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6 febrero, 2018
Cada parte del armado del zapato requiere un tiempo especial para que quede bien o como dice el zapatero, “que salga todo perfecto”. /FOTO
DANITZA MUÑOZ LIZARAZO
Aún en Bucaramanga sobreviven microempresas de calzado que no se dedican a recibir ensamble de grandes
fábricas o ser remontadoras, sino que desde un pequeño taller ya sea un local en arriendo o en una habitación
de una casa, se dedican a diseñar, cortar, desbastar, ensamblar y comercializar calzado en cuero.
Para una fábrica de calzado puede tomar poco tiempo la elaboración de un par de zapatos, ya que el trabajo se
distribuye entre los empleados, unos se encargan de cortar y otros de armar, pero ¿cuánto tiempo le puede
tomar a un zapatero tener listo un buen par de zapatos?
Este zapatero inició hace más de treinta años en la industria del calzado por una oportunidad que se le
presentó, él había sido criado en el campo y no tenía ningún conocimiento sobre la elaboración de un zapato.
“Una señora dueña de una fábrica me dijo que, si podía ayudarle a guarnecer, ella me contrató como auxiliar de
guarnición, y así fue como aprendí. Fui escalando poco a poco, hasta lograr tener mi propio negocio”, dijo
Poveda Ramírez contando sus primeros años en el negocio de la zapatería.
El oficio de la zapatería era solo aprendido por los hombres, ya que se tenía el concepto que la modistería era
solo para las mujeres por el tipo de material que se usaba y la zapatería para los hombres porque el cuero era
difícil de manejar. Los conocimientos de estos oficios pasaban de generación en generación con el objetivo de
que los muchachos y señoritas pudieran depender de este dado el caso de no estudiar o emprender otro
negocio.
Juan Gabriel Mantilla Leal tenía nueve años cuando elaboró su primer par de zapatos, él solía sentarse a
observar cómo sus padres armaban cada pieza y preguntaba por lo que le daba curiosidad.
“Mi mamá tenía guardado lo que se llama retazo o sobras de cuero, un día se fueron con mi papá y yo intenté
hacer mis primeros zapatos. El detalle estaba que me quedaron con suelas diferentes y uno más grande que el
otro -risas-, pero fue mi primer intento de tanto observar como lo hacían mis señores padres”, dijo Mantilla,
quien ahora se dedica a la fabricación de calzado de dama y niños en un taller que tiene en su casa ubicada en
el barrio Campo Hermoso.
El proceso de elaboración
Lo más importante para iniciar la elaboración de lo zapatos es contar con con cuero de calidad. “En
Bucaramanga está empezando a ser complicado conseguir cuero de calidad, ya que hay algunos negocios que
se les hace fácil comprar containers de sintético chino a un precio muy económico y surten la ciudad con ese
sintético, por eso es importante ir a sitios seguros e identificar el verdadero cuero”, dijo Rigo Roberto Poveda.
El cuero es extraído del ganado mediante un proceso llamado curtimiento que consta de un lavado, tratamiento
químicos para eliminar la lana y hacer el material imputrescible, por último el cuero es secado al sol. El cuero
legítimo se puede reconocer pasando la uña por una esquina del material y así verificar si es real, en caso de
ser sintético, este suele desmoronarse.
Ya teniendo el material de calidad, el siguiente paso del fabricante es diseñar el zapato o conseguir el diseño. El
en caso de Rigo Poveda, él es el que se encarga de diseñar las piezas de los zapatos que fabrica. “Al comienzo
no era bueno dibujando, pero me siento en la capacidad de que cualquier zapato que veo, soy capaz de
hacerlo”.
Luego de tener el diseño listo saca los moldes de acuerdo a la horma del cliente que solicitó los zapatos y luego
ubica los moldes en el cuero, toma un cuchilla bien afilada y empieza a cortar para sacar las piezas de lo que al
final del día serán un par de zapatos. “Como este trabajo lo hago solo, normalmente me lleva desde las siete de
la mañana hasta las cinco de la tarde en tener uno o dos pares de zapatos listos, con todos sus detalles”.
Teniendo las piezas cortadas, Poveda prende una máquina llamaba devastadora, la función de la máquina es
quitar un residuo de la pieza cortada para facilitar el proceso de pegado. El pegado se realiza con un forro
especial, cuando ya está seco se unen las piezas en la máquina de guarnición.
Terminando el proceso de guarnición se hace el pegado de la plantilla, la cual primero se pega a la horma con
tachuelas, luego se toma las piezas ya unidas con forma de zapato y con ayuda de un pinza de adhiere a la
horma. “Se aplica el pegamento, se deja secar un rato y luego si se pegan las piezas”.
Según Poveda, cada zapato tiene su proceso, no es lo mismo hacer baletas que hacer zapatillas, no es lo mismo
hacer zapato para hombre que hacer sandalias, cada uno requiere su tiempo y trabajo especial, algunos
requieren más dedicación que otros.
dmunoz664@unab.edu.co
Esta nota hace parte del especial web ‘En los zapatos de Bucaramanga’, para ver el especial
completo, diríjase a este enlace: http://ow.ly/oA4X30ieO2G
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