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Colombia Libre/ Insurgencias del corazón

Claudia Korol*

Soñé que Colombia era libre. Un coro de pájaros cantaba cumbias a la libertad. La
tierra fertilizada por nuestra gente, florecía asombrada ante las vidas que
regresaban, desde la memoria a la historia.
Semillas no transgénicas esperaban pacientemente su turno para nacer.
Un manto de humus largamente fecundado cuidaba los brotes más tiernos.
Un río de coraje y ternura, sin represas, acariciaba las orillas soñadas, prometiendo
descanso.
La paz danzaba enamorando a la justicia. Y el pueblo… reía. Las risas como ráfagas
espantaban el miedo, disparaban contra el dolor…
Soñé que Colombia era libre… Que inauguraba plazas en los corazones de la gente
sencilla, donde bailaban los sueños olvidados.
Soñé que una pajarita que había migrado de su árbol, regresaba a él. Soñé la vuelta
al nido de millares de pajaritas. El sueño fue creciendo su audacia, y fueron millares
de mujeres y hombres, niñas y niños quienes regresaron a sus tierras…
Soñé que un coro de jóvenes cantaba a las esperanzas retornadas.
Soñé que eran hijos e hijas de los combatientes de todos los tiempos, que abrían
sus alas para ayudar a volar los sueños que les confiaron sus padres y madres...
Porque nadie, en realidad, puede cargar solo o sola, los sueños de varias
generaciones…
Soñé que una generación recién nacida hacía un collar de sueños perdidos, y
adornaba con ellos las marchas del pueblo.
Soñé que en todos los sueños echaban a volar, como bandadas de golondrinas
buscando su sur.
Soñé un amanecer con torcazas en la playa, fogones en los bosques, colibríes
bebiendo el néctar de las flores, hasta emborracharse de belleza.
No quise despertar…
Algunas veces, despertar puede significar perder los sueños. A veces los sueños
se nos escapan cuando nos creemos despiertas.
Soñé que me iba sumergiendo lentamente en el humus, en la corteza del mundo...
en la orilla del camino… y ahí me encontraba con los compañeros y compañeras,
con sus huesos, con su sangre, con sus gritos de combate, con sus caricias, con
sus besos clandestinos, con sus resistencias intactas.

*Claudia Korol es Coordinadora del Equipo de educación popular Pañuelos en Rebeldía.


Soñé que me abrazaba a la memoria colectiva, para inventar un sueño que pudiera
ser vivido a toda hora… un sueño no inducido… un sueño no anestesiado… un
sueño sin pesadillas.
En el humus nos encontramos. Nos reconocimos. Vamos naciendo. Vamos
regresando. Sobrevivimos a todas las muertes. Somos los sueños que no fueron
derrotados. Somos los sueños que seguimos soñando.

*Claudia Korol es Coordinadora del Equipo de educación popular Pañuelos en Rebeldía.

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