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La Oveja Negra

Boletín de la Biblioteca y Archivo Histórico Social «Alberto Ghiraldo»


Boletín La Oveja Negra
Selección de textos
1ra ed., Rosario, Lazo Negro, 2015
184 p., 206 × 145 mm
ISBN 978–987–29441–6–2

Primera Edición: octubre de 2015


Lazo Negro Ediciones
Rosario, Argentina
lazo.ediciones@riseup.net – www.lazoediciones.tumblr.com
La Oveja Negra
Boletín de la Biblioteca y Archivo Histórico Social «Alberto Ghiraldo»

Selección de textos
febrero 2012 – agosto 2015
PRESENTACIÓN

Con la siguiente selección de artículos queremos rescatar mu-


chas de las reflexiones que hemos compartido en el boletín La
oveja negra desde su comienzo. Un boletín tiene la cualidad
de circular fácilmente de mano en mano, escabullirse entre
diferentes espacios y llegar a una gran cantidad de personas.
Pero esa fugacidad favorece también que a las pocas semanas
las hojas puedan perderse en la constante actualización de
informaciones, entre la rutina y la falta de tiempos. Una de las
intenciones de editar este libro es evitar que esto ocurra, ya que
si bien muchos de estos artículos tratan sobre “actualidad”, hay
cuestiones de fondo que exceden a la circunstancia particular e
inmediata. La intención ha sido siempre no perder de vista lo
histórico frente a lo inmediato. He ahí su vigencia y fortaleza,
su mejor excusa para ser algo más que una gaceta. No hemos
escrito noticias ni informaciones; partimos de los sucesos, de
los hechos, para reflexionar sobre esta realidad y la necesidad
de su transformación. ¿Qué sentido podría tener reflexionar
sobre este mundo si no es para cambiarlo?
Conmocionar el mundo con el solo acto del pensamiento es
imposible. Reflexionar solitariamente no es un fin en sí mismo, es
a lo sumo la consecuencia de una actividad común, que implica
algo más que el pensamiento. Al momento de proponer un artí-
culo para el boletín, si bien la intención surge de un compañero,
en ocasiones más de una persona hemos tenido la misma inten-
ción sin comunicárnosla previamente. Como puede constatarse
a simple vista, los artículos del boletín no están firmados, y eso
se debe a que se trata de un proceso colectivo en el que se pone
en común un borrador o simplemente una intención, que luego
se aborda entre todo el grupo editor. No somos partidarios de la
advertencia que reza «El grupo editor no se responsabiliza por
los artículos firmados». Queremos difundir lo que suponemos es
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preciso y necesario difundir, la libertad de expresión se la dejamos


a los defensores de las libertades democráticas.
La oveja negra no es una tribuna de opiniones o una vi-
driera donde cada uno pueda mostrar su individualidad. En
estos tiempos en los que se publicita y se convence de que lo
mejor es que cada satisfacción sea resuelta individualmente,
en los que se promociona la competencia y el destacar sobre
los demás, nosotros estamos por lo contrario. Logramos una
homogeneidad de posiciones revolucionarias y una misma
intencionalidad. Esto no se logra simplemente en las reuniones
para la confección de un periódico, pero, sin duda, ponerse
juntos con empeño en un mismo proyecto colabora mucho
con ello. Es muy grato ver cómo en ocasiones resultan irreco-
nocibles las oraciones y los párrafos iniciales de un artículo
en construcción, cómo los egos individuales se diluyen en la
discusión y en la creación colectiva.
Otra satisfacción compartida es poder mantener la constancia
en la periodicidad del boletín. Al comienzo lo realizábamos
cada dos meses y luego sentimos necesario hacerlo una vez
al mes, al notar que teníamos más cuestiones para compartir
y que ya no entraban en una sola hoja (tampoco queríamos
transformar la publicación en una revista).
La oveja negra es gratuita pero esto no significa que no cues-
te dinero hacerla. Sin embargo, el financiamiento del proyecto
no puede volverse un fin en sí mismo, ni tampoco un obstáculo
para su realización. Encontramos que la manera más simple
de hacerlo es aportando entre los editores y entre personas
interesadas que colaboran cuando pueden. En muchos casos
son las mismas personas las que se llevan algunas copias para
difundir en los lugares que frecuentan, a sus amigos, conocidos;
así como otros las imprimen por sus propios medios, incluso
en otras ciudades y países. Compañeros desconocidos de otras
regiones del mundo han traducido textos de La oveja negra al
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griego, al italiano, al francés, al inglés o al alemán, poniéndolos


a circular por la web.
El internacionalismo es para nosotros esencial, y no nos
referimos solo a compartir con compañeros de otras regiones,
sino a pensarnos y a actuar como una expresión mundial desde
el primer momento, como parte de una misma clase, con las
mismas necesidades. Desde siempre los revolucionarios hemos
afirmado la necesidad de trascender las fronteras, formales o
informales, que impone el Capital. Esto debe verse reflejado en
cada uno de nuestros actos.
Un proyecto de estas características está al alcance de cual-
quiera que se proponga hacerlo, se trata de tener constancia y
esforzarse lo necesario. Sin ser un profesional de cada especia-
lidad, ni aprendiéndolo en la universidad, se puede escribir,
corregir, diagramar, ilustrar, imprimir y distribuir.
En esta selección de textos han quedado fuera algunos artícu-
los, principalmente de la sección Rosario se pone la gorra, cuyas
palabras versan sobre las amargas novedades represivas de la
ciudad en la que habitamos. Así como también han quedado
fuera una buena cantidad de la sección Memoria, donde inten-
tamos recuperar la historia de nuestra clase, particularmente
sus momentos más combativos o críticos. Interiorizarse en la
función que cumplió el antifascismo en la región ibérica en 1936
no es un ejercicio de investigación, sino que es importante para
estar alertas hoy a los cantos de sirena del antifascismo actual.
Así como conocer las revueltas proletarias del pasado no es para
curiosear en la historia sino para tomar noción de la posibilidad
siempre presente de atacar esta sociedad, y para sacar importan-
tes lecciones de esas experiencias de lucha.
Del mismo modo, averiguar cómo han actuado y actúan
partidos, sindicatos y demás recuperadores de la lucha en esta y
otras regiones, es un perfecto antídoto para luchar fuera y con-
tra esas trampas y no lamentarse luego por supuestas traiciones.
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A cada momento encontramos la relación entre lo parcial y lo


total, entre lo internacional y lo local, es notorio en cada artículo
de este libro. Deseamos de todo corazón seguir aportando en
esa misma dirección. Queremos contribuir a la lucha contra el
Capital y su Estado, tanto a los compañeros cercanos como a
los lejanos, a los conocidos y a los desconocidos, venga de tal
o cual movimiento. Para hacer y ser la revolución.

Los editores.
Biblioteca y Archivo Histórico Social «Alberto Ghiraldo»
Primavera de 2015. Rosario, región argentina.
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SONRÍA, LO ESTAMOS FILMANDO

Nro. 1 (Enero–Febrero 2012)

Desde mayo de 2011 en las calles de Rosario, principalmente por


la zona comercial, se han comenzado a instalar las prometidas
cien cámaras de seguridad, y todavía hay cien más a punto de
instalarse en los barrios.
El centro de monitoreo de estas cámaras está ubicado en la
sede de la Guardia Urbana Municipal (GUM), de Ricchieri entre
Montevideo y Zeballos. Los dispositivos, que grabarán durante
las 24 horas, van a estar supervisados por “personal especiali-
zado” en una sala desde donde se operará por comando.
La gravedad del hecho ha pasado desapercibida y quien
se inquiete con la noticia queda ante sus vecinos como un
paranoico, y esto no es para sorprenderse. El monitoreo de
la vida cotidiana en los últimos cinco años es un hecho na-
turalizado por gran parte de la sociedad. Muchos veníamos
siendo filmados en nuestros trabajos desde antes, sonriendo
ante el «lo estamos filmando» de supermercados y comercios,
y ofreciendo nuestros gustos y privacidad gratuitamente en
el Facebook para actuales estudios de mercadeo. Además de
dispositivos que por carecer de imagen no carecen de esta
condición de monitorearnos: los teléfonos celulares, con o sin
GPS, donde se nos puede localizar en cualquier momento. No
es de extrañar entonces que el entretenimiento de los últimos
años haya sido un programa como Gran Hermano, donde un
grupo de personas es filmado las 24 hs del día, a lo que ahora
se suman programas más miserables donde se muestra el con-
tenido de los centros de monitoreo antes nombrados, pero del
conurbano bonaerense. Allí se exhiben imágenes de situaciones
que suceden en plena calle, y el canal de televisión en cuestión
se escuda expresando que esas imágenes pueden ser emitidas
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porque eso sucede en el espacio público y no en el hogar de


las personas filmadas.
Presentado de esta manera, podría parecer un plan orques-
tado y planeado de antemano por la clase dominante. No es la
intención. La tecnología avanza en función de las necesidades
de los burgueses, y no es de extrañar que éstos la aprovechen
lo mejor posible y luego la democraticen, en todo el sentido de
la palabra, para que la utilicen todos aquellos que tengan la
posibilidad de pagarla o conseguirla al precio que sea.
Se debe economizar la represión, unas potentes cámaras
pueden ahorrar en gastos de movilización de fuerzas policia-
les y su correspondiente “costo político”.
En esto no puede dejarse pasar la oposición de Apropol (Aso-
ciación Profesional Policial de Santa Fe) a la colocación de
cámaras, con un discurso en defensa de los derechos y liber-
tades, en el cual llegan a citar hasta a Noam Chomsky. Estos
perros guardianes ávidos de sindicalizarse temen perder el
monopolio de la violencia y el control, como deben también
temer ser vigilados en sus excesos y sus “cobranzas”.
El Estado, que antes se encargaba de garantizar el discipli-
namiento, hoy también se encarga del control. Y en materia de
control están de acuerdo el Partido Socialista, el gobierno K y
sus jóvenes militantes, los alfonsinistas, el ARI o el PRO, que
viene instalando cámaras en Buenos Aires con gran interés en
los ámbitos donde se mueven los jóvenes: boliches, zonas de
bares y hasta escuelas, para que no se les escape nada en la
próxima toma realizada por estudiantes. Ya estarán tomando
nota los socialistas locales para prevenir las posibles revueltas
estudiantiles en la ciudad.
Entre otras cosas, tristemente debemos constatar que estas
cámaras son pedidas por los mismos vecinos de los barrios,
esperando ingenuamente que esto termine con los robos y
la violencia en las calles. Ignorando, por comodidad, que en
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cada salidera bancaria, cocina de droga, arrebatos y hasta en


la trata de mujeres y niños, se encuentra la institución poli-
cial, y esto es constatado hasta en la prensa y en los juzgados.
Los mismos datos oficiales revelan que «solo uno de cada diez
crímenes del año se produjo en ocasión de robo», el resto son
«ajustes, crímenes pasionales y reyertas familiares», más los
casos de gatillo fácil que no van a contarnos ni van a entrar
en las estadísticas como lo que son, así como tampoco van a
contarnos cuáles son las verdaderas causas de este triste modo
de vida que llevamos.
Los buenos ciudadanos preocupados por su bolsillo, vigi-
lantes y vigilados de sus propios vecinos en una enfermiza
sospecha mutua, no han reparado que más que para proteger-
los de los temidos “negros y delincuentes”, a quienes culpan
de sus propias desgracias, las cámaras colocadas han servido
para controlarlos a ellos y agrandar la recaudación guber-
namental por medio de multas. Multas por sacar la basura a
deshora o por estacionar mal el auto, y sabemos que la Muni-
cipalidad de Rosario es experta en el tema de la recaudación,
como todo gobierno es experto en brindar “soluciones” que
no solucionan nada. La cuestión de la “inseguridad” no puede
tratarse tan a la ligera, ni solucionarse con respuestas técnicas,
y es que antes hay que ubicarla en el lugar que corresponde,
que no es el dado por los medios de comunicación ni por los
discursos electoralistas. Este tema es de gran utilidad para
mantener el orden actual, en el que seguirá existiendo aquello
llamado inseguridad.
Confrontando las mismas estadísticas oficiales, observamos
que actualmente es mucho más probable que una mujer sea
atacada por una persona de su entorno y en un lugar que
frecuenta que por un desconocido en la calle, como intentan
inculcarnos quienes aterrorizan a la población. No obstante
puede suceder, y por ser minoritario un hecho no deja de ser
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importante, pero queremos evidenciar a quién le sirve aquel


discurso de «te matan por un par de zapatillas», ocultando los
restantes problemas sociales y sus verdaderos orígenes. El delito
no es una falla del sistema capitalista, es un aspecto inseparable,
que no solo justifica estos accionares represivos y de control sino
que canaliza una serie de negociados que de otra forma serían
imposibles de llevar adelante y que dejan más dinero que los
comercios legales. Tráfico de drogas, armas, trata de personas
y mercado negro son los principales ingresos para la burguesía
mundial, y dinamizan otros negocios legales como el turismo
o la industria del entretenimiento, entre otros.
Nuevamente nos encontramos con un gran problema, un
“pequeño detalle” es inseparable del sistema que lo contiene.
Es un detalle, sí, pero a su vez está impregnado y enredado
con el resto.
Alguna vez saldremos a la calle entonces masivamente con
nuestros vecinos a hacer marchas luego de un asalto, pero no
para pedir más policías, juicios o cámaras que nos filmen, sino
para protestar contra un modo de vida que nos reduce a cosas,
que nos iguala a una máquina, a una transacción o a un par
de zapatillas.

MEMORIA: JOAQUÍN PENINA

«¡Viva la Anarquía!» fue su último grito. Al instante, una serie de


descargas por parte del escuadrón de fusilamiento destrozarían
el pecho de aquel albañil catalán. Un último tiro del subteniente
Rodríguez definiría su suerte.
Joaquín Penina caía muerto la noche del 10 de septiembre
de 1930 en manos del régimen cívico militar encabezado por
Uriburu y Agustín P. Justo, convirtiéndose así en el primer caso
de desaparición forzada en Argentina. Este accionar, décadas
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más tarde, sería retomado de manera sistemática por el régimen


de Videla y compañía.
Penina había cruzado el Atlántico, de España hacia Rosario,
en 1925. Proveniente de una pequeña aldea llamada Gironella
—ubicada en la provincia de Barcelona— rápidamente tomó
contacto con sus compañeros de ideas y consiguió trabajo
como albañil. Adhirió al movimiento de la FORA, partici-
pando activamente de la Federación Obrera Local Rosarina
(adherida a ésta) en la Sociedad de Resistencia de Oficios
Varios. También llevaba a cabo una ardua actividad propa-
gandística, distribuyendo libros, periódicos y folletos, que
casi siempre pagaba con sus pequeños ahorros y regalaba o
vendía a precios mínimos.
A escasos días de estallar el golpe de Uriburu, el joven cata-
lán fue detenido junto con su compañero de vivienda, Victorio
Constantini, siendo trasladados ambos al Departamento de
Policía. Allí, horas más tarde se sumaría otro detenido, Pablo
Porta, que había acudido a la casa de Penina, siendo atrapado
por la policía cuando se retiraba.
Porta y Constantini recuperarían su libertad, pero Penina
no corrió la misma suerte. Se lo acusó de escribir y repartir un
folleto contra el gobierno militar, lo que significaba, estando en
vigencia la Ley Marcial, la pena de muerte. Horas después de
su detención, sería transportado a las barrancas del Saladillo,
donde se concretaría el cobarde acto perpetrado por el Ejército
y la policía.
El fusilamiento de Penina se encuadra en un contexto que
marca el inicio en el país de una serie de dictaduras apoyadas
por sectores burgueses, terratenientes, clericales y civiles. Marca
también el comienzo de la decadencia del movimiento obrero
revolucionario en la región, que empieza a ser subsumido por
la participación política y el sindicalismo, manifestado en la
naciente Confederación General del Trabajo.
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Recordamos a Penina por su honradez, su ética y su entrega


al ideal ácrata. No es nuestra intención convertirlo en un mártir.
Fue simplemente un joven proletario que pagó las consecuen-
cias de su accionar revolucionario, sin arrepentirse. Y frente
a la muerte, su eco repercute para llegar al oído de todos los
rebeldes, en un grito supremo: ¡Viva la Anarquía!
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EL CAPITAL O LA TIERRA

Nro. 2 (Marzo–Abril 2012)

Desde 2004 se realizan en las sierras de Famatina —norte de La


Rioja— investigaciones por parte de la Barrick Gold Corporation
buscando diversos minerales, en especial oro. La respuesta de
los pobladores comienza en ese mismo momento, acusando a
la empresa de liberar, mediante explosiones mineras, metales
pesados como arsénico y plomo, entre otros, que afectan nega-
tivamente al ecosistema para siempre. Estos metales pesados
quedarían depositados en diques contaminando el agua aún
después de cerrada la mina.
A mediados de 2011 la empresa Osisko adquirió el desarrollo
del Proyecto Famatina. Este proyecto cubre 40 km cuadrados
de una zona rica en oro, con una reserva probada de 8.97 mi-
llones de onzas. Poco importa si estas empresas son de Canadá,
Argentina u otro país, la naturaleza no tiene fronteras, y la
clase dominante que destruye el planeta tampoco. Si se queda
el dinero en el país o “se lo llevan”, poco cambian nuestras
vidas de trabajadores o desocupados. Nosotros tampoco
tenemos patria; los explotados, oprimidos y contaminados
de todo el mundo son nuestros hermanos, y los responsables
de este sistema mundial, vengan de donde vengan o vayan
a donde vayan, son un obstáculo para una vida que puede
ser mejor, aunque nos digan que todos somos “ciudadanos”
o “argentinos”.
Al grito de «El Famatina no se toca» y de «Agua sí, oro no»,
una gran cantidad de personas organizadas en asambleas, vie-
nen realizando un corte permanente en el camino de entrada
de la mina La Mejicana en el cordón montañoso de Famatina,
para bloquear la entrada de la empresa Osisko, impidiendo el
comienzo de las operaciones de exploración.
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«En la figura que se llama oxímoron, se aplica a una palabra


un epíteto que parece contradecirse; así los gnósticos hablaban
de una luz oscura; los alquimistas, de un sol negro» manifestaba
Jorge Luis Borges en El Zahir. A los oximorones presentados
por Borges podríamos agregarle «capitalismo sustentable» o
«inteligencia militar». Quedémonos con el primero.
La producción capitalista es intrínsecamente depredatoria
con el medio en que se desarrolla. Desde la génesis misma de
este sistema perverso, la explotación de elementos naturales te-
nidos en cuenta como meros recursos (carbón, caucho, petróleo
entre los primeros) es una constante que arrasa la biodiversidad
por doquier.
Desde hace alrededor de 30 años surgieron las primeras voces
alertando sobre la vía hacia al colapso que significaba la con-
tinuidad del capital; pacifistas, liberación animal, movimiento
antinuclear, ecologistas en general, dieron el primer paso para
una problemática que pronto tuvo que integrar la discusión
revolucionaria. Si hace 30 años se decía que el mundo y su di-
versidad natural y cultural iban camino hacia a la destrucción,
hoy ya la estamos viviendo.
En la región argentina, como país casi exclusivamente
agroexportador, la modificación de biomas ha sido constan-
te desde finales del siglo XIX. La región pampeana ha sido
modificada en más de un 90% como causa de la explotación
agropecuaria. Desde los años del menemismo, la introducción
tecnócrata al agro argentino llevó además a un nuevo mono-
polio sobre la tierra, esta vez no solo en manos de familias
oligárquicas sino también con grupos económicos multinacio-
nales como Monsanto o Dreyfuss, imponiendo el cultivo de soja
transgénica donde estas empresas proveen desde la semilla
al glifosato, que envenena tanto a yuyos indeseables como a
millones de seres humanos que mueren de cáncer en la región
argentina. Desde hace alrededor de diez años, además de la
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región pampeana, se incluyó la zona del monte santiagueño


y la selva de las Yungas en el Chaco Salteño al proceso de so-
jización, arrasando millones de hectáreas de selva de una de
las regiones con mayor biodiversidad de Sudamérica, además
de expulsar a campesinos, criollos e indígenas, que practican
—o más bien practicaban— una explotación agraria a pequeña
escala y sin perjudicar de manera significante el medio natural.
En toda la región sojera son vertidos por año 200 millones de
litros de glifosato.
Los montes y selvas del Litoral tampoco se han salvado. La
provincia de Santa Fe perdió más de 100.000 hectáreas de sus
bosques en los últimos quince años, aumentando la cantidad de
casos de cáncer en sus habitantes a unos niveles alarmantes. La
provincia de Misiones de la mano de la explotación maderera,
en muchos casos ilegal, perdió casi el 50% de su selva lluviosa.
Esto, en consecuencia, hizo crecer los cordones de pobreza
de la región metropolitana, donde los habitantes viven de la
dádiva estatal, de la prostitución o del cirujeo, acrecentando
la marginalidad que, como si fuera poco, luego es reprimida.
En la región peruana, desde 2009 cientos de miles de perso-
nas enfrentan la explotación de la Amazonia, y por su condición
de explotados indígenas son tratados por su presidente de
«ociosos que piensan llevarnos a la irracionalidad y al retraso
primitivo», es decir, lo mismo que dicen los burgueses de
todo el mundo cuando el proletariado defiende la vida contra
el avance capitalista. Pareciera que hay que progresar a toda
costa, aunque nuestra vida se vaya en ello. Así y todo ac-
tualmente en todo el cordón cordillerano que va de Neuquén
hasta Jujuy se han levantado miles de personas en contra de
la megaminería. Pocas veces es tan patente el antagonismo
extremo entre el Capital y la vida.
La obsecuencia oficialista que puso el grito en el cielo por las
papeleras en Gualeguaychú ahora sale a justificar el genocidio
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por envenenamiento que su gobierno quiere llevar adelante. La


oposición, que hace la vista gorda con situaciones iguales de
graves en otras partes, toma la bandera de Famatina. La mise-
ria del progresismo y la izquierda propone la nacionalización
de las mineras, o en el mejor de los casos la “gestión obrera”.
Parecen no entender que el envenenamiento y la destrucción
ambiental provocada por el capitalismo continuarán por más
que icen el trapo celeste y blanco todos los días o las montañas
sean reducidas a polvo “bajo control obrero”.
Cada fracción burguesa intenta competir en función de su
interés particular, pero para nosotros se trata de la calidad de
vida en este planeta. La lucha antiminera es una lucha legítima
contra el Capital, y si no se deja seducir con recuperaciones
o reformas, se profundizará siendo la negación a todas sus
formas. La llamada megaminería y demás desastres natura-
les motivados por la codicia y el progreso capitalista no son
anomalías o hechos aislados, son la vía correcta que toma la
ganancia sobre la vida.
No es no. Es la lucha por vivir.

MEMORIA: LA INSURRECCIÓN
DE BARRANCAS
Las revueltas obreras que se desataron a partir de 1919 en
el Chaco Santafesino contra la empresa maderera La Forestal
tuvieron en vilo a todo el proletariado argentino. Al pago con
vales, torturas y explotación a destajo, se interpondrían las
huelgas, sabotajes y enfrentamientos armados en los montes.
Para muchos, estos hechos, junto con la insurrección de los
trabajadores de los talleres Vasena en Buenos Aires, conocida
como «La Semana Trágica», eran el comienzo de la Revolución
Social en Argentina. Cientos de militantes subían el Paraná para
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sumarse a la agitación obrera, cada vez más radicalizada. Aquí


en Rosario, en Buenos Aires o en Posadas, las acciones, huelgas
y mítines se multiplicaban.
A 80 kms. al norte de esta ciudad se encuentra el pueblo de
Barrancas, contando hoy con aproximadamente 7000 habitan-
tes. En 1920 era un caserío alrededor de las vías del tren, que
se vería sacudido de su modorra provinciana por la actividad
solidaria de los trabajadores. El 2 de marzo de ese año, unas 40
personas asaltaron y destrozaron los comercios procurándose
armas. A tiro limpio se enfrentaron con la policía reduciéndo-
la y tomando la comisaría, mientras algunos se encargaban
de cortar las líneas telegráficas. Pero el objetivo principal no
estaba cumplido. La información manejada por los rebeldes
establecía que el tren pasaría transportando al 12 de Infantería,
a las órdenes del hipócrita coronel Juan Domingo Perón para
reprimir a los trabajadores de La Forestal. Así, con la fuerza de
la solidaridad de clase torcieron las vías y a la hora señalada el
tren terminaría descarrilando.

¿Qué pasó después?

Los bravos barranqueños fueron vencidos y 33 de ellos con-


ducidos a la cárcel de Las Flores en la ciudad de Santa Fe,
donde 31 pasarían cinco años y medio tras las rejas, y los dos
restantes, ocho años y medio. A instancias del oligarca local
Waldino Maradona (hermano del notable médico Esteban
Laureano Maradona) se crearía el Sindicato Unido de Estibadores,
organización gremial concebida para ser adicta a la patronal
y no generar ninguna interpelación al Capital. A pesar de la
represión, después de estos hechos la praxis anarquista segui-
ría por lo menos dos décadas más a través de la Sociedad de
Resistencia de Estibadores adherida a la FORA del V Congreso.
Lamentablemente, el tren descarrilado no transportaba a Perón
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y su tropa. Al contrario, los milicos harían sentir bien fuerte


su mano asesina sobre los dignos insurgentes de La Forestal,
provocando una masacre sobre la que, con toda la fuerza de
la obsecuencia, la historiografía nacional no ha querido de-
terminar el número de víctimas.
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PATRIOTISMO: UNA MENTIRA


CON POCA NAFTA
Nro. 3 (Mayo–Junio 2012)

El mediatizado caso de YPF ha puesto nuevamente en escena


el circo que, a falta de pan, quiere confundirnos otra vez con
chauvinismos y patriotismos, que caen como pesados bloques
a imponernos su cotidiana brutalidad.
A ninguno de nosotros nos cambia la vida que ahora YPF
vuelva a ser argentina o que sea española. Mañana nos tendre-
mos que levantar nuevamente para ir a trabajar y tendremos que
ver cómo hacemos para pagar los productos que necesitamos,
que continúan siendo distribuidos “gracias” a los combustibles
fósiles. Haremos malabares para pagar el boleto del colectivo
y sus sucesivos aumentos. El trabajador de YPF seguirá siendo
explotado, y el medio ambiente seguirá siendo destruido por
la petrolera.
Seamos claros, nadie robó nada. El Estado Argentino vendió
de manera clara y legal YPF a Repsol durante el primer gobierno
de Carlos Menem. Venta que fue apoyada por Néstor Kirchner
junto con la actual presidenta y muchos otros de los oficialistas
de hoy. “Los gallegos” no robaron nada, se hizo un negocio
capitalista con todas las de la ley.
En medio de una crisis que ya se pronuncia, aparece el viejo
truco de “expropiar al imperialismo lo que es nuestro”, pero
al parecer se olvida que expropiar es tomar algo por la fuerza,
no comprarlo y convertirlo en una empresa mixta…
Si lo que queremos es terminar con la explotación, no se trata
de buscar lo “mejor posible” dentro de los límites de la sociedad
actual, sino de borrar estos límites de manera definitiva. Todo
progreso pensado en términos económicos debe ser entendido
como lo que es, un progreso del Capital, y no de la humanidad.
Como toda propiedad del Estado, ésta no es de aquellos que ha-
bitan entre sus fronteras. Ya con suficiente miseria y sufrimiento
hemos pagado los versos de las estatizaciones, los “gobiernos de
los trabajadores” o las “redistribuciones de la riqueza”. ¿Tanto
nos cuesta comprender los estrechos límites de la economía na-
cional? ¿Tan difícil es entender la necesidad
de superación?
Si existe una barrera esencial para esta
incomprensión es la farsa de la patria. En
el caso de quienes padecemos bajo el Es-
tado Argentino, mayo y junio son meses
significativos en el calendario patriótico.
25 de mayo, conmemoración del Pri-
mer Gobierno Patrio; 14 de junio,
rendición en Malvinas y fin de
la guerra; 20 de junio, Día de
La Bandera. Por eso en
estas fechas, y con
la discusión
de YPF
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que nos invade a diario, nos propusimos contrarrestar con un


poco de historia tanta propaganda patriótica.
La República Argentina es, como cualquier Estado, una
institución genocida. Una maquinaria que se basa en el
asesinato, la coacción masiva y el terror para optimizar el
funcionamiento de aquellos que nacimos dentro de su te-
rritorio en favor de la burguesía. Si hoy no es expansionista
es porque no tiene la capacidad técnica y económica para
hacerlo, como lo ha hecho tantas veces en su historia y como
aún lo hacen otros Estados.
Yendo a sus inicios, el Estado Argentino desciende del Vi-
rreinato del Río de la Plata, territorio denominado «Provincias
Unidas del Río de La Plata» luego de la independencia de
1816. Mal que les pese a los nacionalistas, la independencia de
las colonias españolas en América fue gracias al total apoyo
que les brindó el Reino Unido de Gran Bretaña a fin de poder
instaurar de manera segura y definitiva el sistema capitalis-
ta y el libre comercio. La naciente burguesía argentina y la
burguesía británica fueron las impulsoras de todo esto como
socios de mercado.
“Nuestra Patria” actual empieza a conformarse con la Gue-
rra del Paraguay o de La Triple Alianza. Argentina, Uruguay
y Brasil, aliados con Gran Bretaña, invadieron y destruyeron
para siempre a Paraguay, teniendo como bandera el libre co-
mercio, la libre navegación de los ríos y los empréstitos ingleses
para financiar la guerra. Paraguay constituía en ese entonces
el principal competidor de Inglaterra en la región, siendo el
país más industrializado de América. Se exterminó a más de
un 80% de la población y solo bajo la bandera argentina caye-
ron asesinados 300.000 paraguayos, anexando al país la actual
provincia de Formosa.
Los “patriotas” que fueron a pelear por “la libertad” mar-
charon obligados con los pies engrillados. Argentina anexó la
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Patagonia y el Gran Chaco después de sucesivas guerras a los


pueblos originarios de esas regiones. En 1878 comenzó la esto-
cada final a los pueblos patagónicos con la llamada «Campaña
del Desierto», que terminaría simbólicamente el 25 de mayo
del año siguiente, izando la bandera argentina a orillas del Río
Negro en las proximidades de la actual Bariloche. Finalizará
concretamente el 1° de enero de 1885 con la rendición del lonko
Sayhueque y su comunidad en la ciudad de Viedma.
En 1880 comenzó la matanza en el Norte con la llamada «Con-
quista del Chaco» contra los qom, wichis y mocovíes, guerra que
durará hasta entrada la década del 20 del siglo XX. Ésta permitió
el mejor control estatal del norte de Santa Fe, este de Santiago
del Estero, y las actuales provincias del Chaco y Formosa.
Y detrás de todo esto, la necesidad de afianzar el trabajo
asalariado y la privatización de la tierra. Los mapuches y
tehuelches junto con los soldados llevados por la leva, termi-
naron sus días como miserables peones rurales de los nuevos
territorios conquistados, ahora en manos de la oligarquía
argentina y británica. Lo mismo pasó en el Gran Chaco. Qom,
wichis y mocovíes, junto con los criollos, terminaron como
hacheros, carreros u obreros en los talleres de la explotación
maderera que se impulsó en la provincia de Santa Fe, junto
con el capital británico.
Ambas regiones tendrán sendas explosiones de rabia prole-
taria a comienzos de la década del 20, las más radicales hasta
hoy, donde la Revolución Social era la perspectiva para salir
de tanta miseria. Ambas fueron brutalmente reprimidas por el
demócrata Hipólito Yrigoyen y su ejército. El mismo ejército
que nos aplastaría la cabeza con seis gobiernos de facto durante
todo el siglo XX, teniendo otra vez como objetivo el afianza-
miento del Capital en el territorio, asesinando a mansalva a
todos aquellos que se oponían firmemente al perverso sistema.
5.000 con Uriburu. 30.000 con Videla y compañía.
Selección de textos | 25

En estos ya casi 30 años de democracia ya son más de 3000


los asesinados por el aparato represivo del Estado Argentino.
Así y todo, el 20 de junio se desplegará nuevamente en Rosario
la bandera nacional más larga del mundo que a tantos infla de
orgullo. Bandera que casualmente fue elaborada durante toda
la última década con aportes de miles de argentinos, mostrando
también la utilidad del sentimiento patriótico en los tiempos de
crisis. Por eso patrones, políticos, policías y militares, cantan
el himno emocionados y nos hablan de la defensa de la patria.
La tarea es, entonces, empezar a reconocer esta farsa. No hay
intereses nacionales para el proletariado. El Estado NO somos
todos. Son solo ellos. Y contra ellos estamos.
26 | Boletín La Oveja Negra

A JUGAR CON LUGO

Nro. 4 (Julio–Agosto 2012)

El 22 de junio pasado Fernando Lugo, presidente de Paraguay,


fue destituido de su cargo tras un juicio político llevado ade-
lante por la Cámara de Diputados.
Aparentemente, Lugo sería un presidente que, aunque ex
obispo de la Iglesia Católica y sancionador de leyes antiterro-
ristas, vale la pena defender. Un tipo cómplice de la sojización
de Paraguay, que “hizo lo que pudo” frente a las poderosas
multinacionales del agro y una “derecha oligarca”, al que le
“hicieron una cama” en Curuguaty, donde murieron 11 campe-
sinos y 6 policías, para luego destituirlo con un juicio cargado
de irregularidades. Un bien intencionado, algo ingenuo, que a
pesar de todo promovía el diálogo con los movimientos socia-
les y campesinos de Paraguay, al que “no lo dejaron gobernar”
ni concretar su tan ansiada reforma agraria. Sin lugar a dudas,
todo un compañero.
Más allá del apoyo crítico o acrítico, todo el abanico espe-
culativo de la política coincide en la defensa de la soberanía
popular, del gobierno electo.
Nos dicen que hay que unirnos contra el golpismo, contra
la reacción que quiere retroceder frente a todo lo obtenido.
Les encanta poner todo en términos de progreso, e incluso
los pseudo revolucionarios nos hablan de que la democracia
nos permite “mejores condiciones para luchar”, y de que es
necesario conquistar y defender las libertades democráticas.
Mientras tanto, es cada vez más evidente cómo este ideal
es utilizado para mantenernos a raya, para limitar e insti-
tucionalizar nuestras luchas, para que no nos salgamos de
las estructuras del Estado, de sus partidos y sindicatos. Para
que sigamos con esa lógica del mal menor y del progreso,
Selección de textos | 27

dejando para nunca más una ruptura de fondo con la socie-


dad actual.
Así es como en la región argentina, con un gobierno pro-
gresista y una izquierda que crece, tenemos cada vez más
asesinatos en manos del Estado, y mientras tanto una paz
social que asusta. En Paraguay, el democrático gobierno de
Lugo militarizó el país en los últimos años justificándose con la
supuesta amenaza del Ejército del pueblo paraguayo, y ahora
resulta que todos debemos apoyarlo contra una «dictadura
parlamentaria». Así como el año pasado en Egipto, el ex pre-
sidente Mubarak pasó de ser un demócrata a un dictador en
cuestión de semanas justificando la intervención militar para
contener las revueltas.
No solo nos siguen reprimiendo y matando en democracia,
sino que lo hacen en nombre de ella. No es menor esta cues-
tión de la “dictadura parlamentaria”, como algunos llaman al
actual gobierno paraguayo. Este nuevo híbrido de la ideología
burguesa demuestra hasta dónde puede llegar la utilización de
la falsa oposición entre dictadura y democracia.
El capitalismo es siempre dictatorial. La producción es de-
terminada por la ganancia y no por las necesidades humanas.
Es la dictadura del Capital sobre la vida.
A su vez el capitalismo es siempre democrático. Son las
mercancías las que nos democratizan. Su circulación nunca se
detiene y a su paso nos iguala como compradores y vendedo-
res, nos reduce a nosotros mismos a mercancías y conduce a
la miseria a quienes no tengamos que vender más que nuestro
cuerpo. Nos da la libertad de consumir, o lo que es lo mismo,
de trabajar (si podemos) o morir de hambre. Esa es la esencia
de la democracia, esas son su libertad y su igualdad, y sobre
ellas se establecen todos sus derechos y obligaciones. Pueden
cambiar algunas reglas, pero el juego es siempre el mismo: el
del trabajo asalariado, la propiedad privada y el Estado.
28 | Boletín La Oveja Negra

No decimos todo esto por una mera cuestión de definiciones,


o para ser especialistas del análisis político. Lo hacemos para
desnudar la confusión que pretende que nos sintamos más a
gusto cuando nos dan palos gobiernos parlamentarios, y que
los defendamos cuando otro sector de la burguesía les quiere
sacar el poder. Pero esta confusión sirve, sobre todo, para que
nunca podamos imaginar algo por fuera de la democracia, del
orden actual.
Es por eso que frente a toda especulación, nuestra lucha es
y seguirá siendo contra la dictadura democrática del Capital.

DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

Pues bien, después del pedido de los progres durante todos


estos años, el sueño se les hizo realidad. Sacaron a Julio Ar-
gentino Roca del billete de $100. Pero ahora quien ilustrará tan
noble divisa, que a decir verdad cada vez vemos menos, no será
Juana Azurduy, ni Piazzola o Yupanqui, nombres que se venían
barajando en este “interesantísimo” debate. No, la elegida fue
la Jefa Espiritual de la Nación, Eva Duarte de Perón, Evita para
los amigos. El argumento principal para sacar la cara de Roca
es el respeto hacia los pueblos originarios, aunque analizando
mínimamente la historia esta elección se derrumba.
Durante el primer peronismo, donde Eva Duarte fue el mo-
tor principal, se llevaron a cabo dos sucesos que marcaron con
represión y lágrimas la lucha indígena: la Masacre de Rincón
Bomba y la represión al Malón de La Paz. Brevemente: entre el
10 y el 16 de octubre de 1947 fueron masacradas a metrallazos
unas 500 personas de la etnia pilagá, después de haber sido es-
tafadas en sus trabajos como peones en los ingenios azucareros
de Patrón Costas en El Tabacal, Salta. Fue el mayor genocidio
indígena del siglo XX argentino.
Selección de textos | 29

Por otro lado, el Malón de la Paz fue una marcha de los collas
del NOA —partiendo de Abra Pampa, Jujuy— el 15 de mayo de
1946, a la que se le fueron uniendo más personas en Tucumán y
Salta. El objetivo central era la restitución de las tierras. Llegaron
a lomo de mula a Buenos Aires el 3 de agosto. Fueron recibidos
por todo el pueblo porteño con gran entusiasmo. Una vez en
esa ciudad, el mismo Perón los recibió y fueron alojados en el
Hotel de Inmigrantes. La ilusión de obtener sus tierras otra vez,
se truncó cuando el 27 de agosto la Prefectura entró al hotel a
puro gas lacrimógeno y garrote, subiéndolos a la fuerza al tren
rumbo a Jujuy y tirándolos como basura casi en la frontera con
Bolivia. Nos cuenta el historiador Marcelo Valko: «y allí los
capangas haciendo chasquear sus látigos decían: acá está la
tierra que querían indios de mierda». Unos días después, “el
primer trabajador” declaraba que la marcha no representaba a
los indígenas del NOA y que muchos habían nacido en el norte
de la provincia de Buenos Aires.
A pesar de haber honrado a la patria de esta manera, Evita
no logró superar al inigualable Julio en esto de explotar y
asesinar indígenas … pero queremos que quede bien claro lo
siguiente: mañana en el billete de 100 podría estar el mismísimo
Bakunin o Bob Marley, no importa. Nuestra lucha es por un
mundo sin dinero.
30 | Boletín La Oveja Negra

AUTOAYUDA VS. AYUDA MUTUA

Nro. 5 (Septiembre–Octubre 2012)

Cada época tiene la espiritualidad que se merece. “El cielo” ha


sido por siglos, y continúa siendo, el reflejo idealizado de la
tierra, así como hoy “el alma” no es más que el alma del ciu-
dadano, individualista, moldeada a imagen y semejanza del
sistema capitalista.
Era de esperar entonces una gran bienvenida y una impor-
tante atención a la reciente visita de un tal «Ravi Shankar», así
como desde hace años todas las variedades de “autoayuda” son
cada vez mejor recibidas por empleados y empleadores, gober-
nantes y gobernados. Una híbrida mezcla de espiritualismo no
occidental, vulgarización de la psicología y de técnicas para
triunfar en los negocios, lo cual no es un simple detalle: el as-
pecto que quiere apartarse como espiritual es en la cotidianidad
inseparable del aspecto mercantil. “Triunfar en la vida” parece
ser inseparable de triunfar en los negocios. Lo ofrece el pastor
evangélico y la presidenta, el gurú y el cura que hace milagros.
Pero la ventaja que tienen estos nuevos gurús, por sobre el viejo
y podrido cristianismo, es la de poder adaptarse más rápido a
los tiempos que corren, porque son además productos directos
de estos tiempos, hechos a su medida. Como en la biblia no
hay alusiones directas al stress o a otras preocupaciones mo-
dernas, allí están entonces los nuevos “maestros” para ofrecer
una respuesta. El cura cristiano, que aún mantiene su amplia
parcela de poder y su ganado obediente, no se preocupa por
las novedades. No disputa el alma de los mortales, sabe que
la comparte con estas nuevas filosofías, lo que en términos
precisos es una herejía para cualquier cristiano, pero tolerable
para la lógica de mercado, en la que se han fundido todas las
ideologías y religiones.
Selección de textos | 31

Estas nuevas corrientes new age se diferencian de la Iglesia


Católica por presentarse ya no como una religión sino como
una especie de filosofía, por no poseer un Vaticano colmado
de oro sino por ser inocentes ONGs. Pero como el catolicismo,
estas nuevas “escuelas” son verdaderas empresas, con sus
abultadas donaciones, inversiones, respectivas editoriales,
centros turísticos de recreación y de exención impositiva. Y
lo más importante: son instrumentos de la clase dominante
para mantener el orden y el conformismo, tal como en las
religiones oficiales hay rezos y culpa, y si no funcionan estos
métodos de control mental, palo. En este sentido ha circulado
por los medios masivos de comunicación una entrevista a este
Ravi Shankar donde sin rodeos responde a la situación de
masacres en Siria: «Cuando todas las puertas están cerradas,
entonces la única opción es, usted sabe, la opción militar».
Nada que envidiarle a los curas que han bendecido guerras
y dictaduras, a los evangélicos que apoyaron la invasión de
EE.UU. a Irak, o a los brahmanes de la India con su brutal
sistema de castas.
«Si sucede conviene» es la frase que ha popularizado el em-
presario Marcelo Tinelli y que han repetido hasta el hartazgo,
intentando convencernos de que hay que dejar todo en su lugar.
Nos lo dicen en la cadena nacional, nos lo dice el patrón, nos lo
dice el cura y ahora estos burgueses de tono pacífico. Pero quien
habla es el Capital, como viene hablando desde hace siglos, en
diferentes variedades. «Si sucede conviene», la ley del karma,
«un mundo sin quejas», etc … son en definitiva llamados al
conformismo. Las relaciones sociales capitalistas o hasta las
desgracias más naturales son presentadas como un desafío
“que conviene”, y si no conviene se culpa a la víctima que no
ha sabido cómo responder, por lo cual al primer dolor se suma
el de la culpa por no estar a la altura de las circunstancias. ¡O
llegan al ridículo de decirnos que las penurias de esta vida son
32 | Boletín La Oveja Negra

a causa de lo que hicimos en vidas anteriores! En otras palabras:


conformismo y sumisión.
Ravi Shankar viene para continuar manteniendo la norma-
lidad capitalista, y el hecho de que lo haya traído Macri no es
un detalle, pero tampoco quiere decir que solo favorezca a la
gestión del Pro en Buenos Aires. En entrevistas televisivas va-
rios empresarios daban su testimonio donde explicaban cómo
gracias a la meditación habían podido estar más calmos y
llevar adelante con mayor tranquilidad sus empresas, es decir:
respirar profundo para explotarnos mejor. El famoso gurú de
la India, hijo de un gran empresario de la industria automotriz,
evidentemente ofrece religión para los burgueses y aspirantes
a serlo, pero su discurso no es distinto al que se baja para el
resto de la población: ofrecer soluciones individualistas y
voluntaristas a los problemas sociales, que son presentados
como problemas personales.
El pensamiento moderno del «sálvese quien pueda» toma
aquí un lenguaje espiritual, pero no deja de ser el ciudadano
enajenado quien se reafirma en esta forma de interpretación del
mundo, y consume entre otras mercancías una que le venden
con la etiqueta de “espiritualidad”.
Pero mientras sigamos pensando que las maldiciones llegan
del cielo o de vidas pasadas y que no se pueden cambiar, segui-
remos en este estado de cosas, y mientras continúe seguiremos
soportando, entre otros, a estos gurúes, a los curas y a esos in-
soportables capos del marketing que nos dicen cómo debemos
actuar. Éstos, como mencionamos anteriormente, no son sim-
plemente desubicados, son producto directo de nuestra época y
son solicitados y aprobados por cantidades de gente que siente
un vacío que la vida cotidiana capitalista no puede llenar, pero
que lamentablemente intentan llenar con otra forma de concebir
el capitalismo. Capitalismo que se ha desparramado en cuanto
pensamiento pudo, y cuya lógica es reproducida muchas veces
Selección de textos | 33

hasta por quienes sienten que no debería existir. Así como la


mentalidad generada por el cristianismo es reproducida hasta
por quienes no se reconocen en él o no lo llevan al pie de la letra,
lo mismo sucede con la denominada “autoayuda”, que no es
reproducida solo por sus seguidores (éste término posee ya un
engaño evidente desde el nombre, porque si es preciso seguir
los consejos de un experto, ya no tiene nada de auto).
No es casualidad que todo esto confluya en la destrucción
del apoyo mutuo, de la solidaridad, de la concepción del ser
humano como ser colectivo y a la vez individual. Porque éstas
son las experiencias donde se descubre el potencial transfor-
mador del humano, donde la abrumadora realidad deja de
presentarse como algo ajeno y comprendemos que somos
nosotros quienes la construimos día a día, colectivamente,
momento a momento, asumiendo que esta realidad es nues-
tra responsabilidad. Y la responsabilidad es inseparable de la
libertad. No seremos libres mientras no seamos responsables
por nuestros actos, mientras no comprendamos que todo lo
que hacemos tiene sus consecuencias, tanto al obrar de buena
manera como en su contrario.
Nuestra libertad no termina en donde comienza la del otro,
por el contrario, en esa libertad del otro nuestra libertad halla
su confirmación y su extensión al infinito. Es por eso que un
cambio personal profundo es posible y es necesario, como
también lo es que coincida y se desarrolle junto al cambio per-
sonal de los demás, sin dirigentes ni dirigidos, sin explotados
ni explotadores.
34 | Boletín La Oveja Negra

LA INDIGNIDAD DE LOS NORMALES

Nro. 6 (Diciembre 2012–Enero 2013)

Mientras en varios puntos del planeta se viene materializando,


mostrando y organizando una combatividad incipiente, en el
Estado Argentino el grueso de la población vive en una especie
de burbuja. Basta con insultar al gobierno o a las corporaciones
para ser puesto de un lado o del otro de la discusión. Así es,
aunque no se sepa con certeza qué es lo que determina a un
lado o al otro parece haber dos lados …
En estos últimos tiempos, la política se desnuda con mayor
facilidad como una mera cuestión de identidad. A la consigna
del amplio espectro anti–K «8N: yo voy»1, los oficialistas de
todo pelaje opusieron «8N: yo no voy». Pero, ¿desde cuándo
es importante anunciar que no se participará de una convoca-
toria? Quizás desde la adicción a Facebook y sus costumbres, o
desde que lo político se muestra en su aspecto más miserable:
la asignación a cada uno de una identidad, el sentimiento de
pertenencia a un grupo o sector. De este modo, los argumen-
tos son solo apéndices para reforzar la elección del bando ya
escogido de antemano, que no ha sido elegido justamente por
la veracidad o la refutabilidad de los argumentos. Porque estos
pueden servir tanto para una cosa como para otra, no se trata
de tener razón sino de imponer la razón propia. “Propia” es
un decir, porque estas razones no son más que las razones de
uno u otro bando burgués.
Estos argumentos que se presentan como el centro de la
discusión, no son más que el relleno sin importancia de una
identidad, que cuando no consume una religión o un equipo

1 Una protesta masiva se llevó a cabo el 8 de noviembre de 2012


contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
36 | Boletín La Oveja Negra

de fútbol lo hace con la política. La discusión de entrecasa ha


tomado la dinámica televisiva de la cual ha mamado: formato
de noticiero, pseudo investigación o programa de archivo. Los
vecinos, los familiares, los compañeros de trabajo o los internau-
tas discuten como si conformaran un panel televisivo, no hay
en juego más que opiniones, mientras tanto la vida cotidiana
continua inmutable …
Sin el bombardeo de los medios masivos de comunicación
esta puesta en escena sería otra de las tantas peleas interbur-
guesas que se resuelven en oficinas a puertas cerradas, en
las cuentas bancarias. Pero ambos bandos han apostado a la
“presión ciudadana”, es decir, a la reducción a la categoría de
ciudadanos a quienes habitan la Argentina, sin distinción de
clase social, mareados entre dos opciones de opresión y explo-
tación. Por ello la importancia del 7D o la Ley de Medios.2
Incluso para los intelectuales bien pensantes —de un lado
y del otro—, la criticada “caja boba” comenzaría a emitir algo
más que bobadas según quién tenga su propiedad.
La importancia atribuida al 7D, más allá del inconcluso
resultado de la disputa, se debe a la utilidad para seguir for-
taleciendo las distintas posiciones, y por sobre todo, la idea

2 La Ley de Medios Audiovisuales, aprobada por el gobierno de


Kirchner en 2009, que amplió el control gubernamental sobre los
medios de difusión —por lo menos en parte como respuesta a la in-
tensa crítica de los medios del gobierno, sobre todo de los partidos
políticos de la oposición. La ley requería a algunos conglomerados
de medios a vender o ceder parte de sus propiedades. Los conglo-
merados de medios de comunicación, en particular el grupo de
medios Clarín, presentaron recursos contra la ley, lo que condujo
a un fallo de la Corte Suprema que estableció al 7 de diciembre de
2012 como la fecha en que un tribunal de apelaciones podría tomar
una decisión final. Sin embargo, la Corte de Apelaciones aplazó la
decisión, prolongando la tensión entre las multinacionales guber-
namentales y medios de comunicación.
Selección de textos | 37

de que no se puede estar ajeno a la discusión. Así, tal como se


defiende el derecho a votar a pesar de que «son todos la misma
mierda», se habla en defensa de la libertad de expresión sin
nada nuevo que expresar, ni mucho menos generar los propios
medios para hacerlo. Como todas las libertades democráticas,
la de expresión está controlada por el Estado y definida por el
Capital. Si de criticar radicalmente al orden impuesto se trata,
no es recomendable fiarse de ninguna legislación para hacerlo,
así como «usar los medios del enemigo para hacer escuchar la
propia voz» nunca trajo buenos resultados.
Nos encontramos cada día más politizados, pero en el peor
sentido del término, nos encontramos cada día más ciudadani-
zados, más institucionalizados. El rebelde «que se vayan todos»
del 2001 es ridiculizado como infantil, como torpe, como ejem-
plo de «lo mal que estábamos antes y lo bien que estamos ahora»
por el oficialismo. Y cuando la oposición lo trae a recuerdo lo
hace construyendo el mito del glorioso pueblo argentino que
tumbó un gobierno. Entonces las cacerolas son sacadas de su
contexto de asambleas, de piquetes y organización, privadas de
su contenido y de su potencial «que se vayan todos».
Así mismo, dos semanas después y antes de fin de año, su-
ceden saqueos en varios puntos del país. Y traen consigo el
fantasma del 2001; la concordancia de la fecha sugiere, pero no
aporta nada a la comprensión de los hechos.
Se escucha lo de siempre, que los saqueos fueron organizados,
que son obra de infiltrados, y nuevamente Gobierno y oposición
—esta vez encarnada en el sindicalismo— cruzan acusaciones.
Se habla de todo lo que se puede, se habla de a muchos, pero se
oculta —voluntaria o involuntariamente— lo más importante,
llamar a las cosas por su nombre: capitalismo. Lo que significa,
al menos por estas latitudes, punteros políticos pero también
desesperación, hambre pero también frustración por las nece-
sidades inculcadas por la cultura dominante, policía corrupta
38 | Boletín La Oveja Negra

pero también atropellos legales. Las contradicciones capitalistas


estallan y nadie quiere hacerse cargo. Quienes viven a costa
de las mercancías que producimos y luego las promocionan
diciéndonos que seremos infelices si no las tenemos son los
mismos que se horrorizan cuando los pobres las roban.
El arrebato de querer opinar “como hacen en la tele” no deja
pensar con claridad lo que pasó, que esta ola de saqueos dejó
personas muertas, muertas porque para el sistema dominante
la vida de una persona vale menos que un LCD, una caja de
sidras o un paquete de fideos. Cuando no debería valer ni más
ni menos, porque una vida humana jamás debería poder
compararse a un objeto.
Posiblemente los saqueos no fueron más que un acto de
desesperación ante las condiciones materiales de vida llegan-
do la navidad y el fin de año, cuando la locura y la alienación
generalizadas suben en proporción al bombardeo publicitario,
el calor, la plata que no alcanza y la certeza de que se pasó un
año más sumido en la rutina del trabajo o la marginalidad. Lo
que sí dijeron los saqueos es que a pesar de diez años de circo
progresista y derechos humanos las estructuras de explota-
ción siguen intactas. Pusieron de nuevo en el tapete a los que
realmente sufren, anulando la aburrida pelea burguesa «K y
anti–K». Hay pobreza, hay hacinamiento, hay drogas, e inse-
parablemente a ello una descomposición social donde importa
lo mismo robarle al empresario supermercadista que al vecino,
al explotador que al explotado. Pero esto no puede llevarnos a
formar parte del coro de indignados, que ponen el grito en el
cielo con estos fenómenos que pasan pocas veces al año y callan
el resto de los meses frente al saqueo del planeta, y callan el
resto de los días frente al saqueo de nuestras vidas.
Parece fácil ver en los saqueadores a los chivos expiatorios
de esta sociedad decadente. Y siempre se escucha el mismo ar-
gumento: si tuvieran hambre no robarían un televisor. ¿Acaso
Selección de textos | 39

quienes formulan esa pobre crítica trabajan solo para comprar


pan y fideos? Si vamos a ponernos detallistas, quienes compran
un televisor y quienes lo roban, arriesgan ambos su salud y su
vida, y si no es frente a las rápidas balas policiales lo es frente
al lento deterioro que la rutina ejerce sobre el cuerpo. Poco
les importa si lo ensambló un trabajador con obra social o un
menor de edad engrillado, mirarán los mismos once imbéciles
correr tras una pelota, o las mismas tetas operadas … entonces,
el hecho de romper un vidrio o abrir la billetera es ya un detalle.
La “indignación”, el “horror”, suceden cuando se está impreg-
nado de la moral burguesa del sacrificio, bandera izada hasta
el hartazgo por quienes no se cansan de hablar de esos “negros
de mierda” mientras se relamen pensando en conseguir algún
tele robado a precio de oferta en la villa más cercana.
Quienes se indignan por estos hechos y no por las verdaderas
injusticias cotidianas odian a los pobres a priori. Nuevamente
los “argumentos” son un apéndice para rellenar la identidad
escogida, que tan bien le viene a los poderosos.
En Bariloche, una sociedad literalmente dividida —el Bajo
rico, turístico, de perfil suizo y el Alto villero, trabajador, ma-
puche, boliviano y “chilote”—, hace dos años atrás bajaron “los
negros” ante el caso de gatillo fácil de Diego Bonefoi. La policía
reprimió dejando dos muertos más, esclavos gastronómicos de
los caros hoteles del Bajo. Ahora otra vez “las hordas bárbaras”
que viven en casas precarias y soportan temperaturas bajo cero
sin gas natural bajaron, acusados por el senador provincial del
Frente para la Victoria, Miguel Pichetto, como «grupos duros
con posiciones anarquistas y origen en la extrema izquier-
da, que poseen características delictivas». Mientras tanto, en
Buenos Aires el viceministro de Seguridad Sergio Berni decía
que «hay un sector que quiere el caos y teñir de sangre a la
Argentina en estas fiestas». El oficialismo, que repite como
autómata que no reprime la protesta, no tardó en mandar 400
40 | Boletín La Oveja Negra

gendarmes para balear y gasear. ¿Qué voltereta retórica habrán


empleado en 678?3
Mención aparte merecen las posibles soluciones que se tira-
ron en este mar de opiniones, reduciendo el problema a una
cuestión de mala administración, «culpa de los K» o «culpa de
los socialistas». Se llama a «democratizar la democracia» como
si esto no fuera democracia, y como si la democracia no fuera
un orden criminal. Luego en los diversos eufemismos para decir
que hay que disciplinar a los pobres, en eso están de acuerdo de
derecha a izquierda: escolarización carcelaria y poco humana,
deporte competitivo, arte como enajenación de la creatividad.
Se llenan la boca hablando de los pobres pero solo los quieren
normalizados, ordenados, cumpliendo la tarea democrática
en silencio. Cada uno en su lugar: los que pueden comprando
en efectivo o en cuotas, y los pobres lejos para recordarles que
siempre se puede estar peor.
Indignación es tener que trabajar todos los días para el Ca-
pital, o buscar ese trabajo, o mendigar. Indignación debería
causar la normalidad, los muertos y encarcelados por el sis-
tema de la propiedad privada. El “problema de los saqueos”
es que aún no suceda el gran saqueo donde recuperemos
nuestras vidas.
Nota: Las notas aclaratorias de este artículo fueron extraí-
das de la traducción que se hizo del mismo al inglés en la web
Contrainfo. (www.es.contrainfo.espiv.net)

3 Programa de televisión de discusión política que el estado puso


en marcha en 2009 para combatir la supuesta parcialidad de las
redes de medios contra el gobierno de Kirchner, y hacer propa-
ganda oficialista.
Selección de textos | 41

CRUZ Y FICCIÓN

Nro. 7 (Marzo–Abril 2012)

Para Nicolás Maduro, presidente encargado de Venezue-


la, «Hugo Chávez influyó en Cristo para que haya un Papa
sudamericano». Al parecer “El Comandante”, luego de rogar
públicamente a dios que no se lo lleve, sigue gobernando des-
de los cielos, es decir, su autoridad continúa aún después de
muerto… Entre la risa y la rabia digerimos estas palabras y
encontramos que la mentira generalizada es una triste realidad,
que no se trata de forzar relaciones ocultas entre un engaño y
otro, entre un tipo de dominación y otra, sino que ambas se nos
presentan como una opresiva totalidad.
42 | Boletín La Oveja Negra

En una situación excepcional para la Iglesia Católica, Rat-


zinger renuncia a su cargo (un hecho de estas características
no ocurría desde 1415) y con la proximidad de las Pascuas se
elige a los apurones un nuevo Papa, que resulta ser el Cardenal
argentino Jorge Bergoglio.
La noticia es recibida con un cóctel inigualable de fe y nacio-
nalismo, incluso para los no creyentes, para quienes el estúpido
orgullo nacional sale a relucir tanto si se trata de un gol récord
de Messi o de un científico argentino reconocido mundialmente
no importa por qué.
Una vez más, cuesta ver a tanta gente arrodillarse frente a
semejante monstruo. Parecieran desconocer los innumerables
exterminios, genocidios y guerras apoyadas e impulsadas por
el Vaticano y la Iglesia Católica a lo largo de la historia. Y no se
trata de si es un Papa bueno o un Papa malo ¡Es una institución
que históricamente es cómplice de la dominación de una clase
sobre la otra! Por ello es indiferente si el jefe/cura de turno ha
colaborado o no con la dictadura cívico militar de su país de
origen. ¿Qué otros argumentos hacen falta para sentir asco por
el Papa, sus obispos y cada cura de sus sucursales repartidas por
el mundo? La sola existencia de la Iglesia y el catolicismo son
testimonios de su prédica de muerte, sacrificio, resignación y
dolor. Si Bergoglio colaboró con los milicos en los ‛70 es un
detalle más, obsceno y cruel, pero un detalle en la sangrienta
historia de la Iglesia Católica.
Ante la creciente falta de interés de los creyentes hacia la
institución religiosa, ésta aprovecha para lavarse la cara y
mostrar una imagen diferente al estereotipo que se tenía. En
poquísimos días se evita ostentar el lujo, se escoge por pri-
mera vez el nombre de San Francisco —típica referencia al
“lado bueno” del cristianismo—, el Papa paga sus cuentas en
el hotel, usa una pulsera de plástico, pide donar el dinero de
los viajes a los pobres, desaprueba a los pedófilos, se muestra
Selección de textos | 43

tolerante hacia otras creencias y quizás en el futuro asistamos


a actitudes que sorprenderán a más de uno. Y nos pregunta-
remos si Bergoglio es sincero o un hipócrita, si lo hace con
convicción o es pura apariencia, como si la respuesta develara
algo importante, como si algo de ello cambiase la esencia de
la religión y sus instituciones.
En lo inmediato habrá un resurgimiento de la Iglesia Cató-
lica en la región, se acelerarán los trámites de beatificación y
santificación de unos cuantos candidatos locales, se reclamarán
con más énfasis las Malvinas para el Estado Argentino, todo
gracias a la obra del Señor, del único Señor de este mundo de
mierda: el Señor Dinero.
Y como lo que nos preocupa derribar es el mundo del dinero,
del cual las religiones y sus iglesias son su consuelo y justifica-
ción, no podemos detenernos en críticas parciales. Para ello ya
están otros defensores de este mundo, los progresistas con sus
críticas “políticamente correctas”, que se limitan a los excesos
de la Iglesia Católica, disputando su poder pero sin descuidar
el apoyo de los creyentes, haciendo hincapié en el problema
institucional de la Iglesia pero defendiendo la libertad de culto
y otros chamuyos por el estilo.
En el número 5 de La Oveja Negra decíamos: «las religiones
son instrumentos de la clase dominante para mantener el
orden y el conformismo» y desgraciadamente la crisis de la
Iglesia Católica no se debe a la existencia de un fuerte des-
orden social que se esté generalizando y vaya a suprimirla,
sino a que simplemente hay quienes vienen haciendo mejor
su trabajo, por lo cual deberá ceder parte de su terreno a
otras religiones de moda y otras creencias impuestas por el
Capital para su desarrollo, como la fe en el progreso, la ciencia
moderna y la tecnología.
La vida eterna en el cielo parece prometedora, pero por las
dudas nos seguimos inyectando lo que nos digan por unos
44 | Boletín La Oveja Negra

años más en la tierra. Rezar puede tranquilizarnos, pero nada


lo hará mejor que unos buenos psicofármacos. Las estampitas
siguen en las billeteras, pero generalmente salen cuando no
hay billetes o la tarjeta de crédito comienza a rebotar. Los
misterios de dios son comparables a los de los mercados, la
ciencia se ha convertido en religión, los científicos en curas y
la propia religión muta para adaptarse al pensamiento moder-
no. Así, curiosamente, un proceso de beatificación se parece
más a un examen de laboratorio con diversas pruebas «empí-
ricas» comprobando milagros que a un acto de verdadera fe.
No debemos luchar contra una garra del Capital para ser
atrapados por otra, no debemos oponer ciencia a religión,
debemos desnudar sus roles complementarios (y compar-
tidos) en la defensa de esta sociedad podrida. Debemos
luchar por una espiritualidad y materialidad diferentes,
que vuelvan a encontrarse en la plena realización de las
necesidades humanas.

CAPITALISMO DEL SIGLO XXI

Cuando Chávez asumió el gobierno en el año 1999 en Venezuela,


no hubo una ruptura en cuanto a lo que es el sistema capitalista,
y por lo tanto no existió un cambio profundo en las relaciones
sociales de aquella región. Esta continuación capitalista, con
su distintivo patriotero, caudillista, demagógico y milico, bajo
la denominación de «socialista», fue lo suficientemente eficaz
para desarrollar el negocio petrolero en aquel país, por lo cual
todo asomo de crítica acerca de los efectos —tanto sociales como
ambientales— de la explotación de hidrocarburos y minerales
se ha convertido en “contrarrevolucionario”.
En este sentido, dos días antes del anuncio de la muerte del
“líder espiritual” del proceso capitalista bolivariano, fue asesi-
Selección de textos | 45

nado Sabino Romero, referente de las luchas del pueblo yukpa,


el cual al último atropello que debió responder fue al anuncio
realizado por Chávez sobre la triplicación de la explotación del
carbón a 36 millones de toneladas métricas anuales en territo-
rios habitados por diferentes comunidades. Sabino Romero
fue parte de las comunidades indígenas que se movilizaron
para rechazar las consecuencias de la expansión de la mega-
minería en la región que habitan. Su lucha se enfocó en lograr
la demarcación y titularidad de los territorios indígenas, para
lo cual realizaron distintas movilizaciones tanto en el estado
de Zulia como en Caracas, utilizando diferentes métodos de
lucha, tales como la acción directa y la ocupación de tierras
indígenas en manos de ganaderos.4 Como es costumbre, los
burgueses se tiran la pelota: que «fue la derecha», que «fue
culpa de políticos corruptos aún existentes entre las filas de la
revolución bolivariana». Es que los sicarios que lo asesinaron,
como el dinero y el petróleo, no son de derecha ni de izquierda.
Es el aparato estatal capitalista, como una totalidad, el que ga-
rantiza y perpetúa estos asesinatos. Un asesinato que muestra
la continuidad de estas prácticas desde antes de la revolución
bolivariana. Ya en el año 1995 la Guardia Nacional asesina
a los yukpa Felipe Romero, Carmen Romero y José Vicente
Romero, acusados de robo de ganado en un hecho conocido
como la Masacre de Kasmera. Y podemos contar, desde aquel
hecho hasta este, sucesivos asesinatos a manos de sicarios y
ganaderos, además de palizas y campañas de difamación por
parte de Venezuela como de Colombia. En cuanto a comercio
y represión el Capital tampoco tiene patria.
A diferencia del funeral de Sabino Romero —donde las
pocas fotos que circularon debieron ser sacadas a escondidas

4 Capitalismo energético: Autor material e intelectual del asesinato de


Sabino, Periódico El Libertario (Venezuela).
46 | Boletín La Oveja Negra

de las fuerzas de seguridad—, cuando muere un opresor los


medios masivos de comunicación entran en sintonía para
intentar machacarnos con lo mismo durante horas. Y la «opi-
nión pública», en tanto que ideología dominante, se hizo eco
en las redes sociales, en la calle, entre los conocidos. Lamen-
tos y llantos desde el peronismo patotero y patriotero hasta
autoproclamados grupos autónomos y muchas feministas
llorando por quien representa a carta cabal al «Padre de la
nación»: patriarca, cristiano, estatista, omnipresente. Sollozos
de tantos y tantas que se posicionan contra el golpe del ‘76,
pero como se confirmó una vez más, sus ídolos son generales,
comandantes y coroneles.
El fondo de la cuestión, más allá de minuciosidades como la
representatividad, es qué persiguen este tipo de procesos. Si el
«Socialismo del Siglo XXI» solo quiere afianzar la democracia,
el mercado y el nacionalismo, habría que preguntarse por qué
pensarlo como revolución, si solo está afirmando aquellos
nauseabundos valores en que nos movemos todos los días.
Tanto Correa y su «revolución ciudadana» como Chávez y la
«revolución bolivariana» (en un país donde el año pasado la
desintegración social dejó alrededor de 21.000 muertes por
homicidio) no hacen más que mostrar que el capitalismo es
capaz de adoptar una imagen bondadosa y popular pero no
por ello abandona su esencia de muerte.
Lejos de querer dar un manual sobre revoluciones, ponemos
en cuestión estos procesos al ver que no hacen más que ser acei-
tes y remaches de la normalidad. ¿Qué tienen de revolucionario
las dádivas del Estado en un buen momento de la economía
nacional, o la espera de la palabra del líder para saber qué hacer?
¿A quién asusta aprender a cantar más fuerte el himno nacional?
¿En qué nos diferencia eso de los burgueses?
La categoría «Socialismo del Siglo XXI» busca plantearse
como novedad, mientras mantiene las mismas falsificacio-
Selección de textos | 47

nes que hizo la socialdemocracia durante siglos anteriores. A


su vez, el chavismo supo astutamente usar el tan en boga «Po-
der Popular», llegando a crear un ministerio con ese nombre
y así disfrazar mejor su caricatura revolucionaria, apoyado
en la idea de quienes sostienen que este concepto vendría a
ser combativo.
Se insiste en que Chávez o algún otro líder es quien va a
devolvernos la dignidad como latinoamericanos. Pues bien,
no necesitamos ni líderes ni esa dignidad de ciudadano, de
trabajador, de explotados y oprimidos, necesitamos dejar de
serlo, a nivel mundial y lejos de cualquier provincianismo.
Más a la izquierda se insiste en que estos caudillos son solo el
emergente de un movimiento social más grande, la cara visible,
pero estos movimientos solo sirven de colchón para amortiguar
y sostener las imposiciones del Capital administradas por tal
o cual gobernante.
Seguir dando la mano a este tipo de procesos es conti-
nuar subestimándonos como explotados, subestimar nuestra
capacidad de transformación, encerrar la imaginación revolu-
cionaria en los moldes burgueses, lo que significa perpetuar
estas relaciones sociales miserables, miseria que no hace refe-
rencia solo al aspecto económico.
«Ningún explotado en el mundo debería llorar la muerte de
sus gobernantes. Si esto ocurre, no es más que por la racionali-
dad invertida que mantiene este sistema en funcionamiento. Y
es que quienes están en la administración de cualquier Estado,
no están sino en contra de nuestros propios intereses, digan lo
que digan sus credos ideológicos. (…) En los procesos sociales
que van construyendo al proletariado en sujeto revolucionario,
la identificación del mismo con caudillos de fraseología socia-
lista no es sino un signo de debilidad, un límite que debemos
contribuir a superar. Y es que, por lo demás, no se puede cons-
truir un movimiento revolucionario con posibilidades reales
48 | Boletín La Oveja Negra

de victoria si no es a partir de un cuestionamiento y combate


radical a toda mistificación, a toda idolatría. (…)»5
El cambio por un mundo nuevo será obra de nosotros mismos,
y no el resultado de la caridad o beneficencia de algún militar,
presidente, cura u otro representante del mundo burgués. A
pesar de la mentira, a pesar de los líderes.

5 Extraído del blog El Radical Libre (Chile) www.el-radical-libre.


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Selección de textos | 49

EL TRABAJO NO DIGNIFICA

Nro. 8 (1° de Mayo 2013)

Mientras las mayorías festejan el «día del trabajador» o peor


aún, el «día del trabajo», algunos seguimos convencidos de
la necesidad de librarnos de éste. Es decir, de liberarnos de la
forma que ha adquirido la actividad humana bajo el capita-
lismo. Esta forma, que no quiere ni podría garantizar las más
mínimas necesidades, vuelve al hombre mercancía y lo obliga a
relacionarse con el resto de las personas y las cosas a través de
mercancías, persiguiendo no la satisfacción de las necesidades
y deseos humanos, sino las necesidades del Capital.
No estamos diciendo nada nuevo. La crítica del trabajo, tanto
en actos como en palabras, es vieja como el trabajo mismo.
Cuando expresamos todo esto, lo hacemos desde una visión
global de la sociedad, porque son condiciones globales las que
permiten este sistema de explotación, por más que cada uno lo
experimente de manera particular con su patrón individual. Y
esas condiciones globales son las de una sociedad separada en
clases, en íntima relación con la propiedad privada y con un
Estado guardián de las condiciones dominantes.
Es desde el Capital que se busca reforzar la idea de los hechos
aislados sin aparente relación, y con ello la idea del individuo
libre con posibilidades de ascender socialmente, haciéndonos
trabajar más y más duro. Las respuestas más frecuentes a la
crítica del trabajo parten, justamente, desde esas condiciones:
«pero si yo trabajo sin patrón», «yo disfruto de mi trabajo»,
«mi patrón es bueno y hace las cosas bien», «mi sindicato me
defiende», «mi trabajo me permite ayudar a la gente», etc.
La verdad es que se escapa del trabajo como de la peste, y
pocos pueden ocultar la expresión de su cara a la salida del
yugo. Excepto algunas excepciones donde la alienación social es
50 | Boletín La Oveja Negra

tan fuerte que se prefiere el trabajo al resto de la poca vida que


queda —situación también generada por este mundo basado
en el trabajo— la realidad es la miseria en la que vivimos la
mayoría de los proletarios del mundo, empleados o no. Miseria
material, pero también moral, afectiva, social. La realidad son
las terribles condiciones de trabajo, las tareas sumamente
alienantes, asquerosas y repetitivas que nos vemos obligados
a realizar. La realidad es que no decidimos qué producir ni
disponemos de lo que producimos. Sean gigantescas empresas
públicas o privadas, o pequeños productores, siempre se trata
de unidades de producción aisladas, unidas únicamente por el
intercambio mercantil, basándose en la obtención de la mayor
ganancia posible.
Como vemos, el trabajo tiene un lugar central en la sociedad
capitalista. Es central para el Capital porque de él depende su
desarrollo, a la vez que es central para el proletariado porque
de él depende nuestra supervivencia. He aquí donde surge
todo el dilema en torno al trabajo. El Capital hará todo lo po-
sible por defenderlo y el proletariado se encuentra acorralado:
lo que le permite a duras penas sobrevivir niega a la vez su
plenitud, niega una verdadera actividad humana ligada a sus
necesidades y a las de los otros, niega la revolución, niega la
comunidad humana.
La defensa más común del trabajo asalariado como la mejor
forma alcanzada por el hombre de organizar la producción es
la exacerbación progresista de las “virtudes” del capitalismo
moderno. Pero se oculta, por ignorancia o por conveniencia,
que el supuesto bienestar de una porción de seres humanos
existe a condición de que la gran mayoría no pueda acceder
ni a soñar con ese paraíso artificial que nos muestran como la
meta de nuestras vidas. Países “desarrollados” que aún viven
de sus colonias, tecnología de punta basada en el trabajo infantil
y la muerte en el Congo, autos último modelo corriendo con
Selección de textos | 51

combustible manchado con sangre, y otros preciosos ejemplos


de la democracia occidental.
Mientras quieren convencernos de las virtudes del trabajo
asalariado y de que si trabajamos duro podremos disfrutarlas,
parecen olvidar las incesantes guerras, la contaminación, los
accidentes laborales, los suicidios, los problemas psíquicos y
físicos, la explotación infantil y un largo etcétera. Se dirá que
todos estos son “detalles” a eliminar, sin embargo son parte
constitutiva del mundo del trabajo asalariado, de su normalidad,
y sin estos elementos no sería lo que es.
La defensa del trabajo no tiene fronteras ideológicas. Sutil
como el orgullo de ser trabajador o extrema como un campo de
trabajo nazi o stalinista se adapta, según sea más conveniente, a
las necesidades de cada tiempo y lugar para mantener funcio-
nando la maquinaria capitalista. «El corazón a Dios, las manos
al trabajo» nos dirán los curas prometiendo salvación a cambio
del sacrificio asalariado, «el trabajo dignifica» nos dirán los
sindicalistas y políticos de izquierda a derecha apelando a la
asquerosa moral burguesa. Que quienes viven de nuestro sudor
sean los portavoces del Capital no nos sorprende, pero que en
muchos casos sean los mismos proletarios quienes lo defienden
es lo que nos demuestra la debilidad de nuestra clase. Por eso
insistimos que toda lucha que no busque criticar nuestro lugar
como trabajadores contiene el peligro de defenderlo, siendo el
sindicalismo uno de nuestros peores enemigos. Cuando nos
dicen que nos atengamos a lo «que es posible conseguir ahora»,
que aceptemos «los acuerdos que logramos alcanzar», en reali-
dad nos están diciendo que aceptemos la ideología dominante,
que no vayamos a la raíz de nuestros problemas, que sigamos
buscando parches.
En este sentido, desde los inicios de las luchas revoluciona-
rias —que necesariamente debían llegar a posicionarse contra
el trabajo asalariado— los políticos y sindicalistas se esforzaron
52 | Boletín La Oveja Negra

por imponer a los proletarios más decididos el programa de


las reformas, de canalizar las reivindicaciones obreras hacia
las vías capitalistas prometiendo una “revolución” basada en
la suma de meras reformas y luchas parciales. Así, las institu-
ciones siempre enemigas del proletariado comenzaron a ser
propias, surgiendo sindicatos denominados “clasistas” o “re-
volucionarios”, gobiernos y estados “obreros” y demás trampas
burguesas. Fracaso tras fracaso, cediendo cada vez más terreno,
terminaron en vergonzosos politiqueos, apoyando crítica o
acríticamente a los políticos y sindicatos más progresistas, im-
plementando la receta democrática del mal menor. Pero para
explotadores y opresores nunca es momento de enfrentar al
trabajo, a los sindicatos, al Estado, a la propiedad privada …
Luchando siempre contra los efectos, las reformas son meros
paliativos que no curan la enfermedad capitalista ni llevan en
su germen la cura de ninguna enfermedad.
Es necesario entonces comprender que las consignas como
«derecho al trabajo» o «pleno empleo» son reaccionarias y
utópicas. Hay que comprender la exigencia de tener un em-
pleo como la exigencia de la necesidad de alimentarnos, de
vestirnos, de reproducirnos … pero reivindicar «trabajo para
todos», en el seno del sistema capitalista, es hacer creer que eso
es posible, es ilusionar con un absurdo y es negar el carácter
catastrófico del capitalismo, su descontrol sobre el movimiento
que él mismo engendra.
Por estas y tantas razones es necesario seguir afirmando la
lucha contra el trabajo. Porque si el trabajo fuese algo bueno
los ricos se lo hubiesen guardado para ellos y no pagarían para
que lo hagamos.
¡Por un 1° de mayo internacionalista, anticapitalista y re-
volucionario!
Sin partidos ni sindicatos: ¡Lucha de clases sin inter-
mediarios!
Selección de textos | 53

¡Por una revolución que destruya el trabajo que nos reduce


a simples mercancías!
¡Por el comunismo en anarquía, siempre!

8 HORAS

Los mártires de Chicago no murieron simplemente por las


ocho horas. Cuando se referían a ocho horas de trabajo, ocho
horas de sueño y ocho de recreación no se referían a sentarse
frente al televisor, la computadora, ir a pasear al supermercado,
drogarse o ir a la cancha. Esas ocho horas eran necesarias para
la agitación proletaria, para la instrucción revolucionaria, para
crear lazos de afinidad y socializar con sus pares.
Hoy el llamado “tiempo libre” es justamente libre de todo
aquello. Cuando no es un ocio consumista y alienado, es un
modo de descansar del fatídico trabajo o de reponerse para vol-
ver a él. Y cuando se está desocupado, se tiene todo ese tiempo
libre para venderse libremente, la diferencia es que nadie paga
por esa agobiante búsqueda de comprador de nuestra fuerza
de trabajo.
Nos cuesta oponer trabajo a ocio ya que los sentimos comple-
mentarios. A esta separación deberíamos oponer una actividad
vital de realización de nuestra humanidad fuera y contra el
sistema capitalista, plena en la revolución social.

¿POR QUÉ INTERNACIONALISTAS?

La ideología dominante, mediante sus instituciones, las cos-


tumbres, los medios de comunicación y la “opinión pública”,
nos ha inculcado (y nos inculca) un sentimiento patriótico,
para que llegada la hora odiemos al trabajador inmigrante que
54 | Boletín La Oveja Negra

supuestamente viene a robarnos el trabajo, y no al patrón que


nos roba nuestro tiempo y nuestra vitalidad. Para que seamos
también carne para sus guerras, para ir o quedarse a defender
el Capital y el territorio que no nos pertenece. El patriotismo
sirve a la clase dominante para ocultar el antagonismo social
en el que vivimos, sirve para sentirnos más cercanos al jugador
de fútbol estrella, al milico o al patrón que nació en esto que
han dado en llamar país, que al hermano explotado que nos
dicen que es extranjero.
Pero no hablamos aquí de antiimperialismo, ya que este es
la renuncia a una lucha real contra el capitalismo y quienes lo
sostienen, que justifica el capitalismo de los países menos de-
sarrollados y comprende al internacionalismo como una suma
de nacionalismos particulares.
En Estados Unidos, en Cuba, en Argentina, en Suecia, en
Venezuela o en Irak, hay explotadores y hay explotados, hay
dominadores y hay dominados. Nuestra clase es una clase
mundial, por lo tanto las condiciones de su opresión son tan
mundiales como la necesidad de destruirlas. Debemos asumir
esa lucha internacionalista, no tan solo solidarizándonos con
los oprimidos de otros países sino además asumiendo que su
lucha es la nuestra, luchando en nuestro país, contra nuestro
Estado, contra nuestra burguesía.
Ya lo han dicho antes que nosotros: «El proletariado no tiene
patria» y nunca la tuvo. La patria es la excusa para separarnos
como dominados, para que no logremos una comunidad de
intereses, de deseos, una comunicación plena en unas relacio-
nes humanas sanas. ¿Por qué? Porque eso nos hace peligrosos,
porque nosotros fuimos, somos y seremos muchos más, y el
capitalismo hace todo lo posible para que no nos enteremos.
Selección de textos | 55

BRASIL: ¿DISTURBIOS SIN SENTIDO?

Nro. 9 (Junio–Julio 2013)

La lucha contra la suba del precio del transporte público en


Brasil ya tiene más de 100 años, siendo una de las luchas his-
tóricas del proletariado de este país. El origen más próximo de
la actual revuelta se ubica en las protestas del 2004, que fueron
creciendo en convocatoria y radicalidad. Este año se agregan a
las protestas el Mundial de Fútbol 2014 y las Olimpíadas 2016,
que han generado una verdadera catástrofe social. Repasemos
algunos datos:
El costo total del Mundial será de 33.000 millones de dólares.
Se desalojarán en total 170.000 personas para la construcción
de estadios (algunos que no se volverán a usar), aumentando
a su vez los alquileres en la zonas cercanas.
1.800 millones de dólares es el presupuesto para seguridad,
y casi 50 millones solo para gases lacrimógenos.
Mientras dure el Mundial, la FIFA manejará 2 km² alrededor
de los estadios controlando que las ventas se limiten a produc-
tos de auspiciantes oficiales, por lo que ya se desplazaron 1.000
vendedores ambulantes, previendo que la cifra llegará a 100.000.
El tráfico de niños para el turismo sexual ya ha comenzado a
aumentar desde el interior hacia las capitales del nordeste, así
como también han aumentado los implantes de siliconas y las
clases de inglés entre las prostitutas.
Los gastos y consecuencias de estos espectáculos deportivos y
el aumento de 20 centavos de real en los colectivos catapultaron
la rebelión, que pronto estalló en 90 ciudades del país, donde
se observó una gran masa de gente volcada a las calles, desde
ONGs con sus discursos ciudadanistas y reformistas hasta
sectores radicales, no necesariamente militantes, que reconocen
cuál es el enemigo y no dudan en atacarlo.
56 | Boletín La Oveja Negra

El 28 de mayo en Goiânia se produce la primera manifes-


tación violenta hasta ese momento. Se atacan los colectivos
prendiéndolos fuego y se reprime ferozmente.
El 1 de junio en Sao Paulo entra en vigor el nuevo precio
de la tarifa del colectivo: de 3 reales a 3,20. El 6 de junio se
reprime a los autoconvocados contra el aumento, acelerando
el camino hacia la revuelta. A partir de ese momento las ma-
nifestaciones y marchas empezarán a crecer en todo Brasil
para hacerse casi diarias.
El 17 de junio en Río de Janeiro durante la concentración
frente a la Asamblea Legislativa, se ataca con petardos a la
policía que custodiaba el edificio. Los pacifistas gritan a coro
«¡Sem Violência!» para despejarle dudas a las fuerzas re-
presivas de quiénes eran los manifestantes que atacaban. A
pesar de esto los revoltosos avanzan tumbando las vallas y la
policía retrocede a esconderse dentro de la Asamblea, lo que
hierve aún más los ánimos y se produce una corrida hacia la
puerta prendiéndola fuego con molotovs y golpeándola con
las mismas vallas o a patada limpia. Cerca de allí también un
grupo de manifestantes logra no solo hacer retroceder a la
policía, sino, esta vez sí, rodearla y golpearla. En ese mismo
momento en Brasilia es tomado el Congreso Nacional de Brasil,
burlando su diseño urbanístico, que pretendía, entre otras
cosas, disuadir protestas.
El día 20, un millón de personas sale a las calles de todo
Brasil. Se producen violentos disturbios en Salvador de Bahía,
fuera del estadio donde juegan Uruguay y Nigeria por la Copa
Confederaciones, en el marco de una marcha que convoca a
10.000 personas. Ese día, catorce ciudades suspenden la suba
del boleto.
El 22 se producen nuevos disturbios violentos, esta vez en
Belo Horizonte, donde se atacan concesionarias y nuevamente
la policía tiene que retroceder ante los ataques proletarios. Hay
Selección de textos | 57

saqueos y en la periferia se quema un colectivo. Trasciende en


los medios masivos el rumor de que el Mundial podría llegar
a suspenderse y realizarse en México.
El 26 los habitantes de las Favelas da Maeré en Río de Janeiro
expulsan al BOPE (Batallón de Operaciones Especiales de la
Policía Militar, grupo de élite de la policía brasilera). Hacia el
30 de junio seis son las víctimas fatales de la represión.
En todo Brasil se observan asambleas de barrio en las calles
o en las universidades, manifestaciones y enfrentamientos aún
en poblaciones chicas. Los sindicatos reaccionan y llaman a una
huelga general para el 11 de julio, con la intención de aprove-
char y canalizar las protestas.
La mente política hierve al intentar categorizar los disturbios
que se están dando en la región dominada por el Estado bra-
silero. Su problema es que muchos de quienes se encuentran
en las calles no hablan el lenguaje político que los especialistas
gustan interpretar y traducir. Porque muchos de quienes se
encuentran en las calles nos recuerdan algo que solemos ol-
vidar: la celebración de la vida frente a un mundo que se ha
vuelto una cosa, o una mera suma de cosas. Los desobedientes
danzan junto al fuego mientras confraternizan en este mundo
de aislamiento, mientras se imponen al espíritu del dinero,
mientras los policías huyen.
La mente económica lee los carteles cercanos a las banderas
de los fanáticos patriotas o de quienes suponen inocente-
mente que la bandera nos representa a todos, esos carteles
que piden más de lo mismo pero mejor … lo cual no deja de
ser más de lo mismo. Pero hay muchos otros que no llevan
banderas de países, incluso a veces las queman, y no llevan
pancartas con frases. Tampoco aguardan en silencio y sus
actos hablan por sí mismos. No se trata de una suba de pocos
centavos en la tarifa de transporte, se trata de pagar para
transportarse, de transportarse para trabajar y de trabajar
58 | Boletín La Oveja Negra

para pagar ese transporte ¡que para colmo aumenta! ¿Cómo


los disturbios no van a comenzar con ese pequeño detalle?
Si en cada detalle se encuentra una muestra de toda nuestra
vida cotidiana subordinada al dinero. ¿Quién no comprende
que se comience protestando por el boleto y se termine por
destrozar un cajero automático? Seguramente los dueños, o
quienes no son dueños de nada pero que han aprendido a
pensar como ellos.
La mente policial se desespera. «Las protestas no tienen lí-
deres ni cadena de mando. Las movilizaciones rara vez tienen
una estructura organizativa o líderes claramente definidos»,
aúllan y se lamentan los periodistas junto a los otros perros
guardianes del orden. «No hay con quién negociar ni a quién
encarcelar. La naturaleza informal, espontánea, colectiva y
caótica de las protestas confunde a los gobiernos. ¿Con quién
negociar? ¿A quién hacerle concesiones para aplacar la ira en las
calles? ¿Cómo saber si quienes aparecen como líderes realmente
tienen la capacidad de representar y comprometer al resto?»
escribe un periodista de El País, sin embargo es el cerebro del
Estado quien dicta.
La mente de la política razonable babea imaginando armar
un frente, una Organización, con aplicar el chaleco de fuerza de
la ideología a las personas llenas de vida que se encuentran en
las calles, que se saludan a kilómetros de distancia con sus ac-
ciones rebeldes. Fantasea con poder hacer los reclamos “menos
excesivos”, “más razonables”, para poder dialogar con el Estado,
en el lenguaje del Estado, en el lenguaje de la política. Hablar
de igual a igual con el Estado es imposible, se puede hablar en
su mismo lenguaje, pero para ello hay que entrar en su lógica,
donde las necesidades son convertidas en derechos y deberes,
las decisiones en consenso y votaciones, y donde renunciamos
a nuestras capacidades como seres humanos para entregarlas
a las instituciones democráticas.
Selección de textos | 59

La mente civilizada quiere convertir el asco a la vida mer-


cantilizada en un mero desagrado ciudadano a los excesos
de los empresarios. Quiere convertir el asco al gobierno en
la creación de un nuevo partido político para las próximas
elecciones, quiere convertir a la solidaridad en una ONG y
la violencia callejera en un “ejército del pueblo”.
La mente de la nueva política quiere mantener cada cosa
en su lugar, y a los oprimidos como cosas en su lugar, para
que luchen por detalles sin poder cambiar nada de raíz. Los
bienpensantes expertos de la democracia se especializan en
sacar por la puerta lo que en poco tiempo van a volver a ha-
cer entrar por la ventana, en una lógica interminable donde
los problemas del pasado son las soluciones del presente o
a la inversa.
La mente conformista se queda en la casa y rezonga. Se queja
cuando es enfrentado el monopolio de la violencia del Estado,
sufre por los símbolos del Capital dañados. Señalaría a los
desobedientes pero es cobarde hasta para eso y se desahoga
opinando: «este gobierno roba pero hace», «pobreza hubo
siempre», «esto siempre fue así».
La mente competitiva que encuentra su deleite en el deporte
y los negocios no puede salir de su asombro, los desobedien-
tes ponen en duda los beneficios del deporte y los negocios al
protestar contra el Mundial ¡ponen en peligro la copa mundial
de fútbol! Esa copa amiga de dictaduras cívico militares, que
desaloja barrios enteros de todo el mundo para realizarse, que
brinda la posibilidad a los Estados anfitriones de invertir en con-
trol y represión, que exacerba el estúpido nacionalismo y nos
propone admirar a unos millonarios deseando ser como ellos.
Mientras tanto hay cuerpos que danzan y danzan. Cuerpos
negros y blancos, de cualquier sexualidad, de todas las edades,
de aquí y de allá. Enfrentan a la policía porque es la cara del
Estado que siempre han visto, atacan a los símbolos del capita-
60 | Boletín La Oveja Negra

lismo y a la mercancía porque es el rostro que más recuerdan del


Capital. Es probable que si no ponen en palabras sus reclamos
se entremezclen los nacionalistas, la oposición política que
quiere sacar tajada y los oportunistas de cada ocasión. Pero
también existe el riesgo de que si comienzan a hablar terminen
haciéndolo en el lenguaje del Estado y el Capital para pedir
reformas parciales.
Mientras tanto los cuerpos se reconocen entre sí, en la crítica
en actos a esta sociedad. Y al golpear toman conciencia de su
propia fuerza, de sus posibilidades como algo más que una
suma de individuos. Y nos tiran por la cara que es posible
detener la marcha fúnebre del Capital, interrumpiendo esa
normalidad capitalista que los poderosos nos refriegan como
una característica natural del planeta.
Es en estos disturbios y manifestaciones donde el espacio
urbano que habitamos se trastorna. Las personas ya no caminan
por el estrecho margen de las veredas con la mirada solitaria
y desconfiada, sino en conjunto, riendo, cantando, reconocién-
dose en el otro, atacando y defendiéndose de la policía que
busca disuadirles de todo aquello. Ya no son los autos los que
atropellan a las personas, sino las personas quienes pasan por
encima de los autos. Las vidrieras que nos separan de aquello
que estamos obligados a producir y comprar ahora estallan al
primer golpe. La cartelería publicitaria que nos bombardea se
destruye y se usa para obstaculizar el paso a los policías, o se
cubre de graffitis dando paso al ingenio y a las reivindicacio-
nes combativas. Los monumentos de los próceres asesinos que
nos vigilan día y noche con sus miradas de piedra se pintan,
escupen, tapan e incluso se tumban. Las plazas, los últimos
espacios verdes que acostumbramos a ver, ya no sirven solo
para el esparcimiento que nos impone la dicotomía ocio/trabajo,
ahora son el lugar de asambleas para decidir qué acciones llevar
a cabo y conocernos entre todos.
Selección de textos | 61

Toda ruptura de la normalidad encarna desafíos, toda expre-


sión de personas asqueadas de esta forma de vivir el mundo
puede ser parcial y limitada. Sin embargo, es en esos momentos
donde se pueden romper los límites y afrontar los peligros que
supone seguir sobreviviendo así.
62 | Boletín La Oveja Negra

OTRA VEZ ELECCIONES …

Nro. 10 (Octubre–Noviembre 2013)

En el mes de octubre se realizan nuevamente elecciones. Sobre-


pasando lo superficial y coyuntural, nos proponemos realizar
una reflexión que nos permita ver más allá de los límites im-
puestos por la democracia. Una reflexión que no quede atada a
la lógica del mal menor, comprendiendo la diferencia vital entre
especulaciones como la «resistencia al avance de la derecha» o
«la conquista de libertades», con la oposición en bloque a toda
expresión burguesa, a toda defensa del orden dominante, de
izquierda o derecha, se llame como se llame.
La historia dominante nos presenta siempre a una demo-
cracia idealizada como el objetivo perseguido y a perseguir,
como la mejor forma que ha encontrado la sociedad para
organizarse y que solo debe ser mejorada, perfeccionada.
En este sentido, la disputa entre las distintas fracciones del
Capital en materia política se transforma en una disputa en
torno a quién busca y comprende mejor a la democracia, la
“verdadera” democracia.
Los mitos democráticos de libertad e igualdad, en sus dife-
rentes acepciones, serán de utilidad para agregar o quitar tanto
derechos como obligaciones, para liberar o intervenir mercados,
para reprimir como para dar ayudas sociales, iniciar guerras,
etc.; y de acuerdo al momento y la región, dichas medidas se
combinarán de insólitas maneras, se traspasarán las supuestas
fronteras ideológicas, y de alguna manera u otra, siempre la
libertad y la igualdad figurarán en los discursos justificativos
de cualquier política.
Si denunciamos estas importantes diferencias es para evitar
confusiones fatales y precisar sobre las similitudes que ocultan
liberales, conservadores, “comunistas”, la derecha, la izquierda.
Selección de textos | 63

Todas estas etiquetas no son más que expresiones políticas que


responden a diferentes necesidades del Capital en su desarrollo.
Mientras las facciones del Capital debaten el ideal demo-
crático, ocultan o tergiversan sistemáticamente las críticas a la
democracia y las elecciones que ha hecho el proletariado en la
historia. Para algunos pseudo revolucionarios, las críticas sim-
plemente son consideradas como etapas “inmaduras”, donde
«aún no se había comprendido la necesidad de la separación
entre la lucha económica y política, donde aún no se había
comprendido la necesidad de luchar por reformas».
Por este motivo, preferimos dar la voz a los compañeros de
El Productor, un periódico editado en Cuba entre los años 1887
y 1890, constatando el trayecto histórico y permanente de la
crítica revolucionaria a la democracia:
« (…) admitiremos por un momento que, una vez alcanzado
el sufragio universal, los hombres han de usarlo en toda su
pureza. Henos, pues, en posesión de la preciosa panacea, y en
días de elecciones.
Estamos en un país cualquiera, y todos sus habitantes, sin
excepción de uno solo, depositan espontáneamente su can-
didatura en favor de un determinado individuo que deberá
representarlos. Supongamos que el elegido del pueblo es el
hombre más honrado y de más talento que han concebido
los humanos, y supongamos también que sus gestiones en
favor del pueblo que representa habrán de ejercitarse ante un
gobierno cuyos miembros, demócratas, son tan honrados y
talentosos como él.
¿Qué sucederá? Que el gobierno, gracias a los principios que
profesa, concederá al pueblo los deseos que, por boca de su
representante, le demuestra.
Sois, dirá dictando leyes, libres, iguales y hermanos …
Y todo seguirá punto menos que como estaba. El trabajador,
el asalariado, seguirá siendo el asalariado, es decir, el esclavo
64 | Boletín La Oveja Negra

del capitalista. Tanto valdría que a un paralítico se le concediera


la libertad de andar …
Somos iguales, le dirá el proletario al encopetado señor,
gracias a la Democracia tengo el derecho de decírtelo frente
a frente: somos iguales. Y el burgués, mirándolo con desdén
seguirá en su coche y murmurando entre dientes: ¡Imbécil!
¡Eres mi esclavo!»
Con semejantes afirmaciones, en pleno auge y desarrollo de
las repúblicas democráticas en América y el mundo, resulta
asombrosa la claridad que estos militantes tenían respecto de
la democracia y sus mitos.
Estas posiciones tan tempranas en los movimientos revolu-
cionarios, hoy ninguneadas, evidencian a la vez un mecanismo
fundamental para el sostenimiento del orden capitalista: lo que
continuamente es presentado como una herramienta de trans-
formación puede fácilmente ser convertido en una herramienta
de dominación, si no es que ya lo es desde un principio. Lo que
nos dicen que es necesario defender y desarrollar, en realidad
es menester su más profunda crítica y destrucción.
El sufragio universal y obligatorio nos es presentado como
una victoria, cuando en realidad vino a encauzar en vías
democráticas y reformistas a movimientos con perspectivas ver-
daderamente revolucionarias. Para esto, el voto obligatorio fue y
sigue siendo presentado como una defensa del trabajador para
que nadie sufra represalias por querer ejercer su voto. Hoy, por
ejemplo, con las medidas implementadas por el gobierno para
reforzar la obligatoriedad del voto, con amenazas de multas a
los ciudadanos en general y sanciones a empleados públicos,
se hace evidente la continua necesidad de seguir fortaleciendo
el sistema electoral. Esto, desgraciadamente, ni siquiera se tra-
ta de una medida contra una creciente descredibilidad de las
instituciones, sino todo lo contrario: un avance ascendente en
su refuerzo, que venimos viviendo desde el 2001.
Selección de textos | 65

En este sentido, gran parte de la herencia de ese momen-


to, a pesar de contar con una estética y discursos radicales,
a pesar del «que se vayan todos», hoy ha sido integrada
por completo al Estado y al Capital. Las críticas a la repre-
sentatividad, a la delegación en políticos y sindicalistas, se
tradujeron en una apología de la “organización”, la parti-
cipación y la “verdadera democracia”, en definitiva, de las
formas organizativas, sin contemplar su contenido social.
La falta de discusión de contenido hizo que se siguieran re-
produciendo las mismas ideologías del Capital y el Estado
pero bajo nuevas formas. Y años más tarde, no es de extrañar
cómo los límites se han ido borrando, integrándose muchos
movimientos no solo en contenido sino también en forma,
participando de elecciones, de sindicatos y demás organismos
del Estado. Mientras movimientos sociales hacen listas de
candidatos, las asambleas de vecinos generalmente no piden
más que más policía. ¡Claro que debemos hacer las cosas
por nosotros mismos! Pero es fundamental reflexionar en
profundidad acerca de cuáles son esas cosas. La crítica a la
democracia y sus mitos es una de ellas.
Por último, si bien es necesario tener presente que las trans-
formaciones sociales no pueden ser nunca una mera suma de
actos individuales, como predica el vacío abstencionismo que
cae nuevamente en la trampa política y democrática al llamar
solamente a no votar, es bueno recordar la cuota de responsa-
bilidad de cada ciudadano al momento de votar. Porque no se
trata de echarle siempre la culpa al empresario o al político de
nuestros problemas, sino de asumir la propia. Aquí dejamos
otra joya de principios del siglo pasado, extractos del texto El
criminal es el elector, aparecido en 1906 en el periódico L’anarchie:
«Tú eres el criminal, oh Pueblo, puesto que tú eres el Soberano.
Eres, bien es cierto, el criminal inconsciente e ingenuo. Votas y
no ves que eres tu propia víctima.
66 | Boletín La Oveja Negra

Sin embargo, ¿no has experimentado lo suficiente que los


diputados, que prometen defenderte, como todos los gobiernos
del mundo presente y pasado, son mentirosos e impotentes?
¡Lo sabes y te quejas! ¡Lo sabes y los eliges! Los gobernantes,
sean quienes sean, trabajaron, trabajan y trabajarán por sus intere-
ses, por los de su casta y por los de sus camarillas. ( …) Te quejas,
pero quieres que se mantenga el sistema en el que vegetas. A veces
te rebelas, pero para volver a empezar. ¡Eres tú quien produce
todo, quien siembra y labora, quien forja y teje, quien amasa y
transforma, quien construye y fabrica, quien alimenta y fecunda!
¿Por qué no sacias entonces tu hambre? ¿Por qué eres tú el
mal vestido, el mal nutrido, el mal alojado? Sí, ¿por qué el sin
pan, el sin zapatos, el sin hogar? ¿Por qué no eres tú tu señor?
¿Por qué te inclinas, obedeces, sirves? ¿Por qué eres tú el inferior,
el humillado, el ofendido, el servidor, el esclavo? ¿Elaboras
todo y no posees nada? Todo es gracias a ti y tú no eres nada.
Me equivoco. Eres el elector, el votante, el que acepta lo
que es; aquel que, mediante la papeleta de voto, sanciona
todas sus miserias; aquel que, al votar, consagra todas sus
servidumbres. (…)
Eres un peligro igual que los tiranos, que los amos a los que te
entregas, que eliges, a los que apoyas, a los que alimentas, que
proteges con tus bayonetas, que defiendes con la fuerza bruta,
que exaltas con tu ignorancia, que legalizas con tus papeletas
de voto y que nos impones por tu imbecilidad. (…)
¡Vamos, vota! Ten confianza en tus mandatarios, cree en tus
elegidos. Pero deja de quejarte. Los yugos que soportas, eres tú
quien te los impones. Los crímenes por los que sufres, eres tú
quien los cometes. Tú eres el amo, tú el criminal e, ironía, eres
tú también el esclavo y la víctima.
Nosotros, cansados de la opresión de los amos que nos das,
cansados de soportar su arrogancia, cansados de soportar tu
pasividad, venimos a llamarte a la reflexión, a la acción.
Selección de textos | 67

Venga, un buen movimiento: quítate el estrecho traje de la


legislación, lava rudamente tu cuerpo para que mueran los
parásitos y la miseria que te devoran. Solo entonces podrás
vivir plenamente.»
68 | Boletín La Oveja Negra

¡GANANCIA, GANANCIA, GANANCIA!

Nro. 13 (Marzo 2014)

Al evidente problema que representa la inflación para llegar


a fin de mes se le suma el tener que escuchar tanta boludez al
respecto. Las discusiones en torno a la inflación, las echadas de
culpa entre un sector y otro de la burguesía, no son más que la
coartada de su verdadera disputa de fondo: cómo se reparten
el fruto de la explotación que sufrimos a diario, quiénes se
ven más beneficiados de esta constante intensificación de la
explotación. No es novedad para nadie que desde hace años
los precios vienen aumentando a una velocidad mucho mayor
que la de los salarios, disminuyendo por lo tanto el poder de
compra, el salario real.
Luego de la última gran crisis económica de la región en 2001,
la tasa de inflación se estabilizó en el año 2004 y permaneció en
un dígito hasta 2008, año en el que aumentaron notoriamente
los precios y comenzaron a observarse diferencias sustanciales
entre los índices del gobierno y los de las diversas consultoras
privadas. Contra el 10% que venía afirmando el INDEC, éstas
señalaban una tasa del 25%, mucho más cercana a lo que per-
cibimos cotidianamente. Para este año el panorama es aún más
oscuro, ya que el gobierno admitió un 4% de inflación durante el
mes de enero, lo que según las proyecciones anuales significaría
más de 45% de inflación en 2014.
El Estado, sea a través de los sindicatos, sea a través de las
fuerzas represivas (que en muchos casos se confunden), se ha
encargado de mantener a raya al proletariado en sus luchas
contra estos aumentos de la explotación. El sindicato, órgano
vital del Estado burgués, encubre bajo las luchas por el aumento
del salario la verdadera esencia de lo que se negocia: el precio de
la fuerza de trabajo para asegurar una conveniente tasa de ga-
Selección de textos | 69

nancia. Sus representantes, que tanto advierten ahora acerca


de la disminución del salario real, vienen arreglando aumentos
salariales escalonados que a fin de año resultan irrisorios, y por
mucho que prometan, sabemos que en estas paritarias lo van
a hacer nuevamente.
Cuando se busca dar explicaciones se recurre a «la economía
nacional», a «la situación de los argentinos» o a «la situación
del país», para negar que existen clases sociales, para hacernos
creer que todos sufrimos por igual: gobernantes, empresarios,
patrones y también los explotados y oprimidos. Se culpa al
sector agroexportador por especular con el precio del dólar
para vender sus productos, frenando así el ingreso de dinero a
la Argentina. Se culpa a los mayoristas y a las cadenas de elec-
trodomésticos y supermercados de aprovechar la situación y
especular desmedidamente con el stock y los precios. Se culpa al
gobierno por sus políticas proteccionistas y por no poder contro-
lar el precio del dólar. Las industrias se quejan de los aumentos
de los insumos y aumentan los precios de los productos, pero
no así los salarios. En otros casos, se responsabiliza a los bancos
y al sector financiero por ser los causantes de las crisis actuales.
Nos invitan entonces a ir a controlar los precios a los super-
mercados. Nos invitan a protestar mediante las urnas en las
próximas elecciones. Nos invitan a ajustarnos el cinturón. Nos
invitan mediante hambre y violencia a ser pacíficos ciudadanos.
Así, mientras los burgueses continúan compitiendo entre sí por
la mayor ganancia posible, pretenden que los proletarios nos
identifiquemos con algunos de sus bandos.
En este sentido, el sector industrial suele lograrlo con mayor
facilidad, presentándose como el sector productivo, “el que
trabaja”, en contraposición con los “especuladores” de bancos
y comercios, que «solo generan ganancias de los intereses y
de comprar barato y vender caro». Esta cuestión merecería un
texto aparte para ser profundizada. Aquí lo esencial es, por un
70 | Boletín La Oveja Negra

lado, que la producción capitalista no puede disociarse, que


el comercio y el crédito son fundamentales para la dinámica
capitalista en su conjunto, tanto como la producción; y por el
otro, que el proletariado no tiene intereses comunes con ningún
sector particular de la burguesía y por lo tanto debe enfrentarla
como lo que es: una clase, pese a sus disputas internas, que no
deberían despertarnos ninguna simpatía o antipatía.
De hecho, cuando los enfrentamos, los burgueses dejan mo-
mentáneamente de lado sus intereses particulares y apuntan
todas sus armas contra nosotros. Nos tiran, encarcelan y obligan
a exiliar, como sucedió con la última gran oleada de luchas
proletarias en los ‘60 y ‘70.
Dicen los que “la vivieron” que a fines de los ‘60, en el apogeo
de estas luchas, el precio del alquiler de una vivienda para un
trabajador equivalía a un cuarto del salario medio, y que en
estos 40 años el poder de compra descendió más del 70%. Fue
en esa década cuando el Estado, bajo gobiernos dictatoriales
y democráticos, y empleando grupos parapoliciales, profun-
dizó su estrategia de represión física y legal sobre los sectores
más combativos. Tendencia que aún se mantiene con miles
de procesados, represiones y persecuciones, siendo el caso de
los petroleros de Las Heras uno de los ejemplos más terribles
y recientes. Los gobiernos progresistas pretenden esconder
esta esencia represiva del Estado cambiando algún detalle y
presentándolo como benefactor. Así, por ejemplo, nos dicen
que algunos productos en ciertos supermercados tendrán sus
«precios cuidados», y pretenden que no solo sus soldaditos se
encarguen de controlarlos sino que también se comprometa la
población en general.
Lo más lamentable es que a estas campañas del gobierno se
suman campañas no oficiales como los “apagones de consumo”,
lo que demuestra que las burlonas medidas del gobierno se
apoyan en una previa confusión que existe en torno a la esfera
Selección de textos | 71

de la comercialización y el consumo. A la ilusión de que la


política puede dominar la economía se le suma la ilusión de
que la demanda puede controlar la oferta, de que los consu-
midores pueden determinar las mercancías que se deciden
producir y su precio. ¡Si la democracia es la expresión política
de la economía capitalista! ¡Si mediante la publicidad nos en-
señan a necesitar lo que producen! ¡Si la producción capitalista
no depende de las necesidades humanas sino de la ganancia!
En el momento en que el ciudadano indignado se descarga la
última aplicación del gobierno para chequear con un moderno
celular los precios del supermercado, o en su defecto supone
que con más democracia se pueden bajar los precios, es cuando
deberíamos hacernos algunas preguntas.

Los aspectos ocultos del salario

No podemos ignorar la disminución de la calidad de los alimen-


tos, la obsolescencia programada de los artefactos electrónicos
y todas las implicaciones destructivas para la salud y el medio
ambiente que esta situación conlleva.
Al aumentar la productividad con innovaciones técnicas in-
dustriales, los capitalistas logran bajar los costos de producción
de cada mercancía individual. Pero sabemos bien que su precio
de venta no disminuye tanto como disminuye su costo de pro-
ducción, y que los salarios no aumentan en la misma medida
en que aumenta el valor que producimos en el mismo tiempo
de trabajo. Así, se incrementa notablemente la ganancia del
capitalista. Su único problema es que ahora tiene más mercan-
cías que vender. La respuesta, claro, la dan los consumidores,
televidentes sometidos a una intensa terapia de manipulación
de sus deseos que se creen dueños de la economía.
Nuestros salarios, entonces, no solo disminuyen en relación
al aumento de precios (disminución del salario real), sino que
72 | Boletín La Oveja Negra

además —y de forma socialmente encubierta— disminuyen


permanentemente respecto a la propia dinámica capitalista de
acumulación (disminución del salario en relación a la plusvalía).
Por lo tanto, caen por la borda de manera estructural todas esas
mitologías del posible bienestar de los obreros bajo el Capital.
Estas constantes transformaciones en la producción, que
cada vez se acentúan más, responden a la búsqueda de ge-
nerar cada vez mayor ganancia y nada tienen que ver con las
necesidades humanas. Es por eso que en estas innovaciones
productivas poco importa cuánto se degrade el medio ambiente
o la salud de los trabajadores. En el capitalismo, el ser humano
es esencialmente fuerza de trabajo y la naturaleza un recurso,
ambos igualados a insumos para la producción sobre los que
se especula en base a la ganancia. La especulación está en la
esencia del capitalismo así como sus rutinarias crisis, el males-
tar, la destrucción, la desinformación y las falsas promesas de
un mundo mejor que no precisaría de la destrucción de este
sistema de producción.
Pero, ¿a qué apuntamos con todo esto? ¿A exigir entonces
una disminución de los precios, un aumento de la calidad de
los productos con precios estables? ¿A un aumento del salario
real? ¿A un cambio generalizado de los hábitos de consumo?
Estas propuestas, si bien al menos captan mejor el problema,
no son más que meras fantasías en el mundo de la mercancía
y el trabajo asalariado. Todas estas transformaciones que des-
cribimos son necesarias para la continuidad del capitalismo,
no son simples excesos que podamos frenar. Quizás podamos
limitarlos un poco pero ¿hasta cuándo vamos a seguir haciendo
listados de injusticias y desigualdades sin apuntar directamente
a las causas estructurales?
Las necesidades y deseos humanos deben ir en directa contra-
posición a las necesidades del Capital. O continuamos sufriendo
con su desarrollo o buscamos una nueva vida sobre su tumba.
Selección de textos | 73

LA GENUINA FUNCIÓN DEL DEPORTE

Entre el 7 y el 23 de febrero del corriente año se celebran en Sochi,


Rusia, los XXII Juegos Olímpicos de Invierno. Lo que a ojos de
la modernidad es una celebración de fraternidad internacional
y paz mundial esconde efectivamente tras de sí un festejo de
guerra, muerte y dominación capitalista.
En su interesante libro de 2011 Citius, Altius, Fortius, Federico
Corriente y Jorge Montero desarrollan el nexo histórico de domi-
nación que une desde sus inicios a eventos como las Olimpíadas
y el Mundial de Fútbol con la dinámica imperialista del Capital
mundial. Esta ocasión no es la excepción, y brinda elementos de
sobra para condenar una práctica por demás nefasta.
Durante la década del 80, en la fase final de la Guerra Fría
entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, dos Juegos Olím-
picos, celebrados en 1980 en Moscú y en 1984 en Los Ángeles,
fueron boicoteados respectivamente por el bloque antagónico.
Uno era el llamado primer mundo, el del Capital vertiginoso y
transparente, y el otro, el segundo mundo, el del Capital oculta-
do bajo una capa de ideología y falsificado mundialmente como
“comunismo”. Esta utilización política de eventos deportivos
no fue la primera, y de seguro no será la última, como clara-
mente demuestran Corriente y Montero en muchos ejemplos
a lo largo de su libro.
Sochi es una ciudad turística que se encuentra en el Cáucaso,
una de las regiones del mundo con mayor diversidad cultural
y una importancia étnica e histórica superlativa para la especie
humana. Reúne dos características inusuales, ya que posee
playas de veraneo en el Mar Negro y a escasos kilómetros
se asientan centros de esquí. A pesar de esto, es curiosa su
designación como sede de este evento, ya que la Federación
Rusa podría elegir infinidad de localidades más propicias para
celebrar el atletismo invernal.
74 | Boletín La Oveja Negra

Para realizarlo, Rusia invirtió 50 mil millones de dólares,


convirtiéndolos en los Juegos de Invierno más costosos de la
historia (más que todos los anteriores juntos). Una importante
parte de este dinero se destina justamente a maquillar una ciu-
dad de veraneo como centro invernal, generando nieve artificial
e infraestructura inexistente en una ciudad con picos de 40ºC en
el mes de julio. Sorprende entonces esta determinación, hasta
que comenzamos a recordar que esta región fue el escenario de
casi 10 conflictos armados en los últimos 25 años y que, aún hoy,
la insurgencia jihadista (musulmanes sunnis que quieren crear
un emirato árabe en el Cáucaso con imposición de la sharia)
continúa atacando posiciones rusas a casi cinco años del fin de
la Segunda Guerra Chechena.
Luego de la disolución de la URSS en 1991 la capacidad
imperial del Capital ruso decayó considerablemente, así como
su prestigio y su posición como árbitro internacional. De ser
el segundo Estado mundial con mayor injerencia y capacidad
imperialista pasó a ser simplemente una potencia regional
subimperialista, que además sufriría durante gran parte de
los ‘90 una importante crisis económica de su mercado interno.
El proyecto de recuperación, encabezado por el nacionalista
Vladimir Putin, hizo énfasis en la concentración de los hidro-
carburos de la región, lo que significó pacificar las regiones
que históricamente presentaron objeciones a su inclusión en la
Federación Rusa, especialmente en el Cáucaso.
Sochi es entonces —como los hipermodernos rascacielos
de la reconstrucción de Grozni, Chechenia— el símbolo de la
dominación. Dominación rusa sobre naciones y credos belige-
rantes. Dominación humana frente a la naturaleza, mediante
la destrucción de miles de hectáreas de bosques y áreas de
biodiversidad para celebrar una olimpíada financiada con mi-
llardos de petrodólares. Dominación sobre etnias, como la de
los circasianos, que sufrieron un genocidio y fueron expulsados
Selección de textos | 75

de esos territorios durante el siglo XIX y convertidos hasta la


actualidad en pueblo errante, que sufre ahora en Siria otra
contraposición ajena entre Estado y jihadistas. Dominación del
cuerpo humano por el deporte, una contemporánea actividad
fruto de la división social del trabajo y la exacerbación de la
cultura física. El deporte admite la atrofia de los cuerpos de
niños, el dopaje que genera adicciones y cánceres y el consumo
de cantidades insólitas de proteínas, vitaminas y minerales en
busca de los récords y las fotos que maravillarán a los que care-
cemos de la habilidad para realizar tales hazañas. Ni hablar de
su función embrutecedora en estadios, programas televisivos y
como nueva religión de sociedades destrozadas culturalmente,
como vemos diariamente en las ciudades de nuestra región.
Recientemente en este boletín publicamos un material acerca
del Dakar 2014, el rally raid que se inició en Rosario. En él criticá-
bamos abiertamente al deporte, lo cual generó algunos debates
con compañeros que mencionaban su desacuerdo al respecto,
aduciendo que el problema no es con el deporte en sí, sino con su
utilización por la burguesía con fines de dominación social. Para
intentar evitar esta confusión nos parece importante hacer una
distinción entre juego y deporte, pudiendo ser el juego una ex-
presión de humanidad, lúdica, de disfrute de la corporalidad, de
aprendizaje entre generaciones y de reproducción de la especie.
El deporte en cambio es, a nuestro entender, la manifestación
de la dominación de clase del juego, que emerge en el siglo XIX,
principalmente en Inglaterra, como disciplinamiento del cuerpo
y de las expresiones populares de diversión, capturando ade-
más la energía proletaria luego de las arduas jornadas de trabajo.
El deporte es entonces juego disciplinado, transformado en
actividad humana separada y valorizable, estandarizada, frag-
mentada, reglamentada y por último, codificable legalmente.
Habiendo dicho esto: ¡Abajo el deporte! ¡Abajo las fiestas
mundiales de la burguesía! ¡Viva el juego sin reglamentos!
76 | Boletín La Oveja Negra

LAS HOGUERAS AÚN NO SE APAGARON

Nro. 14 (Marzo 2014)

Una nueva conmemoración del 8 de marzo nos muestra los


significados que va adquiriendo desde hace años esta fecha:
mercancías “femeninas” para regalar y regalarnos, descuentos
en restaurantes y perfumerías, con suerte, un discurso de la
ONU por la igualdad de derechos, y una marcha de la izquier-
da para reclamar al gobierno por medidas legales contra los
femicidios y demás inequidades de género.
Como ocurre con tantas otras esferas de nuestras vidas, el
Capital no duda en utilizar e inventar lo que sea con tal de
seguir expandiéndose, generando así más y más capital, más y
más valor. Esto no nos sorprende, es un proceso continuo que
comenzó con los orígenes mismos de este sistema.
Contra él se alzaron las obreras textiles de Nueva York un 8
de marzo de 1857. Cada vez más mujeres en Estados Unidos se
incorporaban a la producción, especialmente en la rama textil,
donde eran mayoría absoluta. Las extenuantes jornadas de más
de 12 horas a cambio de salarios miserables despertaron la re-
beldía de las proletarias neoyorquinas. Esta no fue ni la primera
ni la última vez que las textiles se movilizarían. Medio siglo
más tarde, en marzo de 1908, 15.000 obreras marcharon por la
misma ciudad por aumento de salario y mejores condiciones
de vida. Y, al año siguiente —también en marzo—, más de 140
jóvenes mujeres murieron calcinadas en la fábrica textil Triangle
Shirtwaist de Nueva York. En ese trágico día las trabajadoras
tuvieron que sortear muchas áreas cubiertas por el fuego, para
luego intentar salir por una puerta cerrada, la misma donde día
tras día las requisaban los guardias de seguridad de la fábrica.
De ahí en adelante, estos episodios sirvieron de referencia
para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cuya primera
78 | Boletín La Oveja Negra

convocatoria tuvo lugar en 1911 en Alemania, Austria, Dina-


marca y Suiza, extendiéndose desde entonces a numerosos
países. La propuesta original, discutida por algunas secciones
de la socialdemócrata Segunda Internacional, concebía un día
específico de lucha de las mujeres trabajadoras por reivindica-
ciones sufragistas, igualdad civil y derechos laborales.
En 1977 la Asamblea General de la ONU proclamó el 8 de
marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y
la Paz Internacional.

Una historia extendida

El Capital no solo se apropia del «día de la mujer», sino que


además ella ha sido explotada y subordinada desde un prin-
cipio de acuerdo a las diversas necesidades que en cada época
tuvo este sistema de producción.
Durante el surgimiento del sistema capitalista, o proceso de
acumulación primitiva del Capital, se desató un ataque y per-
secución específica contra las mujeres —parteras, curanderas,
madres, amantes, educadoras y reproductoras— a través de
lo que se conoce popularmente como «caza de brujas».6 Caza
que, entre otras cosas, intentó destruir el control natural que
las mujeres podían ejercer sobre la reproducción de la especie.
Esta persecución fue tan importante para el desarrollo del
capitalismo como la colonización de las Américas y la expropia-
ción de tierras al campesinado europeo. Supuso: el desarrollo
de una nueva división social del trabajo, que sometió el trabajo
femenino y la función reproductiva a la reproducción de la
fuerza de trabajo; la construcción de un nuevo orden patriarcal,
basado en la exclusión de las mujeres del trabajo asalariado; y

6 Recomendamos el libro de Silvia Federici, Calibán y la bruja,


Editorial Tinta limón, 2011.
Selección de textos | 79

la mecanización del cuerpo de las mujeres en la producción de


nuevos trabajadores.
Por otro lado, esta campaña de terror contra las mujeres de-
bilitó la capacidad de resistencia del campesinado europeo ante
el ataque lanzado en su contra por la aristocracia terrateniente
y el Estado, en una época en que la comunidad campesina
comenzaba a desintegrarse bajo el impacto de la privatización
de la tierra, el aumento de impuestos y la extensión del control
estatal sobre todos los aspectos de la vida social.
La definición de las mujeres como seres demoníacos y las
torturas atroces a las que muchas de ellas fueron sometidas
destruyeron todo un mundo de prácticas femeninas, relaciones
colectivas y sistemas de conocimiento que habían sido la base
del poder de las mujeres en la Europa precapitalista, así como
la condición necesaria para su resistencia en la lucha contra
el feudalismo.
Una vez que las mujeres fueron derrotadas, la imagen de
la feminidad construida en este período fue descartada y una
nueva y domesticada ocupó su lugar. Mientras que durante la
caza de brujas las mujeres eran retratadas como seres salvajes,
rebeldes e insubordinados, a finales del siglo XVIII el canon
se había invertido. Las mujeres pasaron a ser retratadas como
seres pasivos, lánguidos, angelicales y moralmente mejores
que los hombres, capaces de ejercer una influencia positiva
sobre ellos.
De la imagen de la “mujer–bruja” en la hoguera, se pasó a
la mujer como encarnación de “la libertad”. La Estatua de la
Libertad fue un regalo de parte de Francia a Estados Unidos.
Desde su inauguración en 1886 fue la primera visión que tenían
los inmigrantes europeos al llegar a la prometedora nación en
crecimiento tras su travesía por el océano Atlántico, la que qui-
zás tuvieron las trabajadoras textiles, en su mayoría italianas y
judías, antes de perder la vida en la fábrica de camisas.
80 | Boletín La Oveja Negra

La más vieja prostitución

Pese al nuevo aire progresista, bajo el cual las mujeres pueden


trabajar “a la par” de los hombres y hasta pueden ser presiden-
tas, sabemos que las mujeres no somos ni más iguales ni más
libres y más aún, que estas consignas ni siquiera nos pertenecen.7
Seguimos siendo esclavas de nuestras necesidades, para vivir
debemos vender nuestro cuerpo, nuestras energías y nuestras
fuerzas. Aquellos famosos derechos por los que deberíamos
luchar contienen la obligación violenta de trabajar para vivir y
obedecer la ley de quien la otorga.
Resulta evidente cómo la mayoría de las reformas intro-
ducidas en la sociedad capitalista responden a sus propias
necesidades y nada tienen que ver con una verdadera eman-
cipación humana. En el caso de la mujer, gran parte de los
“derechos adquiridos” no son más que cambios necesarios en
la dinámica de explotación capitalista. Cada vez que el Estado
nos hace hablar en su lenguaje, nos hace hablar de derechos y
libertades democráticas, logra traficar el verdadero origen de
nuestras necesidades y deseos.
Los defensores del orden afirman que la prostitución es
el trabajo más viejo del mundo, para nunca decir que la más
vieja prostitución del mundo es el trabajo. La democracia, con
sus fragmentaciones y falsificaciones otorga derechos particu-
lares que no permiten ver la totalidad del problema.
La mujer como cuerpo–objeto, los roles y las formas de rela-
cionarnos impuestos por siglos de explotación siguen intocables
a pesar de tanta reforma. Tanto es así que ni siquiera se frenan
los excesos y las miserias más terribles.

7 Recomendamos ampliar el tema con el texto De la libertad, conte-


nido en el libro Contra la Democracia de Miriam Qarmat, colección
Rupturas.
Selección de textos | 81

Un gran número de mujeres son esclavas de un mercado en


continuo crecimiento, alimentado por el tráfico de mujeres y
niños. Se calcula que hay cuatro millones de personas traficadas
por año, obligadas mediante engaño y coacciones a alguna for-
ma de servidumbre. Solo hacia Europa occidental son traficadas
500 mil mujeres por año.
Por poner otro ejemplo, 66 mil mujeres son asesinadas cada
año en el mundo. Eso representa el 17% del total de muertes
violentas (y las cifras no incluyen casos de violencia psicoló-
gica, económica o de discriminación laboral, que no suelen
ser denunciados).
En Argentina un total de 295 mujeres perdieron la vida por
“violencia de género” durante el 2013, lo que arroja un promedio
de una mujer muerta cada 30 horas.
Los cuerpos de las mujeres han constituido y constituyen
lugares privilegiados para el despliegue de técnicas y relaciones
de poder, desde el control sobre la función reproductiva de las
mujeres hasta las violaciones, los maltratos y la imposición de
la belleza como una condición de aceptación social.
El lugar que históricamente el sistema capitalista de pro-
ducción fue imponiendo a la mujer según sus necesidades
de valorización no hizo más que quebrantar cada vez más la
solidaridad entre quienes sufren la misma explotación. Sea un
oficinista jodiendo sobre lo ajustado que le queda el uniforme
a su compañera que se encuentra a dos escritorios de distan-
cia, o el obrero de la construcción que grita y denigra a quien
limpia la casa al lado de la obra, que bien podría ser la casa de
su jefe. O un ejemplo más extravagante: los diez cafiolos en
San Lorenzo que hicieron un piquete el fin de semana del 7 de
marzo porque la municipalidad cerró los últimos burdeles que
existían, reclamando porque los dejaban sin trabajo.
El sistema y sus ejecutores, representantes y falsos críticos,
se alimentan de estas divisiones, se aprovechan de ellas para
82 | Boletín La Oveja Negra

sostenerse en pie, sostener la desigualdad, la violencia que im-


plica la separación de la sociedad en dos clases, la de quienes
poseen los medios de producción y la de quienes solo cuentan
con sus fuerzas y energías para sobrevivir.
La única lucha posible contra la violencia que sufren las
mujeres es la lucha contra la más vieja prostitución del mundo:
el trabajo. Es la lucha contra el Capital y su sistema, que im-
pone sus necesidades de más y más capital a costa de la vida
humana. Es la lucha de mujeres y hombres por la destrucción
del capitalismo y por la construcción de una verdadera comu-
nidad humana, sin propiedad privada, sin Estado y sin roles
de género impuestos.
Selección de textos | 83

EL MITO DE LA IZQUIERDA
SE CAE DE MADURO
Nro. 15 (Abril 2014)

La situación social y económica de Venezuela, tras 14 años de


gobierno chavista y poco más de un año de gobierno madurista,
no podía arrojar más que los resultados que estamos viendo
hoy. Es necesario entonces hacer un repaso histórico para con-
textualizar el presente estallido social.
Esta sucesión de gobiernos “socialistas” y su crisis actual
solo puede entenderse y denunciarse a sabiendas de que el
socialismo del que se habla es, sin lugar a dudas, un socialismo
burgués. Es la socialdemocracia instaurando sus gobiernos
“obreros”, reivindicando la soberanía nacional, la defensa de
la economía nacional, pretendiendo gobernar para la clase a la
que aplasta. Así, con estatizaciones, una gran renta provenien-
te del petróleo, una enorme burocracia, mucho nacionalismo y
populismo, y palos y migajas para la mayoría del proletaria-
do, se gesta la revolución bolivariana, constituyéndose
Venezuela en el bastión del tan de moda «Socialismo
del Siglo XXI».
Ahora bien, el hecho de que los medios de pro-
ducción sean estatales o no, no cambia
84 | Boletín La Oveja Negra

nada. A los proletarios no nos hace ninguna diferencia que


quien nos explote sea un dueño particular, el gobierno na-
cional o una multinacional. El Capital no posee un único
método para reproducirse, utiliza aquel que le sirve a los fines
de una mejor reproducción, a su propia valorización. En este
sentido, si utiliza el intervencionismo estatal y la lógica pseu-
do “socialista” solo lo hace en las ocasiones en que le resulta
beneficioso, en tanto concilia los intereses antagónicos de las
clases y le permite continuar desarrollándose, ampliándose
y utilizando a la población con la excusa del crecimiento de
la economía nacional. Como una gran falacia, el “socialismo”
burgués pretende que exista el socialismo en un solo país, lo
cual en tanto interés nacionalista (regional, parcial) no puede
ser más que interés de la burguesía que apunta a la atomiza-
ción del proletariado. Sea bajo la forma que sea, todo Estado
es imperialista. Toda disputa o alianza entre Estados no es
más que la consecuencia del desarrollo de las economías
nacionales, es decir, de intereses burgueses particulares y
nunca intereses del proletariado.
Las crisis de Venezuela siempre fueron asociadas, tanto por
Chávez como por Maduro, a intentos de golpes de Estado o
complots yankees, y codificadas como la lucha contra la dere-
cha o el “imperialismo”. En coherencia absoluta, el discurso de
Nicolás Maduro reitera que enfrenta un «golpe de Estado», que
sería similar a lo sucedido en abril del 2002 con Hugo Chávez.
La falsa dicotomía país socialista/potencia imperialista que
denunciábamos más arriba se desnuda a su vez en los acuerdos
comerciales entre dichos países. La búsqueda de ganancia, así
como en otros contextos la necesidad de reprimir al proletariado
en momentos de gran convulsión social, obliga a buscar algún
nuevo vericueto discursivo para justificar alianzas y medidas.
Así lo demuestran las medidas adoptadas por el chavismo frente
a la producción de petróleo en su territorio.
Selección de textos | 85

Después del paro petrolero en 2002, el gobierno encabezado


por Chávez se propuso recuperar las empresas petroleras del
país. A partir del año 2005 se emprenden una serie de acciones
para recuperar la Faja Petrolífera del Orinoco, considerada
como el mayor depósito de hidrocarburos del planeta. Ya en
2007 se decreta la Ley 5.200, que instituye la nacionalización de
la Faja. Se conforman numerosas empresas mixtas petroleras,
en las que el Estado venezolano obtiene la mayoría accionaria
mediante su empresa estatal de petróleo y gas natural Petróleos
de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA), recobrando de este
modo el control —y gran parte de las regalías— de las empresas
que estaban en manos de capitales internacionales.
A pesar de la exagerada y descabellada propaganda mediá-
tica contra el imperialismo estadounidense, un gran aliado en
la conformación de estas empresas mixtas fue la multinacional
Chevron, conocida por el desastre medioambiental que generó
en Ecuador. Los defensores del «Socialismo del siglo XXI»,
como todos los defensores del capitalismo, siempre tienen
una justificación para estos negociados: cuando no es “estra-
tégico” es simplemente “necesario”. En Venezuela el petróleo
constituye la primordial fuente de ingresos. Los destinos de
sus barriles de crudo son principalmente Estados Unidos y
en menor medida Europa y algunos países latinoamericanos.
Los acuerdos económicos de las petroleras son disfrazados
con discursos que apuntan a la «soberanía petrolífera» y a la
promoción de las Misiones Sociales. Éstas surgen como iniciati-
va del gobierno nacional bolivariano y constituyen un conjunto
de medidas para atender a los sectores populares del país. Su
aparición ocurre dentro de un clima de conflicto social y econó-
mico, cuyos momentos más álgidos fueron el intento de golpe
de Estado en abril de 2002, el paro petrolero de diciembre del
mismo año y el referéndum revocatorio de agosto de 2004. Al
día de hoy, las empresas mixtas son reconocidas y vanagloria-
86 | Boletín La Oveja Negra

das por «fortalecer la seguridad social del país» cuando crece


el presupuesto asignado a las Misiones. Si Venezuela consiguió
durante mucho tiempo limitar el deterioro es porque su fuerza
de choque petrolera le confiere una ventaja comercial y moneta-
ria importante. Pero ésta no basta para garantizar la estabilidad
de la moneda y la fuga de capitales, sumado a que la redistribu-
ción de la renta petrolera presentaba un riesgo inflacionario, hoy
confirmado. Durante las últimas cuatro semanas el gobierno de
Maduro anunció, prácticamente día tras día, nuevas medidas
que prometen remediar la inflación y el desabastecimiento. Pero
más allá de las apasionadas discusiones entre el gobierno y la
oposición, el descontento se vivió en la calle.

Cuando la zanahoria se pudrió …

Ahora que todo estalló, que la inflación en Venezuela es la más


alta de América Latina, que este gran cúmulo de hombres y mu-
jeres arrojados a la miseria y sometidos al desabastecimiento y al
hambre han salido a la calle, ya no puede dibujarse la situación
con paliativos basados en medidas populares. Recientemente
Maduro optó por decisiones similares con el objetivo de hacerle
frente a lo que él denomina «guerra económica» o «sabotaje
económico de facciones apátridas». Estas medidas, que van
desde la Ley Habilitante de Costos y Precios Justos, pasando
por un nuevo sistema de subsidios para adquirir productos
de primera necesidad, hasta la implementación de un nuevo
sistema cambiario y la reestructuración de la administración
de las divisas en el país, apuntan al intervencionismo y a la
estatización para reforzar la economía nacional. Tampoco ser-
virán las disparatadas propagandas oficiales, movilizaciones
pro–Maduro o las navidades y carnavales adelantados. Es
momento entonces de mirar más de cerca qué es lo que sucede
con el golpeado proletariado que habita la región venezolana.
Selección de textos | 87

El 4 de febrero se desataron protestas estudiantiles que tu-


vieron su génesis en la agresión sexual a una estudiante en
la Universidad Nacional Experimental del Táchira. Algunos
días después, el 12 de febrero, una manifestación estudiantil
en Caracas desató una serie de revueltas en el país. Lo que
comenzó como un reclamo estudiantil frente a la situación de
inseguridad terminó con represión estatal y un saldo de 14
estudiantes detenidos. Las consiguientes protestas por la libe-
ración de esos estudiantes fueron las que desataron la tensión
que venía acumulándose en el contexto de la crisis económica,
la situación de escasez de bienes de primera necesidad y de
servicios básicos, así como el comienzo de la aplicación de un
paquete de medidas económicas por parte del gobierno. Las ma-
nifestaciones se propagaron por otras ciudades, especialmente
Mérida, Táchira y Trujillo, y fueron igualmente reprimidas por
la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el Servicio Bolivaria-
no de Inteligencia Nacional (SEBIN), además de los famosos
grupos paramilitares financiados indirectamente e impulsados
directamente por este Estado.
En este contexto, parte de la oposición, como los partidos
encabezados por María Corina Machado y Leopoldo López,
quisieron sacar provecho de la situación y llamaron a movili-
zar exigiendo, entre otras cosas, la renuncia de Maduro, en un
intento de canalizar las protestas, legalizarlas, politizarlas. A
su vez, los demás partidos opositores que forman la Mesa de
la Unidad Democrática, especie de amalgama socialdemócrata,
progresista cristiana, reformista, liberal (y podríamos seguir…)
que constituye la principal oposición de Venezuela, se opusie-
ron abiertamente a las protestas y realizaron un llamamiento
a abandonar las movilizaciones durante tres días. Éste fue
desoído por la gente que continuó en la calle, superando así la
parcialidad de unos y la pasividad de otros, generalizando la
protesta por gran parte de Venezuela.
88 | Boletín La Oveja Negra

Las movilizaciones se extendieron a muchos puntos del


país y fueron convocadas en su mayoría mediante “redes
sociales”. A su vez, en cada zona las opiniones y razones que
impulsaron las movilizaciones varían. En el caso de Caracas
fueron protagonizadas especialmente por sectores de clase
media y universitarios, y los pedidos versaron sobre cuestiones
políticas, como la renuncia de Maduro y la modificación del
modelo social y económico. Al interior del país se sumaron
sectores populares a la protesta, incorporando demandas
sociales tales como la crítica a la inflación, la escasez y la falta
de servicios básicos.
Luego de algunos días de relativa calma, el sábado 22 de
marzo se reanudaron las manifestaciones y los enfrentamien-
tos entre simpatizantes oficialistas y fuerzas opositoras. Esta
jornada de marchas y contramarchas derivó nuevamente en
disturbios y registró numerosos detenidos y tres fallecidos.
Las razones de la protesta van desde demandas en salud, vi-
vienda y abastecimiento de bienes de primera necesidad, hasta
reclamos por la inseguridad. Sin embargo, estas jornadas de pro-
testa, al margen de sus razones verbalizadas, de sus consignas
en muchos casos limitadas, fueron crítica práctica y apuntaron
a la destrucción de los símbolos e instituciones del Estado y del
Capital. Hubo embestidas contra sedes de partidos políticos, tan-
to opositores como oficialistas y ataques a sedes de instituciones
estatales y patrullas del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Pena-
les y Criminalísticas (principal órgano estatal de investigaciones
penales). Además se registraron arremetidas al hotel Venetur (de
propiedad estatal) y asedios prolongados a la cadena de televi-
sión pública Compañía Anónima Venezolana de Televisión (VTV). En
Táchira hubo ataques contra la sede de la Fundación de la Familia
Tachirense, en el municipio de Chacao contra el Banco Provincial y
el Banco de Venezuela, y en Barquisimeto, a la sede de la Compañía
Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV).
Selección de textos | 89

Ninguno de estos ataques es salvaguarda frente a la posible


codificación de las protestas hacia el pedido de reformas par-
ciales, pero las movilizaciones, guarimbas (barricadas urbanas) y
arremetidas por parte del proletariado de la región venezolana
denuncian con palos y furia, una vez más, la inhumanidad del
Capital, de su faceta democrática y sus partidos, de sus medios
de comunicación, su brazo represivo y sus fuerzas de choque.
Esta y otras revueltas de las que somos testigos, que suceden
en diversos lugares y aparentemente por motivos distintos, si
bien muchas veces resultan efímeras, poseen una conexión de
intereses y de lucha contra la explotación, como la respuesta
más humana contra la civilización, como crítica práctica contra
el orden y sus representantes, como muestra del intento de
imponer las necesidades humanas frente a las del mercado y
las relaciones sociales capitalistas.
Y como siempre, cuando la zanahoria se pudre … solo queda
repartir palos. El brazo armado del Estado defiende con prisión
y tortura su incuestionable propiedad privada. La represión
por parte de la GNB, la SEBIN y grupos paramilitares logra
disolver algunas protestas al mismo tiempo que desata otras.
La represión sin miramientos, la detención y tortura, la militari-
zación de la ciudad de Táchira, los allanamientos ilegales, entre
otras, han sido la respuesta preferida del Estado venezolano a
esta serie de ataques y revueltas, dejando como saldo hasta el
momento 36 muertos, cerca de 400 heridos y 1600 detenidos.
Ahora que la perorata del poder popular muestra su verda-
dera cara, es momento de insistir en lo espontáneo de estas
revueltas, y en que más allá de las consignas en las que se
verbalicen son rupturas de la cotidianidad, expresión quizás
parcial e incompleta de una clase agotada de vivir y morir
aplastada. Las diversas formas en las que estas condiciones
se presentan bajo los diversos Estados no son más que las di-
versas caras de nuestra condición de proletarios. Comprender
90 | Boletín La Oveja Negra

esto es comprender que somos parte del mismo ser, en tanto


compartimos las mismas miserables condiciones de existencia
y portamos la capacidad para acabar con esta situación.

DAVID VS. GOLIAT

Esta vez David sucumbió ante el gigante. Alguien es incrimi-


nado de un robo y asesinado a golpes por una muchedumbre
en las calles de Rosario. Una vez más la muerte gana, no se
trata de perderse en la discusión de quién es víctima y quién
victimario. Esta vez el asesino no fue un individuo ávido de
pertenencias ajenas que intercambiar por unas propias. Esta
vez el asesino fueron los supuestos normales, entre cincuenta y
cien individuos como la ley manda, muchos de ellos cristianos
como dios manda, que por unas horas se disfrazaron de ver-
dugos, y por detrás de su clamado de justicia desenfundaron
su sed de venganza. Pero ¿venganza contra quién? ¿Contra la
causa de todos sus males? A veces la cobardía lleva a esquivar
los verdaderos enemigos y a utilizar de chivo expiatorio un
rival débil, uno al cual se pueda dominar sin complicaciones
para desahogar por un momento toda la impotencia, el odio y
el estrés sentido a diario en esta vida dura.
Un día el enemigo es el “motochorro” que te arrebata la
cartera, otro el trapito en el semáforo, otro el desobediente de
tu hijo o la contestataria de tu mujer, el cómodo de tu marido
o el desconsiderado de tu vecino; unos más otros menos, todos
parecen ser los causantes de tu malestar diario.
Parece que lo más fácil es responsabilizar a un tercero y se-
guir adelante, seguir sin pensar que la razón de tu vida no es
más que andar como el burro detrás de la zanahoria del éxito
personal. Sin tener en cuenta que el éxito de unos es la miseria
del resto, tu propia miseria, la miseria de un joven de 18 años
Selección de textos | 91

que en la búsqueda de su propia zanahoria se disfraza de ma-


leante y sale a jugarse la vida. La suya o la de alguien más, las
reglas del juego del éxito siempre alientan a apostar sobre las
de los demás. Todo para conseguir “eso” que nos enseñaron
que es la realización personal. Eso que a diario bombardean por
todos los medios como felicidad. Eso que todos hemos aceptado
como verdad absoluta: la enorme mentira de que solo “se es”
a través de la propiedad. Sin embargo, es precisamente esto lo
que nos mantiene como un engranaje más de este sistema de
expoliación humana, exprimiéndonos el jugo, minando cada
vez más el sentido de comunidad y ubicándonos en la posición
de ver a todos como nuestros competidores y, tarde o temprano,
como nuestros enemigos.
La muerte no acaba, sucede todos los días, tanto en un asalto
a mano armada, donde el asaltante valora tan poco su vida que
no distingue entre la vida y una cartera, como en un “acciden-
te” laboral donde el patrón prefiere sacar mayores ganancias
relegando la seguridad de sus empleados. Sus manifestaciones
son muchas: accidentes de tránsito, abortos clandestinos, una
explosión por negligencia, sobredosis de drogas, desnutrición,
envenenamiento por agrotóxicos, gatillo fácil e innumerables
otras. La realidad es que, si bien nos venden todas estas muer-
tes como casos aislados, proceden de lo mismo, del dinero por
sobre la vida, de un sistema en el cual la vida no es más que
mercancía, cuantificable, clasificable y prescindible, como
cualquier otra mercancía de cualquier góndola del planeta.
“Los vecinos” dicen estar hartos, cansados, pero la verdad es
que nunca se cansan, lo aguantan todo: la explotación diaria,
la falsificación continua, la suba de los alimentos, del alquiler,
del transporte. Ninguno estaría dispuesto a matar a patadas
a sus explotadores, ni a quienes nos gobiernan, ni a destruir
sus lugares de trabajo, siendo éstos los mayores ladrones de
vidas desde hace ya siglos. No están dispuestos ni a tirarles
92 | Boletín La Oveja Negra

huevazos a sus puertas porque son ciudadanos decentes, pero


olvidan que ellos son “los negros” de alguno de más arriba
y que, como la historia nos sigue demostrando día a día, a la
burguesía no le tiembla la mano a la hora de ajustarles los cin-
turones, reprimirlos o matarlos.
Esta vez David ha muerto, otras tantas murió Goliat. La
maquinaria no cesa, la propiedad privada se pondera sobre la
vida, los exitosos siguen llenando sus bolsillos, los intelectuales
siguen escribiendo ponencias, los medios siguen exponien-
do mentiras como verdades, las religiones siguen vendiendo
esperanzas, los normales siguen masticando venganzas, los
miserables siguen disfrazando su miseria.
Si cada uno sigue su zanahoria, con cada paso se refuerza
cada vez más la victoria del Capital por sobre la humanidad.
Selección de textos | 93

TRABAJAR PARA NO VIVIR

Nro. 16 (Mayo 2014)

Durante la segunda mitad del siglo XIX el movimiento obrero


libró en todo el mundo una lucha común por la implementación
efectiva de la jornada de trabajo de ocho horas y la prohibición
del trabajo infantil.
Tal fue la consigna que desencadenó la llamada Revuelta de
Haymarket en Chicago, EEUU, en mayo de 1886. Revuelta que
quedaría para siempre recordada en el calendario como el 1ro
de mayo: Día del Trabajador, designación ambigua y aclasista
que demuestra la recuperación que sufren históricamente las
luchas proletarias a manos de la burguesía. Como si no fuera
suficiente, dependiendo del lugar también se conoce a esta fecha
como “día del trabajo” o “fiesta del trabajo”.
En el imaginario burgués, la distancia cura algunos viejos
rencores y la historia se reescribe para bien de los poderosos.
Se olvidan del ausentismo en masa, los policías muertos y las
fábricas destrozadas por el sabotaje; mientras se les reconoce
a los proletarios la creación de sindicatos y su entereza para
luchar por derechos laborales y causas justas, como la igualdad
de la mujer en el ámbito laboral. Se distorsiona y fragmenta
nuestra historia, quedando solo para la ideología dominante
lo útil, lo eficiente, lo progresista. Nuestras desviaciones son
las virtudes de la burguesía.
Nosotros, por ser proletarios, tenemos sin embargo una
memoria más completa y, al no tener necesidad de falsificar,
dirigir o ideologizar, podemos ver los hechos como realmente
fueron. Nuestros compañeros de antaño lucharon para eliminar
el trabajo de sus vidas, con las herramientas y las capacidades
que tuvieron en ese entonces. Su proclama: ocho horas de tra-
bajo, ocho de esparcimiento y ocho de descanso, no buscaba
94 | Boletín La Oveja Negra

afirmar que el trabajo fuera positivo o satisfactorio para el ser


humano, sino todo lo contrario.
Es que en esas ocho horas de esparcimiento se encuentra el
núcleo de la consigna. Horas recuperadas que antes se malgas-
taban en la mina, la fábrica o la parcela del patrón, que podían
ser utilizadas para discutir con los compañeros, organizar las
siguientes luchas, sanar el cuerpo cansado, disfrutar de la cor-
poralidad, dar amor a los niños o gozar de la lectura de un libro
apasionante. Esas horas eran uno entre tantos pasos que iban a
borrar para siempre al trabajo de nuestras vidas.
El movimiento obrero y revolucionario de mediados y fines
del siglo XIX tenía sin embargo una debilidad notoria, ya que
asumía que el mismo carácter del trabajo y el sistema tecno-
científico tendían indefectiblemente a hacer que la jornada
disminuyera en horas trabajadas y en intensidad física. El pro-
blema parecía ser principalmente la propiedad de los medios
de producción por parte de la burguesía y el Estado, y no la
producción en sí (incluidos sus métodos, sus tecnologías y ma-
quinarias, sus productos). En base a esta incrédula neutralidad
respecto del desarrollo capitalista, todo un ejército de autores y
organizaciones diseminaron un sinfín de mitos que cimentarían
esta noción, de que gracias a las máquinas y a los avances mé-
dicos, a los métodos de trabajo científico, a las gloriosas luchas
de los sindicatos y los descubrimientos del sistema de trabajo
por cooperativas, nuestras vidas mejorarían significativamente.
En la ley escrita para gran parte del mundo hacia 1910, la
jornada de ocho horas, el descanso dominical y la prohibición
del trabajo infantil ya eran un hecho. Esta situación fomentó la
veta reformista del movimiento obrero, la oficialización de sus
organizaciones y la creencia de que la mejor manera de dar las
luchas era la democrática, con reclamos que subieran por la vía
parlamentaria y forjando partidos socialdemócratas que fueran
la voz de los obreros.
Selección de textos | 95

Pero en la realidad, la jornada de trabajo no hizo otra cosa


que repartirse socialmente. Se continuó con el proceso de
proletarización de comunidades en los rincones del globo, se
disminuyeron significativamente los días de descanso festivos
y las horas de los trabajadores en blanco, mientras que las
jornadas de los trabajadores no regulados mantuvieron las
mismas condiciones extenuantes. Se sacó forzosamente a los
niños de sus casas y de sus calles para que incorporaran en las
escuelas la formación técnica, la disciplina y la autocensura im-
prescindibles para ser los trabajadores del mañana, en muchos
casos, de un mañana demasiado próximo.
Se incentivó masivamente el ingreso en el sistema de trabajo
asalariado de la mujer, mientras millones de hombres morían
en trincheras y campos de batalla de las sangrientas guerras del
siglo XX, en las que se sacrificó ritualmente a los que somos un
excedente para este sistema y a las mercancías sobreproducidas
que dificultaban la valorización, a la vez que se generalizaron
campos de trabajo forzado en las más diversas regiones.

La cruda realidad del trabajo hoy

Hace 15 años, en Francia se anunciaba a viva voz que legalmente


la jornada de trabajo máxima permitida se reducía a 35 horas
semanales. Hace años que se sabe que ese experimento de be-
nevolencia fracasó (al menos en su sentido formal), ya que el
promedio de trabajo real nunca descendió. Lo único que dismi-
nuyó verdaderamente fueron los aportes jubilatorios, ya que el
resto de la jornada se continuaba en negro. Además se disminuyó
el salario mínimo de los jóvenes y, bajo la tan de moda excusa de
la austeridad, hace dos años que no se actualiza el salario. Hoy en
día las encuestas afirman que en Francia se trabajan en promedio
y de manera regulada, 41 horas semanales por trabajador. Y así
como sucedió en Francia puede que suceda en cualquier parte…
96 | Boletín La Oveja Negra

No es solo el tiempo de trabajo real lo que aumenta mun-


dialmente. Desde el trabajador que vuelve a la casa y recibe
llamados o mensajes de texto de sus jefes y compañeros de otro
turno, que le consultan sobre tal proyecto o sobre la ubicación
de un archivo extraviado, hasta las interminables asambleas
de las cooperativas y empresas recuperadas en Argentina (que
según su presidenta es una “gran fábrica recuperada”), la ten-
dencia actual es trabajar todo el tiempo y camuflar de ocio lo
que en realidad es tiempo de desgaste.
Es que en el mundo actual no solo trabajamos en el trabajo
propiamente dicho, sino que nuestra actividad fuera de la
oficina o el taller también sirve para reproducir el sistema
productivo. Estudios de mercado, perfiles psicológicos de con-
sumo y trackers que ven lo que buscamos cuando navegamos
la Internet dan forma a las nuevas mercancías que saldrán al
mercado, y orientan a la burguesía en su interminable proceso
de reasignación de capitales según tasas de ganancias y expecta-
tivas a futuro. Consumimos mientras producimos y producimos
mientras consumimos.
Encima de todo esto las condiciones del trabajo formaliza-
do continúan eclipsando el hecho de que en todo el mundo, y
especialmente en algunas regiones, se sigue haciendo trabajar
como esclavos a millones de hombres, mujeres y niños, como
mineros, recolectores de cacao, obreros textiles clandestinos,
o directamente como cuerpos para ser violados por los seres
humanos más perversos de este planeta.

Contra el mito del trabajo

Todos estos mitos y argumentos por el trabajo esconden una


verdad fundamental. Es que detrás de la ganancia del burgués
se encuentra siempre el plusvalor. Por más que él lo esconda, y
que a nuestra clase le cueste reconocerlo, este sistema de trabajo
Selección de textos | 97

forzoso debe ser mantenido a cualquier costo. El Capital no


vive sin trabajo, sin convertir trabajo vivo a su forma muerta
de mercancías y dinero, y es por esto que más allá de discur-
sos engañosos y utopías técnicas la jornada de trabajo real no
descenderá jamás a menos que nos impongamos como clase y
la reduzcamos, a cero horas por día.
De las 32 horas semanales en Corea del Sur, y dando una
vuelta al mundo por miles de condiciones dispares y frag-
mentadas que nos brinda este sistema de muerte capitalista,
volvemos unos kilómetros al Norte, a las 120 que se estima
trabajan los prisioneros en los campos de concentración de
“la Corea socialista”. De las empresas en Silicon Valley con su
promoción de la creatividad y el trabajo libre de estrés, a las
condiciones de guerra–trabajo en una mina de coltan en el
Congo. Del cuentapropismo forzado de obreros fabriles que al
ser despedidos les ofrecen un torno para producir desde sus
casas para su antiguo empleador, sin jubilación ni obra social,
a las cárceles privadas que pagan fracciones del salario mínimo
a mano de obra semiesclava.
Existen miles de condiciones diversas bajo el oscuro sol capi-
talista, como también existen miles de discursos que acuerdan
o son seudocríticos de la condición laboral. De lo que se trata
es de no perderse en esa maraña, de no claudicar, e ir siempre
a la raíz de los problemas. Cientos de intelectuales afirman que
las cosas han cambiado, que el sistema productivo ya no es lo
que era, que no podemos seguir hablando de proletarios, que
ya no estamos en una fábrica, que la realidad es más compleja,
que lo que se decía hace 100 o 150 años ya no nos sirve de nada.
El Capital traga dentro de sí todas las formas y métodos
que le hagan expandirse. Pero más allá de las diferencias y las
multiplicidades en su superficie, continúa teniendo un núcleo
invariante, el del valor, la mercancía y el trabajo. Es por eso
que nuestra clase tiene que exponer con cada vez más fuerza
98 | Boletín La Oveja Negra

su posición histórica e invariante: fuera y contra el Estado y los


sindicatos, por la abolición del sistema de trabajo asalariado.
Para que nuestra actividad real humana —tanto comer, habitar,
como crear, disfrutar, sufrir, en definitiva, vivir— jamás vuelva
a organizarse como trabajo, como subordinación de la existencia
a la ganancia.

DES–MEMORIA: HOMENAJE
ESTATAL A VIRGINIA BOLTEN
Quienes abogan por la libertad de culto (sean religiosos o no),
quienes dirigen a la sociedad desde sus asquerosas bancas,
quienes defienden la institución familiar, no pueden estar de
acuerdo con el viejo y pertinente lema «Ni dios, ni amo, ni
marido». Sin embargo, este 1° de mayo inauguraron una placa
conmemorativa a Virginia Bolten, aquella revolucionaria que
editaba junto a sus compañeras el periódico comunista anárqui-
co La voz de la mujer, y a quien pretenden presentar simplemente
como una feminista y sindicalista que «nos invita a reflexionar
sobre las desigualdades». ¡Qué infamia! ¡Qué asco!
Años atrás el consejo puso en El Saladillo una placa con-
memorativa para homenajear a Joaquín Penina, y en ella se
lamentaron de que el joven anarquista catalán «fue fusilado
sin derecho a juicio» (sic).
Este nuevo “homenaje” es la mentalidad democrática en ac-
ción: igualarlo todo a nada, vaciar de contenido toda expresión
revolucionaria, reescribir la historia, generalizar la ignorancia.
Algunas buenas conciencias podrán decir que un homenaje
es mejor a nada y que, de todos modos, nos recuerda la historia
de Virginia Bolten… Y claro que nos la recuerda ¿pero de qué
manera? ¿Qué historia? O incluso, ¿qué sentido tiene la histo-
ria de los revolucionarios para quien no quiere revolucionar
Selección de textos | 99

la historia? Tiene el sentido de la democracia, que se presenta


como un logro por el cual, dicen, lucharon hasta los mismos
anarquistas sin saberlo. Los mediocres buscan así presentar
su lucha por cambiarlo todo como una simpática ignorancia
extremista que luego evolucionó hacia las vías reformistas y
progresivas de la democracia. Así nos quieren convencer de
que quienes luchaban contra el Estado lo hacían para mejorarlo
o de que quienes combatían contra la explotación buscaban
simplemente leyes y un “mejor reparto” del botín capitalista.
Nos quieren borrar de la memoria a la trabajadora que después
de 12 duras horas en la refinería de azúcar salía a pelear por
la instauración del comunismo anárquico y que, con sus com-
pañeras, gritaba: «Nos habláis de la separación de la Iglesia
y del Estado… pero nosotros conscientes de lo que somos y
de lo que deseamos, os decimos: no la separación de esas dos
calamidades, que representan la una el embrutecimiento y la
prostitución y el otro la tiranía, sino la abolición. Pero no hay
cuidado, pues ya sabemos el remedio: sí, ese será la Revolución
Social, que barrerá de una vez por todas, todos esos prejuicios
de Patria, religión, burguesía, capitalismo, magistratura, en fin,
todas estas miasmas corruptoras que desolan la Humanidad…
Entonces plantearemos el Comunismo Anárquico. Mientras
tanto no lleguemos a estas supremas aspiraciones, luchemos y
fustiguemos sin descanso a los ladrones de sotana y de guante
y levita» (La voz de la mujer).
La historia de lucha por la emancipación humana no ha
terminado, se traza con palabras y hechos, en tiempo pasa-
do, presente y futuro, agresiva y tímidamente; y no guardará
espacio para ninguna placa homenaje a los “homenajeadores”
verdugos del pueblo.
100 | Boletín La Oveja Negra

¡NÃO VAI TER COPA!

Nro. 17 (Junio 2014)

Las crecientes movilizaciones en Brasil están poniendo seria-


mente en duda el normal desarrollo del mundial de fútbol, a
pocos días de su inicio. Las protestas en varias ciudades, sobre
todo en las anfitrionas del mundial, no se han detenido desde su
comienzo en mayo de 2013 y vuelven a tomar fuerza. El nro. 9 de
esta publicación lo dedicamos a esta ola de protestas, desatada
principalmente por el aumento del transporte y los desorbitan-
tes gastos ocasionados por el mundial, así como la avanzada
represiva de los últimos años en las favelas y los desalojos en
las ciudades anfitrionas. También remarcábamos, asumiendo
la lucha del proletariado en Brasil como propia, cómo esos
reclamos, inicialmente con claros matices ciudadanistas, en
muchos casos abrieron rápidamente paso a la generalización de
las reivindicaciones y la violencia, rompiendo con las limitadas
consignas iniciales y reconociendo en sus luchas los intereses
mundiales que tenemos los proletarios como clase. En aquellos
días podíamos leer en algunos carteles y banderas consignas
como «Brasil/Turquía estamos juntos», «somos griegos, turcos,
mexicanos … no tenemos patria … somos revolucionarios».
En estos años de aparente paz social, siempre sorprende la
rapidez con que el proletariado logra tomar las calles y romper
con muchas de las típicas canalizaciones burguesas como el
sindicalismo, el politicismo o el nacionalismo.8
De todas formas, para nada podemos afirmar que sea algo
generalizado. «Não vai ter copa» (no van a tener copa) es la
consigna más popular bajo la cual salen actualmente a la calle

8 Recomendamos al respecto el número 63 de la revista Comunis-


mo: Brasil. Protesta social y contrarrevolución.
Selección de textos | 101

miles de proletarios en Brasil, pero tras ésta los motivos son


muy diversos. En esta nueva ola de protestas previas al mundial
podemos ver cómo, en muchos casos, se vuelve a caer en el típi-
co politicismo y reformismo, en la tan de moda “indignación”.
Con los estadios ya construidos, inversiones que podrían su-
perar los 20 mil de millones de dólares, obreros muertos, miles
de asesinados en las favelas a manos de las fuerzas represivas,
todavía hay quienes tienen ganas de reclamarle derechos al
Estado, de pedir una eficiente utilización de los recursos en
salud y educación. «Sin derechos no hay copa» es una de las
consignas promovidas por quienes solo ven en el mundial una
gran oportunidad para arrancarle migajas al Estado. Una vez
más, el capitalismo pareciera funcionar mal por culpa de unos
malvados políticos y unos oscuros organismos internacionales.
Una vez más, el problema no sería la producción con miras a
la ganancia sino cómo ésta se distribuye.
Es posible que de no aflojar las movilizaciones el Estado no
pueda continuar con su política meramente represiva y comien-
ce a ceder un poco frente al temor de un papelón de cara al
resto del mundo. También es posible, aunque menos probable,
que el Estado no solo militarice, reprima y asesine en las favelas
como viene ocurriendo, sino que pase a enfrentar directamente
las protestas. Recordemos la masacre de los Juegos Olímpicos
de México DF 1968, cuando se ahogó en sangre el grito de
«¡No queremos olimpiada, queremos revolución!», con cientos
de muertos en los días previos al inicio a manos del Batallón
Olimpia, fuerza creada especialmente para la ocasión. Frente a
todo esto es necesario que las protestas se generalicen, que se
logre romper con las fronteras y las canalizaciones burguesas,
extendiendo la revuelta y asumiendo que la necesidad de
revolución es inseparable del resto de nuestras necesidades.
Lo que no deja de sorprender, más allá de las grandes limi-
taciones mencionadas, es que este masivo rechazo al mundial
102 | Boletín La Oveja Negra

se haya podido dar en Brasil, país futbolero por excelencia. Los


organizadores se muestran convencidos de que la «pasión por el
fútbol» será más fuerte. A comienzos de enero de 2014, inquieto
por los retrasos acumulados en la preparación del mundial, Jo-
seph Blatter, presidente de la FIFA, declaraba lo siguiente: «Yo
soy un optimista, no un miedoso. El fútbol será protegido, no
creo que los brasileños ataquen directamente al fútbol, porque
para ellos es una religión». Por su parte, el coordinador técnico
del seleccionado carioca, Carlos Alberto Parreira desestimó
las protestas pues aseguró que en cuanto comience el mundial
el pueblo apoyará al equipo: «Tengo absoluta certeza que la
selección es un patrimonio cultural y deportivo del pueblo
brasileño, que la apoyará durante el torneo». Los manifestantes
se burlan de ellos, y hasta el propio rei Pelé se convirtió en uno
de sus blancos predilectos después de que declarase: «Vamos
a olvidar toda esa confusión que está sucediendo en Brasil y
vamos a pensar que la selección brasileña es nuestro país, es
nuestra sangre», y que minimizase las muertes en “accidentes”
laborales ocurridas en la construcción de los estadios.
La corrupción en el deporte y su utilización política y econó-
mica son ya conocidas por cualquiera, así como las necesidades
represivas y los enormes gastos que requieren estas celebracio-
nes burguesas. Jérôme Valcke, el secretario general de la FIFA,
es sincero al respecto: «Voy a decir algo demencial, pero a veces
para organizar un mundial de fútbol es preferible un nivel me-
nor de democracia. Cuando hay un jefe de Estado fuerte y con
capacidad de decisión, como ocurrirá con Putin en 2018, para
nosotros, los organizadores, será más fácil negociar a varios
niveles». Blatter no se quedó atrás y apoyó las declaraciones de
su secretario general e incluso, yendo más lejos, recordó que la
copa del mundo de 1978 en Argentina fue «una forma de recon-
ciliación del público, del pueblo argentino, con el sistema, con
el sistema político, que en aquella época era un sistema militar»,
Selección de textos | 103

y se felicitó a la vez por el éxito de su organización. No debe


existir manera más gráfica de comprender la relación entre el
espectáculo deportivo y la opresión que recordando cómo los
gritos de gol en el estadio Monumental ahogaban los gritos de
los torturados en la ESMA a unas cuadras de distancia.
Volviendo a los futuros mundiales, los dirigentes de la FIFA
están tranquilos y orgullosos de las sedes elegidas, tanto por Ru-
sia en 2018 así como por Qatar en 2022. Esta pequeña monarquía
del medio oriente, con la renta per cápita más alta del planeta
(del cuarto de su población que son ciudadanos), vive de la
explotación de los yacimientos de petróleo y gas de su región,
empleando principalmente mano de obra extranjera. Este país,
cada vez más influyente en la política internacional de la región,
ha intervenido en las revueltas de la Primavera Árabe apoyando
económicamente a los sectores burgueses más liberales. En
pleno apogeo, Qatar se mofa de su progresismo mientras que
las terribles condiciones de trabajo en la construcción de los
estadios mundialistas ya han dejado un saldo de más de 1200
muertos. ¡Sí! 1200 trabajadores provenientes de India, Nepal y
Tailandia murieron y mientras tanto, muchos otros continúan
trabajando en condiciones esclavistas, con los documentos re-
tenidos por sus empleadores, viviendo en los lugares de trabajo
sin las mínimas condiciones de higiene, sufriendo jornadas de
12 horas a 50 grados de temperatura.
Desgraciadamente, estas noticias nos llegan por la misma
burguesía que nos mata, sin poder contar con una información
de primera mano respecto a esta terrible situación. Frente a las
denuncias realizadas por medios y organismos internacionales
la FIFA ha salido a dar algunas tibias declaraciones, alegando
que no puede intervenir en las políticas laborales de un Es-
tado. Nos interesa muy poco lo que haga o no la FIFA, pero
todo este cinismo nos retuerce las tripas porque, mientras esto
ocurre, lo que sí se discute es la necesidad de modificar para
104 | Boletín La Oveja Negra

Qatar 2022 la fecha en la que se realizan habitualmente los


mundiales, debido a que las altas temperaturas de este país en
verano pueden afectar a jugadores y turistas. Los organizadores
en Qatar responden asegurando que sus estadios de muerte
estarán climatizados.
Podríamos seguir con innumerables ejemplos históricos de
mundiales, olimpíadas y demás certámenes deportivos repletos
de sangre y miseria, pero nos surge una pregunta fundamental
que no queremos esquivar: ¿Se trata de una mera utilización
capitalista del deporte? ¿O es el deporte también un producto
de la sociedad capitalista inseparable de ella?
El sentido común nos habla del deporte como un inocente
juego. Los deportes en sí no serían el problema sino su uti-
lización por parte de políticos y burgueses. La política y la
ganancia han venido a corromper una supuesta actividad
natural del hombre. Se opone el deporte–espectáculo, el pro-
fesionalismo, a un inocente amateurismo o a una práctica
popular desarrollada por cualquiera. Pero, ¿cómo nace el
deporte? ¿Cuáles son las raíces sobre las cuales surge el pro-
fesionalismo y sus grandes mafias?
Para perpetuar su dominación la burguesía necesita mitifi-
car muchos de los hábitos actuales, ocultando o tergiversando
el origen de un montón de prácticas y relaciones humanas.
Patear un objeto cualquiera es algo tan instintivo que entonces,
según su lógica, lo que hoy podemos considerar como fútbol
tendría orígenes milenarios. Pero pensar las cosas así es ridí-
culo. Por empezar, en los juegos de antaño, la gran mayoría
de las separaciones actuales eran irrisorias: los límites espa-
cio–temporales, las reglas estrictas, los equipos bien definidos,
los espectadores, los puntajes, así como las instituciones que
reglamentan todo aquello.
Lo más cercano al fútbol en la Edad Media era un juego en el
que decenas, cientos o incluso miles de personas hacían rodar
Selección de textos | 105

un balón de cuero con los pies en un campo abierto, a partir de


lo cual surgían situaciones de lo más diversas.
El deporte surge en oposición al juego, y es con el ascenso
de la burguesía que multitud de juegos tradicionales fueron
suprimidos o reformados como deportes. En este sentido,
podemos observar históricamente cómo trabajo asalariado y
deporte son indisociables, cómo su desarrollo es el desarrollo
del capitalismo. La competencia, la disciplina, el sacrificio y
demás valores deportivos son esencialmente los valores de
esta sociedad. Lo que producen el deporte y la educación física
son fundamentalmente rendimientos y récords, es decir, datos
computables, cosas. Tal como ocurre con la producción de las
demás mercancías lo importante es la cantidad en detrimento
de la calidad. Así, los deportistas son exprimidos al máximo
como en las mejores fábricas.
En los juegos tradicionales lo que mayor satisfacción propor-
cionaba a los participantes no era la obtención de la victoria, el
premio o una posible ganancia, sino la diversión y el placer que
suscitaba el propio juego, habitualmente asociado a la taberna,
la fiesta y la calle.
Frente a los anteriores elementos lúdicos el deporte pre-
supone la aceptación de un conjunto de reglas inviolables
que los asfixian. En el juego, dado que el “resultado material”
no es lo decisivo, es perfectamente posible que ambas partes
sean desiguales y se constituyan de forma accidental, como
también puede darse el caso de que una persona o un grupo
de personas desafíe a todas las demás. El punto de partida del
juego es un desequilibrio fundamental, pero no se trata de una
deficiencia, sino de su esencia misma. En el deporte, por el con-
trario, siempre tenemos dos partes formalmente “iguales” que
luchan por la obtención de un resultado “justo” y reglas que
pretenden establecer y garantizar un equilibrio que conduzca
a ese resultado justo. La igualdad democrática, que no es más
106 | Boletín La Oveja Negra

que la libertad de compradores y vendedores de enfrentarse


en el mercado en “igualdad de condiciones”, encuentra en el
deporte un notable reflejo.
Este tipo de análisis histórico no deben llevarnos a mitifi-
caciones o defensas del pasado, ni tampoco deben entenderse
como una propuesta alternativa al deporte. De lo que se trata
es de comprender las limitaciones de las diversas actividades
que realizamos actualmente. Cuando profundizamos en esas
limitaciones, enseguida vemos que no son aspectos que poda-
mos transformar voluntaria e individualmente sin revolucionar
las actuales condiciones de vida.
Podríamos dejar de comer tanta basura, buscar más contacto
con la naturaleza, generar alternativas lúdicas, etc., etc., etc.
En realidad, con suerte solo podremos hacer alguna de ellas
durante algún tiempo, a costa de sacrificar otros aspectos de
nuestras vidas y, claro está, del sacrificio de muchos otros. La
que se mantendrá intacta es una vida basada en la separación.
Separados nosotros mismos y de los demás.
Cada vez que se trata de pensar en una sociedad distinta se
suele caer en pensar lo “bueno” de este mundo separado de lo
“malo”. La revolución es algo bien diferente. Se trata de criticar
desde la raíz la sociedad existente y de tirar abajo todo lo que
se considere necesario en dicho proceso.
En esa apasionante búsqueda no sabemos qué quedará de lo
que actualmente conocemos como deporte, pero es fundamental
comenzar a reconocer sus limitaciones para poder superarlo.
Creemos que el proletariado en Brasil ha iniciado ese camino.
¡No va a haber copa! ¡Extendamos la revuelta!
Selección de textos | 107

A 100 AÑOS DE LA PRIMERA GUERRA


MUNDIAL: NI GUERRA ENTRE
PUEBLOS NI PAZ ENTRE CLASES
Nro. 18 (Julio 2014)

Debió ser horrible…ver a tus hijos partir en un tren al frente,


prácticamente esclavizados. Esperar en un acorazado el tacto de
las heladas aguas del Báltico. Correr a ciegas tras las trincheras
en Ypres, mientras tus pulmones se llenan de una fantasmal
agonía. Verte obligado a fusilar a un proletario como vos, solo
por haber nacido en otra región.
Debió ser horrible vivir la Primera Guerra Mundial. Aún
peor ser consciente de las múltiples oscuridades que se
cernían una vez más sobre todos los desposeídos de este
mundo. La conscripción forzada, las marchas interminables,
el hambre generalizado para todos los proletarios, la reloca-
lización, los refugiados.
Es que tras largos años de escaramuzas, tensiones diplo-
máticas, escaladas armamentísticas, retóricas nacionalistas,
conflictos étnicos y un sinfín de otros elementos, parecía que
la burguesía mundial y un pequeño remanente de aristócratas
iban a determinar la veracidad de sus argumentos de la forma
más vieja que conocen las clases dominantes, la guerra total.
El conflicto duraría poco más de cuatro años, y tendría ciertas
particularidades que lo harían inédito y relevante para pensarlo
desde una perspectiva de clase. Fue batallado en todos los con-
tinentes y tuvo un número nunca antes visto de combatientes
y de bajas. Fue la primera guerra de la sociedad industrial, del
avión, del dirigible y el reconocimiento, del tanque, del subma-
rino, de las armas químicas, de la criptografía. Fue la primera
guerra de la mujer trabajadora, del sistema médico tecnificado,
de los campos de batalla que se gestionaban como fábricas
108 | Boletín La Oveja Negra

y de las fábricas que se gestionaban como campos de batalla.


Fue la guerra del proletariado derrotista, de los grandes acon-
tecimientos revolucionarios. Fue la guerra batallada no solo
en los frentes sino en cada casa, con la tarea añadida para la
burguesía de mantener a raya a las mujeres como productoras,
a los niños como futuros soldados, a los hambrientos en las
filas del racionamiento para evitar los saqueos.

Las guerras son, ante todo, guerras


contra el proletariado

La guerra es la esfera de lo destructivo controlado, del desastre


premeditado, de la gestión de la muerte. Es guerra porque el
proletariado produjo, esclavizado en fábricas y campos, los
medios excedentes para desarrollarla. El mismo proletariado
que necesita la burguesía para concretarla en el terreno. En
los campos de batalla europeos y asiáticos murieron millones
de proletarios, jóvenes principalmente, desempleados en sus
lugares de origen, que organizados discutían propuestas que
atentaban contra el dominio de la burguesía.
Por sobre todas las cosas es guerra contra el proletariado.
No solo en el momento en que las armas se disparan, es gue-
rra también en la mina, en la acería y en el taller, destruyendo
cuerpos para fabricar armas, latas de alimentos, uniformes y
un largo etcétera, redireccionando una producción que excedía
notoriamente al mercado y poniéndola al servicio del interés
expansionista nacional.
El término “Primera Guerra Mundial” esconde además, bajo
la siempre neutra apariencia de la historia en tanto que discipli-
na de profesionales, que la guerra es, ante todo, un fenómeno
permanente. Nunca hay entretiempo cuando se trata de las
destructivas pulsiones del imperialismo. Nunca hay descanso
ni paz genuina en el reino del Capital. Siempre hay que ex-
Selección de textos | 109

pandir, competir, conquistar, batallar, controlar, dominar. La


historia del Capital es la historia de la guerra, y si hasta el siglo
XX a nadie se le había ocurrido denominar a algún conflicto
particular como “guerra mundial” es solo porque, aunque el
Capital ya era evidentemente mundial, iba por su consumación
efectiva e internacional. Woodrow Wilson —comandante de
los Estados Unidos en su entrada tardía a la guerra— acuñó el
término «la guerra que terminaría con todas las guerras». Una
gran guerra imperialista que definiría de una vez y para siem-
pre quiénes serían los legítimos líderes del mundo, los que sí
podrían garantizar la estabilidad de su imperio colonial para
finalmente gozar de un capital en permanente e ininterrumpida
expansión, que pudiera darle una estabilidad de miseria a los
trabajadores y nunca más volver a la precariedad y el horror
de la guerra. Para implantar la democracia parlamentaria como
forma suprema de hacer fluir al Capital por los más pequeños
poros de la sociedad. Ni que hablar de lo erróneo y malintencio-
nado de las palabras de Wilson, quizás el primer emperador de
una de las más grandes dinastías guerreras que conocemos los
humanos. Lo importante es comprender que los discursos bur-
gueses, sean humanistas, pacifistas o netamente imperialistas,
siempre vislumbran un fin. Sin embargo, el Capital excede aún
a la clase a la cual le lega su mandato en la tierra, promoviendo
un estado permanente de guerra y conflicto mundial, una gran
hoguera en la cual tirar las mercancías superfluas, se trate de
seres vivos u objetos.

La guerra a la guerra

Previamente a la guerra, se presumía la entereza del compro-


miso antimilitarista en las filas anarquistas y socialistas. En
cada reunión y en cada congreso se expresaba la fraternidad
internacional, la paz mundial, lo absurdo de la guerra.
110 | Boletín La Oveja Negra

Pero la realidad de la misma desnudó la sustancia detrás


de muchos discursos. Por un lado, importantes personali-
dades del movimiento anarquista, como Piotr Kropotkin y
Jean Grave, publicaron el Manifiesto de los Dieciséis. En éste
abogaban por una victoria de la Entente contra “los agreso-
res”, Alemania y el Imperio Austrohúngaro; además estaban
influidos por un tacticismo que presuponía que una derrota
de estos imperios devendría en revolución. Afortunadamente,
Goldman, Berkman, Malatesta y tantos otros compañeros
denunciaron la desviación y el manifiesto tuvo una influencia
ínfima en el movimiento.
Por otra parte, la II Internacional, principal heredera del
marxismo ortodoxo, abandonó, para sorpresa de no tantos, el
compromiso antimilitarista que había defendido en proclamas
y en actos callejeros. Replegándose en cada una de sus seccio-
nes nacionales, cada partido socialista se dedicó a parlamentar
y gestionar el esfuerzo de guerra, votando presupuestos y
denunciando “excesos”. Minorías comunistas derrotistas y
revolucionarias florecieron en Alemania e Italia, rompiendo los
carnets de sus partidos y afirmando su oposición a la guerra, no
solo discursivamente sino también saboteando la producción y
difundiendo las posiciones proletarias entre los soldados.
Como se afirmó en ciertos ámbitos militantes, no es de las
ideas de donde parte la contraposición con este sistema de
muerte. Cuando las pulsiones humanas más aberrantes salen
a la luz, cuando las promesas de progreso se silencian entre
balas de cañón y los gritos de muerte ahogan las risas, apare-
cen seres humanos dispuestos a oponerse por la fuerza a la
catástrofe. Mujeres viudas en Glasgow rehusándose a pagar
el alquiler. Proletarios alemanes y franceses fraternizando en
las trincheras, engañando conjuntamente a sus oficiales para
disfrutar de la vida unos días más. Proletarios italianos en los
Alpes, hastiados de hambre y sufrimiento disparando a sus
Selección de textos | 111

comandantes para poder volver a sus casas. Saqueadores en


Austria, robando la comida de los burgueses.
La revolución rusa de 1917 se desencadenó en este marco de
miseria y muerte, siendo la guerra un claro detonante de las
revueltas de febrero que llevaron a la caída del zar.
Las deserciones en el ejército que ya se venían desarrollan-
do previamente se hicieron masivas durante los gobiernos
provisionales, que no cumplieron con la promesa de terminar
el conflicto. El proletariado, tanto en el frente como en la reta-
guardia, no dudaba en enfrentarse a la guerra y a sus propios
explotadores por mejores condiciones de vida, transformando
a la guerra imperialista en guerra de clases. Pero este enfren-
tamiento a la guerra imperialista era en gran parte limitado ya
que suponía como solución una paz negociada entre los Estados
beligerantes, cuando de lo que se trataba era de extender la re-
volución hacia el resto del mundo, principalmente a los países
en guerra. Claro que esta tarea era enorme y dependía de la
iniciativa del resto del proletariado, pero en vez de invitar a
luchar juntos contra los oficiales y burgueses del mundo entero,
a propagar el derrotismo y la revolución, el proletariado en
Rusia apoyó en gran medida las negociaciones de paz llevadas
adelante por los bolcheviques, que firmaron en marzo de 1918
el Tratado de Brest–Litovsk. En este tratado, la Rusia soviética
renunció a Ucrania, Finlandia, Lituania, Polonia, etc., traicio-
nando el impulso revolucionario en dichas regiones. A la vez,
significó un fortalecimiento de las potencias centrales, sobre
todo de Alemania, que pudo trasladar a muchos de sus hombres
al frente occidental alejándolos de la Rusia revolucionaria. En
este tratado, se ponía claramente de manifiesto el carácter bur-
gués que comenzaba a tomar el proceso revolucionario con los
bolcheviques a la cabeza, negociando con el resto de nuestros
explotadores para comenzar a fortalecerse como Estado. Esta
paz, según los bolcheviques, significaba ganar tiempo para la
112 | Boletín La Oveja Negra

“revolución”. Tiempo para la conformación del “ejército rojo”


en contraposición al proletariado en armas, tiempo para la
represión interna, tiempo para fortalecer la economía nacional,
tiempo para la contrarrevolución.
A pesar de esto, el proletariado en Alemania no tardó en
rebelarse contra sus verdugos, constituyendo otra de las ex-
presiones más importantes de derrotismo durante la Primera
Guerra Mundial. Los marinos alemanes, siendo enviados a una
misión suicida hacia fines de octubre de 1918 y luego de años
de sufrir la represión de sus referentes comunistas, se negaron
a zarpar, y en cambio tomaron las ciudades portuarias de Kiel
y Wilhelmshaven, formando consejos de obreros y soldados.
La revuelta triunfó y pronto esos mismos proletarios tomaron
Hamburgo, mientras que en el resto de las ciudades grandes
se tomaban lugares de trabajo, se daban escaramuzas contra
el ejército y los consejos se multiplicaban. En simultáneo la
guerra finalizaba y la Entente afirmaba que solo negociaría
con un gobierno democrático. El Partido Socialista Alemán se
apresuró para ponerse a la cabeza de ese gobierno y preparar
la represión contra los revolucionarios, que se consumó princi-
palmente en Berlín pero también en otras ciudades en enero de
1919, matando a miles de proletarios armados. La revolución
comunista fracasó y en su lugar, como muchas otras veces, se
impuso el mito de la revolución democrática.
Selección de textos | 113

NO SOMOS ARGENTINOS, NI ISRAELÍES,


NI PALESTINOS: SOMOS PROLETARIOS
Nro. 19 (Agosto 2014)

Hace algunos años uno podía advertir que las manifestaciones


—o mejor dicho procesiones— suplicando paz en Palestina, Irak
o Irán eran inútiles, ya que no hacían más que expresar un
sentimiento de impotencia. Hoy esa impotencia se agudiza al
limitarse al horror por ver la guerra a través de la pantalla o a
mostrar a través de Facebook fotos morbosas de las víctimas
de los bombardeos. Hoy son los niños palestinos, mañana un
perro maltratado. Pero esta realidad, considerada parcialmente,
oculta que además del horror y la muerte causada por los mi-
licos en aquella parcela de tierra también hay seres humanos
que resisten con los medios que tienen a su alcance, a pesar de
las limitaciones existentes. Y eso no se muestra. No se muestra
para que los espectadores se limiten a angustiarse un poquito
de tanto en tanto en medio de una avalancha de información,
intentando autoconvencerse de que nada se puede hacer. Pero la
verdad es que sí se puede, luchando en “nuestro” país contra la
misma burguesía que ataca en la Franja de Gaza. Destruyendo
la ilusión de una impotencia generalizada es posible luchar,
sin importar nuestra ubicación geográfica, contra los mismos
intereses del dinero que guían tanto al Estado de Israel como
a todos los Estados, a las empresas israelíes y a las de todo el
mundo. Es posible y necesaria la lucha contra el discurso de la
ideología dominante, basado en la mentira de que los intereses
de los explotados son los mismos que los del Estado donde
sobreviven, sea en Palestina o en cualquier lugar del mundo.
Un volante firmado por Proletarios Internacionalistas titula-
do Masacre proletaria en Palestina expresa que: «Sin romper y
desenmascarar todo este arsenal ideológico que enturbia la
114 | Boletín La Oveja Negra

realidad, estaremos atados de pies y manos imposibilitados


para asumir la lucha contra la masacre en Oriente Medio como
parte indisociable de la lucha contra la dictadura del capital. Es
imprescindible afirmar abiertamente que esa masacre es antes
que nada una expresión más del terrorismo que el capitalis-
mo despliega en todo el mundo contra nuestra clase, contra
nuestras vidas. Que quienes caen bajo las bombas, bajo las
metralletas, bajo el terror capitalista son, en primer lugar, los
niños, hombres y mujeres que han sido condenados en esa re-
gión del mundo a ser carne de cañón, a ser población superflua
potencialmente peligrosa y que debe ser exterminada de forma
cotidiana. Todos los Estados del mundo participan de una u
otra manera en esta matanza. Los Estados occidentales, con el
de Israel a la cabeza, masacrando; Hamas, la autoridad nacional
palestina y demás organismos del Estado palestino, junto con
los Estados pro palestinos, impidiendo la estructuración en
fuerza autónoma de esa masa de subversión, encuadrándola
y dirigiéndola al matadero en actos suicidas, desarmándola,
pacificándola, reprimiéndola y apresando a los irreductibles.»
Y juntos queremos decir que no somos ni argentinos, ni israe-
líes, ni palestinos. Y que además debemos enfrentar la opresión
burguesa, esté disfrazada de terrorista o de antiterrorista.
Selección de textos | 115

MANO DURA Y MANO INVISIBLE

Nro. 20 (Septiembre 2014)

«Creemos todavía en la mano invisible del mercado, porque


es la que, en definitiva, sigue la historia, siguen las décadas
y sigue siempre presente que hay una forma donde se van
adaptando y arreglando las cuestiones» dijo Hermes Binner
a Radio Del Plata a comienzos de agosto. Y agregó: «Yo creo
que existe la mano invisible, estamos hablando de valores que
hoy defendimos y que hoy también los tenemos que ayudar
a desarrollar». Debido a esto, los progres “K” se deleitaron
señalando lo capitalista que es el líder del Socialismo, que
empleó aquel término popularizado por Adam Smith. Son los
mismos que gustan de poner la palabra socialista entre comillas
para regocijarse, queriendo demostrar lo poco socialistas que
serían, supuestamente, estos dirigentes burgueses que gobier-
nan Santa Fe. No olvidan pero nos quieren hacer olvidar la
función histórica que ha tenido el Partido Socialista contra
el movimiento obrero en particular y contra el proletariado
en general, oponiendo siempre la reforma a la revolución, el
Estado a la libertad. ¿Qué esperaban de Binner?
Es quizás la misma confianza suicida que canta por las ca-
lles de Rosario «no es socialista ni popular/es la derecha que
gobierna la ciudad». ¿De qué derecha, y por ende, de qué iz-
quierda hablan? Si ponemos en duda la existencia de izquierda
o derecha no es porque hemos vivido “el fin de las ideologías”
tras la caída del muro en el 89, ni porque el último grito de la
moda intelectual nos lo diga. La ciudad es gobernada por los
intereses del dinero y la maximización de ganancia.
Entonces los mismos kirchneristas de izquierda y diversos
stalinistas que apoyan “el modelo” y se burlan de Binner debe-
rán ahora burlarse de ellos mismos cuando su presidenta cite
Selección de textos | 117

al mismo Adam Smith en sus somnolientos discursos. Vale la


pena advertir que dichos discursos se encuentran disponibles
y compilados en el sitio web oficial de la presidencia, donde se
refieren al aclamado economista clásico como “Adán Smith”.
La mano invisible es una metáfora que quiere expresar la
supuesta capacidad autorreguladora del libre mercado. El an-
tropólogo anarquista David Graeber advierte que para Smith:
«Dios, o la Divina Providencia había dispuesto las cosas de
tal manera que nuestra persecución del propio interés, en un
mercado sin restricciones, sería sin embargo guiada “como por
una mano invisible” para promover el bienestar general. La
famosa mano invisible de Smith era, como reconoce en su Teoría
de los sentimientos morales, el agente de la Divina Providencia.
Era, literalmente, la mano de Dios». Luego la mano invisible
fue presentada como una cuestión más ligada a esa supuesta
esencia humana a partir de la cual los intereses particulares
movilizarían el interés general, intentando quitar el aspecto
religioso tal como se hizo en disciplinas científicas.
Este no es el momento para debatir sobre los encuentros y
desencuentros de la religión y la ciencia —en este caso la cien-
cia económica—, pero sí es oportuno poner en debate, criticar
y atacar un concepto dominante tan importante y que pasa
desapercibido como es el propio interés, patología que padecen
los burgueses e intentan inocular a toda la población, con el
argumento de que el hombre “es así por naturaleza”, y no por
las condiciones sociales y materiales en las que vive.
Continuando en la línea histórica de la burguesía, en el
anuncio del Programa ProEmplear y de las modificaciones en
el CEDIN, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo:
«voy a repetir lo que me dice siempre el Dr. Kicillof, que me
recuerda que Adam Smith decía que el panadero no está para
hacer beneficencia, el carnicero tampoco, el carpintero tampoco,
están todos para ganar plata. Así que, por favor, terminen con
118 | Boletín La Oveja Negra

esas locuras del socialismo y todas esas cosas. Y tienen razón,


todos quieren ganar plata, así que bueno, vamos a hacerlos
ganar plata, pero por favor hagamos las cosas bien». Smith se
refería a esto de la siguiente manera: «No es de la benevolencia
del carnicero, del cervecero o del panadero de lo que esperamos
nuestra cena, sino de su preocupación por su propio interés. No
nos dirigimos a su humanidad sino a su amor por sí mismos, y
no les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas».
Es así que en el mismo discurso la presidenta machaca con
el viejo mito de que si les va bien a los ricos nos va bien a
todos, apelando a las ventajas de los empresarios para que
de esta forma, supuestamente, nos vaya bien a todos los que
pisamos el suelo del Estado argentino: «digo que también hay
que invertir y seguir apostando al país. No solamente a los
usuarios y consumidores, a los argentinos, sino también a los
empresarios, sobre todo, que piensen un poco en todo lo bien
que les fue en esta década».
Esta mentira que cristalizó Adam Smith y repiten todos
los burgueses, esta mentira que la ideología dominante hace
pasar por verdadera es la misma lógica que impregna nuestra
forma de pensar, de hacer y de ser el mundo. Los defensores
del Capital argumentan que muchas veces esta cuestión del
propio interés es interpretada de forma imprecisa, como que
simplemente el egoísmo llevaría al bienestar general; y avisan
que pasajes de la obra de Smith dejan en claro que en un sistema
económico el interés personal no es la única motivación, ya que
si así fuera, toda negociación resultaría imposible. Agregan que
el ser humano es capaz de comprender el interés personal del
prójimo para llegar a un intercambio mutuamente beneficioso.
Nosotros podemos decir que de todos modos se sigue apelando
a un individualismo asqueroso donde los demás humanos se
nos presentan como contrincantes con los cuales solo queda
intercambiar, trocar, comprar y vender. Donde los “intereses”
Selección de textos | 119

jamás se presentan como comunes sino como individuales,


aunque son en verdad los intereses del Capital. La mano in-
visible y el propio interés no son más que las justificaciones
burguesas de sus propios intereses en tanto representantes de
los intereses del Capital.
Es la misma ideología que nos dice que todo y todos tenemos
un precio, entonces nos quejamos por la desigualdad de precios,
¡y no por tener un precio! Es la misma lógica que identifica al
planeta con los “recursos naturales”; y así como los sindicalistas
negocian nuestro precio, los políticos y ecologistas no ponen
en duda que ríos, suelos o montañas tengan precio sino que se
preocupan por cómo administrarlos, cómo explotarlos mejor.
No es nuestro deber gestionar mejor o peor el proyecto del
Capital, hecho a medida de la ganancia. Tampoco se trata aquí
de teorías políticas, económicas o de un debate intelectual que
deba librarse en los parlamentos o en las asambleas. Se trata de
dos proyectos antagónicos: el proyecto del Capital y el comu-
nismo anárquico. Y hoy por hoy este último no puede ser una
realización plena o parcial en pequeños rincones geográficos o
de nuestra mente, es necesario que sea la oposición generalizada
al proyecto capitalista que intenta ser total.
La competencia y la separación son el motor de la burguesía,
pero para nosotros son la agonía y la muerte. Debemos despo-
jarnos de esas concepciones de la vida que nos quieren inculcar
como si fuesen naturales. Desaprender la cultura burguesa es
parte fundamental de nuestra lucha como clase. Entrever que
podemos trascender el egoísmo y extendernos con los demás
en la complicidad y no en la competencia es fundamental. Tam-
bién lo es pensar a partir del deseo y las necesidades comunes.
120 | Boletín La Oveja Negra

MEMORIA: A 150 AÑOS DE LA


PRIMERA INTERNACIONAL
A mediados del siglo XIX Europa era un hervidero. Un caldo
de cultivo de revolucionarios y de ideas revolucionarias que
fundaban grupos y periódicos, que batallaban en insurrecciones
urbanas y que esbozaban la perspectiva del internacionalismo
proletario. Este internacionalismo no era un simple capricho
filosófico o un corolario natural del razonamiento humanista,
era una realidad material que se iba asumiendo en la acción
común, contraponiéndose a los diversos escollos existentes en
aquella época.
Por un lado existía el problema del idioma, cuya dificultad
principal residía en la relativa incapacidad que tenían los pro-
letarios para traducir y difundir las posiciones revolucionarias
de sus compañeros allende el mar o tras el simple arbitrio de la
frontera. No podemos ser ajenos a las increíbles complicaciones
que debían padecer los hijos del pueblo, que en muchos casos
solo superaban el analfabetismo ya adultos y que aun ante estas
titánicas tareas de traducción no se acobardaban y entregaban
su intelecto para bien de la clase toda.
A la vez, toda noticia y comentario sobre la realidad de otra
región tenía un carácter distinto al que podemos percibir en
la actualidad. La demora y las agudas diferencias regionales
dificultaban la comprensión de fenómenos vertiginosos como
huelgas o luchas urbanas, que además solo eran relatados por la
prensa burguesa, la única en su época. Afortunadamente los pro-
letarios (y en muchos casos sin tanta fortuna, ante el padecer del
exilio) trascendían las fronteras y confraternizaban más allá del
idioma, vinculados tanto por su padecer como explotados como
por su perspectiva como revolucionarios. Su rumbo, no obstante,
era el de fortalecer esos lazos internacionales y conformar un
proyecto unificado de perspectiva de revolución mundial.
Selección de textos | 121

En los años de las revoluciones de 1848/49 y en los poste-


riores esto se vio con claridad. Iniciativas como la Liga de los
Comunistas intentaron cristalizar los esfuerzos internacionales
de una centena de compañeros en Alemania, Bélgica, Holanda,
Francia, Suiza e Inglaterra, entre otros. La antecesora de esta
liga fue una organización llamada Liga de los Justos, que recibió
inspiración de revolucionarios como Louis Auguste Blanqui,
Pierre Joseph Proudhon y Flora Tristán, compañera que en su
propuesta La unión obrera de 1840 pronunció por primera vez
la histórica consigna «¡Proletarios del mundo, uníos!».
La Liga de los comunistas publicará en 1847, con redacción
de Marx y Engels, el famoso Manifiesto del Partido Comunis-
ta, documento que trascendería la propia organización y se
convertiría en una referencia para los luchadores de todo el
mundo. Años más tarde, y tras algunas derrotas y desavenien-
cias, la perspectiva de formar una fuerza proletaria volvería
a darse en Inglaterra, principal destino de exiliados de la
Europa continental.
Es así que en septiembre de 1864, luego de dos años de
discusiones, se formaría la Asociación Internacional de los
Trabajadores, más conocida como Primera Internacional. Im-
pulsada en sus comienzos por militantes tradeunionistas y
cartistas ingleses, tomaría un carácter más combativo al ingresar
en ella militantes partidarios e identificados con las posiciones
de pensadores como Proudhon, Marx, Bakunin y Blanqui.
En 1866 realizará su primer congreso en el cual expon-
drá y definirá sus premisas de desaparición de la condición
salariada, abolición de la sociedad de clases, de la propie-
dad privada y de los ejércitos. Aunque fue un esfuerzo sin
precedentes, la Internacional se mantuvo relativamente des-
conocida (sobre todo fuera de Europa) y recién pudo contar
con una afiliación de millones luego de los sucesos de la
Comuna de París en 1871.
122 | Boletín La Oveja Negra

Ya para ese entonces las tensiones internas dentro de la In-


ternacional dificultaban su funcionamiento y generaban una
situación de inestabilidad que iba a tener que ser resuelta. Son
popularmente conocidas las diferencias entre los dos principa-
les referentes proletarios de aquel entonces, Marx y Bakunin.
Éstos polemizaban en torno a la función de la Internacional:
si como polo unitario y dirección del movimiento proletario
(Marx), o como nexo, difusor y coordinador de luchas regio-
nales con carácter autónomo (Bakunin).
Estas discusiones no fueron por buen rumbo, ya que las
debilidades formalistas de muchos de sus miembros (poner
la Organización por sobre las tareas revolucionarias), sumado
a las desviaciones politicistas y estatistas de Marx y muchos
otros en el seno de la Internacional, así como las federalis-
tas y antiautoritarias de Bakunin y otros tantos, hicieron
estériles los debates sobre la organización internacional del
proletariado.
Recordemos también que otras tendencias menos conocidas
formaban parte de la Internacional. El tradeunionismo británico
(precursor del sindicalismo moderno), el movimiento coopera-
tivista, los partidarios republicanos del politiquero Mazzini en
Italia y muchas otras tendencias prefiguraban los aspectos más
reformistas y débiles de la rebeldía proletaria.
En este marco, sumado a la expulsión de los partidarios de
Bakunin de la Internacional en el V Congreso en 1872, se fue
consumando lo que sería uno de los primeros grandes golpes al
proletariado. En base a sucesivas bifurcaciones, el Marxismo y el
Anarquismo continuaron desarrollándose en tanto que sagradas
familias ideológicas, dificultando aún más la vieja perspectiva
de un programa y una organización mundial, necesarios para
destruir el reinado del Capital e imponer el comunismo anár-
quico. Finalmente en el VI Congreso en Filadelfia en 1876 se
resolvería disolver la AIT.
Selección de textos | 123

Medio siglo después, en 1922, algunos sindicatos y federa-


ciones de distintos países fundarían una organización cuyo
nombre en español es igual al de la Primera Internacional, y
que se considera continuadora de ésta. Lamentablemente, más
allá del nombre es difícil reconocer una verdadera continuidad,
ya que esta organización se sostiene en preceptos ideológicos
(anarcosindicalismo o sindicalismo revolucionario) y no en
base a una verdadera práctica y teoría revolucionaria e in-
ternacionalista. Además, su internacionalismo solo es tal en
tanto que suma de nacionalismos particulares, es decir, falso
internacionalismo.
Como parte de la otra gran familia de desviaciones, las
subsecuentes Segunda, Tercera y Cuarta Internacional de la
socialdemocracia dirigirían una contrarrevolución a nivel mun-
dial que aún hoy pesa sobre nuestras cabezas y que falsificaría
el espíritu internacionalista que estimuló la materialización de
la AIT, defendiendo, entre otras cosas, la separación de las rei-
vindicaciones en programa de mínima y máxima, el socialismo
en un solo país y el programa de transición.
124 | Boletín La Oveja Negra

REFLEXIONES DESDE EL BARRIO

Nro. 21 (Octubre 2014)

Es de público conocimiento que la Biblioteca Alberto Ghiraldo


no posee local propio y que se sustenta con el aporte volunta-
rio de las personas interesadas en que este proyecto exista, no
recibiendo dinero del Estado, ONGs o cualquier empresa. Por
estos motivos, la biblio no se asienta en un espacio fijo y ha ido
moviéndose por diversas casas y locales de la ciudad de Rosario:
Callao 314 allá por la década del 80, y más adelante Paraguay
2212 y Sarmiento 1418 hasta llegar donde nos encontramos hoy.
Nuestra intención no ha sido asentarnos en un barrio en
particular para quienes habitan una zona en particular. Nuestra
intención es acercarnos, conocernos, debatir y coincidir con
quienes se interesan por la crítica social, la reflexión subversiva
y, por sobre todo, con quienes quieren luchar por el comunismo
y la anarquía, contra el Estado y el Capital.
En este trayecto una “recomendación” o crítica se repitió,
más que otras, en forma de pregunta: «¿Por qué no están en
un barrio?» o en modo imperativo «Ustedes tendrían que estar
en un barrio». Siempre nos ha sorprendido esta mitificación
que tiene el amplio sector de izquierda por “el barrio”, lugar
abstracto que pareciera ser todo lo que no es el centro y donde
las propuestas serían mejor recibidas. Nosotros comentamos
que este proyecto no tiene una intención geográfica, y que allí
donde haya explotados y oprimidos puede haber lucha y re-
volución. Pero curiosamente, esto podíamos responderlo a los
críticos cuando estábamos en el centro de la ciudad, porque
ahora que nos fuimos más hacia el oeste pareciera que esta-
mos demasiado lejos para escuchar sus palabras. Nos tiene sin
cuidado. Quienes no poseemos casa y debemos alquilar, no
tenemos aprecio particular por ninguna zona de la ciudad,
Selección de textos | 125

no tenemos un barrio al cual pertenecer. Con respecto a la


biblioteca, cuando estuvimos en el centro encontramos que le
quedaba cerca a más gente porque los dejaban más colectivos
o porque en algún momento de la semana hay que ir al centro
a hacer algo, pero no fuimos allí por eso, encontramos esa ca-
racterística estando allí.
Hoy nos encontramos en lo que populistas y melancólicos
pueden llamar “un barrio”, pero no cambiamos los libros de
reflexión subversiva o de memoria histórica del proletariado
por manuales escolares con la historia oficial, como nos re-
comendaban muchos de los que nos mandaban a un barrio.
Estamos en Carriego y Marcos Paz, a poquitas cuadras de
donde una turba de ciudadanos asesinó a David Moreira en
marzo de este año, porque supuestamente había querido robar
una cartera. Estando en lo cierto o no respecto al robo, pensaron
que un objeto vale mucho más que una vida, y por eso entre
decenas lincharon y mataron a David, lo filmaron, se rieron, se
enorgullecieron de ello y siguieron defendiendo su accionar,
por Facebook, en la radio, en los comentarios del almacén del
barrio, en el laburo, en la parada del bondi.
Hoy los vecinos del barrio se auto organizan en asamblea,
muchos de ellos se reúnen en uno de esos “clubes de barrio”
que supuestamente hay que recuperar, publican que «no basta
con indignarse, hay que comprometerse», dicen que «la única
lucha que se pierde es la que se abandona», si hasta han reafir-
mado que «si el voto cambiara algo estaría prohibido». Salen a
la calle a protestar, sus carteles dicen «libertad para los chicos».
“Los chicos” son dos acusados de homicidio en el linchamiento.
Se sabe porque los supuestos justicieros subieron sus propios
videos y sus propias noticias a la web haciendo caso de aquella
premisa de la contrainformación: «cada persona un corres-
ponsal». Como vemos, lo que determina la lucha no son las
formas (asamblea, protesta, auto organización, etc.) sino su
126 | Boletín La Oveja Negra

contenido. Son los mismos que piensan como Susana Giménez,


la vocera del lema «el que mata tiene que morir», pero esta vez
no aceptan que los que matan siquiera vayan presos. Como
vemos, ellos lo tienen claro, o no: la cuestión no es matar sino
quién mata y a quien.
A los afines, los cercanos, los que compartimos algún pro-
yecto, les comentamos que de estas pequeñas cotidianidades
podemos sacar algunas otras conclusiones: que el barrio, como
la ciudad, el país o el continente en que vivimos —porque
nos toca habitar— tiene características que nos emocionan,
nos agradan, pero puede que éstas se encuentren también al
otro lado de la avenida o de las fronteras. Los gestos que nos
unen no son privativos de un barrio, sino que están en mu-
chas partes donde hay personas solidarias, con buen humor
y ganas de compartir. Y por otra parte, queremos decir que la
cárcel no sirve para nada bueno, que así como los reacciona-
rios dicen que la cárcel no frena los robos, nosotros decimos
que la cárcel no va a parar los linchamientos ni los ataques
cobardes de ciudadanos represores. Y lo que es peor, cuando
se endurecen las leyes y se abren las puertas de las cárceles,
se sientan precedentes para que entren siempre los mismos,
porque como dice la canción «el rico nunca entra y el pobre
nunca sale».
Nos pueden decir que lo queremos todo y que mientras
tanto hay otras cosas por cambiar, es cierto, y es cierto que
los resultados no pueden verse en lo inmediato, nosotros no
pretendemos eso. Sin embargo, los que sí quieren resultados
inmediatos y luchan por ello, postergando siempre para ma-
ñana la necesidad de ir a la raíz de los problemas, tampoco ven
cambios inmediatos, y siempre acaban corriendo de un proble-
ma a otro, tapando agujeros. Esta sociedad, cuando se mueve
dentro de los parámetros dominantes refuerza los males que
busca resolver, desplazándolos de un lugar a otro.
Selección de textos | 127

Las grandes luchas pueden empezar por pequeñas, de


alguna manera hay que empezar, pero el objetivo debe ser
mayor, y como mínimo debe ser no hacerle el juego al Estado
y la burguesía.

LA CONQUISTA DE AMÉRICA Y EL
DESARROLLO DEL MERCADO MUNDIAL
Este 12 de octubre se cumplen 522 años del día en el que Don
Cristóbal Colón y los suyos avistaron el continente que luego
sería denominado América. Dedicarle un artículo, rememorar
este acontecimiento no implica de ningún modo la intención
de reivindicar la “diversidad cultural” o el tan aclamado la-
tinoamericanismo por izquierdistas de todos los colores, que
oponen países del norte a países del sur, pueblos originarios
a europeos, y que de este modo ocultan el verdadero antago-
nismo entre proletariado y Capital que se da a lo largo y a lo
ancho del planeta. Por el contrario, si nos detenemos en esta
fecha, es porque creemos necesario volver sobre nuestra historia
como herederos de todas las clases explotadas del pasado, para
combatir las falsificaciones que han hecho de ellas los ideólogos
del capitalismo y reforzar la lucha contra la realidad que hoy
nos oprime.
El 12 de octubre no representa el “encuentro de dos mundos”:
ese fue el día en que comenzó una de las más atroces guerras.
En términos generales se produjo en América una destrucción
poblacional de un 90 por ciento, es decir, la pérdida de aproxi-
madamente 70 millones de seres humanos (y esto sin contar los
esclavos extirpados de África). Todo tipo de comparación entre
atrocidades puede ser una atrocidad, pero dada la propaganda
que se le da a algunas y el ocultamiento sistemático que se man-
tiene en torno a otras, no podemos dejar de señalar que ninguna
128 | Boletín La Oveja Negra

de las grandes matanzas del siglo XX puede compararse con la


hecatombe desencadenada en suelo americano a partir de 1492.
Tampoco es cierto que el mal llamado “descubrimiento” (el
hombre de hecho llegó a este continente hace, por lo menos,
15 mil años) haya sido un acontecimiento casual. Fue más bien
la culminación de un proceso acumulativo de experiencias de
exploración y conquista y de perfeccionamientos tecnológicos
que se dieron en los años previos a la colonización en algunos
países de Europa, especialmente en Portugal y España. En el
siglo XV las experiencias de Portugal en la exploración atlántica
hacia el sur respondieron a las necesidades tanto de la nobleza
debilitada como a las de los mercaderes por extender las rutas
comerciales. Luego de varias expediciones infructuosas, recién a
mediados de siglo se beneficiaron de tierras con recursos como
marfil, pimienta y oro, pero sobre todo del tráfico de esclavos
negros. Esto llevó a nuevas inversiones en innovaciones y téc-
nicas de navegación, que los españoles aprovecharon para sus
propias expediciones hacia oriente.
En esos momentos, las distintas regiones europeas comen-
zaban ya a especializarse en la producción para el comercio a
larga distancia, los mercaderes se constituían en la figura clave
del período en que la producción para el intercambio comenza-
ba a generalizarse, cada vez más desligada de las necesidades
directas. Florecían ciudades puertos como Brujas, Amberes y
Amsterdam, a la vez que se introducían múltiples innovacio-
nes en los diversos tipos de financiación, tales como letras de
cambio, créditos, etc.
Fue en este escenario de acumulación primitiva u originaria
del Capital, que se desplegó en todo el mundo conocido en el
este del globo, que Colón concretó su expedición con el objetivo
de llegar a China por el camino occidental “directo”.
Tal como advierte Marx, «el descubrimiento de los yaci-
mientos de oro y plata en América, la cruzada de exterminio,
Selección de textos | 129

esclavización y sepultamiento en las minas de la población


aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias
Orientales, la conversión del continente africano en cazadero
de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores
de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos re-
presentan otros tantos factores fundamentales en el movimiento
de la acumulación originaria». (El Capital).
Pero las necesidades del mercado mundial de expandirse no
solo empujaron a la colonización y búsqueda de nuevos terri-
torios para explotar. En Europa se implementó, por distintos
medios, la privatización de la tierra, expulsión de inquilinos,
aumento de las rentas e incremento de los impuestos por par-
te del Estado, lo que produjo el endeudamiento y la venta de
tierras que se fueron acumulando en pocas manos. Los precios
de los alimentos, que durante dos siglos habían permanecido
estancados, comenzaron a aumentar. A este fenómeno “infla-
cionario” se le llamó «La Revolución de los Precios», debido a
sus devastadoras consecuencias sociales, y fue atribuido a la
llegada del oro y la plata de América.
A su vez, es revelador saber que la mayor parte del oro acabó
en templos en la India, y la mayoría de la plata fue enviada a
China. De hecho, Europa había exportado oro y plata a orien-
te desde tiempos de Roma. Los primeros años de expansión
europea fueron en gran medida producto de la necesidad de
nuevas fuentes de oro y plata con qué pagar los lujos orientales.
Fue durante esta temprana época que Cristóbal Colón arribó
a América y los imperios español y portugués se hicieron de
vastas fuentes de metales preciosos, que se explotaron de ma-
nera sistemática y despiadada. Nada de todo esto habría sido
posible de no ser por la demanda asiática de metales preciosos,
prácticamente ilimitada.
Todo este proceso acelerado de acumulación, intercambio
mercantil y trastocamiento profundo de la forma de vida y
130 | Boletín La Oveja Negra

las relaciones de producción hubiera sido imposible sin una


violencia mortal y despiadada. Y no solo en ultramar, sino
también en gran parte de Europa, donde la primera reacción
a esta revolución de los precios y a los subsiguientes cercados
de campos comunitarios no fue muy diferente de la que se ha-
bía dado poco tiempo atrás en China: miles de ex campesinos
forzados a huir de sus aldeas para convertirse en vagabundos
protagonizaron intensas y repetidas insurrecciones populares.
Las resistencias y luchas contra la barbarie de la civilización
capitalista también estallaron y cubrieron el continente ameri-
cano, sucediéndose, desde los quilombos de negros —oasis de
libertad de fugitivos tierra adentro— a los mapuches haciéndole
tragar oro líquido a Valdivia por su sanguinaria ambición; de la
revuelta de las mujeres guaraníes en 1539 al grito de «matemos
a nuestros maridos», refiriéndose a los conquistadores, al dra-
mático cuadro de los Tainos y Arawakos en el Caribe, matando
a sus propios hijos y haciendo del suicidio un acto de resistencia
para no perder la vida trabajando para otro, para no entregarla
a la ambición y la avaricia.
La historia del Capital y de las luchas contra su surgimiento
y desarrollo nos demuestra su carácter mundial y destructivo
desde sus inicios. Lejos está de ser un desarrollo natural de la
especie; este sistema solo pudo llegar a ser lo que es hoy gracias
a la aniquilación y utilización de todas las diversas formas de
vida y de vinculación con el mundo y entre humanos que exis-
tían en la Tierra, y que se le opusieron como pudieron.
Otra vez, hacer memoria nos recuerda que «el Capital viene
al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde
los pies a la cabeza».
Selección de textos | 131

¿HASTA CUÁNDO VAMOS A AGUANTAR?


¡BASTA DE ASESINATOS!
Nro. 22 (Noviembre 2014)

Luciano Arruga

El cuerpo de Luciano Arruga apareció sin vida el día de la


lealtad peronista, el 17 de octubre del año 2014 de esta “década
ganada”, tres días después de que aumentaran a un millón de
pesos la recompensa por datos sobre su paradero. Es uno de los
más de 4200 asesinados por las instituciones democráticas y uno
de los más de 200 que se encuentran desaparecidos, aunque la
presidenta afirme que «hoy afortunadamente nadie desapare-
ce de ningún lado, estamos vivitos y coleando», tal como dijo
el año pasado en La Plata, en la inauguración de la biblioteca
«Madres de Plaza de Mayo» del Colegio Nacional.
Estaba desaparecido desde el 31 de enero del año 2009,
cuando tenía 16 años. Fuentes judiciales determinaron que
habría muerto atropellado por un vehículo el mismo día de
su desaparición, y enterrado como NN en el cementerio de la
Chacarita. Pero esa no se la cree nadie … ¿Por qué? Porque a
Luciano la policía lo tenía marcado desde antes. Fue detenido
en septiembre del 2008 y llevado al destacamento de Lomas
del Mirador, en donde, como no es comisaría ni cárcel, lo
retuvieron en la cocina. Su hermana Vanesa lo escuchó: «Me
están cagando a palos», y escuchó también la amenaza de las
fuerzas del orden: «Negro de mierda, te van a violar en la 8ª
y vas a aparecer en un zanjón».
Luciano les había contado a su mamá y a su hermana que
la policía le había ofrecido “trabajar” para ellos. Con 16 años y
sin antecedentes era un buen candidato para el puesto que le
ofrecían los responsables de la seguridad: era joven y fácil de
132 | Boletín La Oveja Negra

sacar de la cárcel. Al no aceptar, comenzaron a hostigarlo y a


detenerlo sin razón aparente. Decirle que no a la mafia policial
tuvo su costo.
Según testigos, Luciano Arruga fue visto por última vez
moribundo en el piso del destacamento de Lomas del Mira-
dor, una comisaría que en la última dictadura cívico–militar
funcionó como Centro Clandestino de Detención. Para agregar
más datos a la continuidad burguesa de dictadura–democracia,
comentamos que en el año 2007 fue reinaugurado como una
dependencia de la Comisaría novena de esa localidad, al calor
de los reclamos de la agrupación Vecinos Alerta por Lomas del
Mirador. Vanesa lo explica contundente y sintéticamente: «el
grupo de vecinos pedía más policías y era la misma policía
la que sembraba el terror en el barrio».

Franco Casco

En la ciudad de Rosario, Franco Casco, de 20 años, estaba des-


aparecido desde el 6 de octubre. Había estado detenido en la
Comisaría Séptima, pero desde allí aseguraban haberlo liberado
por falta de antecedentes. Sus familiares y amigos, naturalmente,
sospechaban de la policía.
Franco era de Florencio Varela y había venido de visita a
Rosario. El mismo día de su desaparición había decidido to-
marse un tren con destino a Retiro para volver a su casa, pero
tal como lo expresó su madre Elsa, Franco nunca llegó. Dos
días después su padre viajó a Rosario, y tras no obtener noticias
ni en la estación de trenes ni en la de ómnibus se dirigió a la
Comisaría Séptima, en donde le informaron que dos noches
atrás Franco había sido detenido por resistencia a la autoridad,
pero que, ante la falta de antecedentes, había sido liberado. A
la semana siguiente, cuando Elsa decidió viajar en busca de
respuestas, obtuvo una versión completamente diferente de
Selección de textos | 133

la narrada a su marido por parte del personal de la Comisaría:


ahora Franco había pasado por allí “para luego ser puesto en
libertad” el 7 de octubre. En la fiscalía vio dos fotos de su hijo
con el rostro golpeado y una firma en el libro de guardia que
no coincidía con la de su hijo.
El día jueves 30 de octubre, durante la redacción de este nú-
mero del boletín, y en plena movilización por su desaparición,
apareció un cuerpo sin identificar en el río Paraná a la altura
del parque España, luego de una denuncia telefónica. Horas
más tarde, sus familiares reconocerían el cuerpo de Franco. Para
suerte del gobierno socialista provincial, su policía encontró
el cadáver en menos de un mes, por lo que ahora no tendrán
que cargar con el peso de otro desaparecido en democracia.
Compartimos un fragmento del volante repartido en la con-
centración a la que convocamos el día viernes 31 de octubre
tras enterarnos de la noticia:
«¿Cuántos más tienen que morir? ¿Cuánta policía más hace
falta en la calle? ¿Cuántos abusos tendremos que soportar?
Digamos basta, pero entre todos, juntos, sin caer a pedirle nada
al Estado que es el mismo que nos asesina. Del Estado, de los
partidos y la policía no esperamos nada, más que muerte y
explotación. Todos los explotados juntos tenemos que luchar
y crear lazos humanos y solidarios para defendernos de los
ataques de estas lacras. Todos juntos podemos vencerles. Para
que ningún hermano, hijo, amigo, vecino, caiga de nuevo por
las torturas y las balas de las fuerzas del Estado, llámese policía,
policía comunitaria o Gendarmería. Ellos nos quieren muertos:
de hambre, de trabajo, por sus golpes. ¡Basta!»
134 | Boletín La Oveja Negra

MASACRE EN GUERRERO

El 27 de septiembre en Iguala (Guerrero, México), en un corte


de ruta en Ayotzinapa, 43 estudiantes normalistas fueron des-
aparecidos tras ser interceptados por la policía y un grupo de
sicarios de los narcos locales (Guerreros Unidos). La búsqueda
de los estudiantes desató aún más el escándalo: se empezaron
a encontrar cuerpos de otros desaparecidos.
En un llamado inmediato a salir a la calle podía leerse: «Si
la ejecución de los compañeros normalistas fue llevada a cabo
por supuestos comandos del narcotráfico o no, nos parece irre-
levante, ya que esto no es más que una estrategia del Estado
para desligarse de esta operación planeada y ejecutada desde
sus distintos órganos políticos y policíacos. Esto revela, por
si aún quedan ingenuos, el claro nexo entre esta burguesía
ilegal (narcotráfico) y el aparato de dominación de capital: el
Estado».9 Desde aquí podemos afirmar que las realidades no
son tan distintas, tal como por esta región cuando atacan las
patotas sindicales y politiqueras, deslindándose al Estado de su
responsabilidad. No faltará mucho para tener nuestros sicarios
locales atacando la protesta proletaria.
Desde otra parte del mundo se pronunciaban otros com-
pañeros:10 «Los medios de desinformación españoles apenas
han tratado la noticia y los que lo han hecho han lanzado el
mensaje de que todo fue “cosa de narcos”, pero la realidad
es bien distinta». Nuevamente hay “coincidencias”, esta vez

9 Ni los muertos estarán a salvo… Pronunciamiento ante la masacre


del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero. Origen desconocido.
Puede buscarse más información y pronunciamientos militantes
sobre los acontecimientos en los sitios web mexicanos: www.anta-
gonismo.net y www.proyectoferrer.wordpress.com
10 Solidaridad con los compañeros de México. Revista Racaille, octubre
de 2014, Asturias, España. www.revistaracaille.wordpress.com
Selección de textos | 135

en cuanto a los medios masivos de (in)comunicación, sea acá


o en España.
El panfleto continúa: «El asesinato de los compañeros no
ha sido un asunto aislado, forma parte de la represión que el
Estado Mexicano viene ejerciendo sistemáticamente contra
todos los que se alzan contra el capitalismo, ya sea mediante
la policía estatal o mediante fuerzas paramilitares. Este suceso
ha desatado una reacción que ha sacado a miles de personas a
la calle en todo México, mientras la lucha en el estado de Gue-
rrero se agudiza. Desde aquí llamamos a solidarizarnos de la
forma que sea posible con los compañeros, ya que la lucha que
llevan a cabo es nuestra lucha, la lucha contra un mismo enemi-
go, el mismo en México, en España, en Turquía, en Brasil o en
cualquier parte del planeta. Un mismo enemigo que nos roba
la vida y no duda en reprimir duramente si se da la necesidad,
como en el caso de Ayotzinapa, los 14 muertos en Turquía a
manos de la policía esta misma semana, la represión brutal en
Brasil a manos de otro partido izquierdista, el Partido de los
Trabajadores de Lula y Dilma, o las leyes que están imponiendo
en España ante lo que se ve venir. No es hora de victimismos
ni llantos, debemos comenzar a organizarnos seriamente ante
la represión que viene, que sin duda se agudizará en todas
partes, al igual que la lucha. La lucha en esas zonas es nuestra
lucha, y sus muertos los nuestros. En todas partes el enemigo
es el mismo: el sistema capitalista».
En medio de organización, movilizaciones y reclamos,
el miércoles 22 de octubre un grupo de manifestantes ra-
biosos quemaron el ayuntamiento de Iguala. Al término
de la marcha, en Galerías Tamarindos fueron saqueados y
destrozados comercios propiedad del ex alcalde de Iguala,
José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda
Villa. Abarca cuenta con 31 casas y departamentos, además
de 9 empresas y 13 joyerías solo en Guerrero. Es dueño de la
136 | Boletín La Oveja Negra

Universidad Benemérito de las Américas y en el DF cuenta


con 10 propiedades más entre su vasta fortuna. Tras ser acu-
sado como responsable de la masacre, se encontró prófugo
hasta que el día 23 de octubre fue apresado e imputado por
haber ordenado el ataque contra los normalistas y por sus
presuntos vínculos con el cartel Guerreros Unidos, que di-
rigen hermanos de su esposa.
En el artículo ¿Hacia dónde dirigimos nuestra mirada cuando
buscamos justicia? de Regeneración Radio (México), donde se
explica la continuidad histórica del exterminio en Guerrero,
expresan: «Las atrocidades de estos hechos no han desta-
pado nada nuevo, nos recordó abruptamente la realidad en
la que estamos sumergidos: asesinatos, fosas clandestinas,
desollados, desapariciones; sin embargo, los hechos también
dan pie a la memoria y al análisis, en este caso posibilitan
un ejercicio para crear continuidades en la política asesina
del Estado, particularmente en Guerrero, así como aportar
elementos que nos permitan entender las reconfiguraciones
del crimen organizado y su impacto en el movimiento social.
Parecieran dos temas separados, sin embargo, el crimen
organizado no está apartado de la clase política, es funda-
mental para la reproducción del andamiaje que se encuentra
detrás del caos y violencia actual». Y finalizan el artículo:
«Buscar justicia con ellos, los de arriba, es permitir que en un
futuro estemos luchando a raíz de nuevas masacres e injus-
ticia. Es permitir que el de arriba se ría de nosotros, que los
medios manipulen los hechos para poner en el podium a sus
héroes dejándonos con nuestro dolor. Y bajo estas líneas es
fundamental que nos preguntemos: ¿hacia dónde dirigimos
nuestra mirada cuando buscamos justicia?». El viernes 7 de
noviembre por la tarde el Estado oficialmente reconoció que
los estudiantes fueron ejecutados. Tres miembros de Gue-
rreros Unidos confesaron el crimen pero aún los restos de
Selección de textos | 137

los estudiantes no se hallaron. El estado mexicano se quiere


despegar del hecho, es obvio.
Organizándose, encontrándose en la lucha, confrontando al
Estado y al Capital continúan muchos proletarios en la región
mexicana; pese a los sicarios, a las fuerzas estatales, y al coro de
reformistas represores que quieren que todo siga igual.
138 | Boletín La Oveja Negra

UN AÑO MÁS EN EL REINO DEL CAPITAL

Nro. 23 (Diciembre 2014)

Es difícil, bajo la insoportable maraña de versiones y contra-


versiones que nos llegan desde los medios y los organismos
estatales, sacar alguna conclusión sobre la verdadera ac-
tualidad del devenir económico. No obstante, es notable el
decrecimiento de la capacidad de compra de los salarios que
recibimos los proletarios.
Esta situación desfavorable, al menos, generó una pequeña
brecha de luchas en el mar de paz social y civismo en el que
se encontraba la región durante estos últimos años, luego de
que el 2001 finalmente quedara en el olvido o fuera recuperado
exitosamente por la burguesía.
Los últimos conflictos obreros que se dieron principalmente
en el cordón industrial del norte de Gran Buenos Aires nos
mostraron a toda una serie de personajes que aprovecharon
para presentar sus discursos en radio y televisión. Burócratas
sindicales, trotskistas en sus 15 minutos de fama y funcionarios
kirchneristas, cada uno con su cuentito acerca de qué es lo que
está sucediendo con la producción industrial. Los conflictos y
las reivindicaciones quedaron, obviamente, en segundo plano,
y el aislamiento y la propaganda burguesas, sumadas a la fuerte
represión, hicieron estragos en la lucha proletaria.

Las variantes de la explotación burguesa

La triste realidad es que hace siglos que, con algunas heroicas


excepciones, venimos peleando por migajas, por aumentos
de sueldo que ni siquiera cubren la inflación y por mantener
las fuentes de trabajo ante los vaivenes de la economía. Como
puntapié deberíamos luchar por nuestra fuerza de trabajo, y
140 | Boletín La Oveja Negra

no por “nuestras” fuentes de trabajo; las fuentes de trabajo


que las defiendan los patrones y los inversionistas. Para que no
nos revienten el cuerpo trabajando, para que no nos atrofien la
cabeza. Luchar para mantenernos sanos, física y mentalmente.
Luchar para mantenernos organizados y listos para responder
ante cada ataque de los burgueses. ¿Qué ganamos defendiendo
la empresa en que nos toca trabajar?
Además de eso, deberíamos empezar a plantearnos verdade-
ramente la cuestión de qué y cómo producimos los materiales
que requerimos para satisfacción de nuestras necesidades
humanas. Nos encontramos a merced de una clase que cada
vez produce cosas más defectuosas, que se rompen más rá-
pido y que ni siquiera son efectivas en lo que se supone que
deberían hacer.
Esto, en parte, se suele combatir de una manera ciudadana
extremadamente parcial, en los casos en los que se percibe
“sobreprecio”, sea en las facturas de telefonía celular o servi-
cios similares, pero la realidad es que sucede en todas y cada
una de las cosas que consumimos para vivir. En mercados
con pocos competidores es mucho más simple para la bur-
guesía aumentar la tasa de ganancia subiendo el precio de los
productos (formalizando o no arreglos con sus competidores
de manera “ilegal”, según las leyes antimonopolio) antes
que disminuyendo los salarios. Así mismo, es bastante más
conveniente reemplazar ciertos insumos, diluir (o la vieja y
conocida adulteración), engañar o confundir a personas que
comprarán el producto y que los separan dos o tres interme-
diarios de su punto de producción; que intentar aumentar las
horas de trabajo de sus empleados, con los cuales existe un
nexo relativamente directo y cuya perspectiva de solidaridad
anti patronal es, dado su vínculo material, mucho mayor que
el de unos “consumidores” anónimos. En la actualidad, la
burguesía solo recurre a la confrontación directa con los tra-
Selección de textos | 141

bajadores cuando las otras formas de maximización de la tasa


de ganancia se tornan dificultosas.
Cuando los burgueses nos explotan no se desdoblan en dos
roles. Uno cuando nos bajan el salario o nos fuerzan a trabajar
más horas. Otro cuando aprovechan su condición de oligopolio
para aumentar los precios de las mercancías que producen, o
cuando deciden usar jarabe de maíz de alta fructosa en vez de
azúcar, aunque sea un componente mucho más nocivo para los
seres humanos. ¿Por qué entonces los proletarios asumimos
roles al momento de plantear nuestras reivindicaciones?
¿Por qué somos trabajadores cuando reclamamos mejores
condiciones laborales y consumidores cuando criticamos la
pauperización de todos los aspectos de nuestra vida?
A veces parecería más fácil olvidar por un momento todas
estas cuestiones e ir al supermercado a analizar los precios y or-
ganizar controles “anti inflación”, construir una cooperativa de
consumo o mandar cartas a empresas con prácticas deshonestas.
Hacer “algo” que pueda modificar algún aspecto concreto de
nuestra existencia y la de algunos pocos cercanos a nosotros.
La dificultad radica en que no hay salidas particulares a esta
problemática. La transformación social hacia una historia verda-
deramente humana debe ser total o no será. La lucha contra el
Estado y el Capital es la lucha por superar colectivamente una
fase de la historia humana caracterizada por la enajenación, la
alienación, el desdoblamiento en roles y estereotipos.

La responsabilidad de los proletarios en el presente

Otro año más termina y el horizonte de la revolución todavía


parece muy lejano. El clima de represión se va recrudeciendo
en la misma proporción que la situación económica. La bur-
guesía está cargando sus armas para contener la posibilidad
de una revuelta proletaria en la zona. Se acercan las fechas
142 | Boletín La Oveja Negra

en las que, desde hace 2 años, algunos proletarios salen a la


calle a saquear comercios para recuperar algo del plusvalor
que se les extrajo, o bien lo hacen embriagados de publicidad
capitalista para satisfacer sus falsas necesidades. Esperemos
que no haya detenidos y que no tengamos que enterrar a
ningún hermano.
Tenemos que afianzar los lazos de solidaridad y asocia-
cionismo proletario para defendernos y contraatacar. La
socialdemocracia nos intentará llevar al matadero, diciéndonos
que aceptemos los aumentos que nos ofrecen, que trabajemos
más, o que la gendarmería está en la calle para defender a los
honestos trabajadores. Van a comenzar a usar la palabra auste-
ridad, tan de moda en Europa desde hace unos años. Nos van a
pedir que nos esforcemos por la economía, ¡por SU economía!
Van a tratar de desmembrarnos, de partirnos en mil categorías:
los que roban, los que trabajan hasta deslomarse, los extranjeros,
los jubilados, los estudiantes, los del interior. Van a darnos bo-
cadillos para que nos traicionemos entre nosotros. La fortaleza
y la solidaridad están a la orden del día, no podemos seguir
agachando la cabeza viendo cómo nos derriban.
Mientras tanto, las caras de los políticos ya están en la calle
nuevamente, la temporada electoral comienza y sus eslóganes
intentan colarse en nuestro inconsciente. Ellos van a definir
nuevamente cómo se organizan para organizar nuestra vida,
nuestro futuro. Van a vendernos que “el futuro nosequé” o que
“el cambio es posible”.
La única salida, el único cambio, ahora y siempre, es la revo-
lución social. Una revolución profunda y total, que modifique
todos los aspectos de la vida humana. Una revolución que no
va a llegar sola, una revolución que no es una bella palabra
para luego bajar la cabeza ante “el mal menor”. Para HACER
la revolución hay que SER la revolución, desobedeciendo al
mandato dominante, comprometiéndose, destruyendo el ideal
Selección de textos | 143

burgués de felicidad, para crear otro que no sea miserable e


individual, cuantificable y legal.
Contra el Capital, el Estado, la política y el mercado. Por
la comunidad humana mundial. Por el Comunismo. Por la
Anarquía. Siempre.
144 | Boletín La Oveja Negra

BASTA DE LUCHAR POR MIGAJAS

Nro. 24 (Enero 2015)

En muchas ocasiones, las decisiones y posiciones antagonistas


se malinterpretan, se prejuzgan, se leen a través del lente de la
ideología dominante. Por eso, muchas veces nos vemos obli-
gados a explicar lo que debería ser evidente…
La voluntad de no formar parte de un partido político o de
un sindicato no es una elección ideológica, de puro gusto, no
se trata de un capricho o una afirmación estética. Muchos de
los que no nos alineamos en esas formas organizativas no es-
cogimos rechazarlas para luego buscar los fundamentos. No se
trata de aceptar un dogma para luego obedecer mandatos divi-
nos, sino de posicionarse a partir de las experiencias personales
y colectivas, locales e internacionales, históricas e inmediatas.
Cuando rechazamos la intromisión de partidos y sindicatos
en las luchas que se dan de una manera más o menos espontá-
nea es porque rechazamos sus prácticas. Porque nos repulsan
sus formas de canalizar la rabia, el amor y la creatividad en con-
signas jurídicas y económicas, la codificación de los incipientes
deseos de transformar la realidad en una forma institucional.
Hablamos de esa mentalidad política a la que hacíamos alusión
en números anteriores, aquella que busca hacer los reclamos
“menos excesivos”, “más razonables” para poder dialogar con
el Estado, en el lenguaje del Estado, en el lenguaje de la política.
Pero hablar de igual a igual con el Estado es imposible, se pue-
de hablar en su mismo lenguaje, pero nunca de igual a igual.
Se puede entrar en su lógica, donde las necesidades son converti-
das en derechos y deberes, las decisiones en consenso y votaciones,
renunciando a nuestras capacidades como seres humanos para
entregarlas a las instituciones democráticas y renunciando, sobre
todo, a destruir lo que nos oprime, nos explota, nos destruye.
Sin embargo, con el tiempo vamos
aprendiendo que esas mismas actitudes
mediocres y reformistas pueden también
venir desde otras formas organizativas que no se
presentan a sí mismas como partidos o sindicatos, y que incluso
hasta pueden llegar a decir que las rechazan.
Es decir, se puede pedir al Estado que cumpla la ley que él
mismo dicta y modifica a gusto, que se condene a sí mismo o
que, siguiendo la vieja táctica de “el chivo expiatorio”, sacrifi-
que algunos de sus miembros para dejar contento a un sector
de la población. Aquello se puede convocar tanto desde rígidos
mandatos partidistas como desde manifestaciones relativa-
mente espontáneas, cantando solemnemente antiguos himnos
(nacionalistas, peronistas, stalinistas) o bailando jovialmente,
alegres y a puro color.
También se puede pedir a los capitalistas que sean más
justos, que repartan un poquito de lo que tienen, sea inocen-
temente, desde la falta de posicionamiento o aparateados por
unos “jefecitos”, sea organizados verticalmente o desde la
ronda de la asamblea.
Podríamos dar cien ejemplos más, pero para ser breves
queremos decir que lo importante es a qué queremos llegar y
cómo queremos hacerlo. El fin no justifica los medios ¡medios
y finalidad están íntimamente ligados! Debemos conversar,
discutir, aprender, tomar posición en la lucha. No podemos
dejar que reflexionen por nosotros, que hablen por nosotros
146 | Boletín La Oveja Negra

y, sobre todo, que decidan qué rumbo debemos tomar como


clase en lucha.
El pensamiento más a mano es siempre el dominante, no
por nada «la ideología dominante es la ideología de la clase
dominante». Sabemos que es difícil, que es doloroso, que no
engendra simpatía desde las mayorías y hasta debemos ser
sinceros y conscientes de que no hay resultados inmediatos
en estas luchas, “resultados” tal como los plantea la política
dominante. Sin embargo, es importante saber que las supuestas
victorias que nos suelen presentar como tales son en realidad
profundos fracasos. No se puede festejar que se sacó por la
puerta lo que volverá a entrar por la ventana.
Es cierto que ir a por todo no mete preso al policía, al político
o al patrón de turno, pero luchar democráticamente tampoco, a
menos que se piense que encarcelando a uno u a otro se acaba
con el problema. En “el mejor de los casos” la lucha demo-
crática logra su cometido, y se trata ni más ni menos que de
un paliativo, una solución que no soluciona nada, porque no
ataca al rol de estas instituciones sino al individuo particular.
Por cada uno que metan en cana, hagan renunciar u obliguen a
pagar, ya hay miles esperando agazapados para reemplazarlos.
La propuesta reformista es un fracaso tras fracaso hasta la
derrota final. Pero esos fracasos pueden ser pequeñas victo-
rias si aprendemos a sacar lecciones de ello: que los políticos
no sirven y por eso no hay que pedirles nada, que no se trata
de un botón sino de toda las institución, que el trabajo ¡todo
trabajo! es explotación, que los burgueses solo persiguen la
ganancia despreciando toda vida, que la propiedad es el robo,
que la religión es opresiva más allá de si colaboró o no con la
última dictadura, que los curas son opresores aunque no sean
violadores, que si no cambia todo no cambia nada. Y lo más
importante, que si no cambian las condiciones materiales
existentes todas estas supuestas injusticias se sucederán una
Selección de textos | 147

y otra vez, porque no son anomalías del sistema, ¡es cómo el


sistema funciona!
No se trata —¡y esto es fundamental!— de escoger uno
de los dos polos que nos ofrecen: riqueza o pobreza, em-
pleo o desempleo, izquierda o derecha, urnas o milicos, etc.
Principalmente porque, aunque se quiera, es imposible elegir
entre un polo y otro, solo se puede mirar con cariño a uno
o al otro, pero uno existe porque existe el otro. Se trata de
reventar esa polaridad.
“Nuestra” propuesta no es ninguna novedad, es la lucha
revolucionaria histórica y mundial contra el capitalismo y su
Estado, contra sus sostenedores y sus falsos críticos, que se
empeñan en que esto jamás termine. No es la lucha de un gru-
pito u otro, de un individuo aspirante a héroe o de un humilde
líder de masas. Es la lucha del proletariado que, si bien precisa
de grupos, de individuos, de organizaciones y coordinaciones
para avanzar, no se limita a estos episodios de su vida.
Puede gozar de no muy buena reputación, ser impopular
según las mediciones estadísticas, ir a contramano de todas las
modas y lo políticamente correcto, pero es una manera —sino
la única— de cambiar las condiciones existentes para que dejen
de existir estas aberraciones por las cuales, como clase social,
vamos a seguir protestando, saliendo a la calle, reflexionando,
atacando o defendiendo. Claro que esto no se hará de la noche
a la mañana, sino paso a paso, poco a poco, con o sin prisa, pero
sin pausa. Comenzando hoy para modificar la desfavorable
relación de fuerzas, destruyendo, construyendo, luchando.
148 | Boletín La Oveja Negra

ROBO EN LA BIBLIOTECA

Nro. 25 (Febrero 2015)

El sábado 17 de enero por la noche la biblioteca fue asaltada.


Luego de una jornada donde habíamos arreglado una pared con
humedad, limpiado y acondicionado el espacio, nos sentamos
a comer algo y entraron tres personas armadas que se llevaron,
además de cosas personales, el dinero para pagar el alquiler,
los impuestos y financiar los diversos proyectos editoriales que
llevamos adelante. Por esas casualidades de la vida, el dinero
justo estaba allí, y así lo perdimos.
Uno se acostumbra a que le roben: desde el patrón al gobier-
no, desde el sindicato al empresario. El sábado nos robaron
de otra manera, más simple, y que suele parecer la única que
debe causar indignación, ira y desesperación. Será que a las
primeras lamentablemente la sociedad las ha naturalizado,
pero todavía no naturalizó que un desconocido le apunte con
un arma en la cara.
«¿Cómo van a robar una biblioteca que no tiene fines de
lucro?» podría pensar alguien… Las fuerzas ciegas del dinero
no diferencian entre una biblioteca y un lugar comercial, ni
siquiera en el momento de robarlo. La ambición, el lucro y la
competencia anteponen la ganancia a cualquier precio. Sí, a
cualquier precio, y nosotros también tenemos precio, no porque
el asaltante nos puso uno, ya lo teníamos desde antes.
Después del robo, masticando bronca, comenzamos a es-
cuchar cómo llegaban los vecinos y luego los patrulleros con
los uniformados a quienes los primeros interpelaron a puro
reclamo e indignación. A toda costa querían que hiciéramos la
denuncia… Al parecer, se trata de un acto de impotencia que
deja más o menos satisfecho al recién robado, aun cuando se
sospecha que no se soluciona nada, aun cuando se sospecha
Selección de textos | 149

que quienes reciben la denuncia están detrás del reparto del


botín. La denuncia nunca fue realizada.
Por nuestra parte, estaremos buscando maneras de recuperar
el maldito dinero para pagar las deudas y seguir adelante, por-
que seguimos con la convicción de que mientras exista dinero,
propiedad, Estado, policía y un culto al progreso individual
que se caga en los demás, no habrá bienestar ni felicidad. Y
junto a millones en todo el planeta y desde hace siglos esa
lucha no se detiene.
150 | Boletín La Oveja Negra

ESPAÑA Y GRECIA: DE LAS


PLAZAS A LAS URNAS
Nro. 26 (Marzo 2015)

A comienzos de este año, en Grecia, un partido de izquierdas


ganó las elecciones generales. Desde aquí, el gobierno nacional
felicita a los nuevos dirigentes y remarca que «será una oportu-
nidad para profundizar las históricas y excelentes relaciones
entre ambos países y sus pueblos». Por
todas partes diversos progresistas vuel-
ven a tener esperanzas y a esperar de
sus gobernantes.
La indignación generalizada gestada
por la crisis en diversos Estados europeos fue
canalizada a través de partidos socialdemó-
cratas que no hicieron más que intensificar
y formalizar reivindicaciones que, si bien
desde un principio no se salieron del ciuda-
danismo, fueron recuperadas y encauzadas
hacia un discurso basado en la defensa de la
democracia y la economía. En este contexto
donde la represión y los anteriores gobier-
nos pierden efectividad frente a la
movilización social, el Capital vuel-
ve a reacomodarse con una nueva/
vieja fórmula. Es bajo la ideología de
la nación, del trabajo y de la “buena”
152 | Boletín La Oveja Negra

administración capitalista que se han erigido y fortificado


estos partidos de izquierda.
En España, Podemos se funda en el 2014 con sus bases en el
movimiento ciudadano denominado 15M. A partir del 2008,
la crisis empieza a sentirse y se producen varias moviliza-
ciones, huelgas y protestas, pero es el 14 de mayo del 2011
cuando éstas se articulan en grandes manifestaciones, siendo
la principal en la Puerta del Sol en Madrid. Esta iniciativa fue
arengada desde diversos sectores, que ya venían nucleando
los diferentes reclamos (precariedad laboral, parados, recortes
sociales, etc.) y pregonando que la miseria era fruto de una mala
administración política y económica que favorecía solo a una
pequeña parte de la sociedad y a las multinacionales. Esta va
a ser la naturaleza del movimiento ciudadanista, que aunque
en su mayoría se manifestó por fuera de partidos y sindicatos,
no llegó a romper con estas estructuras. Sumado a una falta
de memoria histórica de clase se termina donde siempre: en la
lucha política y contrarrevolucionaria por reformas, pilares de
la ideología socialdemócrata.
A las manifestaciones le sucedieron acampes, asambleas, coo-
perativas, plataformas y organizaciones por luchas específicas.
A partir de esta experiencia, Podemos elaboró su manifiesto
Mover fichas: Convertir la indignación en cambio político, donde
plantearon la necesidad de un partido en las elecciones euro-
peas que pudiera oponerse a las políticas de la Unión Europea
sobre la crisis. Así, en las elecciones del 2014 obtuvieron cinco
escaños en el parlamento europeo. El discurso de Podemos
ya podía escucharse entre muchos participantes del 15M, solo
que los primeros lo institucionalizaron llevándolo a las urnas,
queriendo mostrar como única opción la vía democrática.
Por su parte, Syriza se fortaleció de los diferentes movi-
mientos ciudadanos que surgieron contra la imposición de las
políticas de austeridad derivadas del pacto del gobierno griego
Selección de textos | 153

con la Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Inter-


nacional y Comisión Europea). Uno de ellos, el movimiento de
los Aganaktismenoi (indignados), inspirados en la movilización
del 15M, consistió en una ola de protestas y la creación de
asambleas populares en las principales plazas de los barrios
de Atenas y capitales de provincia. Una de las ocupaciones
más importantes surgida durante este período comenzó hacia
finales de mayo de 2011, se instaló en la plaza Syntagma y duró
más de un año.
Este movimiento procedió de manera muy efectiva en la
convocatoria a huelgas y enfrentamientos con las fuerzas po-
liciales, y otras acciones tomadas contra el Estado, lo que no
implicó que se asumiera como clase, superando la ideología
burguesa y ciudadanista, es decir, asumiendo lo que ya habían
comenzado con sus propios actos. El hecho de que la principal
reivindicación fuese la demanda por una democracia real/
directa, facilitó bastante las cosas a Syriza, cuando comenzó
a participar anónimamente de las asambleas nacidas en las
plazas con el fin de desviar y encauzar las actividades —que
apuntaban a la expansión de la lucha a los lugares de trabajo y
la negativa a pagar impuestos y nuevas tarifas— hacia acciones
legales limitadas a reclamar por derechos ciudadanos y una
mejor gestión y organización de la economía.11 Así, una vez más,
la vieja socialdemocracia reconvertida aseguró que las luchas
no fueran hacia la raíz del problema: el Capital.
Las intenciones de Syriza, en su plan de “reconstrucción
productiva de la economía griega”, son las de reconstruir las
tareas propias del Estado de bienestar a través de un progra-
ma de “economía social”, promoviendo redes solidarias de

11 Para más información recomendamos un artículo del grupo


griego TPTG disponible en español en la web: Sobre Syriza y su
victoria en las recientes elecciones generales griegas.
154 | Boletín La Oveja Negra

centros autogestionados, de intercambio de mercancías y su-


permercados contra la pobreza. Frente a las luchas por cierres
de fábricas, puso en marcha la autogestión de las mismas por
antiguos empleados como forma de reactivar la actividad de
las empresas en bancarrota, además de la creación de nuevas
empresas cooperativas. Naturalmente, los explotados debemos
alimentarnos, abrigarnos y cuantas cosas más, sin embargo,
pensar que la misma producción capitalista en manos de los
trabajadores (lo cual es siempre una falacia) sería algo positivo
es un disparate, y que además sería revolucionario, ¡es ridículo!
En definitiva, con patrón a la vista o no, siempre se produce
bajo los intereses capitalistas, y esto es obvio al ver que se sigue
produciendo la misma basura y de la misma manera.
En su publicidad, estos partidos insisten en presentarse como
novedades, en repetir la supuesta oposición entre izquierda y
derecha. Aunque la historia —y no unos intelectuales— nos ha
demostrado que en la administración del Estado y la gestión del
Capital ni hay novedades ni enormes diferencias, se continúa
intentando mantener obedientemente este sistema de muerte
para que el capital circule y multiplique las ganancias.
Frente a esto, luchamos para que el descontento por la vida
de miseria que se nos impone encuentre su expresión fuera y
contra el Estado, fuera y contra los partidos, sindicatos y futuras
“novedades” que se empeñan en que todo siga igual.
Selección de textos | 155

MEMORIA: LA INSURRECCIÓN DE CHALCO

Nro. 27 (Abril 2015)

Uno de los episodios con intenciones más totales de la historia de


nuestra clase y a la vez uno de los más desconocidos. También
uno de los más tempranos. Que un grupo de campesinos casi
analfabetos del siglo XIX manifieste un programa más revolucio-
nario que el de muchos grupos de hoy es, a priori, casi irónico.
Solo en un mundo dominado por la mercancía y la tecnología es
natural pensar que la historia va en una línea ascendente desde
lo más simple y contrahecho hasta lo más perfecto y complejo.
Estudiar nuestra historia nos demuestra lo falso de esa afirma-
ción, y así encontramos en el pasado manifestaciones humanas
que nos sorprenden en nuestra mecanizada cabeza.
En 1865 en México DF funciona La Social. Se trata de un grupo
de estudiantes, los primeros bakuninistas —como se decía en-
tonces— de México. Ese año se une a ellos un inmigrante griego,
Plotino Rhodakanaty, traductor de Proudhon pero principal-
mente formado en las propuestas utopistas de Charles Fourier.
Llega al país por el plan de colonización para inmigrantes, lo
que le facilitaría obtener tierras para construir su falansterio.
Escribe La Cartilla Socialista, uno de los primeros documentos
de esas características en América. Junto con Zalacosta de La
Social, fundan en Chalco —un pequeño pueblo rural cerca de
la capital— la Escuela del Rayo y el Socialismo, donde enseñan
a los campesinos y a sus hijos a leer y escribir, además de las
teorías revolucionarias. Las ideas bakuninistas, proudhonia-
nas y fourieristas ganan simpatía entre los alumnos, tal vez
simplemente por reforzar ciertas prácticas de apoyo mutuo y
de rebeldía que ya existían entre ellos.
Un joven campesino, Julio Chávez López, pronto se destaca
entre los demás y se involucra en conocer más las teorías revo-
156 | Boletín La Oveja Negra

lucionarias, quedando a cargo de la escuela cuando Zalacosta


y Rhodakanaty vuelven al DF.
Estamos en el México republicano de Juárez, el México liberal
donde comienza el despojo de las tierras comunales campesinas
y el proceso de proletarización se acelera. Ante este panorama
de creciente miseria y analfabetismo y de ver que, aún caído el
Imperio de Maximiliano, con la república de Juárez las cosas
empeoran, en abril de 1869 un grupo de campesinos acaudilla-
dos por Chávez decide dar un paso más y levantarse en armas
para hacer, como ellos dicen, la revolución socialista. Aprovechan
que el general Negrete se ha levantado contra Juárez y reciben
armas como presuntos miembros de ese movimiento. Ni bien
las obtienen, se separan y empiezan a preparar el levanta-
miento. Chávez, posiblemente ayudado por Zalacosta, escribe
el hermoso Manifiesto a todos los pobres y oprimidos de México y
del Universo. Lo imprimen en Puebla y el día 20 de abril se da
a conocer públicamente. A continuación algunos fragmentos:
«Infinidad de años y de siglos hemos caminado penosamente
agobiados por el cansancio, por la miseria, por la ignorancia
y por la tiranía, el día de la venganza sagrada es con nosotros.
¿Qué poseemos sobre la superficie del universo los que vivi-
mos clavados en el trabajo? ¿A quién deja beneficio el sudor
de nuestras frentes, las lágrimas de nuestros ojos, el dolor en
nuestras espaldas, el cansancio de nuestros brazos, la fatiga en
nuestros pies y la angustia en nuestros corazones? ¿Quién ha
pensado alguna vez en recoger lo que siembra, cuando todo
se nos arrebata?
Habíamos creído que el triunfo de la república sería el verda-
dero triunfo del pueblo, ya que todos los hacendados se habían
refugiado en los faldones del imperio; pero con suma tristeza
hemos visto que estos mismos hacendados han tenido refugio
en los faldones republicanos, lastimándose así los intereses que
deberían ser inviolables: los de los pobres. Esto indica que es
Selección de textos | 157

menester emprender una lucha más justa y racional, que venga


a asegurar lo que nosotros queremos.
Es indispensable salvar el momento y levantar nuestros
esfuerzos en torno de esa sacrosanta bandera de la revolución
socialista, que dice desde lo más alto de la República: ¡Abolición
del gobierno y de la explotación!»
Aún con sus limitaciones utopistas y de cierto cristianismo
primitivo, este manifiesto sorprende por su claridad y sus
pretensiones de revolución total. Ya en su título adquiere un
matiz más que internacionalista. Se ataca a la república y a
la monarquía, a los curas y a la Iglesia. Se ataca al trabajo. Se
expresa claramente la necesidad de los trabajadores de ir por
todo y contra todo. Ésta será la bandera de los campesinos
insurrectos de Chalco.
Atacan haciendas en Puebla y pronto llegan al estado de
Morelos. Se extienden a Veracruz e Hidalgo. El primero de
mayo el ejército entra en Chalco en caza de los rebeldes. Se
dan enfrentamientos. Aún mal armados y diezmados logran
tomar la ciudad de San Martín de Texmelucan. La práctica de
los insurrectos es la siguiente: toman las ciudades, pueblos o
haciendas fusilando a los burgueses, quemando los títulos de
propiedad y animando a los proletarios a tomar la tierra y a
extender la revolución dejando núcleos armados. Pese a las
batallas con el ejército logran reagruparse.
Ya son 1500 hombres en armas y quieren dar un golpe aún
más grande. Atacan una guarnición militar el 17 de agosto en
Hidalgo pero son derrotados. Chávez y otros intentan resistir
pero son tomados prisioneros. Por orden de Juárez, Julio Chá-
vez será ejecutado el primero de septiembre en Chalco, dentro
de la escuela, al grito de «¡Viva el socialismo! ¡Viva la libertad!»
Cinco meses ha durado la revuelta en el centro de México.
Los rebeldes de Chalco no solo fueron los más avanzados en
cuanto a su programa y crítica anticapitalista en México, sino a
158 | Boletín La Oveja Negra

nivel mundial, junto con la Comuna de París que estallaría unos


meses después. Si bien en esos años será conocido e inspirador
para la clase obrera mexicana del campo y la ciudad, quedará en
el olvido hasta la década del 20 cuando José Valadés, militante
de la CGT mexicana, lo dé a conocer en medios obreros, entre
ellos La Protesta de Argentina.
Es indispensable conocer y estudiar a fondo la historia de
nuestra clase. Que los académicos lucren con sus mentiras,
reaprendamos nosotros lo que nos pertenece y así no estare-
mos empezando de cero cada vez. La lucha por la destrucción
del Capital ya lleva siglos y es mundial. O mejor, de todo
el Universo.
Selección de textos | 159

EL DISCRETO ENCANTO
DE LA CLASE MEDIA
Nro. 28 (Junio 2015)

Una notable particularidad de la región en la que vivimos es, sin


lugar a dudas, la notoria identidad de “clase media” que hace
más de medio siglo se ha impuesto en diversos sectores sociales.
Si nos guiamos por las herramientas de la estadística y la
sociología, desde mediados de la década del 40 ya se puede
observar un importante fenómeno identitario entre pequeños y
medianos productores rurales, empleados bancarios y estatales,
profesionales y dueños de comercios. Esta temprana asociación
con una masa intermedia entre pobres y ricos, proletarios y
burgueses, obreros y pudientes (o como se la quiera llamar) es
relativamente temprana en relación a otras áreas de lo que se
denomina América Latina.
Otra anomalía particular de la Argentina es que, si bien
siempre tuvo (nuevamente, si solo nos guiamos por análisis
cuantitativos centrados en el poder de compra) una “clase
media” mayor en proporción a su población que otros países,
lo que es verdaderamente peculiar aquí es la cantidad de gente
que, “perteneciendo” a otra clase, decide afirmar (tanto en
encuestas como en su cotidianidad) su adscripción a la clase
media. A principios de la década del 60 algunos estudios
reconocieron que si bien se tenía una clase media estricta en
torno a un 45% de la población, la identificación con ese sec-
tor llegaba a un 80%. Eran prácticamente inexistentes los que,
“siendo” de clase media, afirmaban pertenecer a su inferior o
superior, mientras que el caso contrario era extremadamente
común. Sea por culpa de clase o por no poder terminar de
ingresar en los círculos sociales más pudientes, muchos bur-
gueses con una cómoda posición económica afirmaban ser de
160 | Boletín La Oveja Negra

clase media, mientras que la integración a la vida ciudadana


y el relajo relativo del extremo racismo que caracterizó a esta
región desde siempre, hicieron que muchos trabajadores se
identificaran también con la misma.

¿Por qué la clase media es y no es una clase?

Desde esta publicación siempre consideramos fundamental el


clarificar respecto del antagonismo social, y afirmar que existen
dos polos, dos clases, dos proyectos de vida que solo pueden
coexistir en una situación de conflicto y beligerancia perma-
nente. La existencia de la burguesía, representante social del
Capital y el proyecto del valor y el dinero, y la del proletariado,
Selección de textos | 161

aquel que vive una no–vida explotado por aquella y que se


realiza en la afirmación de la comunidad humana, del comu-
nismo y la anarquía, es una realidad material.
Según la sociología, la división de la sociedad en dos campos
antagónicos sería la “comprensión” marxista (desconociendo
sistemáticamente todas las expresiones históricas no marxistas
que plantearon el antagonismo de clases) de la sectorización
social, y tal como existe esta, existen muchas otras que tienen
en diversos grados utilidades específicas a la hora de analizar
ciertos problemas. Así, la sociología clásica distinguía 3 sectores,
mientras que un analista de marketing usa un esquema de 8
clases sociales según sus parámetros de consumo, y un estadista
distinguirá 6 grupos, ya que esto le permite dividir eficiente-
mente recursos a la hora de brindar asignaciones sociales o de
gestionar una política de vivienda.
Rastreando históricamente el origen del concepto de clase
media nos encontramos con que ésta es efectivamente una cla-
se social, y no es otra que la mismísima burguesía. Durante el
período conocido como revolución francesa, esta es la clase que
desarrolla un proyecto centralizado de oposición al clero, los
terratenientes y la burocracia monárquica, que logra arrebatar
el dominio del poder político expandiendo así su capacidad
económica y que establece una normativa mucho más propi-
cia para sus tareas de afirmación de la propiedad privada y la
explotación del proletariado.
El concepto durante el siglo XIX queda en un olvido relativo
hasta que es planteado nuevamente por una disciplina científica
naciente, la sociología, y hasta asume cierta forma orgánica en
Europa, impulsado principalmente por católicos estimulados
por la Rerum Novarum de 1891, que instaba a formar organiza-
ciones de trabajadores bajo los preceptos católicos. Algunas de
estas instituciones de la contrarrevolución encarnadas en orga-
nizaciones de comerciantes, profesionales y productores rurales
162 | Boletín La Oveja Negra

inclusive llegaron a realizar un “Congreso Internacional de la


Clase Media” hacia mediados de la primera década del siglo XX.
En nuestra región aparece accidentalmente en algunas obras
desde los albores del siglo, pero es recién en la década del 20 que
comienza a ser un tema discutido y al que se le presta especial
atención. Durante los años 1919 y 1920 se percibe entre los secto-
res dominantes una particular sensación de inseguridad y miedo.
Los hechos insurrectos de enero del 19 y las posteriores huelgas
de trabajadores de “cuello blanco” habían acercado como nunca
a trabajadores manuales e intelectuales. Los principales difuso-
res del concepto en estos años pretendían instrumentalizar a un
sector de la sociedad, para que al identificarse con este nuevo
concepto abandonaran sus lazos de solidaridad que los ligaban a
sectores con posiciones más claramente revolucionarias. Los tres
más notorios fueron el infame Miguel Carlés, fundador de la Liga
Patriótica Argentina; Joaquín V. González, político conservador;
y Monseñor Gustavo Franceschi, formador de Círculos Católicos
de Obreros, de la Acción Católica Argentina y posteriormente del
Partido Demócrata Cristiano. Otros sectores que empezaron a
pensar y cautivar también a este sector de la sociedad fueron la
UCR y el Partido Socialista.
Años después, el concepto entraría de lleno en el imaginario
publicitario y sería un concepto de uso corriente. La primera
época del Perón político lo encuentra organizando “Asambleas
de la Clase Media” en barrios estratégicos de Capital Federal,
para difundir su labor como Secretario de Trabajo y Previsión,
y para lograr el apoyo estratégico de estos sectores. Posterior-
mente, el breve romance del Peronismo con la clase media se
extinguiría y daría lugar a un recelo mutuo, sobre todo con las
organizaciones de comerciantes y de profesionales. La clase
media se convertiría en el caballito de batalla de los sectores
antiperonistas y solo en las presidencias de Frondizi e Illia vol-
vería a sentirse parte del imaginario político. Pese a la ligazón
Selección de textos | 163

natural de Perón con sectores autodefinidos como “medios” de


la sociedad, desde muy temprano tuvo que asimilar que muy
a su pesar, su base de votantes eran los “cabecitas negras” del
campo, aunque siempre que su maquinaria de propaganda
retratara a un peronista éste fuera un hombre joven, deportista,
rubio y con su esposa y sus dos hijos.
Al margen de la particular historia de nuestra región, si afir-
mamos que la clase media no es una clase es porque no existió
jamás un proyecto social asociado a ese sector de la sociedad.
Si ese sector se siente en ciertos momentos y regiones una clase
es simplemente por puro designio de la burguesía, que juega
un perverso juego con su marioneta preferida. La incertidum-
bre natural de esos sectores, ni tan ricos ni tan pobres, ni tan
rebeldes pero ni tan desalmados, los hizo ser partidarios de
la UCR que reprimía trabajadores por doquier, simpatizantes
del peronismo y luego críticos, fuerza de choque de militares
en incontables ocasiones, desarrollistas en algunos momentos,
liberales en otros, y neoliberales en el resto.
El Capital no admite más proyecto que no sea el suyo, cual-
quier disidencia tiene dos destinos: o se integra al proyecto
capitalista, o asume y potencia su radicalidad contra él. No
existe lugar para una tercera clase en el reino del Capital.

¿Ruptura del tejido social? ¿Conciencia?

La situación actual es triste, y muchos lo sabemos. La manifiesta


insolidaridad y desentendimiento de la situación con los petrole-
ros de Las Heras es una clara evidencia de esto. La parcialización
infinitesimal de cada lucha social de la actualidad es otra.
Las nuevas miserias que generó la implantación de la con-
ciencia “clasemediista” resultan más destructivas que nunca.
Cuando un pibe mata a un trabajador para robarle la moto
que se compró en mil cuotas afirma esa disgregación social,
164 | Boletín La Oveja Negra

ese no reconocerse en el otro, ese sentir que el trabajador es


“un careta”. Cuando nuestro vecino mira lo que hacemos con
desconfianza, se muere de envidia con el vecino de al lado
que cambió el auto y se queja de que los “negros” tienen hijos
para recibir subsidios, expresa nuevamente esa incertidumbre
permanente que aqueja a los que se perciben de clase media, y
a todos ellos como conjunto.
Lo que pasa es grave y es profundo, pero no es reciente.
Intentar resolverlo con llamadas abstractas a “tener conciencia
de clase” no va a resolver nada. Tampoco vamos a luchar con
más fuerza por definir formalmente dos clases sociales bajo
nuevas premisas, como el 1% y el 99% tan de moda en Europa
y Norteamérica, o las viejas demarcaciones entre el campo
popular y los oligarcas.
El actual gobierno, con su impronta y origen peronista se
encuentra, como en aquella época, en una difícil situación con
la clase media. El modelo de acumulación planteado no tiene un
visto bueno en gran parte de los sectores medios, que acuden
a engrosar las filas de la oposición y que en las urnas se están
demostrando en contra de la gestión kirchnerista. El gobierno,
en concordancia, asume una retórica hostil a la clase media y
la trata de golpista, derechista y antipopular. Sin embargo, esto
no es más que un jueguecillo discursivo, ya que como todos
sabemos el kirchnerismo se nutre de los sectores medios, y si
no converge totalmente con éstos, es porque son demasiado
impacientes con la racionalidad económica que promueve este
gobierno (cosa que ya sucedió en el segundo gobierno de Perón).

¡Por el fin de todas las clases! (reales o ficticias)

Asumir una posición revolucionaria y de clase nada tiene que


ver con separar sociológicamente a los seres humanos para
luego establecer planes táctico–políticos. Eso dejémoslo a los
Selección de textos | 165

partidarios de la democracia, del Estado, del mercado. Tam-


poco tiene que ver con dirimir acertijos sobre la pertenencia
o no de un individuo a una clase. No se trata de resolver la
incertidumbre de un joven rebelde que tiene como padres a
un médico y una docente, ni de concluir si el almacenero de
la esquina puede o no ser un compañero. Tampoco se trata de
ser “clasista”, de afirmar la situación actual cultural, espiritual
y material del obrero sin criticar la sociedad que genera la
división de clases.
Asumir una posición revolucionaria y de clase es asumir el
antagonismo, la demarcación material y evidente entre explota-
dores y explotados. Significa abolir las clases sociales aboliendo
la infame sociedad que las genera, aboliendo el Capital.

HABLANDO CON LAS PAREDES:


«EL PROBLEMA NO ES QUE LOS
POLÍTICOS MIENTAN, SINO QUE
NOSOTROS LES CREAMOS»
Los inconformes hacen hablar a las paredes para reflexionar, para
agitar, para sorprender al transeúnte distraído. Nosotros queremos
hablar con las paredes para profundizar lo que nos gritan.

En plena epidemia electoralista y entre tantas otras pintadas


abstencionistas y de crítica a la democracia, resiste una que ya
debe tener a cuestas sus dos décadas: «El problema no es que los
políticos mientan, sino que nosotros les creamos», poniendo el
foco en nosotros mismos y no en el reclamo a los políticos, ni en
la espera y la esperanza de que algún día dejen de mentir y de
ser como son. Que los políticos mientan no es una anomalía, es
cómo funcionan. De izquierda a derecha. Falseando la realidad
u ocultando sus verdaderos intereses. Pero nosotros podemos
166 | Boletín La Oveja Negra

dejar de confiar, de esperar, de volver a ser traicionados una


y otra vez.
Claro que es más cómodo esperar de otros que tomar la res-
ponsabilidad, es más fácil criticar al otro —especialmente si es
un político— que hacerse cargo de que no tenemos nada que
esperar de ellos pero sí de nosotros mismos.
Selección de textos | 167

EN TIEMPO DE ELECCIONES …

Nro. 29 (Julio 2015)

La ciudadanía se ha expresado. La ciudadanía que hierve de in-


dignación con el tema inseguridad esta vez pudo elegir quienes
van a robarle por los próximos cuatro años, sistemáticamente,
con vestimentas aceptadas y sin necesidad de sobresaltos si se
está lo suficientemente adiestrado. Los comicios se desarro-
llaron en total normalidad: votos, gendarmes, urnas, policías,
padrones, seres humanos reducidos a ciudadanos, individuos
que valen un voto…
Nadie cree estrictamente en la publicidad, sea comercial o
política (que cada vez se parecen más entre sí), pero funcio-
na. Pocos creerán que la nueva golosina sea la más sabrosa y
llena de diversión, así como pocos o poquísimos creerán que
el candidato cumpla con lo prometido, siendo que ningu-
no promete nada de otro mundo… pero funciona. Muchos
compran golosinas y muchos participan en las elecciones.
Aunque no tantos como se supone promocionan medios de
comunicación y partidos políticos. Hay un discurso sobre el
regreso de la confianza en los políticos que llega incluso a
ocultar las cifras de votos anulados, en blanco y abstenciones:
esto ya no formaría parte de las estadísticas. El recuento es
sobre los “votos positivos”, entonces un 30% es falso, es solo
el 30% sobre un total de votos que excluye a quienes votaron
por nadie. Aclaramos que no nos hacemos fantasías con esto,
entre esta masa de votos hay desde un rechazo a la burgue-
sía hasta defensores de la última dictadura cívico–militar.
Habría que tener el razonamiento de un maoísta para pensar
que se trata de un “voto bronca”. Cuando en 2007 el Partido
“Comunista Revolucionario” llamaba a no votar, impugnar o
votar en blanco, y eso fue lo que hizo la mayoría en algunas
Selección de textos | 169

regiones, el PCR se sintió la primera fuerza: «ganó el voto


bronca» decían…

¡Fraude!

Las garantías de la democracia funcionan mientras no haya


inconvenientes. Si salimos a protestar masivamente a las ca-
lles declaran el estado de sitio legalizando la represión. Los
cacareados “derechos y garantías” sirven mientras no sirvan
para mucho.
Si no gana el candidato deseado hacer fraude se vuelve
moralmente aceptable. «Que hagan fraude pero que no gane
Del Sel» coinciden demócratas de todo pelaje, a excepción de
los seguidores del candidato del Pro, claro. Mientras en otras
ocasiones es importante decir que «el pueblo debe expresarse li-
bremente a través de las urnas», este pueblo podría equivocarse
y la mayoría ya no expresaría lo que hay que hacer. Vericuetos
de la representatividad.

2001

Del «que se vayan todos» a la resignada elección entre distintos


tipos de mierda han pasado catorce años. La mentalidad po-
lítica nos habla de madurez, de contextos y de opciones. Nos
habla de “ser realistas”, cuando su única realidad es la mentira
socialmente aceptada y reproducida por la enorme mayoría de
la población. «Hay que votar para que no gane la derecha», «si
gana el Pro esto va a ser peor» ¿Pero qué harían? ¿Imponer la
ley antiterrorista? ¿Encarcelar a los trabajadores que luchan?
¿Firmar acuerdos con multinacionales para destruir el plane-
ta? ¿Proteger un Estado cómplice de la trata y el narcotráfico?
¿Transformarnos en objetos? Todo eso ya está hecho, muy bien
hecho, sin la ayuda de “la derecha”.
170 | Boletín La Oveja Negra

La rabiosa campaña anti Del Sel aglutinó desde fanáticos


del gobierno nacional a incrédulos de los políticos. En los car-
teles con la cara de este ser miserable que es el ex Midachi se
escribieron palabras que supondrían ser insultos como «puto»
o «porteño» y se pegaron en su frente unos cartelitos que solo
decían «2001». Dejando en evidencia que de aquel año solo
recuerdan las “políticas neoliberales”, ignorando la protesta,
la auto organización, los ataques al Estado y su policía, a la
propiedad privada, la desobediencia. Coleccionan las miserias
y las humillaciones del pasado, ignorando de él solo la revuelta.
Lo dijimos antes y lo decimos ahora: ese ensañamiento de los
reformistas con palabras como “neoliberalismo” no son ca-
suales, son maneras de desviar la crítica del capitalismo hacia
una crítica de sus “excesos”, proponiendo que elijamos entre
diferentes formas de administrar la miseria. Las alternativas de
izquierda en el parlamento son el más claro reflejo del proceso
de canalización reformista de las últimas revueltas en nuestra
región. Para la próxima, no olvidemos que quienes dialogan
con el Estado quieren ser el Estado.

Votar diferente

Frente de Izquierda, Ciudad Futura, Frente Social y Popular, y hasta


los que creen obedientemente que el Frente para la Victoria o el
Frente Progresista Cívico y Social son una oposición a “los podero-
sos”. La práctica del “mal menor” se viste de gala y hasta afirma
que esta vez hay buenas opciones frente a un “mal mayor”.
Naturalmente hablan del cuco de la derecha, que hace agrupar
frente a sí feministas y machistas, estrategas políticos y votantes
desorientados, y por sobre todo explotadores y explotados.
Es la vieja fórmula socialdemócrata que se presenta como
una novedad, año tras año desde hace siglos. Karl Marx, de
quien algunos de estos imbéciles se pretenden seguidores, ya
Selección de textos | 171

en 1851 en El 18 Brumario de Luis Bonaparte expresaba «Frente


a la burguesía coligada se había formado una coalición de pe-
queños burgueses y obreros, el partido socialdemócrata. A las
reivindicaciones sociales del proletariado se les limó la punta
revolucionaria y se les dio un giro democrático; a las exigencias
democráticas de la pequeña burguesía se las despojó de la forma
meramente política y se afiló su punta socialista. Así nació la
socialdemocracia… El carácter peculiar de la socialdemocracia
se resume en el hecho de exigir instituciones democrático–re-
publicanas como medio no para abolir los dos extremos, el
capital y el trabajo asalariado, sino para atenuar su antagonismo,
convirtiéndolo en armonía. Por mucho que difieran las medidas
propuestas para alcanzar este fin, por mucho que se adorne
con concepciones más o menos revolucionarias, el contenido
es siempre el mismo. Este contenido es la transformación de la
sociedad por vía democrática, pero una transformación dentro
del marco de la pequeña burguesía».
Hoy como ayer todo el espectro político quiere hacer olvi-
dar a fuerza, palo e ideología las verdades defendidas por los
explotados en sus grandes momentos de lucha. Luego de las
grandes derrotas, que nos han presentado como victorias, la
mentira toma más fuerza. Hoy no alcanza con decir verdades,
es tiempo de atacar la mentira. Y es mentira que apoyar al mal
menor en última instancia no hace mal a nadie, ¡nos debilita!
haciéndonos confiar en nuestros propios verdugos, en las re-
formas graduales que son en verdad verdaderos fracasos.
Un puñado de proletarios no puede combatir por sí solo las
debilidades de toda una clase, ¡pero lo último que podemos
hacer es organizarnos y luchar en base a esas debilidades!
Los oportunistas que quieren nuestro voto se mostrarán
amables y sensatos frente al ciudadano timorato. Frente al pro-
letario sediento de revolución dirán que se trata de una cuestión
estratégica. La historia nos ha enseñado que el gradualismo,
172 | Boletín La Oveja Negra

el parlamento y la lucha por reformas no conducen sino a la


miseria y la muerte.

Principios…

No somos de una religión en particular porque así nos educaron


y por eso rechazamos a los demás dioses. No somos naciona-
listas que primero se sienten de tal país y luego odian a los de
otros. Tampoco fanáticos de un equipo de fútbol que odian al
rival en función de “su propio club”. De esa manera actúan
los políticos, llegando a rechazar en otros lo que ellos mismos
defienden. Las reflexiones que exponemos no parten de cier-
tos principios ideológicos, tampoco se trata de un fanatismo
absurdo. No nos declaramos primero revolucionarios y por ello
rechazamos a las elecciones y a los partidos políticos en bloque…
Por el contrario, es el rechazo a la miseria, a la explotación,
a sus defensores y falsos críticos, lo que nos fuerza a asumir
la necesidad de revolución social. Si se logra comprender que
las posiciones revolucionarias se desprenden de la realidad
social y no de ciertos principios ideológicos, quizás no se
sigan olvidando tan fácilmente.

EL EJEMPLO DEL PROLETARIADO


EN MÉXICO
«No creamos jamás que somos bastante sabios, bastante valien-
tes, ni bastante justos. Y después, no nos conformemos nunca
con el orden social. Seamos eternos descontentos». Rafael Ba-
rrett, 1 de Mayo (La Acción, 2 de mayo de 1910)
El caos social que se vive en México desde hace años fue
agudizado por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayot-
zinapa. Un gran descontento invadió el país donde la claridad
Selección de textos | 173

se hizo presente al señalar al Estado, los políticos y narcos


como los principales responsables. Desde ese día hasta hoy,
muchos ataques a la normalidad del Capital se han concretado.
Quema de edificios públicos, disturbios y enfrentamientos
con la policía, cortes de ruta, toma de peajes y estaciones de
servicio, saqueos, expropiaciones. Las últimas elecciones del
7 de junio fueron boicoteadas de forma general en el país con
un notable absentismo, pero fue sobre todo en los estados del
sur (Michoacán, Guerrero, Oaxaca) donde se dieron sendas
lecciones de lucha con la quema masiva de propaganda polí-
tica, boletas y casetas electorales para de una vez impedir las
elecciones, cosa que se logró en algunos poblados. Ese domin-
go el Estado mexicano movilizó el ejército y la policía para
garantizar la democracia, quedando como saldo el asesinato
del joven docente Antonio Vivar.12
No es casual que sea en esa región donde se encuentran los
núcleos más incontrolados. Guerrero es el Estado donde se
produjo la tragedia de Ayotzinapa. Recordemos en Oaxaca el
movimiento insurreccional del 2006 desencadenado, entre otras
cosas, por la huelga magisterial.13 Actualmente, también en
Oaxaca existen expresiones de lucha contra los campos eólicos.
En Michoacán, en el 2011 estalló la revuelta en Cherán contra
los talamontes (traficantes de madera).
Aun así, el camino recién empieza. Muchas veces un grito
desenfrenado de rabia es un grito desesperado para volver al
orden. No nos confundamos, muchos explotados en México
han dado un salto cualitativo importante: el descrédito hacia
los políticos es enorme y la organización proletaria comien-
12 Sobre los últimos acontecimientos en México, recomendamos
La Oveja Negra nros. 22 y 24 y Temperamento Radio emisiones
1, 2, 5 y 6.
13 Recomendamos el documental: Un poquito de tanta verdad (2007),
de Jill Friedberg.
174 | Boletín La Oveja Negra

za a tomar forma, pero también es cierto que falta la ruptura


revolucionaria, porque el pacifismo, el democratismo y el na-
cionalismo siguen siendo obstáculos muy poderosos.
En este sentido, al calor de la lucha y para acelerar el camino
a la revolución, compañeros mexicanos han publicado Guerra de
clases en México: Polvorín social y terror democrático en conjunto
con los textos Cuando salir a la calle no es suficiente y Contra la de-
mocracia. Demás está decir que alentamos su lectura y difusión.14
Les damos la palabra: «Pero sobre todo, es indispensable rom-
per con las dinámicas estériles que hacen posible el aislamiento:
el localismo, el inmediatismo y el activismo. Dichas debilidades
forman parte del itinerario que todos los reformistas emplean
para anular la efectividad, domesticando así la rabia que pu-
diese generarse en las movilizaciones. Su propósito es claro:
«que nada se desborde hacia situaciones que atenten contra los
intereses de los representantes de la clase dirigente» (…) Bajo
las categorías de tal o cual sector, ya sea “maestros”, “indíge-
nas”, “vándalos”, “anarketos”, los ciudadanistas, periodistas
y analistas políticos progresistas definirán con un sinfín de
nombres a los participantes de las actuales luchas, sumado a
que seguramente, dirán que el propósito de las movilizaciones
es luchar “por un nuevo México más democrático”, nada más
lejos de la realidad».
«El boicot electoral no debe ser a manera de castigo porque
los representantes de la burguesía y el Capital se han portado
muy mal en el período que ha concluido (…) como si bastara
con eso para que ellos revivan a nuestros asesinados, nos en-
treguen a nuestros desaparecidos y con alguna reforma a la
reforma mejoraran un poquitito nuestra desolación. Si es por
estas razones que quemamos y destruimos las boletas electo-

14 Este material se encuentra en nuestra feria o se puede bajar en


www.materialesxlaemancipacion.espivblogs.net
Selección de textos | 175

rales olvidémonos de vencer un día al capitalismo. El boicot


electoral, la quema de urnas, papeletas, centros destinados
para ejercer el voto, etc. debe ser un mensaje revolucionario
que niegue la conciliación entre el explotado y el capitalista,
desechando y atacando también a la democracia que realiza
su labor histórica de difuminar el antagonismo de clase en la
boda ciudadana: las elecciones.
Estos momentos le sirven a la lucha como detonantes para
agudizar la negación crítica y práctica del sistema en el que se
nos obliga a sobrevivir, para compartir con nuestrxs vecinxs,
nuestrxs compañerxs de butaca y de empleo nuestras posturas,
nuestras luchas que son de todxs y por todxs».
«Por eso, para emanciparnos debemos combatir por la des-
trucción del Capital, y por ende debemos combatir contra
la democracia, lo cual solo puede ser viable desde la acción
directa y autónoma de nuestra clase, como proletariado, para
reivindicar e imponer nuestras necesidades humanas, por
fuera y en contra de todas las instituciones y aparatos del
Estado–Capital: empresas, gobiernos, congresos (“asamblea
legislativa, congreso de la unión”), ministerios, ejército, policía,
partidos, sindicatos, ONGs, iglesias, universidades, medios de
comunicación, etc.».
Aún con sus aciertos y errores, entendiendo que el camino se
hace en la contradicción de la lucha, decimos que es un ejemplo
porque han podido implantar el terror a la burguesía: los han
escupido en la cara, han desafiado a la democracia, a su ejército
y a su policía, han hecho perder millones a empresarios; en fin,
porque han subvertido la realidad.
No solo México ¡que toda la Tierra sea un polvorín!
176 | Boletín La Oveja Negra

EL EJEMPLO GRIEGO

Nro. 30 (Agosto 2015)

Tiempos agitados en Grecia. Tiempos de crisis, de desempleo,


de aumento del costo de vida. Pero también —y paradójica-
mente— tiempos de reconexión de muchos explotados con la
política, con la economía, con la retórica nacionalista.
Se anunciaba con bombos y platillos. Hace algunas semanas
se votaba el referéndum para determinar popularmente si se
aceptaba el paquete de ajustes que proponía la denominada
Troika. El pueblo dijo que no y el mundo progresista celebró
la demostración de soberanía, «el ejemplo del pueblo griego».
Días después, el gobierno acordaba con dichos organismos
un paquete muy similar. «¿Qué pasó?» se preguntaban los
esperanzados.
Pasó lo de siempre: se abandonaron las calles para pasar
a las urnas, se dejó de confiar en el potencial colectivo para
dejar el propio destino en manos de los políticos. En definitiva,
se restableció la confianza democrática. Y los burgueses, más
allá de referéndums y elecciones, acordaron lo que tenían que
hacer para salvar a la economía. Ese es el ejemplo griego, ese
es el ejemplo del cual tenemos que aprender los proletarios de
todo el mundo.

¿La política contra la economía?

En el núcleo del pensamiento izquierdista y progresista se


encuentra la idea de que las crisis pueden resolverse con referén-
dums, consultas populares, agitados discursos de neocaudillos
o manifestaciones callejeras para ejercer presión política. Nada
más lejos de la realidad. El Estado es manifestación de las re-
laciones sociales capitalistas de producción y no al revés. La
Selección de textos | 177

política es el arte de la gestión del conflicto social provocado por


el modo de producción y bajo ningún punto de vista podemos
depositar nuestra confianza en dicha actividad. «No delegue-
mos la solución de nuestros problemas a aquellos que los están
creando» decía un panfleto titulado Superemos el miedo. Tomemos
las riendas de nuestras vidas difundido en Tesalónica luego de
una expropiación en un supermercado, el 5 de julio, el mismo
día que se votaba el cacareado referéndum.
Las crisis son crisis y no juegos conceptuales de la esfera polí-
tica. Son contextos de recesión, de desvalorización, de aumento
de nuestra explotación. Apuntar a las grandes corporaciones,
los buitres de las finanzas o los burgueses que se salen de la
legalidad sin comprender, o al menos intuir, la lógica a la que
nos somete el Capital puede empujarnos a confiar en los polí-
ticos con una retórica beligerante. Lamentablemente, empuja a
miles de explotados a creer que el problema se encuentra más
allá, en otro país. Para unos es Angela Merkel «y sus políticas»,
para otros los inmigrantes «que roban el trabajo». El Capital es
mundial, y exteriorizar el problema nos deja desarmados frente
a las posibles soluciones.
178 | Boletín La Oveja Negra

El persistente atractivo del nacionalismo

En los últimos años hemos visto en numerosos países pertene-


cientes a la Unión Europea un resurgir del nacionalismo, o como
lo llaman en muchos casos, Euroescepticismo. Muchos grupos de
derecha están aprovechando el contexto de crisis, el problema
inmigratorio y otros fenómenos para engrosar sus filas, y esto
se nota cada vez más en las urnas. Pero no solo la derecha lo
instrumentaliza, y Grecia es un claro ejemplo. El partido gober-
nante actual (Syriza) llegó a la presidencia en una alianza con
sectores de derecha bajo la premisa de una negociación fuerte
con Europa y guiños sobre la posibilidad de dejar el euro (lo
que la prensa denomina Grexit).
Sin embargo, esa perspectiva se demostró impracticable para
el delicado estado de las finanzas griegas. Volver al dracma sería
solo ventajoso en el largo plazo y se requeriría de un préstamo
extra para implementarlo, cosa que en la Troika se evaluó sin
llegar a un acuerdo.
La moneda única es una clara determinación imperialista, la
única tendencia que asume el Capital. Reduce los precios de
los salarios y las materias primas y beneficia a las economías
nacionales con un sector industrial y financiero desarrollado,
que absorben una cantidad creciente de plusvalor generado en
el continente. Esto se sabe desde que nació el euro mismo, pero
el fervor del desarrollo económico y el rédito que obtuvieron
los gestores del proceso de estandarización regional hizo que
solo ahora se comenzaran a escuchar voces críticas.
De esta manera, el mito de la soberanía nacional se vuelve
cada vez más obsoleto en un mundo en el cual se desdibujan
las identidades culturales, étnicas y lingüísticas para dar lugar
al crecimiento rampante del monstruo Capital. Si continúa
apareciendo es por dos razones: porque favorece la concen-
tración de capitales, y porque es una herramienta que se ha
Selección de textos | 179

probado una y mil veces útil para confundir a los proletarios,


para ofuscar la existencia de las clases sociales. El persistente
atractivo del nacionalismo es otra clara expresión de la con-
tradicción capitalista.

El persistente atractivo del “realismo”

Los llamados al “realismo” no son más que la defensa de esta


realidad, negando la posibilidad de su superación revoluciona-
ria. Por un lado, tenemos al “realismo” típico del reformismo
que nos ha dicho siempre que no es el momento para grandes
transformaciones, que hay que ir de a poco. Pero el “realismo”
típico de este momento ni siquiera habla de revolución a futuro,
ya no nos habla de esperar, nos dice que no queda otra, que
hay que aguantar.
“Ser realistas” es suponer que hay crisis y las seguirá habien-
do, que hay gobierno y lo seguirá habiendo. El “realismo” es un
recurso de autojustificación desde quienes intentan gobernar
nuestras vidas. Nosotros no debemos permitir que gobiernen
nuestras vidas ni tragarnos sus discursos.
«Pedimos disculpas a los marxistas de todo el mundo porque
Grecia haya rechazado cometer un suicidio ritual para el avance
de la causa. Ustedes han sufrido desde sus sofás» dice desde su
propio sofá el primer ministro griego, haciendo una reivindica-
ción del “realismo” y dejando entrever que quienes critican el
orden de las cosas lo hacen cómodos desde sus sillones, tratán-
dolos de intelectuales y generalizándolos como marxistas. Lo
que este gestor de la miseria no comprende, y no esperamos que
lo haga, es que quienes nos oponemos a su mundo de muerte
somos quienes sufrimos día a día la explotación y la opresión.
Algunos lo asumimos y actuamos en consecuencia, otros, pese
a la evidencia cotidiana, se entregan a los cantos de sirena de
estos psicópatas.
180 | Boletín La Oveja Negra

La economía contra nosotros

Las idas y vueltas de la negociación griega, que ya llevan años


y seguirán por muchos más, nos confunden a los explotados
y sirven para obligarnos a asumir posiciones ajenas. Detrás
del acting del ministro Varoufakis con su «fuck you» y de los
fuertes discursos del primer ministro Tsipras se esconden de-
terminaciones como «la revisión de los convenios colectivos»,
aumento del IVA, reducción de pensiones, aumento futuro del
precio del transporte y la energía eléctrica (por su privatización),
y decenas de letras chicas. Eso es el Estado, esa es la izquierda,
esa es la política, ese es el Capital.
Tasas de interés y ganancia, dividendos, futuros y derivados.
Riesgo país, índice bursátil, PBI y PBI ajustado a la paridad del
poder de compra. Cada vez hay más formas de conceptualizar
numéricamente nuestra tragedia cotidiana de ir a trabajar. Cada
vez son más complejas y cada vez juegan más a futuro con el
plusvalor que nos extraerán en 20 o 30 años.
Tiempos oscuros para el proletariado que vive en la región
griega. Tiempos para la solidaridad internacional de los prole-
tarios, especialmente de los que viven en los países acreedores.
Tiempos para golpear todos juntos más fuerte y más preciso
contra el Capital. No hay solución griega a la crisis griega. Lu-
chemos todos en “nuestro propio” país, contra “nuestra propia”
burguesía. Y ese es el ejemplo griego.

HABLANDO CON LAS PAREDES: «SI NOS


TOCAN A UNO NOS TOCAN A TODOS»
Ante el obediente «cada uno cuida su propio culo» y el piadoso,
y también miserable «te podría pasar a vos», se erige firme-
mente un mural con una frase que sobrepasa lo solidario, que
Selección de textos | 181

nos recuerda que no es necesario apelar al dolor propio para


poder comprender el ajeno: «si nos tocan a uno nos tocan a to-
dos». Recordando que existe un nosotros, a contracorriente del
pensamiento egoísta y competitivo, celoso y envidioso del ser
humano más cercano o del vecino desconocido. Afirmando que
existe un nosotros, un nosotros de explotados y oprimidos, pero
no de simples víctimas, porque ese nosotros se siente tocado y
reacciona, se siente tocado y se rebela.
CONTENIDO

Presentacion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Nro. 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Nro. 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Nro. 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Nro. 4. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Nro. 5. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Nro. 6. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Nro. 7. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Nro. 8. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Nro. 9. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Nro. 10. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
Nro. 13. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Nro. 14. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
Nro. 15. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Nro. 16. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Nro. 17. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Nro. 18. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Nro. 19. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Nro. 20. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Nro. 21. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Nro. 22. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Nro. 23. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
Nro. 24. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Nro. 25. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Nro. 26. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
Nro. 27. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
Nro. 28. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
Nro. 29. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Nro. 30. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
Este libro ha sido finalizado
durante octubre de 2015
en Rosario, Argentina

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