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Acacías, 20 de enero del 2019

ACCIÓN DE TUTELA

SEÑOR JUEZ CIVIL MUNICIPAL DE ACACÍAS (REPARTO)

E. S. D

ASUNTO: ACCIÓN DE TUTELA DEL SEÑOR MARIO ESPINOSA VERGARA CONTRA


INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO Y CARCELARIO (INPEC) Y EL
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE ACACÍAS

LEONOR RODRÍGUEZ QUINCHUCUA, mayor de edad, identificada con la cédula de


ciudadanía No. 1.006.876.107 de la ciudad de Villavicencio, comedidamente manifiesto a su
despacho que por medio del presente escrito interpongo ACCIÓN DE TUTELA, actuando como
agente oficioso del señor MARIO ESPINOSA VERGARA, mayor de edad, identificado con la
cédula de ciudadanía No. 1.121.902.234 de la ciudad de Acacías, recluido en el establecimiento
penitenciario y carcelario de Acacías, en donde se le están vulnerando los derechos
fundamentales a la igualdad ante la ley, al debido proceso, respeto a la dignidad humana, derecho
de petición, los cuales vienen siendo vulnerados por el Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario (INPEC), y el establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías,  a fin de que la
precitada entidad ordene restablecer los derechos fundamentales, los cuales fueron vulnerados
por los siguientes:

HECHOS

PRIMERO: El señor MARIO ESPINOSA VERGARA, es un hombre privado de la libertad,


recluido en el establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías.
SEGUNDO: El señor MARIO ESPINOSA VERGARA impetro dos derechos de petición los
días 2 octubre del 2018-01 y 25 de noviembre del 2018-02 al Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario (INPEC), y el establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías para que se
contestara acerca de lo siguiente.

TERCERO: El señor MARIO ESPINOSA VERGARA interpuso el primer derecho de petición


el día 2 de octubre del 2018-01 solicito a el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario
(INPEC) y el establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías, enviado por empresa de
mensajería, las siguientes inquietudes: a) El operativo que se realizó en el patio donde se
encuentra recluido, en el que tanto él como a sus compañeros los hicieron despojar de sus ropas y
hacer flexiones, además de haberles manipulado sus partes íntimas; b) La venta de pines o
tarjetas de llamadas por el guardia del establecimiento; c) La aplicación de las sentencias T-
016/95 y T-415/97 para que se dispusiera el traslado del personal de custodia y vigilancia del
centro de reclusión, por llevar allí más de dos años e incurrir en faltas disciplinarias.

CUARTO: El señor MARIO ESPINOSA VERGARA interpuso el primer derecho de petición el


día 25 de noviembre del 2018-02 solicito a el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario
(INPEC) y el establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías, enviado por empresa de
mensajería, las siguientes inquietudes: a) El operativo que se realizó en el patio donde se
encuentra recluido, en el que tanto él como a sus compañeros los hicieron despojar de sus ropas y
hacer flexiones, además de haberles manipulado sus partes íntimas; b) La venta de pines o
tarjetas de llamadas por el guardia del establecimiento; c) La aplicación de las sentencias T-
016/95 y T-415/97 para que se dispusiera el traslado del personal de custodia y vigilancia del
centro de reclusión, por llevar allí más de dos años e incurrir en faltas disciplinarias.

QUINTO: Por lo anterior señor juez, el suscrito se ve obligado a elevar esta acción de tutela para
que sea usted el que resuelva la vulneración de los presentes derechos.
DERECHO

El artículo 86 de la Constitución no exige que quien invoque la protección judicial de derechos


fundamentales afectados o en peligro por acción u omisión de autoridades públicas o de
particulares sea la misma persona que padece el daño. El solicitante del amparo puede actuar a
nombre de otro. Por su parte, el Decreto 2591 de 1991 señala que se pueden agenciar derechos
ajenos "cuando el titular de los mismos no esté en condiciones de promover su propia defensa",
circunstancia que deberá manifestarse en la solicitud. Tales previsiones tienen sentido por cuanto,
de una parte, se trata de brindar efectiva protección a los derechos fundamentales, lejos de los
formalismos y las exigencias de trámite, y puede darse el caso de alguien actualmente afectado o
amenazado que, por la situación en que se encuentra, no pueda acudir directamente al juez, y por
otro lado, el sistema jurídico no debe propiciar que se tome o aproveche el nombre de otro, sin
ninguna clase de advertencias, para provocar decisiones judiciales con intereses reales distintos o
contra la voluntad del verdadero titular de los derechos que se invocan. Se concilian los dos
objetivos constitucionales mediante la posibilidad de la agencia oficiosa, siempre que se advierta
al juez de manera expresa acerca de las circunstancias del caso.

La corte constitucional en sentencia T-282/14, con ponencia del magistrado Dr. Luis Ernesto
Vargas Silva, entre otros apartes dispuso: “El hecho de que entre las personas recluidas en
cárceles y el Estado exista una relación de especial sujeción, significa que esos ciudadanos o
ciudadanas quedan sometidas al régimen disciplinario del establecimiento penitenciario en el
que se encuentren, de manera que el Estado a través de sus autoridades carcelarias, asume el
cuidado y la protección de sus derechos, de una forma particular, que va más allá del deber
negativo de no vulneración. Existe un  consenso mundial sobre la importancia de salvaguardar
la dignidad de las personas que se encuentran recluidas en establecimientos penitenciarios, pues
si bien algunos de sus derechos incluso fundamentales pueden llegar a ser limitados, lo cierto es
que de ninguna forma dejan de ser personas, esto es sujetos de derechos que se encuentran en
una situación de vulnerabilidad particular, pues ante la imposibilidad que tienen de satisfacer
por si mismos algunas de sus necesidades básicas, quedan supeditados a las condiciones que les
brinde el Estado a través de los establecimientos y autoridades carcelarias.”

En la sentencia T- 388 de 2013, la Sala Primera de Revisión estudió nueve (9) expedientes de
acción de tutela, referentes a las violaciones de los derechos a la dignidad humana, a la vida en
condiciones dignas, a la integridad personal, a la salud y a la reintegración social de personas
privadas de la libertad en seis (6) centros de reclusión del país. En todos los casos, se hizo
referencia a la necesidad de tomar medidas adecuadas y necesarias, de manera urgente para
superar el estado de cosas en que se encuentra el Sistema penitenciario y carcelario que, se alega,
es contrario al orden constitucional de manera estructural y general.

Dentro de las consideraciones de la sentencia, la Sala indicó que “los menos privilegiados, las
personas más descuidadas y abandonadas a su suerte y sus problemas, como es el caso de las
personas privadas de la libertad” son sujetos de especial protección constitucional en razón a la
masiva y generalizada violación de sus derechos fundamentales al interior de los mismos centros
de reclusión. De ahí que sus garantías constitucionales deben “ser protegidas con celo en una
democracia”. Recordó entonces que la acción de tutela adquiere un lugar protagónico y
estratégico en un Sistema penitenciario y carcelario, en crisis, que muchas veces implica un
peligro grave, real e inminente. A través de ella “no sólo se permite asegurar el goce efectivo de
los derechos fundamentales, en general, sino que, además, permite a las autoridades tener
noticia de graves amenazas que están teniendo lugar. En este sentido, la jurisprudencia
constitucional ha reconocido que la acción de tutela es un derecho protegido de forma especial
para personas privadas de la libertad”.

La agencia oficiosa se manifiesta cuando una persona no promover su propia defensa, como se
expresa en la sentencia T-415/97 “De conformidad con las normas constitucionales y legales que
rigen el procedimiento de la acción de tutela, esta puede ejercerse por un tercero, a través de la
agencia oficiosa, "cuando el titular de los derechos no esté en condiciones de promover su
propia defensa", de tal manera que cuando tal circunstancia ocurra, deberá manifestarse en la
solicitud.”

En la sentencia T-016/95, el Dr. José Gregorio Hernández Galindo, expone “El ius variandi, es
de decir, la facultad que tiene todo patrono de alterar las condiciones de trabajo en cuanto al
modo, lugar, cantidad o tiempo del mismo, no implica la existencia de una potestad absoluta.
Únicamente procede por motivos razonables y justos, a la vez que en su ejercicio "habrá de
preservarse el honor, la dignidad, los intereses, los derechos mínimos y la seguridad del
trabajador". Se trata de un uso razonable de la discrecionalidad que la ley confiere al patrono,
bien sea privado u oficial.”. También se menciona los límites del traslado de personal
penitenciario, en donde se enuncia, como “Los límites de ius variandi no pueden entenderse
como la pérdida de la autonomía que corresponde al nominador en cuanto al manejo del
personal a su cargo, ni como la absoluta imposibilidad de ordenar traslados, pues éstos resultan
indispensables para el adecuado desarrollo de la función pública y para la oportuna atención de
las necesidades del servicio. Las atribuciones en materia de traslados tienen que acentuarse
significativamente en la actividad carcelaria, por lo cual, salvo situaciones excepcionales, que
deben ser calificadas por la entidad nominadora dentro de los ya mencionados límites del poder
discrecional, la regla aplicable es la de una permanente disponibilidad de los funcionarios
públicos a su servicio, quienes desde su vinculación están advertidos acerca de las posibilidades
de traslado y redistribución en los distintos establecimientos del país.”

En la sentencia T-143/17 nos menciona la protección de la dignidad humana del prisionero de la


siguiente manera “Las normas internacionales de Derechos Humanos, tanto en el sistema
universal de protección, como en el sistema interamericano de protección, consagran la
dignidad de toda persona privada de la libertad como uno de los Derechos Humanos. Por
ejemplo, la Declaración de los Derechos Humanos de 1948 dispone que nadie será sometido a
torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. También la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
establecen que los reclusos tienen el derecho a ser tratados en una forma digna, de acuerdo con
el valor que les confiere su calidad de personas y que nadie debe ser sometido a torturas ni a
penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. El respeto por la dignidad humana constituye
el pilar central de la relación entre el Estado y la persona privada de la libertad, y es, además,
una norma fundamental de aplicación universal, reconocida expresamente por los tratados y
convenios de Derechos Humanos, prevalentes en el orden interno (art. 93 CP)”
DERECHOS CUYA PROTECCIÓN SE DEMANDA

PRIMERO: DECRETO DE LEY 2591 DE 1991

ART. 1. OBJETO. Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo
momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien
actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales,
cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de
cualquier autoridad pública o de los particulares en los casos que señale este Decreto. Todos los
días y horas son hábiles para interponer la acción de tutela.

SEGUNDO: DERECHO FUNDAMENTAL AL DERECHO DE PETICIÓN (ART. 23 DE


LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA)

Toda persona tiene derecho a presentar peticiones respetuosas a las autoridades por motivos de
interés general o particular y a obtener pronta resolución. El legislador podrá reglamentar su
ejercicio ante organizaciones privadas para garantizar los derechos fundamentales.

TERCERO: DECRETO DE LEY 1755 DE 2015

ARTÍCULO 13. OBJETO Y MODALIDADES DEL DERECHO DE PETICIÓN ANTE


AUTORIDADES.  Toda persona tiene derecho a presentar peticiones respetuosas a las
autoridades, en los términos señalados en este código, por motivos de interés general o particular,
y a obtener pronta resolución completa y de fondo sobre la misma.

Toda actuación que inicie cualquier persona ante las autoridades implica el ejercicio del derecho
de petición consagrado en el artículo 23 de la Constitución Política, sin que sea necesario
invocarlo. Mediante él, entre otras actuaciones, se podrá solicitar: el reconocimiento de un
derecho, la intervención de una entidad o funcionario, la resolución de una situación jurídica, la
prestación de un servicio, requerir información, consultar, examinar y requerir copias de
documentos, formular consultas, quejas, denuncias y reclamos e interponer recursos.
El ejercicio del derecho de petición es gratuito y puede realizarse sin necesidad de representación
a través de abogado, o de persona mayor cuando se trate de menores en relación a las entidades
dedicadas a su protección o formación.

CUARTO: RESPETO A LA DIGNIDAD HUMANA (LEY 65 DE 1993 ART.5)

 <ARTÍCULO MODIFICADO POR EL ARTÍCULO 4 DE LA LEY 1709 DE 2014. EL


NUEVO TEXTO ES EL SIGUIENTE:> En los establecimientos de reclusión prevalecerá el
respeto a la dignidad humana, a las garantías constitucionales y a los Derechos Humanos
universalmente reconocidos. Se prohíbe toda forma de violencia síquica, física o moral.

Las restricciones impuestas a las personas privadas de la libertad estarán limitadas a un estricto
criterio de necesidad y deben ser proporcionales a los objetivos legítimos para los que se han
impuesto.

Lo carencia de recursos no podrá justificar que las condiciones de reclusión vulneren los
derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad.

QUINTO: EL DERECHO A NO SER SOMETIDO A TORTURAS NI A TRATOS O


PENAS CRUELES, INHUMANOS O DEGRADANTES (RESOLUCIÓN 1/08. COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS)

La población privada de la libertad (PPL) será tratada humanamente, con respeto a su dignidad
inherente, a sus derechos y garantías fundamentales. Deben ser protegidas de amenazas, actos de
tortura, inhumanos o degradantes, castigos corporales, o cualquier método que tenga como
finalidad anular la personalidad.

SEXTO: DERECHO AL DEBIDO PROCESO

El artículo 29 de la Constitución Política establece que tanto las actuaciones judiciales como
administrativas, deben regirse por una serie de garantías sustantivas y procedimentales, a fin de
establecer límites a las autoridades para evitar el ejercicio abusivo de sus funciones y de esta
manera proteger los derechos e intereses de las personas sometidas a un proceso judicial.

PRETENSIONES

Solicito muy respetuosamente al SEÑOR JUEZ CIVIL MUNICIPAL DE ACACIAS, lo


siguiente:

PRIMERO: la protección inmediata a los derechos fundamentales a la igualdad ante la ley, al


debido proceso, respeto a la dignidad humana, derecho de petición, los cuales vienen siendo
vulnerados por la Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y el establecimiento
penitenciario y carcelario de Acacías, hacia el actor MARIO ESPINOSA VERGARA.

SEGUNDO: Suspender la venta de pines o tarjetas de llamadas dentro del establecimiento


penitenciario y carcelario de Acacías por los guardias de este.

TERCERO: La aplicación de las sentencias T-016/95 y T-415/97 para que se dispusiera el


traslado del personal de custodia y vigilancia del centro de reclusión, por llevar allí más de dos
años e incurrir en faltas disciplinarias.

INFRACTOR

La presente acción se dirige contra la Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y el


establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías

PRUEBAS

Solicito con el fin de establecer la vulneración de los derechos fundamentales del señor MARIO
ESPINOSA VERGARA, ordene practicar y recibir las siguientes pruebas:
DOCUMENTALES

PRIMERO: Copia simple de las grabaciones de las cámaras de vigilancia del establecimiento
penitenciario y carcelario de Acacías.

SEGUNDO: Copia simple de derechos de petición radicados en las fechas de 2 de octubre de


2018-01 y el 25 de noviembre de 2018-02.

TESTIMONIALES

PRIMERO: El testimonio de actor MARIO ESPINOSA VERGARA y el de sus compañeros de


los tratos de los guardias del establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías hacia los
reclusos.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Me fundamento en los artículos 86 y 23 de la constitución política de Colombia, al igual que en el


Decreto de Ley 2591 de 1991 (Art. 1 Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los
jueces), también en el Decreto de Ley 1755 de 2015. Asimismo, en el Decreto de Ley 65 de 1993
(Art. 5 En los establecimientos de reclusión prevalecerá el respeto a la dignidad humana, a las
garantías constitucionales y a los Derechos Humanos universalmente reconocidos. Se prohíbe
toda forma de violencia síquica, física o moral), de igual manera que en el derecho a no ser
sometido a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (resolución 1/08.
comisión interamericana de derechos humanos) y en las sentencias T-143/17, T-016/95, T-
415/97, T- 388 de 2013, T-282/14.

COMPETENCIA

Es usted, SEÑOR JUEZ CIVIL MUNICIPAL DE ACACÍAS, quien es realmente competente


para conocer de esta acción, por la naturaleza del asunto, por tener jurisdicción en el domicilio de
la entidad accionada y teniendo en cuenta lo dispuesto en el Decreto de Ley 1382 de 2000 “Por
el cual establecen reglas para el reparto de la acción de tutela" y el Decreto de Ley 2591 de
1991 “ prescribe la regla de competencia para conocer de la acción de tutela en primera
instancia, en el sentido de atribuirla al juez con jurisdicción en el lugar donde ocurre la
violación o amenaza del derecho fundamental”.

JURAMENTO

Bajo la gravedad del juramento, manifiesto a su señoría que no he interpuesto ninguna otra
acción de tutela por los mismos hechos y derechos que se encuentran relacionados, ante autoridad
alguna.

ANEXOS

Una copia de la demanda para el archivo del juzgado, los documentos que relaciono como
pruebas, en (tanto folios).

NOTIFICACIONES

Como accionante recibiré notificaciones en: (Carrera 6b N°234 de la ciudad de Acacías)

La parte accionada recibirá notificaciones en: (El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario
(INPEC) y el establecimiento penitenciario y carcelario de Acacías)

Del señor juez atentamente,

Leonor Rodríguez Quinchucua


CC. 1.006.876.107 de Villavicencio
TARJETA PROFESIONAL. N° 164598

ACACÍAS / VILLAVICENCIO

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