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EL DESARROLLO SOSTENIBLE

El desarrollo sostenible es un concepto definido en el Informe Brundtland de 1987, elaborado


por distintas naciones, y que se refiere al desarrollo que satisface las necesidades de la
generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer
sus propias necesidades. La redacción de esta premisa supuso un cambio social, ambiental
y económico importante que, además, aludía a discusiones morales sobre el medioambiente
que nunca antes habían sido debatidas.
ACCIONES PARA EL FOMENTO DEL DESARROLLO LOCAL SOSTENIBLE
Vehiculizar una nueva cultura del agua
Todavía muchos municipios no han incorporado la Directiva Marco del Agua europea o
tienen pendiente lograr un buen estado ecológico de los ecosistemas acuáticos (ríos, lagos,
humedales y mar), respetando la clara estacionalidad en los regímenes hídricos del
municipio. Al mismo tiempo, hay que garantizar un suministro de agua de calidad controlando
y previniendo su demanda.

Hay que aplicar medidas de ahorro, eficiencia y reutilización. Hay que establecer planes de
utilización eficiente y de ahorro de agua, así como de reutilización de las aguas residuales. 
Entre otras medidas es importante no olvidar:
- El fomento de usos de los recursos locales (por ejemplo pozos).
- Planes para la utilización de las aguas pluviales.
- Normativas de uso del agua en jardinería e  impulsar la xerojardinería o con poca agua.
- Sensibilizar y educar a la ciudadanía dando ejemplo como administración local en el ahorro
y reutilización del agua
2. Impulsar una gestión integral de los residuos
Una buena gestión de los residuos no es recoger las basuras simplemente sino impulsar
iniciativas de participación ciudadana y prevención en origen -sobre todo de envases y
embalajes.
Si se disponen de plantas de tratamiento y de gestión de residuos, estas deben someterse a
una constante mejora respecto a la protección del entorno; y sobretodo hay que minimizar y
valorizar los residuos antes de destinarlos a tratamientos finalistas (depósitos controlados e
incineradoras).

Hay que reconocer que para cambiar de hábitos colectivos y reducir la cantidad de residuos
hay que establecer programas de sensibilización no solo destinados a los ciudadanos, sino
también a las empresas, los establecimientos comerciales, etc. Una medida clave es 
potenciar el consumo cercano, ecológico y responsable.
En cuanto al tratamiento de los residuos, primero hay que impulsar la minimización y la
separación en origen y la recogida selectiva en todos los ámbitos por parte de todos los
actores (fabricantes, distribuidores, ciudadanos y administraciones). Los puntos verdes o
áreas de acopio de productos de especial toxicidad es imprescindible.
Fomentar la cooperación intermunicipal en la gestión de los residuos, mediante la
transferencia mutua de conocimientos y experiencias así como el establecimiento de
mancomunidades, consorcios y equipamientos públicos compartidos, tanto en materia de
reducción como de recogida selectiva, reciclaje, reutilización y recuperación. Sólo de este
modo se puede avanzar en la gestión directa de los servicios municipales.
3. Prevenir  la contaminación atmosférica y del cambio climático
Garantizar una buena calidad del aire exige impulsar un nuevo modelo de gestión urbana
(planificación urbanística, transporte, energía, consumo ...), basado en la implicación de
todos los agentes políticos, sociales y económicos.
Cuando se dan episodios críticos de contaminación porqué las condiciones meteorológicas
propician situaciones de mayor incremento de contaminantes atmosféricos, hay que articular
medidas de reducción de la movilidad y de las principales fuentes de contaminación
atmosférica en el municipio.

Aceptar el cambio climático implica favorecer el cumplimiento del Protocolo de Kyoto sobre la
reducción de emisión de CO  en la atmósfera como base para contribuir a la prevención del
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calentamiento global.
Una mejor calidad atmosférica también exige intervenir en:
 la reducción del ruido y de las vibraciones, ya sea con la información que aportan los
mapas de capacidad acústica o por los datos en tiempo real;
 desincentivar la generación de ruidos nocturnos, especialmente, en el ámbito vecinal;
 la reducción de la contaminación lumínica, electromagnética y de los olores.

4. Implantar una nueva cultura energética


El mundo local no puede ser ajeno a un nuevo modelo energético sostenible basado
en el compromiso de una actuación que implique un cambio ético en la sociedad. Un
modelo de gestionar lo público que mejore la contención de la demanda y promueva la
eficiencia, la eficacia y el ahorro energético.
Las necesidades municipales pueden satisfacerse a partir de actuaciones innovadoras,
explotando todas las posibilidades que ofrecen las energías renovables y las tecnologías que
permiten la reducción de los combustibles fósiles. No se puede olvidar tampoco el fomento
de la edificación sostenible y la promoción de ordenanzas solares.

Los municipios pueden impulsar una gestión del ciclo energético adquiriendo redes de
transporte, gestionando instalaciones productoras, fomentando la generación más
descentralizada de energía y minimizar las pérdidas generadas por la distribución.
El autoconsumo con energías renovables es una alternativa que la ciudadanía podría abrazar
con más fuerza si la administración municipal lo avalara, lo facilitara e hiciera pedagogía
sobre el mismo. En los edificios plurifamiliares, el autoconsumo fotovoltaico para los servicios
comunes podría ahorrar muchas emisiones de gases de efecto invernadero.
El municipio es la administración mejor preparada para combatir la pobreza energética. Para
ello hay que acompañar a la población de riesgo a que disponga de un suministro eléctrico
adaptado a sus necesidades y no a lo que las comercializadoras consiguen con su insaciable
y perversa picaresca.

5. Favorecer la movilidad sostenible


Hay que diseñar la movilidad sostenible en términos de accesibilidad y de equidad. Para ello
hay que fomentar políticas públicas y privadas que garanticen a todas las personas el
derecho a acceder a las actividades cotidianas con medios de transporte sostenibles y
seguros.
Hay que fomentar propuestas y pactos para que los desplazamientos cotidianos laborales y
escolares, sobretodo, provoquen los mínimos impactos posibles y se garantice la eficacia y la
eficiencia. Promover un modelo urbano compacto, integrado y multifuncional lo facilita.
Priorizar  los medios más equitativos y sostenibles (ir a pie y en bicicleta o en   transporte
público) no es complejo ni caro cuando se toman las medidas en términos de análisis
respecto a los recursos individuales (tiempo invertido) o colectivos (energéticos); o de
recursos privados (precio del billete) o públicos (coste de las infraestructuras) utilizadas.

6.  Fomentar el consumo responsable y la producción ecológica


Los ayuntamientos como administración de referencia y cercana a la ciudadanía puede
apostar por una economía más sostenible, por medio de un ciclo productivo de bienes
y servicios ecológicos, aplicando la mejor tecnología disponible y un consumo
responsable.

En la gestión de los servicios municipales se puede incorporar el concepto de ecología de


servicios, cuantificando y minimizando el impacto ambiental asociado al ciclo de vida de los
mismos. Se pueden promover modelos de consumo respetuosos con el medio a través de la
ambientalización de los pliegos de condiciones de los concursos y de las compras públicas.
Los ayuntamientos pueden impulsar la contratación ecológica de bienes y servicios (con
certificación ecológica, de comercio justo y que permita una compra ambientalmente
correcta), con la intención de influir sobre los mercados y modificar los hábitos comerciales y
la comunicación que manipula a los ciudadanos.
Conservación y mejora de la biodiversidad
Los espacios con valores naturales juegan un papel clave en la conservación de la
biodiversidad y la funcionalidad de los ecosistemas a la vez que estructuran el territorio.
Estos espacios verdes son  imprescindibles para una buena calidad de vida de la ciudadanía.

En las políticas de conservación de la biodiversidad hay que:


- Conservar el ámbito azul: la biodiversidad y la funcionalidad de los ecosistemas acuáticos
continentales y litorales.
- Conservar los espacios verdes con valores naturales y favorecer su conectividad: la
biodiversidad y la funcionalidad de los ecosistemas terrestres mediante la protección de
zonas y el establecimiento de corredores ecológicos y vías verdes en red, como inversión de
futuro.
- Promover los espacios periurbanos y estimular biodiversidad urbana; planificar zonas de
horticultura urbana para cultivar alimentos de calidad, ecológicos y de kilómetro cero, y
establecer zonas de jardinería urbana en las que predominen las especies autóctonas.
8. Implicar a las empresas del territorio en las prácticas de responsabilidad social
corporativa
La responsabilidad social aporta a las empresas beneficios en el funcionamiento
interno del negocio, ya que mejora la relación con el entorno y el modelo de
competitividad de la empresa en varios ámbitos:
- Aumenta la calidad de las relaciones laborales: en términos de contratación, retribución,
formación continuada, promoción y participación del trabajador; se consigue una mejor
captación y retención de talento, un buen clima laboral, una calidad máxima de los productos
y servicios y una mejor atención al cliente.
-Favorece la salud y la seguridad con la prevención de riesgos laborales desde un sentido
amplio -incorporando en ella los riesgos psicosociales, que permita una mejora de la
productividad y una reducción del absentismo; todo ello redunda en una mejor imagen de la
empresa y contribuye a la sensibilización del resto de las partes interesadas.
-Mejora la reputación de la empresa en cuanto a  transparencia y acción social; se consigue
la fidelización e implicación del cliente y se incrementa el prestigio comercial; todo ello puede
complementarse con acciones de patrocinio social hacia la sociedad.
Des de la administración pública hay que fomentar la responsabilidad ambiental de las
empresas dando cumplimiento a la legislación vigente y potenciando las herramientas y los
mecanismos voluntarios en materia ambiental, acompañando a las empresas en su
aplicación.

9. Educar para el cambio hacia la sostenibilidad


La sostenibilidad no es un concepto sino un modo de afrontar los diferentes ámbitos de la
vida. Hacerlo comprensible, y que permita la corresponsabilidad de todos los agentes
sociales hacia un modelo de desarrollo sostenible es una tarea en la que los municipios
pueden implicarse.
En muchas de las comunicaciones municipales se pueden aprovechar los recursos 
informativos y divulgativos en diferentes soportes para acercar la sostenibilidad a la
ciudadanía. Hay que formar a los técnicos y políticos en el ámbito de la gestión ambiental
para de este modo poder impulsar mejores políticas locales sostenibles.

10. Validar políticas públicas de desarrollo integral y sostenible del territorio desde la
participación

Tradicionalmente el territorio se ha visto como un espacio para la especulación urbanística, y


en el que los sistemas naturales y culturales no eran más que realidades que había que
sortear, especialmente, si la legislación los protegía.
Aunque hoy puede considerarse una metodología anticuada las Agendas 21 promovidas por
Naciones Unidades siguen siendo un instrumento útil para la planificación estratégica
integral, municipal y supramunicipal ya que permite una visión territorial sostenible. Esta
visión sistémica del territorio y  los nuevos conceptos impulsados por la Unión Europea como
son los servicios ecosistémicos municipales  permiten la integración de las políticas
ambientales en los instrumentos de planificación, asegurando la aplicación de la evaluación
ambiental estratégica. Hay que promover los planes estratégicos, los planes de ordenación
urbanística municipal, los planes territoriales sectoriales con criterios de sostenibilidad
ambiental con la participación ciudadana. De este modo se permite la neutralización de los
excesos actuales o futuros sobre el suelo urbanizable y se fomenta la vivienda asequible y de
alquiler.
En la aplicación de la sostenibilidad resulta muy útil impulsar indicadores de sostenibilidad
territorial que permitan el análisis de la evolución de los diferentes vectores ambientales. La
llamada ciencia ciudadana o los tecnologías de obtención de datos “Smart city” facilitan
precisamente la implicación ciudadana a la hora de implantar las políticas y instrumentos de
planificación urbanística.

En las políticas urbanísticas municipales se pueden integrar los criterios de sostenibilidad en


la edificación y la construcción (controlando que se aplica el Código Técnico de la
Edificación en el caso de las viviendas) y promoviendo la rehabilitación de edificios para el
ahorro.
Hay que reforzar los procesos y las dinámicas de participación y compromiso social: no sólo
implicando a la ciudadanía (de forma individual o a través de entidades y asociaciones), sino
también reconociendo el esfuerzo que hacen los ciudadanos y apoyando al tejido asociativo
local.

FUENTES DE ENERGÍA SOSTENIBLE


La Energía sostenible es aquella que es capaz de satisfacer la creciente demanda actual sin
comprometer la demanda de las personas que lo requieran en el futuro. Todas las fuentes de
energía renovables como la solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica, de onda y energía de las
mareas son formas de energía sostenible. Estas fuentes de energía existen desde muchos
siglos atrás y todavía existen y lo seguirán haciendo. Las energías renovables tienen un bajo
impacto ambiental, y sobre todo están disponibles y se reponen de forma natural.
Una fuente de energía puede ser considerada como sostenible si cumple las siguientes 3
demandas:

 La energía se puede reponer de forma natural.


 La tecnología debe mejorar la eficiencia energética.
 La disponibilidad a largo plazo
La energía que se utiliza en el mundo necesita crecer de forma rápida como lo hace nuestra
tecnología. Los cambios en la tecnología han dado lugar a muchas otras fuentes alternativas
de energía, que pueden ser aprovechadas a través de diferentes técnicas modernas.

UTILIZACIÓN DE ENERGÍAS SOSTENIBLES EN LA COCCIÓN DE ALIMENTOS


Se requiere conocer los distintos factores económicos, socio-culturales y medioambientales.
Un punto fundamental para el éxito de estos programas será contar con la participación
activa e igualitaria de los miembros involucrados localmente (a modo de socios) durante las
diferentes partes del proyecto. De otro modo es casi imposible que cualquiera de estos
proyectos se mantenga en el tiempo.
LA ADMINISTRACIÓN Y PLANIFICACIÓN
DEFINICIÓN DE BIENES FAMILIARES
IDENTIFICACIÓN DE BIENES FAMILIARES
LA CULTURA DEL AHORRO
NORMAS PARA LA ECONOMÍA DE TIEMPO Y ENERGÍA
LEY DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR

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