabes? –la miró sorprendida.

304 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Me lo dijo Teresa la llamó y...
En_ Teresa –murmuró con gesto molesto-. Así que has caído en la
trampa, ¡pero serás bruta!, yo te hacia inteligente.
E_ ¡Mamá! –la riñó por su manera de hablarle.
En_ Uy este chiquitín que suerte tiene de tenerme de abuela, anda
déjamelo –lo tomó en brazos dándole besos y el niño sonreía-. Si es
que me lo comería a besos ¡madre qué ricura!
E_ ¿De qué trampa hablas? –le preguntó omitiendo todos sus mimos
al pequeño.
En_ Maca quiere que vengas, ¿y qué mejor que hacer lo que ha
hecho?, ella si que es lista, y no tú que mírate la cara que traes,
estás descompuesta.
E_ Joder mamá –volvió a protestar-. ¿Cómo voy a estar?, me voy
una noche y ya piensa en Azucena.
En_ Ella no puede estar sin ti, ¿y qué mejor manera de que tú
vengas?, Azucena. Sabe que con ésa caes.
E_ ¿Y cómo lo sabe mamá?, ¿qué pasa que su emotividad sólo sabe
hacerle ir en mi contra? –ante la mirada de su madre agregó-. Vale,
lo admito me he dejado llevar, me he precipitado... pero es que... –
le dio una patada a una piedra molesta consigo misma.
En_ Pues ahora vuelves sin que ella te vea, venga, fuera no quiero
verte aquí.
E_ Mamá –se abrazó a ella-. No soporto estar sin ella.
En_ Lo sé hija, pero mira, algo hemos adelantado.
E_ No sé el que... –cogió al crío en brazos.
En_ Muy sencillo, sabe que te quiere a su lado, y sabe que te has
ido contra su voluntad, algo va aprendiendo hija. Y ahora vete.
E_ Si pasa algo....
En_ Qué pesada hija, que pesada. Ala fuera de aquí –le dijo
sonriendo mientras le hacia mimos a su nieto que sonreía.

305 ”Adiós Esther” © by ldana


La vio alejarse por el camino, negó con su cabeza porque era
consciente que no podía vivir sin Maca, y ahora podía estar segura,
que aunque Maca parecía estar en un mundo aparte, tampoco podía
vivir sin ella. Suspiró pensando cuando era una jovencita y su
marido preocupado siempre le decía, “me da miedo Esther, con el
carácter que tiene los hombres le harán daño”.
En_ Los hombres... –suspiró mirando al cielo sonriente-. Pero no
sabíamos que llegaría Maca para hacerle feliz Manuel. Estés donde
estés, seguro que debes tener una sonrisa de oreja a oreja.
Volvió a sonreír mientras entraba por la cocina. Fue hasta al
porche porque quería asegurarse que nadie había metido la pata y
había visto a Esther con el niño. Salió sonriente como siempre, y vio
como Maca estaba de pie delante de su padre haciendo los ejercicios
nuevos que Javier le había mandado.
En_ Muy bien hija, lo haces estupendamente –le acarició el brazo.
M_ Gracias Encarna –la mujer trató de probarle disimuladamente
retiró el móvil pero Maca saltó enseguida como una leona-. No te lo
lleves Encarna, estoy esperando una llamada.
En_ ¡Ah disculpa pensé que era el de casa!
R_ Encarna, ¿quién ha venido?
En_ ¿Venir? –con la mirada casi fulminó a Rosario que se percató-.
¿Dónde?
R_ Aquí... me pareció oírte hablar... –decía amedrentada ante
aquellos ojos que le pedían silencio.
En_ ¡Ah si!, vino un hombre preguntándome por Maca.
M_ ¿Por mí? –la miró de manera inquisitiva.
En_ Pues sí, es que Fermín no ha podido venir.
Todos guardaron silencio, y cuando Encarna entró para
preparar la comida ayudada por Rosario le riñó.
En_ Era mi hija Rosario, en menudo compromiso me has puesto.

306 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Lo siento, fue Pedro que dijo que estabas hablando con alguien.
¿Pero qué ha pasado?, ¿por qué ha venido?
En_ Porque Maca ha llamado a Teresa, le ha dicho lo de Azucena,
Teresa ha llamado a mi hija y le ha dicho lo que Maca le ha
comentado, y entonces la bruta de mi hija que no piensa, se ha
presentado aquí para hablar con Maca. Que lío pero contado así
todavía lo veo más claro –sonrió.
R_ Mi hija, mira hemos estado hablando con ella desde que ha
salido, más de una hora –decía mientras abría la nevera y sacaba la
verdura-, ¿crees que nos ha prestado atención?, ¿crees que ha
hablado con nosotros? –no podía reprimir su malestar.
En_ Ya, esta rarita, sí, pero que le vamos a hacer Rosario –le
contestó mientras se ataba el delantal.
R_ Y ya ves como se ha puesto con lo del móvil.
En_ Si. ¿Sabes una cosa Rosario?, a mí me ha desconcertado... ¿y si
ya ha recuperado la dichosa emotividad que antes de esto, yo no
sabía que se podía trastornar de tal manera?
R_ No, mira, conozco a mi hija, puede que no nos hayamos llevado
muy bien, pero la conozco y mi hija habla más con los ojos que con
las palabras, y sigo viéndola desesperada.
En_ Pues la mía estaba descompuestecita, estas chicas no sé yo
cuando van a tener paz.
R_ Lo que tengo claro, es que no voy a dejar pasar a Azucena,
¡clarísimo vamos! –dijo enfadada ante la carcajada de Encarna.

Por el camino de vuelta a casa, Esther le daba vueltas a la


cabeza. Cuando tuvo clara la idea que le rondaba desde que había
hablado con su madre, descolgó el teléfono y llamó. Una vez
terminó de hablar, volvió a marcar.
E_ ¿Teresa?, soy Esther.
T_ ¡Esther cariño!, ¿qué ha pasado? –le decía quitándose las gafas.

307 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Pues que has caído en la trampa, tú y yo.
T_ ¡Anda!, ¿de qué trampa me hablas?
E_ Maca –murmuró mientras se sentaba ella frente al río y sentaba
a Daniel delante suyo apoyándolo sobre su tripa-. Que parece que
dentro de sus delirios sabe como provocarme, parece que nada
afecta a su lado borde, ése está intacto.
T_ No entiendo nada –su voz reflejó perfectamente su
estupefacción.
E_ Pues que te ha utilizado Teresa, te ha utilizado a ti porque sabía
que tú sí me avisarías.
T_ ¡Pero!, ¿entonces es mentira?
E_ Completamente.
T_ ¡Bueno... será posible! –se golpeó indignada su cadera con una
mano.
E_ Yo creo que es su venganza ante nuestras burlas con ella.
T_ Entonces Esther... es que...
E_ No, no ha recuperado no. Pero de esta se va a acordar, porque
por poco se me sale el corazón por la boca, te lo juro.
T_ ¡Ay Esther!, ¡cuánto lo siento!, he sido una tonta...
E_ No Teresa, ¡qué va!, solo que digamos habíamos ganado una
batalla nosotras, y ahora ella ha ganado otra, estamos empatadas,
pero te juro que la próxima la gano yo –sonrió.
T_ Esto es la guerra –murmuró seria mientras se tapaba la cara.
E_ Ahora necesito que me ayudes a mí.
T_ Nada que me usáis a vuestro antojo, ¡qué le voy a hacer!, desde
luego, cuando todo esto acabe, vais a pagarme unas buenas
vacaciones en un balneario.
E_ Cuenta con ello. Te explico.

Mientras en el porche...
308 ”Adiós Esther” © by ldana
P_ Vamos hija siéntate.
M_ En la silla de ruedas no quiero.
P_ Está bien, ¿en el balancín?
M_ No –dijo al recordar la noche entre los brazos de Esther-. En esa
butaca.
P_ De acuerdo –la ayudó a sentarse-. ¿Cómo te encuentras?
M_ Bien, me duele un poco pero... eso es normal.
P_ Hija... ahora que estamos solos ¿puedo hablar contigo?
M_ Si es para decirme algo sobre Esther –lo miró fijamente y en sus
ojos el hombre pudo captar una sombra que cubría el brillo que
siempre tenían sus ojos al hablar de ella-. Mejor no.
P_ Pero hija...
M_ Pero nada... ¡no quiero ni que la nombres! –apartó su mirada de
los ojos de su padre y fijó la vista en la montaña y bajó la voz
dejándola en un susuro-. No quiero saber nada.
P_ Está bien...
M_ ¿Puedes traerme de la habitación mi libro?
P_ Claro.
Se quedó allí sentada miraba con ansiedad el camino, esperaba
ansiosa ver llegar a Esther envuelta en una furia incontrolada,
sonreía al pensar en ello, seguro que Teresa ya le habría llamado,
seguro que debía estar carcomiéndose el alma. Su sonrisa no podía
borrarse al pensarlo. Solo cuando llegó su padre y le dio el libro
cambió el gesto, no podían notar su alegría.
M_ Gracias.
P_ Estaré dentro, voy a ayudar a las mujeres o me tachan de
machista –le dejó un beso en la frente.
M_ Vale.
P_ Si necesitas algo...

309 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Tranquilo –al abrir el libro se dio cuenta que se había
equivocado, era el que estaba leyendo Esther. Al pasar la página se
le cayó una nota-. ¿Qué es esto?
Abrió con cuidado la cuartilla de folio y leyó atentamente:
“Maca me enseñó a tener calma cuando me desesperaba, a su
lado me era fácil, también me enseñó a volcar en un papel lo que
me hacía sentir temor o preocupación, los sentimientos que me
atormentaban, dice que sirve para sacar fuera lo que te ahoga en el
interior, y que al terminar de escribir, lo lees y te das cuenta que
hay una salida... ¿Pero cómo encuentro la salida sin ella?, necesito
su calma para luchar por recuperarla, al mirar su desespero, sus
ojos apagados siento que me quema el corazón. La necesito y sin
ella no encuentro ni la paz, ni la salida, ni la luz en la oscuridad... no
sé si me sirva escribir y ojalá al hacerlo y destruir esta hoja, me
encuentre que al volver a su lado, al lado de la mujer que me ha
cambiado tanto, que me ha ayudado... a la mujer de mi vida, a mi
Maca... vuelva a encontrar en sus ojos la calma, en sus manos la
ternura... ojalá consiga que...”

M_ Esther –murmuró con congoja.


Aquella carta parecía que le había hecho trizas el corazón,
entonces vinieron a ella, todas las palabras que Encarna y Teresa le
dijeron, deja la cabeza, piensa con el corazón, si el corazón lloraba
en ese instante estaba segura que todos tenían razón, había
cometido muchas injusticias con ella y debía ser fuerte para pedirle
perdón y rogarle que no se marchara de su lado nunca, a pesar de
cuanto podía hacerle sin controlar aquella emotividad que se
empeñaba en hacerle tanto daño. Lloraba amargamente cuando
llegó su padre, al verla se asustó, se dirigió hasta aquella butaca
que estaba situada cara al camino principal, por donde no llegaba
Esther.
P_ ¡Hija!, ¿qué te pasa?
M_ Nada.

310 ”Adiós Esther” © by ldana


P_ Por favor Maca... –la abrazó con fuerza.
M_ Ayúdame a poder con esto, no sé como controlarme –decía sin
cesar en su llanto.
P_ Ya está pequeña... ya está –le repetía una y otra vez mientras le
acariciaba con ternura.

Cuando terminó a comida en la Fonda de Carmen, Esther se


sentó en el comedor esperando la visita que estaba a punto de
recibir, movía la cuchara en el café como una autómata mientras su
cabeza daba mil vueltas a la nueva situación.
Ca_ Como sigas así, le vas a hacer un agujero a la taza –le sonrió
mientras se sentaba a su lado.
E_ Estoy nerviosa Carmen, mira que si me sale mal.
Ca_ Bueno quien no arriesga no gana, recuerda, ¡el mundo no está
hecho para cobardes! –Esther le sonrió-. Bien, ¿sabes cuándo va a
llegar?
E_ Me ha dicho que está a diez minutos.
Ca_ ¿Sabes algo de Maca?
E_ No, no he querido mostrarme ansiosa, prefiero morderme todas
las uñas, hasta las de los pies ¡si es preciso!, antes que darle el
gusto.
Entonces se oyó un coche llegar, las dos mujeres se miraron
poniéndose en pie, Esther se asomó a la ventana y le hizo un gesto
afirmativo a Carmen que salió tras ella.

La comida había sido bastante tensa, Maca se había controlado


y si con anterioridad mostró pena al leer aquella carta, ahora
parecía muy al contrario sentir rabia, la ausencia de Esther en el
plan que había creado, le estaba molestando bastante más de lo que
podía controlar. Estaba segura que Teresa habría llamado a Esther o
incluso habría ido a verla para contarle corriendo su llamada. Pero

311 ”Adiós Esther” © by ldana


lejos de ganar como pensó estaba a punto de perder sin ser
consciente.
P_ Un coche se acerca –dijo Pedro que se había sentado en el sofá a
leer el periódico.
En_ Será Fermín.
R_ Voy a abrir –abrió la puerta y sonrió a Carmen que llegaba en
primer termino, si bien, su sonrisa se borró al instante al ver la
figura que asomaba por detrás-. Carmen.
Ca_ Hola Rosario, ¿qué tal?
R_ Bien –murmuró con gesto perplejo y voz molesta.
Ca_ ¡Maca te traigo una visita hija! –sonrió ampliamente.
Cuando Encarna vio la visita, a punto estuvo de soltar el plato
que llevaba en la mano, el rostro de las dos madres era todo un
poema, mientras Pedro se levantaba mirándola con desgana. A todo
esto, Maca se giró despacio, justo al hacerlo se encontró frente a
ella.
A_ Hola Maca, me dijeron que me buscabas.
M_ ¿Azucena? –si los rostros de todos fueron de seriedad, el de
Maca fue de un impacto brutal.
A_ Hola cariño –la besó en la mejilla ante las miradas nerviosas de
los demás.
Durante un instante hubo un silencio tan denso que se podía
palpar. Maca porque en su mente pasaban mil cosas, Teresa avisó
seguro a Esther, y ésta en lugar de ponerse como una fiera y
presentarse allí ante ella y armarle la gran bronca, había dado la
callada por la respuesta y no sólo eso, sino que además, le había
dicho donde estaba. Su crispación iba en aumento y sus mejillas
blancas habían tomado el color rojo de la ira. Sus padres se miraban
sin entender aquella molesta presencia, y Encarna, no podía creer
que fuera cierto lo que ella tan solo pensó una jugada desesperada
por recuperarla. Tuvo que ser Carmen quien rompió aquel silencio.

312 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ ¿Encarna hace un cafecito?, las chicas tendrán que hablar, que
bien que haya venido esta amiga tuya, las visitas siempre alegran
hija.
En_ Será mejor que vayamos a la cocina, será lo mejor –dijo con
voz molesta.
R_ Hija, si quieres algo...
A_ Maca cariño... sé que me has llamado, he venido porque te
conozco y sé que me necesitas –todos se detuvieron antes de
abandonar el comedor, viendo atónitos como Azucena se agachaba
y le tomaba la mano besándola-. He venido dispuesta a que te
vengas conmigo.
Ninguno pudo reaccionar todos se quedaron perplejos y fue
Carmen quien tiró de ellos para que abandonaran definitivamente la
sala desconcertados por el comportamiento tanto de Azucena como
suyo.
Maca había levantado sus ojos clavándolos en los de la mujer
que le sonreía con calma sin soltarle la mano mientras le hablaba
con ternura.
A_ Sé por lo que estás pasando... creo que sería mejor que
estuvieras al lado de alguien que te quiera de verdad, ¿qué me
dices?, volvamos a ser la pareja que fuimos cariño... vente conmigo.

Mientras, desesperada y muerta de miedo, Esther no paraba de


caminar de un lado a otro como león enjaulado. Le daba mil vueltas
a la cabeza, si al principio la visita de su ex le pareció una buena
idea, ya no estaba tan segura. Algo en Azucena le había hecho
dudar, no sabía si podría confiar en ella, era consciente que la
seguía queriendo y quizá le había puesto en bandeja la posibilidad
que tanto le hacía sufrir. Murmuró para sI mil veces “eres idiota”,
también fue lo que le dijo Teresa aunque fue más comedida, “no
juegues con fuego”, Maca podía hacer cualquier cosa, su reacción
podía ser una auténtica sorpresa en el estado en que se encontraba
era imprevisible. Sin poderlo remediar notaba como sus latidos iban

313 ”Adiós Esther” © by ldana


en aumento, Maca le había hecho perder los papeles y lo que en un
primer momento le pareció que le abriría los ojos, ahora le parecía
la mayor tontería del mundo, y la había cometido precisamente ella.
De sus pensamientos la sacó el timbre del teléfono, corrió a él
pensando que sería Maca.
E_ ¿Si?
T_ Esther ¿qué, como va?
E_ Pues no sé nada aún, hace como veinte minutos que está allí.
T_ ¿Tanto? –frunció el ceño preocupada mientras apoyaba la mano
sobre su barbilla pensativa.
E_ Sí, a mí me está pareciendo una eternidad.
T_ Es que perdona ¿eh?, pero esto no me gustó nada desde el
principio. ¿Qué te dijo la tal Azucena?
E_ Que no me preocupara, que ella me iba a echar una mano
porque sabía que era muy importante para Maca y ella para mí.
T_ Uy con que tonito me lo dices –chasqueó con los labios de lado.
E_ No sé Teresa, no sé... ahora todo me parece una tontería.
T_ Mira he hablado con Cruz.
E_ ¿Y?
T_ Pues antes de irse me ha dicho que has hecho bien, que quizá lo
que Maca necesita es un choque para que todo vuelva a su sitio,
pero me ha dicho, que por ningún motivo se lo comentes a Vilches
que te matará.
E_ Lo sé, pero... y si el choque resulta que me deja a mí fuera.
T_ Eso es lo que tiene jugarse todo por el todo. Pero estoy segura
que eso no ocurrirá... bueno... –se detuvo pensativa y añadió con
expresión grave- no pasaría con la Maca de siempre, claro.
E_ Gracias Teresa –le dijo irónica mientras volvía a asomarse a la
ventana.
T_ ¡Ay hija!, ¿qué quieres?,

314 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Bueno... ya sabes lo que tienes que hacer. Adiós –suspiró con
fuerza-. No voy a poder soportar mucho tiempo así, creo que lo
mejor es volver a su lado. Digan lo que digan esto no es manera de
vivir ni de recuperarla.
En la cocina, los nervios se habían desatado, la primera en
explotar fue Rosario, no podía controlar sus miedos.
R_ Después del daño que le hizo, no se que hace aquí.
En_ De buena se ha librado, vamos que casi le lanzo el plato a la
cabeza.
P_ Esto es inadmisible, ahora, por encima de mi cadáver se va Maca
eso te lo aseguro Rosario –se le notaba afectado como todos por la
presencia desconcertante de aquella mujer.
Ca_ Está bien, ya habéis dicho cada uno lo que necesitabais sacar
fuera –los tres la miraron con sus ojos penetrantes-. No me miréis
así, esto es cosa de Esther.
R_ ¿Qué dices?
Ca_ Esther ha querido devolverle la jugada a Maca, cuando se
enteró que la había llamado, sus celos explotaron, cuando se dio
cuenta o creyó que era una trampa de Maca para que viniera, pensó
en darle una lección.
En_ ¡Mi hija está loca!, se ha vuelto loca –exclamó mirando al techo
de la cocina-. Pero solo a ella se le puede ocurrir algo tan.. tan..
Ca_ Dejemos a ver que pasa.
R_ ¿Y si mi hija dice que se va? –la miró atónita mientras Encarna
seguía murmurando cosas inaudibles contra su propia hija.
Ca_ Confiemos que no.
P_ No sé cual de las dos está peor, lo único que sé es que mientras
ellas juegan al gato y al ratón, nosotros estamos aquí sufriendo y
eso, no lo puedo tolerar –decía enfadado Pedro.
R_ Cariño tienes razón... pero ...
P_ Pero nada –se levantó enfadado marchándose fuera de la casa.

315 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ ¡Hombres! –murmuró Carmen dando un sorbo al café.
En_ Tiene razón ¿eh?
R_ Todo esto es una locura...
Ca_ ¿Y si esto hace que Maca reaccione?, yo veo que Esther está
tratando por todos los medios de hacerle reaccionar. Y os aseguro
que lo está pasando muy mal.
R_ Ojalá reaccionara ya. ¡Esto es un calvario! –se levantó
abandonando la cocina y buscando a su marido.
En_ Mi hija está loca –murmuró mirando fijamente por la ventana-.
Pero me ha demostrado que es más inteligente de lo que pensaba.
Ca_ No lo dudes Encarna, tienes una hija bendita.
En_ Si –sonrió-. Yo también hubiera hecho lo mismo –dio una
carcajada.
Ca_ Solo espero que le salga bien.
En_ La Maca que está ahí fuera no tiene nada que ver con la Maca
verdadera, pero hay un nexo entre una y otra –Carmen la miró
expectante-. Su corazón.
Ca_ Repleto de amor por Esther.
En_ Exacto.
Ca_ Pues esperemos que actúe el corazón. Y esperemos que lo haga
pronto, me preocupa Esther.
En_ Sí, sin Maca está indefensa, lo sé.
Ca_ Encarna, cómo madre te pregunto esto, ¿aceptaste esta
relación sin dudar?
En_ Dudé mucho, claro, no es fácil aceptar que ayer tu hija iba con
un chico y hoy sale con una mujer, son cosas que no sabes como
aceptarlas. Pero es tan sencillo como... que es mi hija... que yo la
lleve en mi vientre, que yo le di calor, que yo la parí, que yo la he
visto caer y levantarse, la he visto llorar y reír, con sus virtudes y
defectos, amando a un hombre o a una mujer, sigue siendo mi hija
–a Carmen se le llenaron los ojos de lagrimas por las palabras
316 ”Adiós Esther” © by ldana
emocionadas de Encarna-. Y me siento orgullosa de ella, además...
Maca es una persona maravillosa. ¿Qué más puedo pedir?

Fuera con los nervios de Maca desatados, estaban las dos,


Azucena había guardado silencio esperando la reacción que sabía
tenía que llegar de aquella mujer que parecía hasta temblar. Una
vez había pasado el tiempo necesario donde Maca lo único que había
hecho era con los ojos clavados en la ventana observar pero sin ver
decidió actuar.
A_ Cariño –le dijo dulcemente mientras Maca retiraba lentamente
los ojos de la ventana y los posaba en ella con mirada extraña-.
Creo que lo que ha hecho Esther es algo que no se puede explicar.
M_ Pues sí –asintió con voz segura.
A_ Abandonarte de esta manera –negaba con la cabeza y gesto de
pena, Maca la miró fijamente acurrucando sus ojos- Mira, tengo una
casa grande, con jardín no tendrías problemas para caminar por allí,
además podrían verte los mejores médicos –ante su silencio agregó
acariciándole la cara con ternura-. No como aquí apartada de todo...
–hizo un ademán poniendo mala cara como si aquel maravilloso
lugar le repudiara-. Y ahora se marcha y te deja sola, y luego dice
que te ama –ante su mirada dubitativa Azucena insistió-. ¿Maca,
qué me dices?
M _¿Quién te avisó? –le preguntó de repente sorprendiéndola.
A_ Esther...
M_ ¿Ella?
A_ Sí, creo que se lo dijo Teresa pero como esa mujer no puede ni
verme...
M_ Ya.
A_ Bueno... ¿qué dices?
M_ Está bien... me voy contigo –le sonrió.

317 ”Adiós Esther” © by ldana


Justo en el momento en que Maca respondía a Azucena
afirmativamente, su teléfono sonó, ella lo miró un tanto pensativa
por si era Esther y Azucena por su parte dio un profundo resoplido
porque le había salvado nunca mejor dicho la campana.
M_ ¿Si?
T_ ¿Maca cariño eres tú?
M_ Sí Teresa, soy yo.
T_ Mira que te llamo porque Azucena no ha venido ni ha dado
señales de vida.
M_ La tengo aquí delante –la miró mientras ella le mostró una fría
sonrisa.
T_ ¿Ah si?
M_ Sí –Azucena se retiró mientras hablaba Maca buscando donde
podía estar Carmen.
T_ ¿Y... digo yo... cómo se ha enterado de la dirección?
M_ Esther –confirmó con tono muy pero que muy dolido.
T_ ¡Ah! –murmuró conteniendo la respiración.
M_ Bueno voy a dejarte porque me voy con ella a Madrid y quiero
hacerme la maleta.
T_ ¿Pero qué dices? –su pregunta resonó de manera aguda en el
oído de Maca.
M_ Pues lo que has escuchado.
T_ ¿Pero hija, tú has pensado bien lo que vas a hacer? –perdió la
tranquilidad.
M_ No tengo nada que pensar –le contestó ofendida.
Mientras, Azucena entró en la cocina inesperadamente dando
un susto a las mujeres que hablaban tranquilas. Ella se mostraba
nerviosa y muerta de miedo ante la reacción de Maca. Al verla
entrar tan alterada las mujeres se levantaron nerviosas.
Ca_ ¿Qué te pasa?

318 ”Adiós Esther” © by ldana


A_ Que Maca dice que se viene conmigo –hablaba con los ojos muy
abiertos frotándose las manos.
Ca_ ¿Cómo?
En_ De ninguna manera... aunque le estaría muy bien empleado a
Esther por bruta.
Ca_ Tenemos que hacer algo.
A_ Pues sí... y rápido que quiere hacer la maleta.
Carmen fue en busca de Rosario y Pedro, y una vez entraron,
todos se quedaron hablando en la cocina mientras fuera Maca
seguía discutiendo con Teresa.
M_ ¡Qué no Teresa no me cuentes historias! –exclamaba nerviosa-.
¡Qué le da igual!, quiere quitarme del medio como sea, ¡pues muy
bien, me largo!, ¡qué le den! –notaba como sus latidos iban
aumentando, notaba como una sensación de abandono llegaba y se
depositaba en su alma.
T_ Pero Maca hija... ¡si fuiste tú quien la llamo!
M_ Y ella quien la mandó aquí.
T_ Maca la hubiera mandado yo de venir por aquí tal y como tú me
dijiste, por favor tranquilízate, ¡Maca!, ¡Maca!, ¡anda y ahora va y
me cuelga!
Estaba fuera de sí por el comportamiento de Esther, ¿tan poco
le importaba?, pero decidida a no dejarse vencer como pudo se
levantó cogiendo las muletas para irse a la habitación para
prepararse ella misma dentro de su rabia la maleta.

Por su parte, Esther ya llevaba casi cuarenta minutos de


sufrimiento, no le quedaban prácticamente uñas, había metido a
Daniel en un parque que Carmen le había sacado de cuando su hijo
era pequeño, y no dejaba de ir del parque a la ventana apartando la
cortina y fijando sus ojos en la lejanía para ver llegar a Azucena.
Pero ésta no venía y no dudaba que algo no había salido bien. Ya

319 ”Adiós Esther” © by ldana


tampoco le servía lamentar aquella situación, si Maca se iba estaba
perdida pero si no se iba, le habría demostrado mandando a
Azucena importarle poco, y aunque lo único que había tratado de
hacer era, advertirle que no se iba a dejar amedrentar por ella, para
hacerle sentir mal, ahora se arrepentía y sudaba de pánico.
E_ ¡Dios qué estará pasando! –entonces oyó un coche llegar y se
precipitó hasta el parque, tomó al pequeño en brazos y se dirigió
hasta la puerta esperando que entraran las dos mujeres. Al ver a
Azucena y su rostro un tanto desencajado, se precipitó hasta ella sin
controlar sus nervios-. ¿Qué ha pasado?
A_ Esther de buena nos hemos librado las dos.
E_ ¿Y Carmen?
A_ Se ha quedado allí.
E_ Pasa, pasa –le decía con ansiedad mientras volvía a dejar al
pequeño en el parque-. Cuéntame estaba muerta de miedo.
A_ Pues mira, le hablé como tú me dijiste, le expliqué todo y de
repente me suelta, si me voy contigo.
E_ ¡Qué! –exclamó totalmente perpleja incorporándose del sofá
donde se habían sentado.
A_ Como lo oyes.
E_ Pero... –no salía de su asombro-. ¿En ningún momento dijo que
no quería que fueras, que nada más quería ponerme celosa?
A_ Que va Esther, está peor de lo que yo imaginaba.
E_ No lo entiendo –murmuró apenada-. ¿Y qué pasó?
A_ Fui en busca de tu madre y Carmen, por cierto, tu madre está
que trina contigo.
E_ Lo sé me he comportado como una idiota, me he dejado llevar
por la indignación... ¡uf no sé que voy a hacer! –Azucena la miró
apenada se notaba que estaba pasando un mal momento-. Creo que
he perdido los papeles.

320 ”Adiós Esther” © by ldana


A_ Pues mira, yo de ti, me tomaba muy en serio este tema ¿eh?.
Maca parece que esté en su mundo y en él me da a mí que no tienes
cabida.
E_ ¿Pero si quería irse contigo... no entiendo que haces aquí? –la
miraba con expresión incrédula.
A_ He huido –le dijo abriendo los ojos mientras le ponía su mano
sobre la pierna.
E_ Joder no entiendo nada –protestó-. ¿Huido?
A_ Llamó Teresa tal y como estaba previsto, y me salvó, yo no sabía
que hacer ¿cómo me la iba a llevar?, así que mientras ella la
entretenía yo me fui a buscar ayuda, se reunieron allí sus padres
que por cierto me querían matar con la mirada y tu madre ni te digo
cuando entré, pensé que el plato que tenía en las manos me lo
echaba a la cabeza cual cochinillo de Ávila.
E_ Muy típico de mi madre, no me hubiera extrañado nada.
A_ Pues bueno... Carmen me dijo que me marchara que ellos se
encargarían del tema, y así hice –suspiró nerviosa-. Salí pitando.
E_ ¿Me habré equivocado? –se preguntó en voz alta.
A_ Los planes no han salido como tú esperabas.
E_ ¿Y si te llamó porque se quiere ir de verdad?, ¿y si la he
subestimado pensando que me ama pero realmente no es así? –la
miró fijamente-. ¿No te ha preguntado por Daniel?
A_ No, pero no creo que se quiera ir Esther, es solo una rabieta, ya
verás
E_ Eso creí que era al principio, pero querer irse, no me convence...
–estaba completamente desconcertada y su voz y su rostro así se lo
hacían ver a Azucena que sentía verla así-. ¡Esta situación está
empezando a superarme!, ya no sé ni como actuar, ni que hacer, es
como si ella me ganará siempre.
A_ Pero Esther, es que esto no es una batalla ella no puede ganarte
de igual modo que tú no puedes ganarle a ella, sois una pareja y

321 ”Adiós Esther” © by ldana


ambas tenéis que ir hacia delante juntas, en paz –ante la mirada de
Esther murmuró-. Tiene narices que esto te lo esté diciendo yo.
E_ Gracias Azucena, creo que tienes razón –apoyó su mano en la de
la chica que sonrió.
A_ Yo me voy no vaya a llamarme para que vuelva. Venga Esther
piénsalo por favor, acuérdate cuando estuviste en el hospital junto a
ella sin separarte ni un segundo... ¿por qué lo hacías?
E_ Porque la amo.
A_ Pues tenlo presente, olvídate del resto, Maca está enferma no te
dejes llevar por sus reacciones. Además tenéis un chiquitín
guapísimo al que criar juntas, piensa lo que habéis luchado por
tenerlo.
E_ Tienes razón en todo, creo que me he dejado llevar por la rabia –
negó con gesto serio ante la situación que estaba viviendo-.
¿Cuándo terminara este calvario, joder?

Sin saber lo que estaba pasando entre Azucena y Esther, en


casa, Maca al oír alejarse el coche, se había puesto hecha una fiera,
ante ella, Rosario y Encarna trataban de hacerle entrar en razón,
pero ni la una ni la otra, ni siquiera las palabras de Carmen podían
hacer que se calmara.
R_ Hija por Dios te va a dar algo –decía nerviosa su madre sin saber
como calmarla.
M_ No eres nadie para hacer que se vaya Azucena –le reprochó con
mirada intransigente.
P_ Dejarme solo con mi hija –apareció por detrás de ellas Pedro
que habló con voz seria y profunda.
R_ Pedro, por favor... –le dijo bajando su voz al pasar por su altura
el hombre asintió como admitiendo su advertencia.
P_ Siéntate Maca.
M_ No quiero –contestó aún con rabia.

322 ”Adiós Esther” © by ldana


P_ ¡Te he dicho que te sientes! –no alzó la voz en ningún momento
pero su tono le hizo ver que le estaba dando una orden cargada de
preocupación.
M_ No tenía derecho a echarla.
P_ La eche yo –Maca lo miró entrecerrando sus ojos-. Y te voy a
decir una cosa, y te la voy a decir una vez Maca, a ti, y después se
lo diré a Esther –ella lo miró con expresión seria tratando de
esconder el miedo que le hizo sentir aquella voz autoritaria que
helaba la sangre-. ¡Ya está bien Maca!, ¡ya está bien de perder el
tiempo!, has estado a punto de morir y la he visto a tu lado día y
noche sin descansar ¡no me interrumpas! –siguió con el mismo tono
sin alzarlo más que lo suficiente para callarla de golpe-. La he visto
llorar, la he visto aterrorizada, la he visto luchar a tu lado, la he
visto derrumbarse y animarnos cuando no nos quedaba esperanza,
¿qué es lo que debía hacer?, sí, claro, pero eso es precisamente lo
que te tiene que entrar en la cabeza, ¿por qué lo ha hecho?, porque
te quiere, porque le importas, porque ha luchado para que siguieras
viviendo y formar definitivamente una familia, ¿qué es eso de llamar
a Azucena?, ¿qué significa estar todo el día contra la persona que
más te ha ayudado a sobrevivir?, no te permito Maca que sigas así,
¿estás enferma?, no te digo que no hija –entonces bajo la voz más y
como Maca sintió como si aquella voz la cubriera como un manto
que la envolviera y le diera calor. Pedro prosiguió mirándole con
gesto preocupado-. Pero ella ha estado a tu lado por amor, de igual
modo que si hubiera sido al revés lo hubieras hecho tú.
Fuera escuchando tras la puerta se encontraban las tres
mujeres que iban asintiendo las palabras de Pedro, de vez en
cuando cruzaban sus miradas repletas de pena, pero todas eran
conscientes que lo que acababa de ocurrir entre ellas con la
aparición de Azucena, era algo demasiado desagradable como para
quedarse impasibles viendo como una y otra se destruían.
En el comedor, Maca escuchaba a su padre con el ceño
fruncido, conforme le iba hablando por su cabeza iban pasando las
imágenes que él le nombraba, el despertar junto a Esther, la terapia

323 ”Adiós Esther” © by ldana


junto a Esther, leer, andar, lavarla, masajearla, todo fue Esther.
Pero también pensaba que nadie la entendía a ella, que por más que
gritara que no podía controlar algo en su interior, nadie la entendía,
se encontraba más sola que nunca, más huérfana de lo que en toda
su vida se sintió. Pero ahí estaba su padre, como cuando era niña y
sentía aquel frío, allí estaba el hombre que admiraba y que un día le
había dado la espalda, pero ahí estaba dispuesto a entregarle ahora
cuando más lo necesitaba su fuerza, su amor.
P_ Sé que no puedes controlar tu emotividad, puedo entender tus
ataques, o tus lloros o tus risas, incontroladas, puedo entender que
de golpe todo sea negro, pero Maca, lo que no puedo entender es
que sigas con la estúpida idea de hacer las cosas para hacer daño a
Esther.
M_ No me entendéis.
P_ Te estoy diciendo que te entendemos, todos, ¡hasta ella! –la miró
intensamente-. Pero lo que no puedes hacer Maca, son estas
tonterías, ni tú ni ella, ¿queréis estar así siempre?, pues muy bien,
nosotros nos vamos y hacéis lo que queráis, pelear, gritaros,
haceros daño, sois libres para ello.
M_ Yo no os pedí que vinierais
P_ No me hables así Maca, mi hija no me reprocharía que
estuviéramos aquí.
M_ Pues entonces, date cuenta que tu hija no habita en mí.
P_ Claro que sí, búscala, pero mientras la encuentras te lo advierto
a ti y se lo voy a advertir a ella. Si esto continua te llevo a Jerez, te
meto en un lugar donde puedan ayudarte los médicos y
profesionales y prohíbo que os veáis, luego si queréis seguir juntas
adelante, sino, os pongo en bandeja de plata que os separéis.
M_ Que alegría le vas a dar –murmuró escéptica.
P_ Está en vuestras manos, y sabes que yo no soy Esther, que lo
que digo hago, así que tú misma cariño. Pero sois una pareja
maravillosa como para perderos la una a la otra. Pero si es eso lo

324 ”Adiós Esther” © by ldana


que queréis con tanta tontería, te llevaré a Jerez donde Esther no
pueda encontrarte.
Le dejó un beso en la frente y lentamente se marchó, si
mientras hablaba le había inundado las dudas, al verlo marchar le
inundó el miedo, el pánico sabía que lo que estaba diciendo iba en
serio, sintió el desespero apoderarse de ella y por más que trató de
controlarlo le fue imposible rompiendo a llorar en silencio mientras
con rabia tiró la muleta sobre la pared, y ante el estruendo, nadie se
presentó. Reconoció para sí, que si estuviera allí Esther, hubiera
acudido al segundo. Necesitaba recuperarla como fuera.
Reconquista, reconquistarla, le llegaba con nitidez la voz de
Encarna.

Esther se había quedado sola, la tarde estaba cayendo de


forma rápida, Fermín le había dicho que su mujer lo había mandado
llamar para ir a recogerla, quería que fuera ella quien le contara
todo lo que había sucedido. Entonces su teléfono sonó.
E_ Dime Teresa.
T_ ¡Por fin puedo contactar contigo!, ¡dime por Dios que Maca no se
ha ido con ésa!
E_ Pues porque salió corriendo –le dijo un tanto decepcionada.
T_ Esto se os está yendo de las manos.
E_ La culpa la tengo yo, ella no está muy bien pero yo...
T_ Por supuesto que la culpa es tuya... y se tenía que haber ido con
Azucena, ya está bien de juegos ¿eh?
E_ Sí Teresa, creo que mañana iré con ella.
T_ ¿Pero qué dices? –su tono apareció repleto de asombro.
E_ Esto se me hace insoportable.
T_ Ya, y por eso la mandas con su ex.
E_ ¡Vale ya Teresa!, me he dejado llevar por una tontería pero ya he
aprendido de mi error, no me quedan uñas.

325 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Uñas dice, si yo te cuento como estoy, ¡a puntito de un sincope!
E_ Lo siento Teresa, y menos mal que llamaste tú de lo contrario
Maca se hubiera marchado.
T_ Yo voy apuntando ¿eh?, todo lo que me debéis ¡uys!, voy a tener
unas vacaciones pagadas –sonrió y arrancó una sonrisa a Esther-.
Mira, yo te comprendo ¿eh?, estás demasiado pendiente de Maca, te
lo vuelvo a repetir, olvida un poco a tu mujer, y entrégate a tu hijo.
E_ Tienes razón –lo miró sonriente pues estaba jugando mientras
balbuceaba y reía-. Teresa ya llega Carmen quiero que me cuente.
T_ De acuerdo, mañana hablamos.
E_ Gracias. Carmen –al ver entrar a Pedro se quedó callada. Y
murmuró un tanto desconcertada-. ¡Pedro!
P_ ¿Qué tal, como estás?
E_ Pues... bien –dijo un tanto nerviosa.
P_ ¿Y mi campeón? –fue a coger al pequeño en brazos besándolo en
el aire-. Ven con tu abuelo.
Ca_ Esther voy a preparar café.
E_ Gracias Carmen –le sonrió pero presintió que aquella visita no
iba a ser por ver a su hijo-. ¿Cómo está Maca?
P_ La he dejado con un importante ataque de ansiedad.
E_ ¿Le han dado la pastilla?
P_ Sí, tranquila.
E_ Pedro... sé que me he comportado como una idiota –él la miró de
manera afirmativa-. Lo siento, no debí caer en su juego.
P_ Tengo que marcharme a Jerez, os doy el tiempo que esté fuera
para que arregléis la situación de lo contrario Esther sintiéndolo
mucho me llevaré a Maca.
E_ ¿Qué, llevarla?, pero... ¿dónde? –lo miró con una sonrisa repleta
de escepticismo.
P_ A una clínica, esto no puede continuar así.

326 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Ya le he dicho que...
P_ Sé lo que me has dicho Esther, pero no podéis seguir así, lo
siento. ¿O lo arregláis de modo que actuéis como dos personas
adultas, o me la llevo?
Esther notó como su alma se partía en dos.

En la cama llorando desesperadamente se encontraba Maca,


ahora si sentía pánico, tenía que hacer algo y rápido, tenía que
hacer que volviera Esther, como fuera, entonces recordó la carta
que había encontrado pero también recordó como sin ningún
miramiento Esther le había mandado a su ex. La pastilla no podía
tranquilizarla, ni su madre ni Encarna habían entrado, parecía que la
estaban castigando como si fuera una niña que había actuado mal.
Cerró los ojos nerviosa sin saber que hacer, entonces trató de
calmarse tenía que poder calmarse, tenía que poder dominar la
situación, se sentó mientras su pecho se movía rápido sentía que
estaba a punto de estallarle, no podía controlarse por más que
quiso, pero entonces el sonido del móvil la sacó de su lucha
ensimismada. Miró la pantalla, era Esther. Descolgó pero no habló.
E_ ¿Maca soy Esther estás ahí? –su voz sonaba tranquila aunque en
sus manos apretaba con fuerza un almohadón como si así pudiera
tranquilizar sus agitados latidos-. ¿Maca?
M_ No llamarás para decirme que me quieres, ¿no? –no pudo evitar
el reproche.
E_ Vale empecemos de nuevo, podías decir, ¡Esther cariño que tal!.
¡Maca!, ¡Maca! –había colgado resopló con fuerza poniéndose el
almohadón en la cara para ahogar las ganas de gritar-. ¡Tiene que
joderse una!
Maca no sabía muy bien porque había colgado pero en sus
labios volvió a aparecer la sonrisa juguetona y maliciosa. El móvil
volvió a sonar.
E_ ¡Maca!

327 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¡Esther cariño que tal! –le dijo con su tono repleto de ironía
provocando el silencio en una desconcertada Esther que mantenía
una sonrisa totalmente pasmada-. No me llamarás para decirme que
me quieres, ¿no?
E_ Joder Maca.
M_ Joder Esther –repitió.
E_ ¿Ahora por qué me dices eso?, pensé que ibas a preguntarme
por Daniel.
M_ ¿Cómo está Daniel? –seguía con su sonrisa aunque las lagrimas
seguían resbalando por su rostro.
E_ Bien, está dormido ya –calló y hubo silencio por parte de las dos
durante unos segundos-. ¿Cómo estás?
M_ ¿A caso te importa?, ¿o qué?, te has enterado ya ¿no?, supongo
que tienes espías por todos lados.
E_ Creo que estás bien.
M_ Y una mierda estoy bien pero tranquila, no te preocupes tú ahí
con Daniel estás muy bien.
E_ Maca cariño es nuestro hijo.
M_ ¡Ah!, ¿nuestro hijo?
E_ Pareces un loro –no pudo evitarlo aunque rápidamente se
lamentó poniendo su mano sobre la frente-. Lo siento.
M_ Voy a dormir, ¿quieres algo?
E_ Saber como estás.
M_ Ya te lo he dicho –contestó ofendida borrándosele la sonrisa de
los labios.
E_ ¿Y... no me vas a preguntar cómo estoy yo? –le dijo
mordiéndose el labio, necesitaba seguir escuchando su voz aunque
aquello fuera peligroso, porque despertaba sus instintos más
pasionales.
M_ El loro pregunta, ¿cómo estás?

328 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Me encanta cuando te pones así.
M_ Oye... ¿estás sola en la cama?
E_ No –le contestó un tanto sorprendida mientras suspiraba
cerrando los ojos y negando con la cabeza.
M_ Ya me extrañaba a mí –le contestó molesta.
E_ Estoy con Daniel, te echa de menos, como yo.
M_ Bueno tengo sueño y me hartan tus tonterías.
E_ Mira cariño, te libras que estoy lejos porque sino, te juro que me
presentaba ahí y te daba un bocado en el cuello –Maca sonrió
traviesa-. ¡Que pena!
M_ Buenas noches, cariño –acentuó el final de la frase de manera
burlona.
E_ Buenas noches, amor –habló de igual manera.
Cerró el teléfono mirando a su hijo, al mirarlo, sintió ese amor
de madre que un día le costó reconocer, le sonrió y cuando le fue a
besar el móvil volvió a sonar, al ver el número sonrió.
E_ Dime Maca.
M_ ¿Por qué no vienes?
E_ ¿De verdad quieres que vaya?
M_ Solo así creería que no estás con otra, bueno, u otro, ¿no?
E_ Eres fantástica para hacer daño.
M_ Igual he tenido una buena maestra –se mordió el labio y con
tono desafiante le preguntó-. ¿Te espero despierta?
E_ No puedo ir Maca, estoy lejos
M_ Ya...
E_ Ahora... igual podría hacer un esfuerzo –le costó reprimir en su
voz mostrarle las enormes ganas que tenía de estar a su lado
M_ Pues hazlo –susurró con ese tono de voz que desarbolaba a
Esther

329 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Eso... eso es por que me echas de menos? –le preguntó
sonriente tratando de controlar su respiración que se había visto
afectada por el comentario de Maca, disparando sus latidos.
M_ No, es porque si estás conmigo no estás con otra persona –
Esther suspiró sintiendo un nuevo desencanto-. Aunque... tampoco
te niego que no tenga ganas de un poco de pasión.
E_ Buenas noches Maca.
Maca escuchó el sonido del timbrazo al colgar Esther, y sintió
rabia. Se recostó en la cama mirando la ventana, ¡cuánto la echaba
de menos!, ¡cuánto la necesitaba!. Entonces sus celos se
encendieron nuevamente, ¿y si le estaba mintiendo?, y si estaba con
alguien y se lo negaba, ¿cómo iba ella a averiguarlo?. Entonces un
profundo suspiro la inundó, tenía ganas de llamarla y rogarle que
volviera a su lado, las palabras de su padre le retumbaban en la
cabeza y un nuevo dolor la hizo doblegarse, parecía que todo
cuando vivía al día, se amontonaba allí dentro y parecía explotar
como si fueran fuegos artificiales. Sin poderlo evitar, con las manos
puestas sobre su cabeza rompió a llorar de manera incontrolada.
Mientras en la puerta con la oreja apoyada se encontraba
Rosario, Encarna esperaba que se reuniera con ella para hablar,
después del día que habían pasado los nervios de las dos madres
estaban pasándoles factura. Al volver Encarna la miró con expresión
triste.
En_ ¿Qué?, te he preparado una tila, nos irá bien.
R_ Está llorando –suspiró apenada.
En_ Bueno... será mejor que la dejemos llorar.
R_ ¿Pero por qué llora?, me desconcierta.
En_ Por cualquier cosa, porque se ha ido mi hija, porque echa de
menos a su hijo, porque quizá realmente quería irse con Azucena,
vamos, ¡qué debemos tener paciencia con ella!
R_ ¿Cuánto durara este infierno? –se preguntó en voz alta cerrando
los ojos.

330 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Dure lo que dure, tenemos que estar a su lado. Anda tómate la
tila.
R_ No puedo soportar esto, creo que si tarda mucho me voy a
volver loca, no sé como dirigirme a ella, no sé que hacer... no lo sé.
En_ Pues es bien fácil Rosario, deja a un lado esa máscara de mujer
de alta sociedad que llevas a cuestas y muéstrate como lo que eres,
su madre.
R_ ¿Me estás recriminando algo Encarna? –la miró repleta de dudas.
En_ No, al contrario –le sonrió apoyando su mano sobre la mujer
que necesitaba justo en ese momento un apoyo para alejar sus
dudas y llenarla de paz-. Te digo que te muestres como eres, una
persona con sentimientos, aquí entre estas paredes nadie te
controla, no debes mostrarte fuerte, porque no lo estás, ni dura
porque no lo eres, ni perfecta porque sería un error. Deja ese papel
para tus fiestas, ahora, quien te necesita es tu hija, y quizá, sólo
quizá, si te ve como una madre preocupada y dispuesta a ayudarla,
le sirva mucho más.
R_ Me siento sin fuerzas, tú me conoces más que amigas que tengo
de años, y sí, tienes razón, mi hija me necesita como madre, y yo
necesito sentirme madre por una vez en la vida con Maca.
En_ Pues aprovecha este momento. Tu marido ha puesto la primera
piedra, sigue construyendo la reconstrucción de tu hija.
R_ La verdad, no sé que haría sin ti Encarna –le sonrió asintiendo
con gesto entristecido-. ¿No vas a hablar con Esther?, no ha llamado
¿eh?
En_ Claro que no ha llamado, ¡buena se le espera cuando la vea!;
ahora que nada de teléfono mañana cuando venga Carmen me voy
directita a hablarle
R_ No seas dura con ella, estoy segura que lo ha hecho buscando lo
mejor para Maca.
En_ Mira, mi hija es tonta de remate, y me lo ha demostrado,
ahora... que... también me ha demostrado que es tonta por

331 ”Adiós Esther” © by ldana


desesperación –hizo un gesto ladeando la cabeza mientras miraba
fijamente a Rosario-. Tu marido le dio su merecido a Maca, ahora
me toca a mí dárselo a mi hija. Esto no puede ser un toma y daca
de despropósitos, al menos ella, se supone tiene la cabeza bien,
¡claro!, solo es suposición –se miraron y rompieron a reír
arrancando un poco la tensión que sentían.
R_ Voy a ver como está Maca.
En_ Si.
Se dirigió a ver a su Maca, quería mostrarse como Encarna le
había dicho como la madre que era, la madre preocupada por su
hija, la madre que necesitaba estrechar entre sus brazos a una hija
que parecía desquiciada y a la que debía ayudar fuera como fuera.
Al entrar la vio recostada sobre el cabezal de la cama, estaba
llorando pero el pesar que había escuchado desde el otro lado de la
puerta, parecía haber remitido. Entró y se sentó a su lado,
mirándola con una sonrisa débil pero que trataba de mostrarse
fuerte, con cariño le rozó su rostro y Maca sintió la necesidad de
esconder su cara en su pecho, hacía tantos años que no disfrutaba
de un abrazo de su madre, que luchando consigo misma por no
reprocharle nada como su cabeza insistía, hundió su cuerpo entre el
abrazo de Rosario, el beso sobre su pelo y las caricias de una mujer
que después de muchos años, volvía a dejarse llevar por sus
emociones hacia su única hija. Maca lloró desconsoladamente
pensando una y otra vez en Esther, porque estaba casi segura que
no iría a su lado, que no le daría aquella mágica noche que soñaba
pero que no quería pedirle abiertamente.

En el cuarto, Esther andaba de lado a lado, al colgar sintió la


necesidad imperiosa de correr hasta aquella casa donde se
encontraba su reina. Estaba agotada por los nervios, pero aún así
sentía como una fuerza extremadamente fuerte le empujaba a salir
corriendo hasta los brazos de Maca, aquella voz suave, aquella
proposición, era una lucha era un querer y no poder que la estaba
matando, pero entonces, el llanto de Daniel la sacó de su
332 ”Adiós Esther” © by ldana
ensimismamiento. Se giró con rapidez, y lo vio agitarse
nerviosamente en la cama donde ella lo acostaba para tenerlo más
cerca.
E_ ¿Cariño qué te pasa? –se sentó sobre la cama, tomó a la criatura
entre sus brazos y lo acunó mientras lo besaba con una infinita
ternura, el niño al sentir el calor materno calló-. Tienes razón en
pedirme mi atención, somos unas egoístas, aquí estoy muriéndome
de ganas de correr hasta tu mami y a ti no te hago el caso que
mereces, mi amor –lo acercó hasta su mejilla frotando su carita
templada y suave, con la suya, dejando en él un beso fino y una
sonrisa iluminó su rostro-. Somos unas inconscientes, con lo que
deseamos tenerte y ahora, perdiendo el tiempo en tonterías, ya no
somos dos ahora estás tú y desde que has venido al mundo, no
hacemos más que tener problemas –tuvo que detenerse porque en
su garganta se había instalado un nudo de dolor que no podía tragar
mientras hablaba con su hijo-. Mi niño ¡mi vida!, perdóname,
perdona todo lo mal que me porté contigo –sus ojos se llenaron de
lagrimas-, yo te quiero mucho, quizás he perdido un poco la cabeza
con todo lo que ha ocurrido, creo que me he entregado tanto a
Maca, he querido sentir tanto su dolor, que he olvidado hasta mis
propios sentimientos hacia ti –lo miró apenada pero el niño sonrió
dando una carcajada sonora que le hizo sentir en su interior florecer
aquel sentimiento maternal que tantas veces había tenido durante el
embarazo de Maca y que después sintió de manera tan fuerte con
Jorge-. No pensé que se pudiera querer tanto a una cosita tan
pequeñita como tú, te miro y me siento imbécil, ¿sabes pequeñajo?
–lo posó sobre sus piernas acostadito mientras el pequeño jugaba
con su dedo-. Te prometo que no vamos a separarnos más, en
cuanto mami esté un poco más calmada, te llevaré con nosotras
pero ahora es imposible, no porque no te quiera, es que está malita
–una nueva lagrima cayó por su mejilla mientras ella elevaba su
cabeza cerrando sus ojos-. Daniel, perdóname, te juro que te quiero
pero necesito que mamá esté bien para ser felices los tres, pero no
te doy la espalda ni yo, ni ella, eres maravilloso y sé que cuando
Maca esté bien, vamos a ser muy felices los tres –lo estrechó

333 ”Adiós Esther” © by ldana


suavemente contra su pecho-. ¿Oyes eso?, son los latidos del
corazón de mami, está nervioso pero no es por tu culpa mi vida, es
por mi culpa, por dejar que pasen los días sin tu compañía, es por
mí, por creer que serías un rival ante el amor de Maca. Lo siento
cariño, sólo tú podrás entenderme, lo siento, siento haberme
comportado como una estúpida mi amor, lo siento, yo te quiero
mucho, te quiero con locura cariño –lloraba apenada mientras el
pequeño le estiraba del pelo divertido-. Mi amor, perdóname.
Ca_ ¿Puede saberse qué te pasa hija?, ¡Esther! –la llamó
preocupada precipitándose hacia ella con nervios al verla llorar
desconsoladamente abrazada a su hijo-. Dame al niño Esther.
Carmen cogió al pequeño que al despegarse del cuerpo de su
madre comenzó a lloriquear, pero la mujer con maestría lo acunó
durante unos segundos el tiempo suficiente para calmarlo, después
con cuidado lo acostó y el niño se quedo tranquilo en la cuna.
Mientras Esther no paraba de llorar
Ca_ Esther cariño, ¿qué te pasa?
E_ No puedo más Carmen, no puedo más –repetía abrazada a ella.
Ca_ Venga, llora tú también lo necesitas –la recostó sobre su ancho
hombro y sus prominentes pechos.
E_ No puedo seguir dándole la espalda a mi hijo –balbuceaba
ahogándose por su dolor.
Ca_ Pero cariño, si tú no le has dado la espalda.
E_ Se la di cuando aún estaba en el vientre de Maca, se la di cuando
vino a mundo, no soy una buena madre –lloraba sin consuelo.
Ca_ Pero hija, todo eso ha pasado y ahora desde que estás aquí no
lo has dejado solo ni un solo segundo –trataba inútilmente de
calmarla.
E_ No Carmen, le he abandonado pero es que no podía dejar a
Maca, ¡no podía!
Ca_ Mira, estás teniendo un ataque de histeria en toda regla, y para
eso lo mejor es llorar, necesitas llorar mi niña, llevas mucho tiempo

334 ”Adiós Esther” © by ldana


manteniendo en pie tu familia, tu mujer y tu hijo –ella la miró sin
poder reprimir su llanto-. Si Esther, porque ayudando a Maca has
estado ayudando a tu hijo, porque sabes que en el estado en que
está, lo menos recomendable es tener a un bebé cerca, y tú, te has
volcado con ella para poder estar juntos.
E_ Pero no he pensado en él... a penas he...
Ca_ ¡Hija mía! –le sonrió un tanto incrédula-. Tú quieres ser un ser
sobrehumano, ¿cómo vas a pensar en él con todo el problema que
has tenido?, además eso no es cierto, sé que en el hospital lo hacías
entrar a la habitación donde estaba Maca y lo acostabas a su lado.
No te culpes Esther, estás haciendo lo debido.
E_ ¿Y por qué me siento tan mal? –volvió a romper a llorar mientras
se mordía el labio.
Ca_ Porque estás agotada, porque no tienes pocas fuerzas y sin
embargo mucho miedo. Porque quieres huir y al mismo tiempo
ahora mismo estarías al lado de Maca, porque quieres estar con tu
hijo y darle lo que supuestamente no le diste, porque quieres ser
como Dios, estar en todos los sitios, pero cariño, mírame –le levantó
con cariño la barbilla y los ojos enrojecidos de Esther la miraron con
miedo-. Tú no eres Dios, eres una mujer maravillosa que está
luchando con todas sus fuerzas por sacar a su familia hacia delante,
no lo tienes fácil Esther, si quieres llorar porque lo necesitas, llora,
pero no porque te quieras castigar, no te lo voy a permitir. Llora
porque lo necesitas, llora que estoy aquí, llora por tu mujer, por tu
hijo, por lo que quieras, pero sin sentirte culpable de nada, porque
tan solo eres, un ser maravilloso que trata de sobrevivir a algo
horrible.
Esther se derrumbó entre los brazos de aquella amiga
inesperada que el destino había puesto en su camino una noche
lluviosa, aquella mujer de mejillas calientes, de brazos fuertes, de
temperamento bravío, era toda dulzura, era toda ternura para ella
como lo era para Maca, y como le estaba demostrando ser para su
propio hijo, la acunó como ella misma lo había hecho con
anterioridad a un Daniel que al sentir su amor se calmó, de la
335 ”Adiós Esther” © by ldana
misma manera que ella lo estaba haciendo al notar el calor de la
amistad, del cariño, de un corazón tan grande que no le podía caber
en aquel enorme pecho, un calor que le hizo tranquilizarse
finalmente. La ayudó a meterse en la cama, le dio un beso en la
frente y le dijo.
Ca_ Estás aquí para descansar, y no lo estás haciendo, voy a traerte
un vaso de leche calentita, te hará bien y descansaras.
E_ Tengo que vigilar a Daniel.
Ca_ Está noche esta ricura de niño, se viene con su abuela Carmen.
Aunque si me oye Teresa decir esto, te aseguro que me monta un
buen pollo –le dijo sonriendo ampliamente-. Hija, descansa mañana
con la luz del sol y de un nuevo día, lo verás todo de manera
diferente. Te lo aseguro –ella asintió aún con el pesar en su pecho-.
Voy a por la leche. Ya vuelvo.
E_ Gracias Carmen –al quedarse sola se pasó la mano por la frente
y murmuró-. Señor dame fuerzas que no las encuentro, que no veo
luz, tan solo oscuridad en mi corazón.

En una oscuridad parecida se encontraba Maca, seguía


sentada, le había ayudado la presencia de su madre, le había dado
un poco de calma a su locura, pero seguía pensativa, debía haber
alguna manera para conseguir que Esther volviera, sin duda lo
estaba deseando, lo había notado en su voz, sabía que la presencia
de Azucena le habría molestado, y que debía estar alerta para que
no volviera a suceder. Pero entonces su mente le trajo la visión de
su padre hablándole con su dedo índice en alto, le recordó el miedo
que pasó pensando que podría llevársela, y perder nuevamente a
Esther, sabía que según que cosas no las debía hacer, tenía que
pensar muy bien su próxima jugada, porque Esther le pertenecía,
debía estar allí a su lado, a su vera, y aunque quería negarse una y
otra vez el mismo pensamiento, ella también deseaba y hasta había
albergado la esperanza de que se abriera la puerta y apareciera ella.

336 ”Adiós Esther” © by ldana


Tenía apoyada su cabeza en el almohadón que su madre le había
puesto delicadamente para que estuviera más cómoda. Trataba de
pensar, de pensar y ser capaz de odiarla, para controlar aquel
sentimiento, pensaba con el abogado, y a su mente acudían
imágenes confusas pero que le llevaban a una discoteca y ella
discutiendo con él, entonces sentía hervir su sangre, y eso era lo
que quería manejar, acordarse de cómo habían hecho el amor en
aquella misma cama, quería retarse a si misma, llegaría el día que
podría controlar esa emotividad que le estaba creando tantos
problemas con Esther y con su hijo.
M_ Daniel –murmuró con pena-. Tengo que hacer algo, algo –golpeó
con fuerza el colchón haciéndose daño en la mano-. ¡Claro, ya está!,
ya lo tengo.

Cuando Rosario entró en la habitación de su hija, la vio dormir


con tranquilidad, con mucha más calma se retiró a su cuarto, habló
con su marido y rezó para que todo cuanto estaba ocurriendo
acabara lo antes posible.

Estaba amaneciendo, y en el porche bien abrigada estaba una


Encarna pensativa, aquel lugar le recordaba a su pueblo y a la vida
que en él dejó, sintió nostalgia pero al mismo tiempo temor, temor
porque sabía que la situación entre Esther y Maca o tomaba otro
rumbo o les iba a deteriorar a las dos. Quería darle una buena
reprimenda a su hija, aquella locura que había cometido no podía
volver a suceder, aunque la entendía y sabía que estaba llegando al
límite de sus fuerzas, podía comprender mucho mejor que lo hacía
Rosario, la dificultad enorme por la que estaban viviendo, y lo
comprendía mejor que ella, porque había compartido muchos
momentos con las dos, comidas y sonrisas, cenas y miradas, se
abrazó con fuerza al chal que cubría su espalda, el frío no era bueno
para sus huesos, pero lo agradecía, parecía que le daba claridad a
su mente, necesitaba poder hablar con Esther de manera tranquila
porque más que un reproche lo que necesitaba era un apoyo. Y si
337 ”Adiós Esther” © by ldana
recordaba los momentos que habían compartido los tres, también
recordaba la felicidad que habían sentido y comprendía mucho
mejor como dolía aquella separación, quizás era el momento de
dejarse de tonterías con pensamientos médicos, a Maca no le hacía
falta la ausencia de su mujer lo que debía era tenerla a su lado. Miró
fijamente la montaña y decidió que aquel día debía hablar con su
hija, y que se dejara llevar por su corazón.

Al levantarse Rosario vio como en la cocina ya estaba todo


preparado, no podía evitar sentirse mal porque siempre era Encarna
la que se encargaba de la cocina. Allí entre el fogón y una gran olla
canturreando parecía ser feliz, su hija definitivamente había tenido
una gran suerte, hasta ella sentía un tanto de envidia, Encarna era
adorable y entendía perfectamente que Maca se hubiera refugiado
en ella de la manera que le constaba lo había hecho.
R_ Buenos días Encarna.
En_ Buenos días hija. ¿Qué tal has descansado?
R_ Mejor, francamente estaba agotada.
En_ Si, los nervios cansan más que cualquier otra cosa.
R_ Mmmm que bien huele.
En_ Estoy preparando un cocido para mi nuera que le va a devolver,
la emotividad dichosa y las ganas de vivir a tope –sonrió alegre-.
¿Has ido a verla?
R_ Sí, está dormida.
En_ Ella también debe estar agotada.
R_ Encarna siempre haces tú las cosas y a mí me da pena –se sentó
preparándose el desayuno.
En_ ¿Y eso por qué?, me encanta cocinar, y me encanta poder
prepararle comiditas a Maca –se sentó con el paño entre sus manos
secándose.

338 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Lo sé. Mi hija a tenido mucha suerte –puso su mano sobre la de
Encarna que sonrió-. En serio Encarna, tengo que reconocerlo y
agradecerlo.
En_ Bueno no vamos a empezar con agradecimientos, ¿verdad?, las
dos han tenido suerte.
R_ No creo, ni Pedro ni yo hemos sabido comportarnos con Esther
hasta que ha pasado esto.
En_ En la vida a veces cometemos errores, pero es de sabios
rectificar. Tú lo has hecho y lo pasado, pasado está –le sonrió.
R_ ¿Vas a ir a verla? –la miró atentamente.
En_ Sí, creo que tengo que hablar con ella.
R_ No seas muy dura Encarna.
En_ Tienes razón, anoche me ayudaste a pensar con claridad, creo
que lo que mi hija pidió a gritos con su torpeza, fue ayuda. Sé que
Carmen que es una persona extraordinaria, la ayudaría, pero creo
que no hay nada como el pecho de una madre para reposar la
cabeza y llorar.
R_ Si vieras ayer Maca –asintió con un nudo en la garganta-. ¿Por
qué tienen que sufrir tanto Encarna?
En_ Porque la vida esa así, hay momentos buenos que se nos van
sin darnos cuenta, sin embargo, solo sabemos quejarnos de los
malos como si fueran los más. Y aunque el hombre es el único
animal que tropieza dos veces con la misma piedra, espero que
estas niñas tomen buena nota de todo cuanto ha pasado.
R_ Tienes razón –sonrió abiertamente porque si algo conseguía
Encarna era arrancarle esa sonrisa con sus ejemplos
extraordinarios-. Me recuerdas a mi abuela, era una mujer sabía.
En_ Vaya... gracias por lo de sabia –dijo sorprendida-, la vida se va
encargando de darte experiencia... cuando llegues a mi edad,
comprenderás lo que te digo –sonrieron las dos pero fueron
interrumpidas por dos golpes en la puerta-. Voy yo, anda termina
que hay que llevarle el suyo a Maca.

339 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Está bien, voy preparándolo.
Encarna abrió la puerta y ante ella se encontró con Fermín, el
hombre que llegaba con su gesto adusto de siempre, lo hacía con
una cesta repleta de mermelada y membrillo.
En_ Mira quien tenemos aquí Rosario, y lo que nos trae, pase, pase
Fermín –le decía contenta.
R_ Madre mía, aquí una pierde la dieta en nada.
En_ Que dieta ni que dieta, ¿verdad Fermín? –el hombre hizo una
mueca lo más parecida a una sonrisa-. A ver siéntese que le voy a
preparar un buen café.
F_ Gracias, la Carmen me manda con un recado.
R_ ¿Ha pasado algo? –preguntó nerviosa Rosario y Encarna se
volvió sobre sus talones mirando al hombre.
F_ Pasar lo que se dice pasar, no, es su hija –miró fijamente con
esos ojos que mostraban frialdad tanta como calidez. Encarna le
sirvió el café y se sentó enfrente suya-. Anoche explotó.
En_ ¡Ay Fermín hombre, no me asuste!
F_ Pues que sacó todo lo malo que llevaba dentro –las mujeres se
miraron entre ellas-. Lo necesitaba es mucho tiempo luchando ella
sola contra todo. Sé como se siente porque yo estuve igual. La
Carmen me ha dicho que le dio algo para descansar todo el día.
En_ ¡Dios mío! –murmuró apenada Encarna.
F_ Me ha mandado para que no vaya, va a dormir y creo que es
mejor que la dejemos así al menos hoy.
R_ Pobrecilla –Rosario sentía una gran parte de culpa por su estado-
. No debimos dejarla a ella sola con todo.
F_ Es una muchacha fuerte, solo necesitaba llorar y lo hizo.
En_ Dígale a su mujer que le agradezco lo que hace por ella, y que
mañana, en cuanto me levante iré a verla.
F_ ¿Por qué quieren que las chicas estén separadas?, no lo
entiendo.
340 ”Adiós Esther” © by ldana
R_ El doctor que la lleva pensó que sería bueno para Maca extrañar
a Esther, sería algo que podría beneficiarle.
F_ Médicos –murmuró con malestar-. Ellos que saben. Mi mujer
estuvo así un año y ni un solo día, ni una sola noche la deje sola.
En_ Creo que nosotras deberíamos hacer lo mismo con Esther,
debería volver.
F_ Esther está muy mal, se siente culpable de muchas cosas, y creo
que la única forma que hay en que las chicas estén bien, es que
estén juntas.
La mirada entre Encarna y Rosario, le demostró a Fermín que
ellas opinaban lo mismo. El hombre de frases cortas y concisas, el
hombre que a veces parecía un témpano había pasado por lo mismo
y con su amor había conseguido recuperar a su mujer. Podrían estar
todos equivocados, y la mejor medicina para Maca era Esther.
R_ Estoy de acuerdo Encarna, lo único que yo dejaría que se
recuperara un poco, cuando Esther esté mejor de animo y fuerza,
creo que su lugar es este –le dijo una vez se marchó Fermín.
En_ Si –suspiró-. Anda ve a ver como está tu hija que le llevo el
desayuno.
Rosario fue a la habitación, al entrar la vio acostada de lado
tapada con la sabana y el edredón, le llamó la atención verla así
pues a esas horas solía estar despierta y sentada en la cama. Se
acercó con cuidado, al ver que estaba despierta, le sonrió.
R_ Buenos días cariño, ¿cómo estás?
M_ Mal mamá.
R_ ¿Mal? –se acercó a ella con temor-. ¿Qué te pasa?
En_ Aquí tengo el desayuno de la reina de la casa –al ver sus caras
se detuvo y preguntó con voz temerosa-. ¿Qué pasa?
M_ Me duele mucho la cabeza, y las piernas, y el pecho.
En_ Vaya... estarás resfriada, hija –dejó la bandeja sobre la mesilla
de noche con preocupación.

341 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No –afirmó con contundencia mirando a las dos mujeres-. Esto
me pasa de vez en cuando.
R_ Llamamos al médico, entonces, ¿no? –le tocó la frente-. Fiebre
no tienes.
M_ No es necesario –las mujeres se intercambiaron una mirada
interrogante-. Esther me da unas pastillas, llamarla.
En_ ¿Llamarla?, no hija, no hace falta, ¿verdad Rosario?
R_ Es cierto –la miró dubitativa aunque entendió su gesto de
complicidad-. Tendremos que mirar la lista de medicamentos y ya
está, hija.
M_ Creo que es mejor que le preguntéis, ¿o qué pasa?, que no se le
puede molestar, ¿o qué? –su voz chirriaba como las puertas al
abrirse.
En_ Anda hija, desayuna, nosotras mientras veremos que te
debemos dar.
M_ Te he dicho que no tengo hambre.
En_ Ya pero si te duele todo lo que has dicho que te duele, tendrás
que desayunar para tomarte la medicación ésa que dices te da mi
hija. ¿No? –la miró tan intensamente que Maca cambió su mirada
hacia la bandeja.
M_ No tengo hambre.
R_ Hija –insistió con voz melindrosa.
M_ ¡Mamá, no soporto que me hables así!, he dicho que no tengo
hambre, ¡y no tengo hambre! –renegó.
En_ Está bien. A ver Rosario ayúdame no le dé algo que no deba.
R_ Ahora venimos hija.
M_ Joder –murmuró Maca nerviosa mientras cerraba los ojos
negando con su cabeza.
Al llegar a la cocina, Encarna miró a Rosario que no sabía muy
bien que decir, la mujer como siempre se adelantó a opinar.

342 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ ¿Tú qué dices?
En_ Yo creo que está buscando la manera de llamar a Esther.
R_ ¿Y si está mal de verdad?
En_ Mujer, cara de estar muy mal, tener, no tiene, ahora lo que
podemos hacer es esperar si vemos que se pone peor, llamar al
médico.
R_ Seguro que lo hace apropósito.
En_ Seguro –asintió con total rotundidad.
R_ ¿Y si llamamos a Vilches?
En_ Vamos a esperar Rosario, seamos sensatas, Maca habló anoche
con Esther, me imagino que no sería agradable de lo contrario a mi
hija, no creo que le diera ese ataque de ansiedad...
R_ Sin duda... algo debió decirle.
En_ Ya has oído a Fermín... fue después de hablar con ella. Así que
vamos a estar con mucho atención y no dejar que se nos suba a la
espalda.

Mientras, Carmen había entrado a la habitación donde


descansaba Esther, lo hacía con el rostro relajado, tenía todo a
oscuras y la mujer se había encargado de vigilarla de que todo
estuviera controlado. Fermín le había asegurado que Encarna no se
había enfadado y aquello le daba un respiro. Al salir se encontró con
él en el pasillo.
F_ ¿Cómo está? –preguntó sin cambiar su gesto.
Ca_ Bien Fermín, descansado.
F_ Carmen, no te encariñes demasiado.
Ca_ ¿Pero Fermín? –lo miró con extrañeza.
F_ No es nuestro hijo, no quieras verlo a él en ella, cuando Maca
esté bien se irán y tú te quedaras vacía.

343 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Fermín, ella me dijo que nos iba a ayudar con Gerardo –se
precipitó hasta él que frunció su arrugada frente-. Sé que lo
podemos encontrar y ese día pedirle perdón.
F_ No te hagas ilusiones, no me parece bien.
Ca_ Vamos... no te hagas el fuerte conmigo, sé de sobra que tienes
tantas ganas como yo de abrazarlo.
F_ Haz lo que quieras, ¡cómo siempre!, haz lo que te dé la gana –
salió refunfuñando de la casa hasta el campo, y al estar
completamente solo miró al cielo con los ojos tristes pero con una
luz de esperanza-. Señor, sólo una vez, déjame abrazarlo sólo una
vez y pedirle perdón.

Entre tanto, Encarna y Rosario esperaban no fallar, habían


intentado hacer comprender a Maca, que debía tomarse la
medicación y esperar el resultado. Era cerca de la hora de comer
cuando entró a la habitación Encarna al escuchar los gritos
desesperados de Maca.
En_ Maca hija, Maca ¿qué te pasa? –la veía ir de lado a lado de la
cama con las manos en la cabeza.
M_ Me duele, me duele, que venga Esther.
En_ Maca cariño...
R_ ¿Qué pasa? –apareció Rosario que estaba en la ducha con el
albornoz.
En_ Anda Rosario trae el calmante que se lo demos.
M_ ¡No quiero ningún calmante!, ¡quiero qué venga Esther!
R_ Esther no puede venir hija –miró con dudas a Encarna que
asintió.
En_ Voy a llamar al médico.
M_ ¡Al médico no! –le gritó.
En_ ¿Pero vamos a ver?, te duele la cabeza y no quieres un
calmante –cruzó sus manos sobre el vientre-, tampoco quieres que
344 ”Adiós Esther” © by ldana
llamemos al médico, quieres que llamemos a Esther, ¿qué te va a
hacer ella?, dime.
M_ Su lugar es estar aquí cuidándome –les dijo con los ojos entre
cerrados de rabia.
R_ Pero cariño … estamos aquí Encarna y yo, si es un dolor de
cabeza debemos avisar al médico.
M_ Dejarme. O viene Esther, o no viene nadie –les amenazó con
voz repleta de malestar.
En_ Voy a llamar al médico.
M_ ¡Encarna!
En_ Ni Encarna ni Encarno Maca, ¡ya está bien! –se marchó
enfadada
R_ Macarena creo que...
M_ Joder pero a ti como coño tengo que decirte que no me llames
Macarena, ¡cómo, eh! –las venas de la garganta parecían estar a
punto de estallarle.
R_ Mira, te estás poniendo muy impertinente, así que haz el favor
de tranquilizarte –con actitud nerviosa añadió-. Voy a prepararte
una tila.
M_ No quiero tila.
En_ Claro, tú lo que quieres es a mi hija que te hace más efecto que
la tila, ¿no? –le alzó la voz Encarna entrando nuevamente a la
habitación pero sin llegar a gritar.
M_ No me gritéis.
En_ Vaya, ahora no quieres que te gritemos –le dijo con sorna
Encarna-. Pues si que estamos bien, el médico viene de camino.
R_ Voy a preparar la tila.
En_ Venga Maca, tranquilízate hija, haz algo para estar calmadita,
¿eh?

345 ”Adiós Esther” © by ldana


Las mujeres se marcharon y al ver que se iban dejándola
aparentemente con un ataque de ansiedad omitiéndola, se sentó en
la cama llevándose los dos puños hasta la boca en actitud nerviosa.
M_ Joder con la parejita, ¡lo qué me va a costar!. ¡Mierda se han
llevado el teléfono! –protestó furiosa. A voz en grito llamó a su
madre-. ¡Mamá!, mamá, ¡mamá! –insistió pues su madre no venía.
R_ ¿Qué hago? –le preguntó mientras se asomaban a la puerta del
comedor hablando bajito.
En_ Ve a ver, porque se va a quedar sin voz si sigue gritando así.
R_ ¿Y ahora qué te pasa? –le preguntó entrando.
M_ ¿Pero cómo qué me pasa?, ¡a ver, esto me parece muy fuerte,
eh!, estoy mal, pasáis de mí y encima os lleváis mi móvil. ¿Pero de
qué vais?
R_ No me hables así Maca –se mostró afectada por sus palabras.
M_ Te hablo como me da la gana. Dame el móvil.
R_ Te estás comportando como una niña.
M_ ¡Qué me des el móvil joder!
R_ ¿Para qué quieres el móvil?, ¿no dices qué te encuentras mal?,
debes descansar.
M_ Mamá, dame el móvil y deja de tocarme las narices –la miraba
fijamente mientras le hablaba muy irritada.
R_ Está bien –salió de la habitación y fue en busca de Encarna que
estaba preparando la tila-. Quiere el móvil.
En_ ¡Qué cabezota por Dios!
R_ Espero que Esther lo tenga desconectado.
En_ Imagino que sí, anda prueba no vayamos a meter la pata –
Rosario probó-. ¿Qué?
R_ Desconectado.
En_ Se nos va a poner buena.
R_ ¡Pobre Esther!, lo que ha tenido que sufrir.
346 ”Adiós Esther” © by ldana
En_ Nosotras somos dos, así que no va a poder. Vamos.
Entraron en la habitación y Maca estaba sentada con los brazos
cruzados contra el pecho y gesto impenetrable. Rosario llevaba el
móvil, Encarna la tila, al verlas entrar con cara un tanto
descompuesta, sintió unas ganas enormes de morirse de risa, y tuvo
que hacer un gran esfuerzo para aguantarse, pero era demasiado,
sin poderlo evitar explotó en una carcajada que resonó por todo el
cuarto, dejando a las dos mujeres completamente fuera de lugar.
En_ ¿Y ahora que te pasa? –la miró muy seria Encarna.
M_ Nada, lo siento –se secaba las lagrimas que no podía controlar-.
¡Ay madre mía!, no puedo, no puedo –volvió a dar una carcajada.
R_ ¿Hija, seguro que estás bien? –la miraba entre disgustada y
preocupada.
M_ Si, sí, pero es que –suspiró fuertemente-, es que estáis tan
cómicas.
En_ Vaya... por lo menos servimos para que te rías.
M_ Lo siento Encarna de verdad, ¡ay!, ¡ay! –decía tratando de
controlarse.
En_ Poco te duele a ti la cabeza.
R_ Creo que no necesitas el móvil para nada, ¿no? –la miró esta vez
con enojo.
M_ Sí mamá, dame.
R_ ¿Y para qué lo quieres?
M_ Tú dámelo.
R_ No llames a Esther, está ocupada.
M_ ¿En qué?
En_ ¡Uy hija!, ¿qué cosas tienes? –esta vez la que dio una gran
carcajada fue Encarna dejando a Maca boquiabierta-. ¿En qué va a
estar ocupada mi hija?, en hacer cosas suyas.
M_ ¿Y en esas cosas, entra Luna, o Ricardo?

347 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Pero que mala leche tienes –esta vez fue Rosario y Maca las
que se quedaron boquiabiertas-. ¡A ti te hable como te hable sigues
pensando lo mismo!, que venga el médico porque quiero
preguntarle si con un buen porrazo en la cabeza, se te arregla, ¡con
la cantidad de troncos de leña que hay!, te arreglaba yo en un
segundo.
R_ Estarás contenta –le dijo su madre enfadada-. No tienes arreglo.
M_ Es que no os dais cuenta que estoy enferma –dijo tratando de
mostrar arrepentimiento.
R_ Enferma, ¡ya no sé si estás enferma o lo único que buscas es la
manera de hacer daño a Esther sea como sea!
Rosario se marchó dejándola allí pensativa, sabía que se había
excedido y además lo había hecho con Encarna, había sido injusta.
Suspiró pensativa, sus planes no estaban saliendo como esperaba,
así que el próximo recurso era hablar con Esther, decirle que estaba
muy mal y obligarle a ir a su lado. Sacudió la cabeza tratando de
quitarse el malestar por Encarna y marcó.
M_ Mierda lo tiene desconectado... seguro que lo ha hecho adrede.
¡Encarna! –volvió a gritar y la mujer entró con una taza de caldo en
su mano pero con gesto serio-. Lo siento Encarna, de verdad, a la
última persona que haría daño es a ti –la miraba con pena.
En_ La otra noche nuestra conversación no sirvió para nada.
M_ ¿Entonces fue verdad? –la miró sorprendida.
En_ ¡Anda pues claro! –su mirada fue fulminante-. Mira Maca, será
mejor que te tomes el caldo no has desayunado nada.
M_ Eres estupenda, te trato mal y tú me traes caldo.
En_ Sé que no lo dijiste de corazón, ahora, otra tontería como esa y
te doy –le apuntó con el dedo índice.
M_ Está bien, pero Esther no me contesta.
En_ Déjala descansar Maca –entonces se calló mirándola fijamente-.
¿Ya no te duele la cabeza?

348 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Sí, sí, me duele –asintió con expresión de pena.
En_ Vaya por Dios. Tomate eso, te hará bien.

Cuando llegó el médico, la reconoció y como las mujeres


sospechaban él no encontraba motivo aparente para que pudiera
tener algún problema. Decididas a omitir sus ruegos, se dispusieron
a comer, Maca en su cuarto no cesaba de pensar y pensar, de
llamar y llamar obteniendo la misma respuesta, desconectado. Sus
nervios se estaban disparando no los podía controlar y comenzó a
llamarlas sin parar.
R_ ¿Y ahora qué te pasa?
M_ Me encuentro muy mal creo que me va a dar algo. Llama a
Esther.
R_ Hija por favor.
M_ ¡Esther, Esther! –la llamaba a gritos.
R_ Por mas que la llames no va a venir. Por favor cálmate.
M_ Esther, ¡Esther, donde estás!, ¡no me dejes Esther! –lloraba
mientras la llamaba desesperadamente.
R_ Venga cariño, por favor...
Salió del cuarto pero Maca al instante volvió a gritar el nombre
de su mujer, lo que al principio había sido un plan trazado, se daba
cuenta que se le estaba yendo de las manos, que la necesitaba y
que sus gritos no eran fingidos, estaba exasperándose.
En_ Hace tres días que no la ve, y esto sigue igual.
R_ Si, cada vez creo más firmemente que hemos cometido un error
separándolas.
En_ Caray que vozarrón tiene. Déjame a mí a ver si la calmo.
R_ Si por favor, estoy empezando a perder el control.
En_ Por más que grites no te va a oír –le dijo entrando por la puerta
con actitud tranquila.

349 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Por favor Encarna necesito que venga, llámala.
En_ ¡Qué perra te ha dado, eh! –la miró enfadada-. Mira Maca, por
más que grites, por más que llames, no va a venir, así que te digo
por favor, ¡deja de hacernos la puñeta!, y déjame ver Aquí hay
Tomate, que quiero enterarme de los chismes.
M_ Encarna tú no me quieres –rompió a llorar.
En_ Claro que te quiero tonta, por eso mismo te lo digo –la abrazó
sobre su pecho quitándole las lagrimas-. Me rompe el corazón verte
así, pero Esther no puede venir.
M_ Tiene el teléfono desconectado, no quiere saber de mí, ¿tú sabes
con quién está?
En_ Con tu hijo –le contestó con seguridad.
M_ ¿Y por qué desconecta el móvil?
En_ Ordenes de Vilches, y ahora vas a tratar de dormir un ratito que
luego tienes que hacer los ejercicios y así, tu madre y yo nos
enteramos de los cotilleos. Venga, sé buena chica –le besó en la
frente, la tapó y le sonrió-. Descansa guapa.

La tarde pasó y Maca no cesó de llorar, tenía los ojos hinchados


la nariz taponada y no cesaba una y otra vez de llamar a Esther,
una y otra vez la llamaba a gritos, o la llamaba por teléfono. Y su
desesperación la estaba agotando, ni su madre ni su suegra, le
hacían caso, su plan definitivamente había fracasado.

La noche había caído de manera rápida, en la Fonda, Carmen


entró en la habitación de Esther. Allí seguía durmiendo, pero sabía
que era demasiado y debía despertarla.
Ca_ Esther... Esther –insistió.
E_ ¿Qué? –murmuró medio dormida.
Ca_ Cariño son las ocho y media, será mejor que vayas
despertándote.

350 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Uf parece que haya dormido mil horas –sonrió.
Ca_ Bueno exactamente has dormido unas 16 horas
aproximadamente.
E_¡Pero que dices!
Ca_ Si, tenías que descansar.
E_ ¿Y Daniel? –preguntó incorporándose.
Ca_ Está con Fermín.
E_ ¿Y Maca? –su voz aún sonaba ronca.
Ca_ Bien, hoy creo que les ha dado algo de lata a tu madre y a la
suya.
E_ ¿Por qué? –la miró preocupada.
Ca_ Creo que se ha pasado el día llamándote.
E_ ¡Qué duro es esto Carmen!, ahora mismo correría a su lado, la
abrazaría fuerte y le haría tranquilizarse.
Ca_ ¿Y qué te impide hacerlo?
E_ Pues... –la miró un tanto desconcertada.
Ca_ En la vida hay que hacer lo que a uno le dicta el corazón en el
momento en que se lo dicta, hay que dejarse llevar, y creo que
ambas lo necesitáis.
E_ Seguro que me echa.
Ca_ Si no lo intentas no lo sabes.
E_ Me conformaría con tan solo admirarla –sonrió con cara de tonta.
Ca_ Tengo llaves –le guiñó el ojo.
E_ Mi madre me mataría.
Ca_ No tiene porque saberlo –mantenía una sonrisa.
E_ Carmen –la miró divertida-. Me estás empujando a cometer una
locura.

351 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Yo me quedo con Daniel todo el tiempo que necesites. Venga
dúchate, cena y ve. Cometer locuras por amor, es lo más excitante
que tiene la vida.

Las mujeres había pasado la tarde algo más calmadas, Maca ya


no llamaba a Esther, ahora solo sentía ganas de olvidarla, había
estado tratando de odiarla, había estado haciendo ejercicios de
autocontrol, pero no era capaz de dominar sus sentimientos. Así
llegó la hora de dormir y entró primero Encarna para despedirse,
después lo hizo Rosario y cuando se quedó sola con la luz apagada
rompió a llorar de rabia, Esther la había omitido, durante todo el día
no se había puesto en contacto con ella. Lloró y así, al final rendida,
se quedó dormida.

Eran las dos de la mañana cuando una sombra se difuminaba en el


cuarto de Maca, la sombra iba acercándose reflejada en la pared
hasta ella lentamente, se detuvo, y fue desapareciendo de la pared
a medida que se agachaba hasta la altura de una Maca que dormía
con gesto contrariado. Algo que pasó por su brazo la hizo moverse,
algo que pasó por su cara la hizo girarse, algo que rozó sus labios
suavemente la hizo despertar, entonces... una mano le tapó la boca
ante su gesto de temor.
E_ No grites soy yo –le dijo sonriente Esther. Maca la miró con sus
ojos repletos de furia y la sonrisa de Esther se evaporó con rapidez,
con la misma rapidez que Maca le dio un mordisco en su mano-.
¡Ay!
M_ ¿Qué haces aquí? –le preguntó con voz repleta de ira mientras
que se incorporaba mirándola con rabia
E_ No grites que si saben que estoy aquí me matan. ¡Joder Maca!,
¡que daño me has hecho! –se quejó frotándose la mano.
M_ Más debí apretar –la miraba con actitud seria-. No te mereces
nada mejor.

352 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Cariño.
M_ ¡No me llames cariño!
E_ ¡Quieres no gritar! –le riñó fuera de sí arrodillada en la cama.
Entonces se callaron, se miraron a los ojos allí estaba solas
después de tres días alejadas, después de cada una por separado
vivir su calvario particular, pero ambas sabían que no debían
contarlo, que ése era su secreto mejor guardado sobre la otra, que
si una de ellas tenía que quejarse que fuera la otra. Así con esos
pensamientos pasaron los segundos. Esther retiró la sábana y se
metió en la cama ante una sorprendida pero encantada Maca.
E_ Me llamaste y aquí estoy –susurró sonriendo.
M_ Te llamé hace dos noches –enarcó su ceja izquierda.
E_ Lo sé –puso gesto simpático.
M_ Lo sabes –asintió ladeando su cabeza-. Por eso vienes cuando te
da la gana –le reprochó mirándola fijamente-. ¿Estabas ocupada? –
le preguntó en voz baja pero con tono totalmente crispado.
E_ Sabes que sí, estaba con Daniel.
M_ Pues mira, ya te puedes largar porque no quiero tenerte aquí –le
señaló la puerta.
E_ ¿Seguro? –le puso cara mimosa.
M_ Vamos, como que no he tenido nada más seguro en mi vida.
E_ Me pego la paliza para venir, ¿y ahora me echas?
M_ No vas a darme pena –seguían hablando bajito sin separar sus
ojos la una de la otra.
E_ ¿Y si... te doy otra cosa? –le preguntó con picardía tratando de
acariciar su mano que ella quitó hábilmente.
M_ O te vas, o me pongo a llamar a Encarna.
E_ No serás capaz –le dijo sonriendo mientras se acercaba.
M_ En... –le tapó la boca corriendo justo en el momento en que
empezaba a gritar y Maca volvió a morderle.

353 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Calla!, ¡ay!
Esther se quejó por el mordisco pero con decisión se lanzó
sobre Maca que le pedía que la soltara pero sin alzar la voz, le
gustaba como Esther se había puesto encima suya tratando de
taparle la boca.
E_ Joder como muerdes –se quejó-. Vale, soy una imbécil vengo
para verte, a costa de que si me pillan me den una buena bronca y
tu padre te lleve a Jerez y así me lo pagas –se fue a levantar y Maca
se apresuró a sujetarle por la espalda. Esther se giró enfadada con
voz fuerte le dijo-. ¡Suéltame!
M_ No grites –esta vez quien le tapó la boca con gesto ingenuo fue
ella, y Esther le mordió, Maca apartó la mano quejándose dolida-.
¡Ah!. Mierda, ¿qué es lo qué quieres, guerra?
E_ No, quiero amor, quiero amarte.
M_ Ya te he dicho que no –susurró mientras se chupaba el dedo.
E_ Deja que lo haga yo, seguro te curo antes –le cogió su dedo y
con sumo cuidado lo llevo a su boca, Maca cerró los ojos suspirando
pues notó como su estómago subía unos centímetros mientras sus
latidos se disparaban-. ¿Mejor?
M_ Sí –le susurró con voz entregada.
E_ Ya te lo decía yo –contestó de igual manera acercándose a ella
un poco más- Maca... solo quiero...
M_ Ya me has dejado claro lo que quieres –quitó su mano de entre
las suyas aunque le hubiera gustado dejarla en su boca como
segundos antes-. ¿Puedes decirme por qué no viniste?
E_ Te lo he dicho, no podía.
M_ No podías –murmuró irónica-. ¿Y hoy?, ¿qué te ha pasado hoy?
E_ ¿Hoy? –volvió a cogerle la mano pero Maca se la retiró con rabia.
M_ Sí, hoy, te he llamado y no me has contestado ni una sola vez.
E_ Lo siento, ¿así que me has llamado? –descendió sus ojos
lentamente hasta el pecho de Maca que al sentir su mirada, pudo

354 ”Adiós Esther” © by ldana


notar nuevamente un escalofrío recorrer su piel-. ¿Me echas de
menos mi vida?
M_ Para nada, estoy muy bien sin ti... sólo quería ... –se calló al ver
como se acercaba.
E_ Déjame abrazarte, sólo eso, necesito abrazarte dormir contigo,
te echo de menos, me da igual ser yo quien baje del burro, Maca te
quiero, te necesito, te echo de menos, te añoro, hoy creí que me
volvía loca por guardar los deseos de venir hasta aquí y quedarme a
tu lado.
M_ ¿De verdad?
E_ Sí Maca –su voz estaba repleta de ternura.
M_ Anda abrázame, ¡pero sólo eso! –le advirtió con gesto firme.
E_ Claro, sólo necesito sentirte –le sonrió.
Maca se acostó y se dejó abrazar por una Esther que suspiró
fuertemente sintiendo como toda su piel se erizaba, notando como
sus latidos se mostraban felices, y sin poderlo ni quererlo evitar,
aferró su cuerpo contra el suyo notando su piel y un suspiro
emocionado salió de sus entrañas ante el contacto, mientras Maca
cerraba los ojos feliz.
E_ ¿Te das cuenta de la que nos estamos buscando?
M_ Yo siempre negaré que te he dejado entrar –murmuró entregada
a la sensación tan maravillosa de sentir de aquella manera tan
suave a Esther.
E_ Eres mala.
M_ ¿Y tú?, dejarme con estas dos fieras, solo falta Teresa.
E_ ¿Por qué? –tuvo que esforzarse por reprimir una carcajada.
M_ Porque no me hacen ni caso –habló furiosa.
E_ Claro, te quejas y no vienen corriendo como yo –le besó el
hombro.
M_ Sólo me ibas a abrazar, así que nada de besos –le habló con la
sonrisa satisfecha marcada en sus labios al notar el tacto de Esther.
355 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ Bueno... y un besito ¿no?
M_ Esto no te lo voy a perdonar.
E_ ¿El beso? –le susurró tan cerca del oído que provocó en Maca un
escalofrío que no pudo evitar-. Si estás deseando que siga.
M_ No te voy a perdonar dejarme. ¿Cómo está Daniel? –le preguntó
mientras buscaba la manera de refugiarse más y más en su cuerpo.
E_ Muy bien –le contestó deteniendo sus besos pues aquella
pregunta llenó el corazón de emoción-. Deseando verte.
M_ ¿Dónde está?, con quien lo has dejado, irresponsable.
E_ Con Teresa, ¿cómo me puedes llamar irresponsable? –le
preguntó pensativa-. Después de todo lo que hago.
M_ Porque lo eres, primero me dejas a mí, y ahora a él.
E_ Si pusieras de tu parte y mejoraras, estaría aquí que es donde
debe estar.
M_ ¡Ahora tengo yo la culpa! –se giró bruscamente empujando a
Esther que tuvo que apartarse para que no pasara por encima de ti.
E_ Sí, por cabezota, ¡y no grites joder!
M_ No me tienes consideración –le dijo mirándola fijamente-. Tu
madre y la mía prefieren ver Aquí Hay Tomate ése, antes que
atender mis necesidades, y tú, bueno... a ti sería una lista tan larga
la que podría reprocharte que no pararía...
E_ Me encantas –le dijo de repente con su sonrisa maravillosa.
M_ Ya lo veo...
E_ Estás muy guapa con la luz de la chimenea.
M_ Pues hoy he tenido un mal día –respondió desconcertada por
aquella mirada que le estaba haciendo hervir la sangre.
E_ Por cierto, te mueves mucho mejor ¿eh?, estoy segura que no
estás tan mal, lo que pasa es que te gusta que te estén adorando. Y
nuestras mamis, no son como yo de mimosas y consentidoras.

356 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No, eso es cierto –afirmó con la cabeza pero se quedó callada
pensativa.
E_ A ver que estás pensando en decirme que me voy, te lo aseguro
–le acusó.
M_ ¿Irte?
E_ Sí, irme.
M_ Tú no te vas de aquí.
Con un suave movimiento se acercó hasta ella obligándola a
que reposara su cabeza sobre la almohada, después con suavidad
rozó sus labios, Esther tragó saliva, no pensó que quien comenzara
fuera ella, pero le estaba encantando su manera de besarla y
acariciarla, su mano se había perdido por debajo de la camiseta de
Esther que se mordía los labios para reprimir su éxtasis.
M_ ¿Te gusta? –le preguntó sin parar de tocarla.
E_ Sabes que sí, que no me puedo resistir a ti.
M_ ¿Luna te lo hacía igual?
E_ Joder Maca, olvídate de todo, hoy somos tú y yo –pasó su mano
por su cara, acarició con suavidad sus labios mientras la miraba
repleta de ternura-. Te quiero.
M_ Demuéstramelo –susurró con mirada entregada a ella.
E_ ¿Y tú? –le preguntó conmovida por su gesto tierno.
M_ Imagino que sí te quiero... al menos estoy segura que te deseo –
se mordió el labio con mirada pícara.
E_ Pues no pienso hacerte esperar.
M_ ¿Has venido a eso, no? –se acercó con suavidad a sus labios, los
rozó y cuando Esther entre abrió la boca, Maca profundizó su beso
desatando en ambas la pasión más irracional. Se separó por un
segundo para llenarse de su mirada y le susurró al oído mientras le
lamía la oreja-. Me muero por tenerte Esther.

357 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Cariño... mi vida... –le quitó con suavidad pero al mismo tiempo
decisión la parte de arriba del pijama-. No sabes lo que he deseado
este momento.
M_ Te necesito.
E_ Lo sé –comenzó a besar su cuello mientras Maca trataba de
sellar sus labios para no dejar escapar su voz-. Maca... mi amor...
mi dulce amor... mi niña.
M_ Sigue –murmuró mientras acariciaba con las yemas de sus
dedos la espalda de Esther y le quitaba con un movimiento rápido el
sujetador-. No pares cariño.
E_ Te quiero tanto –siguió besándola mientras bajaba por su vientre
y le quitaba con lentitud llenándose con la visión que la luz que
había en la habitación le dejaba el cuerpo desnudo de Maca-.
Cariño.
M_ Por favor Esther...
E_ Mi vida –entonces Maca no pudo retener un grito suave pero un
tanto elevado. Esther paró y le puso su mano sobre la boca-. Maca
que mi madre tiene un oído muy fino.
M_ Sigue me da igual pero no puedo...
E_ No grites ¿eh? –se mostró apurada aunque el deseo era tan
fuerte que tuvo que continuar.
M_ Somos como dos adolescentes –sonrió dando una carcajada-.
Esto da un morbo que te mueres...
E_ Maca... Dios mío con lo poco que te gusta a ti esta situación –le
decía sin poder controlar una risa nerviosa por si eran pilladas.
M_ Sigue, porque ahora me encanta –le decía apretando con fuerza
sus manos sobre su sexo-. Sigue.

Mientras en su habitación, Encarna oyó el suave gemido de


Maca, pero volvió a darse la vuelta en la cama, para seguir
durmiendo, pero al rato volvió a oír otro que era más potente.

358 ”Adiós Esther” © by ldana


Asustada se levantó y en el pasillo se encontró con Rosario
abrochándose la bata.
En_ ¿Tú también la has oído?
R_ Sí, pero he pensado que sería otra pesadilla –dijo arreglándose el
pelo-. Parecía que le dolía algo.
En_ Son casi las tres de la mañana, anda acuéstate que ya voy yo.
R_ No será nada Encarna, seguro que está con pesadillas.
En_ Me imagino que debe estar llamando como loca a Esther.
R_ Bueno... déjala estará dormida.
En_ Está bien. Buenas noches.
R_ Buenas noches Encarna, si vuelve a gritar ya voy yo, descansa
por favor.
Encarna le contestó no muy convencida ya que le había parecido un
estallido algo raro para que fuera de dolor, fuera lo que fuera, no
pensaba que dejarla era lo mejor, pero si su madre estaba tranquila,
ella se fue a la cama.

Habían terminado de amarse, sus respiraciones agitadas


mostraban que habían llegado al máximo cielo, sus sonrisas y sus
gestos relajados, sus caricias lentas que aún no estaban saciadas
recorrían lánguidamente sus pieles, dando muestras que habían
estado por un igual satisfechas, Esther abrazó el cuerpo desnudo de
una Maca que mantenía los ojos cerrados saboreando el intenso
placer que sentía aún, Esther le besó suavemente la mejilla, con un
roce tan delicado que encendió los deseos nuevamente de una Maca
que abrió los ojos mirándola con completa dependencia de ella. Pero
entonces... la puerta pareció que se iba a abrir, tan solo el pestillo
evitó que Encarna entrara. Dos golpes secos les hicieron saltar en la
cama del susto.
En_ ¡Maca!, ¡Maca abre hija!, ¿qué te pasa?
E_ ¡Ostia mi madre!

359 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Qué hacemos? –le preguntó sonriendo aunque nerviosa.
En_ Maca hija, ¡pero cómo te cierras la puerta!. ¡Maca! -insistía.
E_ Joder, joder.
M_ Metete bajo la cama.
E_ ¿Pero qué dices? –le decía con voz baja.
M_ Si no quieres que te pille, ya sabes –la miró sonriendo
encantada.
E_ La hostia –murmuró mientras cogía su ropa y se echaba al suelo.
M_ ¡Ya voy Encarna, ya voy! –dijo alzando la voz y volviéndola a
bajar se dirigió a Esther que sacó la cabeza de bajo la cama-.
¡Esther las bragas! –se las echó al vuelo con su brazo bueno.
E_ ¡Eh! –asomó la cabeza nuevamente por encima del colchón-. Te
quiero.
M_ ¿Qué pasa Encarna?
En_ Eso digo yo –le decía sorprendida-. ¿Por qué te cierras la
puerta?, vamos que no entiendo nada ¿eh?
M_ No me di cuenta, ¿pero qué pasa, que hora es?
R_ Maca hija , ¡qué te pasa! –apareció su madre con cara
preocupada.
M_ A mí nada, no se... ¿qué os pasa a vosotras?
Esther estaba viviendo una situación embarazosa, bajo la cama
había un poco de polvo y le estaba entrando un cosquilleo en la
nariz que no podía detener, había metido su cara en su camiseta
con el que había hecho una pelota tratando de atenuar el sonido si
no podía evitar estornudar.
En_ Te oímos gritar.
M_ ¿A mí? –las miró sorprendida mientras hacia fuerza con sus
manos en las muletas.
E_ “Hostia no le des juego o reviento “, pensaba para sí Esther.
R_ Hija llevas el pijama al revés.
360 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ No me he dado cuenta.
En_ Pues esta mañana lo llevabas del derecho –le dijo segura
Encarna
E_ “No puedo, me muero, me muero” –repetía para sí Esther presa
de un ataque de pánico.
M_ Bueno... tengo sueño, dejarme dormir –trató de sacarlas de allí.
En_ No te cierres.
Esther no pudo soportar más y estornudó, amortiguó el sonido
con la camiseta y al oírlo Maca comenzó a toser, las mujeres se
miraron entre sí un tanto desconcertada ante la situación.
M_ Veis lo que vais a conseguir, voy a coger una pulmonía.
R_ Está bien hija... acuéstate, yo te tapo.
M_ No hace falta –se apresuró a decir con gesto cansado.
E_ “Joder de esta si me muero” –pensaba Esther que estaba a punto
de un ataque de histeria.
En_ Estás tú muy rarita ¿eh? –la miró fijamente Encarna y Maca no
fue capaz de sostener su mirada.
M_ Me acuesto –dijo finalmente evitando seguir bajo sus ojos
acusadores.
R_ Vamos hija, vamos, yo te ayudo –sonreía.
E_ “La madre que la parió” –susurró para sí Esther con la cara
metida ya no en la camiseta, tenía hasta el pantalón envolviéndose
a punto de la asfixia.
R_ Mi vida, ¿quieres que te haga compañía un rato hasta que te
duermas?
M_ ¡No! –se apresuró a contestar y al ver el gesto de su madre y la
mirada interrogante de Encarna agregó-. Ya me duermo yo solita,
que no soy una niña.
En_ Si necesitas algo...
E_ Joder, me muero, ya está me muero...

361 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Tranquilas, descansar –les dijo sonriendo.
R_ Hasta mañana cariño –la besó en la frente sonriente me alegro
que puedas caminar de la manera que lo has hecho-. Ves como no
estás tan mal y no necesitas a Esther para mejorar mi vida.
M_ A Esther no la necesito para nada, te lo aseguro mamá, vamos
que si no la nombras tú ni acordarme siquiera.
E_ Será cabrona –se dijo negando con la cabeza.
En_ Hasta mañana –le besó en la frente y luego la miró fijamente.
E_ Hostia –murmuró al ver los pies de su madre, tan solo notar su
presencia tan cercana, le dio un sudor frío por todo el cuerpo.
Notaba como su piel se estaba quedando fría y un escalofrío le hizo
rechinar los dientes-. Joder.
En_ Fíjate tú que yo si debo echar de menos a mi hija, porque
vamos, es como si la hubiera oído rechinar los dientes en este
mismo momento ¿eh? –miraba sin separar sus ojos de los de Maca
que no pudo controlar una sonrisa juguetona.
R_ ¡Qué cosas tienes Encarna!, venga vamos.
En_ Sí –cerró la puerta y Maca se fue a incorporar y Esther a rodar
por bajo la cama para salir de su calvario cuando Encarna volvió a
abrir la puerta. Esther volvió a rodar por el suelo metiéndose
nuevamente bajo-. ¿Cierro o quieres que la deje abierta?
M_ Como quieras –le dijo volviéndose a echar sobre la cama con
una sonrisa en sus labios.
En_ Estás revoltosa ¿eh?
M_ Ya te digo –trató de aguantar su carcajada. Encarna cerró por
fin, Maca explotó en una carcajada que le hacía llorar y todo-. ¡Sales
ya adultera!
Volvió a dar una gran carcajada mientras veía como Esther se
arrastraba hasta la puerta y volvía a pasar el pestillo, entonces con
ganas dio un estornudo que hizo que Maca volviera a romper el

362 ”Adiós Esther” © by ldana


silencio en una revoltosa y sonora carcajada amortiguándolo con el
almohadón.
E_ No te rías que yo no le veo la gracia.
M_ Te das cuenta ¡lo malas qué son! y lo irresponsable que eres al
dejarme en sus manos –le decía mientras Esther se sacudía su piel y
volvía a estornudar-. Ha estado genial.
E_ Creía que me moría –volvió a la cama.
M_ ¡Ay Dios que risa! –no podía parar de reír-. Somos mujeres
casadas pero parecemos amantes.
E_ Y encima tu madre queriendo quedarse aquí, pensé que le ibas a
decir que sí –se tapó porque tiritaba de frío.
M_ Pues no creas que he estado a puntito ¿eh?, no te mereces nada
mejor por venir a perturbar mi tranquilo sueño.
E_ Antes no decías lo mismo –estiró de su brazo haciéndola caer.
M_ Esther cuidado joder, que estoy mala.
E_ Mala –repitió murmurando volviendo al tono bajo-, estoy mala.
M_ Loro –le sacó la lengua.
E_ Mi madre tiene razón –la miraba como si estuviera bajo los
efectos del hechizo de su mirada. Maca le sonreía esperando que
continuara-. Estás tú muy revoltosa.
M_ Sí, quizá tenga ganas de jugar.
E_ ¿Mas? –la miró elevando las cejas.
M_ ¿Tú no?, claro, a lo mejor mientras yo estoy aquí a dos velas
tú...
E_ Pero que borde eres... –se subió sobre ella haciéndole reír-. No
grites ¡joder! Que esta vez no me echo al suelo. Menos mal que
había cerrado la puerta.
M_ Estás loca.
E_ Por ti.
M_ No te creo.
363 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ ¿Ah no? –la miró fijamente mientras Maca le acariciaba los labios
con su dedo-. ¿No me crees?
M_ Bueno... un poco nada más.
E_ Tú si estás loca cariño.
M_ Quiero que me vuelvas a amar, me ha gustado hacerlo con
nuestras mamis por ahí.
E_ ¿Qué te vuelva a amar después de lo que le has dicho a tu
madre?
M_ ¿Qué le he dicho? –la miraba como si no recordara nada.
E_ Lo sabes perfectamente.
M_ No sé, que yo sepa no le he dicho nada malo. ¿Qué querías?,
hubiera sido mejor decirle mamá no tienes razón, porque no la
puedo olvidar, está debajo de la cama. Sal Esther. ¿Eso mejor?
E_ Lo que yo diga, como una cabra.
M_ Y esta vez...
E_ Si, nada de gritar así que compórtate –le interrumpió con gesto
simpático.
M_ Esta vez veamos si tú te puedes comportar, pienso volverte loca
–le susurró en el oído.
E_ Me gusta esa proposición.
M_ Y a mí me gustas tú.
E Te quiero cariño –la abrazó pero Maca como si fuera una sirena se
escapó de aquel abrazo con gesto marcado por la pasión dispuesta a
hacerle vibrar como ella lo había hecho con anterioridad. Fue directa
buceando por los rincones más escondidos del cuerpo de Esther
consiguiendo con tan solo su roce que ella apretara los labios para
sellar el grito de placer-. Maca eso es traición.

El sueño se había marchado en Encarna, fue a la cocina a


tomar una taza de manzanilla bien caliente cuando entró Rosario

364 ”Adiós Esther” © by ldana


que tampoco podía dormir. Se miraron un tanto desconcertadas
pero prefirieron evitar cualquier comentario. Hablaron de cuando sus
respectivas hijas eran niñas, de cómo crecieron, y como fueron
equivocándose en la vida, acertando. Hasta que Rosario no puedo
más y le dijo.
R_ ¿Tú crees que está?
En_ ¿Mi hija con la tuya? –la miró con los ojos gritando
afirmativamente.
R_ No lo entiendo.
En_ Es bien fácil, se quieren... déjalas quizás esto le viene bien a
Maca, bueno y a mi hija, oye, que.. les va bien digo yo ¿no? –dio
una carcajada divertida.
R_ Pero entonces estamos perdiendo el tiempo.
En_ Mira, ellas son las que lo tienen que recuperar, de la manera
que sea, si es está, pues adelante, mal no les va a hacer.
R_ Esperemos que no.
En_ Mujer... –elevó los hombros.
R_ No sé como reaccionara Maca ante esto, ¿será hoy la primera
noche que viene?
En_ Mi hija está como una cabra, pero sí, los gritos de Maca de
estas noches, eran completamente diferentes.
R_ ¿Y si les decimos que vuelvan?
En_ Déjalas a ver que tal pasan este encuentro.
Se miraron pues Rosario notaba que sus mejillas estaban
tornándose un tanto rojas, no podía acostumbrarse a hablar de la
intimidad de su hija, era algo que le costaba y Encarna supo
adivinar su gesto y rompió en una carcajada que facilitó que pasara
la tensión de Rosario que terminó riendo.

Eran la cinco de la mañana cuando Maca se giró para abrazar el


cuerpo de una Esther que la miraba fijamente, por su mente
365 ”Adiós Esther” © by ldana
pasaban tantas cosas que no podía dejar de admirarla. Aquella
noche robada, les había dejado sensaciones parecidas, y el mismo
sentimiento.
M_ Cariño no quiero que te vayas –le susurró mientras le acariciaba
la cara con sutileza.
E_ Maca –le susurró con la voz apagada.
M_ Que se vayan ellas, que nos dejen vivir.
E_ Tienes razón, pero venga duérmete que esta noche estás
haciendo muchos excesos –le murmuró pasando su mano por sus
caderas.
M_ No me dejes, no me dejes nunca –susurró justo antes que sus
párpados cayeran como el telón en la función de teatro. Suspiró y
volvió a susurrar-. No me dejes nunca.
E_ Claro que no mi amor... siempre estaré a tu lado... siempre...

La hora de entrarle el desayuno a Maca se acercaba, las dos


mujeres no sabían que hacer, porque una cosa era hablar y admitir
la situación, pero otra muy diferente entrar a la habitación y
encontrarlas juntas en la cama.
R_ Te importa ir a ti Encarna.
En_ Claro que no.
R_ Gracias.
En_ Tranquila, si me da un sincope, luego recuérdame que le de una
buena reprimenda a mi hija.
R_ Lo haré –le sonrió mientras se quedaba sola en la cocina
cruzando sus manos sobre el pecho en actitud nerviosa como si así
pudiera acatar mejor el grito que estaba segura iba a dar Encarna-.
No puedo acostumbrarme a esto, ¡ay Señor!

Encarna llegó a la puerta, tomó aire y abrió... asomó con cuidado la


cabeza, temiendo ver lo que no le gustaría ver, porque aunque era
366 ”Adiós Esther” © by ldana
moderna otra cosa diferente era pasar ese mal trago como madre.
Al mirar, vio a Maca de espaldas a la puerta tenía abrazado algo, la
mujer tragó saliva y se acercó con el corazón en un puño.
Encarna llegó a la puerta, tomó aire y abrió... asomó con
cuidado la cabeza, temiendo ver lo que no le gustaría ver, porque
aunque era moderna otra cosa diferente era pasar ese mal trago
como madre. Al mirar, vio a Maca de espaldas a la puerta tenía
abrazado algo, la mujer tragó saliva y se acercó con el corazón en
un puño, pero un profundo suspiro alivió la tensión que llevaba la
mujer clavada también en su rostro. Lo que abrazaba Maca no era
otra cosa que el almohadón. Después de sacudir aliviada la cabeza
le tocó el hombro con delicadeza, suponía debía estar agotada.
En_ Maca, Maca, vamos....
M_ Mmmm, déjame cariño.
En_ Vaya que cariñosa te has vuelto conmigo –al oír la voz de su
suegra abrió poco a poco los ojos con malestar por el sol que
entraba y elevó la cabeza dándose cuenta que lo que tenía abrazado
no era el cuerpo de Esther-. ¿Buscas algo?
M_ Eh... no... no.
En_ Esta noche ha sido movidita ¿eh? –le sonrió.
M_ ¿Por qué lo dices? –le preguntó con seriedad mientras se
preguntaba “¿dónde estás Esther?”.
En_ Por la cama, parece que hayas hecho lucha libre en ella.
M_ He tenido una pesadilla –murmuró un tanto enfadada.
En_ Bueno... pues venga sacúdete ese gesto de seriedad y mal
genio que voy a traerte el desayuno.
Maca esperó que Encarna se marchara por la puerta... cuando
estuvo segura que ya no estaba cerca, se tumbó en la cama y sacó
su cabeza para buscar a Esther, al ver que allí no estaba se quedó
quieta pensativa.
En_¿Qué haces Maca?, hija no juegues no vaya a darte algo, mujer.

367 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No encontraba la muleta.
R_ Buenos días hija... vaya cama.
M_ ¡Bueno que os pasa a vosotras con la cama, joder! –les
recriminó con voz dura y gesto serio. Las mujeres se miraron
entendiendo que lo que podía pasar, estaba pasando-. Dame las
muletas quiero ir al lavabo.
R_ Si hija, pero te agradecería que no nos hablaras así, nosotras no
tenemos culpa.
Maca quiso entender que le estaba hablando muy claro, su
madre no era de dobles intenciones, al llegar al cuarto de baño que
le costó un poco más que la noche anterior ir a quitar el pestillo, se
miró al espejo sintiéndose estúpida, Esther le había vuelto a fallar,
había pasado la mejor noche que podía recordar, pero sin embargo,
al despertar ya no estaba junto a ella. Se sintió enormemente
estúpida.

Ante un gran desayuno se encontraba una Esther exuberante


con una sonrisa de oreja a oreja, le estaba dando el biberón a su
hijo, mirándolo feliz. A su lado una sonriente y divertida Carmen
escuchaba sus palabras y no podía hacer más que sonreír con su
risa loca que llenaba todo el espacio y que terminaba contagiando al
niño que sonreía divertido agitando piernas y brazos.
E_ Yo pensé que me moría.
Ca_ Ya sabía yo que tú no podrías ir a verla y ya.
E_ Jo Carmen, es que bajo la luz de la luna estaba para morirse, y
además con los reflejos del fuego de la chimenea, no pude –sonrió
sonrojándose-. Lo intente, te juro que intente irme, pero no pude.
Ca_ Pues me alegro que te quedaras.
E_ Y yo, si vieras la de cosas bonitas que me dijo. Yo estaba que me
moría de gusto.
Ca_ Me alegro porque os merecéis algo así, tan vuestro.

368 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Era como si nada hubiera pasado, como si fuéramos las mimas
de siempre, amándonos como siempre, respetándonos como
siempre... siendo ella y yo. Ambas y al mismo tiempo, una.
Ca_ Tus ojos lo dicen todo -le acarició el pelo con ternura, con su
infinita ternura.
E_ Hasta me preguntó por Daniel, por un segundo creo que tuve
entre mis brazos la Maca de siempre a mi mujer.
Ca_ Mira, el amor ayuda a curar, sentirse amada es para una
enferma la mejor medicina, creo que esto puede ayudarle a sentirse
mejor, estoy segura.
E_ Dios te oiga Carmen, porque yo la necesito mucho.
Ca_ ¿Y qué? –sonrió-, ¿esta noche repites?
E_ Pues... –se quedó pensativa-, yo creo que sí. Repetiré.
Ca_ Tendré la llave a punto.
Esther no pudo evitar dar una carcajada mientras abrazaba al
niño, se sentía feliz y contenta y sobre todo, sentía que su interior
estaba volviendo a tomar fuerza, volvía a sentir tranquilidad en su
alma y aquello sin duda alguna, era lo que tanto había buscado
desde aquel día gris en que todo se borró.

En casa las tres mujeres, estaban en la cocina, Maca había


preferido seguir sus indicaciones antes que aguantar sus miradas
que parecían decirle “sabemos lo que hiciste anoche”. Preparaban
unos zumos para tomar a mitad mañana cuando sonó el teléfono.
R_ ¿Sí?, hola Teresa, pues aquí está bien... si, te la paso. Cariño es
Teresa.
M_ ¿Dime? –le dijo escuetamente.
T_ ¡Hija que seca!, ¿cómo estás? –le preguntó sonriendo.
M_ ¿Cómo quieres que esté? –las dos mujeres se miraron elevando
sus cejas en señal de preocupación.
T_ Pues dime que mejor, eso sería fantástico.
369 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Estoy igual.
T_ ¡Ah!, ¿esta Encarna?
M_ Sí ahora te la paso. Encarna –le dio el teléfono y se levantó.
R_ ¿Dónde vas hija?
M_ Fuera, quiero respirar aire puro que no esté contaminado.
R_ ¿Contaminado? –la miró con una sonrisa incrédula.
M_ Eso he dicho. Deja que vaya yo sola.
R_ Claro. Voy a sacar los zumos.
M_ ¿Me podéis deja un rato a solas?
R_ Pero Maca...
M_ Joder mamá necesito mi espacio –protestó.
R_ Está bien...
M_ Gracias –respondió cansinamente.
Mientras Encarna terminó de hablar con Teresa y esperó que
Rosario le dijera:
R_ Mira, yo creo que la visita le ha sentado fatal.
En_ Si, eso parece...
R_ ¿Qué te dijo Teresa?
En_ Está loca por venir, de esta se separa –dio una carcajada.
R_ ¿Y vendrá?
En_ Te lo quería haber preguntado pero... como te he visto discutir
con Maca.
R_ Has hecho bien... creo que Teresa nos será de buena ayuda.
En_ Sí. ¿Qué le pasaba?
R_ Nada, que quiere que le dejemos sola, necesita espacio.
En_ ¿Espacio? –la miró dubitativa-. Espacio es lo que nos sobra...
esta fastidiada e imagino porque.

370 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ ¿Si? –la miró sorprendida-. Bueno no sé porque me sorprendo
siempre adivinas todo lo que está pasando por su cabeza.
En_ Bueno... –sonrió-. No te enfades, simplemente he visto como se
ha despertado, pensaba que mi hija estaba a su lado todavía.
R_ Ya –asintió con la cabeza.
En_ Mira como quiere espacio voy a llamar a Fermín para que venga
a recogerme, ¿te apañas tú con ella?
R_ Sí claro, pero no seas muy dura con Esther, estoy segura que
ella lo que quería era lo mejor para Maca.
En_ Tranquila voy a llamar a Fermín.

Mientras ellas estaban fuera, Maca se había sentado en el


balancín, se había tumbado tapándose con la manta, estaba con la
mirada perdida en el horizonte y con el corazón compungido. Se
sentía nuevamente sola, nuevamente abandonada, y sentía ganas
de llorar, pero quería controlarse, no podía dejarse llevar por la
emotividad, quizá debía dar la vuelta a lo ocurrido, suspiraba con
fuerza tratando de tranquilizar sus enormes ganas de gritar. Cerró
sus ojos y al recordar las caricias de Esther, los susurros, los besos
y sobre todo la ternura con la que le hizo feliz, no podía por mucho
que quisiera ocultar su sonrisa. Se quedó dormida no sabía el rato,
había soñado con Esther y al despertar notó un suave pero intenso
peso en sus piernas. Abrió con cuidado los ojos y no quiso moverse,
pensó por un momento que quizá era su amada que había vuelto,
pero no, quien estaba allí durmiendo hecho una bola, era el gato
blanco que tanto la había vigilado.
M_ Vaya por fin te atreves a venir –le susurró sonriendo, el animal
levantó la cabeza, bostezó y volvió a dormir-. Yo no soy como ella,
soy más tierna.
R_ Hola hija. ¡Pero qué hace este gato!
M_ Déjalo mamá, es mi ángel de la guarda –le acarició con una
sonrisa.

371 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ ¿Desde cuándo te gustan los gatos?, de pequeña les tenías
terror.
M_ Ya ves, he cambiado mucho... –dijo con actitud severa.
R_ Cuando quieras el zumo, me lo dices ¿eh?
M_ Me he dormido –susurró mientras se desperezaba.
R_ Sí. Estamos solas.
M_ ¿Solas? –la miró con los ojos cubiertos nuevamente por la
tristeza.
R_ Sí, Encarna ha ido al pueblo a comprar algunas cosas.
M_ Ya.
R_ Es muy buena mujer.
M_ Si lo es, sí. Dame el zumo mamá.
Volvió a suspirar para aferrarse a la manta y dejarse llevar por
el sentimiento que la envolvía, el amor. Pero de repente otro
pinchazo hizo que toda ella se estremeciera, un nuevo dolor intenso,
más intenso que otras veces, más fuerte, gritó llamando a su madre
que asustada llegó a ella mientras el gato saltaba y se sentaba
delante suya mirándola con sus ojos verdes.
R_ Ya está mi vida... ya está.
M_ ¿Cuándo va a parar?
R_ Pronto cariño... pronto...

Entre tanto, una contenta Esther jugaba con su hijo en la calle,


hacía frío pero el sol que asomaba por la montaña, daba la
sensación de bienestar Estaba sentada en el suelo jugando con
juguetes que Carmen le había regalado al niño cuando vio como del
coche de Fermín bajaban dos pies que la noche anterior los tuvo
cerca de su cara.
E_ Mamá... ¿qué haces aquí? –le preguntó un tanto desconcertada.
En_ Vaya esa es la alegría que tienes al ver a tu madre.

372 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Lo siento no esperaba verte –se acercó a darle un beso y
entonces la mujer le dio una pequeña colleja-. ¡Mamá!
En_ ¿Qué hacías en la habitación de Maca anoche?
E_ ¿Pero qué dices mamá? –la miraba entre asustada y un tanto
perpleja.
En_ Mira, la felicidad que tiene Maca hoy no puede ser otra cosa que
no sea que tú estabas allí. Ella no puede cerrar la puerta, ni puede
revolver las sábanas ni...
E_ Está bien... lo confieso. Fui –le dijo un tanto avergonzada.
En_ ¿Y cómo entraste?
E_ Carmen me dio la llave.
En_ Así que tienes una cómplice –la miró entrecerrando los ojos con
gesto serio.
E_ ¿Entonces Maca está contenta? –le preguntó sonriente.
En_ Mucho hija mucho, es más creo que deberías prodigar más en
esas visitas.
E_ Mamá te juro que nada más necesitaba verla pero ... –se calló
omitiendo la obviedad.
En_ Lo sé hija.
E_ ¿Os ha dicho algo?
En_ Nada –elevó sus hombros acariciando la cabeza de su nieto.
E_ Tenía tanto miedo que al despertar y no verme se enfadara.
En_ ¿Enfadarse?, ¿Maca enfadarse? –le preguntó en plan irónico
sonriendo-. No hija, no, está muy bien, así que vuelve cuando
quieras. Y ahora déjame a mi nieto que va a venir Teresa y quiero
que hablemos.
E_ ¿Teresa?
En_ Sí hija Teresa. Daniel guapo –el niño movió los brazos alegre al
ver como su abuela lo cogía en brazos.

373 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Quién ha venido a ver al rey, eh? –le habló cariñosa
acariciándole la mejilla.
En_ Es un bendito este niño –sonreía abiertamente mientras le hacía
carantoñas.
E_ Mamá –la miraba con los ojos repletos de lagrimas que no podía
retener, al ver a su madre su interior flaqueó nuevamente. Encarna
la miró con ternura abriendo el brazo que le quedaba libre acunando
a su hija en su pecho comprendiendo su miedo-. Te necesito mamá.
En_ Lo sé hija, ¿por qué crees que he venido?
E_ ¿Para reñirme? –se secó las lagrimas mientras se abrazaba con
fuerza a ella.
En_ Claro que no, ven –la llevó hasta un banco de piedra donde se
sentaron las dos y Daniel que seguía en los brazos de su abuela-. He
venido porque Fermín me dijo lo que te había pasado la otra noche,
he venido porque sé que estás mal y necesitas los consejos y el
cariño de tu madre.
E_ Estoy tan perdida, anoche... fue como un sueño... –decía con
una tristeza palpable.
En_ Maca está como tú –ella la miró sin entender-. Si hija, cuando
despertó y no te vio fue como un volcán, pero un volcán de mal
genio, creo que ya es hora que vuelvas, ¿no crees? –la miraba
fijamente.

Entre tanto en el porche continuaba Maca mirando fijamente el


camino de entrada, sus ojos no se apartaban más que para
contemplar los juegos con los que el gato parecía obsequiarle. Ella
sonreía las diabluras del animal, hasta que su madre llegó y se
sentó a su lado. Rosario respiró profundamente y apoyó su mano
sobre la de su hija que no la retiró.
R_ ¿Estás mejor hija?
M_ Sí.

374 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Tu padre me acaba de llamar, dice que ya lo tiene todo bajo
control... la verdad que no sé que va a pasar cuando él deje de
supervisar las bodegas.
M_ Ya –respondió sin ningún interés.
R_ ¿La echas de menos, verdad? –le preguntó sin mirarla,
abandonando sus ojos como los de ella en el camino pues entendió
que no le interesaba el tema de las bodegas.
M_ ¿A quién?
R_ ¿A Esther? –Maca guardó silencio-. A veces abrir el corazón nos
ayuda a ver cosas que no somos capaces de descifrar.
M_ Mi corazón está cerrado, no soy capaz de descifrar nada.
R_ Yo puedo ayudarte, es más sencillo de lo que puedes imaginar –
la miró con sus ojos repletos de la luz de la esperanza.
M_ ¿Pero como me vas a ayudar si no encuentro sentimientos? –su
voz sonó triste y repleta de miedo.
R_ Siendo sincera con tu madre.
M_ ¿Y qué quieres que te diga? –esta vez la miró con sus ojos
repletos de dudas.
R_ La verdad. Aunque tú calles tus ojos hablan.
M_ Nunca has leído mis ojos.
R_ Que no te apoyara, que quisiera cambiarte o que te reprochara
tu condición, no quiere decir que no leyera tus ojos, simplemente
pensaba que omitiendo cosas que no me gustaban no te vería sufrir.
M_ Siempre has hablado muy bien... siempre le has dado las vueltas
a las cosas.
R_ Si, porque es lo que me enseñaron, pero quizás ahora tenemos
la oportunidad que ambas necesitábamos encontrar –Maca la miró
con sus ojos interrogantes-. Estamos solas, nadie nos va a
interrumpir, no solo tienes la oportunidad de darte cuenta que
Esther está sufriendo como tú, también si me dejas, te demostraré

375 ”Adiós Esther” © by ldana


que yo he cambiado y que como ella, tan solo quiero una
oportunidad para que tu corazón se abra y me deje entrar.
Maca calló, apoyó la cabeza sobre el balancín mientras el gato
volvía a subir a sus piernas, lo acarició cerrando los ojos
M_ A Esther le dio un buen susto... fue divertido... parece que está
aquí nada más que para mí –lo miraba sonriente.
R_ Los gatos son inteligentes, dicen que saben cuando estás mal...
–la miraba un tanto más tranquila al ver que su gesto se había
suavizado.
M_ Este gato supo cuando Esther estaba mal... ¿verdad?
R_ Puede... no lo sé hija...
M_ Aquel día fue maravilloso, me gustaría tanto volver a pasar un
día así.
R_ ¿Con ella? –trató de no respirar, por si al hacerlo pudiera
cambiar aquellas palabras de su hija.
M_ Sí, con Esther –lo dijo lentamente pero con toda la fuerza que
podía.

La hora de comer se acercaba y Carmen había hecho pasar a


Encarna, estaban en la acogedora cocina hablando cuando la mujer
entendió que era hora de que madre e hija pudieran tener una
conversación, decidió llevarse al pequeño a dormir, y dejarlas solas.
En_ Esther cariño tengo que irme, no quiero dejar a Rosario mucho
tiempo sola con Maca.
E_ Claro mamá.¿Te das cuenta que desde el accidente no habíamos
podido estar juntas?
En_ Desde ese día cambiaron demasiadas cosas. No puedo
permitirte que te culpes de todo.
E_ Lo sé mamá, me vine abajo y... después cuando estuve con Maca
me di cuenta que todo cuanto ha pasado ha hecho que la quiera
más.

376 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ No lo dudo, pero también tienes que darte cuenta cariño, que
todo cuanto ha pasado y está pasando os está haciendo heridas en
el corazón y eso repercutirá en vuestra relación.
E_ Tienes razón –murmuró con gesto de pena pero la mano de su
madre apoyada en la barbilla le hizo elevar su cara-. No podemos
seguir así.
En_ Exacto, Maca ha perdido muchas cosas, no sé hasta que punto
has perdido tú. Por eso, te doy un consejo, vuelve a su lado, estoy
con Fermín, ¿qué saben los médicos lo que es mejor para ella?,
porque en primer lugar, no saben curarla, por lo tanto, no puedes
fiarte de lo que dicen. Tú estabas cansada, has descansado unos
días, tu deber es estar junto a ella, con paciencia que te digo se
necesita mucha, pero tu deber es estar a su lado. Eres su mejor
medicina.
E_ Le he fallado ¿verdad mamá?
En_ ¿Por qué? –le cogió la mano apretando con fuerza mientras la
miraba fijamente con sus ojos mostrando preocupación.
E_ Porque no debí marcharme... porque no sé porque debí
marcharme.
En_ Porque lo necesitabas, te dejamos sola en esto y no debimos,
fallamos todos, esto es demasiado duro para llevarlo una persona
sola. Tú has pasado lo peor, ahora es hora de que vuelvas y tomes
la rienda de vuestro matrimonio, tú eres responsable de eso, nada
más de eso.
E_ Te quiero mamá.
En_ Lo sé, yo también, ¿lo sabes, eh? -le acarició la cara con
suavidad y ternura.
E_ Sí mamá, lo sé.

Rosario había dejado sola a Maca, después de la conversación


del gato, no habían vuelto a hablar, había preparado la comida y la
mesa, Maca se había puesto en pie, había cogido las muletas y una

377 ”Adiós Esther” © by ldana


vez hizo los ejercicios había tratado de andar por el porche. Sentía
dolor al caminar, pero sabía que era lo que debía hacer para
mejorar, todos estaban poniendo lo mejor de cada uno de ellos para
ayudarla, y ella lo único que hacía era dar problemas a los demás,
sobre todo a Esther. Al pensar en ella sentía ganas de perderse por
el bosque y encontrarla, se acordaba de todo cuanto habían pasado
aquellos días perdidas en aquel lugar y entonces, centraba sus
fuerzas para amarla, para sentir aquel amor que tanto había
recibido la noche anterior, quería centrarse en Esther, para sentir en
su corazón las cosas que antes de aquel maldito accidente había
sentido.
Después de caminar durante un rato se sentó. Rosario la había
estado vigilando desde la ventana de la cocina, cuando vio que
volvió a sentarse, le acercó una taza de caldo.
R_ Es del que hizo Encarna, tiene una mano para cocinar –sonrió.
M_ Gracias.
R_ Bueno voy seguir...
M_ Espera mamá –la miró frunciendo sus cejas.
R_ Dime.
M_ ¿Puedes sentarte?
R_ Claro –lo hizo mirándola con ternura.
M_ Mi corazón siente a ratos amor, siente que cuando Esther está
cerca de mí, una paz lo llena todo, pero al mismo tiempo me llena la
rabia, ayer cuando vino por la noche, cuando más perdida me
encontraba, cuando más sola cuando más hundida, con tan solo su
presencia todo mi desespero se borró –hablaba mientras alternaba
su mirada entre la taza de caldo y el camino, Rosario la escucha
atentamente-. Esta mañana cuando me he despertado y no la tenía
a mi lado, me he sentido engañada, perdida y más sola que nunca,
extrañándola hasta el punto de dolerme su ausencia. Trato de
equilibrar mis sentimientos hacia ella, la sensación de amarla y
odiarla, de necesitarla y abandonarla, pero no puedo.

378 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Eso es lo que tienes que lograr, el equilibrio, sé que es fácil
decirlo por mi parte, pero precisamente lo que sientes cuando no
está, es lo que deberías entender, entonces es cuando tu corazón te
habla y te dice lo mucho que la amas, es ese sentimiento
justamente al que debes obedecer, olvidar el resto.
M_ Pero... ¿y por qué me siento engañada? –se notaba en su tono el
aturdimiento en el que estaba enfrascada.
R_ Engañada te diré el porque... porque os habéis empeñado en
vivir una situación inútil, porque os amáis tanto que habéis sido
incapaces de separaros aún creyendo aquella mentira que os hizo
daño pero no pudo con vuestro amor. A borrar tu sensación de
engaño no te puede ayudar nadie, solo tú.
M_ Luna... –murmuró como si tan solo pronunciar su nombre le
hiriera de muerte.
R_ Luna os mintió –la interrumpió mirándola fijamente-. Y te duele
tanto precisamente porque amas con todas tus fuerzas a Esther y no
podías entender que ella, la persona a la que más has querido te
fallara.
M_ Entonces... ¿por qué necesito odiarla si fue una mentira?
R_ Porque eres un tanto orgullosa, porque no te gusta que te
mientan y como sigues enfrascada en ese idea de Luna, tu propio
honor herido, te impide quitar definitivamente ese velo que es lo
que te impide olvidar y entregar tu corazón tal y como siente.
M_ Ahora mismo me gustaría poder andar y encontrar las fuerzas
necesarias para buscarla.
R_ Eso es lo que importa –le sonrió acariciando su rostro con
ternura-. Mira hija, con todo lo que ha pasado, las dos habéis
cometido errores os habéis hecho daño y eso en una relación donde
existe tanto amor como ocurre entre vosotras, afecta mucho más,
duele mucho más, por eso no creo que sea bueno que continuéis
con esa actitud, más bien creo que deberíais poner ambas de
vuestra parte y superar esto, cuanto más tardéis, más os dolerá.
Dejar a un lado tanto dolor y centraros en vuestro amor, no perdáis

379 ”Adiós Esther” © by ldana


más tiempo... y en eso las dos tenéis la responsabilidad de
conseguirlo.
Maca no dijo nada, sabía que aquellas palabras eran ciertas,
aquellas y las que Encarna le había dicho, debía ser ella quien diera
el paso de una reconquista, aquella palabra le hizo sonreír y el gato
al notarlo comenzó a ronronear contento. Ella lo acarició y se
propuso luchar y vencer a aquello que le faltaba, sus propias y
contrarias emociones. Con una sonrisa en sus labios apoyó su
cabeza sobre el hombro de su madre, quien al ver el gesto de su
hija, no pudo más que abrazarla y emocionarse.

En la cocina, también estaban abrazadas y emocionadas


Encarna y Esther, habían hablado mucho y sabían que era lo que
necesitaba, ese consejo de su madre.
En_ Bueno... entonces ya sabes... mañana viene Teresa aquí, y con
esa excusa os presentáis en la casa tú y Daniel.
E_ Si mamá, solo espero que Maca lo reciba bien.
En_ Claro que si, ya verás. ¿Y luego qué?
E_ Depende de cómo yo vea que actúa Maca haré, quiero quedarme
con ella pero también quiero que Daniel esté con nosotras.
En_ Tú sola con todo –murmuró ladeando la cabeza un tanto.
E_ Os tengo a vosotras mamá, me estáis ayudando y también tengo
a Carmen y Fermín. Ahora que he descansado y he pensado mucho,
me he dado cuenta que no estoy sola –le sonrió contenta.
En_ Pase lo que pase, esa sonrisa no la quiero extrañar yo ¿eh? –le
dejo un pellizco en su mejilla.
E_ Mamá que con la colleja y el pellizco ya voy bien servida –
protestó sonriendo acompañada por la carcajada de Encarna.

En casa, Maca había sentido un mareo, trató de tranquilizarse


pensando que aquello era dado por el agotador estado de nervio que

380 ”Adiós Esther” © by ldana


estaba pasando, pero el mareo repitió y lo hizo con fuerza, tanta
que sintió que todo le daba vueltas y el mundo se desmoronaba a su
alrededor.
M_ Esther... Esther...
R_ Cariño está todo preparado y… ¡Maca!, ¿qué te pasa hija?, ¡ay
Dios mío!
Rosario se encontró con su hija inconsciente sobre el balancín,
uno de sus brazos caía hasta el suelo donde el gato dejaba suaves
lametazos y su cabeza aparecía ladeada con los ojos cerrados.
Rosario la levantó como pudo, le golpeó la cara fuera de sí temiendo
lo peor, trataba de escuchar su corazón que le parecía iba
demasiado deprisa, sus nervios se estaban disparando ante la visión
de su hija totalmente desfallecida.
R_ Maca, Maca por Dios hija... Maca –decía llorando sin saber que
hacer-. Esther tengo que llamarla, cariño... vamos reacciona, ¿pero
cómo la dejo así?
Su inquietud crecía conforme se daba cuenta de la gravedad a
la que se estaba enfrentando, pero justo en aquel momento donde
la desesperación se estaba apoderando de todo su ser, oyó como un
coche se acercaba. Dejó con cuidado a Maca sobre el balancín y
salió corriendo hasta el coche. En él venían Encarna y Fermín, el
hombre parco en palabras le dijo las suficientes durante el corto
trayecto dándole su apoyo sobre el consejo que acababa de darle a
Esther. Al ver el estado de Rosario, con el rostro pálido y totalmente
desencajado, salieron del coche con sus gestos de máxima
preocupación.
R_ ¡Encarna es Maca!, Fermín por favor...
En_ ¿Qué pasa hija? –le cogió las manos pues la notaba al borde de
la histeria.
R_ Se ha desmayado.
En_ Pero...

381 ”Adiós Esther” © by ldana


No le dio tiempo a seguir hablando, pues Fermín corrió hasta el
cuerpo desplomado de la pediatra que seguía yaciendo en aquel
lugar totalmente inconsciente.
F_ ¡Rápido abran la cama!
En_ Sí, sí –corrió Encarna pues Rosario se había quedado bloqueada
sin saber que hacer ni como reaccionar.
F_ Llamen a Esther y al médico –le dijo antes de perderse por la
casa con Maca en brazos.
En_ Ya lo hago yo Rosario –acudió a ella que seguía inmóvil en el
porche-. Venga ves a su lado. ¿Qué ha pasado, dime?
R_ Estaba hablándome de Esther, de lo que pasaba por su cabeza –
decía con un nudo en la garganta y sus manos cruzadas sobre el
pecho dando muestras de su miedo mientras Encarna llamaba por
teléfono-. Entré a poner la mesa, al salir a por ella para esperarte la
encontré así...
En_ ¡Carmen! –le hizo una señal con su mano en alto para que
aguardara.
Ca_ ¿Qué pasa? –la mujer percibió en el tono de Encarna la angustia
alertándose.
En_ Rápido dile a mi hija que venga, Maca está inconsciente y no
sabemos que le pasa.

En su habitación terminando de dormir a Daniel se encontraba


una Esther ajena a cuanto estaba ocurriendo, mantenía una sonrisa
en sus labios pues la idea de ir a ver a Maca por la noche y al día
siguiente con su hijo le estaba haciendo sentir por fin, que el final de
la pesadilla podía estar cerca. Cuando se abrió la puerta y vio el
rostro de Carmen, todos sus pensamientos de alivio se vinieron
abajo, se precipitó hasta la mujer que la miraba con temor sin poder
ocultar que algo grave ocurría.
E_ ¿Qué le pasa a Maca? –preguntó de inmediato sabiendo que ella
era la causante de aquel gesto.

382 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Debes ir, se ha desmayado y no saben que le pasa. ¡Esther por
Dios ves con cuidado! –le dijo agarrándola suavemente del brazo-.
Espera voy a avisar al Ricardo que te acompañe.
E_ ¡Dios mío Maca! –murmuró perdiendo el control.
Cuando llegó, Encarna salió a recibirla, en ese mismo instante
una tormenta rompió la tranquilidad en la montaña.
E_ ¿Qué ha pasado mamá? –la miraba asustada mientras Encarna la
acompañaba dentro.
En_ Rosario la encontró desmayada, vamos tranquilízate hija.
R_ ¡Esther cariño! –fue hacia ella abrazándola como si con ese
abrazo le pidiera disculpas por lo ocurrido.
E_ Tranquila Rosario seguro que no es nada –apartó suavemente a
la mujer a un lado y se dirigió hasta Maca-. Cariño... Maca...
En_ No hace ni dice nada Esther, no reacciona hija –decía apretando
una mano contra la otra con temor.
E_ No tiene fiebre –puso su mano sobre la frente de Maca que
continuaba con su inconsciencia-. Dame el termómetro por si acaso
mamá.
En_ Voy –dijo Encarna pues Rosario seguía completamente
bloqueada.
F_ Hemos llamado al médico Esther, yo creo que es un ataque de su
cabeza.
E_ ¿Qué pasó Rosario? –le preguntó asintiendo al hombre que había
aprendido a detectar aquellos ataques en su mujer.
R_ Estábamos hablando... y entré para poner la mesa...
En_ Toma hija –le dio el termómetro.
R_ Entonces cuando salí, ya estaba así –la miraba con el miedo
reflejado en sus pupilas.
E_ ¿Discutisteis? –quiso preguntar con la mayor suavidad posible
pues podía percibir en la mujer un gesto de culpabilidad.

383 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ No –se defendió.
E_ Rosario no pasa nada, no es culpa suya, esto le puede suceder
con usted, conmigo o con mi madre... tranquila –le sonrió aunque
por dentro estaba muerta de miedo.
R_ Hablábamos de ti, ella me estaba diciendo que su interior sentía
cosas enfrentadas... no sabía que hacer estaba completamente
desorientada con respecto a vosotras y todo lo ocurrido, el pasado le
atormentaba...
F_ No falla, es un ataque de lo más normal, no se preocupen. De
todos modos esperaré fuera al doctor.
E_ Gracias Fermín. ¡Maca cariño soy Esther! –le susurró
acariciándole la frente-. Mi amor estoy aquí, dime ¿te duele la
cabeza cariño? –le preguntó con tono suave sin dejar de acariciarla
pero Maca no contestó.
R_ Lleva así mas de veinte minutos.
E_ A ver –sacó el termómetro-. No. Fiebre no tiene. Voy a tomarle
la tensión.
En_ Hija ¿qué puede ser?, Fermín puede llevar razón, ¿verdad?
E_ Sí, creo que sí pero tendremos que esperar –contestó
distraídamente mientras le ponía el tensiómetro.
R_ ¿Por qué no llamas a Vilches?
E_ Sí, ahora, tranquila Rosario por favor. La tensión también la tiene
bien.
En_ Yo contesto, –le dijo Encarna pues el teléfono de la casa
comenzó a sonar. Las dos mujeres miraban en silencio a Maca que
seguía completamente inmóvil. La tormenta cada vez era mayor,
llovía con fuerza y cuando Encarna volvió su gesto era preocupado-.
El médico dice que no puede llegar por la tormenta.
R_ Dios mío –murmuró con miedo Rosario.
E_ Joder... –susurró de pronto Esther parecía perder el control y se
mostró como realmente se sentía, asustada. Se levantó con rapidez

384 ”Adiós Esther” © by ldana


y decidió ponerse en contacto con Vilches-. Voy a hablar con
Vilches...
R_ ¿Encarna que va a pasar? –le preguntó mientras Esther cogía el
teléfono de Maca.
En_ Espero que nada grave, ya veras tengamos Fe.

Esther se había sentado en el sillón del comedor, necesitaba


tranquilizarse para poder hablar con él. La lluvia cada vez más
insistente le hizo perder un poco la calma, pensaba que si era algo
grave y debían llevarla al hospital iba a ser imposible, pero al
girarse, vio allí como si fuera una estatua a Fermín, con su mirada
clavada en ella, y entendió que no tenía nada que temer, aquel
hombre haría lo necesario para sacarla de allí, con una ligera
inclinación de su cabeza trató de transmitirle calma, ya que el
hombre pareció entender el pensamiento de Esther, que suspiró con
fuerza agradeciendo su presencia con una ligera sonrisa. Marcó el
número de Vilches y espero desesperadamente que hubiera
respuesta, tardó y estuvo a punto de colgar, no sabía si podría
localizarlo allí o tendría que insistir al hospital. Cuando iba a colgar
oyó su voz.
V_ ¿Maca eres tú?
E_ No Vilches, soy Esther, te llamo desde su móvil –su voz temblaba
V_ ¿Qué ocurre? –adivinó que algo había sucedido
E_ Maca se ha desmayado.
V_ ¿Desmayado? –Cruz se acercó al oírlo-. Maca se ha desmayado,
espera Esther tengo aquí a Cruz, voy a ver si acierto con el botón
del altavoz. Ya. Di.
C_ ¿Qué pasa Esther? –le preguntó con voz preocupada-. Cuenta.
E_ Estaba en el porche, estaba hablando con su madre
aparentemente todo estaba bien, Rosario fue al comedor y al salir la
encontró inconsciente.

385 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ ¿Le has tomado la tensión y pulsaciones?
E_ Sí todo está normal, es lo primero que he hecho.
C_ ¿No responde a ningún estimulo Esther?
E_ Cuando le hablo no, le he acariciado y sí ha gesticulado pero no
ha pronunciado palabra.
V_ Bueno... tranquilízate lo primero. ¿Veamos, has mirado sus ojos?
E_ Sí yo los veo normales, pero es que hay tormenta y el médico no
puede venir.
C_ Bien... no importa lo haremos nosotros. ¿De qué estaba
hablando justo cuando se ha desmayado?
E_ De mí –susurró tapándose los ojos con su mano-. Le contaba a
su madre que no podía dominar su interior y que tampoco lo
entendía, al parecer estaba tratando de recordar... no sé... anoche
estuve con ella y por un momento pareció que todo era como
siempre –Vilches miró a Cruz que le hizo un gesto de silencio-. Pero
hoy dicen que estaba rara... enfadada y... sólo quería estar sola.
V_ Bien, descartemos cosas. No tiene fiebre, su pulso es normal, su
estado anímico es como debe ser, es decir, está hecha un lío... por
lo tanto veamos. ¿Come bien?
E_ Sí, sí.
V_ Bueno esa pregunta la habría podido obviar estando ahí tu
madre –elevó sus cejas.
C_ A ver Esther, ve donde está ella y pasa tu mano por la planta del
pie, por favor –tapó el auricular-. ¿Tú crees que puede haberle dado
un derrame?
V_ No soy adivino y menos desde la distancia... pero no creo... o
mejor dicho, esperemos que no.
E_ Ya estoy aquí, voy a ello, voy a poner yo también el altavoz.
Mamá sujeta el teléfono por favor.
En_ Si hija.

386 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ Hola Encarna, ¿qué tal estamos? –le preguntó Vilches con voz
amable.
En_ Pues aquí hijo... un poco asustada.
V_ Tranquilas que estoy seguro que no es nada. ¿Reacciona Esther?
E_ Sí, en ambas piernas.
C_ Controla su pulso y dime si es el mismo que antes o ha variado.
¿Rosario qué tal?
R_ Muerta de miedo Cruz, estaba bien y...
C_ Por favor mantengan la calma, no creemos que sea nada grave.
E_ Si, tiene el mismo, setenta y dos.
V_ Perfecto –murmuró Vilches-. Ahora golpéale la cara pero sin
pasarte ¿eh?, y háblale.
E_ ¡Maca!, ¡Maca cariño... me oyes... vamos despierta!
V_ Dale más fuerte Esther coño que no le vas a hacer reaccionar
así, ¿y tú eres enfermera?, ¡ay que joderse!
E_ Maca... Maca...
M_ Esther...
E_ Si... estoy aquí cariño.
V_ Bueno te reconoce, que le hablen las demás...
E_ Venga –le dijo a Rosario mientras seguía vigilando a Maca.
R_ Hija, cariño... ¿cómo te encuentras?
M_ Esther...Esther...
V_ Bien… insiste en ti. Ahora vamos a ver…
R_ Vilches –le interrumpió de golpe Rosario.
V_ ¿Si? –miró a Cruz un tanto sorprendido pues los modales de la
mujer no le permitían comportarse de aquella manera tapó el
auricular y le dijo a Cruz-. No hay nada como el campo para perder
las buenas costumbres.
C_ ¡Rodolfo joder! –le riñó.

387 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Antes que le pasara esto, le dio un dolor de cabeza muy fuerte –
Esther la miraba fijamente con expresión ceñuda-. Me dijo que sus
recuerdos y sus sensaciones eran como remolinos.
V_ De acuerdo, no hace falta que me digáis más, ¿verdad Cruz?,
anda explícalo tú que te queda más bonito –se retiró hacia detrás en
el sofá.
C_ A ver... esto es una manera diferente de darle un ataque con el
problema que ella tiene en su cabeza.
M_ Esther.. . no te vayas... no me dejes –murmuraba agitando su
cabeza.
E_ No cariño estoy aquí... –le cogió la mano mientras no apartaba
sus nerviosos ojos del móvil.
C_ Quizás lo que acaba de ocurrirle es una autodefensa, ya sabéis
que la cabeza es un mundo todavía por descubrir, pero lo más
seguro es que lo que le acaba de ocurrir sea...
E_ ¿Qué está recuperando su emotividad? –se apresuró a preguntar
con la esperanza escrita en sus ojos.
C_ Bueno Esther... podría ser así o bien...
E_ ¿O bien que? –la abordó Esther con gesto repleto de pánico.
C_ Se conoce como Alexitimia, es una reacción ante sentimientos
que no pueden describir, o que no puede explicar sus emociones, su
cuerpo puede reaccionar de muchas maneras, y esta puede ser una
de ellas. A veces suele pasar Maca ha tenido episodios de ansiedad
y de crisis, quizá su cuerpo se ha protegido de demasiadas
emociones seguidas –Cruz pareció entender las palabras de Esther,
más que por lo que le contaba, porque su tono fue el mismo que
cuando le pidió ayuda pues se sentía mal por haber estado con ella-.
Esther... puede que Maca este empeorando de su estado
emocional... puede ser pasajero, puede durarle horas o puede
durarle días.
M_ ¡Esther! –le llamó a gritos.
E_ Cariño...

388 ”Adiós Esther” © by ldana


V_ Yo creo que también se le une que pueda tener una ambivalencia
emocional, es decir, siente odio y amor.
R_ Exacto... eso mismo me dijo –añadió con nervios Rosario.
C_ Si, tiene una mezcla de todo, y ha explotado, su desmayo puede
valerse a su estado de excitación, demasiadas emociones juntas.
En_ Yo creo que Esther debería estar junto a ella, es peor que esté
lejos –interrumpió de repente Encarna con voz firme.
V_ ¿Usted siempre tiene la solución Encarna?, creo que la voy a
contratar como mi psicoanalista –le dijo Vilches.
En_ Eres maravilloso Vilches, aquí muertas de miedo y tú
haciéndonos reír, ¿quién se atreva a meterse contigo, me lo mandas
a mí?
V_ ¿Has oído Cruz?
C_ Vilches por favor... –le riñó-. Esther, tendrás que vigilar sus
próximas reacciones, lo siento pero deberás estar todo el tiempo a
su lado controlando todo cuanto le ocurra, si ves por cualquier
motivo que se alteran sus constantes vitales, tendrás que traerla al
hospital.
E_ Joder... y con la tormenta que tenemos... y las carreteras
cortadas –se quejó.
M_ No quiero... no quiero... no puedo... dejarme que no puedo.
V_ Tranquilas, creo que no hará falta, es un trastorno fuerte. Espero
que sea suficiente como para devolverle a la realidad.
En_ Dios te oiga –dijo Encarna suspirando.
R_ ¿Y si es como Cruz dice?... ¿qué puede pasar?
C_ Bueno Rosario... Maca podría empeorar en el caso más extremo,
debería tener más cuidados y deberían ser profesionales.
R_ ¿Quieres decirme que puede perder la cordura?
C_ Quiero decir que debería ingresar en un centro adecuado para
ella...

389 ”Adiós Esther” © by ldana


Aquella observación de Cruz, cayó en las dos mujeres como si una
losa hubiera sido puesta sobre sus hombros, cruzaron su mirada
para después ambas fijar sus nerviosos ojos en la figura de Esther
que se había quedado inamovible, como si se hubiera convertido en
una figura de sal. El silencio se apoderó del cuarto mientras Maca
volvía a recordar aquella Maca del hospital, balbuceaba cosas sin
sentido, movía su cabeza y agitaba sus brazos.
C_ ¿Esther? –rompió el helado silencio Cruz.
E_ Sí.
C_ No quiero que esto te afecte, sabías que esto es una de las
muchas complicaciones que podía tener. De momento lo que
debemos hacer es esperar, vamos a ver como transcurre la tarde
¿eh? Dentro de media hora me llamas y hablamos. ¿De acuerdo?
E_ Sí –respondió con tono casi inaudible.
C_ Por favor Esther... todo irá bien... te estaremos esperando.
Adiós.
V_ ¡Menos mal qué te dije que lo explicaras tú!, si eso lo hago yo
me queman en la hoguera.
C_ Rodolfo no podemos otra vez dar esperanzas a Esther.
V_ Lo sé, pero yo creo que tan solo es algo pasajero, ya lo verás.
C_ Esperemos.

La tormenta había amainado un poco, el frío había cubierto la


casa, aunque para ellas la helor que sentían no venía de la
tormenta, más bien, venía del miedo que Cruz había dejado en sus
corazones. Rosario tuvo que sentarse para poder pensar, tuvo que
respirar hondo para tratar de tranquilizarse, Encarna no encontraba
palabra alguna para calmar la ansiedad que los ojos de Esther
reflejaban, y Esther... era incapaz de pensar, sólo contemplar a
Maca y sentir los latidos agitados de su corazón.

390 ”Adiós Esther” © by ldana


Encarna decidió salir hasta la cocina, la siguió Rosario pues solo
ella podría calmar todas sus dudas, se sentaron mientras ella lloraba
con el estilo que da la alta alcurnia, Encarna solo tenía clavada la
vista en la mesa, mirando sin ver, pensando en el calvario que les
esperaba, en el dolor que sería para Esther alejarse de ella.
R_ ¿Qué vamos a hacer Encarna?, dime algo.
En_ No lo sé –elevó sus hombros y habló decaída-. Te juro que no
esperaba algo así.
R_ Estaba tranquila, tomó el caldo y estaba tranquila –insistía una y
otra vez.
En_ Bueno... no te atormentes más, esto le ha pasado porque tenía
que pasar.
R_ No quiero decirle nada a Pedro –Encarna la miró con tristeza-.
Creo que voy a llamar a una amiga mía Mercedes, ella conoce al
director del centro de Jerez, es muy amiga y quizá me pueda decir
algo. ¿Crees que hago bien?
En_ Sería bueno saber si pudieran hacerse cargo de ella. Al menos
nos quedaría esta tranquilidad.
R_ Déjame ver –sacó el móvil y marcó el número de teléfono-.
¿Chiruca?, soy Rosario ¿qué tal?, sí aquí estoy, mira es que por eso
te llamaba Maca ha sufrido una recaída y como sé que tu eres amiga
de Mariano, ¿podrías hablarle?, sus médicos dicen que quizá si no
mejora haya que llevarla algún centro –Encarna la observaba con
cierta pena, sabía cuanto le estaba costando hacer la llamada y
pensar en algo que le hacía demasiado daño-. Te lo agradecería, sí.
Gracias Chiruca, de verdad.
En_ ¿Qué ha dicho?
R_ Va a hablar con él, Mercedes... bueno Chiruca le llamamos –
sonrió con tristeza-, es de Coruña una mujer maravillosa, crecimos
juntas y sé que puedo confiar en ella.

391 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Sé lo duro que esto te resulta Rosario –le tomó la mano con
gesto afligido mirándola con ojos ahogados en la pena-. Y sé lo
difícil que esto puede llegar a ser para todas.
R_ ¿Y Esther? –la miró con temor.
En_ Lo tendrá que aceptar si es necesario.
R_ ¿Y si no lo acepta? –el miedo pasó de los ojos a su tono de voz y
no pudo evitar que se le quebrara.
En_ No es cuestión de que lo acepte o no, es cuestión de que Maca
necesita ayuda y más nosotros ya no podemos hacer –elevó sus
hombros con consternación.
R_ Voy con ella.
En_ ¿No quieres tomar auque sea una taza de caldo?
R_ No gracias Encarna... la verdad que no puedo probar nada se me
ha cerrado el estómago.
En_ Comprendo.
La casa se había cubierto con la oscuridad de la tormenta, las
nubes espesas parecía habían llevado consigo el nuevo problema de
Maca. Ninguna de las tres quería nombrar nuevamente la posibilidad
del internamiento, a Rosario después de diez minutos, su amiga
Chiruca le notificó que no había ningún tipo de problema, que
encantados la atenderían, pero le bastó ver el gesto de Esther para
entender que ella no lo iba a permitir fácilmente.

El teléfono sonó nuevamente y Esther vio que quien llamaba era


Cruz.
E_ Cruz, dime.
C_ ¿Qué tal?
E_ Igual –dijo abatida.
C_ Quiero que te vayas a un lugar donde podamos hablar tú y yo sin
que las mamis nos oigan.

392 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Si, espera debe ser la tormenta... espera voy a la cocina a ver.
Ahora vuelvo si pasa algo avisarme.
C_ Eso es –le dijo Cruz.
E_ Ya.
C_ ¿Cómo sigue?
E_ Todo estabilizado, ni fiebre, ni tensión alterado, lo único que
varía es su ritmo cardiaco según se agita más o menos, creo que es
normal así que todo igual que antes.
C_ Bien. ¿Sabes que lo que he dicho antes es una posibilidad,
verdad?
E_ Sí.
C_ Quiero que pienses bien las cosas, te hemos dado la oportunidad
que nos pediste pero, si Maca empeora sintiéndolo mucho tendrás
que separarte de ella, para poder ingresarla –Esther guardó silencio
un silencio denso que provocó en Cruz un escalofrío-. ¿Esther?
E_ Lo sé, su madre ya ha movido sus hilos –su tono pareció
ofendido.
C_ No te enfades Esther... Maca necesita ayuda.
E_ ¿Y quién mejor que yo?, todo iba bien Cruz, anoche fue
maravilloso, estuvimos juntas felices, pero... hoy... nunca le había
dado algo tan fuerte. Por un momento pensé en aquel caso que me
contó Héctor... la señora que volvió a recuperar la emotividad tras
un ataque.
C_ Ya sé... pero Maca no es aquella señora, es más creo que
deberías volver a Madrid e ingresarla.
E_ No sé Cruz, ahora mismo no sé nada.
C_ Por eso te llamo, sé que no vas a querer dar el paso, pero si es
necesario, sintiéndolo mucho cariño, tendremos que hacerlo.
Cruz se despidió y notó como Esther se quedaba pensativa. Por
sus ojos resbalaban gotas de lagrimas como por la ventana lo hacia
la lluvia, no esperaba el revés que la vida acababa sin aviso de

393 ”Adiós Esther” © by ldana


darle. No sabía que hacer... no sabía que pensar... y lo peor era un
sentimiento nuevo que había nacido en ella. Cuando la puerta se
abrió, agradeció que fuera su madre, en silencio la mujer se sentó a
su lado, la abrazó con ternura, la besó, y le susurró.
En_ En esta vida nada se puede ni se debe dejar para mañana.
E_ ¿Qué voy a hacer mamá?
En_ Siendo sensata debo decirte que prepararte para lo peor. Si te
hablo con mi corazón, decirte vamos a tener calma, vamos a dejar
que pasen las horas y veamos como reacciona, no podemos hacer
otra cosa.
E_ Es mi culpa, le ha pasado por mi culpa.
En_ Eso es, tortúrate, así ganamos en tranquilidad –le habló con
gesto muy serio.
E_ No quiero ingresarla mamá.
En_ Esta vez cariño, no se trata de lo que tú quieras, se trata de lo
que es mejor para Maca. No puedes ser egoísta. Debes pensar que
está enferma, has conseguido que mueva su brazo casi con
normalidad, has conseguido que de sus pasos ayudada con las
muletas, todo eso es mérito de vuestra insistencia por mejorar, pero
la cabeza mi vida... ahí... no puedes llegar.
E_ No soportaré estar alejada de ella –murmuró con un nudo en la
garganta.
En_ Ya te he dicho que esperemos el paso de las horas... de todos
modos... déjame decirte que la vida se está portando mal con
vosotras, supongo que luego tendréis una maravillosa recompensa.
E_ ¿Luego?, ¿luego de qué? Maca puede perder la cordura, o puede
pasarse años así, riendo y llorando sin saber porque, sufriendo
ataques sin poder hacer más. No mamá, no hay luego ¡quiero que
sea ahora!, ¡ya!, quiero que si Dios existe de verdad, haga que Maca
se mejore ya, en este instante –las venas de la garganta parecían al
borde de explotar, sus nervios se habían desatado, se había

394 ”Adiós Esther” © by ldana


levantado y había golpeado con rabia la mesa-. No quiero un luego,
no quiero un mañana, quiero un ahora, ¡ya hemos sufrido bastante!
En_ No te digo que no, pero...
E_ Hay algo que...
En_ Dime, sé que hay algo que te atormenta, más de lo que hasta
ahora ha podido atormentarte todo cuanto has pasado.
E_ Tengo miedo, miedo a ir a su lado y ver que sigue igual, miedo a
ver que su mente ha dejado de funcionar, miedo a que sus gestos,
su voz, sus ojos sigan odiándome, sigan amándome sin sentido
alguno, tengo miedo mamá, tengo miedo de estar a su lado, no
quiero dar la razón a Cruz, no quiero dar la razón a Rosario... ¡solo
quiero que se ponga bien! –rompió a llorar como una niña-. No
podría soportar pasar por lo mismo, no podría mamá, no podría
volver a ver en sus ojos la lejanía, ¡qué voy a hacer! ¡Por qué Dios
nos castiga así, no lo entiendo no lo entiendo!
F_ Encarna, ¿podría dejarme solo con su hija?
En_ Claro Fermín –la besó y se marchó con sus ojos repletos de
lagrimas.
Cuando llegó al porche trató de calmarse, su hija tenía razón,
volver a pasar por lo mismo sería horrible, la había visto sufrir en el
hospital, la había visto sufrir en aquella casa, pero nunca la había
visto sufrir como en ese momento, miró al cielo y su alma trató de
buscar una pequeña esperanza sobre ese cielo negro como la boca
de un lobo, sobre ese viento que parecía atizar todo cuanto iba
tocando, hasta su propia cara, hasta su propia alma. Notó la mano
en su hombro de Rosario, la mirada de las dos mujeres era la
misma, dolor, miedo y desconcierto.
R_ Encarna... no te vengas abajo o de lo contrario... no podremos
soportarlo –murmuró despacio y hacia tanto frío que su aliento se
transformó en vaho.
En_ Yo también lo siento Rosario... y te juro...que por primera vez
desde que ocurrió el accidente... tengo miedo.

395 ”Adiós Esther” © by ldana


No se dijeron nada más, porque no había más que decirse. Se
abrazaron y volvieron a entrar para estar junto a Maca que seguía
en un mundo repleto de imágenes, de perturbaciones, de caras, de
voces, de miedo, de alivio, de pánico, de esperanza, de desespero,
de amor... de amor eterno.
Rosario le secaba el sudor, Encarna le cogía de las manos,
ambas allí juntas dando el calor que sabían en aquel instante Esther
era incapaz de dar.

En la cocina, Fermín estaba sentado frente a Esther, la había


dejado llorar, sabía que era necesario, sabía que debía dejarla que
sacará toda su rabia, su ira, su enfado, el hombre guardaba un
silencio grave y angustioso. Solo cuando vio que Esther levantó su
mirada y lo encontró, cuando vio que se calmaba decidió hablar
manteniendo siempre el mismo tono duro que habitualmente
utilizaba pero al mismo tiempo, acompasado, parecía la voz que
pudiera dar calma a Esther. Durante toda su charla, Esther no
apartó ni un solo segundo sus ojos de los del hombre, parecía como
si tuviera un imán y la hubiera atrapado, como si fuera un
hipnotizador, y la hubiera hipnotizado y no lo escuchara nada más
con sus oídos, sino, con su corazón.
F_ Antes has dicho porque Dios os castiga así, yo me hice la misma
pregunta miles de veces, llegué a la conclusión que Dios está en
cada uno de nosotros y cuando parece que todo se acaba, cuando
no sientes fuerzas, te ayuda a levantarte, no sé como, pero lo hace,
de lo contrario mi mujer no sería quien es hoy, ni yo estaría aquí
viendo en ti mi propio reflejo del pasado. Lloré como tú ahora miles
de veces, hice todo cuanto pude, y tan solo pedí una cosa. Mi mujer
a mi lado, nadie sabe más que yo para curarla en algo que depende
de nuestros recuerdos, de nuestras vivencias, ni medicinas, ni
médicos, ni psicólogos... el amor puede con todo lo que parece
imposible, y tú tienes mucho amor que darle no creas que estás
perdida, que no puedes continuar... tú eres un Dios más que cuando
mira a Maca, sabe que tiene que hacer, que cuando ella se

396 ”Adiós Esther” © by ldana


desespera sabe que una caricia un beso, la tranquiliza, que cuando
ella te grita porque no te quiere a tu lado, sabes guardar silencio y
volverte invisible, tú eres la única persona en el mundo que podrá
ayudarla. Pero debes tener miedo... y pánico, te aseguro que ese
sentimiento es quien te moverá a seguir luchando, lo habías
conseguido ¿qué ha habido un pequeño retroceso?, no importa, ahí
estarás tú para sacarla adelante ¿sabes por qué?, porque Dios
jamás castiga, Dios siempre tiene un buen motivo para hacer que
las cosas pasen, yo perdí mi hijo y solo así comprendí lo injusto que
fui, sufro todos los días, pero sigo guardando la esperanza de poder
arreglar el error que cometí, casi perdí a mi mujer, pero luche cada
día de nuestra vida por darle sus emociones y sus recuerdos. ¿Quién
mejor que tú puede saber lo que siente Maca? –bajó el tono de voz,
no la intensidad y tras unos segundos le dijo-. No hay nada como el
amor para levantarte y seguir luchando.
Fermín se levantó con lentitud, y con paso lento pero seguro se
marchó, no sin antes en la puerta girarse a mirarla y entregarle en
sus ojos la confianza que sentía hacia ella. Esther se quedó sola,
cuando se dio cuenta sus dedos apretaban con fuerza el pañuelo,
tanta fuerza que se había clavado las uñas en las palmas, sus ojos
estaban entrecerrados como buscando algo en su interior, apartaba
sentimientos quería mantenerse fuerte y no sentir el pánico que
podía llevarle a la desesperación y cometer la misma locura que
estuvo a punto de realizar. Pero el mensaje de Fermín estaba
perfectamente entendido, no podía temer al miedo porque él era
quien mejor podía ayudarla, por esa razón en aquel momento quiso
sentirlo en soledad, quiso sentir como su alma se desgarraba, como
su corazón sentía una punzada insufrible, como su garganta se
estrechaba, como su cabeza repetía el nombre de Maca, siéntelo se
dijo, y aprende como en su día aprendió Fermín.
El grito desesperado de Maca la sacó de su necesario martirio,
de un salto se puso en pie sacudiendo de su cuerpo lo que tanto la
había paralizado...
E_ ¿Qué pasa?

397 ”Adiós Esther” © by ldana


Entró desesperada a la habitación y allí, se encontró que Maca
se había caído de la cama, estaba en el suelo con el pelo revuelto,
balbuceaba y por su tono parecía sentir un pánico desmedido.
Aquella visión donde sus dos madres trataban inútilmente de
levantarla, le doblegó el corazón. No pudo decir más, se precipitó
hasta ella tratando de levantarla, sin embargo los brazos fuertes
pero al mismo tiempo repletos de suavidad de Fermín se
adelantaron y llegaron para alzarla hasta la cama, mientras Maca
seguía dando tumbos de un lado a otro sin parar de decir cosas sin
sentido.
En_ No nos dio tiempo hija –le decía preocupada Encarna.
E_ Está bien, déjame verte Maca –trataba de tocar sus huesos
aunque parecía que no era más que un golpe seco.
R_ ¡Dios mío Maca cariño!, por favor hija, hija –le hablaba llorando
desconsoladamente-. Esther por favor, llama a Cruz que manden
una ambulancia, sino, llamo a Chiruca y me la llevo a la Clínica, pero
por Dios no la podemos dejar así.
E_ Rosario tranquilícese, por favor, no podemos perder la calma –
decía tratando de sujetar a Maca que seguía como si luchara contra
fantasmas a su alrededor, entonces le habló con ternura-. Maca,
Maca ya está cariño... ya está mi vida.
En_ ¿Y si le pones el calmante?, ¿quieres que llame a Cruz?
E_ No lo sé... no sé... dejarme pensar por favor –su angustia se
reflejaba perfectamente en su voz.
M_ No lo soporto... que se callen...
E_ Mi amor –le acarició la cara tratando de calmarla mientras
pensaba.
El silencio en el cual Esther buscaba encontrar la solución, lo
rompía la voz de Maca diciendo cosas sin ninguna coherencia, Esther
quiso buscar en su mente lo que había estado estudiando en los
libros que había devorado sobre trastornos emocionales, pero se
sentía perdida, se sentía sin saber como debía actuar, al separar los

398 ”Adiós Esther” © by ldana


ojos de su mujer, se encontró con la mirada segura de aquellos
otros ojos azul cielo de Fermín que en ese momento tanto le
estaban transmitiendo. Aquello le fue suficiente para encontrar la
fuerza.
E_ Dame el teléfono mamá.
En_ Si hija, toma –se apresuró a entregárselo.
E_ Rosario salga de la habitación, y por favor tranquilícese no puede
estar aquí así.
R_ ¿Cómo voy a dejar a mi hija así? –le reprochó.
F_ Esther tiene razón, vamos, yo la acompaño.
R_ Pero...
En_ Rosario vamos, prepararé una tila bien cargada para las dos –la
tomó por los hombros y la sacó no muy convencida de poder
tranquilizarla.
E_ ¡Cruz!, soy yo –se mostró nerviosa por hablar con ella pero al
mismo tiempo serena ante la figura de Maca que le tenía aferrada
una mano.
C_ Dime Esther.
E_ Maca acaba de caer de la cama, parece que está completamente
fuera de su propio control.
C_ Está bien, ya podemos descartar cosas, esto es un ataque y por
que me dices muy fuerte, no quiero que le pongas ningún calmante,
¿ella te responde si le hablas?
E_ No.
C_ Insiste, quiero oírla por favor –le dijo mientras Vilches se
sentaba a su lado con un sándwich en la mano-. Está peor.
V_ Mal asunto –murmuró con el bocado en la boca.
E_ Maca cariño... Maca ¿me oyes mi vida?
M_ No quiero Esther.... no quiero... Daniel... Luisito... ¿quién?,
suéltame, me estás haciendo daño... Esther....

399 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Ya mi vida estoy aquí. ¿Cruz?
C_ Sí tengo bastante. ¿Vilches? –lo miró fijamente esperando que
fuera él quien tratara de se contundente con Esther.
V_ Esther quiero que seas consecuente... si la llevas a una clínica
sabes que van a hacer con ella, lo que Maca está teniendo es una
grave crisis de emociones, recuerdos y hasta diría yo, un grado alto
de trastorno ahora mismo, si tú estás dispuesta, te aconsejo que no
te separes de ella ni un instante, ahora es más peligroso que nunca
dejarla sola, podría hacer cualquier barbaridad, ¿me oyes?
E_ Si –susurró mirándola con profundo impacto por las palabras de
Vilches.
V_ Bien... si este ataque lo supera y es como esperamos, puede que
en poco espacio de tiempo recupere todo cuanto ha perdido, ahora
bien, si este ataque se agudiza sintiéndolo mucho Esther, habrá que
internarla.
E_ No quiero internarla –contestó con seguridad.
C_ Esther ya te hemos dicho lo que ocurre, esta vez tu palabra no
sirve de nada, Maca esta al borde de la locura, eso lo debes
entender.
E_ Si la internamos, llenaran su estómago de pastillas, sus brazos
de goteros, estará encerrada en un cuarto, la atarán ella no
soportaría estar en un lugar así y yo no soportaría dejarla.
V_ Si pierde la cordura Esther, da igual el lugar.
E_ Pero vosotros dijisteis que esto era muy poco probable que
pasara.
V_ Dijimos que era poco probable, pero no imposible. Maca puede
estar con estos ataques días, semanas, puede volverse agresiva
hasta el punto de poder dañarte a ti, lo siento, pero no puedo
dejarte bajo esa presión.
E_ De acuerdo –suspiró mientras acariciaba su frente-. Ahora se ha
calmado, si durante lo que queda de día, y mañana veo que no

400 ”Adiós Esther” © by ldana


mejora, os prometo que haré lo que decís, pero mientras tanto
quiero ayudarla.
C_ Lo entiendo Esther, y nadie mejor que tú para lograrlo.
E_ No voy a llamaros más, sabiendo lo que hay...
C_ Tranquila ya te llamo yo. ¿Esther?
E_ Dime.
C_ Prepárate para lo peor, no hagas como cuando estuvo en coma.
E_ Tranquila Dios está en mí y me ayudara –colgó quedando sus
ojos fijos en el rostro de Maca.
V_ ¿Ha dicho Dios está en mí? ¿o me estoy tomando una mayonesa
que produce alucinaciones?
C_ Si esa es su forma de encontrar la fuerza, déjala.
V_ Cuando Maca se recupere, Esther va a tener que ir a un buen
psiquiatra nada de psicólogo.
C_ Mañana iré con Teresa, seré yo quien decida que hacer, ¿de
acuerdo?
V_ Claro... Dios esta en mí –murmuró escéptico con gesto
totalmente alucinado.

En la cocina, Encarna le llenaba un vaso a Rosario de tila, tan


solo se escuchaba el sonido del agua subiendo en él; el silencio se
había apoderado de la estancia. Las dos mujeres sopesaban las
posibilidades de lo que sus hijas podían hacer, las dos querían lo
mejor pero sabían que una de ellas, tendría que aceptar algo con lo
que no estaba de acuerdo. Y allí como testigo mudo Fermín, que
miraba por la ventana con sus ojos clavados en el infinito.
En_ Rosario no le tomes a mal a Esther lo que ha dicho.
R_ En el hospital... la deje tomar todas las decisiones Encarna, pero
no soporto ver a mi hija así.

401 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Si llega el momento yo te ayudaré... aunque ya sabes que no
me gustan esos sitios.
R_ Pero es el único lugar donde Maca tiene posibilidades.
F_ El único lugar donde su hija tiene posibilidades de salir de su
propio laberinto, es junto a Esther –lo dijo tan seguro, tan firme que
Rosario lo miró con gesto dubitativo-. Solo ella será capaz de
ayudarla, si no soporta ver a su hija en el estado en el que está,
váyase, y si la quiere como sé que la quiere, sería lo mejor. Esther
no necesita a su alrededor a nadie que le empuje a ir
contracorriente.
En_ Rosario... –la miró con pena.
Hubo un pequeño silencio que fue roto por la puerta que se
abrió lentamente.
E_ Ya he hablado con Cruz –entró Esther con gesto preocupado. Se
quedo de pie y miró a Rosario como si quisiera disculparse por su
comportamiento-. Sé que todos queréis lo mejor para Maca y todos
creéis que llevarla a un centro es la mejor solución. Voy a seguir las
indicaciones de Cruz, esperaremos hasta mañana a ver su
evolución, ¡ahora bien! –cambió su tono de voz volviéndose fuerte y
seguro, recordándole a Fermín su propia voz-. Si no mejora y Cruz o
usted quieren ingresarla, lo siento, pero todos se marcharan de aquí
y me dejaran sola con ella, no voy a permitir llevarla a un lugar así.
R_ No vas a poder Esther... yo no quiero verte sufrir a ti también.
E_ Es Maca, Rosario, es mi mujer y me necesita a mí, sus recuerdos
son los míos, sus miedos los míos y su amor el mío –Encarna la
miraba conteniendo la respiración.
R_ Está bien... –aceptó cerrando los ojos no muy segura.
E_ Cuando mi padre se estaba muriendo vi a mi madre estar a su
lado –Encarna se sorprendió de que recordara aquello, pues era
demasiado joven y nunca habían hablado de aquel triste recuerdo-.
Yo la veía llorar cuando creía que estaba sola, él también, su vida no
fue perfecta, pero era un amor tan grande que a mí me asustaba,

402 ”Adiós Esther” © by ldana


siempre pensé que no lograría tener la capacidad que tuvo mi
madre. ¿Sabe con quién quiso morir mi padre?, a su lado cogiéndole
la mano –Encarna no pudo más que asentir con los ojos repletos de
lagrimas-. No quiso otra cosa, y ella siempre estuvo allí,
sonriéndole, mostrándole su amor y murió con la tranquilidad de
saber que su mujer lo adoraba, por mucho que siempre le riñeras,
¿verdad mamá?
En_ Sí hija.
E_ He recorrido mucho por Maca Rosario, usted lo sabe, todos
hemos sufrido... y ahora no voy a dejarme llevar por esto, ¿qué
puede volverse agresiva?, sí, claro, pero también puede volver a
recuperarse ¿y entonces estará sola? ¿rodeada de gente que no
conozca?. No, que pase lo que tenga que pasar, pero yo a su lado,
con la única medicina que puedo darle, mi amor.
R_ Creo que ahora te estás equivocando, ahora no se trata de
recuperar sus fuerzas, su brazo, su pierna, es algo mucho más
complicado y es mi hija Esther, pero... tienes razón lo único que se
me ocurre decirte es gracias –le sonrió sintiéndose egoísta al pensar
nada más en su hija.
E_ Voy a estar a su lado, no puedo dejarla sola, pase lo que pase,
por favor –cerró sus ojos al decirlo-, no quiero que dentro de esa
habitación podamos decir o hacer algo que pueda hacerle daño,
¿vale?, si tenemos que llorar, salimos, si tenemos que sufrir, no
entramos.
Se marchó con gesto afligido, sabía que le acababa de dar una
noticia a Rosario que no era de su agrado, pero estaba dispuesta a
todo, no había marcha atrás, no hay mejor medicina que el amor.
F_ Ya paró de llover, voy a buscar al médico...
En_ Gracias Fermín.
R_ Parece el Ave Fénix, resurge de sus propias cenizas, de su propio
miedo, hace un momento no podía entrar, ahora, está dispuesta a
todo –miró a Encarna a los ojos-. No cesa de darme lecciones.

403 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ No creas... a mí también –elevó sus cejas-. ¿Pero sabes qué?
R_ Es el amor.
En_ Eso mismo, esta pareja no podrá separarse jamás, porque
sienten un amor verdadero, de esos que hay pocos, de esos que en
esta sociedad donde todo vale, son extraños encontrar.
R_ Si, somos afortunadas Encarna... –esta vez fue ella quien apoyó
su mano sobre la de la mujer que las tenía heladas, Rosario la miró
un tanto preocupada al notar su contacto.
En_ Estoy bien, pero mi hija acaba de helarme la sangre... nunca
habló de su padre y hoy, me ha alegrado el corazón creo que su
vida giró siempre buscando un amor como el nuestro, y sabe que
con Maca, lo tiene –le dijo con seguridad y una sonrisa.
R_ Si, y Maca con ella –le apretó la mano feliz sonriendo con tristeza
al volver a escuchar un grito desesperado de Maca-. ¿Cuándo va a
terminar esta pesadilla?

En el cielo se había dibujado un arco iris, sus rayos luchaban contra


aquellas nubes algodonosas que lo cubrían para poder exhibirse
dando así un toque mágico y colorido a la tarde, cuando venció su
particular batalla, el cielo mostraba con todo el apogeo una
panorámica casi única, exquisita. La mezcla de olores penetraba por
las ventanas, la hierba, la tierra mojada, todo era bello en aquel
instante. Todo excepto cuando Esther se giró y vio a una Maca que
aún dormida se mostraba con gesto de desesperación. Llevaba un
cuarto de hora a su lado, no había hecho el mínimo movimiento,
parecía que se había tranquilizado o al menos, su cabeza estaba
dándole una tregua. Ella prefirió creer que todos sus pensamientos
estaban volviendo a su sitio para poder indicar a sus emociones el
camino a recorrer, podría ser su cabeza la carretera por donde las
emociones irían obedeciendo las señales, el amor, la sensibilidad, la

404 ”Adiós Esther” © by ldana


ternura, sonrió al imaginar aquella multitud de sensaciones
recorriendo el cerebro de Maca buscando cada una su lugar, suspiró
porque se daba cuenta que se aferraba a una utopía, pero quería
pensar que sería así, que cuando despertara todo en su cuerpo
volvería a tener un orden, ella volvería a ser la misma, y la vida
volvería a sonreírles.
Al ver entrar a su madre le dedicó una sonrisa, se acercó hasta
ella y se sentaron juntas en el pequeño sofá en forma de diván,
Encarna le apretó su mano transmitiéndole su eterno apoyo y
también su gratitud por las palabras que le había dedicado
momentos antes y que aún la tenían sorprendida. El suspiro de
Esther se oyó retumbar por toda la habitación, tal era el silencio que
fue como si un sonoro ruido hubiera perturbado la tranquilidad.
Tanto que hasta los pájaros comenzaron a piar suavemente, el
mundo fuera volvía a ser como hacía unas horas, el mundo dentro
de aquella habitación, su mundo, volvía a ser tan desconcertante
como hacia más de tres meses. Otro suspiro salió de su alma como
tratando de barrer a su paso todas y cada una de las sensaciones
negativas vividas.
El silencio era pesado, denso, la respiración de Maca volvía a ser
pausada, dormía de lado con las manos aferradas la una a la otra y
Encarna sintió la necesidad de hablar con su hija lo hacían entre
susurros porque no querían despertarla, ya que realmente sentían
miedo por lo que pudiera acontecer. El miedo estaba dibujado en
sus pupilas, y las sonrisas eran tensas, nerviosas pero sobre todo, el
desconcierto era quien ocupaba la expresión que cada rostro era
capaz de reflejar.
En_ Ahora está tranquila.
E_ Si, no sé por cuanto tiempo, pero al menos está más calmada
En_ Otra vez la adversidad te hace crecer hija –le apretó la mano en
señal de fuerza.
E_ Tengo miedo mamá, me imagino que es mi única defensa para
no dejarlo vencer.

405 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Deberías entender que su madre defiende lo que cree mejor
para ella.
E_ Y ella debería entender lo que yo defiendo para mi mujer.
En_ Nunca pensé que demostrarías tanta fuerza...
E_ Lo aprendí de ti mamá, ¿o qué crees? –le sonrió-. Llevo unos
días pensando detenidamente recordando como el amor entre tú y
papá fue tan fuerte, y como lo ayudaste, como ni siquiera la
enfermedad pudo venceros, ahora cuando recuerdo tus palabras y
las de Teresa, siento que hemos perdido mucho tiempo... pero si
trato de mirar el futuro, no puedo imaginarlo, ni quiero porque me
da miedo, quiero vivir el hoy, y como tú una vez me dijiste, vivir el
hoy con todas sus consecuencias... y nuestro hoy vuelve a ser la
lucha por superar esto.
En_ Así es hija, cuando llegan la cuesta arriba es cuando más
debemos luchar, dejarse llevar por la marea cuando todo va bien es
fácil, pero cuando vienen los problemas y se vuelve marejada, ahí
es donde se ve el amor.
E_ A veces me pregunto si fuera al revés, ¿cómo estaría Maca?
En_ ¿Como iba a estar...? como tú, y si te haces esa pregunta es
que estos días pensar no te ha servido para mucho.
E_ Te quiero tanto mamá –la abrazó.
En_ Y yo mi vida, y me siento muy orgullosa de ti –le sonrió.
E_ ¿Y Rosario?
En_ Hablando con Pedro –puso un gesto un tanto preocupado.
E_ ¿Le va a decir...?
En_ No lo sé hija... –entonces tocaron a la puerta-. Voy.
E_ Maca cariño –se acercó a ella con gesto de miedo-. No voy a
dejar que te aparten de mí.
En_ Hija, es el doctor –le dijo mientras pasaba a la habitación.
E_ Vale que pase. Hola Doctor.

406 ”Adiós Esther” © by ldana


Dr_ Ya Fermín me ha contado de la crisis.
E_ Si, ha sido la más fuerte, ahora parece que está tranquila.
Dr_ Voy a examinarla –procedió a comenzar con las pruebas.
M_ No, no –apartó con sus manos las del médico que se sorprendió.
E_ Maca –le habló Esther un tanto desconcertada por su reacción.
M_ No quiero –abrió los ojos y al ver allí al hombre empezó a
agitarse-. No, no quiero que me toquen... no quiero que me lleven...
E_ Nadie te va a llevar a ningún sitio mi amor.
M_ Esther... Esther...
E_ Si –el hombre no perdía detalle de su comportamiento-. Todo
está bien mi vida.
M_ No quiero, si me llevan me separan de ti, no... el coche... no
quiero perderte... Esther.
Volvía a ella la angustia, su voz sonaba repleta de pánico y sus
ojos se abrían como si lo que viera lo estuviera viviendo realmente,
sufriendo nuevamente, Esther la abrazó, la besó y con sumo cariño
la acunó mientras Maca escondía su cara sobre su pecho.

En el comedor estaban esperando las dos mujeres, Fermín


había preferido ir a por algo más de leña, suponía que la noche sería
larga y pensó que debía proveerlas pues el frío volvía a ser intenso.
Cada una estaba sentada en un sillón, en silencio desde que habían
escuchado los gritos de Maca que en ese instante habían vuelto a
calmarse.
R_ Encarna... he hablado con Pedro de la situación –hablaba
lentamente mientras por su tono Encarna pudo percibir que había
algo que no le gustaba de aquella conversación-. Pedro insiste en
ingresarla, ha ido a hablar con Mariano, y le ha dicho que lo mejor
es hacer una terapia.
En_ ¿Y? –la miró fijamente como adivinando que estaba entre la
espada y la pared.

407 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Bueno... no es fácil para mí –tragó saliva y sacudió su cabeza-.
Entiendo a mi marido, pero si veo los ojos de Esther, la comprendo
a ella y la apoyo en su pensamiento.
En_ ¿Pero?
R_ Pero no lo sé Encarna, esta situación me supera, me gustaría
tener tu calma para poder afrontarlo. Además... –Encarna le hizo un
gesto invitándola a continuar, sus ojos se habían quedado sin brillo,
estaban apagados y entendió que aquella mujer que parecía pasar
de puntillas sobre la vida, estaba pasando un difícil momento-.
Pedro quiere que vuelva a Jerez, se han complicado las cosas y...
bueno... quiere que vuelva.
En_ ¿Y qué quieres tú?
R_ Quedarme –fue rotunda.
En_ ¿Entonces?, ¿cuál es el problema?
R_ Ese, yo siempre he estado a su lado, entiende que Maca esté
enferma pero tengo más hijos y nietos que atender.
En_ Pero no están enfermos, aunque claro, Pedro lo que realmente
quiere es llevarse a Maca a Jerez y tenerte allí con él. Juntos.
R_ Pero no entiende que el lugar de Maca no está ni en Jerez, ni
junto a mí.
En_ Pues parecía que si.
R_ Pedro es así... por eso choca con Maca... por eso siempre temí
que llegara el momento en que mi hija afrontara su verdad, sabía
que la iba a perder, y llegó el día en que tuve que decidir, entre mi
marido y mi hija –su voz sonaba triste, apagada, tremendamente
amarga-. Ya lo hice una vez y... me arrepentí, ahora quiero
quedarme aquí el tiempo que sea necesario, y quiero, que Esther
consiga ayudarla y ponerla bien. No creo que separarlas sea justo.
En_ Así es. Debe ser triste decidir entre un padre y una hija. Muy
triste.

408 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Si Maca supiera las noches que he llorado pensando en ella, si
supiera el dolor tan tremendo que sentía cuando imaginaba que
estaba sola...
En_ Eso es lo malo de ser madre, no saben lo mucho que llegamos a
sufrir, nos ven como rivales, como las que prohibimos y nos
empeñamos en hacerles la vida complicada.
R_ Pues si... tú me entiendes... me gustaría que Pedro también lo
hiciera.
En_ No pierdas las fuerzas en esa misión imposible, es hombre –
Rosario dio una carcajada-. Claro, a ver si miento, ¿qué pasaba
cuando tu hija se marchaba de juerga bien jovencita?, al menos yo
no dormía hasta que no oía la puerta cerrarse, ¿y qué hacía mi
marido?, dormir como un zopenco.
R_ Tienes razón –murmuró sonriendo.
En_ Pues entonces... tú eres la que estás aquí, tú estás viendo lo
que ocurre en este momento, tú tienes la verdad. Aunque tan solo
es mi consejo.
R_ Creo que es hora que haga algo realmente por Maca –le guiñó un
ojo sonriente-. Gracias Encarna, nuevamente gracias.
E_ ¿Mamá puedes acompañar al Doctor?
En_ Claro, pase por aquí –las mujeres se levantaron.
E_ Gracias por todo.
Dr_ Ya sabes que a cualquier mínima duda puedes localizarme y si
no hay tormenta, vendré –sonrió.
E_ Gracias –volvió a la habitación tras entregarle una mínima
sonrisa.
R_ Doctor, ¿cómo la ve?
Dr_ Bueno creo que está teniendo un brote psicótico, esto no es
alarmante hasta cierto punto en su estado, hemos desestimado
cualquier otro posible problema más grave con el reconocimiento, y

409 ”Adiós Esther” © by ldana


pienso que ahora lo que hay que hacer es vigilarla y ver como
evoluciona las próximas horas.
En_ ¿No podemos darle nada para no verla sufrir así?
Dr_ Mire esto puede durar días, semanas, horas o quizá meses,
puede ir a más convirtiéndose en un grave problema para ustedes,
mi opinión es empezar con cosas muy suaves y si sus ataques son
continuados o ponen su vida en riesgo, entonces tendríamos que
recurrir a los sedantes.
R_ ¿Y después de esto, es posible que pueda volver a recuperarse
del todo?
Dr_ Eso nunca se sabe... la verdad, no quiero darles falsas
esperanzas, Fermín estuvo un año esperando y sabe lo duro que es,
a su hija puede pasarle esto también. Nunca se sabe.
En_ Gracias Doctor.
Dr_ Lo dicho, encantado y a la mínima duda me llaman.
R_ Gracias.
En_ Pues si que estamos bien –murmuró al entrar de nuevo al
comedor viendo a Rosario con cara compungida-. Será mejor que
nos tomemos las cosas con calma.
R_ Voy a hablar con Pedro.
En_ Está bien. Esta mujer ha debido de pasar un calvario con ese
hombre –susurró para sí, mientras metía sus manos en los bolsillos
del delantal.

En la habitación, Esther se había sentado a su lado en la cama,


tenía tomada su mano acariciándola, se sentía perdida pero no
quería reconocerlo ni siquiera, pararse a pensar en todas las
posibilidades que el Doctor le había advertido. Hoy. Solo me vale el
hoy, y mi hoy es ayudarla. Se repetía una y otra vez.
M_ Esther.
E_ Estoy aquí.

410 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Dónde estoy?
E_ Conmigo, tu madre, la mía en la casa de campo de Carmen.
M_ ¿Y el coche?
E_ ¿Qué coche?
M_ El del accidente... ¿tú, dónde estabas? –la miró con dulzura.
E_ Te secuestraron –le susurró con temor a provocar en ella algún
sentimiento de pánico.
M_ Un tipo grande –ante aquel recuerdo que hasta ese momento
nunca había nombrado, Esther se incorporó sobre la cama
acercando su rostro al de una Maca que parecía cansada-. Tú me
mirabas, y él me arrastraba...

Esther no pudo contestar porque en un segundo su corazón notó


como se detuvo, estaba recordando, estaba hablando de algo que
hasta ese momento no había salido de su boca. Era una
esperanza... una esperanza a la que aferrarse...
E_ Si mi vida, así es... ¿recuerdas cuándo te fuiste lo que me
dijiste?
M_ Él era fuerte... me ahogaba –murmuraba.
E_ No tengas miedo... estoy aquí aquello ya pasó –la estrechó
fuerte entre sus brazos-. Y nadie te va hacer daño.
M_ No quiero... no quiero.
E_ Maca –susurró sintiendo un pellizco en su corazón.
M_ No me dejes tú Esther...
E_ Nunca –le sonrió-. Trata de relajarte Maca, trata de pensar,
háblame de todo cuanto pase por tu cabeza –le hablaba con
inquietud.
M_ Tengo miedo.
E_ ¿A qué? –la miró con un infinito amor fijando sus ojos en los
suyos que parecían nerviosos por huir de ese miedo que nombraba.

411 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No lo sé. Tengo que ayudar a Cruz, va a operar –trató de
levantarse.
E_ Cariño tranquila estamos aquí en la casa de...
M_ Tengo que irme.
E_ Maca no tienes que ir a...
M_ ¡Suéltame!, déjame -le espetó con rabia trató de zafarse de sus
brazos, ante aquellos gritos Encarna entró y al ver que estaba
tratando de pegar a Esther, ayudó a su hija a sujetarla mientras
Maca seguía revolviéndose a voz en grito-. Tengo que irme,
¡Azucena!, ¡Azucena!
E_ ¡Maca por favor!
R_ ¿Qué pasa? –entró con los nervios disparados Rosario, al verla
murmuró quedándose paralizada-. Dios mío.
En_ Maca trata de tranquilizarte...
M_ Tengo que irme, ¡no lo entendéis!, ¡nadie lo entiende! –
exclamaba fuera de sí en su arrebato.
R_ Déjame Encarna –la apartó con cuidado pues Maca estaba
sacando una fuerza brutal de su interior y la había hecho casi caer-.
Hija.
E_ Maca tranquilízate, no tienes que irte a ningún sitio.
M_ ¡Suéltame cabrona, toda la culpa es tuya! –sus ojos se clavaron
en ella repletos de odio envenenada por el rencor-. Maldita me has
tratado como un perro! –trató de pegarle.
R_ ¡Maca!, ¡ya está bien! –le gritó.
De pronto el silencio volvió a apoderarse de todo, Maca miró a
su madre, después miró a Esther, apoyó nuevamente la cabeza
sobre la almohada, Encarna tuvo que salirse porque aquella
situación le había hecho perder la calma, tuvo que ir a llorar, ver a
Maca de aquella manera, le hizo temblar hasta el corazón.
M_ Me hacéis daño –murmuró con su voz como la seda pues aún la
tenían cogida por las muñecas.

412 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Trata de calmarte, Maca por favor –le acarició la cara y ante el
gesto dio una gran carcajada, Rosario miró a Esther y ésta asintió
como aceptando que era algo normal.
M_ De verdad pensé que no ibas a venir –la miró como si la viera
por primera vez-, pero sabía que volverías porque no sabes estar sin
mis caricias –le sujetó los dedos y los beso con sutileza provocando
que Esther se pusiera tensa pues Rosario se quedó pálida-. Tampoco
puedes vivir sin mis besos... ¿o ya tienes a otra que te los de? –iba
a besarla pero Esther se apartó pues Rosario había apartado la
mirada un tanto azorada.
E_ Vamos Maca, será mejor que te estés quieta ¿eh? –le riñó
aunque con suavidad.
M_ ¿Por qué me riñes? –la miró intensamente-. ¿Ya no te gusta
como te hago el amor?
E_ ¡Maca joder! –no sabía como reaccionar pues notaba como
Rosario estaba sintiéndose cada vez más incomoda con la situación.
M_ Joder... eso... –le pasó la mano por el cuello y la acercó hasta
ella-. Pues a mi me apetece.
E_ Mira, vas a estarte quietecita ¿vale?, Rosario puede darle el vaso
de agua por favor –trató de hacerle ver que estaba allí su madre.
M_ ¿Ahora por qué quieres que me esté quieta?, la otra noche me
decías lo contrario.
E_ Maca –le dijo fuera de control mirándola intensamente.
M_ Me encanta que me mires así.
R_ Toma Macarena, bebe un poco –su voz era un tanto cortante.
M_ ¡La hostia! –murmuró volviéndose hacia su madre-. ¿Tú qué
haces aquí?, ya sabía yo que nos iban a descubrir, te lo dije cabeza
hueca.
R_ Maca creo que deberías serenarte un poco ¡vale!
M_ Me duele la cabeza.
E_ Claro, por eso, venga, recuéstate y trata de dormir.

413 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Oye, ¿te acuestas y lo hacemos?
E_ ¡Maca! –le riñó.
En_ Le he traído un poco de zumo... –entró Encarna con sus ojos
rojos por las lagrimas aunque trató de aparentar calma.
M_ Oye Encarna ¿por qué no le decimos a tu hija que casi le pongo
los cuernos contigo? –dio una carcajada completamente
descontrolada que resonó con una fuerza insospechada por toda la
habitación.
R_ ¡Maca ya está bien! –quien perdió completamente el control en
ese momento fue ella-. ¡Cállate ya!
M_ ¿Por qué no te callas tú?
E_ Será mejor que me dejéis sola con ella Rosario, de verdad.
En_ Maca hija tomate el caldito te hará bien, esta calentito.
M_ Para caliente ya estoy yo. Oye, que si no quieres, no pasa nada
¿eh?, me das el teléfono, llamó a Azucena y vamos... me quedo
igual de contenta... te lo digo yo ¿eh? –le decía con gesto rebelde.
E_ Venga, saliros por favor.
R_ Maca hija...
M_ Maca hija, Maca hija... ¡no sabes decir otra cosa!
R_ Cariño... –trató de acercarse pero ella la cogió por sorpresa de
las muñecas tirando de ella.
M_ ¿Podrías decir algún taco eh?, no te vas a ir al infierno, eso es
mentira mamá, el infierno no existe –le tenía sujeta la mano.
E_ ¡Suéltala Maca! –le dijo al ver que su madre hacia gesto de
dolor.
M_ Doña perfecta, eso me lo dices tú ¿verdad mi amor?, pues ya
sabes a quien me parezco –la soltó-. Por cierto, el infierno sí existe,
y no es otra cosa que estar a tu lado mi niña –le dedicó una mirada
repleta de furia.

414 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Iros, por favor –les dijo tratando de aparentar calma, aunque las
dos mujeres sabían que estaba lejos de sentirse tranquila.
En_ Si quieres algo...
Esther asintió con la cabeza, Maca se había sentado en la
cama, con las piernas fuera, como si fuera a levantarse.
E_ ¿Dónde vas?
M_ Me voy, ellas se van ¿no?, pues yo también.
E_ Anda acuéstate –se acercó a ella.
M_ ¿Acostarme? –entonces Maca la miró fijamente y con una
sonrisa maliciosa le dijo-. Me acuesto si te acuestas a mi lado.
E_ Está bien... hazme sitio, venga –le sonrió tratando de apaciguar
sus nervios.
M_ Así me gusta –le dijo cuando se acostó Esther-. Que me
obedezcas.
E_ Siempre lo hago cariño.
M_ ¿Cariño?, ¿estás segura que soy tu cariño? –se pasó la lengua
provocativamente por sus labios.
E_ ¡Estás payasita, eh! –sonrió.
M_ ¿Tú crees?
Esther asintió riéndose, pero su sonrisa se borró
completamente cuando Maca con fuerza y en un segundo con sus
pies la empujó de la cama echándola al suelo.
E_ ¡La madre que...! –susurró desde el suelo.
R_ ¿Qué ha sido eso? –entraron las madres corriendo angustiadas, y
contemplaron la escena. Esther en el suelo y Maca muerta de risa.
E_ Nada, que la niña está graciosilla.
En_ Vamos hija, levanta –la ayudó Encarna mientras Esther al
levantarse se frotaba su trasero.
M_ Tonta –le recriminó riendo a pierna suelta.

415 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Maca ¿por qué no tratas de descansar eh?
M_ No estoy cansada... solo gamberra –le sacó la lengua a Esther
que seguía frotándose-. ¿Quieres que te frote yo?
E_ Bueno... como veo que estás muy borde, nos vamos fuera,
cuando te dé la gana paras de hacer y decir tonterías –la miraba con
un enfado considerable reflejado en sus ojos y apretando los
dientes-. Mientras tanto vamos a descansar de soportarte.
M_ Eso iros, no quiero a nadie aquí ¡llama a Azucena!, ella es la
única que me ayuda, ¡pero tú te entrometiste!, ¡no sabes lo que te
odio!, ella si que era una mujer y me hacía sentir mujer, no como
tú.
E_ Si quieres algo estaremos fuera. Vamos –les dijo a las dos
mujeres que miraban con gesto de pena a Maca.
En_ ¿Crees que hacemos bien?
E_ No lo sé mamá, de todos modos voy a quedarme aquí –dijo
señalando con gesto de pena la puerta.
R_ Esther... –la miraba con tristeza.
E_ Lo superaremos –le dijo sonriéndole.
R_ Dios te oiga.
En_ Parece que se ha callado.
E_ Si, quizá necesitaba estar sola, no sé –hablaban en voz baja.
R_ ¿Y si le damos alguna medicación suave?
E_ Prefiero esperar, si estos brotes los podemos controlar es mejor
que...
M_ ¡Esther!, ¡ven inmediatamente!, ¡ven aquí! –volvió a gritar-.
¡Esther me oyes!, ¡qué vengas!
E_ Bueno... voy allá.
R_ Ten cuidado –cuando se quedó sola con Encarna se
intercambiaron una mirada repleta de temor.

416 ”Adiós Esther” © by ldana


Al ver Maca entrar a Esther, su corazón dio un latido tan fuerte
que su cara cambio de repente, se quedó mirándola con los ojos
repletos de lagrimas, y sin saber porque rompió a llorar mientras se
giraba para no verla. Esther se acercó a ella rápidamente.
E_ Ya, Maca, ya.
M_ No sé que me pasa...
E_ Mi vida... no te preocupes de nada...
M_ Esther –se giró con su rostro bañado en lagrimas y con una voz
totalmente necesitada y dependiente le preguntó-. ¿Me quieres?
E_ Claro tontita –le quitó el flequillo de la frente mirándola con
expresión tierna y con voz trémula le murmuró-. Eres mi Diosa, mi
vida, mi mundo... te adoro.
Maca no pudo más y se derrumbó, no lloraba pero se abrazó a
ella con la respiración entrecortada, Esther la estrechó fuertemente
contra su cuerpo, ambas necesitaban un poco de tregua, Maca no
sabía que había hecho, ni sabía que había dicho, pero su corazón le
daba muestras que así, tal y como estaba con Esther era como
encontraba la paz y la calma.
E_ Maca... será mejor que te recuestes... será mejor que duermas
un rato.
M_ No te vayas.
E_ No me voy –le sonrió mientras la ayudaba a recostarse.

Mientras fuera, las mujeres esperaban con nervios los gritos de


Maca, Rosario paseaba de un lado a otro del comedor, mientras
Encarna se había sentado con las manos entrecruzadas sobre el
delantal. No hablaban porque no podían encontrar las palabras
adecuadas, ambas con actitud nerviosa esperaba el próximo grito
que parecía tardar, la próxima carcajada descontrolada que no
llegaba, entonces intercambiaron sus miradas, y algo más tranquilas
esperaron. Fue Encarna quien rompió el hielo tratando de dar un
poco de sentido a todo lo que estaba ocurriendo.

417 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ No podemos hacer nada.
R_ Se va a volver loca Encarna... lo sé.
En_ No dejaremos que ocurra eso –le sonrió-. Sé que no es
momento pero... ¿qué le has dicho a Pedro?
R_ Que no voy a volver, y que tampoco voy a llevar a Maca a Jerez.
En_ ¿Lo ha comprendido? –la miró elevando sus cejas.
R_ Creo que sí. Por primera vez ha entendido que anteponga a Maca
a todo cuanto sucede alrededor.
En_ ¿Te sientes mejor?
R_ Sí, mucho mejor.
En_ Me alegro.
R_ Si estos ratos sirvieran para que volviera todo a la normalidad...
–mostró su desasosiego.
En_ Esperemos que así sea. Pero tengo que reconocer que tuvo su
parte graciosa, pobre Esther –sonrió ampliamente.
R_ Si, pobre –sonrió un tanto más tranquila.
En_ Al menos parece que se ha calmado.

En la habitación, Maca se había quedado tranquila aferrada a la


mano de Esther, el silencio en ese momento era agradecido por ella,
y no cesaba de acariciarla una y otra vez con ternura, no quería
hablar porque le daba miedo provocar en su mujer, cualquier tipo de
reacción, hasta que Maca le susurró.
M_ ¿Por qué me siento así?
E_ Estás teniendo una crisis Maca, es algo que debes pasar...
M_ No lo soporto –Esther la apretó contra ella para que encontrara
el calor de siempre, el calor que siempre lograba darle seguridad-.
Parece que todo venga de golpe a mi cabeza, mil imágenes, mil
sensaciones distintas que no puedo controlar... no sé que he hecho.

418 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Nada importante te lo aseguro –le sonrió mirándola cerca de su
cara.
M_ ¿De verdad sientes eso? –se acomodó en su cuerpo.
E_ ¿El qué?
M_ Lo de antes.
E_ Que eres mi Diosa –Maca asintió con una leve sonrisa en los
labios-, y mi vida –se acercó hasta su nariz dejándole un beso-, y mi
mundo –Maca cerró los ojos suspirando-. Pues si, es todo cierto.
M_ Me gustaría poder decirte que tú lo eres para mí –su expresión
se entristeció.
E_ Me lo dirás cuando estés bien –le dejó un suave beso en los
labios.
M_ Me duele la cabeza.
E_ Vamos a hacer una cosa cariño, vas a tomarte un buen vaso de
leche con una pastilla para el dolor, descansarás y cuando
despiertes te encontraras mucho mejor.
M_ No quiero encontrarme mucho mejor –Esther la miró con gesto
confundido-. Quiero encontrarme bien.
E_ Seguro que sí, seguro que al final todo será como siempre.
M_ ¿Y si tarda en llegar mucho ese final?
E_ Estoy casi casi –le dejó otro suave beso interrumpiendo su
respuesta-, convencida que está muy cerca. Te quiero.
Maca se quedó abrazada a la almohada quería sentir... pero no
hallaba el que.

Cuando las mujeres vieron salir a Esther se pusieron en pie,


pero su rostro tranquilo les dio muestras de que de momento, todo
estaba bajo control. Le llevó el vaso de leche con la pastilla, se lo
tomó y se acomodó en la cama cogiendo la mano de Esther. Una
vez se durmió salió, Encarna sabiendo que tenía que hablar con
Rosario, se fue a hacer guardia en el sillón con su hilo para hacer
419 ”Adiós Esther” © by ldana
calceta mientras la vigilaba. Rosario que volvió a tener una llamada
fue hasta su cuarto para hablar, y Esther salió al porche con un vaso
de leche caliente.
Al rato Rosario que la buscaba, la localizó en el balancín con la taza
sobre sus manos, la manta aferrada a su cuerpo y la mirada perdida
en el vacío con sus ojos vidriosos.
R_ Te estaba buscando Esther.
E_ Hola –le sonrió-. Siéntese a mi lado por favor.
R_ Gracias –le devolvió la sonrisa.
E_ No sé si antes fui demasiado dura con usted en la cocina.
R_ Para nada hija –le hizo un gesto agradable-. Te comprendo.
E_ ¿Qué ha dicho su marido? –la miró sin ocultar su temor.
R_ Hemos hablado, le he convencido para que nos dé unos días...
yo no quiero irme, no quiero dejarla así y no quiero internarla, esa
es la verdad
E_ Vale –asintió moviendo la cabeza sin mirarla acompañando con
un gran suspiro su afirmación.
R_ Sé que mi hija puede perder la cordura, sé que Vilches nos dijo
de internarla, sé que mi marido cree que es lo mejor y que yo
misma hablé con Chiruca para hacerlo, pero... –suspiró con fuerza-.
Soy incapaz de separarla de ti.
E_ Pues se lo agradezco mucho, de verdad, Maca no está preparada
para entrar en un lugar así, sería mucho pero para ella, estos
delirios los podemos aguantar, y sé que lo va a superar, lo sé.
R_ En su propio delirio me ha definido perfectamente.
E_ No le tome en cuenta nada de lo que ha dicho...
R_ Es que ha dicho la verdad, soy Doña Perfecta, preferí pensar en
las apariencias, en que todos vieran que éramos una familia
perfecta, ejemplar, antepuse todo a la felicidad de mi propia hija.
Nunca fui capaz de reconocer que me dolía no tenerla –levantó la
mirada de sus manos y miró al frente Esther pudo percatar en

420 ”Adiós Esther” © by ldana


aquellos ojos una sombra de pena pesada de soportar-. Nunca actué
de madre, seguro que te ha contado muchas más cosas de Carmen
que de mí.
E_ Si –se giró un poco para poder observar a la mujer que tantos
problemas les había creado y que en ese momento se estaba
mostrando como una mujer indefensa con el alma desnuda.
R_ Nunca fui una madre y... creo que como Encarna ha dicho... me
ha llegado la hora de serlo. Haré todo cuanto esté en mis manos
para ayudarte, para sacarla de ese mundo en el que está.
E_ Gracias –le puso una mano sobre las suyas, después de respirar
hondo añadió-. La voy a necesitar.
R_ No Esther... gracias a ti –esta vez quien tomó la mano de Esther
entre las suyas fue Rosario provocando en su nuera un tímido
temblor de satisfacción-. Y la que te voy a necesitar, soy yo.
¿Recuerdas cuándo os hicisteis aquel reportaje? –ella sonrió-. La
admiré.
E_ ¿De verdad?
R_ Sí, porque ella fue valiente... porque no le importó nada más que
lo que para ella era realmente significativo. Y sin embargo, yo ante
mi sociedad tuve que mostrarme ofendida y hasta humillada. Pero
se acabó, no quiero darle más la espalda, necesito demostrarle que
la quiero, que me he equivocado, pero quiero demostrarle que estoy
dispuesta a todo por recuperar el amor de mi hija.
E_ Me alegro Rosario, para ella usted es mucho más importante de
lo que cree.
R_ Vamos a tener que estar preparadas ¿eh? –le sonrió.
E_ Sí, va a ser duro, pero no nos queda más remedio que luchar.
R_ Lucharemos –le puso la mano en la barbilla y le dijo-.
Lucharemos juntas. Y... gracias por amar así a mi hija.
Esther sonrió y terminó dando un abrazo a su suegra que lo
acogió un tanto sorprendida, pero agradecida.

421 ”Adiós Esther” © by ldana


Cuando salió Encarna al porche, notó el frío en su piel, se sentó
junto a su hija, la miró con esa actitud tan maternal que hacia de
Encarna una madre portentosa, el pilar de su familia como tantas
veces su marido había dicho. Esther la miró y apoyó su cabeza
sobre su hombro.
E_ Mami, te quiero.
En_ Lo sé.
E_ ¿Sigue durmiendo?
En_ Sí.
E_ ¿Sabes que estaba recordando ahora? –la miró con una sonrisa
nostálgica.
En_ Dime.
E_ Cuando papá decía que eras el pilar de nuestra familia –ella
sonrió-. Siempre me pregunté si yo sería como tú, pero ya ves que
no.
En_ ¿Cómo que no? –le preguntó incrédula.
E_ Estoy hecha polvo mamá.
En_ ¿Y tú crees que los pilares no se resquebrajan? –la miró
fijamente-. ¿Crees que yo nunca me sentí como tú?, muchas veces.
E_ ¿Y qué hiciste?
En_ Te tenía a ti, tú me ayudabas sin apenas saberlo, me
apuntalabas y ponías buen cemento en mis grietas. Y viví, a ti te
pasará igual en cuanto Maca esté bien...
E_ Te admiro tanto –le sonrió-. Siempre me das la solución para
todo, Vilches tiene razón –sonrieron las dos.
R_ ¡Esther, Encarna!, Maca está ardiendo.

Las tres corrieron hasta la habitación, al entrar Maca estaba


envuelta en un sudor frío y temblores.
En_ Cuando he salido estaba bien –murmuró nerviosa Encarna.

422 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Ha sido en nada, estaba mirándola y estaba tranquila, cuando he
ido a acariciarle la he encontrado ya ardiendo.
E_ Voy a llamar a Cruz. Debe estar cerca de los cuarenta.
En_ Dios mío lo que faltaba –juntó sus manos sobre le pecho.
R_ Maca cariño... hija... está tiritando.
M_ Esther... Esther –la llamaba una y otra vez mientras se aferraba
a la mano de su madre.
Fuera una nerviosa Esther trataba de tranquilizarse, aquello no
lo tenía previsto, y Cruz no le contestaba. Insistió varias veces pero
no obtuvo respuesta. Apoyó su frente contra la pared en actitud
derrotada, sus manos temblaban sin poder controlar el temor no de
su estado en ese momento, su miedo era como quedaría Maca,
después de aquel tormento que sabía estaba pasando. Estaba
sumida en esos pensamientos cuando notó una mano en su hombro,
quiso retener las lagrimas pero no pudo, su castillo de naipes volvía
otra vez a tambalearse. Se giró pensando que allí tendría el abrazo
de su madre, pero quien estaba para entregárselo era Rosario. La
estrechó con fuerza y sabía que era la primera vez que aquel abrazo
era sincero, Esther así lo sintió y se derrumbó.
R_ Todo irá bien Esther, todo irá bien.
E_ Tengo tanto miedo –lloraba sin poder controlarse.
R_ Venga, desahógate y vuelve a la habitación, te está llamando.
E_ No puedo decaer –decía mientras con sus manos nerviosas
trataba de quitarse las lagrimas de su cara-. Pero no soporto verla
así.
R_ Lo sé, por eso mismo, llora te hará bien –le puso su mano en la
barbilla y le preguntó- ¿Qué te ha dicho Cruz?
E_ No estaba –suspiró con la respiración entrecortada debido al
dolor que sentía en su pecho que no la dejaba respirar.
R_ Venga ve, voy a llevar agua y le pondremos unos paños.
E_ Si. Gracias Rosario –le sonrió aún con lagrimas.

423 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Ve, te necesita.
Al entrar en la habitación vio como Encarna le hablaba pero
Maca dormía, tan solo repetía ciertas cosas que no lograban saber
que. Se acercó hasta la cama y esta vez fue ella quien apoyó su
mano sobre el hombro de una Encarna conmovida por la visión de
Maca que parecía completamente alejada de ellas. Nuevamente
sufriendo, nuevamente en su mundo, en un mundo donde no tenían
cabida para poder ayudarla.
E_ Vamos mamá –apretó su mano sobre el hombro.
En_ Lo siento hija, pero el pilar de tu madre, también tiene derecho
a resquebrajarse.
E_ Lo sé –se agachó y la abrazó-. Pero no quiero verte así.
En_ Discúlpame soy una tonta –le acarició la cara mientras ella le
quitaba un par de lagrimas que resbalaban por su piel.
R_ Ya tengo el agua –llegó Rosario que parecía otra, dispuesta a
todo por su hija.
E_ Será cuestión de tratar bajarle la fiebre así.
M_ Esther...
E_ Estoy aquí cariño... estoy aquí.
M_ No te vayas... no me dejes...
E_ Claro que no, tranquila estoy a tu lado, como siempre.
M_ No puedo... no puedo –volvía a insistir con la boca seca.
E_ Bebe un poco de agua... necesitas beber.
R_ Cariño... tranquila todo está bien... ya verás como pronto pasa la
fiebre.
M_ Dile que me deje en paz, no soporto esto –se mostraba sin
control mientras Esther la miraba apenada-. No quiero pensar... no
quiero pensar...
E_ Maca estoy aquí, estamos aquí contigo, nada te va a pasar...
trata de relajarte... –Maca la miraba con los ojos vidriosos.

424 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No puedo... no te vayas –le dijo con el pánico reflejado en sus
ojos.
E_ No mi amor... no –le acarició la cara mientras Maca se aferraba a
su mano con una necesidad imperiosa.
En_ Ya voy yo –dijo Encarna pues habían llamado a la puerta. Dejó
a las dos mujeres junto a Maca y con expresión de preocupación fue
abrir-. Hola Carmen.
Ca_ Hola, espero no molestar –dijo la mujer quitándose el abrigo y
dejándolo sobre la percha que había en la entrada-. Pero no podía
aguantar más sin saber, he dejado a Daniel dormido al cuidado de
Fermín.
En_ Tranquila no molestas.
Ca_ ¿Qué tal?, por tu gesto mal –le dijo con cierto temor.
En_ Ahora tiene fiebre, ha estado muy inquieta igual decía cosas con
sentido, que igual ha tratado de hacer daño a su madre –suspiró
repleta de pena-... a Esther la ha echado de la cama... ahora le
suplica que no se mueva de su lado... no sé que va a pasar.
Ca_ Fermín dice que su madre la quiere internar. ¿Esther lo va a
permitir?
En_ Más bien es el padre quien quiere llevarla... y no sé Carmen, no
sé yo si no sería lo adecuado da una impotencia verla así y no
poderla ayudar.
Ca_ Ya... pero Esther tiene que estar a su lado, de lo contrario se
vendrán abajo una y otra.
En_ Lo sé, pero es muy complicado poder controlar cuando le dan
estos brotes, jamás pensé que le pasaría esto, pensé que sería
como las películas, llegaría un día y ¡pum!, su mente y sus
emociones, estarían ya controladas.
Ca_ No es tan fácil.
En_ Venga ven... estamos con ella.

425 ”Adiós Esther” © by ldana


Mientras en Madrid, Cruz acababa de encender el móvil, había
estado paseando con María y había necesitado un momento de
tranquilidad. Al ver el número reflejado en la llamada perdida, se
asustó y rápidamente una vez acostó a la pequeña, llamó.
C_ ¿Esther?, lo siento tenía el teléfono desconectado, ¿qué ha
pasado?
E_ Tiene fiebre Cruz.
C_ ¿Mucha? –preguntó con expresión inquieta.
E_ Cuarenta, estamos poniéndole paños.
C_ Bien.
E_ No sabía si puedo darle algo o...
C_ Tranquila. A ver –suspiró poniéndose la mano sobre la frente-.
¿Qué tiempo os hace ahí?
E_ Mucho frío –dijo mientras Rosario seguía poniéndole paños en la
frente y Encarna y Carmen lo hacían en las muñecas-. Pero aquí
tenemos la chimenea encendida y no se nota.
C_ Pues apágala, después a ella la dejas con lo que lleve
E_ El pijama.
C_ Eso es. Veamos si siguiera y no le hace efecto el paracetamol
pues entonces le darías un baño, pero esto déjalo como último
recurso. ¡Ah y muchos líquidos!
E_ Si, ¿a qué puede ser debido Cruz? –se notaba en el timbre de su
voz la preocupación marcada.
C_ No me importa la fiebre, puede ser cualquier motivo que le haya
hecho subir su propio estado emocional puede ser una simple
autodefensa, o una simple reacción, lo que me importa es su
comportamiento. ¿Ha tenido algún brote más?
E_ No, ha estado tranquila desde que hablamos –las mujeres la
miraron fijamente con gesto de incredulidad por ocultarle la verdad.
C_ De acuerdo, a parte de la fiebre, ¿tiene algún otro síntoma?

426 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No, estaba tranquila, le dolía la cabeza y... le he dado un
calmante.
C_ Vale... ¿Esther seguro que no ha tenido ningún ataque más? –le
insistió.
E_ Seguro.
C_ Mañana llevaré yo a Teresa, quiero verla.
E_ Gracias Cruz –respiró algo más aliviada.
C_ Mañana hablamos, pero quiero que medites mucho la situación,
¿eh?
E_ Tranquila, mañana ya hablamos. Gracias Cruz.
En_ ¿Por qué no le has dicho la verdad? –se adelantó su madre a
Rosario que iba a preguntarle.
E_ Porque si le digo la verdad, vendrá con todo preparado para
llevársela. Carmen por favor puedes apagar la chimenea.
Ca_ Claro hija –la mujer cumplió con el encargo.
E_ Hay que quitarle la ropa, voy a por el paracetamol.
R_ ¿Seguimos con los paños?
E_ Sí, sí.
R_ ¿Te ha dicho por qué puede tener esta fiebre?
E_ No, no le preocupa la fiebre, le preocupa su estado y me imagino
que ahora con la fiebre empezará a delirar así que lo principal es
bajarle aunque sea un poco, para que no se complique más sus
alucinaciones y sus desvaríos –decía con nervios.
Ca_ Tiene arrestos, no sé como van a llevársela si ésa médica lo
dice.
R_ Yo tampoco... –susurró.
Ca_ Es tu hija Rosario, pero si fuera la mía, estaría tranquila y
orgullosa de que estuviera con alguien como Esther, esto es muy
duro pero ella no la va a abandonar.

427 ”Adiós Esther” © by ldana


Esther entró en la cocina con los nervios disparados, buscó
entre el medicamento y se le cayeron varias cajas, negó con la
cabeza, golpeó con su puño el banco y se derrumbó nuevamente
sobre la pila. Quería parar pero le era imposible, sabía que no podría
oponerse a que la internaran si sus ataques volvían, rezaba para
que aquello no sucediera... pero era todo tan imprevisible, que por
mucho que no aceptara aquella situación, sabía que al final tendría
que ceder por el bien de Maca. Exhaló un suspiro que salió de su
alma, encontró el paracetamol y con un manotazo se apartó las
lagrimas para reunirse nuevamente con las mujeres.
El silencio cubrió toda la habitación, como unas nubes densas
lo hicieron con el cielo. Los animales dejaron de cantar, de aullar,
tan solo el gato seguía sentado en la ventana mirando hacia el
interior. De vez en cuando unas gotas finas caían y resbalaban por
los cristales, como lagrimas del cielo. Las mujeres consiguieron
bajarle la fiebre, pero lo que no consiguieron fue evitar sus delirios,
Maca continuaba balbuceando cosas sin ninguna coherencia, se
pasaba un rato así, mientras Esther y unas veces Rosario otras
Carmen dada la fuerza que demostraba tener Maca, trataban de que
no se hiciera daño, ni tampoco se lo hiciera a ellas. Unas veces
reprochaba a Esther otras la llamaba como si se hubiera vuelto loca.
La tensión era palpable, ninguna podía hacer más de lo que hacían
pero verla sufrir de aquella manera les hacía sentirse impotentes
ante la grave situación. Rosario trataba de encontrar en los ojos de
Esther la fuerza suficiente para seguir pensando que aquello lo
podían sacar adelante, Encarna era quien aparentemente peor lo
estaba pasando, su fuerza se había venido abajo, debía
continuamente salir de la habitación porque como Esther había
dejado claro, allí era mejor estar fuerte. Una de las pocas veces que
a lo largo de la tarde se tranquilizó, las tres mujeres salieron a
tomar una tila para sus desbaratados nervios dejando sola a Esther
que les había aconsejado que lo hicieran. Allí sola con ella, la
miraba, la besaba, la acariciaba con el alma, no solo sus yemas
rozaban suavemente el rostro de Maca, sino, su alma estaba
tratando de imprimirle toda la calma que podía. Prefería no hablarle,

428 ”Adiós Esther” © by ldana


sabía que cuando descansaba era mejor dejarla pues debía estar
agotada. Pero le era imposible no acariciarla, ni besarla.

En la cocina, las tres mujeres se habían sentado con tres tazas


de tila doble que preparó Carmen con un poco de miel. Estaban allí
sin hablar sin saber muy bien que decir, y fue Carmen quien trató
de imprimirles algo de animo.
Ca_ Creo que deberíais descansar una u otra, la noche puede ser
terrible, estas cosas se acusan más de noche.
R_ Es verdad... pero yo me veo incapaz de cerrar los ojos.
En_ Y yo.
Ca_ ¿Si mañana dicen de llevarla, qué haréis? –las miraba con pena.
En_ Es una decisión difícil.
R_ ¿Tú qué harías Carmen?
Ca_ Dejarla aquí.
R_ No lo has pensado mucho –le dijo mirándola fijamente.
Ca_ No hace falta. Yo me recuperé, y estaba mucho peor que ella,
¿por qué no puede hacerlo Maca? Ya estaba mucho mejor, esto
puede ser una pequeña recaída y ya está. Unas horas difíciles pero
¿quién os dice que cuándo pase ya todo volverá a la normalidad?
En_ Eso mismo pienso yo, deberíamos tener calma y esperar a ver
como evoluciona, lo que pasa es que mi hija no debería haber
mentido a Cruz.
Ca_ Ha hecho bien, si lo dice, se la llevará a hacerle pruebas y Maca
no necesita pruebas... necesita amor.
R_ Pero el amor no cura esto Carmen... mira si ha tenido amor
desde que está aquí y no hemos logrado nada.
Ca_ ¿Cómo qué no? –la miró extrañada-. Habéis conseguido mucho
aunque no os lo parezca. Maca estaba confiando nuevamente en
Esther... no había más que verle los ojos... ¿por qué crees que le ha
pasado justo después de la noche que pasaron juntas? –ellas la
429 ”Adiós Esther” © by ldana
miraron sin hablar-. Porque debió mover algo en su interior, debió
ser definitivo.
R_ Ahora que lo dices, estaba muy confundida, pero al mismo
tiempo necesitada de ponerse bien.
Ca_ Entonces no digas que el amor no puede curarla ni tampoco que
no habéis conseguido nada... falta poco... falta muy poco.
En_ Tu marido me dijo lo mismo el otro día, quizá nosotros no
estamos preparados para vivir como vosotros esta situación, me
refiero que somos de ciudad y allí no se piensa con el corazón. No sé
si me explico.
Ca_ Perfectamente, mi marido solo me sacó adelante, Esther había
conseguido mucho, yo lo notaba... y estoy segura que va a
conseguir curarla. No hay más que verla como la trata... Maca solo
está a un paso de recuperarse y ese paso estoy segura que lo
acompañara Esther.

Mientras las mujeres hablaban, Maca comenzó nuevamente a


hablar, pero esta vez abrió los ojos y al ver a Esther recibió de ésta
una sonrisa amplia tratando de mostrarse fuerte y al mismo tiempo
serena.
E_ Hola mi amor.
M_ ¿Qué haces aquí? –la miró con extrañeza.
E_ Cuidarte, te ha subido la fiebre.
M_ ¿Por qué me dejaste? –sonó nuevamente su voz dura y repleta
de reproche.
E_ ¿Dejarte? –la miró sin entender.
M_ Quieres jugar conmigo ¿no?, te rogué te quedaras –se sentó en
la cama mirándola a los ojos, en los suyos volvió a aparecer una
sombra que nubló su mirada volviéndola triste y rabiosa.
E_ Maca no podía quedarme...

430 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Vienes me haces el amor, y cuando tú estás satisfecha te vas,
¿qué soy para ti Esther?
E_ Todo.
M_ No soy absolutamente nada –arrastró sus palabras entre
dientes, con un gesto tan marcadamente severo que no parecía ella.
E_ Sabes que eso no es cierto mi amor –se sentó delante suya.
M_ No quiero verte, márchate.
E_ Pero Maca.
M_ Fuera, me has tratado como una muñeca de trapo –iba subiendo
el tono de voz.
E_ Venga cariño no te alteres... vamos... tienes que beber –le fue a
entregar el vaso de agua y Maca de un golpe se lo echó de la mano
quedando los trozos rotos sobre la mesilla y el suelo-. ¡Maca!
M_ No soporto verte, no soporto escucharte, no soporto que me
toques.
E_ Está bien... me voy si eso es lo que quieres –dio media vuelta
para marcharse con la idea de avisar a Rosario para que se quedara
con ella, estaba claro que su lado más dañado estaba actuando en
su interior. Pero justo cuando fue a caminar, notó como la mano de
Maca le impedía moverse. Se giró y la vio de pie, su gesto le
provocó sin querer miedo-. Maca no puedes estar de pie.
M_ Claro que puedo, tú eres la culpable de todo, tú, pero no te voy
a dar el gusto, ¿me oyes? me has abandonado, me has dado de
lado, me has quitado a mi hijo y te lo has llevado para quitarme su
cariño –su voz iba elevándose así como su respiración-. Te odio
tanto no has tenido bastante con amargarme y destruirme la vida,
¡no!, has tenido que hundirme, humillarme delante de todos, liarte
con Luna, con Ricardo, ¡cuántos más! –Esther cerró sus ojos y Maca
que seguía de pie le susurró con sonrisa maliciosa-. ¿No te gusta
que te diga la verdad?
E_ Cariño... acuéstate –trató de mostrar calma.

431 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Eres el mismísimo demonio.
En la cocina oyeron un golpe tremendo.
E_ ¿Qué ha sido eso?
Ca_ Viene de la habitación de Maca.
R_ Dios mío –murmuró mientras las tres salían corriendo
Dentro Maca seguía de pie pero Esther yacía en el suelo con
una mano sobre su cara y gesto de profundo dolor.
R_ ¡Maca no! –le gritó Rosario al entrar y ver en su mano un trozo
de cristal y su brazo levantado con una expresión en su rostro que
la paralizó.
Maca miraba a Esther que seguía echada en el suelo, el grito de
su madre le hizo bajar su brazo pero no sirvió para detener su
locura, estaba decidida a todo pero sin saber realmente a que.
Volvió a levantar el brazo empuñando en su mano el gran trozo de
cristal, miró a Esther con los ojos repletos de locura, de su mano
comenzó a caer un fino chorro de sangre que recorría su antebrazo,
pero ella no se inmutó ante el dolor ni un solo músculo de su cara,
ni un solo movimiento que reflejara un cambio en su actitud. El pelo
revuelto en su rostro, su respiración jadeante, tan solo fueron unos
segundos que a todas les parecieron horas, las tres mujeres se
detuvieron en la puerta pensando que cualquier movimiento podía
precipitar las intenciones de Maca, Esther sujetaba su rostro
dolorido mientras ella murmuraba con toda la rabia que puede un
ser humano sentir en su corazón.
M_ Me has engañado, yo confiaba en ti... eras la única persona en
quien confiaba... y me engañaste...
Con rapidez fue a descargar su rabia en forma de cristal sobre
Esther que lo único que pudo hacer fue gritarle.
E_ Maca...
Aquel gritó de horror la paralizó, Maca se quedó en pie mirando
a Esther que lloraba todavía en el suelo, un grito de Rosario
acompañó el movimiento de su hija, no podían creer lo que estaban

432 ”Adiós Esther” © by ldana


viendo, Maca había perdido completamente el juicio. Se quedó
quieta, pálida, temblando, sus ojos se llenaron de lágrimas, su
mano apretó el cristal.
De las tres mujeres la única que reaccionó fue Carmen, se
acercó con sigilo hasta Maca que permanecía en pie, mirando con su
frente arrugada y una expresión aterrada a Esther que no se atrevía
a moverse por no desatar más su furia, también a ella le caía un
pequeño hilo de sangre por la mejilla, pero ese dolor no lo percibía,
tan grande era el de su corazón, que aquel golpe a penas había
hecho mella en ese momento en ella. Con cuidado Carmen se acercó
hasta Maca parecía no verla, parecía que se había quedado
petrificada allí como una estatua. Pero pronto todas se dieron
cuenta que no lo era, tan solo era una pobre alma en pena que no
sabía ni lo que hacía ni lo que decía.
Ca_ Maca cariño dame el cristal te estás haciendo daño... venga
ven... –Carmen con cuidado y una enorme ternura le puso la mano
para que le diera aquel trozo que había quedado del vaso. Ella se lo
entregó-. Muy bien... ya está cariño... ya pasó todo. Ya.
La acunó en sus pechos, pero pronto tuvo que ser ayudada por
Esther y Encarna, Maca se derrumbó de golpe, tan solo la fuerza de
los brazos de Carmen logró que no cayera fulminada al suelo.
E_ Maca, Maca –se levantó como si tuviera un resorte al ver como
poco a poco Maca iba perdiendo las fuerzas en sus piernas.
Ca_ Tranquila Esther... tranquila...
En_ Hija llevas sangre –le dijo con los ojos vidriosos.
E_ Vamos a acostarla ¡Rosario rápido traiga el botiquín! –la mujer
seguía impávida en la puerta mirando la escena como si se tratara
de un cuadro al que estuviera visitando pero no tuviera nada que
ver con él. El grito de Esther la sacó de aquel ensimismamiento que
ella misma había provocado por el dolor de ver a su hija en aquellas
tristes y penosas condiciones-. ¡Rosario hostia!
R_ ¡Qué! –murmuró con miedo.

433 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ El botiquín de la cocina –decía mientras Carmen le taponaba a
Maca la herida con la sábana.
Ca_ Ayúdame Esther, hay que subir las piernas.
En_ Hija ponte algo en la cara, llevas un corte –estaba preocupada
por ella.
E_ No es profundo mamá.
R_ Aquí está –decía con los nervios a flor de piel Rosario y su cara
desencajada mientras le entregaba el botiquín con sus manos
temblorosas.
E_ Muy bien, dejarme sitio...
En_ ¿Le ha tocado alguna vena o tendón?
E_ Creo que no, no es un corte profundo parece superficial pero es
escandaloso –la sangre había llenado en segundos la sábana y parte
de su pijama así como del jersey de la propia Esther.
Ca_ ¿Quieres que llame al doctor? –la miró con gesto serio.
E_ Sí, igual necesita puntos... espera déjame que limpie bien la
herida y ya te digo.
R_ Me estoy mareando... me voy a caer... –susurró Rosario con la
mano sobre su frente.
En_ Venga Rosario hija... ven aquí.
Ca_ Aguanta tu la gasa Encarna... yo me ocupo de ella.
En_ Si... –respondió con la tensión marcada en su rostro.
Ca_ Vamos Rosario –le tomó por la espalda y la sacó de allí-. No es
nada solo es un corte en la palma de la mano.
R_ Si no llegamos a entrar –no podía parar su llanto desesperado
mientras era empujada por Rosario hasta el comedor.
Ca_ Venga siéntate en el sofá. Vamos Rosario bastantes problemas
tenemos ahora mismo como para pensar en eso, tenemos que ser
practicas, ahora hay que curar a Maca y luego a Esther.

434 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ ¿Esther? –murmuró entrecerrando los ojos como si pudiera ver
nuevamente su rostro de pánico-. ¿Cómo va a reaccionar una vez
pase esto?
Ca_ Rosario ¿tú no sabes ser práctica? –la miró muy seriamente-.
Venga toma la tila, descansa un rato mientras yo quito la sangre,
¡solo es un corte! –le dijo bajito con su voz repleta de ternura
acariciándole la cara con aprecio.
R_ Lo siento... yo no puedo ver la sangre.
Ca_ ¡Ay estas mujeres de la alta sociedad cuánta falta de
calamidades tenéis, para aguantar carros y carretas!. Venga.
R_ Dile a Esther...
Ca_ Tranquila.
Mientras en la habitación, Encarna no perdía detalle tanto de la
herida de la mejilla de su hija, como de Maca quien estaba con los
ojos abiertos mirando el techo, le impresionaba verla así, parecía
que estaba fuera de su cuerpo, ni un solo gesto de dolor y sabía que
aunque Esther estaba haciendo la cura con sumo cuidado, aquel
corte tenía pinta de que debía doler. Pero Maca no estaba, al menos
no allí.
Ca_ ¿Qué tal vas Esther?
E_ Bien Carmen, bien. No hace falta que venga el médico, es
superficial.
Ca_ ¿Y el tuyo?
E_ Ahora me lo mirare.
En_ Hija –la miró con preocupación.
E_ Estoy bien mamá –levantó su mirada para entregarle a su madre
esos ojos repletos de estupor.
Ca_ Voy a llevarme las sábanas, será mejor quitar todo esto. Tu
suegra dice que la disculpes.
E_ No puede ver la sangre, mamá anda, esto ya casi está ¿por qué
no vas con ella?

435 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¿Y el corte?
Ca_ Yo le curo, tengo practica con las ovejas, los cerdos...
En_ Pues no sé yo ¿eh? –le sonrió de lado agradeciendo que Carmen
pusiera la nota de color ante tanta tenebrosidad.
Ca_ Ve tranquila aquella mujer te necesita –le dijo guiñándole un
ojo.
En_ No la dejes sola con Maca –le susurró en voz baja.
Ca_ Descuida.
E_ Esto ya está.
Esther la miró con delicadeza, sabía que debía cambiar su ropa
manchada de sangre, pero no estaba muy segura de cómo
reaccionaría, Carmen había quitado la sábana manchada, y limpiado
el suelo con una rapidez que asombró a Esther cuando le dijo.
Ca_ Ven que te cure.
E_ No es nada Carmen –le contestó retirándose la sangre que aún
seguía cayendo.
Ca_ No me seas cabezota, ven a la luz de la ventana –Esther se giró
como buscando algo-. Tranquila he quitado todos los trozos, no hay
peligro.
E_ Gracias –su desanimo era patente, su dolor también.
Ca_ ¿Cómo te lo ha hecho?
E_ Me pegó con el puño ¡ah! –se quejó al notar el tacto de la gasa
sobre su corte-. Me pilló descuidada.
Ca_ Pues tiene una buena derecha –sonrió-. Venga hija, esto nada
más es un ataque de locura pasajero.
E_ ¿Y si no lo es? –la miró con el miedo grabado en sus ojos.
Ca_ Lo será, si no lo fuera, digo yo que habría llevado a cabo sus
intenciones.
E_ ¿Cómo puede sentir tanto odio por mí?

436 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Ni la culpes, ni la juzgues –siguió curándole la herida con
cuidado-. No era ella, era un cúmulo de emociones juntas muy
desorganizadas.
E_ Pero todas contra mí –le cayó una lagrima que Carmen con
esmero le retiró.
Ca_ Eres la persona que más ama... es lógico. Tiene que poner
orden a sus sentimientos.
E_ ¿Qué voy a hacer?, tengo miedo...
Ca_ Mi Fermín cuenta que un día le eche la palangana a la cabeza,
dice que le di de pleno pero como tiene la cabeza dura, es cabezón
de nacimiento, pues nada más le salió un chichón, otra vez dice, que
estaba yo sentada en la silla y él estaba dándome la comida, yo no
quería comer entonces se puso en pie y le pegué un puñetazo allí
mismo en sus partes –Esther no sabía si se lo estaba inventando
para hacerla reír o si realmente fue así, pero si lo que quería era
verla sonreír la buena de Carmen lo consiguió-. Eso está mejor. Tu
sonrisa puede ayudarle.
E_ Pensé que me iba a clavar el cristal –murmuró mientras las dos
se giraban a mirarla.
Ca_ Y yo, la verdad, pensé que era el fin.
E_ ¿Y ahora?, no puedo verla así –susurró con un gesto repleto de
tristeza, se acercó a ella, se sentó a su lado y le dijo-. Maca cariño
–no obtuvo respuesta.

En la cocina, las dos madres trataban de tranquilizarse, pero


era muy difícil dado el momento de alta tensión que habían vivido
en aquel cuarto.
R_ ¿Qué va a pasar ahora Encarna?
En_ No lo sé, me imagino que si esto se lo contamos a Cruz o a tu
marido... –se calló porque era evidente lo que venía detrás.

437 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ A mi marido puedo ocultárselo, pero cuando Cruz mañana vea la
herida de Esther y la mano de Maca.
En_ Pero no puede llevársela contra nuestra voluntad. Además,
quizá lo que Maca necesitaba era sacar eso que sacó, esa rabia, ese
miedo, esa sensación de abandono que lleva clavada en su alma.
R_ Pobre Esther... ¿viste su gesto?
En_ Era el mismo gesto que teníamos todas Rosario, es muy duro
ver al ser que quieres en esas circunstancias, verlo dispuesto a
todo, me sentía impotente, no podía mover un músculo.
R_ A mí me pasó igual.
En_ Tendremos que estar atentas, no podemos dejar nada con lo
que pueda hacer daño a los demás o a ella misma.
R_ Si –se puso a llorar.
En_ Vamos Rosario así no ganamos nada –entonces entró Esther en
la cocina con cara de circunstancias-. Hija.
R_ ¿Esther como estás? –se levantó y se puso delante de ella.
E_ Bien del golpe bien...
En_ Siéntate voy a prepararte algo que te ayude a calmarte.
E_ ¿Qué vamos a hacer?
R_ Esther no podemos decaer... creo que debemos estar a su lado
más que nunca.
E_ Me siento tan mal, me siento culpable de todo esto, todo basado
en una maldita mentira –golpeó la mesa mientras apoyaba sus
codos en ella rompiendo a llorar ante la mirada de las dos mujeres
que al ver su estado quedaron atónitas-. Tiene razón, es mi culpa...
sólo yo soy la culpable.
R_ No digas eso –se sentó a su lado cogiéndole del brazo.
E_ Fui una estúpida... y ahora...
R_ Eso no es verdad Esther... las cosas pasan Esther... –le acarició
con ternura.

438 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Esther mírame –la obligó a mirarle con sus ojos repletos de
lagrimas, Encarna tuvo que hacer un esfuerzo para poder hablarle
sin que ella pudiera percibir que tenía roto el corazón de verla así-.
Nadie tiene la culpa, no debes buscar la razón de esta locura, debes
buscar las fuerzas para ayudarla a salir de ella. Ni tú, ni nadie, ni la
propia Maca pobrecilla mía tiene culpa de nada. Me gustaría que ella
pudiera recordar lo que ha sucedido hoy, creo que esto debe
haceros ver que la vida que os queda debe ser una vida de
confianza, de amor y de cariño, como lo fue hasta entonces, debéis
aprender de este error, pero no juzgaros, ni reprocharos, mucho
menos castigarte de esta manera tan inútil –ella la miraba llorando
mientras hacía pucheros, Rosario miraba fijamente a Encarna, la
admiraba como madre, la admiraba como mujer-. Ahora más que
nunca tu mujer te necesita a su lado, ahora más que nunca hija,
quizá de eso dependa que mejore
R_ Tu madre tiene razón Esther –apuntó Rosario con la voz
entrecortada-. Sé que es duro pedirte esto, a mí aún me tiemblan
las piernas, pero mi hija te necesita más que nunca...
E_ Pero... todo lo que me ha dicho –seguía llorando sin poder parar.
En_ Todo lo que su emotividad ésa que nos está haciendo pasar
cada momento de sufrimiento ¡qué para qué!, pues quizá era eso es
lo que necesitaba sacar... piensa que debe ser muy duro para ella
no saber controlar emociones, ha llegado al límite hoy... y ha
explotado. Piensa por un momento como se debe sentir.
R_ Esther, sé que soy egoísta si te digo que mi hija te necesita y
que estés a su lado más que nunca, pero estoy convencida que sólo
así podrá recuperarse.
En_ Esther comprendemos que necesites llorar, has pasado miedo,
has pasado sufrimiento y hasta culpabilidad de verla en ese estado.
Pero tienes que seguir hija, Maca te necesita más que nunca.
Esther no dijo nada, no podía necesitaba llorar y eso hizo, lloró
sobre sus brazos cruzados en la mesa, lloró con rabia, con
desesperación, lloró por su amor, por aquella mujer que se había

439 ”Adiós Esther” © by ldana


transformado en algo que jamás pensó pudiera sucederle, lloró por
su hijo, lloró por primera vez en esos últimos meses por ella, porque
notaba que se le había quebrado el corazón. Y todo bajo la mirada
atenta de su madre, que no quería soltar las lagrimas que tenía en
sus ojos, sabía que ahora el apoyo de su hija era ella, también bajo
la mirada de Rosario que pudo notar el dolor que transmitía Esther,
le pareció todo tan injusto que le hubiera gustado cambiarse por su
hija en aquel mismo momento. Cuando Esther levantó la cabeza,
estaba tratando de calmarse, encontró allí los ojos de su madre
dándole calma y fuerzas, encontró la caricia de su suegra que, se
había vuelto necesaria también, y sabia que dentro, aún encontraría
más, la fuerza de Carmen. En el fondo tenía suerte, se dijo, estaba
rodeada de mujeres cada una a su manera, portentosas, cada una
con su estilo, pero todas con la misma función, ser madres. Aquel
pensamiento le llevó a Daniel y fue suficiente para volver a sentir su
corazón fuerte para seguir luchando por lo que tanto amaba.

Entró en la habitación, Maca estaba de lado tenía los ojos abiertos


pero su gesto era ausente, Carmen le hizo un gesto con seguridad,
asintió y le sonrió, Esther se lo agradeció con una sonrisa y le pidió
con un susurro que la dejara sola con ella. Carmen así lo hizo. Con
cuidado se acercó hasta la cama, se tumbó decidida junto a Maca, la
abrazó sintió como su cuerpo aún temblaba, la besó y le dijo:
E_ Te quiero. Dulces sueños princesa mía.

Esther la abrazó con su brazo derecho estrechando su cuerpo al


suyo, sabía que estaba despierta, sabía que quizás en ese momento
se había arrepentido de lo que había hecho, al menos eso quería
pensar, Maca si algo tenía era una infinita calma, quizá verla en ese
estado de locura, hizo tanto daño a Esther que no sabía si estaba
haciendo o no lo correcto, pero sí, estaba segura, que lo debía estar
pasando tan mal como ella. Por esa razón quiso ayudarla, quiso
recordarle todo cuanto se habían amado quiso despertar en ella el
sentimiento de amor que existía entre ellas y que sabía estaba
440 ”Adiós Esther” © by ldana
escondido en algún lugar de su corazón y estaba dispuesta a
zarandearlo hasta que saliera de su escondite, y como si su voz
fuera una nana que la arropara comenzó a hablarle, Maca temblaba
su miedo había convertido su cuerpo en un movimiento continuado
y sus ojos se habían quedado fijamente observando aquel paisaje
que le ofrecía la ventana, la noche caía, la oscuridad ocupaba todo,
también su mente, su alma pero allí estaba a su lado Esther para
dar luz poco a poco, palabra a palabra. Antes de empezar le dejó un
suave beso en la sien, se había acomodado dos almohadones para
quedar un poco más alta que ella, tenía la visión del movimiento de
sus ojos, no quería dejar de vigilarla por si pudiera repetir cualquier
situación violenta.
E_ Mi amor... tengo necesidad de abrazarte... así juntas escuchando
lo que tanto nos gusta el silencio y nuestros corazones –suspiró con
fuerza mientras acariciaba lentamente la mano de Maca que tenía
apoyada en su vientre-. Es una maravilla tenerte así de cerca, no
hay nada mejor en el mundo que estar a tu lado –Maca parecía no
inmutarse ante sus caricias pero Esther estaba decidida a intentarlo
y no cesó en ellas y en la suavidad en su tono de voz-. ¿Sabes?, me
siento culpable de todo cuanto pasa, sé que debí ser más
responsable, cuando Luna y Begoña nos mintieron nos cegaron los
celos, nos cegó una mentira que por orgullo no fuimos capaces de
ver claramente. Desde entonces todo ha ido mal, aunque bueno...
también hemos tenido nuestros momentos de pasión, de amor y de
ternura –sonrió débilmente lo suficiente como para que Maca
cerrara sus ojos, queriendo ocultar su mirada-. Cuando estabas en
coma, le pedí a Dios que me diera la oportunidad de poder pedirte
perdón, perdón por ser una estúpida, creo que sigo siendo la misma
estúpida y no sé como voy a solucionar nuestro problema vida
mía... quererte como te quiero y tener que dominarme... es un dolor
tan insoportable que todas las noches pienso que ojalá me hubiera
pasado a mí, ojalá yo estuviera en tu lugar mi vida, –Maca abrió los
ojos porque notó como una lagrima de Esther caía sobre su hombro,
aquella lagrima hizo que su cuerpo se estremeciera, al notarlo

441 ”Adiós Esther” © by ldana


Esther, pensó que volvía el frío y la fiebre, decidida se levantó-. Voy
a taparte no quiero que te vuelva a subir la fiebre.
Fue en busca de la sábana que con todo el lío que se había
formado, Maca la había echado al suelo, Esther pasó por delante
suya, pudo ver con nitidez el golpe en su mejilla, que estaba
tomando el color morado y entonces imágenes se sucedieron en su
cabeza, hizo un gesto de dolor que no fue captado por ella que
estaba poniendo la sábana sobre el cuerpo de Maca. Después volvió
a subirse a su lado, la volvió a abrazar y volvió a musitar.
E_ Nunca pensé que pudiera amar a nadie como te amo a ti, nunca
pensé que quererte fuera tan necesario para mí, no puedo ver en
tus ojos el dolor, no puedo verte sufrir mi vida... eres tan
maravillosa, ¿sabes qué cariño?, cuando estés bien y recuperada te
llevaré a la playa, al mar, sé lo que te gusta pasear en esta época
del año por la orilla, y ya sabes el frío que paso yo, pero por ver tus
ojos brillar nuevamente, por ver tu sonrisa soy capaz de cualquier
cosa –Maca volvió a cerrar los ojos sin moverse pero sintiendo
lentamente las caricias que una entregada Esther le estaba dejando
con toda la ternura y delicadeza que podía sentir-. Haría cualquier
cosa porque vuelvas a ser la misma de antes, porque me riñas
cuando me como las uñas, porque me beses cuando por las
mañanas crees que duermo, cuando me traes el desayuno a la cama
–su voz se iba tornando poco a poco emotiva, Maca notó que se
estaba emocionando con cada palabra que decía y es que eran
tantos los recuerdos que Esther estaba viendo en su mente que le
hubiese gustado traspasarlos a la suya. Llegó un momento que la
mano de Esther paró, justo cuando le dijo-. Daría todo por volver a
escuchar con tu voz de seda cuando me susurras que me amas y
que no puedes vivir sin mí. Mi amor... te quiero tanto que no sé
como pude dejar que mis celos por perderte me nublaran la razón.
Maca voy a estar a tu lado el tiempo que haga falta cariño,
saldremos de esta ya lo verás cariño –no podía evitar llorar sin
pesar pero si con un continuó avance de sus lagrimas por la cara-.

442 ”Adiós Esther” © by ldana


Porque ahora que sé lo que duele perderte no voy a dejar pasar ni
un solo segundo de mi vida por ti.
Trató de aguantar el llanto, metió su cara entre la melena de
Maca y suspiró con fuerza repitiendo por tres veces su nombre, por
tres veces el nombre de la persona que tanto necesitaba y esa
persona por un segundo, acarició tan suavemente su mano que no
pudo percibir su caricia.

En la cocina cuando llegó Carmen mientras la pareja hablaba,


las dos madres la miraron con cierto resquemor.
Ca_ Está tranquila... no creo que le vuelva a pasar.
R_ Estoy totalmente desarbolada no sé ni que tengo que hacer.
En_ Bueno eso es normal. Yo creo que lo que acabamos de vivir es
un momento tan desagradable que nos ha dejado un poco
traspuestas.
Ca_ Pero así no vais a ayudar a Esther. Y os necesita.
R_ Tienes razón –sonrió tristemente mientras asentía con la cabeza.
Ca_ Bueno yo tengo que irme porque Fermín está solo con Daniel.
En_ Dios mío Daniel, ni siquiera hemos preguntado por él.
R_ Pobrecito. Mañana si Maca está mejor iré a verlo aprovechando
que estará aquí Teresa.
Ca_ ¿Definitivamente te quedas?
R_ Sí, mi hija me necesita y yo la necesito a ella –su gesto era de
melancolía pero trató de sacar fuerzas de flaqueza para asegurar
mirando a Encarna-. Y aunque será duro aquí estaremos para
conseguirlo, como dice Encarna –la miró y le sonrió ante la mirada
emocionada de su consuegra.
Ca_ Pues mucho mejor, os van a necesitar más que nunca, de todos
modos si pasara cualquier cosa, sea lo hora que sea, no dudéis de
llamar a casa.
En_ Gracias Carmen.
443 ”Adiós Esther” © by ldana
Ca_ Bueno... voy para casita a preparar la cena –se levantó y se
dirigió hasta la puerta.
R_ Ya la acompaño yo Encarna, no te muevas.
Ca_ Lo dicho Encarna con cualquier motivo nos llamáis.
Carmen se marchó acompañada de Rosario, una vez vio como
se perdía el coche por el camino, cerró la puerta con un escalofrío
que recorrió su espalda, por un segundo le hubiera gustado huir con
ella, perderse, alejarse de tanto dolor. El frío le sacudió su
pensamiento y al girarse se encontró con los ojos escrutadores de
Encarna que parecían entender sus pensamientos.
En_ Creo que es mejor cenar Rosario, algo suave y descansar...
R_ Si, sin duda es lo mejor, voy a ver como están.
En_ No te culpes ni te juzgues muy duramente, esto no es fácil.
R_ No sé que haría sin ti Encarna, me estás enseñando tantas
cosas...
En_ ¡No vayas a enamorarte de mí, eh! –le riñó con la mirada seria
pero al segundo dio una gran carcajada que provocó la de Rosario-.
Tenemos que ser fuertes, y si nuestras hijas pueden sobrellevar
esto, nosotras también. Pregúntale a Esther si le hago algo de cena
a Maca.
R_ De acuerdo.

En la habitación la tranquilidad de tener a Esther tan cerca,


había conseguido que Maca pudiera dormir un rato, soñaba pero no
le molestaba, tenía en sus brazos a Esther, estaban en una especie
de lago, juntas sonriendo, parecía que nada había cambiado, la
sonrisa amplia de su mujer la llenaba de paz y tranquilidad. Su
respiración se hizo más pausada y Esther notó que por un momento
estaba recuperando la calma, aunque temía como sería su
despertar, era un desconcierto.

444 ”Adiós Esther” © by ldana


Cuando Rosario asomó la cabeza por la puerta, se encontró con
la pareja abrazada, se detuvo en seco, no sabía que hacer, dudó un
instante y decidió desde la puerta preguntarle a Esther en voz muy
baja.
R_ Esther, ¿estás bien?
E_ Sí –le dijo dándose la vuelta y abandonando el cuerpo
lentamente de Maca.
R_ Es hora de cenar –no podía mirarla a los ojos y por encima de su
hombro sus ojos buscaron la figura tranquila de su hija-. ¿Le damos
algo a Maca?
E_ Creo que ahora está tranquila, de todos modos tendrá que cenar.
R_ Si quieres, ves tú ahora yo me quedo con ella, no has probado
bocado.
E_ No tengo hambre.
R_ Sin hambre Esther, debes alimentarte y estar fuerte. ¿Cómo
tienes la mejilla?
E_ Me duele un poco pero... bien...
R_ Ve y toma algo, así será mejor que luego le des tú la cena.
E_ No lo sé Rosario –entonces se giró mirando el cuerpo de Maca
ambas la miraba con el ceño fruncido con la pena instalada en sus
ojos-. No sé que será mejor pero tendremos que arriesgarnos.
R_ Esther –la llamó cuando salía por la puerta. Ella se giró-. Si
mañana Cruz dice de llevarla, cuenta conmigo para negarnos, sin
nuestro consentimiento no podrá, ¿verdad? –Maca abrió los ojos
confundida.
E_ Claro que no. Gracias Rosario.
R_ Cena tranquila.
Al quedarse allí con su hija, decidió acercarse, al oír los pasos
que tomaban camino hacia su cama, Maca volvió a cerrar los ojos,
entonces oyó el sonido del teléfono.

445 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ ¿Pedro dime? Está bien... igual... no ahora está tranquila... si
Pedro estoy segura que no voy a llevarla a ningún manicomio ni
clínica para que la tengan drogada y perdida –Maca abrió los ojos
como platos y se quedó escuchando el resto de la comunicación-.
Pedro no quiero separarme de ella, ahora no, ves tú yo no tengo
ganas de fiestas cariño... Maca está mal y quiero estar a su lado.
Está tranquila pero esta mal... Esther está aquí… sí... no Pedro no
voy a ir, las chicas me necesitan. De acuerdo... da besos a todos. Yo
también. ¡Ay Dios mío qué vamos a hacer hija! –se acercó a ella
acariciándole el pelo.
M_ Mamá –susurró.
R_ Dime hija –le habló con dulzura con sus ojos repletos de
esperanza.
M_ ¿Y Esther?
R_ Fue a cenar ahora viene. ¿Cómo te encuentras? –ya no obtuvo
respuesta-. Descansa hija... te hará bien.
Pero Maca no descansaba, eran muchas las cosas que se le
pasaban por la cabeza, seguía sin poder controlar nada, y aquello le
desesperaba mucho más que cualquier dolor que sintiera. Le faltaba
el cuerpo de Esther cerca, sin él se sentía perdida y vacía, sin ella
era como un barco a la deriva, a la deriva, le repitió su mente,
Esther era el faro que alumbraba su camino.
M_ Esther –murmuró.
R_ Hija está cenando.

En la cocina mientras Esther cenaba, Encarna trató de


hablarme de otras cosas, sabía que su hija ya tenía bastante con
todo lo ocurrido quería distraer su momento de calma. Le habló de
Carmen y Fermín, Esther le contestaba pero la mujer notaba que
más por intuición que por estar prestándole atención alguna.
En_ ¿Quieres darle tú la cena?

446 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Mejor vosotras mamá, creo que se sentirá más cómoda, de todos
modos, ya termino.
En_ Muy bien. ¿Te duele? –le miró el moratón.
E_ Me duele más el corazón.
En_ Ya queda menos.
E_ ¿Menos para qué? –le habló con desgana.
En_ Para que todo vuelva a ser como antes... para que el sol vuelva
a salir en vuestro día y os alumbre para siempre.
E_ Llévale la cena mamá –contestó cansada.
En_ ¡Eh! –le cogió la barbilla-. No quiero oírte de esa manera,
¿dónde está el pilar de esta familia que formáis vosotras?
E_ El pilar se quedó en una carretera y no sé si lo vuelva a
recuperar.
En_ Mira Esther, voy a decirte una cosa –la miró señalándole con el
dedo fijamente-. Si vas a seguir con esa actitud, no te dejo entrar,
no se llevaran a Maca pero tú no entraras, te lo advierto.
Se marchó con gesto serio mientras Esther cerraba los ojos
desanimada echando la cabeza para tras en señal de rabia. Su
madre tenía razón, pero también tenía derecho a sentirse
completamente hundida. Dejó el tenedor sobre el plato y desecho
seguir comiendo. Se asomó a la ventana miró el cielo que
comenzaba a estar nuevamente estrellado y de repente el gato
blanco le dio un tremendo susto que la hizo saltar hacia detrás con
la mano en el pecho, el animal la miraba fijamente como si la
estuviera hechizando. Después de unos segundos de sostener sus
miradas, el felino se marchó.
E_ Dichoso gato –murmuró aún asustada.

En la habitación Maca estaba cenando en silencio, Rosario le


estaba dando la cena acompañada por Encarna, le hablaban pero
ella parecía no escuchar, solo miraba la sopa, bebía y al hacerlo

447 ”Adiós Esther” © by ldana


levantaba los ojos hasta la ventana, pero ni una sola palabra salió
de su boca. Al coger el tenedor se percató que mano estaba
vendada, las dos mujeres se miraron expectantes esperando
cualquier comentario pero tampoco lo hubo, al terminar Encarna se
llevó la bandeja y al salir le hizo una señal a Esther para que
entrara. Rosario la tapó, le besó la frente pero Maca ni se inmuto,
con el mismo gesto superficial y sin un solo rasgo, totalmente
inexpresivo.
R_ Cariño ahora vamos a cenar nosotras, en un rato estamos aquí
Silencio. Le sonrió pero Maca siguió igual, sus ojos no se
movieron del mismo lugar donde los había depositado, el techo.
Justo cuando Rosario iba a salir, entraba Esther.
R_ Hola Esther –Maca movió rápidamente sus ojos hasta su figura
que era tapada por el cuerpo de su madre, su rostro se impacientó
por verla, sus ojos se movían de manera nerviosa por encontrarla-.
Voy a cenar.
E_ De acuerdo –era su voz, su voz Maca comenzó a respirar con
más intensidad-. Tranquila vaya y descanse.
M_ “Apártate mamá, necesito verla, es ella, es ella, Esther... Esther”
R_ Si quieres cualquier cosa nos avisas.
E_ Tranquila.
M_ “Esther... ven”
La llamaba con su mente como si pudiera comunicarse con ella por
telepatía, se mostraba nerviosa y cuando vio como su madre se
hacía a un lado respiró tranquila, allí estaba la figura de Esther,
llevaba un pantalón de algodón negro y un suéter rojo gordo de
lana, el pelo se lo había recogido y francamente estaba guapísima
pensó para sí, verla fue como esa bocanada de aire fresco que entra
por la ventana un día de calor, era ella, sí y su corazón la reconoció.
Cerró la puerta y se acercó hasta la ventana, iba a pasar la cortina
cuando nuevamente el gato saltó hasta el cristal de la ventana
provocando en Esther un saltó nuevamente.

448 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Joder con el gato! –pero entonces oyó una carcajada en la
habitación, no había nadie más que Maca y pudo reconocer su
sonrisa alborotando toda la estancia, se giró despacio y la vio
taparse la boca sonriendo-. ¿Qué te hace tanta gracia? –le preguntó
con gesto entremezclado de asombro y de felicidad con una sonrisa
de medio lado.
M_ Tú –sonrió ampliamente iluminándosele el rostro como los rayos
del amanecer cubren la oscuridad-. Le tienes miedo al gato.
E_ Ya es la segunda vez que me hace lo mismo –se acercó despacio
con cautela mirándola fijamente como si en sus ojos pudiera
adivinar su estado-. Es un asqueroso.
M_ No le digas eso, pobrecillo –la miró sonriendo y le hizo una señal
con la cabeza para que se acostara a su lado. Pero entonces vio su
cara y su gesto cambió por seriedad-. ¿Qué te ha pasado?
E_ Nada, me golpeé –“no lo recuerda”, murmuró para sí
desesperanzada
M_ Déjame que te vea.
E_ No es nada –puso gesto de pena muriéndose de ganas de que la
tocara.
M_ Vamos ven no seas cabezota –al poner sus manos sobre la
mejilla de Esther, ésta notó como su cuerpo entero se estremecía,
pero entonces Maca vio su mano vendada-. ¡Anda! ¿y qué me ha
pasado a mí? –la soltó mirándose ella la mano.
E_ ¿Ya me sueltas? –se quejó poniéndole morritos.
M_ Que mala eres –entrecerró sus ojos-. El placer luego, ahora
cuéntame que me ha pasado, no lo recuerdo.
E_ Te cortaste con el vaso y en el intento de que no te pasara me
golpeé yo.
M_ Lo siento, eres mi heroína preferida –le dijo esta vez
acariciándole con ternura la cara y una voz sedosa que la cubrió
como un pañuelo de seda acaricia lentamente la piel desnuda.

449 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Lo sé –puso gesto divertido.
M_ ¿Te acuestas?
E_ No, voy a ducharme primero y luego ya nos despedimos de las
mamis.
M_ ¿Las mamis? –la miró fijamente-. ¡Ah si, claro!
E_ Me voy a duchar –le dijo levantándose.
M_ Esther –la llamó con una voz tan sensual que Esther se detuvo
en seco-. ¿No me vas a besar? ¿O solo me besas cuándo tú quieres?
E_ Claro que te beso mi amor –dio la vuelta a la cama se doblegó y
le dejó un suave beso en los labios cuyo sonido resonó en la
habitación-. Cuantas veces quieras cariño.
M_ Te espero despierta y pasa el pestillo –le guiñó el ojo
graciosamente.
E_ ¿Y ahora quién es la mala, eh? –trató de hacerle cosquillas y
Maca rompió a reír como loca.
M_ ¡Suéltame joder! -reía divertida mientras la miraba
intensamente.
E_ Pero si te encanta que te haga cosquillas.
M_ ¡Esther! –dio un grito.
E_ Pero... serás mala...
R_ ¿Qué pasa Esther? –entraron sus madres de repente con el gesto
de susto reflejado en su cara, al ver a Esther encima de Maca
sentada sobre su vientre a horcajadas y ésta sonriendo se quedaron
las dos paralizadas con los cuatro ojos abiertos como platos-.
¡Perdón!
M_ ¿No sabes llamar a la puerta mamá? –le riñó Maca a Rosario.
E_ Está todo bien Rosario –le dijo tratando de calmarlas
separándose del cuerpo de Maca y poniéndose de pie.

450 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Esto es como una montaña de esas de la feria, en un segundo
pasas de la tranquilidad al pánico –dijo golpeándose las caderas
pero con voz tranquila.
M_ ¿A ver suegra, qué te pasa? –la miraba divertida mientras
Rosario no podía evitar mantener un gesto serio ante la escena-. Y
tú mamá quita esa cara de susto hija, ¡cómo si nunca nos hubieras
visto juntas!
E_ Bueno... será mejor que me vaya a la ducha –trató de cortar la
facilidad de palabra de Maca.
En_ Eso hija, una ducha va bien –sonrió-. Voy a terminar de cenar,
¿vienes Rosario?
R_ Ahora voy –miró a su hija que se volvía a sentar sin apartar la
mirada de Esther que ya se había perdido tras la puerta del baño-.
¿Cómo estás Maca?
M_ Bien, ¿por qué? –la miró de reojo mientras se pasaba la lengua
por su labio inferior.
R_ ¿No recuerdas nada?
M_ ¿Qué tengo que recordar? –separó sus ojos de la puerta y giró
su cabeza hasta mirar fijamente a su madre que la miraba con gesto
dubitativo.
R_ Nada especial, –suspiró, le dejó un beso en la frente y le dijo-.
Hasta mañana.
M_ Un momento –le sujetó del brazo-. ¿Qué tengo que recordar?
R_ Descansa... mañana hablamos no quiero molestaros –le sonrió.
M_ Hasta mañana –murmuró con voz apagada.
Cuando su madre se marchó, ella se quedó allí escuchando el
sonido de la ducha, sabía que estaba Esther y le daba tranquilidad
hasta que nuevamente su cabeza le entregó una imagen, su visión
hizo que su cuerpo se conmoviese, se miró la mano y murmuró
muerta de miedo.
M_ Esther...

451 ”Adiós Esther” © by ldana


En la ducha, Esther trataba de calmar sus nervios, “otra vez
igual”, pensó, ella que tenía la esperanza cuando la vio sonreír que
todo estuviera olvidado, aquella tensión estaba pudiendo con ella,
mucho más que cuando estuvo en el hospital con Maca
debatiéndose entre la vida y la muerte, y es que, verla sufrir
aquellos ataques, viéndola sufrir aquellos recuerdos que le pasaban
malas pasadas, se sentía completamente inútil, no podía ayudarle a
nada, lo que los libros le decían no le servía de mucho. Suspiró
fuertemente mientras se secaba con la toalla el pelo y salía de la
ducha.
E_ Espero que mañana Cruz no se ponga pesadita queriéndosela
llevar –susurró para sí con gesto preocupado-. Aunque realmente,
tengo que reconocer que sería mejor que la llevaran médicos
especializados... ¿me estaré equivocando? –se miró en el espejo, el
vaho del baño no le dejaba verse bien y con la palma de la mano
limpió un trozo, el suficiente para ver su rostro, en su mejilla un
fuerte golpe daba muestras de la fuerza que Maca tenía cuando
perdía el control, agachó la mirada y se apoyó sobre la pila
completamente hundida en su culpabilidad-. No la estoy ayudando...
no puede ser... quizá lo mejor sería llevarla donde quiere su padre...
¡no puedo ser egoísta y pensar en mí! –dijo con rabia-. Es peor para
ella, sufre mucho más así que realmente si estuviera en un lugar
indicado... pero... si la llevo sé que no me lo perdonara cuando
tenga sus ratos lúcidos como ahora... nunca me lo perdonará... y si
no la llevo... ¡qué desespero!, no sé que es mejor... Maca... ¿te
estaré perjudicando mi amor?...
Fuera mientras ella se vestía, Maca volvía a sentir un auténtico
torbellino en su interior, las imágenes, las voces volvían a invadir
todas a una su mente, quería detenerlas, quería separarlas de ella
pero no podía, entonces, pudo ver claramente lo ocurrido momentos
antes:
“E_ Cariño... acuéstate –trató de mostrar calma.
M_ Eres el mismísimo demonio.
E_ Mi amor... venga por favor no soporto verte así, vamos cariño.
452 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ ¡No me toques! –le había gritado.
E_ Maca –Esther la había mirado fijamente con sus ojos repletos de
miedo y una profunda tristeza-. Quiero que te acuestes... quiero que
te relajes... te quiero Maca.
M_ ¡Deja de mentirme cabrona! –sus palabras al recordarlas
nuevamente le hicieron que su piel se erizara, cuanto odio había en
ellas cuanto daño le habría hecho a Esther-. Tú no me quieres.
E_ Mi vida.
Se acercó a ella y justo en el momento en que Esther iba a cogerle
por los brazos con ternura, Maca le golpeó con su puño con toda la
fuerza que tenía haciéndola caer.”
M_ Dios mío –murmuró con la voz totalmente rota-. ¿Cómo he sido
capaz?
Oyó como Esther estaba abriendo la puerta del lavabo y se
precipitó en la cama haciéndose la dormida, tenía miedo de mirarla,
se sentía tan culpable que no quería siquiera que Esther pudiera ver
en ella ese sentimiento. Cerró los ojos avergonzada de su
comportamiento y rezó para que Esther no la despertara. Ella se
acercó y al verla con los ojos cerrados salió de la habitación. Fue
entonces cuando un respiro profundo salió de su interior. Sus ojos
se llenaron de lagrimas y su corazón latió triste mientras
murmuraba.
M_ Esther...

En la cocina entre el silencio de la noche, Encarna y Rosario


estaban recogiendo la fregada. Después de lo que habían visto las
dos mujeres se habían quedado un poco descolocadas. Habían
preferido no hablar del tema pues cada una tenía un pensamiento y
ambas se conocían ya tan bien que preferían compartir el silencio. Al
escuchar la puerta que se abría, se giraron a la par. Allí estaba
Esther con gesto de preocupación.
E_ Hola –les dijo sentándose.

453 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¿Cómo sigue Maca?
E_ Ahora dormida –ante la mirada de las dos y su silencio les dijo-.
Pensé que había reaccionado... pero no...
R_ Esta situación es insoportable, menos mal que estamos juntas de
lo contrario sería un infierno.
E_ Yo quería pediros disculpas por lo de antes.
R_ No te preocupes –le sonrió de medio lado-. Voy a despedirme de
ella. ¿Quieres que nos turnemos para vigilarla?
E_ No creo... si fuera necesario yo os llamo.
R_ De acuerdo... pues entonces buenas noches.
En_ Descansa Rosario. Hija... –la miró con una sonrisa triste.
E_ Por un segundo creí que sí mamá.
En_ Lo sé –le dejó un beso en la frente-. Paciencia hija mía, a ver
mañana que nos dice Cruz.
E_ ¡Ve a descansar mamá!, que no estás tú para todos estos sustos.
En_ ¿Me estás llamando vieja? –clavó sus ojos esta vez en los de su
hija con enfado y sus manos se posaron sobre sus caderas. Esther
sonrió-. Mira que todito te lo consiento menos eso ¿eh?
E_ ¡Ay mamá!, tienes la virtud de sacarme una risa cuando solo
tengo lágrimas.
En_ Porque soy tu madre y sé que necesitas sonreír.
E_ No quiero parecer ñoña mamá –se levantó y se puso ante ella-.
Pero...
En_ ¡Anda ven aquí qué lo estás deseando! –sonrió abriendo sus
brazos para que su hija se dejara llevar por ese abrazo que tanto
necesitaba-. Cuando eras pequeña lo que más me gustaba era
acunarte, ahora que ya eres mayor, me produce un sentimiento tan
fuerte... porque sé que me abrazas cuando estás o muy mal o muy
bien... –Esther suspiró sin poder controlar una lagrima resbalando
por su mejilla-. Esta noche, me duele el corazón cariño....

454 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Mamá –se aferró a su cuello mientras lloraba.
En_ Todo irá bien... pero aquí estaré para acunarte siempre que lo
necesites, ¿vale?
E_ Tengo tanto miedo...-no se soltaba de su cuello allí su temor se
difuminaba.
En_ Sí, es curioso hija, me usas a tu antojo ¿eh?, ahora que
recapacito, porque digo yo –le dio un golpecito en su hombro
obligándola a separarse y mirarla con las lagrimas cayendo una tras
otra-. A mí me gusta que me abraces pero solo lo haces cuando me
necesitas ¡egoísta! –le riñó sonriendo y provocando en ella una
sonrisa-. Te quiero mucho hija y pase lo que pase, aquí estaré.
E_ Como siempre mamá. Tú y Maca sois las únicas personas que no
me habéis fallado. La verdad que nunca te he agradecido todo
cuanto me has dado en mi vida, nunca lo valoré... gracias mami.
En_ A una madre nunca se le da las gracias ¡tonta! A una madre se
le quiere desde que está en su interior y no hace falta que me des
las gracias por nada que no sea por darte vida. Lo demás... es parte
de nuestra historia. Hasta las peleas.
E_ Me gustaría ser como tú, me gustaría que pudiera significar para
Daniel, la mitad de lo que tú significas para mí.
En_ Seguro que sí –le quitó las lagrimas con ternura y una sonrisa.
E_ No he podido hablar con Carmen de mi pequeñín.
En_ Llámala si quieres, me dijo que si necesitábamos algo la
llamáramos.
E_ Vale. Ve a la cama mami, si te necesito te lo digo.
En_ De acuerdo. Me acuesto porque es tarde pero no porque sea
vieja.
E_ Jo mamá –le protestó sonriendo y Encarna le dio un beso-. Te
quiero.

455 ”Adiós Esther” © by ldana


En la habitación, Rosario se había sentado junto a su hija, Maca
no le hablaba, estaba ausente, pero lejos de estarlo realmente, lo
que estaba era repasando momentos, dominando situaciones, se
mostraba relajada aunque sus ojos se movieran nerviosos de un
lado a otro, estaba tranquila. La presencia de su madre no le
molestaba de manera que seguía centrándose en lo que le
interesaba, la mano de su madre acariciándole la cara con ternura,
gesto que en pocas ocasiones Rosario había realizado, le hizo variar
su mirada y posarla en la figura de su madre.
R_ ¿Qué tal cariño? –le sonrió.
M_ ¿Lo qué tiene Esther en la cara se lo he hecho yo? –buscaba algo
que de momento no percibía.
R_ Hija, será mejor que...
M_ Dime.
R_ Si, pero fue un ataque de nervios... –la disculpó.
M_ ¿Dónde está?
R_ En la cocina tomando un vaso de leche.
M_ ¿Puedes decirle que venga?
R_ Claro cariño –le dejó un beso en la frente que provocó en Maca
un gesto de extrañeza que Rosario no supo leer-. Ya la llamo, hasta
mañana.
M_ Hasta mañana. Esther –susurró sentándose en la cama mientras
con desespero se tapaba la cara con sus manos.
En la cocina frente a una taza, se encontraba Esther, su mirada
la mantenía fija sobre la mesa, Carmen le había asegurado que el
pequeño descansaba ya, había cenado bien y estaba tranquilo, giró
su cuello aún con molestias del golpe recibido, sin querer lo volvió a
recordar, y volvió a sentir en su piel el dolor, aquel gesto de Maca
marcado en su rostro, no se le podía olvidar, no podía apartarlo de
su mente por más que quisiera, ni cerrando los ojos, seguí allí
permanentemente. Se puso acodada sobre la mesa, tapándose la
cara con un fuerte suspiro. En ese momento Rosario abrió la puerta

456 ”Adiós Esther” © by ldana


y al verla así, sintió pena por ella, podía entender lo mal que se
sentía.
R_ Esther.
E_ ¿Qué pasa Rosario? –se puso en pie con rapidez apartando la
silla de un golpe seco.
R_ Tranquila, tranquila... no pasa nada –se apresuró a calmarla.
E_ ¡Qué susto! –respiró aliviada.
R_ Ve que Maca quiere hablar contigo –le posó su mano sobre el
hombro-. Ahora está tranquila.
E_ Espero que siga así –le sonrió-. Buenas noches Rosario.
R_ Si me necesitas.
E_ Claro. Pero descanse.
R_ Buenas noches.
Esther salió directamente para la habitación, sus latidos
conforme se acercaba a la puerta iban aumentando, se daba cuenta
que sus pasos también, y que un sudor frío asomaba en las palmas
de sus manos. Estaba perdiendo el control, y aquella situación no
podía doblegarle, por eso, antes de entrar respiró hondo, tenía que
estar preparada para cualquier reacción de Maca no podía
demostrarle que tenía miedo si estaba mal ella lo notaría y podría
hacerle daño, si por el contrario estaba calmada, sería ella quien
podría desestabilizar su calma. Respiró profundamente dándose
cuenta de la dificultad de la situación. Abrió la puerta con una
sonrisa en sus labios, cuando entró vio a Maca sentada en la cama,
parecía realmente tranquila y un suspiro inundó su interior, no
cambió su expresión no quería sorpresas, cuando empezó a caminar
hacia Maca se encontró con su mirada, sus ojos le hablaban de
manera diferente y aquello también la tranquilizó, no tenía en ellos
ni la sombra ni el rencor ni siquiera la duda, aquello por un segundo
le hizo albergar una mínima esperanza, no quería entregarse a
aquel pensamiento porque después cuando se daba cuenta que todo
seguía igual, un profundo dolor se adueñaba de su corazón, y éste

457 ”Adiós Esther” © by ldana


ya estaba demasiado dolorido. Le entregó una sonrisa, Maca no la
devolvió.
E_ ¿Qué quieres cariño?
M_ Lo que llevas en la cara, ¿te lo he hecho yo? –su mirada y su voz
estaban repletos de arrepentimiento y desasosiego.
E_ Cariño...
No le dijo nada más, se acercó hasta ella sentándose a su lado,
en aquel momento, la vio tan desprotegida, tan aterrada, tan
arrepentida, que su corazón volvió a renacer como la flor lo hace en
la primavera, la abrazó estrechándola con fuerza, esa fuerza que le
daba el amor, esa necesidad de hacerle volver en ella, le dejó un
suave beso en su hombro, sabía que estaba sintiendo un profundo
dolor y quería calmarla pero no podía, un nudo se había instalado en
su garganta, un nudo que le impedía decirle lo que la amaba. Se
quedaron por un momento que pareció una eternidad abrazadas,
sobraban palabras, faltaban caricias, por eso las manos de Esther
comenzaron a recorrer su espalda tratando de transmitirle paz y
sosiego, Maca se refugió en su pecho como si de allí no tuviera que
salir al exterior, como si sólo allí fuera capaz de vivir, su pelo se
había arremolinado sobre su cara, sus manos se habían vuelto frías
como el hielo y se aferraba como el moribundo se agarra a la vida,
al cuerpo de Esther, necesitaba pedirle perdón pero era tal el
sufrimiento que en ese momento su interior claramente le estaba
dejando sentir, que no pudo más que abrazarse a ella, ni siquiera
llorar, tan solo sentir.
Fue Esther quien rompió el silencio, manteniéndola en su pecho
abrazada, sintiendo sus manos sobre su cintura, sintiendo como la
respiración volvía poco a poco a calmarse, sintiendo como ella
misma había encontrado el aliento suficiente para hablar sin mostrar
su desesperación, tan solo quería darle esperanza de que todo sería
como siempre, quería envolverla en un manto de rosas, sin ninguna
espina.

458 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Maca no fue tu culpa... no sabías lo que hacías... no te pongas
así por favor, sabes que me duele verte de esta manera –la separó
de su cuerpo con extremo cuidado como si fuera una fina porcelana
y apoyó su mano en la barbilla obligándola a mirarla. Maca cuando
posó sus ojos en los suyos, vio una sonrisa tierna y caliente que se
le estaba llevando el frío. Esther le dejó un suave beso en los labios
mientras le decía-. Te quiero... no sé que decirte, más que te
quiero...
M_ ¿Cómo he podido hacerlo?, ¿no me odias? –la miró
entrecerrando los ojos hablando con su voz suave y baja.
E_ ¡Por Dios Maca no digas tonterías!, ¿cómo voy a odiarte?
M_ Lo siento –murmuró como una niña pequeña asustada.
E_ Te quiero.
M_ ¿Me vas a dejar? –le preguntó después de unos segundos en
silencio donde aquella palabra le había llenado de alegría el corazón.
E_ No, voy a estar aquí.
M_ ¿Te vas a acostar conmigo? –la miró intensamente pero con el
rostro serio y su voz segura.
E_ Claro, vamos a descansar que has tenido un día muy estresante
cariño.
M_ ¿Y Daniel?
E_ Con Carmen –le acarició lentamente el pelo y sonrió ante el
recuerdo de su hijo-. Venga acuéstate.
M_ No te vayas –insistió.
E_ No, déjame que me lave los dientes y vengo.
M_ No tardes –seguía pareciendo una niña asustada y a Esther le
dolió el alma.
E_ Ya vengo.
Se metió en el cuarto de baño sin cerrar la puerta, aquella
situación era diferente a cuantas había vivido hasta ese momento.
Pero seguía sin querer creer en otra cosa que en un nuevo cambio
459 ”Adiós Esther” © by ldana
de emotividad. Terminó y apagó la luz, al salir la vio con los ojos
bien abiertos mirando fijamente la puerta, como si tuviera miedo
que se marchara. Al verla sonrió, abrió la cama y dejó una fina luz
que provenía de la chimenea que seguía bajita.
E_ ¿Tienes frío?
M_ No, pero... ¿puedes abrazarme? –le preguntó con temor.
E_ Claro que sí mi vida.
Maca estaba de lado, Esther pasó su brazo por debajo de su
cuello, mientras con el otro la aferraba por la cintura a su cuerpo,
adaptándose las dos entre los huecos de sus propias curvas. Unieron
sus pies, los pies fríos de Esther con los calientes de Maca que dejó
escapar una sonrisita incontrolada.
E_ Lo siento.
M_ No me acordaba de esto –murmuró sonriente.
E_ Bueno... por lo menos vas recordando cosas, eso quiere decir
que vas por buen camino cariño.
M_ ¿Tú crees que si recuerdo todo, voy a ir por buen camino? –su
voz volvió a dar un giro, y se mostró fría.
E_ Claro.
M_ Buenas noches.
E_ Descansa.
M_ No te vayas –le susurró otra vez su voz volvió a ser dulce y
enamorada.
E_ Aquí estaré –le besó con ternura el cuello y le dijo-. Buenas
noches mi amor.
M_ Buenas noches.

Cada una pensaba en algo diferente, pero el sueño venció con


rapidez a Maca, se había agarrado con fuerza a la mano que Esther
le había pasado por bajo de su cuello. Su cuerpo estaba bien

460 ”Adiós Esther” © by ldana


apegado al de su mujer, necesitaba sentir su calor, era una
necesidad absoluta. Por su parte, la zozobra volvió a Esther, sabía a
que se debía aquel comentario y estuvo a punto de gritar. ¿Cuándo
olvidaría aquello Maca?, tenía paciencia en muchas cosas pero no
podía tenerla cada vez que le mandaba una indirecta con la misma
frialdad y reproche. Cuando notó que su cuerpo estaba
completamente abandonado al sueño, aprovechando que Maca se
había movido, despegó con prudencia su cuerpo levantándose con
cuidado, una vez estuvo segura que no había notado su ausencia,
cogió el abrigo, la bufanda y la manta y se fue hasta el porche,
quiso recibir el aire fresco de la noche, todo alrededor de la casa
estaba oscuro, recordó cuando aquella noche de la montaña le dijo a
Maca que tenía miedo, estaba recordando toda la escena que
sucedió entre ellas, cuando oyó una voz que la asustó.
R_ ¿Tú tampoco puedes dormir?
E_ ¡Qué susto! –le dijo con la mano en el pecho.
R_ Lo siento –se disculpó con una sonrisa de afecto-. ¿Puedo?
E_ Claro –abrió la manta para que se sentara a su lado-. No puedo
dormir, me es imposible tengo el alma que aún me tiembla.
R_ Te entiendo... a mí me pasa igual –la miró de reojo.
E_ He estado pensando mucho Rosario... la verdad que no es fácil
para mí tomar esta decisión... quizá porque he sido egoísta.
R_ ¿Es sobre el centro? –su pregunta fue lenta y su voz decaída.
E_ No puedo mandarla Rosario... pero tampoco puedo verla así...
estoy completamente desorientada. Si la mando me sentiré mal y si
no lo hago, puede ella misma hacerse daño.
R_ Creo que hemos hecho todo lo que humanamente está en
nuestras manos, sé que tú quieres estar a su lado, lo he respetado
hasta hoy... no creo que sea bueno ni para ti ni para ella ni para
nosotras –Esther la miró con los ojos repletos de miedo-. Esther...
quizá no sea necesario tenerla mucho tiempo...
E_ Lo sé... pero por poco que sea, será horrible... una pesadilla.

461 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Así es... pero no podemos poner en peligro tu vida o la suya,
imagínate que eso se lo hace a tu madre o a mí.
E_ Lo malo no es eso Rosario, lo malo ¿sabes qué es?
R_ Dime –la miró con pena.
E_ Lo malo es que sigue aferrada al recuerdo de que yo le he
fallado, y si se pone bien porque recupera por si misma todo cuanto
tiene desordenado, bien, pero si le queda alguna laguna y justo esa
laguna es la que le ha hecho golpearme... ¿qué haré? –su voz se iba
entrecortando a medida que llegaba a la pregunta.
R_ Estaremos a vuestro lado para ayudarla, no te preocupes
Esther... mi hija te ama y ese sentimiento será el que le haga
recuperar todo y volver a ser como antes o mejor.
E_ Solo espero que Cruz mañana nos dé una solución.
R_ La solución... pasa por internarla con todo el dolor que nos
cause, pero no hay otra salida Esther –le tomó la mano
estrechándola fuertemente. Las dos suspiraron al mismo tiempo,
guardaron silencio mirando las estrellas y finalmente Rosario le dijo-
. Vete a la cama, no vayas a coger frío.
E_ ¿Y usted?
R_ También –le sonrió.
E_ Gracias por entenderme Rosario... creo que sin su ayuda y la de
mi madre no hubiera podido llegar hasta aquí.
R_ Claro que hubieras llegado, de no ser por el resto de personas
que estamos en esto, llegarías mucho más lejos pero no te lo puedo
permitir.
E_ No lo quiero ni imaginar –se mordió el labio.
R_ Estaremos contigo, no te vamos a dejar sola.
E_ Buenas noches.
R_ Hasta mañana.

462 ”Adiós Esther” © by ldana


Dejó el abrigo en el perchero de la puerta, sintió frío y apresuró
su paso hasta la habitación, volvió a hacer toda la misma maniobra,
se aseguró que Maca dormía, despacio se acostó y para no
molestarla se puso de lado dándole la espalda, tras un suspiro cerró
los ojos tratando de dormir, pero le era imposible, notó como Maca
se movió y su cuerpo se puso rígido sin poderlo evitar, notó como se
aproximaba a ella... notó como se acercaba hasta su oído y a notar
el roce de su boca en su cuello sintió un escalofrío.
M_ ¿Por qué te has ido?, te dicho que no me dejaras –le susurró con
su cálida voz repleta de deseo.
E_ He salido a tomar un poco de aire –le contestó pero su voz era
un tanto temblorosa por el susto y su propio deseo.
M_ Ya –metió su mano por la sábana hasta llegar con decisión al
pantalón de Esther que suspiró-. Y me dejas solita.
E_ Maca será mejor que te duermas –trató de moverse para evitar
lo que Maca quería encontrar.
M_ ¿No quieres?
E_ Hoy hemos tenido un día difícil cariño... para ti no sería
demasiado bueno...
M_ ¡Ah, la sabelotodo ha hablado! –murmuró mientras le mordía el
lóbulo de la oreja.
E_ Maca por favor –susurró casi extasiada tanto por el mordisco
como por el recorrido de la mano.
M_ Maca ¿qué?... ¿paro?
E_ Ahora ya no –se tapó la boca mordiendo la almohada.
M_ Pues creo que sí, no debes estar pasándolo bien... te veo sufrir –
retiró su mano se separó y se apoyó con el codo en la almohada.
E_ Maca –se giró aún con la respiración cortante.
M_ ¿Qué? –la miró sonriente.
E_ No seas mala...por favor...

463 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No soy mala... pero me has cortado el rollito, la próxima vez, no
te quejes.
Se dio la vuelta con una sonrisa amplia de oreja a oreja
dejando a Esther con cara de circunstancias, no entendía nada, solo
sentía un profundo dolor de su propio deseo. Negó con la cabeza y
se acostó nuevamente.
M_ Ahora bien...
Se dio la vuelta poniéndose cara a ella, Esther tenía la mirada fija en
el techo aún su respiración estaba alterada por la caricia tan íntima
con la que Maca la había desafiado, ésta se detuvo en sus palabras
y comenzó con su pie izquierdo a subir lentamente por la pierna de
una Esther que cerró sus ojos, aquello empezaba a ser un martirio
para ella.
E_ Maca –le advirtió con tono un tanto nervioso.
M_ ¿No quieres?... porque a mi me apetece mucho –le sonrió
mientras se mordía el labio.
E_ No es que no quiera –suspiró profundamente tan profundamente
que notó como sus pechos se alzaban como jamás en la vida lo
habían hecho ante su movimiento-... verás...
M_ Eso... quiero ver, ¿qué me vas a enseñar? –detuvo su pie a
mitad pierna.
E_ Te voy a enseñar que debes relajarte y dormir.
M_ ¡Qué sosa hija!, ahora nuestras mamis duermen –metió esta vez
su mano nuevamente por debajo de la sábana rozando su barriga,
ante el movimiento de Esther sonrió-. ¿Te gusta, eh?
E_ Sabes que sí... pero... una de las dos debe ser consecuente...
Maca... Maca... por Dios –decía a punto de perder los nervios, había
tratado de alejarse un poco de ella pero era imposible, Maca era el
imán que la atraía como si toda ella fuera hierro.
M_ Te vuelvo loquita –susurró en su oreja tan despacio y tan
lentamente con su voz sedosa y dulce que Esther cerró los ojos y se
abandonó a lo que ella quisiera-. No sabes vivir sin mí.

464 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Es verdad –se giró y con su movimiento Maca tuvo que variar la
postura de su mano y sus ojos se clavaron en una Esther repleta de
deseo-. No quiero vivir sin ti... ya no puedo ni quiero –fue a besarla
pero Maca se retiró, ante su negativa a recibir el beso Esther la miró
un tanto desconcertada-. ¿Qué te pasa?
M_ Hoy mando yo –la volvió a tumbar y subió sobre ella-. Hoy no
vas a escaparte aunque para eso tenga que atarte a la cama.
E_ No hará falta, te lo aseguro –Esther le acarició las piernas con
una infinita delicadeza esperando que Maca hiciera algo.
M_ ¿Sólo significo deseo para ti? –la miraba fijamente con expresión
relajada.
E_ Sabes que no, ¿por qué dices eso? –sintió miedo ante la frialdad
de sus ojos, por un momento pensó que se había descuidado que
esta sumida a la merced de lo que ella quisiera hacerle.
M_ Porqué sé que me mientes... porque sé que yo no te he hecho
eso, porque sé que quieres volverme loca y porque estoy segura
que estás haciendo lo imposible porque mi madre me encierre en un
psiquiátrico... porque sé que quieres quitarme del medio, porque me
apartas de mi hijo y porque crees que soy idiota.
Le fue diciendo uno a uno sus motivos, con pausa, con sus ojos fríos
como el témpano, haciendo fuerza con sus piernas oprimiendo el
cuerpo de Esther que volvió a sentir miedo. Miedo a las palabras que
le decía Maca, miedo a que pudiera volver a reaccionar igual, miedo
solo miedo el más puro y duro miedo. Su voz, su mirada, su fuerza
contra su cuerpo provocó que su corazón se quebrara, aquella Maca
volvía a ser la del otro lado, pasó del deseo al odio, en un solo
segundo, y en ese mismo segundo, Esther pasó del deseo al dolor.
Por primera vez desde que Maca sufrió el secuestro, por primera vez
no tuvo fuerzas para disimular ante ella, por primera vez, no pudo
hacerlo, sin duda había escuchado sus palabras o su madre le había
dicho algo, se sintió sucia sin serlo, se sintió mala cuando solo
buscaba lo mejor para ella, por primera vez, necesitó llorar ante
ella. Esther rompió en un llanto desolado, en un llanto que salía de

465 ”Adiós Esther” © by ldana


su cansada alma, en un llanto descontrolado, notó como Maca aflojó
su fuerza, notó como ya no la oprimía, notó como bajó y se separó
de ella, notó como se sentó a su lado observándola, entonces Esther
se levantó, no quería que la viera llorar, no quería mirarla así,
estaba fallando pero sus fuerzas ya no eran las mismas que al
principio, estaba rota y sabía que tardaría mucho tiempo en
recuperarse, había olvidado su vida para centrarse en Maca, y en
ese momento cuando de repente cayó, como si hubiera entrado en
un pozo y su cuerpo descendiera por él a gran velocidad en la plena
y triste oscuridad, sintió que se ahogaba, que ya no podía más. Fue
al cuarto de baño y allí rompió en un llanto que por mucho que
tratara de ahogar, no podía, la toalla en su rostro, amortiguaba un
tanto el sonido de su garganta, pero Maca lo estaba oyendo
perfectamente, estaba sintiendo aquellas lagrimas como si fueran
propias. Estaba aterrada.

La noche se volvió fría, en el cuarto de la pareja, había llegado ya


no solo el frío de fuera, también el frío de la incomprensión de la
desdicha. La chimenea se había apagado poco a poco, como las
ilusiones de Esther en que Maca estuviera mejor. Entraba tan solo la
tímida luz que escapaba por debajo de la puerta del cuarto de baño,
donde Esther llevaba un rato llorando, sintiendo una soledad
abrumadora que no le dejaba respirar, se había lavado la cara, pero
ni aún así había logrado detener su llanto. No podía pensar, solo
sentir aquel dolor en su alma, instalado en medio de su pecho, las
palabras de Maca una y otra vez llegaban a ella, una y otra vez
como si fuesen las olas en el mar, continuadas que jamás cesan en
su intento de ganar la arena, pues en Esther no cesaban en su
intento de romperle el alma. Fue entonces, cuando la puerta se
abrió, pensó que su madre la habría escuchado, no levantó la cara
porque en aquel instante tenía su brazo apoyado en la pared y su
cabeza escondida en él, sus lagrimas se sucedían sin poderlas
detener, pero su madre estaba allí como siempre... pensó... pero su
madre no habría pasado sus manos por la cintura como en aquel

466 ”Adiós Esther” © by ldana


momento estaban haciendo, ni hubiera atraído su cuerpo hasta el
otro, ni la hubieran mecido ni besado sobre el pelo. Esther conocía
perfectamente aquel tacto, conocía perfectamente aquella sensación
de estar en el cielo... era Maca... su corazón latió con más fuerza si
cabe y las lagrimas cayeron aún en contra de su voluntad.
M_ Esther... –le susurró con su voz repleta de consternación al verla
así-. Esther...
Ante la segunda vez que susurró su nombre, Esther no pudo
más que girarse y dejarse abrazar, refugiarse en su pecho como
siempre hacía, sintió los brazos de Maca como la rodeaban, como la
estrechaban con fuerza, notó como sus manos la acariciaban
lentamente y como de su boca llovieron dos besos sobre su sien
provocando en ella el efecto de la lluvia deslizándose sobre el cristal,
un frescor que le estaba trastornando mucho más que todo cuanto
había sucedido antes. Maca estaba allí... abrazándola, dándole el
calor que con anterioridad le había quitado de un solo golpe.
E_ Maca... –murmuró.
M_ No llores por favor, no quería decir eso... yo... –le decía con
gesto preocupado sin soltar ni un milímetro su cuerpo.
E_ No puedo más Maca... lo siento... pero no puedo más –le
interrumpió derrumbándose mientras se aferraba a ella con fuerza-.
¡Ya no puedo más, no puedo! –repetía con dolor.
M_ Lo siento... no sé que decirte Esther –en su voz también
comenzó a asomar un requiebro de pesar.
E_ Tu no tienes la culpa... pero ya no puedo más –entonces se
separó mirándola fijamente mientras las lagrimas le caían sin cesar-
. Quiero que estés bien... quiero que todo este infierno en el que
estás viviendo pase... no soy tan fuerte como tú Maca... lo siento...
no debería estar así pero... –volvió a hundir su cabeza sobre el
pecho de una Maca que la miraba sintiendo perfectamente el dolor
que sus ojos reflejaban-. Perdóname tú a mí cariño.
M_ No puedo vivir así Esther... yo no quiero hacerte daño, no quiero
pero...

467 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Shhh –puso sus dedos sobre la boca seca por el miedo de una
Maca que parecía la de siempre, tan hermosa como siempre, pero
con sus ojos tan apagados como los últimos meses-. Sé que no
quieres, lo sé, pero no sé que hacer Maca... te lo juro no sé cómo
actuar.
M_ Esther... –rompió a llorar.
E_ Maca... –se abrazaron llorando las dos como si sus vidas en ese
mismo instante fueran a desaparecer y quisieron hacerlo juntas.
Una y otra vez Esther repetía-. Lo siento cariño.... lo siento... mi
amor. Te quiero... te quiero tanto.
M_ Dímelo otra vez –le suplicó con los ojos repletos de lagrimas sin
separarse de ella, tan solo quería sentirla.
E_ Te quiero mi amor –le sonrió volviéndose a separar mientras
acariciaba su cara con ternura mientras ella cerraba los ojos ante
aquel sentimiento.
M_ Lo único que quiero es que no me dejes, que no te vayas, que
no me dejes nunca Esther, es lo que mi corazón me dice... no sé
que más puedo sentir, no sé si te quiero, si te odio, o si
simplemente te deseo, pero lo que sí sé es que no quiero que me
dejes nunca.
E_ No voy a dejarte cariño... jamás –le acarició el pelo mientras
trataba de no llorar.
M_ No llores Esther... –ella también la acarició con su expresión
repleta de duda.
E_ Daría todo mi amor porque tu emotividad volviera a su sitio,
porque volviéramos a ser las de antes –la miraba adorándola-. Para
ser como antes...
M_ Me gustaría tanto poder controlar lo que siento... pero no puedo
¡te lo juro!, de verdad no te miento.
E_ Lo sé, lo sé –la abrazó porque vio en sus ojos el más puro
desespero. Entonces al separarse la miró fijamente y vio sus dos

468 ”Adiós Esther” © by ldana


brazos la tenían abrazada y la miró fuera de sí-. ¡Maca y las
muletas!
M_ No lo sé, tenía que venir no podía dejarte llorar.
E_ Pero... pero... –no le salían las palabras.
M_ Desde que te fuiste... he tratado de poner de mi parte creo, y
creo que me ha venido bien que he hecho mis pinitos –le sonrió
emocionada.
E_ Mi amor –la abrazó con fuerza-. Gracias a Dios. Pero vamos a la
cama, apóyate en mí –le decía nerviosa quitándose las lagrimas.
M_ Me duele un poco pero creo que puedo caminar Esther.
E_ Eso es una noticia estupenda. Venga vamos...
Fueron con cuidado hasta la cama, allí se acostó primero Maca,
Esther la tapó, fue al cuarto de baño a lavarse la cara, aún sentía los
latidos de su corazón desbocados, había sido un instante tan íntimo
de las dos, se habían confesado sin planearlo, a veces cuando ella
pensaba como podré hablarle, hacía innumerables ensayos, pero a
la hora de la verdad, todo había salido impulsado por el amor, el
más puro amor. Cuando salió Maca parecía estar esperando como
una niña a su madre, para ser acunada, parecía tan vulnerable que
Esther sintió como todo su interior volvía a renacer, había tocado
fondo pero... en ese momento sintió la fuerza necesaria para seguir
luchando. Se le había roto el corazón al ver como Maca tenía miedo
de separarse de ella, de ir a una clínica, quizá cuando llegara Cruz
verían la manera de arreglar aquello, volver a Madrid, ir a un buen
médico... lo que fuera pero nada de separarse, no volvería a casa de
Carmen, Maca la necesitaba, solo esperaba que aquellas palabras le
fueran a su mente en todos los momentos malos si es que los
habían.
Al entrar en la cama, le sonrió, y Maca buscó su refugio,
entonces suspiró como si la calma inundara su interior.
M_ Prométeme que no me dejaras –en su voz volvió a reflejarse el
miedo.

469 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Te lo prometo.
M_ ¿Me vas a ingresar?
E_ No quiero hacerlo Maca... te lo aseguro.
M_ Por favor... no me dejes.
E_ Descansa te prometo que nada me separara de ti, te lo prometo.
M_ Gracias... –susurró aliviada.
E_ Dulces sueños mi amor.
M_ Dulces sueños mi reina –le contestó con voz sedosa.

Durante la noche, Maca tuvo sensaciones diferentes, al


principio de quedar dormida no soñaba, tan solo estaba metida en
una especie de nube blanca, después un intenso calor hizo que
variara su posición en la cama, se destapó un poco, y volvió a
dormir, las imágenes comenzaron a llegar lentamente, el hombre, el
cuchillo, el coche, la policía, un ruido extraño y un golpe seco. Su
corazón latió con fuerza, se aferró a la sábana, a lo lejos podía
escuchar la voz de Vilches hablándole, podía escuchar como se
estaba muriendo, y de ahí, pasaba a oír la voz de Esther, solo
Esther, abrió los ojos con temor, repletos de miedo, giró su cabeza a
la derecha y allí estaba durmiendo tranquilamente, con su mano
sujetaba la cintura de Maca, parecía estar relajada, como si nada
hubiera pasado, pero habían pasado muchas cosas, Maca comenzó a
recordar, y después de un rato intenso murmuró.
M_ Mi niña...

El día llegó con un sol radiante, hacia frío pero el sol iluminaba
todo con tal coquetería que las montañas, los árboles, la hierba
parecían sacados de un paisaje sagrado. Los pájaros cantaban con
alegría. En la cocina ya estaban trasteando Encarna y Rosario,
preparaban el desayuno cuando Fermín llegó con una torta

470 ”Adiós Esther” © by ldana


impresionante. El hombre llevaba como siempre su inseparable
boina, y como siempre sus ojos apagados.
F_ La Carmen me manda con esto.
En_ ¡Qué barbaridad pero esta mujer cuando duerme! –Rosario
sonrió ante el comentario acertado de su consuegra.
F_ Dice que lo suficiente... pero yo sé que se levanta por no
pensar... trabajar es la única manera de olvidar.
En_ Fermín... sé que no soy nadie para decirle esto... pero ahora es
fácil decidir lo que habría sido mejor después de sufrir todo este
tiempo, pero la vida.
El hombre se marchó con un lento gesto de cabeza, como
agradecimiento a aquellas palabras, Rosario vio como al salir, se
arreglaba la boina, la chaqueta y lentamente con el dorso de la
mano se limpiaba la cara, miró admirada a Encarna que seguía
como si no hubiera dicho nada, cuando había dicho tanto.
En_ Yo creo que sería bueno ir a despertar a las niñas ¿no? –le
preguntó mientras secaba sus manos con el trapo de la cocina.
R_ Pues... quizá si –murmuró un tanto dubitativa porque aún no se
había recuperado de la conversación con Fermín-. Claro.
En_ Venga... pues vamos así no nos costara tanto –le guiñó un ojo-.
Quita esa cara de miedo.
R_ No es miedo ¿eh? –sonrió.
En_ Ya...
Llegaron a la puerta de la habitación, se miraron y pusieron
atención antes de abrirla, no oyeron nada y sin hablarse Encarna
miró a Rosario que elevó sus hombros y cejas en señal de duda. Fue
Encarna que abrió un poco y las vio tendidas en la cama, asomó su
cabeza un poco más y por detrás Rosario miró hacia la cama, era la
primera vez que las veía, jamás antes había sido capaz de entrar a
la habitación que compartían. Encarna dio un paso atrás y Rosario
se apartó con cara de circunstancias.

471 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ ¿Qué pasa?
En_ Están dormidas.
R_ ¿Y qué hacemos?
En_ Las dejamos un rato a ver...
R_ Yo creo que será lo mejor, cuanto más tiempo esté calmada
Maca, mejor para todas.
En_ Desde luego –iban andando por el pasillo.
R_ Tengo que llamar a Pedro... –murmuró.
En_ Bien.
R_ Tendré que decirle que hable con Chiruca, imagino que Esther
aceptará nuestra ayuda.
En_ Pues no lo sé... igual ella quiere cerca de Madrid –le dijo con la
cautela suficiente como para no molestarla.
R_ Podríais veniros a Jerez las dos con Daniel.
En_ ¿Yo también? –preguntó completamente sorprendida.
R_ Claro... –la miró un tanto extrañada por su reacción-. Bueno, al
menos que tú no quisieras.
En_ Sí, sí, claro, solo me ha sorprendido.
R_ ¿Por qué?
En_ Pues eso digo yo, ¿por qué?, si esto nos está uniendo como una
familia de verdad.
R_ Si –sonrió ampliamente mientras se sentaban partiendo un trozo
cada una de torta-. La verdad que contigo he ganado una amiga
estupenda.
En_ Quita, quita, las dos hemos ganado y ahora, demos buena
cuenta de esta torta anda que esta Carmen nos va a poner como los
borregos que tiene.
Las dos rieron, durante un buen rato estuvieron hablando del
matrimonio y la perdida de ese hijo que tanto echaban de menos,
ambas por su parte, sentían más calma en sus almas porque
472 ”Adiós Esther” © by ldana
aunque a Rosario le había costado más al final, estaba junto a su
hija y eso en aquel momento que veía en los ojos de Fermín aquel
dolor profundo, le hacía sentirse completamente feliz, y segura de
que no volvería a dejar que nada separara la relación, madre e hija.

Conforme había pasado la mañana, los colores que envolvían la


casa se habían ido transformando para mejorar, los árboles parecían
tan vivos que contagiaban su frescura, el cielo azul salpicado con
unas pocas nubes blancas y radiantes, daban esa sensación de
calma que en aquel lugar se podía disfrutar, quien estaban
disfrutando de toda aquella maravilla eran los pájaros que con aquel
trinar completaban todo para recibir al abrir los ojos, con un día feliz
y con alegría. El trinar dulce de los pájaros despertó Esther. Abrió
lentamente sus ojos notaba la presencia de Maca a su lado, notaba
como su cuerpo estaba dándole calor, abrió los ojos completamente,
pues si bien estaba disfrutando de aquel adorable calor, también era
cierto, que necesitaba llenarse de ella. Despacio se dio la vuelta
tratando de no despertar a una Maca que dormía placidamente, su
brazo rodeaba la cintura de Esther, y allí cara a cara, con un gesto
repleto de calma y felicidad, contempló durante un buen rato su
rostro, su maravilloso y hermoso rostro, mirándola dormida su alma
sonreía, allí estaba a su lado como tanto había deseado y como les
gustaba, dormir juntas y cuando una se despertaba era capaz de
quedarse un buen rato contemplando a la otra. Esta vez Esther
quiso recordar lo mejor de su relación, necesitaba tomar fuerzas y
con esas fuerzas se levantó con cuidad, cuando se aseguró que
Maca seguía durmiendo se marchó.
En la cocina, ambas mujeres seguían hablando de Carmen y
Fermín, habían abierto las cortinas para que la luz del solo entrara
con todo su fulgor y llenara cada rincón. Estaban hablando cuando
la puerta se abrió y apareció una Esther con gesto tranquilo.
E_ Buenos días.
R_ Buenos días Esther.

473 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¿Cómo está Maca?
E_ Ahora descansa... pero...
R_ ¿Pero qué? –las dos mujeres apoyaron sus codos sobre la mesa
mirándola fijamente y ansiosas por saber.
En_ Venga desembucha –le espetó su madre.
E_ A ver... anoche sucedió algo que me hizo cambiar de opinión –lo
dijo despacio porque sabía que las dos mujeres se iban a
sorprender.
En_ ¿Otra vez?, pareces la parrala hija –la miró haciendo un gesto
un tanto de desazón-, ahora sí, ahora no.
R_ Pero Esther... pensé que habíamos quedado...
E_ Ya lo sé, tenéis razón, pero a ver... anoche discutimos y hubo un
momento en que yo no pude aguantar y me vine abajo, tuve que
levantarme de la cama porque rompí a llorar –las mujeres se
intercambiaron una mirada de reojo-. Y cuando estaba en el lavabo
noté como me abrazaban, pensé que eras tú mamá.
En_ ¿Yo? –le preguntó un tanto incrédula.
E_ Bueno... pensé que me habrías oído.
R_ ¿Era Maca?
E_ Sí, al oírme llorar llego hasta mí, me abrazó y bueno... estuvimos
intercambiando nuestros sentimientos, ella al parecer no sé como ni
de que manera se había enterado que podíamos ingresarla en una
clínica.
R_ Debió escucharme a mí cuando hablaba con su padre.
E_ Puede ser –asintió con la cabeza mientras las dos mujeres
seguían mirándola con ganas de saber que le había hecho cambiar
de decisión-. Me hizo prometerle que no la internaría, que no la
dejaría sola allí y bueno... así lo hice...
R_ Ya... pero no puedes pensar que tu promesa la puedas cumplir.
E_ Mira Rosario –le habló con calma-, yo sé que ella puede tener
estos ataques pero ahora ya no me va a sorprender, además hay
474 ”Adiós Esther” © by ldana
algo que me sorprendió tanto, que me hizo ver que posiblemente
podría estar cerca su recuperación.
En_ Ve al grano no te enrolles –le apuntó su madre con el dedo
índice.
E_ Ya mamá –le sonrió-. Estaba abrazándome mientras llorábamos,
su mano derecha la mueve casi perfectamente, ha mejorado mucho
de eso, pero cuando me di cuenta ¡estaba sin muletas!
R_ ¿Cómo?
E_ Lo que os digo, allí abrazándome y sin ninguna sujeción, luego
fuimos a la cama andando ella apoyada un poco en mí, pero podía
andar casi perfectamente, me dijo que había tratado de recuperar
por sí misma.
R_ Es cierto, estos días que tú no has estado, así lo ha hecho.
E_ ¿Y por qué no puede haber hecho lo mismo con su cabeza?,
quiero decir, ella puede haber estado esforzándose para
recuperarse, y quizás ese sea el motivo por el cual le ha dado este
ataque.
En_ Pero vamos a ver, esa pierna la tiene mal por la operación, no
por la cabeza.
E_ Ya lo sé mamá, pero y si también le ha bloqueado la pierna y el
brazo y ahora ella ha mejorado lo suficiente como para que el
cerebro no le castigue más, digamos que es una autodefensa, es tan
complicada la cabeza
En_ Dichosa emotividad, ¡menuda palabreja!, mira, le estoy
tomando una manía que nada, ¡no puedo con ella! –protestaba con
gesto de desaprobación.
R_ ¿Y si fuera cómo dices... si fuera mejorando poco a poco...?
E_ A ver Rosario... sólo es una hipótesis mía, igual no tiene nada
que ver... pero es que nunca antes se había puesto así y debe tener
un motivo una causa justificada –trataba de convencerse a si
misma.

475 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¿Cómo tienes la mejilla?
E_ Bien –hizo un ademán como si no le importara.
En_ Oye... tienes un golpe y deberías cuidártelo.
E_ Mamá ahora esto es más importante.
En_ Mira hija, tú te preocupas por Maca yo me preocupo por ti, y
ese golpe necesita una cataplasma en toda regla de las que te ponía
tu abuela cuando eras pequeña.
E_ No hace falta –sonrió al recordar a su abuela.
En_ Si hace falta, claro que hace falta –se levantó y cuando estaba
cogiendo un cazo las sorprendió a las dos diciéndoles-. Claro que
hace falta, lo mismo que hace falta que encuentres un punto
intermedio entre los subidones y los bajones que estás teniendo, no
creo que estés haciendo bien... deberías hacer lo que te diga Cruz,
sintiéndolo mucho hija. A ver... era un poco de manzanilla, un poco
de vinagre... si... ¿qué más?
Esther y Rosario se miraron pensativas, eran ciertas las
palabras de Encarna, no podía ir tomando decisiones según
mejorara o empeorara el estado de Maca, debía ser consecuente y
aquello parecía que también se lo estaban diciendo los ojos de
Rosario que muy a su pesar, también creía que el internamiento era
necesario.

Mientras en la cama, Maca se estaba despertando, notaba la


ausencia de Esther, y conforme abría los ojos la buscaba por la
habitación ... pero no estaba... allí otra vez sola, pero no tardó
mucho en abrirse la puerta, Maca se acababa de sentar, la miró
fijamente de manera un tanto distinta pero Esther que llevaba una
sonrisa de oreja a oreja, no percibió aquel cambió.
E_ Buenos días cariño.
M_ ¿Dónde estabas? –otra vez su tono frío.

476 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ En la cocina –se sentó a su lado tratando de no reflejar su pena
al volver a notar su tono.
M_ ¿Y qué hacías allí?
E_ He ido a saludar a las mamis, estaban de charla.
M_ Te dije que no te fueras.
E_ No me he ido –se le acercó sonriente-. ¿Qué tal estás?
M_ Igual... me duele la mano.
E_ Si, ahora te veré como llevas el corte.
M_ Y tu cara.
E_ Creo que bien, mi madre me está haciendo una cataplasma.
M_ Esta Encarna... –sonrió de lado-. A ver déjame ver esa mejilla.
E_ Vale doctora –le dijo sonriente mientras se acercaba y dejaba
que sus manos se posaran en su rostro, al notar el contacto cerró
los ojos-. Mmmm.
M_ ¿Te gusta? –le preguntó aguantando como podía una gran
sonrisa.
E_ Sabes que me pierdo cuando me tocas.
M_ No tiene buena pinta ¿eh? –la estaba mirando con el ceño
fruncido.
E_ No es nada, solo un golpe.
M_ ¿Y cómo te lo has hecho? –Esther abrió los ojos, por un
momento....
En_ ¡Hija Cruz ha llegado! –se oyó como la llamaba desde la puerta.
E_ Voy a recibirlas.
M_ ¿Recibirlas?, ¿quién más viene?
E_ Teresa –le sonrió dejándole un beso en la frente.
M_ Joder, Teresa –murmuró y al quedarse sola, se apoyó sobre los
almohadones que se había puesto en su espalda sonriente pero al
ver que se abría la puerta borró su sonrisa-. Hola mamá.

477 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Buenos días hija, ¿cómo estás? –se acercó y la besó en la frente.
M_ ¿Y esto? –le preguntó totalmente perpleja sin apartar su mirada
de ella.
R_ ¿El beso? –Maca asintió-, necesitaba dártelo.
M_ ¿Qué pasa, que tus remordimientos te hacen comportante como
una verdadera madre?
R_ No seas tan dura conmigo hija, solo quiero recuperar el tiempo
perdido.
M_ ¡Ah, ahora! –la miró con una sonrisa burlona.
R_ ¿Y por qué no cariño? –apoyó una mano sobre la suya.
M_ Porque ya es tarde mamá.
R_ No hija, nunca es tarde para demostrar a un hija lo mucho que la
quieres, nunca es tarde para demostrar el amor que siento por ti.
M_ ¿Y Esther? –le preguntó tratando de evitar que se notara su
emoción.
R_ ¿Qué pasa con ella?
M_ Pues que es mi mujer y no os caía muy bien que digamos.
R_ Estos meses nos han hecho darnos cuenta de muchas cosas
cariño, la más importante que has tenido mucha suerte con ella, y
sabes... reconozco que me equivoqué, asumo mi error hija, mi
decisión de no aceptar que eras lesbiana no fue la correcta, pensé
antes en mí, en el buen nombre de la familia que en tu felicidad,
admito mi error y te pido disculpas, nunca debí darte la espalda
pero no quiero perderte hija, por favor perdóname.
Maca guardó silencio, aquella mujer era su madre, pero parecía
tan distinta, no podía entender que le pasaba pero le sonrió y asintió
lentamente, su corazón aún estaba reponiéndose de aquel cambio
de actitud, de aquella necesidad de volver a ser madre, y sin duda,
intuyó que en ese cambio tenía algo que ver Encarna.

478 ”Adiós Esther” © by ldana


El coche que llevaba a Cruz y Teresa acababa de aparcar
delante de la casa, Esther al ver a Cruz sintió una mezcla de alivio y
miedo, sintió una mezcla que no supo muy bien como atajar, y su
corazón comenzó a latir locamente. Cruz al verla le sonrió como
tratando de imprimir en ella un poco de animo mientras Teresa salía
del coche ya emocionada.
E_ Cruz –murmuró mientras se aferraba a ella en un abrazo.
C_ Vamos Esther... –notó como su cuerpo se estremecía-, ya estoy
aquí... ¿y eso que llevas en la cara?
E_ Me di un golpe ayer, no es nada –le sonrió mientras le apretaba
las manos.
T_ Esther hija... Esther….
E_ Teresa –se abrazó a ella también con la misma necesidad.
En_ ¿Qué tal Cruz?
C_ Muy bien ¿Y usted?
En_ Bueno... podría estar mejor... pero es lo que toca.
T_ ¡Encarna! –se abrazó a ella.
En_ ¡Cuánto me alegro de verte!
T_ Voy a estar aquí hasta pasado mañana, ¿es mucho?
En_ Es poquísimo –le sonrió agradeciéndole su decisión de estar allí
apoyándoles.
E_ Bueno... creo que será mejor que pases Cruz.
C_ Oye este sitio es precioso ¿eh? –le dijo mirando alrededor.
E_ Sí... la verdad que es una maravilla.
T_ ¿Y eso? –le señaló la cara.
E_ Ayer me di un golpe... ya sabes...
T_ ¡Ah!; pues es un buen golpe ¿eh?
En_ Esta hija mía es un desastre ya lo veis –intervino Encarna al ver
el gesto de Cruz.

479 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ ¿Dónde está Maca?
E_ En la cama.
C_ A ver... tú quédate conmigo un momento aquí quiero que me
expliques unas cosillas y luego ya entro.
T_ Entro yo si no os importa ¿eh? –dijo ilusionada.
E_ Claro Teresa ve –le sonrió.
En_ Vamos Teresa hija, ya verás que alegría se lleva Maca.
T_ Tengo unas ganas de verla.
En_ Maca mira quien tenemos aquí –dijo mientras entraba.
T_ ¡Maca! –exclamó sonriente abriendo los brazos.
M_ Vaya... Teresita –murmuró con un tono de fastidio que dejó a las
tres mujeres cortadas-. ¿En calidad de qué vienes?, ¿de amiga mía
o de aliada de Esther?
T_ Ya veo que tú no cambias ¿eh?, anda ven aquí –la cogió dándole
un abrazo fuerte y besos sin importarle sus palabras-. ¿Cómo estás?
M_ No me has contestado –la miró fijamente con sus ojos
penetrantes.
T_ Pues en principio de amiga... luego ya veremos... depende como
te portes.
M_ Ya me lo temía... –cruzó sus brazos sobre el pecho.
T_ ¡Que aguafiestas eres bonita! –sonrió-. ¡Por los clavos de Cristo!
En_ Bueno... bueno haya paz –le dijo Encarna sonriendo.
T_ No te preocupes Encarna, si sé que se alegra... lo suyo es con
perdón Rosario, que es tan borde que le encanta fastidiarme, pero
no lo va a conseguir.
M_ No estés tan segura –le dijo con los ojos entrecerrados.
Todas sonrieron menos Maca, aunque por dentro estaba
disfrutando ella debía seguir con su plan. Su prioridad era Esther, y
no podía fallar.

480 ”Adiós Esther” © by ldana


Mientras, Esther había llevado a Cruz hasta la cocina, allí
cómodamente sentadas se dispusieron a hablar. El olor a verdura
asada envolvía a las dos mujeres que se tomaban tranquilamente un
café mientras hablaban mirándose a los ojos. Confesándose, como
amigas pero sobre todo Esther lo hacia como necesidad, aunque al
principio quiso parecer segura, y contundente.
E_ ¿Qué tal por el hospital?
C_ Como siempre –dijo después de dar un sorbo a su café-. Bueno
como siempre no, la verdad que hay algo que ha cambiado.
E_ ¿El qué? –la miró sonriendo levemente.
C_ Se os echa mucho de menos –le dio un golpecito suave y
cariñoso en la mano.
E_ Te aseguro que nosotras también lo echamos de menos...
C_ Bien... ya hemos roto el hielo y ahora... –la miró intensamente-.
¿Piensas decirme ya la verdad?
E_ Bueno... parece que hoy está más tranquila y centrada... –
comenzó a hablar distraídamente.
C_ No te he preguntado por Maca –dejó un instante que el silencio
hiciera recapacitar a Esther-. Ese golpe te lo ha dado ella, ¿verdad?
E_ No, me pegue...
C_ Ya, eso es lo que has tratado de venderme –la interrumpió
mientras Esther aprovechaba para beber, pues se le había quedado
seca la garganta por el miedo-. ¿Qué pasó?, ¿se puso violenta?
E_ Sí –terminó admitiéndolo un poco derrumbada otro poco
necesitada de ayuda-. Nunca la había visto así, hasta la voz la tenía
irreconocible... era... era otra –su voz apareció apagada.
C_ ¿Me cuentas? –la miró ladeando la cabeza y elevando una ceja.
E_ Yo quise que se acostara, ella me recriminó sobre todo lo que
había pasado.

481 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ ¿Antes del accidente? –le hablaba con seriedad pues notaba
como Esther estaba pasando un mal momento al recordarlo, la
entendía.
E_ Sí, insistía en que le había engañado –ella la invitó a continuar
mientras Esther exhalaba un fuerte suspiro-. De repente sin darme
cuenta me dio una bofetada pero con una fuerza que jamás pensé
tuviera... después había un vaso en la mesita lo rompió y me
levantó la mano –Cruz apoyó la suya sobre su brazo sabía que era
algo difícil de confesar, sabía que Esther estaba más afectada de lo
que ella misma era capaz de entender y asumir-. Tuve suerte que
entraran las tres, al escuchar la voz de su madre, se detuvo y
Carmen pudo quitarle el cristal.
C_ Vaya –murmuró suspirando-, quería hacerte daño ¿eh?
E_ Sí, pero luego todo cambió, anoche me derrumbé no podía más,
mis fuerzas no podían soportar que siguiera haciéndome daño a su
antojo –cruzó sus manos entrelazando sus dedos, Cruz se percató
de la fuerza que estaba empleando pues se estaban quedando
blancos.
C_ Claro que sí –asintió con pena ante la rapidez de Esther por
dejarle claro que Maca estaba mejor.
E_ Entré al cuarto de baño y rompí a llorar –en ese momento le
cayó una lagrima inesperada para ella, pero que salía lentamente de
su corazón-. Al poco rato, llegó ella me abrazó, me besó y se
disculpó.
En_ Hola siento interrumpir pero Maca se ha puesto pesadita que la
estamos matando de hambre –sonreía Encarna.
E_ Es verdad iba a darle el desayuno –se lamentó Esther.
C_ Esther... tranquila ¿eh? –le sonrió-, estás hablando conmigo.
En_ Di que sí Cruz, ríñela, se cree que es Dios y puede estar en
todos los sitios a la vez –le decía muy seria.
E_ Mamá –se quejó.
En_ Mamá nada... venga continuar como si yo no estuviera.

482 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Gracias Encarna. A ver, sigue.
E_ Pues eso y esta mañana también estaba bien... creo que lo ha
superado.
C_ ¿Y? –la miró con gesto de espera.
E_ ¿Y qué?
C_ ¿Qué quieres escuchar Esther?, dime la verdad.
E_ No sé a que te refieres Cruz –la miró nerviosa.
C_ ¿Cómo qué no?, primero me cuentas lo del ataque violento que
me querías ocultar, rápidamente disculpas su comportamiento y me
dices que luego te abrazó y se disculpó y que esta mañana esta
bien. ¿Qué quieres oír?
En_ Yo te lo diré –intervino Encarna con tono de voz seguro
poniéndose detrás de su hija mientras salía el café-. Quiere que le
digas que Maca se va a poner pronto bien, quiere que le asegures
que todo cuanto ha hecho es lo correcto y que no ha cometido un
error al traerla aquí, pero sobre todo, quiere que le prometas que no
la llevarás a ningún centro donde la internen –Esther cerró los ojos
apoyándose sobre la mesa-. Quiere que Maca vuelva a ser la de
antes... quiere despertar de esta pesadilla –le puso sus manos sobre
los hombros notando el temblor que su cuerpo estaba sintiendo en
ese momento apretó tratando de transmitirle calor de madre para
paliar ese frío-. Eso es lo que quiere.
C_ Lo sé, pero yo no puedo asegurarte nada Esther, ahora cuando le
haga el chequeo podré ver su estado o al menos, intuirlo, no creo
que hayas cometido un error al venir aquí.
E_ Pero si me hubiera quedado, quizá con la ayuda de los
sicólogos...
C_ Era una posibilidad, tu elegiste esta, y te aseguro que es mucho
mejor para Maca.
E_ No puedo dejarla en una clínica Cruz, ayer dije que sí, que lo
haría... pero no puedo... esta mañana al despertar me he dado
cuenta que no podría hacerlo sin ella, sabiendo que está encerrada

483 ”Adiós Esther” © by ldana


en algún lugar y... lo siento pero no podría –dijo abatida pero
notando el calor de las manos fuertes y seguras de Encarna sobre
sus hombros.
C_ Sabes que vengo dispuesta a llevármela y más viendo tu golpe,
esta crisis puede repetirse fácilmente y lo que no logró ayer, puede
lograrlo mañana –le hablaba con voz dulce pero concluyente-. No
puedo permitir ni que tú corras riesgo, ni que lo corra ella, ¿eso lo
entiendes? –Esther afirmó con la cabeza contrayendo con temor los
labios-. Bien, a nadie nos gusta la idea de llevarla aun psiquiátrico, a
nadie, pero si es necesario Esther si no hay más remedio lo
haremos.
En_ Y tanto que lo haremos –dijo con seguridad Encarna volviendo a
oprimir los hombros de su hija dándole la fuerza que sabía le estaba
fallando en ese momento-. Pasaremos un mal momento sin duda
todas, pero en la vida, a veces hija hay que pasar un rato amargo
para poder saborear el dulce, y tú llevas muchos tragos amargos
con ella.
E_ Lo sé pero...
C_ ¿Te ha preguntado por Daniel?
E_ Sí –la miró con sus ojos tristes.
C_ ¿Se lo has traído?
E_ No, iba a hacerlo hoy pero con todo lo que ha pasado –Encarna
preparó la bandeja Esther negaba con la cabeza-, no me atreví.
C_ ¿Y su pierna?
E_ Ayer, cuando vino al lavabo –suspiró para retomar fuerzas-. Lo
hizo sola sin muletas –Cruz asintió pensativa-. Esta mañana no
recordaba lo de ayer.
En_ Voy a llevarle esto, cuando termine ya pasáis.
C_ Si Encarna –cuando se fue la mujer miró a Esther y le dijo
sonriendo-. Tu madre es estupenda.

484 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ La verdad que sí lo es, sí. Sin ella no creo que esto lo hubiera
podido llevar.
C_ Voy a hacerte una pregunta un tanto incómoda quizás, pero... –
Esther levantó los ojos de la taza y la miró-. Cuando estás con ella
íntimamente... ya me entiendes.
E_ Sí, sí –la miraba con expresión de confusión.
C_ Se comporta como siempre...
E_ Si... yo creo que... es el único momento en el que Maca parece
Maca.
C_ ¿De ayer a hoy, has notado algún cambio?
E_ No... bueno... esta mañana me ha querido ver el golpe.
C_ ¿Cómo? –le preguntó esta vez era ella la que se mostraba
desconcertada ante su comentario.
E_ Sí, cuando he ido me ha dicho de verme el golpe de la cara, me
ha cogido la cara, y ha estado observándolo.
C_ Vaya... –se rascó la barbilla.
E_ La verdad que muchas veces me pasa como a ti ahora, por un
momento dudo que no haya recuperado por completo su razón y su
emotividad, pero luego cuando más segura estoy de que está bien,
me sorprende con algo cada vez más duro, más difícil que me hace
volver a la realidad de una.
C_ Esto es duro... muy duro Esther.
E_ A veces me siento como el alpinista, subiendo una montaña, y
cuando puedo llegar a la cima, la cuerda se desliza y vuelvo al
abismo –su voz volvió a ser fría y distante-. Una y otra vez
escalando para terminar cayendo.
C_ ¿Y ahora dónde estás? –la miró con gesto serio.
E_ Esta mañana iba justo por la mitad de la montaña –le sonrió con
tristeza-. Pero estoy cansada.
C_ Ya, pero dispuesta a luchar.

485 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ La amo Cruz, si de algo me ha servido este horror, esta pesadilla
–hablaba en susurro-, ha sido en darme cuenta de lo mucho que
significa Maca en mi vida, de lo mucho que la amo, de lo mucho que
la quiero.
Cruz sonrió, le acarició la cara porque sentía su pena, y sus
ganas de luchar, eran sentimientos opuestos pero que podía
percibirlos en ella de manera tan natural, que solo cuando vio como
suspiraba con pesar, pudo entender el infierno que Esther había
vivido por amor, mientras apoyaba su mano en el hombro, un
pensamiento fugaz llegó a ella, ¿cuándo volvería la tranquilidad en
sus vidas?

En la habitación, una vez llegó Encarna con la bandeja se


dispuso a sentarse a los pies de la cama, porque Teresa lo hacía en
el sillón que había justo a los pies, y Rosario estaba en la parte de
cama vacía, en el lugar de Esther, las tres mujeres hablaban y
miraba a Maca expectantes de su comportamiento, pero cuando iba
a empezar a desayunar con tono desagradable les dijo:
M_ ¿Pensáis estar aquí dándome lata mientras yo desayuno? –las
miraba impertérrita.
R_ Maca –su tono apareció molesto y enfadado.
M_ Ni Maca ni nada, no paráis de hablar, parecéis cotorras y ya con
Esther tengo suficiente.
T_ Ay hija, que desagradable estás ¿eh?, mira que te estás ganando
que me pase al bando contrario.
M_ Mira que tú te estás ganando volverte a Madrid con Cruz.
R_ ¡Maca ya está bien! –la riñó.
T_ Déjala Rosario, luego vendrá pidiéndome consejos, buena es.
M_ Ni loca, ves y daselos a Esther... –la miraba con cierto brillo en
sus ojos.
R_ Me parece que te estás pasando.

486 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Mira mamá déjame tranquila, que desde que te juntas con mi
suegra, quieres parecerte a ella, y para eso, ni volviendo a nacer,
además, quiero estar sola.
R_ Hija creo que estás siendo muy injusta...
M_ ¡Anda ve con tu drama a otra parte por favor!, ¡fuera quiero
desayunar en paz!, venga iros, fuera –decía haciendo aspavientos.
T_ Ya vamos, ya... ¡qué carácter por Dios! –murmuraba Teresa
mientras abandonaba la habitación.
M_ ¿Y tú no me vas a decir nada Encarna? –le preguntó al ver como
la mujer se disponía a marcharse en silencio.
En_ ¿Yo? –la miró sonriendo-, no hija, yo no tengo nada que decirte
de momento, pero tranquila, que ya encontraré ese momento para
decirte lo que debo.
A Maca aquellas palabras de su suegra le dieron que pensar, se
quedó allí con la tostada en la mano meditando el mensaje que
trataba de lanzarle entre sus escasas líneas, era quien más temor le
provocaba de todas, sabía que ella era el obstáculo más difícil de
sortear.

Al rato de salirse las mujeres, entró Esther, con sonrisa de


oreja a oreja, pero el corazón preocupado. Al ver que se había
terminado todo el desayuno le dijo contenta.
E_ Así me gusta...tienes que alimentarte bien.
M_ ¿Y Cruz?, ¿qué le has dicho?
E_ Nada hemos estado hablando –le contestó borrando su sonrisa al
ver su expresión seria y dura.
M_ ¿De mí? –la miraba como queriendo leer en sus ojos sabía que
Esther le estaba desviando continuamente su mirada.
E_ De todo.
M_ ¿Por qué no me miras?
E_ Te estoy mirando –se defendió.
487 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Seguro que quieres deshacerte de mí –cuando fue a coger la
bandeja Maca le sujetó por la barbilla levemente-. ¿Verdad? –hizo
que se acercara hasta su boca y pillándola totalmente desprevenida
pues sus manos estaban sujetando bandeja, con lentitud le pasó la
punta de la lengua por toda la mejilla provocando en Esther un
escalofrío que apunto estuvo de hacerle echar todo cuanto llevaba la
bandeja-. Si lo haces... te juro que no vuelves a verme en tu vida.
E_ Maca suéltame.
M_ Ni se te ocurra decirle que me lleve...
E_ ¡Ya te he dicho que no! –le alzó la voz ante el gesto de sorpresa
de Maca que la miró un tanto desconcertada-. Por favor Maca...
tiene que entrar Cruz a reconocerte.
M_ ¿Y por qué no me reconoces tú?, me muero de ganas por tocarte
–metió su mano por debajo de la camiseta.
E_ Ya está bien –se separó de golpe dejando a Maca sentada en la
cama con la mirada repleta de deseo-. Si no quieres que te lleve a
una clínica pon de tu parte y deja de hacer todas estas tonterías.
M_ Mas te gustaría a ti que te las hiciera...
E_ Por favor Maca... Cruz viene decidida a llevarte así que
comportante.
M_ Seguro se lo has dicho tú –se cruzó de brazos arreglándose la
cama-. Pero te vas a joder, no voy a marcharme.
E_ Voy a decirle a Cruz que entre.
M_ Recuérdalo... me muero de ganas por tocarte...
Esther salió apoyándose en la pared antes que nadie pudiera
verla suspiró fuertemente, aquello era una tortura, Maca sabía como
desbaratar sus nervios, aún sentía el escalofrío en su piel ante aquel
inesperado lametazo. Al recordarlo no pudo evitar sonreír, Maca la
volvía loca.
En el comedor se habían sentado las cuatro mujeres, cuando
Esther le hizo señal a Cruz, todas la miraron con gesto de asombro,

488 ”Adiós Esther” © by ldana


pues llevaba en sus mejillas el color rojo de la pasión, ella al notar
esos ojos inquisidores agachó la vista y fue hasta la cocina para
dejar la bandeja. Al salir, Cruz la esperaba de pie riendo las locuras
que Encarna contaba.
C_ ¿Vamos?
E_ Sí.
C_ ¿Qué tal estaba? –le preguntó mientras iban a la habitación.
E_ Yo la he visto bien –se paró delante de la puerta-. No seas muy
dura ¿eh?
C_ ¿Dura yo? –se quejó ante aquella súplica.
Cuando abrieron la puerta, vieron a Maca sentada apoyada con
su espalda en la cabecera de la cama como siempre se ponía, se
había tapado hasta el vientre con la sábana y sus manos estaban
entrecruzadas sobre su estómago. Parecía como si rezara, pues
tenía los ojos cerrados, el pelo se le había ido cayendo poco a poco
sobre el rostro, de manera que ambas pensaron que dormía, Cruz
miró a Esther, y ésta la miró a ella. Se acercó con sigilo para
llamarla con cuidado y cuando estaba cerca...
M_ ¡Vaya por fin vienes!
E_ ¡Ah! –dio un salto y un grito Esther ante la inesperada reacción
de Maca que rompió a reír.
M_ Cariño vaya susto –reía abiertamente-. Lo siento no era mi
intención.
C_ ¿Qué tal Maca?, a parte de bromista –le besó.
M_ Pues aquí, esperando a ver si Esther se hace el animo y me
ayuda a ducharme, es un desastre como cuidadora –le dijo en voz
baja.
C_ Eso no lo creo. A ver voy a reconocerte ¿vale?
M_ ¿Ah, has venido como médico? –le preguntó mirándola
fijamente.
C_ Pues sí, he venido como médico.

489 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Te toca la revisión Maca –le habló con dulzura.
C_ Venga, no me llevará mucho.
E_ ¿Te ayudo?
C_ No tranquila, puedo.
M_ Me encuentro bien Cruz, no creo que necesite ningún chequeo,
soy médico y puedo saber como estoy.
C_ Eres médico...pero aquí la especialista soy yo, venga y ahora
calla y colabora –se acercó hasta su rostro-. Voy a ver tus pupilas,
¿de acuerdo?
M_ Sí, eso esta chupao –dispuso su cara para que Cruz la examinara
tranquilamente.
C_ Muy bien, a ver, mira hacia arriba, aja, mira hacia abajo, muy
bien, ahora mira a un lado, estupendo, ahora al otro... esto está
perfecto.
M_ Ya te lo he dicho –le sonrió y le sacó la lengua burlona a Esther
que no pudo reprimir una sonrisa.
C_ Ya sé que me lo has dicho.
M_ Ves –le dijo mirándola fijamente y como si fuera un desafío
apuntó-. Esther no sabe como deshacerse de mí, seguro que te ha
dicho que estoy loca, y que eso de la cara se lo he hecho yo... pero
no es verdad Cruz.
E_ Maca por favor...
C_ ¿Y tu mano? –le interrumpió Cruz sin prestar atención a las
palabras de Esther mientras sacaba el aparato de la tensión.
M_ No lo recuerdo... ves eso no lo recuerdo –mostró una expresión
ceñuda.
C_ ¿No recuerdas lo qué le pasó a tu mano pero si estás segura que
no le hiciste eso a Esther? –Esther cerró los ojos abatida.
M_ ¿Cómo iba a hacerle algo así, con lo que yo la quiero?, ¿verdad
mi amor? –le sonrió provocativamente.

490 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Sí, claro Maca.
C_ Bien, ahora calla un momento quiero ver como tienes la tensión.
E_ Estos días ha estado con la tensión estabilizada –Maca miró a
Esther y sacando su lengua lo justo deslizándola por sus labios con
una lentitud en su recorrido que provocó en ella un carraspeó
nervioso-. ¿Qué tal?
C_ Bien, de momento todo bien –sonrió y le sonrió a Maca-.
Veamos, ahora quiero ver el movimiento de tus piernas.
M_ Date la vuelta Esther –dijo sin separar la sábana ante la mirada
completamente desorbitada de Esther y el gesto asombrado de Cruz
que marcaba su cara mirándola con la ceja levantada. Maca
haciendo un aspaviento con su mano derecha insistió-. Vamos...
E_ Pero Maca...
M_ ¡Qué te des la vuelta!, o no me quito la sábana.
C_ Mira vamos a hacer una cosa, sal de la habitación Esther y ya me
encargo yo de revisarla ¿eh?
M_ De eso nada ella se queda que es mi mujer y tiene que estar
aquí.
C_ Pues si es tu mujer y se tiene que quedar aquí Maca –remarcó
con un tono levemente más alto su nombre en señal de advertencia-
. Mejor vamos a revisarte con tranquilidad, ¿eh?
M_ Yo no estoy nerviosa –le contestó con seguridad.
E_ Maca por favor te lo pido... deja que Cruz haga su trabajo, por
favor –su voz se tornó suave como el mar en calma.
M_ Date la vuelta.
E_ Joder... –se giró poniendo sus manos sobre la cabeza nerviosa.
M_ No hace falta que subas tus brazos esto no es un atraco.
Cruz tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para controlar una
gran carcajada, Maca estaba de un raro subido que no era normal
en ella, sin duda ese comportamiento era síntoma que no estaba
curada, y cuando terminó con sus ejercicios, le tapó las piernas y
491 ”Adiós Esther” © by ldana
Esther se giró, aquella mujer pequeña, le dio la impresión de
haberse convertido en una niña asustada sin saber como reaccionar,
suspiró y continuó con su chequeo.

Fuera en el comedor las tres mujeres habían recibido la visita


de una Carmen que cada vez estaba más preocupada por Maca y
Esther, se había implicado tanto en la historia de las dos mujeres,
que necesitaba saber como seguían.
R_ Hola Carmen pasa, pasa.
Ca_ Espero no molestar... ¡hola Teresa!
T_ Hola Carmen ¿qué tal estas? –se besaron con cariño.
Ca_ Preocupada por las chicas.
En_ Ahora está Cruz revisando a Maca, esperemos que todo vaya
bien.
Ca_ Pues sí. Os he traído una tarta de manzana que quita el
sentido.
R_ ¡Dios mío Carmen!, me voy a ir con un montón de quilos de más
–sonreía Rosario aunque no podía evitar mostrarse nerviosa.
Ca_ Venga, venga que nada mejor que tener el estómago lleno para
esperar noticias.
En_ Tienes razón.
T_ Yo no es por nada ¿eh?, pero anoche soñé con esta rica tarta –
decía juntando sus manos graciosamente Teresa.
Ca_ Claro que sí, por eso la hice –hablaban sonriendo mientras iban
pasando a la cocina y cada una preparaba algo-. Necesitamos estar
fuertes.
R_ Solo espero que Cruz nos dé buenas noticias.
Ca_ ¿Cómo estaba hoy?

492 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Muy graciosa, hoy tenía la vena graciosa, nos llamó cotorras y
nos echó de la habitación –dieron una carcajada al recordarlo
acompañadas por la risa escandalosa y gruesa de Carmen.
T_ Di que sí, a mí, nada más verme me preguntó de que lado
estaba, es que la otra vez me alié con Esther y se lo hicimos pasar
fatal.
R_ Me ha llamado la atención que se acordara de eso, francamente
–se sentó pues era la única que faltaba por hacerlo pues había ido a
por las cucharas.
En_ Bueno... yo creo que no hay que darle mucha importancia a eso
Rosario, Maca está en su línea, la verdad.
R_ Si, os pido perdón por como nos habló.
T_ ¡Ah no!, si yo estoy acostumbrada ¿eh Rosario?, siempre hemos
dicho que Maca era una borde de cuidado con tu permiso.
Ca_ Pero si es un cielo –murmuró Carmen impresionada por aquel
comentario.
En_ Cuando duerme no lo niego –dio una carcajada.
T_ Encarna tienes razón –sonrió ella también.
En_ Oye Rosario, no hagas caso de lo que dijo ¡eh!
R_ Ya, pero pensaba que había logrado acercarme más a ella.
En_ Y claro que lo has hecho que no te quepa la mínima duda.
T_ ¿Oye Rosario y tu marido?, me parece tan extraño verte sola –
dio un mordisco cerrando los ojos y murmurando un sonido gutural
que mostraba su satisfacción, todas sonrieron-. Buenísima por Dios.
R_ Tuvo que marcharse a Jerez... tienes razón al decir que parece
extraño, creo que es la primera vez que estoy tanto tiempo sin él.
En_ Y se ha notado –apuntó Encarna-. Ese hombre es un amargado.
R_ La verdad que para él su ojito derecho siempre fue Maca y desde
que anuló la boda con Fernando siempre ha sido un tira y afloja
entre ellos, cuando yo trataba de acercarlos... siempre acababan en
pelea.
493 ”Adiós Esther” © by ldana
Ca_ Pues no lo entiendo, tu marido debía sentirse orgulloso del
gesto de su hija –todas la miraban atentas-, claro, fue valiente pudo
hacer daño a un hombre en ese momento puntual, pero fue sincera
y consecuente con sus sentimientos.
R_ Ya pero...
Ca_ Si, los ricos siempre piensan en la apariencia antes que en el
corazón.
R_ Desgraciadamente si –contrajo la barbilla formando un puchero.
En_ Pero mira... al menos esto está sirviendo para que tú recuperes
el cariño de tu hija.
T_ Además está sirviendo para que admires a tu nuera –le guiñó el
ojo apuntándole con el tenedor la cara.
R_ Sin duda.
Ca_ No sabéis la suerte que tenéis –dijo suspirando.
En_ Si lo sabemos pero no somos capaces de admitirlo, que es
diferente, somos mujeres con nuestros problemas, nuestros
momentos buenos y malos, pero con hijos maravillosos que nos han
dado las mayores alegrías y los mayores disgustos.
T_ Si, pero ¿qué seríamos sin ellos? –suspiró al recordar a sus hijos-
. Mis mayores alegrías me las han dado ellos, y las mejores de las
satisfacciones...
R_ A mí también... aunque nunca lo había admitido, soy afortunada,
la verdad.
En_ Pues mi Esther no es que sea una santa, que menudos líos me
ha dado, pero como hija pues... no me puedo quejar... siempre
tiene un hueco para mí, aunque muchas veces sea Maca quien se lo
recuerda, ¡no te creas! –sonrió.
Ca_ Pero te llama... –puntualizó Carmen.
R_ Carmen, ¿nunca os habéis propuesto buscar a tu hijo?
Ca_ Sí mi marido ha ido un par de veces... pero nada... y ahora esta
un poco enfadado conmigo.

494 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¿Y eso?
Ca_ Porque dice que me estoy tomando a Esther y Maca, como si
fueran un problema mío, como si ayudándoles a ellas –sus ojos se
llenaron de lagrimas, que trató inútilmente de retener-, pues...
como si así pudiera ayudar a mi hijo.
R_ Vamos Carmen –le tocó el brazo impresionada al verla.
Ca_ Sé que tiene razón, pero es tanta la necesidad que tengo de
sentirme madre, que os veo a vosotras y os envidió.
T_ Oye Carmen, yo podría hablar con mi peluquero –le dijo afectada
por ver en ese estado a la mujer.
Ca_ Te lo agradecería –le dio un golpe afectuoso en su mano- Maca
y Esther han sido valientes, les ha importado bien poco lo que el
mundo opinara de ellas, lo que vosotras pudierais sentir... las
admiro porque sé lo duro que resulta andar y que susurren a su
paso, las burlas, los chistes fáciles y groseros, os admiro a vosotras
por no desfallecer nunca ante ellas.
R_ No lo digas por mí, yo cometí tu mismo error Carmen me perdí la
lucha de mi hija por lograr llevar adelante su amor por una mujer.
En_ No fue fácil, la sociedad no está preparada, nuestra generación
no está preparada.
T_ En el hospital al principio también se metían con ellas, sin duda
de no haber sido porque Maca era tan fuerte, Esther no lo hubiera
superado.
Ca_ Pero lo superaron... ¿y mi hijo?, siempre me quedará la duda.
En_ Una duda mata más que una verdad... y cuanta razón lleva ese
dicho.
T_ Será cuestión de decirle la verdad a tu hijo Carmen.
R_ Nosotras te podemos ayudar... no sé... habrá alguna manera.
En_ Claro que sí, cuando todo esto pase y Maca esté bien nos
pondremos manos a la obra, te vendrás con nosotras a Madrid y si
Fermín quiere, también, y lo buscaremos tranquilamente.

495 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ ¡Claro que sí!, lo que no consiga una madre... y aquí somos
cuatro ¡así qué no te digo nada!
Ca_ De verdad no sé como agradeceros todo esto –sonrió
emocionada como todas estaban.
R_ Nosotras tenemos tanto que agradecerte a ti, que no sería justo
no ayudarte.
En_ Carmen... todas somos madres y todas podemos entenderte –le
cogió de la mano fuertemente-. Ser madre es una vivencia única, y
ya llevas mucho tiempo perdido con tu hijo.
Ca_ Pero si os confieso... me da miedo...
R_ Estoy segura que se alegrará.
En_ No debes tenerlo, de lo contrario él no os mandaría una carta
todos los meses, ¿no crees?
Ca_ Bueno... ahora lo que importa son las chicas –dijo de golpe
secándose las lagrimas y todas copiaron su gesto-. ¿Tarda mucho,
no?
En_ Tiene mucho que mirar –hizo un gesto simpático con sus cejas
arrancando la risa de todas-. Oye sabéis a que me recuerda esto –
todas la miraron fijamente.
T_ Sí, parecemos las chicas de oro.
Las cuatro rompieron a reír con sus corazones más tranquilos,
y una vez acabaron, Carmen les contó como estaba Daniel.

No le estaba resultando fácil a Cruz, examinar a Maca, pero


había llegado el momento de ponerla en pie.
C_ A ver...
E_ Venga agárrate a mis manos.
M_ ¿Seguro? –la miró deseosa.
C_ Bueno... –se le escapó a Cruz el comentario.
E_ Seguro y ¡ya vale Maca!

496 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No me riñas –le hizo un puchero.
E_ No te riño, solo te digo que...
M_ Ya... ya.
C_ Venga eso es... ahora suéltate y da un paso tú sola.
M_ No sé si podré.
E_ Maca cariño anoche pudiste.
M_ ¿Anoche?... ¿anoche no viniste a hacerme el amor y te
escondiste? –Cruz notó el apuro de Esther que la había mirado un
tanto avergonzada-. Así se ha vuelto ella Cruz, luego dice que la
rara soy yo...
C_ Venga camina, eso está muy bien –trató de aguantar la sonrisa
nuevamente pero esta vez no lo logró.
M_ Me caigo –dijo a punto de caer mientras Esther y Cruz se
avanzaban a ella para sujetarla.
C_ Ya está, muy bien ahora será mejor que te sientes en el sofá.
M_ No me sueltes Cruz que Esther es capaz.
E_ Joder Maca... como estás hoy.
C_ Bien, ¡anda me he dejado la libreta fuera voy por ella!
E_ De acuerdo. ¡Ay! –dio casi un grito ante el pellizco que Maca le
dejó en el culo-. ¡Pero Maca!
M_ Dame un beso.
E_ Maca por favor puedes comportarte delante de Cruz y omitir
ciertos comentarios.
M_ ¿Pero qué he hecho yo? –la miraba con gesto incrédulo como si
no hubiera roto un plato elevando coquetamente su ceja derecha.
E_ Nada Maca, nada no has hecho na... –no pudo seguir porque
Maca estiró de su suéter y le besó, pero no un beso cualquiera, le
besó con tanta pasión y profundidad que Esther quedo boquiabierta
una vez retiró su lengua y su boca de la suya, tan sólo fue capaz de
susurrar-. ¡Caray!.

497 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Eso es un beso y no lo que tú me das, nena.
E_ Me vas a volver loca, te lo juro –susurró sintiendo ganas de
continuar en su boca.
M_ Vamos hazlo.
E_ ¿El que?
M_ Lo estás deseando... bésame... venga...
C_ ¡Ya estoy aquí!
E_ Bien Cruz –le dijo tratando de recuperar su respiración de
manera normalizada.
C_ Ahora quiero que te salgas Esther.
E_ Pero...
C_ Por favor... quiero hablar con Maca a solas.
M_ Ella no puede....
C_ Ella se va a salir –le dijo con tono severo haciéndole callar.
E_ Si necesitas cualquier cosa...
C_ Tranquila.
Esther iba a salir pero antes se giró para mirar como Cruz
anotaba cosas en su carpeta y se encontró con los labios sensuales
de Maca lanzándole besitos en el aire. Cerró los ojos, la puerta y
decidida a tranquilizarse fue hasta la cocina.
En_ ¿Ya hija?
E_ No, que va –abrió la nevera.
R_ ¿Qué buscas?
E_ Agua fresca.
T_ ¡Uy cualquiera diría que tienes una necesidad de apagar un
fuego! –le dio un codazo a Carmen que sonrió.
E_ Muy graciosa Teresa... muy graciosa... pero tú no sabes cómo
me ha estado poniendo Maca... ¡Dios cómo está!
R_ Así que sigue en su mundo... –confirmó Rosario apenada.

498 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Sí.

Cuando Cruz terminó de escribir lo que quería, miró fijamente a


Maca, ésta le devolvió la mirada, sabía que tenía que tener cuidado
con sus palabras, con sus gestos, pero estaba decidida a todo por
Esther.
C_ Maca voy a mandarte a un psiquiátrico, lo siento.
Maca la miró duramente y le dijo con toda la seguridad del
mundo:
M_ Y una mierda.
Cruz levantó la mirada posando sus ojos sobre los de una
tranquila Maca que parecía segura de si misma, algo que sorprendió
a Cruz que la escrutó con detenimiento, mientras ella, al sentirse a
prueba reaccionó con decisión.
M_ No me puedes separar de Esther, te prometo que no volverá a
pasar.
C_ ¿Maca...? –su expresión fue ceñuda y seria
M_ Si me separas de Esther... me moriré... no quiero irme de su
lado prometo que trataré que no vuelva a pasar... solo necesito que
me ayudes, ¿no puedes darme algo que me ayude a poder
centrarme?
C_ Vamos a ver Maca –trató de hablarle con paciencia sin perder ni
un solo gesto de la pediatra que no separaba sus ojos de los de
Cruz-. Yo no puedo darte una pastilla para eso, tú no puedes
controlar tus emociones y Esther no puede ayudarte más de lo que
te ha ayudado –Maca agachó la cabeza con expresión triste, Cruz
apoyó su mano en la barbilla con ternura-. Dime una cosa Maca, ¿de
verdad no puedes controlar tus emociones?, ¿o estás actuando no
sé muy bien para qué?

499 ”Adiós Esther” © by ldana


En la cocina todas miraban a una desesperada y nerviosa
Esther que no podía estar sentada, las mujeres guardaban silencio y
tuvo que ser Encarna quien lo rompiera
En_ Mira Esther o te sientas o te siento, una de dos, porque me
estás haciendo perder a mi la poca calma que me queda –le dijo
nerviosa.
E_ Lo siento no lo puedo remediar –se quejó.
T_ ¿Pero vamos a ver?, ¿se puede saber por qué estás así?, ¿ha
visto algo malo Cruz?
E_ No lo sé... le ha hecho las pruebas y me ha dicho que todo
estaba bien, ha conseguido dar unos pasos sola.
R_ ¡Pero eso es estupendo! –exclamó contenta.
E_ Ya lo sé, pero ahora se ha querido quedar sola con ella.
Ca_ Bueno... quizá no quiere que estés delante para ponerla a
prueba, piensa que ella está perdida en medio del mar, y tú eres su
flotador al que se debe aferrar, ahora esta sola y perdida es natural
que Cruz quiera probar.
E_ ¿Pero probar qué?, está perdida joder, ¡cuándo vamos a
terminar! –exclamó fuera de sí.
T_ Ahora mismo estás perdiendo el control, y yo no es por nada,
pero si Cruz entra y te ve así, no te extrañe que diga de llevarse a
Maca ya sabes tú que cuando dice blanco es blanco ¿eh?, ¡menuda
es Cruz!, muy buen médica ¿eh?, eso sí –les dijo a todas con voz
segura acompañando sus palabras con un gesto de seriedad y una
gesticulación firme.
En_ No hay ninguna duda de eso, ella fue quien la salvo...
R_ Claro Esther y por ese motivo si ella ve que es mejor llevarla...
E_ Pero ya le he dicho que no.
Ca_ ¡Que perra con eso! –quien se quejó amargamente esta vez fue
Carmen-. No debe llevarse a Maca.

500 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Ya Carmen pero tampoco es cuestión de que en uno de esos
ataques, le haga daño a Esther y yo pienso que lo que está tratando
de valorar Cruz precisamente es eso, y también pienso Esther que si
ella decide llevarla, tú deberías aceptarlo.
En_ Bueno... no vamos a precipitar las cosas, esperemos
acontecimientos, de todos modos, decida lo que decida Cruz, será
por el bien de las dos hija, ahora siéntate te lo pido por favor, ¡qué
pesada la virgen!
E_ Mamá ¡estoy nerviosa joder!
En_ Ya lo sé y nos estás poniendo a todas, así que por favor, vamos
a tranquilizarnos. Jesús, María y José...
Todas miraron a Encarna que se estaba lamentando mientras
Esther se sentaba a su lado, con cara de circunstancias, estuvo un
ratito tranquila mientras Carmen les contaba cosas del pueblo, pero
trató de ponerse en pie sin éxito pues Encarna la sujetó del brazo
sentándola de golpe.
En_ Ni te muevas –le dijo seria.
E_ Mamá.
En_ Ni te muevas –insistió y Esther con gesto serio se quedo
sentada.

Cruz había escuchado la explicación que Maca le había dado, no


muy segura de hacer las cosas como ella pensaba le dijo:
C_ Sea lo que sea Maca, no puedo dejar que hagas daño a Esther.
M_ No le voy a hacer daño –dijo levemente sin mirarla para
esconder su tristeza.
C_ Ella no se lo merece... ha sufrido mucho y creo que sería injusto
por tu parte hacerle sufrir más.
M_ Si –admitió con la mirada perdida.
C_ Está bien, volveré dentro de una semana... deberás seguir con el
tratamiento y espero que con esto que te voy a dar sirva para

501 ”Adiós Esther” © by ldana


ayudarte, me lo ha dado un amigo psicólogo, dice que va muy
bien... toda ayuda es poca ¿eh? –le sonrió acariciándole la barbilla.
M_ Yo no quiero hacer daño a Esther... ni a nadie, solo quiero volver
a ser yo, solo quiero encontrar lo que un día me robaron... y poder
quitar de mi corazón esa espina que llevo.
C_ Háblame de ella –le dijo elevando una ceja y ladeando su cabeza
como si así pudiera leer mejor todo cuanto su rostro iba dibujando.
M_ Me gustaría poder expresar lo que realmente siento, con las
palabras adecuadas que no encuentro –hizo una pausa como
buscándolas en su interior-. No sé... no puedo decirlo... sólo sentir
paz cuando Esther está a mi lado, no sé como explicarte que estos
días que ella no ha estado, me sentía sin fuerzas... triste y perdida,
¿me entiendes? –la miró con los ojos rasgados de lágrimas.
C_ Claro que te entiendo –le acarició la cara mirándola con una
mueca de dolor-. Eso es el amor que sientes por ella... ese amor por
el que luchasteis contra viento y marea... aunque no encuentres las
palabras, tienes las miradas, tus manos para demostrarlo...
M_ Pero no quiero hacerle daño Cruz –se apresuró a hablar
temerosa de no conseguir su propósito.
C_ Lo sé, y el daño no se lo haces a ella solo, te lo haces a ti
también...
M_ Sólo sé que estoy tranquila cuando la tengo a ella... lo demás no
me importa.
C_ Está bien Maca, voy a dejarte aquí pero... si vuelve a ocurrir
algo...
M_ Te prometo que haré cuando pueda por que no...
C_ De acuerdo –le besó en la mejilla.
M_ Ahora quiero salir, ¿puedes decirle que venga a ducharme?
C_ Pero si tú puedes ¿no?
M_ No –dijo negando con la cabeza.
C_ Está bien...

502 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Cruz –la llamó cuando se iba ésta se giró mirándola fijamente-.
Aunque no pueda encontrar las palabras ¿crees que Esther entiende
que la quiero?
C_ Claro Maca... venga... tranquila ahora la aviso.
M_ Vale –cuando Cruz cerró la puerta una amplia sonrisa iluminó su
cara tuvo que reprimir una carcajada y un fuerte suspiró llenó su
alma.

En la cocina, Carmen se había puesto a ayudar a una Encarna


que estaba continuamente controlando a su hija de reojo, sabía que
si Cruz se llevaba a Maca, no habría consuelo para ella. Sin
embargo, la buena de Teresa era la encargada de distraerla, aunque
sus palabras no fueron del agrado de Rosario que la miró fijamente.
T_ Oye Esther hija... que el tal Pablo volvió.
E_ ¿Pablo? –la miró distraída.
T_ Sí, el chico ese que dice fue tu novio.
E_ No recuerdo... mamá ¿tú te acuerdas de un tal Pablo?
En_ ¿Qué te parece Carmen?, ¿tú crees que es normal que mi hija
me haga
esas preguntas?, ni que yo supiera todo lo que ha hecho a mis
espaldas.
E_ Es que no lo recuerdo, no tengo ni remota idea de quien es.
T_ Pues hija... está de un pesadito.
E_ ¿Pero qué quiere?
T_ Ni idea, hablar contigo es lo único que he conseguido sacarle,
aunque yo creo que ése busca algo más –Rosario carraspeó un tanto
incómoda, Esther y Teresa cruzaron sus miradas-. En fin... si vuelve
ya me encargaré yo de averiguar.
C_ Hola.

503 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Cruz –se levantó al mismo tiempo que todas se colocaban tras
Esther-. Dime.
C_ Bueno... la verdad que me ha descolocado un poco ¿eh?, parecía
que estaba bastante bien, por como me estaba respondiendo y las
pruebas estaban haciéndome ver que la línea era la indicada... –
guardó silencio.
E_ ¿Pero? –preguntó ansiosa.
C_ Pero no, tiene lagunas importantes que me hacen ver que sigue
con el proceso... que no está recuperada.
R_ Dios mío –murmuró Rosario-. Tenía la esperanza que no fuera
así.
C_ Esto es largo Rosario, ya les dije que la calma y la paciencia eran
las mejores aliadas.
E_ ¿Y qué vas a hacer?
C_ Le dije que la iba a llevar a Madrid, allí hay un buen centro ya lo
sabes Esther –ella cerró los ojos agachando la cabeza con
desanimo-. Pero ella se ha negado.
En_ ¿Cómo que se ha negado? –preguntó atónita Encarna.
Ca_ Puede tener lagunas, pero no es tonta –sonrió feliz Carmen al
ver que se salía con la suya.
C_ Me dijo que si la separaba de Esther se moría... sé que son
palabras pero creo saber porque ocurrió lo que ocurrió –todas la
miraban expectantes y Cruz repartía las explicaciones a todas,
mirándolas a esos ojos que mostraban hambre por saber-. Ella
pensó que tú te ibas de su lado, simplemente sus nervios los
provocó tu ausencia.
T_ Pero... si pensamos que era lo mejor –dijo atónita Teresa.
C_ Nos equivocamos todos... creo sinceramente que a Maca lo que
le está curando es tu compañía, lo demás es todo un error, sé que si
la llevo allí la curaran pero el precio quizá sea muy alto, quizá tu

504 ”Adiós Esther” © by ldana


ausencia le perjudique más que la beneficie, pero claro, al mismo
tiempo no quiero ponerte en un riesgo.
E_ No volverá a pasar te lo aseguro –mostró una sonrisa feliz.
C_ No me lo puedes asegurar Esther, desgraciadamente no.
E_ Sé que en aquel momento sacó toda su rabia contra mí, pero no
volverá a pasar.
C_ No te lo puedo asegurar aunque bien sabes que me haría muy
feliz ver que vuelve a controlar su mente y su corazón, sabe que te
quiere, pero no sabe cómo expresarlo.
E_ Lo sé –asintió.
En_ Eso lo vemos todas.
R_ Pero Cruz, dejarla en esas condiciones quiero decir, aquí con
nosotras y tan perdida...
C_ No se preocupe de nada Rosario, yo la semana que viene vendré,
y en el momento en que suceda algo, por muy pequeño que sea me
lo tienen que comunicar.
En_ Claro hija.
C_ Mira Esther... este lugar es precioso, yo de ti y ahora que puede
caminar como ejercicio tanto de rehabilitación para esa pierna,
como para sus propias emociones y sensaciones, la abrigaría bien y
la sacaría a pasear... a distraerse... a que respire aire puro... eso le
ayudará.
E_ Sin duda –sus ojos estaban iluminados y Cruz sonrió-. Te
prometo que haré todo cuanto me digas.
C_ De eso no me cabe la mínima duda, ahora, lo que quiero que
me prometas es que ocurra lo que ocurra me llamarás.
En_ Yo te lo prometo... tranquila.
C_ Gracias Encarna. Y ahora ve que quiere que la duches.
E_ Ahora volvemos.

505 ”Adiós Esther” © by ldana


Todas la vieron salir con una alegría que no podía disimular,
todas miraron a Cruz, y ésta les dijo.
C_ Tengo que confiar en que todo salga bien, pero no les puedo
asegurar que Maca no reaccione de manera violenta, lo siento.

Cuando la puerta de la habitación se abrió, Esther entró


sonriente, entonces vio a Maca que la esperaba en el pequeño sofá
mirando por la ventana la fuerza de aquellas montañas, al girarse y
verla, el gesto de Maca era tenso, Esther se le acercó lentamente.
M_ Lo siento ¿eh?, pero no te vas a deshacer tan fácilmente de mí.
E_ No me quiero deshacer de ti, te quiero a mi lado más que nunca
–se sentó junto a ella.
M_ Hace un buen rato que te espero.
E_ Estaba hablando con Cruz.
M_ Es antes hablar con ella que venir aquí.
E_ No te enfades –se le acercó sonriente buscando sus labios pero
Maca los retiró dejando a Esther de una pieza-. Pero... antes me
besaste...
M_ Pues ahora no me apetece... quiero ducharme y salir... me
ahogo aquí dentro.
E_ ¿No me vas a dejar besarte?
M_ No seas pesadita, te he dicho que no.
E_ Voy a por tu ropa –suspiró y entonces Maca le golpeó
nuevamente el culo, Esther se quedó quieta de pie sin girarse.
M_ Has engordado cariño... ese culo me vuelve loca...
Esther no dijo nada, fue hasta el cajón sacó la ropa, y la llevo
al cuarto de baño. Maca se puso delante de ella mirándola
desafiante, con gesto provocativo y ojos ardientes, miraba fijamente
sus labios.
E_ Venga desnúdate.

506 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Desnúdame tú.
E_ No... lo vas a hacer tú.
M_ No –negó con la cabeza mientras murmuraba-. Lo vas a hacer
tú.
Maca levantó sus brazos para que Esther le retirara la camisa
de dormir, lentamente aceptó el reto que le había mandado, con
cuidado y todo lo despacio de lo que fue capaz, le quitó la pieza,
dejando sus pechos al descubierto, después le sonrió provocando en
Esther una oleada de calor. Se arrodilló para quitarle el pantalón,
Maca se apoyó en su espalda para no caer y con cuidado, la dejó
desnuda ante ella. Las dos parecían estar pensando en el próximo
movimiento de la otra, hasta que fue Maca quien acabó con el
descabello.
M_ Será mejor que me ayudes a entrar ¿no?
E_ Sí.
M_ Gracias –murmuró con su voz aterciopelada provocando en
Esther que sus pelos se erizaran una vez estuvo dentro la miró
diciéndole-. ¿Me enjabonas?
E_ Maca puedes hacerlo sola.
M_ Vamos, creo que te encantaba ¿no?
E_ Sí –cogió la esponja mientras Maca se retiraba la melena hacia
un lado y Esther le pasaba despacio por la espalda al mismo tiempo
que suspiraba-. ¿Así está bien?
M_ Muy bien... sigue...
Esther siguió como pudo, resistiéndose a acariciar y besar
aquel cuerpo que parecía llamarla a gritos, después con suavidad
una vez la había enjabonado toda, abrió el grifo y le enjuagó
pasando su mano lentamente por aquel maravilloso cuerpo...
mientras Maca trataba de no demostrar el deseo profundo que
estaba sintiendo, cuando se dio la vuelta dejó que Esther pasara su
mano por el pecho, que acarició con suavidad casi con adoración,
después no pudo resistir acercar sus labios al pezón que por aquella

507 ”Adiós Esther” © by ldana


mezcla de frío y deseo, se había endurecido y hasta si cerraba los
ojos podía escucharlo como la llamaba para que se perdiera en él.
Entonces cuando estaba besándolo a Maca se le escapó un gemido
pequeño pero intenso, aquello hizo que Esther se animara a
continuar y con la mano libre le pasó las yemas de sus dedos por la
espalda, justo en el momento en que pensaba la tenía ganada y
rendida, Maca tomó el grifo de la ducha de sus manos y lo dirigió
hasta la cara de Esther dándole un susto de muerte.
E_ ¡Pero Maca!, joder –protestó.
M_ Nadie te ha invitado a esto –volvió a darle otra regadita.
E_ La madre que te parió, ¡para ya!, ¡para Maca!
M_ Tonta pero si así te ayudo a que te baje la fiebre –reía a
carcajadas.
E_ Ya te vale, ¡eres de lo que no hay!, no me vuelvas a decir que te
duche.
M_ Vaya... esta si que es buena... ¿así no vas a ducharme? –la
miraba poniéndole pucheros.
E_ Para esto no desde luego.
M_ Es que yo te he dicho que me duches... solo eso... estás un poco
salida ¿eh?
E_ Mira Maca hoy es el día, que de verdad, me puedes –dijo seria
aunque se le escapó una sonrisa ante el gesto de Maca como si
fuera una niña.
M_ No me quieres.
E_ ¿No te quiero? –esta vez la carcajada la dio ella-. Venga sal de la
ducha.
M_ No.
E_ Venga Maca –protestaba.
M_ Sácame tú.
E_ ¡Joder qué pesadita estás!, mira que aún está Cruz y le diré
como te estás comportando.
508 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ ¿Así que quieres hacerme chantaje? –la miró fijamente.
E_ Te vas a constipar –le dio el albornoz y ella se lo echó a la cara-.
Maca.
M_ Quieres deshacerte de mí.
E_ No digas más tonterías y sal –le cogió del brazo ayudándola a
salir y poniéndole el albornoz-. Eso es... uf eres peor que Daniel.
Entonces en un descuido de Esther, Maca le cogió por la mandíbula
y fue directa a su boca, el beso largo y profundo, desató a las dos
en una lucha por besar más y más a la otra, sus lenguas se
entregaron a un juego húmedo y divertido, hasta que Maca mordió
suavemente el labio inferior de Esther provocando que se apartara
de golpe.
E_ ¿Pero qué quieres matarme? –le dijo poniendo su mano en el
labio.
M_ Lo quiero todo de ti –la volvió a tomar por la cintura atrayéndola
hacia si lo suficiente como para unir sus cuerpos, sus bocas a un
milímetro sus ojos devorándose, sus manos apretando sobre la piel
de la otra y le susurro con voz cálida-. Absolutamente todo.
En ese momento si a Esther le hubieran pedido morir por estar
así, lo habría firmado, volvía a sentir el calor de Maca, volvía a
sentir sus labios tan cerca que sentía como su piel ardía, como se
abrasaba todo su ser en la hoguera de la pasión que su mujer le
estaba preparando, entonces sutilmente, como si no hiciera nada,
Maca se acercó hasta su boca, con la punta de la lengua recorrió el
lugar donde había dejado un mordisco, Esther se entregó a aquella
caricia, cerrando los ojos, apretando sus manos en los brazos de la
pediatra que disfrutaba de la misma manera que lo hacía su mujer,
pero entonces de golpe se separó y le dijo:
M_ ¿Me pones la crema?
E_ ¿Qué? –le preguntó aturdida abriendo los ojos.
M_ ¿Qué si me pones la crema? –la miraba sonriente elevando las
cejas de manera simpática.

509 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Sí, claro –suspiró y cuando fue a por la crema susurró-. Madre
mía esto es un calvario.
M_ ¿Dices algo? –la miró ladeando la cabeza cayendo su pelo sobre
la cara de manera divertida.
E_ Nada, date la vuelta.
Maca dejó caer lentamente el albornoz, su recorrido hasta el
suelo iba dejando al descubierto poco a poco su desnudez exquisita,
Esther resopló tratando de que ella no se diera cuenta, aunque por
el cristal Maca captó su gesto y sonrió complacida.

Mientras en la cocina, las mujeres habían convencido a Cruz


que se quedará a comer, cada una estaba haciendo alguna cosa y
hablando todas sobre la pareja.
Ca_ Bueno yo me voy... que mi marido tiene a Daniel y le toca la
comida.
C_ Sería bueno que trajeran al niño, creo que eso ayudaría un poco
más a Maca.
Ca_ Pues claro, eso está hecho si queréis lo acerco a la tarde o me
llamáis.
R_ Está bien... se lo diremos a Esther, vamos Carmen yo te
acompaño hasta la puerta.
T_ Desde luego hay que ver lo mucho que ha cambiado esta mujer
¿eh? –les dijo con ese tonillo suyo criticón que les hizo sonreír a las
dos-. Voy a poner la mesa.
En_ Eso Teresa yo me llevo a Cruz para que me ayude un momento
detrás al cuarto de la leña que nos hace falta.
C_ Claro que sí Encarna, ¿vamos? –le preguntó sonriente.
En_ Sí, abrígate que este lugar es maravilloso pero hace un frío.
C_ Eso es cierto... es increíble como tenemos lugares así y somos
tan torpes que no sabemos disfrutarlos. A ver... Encarna –le habló al
salir de la cocina una vez se quedaron solas-. ¿Qué me quiere decir?

510 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Por eso estás casada con un hombre como Vilches... porque
eres muy inteligente... si señor –sonrió-. Verás... sólo es un
presentimiento aunque creo que no me equivoco –entraron en el
espacioso cuarto que olía a madera-. Yo creo que Maca está
tratando de engañarnos a todas.
C_ Imaginaba que iba por ahí.
En_ No sé, la conozco y he visto sus ojos con la sombra de la duda,
con la sombra de la tristeza, y desde que pasó esto del golpe, tiene
su mirada iluminada, además... cuando respondió a Teresa, vio que
yo guardaba silencio que la observaba y quiso tantearme.
C_ Por un momento yo también pensé que se había recuperado,
después cuando ella quiso cambió completamente y se mostró
diferente, tan diferente que también me sorprendió.
En_ Imagino porque lo hace –Cruz la invitó a seguir-. Por Esther,
ella le ha dado todo lo que podía y mucho más, no sé si Maca
recuerda todo cuanto ha pasado estando primero en el hospital y
después aquí, pero si lo hace, debe querer seguir así.
C_ Porque tiene a Esther pendiente de ella día y noche –le dijo
mientras buscaban unos troncos pequeños para el fuego del
comedor.
En_ Eso es.
C_ Porque la ama y piensa que si le dice que está bien, aquella duda
que voló durante un tiempo sobre ellas, podría volver.
En_ Qué fácil es hablar contigo –sonrió y Cruz la acompañó con la
sonrisa mientras cogía un tronco-. Es tan sencillo como que tiene
miedo a perderla de nuevo.
C_ Pues si... ¿y qué hacemos?
En_ Nada, esperar cual es su próximo movimiento, es como una
partida de ajedrez, ahora ella tiene la jugada en la mano,
esperaremos su movimiento para contraatacar.

511 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ ¿Sabe una cosa Encarna?, ya me gustaría a mí tener una suegra
como usted, de verdad –le puso su mano sobre el hombro con
aprecio.
En_ Tienes hijos y cuando veas a tus hijos felices, sea por el motivo
que sea, tú harás lo posible por que nada rompa esa felicidad. Maca
es la felicidad de mi hija, y haré lo que sea, por mantener esa
relación, ¿qué me tengo que hacer la tonta con respecto a Maca?, lo
haré, como lo harías tú por la felicidad de tus hijos.
C_ Es verdad –confirmó sonriente mientras la miraba con afecto.
En_ Yo soy su madre y mi amor por ella no es digno de alabar, sin
embargo, reconozco que tanto mi hija como Maca son afortunadas
en tener unos amigos y compañeros como vosotros, y eso sí que es
digno de agradecer –le tocó la barbilla emocionada.
C_ Espero y deseo Encarna de verdad que todo esto acabe pronto,
ellas no se merecen todo cuanto están pasando.
En_ Hasta que Dios quiera o... hasta que Maca quiera en este caso –
sonrió-. ¿Vamos?
C_ Vamos –le contestó sonriente y feliz.

En el cuarto, Esther había puesto la crema por la espalda de


una Maca que disfrutaba enormemente del momento, en silencio le
había dado la ropa con la que debía vestirse y ella se vistió, después
la ayudó a andar con tan solo una muleta y fue entonces cuando el
dijo:
M_ ¿No me prestas tu brazo?, ¡qué poco cortés eres!
E_ Vamos –le dijo sonriendo mientras le daba el brazo rezando que
no la torturara más.
M_ ¿No me ibas a llevar a un sitio maravilloso?
E_ ¿Llevar? –la miró un tanto desconcertada mientras salían del
cuarto.

512 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Estás tú muy despistadita ¿eh?, ¿o... acaso... es otro motivo el
que te tiene así?... –le habló bajito sonriendo con esa mirada suya
traviesa.
E_ Pues no sé porque lo dices...
M_ Claro que lo sabes... claro que si tontita te mueres de ganas
de...
R_ Hija –las interrumpió Rosario cuando vio a su hija no pudo
aguantarse las ganas de abrazarla al verla andar-. Maca...
M_ Joder mamá ni que no me hubieras visto en años...
E_ Maca –la riñó con tono cariñoso Esther.
M_ ¡Es que está de un pesado! –dijo mientras apartaba un poco a su
madre que se había colgado del brazo donde antes iba Esther-. Anda
deja que Esther me va a llevar a no sé donde...
R_ ¿Ahora?
E_ Eso dice –elevó los hombros un tanto alucinada por su
comportamiento.
R_ Vamos a comer....
T_ ¡Pero Maca, qué alegría Dios mío! –apareció Teresa haciendo
aspavientos felices.
M_ ¡La qué me faltaba, anda que hay que joderse!
T_ Por eso te quiero tanto, ¡por tu maravillosa mala sombra! –le dijo
sonriendo ampliamente.
M_ Por eso te quiero yo ¿también?, ¿eh?, ¿por ponerme la
zancadilla?
T_ Anda esta, ¿y cuando te he puesto yo la zancadilla, eh bonita?, si
solo miro por ti.
E_ Bueno... bueno... ya está bien que parece que desde que has
salido del cuarto no haces más que reñir a todo el mundo.
T_ Di que sí Esther ha salido como un toro a la plaza... –dijo una
risita traviesa.

513 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Ves, traidora, ¡lo has visto! –le dijo seria señalándola con el
dedo índice desafiante y acusadora.
T_ Anda, anda, ven aquí agárrate a mí y a tu madre... vamos a
llevarte a la mesa.
E_ Vale yo me doy una ducha rápida y vengo.
T_ ¿Una ducha?, anda, y todo lo que llevas mojado ¿qué?
E_ Pregúntale a Maca –le dijo sonriente.
M_ ¿De verdad quieres qué les cuente? –se giró mirándola con
jactancia.
T_ Me temo que mejor no.
R_ Venga cariño vamos, Encarna ha preparado un salteado de
verduras de esas que te gustan tanto.
M_ A mí solo me gusta Esther... de cualquier manera... ¡por cierto
cariño! –elevó su voz pues se estaba yendo a la habitación-. La
ducha que sea fría.
R_ ¡Maca! –le habló su madre molesta por su comentario.
En_ Buenos días Maca.
M_ Buenos días suegra. Hola Cruz.
T_ Siéntate aquí.
M_ ¿A mi lado, Esther?
T_ Sí hija sí, a tu lado Esther... por los clavos de Cristo.
M_ ¿Por los Clavos de Cristo que?
T_ Nada hija nada –le sonrió mirando a Cruz que la observaba
fijamente como queriendo leer algo que ella no entendía-. Bueno...
vamos a seguir con la comida.
M_ Eso Teresa... así puedes cotillear sobre lo que he dicho.
T_ Mira Maca...ahora mismo te daba un beso que te caías de culo.
C_ Esta si que es buena –dio una carcajada Cruz acompañada por
un gesto incrédulo de Maca.

514 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Y a qué esperas?, estoy mala y los mimos siempre viene bien.
T_ Según de quien cariño... según de quien... –le guiñó un ojo-. De
todos modos, aún no te lo has ganado.
C_ ¡Está Teresa es increíble!
M_ Si, la verdad que se ha puesto las pilas para ir en mi contra, se
alía con Esther.
C_ ¿Ah si? –la miró intensamente a los ojos.
M_ Pues sí –esquivó aquella mirada.
R_ Bueno mi vida... aquí está el primer plato ¿eh?
M_ Que buena pinta tiene, seguro lo ha hecho Encarna... tú no
sabes hacer estas cosas.
R_ Pues si, lo ha hecho Encarna –le contestó un poco afectada por el
comentario, Cruz vigilaba cada gesto y cada palabra-. Ahora vuelvo.
C_ No sentir da derecho a decir cualquier cosa, ¿verdad?
M_ ¿Qué? –trató de hacerse la despistada.
C_ Acabas de clavar un puñal a tu madre con una facilidad
insultante.
M_ ¿De verdad? –abrió sus ojos en señal de desconcierto.
C_ Sí –sonrió con tristeza.
En_ Bueno... ya estamos aquí, ¿y mi hija?
M_ Dándose una ducha... –sonrió sin poderlo evitar.
E_ ¡Ya estoy aquí! –apareció con una falda y un suéter muy
cómodamente vestida.
R_ Pues ya podemos empezar ¿no?
C_ Será lo mejor porque yo tengo que volver a Madrid.
T_ Si, si, antes que se haga de noche, esta carretera es malísima.
E_ Eso es cierto –se sentó junto a Maca.
M_ ¿Te ha ido bien? –le preguntó bajito mientras las demás
comenzaban a hablar.

515 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Sí –le sonrió con un tanto de malicia.
M_ Me alegro.
E_ Gracias.
T_ Esther deberías ver la cantidad de gente que pregunta por ti en
el hospital.
E_ ¡Si! –exclamó feliz sonriente.
T_ ¿Verdad Cruz?
C_ Sí, es cierto, oye esta verdura está de muerte Encarna, tendrás
que darme la receta.
En_ Cuando quieras hija, aunque el otro día Rosario hizo unas que
para mí estaban mejor ¿eh?
R_ Que va Encarna... nadie creo que tenga tu habilidad para
cocinar.
M_ Desde luego... y tú menos.
E_ ¡Maca! –volvió a reñirla Esther.
T_ Pues anda que tú guapa, aún recuerdo una noche que me
invitaron a cenar, ¿te acuerdas Esther? –le preguntó sonriente.
E_ Sí, claro que me acuerdo –dio una carcajada feliz-, como
olvidarlo.
M_ ¿Ah, si?, ¿y qué pasó que os hace tanta gracia? –trató de no
sonreír.
T_ Pues que quisiste hacer un pollo a la no se qué... algo muy
complicado de pronunciar, y el pobre pollo salió por patas del horno.
Todas sonrieron no solo por el comentario sino, porque Maca le
enseñó la lengua con gesto molesto a una Teresa que se moría de la
risa, y así continuaron comiendo, intercambiando anécdotas, recetas
y por un momento, todas vieron en Maca la misma persona
tranquila y dulce de siempre, aunque tan pronto estaba bien, como
cambiaba y daba un giro que a todas hacía temblar pues sus
verdades salían de su boca como si fueran balas que buscaban a su
presa, que en su mayor parte de las veces, eran su madre y Esther.
516 ”Adiós Esther” © by ldana
Cuando llegó la fruta, la charla seguía animada, Esther y Maca
estaban sentadas en una parte de la mesa, Cruz y Encarna en la
otra parte, y Rosario con Teresa presidían aquella mesa enorme y
cuadrada de madera robusta, durante la comida, Maca había estado
jugando con su pierna acariciando la de Esther, ésta había
disimulado tanto como le había sido posible, le ayudó que todas las
demás estaban tan enfrascadas en la conversación sobre cocina,
que poco se fijaban en ella.
En_ Maca cariño te he preparado un flan casero.
M_ No me apetece nada más Encarna, gracias.
En_ ¿Te lo guardo para merendar hija?
M_ Vale –sonrió dejando caer sus brazos sobre las piernas entonces
volvió su cuello lo justo para susurrarle a Esther sin que nadie más
la oyera-. Yo prefiero otro postre.
Dicho y hecho, Maca deslizó su mano derecha sobre el muslo
de Esther, tan lenta y profunda fue la caricia, como decidida hasta
llegar al sexo de una Esther que no pudo más que juntar sus piernas
en un acto reflejo y dar un salto poniéndose irremediablemente
colorada y nerviosa, sus ojos reflejaban el espanto que sentía al
notar como Maca profundizaba sin ningún respeto a las demás,
tanto fue así que se le cayó de la cuchara el trozo de flan y su
sonrisa se borró de golpe, tosiendo sin poderlo remediar.
En_ ¿Hija que te pasa?, ¿te has atragantado? –le preguntó pues le
llamó la atención la reacción de su hija-. ¿Te has puesto colorada?,
¿te pego?
E_ No –se apresuró a contestar aunque con un hilo de voz,
carraspeó y como pudo tratando de disimular lo que estaba
sintiendo dijo-. Me he dado un golpe
En_ Tú siempre tan atolondrada hija, siempre igual.
Maca sonreía divertida ante la situación, cada vez sus caricias
eran más profundas y certeras, el mantel les tapaba lo suficiente
como para que con la animación que llevaban en las charlas pudiera

517 ”Adiós Esther” © by ldana


pasar desapercibido aquel suave movimiento aunque cada vez su
mano apretaba más, ya que Esther se había puesto una falda con lo
que le facilitó el camino, Esther volvió a suspirar no sabía que hacer
había juntado las piernas pero Maca seguía allí martirizándola, hasta
que decidida hizo como si la servilleta se le cayera, y con mirada
asesina y movimiento rápido sacó la mano de una Maca que parecía
encantada, mientras ella tuvo que por instinto juntar las piernas
ante el profundo dolor de la necesidad de acabar.
M_ ¡Lastima! –le sonrió con sonrisa maliciosa.
E_ Ahora vuelvo –se levantó rápidamente y salió hasta el lavabo,
Maca la siguió con la vista mientras mantenía una sonrisa ladeada.
Esther entró, cerró la puerta y se apoyó sobre ella, pensaba que iba
a caer, sus nervios se habían desatado de tal manera que no podía
controlar la ola de deseo que había despertado en ella-. Joder, o me
mata a golpes, o me mata a deseo... uf, no puedo... necesito algo...

En la mesa todas seguían hablando sin percatarse de la sonrisa


traviesa y triunfal de Maca, que de vez en cuando miraba de reojo la
puerta esperando que Esther apareciera, realmente aquella situación
la divertía y si algo había dicho Cruz bien cierto, era que al estar en
aquel estado, todo cuanto decía y casi siempre grandes verdades
eran admitidas por todas sin reproche alguno, entonces miró
lentamente una a una a todas las que allí estaban formando aquel
grupo familiar, sabía que todas estaban allí por ella, también por
Esther, pero principalmente por ella. Las miró detenidamente como
queriendo adivinar que podían sentir ante ella, quien más la
descolocaba era su propia madre, aquella mujer que estaba sentada
allí físicamente poco había cambiado, pero se podía percatar que no
era la misma, su mirada era diferente no se mostraba ni fría ni
distante con ella, la miraba y veía a esa madre que tanto había
esperado tener algún día, comprensiva, atenta y en definitiva
mostrar lo que realmente sentía, sin duda sabía que el comentario
que había hecho anteriormente le había dolido, pero si hacia un
esfuerzo recordaba el momento compartido en el balancín, justo

518 ”Adiós Esther” © by ldana


antes de que su mente se diluyera, recordaba su cálido abrazo, su
cálida caricia y aquello le provocaba una sonrisa feliz que debía
controlar, Encarna parecía atenta a la conversación pero también a
ella, Maca lo sabía y una de las veces que cruzó su mirada con ella,
le sacó la lengua y Encarna puso gesto de sorpresa elevando sus
cejas mientras la miraba atónita, Maca le devolvió aquel gesto y
arrancó una sonrisa de su suegra. Allí hablando sin parar Teresa le
daba la tranquilidad de la amistad verdadera, aquella mujer que se
decía en el hospital la alcahueta, la cotilla, la chismosa, realmente
era un ser humano excepcional, una mujer con unos valores de
amistad que estaba segura nunca podría devolver todo lo que le
había entregado. Cruz había tratado de dar un paso complicado,
ingresarla en un psiquiátrico, la conocía tan bien que podía imaginar
como ante todos los problemas que había dado se había elegido
para hacer el trabajo sucio, así era Cruz, profesional como pocos
pero terriblemente sensible, demostrando que no está reñido la
profesionalidad de un médico con los sentimientos. Entonces
suspiró, profundamente tenía suerte era una mujer afortunada.
Cerró los ojos queriendo entregarse a los pensamientos, a los
recuerdos, a las sensaciones... ¿las encontró?
En_ Maca hija ¿te encuentras bien?
M_ Sí Encarna, un poco cansada.
E_ Ya estoy aquí –apareció con gesto nervioso, por su cara se
notaba que se había echado agua para refrescarse-. ¿Qué pasa?
R_ Maca está cansada.
E_ ¿Te quieres acostar?
M_ ¿Te acuestas conmigo? –le soltó de repente ante el gesto un
tanto incomodo de todas que apartaron la mirada de Esther
posándola sobre los platos o la mesa.
E_ No, será mejor que hagas una siesta.
M_ Pues si tú no vienes... no –se cruzó los brazos sobre el pecho,
todas miraron a Esther que parecía nerviosa.

519 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Quieres que te ponga el abrigo y salimos fuera?
M_ Hace frío y prefiero estar en la cama calentita y en compañía –le
sonrió elevando con agilidad las cejas.
C_ Bueno... yo siento interrumpiros pero me tengo que marchar –se
puso de pie Cruz con gesto de pena.
E_ Claro, claro –sacudió su estupor ante el comentario de Maca.
En_ Si que la carretera es un poco peligrosa, hija.
C_ Por eso antes que me pille una tormenta que está el cielo muy
cubierto.
R_ Espera voy a prepararte una bolsa con unas cuantas cosas que
nos ha traído Carmen para tus hijos.
M_ ¡Qué espléndida estás mamá! –Rosario la miró sonrió y se
marchó a la cocina-. ¿Bueno, te vienes o no?
E_ Maca puedes esperar un momento... por favor –le habló bajando
el tono mientras la miraba intensamente.
C_ Maca cariño me voy... ya sabes lo que tienes que hacer ¿eh?, me
iría mucho más tranquila si te vinieras conmigo.
M_ Deja, deja aquí estoy bien... en cuanto se vaya toda la tropa y
me dejen sola con mi mujer... todo estará bien.
C_ De acuerdo –sonrió ante el comentario y Esther la acompañó
tratando que Maca no se percatara de su sonrisa.
T_ Oye guapa, eso de la tropa vamos a dejarlo estar ¿eh?
M_ Quien se pica ajos come.
T_ ¡Pero bueno! –se puso en jarras-. Desde luego estás de un
insoportable... que si lo sé no hubiera venido.
M_ Pues vete con Cruz.
E_ ¡Maca! –la riñó Esther un tanto incomoda.
T_ No hija no, ahora ya estoy aquí y te fastidias... ¡ajos come! –
murmuró yéndose hacia la cocina.
E_ Maca por favor...
520 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Si no quiere oír verdades que se vaya a su casa.
C_ Si me necesitáis me llamáis –le dio dos besos a Maca-. Cuídate
¿eh?
M_ Que lastima que se metiera Esther en mi vida antes de
conocerte bien a ti... te lo aseguro –le dijo sonriente ante el gesto
de sorpresa de Cruz.
C_ Mmmm bueno... me voy –contestó algo turbada.
E_ Yo te acompaño... ya te vale –le susurró.
M_ Te doy cinco minutos ¿o ya has apagado tú el fuego? –se acercó
hasta su boca y cuando Esther fue a separarse mientras Maca se
mordía el labio... la enganchó del suéter mirándola con fervor
mientras le susurraba-. Te deseo... tengo que ser más explicita, lo
tengo que decir a gritos.
E_ Haz el favor de comportarte –la miró con apuro.
M_ Me muero de ganas de desnudarte... –trató de besarla pero
Esther se soltó ante el gesto de incredulidad de Maca que asintió
ladeando la cabeza y diciéndole-. Esta bien... ¿quieres guerra?,
guerra tendrás.

Salieron todas a despedir a Cruz, allí en el porche se quedaron


las tres mujeres mientras Esther se acercaba hasta el coche para
acompañarla, se había abrigado porque el fresco se había dejado
caer sin remedio. Allí con el único testigo del vaho que salía de sus
bocas terminaron de confesarse.
C_ La verdad Esther, Maca me tiene un tanto desconcertada.
E_ Pues anda que a mí –confesó abiertamente con gesto de frío
mientras se soplaba las manos-. Por momentos creo que está bien...
pero ahora está como si fuera una niña.
C_ Si, bueno... siento tener que irme, me gustaría quedarme aquí
una noche, esto debe ser hermoso.

521 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Si, desde que vinimos la primera vez, nos encandiló, pensé que
sería un buen lugar para poder recuperarse.
C_ Y lo es Esther –le acarició con afecto el brazo.
E_ Necesito tanto que Maca vuelva a ser la misma de antes.
C_ Lo sé... y te digo que te admiro Esther, no todos estamos
capacitados para hacer lo que estás haciendo tú, sin duda, porque
tu amor es firme y vencerá.
E_ Eso espero –la abrazó sintiendo el afecto real en aquel abrazo-.
Gracias Cruz.
C_ Cuídate ese golpe.
E_ Ese no me duele... –entonces lentamente arrastró las palabras
para confiarle-. Me duele más el golpe que llevo en el corazón.
C_ Animo Esther...
E_ Ve con cuidado ¿eh?, y cuando llegues nos das un toque.
M_ ¡Esther! –se oyó el gritó enfadado de Maca desde la puerta de la
casa, como no la habían oído llegar las tres mujeres dieron un salto
que apunto estuvieron de golpearse con las cabezas en el techo-.
¡Te he dado cinco minutos!, ¿tanto te cuesta despedirte?
E_ Dios mío, no sé si era peor cuando estaba de mal carácter o
ahora así.
C_ No quiero que ocurra nada más ¿eh?, a la mínima...
E_ Sí, tranquila.
Mientras el porche las tres mujeres hablaban entre ellas pues
Maca había desaparecido y sin ellas darse cuenta estaba asomada a
la ventana muerta de risa.
T_ ¡Dios mío creo que voy a tomarme una valeriana!, otro susto así
y me da un paro cardíaco.
En_ Pues anda que a mí, menos mal que está Esther para
reanimarnos porque... madre mía como tenemos a Maca.
R_ Yo no sé que es más difícil, si cuando está agresiva o así.

522 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Pobre Esther...
R_ Si, no sé que vamos a hacer... francamente no lo sé.
En_ Bueno... vamos a entrar no nos vayamos a constipar que hace
un frío de mil demonios.
M_ ¡Aun no viene!
T_ ¡Ay! –gritó Teresa pues Maca les apareció tras la puerta, pero no
fue la única que gritó, Encarna acompañó el grito de Teresa con una
maldición que hizo que Maca rompiera a reír-. Nos vas a matar
Maca, tú te has propuesto matarnos.
M_ Lo siento no quería asustaros.
En_ No que va... y yo soy la Pantoja ¡no te digo! –la riñó se acercó a
ella que reía y la desafío con la mirada seriamente borrando la
sonrisa de Maca-. Voy a fregar.
T_ Yo te acompaño, no tengo el corazón para más sustos.
R_ Ahora voy –les dijo a las dos que abandonaron la sala mientras
Maca fijaba sus ojos en Encarna-. Hija... ¿por qué no te acuestas?,
deja a Esther que descanse un poco.
M_ ¿Descansar de qué? –la miró seria.
R_ Está sometida a mucha presión, está nerviosa y...
M_ Que dramática eres.
E_ Ya estoy aquí, ¡vaya frío!
M_ Vaya por fin apareces.
E_ Maca cariño estaba despidiendo a Cruz –se quito el abrigo.
R_ Bueno yo me voy a la cocina.
E_ De acuerdo. Bueno... ¿qué es lo que quieres hacer? –se frotó las
manos con señal de frío.
M_ Quiero hacer...a ver... –se puso la mano en la barbilla con gesto
pensativo y le dijo mirándola fijamente-... quiero hacer... el amor –
le espetó mientras ayudada por la muleta se acercaba a ella
lentamente.

523 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Maca –suspiró irremediablemente no podía quedarse inmune a
sus palabras.
M_ ¿Qué? ¿Acaso tu no? –Esther guardó silencio-. Podías mandar a
las mamis a buscar setas.
E_ ¿Setas? –no pudo más que dar una carcajada ante tal ocurrencia.
M_ Quiero estar contigo –volvió a bajar la voz mirándola con deseo.
E_ Vamos a la habitación, voy a avisar.
M_ Eso... que no entren.
E_ Voy en seguida.
M_ Mas te vale –le dio un pellizco en el culo que le hizo saltar-. Me
encantas.
E_ Debo tener una de morados en el culo, ¡podía darte por otra
cosa!
M_ Es verdad –entonces le dio una palmada mientras ella cerraba
los ojos ante el golpe.
E_ Ya voy.
M_ Te estaré esperando desnuda... y con mi cuerpo llamándote a
gritos –le susurró cerquita provocando en Esther un carraspeó
nervioso-. No tardes mi amor.
E_ No.
M_ Te deseo –murmuró tan suavemente que provocó que a Esther
toda la piel se le erizara.
E_ Y yo...
M_ ¿Tendré que acabar lo que empecé, no?
E_ Va a ser que sí –le dijo poniendo sus manos suavemente sobre el
culo de una Maca que sonrió.
M_ No tardes.
E_ No –esta vez quien susurró lentamente la contestación fue ella,
se mordió el labio y en sus ojos se dibujó la pasión.

524 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Te espero.
E_ Si –ninguna se movía.
M_ Desnuda –le guiñó un ojo y se giró con lentitud para marcharse.
E_ ¡Madre mía! –murmuró mientras iba en busca de las mujeres.
Esther sentía con la fuerza del volcán el deseo sobre su piel,
notaba que no andaba, volaba, tener a Maca tan cariñosa, tan por
ella le hacía perder la razón, y aunque no quería ilusionarse con
aquel cambio, algo le decía que Maca iba por el buen camino. Habló
con rapidez a las mujeres, diciéndoles que iban a hacer una siesta, y
éstas aprovechando la coyuntura, le aseguraron que se irían a ver a
Daniel porque pensaban que con el frío que hacía era mejor no
sacarlo de casa.
E_ De acuerdo...
R_ Yo llevaré el coche.
En_ No te preocupes Esther, yo la guío.
E_ Seguro mamá, mira que tu sentido de la orientación está un poco
torcido.
T_ No te olvides que voy yo –apuntó Teresa divertida.
E_ De acuerdo... darle un beso al pequeñín de mi parte.
R_ Tranquila hija. ¿Pero estás segura que hacemos bien
marchándonos?
E_ Sí, tranquila.
En_ De todos modos si pasara cualquier cosa, nos das un toque.
E_ Si, no le voy a decir que os vais.
R_ Muy bien...
E_ Hasta luego.
Aquella conversación se le hizo eterna, se moría de ganas de
llegar a la habitación... de encontrarse con Maca, iban a estar solas
y sin duda podían aprovechar el momento, su cuerpo estaba
ardiendo en deseo, tanto que antes de entrar se fue quitando los

525 ”Adiós Esther” © by ldana


botones de la camisa, no podía esperar, deseaba a Maca con todas
sus fuerzas y estaba dispuesta a demostrárselo, decidida a todo por
ella. Sin preguntas, sin dudas, sin pensar que pasaría después,
aprovecharía el momento y en ese momento lo que le apetecía era
entregar su amor por completo a su mujer.
Fuera escuchó como el coche se iba, la desbandada de las
mujeres había sido rápida, sonrió al pensarlo, entró y a cada paso
iba dejando una pieza de su ropa, la temperatura en la estancia era
agradable, allí en la cama se encontraba Maca, tapada pero era
consciente que debajo de aquella sábana se encontraba el cuerpo
que tanto la encendía, sonreía mientras se acercaba poco a poco a
ella, al llegar a su altura ya lo hizo desnuda, se metió en la cama, se
acercó y acarició aquella piel suave, sonrió al notar que nada cubría
aquella piel que la enloquecía, se acercó todo cuanto puedo y
entonces es percató que...
E_ ¿Maca?... Maca cariño –insistió borrándose su sonrisa de los
labios pues la vio con los ojos cerrados y parecía dormir-. Maca...
M_ Mmmm –susurró adormilada.
E_ ¡Pero cariño!, me habías dicho que... –la acarició sin poder evitar
sentir su piel desnuda.
M_ ¿Qué haces...?, ¡oh Esther!, de verdad que salida estás... anda
déjame dormir.
E_ ¿Salida? –le preguntó atónita abriendo sus ojos felinos como
platos mientras se sentaba en la cama dejando su desnudez al
descubierto.
M_ Anda déjame dormir que estoy agotada.
E_ ¡Será posible! –protestó enérgicamente mientras se quedaba
blanca por el comentario.
M_ Mira Esther... haz lo que te dé la gana, pero pasa de mí –se
volvió a girar tapándose hasta la nariz.

526 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Desde luego... –se había enfadado tanto, que se levantó
poniéndose la bata-. Esto no es normal, ¿eh?, ¡me tienes...! –se
frenó y dando un quejido de protesta salió del cuarto.
M_ Podrías al menos no gritar –murmuró una Maca que mantenía
una sonrisa en sus labios.
Esther salió jurando en arameo, se fue directa al comedor, sin
encender si quiera la luz, se sentó en el sofá abrazó sus piernas y
posó su mejilla sobre las rodillas, no quería desesperarse pero ya
eran demasiadas veces las que Maca le había provocado y la había
dejado con las ganas. Un suspiro fuerte salió de su pecho como
tratando de ser el aire que apagará la llama del deseo que tan
fuertemente había ardido, pero era demasiado potente la llama
como para que se apagara tan fácilmente. Se sentía perdida, se
sentía sin saber como reaccionar, porque Maca continuaba una y
otra vez con aquel juego que le había dado por jugar con ella en
aquel momento, consiguiendo enloquecerla. Llevaba más de una
hora allí sentada hundida en sus pensamientos dándole vueltas a la
misma idea cuando Maca la llamó a voz en grito desesperada.
Esther no dudó ni un instante en levantarse y llegar hasta ella, se
asomó con gesto de temor.
M_ ¿Dónde estabas? –le preguntó con la mirada fiera al verla entrar.
E_ En el comedor.
M_ Te estoy esperando... ¿por qué no has venido?
E_ ¿Qué por qué no he venido? –repitió atónita mientras una sonrisa
se asomaba en sus labios con una buena dosis de indignación.
M_ Sí, te estaba esperando desesperada –se incorporó en la cama
dejando su pecho al aire.
E_ Maca... he venido y como he venido me he ido –trató de no
apartar sus ojos de los de Maca, rehusando mirar los pechos y caer
en la tentación que le estaba tendiendo su mujer descaradamente-.
Te has encargado de echarme de tu lado.

527 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Yo? –la miró sorprendida haciendo gesto incrédulo sin hacer
nada por taparse.
E_ Sí tú, y tápate no vayas a resfriarte.
M_ ¿No vienes? –insistió sonriente.
E_ No, no voy, ahora es a mí a quien no me apetece.
M_ Ya, ¿tengo qué creérmelo? –elevó su ceja derecha mientras
mordía su labio mostrándose totalmente provocativa.
E_ Claro que sí, lo siento pero no me apetece –le dijo con tono
irreverente.
M_ Vale... –asintió como si se tomara a pitorreo aquel comentario y
la supuesta seguridad de una Esther que suspiró-. Entendido...
Esther dio media vuelta y entró al lavabo, se metió en la
ducha, necesitaba sentir el calor del agua sobre su piel, ya que no
había encontrado las dulces y tiernas caricias de Maca para calmar
la sed de amor que sentía. Estaba bajo el grifo dejando que la
potencia del agua que salía, cayera directamente sobre su rostro
con las manos apoyadas sobre la pared, necesitaba pensar,
necesitaba aclarar sus ideas, y relajarse para poder enfrentar a una
despiadada Maca que se había propuesto acabar con su cordura de
manera cruel. Pero justo en el momento en que pensaba en ella,
notó como las manos de Maca le rodeaban su cintura atrayéndola en
silencio sobre su cuerpo, se dejó hacer sin resistirse ni protestar,
notó como su espalda se apoyaba suavemente sobre los pechos
erizados de Maca, pudo sentir su excitación plenamente sobre su
propia piel, desplazo un pie hacia detrás lo justo para apoyarse en
ella, mantuvo sus ojos cerrados mientras notaba el tacto de las
yemas de los dedos de Maca recorrer lentamente su vientre, estaba
sintiendo un éxtasis incontrolable, su boca entreabierta recibía el
impacto de las gotas cosa que agradecía, porque su garganta se iba
secando, no por lo que Maca hacía, sino, porque lo que Esther
esperaba. Con decisión con sus brazos rodeando el culo de la
pediatra apretó su cuerpo sintiéndolo todo unido al de ella, estaba a
punto de morir de placer pero Maca parecía no darse cuenta, o se

528 ”Adiós Esther” © by ldana


daba demasiada cuenta y le estaba martirizando por su rechazo,
porque no la besaba, no le decía nada, tan solo acariciaba
lentamente su vientre, jugaba con su ombligo, y de vez en cuando
dejaba que Esther buscara con sus movimientos lentos con su
trasero el roce con su sexo. Maca disfrutaba ante el temblor suave
de Esther ante sus suspiros, ante sus movimientos que parecían
llamarla a gritos, estaba disfrutando tanto como sufriendo, ella
misma no podía controlar su propio deseo, más cuando Esther
apretaba con sus manos con fuerza sus glúteos, su deseo estaba
alcanzando el máximo apogeo ella misma necesitaba más, y aunque
quería controlarse no podía, menos, cuando una de las manos de
Esther soltaron su trasero para posarse sobre una de las suyas que
seguían jugando a acercarse y a alejarse de su sexo, Esther estaba
desesperaba no paraba de susurrarle sin control alguno.
E_ Maca por favor no me hagas esto... no puedo... no puedo más...
Maca por favor...
M_ Esther... Esther... –jugaba con su cabeza sobre el pelo de
Esther, buscaba su mejilla.
E_ Te deseo... no puedo más.
M_ ¿Así mi vida?... ¿así?
E_ Sigue... ¡dios mío!

Fueron susurros entregados la una a la otra, eran murmullos de


placer que buscaban demostrar el amor que se tenían, la necesidad
imperiosa la una de ser de la otra, de entregarse, de buscarse y
encontrarse por igual, entonces con suavidad la propia Esther llevó a
cabo lo que con tanto anhelo había buscado, con su mano sobre la
de Maca la guió hasta su sexo sin poder reprimir un grito ahogado
de placer al notarla, entonces apoyó su cabeza sobre el hombro de
Maca, que no podía parar, era sublime estar en su lugar preferido,
sabía que estaba tocando el cielo en ese momento y sabía lo que
venía después, el agua salpicaba la desnudez de las dos mujeres,
repartiendo gotas por toda la piel siendo testigo de cuanto sucedía

529 ”Adiós Esther” © by ldana


entre ellas, ambas estaban fuera de control, ambas gemían y en
cada gemido que salía de sus almas, parecía querer borrar cuanto
había pasado, parecía llevarse todo cuanto les había tocado sufrir,
Maca seguía alternando el ritmo de su mano tal y como Esther le
pedía, le rogaba juntas con las dos manos sintiendo el placer de una
como si fuera de ambas, estaban tocando casi el cielo cuando dos
golpes en la puerta les hizo parar de golpe.
E_ Esto es una pesadilla... no me puede pasar a mí... –dijo con la
voz entrecortada sin moverse pues había tenido que apoyarse con
las dos manos sobre la pared mientras Maca rompía a reír aunque
su respiración también mostraba el alto nivel de excitación que aún
sentía. Esther acompañando cada quejido se dio dos golpes suaves
con la cabeza en la pared-. Mierda... mierda
M_ Será mejor que vayas –le dijo sonriente al ver su desespero
apartándose la melena mojada de la cara mientras apoyaba la
cabeza sobre la pared y cerraba los ojos-. Joder, no hay manera...
como siga así voy a morirme... –entonces miró hacia la puerta al
escuchar la voz de Esther que trataba de mostrarse serena y
sonrió-. Esther... mi amor...

Fuera estaban esperando que la pareja saliera las tres mujeres con
el niño, habían decidido de común acuerdo llevarlo con ellas.
R_ ¿Qué te ha dicho, Encarna?
En_ Pues creo que hemos llegado en mal momento –sonrió haciendo
una mueca simpática.
T_ ¡Encarna! –protestó con un tanto de vergüenza Teresa ante la
frialdad y normalidad con la que habló-. Por favor que está aquí
Danielito.
En_ No me seas antigua Teresa, mi hija y Maca hacen el amor de
igual manera que lo haces tú con tu marido, Rosario con el suyo y
yo en mis tiempos que ya ni me acuerdo, con el mío.

530 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Tienes razón –admitió sonriendo Rosario-, pero no deja de ser un
tanto... no sé...
En_ ¡Ay mira!, dejaros de tonterías, de cursilerías, y demás... las
chicas tienen su intimidad como todos, y es de lo más normal.
T_ No si yo no digo que no Encarna pero...
En_ ¡La Virgen del Perpetuo Socorro!
Las tres se miraron y rompieron en una gran carcajada que
hizo que el pequeño rompiera también a reír.

Aún con la respiración entrecortada y con el gesto de fastidio,


entró Esther al lavabo, Maca se había terminado de duchar y al verla
se giró con el gesto cambiado totalmente, Esther sintió un temblor
en su cuerpo diferente al que hacia pocos instantes había sentido.
E_ Era mi madre, ya están aquí.
M_ Ya les vale, ¿cuándo se largan, eh? –mostraba enfado.
E_ Maca cariño... ellas están aquí por ti.
M_ ¿Por mí? –se quejó y Esther la ayudó a salir del plato de la
ducha-. Pues ya se pueden estar yendo mañana mismo, ¿se lo dices
tú o yo?
E_ Ninguna de las dos... –le dio el albornoz y cuando pasó los dos
brazos le fue a besar pero Maca se retiró. Entonces Esther la cogió
suavemente por la barbilla y le dijo con su tono herido por el
desaire-. No me hagas esto.
M_ ¿El qué? –la miró fijamente a los ojos.
E_ Apartarte.
M_ Como tú –le contestó sin apartar sus ojos de los suyos como si
la estuviera retando, con el gesto de boca contraído.
E_ Maca por favor... –le rogó con cara de pena.
M_ ¿Me ayudas a vestirme o salgo en albornoz? –se separó
nuevamente de ella.

531 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Te ayudo –la secó con cuidado y ternura para después hablarle
con tiento-. Maca, fuera tienes una sorpresa... por favor...trata de
centrarte.
M_ ¿Una sorpresa? –la miró dubitativa.
E_ Daniel.
M_ ¿Daniel?
No pudo evitarlo, notó como un remolino de emociones la
envolvían, notó como su corazón latía más fuerte, más rápido, era
su hijo, sin controlar lo que estaba pasando en ella, sin poder
controlarlo los ojos se le llenaron de lagrimas, rompió a llorar como
una niña ante el gesto confundido de Esther, que se apresuró a
abrazarla, entonces Maca sintió que volvía a tenerlo todo, a su
mujer y a su hijo, aquello la llenó de felicidad y se aferró
fuertemente a Esther.
M_ No me sueltes.
E_ Maca... cariño...
M_ No me dejes.
E_ Claro que no...
M_ Te necesito.
E_ Me tienes.
M_ ¿Y si no me quiere? –se separó de los brazos que la estrechaban
con ternura mirándola aterrada.
E_ No digas tonterías... él te adora como yo.
M_ Pero... hace mucho tiempo que no estoy con él, y si se ha
olvidado –no podía evitar sentir una angustia terrible.
E_ No hace tanto cariño, cuando estuviste en el hospital, cuando
estabas en coma, Daniel se pasaba horas junto a ti –Maca la miró
con gesto sobrecogido porque solo a alguien como Esther se le
habría podido ocurrir algo así-. Recuerdo que una vez me dijiste que
los bebés tienen un poder especial para percibir el calor de su
madre, pues Daniel lo percibió cariño.

532 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Y si llora?
E_ No creo… venga deja de mortificarte en vano y vamos... yo
también tengo ganas de verlo.
M_ ¡Esther! –la llamó cuando salía.
E_ Dime.
M_ Te quiero.
E_ Lo sé –le dijo emocionada-. Ahora vengo.
Maca no cabía en sí de gozo, había podido percibir todo cuanto
debía, primero la pasión por Esther, después la lastima de dejarla a
medias en su placer, el amor en la más amplia de las expresiones al
mirar sus ojos, y el amor materno, ese amor que tanto había
anhelado y esperado durante tantos años de su vida. Podría
controlar sus emociones, podía sentir y recordar cada momento
vivido, podía cerrar los ojos y sentirse segura, plenamente
afortunada.
E_ ¿Vamos?
M_ Sí.
E_ ¿Estás preparada? –la ayudó a vestirse.
M_ Creo que sí.
E_ Está bien, voy a llamar a mi madre y sales con ella.
M_ No –se apresuró a decir con firmeza-. Quiero salir contigo.
E_ Bueno... pues dame cinco minutos.
M_ Cuatro.
E_ Vale cuatro.
Cuando Esther estuvo vestida, le dio la muleta para ayudarse
mejor a caminar a Maca, por su gesto entendió que estaba un tanto
asustada por la reacción de Daniel, y ella rezaba que todo fuera
normal, si bien es cierto que por un minuto dudó que Maca no
estuviera ya recuperada, ver el terror reflejado en sus ojos, le
demostró que aún era incapaz de controlar las emociones que le

533 ”Adiós Esther” © by ldana


habían llegado como una cascada gana el río, a ella le habían
ganado el corazón, arrastrando su sentimiento más brutal, madre.
Al salir, Esther lo hacía sonriente y cuando la vio el pequeño la
señaló sonriente, Maca al verlo llenó su corazón con la figura de su
hijo, los ojos se le llenaron de lagrimas y las tres mujeres al
contemplar la escena sintieron un nudo en el estómago. Esther
ayudó a sentarse a Maca, y después cogió en brazos a Daniel que se
abrazó a su cuello blandiendo al aire el juguete que Teresa le había
comprado.
E_ Mi amor... ¿qué es esto?, sí cariño –le decía mientras el niño el
enseñaba el juguete-. Mira quien está aquí Daniel, es mami –se
sentó a su lado con el pequeño en brazos mirándola con devoción.
M_ Daniel –murmuró con la voz entrecortada por la emoción-, mi
pequeño.
E_ Espera, ves con mami Daniel.
M_ Mi niño –abrió sus brazos y el pequeño sin dudarlo se fue directo
a ella que lo estrechó con fuerza a su cuello-. Mi vida...
Esther tuvo que hacer un esfuerzo inhumano para no romper a
llorar allí mismamente, aquella escena era tan tierna, tan repleta de
amor que daba por bueno todo lo vivido hasta ese momento,
Encarna por su parte no pudo reprimir las lagrimas, aquella imagen
doblegó su cansado corazón, Rosario al darse cuenta devolvió a su
consuegra lo que tantas veces durante esos días le había entregado
ella, apoyo, comprensión y ternura. Por su parte Teresa aunque sus
labios mantenían una sonrisa, sus ojos se habían llenado de
lagrimas, ver a Maca así, les había afectado a todas.
E_ Ves como no llora, tonta.
M_ Mi niño... que guapo... ¿qué grande está no? –dijo con la voz
repleta de emoción.
E_ Si, ¿has visto cómo se parece a ti?
M_ Dios mío...

534 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Cariño Daniel estaba deseando verte, mira como se ha puesto –
sonrió.
M_ Si –acompañó la sonrisa tierna de todas porque el pequeño
había apoyado su cabeza sobre el pecho de Maca jugando-. Esther...
E_ Dime cariño –su voz apareció repleta de amor.
M_ ¿Quieres cogerlo tú?
E_ No, anda quédate con él mientras nosotras preparamos la cena.
R_ Será lo mejor. ¿Vamos Encarna? –le dijo.
En_ Vamos –Encarna no pudo decir nada, solo se acercó hasta Maca
dejándole un beso sobre su pelo, Maca la miró con los ojos rasgados
y sonrisa que aunque estaba iluminada, apareció apagada.
T_ Ya voy, ya voy –dijo Teresa mientras acariciaba con cariño a
Esther.
E_ Bueno... y este pequeño lo bien que está con su mami, ¡verdad!
–le dijo con sonrisa amplia.
M_ Gracias Esther, puedo odiarte pero... por esto... te debo dar las
gracias.
E_ No me odies Maca por favor... –Maca la miró fijamente a los ojos
y vio el dolor que le había provocado-. No lo soportaría.
M_ No me hagas caso –se disculpó y le acarició la mejilla golpeada
con cuidado-. ¿Te duele?
E_ No, me duele más cuando me dices que me odias –le dijo
lentamente-. Ahora vuelvo.
Maca se quedó allí sentada con gesto preocupado, se mordía el
labio con expresión ceñuda, sabía que tampoco podía ser tan dura
con ella, no se lo merecía, no podía seguir fustigándola por más
tiempo. Suspiró con fuerza, miró a su hijo y volvió a sentirse
afortunada.
Cuando Esther entró en la cocina, se fue directamente a su madre,
le rodeó la cintura con sus brazos y sin volverla le susurró:
En_ Te quiero mamá, gracias por ser como eres.
535 ”Adiós Esther” © by ldana
A Encarna aquel gesto le pilló tan de sorpresa que no supo
como reaccionar, tan solo le acarició la cara con cariño sin volverse,
aquella reacción de su hija la llenó de alegría y sabía que era la
devolución de las tantas veces que ella había hecho lo mismo con
sus momentos difíciles, si cada vez que la necesitó sintió su deber
de madre, ahora podía notar la devoción de hija, Esther era así,
maravillosa, distante pero cuando la necesitaba siempre estaba allí.
Tanto Rosario como Teresa sonrieron.
T_ ¿Esther crees que es buena idea dejar al pequeño con Maca?
E_ Sí, también debe tener su momento con él.
R_ Esther no sabíamos si hacíamos bien pero... queríamos ayudarte.
E_ Lo sé, y os lo agradezco, la verdad que cuando se lo he dicho a
Maca, debisteis ver su desasosiego, su miedo.
T_ Es normal.
E_ Lo sé.
R_ Mi hija necesitaba estar así con Daniel, yo creo que ahora las que
sobramos somos nosotras.
En_ Tienes razón Rosario, yo también lo he pensado... creo que...
E_ No, para nada... ahora os necesitamos más que nunca, Maca
puede estar cerca de recuperarse.
T_ Mira Esther yo no estoy tranquila con Maca sola, así que mientras
aclaráis lo que vais a hacer... me voy con ella.
E_ Mejor, gracias Teresa.
Teresa las dejó allí envueltas en su charla y contenta se acercó
hasta Maca que mantenía un gesto tan relajado que su rostro
parecía haber recuperado la luz de la felicidad.
T_ Vaya se ha dormido –sonrió.
M_ Si.
T_ Es que los brazos de una madre son los brazos de una madre –
Maca la miró en silencio y Teresa le sonrió-. ¿Cómo estás?

536 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Bien.
T_ Me alegra oírte decir bien –tomó su mano y Maca por primera
vez desde que había quedado en coma le apretó con síntomas de
debilidad que sus propios ojos reflejaron-. ¿Eh cariño?...
M_ Perdona... creo que no he estado a tu altura Teresa.
T_ No me digas eso... no hay nada que perdonar –le acarició la
mejilla-. Tú sabes que te quiero, lo hemos pasado muy mal pero
gracias a Dios vamos superando este mal momento Maca. Falta
poco, estoy segura que falta muy poco para que te recuperes y
volváis a ser las mismas chicas encantadoras de antes, amándoos,
buscando motivos para besaros por los pasillos, mirándoos y sobre
todo estando juntas con este pequeñín que es tan mono ¡por dios! –
Maca sonrió ante el gesto gracioso de la mujer-. No sé si recuerdas
el consejo que te di –Maca la miró expectante-, te lo vuelvo a
repetir, habéis hecho entre tú y Esther con vuestro amor una nave
muy fuerte, habéis superado tempestades, verdaderos golpes de
mar pero nunca nadie pudo derribarla, y no la pudieron hundir
porque ninguna de las dos quiere que se hunda, este pequeño
resumen de mi consejo viene a decirte, que Daniel es el fruto de un
amor por vuestra parte enorme, y ahora en cuanto tú estés bien
debéis recuperar todo lo vivido, y mucho mejor, saber lo que duele
separarse os debe ayudar a formar una base sólida en vuestra
relación Maca... cariño –le acarició la cara y Maca apoyó su mejilla
en aquella mano que le ofrecía calor-. Esther te adora, tenéis un
niño hermoso... pon de tu parte para recuperarte porque te están
esperando con un amor grande, te esperan con los brazos abiertos
para llenarte de su cariño.
M_ Gracias Teresa, creo que jamás podré olvidar todo cuanto haces
por mí, por Esther y por mi hijo.
T_ Lo hago porque os quiero como si fuerais algo muy mío. ¿Dejaras
de hacer daño a Esther? –la miró intensamente.
M_ Yo no quiero hacerle daño –se disculpó.
T_ Pero...

537 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Me encanta –en su rostro se reflejó un gesto de maldad.
T_ ¡No sé que vamos a hacer contigo! –exclamó un tanto irritada.
M_ De todos modos, prometo portarme lo mejor que pueda.
T_ Anda, dame al niño que desde luego...
M_ No, déjalo conmigo.
R_ Hija tu padre está al teléfono quiere hablar contigo –se acercó a
ella sonriente-. Pedro espera. ¿Me das al niño?
M_ No –cogió el teléfono ante la mirada repleta de amor de Rosario-
. ¿Papá?, hola, si lo tengo en este momento aquí...
T_ Ven Rosario –apartó a la mujer y le preguntó bajando la voz-.
¿Qué habéis decidido?
R_ Pedro va a venir mañana por la noche, dice que debo ir que hay
una fiesta y bueno... no he podido hacerle cambiar de opinión.
T_ Vaya...
R_ A mí me gustaría que se quedara Encarna porque, no creo que
Esther esté en condiciones de vigilar tanto a Maca como a Daniel.
T_ Pues si –afirmó ladeando la cabeza.
R_ ¿Y tú, hasta cuando te quedas?
T_ Pues había pensado en dos o tres días... –puso un gesto
dubitativo.
R_ Me iría mucho más tranquila –sonrió.
M_ ¿Qué tramáis? –les preguntó con voz firme provocando un susto
en las dos mujeres que se volvieron de golpe.
R_ Nada Maca que tengo que volver a Jerez.
M_ ¡Vaya menos mal!, ¿y tú cuándo te vas Teresa?
T_ ¡Ay hija!, parece que tengas ganas de que me vaya, ¿eh?
Maca bajó su mirada hacia la cara colorada del pequeño que
seguía feliz y tranquilo durmiendo con una sonrisa. Lo abrazó con

538 ”Adiós Esther” © by ldana


ternura contra su pecho, lo acunó y le besó la carita con todo el
amor que podía sentir.
E_ La cena ya está... será mejor Maca que lo dejemos aquí así lo
podemos vigilar, tú no puedes hacer esa fuerza que estás haciendo
mi vida.
M_ Vale... pero luego de cenar lo quiero tener otra vez.
E_ Claro que sí, venga vamos.
En el hospital, iban terminando su turno, antes de marcharse
se juntaron en la sala de médicos donde intercambiaron unas
cuantas historias clínicas, entonces en medio de la charla llegó una
Cruz que por su gesto, parecía relajada.
V_ Bueno esa cara quiere decir que traes buenas noticias, si
hubieras ingresado a Maca no llevarías esa sonrisa –la miraba
fijamente como todos.
C_ Pues si, así es, creo que Maca está muy cerca de su
recuperación.
L_ Me alegro... ya es hora de que todo vuelva a la normalidad.
H_ ¿Cómo está?
C_ Un tanto dubitativa, pegó a Esther –dejó el bolso sobre la mesa.
V_ Joder, pues menos mal que está mejor.
C_ Fue un ataque de ira porque Esther no estaba con ella, de
verdad, si tuvieran que escribir una historia de amor para el cine, yo
las propondría para que escribieran la suya.
J_ ¿Y la pierna?, yo la vi muy bien.
C_ Sí, prácticamente no necesita más que una muleta para andar.
V_ ¿Sabes que han echado a Begoña?
C_ ¿A Begoña? –los miró con gesto impertérrito.
H_ Por fin... se pasó bastante... pensó en hacerle lo mismo que hizo
a Esther a la enfermera jefe, ya sabes... lo de los medicamentos...

539 ”Adiós Esther” © by ldana


todos estábamos sobre aviso, le abrieron expediente y bueno, al
menos estará un par de años dejando en paz a todo el mundo.
C_ Eso es fantástico, sobre todo porque cuando vuelva Esther no
tendrá que soportarla.
J_ Y no solo eso, Luna ha pedido traslado, nos ha dejado esto para
Maca –le dio un sobre-. Creo que será mejor que tú la guardes,
íbamos a dárselo a Teresa pero como no está.
L_ Mejor que lo tenga Cruz.
V_ Si porque ya me veo a Teresa con el sobre encima de la olla del
cocido para abrirlo –todos sonrieron-. Bueno... pues si no hay nada
más de nuevo, ¿nos vamos a casita?
C_ Sí, estoy realmente cansada.
L_ Espera Cruz –le tomó del brazo Laura cuando salieron los
hombres.
C_ ¿Qué pasa?
L_ Ha vuelto a venir ese tal Pablo, insiste en que le demos el
número de teléfono de Esther, ¿le habéis dicho algo?
C_ Creo que algo comentó Teresa, pero ella no le dio importancia.
L_ Pues esperemos que no le vaya a dar nuevos problemas.
C_ Esperemos que no... que ya han pasado bastantes, debiste ver el
golpe que lleva en la mejilla.
L_ Eso sabíamos que podía pasar.
C_ Pues sí, pero nunca creí a Maca capaz.
L_ No es Maca...
C_ Eso es verdad, durante este tiempo no ha sido Maca.
Las mujeres estaban recogiendo la fregada, Esther había
decidido que el pequeño durmiera con ellas en la cama, habían
estado hablando de él durante la cena, y Maca volvió a mostrarse
distante a todas ellas, en parte porque Esther para evitar otro rato
de nerviosismo se sentó en el otro lado, no quería más sorpresas ni

540 ”Adiós Esther” © by ldana


más momentos repletos de tensión. Una vez terminaron de la
cocina, salieron a hacerles un poco de compañía, sentada en el
suelo con el niño que se había despertado estaba una Esther
pletórica, radiante y feliz, mientras en el sofá sin perder detalle los
observaba Maca.
R_ Bueno... pues yo me voy a la cama estoy realmente cansada –se
acercó a Maca y le dejó un beso que no fue rechazado y que aquel
gesto emocionó a la mujer que se quedo sin saber muy bien que
decir...
T_ Yo también me voy, buenas noches cariño –le dejó otro beso a
Maca en la frente reaccionando igual que con su madre-. Y este niño
guapo no va a darle un abrazote a su abuela Teresa.
E_ Es el niño que más abuelas tiene de todo el mundo, es
afortunado.
T_ ¡Y tanto que si!, ¡ay que ricura madre! –le besaba y el niño
sonreía.
E_ Voy a cambiarle ¿vale Maca?, le damos un biberón y nos
acostamos.
En_ Ve hija, ve.
El silencio cubrió el comedor, Maca se mostraba un tanto nerviosa
ante Encarna que la miraba fijamente, pero era a la única que no
podía hablarle mal, era a la única persona que no podía, ni sabía, ni
quería molestar. Encarna se levantó lentamente y cruzó con tres
pasos la distancia que le alejaba de Maca, se sentó a su lado, sin
mirarla, Maca notó como sin querer se erguía de manera defensiva,
no quería fallar, esperaba que su suegra le dijera algo de la misma
manera que esperaba que aquello que le dijera no la pusiera en un
compromiso. Encarna, puso sus manos sobre su vientre, respiró
profundamente y giró un tanto su cabeza para poder mirar
fijamente a los ojos de su nuera, ésta le sonrió un tanto nerviosa y
Encarna hizo lo que mejor sabía hacer, preguntarle a bocajarro:
En_ ¿Desde cuándo estás recuperada?

541 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Qué? –la miró sin saber que contestar.
En_ Puedes engañar a todos, incluida mi hija porque su miedo a que
no sea cierto no le deja ver la verdad, pero a mí no, a mí, no cariño
–le posó su mano sobre las suyas hablándole con seguridad y tono
inflexible.
M_ Desde que pegué a Esther –musitó débilmente-, cuando me
desperté.
En_ Espero que tu silencio sea por alguna causa justificada y no le
hagas más daño a mi hija, y no es un reproche.
M_ Encarna no digas nada por favor... necesito hablar contigo sin
que haya nadie delante, ¿tú confías en mí? –la miró fijamente a los
ojos viendo Encarna un desasosiego diferente al que hasta aquel
momento esos ojos reflejaban. Ante su silencio insistió-. ¿Confías en
mí?
En_ Que remedio hija.
M_ Pues tendrás que ayudarme, ¡te lo ruego!
E_ ¡Ya estamos aquí! –aparecieron los dos en el comedor y Maca
miró con mayor intensidad a su suegra-. ¿Ocurre algo?
En_ Nada hija, aquí estamos tratando de recordar cosas.
E_ Espero que buenas.
En_ Claro... sin duda...
E_ Toma Maca, voy a por el bibe.
M_ Vale... Encarna por favor, no será mucho, dos días necesito dos
días, tú me dijiste que debía reconquistarla ¿no? –Encarna no pudo
más que poner una mueca de sorpresa-. Por favor Encarna...
En_ De acuerdo... ¿pero has visto cómo está.
M_ Lo sé, y me arrepiento de lo que pasó...
En_ No me refiero a eso, mi hija tiene el corazón hecho añicos, te va
a costar unirlos... pero desde luego... tú eres la única que pueda
conseguirlo –le sonrió-. Aunque si tú manera de reconquistarla es

542 ”Adiós Esther” © by ldana


esta, te va a costar hija, además que mi hija va a sufrir un calvario
y eso no lo quiero ni para ti ni para ella.
M_ Te prometo Encarna que solo dos días... por favor –puso gesto
compasivo.
En_ Está bien. Una cosa más.
M_ Dime –la miraba con cierta ansiedad mientras acunaba a Daniel.
En_ Que te quiero Maca... nunca te lo he dicho pero... te quiero
mucho hija.
M_ Yo también Encarna ¡ah! –le tomó del brazo mirándola
intensamente mientras le susurraba-. Gracias por ayudar a mi
madre.
En_ Eres una canalla –dio una carcajada.
E_ ¡Ya estoy aquí!
En_ Pues en ese caso si te quedas ya con tu mujer y tu hijo, me voy
que yo también estoy cansada, ha sido un día intenso.
M_ Buenas noches Encarna.
En_ Buenas noches hija, que descanséis. Buenas noches Esther.
M_ ¡Oye Encarna! –la mujer se detuvo y mirándola simpáticamente
le dijo-. ¿Y mi beso?
En_ Tienes razón –le dio un beso y le dejó un pellizco sobre la
mejilla-. ¡Pillina, pillina!
E_ ¿Y a mí?, ¿no hay beso para mí? –protestó Esther mirándola con
gesto serio como enfadada.
En_ ¡Pero bueno!, que pesaditas estáis guapas... con tanto beso
¡pero qué empalagosas por dios!, a ver si hacéis algo ¿eh?, porque
estáis de un imposible.
E_ ¡Mamá! –protestó un tanto nerviosa Esther por el comentario de
su madre.
En_ ¡Mamá, Mamá! –se marchó mascullando mientras sonreía.
E_ ¡Desde luego!

543 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Tiene razón... últimamente no quieres que te toque.
E_ ¡Vaya lo qué me faltaba por oír! –protesto sentándose en el suelo
mientras cruzaba sus brazos sobre el pecho con actitud incrédula.
M_ Es cierto, dale tú el biberón me duele un poco el brazo.
E_ Claro, has hecho muchos excesos hoy –sonrió pícaramente.
M_ ¿Y... se han terminado ya esos excesos? –se inclinó sobre ella
para besarla y cuando Esther iba a unir sus labios con los suyos se
retiró desafiante y con una sonrisa malévola marcada en sus labios
le preguntó-. ¿No habrán más?
E_ Si te portas bien y no me haces sufrir más de lo debido, puede.
M_ ¿Yo te hago sufrir?, mucho has tardado en salir del cuarto de
baño.
E_ ¡Eres... imposible! –le dijo entrecerrando los ojos mientras le
daba el biberón a Daniel-. Ni se te ocurra volverme a poner en un
compromiso así.
M_ ¡Pero si estabas encantada!
Se quedaron mirando a los ojos con una mirada cálida y una
sonrisa entregada marcando sus labios, fue Esther quien carraspeó
para desviar la mirada y fijarla en su hijo. Una vez terminó, trató de
dormirlo, pero el niño se había despejado y lo único que quería era
jugar. Se pasaron un buen rato Esther echada en el suelo y Daniel
sobre ella sin parar de reír, mientras Maca los observaba sintiéndose
afortunada. Sin embargo sabía que no podía dar tantas facilidades a
su mujer, así que decidida atacó.
M_ Bueno me voy a la cama, ya veo que lo único que te interesa es
tu hijo.
E_ ¡Pero Maca cariño! –la miró preocupada-, espera, espera que ya
nos vamos los tres.
M_ ¿Va a dormir con nosotras? –le costó pero le salió un gesto de
fastidio bordado.

544 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Claro, aquí no tenemos cuna, habrá que traerla mañana, porque
Carmen nos dejó la de su hijo.
M_ Entonces elige entre él o yo –se plantó puesta en jarras
mirándola intensamente.
E_ ¡Maca por favor! –le contestó nerviosa-. Podemos dormir los tres
perfectamente en la cama.
M_ Pero yo no quería dormir.
E_ Pues hoy toca dormir, has tenido un día duro y mejor que
descanses.
M_ Me duele la pierna, seguro que ahora ya no me darás el masaje.
E_ ¿Y quién ha dicho que no?, ¿has visto Daniel?, tú mami es la más
renegona de todo el mundo, tendrás que acostumbrarte –sonrió
mirando a Maca.
M_ Y tu otra mami es una marimandona que no sé yo que es peor –
se levantó con un poco de dificultad.
E_ Sin duda, mucho peor ser una renegona –le golpeó con suavidad
el culo-. Vamos cariño.
M_ Puedo ir sola.
E_ Está bien...vamos... ¡ay cariño! –suspiró yendo detrás de Maca,
dejó al pequeño sobre la cama para ayudarla a ella pero empezó a
llorar-. Daniel cariño... venga que voy a ayudar a mami.
M_ ¡No hace falta que me ayudes!, yo puedo sola, ya te lo he dicho
–protestó mientras Esther cogía en brazos a su hijo y Maca le
sacaba la lengua al pequeño sin que la viera Esther-. ¡Esto es lo
último!, ahora me faltaba Daniel para que ya definitivamente pases
de mí.
E_ Mira Maca eso no es verdad, así que no digas más tonterías por
favor –volvió a rogarle imperiosamente.
M_ ¡Tonterías!... habló la reina de las tonterías...
E_ Ten cuidado por favor –se acercó para ayudarla hasta el cuarto
de baño.

545 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Anda suéltame.
E_ Maca deja ya de ponerte borde conmigo y déjame ayudarte.
M_ No.
E_ Joder.
M_ No digas tacos delante del pequeño –entonces sonrió al crío
volviendo a sorprender a Esther-. Anda deja que yo le duerma que
no sirves para eso, ven aquí mi vida, mi rey.
Maca tomó al pequeño en sus brazos, lo meció con ternura
cantándole una nana con un susurro, tan dulce y tierno que Esther
no pudo reprimir que una lagrima resbalara por su mejilla, una
lagrima de felicidad, tanta sentía que hasta notó como su corazón
renacía como si fuera una flor del jardín de Carmen llenándose de
vida, pues aquella visión era como si los rayos del sol la llenaran de
existencia. Se dio la vuelta no quería que Maca la viera llorar, tan
solo era un bajón se dijo, una emoción pero se negó a si misma la
posibilidad de pensar que aquella visión, podía ser pronto la
verdadera, podía ser la que tanto anhelaba, la de una Maca
recuperada acunando a su hijo, y después cubriendo a su mujer de
besos, de caricias, con un profundo suspiro se quitó aquel
pensamiento pues la Maca que estaba allí acunando a su hijo,
cantándole, no era su Maca.
Cuando el pequeño se quedo dormido, Maca lo tumbó en la
cama justo a su lado, Esther se acercó para darle a ella el pijama, lo
tomó sin casi mirarla, pero conscientemente rozando su mano, una
sutil caricia que hizo estremecer a Esther. Quien la vigiló como
lentamente se cambiaba como tardaba a cubrir su torso desnudo,
notó en ella misma como se le secaba la garganta, como tenía que
hacer un esfuerzo por focalizar la saliva, notó como se erizaba su
piel y el deseo llegaba a ella nuevamente, aquello que Maca le
estaba haciendo solo tenía un nombre, una cruel tortura.
M_ Buenas noches –le dijo una vez cambiada acostándose-. No
quiero que te acuestes a mi lado, el niño dormirá entre las dos.
E_ Muy bien... como tú digas.

546 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Eso si, tráeme la crema que tengo en el cuarto de baño, la del
bote verde.
E_ Enseguida –dijo como si obedeciera las ordenes de inmediato,
cuando volvió se la entregó diciéndole graciosamente-. Tus deseos
son ordenes para mí, tu humilde servidora –se inclinó haciéndole
una divertida reverencia con una sonrisa sincera
M_ ¡No me vengas con gilipolleces! –le soltó destapando el frasco-.
Y ahora siéntate aquí.
E_ ¿Quieres que te dé el masaje en la pierna?
M_ No estaría de más... pero no te has acordado...
E_ ¿Es un reproche? –la miró fijamente.
M_ Plenamente.
E_ Lo siento.
M_ Acércame la cara, yo te hice este golpe, yo tengo que curarte.
E_ Maca no es necesario.
M_ Lo es y cállate.
Con suavidad fue restregando por su morado la crema,
Esther quiso cerrar los ojos porque tenerla tan cerca la volvía loca,
podía notar su respiración sobre su piel, sonrió, al pensar que la
tortura estaba subiendo de nivel. ¿Hasta dónde llegaría?, se
preguntó divertida.
M_ Ya está –le dijo de pronto con tono seco parando de masajearle.
E_ Gracias.
M_ No me molestes, ¿lo has entendido?
E_ Sí, tranquila no te voy a molestar. Buenas noches mi vida –le
dejó un beso-. Que descanses y sueñes con mi amor.
Cuando se metió en el cuarto de baño, Maca no pudo más
que sonreír feliz y susurrarle a su hijo al oído.
M_ Es así de maravillosa, tenemos suerte... –besó al pequeño-... sí
mi vida... tenemos mucha suerte.

547 ”Adiós Esther” © by ldana


La noche ya caía plenamente, en el cuarto de la pareja
habían dejado una tenue luz para vigilar a Daniel por si necesitaba
algo, el murmullo de las hojas al ser golpeadas por el aire, daban
una musicalidad especial a aquella noche, Esther dormía
placenteramente, su mano estaba apoyada suavemente sobre el
pecho de su hijo, que dormía con una mano sobre ella y con un pie
sobre una Maca que mantenía sus ojos abiertos, miraba a aquellas
dos personas que tenía a su lado, eran su vida, y entonces se aferró
a los recuerdos.
“E_ ¿Maca tienes un momento?, necesito hablar contigo”
Aquel momento se habían convertido cuatro largos y
sinuosos meses, podía recordar como Esther la miraba nerviosa,
quería hablar con ella y sabía lo que iba a decirle, y ella ya tenía
preparada la contestación, “claro mi vida, claro que quiero vivir a tu
lado y volver a ser como siempre”, pero la vida se había encargado
de separarlas casi para siempre, durante esos largos meses la
demostración de su mujer hacia ella y su total dedicación habían
sido extraordinarias, entonces supo lo mucho que amaba a Esther,
recordaba su voz cuando estaba tumbada en aquella habitación,
recordaba sus lagrimas, su voz apagada, cuando se venía abajo, sus
ruegos para que pusiera de su parte para salir de aquel estado,
recordaba perfectamente cuando la vio, cuando vio aquellos ojos
repletos de temor y alegría, era ella, era aquella mujer que tenía al
lado, su mujer, esa mujer que no había dudado dejarlo todo por
sacarla adelante, que se había encerrado en ese lugar tan
maravilloso pensando única y exclusivamente en sacarla adelante,
ella y solo ella.
Se levantó con cuidado sin hacer ruido, aún con una pequeña cojera
y un dolor que no se acababa de marchar en su pierna, bordeó la
cama hasta llegar a su lado, allí sentada la observaba, entonces
recordó aquel anillo que llevaba puesto, sabía lo mucho que valía, le
había advertido a Esther que ni loca lo comprara, entonces llegó a
su mente su voz diciéndole “nada es demasiado para ti, si pudiera
bajarte las estrellas, lo haría”, sonrió tímidamente allí en su dedo

548 ”Adiós Esther” © by ldana


estaba aquel anillo, lo acarició con una mueca de felicidad, siempre
había dicho que le costaba mucho llorar, sin embargo aquellos
gestos que había tenido Esther le hacían emocionarse, le llenaban el
alma de satisfacción, de amor porque todo cuanto le había
demostrado a lo largo de su recuperación, difícil recuperación, era
un amor infinito. Tan grande que hasta se hubiera quitado la vida,
aquellas palabras que resonaban en su mente, le hicieron sentir un
escalofrío de horror, ¿qué hubiera hecho ella sin Esther?, no quiso
pararse a pensar en aquella posibilidad, ahora la necesitaba más
que nunca, la amaba más que nunca y estaba dispuesta a luchar por
ella hasta la saciedad. Apartó con suavidad la sábana de su cuerpo,
se introdujo allí con cuidado de no despertarla, pasó su mano por la
cintura de Esther, le dejó varios finos y suaves besos en el hombro,
con una sonrisa emocionada se aferró a ella, así... para toda la
vida... para siempre... hasta la eternidad...

Durante toda la noche, Maca no separó ni un solo milímetro su


cuerpo del de Esther, se pasó las horas observándola, deleitándose
en cada movimiento que hacía, oliendo su pelo, acariciando tan
delicadamente su piel, que Esther no hizo movimiento alguno de
percibirlo. El amanecer le sorprendió con suspiros repletos de
felicidad, no podía evitarlo, si había sufrido como una condenada a
muerte, viviendo sin las raíces de un ser humano que son sus
recuerdos, sus emociones, en aquel instante preciso, las estaba
sintiendo todas, estaba recuperando cada una de ellas, y la calma
cubrió su corazón y volvió a saborear la libertad.

La claridad en la habitación, hizo que Esther poco a poco fuera


abriendo los ojos, cuando recobró la normalidad sonrió al pensar
que estaba rodeada por su familia, su mujer y su hijo. Al volverse
para poder saborear su primer despertar con ellos, se quedo atónita,
en la cama no estaba ninguno de los dos, de repente una profunda
angustia tomo vida en su pecho.

549 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Maca... Maca! –insistió llamándola por la habitación
levantándose hasta el cuarto de baño-. ¿Maca dónde estáis?
No obtuvo respuesta y con el rostro pálido como la luna, salió
corriendo con un grito ahogado en su garganta, al salir se encontró
con Maca en el sofá y el niño en sus brazos, al lado de una sonriente
Teresa que al verla con aquel gesto de desasosiego se asustó.
T_ ¿Qué pasa Esther?
E_ Nada, nada... había tenido una pesadilla –musitó tratando de
devolver la tranquilidad a su corazón.
M_ Bueno pues ya está aquí tu madre Daniel... ¡ya era hora parece
una marmota!
T_ Maca –le dijo con tono de aviso Teresa.
E_ ¿Cómo están mis tesoros? –omitió el comentario y se acercó
hasta ellos dejando un beso en las respectivas frentes de cada uno
de ellos-. ¿Desde cuándo estás aquí?, podías haberme despertado.
M_ Con los ronquidos que dabas era imposible estar a tu lado.
E_ ¿Ronquidos? –la miró estupefacta ante la sonrisa y el gesto
divertido de Teresa-. Yo nunca he roncado.
M_ Eso lo dirás tú guapa –le sonreía al pequeño. Entonces el timbre
de la puerta sonó-. Anda ves, así te da el aire y te espabilas un
poco, a ver si se te quita la cara de tonta con la que has aparecido.
E_ Desde luego... ¡cuánta paciencia tengo madre! –exclamó
mirando al techo.
T_ Maca... Maca –movió su cabeza de lado a lado.
M_ Es verdad, ronca, no he dicho nada que no sea cierto –puso cara
de buena chica.
E_ Pasa a ver si tú consigues que se deje de meter conmigo.
Ca_ ¡Pero mira quién tenemos aquí!, a la niña de mis ojos -apareció
Carmen con su gran sonrisa.
M_ Hola Carmen –le sonrió.

550 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Me voy a duchar porque sois demasiadas contra mí –dijo
quejándose aunque al girarse le guiñó un ojo a Carmen y le sonrió.
Ca_ ¿Qué tal estás mi amor? –la besó en la frente sentándose en el
lugar que Teresa le había dejado.
T_ Yo te lo diré –apuntó la mujer con gesto serio-. Borde, muy
borde con Esther.
Ca_ ¿Ah si? –la miró divertida.
M_ Qué va, que Teresa defiende a Esther en todo, pero está vez no
tiene razón, te lo digo yo –le sonrió y cuando vio que Teresa se iba
haciendo ademanes divertidos le dijo-. Estoy mejor Carmen...
aunque aún sigo sin poder controlar mis sentimientos, ni mis
emociones.
Ca_ Tranquila, a mí me costó un poco ¿eh?, pero un día de pronto
me di cuenta que estaban ahí.
M_ ¿Y cómo? –la miró atentamente.
Ca_ Mi marido me sacaba todos los días a pasear, el pobre –sonrió
tocándole Maca el brazo con gesto tierno al pensar en él-. Un día vi
una flor que florecía, era primavera, era preciosa y le dije a Fermín
que parara, él que siempre hace lo que yo digo, así lo hizo, y allí
estuve observando la flor y sintiendo cosas, entonces le dije que me
besara, conseguir un beso de mi marido es algo así como que te
toque el gordo en la lotería de Navidad –ambas sonrieron-, y cuando
me besó, le dije te quiero...
M_ ¿Y ya?
Ca_ Bueno, él lloró lo suyo, yo lloré lo mío, pero entonces al mirarlo
me di cuenta que había envejecido, que su rostro tenía marcadas
arrugas de sufrimiento por mí, supe que había pasado un infierno y
aquel sentimiento de pena hacia él, me hizo superar las trabas que
me iban llegando.
M_ Espero eso me pase a mí.
Ca_ Claro que sí, tienes algo muy grande Maca –ella la miró
sabiendo lo que iba a decir y aunque trató de poner el gesto más

551 ”Adiós Esther” © by ldana


serio posible no pudo evitar que una línea fina de sus labios creara
una mueca de sonrisa-. A Esther y a tu hijo, y Esther tiene algo muy
grande también, a ti y a tu hijo.
M_ Pero no me entiende –quiso buscar una salida para calmar los
latidos de su corazón.
Ca_ Claro que te entiende... ¿le has mirado a los ojos? –ella negó
con la cabeza sin despegar sus labios-. Hazlo.
En_ Buenos días Carmen, ya te echaba yo de menos.
Ca_ Y yo a este pequeñín... –lo tomó pues se lanzó a su cuello-. Ven
con tu abuela Carmen.
En_ Maca hija que vamos a desayunar.
M_ No tengo hambre.
En_ Pues sin hambre, vamos –se acercó a ella y la ayudó a
levantarse-. ¿Y mi hija?
M_ En la ducha.
En_ Últimamente no sale de ella –le dijo en voz baja consiguiendo
arrancar una carcajada divertida a Maca-. Venga Teresa.
T_ Vaya contigo sonríe, a mí me hostiga –le dijo mirándola mientras
entrecerraba los ojos en señal de fastidio.
En_ No te metas con Maca...
M_ Gracias suegra –le dejó un beso en la mejilla.
En_ Vaya...
E_ ¡Ya estoy aquí!
M_ Anda siéntate a mi lado, que me tienes muy abandonada ¡y eso
que todas me dicen que estás pendiente de mí!, ¡y un jamón!
E_ Me encanta que reniegues –le susurró pasando de largo de su
lado-. Teresa ponte a su lado anda que sé tienes ganas de estar
cerquita suya.
T_ Si, si, si –sonrió ampliamente dando palmaditas con sus manos y
al sentarse la abrazó y le dio un tremendo beso ante la sonrisa de

552 ”Adiós Esther” © by ldana


todas y el gesto molesto aunque encantada al fin y al cabo de Maca-
. Si es que es la niña de mis ojos aunque diga que no.
M_ Teresa ¡suéltame joder!... –protestó y después miró ofendida a
Esther.
R_ ¿Qué más falta?
M_ Dios mío mi madre trabajando –dijo poniéndose las manos en la
frente.
R_ Buenos días Macarena –le contestó sonriente.
M_ No me llames Macarena.
R_ Pues deja de meterte conmigo Macarena –extendió el nombre y
lo puntualizó mientras le hizo un gesto gracioso que dejó sin habla a
Maca-. Voy a por el café.
E_ ¡Toma! –le dijo Esther que se había sentado en frente.
M_ ¿Toma qué?
E_ Nada, toma –elevó sus hombros divertida.
T_ Chicas haya paz –les dijo mientras repartía las servilletas-.
Carmen me tienes que dar la receta de esta confitura, está deliciosa.
M_ Ya se ve, estás más gorda –le soltó mirándola de arriba abajo.
T_ Mejor, así mi marido tiene más donde tocar.
E_ ¡Toma y toma! –sonrió ampliamente acompañada por Teresa y
Carmen.
M_ Idiota –le espetó sin pensarlo dos veces y entonces imitándola
repitió-. Toma y toma no sabe decir otra cosa la niña.
E_ Guapa.
T_ Esto me recuerda a cuando mis hijos eran pequeños, ¡Dios mío!,
que manera de hacer el tonto.
E_ ¡Teresa pero qué dices mujer! –sonreía divertida.
M_ Tú estás muy graciosa hoy ¿no? –le dijo mirándola con esos ojos
repletos de fuego que podían derretir el Polo Norte.

553 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Me encanta que te metas conmigo –le guiñó un ojo y Maca le
sacó la lengua.
T_ Lo que yo diga... –insistió Teresa.
R_ Vamos Encarna ya está todo, vamos a disfrutar de este desayuno
tan apetitoso.
En_ Maca cariño... ¿quieres que te ponga mantequilla en el pan?,
mira que pinta tiene hecho a la leña por Carmen.
M_ Vale... porque mi mujer se ha ido de mi lado, pasa de mí –la
miró entrecerrando los ojos.
En_ Tu mujer tiene mucho rostro.
E_ ¡Mamá!
Todas sonrieron... y allí se quedaron contando Carmen
como hacía la confitura, y las demás dando diversas opiniones,
Esther seguía atentamente las explicaciones, pero de repente notó
como una miga de pan le golpeó la punta de su nariz, dirigió
directamente la mirada hacia Maca que miraba disimuladamente a
Carmen. Negó con la cabeza y prefirió no decir nada, así que volvió
a mirar a la mujer que estaba encantada con el pequeño en brazos
contando recetas, veía el interés de todas y lo explicaba con una
gran sonrisa y esos colores rojos pasión dando un colorido
encantador a sus mejillas regordetas. De pronto Esther notó otro
golpe de una miga pero esta vez en la frente, dirigió con rapidez sus
ojos a Maca, pero está parecía no haber roto un plato, ante la
mirada intensa de los ojos de Esther, no tuvo más remedio que
mirarla, y entonces le mandó un beso al aire poniéndole eso
morritos tan característicos suyos que hacían que los nervios de su
mujer se dispararan, Esther le negó con un movimiento suave de su
cabeza y ojos fieros, pero ella lo único que le devolvió fue un gesto
tan excitante, que Esther cerró los ojos al ver como pasaba
lentamente su lengua por el labio inferior mientras elevaba sus
cejas, porque sintió el escalofrío del deseo más salvaje en su
cuerpo. Aquel tira y afloja fue captado por Teresa que le dio un
suave golpecito a Maca para que se estuviera quieta. Y cuando la

554 ”Adiós Esther” © by ldana


conversación fue al otro extremo de la mesa, donde Rosario
comenzó a explicarles una receta que su tata le hacia, todas
volvieron sus caras hacia ella, pues entonces fue cuando Teresa
notó como en su pelo se enganchaba un trozo de miga de pan, sus
ojos se clavaron en su flequillo, desde donde colgaba aquel pedazo
que le había lanzado Maca, la mujer la miró fijamente y ella le
sonrió. Esther no pudo reprimir una sonrisa, porque las dos mujeres
estaban muy graciosas Teresa con su miga sin quitarla de allí, y
Maca tratando de no sonreír, mientras Rosario hablaba y Encarna
vigilaba a las dos mujeres y la miga de pan colgada del flequillo de
Teresa con gesto totalmente perplejo.
R_ La verdad que... –se calló Rosario al ver el pelo de la mujer.
T_ Si hija, ¿llevo algo verdad? –le preguntó seria.
R_ Pues... si...
T_ Ha debido caer del cielo.
En_ ¿Y no te la vas a quitar?
Carmen daba carcajadas con aquella risa contagiosa que llenó cada
rincón del comedor y hasta por el movimiento de sus pechos,
parecía que Daniel estaba encantado y sonreía y gritaba al mismo
tiempo agitando los brazos.
T_ No, sigue Rosario sigue.
R_ Es que si te miro no puedo hablar –sonreía tratando de ser
comedida.
En_ Anda Maca hija estate quieta –le dijo sonriente.
M_ ¿Y por qué tengo que ser yo?
T_ Porque estás tú muy juguetona bonita –Esther no pudo aguantar
más y acompañó con una carcajada divertida la de Carmen y su
hijo.
M_ Pues yo no he sido, ha sido Esther, no ves como se ríe.
E_ Que no Teresa que no –decía sonriendo como todas que se
habían contagiado y la miraban expectantes-. Te prometo que no,

555 ”Adiós Esther” © by ldana


que mira yo también tengo la mía, mira ves –le enseñó un trozo de
pan y al instante se lo echó a Maca que se quejo-. Donde las dan las
toman guapa.
M_ ¡Eres asquerosa!
R_ Maca hija por Dios, no hables así –Rosario era la única que podía
controlar su risa y fue la única que pudo reñirla.
M_ Hablo como quiero, y ahora Esther quiero ducharme.
E_ ¡Ay por favor que me duele la barriga! -entonces sin pensarlo
dos veces, le echó el vaso de agua a la cara con el grito de todas y
el de la propia Esther-. ¡Pero bueno!
M_ Ahora ríete de verdad –le dijo seria cruzando sus brazos con
enfado.
E_ Pues mira guapa, hoy te va a duchar tu madre –se secaba con la
servilleta la cara aunque seguía sonriendo.
R_ Si será mejor... vamos Maca hija yo te ayudo.
M_ No hace falta.
E_ Entonces si no hace falta, ¿para qué quieres que vaya yo?, ¡eh! –
la miraba seria.
M_ Está me la cobro –le susurró mientras las mujeres se reían y ella
con gesto desafiante terminó diciéndole-. Te lo juro, que me la
pagas.
Se fue con su madre hasta la habitación, mientras Teresa se quitaba
la miga de pan y Esther dejaba la servilleta sobre la mesa una vez
se había secado la cara, Carmen trataba de tranquilizar su risa y
Encarna estalló nuevamente en una carcajada al ver la cara de
Teresa mientras se retocaba el flequillo.
E_ Está de una puñetería.
T_ Dímelo a mí bonita, que la he tenido que aguantar desde que se
ha levantado, una tras otras, todas seguiditas.
En_ Pero si está graciosísima –se estaba recuperando de la risa con
un poco de tos.

556 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Lo cierto es que sí, y te digo una cosa Encarna, no me gustaría
nada estar en el pellejo de Rosario ahora –sonrió.
T_ Quita, quita, lo que le va a dar de ducha.
E_ Pero que malas sois, estoy segura que se portara bien, si fuera
yo, sería diferente –se levantó cogiendo dos tazas y llevándoselas a
la cocina.
Ca_ Parece que están más tranquilas –murmuró al verla entrar en la
cocina.
En_ Poco a poco.
Ca_ ¿No le ha vuelto a dar ningún brote más, verdad?
En_ No.
T_ Pues te aseguro Encarna, que Cruz venía dispuesta a llevársela.
En_ Bueno... lo que ocurrió era algo inimaginable para nosotras
pero según Esther, era posible que pasara dado el estado en el que
se encuentra –la mirada de Teresa le alertó y desvió sus ojos.
T_ Voy a ayudar a Esther.
Ca_ Y yo sintiéndolo mucho, tendré que dejar a esta criatura que
me tiene loca, pero mi Fermín está un poco celoso. Hay que ver...
tan mayor y tan niño a la vez –sonrió.
En_ Ese hombre te quiere mucho –le dijo sonriendo.
T_ ¿Quién quiere a quién? –no pudo evitar preguntarle.
Ca_ Mi hombre a mí –contestó orgullosa.
E_ Tu hombre ¿qué?
En_ Caray pareces la réplica de Teresa hija, las dos salís y
preguntáis lo mismo –dijo riéndose.
E_ Que mala eres mamá, por eso te llevas tan bien con Maca.
R_ Pues... yo creo que ya –apareció Rosario con toda la cabeza
mojada y el rimel corrido por la mejilla.
T_ ¿Tú vienes de duchar a tu hija, o de una guerra?

557 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Más bien de una guerra –decía tratando de arreglarse el pelo-. Y
me lo ha hecho a posta ¿eh?
En_ Ni lo intentes Rosario, ese pelo ya no vuelve por hoy a su sitio.
Todas se miraron y rompieron en unas risas que desde
hacía cuatro meses no se habían escuchado, sin saber ninguna la
realidad, todas parecían más tranquilas, más relajadas, con una
esperanza cada día mayor porque Maca volviera a ser como antes.
M_ ¡Vaya qué divertidas estáis! –apareció con gesto serio y mirada
desafiante hacia Esther.
T_ Uy ya llegó la cascarrabias.
M_ Te he oído Teresa –desvió su mirada repleta de enojo hasta ella.
T_ No si no me escondo yo, ¿eh?, te lo digo a la carita esa tan bella
que tienes, cascarrabias.
Ca_ Bueno... me voy antes que me dé un ataque de risa –sonrió-.
Toma Maca, a ver si duermes a esta criatura divina. Siéntate y te lo
dejo.
M_ No, no quiero... voy a esperar fuera a Esther.
E_ ¿A mí? –la miró poniendo gesto serio, nuevamente aparecía la
Maca rebelde con ese desprecio a su hijo.
M_ Si, me prometiste que hoy nos íbamos a un lugar mágico.
T_ Pues más te vale que te la lleves... así nos dejará tranquilas
preparar la comida.
R_ Va a ser lo mejor –susurró Rosario mientras se limpiaba la cara.
M_ Me voy fuera, no quiero seguir escuchando más impertinencias,
y me voy, porque os debo respeto y no os puedo mandar a la
mierda, porque sino, os mandaba.
E_ Maca, espera –se apresuró a ir hasta ella y detenerla en la
puerta-. Hace frío.
M_ ¿Y?, ¿acaso te importa que me constipe?

558 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Sí, anda ven que te ponga el plumífero que traje –le sonrió
mientras le ponía una manga, en el movimiento Maca rozó su pecho
y Esther sonrió tímidamente, al pasar la otra manga, lo que rozó fue
su entrepierna provocando en Esther un tímido salto-. Maca que te
van a ver.
M_ Si estuvieran en sus casas, no verían nada. Te espero, te doy
cinco minutos.
E_ ¡Qué marimandona te estás volviendo! –le dijo mientras Maca
con la muleta salía fuera-. Ya voy. Bueno... creo que es mejor que
me vaya, desde que le dije del lago ese Carmen, se le ha vuelto una
obsesión.
Ca_ Es una maravilla, de jovencitos mi marido y yo nos perdíamos
allí –sonrió pícaramente mientras le guiñaba un ojo a Esther.
E_ Entendido –le devolvió el guiño-. Voy a preparar algo, no vaya a
querer bañarse.
R_ A ver si se va a constipar Esther.
Ca_ No aquello es lo más sano que hay, es un paraje único que le
da un encanto especial, seguro que lo vais a disfrutar.
E_ No te vayas Carmen, nosotras te llevamos.
Ca_ De acuerdo.
R_ Voy a acostar al niño en la cama, creo que se nos ha dormido
pero bien.
Ca_ Si es que con mi delantera, ¡quién se resiste!
Todas volvieron a reírse.

Mientras hablaban dentro, Maca se había sentado en el


balancín, allí a su lado tumbado estaba el gato, aquel misterioso
animal que siempre aparecía cuando más se le necesitaba, ella lo
acariciaba con una sonrisa en sus labios, la mirada perdida en un
horizonte único sintiendo como su corazón latía fuertemente de
amor. Solo quería un día más, solo uno, ya tenía todo preparado en

559 ”Adiós Esther” © by ldana


su mente, ya estaba todo dispuesto para poder hacer aquello que
tanto quería. Al pensarlo, se acurrucó en su plumífero sintiendo el
estremecimiento en su piel que le provocaba el amor.
E_ ¡Ya estoy! –apareció Esther con una mochila.
M_ Más vale tarde que nunca.
E_ Vamos, ¡Carmen!
Ca_ Ya voy... ya.
M_ ¿Viene Carmen? –le preguntó bajito en su oído provocando en
Esther el roce de su aliento un torrente en su sangre.
E_ No, vamos a dejarla en su casa. ¿Algún inconveniente? –la miró
a los ojos mostrándose un tanto molesta.
M_ Ninguno.
Ca_ ¿Nos vamos?
Las tres se subieron al coche que Fermín les había dejado
por si surgía alguna necesidad.
En casa se habían quedado las tres mujeres con el pequeño,
Rosario había decidido tratar de arreglar su aspecto, y en el
comedor se quedaron Encarna y Teresa, vigilando al pequeño que
finalmente lo habían acostado allí con ellas. Estuvieron hablando un
rato hasta que Teresa le dijo bajando la voz a Encarna.
T_ ¿Desde cuándo está Maca recuperada, Encarna?
En_ Ya me extrañaba a mí que tú no te dieras cuenta –sonrió y
Teresa admitió el cometario sonriendo también.

Por un camino estrecho, repleto de arboleda y monte bajo


iban caminando Esther y Maca, Esther había tratado de coger la
mano de su mujer, pero ésta la había rechazado, caminaban en
silencio compartiendo una visión maravillosa.
E_ Es precioso Carmen tenía razón.
M_ Si –sonrió.

560 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¿Qué tal estás?
M_ Un poco cansada.
E_ Ya llegamos.
M_ ¿Tú has venido antes? –Esther sonrió dando muestras que sí.
Entonces se detuvo en seco mirándola furiosa-. ¿Con quién?
E_ Con los niños del pueblo –sonrió aupándose de puntillas para
dejarle un beso fino en los labios-. Ellos me contaron el secreto.
M_ Ya.
E_ ¿Ya qué?
M_ ¿A saber con quién has estado aquí? –continuó caminando.
E_ Piensa lo que quieras, les dije que quería sorprenderte y los críos
me hablaron de este lugar.
M_ ¡Joder! –murmuró al llegar a una explanada cubierta de hojas
caídas de los árboles que rodeaban aquella especie de lago-. Que
preciosidad.
E_ Ves como no te miento –se acercó por detrás rodeándole con sus
brazos por la cintura-. Un lugar precioso para una mujer preciosa.
Maca sonrió ante el comentario y suspiró, sentir a Esther así
tan cerca y abrazándola le causaba una sensación vertiginosa que le
obligaba a respirar profundamente.
M_ ¿Y qué se supone que vamos a hacer aquí? –se separó
bruscamente.
E_ Lo que quieras, he traído comida por si te apetece que nos
quedemos aquí un rato, también he traído una toalla... y... ¡anda se
me ha olvidado la toalla en el coche!
M_ ¡Qué raro! –murmuró jactándose.
E_ ¿Te burlas?
M_ Por mí no hace falta que vayas a buscarla, no me pienso meter
ahí.

561 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Pues yo sí, así que voy a dejarte un momento aquí, mira, este
tronco está bien para que te sientes –se había acercado a un tronco
en forma de asiento que había a unos pocos metros del lago-. Venga
Maca, voy y vengo en un pis pas.
M_ ¿Me vas a dejar aquí sola? –la miraba con desdén.
E_ No pasa nada, aquí no hay nadie... ¿tienes miedo?, ¿eh? –se le
acercó sonriente.
M_ No... no juegues con fuego... no te quemes.
E_ Si ese fuego es tuyo... me encantaría quemarme –susurró
acercando su nariz a la de Maca.
M_ En mí no hay más que brasas –se acercó a su vez más.
E_ Yo sé como avivarlas, cariño.
M_ Yo no estaría tan segura –fue a besarla para Esther se retiró
dejándola de una pieza.
E_ Ya vuelvo, no te muevas –dio una carcajada y salió corriendo.
M_ Me vuelve loca... ¡me vuelve loca! –susurró encantada.
Esther llegó al coche y allí no estaba la toalla, pero le dio
igual ella se mostraba feliz porque Maca aunque con lagunas parecía
volver a la normalidad y aquello era lo que había estado esperando
tanto, sonrió al pensar en la bronca que le iba dar Maca por
olvidarse la toalla, iba caminando de vuelta al lago cuando vio una
flor silvestre, era preciosa, se detuvo para cortarla y llevársela de
regalo a Maca, quería sorprenderla, iba con una sonrisa cuando llegó
al lugar donde la había dejado, al llegar... la sonrisa se evaporó...
Maca no estaba allí donde la había dejado, dio una vuelta sobre si
misma, dio una vuelta sobres sus talones completa y no la vio.
E_ ¡Maca, Maca! –la llamó nerviosa-. ¡Maca si te has escondido ya
vale!, ¡Maca! –insistió pero no obtuvo respuesta y desesperada con
un gesto de pánico en su rostro gritó-. ¡Maca!
Mientras en casa, Encarna y Teresa tenían una conversación
que a las dos desconcertaba por igual.

562 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Ella me pidió dos días, se está acabando el primero, no sé que
tiene en esa cabeza, tampoco sé lo que va a hacer, me tiene un
poco preocupada si te digo la verdad –hablaba con gesto serio y voz
profunda.
T_ Imagino que nada malo, aunque a mí eso también me
desconcierta. ¿Pero sabes una cosa Encarna?, todo se ha superado
ya, y en eso debemos tener la esperanza que sea lo que sea que
trate de hacer Maca, será algo bueno... no hay más que ver como
mira a Esther.
En_ Eso quiero pensar –cruzó sus brazos sobre el pecho.
T_ Lo que no entiendo muy bien es que Esther no se percate.
En_ Tiene miedo, se ha hecho demasiadas veces ilusiones, sabe lo
que duele volver a darse cuenta que nada más es eso... una ilusión.
T_ Yo creo que Maca va a darle a Esther todo cuanto ha perdido
durante este tiempo, todo cuanto ella le ha entregado, que es
mucho amor Encarna. Estoy convencida –le sonrió contenta.
En_ Si, sería una lastima la verdad, que volvieran a sufrir.
T_ ¿Lo dices por ese Pablo?
En_ Lo digo por todo en general, no sé si hoy estoy baja de moral,
no sé si el ver el final a este túnel me ha hecho bajar mi defensa y
notar mi cansancio, mis miedos... pero no puedo hacer otra cosa,
¿verdad Teresa?
T_ Verdad, nosotras siempre estaremos ahí para cuando nos
necesiten –entonces se detuvo pensativa, Encarna la miraba
atentamente con una sonrisa dibujada en sus labios-. Que mala
leche tiene Maca, ¡eh!, lo de la miga de pan me lo ha hecho de
todas, todas –sonrió.
En_ Si, graciosa está, desde luego –dio una carcajada.
T_ ¿Se habrá podido arreglar el pelo Rosario? –sonrió por lo bajo.
En_ Le va costar lo suyo.

563 ”Adiós Esther” © by ldana


Envuelta en angustia se encontraba Esther, no cesaba de
buscar con la mirada por todo el lugar, mientras la llamaba a voz en
grito.
E_ ¡Maca joder dónde estás!, ¡Maca!
M_ ¿Se puede saber por qué gritas tanto?
Su voz llegaba desde sus espaldas, atónita miró al lago y allí
estaba metida en él, ella le sonrió de manera provocativa, Esther
suspiró profundamente al verla, pero no quiso que se saliera
vencedora después del susto que le había dado.
E_ Maca te has pasado ¿eh? –su voz era firme y su dedo la acusaba
de manera directa señalándola.
M_ Te dije que me lo cobraría.
E_ Te has pasado y mucho.
M_ Vamos no te enfades y ven… está calentita –sonreía.
E_ Sal, vamos no hay toalla.
M_ ¡Joder si es qué no sé como me fió de ti!
E_ Haz el favor de salir –al acercarse vio que tenía la ropa allí por lo
tanto estaba desnuda y aquello le hizo enfadarse más todavía-.
¡Maca cómo estás ahí desnuda!, ¡sal!
M_ ¡Qué pesadita, déjame tranquila, anda! –nadaba de un lado a
otro de manera provocativa, le enseñaba su trasero desnudo y lo
escondía sonriente.
E_ Maca haz el favor de salir inmediatamente.
M_ Ven a por mí.
E_ De ninguna de las maneras, me estás hartando –Maca la miraba
divertida-, ¡es lo último el susto que me has dado no tiene perdón!
M_ ¿No me vas a perdonar? –su rostro reflejó un puchero mimoso-.
Seguro que estabas encantada de haberme perdido de vista.
E_ No he oído nada –alzó los brazos.
M_ Claro que lo has oído, ven, vamos, valiente.

564 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Ya saldrás cuando te dé la gana, te espero aquí –se sentó sobre
una piedra cruzando sus brazos sobre el pecho en actitud enfadada.
M_ Pues ya puedes esperar, porque no pienso salir hasta que tú
vengas.
E_ Ya te cansarás, yo dentro de media hora me voy a casa, si
quieres quedarte ahí te quedas, paso –dejó de mirarla.
M_ ¿No te gustaría hacer aquí el amor?
E_ ¡Maca! –la riñó-, ¿sabes que a este sitio viene mucha gente?
M_ ¿Y qué?, mejor... así tenemos público.
E_ ¡Dios que cansina! –exclamó resoplando.
M_ Tú te lo pierdes –le sacó la lengua y se puso a nadar.
E_ No te vayas para dentro Maca, no estás en condiciones de nadar,
¡Maca!
M_ Olvídate de mí –le gritó mientras nadaba.
E_ No si ya veras... me va a tocar ir por ella... ¡qué cabezota es! –
murmuró preocupada.

En el comedor las dos mujeres seguían hablando, a ellas se les


había unido una Rosario que parecía tener un gesto de preocupación
que alertó a las mujeres.
En_ ¿Y por qué no le dices que no quieres irte?
R_ No es tan fácil Encarna, tenemos muchos compromisos en Jerez,
además están mis otros hijos... y también Pedro no sabe estar
mucho tiempo sin mí.
T_ ¡Hombres! –protestó Teresa.
R_ El mío es el típico marido de antes, no sabe ir a ningún sitio sin
mí, si he venido a Madrid alguna vez a ver a Maca ha sido a
escondidas suya, he tenido que ir y volver en el mismo día.
En_ ¡Qué triste por Dios!

565 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Pues sí, la verdad que estar aquí para mí también ha sido una
cura, será el paisaje, el lugar o vuestra ayuda –murmuró sonriente
mientras suspiraba.
En_ Pienso que este lugar es un poco mágico para todas, nos hemos
confesado, nos hemos apoyado y escuchado, creo que hemos
encontrado respuesta y lo más importante esperanza entre nosotras
cuando alguna la perdía.
T_ Eso es verdad, hemos compartido un dolor increíble, pero
también una esperanza yo creo que eso une más que cualquier
cosa.
R_ Yo nunca había hablado de esto con nadie, mis amigas, bueno...
ya sabéis.
T_ No, cuenta, cuenta –se incorporó hasta el borde del sofá
sonriente con sus ojos abiertos.
En_ ¡Teresa! –le riñó seria aunque reprimiendo una sonrisa.
T_ ¡Ay hija que hay de malo en saber como son las amigas ricas de
Rosario!
En_ No tienes arreglo ¿eh? –las tres sonrieron.
R_ En fin... creo que me duele irme porque estaba logrando que mi
hija me aceptara, a pesar de sus palabras o sus actos –las dos
mujeres se miraron entre ellas porque los ojos de Rosario se habían
ensombrecido de pena-. Nunca he estado tan cerca del corazón de
mi hija.
En_ Lo estarás siempre Rosario.
R_ No lo sé –elevó sus hombros apenada.
T_ ¿Tú no te has dado cuenta de nada?
R_ No... ¿qué ha pasado? –les preguntó un tanto confusa.

El lago no era demasiado grande, pero su forma le daba cierta


facilidad para cruzarlo a lo ancho con unas cuantas brazadas, Esther
sabía que Maca no estaba para hacer aquello, sus nervios se iban

566 ”Adiós Esther” © by ldana


desatando según la veía alejarse, casi intuitivamente se fue
quitando las botas, los calcetines y el anorak, sus ojos le escocían
de tanto fijar la mirada en el horizonte, persiguiendo la cabeza de su
mujer y los brazos que iban como aspas de molino girando
alternativamente, sabía que Maca cuando estaba bien, era una
excelente nadadora, pero también era consciente que sus
condiciones no eran las más indicadas para aquella locura. De
repente sus ojos perdieron de vista los brazos, y la cabeza de Maca,
se había hundido, con el corazón en un puño se lanzó sin pensarlo
braceando mientras miraba pero sin encontrarla, no estaba tan lejos
pero su miedo y el saber que estaba sola para sacarla le estaban
agobiando tanto que se sentía sin fuerzas suficientes para llegar
hasta ella, se detuvo más o menos donde la había visto por última
vez, allí no habían señales de Maca su corazón se detuvo por un
segundo.

La hora de la comida estaba llegando, las mujeres decidieron


contarle a Rosario todo cuanto había acontecido con Maca, ella las
escuchaba tan atónita como pensativa, Encarna le había hecho
prometer que no diría nada tal y como ella quería.
R_ ¿Entonces su comportamiento?... no la entiendo.
En_ Es muy sencillo, ella no quería que Esther pudiera apreciar el
más mínimo cambio, creo que lleva desde el golpe actuando, lo que
no sé es para que.
R_ ¿Pero...? –la miró con miedo y prudentemente se calló.
En_ No, no le pegó siendo consciente.
T_ Me imagino que los doctores dirían, algo así como, fue tan
grande el impacto de saber lo que hizo, o en ese mismo momento
se desató su furia para bien, volvió en sí de golpe... nunca mejor
dicho.
En_ Es verdad... algo así... –confirmó Encarna mirando a Rosario
con un tanto de pena.

567 ”Adiós Esther” © by ldana


R_ Dios mío –murmuro.
En_ Vamos Rosario, creo que el fin de esta pesadilla ya ha llegado,
ahora solo tenemos que esperar a ver como evoluciona Maca y a ver
que hace.
R_ Por un lado me voy más tranquila...
En_ Por eso te lo hemos contado.
R_ Pero por el otro... me da miedo que haga daño a Esther en su
intento de no se muy bien que...
T_ Reconquistarla –confirmó mirando a las dos mujeres.
En_ A que mala hora le dije nada...
T_ Ya veréis como todo marcha bien, dejarlas a ver que pasa...
En_ ¿Cuándo viene Pedro?
R_ A mitad tarde... –suspiró cansada.
T_ ¿Vendrán a comer esta parejita?
En_ Pues vete tú a saber... son imprevisibles –sonrió.

La angustia de Esther se apoderado brutalmente de ella, los ojos se


le estaban llenando de agua y no precisamente de la que le
rodeaba, estaba a punto de llorar no sabía hacia donde ir, y
bastante hacia con estar a flote. Justo entre tanta desesperación al
girarse salió de bajo del agua dando un salto y el consiguiente susto
Maca, que al ver el gesto de Esther se moría de risa.
E_ No me hace ninguna gracia, ¿sabes?
M_ A mí sí –sonreía mientras con sus piernas daba impulso para
mantenerse a flote-. Pensabas que te habías librado de mí.
E_ Pensaba que te había pasado algo, pero ya veo, soy imbécil, por
seguirte el juego –se dispuso a nadar hacia la orilla del lago.
M_ ¿Adónde vas? –le preguntó molesta al ver que se iba.
E_ Haz lo que te dé la gana Maca, de verdad, lo que quieras –se
había detenido para girarse y hablarle, cuando volvió a comenzar a
568 ”Adiós Esther” © by ldana
nadar sintió como las manos de Maca tiraban de su pie haciéndola
hundirse en el agua, al salir escupió de su boca un chorro de agua y
tosió mientras Maca la atraía hacia si-. Déjame ¡joder!, casi me
ahogas.
M_ No voy a dejarte –la apretó contra su cuerpo mirándola con
ardiente pasión.
E_ Suéltame –le decía entre tos mientras hacia pie y trataba de
zafarse de los brazos de una Maca que se moría por tenerla-. Si a ti
te ha hecho gracia esta situación, a mí ninguna, ¿te enteras?,
¡suéltame! –le dijo empezando a llorar mientras en su barbilla se
dibujaban pucheros continuados ante su sofoco.
M_ Esther –la miró aturdida por esas lagrimas. Sin poderlo evitar la
fuerza que la atraía hasta su cuerpo fue cediendo-. No quería que te
pusieras así.
E_ ¿Y cómo quieres qué me ponga? –le gritó repleta en su llanto.
M_ Mi amor, lo siento –le dijo débilmente.
E_ No, no lo sientes y ¡quita las manos hostias! –le espetó furiosa.
Volvió a toser y entonces notó como los ojos de Maca la miraban
intensamente-. No tiene ninguna gracia.
M_ Te estás comportando como una niña consentida.
E_ ¿De qué vas Maca?, ¿no me has hecho bastante daño, ya?
M_ No quiero hacerte daño.
E_ Bonita manera tienes de comportarte para no hacerme daño.
Se quedaron mirando, el agua cubría hasta los hombros de
Maca, pero con su movimiento dejaba que sus pechos asomaran a
mitad camino, Esther por su parte notaba como su ropa se había
ceñido completamente a su cuerpo, ambas parecían estar
estudiándose, poco a poco Esther se tranquilizó, había explotado en
un ataque de rabia por el comportamiento de Maca, allí en el lago,
con el sonido de la naturaleza como acompañamiento, allí donde el
verde se mezclaba de una manera salvaje, con el agua caliente el
vaho las rodeaba dándoles un aspecto de película, y esos ojos,

569 ”Adiós Esther” © by ldana


escrutándose unos a otros, vigilantes, apasionados, hablaban tanto
en el silencio de sus gargantas, con la música de fondo del piar de
los pájaros, que de un solo gesto, de un solo movimiento acabaron
fundidas en un beso largo y apasionado, juntaron sus cuerpos, sus
bocas, sus lenguas y hasta sus almas. Se besaron de manera
enardecida, las yemas de sus dedos ya arrugadas por el contacto
del agua, marcaron un camino igual, la espalda de la otra, al
principio de manera suave para terminar de manera salvaje
marcándose en la piel, fueron una durante el tiempo que duró aquel
beso, aquel deseo, pero Maca no quería llegar, sabía lo que quería y
debía cortar aquella pasión desmesurada que era tan real que los
poros de su piel parecían llamar a gritos a Esther.
M_ Para –le dijo separándose bruscamente.
E_ ¿Por qué? –su voz aún era jadeante por el deseo.
M_ Nos pueden ver –de igual manera habló entre jadeos, entre
suspiros recortados, repletos de pasión sin mirarla a la cara.
E_ Maca –seguía desconcertada.
M_ Vamos, tengo frío –dio dos brazadas y cuando estaba alejándose
de Esther sintió una mano en su tobillo y lo que minutos antes le
había hecho a ella, la llevó bajo del agua de la misma manera por la
fuerza de su mujer-. ¡Pero!
E_ Así se te irá el frío –le dijo entre dientes mirándola cabreada.
M_ Estás loca –comenzó a toser y se acercó a ella con su expresión
repleta de malestar-. Te vas a enterar, guapa, ¡te vas a enterar!
E_ ¡Ay! –no le dio tiempo a más porque Maca la empujó dentro del
agua con su mano aflojó a los dos segundos puesta en jarras
sonriente por su trastada-. Eres... eres...
M_ Ni se te ocurra Es... –ya fue demasiado tarde porque Esther
había actuado de igual manera al salir tosió y Esther sonriente se
marchó victoriosa hacia la orilla.
E_ Donde las dan las toman.
M_ Te odio –le gritó enfurecida.

570 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Te amo –le respondió tierna.
M_ Mentirosa –le respondió-. Dame la ropa.
E_ No, tendrás que cogerla tú misma.
M_ Esther –le habló con tono de advertencia.
E_ Si estás bien para unas cosas, para otras también –se puso en
jarras aunque el frío calaba en sus huesos.
M_ Eres una inconsciente –le decía agachada en el lago muerta de
frío.
E_ ¿Yo?, no bonita, aquí la única inconsciente eres tú por meterte en
el lago, así que sal.
M_ Voy a coger una pulmonía por tu culpa, ¡mala mujer! –le gritó
mientras. le echaba agua.
E_ Que graciosa estás, venga sal –le decía muerta de risa.
M_ Lo que quieres es verme desnuda.
E_ Pues sí también, pero tranquila, no te tocaré.
M_ Acércame la toalla al menos.
E_ Te he dicho que no hay toalla, yo también estoy muerta de frío
hasta que la buena señora le dé la gana salir –se quejó
amargamente mirándola con devoción.
M_ ¡Eres un desastre!, ¡no sé por qué me case contigo!
E_ Porque estás loca por mí.
M_ Estaré loca, pero no por ti, eso te lo aseguro.
E_ ¡Quieres salir!
M_ Date la vuelta.
E_ Va déjate de tonterías...
M_ Que no, que o te das la vuelta, o me quedo aquí, al fin y al cabo,
yo estoy calentita –le sonrió levantando su ceja derecha.
E_ Que cabrona eres, ¡de verdad en cuánto estés bien, me voy a un
balneario!

571 ”Adiós Esther” © by ldana


Le habló dándose la vuelta sin mirarla, estaba muerta de frío
temblando, le castañeaban los dientes y no quiso demorar más,
prefirió perder esa batalla a constiparse de verdad. Guardaba
silencio, escuchaba el chapotear de los pies de Maca, cuando dejó
de oírlos pensó que estaría vistiéndose ya.
E_ Bueno... creo que será mejor que te ayude y podamos irnos.
M_ Creo que no –Maca le susurró al oído con su voz sedosa,
produciendo en Esther un susto y descontrol de todas sus
emociones. Entonces con ese mismo tono bajo y amoroso continuó-.
Me apetece mucho estar contigo.
E_ En el coche... ¿recuerdas lo bien que lo pasábamos en el coche?
–la miró con actitud provocativa mientras trataba de rozar su piel y
Maca se acercó más para facilitar sus movimientos-. ¿Vamos?
M_ ¿Así desnuda quieres que vaya? –entonces detuvo su mano y se
la llevó a la boca besándola suavemente.
E_ Maca no me hagas esto.
M_ Te haré otra cosa si lo deseas... –se acercó directamente a su
cuello dejándole un beso tan suave que le produjo un
estremecimiento general.
E_ Venga vístete y vamos al coche, al final vas a constiparte.
La ayudó a vestirse en silencio, Maca seguía con su plan, sabía
que en el lago se había comportado como una niña, y su lucha por
controlarse era tan difícil y dura, que no sabía si podría resistir.
Pasearon por el mismo camino de ida cogidas de la mano en
silencio, pero era necesario, lo sabía por eso se detuvo soltándose
de la mano de Esther y diciéndole:
M_ ¿Qué te dio Luna, que no te diera yo?
Los ojos de Esther se abrieron como platos, su mirada se clavó
en aquellos ojos de su mujer que parecían estar juzgándola, prefirió
omitir la respuesta y marcharse al coche, allí espero con gesto serio
a que Maca entrara, una vez se sentó arrancó y salió derrapando
hasta la casa.

572 ”Adiós Esther” © by ldana


Llegaron a casa con el más pesado de los silencios y cuando
detuvo el coche, Maca le tomó de la mano y le susurró.
M_ Lo siento, no quería molestarte.
E_ No me molestas Maca... solo me clavas un puñal en el corazón y
además me lo remueves una vez dentro... pero tranquila... ya me
estoy acostumbrando.
M_ Solo quiero saber qué me quieres.
E_ Pues deberías saberlo sin hacer preguntas idiotas –la miró
fijamente en los ojos.
M_ Vale, ahora me llamas idiota, antes cabrona ¿qué más?
E_ Mira Maca, podría llamarte muchas cosas, pero me las callo...
cuando estés bien y tengas todas tus emociones en orden y todos
tus pensamientos bien claros, te diré lo que pienso, solo entonces.
M_ Dímelo ahora.
E_ No.
M_ ¿Quieres dejarme, es eso? –le dolió preguntarlo pero el mismo
puñal que había movido la herida en el corazón de Esther, se clavó
en ese instante en el suyo.
E_ Nunca te dejaré, jamás porque te quiero demasiado para dejarte.
Esther salió del coche dejando a una Maca pensativa, no podía
dar marcha atrás, no podía ni quería perder más tiempo, necesitaba
la ayuda de Encarna, el miedo se había apoderado de ella, de igual
modo que el deseo.
Al entrar las tres mujeres que estaban comiendo se quedaron
de una pieza, primero lo hizo Esther mojada de pies a cabeza,
después lo hizo Maca de igual manera. Ambas en silencio.
En_ ¿Pero que llueve y no nos hemos enterado? –preguntó Encarna
asomando su cabeza en dirección a la ventana.
E_ No mamá, ¡anda cariño explícales que ha pasado! –le dijo con
sorna.
573 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Que Esther se olvido las toallas –dijo con seriedad.
E_ Eso, ahora la culpa mía.
M_ Si las hubieras cogido, ahora estaríamos en perfecto estado –se
acercó hasta su oído y con una sonrisa cínica le murmuró-. Mojadas,
pero en otro... sentido.
E_ Voy a cambiarme –después de un suspiro se fue a su habitación.
M_ Ya vuelvo –salió detrás de ella.
R_ ¿Vosotras estáis seguras que está recuperada? –las miró con un
tanto de incertidumbre Rosario.
Sin pensarlo Esther había entrado a la ducha, seguía temblando y
necesitaba agua caliente, estaba pensativa con todo cuanto había
sucedido en el lago, lo que para ella iba a ser un día inolvidable, se
convirtió en una tortura más. Entonces unos pies descalzos entraron
en la ducha, y un cuerpo desnudo se apegó al suyo... y una voz
sedosa, tierna y repleta de deseo le susurró.
M_ Me muero por ti.
E_ Ya he acabado.
Esther se giró con cuidado, apartándose de aquellas manos que
la acariciaban llevándola a la gloria, de aquellos brazos que la
habían rodeado como si fueran dos lazos cubiertos de rosas, fuertes
y pasionales, de aquel cuerpo que al rozarlo provocaba en ella la
sensación de total dependencia, pero sobre todo... se apartó de
aquel susurró, de aquella voz tan aterciopelada, tan apasionada y al
mismo tiempo tan repleta de ternura que le hacía volverse loca
perdiendo el control de sus actos, se apartó sin mirar aquellos ojos
que le cautivaban, que le hechizaban de manera sublime. Y si se
apartó fue porque estaba dolida, y si se apartó fue porque la amaba
tanto que ante una sola caricia poco le importaría tener el corazón
roto. Maca era su vida, era el centro de su Universo... pero
necesitaba a la Maca de siempre... no podía soportar aquella
situación donde el juego se había vuelto un peligroso ir y venir de

574 ”Adiós Esther” © by ldana


sentimientos y emociones que si a Maca no le hacían daño, a ella, la
destrozaban.
Al quedarse sola bajo el chorro de la ducha salpicando su
cuerpo notó como se había quedado paralizada ante el gesto de
Esther, no esperaba aquella reacción y tuvo que apoyar sus manos
sobre los vaporosos ladrillos de la pared tratando de calmar el golpe
sufrido y necesitando pensar.

Por su parte, Esther no quiso demorarse para vestirse, no


quería que Maca saliera y siguiera con su tortura o lo más seguro un
reproche duro y cruel por su parte, sabía que no lo podría soportar.
Salió directamente hasta donde Daniel dormía, lo besó, lo acarició y
finalmente se incorporó para tomar dirección hasta la mesa donde
su madre le había preparado el plato de cocido. Justo cuando se
separaba de su hijo, salió Maca de la habitación, tuvo que esforzarse
para reprimir las ganas de hacer lo mismo que acababa de hacer
Esther. Todas la miraban expectantes como queriendo saber cual iba
a ser su actuación, y ahora que las tres mujeres sabían la verdad,
como iba a solucionar el momento de decirle a Esther la realidad,
ellas también eran conscientes que si tardaba mucho, la respuesta
de su mujer podría ser de reproche. Llegó en silencio y con una
ligera cojera hasta la mesa donde en silencio la esperaban todas
incluida Esther que se había sentado en la otra parte lejos de su
alcance. Las caras serias y expectantes demostraban la tensión que
existía, Esther había optado por no levantar la vista del plato, no
quería ver aquella mirada que sentía clavada en su piel.
Maca tomó asiento mirando fijamente a Esther que había vuelto a
esquivarla, sentándose lejos y dejándola a ella entre su madre y
Teresa. De la cocina salía Encarna que llevaba en sus manos el plato
de cocido y llegaba con el gesto impaciente dado su propio
desconcierto por el comportamiento de Maca, le dejó el play y le
dijo:
En_ Más vale que empieces pronto, está calentito y te hará bien –le
dejó un beso en el pelo.
575 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Gracias Encarna, eres un encanto, que lastima que Esther se
parezca tan poco a ti.
R_ ¿Quieres que te ponga a parte una taza de caldo? –intervino
Rosario con agilidad tratando de evitar una discusión.
M_ No.
R_ ¿Esther cariño quieres un caldito? –giró su cabeza buscando a su
nuera que miraba fijamente el plato.
E_ No gracias –contestó sin levantar la vista.
M_ ¿Cariño? –miró a su madre extrañada elevando la ceja derecha.
T_ ¡Y digo yo!, ¿cómo se os ocurre bañaros en este tiempo por muy
termal que sea?
M_ Lo malo no ha sido bañarnos Teresa, lo malo ha sido que,
Esther, -pronunció con más énfasis su nombre-, se ha olvidado las
toallas.
T_ No, perdona bonita, toda la culpa no es de Esther –le dijo con
firmeza.
M_ ¿Ah, no?, ¡claro qué vas a decir tú!, ¡qué puedo esperar de su
amiguita del alma! –la miraba retándola con dureza.
T_ Oye guapa, que tú a mí no me intimidas ¿eh?, ¡haberse visto!
¿Vamos a ver, y tú para qué estás? –la miraba intensamente con
gesto serio.
M_ Vaya... ahora resulta que yo tengo que estar en los detalles
también.
T_ Por supuesto, Esther ha estado mucho tiempo bajo presión y...
M_ Y yo estoy enferma... necesito que me cuiden, no cuidar yo.
En_ Bueno... dejarlo ya o se te va a enfriar el arroz Maca.
M_ Si no fuera una cabeza hueca.
T_ ¡Esther hija dile algo! –Esther ni se inmutó. Mientras Teresa
insistía-. ¡Esther!.
E_ Dime –le contestó distraída.

576 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Defiéndete mujer, Maca se está metiendo contigo.
M_ Estoy diciendo la verdad –entonces Esther estornudó-. Ves,
además se metió vestida en el agua, y seguro se ha constipado y
ahora me lo contagiará a mí, lo veo venir...
R_ Maca ya está bien de arremeter contra Esther por favor, ¿cómo
quieres qué se metiera, si le has dado un susto de muerte?
M_ ¡Vaya así que hasta mi propia madre se cambia de bando! –le
dijo con sorna sin descuidarse ni un momento de Esther que parecía
en otro mundo-. Desnuda mamá... desnuda como lo hice yo.
R_ ¡Pero...! -la miraba estupefacta-... Maca.
M_ ¿Maca qué? –sonrió.
T_ Pues que sigues con esa empanada mental en la que estás,
porque solo a ti se te ocurre algo así.
M_ ¡Oye ya vale, eh! –les protestó.
T_ Esther anda...
E_ Que no Teresa… que no… ¡qué paso de contestarle!, ¡me tiene
más que harta!
Sus palabras salieron lentas pero precisas, todas incluida Maca
se quedaron mirándola, después de aquellas palabras concisas
hicieron que Encarna clavara sus ojos en su nuera en forma de
advertencia elevando una ceja. Ella desvió la mirada porque el juego
se le estaba yendo de las manos y se percató en ese preciso
momento. Entonces miró a Esther y le dijo:
M_ Si yo fuera tú, también estaría harta de mí.
E_ Por primera vez en casi cinco meses que llevas enferma, has
dicho algo coherente.
M_ Tampoco te pases –levantó un poco la cuchara al aire.
R_ ¿Quieres un poco más, hija?
M_ No, mamá –la miró enfadada-, no me interrumpas estoy
hablando con mi mujer.

577 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Maca hija, deja de hablar y come.
M_ Será lo que digo porque lo que hago te vuelve loca –omitió a
Encarna.
E_ ¡Maca ya está bien! –la miró enfurecida y bajando el tono
crispado le sugirió-. Haz el favor.
M_ ¿El favor de qué?
T_ Que no seas desagradable mujer –se levantó retirando su plato
tal y como hizo Rosario.
M_ ¿Desde cuándo querer tener intimidad con tu mujer es
desagradable?, ¿o qué Teresa, cuándo te dijeron que los niños no
los traía cigüeña también te asustaste?
T_ No –se detuvo antes de entrar a la cocina, se giró y le dijo con
gesto divertido pero a la vez serio-. Lo comprobé.
Maca no pudo aguantarse y dio una tremenda carcajada,
Esther quería evitar que notara su sonrisa divertida y se tapó con la
servilleta mientras Rosario bebía apurada agua, y Encarna se
apoyaba sobre los codos en la mesa mirando a la pareja y
diciéndoles cuando se fue Teresa.
En_ Si continuáis así, Teresa se va a pervertir, os lo advierto –
Esther volvió a estornudar-. Jesús hija, Jesús.
Acto seguido se levantó y fue a reunirse con las mujeres en la
cocina, allí cuchicheaban bajito Rosario y Teresa pensando que
podía entrar Esther.
T_ Menos mal eres tú.
En_ Si.
R_ Encarna lo siento, pero estoy decidida a decirle la verdad a
Esther.
En_ Pero... no entiendo –la miraba desconcertada.
R_ No puedo consentir que siga tratándola así –decía nerviosa
mientras juntaba sus manos sobre los labios.
T_ Rosario lleva razón Encarna, yo creo que...
578 ”Adiós Esther” © by ldana
En_ Maca nos ha pedido dos días, le falta otro, ¿qué más le puede
hacer a Esther?, provocarla como lo está haciendo... seguro que
sabe lo que está haciendo, ella conoce mejor que ninguna de
nosotras a mi hija.
R_ Encarna no sé como puedes verlo con tanta tranquilidad.
En_ No, si no lo veo con tranquilidad, pero dime una cosa, si le dices
a Esther que Maca lleva unos días recuperada, ¿crees que a mi hija
le va a hacer gracia?, ¿lo aceptara con alegría?, no, lo más probable
es que avivemos un fuego de reproches que está calmado.
R_ ¿Y no se va a enfadar de la misma manera cuándo se lo diga
Maca? –la miraba un tanto temerosa.
En_ No lo sé, Maca quiere hacerlo a su forma... por un día más...
mejor no entrometernos
T_ Pensándolo bien... si decidimos hablar con Esther igual se lo
puede tomar fatal, vamos seguro ¿eh?, se lo reprochara y
tendremos otra crisis que ninguna de las tres podremos soportar.
R_ ¡Pero me parece tan injusto!
En_ Conociendo a Maca, mi hija tendrá su recompensa... tu hija la
adora, la cuida, la quiere con locura, la necesita y ahora sabe lo que
sufrió cuando la perdió por aquella mentira, no creo que ninguna de
las dos merezca que ninguna de nosotras decida por ellas, Luna y
Begoña lo hicieron una vez, y mira las consecuencias. Tendremos un
poco más de paciencia y aguantaremos el tipo como lo hemos hecho
hasta ahora –se mostraba segura al hablar alternando su mirada en
los ojos de una y otra que la escuchaban atentamente.
R_ Está bien... está bien... aunque Maca me está haciendo sufrir con
este trato ¿eh?
T_ En parte creo que está vengándose un poco por como se
comportó Esther antes del accidente, ella lo recuerda todo, eso no lo
podemos olvidar.
En_ Mirar, mañana imagino que Maca le dirá la verdad, entonces
todas nos quedaremos tranquilas.

579 ”Adiós Esther” © by ldana


Fuera, ambas comían en silencio, ninguna decía nada hasta
que Maca se levantó, Esther sin poderlo evitar notó como la tensión
erguía su cuerpo, había terminado con el plato de cocido y se estaba
pelando una manzana. Despacio Maca se sentó a su lado y con un
susurró le dijo:
M_ Mírame.
E_ ¿Ahora qué quieres? –le preguntó con tono cansado.
M_ Sólo quiero que me mires.
Con gesto abatido giró su cabeza hasta fijar sus ojos en los de
Maca, se miraron sin decirse nada, Maca la miraba intensamente
entendiendo las palabras de Carmen, en el rostro de Esther, habían
señales del sufrimiento vivido, en sus ojos aparecía una sombra que
nublaba aquella mirada alegre que siempre la acompañaba, y que
desde un principio la conquistó. No quiso evitar sentir todo lo que su
corazón estaba sintiendo, ese dolor era el que había vivido Esther
durante toda su recuperación, quiso sentirlo porque de aquella
manera nació en ella una necesidad que no trató de evitar, abrazó a
una más que sorprendida Esther a su cuerpo, la abrazó en silencio
sin mencionar palabra alguna, porque no la necesitaba se conocían
tan bien que ambas sabían que en aquel abrazo había una
demostración de amor eterno. Mientras Maca iba sintiendo sus
latidos golpeando alteradamente el pecho, Esther sintió cosquillas en
su alma, aquellos brazos de Maca la estaban estrechando por
primera vez en ese tiempo, con amor. No quiso romper el encanto
con alguna pregunta que se le venía a la cabeza, no quiso hacerse
ilusión alguna, tan solo se refugió, se dejó llevar y con aquel abrazo
recuperó el sentimiento de dependencia total con ella.
Se separó Maca, la miró y le dejó un beso tan fino en los labios
que le hizo cosquillas. La miró a los ojos y le susurró:
M_ No quiero que me dejes nunca... por mucho que pueda
merecérmelo.
E_ Maca yo...

580 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No digas nada... –le tapó la boca con sus dedos rozando sus
labios y provocando que Esther cerrara los ojos entregada a ella-.
No digas nada mi amor.
Unos golpes en la puerta rompieron la magia que en aquel momento
estaban compartiendo, Maca se quejó amargamente
M_ Es que nunca vamos a poder estar tranquilas, ¡joder!
E_ Paciencia –le dijo sonriente mientras se levantaba para abrir.
En_ ¿Han llamado?
M_ Sí –se giró para ver donde estaba Esther y le dijo-. Necesito
hablar contigo.
En_ Claro... yo creo que mejor un buen zumo Maca... te sentara
bien –cambió el tema al ver entrar a Carmen sonriente.
Ca_ ¡Maca hija!, ¿qué, cómo vas reina? –la besó con un fuerte
abrazo que la hizo cerrar los ojos por el ímpetu de aquella mujer-.
¡Ay mi niña!
M_ Aquí estamos Carmen, tratando de comer un poco –sonrió
cuando la soltó.
Ca_ Encarna ¿cómo vamos amiga mía?
En_ Bien hija bien, estamos preparando café, ¿cuento contigo,
verdad?
Ca_ Ya sabes que sí –le sonrió y miró a Maca mientras Encarna se
quedaba allí de pie.
M_ Pues nos fue muy bien… bueno… a mí a Esther no tanto.
Ca_ ¿Y eso? –sonrió.
E_ No le hagas mucho caso Carmen, la verdad que es un lugar
precioso, mágico –se sentó junto a ella.
Ca_ Si, es el rincón más maravilloso que tenemos, el secreto mejor
guardado.
M_ Me gusta, te da una sensación de tranquilidad, ¿verdad Esther?
E_ Sí –sonrió.

581 ”Adiós Esther” © by ldana


Encarna se había sentado frente a ellas, sabía que Maca no le
había dicho nada porque había demandado su ayuda, ¿entonces?;
se preguntó, minutos antes se habían retado, habían discutido y
hasta se habían hecho daño con sus comentarios, ¿qué estaba
pasando?, no podía evitar mirarlas con un gesto de curiosidad, tanto
fue así que Maca la miró fijamente y con un gesto de sus ojos y
cejas, le mostró un toque de aviso para que no fuera a meter la
pata.
En_ Voy a por el café.
E_ ¿Y qué tal Fermín, Carmen?, hace días que no lo veo.
Ca_ Está un poco pachucho, ya sabes… -la mujer borró su sonrisa y
la pareja se dio cuenta que estaba preocupada.
E_ ¿Qué le pasa?
Ca_ Dentro de tres días es el cumpleaños de mi hijo, siempre por
estas fechas le da el bajón… el nunca lo admite como buen macho…
pero tiene nostalgia de su varón.
M_ ¿Y él no viene nunca? –esa pregunta sorprendió a Esther que la
miró pensativa.
Ca_ No cariño… yo he… he pensado… bueno…
E_ Venga Carmen dinos que has pensado –se incorporó sobre la
mesa demostrando interés a una Carmen que se puso colorada.
Ca_ Me gustaría mostraros una fotografía de mi hijo, quizá… no sé
lo conozcáis.
E_ Claro ya sabes que en lo que podamos ayudarte tienes nuestra
colaboración, además… con lo pija que es Maca y las peluquerías
que se ha recorrido, seguro lo conoce.
M_ ¿Yo pija? –la miró fijamente.
E_ Sí mi amor.
M_ Se salva Carmen porque me lo ha dicho con cariño… ese mi
amor no me da fuerzas para contradecirle.

582 ”Adiós Esther” © by ldana


Las tres sonrieron, y mientras Carmen les enseñaba la
fotografía, Encarna hablaba en la cocina con sus dos amigas y
compañeras de fatigas.
En_ Por favor te lo pido Teresa no provoques ahora a ninguna…
parece que en nuestra ausencia han debido darse una tregua.
R_ ¿Le ha dicho la verdad? –le preguntó un tanto esperanzada.
En_ No, pero algo ha debido ocurrir, la mirada de Maca me ha dado
a entender que no le ha dicho nada.
T_ Vamos, vamos –decía nerviosa Teresa pero encantada ante el
giro de la situación.
En_ ¡Teresa por favor, eh!
T_ Qué si mujer… no te preocupes con las ganas que tengo yo de
que todo se solucione por Dios…
R_ Encarna… -la llamó antes de salir.
En_ Dime Rosario.
R_ Quería decirte que… bueno… no sé como agradecerte todo
cuanto haces tanto por mí como por mi hija –sus palabras salieron
emocionadas desde su corazón, mostrando ese lado que ella misma
desconocía, su lado tierno y sincero.
En_ No me las des Rosario, no he hecho nada especial, eso sí, -le
tomó la mano con actitud cariñosa-. No dejes que nadie tape tus
sentimientos reales… nadie.
R_ Gracias –se fundieron en un abrazo sincero.
T_ ¡Pero bueno venís o que! –apareció protestando Teresa.
En_ Ya vamos, ya vamos… ¡cuánta paciencia Dios, cuánta paciencia!
–murmuró sonriente.

Esther tenía en sus manos la fotografía del hijo de Carmen, lo


miraba pensativa y luego se la entregó a Maca.
E_ Es guapo ¿eh?

583 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ No es porque sea mi hijo pero… si… es clavadito a su padre
cuando era joven.
E_ No me suena su cara, ¿esa es la peluquería?
Ca_ Sí, la suya o al menos eso nos dijo –Maca miraba la foto con
esmero y eso llamó la atención de Carmen que le preguntó
iluminándose sus ojos con la máxima esperanza-. ¿Lo conoces?
M_ No recuerdo bien… la verdad.
E_ ¿Podríamos hablar con nuestro peluquero, cariño? –todas
intercambiaron sus miradas porque Esther se había acercado hasta
ella para contemplar la foto, rozándose sin obtener ninguna muestra
de rechazo-. A mí no me suena desde luego.
En_ A ver, espera que no tengo las gafas.
T_ Toma las mías.
En_ Gracias –cogió la fotografía contemplándola detenidamente.
E_ Mamá tú no lo vas a conocer, que tú no has cambiado de
peluquera en veinte años, siempre estás con la Juani –todas
sonrieron.
En_ ¡Qué simpática eres!
M_ Di que sí Encarna… con la gente que tú conoces y que tenga que
meterse contigo… desde luego Esther.
E_ Muy graciosas –sonrió haciéndole burla a su mujer que la miraba
asintiendo con la cabeza y gesto burlón.
T_ Dame, dame yo quiero verlo –Encarna le devolvió las gafas a un
Teresa emocionada por la actitud de la pareja, se las puso y miró
con detenimiento la fotografía-. ¡Caray que guapo es!
Ca_ Si –sonrió orgullosa.
T_ Es clavado a tu marido.
Ca_ ¿Verdad?
En_ Sí, sí, es igualito.
R_ Nosotros tenemos un amigo que es detective.

584 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Es cierto Carmen… mis padres son muy importantes, ¿verdad?
R_ Sí hija.
M_ ¿Es el mismo que me siguió a mí?
E_ ¿A ti te siguió un detective? –la miró atónita.
M_ Sí, no recuerdo porque, pero sí recuerdo que mis propios padres
me vigilaban, ¿verdad mamá?
R_ Tu memoria parece volver a trabajar ¿eh? –la miró
insistentemente.
E_ ¿Y por qué Rosario? –omitió con un gran descaro el comentario
de Rosario, Encarna se dio cuenta perfectamente y miró a Maca que
tragó saliva un tanto nerviosa.
R_ Cuando dejó a Fernando y nos dijo bueno… nos contó la verdad,
mi marido quiso saber con quien iba y que hacía.
M_ Ya ves… así son de comprensivos… ves Carmen como no fuisteis
los únicos en equivocaros… mis propios padres me vigilaban –elevó
sus cejas simpáticamente mientras la mujer sonreía.
R_ Hija lo hicimos por tu bien.
M_ Venga ya mamá.
Mientras ellas hablaban, Teresa continuaba mirando fijamente
la fotografía, pensativa y guardando silencio.
E_ Oye Maca porque no te acuestas, después de tu intensa mañana
en el lago debes estar cansada.
M_ Si vienes tú, me acuesto.
E_ Yo no tengo ganas de dormir… prefiero quedarme aquí y le doy la
merienda a Daniel.
M_ Como tú quieras –se mostró enfadada y herida por ese
comentario.
E_ Te acompaño.
M_ No hace falta.
E_ Claro que hace falta, venga no protestes.
585 ”Adiós Esther” © by ldana
Ca_ Bueno… al menos lo he intentado –les sorprendió murmurando
Carmen, en su voz aparecía la máxima tristeza.
R_ De verdad te lo digo Carmen, mi marido va a venir ahora… le
comentaremos el caso y te ayudaremos, es lo menos que podemos
hacer para agradecerte tu ayuda con nuestras hijas.
En_ La verdad que es una lastima… pero estoy segura Carmen que
entre todas lo encontremos, formamos un gran equipo –trató de
animarla.
Ca_ Dios te oiga.
En_ Me oirá –le frotó el brazo con calor demostrándole cariño y
apoyo.
T_ Toma Carmen.
Ca_ Tú tampoco –afirmó.
T_ Lo siento –le puso gesto de pena.
Ca_ ¿Y qué ha pasado qué nuestras hijas están tan calmadas?
T_ Lo desconocemos… pero al menos nos dan una tregua porque de
lo contrario acabaran con nosotras –sonrió.
En_ Y que lo digas.

En la habitación, mientras Maca había ido a lavarse los dientes,


Esther le preparaba la cama, no quería pensar… no quería darle
vueltas a un pensamiento que se acurrucaba en su corazón, pero
que poco a poco iba desperezándose y haciéndose un poco más
grande. Cuando la vio salir, quiso centrarse en aquellos ojos que en
aquel momento la estaban esquivando.
M_ Ya no te necesito, ya puedes irte con el niño –apareció una Maca
ofendida.
E_ Maca.
M_ ¿Maca?, ya no soy cariño, ni mi amor –nuevo reproche.
E_ Claro que lo eres –se acercó a ella para besarla.

586 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Ahora no, estoy cansada –volvió a rechazar su beso colocándose
dentro de la cama mientras Esther le sujetaba la sábana.
E_ Bueno pues descansa… en un par de horas te llamo.
M_ No, déjame dormir todo cuanto pueda…
E_ Está bien –la tapó con cuidado, sonriéndole, temblando
nuevamente y con ternura le entregó un beso fino en la frente-.
Descansa.
M_ ¡Esther! –la llamó cuando se iba. Esther se giró-. Acuéstate
conmigo por favor…
E_ Mejor no… necesitas descansar.
M_ Lo que necesito es un abrazo.
E_ Descansa –sonrió.
M_ ¿Me estás rechazando?
E_ No, pero conozco está situación y donde nos va a llevar…
descansa. ¡Hostia!
Se quejó cuando iba a salir, y es que un almohadón había
impactado en su trasero asustándola más que otra cosa, Maca la
miraba ofendida, y aquella mirada aún la volvía más loca, sin
pensarlo cerró la puerta, se dirigió hasta ella que le advertía con el
dedo en alto que no se acercara y omitiendo cualquier palabra o
gesto, se lanzó sobre ella, tomándole por los brazos, subiendo a
horcajadas sobre su vientre y con expresión de enfado le dijo:
E_ No vuelvas a hacerlo o te juro que te pongo el culo colorado.
M_ ¡Suéltame! –trataba de zafarse de ella.
E_ Te lo advierto Maca, ¡ya está bien! –entonces con intensidad
bebió sus labios, fue un beso intenso como en el lago, al principio no
correspondido, pero era imposible resistirse y al final se convirtió en
un beso entregado a partes iguales. Cuando se separaron sus
respiraciones jadeaban por igual entonces le dijo-. Me encanta
besarte así.
M_ ¡Suéltame o grito!

587 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Claro que te voy a soltar… pero cuando yo quiera –volvió a
besarla y Maca mientras la besaba trataba de escapar de su lengua,
de sus labios húmedos y fieros que parecían una planta carnívora
devorando su boca-. Así es como me gusta que me beses.
M_ ¡Suéltame! –la miraba cada vez más enfurecida aunque por
dentro estaba encantada con aquella actitud pasional de Esther, sus
labios al igual que los de Esther habían tomado el color rojo de la
pasión.
E_ Si vuelves a echarme algo, te ataré a la cama y te haré mía sin
parar hasta que mueras de placer –le dijo con seriedad aunque no
pudo evitar que su tono fuera un tanto divertido.
M_ “ Si tengo que morir, me pido está posibilidad” –murmuró para
sí. Después le dijo en voz alta-. ¡Quítate ahora mismo, malvada!
E_ ¿Malvada yo?, no tesoro, no, malvada eres tú y todo cuanto me
haces… solo te demuestro que yo también sé jugar a tu juego.
M_ Esther… -no podía aguantar el deseo en su piel.
E_ ¿Qué? –le murmuró cerca de su boca mordiéndose el labio
llenándose de sus ojos.
M_ No voy a rendirme.
E_ Claro que lo harás –pasó su lengua suavemente por unos labios
que la llamaban a gritos por ser besados, mientras Maca no pudo
reprimir un pequeño gemido ya no solo por el beso de Esther,
también porque Esther se movía lentamente sobre ella, provocando
un éxtasis que no podía controlar. Esther volvió a susurrarle como
tanto le gustaba a Maca-. Sabes que no puedes resistirte a mis
caricias, ni a mis besos… ni a mí.
M_ ¡Mamá! –dio un grito que las mujeres se sobresaltaron en el
comedor.
E_ ¡Joder Maca! –protestó bajando de un salto de su cuerpo y
echando a correr sonriendo porque había cogido el otro almohadón.
Cerró la puerta y esperó. Volvió a abrirla, metió su cara en el hueco
le sacó la lengua y le dijo-. Malvada.

588 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Eres lo peor… -le gritó pero la puerta se había vuelto a cerrar, al
volverse a abrir lanzó la almohada golpeando directamente en la
cara de Teresa-. ¡Teresa!
T_ ¿A ti esto te parece normal? –se puso en jarras desafiándola con
la mirada.
M_ Pensé que era…
T_ ¡Pensé… pensé! –se quejó-. Sois como dos niñas a las que les
daría un buen azote en el trasero por tozudas.
M_ Anda sé buena y dame el almohadón –le decía poniendo gesto
de no haber roto un plato.
T_ ¿Yo? –le preguntó sorprendida.
M_ ¿Hay alguien más? –elevó su ceja derecha con gesto
provocativo.
T_ No desde luego… pero es que yo tampoco te voy a dar el
almohadón… lo has echado tú… pues ale guapa… levanta –se giró
para marcharse.
M_ ¡Teresa! –la mujer se detuvo-. Cierra la puerta y ven.
T_ Mandona. ¿Para qué?, mira que no me fío de ti.
M_ Por favor –le rogó.
T_ Si es que no me puedo resistir ¿eh? –cogió los almohadones y se
los llevó, ayudándole a colocarlos en su espalda-. ¿Así?
M_ Sí, siéntate –la mujer la obedeció y entonces, sin esperarlo
Teresa, Maca se abrazó a ella fuertemente-. Te quiero Teresa.
T_ ¿Qué? –se separó de ella mirándola a los ojos con los suyos.
emocionados-. ¿A qué viene esta escenita?
M_ Porque necesitaba decírtelo, te quiero mucho –volvió a abrazarla
y Teresa suspiró con su corazón repleto de emoción estrechándola
entre sus brazos-. Por todo cuanto haces… por lo que hiciste y por lo
que haces, te quiero por estar a nuestro lado, te quiero porque
cuando más sola estaba, te tuve a ti.
T_ Maca… -le dijo emocionada-… no sé que decirte… de verdad hija.
589 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ No me digas nada, deja que mi corazón hable porque lo
necesitaba.
T_ Todo volverá a ser como antes.
M_ No… no lo creo... ante el gesto un tanto preocupado de su
amiga, añadió-. Será mejor.
T_ Oye… tengo una cosa para ti… no te la he dado porque… no estoy
segura de que lo que haya dentro sea bueno.
M_ ¿Qué es? –sonrió porque sabía que Teresa se había percatado
que todo estaba normalizándose en su interior.
T_ Es una carta de Luna para ti –Maca asintió un tanto
desconcertada-. La trajo Cruz, me la dio a mí por si creía
conveniente entregártela. ¿La quieres?
M_ Sí, la abriré pasado mañana.
T_ Pasado mañana.
M_ Si –sonrió.
T_ Que alegría tenerte de vuelta otra vez.
M_ El almohadón no iba para ti ¿eh? –le sonrió con gracia.
T_ Ya lo sé… pero… Esther ha sufrido mucho hija.
M_ Lo sé –contrajo sus labios y suspiró profundamente-. Lo he visto
en sus ojos.
T_ No la castigues más.
M_ Te aseguro que no.
T_ Yo también te quiero Maca… de verdad…
M_ Eso también lo sé.
Volvieron a abrazarse, Teresa la besó en la frente, y la ayudó a
acostarse, al salir Esther la esperaba en el comedor un tanto
nerviosa por su tardanza, el pelo deshecho de Teresa decía bien a
las claras lo que había pasado.
T_ Como un cencerro, lo que yo te diga –le dijo ante la risa de las
demás al ver como trataba de arreglarse el pelo.
590 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ Si… está juguetona… pero la verdad la prefiero así que no como
antes… las pastillas le están haciendo bien.
En_ Anda Teresa ve y péinate que parece que el gato de fuera haya
dormido en tu cabeza .
R_ ¡Un coche!, debe ser Pedro. ¿Me acompañas Esther?
E_ Claro –se levantó sonriente.
Ca_ Ya era hora.
En_ ¿Ya era hora? –la miró un tanto desconcertada.
Ca_ Sí, ya era hora que Maca estuviera bien, ahora esperemos que
Esther dejé de taparse los ojos y mirar a otro lado.
En_ Pues sí Carmen, pero desde luego, ¡ya era hora! –sonrió.

En la cama, Maca seguía pensativa con su plan, sonriente


porque sabía que iba a sorprender a Esther y de eso se trataba,
sabía que ella sospechaba algo pero no se atrevía a admitirlo por
temor, y por su parte ya no podía soportar más aquella situación
donde sabía podía hacer daño a su mujer. Quiso en la soledad del
cuarto, recordar paso a paso todo cuanto había sucedido, los malos
momentos, el hospital, su sensación de perdida, se sentía como la
huella en la arena del mar, cuando la ola llegaba desaparecía ante
su paso, así había estado ella, tratando de aparecer pero siempre
sus emociones arrasaban con ella, dejándola sola y desprotegida.
Entonces pensó en Esther… quiso recordar todo cuanto había hecho,
podía hacerlo, podía ver su sonrisa en el hospital, su cabezonería
para que andara, para que leyera, para que comiera, “sí”, pensó,
“sin duda ella era la culpable de todo cuanto en ese momento estoy
sintiendo, era la culpable directa de volverla a hacer persona, de
darle vida”. Y entonces llegó a su mente el golpe, lo sintió como si
se lo hubieran dado a ella misma, pero había sido su mano quien
descargó contra el rostro de Esther, cerró los ojos porque sintió
vergüenza de si misma, mientras Esther le había dado todo el apoyo
posible, toda la fuerza posible, toda la esperanza real, ella le había

591 ”Adiós Esther” © by ldana


hecho sufrir. Pero en su mano estaba devolver todo cuanto había
recibido, y estaba dispuesta a ello. Vio como el gato blanco volvía a
subir a la ventana, lo vio fijar sus ojos en ella, aquel gato misterioso
siempre aparecía cuando se necesitaba, era como si presintiera su
miedo, parecía decirle, tranquila yo estoy contigo. Sonrió al animal y
vencida por el cansancio se durmió profundamente.

Cuando bajó Pedro del coche, vio a su mujer encaminarse a él,


era la misma pero le pareció diferente, su sonrisa era amplia y en
ese momento le recordó a la de Maca, siempre que veía a Maca
sonreír pensaba que era la sonrisa que su mujer había perdido a lo
largo de los años, y sin embargo, allí estaba de nuevo. Se abrazó a
él, sorprendiéndolo todavía más.
R_ ¿Has tenido buen viaje?
P_ Sí –la miraba un tanto desconcertado.
R_ ¿Qué pasa?
P_ Nada… nada…
E_ Hola Pedro, ¿qué tal el viaje? –no le besó como era costumbre.
P_ Bien, se me ha hecho eterno… pero bueno… ya estoy aquí.
E_ ¿Trae algo?
P_ Sí, una cartera está en el maletero.
E_ Vale…
R_ Deja Esther, ya la saco yo… acompaña a Pedro a casa.
E_ De acuerdo. ¿Vamos?
P_ Sí, vamos –miraba desconcertado a su mujer ante la sonrisa de
Esther-. ¿Le ha pasado algo?
E_ ¿A Rosario?
P_ Sí.
E_ Que yo sepa no, ¿por qué?
P_ La veo radiante –la miró un tanto sorprendido.
592 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ Pues mejor, ¿no? Venga que hace frío y un café viene bien ahora.
Entraron y se saludaron, tanta mujer junta provocaba en el
hombre cierto temor, sabía que aquellas mujeres habían cambiado
algo en la suya, pensó en Encarna, la miró y ésta le sonrió, cuando
se sentó a su lado, le dio un codazo suave y le dijo.
En_ ¿Está guapa, eh?, el campo es muy bueno para todo –le guiñó
un ojo y el hombre recibió el mensaje con una tímida sonrisa.
P_ ¿Y mi hija?
En_ Durmiendo, hoy no se ha portado demasiado bien que digamos.
P_ Vaya.
R_ Cariño… lo tengo todo preparado, ¿a qué hora quieres irte?
P_ Pues… no me gustaría que se nos hiciera de noche la verdad –le
contestó con un poco de duda.
R_ Vale.
P_ ¿Cómo está Maca, Esther?
E_ Pues últimamente un poco payasa, pero si quitamos ese lado yo
creo que está centrada y relajada, será cuestión de tiempo el que
vaya recuperando algo de lo perdido.
P_ ¿Te miró Cruz la mejilla? –le preguntó preocupado.
E_ Sí, es solo un golpe –le sonrió agradecida.
Ca_ Oye Esther tu hijo como que sabe que su abuelo está aquí,
¿eh?, mira como se levanta –dijo sonriendo.
E_ Si es que es el niño más inteligente del mundo ¡se parece tanto a
su madre! –todos percibieron en su tono orgulloso y repleto de amor
tanto hacia el niño como hacia Maca-. Vas a ver al abuelo ¿eh?
Tenga Pedro.
P_ ¡Cómo pesas ya canalla! –el niño puso sus manitas sobre la cara
del hombre que sonrió ampliamente-. Ven aquí con tu abuelo,
muchachote.

593 ”Adiós Esther” © by ldana


Durante una hora estuvieron allí hablando e intercambiando
historias personales, Carmen en un intento de ayudar a su marido,
le llamó para que se uniera a ellos, y al hacerlo, todas comprobaron
un tanto desconcertadas como su charla con Pedro se hacía ágil y
amena. La hora de despertar a Maca había llegado, sus padres se
iban y querían compartir con ella un rato más. Esther entró a la
habitación con cuidado, al hacerlo, fue como si allí todo fuera
diferente a los demás días, sin saber porque. Se detuvo a los pies de
la cama, Maca dormía relajadamente, el pelo lo llevaba retirado de
la cara, podía contemplarla con toda su belleza, y no solo ella,
parecía que el entorno le daba una tregua, allí, el cielo rojo del
atardecer cubría todo, era una visión única a la que se sentía
atrapada. Lentamente se acercó a Maca, tenía el cuello doblado
hacia la derecha dejando una parte provocativamente que pedía a
gritos ser complacida. Se agachó al lado de la cama sin tocarla,
después le dejó un suave beso pero ella no se inmutó, el segundo
beso fue un poco mas intenso, entonces Maca se giró y Esther le
habló con un susurro cálido.
E_ ¿Cómo está mi bella durmiente?
M_ Estaba en la gloria, pero claro, has tenido que joderme el sueño
–murmuró con voz gruesa por el sueño.
E_ Me encanta cuando te pones así –le volvió a susurrar de igual
modo
M_ ¿Qué quieres? –la miró sin mover un solo músculo como si
estuviera aguantando el reto de Esther que la miraba
provocativamente.
E_ Tu padre ha venido.
M_ Pues bien –volvió la cabeza para fijar su vista al techo.
E_ No seas borde mi vida.
M_ Borde y mi vida no conjugan. O soy una cosa o soy la otra –la
miró fijamente con sus ojos llenos de fuego.
E_ Pues tú eres tan especial, que lo eres todo.

594 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ ¿Todo?
E_ Como la canción, ¿te la canto?
M_ Ni se te ocurra.
E_ “Me haces sentir lo que nunca creí,
Lo eres todo, todo para mí
Mi principio y mi fin –le sonreía susurrándole
Mi norte y mi guía, mi perdición
Mi acierto y mi suerte, mi equivocación –le rozó con
suavidad la frente
Eres mi muerte y mi resurrección
Eres mi aliento y mi agonía
De noche y de día
Lo eres todo, para mí.
Dame tu sonrisa y tu calor –se acercó a ella bajando aún más
su tono
Dame la muerte y la vida
Tu frío y tu ardor, dame tu calma
Dame tu furor, dame tu oculto rencor –Maca sonreía tan
divertida como .
Lo eres todo, para mí emocionada.
Te lo pido por favor
Que me des tu compañía
De noche y de día
Lo eres todo, para mí”
M_ Que mal cantas –entonces Esther la besó suavemente-. Pero me
ha gustado.
E_ De eso se trataba... te quiero.

595 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Yo me sé otra... –Esther la miró sonriente haciendo una seña
para que comenzara a cantar.
“Susurraste un te quiero
desnudaste la luna
mil caricias y un beso
divisiones y sumas, que han llenado mi cabeza
de esta locura –su voz de seda estaba envolviendo a Esther
regálame tu amor
y enamórame la vida
ya conocí el dolor y el sufrir de otras heridas
crucemos este mar y alcancemos nuestra orilla
con el viento a favor
regálame tu amor –Esther le acarició con devoción la mejilla
que no es fácil vagar tanto tiempo a la deriva
toma mi corazón
llénalo de ternura y pasión”.
E_ Eso trato mi amor, de llevar nuestra barca a buen puerto, de
llenarte el corazón con todo mi amor.
M_ ¿Y lo has conseguido? –la miró alzando su ceja.
E_ Creo que sí.
M_ ¿Crees? –entonces la tomó por la camisa que llevaba y la acercó
hasta su boca deteniéndola a un milímetro-. Si no estás segura, será
que no lo has logrado.
E_ Estoy segura –trató de besarla pero Maca la frenó.
M_ Has dudado, ¿será por qué me engañaste?, ¿no me querías lo
suficiente?
E_ Tus heridas y el dolor, fue el mismo que el mío, todo por una
mentira.

596 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Más te vale –entonces volvió a acercarla hasta rozar sus labios.
E_ Me vuelves loca, pero me encanta tu juego –se fundieron en un
beso apasionado-. Maca tu padre espera.
M_ Que espere –volvió a acercarla como si fuera una muñeca de
trapo.
E_ No, venga –le sonrió apartándose definitivamente y dando un
soplo se arregló la camisa-. Vamos.
M_ No sé porque pero antepones todo a mí –le habló con tristeza.
E_ Eso no es verdad.
M_ Antes Daniel, ahora mi padre, ¿qué te pasa? –se levantó
enfadada-. No estás segura de quererme, ¿es eso?
E_ No digas tonterías, venga.
M_ Creo que cuando recupere del todo lo que me falta, no me va a
gustar.
E_ ¿Por qué dices eso ahora? –la miró seria.
M_ Puro presentimiento, tú me ocultas algo... lo sé... todo lo que
estás haciendo debe tener un sentido.
E_ Claro que lo tiene –se giró y antes de salir le dijo-. El sentido de
que te amo con locura, te espero fuera.
Sabía que se había marchado enfadada, sabía que su última
apuesta había sido arriesgada, pero su corazón latía tan fuerte por
lo que estaba a punto de ocurrir que con una sonrisa salió al
comedor. Allí estaba Esther sentada, otra vez su gesto serio hizo ver
que habían tenido una nueva discrepancia. Cuando Maca llegó y se
puso a hablar con su padre, ella disimuladamente se fue a la cocina,
allí salió al pequeño porche que había, tapada con una pequeña
manta que tenían expresamente para eso, rompió a llorar, notó
unas manos calientes que presionaban sus brazos con cariño, al
girarse pudo llorar en el pecho de Teresa, que la abrazaba con pena.
T_ Vamos Esther...
E_ Estoy al límite, igual parece que me quiere como que me odia.

597 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Esther... –se detuvo cuando fue a decirle la verdad.
E_ Lo sé... aún no sabe lo que dice.
T_ A lo mejor si lo sabe cuando te dice que te quiere.
E_ Me voy a volver loca –se retiraba las lagrimas-. Si dura mucho
no sé si voy a soportarlo.
T_ Estoy segura que lo vas a superar... ¡mira yo no aguanto!, te lo
tengo que decir no puedo verte sufrir, me parte el alma porque esto
no tiene ningún sentido, veras...
En_ ¿Qué pasa? –apareció de repente Encarna que estaba detrás de
la puerta vigilando a Teresa.
E_ Nada mamá, solo ha sido un pequeño bajón –se secaba la nariz
con la manga del suéter.
En_ Maca está preguntando donde estás. Anda ves. Y haz el favor
de coger un pañuelo y no ser guarra, desde pequeña, siempre la
misma manía.
E_ Lo siento mama –la besó y se fue.
En_ ¿Cómo habíamos quedado, Teresa? –la miraba duramente.
T_ Lo sé, lo sé… pero que quieres, no soporto verla llorar.
En_ Yo tampoco, pero no quiero provocar nada que complique la
situación, Maca nos ha pedido silencio, pues silencio.
T_ No entiendo como puede eludir la realidad.
En_ Porque no quiere sufrir más, porque ya no puede sufrir más,
tiene miedo y la comprendo.
T_ Esta Maca no sé a que está jugando… voy a hablar con ella.
En_ ¡Anda, anda déjate estar!, total ya queda menos, me gustara
ver la cara de mi hija cuando Maca le diga que está curada.
T_ A mí también, me imagino que hará una comida o algo, ¿no?
En_ Ni idea, me dijo antes que tiene que hablar conmigo… -elevó
sus hombros.

598 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Además tengo que contarte una cosa que me ha dado un vuelco
el corazón, que por poco se me cae al suelo… ahora… de esto ni
palabra.
En_ Hay algo que no cuadra –frunció el ceño.
T_ ¿El qué? –la miró sorprendida.
En_ Que tú me estés diciendo a mí que de esto ni palabra, no
cuadra, no cuadra.
T_ ¡Pero bueno! –se puso en jarras y acabaron sonriendo
alegremente.

En el comedor, Pedro estaba hablando con Maca, ella le estaba


contando unas historias que nada tenían que ver con la realidad, el
hombre ajeno a la verdad la miraba preocupado, mientras Esther le
daba el biberón al pequeño que parecía encantado en los brazos de
su madre.
Tanto Carmen como Fermín se habían marchado a su casa, Carmen
lo hizo más seria de lo habitual, su corazón había latido de manera
diferente tras pensar que alguna de aquella mujeres podía haber
visto a su hijo, Rosario le había dejado abierta una pequeña
esperanza, el detective, hacía muchos años que ella tenía en su
mente la posibilidad de contratar uno, pero nunca se atrevió porque
desconocía aquel mundo de la gran ciudad y sus gentes, para ella,
eran todos desconocidos, cuando iba para buscar a su hijo, le
asustaba aquella sociedad carnívora que no miraba por nadie más
que por uno mismo, al volver a su pueblo, sentía vida, sentía el
calor de la gente que en la ciudad era como el puro hielo. Fermín
que la conocía perfectamente sabía que aquella mujer tramaba algo,
y podía imaginar que… por primera vez no le dijo nada porque él
mismo necesitaba volver a ver a su hijo.
El matrimonio había decido marcharse también, pero antes, Rosario
hizo que Maca la acompañara hasta su cuarto con la excusa de
ayudarle.

599 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Estoy enferma, mamá.
R_ Venga hija, vamos –le dio la mano para ayudarle a levantarse.
M_ ¿Y tú no piensas decirle nada? –preguntó con tono áspero a
Esther.
E_ No.
M_ ¡Vale!
R_ Gracias Esther.
M_ Eso encima anímala.
R_ Venga vamos –la cogió del brazo llevándosela con una sonrisa
que turbó algo a Pedro.
En_ Que lastima que se tenga que ir –le dijo Encarna.
P_ Pues sí, pero… hay cosas que no se pueden dejar a un lado,
nosotros tenemos muchos compromisos y…
En_ Pero es vuestra hija –lo miró fijamente mientras Teresa asentía.
E_ Mamá –le llamó la atención con actitud seria.
En_ No Esther, hay cosas que no se pueden ni deben callar, sé que
me meto donde nadie me llama, pero tu hija es más importante que
todo cuanto puedas tener, tu mujer así lo ha entendido, y me
gustaría que tú pensaras en ello.
P_ Ya veo que el cambio que estoy notando en mi mujer, tiene un
sentido.
En_ No, simplemente nos hemos juntado cuatro madres, cuatro
mujeres con la sensibilidad rota, cuatro mujeres con una misión –
Esther la miraba y comprendía cuanto habían sufrido, ella
egoístamente pensaba en su propio dolor, pero allí se dio cuenta de
la magnitud del dolor de las demás y fue incapaz de hacer callar a
su madre-, ayudar a nuestras hijas a superar algo muy difícil,
hemos llorado, hemos reído, hemos pasado pánico, lo hemos
compartido todo y hemos abierto nuestros corazones porque era la
única manera de que no explotaran por el dolor. Entre estas cuatro
paredes hemos descubierto ese sentimiento que vosotros los

600 ”Adiós Esther” © by ldana


hombres no tenéis, el de madre, ese vínculo que nos une a ellas
desde que las parimos, no Pedro, el lugar de tu mujer está aquí
junto a su hija que es quien más la necesita ahora.
El silencio fue el siguiente protagonista cuando Encarna calló,
las palabras habían cubierto no solo el espacio del entorno, sino, el
espacio del corazón, Esther se había emocionado, entendía que en
las palabras de su madre, había un mensaje de ayuda no solo a
Rosario, también a ella misma, porque por primera vez desde que
estaba allí mostró flaqueza, mostró un requiebro en su voz, mostró
que su corazón había sufrido y es que el tiempo de aquel desazón
con Maca, había marcado para siempre una espina en sus
corazones. El hombre ante aquellas palabras no supo muy bien que
contestar, pensativo pareció asimilar todo cuanto aquella mujer que
desde un principio le produjo un total respeto, le había aconsejado.

Entre tanto, en la habitación Maca se había sentado junto a la


ventana de aquella habitación que compartían Rosario y Teresa,
miraba pensativa la belleza de aquellas montañas tan frondosas, tan
verdes, el atardecer que había compartido tantas veces en lugares
distintos con Esther, aquel pensamiento le llevo a recordar cada uno
de ellos, las sonrisas, los besos, los abrazos, las caricias, tuvo que
suspirar para poder controlar cada uno de los sentimientos que le
embargaban, volver a colocar todos en su sitio, que no era otro que
el corazón. Rosario la observaba con una sonrisa en sus labios, se
acercó sin que Maca se percatara pues seguía sumida en sus
recuerdos, se colocó tras ella compartiendo la misma visión,
después con ternura de madre la abrazó dejándole un beso sobre su
pelo que olía a azahar. Maca sintió por primera vez aquel abrazó
materno, que le hizo volver a su niñez.
R_ Es precioso ¿verdad?
M_ Sí –murmuró emocionada pero algo había cambiado en ella,
antes no dejaba que sus emociones fluyeran, pero en ese momento
necesitaba transmitirle a su madre que la necesitaba tanto como la
quería.
601 ”Adiós Esther” © by ldana
R_ Maca, sé que hemos perdido muchas oportunidades como madre
e hija –se sentó a su lado acariciándole con suma ternura el rostro,
retirándole alguna lagrima que demostraba su emoción, pero sus
ojos mostraban alegría y eso tranquilizó a Rosario dándole fuerzas
para continuar-. No he estado a tu altura, nunca he sido capaz de
aceptar que fueras lesbiana, ha sido para mí un dolor que me partía
el corazón.
M_ Lo sé.
R_ Nunca lo entendí porque te miraba con los ojos del egoísmo
propio, con los ojos del que dirán, sin darme cuenta, que mientras
yo me avergonzaba y separaba más y más de ti, te iba perdiendo, y
estando aquí me he dado cuenta de muchas cosas –puso su mano
en la barbilla, tenía un cierto temblor pero con la seguridad de una
madre aguantó aquella cara que mezclaba tristeza y alegría-. Me he
dado cuenta de que tienes mucha suerte, de que Esther tiene mucha
suerte, de que os amáis de corazón, me he dado cuenta que he
perdido el abrazo que desde niña no me dabas, ni los besos que le
dabas a Carmen y que yo debía dar media vuelta para no mostrar
mi pena... lo siento Maca –le dijo con un nudo en el corazón
abrazándose fuertemente a ella.
M_ Mamá –fue lo único que supo decir aferrada a su madre.
R_ Te quiero mucho hija mía, te quiero mucho... cuando veo a
Esther como abraza a su madre, o como la besa, siento que he
perdido la mejor oportunidad que podía tener, ser madre de una hija
maravillosa.
M_ Ha sido difícil para las dos, sé que te hice daño pero era mi vida.
R_ ¿Y sabes qué?, te admiro, te admiro –insistió moviendo un poco
su cabeza mientras sus ojos se entrecerraban un poco fijados en los
de su hija.
M_ Mamá... –sonrió.
R_ Ahora bien, quiero pedirte algo –se secó una lagrima que cayó
quizá por primera vez en su vida mientras hablaba con su hija.

602 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Dime.
R_ No tortures más a Esther –la miró con cierta perplejidad-. Sé que
estás recuperada, soy tu madre...
M_ No le digas nada –sus ojos expresaron un tanto de temor.
R_ Si me prometes no hacer esto más largo... no se lo merece.
M_ Lo sé... solo necesito esta noche, te prometo que mañana lo voy
a arreglar todo.
R_ Lo único que quiero, es que tú no sufras y que no le hagas daño.
M_ No voy a hacerle daño mamá, porque hacerle daño a Esther, es
hacérmelo a mí misma, me he dado cuenta que… -miró a su madre
fijamente con los ojos repletos de luz, con un ligero temblor en su
barbilla y una sonrisa colmada de felicidad-… me he dado cuenta
que Esther es lo mejor que tengo en la vida, ella me ha dado todo
cuanto esperaba, y mucho más, soy consciente que por su manera
de ser todo cuanto me ha pasado le ha afectado, lo veo en sus ojos,
y en su rostro, la amo mamá y por primera vez en mi vida puedo
decirlo con la boca llena de dicha, porque si alguna vez soñé como
sería mi vida al lado de una persona, te juro mamá que me quedé
corta en el sueño, ella es todo, como dice la canción “lo es todo para
mi”.
R_ Maca… la he visto dedicarse a ti de una manera que me daba
tranquilidad y desespero hija, te ha cuidado mejor de lo que yo lo
hubiera hecho, te ha dado noches y días completos a tu lado, la he
visto llorar y sin embargo sonreírte –hizo una pausa para acariciar
lentamente la cara de su hija, Maca mantenía en sus labios dibujada
una sonrisa-. Quiero que pienses en todo esto, no quiero volver a
veros sufrir como hicisteis, os tenéis la una a la otra y esta pena os
lo ha demostrado, estoy segura que ahora sois conscientes de lo
que significa vuestra relación y estoy segura que os unirá mucho
más, os hará sentiros más fuertes en vuestra relación. Por todo esto
cariño, no quiero hija que le hagas sufrir, Esther no lo merece –
Maca asintió y ambas sonrieron ampliamente abrazándose fuerte-.
Te quiero.

603 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Yo también mamá, y…perdona si me he pasado alguna vez
contigo, ¿vale?
R_ Tranquila cariño, todo cuanto me has dicho, era la verdad.
M_ Vale. Me gusta tú cambio.
R_ Espero que sepa mantener como dice Encarna mis sentimientos
por encima de cualquier disfraz –lo dijo moviendo la cabeza
mientras levantaba las cejas poniendo los ojos en blanco.
M_ Encarna es maravillosa –murmuró sonriente dando a su tono de
voz una admiración total.
R_ Si, lo es. Bueno, me voy o tu padre empezara con sus nervios –
se levantaron-. Ya sabes ¿eh?
M_ Sí mamá, te prometo que voy a decirle a Esther…
R_ ¿Cuánto vas a esperar?
M_ Un día mamá, esta noche y un día... te lo prometo.
R_ Confió en tu palabra. ¿Vamos?
M_ ¡Vamos! –cuando fueron a salir Rosario iba delante y Maca tras
ella la detuvo cogiéndole un brazo y le dijo con los ojos alegres-.
¿Puedes abrazarme mamá?
R_ Maca...
Se fundieron en un abrazo que duró más segundos que todos
los abrazos que se habían dado en toda su vida.

Fuera en el porche se encontraba un Pedro que parecía haber


sufrido un pequeño shock con las palabras de Encarna, Esther que
temía que pudiera enfadarse se acercó hasta él y se sentó a su lado.
E_ Pedro... yo... quiero que disculpe a mi madre.
P_ No tengo que disculpar a tu madre por decirme la verdad –dijo
levantando la cara y mirando el horizonte un atardecer rojo
enrabietado.
E_ Lo han pasado muy mal...

604 ”Adiós Esther” © by ldana


P_ Lo sé, lo sé, por eso quiero darte una cosa.
E_ ¿Qué es? –sonrió al ver que sacaba de su bolsillo un sobre.
P_ Son dos billetes para un crucero, os lo merecéis, no tienen fecha
porque no sabía cuando Maca podría hacer el viaje por eso, cuando
tú creas conveniente os vais.
E_ La verdad... que no sé como agradecer...
P_ Vamos Esther... no me quieras dar las gracias, lo hago porque
habéis sufrido mucho y merecéis este descanso, recuperar fuerzas y
hablar.
E_ Si –sonrió ampliamente-. ¿Puedo darle un abrazo?
P_ Pues... si –sonrió de lado un tanto desconcertado por la
pregunta.

Se reunieron todos en el comedor, cuando salieron las dos, vieron a


un Pedro con gesto de máxima concentración hablando con Encarna,
Maca lo primero que hizo fue buscar a Esther, sus ojos recorrieron
todo el comedor y no la vio, aquello le hizo dar un vuelco el corazón,
sintió miedo.
R_ ¡Ya estamos aquí!. ¿Y Esther? –agradeció que su madre lo
preguntara.
En_ Está con Teresa cambiando a Daniel –les sonrió.
R_ Bueno… cariño… pues cuando quieras.
P_ Maca cuídate hija, espero poder solucionar lo que tengo y volver
pronto.
M_ No te preocupes –seguía buscando la figura de su mujer tras la
puerta.
R_ Esperamos a que salgan ¿no Pedro?
P_ Sí claro.

605 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¡Esther! –la llamó su madre sobresaltando a Pedro y
provocando en Rosario una sonrisa-. Esta hija mía, ¡dios me pone
de los nervios!
M_ A mí también –susurró Maca guiñándole el ojo.
En_ A ti también, a ti también –repitió poniéndole un gesto gracioso.
E_ ¡Mamá se puede saber por qué me gritas!
En_ ¿Y por qué te voy a gritar yo?, mira, puede ser porque tus
suegros se van y tú eres muy lenta…
E_ Vale, vale –se acercó dándole el niño a Rosario omitiendo a una
Maca que la miraba fijamente.
T_ Estaba llorando –le dijo acercándose a Maca-. Tú verás que
haces… o espabilas o te espabilo.
M_ Espabilada estoy –le susurró mirándola con dureza-. La niña de
tus ojos no puede llorar un poquito ¿eh?
T_ La niña de mis ojos lleva mucho tiempo llorando por ti guapa –
hablaban en voz baja casi inaudible para el resto.
P_ Venga será mejor que nos despidamos ya o caerá lo noche y no
me apetece conducir sin luz.
R_ Bueno Teresa volveré pronto –se abrazaron besándose.
T_ Eso espero.
E_ Os espero fuera –dijo Esther que quería tomar aire fresco pues
sus lagrimas eran complicadas de retener.
P_ Hija… cuídate mucho –la abrazó.
M_ Lo intentaré papá.
R_ Maca por favor… no me hagas sufrir más ¿eh?
M_ No mamá, te prometo que no.
R_ Te quiero hija –se abrazaron nuevamente.
M_ Y yo.
P_ Encarna gracias por todo –le dio la mano como siempre hacia.

606 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Que mano ni que mano, ven aquí y dame un abrazote que a
Rosario no le va a molestar –las tres mujeres dieron una carcajada
mientras se abrazaban ellos dos-. Recuerda lo que te dije Pedro.
P_ No lo olvidaré.
Salieron los dos fuera y las tres mujeres se quedaron dentro,
no querían interferir en algún comentario que le hicieran a Esther,
sabían que debían dejarla sola con sus suegros, y mientras se
acercaban al coche, Maca los observaba desde el comedor por la
ventana, Teresa que llevaba al pequeño en brazos le hizo una señal
a Encarna con las cejas dirigiendo la cabeza hacia donde estaba
Maca, la mujer asintió.
Fuera, Esther se despedía de sus suegros.
P_ Ya lo sabes… en cuanto veas que mi hija está en condiciones,
marcharos.
E_ Así lo haré.
R_ Yo estaré con Encarna, nos ocuparemos del niño que ya ves que
se nos da muy bien.
E_ Si –sonrió.
P_ Bueno, te espero dentro –le dijo a su mujer.
R_ Esther…
E_ No me diga nada, hoy tengo el día tonto… la voy a echar de
menos –se abrazaron.
R_ Yo también… escúchame, pase lo que pase no juzgues a mi hija
muy duramente, piensa dos veces lo que le vayas a decir… -Esther
la miró con dudas-. Pero sobre todo, gracias cariño, gracias por
querer así a mi hija y por darle todo cuanto le has dado, gracias
Esther.
E_ No me las dé.
Esther le dijo con la emoción instaurada en su voz, mientras Maca
desde casa no perdía detalle de la conversación, tan solo cuando
sonó el teléfono desvió la mirada, pero ni aún así se movió. Fue

607 ”Adiós Esther” © by ldana


Encarna quien contestó, a ella se le estaba partiendo el alma de ver
a su mujer abrazada a su madre, llorando, Esther estaba mal pensó,
pero no le dio tiempo a pensar más porque Encarna la llamó.
En_ Es Cruz, quiere hablar con Esther.
M_ Ya voy Encarna, gracias. ¿Cruz?
C_ ¿Maca? –le preguntó sorprendida-. ¿Eres tú?
M_ Sí, Esther está despidiendo a mis padres... ya ves hija... ahora
es la nuera perfecta.
C_ Maca –sonrió Cruz por el comentario-. Bueno en realidad llamaba
para saber como estás tú.
M_ Igual, luchando conmigo misma, pero solo conmigo ¿eh?, a
vuestra niña no le he vuelto a tocar –separó la cortina pues oyó
como se marchaba el coche, pero allí se había quedado como si
hubiera echado raíces Esther-. ¿No me lo puedes decir a mí?
C_ Pues te agradecería que me pasaras a Esther, me apetece hablar
con ella.
M_ Vale –le dijo tratando de mostrar un tanto de fastidio. Abrió la
puerta y a voz en grito la llamó-. ¡Esther piensas venir o vas a
quedarte ahí por los restos! –Esther no le contestó pero si se giró,
aquellos dos ojos la miraron a punto de fulminarla, tanto que
agradeció que el aire blandiera su melena para tapar su propia
mirada de impresión. Bajando la voz le dijo-. Es Cruz, está al
teléfono. Ya viene Cruz.
C_ Gracias Maca.
M_ Quiere hablar contigo –le dijo dándoselo.
E_ Dime Cruz.
C_ ¿Estás bien?
E_ Sí, sí –Maca se separó, fue hasta el sofá donde estaba Teresa
con el niño que la miraba de una manera inquisidora, Maca le sacó
la lengua pero no desvió ni un instante su mirada de la figura de
Esther pues les estaba dando la espalda-. ¿Ha pasado algo?

608 ”Adiós Esther” © by ldana


C_ Sí creo que deberías saberlo. Han abierto expediente a Begoña
por todo cuanto te hizo y además porque lo volvió a repetir con
Sonia, estará apartada del hospital dos años.
E_ Eso está bien... al menos algo le ha salido mal, aunque tan solo
haya sido por joderme la vida –Maca frunció su cejo.
C_ ¿Cómo está Maca?
E_ Pesadita –jugaba con el cable del teléfono liándolo entre sus
dedos con actitud nerviosa.
C_ ¿Ha vuelto a tener algún brote?
E_ ¿Brote?, sí, aunque no como el último, ahora tiene el brote de
estar un poco salida, muy borde, y bastante insoportable –Maca se
quedó de piedra.
T_ Voy con Encarna para darle el biberón –Maca no le contestó pues
la miraba perpleja.
C_ Bueno... lo primero no es tan malo, lo demás si –sonrió-.
¿Necesitas algo?
E_ Sí, unas buenas vacaciones yo sola bien lejos de todo.
C_ ¿Está delante? –su gesto mostró incertidumbre.
E_ Me da igual, creo que sí.
C_ Está bien... sólo quería darte la noticia y saber como vais.
E_ Muchas gracias Cruz, te lo agradezco. Adiós.
C_ Adiós –su gesto no podía reflejar mayor perplejidad-. Creo que
Esther ha llegado al límite.

Esther colgó y cuando iba al cuarto, notó como la mano de


Maca la detenía, ella no se giró, tan solo cerró los ojos molesta. Su
cara seria lo decía todo de igual manera que el gesto de Maca un
tanto desconcertada por aquella situación.
M_ Estoy enferma... te es tan difícil de entender.

609 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No estás enferma Maca –la miró fijamente a los ojos, Maca se
asustó, al pensar que la había descubierto. Pero Esther agregó-.
Sólo tienes cierto desajuste emocional el cual yo creo ya podrías
empezar a tratar de controlar. Y ahora suéltame.
M_ ¿Necesitas descansar de mí? –Esther cerró los ojos y se soltó
para marcharse entonces Maca con cierta rabia que no fue fingida le
dijo-. ¡Te podías haber ido con mis padres si tan harta estás de mí!,
yo teniendo a Encarna y Teresa me sobra, no te necesito.
Esther no le contestó y se marchó al cuarto, cerró la puerta, y
se apoyó en ella, suspiró pensativa porque notaba triste su corazón,
había percibido cosas en Maca que le hacían preguntarse muchas
cosas, pero al mismo tiempo quería huir de las respuestas, era
como una contradicción, por un lado empezar a creer que había
recuperado parte de sus emociones y por otro, si solo era una
ilusión suya, correr sin mirar atrás, otra caída no la podría soportar.

Mientras en la cocina Teresa había entrado en busca de


Encarna que estaba preparando el biberón al pequeño, al verla
entrar tan precipitadamente con su mano en la cabecita del niño,
unió sus cejas frunciendo su frente.
En_ ¿Problemas?
T_ Más que eso, lo que se avecina.
En_ No me asustes por Dios –puso su mano sobre el pecho.
T_ Esther ha hablado con Cruz, le ha dicho un montón de cosas
contra Maca, que si estaba pesadita, insoportable ¡ah!, y también
salida.
En_ Vaya... –se rascó la barbilla un tanto pensativa.
T_ ¿Te ha sorprendido esto verdad?, te soy franca, a mí también...
En_ Vamos Teresa por el amor de Dios, quieres dejar de pensar en
la intimidad de las chicas, la tienen como cualquier pareja, ¡mira!, si
lo viéramos de esa manera y no con los ojos del morbo y la

610 ”Adiós Esther” © by ldana


curiosidad que lo único que hace es desvirtuar la situación, a lo
mejor teníamos una sociedad más tolerante.
T_ Oye Encarna, que yo soy tolerante, lo que no quita, que de vez
en cuando... pues... como te diría yo... me sigue sorprendiendo
¿qué quieres qué haga mujer?
En_ Nada, nada, no hagas nada, déjalo así.
T_ Pues me he quedado detrás de la puerta –Encarna sonrió-. Claro,
si no, como íbamos a saber lo que ocurría –elevó los hombros
justificándose-. Total, no me distraigas Encarna que me lío. ¿Por
dónde iba?
En_ Detrás de la puerta.
T_ Vale, pues Esther le ha recriminado a Maca, y le ha dicho que
está harta de ella, y a Maca no se le ha ocurrido otra cosa que
decirle que se hubiera marchado con sus padres lejos de ella.
En_ ¿Dónde está Maca?
T_ Fuera en el comedor.
En_ Dale el biberón, esto tiene que acabar cuanto antes.
T_ Si, si, Encarna haz algo por favor...
Encarna salió al comedor pero allí no estaba Maca, se acercó
con cuidado de no hacer ruido hasta la puerta del cuarto de las dos
jóvenes, por si las escuchaba, pero no se oía nada, decidió volver a
la cocina para ayudar a Teresa un tanto preocupada, pero al pasar
por la ventana, la vio en el jardín, estaba de pie, mirando las
montañas, a su lado sentado el gato blanco, le llamó la atención
aquel hecho y abrió la puerta, saliendo al porche.
En_ ¡Maca!, hace mucho frío hija, ¿por qué no entras?
M_ No Encarna, estoy bien –le contesto sin girarse.
En_ ¿Y qué haces ahí? –se le acercó un poco.
M_ Pensar.
En_ ¿Puedo ayudarte en algo?, sé lo que ha pasado.

611 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ La cotilla de Teresa no puede mantener su boca cerrada –su voz
sonó a protesta.
En_ Ya la conoces.
M_ Sí –dijo suspirando.
En_ ¿Estás bien? -se puso a su altura bajo los ojos vigilantes del
gato.
M_ No, no estoy bien.
En_ Lo sé... ¿piensas hacer algo?
M_ Sí Encarna, sí –le contestó un tanto agobiada-. Lo siento, lo
siento de verdad, no me esperaba una reacción así de Esther.
En_ ¿Y qué esperabas? –la miró con calma.
M_ No lo sé... esperaba otra cosa... esperaba que estuviera más por
mí.
En_ ¿Más por ti? –la miró sin entenderla.
M_ Sí, pero tiene razón, últimamente me he pasado un poco.
En_ Pues sí... además cariño... deberías pensar lo mucho que lleva
sobre sus espaldas pasado ya.
M_ Lo sé, esta noche te prometo que lo arreglo.
En_ Eso espero. ¿Querías mi ayuda?
M_ Sí necesito que...
E_ ¿Qué haces aquí y sin abrigo? –le habló con dureza Esther.
M_ Tomando el aire.
E_ Lo vas a tomar bien, ¿eh?, solo falta que te constipes.
En_ Esther cariño –trató de mediar Encarna.
E_ No mamá... en sus condiciones un constipado sería perjudicial.
M_ No me trates como a una niña, sé perfectamente lo que debo
hacer, yo no soy como tú.

612 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Ah, vale!, ¿soy una niña acaso?, eso me quieres decir –sonó a
un nuevo reproche mientras Encarna cerraba los ojos negando con
su cabeza.
M_ No Esther, no, te decía que yo no soy tan friolera como tú, sólo
eso –dio media vuelta y entró en casa.
E_ Encima se enfada.
En_ Bueno... un poquito de paciencia os iría bien.
E_ ¿Más?, no me queda –tomó el mismo recorrido que Maca hacia
unos segundos.
En_ Bueno... bueno... o hacen algo... o volverán a las andadas,
¡señor dame una tregua, porque la que no puede más soy yo!
Al volver a entrar Encarna, vio que Maca estaba sentada en un
sillón junto a la chimenea con un libro entre sus manos, que Esther
estaba sentada en el suelo de espaldas a Maca con el niño en brazos
dándole el supuesto biberón que debía darle Teresa. ¿Qué habría
pasado?, se preguntó. Al llegar a la cocina vio que Teresa estaba
hablando con mucho sigilo por teléfono, así que pasó de largo y fue
a por un poco de leña. Estaba allí cogiendo unos troncos cuando
Teresa acudió.
T_ Por Dios que frío.
En_ Si, al caer la tarde es endemoniado ¡caray!
T_ ¿Qué ha pasado?, creo que tenemos nubarrones y de los
grandes.
En_ Si, han discutido.
T_ ¿Y qué vamos a hacer?
En_ Lo más sensato... nada.
T_ ¿Y no les vamos a preguntar por si quieren algo? –le cogió los
troncos.
En_ ¿Qué van a querer?
T_ Pues no sé, pero esto es mucha tensión ¿eh?

613 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Eso sí, creo que ya tengo suficientes.
T_ Y yo tengo una buena noticia.
En_ ¿No me digas que si?
T_ Sí –sonrió ampliamente.
En_ Jesús Maria y José.
T_ ¿No es fantástico?
En_ Más que eso... me alegro tanto.
T_ Parece que se nos arregla algo para desarreglarse otra cosa, yo
ya no doy para mucho más ¿eh?
En_ Ni yo, y no quiero pensar cuando te vayas.
T_ Pues... pasado mañana a primera hora.
En_ Espero que Maca lo haya solucionado ya.
T_ Y yo. Vamos

El resto de la tarde transcurrió de la misma manera, las dos


mujeres ante el ambiente enrarecido que tenían las dos se habían
quedado en la cocina preparando la cena y hablando de la nueva
noticia de Teresa que las llenaba a las dos de felicidad. Mientras,
Esther había conseguido que su hijo no durmiera y estaba jugando
con él, reía divertida esperando que Maca quisiera participar de los
juegos, se sentía decepcionada por su postura con Daniel, y aquello
le daba muestras que todavía no estaba en condiciones y entonces
un nuevo sentimiento de desasosiego acudía a ella. Sin embargo,
Maca tenía que aferrarse al sillón para no demostrar que se moría
de ganas de compartir aquellas risas, es más, no podía ocultar una
sonrisa en sus labios con la que se estaba llevando una auténtica
batalla por esconder. Así pasaron un par de horas hasta que Teresa
les indicó que iban a cenar. Durante la cena, como ninguna de las
dos hablaban, Encarna y Teresa tenían una conversación entre ellas
para no soportar el pesado silencio.

614 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Buenas noches –les dijo marchándose a dormir llevándose al
pequeño con ella.
En_ Buenas noches hija.
T_ Hasta mañana corazón.
Le sonrió Teresa y cuando la puerta de la cocina se cerró, las dos
clavaron sus ojos en Maca que había omitido contestarle, ella echó
la servilleta sobre la mesa y les dijo.
M_ Darme un poco más de tiempo... me voy a dormir.
E_ Buenas noches hija.
T_ Que descanses. Otra vez, ¿eh?
En_ Yo creo que Esther está tratando de zarandearla de la manera
que sea.
T_ Pues espero que lo consiga. Además son un par de vagas, no nos
ayudan en nada, parecemos chachas –renegó divertida.
En_ No tienes arreglo... anda vamos y me cuentas bien todo.
Cuando Maca salió del cuarto de baño, vio que Esther tenía los ojos
cerrados, había vuelto a poner al pequeño entre las dos, un suspiró
inundó su interior para tratar de calmar sus nervios, tenía que
arreglar aquello y ese era el momento idóneo. Buscó sus fuerzas y
se metió en la cama. Se arrimó cuanto puedo a su pequeño le
bastaba pasar por encima del niño, alcanzar la pierna de Esther.
Sonrió para sí, y con decisión pero suavidad posó su mano en la
entrepierna de Esther, entonces abrió la luz, se sentó en la cama y
le dijo...
E_ Mira Maca... ya está bien –su voz sonó fuerte y con cierta rabia,
algo que desconcertó Maca que quedó totalmente paralizada ante su
reacción-. Creo que ya es más que suficiente, ya no puedo más te lo
juro, cuando quieres estás a buenas conmigo, cuando se te gira el
morro, estás a malas.
M_ Esther –se incorporó en la cama poniendo gesto de pena para
decirle todo cuanto tenía pensado.

615 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No, Esther nada, igual quieres hacerme el amor, como a mitad
me dejas, igual me besas con pasión, como te apartas, igual me
provocas como me odias, lo siento Maca pero no puedo más, me vas
a volver loca, con todo esto no haces otra cosa que hacerme daño...
lo siento... pero ya no soporto más.
M_ ¿Dónde vas? –la miró perpleja porque se había levantado de la
cama.
E_ A dormir con Teresa –cogió una chaqueta y se la puso.
M_ No puedes hacerme esto –se levantó tras ella cogiéndola del
brazo mientras la miraba confundida.
E_ ¿Cómo que no? –hablaban bajito para no despertar al niño, pero
aún con ese timbre de voz, la de Esther continuó demostrando
malestar.
M_ Cómo que no –le aseguró.
E_ ¿Y tú si puedes hacerme todo cuanto haces? –la miró con sus
ojos repletos de reproche.
M_ Yo... –murmuró con tono de disculpa.
E_ Si ya... tú estás enferma... lo sé, sé lo que me vas a decir... pero
mira Maca, he estado contigo a todas horas, en los malos y en los
buenos momentos, he luchado hasta quedarme sin fuerzas, y mira
tú por donde, ya no me quedan más, lo siento, no puedo soportar
que me hagas daño con la ligereza con la que me lastimas.
M_ Pero... yo no sé...
E_ Ya, no sabes... por eso, como no sabes, no te voy a dar
oportunidad, nada de sexo, eso te lo aseguro, nada de carantoñas
porque después viene la coz, y nada de contemplaciones, porque tú
no las tienes conmigo, o te comportas como debes o mientras tanto,
dormiremos separadas, y viviremos lo menos posible juntas,
¡aunque eso me duela todavía más! –se giró y se fue, abrió la
puerta y volvió a entrar pasó por su lado, le dio un beso a Daniel y
cuando iba a salir Maca la cogió del brazo-. ¿Qué quieres?
M_ Yo quiero el mío –le dijo con sus ojos llenos de lagrimas.

616 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ No te lo mereces, cuando te lo merezcas, lo tendrás. Buenas
noches.

A Esther le dolió el alma de ser tan dura, pero no podía


continuar con el juego que Maca estaba desarrollando, no quería
que hacerle daño fuera un manera fácil para tenerla cerca. Le dolía
el alma al marcharse de la habitación, pero quiso pensar que era lo
mejor, aunque realmente llegada a esta altura, no sabía lo mejor
para que.
Por su parte Maca continuaba allí de pie inamovible como si
fuera un mimo, sus ojos parpadeaban, pero ni un solo músculo de
su cuerpo tomaba vida, tan solo su cabeza trabajaba incesante, todo
su plan se había venido a bajo y ahora debería construir uno nuevo.
Un suspiro profundo rompió su quietud, se sentó un tanto
desesperada y decepcionada, sin duda se lo merecía pensó, había
jugado con fuego y en ese momento se había quemado, Encarna
tenía razón nuevamente. Se tapó la cara con las manos mientras su
pelo caía sobre ellas como si de una cascada se tratase, después un
nuevo suspiro volvió a inundarlo todo, se apartó el pelo y entonces
levantó la vista, allí en la cama como un bendito estaba su hijo,
dormía placidamente ajeno a la distancia que existía en aquel
momento entre sus madres. Se levantó con el paso cansado, con
gesto contradictorio y se sentó junto a Daniel, besó aquella piel tan
tierna y con aquel olor a bebé que tanto podía reconocer. Pensó que
era afortunada tenía un hijo maravilloso y una mujer impresionante.
Al pensar en ella le susurró a su hijo mientras se llenaba los ojos de
él.
M_ Cariño no te preocupes, mamá va a hacer todo porque volvamos
a ser la familia que siempre fuimos, ¿sabes pequeñín?, tenemos
suerte de tener a nuestro lado a Esther, ahora está enfadada y con
razón, pero tú no te preocupes mami va a arreglarlo todo, voy a
hacer que vuelva a ser feliz, a darle todo cuanto se merece… aunque
no sé como… pero… lo haré –sonrió dejando un beso sobre su
frente.

617 ”Adiós Esther” © by ldana


En el cuarto se encontraba una Teresa que dados todos los
acontecimientos habidos en el transcurso del día, no se había
dormido, su puerta estaba entreabierta lo suficiente para que el
cuerpo de Esther entrara sin necesidad de abrir o cerrar más, ese
fue el motivo por el cual no la oyó hasta que notó como se movía su
cubre, asustada se giró poco a poco, y cuando vio un cuerpo cerca
del suyo dio un salto encendiendo la luz asustando a Esther
E_ ¡Joder Teresa!, que susto.
T_ ¿Ah, yo?, es decir entras en mi cuarto a oscuras, te metes
sigilosamente en la cama, y encima te asusto yo.
E_ Pues si, pensé que dormías.
T_ Pues no, no duermo –la miraba sentada en la cama-. Además,
¿se puede saber qué haces aquí?
E_ He venido a dormir, ¿puedo? –retiró la sábana para acostarse.
T_ Claro que puedes, pero que yo sepa, tu habitación no es esta, y
tu cama tampoco, y mucho menos tu acompañante.
E_ Teresa por favor no me toques las narices.
T_ ¿Qué?, ¿ya te las ha tocado bastante Maca? –Esther la miró con
gesto duro-. Está bien… si no quieres hablar.
E_ Me duele la cabeza Teresa te agradezco tu ayuda pero necesito
descansar o me voy a volver loca.
T_ Descansa hija descansa… que con una locura ya hemos tenido
bastante.
Esther estaba tan pensativa, tan sumida en su propio
desespero que no capto la indirecta que Teresa le lanzó. La mujer
apagó la luz, pero aunque el cuarto estuviera oscuro podía escuchar
nítidamente a Esther como golpeaba con el puño la almohada.
T_ La pobre no tiene culpa –Esther no contestó-. Los chinos
destruyen vajillas, tú golpeas almohadas, no está mal.
E_ Teresa por favor... es incomodísima.

618 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ No si yo con lo único que me conformo es que aciertes cuando
descargues el golpe, no vayas a darme a mí.
E_ Déjame dormir.
T_ ¡Pero bueno!, si la que estás montando un escándalo verdadero
eres tú y tus golpes.
E_ ¿A qué me voy con mi madre?
T_ Te lo agradeceré.
E_ Joder Teresa...
T_ Me callo, me callo.
Durante un rato guardó silencio, y también se quedo quieta
cosa que Teresa agradeció profundamente, a ésta se le estaban
cerrando los ojos cuando la voz de Esther la sacó de golpe del dulce
sueño.
E_ ¿Estás durmiendo?
T_ Estaba a punto, si, pero estaba ¿eh?, vaya nochecita se me
espera contigo aquí, peor que mi marido.
E_ ¿Qué puedo hacer, te juro que por primera vez no sé que hacer?
T_ Irte a tu cuarto, acostarte en tu cama, junto a tu mujer y
dormir...
E_ Te estoy hablando en serio –su tono estaba repleto de miedo.
T_ Y yo cariño, y yo, huir no es la mejor manera de arreglar nada.
E_ Lo sé, pero no puedo estar a su lado y seguir su juego, yo
también quiero lo mismo pero después ella me clava un puñal
cuando creo que estamos pensando lo mismo, cuando compartimos
en silencio la noche, o cuando despertamos, pero no, nuestros
pensamientos están lejos de ser como siempre fueron.
T_ Es que Esther es complicado soportar tanta tensión durante tanto
tiempo, yo te entiendo, no te juzgues demasiado cruelmente... Maca
está como diría yo... está siendo más dura de lo que debería serlo –
trató de medir sus palabras.

619 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Pero es que yo sé que no está bien... tendría que aguantar.
T_ Esther hay cosas que se aguantan hasta cierto punto, ¡mira ya
sé! –se incorporó y abrió la luz produciendo en ambas una ceguera
momentánea y una protesta por parte de Esther que la pilló por
sorpresa-. Mañana podrías irte a Madrid o a donde tú quieras, pasar
el día fuera, comprando, irte a la peluquería, cortarte un poco esa
melena de leona que se te ha hecho.
E_ ¿De verdad? –sonrió graciosamente.
T_ Sí, si es que cariño, solo tienes ojos para Maca, aprovecha que
estamos aquí Encarna y yo, te vas, te dedicas todo el día a ti y te
despejas.
E_ Se enfadará.
T_ Pues mira, dos cosas tiene enfadarse y desenfadarse, no hay
más –cruzó sus brazos sobre el pecho con gesto molesto.
E_ Creo que tienes razón... ¿cuándo te vas?
T_ Pasado mañana, tengo que arreglar un asunto pero vuelvo.
E_ No sé que haría sin ti Teresa... de verdad... dentro de toda mi
desgracia he sido muy afortunada, tener a Rosario, Carmen, mi
madre y tenerte a ti –sonrió destapando la sabana echándose al
cuello de una Teresa sorprendida-. Te quiero.
T_ ¡Pero que haces!, ¡ay Dios mío, quita, quita! –decía apurada pero
encantada.
E_ No seas tonta.
T_ No soy tonta, es que ¿qué quieres?, si aparece Maca tal y como
está...
E_ Es verdad no eres tonta –dio una carcajada-, estás loca.
T_ Bueno –se quejó pero no puedo más que sonreír ella también
abrazando a Esther-. Me alegro de poderte ayudar, de verdad. ¡Y
ahora a dormir!
Apagaron la luz, justo en el momento en que Maca salía de su
habitación, iba despacio a oscuras cruzando el comedor, trataba de

620 ”Adiós Esther” © by ldana


hacer el menor ruido posible, cuando llegó al pasillo, en lugar de ir a
la derecha al cuarto donde Teresa dormía con Esther, se dirigió a la
izquierda. Llegó al cuarto de Encarna abriendo un poco la puerta
para pasar, después la juntó nuevamente y se acercó hasta la cama,
abrió la luz de la mesita pero como la mujer estaba tumbada hacia
el otro lado no la despertó, suavemente la llamó.
M_ Encarna... Encarna.
En_ ¿Qué pasa? –se levantó sobresaltada.
M_ Nada... no grites –le habló bajito.
En_ Maca, ¿qué pasa, qué haces aquí?
M_ ¿Puedes hacerme un hueco? –le puso cara de suplica.
En_ ¿En mi cama? –abrió sus ojos como platos, ella asintió triste-.
Este no es tu lugar ¿eh?
M_ Por favor –insistió.
En_ ¡Ay que ver! –se hizo a un lado y Maca entró-. ¡Jesús niña vaya
pies traes!
M_ Encarna... tengo miedo.
En_ ¿Al coco?
M_ Encarna te estoy hablando en serio –su expresión estaba
marcada por el temor.
En_ ¿Y mi hija?
M_ Con Teresa.
En_ Y tú conmigo... el mundo al revés –cruzó sus brazos sobre el
pecho mientras Maca la miraba con preocupación-. ¿Qué ha pasado?
M_ Hemos discutido.
En_ Imagino... ¿el motivo?, ¿otra vez te has puesto tontita? –la
miraba fijamente.
M_ Algo así, pero no la entiendo...

621 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ ¿De verdad no la entiendes?, Maca tú eres inteligente, no creo
que no entiendas a mi hija –la miró pero Maca calló-. ¿No la quieres
entender?
M_ Comprendo que esté harta, creo que me he pasado... creo que
he apostado demasiado fuerte y he perdido –dijo cabizbaja.
En_ ¿Puedo decirte una cosa? –ella asintió con pena-. La que no
entiende de tu comportamiento soy yo, y no es un reproche, tú
sabrás que tienes en mente, tú sabrás que quieres conseguir con
esta postura tuya, pero sí, te has pasado, mi hija ya ha sufrido
mucho por ti, y este juego tuyo la está desbaratando te lo digo yo.
M_ Solo quería que está noche fuera mágica...
En_ Pues ya ves... cada una en una cama diferente y con la pareja
equivocada.
M_ ¿Y si me ha dejado de querer?
En_ ¿Esther? –ella asintió-. ¿Tú la has dejado de querer?
M_ No, pero yo he jugado con ella.
En_ Pues ahora apechuga cariño –le puso la mano en la barbilla-.
¿Qué te pasa realmente Maca?
M_ Tengo miedo, mucho miedo.
En_ ¿A qué?
M_ A perderla... ya van varias veces que dice de irse, de dejarme ¿y
si lo hace?
En_ Mi madre que era muy sabia decía... “ a grandes miedos,
grandes remedios”
La miró intensamente, Maca captó aquella mirada y sonrió muy
poco pero lo justo para cambiar la luz de sus ojos, entonces sintió
una necesidad bestial de refugiarse en el pecho de su suegra, la
mujer la abrazó con sinceridad, la quería sin ningún tipo de dudas,
se lo había demostrado estando allí con ellas, pero quien quiso
demostrar el gran cariño, respeto y amor fue Maca.
M_ Te quiero mucho Encarna.

622 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Yo también hija.
M_ No sé que habría hecho sin ti...
En_ Pues lo mismo que conmigo –sonrió para mirarla y terminar
dando una carcajada-. Nadie somos imprescindibles.
M_ No creo...
En_ ¿Sabes lo que pasa?, aquí sobramos Teresa y yo, somos mucha
gente para vosotras dos... tenéis mucho de que hablar.
M_ Lo sé... y sobre todo mucho de que disculparme.
En_ Crearemos un plan.
M_ Ya lo tengo, en parte he venido para pedirte ayuda. Verás...
Estaba contándole el plan, cuando oyó como Daniel lloraba, se
levantó para ver que le pasaba, y al llegar vio a Esther que lo tenía
cogido en sus brazos, detrás de Maca apareció Encarna con el pelo
revuelto y bostezando, aquella interrupción en su sueño, sabía la iba
a dejar descolocada para toda la noche. Todo fuera por su nuera.
E_ ¿Dónde estabas? –le preguntó enfadada.
M_ Pues... estaba con...
E_ Te dejo con él y eres incapaz de cuidarlo –le reprochó con
enfado.
En_ ¡Esther! –su madre le advirtió con su voz y su gesto.
E_ No sabes ni cuidar a tu hijo.
M_ Esther no me digas eso –trató de defenderse pues los ojos
juiciosos de Esther le estaban haciendo daño.
E_ ¿Y qué quieres qué te diga?, ¡eh! –alzó su voz provocando que
Daniel volviera a llorar.
M_ He salido un momento, estaba dormido y bien.
E_ Mira Maca, déjalo. Ya está mi vida... ya está –lo besaba mientras
lo mecía con la mirada enfurecida de su madre haciéndole dudar-.
Creo que será mejor que me lo lleve al cuarto.
M_ Tu cuarto es este Esther.
623 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ Mamá, toma llévate a Daniel y cierra la puerta.
En_ ¡Esther!
E_ ¡Haz lo qué te he dicho! –le recriminó.
En_ Te vas a equivocar –le susurró bajando la voz mientras le cogía
al pequeño-. Ven con tu abuela cariño... que tienes dos madres pero
a ver cual de las dos tiene más delito.
T_ ¿Pero qué pasa?
En_ Nada Teresa vamos –Teresa miró por encima del hombro de
Encarna.
T_ ¿Qué le pasa a Esther?, menuda cara.
En_ Tormenta y de las grandes, justo ahora que Maca lo tiene todo
planeado para reconciliarse.
T_ No si éstas dos como sigan así, ni reconciliación ni nada... no si
ya me veo yo ya, con este numerito cada dos por tres.
En_ ¿Qué te ha dicho Esther?
T_ Está al límite, pero es que Maca ya tiene delito ¿eh?, ya le vale.
En_ Bueno, vamos a mi cuarto no me apetece oírlas gritarse.
T_ ¿Se van a gritar?
En_ Mira un Miura al lado de ellas, es un corderito, venga vamos.

Allí en el cuarto, mientras las mujeres se retiraban se habían


quedado mirándose la una a la otra, Maca queriendo pedir perdón,
Esther queriendo reprimir las ganas enormes de recriminar su
actitud como madre. Ninguna hablaba y cuando lo fueron hacer, lo
hicieron a la vez. Pero la voz dura y tensa de Esther apagó la
ternura de Maca.
E_ Mira Maca, creo que esto ya es demasiado... he tenido toda la
paciencia del mundo, he aguantado demasiado y no quiero discutir.
M_ ¿Por qué tenemos que discutir? –se le acercó.
E_ ¿Por qué?, ¡esto es el colmo!, ¿aún me preguntas por que?
624 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Es que... no te entiendo Esther –le dijo elevando uno de sus
hombros asombrada al ver que Esther se retiró de su camino.
E_ Pues si no lo entiendes yo no te lo voy a explicar –la miró
duramente.
M_ Sólo he ido un momento a ver a tu madre –se disculpó-. Si no te
hubieras marchado, tú sitio es este no la cama de Teresa.
E_ Ya te vale, ahora la culpa es mía, ¿no?, ¡como siempre!
M_ No he dicho eso... Esther –trató de tocarla pero ella le apartó
las manos con un gesto de rabia-. Mi amor... no tenías que irte tu
sitio está...
E_ Tienes razón, mi sitio es este, pero si aquí no puedo estar
tranquila, si aquí me haces daño una y otra vez y eso parece que te
resulta placentero, pues como que comprenderás que no me
apetezca mucho compartir la cama contigo.
M_ ¿Yo te hago daño? –señaló su propio pecho con las dos manos
mientras su barbilla mostró un ligero temblor.
E_ Sí ¡me haces daño Maca, si! –le gritó sin poder controlar el
temblor ni en su voz ni en sus manos.
M_ Pero... Esther yo tan solo quiero demostrarte que te quiero.
E_ No Maca, tú no me quieres demostrar que me quieres, ¡tú lo que
haces es jugar conmigo!
M_ Eso no es verdad –le habló sin elevar la voz.
E_ ¿Qué no es verdad? –se precipitó hasta ella cogiéndola del brazo
fuertemente y Maca hizo gesto de dolor-. No puedo más Maca, lo
siento... no puedo más, te lo he dicho antes y no quiero volvértelo a
repetir.
M_ Me estás haciendo daño –Esther la soltó poco a poco pero sus
ojos le dolían más que sus manos apretando sobre sus brazos- No lo
hago a propósito, quizá no te has dado cuenta que...
E_ Me he dado cuenta que no puedo ayudarte más, me he dado
cuenta que mientras yo he tratado de poner todo de mi parte, a ti te

625 ”Adiós Esther” © by ldana


ha sido muy fácil herirme, Maca no puedo más es tan sencillo como
eso ¡vale! –volvió a elevar la voz.
M_ ¿Qué me quieres decir? –Esther se tapó la cara mientras Maca
tragaba saliva pues su garganta se había quedado completamente
seca, se acercó hasta ella con el miedo marcado en sus ojos y le
apartó las manos de la frente-. Dime... ¡qué me quieres decir! –
insistió nerviosa-. Ahora no te calles, ¡vamos sigue no te calles! –
esta vez quien elevó su voz fue ella.
E_ Nada... no quiero decir nada será mejor que te acuestes.
M_ ¿Quieres marcharte otra vez?
E_ No lo sé Maca... sólo sé que estoy cansada... –le dijo cerrando
sus ojos con gesto agotado.
M_ ¿De mí? –asintió con lagrimas en los ojos.
E_ De la situación... no soy fuerte Maca, no lo soy –la sorteó y salió
de la habitación.
M_ ¡Esther! –ella se detuvo en la puerta sin girarse-. Si te quieres ir,
vete.
Cuando se quedó sola sintió que el suelo comenzaba a temblar
bajo sus pies, aquello no podía estar pasando, se había equivocado
tan solo quería hacer de su reconciliación, algo inolvidable, y desde
luego para ella lo estaba siendo, se sentó en la cama rompiendo a
llorar porque pudo percibir el dolor tan grande que Esther había
estado sufriendo, cuando la puerta se abrió no tuvo que levantar su
cabeza para dejarse abrazar por Encarna, ya lo sabía, sabía que era
ella, y allí con su suegra como único testigo lloró, se confesó y se
auto castigó durante toda la noche.

Por su parte, cuando Esther llegó al cuarto se encontró con la


mirada juiciosa y seria de Teresa, no quiso decirle nada por su parte
pero tuvo que escuchar de su voz dura un:
T_ Te has pasado, ¡y mucho!, ¡pero mucho!

626 ”Adiós Esther” © by ldana


La mañana llegó justo cuando Encarna estaba tapando a Maca,
acababa de dormirse más por cansancio que por sueño, sus ojos
habían derramado las lagrimas que durante todo ese tiempo había
derramado Esther, se habían hecho daño mutuamente, y las dos
amigas testigo de todo cuanto había sucedido, durante la noche
habían puesto de su parte para limar asperezas entre ellas, para
cuando se levantaran. Sin embargo cuando Esther estaba
terminando su tazo de café se encontró con dos pares de ojos allí
delante suya fijos en su figura. Ella trató de omitirlos, trató de no
demostrar lo que sentía, se levantó sin mirarlas, dejó la taza en el
fregadero y sin girarse les dijo:
E_ De acuerdo, me he pasado, lo siento ¿vale?, ¡pero por favor
dejarme de mirarme así, por dios! –las dos guardaron silencio y
Esther se giró resoplando-. ¿Queréis qué me disculpe?, ya voy.
En_ No hace falta que vayas, Maca se acaba de quedar dormida.
E_ ¿Cómo está?
T_ ¿Ahora te importa? –levantó sus cejas doblando ligeramente su
cabeza.
E_ Joder yo no quise decir lo que dije, solo quise darle un toque de
atención, solo quiero que reaccione, ¡solo eso!, ¡joder!, necesito a
Maca a mi Maca –en su rostro se reflejaba perfectamente la
angustia.
En_ Pues no sé yo si la vas a recuperar o vas a tener que esforzarte
más, porque de esta no pienso que se recupere.
T_ Anda, vete, no quiero verte aquí hasta mitad tarde.
E_ ¡Pero...!
T_ Fuera, despéjate de la casa, de Maca y de nosotras... ¡fuera!
E_ ¿Me estás echando? –la miró perpleja con una sonrisa nerviosa.
En_ Te estamos echando, y no quiero verte por aquí hasta la noche,
ale, que te dé el aire guapa.

627 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ Eso –agregó con gesto serio.
E_ ¿Os habéis vuelto locas? –las miraba riendo sin poder ocultar su
incertidumbre.
En_ Pues si seguís así, es muy probable que las próximas seamos
nosotras, déjanos con Maca y el niño, deja que ella también se
oxigene de ti.
E_ Está bien... ya veo que no voy a poder decir lo contrario, pues
me voy, me llevo el coche.
T_ Eso, vete a dar un garbeo, cómprate ropa que eso relaja.
E_ ¿Queréis que vuelva a alguna hora en concreto? –preguntó en
tono burlón aunque sin esconder su ofensa ante la actitud de las
dos.
En_ A eso de las ocho estaría bien, así ya tenemos la cena y con el
estómago lleno podéis dejar pasar lo que pasó anoche.
E_ No entiendo nada... pero me voy.
T_ Venga, ya tienes preparado el abrigo.
E_ ¿No os llevaréis a Maca?
En_ ¿Nosotras?, ¿a dónde?, ¡tú estás tonta hija, rematadamente
tonta!
E_ Vale mamá, es que me parece un poco raro –elevó una de sus
manos al aire.
En_ Tira, tira, tira – le decía dándole en el culo palmaditas.
T_ Venga... hasta la noche, así nos dejas descansar también a
nosotras –le decía sujetándole el abrigo para que se lo pusiera.
E_ Adiós –les dijo sin salir de su asombro. Volvió a asomar la cabeza
para preguntar-. ¿Qué estáis tramando?
En_ ¡Fuera!

Las mujeres la despidieron desde el porche, lo último que vio


Esther fue como dos manos agitaban al aire un movimiento de

628 ”Adiós Esther” © by ldana


despedida, el espejo retrovisor le mandó la imagen de las dos
mujeres allí, quietas. Al verla desaparecer Teresa murmuró
T_ Jesús, ¡de esta me da un infarto!
En_ Manos a la obra.
T_ Pues espera que se despierte Maca, aún nos queda lo nuestro
¿eh?
En_ Sí, pero piensa lo que vendrá luego.
T_ Eso sí. ¿Carmen lo va a traer todo?
En_ Sí está emocionada, en cuanto vea pasar a Esther viene.
T_ Pues vamos allá.

Mientras Maca dormía, Encarna le contaba los planes de ésta,


todo había sido trazado durante la noche, los sueños de su nuera
podían hacerse realidad, o al menos, ellas tres iban a poner de su
parte para lograrlo. Trabajaron sin descanso las tres emocionadas
en lo que hacían, estaban entre risas preparando todo cuando Maca
abrió la puerta con cara de circunstancias, las miró a las tres
mientras ellas la miraban fijamente, le bastó echar un vistazo a la
mesa de la cocina, para saber que era lo que estaban tramando,
entonces miró a su suegra y le sonrió, mientras suspiraba.
M_ ¿Y Esther?
T_ La hemos echado de casa hasta... las ocho más o menos.
En_ ¿Estás preparada?
M_ Primero dejarme que me siente –dijo con cara de susto
poniéndose su mano en el pecho-. ¿Habéis echado a Esther?
T_ Sí.
Ca_ Ahora te toca a ti –agregó definitivamente Carmen con una
sonrisa en sus labios.
M_ Gracias –fue lo único que supo decir.

629 ”Adiós Esther” © by ldana


Durante todo el día Esther no paró de conducir, aquello le
relajaba quizá porque hacia tanto tiempo que no iba en el coche que
fue lo que más le apeteció, se detuvo en algún pueblo para hacer
una pequeña visita y seguir su marcha. De ese modo Esther estuvo
dándole vueltas a su situación, trataba de tranquilizar las
pulsaciones de su corazón, no sabía muy bien porque, pero se
habían disparado sin remedio, sobre todo, cada vez que pensaba en
Maca. Se quedó en Buitrago de Lozoya, allí fue a la peluquería, se
cortó la melena que muy acertadamente Teresa le había asemejado
a un león, se hizo la manicura, paseo por sus calles y
definitivamente se metió en el museo de Picasso, allí trató de
encontrar sentido a su vida que se podía reflejar en aquella pintura.
Después de su visita al museo, pasó la tarde paseando, echando de
menos a Maca, pensando en Maca, rogando en la Iglesia por Maca,
mirando fijamente aquella cruz donde Cristo mantenía su expresión
de máxima agonía, allí le pidió perdón por se tan injusta con ella,
por esperar demasiado de ella, por amarla sin remedio, por adorarla
hasta la obsesión, rogó porque la perdonara, porque pudiera al
llegar a casa, sin palabras abrazarse a su cuerpo y sentir su calor,
sentir los latidos de su corazón, rogó y rogó mil veces por Maca, ni
una sola por ella.

La noche caía lentamente, y un encantador atardecer le iba


mostrando el camino hasta su casa, se había entretenido y eran más
de las ocho, estaba segura que estarían sufriendo, miró el teléfono y
no tenía llamada alguna, ella lo había intentado a media tarde pero
Maca lo tenía desconectado, podía adivinar que estaría enfadada,
llegaba por el camino pensando que decirle, le pediría perdón por
sus duras palabras, le diría que solo fue un ataque de abatimiento
de cansancio, de rabia por su comportamiento en las últimas horas,
por su necesidad de amarla y no ser correspondida plenamente,
pero algo extraño había en la casa, todo parecía cerrado, no había
luz, las ventanas tenían las maderas puestas, la casa estaba como si
fuera un fantasma en medio del monte, sin saber porque el pánico

630 ”Adiós Esther” © by ldana


llenó su interior, ¿qué estaba pasando?, ¿se habría marchado
Maca?, sus nervios se estaban derramando por su cuerpo como si
fuera agua caída del cielo, no notó el frío que hacía, porque estaba
sudando, el pánico la cubrió. Bajó del coche corriendo, no podía
ser... no había luz... no había nadie... estaba desesperada y cuando
trató de abrir la puerta vio que no estaba cerrada... con una
necesidad imperiosa abrió de par en par su gesto pálido, sus ojos
incrédulos y su respiración agitada ante lo que vio...
E_ Pero...
La puerta tras de ella se cerró... al girarse, vio atónita a Maca, tuvo
que parpadear para creer que no estaba soñando. Las luces estaban
apagadas, tan solo la luz del fuego activo de la chimenea, daba
reflejo a la estancia, provocando un ambiente mezclado entre
romántico e intimo, olía a incienso y la visión de Maca allí le hizo
temblar su corazón. Sus labios mantenían una sonrisa un tanto
trémula, parecía que Maca era la misma que le indicaba la
acompañara a su despacho en el Central, tenía la misma luz en sus
ojos que volvían a brillar aún en la tenue luz del lugar, podía
percatarse de su risa también nerviosa y sin más se acercó hasta
estar a un milímetro de su boca, se miraron a los ojos y en ellos
vieron el mismo sentimiento reflejado, parecía que volvían a la
primera vez que se besaron, los nervios estaban fijados en ambas,
la emoción también.
Fue Maca la que rompió el silencio aunque el crepitar del fuego les
había acompañado en esos segundos de descubrimiento de la una a
la otra.
M_ No quería asustarte, pensé que vendrías antes –tenía que
sujetarse las manos como podía entrelazando por si misma los
dedos, para no estrecharla entre sus brazos al verla.
E_ Lo siento –fue lo único que supo decir, pues sus ojos estaban
atrapados a los de Maca que se acercaba a ella sigilosamente,
mientras alternaba su visión de los ojos a los labios continuamente-.
Maca yo...

631 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ No digas nada –al mismo tiempo que posaba su dedo tembloroso
sobre los labios de Esther, fruncía su frente en señal de temor-.
Déjame hablar a mí, por favor.
E_ Pero... –la miraba con una devoción absoluta y después de
mucho tiempo, volvió a verse reflejada en la luz de su mirada.
M_ Esther... creo que te debo una disculpa, y quiero hacerlo con
todas sus consecuencias. Estos últimos días, desde que te pegue –
su expresión acompañó el tono de su voz sintiéndose culpable sin
poderlo evitar-, al despertar lo hice recobrando todas mis
emociones, lo hice completamente recuperada –la miraba
intensamente como esperando que Esther le reprochara algo-.
Desde entonces todo cuanto hice, lo hacía sabiendo plenamente que
a veces te hacía daño.
E_ Lo sé –dijo de repente tratando de tranquilizar sus emociones y
sus ganas feroces de echársele al cuello.
M_ ¿Lo sabías? –la miró sonriente con las mismas sensaciones y
necesidades.
E_ Lo intuía –sonrió nerviosa-. Pero... no quería admitirlo, me daba
miedo.
M_ Lo siento, francamente hasta anoche no me di cuenta del error
que estaba cometiendo. Lo siento mi amor –le susurró con esa voz
que desnudaba el alma de Esther y le hacía tiritar-. ¿Podrás
perdonarme todo cuánto he hecho?
E_ ¿Perdonarte? –la miró con sus ojos cristalinos por lagrimas que
aparecieron de golpe pues tanta felicidad no podía filtrar su corazón
y su voz reflejó el estado de su alma, tiritaba y se entrecortaba
saliendo como un susurro debilitado por tanta dicha.
M_ Eres lo mejor que me ha pasado en la vida cariño –al igual que
Esther, eran tantas las ganas que tenía de poder mostrarse como lo
que eran, dos mujeres enamoradas que a Maca su alma se
desarboló y dejó escapar la emotividad que durante tanto tiempo le
había paralizado-. ¿Me darás una oportunidad Esther?, la
oportunidad de demostrarte que eres lo más importante –buscó

632 ”Adiós Esther” © by ldana


coger sus manos temblorosas tal y como ella, entonces agachó la
mirada mientras entrelazaban sus dedos, ambas con los ojos
llorosos, ambas con los latidos desbocados como caballos salvajes
en manada demostrando su poderío por la pradera, después de un
suspiro compartido le susurró con la emoción instalada en su voz-.
Te quiero.
E_ Maca –parecía que toda la fuerza que tuvo hasta ese mismo
momento le acababa de abandonar y con un susurro débil le
confirmó con su misma rotundidad-. Te quiero.
No necesitaron más palabras porque justo las que se dedicaron
eran las necesarias en esa demostración de amor, lo que sí
necesitaron fue el abrazo que ambas desearon por tanto tiempo, los
brazos estrechando el cuerpo de la otra, el temblor de la emoción de
estar juntas, el estremecimiento de la piel al tocar la otra piel,
aquella sensación de morir sin la otra parte, aquella necesidad de
demostrar y recibir amor. Esther lloraba porque lo necesitaba,
sacaba de sí todo el pánico que había vivido durante esos cinco
meses, lloraba al mismo tiempo que se aferraba a ella, tan solo
cuando calmó algo su llanto se separaron, Maca al igual que ella
lloraba emocionada, para ella tampoco había sido fácil y mucho
menos con el recuerdo imborrable de la bofetada y su rabia contra
quien era el amor de su vida, cuando lo recordó, su cuerpo tiritó, y
como si Esther lo adivinara en su mirada, le retiró el pelo que caía
sobre su mejilla, quería verle la cara completamente, quería sonreír
y que le sonriera, lo logró y entonces, con suavidad, con ternura,
con esmero, con delicadeza unieron sus labios, Maca rodeaba la
cintura de Esther atrayéndola por completo a ella, mientras, Esther
pasaba sus brazos por los hombros y la nuca de Maca para no
dejarla escapar nunca más.

Mientras en la posada, las mujeres estaban sentadas cerca del


fuego, Fermín las había abandonado para irse con los amigos al
único bar abierto, allí compartía unas partidas de dominó y después
llegaba a casa para estar con su mujer en silencio fumando una pipa

633 ”Adiós Esther” © by ldana


y mirando el fuego, mientras ella hacia calceta. Pero aquella noche
era diferente, la casa se le había llenado con aquellas mujeres que
no hacían más que hablar de las otras dos. Cansado de escuchar
ruegos a todos los santos para que funcionara se marchó. Y allí
quedaron las tres compartiendo una tila, los nervios sin duda hacían
mella en ellas después del día tan ajetreado que pasaron.
Ca_ ¿Y qué no nos van a decir nada, eh?
En_ No creo que tengan tiempo... –sonrió con picardía.
T_ Estaba pensando yo Encarna, tú que como yo has vivido desde el
principio su relación podemos esperar tranquilas que se reconcilien
de una. Deberías haberlas visto Carmen, eran la envidia de todo el
Central, siempre tan pendiente la una de la otra, siempre besándose
a hurtadillas y no tan a hurtadillas –sonreía-, fue increíble el salto
que dieron, sobre todo Esther.
En_ Si, yo la veía tan cambiada, tan feliz, que pensaba por fin ha
encontrado al hombre de su vida. Debiste ver mi cara cuando supe
que era Maca.
T_ Es cierto –sonrieron las tres-. ¡Anda que la mía!
En_ Todo era nuevo para todas, pero hoy mirando atrás creo que mi
hija ha tenido mucha suerte... –afirmaba moviendo la cabeza-, si, la
ha tenido.
Ca_ Las dos, yo cuando vinieron aquí, estaban peleadas, pero en los
ojos de Maca vi un amor grandioso, y Esther me pareció tan
enamorada como asustada.
T_ Menuda época ¿eh?, ¡Jesús!, peleas y más peleas, miradas que
cortaban la respiración...
En_ No quiero ni recordarlo –murmuró después de beber.
Ca_ Pues ellas deberían, deberían aprender de lo vivido para que no
vuelva a suceder, tener la base del dolor para construir de nuevo la
familia dispuestas a luchar por todo sin dejarse tambalear por nadie.
En_ Ellas han superado tantas cosas, que parecía mentira verlas así.

634 ”Adiós Esther” © by ldana


T_ En el Central hacían apuestas y todo ¡eh Carmen!
Ca_ ¿Ya habrán cenado? –preguntó sonriendo ante la carcajada que
acababa de dar Teresa, un tanto nerviosa un tanto impaciente.
T_ Con lo fogosas que son, no sé yo –hizo un gesto divertido
poniéndose colorada.
En_ Que disfruten, llevan tanto sufrido que creo necesitan mil y una
noche –sonrió.
Ca_ A ver que nos cuentan... –dijo sonriente.
T_ Poco, habrá poco que contar... ya verás...
Ca_ ¿Quién creéis que pedirá perdón primero?
En y T_ Maca –se miraron sonriendo.
En_ Ahí donde la ves, tan a veces dura, tan a veces directa, en
muchas ocasiones distante, a veces muy borde, es lo que se dice
una mujer de bandera, sentimental bajo esa coraza que se pone,
cariñosa con mi hija hasta limites insospechados...
T_ Tan pendiente de esa cabeza loca...
Ca_ Bueno... pero Esther...
En_ Una cabeza loca, lo que dice Teresa –le confirmó con gesto
afirmativo-, pero que la ama con locura.
T_ Con pasión, Maca la ha hecho mujer –al ver la mirada de Carmen
agregó con rapidez-. Me refiero a que le ha hecho sentar la cabeza,
ser menos impulsiva.
En_ Pero el mismo desastre ¿eh?, que todo lo que ha pasado ha sido
por su culpa, yo soy su madre pero reconozco las cosas.
T_ La chica estaba un tanto confundida... no fue fácil para ella.
En_ Ser madre es lo más maravilloso del mundo... ir a ponerse
tonta justo en ese momento, es para darle un buen azote en el culo,
yo soy Maca y no la perdono.
Ca_ Quizás eso era una de las cosas que necesitaba pasar, ese
miedo a perder a Maca, es como cuando nuestros maridos piensan

635 ”Adiós Esther” © by ldana


que vamos a dar todo nuestro amor a nuestros hijos... a Esther le
pasó igual, es mujer, pero ama con demasiado ímpetu a Maca, no
debió ser sencillo.
T_ Ahora solo queda que alegren todo, se vayan a ese viajito
maravilloso que les ha preparado Pedro y vuelvan ya sin más
sobresaltos.
En_ Nos lo merecemos, que nos dejen descansar una temporadita.
Ca_ Hoy tengo sentimientos enfrentados –las dos mujeres la
miraron con expresiones preocupadas porque vieron como se puso
triste-. Me alegro por ellas por superar todo cuanto han pasado,
pero –agachó la cabeza pues no quería que las lagrimas que en ese
momento llegaban a sus ojos salieran. Encarna que sabía lo que iba
a decir, se apresuró a sentarse a su lado tomándole la mano al igual
que Teresa-. Os voy a echar de menos horrores... de verdad –sus
ojos se cubrieron de sombras y lloró sin evitarlo
En_ Carmen –sus ojos también se habían entristecido y un nudo se
había adueñado de su garganta.
T_ Vamos amiga... esto no significa que nos dejemos de ver...
Ca_ Lo sé... pero no será igual... Fermín tenía razón, para mí, Maca
y Esther me han devuelto la alegría de vivir –se soltó de la mano de
Encarna para sonarse y limpiarse los ojos-. Por las mañanas tenía
algo en lo que ocupar mi mente, ayudarlas a ellas, estar pendiente
de Daniel... en cierto modo era como saldar la deuda a la vida por
mi comportamiento con mi hijo...
En_ Eso no es así Carmen, no te reproches tu actitud, no puedo
consentir que cometas ese error... todos nos equivocamos y todos
podemos rectificar.
T_ Claro que si, mira Rosario con todo lo mal que lo pasaron ella y
Maca, con todos los reproches que tuvo que escuchar mi pobre
Maca, y mira ahora. ¿Quién te dice que un día tu hijo no viene? –le
preguntó sonriente tratando de darle un tanto de animo.

636 ”Adiós Esther” © by ldana


Ca_ Eso sería un milagro y ya he dejado de creer en ellos... –dijo
con un desanimó que cubrió la sala de oscuridad-, pero bueno... no
me hagáis caso estoy un poco sentimental con la situación de las
chicas.
En_ ¡Os dais cuenta lo mucho que hemos compartido!, hemos sido
cuatro mujeres al frente de un momento delicado en la vida de una
pareja, cuatro mujeres, cuatro madres coraje –sonrió.
T_ Y que lo digas... ¿hay algo más hermoso que ser madre?,
Carmen –le cogió la barbilla-. Nunca dejes de creer en los
milagros... mira Maca.

En el comedor, dos cuerpos seguían unidos, cuatro manos tomaban


la piel de la otra, repartiendo caricias al principio lentas para pasar a
cada segundo que los besos se transformaron de suaves en
apasionados, iban clavando sus dedos, llenándose de la piel que
tanto deseaban, se besaban sin piedad, con una necesidad como la
que el hambriento tiene de llevarse bocado al estómago, ya que la
necesidad de sentir aquellos besos, aquellas caricias y aquel gemir
de un placer tan verdadero como añorado era lo único que deseaban
con todas sus fuerzas, Esther había empujado suavemente a Maca
hasta apoyarla sobre la puerta, allí siguieron besándose, los labios
carnosos y húmedos recorrían todo cuando podían abarcar a su
paso, sus lenguas jugaban al ritmo de un castillo de fuegos
artificiales, que poco a poco va tomando intensidad, solo cuando
Esther bajó sus manos y la metió por el interior de la camiseta que
llevaba Maca, ésta tomo conciencia de la situación. Le costó un
mundo detener aquella marea de sensaciones, emociones y pasión,
pero los pasos debían ser dados poco a poco, para que al final, todo
acabara con una locura de placer.
M_ Esther para... para...
E_ ¿No me pidas que pare? –jadeaba y tragaba saliva.

637 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Cariño... tenemos toda la noche para nosotras –le dijo mientras
apoyaba su frente contra la de una Esther que resoplaba-. Tenemos
que hablar y quiero que veas algo...
E_ No quiero hablar... no quiero ver otra cosa que no seas tú.
M_ ¡Mi princesa guapa! –la besó sonriente.
E_ ¡Ay Dios mío! –suspiró tratando de recolocar todo su deseo en su
lugar-. Está bien... tú mandas hoy.
M_ Te quiero.
E_ Dímelo otra vez –le susurró apretando sus brazos sobre la
cintura de una Maca que se mostraba plenamente feliz.
M_ Te quiero –le musitó en su oído haciendo que un temblor
cubriera de los pies a la cabeza a Esther.
E_ Cariño... no sabes lo que escucharte significa para mí.
M_ Claro que lo sé tontita, lo sé porque para mí significa lo mismo
después de tanto sufrimiento...
E_ Te quiero –le dijo sonriendo y dejándole un fino beso sobre unos
labios que reclamaban su presencia insistentemente.
M_ ¿Vamos?
E_ No... –le apretó contra la pared poniendo sus manos sobre el
vientre de Maca.
M_ Venga... –dio una carcajada que resonó y cubrió de alegría toda
la casa.
E_ ¿Cómo lo puedes soportar? –le susurró acercándose a su boca
nuevamente.
M_ Me lo estás poniendo realmente difícil –le acarició la cara con
suavidad-. Pero todo a su tiempo, luego nos sabrá mejor.
E_ Luego pasará algo y no podremos...
M_ Te prometo que no pasará nada... lo único que va a pasar es lo
que nosotras deseemos, ¿de acuerdo cariño?

638 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ ¡Ay como te quiero!... –suspiró apartándose-, haz conmigo lo
que quieras, ¡pero hazlo ya!
M_ ¡Menuda propuesta como para facilitarme las cosas!
Se miraron y sonrieron, ambas sentían que poco a poco la
muralla que habían interpuesto entre las dos se iba derrumbando
con cada mirada repleta de amor, con cada suspiro lleno de pasión,
con cada caricia lenta y suave colmada de felicidad.
Una vez llegaron a la puerta de la cocina, Maca se puso detrás
de Esther le hizo cerrar los ojos, a lo que Esther mostró una de sus
sonrisas nerviosas, que tanto gustaban a Maca y tanto la llenaban
de paz; a cambio de dejarse llevar reclamó un beso que fue
entregado con ternura y un suspiro nervioso por parte de Maca, una
vez dentro, Maca apartó lentamente sus manos, y Esther no pudo
más que abrir la boca y soltar un silbido de sorpresa.
M_ ¿Te gusta? –la miraba sonriente y feliz.
E_ ¡Joder! –le salió de su alma.
M_ Esther por favor deja un poquito de pensar en ello –le dijo
burlándose de ella, y al percatarse de su comentario le dio un
pequeño manotazo en su brazo derecho mientras le sacaba la
lengua un poquito. Ante aquel gesto Maca se mordió el labio y le
dijo acercándose hasta su cara-. No me provoques...
E_ Lo siento... eso no vas a lograrlo –le dio un beso rápido pero
Maca no la dejó ir tan fácilmente, esta vez fue ella quien tomándola
por la cintura la atrajo y la beso apasionadamente. Al separarse,
Esther sonrió-. Cuanto echaba de menos estos besos.
M_ Si te portas bien, habrán más –le guiñó el ojo dándole
simpáticamente un golpecito en el culo-. ¿Te sientas?
E_ ¿Lo has preparado tú?, ¿has traído un catering?...
M_ Muy graciosa –le habló con tono guasón-, ¿tú crees que teniendo
a esas tres pedazos de mujeres que tenemos voy a perder el tiempo
con un catering?
E_ ¡Ahora lo veo claro!, ¡por eso me echaron!

639 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Si –sonrió ampliamente mientras se sentaba enfrente.
E_ ¿Fue tuya la idea de mandarme fuera, verdad?
M_ Te aseguro que no... mía fue la idea que viene después... –le
miraba con una picardía desafiante a los ojos.
E_ ¿No vas a sentarte a mi lado? –le devolvía la mirada.
M_ No –sonrió al recordar el momento preciso al que estaba
haciendo referencia Esther-. Lo siento... de verdad... creo que me
pasé.
E_ ¡Qué va!, estuvo genial –sonrió llenándose de ella.
M_ ¿Empezamos?
E_ ¡Uf!, ¿y por dónde? –miró todos los platos que allí habían.
M_ Por el principio. ¿Recuerdas cuándo nos conocimos?
E_ Creo que nunca podré olvidarlo, te odié tanto que a veces me
pregunto como puedo amarte así, como te amo, como te siento mía.
M_ Ya... yo sin embargo me quede coladita por ti desde el primer
momento en que te vi, y ahora, siento que aquel sentimiento no
significa nada con lo que siento ahora –le alargó la mano y Esther se
la tomó sonriente.
E_ Maca... siento de verdad todo cuanto ha pasado... creo que
perdimos el tiempo tontamente.
M_ Es cierto... yo...
E_ La culpable soy yo –le interrumpió sin dejarle seguir, después le
acarició con ternura las manos-. Te aseguró que cuando estabas en
coma, no podía con mis remordimientos... lo he sentido tanto... que
te prometo nunca más dejar que algo así, nos separe... no quiero
perder ni un solo segundo de mi vida a tu lado.
M_ Ni yo –entrelazaron sus dedos con gesto de emoción-. Yo
también tengo mi culpa Esther, no sé como creí a Luna... de
verdad...
E_ Olvidemos todo cariño... ahora estamos aquí, retomemos
nuestras vidas, nuestro amor sabiendo lo mucho que podemos
640 ”Adiós Esther” © by ldana
perder... que al menos esto sirva de algo, que tanto dolor no quede
en el vacío.
M_ Tienes razón... esta mañana cuando me he levantado y no
estabas... creí por un momento que me moría –hablaba con voz
calmada pero repleta de angustia-. No quiero perderte nunca más
Esther... te quiero...
E_ Y yo mi niña...
M_ Se va a enfriar...
E_ Será lo único que se enfríe –le guiñó el ojo provocativamente.
M_ Venga... va... que luego lo tendrás que demostrar –dio una
carcajada.
E_ ¡No sabes lo que me provoca esa carcajada! –sus ojos se
pusieron vidriosos.
M_ ¿Vino?
E_ ¿No será cabezón?, seguro que lo ha dejado Carmen.
M_ Pues no sé si es o no, esta vez no me ha dicho nada, aunque no
creo que lo necesitemos, ¿verdad?
Esther sonrió ampliamente dando con aquella sonrisa coqueta
la contestación que tanto esperaba Maca.
Aquella cocina de campo, se había convertido en una
improvisada sorpresa, como si del mejor restaurante se tratara. En
la mesa un mantel que según Carmen había encontrado en su
Fonda, venía con un pedido que hicimos de vino, le contaba entre
risas Maca a una Esther que devoraba aquellos platos que entre las
tres habían preparado, la comida que más la deleitaba, todo casero
hecho por las manos únicas de esas tres mujeres de bandera, unas
velas con candelabros de plata brillante, le daba el toque intimo a
aquel lugar donde tantas conversaciones se habían dado, Esther le
contó alguna de ellas, quizá la que más le había impactado, fue
aquella que tuvo con Fermín, quizá quien mejor entendía su estado
desesperante, su agonía y su miedo. Al contarlo Maca buscó la
calidez de su mano, se aferró a ella sonriéndole con pena, sabía

641 ”Adiós Esther” © by ldana


cuanto había sufrido, lo supo cuando leyó sus ojos cuando vio su
rostro un poco más delgado, un mucho más triste.

Mientras, en Jerez una nerviosa Rosario abandonaba de vez en


cuando la fiesta donde se encontraba para localizar a Teresa, desde
donde estaba no había cobertura y no dudó en marcharse del lugar
ante una disculpa sonriente por el jardín de aquella enorme casa de
aquel acaudalado amigo de Pedro, hasta conseguir localizar a
Teresa.
R_ ¡Teresa!
T_ ¡Caray Rosario un poco más y me dejas sorda por los restos! –
contestó ante la sonrisa de Encarna y la de Carmen, quien se había
recuperado un tanto de su tristeza.
R_ ¿Sabéis algo?
T_ No, y seguro que no vamos a saber nada hasta mañana, hemos
visto pasar el coche de Esther, si no ha regresado es que no ha
huido despavorida de Maca.
R_ Bien –suspiró profundamente-. Estoy de los nervios.
T_ Ya lo noto ya.
R_ ¿Y vosotras?
T_ Llevamos varias tilas, pero cada minuto que pasa juega a nuestro
favor...
R_ He rogado tanto que se aclare todo, que ahora estoy temblando
del miedo.
En_ Rosario –le cogió el teléfono a Teresa-. Tranquila mujer, que
nuestras hijas seguro que están ya más que reconciliadas –dio una
carcajada.
R_ Dios te oiga Encarna... ¿sabes?
En_ Dime hija.
R_ Os echo de menos, en especial a ti.

642 ”Adiós Esther” © by ldana


En_ Igual te digo... pero pronto nos veremos para celebrar que
volvemos a formar parte de la misma familia.

Habían terminado la cena entre anécdotas divertidas que


contaba Esther a una Maca que cada segundo pensaba que no iba a
poder resistir la distancia y terminaría pasando por encima de la
mesa hasta llegar a su mujer, y hacerla suya entre los restos de la
cena. Solo cuando vio que había terminado de comer, ¡qué le costó
lo suyo!, pensó para sí, se levantó hasta la nevera.
E_ ¿Mas sorpresas? –la miraba encantada.
M_ Sí –sacó un plato repleto de mousse de chocolate, cerrando la
nevera con el culo-. Nos vamos a poner las botas.
E_ ¡Chocolate! –abrió sus ojos mirándola fijamente-. ¿Tú lo vas a
necesitar?
M_ Te aseguro que no... pero ya que está hecho...
E_ Esto ha sido idea de mi madre, seguro –ambas sonrieron-.
Cuanto han sufrido con nosotras cariño...
M_ Lo sé –dibujó una sonrisa triste-. Pero ahora deben estar
pensando si hemos hecho las paces o no...
E_ Oye... ¿puedo darte una idea para tu sorpresa? –sus ojos
picarones chispeaban de alegría arrancándole una carcajada
emocionante a Maca-. Y... y si nos llevamos el chocolate a la
habitación... –se mordió el labio guiñándole un ojo mientras Maca
entrecerraba los ojos-. ¿Eh?
M_ Pues...me parece una idea estupenda...
E_ No puedo más Maca... te lo aseguro –se puso en pie y
lentamente fue hasta ella que se había quedado de espaldas a ella
tras dejar la bandeja sobre el banco de la cocina-. Llevo mucho
tiempo bajo una presión terrible –se paró justo quedando a escasos
centímetros de ella. Maca se volvió no quería perderse ni un solo
segundo de aquella mirada-. Por cierto estás muy guapa.

643 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Tú también, ese peinado te queda divino... –le acarició con
suavidad la melena.
E_ Lo sé, siempre me decías que era el que mejor me quedaba...
M_ ¿Te lo has cortado a propósito?, a ver que más llevas –bajó su
mano hasta la camiseta que llevaba apartándola un poco pero
Esther la quitó suavemente mientras la llevaba a su boca besándola-
. Creo que será mejor que nos vayamos...
E_ He hecho tantas cosas a propósito últimamente... que ya me
había quedado sin recursos.
M_ Eso no es cierto –le besó con suavidad-. Toda tú eres un recurso
que me vuelve loca.
E_ Maca –murmuró besándola con pasión la empujó nuevamente
contra el banco, sus bocas se devoraban con pasión, su deseo iba en
aumento llegando a un punto donde parar era una locura, pero Maca
paró, nuevamente paró y entre jadeos y con los ojos cerrados
Esther susurró-. No, otra vez no...
M_ Ven –la cogió del brazo y tiró de ella para salir corriendo hacia la
habitación, parecía que ella tampoco estaba dispuesta a aguantar
mucho más.
E_ El mousse –dijo sin éxito porque Maca no paró.
M_ Vale, ya está –se detuvo delante de la puerta mirándola con
gesto de deseo, luego resopló-. ¿Preparada?
E_ Estamos locas Maca... –dio una carcajada al ver el gesto de
Maca.
M_ Ya no puedo más... venga... cierra los ojos.
E_ ¿Otra vez?
M_ Se lo prometí a tu madre...
E_ Va... va... abre... –hablaban con la respiración jadeante casi al
borde de la locura-. ¡Abre!
M_ Voy, voy.
E_ ¿Qué haces?
644 ”Adiós Esther” © by ldana
M_ Sacar el pañuelo.
E_ Joder... va –se dio la vuelta para facilitar la maniobra mientras
Maca se partía de risa.
M_ No te muevas o no puedo –le protestó.
E_ Esto es de locos –le decía riéndose.
M_ ¿Ves algo?
E_ No, y si tardas mucho a quitármelo, me vas a cortar la
circulación.
M_ ¡Mira que eres bruta!
E_ ¿Yo?, venga ¡va! –le decía nerviosa-, o no te duro ni un minuto.
M_ Te aseguro que me vas a durar mucho más –le susurró en su
oído nuevamente con su voz sedosa notando su respiración.
E_ Maca... por lo que más quieras... abre la puerta.
Con una amplia sonrisa, Maca abrió la puerta introduciéndola
con cuidado en la habitación, mientras la conducía hasta el lugar
indicado su sonrisa no se borraba ni un segundo de sus labios. La
dejó justo al lado de la cama, ella se separó un poco, Esther que
hasta entonces la notaba cerca por su respiración, se dio cuenta que
se había quedado sola.
E_ ¿Qué haces ahora?, ¿dónde estás? –movía sus manos al aire
pero Maca no contestó, de repente se oyó una música, la reconoció
al segundo, era el piano de Catherine Marie Charlton, tocando
“River Dawn”, la habían descubierto por casualidad una noche y no
les hizo falta palabras porque con sus notas, se desataron sus
deseos y por siempre quedó aquella música para su intimidad. Tal
fue así que Esther suspiró murmurando-. Dios...
M_ Ya puedes quitarte el pañuelo –su voz le hizo entender que no
estaba muy lejos de ella.
Al quitarse el pañuelo vio toda la habitación como a ella le
gustaba, muchas veces Maca se burlaba de ella, eso de las velas es
de una ñoñería, le decía entre risas. Y allí estaba, con la habitación

645 ”Adiós Esther” © by ldana


iluminada de manera mágica, con las notas de aquel piano volando,
envolviéndolas, capturándolas, penetrando en sus corazones. Maca
esperó que Esther diera unos pasos que la llevaran hasta ella,
entonces se miraron a los ojos emocionados, ojos repletos de amor,
y sin decir palabra se aferraron la una a la otra, un abrazo profundo,
añorado, un abrazo delicado donde el amor fluía uniéndose a esas
notas que llegaban suaves hasta ellas, notas que hacían que sus
cuerpos vibraran de deseo.
E_ Te quiero –le dijo mirándola y llenándose de ella.
M_ Te adoro, eres mi diosa, mi vida... no quiero vivir sin ti –la
miraba llenándose de ella.
E_ Te aseguro que no sé vivir sin ti, te lo aseguro mi amor.
Volvieron a unir sus labios, parecía que todas las prisas que
habían sentido antes de entrar, se les habían desvanecido,
lentamente se besaron, se abrazaron sin prisas, Maca dejó un suave
beso sobre el hombro de Esther que la aferraba como si temiera que
al soltarla algo pudiera romper la magia del momento.
Poco a poco fueron necesitando más, primero Maca metió sus
manos bajo la camiseta de su mujer quien gimió sin quererlo evitar,
Maca le sonrió le gustaba tanto hacerle sentir aquel placer, pero la
sonrisa se le borró tan rápido como Esther buscó el roce de sus
manos con sus pechos, tuvo que morderse el labio y suspirar
profundamente, después, con calma pero entre jadeos y suspiros se
fueron quitando la ropa, cuando quedaron libres tal y como les
gustaba verse, con la piel preparada para llenarse de la otra piel, se
tumbaron sobre la cama, la pasión fue creciendo, las caricias se
fueron haciendo cada segundo más intensas, sus lenguas
comenzaron a jugar, sus caderas se buscaban y escapaban por
igual, sus respiraciones se habían lanzado en la carrera del goce
mutuo, primero Maca sobre Esther, después Esther hizo rodar el
cuerpo de su mujer quedando sobre ella, se mostraron los ojos la
pasión que sentían, sintieron humedecer sus pieles, y entonces
cuando las dos estuvieron preparadas hacia el bello viaje del placer,
decidieron cada una tomar el mismo camino, no quisieron llegar por
646 ”Adiós Esther” © by ldana
separado, un único recorrido, una única carretera que llevaba al
cielo, a ese espacio entre la vida y la muerte, ese limite donde la
vida parece que se les iba, y donde ambas sintieron que morir a
cambio de esa sensación era un buen precio para abandonar la vida.
Una vez llegaron a un orgasmo mutuo, se abrazaron, Maca estrechó
con fuerza el cuerpo desnudo y todavía tembloroso de Esther, que
con los ojos cerrados disfrutaba de esas caricias lentas y casi
autómatas por parte de la pediatra que disfrutaba de la música
relajante.
Pero ninguna quería aquella corta vivencia, de ese modo, fue Maca
quien tumbó a Esther en la cama, le susurró que se pusiera boca
abajo, y ella encantada con una sonrisa que parecía estaba
hechizada por la mirada de su mujer, le hizo caso, despacio Maca
comenzó a acariciar su espalda, sabía que le gustaba aquel masaje,
sus dedos recorrían lentamente la espalda de abajo arriba, de arriba
abajo, de vez en cuando era tan solo un pequeño roce de sus
yemas, sobre todo, cuando las pasaba por la parte lateral de sus
pechos, la respiración entrecortada de Esther le demostraba que lo
estaba logrando, y cuando más respiraba señal inequívoca que
estaba logrando su propósito, se tumbó sobre ella besando su
mejilla, dejando una caricia mínima con su lengua por su rostro,
produciendo un estremecimiento en ella, que le provocó una sonrisa
vencedora, después, el masaje se alternó tierno y fiero, la espalda y
el trasero, hasta que Esther notó como tan solo una mano jugaba
por ella, la otra, se desplazó con cuidado entre sus piernas,
mientras Maca se mordía el labio pensando en lo que iba a llegar, su
roce, con aquel tesoro que era únicamente suyo, le hizo a ella
misma cerrar los ojos, allí la esperaba Esther, que se aferró a las
almohadas ante aquel reencuentro. El piano de repente tuvo a bien
crecer un poco su intensidad, y Maca lo siguió como si fuera el
director de la orquesta en la que Maca estaba logrando con su solo,
cautivar a su única espectadora, Esther se movía mientras gemía
con fuerza, se contraía de placer mientras Maca no paraba de
acariciarle, hasta que por fin, con una ovación cerrada, Maca
consiguió el éxito esperado, y como si con él, el cansancio se

647 ”Adiós Esther” © by ldana


apoderara de ella, tuvo que dejarse caer en la cama justo al lado de
quien había disfrutado de aquel concierto intimo para dos.
E_ Bestial... –fue lo único que pudo decir tratando de tragar saliva
por una garganta seca como el desierto.
M_ ¿De verdad? –sonrió con su respiración un tanto agitada.
E_ De la buena.
Se subió sobre ella, mirándola fijamente, bebió sus pechos
sedienta, sin perder tiempo y con la sonrisa dibujada en sus labios
recorrió su cuerpo con lentitud con caricias lentas pero firmes,
después hizo el mismo recorrido con su lengua, jugueteando con su
ombligo, provocando en Maca gemidos incontrolados, suavemente
con sus manos empujó un poco su cabeza, cogiendo sus cabellos
entre sus dedos, le repetía una y otra vez lo que quería con su voz
repleta de deseo, un deseo que encendía a Esther, quería verla
como tanto le gustaba, y para eso, sabía lo que tenía que hacer,
como si fuera un buceador con la visión más maravillosa que podía
tener, única y exclusivamente para ella, buceó entre sus piernas,
sabía que allí estaba el coral más preciado, lo buscó con cuidado, al
principio notó como el estremecimiento de Maca, le hacía recorrer el
fondo del mar un poco más rápido, ella y solo ella era capaz de
poder saborear aquel mar salado que Maca le ofrecía entre suspiros
y gemidos, sabía que estaba en el lugar acertado, podía notar como
el mar calmado cada vez se agitaba más convirtiéndose en un mar
tormentoso, podía beberlo, saborearlo, disfrutarlo con total
dependencia, hasta que Maca gritó y aferrándose a sus manos que
trataban de abrirse paso en aquel maravilloso mundo marino que
tanto le gustaba, musitó su nombre con total entrega. Después
reptando por su cuerpo como si fuera una serpiente subió hasta su
boca, ya estaba en la superficie, y podía respirar volver a su lugar el
oxigeno y disfrutar de los latidos incontrolados del corazón de Maca
y del suyo mismo.
M_ Te quiero Esther... –lo dijo débilmente, pero con una intensidad
que llegó hasta el corazón de su mujer que sintió como la piel se
erizaba.
648 ”Adiós Esther” © by ldana
E_ Y yo mi amor.

Durante un buen rato, Maca abrazaba el cuerpo desnudo de


Esther que se había acoplado a los huecos del de su mujer, parecía
que estaba perfectamente concebidas para ocupar aquel lugar
pareciendo una. Ambas trataban de recuperar poco a poco la
respiración, el ritmo de sus corazones iban descendiendo después
de tanta intensidad, la calma había cubierto el ambiente que
segundos antes había vivido un autentico diluvio de amor.
Cansadas, se apoyaba la una en la otra, parecía que el sueño les iba
a vencer, Maca acariciaba lentamente el vientre de Esther mientras
ésta, se había aferrado a la mano que tenía bajo su cuello y que la
estrechaba. Se oía únicamente las respiraciones de ambas, y ante
aquel silencio intenso apareció el susurro enamorado y cansado de
Maca.
M_ ¿Estás dormida, cariño?
E_ Casi –murmuró con su voz extasiada y los ojos cerrados.
M_ ¿Tú sabes que nos hemos dejado el chocolate en la cocina? –
levantó un poco la cabeza para tener la visión de su rostro tranquilo
y relajado pero que ante su pregunta, dibujó una sonrisa.
E_ Sí, lo sé.
M_ ¿Por qué no vas?
E_ ¿Yo? –le preguntó sonriente-. Las piernas no me obedecen Maca,
aún me tiemblan.
M_ Y más que te van a temblar... –le susurró cerca de su oreja
provocándole un suspiro-. Sé buena chica.
E_ ¿Más? –trató de zafarse del cuerpo que tenía pegado al suyo.
M_ Sí, y te prometo que te recompensaré –se separó lo justo para
subir sobre ella, apoyar su codo en la almohada y observarla. Esther
le acarició la mejilla con el dorso de la mano suavemente, para
depositarla en los labios sensuales de Maca que le dejó un fino beso-
. Te quiero.

649 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ Mañana no vamos a poder movernos... tendremos una agujetas
que a ver como lo contamos.
M_ ¿A quién quieres contar nada? –la miró sorprendida y sonriente
mientras su mano jugueteaba con su pecho derecho con extrema
dulzura.
E_ Pues... ¿voy a tener más sorpresas?
M_ Vamos a estar solas unos días... nadie nos molestará –le guiñó
el ojo y la besó.
E_ ¿Ah si? –se mordió el labio-. Lo has planeado todo muy bien ¿eh?
M_ ¿Te gusta?
E_ Me encanta –se besaron suavemente.
M_ Y a mí.
Aquel susurró llegó acompañado de un pequeño roce de sus
labios en la oreja derecha de Esther que se estremeció regalándole
un gemido gutural que hizo que Maca siguiera rozándole unas veces
con los labios, otros con la punta de la nariz y alguna vez
regalándole una sensación vertiginosa, con la punta de la lengua.
Después de tanta pasión, les apetecía algo más calmado, Maca dejó
de apoyarse sobre la almohada, para subir sobre Esther a
horcajadas, ella apoyó sus manos suavemente sobre su espalda y
así en aquella postura tan íntima comenzaron a besarse
suavemente, no separaban sus bocas por si se perdían, sus labios
parecían el imán unos, y el hierro otros, después de devorarse sus
movimientos tiernos, suaves y delicados, les daban un placer
maravilloso que les hacía perderse en aquel maravilloso mundo del
amor.
Tras unos minutos de besos y cuando Esther notó que Maca
intensificaba sus movimientos decidió devolverle la moneda.
E_ Para –le dijo separando sus labios ladeando la cabeza hacia la
izquierda.
M_ ¿Qué pasa? –le preguntó un tanto turbada.

650 ”Adiós Esther” © by ldana


E_ El chocolate mi vida... el chocolate.
M_ No lo necesitamos cariño –le besó el cuello justo allá donde
sabía que Esther se desmoronaba.
E_ No, no y no –se zafó de su boca y de su cuerpo con un
movimiento ágil, que provocó un quejido amargo de Maca al dejarse
caer a la cama, después se giró y tuvo la visión maravillosa de
Esther completamente desnuda mirándola con una sonrisa-. No
vamos a hacer el feo de no probarlo.
M_ No me hagas esto, por favor... –dijo frunciendo los labios
disgustada.
E_ Donde las dan –estiró la manta y la obligó a darse una vuelta en
la cama-, las toman.
M_ ¡Qué vengativa eres! –entrecerró sus ojos.
E_ Después de todo cuanto me has hecho... algo debía hacer, ¿no?
–Maca sonrió mientras se pinzaba el labio inferior con expresión
meditabunda-. Oye te has dado cuenta que se ha terminado el
compact.
M_ Si.
E_ ¿Hemos estado una hora haciendo el amor?
M_ Y lo que nos queda –se puso de rodillas en la cama acercándose
hacia una Esther que le sonreía de manera totalmente provocativa
con ese brillo especial que da el amor en sus ojos-. Ven aquí.
E_ No –se separó y echó a correr mientras decía divertida-. Ya
vuelvo, ¡aguanta!
Sonriente se quedó allí mirando la puerta, exhaló un profundo
suspiro, ahora podía sentir el amor en su interior, podía sentir el
deseo por esa mujer que la volvía loca, notaba como su corazón
latía alegre, como su alma pedía más y más besos para llenarla de
calma, notaba como todos sus miedos se habían evaporado, estaba
junto a Esther... allí seguía... a su lado como siempre, todo lo que
había pasado quedaba atrás, lo había superado. Con una amplia
sonrisa y las ilusiones a flor de piel, saltó de la cama y volvió a

651 ”Adiós Esther” © by ldana


poner la música, un poco más alta, después saco la botella de
champán que tenía guardada bajo la cama, y las dos copas que
Carmen le había traído, pero entonces, una sonrisa traviesa iluminó
su cara, devolvió las copas a su lugar, y dejó la botella sobre la
mesita. Después se asomó para ver si Esther venía, tardaba más de
lo normal, algo estaría haciendo pensó, entonces se acercó hasta la
ventana, separó la cortina lo justo para poder llenarse de una noche
mágica. Miraba al cielo, con sus ojos repletos de alegría, si bien no
era muy de Dios, esa noche necesitó gritarle “Gracias”, “gracias” por
haber superado algo tan grave, “gracias” por recuperar su interior,
pero sobre todo, “gracias”, “millones de gracias” por tener a su lado
a la mujer de su vida, a quien le había robado el corazón, a quien le
daba motivos todos los días cuando se levantaba para seguir
luchando, a la mujer que le había dado la oportunidad de ser madre,
la mujer que amaba, la mujer que necesitaba para respirar, dio
“gracias”, con sus ojos emocionados, y entonces notó como las
manos de Esther la abrazaban arrastrando la manta y acercándola a
su cuerpo desnudo.
E_ ¿Qué haces?
M_ Agradecer –dijo y guardó silencio.
E_ ¿Por recuperarte? –no se movieron de la misma postura en la
que estaban con la música de fondo y el reflejo de la chimenea
jugueteando entre ellas.
M_ Por tenerte.
E_ Yo las he dado todos los días mi vida –Maca reposó su cabeza
sobre la frente de Esther-. Gracias por poder amarte y esperar que
cuando te pusieras bien, quisieras estar a mi lado.
M_ ¿Cómo no lo iba a estar? –entonces se giró mirándola a los ojos
intensamente-. No quiero otra cosa que no sea estar a tu lado, estar
junto a ti, despertar todos los días llenándome de ti –sus ojos no se
separaban ni un instante de los de Esther que la miraban con
devoción y una sonrisa dibujada en sus labios que le daba una
mueca de infinita ternura a su rostro, mientras Maca le hablaba con

652 ”Adiós Esther” © by ldana


voz queda pero emocionada-. Esther... eres mi vida... tú y Daniel
sois mi vida... no quiero vivir de otro modo que no sea contigo,
criando a nuestro hijo.
E_ Que casualidad –le sonrió al ver el gesto un tanto desconcertado
de Maca, entonces le entregó un beso suave que tal como dijo
Octavio Paz, “un mundo nace cuando dos se besan”, y justamente
ese beso daba vida a un nuevo mundo, su mundo-. Porque yo
quiero lo mismo.
Maca pasó sus manos por la cintura de Esther se entregaron
besos repartidos por la piel, caricias que buscaban hambrientas
saciar el deseo de descubrir cualquier rincón para invadirlo y hacerlo
suyo.
E_ Vamos...
M_ Si, será mejor –la miró sonriente mientras caminaban hacia la
cama. Entonces Maca descubrió todo cuanto había en la mesilla de
noche-. Ahora entiendo porque has tardado tanto...
E_ Con el chocolate no tenemos ni para empezar... así que pensé
que unas fresas, unos cuantos trocitos de hielo –tiritó sólo al pensar
en el placer que sentía cuando Maca jugaba por su cuerpo con ellos-
. En fin...
M_ Yo también voy a contribuir... –sonrió pícaramente acercando su
frente contra la de Esther que después se echó a la cama quedando
boca arriba, desafiando con un abrir y cerrar sus piernas de manera
sofocante para Maca.
E_ Oye... pero después de todo pienso que quizá deberíamos
posponerlo
M_ ¿Estás de coña, claro? –Maca gateaba hasta ella, al llegar a sus
pies comenzó a besar los dedos.
E_ No –suspiró mientras sacudía su cabeza por la intensidad que
había sido para ella aquella caricia suave de los labios húmedos de
Maca-. Estás convaleciente cariño... debo pensar en ti.

653 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Lo –interrumpió las palabras para subir con su lengua por la
pierna derecha de Esther hasta posarse en su muslo justo al lado de
su sexo con un pequeño mordisco-, que estoy –pasó su lengua
recorriendo lentamente el tesoro de una Esther que tenía la piel
erizada y los ojos cerrados, mientras entreabría su boca. Maca se
detuvo en el ombligo-, es muy pero que muy –bebió sus pechos
lentamente, succionó con pasión ambos pezones mientras Esther se
agarraba a la sábana. Después lentamente le besó los labios y se
dirigió a su oreja, allí lamió el lóbulo y le musitó-. Lo que estoy es
caliente... muy caliente mi niña.
Entonces Esther rompió en una gran carcajada, la tumbó sobre
la cama y empezó a besarla sonriendo.
E_ Me vuelves loca... completamente loca... ¡cómo te he echado de
menos mi amor!
M_ Lo sé...
E_ Oye… tenemos un problema –le dijo incorporándose sobre ella.

M_ ¿Cuál? –la miró dubitativa.


E_ No tenemos copas... –entonces la sonrisa de Maca le hizo caer en
la cuenta de cuales eran sus pretensiones-. Eres... eres... eres un
bicho malo pero malo muy malo.
Le hizo cosquillas, rodaron por la cama entre risas, besos y
caricias, hasta quedar Esther sobre Maca mirándose a los ojos,
repletos de amor.
E_ Te quiero.
M_ Esther...
E_ Dime –le besó la punta de la nariz.
M_ Sé que ha sido horrible lo que has vivido por mi culpa...
E_ No... Maca por favor –puso sus dedos sobre los labios de una
Maca que había mostrado una mueca triste-. Ya está, todo ha
pasado y ahora es tiempo de disfrutar, ¡y ya!

654 ”Adiós Esther” © by ldana


M_ Me he preguntado muchas veces porque te quiero tanto.
E_ ¿Y? –la miró sonriente.
M_ Pues que eso... que te quiero mucho... –sus labios sonrieron sin
separarse de lado-. Te quiero por muchas cosas... pero la que
más... porque eres un ser maravilloso... completamente,
absolutamente maravillosa.
E_ Que va –le sonrió sonrojada-. Tú me haces así. Te lo aseguro.
M_ Se va a deshacer el hielo... venga.
E_ Maca...
M_ ¿Qué?
E_ No me dejes nunca cariño... no me dejes nunca.
Nuevamente besos... nuevamente caricias... los cuerpos
comenzaron a bailar con el son de la pasión siguiendo aquella
música que les hacía arder en deseo, se lanzaron a esa danza en la
que primero una, después otra, más tarde las dos, saborearon el
placer más intenso, a Esther le volvió loca el hielo en la boca de
Maca jugueteando por sus pezones, a Maca le volvió
tremendamente loca, cuando Esther dejó caer el champán por su
sexo, bebiendo de él, y viceversa porque Maca no quería perderse el
sabor de la gloria más absoluta. Pensaron que eran afortunadas al
estar en un lugar tan solitario, no controlaron ni un solo gemido, no
tenían que esforzarse por sellar sus labios, en aquella noche de
reconquista, en aquella noche donde ambas habían llegado a la
guerra del amor con los bolsillos llenos de cargamento, besos
tiernos, besos apasionados, besos ligeros, besos profundos, juegos
con sus lenguas, manos repletas de ternura para acariciar, repletas
de sensibilidad para desencadenar el placer más absoluto, un
cargamento de felicidad. Terminaron exhaustas, recriminándose
amor, de la manera más brutal, susurros entregados, palabras
hermosas y tiernas... caricias lentas y profundas que desarbolaban
a la mejor guerrera, pero había una diferencia máxima... ambas
ganaron, ambas lucharon por obtener de la otra lo mejor, ambas
para ofrecer a la otra una victoria un grito al subir al cielo, ambas

655 ”Adiós Esther” © by ldana


fueron vencedoras en el lecho del amor, en la batalla del placer, sus
cuerpos repletos de caricias terminaron temblorosos, sus fuerzas
repartidas por las sabanas, sus labios humedecidos al igual que sus
cuerpos por la señal de la bandera blanca, rendición tras un
orgasmo compartido una y otra vez, que les dio en aquel lecho, lo
que durante cinco meses les había sido arrebatado, el amor y la
pasión en estado puro.
La batalla de la pasión por amor ganada.
No quedo chocolate, ni rastro del hielo, ni champán, ni fresas,
sólo quedaron dos mujeres saciadas de amor, abrazadas
repitiéndose mil veces un te quiero necesitado, un amor, un cariño,
un balbuceó tierno hasta que por fin, les venció el sueño, pero
juntas, sin separarse por miedo a perderse, soñaron el mismo
sueño, sintieron el mismo calor, una y otra, ambas juntas enlazadas
unidas, nuevamente en un mundo pintado del color del amor,
nuevamente una, una en pareja de dos.

[continuará]

656 ”Adiós Esther” © by ldana

También podría gustarte