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Entrevista con motivo del discurso de Ramiro Valdés

en el 40 Aniversario del asesinato del Che.

Una Agencia de Prensa Internacional me hizo esta entrevista y decidió no publicarla. Por
su importancia doy a conocer sus preguntas y mis respuestas.

Pedro Campos (Para Kaos en la Red) [16.10.2007 12:51]


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Una Agencia de Prensa Internacional me hizo esta entrevista y decidió no publicarla. Por
su importancia doy a conocer sus preguntas y mis respuestas.

Periodista: Tengo entendido que Usted ha seguido muy de cerca estos debates. ¿Qué
espera de sus resultados? ¿Cree que se tomen en cuenta realmente para una agenda
gubernamental de corto y mediano plazo?

Pedro Campos: Estos debates se iniciaron cuando Fidel dijo en noviembre del 2005 que la
Revolución podría autodestruirse, ser reversible y llamó a todo el pueblo a enfrentar los
problemas que la aquejan aún. Ahora con el llamado del Partido a discutir el discurso de
Raúl tomó impulso, se hizo abierto y organizado.

Acepto responder este cuestionario, como uno más de los tantos ciudadanos que se han
sentido estimulados por el llamado de Fidel, Raúl y el Partido, quienes en definitiva son
los que dirigen este proceso, lo siguen en detalle y son sus garantes, de manera que
seguramente ellos podrían dar respuestas mucho mas integrales que las mías. Como
analista político y advertida usted de que lo hago desde una óptica totalmente parcial a
favor del socialismo, puedo darle mis observaciones.

El debate no es un sombrero de mago, de donde puedan salir –de inmediato- soluciones


precocidas, ha sido un intercambio libre de opiniones y como tal, hasta el momento, puede
decirse que ha logrado resultados. Desde 1991, cuando el IV Congreso del PCC no había
existido un debate tan profundo en el seno de la militancia y el pueblo. No sólo se habló
de los problemas particulares y generales de la sociedad, sino de cómo enfrentarlos. Creo
que todos, militantes, ciudadanos, dirigentes hemos ganado mucho en estos intercambios.
Siempre este proceso hubiera podido ser mejor, no tuvo, en mi criterio, el respaldo que
debió darle la prensa nacional, no faltaron quienes pusieron obstáculos y lo ignoraron
haciendo el juego a quienes desde la contrarrevolución llamaron al boicot del silencio, no
fue igual en todas partes, pero su comportamiento general fue un libre intercambio, como
fue el propósito enunciado por el Partido. Los ecos del debate continúan y ahora quedan
las expectativas.

Los que no hablaron por temores a represalias, fueran reales o infundadas (lo que ocurre
en este y en cualquier sistema) se limitaron ellos mismos en su derecho de ser escuchados.

Los incrédulos, los interesados en que las cosas sigan igual o se pongan peor, ya sea por
estrechos intereses, ignorancia o mala fe, se han esforzado por minimizar la importancia
del debate y no avizoran que tenga significativos impactos en el futuro de nuestra
sociedad. Pero habrá un antes y un después de este debate. No es posible subestimar la
confianza depositada y las esperanzas despertadas en los trabajadores y el pueblo por
estas discusiones. Se han dicho cosas de mucha trascendencia, no darles la debida
consideración, sería en extremo peligroso para el futuro de Cuba.

Yo confío en que la dirección del Partido no defraudará esa confianza y esas esperanzas.
De manera que estoy convencido de que los problemas y las propuestas serán analizadas y
habrá una clara respuesta que se traslucirá en forma de medidas concretas, en nuevas
consultas y tal vez en la estructuración de un paquete de acciones para que sean discutidas
y aprobadas por el pueblo, la Asamblea Nacional o el próximo Congreso del PCC. Es
posible que haya medidas que se puedan tomar ya de inmediato y otras demanden más
tiempo de estudio y aplicación, pero no tengo dudas de que se avanzará en el camino que
han estado demandando las bases. El debate, una muestra efectiva de democracia
participativa real, por sí mismo, ya es un logro muy importante.

Periodista: Se dice que en estos debates afloraron todos los problemas que hoy agobian a
la población cubana, que ahora espera soluciones. No obstante, Ramiro Valdés advirtió
este lunes que para ello hacen falta recursos y "todo no se podrá hacer de una vez"... ¿Qué
se arriesga en caso de que la gente no vea soluciones prontas? ¿Ve usted algunas
soluciones más cercanas que otras?

Pedro Campos: El compañero Ramiro dijo textualmente, según Granma: “Los problemas
se resuelven con ideas, con organización, con conciencia, pero también con recursos. Todo
no se podrá hacer de una vez. Todas las necesidades que se planteen no podrán ser
resueltas de forma inmediata o simultánea.” De manera que en ningún momento negó que
hubiera soluciones prontas posibles ni las hizo depender todas de la existencia de
recursos. Su pregunta refleja una lectura parcializada del discurso, que puede ser
interpretada como tendenciosa e interesada en situar al compañero Ramiro en el bando del
inmovilismo.

Pero su enfoque dialéctico del problema queda claro al referirse, además de a los recursos
mencionados por él al final, a que los problemas se resuelven con ideas, organización y
conciencia, todo lo cual abundó en el debate. El está conciente de que si no tenemos
muchos recursos, a este pueblo sí le sobran “ideas, sistemas organizativos, y conciencia
revolucionaria” demostrada, y le agrego: cultura, conocimientos técnicos, academia,
iniciativas prácticas, honor, dignidad y valentía más que suficientes para enfrentar los
cambios necesarios y garantizar la continuidad del socialismo en Cuba, todos aspectos de
la subjetividad.

Lo primero para resolver un problema, es identificarlo y penetrar en sus contradicciones


internas para entenderlo y conocer su evolución. Eso estamos haciendo todos con este
debate. Si la dirección de la Revolución hubiera tenido todo claro, no hubiera citado a estas
discusiones. Esto es un proceso, y es complicado, pues nos estamos cuestionando muchas
cosas, Marx nos enseñó a eso, estamos dándonos cuenta de que son necesarios nuevos
métodos, nuevas concepciones, nuevas estructuras y todo hay que hacerlo garantizando el
camino socialista, que no haya desvíos que conduzcan hacia una restauración capitalista,
por exceso o por defecto, lo que –precisamente- tenemos, queremos y vamos a evitar. Los
participantes han demandado más socialismo y lo que se haga tendrá que ser en esa
dirección: más socialización, no privatización.
Es claro que se plantearon problemas más simples y otros de mayor complejidad. La
mayoría requiere más de ideas, disposición y nuevos enfoques que de recursos, pero
algunos por su complejidad llevarán más tiempo que otros, lógicamente. Las limitaciones
materiales y de recursos siempre han existido y no conozco que alguien haya estado
pidiendo la multiplicación de los peces y los panes. Las soluciones y cambios que se
propusieron según tengo entendido, han estados enmarcadas fundamentalmente en el
campo de la subjetividad, la organización, los sistemas, las concepciones, la mejor manera
de explotar nuestros recursos, la forma de distribución de lo que tenemos. La gente no
pidió aumentos de salarios, sino que se le pague por el trabajo realizado.

Unificar la moneda; darle participación a los trabajadores en la ganancia, la gestión


empresarial, la elección de la dirección;municipalizar los presupuestos y las tareas de
orden interior; liberar las trabas a la producción agrícola, entregar las tierras ociosas a los
campesinos y fomentar cooperativas de todo tipo; liberar el trabajo por cuenta propia;
focalizar los subsidios; eliminar prohibiciones anticonstitucionales sobre la propiedad
individual; restablecer la paridad del CUC con el dólar y otras medidas económicas
propuestas no sólo no demandan más recursos, sino que –todo lo contrario- pueden
generar ahorros extraordinarios y estimular ampliamente la producción y aumentar las
ofertas en beneficio del pueblo y la acumulación socialista.

Los obstáculos que puedan erigirse ante tales medidas no están por tanto en la falta de
recursos.

Ramiro tiene razón, ningún paquete de medidas, como por ejemplo las 15 propuestas para
revitalizar el socialismo, podría ser nunca orquestado a la vez en todas sus partes. Que
estén integradas y sugeridas para un corto plazo (cuestión de meses) no quiere decir que
sean al unísono ni para su aplicación inmediata. Si alguien planteó algo así, sería porque
desconoce el funcionamiento de las leyes socioeconómicas. Siempre, para éstas y otras
medidas de orden organizativo y estructural en el campo de la Economía habría que
establecer un orden de factibilidades y escalonarlas en sus relaciones de causa y efecto,
unas se tendrían necesariamente que implementar primero que otras. Nuestro pueblo
tiene mucha más cultura y sabiduría económica que la que se le supone, pues todos los
días se enfrenta a su menguada contabilidad doble monetaria para enfrentar sus múltiples
necesidades, y lo hace con éxito a pesar del bloqueo económico imperialista y de ese otro
interno que ha sido planteado en este debate.

En estos procesos siempre caben malos entendidos, análisis incompletos y


tergiversaciones, como ya señalé respecto a las lecturas interesadas de discursos, también
de propuestas. Más allá del debate honesto entre los cubanos, siempre habrá quienes
querrán encontrar y abrir brechas en el campo revolucionario y poner comas donde hay
puntos y viceversa. No es imposible que aparezca mañana un tradicional agente del
imperialismo “defendiendo” propuestas hechas por revolucionarios, para tratar de restarle
credibilidad. Aquí conocemos todos esos métodos diversionistas y otros, menos
intelectuales, que usan los enemigosexternos e internos del socialismo y sus agentes. Para
enfrentarlos todos, estamos preparados.

Tales maniobras enemigas se estrellan contra la honestidad, transparencia y valentía de los


planteamientos realizados ysu carácter socialista, comedido, austero y sustentado en la
sapiensa popular que predominaron en el debate.
Es posible que algunas medidas, para enfrentar problemas concretos planteados por
muchos compañeros, relativas a papeleos y prohibiciones que obstaculizan la solución de
temas cotidianos, que solo demandan la aplicación estricta de la ley o la Constitución y
cuestiones por el estilo ya establecidas pero que se violan, se puedan resolver con alguna
prontitud. Otros asuntos podrían llevar más o menos tiempo según su grado de
complejidad.

Ya la estructuración y aplicación de una nueva concepción integral del socialismo basada


en la autogestión socialista (empresarial y social), con cambios profundos en la estructura
de propiedad, un nuevo esquema complejo de acumulación, y sus consecuentes nuevos
principios de organización social lógicamente llevarán algo más de tiempo, aunque hay
muchos estudios avanzados ya en ese sentido; pero tampoco podrá esperar a las calendas
griegas, no habría tiempo. Que estemos apurados en resolver los problemas no quiere
decir que haya que hacer las cosas sin pensarlas bien, pero hay muchas que ya lo están.

Sin dudas, habrá soluciones que tendrán que ser contempladas en distintos plazos. Nadie
me lo ha dicho, pero si no fuera así ¿qué sentido tendría esta consulta, cuando todos
sabemos que hay tantos problemas e insatisfacciones? ¿Sólo para contentar a la gente y
brindar un escape como dicen los escépticos y la contrarrevolución? No creo que esté en el
interés de la Revolución darle la razón a los que así piensan. Fidel y Raúl, promotores de
estos debates, han dejado constancia -en sus intervenciones- de que están concientes del
momento histórico que vive nuestro país y de su disposición a realizar los cambios que
sean necesarios.

Periodista: ¿Estas soluciones que la gente pide pueden provenir de cambios superficiales o
deben ser el resultado de transformaciones de fondo en el proyecto socialista cubano?
¿Como cuáles?

Pedro Campos: La gente planteo de todo, cosas que pueden resolverse con una simple
resolución, como suspender la carta de invitación, hasta cambios de fondo,
trascendentales, en función de la estructuración deuna concepción más moderna del
socialismo, con mayores niveles de participación democrática directa en todos los ordenes,
que no tiene que ser ningún esquema, sino más bien un camino.

Soy de los que piensan que son necesarias unas y otras. Vengo escribiendo hace rato sobre
el socialismo participativo, democrático, autogestionario, inclusivo e integracionista, que
contempla cambios de fondo en la forma de concebir la participación y la dirección de la
sociedad y la economía. Especialmente en las concepciones de la propiedad socialista que
permitan e incluya además de la estatal, formas de cogestión obrero-estatal, la propiedad
cooperativa no solo en la agricultura y potencie también la producción individual o
cuentapropista, nada que ver con formas capitalistas ni privatizaciones. Estoy planteando
caminar en esa dirección.

Hay muchos prejuicios con la autogestión y el cooperativismo, que tienen fundamentos


históricos pero no siempre valorados en toda su integridad. No se trata de absolutizar
ninguna de estas formas, sino verlas integradamente, como corresponde al socialismo en
tanto tránsito hacia el comunismo. Hablamos de la autogestión social, vista la sociedad
como una gran entidad autogestionaria, que también funcione así igualmente en sus
partes, no solo empresarialmente o en las uniones de empresas y cooperativas, sino
también a nivel social, como se supone que deba funcionar el Poder Popular, con la
creación y el control de suspresupuestos e impuestos a los distintos niveles.

Las transformaciones que garantizarán, a mi juicio y desde luego hayotros criterios, la


consolidación del socialismo como sistema económico y social, serán las que se realicen en
las relaciones de producción, propiedad, distribución y consumo, que están en la base de
la pirámide social. La Revolución cumplió su fase política al derrotar a la burguesía
nacional aliada al imperialismo como clase e inició su fase social con las nacionalizaciones,
la Reforma Agraria y la creación de cooperativas, pero este proceso sufrió un periodo de
estancamiento donde no se continuó la socialización debido al esquema tradicional que
concebía el socialismo como una cuestión de Estado, economía del Estado, propiedad del
Estado, todo en función del Estado.

Eso no fue culpa de nadie, fue la concepción predominante en el socialismo mundial al


que Cuba tuvo necesariamente que vincularse para subsistir frente al imperialismo. Aquel
socialismo fracasó en Europa y Asia. Las condiciones internacionales son otras hoy. Las
ideas del socialismo, guardando las esencias originarias, se han ido modificando también.
La propia práctica nuestra misma nos ha demostrado la necesidad de realizar cambios en
los conceptos y en las estructuras. Los hacemos o podemos correr la misma suerte que el
socialismo fracasado. Y la restauración capitalista en Cuba significa anexionismo y esto
aquí lo quieren solo los fieles servidores y asalariados del enemigo histórico de la nación
cubana.

Entre los revolucionarios y comunistas podemos tener puntos de vista distintos en


cuantocómo hacer las cosas y sus tiempos de aplicación, y en eso unos pueden tener razón
y otros estar equivocados, o unos tener razón en una parte y no en otra, por eso estamos
discutiendo fraternalmente como corresponde entre comunistas, como nos enseñó el Che;
pero no tenemos diferencias en cuanto a los objetivos que perseguimos. La práctica es el
criterio de la verdad y está demostrando que las concepciones hasta ahora predominantes,
no son precisamente las más exitosas.

Periodista: Por favor, para citarlo necesito saber su profesión y oficio actual y donde
reside actualmente. Pido de antemano disculpas por abusar de su paciencia y quedo a la
espera de sus respuestas.

Pedro Campos: Soy Licenciado en Historia, graduado en la Universidad de la Habana en


1978. Actualmente soy jubilado y escribo para revistas digitales de izquierda sobre los
resultados de mis investigaciones. Resido en La Habana.

Gracias a Usted por haberle dado importancia a este debate revolucionario.


La Habana, 12 de Octubre de 2007
perucho1949@yahoo.es

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