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TROVADORES Y JUGLARES – INTRODUCCIÓN – 1948

El conde de Poitiers (Guillermo, Duque de Aquitania), Marcabrú, Jaufre Rudel,


Bernardo de Ventadorn y la Condesa de Día están entre los más antiguos representantes
de la literatura provenzal. La historia de la poesía provenzal tiene un desarrollo por dos
siglos y termina con una tragedia.
El provenzal o lengua de oc o limosín fue hablado en el mediodía de Francia,
mientras el antiguo francés o lengua de oil fue hablado en el norte. Huellas de provenzal
se encuentran en documentos notariales del siglo VIII. El documento literario más
antiguo está en un texto de Boecio de entre el 950 y el 1050.
La poesía trovadoresca se inicia con los cantares de Guillermo VII, conde de
Poitiers y IX, duque de Aquitania, que reinó entre el 1087 y 1127. Se trunca con la
Cruzada de los Albigenses de 1209, que terminó con la vida feudal y cortesana del sur
de Francia, unificando el país lingüística y políticamente. Los trovadores y juglares se
dispersaron por las cortes de Italia del Norte, Sicilia y en las de Cataluña y Aragón. La
historia de la poesía amorosa de los trovadores supera apenas el siglo. De esta poesía
hay ecos en Dante, Petrarca, en poetas españoles y en el Renacimiento.El uso de la
lengua provenzal fue condenado como herejía por Inocencio IV en 1245.
El interés por la poesía provenzal resurgió en el romanticismo, y los estudios
filológicos contemporáneos demostraron su aporte en la cultura literaria occidental.
En esta antigua literatura poética se pueden distinguir dos escuelas:
 Realista, encabezada por Marcabrú, y que cuenta el ella a la condesa Beatriz de
Día. Son preponderantemente juglares.
 Idealista, iniciada con Guillermo IX, son sobre todo nobles. Jaufre Rudel y
Bernardo de Ventadorn.
El carácter distintivo de la escuela realista no se limita al realismo y la
sensualidad, ni a la contradicción en su moralidad, sino al estilo arcaico y hermético de
la expresión, es un trovar clus. En cambio Ventadorn tiene un trovar leu, y Arnaldo
Daniel un trovar ric.
La gloria de la poesía provenzal antigua se basa en la lírica amorosa y
caballeresca de los trovadores; la epopeya y la poesía didascálica correspondían a la
Francia del Norte. La épica era para la Francia del norte, la lírica para la Provenza. Esta
poesía amorosa es madura y refinada, el poeta más antiguo que se conoce es Guillermo
IX pero con anterioridad a él debió de urdirse toda una tradición poética que preparó y
maduró su refinamiento verbal y sentimental.
El tema de la poesía provenzal es el amor ilegítimo, el amor a la mujer casada,
tan difundido y galante como para ser tolerado y agradecido por el esposo. El poeta-
amante es siempre inferior a la dama, ella le prodiga protección y gracia; esta es una
situación derivada de las costumbres y las leyes feudales que sobrevivió hasta en la
escuela siciliana, donde el emperador, Federico II, se declara “servidor” de la dama.
Recién en la escuela del Dolce stil nuovo en lugar de la dama, noble y de mayor rango
social, se suplantará por el de la mujer.
La mujer amada de los provenzales es siempre noble, su gentileza de corazón
coincide con su rango social, excluye a todas las otras mujeres. Con el Dolce stil nuovo
la nobleza ya no es una jerarquía social y feudal sino una cualidad individual del alma
que coincide con la gentileza del corazón y la virtud.
El amor provenzal descendía como una gracia de la mirada de la mujer elegida,
el trovador esperava pasivamente la suprema dádiva.
Una unión matrimonial encaminaría hacia la unificación de los dos lenguajes (el
de Francia del norte y el de Provenza): Eleonora de Aquitania, nieta de Guillermo IX, se
casó en 1137 con Luis VII de Francia, trasladándose al norte con su corte de poetas y
juglares que hicieron familiares en el norte el lenguaje y la poesía cortesanos de los
provenzales. En 1154 Eleonora se casó con Enrique Plantagenet de Inglaterra,
trasladándo nuevamente su corte.
Literalmente, trovador es el poeta que trova, que inventa o crea las rimas, los
versos y las melodías; el juglar es aquel que las interpreta y canta de corte en corte, de
comarca en comarca. El trovador sería un músico compositor, mientras el juglar
transmitiría las composiciones originales por medio del canto y los instrumentos. Pero
los dos vocablos terminaron confundiéndose indicando poeta e inventor de versos. El
trovador era generalmente noble y el juglar era del pueblo.
Los trovadores y juglares florecieron en torno a ciertas cortes generosas como
las de Guillermo IX, y Raimundo V y Raimundo VI, conde de Tolosa. Grandes mecenas
estos príncipes, y poetas también, suscitaron un clima de alta cultura, con su
despreocupación, su código de amor ilegítimo, con su indiferencia religiosa y con la
curiosidad hacia ciertas herejías. Provocaron primero la sospecha y luego la persecución
de la Iglesia ortodoxa. La vida galante y cortesana había ido acogiendo una forma de
religión indiferenciada que proponía un sólo Dios, el del Bien. Los contactos con
Oriente, provocados sobre todo por la Primera Cruzada (1095-99) introdujeron en el sur
de Francia doctrinas esotéricas como la metempsicosis, los ídolos y el goce de los
instintos que atacaban el rito católico.
En Francia la necesidad de unificación del país y los intereses de la monarquía
generaban una lucha contra las grandes casas feudales de la Provenza. La Cruzada
contra los Albigenses (de la ciudad de Alby, principal sede de la herejía anticristiana y
de ritos paganos orientales) fue declarada por Inocencio III en 209 y en 18 años devastó
todo.
Con la caída de las dinastías feudales, la dispersión de los trovadores y juglares,
la nueva clase social inculta, la lengua de oil oficial y la ocndena de la lengua provenzal
como hereje, la poesía y la literatura trovadoresca decayeron rapidamente o se
aclimataron a los espíritus de los paises en los que se refugiaban los poetas provenzales.
El culto de la mujer y la casuística amorosa pasaron de los provenzales a las
literaturas limítrofes y no sólo en los Sicilianos y en Dante, sino en Boccaccio
sobreviven huellas de esta mística refinada y sutil. Cortes de Amor se encuentran en el
Filocolo de Boccaccio para resolver complejas y ociosas cuestiones sentimentales. En
Sicilia la poesía provenzal debió penetrar durante el reinado de los normandos que se
extendió hasta finas del s. XII, durante el reinado de Federico II no hubo provenzales en
la corte.

GUILLERMO IX
Reinó 41 años. Quedan de él once composiciones poéticas. Se le llama poeta
“bifronte” por un sentimiento profndamente religioso al mismo tiempo de su vida
mundana.

MARCABRÚ
Es el más vigoroso poeta de la primera generación provenzal. Es el iniciador de
una poesía que va del realismo más decidido a la arcanidad más oscura. Quedan 43
composiciones. Su moralidad vigorosa le permite elevarse a tonos oraculares
reclamando la autoridad de las Escrituras y de los clásicos. Cuando de la invectiva y la
satira de las costumbres de su tiempo trata de pasar a la enunciación del ideal humano
anhelado, el verso se ensombrece, se enturbia y se hace oscuro y arcano. El hablar
velado se prestaba a interpretaciones discordantes. Como Marcabrú y su escuela la
usaron abundantemente, esta forma de hablar hermética llegó a considerarse sinónima
del estilo provenzal; pasó así mal entendida a España e Italia.

EBLE DE VENTADOUR
Jefe de la corriente idealista y amigo de Guillermo IX. No se conservan
composiciones poéticas. A esta corriente pertenecieron Jaufre Rudel y Bernard de
Ventadorn. Su ideal trasciende el encanto de los sentidos y contribuye a formar el culto
de la mujer que es el legado provenzal a la poesía humanísta: la mujer elevada a
símbolo de toda virtud, que termina por confundirse con la Virgen y que suscita la
mística amorosa y cortesana de los primeros siglos de las literaturas neolatinas.

BERNARD DE VENTADORN
De un presunto amor real por Eleonora de Aquitania al que se le atribuye el
motivo por el cuál la siguió de corte en corte. Se conservan 40 canciones y 2 disputas.
Las personas a las que hace referencia se indican sólo con nombres convencionales
(nombres simbólicos que los provenzales estaban acostumbrados a formar y que
llamaban senhal).

JAUFRE RUDEL
Hay una leyenda sobre su presunta participación en la segunda Cruzada. Hay 6
canciones que se dividen en dos grupos: las que cantan al amor lejano y las que cantan
al amor terreno. Las primeras son a un amor místico, un anhelo de pureza celeste, de la
Reina del Cielo. Las segndas son a una dama casada que vive en un castillo donde el
poeta penetra en sueños. En cinco de estas canciones la apertura es paisajística; hay una
que se inicia con el reflejarse en un paisaje hasta que este mismo se torna un estado de
ánimo del poeta.

CONDESA DE DÍA
Puede ser que haya sido la esposa de un Guillermo de Poitiers del que se tienen
noticias entre 1158 y 1189. Es de difícil identificación. Aparece por primera vez trocada
la situación de los protagonistas del amor: la amada y el amante, la mujer solicita al
amado la dádiva de su cariño codiciado. Del lugar de la diosa la mujer baja al de la
adoradora, anticipando así una de las conquistas del Dolce stil nuovo y contradiciendo
el ideal caballeresco consagrado y conocido por la poesía provenzal.

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