Conocidas también como sociedades irregulares de origen ya que son las que actúan bajo la apariencia de una sociedad pero que en realidad no lo son. Su situación se genera de pactos expresos (pudiendo ser verbales o escritos), que producen actuaciones de las personas como si fueran miembros de una sociedad, sin embargo, ni siquiera han iniciado el proceso de constitución bajo ningún tipo societario regulado por la ley. Estamos, por tanto, frente a sociedades informales que realizan actividades económicas sin haber iniciado el proceso de constitución social, inclusive con la clara intencionalidad de no hacerlo nunca, pero contratan a terceros con la apariencia de una sociedad, asumiendo los partícipes de esa sociedad informal plena y total responsabilidad, personal, solidaria e ilimitada. Sociedades irregulares de derecho Son aquellas que han celebrado cuando menos el pacto social de constitución, de acuerdo con alguna forma societaria valida. Se pueden distinguir dos tipos de sociedades irregulares de derecho: 1. Originarias: Cuando no concluyeron con el procedimiento de constitución de la sociedad, o lo han realizado con alguna irregularidad formal, trayendo como consecuencia la falta de personalidad jurídica. Ejemplo de esto son los casos siguientes: - Cuando todos los socios fundadores no logran firmar la minuta, - Cuando suscribiendo la minuta no se logra elevar a escritura pública, - Cuando otorgada esta no se inscribe en registros públicos, o - Cuando el título es observado por denominación o razón social semejante, entre otros. 2. Sobrevinientes: Se inscribió en registros y adquirió personalidad jurídica, pero al realizar su transformación a otro tipo societario adquirió algún vicio formal, o simplemente ha incurrido en una causal de disolución señalada por la ley y, aun así, continúan operando.