La humanidad.

Se le llama así al apogeo de la nueva especie dominante como nos hacemos llamar a nosotros
mismos.

Ciertamente el humano, se ha vuelto tan avaro, que ha pasado de asimilarse con los demás
animales.

Siendo esto, el intelecto superior del humano le ha permitido monopoliar territorios, alimentos e
incluso especies enteras.

El hombre se ha convertido en una especie avariciosa y que literalmente lo quiere todo.

Si bien hace muchos años, el humano que se acostara a dormir en una cama de paja se sentía
bendecido.

Se sentía como un rey durmiendo en esa cama de paja.

Que, si lo comparamos con el hoy en día, pocos hombres escogerían una cama de paja tendida en
el piso para dormir.

El hombre es un ser miserable en ese estado.

Porque si sigue ese camino está destinado a nunca encontrar la felicidad.

El hombre que encuentra algo que lo hace feliz se da de cara con los placeres de la vida.

Pero a largo plazo, una vez haya dominado ese objeto, le parecerá anticuado por sus propias
palabras, aunque haya salido a la venta hace solamente unos meses.

Por lo que en ese instante el hombre este deseando por algo mejor.

Te pongo un ejemplo.

Si en estos días le regalo un ps1 a un niño con unos padres de excelente situación económica.

Seguramente si sienta insultado con dicho regalo.

Pero vallamos años atrás, hace unos 30 años te llevo un ps1 y tu sientes que estas en la gloria, y
estás en tu permiso de presumirlo.

Otro ejemplo, los dichosos celulares inteligentes, una mujer de buen estado económica en un país
potencia seguramente cambie su celular cada que salga una nueva versión para estar a la “moda”.

Sin embargo, algún joven en algún país tercermundista que necesite uno de estos, haría muchas
cosas por tenerlo en sus manos.

Sin embargo, existen muchos videos en youtube de gente rica haciendo experimentos con estos
dispositivos, y en la mayoría de casos terminan destruyendo este celular.

El hombre como podemos ver, es un animal rencoroso, egoísta y avaricioso, que vela por sus
objetivos por encima del de otros.

Capaz de literalmente monopolizar especies animales, para darse gustos simplemente.