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¿Cuándo se creó el universo?

En este
mismo instante que es la eternidad
Alquimia
La creación del universo es presencia perpetua: este es uno de los grandes secretos de la
religión y la ciencia espiritual.
Autor: cadenaaurea
julio 07, 2016

El ser humano está acostumbrado a pensar en términos lineales y a postular una flecha
del tiempo que va del pasado al futuro. Sin embargo, coinciden la religión esotérica y la
ciencia moderna en que el tiempo como lo percibimos es una ilusión. En una famosa
carta a Michelle Besso, Einstein escribió: “La distinción entre el pasado, el presente y el
futuro es sólo una persistente ilusión”. De igual manera, ciertos fenómenos cuánticos
desafían la noción ordinaria del tiempo y la separación de los objetos; pareciere que las
cosas existieran en una unidad subyacente absoluta y que sólo al manifestarse, al ser
observadas, existieran de manera relativa en el tiempo como objetos separados. Si el
pasado y el futuro son una ilusión entonces el universo no pudo haberse creado en el
pasado ni será destruido en el futuro. Esto implica que en este instante estamos
presenciando la creación del universo. Puede que esto sea difícil de procesar, que nos
parezca increíble, pero esto es lo que implica y esta es la maravilla de existir en este
instante que es la cosmogénesis.

En el restante de artículo discutiremos la forma en la que la religión y la espiritualidad


han entendido el tiempo, un entendimiento que creemos confirma la idea de que es sólo
debido a una ilusión de nuestra mente que no logramos percibir la continuidad
inmanente del acto creativo.

Una de las ideas centrales que son enseñadas en las diferentes religiones –el menos en
sus aspectos esotéricos– es que el cosmos no es el resultado de un acto creativo distante
en el espacio y remoto en el tiempo, sino que es en esencia creatividad, aquí y ahora, y
toda la energía y el arquetipo de la creación permea este mismo instante y cada parte de
la creación en su totalidad. Podemos pensar que más que existir en una “creación” y ser
la obra de un “creador” somos creatividad pura –esto es un entendimiento de la realidad
como proceso, el cual nos permite concebir el universo como verdaderamente infinito y
eterno, sin principio ni final.

David Chaim Smith en su libro Espejo Cabalístico del Génesis, traduce el primer verso
del Génesis así:

Con-principialidad [beginningness] Elohim creó el cielo y la tierra.

Esto para denotar la perenne actualidad del acto creativo, la cualidad creativa inherente
en todas las cosas. B’reshit (la primera palabra del Génesis), nos dice Chaim Smith, es
“la naturaleza dinámica de la creatividad que presenta total posibilidad. Siempre está
desenvolviéndose, fresca, nueva, única. El inicio continuo es la disposición volátil que
puede hacer o ser cualquier cosa, y que se despliega a sí misma como todas las cosas”.
Es a través de este eterno santiamén que Ain Sof se da a conocer: “B’reshit es de la
naturaleza de Ain Sof”, pero como Ain Sof es el Ser puro y no puede comunicarse se
despliega a través de B’reshit y sus emanaciones para así poder ser conocido. El
impulso creativo de B’reshit se desdobla como la expresión de todas las posibilidades,
la alegría de ser todas las cosas, la pureza luminosa de todos los fenómenos.

Esta idea de la creatividad como una esencia activa o como un estado presente del
Génesis tienen un notable eco en el I Ching. David Hinton traduce el primer hexagrama
de este milenario texto, El Cielo, lo Generativo, de la siguiente manera:

El origen penetra en todos lados, y su abundancia es inagotable.

La superabundancia del cielo, de la que nos habla el I Ching, es la esencia dinámica de


B’reshit, a través de la cual Ain Sof  se imprime en todo lo que existe. Esto mismo
puede cotejarse con el Tzimtzum de la cábala luriana, el eterno eco del instante
ontológico:

Tzimtzum es mucho más que un evento estático y discreto en el que la divinidad se


contrajo para hacer vacío para la creación. Es un evento eternamente repitiéndose que
conecta a la divinidad con todas las criaturas en la progresión evolutiva del divino
momento creativo. (The Kabbalah of Rabbi Isaac Luria, James David Dunn)

Pese a que en el aspecto exotérico, disociado de su esencia mística, el cristiano enseña


que la Creación ocurrió en una fecha puntual en el pasado –la cual es simbólica y no
debe confundirse con el absurdo literal de colocar la creación del hombre hace 6 mil
años o algo así–, el místico alemán Meister Eckhart claramente trasciende esta noción.
En uno de sus comentarios al Génesis, leemos:

El principio en el que “Dios creó el cielo y la tierra” es el simple ahora de la eternidad.


Digo que es el mismo ahora en el que Dios existe desde la eternidad, en el que también
la emanación de las Personas divinas es, fue y será. Moises [el autor del Génesis] dijo
que Dios creó el cielo y la tierra en el mismo primer principio en el que él mismo existe,
sin ningún medio o intervalo de tiempo… Dios no existía antes de que el mundo
existiera.  Y aún más, ¿cómo habría podido crear el mundo antes, cuando ya había
creado el mundo en el mismo ahora en el que era Dios? Es una imagen falsa imaginar a
Dios como si estuviera esperando un momento futuro en el cual crear el mundo. En el
único y mismo momento en el que fue Dios y en el que concibió a su coeterno Hijo
como Dios igual a sí mismo en todas las cosas, también creó el mundo. “Dios habla una
vez y por siempre” (Jb 22:14). Habla en engendrar al Hijo porque el Hijo es el Verbo; él
habla engendrando criaturas… “Dios ha hablado una vez y par siempre y he escuchado
dos cosas (Salmos 61:12). Las “dos cosas” son el cielo y la tierra o en realidad “estas
dos”, eso es, la emanación de las Personas [divinas] y la creación del mundo, pero las
dice “una vez y por siempre”.

Podemos pensar el cosmos entero como solamente la reverberación de la palabra divina,


y en todas las cosas como la presencia manifiesta del fiat lux (luz y sonido son en
realidad una misma cosa). No debe sorprendernos que en diferentes religiones se
conciba el universo en su totalidad como la expresión de una única palabra, sílaba o
vibración (ya sea el Om o el Logos).  En su mismo comentario Eckhart explica que el
“lugar”, por así decirlo, de la creación es el intelecto, que es el principio de la naturaleza
y que “el entendimiento contiene a todas las cosas”. El mismo Eckhart señala que es por
ello que Platón considera que las ideas o razones (Logos) son los principios de todas las
cosas. Cuando se habla de que el tiempo no es más que una ilusión y que en realidad lo
que existe es la eternidad velada por la sombra de la materia y la ignorancia, la cita
clásica es del Timeo de Platón:

Pero dado que la naturaleza del mundo ideal es eterna y esta cualidad no se le puede
otorgar completamente a lo generado, procuró realizar una cierta imagen móvil de la
eternidad y, al ordenar el cielo, hizo de la eternidad que permanece siempre en un
punto una imagen eterna que marchaba según el número, eso que llamamos tiempo.    

Para el gran egiptólogo y alquimista René Schwaller de Lubicz la capacidad de asimilar


cognitivamente la naturaleza perenne del acto creativo era el secreto de la alquimia. Los
complicados procesos investigando la profundidad de la materia en los laboratorios
alquímicos eran los soportes materiales que permitían llegar a este punto de percepción
en el que se vislumbraba una analogía viva de la creación –los principios cosmogénicos
siempre repitiéndose a escala microcósmica–y es que como es en la tierra es en el cielo:

Hay una visión pertinente a cada momento cósmico particular… el momento presente,
tal como lo defino en mi libro, es de hecho la eternidad.

Sabemos que todo se está creando cada momento, y todo también se pierde [cada
momento]… La Obra [alquímica] no es el descubrimiento de una técnica… es la
percepción de un proceso existente. Es la percepción la que es objeto de estudio y
oración.  (Al-Kemi: Hermetic, Occult, Political, and Private Aspects of R. A. Schwaller
de Lubicz).

De aquí que la percepción de la creación sea la eternidad, esta imagen única que en su
proyección o movilidad es lo que se ha llamado el tiempo.

Sigue al autor en Twitter: @alepholo

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