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Unción De Los Enfermos

¿Qué es la Unción de Enfermos?


Es el sacramento que da la Iglesia para atraer
la salud de alma, espíritu y cuerpo al cristiano
en estado de enfermedad grave o vejez.

¿Cuántas veces puede recibir el sacramento


un cristiano?
Las veces que sea necesaria, siempre que sea
en estado grave. Puede recibirlo incluso
cuando el estado grave se produce como
recaída de un estado anterior por el que ya
había recibido el sacramento
Rito y Celebración (Liturgia)
Todos los sacramentos se celebran en forma litúrgica y comunitaria, y
la unción de los enfermos no es ninguna excepción. Esta tiene lugar en
familia en la casa, en un hospital o en una iglesia. Es conveniente, de
ser posible, que vaya precedido del sacramento de la Reconciliación y
seguido por el Sacramento de la Eucaristía.
La celebración es muy sencilla y comprende dos elementos, los
mismos que menciona Santiago 5, 14: se imponen en silencio las
manos a los enfermos, se ora por todos los enfermos – la epíclesis
propia de este sacramento – luego la unción con el óleo bendecido.
CITAS BIBLICAS
• La hemorroísa:
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde
hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos
médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho
alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se
decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su
manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus
vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente
de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.
Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había
salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha
tocado los vestidos?» Sus discípulos le contestaron: «Estás
viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha
tocado?"» Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la
que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le
había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se
postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu
fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu
enfermedad».
• Hija de Jairo
Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y
observa el alboroto, unos que lloraban y
otros que daban grandes alaridos. Entra y
les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La
niña no ha muerto; está dormida». Y se
burlaban de Él. Pero Él después de echar
fuera a todos, toma consigo al padre de la
niña, a la madre y a los suyos, y entra donde
estaba la niña. Y tomando la mano de la
niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir:
«Muchacha, a ti te digo, levántate». La
muchacha se levantó al instante y se puso a
andar, pues tenía doce años. Quedaron
fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió
mucho en que nadie lo supiera; y les dijo
que le dieran a ella de comer.
Encuentro de Jesús con los enfermos

Con las anteriores citas bíblicas se puede reflejar lo que la acción de Dios
mediante los milagros de Jesús provocaban en los creyentes enfermos.

Los enfermos de gravedad recurren a Jesús porque este les va a dar serenidad,
para que lleguen bien al reino de Dios. En este sacramento Jesús esta
representado en el sacerdote encargado, pues este es quien expulsa los
espíritus impuros.
Cuando un hombre empieza a estar en peligro
de muerte por causa de enfermedad o por la

Sujeto vejez.
Este sacramento puede ser recibido varias
veces, cuando después de haberlo recibido, la
enfermedad se agrava.
- El padre va a donde se encuentra el enfermo o el anciano y unge, es decir, unta con óleo
sagrado ( el óleo es un aceite de oliva que es bendecido por el Obispo el jueves santo ) la
frente y las manos del enfermo y dice la siguiente oración :

Por esta santa


unción y por su
bondadosa
misericordia te
ayude el Señor
con la gracia
del Espíritu
Santo para que
libre ya de los
pecados, te
salve y te alivie
por su
benignidad. ¨
- No es bueno
pensar que este
sacramento debe
darse cuando ya sé
esta muriendo la
persona, pues la
Iglesia recomienda
que se reciba al
comienzo de la
enfermedad, para
que la persona lo
reciba con lucidez, o
sea, que sé de
cuenta, y con fervor,
porque la unción
ayuda también si así
Dios lo quisiera, para
curar la enfermedad.
Materia
• Solo el sacerdote puede dar este sacramento
• El padre va a donde se encuentra el enfermo o el anciano y unta con óleo
sagrado la frente y las manos del enfermo y dice una oración.
• No es bueno pensar que este sacramento debe darse cuando ya sé esta
muriendo la persona, pues la Iglesia recomienda que se reciba al comienzo
de la enfermedad, para que la persona lo reciba con lucidez, o sea, que sé
de cuenta, y con fervor, porque la unción ayuda también si así Dios lo
quisiera, para curar la enfermedad.
Solamente los sacerdotes o los Obispos pueden ser el ministro
de este sacramento. Esto queda claro en el texto de Santiago y
los Concilios de Florencia y de Trento lo definieron así,
interpretando dicho texto. Únicamente ellos lo pueden aplicar,
utilizando el óleo bendecido por el Obispo, o en caso de
necesidad por el mismo presbítero en el momento de
administrarlo.

Es deber de los presbíteros instruir a los fieles sobre las ventajas


de recibir el sacramento y que los ayuden a prepararse para
recibirlo con las debidas disposiciones

Ministro
Ministro
• El ministro, no debe administrar en el
caso de quien vive en un estado de
pecado grave habitual, o a quienes lo
han rechazado explícitamente antes de
perder la conciencia. En caso de duda se
administra “bajo condición”, su eficacia
estará sujeta a las disposiciones del
sujeto.
• Para administrarlo es necesario es que se
deba a una enfermedad o vejez, pero no
obligatoriamente por peligro de muerte.
Puede ser antes de una operación que
implique un gran riesgo.
¿Qué efectos tiene la Unción de enfermos?
La unción une al enfermo a la Pasión de Cristo
para su bien y el de toda la Iglesia; obtiene
consuelo, paz y ánimo; obtiene el perdón de
los pecados (si el enfermo no ha podido
obtenerlo por el sacramento de la
reconciliación), restablece la salud corporal
(si conviene a la salud espiritual) y prepara
para el paso a la vida eterna.

Cristo fortalece a los cristianos ante la


enfermedad, la vejez, y la muerte
Es un don particular del Espíritu Santo

La primera gracia es de consuelo, paz y ánimo


para vencer las dificultades propias de la
enfermedad o la fragilidad de la vejez. Es un
don del Espíritu Santo que renueva la
confianza y la fe en Dios y fortalece contra las
tentaciones del maligno, como el desaliento y
la desesperación.
Alejando Castillo
Arelí Giesecke
Mariana Ramos
Karla Zarate
José Antonio Arteaga

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