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El hecho de que a la mayoría de los ciudadanos medios no les resulte fácil dar una
explicación concreta y precisa sobre qué es la Sociología y que hacen los sociólogos, revela
que esta disciplina, a diferencia de otras ciencias y profesiones, tiene que ser explicada:
necesita una explicación.
¿Qué es la Sociología? ¿Cuándo surgió? ¿Cómo? ¿Por qué? Estas son las primeras
preguntas que nos debemos hacer para entender bien esta disciplina y ser capaces de explicar
a cualquiera que hacen los sociólogos. Fuera del círculo de los especialistas no hay ideas
claras y precisas sobre qué es la Sociología, siendo ésta una de las paradojas de esta ciencia.
Y esto obedece a dos razones básicas:
1. Porque la Sociología es una ciencia muy reciente, con pensadores del siglo XIX y
comienzos del XX como Comte, Durkheim y Weber. Siendo pues, una ciencia que aún
no ha tenido tiempo para desarrollarse y poder ofrecer datos suficientemente concretos
y claros.
2. En segundo lugar, no es fácil comprender qué es la Sociología, porque se trata de una
disciplina que se ocupa de algo sutil, pero muy importante a la vez. Se ocupa de lo
social, de los fenómenos sociales y de las realidades sociales.
De lo dicho hasta ahora, podemos ya dar una primera definición elemental de esta ciencia,
diciendo que Sociología, en su sentido más general y básico, es el resultado de aplicar los
procedimientos propios del método científico al estudio de los fenómenos sociales.
Por otra parte, no deja de ser curioso que este mismo tipo de asociación de imágenes haya
sido utilizado también, por otros estudiosos para caracterizar los dos tipos de imágenes que los
sociólogos tienen de sí mismos: bien como profetas o bien como sacerdotes, en relación a
la asunción preferente por unos u otros sociólogos del paradigma del conflicto social o
del paradigma del consenso. Según estas interpretaciones, una parte de los sociólogos
tienen una visión de la sociedad básicamente como una realidad sometida a continuos
procesos de conflictos y cambios, descritos en ocasiones en tonos no exentos de cierto
patetismo (visión profética). Por el contrario, otros sociólogos consideran a la sociedad como
una realidad primordialmente estática, en la que el acuerdo y el consenso suele prevalecer
sobre el conflicto y el disenso, y en la que la exaltación de su carácter estático puede llegar a
operar como una verdadera justificación del “statu quo” u orden establecido (visión sacerdotal).
Tanto la imagen profética como la sacerdotal, incluso como recurso explicativo
general, tienen un indudable tronco común con algunas orientaciones un poco ingenuas
que caracterizaron la Sociología en sus pasos fundacionales, a causa de las propias ideas
de Comte, que creía que la Sociología estaba llamada a ser una especie de “nueva religión” de
la nueva era industrial.
De la Sociología se ha llegado a decir que: es una ciencia que ha entrado en crisis sin
haber alcanzado siquiera la madurez, que la tarea de los sociólogos no consiste en otra cosa
que dedicarse a la demostración penosa y pedante de lo obvio, avalando con datos empíricos y
citas pedantes cuestiones de sentido común, que todo el mundo sabe. Se ha afirmado que los
sociólogos ocultan mucha de su ignorancia sobre los hechos sociales recurriendo a la mera
“cuantitofrenia” (el afán de medirlo todo) y a utilizar una jerga “pseudo-científica” alejada de las
posibilidades de comprensión de los ciudadanos medios.
Algunos interpretes han visto a la Sociología como una ciencia al servicio de la dominación de
los poderosos y del mantenimiento del statu quo, mientras que otros autores se han situado en
las antípodas de estas percepciones, presentando a la Sociología poco menos que como un
instrumento óptimo de emancipación y de cambio revolucionario del orden establecido.
Los problemas de la Sociología son en buena medida los mismos problemas de toda
ciencia joven, que aún no se ha desarrollado, no se ha asentado suficientemente.