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#APRENDOENCASA

Educación Primaria

6.o grado

SEMANA 4

Las decisiones del rey

DÍA 1

Había una vez un reino donde faltaba mejorar


las calles, los parques y construir puentes y
plazas. El rey, muy preocupado, se reunió
con el Consejo Real, a quienes planteó:

—Señoras y señores, ¿qué debemos hacer


para mejorar las calles, construir puentes
y plazas? —Uno de los sabios, el más viejo
de ellos, le respondió:

—Su majestad, debemos recaudar


impuestos. Pero, también, debemos
promover que los habitantes del reino
participen activamente en el cuidado y
mejora del reino, por ejemplo, limpiando
los canales de agua de regadío, limpiando y
conservando los caminos, entre otros.

—¿Impuestos? —preguntó el rey extrañado.

—Así es —carraspeó el consejero— Aquí las personas


trabajan, majestad, pero no pagan para que usted, como gobernante
de este reino, disponga de dinero para hacer que esta ciudad
se vuelva hermosa. Usted debería de cobrar cuotas
para reconstruir nuestra ciudad. A esas cuotas, se
les conoce como impuestos.

—Tienes toda la razón, consejero. Cobraré


impuestos a toda la población que trabaja en
este reino —replicó el rey, entusiasmado.

En un momento, mandó un mensajero a la


plaza donde se reunían las personas para
comprar y vender sus productos. Este leyó la
orden a todos los súbditos que se acercaron a

Consideraciones para atender nuestras diversas formas de aprender.


EDUCACIÓN PRIMARIA
Las decisiones del rey 6.O grado

escucharlo. También les explicó que el rey había nombrado a un recaudador


que se encargaría de cobrar los impuestos al pueblo.

Las personas al recibir semejante noticia pensaron que el rey se había vuelto
loco. Sin embargo, más tarde, al comprobar que el asunto iba en serio, se
enojaron mucho, pues nunca antes habían pagado impuestos. Se oían voces
que decían:

—¿Por qué pagar impuestos?

—Pero ¿qué le pasa al rey? ¿Qué no ve nuestro esfuerzo por ganarnos la vida
y aun así nos pide dinero?

—¿Pagar impuestos? ¡Jamás!

Al enterarse de los reclamos del pueblo, el rey mandó nuevamente al


mensajero a leer un nuevo mensaje en el que explicaba al pueblo lo que
harían con el dinero de los impuestos.

Al escucharlo, entendieron y, pensando en el bien de su reino, obedecieron la


ley. Todos pagaron sus impuestos cuando llegó el tiempo de hacerlo.

Luego, el recaudador se ponía de acuerdo con el rey y sus consejeros para


usar el dinero de los impuestos en mejorar la vida de los pobladores.

Pasados unos meses, las personas empezaron a ver cómo su reino se


transformaba en un lugar alegre y bello. De pronto, aparecieron jardines
y parques muy bien alumbrados, se construyeron escuelas, se edificaron
museos, puentes y largas carreteras. También, los caminos estaban muy
conservados y los canales de regadío se encontraban en buenas condiciones
por la colaboración de los habitantes.

Entonces los súbditos del rey cambiaron de opinión respecto al pago de


impuestos: estaban muy contentos, pues vieron cómo estos eran utilizados
por el rey de tan buena manera. También el monarca y sus consejeros estaban
felices, pues el reino había cambiado mucho; ahora era grande y hermoso.

La estrategia del rey fue buena: ¡los impuestos funcionaron!

Adaptado de “Los impuestos del rey” de Verónica Huacuja


ww.veronicahuacuja.com.mx/culturafi nanciera_6impuestosdelrey_a.html.

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