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Alimentacion para El Corazon
Alimentacion para El Corazon
Por otro lado, nuestra alimentación tiene mucho que ver con el funcionamiento del
corazón. Así como éste impulsa hacia los demás tejidos la sangre y los nutrientes, su
estructura muscular debe recibir estos nutrientes en cantidad suficiente para
continuar latiendo alrededor de ochenta veces por minuto, cada hora de cada día del
año.
Existen distintos tipos de grasas insaturadas, pero las más representativas son las
poliinsaturadas (como los ácidos grasos omega-3, característicos del pescado azul) y
las monoinsaturadas (especialmente el ácido oleico, presente en el aceite de oliva y
el aguacate). Las grasas poliinsaturadas contribuyen a reducir las tasas de colesterol
total (tanto el HDL-c, también llamado colesterol bueno, como el LDL-c o colesterol
malo) y de triglicéridos en sangre. Estas grasas también destacan por su capacidad
de reducir el riesgo de formación de trombos o coágulos. Las monoinsaturadas,
reducen el colesterol total a expensas del LDL-c, evitan su oxidación (principal causa
por la que dichas partículas de colesterol tienden a adherirse a los vasos sanguíneos
formando las llamadas placas de ateroma) y aumentan los niveles del HDL-c.
La fibra es una sustancia que arrastra parte del colesterol de nuestro organismo
junto con las heces, por lo que también contribuye a reducir sus niveles en sangre.
Son alimentos especialmente ricos en fibra las legumbres, las verduras y hortalizas,
las frutas frescas y secas, los frutos secos y los cereales integrales (pan, arroz, pasta
y cereales de desayuno integrales…).
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