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Valor de las Horas de la Pasion y recompensa que dara a aquellos que las
haran.
"Hija mía, en recompensa por haber escrito las horas de mi Pasión, por
cada palabra que has escrito te daré un beso, un alma"
Y yo: "Amor mio, esto a mí, y a aquellos que las harán ¿Qué les darás?
Y Jesús: "Si la hacen junto conmigo y con mi misma Voluntad, por cada
palabra que reciten les daré un alma, porque toda la mayor o menor
eficacia de estas horas de mi Pasión está en la mayor o menor unión que
tienen conmigo, y haciéndolas con mi Voluntad, la criatura se esconde en
mi Querer, y actuando mi Querer puedo hacer todos los bienes que quiero,
aun por medio de una sola palabra; y esto cada vez que la hagan"
En otra ocasión estaba lamentando con Jesús, porque despues de tantos
sacrificios para escribir las horas de la Pasión, eran muy pocas las almasque
las hacían, y entonces Él me dijo:
"Hija mía, no te lamentes, aunque fuera sólo una deberías estar contenta,
¿No habría sufrido YO toda i Pasión aunque se debiera salvar una sola
alma?
Así también tú, jamás se debe omitir el bien porque sean pocos los que
aprovechen , todo el mal es para quien no lo aprovecha. Y así como mi
Pasión hizo adquirir el mérito a mi Humanidad como si todos se salvarán, a
pesar de que no todos se salvan, porque mi Voluntad era la de salvarlos a
todos, entonces merecí según lo que YO queria, no según el provecho que
las criaturas harían de mi Pasión, así tu, según que tu voluntad se halla
ensimismado con mi Voluntad, de querer y hacer el bien a todos, así serás
recompensada, todo el mal es de aquellos que pudiendo no las hacen. Estas
horas son las más preciosas de todas, pues no son otra cosa que repetir lo
que YO hice en el curso de mi Vida mortal, y lo que continuo en el
Santísimo Sacramento. Cuando escucho estas horas de mi Pasión, escucho
mi misma voz, mis mismas oraciones, veo mi Voluntad en esa alma,
voluntad de querer el bien de todos y de reparar por todos, y Yo me siento
transportado a morar en ella, para poder hacer en ella lo que hace ella
misma. ¡Oh, cuanto quisiera que, aunque fuera una sola por región, hiciera
estas horas de mi Pasión!; me oiría a Mi mismo en cada lugar, y mi Justicia,
en estos tiempos tan grandemente indignada, quedaría en parte aplacada.
Agrego que un día estaba haciendo la hora cuando la Mamá Celestial dío
sepultura a Jesús, y yo la seguía para hacerle compañia en su amarga
desolación para compadecerla. No tenía la costumbre de hacer esta hora
siempre, sólo algunas veces, y estaba indecisa si debía hacerla o no, y Jesús
bendito, todo amor y como si me lo rogara me ha dicho: "Hija mia, no
quiero que la descuides, la haras por amor mio en honor de mi Mamá.
Debe saber que cada vez que tu la haces, mi Mamá se siente como si
estuviera en persona en la tierra y repetir su vida y por lo tanto recibe ella
la gloria el amor que me dío a Mi en la tierra, y YO siento como si estuviera
de nuevo mi Mamá en la tierra, sus ternuras maternas, su amor y toda la
gloria que Ella me dío, por eso te tendré en consideración de Madre".
Entonces, abrazandome, oía que me decía quedo, quedo: "Mamá mía,
Mamá". Y me sugería lo que hizo y sufrío en esta Hora la Dulce Mamá, y yo
la seguia. Desde ese día en adelante no he descuidado esta Hora ayudada
siempre por su gracia.
Todo lo que Jesús hizo y sufrío esta en continuo acto de darse al hombre
"Hija mía, cada vez que el alma piensa en mi Pasión, recuerda lo que he
sufrido o me compadece, en ella se renueva la aplicación de mis penas,
surge mi sangre para inundarla y mis llagas se ponen en camino para
sanarla si está llagada, o para embellecerla si está sana, y todos mis méritos
para enriquecerla. El negocio que hace es sorprendente, es como si pusiera
en el banco todo lo que hice y sufrí, y de ello obtine el doble, porque todo
lo que hice y sufrí está en continuo acto de darse al hombre, así como el sol
está en continuo acto de dar luz y calor a la tierra; mi obrar no está sujeto a
agotarse, solamente con que el alma lo quiera, y por cuantas veces lo
quiera, recibe el fruto de mi Vida, así que si se recuerda veinte, cien, mil
veces de mi Pasión tantas veces de más gozará los efectos de Ella, pero qué
pocos son los que de Ella hacen tesoro. Con todo el bien de mi Pasión se
ven almas débiles, ciegas, sordas, mudas, cojas, cadáveres vivientes que
dan repugnancia, porque mi Pasión ha sido puesta en el olvido. Mis penas,
mis llagas, mi sangre, son fuerza que quita las debilidades, luz que da vista a
los ciegos, lengua que desata las lenguas y abre el oído, es medio que
endereza a los cojos, vida que resucita a los cadáveres. Todos los remedios
necesarios a la humanidad están en mi Pasión, pero la criatura desprecia la
medicina y no pone atención a los remedios, por eso se ve que con toda mi
Redención, el hombre perece en su estado como afectado por una
enfermedad incurable. Pero lo que más me duele es ver a personas
religiosas que se fatigan para hacer adquisición de doctrinas, de
especulaciones, de historias, pero de mi Pasión, nada, así que mi Pasión
muchas veces está desterrada de las iglesias, de la boca de los sacerdotes,
así que su hablar es sin luz y las gentes quedan más en ayunas que antes"
El pecado es cadena que ata al hombre, y Jesús quiso ser atado para
romper sus cadenas
"Hija mia, el paso más humillante de mi Pasión fue propiamente éste, el ser
vestido y tratado como loco, llegué a ser el juguete de los judios, su harapo;
humillación más grande no podría tener mi infinita Sabiduría; no obstante
era necesario que Yo Hijo de Dios, sufriera esta pena. El hombre pecando se
vuelve loco, locura y juguete de vilísimas pasiones que lo tiranizan y más
que un loco lo encadenan a su antojo, arrojándolo en el fango y
cubriéndolo con las cosas más sucias. ¡Oh! qué gran locura es el pecado, en
este estado el hombre jamás podía ser admitido ante la Majestad Suprema,
por eso quise sufrir esta pena tan humillante, para conseguirle al hombre
que saliera de este estado de locura, ofreciéndome Yo a mi Padre Celestial
para sufrir las penas que merecía su locura. Cada pena que sufrí en mi
Pasión no era otra cosa que el eco de las penas que merecían las criaturas;
este eco retumbaba en Mi y me sometía a penas, a desprecios, a burlas y a
todos los tormentos"