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Journal of the American Academy of Child Psychiatry Vol. 14 No, 3 Summer 1975 Fantasmas en e] Cuarto de los Nifios Un Enfoque Psicoanalitico al Problema de las Relaciones Hijo-Madre Deterloradas : Selma Fraiberg, Edna Adelson y Vivian Shapiro En todos los cuattos de tiiios hay fantasmas. Sc trata de visitas del pasado no recordado de los padres; personas no invitadas al bautizo. En circunstancies del todo favorables, los espftitus no amistosos y no invocados son expulsados del cuarto de los nifios y regresan a su residencia subterrénea. El bebé hace su propio reclamo del amor paternal y, en estricta analogfa con los cuentos de hadas, los lazos de amor protegen al nifio y a sus padres de los intrusos y malévolos fantasmas. Esto no quiere decir que los fantasmas no hagan fechorfas desde sus tumbas. Adn en las familias donde los lazos de amor son estables y fuertes, los intrusos del pasado paterno pueden colarse en el cfrculo magico en un momento de descuido, y padre ve hijo se encontraréi volyiendo a actvar un momento 0 una escena de otra época con otros personajes. Estos sucesos no tienen importancia en el teatro familiar y ni ol hijo ni los padres ni su lazo estén en peligro por esta breve intrusién. Uswalmente no se necesita que os padres nos busquen para servicios clinicos. En otras familias, puede haber acontecimientos més inquietantes en el cuarto del nifio, causados por intrusos del pasado. Pareciera que hubiera una cantidad de fantasmas de paso que se establecen en el cuarto del niiio de manera selectiva. Parecieran hacer sus fechorfas de acuerdo con una agenda hist6rica 0 temitica, especializandose en reas como la alimentacién, el suefio, el entrenamiento en el uso del bafio o la disciplina, dependicndo de las debilidades det pasado paterno. En estas circunstancias, aun cuando los lazos entre padres e hijo son fuertes, los padres pueden sentirse incapaces ante la invasién y pueden buscar orientaci6n profesional. En nuestro trabajo, hemos encontrado que estos padres formarén una fuerte alianza con nosotros para expulsar a los intrusos del cuarto de los nifios, No es dificil encontrar medios educativos o terapéuticos para manejar a los invasores ‘en trénsito. {Pero cémo explicamos otro grupo de familias que parecen posefdos por sus fantasmas? Los intrusos del pasado han establecido su residencia en-et cuarto de los nifios, reclaman Exe ato ex dedicado ala memoria de Beata Rank, quien hizo pregunas ybuse loa mods ue Aluminaron los primeros ats de vids Selma Fraiberg es Profesora de Psicoandlisis del Nifo y Directora del Proyecto de Desarrollo del Nifo, Departamento de Psiquiatrfa, Universidad de Michigan. Edna Adelson es psicdloge y Vivian Shapiro, trabajadora social; ambas son miembros de planta del staff del Proyecto de Desarrollo del Nifto, Este trabajo es una versiGn ampliada del presentado como Ja Conferencia del Beata Rank Memorial, Boston, Psychoanalitic Society and Institute, 23 de mayo de 1974, El Programa de Salud Mental Infantil descrito en estas paginas es apoyado por la Fundacién Grant de New “York, National Institutes of Menial Health Grant #4 Rol MI 24746-01 Al, y University of Michigan Medical ‘School General Research Support Grant # NIH 5S01-RR05385-11, ‘Pueden silicitarse copias «la Sra, Freiberg, 201 E, Catherine Street, Ana Arbor, Michigan 48108. tradicién y derechos de propiedad, Han estado presentes en los bautizas por dos 0 més generaciones. Nadie Jos ha invitado, pero los fantasmas se establecen y dirigen cl ensayo de la tragedia familiar guiados por un guién gastado. En nuestro Programa de Salud Mental Infantil hemos visto muchas de estas familias con sus bebés. El bebé ya esté en peligro cuando lo conocemos, muestra’ sintomas tempranos de privacion émocional o graves s{ntomas o'deterioro en el desarrollo.” En cada uno do estos tasos, el bebé se ha convertido en un participante silencioso de la tragedia familiar. El bebé de estas familiaslleva la carga del opresivo pasado de sus padres desde el momento en que Hega al mundo. El padfe parece condenado a repetir al detalle Ia tragedia de su infanciaicon su propio bebé. . Estos padres puede que no nos busquen para orientacién profesional. Los fantasmas que s° han establecido por tres o més generaciones pleden no ser identificados como representantes del pasado pateno. Los padres pueden no estar listos para formar una Hlienza con nosotros para proteger al bebé. Es més posible que seamos nosotros y no los fantasmas los que parezcamos intrusos. Tos que tenemos interés profesional en Jos fantasmas del cuatio de los niios no comprendemos ai las complefidades y paradojes del cuento del fantasma, {Qué determina fi el pasado conflctivo de un padre se repetiré con el hijo? Es la morbo en Ta historia paterna el determinante principal? Esta explicacién nos parece demasiado ffcil, Es cierto {ue todos conocemos familias cuya historia patema de tragedia, crueldad y dolor no se ha infligido en los hijos. Los fantasmas no inundan el cuarto de los nifios ni carcomen los Iazos de amor. Por otto lado, debémos pensar que, si la historia se repitiera fielmente, la familia humane misma se hubiera ahogado hace mucho en su propio pasado opresivo. La raza se mejora. Y puede que esto se deba a que la mayoria de los hombres y mujeres que han conocido el Eafrimfento encuentra la renovacién y Ja curaciéa de su dolor infantil en la experiencia de traer un hijo al mundo, En términos ‘mas sencillos - lo hemos escuchado a menudo en los padres - el padre dice, “Quiero algo mejor de lo que tuve para mi hijo”. Y le trxe algo mejor a su hijo. Ast, todos hemos conocido padres j6venes que han sufrido pobreza, prutalidad, muerte, bandono y, 4 veces, toda la gama de horrores infaniles, que no infligen su dolor en sus hijos, La historia no es el destino y si la patemidad se ve inundada de dolores y heridas, o si se converte en una época de renovaci6n no se puede predecit paséndose en la narracién del pasado paterno. Debe haber otros factores en la experiencia psicolégica de ese pasado que determinen la repetici6n en el presente, En el trabajo terapéutico con las familias por el bien de los bebés, todas nos beneficiamos dg los descubrimientos de Frend, antes. del. principio de este siglo. Sabemos, que los faptasmas representan la repeticién del pasado en el presente, También nos bencficiamos del método que desarrollé Freud para recobrar los acontecimientos del pasado y deshacer {os efectos mérbidos del pasado en el presente. Los mismos bebés, que a menudo se ven afectados por las enfermedades del pasado patemo, han sido tos tlfimos en beneficiarse de! gran descubrimiento del psicoanflisis y de la psicologta del desarrollo. Este paciente, que no puede hablar, ha esperado un vocero elocuente. . Durante las tres décadas pasadas, una cantidad de psicoanalistas y psicblogos del desarrollo han estado hablando por los bebés. [Lo que nos han estado diciendo los bebés constitaye graves noticias, Ustedes ya conocen la historia y no. voy « infentar resumir la vasta Iiteratura que ha surgido de nuestros estudios de la infancia. 298, En nuestro trabajo en el Proyecto de Desarrollo del Nifio, nos hemos familiarizado bien con Jos fantasmas en el cuarto de los nifios. Los breves intrusos que hemos descrito o los fantasmas no invocados que visitan temporalmente no presentan problemas al clfnico. Los padres se convierten en nuestros aliados para eliminar a los fantasmas. Bs el tercer grupo, Jos fantasmas que invaden el cuarto de los nifios y se instalan, los que presentan los més graves problemas terapéuticos’para nosotros. {Cémo pueden Jos fantasmas del pasado patemo invadir el cuarto de nuestro bebé con tal Snsistencia y, propiedad, reclamando su derecho por encima de los del bebé? Esta pregunta constituye el centro de nuestro trabajo. Las respuestas estin surgiendo y al cierre de este ensayo regresaremos a esta pregunta, y offeceremos una hipétesis derivada de nuestra experiencia clinica. En este trabajo describiremos nuestro estudio y tratamiento clinicos a través de dos de los muchos bebés en peligro que hemos recibido, A medida que muestro trabajo progresaba, hhuestras familias y sus bebés nos abrfan las puertas, 10 que iluminaba el pasado y el presente. Nuestro conocimiento psicoanalitico abrié caminos para comprender Ja Fepeticién de) pasado en el presente. Los métodos de tratamiento que desarrollamos lnieron el psicoandlisis, 1a psicologia del desarrollo y el trabajo social de una manera que ilustraremos. La recompensa para los bebés, las familias y nosotras ha sido grandisima. En nuestro trabajo de colaboracién, Edna Adelson, psicéloga de planta, fue la terapista de Mary y su familia; Vivian Shapiro, trabajadora social de planta, fue la terapista de Greg y su familia y Selma Fraiberg fue la supervisora de caso y consultora psicoanalitica, ‘Mary ‘Mary, quien nos lleg6 a la edad de 5¥4 meses, fue el primer bebé refcrido a nuestro nuevo Programa de Salud Mental Infantil. Su madre, la Sra, March, se habfa presentado en una agencia de adopcién algunas semanas antes. Querfa dana ‘Sa bebé en adopcién. Pero no se podfan procesar Jos planes de adopcién ya que el Sr. March no daba su consentimiento: La mamé de Mary fue descrita como una “madre que rechaza”. Por supuesto que a nadie le gusta una madre que rechaza, ni en nuestra comunidad nien ninguna otra y, en este punto, Mary y su madre podrian haber desaparecido en el anonimato de una comunidad metropolitana, reapareciendo, quiz4s, nuevamente cuando las golpeara la tragedia. Pero la casualidad trajo a la familia a una de riuestras clinicas psiquidtricas en la Universidad, La evaluaci6n'psiquidtrica de Ja Sra. March revel6 una severa depresiéa, un intento de suicidio con aspirina, una mujer tan atormentada que apenas podfa con las tareas cotidianas de la yida. La “madre. que.rechaza” era vista ahora como,una,madre deprimida. Se recomends tratamiento psiquistrico con personal de la clinica. Entonces, un miembro del equipo clinico dijo, “Y, qué de la bebé?” Se habfa anunciado la apertura de nucsi Nive Programa de Salud Mental Infantil para el dia siguiente. Nos hicieron una Tamada telefonica y se acord6 proveer evaluacién jnmediata a la bebé y considerar su tratamiento. Primeras Observaciones Desde el primer momento que vimos a Mary, tuvimos razones pata preocyPstnts serlamente. A los 5% meses, tenfa todo el estigma de un bebé que ha pasado 12: mejor parte de su vide en une cana com poco més que el culdado obligatorio, Estaba alimentada de formaladééiada y:cuidada fisicamente, pero laiparte;de:atrds de su cabeza estaba calve. ‘Mostraba’poco interés en su entorno; estaba indiferente, demasiado calladd: Parecfa tener solo una ‘efiie’ conexién con su madre. ‘Sontefa poco. ‘No'buscaba contacto visual ‘con sit madre de manera esponténea ni hacia gestos para alcanzarla. Habfa pocas:vocalizaciones esponténeas, En momentos de incomodidad 0 ansiedad, no buscaba a su madre. Fallé en casi todos los items personal-sociales en la escala dé Bayléy en la prueba de desarrollo. En ‘un punto de la prueba, un sonido inesperado (Ia prueba de la campana de Bayley) derribé su Ifmite de tolerancia y la bebé sucumbi6 al terror. s ‘La misma madre parecia encerrada en un terror privado, remota; distante; sin embargo, nos daba sefias irregulares de capacidad de afecto: Por semanas nos aferramos a un mindsculo cuadro capturado en video, en el cual la bebé hace un gesto torpe para alcanzar ala madre y Ja mano de su madré esponténeamente se mueve hacia la bebé. Las manos no se tocan, pero el gesto simbolizaba para las terapistas, un intento de acercamiento entre elas y nos aferramos a esta esperanza simbélica. Hay un momento al inicio de cada caso donde se fevela algo que nos dice la esencia del conflicto. Este momento apareci6 en la segunda sesi6n de trabajo cuando Ia Sra. Adelson invité a Mary. y a su madre a nuestra oficina. Por casualidad se captur6 este momento en video, porque estébamos grabando la sesién de evaluacién de desarrollo como lo hacemos usualmente. Mary y su madre, la Sra, Adelson y Ia Sra. Evelyn Atreya, una evaluadora, estaban presentes, ‘Mary empieza a llorar. Es un Hanto ronco y espectral para un bebé. La Sra. Atreya interrumpe la prueba, En la cinta vemos a la bebé en brazos de su madre, gritando sin esperanzas; no se vuelve hacia su madre buscando consuelo, La madre luce distante, metida en su propio mundo, Hace un gesto distrafdo para consolar a la bebé y se, da por vencida. Mira a otro lado. Los gritos contintian por cinco horribles minutos en nuestra cinta, En el fondo se oye la voz de la Sra. ‘Adelson alentar suavemente a la madre. “Qué hace usted para consolar a Mary cuando Hora de esta manera? Las Sras. Adelson y Atreya Tuchan con sus sentimientos. Estin reprimiendo sus deseos de tomar a la bebé, abrazarla, murmurarie palabras de consuelo. Si ellas ceden ante este impulso, estarfan haciendo justo Jo que no deben hacer. Porque Ia Sra. March verfa entonces a otra mujer consolando a su ebé y se confimmarfa su conviccién de que es una mala madre. Son unos cinco minutos espantosos para la bebé, la madre y las dos psicSlogas. La Sra. Adelson mantienc su comipostura, le habla de mariera compasiva a la Sra. March. "Finalmente, la visita termina ‘cuando la Sra. Adelson sugiere que la bebé est4 fatigada y que posiblemente preferirfa estar en su propia cuna en casa y se ayuda a midre y bebé a terminar la visita con planes para una tercera proxima visita, e ‘Al mirar Ja cinta més tarde en le-sesi6n de staff, nos dijimos unas a otras de manera incrédula, “Es como si esta madre no oyera el Ilanto de su bebé. . Esto nos llevd a-una pregunta clave para el diagnésticot “{Por qué no oye esta mujer el lanto de su bebé?” La Historia de la Madre [La Sra. March fue una nifia sbandonada, Su madre sufri6 una psicosis postpartum al poco tiempo de dar a luz a la Sra. March y a su hermano gemelo. En:un intento suicida, se destroz6 parte de la cara con una pistola, quedando horriblemente mutilada de por vida. De ah, pas6 casi todo el resto de su vida en wn hospital y sus'hijos casi no ta conocfan. Por cinco,afios la Sra. March quedé bajo el cuidado de una‘tfa.” Cuando la tfa ya no pudo hacerse cargo de ella, la Sra. March fue enviada a la casa de su abtiela materna, una anciana pobre y agobiada que la cuidé a regafiadientes. El padre de la Sra, March entraba y salfa de Ja escena familiar. No supimos mucho de 61 hasta avanzado el tratamiento. Era una historia de sombria,pobreza rural, secretos familiares siniestros, psicosis, crimen, una tradicién de promiscuidad en las mujeres, suciedad y desorden en la cai, ¥"de polictas y agencias protectoras en el fondo haciendo inatiles esfuerzos de salvaci6n. La Sra. March era layhija'techazada de una familia rechazada! Tarde en su adolescencia, la Sra, March conoci6 y se cas6 con su.esposo, quien venia de ‘una pobreza y desorden familiar similares a los suyos. Pero él queria para s{ algo mejor que Jo-que su familia tuvo. Se convirti6 en el primer miembro de su familia en luchar por salir del ciclo de futilidad, en encontrar trabajo estable, en establecer un hogar decente. Cuando estos dos j6venes solitarios y abandonados se encuentran, hay un consentimiento mutuo de que querfan algo mejor que lo que habfan conocido. Pero ahora, después de varios afios de esfuerzo, la cafda haba comenzado. ‘Habfa una alta posibilidad de que Mary noyfuera hija del Sr. March. La Sra. March habla tenido una breve aventura con otro hombre, Suiculpa por la aventura y sus dudas acerca de Ja paternidad de Mary se convirtieron en un tema obsesivo de su historia, Bn una especie de letanfa de sufrimientos que oirfamos.una y otra vez, habfa un tema: “La gente se le quedaba mirando a Mary”, pensaba, “Sé le quedaban mirando y sabfan que su padre'no era su padre, Ellos sabfan que su madre habfa arruinado su vida.” EI Sr. March, que comenzaba a parecernos el més fuerte de los dos, no estaba obsesionado con la paternidad de Mary. Bbestaba convencido de que era’el padre de Mary. Y de todas maneras, quetfa a Mary y queria quedarse con ella. La obsesi6n de su esposa con la paternidad trajo discusiones a gritos a Ia casa. “Olvidalo”, decfa el Sr. March. “jDeja de hablar de eso y hazte cargo de Mary!” Nin la familia de él ni en Ja de ella, era un estigma la ilegitimidad. En el caso del clan de la Sra, March, la promiscuidad de sus mujeres en por lo menos tres o Cuatro generaciones puso en duda la patemnidad de. muchos hijos. Por qué estaba tan obsesionada la Sra. ‘March? {Por qué el sentimiento atormentador de pecado? Pensamos que este persistente y preocupante sentimiento de pecado pertenecfa a la nifiez, a pecados enterrados, muy posiblemente crimenes de la imiaginacién, En varias ocasiones, al leer los informes clinicos, tuvimos Ja fuerte impresi6n de que Mary era la hija pecadora de una fantasfa de incesto. Pero, si estibamos en lo cierto, jo6mo podrfamos Hlegar a esto en nuestra psicoterapia de una vez por semana? Tratamiento: La Fase de Emergencia {C6mo comenzar? Debemos recordar que Mary y la Sra. March fueron nuestros primeros pacientes, No tenfamos modelos de tratamiento a nuestra disposici6n. De hecho, nuestra tarea en este primer Programa de Salud Mental Infantil era desarrollar métodos on cl transcurso de nuestro trabajo, Por supuesto que tenia sentido que comenzéramos con un modelo conocido, en el cual nuestro residente en psiquiatria, el Dre'Zinn; trabaja en sesiones de psicoterapia semanales 0 dos veces por semana, y la psicéloga, la Sra. Adelson, provee apoyo y orientacién de desarrollo en beneficio del bebé a través de visitas al hogar. Pero en las primeras sesiones nos dimos cuenta que la Sra, March estaba huyendo del Dr. Zinn y del 5 - 203" tratamiento psiquidtrico. La situaci6n de encontrarse sola con un hombre le producta.un miedo fobico que casi la dejaba muda por horas 0 hablando de cosas triviales. Todos los tesfuerzos por legar a la Sra. March, a sus ansiedades o incomodidad en esta relacién nos Hevaban a un impasse. Se mencion6 un tema una y otra vez. Ella no,confiaba en los hombres, Pero también captamos sefiales, en su comunicacién evasiva, de un terrible secreto que nunca revelarfa a nadie. Faltaba a citas més frecuentemente de lo que asistia a ellas, Con mucha dificultad, el Dr, Zinn sostuvo una relaci6n con ella. No fue sino hasta casi un afio después que finalmente escuchamos el secreto y entendimos el miedo f6bico que conducia a esta formidable resistencia. No se pueden sacar generalidades de esta experiencia. Algunas veces nos han preguntado st Jas mujeres terapistas tienen mayor ventaja al trabajar con madres que han suftido privacién materna, Nuestra respuesta, después de casi dos afios de trabajo, es “no necesariamente: a veces, para nada”. Tenemos ejemplos en nuestro trabajo en los cuales un terapista Jnasculino tuvo mayor Ventaja al trabajar con madres. Tendemos a asignar los casos sin preocupamos demasiado del sexo del terapista, La Sra, March debe ser considerada un caso excepcional. Pero ahora nos encontrébamos con un dilemi terapéutico. Fl trabajo de la Sra. Adelson era concentrarse en Ia relacién hija-madre a través de las visitas al hogar. La Sra. March necesitaba su propio terapista, el Dr. Zinn, pero un miedo mérbido hacia los hombres surgfa en la transferencia, impedia que ella usara la ayuda psiquidtrica que se le ofrecia. Con mucho tiempo y trabajo paciente en el tratamiento psiquidtrico esperébamos poder revelar el secreto que la-reducia al silencio y a escapar de Ja transferencia con e! Dr. Zinn, Pero el bebé estaba en grave peligro y no podfa esperar la solucién de la neurosis de la madre, Observamos qué la Sra. Adelson no producfa las mismas ansiedades.mérbidas en la Sra, March, pero su papel de terapista, de la psicéloga en casa, no se prestaba fécilmente para descubrir los elementos conflictivos en la relacién de la madre con la bebé y el tratamiento de la depresién de la madre. Comio no tenfamos alternativa, decidimos usar las visitas en asa para nuestro tratamiento de emergencia. [Lo que sorgi6 entonces fue un tipo de “psicoterapia en Ia cocina”, por decilo asf, el cual les perecerd familiar en el método y poco comin en el ambiente. El método, una variante de la psicoterapia psicoanalitica, usé la transferencia, la repeticiOn del pasado en el presente y 1a fnterpretacién. . Igualmente importante fue la inclusién en el método de continuas ‘observaciones del desarrollo del bebé y una educacién no didctica y con tacto de la madre en el reconocimiento de las necesidades del bebé y sus sefiales. . El ambiente-era la cocina de la familia ola sala. La paciente.que no hablaba estaba siempre presente en las entrevistas si no estaba durmiendo la siesta. La paciente que hablaba hacia Eus labores domésticas o alimentaba a la bebé o le cambiaba los pafiales. Los ojos y ofdos Go Ia terapista estaban tentos tanto a la comunicacién no verbal dela bebé como a Ja sustancia de las comunicaciones verbales y no verbales de la madre. “Todo'lo que sucedia entre la madre y Ia bebé estaba al alcance de la terapista y en el centro de Ja terapia. El dilogo entre la madre y Ia terapista se centraba en las preocupaciones del momento y s° movfan hacia atrés y hacia adelante entre el pasado y el presente, entre esta mare c hija y otra hija y su familia en el pasado de la madre. El método dio resultados y-nos lev6, en J -20t- casos posteriores, a explorar las posibilidades de un solo terapista en un tratamiento con base en casa. ‘Trataremos de resumir ahora el tratamiento de Mary y su madre y de examinat los métodos que fueron utilizados. En las primeras horas de tratamiento, la historia de la Sra. March fue surgiendo de manera entrecortada, narrada con una Vozdistante y triste. Era la historia que esbozamos antes. A medida que la madre contaba su historia, Mary, nuestra segunda paciente, estaba sentada en el sofé o acostada en una sébana, y la cara triste y distante de la madre se reflejaba en la cara triste y distante de la bebé, Era un cuarto eno de fantasmas. La historia de abandono y negligencia de la madre ahora era recreada psicol6gicamente con su propia bebé. El problema, en la fase de emergencia del tratamiento, era echar a los fantasmas del cuarto de la bebé, Para hacerlo, necesitarfamos ayudar a que Ja madre viera la repeticién del pasado en el presente, lo que todos sabemos hacer en una oficina amoblada adecuadamente con un escritorio, una silla 0 sofé, pero no habfamos aprendido todavia a hacerlo en la sala © cocina familiares. Decidimos que los principios terapéuticos deberfan ser los mismos. Pero en esta fase de emergencia del tratamiento, por el bien del bebé, tendriamos que encontrar un camino hacia los elementos conflictivos de la neurosis de la madre que.tenfan impacto directo en su capacidad de “ser madre”. La bebé tendrfa que ser el centro del tratamiento en este perfodo de emergencia. ‘Comenzamos con preguntarnos, “ZPor qué esta madre no puede ofr los gritos de su bebé?” ‘La respuesta a la pregunta clinica ya se ha sugerido en la historia de la madre, Esta es una madre tuyos’gritos no fueron escuchados, Pensébamos que habfa dos nifias Horando en esta sala. Vefamos la voz ausente de la madre, su distancia y separacién como defensas: contra el dolor y la pena intolerables, Su terrible historia se nos dio sin'emoci6n, sin suftimiento visible, sin lagrimas. Todo lo que se vefa era su mirada triste, vacia, sin esperanza. Habfa cerrado la puerta a la nifia que loraba dentro de ella, de la misma manera como seguramente habfa cerrado la puerta a'su bebé que loraba. Esto nos lev6 a la primera hip6tesis clfnica.: “Cuando escuchemos el Hanto de la madre, ella escucharé el Ianto de su bebé.” El trabajo de Ja Sra. Adelson se centré entonces en desarrollar una relaci6n de tratamiento en Ja cual una mujer joven que no habfa conocido la confianza, pudiera dar confianza, y en Ja cual la confianza nos levera a la revelaci6n de viejos sentimientos que la apartaban de su hija. A medida que la historia de la Sra. March se movia hacia atrés y hacia adelante entre su bebé, “No puedo amar a Mary” y su propia nifiez, que podria ser resumida con “Nadie me queria”, la terapista abrié caminos de sentimiento. La Sra. Adelson escuchaba y yerbalizaba los sentimientos de la Sra. March en-su infancia, “Cuan duro ha debido ser...Esto debe haber dolido profundamente....Por supuesto que necesitabas a tu mama. No habia quien te ayudara...Si, a veces los adultos no ‘comprenden lo que todo esto significa para un nifio. Debes haber necesitado Ilorar... No habfa nadie que te escuchera.” La terapista le estaba dando permiso a Ia Sra, March para sentir y recordar sentimientos. Debe haber sido la primera vez que alguien le concedia este permiso a la Sra. March. Y, gradualmente, como es de esperar - pero después de solo unas cuantas sesiones - el dolor, Jas lagrimas y Ia inmensa engustia por la nia abandonada que fue empezaron a surgir. Finalmente era un alivio poder lorar, sentir la comprensi6n de su terapista. Y ahora, en cada sesi6n, la Sra, Adelson era testigo de algo increfble que sucedia entre madre y bebé. 205 Recuerdan que la bebé estaba casi siempre en Ta sala of medio de nuestra terapia de sala cocina. Si Mary exigia atenci6n, su madre s° Jevantaba en medio de Ja entrevista para cotibiaxe el pafial o buscar la mamadera. La mayor Ge las veces Ia bebé era ignorada st no exigia atenci6n.” Pero ahora, a media que la Sra, "March usaba su permiso para recordar ventimientos, lorar y sentir el consuclo y le compasiOn de 2 Sra. Adelson, Ja vimos acercarse a la bebé en medio de esta pprofusin de sentimientos, ‘Tomaba a la bebé en sus LLC LC distraida, pero abrazindola. Tentonees, un dfa, cuando todavia no pasabe él primer mee de tratamiento, la Sra. March, en rpaio de esta marejada de dolor, tom6 a Mary, 18 ‘ibraz6 fuerte y le cant6 a ofdo con una Yor avongojada. Luego, volvié a suceder, varias vects, o& Jas siguientes sesiones; la oleada ve sentimfentos que dejeba salir y el abrazo a su hija, Los fantasmas empezaban a salir del cuarto de la nifia. Esto era algo més que meros gestos transitorios hacia un acercamiento con la bebé. A juzgar por Ia evidencia ante los ojos bservadores de 1a Sra: Adelson, madre ¥ pebé empezaban a encontrarse na a ora. '¥ ahora que entraban en contacto Ya una con la otra, 1 She. Adelson hacfa todo To. que su capacidad de terapista y psicbloga del desarrollo |e permitia para promover el laz0 que sUrBia. ‘Cuando Mary recompensaba a su madre con aera bella y especitl, la Sra. Adelson lo comentaba observaba que ella, 1a Sra viroleon no recibia una sonrisa asf y que ast debfa ser. 1 sonrisa pertenecfa a su madre. Cuando Mary, lorando empez6 a buscar a su madre part Whe Ta consolara y encontr6 slivio earesprazos de su madre, la Sra. Adelson habl6 por Marys ‘Se siente bien cuando mamé fae Io que quieres”. Ya Sra. March sonrié timidamente Pom con orgullo. stas sesiones con mamé y bebé pronto tomaron Ss propio ritmo. El Sr. March a menudo estaba presente por poco.tiempo antes de irse @ trabajar. (Se arreglaron sesiones especiales para é) por las noches y los sAbados), Las sesiones cmpezaban tpicaments con Mary en el cuarto y-como tema de discusi6n. De una mancrs natural, informel y no didéctica, la Sra. a jncluia en sus comentarios informacion stil sobre las necesidades de los bebés de 6-2 7 meses, cOmo estaba aprendiendo Mary acerea del mundo y_ o6mo madre y sa padre 12 gijiaban a sus deseubrimientos. Juntos, los padres y Ia Sra. Adelson ‘observaban a Mary experimentar con un nuevo juguete o una nueva postura Y, ‘al observarla detenidamente, S© podia verla wn pnter'soluciones y-adelantar coli firmeza.'s 1s deleites dz observar a un bébé, cneomtdos por Ia Sra. Adelson, eran, compartiGos Por & gp. y la Sra. March y, para nuestro serado, ambos padres empezaron 2 Comparsir 508 Geleites y @ introducir observaciones sobre Mary y sus nuevos 1ogr0s. : ‘Durante [as mismas sesiones, cuando el Sr- March st iba para su trabajo, la conversaci6n se movfa de un punto a otro hacia la misma Sra. vageh, a su dolor actual y el de su infanci Gada ver con mayor frecuencia, 1a Sra. Adelson ayudaba a Ia Sra. March a ver las —————_—_—L Ja Sra. March c6mo, “sin darse cuenta”, habia trafdo su sufrimiento pasado ‘a Ja relacion con su bebé. En wn lapso de ciiatro meses, Mary se convirtié en tuna debdé sana, més recepliva YT SLL ——™_— ‘un fuicio objetivo mostré que ol desarrollo de Mary era adecuado para su edad en cuanto a su apego ala madre, su sontisa y Vooalizaci6n preferenciales para su madre y en &0 ‘pisqueda de 1a madre para consuclo ¥ Seguridad. Estaba a nivel con su edad en Toeseala mental de Bayley. Todavia estaba Tenta fen su actividad motora, pero dentro del Tango nommal. La Sra, March se habfa ‘convertido en una madre receptiva y orgullose. Sin embargo, nuestra clasificacién cautelosa del estado psicolégico de ia madre se mantenia en: “deprimida". Era cierto que la Sra. March estaba progresando y vefamos signos de que la depresiGn ya no ‘era persistente y limitante; pero todavia estaba ahi, amenazando, Quedaba mucho trabajo por hacer. Lo que habfamos logrado en nuestros primeros cuatro meses de trabajo no era todavia una cura para las enfermedades de la madre sino una forma de controlar el mal en que la patologia, que se habia extendido para alcanzar a la bebé, estaba ahora muy alejada de la nifia, Los elementos conflictivos de la neurosis de la madre eran ahora identificados por la madre y por nosotros como “elementos del pasado” y no como “elementos que pertenecen a Mary”. "El lazo entre madre y bebé habia surgido, Y la misma bebé estaba asegurando estos lazos. Por cada gesto de amor de la madre, la bebé devolvia generosas recompensas de amor. Pensamos que la Sra. March se estaba sintiendo atesorada por primera vez en su vida: Todo esto constituye lo que Hamamos Ia “fase de emergencia del tratamiento”. Ahora, en retrospectiva, podemos decir que se requiri6 de un afio entero después de este punto para traer alguna solucién a los severos conflictos intemnos de la Sra. March y hubo una serie de problemas cn las relaciones madre-hija que surgieron durante ese afio, pero Mary estaba fuera de peligro y ni siquiera los conflictos del segundo afio de vida fueron éxtraordinarios © mérbidos. Una vez formado el lazo, casi todo lo demds tenfa solucién. Otras Areas de Conflicto : ‘Trataremos de resumir los siguientes meses de tratamiento. Mary continuaba siendo el foco de nuestro trabajo. Siguiendo el patron ya establecido, el trabajo terapéutico se movia libremente entre la bebé y sus necesidades y problemas de desarrollo y el pasado conflictivo de la madre. Recordamos un ejemplo vivo. La Sra, March, a pesar de su recién descubierto placer y orguilo en la maternidad, todavfa podfa hacer planes insensibles’y a la ligera para el cuidado de la bebé, La madre io registraba el significado de la separacién y de la pérdida temporal para un bebé de un afio. Cuando tomé un trabajo de tiempo parcial (1a pobreza de la familia justificaba vn-ingreso adicional), 1a Sta. Match hizo arreglos-mal planeados y a la ligera para cl cuidado de Mary, y luego se sorpzendié, al igual que el Sr. March, al encontrar que Ja nifia a veces estaba “irritable” y “malcriada” y “mala”. La Sra. Adelson trataba, con tacto, de ayudar a los Srs. March a pensar en lo que significaba para Mary el amor a su madre y su pérdida temporal durante cl dia...Se.estrellaba contra una pared en blanco. Ambos padres habjan suftido cambios y relaciones superficiales con los padres y padres sustitutos desde muy temprano en sus vidas, El significado de la separaci6n y la pérdida’estaba enterrado en la memoria, La forma en’ que sus familias trataban la separaci6n, abandono o muerte era “Olvidalo; te acostumbrarés”. La Sra. March no podfa recordar pena o dolor por la pérdida de persones importantes. De alguna manera, tendrfamos que encontrar vinculos aflictivos entre-la pérdida y la negacién de la pérdida para la bebé en el presente y la pérdida en el pasado de la madre. El momento Heg6 una mafiana cuando'la Sra. Adelson egé y encontr6 desorden familiar: Mary lloraba ante el acercamiento de. una visita conocida; 1os padres enojados con la-bebé que cra “sencillamente terca”. A. través de preguntas hechas con tacto, la Sra. Adelson LOR averigué que Mary acababa de perder una nifiera y habfa comenzado con otra. La Sra, ‘Adelson se pregunt6 en voz alta lo que esto significarfa para Mary. El dia anterior habfa sido dejada de manera inesperada en un luger completamente nuevo con una mujer extrafie, Se sentfa perdida y atemorizada sin su madre y no sabfa lo que iba a pasar. Nadie le podfa explicar las cosas; cra solo una bebé, sin palabras para expresar su serio problema. De alguna manera tendriamos que encontrar Ia forma de comprender y ayudar a Mary con sus miedos y preocupaciones. BI Sr. March, de salida para su trabajo, se devo lo suficiente para escuchar atentament La Sra March estaba escuchando también y, antes de que su esposo saliera para el trabajo, le pidio que tratara de llegar a casa més temprano para que Mary no tuviera que quedarse tanto tiempo con lanifiera, A esto siguié una conmovedora sesién en la cual la madre lord y Ja hija lors, y se verbaliz6 algo muy importante. De una manera indirecta y cautelosa, Ja Sra. March empez6 a hablar de suitfa Jane con quien vivié durante Jos primeros cinco afios de vida. No habfa recibido carta de tfa Jane en meses. Pensaba'que tfa Jane estaba enojada con ella. Cambié de personaje y habl6 de su suegra, de su frialdad y rechazo hacia la Sra. March. Luego se quej6 de las nifieras, con el tema de que una de ellas estaba enojada porque Mary loraba cuando su mamé se iba. El tema era “el rechazo” y “Ia pérdida”, y 1a Sra. March estaba uscéndolos en todos lados en la escena contemporénea. Llor6 durante todo su relato, pero de alguna manera, aun con las suaves pistas dadas’por la Sra. Adelson, no podfa comprenderlo. Entonces, en un punto, la Sra. March salié del cuarto, todavia lorando, y regresé con un ‘Album de fotografias de la familia, Identific6 las fotos para la Sra. Adelson, madre, padre, tfa Jane, el hijo de tfa Jane que muri6 en la guerra. Nadie en Ia familia le permitié hacer el Guelo de su hijo. “Olvidate de eso”, es Jo que decian. Habl6 de las recientes muertes de su padre y su abuelo. ‘Muchas pérdidas, muchos golpes, justo antes del nacimiento de Mary, decfa. Y la familia siempre decia, “Olvidate de eso”. Entonces Ja Sra. Adelson, quien escuchaba compasivamente, le record6 que habia habido muchas otras pérdidas, muchos otros golpes para Ja Sra. March en su infencia y nifiez. La pérdida de su madre, que no podfa recordar y Ja pérdida de su tfa Jane cuando tenfa cinco afios. La Sra. Adelson se pieguntaba cémo se hhabja sentido la Sra. March entonces, cuando era demasiado joven para comprender lo que estaba pasando. Mirando a Mary, sentada en el regazo de’su madre, la’ Sra. Adelson dijo, “Me pregunto si podrfamos entender cémo se sentirfa Mary ahora mismo si , de repente, se encontrara en una" casa nueva, no solo por una hora o dos ‘con wna nifiera, sino permanentemente, para no volver a ver a su madre.y a su padre, Mary no tendrfa manera de comprender esto; 1a dejaria muy preocupada’y perturbada. Me pregunto cémo fue para tt cuando eras wna nifita”. La Sra. March escuch6, inmersa en gus pensamientos. Momentos después, dijo, en una woz enojada'y con firmeza, “No se puede sencillamente cambiar a una persona por otra... No se puede dejar de quererla ni de pensar en ella, No se puede sencillamente reemplazar a alguien”. Ahora estaba hablando de ella misma. La Sra. Adelson estuvo de acuerdo y suavemente sac6 este discernimiento para beneficio de Mary. Este fue el comienzo de nuevas revelaciones para la Sra. March. A medida que se Ie ayudaba a volver a experimentar la pérdida, el dolor, el sentimiento de rechazo en Ia nifiez, ya no podia infligir este dolor en su propia hija. “Nunca querria que mi hija sintiera eso”, 10 dijo con sentimiento profundo. Estaba comenzando a comprender Ja pérdida y el dolor. Con la ayuda de la Sra. Adelson, comenz6 a elaborar un plan estable para Ja nifiera de Mary, entendiendo completamente lo que significaba para la nifia. Las ansiedades de Mary empezaron a disminuir y se estableci6 en su nuevo régimen. Finalmente también, supimos el terrible secreto que habia invadido la transferencia con el Dr. Zinn y causado que huyera del tratamiento psiquiétrico. El miedo mérbido a estar sola con el doctor en el mismo cuarto, el obsesivo sentimiento de pecado que se habfa arraigado 2 la dudosa patemidad de Mary, nos habfan dado Ie fuerte impresin clinica de que Mary era “una bebé del incesto”, concebido, hacia mucho tiempo en una fantasfa de la nifiez, hecha realidad mediante la relacién ilfcita extra-marital. Con esto, no querfamos decir otra cosa que “una fantasfa de incesto”, por supuesto, No estébamos preparadas para Ja historia que finalmente surgié. Con gran vergiienza y suftimiento, la Sra. March le dijo a la Sra. Adelson, en su segundo afio de tratamiento, sus secretos de nifiez. Su propio padre se habia exhibido ante ella cuando era una nifia y se habfa acercado a ella y a su abuela en la cama que ambas compartfan. La abuela la habfa acusado de seducir al anciano abuelo. Esto fue negado por la Sra. March, ‘Y su primera'relaci6n sexual, a los 11 afios, fue con su primo, quien cafa en la categorfa de hermano para ella, ya que habfan compartido Ja misma casa en los primeros afios de Vida, El incesto no era una fantasfa para la Sra. March. Y ahora comprendfamos el obsesivo sentido de pecado que se habia arraigado en Mary por su paternidad incierta. Mary a los 2 Afios de Edad Durante el segundo afio de tratamiento, la Sra. Adelson signi6 siendo al terapista de la Sra. March. El Dr. Zinn habfa terminado su residencia y la transferencia de Ja Sra. March con la Sra, Adelson favorecia la continuidad en el trabajo con Ja madre. William Schafer, de niiestro personal, pas6 a ser el tfabajador a cargo de Mary. (Ya no tenemos terapistas Separados para el padre -y el nifio, pero en este, primer caso todavia estébamos experimentando). Es de considerable interés que en los encuentros iniciales oon el Sr. Schafer, la Sra. March entraba nuevamente en su mudo terror a medida que su miedo mérbido hacia “un hombre” se revivia en transferencia, Pero esta vez, la Sra. March habfa hecho grandes avances en sut trabajo terapéutico. El Sr. Schafer traté la ansiedad en transferencia y, con la Sra, Adelson, Ja puso en el contexto del material incestuoso que habfa surgido en el tratamiento, La ansiedad disminuyé y la Sra, March pudo establecer una fuerte alianza con el Sr. Schafer. La guia de-desarrollo de! segundo afio trajo mayor fuerza y.estabilidad-a ia relaci6n madre~ hija y vimos a Mary contiauar-su progreso en el desarrollo en su segundo afio, aiin ciando Ta madre estaba trabajando con un material doloroso en su propia terapia. {Habfa residuos de los meses de negligencia en Ia personalidad de Mary? Al momento de escribir estas notas, Mary tierie dos afios. Es una nifia atractiva, adecuada para su edad en todo sentido y no presenta problemas extraordinarios en su desarrollo. Puede que haya residuos que no ‘podemos detectar, por Jo menos todavia. Pero actualmente no son discernibles. {Hay tendencias depresivas? Ninguna que podamos discemir. Cuando est frustrada, por ejemplo, no se retrae; acttia'con mucha firmeza, Jo que consideramos un signo favorable. Lo que sf permanece es una timidez e inhibicién en el juego, lo cual parece estar i relacionado con aumentos temporales en la propia incomodidad social de la madre en nuevos ambientes 0 con extraiios. El apego de Mary a su madre y padre nos parece apropiado para su edad, En un juego espontineo de muiiecas, vemos una fuerte identificacién positiva con la madre con actuaciones de mama. Es una madre solfcita para sus mufiecas, alimentindolas y vistiéndolas con evidente placer, murmuréndoles palabras de consuelo. En una evaluaci6n de Bayley reciente, alter6 los procedimientos del test cuando se prend6 de una mufieca Bayley y no pudo persuadirsele de hacer las otras partes de la prueba. Querfa jugar con la mufieca; menosprecié los bloques que le fueron presentados a continuacién para construir una torre y, finalmente, se hizo un acuerdo en sus propios términos, de usar los bloques para hacerle una silla a la muiieca. Fue en un juego de mufiecas a la edad de un afio, diez meses, que el Sr. Schafer la oy6 decir su primera oracién completa. Su muiieca se habfa atorado accidentalmente detrés de la puerta y Mary no podia soltarla. “;Quiero a mi bebé!. {Quiero a mi bebé!” grité en tono imperative. Era una oraci6n muy buena-para una nifia de dos afios. También fue una afirmacién conmovedora para los que conocfamos Ia historia de Mary. Para nosotros, la historia debe terminar aqui. La familia ha avanzado. El Sr. March empieza una nueva carrera con muy buenos prospectos en una nueva comunidad que prove una casa cémoda y wna calurosa bienvenida. ‘Las circunsiancias externas se ven prometedoras. - Més importante atin, la familia se ha acercado; el abandono no es la preocupacién central. Uno de los signos més prometedores es la habilidad estable de las Sra. March para manejar el stress de la incertidumbre que precedi6 la elecci6n de trabajo, Y, al acercarse Ja termiriacién, pudo reconocer abiertamente su tristeza. Mirando hacia adelante, expres6 su. deseo. para Mary: “Espero que crezca y sea més feliz que yo. Espero que tenga un mejor matrimonio e hijos que ame.” Para ella, esperaba que la recordéramos como “alguien que habfa cambiado”, Greg En Jas priteras semanas de nuestro nuevo programa, se fos pidié hacer una visita urgente y una evaluaci6n de Greg, entonces de 3¥4 meses, Su madre, Annie, de 16 afios, se rehusaba acuidar de él. Evitaba contacto fisico con 6l; a mentido se olvidaba de comprarle la leche e daba Kool-Aid y Tang. Relegé el cuidado del bebé a su esposo Earl, de 19 afios. La familia de Annie era conocida en Jas agencias sociales en nuestra comunidad desde hacfa tres generaciones. La delincuencia, li promiscuidad, el maltrato infantil, ta . negligencia, la pobreza’-el.fracaso escolar y la psicosis habfan trafdo a cada miembro de la familia a nuestris clinicas y cortes comunitarias. Annie Beyer, 2 los 16, representaba ahora la-tercera generacién de madres en la familia que Teal 0 psicol6gicamente abandonaban a sus hijos, La mam4 de Annie habfa relegado el cuidado de sus hijos a otros - como lo hiciera su mamé,. De hecho, fue la abuela de Greg, la mamé de Annie, Ja que Iam6 a la agencia pidiendo ayuda. Dijo, “No quiero ver que Jo que me pas6 a mf y a mis bebés le pase a Annie y su bebé.” ‘Vivian Shapiro, de nuestro personal, Wam6 para pedit una cita y hacer una visita a casa inmediatamente. Mamé, papé-y Greg estuvieron presentes. La Sra. Shapiro fue recibida por una madre adolescente fra y silenciosa, un muchacho triste y perplejo que era el padre y un bebé solemne que ni una sola vez en toda la hora mir6 a su madre. Greg tenia un = 270= esarrollo adecuado para su edad, estimé Ja Sra, Shapiro y sus impresiones fueron comprobadas por la prueba de desarrollo. Esto indicaba una adecuacién minima en el tuidado y tuvimos suficfente raz6n para creer que era Earl, el padre, quien habia estado proveyendo 1a mayor parte del cuidado a Greg, Casi cada vez, Gurante nuestra sesién de tina hora, que Greg requiri6 de cuidado, Annie lamé a su esposo o tomo al bebé para Gérselo a su padre. El se acomodaba bien con su padre y, para el padte, haba sonrisas. Durante Ia mayor parte de la sesién y por muchas otras que siguieron, Annie permanecia tirada en una silla, Era obesa, descuidada en su apariencia y su cara no registraba emocién alguna, Eri una méscara que Ia Sra, Shapiro veria muchas veces, pero cuando Annie decidfa hablar, habfa una rabia apenas contenida en su voz. eS No queria‘nuesira ayuda. No les pasaba nada ni a ella nia su hijo. Acusaba a'su madre de SC, CE CC €—- Ganurse la confianza de Annie se convirlié en la tarea terapéutica més dificil de esas” primeras semanas, Mantener a confianza, una ver otorgada, fue igualinente diffell. Fue de fran ventaja para la Sra. Shapiro, como para todos nosotros, el haber venido a este trabajo on amplia experiencia clinica cori nos y adolescentes.. Una adolescente que desafia 8 les personas que la aydarian, que provoce, que pone pruebas sin piedad, que falta alas cites y Gus cambia de direccién sin avisar no bard que una trabsjadora social con experiencia pierda su calma. La Sra. Shapiro podia esperar para ganarse la confianza de Annie, Pero habfa un bebé en peligro y, con solo unas pocas visitas, comprendimos cuan grande era ese peligro. Empezanios por preguntarnos, “jPor qué evita Annie tocar y tomar # su bebé en brazos?” ?Para obtener respuestas necesitarfamos saber mas sobre Annie de lo que estaba dispuesta & decimos en esas primeras horas hostiles. Y estaba Greg, cuyas necesidades eran imperantes que no podfa esperar a que su madre adolescente hiciera una alianza terepéutice que, en los adolescentes, es lenta. De seguro, no era ignorancia de las necesidades de su bebé lo que distasciaba a Annie de su hijo, Los doctores y enfermeras de salud piblica le habfan dado sabios consejos antes de que nosotros conociéramos a la familia Beyer. Ella no podia usar esos buenos consejos. Una Hora de Iluminacién * San Ja sexta visita a casa, algo surgié del tratamiento de la terapista hacla Annie como una nina soltara y asostada, Annie comenz6 a hablar de ella misma. Cavtclosamente dijo que qa enojzba cuando su esposo y la gente pénsaban que no hacfa suficente por el bebé, Ella sebfa que silo hacfa, Ademés, dijo, munca le tabia gusiado mucho tenet al bebé en Dr#206 desde que era poquefi. Cuando era nif tenfa.que cuidar de so hermana menor, 1 dabei, fala bebé y Te decian que Ia tuviera en brazos, Preferia dejar a la bebé en el sofé. Entonces, guiada por preguntas hechas con tacto, empez6 a hablar de su-niiez, Supimos de “Annie, de nueve afios, responsable de la limpieza, la cocina y el cuidado de otros hermanos andespus de a-escuela. Por cualquier descuido en sus tareas, habfa golpes de sx padrstro, el Sr. Bragg. ‘Annie hablé de su nifiez eri una voz Ilana y sin matices, con tan solo un dejo de amargura of cla. Recordaba todo, en escalofriantes detalles. Lo que Annie le dijo @ la terapisia no F&% sone tantesa, ni estabe distorsionado ya que los hechos dela historia de la familia de Annie staban registrados en agencias-y clinicas en toda la-comunidad. Habfa una madre que a) periédicaménte abandonaba a su familia, Hebia un padre que murié cuando Annie tenfa 5 afios. Y estaba el Sr. Bragg, el padrastro, alcohélico, probablemente psicético. Por pequeties faltas, arrastraba a Annie hasta el cuarto de la lefia y 1a golpeaba con un torno. Cuando Ia Sra, Shapiro hablaba de los sentimientos de Annie cuando nifia, de la rabia, miedo, impotencia, Annie detenfa estos momentos de‘compasiOn. Se refa cfnicamente, Era dura, Su hermana Millie y ella se hicieron tan duras que solo se refan del viejo cuando terminaba. En esa sesi6n, en medi6 del relato desapasionado de los horrores de la nifiez, Greg comenz6 un Ianto irritable, necesitando atenci6n. Annie fue al cuarto y lo trajo con ella, Por primera vez en seis visitas, la Sr. Shapiro vio a Annie abrazar a Greg y acunatlo. Este era el momento que la Sra. Shapiro habfa estado esperando. Era el signo,,quizs, de que si Annie podia hablar de sus sufrimientos de infancia, podria-moverse de manera protectora hacia su bebé. EI bebé agarr6 el cabello de su madre en un momento en que ella agaché Ia cabeza... Annie, todavia médio en el pasado, dijo suavemente, “Una vez mi padrastro me cort6 el cabello hasta aqut”, y mostr6 sus orejas. “Fue un castigo por ser mala”. Cuando la Sra. Shapiro dijo, “jEso debe haber sido terfible para ti!” Annie, por primera vez, reconocié sus sentimientos. “Fue terrible. Lloré por tres dias.” En este punto, Annie comenz6 a hablarle a su bebé. Le dijo que olfa mal y que necesitaba cambiarlo. Mientras Annie lo cambiaba, Greg parecia estar buscando algo para jugar. ‘Habia un juguete a su lado eel sofa. Era, nada menos que, un martillo de pléstico. Annie tomé el martillo y con el dio suaves golpecitos en la cabeza del bebé: Entonces dijo, “iTe voy a golpear, te voy a golpear!” Su voz era juguetona, pero la Sra, Shapiro vio und intencién amenazadora en estas palabras. Y mientras aun registraba, como terapista, este momento revelador, oy6 a Annie decirle a su bebé, “Cuando crezeas, podrfa matarte” Fue el cierre de la sesién. La Sra. Shapiro dijo cosas para calmar la turbulencia en Annie, apoyando el intento positivo de gestos maternales, haciendo alianza con las partes del go de esta madre-nifia que buscaban protecciGn de impulsos peligrosos. Pero sabfamos, cuando hablébamos juntos en una sesién de emergencia en Ia oficina, que esto no serfa suficiente para proteger al bebé de su madre. Si Annie tenfa que depender de su terapista como ego auxiliar, necesitarfa tener a la terapista en constante presencia. Una Conferencia Clinica de Emergencia La pregunta era, {Cémo podiamos ayudar 2 Annie y a su bebé? Abiora sabfamos por qué ‘Annie tenfa miedo .de ‘estar cerca'de si- hebé, Les temia a sus propios sentimjentos, destructivos hacia él. Pero nosotros habfamos detectado ‘estos signos @ partir. de la revelaci6n de impulsos inconscientes en los juegos con el bebé.. No podfamos interpretar impulsos sfdicos que no eran ain conscientes para la misma Annie. Si cooperébamos con el ego para mantener estos impulsos sAdicos reprimidos, Annie tendria que distanciarse del pebé. Y el bebé también era nuestro pacicate. El més vulnerable. stébamos atentos a los pequefios signos positivos en esta sesién. Después de hablar de los terrores de su nifiez, atin cuando la narraci6n fue hecha desapasionadamente, Annie tomé al bebé, lo abrazé y acund. Y esta era la primera vez que. vefamos este acercamiento entre madre y bebé en seis sesiones. Si Annie podia recordar y hablar sobre el suftimiento de su nifiez, gPodrfamos abrir un camino que ibrarfa a su bebé desu propio pasado y le 14 ~ 7k pormitirfa ser madre para Greg? Si Annie podia ser ayudada a examinar sus sentimientos Pert el bebé, si podiéramos sacar esto terribles pensamientos, {Podria Annie Hegar a Si bebé? Como ejercicio en pura teoria y método, posiblemente estariamos en ¢] sendero adecuado en nuestro pensamiento. Las consideraciones del. caso se derivaban. de Is, expert psicoanallice, Pero esto no era wn psicoandlisis. Como consultore psicoanalitica, Selma Praiberg recuerda que de repente se encontré privada de todas, Tas condiciones y pprotecciones en contra del error que se tienen en una situacién psicoanalitica. Primero, las condiciones de esta terapia en beneficio de un bebé y su madfe adolescente fhclan imperante que nos movigramos con rapidez para proteger al bebs- Bajo Cincunstancias del todo normales en terapia, creemos en la exploracién cautelosa; uns caettén de la capacidad del ego para manejer afectos dolorosos, una evaluacién de le Scrructura defensiva del paciente. Como terapistas de experiencia con adolescentes, también sabfamos que ganar Ia confianza de esta muchacha hostil podrfa fécilmente tomer mises de trabajo, YY el bebé estaba en peligro inmediato. Fatibamos atentos alas defenses en contra del afecto doloreso que vefdmos en Anni. Elle ebordabs los hechos en sus experiencias de maltrato infantil. Lo que no recordaba efa sy Sufrimiento. zinerementarfa la Hiberacién del afecto en la terapia la probebilidad de un “acting out” con el bebé o disminuirfa este riesgo? Después de concienzudas discusiones Se __——— out” pocls el bebé serfon mayores si la ansiedad y Ta rabia no eran sacadas en el tratamiento, Selma Freiberg recuerda: “Por mi pare, me afersé a la ereencia de que es el padre que 0 puede recordar sus sentimientos de dolor y ansiedad en la nifez el que necesita infligir este dolor en su hijo, Y luego pensé - Pero, y si estoy equivocada? Luce confronarfamos otro problema terapéutica en esta psicoterapia, semanal. Si trabajabamos dentro del marco de afectos enterrados, podriamos predects. que 1a trap! ‘que conjura estos fantasmas recibirfa en mmsferencia todos los atributos temidos del fantasma. ‘Tendrfamos que estar preparados para los fantasmas de transferencia. y ‘enfrentarlos calmadamente a cada paso. Cando revisamos estas notas de conferencia un afio después, quedamos satisfechos de que er CL;—_—_— Sabemos ahora, a través del progreso de nuestro tratamiento, que los lineamientos principales del trabajo estuvieron bien considerados. Por ahora los tendremos que llevar con nosotros por un desvio del tratamiento, que result6 ser tan importante para el esultado como el plan psicoterapéutico. Lr huy6 de su “terapista, 7 Ne “Annie Cierra la Puerta:. Una Huida del Tratamiento Recuerdan-que nuestra conferencia de emergencia siguié a una entrevista critica en 1a cual “Annie comenz6 2 hablar de Tas golpizas en su nifiez durante 1a sexta sesion, La séptima seen fue una visita a casa en la cual una cantidad de patientes de Annie vinieron a visitar ¥y no hbo oportunidad alguna para hablar a solas con Annie- En Ja octava sesidn, la Sxa. Shapiro arregl6 hablar con Annie y Barl sobre la continuacién de las visitas y para jnvitarlos aque’ le hicieran preguntas sobre cémo podria ayudatlos, Earl expresd 15 ~ 2s enféticamente que querfa que Ja Sra. Shapiro continuara visiténdolos. Dijo que sentfa que Ja Sra, Shapiro los estaba ayudando a ver cosas del desarrollo de Greg que nunca hubieran podido ver solos. Annie permanecié en silencio. Cuando la Sra, Shapiro le pregunt6 Annie, esta dijo de manera titubeante, que le gustarfa que la Sra. Shapiro continuard viniendo. Le gustaria poder hablar del bebé y de ella. En esta hora, Annie continué la narracién que habfa comenzado en la sexta sesién. Sin embargo, comenz6 hablando de su temor de que Earl tuviera un accidente porque manejaba muy répido. Un bebé necesitaba un padre. Greg necesitaba un padre. Esto la llevé a hablar de su propio padre con algo de afecto. Después de que su padre muri6, cuando Annie tenfa. cinco afios, nadie realmente se preocup6 por Annie, Hubo varios hombres en casa, quienes vivieron con la mamé de Annie. Hubo seis hijos de cuatro padres diferentes, Millie era la favorita de la madre, dijo Annie amargamente. “No me querian. No los querfa. No necesitaba a nadie”. Volvié a hablar del Sr. Bragg y las golpizas. Printero lloraba, pero él no paraba. Luego, ella se refa, porque ya no dolfa. La golpeaba con un tomo. La golpeaba hasta que el tomo se rompiera. Después de la muerte de su padre, la mamé de Annic'desapareci6. Se fue a trabajar a otra ciudad, dejando a los nifios con una anciana. Para castigarlos, 1a anciana los dejaba fuera de Ta casa. Annie recordaba una noche cuando Millie y ella se quedaron fuera, congeldndose, acurmucadas una a otra, Su madre parecia no enterarse de Io que sucedia. Aun cuando regres6 a su familia, se iba a trabajar, y hasta cuando no estaba trabajando, parecfa no estar allf. La Sra. Shapiro escuché esto con gran compasién. Habl6 de la necesidad que tienen los nifios de protecci6n, Cuénto miedo: debe darle a un nifio el no tener a nadie que lo proteja. Cudnto echaba de menos Annie a su mamé y su proteccién. Quizés ella seria otro tipo de madre para Greg. ;Siénte que debe protegerio? “Por supuesto”, contest6 Annie. Muy delicadamente, la Sra. Shapiro habl6 de la profunda desdicha y soledad de Ja nifiez de ‘Annie y-cuan dificil era ser una madre joven que'se habfa perdido tanto de su propia nifiez. Tuntas, la Sra. Shapiro y Annié hablarfan de estas cosas en futuras visitas. La Sra. Shapiro sinti6 que habia sido una buena visita. El esclarecimiento del rol-de la terapista, el reconocimiento de Annie y Earl de que querfan ayuda para ellos y para su bebé. Para Annie, el permiso para sentir a medida que recordaba. Un permiso que todavia no estaba lista para tomarse, Pero eso vendrfa con el tiempo. Después de esa visita, Annie rehus6 ver a la Sra. Shapiro. Falt6 a una cantidad de citas. Se hacfan las citas, pero Annie no estaba en.casa para cumplirlas. O la Sra. Shapiro llegaba y /~ Annie se tehusaba a abrir la puerta, a pesar de los evidentes signos de actividad dentro dela casa, “Annie, literalmente; le cerr6 Ta puerta. la Sra, Shapiro. : Durante un perfodo asf, no nos’ consuela comprender 1a naturaleza de Ja resistencia a la transferencia mientras la paciente hace una barricada'detrs de 1a puerta contra 1a terapista. Es mucho peor saber que hay dos pacientes detrés de Ja puerts, y que uno de ellos es un bebé. Cuando Jos recuerdos del terror de la nifiez surgieron en esa tiltima sesién, debjeron haber aparecido los afectos originales - no en la hora de tratamiento, sino més tarde y 1a terapista se convirti6 en la representante de.esds temores que no podian ser mencionados. _Annie no record6 ni experiment6 su ansiedad durante las brutales golpizas del St. Bragg; pero la ansiedad se estableci6 en la persona de la terapista y Antic escap6. Annie no recordé el terror de. ser dejada fuera de 1a’casa por Ja’anciana que Ja cuidaba cuando su madre a 16 Rte abandoné 12 familia y, para asegurarse de que no iba a recordar, los fantasmas y el ego conspiraron para cerrarle la puesta a Ja Sra. Shapiro. Annie no record6 el terror del abandono de su madre, pero recreé la experiencia en transferencia, creanido las condiciones bajo las cuales la terapista tendria que abandonarla. ‘Nos sentfamos casi impotentes. Pero esto no quiere decir que la concepcién psicoanalitica no fuviera valor. EI comprender esto nos daba una medida de control en la contratransferencia. No fbamos 2 abandonar a Annie y a su bebé. Entendiamos el sufrimiento que habfa detrés de esta postura adolescente provocadora, dura ¢ insolente y podfamos responder ala ansiedad y no ala defensa. Lo tinico que nos faltaba era un paciente que se beneficiara de esta concepcién. Y habfa un bebé que estaba en mayor peligro que la madre. Durante el perfodo de dos meses en que la Sra, Shapiro no fue recibida en la casa, informes de los abuelos, la enfermera visitadora y otros aumentaron nuestra preocupacién. Annie mostraba s{ntomas f6bicos. Le daba miedo estar sola en Ja casa, Esiaba embarazada nuevamente. Gieg'se vela descuidado, Suftia de una enfermedad respiratoria recurrente, y no estaba recibiendo cuidados médicos. Los abuelos paternos estaban preocupados por Greg y le informaron a la Sra. Shapiro que Annie estaba jugando juegos rudos con Greg, balancedndolo desde sus talones. Nuestra propia preocupacién por Gieg nos liev6 a una decisi6n dolorosa. En nuestro hospital y nuestra comunidad, estamos comprometidos ética y legalmente a reportar casos de negligencia y abuso, real o sospechado, a los Servicios de Proteccién. En caso de que la familia (como en el caso de Annie) rechazara las opciones de tratamiento, el informe era obligatorio. La ley es sabia, pero el ejercicio de iuestra responsabilidad legal traerfa otra tragedia a la familia Beyer. Este fue un-momento. critico, no solo para Ja familia, sino también para la Sra. Shapiro y todo cl personal. No hay mayor ironfa para el clinico que la situaci6n en la que posee el conocimiento y los métodos para prevenir Ia tragedia y' no puede evar su ayuda a los que la necesitan. Clinicamente hablando, la solucién al problema estaba eit la resistencia a la transferencia., La exploracién de la transferencia negativa con Annie podfa prevenir futuros “acting out”. ‘Todos sablamos como manejar los.fantasmas de la transferencia en una oficina con un paciente que coopere, aunque Sea a-régafiadientes, con el método..";C6mo manejar la transferencia negativa cuando el paciente se ha. encerrado en wha casa con su bebé y sus fantasmas y no abre Ja puerta? Las consideraciones por.Greg eran de suprema importancia ahora. La Sra. Shapiro quiso preparar a Annie y a Earl para la opci6n dolorosa que se nos presentaba, una referencia a los Servicios de Proteccién. Peto-Annie rehus6 abrir la puerta cuando-la Sra. Shapiro toc6. Como triste opcién, la Sra. Shapiro prepar6 una carta que fue enviadaa Annie y Bail y a los abuelos por ambos lados. Era una carta que hablaba de nuestra preocupacién y profundo sentinaiento por los j6venes padres y su-bebé. Cit6 los muchos intentos que habfamos hecho para llegar a ia familia con nuestra ayuda y nuestro deseo de seguirayudando, Si ellos sentfan que nosotros no los podiamos ayudar, nécesitariamos buscarles ayuda en otro lado y solicitarfamos la ayuda de los Servicios de Proteccién. Se solicitaba respuesta 2 més tardar al final dela semana: En unos cuantos dfas supimos el impacto de nuestra carta en Annie, Earl y los abuelos. Annie Hors durante todo el fin de semana, Estaba enojada ‘con la Sra.'Shapiro. Estaba 2b, asustada. “Pero el lunes Iam6 a la Sra. Shapiro. Su voz sonaba extenuada, pero se las arregl6 para decir que todo lo que decfa la carta de la Sra. Shapiro era cierto. La veria. ‘Tratamiento Extendido Este fiie el comienzo de una nueva relaci6n entre Annie y Ia Sra. Shapiro, Paso’a paso, la Sra, Shapiro manej6 la desconfianza de Annie, su rabia hacia la Sra. Shapiro y las otras personas “que ayudaban”, y aclaré su propio papel como persona que ayuda. La Sra, ‘Shapiro estaba del lado de Annie, Earl y Greg y queria hacer todo lo posible por ayudarlos, a encontrar las cosas buenas que querfan y merecfan en la vida, y para darle a Greg todas las ccosas que é] necesitaba para ser un nifio saludable y feliz. Para Annie, la relacién con Ja Sra. Shapiro se convirtié en una nueva experiencia, algo diferente a todo lo antes conocido, La Sra, Shapiro comenz6, por supuesto, a trabajar abiertamente la rabia que Annie habfa sentido hacia ella € hizo que fuera seguro para Annie el poner su enojo en palabras. En un patrén familiar donde el enojo, y la rabia asesina estaban fundidos, Annie solo habfa podido manejar la rabia escapéndose o identificindose con el agresor.. En el teatro familiar, la rabia-hacia a madre y el abandono por la madre eran temas entrecruzados. Pero Annie aprendié que podia sentir rabia y reconocérlo, ante la terapista y que la terapista no iba a desquitarse ni a abandonarla. Era seguro experimentar rabia en transferencia con Ia terapista y, dentro de esta relacion protegida, el camino de la rabia Ia Ilev6 a los terrores y dolores de la nifiez. No fue un tramo facil para Annie. Si, admitié en una sesién poco después de reiniciadas las visitas, sf, se habfa sentido mal porque Ja.terapista vino a verla. Sf, Ia resentia, “{Pero, de qué sirvé hablar? Siempre me guardé las cosas. Quiero olvidar. No quiero pensar”: La Sra. Shapiro, lena de compasién por el sufrimiento de Annie y su necesidad de olvidar, discutié con Annie cémo el tratar de olvidar no’ nos libraba de los seatimientos 0 los recuerdos. Annie solo podria encontrar la paz.en sus sentimientos hablando de ellos con a Sra, Shapiro. Juntas, a través de la conversacién, la terapista podria ayudar a Annie a sentirse mejor. En esta misma sesi6n, Annie no contest6 en palabras, Pero en éste punto, tom6 a Greg y lo abraz6 fuerte, acunéndolo en sus brazos. Pero la tensin dentro de la madre se transmiti6 a Greg; lo estaba apretando mucho y el bebé empez6 a protesiar. Sin embargo, habjamos visto a Annie acercarse espontdneamente a su'bebé y esto era un signo positive. (Su torpeza disminuirfa con el tiempo y mAs adelante serfamos testigos de creciente placer en'la intimidad con su beb§). En sesiones sucesivas,-Annie hizo uso'de sti permiso para hablar de sus sentimientos. .La historia. de privaciones, brutalidad y'negligencia en six infancia empez6 a surgir tina: vez més,.como si pudiera continuar Ia narraci6n empezada meses atrés. Pero esta vez, la Sra. Shapiro sabia qué habia causado la huida de Annie de las sesiones hacfa dos meses y este conocimiento podia ser empleado en un método que evitirfa la huida y los “acting out” y finalmente nos Ievaria ala resolucién. Contar su historia no caus6 la huida de Annie sino el afecto no verbalizado que-se habla mantenido aislado de sus recuerdos. Annie, recordarin ustedes, habia descrito las golpizas del’ padrastro. en detalles exactos_y escalofriantes, pero el afecto estaba aislado. Se ri6 cinicamente durante toda esa sesi6n. En algiin momento, eritre la narraci6n indiferente de las golpizas y la negligencia y la huida de 18 la Sra. Shapiro, el afecto que se habfa mantenido parcialmente reprimido habfa brotado y la rabia, el miedo, puro terror buscaban un objeto, un nombre, y el nombre fue la Sra. Shapiro. Esta vez, al comenzar el nuevo tratamiento, hablando adecuadamente, la Sra. Shapiro sa06 afecto en la narracién e hizo que recodar fuera seguro. Cuando la historia de los horrores de Ia infancia surgieron esta vez, la Sra. Shapiro ofrecié su propio comentario, “Cuan aterrador para una nifia, Entonces solo eras una nifia. No habfa nadie que te protegiera. Todo nifio tiene derecho a ser protegido”. Y Annie dijo con amargura, “Se supone que Ja madre tiene que proteger a sus hijos. Mi madre no hizo eso.” Hay un estribillo en esta primeras horas que aparece en el informe una y otra vez, “Estaba lastimada. Estaba lastimada. Todo el mundo en mi familia es violento.” Y luego, otro reirén, “No quiero hacerle dafio a nadic. No quiero hacerle dafio a nadie,” La Sra. Shapiro, escuchando atentamente,,decfa, “Yo sé que no quieres hacerle dafio a nadie. Sé cuénto has suftido y cufnto te dolié. A medida que hablemos de tus sentimientos, aunque sea doloroso recordar, seré posible encontrar maneras de.reconciliamos con algunas de estas cosas y ser la clase de.madre que quieres ser.” ‘Vimos que Annie recibié ambos mensajes. La Sra. Shapiro estaba'del tado del ego que se Gefendfa del deseo inconsciente de hacer dafio y repetir las hetides con su propio hijo; al mismo tiempo, Ja Sra, Shapiro le decfa, en efecto, “Seré seguro hablar conmigo de los recuerdos y pensamientos aterradores; cuando hables de ellos, ya no les tendrés miedo; tendrés un nuevo control sobre ellos.” La Sra, Shapiro también anticipé con Annie la posibilidad de sentimientos de transferencia negativa que podrian brotar durante las ‘sesiones en las cuales se revivieran recuerdos dolorosos. La Sra. Shapiro le dijo a Annie, “Puede suceder que al hablar de tu pasado, te sientas enojada conmigo, sin saber por qué. Tal vez puedas decirme cuando esto suceda y podremos tratar de entender cémo tus sentimientos del presente estfin conectados a tus recuerdos pasados.” Sin embargo, para Annie, no era fécil detirle a nadie que estaba eniojada, Y se resistfa a poner en palabras el afecto tan claramente evidente en su rostro y cuerpo. Cuando la-Sra. Shapiro Je pregunté a Annie que crefa ella que harfa Ja Sra. Shapiro si Annie sé enojaba con ella, Annie dijo, “A veces me acerco a la gente - entonces me enojo. Cuando me enojo, se van.” La Sra. Shapito le aseguré a Annie que podfa aceptar suis sentimientos de rabia y que no.se irfa. Con permiso para expresar enojo, la rabia de Annie broté en sesiones posteriores, a menudo'en transferencia y, muy lentamente, se volvié a experimentar y se puso en perspectiva la rabia hacia los objetos. del pasado, de manera que Annie pudiera relacionarse con su familia actual en una manera menos conflictiva. ‘Durante todas estas sesiones, el-ojo obsérvador de Ia Sra: Shapiro estaba en Greg, siempre, presente en la sala. -gSe derramarfa la rabia y ahogarfa a Greg? Pero una vez més, como en el caso de Mary, fuimos testigos de cambios extraordinarios en Ja relaci6n de la joven madre y-Greg. En medio de rabia y-l4grimas, cuando Annie hablaba de su propio pasado opresivo, se acercaba a Greg, lo levantaba y'lo tomaba en-brazos y Je susurraba al oféo, Sabemos ahora que Annie ya no temfa a sus sentimientos destructivos hacia el bebé. La rabia pertenecia al pasado, otras figuras. Y el amor protector hacia Greg que comenzaba & surgir hablaba de un cambio trascendental a la identificaci6n con el bebé. Cuiando antes se identificaba con los agresores de su niiiez, ahora ella’era la protectora de su bebé y le daba Jo que no le habfan dado a ella en su propia nifiez...“Nadie”, dijo Annie un dia, “va a hacetle dafio a mi hijo de la manera como'me hirieron a mi.” 19 aR La Sra, Shapiro, en su trabajo, se movia entre el pasado y el presente de Annie, Ayudaba a Annie a ver como el miedo a Jas figuras paternas de su nifiez la habfan levado a identificarse con sus caracteristicas temidas. Mientras Annie se movia hacia una relacién protectora con su propio beb, la Sra. Shapiro reforzaba cada uno de esos cambios con sus propias observaciones. Algunas veces, hablando por. Greg, Ia Sra. Shapiro decia, “No es bueno tener una mam4 que sepa justo lo que necesitas? Cuando el propio Greg, ahora con movimiento, comenz6 a acercarse cada vex més a su madre por afecto, para consuelo, para compaiifa, la Sra. Shapiro se lo hacfa notar a Annie. Greg, comentaba ella, estaba aprendiendo a amar y a confiar’en su madre y todo esto se debfa a Annie y a su comprensién de Greg. Annie cargaba a Greg; lo abrazaba de manera protectora. Ya no vefamos més amenazas “juguetonas” de golpizas y muerte como lo habfamos visto meses antes. Annie alimentaba a su bebé siguiendo las sugerencias delicadas de la Sra. Shapiro en cuanto a Jos elementos de nutricién adecuados para la dicta del bebé. En esta familia sin tradicién en la-crianza de bebés, la Sra. Shapiro a menudo tenfa que ser el educador con tacto. En Jas familias de Annic y Earl, aun un bebé de 7 meses era considerado capaz de malicia, revancha y astucia, Si el bebé loraba, era “rencoroso”. Si era persistente, era “terco”.” Si no se le podfa consolar, solo trataba de “sacar 2 alguien de quicio”. ‘La Sra. Shapiro siempré preguntaba “jPor qué?” {Por qué llora, por qué est testarudo, qué podria ser? Ambos padres, tal vez sorprendidos al principio por este extrafio enfoque hacia el bebé, empezaron a asimilar la educacién de la Sra. Shapiro. Cada vez més, con el paso, de las semanas y-los meses, vimos a los padres buscar causas, aliviar angustias al encontrar los antecedentes. -Y Greg comenzé a prosperar. : Esto no quiere decir que en pocos meses habfamos deshecho los crueles efectos de la nifiez de Annie. Pero ahora tenfamos acceso a ese pasado. En Jes ocasiones en que 1a voz de ella se hacia estridente y trataba bruscamiente a Greg, tanto Annie como la Sra. Shapiro sabian que un fantasma de la infancia de Annie habia invadido. el, cuarto del bebé nuevamente. Juntas podian encontrar significado al estado de énimo que repentinamente se habfa apoderado de Annie, ‘A medida que el bebé progresaba y entresacdbamos el pasado conflictivo de Annie, empezamos a ver una figura que significaba proteccién, tolerdncia y comprensi6n surgir en Ia nifiez de Annie, Sc trataba’del padre natural de Annie, quien babfa muerto cuando ésta tenia cinco afios. En su memoria, 61 era bondadoso'y justo, Nunca Ja golpeé. Nunca hubiera permitido’ que otros fueran crueles con ella. Cuando hablaba de su padre, se vio invadida por el amor y Ja remembranza, Por supuesto que no importa si el recuerdo de su padre coincide con la realidad o no, Lo que importa es que en el-caos y terror de su infancia hnubo wna persona que le dio sentido de amor’y proteccién. Al buscar algo bueno en su pasado, alguna fuente de fortaleza, esto es 16 que'encontr6 y la Sra. Shapiro mantuvo este recuerdo vivo para Annie. Ahora comprendemos otra piéza del rompecabezas. Cuando conocimos a la familia Beyer, recordarén, Annie no solo sehusaba cuidar de su bebé sino que reguldrmente se lo pasaba a su esposo, el papa del bebé, para que lo cuidara...Todo esto habfa cambiado en los meses de intervencién a medida que Annie aprendia, a través de su terapista, COmo una madre tanibién podia proteger a su hijo: El imismo Greg comenz6 a mostrar un fortalecimiento del lazo:con su madre: desde los primeros meses de trabajo. A los diez meses de edad, justo antes de que le.Sra. Shapiro saliera.de vacaciones, si conducta hacia Ja madre, mostraba respuestas selectivas y la buscaba, habfa muchas sontisas y bésqueda de su compafifa. Pero todavia habfa algo de 20 alae, miedo, observamios, cuando la voz chillona de la madre lo paraba en medio de una falta pequefia. Durante estos meses, debemos recordar, Annie estaba encinta. Rara vez hablaba del bebé ‘por nacer con la Sra. Shapiro, Era como si el embarazo no fuera real para ella, No habia fantasias con el bebé. Estaba completamente inmersa en su propio ser y en Greg, quien se estaba convirtiendo en su centro. En julio, cuando la Sra. Shapiro estaba de vacaciones, el bebé de Annie nacié muerto. ‘Cuando la Sra. Shapiro regres6, Annie estaba triste y cargada de culpa, Pensaba que la muerte de su bebé era un castigo, No habia querido a este bebé y pensaba que Dios no querfa que el bebé viniera a un mundo donde no lo iban a querer. Se dedicaron muchas horas a recoger esta experiencia de pérdida y auto-reproche. Fue también durante este perfodo que, con ayuda, Annie comenz6 a entender por qué no habfa estado preparada para otro bebé. Realmente estaba agotando todas sus empobrecides fuentes emocionales para darle carifio y amor a Greg, y al dar, se sentia agotada. Muchas veces tuvimos Ia impresign de que se mantenfa gracias al calor y cuidado de su terapiste, tomando prestada'la fuerza, agregando a la pobreza de su propia experiencia en el amor a través de Ja relacién con la terapista. Esta siempre fue una relacién profesional, por supuesto, pero para una niiia que habfa sido privada emocionilmente y maltratada, este cuidado y comprensién profesionales parecian ser tomados como regalos de amor. Los descos insatisfechos de la nifiez eran fantasmas persistentes en esta.casa. A menudo, cuando la terapista legaba, Annie y Earl estaben viendo televisién. . Sus programas favoritos eran los programas para nifios y Jos dibujos animados. Esto no se hacia para beneficio de Greg, se lo aseguramos, ya que él no tenia interés en estos programas. Durante Tas audiencias de Watergate, las cuales. eran pasadas por casi todos los canales, la Sra. Shapiro vio a Annie y a Earl cambiar de canal a canal hasta que encontraron un programa de su agrado. Era El Alegre Gigante Verde. Cuando Ia Sra. Shapiro le trafa a Greg juguetes cuidadosamente seleccionados (como lo hacemos siempre cuando'sabemos que los padres no pueden suministrarl6s), Annie solfa poner cara de conflicto, La Sra. Shapiro se dio cuenta que era envidia y deseo, En una ocasi6n, cuando la Sra. Shapiro trajo juguetes de pléstico sencillos para el bebé, Annie dijo con una voz lena de sentimiento, “Mi cumpleaiios es‘la proxima semana. .Cumpliré diecisiete”. La Sra. Shapiro comprendi6, por supuestd; Annie hubiera querido que el regalo fuera para ella. La terapista reaccioné répidamente hablando del cumpleafios y su deseo de que fuera un dia-muy especial. Annie dijo, “Nunca tuve un cumpleafios. Nunca tuve una fiesta. Estoy plancando tefier una para Greg en agosto. Mi made probablemente se ) alg + olvidaré de mi cumpleafios”. (Su madre, en eftcto, sé olvid6). Bl di de su cumpleafios, la. Sra. Shapiro le trajo aAnnie un pequefio regalo, cuidadosamente elegido. El dfa del cumpleafios de Greg, la Sra. Shapiro le trajo un bus de juguete. Annie abrié el regalo. Esiaba extasiada, Examind cada-uno de Jos mufiequitos, abrié le puerta del bus, olocé todos los mufiequitos en sus puestos y solo entonces, cuando termin6 de jugar, se lo dio a Greg y compartié la emocién con él. EI Ultimo Fantasma, el Més Obstinado El iiltimo fantasnta en abandonar el cuarto del bebé fue también el primero en llegar, Su nomibre, por supuesto, era: “identificaciém con cl agresor”,” Este fantasma, después de los 21 primeros meses de trabajo terapéutico, ya no constitufa una amenaza en su aspecto més formidable, es decir, ya no habia serio peligro de maltrato de la madre hacia Greg, Ahora ‘vefamos un fortalecimiento de los lazos de amor entre Annie y su bebé, que lo protegfan del maltrato fisico, También vimos cémo los recuerdos de Annie de su propio suftimiento se convertfan en una forma de protécci6n para el bebé...Ya no infligirfa dolor en su hijo. Al finalizar el primer afio de tratamiento, Greg mostraba signos favorables de progreso en su desarrollo y apego a su madre, Pero el fantasma todavia permanecfa allf y lo vimos en muchas formas que todavia ponfan en peligro el desarrollo de Greg. A medida que Greg se tom6 activo, independiente, curioso y travieso en su segundo afio de vida, el repertorio de tcticas disciplinarias de Annie surgia desde las ruinas de su nifiez. As{ como podia ser maternal, protectora y afectiva cuando Greg estaba tranquilo, era obediente y “bueno”, tenfa una voz para la desobediencia o las faltas normales de un nifio de su edad. Esta voz era estridente y chillona y de una magnitud que rompfa Jos timpanos. En estos momentos Greg se asustaba y, en muchas ocasiones, la Sra, Shapiro le hizo notar a Annie las reacciones del bebé, Entonces, muy pronto a nuestro.ver, Greg adquiri6-una defensa contra la ansiedad que le producfa el enojo de su madre. Se refa de manera atolondrada, un poco histérica,'nos parecia. Por supuesto que esta era exaclamente la misma defensa que adquitié su madre en la nifiez. Greg tenfa 16 meses cuando vimos _aparecer esta defensa, Claramente, un componente importante de 1a defensa de Annie - la identificacién con el agresor - todavia no habfa sido tratado en la terapia. Annie aun no habfa experimentado totalmente en la terapia su ansiedad infantil y‘ el terror ante las figuras peligrosas, impredecibles, violentas y .poderosas de su pasado. Por, nuestra experiencia analitica sabfamos que la patogénesis de-la defensa conocida como identificacién con él agresor es ansiedad c impotencia frente a los atacantes. Llegar a este estrato de Ja estructura de la defensa a.través del psicoanslisis es a menudo una tarea formidable. ;Cémo Ilegarle a través de nuestra psicoterapia semanal en la cocina? Examinamos los caminos disponibles. La Sra. Shapiro observé que 12 voz de Annie cambiaba de un momento a otro de su forma conversacional normal a una voz estridente que dafiaba los timpanos y que parecfa la voz de otra persona, Pero Annie no parecia percatarse de esto. La extrafia voz también se incorporaba a su personalidad. Podriamos usar en él acto ‘estas manifestaciones de su identificacién patolégica en’ un proceso interpretativo de dos fases? Primero, identificar a Ja‘voz como ajena al ego; luego intespretarla como defensa contra ansiedad intolerable y guiar a Annie’a recrear su propio” sentido de terror ¢ impotencia? No tuvimos, problemas.en encontrar Ja. oportunidad en una, visita a casa, La ocasién aparecié con sorprendente claridad.en tna visita poco después que examinamos “los problemas técnicos en nuestra conferencia, Greg, de 17 meses, estaba en su silla alta desayunando. “La madre mantuvo un flujo de amonestaciones mientras ‘comfa, “No hagas esto. No riegues la comida.”. De repente, reaccionando ante una trivialidad, Annie grité “jParal”. Tanto.Greg como la Sra, Shapiro brincaron. Annie le pregunté-a la terapista, “Te asusté, yuo?” . La Sra. Shapiro, recobréndcse de la impresién, decidié que este era'¢l momento que habfan estado esperando y dijo, “Hay veces que las palabras y sonidos que salen de tu boca, ni siquiera parecen tuyos. Me pregunto a quién suenas.” Annie dijo inmediatimente, “Yo sé. Sueno igual a mi mamé, "Mi madre solfa asustarme,” “;Cémo te sentias?” Annie dijo, “;Cémo te sentirfas si 22 532d: estuvieras con un toro en una cristalerfa? ... Ademés, no quiero hablar de eso. He sufrido suficiente. Ya lo superé.” Pero Ja Sra. Shapiro insistié, con delicadeza, e“hizo una interpretacién crucial. Dijo, “Puedo imaginar que cuando eras pequetia estabas tan asustada que, para quitarte un poco el miedo, empezabas a hablar y a sonar como tu madre.” Annie dijo nuevamente, “No quiero hablar de eso ahora.” Peto estaba profundamente afectada por las palabras de la Sra. Shapiro, El resto de la hora tomé un giro interesante. Annie empez6 a desmoronarse ante los ojos de Ja Sra. Shapiro, En'lugar de la chica dura, desafiante y agresiva, se convirti6 en una nifiita impotenté y ansiosa durante toda la hora. Como no podfa encontrar palabras para expresar 1a profunda ansiedad que habfa surgido en ella, empez6 a hablar de todo lo que encontraba en su vida contemporénea que Ia hacfa sentir temor, impotencia o soledad. De esta manera, y por muchas otras horas, la Sra. Shapiro guié a Annie hasta sus experiencias de impotencia y terror en la nifiez y se movfa entre el pasedo y el presente, identificando para Annie les formas en’ que ella trafa sus experiencias a la maternidad, como 1a identificaci6n con Ja gente temida de.su infancia era “recordada” cuando se convertia en una madre aterradora para Greg. Fue un momento de jtiilo terapéutico éuando Annie pudo decir, “No quiero que mi hijo me tenga miedo.” El trabajo en esta drea trajo cambios profundos en Annie y en su relaci6n con Greg. Annie misma comenz6 a dejar atrés su postura dura de nifia callejera y 1a voz estridente fue acallada. A medida que se disolvia la identificacién patolégica con su madre, virhos a Annie buscar nuevos modelos de maternidad y de feminidad, algunos de los cuales podfan identificarse claramente como atributos de la Sra. Shapiro, Greg empez6 a responder al clima diferente en su casa. Como era de esperar, el miedo a la madre y la risa nerviosa como defensa de la ansicdad empezaron a desaparecer. Como habfa foertes lazos entre el bebé y six madre, habfa muchas cosas que Annie podfa user ahora en la educacién sin miedos de su hijo. La Sra. Shapiro logré que la madre observara los. intentos de Greg para comunicarse con ella. Se ofrecieron sugeréncias concretés y demostraciones de una-manera solidaria y no critica. Esta vez, Annie pudo nsar la ofientacién de desarrollo de tina manera menos defensiva y més constructiva, trabajando en alianza con la terapista para beneficio'de Gieg. Al mes de haber identificado 1a necesidad de ayuda de Greg en el leriguaje, el nifio empez6 usar el lenguaje de manera expresiva y ahora est muy bien dentro del rango normal en la escala Bayley. Annie esta encinta nuevamenie y espera su bebé a principios del otofic. Nos dice que este bebé-es deseado. Esté anticipando, la Wegadd ‘del nuevo bebé con placer y una'nueva confianza en si misma como madre’ Esté signiendo cuidadosamente las indicaciones del médico durante el embarazo, Ella y Earl decidieron que lo més-probable es que dos nifios serfan suficientes para ellos, Annie no cree tener suficiente amor-o paciencia para dividir entie muchos nifios, Todavia no sabemos si los viejos fantasinas estarfn presentes en el bautizo del nuevo bebé: Sin embargo, hay'indicios positives de que el -proceso de fotmacién del lazo entre Annie y este nuevo bebé ya ha comenzado, ‘Annie esté anticipando lo que su llegada significaré para ella, para Earl y para Greg. Como uria: mujer joven, y, ya-né como adolescente desafiante, Annie le dice.a Ia Sra. Shapiro que los bebés son dependientes, que necesitan una madre en casa-que los proteja y los consuele, que Greg puede tener celos, que tendré 2h gue buscar la forma de: dar a Greg, a Earl y al nuevo bebé la atenciéa y la cercanfa que necesitan. También es capaz de expresar sus propias necesidades a la terapista y al esposo. Estd empezando a comprender que ella también puede recibir el calor y la intimidad que desea y que nunca tuvo. Su relacién con Earl también esté cambiando, Earl planea tomar dos semanas de vacaciones para estar en casa cuando nazca’el nuevo bebé para ayudar y apoyar a Annie. Los lazos entre Annie y su nuevo bebé estin surgiendo. El bebé nacerd en’ una época en que Annie puede establecer una relaci6n sin el peso de los fantasmas del pasado. Si podemos ayudar a asegurar los Jazos entre Annie y su bebé en los primeros dfas y semanas, pensamos que los fantasmas intrusos se irén, como lo hacen en la mayorfa de los cuartos de bebé cuando éste esté protegido por el circulo magico de su familia, Dos Preguntas - y una Hipétesis Empezamos este ensayo con una pregunta: “Qué es lo que determina si el pasado conflictivo de un padre se repetiré en su hijo?” La morbosidad en Ia historia paterna en si no predecird Ia repeticién del pasado en el presente. La presencia de figuras patolégicas en el pasado paterno no predecirdn solas la identificacién con estas figuras y el paso de esta experiencia mérbida a sus hijos. Por los estudios clfnicos de la Sra, March y de Annie Beyer y por muchos otros casos Conociclos por nosotios, en los cuales los fantasmas pasados de los padres se establecen en ¢1 cuarto de los nifios, hemos visto'un patrén que es asombrosamente uniforme: estos son padres que antes, en‘el extremo del-terror infantil, formaron ina identificaciGn patoldgica con los enemigos peligrosos y asaltantes del ego. Sin embargo, si bien le damos un nombre familiar'a esta condicién, “identificacién con el agresox”, no hemos aumentado mucho a nuestro conocimientos de esta defensa, Nuestra literatura ‘en esta érea de defensa es poca. ‘Mis allé de los escritos de Anna Freud, quien nombré y dio las luces de esta defensa en el perfodo formativo de la infancia, todavia no tenemos amplios estudios clifiices que ios determinen Jas condiciones que 'gobieman Ja elecci6n de esta defensa entre: las otras opciones o as dinémicas que mantienen esta identificacién.con el enemigo, por asf decirld, Cifnica y tebricamente, estamos en tefreno seguro si planteamos que una foima de represion gue provee motivo y energfa para la repeticién est presente en esta defensa. Pero, ;qué es Jo que.se'reprime? Por una cantidad de casos que conocerios en los cuales se exploré clinicamente “Ia identificacién con el agresor” como mecanismo central en la patologia de, Ja paternidad, podemds inforthar que él recuerdo de los casos de maltrato infantil, tiranfa y- abandono estaba presente de manera explicita y con escalofriantes detalles. Lo que no se recordaba era el afecto asociado a la experiencia, Annie recordaba las golpizes que, de nifia, le propinaba su padrastro y recordaba. él abandono,de su madre. Lo que no recordaba era el terror e impotencia de la experiencia dé ser maltratada y abandonada. Los afectos originales habfan sido reprimidos. Cuando el trabajo terapéutico revivi6 estos afectos y cuando Annie pudo recrearlos dentro de la seguridad de su relacién con Ja terapista, ya no era capaz de infligir este dolor en su hijo. La Sra. March podia recordar el rechazo, ‘el abandono y la experiéncia incestugsa de su nifiez. Lo que no podia recordar era I poderosa ansiedad, vergiienza:y poca estima:que acoipaiiaba a estas violaciones de un nifio. Cuando la ansiedad, el dolor, la vergiienza y la 4 2a baja autoestima fueron recuperadas y recreadas en Ja terapia, la Sra. March ya no ten{a que infligir su propio dolor y pecado de la nifiez en su bebé. Al recrear el sufrimiento infantil ccon el recuerdo, cada una de estas madres pudo decir, “No quiero que esto le pase nunca a mi hijo.” Estas palabras suenan familiares. Hay muchos padres que han tenido infancias atormentadas y no infligen dolor en sus hijos. Estos son padres que dicen, explicita 0 indirectamente, “Recuerdo cémo era... Recuerdo lo asustado que estaba cuando mi padre explotaba... Recuerdo cémo oraba cuando nos levaron ami hermana y a mf a vivir en esa casa... Nunca permitirfa que mi hijo pasara por lo que yo pasé.” Para estos padres, el dolor y el sufrimiento no habfan sido totalmente reprimidos. Al recordar, se salvaron de la ciega repeticiGn de ese pasado mérbido, Mediante el recuerdo, se identificaron un nifio herido (el yo de la nifez), mientras que los padres que no recuerdan se encuentran en alianza ¢ identificacién inconscientes con Tas temibles figuras de aque! pasado, De esta manera se infligia el pasado paterno en el nifio. La clave de nuestra historia de fantasmas parece estar en Ja suerte de los afectos en Ia nifiez. Nuestra hipétesis es que el acceso al dolor infantil se convierte en una barrera poderosa contra la repetici6n durante Ja paternidad, mientras que la represin y el aislamiento del afecto doloroso’ stiministra los requisitos psicolégicos para la identificaci6n ‘con los traidores y agresores. El misterio sin resolver es por qué, en condiciones extremas, durante 1a infancia temprana, algunos hijos, que luego. se convierten en padres, mantienen vivo el dolor; no'hacen Ia trégica alianza con el agresor que defiende el ego del nifio del peligro intolerable y borra la experiencia consciente de la ansiedad. Esperamos-explorar estos problemas en futuros estudios. La teorfa “planteada aquf, aunque incompleta, tiene implicaciones' pricticés para la psicoterapia con padres ¢ hijos en las familias donde los fantasmias del pasailo paterno se han apoderado del cuarto del bebé. En cada caso, cuando Ja terapia ha hecho que los padres reouerden y recreen la ansiedad y el sufrimiento de la nifiez, los fantasmas se van, y los padres afectados se convierten en protectores de sus hijos en contra de la repeticién de su propio pasado conflictivo. Referencia Freud, A. (1936), The Ego and the Mechanisms of Defense, New York: International Universities Press, rev.ed., 1966 235 ae 3

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